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Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, focaliza su columna del Club de La Pluma en EL AGUA como uno de los factores de mayor conflicto del siglo XXI. Y aborda cómo la necesidad y carestía de este vital elemento -que parecía infinito- se está transformando en un arma de guerra entre los países y en una herramienta clave en la disputa geopolítica por el nuevo orden mundial, tal cual lo ha expresado numerosas veces en este espacio.

En su audio nos confirma que el mundo dispone, como agua dulce, sólo el 2,5% de la totalidad del agua del planeta y que para el 2030 la demanda superará en un 56% la cantidad de esa agua con la oferta actual, además del combo destructivo compuesto por la sequía, la desertización, el calentamiento global, el cambio climático, los incendios, la mala gestión, etc. Además nos aporta muchos datos escalofriantes entre los que incluye que casi 300 millones de habitantes prácticamente no tienen acceso al agua en el mundo y que en África hay poblaciones que tienen que caminar hasta seis horas para acceder al vital líquido. 

Y nos dice que mientras se da la paradoja de que el agua cotiza en bolsa como un valor preferente en el mundo financiero y especulativo, la ONU estima que para el 2025 habrá 300 zonas en conflicto por los recursos acuíferos, mientras que en la actualidad hay por el mundo 200 ríos y 300 lagos compartidos entre países distintos, lo que significan puntos latentes de conflictos que pueden derivar en guerras abiertas por el agua, como ocurre entre Israel y Palestina, o en Siria por causa del terrorismo, o la de Bolivia con Chile, o la de Turquía Siria e Irak por los ríos Tigris y Eúfrates, o entre Mozambique y Zimbabwe, o el gran conflicto del Nilo con trece países ribereños afectados por la construcción de la presa Renacimiento en Etiopía. Además de que en Argentina y en toda Sudamérica hay una serie de tensiones entre regiones y provincias que pueden derivar en situaciones de gravedad.

Además, Pereyra Mele reflexiona que sin agua para todos, y sin el sostenimiento de los ecosistemas, no habrá paz ni progreso en el mundo, que no se podrá terminar con el hambre, ni lograr una salud accesible, ni un bienestar social digno. Que si el agua va a ser un blanco de saqueo por parte de los poderosos, la situación va a desmejorar en vez de mejorar. Que si el agua va a ser considerada un bien de lujo en lugar de un bien común y humanitario, entonces las guerras por el agua que vendrán, podrían ocasionar más daños que las bombas atómicas o las armas bacteriológicas.

Y concluye su columna definiendo a América del Sur como un gigantesco reservorio de acuíferos, cuencas hídricas e hielos continentales y que por ello puede ser objeto de abusos por parte de potencias extra continentales para quedarse con ellos, ya sea con argumentos oportunistas o directamente por vía militar. Por lo que considera importante que los países de la región tomen conciencia de la importancia del agua y de que es un recurso finito. Que debe ser defendido con firmeza y administrado con racionalidad, para impedir que la situación derive en daños muy lamentables para la población del mundo

Eduardo Bonugli (Madrid, 14/05/23)

FUENTES:

La Lucha por los Recursos Naturales por carlos Pereyra Mele Septiembre de 2006

https://soberaniadigital.wordpress.com/2017/04/02/geopolitica-la-lucha-por-los-recursos-naturales/

Geopolítica del Agua Dulce I por Carlos Pereyra Mele marzo del 2008

http://licpereyramele.blogspot.com/2009/03/geopolitica-del-agua-dulce.html

Escasez de agua dulce a nivel mundial. Infografía -Ria Novosti 2009

https://sputniknews.lat/20090327/120763046.html

EL FUTURO LLEGÓ: LUCHA POR EL CONTROL DEL AGUA DULCE por Carlos Pereyra Mele

El Agua, un bien estratégico por Carlos Pereyra Mele

https://www.aporrea.org/internacionales/a94384.html

El Agua Dulce distribuida por Continentes
Rios Tigris y Eufrates Conflicto entre Turquia, Siria e Irak
Cuenca del Rio Zambeze conflicto entre Mozambique y Zimbabwe
El Nilo con sus Nilo Blanco y Azul que es motivo de conflicto entre Etiopia, Sudan y Egipto
Rio Jordan agua en disputa en la zona

Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, dedica la columna del Club de La Pluma a analizar el conflicto en Sudán y sus implicaciones geopolíticas, del cuál la prensa occidental apenas presta atención salvo en la evacuación de sus diplomáticos, como si la de ellos fuesen las únicas vidas que importaran. Mientras confunde y desinforma al presentarlo como una simple disputa tribal, omitiendo el papel desestabilizador del “mundo rico” en esta zona vital del mundo y plena de recursos naturales. Por el contrario -y lo explica Carlos- se trata de otrade las tantas Guerras Híbridas, Global y Fragmentada impuesta por EEUU y socios, para dificultar en el terreno, la sólida unión y el fabuloso crecimiento económico y político de Eurasia, bajo el liderazgo de China, acompañada a su vez por Rusia y por las grandes potencias regionales, además del exitoso desarrollo mundial de los BRICS.

AUDIO:

En su relato, Pereyra Mele informa cómo el General Abdel Fattah Abdelrahman al-Burhan, jefe de las FFAA de Sudán ha sido atacado por el General Mohamed Hamdan Dagalo, al frente de Cien mil mercenarios –con evidente apoyo de Occidente– provocando una revuelta con decenas de muertos y miles de heridos, en un estallido que recuerda el accionar operativo de Al Qaeda e Isis, nada lejanos a los servicios de inteligencia anglosajones. Y argumenta con datos y pruebas, que las razones del conflicto no están en las disputas de dos señores de la guerra, sino en la llamada “Guerra del Agua” -por el río Nilo-, que involucra a Etiopía y Egipto, y también por que este país intenta ingresar a los BRICS, mientras que habría un acuerdo del gobierno de Sudán con Rusia para instalar una base en el Mar Rojo. Iniciativas inaceptables para Washington, que es quién financia a los ejércitos de estos dos países sospechosos de “cambiar de bando”.

Por otra parte, el politólogo nos dibuja todo el escenario de Sudán y de su enclave en la región, en una minuciosa descripción geográfica, demográfica, estratégica y política que abarca a todo el “Cuerno de África” y que corrobora la importancia de la zona, no solo por sus grandes y disputados recursos naturales, sino también porque es crucial para el tráfico naval del mar Arábigo, el mar Índico y su paso hacia el mar Mediterráneo a través del  Mar Rojo y el canal de Suez. Además recuerda que la de Sudán es una más, de las decenas de Guerras Proxy promovidas por Occidente en el mundo, que se presentan como guerras civiles, tribales o en forma de “primaveras”, y por ello aborda como ejemplos la guerra del Yemen y la guerra de Tigray (Provincia rebelde de Etiopía) , que a pesar de sus 800.000 muertos, ha sido apenas mencionada por la misma prensa que hoy intoxica y aplasta a la opinión pública con lo de Ucrania, prometiendo una victoria imposible.

A lo largo de este análisis, nuestro director reflexiona sobre  el viejo colonialismo europeo que sigue vigente en África a pesar del repudio de los pueblos, mientras utiliza “el terrorismo de la guerra civil” para impedir que alcancen un justo desarrollo, y que a pesar de ello, los países africanos no han adherido a las sanciones occidentales a Rusia, como muestra de su voluntad histórica de liberarse de las cadenas imperiales que les ahogan desde hace siglos. Ese mismo imperio anglosajón y europeo, que ante la inevitable pérdida de su hegemonía, solo le queda el recurso de la amenaza, las sanciones, la violencia mediática y la agresión bélica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 30/04/23)

ANEXO: DATOS SOBRE SUDÁN – Cinco cosas sobre Sudán

– En el noreste de África –

Sudán, situado entre el África subsahariana y Oriente Medio, comparte fronteras con Sudán del Sur, la República Centroafricana, Chad, Libia, Egipto, Eritrea y Etiopía y tiene una salida al mar Rojo.

Antes de la secesión del Sur en 2011, era el país más grande de África. Actualmente su superficie alcanza casi 1,88 millones de km2, parcialmente desérticos.

Posee 42,8 millones de habitantes (Banco Mundial 2019), mayoritariamente musulmanes, y se caracteriza por una gran diversidad étnica. El árabe es la lengua oficial y desde 1983 está en vigor la sharía o ley islámica.

Las oenegés denuncian la existencia de matrimonios forzados, sobre todo de menores.

– 30 años en el poder –

En 1989 Omar al Bashir se puso al mando de este antiguo condominio angloegipcio, independiente desde 1956, después de un golpe de Estado militar respaldado por los islamistas. Fue elegido presidente en 2010 y en 2015 en elecciones boicoteadas por la oposición.

En 2013 unas manifestaciones sin precedentes contra una subida de más del 60% en los carburantes causaron decenas de muertos.

Al comienzo de 2018 las autoridades lograron contener las protestas contra la inflación de los alimentos, pero se reanudaron en diciembre después de que el precio del pan se triplicara.

El ejército destituyó a Omar al Bashir el 11 de abril de 2019. El 17 de julio, después de tres meses de protestas y de decenas de muertes, los militares y los manifestantes firmaron un acuerdo de transición de tres años.

El presidente derrocado fue condenado por corrupción y está siendo juzgado por el golpe de Estado que lo llevó al poder.

– Guerras civiles y rebeliones –

Después de una primera guerra civil (1955-1972), una segunda contienda bélica entre el Norte y el Sur causó dos millones de muertos entre 1983 y 2005, año en el que un acuerdo de paz otorgó autonomía al Sur hasta la celebración de un referéndum en 2011, tras el cual Sudán del Sur declaró la independencia el 9 de julio.

En la primavera de 2012, la relación entre el Norte y el Sur se complicó en zonas fronterizas ricas en petróleo, donde se libraron combates.

Desde 2003 la región de Darfur (oeste) se ha visto sacudida por un conflicto entre las fuerzas sudanesas y los rebeldes de las minorías étnicas que se consideran marginadas. Hay más de 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados, según la ONU.

La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido órdenes de detención contra Al Bashir por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en Darfur.

– Crisis económica y covid –

En 2011 la secesión de Sudán del Sur afectó a la economía sudanesa, privándola de las tres cuartas partes de sus reservas de petróleo y de la mayor parte de sus ingresos por el oro negro.

Sudán también se ha visto afectado por 20 años de embargo impuesto por Estados Unidos por presuntas violaciones de los derechos humanos y vínculos con el «terrorismo». Fue levantado en 2017, pero Sudán sigue en la lista negra estadounidense de países que apoyan el «terrorismo», lo que frena a los inversores extranjeros.

En julio la comunidad internacional prometió una ayuda de 1.800 millones de dólares (1.500 millones de euros) a Sudán, cuya transición democrática se ve amenazada por una grave crisis económica acelerada por la epidemia del nuevo coronavirus.

La inflación alcanza el 143% interanual y la moneda no para de depreciarse frente al dólar.

Sudán, que cuenta con muchas minas de oro ilegales, es uno de los países más pobres del mundo y ocupa el puesto 168 de 189 en el ranking publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, informe 2019).

– Tesoros arqueológicos inexplorados –

Las antiguas civilizaciones de Sudán construyeron más pirámides que las de Egipto, pero siguen siendo desconocidas.

El sitio arqueológico de la isla de Meroe (220 km al norte de Jartum) ha sido incluido por la Unesco en la lista del patrimonio mundial de la Humanidad. Esta civilización (del siglo III a. C. al siglo IV d. C.) presenta rasgos culturales del Egipto faraónico, de Grecia, de Roma y de África.

FUENTE  SWISS INFO   https://www.swissinfo.ch/spa/afp/cinco-cosas-sobre-sud%C3%A1n/46003122 

Guerra por el Agua El Rio Nilo

Por Eduardo Luque para El Viejo Topo

Durante mucho tiempo, casi desde el inicio del conflicto, algunos sostuvimos que Arabia Saudita saldría derrotada en su guerra con Yemen. Hicimos otra predicción hace pocas semanas, que también se ha demostrada cierta: el acuerdo irano-saudí, negociado por China, traería un amplio acuerdo político en todo Oriente Medio. Las previsiones parecen cumplirse.

La guerra en Yemen fue desastrosa para las armas saudíes y genocida para la población yemení. Mohamed bin Salmán, el hombre fuerte en el reino, necesitaba consolidar su liderazgo. Recurrió a dos medidas drásticas. La primera fue la represión interna que tuvo como consecuencia la eliminación, incluso físicamente, de algunos aspirantes al trono. La segunda, la guerra, que pretendía victoriosa contra un rival débil como era Yemen. En paralelo financiaba a grupos que actuaban contra Siria, Irán y se inmiscuía en la política libanesa. Desde 2011 se implicó en la guerra siria y en 2015 iniciaba la agresión contra Yemen para posteriormente, en junio de 2017, invadir Qatar. Todo ha sido un conjunto de fracasos terriblemente costosos.

La victoria del eje de la resistencia.

La guerra en Yemen es también, y sobre todo, una victoria del eje de la resistencia. Sin la determinación del pueblo yemení de resistir contra el régimen de Riad, apoyado por EEUU e Israel, no se habrían alcanzado estos acuerdos. La voluntad de resistencia se ha impuesto a la tecnología y el dinero. Tal es así que durante 8 años Tel Aviv, Washington y Riad coordinaron sus acciones militares creando un Estado Mayor conjunto que dirigía las operaciones. Su fracaso, a pesar de los millares de toneladas de bombas arrojadas o la destrucción de las infraestructuras, es evidente. Tras la mediación china Riad se comprometerá a pagar los salarios de los empleados públicos, a abrir el puerto de Hudeidah y a resolver los problemas monetarios de Yemen a cambio de la aceptación de la tregua por parte de Sanaa. En paralelo el reino saudí ha prometido fuertes inversiones a países de la zona como Turquía, que recibirá unos 7.000 millones de dólares en créditos blandos.

Arabia Saudita ha sido uno (no el único) de los países responsables de la desestabilización en Oriente Medio. Mantenía conflictos de alta/media intensidad con Irán, Siria, Iraq, Yemen y Líbano. La política de Riad de “normalización” con el estado de Israel aseguraba la penetración de la política estadounidense en la zona mientras intentaba debilitar al eje de la resistencia (Siria, Líbano e Irán). Este planteamiento está saltando por los aires. Todo está cambiando. En cascada y de forma más rápida de lo esperado las reacciones políticas se suceden: acuerdo irano-saudí (intercambio de embajadores y cónsules), acuerdo iraquí-iraní (para impedir que los kurdos iraquíes se conviertan en un elemento de desestabilización en la zona), intercambio de embajadores entre Siria y Arabia Saudita, visita del presidente sirio a  Emiratos y restablecimiento de nuevos y más fuertes lazos comerciales, reIntegración de Siria en la Liga Árabe con apoyo saudí (su reincorporación se propondrá en el mes de mayo), nuevos acuerdos comerciales ampliados entre El Cairo y Damasco, intercambio de embajadores entre Túnez y Siria, nuevos acuerdos entre Catar y Bahréin (desde el 2017 habían roto relaciones diplomáticas y el 12 de abril acordaron restablecerlas)… también se abre paso a una futura estabilización en Líbano. Por último, las negociaciones entre Irán, Siria, Turquía con la mediación de Moscú están muy cerca de culminar en un acuerdo entre Ankara y Damasco.

El elemento clave

El acuerdo irano-saudí ha sido el elemento clave en la nueva reconfiguración de Oriente Medio. Es una victoria espectacular de la política exterior china. El apretón de manos entre los dos antiguos enemigos tiene también otra significación: el entierro de billones de dólares gastados durante más de cuatro décadas con la excusa de la Guerra Global contra el Terrorismo.

Pekín es ahora la capital de la paz. La idea se ha impuesto en todo el Sur Global. La procesión de dirigentes políticos visitando Pekín demuestra la importancia del paso que ha dado Xi Jinping. La presentación del plan de paz de 12 puntos para solventar la crisis en Ucrania refuerza esa posición y choca frontalmente con la postura europea y estadounidense de implicarse más y más en la guerra de la OTAN contra Rusia.

El acercamiento entre Teherán y Riad se comenzó a diseñar antes del inicio de la guerra en Ucrania. Se aceleró cuando Arabia Saudita observó que EEUU bloqueaba los capitales rusos a consecuencia del conflicto. El miedo a correr la misma suerte empujo a Mohamed bi-Salman a repatriar capitales (la quiebra del Credit Suisse tiene nombre saudí). Riad se decidió por una mayor integración en los BRICS y ésta no podía hacerse en un estado casi de pre-guerra entre dos futuros socios como eran Teherán y Riad. Los dos países tenían intereses comunes que han pasado por Pekín. Las relaciones futuras entre los dos estados no serán fáciles. Les espera un largo camino. Deberán activar los acuerdos de cooperación firmados en 1998 y 2001 y lo más importante, deberán respetar la soberanía mutua.

El fortalecimiento de Irán, a  pesar de las sanciones, y la imposibilidad de derrotar al movimiento Ansarolá en el Yemen, aceleró la necesidad de este cambio de posición por parte de Riad. La derrota en Siria y Yemen de las fuerzas apoyadas por EEUU, Israel y las monarquías del Golfo es el síntoma más evidente del nacimiento del nuevo mundo multipolar. Joe Biden, en un movimiento, que algunos calificaron de desesperado, quiso convertir la cumbre de países árabes celebrada en Jiddah, en julio del 2022, en una alianza contra Irán. El país más proclive a EEUU e Israel que es Marruecos fue excluido de la conferencia por presiones del reino saudí. Ningún país participante se posicionó con EEUU. Lo sucedido en Ucrania pesaba mucho.

El gran juego en marcha

El tren de la multipolaridad ha salido de la estación y cobra velocidad. La transición a este nuevo marco no se improvisa. Es un efecto buscado; fue en 2008 cuando Brasil, Rusia, India y China comenzaron a desarrollar enfoques comunes en política internacional. El paso definitivo posiblemente se dé en agosto. Se pretende que los países BRICS aceleren los procesos para crear una moneda de reserva al margen del dólar. Es un proceso que tiene no sólo objetivos económicos sino que define zonas de especial importancia política tal como es Taiwan para China.

EEUU pretendía debilitar a Rusia económicamente a partir de la guerra en Siria (enfangarla en una larga y costosa guerra como la de Afganistán) para, finalmente, derrotar a Moscú en el conflicto ucraniano, golpeando posteriormente a China. Nada de eso parece funcionar. El Pentágono pretendía que los conflictos en Oriente Medio crearan un cinturón de países desestabilizados y en permanente conflicto alrededor de Rusia y China. Este objetivo está cada vez más lejano. La posibilidad de expansión de Pekín hacia el centro de Occidente a través de la iniciativa “una franja, una ruta” es evidente. Es lo que definía Halford Mackinder  como el Heartland de Eurasia. La angloesfera sabe que quien mantenga la influencia sobre esas zonas asegura una posición dominante. Washington había dispuesto un plan “B” por si fracasaba el primero, intentando crear un cinturón de contención hacia China en el Este de Asia utilizando países como Australia[*], Japón o Corea del Sur. Este objetivo presenta las primeras fisuras. El viaje a finales de diciembre del 2022 del primer ministro australiano a Pekín revela la preocupación de Gamberra por quedar enfrentada a China. El veto chino a la importación de carbón australiano ha hecho reaccionar a Gamberra alejándola de la posición norteamericana.

Las consecuencias

El acuerdo irano-saudí dará un fuerte impulso hacia la estabilidad y la cooperación en Oriente Medio y el Golfo Pérsico. Los grandes perdedores de esta nueva realidad son EEUU y el régimen israelí. Durante años han pretendido enemistar a unos países con otros con el objetivo de debilitarlos. El fin último de esta estrategia era preservar la hegemonía del régimen israelí en la zona y acabar con la causa palestina. EEUU e Israel buscaron crear una coalición árabe-israelí contra Irán. EEUU ha usado reiteradamente la supuesta “amenaza iraní” para “proteger” a sus aliados. No ha dudado en exacerbar las rivalidades confesionales entre sunitas o chiitas, como excusa para mantener sus tropas de ocupación en el Golfo. En esta estrategia jugó un importante papel el wahabismo, una doctrina que fue oficial en Arabia Saudí y es la base ideológica de los grupos terroristas Takfiris, como el Daesh y Al-Qaida.

A pesar de todas las presiones los países del Golfo Pérsico no han apoyado las sanciones occidentales contra Rusia. Incluso Arabia Saudí suscribió un acuerdo con Moscú para reducir la producción de petróleo y mantener los precios. Biden quería lo contrario. Otros países como Emiratos Árabes Unidos también han dado un impulso a sus vínculos con Rusia.

La desdolarización avanza

La consecuencia más temida por Washington se está haciendo realidad: Arabia Saudita postulándose como futuro miembro tanto de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) como de BRICS+, al igual que Irán. En diciembre del 2022 el presidente chino en visita a Riad acordó usar monedas nacionales en sus intercambios comerciales al margen del dólar, lo que es para Arabia Saudita una demostración de independencia. Por otra parte el reino saudí ha dado pasos a una cierta “liberalización” de las costumbres; Mohamed bin Salmán, por puro pragmatismo, se aleja del wahabismo y ha encarcelado a varios dirigentes de esta corriente. Esto debilita la idea de fragmentar al mundo islámico utilizando las líneas más dogmáticas de la religión con finalidades políticas.

Mientras Occidente fantasea con el «gran reinicio» que se defendió en Davos como proyecto de mundo futuro, Rusia y China, detrás de la escena, han proseguido su intento de derrocar al imperio, contando con casi todos los líderes del Sur Global. La desconexión que tanto había teorizado Samir Amin se hace realidad. Es una auténtica revolución. Se pensó, en un principio, que la desdolarización era una repuesta a las sanciones impuestas a Rusia y China. Ha resultado más coordinada de lo que parecía y, sobre todo, mucho más rápida de lo que se presumía. Los múltiples acuerdos que obvian el dólar entre países lo atestiguan (Brasil, Emiratos, Irán, Arabia Saudita, India, China, Kenia….).

La respuesta norteamericana

Parece ser que Joe Biden dijo, refiriéndose al acuerdo irano-saudí, “no podemos permitir eso” y se envió al director de la CIA a Arabia Saudita, en un viaje improvisado. Su objetivo: convencer a los líderes saudíes de su error. Ha sido un fracaso. Es posible que veamos algunos sucesos desagradables en el entorno que requieran la “protección” de los EEUU, que reaccionarán. Los  choques en Sudán son la primera consecuencia. La posibilidad de que Rusia instalara una base en el país ha animado a Biden a intervenir de la única forma que sabe: Washington está incrementando sus amenazas. El despliegue de portaaviones y submarinos atómicos en la zona ha sido la respuesta. Los estrategas norteamericanos teorizan que EEUU deberá vencer a China antes del 2025. No se habrá cerrado el conflicto ucraniano cuando se agudizará el conflicto en Taiwán.

Nota
[*] De ahí el acuerdo AUKUS firmado entre EEUU y Australia, dejando fuera a Francia.

FUENTE: EL VIEJO TOPO https://www.elviejotopo.com/topoexpress/oriente-medio-se-reconfigura/

Por Edgar Chacón Morales para Semanario Universidad Costa Rica

Hay una situación mundial que cada día queda más evidente y los acontecimientos así lo muestran: el cambio en el orden mundial.

Por un lado, los países BRICS como bloque y por otro, países en relaciones bilaterales, proponen y dan lugar a transacciones comerciales dejando por fuera al dólar.

Los países BRICS, ponen en marcha planes para echar a andar su propio banco y su moneda de negocios: El yuan se perfila en este sentido y la Rupia también levanta la mano.

En cuanto a la gestión del Banco, Dilma Rousseff de Brasil, es designada como directora de la institución. Tomó posesión en estos días, con la presencia del presidente Luis Ignacio Lula da Silva, en la sede del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, en Shanghai, China.

Con cien mil millones de dólares de capital, el Banco tomará operaciones, que en mucho han desarrollado hasta ahora, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Es un deber ético y de justicia darle su lugar al reconocimiento para la expresidenta de Brasil y desearle éxitos, luego del paso por insultos, vejámenes e injusticias a los que fue sometida por los serviles de los poderes neoliberales.

El presidente Lula, viajó acompañado por una delegación de empresarios y políticos, al país que es el principal socio comercial de Brasil. (El Mundo)

En fechas recientes, han visitado China, Emmanuel Macron de Francia, acompañado de la comerciante Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; Pedro Sánchez, de España y Olaf Scholz de Alemania.

Al presidente Macron se le ha llamado el “…niño prodigio de la banca…” (Reuters) y también “Un empleado de los Rothschild…”. (Pedro Fernández)

En esa visita, Macron se demarcó de Estados unidos, por lo que fue tratado de traidor por políticos estadounidenses. (France 24)

Por su parte, Japón levanta la voz en el G7/OTAN, se deslinda y “pide permiso” para comprarle petróleo a la Federación Rusa. Estados Unidos hace una excepción y “le da permiso”. Japón comprará a más de 60 dólares el barril, precio tope puesto por “occidente.” Lo pagará a 100 dólares o más, por barril, (Negocios.TV)

Además, en un escenario en el que países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Irak y Omán, anuncian que retiran más de un millón de barriles diarios del mercado. (Público)

También estos países, ya han planteado negocios fuera de la hegemonía del dólar y países de ASEAN, sudeste asiático, “discuten abandonar al dólar y al euro en sus tratativas comerciales y su principal potencia geoeconómica, Indonesia…, invita a sus socios regionales a cesar el uso de las tarjetas de crédito Visa y MasterCard para evitar las repercusiones de las sanciones occidentales contra Rusia”. (News Desk)

Cabe esperar cuáles serán las reacciones de Estados unidos al respecto.

En otro orden de cosas, China logró que Arabia Saudita e Irán se dieran la mano y por lo tanto, plantear algunos acuerdos consecuentes, entre ellos se vislumbran respectivos pasos hacia la paz en Yemen, por lo pronto un alto al fuego, en un conflicto que lleva ya varios años.

Si bien, en este conflicto están presente elementos culturales, religiosos, de cosmovisión, entre Sunitas con apoyo de Arabia Saudita y Chiitas con apoyo de Irán, no son los únicos elementos: Intereses geoeconómicos y geopolíticos, juegan en la situación.

En este orden de asuntos, debe tenerse en cuenta que la base del petrodólar se ve afectada, pues venía desde los años 70 del siglo pasado, por gestiones del presidente Nixon, quien cambió el respaldo del dólar, del patrón oro, al respaldo del petróleo de Arabia Saudita, dando origen a los petrodólares, lo que este país estaría “poniendo en revisión”.

El acuerdo entre Irán y Arabia Saudita conlleva el restablecimiento de relaciones diplomáticas; acuerdos para intercambio de actividades económicas como el turismo; visita por parte de Arabia Saudita a Yemen, para arreglos de paz, entre otros. (Liu Sibaya)

En este escenario geopolítico, la explosión de un dron de Estados Unidos en Siria provocó la muerte de nueve civiles. Cabe preguntarse: ¿Es para causar discordia entre chiitas y sunitas apoyados por Irán y Arabia Saudita, respectivamente? El presidente Biden dijo que esto se debió a la protección y defensa de intereses y ciudadanos de Estados Unidos, ya que había fallecido un “contratista” de ese país.

Caben de nuevo algunas preguntas: ¿Se trataba en realidad de un mercenario, cumpliendo alguna misión? ¿Es un “Plan del dólar para conservar su hegemonía…”? (The MXFam) ¿Se trata de provocar conflictos, en relación con los acuerdos Irán/Arabia Saudita? ¿Hay alguna relación con las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos?

Con relación a esto último y a los sucesos judiciales alrededor del ¿aspirante? Donald Trump: ¿Estamos frente a la presencia de “law fare”, en el propio Estados Unidos? Derivará esto en favor de la campaña de Donald Trump?

Al respecto, Donald Trump, se refirió al presidente Joe Biden, en los siguientes términos: “Puedes tomar a cinco de los peores presidentes de la historia de EEUU, ponerlos juntos, y no harán tanto daño como el que hizo Biden en sólo 15 meses. Mató el sueño americano en un año”. (Granma.cu)

Por otro lado, en su mencionada visita a China, Von der Leyen,  refiriéndose a los sucesos en Ucrania, “exigió” que China no enviara armas a la Federación Rusa. (France 24), como si la OTAN no enviara armas a Ucrania.

En cuanto al conflicto en Ucrania, que la Unión Europea piense en una “hoja de ruta” o guía para un plan de paz, es una intención que está en la vía de parar ese conflicto, y no apoyar la insistencia en el mismo, pese a intereses presentes y con lo que implica en el ámbito mundial.

Debe tenerse presente que, Estados Unidos, basa su hegemonía, fundamentalmente en dos elementos: Su fuerza militar; y el dólar, como vehículo de transacciones, de la mano sistema Swift.

Como lo demuestran los acontecimientos relatados antes, el dólar está siendo obviado en distintas transacciones. Su fuerza militar, está en momentos de desafíos fuertes.

Otro elemento que el G7/OTAN arguye, es la defensa del sistema internacional basado en reglas. ¿Reglas de quién; reglas que las puso quién; ¿que le sirven a quién y que las manipula quién, al servicio de sus intereses?

Queda claro también que el neoliberalismo impulsado por el capital globalista “forodaviano”, impulsor de respectivas guerras y agresiones, que ha contado con el Partido Demócrata y figuras como Barak Obama y Bill Clinton antes y ahora Joe Biden, está encontrando un fuerte valladar a sus planes.

Por lo visto, a los países guiados por el neoliberalismo se les reduce su escenario exterior, a la vez que afrontan problemas internos. Así las cosas, a los países que conforman la Unión Europea les esperan por lo menos tres retos: ganar credibilidad internacional; confianza al interior de sus sociedades y pensarse como conjunto de países.

Por América Latina, Brasil es el país que está tomando, con la decisión consecuente, esta oportunidad histórica.

La democracia de este lado del mundo, occidental y cristiano debe fortalecerse como sistema organizativo justo y equitativo.

Para quienes piensen, de manera pesimista, que la alternativa multipolar/unipolar, sólo se trata de cambiar de “director de orquesta”, se hace necesario aclarar, que son visiones y formas diferentes de organizar la convivencia internacional y la gestión de la humanidad, el planeta y la vida.

FUENTE SEMANARIO UNIVERSIDAD https://semanariouniversidad.com/opinion/acontecimientos-de-geoeconomia-y-geopolitica-senales-claras-del-inicio-del-proceso-de-descenso-de-la-hegemonia-usa-g7-otan/

Por Wolfgang Münchau director de Eurointelligence.

La UE no está en condiciones de alinearse con Washington frente a Pekín. Sería catastrófico para la economía e insostenible desde el punto de vista político.

He aquí un par de estadísticas dirigidas a todos los académicos, miembros de fundaciones y periodistas ilusos que creen que el poder de la Unión Europea se está desplazando hacia el Este.

Tres de los 27 países que la integran —Alemania, Francia e Italia— representan más de la mitad del PIB de la Unión. Los 11 países del centro y el este de Europa suman poco más del 10%. Además, Alemania, Francia e Italia son los principales socios comerciales de China en la UE. En cuestión de política industrial, el centro de gravedad de los Veintisiete descansa firmemente en el oeste.

El apoyo del presidente de Francia, Emmanuel Macron, a una relación industrial estrecha con China causó estupor a muchos analistas del Reino Unido y Estados Unidos, pero a muy poca gente en Europa occidental. Este es uno de los pocos asuntos en los que el canciller alemán, Olaf Scholz, coincide con Macron. Los franceses no están de acuerdo con la reforma de las pensiones de su presidente, pero sí con su política exterior. Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, tampoco es amiga del presidente francés, pero está en el mismo bando que él cuando se trata de China. El país asiático es un gran inversor en Italia.

Basta con fijarse en las relaciones entre la Unión Europea y China desde la posición de las empresas industriales europeas. En pocos años, las compañías se han quedado sin Reino Unido como socio comercial privilegiado. También han perdido a Rusia. No pueden permitirse perder, además, a China. Ciertamente, Europa del Este tiene otras prioridades. La guerra de Ucrania ha dado a sus políticos una presencia en los medios de comunicación que antes les había sido negada. Ellos son los más firmes transatlantistas de la Unión, pero sería un error pensar que hablan en nombre de los Veintisiete. Simplemente, coinciden con la posición de Reino Unido en muchos asuntos.

La pregunta concreta a la que la Unión Europa se enfrentará pronto es si secundar a Estados Unidos, del que depende para su seguridad, en una posición de enfrentamiento con China, o esforzarse por ser más independiente de los estadounidenses, con todas las consecuencias que semejante paso conllevaría.

Se trata de un interrogante perfectamente legítimo. Recuerdo que ya era la gran cuestión cuando se introdujo el euro en 1999. Muchos nos preguntábamos entonces si la Unión Europea debía convertir la moneda común en un instrumento geopolítico como alternativa al dólar estadounidense. No fue así. Por el contrario, el papel del dólar en la política de seguridad estadounidense y mundial se ha reforzado desde entonces. Estados Unidos, por ejemplo, ha desarrollado el instrumento de las sanciones financieras indirectas, que impone a terceros países que incumplen las políticas estadounidenses. Estas sanciones se han convertido en un medio primordial de la política de seguridad.

Pero los europeos han descubierto para su consternación que este es un poder que Estados Unidos no duda en utilizar también contra ellos. La semana pasada, el Gobierno de Joe Biden impuso sanciones a un banco húngaro por sus vínculos con Moscú. Antes había ejercido ese poder para obligar al cumplimiento de sus sanciones sobre el gasoducto Nord Stream 2.

La actual Administración estadounidense también ha promulgado la Ley de Reducción de la Inflación, un programa de subvenciones medioambientales que la Unión Europea considera una medida hostil porque incentiva el traslado de empresas europeas a Estados Unidos. Las elecciones presidenciales de 2024 y el posible regreso de Donald Trump son otros nubarrones en el horizonte. Los europeos son muy conscientes de que tener a Joe Biden en la presidencia estadounidense probablemente sea lo mejor que puede pasar para las relaciones trasatlánticas. La cuestión, por tanto, no es solo si los europeos quieren alinearse con Estados Unidos, sino si un futuro Gobierno estadounidense querrá alinearse con Europa.

Una invasión en toda regla de Taiwán por parte de China nos acercaría a la hora de la verdad en este debate. Está claro que la dependencia europea de Estados Unidos para su defensa restringe su libertad de maniobra. Pero no veo de qué manera la UE puede ponerse totalmente del lado estadounidense en un conflicto total con China por Taiwán. ¿Accedería a congelar las reservas oficiales chinas como hizo el año pasado con Rusia? ¿Y a dejar de invertir en el país asiático? No lo creo. La economía de la Unión no está hecha para unas relaciones al estilo de la Guerra Fría, porque se ha vuelto demasiado dependiente de las cadenas de suministro mundiales.

Como en tantas otras ocasiones, la posición de Alemania podría ser decisiva. Las relaciones con China son también fuente de discordia en la coalición tripartita de Scholz. Los Verdes mantienen una actitud crítica hacia el país asiático. El SPD del canciller simpatiza con la postura más matizada de Macron. Los Verdes opinan que el SPD está repitiendo con China el mismo error que cometió antes con Rusia, al crear nuevas dependencias.

Es un argumento de peso, pero pasa por alto tres realidades: las dependencias ya existen, son grandes y son muy difíciles de evitar. Por ejemplo, China controla la mayor parte del mercado mundial de litio, un metal fundamental para la producción de baterías eléctricas. También tiene prácticamente el monopolio de algunas tierras raras. Rusia disfruta de una sólida posición en el mercado de otros dos importantes metales industriales: el aluminio y el paladio. La industria alemana depende en gran medida de estas materias primas.

Mi predicción es que el grupo de presión alemán prochino saldrá ganador de este debate. El asunto también tiene la capacidad de reavivar la alianza francoalemana. Las relaciones entre Alemania y Francia han tenido sus altibajos; a menudo permanecen latentes durante años, pero cuando de verdad importa, suelen activarse.

La realidad de fondo de la Europa actual es que no puede liberarse fácilmente de su relación con China, de la misma manera que no puede liberarse de Estados Unidos. La Unión Europa necesita a los dos y compaginará sus relaciones con ambos mundos lo mejor que pueda. Los intereses de los núcleos económicos de la vieja Europa serán los que determinarán en última instancia las políticas. No hay cambio de poder.

El único cambio que detecto es que lo que opina Reino Unido de la Unión Europea tiene menos peso que antes.

Wolfgang Münchau es director de www.eurointelligence.com

FUENTE: https://www.eurointelligence.com/column/macron-was-right

Por Pepe Escobar.

…el sur de Eurasia está salpicado de fronteras conflictivas, como en Cachemira, Armenia-Azerbaiyán, Tayikistán-Kirguistán. El Hegemón está obligado a invertir en un recrudecimiento de los conflictos militares por las fronteras en disputa, así como de las tendencias separatistas (por ejemplo, en Baluchistán). Abundan las operaciones negras de la CIA.


Nunca debe subestimarse la disonancia cognitiva colectiva que muestra la jauría de hienas de rostros pulidos que dirige la política exterior estadounidense.

Y, sin embargo, esos psicópatas neocon straussianos han logrado un éxito táctico. Europa es un barco de tontos que se dirige a Escila y Caribdis, con cómplices como Le Petit Roi de Francia y el canciller salchichas de hígado de Alemania cooperando en la debacle, con las galerías ahogándose en una vorágine de moralismo histérico.

Son los que dirigen el Hegemón los que están destruyendo Europa. No Rusia.

Pero luego está La Gran Imagen del Nuevo Gran Juego 2.0.

Dos analistas rusos, por medios diferentes, han elaborado una hoja de ruta sorprendente, bastante complementaria y realista.

El general Andrei Gurulyov, retirado, es ahora miembro de la Duma. Considera que la guerra OTAN vs. Rusia en suelo ucraniano no terminará hasta 2030, cuando Ucrania básicamente habría dejado de existir.

Su fecha límite es 2027-2030, algo que hasta ahora nadie se ha atrevido a predecir. Y «dejar de existir«, según Gurulyov, significa realmente desaparecer de cualquier mapa. Implícita está la conclusión lógica de la Operación Militar Especial -reiterada una y otra vez por el Kremlin y el Consejo de Seguridad: la desmilitarización y desnazificación de Ucrania; el estatus neutral; la no pertenencia a la OTAN; y la «indivisibilidad de la seguridad», por igual, para Europa y el espacio postsoviético.

Así que hasta que no tengamos estos hechos sobre el terreno, Gurulyov está diciendo esencialmente que el Kremlin y el Estado Mayor ruso no harán ninguna concesión. Nada de un «conflicto congelado» impuesto por el Cinturón o un falso alto el fuego, que todo el mundo sabe que no se respetará, igual que nunca se respetaron los acuerdos de Minsk.

Y, sin embargo, Moscú, tenemos un problema. Por mucho que el Kremlin insista siempre en que ésta no es una guerra contra los hermanos y primos eslavos ucranianos -lo que se traduce en que no habrá Shock’n Awe al estilo estadounidense pulverizando todo lo que esté a la vista-, el veredicto de Gurulyov implica que la destrucción del actual Estado ucraniano, canceroso y corrupto es una necesidad.

Un informe de situación exhaustivo de la encrucijada crucial, tal y como está, argumenta correctamente que si Rusia estuviera en Afganistán durante 10 años, y en Chechenia, todos los periodos combinados, durante otros 10 años, la SMO actual – descrita de otro modo por algunas personas muy poderosas en Moscú como una «casi guerra» – y encima contra toda la fuerza de la OTAN, bien podría durar otros 7 años.

El informe de situación también argumenta correctamente que para Rusia el aspecto cinético de la «casi guerra» ni siquiera es el más relevante.

En lo que a todos los efectos prácticos es una guerra a muerte contra el neoliberalismo occidental, lo que realmente importa es un Gran Despertar ruso, que ya está en marcha:

El objetivo de Rusia es emerger en 2027-2030 no como un mero ‘vencedor’ erguido sobre las ruinas de algún país ya olvidado, sino como un Estado que ha vuelto a conectar con su arco histórico, se ha encontrado a sí mismo, ha restablecido sus principios, su valentía en la defensa de su visión del mundo.

Sí, se trata de una guerra civilizacional, como ha argumentado magistralmente  Alexander Dugin. Y se trata de un renacimiento civilizacional. Y, sin embargo, para los psicópatas neoconservadores straussianos, eso no es más que otra estratagema para sumir a Rusia en el caos, instalar una marioneta y robar sus recursos naturales.

Fuego en el agujero

El análisis de Andrei Bezrukov complementa perfectamente el de Gurulyov ( aquí, en ruso). Bezrukov es un antiguo coronel del SVR (la inteligencia exterior rusa) y ahora profesor de la cátedra de Análisis Aplicado de los Problemas Internacionales del MGIMO y presidente del think tank Consejo de Política Exterior y de Defensa.

Bezrukov sabe que el Imperio no se tomará a la ligera la humillación masiva de la OTAN en Ucrania. E incluso antes del posible plazo de 2027-2030 propuesto por Gurulyov, argumenta, está destinado a incendiar el sur de Eurasia, desde Turquía hasta China.

El presidente Xi Jinping, en su memorable visita al Kremlin el mes pasado, dijo al presidente Putin que el mundo está experimentando cambios «no vistos en 100 años«.

Bezrukov, apropiadamente, nos recuerda el estado de las cosas entonces:

En los años que van de 1914 a 1945, el mundo se encontraba en el mismo estado intermedio en el que se encuentra ahora. Aquellos treinta años cambiaron el mundo por completo: de los imperios y los caballos a la aparición de dos potencias nucleares, la ONU y el vuelo transatlántico. Estamos entrando en un periodo similar, que esta vez durará unos veinte años.

Europa, previsiblemente, «se marchitará», pues «ya no es el centro absoluto del universo«. En medio de esta redistribución del poder, Bezrukov retoma uno de los puntos clave de un análisis seminal desarrollado en el pasado reciente por Andre Gunder Frank: «Hace 200-250 años, el 70% de la fabricación estaba en China e India. Estamos volviendo a más o menos ahí, lo que también se corresponderá con el tamaño de la población«.

Así que no es de extrañar que la región de más rápido desarrollo – que Bezrukov caracteriza como «el sur de Eurasia» – pueda convertirse en una «zona de riesgo«, potencialmente convertida por el Hegemón en un enorme barril de poder.

Describe cómo el sur de Eurasia está salpicado de fronteras conflictivas, como en Cachemira, Armenia-Azerbaiyán, Tayikistán-Kirguistán. El Hegemón está obligado a invertir en un recrudecimiento de los conflictos militares por las fronteras en disputa, así como de las tendencias separatistas (por ejemplo, en Baluchistán). Abundan las operaciones negras de la CIA.

Aun así, Rusia podrá salir adelante, según Bezrukov: «Rusia tiene grandes ventajas, porque somos el mayor productor de alimentos y proveedor de energía. Y sin energía barata no habrá progreso ni digitalización. Además, somos el vínculo entre Oriente y Occidente, sin el cual el continente no puede vivir, porque el continente tiene que comerciar. Y si el Sur arde, las rutas principales no serán por los océanos del Sur, sino por el Norte, principalmente por tierra«.

El mayor desafío para Rusia será mantener la estabilidad interna:

Todos los Estados se dividirán en dos grupos en este punto de inflexión histórico: los que puedan mantener la estabilidad interna y avanzar razonablemente, sin derramamiento de sangre, hacia el siguiente ciclo tecnológico, y los que sean incapaces de hacerlo, que se salgan del camino, que florezca un sangriento enfrentamiento interno como el que tuvimos hace cien años. Estos últimos retrocederán entre diez y veinte años, se lamerán posteriormente las heridas y tratarán de ponerse a la altura de los demás. Así que nuestro trabajo es mantener la estabilidad interna.

Y ahí es donde el Gran Despertar insinuado por Gurulyov, o el hecho de que Rusia vuelva a conectar con su verdadero ethos civilizacional, como sostendría Dugin, desempeñará su papel unificador.

Aún queda mucho camino por recorrer, y una guerra contra la OTAN que ganar. Mientras tanto, en otras noticias, los hackeos hegemónicos están dando vueltas, del Atlántico Norte se ha trasladado al sur de China. Buenas noches y buena suerte.

Traducción del observatprio de Trabajadores en Lucha link: https://observatoriodetrabajadores.wordpress.com/2023/04/24/la-venganza-del-imperio-incendiar-el-sur-de-eurasia-pepe-escobar/


*Pepe Escobar es columnista de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia. Desde mediados de la década de 1980 ha vivido y trabajado como corresponsal extranjero en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Singapur y Bangkok. Es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge, Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009), 2030 (Nimble Books, 2020). Su ultimo libro es Raging Twenties (Nimble, 2021)

Nota del Observatorio de Trabajadores en Lucha

Escila y Caribdis son dos monstruos marinos de la mitología griega situados en orillas opuestas de un estrecho canal de agua, tan cerca que los marineros intentando evitar a Caribdis terminarían por pasar muy cerca de Escila y viceversa.

Fuente original: Strategic Culture Foundation

Por Rafael Poch de Feliu

En el concurso de dementes que empuja hacia una gran guerra y a la definitiva irrelevancia mundial de la Unión Europea, Polonia juega un papel de vanguardia.

Miroslaw Hermaszewski (1941-2022) fue el primer y, hasta la fecha, único astronauta polaco. En 1978 formó parte de la tripulación de la Soyuz 30 y cumplió misión en la estación orbital soviética Saliut-6. Después de eso, alcanzó el generalato y fue condecorado con la medalla de “Héroe de la Unión Soviética”, la más alta distinción de la URSS raramente concedida a extranjeros. Muchos años después del hundimiento del bloque del Este, en julio de 2013, el jubilado astronauta concedió una entrevista al canal de televisión polaco TVN 24 en la que ofreció detalles desconocidos de su biografía. En Polonia se conmemoraba entonces el setenta aniversario de las “masacres de Volinia” es decir la aniquilación de entre 70.000 y 100.000 civiles polacos a manos del brazo armado de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), el llamado Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Hermaszewski nació en un pueblo de Volinia llamado Lípniki y tenía dieciocho meses cuando las unidades del UPA llegaron al pueblo una noche de finales de marzo de 1943.

”Asesinaron a 182 personas de nuestro pueblo, entre ellos dieciocho de nuestra familia inmediata, mi abuelo murió de siete golpes de bayoneta en la cabeza”, explicó. El pequeño Miroslaw se salvó de milagro, porque su madre lo tomó en brazos y huyó con él campo a través. “Los bandidos vieron que una mujer corría con un niño en brazos y empezaron a dispararnos”. Uno de ellos les persiguió y disparó a la madre en la cabeza a corta distancia pero falló, solo fue herida en la sien y en la oreja, cayó inconsciente y el niño huyó. (1)

Al día siguiente de aquella entrevista, el parlamento polaco aprobó una resolución sobre las matanzas de polacos del periodo 1942-1945 en Volinia y Galitzia oriental, territorios que habían pertenecido a la segunda república polaca hasta la disolución del estado polaco de 1939, condenando la masacre de “alrededor de 100.000 ciudadanos polacos, hombres, mujeres, ancianos y niños” a manos de los nacionalistas ucranianos de Ucrania Occidental. La resolución consideraba que, “la dimensión organizada y masiva del crimen de Volinia lo caracteriza como una limpieza étnica con aspectos de genocidio”. Al mismo tiempo, el parlamento expresaba su agradecimiento “a los ucranianos que actualmente ayudan a documentar los crímenes y conmemorar a las víctimas”, pese a que el gobierno ucraniano no autoriza excavaciones en los escenarios de las matanzas.

En septiembre de 2016 el parlamento ucraniano, la Verjóvnaya Rada, rechazó las consideraciones de la cámara polaca con cuatro argumentos: 1- que los polacos también mataron ucranianos, 2- que el número de víctimas polacas no pudo exceder los 30.000, porque en aquellos momentos en Volinia no había tanta población, 3- que “está bien establecido” que los perpetradores fueron agentes de la policía secreta soviética disfrazados de combatientes de la OUN /UPA (pese a que desde junio de 1941 la región estaba ocupada por los alemanes y los soviéticos se habían retirado, derrotados) y que 4- evocar este asunto solo sirve a los intereses rusos. (2)

Saco esto a colación para ilustrar el hecho de la complejidad de las relaciones polaco-ucranianas. Polonia ha acogido ejemplarmente a centenares de miles de ucranianos que han huido de la guerra. Es el segundo país de Europa, después de Rusia, que más refugiados ucranianos ha recibido. Polonia es también el país más antiruso y más proamericano del continente. Solo un 2% de los polacos expresan una opinión favorable a Rusia, según una encuesta del Pew Research Center de primavera del año pasado, que también daba un máximo continental de opiniones favorables a Estados Unidos (91%). Esa opinión echa sus raíces muy lejos, en toda una serie de experiencias históricas mutuamente desastrosas y bien conocidas, tanto con el zarismo como durante el estalinismo, cuando centenares de miles de polacos perecieron o fueron deportados por el régimen soviético, y, más en general, en una divergencia histórica, cultural y religiosa con Rusia muy viva.

Entre 1572 y 1791 la elección de los reyes polacos por los nobles, que a veces implicaba a cuarenta mil o cincuenta mil de ellos, fue norma en Polonia. El rey electo estaba atado por el llamado “pacta conventa”, una suerte de contrato que detallaba las obligaciones del rey hacia la nobleza. Si se compara las relaciones de aquella caótica monarquía republicana, nobiliaria y católica, con las de la autocracia ortodoxa moscovita, en las que el “gosudar” (soberano) se definía por atar bien corto a sus boyardos, y donde la nobleza estaba totalmente supeditada a la corte, el contraste entre las culturas políticas de ambos países no puede ser más agudo y da lugar a verdaderas patologías.

Con Putin los polacos rechazaron la mano tendida de Moscú, por ejemplo reconociendo directamente y asumiendo la responsabilidad por las matanzas estalinistas de Katyn. Cuando en abril de 2010 el avión que conducía a la plana mayor del país a un acto conmemorativo de aquellas matanzas se estrelló cerca de Smolensk por obvias negligencias polacas, la nación prefirió ver en la tragedia un atentado ruso pese al cúmulo de evidencias en contra registradas en la caja negra… La extrema beligerancia del gobierno polaco en el actual conflicto es resultado de todo este complejo de experiencias históricas, diferencias y patologías.

Ningún gobierno europeo se ha mostrado más proclive y entusiasta con que la OTAN intervenga abiertamente en la guerra contra Rusia. Los polacos son siempre los primeros a la hora de apoyar el envío de todo tipo de armas, son los terceros que más ayuda militar han prestado a Ucrania, solo por detrás de Estados Unidos e Inglaterra, gastan proporcionalmente mas que nadie en “defensa” y están reforzando su ejército a marchas forzadas junto a su fronteras con Ucrania y Bielorrusia. Según algunas estimaciones muy difíciles de verificar ya hay miles de soldados polacos en Ucrania luchando de forma extraoficial, es decir formalmente licenciados o en excedencia del ejército polaco. Pero lo que importa aquí es retener que en el actual conflicto Polonia tiene sus propios intereses, sus propios motivos, sus propios proyectos, y marca su propio juego. ¿Qué decir del juego polaco? Pues que históricamente ha sido siempre fiel a aquella observación de Balzac, casado con una polaca nacida en Ucrania, que ya en el siglo XIX advertía que “si hay un precipicio, el polaco se tira por el”.

En época moderna, gran parte de Ucrania Occidental perteneció a Polonia desde 1918 hasta 1939, y en épocas anteriores los polacos dominaron enormes zonas de la actual Ucrania. En el siglo XVI se creó la llamada “República de las dos naciones” formada por el reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania. Duró hasta finales del XVIII y dominó, además de sus dos matrices, los territorios de Bielorrusia, gran parte de las actuales Estonia, Letonia y Ucrania, y zonas de la Rusia meridional. En aquella época la influencia polaca y sus ejércitos llegaron a Moscú, enviaron a Varsovia enjaulado al zar de Rusia, donde fue ejecutado, e incluso impusieron un breve zar en Moscú, en lo que en la historia rusa se conoce como “época turbulenta”. Aquella “gran Polonia” se extendía por casi un millón de kilómetros cuadrados y dejó en Varsovia y Cracovia un recuerdo de grandeza que siempre ha sido muy difícil compaginar con las realidades de una nación obligada a convivir con los tres colosos de su entorno: Prusia, Austria-Hungría y Rusia. Llevarse mal con todos ellos equivalía a una sentencia de muerte, pero eso es, precisamente, lo que hicieron los polacos: tirarse por el precipicio de Balzac y pagar por ello el correspondiente precio.

Entre la destrucción de la vieja república polaca, en 1795 y el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1918, el estado polaco dejó de existir. Fueron 123 años, cinco largas generaciones en los que Polonia solo conoció el dominio extranjero y la opresión política de prusianos, rusos, y austro-húngaros. En esa larga travesía del desierto, los polacos se metieron en un avispero de múltiples hostilidades; en Rusia contra los lituanos, en Austria /Hungría contra los ucranianos de Galitzia oriental y contra los checos, y en la mayoría de las ciudades polacas contra los judíos cuyo sionismo militante levantaba cabeza. Luchar contra todos, sin calcular las propias fuerzas y las del adversario, es una vieja tradición polaca. Una doble hostilidad geopolíticamente suicida, contra alemanes y rusos, dictó su segunda gran extinción como estado en 1939, con el pacto Molotov/Ribbentrop y el enésimo reparto territorial y maltrato del país, ahora entre Alemania y la URSS.

La gran Polonia/Lituania de los siglos XVII y XVIII

¿De donde viene esa predisposición nacional al suicidio? La primera estrofa de su himno nacional, “Jeszcze Polska nie zginela” (“Polonia aún no ha muerto”), la proclama con orgullo. Norman Davies, el principal historiador británico de la nación, cuya obra rezuma simpatía hacía esa actitud polaca, la explica como virtud al observar que “todos los principales países europeos pasaron por la experiencia romántica, pero en Polonia fue particularmente intensa. Se puede pensar que ofreció el elemento principal de su cultura moderna”. (3) Sea como fuere, los polacos están regresando ahora a sus típicos delirios nacionales a propósito de la guerra de Ucrania. En el centro de esos delirios la idea de recrear la gran Polonia del Mariscal Pilsudski.

En los años veinte el caudillo polaco Jósef Pilsudski, rescató la tradición de grandeza imperial de aquella República aristocrática polaca de los siglos XVII y XVIII para formular su proyecto de federación desde el Báltico hasta el Mar Negro bajo liderazgo polaco, el llamado Miedzymorze o Intermarium. Aquel espacio entre los dos mares estaba enfocado a la disolución de Rusia, primero en su encarnación zarista/imperial y luego soviética. En su actual Constitución (1997), Polonia se declara sucesora de “las mejores tradiciones” de aquella primera república, bajo la cual los campesinos ucranianos estuvieron sometidos al doble yugo de los latifundistas polacos y del catolicismo. Desde la disolución de la URSS y la integración de Polonia en la Unión Europea, la idea de una “tercera Europa” liberada de lo que el primer ministro Mateusz Morawiecki describe como “dictadura franco-germana” de la UE, está presente en la mentalidad de la derecha polaca y encaja con los intereses de Washington en el continente.

En un artículo publicado el 26 de marzo por la revista Foreign Policy, Dalibor Rohac, un autor neocón del “American Enterprise Institute” evocaba la conveniencia de un nuevo Intermarium, una unión polaco-ucraniana que contenga a Rusia y desbarate definitivamente al competidor europeo. “Ambos países”, decía, “se enfrentan a amenazas de Rusia, Polonia forma parte de la UE y de la OTAN, así que si formaran un estado federal o confederal común con una misma política exterior y de defensa, Ucrania se integraría inmediatamente en la UE y en la OTAN” “Se formaría así el mayor país de la UE (segundo en población tras Alemania) y su primera potencia militar, ofreciendo un contrapeso más que adecuado al tandem franco-alemán. Para Estados Unidos sería una forma de asegurar el flanco oriental de Europa frente a la agresión rusa a cargo de un país con una comprensión muy clara de la amenaza de Rusia”, decía. El precedente de la reunificación alemana, en la que la RFA engulló a la RDA, “demuestra que tal operación es posible si hay voluntad política”, señalaba el articulista, dejando caer de paso el detalle de que de esa forma, Estados Unidos podría desentenderse del coste de la reconstrucción de Ucrania, lastre que recaería íntegramente en el club del cual Kíev ya sería miembro… La guinda del artículo era la frase con la que concluía y que resume tanto las intenciones de Washington como las ambiciones de Varsovia: “El futuro de Ucrania es demasiado importante como para dejarlo en manos de Bruselas, París y Londres”. (4)

El 5 de abril el diario polaco Rzeczpospolita recogió la idea en un artículo del politólogo Tomasz Grzegorz Grosse de la Universidad de Varsovia, titulado, Reconstruyamos la República de Polonia, esta vez con Ucrania. (5) Se trata de, “construir un sistema de seguridad sólido en Europa central-oriental” que haga posible “una mayor intervención de Estados Unidos en el Pacífico” contra China, escribía el autor. “También los expertos polacos aconsejan la reconstrucción de la histórica República de las dos naciones, profundizando la cooperación entre los países de nuestra región, al principio principalmente polacos y ucranianos”, decía.

El mismo día de la publicación del artículo, el Presidente Zelenski realizaba su primera visita oficial a Polonia, donde fue condecorado con la orden polaca del “Águila blanca” y declaró la “amistad por los siglos” entre Polonia y Ucrania. “Entre los dos países no debe haber fronteras políticas, económicas ni sobre todo históricas”, dijo el Presidente ucraniano en lo que parecía una velada referencia a las matanzas de polacos en Volinia y Galitzia de los años cuarenta. Pocos días después, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki visitaba Washington, reclamando el liderazgo de la “tercera Europa” para su país: “Polonia quiere convertirse en la base de la seguridad europea. Nuestros vecinos de Occidente fueron los primeros en cometer el gran error de una estrecha cooperación energética con Rusia, y ahora su posición hacia Ucrania no es la misma de Estados Unidos o de Polonia”, dijo en abierta referencia a las últimas declaraciones de Emmanuel Macron contra el “vasallaje” europeo realizadas a su regreso de la visita oficial a China. “Los aliados de Europa occidental y Estados Unidos no pueden o no quieren armar y entrenar suficientemente a las tropas ucranianas para lograr una victoria espectacular”, decía Tomasz Grzegorz Grosse en el mencionado artículo. “Somos la piedra angular perfecta de las relaciones europeo-estadounidenses”, proclamó Morawiecki en Washington, criticando a “aquellos líderes europeos que quieren un alto el fuego rápido en Ucrania, prácticamente a cualquier precio”.

Polonia se está convirtiendo en un nudo de concentración de tropas junto a Bielorrusia y Ucrania”, dice en Moscú Konstantín Zatulin, vicepresidente del comité para las relaciones con el entorno ex soviético de la Duma de Rusia. Según fuentes de la inteligencia de Estados Unidos citadas por el periodista Seymour Hersh en su último artículo, en Polonia y Rumanía hay dos brigadas aerotransportadas, la 81 y la 101, es decir veinte mil soldados de Estados Unidos, perfectamente preparadas para una intervención militar en Ucrania, sin que se sepa cuál es el plan y el objetivo de la Casa Blanca en esta guerra. (6) La respuesta rusa a esa tendencia ha sido el anuncio de desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia, bajo estricto control ruso, el mismo estatuto que rige la presencia de esas mismas armas americanas en Turquía, Bélgica, Holanda, Italia y Alemania para torear los artículos 1 y 2 del acuerdo de no proliferación nuclear.

En el concurso de dementes que nos empuja hacia una gran guerra y a la definitiva irrelevancia mundial de la Unión Europea, Polonia ya está jugando un papel de vanguardia.

Notas

(1)Hermaszewski wspomina historie swojej rodziny podczas rzezi wolynskiej / Hermaszewski recuerda la historia de su familia durante la masacre de Volinia, en :ONET Wiadomosci,11 de julio de 2013.

(2) Citado por Nicolai N. Petro, 2023; The Tragedy of Ukraine.

(3) Davies en Hearth of Europe: A short History of Poland, 1984.

(4) It’s Time to Bring Back the Polish-Lithuanian Union (foreignpolicy.com)

(5) Tomasz Grzegorz Grosse: Odbudujmy Rzeczpospolitą. Tym razem z Ukrainą – rp.pl

(6) Seymour Hersh, Trading with the enemy.

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante la primera semana de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania, en febrero del año pasado, las tropas rusas llegaron a las cercanías de Kiev y Járkov, las dos principales ciudades de Ucrania. Durante un mes permanecieron ahí. El mundo esperaba impaciente el momento en que el Kremlin ordenara la ofensiva para tomar la capital. Sin embargo, el 1° de abril las fuerzas militares rusas se retiraron sin sufrir bajas. De inmediato, la prensa occidental comenzó a vociferar con abrumador estruendo que Rusia había sufrido una gran derrota y que se había visto obligada a retirarse en medio de grandes pérdidas humanas y materiales. No pudieron mostrar ninguna prueba de tales pérdidas. Había comenzado el show de la mentira y las fake news en el conflicto de Ucrania.

Un poco más de un año después del inicio de la OME, vale la pena preguntarse: ¿Era un objetivo de Rusia tomar Kiev y producir una fulminante derrota de Ucrania? A la luz de los acontecimientos no parece haber sido ese el objetivo. Las misiones enunciadas por el propio presidente Putin fueron expresadas con claridad desde el principio: impedir el genocidio que se preparaba para las repúblicas de Donetsk y Lugansk,  desmilitarizar y desnazificar Ucrania. En este razonamiento no se puede entonces, evaluar el desarrollo de las acciones a partir de objetivos que han emergido de think tanks occidentales o de los medios trasnacionales de desinformación, no de quienes decidieron y planificaron la operación.

Para todos aquellos que hablan de plazos no cumplidos, de lentitud en el desarrollo de las acciones combativas, de colapsos inminentes de la economía rusa, de certeza en los cercanos y perentorios vencimientos de los arsenales de misiles y municiones rusas, hay que decirles que eso no es más que desesperada propaganda occidental encaminada a engañar a ingenuos, ignorantes, e incautos.

El único plazo que se ha escuchado en el último año no vino de dirigente ruso alguno, sino del presidente de China, Xi Jinping cuando al despedirse de su homólogo ruso tras su reunión en el Kremlin le dijo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años ysomos nosotros quienes los estamos liderando juntos”. No había inmediatez, cortoplacismo, ni visión coyuntural del conflicto, sino una profunda reflexión de largo plazo, estratégica y de análisis del carácter estructural de las transformaciones que están ocurriendo. He ahí la verdadera dimensión de lo que se está viviendo.

Una serie de hechos dan cuenta de que no es Rusia quien está perdiendo la guerra, El 16 de febrero pasado se informó que los arsenales de los países europeos estaban vacíos a causa del conflicto en Ucrania, En este contexto, los ministros de Defensa occidentales se preguntaban con qué recursos y por cuánto tiempo podrían seguir apoyando a Kiev. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, el aliado más cercano de Ucrania declaró en enero que Occidente ya está «cansado» del conflicto en Ucrania.

A su vez, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, declaró  que las Fuerzas Armadas ucranianas deberían utilizar las municiones con más moderación, como lo hacen en la OTAN. Wallace precisó que uno de los objetivos del programa de entrenamiento de los militares ucranianos es que «combatan al estilo occidental«. Cualquiera que sabe un poquito de estos asuntos sabe que una transformación operacional, logística y de la preparación combativa, no se puede hacer en el corto plazo, mucho menos en el marco del desarrollo de una guerra.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg explicó que la capacidad de producción de armas de los aliados de Ucrania es inferior al ritmo con el que Kiev las consume. Afirmó que: «El ritmo actual de gasto en municiones de Ucrania es muchas veces superior a nuestro ritmo actual de producción«, lo que —acentuó— “pone a nuestras industrias de defensa bajo presión”.

Ucrania ha tenido 257 mil muertos entre soldados, instructores y oficiales de la OTAN además de mercenarios de varios países según datos aportados por el propio ministro de defensa de Ucrania Oleksii Reznikov, recogidos en un informe que le hiciera al secretario de defensa de Estados Unidos Lloyd Austin durante su visita a Washington y que fuera citado por el Mossad israelí en un informe filtrado a la prensa. Estos datos dan cuenta de las grandes dificultades de reposición de pérdidas de Ucrania, cuando 25% de su población, la mayoría jóvenes ha salido del país o se encuentra ya, bajo soberanía rusa. Solo en Artemovsk/Bajmut, Ucrania ha tenido entre 9 y 11 mil soldados muertos por mes, la mayoría novatos combatientes sin entrenamiento que han caído en lo que se ha denominado “la máquina de moler carne de Bajmut”

Un país que además ha perdido más de 120 mil km² de territorio recuperado por Rusia (casi el 20% de la superficie total de Ucrania) y 234 mil heridos y cuya capacidad de combate ha sido afectada por la destrucción de 407 aviones, 228 helicópteros, 3.764 drones, 8.699 tanques y vehículos blindados 4.606 sistemas de artillería, 415 sistemas antiaéreos ucranianos, 9.552 vehículos militares especiales y 1.086 sistemas de lanzacohetes múltiples, no parece creíble que esté ganando la guerra.

El discurso de moda ahora es el de la próxima contraofensiva ucraniana en la que nadie cree, habida cuenta de los documentos de inteligencia filtrados recientemente en Estados Unidos. En esta situación, uno podría preguntarse: Si la OTAN y Ucrania están preparando una ofensiva, ¿por qué se empeñan en perder soldados en una ciudad como Bajmut, ocupada ya por Rusia en un 80% y que dados los últimos acontecimientos caerá tarde o temprano?

Por su parte, Rusia sigue entrenando a sus decenas de miles de movilizados, la gran mayoría de los cuales llevan meses de preparación y una parte ya está en la zona de la OME cubriendo posiciones y realizando tareas de apoyo. Rusia está preparando una ofensiva pero nadie sabe cuándo se realizará. ¿Quién ha visto que la dirección principal de una operación, las fuerzas y medios a emplear y la situación de los aseguramientos combativos y de retaguardia se ventilen en los medios de comunicación y que cualquiera opine sobre ellos? Solo gente que en su vida ha visto un fusil y menos ha estado jamás en combate. Son “generales de internet y play station”.

Entendámoslo mejor en palabras del General de Brigada Erich Vad, quien fungió como asesor de la ex canciller federal de Alemania Ángela Merkel desde 2006 hasta 2013:“Entonces surge la pregunta ¿qué debería suceder con las entregas de los tanques? Para apoderarse de Crimea o el Donbass, los tanques Leopards no son suficientes. En el este de Ucrania, en la zona de Bajmut, los rusos avanzan sistemáticamente. Con toda seguridad habrán conquistado por completo el Donbass en poco tiempo. Solo hay que considerar la superioridad numérica de los rusos sobre Ucrania. Rusia puede movilizar hasta dos millones de reservistas. Occidente puede enviar 100 Marder y 100 Leopards allí, esto no cambiará en nada en la situación militar general. Y la pregunta más importante es cómo poner fin a un conflicto de este tipo, con la potencia nuclear más poderosa del mundo, sin entrar en una tercera guerra mundial…”

Todo responde a una decisión que solo tiene objetivos mediáticos por parte de Ucrania y de la OTAN, los generales estadounidenses y sus aliados saben que desde el punto de vista militar es un total absurdo mantener una ciudad (Artemovsk/Bajmut) a punto de caer y en la cual tienen una posición estratégica en total desventaja (casi rodeados, con una cadena de suministros casi inexistente, con bajas cuantiosas), mientras el alto mando ruso si ve que sus soldados serían expuestos a riesgos innecesarios y con desventaja absoluta, se retirarían a otra posición para seguir luchando en mejores condiciones como ocurrió en Jerson donde se produjo durante un mes, una retirada al otro lado del río Dniéper de 105 mil civiles, 35 mil soldados y alrededor de 40 mil equipos militares… sin una sola baja, en lo que se puede caracterizar como una brillante operación militar liderada y conducida por el general Serguéi Surovikin.

Hoy, las fuerzas ucranianas están muy diezmadas y debilitadas, si esas unidades caen en la defensa del Donbass, no habrá fortificaciones o ciudades importantes entre ese territorio y Kiev. El campo estará abierto para una ofensiva rusa…o para una negociación, tal vez, tardía para Ucrania.  Por eso la importancia de la batalla de Artemovsk/Bajmut. Después de logrado ese objetivo, a las fuerzas armadas rusas solo les faltará conquistar Slaviansk y Kramatorsk y se habrá terminado todo, cumpliéndose así, el primer objetivo de la OME.

Esta es la explicación de la seguidilla de visitas diplomáticas que los presidentes de España, Francia, la presidenta de la Comisión Europea y el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de Europa han hecho o están por hacer a Beijing. ¿Por qué ahora? La razón de esos viajes a China podría tener su explicación en el desgaste económico no controlado de los recursos militares en Ucrania y la incapacidad de Europa y Estados Unidos para suplirlos, lo que ha ido creando una situación cada vez más crítica en los países europeos. Ya el FMI informó que Alemania y el Reino Unido tendrán crecimiento negativo de su PIB en 2023. Por eso, buscan que los aliados de Moscú, en particular China, logren en la mesa de negociaciones lo que la OTAN no ha logrado en el terreno bélico.

Hay que recordar que el 15 de marzo de 2022 la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki afirmó jubilosa que: «Hemos aplastado completamente la economía [de Rusia]. Por su parte, el 26 de agosto del año pasado en la sesión final de las conferencias de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Madrid,  el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell afirmó que: “La guerra está en un momento decisivo y quien toma la iniciativa en este momento ya no es Rusia, Rusia ya ha perdido la guerra”. Tendrán que tragarse sus palabras porque además, ahora ya no saben qué hacer.

Twitter:@sergioro0701

Autorizado por su autor la publcacion del presente documento

CONFERENCIA DEL DR. RODRIGUEZ GELFENSTEIN EN LA APERTURA DE LA DIPLOMATURA DE GEOPOLITICA EN LA UNIVERSIUDAD MILITAR VENEZOLANA

POR MK BHADRAKUMAR

El presidente ruso, Vladimir Putin, viajó el lunes a los “nuevos territorios” del país de las regiones de Lugansk y Kherson/Zaporozhye para evaluar la situación militar. 

Ha comenzado la cuenta atrás para el “contraataque” ucraniano. La llegada del sistema de misiles Patriot a Ucrania atestigua la magnitud de la movilización para imponer grandes pérdidas a Rusia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, realizó hoy una visita sorpresa a Kiev, la primera desde que comenzó la guerra. 

Los documentos filtrados del Pentágono se muestran escépticos sobre el éxito de la contraofensiva ucraniana, pero Moscú hace sus propias valoraciones. En primer lugar, los neoconservadores no van a desconectar el régimen de Zelensky, ya que eso significa abrir la caja de Pandora cuando el presidente Biden está a punto de anunciar su candidatura para un segundo mandato como presidente y no puede aceptar que Ucrania esté perdiendo la guerra. 

En realidad, Ucrania sufre una hemorragia. Está en la naturaleza de las guerras de desgaste que, en algún momento, el lado más débil se rompe y, por lo tanto, el final llega muy rápido. Así fue como en Siria, donde una vez que se ganó la Batalla de Alepo de 5 años en diciembre de 2016, las fuerzas gubernamentales barrieron el país en una serie de victorias militares que pusieron fin al conflicto. 

La guerra de desgaste en Ucrania puede parecer «estancada», pero el factor decisivo será qué lado está infligiendo el mayor número de bajas. No hay duda de que a pesar de la asistencia militar, de inteligencia, financiera y económica masiva de Occidente, las fuerzas rusas han aplastado al lado ucraniano a lo largo de la línea de contacto.

El embajador ruso en el Reino Unido dijo recientemente que la proporción de pérdidas en la guerra de desgaste es de aproximadamente siete soldados ucranianos por cada soldado ruso.  Para poner las cosas en perspectiva, los informes de los medios occidentales estiman que alrededor de 35.000 soldados ucranianos participarán en la próxima contraofensiva a lo largo de la línea del frente de 950 km, ¡mientras que Putin tiene constancia de que las fuerzas de reserva rusas en la línea del frente llegan a 160.000 soldados!     

El sistema de defensa aérea ucraniano se encuentra en un estado crítico. Los rusos tienen un predominio de la artillería y los rusos han fortificado fuertemente la línea del frente en los últimos 5-6 meses en múltiples capas de defensa como minas, movimientos de tierra y bolardos para impedir el avance de los tanques, etc. 

Línea de fortificación de Rusia

Esta es una táctica desesperada para Ucrania, que ha perdido una gran parte de sus soldados más experimentados (estimado en 120,000 bajas), para enfrentarse a los rusos que tienen superioridad aérea y superior en misiles, superioridad en defensa aérea y superioridad en artillería, y superioridad en mano de obra entrenada. , sobre todo.   

Las áreas que Putin eligió visitar, Kherson/Zaporozhya y Lugansk, son donde más se espera la contraofensiva ucraniana. Putin escuchó de los comandantes la situación militar y, por supuesto, con toda seguridad, eso será un aporte para sus decisiones sobre las contraestrategias rusas, tanto defensivas como ofensivas. 

A pesar de las filtraciones del Pentágono y el consiguiente desorden y confusión en Washington y las capitales europeas (y Kiev), el contraataque ucraniano seguirá adelante para recuperar al menos parte del territorio perdido. Este es un tiro desesperado de los dados. 

Sin embargo, el pensamiento delirante todavía prevalece en Washington. Esto se desprende de un artículo reciente en Foreign Affairs escrito en coautoría por dos veteranos del establecimiento de EE. UU., el ex funcionario del Departamento de Estado Richard Haass y Charles Kupchan, miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores, titulado Occidente necesita una nueva estrategia en Ucrania . : Un plan para pasar del campo de batalla a la mesa de negociaciones . 

El artículo se apega en gran medida a los mitos generados por los neoconservadores —que las operaciones militares especiales de Rusia fracasaron y que la guerra «resultó mucho mejor para Ucrania de lo que la mayoría predijo»— pero tiene destellos ocasionales de realismo. Se basa en el estribillo actualmente en boga en Washington de que “el resultado más probable del conflicto no es una victoria ucraniana completa sino un sangriento punto muerto”. 

Haas y Kupchan escribieron que “para cuando termine la ofensiva anticipada de Ucrania, Kiev también puede animarse a la idea de un acuerdo negociado, habiendo dado lo mejor de sí en el campo de batalla y enfrentando restricciones crecientes tanto en su propia mano de obra como en la ayuda del exterior. ” 

Los autores toman nota de paso que el liderazgo de Rusia también tiene opciones y cálculos, ya que las sanciones occidentales no han logrado paralizar la economía rusa, el apoyo popular a la guerra sigue siendo alto (más del 70%) y Moscú siente que el tiempo está de su lado como el poder permanente. de Ucrania y sus partidarios occidentales y su determinación se desvanecerá y Rusia debería ser capaz de expandir sustancialmente sus conquistas territoriales.

Fundamentalmente, Haas y Kupchan provienen de otro planeta.  No pueden comprender que Rusia nunca aceptará un escenario en el que el conflicto termine con un alto el fuego, pero la OTAN continuará reforzando las capacidades militares de Ucrania e integrará constantemente a Kiev en la alianza . 

¿Por qué Rusia querría jugar otro juego de sillas musicales mientras Occidente formaliza la membresía de Ucrania en la OTAN, es decir, acepta una repetición del grotesco interregno entre los Acuerdos de Minsk de 2015 y las operaciones militares especiales de Rusia? 

La visita de Putin a los nuevos territorios en esta coyuntura crucial con la guerra de desgaste en un punto de inflexión transmite una poderosa señal de que Rusia también tiene un plan ofensivo y no le corresponde a Biden hacer sonar el silbato y cancelar la guerra de poder, por pura fuerza. fatiga o distracciones apremiantes en Asia-Pacífico o debido a grietas en la unidad occidental o cualquier otra cosa. 

Del mismo modo, es improbable que Rusia pueda reconciliarse alguna vez con el régimen de Zelensky, al que Moscú ve como un títere de la administración Biden. Pero, ¿cómo es posible que Biden se deshaga o pierda de vista a Zelensky mientras los esqueletos se agitan en el armario familiar? 

Lo que es más importante, la opinión pública rusa espera que Putin cumpla la promesa que hizo al ordenar las operaciones militares especiales. Cualquier cosa menos que eso significará que decenas de miles de vidas rusas perecieron en vano. 

No está en la esencia de la personalidad política de Putin ignorar la oleada de opinión rusa, o pasar por alto la psique nacional herida mientras se reproducen imágenes del desalojo forzoso de cientos de monjes de   Pechersk Lavra, el complejo del monasterio de cuevas ortodoxas del siglo XI en el corazón de Kiev, tildados de quintacolumnistas rusos. Fue un movimiento político calculado por parte de Zelensky con el estímulo occidental tácito. ( aquí y aquí )

Lo que los neoconservadores en los EE. UU. aún tienen que comprender es que no lograron subyugar a Rusia a pesar de todas las humillaciones vertidas sobre su honor nacional, su orgullosa historia y su envidiablemente rica cultura. ¿Por qué Rusia se normalizaría con estados que se apropiaron de su riqueza soberana e impusieron sanciones tan draconianas para sangrar y debilitar su economía?

La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, admitió en CNN que las sanciones pueden, en última instancia, poner en riesgo la hegemonía del dólar estadounidense.  Pero sus comentarios no van lo suficientemente lejos. 

Mientras tanto, la asociación estratégica entre Rusia y China se ha fortalecido, y la señal de esta semana es la voluntad de Moscú de coordinarse con Beijing para contrarrestar los desafíos militares en el Lejano Oriente.  (Vea mi blog China, Rusia circula vagones en Asia-Pacífico ) 

Rusia está lejos de estar aislada y disfruta de una profundidad estratégica en la comunidad internacional. Considerando que, durante el último período de un año, el declive sistémico de Occidente y la menguante influencia global de los EE. UU. se ha convertido en un proceso histórico inexorable. 

FUENTE https://www.indianpunchline.com/ukraine-stalemate-in-an-attritional-war/

Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, aborda en la columna del Club de La Pluma, la oportunista estrategia mediática de los últimos días, en esconder  las noticias sobre Ucrania, como si esa guerra no existiese y en una parodia de aquel famoso film titulado: “SIN NOVEDAD EN EL FRENTE”. Y todo para no desvelar una realidad desastrosa para Occidente, luego de meses de mentiras, expectativas de victorias ficticias y de una ruso fobia cercana a la paranoia. En contrapartida, esa misma prensa ha creado una conmoción global por la supuesta filtración de un niño de 21 años, de millares de documentos del Pentágono, publicados por el New York Times, NO negados por Washington y puestos en duda por Moscú.

Y lo primero que señala nuestro director de esa filtración, son los detalles de la corrupción del héroe de Occidente,  Zelenski corroborada por el jefe de la CIA, sobre la desaparición de 400 millones de dólares del dinero enviado desde EEUU para gastos administrativos. Por lo que el cómico de Kiev ya estaría marcado y sentenciado por Washington y con un destino similar al del otro personaje de risa y también héroe occidental, Juan Guaidó.

También destaca que las filtraciones se dan en el marco de un enfrentamiento interno en el propio Pentágono, donde un grupo quiere asumir los daños y acabar con la guerra de Ucrania, para dedicarse luego a frenar a China. Mientras que el otro sector, que responde al gran negociado de la guerra, insiste en acentuarla, aunque genere tensiones nucleares cercanas a un holocausto mundial. Y agrega que los generales norteamericanos reconocen que Ucrania está imposibilitada de hacer algún tipo de contraofensiva importante que pueda cambiar el curso de la contienda.

Sobre el viaje de Lula a China, Pereyra Mele deja su análisis en manos de los expertos compañeros brasileños del Club de La Pluma, y se vuelca analizar los informes de la norteamericana Statista, con datos del FMI y del Banco Mundial, sobre Las 10 primeras potencias económicas del mundo en 1992, y los compara con los previstos para 2024, -apenas 30 años después- con un resultado espectacular a favor de China, Asia y el sur global, y hundiendo las posiciones occidentales, especialmente las europeas, lo que demuestra la envergadura del cambio mundial que estamos viviendo.

También hace referencia al presidente Macrón, con millones de franceses furiosos en la calles, quién ha bloqueado la financiación de mil millones de euros de la UE para fabricar municiones para Ucrania, lo que interpreta cómo un lento desprendimiento de los súbditos europeos de Estados Unidos, en esta Guerra Híbrida Proxy, impuesta en suelo europeo, con muertos europeos y con la ruina económica de los europeos.

Todo para demonizar a la Federación Rusa y atacar luego a China.

Eduardo Bonugli (Madrid, 15/04/23)