Haciendo caso omiso de los obstáculos occidentales, los ambiciosos proyectos de conectividad de Eurasia dirigidos por China y Rusia ahora están progresando profundamente en el corazón de Asia.

Pepe Escobar 17 de agosto

AMARKAND – Interconectar Eurasia Interior es un ejercicio de equilibrio taoísta: agregar pieza por pieza, pacientemente, a un rompecabezas gigantesco. Se necesita tiempo, habilidad, visión y, por supuesto, grandes avances. Recientemente se agregó una pieza clave al rompecabezas en Uzbekistán, reforzando los vínculos entre la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC). El gobierno de Mirzoyoyev en Tashkent está profundamente comprometido en impulsar otro corredor de transporte de Asia Central: un ferrocarril China-Kirguistán-Uzbekistán-Afganistán. Ese fue el tema central de una reunión entre el presidente de la junta directiva de Temir Yullari, los ferrocarriles nacionales de Uzbekistán, y sus homólogos en Kirguistán y Afganistán, así como los gerentes de la empresa de logística china Wakhan Corridor. En términos de la compleja intersección de Xinjiang con el centro y el sur de Asia, esto es lo más innovador posible, como parte de lo que yo llamo la Guerra de los Corredores Económicos. Los uzbekos han considerado pragmáticamente que el nuevo corredor es esencial para el transporte de carga con tarifas bajas, pero eso va mucho más allá de los meros cálculos comerciales. Imagine, en la práctica, contenedores de carga que llegan en tren desde Kashgar en Xinjiang a Osh en Kirguistán y luego a Hairatan en Afganistán. Se prevé que el volumen anual alcance los 60.000 contenedores solo en el primer año. Eso sería crucial para desarrollar el comercio productivo de Afganistán, lejos de la obsesión por la «ayuda» de la ocupación estadounidense. Los productos afganos finalmente podrán exportarse fácilmente a los vecinos de Asia Central y también a China, por ejemplo, al bullicioso mercado de Kashgar. Y ese factor estabilizador reforzaría las arcas de los talibanes, ahora que el liderazgo en Kabul está muy interesado en comprar petróleo, gas y trigo rusos con descuentos muy atractivos.

Como hacer que Afganistán vuelva al juego

También existe la posibilidad de escindir un proyecto de carretera de este ferrocarril que cruzaría el ultra estratégico corredor de Wakhan, algo que Beijing ya ha estado contemplando durante algunos años. El Wakhan es compartido por el norte de Afganistán y la Región Autónoma de Gorno-Badakhshan de Tayikistán: una franja geológica larga, árida y espectacular, que avanza hasta Xinjiang. Ahora está claro no solo para Kabul, sino también para los miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), que los estadounidenses humillados no restituirán los miles de millones de dólares ‘confiscados’ de las reservas del Banco Central afgano, algo que al menos mitigaría la situación de Afganistán. actual, grave crisis económica y hambruna masiva inminente. Entonces, el Plan B es reforzar las, por el momento devastadas, cadenas de suministro y comercio afganas. Rusia estará a cargo de la seguridad de toda la encrucijada de Asia Central y del Sur. China proporcionará la mayor parte de la financiación. Y ahí es donde encaja el ferrocarril China-Kirguistán-Uzbekistán-Afganistán. China ve una carretera a través de Wakhan, una propuesta muy complicada, como un corredor BRI adicional, que se une a la carretera Pamir pavimentada por China en Tayikistán y las carreteras reconstruidas por China en Kirguistán. El Ejército Popular de Liberación (EPL) ya ha construido una carretera de acceso de 80 km desde el tramo chino de la autopista Karakoram, antes de llegar a la frontera con Pakistán, hasta un paso de montaña en Wakhan, actualmente solo disponible para automóviles y jeeps. El próximo movimiento chino sería continuar por ese camino por 450 km, hasta llegar a Faizabad, la capital provincial de Afghan Badakhshan. Eso constituirá el corredor de respaldo al borde de la carretera para el ferrocarril China-Asia Central-Afganistán. El punto clave es que los chinos, tanto como los uzbekos, entienden completamente la ubicación extremadamente estratégica de Afganistán: no solo como una encrucijada de Asia Central y del Sur, que conecta con puertos oceánicos clave en Pakistán e Irán (Karachi, Gwadar, Chabahar) y al mar Caspio a través de Turkmenistán, pero también ayudando a Uzbekistán, país sin salida al mar, a conectarse con los mercados del sur de Asia. Todo eso es parte del laberinto del corredor BRI; y al mismo tiempo se entrelaza con el INSTC debido al papel clave de Irán (él mismo cada vez más vinculado con Rusia). Teherán ya está comprometido en la construcción de un ferrocarril a Herat, en el oeste de Afganistán (ya reconstruyó la carretera). Entonces tendremos a Afganistán incorporado tanto en BRI (como parte del Corredor Económico China-Pakistán, CPEC) como en el INSTC, dando impulso a otro proyecto más: un ferrocarril Turkmenistán-Afganistán-Tayikistán (TAT), que se conectará a Irán y así el INSTC.

Del Karakórum al Pakafuz

La carretera de Karakoram, cuya parte norte fue reconstruida por los chinos, tarde o temprano puede tener una hermana ferroviaria. Los chinos han estado pensando en ello desde 2014. Para 2016, un ferrocarril desde la frontera entre China y Pakistán hasta Gilgit, en las áreas del norte y luego más abajo hasta Peshawar, se consagró como parte del plan del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). Pero luego no pasó nada: el ferrocarril no está incluido en el Plan de Largo Plazo CPEC 2017-2030. Eso puede suceder eventualmente en la próxima década: la ingeniería y la logística son un desafío enorme, como lo fueron para la construcción de la carretera de Karakoram. Y luego está el ángulo de «seguir el dinero». Los dos principales bancos chinos que financian proyectos BRI, y por lo tanto CPEC, son el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación. Incluso antes de Covid ya estaban bajando el tono de sus préstamos. Y con Covid, ahora tienen que equilibrar proyectos extranjeros con préstamos internos para la economía china. En cambio, la prioridad de conectividad pasó al ferrocarril Pakistán-Afganistán-Uzbekistán (Pakafuz). El tramo clave de Pakafuz une Peshawar (la capital de las áreas tribales) con Kabul. Cuando esté terminado, veremos a Pakafuz interactuando directamente con el próximo ferrocarril China-Asia Central-Afganistán: un nuevo laberinto BRI conectado directamente con el INSTC. Todos los desarrollos anteriores revelan su verdadera complejidad cuando vemos que se insertan simultáneamente en la interacción de BRI y el INSTC y la armonización entre BRI y la Unión Económica de Eurasia (EAEU). Esencialmente, en términos geopolíticos y geoeconómicos, la relación entre los proyectos BRI y EAEU permite que Rusia y China cooperen en Eurasia mientras evitan una carrera para alcanzar una posición dominante en Heartland. Por ejemplo, tanto Beijing como Moscú están de acuerdo en la necesidad suprema de estabilizar Afganistán y ayudarlo a tener una economía sostenible. Paralelamente, algunos miembros importantes de BRI, como Uzbekistán, no son miembros de EAEU, pero eso se compensa con su membresía en SCO. Al mismo tiempo, la entente BRI-EAEU facilita la cooperación económica entre miembros de EAEU como Kirguistán y China. Beijing obtuvo de facto la aprobación total de Moscú para invertir en Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Armenia, todos miembros de la EAEU. Se está discutiendo conjuntamente entre la EAEU, dirigida por Sergei Glazyev, y China una futura moneda o canasta de monedas que eviten el dólar estadounidense.

China se enfoca en Asia Central – Asia Occidental

No hay duda de que la guerra de poder en Ucrania entre EE. UU. y Rusia ha estado creando serios problemas para la expansión del BRI. Después de todo, la guerra de Estados Unidos contra Rusia es también una guerra contra BRI. Los tres principales corredores BRI desde Xinjiang a Europa son el Nuevo Puente Terrestre Eurasiático, el Corredor Económico China-Asia Central-Asia Occidental y el Corredor Económico China-Rusia-Mongolia. El Nuevo Puente Terrestre Euroasiático utiliza el Transiberiano y un segundo enlace a través de Xinjiang-Kazajstán (a través del puerto de tierra firme de Khorgos) y luego Rusia. El corredor a través de Mongolia es, de hecho, dos corredores: uno de Beijing-Tianjin-Hebei a Mongolia Interior y luego a Rusia; y el otro de Dalian y Shenyang y luego a Chita en Rusia, cerca de la frontera con China. Tal como está, los chinos no están utilizando Land Bridge y el corredor de Mongolia tanto como antes, principalmente debido a las sanciones occidentales sobre Rusia. El énfasis actual de BRI es a través de Asia Central y Asia Occidental, con una rama que luego se bisecta hacia el Golfo Pérsico y el Mediterráneo. Y aquí es donde vemos otro nivel de intersección, altamente complejo, que se desarrolla rápidamente: cómo la creciente importancia para China de Asia Central y Asia Occidental se mezcla con la creciente importancia del INSTC para Rusia e Irán en su comercio con India. Llámalo el vector amistoso de la Guerra de los Corredores de Transporte. El vector duro, la guerra real, ya está siendo desplegado por los sospechosos habituales. Como era de esperar, están empeñados en desestabilizar y/o aplastar cualquier nodo de integración BRI/INSTC/EAEU/SCO Eurasia, por cualquier medio necesario: ya sea en Ucrania, Afganistán, Beluchistán, los “stans” de Asia Central o Xinjiang. En lo que respecta a los principales actores euroasiáticos, seguramente será un tren angloamericano a ninguna parte.

TAIWÁN COMO FACTOR DE CONFLICTO ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA Por: Anthony Medina Rivas Plata Director de la Escuela Profesional de Ciencia Política y Gobierno UCSM especial para Dossier Geopolitico

La guerra entre Rusia y Ucrania que inició en febrero de este año reavivó un viejo debate sobre la posibilidad de que los movimientos de Moscú puedan animar a la República Popular China (RPC) a tomar la isla de Taiwán para lograr la reunificación con la que considera su ‘provincia rebelde’ desde 1949. A causa de la reciente crisis diplomática generada por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, han vuelto las viejas preocupaciones de analistas políticos alrededor del mundo sobre la posibilidad del surgimiento de un conflicto militar entre China y Estados Unidos debido a la situación en Taiwán. China jamás ha descartado usar la fuerza para lograr la reunificación, a la vez que Estados Unidos tampoco ha descartado defender a Taiwán si China ataca. El Departamento (Ministerio) de Defensa de EE.UU. señaló en un informe del año 2021 que el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) se estaría preparando para una contingencia en torno a una reunificación forzosa; al mismo tiempo que viene formulando un conjunto de medidas para ‘disuadir, retrasar o negar cualquier intervención de terceros’, como los Estados Unidos. Sobre el tema, el presidente chino, Xi Jinping, ha declarado en varias ocasiones que la reunificación con Taiwán llegará ‘tarde o temprano’, ya que ésta es esencial para lograr lo que él llama el ‘Sueño Chino’ (‘The Chinese Dream’), que restaurará el estatus de gran potencia mundial para China en el año 2049.

Esta controversia no es nueva, y tiene como origen la discrecional ambivalencia de los Estados Unidos con respecto al status de Taiwán luego del reconocimiento formal de la RPC. En 1979, bajo el gobierno del presidente Jimmy Carter, Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas oficiales con la RPC; a la vez que ponía fin a dichos vínculos con la República de China (RDC-Taiwán). No obstante, hasta el día de hoy, Estados Unidos tiene una fuerte relación extraoficial con la isla y continúa vendiéndole equipos de defensa militar. Esto, por supuesto, enfurece al gobierno de la RPC en Beijing, el cual continuamente viene exigiendo a Washington que deje de vender armas y cese el contacto diplomático con el gobierno de la RDC en Taipéi.

Formalmente, el enfoque estadounidense hasta el día de hoy se rige por su política de Una Sola China (‘One China Policy’). Dicho enfoque se basa en varios documentos, así como en tres comunicados formales entre Estados Unidos y la RPC que datan de los años 1972, 1978 y 1982; la Ley de Relaciones Exteriores con Taiwán, aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en 1979; y el documento de las ‘Seis garantías’, que el presidente norteamericano Ronald Reagan transmitió a Taiwán en 1982. Estos documentos establecen que Estados Unidos efectivamente reconocen la posición de la República Popular China de que existe ‘Una Sola China’ y que Taiwán es parte ésta, siendo el gobierno de la RPC en Beijing el único gobierno legal de China. En ese sentido, algunos altos funcionarios estadounidenses han querido desentenderse de sus compromisos con la RPC indicando que su ‘reconocimiento’ no implica necesariamente que Estados Unidos acepte la posición de Beijing sobre Taiwán; a la vez que afirma no apoyar la independencia de Taiwán. Esta ambigüedad en el uso de los conceptos diplomáticos ha llevado a los Estados Unidos a establecer vínculos políticos, culturales, comerciales y militares a través del Instituto Americano en Taiwán (AIT); que de facto funciona como la Embajada de los Estados Unidos en Taipéi. En principio el AIT se presenta como una organización ‘sin fines de lucro’, pero a la vez es financiado enteramente por el gobierno federal de los Estados Unidos y su funcionamiento es supervisado por el Congreso de dicho país. A través de dicha política exterior, Estados Unidos ha mantenido a Taiwán como carta de negociación en sus relaciones con China.

Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos profundizó los lazos con Taiwán a pesar de las objeciones de Beijing, incluyendo la venta de armas al ejército taiwanés por valor de más de 18 mil millones de dólares, así como la inauguración de un complejo de 250 millones de dólares para el AIT. De igual manera, Trump habló por teléfono con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-Wen, antes de su toma de posesión, siendo este el nivel más alto de contacto entre las dos partes desde 1979. Durante su gestión también envió a varios altos funcionarios de su administración, incluido un miembro del gabinete, a Taipéi, y durante sus últimos días en el cargo, el Departamento de Estado eliminó viejas las restricciones que rigen dónde y cómo los funcionarios estadounidenses pueden reunirse con sus homólogos taiwaneses. La administración del actual presidente norteamericano, Joe Biden, ha adoptado un enfoque similar, continuando con la venta de armas y afirmando la decisión de la administración Trump de permitir que los funcionarios estadounidenses se reúnan más libremente con los funcionarios taiwaneses. Por ello, Biden fue el primer presidente de los Estados Unidos en invitar a representantes taiwaneses a asistir a su toma de mando como presidente. Recientemente, Biden ha aumentado el tono de sus expresiones, afirmando en varias ocasiones que los Estados Unidos saldrían en defensa de Taiwán si China atacaba. Contradiciendo la versión oficial, posteriormente altos funcionarios de la Casa Blanca se han retractado de los comentarios de Biden, indicando que la ‘One China Policy’ se mantiene.

Ciertamente, Beijing ha tomado nota de los recientes movimientos estadounidenses y se ha vuelto mucho más cauteloso con respecto a sus acciones dentro de su zona de influencia, el Mar de China Meridional, sobre todo luego de presenciar el estancamiento del conflicto ruso-ucraniano. Sin embargo, el EPL ha hecho de Taiwán una de sus principales prioridades; a la vez que el escenario taiwanés ha sido un catalizador importante para la modernización del material militar chino. Por ello, en su ‘Libro Blanco de Defensa’ del año 2019, el EPL declara que ‘derrotará resueltamente a cualquiera que intente separar a Taiwán de China’.

China ha empleado una variedad de tácticas coercitivas que no llegan al conflicto armado, y ha intensificado estas medidas desde la elección de Tsai en 2016. Su objetivo es desgastar a Taiwán y hacer que la gente de la isla llegue a la conclusión de que su mejor opción es la unificación con el continente. Con ese fin, China ha aumentado la frecuencia y la escala de las patrullas de bombarderos, aviones de combate y aviones de vigilancia del EPL sobre Taiwán y sus alrededores. También ha patrullado con mayor frecuencia el Estrecho de Taiwán haciendo uso de sus buques y portaviones. Junto con el aumento de su presencia militar, China ha reforzado su diplomacia económica para ejercer mayor presión sobre Taiwán. En 2016, China suspendió un mecanismo de comunicación a través del Estrecho con la principal oficina de enlace de Taiwán; a la vez que puso límites a las visitas de nacionales chinos a la isla, descendiendo el número de turistas de 4 millones en 2015 a 2,7 millones en 2019. El comercio y las inversiones han sido parte de esta estrategia: China ha logrado exitosamente que varias corporaciones globales, incluidas aerolíneas y cadenas hoteleras, reconozcan a Taiwán como provincia china; a la vez que ha asumido los costos políticos del corte comercio con Lituania, país europeo que abrió una oficina de representación de Taiwán en su capital, Vilna.

Taiwán no tiene la capacidad de defenderse de un ataque chino sin apoyo externo. Si bien el gobierno taiwanés ha aumentado notablemente el gasto en defensa con un presupuesto récord de casi US$17,000 millones para 2022, todavía se estima que el gasto militar de China es alrededor de veintidós veces el de Taiwán. En 2022, los legisladores taiwaneses aprobaron el plan del gobierno de Tsai de gastar US$8,600 millones adicionales en defensa hasta 2027. Parte de este presupuesto ampliado se destinará a la adquisición de misiles de crucero, minas navales y sistemas de vigilancia avanzados para defender las costas de la isla. Taiwán ha declarado que miles de ataques cibernéticos llegan a diario a sus agencias gubernamentales provenientes de China. En 2020, el gobierno acusó a cuatro grupos chinos de hackear al menos a diez agencias gubernamentales taiwanesas y a seis mil cuentas de correo electrónico oficiales desde 2018 para intentar acceder a datos gubernamentales e información personal. Si bien no existe ningún método cien por ciento fiable para demostrar que dichos ataques se realizaron por órdenes directas del gobierno comunista en Beijing, esa ha sido hasta ahora la posición oficial del gobierno taiwanés. 

Un interesante artículo de Escobar nos ofrece una mirada para entender la dinámica de la compleja integración euroasiática, que nos obliga a refrescar nuestros conocimientos geográficos. Creo que para los «neófitos» como nosotros que tratamos de acercamos a la geopolítica y deseamos entenderla es fundamental «amigarse» con la geografía y la historia para poder interpretar los hechos políticos actuales y su probable proyección futura.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, dedica la columna del Club de La Pluma al análisis de LA GEOPOLÍTICA DEL NARCOTRÁFICO, en referencia a los recientes escándalos en el estado fallido del Paraguay, donde su vicepresidente ha sido forzado por EEUU a renunciar por corrupción. Y también aborda la geoestratégica china de LOS TRES ANILLOS CHINOS con la que busca asegurar su crecimiento global sostenido y contrarrestar los desesperados y violentos ataques del poder anglosajón, dentro de un escenario mundial que ya ha dejado de ser pacífico, como lo fue en los últimos 40 años.

Sobre el narcotráfico en Paraguay, Carlos nos remite primero a sus recientes declaraciones en la radio LT7 de Corrientes https://dossiergeopolitico.com/2022/08/10/5596/  para luego reafirmar sus informes publicados durante años que confirman que no puede existir el narcotráfico sin todo un estado que lo respalde y sin que poderosos organismos de inteligencia sean parte de esa infraestructura delictiva transnacional. Además se refiere a las inquietantes declaraciones de un alto dirigente del partido Colorado del Paraguay, quién reconoció que EEUU tolera tanto el narcotráfico, como el tráfico de armas, la trata de personas, la delincuencia, etc., pero que nunca delega la gestión del terrorismo, al que considera como una herramienta del poder imperial, que utiliza en zonas donde desarrolla sus guerras asimétricas y guerra híbridas, según sus intereses económicos y políticos.

Y ya en terrenos de la geopolítica, desmenuza la estrategia china de los TRES ANILLOS, que consiste en posicionarse internacionalmente en tres áreas espaciales, cada una con sus características. 

En primer término, los países cercanos a sus fronteras y marcando las líneas rojas de seguridad, desarrollo e inversión. Luego, en el segundo aro, abarcando a África, América Latina y a la errática Europa. Y en el tercer círculo, a las potencias adversarias -casi enemigas- de la Anglo esfera, fundamentalmente a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Commonwealth. 

Una estrategia para responder a la guerra híbrida desatada por estas potencias contra el Sur global, los Bricks y contra cualquier país emergente que no responda al esquema occidental. 

Y que hoy se escenifica tanto en la Ucrania del nazi corrupto Zelenski, como con la operación cuasi militar de Nancy Pelosi en Taiwán, que viene a confirmar que Estados Unidos no solo incumple sus acuerdos sino que termina acusando y agrediendo al bando afectado. 

También analiza el reciente artículo del The Daily Telegraph que augura que la crisis que se avecina en Europa y Gran Bretaña va a ser peor que la crisis del 2008 y la crisis petrolera de los 70. Mientras confirma que el aumento de los precios es anterior al conflicto de Ucrania y que esa excusa solo trata de disimular los gravísimos errores cometidos por un sistema económico financiero occidental desmadrado y fuera de la realidad. Tal cual quedó demostrado con la crisis del Covid, donde Europa y Estados Unidos carecían de infraestructura, programas, protocolos y preparación. 

Y así, Pereyra Mele, finaliza reflexionando que el gigantesco cambio que se aproxima va a ser muy doloroso para los europeos por alinearse totalmente a la política exterior norteamericana de agresión al Sur global, en conflictos contra superpotencias militares económicas y tecnológicas, sin ninguna posibilidad de vencer. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 14/08/22)

El primer anillo Chino Asia Pacifico

El Multipolarismo ya ganó la Guerra Económica   – Por Wim Dierckxsens <> Walter Formento, Colaboracion de los autores para DOSSIER GEOPOLITICO      

Introducción: ¿Hay futuro multipolar para Alemania? 

La guerra en Ucrania de algún modo hizo público que Rusia y Ucrania representan el 14 % de la producción mundial de cereales y hasta el 29 % de las exportaciones mundiales de cereales. Reveló, además, que aportan el 17% de las exportaciones de maíz y el 14% de la cebada. Mientras occidente fue en busca del tesoro ruso, otros se dieron cuenta que el 76% de los productos de girasol del mundo provienen de estos dos estados. Rusia, además, domina el mercado de los fertilizantes, con una participación global de más del 50%, lo que explica por qué el bloqueo ha causado profundos problemas agrícolas en lugares tan lejanos como Brasil.

La guerra afectó no solo a los sectores del petróleo y el gas, sino también al del níquel. Rusia, sede de Nornickel, un gigante del sector, produjo 195.000 toneladas de níquel en 2021, o el 7,2 % de la producción mundial. La invasión, combinada con una mayor demanda de níquel utilizado en líneas eléctricas y vehículos eléctricos, hizo que los precios se dispararan. La industria global de superconductores, que produce calculadoras y chips para computadoras, se vio golpeada con ello.

La industria siderúrgica rusa envía gas neón a Ucrania, donde se purifica para su uso en procesos litográficos como la inscripción de microcircuitos en placas de silicio. Los centros de producción más importantes son Odessa y Mariupol (de ahí la cruenta lucha por estas áreas). Ucrania proporciona el 70 % del gas neón del mundo, así como el 40 % de su criptón y el 30 % de su xenón y sus principales clientes incluyen a todos los países que estan en desarrollo de componentes de microelectrónica claves en Alemania, Estados Unidos, China y Corea del Sur.

Otros metales de interés en la crisis incluyen titanio, escandio y paladio. El titanio es estratégico para las aplicaciones aeroespaciales y de defensa, y Rusia es el tercer mayor productor mundial de esponja de titanio, la aplicación específica que es fundamental para el titanio metálico. Utilizado ampliamente en los sectores aeroespacial y de defensa, el escandio es otro metal clave del que Rusia es uno de los tres mayores productores mundiales. 

El paladio es de los minerales críticos más notables afectados por la crisis de Ucrania porque es un insumo fundamental para las industrias automotriz y también de semiconductores, donde Rusia suministra casi el 37 por ciento de la producción mundial. El paladio ruso ilustra una de las características geopolíticas clave de los minerales críticos: los suministros alternativos a menudo se encuentran en mercados igualmente desafiantes. Por ello es que, a cada paso que da la crisis mundial, emergen nuevas dificultades para desvincular a Rusia de la economía mundial.

Han habido al menos seis conjuntos de sanciones sucesivas, cada una más “agresiva” que la anterior: la eliminación de Rusia del sistema financiero internacional operado por el SWIFT bajo control de la Banca Financiera Globalista; la congelación de las reservas de divisas del Banco Central de Rusia, que ascendían a unos 630.000 millones de dólares; la congelación de $600 millones depositados por Rusia en bancos estadounidenses y la negativa a aceptar estos fondos como parte de pago de la deuda externa de Rusia; la exclusión de los bancos más importantes de Rusia de la City de Londres; y la restricción de depósitos rusos en bancos británicos.

Rusia ha respondido prohibiendo la exportación de más de 200 productos, exigiendo pagos en rublos por las exportaciones de petróleo y gas. Llamativamente, ciertas sanciones han fortalecido más bien a Moscú.                           El embargo sobre el petróleo y el gas ha aumentado los ingresos de Rusia, debido a las subidas de precios que ha provocado que se suma al incremento de precios anterior a la Guerra en Ucrania. En 2021, se necesitaban 70 rublos para comprar un dólar. Desde el 18 de julio 2022 solo se necesitan 57, es decir se ha fortalecido el poder de compra internacional de la moneda de Rusia.

Por lo tanto, cuanto tiempo funcionara el “nuevo Telón de Acero” que se intenta imponer desde la OTAN. Alemania ha buscado construir economías mutuamente interdependientes, desde hace 1991, que ya equivalen esencialmente a un solo sistema económico. Esta agrupación económica tiene un componente occidental (Austria, Suiza, Países Bajos y Bélgica) y uno oriental (República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia y Eslovenia). Los Países Bajos actúan como plataforma global y centro de transporte; la República Checa y Eslovaquia como sedes de la industria del automóvil; Austria y Suiza como productores de tecnología avanzada, y así sucesivamente. Alemania es el centro motor y hegemónico de este bloque. Por lo cual, es clave tener en claro la visión de su papel geopolítico y significado global. 

En conjunto, el bloque tiene 196 millones de habitantes de los cuales 83 millones aporta Alemania y un PIB de 7,7 billones de dólares donde Alemania aporta 3,8 billones (49,3%). Esto la convierte en la tercera potencia económica del mundo, más pequeña que EEUU y China, pero más grande que Japón. Esta red de relaciones es especialmente visible cuando observamos el comercio. Las exportaciones alemanas a Austria y Suiza, que tienen una población combinada de 17 millones, ascienden a 132000 millones Euros, en comparación con 122 000 millones Euros a EEUU y 102000 millones Euros a Francia. 

En lo que respecta al comercio total con Alemania, Francia (con una población de 67 millones) está detrás de los Países Bajos (con solo 17 millones): 164 000 millones de euros a 206 000 millones de euros. Italia, por su parte, tiene una participación relativa menor que Polonia, a pesar de tener una población mayor (60 millones a 38 millones) y una renta per cápita casi el doble. Dos actores claves estratégicamente en la UE, como Francia e Italia junto a Alemania, tienen grados de participación económica relativa menor en relación al gran motor Alemania.

¿Qué ha ocurrido? Alemania ha profundizado el bloque UE, tomando distancia cualitativa de otros socios europeos a partir de conformar y potenciar su propio bloque económico. Sosteniendo otro vínculo con Italia y Francia que son actores con peso y dinámica propia a la vez que conjunta. Todo esto se despliega en el marco de un hecho clave, Pekín ha convertido en el principal socio comercial a Alemania, con una relación valuada en 246.000 millones de euros. 

China también desarrolla una política económica de modo que los otros miembros del bloque alemán también han visto un marcado aumento del comercio con China. Tomando el año clave de 2005 como ´referencia´, el año inmediatamente posterior a la entrada de los países de Europa del Este en la UE, el valor en dólares de las exportaciones mundiales de bienes de Alemania aumentó, en un 67%, en el periodo 2005/2021, mientras que su comercio con China se multiplicó por más de cuatro (+ de 400%). En el mismo período (2005-2021), casi se triplicaron las exportaciones francesas e italianas a China, mostrando el peso propio de éstos dos actores claves de la UE y un ritmo de crecimiento muy inferior al del comercio alemán. Lo estratégico común y lo económico diferente.

Para los estados del bloque alemán, la integración con Alemania ha generado una verdadera explosión de exportaciones a China, con Alemania no solo allanando el camino para estos estados, sino también estableciendo lazos entre sectores y empresas individuales que a su vez estimulan sus exportaciones locales.

Las exportaciones directas de los Países Bajos a China crecieron al menos cinco veces -500%- desde 2005, mientras que las de Suiza se multiplicaron por 12, convirtiéndolo en el segundo mayor exportador europeo a China. Estas tendencias han estado mucho más contenidas en Bélgica y Austria. Por otro lado, las exportaciones de Polonia a China se multiplicaron por 6, para Hungría por alrededor de 10, para la República Checa por casi 21. Dando cuenta de un nuevo y concreto tejido de red de relaciones económicas, que son también culturales y políticas.

La consecuencia estratégica de este proceso fue la formación de una zona económica euroasiática, un objetivo real para China tanto por su necesidad de materias primas rusas como por los crecientes nodos de infraestructura ferroviaria que cruzan Rusia, Kazajstán y Ucrania. En la última década 2010-2020, los primeros convoyes de trenes de mercancías partieron de China con destino a Dortmund (Alemania) y Rotterdam (Países Bajos). 

Los alemanes tenían, al menos en los círculos industriales, la intención de crear sinergias entre China, Rusia, Kazajstán, Ucrania y, por lo tanto, Europa y Alemania. El objetivo era integrar estados que reunieran zonas logísticas, productivas y exportadoras de energía (Rusia, Ucrania, Kazajistán) e importadoras de bienes industriales tanto de China como de Alemania. El equivalente alemán de las nuevas Rutas de la Seda, o Iniciativa de la Franja y la Ruta, lanzada por Xi Jinping en 2013. De hecho, el objetivo final del bloque alemán parece ser la creación de un frente continental euroasiático con Alemania y China como sus dos extremos y Rusia como conector indispensable. 

Esto explica la persistencia con la que Alemania ha empujado –en contra de los intereses de Washington y la OTAN- por el gasoducto Nordstream 2. Por ello, la Guerra de Ucrania 2014-2022 podría tener como uno de sus objetivos principales la clausura de este proyecto Euroasiático, que integra al Bloque Alemán y lo articula con la China multipolar. La guerra habrá acabado efectivamente con los objetivos de un espacio euroasiático común, solo si lograse que Alemania debilite o corte sus lazos con China y cierre el canal ruso de comunicación entre ellos.

En lugar de un Gran Espacio, Rusia se ha convertido en la única opción para lograr salvar el puente geopolítico estratégico entre Rusia/China y el bloque que constituye la Gran Alemania´. Y la OTAN, instrumentada por Davos/FEM/BlackRock, en el gran obstáculo que ha afectado esta integración euro-asiática, por los intereses en conflicto que fortalecen y motorizan en sus diferentes países componentes.

En mayo de este año 2022, la balanza comercial mensual de Alemania se inclinó hacia el rojo por primera vez desde 1991. No fue mucho (solo alrededor de $ 1 mil millones), pero es un déficit comercial impensado hasta hace poco. En el marco de la Guerra programada por la OTAN en Ucrania desde antes, que se activa a partir de 2014, existe el escenario de una posible derrota de la nueva estrategia alemana multipolar, la Gran Alemania multipolar interconectada económica, tecnológica, cultural y estratégicamente en el Proyecto Multipolarismo Pluriversal. Una pregunta que nos hacemos: Las fuerzas globalistas han logrado subordinar los dirigentes de los países europeos y, ¿qué pasará si dichos líderes políticos pierden el control sobre su población?

Una nueva guerra globalista: el hambre 

Líderes políticos, mega bancos y corporaciones transnacionales globalistas con sus sistemas de desinformación e incomunicación están emitiendo advertencias simultáneas acerca de una «escasez mundial de alimentos» y la amenaza de hambrunas en el mundo. Quieren “hacer entender” que el conflicto en Ucrania es lo que impide que el trigo de ese país no esté llegando al mercado mundial y que esto es responsabilidad de Rusia. Instituciones como FMI, el Banco Mundial, el BIS y la Casa Blanca afirman en primera línea que podemos esperar malas cosechas de trigo no solo en Ucrania sino también en Francia y EEUU y por extensión en el mundo entero. El solo hecho de poder comunicarlo ya hizo disparar los precios de los granos. Luego, los pocos consorcios que dominan el mercado ya pueden manipular la oferta, de manera tal que cada vez mayores sectores de la población mundial sufran hambre.

Por ello es preciso saber, en primer lugar, que la inflación o aumento de precios al consumidor comenzó bien antes del conflicto en Ucrania y se debe en primer lugar a la expansión monetaria –emisión sin respaldo- de los bancos centrales como la Fed, el BCE y el banco central de Japón –BOJ-. La forma en que miden el IPC además es sesgada y refleja aproximadamente la mitad de la tasa real. Para ese efecto se puede consultar Shadowstats de John Williams, donde la inflación se calcula según la metodología utilizada en los años 80. Con ese método el índice alcanzaría 17,3% en vez de 8.6% oficial. La inflación provocada a partir de 2021, debido a la expansión monetaria o impresión de dinero sin respaldo de la Reserva Federal en primer lugar, ha sido suficiente para causar un daño increíble a muchas economías nacionales. Es preciso saber que los precios de los insumos agrícolas como fertilizantes, abonos, etc. están por las nubes debido a las sanciones económicas de los países de la OTAN a Rusia. Si a ello se agrega la sequía extrema y no solo en Europa las malas cosechas junto con las obstrucciones en su acceso al mercado, el hambre estaría tocando muchas puertas y la situación podrá tornarse dramática en países del Sur global que es cada vez más pluriversal. 

Llama la atención que Rusia y China y con ello los BRICS+, se encuentran fuera de ese panorama negativo y se enfocan en la producción y así también en la producción de trigo como recurso estratégico en tiempos de crisis. Como pueden ver en la figura 1 son precisamente Rusia y China los países que esperan cosechas mayores que la media anual.

Figura 1: Cosechas de trigo esperadas en 2022, países seleccionados 

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Rusia exporta, en 2022, más productos básicos incluyendo el trigo y tiene mayores ventas de petróleo que nunca. Ucrania espera una cosecha que se encuentra 24% por debajo de la media, lo que significa en términos absolutos una pérdida de 6.6 millones de toneladas. A partir de ese dato los medios nos informan que habrá hambruna en el mundo. Si observamos los datos de figura 1 queda claro que dicha pérdida se ve compensa por los 5.1 millones de toneladas que Rusia espera cosechar extra este año, junto con otro millón de toneladas por encima de la media en China. El Multipolarismo está en condiciones de amortiguar una hambruna en África con lo que también van a perder los globalistas esta guerra. China cuenta además con unas reservas extraordinarias de trigo, como señalamos en un artículo anterior nuestro. Ante los ojos del mundo el Multipolarismo ofrecerá soluciones a la crisis alimentaria que el Unipolarismo globalista está fomentando. En semejante entorno muchos países de África buscarán afiliación a los BRICS+. 

Las Élites Financieras Globales y, su brazo armado, la OTAN ya han perdido la guerra económica con Rusia/China/etc. A pesar de las amplias sanciones y prohibiciones de importación, el vasto sector energético de Rusia continúa prosperando, el país logró exportar casi mil millones de dólares en combustibles fósiles por día en los primeros 100 días desde el inicio de la confrontación directa en Ucrania. De hecho, los precios más altos del petróleo crudo y el combustible han permitido que los ingresos por el petróleo y el gas de Rusia aumenten, incluso después de que las sanciones obligaran a disminuir los volúmenes de exportación. Es más, a pesar las sanciones, Rusia sigue exportando en los primeros 100 días del conflicto en Ucrania tanto energía fósil a Alemania como a China, que ocupan el primer y segundo lugar de importadores. En tercer y cuarto lugar aparecen Países Bajos (Netherlands) e Italia (Ver gráfico 1).

Gráfico 1: Importaciones de energía fósil de Rusia por países

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Frente a la derrota en la guerra económica con Rusia, las Élites Globales en los gobiernos, las corporaciones transnacionales y sus CEO´s, bien representados en el Foro Económico –Financiero- Mundial (FEM) de Davos, están presionando para impulsar el desmantelamiento de la producción agrícola existente bajo el pretexto del ´Cambio Climático´, del cual muchos CEO´s esperan beneficiarse financieramente, más aun cuando el Senado de EEUU acaba de aprobar un presupuesto multimillonario para ese efecto y que de seguro pasará también por la cámara baja. En el mundo y específicamente también en Occidente, las políticas gubernamentales alineadas con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU) por diferentes medios están presionando a los granjeros y a los pequeños y medianos productores independientes, para que dejen el oficio y vendan sus tierras, ya que no van a poder cumplir con la nueva regulación ambiental y los controles que implican. 

La desarticulación mundial de la oferta agrícola: El hambre provocado

Una nueva guerra aparece en nuestras pantallas: una guerra contra los campesinos granjeros. La desarticulación de la mediana y ´pequeña propiedad´ agrícola. Es otra modalidad más para desarticular la “oferta agrícola” generando escasez y aumentos de precios, causando inseguridad alimentaria incluso en los llamados “países centrales”. Este otoño en el hemisferio norte, el tema no es solo el encarecimiento de la energía sino también la desarticulación de la oferta agrícola y la inflación que implica. El otoño comienza a fines de setiembre y con ello, los fríos en Europa. Será una época en la que muchas familias se enfrentaran de repente a la terrible elección de pagar la factura de la calefacción, que se ha disparado o comprar comida que escasea, y cuyos precios no dejan de aumentar (Vea gráfico 2). 

Entre los formuladores de estas políticas agrícolas están los principales intereses corporativos, incluidos BlackRock, Conagra, State Street, Vanguard. Es a partir de este cuartel que se diseña una guerra contra los granjeros independientes. BlackRock es la empresa globalista más fuerte y arquitecto clave para imponer metas ambientales, sociales a los gobiernos a fin de aplicarlos no solo en la Unión Europea y EEUU sino también en el Sur como ya pudimos observar en Sri Lanka.

La guerra de la OTAN con Rusia en Ucrania con Rusia ya está perdida y así también la guerra económica contra este país. Para lograr aún el Gran Reinicio (Economic Reset) el Foro Económico Mundial de Davos procura desarticular hoy el suministro de alimentos. Esta agenda ambiental no es salvar el clima, sino transformar el planeta y centralizar el control sobre su población y la mejor forma de lograrlo es a través de hambrunas. El que controla la comida y causa miedo del hambre reinará en el mundo es el lema. Con la fuerte inflación en la energía ya batallan hasta los granjeros en los países centrales y con nuevas disposiciones para ´salvar el planeta´ muchos granjeros irá a la quiebra. Los gobiernos operan en connivencia con los CEO´s delas grandes corporaciones que obtienen las tierras a precio de ganga como es el caso del señor neo-feudal Bill Gates.

Gráfico 2 

Alemania evolución tarifa de electricidad: megawatt/ hora 2008-2022 

Euros alemanes de electricidad de carga base a 1 año por megavatio hora

La guerra contra los granjeros (medianos y pequeños propietarios agrarios) es parte de una agenda más amplia para despojar a las personas de su libertad. Un puñado de Corporaciones domina la industria mundial de alimentos y bebidas, así como su mercado. Al obtener derecho exclusivo de la producción, obtendrán no solo el control total sobre la tierra y su producto sino también el poder de fomentar el hambre. A partir del miedo por el hambre lograrían tomar el control sobre la población mundial. La gente que sufre hambre experimenta un miedo existencial, tal como se esperaba lograr de hecho con la “pandemia” Covid-19. El Covid-19, en tanto modo de guerra biológica, no les dio el resultado esperado a los señores neo-feudales financieros de Davos-OTAN-FEM. Por ello, que la hambruna va ser su ´nueva epidemia´. En la mente de los globalistas, ahora, consideran factible subyugar a toda la población mundial con el miedo a la hambruna, al hambre masivo. No contaban en primer lugar, con que en el Mundo Multipolar el bienestar esté en ascenso y que, muy probablemente, cada vez más un número mayor de países del Sur global se resistirán en principio a participar de este proyecto y que, muy probablemente, pasen a una defensa estratégica aguerrida de sus derechos y necesidades como seres humanos. Como ya se puede atisbar a partir de las movidas contra la OTAN, sus capacidades instaladas de laboratorios biológicos-bacteriológicos-y-nucleares en Kazajistán y Ucrania.

Desde que “comenzó” o se dio inicio a la pandemia mundial de Covid-19, las estimaciones sobre el acceso a los alimentos muestran que la inseguridad alimentaria probablemente se ha  duplicado, si no triplicado en algunos lugares del mundo. Las personas hambrientas que se rebelan en países como Sri Lanka, Haití, Armenia o Panamá constituyen apenas la punta del iceberg. Los pueblos han abierto sus ojos ante los mandatos y las políticas coercitivas del cambio climático. La despoblación y el control sobre la reproducción de la humanidad están en la agenda de las élites globales hace ya décadas, lo nuevo hoy es que ya está provocando un momento que llega a su punto crítico y potencialmente insurreccional, como ya se observó en Sri Lanka. 

El Foro Económico Mundial y la Agenda 2030

La campaña para desarticular la oferta agrícola y el ataque directo a los productores agrícolas está estrechamente relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la «Agenda 2030», impulsada por el Foro Económico Mundial (FEM-Davos) en las Naciones Unidas. De hecho, buena cantidad de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU (Cambio Climático) implican políticas que directamente afectan a los productores agrícolas, ganaderos, avicultores, etc. y, por ende, la oferta y el suministro de alimentos en el mundo. 

El plan de la ONU exige la redistribución de la riqueza nacional e internacional en el Objetivo 10, así como lograr “cambios fundamentales en la forma en que nuestras sociedades producen y consumen bienes y servicios”. Usar a los gobiernos para transformar toda la actividad económica es una parte fundamental de los ODS, y para ello el Objetivo 12 exige «patrones de consumo y producción sostenibles», sea lo que sea (ej.: hasta recomiendan comer insectos). Quizás lo más importante es que el documento exige a los gobiernos “una gestión ambiental racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, de conformidad con los marcos internacionales acordados”. 

La ONU pide restricciones drásticas en el uso de fertilizantes, pesticidas, emisiones y agua en el sector agrícola. La FAO declara en este contexto que “el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados es una de las principales causas de la contaminación del agua y de las emisiones de gases de efecto invernadero”. El Objetivo 6 exige una «gestión sostenible del agua», que incluye varios objetivos relacionados con el uso agrícola del agua y la escorrentía. El Objetivo 15, aborda el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y tiene múltiples normas en torno a la agricultura y la producción de alimentos. En concreto: los granjeros (pequeños y medianos propietarios productores) deben “reducir de manera significativa su contaminación del aire, agua y suelo para reducir al mínimo sus impactos adversos en la salud humana y el medio ambiente”. En muchas partes del mundo, los gobiernos nacionales y regionales están trabajando con las agencias de la ONU para implementar estos objetivos de sostenibilidad en la agricultura y otros sectores.

La Secretaría del Centro de Innovación Alimentaria de Davos

En los Países Bajos se encuentra la Secretaría del “Centro de Innovación Alimentaria” del Foro Económico Mundial –FEM- de Davos. Las autoridades y el primer ministro Rutte, en primera línea, están imponiendo políticas de nitrógeno que se espera diezmen al sector agrícola altamente productivo, comenzando por su propia nación. Los planes también incluyen la expropiación generalizada de granjas. “Los planes de expropiación del gabinete son una franca declaración de guerra al sector agrícola”, dijo el parlamentario neerlandés Gideon van Meijeren: “Bajo falsos pretextos, a los agricultores se les está robando sus tierras, se están demoliendo granjas centenarias y las familias de los granjeros están siendo totalmente destruidas”. Una disminución significativa de los granjeros neerlandeses tendrá repercusiones en la cadena mundial de suministro de alimentos, ya que los Países Bajos es el segundo mayor exportador agrícola del mundo después de Estados Unidos (importa muchos productos agropecuarios para reexportarlos con valor agregado). 

En ningún comunicado los políticos neerlandeses han considerado los efectos de su política, ya que irrespetan un objetivo más importante en el acuerdo de la ONU:  terminar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en 2030 . El 10 de agosto dos catedráticos neerlandeses de la Universidad de Wageningen  especializados en nitrógeno llegaron con un plan de cómo salvar al stock de ganado y a todos los granjeros. En esencia plantean que es preciso agregar algunos productos naturales (como aminoácido y follaje de hoja de remolacha de azúcar) al alimento para bajar la contaminación por nitrógeno. El documento es un respaldo grande para la lucha de los granjeros. La ciencia está del lado de los campesinos y deja a la administración Rutte  arrinconada. 

En EEUU, la administración Biden, también está tratando de imponer cierres de granjas. Las asociaciones agrícolas y más de 100 miembros del Congreso argumentan que el plan llevaría a la bancarrota a los propietarios de granjas pequeñas y medianas que no pueden cumplir con los requisitos de informes climáticos para hacer negocios con megaempresas ´públicas´, y esto sucede justo cuando el mundo avanza hacia una escasez generalizada de alimentos. Para imponer la política en los EEUU no solo trabajan con normas y regulaciones, sino que han llegado a destruir más de un centenar de granjas y plantas de procesamiento de alimentos. El 28 de junio se presentó la lista de cien plantas y granjas destruidas en el curso del año. Tratase de plantas de procesamiento de alimentos de carne destruidos por incendios y granjas con millones de aves  destruidas por incendios o destrucción violenta. Los pocos casos restantes cerraron ante las  amenazas recibidas. Aquí ya hay un ambiente de tomar las armas. 

Para poder controlar cualquier protesta, los globalistas están en el proceso de introducir una criptomoneda digital. Con ello lograrían estar en la posibilidad de aplicar el castigo de dejar a las ´personas rebeldes´ fuera del sistema monetario, al poder ser consideradas «terroristas domésticos». Es una elección entre tiranía y soberanía; libertad o servidumbre con sometimiento.  Los globalistas quieren dar un golpe de Estado global en medio del caos y de la hambruna, para instaurar su sistema totalitario. Los banqueros centrales ignoraran la constitución, robarán todas las cuentas rebeldes y todos sus activos, incluso la tierra. ¿Cómo evitarlo? Es ilustrativo conocer lo que acaba de pasar en Irlanda: Intentaron imponer condiciones de cuentas completamente digitales, pero parte importante del pueblo cancelo sus cuentas. Los banqueros tuvieron que retroceder. 

En este contexto, sería un golpe al unipolarismo globalista que China, como líder del Mundo Multipolar, haya roto su compromiso con el proyecto del ´Cambio Climático´ a raíz de la “visita” o apoyo concreto de Nancy Pelossi (Presidente de la Cámara Baja del Congreso de EEUU) a la Isla de Taiwán. Uno de los motivos centrales del acercamiento a Taiwan fue cortar el abastecimiento a China de microchips o semiconductores. La República Popular no solo ha  detenido, hasta cierto punto, el comercio con Taiwán sino ha parado las exportaciones de un recurso esencial para la fabricación de semiconductores. La prohibición de exportar ´arena´ podría convertirse en factor que exacerbe la actual escasez de chips. 

Estados Unidos, Japón, Alemania y Australia, en este orden tienen mayor comercio con Taiwán y dependen de esos chips. Incluso, China ha logrado desarrollar un microchip más avanzado de menos de 7 nanómetros, tamaño que EEUU consideraba el límite tecnológico posible. EEUU pensaba que China estaba perdiendo esta guerra tecnológica al tener chips  inferiores de entre 14 y 20 nanómetros. Con este último salto tecnológico, China gana la guerra económica con EEUU.  Esta es una clara derrota para los señores neo-feudales de Davos y una invitación para que los países del Sur Global cada vez más pluriversal avancen en seguir el ejemplo multipolar de China: Defender confrontando el oponente unipolar globalista

De este modo, el Multipolarismo no solo a partir de Rusia, sino también desde China, ha logrado avanzar y triunfar sobre Unipolarismo globalista de Davos, incluso el terreno de la guerra económica. Esta guerra de hecho es entre la abrumadora mayoría de la población humana y la minoritaria élite financiera globalista, improductiva y parasitaria que busca paralizar para controlar la población mundial, con amenazas de hambrunas. Que seguramente podrían llegar costarle la vida al menos 10% de la población mundial. 

China, al abandonar el proyecto de Cambio Climático, orienta la lucha popular en contra de este Neo-Feudalismo Financiero Global donde, sino rendimos tributo a los Señores del Dinero nos condenan a la exclusión de todo. Es también un serio revés para la guerra de desinformación de los gobiernos y los sistemas de comunicación globales, apoyados por “expertos” ecologistas a sueldo que, de hecho, actúan como ecofascistas.  

El Fin de la división entre izquierda/derecha podría acabar con el globalismo 

A partir del otoño del hemisferio norte, a fines de septiembre entraremos, particularmente en la Unión Europea, en una época en la que muchas familias se enfrentaran a la terrible elección de pagar la factura del gas y electricidad o comprar comida. No son pocos los de la clase media que se verán forzadas de dejar y/o vender su casa amplia para buscar algo más modesto, a fin de poder pagar la cuenta de energía y poder comer. La rebeldía ya no solo es un asunto de campesinos sino también de  ciudadanos, es decir, del pueblo. Con un invierno duro la rebelión podría alcanzar incluso una dimensión insurreccional, sobre todo si Rusia corta todo flujo de gas con nuevas sanciones. 

El desastre de Sri Lanka que conllevó a una insurrección popular ofrece una vista previa de lo que bien podría suceder, incluso en Europa.   Por haber tomado en serio las ideas de la ´sostenibilidad´ del FEM-Soros y la ONU, el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, fue derrocado en Junio-Julio de 2022 al prohibir su gobierno el uso de los fertilizantes y pesticidas químicos, causando hambruna. No solo los granjeros ven con agrado que el primer ministro de Países Bajos tenga la misma suerte que tuvo el presidente de Sri Lanka. Las malas cosechas por el verano más seco en muchas décadas, seguido por un otoño a partir de fines de septiembre cuando el frío entra en muchas casas y al no poder pagar sus cuentas, el pueblo estará en la calle y ya no será solo estiércol lo que rodea las casas de los políticos. 

Ningún político electo por sí solo se arriesgaría a destruir la energía o la seguridad alimentaria de su propio país, con elecciones a menudo a la vista. Pero sus conexiones FEM/Davos han cambiado esa “lógica”. El FEM se asegura que no sea elegido ningún líder occidental que no sea miembro de su exclusivo club.  La clase política probó un poder que antes no tenía y se dejó llevar. La paciencia del pueblo con sus políticos se está acabando. Pero los políticos argumentan:  Nosotros tenemos que ganar en Ucrania primero. El pueblo observa que ya perdimos en Ucrania. Que deberíamos estar haciendo las paces con Rusia. Porque ¡Queremos comida y energía! La rebelión popular está a las puertas del otoño boreal. 

En Reino Unido el movimiento ´Don’t Pay UK´ estima que 6,3 millones de hogares del país se verán empujados a la pobreza por las facturas de energía este invierno, y millones más sentirán el estrés de la inflación fuera de control. Don’t Pay UK cuenta 75.000 que encabeza la batalla para que más de un millón de británicos boicoteen el pago de su factura de energía antes del 1 de octubre. En dicha fecha, el hogar promedio pagará casi £300 al mes ($4.300 al año) solo por energía eléctrica. Esto excluye los elevados precios de la vivienda, de los alimentos y la gasolina. Este otoño millones lucharán por mantener las luces encendidas, la calefacción caliente y tener comida en la mesa. 

En esta coyuntura es hora de desechar la  ya obsoleta división entre izquierda/derecha,   que nos han mantenido divididos y gobernados por gobiernos elitistas financieras globalistas durante tanto tiempo. El resultado al fin de cuentas, ha sido que acabaron con la democracia y la soberanía nacional. En Francia, por ejemplo, la derecha populista y la izquierda populista  unieron fuerzas recientemente para derrotar el pasaporte de viaje COVID del país. Creemos que es importante recordar cómo surgió un movimiento populista en Francia en 2018, con ciudadanos que se pusieron los chalecos-amarillos que la ley francesa exige a los conductores que tengan en su automóvil y que usen durante situaciones de emergencia. Estos salieron a las calles, semana tras otra, en una serie creciente de protestas que amenazaban con derrocar al gobierno de Macron.  Las protestas originales eran contra los impuestos al carbono. En concreto, el Ministerio para la Transición Ecológica de Francia (cosa que existe para complacencia del FEM) decidió en su ´infinita sabiduría´ que el «impuesto ecológico» sobre la gasolina y el diésel era demasiado bajo, así  que lo subieron.  Y, como era de esperar, nació un nuevo movimiento de protesta a nivel nacional que tenía mayor potencia, pero fue interrumpido por los bloqueos que impuso la pandemia Covid-19 en 2020. 

Hacia la Perestroika en Occidente

La derecha en Europa trata de retratar la democracia vigente como antidemocrática y procura así salvar la soberanía, ante las imposiciones autocráticas de Bruselas. Ya no hay democracia y sólo el pueblo de cada nación sabe lo que es verdaderamente democracia. En Inglaterra también habrá cambio de gobierno, lo que significa una nueva crisis al interior del proyecto globalista. 

En septiembre también habrá elecciones en Italia, donde la llamada derecha euroescéptica y anti Bruselas (anti gobierno de la UE) parece dirigirse a una victoria. Italia es la tercera economía en importancia de la UE y bien podría ser un factor decisivo para una división, fractura o cambio cualitativo en la propia Unión Europea. Es un hecho que la credibilidad o legitimidad de los partidos políticos existentes está gravemente dañada o licuada. En Italia, con la dimisión de Mario Draghi después de que La Liga, Forza Italia (FI) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), dejaron claro que no querían seguir apoyando a la coalición de gobierno. Según diferentes sondeos, un bloque liderado por los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, que incluye la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi, podría obtener en las elecciones de fines de setiembre hasta 271 escaños de 400 en la cámara baja y 131 de 200 en el Senado. Con ello, Europa se prepara para el gobierno más radical en la historia republicana de Italia (con fuerzas políticas de la vieja derecha italiana) con un fuerte trasfondo populista y euroescéptico (anti globalista). 

El dato clave es que este hecho se da en un momento donde los líderes de la UE buscan mantener la cohesión del bloque de 27 naciones en guerra económica contra Rusia. Guerra económica que ya han perdido, pero que aún no se dan por derrotados por las necesidades estratégicas de la OTAN-Globalista. El cierre completo del gasoducto NordStream-1 (que ya funciona al 20%) haría que Alemania quede en una recesión profunda. 

Con Italia la unidad europea podría quebrarse a partir de este otoño boreal (septiembre-octubre) de 2022. Bruselas (el gobierno central de la UE) ya ha estado lidiando con gobiernos anti-globalistas o de “derechas” en Hungría y Polonia, los que ya vienen desafiando la legitimidad de la Comisión Europea (Órgano ejecutivo de la UE).  Si Italia, con su peso cualitativo, se agrega a este bloque podría ser la gota que rebase el vaso, que produzca un “cambio” cualitativo social y político. Una posible fragmentación o quiebre de la UE no estaría lejos de ser probable, lo que significaría a la vez una derrota para la OTAN y, por lo tanto, la aceleración de la Perestroika en Occidente, que ya hemos descripto.

En noviembre de 2022 habrá elecciones de medio término en EEUU. Clima electoral que ya comenzó a hacerse sentir. Una encuesta de Gallup, de fines de julio de 2022, encontró que la población estadounidense señala como uno de los principales problemas en EEUU, en primer lugar, la mala administración Demócrata y de Biden que, junto con el mal manejo de la economía y la inflación, suma el 46% de las opiniones. El 8% ve la cuestión del aborto como problema importante y tan solo el 1% de los estadounidenses ven a Rusia como un problema importante. Este es el tema central y sobresaliente de la comunicación globalista. 

Es una señal no solo de la poca credibilidad que tiene la actual administración Globalista de Biden/Pelosi/Harris en EEUU, sino también de la nula confianza que el pueblo norteamericano tiene ya en sus sistemas de comunicación masiva. Está muy claro que estos son indicadores de la crisis integral o perestroika en la que encuentran los EEUU. Por otro lado, está claro que la llamada derecha estadounidense, los republicanos antiglobalistas junto a los Trumpistas nacionalistas, estarían en condiciones para poder ganar ambas cámaras en noviembre 2022. Lo que sería un contundente revés para el proyecto del Gran Reinicio Globalista -Great Reset- y la Oligarquía Financiera que comanda Davos-FEM. Se vislumbra que los globalistas tendrán su nueva pandemia para el otoño para boicotear unas elecciones normales. El pueblo ya no crea en los dirigentes de la salud. Toda esta crisis sistémica es lo que podría expresarse y hacer de las calles un vasto, complejo y diverso campo de batalla. Hasta la Perestroika en Estados Unidos ya en desarrollo, podría profundizarse hacia fines de septiembre, impregnando con su signo al inicio de la primavera boreal del año 2022.>>

A modo de conclusión

El conflicto de la OTAN globalista en Ucrania contra Rusia y la Unión EuroAsiática es todo un fracaso. Que solo logro revelar la enorme dependencia de la ´Gran Alemania´ del gas y petróleo rusos, mostrando como sus economías estan ya integradas y se paralizan sin ellos. Además, también pone en peligro su ya posible integración al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda desde China hasta las costas del Atlántico. Y que la Gran Alemania depende en elevado grado del comercio con China y con el resto de Unión Económico Euroasiática. Es probable que Rusia termine siendo parte con Turquía del control del Mar Negro. Incluso probablemente no solo del granero de Ucrania sino también de su parte económica más dinámica.

Las poblaciones de Alemania, Países Bajos, Suiza, Francia, Italia, Polonia, etc.  entran en la temporada de gobiernos enrarecidos. Con el otoño se anuncian los fríos y, con los precios de energía y de los alimentos por las nubes, los ciudadanos se levantarán contra los locos dictados del Foro Económico Mundial (WEF). Dictados Globalistas para reducir la ganadería y cerrar la agricultura, declarando de hecho que la producción de alimentos es un peligro ambiental inaceptable.

En este contexto particularmente es que, en Alemania y en buen número de otros países, se darán cuenta de manera concluyente que su política de «energía verde» fue un fracaso total. Sus gabinetes, así como en otros países, caerán por este punto y/o por la lucha popular. Que se plantea como objetivos el acceso a alimentos más baratos y en la defensa de los granjeros y campesinos que los producen. Los títeres globalistas, implantados en muchos países, probablemente serán derrocados. Podemos imaginar incluso un escenario en el que la OTAN y la Unión Europea se disolverán. Sería la derrota estructural del Globalismo financiero unipolar. Y, se abre con ello un espacio de renegociación con Oriente, incluyendo a Rusia y, rompiendo con el sometimiento a EEUU y la Elite financiera globalista, es decir, renunciando a la OTAN, a Davos y al FEM. El camino de la ´Gran Alemania´ hacia el Multipolarismo no está cerrado por completo.

ANEXOS:

1 ¿Quién es el dueño del mundo? https://www.climaterra.org/post/qui%C3%A9n-es-el-due%C3%B1o-del-mundo-blackrock-y-vanguard.  Conagra Brands CAG, https://feedingourselvesthirsty.ceres.org/company-scorecards/conagra-brands 

2

  El fracaso de la política globalista de “agenda climática” o “verde” es un hecho de características significativas, que implica el no avance por el mapa de poder trazado por el Globalismo en 1999-2021 y el no regreso al mapa de poder delineado ya por el Continentalismo estadunidense y su fase posterior Tricontinentalista en 1966-2001.

La puja de poder entre la OTAN y la OCS, que asumen la forma de enfrentamiento entre OTAN vs Rusia en la frontera de Ucrania-Bielorrusia y en la frontera interna Kiev-Donbás en Ucrania marca los límites de la OTAN pos Afganistán 2021 para resolver a su favor los conflictos que plantea y que se le plantean. Para la administración globalista, desde la administración Obama a la de Biden, a través de la OTAN, la crisis en Ucrania es el instrumento para evitar por todos los medios que la UE –Europa- consolide su articulación en el proyecto del Mundo Multipolar. Y, por lo tanto, la recuperación de la unidad estratégica de Europa. Para ello, en primer lugar, el Globalismo a través de la OTAN con base de apoyo en Polonia y Ucrania, busca sabotear con “todos los medios” la puesta en marcha concreta del Gasoducto Nordstream-2, que conectaría de modo directo Rusia-y-Alemania. La Iniciativa Globalista llamada “Crisis Climática” o “Alternativa Verde” ha entrado en un momento de crisis terminal, porque los actores (e intereses) que las promovían han perdido la iniciativa, se han dispersado sus “fuerzas” e incluso están en desarrollo conflictos internos que adquieren cada vez mayor relevancia. Esto, por otro lado, se manifiesta como un regreso de las naciones del sur global a una agenda industrial y energética con iniciativa propia en el marco del multipolarismo ascendente. Por ello, las “paradas” de suministro de energías fósiles en Europa, que ya está expuesta a las primeras olas de frio, se transforman en fuerzas que movilizan, bloquean y generan nuevas situaciones y escenarios, donde emergen y se consolidan estos actores ascendentes e incluso incluyendo nuevos. ¿La Crisis del Globalismo puede dar paso a una revolución mundo?, Multipolarismo y el regreso del Reino Medio, Wim Dierckxsens y Walter Formento, Publicado el 17/12/2021, Centro de Investigaciones en Política y Economía (CIEPE) https://ciepe.com.ar/la-crisis-del-globalismo-puede-dar-paso-a-una-revolucion-mundo/ 

3  Levantamiento en Sri Lanka obliga a dimitir al presidente y al primer ministro https://www.wsws.org/es/articles/2022/07/12/sri2-j12.htm l; https://www.anred.org/2022/07/10/revolucion-en-sri-lanka-los-trabajadores-deben-tomar-el-poder-y-poner-fin-a-la-barbarie/ ; https://viacampesina.org/es/solidaridad-con-el-pueblo-de-sri-lanka-permitir-las-protestas-pacificas-cancelar-toda-la-deuda-ya/ ;

4  El entrecomillado plantea qué implicaría significaría en una época de Globalismo – Multipolarismo los conceptos políticos históricos (1790-2000) de Derechas e Izquierdas. Las comillas alertan que esos conceptos ya no describen lo necesario para aprehender los fenómenos u hechos histórico-políticos que están sucediéndose a partir de 1999-2000.

5 La Comisión Europea es el órgano ejecutivo, políticamente independiente, de la UE. Es la única instancia responsable de elaborar propuestas de nueva legislación europea y de aplicar las decisiones del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE. 

6 La Perestroika en Estados Unidos: Réquiem para la civilización occidental. Wim Dierckxsens, Walter Formento, 08/12/2021 https://mail.alainet.org/es/articulo/214542?language=es 

Cheng Wayen*- La “operación militar especial” de Rusia en Ucrania ha desnudado la política de dominación occidental y ha puesto fin a la globalización liderada por Estados Unidos.En el futuro China tendrá que impulsar un nuevo sistema global, un sistema internacional de “tres anillos” que garantice la seguridad y el desarrollo nacional

Desde el cambio en las relaciones de China con los Estados Unidos a partir de 2018, la situación mundial ha estado en crisis y las «teorías de desacoplamiento» se han vuelto populares en el país y en el extranjero. Y ahora con el conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación internacional se ha vuelto claramente beligerante, en los dos últimos meses Estados Unidos ha decidido apuntar sus dardos contra China tanto en los asuntos internos como los externos.

Aunque muchas personas opinan que la globalización es irreversible y no creen que llegará el día de desvinculación total, ¿cómo habrá que responder si se produce una desvinculación en un futuro cercano?

Este artículo argumenta que el conflicto Rusia-Ucrania es un hito importante en el fin de la globalización liderada por Estados Unidos, lo que significa que China ya no tiene el entorno de desarrollo externo pacífico del que ha disfrutado durante los últimos 40 años.

En el futuro China tendrá que impulsar un nuevo sistema global, un sistema internacional de “tres anillos” que garantice la seguridad y el desarrollo nacional: el primer anillo son los países vecinos en Asia Oriental, Asia Central y Oriente Medio, con los que China ha formado una estrecha división industrial del trabajo y de los cuales obtiene un suministro de energía estable y una barrera de seguridad fiable.

El segundo anillo son los países en desarrollo de Asia, África y América Latina, con los que China intercambia materias primas, bienes industriales y debe ayudar a su desarrollo; el tercer anillo se extiende a los países industrializados tradicionales; Europa y Estados Unidos.

La crisis en Ucrania

La “operación militar especial” de Rusia contra Ucrania, y la consiguiente confrontación a gran escala entre Occidente y Rusia, es un hito en el final de la marea de globalización que ha estado en marcha desde la década de 1980. Hoy Estados Unidos mantiene a sus aliados como rehenes imponiendo sanciones letales a Rusia y obligando al resto del mundo a elegir entre Occidente y Rusia, lo que ha llevado a una repetición de la mortífera lucha de hace un siglo y plantea un gran desafío para China.

El “fin de la globalización” ha dejado a China sin el entorno de desarrollo externo que ha tenido durante las últimas cuatro décadas, y es probable que en el futuro se intensifique la presión de EE UU para reconstruir su dominación del sistema internacional y “desacoplarse” de China y Rusia.

En los treinta años desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia ha pasado de un acercamiento inicial con los Estados Unidos y Occidente, a un alejamiento gradual, y finalmente a una implacable confrontación, que subraya los límites políticos de la globalización.

El mundo actual se caracteriza por un cambio de paradigma.

Contrariamente a una idea romántica de cooperación creada por occidente, la globalización favoreció inicialmente a la hegemonía estadounidense, los hizo en parte sirviendo al propósito de desmantelar la Unión Soviética y al campo socialista, y también aumentando las desigualdades entre los países desarrollados y los países “del tercer mundo”.

Como ahora la globalización amenaza las ventajas de poder obtenidas por EE UU, el proceso será inevitablemente “revertido”, por este país otrora hegemónico, y el camino para esta compleja operación ya está. El proceso globalizador de las últimas décadas y la búsqueda de dominio estadounidense son las dos caras de la misma moneda, y se condicionan y refuerzan mutuamente.

La “operación militar especial” de Rusia en Ucrania ha desnudado la política de dominación occidental y ha puesto fin a la globalización liderada por Estados Unidos.

La expansión de la OTAN hacia el este es la razón principal de la iniciativa de Rusia. A primera vista pareciera ser un problema de seguridad, pero, de hecho, también, es un problema económico. La periferización de la Unión Soviética en el sistema global es el objetivo del proceso globalizador iniciado por Estados Unidos, y la intención de Rusia de usar la globalización para lograr el renacimiento nacional y convertirse en un estado central va en contra de la lógica del proceso globalizador.

En Rusia, el interés del capital global, especialmente del capital financiero, se centra en la energía, los alimentos y los minerales, que son las áreas en las que el capital financiero puede obtener grandes ganancias. Pero, desde que Putin asume el poder, Rusia ha fortalecido el control sobre sus industrias claves (cruciales para la seguridad nacional) y sobre los medios de subsistencia básicos.

Rusia además está comprometida con la construcción de la Unión Económica Euroasiática y la configuración de un espacio de desarrollo económico que sea digno, algo que no agrada al capital externo.

La expansión de la OTAN hacia el Este es una manifestación de la política del capital para lograr la expansión de su mercado, exprimiendo el espacio de desarrollo de Rusia e intensificando la periferización de ese país. Esto es lo que la élite pro-occidental rusa no quiere ver.

Por tanto, si Rusia no daba una respuesta efectiva, se iba a transformar, aún más, en un proveedor de productos primarios, perdiendo su capacidad de participar en la política de las grandes potencias e incluso teniendo una crisis interna.

Bandera de la OTAN. Foto: No Cold War
La expansión de la OTAN hacia el Este y las actuales sanciones occidentales

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, el sistema colonial europeo se derrumbó gradualmente y la regla explícita del orden internacional desde la segunda mitad del siglo XX se centró en las Naciones Unidas y el derecho internacional, que encarnaba el principio de la igualdad soberana de todos estados.

Sin embargo, el orden internacional jerárquico centro-periferia, bajo el sistema colonial europeo, realmente no ha desaparecido, sino que ha continuado con reglas sutiles y un orden oculto. Y aunque las relaciones de poder jerárquico del pasado ya no existen, estas han sido reemplazado por un orden internacional “común pero diferenciado”, es decir, todos los países son soberanos e iguales solo que … en las apariencias.

En otras palabras, todos los estados son soberanos e iguales, pero en la práctica existen grandes diferencias en el ejercicio del poder. El “orden basado en reglas” es la principal expresión de este orden, un “orden” en que todos los países están obligados a seguir las mismas reglas, pero estas reglas no se basan en las Naciones Unidas, ni en el derecho internacional, sino en el poder de EE UU y de los países occidentales.

La hegemonía estadounidense desde la posguerra y con el G-7 ya establecido – a fines de la década de 1970- son dos de las principales manifestaciones del orden global centro- periferia contemporáneo. La reunión anual del G-7 discute no sólo los asuntos de siete países, sino también los asuntos del mundo entero; negocian y luego promueven la transformación de las reglas globales.

El “orden basado en reglas” es en realidad “un orden basado en las reglas establecidas por Occidente”, y lógicamente es clave quién hace las reglas. En un sistema global de división del trabajo, la creación de reglas, la oferta monetaria y la producción de bienes industriales son el negocio de unos pocos países del centro capitalista.

Ahora, si otros países deciden cambiar este orden, inevitablemente deberían desmantelar la posición dominante de los países del G7, que son los que tienen el dominio monetario y normativo y mantienen la superioridad tecnológica con los derechos de propiedad intelectual.

El inesperado crecimiento económico de China en las últimas décadas ha alterado el orden internacional centro-periferia de la posguerra y ha amenazado las reglas tácitas centradas en los países occidentales. La razón principal de esto es que el desarrollo de China ha tocado “el queso” de Estados Unidos y de otros países occidentales, que nunca imaginaron que la Republica Popular China también podría “ocupar parte del centro del escenario”.

La expansión de la OTAN hacia el Este o la elección de “China como objetivo de las acciones punitivas de los Estados Unidos”, está reflejando que Occidente quieren mantener y fortalecer su propia ventaja de poder. El conflicto Rusia-Ucrania y las implacables sanciones de Occidente contra Rusia resaltan aún más el hecho de que la mayoría de los países del mundo están en el «campo» de la periferia, mientras que unos pocos están en el “centro de la ciudad”, y Estados Unidos está el “centro del centro global”.

El “centro urbano”, no quiere enterarse del progreso de lo “periférico”.

En esta ronda de globalización, China, con su fuerte crecimiento económico y aumento del poder nacional, ha mostrado una tendencia a pasar de las áreas “rurales” a las “urbanas”. Al contrario, la globalización, de los países centrales del capital han exhibido los límites del orden internacional de la posguerra.

El hecho de que China se haya convertido en “un gran centro urbano” debido a su poder estatal es intolerable para Occidente. De hecho, China y Rusia se han convertido en obstáculos para que los «centros urbanos occidentales «.

Recordemos por un momento el primer artículo de las Obras Escogidas de Mao Zedong, “Análisis de las clases en la sociedad china”. En ese trabajo Mao nos plantea la siguiente pregunta: “¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Quiénes son nuestros amigos? Esta cuestión es la cuestión principal de la revolución”.

Durante los últimos 40 años, China ha llevado a cabo una política de “reforma y apertura”, y en los últimos años ha iniciado la construcción de una comunidad de destino humano. En sus intercambios internacionales, ya no enfatiza deliberadamente la distinción entre enemigos y amigos, sino que espera promover “la belleza y la comunidad”

Pero, ¿podemos lograr una “comunidad o mancomunidad internacional”? Hoy parece difícil, que el mundo puede lograr este tipo de “mancomunidad”. Este ideal no está determinado por el deseo de China.

Con los países occidentales liderados por Estados Unidos dispuestos a una confrontación a gran escala con Rusia y China, el mundo contemporáneo ya no puede ser considerado mecánicamente como un lugar de “paz y desarrollo”. Lo cierto es que la realidad nos impone seriamente considerar la “competencia” o incluso la “guerra”. Y como no se puede descartar la guerra, ya no es posible lograr un desarrollo en un sistema globalizado dominado por los países occidentales.

Por tanto, China tiene que repensar la “pregunta principal” en sus relaciones exteriores: ¿quiénes son los posibles socios de China ahora y en el futuro, y quiénes son los socios que China no puede atraer?

Las cosas se juntan en grupos y las personas se dividen en grupos. Lo mismo es cierto para los países. Los países con experiencias y aspiraciones similares tienen más probabilidades de establecer relaciones de cooperación duraderas.

Xi Jinping durante la cumbre BRICS. Foto: ALAI.INFO
La unión de los países en desarrollo

En las relaciones internacionales contemporáneas podemos distinguir estas diferencias: los países occidentales frente a los no occidentales, los países desarrollados frente a los países en desarrollo y los países del Norte frente a los países del Sur. Estas son distinciones comunes entre tipos de países, siendo los países desarrollados y los países del Norte en su mayoría países occidentales y los países del Sur y países en desarrollo países no occidentales.

A diferencia de las distinciones entre países desarrollados y países en desarrollo y países del Norte y del Sur, que son de naturaleza económica, las distinciones entre países occidentales y no occidentales apuntan a dimensiones políticas y culturales, lo que implica relaciones de poder globales.

A partir del siglo XIX, el mundo experimentó una “transformación global”: el anterior “mundo pluralista y sin centro” fue desplazado a un sistema global “centro- periferia” altamente interconectado y jerárquico. El “imperialismo” de finales del siglo XIX – y la era revolucionaria de la primera mitad del siglo XX- caracterizaron este orden “centro-periferia”, del cual el Occidente era el centro.

El imperialismo y la globalización desde mediados y finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX fueron dos caras de la misma moneda: el imperialismo vino con la globalización, y la globalización fortaleció al imperialismo, este proceso imperial construyó una “jaula de hierro” para los países en la periferia, de la que era muy difícil escapar.

Los países occidentales eran el centro del sistema global y de este lugar vino primero el imperialismo europeo con su “orden colonial” y posteriormente la hegemonía estadounidense: Al mismo tiempo, muchas de las revoluciones de la época moderna, incluidos los movimientos anticoloniales, tuvieron como objetivo romper esta estructura de poder centro-periferia por desigual e injusta.

En la estructura de poder centro-periferia, los estados del centro impidieron el progreso de los estados periféricos y no pueden, por definición, ofrecer tratos en pie de igualdad con estos estados. La revolución china que dio sus primero pasos en la primera mitad del siglo XX y se consolidó en la segunda mitad de ese siglo tuvo el apoyo y la solidaridad de las fuerzas políticas anticoloniales de la periferia del sistema global.

La red de la Internacional Comunista, en la que participaba el Partido Comunista Chino, formo una alianza con las fuerzas que se oponían al régimen colonizar y opresor de la época; en la guerra contra Japón, los comunistas chinos participaron en la guerra mundial contra el fascismo y continuaron con la lucha antiimperialista exigiendo la abolición de los “derechos” desiguales impuestos por los países occidentales.

Volver a Bandung

Después de la fundación de la República Popular China en 1949, China otorgó gran importancia a la cooperación con los países del «Tercer Mundo» y apoyó el movimiento anticolonial y la construcción soberana de naciones independientes en Asia, África y América Latina.

En la Conferencia de Bandung en 1955 los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica propuestos por China se convirtieron en la base de la Cooperación China con el mundo de la periferia. Con el tiempo esta política favoreció el desarrollo de un círculo virtuoso en las relaciones entre China y los países asiáticos, africanos y latinoamericanos. De hecho, con el apoyo y la cooperación de estos últimos países, China ingresó a las Naciones Unidas en 1971 y se convirtió en miembro permanente del Consejo de Seguridad.

Paises participantes de la conferencia de Bandung. Foto: El profesor

La solidaridad y asistencia mutua de China con los países asiáticos, africanos y latinoamericanos en su resistencia al dominio colonial y en la construcción nacional es una característica clave del multilateralismo chino. A saber; la prioridad otorgada a la cooperación con los países en desarrollo no occidentales y el respaldo efectivo a la resistencia conjunta contra un orden internacional desigual e injusto.

Con una diplomacia que privilegió a los países en desarrollo no occidentales, China no excluyó las relaciones amistosas y cooperativas con países occidentales desarrollados y otras grandes potencias. En estas interacciones con los países del centro la Republica Popular China siempre considero necesario que sus relaciones con occidente deberían establecerse en condiciones de independencia, igualdad, reciprocidad y sin relaciones de jerarquía en las relaciones internacionales.

Desde la perspectiva de los países del centro, su cooperación con China siempre ha tenido un techo, China no debe desafiar la estructura de poder mundial centrada en los países occidentales. Por tanto, cuando alguna de estas premisas cambie, será muy difícil para China, como país en desarrollo, continuar manteniendo relaciones de cooperación profundas con los países occidentales, especialmente en el campo de la política internacional.

Durante las últimas cuatro décadas, China ha abandonó las diferencias ideológicas y evitó los conflictos con los diferentes sistemas de gobiernos nacionales, y se comprometió a cooperar sin distingos con todos los países, formando gradualmente un patrón de relaciones exteriores en el que “aunque las grandes potencias son clave, la periferia es primordial, los países en desarrollo son fundamentales, y el multilateralismo es una etapa insoslayable”.

Sin embargo, este patrón ha encontrado muchos obstáculos cuando esta llegando “el momento del fin de la globalización”. Es poco probable que el «desacoplamiento» de la economía, la tecnología, el conocimiento y las relaciones políticas iniciado por EE UU

(con la ayuda de otros países occidentales) de un paso atrás. La guerra entre Rusia y Ucrania, provocaran que el “desacoplamiento” se intensifique.

Desde la fundación de la República Popular China, el país ha vivido varios cambios en su política diplomática en respuesta a la situación imperante de cada momento histórico. Primero, fue el enfoque de «una línea, una gran área», más tarde la política de «los tres mundos» y desde 1978 “la reforma y la apertura” que se centró en la cooperación con los países occidentales, todos estos cambios

En este momento de “cambios sin precedentes”, los países occidentales están mostrando intenciones cada vez más fuertes de suprimir a las naciones que sean sus posibles retadores, especialmente después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Con Ucrania, Estados Unidos y Europa han puesto de manifiesto su decisión de atenazar a los países no occidentales en todos los frentes. Esta deriva se ha convertido en una política estratégica de Occidente en las relaciones internacionales durante mucho tiempo.

China debe estar muy alerta porque las sanciones omnipotentes y las tácticas represivas de Occidente contra Rusia se aplicarán a China en el futuro. Por esta razón, es urgente reexaminar la política anterior de China, ajustar el patrón espacial de sus relaciones exteriores y fortalecer la cooperación con los países en desarrollo no occidentales, para crear un nuevo entorno internacional propicio para salvaguardar la seguridad nacional de China y su desarrollo a largo plazo.

Los tres mundos y los tres anillos

En 1974, Mao Zedong propuso la división de los “tres mundos” e hizo un análisis de los tres tipos de países que había en el mundo y la forma en que China podía interactuar con ellos, siendo los países en desarrollo del “tercer mundo” el objetivo principal de las relaciones de China, como país integrante del “tercer mundo”.

El gobierno y el pueblo chinos apoyaron firmemente la lucha justa de todos los pueblos y naciones oprimidas. La teoría de los «tres mundos» era la expresión política de la experiencia previa del proceso revolucionario. En su diseño se especificó la prioridad espacial de las relaciones exteriores de China. Fue la guía ideológica para la participación de China en la cooperación Sur-Sur, y hoy nos ofrece una fuerte inspiración para que China recomponga esta prioridad en sus actuales relaciones internacionales.

En comparación con el énfasis de cooperación con los países occidentales política aplicada con “la reforma y la apertura”, China ahora tendrá que dar importancia a la promoción de la cooperación Sur-Sur. Por tanto, el desarrollo de los acuerdos estratégicos de China deberá centrarse principalmente en promover la construcción de un nuevo sistema global basado en Asia y la región circundante durante bastante tiempo.

La foto de Mao señala una de las entradas a la Ciudad Prohibida, la vieja residencia de los emperadores chinos. Foto: AFP
Un nuevos sistema internacional en marcha

El resultado final será la formación de un sistema internacional de «tres anillos» que garantice la seguridad y el desarrollo nacional de China:

El primer anillo son los países vecinos de China en Asia Oriental, Asia Central y Medio Oriente. En Asia Oriental, China está conectada por los recursos financieros ha formado una estrecha división del trabajo con los países de esta región. En Asia Central y Medio Oriente estamos conectados con los recursos del mundo. China tiene que depender de los países de esa región para obtener suministro de energía estable y una barrera de seguridad confiable.

El segundo anillo es la gran cantidad de países en desarrollo de Asia, África y América Latina, con los que China intercambia materias primas y productos industriales. La ayuda exterior de China debe dirigirse principalmente a estos países.

El tercer anillo se extiende a los países industrializados tradicionales, principalmente Europa y Estados Unidos, con los que China intercambia productos industriales, tecnología y conocimientos.

Esta estructura de los “tres anillos” se deberá utiliza para priorizar y redirigir los contactos con el exterior y para redefinir la dirección y el contenido de las relaciones internacionales.

La primera clave para la construcción del sistema internacional de los “nuevos tres anillos” está en el “primer anillo”, es decir, los dos lados de Asia: uno es Asia Oriental, la otra es Asia Central y Medio Oriente. Para impulsar aún más el proceso de integración económica en el Este de Asia y fortalecer el vínculo con Asia Central y Medio Oriente, es necesario enriquecer los temas de interacción con los países asiáticos como requisito previo.

En los últimos años, China se ha dedicado a promover la diplomacia económica con otros países y ha promovido fuertemente la integración económica de Asia oriental y la cooperación económica con muchos países asiáticos. El último avance en la integración económica de Asia Oriental nos ha llevado a la construcción de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que entró en vigor el 1 de enero de 2022.

Sin embargo, los intercambios económicos entre los países de Asia oriental se han visto cada vez más afectados por fuerzas extraterritoriales y factores de seguridad en los últimos años. Las disputas sobre los derechos marítimos en el Mar de China Meridional y la estrategia de “Indo-Pacífico” de EE UU han agregado incertidumbre al proceso de integración económica de Asia Oriental.

China debe salir de su anterior “supremacía del PIB” en las relaciones internacionales, y prestar atención a los problemas políticos y de seguridad. Dicho de otra manera, debemos promover una mayor cooperación en materia de seguridad entre los países asiáticos para evitar que los problemas de Asia sean explotados por fuerzas externas.

Cooperación Sur-Sur un cambio fundamental

La base de las relaciones internacionales para la promoción de “los tres anillos» es la «cooperación Sur-Sur», un viejo concepto que enfatiza la cooperación y el apoyo mutuos entre los países no occidentales Es un concepto que enfatiza la cooperación y el apoyo mutuos entre países no occidentales del tercer mundo

En la segunda mitad del siglo XX, el significado de la cooperación Sur-Sur era más político, ya que los países en desarrollo eran generalmente económicamente subdesarrollados y tecnológicamente débiles, y los intercambios comerciales y tecnológicos entre ellos tenían poco impacto sobre la economía mundial. Sin embargo, ahora, la cooperación Sur-Sur está construyendo una nueva base más realista en el nuevo siglo.

La principal razón es que, en las últimas décadas, los países en desarrollo de Asia, África y América Latina se han convertido en países industrializados o cuasi-industrializados, siguiendo la ola de globalización y “escalando” hacia un nuevo sistema en términos de producción y circulación material global.

La “escalera” original de la globalización construida por Occidente ha perdido fuerza y color. Está naciendo un nuevo sistema global con las siguientes características:

La participación global de los países en desarrollo no es lo que solía ser: en 1980, los países desarrollados representaban el 78,9 por ciento del PIB mundial, mientras que los países en desarrollo representan solo el 21 por ciento. En 2021, la participación de los países desarrollados en el PIB mundial cae al 57,8 %, mientras que la participación de los países en desarrollo aumenta al 42,2 %.

La participación combinada del PIB de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) más Turquía, Corea del Sur e Indonesia en términos de paridad del poder adquisitivo aumenta del 18 % de la economía mundial en 1992 al 37,36 % en 2021, mientras que el los países del G7 disminuyen del 51 por ciento al 44 por ciento en el mismo período.

Los intercambios comerciales y las inversiones mutuas entre los países en desarrollo también se han vuelto fundamentales. El comercio entre China y África aumentó 22,6 veces entre 1997 y 2010, y el comercio con América Latina aumentó 22 veces

En 2021, el comercio China-África y China-América Latina aumentará otras 2 veces y 2,5 veces, respectivamente, en comparación con 2010.El comercio de Brasil con los países árabes se cuadriplicó entre 2003 y 2010, mientras que el comercio con África se quintuplicó hasta un total de 26.000 millones de dólares, una cifra superior a la del comercio de Brasil con socios comerciales tradicionales como Alemania o Japón; en 2019, el comercio de Brasil con los países árabes y África aumentó 0,98 veces y 0,68 veces, respectivamente, en comparación con 2010. Desde 2001, el comercio de India con África ha crecido a una tasa anual promedio de 17,2%, con 2,26 veces más en 2021 que en 2011.

El comercio de India con América Latina y los países de Medio Oriente y África del Norte ha experimentado un crecimiento similar. Tanto el comercio como la inversión mutua entre economías emergentes como India y Brasil también se están acelerando rápidamente, con volúmenes de comercio entre países en desarrollo creciendo más rápido que la tasa de crecimiento promedio mundial, mientras que los intercambios comerciales con países desarrollados continúan disminuyendo y la división del trabajo y la cooperación entre estos países en la producción de bienes primarios e industriales replica el histórico intercambio globalizado de bienes materiales. El comercio de la India con los países de América Latina y Oriente Medio y África del Norte ha experimentado un crecimiento similar.

Tanto el comercio como la inversión mutua entre economías emergentes como India y Brasil también se están acelerando rápidamente, con volúmenes de comercio entre países en desarrollo creciendo más rápido que la tasa de crecimiento promedio mundial, mientras que los intercambios comerciales con países desarrollados continúan disminuyendo.

Diseño de mundo sur

Por otra parte, desde China, Asia ha formado una red de cooperación económica coexistente. Esto se demuestra con lo siguiente.

Primero, en 1980, los países en desarrollo de Asia representaban solo el 12,7 % del PIB mundial, pero en 2010 aumentó al 20,6 % y para 2021 alcanzará el 31,2 %. Para 2020, los 15 miembros de RCEP tendrán una población total de 2270 millones, un PIB de 26 billones de dólares estadounidenses y un total de importaciones y exportaciones de más de 10 billones de dólares estadounidenses, lo que representa alrededor del 30 % del total mundial. HSBC predice que para 2030, la participación global del volumen económico del círculo económico RCEP aumentará al 50%

En segundo lugar, el centro de gravedad del comercio y la inversión mundiales también se ha desplazado hacia Asia. La participación de Asia en el comercio mundial aumentó del 15,7 % en 1980 al 22,2 % en 1990, 27,3 % en 1995, 26,7 % en 2000, 25,6 % en 2001 y aumentó aún más hasta el 36 % del comercio mundial en 2020, convirtiéndose en el principal bloque comercial del mundo

En tercer lugar, el nivel del comercio intra-asiático supera al del comercio extraterritorial. Entre 2001 y 2020, el comercio regional intra-asiático total salta de $3,2 billones a $12,7 billones, con una tasa de crecimiento nominal anual promedio del 7,5%. Durante el mismo período, la participación de Asia en el comercio mundial total aumentó del 25,6 % al 36,0 % y, en 2020, el comercio intrarregional de Asia representó casi el 58,5 % del comercio exterior.

En cuarto lugar, las dos alas de Asia se están convirtiendo económicamente en un mundo, y el flujo de energía del Medio Oriente se ha desplazado de su dirección anterior principalmente a Europa y los Estados Unidos hacia el este y el sur de Asia.

Hasta la fecha, los países en desarrollo han sido parte de un sistema económico global, pero ahora parece evidente que necesitamos una mayor unidad económica y política para lograr un mayor grado de conectividad y una mayor influencia política en el ámbito internacional ante la coerción aplicada por los países occidentales.

En la segunda década del siglo XXI, China se ha convertido en la economía real más grande del mundo, así como en el socio comercial más grande de la mayoría de los países del mundo; la contribución global del sector manufacturero de China es cercana al 30 % en 2021, y es el país que produce la mayor cantidad de bienes materiales en el mundo.

La contribución global de la fabricación de China fue cercana al 30 % en 2021, y como el mayor productor mundial de bienes materiales, desempeñará el papel que desempeñó Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial (en su apogeo, en 1953, Estados Unidos representó alrededor del 28% de la producción industrial mundial).

Lo que China puede y debe hacer es promover activamente la mejora del sistema global de intercambio entre los países en desarrollo como una estrategia global, es decir, realizar verdaderamente una cooperación efectiva Sur-Sur.

Grandes tareas pendientes

Todavía hay deficiencias. Los flujos comerciales actuales y las inversiones mutuas con los países en desarrollo todavía dependen en gran medida de las redes financieras y monetarias proporcionadas por Occidente. Si los países en desarrollo quieren mejorar aún más su autonomía económica y política, y si las economías emergentes quieren ganar una influencia política en el sistema mundial acorde con su tamaño económico, deben romper con su dependencia financiera y monetaria de Occidente.

Por lo tanto, para construir un sistema internacional de “nuevos tres anillos”, es necesario considerar no solo los factores geopolíticos tradicionales, sino también los márgenes monetarios y de información como cuestiones muy importantes. En los últimos años, China ha explorado estos mecanismos mediante el desarrollo de swaps de divisas con algunas economías de los mercados emergentes.

Deberíamos desarrollar un nivel más alto y más amplio de cooperación financiera y monetaria con los países en desarrollo. Con este fin, es necesario hacer un buen uso de algunas plataformas y mecanismos existentes para llevar la cooperación Sur-Sur a un nuevo nivel, incluida la actualización y modernización del ADB y el BRICS Bank, la mejora de un sistema de pago internacional autónomo y controlable; el fortalecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái y la cooperación especialmente financiera entre China-Rusia-India-Irán. También, tenemos que ver a China y a Rusia como países en desarrollo con economías altamente complementarias

El gobierno debe seguir promoviendo la integración económica de Asia Oriental en el marco de «One Belt, One Road», consolidando los logros de la RCEP. También debemos; construir un mercado de energía común en Asia, para que los mercados de compradores de energía en el este y sur de Asia y los mercados de vendedores de energía en el Medio Oriente, Asia Central y Rusia puedan compartir la misma red de comercio y pago de energía; hacer un buen uso del mecanismo de los BRICS, lo que conducirá a la profundización de la cooperación Sur-Sur; y promover la cooperación internacional entre China y Rusia.

Además, deberíamos promover la internacionalización del RMB en el contexto de la diversificación del sistema monetario internacional y la cooperación Sur-Sur, y brindar. Dentro de lo posible, apoyar al estatus del euro mientras se protege contra la hegemonía del dólar estadounidense. para que los mercados de compradores de energía en el este y sur de Asia y los mercados de vendedores de energía en el Medio Oriente, Asia Central y Rusia puedan compartir la misma red de comercio y pago de energía

Hace cien años, los líderes del Partido Comunista Chino propusieron el camino revolucionario de “rodear la ciudad”. En este momento de “cambios sin precedentes”, China y los países en desarrollo necesitan romper el orden centro-periferia del mundo contemporáneo y anular la represión de occidente a los países no occidentales, así como mejorar la solidaridad y la cooperación en las áreas “rurales” globales.

El surgimiento de un nuevo sistema global y la profundización de la cooperación Sur-Sur crearán buenas condiciones para que China ingrese al frente de la economía y la política mundiales, y movilice recursos globales para construir un sistema internacional de «tres anillos», para resolver las presiones de Estados Unidos.

Después de más de 40 años de “reforma y apertura”, China ahora debe ajustar su comprensión de la «apertura» y hacer un nuevo avance en su forma de pensar. Por supuesto, China aún debe tratar de mantener su cooperación con Occidente, y no debe renunciar a estas relaciones siempre y cuando las potencias occidentales no tomen la decisión de ser completamente enemigos de China.

*Artículo publicado originalmente en Observatorio Crisis.

Cheng Wayen profesor de la escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Shanghái.

Por: Anthony Medina Rivas Plata Director de la Escuela Profesional de Ciencia Política y Gobierno UCSM Para DOSSIER GEOPOLITICO

Las tensiones entre China y Estados Unidos por el status de la isla de Taiwán continúan. Beijing acaba de cerrar tres canales diplomáticos para la discusión bilateral de asuntos militares con los Estados Unidos; así como la suspensión temporal de cinco programas de cooperación sobre diversos temas que van desde el cambio climático hasta la lucha antidrogas. Esta es una escalada peligrosa, ya que, como bien sabemos, el potencial de enfrentamientos accidentales aumenta en ausencia de una línea de comunicación directa entre las Fuerzas Armadas de ambos bandos.

La diplomacia es, por excelencia, un juego de garrotes y zanahorias (‘carrots and sticks’) en donde puedes pelearte con la mano derecha mientras sigues negociando con la izquierda. Si, de un lado, los líderes militares estadounidenses han insinuado que existen otros canales de comunicación abiertos con sus pares chinos; al mismo tiempo el delegado para asuntos climáticos de los EE.UU., el ex senador y ex candidato presidencial John Kerry, criticó a China por suspender sus conversaciones climáticas bilaterales. Ciertamente, no se han logrado grandes avances en las discusiones chino-estadounidenses sobre cambio climático debido a que ambos países son las dos principales economías del mundo, con lo que tienen pocos incentivos para reducir sus emisiones frente a sus necesidades de seguir promoviendo el crecimiento industrial al interior. Sin embargo, eso no exime a los actores políticos de esforzarse por mantener el tono de la conversación para evitar que esta siga cayendo por una pendiente, como efectivamente viene ocurriendo ahora. Más aún, Estados Unidos continúa ejerciendo presión diplomática en la principal zona de interés de China, el Pacífico Asiático; con el objetivo de buscar nuevos socios para el aumento de la cooperación económica en el corto plazo, y probablemente de la militar en el mediano y largo.

Actualmente, Estados Unidos viene promoviendo una nueva iniciativa en el Pacífico:  La llamada ‘Ley de Embajadas de las Islas del Pacífico’, acaba de ser recientemente presentada con apoyo de los dos principales partidos (Demócratas y Republicanos) tanto en la Cámara de Representantes (Diputados) como en el Senado; estando prevista su aprobación para finales de este año. Este proyecto de Ley permitirá abrir nuevas embajadas en tres estados insulares (Vanuatu, Kiribati y Tonga) que anteriormente manejaban sus relaciones con los Estados Unidos a través de su embajada en Islas Fiji. Cabe señalar que si bien el presidente Joe Biden planea organizar una cumbre de líderes de las Islas del Pacífico en la Casa Blanca en septiembre con el objetivo de reforzar sus vínculos diplomáticos; sigue siendo muy notoria la ventaja que todavía tiene la República Popular China negociando con estos países debido a su mayor cercanía geográfica y cultural.

Del lado chino, también hay varios movimientos a considerar. Esta semana, China finalizó oficialmente sus ejercicios militares con fuego real en el Estrecho de Taiwán; a la vez que su Oficina de Asuntos de Taiwán (un despacho dependiente de la Cancillería china) acaba de emitir un ‘Libro Blanco’ que enfatiza la necesidad de una ‘reunificación pacífica’ con la isla, al tiempo que se reserva el derecho a usar la fuerza de ser necesario. Después de ver los intentos de Beijing por disuadir la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, vale la pena discutir las razones por las cuales China aún no ha invadido Taiwán, al igual que las posibilidades de que esto pueda ocurrir en el corto o mediano plazo.

En primer lugar, señalar que tanto en China como en Taiwán todavía hay corrientes de opinión favorables a una reunificación pacífica, es decir, sin un conflicto armado de por medio. Sin embargo, el mayor acceso de los taiwaneses a fuentes informativas y redes sociales occidentales, ha generado una fuerte corriente contraria al gobierno comunista en Beijing, especialmente luego de los últimos disturbios en Hong Kong; una zona que también posee un sistema económico especial dentro del territorio continental chino. Los dirigentes del Partido Comunista señalan que el público taiwanés ha sido engañado por su partido de gobierno, el Partido Democrático Progresista (PDP), así como por la propaganda norteamericana; a la vez que no hay consenso sobre la credibilidad de las encuestas internas debido a que estas son criticadas por los diversos partidos políticos de la isla de acuerdo a su posición frente a una eventual reunificación o independencia. En ese sentido, el partido histórico que fundó la República de China en la isla de Taiwán, el Kuomintang, en los últimos años ha sido abiertamente favorable a una reunificación pacífica, con lo que se ha convertido en uno de los principales partidos de oposición el día de hoy. Otro punto a considerar es que, más allá de cuestiones de opinión pública, la invasión de una isla es una tarea que requiere de una logística militar sumamente compleja. A pesar de la cercanía entre las costas de China y Taiwán (130 km. entre los dos puntos más próximos del Estrecho) los riesgos que acompañarían a una eventual invasión son muy altos. China no ha librado una guerra real en 43 años, desde su fallida invasión de Vietnam en el año 1979; y aunque ha logrado modernizar exitosamente a su Ejército Popular de Liberación, su poder aeronaval sigue siendo pequeño comparativamente si los Estados Unidos deciden salir a defender a Taiwán. De otro lado, es evidente que la principal hipótesis de conflicto militar en Taiwán consiste en una invasión anfibia proveniente desde el continente; por lo que se han venido preparando para esta eventualidad prácticamente desde la fundación de la República de China en 1949.

Hay muchas dudas a ambos lados del Océano Pacífico sobre los alcances que puede tener una invasión china de Taiwán. Existen facciones dentro de la intelectualidad y las fuerzas armadas chinas que consideran que invadir Taiwán podría poner fin a la presencia estadounidense en el Mar del Sur de China; mientras que en los Estados Unidos no hay certeza sobre si el gobierno estaría dispuesto a ir a la guerra con China para defender a Taiwán, especialmente de cara a sus actuales prioridades en el escenario ucraniano. Al mismo tiempo, en círculos diplomáticos chinos hay la preocupación de que un ataque militar a Taiwán pueda poner en riesgo la imagen de ‘crecimiento pacífico’ que quieren proyectar en el continente asiático; generando presiones para un rearme japonés auspiciado por los Estados Unidos. La interdependencia económica también limita las posibilidades de una guerra, debido a los altos niveles de cooperación tecnológica existentes entre empresas taiwanesas de alta tecnología y las grandes factorías del sur de China.

Finalmente, y quizás lo más importante a considerar, es el riesgo político que trae cualquier intervención militar. Si el gobierno de Beijing fracasa al momento de invadir Taiwán (sea por la resistencia taiwanesa o por evitar una escalada nuclear con los Estados Unidos), evidentemente se producirían amplias protestas en todo el país contra la actual dirigencia del Partido Comunista, y en particular contra su presidente, Xi Jinping. Dado que China ha venido promoviendo en los últimos años la idea de que una intervención militar sería rápida y poco costosa; la frustración popular sería muy grande al ver incumplida dicha promesa, por lo que podrían producirse protestas como nunca antes vistas desde la época de la masacre de Tiananmen de 1989.

Especial de Detrás de la Razon sobre Taiwan Pelosi EEUU/CHINA

Programa que conduce Roberto de la Madrid junto a destacados expertos Eduardo Luque de España Carlos Santa Cruz desde México y a partir del minuto 58 participó el Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele…fue un  programa en vivo con mas de 6800 espectadores interactuando a cuatro horas que se difunde por You Tube ya supera las 27.000 visitas..

Ante el avance diplomático y militar de Rusia y el agravamiento de la crisis en Occidente los actores de menor nivel van dejando el ring libre para la pelea de fondo entre las superpotencias.

Por Eduardo VIOR TELAM

Mientras Vladimir Putin explotaba el éxito de su encuentro con los presidentes de Irán y Turquía en Teherán, Serguei Lavrov respondía a los ataques ucranianos contra objetivos civiles dentro de Rusia anunciando la extensión de la “Operación Militar Especial” a toda Ucrania. Mientras que Rusia se consolida política, económica y militarmente, el gobierno ucraniano se desmorona, obligando a los miembros de la OTAN a involucrarse cada vez más directamente en la guerra. Al mismo tiempo, se profundiza la crisis política y económica de los países europeos. Sus elites se fragmentan y los radicales toman el mando. Los actores de segunda clase son crecientemente desplazados por la polarización del conflicto. El momento del choque entre las superpotencias se acerca peligrosamente.

“La idea de la dominación total de los ‘mil millones de oro’ es racista y neocolonial y divide a los pueblos en primera y segunda categoría”, dijo el miércoles el presidente ruso Vladimir Putin en su intervención en el foro “Ideas Fuertes para un Nuevo Tiempo” que se celebró en Moscú organizado por la ONG Agencia de Iniciativas Estratégicas. Estos encuentros tienen lugar cada dos años, para tratar propuestas de innovación gubernativa presentadas por ciudadanos de toda la Federación.

«Este modelo es racista y neocolonial en su esencia, mientras que la ideología globalista y pseudoliberal que subyace se parece cada vez más al totalitarismo», subrayó el presidente ruso. A continuación sostuvo que “se avecina una nueva era y una nueva etapa en la historia del mundo. Sólo los Estados auténticamente soberanos están en condiciones de garantizar una dinámica de alto crecimiento y convertirse en un modelo para los demás.” Y agregó que “la soberanía tiene que ver con la libertad de desarrollo nacional y, por tanto, con el desarrollo de cada individuo.”

Al mismo tiempo, no escatimó críticas al funcionamiento de la democracia rusa: “estoy convencido de que, para ser fuertes, independientes y competitivos, debemos mejorar los mecanismos de participación del pueblo en la vida del país y hacerlos más abiertos y justos.”

Desafecto a enunciar grandes relatos, ésta es probablemente la primera ocasión en la que el presidente ruso propone tan claramente un frente del 80% de la humanidad contra el 20% más rico. No es una casualidad ni un delirio de grandeza: Vladimir Putin viene de haber alcanzado un resonante triunfo en la reunión que tuvo en Teherán con sus colegas de Irán, Ebrahim Raisi, y de Turquía, Tayik Recep Erdoğan, y lo explota políticamente con un mensaje ecuménico.

La reunión en Teherán se realizó en el marco del llamado Proceso de Paz de Astaná (capital de Kazajistán), iniciado en 2017 para alcanzar la paz en Siria. Discutieron la situación actual en el país árabe y subrayaron su compromiso con la integridad territorial del mismo, así como con la Carta de la ONU. Este compromiso es tanto más importante cuanto que Turquía hasta hace pocos días tenía previsto invadir el norte del país árabe para ocupar una faja fronteriza de unos 30 km de ancho y así combatir mejor a las milicias kurdas. Como contrapartida a su concesión, Erdoğan consiguió vía libre para operar contra las milicias kurdas en el norte de Irak. Irán, por su parte, acordó la venta a Rusia de drones de largo alcance y con Turquía un importante acuerdo gasífero. Todos salieron ganando y felices.

El éxito de la cumbre de Teherán hizo posible que este viernes 22 se firmaran en Estanbul dos documentos idénticos entre la ONU, Turquía y Ucrania, por un lado, y entre la ONU, Turquía y Rusia, por el otro, para que Kiev desmine sus puertos y Rusia le permita exportar trigo y girasol por el Mar Negro. El gobierno de Zelensky festeja, porque podrá sacar sus granos por vía marítima (ya lo hace por el Danubio), pero mucho más ganaron Turquía y Rusia. Al encargarse de la seguridad de los envíos, ambas se reparten el control sobre el Mar Negro.

Las dos participan también junto con Ucrania en la comisión de control con sede en Estanbul que vigilará que los barcos que crucen el Bósforo de ida, para ir a cargar el trigo ucraniano, lo hagan vacíos (sin armas). Erdoğan, en tanto, quedó como prestigioso árbitro, consiguió un descuento del 25% para comprar trigo ruso y Rusia obtuvo de la ONU la autorización para exportar por esa vía cereales y fertilizantes, lo que obligará a muchos países a derogar sus sanciones. A cambio Moscú se comprometió a no atacar Odessa y otros dos puertos por un lapso renovable de 120 días. La postergación de la “Operación Militar Especial” no la cancela, sólo la prolonga.

La guerra es ventajosa para los estadounidenses y los britnicos porque estn al otro lado del ocano estn lejos dijo Lavrov Foto AFP
«(La guerra) es ventajosa para los estadounidenses y los británicos, porque están al otro lado del océano, están lejos», dijo Lavrov / Foto: AFP.

El discurso programático de Vladimir Putin y la cumbre de Teherán coincidieron con la ampliación de los objetivos geográficos de la “Operación Militar Especial” por el ministro ruso de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov en una entrevista con la redactora jefa de RT, Margarita Simonián. «[La guerra] es ventajosa para los estadounidenses y los británicos, porque están al otro lado del océano, están lejos», dijo Lavrov. Según el canciller ruso, las estadísticas muestran que la Unión Europea asumió el 40% de los daños económicos derivados de las sanciones, mientras que a EE.UU. le corresponde menos de un 1%. Según Lavrov, precisamente ese es el motivo principal por el que los países occidentales impiden a Ucrania acordar con Rusia.

También señaló que el actual alcance geográfico del operativo ruso es ya diferente al previsto hace tres meses. «No se trata solo de Donetsk y de Lugansk, sino también de las provincias de Jersón y de Zaporozhie y algunos otros territorios», enfatizó el ministro. Lavrov explicó que la decisión se debe a que Occidente sigue llenando Ucrania con armas de cada vez mayor alcance. «No podemos permitir que en la parte ucraniana que controle Zelenski o quien lo releve se despliegue un armamento que nos amenace directamente», defendió.

No obstante, recalcó que Rusia sigue sosteniendo que se debe impedir la guerra nuclear.

Comentando la crisis energética actual en Europa, el ministro manifestó que “no podemos alegrarnos de que la gente en Europa se congele, viva mal», y recalcó que fue decisión de los políticos europeos «romper los vínculos naturales y ventajosos» con Rusia.

En suma, Putin y Lavrov trasmiten el claro mensaje de que no habrá negociaciones políticas, mientras los occidentales continúen abasteciendo al gobierno ucraniano con armas de cada vez mayor alcance, capaces de afectar el territorio ruso. Por esa amenaza Rusia se considera forzada a continuar y profundizar la guerra hasta la aniquilación de todo foco de resistencia ucraniano que -en su percepción- pueda amenazar a la población rusohablante.

Tras la derrota de las fuerzas ucranianas en el este y la ampliación por Rusia de sus objetivos de guerra la conflagración se agudiza. El ejército ucraniano se está desmoronando a ojos vista y los “asesores” occidentales tienen cada día un rol mayor. Según un informe no confirmado de la Agencia de Inteligencia Exterior (AW, por su nombre en polaco) de Polonia, Kiev está enviando al Donbass formaciones no preparadas, el nivel profesional de los oficiales es débil y el mando es a menudo ejercido por combatientes nacionalistas. Desde mayo de este año el control y la conducción de las operaciones han sido asumidas por “asesores” de EE.UU., Gran Bretaña y Canadá. El intervencionismo occidental y el sometimiento ucraniano a él son cada vez mayores.

Sin embargo, según cuenta Philip Giraldi, un ex agente de inteligencia norteamericano que hoy preside una fundación para la reorientación de la política exterior de su país, la Casa Blanca sigue negando la intervención de soldados estadounidenses en la guerra de Ucrania. En la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid el 29 de junio pasado Biden informó que el Vº Cuerpo del US Army establecerá un cuartel general permanente en Polonia, que el Pentágono mantendrá una brigada adicional en Rumanía y reforzará sus fuerzas en los estados bálticos. Asimismo, se incrementará el número de tropas estadounidenses en Europa.

Giraldi comenta asimismo que el 25 de junio pasado el New York Times publicó un informe titulado «Una red de comandos coordina el flujo de armas en Ucrania, según [informan] las autoridades: La operación secreta en la que participan fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. indica la magnitud del esfuerzo para ayudar a los militares ucranianos todavía en desventaja.» También, continúa el analista, se ha informado que comandos del SAS británico están custodiando al presidente Volodymyr Zelensky. El NYT aclara que los soldados y oficiales de la CIA no están en el frente con las tropas ucranianas. A pesar del ocultamiento, Rusia y otros servicios de inteligencia conocen sobradamente la operación. Según el ex espía, Biden no admitirá la intervención, por lo menos hasta que algunos de estos soldados sean asesinados o, peor aún, capturados y ante las cámaras empiecen a hablar de su papel.

A continuación cita a la teniente coronel retirada de las US Air Force Karen Kwiatkowski, antigua analista del Departamento de Defensa, quien observa que el despliegue de personal no uniformado «es completamente típico de las etapas iniciales de una guerra larga de Estados Unidos».

Sin dudas, Rusia violó el Derecho Internacional al invadir Ucrania en febrero pasado, pero en los últimos ocho años todas las instituciones custodias de dicho Derecho fallaron. Nadie tuvo la voluntad o la fuerza para obligar a Ucrania a cumplir con los acuerdos de Minsk y cesar su hostigamiento contra la población civil de la cuenca del Don. Al mismo tiempo, la OTAN acercó más y más efectivos y armamentos a las fronteras de Rusia. El año pasado se sumaron la amenaza de Zelensky de incorporar su país a la OTAN y su anuncio de que Ucrania volvería a tener armas atómicas. Finalmente, EE.UU. y la OTAN desestimaron sendas ofertas de negociación de Rusia.

Los aliados occidentales indujeron a Rusia a entrar en la guerra suponiendo que sus fuerzas armadas serían incapaces de combatir eficazmente, que la economía rusa se desmoronaría ante las primeras sanciones y que la imagen de Putin se derrumbaría, dando lugar a alzamientos populares que permitirían a Occidente impulsar un golpe de estado y el cambio del régimen político. Al contrario, con un golpe de timón el gobierno ruso restañó las pérdidas económicas y financieras, reorientó el comercio exterior, sustituyó las importaciones occidentales y remplazó a las empresas de ese origen por competidoras rusas. La balanza de pagos de Rusia ha alcanzado en lo que va del año un superávit histórico. Como al mismo tiempo Moscú sólo ha empleado en Ucrania el 10% de sus efectivos militares y está incrementando las reservas con voluntarios, pudo prescindir del reclutamiento forzoso. Por consiguiente, la guerra no ha influido en la vida cotidiana de la sociedad rusa. Consecuentemente, el índice de apoyo al presidente, que en febrero estaba en el 70%, hoy ha subido a casi el 79%.

La presidenta del BCE Christine Lagarde anunci el jueves 21 la suba de las tasas de inters en la zona euro Foto Archivo
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, anunció el jueves 21 la suba de las tasas de interés en la zona euro / Foto: Archivo.

Todo lo contrario sucede en Europa y Estados Unidos. El Banco Central Europeo (BCE) anunció este jueves 21 que elevaba los tipos de interés en 50 puntos básicos, para frenar la inflación en zona euro. La subida, la primera en once años, duplica lo estimado previamente por la propia entidad financiera. La inflación interanual en la eurozona alcanzó en junio el 8,6% anual frente al 8,1% registrado en mayo. El alza está impulsada principalmente por los precios de la energía, que aumentaron un 42% en junio. Durante las últimas semanas, la divisa europea también ha pasado por su peor período en veinte años en medio de crecientes temores a una recesión.

El Viejo Continente enfrenta también el riesgo de una crisis desatada por los países más endeudados del bloque como Italia (donde la deuda externa alcanza 150% de su PBI) y Grecia. Si bien la crisis occidental comenzó ya durante la pandemia, el gigantesco endeudamiento público y privado dejó a los países europeos sin resto para soportar el rebote de las sanciones contra Rusia. Sometidos a los grandes bancos y fondos de inversión, los gobiernos occidentales carecen de iniciativa. En consecuencia, Macron y Scholz se han debilitado, cayó Draghi y Liz Truss se posiciona como eventual primera ministra del Reino Unido. Después de la elección de noviembre probablemente el gobierno de Biden sólo sea un títere en las manos de un Congreso mayoritariamente republicano.

Esta falta de conceptos y de liderazgo induce a los dirigentes occidentales a seguir el automatismo de la guerra: cuanto mayores son las victorias rusas, más armas y efectivos mete la OTAN. Pronto llegará el día en que los Spetnaz cacen a un general de la alianza y lo presenten ante las cámaras. ¿Asumirá entonces Joe Biden su responsabilidad, retirará a las tropas, cancelará el suministro de armas a Kiev y forzará a Zelensky a buscar la paz? ¿O, por el contrario, ordenará el envío de más efectivos e irá al choque frontal con las fuerzas rusas?

El tiempo de los moderados e indecisos se acerca a su fin. Comienza la pelea de fondo. ¡Segundos afuera!

Tucídides no era chino

Por Hernan Longoni Zona Militar

Mucho se ha especulado y se especula con la expansión China, haciendo una analogía con la guerra fría de antaño, teorizando si la situación actual es un camino hacia una forma de confrontación similar. Desde Fukuyama en su despertar fallido a la nueva era (o el fin de los tiempos), pasando por Friedman, Huntington y tantos otros, todos teóricos occidentales con una visión empañada, no sólo por la postura político filosófica occidental, sino imbuidos de un chauvinismo norteamericano, que no se resigna a abandonar su rol de hegemón y de “policía del mundo” ante una “sino-visión” que parece, por el momento, abstraerse en dominar su espacio, su región y su entorno, sin entretenerse en una proyección ideológica (algo novedoso para potencias en expansión global) pero reflotando “viejas políticas para nuevas soluciones”.

Sin saberlo o sin proponérselo al menos en su discurso estratégico, China parece estar encaminándose a sustituir a una potencia en repliegue. ¿Será la “trampa de Tucídides” el inevitable destino de esta situación?

I.- Introducción: Tres comidas diarias

En una conferencia dada en la Universidad de la Defensa Nacional, en 2017 (a la que asistimos como estudiantes de la FADENA en ese entonces), un General del Ejército Revolucionario del Pueblo, preguntado que fue por asistentes a dicho encuentro acerca de si China tiene una visión de expansión militar del tipo convencional (la llamada “guerra fría”) el militar respondió que las autoridades chinas se despiertan cada día con una sola cosa en mente, esto es darle tres comidas diarias a una población de casi mil cuatrocientos millones de personas.-

Toda una revelación incluso para los entendidos expertos presentes en la sala, que esperaban definiciones acerca del control oceánico; de la poderosa marina de guerra y mercante; de la proyección de soft power global del Beijing y de un poderío militar que, a estarnos a lo que definió el militar extranjero, es un respaldo para evitar ser interferido en esta visión puramente comercial del mundo.-[1]

China no busca conquistas sino mercados y sostener los “cinco principios de coexistencia pacífica” ponderados por, por ejemplo, el Embajador LI GUOXING[2].-

“Consecuentemente en los últimos 35 años China ha experimentado una profundísima transformación. El gigante asiático ha cambiado la economía planificada por el mercado y ha pasado de ser un país rural y aislado a convertirse en el principal exportador y el mayor mercado turístico del mundo. Este proceso ha sido de tal magnitud que Eugenio Bregolat, tres veces embajador de España en China, lo ha calificado como la “Segunda Revolución China”[3].-

“Un grave error, a la hora de intentar comprender al pueblo chino, es analizarlo con los mismos parámetros de la cultura occidental, tal y como nosotros mismos nos veríamos reflejados en un espejo. En China no recibieron la influencia de las civilizaciones griega, romana y cristiana, pilares sobre los que se levanta lo que se denomina como Occidente. La influencia de la cultura estadounidense, en forma de modas, comenzó a penetrar en China a finales del siglo XX. La cultura del pueblo, la forma de ser o pensar y las costumbres, tienen muy poco en común con las presunciones que sobre «el otro» tiene un occidental”[4].-

II.- Viejas políticas para nuevas soluciones

Parecería evidente que las posturas geopolíticas Chinas de estas últimas tres décadas (al menos) han reflotado postulados de vieja data, al menos en cuanto a lo comercial. La forma de ver el mapa global y cómo aprovechar y distribuir recursos y sobre todo tácticas con miras a una dominación que podemos desdoblar en: 1) autoconservación; 2) negación de espacios.-

El “pivote del  mundo” sigue siendo la gran isla de Europa. Pierda cuidado, no nos desorientamos, China está en Asia… pero ¿acaso el mundo no ha cambiado lo suficiente como para que la isla de Europa (La madre Rusia, digámoslo de una vez) se haya desplazado hacia oriente?

El mar del norte, ahora navegable casi todo el año, la decadencia de EEUU y por ende de Japón entre otros factores, son razones físicas y políticas que favorecen este corrimiento.-

Condiciones geopolíticas y geográficas advertidas por dos teóricos clásicos en el mundo de su época, cuyos postulados, con adaptaciones y matices, parece estar siendo aprovechado y aplicado por China.-

Podemos advertir un rasgo coincidente entre la postura de Sir Harold Mackinder y de Alfred Mahan (que de ellos hablamos): ambos elaboran sus postulados desde la cima del poder de sus respectivos países, evidenciando de este modo la proyección geoestratégica de sus potencias.-

Mahan (marino de profesión), establece la necesidad de mantener una flota de guerra y una marina mercante lo suficientemente poderosa como para someter cualquier potencia que se le oponga.-

Lo hace en plena expansión industrial estadounidense, postulando la proyección de la potencia desde el mar. Propugna para ello elementos que considera para sostener o intentar esta supremacía “proyectada desde el mar”. Estos son: fuerte comercio exterior; fuerte marina mercante y poderosa armada, bases en todo el globo para reaprovisionamiento y apoyo, territorios coloniales.-

El que domine las rutas comerciales dominará el comercio, la riqueza, y a su través el mundo.-

Mackinder, geógrafo y escritor, elabora su teoría desde una influencia geográfica innegable, afirmando que el avance de dicha ciencia y el relevamiento científico del mundo  -este conocimiento total de su cartografía- hará que se produzca una especie de cierre, en el que cada potencia se posicione respecto de lo que él llama “la isla del mundo”, haciendo énfasis en el “heartland” (eurasia), caracterizándose como una suerte de núcleo duro -protegido por países periféricos que sirven de “amortiguadores” que protegen a ese heartland. Este pivote del mundo es la llave del dominio mundial.-

Es entonces posible, para nosotros, afirmar que mientras Mahan propone dominar el mundo desde los mares, para Mackinder (para quien esta conexión oceánica es un mero accidente), ese dominio proviene del dominio de eurasia.-

La situación de perenne inestabilidad regional en la zona de oriente medio, Afganistán, India, Pakistán, etc. (en resumen: la periferia de Eurasia) por un lado, y la exorbitante supremacía naval norteamericana parecen ser consecuencia de estas posturas que han tenido vigencia secular.-

El período que va desde 1991 a 2001 ha sido de una marcada unipolaridad, en la que por diferentes razones (el ejemplo Afgano se nos aparece como la verdadera y última, toda vez que tácticamente esta y otras regiones enmarcan la periferia del heartland). EEUU se vio enfrascado en conflictos de los llamados asimétricos o irregulares, o de lucha contra el terrorismo -consecuencia del 11S-.-

A la sombra -si se nos permite el giro literario- de ello, un conglomerado de estados ha sabido gestar una unión comercial, de asistencia y ayuda (que no podemos catalogar de alianza, pero que va hacia ello), se trata de la “Organización de Cooperación de Shangai”, formada por Rusia, China, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán, establecida en 2001. (estos últimos cinco estados surgidos como una de las consecuencias del desmembramiento de la URSS).-

Mas que a la sombra, en el caso de China podríamos decir que aprovechando la distracción norteamericana, enfrascada en pasear su política tradicional de demostración de poder militar.-

Esta región, de la mano de China y Rusia, tiene el mas que determinante agregado ahora de la India y Pakistán, ostenta el 45% de la población mundial el entre el 19 y el 21% del PIB mundial (según la fuente).-

El marco del aparente desmembramiento de Europa occidental (o al menos, pongamos “el marco del Brexit”) no es un dato menor a la hora de valorar este fenómeno de cooperación eurasiática así como no lo es ahora la retirada norteamericana de Afganistán y la guerra de Ucrania.-

El lanzamiento de una ruta comercial propugnada por el premier chino Xi Jinping (que afectará a 65 países, que contienen el 55% del PIB y el 75% de las reservas energéticas del mundo) mas que contradecir las teorías de Mackinder y Mahan parecerían darle nuevo valor, toda vez que el Heartland cobra nueva relevancia, no solo regional sino mundial, y que el comercio, una marina mercante (concepto que podemos aggiornar a este ferrocarril intracontinental), la globalización China con asientos estratégicos en varios lugares claves del globo, aparecen como elementos basamentales de esta -por ahora- alianza de cooperación y comercio, que en esta primera década y media de existencia aparece -además- como un contrapeso de la OTAN, corriendo el foco de la multipolaridad a una nueva multi-bipolaridad incipiente.-[5]

III.- Nixon ganó la guerra fría

En unas Jornadas, organizadas en 2019 por la Escuela Superior de Guerra Aérea (Argentina), uno de los disertantes instaló un postulado original y -al menos para mí- sorprendente: Nixon ganó la guerra fría. No su política exterior, ni su proyección en -por ejemplo- el sudeste asiático (de todos modos fallida), sino él, en forma personal[6].-

La idea se basaba en el apoyo que su administración le había dado a China, para poner una suerte  de cuña entre los dos gigantes comunistas: Rusia y China.-

Pudo mas mi curiosidad, y en medio de un auditorio repleto de expertos en defensa pregunté si en ese análisis no se había olvidado de: Henry Kissinger, la política exterior de Deng Xiaoping, la gestión de la diplomacia de Reagan (años después con la carrera espacial y la “guerra de las galaxias” que forzaron las arcas rusas ya exhaustas) y un pequeño accidente nuclear producido en la ciudad ucraniana de Pripyat en 1986…

Como fuere, quizá hayan sido todas esas cosas en conjunto las que llevaron a EEUU (y no específicamente a Nixon) a “ganar” la guerra fría, pero parece surgir con claridad que son esos mismos factores los que están llevando a China a opacar al hegemón tradicional apenas 50 años después.-

Como se ha dicho, Esteban Actis y Nicolás Creus (2018) citan al académico chino Minxin Pei, quien sostiene que “la era de la posguerra fría parece haber finalizado en noviembre de 2016 con el triunfo de Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos”. En este mismo sentido, también rescata las palabras de Walter Russell Mead, quien afirma “que Estados Unidos ha decidido empezar una «segunda Guerra Fría» al poner todos sus esfuerzos en contener la influencia de China en el plano global””.-[7][8]

Pero esta situación de “guerra” (fría o no) parece ser asumida sólo por EEUU, limitándose (si cabe el término) China a la creación de un cinturón de contención (concepto de la estrategia global británica de otros tiempos) encarnado en su “collar de perlas» y en su poderoso “Ejército de liberación nacional”, el que pese a su poderío no parece estar dispuesto a  estrenar a menos que sufra una provocación directa.-

IV.- El viejo Tucídides saluda desde el pasado

Graham Allison[9] se ha preguntado recientemente si este país y los Estados Unidos podrán escapar a la trampa de Tucídides. El autor de “La guerra del Peloponeso” (Tucídides) aclara que Esparta comenzó la guerra con Atenas «porque temía que los atenienses se hicieran más poderosos, al ver que la mayor parte de Hellas se encontraba bajo el control de Atenas».-

De allí que se deduzca que el ascenso de una potencia produce la disputa y el enfrentamiento polemial con la potencia en decadencia.-

De la lectura de diferentes fuentes puede colegirse que China no está interesada en una confrontación bélica con los EEUU.-

En tal sentido -y brevitatis causae- conviene citar a Odd Arne Westad, quien hace una lectura de China que compartimos, al advertir que es mas nacionalista que internacionalista (pese a su marcada tendencia realista en su política exterior) contradiciendo incluso a Huntington al afirmar que la diferente cosmovisión china respecto de la rusa hace que aquella no esté en camino a generar un “choque de civilizaciones”[10].-

Si bien es difícil acceder a las políticas chinas en el marco de la defensa, una breve inspección a su industria y a su despliegue permite advertir que su planeamiento pareciera estar orientado a las capacidades, descartando el ya obsoleto método de las hipótesis de conflicto, toda vez que el mentado “collar de perlas” observa el doble efecto de “encerrar” a Japón y Corea dando frente a la cadena de bases norteamericanas, cosa que se incrementó como respuesta a la reubicación de la 7ma flota norteamericana.-

Es decir una táctica reactiva, tendiente a sostener una estrategia mayor, definida en la protección de su zona de confort: Asia.-

V.- Todo concluye al fin

Ya sea que nos estemos acercando a una era de cambio de hegemón, y que ello traiga consigo una confrontación polemial o una decadencia de EEUU; que lo dicho provenga de un estado de tensión en el anárquico sistema internacional, o que se produzca por un ahogamiento comercial por parte de China -se nos antoja un paralelismo con la situación de la URSS en 1991, sin dejar de mencionar el funcional papel de Gorbachov en todo aquel asunto- todo parece indicar que el cambio de era se ha iniciado, y que la globalización favorece y entorpece a la vez dicho proceso, debido a la interdependencia interestadual que conlleva.-

Al decir del Cnel (Re) Justino Bertotto (FADENA/UNDEF), la única forma de conocer el futuro es dejar que acontezca. Sin embargo es destacable que en todo este turbulento cambio de era hay algo novedoso y esto es que salvo que se nos oculte con una astucia inusitada la verdad, la intención china es la de darle de comer tres comidas diarias a casi 1400 millones de personas, sin interferir en terceros estados en el plano político, imponiendo ideologías, formas de estado, formas de gobierno, gobiernos ni implantar políticas en terceros, logrando asegurarse los recursos necesarios para sostener su nivel de producción generando mercados.-

En definidas cuentas, como suele pasar, el tiempo dirá.-

Referencias

Embajador Li Guoxing – https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45114/1/elsuenochino_es.pdf

“Revista de Relaciones internacionales”

Bregolat, Eugenio (2007). La segunda revolución china. Barcelona: Destino.

POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA Por FRANCISCO JAVIER ALAMEDA DIONISIO

A defesa nacional; “Da Royal Navy do seculo XIX a US Navy do seculo XXI, Adolfo Koutoudjian, 2016

Mario y Miguel Otero (2015). “¿Qué podemos esperar de la nueva Ruta de la Seda y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras liderados por China?”, Análisis Real Instituto Elcano.-

Actis, Esteban & Creus, Nicolás (2018). “América Latina en la nueva bipolaridad emergente”, en Nueva Sociedad. Democracia y Política en América Latina, Santiago de Chile.-

Allison, Graham (2017). Destined for war. Can America and China escape Thucydides’s trap? Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt.-

Westad, Odd Arne (2019). “The sources of chinese conduct. Are Washington and Beijing fighting a new Cold War?”, en Foreign Affairs, Vol. 98, Nº 5, septoembre-octubre. Washington DC: Council of Foreign Relations.-

[1]              Ustedes necesitarían vivir en China para comprender a los chinos – Embajador Li Guoxing – https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45114/1/elsuenochino_es.pdf

[2]

                https://www.iri.edu.ar/revistas/revista_dvd/revistas/R2/R2EST01.html “Revista de Relaciones internacionales”

[3]             Bregolat, Eugenio (2007). La segunda revolución china. Barcelona: Destino.

[4]    POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA Por FRANCISCO JAVIER ALAMEDA DIONISIO

[5]    Ver Esteban, Mario y Miguel Otero (2015). “¿Qué podemos esperar de la nueva Ruta de la Seda y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras liderados por China?”, Análisis Real Instituto Elcano.-

[6]    Jornadas de Liderazgo, ESGA, Argentina, 2019.-

[7]    Las otras fuentes de la conducta china en política exterior y defensa. Sergio Eissa, pag 215.-

[8]    Actis, Esteban & Creus, Nicolás (2018). “América Latina en la nueva bipolaridad emergente”, en Nueva Sociedad. Democracia y Política en América Latina, Santiago de Chile (Recuperado el 11 de agosto de 2019 de https://nuso. org/articulo/america-latina-en-la-nueva-bipolaridad-emergente/)

[9]    Allison, Graham (2017). Destined for war. Can America and China escape Thucydides’s trap? Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt. Citado por Sergio Eissa, op. Cit.-

[10]  Westad, Odd Arne (2019). “The sources of chinese conduct. Are Washington and Beijing fighting a new Cold War?”, en Foreign Affairs, Vol. 98, Nº 5, septiembre-octubre. Washington DC: Council of Foreign Relations.-

Fuente Zona Militar: https://www.zona-militar.com/2022/07/09/tucidides-no-era-chino/#_ftn4

Decidido a no ser excluido del sur del Cáucaso, Irán está forjando lazos estratégicos tanto con Bakú como con Ereván.

Por Yeghia Thasjian   Fundación de la Cultura Estratégica

Al final de la guerra de Nagorno-Karabaj de 2020, que Azerbaiyán ganó con el apoyo de Turquía y la diplomacia rusa, los analistas consideraban que Irán era el mayor perdedor del conflicto, en términos de sus intereses estratégicos regionales. Sin embargo, sin perder mucho tiempo, Teherán cambió esas fortunas al involucrar de manera muy proactiva su poder blando en el sur del Cáucaso para promover sus intereses geoeconómicos. Podría decirse que esto se debe a las preocupaciones de Irán sobre los planes expansionistas turco-azerbaiyanos en la región. En general, Irán ha buscado revitalizar sus relaciones con Azerbaiyán para mitigar la presión de Turquía por controlar el Corredor Zangezur, una ruta de transporte estratégica que pasa por alto el territorio armenio cerca de la frontera iraní. Se dice que la apertura del corredor depende del desarrollo de un acuerdo integral entre Armenia y Azerbaiyán. En este sentido, Teherán está interactuando con ambos países simultáneamente y, al hacerlo, ha ayudado a reducir la presión política de Bakú sobre Ereván. Restablecimiento de las relaciones con Azerbaiyán El 11 de marzo de 2022, Azerbaiyán e Irán firmaron un acuerdo para establecer nuevas líneas ferroviarias, de carreteras y de suministro de energía que conecten los territorios del sur de la disputada región de Karabaj (capturada por Azerbaiyán) con el enclave azerbaiyano de Najicheván. Según el acuerdo, la nueva carretera tendrá una longitud de 55 km y atravesará el norte de Irán, conectando finalmente con Nakhichevan. Además de la autovía, se construirán dos puentes ferroviarios y un puente carretero sobre el río Arax. El analista político iraní Vali Kaleji dice que estos proyectos tienen un significado geoeconómico tanto para Azerbaiyán como para Irán. Para Bakú, la construcción de esta carretera es fundamental por varias razones. En primer lugar, es una continuación de una carretera ya existente en Azerbaiyán y atraerá inversiones a las regiones del sur de Karabaj, actualmente bajo el control de Bakú. En segundo lugar, la autopista de 55 km a través de Irán ofrecerá una alternativa al corredor de Zangezur que el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, estaba impulsando después de la declaración trilateral, que puso fin a las hostilidades, por ahora, entre Bakú y Ereván. A pesar de que la declaración trilateral pedía la apertura de rutas comerciales y de comunicación, no mencionó nada sobre un «corredor». El presidente Aliyev ha promovido en gran medida la idea del Corredor Zangezur para el consumo interno al tiempo que ha agregado presión política sobre Armenia para firmar un acuerdo de paz. Tratado sobre Nagorno-Karabaj. Hasta la fecha, Rusia, Armenia e Irán han ignorado los reclamos del Corredor Zangezur de Bakú.

Políticas de mantenimiento de la paz  

                                                                                                                                                             Para evitar otra guerra entre Bakú y Ereván, Teherán ideó una solución alternativa al proporcionar esta ruta alternativa que aliviará la presión de los hombros de Armenia, ya que Azerbaiyán amenazaba con ganar el corredor por cualquier medio necesario. Además, a Bakú también le preocupa que si cae el gobierno del primer ministro armenio Nikol Pashinyan y la oposición llega al poder, el gobierno sucesivo no proporcionará ningún corredor a Azerbaiyán a través de los territorios armenios. Por lo tanto, como señaló Keleji, «Bakú está buscando deliberadamente otra opción en caso de que el Corredor Zangezur no llegue a buen término». Finalmente, Azerbaiyán establecerá un vínculo con Nakhichevan a través de Irán, proporcionando una influencia iraní adicional sobre Bakú en el futuro. 

Los intereses iraníes, a su vez, tienen sus propias consideraciones para permitir la construcción de una carretera y un ferrocarril a través de su territorio que conectaría Azerbaiyán propiamente dicho con Nakhchivan. En reacción a la narrativa expansionista impulsada por Azerbaiyán sobre el Corredor Zangezur y las incursiones de Azerbaiyán en las aldeas fronterizas en Syunik (sur de Armenia), Irán trazó sus líneas rojas y su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) amenazó con usar la fuerza militar si fuera necesario para evitar cualquier cambio territorial en sus 44 km de frontera con Armenia. Como tal, Teherán ve la construcción de una nueva carretera y vía férrea a través de Irán como una alternativa adecuada al corredor de Zangezur que aliviará la presión militar sobre el sur de Armenia. Por esta razón, Ahmad Kazemi, un experto iraní en la región del Cáucaso Sur, en su artículo “La reconciliación de Bakú con las realidades geopolíticas”, escribió que Bakú está impulsando un “falso corredor de Zangezur” para apaciguar a Turquía, Israel y la OTAN mientras sigue los sueños pan-turcos. . Fue solo el año pasado que Aliyev declaró: «El corredor que pasará por aquí unirá a todo el mundo turco». Para Kazemi, este “corredor Turánico” irá en contra de los intereses de Irán, Rusia y China. Por lo tanto, es inevitable que estos tres estados no permitan cambios geopolíticos en las fronteras del sur de Armenia. Aislando a Irán. Mientras tanto, con la guerra en curso en Ucrania, Moscú ha centrado su atención en la importancia de la ruta comercial Norte-Sur. Según Kaleji, fortalecer esta ruta de tránsito ayudará a contrarrestar las sanciones económicas más estrictas y las restricciones de tránsito impuestas a Rusia por Occidente. En este sentido, el ministro iraní de Carreteras y Desarrollo Urbano, Rostam Qasemi, visitó Moscú el 30 de abril para firmar un acuerdo integral sobre cooperación en el campo del transporte. Ambos países acordaron acelerar la construcción del ferrocarril entre Azerbaiyán e Irán para conectar Moscú con el estratégico Golfo Pérsico, una preocupación de seguridad de las potencias occidentales desde la era de la Guerra Fría. En febrero, durante una conferencia iraní-armenia celebrada en Ereván, una fuente diplomática iraní le dijo a The Cradle que “Irán tomará todas las medidas necesarias para evitar la pérdida de la frontera estratégica armenio-iraní y hará todo lo posible para evitar una nueva frontera”. guerra. Teherán se da cuenta de que cualquier pérdida de este tipo aumentará aún más la influencia turca en la región y que Irán fue un objetivo indirecto de la guerra de 2020 en Karabaj, con el objetivo de aislar a Irán regionalmente. En este contexto, la línea ferroviaria iraní-armenia desde Meghri, provincia armenia de Syunik, podría haber sido una ruta alternativa que conectara Irán con Rusia, pero adolece de altos costos y no ha visto ningún progreso desde 2009. La deficiente infraestructura de Armenia, su conflicto por Nagorno-Karabaj con Azerbaiyán y su lento avance en la construcción de la carretera Norte-Sur (en los últimos doce años ha ejecutado solo el cinco por ciento de la carretera de 556 kilómetros que conecta Georgia con Irán) ha aislado y frenado aún más la participación de Armenia en el proyecto económico regional.

La puerta de entrada de Armenia al Asia

Sin embargo, durante los últimos cuatro meses, Irán e India han estado presionando a Armenia para que tome medidas cruciales para revitalizar el proyecto de transporte norte-sur. Como resultado, se han organizado importantes reuniones entre funcionarios iraníes y armenios para abordar cuestiones de comercio, tránsito y energía. El 2 de marzo, al frente de una delegación de alto rango de funcionarios comerciales y empresarios privados, el ministro iraní de Industria, Minería y Comercio, Reza Fatemi-Amin, realizó una visita a Armenia como parte de los esfuerzos de Teherán para fortalecer los lazos comerciales con sus vecinos. Esta fue la primera visita a Armenia de altos funcionarios iraníes desde que el presidente Ebrahim Raisi asumió el cargo en agosto de 2021. Acompañaron a la delegación los directores ejecutivos de 35 empresas privadas iraníes. La parte iraní declaró que Teherán otorga gran importancia no solo al desarrollo de las relaciones económicas con Armenia, sino que también lo considera una «puerta de entrada» a los mercados de Rusia y otros países miembros de la Unión Económica Euroasiática (EAEU). Para la conexión ferroviaria, Miad Salehi, director de Ferrocarriles de la República Islámica de Irán, señaló tres posibilidades para el tránsito ferroviario entre Irán y Armenia. Las dos primeras conexiones ferroviarias son: El Jolfa-Nakhchivan-Ereván. Los ferrocarriles Jolfa-Nurduz (en Irán) y Ereván-Nurduz (en Armenia), que se acordaron hace siete años pero no se realizaron. Irán también ha propuesto una ruta de tránsito multimodal desde Ereván a Jolfa por carretera, y luego hacia el sur hasta el puerto de Bandar Abbas por ferrocarril, esencialmente abriendo las puertas de los mercados asiáticos para Armenia. 

Irán no ha sido expulsado del sur del Cáucaso

Tras la declaración trilateral de 2020, Irán se sintió aislado del sur del Cáucaso, aunque su ausencia no duró mucho. Tras la elección del presidente Raisi, Teherán adoptó una política exterior proactiva y equilibrada en su vecindad para asegurar sus principales intereses geoeconómicos. Los iraníes se han dado cuenta de que el Corredor Zangezur representa una amenaza para su seguridad nacional, ya que evita el territorio iraní y evita que Irán obtenga tarifas de tránsito de los camiones azerbaiyanos. Pero también amenaza con remodelar las fronteras internacionales estratégicas entre Irán y Armenia en beneficio de Turquía, Azerbaiyán y, por extensión, su aliado mutuo, Israel. Teherán reconoce que si Azerbaiyán lograra imponer el Corredor Zangezur en Ereván, Bakú podría conectarse con Turquía, Israel y la Unión Europea por tierra. De manera crucial, Irán también interpreta esto como una presencia en expansión de Israel y la OTAN en sus fronteras. Durante su gira por el Cáucaso este mes, el jefe de seguridad nacional de Irán, el contralmirante Ali Shamkhani, sostuvo conversaciones en Ereván con su homólogo armenio y el primer ministro Pashinian, donde enfatizó que Teherán estaba en contra de cualquier acción que conduzca a un cambio geopolítico en la región. En lugar de aceptar un papel menor, Irán ha desplegado con éxito su poder blando económico para recalibrar el campo y aumentar su influencia sobre Azerbaiyán. Por un lado, Teherán impulsó la construcción de un ferrocarril con Azerbaiyán para conectar con Rusia; por otro lado, fortaleció sus proyectos comerciales, energéticos y de comunicación con el archienemigo de Bakú, Armenia. Sin embargo, por ahora, el compromiso de Irán con Azerbaiyán sobre el corredor alternativo ha levantado la presión militar y política sobre Armenia, evitando así otra guerra cerca de sus fronteras del norte.

CAUCASO SUR – ASIA