¡¡ HAY PÁNICO EN ESTADOS UNIDOS Y LA OTAN !! Así lo alerta el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele en su columna del Club de La Pluma, ante la grave situación del agotado ejército de Ucrania que sufre el efecto infernal de “una picadora de carne” en el frente de El Donbás, luego de confirmarse que el 95% de esa región ya está bajo dominio ruso. Y especialmente grave para Norteamérica y sus socios que no tienen un plan B ni alternativas para la actual situación, salvo el de involucrarse directamente en una escalada nuclear, o como mínimo, en una guerra de desgaste para la cual no tienen capacidad de enfrentar. Al contrario de Rusia, que si está preparada para un conflicto largo, con sobrada solvencia militar y en un terreno que le es propicio.
Además, y ante tan sombrío panorama, a Occidente le acechan los fantasmas de la derrota de Afganistán, hace algunos meses, con su humillante huida de Kabul.
También, nuestro director reafirma que “la propaganda es una cosa y la realidad es otra” con relación al aparato propagandístico que instaló Estados Unidos para hacer creer que Ucrania ganaría la guerra, cuando en verdad su ejército original ha desaparecido y solo le queda el horroroso recurso de reclutar a la fuerza a niños y ancianos o de alistar a mercenarios occidentales, mientras apenas cuenta con rezagos de viejas armas de la ex URSS y de unos arsenales europeos que están enflaquecidos y agotados. Mientras Zelenski comienza a estar en la cara oculta de la luna, luego de que sus aliados le señalen por el gigantesco aparato de corrupción que lidera y le exijan auditorias sobre la descomunal masa de dinero y armamento enviado.
Por su parte, la prensa occidental, con el New York Time y el Washington Post a la cabeza, están dejando “traslucir consejos” en estos días, para que Ucrania empiece las negociaciones de paz antes de que pierda Odessa, su último puerto que le queda. Siendo que con ello debe asumir que ha sido una herramienta más de la guerra híbrida global fragmentada de EEUU, pagando un alto precio en vidas, en soberanía, en territorios y sobre todo, en el futuro de sus gentes.
Además, nos habla de la crisis que se avecina en la OTAN si se confirma esta derrota y señala la brecha en Europa entre los países limítrofes de Ucrania fogoneando la guerra, con las potencias tradicionales como Francia, Alemania e Italia que han tratado de frenar un poco ese belicismo, sin que por ello dejen de ser responsables de sus consecuencias.
Todo un espejo de la crisis profunda del bloque anglo sajón, que refleja que el cambio sistémico no solamente se está dando por el traspaso del poder de Occidente hacia Oriente, sino también en la desorientación y en el caos en el que está inmerso, mientras no encuentra una puerta de escape ante el conflicto y ante el cambio mundial que estamos siendo testigo.
Eduardo Bonugli (Madrid, 05/01/23)
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