Por Níkolas Stolpkin

Todo esto no se trata de Ucrania; todo esto se trata de frenar el desarrollo de un mundo multipolar, el cual señala la decadencia del actual mundo unipolar y sus estructuras.

Ucrania simplemente ha sido el vehículo utilizado por las grandes potencias occidentales, para buscar frenar el creciente ascenso de un mundo multipolar en desarrollo. EE.UU. y sus aliados vasallos han emprendido una dura resistencia por frenar el mundo que amenaza con desplazar su cetro de dominio. Ucrania era el país clave. EE.UU. y sus aliados de la OTAN debían generar las condiciones en Ucrania para que Rusia se viera obligada a intervenir. 2014 fue el año clave para empezar a generar significativamente esas condiciones. Rusia estaría al tanto. Y el pasado 24 de febrero (inicio de la Operación Militar Especial rusa sobre Ucrania) fue la fecha esperada para proceder y deshacerse de la influencia rusa en Europa con las múltiples sanciones aplicadas.

Nunca habíamos sido testigos de semejante lluvia de sanciones por parte de un conjunto de países, muy obedientes al imperio de EE.UU., hacia un solo país (Rusia). Ni siquiera se imaginó la salida en masa de grandes empresas capitalistas de Occidente en suelo ruso.

El nivel de ruptura con Rusia es tal que pareciera ser total. Pero lo curioso es que ese mundo acostumbrado a llevar las banderas de la «democracia» y la «libertad» por el mundo, no han tenido más alternativa que incrementar el fuego abrasador de la guerra que podría desparramarse a nivel mundial.

Pero… ¿Qué fue lo primero que se ha hecho a partir de la entrada en escena de Rusia en Ucrania? Pues no se ha hecho más que incrementar la ayuda militar a Ucrania, dizque para «ayudar al pueblo ucraniano». Lo que habla de un mundo unipolar desesperado por no querer convivir con un mundo multipolar.

Al incremento de la ayuda militar, EE.UU. y aliados al unísono han impuesto medidas draconianas contra Rusia como si de un gran muro de contención se tratara. La idea es que Rusia y su influencia no puedan entrar de ninguna forma en el «amenazado» mundo unipolar.

Pero ¿por qué empezar con Rusia? Para nadie era ajeno que Rusia en estos últimos tiempos estaba forjando, y con buenas intenciones, grandes proyectos con Alemania, en cuanto a energía. Eso a EE.UU. no le gustó para nada, ya que su zona de influencia (en Europa) podía hacerse más dependiente de los recursos energéticos de Rusia. Pero además Rusia era (es) el principal socio estratégico de China, potencia mundial que tiene muy preocupados a EE.UU.

Ucrania ha sido una pieza clave para buscar frenar y debilitar a un actor protagonista del mundo multipolar, pero no significa mucho. Simplemente sirve (Ucrania) de instrumento a los intereses de EE.UU. para intentar salvar su mundo unipolar.

Ciertamente estamos viviendo un momento histórico que podría desembocar en una conflagración mundial o en una Nueva Guerra Fría entre los que defienden el mundo unipolar y los que defienden un mundo multipolar.

Desconocemos hacia dónde se inclinará este momento histórico, pero surgen muchas interrogantes a partir de las consecuencias que hoy estamos observando. No sabemos qué habrá de pasar con la globalización y el dólar; no sabemos cómo habrá de perjudicar internamente a Europa de proseguir las hostilidades hacia Rusia; no sabemos qué habrá de pasar con estructuras como la OTAN, el FMI, BM, ONU…; no sabemos si China caerá en el mismo saco junto a Rusia, etc.

EE.UU. junto a sus aliados están jugando casi todas las cartas por detener el ascenso del mundo multipolar. Por lo que no nos debiéramos sorprender si EE.UU. estuviera hoy madurando las condiciones necesarias en Taiwán para que China, ante las provocaciones, también pudiera intervenir militarmente y sufriera medidas tan draconianas como hoy Rusia está siendo víctima.

Si China cayera en el mismo saco que ha caído Rusia, ¿qué habría de pasar con los vigentes tratados comerciales que hoy mantiene China con países europeos y Latinoamericanos? ¿Los inversionistas estadounidenses también saldrán en masa de China?

El peor escenario sería una conflagración mundial. ¿EE.UU. y aliados están preparados para ello? O mejor: ¿EE.UU. y sus aliados vasallos están dispuestos a aislarse y no acoplarse a un mundo multipolar en desarrollo?

Lo cierto es que el destino de Ucrania es incierto, todo indica que habrá de terminar muy mal y por la tozudez de un comediante (Zelensky), títere del imperio estadounidense. Lo más probable es que Ucrania pierda más de lo que pudo en un principio llegar a un acuerdo con Rusia.

Níkolas Stolpkin. Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.

Fuente CEPRID https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2703

Por Sourabh Gupta; East Asia Forum

En los 14 meses transcurridos desde su primera cumbre a nivel de líderes, el Quad (1) ha pasado de ser un objeto brillante con un potencial tentador a una llanta de repuesto usada de dudoso valor.

La función de disuasión marítima anti-China del Quad fue usurpada por la asociación trilateral AUKUS en septiembre de 2021. La inclinación pro-Moscú de Nueva Delhi en el conflicto de Ucrania ha empañado el marco de democracia versus autocracia de la agrupación. Y la geoeconomía del Quad y las funciones de la cadena de suministro “China-menos” están a punto de ser canibalizadas por el Marco Económico del Indo-Pacífico.

Desde 2017, el Quad ha aspirado a una identidad más estructurada que conserva su propósito original como un mecanismo de coordinación ad hoc, compuesto por democracias, construido en torno a una agenda funcional de interés mutuo de cuatro vías que confiere importantes bienes públicos a la región en general. También busca definirse tanto por lo que es —una “asociación de democracias afines” que promueve un “Indo-Pacífico libre de coerción, intimidación y represalias económicas”— como por lo que no es : “una alianza de seguridad, una OTAN asiática o una institución formal”.

Redoblarse en un modelo basado en actividades donde las “cuatro democracias forman el núcleo de un conjunto rotativo de coaliciones para resolver problemas en el Indo-Pacífico” parece ser el camino elegido. Presumiblemente, China debe ser excluida de estas coaliciones a pesar de estar dispuesta y ser capaz de resolver problemas de manera efectiva, como fue el caso en diciembre de 2004 cuando buscó pero se le negó la entrada al grupo central.

El Quad se enfrenta a una serie de vientos en contra en el futuro. Carece de un componente económico serio, se basa conceptualmente en una India ambivalente y parece una contención de China para muchos líderes asiáticos.

En un momento en que Beijing está duplicando su compromiso y centralidad dentro de las redes económicas del Indo-Pacífico, Washington y Nueva Delhi están rechazándolo en lugar de adoptar acuerdos comerciales regionales convencionales. Una suscripción de cuatro esquinas a un acuerdo de «estándar de oro» que incluya flujos de recursos australianos, insumos de diseño japoneses, fabricación india y consumo de EEUU crearía codependencias cuadrilaterales que ninguna cantidad de «organismos ad hoc» para implementar un «desacoplamiento administrado» puede replicar. La tambaleante asociación de vacunas del Quad es también un presagio de advertencia.

India es el eslabón indispensable pero más débil del Quad. Nueva Delhi encaja de manera incómoda con la filosofía y el propósito de la agrupación. Está ligado marginalmente a las redes económicas regionales asiáticas, nunca ha considerado que el wilsonianismo sea un principio organizador de la estabilidad estratégica en Asia y se deja influir por las corrientes de su relación con China. También obtiene poco consuelo de sus socios Quad en su desafío de seguridad más apremiante: la frontera del Himalaya.

Lo que es más importante, el Quad se basa en un marco de diseño que postula erróneamente que el Indo-Pacífico es un «sistema» estratégico único. La región es un compendio de dos sistemas, un sistema de Asia Pacífico y un sistema del Océano Índico, que históricamente han operado de forma aislada, mezclándose en su punto de intersección en el sudeste asiático. Estos dos sistemas presentan equilibrios localizados con intereses de seguridad altamente diferenciados entre sus estados finales, Japón e India. La disputa de las islas Senkaku o los intereses estratégicos de Australia en las islas del Pacífico son tan remotos para Nueva Delhi como la cambiante línea de control del Himalaya de Ladakh lo es para Tokio o Canberra.

Estados Unidos, Japón, Australia e India harían mejor en profundizar operativamente la base de “tres más dos” —Estados Unidos, Australia y Japón en el Pacífico occidental más Estados Unidos e India en la región del Océano Índico— sobre los cuales las aspiraciones de cada uno están más articuladas.

Washington ya ha institucionalizado la estructura trilateral en sus alianzas del Pacífico con Tokio y Canberra durante la última década, anclada en la alianza EEUU-Japón. La asociación de defensa bilateral de Washington con la India también ha sido testigo de una profundización inequívoca. Se han firmado tres acuerdos marco de defensa fundacionales, se han establecido líneas directas dedicadas, se ha regularizado la elegibilidad para transferencias de tecnologías de alta gama y se han institucionalizado ejercicios cada vez más sofisticados de marina a marina e intercambios de comando a comando.

Esta configuración de “tres más dos” está en sintonía con la geografía estratégica del Indo-Pacífico, dado que el contorno de la cadena de islas en el Pacífico occidental es tan propicio para la planificación de contingencia conjunta como el océano abierto y la falta de adquisición de objetivos fijos en el Índico. Washington, Tokio y Canberra tienen cada vez más razones para mantener capacidades federadas de combate de guerra para contrarrestar a Beijing en el Pacífico. Mientras tanto, Washington y Nueva Delhi enfrentan el requisito más limitado de desarrollar hábitos arraigados de cooperación interoperable (comando, control, comunicaciones, computadoras, inteligencia, vigilancia y reconocimiento) para disuadir a Beijing de montar un desafío naval en el Océano Índico.

Esta configuración también evita los matices de cerco y es menos probable que invite a la presión retributiva de Beijing sobre sus miembros constituyentes.

El Quad no está a punto de disiparse como afirman sus críticos. Proporciona un foro útil para que sus líderes lleguen a enfoques colectivos hacia China, ciertamente el mínimo común denominador, y fomenta hábitos de interoperabilidad estratégica entre sus componentes básicos de “tres más dos”. Pero la aspiración del Quad de improvisar una coalición asiática más amplia que podría inclinar el equilibrio de poder colectivo contra China seguirá siendo un ejercicio inútil. Y su base económica se está desmoronando.

(1) Diálogo de Seguridad Cuatrilateral, es un foro estratégico informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India (Nota del traductor).

Sourabh Gupta es investigador senior residente en el Instituto de Estudios China-América, Washington

Fuente CEPRID https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2702

El aviso de Putin de que su país está dispuesto a usar armas no convencionales si es atacado no se dirigió contra EE.UU., sino que fue un alerta por el discurso imperialista de la canciller británica. Por Eduardo Vior

El pasado 27 de abril el presidente de Rusia amenazó a Occidente con utilizar armas no convencionales si terceras potencias intervienen en el conflicto en Ucrania. Aunque el presidente Joe Biden le quitó importancia, los medios norteamericanos y europeos presentaron al unísono la advertencia como el aviso de que Rusia se apresta a utilizar armas nucleares tácticas. Sin embargo, si se pone la declaración de Vladimir Putin en el contexto de los cruces discursivos de la semana pasada, puede inferirse que el líder ruso, en realidad, advirtió a los líderes norteamericanos sobre los riesgos que corren obedeciendo al senil imperialismo británico.

“Si alguien tiene la intención de interferir desde el exterior, debe saber que constituye una inaceptable amenaza estratégica para Rusia. Deben saber que nuestra respuesta a los contraataques será muy rápida”, advirtió Putin en un acto con legisladores rusos en San Petersburgo el pasado miércoles 27 de abril. “Nadie puede presumir de estas armas y nosotros no nos jactaremos de ellas, pero las usaremos”, aseguró.

Inmediatamente abundaron en los medios occidentales los comentarios sobre la “intención” rusa de usar su armamento nuclear. Por su parte, el presidente Joe Biden advirtió el jueves 28 que la amenaza de Vladimir Putin es “irresponsables”.

No es seguro que Putin se haya referido exclusivamente a las armas nucleares. También puede haber aludido al 3M22 Zircon, el cohete de crucero hipersónico para distancias de hasta 400 kilómetros. Ya fue probado dos veces en esta guerra y sus resultados fueron excelentes. Asimismo hay que considerar los cohetes hipersónicos estratégicos Avangard y el recientemente probado Sarmat, que en pocos minutos podrían alcanzar objetivos en toda Europa y América del Norte. Ambos pueden llevar cabezas de distinto tipo.

La advertencia del presidente ruso sobre un eventual uso de armas no convencionales fue formulada apenas un día después de que su canciller, Serguéi Lavrov, llamara a no subestimar la posibilidad de una tercera guerra mundial.

El aviso de Putin podría entenderse como una reacción a la reunión de los aliados de la OTAN en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, el 26 de abril. La posible adhesión de Finlandia y Suecia a la alianza y la constitución de un “Grupo Consultivo sobre Ucrania” (en realidad, una coordinación operativa) son motivos de alarma suficientes.

Maria Zajrova vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia
Maria Zajárova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

Por su parte, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zajárova, lo explicó en una columna de opinión que publicó en su canal de Telegram el jueves 28: “En Occidente se han activado los mecanismos de filtración de una nueva tesis en la conciencia pública: los rusos amenazan con una guerra nuclear”. Y aclaró: “Huelga decir que es una tesis absolutamente falsa”. Y explicó: “Hace dos días, Sergei Lavrov, respondiendo durante una entrevista dijo resumidamente lo siguiente:

1) Fue Rusia quien persuadió a Estados Unidos en una larga negociación para que reafirmara la fórmula Gorbachov-Reagan de que no puede haber vencedores en una guerra nuclear y que ésta nunca debe desencadenarse.

2) Fue Rusia la que convenció a los Cinco Nucleares para que adoptaran una declaración en el mismo sentido.

3) Hay riesgos, no debemos inflarlos, pero tampoco debemos subestimarlos”.
“Hemos hecho, prosiguió, todo lo posible para evitar una guerra nuclear, porque entendemos los riesgos y peligros reales que conlleva un comportamiento irresponsable en este ámbito. No podemos permitir que se produzca la mera idea de una guerra nuclear”.

“Obsérvese la torpeza con la que se ha enmarcado esto en términos de trabajo con los medios de comunicación”, criticó. Primero, un periodista repitió todas las citas hechas a medida contra nuestro país y luego Ned Price (vocero del Departamento de Estado) volvió a mencionarlas. Nadie se molestó en prestar atención a lo que dijo el Ministro de Asuntos Exteriores sobre los riesgos y los intentos de Rusia por evitar lo impensable.

“Al día siguiente -siguió relatando- la campaña se unió a la concienciación masiva a través de los medios de comunicación. (…) Y ahora Europa también habla de ello: el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, califica las palabras del ministro de Asuntos Exteriores ruso de ‘retórica de la intimidación’. Me gustaría preguntarle al francés si ha visto lo que ha dicho Serguéi Lavrov”, informó.

“Nuestro país está en contra de la guerra nuclear, eso es lo que afirma el ministro ruso”, declaró. Quizás el problema es que los capitales occidentales han leído las entrevistas tal y como las narran los medios de comunicación occidentales. Simplemente, no deberían haber desconectado sus fuentes alternativas de información; entonces habrían escuchado las declaraciones de Rusia cerca del original. Y no en la interpretación de sus propios medios, que lo hacen según la propia metodología de la OTAN”, concluyó la vocera.

Si Lavrov sólo manifestó la preocupación de Rusia ante los crecientes riesgos para la paz mundial y Putin se limitó a advertir contra la eventual injerencia de terceras potencias en el conflicto de Ucrania, ¿por qué ambos líderes del Estado ruso tocaron el tema en la misma semana?

No basta la mencionada reunión en Ramstein para despertar tamaña alarma de los gobernantes rusos, pero sí debería inducir a todo el mundo a la máxima preocupación la última expresión del delirante curso del Reino Unido: Global Britain representa una amenaza superlativa para la paz mundial (y a los argentinos nos atañe directamente).

Al dirigirse al cuerpo diplomático reunido en la alcaldía de Londres en la tradicional cena de Pascua, Elizabeth “Liz” Truss, secretaria del Foreign Office, fijó los lineamientos de la estrategia global de su país, “Global Britain”. El discurso tuvo como título “El retorno de la Geopolítica” (Geopolitics is back), pero habría que subtitularlo “El fin de la diplomacia y el retorno de las cañoneras”.

Buscará en vano quien quiera saber qué entiende la ministra por seguridad global (global security), objetivo omnipresente en el texto. Tampoco vale la pena preguntar cuáles reglas (rules) es preciso acatar para pertenecer al club de las naciones “libres”. Sería importante, porque la secretaria amenaza con duros ataques económicos y militares a quien ponga en peligro la “seguridad global” y viole las “reglas”.

“Mi visión es la de un mundo en el que las naciones libres son firmes y dominantes. Donde la libertad y la democracia se fortalezcan a través de una red de acuerdos económicos y de seguridad”, postuló al principio. Esta red de acuerdos y pactos se extendería a lo largo y ancho del mundo, pero sería muy diferente al sistema internacional vigente. La secretaria lo explica a su modo: “Las estructuras económicas y de seguridad que se desarrollaron tras la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría han permitido la agresión en lugar de contenerla”.

Y continúa: “Rusia es capaz de bloquear cualquier acción efectiva en el Consejo de Seguridad de la ONU. Putin ve su veto como una luz verde a la barbarie. Ha abandonado el Acta Fundacional de la OTAN-Rusia y el Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa. Ha violado múltiples medidas de control de armas. El G20 no puede funcionar como un organismo económico eficaz mientras Rusia siga en la mesa”. En realidad, fue la OTAN la que, mediante su continua expansión hacia el este y sus acciones unilaterales (Irak, Libia, Siria, Yemen, etc.) incumplió dichos pactos. Fueron europeos y norteamericanos quienes en el G20 bloquearon el diálogo con los países en vías de desarrollo. La inversión de la realidad es una constante del discurso de Truss.

Y propone “necesitamos un nuevo enfoque, que combine la seguridad dura y la seguridad económica, que construya alianzas globales más fuertes y en las que las naciones libres sean más asertivas y tengan más confianza en sí mismas, que reconozca que la geopolítica ha vuelto”. No hacen más falta organismos internacionales en los que las naciones compatibilizan intereses y fines encontrados, sino alianzas “duras” (militares) entre estados que coincidan en la defensa de la libertad y la democracia tal como la entiende Londres.

Para alcanzar su objetivo, la canciller propuso utilizar tres instrumentos: a) la fuerza militar, b) la “seguridad económica” y c) “alianzas globales más profundas”.

“En primer lugar, comenzó Truss su enumeración, debemos reforzar nuestra defensa colectiva.” En realidad, como reconoce la propia secretaria, este objetivo ya se viene implementando: “El Reino Unido envió armas y entrenó a las tropas ucranianas mucho antes de que comenzara la guerra. Pero el mundo debería haber hecho más para disuadir la invasión. No volveremos a cometer el mismo error”. Recordemos que en 2015 se firmó el segundo acuerdo de Minsk que la parte ucraniana nunca cumplió. Entre 2015 y 2019 hubo múltiples contactos sobre Ucrania entre Rusia y las potencias occidentales sin que se llegara a negociaciones efectivas. Ya en 2020 comenzó a escalar la tensión que ahora desembocó en guerra. Según la canciller británica, ni siquiera deberían haber hablado. Primero los cañones, es su consigna.

Pero la propuesta intensificación en el uso del instrumento militar excede a Ucrania y a las fuerzas convencionales: “(…) rechazamos la falsa opción entre una defensa tradicional más fuerte y las capacidades modernas. Tenemos que defendernos de los ataques en el espacio y el ciberespacio, así como por tierra, aire y mar. También rechazamos, continuó, la falsa elección entre la seguridad euroatlántica y la seguridad indopacífica. En el mundo moderno necesitamos ambas”.

Liz Truss secretaria del Foreign Office
Liz Truss, secretaria del Foreign Office.

Lo dejó claro: “Necesitamos una OTAN global. Con esto no me refiero a la ampliación de los miembros a los de otras regiones. Quiero decir que la OTAN debe tener una perspectiva global. Tenemos que adelantarnos a las amenazas en el Indo-Pacífico, trabajando con nuestros aliados como Japón y Australia para garantizar la protección del Pacífico. Y debemos garantizar que democracias como la de Taiwán sean capaces de defenderse”. Rusia es un enemigo secundario; el enemigo principal de Occidente es China. La guerra en Ucrania es sólo el comienzo de una guerra global y de amplio espectro contra China. Por ello la furiosa advertencia de la República Popular al día siguiente del discurso: quien reconozca una eventual independencia de derecho de Taiwán afrontará la guerra.

También la economía es un campo de guerra: “En segundo lugar, debemos reconocer el creciente papel que desempeña la economía en la seguridad”. Para operar esta instrumentación, la canciller redefine la idea de libre comercio. “El libre comercio y los mercados libres son el motor más poderoso del progreso humano. Siempre defenderemos la libertad económica. Pero el libre comercio debe ser justo y eso significa respetar las reglas”. Los diplomáticos norteamericanos y británicos hablan permanentemente de “un orden basado en reglas”, que no son las del sistema internacional vigente y que nadie define.

Esas “reglas” fijan los límites del libre mercado. Para acceder a él, hay que respetarlas: “Estamos demostrando que el acceso económico ya no es un hecho. Hay que ganárselo. Los países deben cumplir las reglas. Y eso incluye a China. (…) No seguirán ascendiendo si no cumplen las reglas”. Se acabó el libre comercio. En un mundo en guerra sólo los más fuertes pueden comerciar. Y a quien no se someta a las “reglas” (que, por indefinidas, pueden cambiar todos los días), se lo amenaza con destruir su economía.

“Esto nos lleva al último punto, cierra la secretaria, que es que nuestra prosperidad y seguridad deben construirse sobre una red de fuertes acuerdos. (…) Debemos seguir reforzando nuestra alianza de la OTAN con vínculos en todo el mundo (…)”. La conclusión es obvia: “El G7 debería actuar como una OTAN económica, defendiendo colectivamente nuestra prosperidad”.

Tal arenga requiere tal final: “Los agresores están dispuestos a ser audaces, nosotros debemos  serlo más. Así es como nos aseguraremos de que se restablezca la soberanía de Ucrania. Así es como nos aseguraremos de que la agresión y la coerción fracasen. Así es como, en todo el mundo ganaremos esta nueva era de paz, seguridad y prosperidad”.

El discurso de Liz Truss no es para tomar a la ligera. Es el anuncio de que el mundo está en una guerra interminable y global. La reina Elizabeth II está en el tramo final de su vida. Su hijo Charles es incapaz de asumir el trono y su nieto William aún no se puede hacer cargo. La monarquía británica se basa en las fuerzas armadas y la simbiosis entre ambas mantiene unida a la aristocracia y asegura la lealtad de la burguesía (sobre todo la financiera). En un momento de vacancia el poder recae en los militares y la política del gobierno se conduce con lógica bélica. No hay lugar para la diplomacia. Sólo los cañones piensan.

Si EE.UU. tuviera un liderazgo político fuerte, la acefalía del poder británico se paliaría. Pero también en Washington faltan cabezas y sus sustitutos carecen del sentido de realidad, la templanza y la prudencia que impone la situación interna y mundial. En esas condiciones el pesado yugo de la Madre Patria ata los destinos de ambas naciones. A esto temen los líderes rusos y chinos. Por ello es que advierten, casi imploran, a Washington que no siga detrás de los delirios seniles de un imperialismo británico caduco, pero por eso mismo tan peligroso.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, nos alerta que ”YA SE REFLEJA EN NUESTROS TERRITORIOS LA PRIMERA GUERRA HÍBRIDA GLOBAL DE LA HISTORIA” tras la visita a Argentina de la jefa del Comando Sur de EEUU, generala Laura Richardson al coincidir con informes y estudios estratégicos de Washington que PREPARAN EL DETERIORO DEL ENTORNO ESTRATÉGICO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, abogando por una escalada militar y de propaganda agresiva en la región, para desacreditar a cualquier gobierno amigo de China, Rusia e Irán y promoviendo movimientos internos de resistencia, además de la aplicación de las conocidas sanciones a los países desobedientes.

También nos cuenta que en el conflicto de Ucrania, la única victoria lograda por anglosajones y europeos se verifica en el campo de la propaganda de guerra y de la manipulación mediática, ya que en paralelo a su evidente derrota militar, Occidente se descarrila en un desastre económico por el descontrol de la inflación, la caída del PIB y los problemas del dólar para mantener su hegemonía. En cuanto que Rusia hace resurgir su moneda y aumenta el valor de sus exportaciones de energía a pesar de las sanciones impuestas. Unas sanciones que han rebotado contra una Europa cada vez más dividida y en crisis, donde 14 de sus países miembros ya pagan en rublos sus compras a Rusia, mediante transacciones con el banco Gazprombank.

En el campo de la geopolítica, Pereyra Mele analiza cómo se van moviendo los hilos de una guerra híbrida, global, militar y económica, que se desarrolla en diferentes escenarios del mundo, entre las potencias declinantes de Occidente contra las nuevas potencias asiáticas que vienen resurgiendo desde principios de siglo y que para el año 2040 tendrán un PBI superior a toda Europa y EEUU. Una lucha feroz que también se libra por unos recursos planetarios de los que Europa carece dramáticamente.

Además aborda el fracaso histórico de las sanciones promovidas por el bloque atlantista a través de los años y que hoy afectan a 24 países soberanos, pero que no consiguen cambiar las políticas de esos estados, como ocurrió durante cuarenta años con Irán, como tampoco con Cuba, Venezuela o Nicaragua. Y que mucho menos podrá poner de rodillas a Rusia, tal cual se está demostrando. Y ya sobre Ucrania nos informa de la reciente publicación sobre los detalles de la fortuna ilegal de Zelensky.

Finalmente, Pereyra Mele reflexiona otra vez sobre la anunciada y agresiva escalada militar y de propaganda de EEUU sobre América Latina y habla de la necesidad de “ponerse en situación”, porque ya somos parte de un conflicto global, cuyas aristas están a la vista en nuestros territorios y que deberíamos controlar y evitar para seguir teniendo alguna posibilidad de ser un Estado Soberano.

Eduardo Bonugli (Madrid, 01/05/22)

Por Javier Benitez

El actor Volodímir Zelenski, quien cumple el rol de presidente de Ucrania, parece haber inaugurado un nuevo género en su profesión: el de comediante siniestro, algo muy distinto a lo que es el humor negro. Mientras arrastra a su país al desastre, lanza declaraciones que parecen demostrar que vive en una realidad paralela, por decirlo suavemente.

Lo que bebe, o lo que fuma

Ya lo dijo el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov: Zelenski dice muchas cosas, depende de lo que bebe o lo que fuma. Y cada aparición pública, cada declaración que realiza este actor devenido en jefe de Estado, parece dar la razón al jefe de la diplomacia rusa.

Así lo constata una de sus más recientes declaraciones. En la rueda de prensa posterior a la reunión que mantuvo con el secretario general de la ONU, Antontio Guterres, Zelenski, como abstraído de la realidad, abducido mentalmente por no se sabe muy bien qué, dijo que Kiev está dispuesto a llevar a cabo «negociaciones urgentes para la evacuación de Mariupol y espera contar con el apoyo de la ONU».

Ante estas afirmaciones del todo reñidas con la realidad, y ante la insistencia del periodismo ucraniano de exigir plazos –tal como los que Zelenski exigió a la Unión Europea para acabar con la dependencia energética con Rusia–, Guterres tuvo un lapsus de lucidez mental, y le saltó la térmica:

«¿Qué quiere? ¿Quiere que se rescate a la gente o quiere que diga algo que sea un obstáculo para esa tarea? En este momento, sólo puedo decirle que estamos haciendo todo lo posible para que así sea. No voy a entrar en ningún comentario que socave esa posibilidad, porque mi primera y única prioridad es la gente que sufre y la gente que debe ser rescatada», respondió a los periodistas incautos.

Post-it moscovita

También llegó la respuesta de Moscú a estas declaraciones de Zelenski. Bueno, más que respuesta, un ayuda-memoria –como esos ‘post-it’ que suelen colocarse en las puertas de las neveras–, por si Zelenski ya hubiera olvidado lo que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, había pronunciado muy poco rato antes.

Así, al comentar la propuesta de entablar negociaciones sobre la evacuación de Azovstal, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, enfatizó que Putin ya ha dicho claramente que «los civiles pueden salir de Azovstal y los militares pueden deponer las armas, esto no es un tema de negociación». Difícilmente se pueda ser más claro.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, se muestra contundente al tratar de explicar las actitudes y declaraciones del mandatario ucraniano. “Hacer una saga de las declaraciones de este señor Zelenski, realmente es increíble. Ver las variaciones, las confusiones, las idas y venidas, las supuestas propuestas que hace, que luego se retrotrae, que luego las cambia sobre la marcha, realmente es de un caso psiquiátrico ya prácticamente».

El analista sentencia que las declaraciones de Zelenski “no ameritan nada, más allá de un análisis que deberían realizar algunos profesionales de la salud mental, debido a que estamos ‘jugando’ en un conflicto internacional, que es la primera guerra híbrida global. No estamos hablando de un conflicto Ucrania-Rusia: estamos inmersos en un gigantesco conflicto híbrido global en el que se lucha en el campo militar, en el económico, en el financiero, en el de la ciberseguridad, y en el de la propaganda política».

“Son numerosos ámbitos donde se está desarrollando este gigantesco conflicto, y Zelenski es una pieza ínfima dentro de este gran juego. Su actuación, como buen actor de donde proviene, actor cómico, es justamente eso, una actuación. Él no habla por voz propia, él es un personaje artístico impuesto por grandes grupos financistas internacionales y por oligarcas, que además son de una corruptela gigantesca», concluye Carlos Pereyra Mele.

Publicado por Sputnik: https://mundo.sputniknews.com/20220430/zelenski-practicamente-es-un-caso-psiquiatrico-1124992744.html 

 

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna semanal de geopolítica, del Club de La Pluma nos recuerda aquella frase de “HAZ LO QUE YO DIGO PERO NO LO QUE YO HAGO” para desnudar la hipocresía de Europa cuando paga en rublos, y por bajo cuerda, sus imprescindibles productos energéticos de Rusia, mientras presume de incrementar el suministro de armamento a Ucrania. De igual manera que EEUU ha aumentado la compra de barriles de petróleo a Rusia en un 43%, pero que exige a sus socios que incrementen las sanciones. Y en ese contexto nos recuerda lo que ya anticipó hace tiempo: que Europa nunca sangraría por los ucranianos pero que los hará pelear hasta el último de ellos y sin exponer un solo soldado suyo.

Lo que demuestra que ese pueblo está siendo sacrificado en el altar de las industrias armamentísticas y del poder anglosajón. Y también arrastrado por los cantos de sirena de Occidente de forma fanática y sin lógica ni razón. Por lo que no es extraño que comiencen a rendirse en masa, como ocurrió hace unos días en el puerto de Mariupol, a pesar de la ingente cantidad de armas entregadas por EEUU y Europa. 

Y en el tema de las sanciones, Carlos confirma que no existe ya aquella unidad monolítica entre las dirigencias europeas, luego de aplicar tan ágil y dócilmente las decisiones de Washington, al comprobar que serán sus pueblos los que paguen el duro precio de las mismas, acarreando consecuencias trágicas de hondo calado económico y sociopolítico. Tal cual lo señala el propio FMI en su demoledoras previsiones sobre el aumento de la inflación y de una parálisis en la producción. Una dura realidad que ya está presente y que le lleva a anticipar que habrá “rebelión en la granja”. 

También aborda las recientes elecciones en Francia, que hacen pensar en un posible cambio de actitud de esta potencia nuclear y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, tras la segunda vuelta electoral. Ya sea por un hipotético triunfo de Le Pen, que anunció la salida de la OTAN y unas nuevas relaciones con Rusia, como la respuesta que debería dar Macrón si triunfa, al contundente desafío que significan esos 60% de votos contrarios a la UE. 

Luego nuestro director compara aquel mandato de la férrea Merkel, con la frágil Alemania de hoy del canciller Scholz y su gobierno de alianzas imposibles, sometido a la estrategia de EEUU, y que acaba de ser humillado por Zelensky al rechazar la visita del presidente alemán a su país. Además de haber sido obligada a cancelar el gasoducto Nord Stream 2, lo que ha hundido sus escasas reservas de gas y que incrementa el descontento y la preocupación de los capitanes de la poderosa industria germana.

También deja en el aire una esperanza para que el viejo continente renuncie a seguir a la saga de los dictados de Washington y Londres, mientras señala la rusofobia instalada por las inteligencias anglosajonas, que acentúa la incapacidad europea para recuperar un posicionamiento internacional con algo de razón y lógica, para volver a su vieja geopolítica y para componer unos nuevos lazos de unidad con ese enorme país europeo que es Rusia. 

Por otra parte nos confirma que la leyenda de que hay un mundo totalmente encolumnado para atacar a Rusia en todos los ámbitos, es realmente una entelequia. Porque según las últimas votaciones sobre qué países sancionan y cuáles no, demuestran que es a la inversa. Que es la OTAN la que está rodeada, no Rusia.

Tal cual quedó demostrado en el último fracaso europeo en estos días en Buenos Aires, en la asamblea de la Eurolat (que reúne parlamentarios europeos y latinoamericanos), dónde América Latina rechazó la postura contra Rusia que querían imponer los europeos, en una nueva demostración de que el mundo está cambiando. 

Lo que deja claro que el devenir de la historia está en frenar la agresividad violenta y salvaje del mundo anglosajón, que busca impedir el desarrollo de las naciones del mundo y la aparición de un nuevo orden mundial multipolar, más justo para los países del sur.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/04/22)

Radio Web: El Club de la Pluma y su red de emisoras de Argentina y América Latina

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En directo Red de emisoras Compañeras del Club de la Pluma 

Radio Utopia al sur –Uruguay–  https://utopiaalsur.net/ 

«Radio Comunitaria Ore Tape” FM 88.9 La radio del Pueblo – Benito Juarez Pcia de BsAS  http://oretape.com.ar/ 

Radio Monte Aguila On-Line FM 107,4 Chile 

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Radio Expedición con Musica Sao paulo Brasil https://expedicaocommusica.minharadio.fm 

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DN Radio -Ecuador-

Retransmisiones en diferido: 

Domingo desde las  9 HS.

V y B Radio -Cooperativa de trabajo VyB Noticias limitada – Argentina

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Domingos desde las 11hs FM JOL 106.1 –Derqui Provincia de Buenos Aires-

Domingos desde las 12hs Radio Comunitaria Encuentro 95.7 / Centro Cultural Tinku Arte Córdoba Argentina

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Domingos desde las 15,30 FM 99.9 Radio Argentina –Ciudad de Córdoba-

http://www.radioargentina.nvradios.com/ 

Lunes desde las 20 hs FM 102.1 Acordes Radio –Ciudad de Villa Carlos Paz- Córdoba

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Martes

Radio Palabras del Alma -Pilar, Buenos Aires-

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Martes desde las 20hs Red Work Team 108 

https://www.facebook.com/Somosunaredworkteam1

Martes y Jueves 9 hs Radio La Banca Ciudadana Cosquín Córdoba 

http://labancaciudadana.home.blog 

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, nos recomienda desde su columna semanal de geopolítica, del Club de La Pluma, leer en Dossier geopolitico  el artículo “Razones y Detalles de la Guerra de Ucrania”https://dossiergeopolitico.com/2022/03/17/las-razones-y-detalles-de-la-guerra-de-ucrania/                    del jefe de inteligencia suiza, Coronel Jacques Baud, sobre la verdadera efectividad de la operación militar rusa. También  nos recuerda que entre el 70 y el 80% de los jóvenes ucranianos no han acudido a la convocatoria a filas del gobierno de Kiev, por lo que el 40% de su ejército está conformado por mercenarios, muchos de ellos extranjeros, lo que confirma que con la súper censura y con la súper imposición en las redes sociales, Occidente continúa tergiversando la realidad de un mundo que está rápidamente cambiando, También nos informa que los datos de los “Panamá Paper” revelan que Ucrania tiene proporcionalmente la mayor cantidad de políticos y oligarcas corruptos del mundo con dinero negro en paraísos fiscales, incluido su presidente Zelenski.

Y entrando en geopolítica analiza las reflexiones del canciller ruso, Serguéi Lavrov sobre que el conflicto de Ucrania demuestra una inflexión histórica. También reafirma Carlos los análisis en su tanque de ideas -sostenidos durante años-, sobre que la lucha entre los Continentalistas (euroasiáticos) contra los Atlantistas (Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa) se desarrolla a una velocidad mayor de la esperada y con el retroceso evidente de estos últimos, siendo Ucrania el reflejo de la impotencia de un “Oxidente Oxidado” y con sus medios tratando de disimularlo.

Y reseña y desgrana ese retroceso del bloque anglosajón, desde la crisis económica del 2008, luego con el fracaso de las Revoluciones Árabes de Hillary Clinton y Macron, con sus ”rebeldes moderados” que se transformaron en terroristas, con la derrota en Siria, también con el fracaso en Irak y con la huida precipitada de Afganistán, todo muy bien disimulado por la prensa, sin olvidar la vergüenza  occidental por el Covid 19, otra derrota global si se compara con los países asiáticos que tuvieron muchos menos muertos, que supieron controlar la enfermedad con mayor rapidez y que recuperaron rápidamente su aparato económico y  productivo.

Y nos dice Pereyra Mele que todos estos fracasos deberían haber llamado a la reflexión a Occidente, pero no aprendió y que continuó con su metodología de mantener su poder a base de conflictos y de tensiones bélicas contra el bloque euroasiático, acompañando su estrategia en el desproporcionado manejo de los medios de comunicación, hasta caer en la máxima hipocresía de librar un supuesto “combate contra la desinformación” a través de la censura de las agencias rusas y de otras incómodas a su relato, y hasta aplicando coacciones a los propios ciudadanos europeos, como el caso de las amenazas de muerte a uno de los mejores analistas geopolíticos españoles, Pedro Baños, por opinar de forma diferente sobre lo que está ocurriendo en Ucrania.

También nuestro director desmitifica el concepto de COMUNIDAD INTERNACIONAL con datos tan reales que aplastan esa fantasía occidental y desmonta la teoría de las sanciones a Rusia que solo han sido acatadas por un mínimo porcentaje de países, algunos a regañadientes y otros de forma parcial y conveniente a sus intereses. Mientras que la mayoría de las naciones consolidan sus relaciones comerciales y de intercambio con China y con el resto de potencias del sudeste asiático. Empezado a utilizar monedas propias en demérito del sistema financiero basado en el dólar

Y concluye nuestro director con que LOS CAMBIOS HAN LLEGADO y que se reflejan en el reducido mapa del atlantismo. Lo que significa un cambio histórico apenas escondido tras la cortina de humo de los medios occidentales, que son como un bonsái pretendiendo tapar la evolución inevitable del gigantesco bosque global.

Eduardo Bonugli (Madrid, 20/03/22)

La Comunidad Internacional segun EEUU y los demas Continenetes o Paises que NO participan de las «sanciones» a Rusia (?)
«Las Guerras OLVIDADAS por OXIDENTE»

Por Luo Siyi (*)

Algunos chinos creen que el conflicto en Ucrania se trata solo de EEUU/OTAN y Rusia. Esta idea es bastante errónea. La participación militar de Rusia en Ucrania es efectivamente el equivalente a que Rusia ayude a China a defenderse de la agresión estadounidense en el frente occidental, porque Ucrania es equivalente a la línea de defensa occidental de China, como se confirmará en el siguiente análisis empírico de la situación geopolítica.

El principal adversario que EEUU quiere debilitar es China, no Rusia

La posición oficial de Estados Unidos, numerosos análisis no gubernamentales y el consenso político alcanzado por los partidos demócrata y republicano han indicado claramente que el principal oponente que Estados Unidos quiere debilitar y atacar es China. Las diversas tácticas de Estados Unidos contra China se formulan bajo este posicionamiento estratégico general. Pero antes de atacar a China, Rusia primero debe ser reprimida por completo.

Comparar las situaciones militar y económica de Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría puede ayudar a comprender la dirección de la relación entre Estados Unidos, China y Rusia. La fuerza militar de la Unión Soviética era fuerte, pero su fuerza económica era más débil que la de los Estados Unidos; las fuerzas nucleares de la Unión Soviética estaban básicamente a la par con las de los Estados Unidos, y sus fuerzas convencionales eran extremadamente fuertes. Sin embargo, en comparación con su fuerza militar, las políticas económicas implementadas por la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial fueron un gran fracaso. En ese momento, la tasa de crecimiento económico de la Unión Soviética no era significativamente más alta que el promedio mundial. Desde la década de 1970, la tasa de crecimiento del PIB de la Unión Soviética fue en realidad más lenta que la de los Estados Unidos.

Por lo tanto, en esta situación estratégica, Estados Unidos está tratando de cambiar el foco de la lucha a la esfera económica. Incluso en la década de 1980, cuando Reagan estaba construyendo su armamento, Estados Unidos no tenía intención de ir a la guerra con la Unión Soviética. Su intención era ejercer presión económica sobre la Unión Soviética obligándola a una carrera armamentista, es decir, Estados Unidos tenía la intención de utilizar las políticas económicas fallidas de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial contra la Unión Soviética.

Estados Unidos se encuentra exactamente en la posición opuesta para competir con China: Estados Unidos es militarmente más fuerte que China y económicamente más débil. Durante los últimos 40 años de reforma y apertura, la economía de China ha crecido mucho más rápido que la de Estados Unidos. Calculada a tipos de cambio de mercado, la relación entre el agregado económico de China y la de Estados Unidos es aproximadamente el doble que la de la Unión Soviética y Estados Unidos; calculada en paridad de poder adquisitivo, la economía de China ya ha superado a la de Estados Unidos. Recientemente ocurrieron dos importantes crisis económicas internacionales: la crisis financiera internacional de 2007 y la nueva epidemia de coronavirus. Durante este período, la tasa de crecimiento económico de China fue mucho más alta que la de Estados Unidos.

Pero, militarmente, Estados Unidos sigue siendo mucho más fuerte que China. Objetivamente, dado que la fuerza militar de los EEUU es más fuerte, pero la situación económica no es tan buena como la de China, esto significa que la estrategia beneficiosa para los EEUU debería ser cambiar el enfoque de la lucha del campo económico al campo militar.

La historia contrastante ayudará a tener una mayor comprensión de esto. En 1912, el Jefe del Estado Mayor alemán von Moltke hizo la infame declaración de que “dado que la guerra es inevitable, ¡cuanto antes mejor!”. Esta declaración no era un eslogan beligerante vacío para el imperialismo alemán, sino que se basa en consideraciones racionales. En 1912, tanto Rusia como Estados Unidos superaron el crecimiento económico de Alemania, lo que inevitablemente conduciría a que su fuerza militar fuera más fuerte que la de Alemania. Por lo tanto, von Moltke llamó a la guerra lo antes posible.

Este es también el peligro de la actual guerra de Estados Unidos contra China. Hasta que el crecimiento económico de China ayude a su ejército a igualar a Estados Unidos, es posible que Estados Unidos intente usar su poder militar superior para desafiar a China.

Rusia y China

Esto muestra claramente por qué Rusia es un factor importante en la defensa de China. Sin duda, China posee suficientes armas nucleares para representar un serio elemento de disuasión para Estados Unidos. Sin embargo, según estimaciones occidentales, Estados Unidos tiene unas diez veces más ojivas nucleares que China. Esto significa que, sin duda, China puede infligir pérdidas terribles a los Estados Unidos: decenas de millones de muertes estadounidenses. Pero, a pesar de ello, China no ha sido capaz de destruir por completo a Estados Unidos.

La situación en Rusia es diferente. Rusia tiene incluso más ojivas nucleares que Estados Unidos, debido a su herencia del poder militar de la Unión Soviética. Rusia es el único país del mundo capaz de destruir por completo a los Estados Unidos. A la larga, abrumada por políticas económicas fallidas, es posible que Rusia no pueda mantener ese poder. Aún así, durante los próximos cinco a 10 años o más, la capacidad de armas nucleares de Rusia se mantendrá a la par con la de Estados Unidos. Combinadas, las fuerzas nucleares de Rusia y China son sin duda comparables a las de Estados Unidos.

Es decir, Estados Unidos reconoce que en el campo de las armas estratégicas, es decir, las armas nucleares, no se atreve a lanzar un ataque militar contra China y Rusia al mismo tiempo. Por lo tanto, en los próximos 5 a 15 años, mientras China y Rusia unan sus fuerzas, Estados Unidos no se atreverá a lanzar una guerra nuclear contra los dos países, y China puede aprovechar esta oportunidad para construir una fuerza nuclear suficiente para hacer frente a los Estados Unidos. En ese momento, los Estados Unidos solo pueden ser obligados a aceptar que China tiene la capacidad de destruir completamente a los Estados Unidos.

Por lo tanto, la conclusión clara que Estados Unidos saca de esto es que debe dividir las relaciones chino-rusas. Si se puede persuadir u obligar a Rusia a volverse contra China, China será más vulnerable a los ataques militares estadounidenses, incluidos los ataques nucleares.

Estados Unidos conspira para dividir a China y Rusia

Esta línea de pensamiento determina las tácticas que adoptará Estados Unidos. Para tratar con China, Estados Unidos debe dividir las relaciones chino-rusas. El único desacuerdo en los círculos de formulación de política exterior de EE. UU. es cómo persuadir a Rusia para que abandone su amistad con China.

La opinión minoritaria en los círculos de política exterior de EE. UU. es que la expansión de la OTAN hacia el este (que inevitablemente representa una amenaza para Rusia) es un terrible error, porque llevará a Rusia a acercarse a China en defensa propia. George Kennan, autor del famoso «Long Telegraph» y fundador de la política de contención estadounidense de la era de la Guerra Fría, analizó en 1997: «A fines de 1996, por alguna razón, la idea de ’la OTAN se expandía hacia el este hasta la frontera rusa’ se hizo popular… pero es solo una apuesta peligrosa… y la ampliación de la OTAN sería, francamente, el error más mortífero de la política estadounidense posterior a la Guerra Fría».

John Mearsheimer, uno de los analistas de política exterior más prominentes de Estados Unidos, hizo un comentario similar. En 2014, publicó un artículo titulado «¿Por qué la crisis de Ucrania es culpa de Occidente?». Luego culpó a Estados Unidos por la crisis de Ucrania en un discurso en YouTube que obtuvo 13 millones de visitas.

Jack Matlock, el último embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética, adoptó una postura similar. El Instituto Cato (CATO), un famoso grupo de expertos estadounidense, señaló: «Los analistas de política exterior realistas estadounidenses que abogan por la política de contención advirtieron hace 25 años que la alianza militar más poderosa de la historia (OTAN) es para tratar con una gran potencia. La continua expansión hacia el este no terminará bien. El conflicto en Ucrania lo confirma contundentemente… La historia mostrará que en las décadas posteriores al colapso de la Unión Soviética, la OTAN continuó expandiéndose hacia el este, y Estados Unidos hizo oídos sordos a las advertencias de Rusia. Fue un gran error de política».

Estados Unidos intenta dividir a China y Rusia haciendo concesiones a Rusia

Otra forma en que Estados Unidos está tratando de dividir a China y Rusia es abogar por hacer concesiones a Rusia a cambio de que renuncie a su buena relación con China. La exsecretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ha pedido retóricamente un “reinicio” de las relaciones entre EEUU y Rusia sin grandes concesiones, aunque ahora ha abandonado esa posición por completo.

Trump también cortejó verbalmente al presidente ruso Vladimir Putin durante su presidencia y evitó que otros funcionarios estadounidenses se reunieran a solas con Putin durante mucho tiempo. Pero Trump no ha cambiado drásticamente la política de EEUU hacia Rusia y, por lo tanto, Rusia no lo ha hecho: Rusia sigue teniendo buenas relaciones con China.

Kissinger, por otro lado, es mucho más pragmático que Trump y entiende que es imposible lograr que Rusia renuncie a su buena relación con China simplemente hablando. Así que propuso algunos compromisos reales con Rusia, especialmente aceptando a Crimea como parte de Rusia.

Pero estas concesiones son triviales en comparación con la principal preocupación de Rusia: Ucrania no debería unirse a la OTAN, porque si Ucrania se uniera a la OTAN, un misil lanzado desde Ucrania podría llegar a Moscú a los pocos minutos de vuelo, lo que sería intolerable para Rusia. Amenazas militares; la entrada de Ucrania en la OTAN también afectan la situación en la región de Donbass, en el este de Ucrania, que es tanto una región de habla rusa como la región económica más importante de Ucrania.

En general, el intento de esta facción en el círculo de política exterior de los EEUU de “engatusar” a Rusia para que abandone la relación amistosa entre Rusia y China ha fracasado porque no tiene la intención real de hacer concesiones importantes a Rusia, sino que solo tiene la intención de utilizar esto, con la esperanza de que Rusia autodestruya la Gran Muralla, en desacuerdo con China.

Estados Unidos está tratando de usar la política del «gran garrote» para dividir las relaciones entre Rusia y China

Por lo tanto, el tercer punto de vista de los Estados Unidos es tratar de utilizar la política del «gran garrote» para socavar las buenas relaciones entre Rusia y China. Esto es en realidad una continuación de la política estadounidense de «garrote» después del colapso de la Unión Soviética en 1991.

La desintegración de la Unión Soviética destaca la naturaleza de la política estadounidense hacia Rusia. Cuando aún existía la Unión Soviética, Estados Unidos juró que solo estaba en contra del comunismo, pero era amistoso con el pueblo ruso y les deseaba una buena vida, exactamente como lo dice ahora a China.

Si es así, luego del colapso de la Unión Soviética y el colapso del comunismo en Rusia en 1991, Estados Unidos debería tener una política amistosa hacia Rusia. Esto es ciertamente lo que esperan aquellos en Rusia que creen en la propaganda estadounidense.

Desde principios de 1992, me mudé a Moscú. Se puede decir que no había ningún país en el mundo que fuera más pro-estadounidense que Rusia en ese momento. Había periódicos bilingües ruso-inglés, periódicos en inglés, estaciones de radio en inglés en Rusia en ese momento; los extranjeros, especialmente los estadounidenses, eran tratados con especial respeto, literalmente eran «Dios». Estos son similares a lo que vi en algunos grupos cuando comencé a trabajar en China en 2009.

A principios de 1992, cuando les expliqué a los rusos que cualquiera que creyera en la propaganda oficial de los EEUU era ingenuo y que los EEUU en realidad querían debilitar a Rusia, no ayudarla a fortalecerse, calculé que el 90% de las personas en ese momento no estaban de acuerdo conmigo. Mucha gente pensó que estaba diciendo tonterías.

Pero sé que el tiempo lo cambia todo. Por la naturaleza de Estados Unidos y sus políticas, encontrará formas de debilitar y reprimir a Rusia. Pero en Rusia, la fuerza más poderosa es el patriotismo, por lo que, a medida que se aclara la naturaleza de la política estadounidense hacia Rusia, el patriótico pueblo ruso luchará para defender a su país y perderá la ilusión de la propaganda estadounidense. El proceso no tardó en comenzar.

Primero, a los pocos meses, después de adoptar las políticas capitalistas propugnadas por los Estados Unidos, Rusia marcó el comienzo de una catástrofe económica: de 1991 a 1998, Rusia sufrió la peor recesión económica de su historia en tiempos de paz.

En segundo lugar, estalló la guerra en el territorio de la antigua Unión Soviética, especialmente entre Azerbaiyán y Armenia, y comenzó a surgir el separatismo checheno dentro de Rusia.

Luego, en octubre de 1993, Yeltsin dio un golpe armado con el apoyo de Estados Unidos, bombardeando el parlamento ruso con tanques.

Las cinco rondas de expansión de la OTAN hacia el este han hecho que Rusia vea claramente la esencia de Estados Unidos

Pero es la alianza militar antirrusa, la expansión hacia el este de la OTAN hasta la frontera rusa, lo que pone de manifiesto la esencia de la política de agresión estadounidense.

Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, Rusia intentó inicialmente cooperar con EEUU/OTAN, lo que pone de relieve la política engañosa de EE UU hacia Rusia. Putin ha confirmado que Rusia ha propuesto su propia adhesión a la OTAN: Rusia, como miembro de la OTAN, tendrá poder de veto para evitar que la OTAN agreda a Rusia.

La razón del rechazo de Estados Unidos a esto es tal como lo señala Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos y un importante teórico de la política exterior estadounidense, en su libro The Big Chess Game: “Cualquier compromiso con Rusia sobre la expansión de la OTAN hacia el este no tendrá la consecuencia de convertir a Rusia en un miembro de facto de la toma de decisiones de la OTAN».

Luego, Rusia ayudó a la invasión estadounidense de Afganistán después de los ataques terroristas del 11 de septiembre; Rusia ofreció honestamente: “¡Los yihadistas fundamentalistas son nuestro enemigo común, cooperemos!” Uzbekistán y Kirguistán establecieron bases militares, pero cuando la naturaleza de esas bases, intervenir en Asia Central y que contiene Rusia, se reveló, Estados Unidos fue expulsado de Uzbekistán y Kirguistán en 2005 y 2014, respectivamente.

Pero ninguno de estos intentos de cooperación entre Rusia y Estados Unidos ha valido la pena. En cambio, Estados Unidos ha comenzado a continuar expandiendo sus capacidades militares a lo largo de la frontera rusa a través de la OTAN. En 1999, bajo el liderazgo de los Estados Unidos, Hungría, Polonia y la República Checa se unieron a la OTAN; en 2004, siete países, incluidos Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, se unieron a la OTAN; en 2009, Albania y Croacia se unieron OTAN; en 2017 En 2020, Montenegro se unió a la OTAN; en 2020, Macedonia del Norte se unió a la OTAN.

Finalmente, en 2007, ante el continuo despliegue militar de la OTAN en las zonas fronterizas de Rusia, Putin abandonó la ilusión de una coexistencia pacífica con Estados Unidos y señaló claramente la naturaleza agresiva de la expansión hacia el este de la OTAN en un discurso en la Conferencia de Seguridad de Munich.

En este marco, Ucrania es claramente un tema decisivo por su proximidad geográfica a Rusia. La distancia desde la capital de Ucrania, Kiev, hasta Rusia es de solo 862 kilómetros: los misiles lanzados desde Ucrania llegaron a Moscú en minutos, lo que hizo posible un ataque relámpago sobre Rusia. Como resultado, Rusia ha dejado en claro en repetidas ocasiones que la membresía de Ucrania en la OTAN representaría una amenaza militar inaceptable para Rusia.

Si Ucrania se une a la OTAN, representará una amenaza mortal para Rusia

Estados Unidos respondió que Ucrania tiene el «derecho soberano» de unirse a cualquier alianza militar a la que desee unirse. Pero Estados Unidos debe saber que esta afirmación es pura sofistería.

Por ejemplo, cuando la Unión Soviética desplegó misiles en Cuba durante la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962, Estados Unidos nunca afirmó que no se oponía al despliegue soviético de misiles en Cuba porque Cuba tenía el «derecho soberano» de unirse a cualquier alianza militar. Aunque La Habana está a 1.826 kilómetros de Washington, el doble de la distancia de Kiev a Moscú, Estados Unidos ha dejado claro que estaba preparado para arriesgarse a una guerra nuclear mundial impidiendo que la Unión Soviética desplegase misiles en Cuba.

Afortunadamente, en 1962, los líderes soviéticos se dieron cuenta de que tratar de desplegar misiles tan cerca de Estados Unidos que mantendrían a Estados Unidos en una posición de defensa constante contra ataques con misiles sería un riesgo poco realista: un Estados Unidos con armas nucleares, por ejemplo. Así, la Unión Soviética retiró los misiles de Cuba, resolviendo así pacíficamente la crisis.

Pero la insistencia de Estados Unidos en el derecho de Ucrania a unirse a la OTAN, creando así la situación actual, condujo a la guerra. En resumen, Estados Unidos finalmente eligió la política más agresiva de todas las posibles políticas de Rusia.

EEUU tiene diferencias tácticas sobre cómo tratar con China

Aunque existen algunos desacuerdos sobre la política de EEUU hacia Rusia, es importante señalar que, en la gran mayoría de los casos, esto no es más que un desacuerdo táctico. Casi todos los involucrados en dar forma a la política exterior de EEUU están de acuerdo en que el problema estratégico más importante para EEUU es impedir el desarrollo de China.

Por ejemplo, como se muestra arriba, Mearsheimer, quien ha criticado duramente la política de EEUU hacia Rusia y los intentos de la OTAN de atraer a Ucrania a la OTAN, ha dejado en claro que cree que es necesario socavar la buena relación entre Rusia y China para estar en mejores condiciones para lidiar con China: «Rusia no es una amenaza seria para los Estados Unidos. Nos enfrentamos a una amenaza seria en el sistema internacional. Nuestro competidor es China. Nuestras políticas en Europa del Este están socavando nuestra capacidad para lidiar con la mayor amenaza que enfrentamos hoy… Primero, debemos retirarnos de Europa y centrarnos en China; segundo, debemos esforzarnos por establecer relaciones amistosas con los rusos para unir a Rusia y controlar China. En un mundo donde China, Rusia y los Estados Unidos coexisten «Estados Unidos debería atraer a Rusia a su lado de esta manera. En cambio, lo que ha hecho nuestra estúpida política en Europa del Este es empujar a Rusia completamente al otro lado. Viola el principio de la política de equilibrio de poder».

A diferencia de Mearsheimer, Zbigniew Brzezinski apoya la expansión hacia el este de la OTAN y tiende a presionar a Rusia para que divida las relaciones chino-rusas. Brzezinski fue contundente sobre la política de Estados Unidos hacia Rusia y China: «Por primera vez en la historia, un estado no euroasiático ha emergido no solo como el principal árbitro de las relaciones de poder de Europa continental, sino también como la primera potencia mundial. El fracaso y el colapso de la Unión Soviética fue el paso final en el rápido ascenso de una potencia del Hemisferio Occidental, los Estados Unidos, al estatus de la única y de hecho la primera potencia verdaderamente global». De esto concluyó: «Tres Elementos de la Geoestrategia Imperial: prevenir la colusión de los estados vasallos y mantener su dependencia del Imperio para la seguridad; preservar la subordinación de los estados vasallos y preservar la protección que se les brinda; prevenir la unión de las naciones bárbaras».

En una palabra, algunas personas en la política exterior de EEUU quieren dividir a Rusia y China presionando a Rusia, mientras que otras esperan dividir a Rusia y China haciendo concesiones a Rusia. Pero sus objetivos estratégicos son los mismos, y las únicas diferencias son las tácticas: es necesario dividir a Rusia y China para aplicar mejor las políticas que debilitan a China. Todos ellos entienden que la buena relación entre Rusia y China, especialmente la fortaleza económica de China y la fortaleza militar de Rusia, es un gran obstáculo para que Estados Unidos trate con China. Por lo tanto, es necesario dividir a Rusia y China a través de «zanahorias» o «palos grandes».

Si el intento de Estados Unidos de dividir a China y Rusia tiene éxito, ¿qué impacto tendrá en China?

Si el intento de Estados Unidos de dividir a China y Rusia tiene éxito, el impacto en China sin duda será enorme. El desarrollo económico de China significa que eventualmente podrá crear una fuerza militar que rivalice con Estados Unidos. Pero esto no se puede hacer de la noche a la mañana. Si Rusia abandona su buena relación con China, China se enfrentará a un Estados Unidos militarmente más fuerte, especialmente en el campo de las armas nucleares. Estados Unidos tiene más de 3500 ojivas nucleares, varias veces más que China.

Estados Unidos tiene una ventaja nuclear considerable sobre China. Sin embargo, Rusia también tiene más de 3.500 ojivas nucleares heredadas de la Unión Soviética. Entonces, si Rusia y China unen sus fuerzas, estarán más o menos a la par con los EEUU en términos de armas nucleares.

El arsenal nuclear de China tiene la capacidad de infligir pérdidas y muertes espantosas en los Estados Unidos, y podría ser un elemento disuasorio serio para los Estados Unidos. Pero eso no cambia el hecho de que en el caso más extremo, el de una guerra nuclear, Estados Unidos tiene una ventaja sobre China, y si Rusia y China se unen estarán a la altura de Estados Unidos en términos nucleares, que Estados Unidos debería tener en cuenta.

En el campo de las armas convencionales, la situación es similar. Es completamente irreal que Estados Unidos lance una guerra convencional total contra China (o Rusia). Sin embargo, dado que Estados Unidos ha utilizado la fuerza militar contra países más débiles como Irak, Libia, Siria y otros, no se debe descartar la posibilidad de un conflicto local entre Estados Unidos y China o Rusia.

En este caso, las fuerzas militares convencionales combinadas de Rusia y China son mucho más fuertes que las suyas. Por lo tanto, si bien no existe una alianza militar entre China y Rusia, Estados Unidos debe tener en cuenta que si lanza una guerra de agresión contra países de interés común para Rusia y China, es posible que tenga que tratar con Rusia y China proporcionando indirectamente o asistencia directa a los países atacados por el apoyo militar de los Estados Unidos.

Además de estos factores militares y económicos, la política estadounidense hacia Rusia también ha tenido implicaciones políticas directas para China. Al igual que Rusia en 1991, hay personas en China que afirman que Estados Unidos no es agresivo y/o simplemente se opone al comunismo. Pero la política de EEUU hacia Rusia muestra que se ha demostrado que este punto de vista es completamente erróneo. Después de 1991, Rusia era un país capitalista, no comunista, pero Estados Unidos continuó reprimiéndolo. Durante el primer mandato de Yeltsin y en los primeros días de la presidencia de Putin, Rusia tomó una serie de medidas para tratar de hacer las paces con Estados Unidos, pero Estados Unidos siguió presionando a Rusia para que se acercara más.

Declaraciones como «Estados Unidos está presionando a Rusia en cada paso del camino porque solo está en contra del comunismo» y «Estados Unidos está presionando a Rusia en cada paso del camino en pura ’defensa propia’» no pueden resistir la prueba de los hechos. Entonces la pregunta es, ¿por qué Estados Unidos continúa implementando la política de presionar a Rusia paso a paso? ¿Qué implicaciones tiene esto para China?

Estados Unidos está presionando a Rusia paso a paso, porque no quiere que Rusia y Europa se acerquen demasiado

Para responder a esta pregunta, es necesario saber que incluso después del colapso de la Unión Soviética, Rusia siguió siendo el país más poderoso de Europa. Tiene una población de 144 millones, casi tanto como Alemania (83 millones) y Francia (67 millones) juntas. Debido a su vasto territorio, Rusia es el país más grande del mundo por área geográfica y también tiene la mayor cantidad de recursos naturales del mundo: energía, metales, materias primas de todo tipo, etc. El poder militar de Rusia supera con creces al de cualquier otro país europeo. Por lo tanto, cómo tratar a Rusia ha sido, y seguirá siendo, un tema estratégico definitorio de la geopolítica europea (y luego de otros países con relaciones europeas) durante siglos.

El objetivo más importante de la política exterior «hegemónica» de EEUU es garantizar que Rusia quede excluida de todo el sistema económico y político europeo. La razón es que Europa Occidental más Rusia es tan poderosa económica y militarmente como Estados Unidos. Europa Occidental tiene una industria manufacturera altamente desarrollada pero carece de materias primas y energía, algo que Texas y otros «estados de materias primas» en los EEUU tienen. Pero los recursos energéticos y de materias primas de Rusia no solo son comparables a los de Estados Unidos, sino más que los de Estados Unidos. Europa occidental más Rusia está a la par económicamente con los EEUU. Sin embargo, la propia Europa occidental no es tan poderosa como Estados Unidos.

Estados Unidos concluyó de esto que debe comprometerse estratégicamente a dividir Europa occidental de Rusia. Esta es la razón por la que, por ejemplo, Estados Unidos se opuso tan firmemente al uso de petróleo y gas ruso por parte de Alemania y Europa Occidental, inicialmente en medio de la fuerte oposición de Reagan al primer gasoducto de gas natural de la Unión Soviética a Europa Occidental, hasta que Estados Unidos recientemente trató de bloquear el flujo de petróleo y gas del proyecto de gasoducto Nord Stream 2 de Rusia a Alemania. Por lo tanto, en comparación con Estados Unidos, dividir Europa Occidental y Rusia es un objetivo estratégico importante de Estados Unidos para debilitar a Europa Occidental y Rusia.

Por lo tanto, Estados Unidos reprime a Rusia no porque Rusia sea un país comunista, ni porque Rusia sea agresiva. Estados Unidos está haciendo esto para evitar que Rusia se vuelva poderosa, ya sea que Rusia sea comunista o capitalista.

Como escribió Paul Wolfowitz, ex subsecretario de defensa para políticas en la administración Bush, en su Guía de política de defensa de 1992: «Nuestra política (post-soviética) ahora debe reenfocarse en prevenir el surgimiento de cualquier competidor global potencial en el futuro». Tenga en cuenta que este pasaje no se enfoca en el tema del comunismo o el capitalismo, solo que ningún otro país debe ser lo suficientemente fuerte como para ser un competidor de los Estados Unidos. Dicho esto, la pregunta clave no es si Rusia es un país comunista o capitalista, sino que debería ser más débil que Estados Unidos. Más tarde, Estados Unidos implementó exactamente la misma política hacia China.

Entonces, la solución más extrema/ideal para que Estados Unidos debilite a Rusia es desmembrarla. En la década de 1990, los medios estadounidenses publicaron varios artículos analíticos que pedían la división de Rusia en la «Rusia europea» y una «Federación siberiana» independiente. Sin embargo, aunque la mayoría de los analistas estadounidenses creen que es imposible desmembrar sustancialmente a Rusia, todas las políticas que podrían debilitar a Rusia se consideran correctas.

Esta es exactamente la misma política que Estados Unidos ha adoptado hacia China. La razón fundamental por la que Estados Unidos reprime a China no es que China sea un país comunista, sino que China se ha vuelto fuerte; por supuesto, es el comunismo lo que hace que China sea fuerte. Por lo tanto, el propósito de EEUU es debilitar a China, ya sea un país comunista o un país capitalista.

Estados Unidos es bien conocido por sus intentos de apoyar a los separatistas taiwaneses en la búsqueda de una política de debilitamiento de China. Pero no todos en China saben que a las fuerzas más extremas de los Estados Unidos les gustaría que China se desintegre automáticamente, al igual que la Unión Soviética. Por supuesto, esto sería ideal para EEUU, porque debilitaría permanentemente a China.

Política alemana y francesa hacia Rusia

Estados Unidos, Alemania y Francia comparten un gran acuerdo sobre cómo tratar a Rusia, pero no son del todo coherentes. Alemania y Francia dominan conjuntamente la UE: si las dos partes están de acuerdo, ningún otro país puede detenerlos. Pero si a Rusia se le permitiera desempeñar un papel real en el sistema de la UE, ya sea como miembro de pleno derecho o simplemente como influencia indirecta, entonces Alemania y Francia ya no podrían controlar completamente la situación en Europa.

Por ello, aunque por razones diferentes, tanto Francia como Alemania respaldan la posición de EEUU de que Rusia debe ser realmente excluida del sistema europeo. Esta es la razón por la que los ingenuos intentos de Rusia de convertirse en parte del sistema europeo en la década de 1990 y principios de la de 2000 siempre estuvieron condenados al fracaso.

Existen algunas diferencias entre la política de la UE hacia Rusia y la política de EEUU hacia Rusia, y aunque ambas partes ven la necesidad de excluir a Rusia del sistema europeo general, Alemania en particular se beneficia del comercio con Rusia en los sectores de energía y materias primas por razones económicas. La fabricación alemana es muy eficiente y competitiva internacionalmente, pero Alemania carece de energía y materias primas. Como resultado, Alemania está realizando una política de seguir militarmente a los Estados Unidos, pero al mismo tiempo perseguir sus propios intereses económicos, como participar en la construcción del proyecto del oleoducto Nord Stream 2.

Sin embargo, EEUU, que quiere debilitar económicamente a Alemania, se opone a la construcción del proyecto de gasoducto Nord Stream 2, al igual que antes se opuso a otros proyectos de gasoductos de Rusia a Alemania. Estados Unidos sabe que Alemania depende militarmente de Estados Unidos, por lo que para lograr sus objetivos secundarios, será necesario de vez en cuando aumentar las tensiones militares con Rusia, obligando a Alemania a elegir bando entre Estados Unidos y Rusia, con el fin de socavar la relación económica germano-rusa.

La expansión hacia el este de la OTAN es claramente una política agresiva contra Rusia y, por lo tanto, una política ideal para los Estados Unidos. Brzezinski, por ejemplo, señaló específicamente que la ampliación de la OTAN no solo se ocupará de Rusia, sino que también garantizará que Europa occidental sea más débil que Estados Unidos: «Es lógico que una Europa y una OTAN ampliadas sean de gran ayuda para que Estados Unidos lograr su política a corto y largo plazo. Una Europa ampliada expandiría la esfera de influencia estadounidense, absorbiendo nuevos miembros de Europa Central, agregando miembros pro-estadounidenses a la Comisión Europea, en lugar de crear simultáneamente una política políticamente superior. Una Europa integradapronto podría desafiar a los Estados Unidos en cuestiones geopolíticas de vital importancia para los Estados Unidos».

El objetivo principal de la política agresiva de EEUU es debilitar a Rusia y dividir a China y Rusia, y el objetivo secundario es debilitar a Alemania; por ejemplo, al retrasar o cancelar el proyecto de gasoducto de gas natural Nord Stream 2, EEUU interrumpe la relación económica entre Alemania y Rusia, logrando este objetivo.

En resumen, la política de EE. UU. apunta a lograr varios objetivos: Lo más importante es tratar de dividir a Rusia y China para facilitar que Estados Unidos trate con China; el segundo es debilitar a Rusia; el tercero es debilitar el poder de Alemania en relación con los Estados Unidos.

¿Cuál es el impacto directo del resultado del conflicto de Ucrania en China?

Entonces, la pregunta es, ¿qué tipo de impacto directo tendrán estos temas estratégicos involucrados en el conflicto de Ucrania en China?

Primero, debe entenderse que, independientemente del resultado a corto plazo del conflicto en Ucrania, dentro de un marco diseñado para convertir a Rusia y China en una mala relación, la política de represión de EEUU contra Rusia continuará. Claramente, EEUU prefiere que Rusia sufra una derrota en el conflicto de Ucrania: quiere que la derrota de Rusia conduzca a un gobierno pro occidental y anti-China para reemplazar a Putin.

Pero EEUU ha dejado en claro que incluso si Rusia gana el conflicto de Ucrania, la represión de EEUU contra Rusia y China continuará. En un artículo titulado «Estados Unidos y sus aliados están haciendo silenciosamente planes de contingencia para las operaciones guerrilleras a largo plazo y el gobierno en el exilio de Ucrania», el Washington Post señaló que fue la posibilidad de una toma rusa de Kiev lo que llevó a Washington y la Unión Europea para hacer planes. Pero incluso en este escenario, EEUU seguirá tratando de presionar y desestabilizar a Rusia: «Las formas occidentales de apoyar la resistencia ucraniana han comenzado a tomar forma, pero los funcionarios se han mostrado reacios a discutir planes detallados, que se basan en la victoria militar de Rusia. Pero, como primer paso, los aliados de Ucrania están planeando cómo ayudar a Ucrania a crear un «gobierno en el exilio» que podría dirigir directamente las operaciones de guerrilla contra los ocupantes rusos, según varios funcionarios estadounidenses y europeos…

En diciembre, algunos funcionarios estadounidenses vieron al ejército ucraniano haciendo preparativos militares…

En una visita oficial, un comandante de operaciones especiales de Ucrania le dijo al representante Michael Waltz, republicano por Florida, al representante Seth Moulton, demócrata por Massachusetts, y a otros legisladores que estaban cambiando los programas de capacitación para enfocarse en mantener la Resistencia de las fuerzas armadas, confiando en tácticas de estilo guerrillero.

El suministro de armas de EEUU al ejército ucraniano, así como el flujo constante de armas hacia el país, ha sido fundamental para el éxito de la resistencia, dijeron funcionarios del gobierno de EEUU. La administración Biden ha pedido al Congreso 10 mil millones de dólares en fondos de emergencia. De esto, 4.8 mil millones irán al Departamento de Defensa de los EEUU para asistencia militar a Ucrania…

En resumen, la represión de EEUU contra Rusia continuará, con el objetivo estratégico de debilitar a Rusia mientras la obliga a abandonar su buena relación con China.

«La guerra no es más que la continuación de la política por otros medios»

En segundo lugar, vale la pena señalar que, en términos de política real, discutir si la invasión rusa de Ucrania es una forma táctica sensata de contrarrestar los ataques de EEUU es superfluo en absoluto, después de todo el conflicto que ya ha ocurrido. El punto es cómo resulta la batalla. Si se acepta a Ucrania como miembro de la OTAN, es decir, si se frustran los esfuerzos de Rusia para evitar que Ucrania se una a la OTAN, sería un gran paso adelante para Estados Unidos en la represión de Rusia, y Estados Unidos podría ejercer más presión sobre Rusia para forzar la enemistad de Rusia con China.

Del mismo modo, nadie en China necesita responder a la pregunta de si la participación militar de Rusia en Ucrania es la estrategia correcta para hacer frente a la situación. El impulso de China de buscar una solución al problema de Ucrania a través del diálogo y la consulta es totalmente correcto. No es necesario que discutamos si esta acción militar de Rusia es correcta o no. Esto no cambia el caso base.

En su libro de 1915 “La bancarrota de la Segunda Internacional”, Lenin expresó claramente su comprensión de la guerra: «De estas teorías, quizás la más superficial es la teoría del ’culpable’: cuando somos atacados, nos defendemos; los intereses del proletariado exigen un contraataque contra los destructores de la paz en Europa. Esto es una copia de las declaraciones de los gobiernos y los clichés de todas las prensas burguesas y pornográficas del mundo…»

Para la guerra, los estrategas militares tienen sus propios puntos de vista únicos. El punto importante de Clausewitz, uno de los más grandes teóricos militares en la historia de la guerra mundial, «la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios» es el más representativo… Esto también es consistente con Marx y Engels. Desde su punto de vista, creen que cualquier guerra se trata de la continuación de la política de las grandes potencias y las diversas clases de esos países durante un cierto período de tiempo.

En el párrafo 63 de «Sobre la guerra prolongada», Mao Zedong también adoptó la famosa opinión de Clausewitz de que «la guerra es la continuación de la política».

Dado que «la guerra es una continuación de la política», no hay necesidad de que nadie se involucre en la discusión de las tácticas militares de Rusia, ya sea que Rusia tenga razón o no al librar esta guerra en este momento. Obviamente, se trata de política. Si Rusia pierde en esta guerra, significaría un riesgo mucho mayor, la posibilidad de que Ucrania se una a la OTAN, y por lo tanto una mayor presión sobre Rusia para que abandone las relaciones amistosas con China.

Tendencias en la política mundial: el surgimiento de fuerzas extremas contra China en los Estados Unidos

Por supuesto, al final, la situación en Ucrania provocará un cambio importante en la estructura mundial y el resultado tendrá múltiples efectos en el mundo. Al mismo tiempo, Estados Unidos está intensificando su represión contra China. Como se mencionó anteriormente, no importa qué diferencias tengan los analistas de política exterior de EEUU sobre Ucrania y la OTAN, casi siempre adoptan una postura anti-China.

Por ejemplo, Pompeo, exsecretario de Estado de EE. UU. y primer candidato presidencial republicano en 2024, pidió públicamente a EEUU que reconociera a Taiwán como un «país soberano»: Elbridge Colby, subsecretario adjunto del departamento de Defensa de EE. UU., también pidió que Estados Unidos inicie una «guerra limitada» con China por Taiwán, es decir, una guerra que, según Colby, debería ser librada por Estados Unidos.

Las opiniones de Pompeo y Colby muestran que, en comparación con el pasado, cuando solo los sectores políticos extremistas clamaban por la guerra, un pequeño número de personas en el establecimiento de la política exterior de los EEUU han cruzado abiertamente la línea roja trazada por China en el tema de Taiwán, o están activamente preparando la guerra contra China.

Esto, por supuesto, tendrá el impacto estratégico más profundo en China. Desde 1978, la política de desarrollo de China se ha basado en una premisa importante: que prevalezca la paz mundial. Es decir, aunque lamentablemente las guerras locales son inevitables, las guerras entre grandes potencias no estallan. Pero el impulso de EEUU hacia Rusia, y el hecho de que el establecimiento de la política exterior de EEUU (incluso una minoría) haya cruzado por completo la línea roja trazada por China en Taiwán, significa que la premisa debe revisarse.

Solo aquellos en el centro de la toma de decisiones geopolíticas, no los analistas externos, pueden tener en cuenta con precisión las implicaciones de esto y emitir juicios precisos. Pero dada la naturaleza cada vez más agresiva de la política exterior estadounidense, está claro que es necesario planificar con anticipación.

En conclusión

Volviendo a lo que está sucediendo en Ucrania, por supuesto que es una tragedia terrible. La declaración de política exterior de China que llama a la moderación por todas las partes es claramente correcta. Es mucho mejor negociar un trato que estallar en conflicto. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dejó en claro: «Esperamos que nuestro objetivo, el regreso de Ucrania a la posición en la Declaración de Independencia, se logre la neutralidad y la cooperación con Rusia… Si podemos negociar nuestros objetivos en Ucrania, todos mejor.»

Pero la situación en Ucrania se ha desarrollado hasta ahora debido a la continua expansión hacia el este de la OTAN dirigida por Estados Unidos y su intento de atraer a Ucrania a la OTAN, lo que representa una amenaza mortal para Rusia. Por lo tanto, Rusia no tiene retirada y debe ganar. Ucrania es la última línea de defensa de Rusia en el oeste. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, también es la línea de defensa occidental de China.

(*)Luo Siyi. Investigador principal del Instituto Chongyang de Investigación Financiera, Universidad Renmin de China

Michael Hudson Eurasia Review

Los imperios suelen seguir el curso de una tragedia griega, provocando precisamente el destino que buscaban evitar. Ese ciertamente es el caso con el Imperio estadounidense, ya que se desmantela a sí mismo en cámara no tan lenta.

El supuesto básico de la previsión económica y diplomática es que cada país actuará en su propio interés. Tal razonamiento no es de ayuda en el mundo de hoy. Los observadores de todo el espectro político están utilizando frases como « dispararse a sí mismos en su propio pie » para describir la confrontación diplomática de Estados Unidos con Rusia y sus aliados por igual. Pero nadie pensó que el Imperio Estadounidense se autodestruiría tan rápido.

Durante más de una generación, los diplomáticos estadounidenses más destacados han advertido sobre lo que pensaban que representaría la última amenaza externa: una alianza de Rusia y China dominando Eurasia. Las sanciones económicas y la confrontación militar de Estados Unidos han unido a estos dos países y están empujando a otros Estados a su órbita euroasiática emergente.

Se esperaba que el poder económico y financiero estadounidense evitara este destino. Durante el medio siglo transcurrido desde que Estados Unidos abandonó el oro en 1971, los bancos centrales del mundo han operado con el patrón dólar, manteniendo sus reservas monetarias internacionales en forma de valores del Tesoro, depósitos bancarios, acciones y bonos de Estados Unidos. El estándar de letras del Tesoro resultante ha permitido a este país norteamericano financiar su gasto militar en el extranjero y la adquisición de inversiones en otros países simplemente mediante la creación de pagarés en dólares. Los déficits de la balanza de pagos de EEUU terminan en los bancos centrales de los países con superávit de pagos como sus reservas, mientras que los deudores del Sur Global necesitan dólares para pagar a sus tenedores de bonos y realizar su comercio exterior.

Este privilegio monetario, el señoreaje del dólar, ha permitido a la diplomacia estadounidense imponer políticas neoliberales al resto del mundo, sin tener que usar mucha fuerza militar propia, excepto para apoderarse del petróleo del Cercano Oriente.

La reciente escalada de sanciones de Estados Unidos que bloquean el comercio y la inversión de Europa, Asia y otros países con Rusia, Irán y China ha impuesto enormes costos de oportunidad, el costo de oportunidades perdidas, a los aliados de Norteamérica. Y la reciente confiscación de las reservas de oro y divisas de Venezuela, Afganistán y ahora Rusia [El oro de Libia también desapareció después del derrocamiento de Muammar Gaddafi por parte de la OTAN en 2011], junto con el acaparamiento selectivo de cuentas bancarias de extranjeros adinerados (con la esperanza de ganar sus corazones y mentes, seducidos por la esperanza de la devolución de sus cuentas embargadas), ha acabado con la idea de que las tenencias en dólares –o ahora también los activos en libras esterlinas y en euros, satélites del dólar de la OTAN– son un refugio de inversión seguro cuando las condiciones económicas mundiales se vuelven inestables.

Así que estoy algo disgustado al ver la velocidad a la que este sistema financiarizado centrado en los Estados Unidos se ha desdolarizado en el lapso de solo uno o dos años. El tema básico de mi superimperialismo ha sido cómo, durante los últimos cincuenta años, el estándar de las letras del Tesoro de los Estados Unidos ha canalizado los ahorros extranjeros hacia los mercados financieros y los bancos de los Estados Unidos, dando un paseo gratis a la diplomacia del dólar. Pensé que la desdolarización estaría liderada por China y Rusia tomando el control de sus economías para evitar el tipo de polarización financiera que está imponiendo la austeridad a Estados Unidos [1]. Pero los funcionarios estadounidenses están obligando a Rusia, China y otras naciones que no están encerradas en la órbita Norteamericana a ver la escritura en la pared y superar cualquier vacilación que hayan tenido para desdolarizar.

Esperaba que el fin de la economía imperial dolarizada vendría por la ruptura de otros países. Pero eso no es lo que ha sucedido. Los propios diplomáticos estadounidenses han optado por poner fin a la dolarización internacional, mientras ayudan a Rusia a construir sus propios medios de producción agrícola e industrial autosuficiente. Este proceso de fractura global en realidad ha estado ocurriendo durante algunos años, comenzando con las sanciones que bloquean el comercio con Rusia de los aliados de Estados Unidos en la OTAN y otros satélites económicos. Para Rusia, estas sanciones tuvieron el mismo efecto que habrían tenido los aranceles proteccionistas.

Rusia había permanecido demasiado cautivada por la ideología neoliberal del libre mercado como para tomar medidas para proteger su propia agricultura e industria. Estados Unidos brindó la ayuda que se necesitaba al imponer a Rusia la autosuficiencia interna. Cuando los estados bálticos obedecieron las sanciones estadounidenses y perdieron el mercado ruso para su queso y otros productos agrícolas, Rusia creó rápidamente su propio sector lácteo y de queso, mientras se convertía en el principal exportador de cereales del mundo.

Rusia está descubriendo (o está a punto de descubrir) que no necesita dólares estadounidenses como respaldo para el tipo de cambio del rublo. Su banco central puede crear los rublos necesarios para pagar los salarios internos y financiar la formación de capital. Las confiscaciones estadounidenses de sus reservas de dólares y euros pueden finalmente llevar a Rusia a poner fin a su adhesión a la filosofía monetaria neoliberal, como ha estado defendiendo Sergei Glazievdurante mucho tiempo, a favor de la « Teoría Monetaria Moderna (TMM).

La misma dinámica de socavar los objetivos ostensibles de Estados Unidos ha ocurrido con las sanciones que este país impuso a los principales multimillonarios rusos. La terapia de choque neoliberal y las privatizaciones de la década de 1990 dejaron a los cleptócratas rusos con una sola forma de sacar provecho de los activos que habían tomado del dominio público. Eso fue para incorporar sus ganancias y vender sus acciones en Londres y Nueva York. Los ahorros internos habían desaparecido y los asesores estadounidenses persuadieron al banco central de Rusia para que no creara su propio dinero en rublos.

El resultado fue que el patrimonio nacional de petróleo, gas y minerales de Rusia no se utilizó para financiar una racionalización de la industria y la vivienda rusas. En lugar de invertir los ingresos de la privatización para crear nuevos medios rusos de protección, los ricos gastaron sus nuevas adquisiciones en bienes raíces británicos de lujo, yates y otros activos de capital de fuga global. Pero el efecto de las sanciones que toman como rehenes las tenencias de dólares, libras esterlinas y euros de los multimillonarios rusos ha sido hacer de la City de Londres un lugar demasiado riesgoso para mantener sus activos, y para los ricos de cualquier otra nación potencialmente sujeta a sanciones estadounidenses. Al imponer sanciones a los rusos más ricos y más cercanos a Putin, los funcionarios estadounidenses esperaban inducirlos a oponerse a su ruptura con Occidente y, por lo tanto, servir efectivamente como agentes de influencia de la OTAN. Pero para los multimillonarios rusos, su propio país empieza a parecer más seguro.

Desde hace muchas décadas, la Reserva Federal y el Tesoro de los Estados Unidos han luchado contra la recuperación del papel del oro en las reservas internacionales. Pero, ¿cómo verán India y Arabia Saudita sus tenencias de dólares mientras Biden y Blinken intentan obligarlos a seguir el “orden basado en reglas” de Estados Unidos en lugar de su propio interés nacional? Los dictados recientes de Norteamérica no han dejado más alternativa que comenzar a proteger su propia autonomía política convirtiendo las tenencias de dólares y euros en oro como un activo libre de la responsabilidad política de ser rehén de las demandas estadounidenses cada vez más costosas y perturbadoras.

La diplomacia estadounidense ha restregado a Europa en su servilismo abyecto al decirles a sus gobiernos que hagan que sus empresas se deshagan de sus activos rusos por centavos de dólar después de que se bloquearon las reservas extranjeras de Rusia y se desplomó el tipo de cambio del rublo. Blackstone, Goldman Sachs y otros inversionistas estadounidenses se movieron rápidamente para comprar lo que Shell Oil y otras compañías extranjeras estaban descargando.

Nadie pensó que el orden mundial de la posguerra 1945-2020 se derrumbaría tan rápido. Está surgiendo un orden económico internacional verdaderamente nuevo, aunque aún no está claro qué forma tomará. Pero las confrontaciones resultantes de “presionar al oso” con la agresión de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia han superado el nivel de masa crítica. Ya no se trata solo de Ucrania. Ese es simplemente el detonante, un catalizador para alejar a gran parte del mundo de la órbita de Estados Unidos/OTAN.

El próximo enfrentamiento puede ocurrir dentro de la propia Europa, ya que los políticos nacionalistas buscan liderar una ruptura con el poder de Estados Unidos de gran alcance sobre sus aliados europeos y otros para mantenerlos dependientes del comercio y la inversión con base en Estados Unidos. El precio de su continua obediencia es imponer la inflación de costos en su industria mientras subordinan su política electoral democrática a los procónsules estadounidenses de la OTAN.

Estas consecuencias realmente no pueden considerarse « no intencionadas ». Demasiados observadores han señalado exactamente lo que sucedería, encabezados por el presidente Putin y el ministro de Relaciones Exteriores Lavrov explicando cuál sería su respuesta si la OTAN insistiera en arrinconarlos mientras atacan a los hablantes de ruso en el este de Ucrania y trasladan armamento pesado a la frontera occidental de Rusia. Las consecuencias fueron anticipadas. A los neoconservadores que controlaban la política exterior estadounidense simplemente no les importaba. Se consideró que reconocer las preocupaciones rusas lo convertía en un Putinversteher [alguien que entiende a Putin].

Los funcionarios europeos no se sintieron incómodos al contarle al mundo sus preocupaciones de que Donald Trump estaba loco y trastornando el carro de manzanas de la diplomacia internacional. Pero parecen haber sido sorprendidos por el resurgimiento del odio visceral hacia Rusia por parte de la Administración de Biden a través del Secretario de Estado Blinken y Victoria Nuland-Kagan. El modo de expresión y los gestos de Trump pueden haber sido groseros, pero la pandilla neoconservadora de Estados Unidos tiene una obsesión de confrontación mucho más amenazante a nivel mundial. Para ellos, era una cuestión de qué realidad saldría victoriosa: la « realidad» que creían que podían hacer, o la realidad económica fuera del control de Estados Unidos.

Lo que los países extranjeros no han hecho por sí mismos para reemplazar al FMI, el Banco Mundial y otros brazos fuertes de la diplomacia estadounidense, los políticos norteamericanos los están obligando a hacer. En lugar de que los países europeos, del Cercano Oriente y del Sur Global se separen mientras calculan sus propios intereses económicos a largo plazo, Estados Unidos los está alejando, como lo ha hecho con Rusia y China. Más políticos están buscando el apoyo de los votantes preguntando si sus países estarían mejor atendidos con nuevos arreglos monetarios para reemplazar el comercio dolarizado, la inversión e incluso el servicio de la deuda externa.

La contracción de los precios de la energía y los alimentos está afectando especialmente a los países del Sur Global, coincidiendo con sus propios problemas de Covid-19 y el inminente vencimiento del servicio de la deuda dolarizada. Algo debe dar. ¿Hasta cuándo estos países impondrán medidas de austeridad para pagar a los tenedores de bonos extranjeros?

¿Cómo se las arreglarán las economías estadounidense y europea frente a sus sanciones contra las importaciones de gas y petróleo, cobalto, aluminio, paladio y otros materiales básicos rusos? Los diplomáticos estadounidenses han elaborado una lista de materias primas que su economía necesita desesperadamente y que, por tanto, están exentas de las sanciones comerciales que se imponen. ¿Esto proporciona al Sr. Putin una lista práctica de puntos de presión de Estados Unidos para usar en la remodelación de la diplomacia mundial y ayudar a los países europeos y otros a romper con la Cortina de Hierro que Norteamérica ha impuesto para bloquear sus satélites y depender de los suministros estadounidenses de alto precio?

Pero la ruptura final con el aventurerismo de la OTAN debe venir desde dentro de los propios Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato de este año, los políticos encontrarán un terreno fértil para mostrar a los votantes estadounidenses que la inflación de precios provocada por la gasolina y la energía es un subproducto de la política del bloqueo de las exportaciones de petróleo y gas ruso por parte de la Administración Biden. (¡Malas noticias para los propietarios de los grandes consumidores de gasolina de los SUV!) El gas es necesario no solo para calefacción y producción de energía, sino también para hacer fertilizante, del cual ya hay escasez mundial. Esta situación se ve agravada por el bloqueo de las exportaciones de cereales de Rusia y Ucrania a los Estados Unidos y Europa, lo que hace que los precios de los alimentos ya se disparen.

Ya existe una sorprendente desconexión entre la visión de la realidad del sector financiero y la que se promueve en los principales medios de comunicación de la OTAN. Los mercados bursátiles de Europa se desplomaron en su apertura el lunes 7 de marzo, mientras que el petróleo Brent se disparó a $130 el barril. El noticiero matutino de la BBC « Today » presentó al parlamentario conservador Alan Duncan, un comerciante de petróleo, advirtiendo que la casi duplicación de los precios de los futuros del gas natural amenazaba con llevar a la bancarrota a las empresas comprometidas con el suministro de gas a Europa a las tarifas anteriores. Pero volviendo a las noticias militares de « Dos minutos de odio », la BBC siguió aplaudiendo a los valientes combatientes ucranianos y a los políticos de la OTAN que pedían más apoyo militar. En Nueva York, el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó 650 puntos, y el oro se disparó a más de $2,000 la onza, lo que refleja la visión del sector financiero sobre cómo se desarrollará el juego estadounidense.

Tratar de obligar a Rusia a responder militarmente y, por lo tanto, quedar mal ante el resto del mundo se está convirtiendo en un truco destinado simplemente a garantizar que Europa contribuya más a la OTAN, compre más equipo militar de EEUU. La inestabilidad que esto ha causado está resultando tener el efecto de hacer que los Estados Unidos parezcan tan amenazadores como la OTAN afirma que es Rusia.

* Michael Hudson trabajó como economista en Wall Street y actualmente es Distinguished Professor en la University of Misoury, Kansas City, y presidente del Institute for the Study of Long-Term Economic Trends (ISLET). Es autor de varios libros, entre los que destacan: « Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire » (nueva ed., Pluto Press, 2003) y « Trade, Development and Foreign Debt: How Trade and Development Concentrate Economic Power in the Hands of Dominant Nations » (ISLET, 2009). Página web : Michel Hudson

Nota

[1] Ver más recientemente Radhika Desai y Michael Hudson (2021), « Beyond Dollar Creditocracy: A Geopolítica Economy », Valdai Club Paper No. 116. Moscú: Valdai Club, 7 de julio, repr. en Real World Economic Review (97)

FUENTE CEPRID

El miembro de Dossier Geopolitico y Director Académico Dr. Miguel A. Barrios presentó su último libro: “Por qué Patria Grande. Teoría y praxis de una política latinoamericana en tiempos de pandemia”, en la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina organizado por el Comité Nacional de Jóvenes Argentina de la ISP

https://www.facebook.com/808560139215198/videos/443218204193463/?extid=WA-UNK-UNK-UNK-AN_GK0T-GK1C&ref=sharing

Miguel Ángel Barrios ha dedicado sus esfuerzos y su vida a la construcción de la Patria Grande. El título de este libro, Por qué Patria Grande: teoría y praxis de una política latinoamericana en tiempos de pandemia, revela el núcleo de su reflexión como historiador y geopolítico. Barrios ha buscado identificar las causas de los obstáculos, internos y externos, que se han opuesto a la construcción de la unión de América del Sur, precursora necesaria de la unión de América Latina.

La Patria Grande debe tener bases sólidas en la Argentina, un Estado-nación de origen español y mestizo, y en Brasil, de origen portugués y mestizo. Los estadistas y pensadores del pasado llaman a los del presente, en especial a Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, a tomar en sus brazos y en su corazón la tarea de superar todos los obstáculos y continuar, sin temor, la histórica misión de construir la Patria Grande.

Samuel Pinheiro Guimarães (*)

(*) Escritor, político y diplomático brasileño. fue secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores hasta el 2009, cuando pasó a ser Ministro Jefe de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República.​ Fue profesor de la Universidade de Brasília (UnB) y del Instituto Rio Branco (IRBr/MRE). Es autor de los libros Quinhentos anos de periferia (UFRGS/Contraponto, 1999) y Desafios brasileiros na era dos gigantes (Contraponto, 2006). En 2006 recibió el premio Juca Pato como el Intelectual del Año, premio otorgado por la Unión Brasileña de Escritores.