Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo:

Por primera vez iniciamos nuestro análisis desde lo menor para discurrir hacia lo más en Política Internacional y Geopolitica. Por ello expusimos cómo se puede con un personaje menor iniciar una guerra híbrida, como es el caso de Venezuela donde EEUU ha instalado una dicotomía falsa: Maduro-Guaido, para alcanzar sus objetivos que no son otros que alinear a Latinoamérica detrás de ellos, ante la lucha ya desencadenada por el Nuevo Orden Mundial. Y dentro de este esquema nos preguntamos: Dónde está Michel Temer?, el corrupto ex presidente de Brasil y que hace la justicia del Lava jato con ese personaje, con fuertes denuncia y pruebas de corrupción.

Luego entremos de lleno en esa lucha por el dominio Global de los Emergentes:

  1. La decadencia de EEUU se acelera:
  2. EEUU negocia con los Talibanes su retirada tras 18 años de guerra de Afganistán
  3. III Vietnam de EEUU en el Siglo XXI; después de Irak, Siria y ahora Afganistán

Declinación de todos los Organismos Internacionales creados después de la II Guerra Mundial: ONU/FMI/BM/OMC y en nuestra Región OEA.

El Sistema Mundo idílicamente Multipolar en el mundo de la Real Politik es un Mundo: Tripartito: China – EEUU – Rusia.

Trump pelea con el estado profundo yanki, y la herencia de la decadencia y los conflictos que le dejo Obama: una Rusia atacada con las sanciones económicas (que no la afectaron) y una Chica agredida con proyectos económicos que nunca llegaron a consolidarse como es el caso del Tratado Transpacífico (anulado por Trump).

Ello llevó a una Alianza estratégica entre Rusia y China y trump siguiendo los consejos de Kissinger, tratar de separar los socios.

La declinación de los EEUU, no es novedad, solo los dirigentes mal informados de nuestro continentes desconocen las alertas como las del Tanque de Ideas de la globalización de los 90s: Consejo Atlántico ya decía en el 2013 que para el 2050 EEUU y sus socios del ex G7 pasaron de representar el 40% del PBI mundial a solo el 25%.

También el crecimiento de nuevas estructuras como: Asociación de Cooperación de Shanghai; el Foro de Vladivostok y la Unión Económica Euroasiática con su Club Astana.

Y para cerrar en esta última reunión de Davos, el Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo, dio una lapidaria exposición contra todo lo que representó davos para el mundo neoliberal, dándole un certificado de defunción

AUDIO:     

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo   

Difícil tiempos atraviesa nuestro subcontinente Suramericano –En especial la intervención en Venezuela-,

Pero empezaremos a explicar que lo que ocurre en estos momentos es el desarrollo en nuestro continente de un conflicto del Nuevo Orden Mundial con un enfrentamiento entre EEUU y China-Rusia y que se vio claramente en lo ocurrido en Davos donde el Secretario de Estado de EEUU: Nike Pompeo -Dictamino la Muerte de la Globalización, como la conocemos-. Todo ello causó un revuelo entre los seguidores de esa línea que quedaron a la intemperie. Y por otro lado empezamos a ver el resurgimiento de los estados nacionales. Estos cambio de poder global se notan en la retirada de EEUU de algunas zonas y reforzar su mal llamado “patio trasero” (Pues américa latina, NO es patio trasero de nadie); con la aplicación de la doctrina Monroe -América para los  (norte)Americanos- y la de Nicolas Spykman -Impedir la Union Suramericana-; aplicando las herramientas de Gene Sharp (Lucha «pacifica») para derrocar gobiernos hostiles a los intereses de Washington (bajo la falacia de apoyar la “democracia” y la “libertad” por ellos entendida).

Sostenemos desde Dossier Geopolitico:

  • el Principio de la nacionalidades

  • La autodeterminación de los Pueblos “políticamente constituido”

  • Sostenemos una posición superadora para estos tiempos la de la “Tercera posición”

  • Y también consideramos que debe ser regla de nuestra Politica exterior: el Respeto, Unidad, Cooperación e integración entre los pueblos Suramericanos, las cuales nos debe regir como Norma. Y respetar a rajatabla la Doctrina Drago y Calvo -generadas por nuestra Diplomacia- y el de Neutralidad cuando está en juego a nivel mundial un enfrentamiento entre Potencias.

Listado del Top Ten de Naciones para el 2030 según los Tanques de Ideas Occidentales, lo que demuestra las luchas actuales:

  1. China

  2. India

  3. EEUU

  4. Indonesia

  5. Turquía

  6. Brasil

  7. Egipto

  8. Rusia

  9. Japón

  10. Alemania

AUDIO https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31845457_1.html?fbclid=IwAR1opyeSKUGRE-xLNZrbs9sPfP6165E4wLQLz_-j_5-XqmLWUIqg-8gl9PQ  

 

Por Miguel A. Barrios

Los hechos acaecidos en la República Bolivariana de Venezuela fueron de intensa novedad de una crisis que viene tomando dimensiones inéditas en algunos aspectos y queremos señalarlo expresamente. No vamos a quedar prisioneros de las limitaciones u obstáculos -según desde se mire- del gobierno de Nicolás Maduro y de la situación política, económica y social. Lo que quita que se trata de una variable fundamental del problema.

Tampoco nos estancaremos en los logros sociales del gobierno del Comandante Hugo Chávez, quién luego de su épica victoria del 7 de octubre de 2012 ya alerta sobre los riesgos de burocratización y corrupción que podía tener la revolución bolivariana y lo manifiesta en serias advertencias en sus discursos denominados «Giro de Timón» dos meses antes de su muerte. Mucho se tapó de estas profundas autocríticas de Chávez. En nuestro caso lo publicamos en mi libro «Hugo Chávez: pensamiento histórico y geopolítico». Tampoco de aquellos bien intencionados que creen que el porvenir de la Patria Grande por razones de fuerzas geopolíticas es caer bajo las garras del destino manifiesto.

Estas interpretaciones hoy, son reduccionistas del problema central que es de raíz geopolítica. Tampoco tenemos -porque conocemos Venezuela muy bien- la euforia estudiantil izquierdista de que el Comandante Hugo Chávez era el líder de una revolución proletaria socialista mundial. Todo estos engranajes conceptuales de conocidos analista tanto pro como anti, conducen a que no se comprenda el verdadero drama.

Simplificando, Venezuela es un país geopolíticamente latinoamericano-por sus vínculos con América central-, caribeño y suramericano. Siempre actuó en el Caribe y únicamente con Bolívar llegó hasta el Alto Perú-hoy Bolivia-.Es sintomático su retiro con Chávez del Pacto Andino.

Hugo Chávez es un hijo de la Academia Militar de Venezuela fundada por Bolívar en 1811 (la primera de América del Sur) que percibe a través de su formación geopolítica- (donde ha sido fundamental su profesor y Maestro, el general Jacinto Pérez Arcay, que aún vive) la necesidad de ir hacia Brasil y Argentina.

Y a través de Bolívar concibe que la integración en categoría bolivariana implicaba dar el paso hacia el sur en la cuenca del Plata. Y a consecuencia de ello, y de los gobiernos posconsenso de Washington de América del sur se consolida los anillos envolventes del Mercosur, ALBA, Unasur y CELAC en el itinerario integracionista.

Este militar típicamente nacionalista iberoamericano se convierte en un geopolítico militante de la idea geopolítica de Juan Domingo Perón del continentalismo suramericano o Estados Unidos del Sur, que tiene sus antecedentes en Bolívar, San Martín, Ugarte, Perón y Vargas.

El continentalismo que no es ni más ni menos que la Patria Grande de Ugarte, del documento de Puebla y de las que nos habla el Papa Francisco, es el único camino para la liberación social y nacional. Todo lo demás es secundario. Es inentendible la crisis geopolítica de Venezuela sin observar que es la frontera real con los EEUU, que el mar Caribe es norteamericano y que la confrontación geopolítica mundial en el Asia Pacífico con China y Rusia e Irán-donde está perdiendo en Medio Oriente en Siria- lo obligan a crear una Siria suramericana en América del sur para quebrar el continentalismo y apoderarse definitivamente de nuestros recursos naturales.

Por lo tanto no pasa por discutir por Maduro, el presidente ilegítimo, la crisis social que existe ni los aspectos jurídicos de la Constitución en función de la hipocresía de la nueva OEA ,que es el grupo de Lima. Pasa por llamar a una conferencia internacional urgente de paz -buscar los mecanismos- y evitar una guerra civil entre hermanos, y por sobre todo poner en evidencia a nivel del derecho internacional, que EEUU no puede designar un presidente encargado. Se está pretendiendo crear una doctrina de injerencia que hoy se llama Venezuela y mañana puede ser Triple Frontera.

Es el nivel más audaz a que ha llegado la nueva doctrina Monroe, de convertirse en una fuerza militar- América del sur está militarizada- y derribarnos definitivamente. Y repetimos existe un elevado nivel de militarización de América del sur o norteamericanización. Una fragmentación de Venezuela sumado a muertes es el camino de desguazamiento absoluto de la Amazonía. Por eso el ejército de Brasil pone reservas ante Bolsonaro.

La irresponsabilidad de Macri de alinearnos en una guerra de balcanización posible es total, desconociendo la doctrina Calvo y Drago.

Y nos llama la atención el profundo silencio de los internacionalistas pero peor aún, de la mayoría de los dirigentes pejotistas, que juegan a ganador especulando y no saliendo a defender el leiv motiv de Perón: el continentalismo para la soberanía de América del sur. Aquí está el centro de la cuestión y la fortaleza del legado de Perón y Chávez.

Doctor en Ciencia Política de la Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina, Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Tecnológica Intercontinental de Asunción del Paraguay y Director Académico del Diplomado Internacional «Experto en Política y Gestión de la Seguridad» del Instituto Universitario Sudamericano en Montevideo, Uruguay. Es autor de libros reconocidos de Defensa y Seguridad.Ha dictado y dicta seminarios,cursos y conferencias en academias militares y policiales de América del Sur.

MIGUEL ÁNGEL BARRIOS

Dr en Educación

Dr en Ciencia Política

DOSSIER GEOPOLITICO (DG), ante la grave situación que afecta a la Paz y Seguridad de nuestro Continente Suramericano, que es nuestro lugar espacial en el mundo. Difunde estas  posiciones de dos colaboradores de DG: Antonio M. Mitre y Carlos Pissolito, con las que concordamos el grupo DG. Argentina, 25/1/2019. Carlos Pereyra Mele Director DG

VENEZUELA I:
Con relación a lo que está sucediendo en la República Hermana de Venezuela quiero sentar mi posición de aquí en más para  los diversos artículos de opinión y noticias que les haga llegar por redes sociales y por el Sitio Oficial de Dossier Geopolitico. Me sostengo ideológicamente en la Doctrina Justicialista que en Política Exterior se guía por el Principio de las Nacionalidades, y sostiene la autodeterminación de los pueblos políticamente constituidos y postula una Tercera Posición que supere al capitalismo demoliberal y al comunismo marxista ( que algunos creían que estaba «demodé» y que hoy tiene más vigencia que nunca). Sostengo a rajatabla los principios, de Soberanía, Integridad Territorial de las Naciones y de no Intervención en sus Asuntos Internos.

Siendo la Soberanía un valor fundamental, que es la diversidad que los pueblos pueden aportar a la construcción de una integracion mundial Justa y Solidaria: el «universalismo».

Sostenemos el principio de Respeto, Unidad, Cooperacion e Integracion entre los Pueblos Suramericanos, que por su lengua, creencias e historia comunes son integrantes de un espacio común, la Patria Grande, que es nuestra responsabilidad construir políticamente y por la que lucharon San Martin, Bolívar y Peron.

Nos oponemos al clásico e histórico principio de intervención de los EEUU en los asuntos internos de otros países ( y la coreografía de amanuenses que lo siguen), con una versión revisada para el siglo XXI de la Doctrina Monroe -América, para los NorteAmericanos-, porque profundiza las divisiones internas de los pueblos y facilita su dominación.

En estos momentos los EEUU tratan de aplicar en Venezuela el mismo guión que en Libia y Siria, para destruir la matriz institucional y social del país, ahondar sus divisiones internas, profundizar los enfrentamientos y llevarlos a un estadio de guerra civil ( con participaciones externas) – con la herramienta de una OEA militarizada-, producir migraciones y apoderarse y controlar los recursos naturales ( petróleo, minerales). Fogoneando hasta llegar si lo consideran necesario a una Guerra Civil o con una eventual intervención militar que va a ser catastrófica no sólo para Venezuela, sino también para el subcontinente. Caso Triple Frontera.

Aca no se trata de estar en contra o a favor de Maduro, sino de defender a Venezuela, su Identidad e Independencia de las garras del imperio, porque de ese modo defendemos nuestra propia identidad e independencia.

Por eso los países de la región no deben tomar partido por una u otra de las partes, sino que tienen que conformar un Grupo con todos los países de la región ( que contenga todas las diversidades políticas) que actúe como un mediador de buena voluntad entre todas las partes enfrentadas en Venezuela para encontrar una salida pacífica, ya que lamentablemente la UNASUR ha dejado de existir -por imposición del hegemón en decadencia,a través de sus gobiernos dóciles a esa política.

Porque de la solución pacífica de la crisis venezolana depende mucho la estabilidad continental y nuestro futuro.

Córdoba 25/1/2019

Dr. Antonio Merched Mitre Colaborador de DG

Carlos Pereyra Mele Director de DG

Venezuela II

PORQUE la ARGENTINA NO DEBE INTERVENIR en el CASO de VENEZUELA.

Por Carlos Pissolito (*)

Para el realismo en las RRII los actores principales son los Estados Nacionales, surgidos como tales tras la Paz de Westfalia, hace unos 300 años.

Para los idealistas, ya sea en su versión socialista o liberal, por sobre los Estados hay entidades superiores. Para los primeros, la clase obrera, para los segundos la Democracia y el Mercado.

A los efectos, tras la 2da GM se creó la ONU. Su Consejo de Seguridad, integrado por EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia es quien adopta las resoluciones relacionadas con la paz y la seguridad mundial.

Pocas veces se han puesto de acuerdo. Ya que los socialistas (Rusia y China) vetan a los liberales (EEUU, GB y Francia) y viceversa.

La Argentina, que no es una potencia, pero que supo ser un país orgulloso de su independencia. Consagró el principio de la injerencia en asuntos internos de otros Estados.

Concretamente, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, Drago que era canciller. condenó el uso de la fuerza por parte de GB, Alemania e Italia contra Venezuela por el cobro de una deuda.

Hoy, Venezuela es el escenario de la confrontación entre los EEUU contra la presencia de China y de Rusia en la región.

La Democracia funcionan como una excusa. Si fuera cierto por qué no hacerlo contra la misma China que no tiene elecciones. Lo mismo con los DDHH, porque no hacerlo contra Arabia Saudita que no los respeta.

Como lo dicen ellos mismos: «business are business». Es el mercado el que manda.

Entonces, como argentinos deberíamos preguntarnos dónde está nuestro negocio. O si, simplemente, hemos dejado de ser lo que solíamos ser.

Coronel (R) Ejército Argentino: Lic. en Estrategia y Organización y Postgrado en Defensa en el Institute of World Politics de los EEUU. Fue agregado militar adjunto en los EEUU y director del Centro Argentino para el Entrenamiento de Operaciones de Paz. Dicta conferencias internacionales en manejo de crisis complejas y de reforma del sector Defensa y Seguridad. Es autor de varios libros y de numerosos artículos sobre estos temas.

Mendoza, 25/1/2019

(*) Cnel (R) Carlos Pissolito Colaborador de DG

Síntesis y análisis en base al informe de 2019 sobre riesgos internacionales y para eurasia del Club Astana.  (*)

El encuentro actual del club Astana, foro de diálogo ubicado en Astana, Kazakhstan sobre asuntos internacionales , económicos y geopolíticos con enfasis en Eurasia y Asia central, toma lugar en un momento muy desafiante, cuando el sistema internacional esta bajo cambios destacables.

Bajo esta premisa el propósito del Ranking de Riesgos Internacionales es la evaluación de los procesos geopolíticos y geoeconómicos actuales en Eurasia así como en el mundo, elaborado en base a consultas a mas de 1000 especialistas y referentes en las temáticas, valorando según el orden en la posición del ranking, siendo los que ocupan los primeros lugares los mas factibles de materializarse.

En la geopolítica una tormenta de incertidumbre se siembra. La globalización ya no se considera un bien universal. A medida que los países mas desarrollados reducen su compromiso hacia la globalización y el mundo entra en una nueva era de proteccionismo.

Las tendencias comprenden un amplio rangos de nuevos desafíos y amenazas : conflictos armados, crecientes tensiones políticas y militares, guerras comerciales, crisis económicas mundiales, inestabilidad, cambios en el horizonte internacional. En esta compleja matriz geopolítica, los desafíos y riesgos globales se incrementan.

Somos testigos del cambio del sistema de posguerra de la segunda guerra mundial, basados en principios e instituciones en común, mientras una facción de países países recurre al proteccionismo y nacionalismo económico otros se comprometen con la globalización y el libre comercio.

Mientras tanto el crecimiento económico mundial no es todavía inclusivo. La cuarta revolución industrial con la digitalización como su mayor , aumentará aún mas la brecha tecnológica entre países. Todo esto aumentará las desigualdades globales

Los 10 mayores riesgos según el club de Astana:

  1. Escalada en la confrontación política y militar entre China y EE.UU: La desconfianza mutua y la creciente competencia por Asia están alejando a Beijing y Washington de decisiones coordinadas. EE.UU seguirá con su política de contener a China en Asia. El riesgo de incidentes militares entre las dos potencias en el mar de China, aumentará.

 

  1. Guerras comerciales a gran escala:    

Una guerra comercial de «todos contra todos» resultará en el abandono del previo sistema de reglas de la economía mundial. Si las dos potencias principales, China/EE.UU, no encuentran los canales para superar esta crisis, una nueva guerra fría parece inevitable.

La Organización Mundial de Comercio (OMC) que   vigila las disputas comerciales, está bajo riesgo de no ser capaz de lidiar con la situación y debe transformarse o ser abolida.

Tres décadas de hiperglobalización parecen llegar a su fin, debido a la postura actual de su principal jugador, EE.UU, se dirige hacia una postura proteccionista y unilateral

 

  1. Una gran guerra en el oriente medio: Las consecuencias de la retirada de EE.UU del acuerdo nuclear con Irán se dispararan. Grandes sanciones ya han sido impuestas a Irán, por lo tanto el riesgo de la retirada irani del tratado es alta. Esto provocará a sus oponentes regionales a considerar medidas más agresivas hacia Teherán.
  2. Mayor deterioro de las relaciones entre Rusia y Occidente: En el 2019 la relación con Rusia seguirá deteriorándose, se continuarán las políticas de sanciones contra el Kremlin.

 

  1. «Descongelamiento de puntos calientes» en Eurasia:

    Conflictos políticos en Ucrania y Afganistán , donde las      elecciones dispararan conflictos.

 

  1. El creciente separatismo y conflictos étnicos/religiosos: Los focos de este tipo conflicto son más prontos de suceder en medio oriente y el sudeste asiático, la tensión sunnies/chītas en el primero y en Myanmar en el segundo, donde la minoría musulmana Rohingya enfrenta la posibilidad de una crisis humanitaria.
  2. El sentimiento separatista se intensificará aún en Europa , con el Brexit el separatismo escocés que tendrá eco en Cataluña y otras partes.

Mayores desafíos ecológicos: Las emisiones de Carbono en aumento y la escasez de agua son esperables en el 2019. Los principales países contaminantes (EE.UU/ China) es probable que sigan políticas ambientales descoordinadas.

 

  1. El crecimiento y desarrollo de ciber ataques :La confrontación geopolítica se extenderá al ciberespacio. Infraestructura físicas, agencias gubernamentales se volverán los principales objetos de ciberataques.

 

9) Una nueva carrera armamentística :      El regreso de la carrera armamentística es un nuevo riesgo surgido de el declive de confianza mutua entre grandes potencias. Los competidores serán  EE.UU, China, Rusia, Irán, Turquía, Arabia Saudita, Pakistán, Japón. Lo más importante a corto plazo es la renuncia del INF tratado de misiles de alcance intermedio por parte de EE.UU y Rusia.

 

10) desastres humanitarios y nucleares: Un accidente nuclear por un desastre natural o un choque nuclear. Con la automatización de sistemas de defensa la amenaza de un ciberataque a instalaciones nucleares no puede ser descartada. La perspectiva del uso del espacio exterior se volverán parte de las doctrinas de defensa.

 

Conclusiones:

«Cambios por delante»

El sistema global construido luego de la guerra fria esta cambiando, las tensiones políticas, economícas, militares entre grandes actores lo reflejan, como síntoma de una etapa de transición. Este proceso comenzó en el 2007/2008 con la crisis financiera y ha tomado impulso desde alli.

¿como el mundo llegó a semejante estado?    Se creía antes que las instituciones multilaterales serían capaces de mantener un sistema global. Éramos propensos a ignorar la fragilidad del sistema. Sin embargo cuando los propios garantes (EE.UU) del orden mundial liberal de la posguerra fría, dieron la espalda al modelo de globalización y elevaron  dudas sobre sus beneficios, se volvió claro que la estructura tenia pies de barro

Idealmente, la multipolaridad del mundo, representado por el G20, debería haber mantenido el equilibrio entre las grandes potencias como a aquellos nuevos jugadores globales. Sin embargo la globalización no solo acercó a los mercados , pero también hizo un mundo híper conectado, y más interdependiente, también en el sentido negativo. Bajo estas condiciones el inevitable costo de la globalización empezó a llevar a un incremento del nacionalismo y populismo.

No estamos enfrentando en este momento una recesión mundial de la economía, pero es posible estemos presenciando una crisis de las instituciones globales.

La situación en cierta medida recuerda a la que existió en vísperas de la primera guerra mundial. Luego el mundo experimentó una globalización sin precedentes. Pero sin embargo la globalización en el pasado no pudo salvar al mundo de conflictos más severos.

En general pensar en el futuro puede asustar así como atraer al mismo tiempo mientras estos riesgos tengan la posibilidad de realizarse. Un punto es clave, la neutralización de de estos futuros desafíos y riesgos requeriría voluntad de parte de la mayoría de los actores internacionales.

(*) Por Juan Martin Gonzalez Cabañas Analista Jr de DG

 

CONFERENCIA EN LA ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA DEL EJÉRCITO DE PERÚ

El Director de Dossier Geopolitico Lic. Carlos Pereyra Mele, fue invitado el viernes próximo pasado a disertar en la Primera conferencia del año lectivo para los oficiales alumnos de los Cursos de la VII y VIII cohorte de la maestría de Estrategia. Presentado por el Sr. Tte Crl Jose Avalos Arellano, como analista político argentino, especialista en geopolítica y geoestratégia suramericana, disertó sobre: “500 años de dominio occidental llegan a su fin.

Inició su conferencia con un agradecimiento al Perú, por ser unos de los países que brindó apoyo a Argentina en momentos cruciales de su historia, durante la Guerra del Atlántico Sur.

Algunos de los pasajes de su Conferencia:

Globalizados: El mundo está cambiando. La Geopolítica ha reemplazado a las ideologías en los conflictos internacionales. Las actuales condiciones de fragmentación no se reducen a problemas coyunturales de las capacidades estatales o a fallas puntuales en el sistema políticos sociales. Antes bien, hay que pensar el presente como un momento fundacional y al mismo tiempo problemático de la experiencia de un mundo en un estado de transición a la multipolaridad. La Globalización como fenómeno y proceso histórico tiene una velocidad inédita. La política mundial se entremezcla con la política nacional y regional, los límites de sus esferas se tornan débiles conformando una triple relación dialógica entre lo local, regional y mundial.

Pensamiento estratégico: En consecuencia, dado los cambios Geopoliticos y el Nuevo Orden Mundial en conformación que se da, por enfrentamiento entre los  Países que denominamos: Atlantistas contra Continentalistas. Estamos transcurriendo este primer cuarto del Siglo XXI y con una nueva posibilidad para rescatar y re definir un auténtico Pensamiento Estratégico y Geopolitico para nuestra Isla Continente: Suramerica
“Pues América, nos exige a los americanos no imitar  para llegar a ser dueños de nosotros mismos y así fundar una estirpe. Para esto, ella, nos ofrece su grandiosa matriz que definimos como lo hóspito.”

Planificación: Para ello deberemos romper con estructuras mentales y paradigmas que nos fueron impuestas como verdades reveladas y tener ese pensamiento crítico y práctico, para obtener la suficiente libertad de pensamiento que permita diseñar políticas de estado propias y no ser meros espectadores de los cambios mundiales. Pero para ello deberemos partir de un análisis internacional serio y basados en hipótesis concretas para poder tener ese pensamiento crítico estratégico propio, que no nos cansaremos de convocar.

Choque entre Atlantistas y Continentalistas: realizó una breve descripción de Atlantistas (EEUU, Unión Europea, Japón) y los Continentalistas (China, Rusia, Turquía, Irán, India) y además transmitió las Tendencias hacia el 2030 (realizadas por los tanques de Ideas de EEUU y Europa), donde solo quedan EEUU y Alemania dentro de las 10 primeras economías mundiales y las Euroasiáticas desplazan a todos los demás miembros del ex G7.

“Tablero Inestable” y sus consecuencias sobre nuestro Continente Sur Americano.

A este tablero inestable lo sintetizamos hoy en el 2018, así:
1. Nivel supremo. Multipolaridad con tres centros: Washington, Moscú y Pekín.
2. Nivel de elevada autodeterminación. Unión Europea y Japón.
3. Nivel de resistencia: India, Turquía, Sudáfrica, Australia, Canadá, Brasil que tienen capacidad de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. O sea tienen autodeterminación interna y muy limitada autodeterminación externa.
4. Nivel de dependencia. El resto de los países, prácticamente toda Iberoamérica.

Concluyó: Siempre nos dicen que cuando hay una crisis, también hay oportunidades, como vimos en la descripción anterior, el mundo está en reconfiguración y por ello en crisis. Y recordemos entonces que la historia, tal como en la primera década de del siglo XIX, nos pone de nuevo ante la posibilidad, de alcanzar un nuevo estadio de independencia ya no solamente formal política, sino cultural, económica tecnológica.
Hoy en día, los cambios mundiales vuelven a darnos una oportunidad de consolidar una unidad regional que nos permita tener la capacidad de limitar la interferencia de la globalización en nuestro propio territorio, en un mundo ávido de recursos naturales y con la venta de los mismos, Para utilizar los capitales obtenidos el fortalecimiento de las áreas de Ciencia y Tecnología y poder entrar en el mundo de la revolución industrial 4.0. Se impone entonces el “realismo político”: aquel que nos permite asumir con un cierto escepticismo los proyectos teóricos, pero no por eso dejarlos de pensar e intentar realizarlos.  

Perú, Lima, 18/01/2019

Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele y el Sr.. Tte Crl Jose Avalos Arellano

 

 

Kazajstán, que se encuentra en el centro de la integración euroasiática, es una combinación de privatización y proteccionismo, donde el fondo de bienestar estatal está tratando de reducir la dominación estatal en algunas industrias y proteger a otras.

Kazajstán se encuentra en el corazón del Gran Juego del siglo XXI, que trata de la interconectividad y la integración de Eurasia. Astana es miembro tanto de New Silk Roads, o de la Iniciativa Belt and Road, como de la Unión Económica de Eurasia, dirigida por China.

Kazajstán, la «economía del leopardo de las nieves», según la marca del presidente Nursultan Nazarbayev en la última década, no podría ser más euroasiática, sus estepas sin litoral se entrecruzan en un 60% de la carga ferroviaria de China a Europa.

El país también funciona como una especie de central eléctrica masiva para las Nuevas Carreteras de Seda, rebosante de petróleo y gas, pero también invierte significativamente en energía solar, eólica y nuclear.

Astana es el único centro financiero entre Moscú y Pekín, que cuenta con el Centro Financiero Internacional de Astana, donde la Bolsa de Valores de Shanghai es un importante inversor y los bancos y empresas chinos están en la lista.

También está en juego una combinación fascinante de privatización y proteccionismo.

Samruk Kazyna, el fondo nacional de bienestar kazajo, está tratando de reducir la participación del gobierno en la economía, que va desde la energía a la banca, del 90% al 20%, incluso cuando Astana ha dejado claro que algunos productos e industrias estratégicos están cerrados para Inversión extranjera, especialmente china.

Con todo eso como fondo, es más que natural que el estado único de la encrucijada euroasiática de Kazajstán se haya discutido en detalle en el Club Astana [1] .

Su informe de 2018, ‘Hacia una gran Eurasia: ¿Cómo construir un futuro común?’ , se centra en todo, desde la geoeconomía y el renacimiento de Asia Central hasta los riesgos geopolíticos y de seguridad. De particular interés es un nuevo informe sobre los riesgos globales que se avecinan para Eurasia [2].

El Davos Eurasiático

Existe un consenso casi universal en todo el Sur global, incluidas las latitudes clave de Eurasia, de que en una nueva matriz geopolítica extremadamente compleja y emergente, la globalización tal como la conocíamos ya «ya no es un bien universal», dado que los estados se enfrentan con fuerza al aumento de proteccionismo. También hay mucho debate sobre cómo se mezclará el decreciente «orden liberal occidental», junto con la consolidación de la Cuarta Revolución Industrial.

Estas preocupaciones son discutidas no solo por las élites occidentales que se reunieron en Davos esta semana. Ha sido un tema recurrente estudiado por el Instituto de Economía y Política Mundial en Astana, que opera bajo el presidente Nazarbayev.

Con la asistencia del Grupo de Socios de Estrategia Internacional, el Instituto realizó una encuesta entre 1.000 ejecutivos en 60 países, más 30 expertos internacionales para descubrir cómo Eurasia puede anticipar los desafíos extremos del Nuevo Gran Juego, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el El impasse geopolítico y nuclear de Estados Unidos y Rusia, el cambiante tablero de ajedrez en el suroeste de Asia: lo que Occidente llama Oriente Medio, el aumento de los conflictos étnicos y religiosos, la marcha inexorable de la tecnología de punta y la degradación atroz del medio ambiente.

Según la encuesta, el riesgo número uno para Eurasia se consideró la escalada de la confrontación militar y política entre Estados Unidos y China, seguida de cerca por la confrontación entre Rusia y Occidente. El conflicto con mayor probabilidad de exacerbarse es el de Estados Unidos e Irán. Mientras tanto, el proteccionismo fue la preocupación clave para el 56% de los encuestados.

Se pueden plantear preguntas serias sobre la relevancia de algunos de los expertos destacados en el informe final. Aún así, hay algunos análisis de sonido. Evgeny Buzhinsky, vicepresidente del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, destacó cómo una mayor escalada del juego de alto riesgo entre Estados Unidos y Rusia podría “conducir a una confrontación armada no solo con el uso de medios convencionales de destrucción, sino también a un conflicto nuclear «.

Buzhinsky también trató de dejar en claro que su país no iniciará una carrera de armamentos, diciendo que Rusia se adhiere firmemente al principio de «suficiencia razonable».

El modo multivector.

El informe de Astana muestra con cierto detalle los “primeros síntomas de una crisis de las instituciones globales”. Sin embargo, paralelamente, hay una tendencia en algunas latitudes occidentales a interpretar la crisis como un resultado derivado del surgimiento de lo que podría describirse como imperialismo asiático.

Turcos apasionados por el Imperio Otomano, como el ex Ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu, pueden haber soñado con volver a atar con ciudadanos de «Sarajevo a Damasco, de Benghazi a Erzurum», pero no tanto en el espíritu de un viaje reciente y encantador. Libro revisitando las latitudes imperiales.

La debacle de Siria ha demostrado que el proyecto de expansión del presidente Erdogan tendrá que ser sustancialmente controlado, ya que debe encajar con el alcance geopolítico de otro antiguo imperio, Rusia, así como una reacción violenta del mundo árabe. No hay una forma neo-otomana cuando Egipto, Irak, Jordania, Líbano y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros, ahora están a favor de arreglar su antigua relación fracturada con Damasco.

Se puede argumentar que Erdogan puede apuntar hacia una nueva marca de eurasianismo, al igual que los intelectuales rusos han evolucionado el concepto de Gran Eurasia , donde la noción de Russkii Mir (el mundo ruso) se expande de manera inclusiva, geoeconómica y geopolítica. , y no como forma de dominación .

Después de todo, Rusia es una civilización supranacional de facto, no un mero estado-nación, al igual que China es un «estado de civilización» de facto. La cultura rusa reina en toda Asia Central, donde la lengua franca es la rusa, también fundamental en las redes sociales.

Erdogan podría hacer lo mismo y propugnar una noción similar e inclusiva que incorpore a todos los pueblos de habla turca en Asia Central.

En pocas palabras, las comparaciones con la víspera de la Primera Guerra Mundial, en lo que respecta a Eurasia, son prematuras. Las discusiones en Astana muestran que el camino a seguir es multivector, multicultural y multipolar.

Por PEPE ESCOBAR Enero 22/2019

Fuentes:

How Astana is leading the way in Central Asia

http://www.atimes.com/article/how-astana-is-leading-the-way-in-central-asia/?utm_source=The+Daily+Report&utm_campaign=3a43ad48f5-EMAIL_CAMPAIGN_2019_01_22_12_35&utm_medium=email&utm_term=0_1f8bca137f-3a43ad48f5-31626501

 

[1] Club Astana

https://astanaclub.kz/#/2018/

 

[2] Informe sobre los riesgos globales que se avecinan para Eurasia

https://eurasiarisks2019.astanaclub.kz/downloads/Book_210_297_en.pdf

 

Hoy por hoy nuestra región Latinoamericana no sigue ajena a las innumerables embestidas, organizadas e implementadas por potencias extranjeras con plenos intereses en este último rincón del mundo; una zona de vital importancia geoestratégica, quizás la de mayor importancia en los próximos 50 años, debido a los múltiples bondades que ofrece para toda la comunidad mundial, empezando por los recursos naturales, pasando por las riquezas vírgenes por descubrir en zonas aun inexplorada por la raza humana para culminar con la contaminación de nuestra  aun democracias frágiles pero que garantizan a nuestros ciudadanos una vida en paz y plena para su normal desarrollo.

Una de esas embestidas en tantas sufridas estos últimos años, sobresale como una especie de moda en Latinoamérica la: Guerra jurídica o LAWFARE, una palabra inglesa de reciente acuñación que aún no figura en el Diccionario Inglés de Oxford, y es una contracción gramatical de las palabras «ley» (Law) y «guerra» (warfare), esta última para describir una forma de guerra asimétrica. define «Guerra jurídica» como el uso ilegítimo interno, o del derecho internacional con la intención de dañar a un oponente, consiguiendo de dicha manera la victoria en unas relaciones públicas, paralizar financieramente a un oponente, o atando en el tiempo a estos para que no puedan perseguir otras empresas como presentar sus candidaturas a cargos públicos. El término «guerra jurídica» se usa más comúnmente como una etiqueta para criticar a los que utilizan el derecho internacional y los procedimientos legales para hacer reclamaciones contra el Estado, especialmente en áreas relacionadas con la seguridad nacional.

Son varios los juristas y expertos que se han pronunciado sobre esta problemática en cuestión. Hay voces que expresan que desde el final de la guerra fría, los EEUU prefieren tener el control sobre Latinoamérica, por vías de apariencia democrática, como ser a través del control del Poder Judicial; sin emitir juicio personal sobre el mismo, nuestro país es una muestra acabada de ello, al menos la realidad va marcando y demostrando esta modalidad con varios dirigentes del campo popular, mas allá de los diferentes casos, para no generalizar la cuestión.

Las características más comunes que se perciben y que en la actualidad parecieran ser algo normal en cualquiera de nuestros países hermanos, debido al silencio sepulcral de quienes tienen la responsabilidad, puesto que fueron elegidos legítimamente en elecciones democráticas para representar y defender al pueblo de estas embestidas, están rodeadas de un inentendible silencio sepulcral. Entre esas características a la que se ha hecho mención precedentemente son: Jueces vinculados a una determinada parcialidad política, testigos pocos fiables, ausencia de pruebas, implicación de los grandes medios de comunicación, condena decidida de antemano, entre otras, prácticamente en resumen, un disciplinamiento estricto, que en nada ayuda a consolidar las instituciones democráticas.

Según un sondeo de Américas Barometer, se estima que un 19% de la población latinoamericana paga sobornos. He ahí una posible explicación antropológica y cultural. Sea real o percibida, lo cierto es que el explosivo crecimiento de las redes sociales, la expansión de una clase media políticamente muy activa y la extendida percepción de que las instituciones y las estructuras económicas favorecen a una pequeña élite han disparado la visión de la corrupción como uno de los mayores problemas.

“Te ayudo a ganar elecciones y tú me das esa concesión millonaria”. Este modus operandi, particularmente potenciado por la gigantesca constructora brasileña Odebrecht, se ha normalizado. Y los antiguos gobiernos de izquierda (particularmente el argentino y brasileño), salpicados por las declaraciones incentivadas por leyes que favorecen la delación, aún no han hecho autocrítica, seguramente por miedo a que podría usarse en su contra, obviando que la verdad tiene una fuerza propia. No obstante, las ex presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, la primera encausada por corrupción y la segunda destituida tras un golpe de Estado institucional, han lanzado un mensaje en el que destaca el concepto “lawfare”, criticando la utilización del aparato judicial como arma para destruir a la política y a los líderes opositores.

Entre otros ejemplos o casos emblemáticos en la región podemos mencionar los casos de:  El 24 de enero de 2018 el Tribunal Supremo de Brasil ratifica la sentencia contra el que fuera presidente del país y actual candidato mejor situado en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales, Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión por corrupción. Acaba en prisión en abril de 2018 y resulta inhabilitado para la reelección presidencial.

El 9 de abril 2018 la Fiscalía de Colombia ejecuta una orden de captura con fines de extradición de los EEUU contra el diputado electo del partido FARC y responsable de la implementación del Acuerdo de Paz Jesús Santrich, por un supuesto delito de conspiración para exportar cocaína a los EEUU. Desde entonces permanece en prisión, apartado de la implementación del acuerdo de paz y sin haber podido tomar posesión de su escaño en la Cámara Legislativa a pesar de no existir acusación alguna contra él en Colombia.

El 3 de julio de 2018 se dicta por un tribunal de Ecuador una orden de prisión y captura internacional contra el ex presidente Rafael Correa. Previamente, el 14 de diciembre de 2017, era condenado a seis años de prisión el vicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción. Y el 17 de junio de 2018 era capturado en Madrid, por solicitud de Ecuador, Pablo Romero, quien fuera parte del equipo de Gobierno de Rafael Correa.

Una perspectiva lógica señala a esta modalidad como un tipo de guerra sin armas y de apariencias democráticas con tres modalidades de ataque minucioso en tres dimensiones, ellas serian: Geográfica: los atacantes eligen el campo más ventajoso, en este caso un tribunal que mejor atienda su objetivo de acabar con su opositor. Dos: entremado de una ley específica para esa guerra. Y tres: los medios de comunicación para crear una sensación de presunción de culpa. Las estrategias del “lawfare” pasan por abusar de las leyes vigentes para deslegitimar y perjudicar la imagen del adversario. Usar el proceso legal para cercenar su libertad, intimidarlo, silenciarlo, influenciar negativamente a la opinión pública para anticipar la sentencia condenatoria y cercenar el derecho a una defensa imparcial.

Los objetivos que se persiguen son similares a los que otrora buscaban directamente las Fuerzas Armadas: deslegitimar y perseguir figuras políticas populares opuestas a sus intereses. Y lo hacen a través de expertos, que manejan el lenguaje jurídico, en contraposición al lenguaje contaminado por la política. El proceso de recorte del Estado y de lo público incluyó la reforma jurídica como parte de la batalla contra la ineficiencia del Estado. La corrupción venía de la mano de una mala gestión de los políticos que creían e impulsaban lo público, y debía ser extirpada para devolver la supremacía de lo privado.

En ese sentido, no resulta sorprendente constatar que la persecución judicial se ha exacerbado contra funcionarios de gobiernos donde el Estado recuperó su protagonismo en materia económico-social, agrandando al Estado y revalorizando lo público. Y se ha cebado con los líderes latinoamericanos que impulsaron ese cambio. Tampoco pueden pasarse por alto el «timing político», ya que el caso judicial (como arma) se hace público en momentos de alto coste político para la persona o grupos que son desprestigiados; la reorganización de los aparatos judiciales, las élites, con el control del aparato del Estado, colocan en espacios clave a «técnicos» (abogados, jueces, fiscales) vinculados al poder de turno para atacar al adversario y prevenir situaciones hostiles que puedan provenir de este; o el doble rasero de la ley: pueden salir a la luz varios casos, pero se elige hacer seguimiento a unos para producir consentimiento sobre la corrupción como enfermedad del Estado y de lo público, y se invesibilizan o desestiman otros, como es el caso de las empresas offshore que Macri tenía en Panamá.

Por último, y más allá de gobiernos de izquierda o derecha, sumado ahora a nuevos actores, pero nunca para bien sino a tono con la decadencia moral de estos tiempos el poder judicial que permitió que América Latina fuera uno de los continentes con más corrupción institucional en muchos casos se benefició de ella, que nunca fue capaz de combatirla, ahora se ha convertido en un arma de intervención directa en los asuntos políticos internos, al servicio de los intereses de las oligarquías y fuerzas conservadoras foráneas y locales. La guerra jurídica implica un gran retroceso en los procesos de fortalecimiento institucional de los países de América Latina. El Poder Judicial debería mantenerse al margen de la confrontación política para evitar repetir fracasos institucionales de otras épocas que le causaron graves crisis de legitimidad y el desafecto popular. Esta injerencia en los asuntos políticos supone la anulación de la independencia judicial por su consciente politización, y provoca irremediablemente la desaparición de la división de poderes que sustenta el Estado de Derecho. El lawfare se ha convertido en uno de los mayores peligros para la democracia en todo el mundo y en especial en América Latina.

Sin dudas estas líneas obedecen a expresar la decadencia en la que paulatinamente fue cayendo la dirigencia política en general de los últimos tiempos, y también porque es menester hacerse el mea-culpa como requisito sine qua non, para poder comprender el contexto histórico por el cual atraviesa nuestra región y merced a todas estas problemáticas, diagramar el tipo o modelo de estado que queremos, en esta nueva etapa de la historia signada por las nuevas tecnologías por mencionar algunos de los cambios trascendentales y quizás el más importante, junto a las riquezas en recursos naturales que hoy marcan sin dudas la agenda mundial, y dichos potenciales aún siguen intactos, mientras tengamos políticas de soberanía y de defensa de lo nuestro, que hoy por intereses foráneos y gracias a mercaderes internos, ponen en riesgo el futuro de los mismos.

El futuro de Latinoamérica, será sin dudas estará atado a la integración regional y a la reconstitución de la hermandad en los pueblos hermanos, tal como lo soñaron y lucharon por ello San Martin y Bolívar, una Patria Grande, unida en Estados Continentales, para poder hacer frente a este nuevo mundo y su nuevo entorno.

Dr. Mario Ramón Duarte Abogado

Juez de Faltas – Corrientes – Argentina

Especialista en Derecho Municipal de Faltas y Contravencional

Sec. Gral. CEEYPP. Argentina-Mexico

Analista del Equipo Dossier Geopolítico

Experto en Ciberseguridad y Ciberdefensa

 

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_jur%C3%ADdica

https://www.eldiario.es/tribunaabierta/lawfare-guerra-juridica-democracia_6_806029406.html

https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2018-01-24/hemeroteca_articles/lawfare-o-como-destruir-sin-armas-la-izquierda-latinoamericana

https://criterio.hn/2017/12/26/estados-unidos-designa-presidente-honduras-redvoltaire/

Los Estados Continentales y el Mercosur. Alberto Methol Ferre. Ed. HUM. URUGUAY (2013).-

 

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo      

Primer análisis Radial Geopolítico de las tendencias globales en este 2019.
Camino a cerrar el primer cuarto de este Siglo XXI.
Y las proyecciones posibles

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de DG

AUDIO: https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31276558_1.html?fbclid=IwAR1IlHp_mdolgqs8hR1JRAGIdqWA5XCKOFvaAxlLWX8TkNcX-J5WDAkhzo4

 

Nota: Visión Eurocentrista

A medida que Estados Unidos deja de liderar el orden internacional, cada vez más países tratan de reforzar su influencia mediante la intromisión en conflictos de otros Estados. En esta nueva era de puesta a prueba de los límites, el presidente de International Crisis Group, Robert Malley, enumera las 10 guerras de las que hay que estar pendientes en 2019.

En un mundo con menos reglas, la única verdadera es saber cuánto es posible hacer sin pagar un precio por ello. Y la respuesta en el mundo de hoy es: mucho.

A medida que se desvanece la hegemonía indiscutible de Estados Unidos, el orden internacional sufre convulsión tras convulsión. Cada vez hay más dirigentes que sienten la tentación de poner a prueba los límites, se disputan el poder y tratan de reforzar su influencia —o disminuir la de sus rivales— entrometiéndose en conflictos de otros Estados. El multilateralismo y sus mecanismos de contención sufren el acoso y el cuestionamiento que representa una política más transaccional y de suma cero. Los instrumentos de acción colectiva, como el Consejo de Seguridad de la ONU, están paralizados; los de responsabilidad colectiva, como la Corte Penal Internacional, son ignorados y despreciados.

La nostalgia puede ser ilusoria. Pintar un retrato demasiado favorable de la era de la hegemonía occidental sería engañoso. El uso de armas químicas por parte de Irak contra Irán en los años 80; las matanzas de los 90 en Bosnia, Ruanda y Somalia; las guerras de Afganistán e Irak tras el 11-S; la brutal campaña de Sri Lanka contra los tamiles en 2009 y la caída de Libia y Sudán del Sur ocurrieron en una época —y a veces debido a— de dominio estadounidense y un Occidente razonablemente coherente. Un orden liberal y teóricamente basado en ciertas reglas no impidió que los que habían establecido esas normas se las saltaran cuando les parecía. En otras palabras, la erosión de la influencia occidental se ve distinta desde Moscú, Pekín y el sur del planeta que desde Bruselas, Londres y Washington.

Aun así, para bien o para mal, durante años, el poder de Estados Unidos y sus alianzas fueron determinantes en los asuntos internacionales, fijaron los límites y estructuraron los órdenes regionales. Ahora, con el declive de la influencia de Occidente, acelerado por el desprecio del presidente Donald Trump hacia sus aliados tradicionales y los problemas de Europa con el Brexit y los nacionalismos, los líderes de todo el mundo están empezando a probar y tantear hasta dónde pueden salirse con la suya.

Muchos de esos líderes, en la política interior de sus respectivos países, adoptan una mezcla nefasta de nacionalismo y autoritarismo. La mezcla varía según los lugares, pero suele incluir el rechazo a las instituciones y las normas internacionales. La crítica de un orden mundial injusto no tiene nada de nuevo. Ahora bien, si antes esa crítica solía tener su origen en la solidaridad internacional, hoy procede sobre todo de un populismo egocéntrico que ensalza la identidad social y política en sentido estricto, denigra a las minorías y los inmigrantes, ataca el Estado de derecho y la independencia de la prensa y eleva la soberanía nacional por encima de todo lo demás.

Trump es quizá el ejemplo más visible, pero no el más extremo, ni mucho menos. El viento sopla en todo el mundo a favor de los gobernantes autoritarios. Están dándose cuenta, a veces para su asombro, de que los mecanismos de contención están derrumbándose, y su forma de comportarse como consecuencia de ello alimenta a menudo los actos de violencia y las crisis. La expulsión en masa de 700.000 rohingyas en Myanmar, la brutal represión de una revuelta popular por parte del régimen sirio, la obvia determinación del Gobierno de Camerún de aplastar una rebelión anglófona en lugar de abordar los motivos de queja que la provocaron, la guerra económica del Gobierno venezolano contra su propio pueblo y el silenciamiento de la disidencia en Turquía, Egipto y otros países, no son más que unos cuantos ejemplos. Todos ellos motivados, en parte, por lo que los gobernantes consideran una luz naranja donde antes había una luz inequívocamente roja.

Estos líderes también ponen a prueba las normas más allá de sus fronteras. Después de anexionarse partes de Georgia y Crimea y fomentar la violencia separatista en la región del Donbas en Ucrania, ahora Rusia está haciéndose notar en el Mar de Azov, envenenando a disidentes en Reino Unido y socavando las democracias occidentales mediante la guerra cibernética. China impide la libertad de navegación en el Mar del Sur de China y detiene de forma arbitraria a ciudadanos canadienses, incluido Michael Kovrig, de International Crisis Group. Arabia Saudí ha traspasado los límites con la guerra en Yemen, el secuestro de un primer ministro libanés y el repugnante asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en su consulado en Estambul. Irán planea atentados contra disidentes en territorio europeo. Israel se atreve a sabotear de forma cada vez más sistemática las bases para una posible solución de dos Estados.

Estas acciones no son nuevas ni tienen la misma dimensión. Pero sí son más audaces y descaradas. Y todas tienen una cosa en común: parten del supuesto de que infringir las normas internacionales tiene pocas consecuencias.

El Gobierno estadounidense no ha sido un espectador inocente. El desprecio de Trump hacia los derechos humanos y su afición a la diplomacia transaccional han marcado un tono asombrosamente negativo, igual que su incumplimiento de los compromisos internacionales de Estados Unidos: rompe el acuerdo nuclear con Irán y, peor aún, amenaza con imponer sanciones económicas a los que decidan respetarlo; da a entender que abandonará el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio si no se cumplen las demandas de Estados Unidos, en vez de trabajar desde dentro para obligar a Rusia a cumplir sus obligaciones; y señala, con sus críticas a la Corte Penal Internacional y sus discursos arrogantes sobre la soberanía, que ni Estados Unidos ni sus amigos tienen por qué rendir cuentas de sus actos.

El peligro de la batalla campal actual no se limita a la violencia que ya ha generado. El mayor peligro es el de cometer errores de cálculo. Si un líder convencido de que es impune se extralimita, puede provocar una reacción inesperada de otro y un sucesivo toma y daca que muy bien puede escalar si no existe una tercera potencia creíble y dispuesta a desempeñar el papel de árbitro.

Por supuesto, no todo el mundo se sale siempre con la suya. Parecía que Bangladesh iba a devolver por la fuerza a algunos refugiados rohingyas a Myanmar pero se detuvo, seguramente debido a las presiones internacionales. La temida reconquista de Idlib, el último bastión rebelde en Siria, bajo los auspicios de Rusia, se ha evitado por ahora, en gran parte gracias a las objeciones turcas, europeas y norteamericanas. Lo mismo ocurre (también por ahora) con una posible ofensiva encabezada por los saudíes contra el puerto yemení de Hodeida: a Riad y Abu Dabi les han impedido actuar en gran parte las advertencias sobre las repercusiones humanitarias y el deterioro de su prestigio internacional.

En otros países, dirigentes que preveían poder actuar con impunidad se han sorprendido al ver la gravedad de las reacciones: por ejemplo, el presidente ruso Vladimir Putin ante las duras sanciones y la muestra de unidad y determinación de las potencias occidentales después de la anexión de Crimea y el asesinato de un antiguo agente en suelo británico, o el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman ante la indignación desatada por el asesinato de Khashoggi.

Sin embargo, en general, es difícil no tener la sensación de que estas son las excepciones que prueban la ausencia de reglas. El orden internacional que conocemos está descomponiéndose, y no está nada claro qué vendrá a sustituirlo. Es muy posible que el riesgo resida, más que en el destino final, en el proceso hasta llegar allí. Tal y como ilustra con creces la lista de 10 guerras de las que conviene estar pendientes en 2019, va a ser un camino accidentado y peligroso.

Fuente: https://www.esglobal.org/las-guerras-de-2019/