Jacques Sapir La haine

Debemos pensar en esta guerra como un formidable acelerador de la desglobalización y la desoccidentalización del mundo

La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto una profunda fractura entre el mundo «occidental» y el resto del mundo [1]. Esta división se produce en un contexto de acelerada desglobalización. Se ha hecho evidente desde la crisis de las hipotecas subprime de 2008-2010, que nunca se ha superado del todo. Se ha visto acentuado por la epidemia de Covid-19 y, hoy, por las consecuencias de la guerra resultante de la invasión rusa de Ucrania. Se están despertando viejos temores. ¿Y si esta desglobalización anuncia un retorno a la época de las guerras?

Pero estos temores no son más que la otra cara de una mentira que se propagó por ignorancia, para algunos, y por interés, para otros. El comercio nunca ha borrado la guerra, ni siquiera en Europa. La guerra civil en la antigua Yugoslavia se olvida con demasiada rapidez, por no hablar de la terrible guerra que asoló África Central [2], la guerra de Darfur [3], las guerras de Oriente Próximo y la que aún continúa en Yemen. La lista es, por desgracia, larga. ¿Qué significa la expresión «desglobalización» utilizada para describir el contexto geoeconómico en el que se desarrolla esta guerra?

La globalización que experimentamos desde hace casi cuarenta años es el resultado de una combinación de la globalización financiera, que se puso en marcha con el desmantelamiento del sistema heredado de los acuerdos de Bretton Woods en 1971-73, y la globalización del mercado, que se plasmó en el libre comercio. Ha conducido a la sobreexplotación de los recursos naturales, sumiendo a más de mil quinientos millones de seres humanos en una crisis ecológica que se agrava cada día. Ha llevado a la destrucción del vínculo social en un gran número de países y ha enfrentado a innumerables masas con el espectro de una guerra de todos contra todos, con el choque de un individualismo forzado que presagia regresiones aún peores [4].

La guerra en Ucrania tiene lugar en un contexto económico y político internacional que ha cambiado profundamente en los últimos veinte años, y en particular desde 2010. Este contexto está marcado por una aceleración del movimiento de desglobalización, que ya era evidente en 2010 pero que se ha reforzado considerablemente, y por un movimiento de desoccidentalización del mundo.

La observación que puede extraerse de los últimos diez años es que la globalización ha generado tales fuerzas de contestación, fuerzas que no se han limitado a la ideología, fuerzas que han demostrado ser profundas y poderosas y que no han hecho más que fortalecerse, que se ha alcanzado un punto de inflexión. La globalización primero se detuvo y luego se revirtió. Esto fue evidente en la crisis de Covid-19. Por lo tanto, la desglobalización ha comenzado en serio. También trae consigo una «desoccidentalización» del mundo [5]. 5] Se trata de un fenómeno importante, que se refleja en el considerable fortalecimiento de las economías no europeas, pero también en su autonomía frente a «Occidente», un movimiento que no parece haber sido realmente comprendido.

¿Qué es la desglobalización?

¿A qué llamamos hoy «desglobalización»? Merece la pena volver al significado de la palabra, pero también de la noción que describe la palabra. Algunas personas confunden el término con una interrupción voluntaria o accidental de los flujos comerciales que recorren el mundo. Así, confunden el proteccionismo, que puede estar ampliamente justificado en la teoría económica [6], con la práctica de la autarquía, que suele ser un presagio de guerra. También se equivocan en cuanto a la naturaleza del vínculo entre el crecimiento del PIB mundial y el volumen del comercio. Recordemos que la riqueza proviene de los procesos de producción. Si éstas no se han producido de antemano, no hay comercio ni beneficio. La riqueza está vinculada al crecimiento de la productividad del trabajo, y ésta se origina en la transformación perpetua del proceso de producción. El comercio facilita la transformación de esta riqueza en beneficio monetario. Es una respuesta al desfase que puede surgir entre el volumen de las inversiones realizadas inicialmente para la producción y un mercado demasiado pequeño para remunerar a los capitalistas y los fondos invertidos al nivel esperado.

El comercio internacional permite, por lo tanto, la realización de beneficios a veces más elevados de lo inicialmente previsto, ya que permite aprovechar las oportunidades, explotar las situaciones de renta, poner a los trabajadores en condiciones muy diferentes en competencia entre sí, obligar a los trabajadores a depender de los productores de mercancías extranjeras. Esto no quiere decir que el comercio por sí solo cree valor, como afirman los defensores de la globalización. Pero, sobre todo, olvidan que estos intercambios -de bienes y servicios, pero también culturales e incluso financieros- son mucho más antiguos que el fenómeno conocido como «globalización». Así, hemos conocido situaciones en las que el comercio internacional coexistió con importantes formas de protección de la economía nacional [7]. La «globalización», por utilizar sólo esta palabra, no se reduce por tanto a la existencia de estos flujos.

Lo que dio lugar al fenómeno de la globalización, y lo convirtió en un «hecho social» global, fue un doble movimiento. Se produjo la combinación, pero también el entrelazamiento, de los flujos de mercancías y financieros Y el desarrollo de una forma de gobierno (o gobernanza) en la que lo económico parecía prevalecer sobre lo político. De hecho, la «globalización» se caracteriza por un doble movimiento en el que las empresas intentan primar sobre los Estados y las normas y reglas sobre la política. Este proceso conduce en realidad a la negación de la democracia. En este punto, sin embargo, sólo podemos observar un retorno al control estatal de estos flujos, un retorno victorioso de la política. Este movimiento se llama el retorno de la soberanía estatal. La soberanía es esencial para la democracia [8]. Tenemos muchos ejemplos de Estados que son soberanos pero no democráticos; sin embargo, en ningún lugar hemos visto un Estado que fuera democrático pero no soberano.

Por ello, el proceso de desglobalización económica se ha acelerado en los últimos años. Comenzó a manifestarse abiertamente con la crisis financiera internacional de 2008-2010 y sus consecuencias. De hecho, es a partir de esta crisis cuando podemos datar un punto de ruptura en los distintos datos estadísticos.

Figura 1

Fuente: OMC y FMI

Esto no quiere decir que las tendencias hacia la desglobalización no existieran antes. Sin embargo, fue necesaria una crisis financiera mundial, que fue una crisis de la globalización tanto en sus causas como en su curso, para que estas tendencias se hicieran abiertamente evidentes. Así, podemos ver la estabilización y luego la disminución de la parte del comercio medida como porcentaje del PIB mundial. Aunque el comercio creció con fuerza en 2018, en 2019 se mantendrá por debajo del nivel de 2014. Por lo tanto, hay que señalar que el fuerte crecimiento experimentado de 2002 a 2008 se vio interrumpido definitivamente por la crisis financiera de 2007-2008.

Este movimiento está vinculado al flujo de las exportaciones mundiales (y a escala global, cada exportación es también una importación, de modo que el importe total de las exportaciones es también el volumen del comercio mundial). En los años 2010-2011 todavía no se pudo ver porque estábamos en una fase de recuperación tras la crisis. Así, el importe de las exportaciones pasó de 6,1 billones de dólares a 16,1 billones de dólares entre 2001 y 2008, es decir, un aumento de 2,6 veces. Pero de 2008 a 2017, esta cantidad pasó de 16,1 a 17,7 billones, un aumento de sólo el 10%, que es de hecho menor que el aumento del PIB mundial en el mismo periodo. Incluso el posterior aumento a más de 19 billones a finales de 2018 empezará a revertirse antes de que llegue la crisis de Covid-19. Para 2019, el descenso es de aproximadamente -3%. Así pues, la primavera de crecimiento impulsada por la expansión cada vez mayor del comercio internacional parece haberse roto.

El punto interesante aquí es la caída del porcentaje de estas exportaciones mundiales en relación con el producto interior bruto mundial. Había pasado del 18,9% a más del 25% entre 2002 y 2008. Volvió a caer en torno al 22% en 2017 y al 21,4% en 2019. La crisis de Covid-19 fue el golpe final [9], por razones bien descritas por el Sr. Kemal Dervis en un artículo publicado en junio de 2020 por la Brookings Institution [10], pero ciertamente no fue la causa del movimiento.

Además, los funcionarios estadounidenses han declarado que la seguridad económica es una forma de seguridad militar [11], y que es una parte integral de la seguridad nacional [12]. Esto no es erróneo y, de hecho, fue teorizado a principios de los años 90 por dos investigadores de la corporación RAND, uno de los think tanks más influyentes de EEUU [13]. Esto constituye realmente la soberanía económica como un objetivo legítimo para cualquier gobierno. Esta afirmación simboliza perfectamente el retorno de la política como signo de desglobalización.

El colapso del G-7: de junio de 2018 a la situación actual

A continuación, hay que explicar el juego de EEUU, que parece haberse decantado desde la presidencia de Trump por una visión más proteccionista del comercio. Forma parte de la decadencia gradual de las instituciones, como el G-7, creado en los años 70.

Si el presidente de EEUU, Donald Trump, ha asumido efectivamente el riesgo de poner a sus antiguos aliados en su contra, como hizo al provocar la crisis del G-7 de junio de 2018, es porque tomó una decisión: la de considerar que los foros mundiales como el G-7 carecen de toda legitimidad o utilidad. Su objetivo era conseguir que China aceptara un acuerdo general que condujera a una forma de reparto mundial. Aspiraba al equivalente de un «nuevo Yalta», en referencia a la conferencia en la que se definieron las esferas de dominio de los aliados occidentales y de la URSS. Si, para lograr este objetivo, tenía que pisotear instituciones como el G-7, no le importaba mucho. Por lo tanto, es erróneo decir que Donald Trump fue irreflexivo y no tuvo estrategia [14]. Este discurso, que se ha escuchado una y otra vez en la prensa francesa, es de una rara estupidez y no hace ningún mérito a quienes lo pronuncian.

Donald Trump tiene una visión y una estrategia, aunque sus métodos deban más al mundo de los negocios del que procede que a los paneles dorados y las alfombras silenciosas de la diplomacia tradicional. Es necesario comprender ambos, sin aprobarlos necesariamente, para imaginar sus repercusiones en las relaciones internacionales y quizás también para poder oponerse a ellos. Pero la realidad es, y será, cada vez más convincente. El primer discurso de Joe Biden ante los diplomáticos estadounidenses muestra también que, más allá del estilo, el sucesor de Trump está, desde este punto de vista, mucho más en consonancia con los usos y costumbres diplomáticos, que el nuevo presidente de EEUU pretende continuar con una política totalmente diseñada para la supremacía estadounidense [15].

Así que aquí estamos, de vuelta al problema de Yalta. Este reparto del mundo se producirá muy probablemente sin los europeos, que siguen siendo fieles, por el momento y hasta la caricatura, a la ideología de la «globalización». Los países de la Unión Europea también están pagando la fe equivocada que han depositado en instituciones tan obsoletas como peligrosas. Y esto no se detiene en el G-7. Los Estados de la UE, que también son en su mayoría países de la OTAN, ya están sufriendo y sufrirán las consecuencias de las sanciones contra Rusia por su agresión a Ucrania.

Tanto la UE como el euro merecen figurar aquí entre las organizaciones que han quedado obsoletas [16]. Desde este punto de vista, cabe destacar los aspectos extremadamente nocivos de la dominación alemana en la Unión Europea, una dominación que se expresa tanto en las normas que este país impone como en los instrumentos que controla, como el euro [17]. 17] El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha reconocido así, en un raro destello de lucidez que hay que acoger con satisfacción, que el euro había beneficiado esencialmente a Alemania [18] La política alemana está, de hecho, destruyendo la Unión Europea, y con ella la idea de cooperación europea [19], como hemos visto en las tensiones surgidas entre Francia e Italia, pero también entre Italia, Polonia y Hungría, y Francia y Alemania. Estas tensiones han reaparecido con la guerra de Ucrania, como demuestra el incidente de principios de abril de 2022 entre Francia y Polonia [20].

Más allá de estos problemas específicos de la UE, el fracaso del G-7 señala el agotamiento del «modelo occidental», de hecho el modelo anglosajón, de la globalización, mientras que el éxito de la reunión de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai) indica claramente que el tiempo de las naciones (y no de cualquier nación) ha vuelto. Esto confirma una tendencia que se viene observando desde finales de la década de 2000 [21]. Por lo tanto, está claro que el proceso de desglobalización está ya en marcha de forma irreversible [22].

Por lo tanto, es conveniente volver al G-7 y a la complicada historia de esta institución. El G-7, que surgió de una forma de organización internacional creada tras el colapso del sistema de Bretton Woods en 1973, se había fijado como objetivo ser la torre de control de la globalización, la plataforma desde la que dirigirla. Esto demuestra la importancia de esta institución. Sin embargo, ha experimentado un claro fracaso del que puede no recuperarse. Este fracaso tiene su origen en las políticas y los intereses de actualidad, ahora excesivamente divergentes, de los países del G-7 y en el curso de la política estadounidense, que forma parte de un retroceso general hacia la toma de decisiones políticas. Por lo tanto, este fracaso era previsible.

Hay que señalar que en muchos temas, ya sea la cuestión del «multilateralismo», la participación de Rusia o la cuestión del clima, dominaron los temas de la discordia. También hay que señalar que, en contra de lo que quiere hacer creer la prensa francesa, el conflicto no fue una oposición entre Donald Trump y sus seis socios. No hubo, a pesar de lo que dicen algunos medios de comunicación franceses, un «frente unido» contra Donald Trump. Esto se verificó en las falsas pretensiones que acompañaron a la cumbre de septiembre de 2019 celebrada en Biarritz, que se presentó con cierta rapidez como un éxito. Emmanuel Macron había hecho todo lo posible para que esta nueva cumbre del G-7 se desarrollara sin platos rotos ni voces fuertes que llegaran a los oídos de los periodistas. Desgraciadamente, bastaron unas pocas semanas para que volvieran a surgir grandes diferencias, ya sea en el tema del impuesto sobre las grandes empresas de Internet (el famoso «impuesto GAFA»). El acuerdo alcanzado posteriormente no oculta la perpetuación de las diferencias [23].

Figura 2

Fuente: FMI

Además de esta pérdida de legitimidad, también ha perdido gran parte de su importancia económica, como puede verse en el gráfico 2. Mientras que el G-7 representaba más del 50% de la economía mundial en los años 80 y más del 46% en 1992, su cuota se ha reducido posteriormente. En el año 2000, sólo era del 43,6%, bajando al 34,4% en 2010 y al 31,2% en 2020. Esto también se aplica a lo que puede llamarse un «G-7 ampliado», que incluye a Corea del Sur y Australia. Existe una clara relación entre la impotencia del G-7, las constantes disputas entre sus miembros, y esta pérdida de influencia en el PIB mundial. De hecho, cuando el G-7 expulsó a Rusia en 2014 [24], probablemente firmó su certificado de defunción.

La entrada de Rusia se justificó mucho más políticamente que económicamente en los años 90. El símbolo era claro: el fin de la Guerra Fría. Al abrirse a su antiguo adversario, los países del núcleo original del G-7 afirmaron su deseo de dejar atrás un enfoque «autocontenido» que ya no era políticamente sostenible. Esta era la condición para una posible transformación del G-7 en un gobierno económico mundial, aunque esta transformación hubiera requerido la entrada de otros países importantes (me viene a la mente India, pero también Indonesia) para poder llevarse a cabo. Con el tiempo, el G-7 y el G-20 deberían haberse fusionado. Esto parece ahora imposible, ya que la oposición se ha endurecido con la guerra en Ucrania.

¿Un modelo anticuado?

Al expulsar a Rusia del G-8 en 2014, los países centrales originales han señalado así al mundo el fracaso de esta transformación. Al volver a los demonios del «interés propio», al tratar de transformar lo que debería haber sido un foro en un club político cerrado, los países occidentales han demostrado su incapacidad para comprender la renovación del mundo que se está produciendo ante nosotros. Es interesante que Rusia no haya mostrado ningún interés en volver al G-7 [25]. Ha aprendido las lecciones de las transformaciones de la economía mundial en los últimos quince años y pretende favorecer al G-20, que ahora se opone al G-7, como dijo su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, en la televisión rusa: «En el G-20, los ultimátums no funcionan y hay que llegar a acuerdos (…) Creo que es el formato más prometedor para el futuro» [26].

Esta afirmación es importante. Va más allá de una simple reacción dirigida a los países del G-7. Los dirigentes rusos comprendieron pronto la noción de un mundo multipolar. En su libro El juego ruso, publicado en 2019, Alexei Pushkov recuerda la centralidad de esta noción de multipolaridad para la diplomacia rusa [27]. Una mejor comprensión de esta diplomacia, de sus líneas fundamentales desde finales de los años 90, podría haber evitado que los países del núcleo original del G-7 cometieran, con la «expulsión» de Rusia, lo que hay que llamar, en retrospectiva, un error fatal. Pues esta noción de multipolaridad ya era central en la «Declaración a la Conferencia de Múnich sobre la Seguridad en Europa», el llamado «discurso de Múnich» para abreviar, de Vladimir Putin en 2007 [28]. 28] Este discurso es uno de los textos más importantes de la diplomacia rusa, aunque las ideas que contenía ya eran de hecho conocidas. Alexei Pushkov muestra sus efectos estructurantes en la política exterior rusa [29].

Este discurso se ha presentado a menudo como un signo de la vuelta de los dirigentes rusos a la mentalidad de la Guerra Fría. En realidad, el contenido de este discurso es mucho más que el anuncio de un nuevo enfrentamiento ruso-americano. Se trata de un texto programático, que suscitó el interés de muchos participantes en la conferencia, y en particular del Ministro de Asuntos Exteriores alemán. En cierto sentido, Vladimir Putin es el líder político que sin duda ha extraído las lecciones más coherentes de lo ocurrido entre 1991 y 2005.

De ello se desprenden dos puntos importantes: el reconocimiento del fracaso de un mundo unipolar y la condena del intento de someter el derecho internacional al derecho angloamericano [30] y a la influencia de EEUU, tema que ha tenido una resonancia particular para los franceses y más generalmente para los europeos en los últimos años. Sabemos que EEUU ha sancionado a muchas empresas europeas desde 2013-2014 en nombre de la aplicación extraterritorial de su propia ley. Esta visión de la centralidad de la noción de multipolaridad en el mundo contemporáneo se combina entonces con una visión clara del papel de la soberanía [31].

También hay que leer el artículo escrito en 2021 para Russia Today por Fyodor Lukyanov, director de la revista Russia in Global Affairs y director científico del Club Valdai, sobre las reacciones, o más exactamente las no reacciones, de Rusia ante las críticas occidentales al encarcelamiento del opositor Alexey Navalny:

«En los años 90, cuando la Rusia moderna surgió de las cenizas de la Unión Soviética, Occidente era dominante. Ofrecía el único modelo realista. Los tiempos han cambiado, pero Bruselas o Washington aún no se han dado cuenta.

Hoy, la situación ha cambiado radicalmente. Un buen ejemplo es la forma en que Rusia ha respondido a las críticas a la luz del caso de Alexey Navalny. Anteriormente, cuando se enfrentaba a situaciones similares (…) Moscú intentaba justificar sus acciones ante los investigadores occidentales utilizando sus propios argumentos, aunque a veces los funcionarios rusos pueden ser demasiado rígidos y emocionales cuando defienden su caso.

Ahora es diferente. Los comentarios críticos de Occidente son ignorados o ridiculizados. Rusia ha cambiado, pero los grandes cambios en los asuntos mundiales también parecen ser parte de la explicación. El orden mundial liberal basado en el poder de las instituciones y las normas ha terminado. Era un modelo con sus propias normas sociales y políticas que se creían universales. Este ya no es el caso. Hoy en día, casi todas las naciones siguen un camino soberano diferente y ahora buscan obtener un mayor control político, económico e ideológico a nivel nacional» [32].

La observación de Lukyanov es implacable. Puede compararse con la actitud de Rusia ante las reacciones occidentales a la guerra de Ucrania. También en este caso, Rusia parece ignorar -en términos relativos- las críticas de los países occidentales.

El texto de Lukyanov también hace referencia a las observaciones que podrían hacerse tras el «discurso de Múnich» de Vladimir Putin en 2007 [33] que advirtió contra la instrumentalización del «orden mundial liberal» por parte de EEUU y sus aliados. Lo que está ocurriendo desde hace muchos años es simplemente la consecuencia de la deslegitimación del marco internacional que surgió en los años 90 y que permitió el florecimiento de la globalización.

El ascenso del «otro mundo»

En contraste con el fracaso del G-7 en la reunión de 2018, el éxito de la reunión de la OCS que tuvo lugar al mismo tiempo fue un contraste sorprendente. Era una señal de que el mundo estaba realmente al revés. Pues la OCS es la primera, y casi la única, organización internacional con dimensiones tanto políticas como económicas y militares después de la Guerra Fría.

Figura 3

Fuente: FMI

Se basa abiertamente en un deseo de cooperación entre Estados soberanos y limita la producción de normas en su seno a lo estrictamente necesario. Su éxito produce un efecto de espejo simbólico debido al carácter casi simultáneo de las dos reuniones. No es que no existan conflictos entre las naciones miembros o asociadas a la OCS. Pero, finalmente, estos conflictos se han controlado. China e India conviven, al igual que India y Pakistán, lo que no es poco. ¿Hay tantas organizaciones regionales que puedan presumir de tales éxitos?

Esta organización tiene también una dimensión militar, como demuestran las maniobras que se organizan regularmente en Asia. Y aquí podemos ver la ventaja de una estructura que respeta la soberanía de las naciones, admite la expresión abierta de los intereses nacionales y, sobre esa base, permite alcanzar compromisos, frente a una estructura -el G-7- que pretende hacer de una razón supranacional, la lógica económica y financiera, la guía del orden mundial. También hay que recordar que la OCS está fundada en gran parte por los países BRICS, el grupo que reúne a China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica.

Dentro de este grupo, los tres países más grandes, China, India y Rusia, son efectivamente miembros de la OCS. Sin embargo, el proceso de internalización de las economías se está acelerando para los países BRICS. La tasa de apertura, o de externalización, de estas economías, ya sea calculada sobre la base de las exportaciones o de las importaciones, ha ido disminuyendo constantemente en los últimos años. Esto es especialmente significativo si se tiene en cuenta que los BRICS incluyen dos países con un gran peso en el comercio mundial, China e India. El éxito de la OCS, por tanto, radica en su carácter pragmático. A diferencia del G-7, la OCS no pretende tener un propósito superior del que derivar normas vinculantes para las naciones. Este es un punto importante, que incluso puede considerarse crucial. En cierto sentido, este punto refleja la oposición de dos filosofías de las relaciones internacionales.

En la visión que defiende ahora la Unión Europea, y que era la que defendía el G-7 hasta la llegada de Donald Trump, la existencia de una razón superior -en realidad la «racionalidad económica» tal como la concibe la ideología neoliberal- debía imponerse a todos. En la visión que defiende la carta de la OCS, se tiene en cuenta la construcción de los intereses nacionales en el marco político de cada país y se intenta conciliar sus diferentes intereses nacionales. De hecho, estamos en un marco de relaciones internacionales en el que cada país tiene derechos que deben ser respetados. Por tanto, estamos mucho más cerca de Grocio [34] y de la tradición del Tratado de Westfalia [35] que de la idea de que las normas económicas puedan gobernar el mundo. Por tanto, nada es más ajeno a los países miembros de la OCS que la afirmación perentoria de que la razón desciende del cielo hacia ellos. Esto explica en gran medida el comportamiento de Rusia, pero también de India [36] y China, en el curso de la guerra en Ucrania.

La OCS es, por tanto, una organización cooperativa [37]. 37] No se basa en la pretensión de compartir la soberanía, una idea que cubre constantemente la negación de la soberanía, sino que se basa en el principio de que la cooperación mutua es el mejor instrumento para gestionar las diferencias de intereses [38]. 38] La OCS ha creado así tanto instituciones de seguridad como de desarrollo económico, como un banco de inversiones. Las ocho naciones que componen la OCS [39] representan el 41,4% de la población mundial y el 23% del PIB mundial. Así que ciertamente cuentan. Y el ascenso gradual de la OCS frente a la desintegración del G-7 nos dice mucho sobre lo que está en juego actualmente.

La desoccidentalización del mundo

De hecho, las organizaciones surgidas de la dominación «occidental» del mundo, como el G-7 pero también en cierto sentido la OTAN, han agotado sus posibilidades y no les queda ningún potencial. Si esta evolución, e incluso transformación, es evidente desde el punto de vista económico, también es perceptible desde el punto de vista político. Estas organizaciones ya no pueden hegemonizar el mundo en la actualidad.

La opinión pública de estos países ya no representa la «opinión mundial», sino simplemente la opinión regional. En cualquier caso, esto es lo que se desprende de la guerra en Ucrania, pero también de los acontecimientos que están teniendo lugar en África, donde la combinación de la influencia rusa y china está en proceso de expulsar a las antiguas potencias coloniales, como puede verse en Malí [40]. En general, esta guerra pone de manifiesto no tanto el aislamiento de Rusia como el de los países «occidentales» [41]. Las consecuencias a largo plazo son importantes. Básicamente, lo que se conoce como «Occidente» en sentido amplio, es decir, todos los países alineados con EEUU, ya no parece capaz de dejar su huella en el mundo. En este sentido, estamos asistiendo a una «desoccidentalización del mundo».

Por el contrario, se ha producido un aumento del poder y la influencia de las organizaciones que se han construido desde países «no occidentales» o directamente (como en el caso de la OCS) contra las organizaciones «occidentales». También en este caso, por el momento, ninguna de estas organizaciones, ni ninguno de los países que las componen, ha sido capaz de conquistar una hegemonía sobre el mundo entero. Pero probablemente no se trataba de eso. El simple hecho de mantener en jaque a las organizaciones «occidentales», de obligarlas a retroceder en diversos terrenos, desde el político hasta el económico y el militar, es más que suficiente. Porque si hay algo que unía y sigue uniendo a los países miembros de estas organizaciones «de otro mundo» es su oposición a la hegemonía occidental, y en particular a la de EEUU. En este sentido, estas organizaciones no pretenden crear un orden que «refleje» el de las organizaciones «occidentales». La «desoccidentalización del mundo» no es, pues, sólo la pérdida de la hegemonía de las potencias occidentales, sino también la construcción de una nueva forma de organización mundial menos estructurada y menos ideologizada. La lucha por la hegemonía no era sólo una lucha por el poder, sino en torno al principio mismo de la hegemonía.

Ciertamente, Occidente, tal como se define en este texto, sigue siendo una fuerza importante, ya sea en el ámbito militar, y no olvidemos que EEUU sigue siendo la primera potencia militar del mundo, o en el ámbito económico, financiero o tecnológico. Pero esta fuerza es cada vez más limitada. Incluso en el ámbito militar, EEUU se enfrenta al famoso «poder igualador del átomo» que limita sus capacidades. Además de China y Rusia, India y Pakistán, para la OCS, son potencias nucleares. Esta fuerza ya no es única, especialmente como fuente de innovación y de nuevas tecnologías, ni tampoco es la principal.

La guerra dirigida por Rusia en Ucrania pone de manifiesto la pérdida de la hegemonía global de «Occidente», cuyo discurso está ampliamente deslegitimado en gran parte del mundo. Incluso, y esto es importante subrayarlo, en parte del mundo «occidental» [42]. De hecho, se está produciendo una forma más sutil de aislamiento de Occidente, que seguirá funcionando durante un tiempo como un conjunto relativamente homogéneo y coherente, hasta que la atracción del «otro mundo» introduzca factores de desintegración en su interior. Seguirá produciendo su discurso autojustificativo como hasta ahora, pero será menos eficaz, menos escuchado, y poco a poco se volverá rígido y perderá su capacidad de interesar a nadie, salvo a los más convencidos.

El hecho de que Rusia no parezca estar interesada en convencernos a nosotros, los «occidentales», y que no haga esfuerzos significativos en este sentido, no significa necesariamente que la construcción de su discurso no pueda alcanzar los niveles de sofisticación requeridos, sino simplemente que ahora considera a la opinión pública «occidental» como algo secundario. Ahora dirige su discurso hacia el «otro mundo». Y es cierto que los 450 millones de miembros de la Unión Europea, los 330 millones de EEUU, los cerca de 200 millones de coreanos, japoneses y australianos, incluso juntos, pesan poco en comparación con los 1.400 millones de indios, africanos y latinoamericanos.

Sin embargo, esta desoccidentalización del mundo será especialmente problemática para los europeos que, habiendo estado en el centro del mundo, o al menos viviendo en países con cierta centralidad «atlántica», acabarán dándose cuenta de que ahora sólo son habitantes de países periféricos o en vías de serlo. Será un duro despertar y la tentación de encerrarse en la negación será fuerte. Sin embargo, es probable que los países que ya son periféricos dentro del continente europeo y «atlántico», ya sea geográfica o políticamente, sean los primeros en cuestionar la fachada de unidad que la UE y la OTAN pretenden construir. El futuro de países como Austria [43], Hungría, Polonia, pero también el de Grecia, estará en cuestión dentro de unos años.

Esta es la esencia del nuevo contexto en el que se desarrolla la guerra en Ucrania. La guerra en Ucrania puede considerarse en parte el resultado de este cambio de contexto. Está claro que Rusia no habría decidido ir a la guerra si siempre hubiéramos estado en un mundo unipolar, con el dominio de las fuerzas «atlánticas». Habría tratado de defender sus intereses por otros medios. Pero está claro que esta guerra acelerará ese cambio, y probablemente lo hará mucho más antagónico de lo que se podía prever antes del inicio de las hostilidades. Desde este punto de vista, también debemos pensar en esta guerra como un formidable acelerador de la desglobalización y la desoccidentalización del mundo. ¿Estarán nuestras élites políticas a la altura del momento histórico y serán capaces de deshacerse de las limitaciones del mundo «occidental»? Por desgracia, podemos dudarlo.

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* Economista francés, director de la Escuela de Altos Estudios Sociológicos.

NOTAS

[1] https://www.lemonde.fr/international/article/2022/04/11/guerre-en-ukraine-entre-la-russie-et-l-occident-les-ambiguites-d-une-partie-du-monde_6121561_3210.html

[2] Véase el caso de la guerra de Kivu, Autesserre S., «Penser les Conflits Locaux: L’Echec de l’Intervention Internationale au Congo», en L’Afrique des Grands Lacs : Annuaire 2007-2008, París: L’Harmattan, pp. 179 – 196, 2008

[3] Véase, por ejemplo, Lavergne M., Darfur: impactos étnicos y territoriales de una guerra civil en África, http://archive.wikiwix.com/cache/?url=http%3A%2F%2Fgeoconfluences.ens-lsh.fr%2Fdoc%2Fetpays%2FAfsubsah%2FAfsubsahScient4.htm%23popup1

[4] Véase J. Généreux, La Grande Régression, Seuil, 2010.

[5] Barma N., Chiozza G., Ratner E. y Weber S. (2009), «¿Un mundo sin Occidente? Empirical Patterns and Theoretical Implications», en Chinese Journal of International Politics, nº 2, Vol.4, 2009, pp. 525-544.

[6] Véase, Sapir J., Le Protectionnisme, París, Humensis-PUF, coll. Que-Sais-Je, 2022.

[7] Pérez Y., Les Vertus du protectionnisme, París, L’Artilleur, 2020.

[8] Sapir J., Souveraineté, Démocratie, Laïcité, París, Michalon, 2017

[9] Declaración de la Sra. Carmen Reinhart , Economista Jefe del Banco Mundial, 21 de mayo de 2020, https://www.bloomberg.com/news/videos/2020-05-21/reinhart-says-covid-19-is-the-last-nail-in-the-coffin-of-globalization-video

[10] https://www.brookings.edu/opinions/less-globalization-more-multilateralism/

[11] http://valdaiclub.com/a/highlights/real-us-trade war

[12] Véase https://www.state.gov/advancing-americas-economic-security-and-national-security/

[13] Neu C.R. y Wolf C., The economic dimension of national security, Santa Monica, The Rand Corporation, 1992.

[14] Goldberg, J, «Un alto funcionario de la Casa Blanca define la doctrina Trump», The Atlantic, 11 de junio de 2018.

[15] https://www.lefigaro.fr/international/avec-joe-biden-l-amerique-veut-regagner-sa-place-dans-le-monde-20210205

[16] Véase, Joseph Stiglitz: «Il faudra peut-être abandonner l’euro pour sauver le projet européen», entrevista con Benoît Georges, en Les Echos, 16 de septiembre de 2016.

[17] Husson E., París-Berlín, La supervivencia de Europa, París, Gallimard, 2019.

[18] Véase, «Emmanuel Macron en sus propias palabras – La entrevista del presidente francés con The Economist», 7 de noviembre de 2019, https://www.economist.com/europe/2019/11/07/emmanuel-macron-in-his-own-words-english

[19] Cafruny, A, Europe’s Twin Crises: The Logic and Tragedy of Contemporary German Power, en Valdai Paper 10, 2015; Ryner, M y Cafruny, A, The EU and Global Capitalism: Origins, Development, Crisis, Londres: Palgrave, MacMillan, 2017.

[20] https://www.lepoint.fr/monde/guerre-en-ukraine-la-pologne-convoque-l-ambassadeur-francais-08-04-2022-2471443_24.php

[21] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, París, Le Seuil, 2008

[22] Sapir J., La Démondialisation, Le Seuil, París, 2011 (1ª edición) y 2021 (2ª edición).

[23] https://www.lefigaro.fr/flash-eco/en-france-la-taxe-gafa-pourrait-rapporter-un-demi-milliard-d-euros-en-2022-20210922

[24] http://www.lefigaro.fr/international/2014/03/24/01003-20140324ARTFIG00370-g7-la-russie-exclue-du-club-des-puissants-apres-l-annexion-de-la-crimee.php

[25] https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/la-russie-ne-compte-pas-reintegrer-le-g8_2015762.html

[26] https://www.europe1.fr/international/la-russie-na-pas-lintention-de-reintegrer-le-g8-selon-serguei-lavrov-3676556

[27] Pushkov A., El juego ruso en el tablero mundial, París, ODM éditions, Ensayo, 2019.

[28] El editor francés del libro de Alexeï Puchkov ha incluido en un apéndice el texto del discurso de Múnich, un texto cuya importancia había mostrado en un trabajo anterior. Véase Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.

[29] Véase mi reseña del libro de A. Puchkov https://www.les-crises.fr/russeurope-en-exil-dalexei-pouchkov-a-bastien-lachaud-deux-points-de-vue-sur-la-question-de-la-russie-par-jacques-sapir/

[30] Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.

[31] https://fr.sputniknews.com/international/201806061036682564-poutine-russie-souverainete/

[32] Lukyanov F., » El ‘Orden Mundial Liberal’ está muerto, pero las consecuencias de la nefasta visita de Borrell de la UE a Moscú demuestran que gran parte de Occidente sigue negándolo «, 9 de febrero de 2021, https://www.rt.com/russia/515015-borrell-moscow-visit-fallout/

[33] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, Op.Cit.

[34] Grotius H., El derecho de la guerra y la paz, París, PUF, 2005

[35] Kratochwil F., «Of Systems, Boundaries, and Territoriality: An Inquiry into the Formation of the State System», en World Politics, vol.34,no1,1986,p.27-52. Holsti K.J., Peace and War: Armed Conflicts and International Order,1648-1989, Cambridge, Cambridge University Press,1991. Véase también Dupuy R-J., Le Droit international, París, PUF, 1963

[36] Tan W., «India is snapping up cheap Russian oil, and China could be next», 27 de marzo de 2022, https://www.cnbc.com/2022/03/28/russia-india-india-buys-cheap-russian-oil-china-could-be-next.html y «Indian Oil Finalises Deal To Import Crude Oil From Russia», https://www.ndtv.com/business/biggest-indian-oil-company-finalises-deal-to-import-3-million-barrels-of-crude-oil-from-russia-2831042.

[37] Goyard-Fabre S., «Y a-t-il une crise de la souveraineté ?», Revue internationale de philosophie, vol. 45, n° 4, 1991, p. 459-498

[38] «La OCS es un modelo de cooperación internacional, según un informe_French.news.cn» (http://french.xinhuanet.com/2018-05/27/c_137210279.htm) en french.xinhuanet.com

[39] Esto incluye a China, Rusia, India, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Pakistán. Afganistán, Irán, Mongolia y Bielorrusia tienen estatus de observadores.

[40] https://www.lepoint.fr/afrique/mali-russie-et-chine-bloquent-a-l-onu-un-texte-soutenant-les-sanctions-de-la-cedeao-12-01-2022-2460174_3826.php

[41] https://www.ifri.org/fr/espace-media/lifri-medias/guerre-ukraine-vue-sud

[42] https://www.lefigaro.fr/international/en-allemagne-des-corteges-de-la-honte-en-soutien-a-la-russie-20220410

[43] https://www.lemonde.fr/international/live/2022/04/10/guerre-en-ukraine-en-direct-le-chancelier-autrichien-a-moscou-lundi-pour-rencontrer-vladimir-poutine-l-economie-ukrainienne-s-effondre_6121421_3210.html

Les Crises / observatoriocrisis.com

Fuente LA HAINE https://www.lahaine.org/mundo.php/iquien-esta-aislado-la-guerra

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, focaliza esta columna del Club de La Pluma en LA GUERRA HÍBRIDA IRRESTRICTA GLOBAL POR LOS RECURSOS NATURALES, donde el GAS es el elemento común en disputa. Y también, en que siendo Asia Central la zona con los mayores yacimientos gasíferos del mundo, es también el centro neurálgico de los conflictos mundiales que enfrentan a las grandes potencias, y en los cuales el bloque Anglosajón despliega su clásico “GRAN JUEGO” para desestabilizar la zona y crear el caos generalizado.

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Un “Gran Juego” que consiste en el uso sangriento del terrorismo, más la creación de conflictos locales por diferencias de etnias, razas, cultura o religión. Además de reflotar viejas heridas históricas entre esos pueblos y contaminar todo con su agresiva e hipócrita leyenda sobre “el respeto a las minorías, los derechos humanos y la democracia”, mientras agrede con su ADN belicista. Toda una estrategia desesperada y violenta de Occidente para ralentizar el fin de su hegemonía y la llegada de un nuevo orden multipolar por el ascenso de las nuevas potencias asiáticas.

En esta columna, Pereyra Mele agradece y reconoce al Club de La Pluma y a su director Norberto Ganci, por abrir las puertas hace más de 15 años a la Geopolítica en su radio con nuestro planteo innovador que anticipaba el fin de los cinco siglos de dominio anglosajón. Entonces, los comentaristas políticos de la época denostaban a la ciencia de la Geopolítica e ignoraban nuestros análisis y estudios. Hoy la realidad mundial ha puesto las cosas en su sitio, y el Club de La Pluma y Dossier Geopolítico han sabido acompañar esta trasformación mundial.

Y siguiendo con la columna, Carlos desmiente a la gran propaganda mediática, confirmando que en el mundo hay 17 conflictos globales graves y no solo el de Ucrania. También de la impotencia y las discrepancias europeas para concretar las sanciones a Rusia. Y nos explica cómo la OPEP ha dejado de ser una herramienta de Washington a la vez que ha anunciado que no podrá proveer a Europa el petróleo que dejará de recibir de Rusia.

En este audio profundamente instructivo y argumentado, Pereyra Mele despliega sus conocimientos históricos, geográficos, culturales y de recursos sobre Asia, que desmonta el reduccionismo sesgado e ignorante de Occidente.

Además habla de la Ruta de la Seda y de su historia. De aquellos nómades del pasado y sus caravanas, que comerciaban de Oriente a Europa y que hoy serán reemplazados por el más ambicioso proyecto económico del mundo y de la historia, a pesar de ser blanco de los ataques violentos de EEUU. También aborda el despliegue geoestratégico de las nuevas rutas terrestres y marítimas de esas potencias para sortear los conflictos provocados por Occidente, evitando el Mar de la China y pasando por el estrecho de Malaca en Singapur, para entrar al Océano índico.

Aborda también el reciente atentado en Karachi, Pakistán, que presenta nuevas formas de un terrorismo siempre alentado por la CIA. Y de sus injerencias políticas en toda la zona para bloquear el irremediable avance económico de las potencias asiáticas.

Y finaliza con que de esa lucha por los recursos naturales surgirán los que controlarán y administrarán el nuevo mundo que viene y que la palabra clave es GAS

Eduardo Bonugli (Madrid, 08/05/22)

ASIA CENTRAL «CENTRO NEURALGICO DEL PROYECTO DE LA NUEVA RUTA DE LA SEDA
RUTA DE LA SEDA MODERNA Y LA IMPORTANCIA DEL ASIA CENTRAL AMPLIADA

Entrevistado por Gabriel Wainstein y Dani Symcha para el programa Hilando Fino de la Radio de la Universidad Nacional Arturo Jauretche hablamos de los cambios geopoliticos mundiales y sus consecuencias actuales como ejemplo la Guerra en Europa del Este

Entrevistamos al Lic. Carlos Pereyra Mele, politólogo, especialista en geopolítica, director de la plataforma virtual Dossier Geopolítico.
El especialista recorrió la evolución de la geopolítica mundial desde los inicios del siglo XXI, para comprender los antecedentes del actual conflicto bélico que involucra a Rusia, Ucrania y los países de la OTAN.

AUDIO:

“Hay dos modelos en confrontación”, detalló, “esto arrancó a principios del siglo XXI, ya que entre 1991 y 2004, la hegemonía norteamericana fue absoluta.”

Pereyra Mele recordó que los Estados Unidos utilizaron una metodología diseñada por el Pentágono para derribar gobiernos que no le eran afines. “Aplicaron reglas que están perfectamente determinadas, porque existen libros y manuales que las detallan y que se aplicaron en las denominadas «Revoluciones de Colores» mediante las cuales derribaron todos los gobiernos pos-soviéticos en los lugares en los que surgieron nuevas repúblicas y en las denominadas «Primaveras Árabes»”.

“La crisis financiera del 2008 fue un llamado de atención al cual no se le prestó atención y de ella salieron beneficiados los países que integran los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

También se refirió al conflicto bélico en Siria: Occidente reconoció su apoyo a los llamados “rebeldes moderados”, que luego dieron origen a ISIS y recibió un gigantesco golpe ya que las fuerzas aéreas rusas, el pueblo sirio y tropas especiales de comandos iraníes redujeron el territorio gobernado por los fundamentalistas del 85% al 5% del país.

Un último escalón se dio con la huida de los EE.UU. y la OTAN de Afganistán.

Este panorama se enfrenta con el tándem euroasiático. Asia se consolida como un poder económico y tecnológico que compite con los occidentales. Rusia aumentó fuertemente la relación con China y este país lidera el mayor tratado de libre comercio del mundo, el RECEP, que une a 17 países asiáticos y representa el 30% del comercio mundial.

Pereyra Mele considera que los países europeos permanecen bajo la dominación norteamericana por varios factores: la dependencia económica, a partir del Plan Marshall; la dominación militar a través la OTAN; y la cultural, de una manera similar a la que se aplicó en Latinoamérica. “Todas las élites occidentales fueron formateadas de acuerdo al régimen norteamericano”, explicó.

El especialista también analizó cómo afecta el conflicto ucraniano al desarrollo de la Nueva Ruta de la Seda que propone China y consideró que el fin del conflicto bélico se dé a través de un desguace de Ucrania. Considera que va a haber una Ucrania rusofilia y otra occidental y puede que pierdan regiones en manos de Polonia, Hungría, Bielorrusia y Moldavia, destacó

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, nos recomienda desde su columna semanal de geopolítica, del Club de La Pluma, leer en Dossier geopolitico  el artículo “Razones y Detalles de la Guerra de Ucrania”https://dossiergeopolitico.com/2022/03/17/las-razones-y-detalles-de-la-guerra-de-ucrania/                    del jefe de inteligencia suiza, Coronel Jacques Baud, sobre la verdadera efectividad de la operación militar rusa. También  nos recuerda que entre el 70 y el 80% de los jóvenes ucranianos no han acudido a la convocatoria a filas del gobierno de Kiev, por lo que el 40% de su ejército está conformado por mercenarios, muchos de ellos extranjeros, lo que confirma que con la súper censura y con la súper imposición en las redes sociales, Occidente continúa tergiversando la realidad de un mundo que está rápidamente cambiando, También nos informa que los datos de los “Panamá Paper” revelan que Ucrania tiene proporcionalmente la mayor cantidad de políticos y oligarcas corruptos del mundo con dinero negro en paraísos fiscales, incluido su presidente Zelenski.

Y entrando en geopolítica analiza las reflexiones del canciller ruso, Serguéi Lavrov sobre que el conflicto de Ucrania demuestra una inflexión histórica. También reafirma Carlos los análisis en su tanque de ideas -sostenidos durante años-, sobre que la lucha entre los Continentalistas (euroasiáticos) contra los Atlantistas (Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa) se desarrolla a una velocidad mayor de la esperada y con el retroceso evidente de estos últimos, siendo Ucrania el reflejo de la impotencia de un “Oxidente Oxidado” y con sus medios tratando de disimularlo.

Y reseña y desgrana ese retroceso del bloque anglosajón, desde la crisis económica del 2008, luego con el fracaso de las Revoluciones Árabes de Hillary Clinton y Macron, con sus ”rebeldes moderados” que se transformaron en terroristas, con la derrota en Siria, también con el fracaso en Irak y con la huida precipitada de Afganistán, todo muy bien disimulado por la prensa, sin olvidar la vergüenza  occidental por el Covid 19, otra derrota global si se compara con los países asiáticos que tuvieron muchos menos muertos, que supieron controlar la enfermedad con mayor rapidez y que recuperaron rápidamente su aparato económico y  productivo.

Y nos dice Pereyra Mele que todos estos fracasos deberían haber llamado a la reflexión a Occidente, pero no aprendió y que continuó con su metodología de mantener su poder a base de conflictos y de tensiones bélicas contra el bloque euroasiático, acompañando su estrategia en el desproporcionado manejo de los medios de comunicación, hasta caer en la máxima hipocresía de librar un supuesto “combate contra la desinformación” a través de la censura de las agencias rusas y de otras incómodas a su relato, y hasta aplicando coacciones a los propios ciudadanos europeos, como el caso de las amenazas de muerte a uno de los mejores analistas geopolíticos españoles, Pedro Baños, por opinar de forma diferente sobre lo que está ocurriendo en Ucrania.

También nuestro director desmitifica el concepto de COMUNIDAD INTERNACIONAL con datos tan reales que aplastan esa fantasía occidental y desmonta la teoría de las sanciones a Rusia que solo han sido acatadas por un mínimo porcentaje de países, algunos a regañadientes y otros de forma parcial y conveniente a sus intereses. Mientras que la mayoría de las naciones consolidan sus relaciones comerciales y de intercambio con China y con el resto de potencias del sudeste asiático. Empezado a utilizar monedas propias en demérito del sistema financiero basado en el dólar

Y concluye nuestro director con que LOS CAMBIOS HAN LLEGADO y que se reflejan en el reducido mapa del atlantismo. Lo que significa un cambio histórico apenas escondido tras la cortina de humo de los medios occidentales, que son como un bonsái pretendiendo tapar la evolución inevitable del gigantesco bosque global.

Eduardo Bonugli (Madrid, 20/03/22)

La Comunidad Internacional segun EEUU y los demas Continenetes o Paises que NO participan de las «sanciones» a Rusia (?)
«Las Guerras OLVIDADAS por OXIDENTE»

Entrevista en HispanTv que me realizaron sobre la guerra «ocultada» con los nuevos bloqueos de combustibles, alimentos y medicinas por Arabia Saudita contra el Yemen que causó mas de 377 mil muertos (hasta Nov/2021 según la ONU) Y su terrible crisis Humanitaria que asesina un niño menor de 5 años cada 9 minutos. Y es apoyada por Europa y EEUU, esos mismos que hoy se desgarran las vestiduras por el ataque Ruso en Ucrania…hipocresía infinita

El pueblo yemení está en las calles de Saná, la capital, y otras ciudades, para protestar contra el brutal bloqueo saudí, respaldado por EE.UU., impuesto al país y, por ende, al pueblo. Bajo el título: “La detención de los barcos de combustible es una decisión de EE.UU., nuestra elección son el Huracán de protestas de Yemen”.

Estas protestas tienen lugar en medio de la peor crisis de combustible que sufre ese país desde el comienzo de la invasión saudí, en 2015, ya que la coalición invasora, por órdenes de EE.UU., sigue incautando buques petroleros yemeníes que, de paso, cuentan con el permiso de entrada de la ONU, es decir, los buques yemeníes para atracar en puertos yemeníes, necesitan que la ONU les dé permiso, y que a la coalición saudí le de la gana de permitir el paso.

Lo que se ve en Saná y en otras ciudades es terrible: Además de la destrucción del país, de su infraestructura, la crisis humanitaria causada a su pueblo, ahora la presión se acentúa por la escasez de gasolina.

Las largas colas de vehículos en las estaciones de servicio de la capital y otras ciudades, llegan a los 4 kms de largo, algo realmente impresionante. Las consecuencias de esto hacen mucho más crítica la situación del país más pobre del mundo árabe, que llegó a estos niveles gracias a esta invasión saudí promovida por EE.UU., que ya cumple 7 años; el sistema de salud está al borde del colapso, se ha tenido que interrumpir el trabajo en muchos sectores productivos y de servicios, además de que ya se están produciendo cortes de energía eléctrica todos los días, en el día y en la noche.

Los yemeníes responsabilizan a EE.UU. por apoyar la iniciativa saudí de impedir el arribo y descarga de combustible desde los barcos petroleros yemeníes que arriban al puerto yemení de Al-Hudaida e insisten en que en la resistencia está la supervivencia; las operaciones del ejército yemení con el valioso respaldo de Ansarolá, contra territorios emiratíes y saudíes, especialmente contra las instalaciones de la petrolera Aramco, serán la única forma de acabar con este bloqueo criminal.

La importancia del crimen organizado como actor geopolítico, su impacto en las relaciones internacionales y sus diferencias según continentes.

El crimen organizado tiene un papel importante como actor geopolítico, ya que disputa con los Estados el poder político, económico, territorial y social. De esta forma, la delincuencia organizada influye en los Estados y sus sociedades, así como las relaciones entre sí y con otros Estados, teniendo como base objetivos tanto económicos, políticos como geopolíticos.

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, define el crimen organizado como aquel cometido por: “Un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material”.

En resumen, el crimen organizado es aquel cometido por un grupo de personas (deben ser tres o más) con carácter de permanencia y con el objetivo de cometer delitos para conseguir un lucro económico o material.

Según Miguel Ángel Barrios, experto en geopolítica, no se puede estudiar ni analizar el crimen organizado sin estudiar y analizar al mismo tiempo la territorialidad, ya que sería estudiarlo en el vacío y sin tener en cuenta las sinergias e influencias mutuas y concretas entre ambos fenómenos.

Además, el hecho de que el crimen organizado sea casi por definición transnacional y que tenga diferentes vertientes y consecuencias en función del territorio en el que se lleva a cabo, hace patente la correlación casi indisoluble entre el crimen organizado y las relaciones internacionales. Por ello, también existen lo que se conocen como Estados criminales, cómplices necesarios del crimen organizado.

El crimen organizado en la política macroeconómica

La implementación de políticas y relaciones internacionales que permitan disociar el crimen organizado y el espacio territorial permitirán abordar el problema desde un enfoque geopolítico, porque, además de un problema criminológico y de seguridad, se trata de un problema de lucha de poder en muchos casos, con muchas repercusiones y sinergias políticas y geográficas.

Miguel Ángel Barrios afirma que la globalización del crimen organizado ha sido causada por la desregulación de la economía, el comercio internacional y las relaciones económicas a nivel mundial. A todo esto hay que añadirle la digitalización masiva y la existencia de la Dark Web.

El crimen organizado influye de manera importante en el sistema económico internacional y, por tanto, en las relaciones de poder entre Estados, ya que mueve grandes cantidades de dinero y lleva a cabo muchas actividades de blanqueo de capitales difíciles de detectar por la internacionalidad del fenómeno delictivo.

En ocasiones, incluso, las organizaciones criminales actúan como entidades legítimas en el mercado mundial y pueden llegar a ser vistas por algunos países como parte del sistema.
Según la ONU, los ingresos de las organizaciones criminales transnacionales a nivel mundial suman alrededor de un billón de dólares, cifra equivalente al PIB de todos los países de bajos ingresos, teniendo una población de tres mil millones de personas.

La influencia que tiene el crimen organizado sobre la política macroeconómica de los países es tácita, y la mayoría de servicios de inteligencia no tienen un papel claro y definido de actuación frente al crimen organizado, teniendo en cuenta la importante influencia de éste en las relaciones internacionales y la geopolítica.

Diferencias del crimen organizado, según continentes

El crimen organizado tiene un papel importante como actor geopolítico, ya que disputa con los Estados el poder y el control territorial y social. Además, en términos criminológicos, compite con los países y las leyes por el monopolio de la violencia. Esto hace que el crimen organizado pueda ser usado como una clave geopolítica estratégica en el enfrentamiento por el poder entre Estados.

De esta forma, el establecimiento de alianzas entre países, ya sea de manera ilegal y pactando con el crimen organizado para adquirir más poder, o para combatir esta amenaza, establece dos polos bien diferenciados sobre el fenómeno. A su vez, hay países de todo tipo que promueven o se benefician de las redes criminales y terroristas a nivel internacional para llevar a cabo sus estrategias geopolíticas contra otros Estados que consideran enemigos.

Como afirma el criminólogo Daniel Sansó-Rubert, la criminalidad organizada es capaz de tergiversar los mapas oficiales, imponiendo una nueva realidad geopolítica, que conlleva un reparto geográfico de áreas de dominio e influencia y el establecimiento de fronteras invisibles pero muy reales.

Cada organización tiene su propia demarcación territorial, de carácter infra y supranacional, al margen de los límites oficial y legalmente establecidos. Este orden territorial desafía las soberanías locales, estatales e internacionales.

Continuamente se pueden ver cambios geopolíticos marcados por la criminalidad organizada, puesto que su modelo de expansión se fundamenta en el control territorial de diferentes puntos calientes o hot spots donde tienen lugar las actividades delictivas de cada organización criminal.

En definitiva, el crimen organizado rompe el contrato social y el lugar del Estado puede ser ocupado por una organización criminal y su influencia, que se legitima aportando bienes y aumentando el poder político, económico y social del país a nivel estratégico, según afirma el analista Gabriel De Paula.

Europa

La libertad de circulación en Europa favorece las actividades del crimen organizado, pues las fronteras son muy permeables y hay mucha facilidad de movimiento. Esta movilidad transnacional aumenta la impunidad, al dificultar las tareas de investigación para la policía y los servicios de inteligencia y al moverse rápidamente de una jurisdicción a la otra, impidiendo así llevar a cabo investigaciones eficaces.

Incluso aunque la Policía de cada país (con o sin la colaboración de otros países), consiga identificar y detener a los grupos u organizaciones criminales, posteriormente debe darse una cooperación en el ámbito judicial, en muchas ocasiones con países de fuera de Europa. De lo contrario, se dificulta llegar a la cúspide de la organización criminal y afectar directamente a sus fuentes de financiación, reorganización y restablecimiento.

Según Europol, las organizaciones criminales en Europa desarrollan actividades criminales en ámbitos concretos de los negocios (fraudes informáticos, blanqueo de capitales, etc.), no siendo tan frecuente como en otros lugares el tráfico ilegal de bienes, por ejemplo.

Además, destaca la trata de personas y la inmigración ilegal como principales actividades de los grupos criminales en este territorio, existiendo también grupos y organizaciones criminales relacionadas con el terrorismo o la radicalización violenta.

Rob Wainwright, director de Europol, afirma que: “El crimen organizado es un negocio multimillonario en Europa y que está creciendo gracias a la expansión de Internet y las tecnologías móviles, la proliferación de rutas de tráfico clandestino, así como las oportunidades que ofrece la crisis económica global. Todas ellas han contribuido al desarrollo de una mayor amenaza”.

Europa, finalmente, es en muchos casos “receptora” de los productos del crimen organizado de otros lugares (por ejemplo, de las drogas). Además, este territorio y, especialmente España por su situación geopolítica, es un lugar de intercambio y de tránsito, que podría decirse que “conecta” y abre las puertas hacia el resto de continentes, principalmente América y África.

América

Es el continente donde se registra una tasa más alta de muertes relacionadas con el crimen organizado, según la ONU. Por consiguiente, el crimen organizado en América es muy visible para la ciudadanía y especialmente violento.

Aunque en EEUU también se dan gran parte de los fenómenos delictivos que tienen lugar en el resto del continente, se producen a menor escala y tienen menor repercusión que en Centroamérica y Sudamérica. El crimen organizado hace de Latinoamérica un territorio especialmente peligroso en este sentido, ya que los grupos criminales están asentados y consiguen operar con cierta facilidad y resiliencia.

Las muertes que causa el crimen organizado, la gran mayoría en esta zona, superan las producidas en conflictos armados y guerras. Y los únicos cuatro países a nivel mundial con una tasa de homicidios de más de 40 personas por 100.000 habitantes se encuentran en América: El Salvador, Venezuela, Jamaica y Honduras.

En cuanto a las tipologías, destacan especialmente los grupos violentos y las bandas urbanas, el narcotráfico y el tráfico de armas. A todo esto se le suma la elevada tasa de impunidad que tiene el crimen organizado en América, según las estadísticas de la ONU e, incluso, cierta connivencia por parte de instituciones públicas locales o regionales en donde predomina la corrupción.

Asia

Asia es el continente con menor tasa de homicidios según la ONU y más seguro en este sentido en relación con el crimen organizado. Esto se debe a que los grupos organizados de este territorio suelen llevar a cabo sus acciones criminales en otros países, conformando una extensa red que suele operar fuera del continente asiático.

Entre los delitos más destacados del crimen organizado asiático están: la ciberdelincuencia, las apuestas ilegales, la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas, el tráfico de personas y el blanqueo de capitales.

África

Es el segundo continente con mayor tasa de criminalidad organizada y muertes asociadas a la misma después de América. Nigeria y la República Democrática del Congo son los países que registran una mayor tasa de criminalidad, según un informe publicado por Interpol.

En África destacan especialmente los delitos relacionados con la corrupción y en la gran mayoría de los países africanos hay organizaciones criminales estrechamente ligadas a los gobiernos, dando lugar a una extraña relación simbiótica, en la que las primeras obtienen poder e impunidad y los segundos poder y recursos económicos, retroalimentándose entre sí.

Por otro lado, también destacan los delitos de tráfico de personas y de armas, no siendo tan frecuente el delito de tráfico de drogas, aunque también está muy extendido especialmente en países fronterizos con Europa como son Marruecos, Argelia, Libia o Túnez. Otra problemática del continente con relación al crimen organizado es el tráfico de animales exóticos y la pesca irregular.

Australia y Oceanía

Si bien el crimen organizado en Oceanía no es muy significativo, en los últimos tiempos está cobrando mayor importancia, pues muchas bandas criminales de América y Asia se están asentando allí.

Algunos cárteles de la droga mexicanos han comenzado a establecer laboratorios para la fabricación de drogas sintéticas en Australia, que se está consolidando, al igual que Europa, como un lugar de destino estratégico para el crimen organizado.Todo esto está dando lugar a unas restricciones y controles cada vez mayores para evitar y prevenir el crimen organizado en este continente.

Entre las tipologías delictivas más significativas en Oceanía se encuentran: el lavado de dinero, el terrorismo, los incendios intencionados, la evasión de impuestos y los delitos de cuello blanco. Además, diversos grupos de cibercriminales se están especializando dentro del continente en infracciones cibernéticas, como ciberdelitos contra la propiedad intelectual en Internet y la ciberguerra.

Miguel A. Barrios entrevistado por Judit Robles Desde siempre me ha apasionado conocer el por qué de la delincuencia y cómo prevenirla, y por eso estudié Criminología. Además, he ampliado esta formación estudiando Psicología. Me motiva especialmente hacer del mundo un lugar mejor, buscando dar respuestas y aportar todo lo posible a la sociedad.

PUBLICADO EN: https://www.lisanews.org/seguridad/la-geopolitica-del-crimen-organizado/

El director de Dossier Geopolítico, *Carlos Pereyra Mele*, ante los hechos de actualidad mundial, hace una pausa en sus vacaciones y nos trae al Club de La Pluma una columna exprés y reducida de geopolítica, alertando que el bombardeo mediático sobre Ucrania forma parte de una gigantesca operación de guerra híbrida, que sirve también para ocultar el imparable avance de las fuerzas euroasiáticas y el ocultamiento de importantes acontecimientos que están siendo relegados por los medios masivos de información, al tratarse de logros significativos de este bloque en ascenso mundial.

Sobre Ucrania nos confirma sus reiterados análisis que vienen desde el año pasado, sobre que la crisis es parte de una serie de operaciones psicológicas para transmitir a la población global, un supuesto intento de invasión rusa a ese país, anunciado para fin del año pasado, luego en enero y ahora en febrero. Y nos confirma que “Rusia no quiere comprarse un problema” y mucho menos un estado fallido administrado por mafias, quebrado y en guerra civil, cuyo gobierno es disputado por cooperativas de oligarcas. Mientras  desgrana las razones por las que “la OTAN no es una Fuerza Monolítica”, que los más importantes países europeos están en contra, y que los ucranianos son apenas jugadores para ser sacrificados en la mesa de negociación de las grandes potencias.

AUDIO:

Y que detrás de esta gigantesca cortina de humo, se esconden realidades como el fracasado golpe de Estado en Kazajstán, con evidente apoyo de Occidente y que despareció de la noche a la mañana de las portadas la prensa. También del aumento sustancial del  precio del petróleo ante los duros reveses de Arabia Saudita en su sangrienta invasión al Yemen, lo que demuestra que Occidente  no puede proteger eficazmente  a sus aliados y socios de la región.

También que China “está midiendo a Taiwán con la misma vara de Ucrania” y  observando cómo reaccionan los occidentales con el tema, para tomar nota en vistas a un proceso que podría ser muy similar con Taiwán. Además nos informa que, a pesar del silencio mediático, avanzan las negociaciones entre Irán y las potencias por el acuerdo sobre energía nuclear, hasta el punto de existir ya un borrador que abre la posibilidad de que en febrero pudiera ser firmado, lo que significaría el fin de las actuales sanciones a Irán.

Nuestro director resalta otras noticias oscurecidas por el conflicto de Ucrania, que se está utilizando como “el árbol que tapa el bosque”. Tal es el caso de las flotas rusas que han partido del Mar Báltico, siendo la primera vez que salen en gran número y hacia el Pacífico de la base de Vladivostok, mientras que también el viernes se iniciaron las maniobra militares navales entre China, Rusia e Irán en el Océano Índico. Lo que es  una clara demostración de que “nada ya es igual a lo que era”. Y que hoy en día, Estados Unidos no puede controlar los océanos en su totalidad y al sentirse amenazado, se aboca a estas acciones, como la de Ucrania, que explican su desesperación actual.

Finalmente, Carlos nos avanza que el Producto Bruto Interior de China creció en el 2021 -cerca del 10%- a pesar del virus Omicrón y mucho más de lo que preveían los analistas económicos occidentales, lo que  demuestra que su potencialidad económica, tecnológica e industrial prosigue avanzando raudamente.

De esta manera, termina este informe exprés del director de Dossier Geopolítico, que resalta la cantidad de información malintencionada y carente de fundamentos lógicos, que la prensa monopólica transmite minuto a minuto, echando un cono de sombra a los grandes acontecimientos importantes de verdad, que si están ocurriendo más allá de lo que se nos quieren mostrar.

Todo para ocultar la fluidez y la cantidad de acciones y actos que van cambiando el mundo hacia una nueva multipolaridad y que son desconocidos por la mayoría de la población del mundo, fundamentalmente por la occidental,

Los hutíes quitan a Abu Dhabi su aura de seguridad Los ataques con drones Abu Dhabi exponen las vulnerabilidades de Emiratos Árabes Unidos, y de su reputación como refugio para el turismo y el comercio.
CHINA OBSERVA EL JUEGO POR UCRANIA ENTRE LOS PODERES ATLANTISTA Y CONTINENTALISTAS SACANDO CONCLUCIONES SOBRE EL CONFLICTO QUE TIENE EN TAIWAN
LA INTERVENCION DE LA OTSC EN KAZAJISTAN EN 24HS DESMANTELO EL GOLPE HIBRIDO (Y DE ESTADO) ALENTADO POR OCCIDENTE.
NEGOCIACIONES POR EL ACUERDO 5+1+IRAN AVANZAN CON UN EEUU QUE PARTICIPA A TRAVES DE LAS POTENCIAS OCCIDENTALES REUTERS

Trabajo Final, Diplomatura en Estudios Estratégicos Chinos Universidad de la Defensa UNDEF Argentina: análisis desde la visión clásica de los geopoliticos atlantistas occidentales y los continentalistas euroasiáticos  Por Carlos Alberto PEREYRA MELE 

Seleccione la consigna N8 La “Ruta de la Seda Marítima o Collar de Perlas” de la apuesta diplomática clave de Política Exterior China y su ambicioso giro hacia el Oeste incluyendo los fundamentos o críticas de la afirmación, su contexto histórico, económico, político y cultural y una reflexión personal. 

El llamado Collar de Perlas es la proyección geopolitica china, que nos permite establecer los gigantescos cambios de los paradigmas que controlan el “sistema mundo” y los “geopoliticos” que se avecinan, desde la conquista del Mundo por los Europeos (S XV-XVI) y muy especialmente desde que Juan Sebastián Elcano realizó la circunnavegación del mundo y lo dejo cerrado dándole a las potencias europeas la superioridad sobre otros continentes al poder colonizarlos, dominarlos y explotarlos, que con la primera y segunda revolución industrial, le permitio establecer su superioridad sobre los conquistados y globalizados según sus cánones políticos, culturales y económicos. Como hemos podido ver en el curso de está Diplomatura; hasta la mitad del S XIX los mercados y el PBI económico mundial seguía estando en Asia (China e India). Solamente recordar por ejemplo: la Ruta del famoso “Galeón de Manila”, La ruta española de México a Filipinas y el comercio con China nos recuerda la importancia que tenia ese mercado para los europeos, pues gran parte de esos productos luego viajaban a toda Europa vía Cadiz y Sevilla. Y que era disputado por todas las potencias navales del viejo continente.

Esto también nos debe poner la centralidad del presente análisis, lo que fue y es el control marítimo y su dominio, para construir poder, y recordar cómo se fue trasladando ese poder de estados-naciones europeos de países, como España y Portugal a Francia e Inglaterra fundamentalmente (especialmente Inglaterra “reina” de los mares desde 1805 -Batalla de Trafalgar- hasta primeras décadas del S XX) y desde 1898 como EEUU surgirá como la “nueva” potencia naval derrotando a España y capturando Cuba, Puerto Rico (en el Caribe), “su” mar mediterraneo, y la Isla de Guam y las Filipinas, en el Pacifico, lo que llevó al gran intelectual argentino de la generación de 1900:  Manuel Baldomero Ugarte (Buenos Aires, 1875 – Niza, 1951) a alertarnos con gran visión a hispanoamérica, sobre el nacimiento de la República Imperial Norteamericana con alcance global y sus consecuencia para los pueblos americanos al sur del río Bravo.

Desde la antigüedad se sabe de la importancia, para las navegaciones rudimentarias que utilizaban los recursos naturales como: corrientes marinas y los vientos, del control de los pasos marítimos y de los sistemas de islas para la logística y abastecimientos de flotas, un caso paradigmático es Gibraltar -que desde 1704 le permite a Inglaterra administrar, regular y controlar el paso del Mar Mediterraneo al Océano Atlántico hasta la fecha o el control del Canal de Suez por parte de Inglaterra que controló durante décadas -el paso del Mar Rojo al Mar Mediterraneo que lo transformó en un lago inglés al mismo o el control del Canal de Panamá que le dio a EEUU (1914) la llave del paso del Atlantico al Pacifico y viceversa, y que con Cuba y Puerto rico lo transformó en un lago norteamericano al Mar Caribe. Pero ese control de pasos marítimos no perdió importancia con el advenimiento de la navegación por el vapor y nuevas fuentes energéticas sino que se incrementó.

Mientras ello ocurría, en el llamado mundo “occidental”, en China se impondría un auto-aislacionismo en el Imperio del Centro a la navegación y expediciones de grandes flotas por diversos motivos, después de los grandes viajes del navegante Zheng He que les permitio llegar al sur del Pacifico, el Océano Índico, al Cuerno de África y el actual Yemen y las costas africanas hasta la altura del canal de Madagascar. Pero China decidió abandonar el tridente de Neptuno y tendría una consecuencia nefasta para su futuro cercano, que llegaría con el llamado “siglo de la Humillación” (1850/1949), invadida con las dos guerras del Opio por Inglaterra y las potencias europeas, y por EEUU y por Japón. Hasta el triunfo de la revolución comunista y la instauración de la República Popular China. Que modificara esa tendencia declinante, de pobreza, de hambrunas, atraso y dependencia del extranjero invasor.

Esto nos lleva a extraer una primera aproximación al tema elegido, que los alcance de la Nueva Ruta de la Seda y del Collar de las Perlas, es justamente una idea geopolitica que saca a China del encierro geográfico que se le impuso y que tienen en cuenta las teoría de los clásicos anglosajones de la Geopolitica como:

A1: Halford John Mackinder -15 de febrero de 1861 – 6 de marzo de 1947- y sus seguidores estadounidenses como Nicholas John Spykman -13 de octubre de 1893 – 26 de junio de 1943- y Almirante Alfred Thayer Mahan, -27 de septiembre de 1840, West Point, Nueva York-1 de diciembre de 1914- Todos estos teóricos del poder naval y el control de las rutas comerciales -Talasocracias o atlantistas-, que se enfrenta a las teorías de los llamados continentalistas. 

A2: como el aleman Karl Ernst Haushofer -Múnich, 27 de agosto de 1869 – Pähl, 13 de marzo de 1946- y de pensadores geopoliticos rusos como Alexander Duguin.

¿Por qué decimos esto?: Vivíamos en un mundo dominado por Estados Unidos pero que de cierto modo estaba organizado por tratados internacionales. Sin embargo, eso se está viniendo abajo. Controlar territorios es un concepto importante para los Estados más poderosos. Eso les brinda poder económico y apoyo militar.

A1: La Teoría de  Mackinder de 1904 que marcó profundamente la geopolítica durante décadas del siglo pasado y que ahora está nuevamente de vuelta. En aquella época, los océanos eran dominados por la marina británica, lo cual era crucial para que una isla como Gran Bretaña sostuviera su gran imperio. Sin embargo, Mackinder pensó que esta situación se encontraba amenazada y fue ahí donde comenzó a profundizar sobre lo que él llamaba el «Heartland» (Corazón de la Tierra) de Eurasia. Mackinder pensó que un área tan extensa y rica, que a la vez podía ser recorrida con un sistema ferroviario, era una zona clave para los países con ansias de poder. «Quien domina el este de Europa, domina Heartland, quien domina Heartland, reina en la ‘Isla del Mundo’, quien domina la ‘Isla del Mundo’, gobierna el mundo entero«, según la teoría de Mackinder. Pero no incluye a China en sus análisis centrales, que vivía el periodo de la humillación (Pero China sus estrategas y geopoliticos si estudiaron está teoría, evidentemente). El continuador estadounidense Spykman de esa teoría no piensa que el heartland, «ese pivote geográfico del mundo», esa centralidad según un enfoque económico-geográfico, se encuentre localizado en Europa central / Rusia sino en una zona periférica, sobre el litoral o sobre una cuenca. Según él, el centro del mundo está compuesto de tierras litorales, las coastlands de Mackinder a las que llama «borde de tierras» o «anillo de tierras» o «borde de cuencas», el rimland.​ Este territorio periférico estaría atrapado entre el corazón europeo (Alemania, Rusia), y los mares tutelados por los ingleses. Pero después de la 2da Guerra Mundial es evidente que se establece la geoestrategia de EEUU en el control y cerco al mundo euroasiático controlado por la ex URSS, al cual en 1949 se incorpora China en ese bloque que debía ser aislado, dividido y contenido. Qué en la práctica geoestratégica, es lo que vemos con el desplazamiento hoy del eje de contención, de Medio Oriente y Europa al Pacifico-Indico desde las administraciones de Obama para aquí? 

A2 Contrario sensu, el continentalismo encabezado por Haushofer teorizaba que su país Alemania, humillado tras la gran guerra, podía formar una gran alianza con Rusia, Persia y Japón y así cortar los tentáculos del poder naval británico. Y luego con la Guerra Fría, por ello Estados Unidos estableció una serie de bases alrededor de los bloques dominados por los soviéticos, desde Alemania hasta Italia, Turquía, Corea del Sur y Japón. Pero en 1991 ese esquema se disolvió con la implosión soviética y con el acuerdo Chino estadounidense de Mao y Nixon. En 1997, el pensador ruso Dugin expresó sus ideas en un libro llamado The Foundations of Geopolitics,  «En geopolítica, hay dos polos absolutos de poder. Está el poder naval, que pertenece a Occidente, y el poder terrestre, que es Rusia. Hay una pelea por controlar Heartland. Como decía Mackinder, quien controla el este de Europa, controla Heartland. Y quien controla Heartland, domina el mundo», dijo en una conferencia en Shanghái. Pero nuevamente esa posición no incorporaba totalmente a China como algo central en este despliegue del nuevo orden mundial multipolar de tres cabezas China, EEUU y Rusia. Y que además lo estamos comprobando, que se manifiesta con el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y el Collar de Perlas que se centra, cada día mas con una alianza mas profunda euroasiática, entre China y Rusia como eje. Y que se expresa en una  gran variedad de proyectos de cooperación, de infraestructura marítima y desarrollo de la cadena de valor centrados en la integración del mercado, y el desarrollo de la cadena de valor  comercial, que otorgaron al gigante asiático el estatus de “potencia global”. Pero también en Acuerdos sobre Seguridad y Defensa

REFLEXIÓN FINAL: Ahora bien: El territorio euroasiático ha sido testigo del crecimiento de un nuevo poder, un nuevo emergente para disputar el control de la región pero de alcance global. Si Mackinder viviera hoy; quizás estaría mas preocupado de las extensas redes ferroviarias, caminos, puentes, túneles, aeropuertos, puertos, gasoductos, oleoductos, etc., que China está construyendo a lo largo de todo el continente. Y su versión naval el Collar de Perlas y que por ejemplo tiene una importancia central El CECP (China Pakistán)  que incluye la modernización de carreteras, ferrocarriles, gasoductos y otros grandes proyectos de infraestructura desde la costa paquistaní del Mar Arábigo hasta la frontera noreste del país, que limita con China.Con el Puerto de Gwadar hacia la región del Golfo Pérsico y Medio Oriente y una posición ventajosa para tener mayor influencia en África, así como en el sur y centro de Asia, evitando el estrecho de Malaca. Otra realidad será con seguridad el nuevo rol de un Yemen estabilizado que será parte fundamental de nexo entre Asia, África y Europa en está red de puertos. Como lo son los acuerdos geoestratégicos de una alianza en gestación Chino-Rusa, que se contrapone a la revisión de la Postura Global del Pentágono, que se anunció el lunes, que señala una postura global y la intención de desarrollar una «capacidad de respuesta global» que abarque no solo el Indo-Pacífico y Europa, sino que también incluya «requisitos de postura duradera» en el Medio Oriente, en África y en América Latina. Por eso, países del «sur global» como el nuestro, nos guste o no, van a quedar en el medio de un escenario global de disputas y confrontaciones entre el «mundo euroasiático» que avanza y los EEUU, en un mundo que se ha achicado dramáticamente y que hoy parece un «vecindario populoso». Un problema de magnitud como el que se nos presenta, que además desconocemos está nueva realidad: como la reciente Asociación Económica Regional Integral o RCEP, o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras – BAII o la cada vez mas poderosa Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), para no dejarnos alinear tipo manu militari o tratando de responder a todas las presiones simultáneamente. todas son acciones de naturaleza Geoestratégica, y no se pueden pensar y resolver sin tener presente este escenario global en que nos encontramos. Pero también los tiempos difíciles son también tiempos de oportunidades.

Por ello consideramos que 5 siglos de dominio absoluto occidental y en especial anglosajón han llegado a su fin”…y se abre un abanico de nuevas oportunidades como también de desafíos de gran calado a los pueblos del Sur y a nuestro subcontinente suramericano por encima de idiologismo que nos atosigan y nos confunden.

Lic. Carlos Alberto Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Córdoba, Argentina, Diciembre de 2021 

Fuentes: Diccionario latinoamericano de seguridad y geopolítica. Coautor Editorial Biblos 2009 – Artículos propios y periodísticos Extranjeros

Los estrechos desde la Antiguedad hasta la actualidad siguen siendo el Control de la navegacion

CURSO PESA 2021 AQUI PROGRAMA DE LA DIPLOMATURA SOBRE ESTUDIOS ESTRATEGICOS DE CHINA UNDEF ARGENTINA

Por: Amir Taheri

Desesperadamente tratando de mantener un mínimo de relevancia en el embrollo sirio, las Naciones Unidas han sacado a un viejo fantasma de su letargo para reclamar algunos titulares. El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, ha sacado al llamado “Comité de la Constitución” de su hibernación de dos años para “empezar a redactar la reforma constitucional”.

Fíjense en las palabras “empezar”, “redactar” y “reforma constitucional”. Esto significa que, tras dos años de deliberaciones reales o imaginarias, el comité no ha pasado del punto de partida. Incluso entonces, lo que está previsto no es la redacción real de una nueva constitución, sino la “redacción” de “reformas” no especificadas de una constitución inexistente. Si esto suena a gesticulación diplomática, no se sorprenda porque es exactamente eso.

Reducir el papel que las Naciones Unidas podrían desempeñar para ayudar a sacar a Siria del actual estancamiento mortal a una mera gesticulación es, como mínimo, lamentable.

Siria no es hoy un problema constitucional.

La tragedia que se ha cobrado casi medio millón de vidas y ha convertido a casi la mitad de la población en refugiados o desplazados no fue causada por una constitución defectuosa y no concluirá con una constitución soñada por Pedersen y sus asociados.

Lo cierto es que Siria ha dejado de tener existencia efectiva como Estado-nación. Sin embargo, al mismo tiempo, no puede considerarse como un clásico “territorio sin gobierno” porque diferentes partes del mismo están bajo cierta medida de gobierno por parte de potencias extranjeras y sus sustitutos y aliados locales.

Esto convierte a Siria en un problema geopolítico complejo que no puede resolverse con tácticas legales absurdas.

En la actualidad, el territorio sirio está bajo el control de cinco actores diferentes.

Un segmento está dirigido por Rusia, en parte a través de empresas de seguridad privadas, con los restos del régimen del presidente Bashar al-Assad como fachada local. Otro segmento está controlado por Turquía y sus aliados locales de la Hermandad Musulmana. Estados Unidos y algunos aliados de la OTAN controlan un tercer segmento con el apoyo de la etnia kurda local. La República Islámica de Irán y sus “legiones extranjeras” afganas, pakistaníes, iraquíes, sirias y libanesas controlan una cuarta parte. El último trozo está en manos de los restos del ISIS y de antiguos enemigos convertidos en aliados entre los grupos anti-Assad.

Los cinco segmentos se han convertido en laboratorios de diferentes experimentos de organización política, a veces diametralmente opuestos. En el sector controlado por Rusia todavía se encuentra un eco del típico despotismo árabe basado en la seguridad militar que fue respaldado por la ya desaparecida Unión Soviética durante la Guerra Fría.

Mientras pueda mantener su presencia militar, especialmente las bases en el Mediterráneo, Rusia no está interesada en la ingeniería política en Siria. El presidente Vladimir Putin también está decidido a no permitir que Siria se convierta en una base para exportar el terror a partes de la Federación Rusa donde los musulmanes son mayoría.

Putin está convencido de que, con la posible excepción de Turquía, todos los demás actores en Siria están obligados a abandonar o ser expulsados del juego tarde o temprano. Ayudado por los frecuentes ataques aéreos israelíes sobre posiciones iraníes, ya está allanando el camino con pieles de plátano para Irán, que ha empezado a reducir su huella en varios lugares.

Puede que Putin se equivoque al pensar que Estados Unidos también se está preparando para abandonar Siria. Tal movimiento habría sido más probable bajo Donald Trump o si el presidente Joe Biden no se hubiera picado con su fiasco en Kabul.

Putin considera a su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan como su único socio digno para decidir el futuro de Siria. Turquía tiene un interés de seguridad nacional en crear una zona de amortiguación a lo largo de su frontera y evitar la aparición de un enclave kurdo autónomo en Siria.

Mientras Pedersen y su grupo han estado hibernando, Putin y Erdogan han discutido una nueva constitución para Siria en varias ocasiones, la más reciente en una cumbre en Sochi. Putin quiere una constitución laica para Siria que no mencione una religión estatal.

Sin embargo, Erdogan insiste en que, si se menciona una religión estatal, debe especificar la versión hanafí del Islam suní. Sin embargo, eso significaría enemistarse con las minorías nusairi (alauita), ismaelita, ithna-ashari y drusa de Siria, por no hablar de las comunidades cristianas.

Los dos líderes tampoco están de acuerdo en la cuestión de la mención de una lengua oficial del Estado en una futura constitución. Al erigirse en protector de la minoría turca de Siria, menos del uno por ciento de la población, Erdogan quiere que el turco sea reconocido como una de las lenguas oficiales junto con el árabe, pero se opone con vehemencia a que se conceda el mismo estatus al kurdo, lengua de alrededor del cuatro por ciento de los sirios.

Por su parte, la República Islámica de Irán ha ofrecido sus propias reflexiones sobre una supuesta constitución siria. El ayatolá Mohsen Araki, encargado de propagar la marca iraní del chiísmo en Siria, propone la creación de una nueva identidad “fatimyoun” que englobe la marca iraní del chiísmo junto con las confesiones alauita, ismailí y drusa. Sin embargo, el proyecto se enfrenta a un obstáculo: las autoridades chiíes tradicionales de Qom y Nayaf siguen considerando herejes a las sectas sirias.

Estados Unidos, por su parte, no parece tener una visión a largo plazo de lo que está haciendo en Siria. El deseo malhumorado del presidente Trump de retirarse de Siria supuso un gran golpe para los kurdos locales y otros aliados de Estados Unidos.

Sin embargo, Trump dio rápidamente marcha atrás, y ha sido seguido en eso por Biden, al menos por el momento. No obstante, lo que sigue faltando es una estrategia estadounidense clara para reactivar Siria como Estado-nación, el único resultado que puede contribuir a la paz regional y ayudar a los intereses a largo plazo de Estados Unidos y sus aliados. Sin el liderazgo estadounidense, las potencias europeas no podrán desempeñar el papel crucial que podrían y deberían reclamar para ayudar a poner fin a la tragedia siria.

Al ignorar el aspecto geopolítico del problema sirio y al limitar la participación del pueblo sirio en la configuración del futuro de su país a unos pocos peones de Assad y a un puñado de figuras autodenominadas de la oposición, la ONU puede estar cometiendo un doble error.

Si se reconoce a Siria como lo que es, es decir, un territorio sin gobierno, el papel de la ONU tendría que ayudar a devolver la soberanía al pueblo sirio, que debería tener la última palabra sobre cómo quiere ser gobernado y por quién. Y eso no puede hacerse con gesticulaciones diplomáticas en la suite de un hotel en Suiza.

FUENTE ISRAEL NOTICIAS

https://israelnoticias.com/siria/siria-una-tragedia-geopolitica/

Danny Perez Diaz entrevista al Profesor Sergio Rodriguez Gelfenstein y al director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

22 mil civiles muertos, y quizás podrían ser más del doble… Esa sería la cifra de las víctimas inocentes que ha dejado la llamada “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos tras el 11-S, según investigaciones de un grupo de monitoreo de daños civiles producidos por acciones militares, llamado Airwars.

Pero no sólo esto representa para muchos algo condenable, sino el hecho de que los propios responsables del daño no hagan un rastreo y cálculo de sus propias acciones, ni mucho menos publiquen datos fidedignos al respecto.

En pocas palabras si no fuera por el trabajo de comunidades locales, sociedad civil y agencias internacionales y humanitarias, números como éstos no saldrían a la luz. Incluso quizás se sigan elevando esas cifras o quizás nunca se dé con el número real de vidas inocentes pérdidas durante 2 décadas de invasión y guerra.

La propia Amnistía Internacional ha condenado la falta de rendición de cuentas de Washington y el hecho de que el Pentágono nunca ha intentado calcular el total de muertes civiles que ha dejado su campaña militar en el lapso de los últimos 20 años.

Lo cierto es que como señalan informes como el de Airwars, poco o nada ha reconocido Washington sus errores, incluso menos lo hacen cuando lanzan sus ofensivas hacia un objetivo que no es el enemigo.

Y aun así, cuando el jefe del Comando Central de EE.UU., general Kenneth McKenzie, reconoció el error de un ataque aéreo estadounidense el 29 de agosto de 2021 contra lo que se suponía era un «núcleo terrorista de Daesh» en Kabul, pero que se terminó saldando con la muerte de 10 civiles inocentes, entre ellos siete niños, deja abierta la pregunta:

Un país con la capacidad tecnológica de EE.UU. y sus potenciales sistemas de radares y detección. ¿Cómo podría justificar cometer errores de este nivel, al confundir a civiles inocentes con elementos terroristas?

En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos e interpretamos junto a nuestros expertos en la materia las revelaciones de este informe de Airwars y quienes han pagado con su vida, el costo de guerras interminables que aún se siguen desarrollando desde el terreno o los aires de países en Asia Ocidental. Acompáñenos.

Por Danny Pérez Díaz

IG: @Dannyperezdiaztv

FUENTE DE LA INVESTIGACION: https://airwars.org/news-and-investigations/tens-of-thousands-of-civilians-likely-killed-by-us-in-forever-wars/