¡¡ ARGENTINA EN SU HORA MÁS OSCURA !!

Es el título de la columna para el Club de la Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en referencia al vergonzoso alineamiento internacional del país con EEUU, Inglaterra y la OTAN, de la mano del ejecutivo de Milei y de los referentes locales permeables a Norteamérica, lo que consolida el despliegue en Argentina de todos los instrumentos de la guerra híbrida que los anglosajones libran por todo el mundo, transformando a nuestro país en la triste figura de un vasallo feudal propio del siglo XII, reinstalando un neocolonialismo imperial norteamericano y reduciendo a nuestro gobierno a un mero gerente administrador de los intereses de Washington.

A lo largo del audio, analiza la visita de la Jefa del Comando Sur de EEUU, general Laura Richarson y de lo que ordenó, decidió y se apropió de nuestra soberanía nacional, demostrando la total y obsecuente subordinación del gobierno nacional a la estrategia imperial de hacerse con el Atlántico Sur, las Malvinas y del paso bioceánico, además de cederle el manejo de los recursos naturales y de permitir controlar y censurar cualquier posible relación con “potencias malignas”. Una visita que siguió a la del director de la CIA, William J. Burns, quién en otra demostración de poder y oscurantismo, “anudó acuerdos” de inteligencia y seguridad con el Ministerio del Interior.

AUDIO DE LA COLUMNA DE GEOPOLITICA

Además, Pereyra Mele abordó otras cuestiones muy comprometedoras para la independencia del país, cómo:

  • La confirmación de la renuncia argentina a ser parte de los Brics con un claro posicionamiento internacional en contra de los vientos del cambio hacia la multipolaridad global.
  • La pretensión de Milei de que Argentina participe en los conflictos de Ucrania e Israel, siempre a favor de los anglosajones y bajo la doctrina de “las guerras preventivas”.
  • La nueva ocurrencia del gobierno libertario de ser parte de la OTAN cuando no dispone de fondos para ello, ni tropas, ni equipamiento militar.
  • Proyectos de instalación de bases militares y navales conjuntos con EEUU y con el personal extranjero en régimen de total impunidad diplomática.
  • Compra de aviones F-16 norteamericanos permitiendo el control de Washington sobre nuestra defensa aérea.
  • La intención de Milei es que Argentina renuncie a su tradicional postura de no intervención en los asuntos externos de terceros países, ni de participar de los conflictos, ni de enfrentamientos entre potencias.
  • Estas y otras concesiones de soberanía sin ninguna contrapartida, sin promesas de inversiones económicas o productivas, sin acceso al crédito externo, ni de reprogramar la deuda, ni impulsar exportaciones, ni nuevos mercados.
  • ¡¡ ES ENTREGAR TODA NUESTRA SOBERANÍA A CAMBIO DE NADA !!

 Y concluye con que estamos viviendo horas difíciles, graves y  oscuras por apenas 100 días de un gobierno que puede arrastrar a la Argentina a su destrucción y con consecuencias que pagarán las actuales y futuras generaciones. Y que si el pueblo no toma conciencia de ello y no actúa, seremos basura de la historia.

Eduardo Bonugli (Madrid, 14/04/24)

Por Enrique Lacolla de su sitio web Perspectivas

El gobierno pronuncia su inflexión pro-norteamericana. La carestía prosigue, el frente político-sindical se arremolina pero no se mueve mucho y la opinión pública sigue dando muestras de paciencia.

Despótico e intransigente con los débiles y servil con los fuertes, Javier Milei tiene una faceta tiránica en su personaje. Esperemos que no se trate más que de una vocación por revestir el  “physique du role” y no de una arraigada pulsión autoritaria. Por estos días tuvo otra ocasión de insinuar ese carácter de dictador en germen, al menos en la faceta servil.

Luego de no asistir a la conmemoración del 2 de abril en Ushuaia para participar en cambio de un acto frente al cenotafio que guarda el nombre de los caídos, en la Plaza San Martín, se precipitó a la provincia austral para presentar sus respetos a la jefa del Southcom, la generala Laura Richardson, que había descendido al lugar no sabemos exactamente para qué, pues no ha habido una reseña completa del sentido de sus actividades en su nuevo viaje a nuestro país. Sí se publicó que en reuniones a cuatro bandas entre la generala, el ministro de defensa argentino, la canciller Diana Mondino y el embajador norteamericano, quedó confirmada la firma de una carta de intención para la compra por Argentina de 24 cazas F-16, de fabricación estadunidense, más otro dedicado a la instrucción de los mecánicos que los sirven,que hasta ayer fueron parte de la dotación de la fuerza aérea de Dinamarca. Estos aviones, que tienen cerca de dos décadas de servicio, vienen a suplantar los JF 17 chino-paquistaníes también de cuarta generación, pero nuevos, cuya adquisición estaba a medias comprometida por el gobierno anterior.

El viaje de Richardson a Tierra del Fuego, sin embargo, saltó a la prensa cuando el gobernador de esa provincia, Gustavo Melella, expresó su rechazo a la visita y se solidarizó con los veteranos de Malvinas que habían manifestado su repudio por la presencia de un alto jefe militar de un aliado de Gran Bretaña. Pues Estados Unidos ejerció una influencia hostil y decisiva en el desenlace del conflicto librado en el Atlántico Sur en 1982.

Cuando Milei tuvo noticia del gesto del gobernador se precipitó a Tierra del Fuego en una actitud que no puede ser interpretada de otra manera que como un pedido de excusas. De paso encontró otra ocasión para disfrazarse de militar y exhibir su vocación “occidental y cristiana” reafirmando la pertenencia de Argentina a la línea orientada por Estados Unidos e Israel.

La frecuente mención al estado judío precisamente en el momento en que este se encuentra realizando prácticas inequívocamente genocidas en el territorio de Gaza no inmuta a nuestro presidente, acostumbrado a trastocar los elementos de la realidad de acuerdo a lo que son sus conveniencias o al grado de candor del público que lo escucha.

Los motivos de la visita de la generala Richardson a nuestro país, más allá de los circunloquios y silencios de las autoridades, son, con todo, transparentes.

Ella misma se ha ocupado en más de una oportunidad de puntualizar el valor que el entero subcontinente que reviste para su país con sus enormes reservas minerales, energéticas, ictícolas, hidrográficas y boscosas, y con el Cono Sur como llave de la comunicación bioceánica y puerta de acceso a la Antártida. En consonancia con el viaje de la generala el gobierno Milei hizo saber que las obras de la cuarta usina nuclear argentina que cuenta con apoyo chino (Atucha 3) quedaban paralizadas por falta de presupuesto (“no hay plata”), y que se activaba en cambio la construcción de una base norteamericana integrada a la base argentina ya existente en Tierra del Fuego, mientras se disponía la programación de una visita de inspección a la estación china de observación del espacio profundo sita en Neuquén. Esta instalación es similar a otra de la Unión Europea aposentada en Malargüe, que no ha recibido sin embargo la misma atención.

Los F-16

No quisiera opinar sobre asuntos que escapan a mi competencia, pero habría que cuidarse de emitir juicios demasiado apresurados e influidos por el pragmatismo político en torno al asunto de la reconstitución de la caza supersónica para la Fuerza Aérea Argentina. Aunque es evidente que la compra de los F-16 concuerda con la orientación pro-norteamericana del gobierno Milei, también es verdad que era una hipótesis que rondaba incluso durante las gestiones de Agustín Rossi y Jorge Taiana al frente del ministerio de Defensa. Según la revista Zona Militar (zona-militar.com), la Fuerza Aérea habría jugado un doble juego con el tema hasta conseguir que la oferta norteamericana incluyese una propuesta superadora referida a los sistemas de armas que portarán los cazas. En cualquier caso, la llegada a la Casa Rosada de un candidato tan claramente sesgado a favor de la alineación con los angloamericanos inviabilizaba la opción china. Había que llenar ese grave hueco en nuestro sistema de defensa y eso, mal que bien, parece haberse logrado, después de largos años de postergaciones, con la compra de los Fighting Falcon.

Ahora bien, el tema no se agota ahí.

El nudo de la cuestión está vinculado a cuál será, en definitiva, la opción estratégica de la Argentina: si elegirá alinearse definitivamente con el bando anglosajón, o si procurará valerse con cierto grado de autonomía en un mundo multipolar. No se puede cambiar cada cuatro años de lado y suponer que los aviones también pueden cambiar de marca. Cualquier elección en materia de defensa involucra tecnología, logística, actualizaciones e infraestructura, toda una parafernalia que gravitará pesadamente en la determinación de la política exterior de cualquier país. Lo cual demuestra, por si todavía hiciera falta, que no se puede vivir indefinidamente divididos por una grieta.

La crisis crece

El gran rival de Estados Unidos, China, y el bloque de las economías emergentes que encaran su desarrollo a partir de criterios contrapuestos a los del capitalismo financiero, están haciendo retroceder a la economía norteamericana.

Hasta aquí el imperialismo estadounidense no ceja en su propósito de imponer su hegemonía sobre el conjunto del globo. En consecuencia, en los años recientes ha enfatizado su ofensiva contra el binomio de naciones que más amenazan su supremacía, China y Rusia, ayudado por las reminiscencias de la guerra fría y por el temor que estas ejercen sobre la población europea. Basándose en estos miedos y explotando la que parece ser la irremediable mediocridad de su dirigencia, Estados Unidos aprovechó el conflicto en Ucrania –que fue buscado, inventado y fomentado por el gobierno de Barack Obama- no sólo para alinear a la Unión Europea en contra de Rusia sino para forzarla a deteriorar su economía. Al incremento en el gasto militar se sumaron las sanciones contra Moscú, que a la postre, lejos de dañar, sirvieron para potenciar la economía rusa al consolidar la relación con China y al activar la producción interna, mientras que Europa sufría el brutal encarecimiento energético que supuso el reemplazo del gas ruso por la necesidad de importar gas licuado desde Estados Unidos o desde fuentes controladas por este. La voladura del gasoducto Nord Stream presuntamente consumada por los servicios de inteligencia norteamericanos con la colaboración de Noruega, terminó por redondear la ecuación al no ser resistida ni denunciada por los aliados de la Unión, que más bien se confirmaron en su resolución de enfrentar a Rusia atribuyéndole intenciones expansivas que, si existen, no son otra cosa que una réplica a la política de cerco que la OTAN puso en práctica no bien caída la Unión Soviética.

Es un hecho que a partir de la decisión del Kremlin de frenar el hostigamiento occidental con la ocupación parcial de Ucrania, la situación global se ha tornado más crítica. Parece evidente que se está entrando a un período de conflictividad creciente, que se exterioriza en este momento en diversas áreas, cada una de ellas calificada por características peculiares que motivan asimismo respuestas diferenciadas en el seno del sistema imperial. Grosso modo se pueden distinguir tres áreas de conflicto crítico: Ucrania, medio oriente y el estrecho de Taiwán. No son por cierto los únicos lugares del globo afectados por la guerra, pero son críticos porque son los únicos donde un agravamiento de la situación puede arrastrar a un choque a las potencias mayores.

De los tres, Medio Oriente quizá sea el que califica mejor para ser un escenario susceptible de incendiarse: hay una presencia física en el terreno de tropas de Estados Unidos; y su más estrecho aliado, Israel, está poseído por un furor expansivo que sólo puede explicarse porque la derecha israelí, que controla el gobierno, percibe que la oportunidad de fundar el Gran Israel con que siempre ha soñado está en tren de desvanecerse a medida que cambian las cartas del juego e Irán se convierte en parte de una constelación de estados –Rusia, Turquía, Arabia Saudita, China- destinada a eclipsar su gravitación como agente provocador del binomio angloamericano y a constituirse más bien en una molestia por el hecho de perseguir sus propios objetivos. Desde luego, habrá que ver cómo impactaría en estas coordenadas un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales previstas para noviembre.

Más allá de la locura que puede permear a la política israelí en tanto punta de lanza de la estrategia occidental en la región, hay un elemento en ella que debería ser recuperado por nuestros gobernantes, en especial por nuestro presidente, que tan proclive se manifiesta a convertirse al judaísmo y que tan propenso es a identificar a la democracia israelí como el non plus ultra de la libertad. El estado hebreo es furiosamente nacionalista, nace de una experiencia socialista y cuida su independencia, incluso contra sus aliados, con una intransigencia moderada por el tino político, rasgos que deberían ser absorbidos por los estamentos de los que se nutre el corpus administrativo de este país.

La facción de este actualmente en el poder entre nosotros, por el contrario, está formada por los herederos más desenfadados del cipayaje, que tienen introyectado un desprecio hacia nuestras clases populares que viene de lejos, de un esnobismo anticriollo y antiespañol que ya se percibía en Sarmiento, sólo que ahora desprovisto de los sueños de grandeza que tenía el sanjuanino y también de su aliento y de su talento literario.

Los riesgos que corren la estabilidad social y la integridad territorial de nuestro país son enormes en este momento. Aunque todavía la opinión pública parecería no caer del todo en la cuenta, la realidad es que la batalla entre las fuerzas contrapuestas en el mundo ya ha comenzado y nosotros –a nuestra escala y por supuesto desde nuestro lugar en el globo- no podremos escapar a ella. 

El dia 14 de marzo el politólogo, sociólogo e historiador argentino Prof. Dr Miguel Ángel Barrios dictará un Seminario de Postgrado sobre «Los desafíos estratégicos de América Latina en la nueva multipolaridad» en la Escuela Superior de Guerra de Brasil -Rio de Janeiro- destinado a la alta oficialidad de las FF.AA del Brasil y de cursantes de otros países y  para diplomáticos invitados.

La ESG creada por Ley 785/49 es un Instituto de Altos Estudios,integrante de la estructura del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA del Ministerio de Defensa de Brasil y su misión y función está destinada a desenvolver y consolidar los conocimientos necesarios para el ejercicio de funciones de dirección para el planeamiento de la defensa de la seguridad y defensa de la soberanía del país.

La ESG como centro universitario de investigación y de estudios, promueve el planeamiento, la coordinación y el desenvolvimiento de cursos que fueron instituidos por el Ministerio de Defensa. La ESG desempeña funciones de formulación y ejecución de política del país y junto al Instituto Rio Branco de la Cancillería -Itamaraty- son los dos más importantes centros de estudios del Brasil. Sus trabajos son de naturaleza politica académica, siendo un foro abierto al debate en el país.

Entre sus misiones, tiene la facultad de invitar a reconocidos especialistas internacionales:

El Prof.Dr Miguel Ángel Barrios, es un reconocido especialista geopolitico argentino, autor de alrededor de veinte obras de Historia, Política y Geopolitica Latinoamericana y brindó seminarios y conferencias invitado en Universidades y Academias de América Latina, Europa, Asia y África.

Sus últimas obras «Por qué Patria Grande» y «Poliedro y Amistad Social», fueron prologados por el recientemente fallecido Embajador Samuel Pinheiro Guimaraes -uno de los más grandes diplomáticos contemporáneos de Brasil y por el Papa Francisco.

El  2023 la Cancillería Argentina lanzó la Colección Sudamericana compuesta por 13 libros de estadistas y pensadores, y entre ellos se reeditó su libro «Perón y el peronismo en el sistema mundo del siglo XXI».

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico Marzo 2024 Argentina

PD.: destacó que el Prof. Dr. Miguel Barrios es miembro fundador del Tanque de Ideas Dossier Geopolitico.

Mientras que la Conferencia de Seguridad de Múnich perdió su rumbo trazando fronteras hacia el este, el arbitraje de Brasil en la reunión de cancilleres del G20 llevó a fructíferos compromisos

Por Eduardo J. Vior
analista internacional
, miembro de Dossier Geopolitico

Este jueves por la tarde finalizó en la Marina da Glória, en Rio de Janeiro, la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los 20 Países más Desarrollados del Mundo (G20) con notables coincidencias de principio sobre la necesidad de la reforma de la gobernanza mundial y de que junto al Estado de Israel conviva un Estado Palestino independiente como condición indispensable para alcanzar la paz en Oriente Medio. Obviamente, no hubo acuerdo sobre el modo de alcanzar la paz en Ucrania. Especialmente llama la atención de los observadores cuán eficaz fue el arbitraje  de una gran potencia emergente como Brasil en el momento de buscar compromisos y acuerdos en cuestiones fundamentales entre los bloques que confrontan por el orden mundial. Sobre todo, salta a la vista la enorme diferencia entre la reunión ministerial en la metrópolis carioca y la Conferencia de Seguridad de Múnich realizada el fin de semana pasado, que se diluyó en el fútil trazado y retrazado de fronteras más y más inflexibles hacia Rusia y China. 

Na última reunião de chanceleres do G20, ministros pedem reformulação de  instituições internacionais
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, habló enla apertura de la Conferencia de Cancilleres del G20 el miércoles 21 por la mañana

Los máximos diplomáticos de las naciones del G20 culminaron este 22 de febrero el segundo y último día de la reunión realizada en Brasil de cara a la cumbre de los gobernantes del grupo que se realizará el próximo noviembre. Este jueves han estado en el centro del encuentro las intervenciones sobre la guerra en Gaza. El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, remarcó en la ocasión que la seguridad de Israel depende de la existencia de un Estado Palestino, algo que, aseguró, tiene consenso en el G20. En el cierre del encuentro los cancilleres también concordaron en la necesidad de reformar la gobernanza mundial incluyendo posibles cambios en las Naciones Unidas. 

El encuentro de cancilleres de dos días tuvo el miércoles su primera reunión de trabajo con el tema “tensiones geopolíticas actuales”. En sesión las 45 delegaciones participantes se manifestaron sobre los principales conflictos actuales, en particular sobre Palestina y Ucrania. Durante los dos días de trabajo varios de los países miembro manifestaron su preocupación por una posible escalada regional del conflicto en Gaza, pidieron la liberación inmediata» de los rehenes israelíes, así como demandaron la ampliación de la ayuda humanitaria a la población gazatí y el cese de las hostilidades. Además, varios países reiteraron su condena a la guerra en Ucrania, tal como viene ocurriendo desde 2022 tras el inicio del conflicto. 

En la apertura del G20, Brasil colocó en la agenda el asunto, al arremeter contra la “inaceptable» inacción de los organismos multilaterales ante los conflictos de Gaza y Ucrania. El canciller brasileño, Mauro Vieira, expuso la posición de su país. En su discurso advirtió sobre las numerosas tensiones existentes en el mundo. “Brasil ocupa un lugar en el mundo, avisó, que le permite discutir estas mismas tensiones internacionales en cualquier foro internacional. Nuestras posiciones sobre los casos en discusión en el G20, en particular la situación en Ucrania y Palestina, son bien conocidas y han sido presentadas en los foros apropiados, como el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU. Sin embargo, continuó, las instituciones multilaterales están mal equipadas para hacer frente a los conflictos actuales, como demuestra la inaceptable parálisis del Consejo de Seguridad en relación con los conflictos en curso. Este estado de inacción implica directamente la pérdida de vidas inocentes. Brasil no acepta un mundo en el que las diferencias se resuelvan mediante el uso de la fuerza militar”, definió.

La reunión ministerial finalizó sin comunicado conjunto por las diferencias entre ambos bloques. Además de los ministros de Asuntos Exteriores y representantes de los 19 países que componen el G20, más la Unión Africana y la Unión Europea, también estuvieron presentes autoridades de los países invitados por la Presidencia brasileña y representantes de las doce organizaciones internacionales invitadas. Las reuniones se realizaron a puertas cerradas, pero los ministros de Asuntos Exteriores de cada país tuvieron la libertad de conceder entrevistas de prensa durante el programa. A lo largo del evento se celebraron reuniones bilaterales o multilaterales entre países, tanto para consensuar asuntos relevantes para el G20 como para firmar acuerdos en diferentes sectores. 

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, se reunió el miércoles por la mañana en Brasilia con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, antes de partir hacia la capital carioca. “Fue una reunión excelente: Estados Unidos y Brasil están haciendo cosas importantes juntos. Estamos trabajando bilateral, regional y globalmente. Es una sociedad importante y estamos agradecidos por la amistad”, declaró el secretario de Estado, al salir de la reunión. La cita duró casi dos horas y se realizó con la presencia de la embajadora norteamericana en Brasilia, Elizabeth Bagley, y del asesor internacional de la Presidencia brasileña, Celso Amorim. Ambos coincidieron también en la necesidad de crear un Estado Palestino, aunque el norteamericano consideró que en Gaza no se está registrando un genocidio. 

La crisis diplomática entre Brasil e Israel, tras la afirmación del presidente brasileño ante la asamblea de la Unión Africana (UA) en Addis Abeba el fin de semana pasado de que en la Franja de Gaza se está produciendo un genocidio comparable con el Holocausto contra los judíos en la Segunda Guerra Mundial, no influyó en la reunión con el estadounidense. Por el contrario, Lula le señaló a Blinken “todo el aprecio” que tiene por el presidente Joe Biden, “por su postura en defensa de la democracia y por las medidas que adoptó a favor de los trabajadores”. El encuentro resultó un éxito diplomático para ambas partes. En Washington valoran la solidaridad del jefe de Estado brasileño con el demócrata en vista de las elecciones presidenciales y Lula impuso a Blinken la aceptación de su juego dual: Brasil puede pertenecer a BRICS10, no condenar a Rusia por la invasión a Ucrania y condenar a Israel sin dañar sus excelentes relaciones con Washington.

Por su parte y confirmando el reconocimiento de las grandes potencias al juego pendular de Lula, después de la finalización de la reunión ministerial el jueves por la tarde el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, viajó a Brasilia donde se reunió con el presidente Lula y le transmitió el caluroso saludo de Vladímir Putín. 

La diferencia de enfoques entre la entente sino-rusa y el bloque occidental dificulta el intento brasileño de avanzar hacia la reforma del Consejo de Seguridad con el objetivo permanente de su cancillería de obtener allí un asiento permanente, pero no lo borra de la agenda. Por el contrario, Beijing y Moscú apoyan la idea, pero no quieren que la discusión sobre la gobernanza mundial se vea perturbada por polémicas oportunistas sobre asuntos de coyuntura, como la que pretendió iniciar el secretario del Foreign Office David Cameron, al acusar a Rusia por la invasión a Ucrania. Tampoco Washington objetaría un eventual ingreso de Brasil al Consejo de Seguridad, pero, a cambio, quiere un asiento para Alemania y otro para India. Al primero lo resiste Rusia; al segundo, en tanto, China.

Aparentemente, Blinken y Lavrov no se reunieron durante la conferencia del G20. Preguntado por los periodistas, Antony Blinken, afirmó este jueves que no habló “directamente” con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aunque quizás miembros de las dos delegaciones tuvieron algún intercambio. Blinken añadió, sin embargo, que escuchó a su homólogo ruso durante la sesión inaugural del miércoles. “Yo lo escuché hablar en la reunión e imagino que él me escuchó cuando yo hablé, igual que muchos otros”, dijo el secretario de Estado.

Ya la coincidencia de ambos en torno a la misma mesa y en un país latinoamericano marca un hito: desde que comenzó el gobierno de Joe Biden en 2021 Estados Unidos ha hecho enormes esfuerzos por acordonar el continente y radiar del mismo a sus competidores rusos y chinos. Sin embargo, ahora ha debido soportar que el canciller ruso visitara sucesivamente Cuba, Venezuela y participara a la par en Brasil en la reunión ministerial del G20.

A pesar de las diferencias, el cónclave de cancilleres alcanzó bajo la firme dirección brasileña acuerdos de principio en algunos temas centrales susceptibles de ser desarrollados en otros foros y obligó a las partes a exponer argumentativamente sus diferencias, el primer paso para su tratamiento civilizado. Por el contrario, en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, por su nombre en inglés) celebrada el fin de semana pasado, la política de cancelación de las potencias occidentales acalló todo pensamiento disonante.

Münchner Sicherheitskonferenz – Wikipedia
La Conferencia de Seguridad de Múnich se celebró del 16 al 18 de febrero en el Hotel Bayerischer Hof de la capital bávara

Cerca de 900 participantes de la política, la diplomacia, los servicios de inteligencia, militares, industrias armamentistas, tecnológicas y grandes consorcios de la información se reunieron del viernes 16 al domingo 18 de febrero en el hotel Bayerischer Hof de la capital bávara, para tratar las amenazas militares, informáticas y climáticas a la seguridad del bloque occidental. Tanto el informe previo como los debates durante el encuentro estuvieron impregnados, por un lado, de la sensación de una amenaza difusa y omnipresente contra el orden establecido desde el final de la Guerra Fría. Por el otro lado, ya el propio informe introductorio señaló que la competencia entre los aliados está superando a su cooperación. “Todos intentan reducir sus pérdidas a costas del vecino”, dice el informe, “y caen en un juego de perder-perder” (lose-lose, en el original en inglés), o sea que todos terminan perdiendo.

La “tendencia expansiva” atribuida a Rusia, el terrorismo internacional (en referencia a la Resistencia Palestina), las migraciones internacionales, los ciberataques y el uso delictivo de la Inteligencia Artificial: los organizadores y participantes en la Conferencia fueron casi unánimes en su percepción del entorno internacional como amenazante. 

En medio de tanto llamado de atención por peligros reales o presuntos no se escucharon propuestas positivas. Todo fue la denuncia de peligros y la búsqueda de instrumentos y medios para defender a Occidente de los riesgos inminentes. Especialmente los delegados norteamericanos pusieron un fuerte acento en la defensa de los valores democráticos, liberales, ecologistas, feministas y de defensa de todo tipo de minorías frente a las “autocracias”, como caracterizaron a Rusia, China e Irán. La política de la cancelación del adversario fue elevada a la máxima categoría de las relaciones internacionales.

Que el mundo es ancho y diverso no es una novedad. Que en una época de cambios rápidos como la actual las contradicciones se exacerban tampoco debiera ser una curiosidad. Si frente a los riesgos que entrañan las transformaciones actuales se pone el acento en las diferencias y no en las coincidencias, los problemas no hacen más que aumentar y las diferencias de intereses se convierten en antagonismos. Insistir por este camino, como viene haciendo Occidente, y erigir fronteras cada vez más intraspasables entre bloques y sistemas, sólo asegura la destrucción mutua y, con ella, la de la especie humana. La transición hacia un mundo multipolar requiere mucha paciencia y una gran capacidad de escucha, para hallar intereses comunes en medio de posiciones y visiones contrapuestas.

El diálogo necesario para acercar las trincheras entre los bloques difícilmente se dé directamente. Hay muchos prejuicios, mayormente ideológicos, que impiden comprender las posiciones del otro y buscar el entendimiento. Por ello son buenos los cambios de escenario: si en lugar de sentar a dos toros frente a frente, se los mete en un corral lleno de diestros provistos de buenos lazos, es más posible que los retengan hasta que empiecen a conversar en vez de bufar. Cambiando el escenario, como hizo la diplomacia brasileña, se puede cambiar el partido.

Invitado por el destacado periodista Alfredo Guruceta a su programa «Con Sentido Común» que se transmite por Canal «C» de Córdoba por el sistema de Cablevisión y por FLOW a todo la República Argentina  y la República Oriental del Uruguay

En el mismo desarrollamos la titánica tarea de tratar de en los apretados tiempos televisivos transmitir la real situación mundial que se contraponen con el relato de los grandes medios masivos de comunicación oxidentales (usamos la «x» porque se han oxidado en sus ideas y con sus relatos mentirosos de la realidad internacional)

  • Frente Europa del Este la catástrofe militar Ucraniana con la caída de la supuesta fortaleza inexpugnable de Avdiivka, con una huida  y desmoronamiento del frente y que encontro a Zelenski en la Conferencia de Seguridad de Munich donde lo que realmente sobrevolaba la misma era el miedo
  • frente del Medio Oriente que ya no solo es la matanza indiscriminada  por parte del militarizado estado de Israel de una población indefensa encerrada en un gheto la palestina de Gaza sino todo los sub frente que se abren con el frente sur de Yemen cerrando el paso marítimo al Mar Rojo y causándole un grave deterioro económico a  Israel y a Europa junto con el frente norte donde Hezbollah tiene a raya al ejército de Israel  

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico 


VIDEO DE LA ENTREVISTA REALIZADA EL LUNES 19/2/2024

Por Alexéi Drobinin*

Un defecto importante del sistema económico mundial creado después del colapaso de la Unión Soviética y de la mancomunidad socialista es una extrema desigualdad en el desarrollo de países y regiones. Una de las principales causas de esto radica en el deseo y la capacidad del «Occidente colectivo» de redistribuir los recursos del resto del mundo en su propio beneficio. Se usan herramientas políticas, económicas y militares para realizarlo.

En la etapa actual, el líder de la «minoría occidental» es EEUU, cuya política combina el proteccionismo con la imposición de la libertad de movimiento transfronterizo de capitales, bienes y servicios occidentales a las economías en desarrollo. Para competidores los estadounidenses siempre tienen sanciones a imponer, provocaciones y guerras proxy. Cuando la administración de Barack Obama estuvo en el poder, el ‘palo’ de sanciones se convirtió en una herramienta favorita de la política exterior estadounidense. Joe Biden incluso desató una «guerra caliente» contra Rusia con las manos de los ucranianos.

La sensación de impunidad es propia para los británicos, para quienes las prácticas coloniales antiguas son casi un motivo de orgullo nacional. Los europeos continentales, incluida Francia, aplican tecnologías sofisticadas de intervención en los asuntos de sus antiguas colonias, como vemos en el ejemplo de África Occidental y Central, lo que provoca un creciente rechazo.

Es decir, los anglosajones y otros representantes de Occidente continúan ocupando de lo que siempre hacían: saquean a otras naciones, aunque hoy en día lo hacen bajo la cobertura de consignas de libertad, democracia y progreso. Así es el neocolonialismo actual.

Las consecuencias concretas de esta política son desequilibrios peligrosos en la economía mundial y en la distribución global de la labor y los ingresos. Intentan resolver los problemas resultantes de las prácticas neocoloniales mediante la manipulación de los mercados energéticos, alimentarios, financieros y otros. A continuación, citaremos algunos ejemplos de diferentes áreas.

Salud pública. Durante la pandemia de COVID-19, la distribución de vacunas a través del mecanismo COVAX dejó a los países rezagados económicamente con una grave escasez de vacunas. Además, bajo presión de Estados Unidos y la Unión Europea, la OMS retrasó artificialmente la certificación de la vacuna rusa Sputnik.

Seguridad alimentaria. Según la ONU, en el marco de la famosa Iniciativa del Mar Negro para la exportación de granos desde Ucrania en 2022-2023, de casi 33 millones de toneladas de cargas se enviaron un 3% a los países africanos más necesitados (Yibuti, Somalia, Libia, Etiopía). Además, se les casi privó a los africanos de acceso a los fertilizantes rusos.

Un buen ejemplo de la desigualdad en la distribución de ingresos es el mercado mundial del café. Durante la segunda Cumbre Rusia-África en 2023, el Presidente de Uganda, Yoweri Museveni, señaló que en el mercado mundial del café con el volumen de 460 mil millones de dólares los ingresos de África son menos de 2,5 mil millones de dólares, a pesar de que es el mayor productor de café. Alemania, que compra materias primas en todo el mundo, obtiene 6,8 mil millones de dólares al año por su procesamiento y venta.

En el ámbito financiero y económico, las prácticas neocoloniales se manifiestan en la forma de ‘congelación’ de activos estatales y privados en países occidentales por motivos geopolíticos. El siguiente paso, al parecer, será la confiscación de fondos y su transferencia a terceros por decisión de los nuevos colonizadores.

Los organismos controlados por Estados Unidos, como el FMI, no dudan en violar sus propios estatutos con el fin de no otorgarle dólares a Rusia y Bielorrusia a cambio de derechos especiales de giro.

En este contexto, parece surrealista la destinación de recursos casi ilimitados, que superan los límites nacionales, al régimen de Kiev, que evidentemente nunca los devolverá. Los países ‘ricos’ del Occidente evaden el cumplimiento de compromisos (por ejemplo, proporcionar a los países necesitados 100 mil millones de dólares al año para resolver las tareas de adaptación al cambio climático), pero encuentran fácilmente sumas mucho más grandes para financiar el régimen de Vladímir Zelenski.

Cometer crímenes contra pueblos enteros es la tradición histórica de las élites político-militares del Euroatlántico. De acuerdo con las más modestas estimaciones, a partir del siglo XIX, solo EEUU intentó influenciar en los procesos en política interior de no menos de 150 países. De los 193 miembros actuales de la ONU, solo los 22 nunca se sometieron a ataques armados de Gran Bretaña.

El elemento inalienable del neocolonialismo son las normas de comportamiento propagadas por el “Occidente colectivo”. La estimulación de las orientaciones sexuales desviadas, el rechazo de la naturaleza humana y otras “travesuras” se aplican para arruinar los tradicionales valores espirituales y morales.

Al imponer las ideas destructivas, Occidente manifiesta una tenacidad e ingenio dignos de una mejor aplicación. Por ejemplo, en noviembre de 2023, la UE y el grupo de los Estados de África, del Caribe y del Pacífico firmaron el acuerdo de asociación (en gran medida, es un documento comercial) en que se incluyeron las exigencias de que los socios de la Unión Europea, siguiendo a su ejemplo, legalizaran abortos, la agenda LGBT, la educación sexual universal y otros conceptos ideológicos de Europa moderna. De intentar varios países caribeños capitaneados por Jamaica por lo menos aplazar la suscripción del documento, el Estado insular corrió el peligro de perder el vital financiamiento exterior que necesitó para ejecutar programas sociales y económicos.

EEUU y la UE firman cualesquier acuerdos económico-comerciales basado exclusivamente en las condiciones de la excepcionalidad propia.

A propósito, las mismas condiciones se hicieron los cimientos del Acuerdo de Asociación de Ucrania con la Unión Europea. Al estorbar la firma del documento el Gobierno de Yanukóvich, esto se volvió el motivo para el golpe de Estado en Kiev en 2014.

Las prácticas neocoloniales no se limitan a los ejemplos mencionados. Pero hay suficientes para concluir que el “Occidente colectivo” carece del derecho moral a sermonear a los demás.

Apenas arrancó solo ayer la discusión política internacional sobre los problemas de la igualdad en la comunidad mundial. En su día, marcó la pauta la Unión Soviética que, hace más de medio siglo, aportó la contribución decisiva a la restauración de la justicia, asegurando que la ONU aprobara la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales en 1960. Su efecto fue colosal. Más de 80 ex colonias pobladas por 750 millones de personas obtuvieron la independencia.

Sin embargo, el equilibrio y la igualdad no fueron recuperados por completo. Al dejar de exprimir forzosamente los recursos coloniales, las ex metrópolis pasaron a aplicar las prácticas no violentas encaminadas a explotar los países formalmente independientes, lo que perpetuó la desigualdad global.

En la actualidad, cada vez más países se pronuncian públicamente contra la injusta política de Washington, sus satélites y las organizaciones internacionales controladas por Occidente. Se multiplican los ejemplos de la fructífera cooperación interestatal entre las estructuras no encabezadas por Occidente. Están ganando terreno los BRICS, la OCS, recibió un nuevo impulso el Movimiento de Países No Alineados, en la plataforma de la ONU se fundó el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas.

Todavía queda mucho que hacer en el camino hacia la liberación de las garras neocoloniales. Se requiere elaborar el único criterio para definir el neocolonialismo. Todos los países perciben la idea de luchar contra el mismo de manera diferente. Esto depende de la experiencia histórica y las realidades contemporáneas. Occidente se esfuerza por desacreditar los procesos de soberanización como arcaísmo y revisionismo.

Un papel crucial en el inicio de la discusión internacional dedicada a todos los aspectos de este tema acuciante lo debería desempeñar el Foro de los Partidarios de la Lucha contra las Prácticas Contemporáneas del Neocolonialismo “Por la Libertad de las Naciones” en Moscú. La reunión constitutiva está fijada para febrero del año en curso.

En conclusión, sería bien citar ciertas palabras del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronunciadas en su discurso en el Concilio Mundial del Pueblo Ruso. “Hoy luchamos por la libertad no solo de Rusia, sino todo el mundo”. Además de efectuar la operación militar especial, nuestro país contribuye a la lucha por la justicia desmintiendo y derrocamiento el neocolonialismo.

* Director del Departamento de Planificación de Política Exterior de la Cancillería rusa,

FUENTE GEOSTRATEGIA.es https://geoestrategia.es/noticia/42329/politica/neocolonialismo-y-nuestra-lucha-contra-el.html

¡¡ EL 2024 SERÁ EL AÑO BISAGRA DE LOS GRANDES CAMBIOS GEOPOLÍTICOS !!

Lo afirma el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, a cuyo directores agradece su valiente militancia en la comunicación social, en tiempos tan peligrosos de esta Argentina de Milei, donde todo ha saltado por los aires, con una gravísima situación política y económica y con un final tan abierto como impredecible. Y que adquiere ribetes estrambóticos con la “ridícula clase de anarco liberalismo” que este personaje dio en Davos, a los corruptos capitalistas millonarios globales que dominan este mundo de injusticias y de guerras.

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Y señala muy especialmente la cantidad récord de elecciones a jefes de estado en todo el orbe, que convocan al 50% de la población mundial y que acompañarán los históricos cambios tectónicos del año 2024. Unos comicios que abarcaran a Rusia, India, EEUU, la Unión Europea, posiblemente el Reino Unidos y muchos otros estados, cuando ya se produjeron las de Taiwán, donde el partido separatista pro OTAN no consiguió la mayoría absoluta, en perjuicio de la estrategia estadounidense de profundizar el conflicto interno creado para dividir China.

También aborda la actualidad geopolítica analizando los más importantes escenarios mundiales tales como:

  • LA GUERRA DE UCRANIA, su derrota tácita, la tragedia demográfica y el fin de la ayuda económica de EEUU y la UE.
  • LOS HUTÍES DE YEMEN han puesto en jaque a las estructuras geoeconómicas del mundo con medios baratísimos, a pesar de la parafernalia militar de Washington, quién además ha desnudado su soledad internacional con una coalición raquítica de aliados.
  • EL CRIMEN DE LESA HUMANIDAD DE ISRAEL por el genocidio de palestinos, que ha pesar del rechazo mundial, sigue contando con la complicidad de EEUU y Europa y especialmente de una aplastante mayoría de hebreos.
  • LA RESPUESTA MILITAR DE IRÁN con su contundente ataque a las bases terroristas pro OTAN, en Irak, en Siria y en la propia Pakistán. Dando un fortísimo mensaje a Israel y a su vieja y fallida obsesión por crear una coalición junto a EEUU para destruirle.

Finalmente, Pereyra Mele anuncia que en próximos programas abordará la grave situación en América del Sur ante el accionar de “supuestos narco terroristas” en Ecuador, que puede propiciar y justificar la intervención norteamericana en toda la región, como fórmula para aislar a los estados e impedir su unificación geopolítica.

Eduardo Bonugli (Madrid, (21/01/24)

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico columna Radial de Geopolitica

La inquietud por el futuro es un asunto que de manera regular es importante atemperar; sin embargo, aunque los ríos de ansiedad corran, me parece importante comentar sobre variables (dramáticas algunas, complejas por demás todas) que a mi juicio perfilarán de manera importante el contexto de la geopolítica en 2024.

Por Miguel Tovar es analista y politólogo por el Colegio de México (Colmex)

Si bien el intríngulis del gran teatro de la geopolítica es cosa recurrente —la zozobra de las guerras y las crisis humanitarias—, me parece que estamos ante un punto de cambio. Primero, la polarización social en Estados Unidos se traduce en un debilitamiento de las instituciones políticas que, si bien no es el fin de su hegemonía global, sí es signo de pérdida de posicionamiento en espacios ante otros jugadores en Europa y Oriente Medio.

Segundo, si bien la posición de Rusia es de poder, la realidad es que carece de la hegemonía soviética de antaño incluso en espacios geopolíticos sensibles (especialmente en Europa del este y Asia Central), ya no digamos de interlocución global

Tercero, las grandes esperanzas de China como potencia se van desdibujando ante una economía centralizada que apostó por el desarrollo inmobiliario sin control. Cuarto, el crecimiento espectacular de India no necesariamente se traduce en un país con pretensiones mundiales.

Quinto, el regreso no inesperado, pero sí recargado del conflicto en Oriente Medio, genera tensiones de alcance regional y global. Por último, la crisis climática que parece no tener fin, donde las respuestas de gobiernos y empresas siguen sin atajar la cuestión central: la descarbonización de las sociedades.

ELECCIONES EN EUA, DE NUEVO LA POLARIZACIÓN

El 5 de noviembre de 2024, los estadounidenses emitirán sus votos para elegir al presidente, 435 miembros de la Cámara de Representantes, 34 de los 100 senadores y 11 gobernadores. En este momento, parece otro enfrentamiento entre Joe Biden y Donald Trump, pues a pesar de la avalancha de acusaciones legales, Trump sigue siendo el favorito para ganar la nominación republicana.

La verdadera pregunta es: si asegura la candidatura, ¿pudiera ganar las elecciones presidenciales? Real Clear Politics presentó una encuesta que coloca a ambos contendientes empatados con 44 por ciento de intención de voto. Vamos, si las elecciones se celebraran mañana, Trump tendría una posibilidad real de recuperar la presidencia.

A estas alturas de la contienda, es demasiado pronto esbozar posibles impactos, ya que se ha presentado poco en términos de propuestas políticas. Sin embargo, las propuestas de alto impacto se adoptarán solo si un partido controla la Casa Blanca y el Congreso, e incluso entonces los presidentes a menudo se enfrentan a cuellos de botella en sus propios partidos.

LA GUERRA RUSIA-UCRANIA SIGUE

Los acontecimientos en el campo de batalla ucraniano en 2024 dependerán de una serie de factores, como consideraciones de geopolítica, ciclos electorales y las entregas y disponibilidad de armamento.

Los planes militares ucranianos también reflejarán consideraciones políticas de escala global. Uno de los primeros elementos por considerar es el proceso electoral en Estados Unidos, lo cual puede poner en riesgo o interrumpir el apoyo militar. Mientras, Europa parece dispuesta a continuar los apoyos.

Es importante destacar que el estatus actual de maniobras defensivas parecería cumplir con el principal objetivo de Rusia de congelar el conflicto. Si Rusia puede continuar esta estrategia en 2024, a Ucrania le resultará complicado mantener el apoyo internacional para nuevas operaciones ofensivas a gran escala.

DESACELERACIÓN CHINA EN LA GEOPOLÍTICA

El Banco Mundial recortó el pronóstico de crecimiento de China para el próximo año de 4.8 a 4.4 por ciento. Esto en buena medida porque el país se ha visto presionado por la inestabilidad del sector inmobiliario. Evergrande Group, el mayor desarrollador del país, trae a cuestas un nivel de endeudamiento importante, mientras que la caída de las ventas a lo largo de los últimos dos años ha afectado su posición de flujo de caja.

La cosa no es sencilla de resolver, pues se estima que el sector inmobiliario contribuye con cerca de un cuarto del PIB de China. Por lo que básicamente su participación en la economía es tan grande que implica una multitud de industrias relacionadas. En ese sentido, es previsible un 2024 emproblemado en la medida en que las dificultades no se resolverán pronto, pues mientras los precios de la vivienda en ciudades grandes parecen estar recuperándose, las ciudades medianas y pequeñas todavía están estancadas.

EL AVANCE INCIERTO DE LA INDIA

De manera contraria, el pronóstico de crecimiento de India para 2024 se elevó a 6.3 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional en su informe Perspectivas de la Economía Mundial. Un ascenso espectacular que ha avanzado a raíz de la liberalización económica de la década de 1990. Desde el cambio de siglo, la economía de la India ha superado las predicciones, cuadruplicándose en el transcurso de una década.

Sin embargo, el país todavía enfrenta importantes desafíos en materia de desarrollo. Las divisiones arraigadas de la estructura de castas se agravan por el surgimiento de nuevas formas de desigualdad derivadas de la economía.

También es importante considerar que, si bien las instituciones democráticas han prosperado de una manera que pocos esperaban, se afrontan desafíos frente al nepotismo, la corrupción y la violencia de insurgencias locales, lo cual afecta a grandes partes del país, imponiendo riesgos sociales y costos al desarrollo económico.

LA CRISIS CLIMÁTICA SACUDE LA GEOPOLÍTICA

Potencialmente, el mundo podría superar el peligroso límite de calentamiento de 1.5 °C en 2024, algo que claramente marca la falta de acciones y políticas a nivel global. Vamos, es probable que la última década haya sido el periodo más caluroso de los últimos 125,000 años, mientras que el periodo 2016-2020 ha sido el más caluroso registrado desde 1850. Si estos datos no suenan preocupantes, tal vez nada lo sea.

Ahora, si bien las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron ligeramente en 2020 debido a la pandemia de covid-19, pronto retomaron su tasa de crecimiento, lo que significa que las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico han seguido aumentando.

La descarbonización de la industria, el transporte y la generación de energía son piezas clave para abordar de una vez la crisis climática que cada año se agudiza. Las medidas actuales siguen sin ser de la contundencia necesaria, y los impactos sobre todo en los países menos desarrollados siguen siendo devastadoras.

LA GUERRA EN GAZA

Empezando por lo básico: Gaza es una estrecha franja de tierra situada entre Israel y el Mediterráneo gobernada por Hamás, un grupo musulmán radical definido como organización terrorista por la gran mayoría de los países. Desde 2006, Hamás controla Gaza y sus militantes han librado varias guerras con Israel, que ha mantenido un bloqueo en la franja para aislarle, lo cual ha pauperizado las condiciones de vida de los cerca de 600,000 palestinos.

Esto ha resultado en la radicalización de ambos bandos que a su vez ha desencadenado en los nuevos ataques de Hamás a Israel, y el reinicio del conflicto, pero con un nivel más intenso de agresiones, lo cual, como siempre en las miserias de la guerra, lleva a cuesta la población civil con la consecuente crisis humanitaria que se vive en la región.

Esto además se inserta en el gran teatro de la geopolítica global. Por un lado, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales han condenado el ataque de Hamás contra Israel. Por su parte, Rusia y China se han negado a condenar a Hamás y dicen que mantienen contacto con ambas partes en el conflicto.

CONCLUSIONES SOBRE LA GEOPOLÍTICA EN 2024

Se nos presenta de nuevo un mundo polarizado, pero no de Guerra Fría, sino un panorama que deriva en conflictos regionales con implicaciones globales. Desde la radicalización de la política estadounidenses y su impacto en los conflictos en Ucrania y Gaza, hasta las visiones divergentes de Rusia, China e India y sus áreas de influencia en Europa, Asia y África. Como cereza del pastel: una crisis climática que parece pasar desatendida. En fin, ojalá nos tocara vivir tiempos menos interesantes. N

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Miguel Tovar es analista y politólogo por el Colegio de México (Colmex). Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor(Newsweek ). Y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO.

Publicado en Newsweek en Español FUENTE: https://newsweekespanol.com/2023/11/que-depara-2024-temas-geopolitica/

En América Latina los esquemas regionales de complementación comercial no se han consolidado

Por Alberto Hutschenreuter publicado en Infobae

La regla central para comprender cómo funciona el mundo es tener en claro que mientras hacia dentro de los países las instituciones restringen el poder, hacia fuera es el poder el que limita a las instituciones. Podrán existir tiempos en los que las instituciones internacionales ejercen un mayor dinamismo, pero en eso que denominan “arena interestatal”, los actores preeminentes (mayores e intermedios) se observan desconfiados como “gladiadores” (tal como lo advertía Hobbes en el siglo XVII).

Ello es así porque la anarquía internacional continúa siendo el sitio común en las relaciones Internacionales y globales. Es cierto que la interdependencia y la pluralidad de nuevos actores han impactado en esa condición de anarquía o falta de gobierno mundial, pero es (muy) prematuro asegurar que el mundo se encuentra en un curso de orden mundial en clave centralizadora, es decir, de un centro ejecutivo ordenador frente al que los Estados ceden sus intereses.

El avance de las tecnologías mayores ha creado cierta ilusión relativa con el advenimiento de nuevos valores que modificarían aquello que Stanley Hoffmann ha denominado “políticas como de costumbre” en las relaciones Internacionales, es decir, el poder, las capacidades, el interés nacional y la incertidumbre de las intenciones entre los Estados. Pero es necesario ser cauteloso con esta entendible expectativa: las nuevas tecnologías abren oportunidades, pero podrían implicar una situación de mayor competencia y conflictividad internacional y también una mayor desigualdad entre Estados.

Sin duda, los nuevos actores y las tecnologías han dispersado el poder, es decir, no lo concentran los Estados absolutamente, pero ello no implica disminución de rivalidad. En este sentido, interesantes son las reflexiones del experto Ian Bremmer en relación con lo que ha denominado “tecnopolaridad”, esto es, un nuevo modo de rivalidad en la política internacional, entre las empresas tecnológicas y los Estados. La diferencia en relación con las nociones tradicionales de poder global reside en que la soberanía y la influencia no se encuentran determinadas por el territorio físico y el poder militar, sino por el control sobre los datos, los algoritmos y los servidores.

Pero ello no elimina la rivalidad clásica: sin salir del segmento de las tecnologías mayores, particularmente en materia de inteligencia artificial, no sabemos el curso que finalmente adopte este nuevo fenómeno. Pero hasta entonces, podemos estar seguros de que los Estados la utilizarán como una herramienta altamente estratégica de poder. Resulta muy difícil imaginar que Estados Unidos y China, los dos actores que más concentran dicha tecnología, vayan a cooperar dejando de lado sus intereses nacionales. Seguramente habrá “áreas democráticas” en las que trabajarán juntos, pero en áreas selectivas no serán “democráticos”.

Estas breves consideraciones son pertinentes en relación con la realidad de América Latina, acaso el escenario del globo donde menos se ha avanzado en materia de tecnologías mayores. Si alguna vez existió una división internacional del trabajo, hoy el segmento de las tecnologías va creando una nueva división o desigualdad internacional acaso más categórica.

Más allá del factor tecnológico, el mundo de hoy es densamente geopolítico y geoeconómico. Es decir, la geopolítica y la guerra nunca se han marchado ni lo harán. Basta echar una mirada al mundo para comprobarlo: existe un (des) orden internacional disruptivo y, en parte, en estado de guerra y de “no guerra”.

Imágen de un operativo estadounidense en Siria. Los conflictos bélicos son una continuidad en el mundoImágen de un operativo estadounidense en Siria. Los conflictos bélicos son una continuidad en el mundo

En este contexto, lo importante es y será mantener vigentes las capacidades nacionales, la autoayuda, y construir poder nacional, pues, sobre todo para aquellos actores que cuentan poco en las relaciones interestatales, no hay que olvidar que no existe ningún “911 mundial” al que acudir en caso de peligro. Lo más próximo es el multilateralismo, pero este modelo o bien público internacional hace tiempo que se halla devaluado y las perspectivas de ascenso son muy débiles.

De nuevo, América Latina ha sido insuficiente en materia de construir poder nacional, en tanto los esquemas regionales de complementación comercial no se han consolidado, al punto que ha vuelto a ser significativo eso que un antropólogo español ha denominado “ley de antipatía vecinal”. A pesar del históricamente bajo nivel de confrontación militar interestatal, las fronteras continúan dividiendo a los países de la región.

Por último, afortunadamente la geoeconomía tampoco se ha marchado. Puede que haya disminuido la intensidad de la globalización como consecuencia de la pandemia, las tensiones, las confrontaciones militares, las relocalizaciones y el impacto en las cadenas de suministro. Pero el comercio vital es una dimensión de relativo orden internacional. No es un orden, pero sí un sucedáneo. Y para el estado actual del mundo actual, es mucho.

El mercado es el mundo y el mundo es el mercado. Ello significa que cualquier inserción o incremento de protagonismo internacional exige selectividad pragmática, no selectividad ideológica. Si predominara esto último, el comercio entre la Unión Europea y China o el de Estados Unidos y China sería una cifra mínima o nominal; pero el comercio general entre estos tres actores pronto podría alcanzar los dos billones de dólares, sobre todo si Washington y Pekín logran una diagonal y afirman una “cultura estratégica” en su inalterable rivalidad.

El mundo parece orientarse hacia una nueva era de bipolaridad, aunque ello no significará rigidez de bloques como en tiempos del bipolarismo del siglo XX ni tampoco estabilidad asegurada, claro. En ese mundo habrá oportunidades para captar mercados, tecnologías e inversiones. Pero, como pocas veces, ello demandará un pragmatismo casi extremo.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO.

FUENTE: https://www.infobae.com/opinion/2023/11/22/mirar-el-mundo-en-clave-estrategica-y-geopolitica-no-ideal/

Henry Kissinger, ex secretario de Estado y asesor de seguridad nacional de EEUU, quien colaboró en la apertura de relaciones con China, en el inicio de una distensión con la entonces Unión Soviética, y en poner fin a la guerra de EEUU en Vietnam, murió a los 100 años. Entrevista de Javier Benitez de Sputnik al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

Kissinger, histórico y controvertido

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha expresado sus profundas condolencias a su viuda. Putin se refirió a Kissinger como un «destacado» y «sabio» diplomático que durante «muchos decenios gozó de una merecida autoridad en todo el mundo». «El nombre de Henry Kissinger está indisolublemente ligado a una línea pragmática de política exterior, que en un momento permitió lograr una distensión en las tensiones internacionales y alcanzar los acuerdos soviético-estadounidenses más importantes, que contribuyeron al fortalecimiento de la seguridad global», apuntó el mandatario.

Mientras, el embajador de China en EEUU, Xie Feng, expresó sus condolencias a través de la red social X: «Profundamente conmocionado y entristecido al enterarme del fallecimiento del Dr. Kissinger a los 100 años. Mi más sentido pésame para Nancy y su familia. Es una pérdida tremenda tanto para nuestros países como para el mundo. La historia recordará lo que había aportado a las relaciones China–EEUU, y siempre permanecerá vivo en los corazones del pueblo chino como un viejo amigo muy valorado».

El Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, advierte sobre «ese aspecto contradictorio que ha tenido toda su vida política–académica Henry Kissinger».

«Si uno sigue los paneos por los distintos portales de internet, dicen algunos: ‘fallece el diplomático más cuestionado y poderoso de EEUU’; otros te dicen ‘controvertido premio Nobel de la Paz’, ‘figura paradójica’. Otros lo califican como un ‘personaje amoral y sin principios’, etc. Y después están los que realmente han tenido algún tipo de relación [con Kissinger] y que ha servido para tener una relación más ordenada y pragmática entre los poderes reales en el mundo. Y este es el caso específico de las declaraciones que han hecho Vladímir Putin y el embajador chino [en EEUU]. Recordemos que este año, apenas habiendo cumplido en mayo los 100 años, [Kissinger] visitó China por última vez para hablar con [el presidente] Xi Jinping en un intento de volver a establecer [con EEUU] un vínculo más fiable, más concreto y más práctico de una distensión, que fue siempre el objetivo de máxima que tuvo en su carrera política».