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En medio del espanto mundial por el genocidio judeo sionista del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania y del horrendo bombardeo al Líbano, en paralelo a la macabra limpieza étnica que señala a Israel como uno de los más crueles estados terroristas de la historia de la humanidad, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma -no emitida la semana pasada por razones técnicas- nos dice que estamos en EL AÑO EN QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE y al borde del precipicio nuclear, debido al caótico belicismo de la mediocre dirigencia de EEUU, zombi y de segundo orden, sin conducción estratégica, con súbditos europeos suicidas y con vasallos descontrolados y peligrosos como Netanyahu y Zelensky.

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Entonces nos alertó que vivimos una crisis mucho más grave que la de los misiles de los 60 entre EEUU y la URSS y que se repite la política israelí de exterminio de dirigentes iraníes, lo  que transluce -entre otras razones- el resentimiento judío contra los líderes que derrotaron al Isis y Al Qaeda en Irak y en Siria. Unos terroristas que cuentan con el apoyo logístico y militar de la CIA y la OTAN y que “casualmente” jamás atentaron contra el estado hebreo. También abordó el discurso de Netanyahu en la ONU, en plena matanza de civiles por los suyos, y que dejó al desnudo el histórico plan del GRAN ISRAEL de principios del siglo XX, sobre anexionar por la fuerza a extensos territorios de sus países vecinos. Lo que deja claro el real objetivo sionista de estas atrocidades, que nada tienen que ver con su declamado “derecho a la defensa”.

También recordó con preocupación y perplejidad que el Parlamento Europeo haya pedido que se autorice a Ucrania a bombardear con misiles occidentales el territorio ruso, con lo que metería a la UE en una guerra total. A lo que siguió el temerario ataque fallido de Zelensky al complejo nuclear de Kurks, y el que Netanyahu decidiera el asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasralá, justo cuando EEUU y Francia estaban pactando con él mismo, un inmediato alto del fuego. Lo que demuestra que ni el senil Biden ni el caótico EEUU preelectoral, tienen capacidad ni poder ni autoridad para conducir al viejo continente suicida y pusilánime, ni para poner en orden a dos psicópatas sanguinarios y genocidas rodeados de fanáticos, en su alocada huída hacia una guerra nuclear.

Y también analiza que mientras Israel acrecienta la barbarie con miles y miles de víctimas más, amenaza además atacar a Irán, tanto a sus instalaciones nucleares como a sus centros petrolíferos, lo que lleva al mundo al borde del holocausto, mientras el mundo sufre las consecuencias económicas del conflicto, como el aumento constante del precio del petróleo y la amenaza del cierre del Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 35% de la producción mundial de ese combustible. En tanto que los científicos estudian ya el impacto de unos posibles ataques nucleares sobre el complejo alimentario global, siendo Ucrania y Rusia dos de los mayores proveedores de cereales al sistema alimentario mundial, lo que termina por demostrar que realmente estamos en EN EL AÑO EN QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE.

Eduardo Bonugli (Madrid, (06/10/24)

El sueño del «espacio» del Gran Israel, instalado en el «relato» hebreo desde 1947 a la fecha incluye: Egipto Jordonaia Arabia Saudita Siria Libano e Irak (del Eufrates al Nilo)

En medio del espanto mundial por el genocidio judeo sionista del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania y del indiscriminado bombardeo al Líbano, en paralelo al macabro propósito de limpieza étnica, que señala a Israel como uno de los más criminales estados terroristas de la historia de la humanidad y a pocas horas del brutal asesinato del líder de Hizbulá (adaptación fonética al español del árabe حزب الله, ḥizbu-‘llāh, «Partido de Dios», Hasán Nasralá, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, advierte que estamos en EL AÑO EN QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE y al borde del precipicio nuclear, debido a la caótica fiebre belicista de la mediocre dirigencia de EEUU, claramente de segundo orden y en total confusionismo, sin conducción estratégica, con sus súbditos europeos pusilánimes y suicidas y con vasallos descontrolados y peligrosos como Netanyahu y Zelensky.

Y mientras nos alerta que estamos en una crisis mucho más grave que la de los misiles de los 60s entre EEUU y la exURSS, explica que este atentado terrorista es parte de la política de exterminio de Israel contra los dirigentes de Irán y que translucen -entre otras importantes razones- el resentimiento judío contra líderes que derrotaron al Isis y Al Qaeda en Irak y en Siria, como el General irani Qasem Soleimani. Unas organizaciones que “casualmente” jamás atentaron contra el estado hebreo y muy señaladas por contar con él más que supuesto apoyo logístico y militar de la CIA y la OTAN.

También aborda el hipócrita discurso de Netanyahu en la ONU, en plena matanza de civiles por parte de los suyos, y de cómo dejó al desnudo el histórico plan del «GRAN ISRAEL» de principios del siglo XX, que consiste en anexionar por la fuerza a extensos territorios de sus países vecinos, lo que deja claro el verdadero objetivo sionista de estas terribles agresiones, que nada tienen que ver con su hiper declamado “derecho a la defensa”.

Además, aborda la irresponsable decisión del Parlamento Europeo de reclamar que se autorice a Ucrania a utilizar misiles occidentales de largo alcance contra territorio ruso, en tanto que circulan amenazas de voceros anglosajones sobre posibles ataques de sus misiles al complejo nuclear ruso de Kursk, luego del fracaso de la ofensiva sorpresa de Zelensky y a pesar de que el Presidente Putin ya avisó que una acción de ese tipo sería tomado como una declaración de guerra de parte de la OTAN.

Mientras que nos informa que Washington ha solicitado a técnicos expertos independientes, un informe sobre el impacto de estos posibles ataques nucleares sobre el complejo alimentario global, siendo Ucrania y Rusia dos de los mayores proveedores de cereales al sistema alimentario mundial, lo que termina por demostrar que realmente estamos en  EN EL AÑO EN QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE.

Eduardo Bonugli (Madrid, (29/09/24)


Javier Benítez entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que históricamente los principales instrumentos de la infraestructura de apoyo al mercado mundial de la energía se han concentrado en manos de Occidente. Cuestiones como la logística, el sistema de pago y otros instrumentos que conforman la plataforma de la energía mundial.

El diagnóstico

En el marco del VII Foro Internacional Semana Rusa de la Energía, Putin destacó que llegaron más de 4.000 participantes de más de 50 países para discutir asuntos importantes de la agenda energética. Enfatizó que el foro ofrece una gran oportunidad para entablar nuevos contactos, alcanzar acuerdos de cooperación y para el intercambio de opiniones sobre el complejo energético.

Asimismo, afirmó que la industria energética moderna es una esfera clave sobre la que se fundamenta el desarrollo mundial, algo que ignoran quienes usan la herramienta de la imposición de sanciones ilegales. Añadió que históricamente los principales instrumentos de la infraestructura de apoyo al mercado mundial de la energía se han concentrado en manos de Occidente. Cuestiones como la logística, el sistema de pago y otros instrumentos que conforman la plataforma de la energía mundial.

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En este sentido, declaró que las élites occidentales se creyeron capaces de cortar el acceso a este sistema a los países que eran políticamente indeseables, expulsándolos del mercado. Enfatizó que estas medidas se utilizan principalmente como «instrumentos de competencia injusta».

«El motivo es obvio: Occidente no quiere competencia, porque no puede hacerle frente. A menudo pierde en una lucha justa y recurre a la discriminación, presentándola bajo el pretexto de una supuesta solidaridad euroatlántica, la lucha por los derechos humanos, etcétera. Hay muchos pretextos», sentenció el mandatario ruso.

Según el director de Dossier Geopolítico, el doctor Carlos Pereyra Mele, esta sentencia de Putin está fundamentada en los países de carácter industrial desarrollado. «Fue ese bloque geopolítico atlantista encabezado por EEUU, único país de ese grupo que podía tener capacidad de autonomía energética, pues todos los demás son energéticamente dependientes de otras fuentes de provisión, a las que [EEUU] tenía totalmente controladas, reguladas y también con mano militar, impedidas para que pudieran desarrollar políticas de tipo independiente. Esa situación es la que hoy en día ha dejado de existir», subraya el experto.

«Esto nos demuestra que los que en su momento tenían un rol únicamente de ser proveedores baratos de grandes capacidades energéticas, hoy en día se sientan en una mesa a negociar con otras potencialidades y poniendo las condiciones: el precio, la cantidad, y quién las va a exportar. Este es un tema muy importante, porque ellos [EEUU] no solamente se aseguraban que los Gobiernos de esos países les fueran afines, sino que, a su vez, en el territorio de esos países productores estuvieran sus empresas, petroleras o gasíferas. Y, a su vez, el transporte de esos productos se hiciera también en buques de su bandera. Hoy en día todo eso se ha roto», concluye Pereyra Mele.

FUENTE SPUTNIK INTERNACIONAL: https://noticiaslatam.lat/20240929/putin-contundente-occidente-no-quiere-competencia-porque-no-puede-hacerle-frente-1157866734.html

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele de Dossier Geopolitico

Washington quiere ver a Ucrania ganar el conflicto contra Rusia y que ingrese a la OTAN. Lo afirmó recientemente el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. Si Washington tiene en cuenta que el conflicto ucraniano comenzó por su insistencia en que Kiev ingrese a la Alianza Atlántica, ¿cuál piensa Blinken que será el resultado del conflicto?

¿Hasta que Ucrania desaparezca de mapa?

En su visita a Kiev, y en rueda de prensa con su par británico, David Lammy, Blinken trazó un camino para Ucrania que la puede dirigir hacia su desaparición como país. O al menos, a una gran reducción. «En la cumbre de julio, declaramos que el camino de Ucrania hacia la membresía en la OTAN es irreversible», dijo Blinken, al recordar a sus anfitriones que dicha alianza militar liderada por EEUU ha «establecido un comando dedicado a apoyar» el ingreso de Ucrania.

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Y como EEUU no da puntada sin hilo, Blinken aprovechó para mostrar su genuino objetivo para sacar tajada de la membresía de Kiev en la OTAN, al indicar que el estado de la industria militar de Ucrania, tras multiplicado por seis en el último año, según él, permitirá al país disponer de «una de las industrias de defensa más avanzadas del mundo». «Podrá llevarla al mercado global y quitarle participación de mercado global a otros países como Rusia, y también abastecer a los aliados de la OTAN», agregó, cual mercader de la muerte.

«Lo que el señor Blinken está diciendo, junto con su colega y par inglés, es que para ellos se debe instalar definitivamente un cordón sanitario, pero que además eso conlleve a frenar cualquier posibilidad de que la Federación de Rusia pueda tener contacto con el Occidente, y que además en lo posible, y es el punto de máxima, haya una descomposición en la Federación de Rusia», explica el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico.

«¿Hacia dónde puede derivar esto? Esa es la gran pregunta. El temor que más nos sobrevuela es la capacidad de destrucción de la que han dejado de tener miedo estas dirigencias mediocres occidentales», concluye Pereyra Mele.

Ante el terrible y peligroso escenario de un conflicto nuclear alentado por la OTAN y las potencias anglosajonas debido a su frustración por la evidente derrota en Ucrania y ante las tremendas consecuencias que tendría para toda la humanidad, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, ha modificado de urgencia el contenido de su columna del Club de La Pluma, para centrarse en la temeraria decisión de EEUU e Inglaterra de involucrarse directamente en ese conflicto, con la muy probable autorización al régimen de Zelensky para el uso de misiles de largo alcance -fabricados en Occidente- con asistencia y logística de la OTAN y contra el interior profundo de Rusia, lo que lógicamente ha provocado la inmediata reacción del presidente Putin alertando que tal agresión será considerada como una declaración de guerra de todos los miembros de la OTAN contra su país.

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En el plano internacional, no quedan dudas de que el elevar esta guerra regional al máximo nivel global -y entre las dos mayores potencias militares del mundo- ha sido una maniobra intencionada de los cancilleres de Estados Unidos y de Inglaterra, con su provocadora visita a Kiev y sus posteriores declaraciones, actuando como agitadores bélicos blandiendo la amenaza nuclear, lo que desnuda el desmadre de las potencias occidentales ante el evidente fracaso militar de la última aventura de Kursk, que se suma a la destrucción masiva y generalizada de Ucrania, a las cientos de miles de vidas sacrificadas inútilmente, a su completa ruina económica y a la huída despavorida de miles de sus jóvenes, aún libres pero perseguidos por los violentos piquetes de alistamiento forzoso.

Por lo que Pereyra Mele, dejando de lado otros temas de gran actualidad internacional como el multitudinario Foro de Vladivostok o la trascendental cumbre de los BRICS en Octubre, ambos en Rusia, se plantea con profunda preocupación ¿SI SERÁ ÉSTE EL ÚLTIMO VERANO EUROPEO ANTES DEL INVIERNO NUCLEAR? Mientras profundiza en la gravedad de una situación que pone a la humanidad en riesgo de exterminio, al ser arrastrada al holocausto por un imperio en derrumbe, que alegremente toma medidas desesperadas y fuera de cualquier lógica.

Eduardo Bonugli (Madrid, (15/09/24)

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

La próxima cumbre  de los BRICS a realizarse en Kazán, Rusia, durante el venidero mes de octubre, ha despertado gran interés en la opinión pública, sobre todo cuando la misma tendrá lugar solo unos días antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Es incuestionable que este evento marcará parte importante de la agenda internacional de los próximos tiempos, pero me parece que hay que ser cauto respecto de lo que la Cumbre en sí, pueda definir y decidir. No obstante, sin poner en duda que el grupo BRICS es expresión del nuevo mundo que nace y que en torno a él pareciera estarse estructurando un sistema internacional alternativo más justo y democrático, no hay que ”echar las campanas a volar” ni generar expectativas injustificadas respecto a lo que se pueda decidir en Kazán.

Hasta hace pocas semanas no había un consenso claro respecto al camino a seguir en cuanto al crecimiento del grupo. Aún hoy no existen definiciones en relación a los requisitos que deben tener los países que aspiran a ingresar, tampoco existe una carta fundacional, un reglamento o estatuto de funcionamiento. El BRICS no tiene sede ni secretaría general, tampoco una estructura definida.

Puede haber alguien que opine que eso es positivo. Mi punto de vista es que no lo es. Hasta ahora, lo único que se sabe es que hacen cumbres anuales y que no tienen un “consejo de seguridad” con miembros con derecho a veto. 

De igual manera, el hecho que haya representación de África, Asia Occidental y de América Latina y el Caribe, (excluidos de la membresía permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU),  hace que esta instancia sea mucho más representativo del mundo del siglo XXI, en relación a octubre de 1945 cuando se creó la ONU con 51 países (solo 4 de África, 8 de Asia y ninguno del Caribe anglófono). Hoy, estas regiones reúnen -en conjunto- 119 países de los 193 que conforman la ONU y no tienen ninguna representación en la membresía permanente del Consejo de Seguridad. Ello expone que el BRICS, (donde las decisiones son tomadas por consenso)  es ya una instancia más democrática y participativa que cualquier otra de sus características que haya existido en el pasado.

La Cumbre de Kazán tendrá que tomar decisiones de cara al futuro. No se debería repetir el chasco que significó que Lula, solo por favorecer a su amigo Alberto Fernández, propusiera e hiciera aprobar el ingreso de Argentina, sabiendo que podría pasar (lo que lamentablemente ocurrió) que la llegada al poder de Javier Milei impidiera la concreción de esa superficial y emocional propuesta.

Aunque la presidencia pro tempore rusa ha dicho que esperaba que representantes de los países latinoamericanos asistieran a la Cumbre del Brics en Kazán, hay que decir que una cosa es asistir a la Cumbre y otra, entrar a la organización.  No sabemos si con la frivolidad que lo caracteriza y continuando con su política de favorecer a Estados Unidos y Europa, Lula –que no ha reconocido aún al presidente Maduro- vete el ingreso de Venezuela, poniendo a China, a Rusia y a los miembros restantes en una encrucijada que los lleve a tener que decidir entre Brasil y Venezuela. Vale decir que hasta el momento, Brasil es el único país miembro de BRICS que no ha reconocido al presidente Maduro.

Rusia ha optado por invitar a muchos países a la Cumbre y ha sido uno de los principales promotores del crecimiento del grupo.  No obstante el propio canciller ruso Serguei Lavrov  ha alertado en el sentido de que es oportuna “una pausa en la ampliación…”.

Eso podría significar la ralentización del proceso, toda vez que existe la necesidad de que el grupo se adapte primero a la presencia de los nuevos países que ingresaron el pasado 1° de enero. En este contexto, es imprescindible que los nuevos miembros se integren plenamente antes de pensar en mayor cantidad de afiliaciones. Si el consenso entre cinco era difícil, mucho más lo es entre 10 y sin duda, se complicaría aún más si existiera una membresía más amplia.

Así, la pausa sería importante para fijar los mecanismos de funcionamiento ante el riesgo de que una participación numerosa paralice el accionar del grupo si se considera que hasta 40 países han solicitado su adhesión. Por eso, la invitación a estar presente en la Cumbre debería entenderse como un proceso de acercamiento y evaluación que genere las condiciones y mecanismos de incremento de la membresía. Pareciera que hoy, para el BRICS, es más importante organizarse y solidificarse, que crecer.

Uno de los aspectos urgentes a definir es el carácter del grupo. Hasta ahora ha sido un foro de debate en torno a las principales inquietudes de la comunidad internacional, sobre todo en lo relacionado a lo antes mencionado: la representatividad y la democracia en los organismos internacionales. No obstante, se pretende que también se transforme en un mecanismo que facilite las relaciones económicas, el comercio, el desarrollo científico y tecnológico en primera instancia entre los países miembros, pero también pensando en todo el sur global. 

Se trata de formar “nuevos centros para la toma de decisiones políticas de importancia global en los países del sur y el este” y en general en aquellos que forman la mayoría del planeta como lo informó el canciller Lavrov en la inauguración del Consejo Ministerial del Brics Plus realizado durante el mes de julio de este año.

Lavrov aseguró que los Estados que desean ingresar al BRICS apuntan hacia “una forma de vida más justa basada en la igualdad soberana de los países y la diversidad de civilizaciones”. No obstante, alertó en torno a que la transición hacia el nuevo orden mundial deberá recorrer una era histórica  que “será espinosa” si se considera que Estados Unidos y Occidente,  persisten en sus intenciones de mantener su hegemonía, evitando que los procesos de construcción de un sistema multipolar, puedan concretarse en el menor tiempo posible.

Por el contrario, el BRICS, al igual que la mayoría de la humanidad se propone avanzar hacia “un orden mundial más equitativo, basado en la igualdad soberana de los Estados y teniendo en cuenta el equilibrio de fuerzas e intereses” por lo que se plantea servir como plataforma  para el intercambio de opiniones sobre temas actuales de la agenda mundial.

Una mirada similar ha sido expuesta por Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) de Rusia quien afirmó que en el contexto actual en el que Estados Unidos y Europa hacen denodados esfuerzos para destruir las relaciones económicas internacionales, aprobando sanciones y desatando conflictos de todo tipo, el mundo avanza en sentido contrario. En primer lugar según Volodin, se han generado nuevos puntos de crecimiento en el mundo. Así mismo, opina que  “muchos Estados eligieron el camino de la protección de la soberanía, el diálogo igualitario y la cooperación mutuamente beneficiosa”.

El alto parlamentario ruso ha explicado que en este marco, en los 15 años de existencia de BRICS, el grupo se ha convertido  en uno de los mayores centros económicos del planeta al tiempo que sus miembros han mejorado sus posiciones a pesar de los desafíos y las sanciones. Según datos del Banco Mundial, Rusia se ha transformado en la cuarta economía del mundo en cuanto al PIB por paridad de poder adquisitivo (PPA) siendo además la primera de Europa.  Así mismo, China es la primera  de la clasificación, India, la tercera y Brasil ha ascendido a la séptima posición. Igualmente, entre los 25 primeros figuran varios nuevos miembros BRICS como Egipto (17), Arabia Saudí (18) e Irán (22).

Por el contrario, en esta estadística, Estados Unidos ha caído al segundo puesto, Alemania salió del grupo de las cinco mayores economías del mundo mientras que Francia y Gran Bretaña están a punto de abandonar el grupo de las diez más importantes. En general, BRICS representa hoy el 36,8%  del PIB por PPA superando al Grupo de los Siete (G-7), las mayores economías capitalistas del planeta que solo aportan el 29%.

Por otro lado, la filosofía imperante en el Grupo BRICS, no apunta a establecer un nuevo mecanismo hegemónico en el planeta. Al contrario, parte de las dificultades para su avance, emanan de la clara intencionalidad  de producir diálogos abiertos en los que jamás se  intente imponer ningún criterio a los otros. Pero ello necesita de altos niveles de organicidad que permitan acoger esos diálogos sin producir conflictos o quiebres. 

Se trata, como dijo el canciller Lavrov de considerar al BRICS “como un baluarte, un prototipo del mundo multipolar». O, -dicho en palabras del presidente Putin-  se debe entender que los BRICS es “un elemento clave del emergente orden mundial multipolar”, incluso en la perspectiva de crear su propio parlamento que funcione bajo principios de “apertura, imparcialidad y equidad”. En este camino, los parlamentos de los países del grupo BRICS deberían mejorar la eficacia del sistema de relaciones internacionales, garantizar su democratización y enfrentar las cuestiones que atentan contra la fragmentación del sistema comercial multilateral y las consecuencias de las crisis mundiales.

De esta manera, se va configurando el nuevo orden internacional. No hay dudas que la Cumbre de Kazán marcará un punto de inflexión en un proceso que debe seguir los ritmos y los plazos que las propias circunstancias vayan imponiendo. Acelerar etapas artificialmente o presionar hacia el cumplimiento de metas y objetivos imposibles o poco realizables en el proceso de ampliación y fortalecimiento del grupo BRICS, podría devenir en un problema, más que en una solución. 

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Por Pepe Escobar

En la sesión plenaria del Foro Económico Oriental celebrada en Vladivostok la semana pasada ocurrió algo bastante extraordinario, muy en sintonía con el tema principal del foro: «Extremo Oriente 2030. Combinar fuerzas para crear un nuevo potencial».

Compartieron escenario el Presidente Putin; el Vicepresidente de China, Han Zheng; y el Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim.

Esto se traduce como Rusia-China-ASEAN: una asociación clave entrelazada, en constante fortalecimiento, en el camino de explorar todo el potencial hacia un mundo nuevo, equitativo, justo y multinodal (la cursiva es mía).

En su discurso, el Presidente Putin se centró en el que posiblemente sea el proyecto de desarrollo nacional más ambicioso del siglo XXI: la Conquista rusa del Este, una imagen especular de la Conquista china del Oeste que comenzó en serio en 1999, a través de la campaña «Go West».

Putin detalló el rápido desarrollo del Extremo Oriente ruso, con más de 3.500 proyectos tecnoindustriales. Se explayó sobre la Ruta Marítima Septentrional (NSR, en inglés) -los chinos la llaman la Ruta de la Seda del Ártico-, con la construcción de nuevos rompehielos nucleares y el desarrollo del puerto de Murmansk incluidos. El volumen de negocios de la NSR, señaló Putin, es ya un récord cinco veces mayor, y subiendo, en comparación con los tiempos de la URSS.

Todas las cifras relativas al Extremo Oriente y al Ártico son asombrosas. Extremo Oriente es una macrorregión estratégica que ocupa nada menos que el 41% del territorio de la Federación Rusa. El Ártico, un inmenso tesoro de recursos naturales, vinculado al potencial del NSR, ocupa el 28% – representa el 17% de la producción rusa de petróleo, el 83% de la de gas y alberga inmensos yacimientos de oro, carbón, níquel, cobre, cobalto, metales del grupo del platino y diamantes.

Así que no es de extrañar que el recurrente sueño colonialista occidental de atacar, desmembrar y saquear Rusia -cuya última iteración es la obsesión por infligir una «derrota estratégica» a Rusia en Ucrania- esté directamente vinculado al acaparamiento y explotación de las infinitas riquezas del Extremo Oriente/Artico.

Putin describió una vez más cómo ambas regiones son «el futuro de Rusia» y una prioridad federal para todo el siglo XXI: de hecho, una cuestión de seguridad nacional. El crecimiento de la inversión en capital inicial ya ha aumentado un 20%, el doble de la media rusa; y cada rublo de financiación estatal se ve correspondido por 34 rublos de inversión privada. Los sectores clave son la energía, la petroquímica, la minería, la madera, la logística, la construcción aeronáutica, naval y de maquinaria, la agricultura y la pesca.

Anwar: «¿Dónde está la humanidad?»

El malayo Anwar, orador de primera clase, se explayó sobre la ASEAN como encrucijada de Asia-Pacífico y tejió un elegante análisis del poder blando, completado con literatura rusa (es la primera vez que visita suelo ruso), destacando las aportaciones en el «tejido mismo de la historia y el pensamiento humanos» y cómo Rusia está «señalando los límites de lo posible».

Paralelamente, elogió el auge del Sur Global (40% del PIB mundial, más del 85% de la población); el atractivo de los BRICS (Malasia solicitó oficialmente entrar en BRICS+); y cómo Rusia debería atraer cada vez más «inversiones de naciones de mayoría musulmana». Jugando con la vibrante cultura de su tierra, reiteró, con una sonrisa, el lema nacional: «Malasia, verdaderamente Asia».

Anwar tocó especialmente la fibra sensible del público empresarial y tecnócrata al comentar la tragedia de Gaza. Dijo que siempre pregunta a sus colegas, «incluso en Occidente», dónde está «la humanidad»; cómo se atreven a «hablar de justicia»; y cómo se atreven a predicar «derechos humanos y democracia».

El vicepresidente Han Zheng hizo hincapié en las recientes reuniones de alto nivel celebradas en Pekín y Astana para reforzar la asociación estratégica Rusia-China; el creciente volumen de negocios comerciales; el estatus de China como principal socio comercial e inversor en el Extremo Oriente ruso; el impulso a la modernización de las estructuras transfronterizas; y la Iniciativa de Seguridad Global del presidente Xi, que es como una especie de versión más ambiciosa del concepto ruso de Gran Asociación Euroasiática.

Han Zheng dejó bastante claro cómo China se toma en serio un nuevo formato de seguridad global, para «combatir la mentalidad de la Guerra Fría». Y todo vuelve al concepto global chino para todo el siglo XXI: el intento de construir una «comunidad de futuro compartido para la humanidad».

Asia-Pacífico: Todo sobre tecnología y ciencia

En términos prácticos, el foro -al que asistieron 7.000 invitados de 75 naciones (muy pocos de Occidente)- cerró 258 acuerdos por un importante valor de 5,4 billones de rublos (más de 59.700 millones de dólares).

Al igual que el año pasado, una de las actividades más destacadas fue la exposición al aire libre, junto al mar, de la cultura, las costumbres, la gastronomía y la espectacular belleza natural de diversas regiones, de Primorsky a Sajalín, de Kamchatka a Saja/Yakutia, de Buriatia a Krasnoyarsk.

Todo ese poder blando se integra en el impulso geopolítico y geoeconómico hacia un crecimiento económico sostenible y sin pausas, desde el Este de Rusia a toda la región Asia-Pacífico; y se aborda, por ejemplo, en el diálogo empresarial ruso-ASEAN, en plena evolución.

El analista militar y de seguridad indonesio Connie Bakrie, también profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de San Petersburgo, lo resumió todo: «Lo más importante para Asia-Pacífico es la tecnología y la ciencia (…) El Presidente Putin subrayó que Rusia desempeñará un papel muy importante en la construcción conjunta de la ciencia y la tecnología [en toda Asia], especialmente en el aspecto nuclear de la seguridad energética».

Varias sesiones repartidas por el foro fueron prodigios de integración. No siempre en un debate sobre los sistemas educativos de las economías de la APEC es posible tener a Evgeny Vlasov, vicerrector de la Universidad Federal del Lejano Oriente (FEFU) -en cuyo extenso y ultramoderno campus se celebra el foro- debatiendo con Yu Miaojie, rector de la Universidad de Liaoning, de primera clase, en Hong Kong.

En el llamado Polígono Oriental, el debate, al que asistió el principal asesor de Putin, Igor Levitin, versó sobre el desplazamiento de la geoeconomía hacia Asia-Pacífico, con el Lejano Oriente convirtiéndose en una puerta absolutamente clave para el comercio exterior.

En la sesión Rusia-ASEAN, en la que participó un ministro de la Unión Económica de Eurasia (EAEU), se habló de los cinco años transcurridos desde el inicio de la asociación estratégica Rusia-ASEAN, y de cómo Moscú considera Asia-Pacífico, y en particular la ASEAN, una prioridad absoluta.

En una sesión paralela se examinó la cooperación en la Gran Eurasia, centrada en el desarrollo de cadenas de producción que integren a la UEEA, la OCS y los BRICS.

Karin Kneissl, directora del Centro GORKI (Observatorio Geopolítico sobre Cuestiones Clave de Rusia) de la Universidad Estatal de San Petersburgo y ex ministra austriaca de Asuntos Exteriores, representó una vez más las (pocas) voces de cordura que quedan en Europa: subrayó cómo «el Estado de Derecho está desapareciendo en Europa» y cómo «la confianza en el sistema tradicional ha desaparecido».

De ahí la importancia del foro BRICS: «Lo que se necesita es una nueva base normativa».

Bajo el tema «Instrumentos de desarrollo soberano en el contexto de la desestabilización del orden mundial» se desarrolló un debate fascinante y oportuno, con la incisiva aportación de Albert Bakhtizin, director del Instituto Central de Economía y Matemáticas de la Academia Rusa de Ciencias.

Un grupo de científicos rusos, con aportaciones chinas, ha desarrollado un Índice de Fortaleza Nacional, que tiene en cuenta variables como el tamaño de la población, las reservas de recursos naturales, el poder militar, la fortaleza de la economía, la solidez del gobierno, las empresas y la sociedad a la hora de alcanzar los objetivos de desarrollo nacional. Se trata, por supuesto, de soberanía.

Estados civilización fríos, tranquilos y serenos

El debate multipolar fue uno de los momentos culminantes del foro.

El anfitrión, Alexander Dugin, fue categórico: Rusia es una nación del Pacífico. En el escenario se encontraban, entre otros, la incontenible Maria Zakharova; el embajador indio en Rusia, Vinay Kumar; el autor del concepto de civilización-estado, el profesor Zhang Weiwei, de la Universidad de Fudan; la analista indonesia Connie Bakrie; el ex Primer Ministro de Nepal, Madzav Kumar; el geopolítico francés de primera fila Aymeric Chauprade; además de varios académicos y analistas de la ASEAN entre el público.

El consenso fue que el «orden» internacional unilateral basado en «reglas» que el Occidente colectivo cambia a su antojo debería estar en vías de desaparición. Esto está directamente relacionado con el desplazamiento del centro de gravedad geopolítico a Asia-Pacífico.

El profesor Zhang Weiwei ofreció una explicación concisa de la vía china, basada en «tres estructuras». En cuanto a la estructura política, «China es ferozmente independiente. Y la ASEAN es constantemente autónoma, negándose a tomar partido». En cuanto a la estructura económica, la principal prioridad de Pekín es mejorar el nivel de vida de la población, o «el sustento de la población es lo primero».

La ASEAN, por su parte, es el mayor socio comercial de China. Por su estructura geográfica, «es muy vulnerable, a veces llamada los Balcanes de Asia». Pero brilla como modelo de integración.

En cuanto a la estructura cultural, el profesor Weiwei destacó «el modo asiático». Es decir, «podemos permitirnos estar de acuerdo en estar en desacuerdo». Así es como China «apoya la independencia de la ASEAN».

El Foro Económico Oriental demostró una vez más, con creces, cómo Rusia y una colección de Estados civilización asiáticos se mantienen fríos, tranquilos y serenos, avanzando resueltamente, incluso cuando una Totalen Krieg híbrida que puede escalar en un instante a una guerra nuclear está siendo librada por el Hegemón y sus vasallos contra Rusia y, en última instancia, contra los BRICS.

A pesar de que el Think Tankland estadounidense no deja de idear planes belicistas -el último es la creación de una «Esparta Ártica» de la OTAN para tratar de contener «el fin del excepcionalismo estadounidense» en el Alto Norte-, las nuevas conexiones socioeconómicas exploradas en el foro, y la consiguiente nueva estabilidad y capacidad de recuperación, son cambios de juego aún más importantes que las debacles militares y morales en Gaza y en el suelo negro de Novorossiya.

No es de extrañar que la plutocracia hegemónica y sus humildes vasallos echen espumarajos de odio sin paliativos al verse totalmente superados y burlados por Rusia, China, Asia y Eurasia, destinados finalmente a revolcarse en las cunetas de la irrelevancia.

Fuente: https://sputnikglobe.com

Por Lorenzo María Pacini

[Dossier Geopolitico considera que el tema planteado por el Sitio Web espanol https://geoestrategia.es/ sobre como se profundiza la Iniciativa de los Tres mares donde el Puerto de Trieste es eje fundamental en esta estrategia del occidente para involucrar a los países del este de Europa para su Guerra contra Rusia y además para enfrentar la Nueva Ruta de la Seda de China. Es de vital importancia entender los nuevos juegos de guerra en Europa. Publicamos a continuación el artículo realizado por el Investigador  Lorenzo María Pacini en Geoestrategia.es. CPM Dossier Geopolitico

Hace unos días se celebró en Trieste una reunión secreta en la que participaron autoridades de todo tipo: miembros de la OTAN, miembros del Consejo Atlántico, miembros del think tank húngaro Danube, vinculado a Viktor Orbán, miembros del entorno de Donald Trump, miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía italiana, representantes del gobierno de la ciudad y representantes de la masonería local. No encontrará esta información en ningún otro lugar. El tema de la reunión fue la militarización del puerto de Trieste. ¿Cuál es el motivo?

El papel estratégico de Trieste en la doctrina del Trimarium

Corría el año 1942: en los Estados Unidos de América se publicaba un libro destinado a convertirse en una piedra angular de la ciencia estratégica marítima norteamericana. Se titulaba America’s Strategy in World Politics y estaba escrito por el geógrafo académico Nicholas John Spykman, uno de los padres de la geopolítica marítima y discípulo espiritual de Sir Halford Mackinder. Al parecer, el libro en cuestión no tuvo éxito entre el público en general, pero se convirtió en una auténtica biblia de la estrategia de las «rutas marítimas» para todos los talasócratas poderosos, introduciendo el concepto de Rimland que utilizamos hoy en geopolítica.

En el texto hay un pequeño capítulo dedicado a un tema en particular: la doctrina Trimarium, hoy más conocida por su nombre modernizado de Iniciativa de los Tres Mares (3SI o TSI). Se trata de una estrategia que se convertirá en la regla de oro para mantener el poder estadounidense en el continente europeo. La 3SI, también conocida como doctrina del Báltico, Adriático y Mar Negro, se considera hoy como una iniciativa estratégica en la que participan 13 Estados miembros, a saber, Austria, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, más 2 Estados añadidos de facto que son Moldavia y Ucrania, y fue lanzada oficialmente como proyecto en 2015 por el presidente polaco Andrzej Duda y la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovič bajo la cuidadosa coordinación del Departamento de Estado de Estados Unidos.

¿Una coincidencia? Definitivamente no.

Cuando los norteamericanos llegaron a Europa durante la Segunda Guerra Mundial, sin intención de pasar unas vacaciones de verano, sino más bien de quedarse y establecer un poder duradero, tuvieron que idear una forma de mantener el continente bajo control, no sólo militarmente –cosa que lograron hacer gracias a la enorme cantidad de bases militares norteamericanas repartidas por todos los países europeos–, sino también financiera y comercial, así como políticamente. En ese momento, Europa estaba en una fase de división entre el Este y el Oeste, entre la influencia atlántica y la soviética. Europa Central o, más precisamente, Mitteleurope, era el punto de apoyo geográfico sobre el que establecer el ejercicio de este poder. Había que encontrar una manera de controlar el continente de manera estable y duradera, una necesidad que se había vuelto acuciante al final de la Primera Guerra Mundial y con la desintegración del Imperio de los Habsburgo, un verdadero amortiguador geopolítico que había amortiguado no pocas fricciones y reivindicaciones entre rusos, otomanos y alemanes. La geografía política que se había configurado con los 14 puntos del programa de Woodrow Wilson no era suficiente para garantizar la gobernabilidad. Incluso Winston Churchill era muy consciente de la necesidad de un bloque sólido que fuera impenetrable para las potencias del Este.

Se lanzó entonces la idea, de acuerdo entre Churchill y su sucesor Franklin Delano Roosevelt, de encontrar una solución geoeconómica: con la ayuda de tres Clubes Federales, el Club de Londres, el Club de París y el Club de Roma, se publicó en 1945 la Carta Intermarium, un documento basado en las teorizaciones del estadounidense Spykman, que proponía la unión de todos los pueblos desde el bajo mar Adriático (mar Egeo en particular) hasta los mares del norte de Europa, con la convicción de que la estabilidad en la región era de suma importancia para una paz duradera en toda Europa.

En particular, era necesario mantener bajo control una serie de puertos de enorme importancia, como el de Hamburgo en Alemania y el de Constanza en Rumania, y en particular el de Trieste. Desde entonces, la doctrina del Trimarium se ha aplicado con coherencia y determinación, a través de diversos acuerdos internacionales multilaterales que involucran rutas comerciales, instituciones bancarias, fondos de inversión y el sector estratégico. Todo esto se vio facilitado por el colapso de la URSS, que supuso un debilitamiento significativo de las entidades políticas de los países implicados en el corazón de Europa del Este.

Si lo pensamos bien, el Trimarium crea geográficamente una especie de triángulo en el Este, cerca de la frontera con la Federación Rusa. Es exactamente lo que la OTAN lleva haciendo desde hace 75 años, es decir, expandirse hacia el Este para provocar y atacar a Rusia. La práctica ha sido coherente con la doctrina. De hecho, es un instrumento de control para toda la macrorregión de los Balcanes, que es objeto de especulaciones, misiones militares y constantes problemas políticos y sociales, que se mantiene deliberadamente bajo control y bajo inestabilidad.

El nuevo nombre de Iniciativa Tres Mares no cambia la geometría estratégica del antiguo Trimarium: se han aumentado los puertos involucrados y se ha implementado la presencia militar estadounidense en las áreas de interés, entre las cuales la más importante y que sigue bajo la atención de EE. UU. es Trieste. ¿A qué se debe esto?

El Puerto Libre de Trieste y el Territorio Libre de Trieste

No son muchos los que conocen el estatuto jurídico de Trieste, que es ciertamente singular y merecedor de un estudio en profundidad (que no realizaremos en este artículo, tal vez más adelante). Después de la Segunda Guerra Mundial, la zona triestina fue designada como un espacio libre que debía garantizar el equilibrio de poder entre las potencias contendientes, como un espacio desmilitarizado y neutral, dotado de un gobierno autónomo y de coexistencia entre los diversos grupos étnicos presentes. En 1947 se firmó el Tratado de París, en el que se estableció la paz y se repartieron las influencias entre los países vencedores y los derrotados. Con la 16ª resolución se estableció el Territorio Libre de Trieste (TLT). En 1954 el Memorándum de Londres confió la administración civil provisional de la Zona A a Italia y de la Zona B a Yugoslavia. Sin embargo, en 1975, con el Tratado de Osimo, Italia y Yugoslavia establecieron una frontera entre territorios que no eran de su propiedad, violando la autonomía del TLT y del Tratado de París. Con el colapso de Yugoslavia y la posterior división del territorio en varios estados, el TLT quedó dividido entre tres países –Italia, Eslovenia y Croacia– que lo ocuparon ilegítimamente, violando tratados anteriores y desencadenando disputas, luchas políticas y judiciales, escándalos y protestas que continúan hasta el día de hoy.

Lo más interesante es la estrategia italiana. Trieste está bajo ocupación administrativa y militar, ya que posiblemente allí se encuentran fuerzas armadas y policiales de la República Italiana… y estadounidense, ya que Italia es una colonia de los EE.UU. bajo ocupación militar, como lo demuestran las más de 120 bases estadounidenses repartidas por todo el territorio. Precisamente en Trieste, los estadounidenses han situado la escuela de inteligencia de la ONU y un control policial especial, incluido el Eurogendfor, que mantiene bajo persistente control militar no sólo la ciudad sino también las rutas comerciales.

El puerto de Trieste, que se supone que es un puerto franco internacional, es el puerto por excelencia que permite a Mitteleuropa acceder al mar Mediterráneo, que se abre hacia Oriente y África, con una comodidad del 73% en comparación con otros puertos europeos. Su ubicación es estratégica en todos los aspectos. Por eso los estadounidenses quisieron tomar el control de él para implementar la doctrina Trimarium. Gobernar Trieste y su puerto es gobernar el sur y el este de Europa. Desde Trieste hasta el Báltico se crea una línea recta que define un ‘telón de acero’ imaginario, pero también un corredor norte-sur en términos de gasoductos y oleoductos, rutas comerciales terrestres y la administración militar única de los territorios.

Todo esto viola la soberanía del TLT y los acuerdos internacionales por los cuales fue establecido, cometiendo un doble acto de violencia.

Mientras tanto, en Trieste también han intervenido China y Rusia, la primera con importantes inversiones, muy frenada con la degradación de Italia de la Vía de la Seda en la primavera de 2024, la segunda ya presente desde el periodo soviético y ahora, tras años de inversiones, bloqueada debido a las sanciones europeas a partir de 2022.

La Ruta del Algodón pasa por Trieste

Volvamos a la reunión secreta de hace unos días. El tema era la militarización del puerto, que ya está bajo control militar de facto, pero que será totalmente sitiado cuando Italia inicie la Vía del Cotone, una ruta comercial alternativa a la Ruta de la Seda, realizada mediante una asociación entre los EE.UU., la India, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Israel, Jordania y la Unión Europea, que consta de dos enlaces, uno ferroviario y otro portuario, con fondos del Fondo Global de Infraestructuras e Inversiones creado por el G7 en 2002 y del Global Gateway de la Unión Europea. El objetivo es competir con China y, en general, con las asociaciones euroasiáticas y los BRICS+, de los que los países europeos están excluidos en virtud del sometimiento angloamericano.

En este corredor económico entre India, Oriente Medio y Europa, Italia participará en virtud del memorando firmado en septiembre de 2023 precisamente a través del puerto de Trieste.

Es una lástima que la situación geopolítica en Europa –por no hablar de la situación económica, que es totalmente desastrosa para todos los estados del continente– no sea precisamente favorable: el conflicto ruso-ucraniano está durando más de lo que había previsto la OTAN y esto está provocando una gran inestabilidad dentro del propio triángulo Trimarium –al que se ha añadido Ucrania en 2023, con el pretexto de reforzar su independencia militar–; la situación en Oriente Medio es un desastre que hace época; la economía de guerra no ha favorecido la recuperación de los países europeos, al contrario, los ha arrojado uno tras otro a un largo invierno de inflación; el apoyo internacional ha fracasado con el advenimiento de un mundo multipolar liderado por el Este, desmoronando día tras día, acuerdo tras acuerdo, la hegemonía estadounidense en todo el mundo.

¿Qué hacer entonces con el Trimarium y Trieste?

La militarización de un puerto franco internacional parece una provocación bien pensada. En violación del derecho internacional y con un uso desmedido de la fuerza, el bloque atlántico quiere alzar la voz contra Rusia y China, tratando de limitar sus intereses en los territorios ocupados. Pero lo más probable es que lo que pretenda sea consolidar esa «cortina de hierro» desde el Mediterráneo hasta los mares del Norte, de modo que pueda gestionar (o casi gestionar) el eventual desajuste geográfico del conflicto ruso-ucraniano.

Tratemos de imaginar el siguiente escenario: Ucrania cae, la OTAN y su representante, la Unión Europea, obligada a librar una guerra suicida por poderes, no se rinden y aceptan extender el conflicto al corazón de Europa. ¿Adónde irían a luchar? Si se toma como válida una estrategia de conflicto convencional, los territorios más óptimos serían Polonia y Alemania, pasando por Hungría. Pero llegar hasta Alemania significaría el colapso del Deutsche Bank, que todavía está en terrible crisis y es la principal fuente de flujo de dinero del Banco Central Europeo, y esto es inaceptable porque haría implosionar el sistema político de la UE y el euro como moneda, con consecuencias desastrosas para el ya maltrecho dólar. Por lo tanto, debemos repeler al enemigo y mantenerlo más allá de una determinada frontera. De Trieste al norte, por tanto, con la intervención de Moldavia y Rumanía en la Mitteleuropa, se puede crear un teatro de batalla delimitado y manejable, que ya lleva décadas contando con la presencia militar de la OTAN y que en los últimos años se ha ido ampliando de forma constante, con ejercicios y escuelas de guerra en Polonia, Hungría, Bulgaria y Rumanía que preparan a los soldados para el choque con Rusia. Recordemos que Croacia ha reintroducido el servicio militar obligatorio y que Italia lo hará en breve, como ya se está debatiendo en el Parlamento desde hace meses.

¿Qué diablos está pasando en Trieste? Para responder a esta pregunta, teniendo en cuenta el tema de la reunión a puerta cerrada, bastan unas pocas palabras: el próximo teatro de operaciones.

Y seguro que no vendrán a pedirnos permiso para empezarlo.

FUENTE: https://geoestrategia.es/noticia/43293/geoestrategia/que-diablos-esta-pasando-en-trieste.html

El Jueves 22 de agosto del 2024, fui entrevistado por el Jefe de Prensa Enzo Anchante del prestigioso Canal Prensa Alternativa «El Jota» (Voces de la Patria Grande) sobre el trasfondo de la guerra en Ucrania y la debilidad de Occidente que parece acercarse a su declive definitivo.en próximos programas iremos detallando otros escenarios geopolíticos como África, las Américas, etc., donde se disputa la Guerra Híbrida Global en pleno desarrollo.

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

¡¡ ÁFRICA ESTÁ ROMPIENDO LAS CADENAS !!

Nos lo dice Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico,  en su columna del Club de La Pluma, ante el surgimiento de gobiernos militares nacionalistas en la franja central africana del Sahel, desplazando las dictaduras corruptas impuestas por Occidente y cambiando profundamente sus relaciones internacionales. Rompiendo con el neocolonialismo europeo -especialmente el francés- acabando con su usura financiera, asumiendo la soberanía de sus recursos naturales, anulando los leoninos acuerdos bilaterales de expolio, revocando los acuerdos militares y las fallidas estructuras “supuestamente antiterroristas” de las países de la OTAN, estableciendo un estratégico acercamiento a Rusia e Irán además de la presencia económica de China y sellando “La Alianza Liptako Gourma” entre Burkina Faso, Malí y Níger, en forma de un pacto de defensa mutua y de freno a las sanciones económicas tan propias de Occidente.

“Alianza de Estados del Sahel» el Fracaso de Occidente en África”

AUDIO:

Una alianza de fuerte contenido anticolonialista, por una autonomía política y un desarrollo económico en un marco de seguridad que Occidente nunca logró. Lo que demuestra que África, además de hacer efectivas sus “pseudas independencias” de la década de 1960, aspira a estar en la mesa de negociaciones globales donde se define el Nuevo Orden Mundial. También nos cuenta el emblemático episodio del 16 de marzo del 2024, con Níger desairando a Washington, como muestra de la profundidad de los nuevos tiempos, en el continente más maltratado de la historia (El gobierno de Níger revocó un acuerdo militar de una década de antigüedad con Estados Unidos).

Y junto a estos cambios de aire en el Sahel, más al norte,-en la costa africana del Mediterráneo- también soplan vientos contra el yugo neocolonialista, con Egipto como miembro de los BRICS+ y con Argelia sumándose en breve. Una Argelia NO ALINEADA con Washington y cercana al eje Moscú Pekin, de la que Europa depende desesperadamente por su energía y que ha logrado aniquilar al terrorismo sin tropas occidentales en su territorio.

Sin embargo, nos alerta Pereyra Mele, que a partir del 2023, con la expulsión de las tropas imperiales, han vuelto sospechosamente a recrudecer los grupos yihadistas con su “tufo pro occidental” y como el clásico brote de violencia cuando Occidente pierde el poder y el control en cualquier zona del planeta. Lo que confirma que Estados Unidos y sus socios presentarán su conocida batalla de desestabilización en El Sahel, sin regalar por las buenas unas regiones que han usufructuado durante décadas, por lo que seguiremos viendo atentados, agresiones, golpes económicos y sanciones contra sus pueblos. Como ocurrió con la caída de Gadafi por la OTAN -dirigida por Francia y Estados Unidos- hasta destruir Libia e instalar el desmadre en la zona, que hoy está en manos de mafias paramilitares y de grupos yihadistas.

También reflexiona que «…estos cambios profundos en África difícilmente aparezcan en los medios occidentales», a pesar de que son pasos geopolíticos trascendentales que acompañan al giro histórico del poder global, en paralelo a la debacle imparable del imperio anglosajón y el final de su dominio unipolar.

Eduardo Bonugli desde Madrid, (18/08/24)