”EEUU Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ” es el símil que utiliza Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, para establecer un nexo entre el actual estado caótico, violento y de fractura interna que vive Norteamérica, con aquella trágica época de derrumbe del siglo XIX, retratada en el icónico film de ese nombre, sobre la Guerra de Secesión en Estados Unidos, que dejó medio millón de muertos.

Y de la misma manera que la película protagonizada por Vivien Leigh y Clark Gable, más allá de una historia de amor y desamor, es un canto nostálgico sobre el fin de una época idílica, también ahora prolifera una lista interminable de políticos, medios y expertos, todos nostálgicos, que añoran el retorno imposible al momento histórico en que este estado-imperio era el dueño del poder mundial. Además de que son más y más, los pronósticos geopolíticos que indican que Estados Unidos no podrá mantener unida su conformación interna de 50 estados.

Y analiza que la actual no es una crisis política común, sino un quiebre profundo e irreparable, propio de todo fin de ciclo, ante la llegada al corazón de EEUU de los cambios sistémicos mundiales, por el fracaso de su economía globalizada, por las pérdidas permanentes de poderío internacional, por sus sonadas derrotas militares y por el ascenso irreversible de las potencias euroasiáticas y del Sur Global. Todo ello en una sociedad fragmentada y tensionada -entre otras razones- por los radicales cambios demográficos que imponen las crecientes minorías en aumento que “no responden al tradicional espíritu norteamericano” y que están desplazando del centro de la escena nacional a “LOS WASP” (blancos, anglosajones y protestantes). Además del trágico y extendido flagelo de los opióides que desnuda otro aspecto oscuro, triste y solitario del alma de los estadounidenses.

Pero sobretodo profundiza, y detallando la larga lista de asesinatos y atentados políticos -incluido el reciente contra Trump-, en el fenómeno histórico y cultural de la violencia en este país, que está completamente asumida e incorporada en la sociedad, ya que desde siempre la utilizó tanto para la conquista territorial contra los indígenas, para el asentamiento de sus colones y luego para su expansionismo global desde 1889 con la guerra contra España, mientras que también ha recurrido a la violencia para afrontar sus sonados conflictos raciales y migratorios y hasta los de su vida diaria. Logrando por décadas que las devastadoras consecuencias de la misma se ocultaran tras el éxito de su ascenso como potencia mundial y por el gran crecimiento económico del siglo XX. Unas condiciones triunfantes que ya no existen y que dejan al “milagro americano” desnudo y debilitado.

Por lo que sus dirigencias actuales no tienten muchas alternativas para salir de la encerrona en la que cayeron. Tal cual lo reflejan las expectativas sobre las próximas elecciones presidenciales que se dirimen entre continuar con la ruinosa política de guerra global de su senil presidente y de la OTAN o en las complicadas promesas de Trump de trabajar hacia adentro para reverdecer viejas épocas de porvenir, y buscar alguna forma mínimamente digna de compatibilizar su andadura en el mundo con los nuevos poderes emergentes y con el objetivo de recuperar algo de todo «lo que el viento se llevó»

Eduardo Bonugli (Madrid, (21/07/24)

Lo que Occidente llama Medio Oriente renace mediante múltiples acuerdos de integración.

Por el Dr. Gabriel Merino

El mundo musulmán, extendido desde Indonesia al Magreb y con centro en Asia occidental, fue durante siglos un gran articulador comercial de Afro-Eurasia por su ubicación y geografía. El declive de China, de India y del conjunto de Asia a partir de la colonización europea y su incorporación subordinada al sistema mundial dominado por las potencias atlantistas, significó el declive de ese mundo. El desarrollo de nuevas rutas marítimas por parte de las flotas occidentales en detrimento de las ya existentes dominadas por los pueblos asiáticos, así como el declive de las rutas terrestres que atravesaban las estepas y desiertos del «megacontinente», eclipsó también la famosa Ruta de la Seda, cuyo centro productivo principal era China. Conformada en el siglo I, la ruta comercial milenaria se conoció por su producto estrella, la seda proveniente del Reino Medio, aunque por sus caminos también se comercializaba oro, plata, piedras preciosas, pieles, cerámica, porcelana, hierro, tintes, bronce, textiles, etc. 

En el mes de abril de este año, Jon B. Alterman, vicepresidente del influyente think thank estadounidense CSIS, advirtió: “Subestimamos hasta qué punto nuestros socios de Oriente Medio acogen con satisfacción la influencia china como un freno a lo que consideran excesos estadounidenses. Pretenden mantener sus fuertes lazos con nosotros y, al mismo tiempo, estrecharlos con China. El mensaje constante de China es que hacerlo es posible y deseable, y que deben socavar los esfuerzos de Estados Unidos por separarlos de China. En este proceso, China pretende alejar a la región de Estados Unidos y avanzar en el objetivo estratégico chino de un mundo más no-alineado en términos globales.

Este párrafo ilustra con bastante claridad una mirada bastante extendida en el Occidente geopolítico sobre lo que está ocurriendo en la región central de Afro-Eurasia y el peligro que ello representa para la primacía estadounidense, enfocada desde los años de 1950 en controlar de forma primordial tres regiones fundamentales (además de sostener la hegemonía en el continente americano como imperativo estratégico principal): Europa, “Oriente Medio” y Asia oriental. Dichas palabras también muestran cómo piensan bajo la lógica amigo-enemigo el orden mundial y las relaciones con otros países y regiones las élites anglosajonas: Alterman observa como algo negativo que los países tengan una buena relación tanto con Estados Unidos como con China y también que crezca el no-alineamiento en un mundo crecientemente multipolar, algo que Beijing favorece (lo cual debería ser visto como positivo, ya que no promueve un esquema bipolar, con alineamientos rígidos).

Es cierto que, bajo su lógica, la preocupación de las elites anglo-estadounidenses es justificada, por decirlo de algún modo. En el sentido de que es cierto que en la región central de afro-eurasia y sus alrededores se están produciendo cambios estructurales, que apuntan a un nuevo equilibrio político y estratégico. Para los neoconservadores del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (conocido como PNAC por sus siglas en inglés), que dominaron en la administración de George W. Bush, esta región se estableció como un territorio prioritario a controlar para mantener la supremacía estadounidense en el siglo XXI, ya que entre otras custiones es donde se produce la energía que necesita Europa y Asia Oriental, las otras dos grandes áreas productivas del mundo junto a los Estados Unidos. Obviamente, en dicho imperativo hay  una continuidad, aunque con imortantes matices geoestratégicos, en la tradición geopolítica clásica anglosajona de pensar dicha región clave del tablero euroasiático como un shatterbelt o cinturón de quiebra, fragmentado e inestable y, sobre todo, en disputa, donde Iran aparece como el gran enemigo a vencer. 

Sin embargo, las guerras en las que ha intervenido Washington y sus aliados, cuyo fin último era sostener el dominio regional, parecieran haber generado el efecto contrario. Ese es un problema habitual de las perspectivas unilaterales y militaristas, que priorizan lo instrumental sobre lo político. En este sentido, hace algunos años el ministro indio de Asuntos Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, afirmó: “Durante los últimos 20 años, los Estados Unidos han estado luchando pero no ganando en Oriente Próximo, y China ha estado ganando pero no luchando”. Unos años antes, Giovanni Arrighi había llegado a una conclusión similar: China fue el gran ganador de la ‘Guerra Global contra el Terrorismo. 

Lo mismo podríamos decir en términos más generales: la mayoría de las estrategias y tácticas del viejo polo de poder dominante para frenar a los poderes emergentes, “contenerlos” e intentar detener las tendencias fundamentales de la transición histórico-espacial del sistema mundial –que necesariamente es también una transición de poder— han generado el efecto contrario, acelerando incluso las tendencias. 

Acuerdos en la post-pandemia

En diciembre de 2022, en una visita del mandatario chino Xi Jinping al rey saudí Salmán bin Abdulaziz Al Saud, se estableció el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre la República Popular China y el Reino de Arabia Saudita. Fue todo un indicador, junto al acuerdo con Irán de 2021, del nuevo momento geopolítico en la transición de poder que se abrió post-pandemia. 

Este mismo tipo de acuerdo de máximo nivel es el que Beijing también tiene con Emiratos Árabes Unidos, Iran y Egipto; y si nos extendemos hacia lo que se conoce como el «Gran Medio Oriente», también se puede incluir a Argelia. En un escalón menor, China a su vez ha establecido asociaciones estratégicas con Turquía, Jordania, Qatar, Irak, Kuwait y Omán. A su vez, con Marruecos y Yibuti, que son países del mencionado «Gran Medio Oriente». Por otra parte, China tiene un mecanismo de diálogo estratégico con el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) —integrado por varios de los países mencionados—, con quienes el intercambio comercial anual ronda los 200.000 millones de dólares. Estos acuerdos y asociaciones, sostenidas por un gran vínculo económico, incluyen también aspectos tecnológicos, científicos y militares.

Si lo delimintamos en términos político-culturales, 14 países árabes de un total de 22 —donde quedan excluidos Irán o Turquía— han establecido una asociación estratégica integral o una asociación estratégica con China, lo que convierte a la región árabe en uno de los mayores grupos culturales con socios estratégicos de Beijing. Además, los 22 países son miembros de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y han emitido una declaración conjunta sobre la implementación de la Iniciativa para la Civilización Global. Hay que recordar que China fue el primer país no árabe en reconocer a Palestina como Estado, un elemento político histórico fundamental para entender la situación actual o la posición de Beijing a favor de que Palestina sea miembro pleno de la ONU. Incluso fue más allá, como señalara Néstor Restivo en una nota anterior de Tektónikos, al afirmar el derecho de los palestinos a la resistencia armada en la Corte Internacional de Justicia durante el mes de febrero último, donde el delegado Ma Xinmi señaló que “muchas resoluciones reconocen la legitimidad de la lucha por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada, de los pueblos bajo dominación colonial u ocupación extranjera, para hacer realidad el derecho de autodeterminación”.

Complementariedad, conectividad e inversiones

Para China y para los paíes de la región, la profundización de la relación es muy importante en varios aspectos. 

Obviamente, al ser China el principal país importador de hidrocarburos (11,3 millones de barriles diarios en 2023) hay una complementariedad natural con una región que se caracteriza por su capacidad en la exportación de hidrocarburos, en donde se destaca Arabia Saudita. 

La nueva gran fábrica del mundo (o su recuperación luego de un impase de dos siglos) tiene un “matrimonio inevitable” con los grandes países productores de materias primas –como definiera Hamilton Mourau el vicepresidente del Brasil de Jair Bolsonaro en relación a su país. Eso constituye una fuerza motriz que tracciona a la política. Además, con Europa y Japón estancados desde 2008, y con los Estados Unidos logrando el autoabastecimiento hidrocarburífero, resulta una necesidad estratégica para los países exportadores de petróleo fortalecer el vínculo con el principal poder emergente, que crece a un ritmo vertiginoso para su tamaño: su PBI nominal pasó de ser un cuarto del PBI estadounidense a ser equivalente a tres cuartas partes en apenas 15 años y en términos de paridad de poder adquisitivo ya es 30% mayor.

China también es una gran oportunidad de inversiones para los países de la región demandantes de infraestructura, tecnología y producción con mayor valor agregado. Por ejemplo, en 2012, China y Saudi Aramco acordaron construir juntas una enorme refinería en Yanbu, en el mar Rojo. En cuatro años, la refinería estaba procesando unos 400.000 barriles diarios de petróleo, equivalente a un poco menos de todo lo que refina Argentina en sus plantas. Además, empresas chinas han construido otras de las refinerías más importantes en dicho país. Por otro lado, el acuerdo entre China e Irán de hace tres años también fue muy importante para inversiones en el sector de hidrocarburos e infraestructura. A su vez, sirvió para desarticular en parte la guerra económica y la política de aislamiento contra el país persa impulsada por los Estados Unidos, Reino Unido e Israel, como parte de la guerra híbrida contra el país persa. 

A su vez, más allá de los hidrocarburos, también otras áreas se están volviendo cada vez más relevantes, como las inversiones chinas en infraestructura ferroviaria, plantas desalinizadoras, polígonos industriales, informática y cuestiones militares. 

Otro aspecto que resulta fundamental para China en relación con la región es respecto a la seguridad, con motivo de contener y desalentar el islamismo radical que tiene ramificaciones hacia Asia central. Esto constitye un elemento de desestabilización de su región oriental, particularmnete la provincia de Xinjiang o Sinkiang,  y puede ser instrumentalizado por poderes rivales interesados en promover tensiones políticas en China y en agitar conflictos territoriales que debiliten geopolíticamente al gigante emergente.

Por otro lado, como ya se ha señalado, resulta evidente que la región es estratégica en términos logísiticos e instraestructurales para la articulación de Eurasia o, en términos más amplios, de Afro-Eurasia. En ese sentido, por varios de sus países está proyectado el Corredor Económico China-Asia Central-Asia Occidental de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Como advierte el propio Henry Kissinger en 2017, al pretender conectar China con Asia Central y eventualmente con Europa, Beijing desplazará de hecho el centro de gravedad mundial del Atlántico a la masa continental euroasiática. Esto, por un lado, terminaría de deshacer la primacía mundial de las potencias del Atlántico Norte, establecida en el siglo XIX, y por otro lado, volvería nuevamente central (como ya está sucediendo) a los países y ciudades clave de ‘Oriente Medio’, pero ya no como mera periferia exportadora de materias primas o un shatterbelt en términos geopolíticos. Por eso también es tan importante el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, propiciado por Beijing, cada vez más un actor clave de la diplomacia mundial. 

Volviendo al aspecto logístico-comercial, resulta interesante observar el siguiente ejemplo. Acorde a su lugar histórico como centro portuario- comercial, en la actualidad el 60% del comercio chino con Europa y África, pasa por los Emiratos Árabes Unidos, principalmente por la ciudad de Dubai, donde viven alrededor de 250.000 chinos.

No puedo dejar de mencionar la cuestión monetaria como otro de los aspectos estratégicos de la relación, obviamente relacionado con el petróleo. Las iniciativas de China de internacionalizar su moneda, el renmimbí o yuan, tiene como uno de sus focos los países del Golfo y del «Gran Medio Oriente». Esto también está directamente relacionado con la seguridad nacional, ya que se anticipan a posibles sanciones estadounidenses-occidentales, como se vieron en el caso de Rusia, que obstaculicen la comercialización de hidrocarburos. De esta forma, ya se van estableciendo y lubricando los mecanismos de comerciales y financieros para ese escenario, impulsando la creación de condiciones geopolíticas y geoeconómicas para un escenario de desdolarización «obligada». Los estados del Golfo, en particular Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, están reforzando su cooperación financiera con China mediante acuerdos de intercambio de divisas, acuerdos de liquidación comercial transfronteriza y esfuerzos de colaboración en materia de moneda digital. 

En este sentido, a principios de junio se conoció la noticia de que Arabia Saudita no había renovado el acuerdo establecido hace 50 años con los Estados Unidos, por el cual se comprometía a vender su petróleo en dólares, estableciendo la piedra angular del petro-dólar, luego del abandono del patrón dólar-oro. No fue oficial la noticia y entiendo que tampoco podría serlo por la naturaleza del acuerdo. Pero la confirmación llegó rápidamente. Hace unos días se conoció la primera compra oficial de petróleo saudí en yuanes por parte de China. 

Esto formaliza u oficializa algo que avanza desde 2022: la venta de petróleo saudí, el mayor exportador del mundo, en otras monedas y especialmente en yuanes (algo que ya tiene China con Rusia, el otro gran jugador en los hidrocarburos). 

Hay 3 cuestiones claves para resaltar:

— avanza el desarrollo de las condiciones geopolíticas y geoconómicas para la «desdolarización», probablemente la próxima gran batalla en esta etapa de ‘caos sistémico’.

— sigue cambiando notoriamente el mapa político y estratégico de «Oriente Medio», donde 4 países se sumaron a BRICS+ y gana peso la presencia de China (también de Rusia e India).

— se consolida una OPEP + Rusia que mira hacia el este y sur de Asia, sobre todo a China, la fábrica del mundo. 

* Nota: Imagen, detalle de una obra del artista iraquí-estadounidense Michael Rakowitz.

SL KanthanSputnik – Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

“Usted es un delincuente convicto”.

“Eres un criminal. Puedes ser un delincuente convicto tan pronto como dejes el cargo”.

«Eres un perdedor. Te acostaste con una estrella del porno cuando tu esposa estaba embarazada”.

No, estas no son líneas de un reality show de mala calidad, sino extractos del debate presidencial estadounidense entre Biden y Trump. El llamado líder del mundo libre, Biden, de 81 años, a menudo murmuraba incoherencias y sonaba como un paciente con demencia que debería ser hospitalizado. Sin embargo, no se trata sólo de Biden o Trump, el propio imperio estadounidense es geriátrico y se acerca a su fin. Para los analistas geopolíticos objetivos, el declive y la decadencia de EEUU han sido evidentes desde hace algún tiempo, pero la implosión se acelerará rápidamente y se volverá innegable durante esta década. ¿Cómo se producirá el fin del imperio?

En 1980, nadie en la URSS habría predicho la caída de su sistema. La única diferencia entre la Unión Soviética y EEUU es que este último no se desmantelará pacíficamente. La extraordinaria combinación de arrogancia y codicia entre los oligarcas que gobiernan EEUU será un obstáculo formidable para cualquier negociación pacífica de una nueva arquitectura de seguridad. Más importante aún, el racismo y el imperialismo incrustados en la psique del establishment angloamericano se resistirán intensamente a la aceptación de Asia como el nuevo centro de poder global. (El epicentro de prosperidad e influencia podría ser Eurasia, si Europa logra liberarse de la dominación estadounidense).

Los estadounidenses son malos en historia, por eso piensan que son únicos y que el siglo estadounidense durará para siempre. Pero todos los imperios surgen y caen. Más esclarecedor es el hecho de que todos los imperios siguen caminos completamente idénticos de crecimiento, decadencia y muerte. Se puede leer sobre los imperios egipcio, romano, griego, chino, indio, español, holandés, portugués, francés, alemán y británico, y encontrar similitudes asombrosas.

En las primeras etapas, hay paz y prosperidad impulsadas por la productividad y la innovación. Recién saliendo de una pobreza relativa, la gente trabaja duro y ahorra dinero.

Entonces la sociedad se vuelve complaciente y el sistema político poco a poco se convierte en una cleptocracia. El imperio recurre a la deuda y a guerras de saqueo para compensar la caída del nivel de vida.

En la fase final, hay una ruptura de la moralidad y el propósito que une a la nación. Los líderes alientan la degeneración y el hedonismo para distraer a las masas. La deuda se está disparando, la productividad y la ventaja competitiva se están derrumbando, la desigualdad se está volviendo marcada, el patriotismo está perdiendo su atractivo y la guerra civil se asoma en el horizonte. En este punto, surgen rivales disciplinados y decididos para desafiar y, en última instancia, derrotar al imperio.

Cualquiera que analice el imperio estadounidense puede ver en qué etapa se encuentra ahora.

Los pilares del imperio americano

El imperio americano es –pronto será necesario decir “fue”- el más grande y poderoso de la historia de la humanidad. Con 800 bases militares en 140 países, ha logrado lo que ningún otro imperio ha podido hacer en la historia mundial.

Sin embargo, lo que realmente sustenta el imperio estadounidense no es el ejército, sino el dólar real. Creado en 1944 en la conferencia de Bretton Woods, el dólar casi muere en 1971 cuando Estados Unidos incumplió sus obligaciones y abandonó el patrón oro. Sorprendentemente, se salvó gracias al ingenioso acuerdo del petrodólar con Arabia Saudita. Hoy en día, es la moneda de facto para fijar el precio de todas las materias primas del mundo; y esta demanda convierte al dólar en la moneda principal del comercio mundial y de las reservas de divisas de todas las naciones.

Así, el dólar estadounidense tiene dos ventajas principales: (1) mantiene su fortaleza a pesar del enorme déficit comercial y presupuestario de EEUU (2); Puede usarse para imponer sanciones y castigar a las naciones que desobedecen a EEUU.

La fortaleza del dólar ayuda a atraer a las mejores mentes de todo el mundo, un factor crucial para mantener el liderazgo de EEUU en ciencia y tecnología. La innovación, por supuesto, es un pilar clave de cualquier imperio.

También existe una relación sinérgica entre el dólar y el ejército estadounidense. La hegemonía del dólar permite gastar 1 billón de dólares al año en el ejército y miles de millones más en guerras perpetuas, que no son sólo programas de bienestar para contratistas militares sino que también sirven como advertencia a vasallos y rivales potenciales. “No desobedezcan al Imperio americano, de lo contrario…”.

Si el dinero y el ejército son esenciales, el poder blando es más crucial en un mundo de 8 mil millones de habitantes, que tienen fácil acceso a información diversa y abundante. Democracia es una palabra peligrosa para un imperio, que por lo tanto debe garantizar que el pueblo (los votantes) esté completamente formateado para apoyar al imperio. Esta es la razón por la que los medios de comunicación y las redes sociales estadounidenses dominan la autopista de la información en todo el mundo.

Sin embargo, después de años de negligencia y arrogancia, EEUU ha entrado en la última etapa del imperialismo y cada uno de los pilares analizados anteriormente está colapsando al mismo tiempo.

El ejército estadounidense ya no es abrumador

“Amamos la guerra porque somos buenos en ella. Somos buenos en esto porque tenemos mucha práctica. No somos buenos en nada más”, dijo George Carlin, el brillante comediante estadounidense.

Sin embargo, EEUU también está perdiendo su ventaja en las guerras. Los únicos países que puede derrotar son aquellos que son relativamente mucho más débiles, como Irak (que ha quedado significativamente debilitado después de una década de sanciones paralizantes), Libia, Afganistán, etc. El ejemplo más reciente es la ayuda a Israel a librar una guerra genocida contra la indefensa Gaza.

Sin embargo, mire cómo EEUU está perdiendo la guerra por poderes contra Rusia en Ucrania. El presupuesto militar anual de EEUUy los países de la OTAN combinados asciende a la asombrosa cifra de 1’6 billones de dólares. Esto es 25 veces más que el presupuesto militar ruso. Sin embargo, después de más de dos años de conflicto, Rusia sigue invicta, mientras el comediante Zelenski advierte que Ucrania ha perdido demasiados hombres y no le queda mucho tiempo. Más importante aún, ¡Rusia es capaz de fabricar más municiones que los desindustrializados EEUU y Europa juntos!

En Medio Oriente, Estados Unidos ha intentado crear una «coalición de dispuestos» para derrotar a los hutíes en Yemen, uno de los países más pobres del mundo. En primer lugar, casi ningún país europeo se ha sumado a la llamada Operación Guardián de la Prosperidad. En segundo lugar, el heterogéneo grupo de resistencia yemení no sólo ha resistido los bombardeos estadounidenses, sino que también está derribando aviones no tripulados estadounidenses e incluso lanzando misiles balísticos antibuque contra portaaviones estadounidenses.

En cuanto a los famosos contratistas militares de Estados Unidos, no pueden producir misiles, aviones de combate y portaaviones sin productos y componentes chinos, incluidos elementos de tierras raras, que son esenciales para prácticamente todas las armas de alta tecnología. Como admitió el director general de Raytheon, su empresa depende de miles de proveedores chinos.

China ahora tiene la armada más grande del mundo. Y su capacidad de construcción naval es 250 veces mayor que la de EEUU. Cuando se trata de tecnología de drones, China es mucho más avanzada que EEUU, lo que ha llevado a que el ejército ucraniano rechazase los drones estadounidenses por drones DJI chinos.

Más importante es el hecho de que China y Rusia tienen misiles hipersónicos, algo que EEUU aún no ha descubierto. Combine los misiles hipersónicos con 1000 ojivas nucleares que China tendrá para 2030, y una vez que pueda apostar con seguridad a que no habrá una guerra caliente entre Estados Unidos y China.

En resumen, el imperio americano perdió su ventaja militar. La guerra por poderes en Ucrania bien podría ser su última guerra. Una vez que Rusia gane decisivamente, ningún país asiático se unirá a EEUU en una guerra contra China. La Pax Americana estará oficialmente muerta en un futuro próximo.

El dólar estadounidense se enfrenta a la muerte por miles de recortes

En cuanto al poderoso dólar estadounidense, se enfrenta a ataques de todos lados. Todo el mundo está tratando de desvincularse del “dólar terrorista”, como lo llamó el multimillonario indio Uday Kotak. El esfuerzo de desdolarización se ha acelerado en todo el mundo desde la imposición de sanciones draconianas a Rusia y el robo de cientos de miles de millones de dólares de moneda rusa hace dos años. El comercio bilateral chino-ruso se realiza actualmente en un 90% con monedas locales: rublo y yuan.

En general, más del 50% de todas las transacciones transfronterizas en China se realizan actualmente en RMB chino (y esta cifra era prácticamente el 0% en 2010).

El mayor shock para el petrodólar vendrá del petroyuan, es decir, cuando Arabia Saudita y otros miembros de la OPEP comiencen a vender petróleo y gas a cambio de yuanes chinos. Las ondas de choque resultantes no pueden subestimarse. Pronto, todos los países adoptarán la opción de fijar precios y vender productos básicos (desde cobre y oro hasta trigo y café) en yuanes chinos. El corolario obvio es que los países reducirán sus tenencias de dólares y los reemplazarán con yuanes.

La desdolarización no es sólo para los rivales geopolíticos de Estados Unidos. Por ejemplo, la India y los países de la ASEAN también se han embarcado en este viaje de transformación. Por no hablar de los BRICS+, que están trabajando en su propio sistema financiero alternativo para eludir el dólar, el euro y el tipo de cambio SWIFT.

La desdolarización es la democratización definitiva de las finanzas globales.

Efectos de la desdolarización

Al igual que en el mercado de valores o en cualquier actividad económica, la gente sigue la tendencia y se sube al carro. Lo mismo ocurrirá con el dumping del dólar. Y las repercusiones de la desdolarización serán sísmicas.

En primer lugar, la demanda de dólares estadounidenses y de deuda estadounidense caerá drásticamente. El efecto inmediato de esto será un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU, lo que diezmará el mercado de bonos a corto plazo y, de forma permanente, resultará en tasas de interés más altas en toda la economía de EEUU, incluidas tasas de tarjetas de crédito e hipotecas más altas.

Los tipos hipotecarios más altos tendrán un efecto muy perjudicial en el sector inmobiliario. Consideremos que el valor total de las viviendas estadounidenses es de 47 billones de dólares. Si las tasas hipotecarias alcanzan el 15% (el doble de la tasa actual), el impacto en el sector residencial y comercial será catastrófico. Hoy en día la gente olvida que en 1981 la tasa hipotecaria promedio en Estados Unidos era del 18%.

Las tasas de interés afectan los precios de todo. Por lo tanto, el coste de la vida también se disparará.

Los hogares y las empresas, que se endeudaron durante los años de tasas de interés bajas, enfrentarán problemas financieros monumentales en la era de tasas de interés más altas.

Además, los pagos de la deuda pública estadounidense serán enormes, lo que conducirá a importantes recortes del gasto. En 2024, los pagos de intereses sobre la deuda del gobierno federal de Estados Unidos serán de poco más de 1 billón de dólares. ¿Qué pasará si este pago se duplica? ¿Recortará el Congreso el gasto en partidas sensibles como la Seguridad Social, Medicare y Medicaid o las bases militares estadounidenses en el extranjero? ¿Se atreverán los políticos a aumentar los impuestos y correr el riesgo de una revuelta electoral?

Las personas que piensan que EEUU puede imprimir una salida a sus problemas se están engañando a sí mismas. Esto sólo funciona hasta cierto punto mientras el dólar disfrute de su “privilegio exorbitante”. Cuando este estatus exclusivo comience a desaparecer, EEUU se verá obligado a tragarse la austeridad, la temida palabra en economía.

Los políticos estadounidenses también se verán obligados a reducir la ayuda exterior, lo que provocará una disminución del poder diplomático del imperio estadounidense. No olvidemos que muchos países votan junto a Estados Unidos en la ONU únicamente por incentivos monetarios. Cuando el dinero se agota, también lo hace la amistad en la geopolítica. En algún momento, Europa también se liberará del dominio estadounidense, reformará o expulsará a la OTAN, normalizará las relaciones con Rusia y desarrollará una cooperación beneficiosa para todos con China.

A Estados Unidos también le resultará más difícil atraer inmigrantes brillantes a las universidades y los negocios. Las universidades estadounidenses recortarán las becas, mientras que los institutos de investigación de China, Rusia, Hong Kong, Singapur, etc. se convertirán en el centro de las mentes más inteligentes. Otra opción para China es también establecer centros de excelencia en países europeos amigos. Así, por ejemplo, Serbia y Hungría pueden abrir universidades chinas para atraer a los mejores científicos del mundo.

También habrá una fuga de cerebros inversa hacia la India. Los ingenieros de software y líderes empresariales más exitosos de la India en Estados Unidos se dirigirán a la India, creando un renacimiento en la industria del software. Pronto habrá empresas indias de software compitiendo globalmente con Oracle y Google.

La reacción en cadena será imparable, del mismo modo que EEUU se convirtió en la meca de la innovación después de la Segunda Guerra Mundial, tras siglos de dominación europea. China ya es el número uno del mundo en términos de patentes y artículos científicos de alta calidad; y líder indiscutible en muchas tecnologías como 5G, vehículos eléctricos, baterías, paneles solares, energía nuclear y muchas categorías de IA. Si bien EEUU tiene cierta ventaja en un puñado de áreas como los semiconductores, China alcanzará y superará a EEUU en los próximos años.

Y cuando la economía estadounidense se debilite, China se impulsará hacia adelante. La combinación de investigación, ideas prácticas y manufactura le dará a China la ventaja que EEUU disfrutó brevemente en las décadas de 1950 y 1960. Sin embargo, a diferencia de EEUU, China no subcontratará su producción ni adoptará el capitalismo financiero que ha destruido la economía estadounidense.

Un dólar débil también reducirá la capacidad de las empresas estadounidenses –particularmente gigantes financieros como BlackRock– de adquirir empresas en todo el mundo. De hecho, sucederá lo contrario, es decir, las empresas extranjeras comprarán acciones de antiguos gigantes estadounidenses. Y las repercusiones serán significativas.

Por ejemplo, imaginemos que los países asiáticos se convierten en grandes accionistas de las empresas matrices de Facebook, Google, Wall Street Journal, CNN, etc. Y que las empresas asiáticas también se conviertan en importantes anunciantes en los medios occidentales. ¿Resultado? La cobertura de los medios occidentales cambiaría radicalmente. De repente, los medios estadounidenses se verían obligados a ser objetivos e introducir narrativas completamente diferentes. Quizás los libros de historia y Wikipedia se reescriban de muchas maneras.

Finalmente, uno de los aspectos más peligrosos de la pérdida de poder hegemónico será la posible venganza de todos los países que Estados Unidos ha oprimido o destruido durante décadas, desde América Latina hasta Medio Oriente y más allá de Asia. ¿Qué pasaría si los países poderosos del futuro –Rusia, Irán y China– quisieran imponer sanciones devastadoras a EEUU? Tal vez Rusia diga a otros países que dejen de comprar petróleo y gas a EEUU; ¡Y China puede imponer sanciones a los iPhone y Tesla por preocupaciones sobre el espionaje!

Conclusión

“Los americanos son la refutación viviente del axioma cartesiano: “Pienso, luego existo”. Los estadounidenses no piensan y, sin embargo, lo hacen” – filósofo italiano, Julius Evola.

Cuando el Imperio Americano comience a implosionar, la reacción de los estadounidenses comunes y corrientes será bastante violenta, porque nadie está preparado para el futuro. Habiendo escuchado constantemente que Estados Unidos es el país más grande, las masas ignoran por completo los inminentes tsunamis económicos y geopolíticos. Habrá caos, crimen y tal vez incluso guerra civil, por lo que los estadounidenses buscarán un chivo expiatorio para explicar la caída del imperio.

En cuanto a los demás, prepárense para un siglo asiático. Si Europa fuera inteligente, veríamos un siglo euroasiático más próspero.

SL Kanthan es analista geopolítico y escritor indio.

Quien quiso asesinar a Donald Trump pretendía aprovecharse del caos subsecuente para instaurar una dictadura y meter al país en una guerra nuclear. ¿Quién fue?

Por Eduardo J. Vior
analista internacional
especial para Dossier Geopolitico

Cuando un acontecimiento político resulta inexplicable, hay que preguntarse a quién beneficia, cui bono? Si el intento de asesinato contra Donald Trump el pasado sábado en Butler, Pennsylvania, no hubiera fallado por un casual giro de su cabeza, nunca habría beneficiado a Joe Biden. Dado que él mismo había dicho hace pocos días que había que “poner a Trump en la mira”, nadie habría creído en su inocencia. El caos se habría apoderado de las calles de Estados Unidos. Claro que, al sobrevivir, el candidato republicano capitaliza la agresión en su favor. Pero, ¿a quién debía beneficiar originariamente el atentado? Si lo sabemos, sabremos de dónde emana el peligro de guerra civil para EE.UU. y de guerra nuclear para el mundo.


Donald Trump al ser rescatado por el Servicio Secreto, en una foto que remeda la imagen de los Marines izando la bandera en Iwo Jima en 1945

El FBI ha identificado a Thomas Matthew Crooks como el atacante implicado en el intento de magnicidio contra Trump. Cito textualmente a Carlos Pissolito en la red X: “Fallas del Servicio Secreto de los EEUU: 1. La enorme bandera estadounidense que ondeaba sobre la cabeza de Trump sirvió como un indicador de viento, marcando su velocidad y dirección. Tales indicadores se utilizan en todos los polígonos del mundo y son de gran ayuda para un tirador experto. 2. Además, la rápida eliminación del agresor sugiere la existencia de francotiradores del Servicio Secreto apuntando en esa dirección. 3. Finalmente, se sabe que 4/5 minutos antes de los disparos hubo denuncias del público sobre la existencia del tirador, pero el Servicio Secreto no reaccionó adecuadamente. Como conclusión, es difícil creer que el Servicio Secreto fuera tan incompetente. Fuente: The New Atlas Channel.”: 

Por su parte, Pepe Escobar, en su canal de Telegram pocos minutos después del atentado escribió lo siguiente: “El tirador NO falló. Su tiro profesional dio en el blanco. Trump movió la cabeza una fracción de segundo antes de que la bala impactara. Menos de una pulgada. De lo contrario, ahora estaría muerto”. Y recuerda que “todos los que tienen cerebro saben que él es un objetivo”, por eso destaca la “GRAN falla del Servicio Secreto”. Otro dato a destacar, según su visión, es que “el tirador fue ’neutralizado’ para que no dijera quién está detrás”.

En cambio, Scott Bennett, analista político-militar citado por Ramiro Caggiano Blanco, no se arriesgó por ninguna de las dos posibilidades (atentado o autoatentado) y levantó la hipótesis de que en las próximas horas (o días) “también puede haber un esfuerzo planificado y un descubrimiento conveniente de pruebas y vínculos que culpen a un país extranjero por este asesinato [malogrado], como Rusia, Irán, China, Isis-k, etc.”.

A esta altura puede afirmarse, primero, que Trump sufrió un intento de asesinato y que la hipótesis del autoatentado es inverosímil. En segundo lugar, es evidente que el Servicio Secreto falló por ineptitud o porque recibió la orden de hacer la vista gorda. El análisis de los hechos sugiere que alguien con poder y mando sabía del atentado y lo instigó o lo apañó.

El ataque contra Trump culminó dos semanas catastróficas para la campaña electoral demócrata después del debate del 27 de junio. La penosa imagen que dio el presidente desató una discusión generalizada sobre la continuidad de su candidatura. Este viernes que pasó el New York Times informó que los principales donantes a la campaña presidencial demócrata habían congelado compromisos por valor de 90 millones de dólares y el sábado por la mañana Pepe Escobar reportó que “Elon Musk ha hecho una ‘donación considerable’ a un super PAC que trabaja para devolver a Donald Trump a la Casa Blanca.” PAC (Political Action Commitee, Comité de Acción Política) son los grupos no partidarios que recaudan fondos para distintos aspectos de las campañas electorales. 

El frustrado asesinato y, sobre todo, la foto de Associated Press mostrando al ex presidente puesto en pie, rodeado por agentes del Secret Service y alzando el puño, mientras convocaba a sus seguidores a continuar la lucha, impulsaron el aprovechamiento patriótico del hecho. Todo norteamericano conoce la foto de los marines izando la bandera de EE.UU. sobre la isla nipona de Iwo Jima en febrero de 1945. La imagen de Trump y los agentes este sábado fue un calco del original y ya es emblema de la campaña republicana.

Biden dijo que no tiene todos los datos para calificar el tiroteo de atentado contra Trump. Nada más perjudicial para su campaña que contrariar la percepción mayoritaria de los ciudadanos.

Las investigaciones sobre el atentado pondrán bajo la lupa a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, que deberá responder al FBI por el operativo fallido. También debe resolverse cómo proteger a los presidentes en un momento de polarización y acceso generalizado a las armas de fuego. En reconocimiento del riesgo que corren los candidatos, este lunes el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, anunció que el Servicio Secreto custodiará también al candidato independiente Robert Kennedy Jr.

Obviamente, el ex presidente está sacando del ataque un rédito político enorme. El lunes comenzó en Milwaukee, Wisconsin, la Convención Nacional Republicana que en cuatro días debe elegir la fórmula y determinar la plataforma electoral. El lunes por la tarde Donald Trump fue aclamado como un héroe por los 50.000 delegados.


Donald Trump y James Vance en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee

Ya antes de que comenzaran las sesiones, el líder republicano anunció que el senador por Ohio James D. Vance sería su compañero de fórmula. Vance, de 39 años de edad, es un antiguo crítico de Trump que se convirtió en aliado y ahora es el primer millennial en participar en la fórmula presidencial de un partido importante en un momento en que la elite política estadounidense está muy envejecida.

James David Vance, nacido James Donald Bowman, es un político, comentarista conservador, empresario y autor, actualmente senador por Ohio desde enero de 2023. Es muy conocido por su saga familiar Hillbilly Elegy, que se hizo popular durante la campaña de 2016. Es veterano de la Marina y fue educado en Yale. En el Senado ejerce una fuerte crítica contra Mitch McConnell, el líder del bloque republicano. Entrevistado por CNN en la tarde del lunes, declaró que “sobre la cuestión de Ucrania en particular, todo el mundo con un cerebro en la cabeza sabe que esto va a terminar con negociaciones… Ucrania está funcionalmente destruida como país”.

“Nuestra política sobre Ucrania es insostenible, continuó. La edad media de un soldado de su ejército es de 43 años, más que yo. Nadie puede articular lo que se conseguirá con 61.000 millones de dólares, así que tenemos que impulsar un final negociado de la guerra.”

Respecto al atentado, en un mensaje en la red X el mismo lunes escribió lo siguiente: “la premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario al que hay que detener a toda costa”.Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del presidente Trump”, agregó.

Al escoger a Vance, Trump jugó a ganar un estado tradicionalmente oscilante que, empero, le dio su voto en las elecciones de 2016 y 2020. Es parte del llamado Rust Belt (el cinturón del óxido) que abarca las comarcas desindustrializadas de Ohio, Pennsylvania, Michigan, Indiana, Illinois, Wisconsin y Iowa y cuyo empobrecimiento retrató el ahora candidato vicepresidencial en su novela.

Allí viven los antiguos trabajadores industriales que todo lo esperan del proteccionismo del candidato republicano. Al escoger su compañero de fórmula, Trump también pensó en la edad: “se necesita a alguien que pueda ser bueno por si acaso, así de horrible por si acaso”, subrayó en una entrevista para The Clay Travis & Buck Sexton Show en mayo. 

Antes de comenzar la asamblea, el mismo lunes por la mañana el ex presidente se reunió con Robert F. Kennedy Jr. Ésta último confirmó la reunión, pero puso en duda la información de Político de que el objetivo principal de la misma haya sido discutir un posible apoyo a Trump. La conjetura del portal de orientación demócrata no carece de sentido: mientras que el promedio de las encuestas da a Donald Trump el 47,1% de los votos y a Joe Biden el 44%, Kennedy oscila entre el 8 y el 9%, un caudal apetecido por los dos candidatos principales para resolver la elección sin problemas.

La candidatura del Partido Republicano se hizo oficial en la tarde del lunes, cuando los delegados eligieron mayoritariamente la fórmula Trump-Vance. El elegido de Trump entró entonces en la convención junto con su esposa, Usha Vance, mientras la multitud coreaba “¡J.D., J.D.!”.

Wall Street, en tanto, ya votó. Las cotizaciones subieron el lunes tras el intento de asesinato que aumentó la ventaja de Trump en las encuestas. Con el republicano los mercados esperan una política comercial de línea dura y regulaciones más laxas en cuestiones que van desde la política energética hasta las criptomonedas. Significativamente, también se beneficiaron por el ascenso de Trump las acciones del fabricante de armas Gunmaker Smith & Wesson.

Del mismo modo el lunes subió el bitcoin un 8,6% a 62.508 dólares, llevando al 47% sus ganancias en lo que va del año. Ether también aumentó un 6,8% a 3.322 dólares. Trump ha criticado a los demócratas por intentar regular y limitar el sector de las criptomonedas que se venga apoyando a los republicanos.


Cuadro de la evolución de la intención de voto para las presidenciales de noviembre. Se notan claramente las influencias del debate de junio y del atentado contra Donald Trump

Cuando en política se produce un hecho disruptivo y sus responsables no aparecen claros, la primera pregunta a hacerse es quién se beneficia, cui bono?, en latín. Si se parte de la base de que nadie organiza un autoatentado para que lo maten, Donald Trump, indudablemente el beneficiario inmediato del fallido magnicidio, no puede haber sido el instigador u organizador del hecho.

Si el candidato republicano hubiera sido muerto, el caos se habría adueñado de las calles estadounidenses. Las milicias patrióticas habrían salido a atacar sedes gubernamentales, legislaturas, locales demócratas, de asociaciones y lobbies afines, etc. Probablemente, en más de un estado habría sido necesario declarar el estado de emergencia y poner la Guardia Nacional en la calle, prohibir las reuniones públicas y censurar las redes de comunicación masiva. Con un candidato suplente no tan conocido, el Partido Republicano habría sido un adversario más fácil de vencer que hoy en día. Si, finalmente, la cúpula demócrata se hubiera decidido a sustituir a Biden por otro candidato, la operación habría sido menos riesgosa sin Trump que con él vivo y actuante.

En definitiva, todo apunta a que el aparato demócrata, en consecuencia la elite globalista, habrían sido los beneficiarios de la desaparición del candidato republicano. Esto no implica, como afirma la paranoia patriota, que EL Deep State (Estado profundo) como tal sea responsable por el atentado. Se trata de un conjunto de organizaciones, instituciones y asociaciones que no responden cual robots a las órdenes de una jefatura única. Están unidos por redes en cuyos nodos reinan algunos caciquejos imbuidos de omnipotencia y paranoia. De cualquiera de ellos puede haber venido la iniciativa desesperada de eliminar físicamente al líder de la otra república.

Tras el atentado fallido y la convención exitosa, Donald Trump pasa a la ofensiva, para vencer en noviembre e instalarse en la Casa Blanca en enero próximo. La Justicia comienza a pavimentarle el camino haciendo caer la causa por apropiación indebida de documentos confidenciales. Sin embargo, aun en retroceso, el aparato militar-empresario-mediático-legislativo-científico y de inteligencia no está derrotado.

Nuevos atentados se sucederán, operaciones de falsa bandera, maniobras financieras, diplomáticas y provocaciones bélicas, con tal de hacer el país ingobernable e imposibilitar la paz con Rusia y China. EE.UU. está en guerra y sólo su derrota podrá detenerlo.

Frente a un orden internacional cada vez más conflictivo, la integración permite que Latinoamérica pueda tener mayores márgenes de maniobra, así como espacios de diálogo y cooperación.

Por SEBASTIÁN SCHULZ

Desde la época de las primeras independencias latinoamericanas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, distintos intelectuales, militares y políticos plantearon la necesidad de impulsar la integración de las naciones del continente. Estos debates continúan hasta nuestros días y, a medida que se agudizan las disputas geopolíticas a nivel internacional, vuelven a cobrar vigencia.

Ya sea por la necesidad de aumentar las cuotas de poder frente a las pujas globales, o señalando la existencia de un sustrato histórico y cultural común de los pueblos latinoamericanos, la integración estuvo desde siempre en la agenda regional. Sin embargo, por distintas razones, no ha llegado aún a materializarse verdaderamente.

La integración en perspectiva histórica

La idea de una patria latinoamericana puede encontrarse desde finales del 1700 en las obras de figuras destacadas a nivel regional como el expresidente de la Primera República de Venezuela, Francisco de Miranda; también el escritor jesuita peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, o el político, militar y revolucionario argentino, Bernardo de Monteagudo.

Uno de los primeros en darle impulso al integracionismo regional fue el expresidente de la Gran Colombia, Simón Bolívar, quien en 1826 convocó a los representantes de los recientemente independizados Estados americanos al Congreso de Panamá, con el objetivo de establecer una Confederación de Estados Latinoamericanos que promoviera la cooperación y la defensa mutua.

El político, filósofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba, José Martí, en tanto, acuñó en 1891 el concepto de “Nuestra América” para señalar la necesidad de la unidad de los pueblos latinoamericanos frente a las amenazas del imperialismo y el colonialismo.

El escritor, diplomático y político argentino Manuel Ugarte fue otro de los grandes integracionistas latinoamericanos, y popularizó la idea de «Patria Grande» para referirse a una América Latina unida, libre de influencias extranjeras, y solidaria en su lucha por la justicia social y el desarrollo autónomo.

Estos fueron solo algunos de los referentes que impulsaron la idea de integración regional desde la etapa independentista frente a diferentes oligarquías locales que pugnaban por dividir al continente en una multiplicidad de estados nacionales, apoyadas generalmente por Estados Unidos, Gran Bretaña y otras potencias europeas.

En la década de 1950, en tanto, el militar y presidente argentino Juan Domingo Perón recuperó el espíritu de integración, y propuso la formación de un bloque “ABC” entre Argentina, Brasil y Chile, con el objetivo de fortalecer la autonomía regional, contrapesar la influencia de potencias extranjeras en un marco de Guerra Fría, promover el desarrollo económico conjunto y defender los intereses regionales.

Según la visión de Perón, plasmada en su obra La Doctrina Universal, “en el año 2000 las agrupaciones menores serán los continentes. Esa evolución no ha de detenerse y el progreso de los medios de comunicación nos llevará hacia una próxima etapa de universalismo”. Lo que decía el político y militar argentino es que, para poder adquirir los umbrales de poder necesarios que garanticen la soberanía, los países de América Latina debían constituirse como una confederación continental de estados.

La necesidad de constituir estados de dimensiones continentales, según esta visión, había sido la que llevó a conformar los principales Estados Continentales de la época: Estados Unidos y la Unión Soviética. También sería esta visión la que luego daría impulso a la conformación de la Comisión Económica Europea en 1951. Para lograr grados de autonomía suficientes que permitieran incidir en la política internacional, la región debía inevitablemente agruparse en una integración de proporciones continentales.

La necesidad de la integración

La noción de continentalismo propuesta por Perón la retomó el gran pensador uruguayo Alberto Methol Ferré, quien introdujo la idea de “Estado Continental Industrial” como núcleo mínimo de aglutinación para formar parte, en condiciones de soberanía, de las disputas globales de poder.

Según la visión de Methol Ferré, los estados latinoamericanos debían integrarse política y económicamente para tener mayor influencia en el escenario global, mientras que el desarrollo de industria pesada y estratégica era un requisito indispensable para reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la economía interna. En ese sentido, alcanzar la soberanía tecnológica era crucial para asegurar un desarrollo autónomo y sostenible.

La necesidad de una integración económica efectiva se complementó a partir de la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en 2004 y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) en 2008, por el impulso de un Consejo de Defensa Sudamericano, por una Iniciativa para la Integración en Infraestructura Regional (IIRSA) e, inclusive, por la propuesta de creación de un mecanismo de compensación regional (el SUCRE) y un Banco del Sur.

Estas iniciativas tenían el objetivo, como dijimos antes, de dotar a la región de mayores márgenes de soberanía frente a las confrontaciones geopolíticas globales. Es que América Latina y el Caribe se ha convertido en una región clave en las disputas internacionales, al contar con 660 millones de habitantes (el 8% de la población mundial), más del 14% de la superficie y el 6% del PBI mundial (superior a Japón o Alemania).

La región posee, asimismo, la principal reserva de hidrocarburos del mundo, la principal reserva de litio, es una de las primeras regiones de producción de alimentos, posee una de las principales reservas de biodiversidad y una de las principales reservas de agua dulce del planeta.

A su vez, en un orden internacional en el cual el centro del dinamismo económico global se está trasladando desde el Atlántico Norte hacia el Pacífico, la región cuenta con dos pasos bioceánicos estratégicos: el Canal de Panamá, por un lado, y el Estrecho de Magallanes, por el otro, el cual también permite proyectar poder hacia el continente antártico.

En este marco, la llamada “balcanización” de la región promovida por británicos y estadounidenses desde mediados del siglo XIX solo ha exacerbado el divisionismo, la confrontación, la inestabilidad y la pérdida de peso relativo de América Latina y el Caribe en los asuntos globales.

La actualidad de la integración

Luego de una etapa de fuertes retrocesos en las iniciativas de integración regional entre 2015 y 2019, la vuelta de un ciclo progresista en la región ha permitido darle un nuevo impulso a esta articulación regional. Los esfuerzos conjuntos de Alberto Fernández en Argentina (2019-2023) y Andrés Manuel López Obrador en México (2018-2024) permitieron darle una nueva vitalidad a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que había sido paralizada en los años anteriores por gobiernos de sesgo neoconservador.

Con el retorno de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil, este impulso tomó un nuevo vigor, ahora acompañado también por los apoyos de Gustavo Petro en Colombia, Luis Arce en Bolivia y Gabriel Boric en Chile.

De este modo, la integración latinoamericana vuelve a estar en la agenda regional de los gobiernos nacionales. Materializar esta integración será vital para que la región no sea un sujeto pasivo de las disputas geopolíticas, sino que pueda tener la capacidad de participar de la toma de decisiones sobre los asuntos globales.

Frente a una situación internacional cada vez más conflictiva, la integración regional permite que la región tenga mayores márgenes de maniobra, al dotarla de espacios de diálogo, ámbitos de cooperación y herramientas específicas generadas desde y para la región.

En un orden internacional donde los espacios continentales/regionales ganan cada vez mayor protagonismo, es imprescindible pensar en favorecer instancias de integración regional para ganar autonomía y soberanía.

FUENTE: TRT ESPAÑOL https://www.trtespanol.com/opinion/la-geopolitica-de-la-integracion-latinoamericana-14928217


Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista expresados ​​por los autores no reflejan necesariamente las opiniones, puntos de vista y políticas editoriales de TRT World.

Sebastian Schulz

Sebastián Schulz

Es sociólogo de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

¿Existe un sistema democrático en Irán?

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Se suele suponer que el concepto de democracia tiene carácter universal a partir del prototipo occidental que tuvo sus prolegómenos en Atenas hace alrededor de 25 siglos atrás, y que adquirió características modernas tras el triunfo de la revolución francesa en 1789. Unos años antes, la independencia de Estados Unidos había conducido a que en 1787 se elaborara, y en 1789 se pusiera en vigor, la Constitución  de ese país.  

La fuerza transformadora de la Francia revolucionaria de fines del siglo XVIII y el potencial económico de Estados Unidos que logró la primacía mundial en la penúltima década del siglo XIX, fueron convirtiendo los paradigmas emanados de estos hechos históricos en cuasi “verdades absolutas” para Occidente  y, eventualmente para todo el mundo.

No obstante, los procesos modernizadores fueron adquiriendo singularidades, ritmos  y definiciones propias a partir de características idiosincráticas, concepciones filosóficas y fundamentos históricos en cada región y país del planeta. El no reconocimiento  y, peor aún, la no aceptación de esta verdad inspira prácticas agresivas e intervencionistas de países poderosos que intentan imponer su lógica por cualquier vía, incluyendo aquellas que emanan del uso de la fuerza.

Pero la democracia es muy diversa. Daré algunos ejemplos para recrear esta aseveración. En Estados Unidos, los ciudadanos no eligen a su presidente sino a unos electores que lo hacen por ellos. El problema es que, salvo en dos estados (Minnesota y Maine), puede ocurrir que la decisión de la mitad menos uno de los votantes no tenga ningún valor porque el ganador se lleva el voto de todos. Ello permite que un presidente pueda ser elegido por una minoría como ocurrió en el año 2000 cuando fue elegido George W. Bush a pesar que Al Gore obtuvo mayor cantidad de votos populares. 

En las recientes elecciones en el Reino Unido, el partido Reform UK obtuvo 5 diputados con el 14.3% de los votos, la misma cantidad que el Unionista Democrático que solo obtuvo el 0,6% de la votación. De igual manera, el partido Liberal Demócrata que obtuvo 12,2% de los votos logró ganar 72 diputados. Como se puede observar la matemática electoral es muy extraña, sobre todo cuando se auto cataloga como democrática.

En Francia, con el objetivo de buscar objetivos macros tanto la izquierda como la derecha -burlando a sus electores- anunciaron que en segunda vuelta, los terceros candidatos de la primera ronda declinaban su participación. Sin querer hacer juicios de valor en términos políticos (en este caso que había que impedir la victoria de la extrema derecha), en términos de eso que se ha dado en llamar “democracia”, que según su definición es el gobierno del pueblo, debe recordarse que la misma se expresa a través del voto, que en este caso fue violentado. Esta situación que casi que se ha establecido como norma,  ha inaugurado el concepto de “mal menor” para beneplácito casi siempre de la extrema derecha no fascista.

En Chile se ha llegado al absurdo de un candidato que fue elegido con un programa de izquierda y gobierna con uno de derecha, lo cual ya es habitual en Perú donde siete de los últimos ocho presidentes hicieron campaña con una propuesta y gobernaron con  otra. Todos estas situaciones tienen su origen en situaciones que no viene al caso debatir en este trabajo. Mi intención es poner sobre la mesa que cuando se habla de democracia se está haciendo referencia a un concepto en construcción, inacabado, disímil, heterogéneo en el que no es viable establecer legitimidades únicas. Por ahora es una utopía deseable, por la cual vale la pena luchar.

La República Islámica de Irán, expresión actual del antiguo imperio persa ha heredado una práctica democrática de su historia que recuerda que hace más de 2.000 años, casi en paralelo con Atenas,  estableció un sistema político democrático que constaba de dos asambleas: una conformada por los miembros de alto nivel  de la sociedad (monarcas y sus familias, generales y sacerdotes) y otra configurada por el pueblo. Cuando debía tomarse una decisión de gran trascendencia como declarar la guerra u otro hecho de impacto superior, debía consultarse a ambas asambleas. Esto existía mucho antes de la introducción del islam en Persia durante el siglo VII d.C. 

Vale la pena hacer un “paneo” por el entorno geográfico de Irán para establecer la situación de la región en términos de democracia: en Omán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudita existen regímenes monárquicos autocráticos protegidos por las bases militares de Estados Unidos. Lo mismo ocurre, en Bahréin, Kuwait y Jordania, con la salvedad que son monarquías parlamentarias. En unos y otros casos, los ciudadanos nunca han elegido a su jefe de Estado. En el caso particular de Bahréin, una minoría sunita protegida por la V Flota de Estados Unidos gobierna por la fuerza a una mayoría chiita.

En Irak hay una democracia parlamentaria, al igual que en Siria y Pakistán, está última protegida por el Ejército y el poderoso Servicio de Inteligencia.  De Afganistán no digo nada, todo el mundo sabe quiénes son los talibán. Israel es una “democracia sionista” propiedad de los judíos mientras la población palestina es marginada, perseguida, asesinada y excluida.

Turkmenistán es un país cerrado del que se sabe poco y nada. Está aislado del exterior, posee un gobierno con presidentes vitalicios. No se conoce que haya habido elecciones desde 2007. El país se ha declarado permanentemente neutral.  Azerbaiyán fue un país gobernado desde 1993 y hasta 2003 por Heydar Alíyev que cedió el poder a su hijo Ilham Alíyev, quien se mantiene gobernando hasta hoy. Armenia es la única democracia estable de la región. 

De manera que si se analiza la situación de la democracia occidental de esta área del planeta, habría que concluir que es bastante precaria. El déficit democrático, incluso si se mide desde la fallida perspectiva occidental, es bastante alto. Entonces surge la pregunta de ¿por qué Estados Unidos y Occidente propugnan su democracia para unos países y para otros no? Como puede observarse, el entorno de Irán está conformado por una mayoría de países que no conocen la democracia como expresión de la decisión popular manifestada en las urnas.  En general, el voto y la participación popular son inexistentes.

Vale entonces revisar cómo se verifica la democracia en Irán. Ella se confirma a partir de tres premisas:

  1. En la Constitución Nacional de Irán (CN) todas las autoridades deben ser electas.
  2. Nadie puede ser elegido de forma vitalicia. Todos los cargos tienen lapsos finitos de duración.
  3. Las elecciones deben hacerse en una fecha establecida en la CN, incluso si el país está en situación de guerra, tal como ocurrió entre 1980 y 1988 cuando en el marco de la fuerte confrontación bélica con Irak, se hicieron dos elecciones presidenciales y dos parlamentarias.

En una situación inesperada como la recientemente creada por el fallecimiento del presidente Raisi, la Constitución establece que se debe elegir un nuevo presidente en un plazo no mayor de 50 días y así se hizo. Vale decir que todo ocurrió en un ambiente de extremo pesar por el gran apoyo popular que tenía Raisi.  Su gobierno organizó la elección y en ella ganó la oposición con una participación de 40% en primera vuelta y casi 50% en el repechaje. La campaña  se desarrolló en el marco de un total equilibrio informativo, todos los candidatos tuvieron el mismo acceso a los medios de comunicación.

Las posibilidades de cometer fraude es prácticamente imposible. Todos los ciudadanos mayores de 18 años tienen derecho al voto. A diferencia de muchos países occidentales donde el elector está adscrito a un centro de votación específico, en Irán lo puede hacer en cualquier mesa habilitada al respecto. Cuando el votante presenta su documento de identidad, después de ser reconocido, es habilitado, quedando registrado electrónicamente su voto, anulando de esa manera cualquier posibilidad de hacerlo nuevamente en otro lugar.

En otro ámbito, el tiempo de votación desde el momento que se abren los centros, es de 10 horas, pudiéndose extender el plazo si en el momento del cierre, aún hay votantes en las filas. No obstante a eso, improrrogablemente  a las 12 de la noche se cierran los recintos.

¿Quiénes están presentes en los centros de votación? Hay tres grupos de participantes: funcionarios electorales que en Irán son miembros del ministerio del interior y que ejercen labores logísticas,  representantes de los candidatos que se encargan de controlar que no haya favoritismos ni situación anómalas y, funcionarios de supervisión que son miembros del Consejo de Guardianes, un órgano autónomo del Estado responsable de que los comicios se desarrollen en el marco constitucional. 

Una vez que estas tres instancias en conjunto certifican que las urnas están vacías al comenzar el proceso, el mismo se realiza hasta su conclusión y la apertura de urnas con presencia también de las tres instancias: la que cuenta, la que controla y la que supervisa.  Al finalizar el acto, se procede a elaborar un acta  que debe ser firmada por todas las partes. Si hubiera algún reclamo, este se envía a través de los supervisores al órgano competente que está obligado por ley a dar respuesta a la impugnación. Este modelo impide que haya fraudes al garantizar la presencia de los comandos de campaña de los candidatos y las instancias de supervisión y de control que deben llegar a un consenso en cuanto a la correcta realización del proceso. 

Una vez que los votos son contados, el Comité Electoral del Ministerio del Interior elabora un acta que informa de los votos obtenidos por cada candidato. Esta instancia es la única autorizada para dar resultados oficiales. Estas actas son enviadas al Consejo de Guardianes que debe revisar las reclamaciones e impugnaciones. Si las hay, debe resolverlas antes de informar definitivamente. Si no las hay, da el visto bueno para que el Comité Electoral anuncie al vencedor.

A continuación, el Líder Supremo ratifica la victoria del presidente elegido sobre la base de dos consideraciones: que  se haya garantizado la participación del pueblo y que el resultado refleje la decisión electoral del pueblo. Ello, incluso si  las cifras arrojan un resultado distinto al que el Líder Supremo esperaba, es decir cuando -como en este último caso- su candidato preferido no ha sido electo. En el pasado, esto ya había ocurrido cuando en 2013 fue elegido Hasán Rohaní.

El presidente es elegido por un período de 4 años pudiendo ser reelecto para un nuevo período. En el momento de su inscripción el candidato debe tener entre 40 y 75 años.  La juramentación del presidente se hace en el parlamento con la presencia de los máximos dirigentes de los poderes legislativo, judicial y del Consejo de Guardianes. El nuevo presidente no puede imponer los ministros, solo proponerlos y es el poder legislativo quien decide su aceptación o rechazo. Cada ministro propuesto, debe presentar su programa al parlamento que lo aprueba con el voto del 50% +1 de los miembros del poder legislativo. Los ministros pueden ser removidos por el presidente o por el parlamento con el mismo porcentaje. A su vez, el parlamento puede destituir al presidente con la aprobación de 2/3 de sus integrantes como ocurrió con Abolhasán Banisadr en junio de 1981. 

Es bueno también conocer la institucionalidad democrática de Irán.  El proceso de la revolución islámica se inició el 11 de febrero de 1979 pocos días después de la huida del emperador Mohammad Reza Pahlevi que dio fin a la monarquía.  El 31 de mayo se hizo un referendo en el que el 98,12% de la población votó a favor de instaurar la república islámica.  En agosto, dieron inicio los trabajos de la Asamblea Constituyente  que elaboró una nueva Carta Magna aprobada en referéndum popular el 1° de diciembre de 1979.

La constitución de Irán está por encima de todo y de todos incluso del Líder Supremo (LS) quién es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y tiene entre sus responsabilidades la ratificación de la victoria electoral y la destitución del presidente. Así mismo, es el encargado de declarar la guerra y el cese del fuego, designar al presidente del Poder Judicial y de la Asamblea de Discernimiento de la Convivencia del Estado (ADCE) que cumple funciones como órgano asesor del LS y está formada por 47 miembros designados por él. Generalmente la constituyen ex presidentes (de todas las corrientes políticas), los miembros del poderes del Estado y líderes políticos, militares, culturales, económicos y religiosos. Cuando  este órgano delibera, generalmente es invitado un ciudadano con conocimiento específico del tema en cuestión. Los miembros de esta asamblea duran 5 años en su cargo.

Todas las sesiones de la ADCE son públicas, de manera que el pueblo pueda conocer lo que allí se debate, incluso las contradicciones que surgen entre sus miembros son de conocimiento popular.  Nunca ha ocurrido que el LS haya destituido a un miembro de la ADCE por exponer opiniones distintas a las de él. Esto sería inaceptable y un escándalo dentro de la institucionalidad del país,

Otras instancias estatales son el poder ejecutivo, el poder judicial (cuyo líder dura 4 años en su responsabilidad) y el poder legislativo en el que sus miembros son elegidos por cuatro años, pudiendo repetir dos veces, y retirarse por un período, si desearan volver a ser candidatos para el legislativo. Así mismo,  existe una Asamblea de Sabios constituida por 88 miembros que son expertos en el conocimiento del islam y que son conocidos como ayatolás Los miembros de la Asamblea de Sabios son elegidos para un período de 8 años por el voto directo del pueblo. Su misiones son supervisar las labores del Líder Supremo, destituirlo si está incapacitado para cumplir sus funciones y designar uno nuevo en caso de su fallecimiento.

Por otra parte, en la Constitución iraní existe la figura del Consejo de Guardianes (CG) compuesto por 12 miembros elegidos por 6 años, de ellos, seis son constitucionalistas  propuestos por el poder judicial al legislativo que los aprueba y los otros seis son ayatolás designados por el Líder Supremo. Las leyes que emanan del poder legislativo deben pasar por la supervisión del CG que verifica su apego a las normas jurídicas y religiosas del Estado  y las envía al presidente para que sean decretadas.

Si una ley no es aprobada en el CG, es devuelta al legislativo para que corrija las observaciones. En caso que no se llegue a un acuerdo entre las dos instancias se envía a la Asamblea de Discernimiento quien debe dirimir la controversia

Otras funciones del Consejo de Guardianes son la aceptación de los candidatos a cualquier cargo del Estado que deben ser electos por el voto popular, incluyendo al presidente y los miembros  de la Asamblea de Sabios. Los candidatos pasan primero por el ministerio del interior que los acepta o no, para después enviarlos al CG que realiza una verificación más profunda y los reenvía al ministerio del interior para que se inicie el proceso electoral. Todo este proceso (en el caso de los candidatos para la presidencia de la república) se denomina “Rayol Siasi” una palabra persa que no tiene traducción y que se refiere entre otras a la elección de personas con altas cualidades morales, educativas, de honestidad y eficiencia.  

Se ha dado el caso de algunos candidatos que en una elección han sido aprobados por el CG siendo rechazados posteriormente cuando se han propuesto en otros comicios. Algunos ejemplos son los de Mahmud Ahmadineyad  que fue presidente de la república entre 2005 y 2013 y posteriormente rechazado cuando se propuso nuevamente para el cargo. Así mismo, Abdol Nasser Hearat, ex presidente del Banco Central cuya designación no fue aprobada a pesar de su alta investidura anterior o Eshagh Jahangiri, ex vicepresidente de la república que en una elección previa recibió la aprobación del  CG para ser candidato presidencial pero en ocasión posterior, se le denegó esa posibilidad. Es decir que, la aprobación de los candidatos depende de su comportamiento en todo momento, no valen de nada las “glorias pasadas”.   

Si se quisiera establecer una comparación, podría decirse que, la democracia occidental se propone la separación de poderes, mientras  que en Irán, el sistema apunta el equilibrio de los poderes. Así, la Asamblea de Sabios puede destituir al Líder Supremo. Éste designa a los ayatolás del Consejo de Guardianes y a la máxima autoridad del Poder Judicial A su vez, el líder del Poder Judicial es quien propone a los constitucionalistas que van a formar parte del Consejo de Guardianes. De igual manera, los candidatos a la Asamblea de Sabios deben ser aprobados por el Consejo de Guardianes. Se puede concluir que no hay ninguna autoridad  con poder eterno, no hay autoridad que no haya sido electa y no hay autoridad que posea el poder absoluto. El mismo debe ser compartido a través del equilibrio en el funcionamiento de todos para que no haya ninguno que esté por encima de los demás. 

La democracia en Irán como en cualquier país del mundo no es absoluta ni infalible, es un proceso en construcción permanente, pero ha establecido preceptos inamovibles. En el reciente acto electoral, fue elegido un candidato de la oposición al gobierno sin que la sociedad tuviera que sufrir traumas por ello. La continuidad del proceso, su carácter anti imperialista y anti sionista, su apoyo a la lucha del pueblo palestino y al eje de la resistencia, está garantizado por las líneas generales establecidas en la Constitución Nacional.

No obstante, el presidente dirige y ejecuta la política interior y exterior del país y maneja los  elementos atingentes a la realización práctica de ellas. Por ejemplo, en las negociaciones con Estados Unidos y Europa, se han manifestado diversas tendencias que expresan la diversidad política del país. De hecho, es muy probable que en este ámbito el nuevo presidente Masoud Pezeshkian mantenga parámetros de conducta política distintos de los de su antecesor, pero no cambiarán el curso de la revolución iraní como espera Occidente para intentar debilitarla y destruirla. 

www.sergioro07.blogspot.com

Si bien la izquierda superó en los comicios legislativos al oficialismo y a la extrema derecha, no tiene mayoría como para formar gobierno y Emmanuel Macron aún puede seguir maniobrando

Por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Cuando en la noche del 7 de junio, tras el triunfo de la Agrupación Nacional (RN, por su nombre en francés) de Marine Le Pen en la elección al Parlamento Europeo, el presidente Emmanuel Macron disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones anticipadas, él y sus asesores esperaban suscitar la solidaridad republicana contra el autoritarismo. Sin embargo, el beneficiario de la convocatoria fue otro: los partidos de izquierda, que habían concurrido por separado a la elección europea, se unificaron en el Nuevo Frente Popular (NFP), presentaron un programa de reformas sociales y económicas y, contra todos los pronósticos, salieron primeros en las legislativas y relegaron al lepenismo al tercer puesto. Sin embargo, también sorprendentemente, la oficialista Juntos por la República (Ensemble, por su nombre en francés) resultó segunda. Hoy en día nadie puede formar gobierno, porque las principales fuerzas no están dispuestas a coaligarse entre sí. El jefe de Estado ventea, entonces, la posibilidad de retrasar la instalación de un nuevo gabinete y de seguir manejando los hilos de la política cotidiana. A Francia se le ofrece la continuidad del elitismo, el ajuste y la guerra. Habrá que ver si lo soporta.


El presidente de Francia Emmanuel Macron. Detrás suyo, el primer ministro todavía en funciones Gabriel Attal

En un comunicado emitido el martes 9 de julio, los distintos partidos de izquierda que componen el Nuevo Frente Popular advirtieron al presidente de la República “contra cualquier intento de secuestro de las instituciones». La Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista consideraron en su manifiesto a la nación que Emmanuel Macron debería “dirigirse inmediatamente al Nuevo Frente Popular para permitirle formar gobierno”.

En su comunicado conjunto, los diferentes partidos de izquierda consideraron que «mantener a Gabriel Attal [primer ministro] al frente del gobierno durante demasiado tiempo podría parecer un intento de borrar el resultado» de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, en las que el NFP se impuso con 180 escaños frente a los 159 de Ensemble. 

De la elección del domingo pasado surgió una Asamblea Nacional dividida en tres fracciones e tamaño similar y en principio inconciliables entre sí: el NFP (180 escaños), Juntos (159) y la extrema derecha sumada (143). Para tener la mayoría y poder formar gobierno son necesarios por lo menos 289 representantes. Esta tripartición permite teóricamente todo tipo de combinaciones que, empero no son practicables por la incompatibiidad entre los partidos. Por lo pronto, el presidente debería convocar al presidente de la fuerza más votada y pedirle que forme gobierno. Si al cabo de cierto tiempo éste no pudo reunir los votos necesarios, será el turno de otro y así sucesivamente. Una vez agotadas todas las opciones parlamentarias, el jefe de Estado puede formar un llamado “gobierno técnico” (es decir, apartidario) con ministros escogidos por él, hasta que pasen los 12 meses legales, para que el presidente pueda volver a disolver la Asamblea Nacional y convocar a nuevas elecciones. Así lo dispone el art. 12 de la Constitución de 1958. Muy probablemente éste sea el camino que el mandatario siga. 

Ante este caótico horizonte Emmanuel Macron pretende tomarse su tiempo antes de pedir al primer candidato que forme gobierno. El primer ministro en funciones no está obligado a renunciar, pero es usual que lo haga, si su partido perdió la mayoría en la Asamblea Nacional y es también habitual que el presidente nombre a un primer ministro del bloque que acaba de ganar las elecciones legislativas. Sin embargo, el presidente rechazó la renuncia de Gabriel Attal a la presidencia del gobierno. Al retenerlo, Emmanuel Macron se ha asegurado las prerrogativas del Ejecutivo, aunque al mismo tiempo impide a aquéllos de sus ministros elegidos diputados el domingo que asuman sus escaños en la Asamblea.

Por lo tanto, el primer ministro conserva sus prerrogativas en pleno ejercicio y no despacha sólo asuntos del día. Un gobierno dimisionario no podría tomar medidas con impacto presupuestario ni presentar proyectos de ley y, si lo hiciera, sus decisiones podrían ser anuladas por el Consejo de Estado. Francia tiene, por consiguiente, un gobierno con todas las facultades. Claro que sin la fuerza política que le quitaron los comicios.

Mantener las prerrogativas del gobierno de Attal ha sido, por lo tanto, el instrumento elegidopor Macron para asegurarse suficiente margen de maniobra. El jefe del gobierno puede aprobar decretos y Emmanuel Macron puede convocar una reunión del Consejo de Ministros para hacer nombramientos (julio suele ser una época de movimientos) o declarar el estado de emergencia, algo que sería muy complicado con un gobierno dimisionario.

Otra de las alternativas que está explorando  Emmanuel Macron es formar un gobierno de unidad nacional, que incluya a la izquierda, la derecha y el centro, pero excluya a RN y LFI. Sin embargo, los recelos entre los dirigentes de las fuerzas concernidas permiten dudar del éxito de esta iniciativa. Por otra parte, fines, valores y programas de las fuerzas que deberían confluir en este engendro son tan discordantes que el gabinete estallaría ante la primera votación parlamentaria o la primera crisis social. Por ahora, la crisis no tiene solución.

La segunda vuelta de las elecciones legislativas adelantadas en Francia confirmó, en primer lugar, que los pueblos de Europa quieren recuperar su independencia y salirse del autoritarismo en el que una Comisión Europea no elegida por los pueblos decide con ayuda de una inmensa burocracia sobre la vida y la fortuna de 650 millones de europeos. Algunos buscan el camino por la derecha, otros por la izquierda, pero los resultados de las europeas de junio y de esta elección apuntan en esa dirección. 

En segundo lugar, el pueblo francés ha revalidado la vigencia de un espíritu republicano que, aunque actualmente carece de una fuerza política que lo sostenga, resurge cada vez que el autoritarismo pone en peligro las instituciones. 

En tercera instancia, hay que reconocer la funesta habilidad del presidente Emmanuel Macron para sobreponerse a las derrotas e impedir la convergencia de sus adversarios. A pesar del triunfo de la izquierda, logró posicionar segunda a la alianza oficialista, frenar el ascenso de la extrema derecha y colocar en la coalición de izquierda al Partido Socialista, lo que le asegura tener allí un interlocutor dócil capaz de bloquear la arremetida del republicanismo popular de Jean-Luc Mélenchon. 

Con seguridad, el jefe de Estado va a retrasar la formación de gobierno hasta después de los Juegos Olímpicos que, espera, le den nuevo prestigio. Luego conferirá el encargo a sucesivos candidatos que fracasarán uno tras otro por no poder formar mayoría en la Asamblea Nacional, hasta, finalmente, desembocar en un “gobierno técnico” que malgobernará el país hasta que en julio del año próximo se cumpla el plazo prescripto por la Constitución para una nueva disolución del Legislativo y llamado a elecciones.

Claro que este plan de Estado Mayor puede fracasar por el agravamiento de la guerra en Ucrania, por un triunfo de Donald Trump en noviembre que levante en el Atlántico una muralla insalvable, por algún (previsible) escándalo por corrupción o por un nuevo alzamiento popular contra las políticas de ajuste. Quizás entonces el grito de independencia del pueblo francés suba lo suficiente como para llegar a los oídos de la inmensa estatua de Marianne que en la Plaza de la República congrega habitualmente a las manifestaciones de la izquierda y las organizaciones sociales.

Por Leonid Savin

Irán, Pakistán y Afganistán representan eslabones importantes e interconectados de la cadena en la región

Si se utiliza el método de combinar geografía política y geopolítica, es fácil revelar que el grupo de países situados al norte del Mar Arábigo presenta una serie de rasgos comunes. Parte del Irán moderno y Afganistán representan el Gran Jorasán histórico, y el cinturón pastún se extiende desde Afganistán hasta Pakistán. Pakistán e Irán están unidos por Baluchistán (en ambos países hay movimientos separatistas baluchis patrocinados activamente desde el exterior).

Los tres países son Estados islámicos: el primero en independizarse de Gran Bretaña fue la República Islámica de Pakistán en 1947; tras la victoria de la Revolución Islámica en Irán, este Estado también pasó del sistema monárquico a la República Islámica (con una institución específica Wilayat al Faqih), y Afganistán, en 2021, volvió a ser un Emirato Islámico (antes estuvo bajo el régimen talibán de 1996 a 2001). Y en la antigüedad todos formaban parte del Imperio Sasánida.

Cada país tiene muchos más rasgos culturales, étnicos y religiosos interesantes. Aunque Afganistán no tiene acceso al mar, está orgánicamente adyacente a la parte meridional del Rimland euroasiático (zona costera), que durante mucho tiempo estuvo controlada por los anglosajones -directa o indirectamente-.

Recordemos que el término Rimland, al igual que Heartland, fue introducido por el geógrafo británico Halford Mackinder. Si Rusia era el Heartland septentrional de la Isla del Mundo, que incluye Eurasia y África, entonces Rimland abarca ambos continentes, incluido el mar Mediterráneo. Mackinder estaba más preocupado por el papel de Hartland, mientras que el geopolítico estadounidense Nicholas Spykman creía que Rimland era más importante, ya que la población principal de los continentes se concentraba cerca de las costas de los mares, y el comercio exterior y las comunicaciones se realizaban principalmente a través de rutas marítimas.

Y la propia vía fluvial a lo largo de la costa de Irán y Pakistán es una ruta histórica por la que los árabes contactaron con India y China, estableciendo un sistema de lazos bastante sólido. Es significativo que la difusión del islam en los países del sudeste asiático se llevara a cabo precisamente a través de esta vía fluvial con la ayuda de mercaderes. A diferencia de la masa terrestre, donde la difusión de la religión era a menudo sinónimo de guerra, el Islam entró en el Sudeste Asiático de forma pacífica.

Y, por supuesto, en la actualidad, estas comunicaciones, unidas a fuertes puntos costeros (desde bases navales a puertos y terminales de gran calado), constituyen una seria baza estratégica, cuyo control supone ventajas económicas y militares. A esto hay que añadir los hidrocarburos de Irán y las grandes reservas de diversos minerales en Afganistán.

Ahora la situación está cambiando hacia la integración continental y la multipolaridad, por lo que parece importante apoyar los procesos de integración y la seguridad de esta región. Para ello es necesario desarrollar una estrategia global equilibrada y comprender los intereses de los tres actores de la región.

Esto también es sumamente importante para Rusia, porque Irán y Pakistán tienen acceso a las cálidas aguas del océano Índico. Y en medio del actual conflicto con Occidente, la reorientación hacia el Sur Global y el Este Global debería nivelarse hasta llegar a un sistema.

Irán, por supuesto, reviste mayor interés, puesto que el corredor internacional de transporte Norte-Sur ya se ha puesto en marcha, aunque no con todo su potencial. Dado que Rusia está conectada con Irán directamente a través del Mar Caspio, así como a través de la República de Azerbaiyán, esto hace que la cooperación bilateral sea mucho más fácil y eficaz que el hipotético uso de rutas de transporte a través de Pakistán (en este caso, hay al menos dos Estados de tránsito en el camino -Afganistán y Turkmenistán- hacia el Mar Caspio, y al menos tres por tierra, ya sea cruzando la frontera a través de Afganistán o China).

Además, a través de Irán se abre una ruta hacia la Península Arábiga y la costa oriental de África. Y esto significa el acceso a monarquías árabes económicamente poderosas y a un mercado potencialmente atractivo en África, donde la presencia de Rusia ya está aumentando, especialmente en la parte del cinturón del Sahel, el Heartland del continente negro.

Por lo tanto, mantener el nivel de las relaciones estratégicas y su desarrollo es de gran importancia para Rusia y abre buenas perspectivas.

El 25 de junio de 2024 se supo que estaba listo un nuevo acuerdo global de cooperación entre Irán y Rusia. Tanto la parte rusa como la iraní han declarado que no existen obstáculos para su conclusión. [i] Esto significa que nuestra relación alcanzará un nuevo nivel.

Dado que Irán también es miembro de los BRICS y de la OCS, y además tiene un acuerdo con la UEEA sobre una zona de libre comercio, que finalmente fue ratificado en junio de 2024 [ii], se espera que esto aumente el volumen de las transacciones comerciales entre los países en un 30-40 por ciento. [iii]

Además, Irán cuenta con recibir de Rusia suministros de intercambio de petróleo y gas[iv].

La continuidad de la línea de política exterior, así como los principales imperativos de la política interior, dan pie a que Irak siga participando activamente en la construcción de un mundo multipolar y en el fortalecimiento de la seguridad regional. Incluso debido a la muerte del presidente y del ministro de Asuntos Exteriores de Irán en un accidente de transporte en mayo de 2024, no se suspendieron todos los procesos políticos y no hay razón para que con el nuevo jefe de gobierno de la República Islámica cambien de algún modo los planteamientos ideológicos y geopolíticos de este país respecto a los asuntos mundiales.

Lo importante es que Irán, al igual que Rusia, también está estableciendo relaciones con el gobierno talibán de Afganistán. Moscú se negó recientemente a considerar a este movimiento una organización terrorista, lo que abrirá mayores oportunidades de interacción entre ambos países. [v]

Mientras tanto, existen amenazas similares para Rusia y Afganistán: se trata del grupo ISIS (prohibido en la Federación Rusa), que asumió la responsabilidad de los atentados terroristas en el Crocus y, más recientemente, en la República de Daguestán, así como de potencias occidentales interesadas en socavar tanto a Rusia como a Afganistán.

Como ya se ha mencionado, Afganistán tiene un importante potencial para la minería e incluso para las industrias del petróleo, el gas y la energía nuclear. Casi todos los yacimientos conocidos fueron descubiertos por geólogos soviéticos, pero no se desarrollaron debido a la difícil situación de conflicto durante décadas. Barita, zinc, plomo, uranio, carbón, mineral de hierro y cobre, wolframio, plata y oro, estaño, litio, piedra caliza, aluminio y muchos otros elementos de la tabla periódica se encuentran en las entrañas de Afganistán. Su explotación puede comenzar en un futuro próximo. Además, Afganistán es un mercado de bienes de consumo y un importante productor de productos agrícolas.

También es necesario prestar atención al potencial de varias carreteras, ya sea el Corredor Transafgano de Transporte o el proyecto de oleoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India, que lleva bastante tiempo en marcha. La participación en su construcción y posterior explotación puede reportar a Rusia buenos dividendos en el futuro.

Pakistán también es importante para la geopolítica del sur de Eurasia. No es casualidad que Estados Unidos lleve insistiendo en el control político sobre él desde los años cincuenta. Washington sigue intentando mantener su influencia sobre él, en parte a través del FMI, que esclavizó a Pakistán con sus préstamos, y en parte manipulando la narrativa de la amenaza india (es significativo que para India, los asesores estadounidenses tengan historias de terror similares sobre «los islámicos una bomba nuclear», además de la amenaza china).

En la actualidad, un elemento clave de la iniciativa china «Belt and Road» se está implantando en Pakistán: el Corredor Económico China-Pakistán, que parte del puerto de aguas profundas de Gwadar, en la provincia de Baluchistán, y se extiende por todo el país hacia el norte, hasta las cadenas montañosas del sistema del Hindu Kush. Pakistán está interesado en atraer más inversores de Rusia para este y otros proyectos. Recientemente, los dirigentes del país anunciaron que Islamabad se sumará al uso del corredor Norte-Sur y está estudiando opciones aceptables para que las empresas rusas entren en Pakistán. Anteriormente, Rusia firmó un memorando sobre la construcción del gasoducto Pakistan Stream, aunque las negociaciones sobre diversos detalles siguen en curso. [vi]

El hambre energética de Pakistán también puede satisfacerse a costa de la energía nuclear, ya que Rosatom puede ofrecer soluciones óptimas en esta materia. Por último, la mediación de Rusia en la mejora de las relaciones entre India y Pakistán también puede dar sus frutos, y Moscú ya ha ofrecido anteriormente sus servicios en este asunto, especialmente cuando se produjo una escalada en la frontera.

La cooperación con Pakistán en el campo de la lucha contra el terrorismo es otro ámbito en el que es necesario un contacto constante y de confianza entre las autoridades competentes de ambos países.

Es importante señalar que Pakistán es una potencia nuclear, y su participación en el bando de un mundo multipolar significará mucho.

Y con los tres Estados en el sur de Eurasia, es necesario resolver los problemas para eludir las sanciones del Occidente colectivo. Todos ellos están más o menos familiarizados con el bloqueo de fondos y con diversas manipulaciones por motivos políticos. Un enfoque más consolidado a este respecto permitirá a todos, juntos e individualmente, sentirse más seguros en el sistema financiero mundial, mientras que la alternativa más adecuada es pasar a su propio mecanismo de transacciones para evitar la dependencia del dólar/euro y el paso de los flujos financieros por los centros de compensación occidentales.

Existe la posibilidad de que se presente un mecanismo similar en la cumbre de los BRICS en octubre. Al menos, hay información de que Rusia y China ya han elaborado los principales matices del nuevo instrumento de pago, que se utilizará tanto para el sector bancario tradicional como para las transacciones en moneda digital.

Como vemos, aunque las relaciones bilaterales con cada país por separado son importantes, una visión más completa y la consideración de diversos aspectos -desde la religión y la cultura hasta la seguridad, la economía y la industria- nos permitirán construir la estrategia más adecuada tanto para nosotros como para los Estados especificados, ya que una cooperación plena con los vecinos redundará en beneficio de todas las partes y de una vida pacífica basada en los valores propios.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://katehon.com/

Por Leonid Savin

La visita de Modi mostró al mundo: Rusia no está tan aislada como Occidente quiere que esté

A su llegada a Moscú el 8 de julio, el Primer Ministro indio, Narendra Modi, describió a Rusia como el «amigo de todos los tiempos» de India y elogió el papel destacado de Vladimir Putin en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales durante las dos últimas décadas. El Primer Ministro también afirmó que durante mucho tiempo el mundo ha sido testigo de un «orden global centrado en la influencia». «Pero lo que el mundo necesita ahora es fusión, no influencia, y nadie puede transmitir este mensaje mejor que India, que tiene una fuerte tradición de culto a la fusión», afirmó.

¿Cómo interpretar estas palabras? A primera vista, el Primer Ministro indio aboga por una especie de convergencia. Sin embargo, Oriente es un asunto delicado, esta frase puede interpretarse tanto como una fusión de varias corrientes como una influencia mutua.

En una reunión con la diáspora india en Moscú, el 9 de julio, Modi subrayó que «los indios en Rusia refuerzan los lazos bilaterales, contribuyen al desarrollo de la sociedad rusa… En cuanto oyen la palabra «Rusia», todos los indios piensan que es un amigo fiable, un amigo en la alegría y en la tristeza…».

Sin duda, tal «fusión» es bastante loable, aunque hay que tener en cuenta ciertas sutilezas mentales y espirituales, porque cualquiera puede hacerse ruso (ortodoxo o musulmán), pero para profesar el hinduismo hay que nacer hindú.

Y dada la ideología nacionalista del hinduismo que siguen Modi y sus partidarios, probablemente merezca la pena analizar cómo se han producido tales amalgamas dentro de la India. Uno puede fijarse en la enmienda de la Constitución india sobre el estatus del estado de Jammu y Cachemira, que perdió su estatus especial y su autonomía en agosto de 2019. Es decir, Nueva Delhi ha puesto en marcha un mecanismo de integración más estricto.

Sin embargo, la posición de Rusia sobre la crisis ucraniana y Novorossiya fue expuesta a Modi con cierto detalle, por lo que, aunque tocó el tema de las conversaciones de paz, lo hizo con bastante delicadeza, limitándose a ofrecer la ayuda de India si fuera necesaria para ello.

De todos los temas relacionados con el conflicto ucraniano, Modi estaba más interesado en el destino de los ciudadanos indios que se alistaron en las Fuerzas Armadas rusas. Según los medios de comunicación indios, Vladimir Putin ha accedido a la petición del primer ministro indio de despedir a todos aquellos que deseen regresar a la India. Según fuentes familiarizadas con la decisión, las órdenes se emitieron tras la «intervención directa» de Modi. «Esperamos que el despido se produzca en unas semanas desde los distintos lugares en los que están sirviendo o desplegados», dijeron las fuentes a The Hindu bajo condición de anonimato.

Los medios indios también informan de que el asunto ya se ha tratado con Sergey Lavrov en la cumbre de la OCS en Astana.

Cabe señalar que Estados Unidos ha expresado a India su preocupación por sus relaciones con Rusia, según declaró el lunes a la prensa un funcionario del Departamento de Estado. India, sin embargo, rechazó las preocupaciones del Departamento de Estado, subrayando que «siempre ha abogado por el respeto de la Carta de la ONU, incluidas la integridad territorial y la soberanía». No hay solución en el campo de batalla. El diálogo y la diplomacia son el camino a seguir».

La medida no sólo pretende estrechar los lazos de India con Rusia, sino también reforzar su influencia en las relaciones con Estados Unidos y otros países occidentales… La prolongada cooperación en materia de defensa hace difícil sustituir a corto plazo la posición de Rusia en el sector de la defensa de India. Aunque Estados Unidos está dispuesto a sustituir gradualmente a Rusia como principal proveedor de armas de India, esta transición lleva sin duda su tiempo.

Pero es crucial para un país grande como India mantener una relación estable con Rusia y continuar la cooperación en la industria de defensa».

Citando a Lun Xingchun, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan, la publicación también escribe que «actualmente, Occidente es más proclive a inflamar las relaciones entre China, Rusia e India en un intento de sembrar la discordia entre los tres países. De hecho, sin embargo, el propio Occidente puede tener más motivos para preocuparse, ya que espera que India haga frente a Rusia uniendo sus fuerzas a las de Occidente, teniendo en cuenta que la política exterior de India está dirigida a mantener un equilibrio, sin inclinarse completamente hacia ningún lado, para perseguir sus propios intereses».

Los intereses propios de India son quizá la caracterización más acertada de la estrategia inteligente de Nueva Delhi. Sin embargo, no se pueden eludir los intereses rusos cuando se trata de la cooperación entre los dos gigantes euroasiáticos. Y en el contexto de la transformación global, por supuesto, también se trata de que India se convierta en un polo más independiente, lo que encaja bien con las aspiraciones tanto de China como de Rusia de construir un orden mundial multipolar.

Pero los medios de comunicación occidentales se centraron en el hecho de que India compró petróleo ruso por valor de 46.500 millones de dólares en 2023, aunque en 2021 la cantidad fue de sólo 2.500 millones. Las evaluaciones políticas están dominadas por la opinión de que, tanto para Rusia como para India, el desarrollo de sus relaciones bilaterales es importante para contrarrestar la influencia de China. La conclusión es que la visita de Modi demostró al mundo que Rusia no está tan aislada como Occidente quiere que esté.

The New York Times también citó a Vladimir Zelensky, que describió la visita como «una enorme decepción y un golpe aplastante a los esfuerzos de paz». Bloomberg no olvidó mencionar que Putin recibe a Modi después de que él mismo dijera que Rusia y China se encuentran en el mejor momento de sus relaciones bilaterales. Y el propio Modi viajó a Moscú tras la reciente visita a India de una delegación de altos funcionarios estadounidenses interesados en cooperar en tecnología, seguridad e inversiones.

Pero mientras los medios de comunicación occidentales se lamentaban de que Nueva Delhi no siguiera la corriente de Washington, la agenda constructiva de la visita de Narendra Modi continuaba. El 9 de julio, visitó la Tumba del Soldado Desconocido y la exposición Rosatom con Vladimir Putin, tras lo cual comenzaron las conversaciones formales en el Kremlin.

Junto con el Primer Ministro indio, formaban parte de la delegación el Ministro de Asuntos Exteriores, Subramanyam Jaishankar, varios otros altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores indio y Ajit Doval, Asesor de Seguridad Nacional del Primer Ministro.

Por parte rusa, asistieron a las conversaciones el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, el viceprimer ministro primero, Denis Manturov, el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, el director del Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar, Dmitri Shugaev, y el director general de Rosneft, Igor Sechin.

Las conversaciones dieron lugar a una declaración conjunta, según la cual Rusia e India planean seguir desarrollando la cooperación en muchos ámbitos.

Los países acordaron alcanzar un volumen de comercio mutuo de más de 100.000 millones de dólares para 2030, desarrollar las liquidaciones en las monedas nacionales, optimizar los procedimientos aduaneros y aumentar el volumen de carga. Se prevé desarrollar la cooperación en la industria nuclear, el refinado de petróleo, la energía, la construcción de automóviles y barcos, en el desarrollo y suministro de medicinas y equipos médicos y muchas otras áreas.

Rusia e India acordaron desarrollar una seguridad indivisible en Eurasia e intensificar los procesos de integración; subrayaron la necesidad de resolver pacíficamente el conflicto ucraniano mediante la diplomacia y la implicación de ambas partes.

Anteriormente se informó de que India estaba interesada en la participación de Rusia en la construcción de nuevos reactores nucleares en India y en el suministro de combustible. A principios de la década de 2000, EE.UU. impidió activamente la entrada de tecnología nuclear en India, pero luego se relajó, sin embargo, teniendo en cuenta el hecho de que el propio EE.UU. será el proveedor. Al parecer, Nueva Delhi ha decidido deshacerse por fin de esta dependencia y contar con el apoyo de Rusia.

Se alcanzó un acuerdo similar sobre el suministro ininterrumpido y garantizado de petróleo en los próximos años.

También se habló de aumentar la cooperación técnico-militar. Hay que señalar que, según los datos del SIPRI, Israel representa la mayor parte de las importaciones de armas de India (48%), mientras que Rusia ocupa el segundo lugar (28%), aunque hace diez años su cuota era de alrededor del 70%. Por lo tanto, es más correcto hablar no del comienzo, sino del restablecimiento de las relaciones en este ámbito.

Los resultados de la visita del jefe de Estado indio pueden calificarse de muy fructíferos para ambas partes. Continúa el cambio de vector de Rusia hacia el Oriente Global y el Sur Global. Y dado que la India es ya la tercera economía del mundo, los proyectos conjuntos esbozados indican que, al menos en los próximos cinco años, la cooperación bilateral alcanzará nuevas cotas y reportará importantes beneficios a los dos países.

Y esto se confirmará una vez más en la cumbre BRICS+ de Kazán en octubre, a la que ha sido invitado Modi, así como en la 23ª cumbre de los dos países en la India en 2025, a la que ha sido invitado Vladimir Putin.

raducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo

Fuente: https://regnum.ru/

Por Alastair Crooke

Vemos claramente el colapso de la manipulación que ha confinado el discurso al interior de las distintas aldeas de Washington.

El editor general del Wall Street Journal, Gerry Baker, dice : «Hemos sido engañados y engañados» – durante años – «todo en nombre de la ‘democracia'». Ese engaño “se derrumbó” con el debate presidencial del jueves”.

“Hasta que el mundo vio la verdad… [contra] la ‘desinformación’… la ficción de la competencia del Sr. Biden… sugiere que ellos [los demócratas] evidentemente pensaron que podían salirse con la suya promoviéndola. [Sin embargo] al perpetuar esa ficción también estaban revelando su desprecio por los votantes y por la democracia misma”.

Baker continúa:

“Biden tuvo éxito porque hizo de seguir la línea del partido el trabajo de su vida. Como todos los políticos cuyos egos empequeñecen sus talentos, ascendió en el polo grasiento siguiendo servilmente a su partido a dondequiera que lo llevara… Finalmente, en el acto supremo de servilismo partidista, se convirtió en vicepresidente de Barack Obama, la cima de los logros de aquellos incapaces, pero leales. : la posición cumbre para el consumado ‘sí hombre’”.

“Pero entonces, justo cuando estaba listo para hundirse en una cómoda y bien merecida oscuridad, su partido necesitaba un testaferro… Buscaban una figura leal y confiable, una bandera de conveniencia, bajo la cual pudieran navegar el barco progresista hacia el Los rincones más profundos de la vida estadounidense, con la misión de promover el estatismo, el extremismo climático y el despertar autolacerante. No había vehículo más leal y conveniente que Joe”.

Si es así, ¿quién ha estado realmente «moviendo los hilos de Estados Unidos» estos últimos años?

“Ustedes [la maquinaria demócrata] no pueden engañarnos, disimularnos y engañarnos durante años acerca de cómo este hombre era brillantemente competente en el trabajo y una fuerza curativa para la unidad nacional, y ahora díganos, cuando se descubra su engaño, que es ‘hora de dormir para Bonzo’ – gracias por su servicio y sigamos adelante”, advierte Baker.

“[Ahora] todo va terriblemente mal. Gran parte de su partido ya no lo necesita… en un acto notablemente cínico de cebo y cambio, [están tratando de] cambiarlo por alguien más útil para su causa. Una parte de mí piensa que no se les debería permitir salirse con la suya. Me encuentro en la extraña posición de querer apoyar al pobre Joe que murmura… Es tentador decirle a la maquinaria demócrata que se moviliza frenéticamente contra él: No puedes hacer esto. No puedes engañarnos, disimularnos y engañarnos durante años”.

Algo significativo se ha roto dentro del «sistema». Siempre es tentador situar tales acontecimientos en el «momento inmediato», pero incluso Baker parece aludir a un ciclo más largo de iluminación con gas y engaño, uno que sólo ahora ha estallado repentinamente a la vista.

Estos acontecimientos –aunque aparentemente efímeros y coyunturales– pueden ser presagios de contradicciones estructurales más profundas.

Cuando Baker escribe que Biden es la última ‘bandera de conveniencia’ bajo la cual los estratos gobernantes podrían navegar en el barco progresista hacia los confines más profundos de la vida estadounidense – “en una misión para promover el estatismo, el extremismo climático y el despertar autolacerante” – parece Es probable que se esté refiriendo a la era de los años 1970 de la Comisión Trilateral y el Club de Roma.

Las décadas de 1970 y 1980 fueron el punto en el que el largo arco del liberalismo tradicional dio paso a un ‘sistema de control’ mecánico (tecnocracia gerencial) abiertamente iliberal que hoy se presenta fraudulentamente como democracia liberal.

Emmanuel Todd, el historiador antropológico francés, examina la dinámica más larga de los acontecimientos que se desarrollan en el presente: El principal agente de cambio que condujo a la decadencia de Occidente (La Défaite de l’Occident), sostiene, fue la implosión de lo ‘anglo’. El protestantismo en Estados Unidos (e Inglaterra), con sus hábitos de trabajo, individualismo e industria que conllevaba, un credo cuyas cualidades se consideraban entonces para reflejar la gracia de Dios a través del éxito material y, sobre todo, para confirmar la pertenencia a los «Elegidos» divinos.

Mientras que el liberalismo tradicional tenía sus costumbres, el declive de los valores tradicionales desencadenó el deslizamiento hacia la tecnocracia gerencial y hacia el nihilismo. La religión persiste en Occidente, aunque en un estado «zombi», afirma Todd. Sostiene que tales sociedades fracasan, al carecer de una esfera metafísica rectora que proporcione a las personas sustento no material.

Sin embargo, la doctrina emergente de que sólo una élite financiera adinerada, expertos en tecnología, líderes de corporaciones multinacionales y bancos poseen la previsión y el conocimiento tecnológico necesarios para manipular un sistema complejo y cada vez más controlado cambió la política por completo.

Las costumbres habían desaparecido, y también la empatía. Muchos experimentaron la desconexión y el desprecio de la fría tecnocracia.

Entonces, cuando un editor senior del WSJ nos dice que el ‘engaño y el ‘gaslighting’ colapsaron con el debate Biden-Trump de CNN, seguramente deberíamos prestar atención; Él está diciendo que finalmente las escamas cayeron de los ojos de la gente.

Lo que se estaba iluminando era la ficción de la democracia y también la de Estados Unidos declarándose –en sus propias escrituras– ser el pionero y pionero de la humanidad: Estados Unidos como la nación excepcional: la singular, la pura de corazón, la bautizadora, y redentor de todos los pueblos despreciados y oprimidos; la “ última y mejor esperanza de la tierra ”.

La realidad era muy diferente. Por supuesto, los Estados pueden «vivir una mentira» durante un largo período. El problema subyacente –el punto que Todd plantea de manera tan convincente– es que se puede tener éxito en engañar y manipular las percepciones del público, pero sólo hasta cierto punto.

La realidad era que simplemente no estaba funcionando.

Lo mismo ocurre con «Europa». La aspiración de la UE de convertirse también en un actor geopolítico global dependía de convencer al público de que Francia, Italia y Alemania, entre otros, podían seguir siendo entidades nacionales reales, incluso cuando la UE se apoderó de todas las prerrogativas nacionales de toma de decisiones, mediante engaños. . El motín en las recientes elecciones europeas reflejó este descontento.

Por supuesto, la condición de Biden se conoce desde hace mucho tiempo. Entonces, ¿quién ha estado dirigiendo los asuntos? ¿Tomar decisiones críticas diarias sobre la guerra, la paz, la composición del poder judicial y los límites de la autoridad estatal? El artículo del WSJ da una respuesta: “Asesores no electos, hackers del partido, familiares intrigantes y parásitos aleatorios toman las decisiones críticas diarias” sobre estos temas.

Tal vez tengamos que reconciliarnos con el hecho de que Biden es un hombre enojado y senil que le grita a su personal: “Durante las reuniones con asistentes que están organizando sesiones informativas formales, algunos altos funcionarios en ocasiones han hecho todo lo posible para seleccionar la información de una manera esfuerzo para evitar provocar una reacción negativa”.

«Es como, ‘No puedes incluir eso, eso lo enfadará’ o ‘Pon eso, a él le gusta'», dijo un alto funcionario de la administración. «Es muy difícil y la gente le tiene muchísimo miedo». El funcionario añadió: «No sigue los consejos de nadie más que de esos pocos asesores importantes, y se convierte en una tormenta perfecta porque se aísla cada vez más de sus esfuerzos por controlarla».

Seymour Hersh, el conocido periodista de investigación, informa :

“La caída de Biden en el vacío ha continuado durante meses, mientras él y sus asesores de política exterior han estado instando a un alto el fuego que no ocurrirá en Gaza mientras continúan suministrando las armas que hacen que un alto el fuego sea menos probable. Hay una paradoja similar en Ucrania, donde Biden ha estado financiando una guerra que no se puede ganar, pero se niega a participar en negociaciones que podrían poner fin a la matanza”.

“La realidad detrás de todo esto, como me han dicho durante meses, es que Biden simplemente ‘ya no está allí’, en términos de comprensión de las contradicciones de las políticas que él y sus asesores de política exterior han estado llevando a cabo”.

Por un lado, Politico nos dice : “El insular equipo senior de Biden conoce bien a los antiguos asesores que siguen contando con el oído del presidente: Mike Donilon, Steve Ricchetti y Bruce Reed, así como Ted Kaufman y Klain en el exterior”.

“Son las mismas personas; él no ha cambiado a esas personas durante 40 años… El número de personas que tienen acceso al presidente se ha vuelto cada vez más pequeño. Llevan meses cavando más profundamente en el búnker”. Y, dijo el estratega, “cuanto más te metes en el búnker, menos escuchas a nadie”.

Entonces, en palabras de Todd, las decisiones las toma una pequeña «aldea de Washington».

Por supuesto, Jake Sullivan y Blinken se encuentran en el centro de lo que se llama la visión «interinstitucional». Aquí es donde principalmente se discute la política. No es coherente (con su sede en el Comité de Seguridad Nacional) sino que se propaga a través de una matriz de ‘grupos’ entrelazados que incluye el Complejo Industrial Militar, los líderes del Congreso, los grandes donantes, Wall Street, el Tesoro, la CIA, el FBI. , unos pocos oligarcas cosmopolitas y los principitos del mundo de la inteligencia y la seguridad.

Todos estos «príncipes» fingen tener una visión de la política exterior y luchan como gatos para proteger la autonomía de su feudo. A veces canalizan su «participación» a través del NSC, pero si pueden, la «transmitirán» directamente a uno u otro «actor clave» con el oído de una u otra «aldea» de Washington.

Sin embargo, en el fondo, la doctrina Wolfowitz de 1992, que subrayaba la supremacía estadounidense a toda costa en un mundo post-soviético –junto con “aplastar a los rivales, dondequiera que surjan”– sigue siendo hoy la «doctrina actual» que enmarca la «doctrina internacional». línea de base de la agencia.

La disfunción en el corazón de una organización aparentemente funcional puede persistir durante años sin ninguna conciencia pública real o apreciación del descenso hacia la disfuncionalidad. Pero entonces, de repente –cuando llega una crisis o el debate presidencial fracasa– “puf” y vemos claramente el colapso de la manipulación que ha confinado el discurso al interior de las distintas aldeas de Washington.

Desde este punto de vista, algunas de las contradicciones estructurales que Todd señaló como factores que contribuyeron al declive occidental quedan inesperadamente «iluminadas» por los acontecimientos: Baker destacó una: El acuerdo fáustico clave: la pretensión de una democracia liberal operando en conjunto con una democracia liberal «clásica». economía versus la realidad de un liderazgo oligárquico iliberal sentado sobre una economía corporativa hiperfinanciarizada que ha absorbido la vida de la economía orgánica clásica y también ha creado desigualdades tóxicas.

El segundo agente del declive occidental es la observación de Todd de que la implosión de la Unión Soviética dejó a Estados Unidos tan engreído que éste desencadenó un paradójico desencadenamiento de una expansión global del imperio basada en un «orden basado en reglas» frente a la realidad de que Occidente estaba ya se está consumiendo desde la raíz hacia arriba.

El tercer agente en declive fue, sostiene Todd, que Estados Unidos se declarara la nación militar más grande del mundo, frente a la realidad de un Estados Unidos que hace mucho que se deshizo de gran parte de su capacidad manufacturera (particularmente la capacidad militar), pero elige choque con una Rusia estabilizada, una gran potencia que ha regresado, y con China, que se ha convertido en el gigante manufacturero del mundo (incluso militarmente).

Estas paradojas no resueltas se convirtieron en los agentes del declive occidental, sostuvo Todd. Él tiene un punto.

Las opiniones de los contribuyentes individuales no necesariamente representan las de la Fundación Cultura Estratégica y Dossier Geopolitico