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Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele,

Hungría afirma que vetará el paquete de 18.000 millones de euros para financiar al régimen de Ucrania, mientras Serbia, que es constantemente chantajeada para permitirle su entrada al bloque comunitario, sentencia que sólo sancionará a Rusia ‘bajo la espada de Damocles’. A Europa sólo se le suman problemas.

Donde las dan, las toman

Serbia, un país que espera hace muchos años ser admitido como país miembro de la Unión Europea, ha tenido que tragar con muchas cosas, incluida la cuestión de Kósovo. Y ahora tiene que soportar el chantaje para que sancione a Rusia. Incluso recientemente recibió ultimátum desde Berlín: debe elegir entre la Unión Europea y Rusia. El presidente serbio, Aleksandar Vucic, afirmó que sólo apoyará las sanciones «bajo una espada de Damocles».

En tanto, palabras más, palabras menos, en una cumbre de los líderes de la Organización de Estados Turcos [OTG] en Samarcanda, el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán dijo que las sanciones contra Rusia «tienen la intención de debilitarla y forzarla a la paz, pero está sucediendo exactamente lo contrario». Añadió que están perjudicando mucho más a la economía europea, que a la economía rusa.

Pero del país magiar salió otro caramelo envenenado contra la Bruselas. «Hungría está lista para apoyar a Ucrania, pero no deseamos contribuir a ningún nuevo préstamo que efectúe la UE», disparó en un comunicado el ministro de Finanzas húngaro, Mihaly Varga.

Y es que la venganza se sirve en plato frío. Hay que recordar que Bruselas recurrió al mecanismo de condicionalidad de los fondos para congelar 7.500 millones de euros en fondos regionales a Hungría, si no pone ejecuta medidas para mejorar el marco regulatorio contra la corrupción y otros asuntos. Y hay más: están en el aire los 14.900 millones de euros en préstamos blandos del Plan de Recuperación y Resiliencia húngaro.

Así, las autoridades húngaras vuelven a hacer manifestaciones que vienen realizando desde hace tiempo. Como si hubiera necesidad de reiterarlas porque pareciera que no llegaran a ciertos ámbitos. «Estas verdades de Perogrullo [del premier húngaro] no llegan, fundamentalmente porque hay una elite dirigencial de una Europa en franco proceso de disolución y de reducirse en sí misma, y que ha llevado a que haya tomado todas estas medidas que en la práctica han resultado ser un boomerang salvaje sobre sus propios países y sus propias economías», sentencia el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

Acompañamos al presente posteo en nuestra Web de Dossier Geopolitico DG dos entrevistas realizadas al Director de DG Prof Lic. Carlos Pereyra Mele, en medios nacionales sobre Política Internacional y Geopolitica 

La primera entrevista realizado por el Programa “Te de Ceylán” del Multimedio “Mordisquito”: (Medio de comunicación con el rol de informar y tratar de movilizar conciencias a través de la perspectiva justicialista, que es capaz de convivir con otros movimientos y procesos populares similares en el que el único fin es la liberación nacional y la emancipación de los pueblos del Cono Sur. Por la Unidad de todos los trabajadores y trabajadoras de la Patria Grande.)

Y en segundo término publicamos el audio de la tradicional columna semanal de todos los viernes del Director de DG, en el Programa “Ayer y Hoy” que conduce el Periodista Miguel De Renzis por Radio Belgrano AM 650 de la Capital Federal de la República Argentina

1 Programa Te de Ceylan 

2 Programa Ayer y Hoy de Radio Belgrano

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein(*)

El Mgter Rodriguez Gelfenstein autoriza la publicación a Dossier Geopolitico DG de su último artículo en nuestro sitio web: ¡Que se le dé una oportunidad a la diplomacia!

En una sorpresiva declaración hecha durante una rueda de prensa el pasado lunes 7, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos Ned Price, afirmó que la crisis que se vive en Ucrania “tiene que terminar mediante el diálogo y la diplomacia” y agregó más adelante que: ”No va a haber una victoria decisiva en el campo de batalla”.

Sin querer sacar conclusiones a priori y mucho sin que aún se pueda “cantar victoria”, estas palabras podrían interpretarse como una señal de que, ante la clara evidencia de que Rusia no va a ser derrotada militarmente, se hace necesario abrirle un espacio a la diplomacia.

Parece haber quedado atrás el vaticinio de la secretaría de prensa de la Casa Blanca Jen Psaki, quien el 11 de abril asegurara que: “La economía rusa colapsará en tres días”. Tampoco se hizo real el concluyente veredicto de Josep Borrell quien el 28 de agosto afirmó que: “Rusia ya ha perdido la guerra”. Mucho menos se patentizó el dictamen hecho por el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, cuando el 11 de octubre aseveró que “Rusia, en realidad, está perdiendo [en] el campo de batalla”.

Varias “ofensivas, contra ataques y contraofensivas” de papel se han realizado en este período que han causado grandes pérdidas humanas y materiales con el único objetivo de seguir atrayendo recursos a una guerra que un militar con mínimos conocimientos operativos, sabe perdida. Ahora, se están proponiendo una nueva “ofensiva” en el sur, en la provincia de Jersón, pero ya no lo plantean como objetivo estratégico en el marco del desarrollo militar del conflicto sino como una forma de obtener una victoria para colocar sobre una eventual mesa de negociaciones. Rusia ha ordenado la retirada de sus tropas de la ciudad tras evacuar a 115 mil habitantes. 

El argumento del general Serguéi Surovikin,  comandante de la Agrupación Conjunta de Tropas para solicitar al mando superior la retirada de las fuerzas militares de Jerson, fue que la ciudad y sus alrededores no pueden ser abastecidos y llevar una vida normal debido a los constantes bombardeos ucranianos, incluso utilizando métodos de guerra prohibidos porque se ataca a la población e instituciones civiles. 

Surovikin señaló que el plan ucraniano de hacer estallar la represa de Kajovka a fin de inundar la ciudad, puede tener repercusiones desastrosas tanto para la población civil como para las tropas que incluso podrían quedar totalmente aisladas. 

En estas condiciones Surovikin entiende que lo mejor es organizar la defensa en la margen izquierda del rio Dniéper preparando las tropas para el combate y liberando  “parte de las fuerzas y los medios, que se utilizarán para operaciones activas, incluidas las ofensivas, en otras direcciones en la zona de la operación”, es decir en la dirección principal ubicada en Donetsk.

El Alto Mando ruso aceptó la apreciación del general Surovikin entendiendo la prioridad de la vida y la salud de los militares así como de la población civil y ordenó la retirada de forma segura de las tropas. 

El plan original de Estados Unidos era que Ucrania recuperara Jerson antes del 8 de noviembre para que pudiera ser mostrado por Biden como manifestación del éxito generado por el apoyo militar y financiero a Ucrania. Sin embargo, ese objetivo no se cumplió. Hay que recordar que Estados Unidos prohibió a Ucrania negociar con Rusia en marzo cuando incluso se realizaron varias rondas. Vale rememorar que uno de los principales y más entusiastas negociadores ucranianos, Denis Kireev fue misteriosamente asesinado el 5 de marzo cuando las hostilidades apenas comenzaban, sin que hasta hoy el crimen haya sido esclarecido.

En todo caso, la decisión de retirarse de Jerson no cambiará el curso estratégico del conflicto. Lo que sí lo hará, será la introducción en combate de los 318 mil nuevos soldados que se han estado entrenando en las últimas semanas y que se espera sean incorporados a finales de noviembre y comienzos de diciembre, produciendo un cambio definitivo de la correlación de fuerzas militares en el conflicto.  

Vale decir que las fuerzas armadas ucranianas, a pesar del anuncio ruso de retirada,  tienen temor de que sea esta otra manifestación de “maskirovka”,,,

…es decir una gran maniobra de engaño tanto en el plano táctico como estratégico que las fuerzas armadas rusas desde los tiempos de la Unión Soviética ha desarrollado y que consiste en el falseamiento de las capacidades, los planes y las operaciones a realizar, tergiversando el verdadero objetivo  de la maniobra, llevando al enemigo a una apreciación errónea que conduzca a decisiones equivocadas. Por lo menos, esa es la opinión de Nataliya Gumenyuk, vocera del comando del sur del Ejército ucraniano.

En el campo de la diplomacia hay muchas informaciones, algunas desmentidas, otras no confirmadas y buena cantidad de rumores que llevan a recordar aquel antiguo dicho de que “cuando el río suena, es porque trae piedras”.

En los últimos días se dio a conocer que efectivamente hubo conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia. Aunque ambas partes se han apresurado a informar que el asunto de Ucrania no está en la agenda, sino un probable acuerdo de limitación de armas nucleares bajo formato de Nuevo START (Strategic Arms Reduction Treaty) o Tratado de Reducción de Armas Estratégicas firmado durante la guerra fría para establecer un límite en el número de misiles nucleares que poseía cada superpotencia. Este acuerdo debió ser renovado en 2020, pero no se prorrogó por la negativa del presidente Trump.

En este ámbito, la vocera de la cancillería rusa, María Zajárova informó que se mantienen “contactos puntuales” con Estados Unidos sobre asuntos “urgentes”, aunque señaló que entre los dos países no se dan todavía “relaciones en formato completo” Según sus palabras, “Moscú no se opone a un diálogo mutuamente beneficioso con Washington”.

En paralelo, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Andréi Rudenko, aseguró que su país está dispuesto a entablar conversaciones con Ucrania ”sin exigir condiciones previas a excepción de la principal, que es que Ucrania muestre buena voluntad”. No obstante, recordó que fue Ucrania la que se retiró de la mesa de negociaciones en marzo y que ahora tiene una ley que prohíbe sostener conversaciones de paz con Rusia, asegurando que su país siempre ha tenido disposición para dialogar.

En este marco…

…La cadena NBC News dio a conocer que en una conversación telefónica sostenida en junio, el presidente Biden “se salió de sus casillas” increpando y gritando duramente al presidente Zelenski exigiendo que no siguiera pidiendo dinero y mostrará resultados en la guerra contra Rusia. 

Así mismo, en fecha más reciente, el Washington Post ha informado que Biden había solicitado muy encarecidamente a Zelenski que se abriera a la posibilidad de una salida negociada del conflicto.

¿Qué ha pasado?¿Por qué estos cambios? Podrían darse muchas respuestas. Tal vez tenga que ver con el interés de Estados Unidos de priorizar la negociación del tratado START ahora que, con la existencia y desarrollo de la tecnología de misiles hipersónicos, Rusia muestra una abrumadora superioridad sobre Estados Unidos en esta materia. De ahí, que Ucrania haya pasado a un segundo plano de interés, mientras se busca una salida dialogada al asunto para el que Estados Unidos le podría haber pedido a Rusia la entrega de Jerson a fin de que Ucrania no se exponga a una derrota total en la mesa de negociaciones. 

Es claro, el START es estratégico y de largo plazo, lo de Ucrania, táctico y coyuntural. 

Para Estados Unidos y la OTAN, los 120 mil soldados de Ucrania muertos en estos ocho meses, no tienen mucha importancia. Para Rusia, cuidar a sus combatientes y a su población civil es tarea de primer orden.

Subyace la idea de que Rusia no ha podido ser derrotada en ámbito militar. En el político, el gobierno y Putin en particular hoy son más fuertes que el 24 de febrero y que la popularidad del presidente ruso ha aumentado en la medida de desarrollo del conflicto. Tampoco logró Estados Unidos un aislamiento internacional de Rusia. Una gran cantidad de países se han negado a hacer parte de las sanciones contra Rusia, incluyendo algunos muy importantes como China, India, Arabia Saudí, Egipto, Indonesia, Pakistán, Hungría y Turquía entre otros. 

En los terrenos económicos y financieros, aunque hay afectaciones evidentes, la economía rusa ha soportado las miles de sanciones en su contra, el rublo es hoy más fuerte y los ingresos han roto todos los récords, revirtiéndose además en graves consecuencias para los sancionadores. 

Así mismo, es importante decir que Estados Unidos fracasó en su intento de solicitar a la OPEP un aumento de la producción del petróleo necesario para fortalecer sus finanzas, toda vez que debe importar diariamente 7 millones de barriles para solventar su consumo, sin alterar las reservas estratégicas. Por el contrario, la OPEP no sólo no aumentó, sino que disminuyó la exportación en 2 millones de barriles diarios, asestándole un duro golpe económico y político a Biden que vio como uno de sus principales aliados, Arabia Saudí, pujó para llegar a esa cifra después que Rusia había propuesto una disminución de “sólo” un millón de barriles.

La situación económica de Europa y del propio Estados Unidos está siendo cada vez más afectada lo cual ha comenzado a producir cambios políticos no deseables como lo han podido testimoniar dos gobiernos caídos en Gran Bretaña, así como los de Suecia, Italia, Bulgaria entre otros y una derrota del partido demócrata en las elecciones parlamentarias de Estados Unidos lo que según el propio presidente Biden presagia “dos años horribles” para el país. Mientras tanto Xi Jinping se reeligió como secretario general del Partido Comunista de China y Vladimir Putin continúa siendo el presidente de Rusia, ahora con una solidez mucho mayor.

Por otro lado, también podría interpretarse que Estados Unidos y la OTAN se han comenzado a dar cuenta de que estas repercusiones, que dicen relación con el ámbito estratégico, forman parte del gran engaño al que fueron sometidos por Putin cuando inició en febrero una gran operación militar envolvente, para después irse retirando de territorios ocupados al comienzo de la operación que no tienen relación con los objetivos planteados desde un primer instante. Los recuerdo: liberar a Donetsk y Lugansk, desmilitarizar y desnazificar Ucrania. 

Vale decir que mientras las tropas rusas se retiran de Jerson, están desarrollando desde hace dos días, una potente y exitosa ofensiva en Donetsk que crea mejores condiciones para conseguir el objetivo estratégico de capturar Kramatorsk y Slaviansk, los dos centros urbanos de cierta significación todavía en manos de Ucrania. Esa misión debería resolverse con la introducción en combate de las tropas de refuerzo recién movilizadas.

Al cumplirse esta misión,

…los objetivos de la operación militar especial se habrían logrado en gran medida, las fuerzas armadas ucranianas han quedado semi destruidas, hoy solo funcionando en un 30% de su capacidad inicial al 24 de febrero, el resto es solventado por la OTAN en su parte material, mientras que el recurso humano sigue siendo entregado por Ucrania. 

Cuando finalice el conflicto, el país deberá comenzar a pagar los casi cien mil millones de dólares que hasta ahora ha recibido en créditos sin saber de dónde va a sacar recursos para pagarlos, transformándolo de hecho, en un país inviable a futuro cuando han perdido la parte más importante de su potencial industrial y grandes cantidades de las mejores tierras productivas. 

El objetivo de desnazificar se mantendrá latente, pero ahora le tocará a Europa hacer su parte cuando miles de terroristas que se habrán quedado “sin trabajo” se diseminen por el Viejo Continente, llevando con ellos su carga de odio, muerte y destrucción.

Repito, sin querer “echar las campanas a volar”, pareciera que llegó el momento de darle una oportunidad a la diplomacia para que vengan tiempos de diálogo, de negociación y de acuerdos. Ojalá que así sea.

*Sergio Rodríguez Gelfenstein es Consultor y analista internacional venezolano, graduado en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, Mención Magna Cum Laude, y Magíster en Relaciones Internacionales de la misma casa de estudios. Candidato a Doctor en Estudios Políticos por la Universidad de los Andes (Venezuela).

Con o sin él, el general invierno llega a la ciudad, listo para entretener a su invitado de honor Sun Tzu con tantos platos nuevos en su mesa.

Pepe Escobar 10 de noviembre Fundación de la Cultura Estratégica

El anuncio del retiro de Kherson puede haber señalado uno de los días más sombríos de la Federación Rusa desde 1991.

Dejar la orilla derecha del Dniéper para establecer una línea de defensa en la orilla izquierda puede explicar el sentido militar total. El mismo General Armagedón, desde su primer día en el trabajo, había insinuado que esto podría haber sido inevitable.

Tal como está en el tablero de ajedrez, Kherson está en el lado «equivocado» del Dnieper. Todos los residentes de Kherson Oblast (115.000 personas en total) que querían ser reubicados en latitudes más seguras han sido evacuados de la orilla derecha.

El General Armageddon sabía que eso era inevitable por varias razones:

ninguna movilización después de que los planes iniciales de SMO golpearon el polvo; destrucción de puentes estratégicos a través del Dniéper, completa con un metódico golpeteo ucraniano de puentes, transbordadores, pontones y muelles durante tres meses; ninguna segunda cabeza de puente al norte de Kherson o al oeste (hacia Odessa o Nikolaev) para llevar a cabo una ofensiva.

Y luego, la razón más importante: el armamento masivo junto con la OTAN dirigiendo de facto la guerra se tradujo en una enorme superioridad occidental en reconocimiento, comunicaciones y mando y control.

Al final, el retiro de Kherson puede ser una pérdida táctica relativamente menor. Sin embargo, políticamente, es un desastre absoluto, una vergüenza devastadora.

Kherson es una ciudad rusa. Los rusos han perdido, aunque sea temporalmente, la capital de un nuevo territorio adscrito a la Federación. La opinión pública rusa tendrá tremendos problemas para absorber la noticia.

La lista de negativos es considerable. Las fuerzas de Kiev aseguran su flanco y pueden liberar fuerzas para ir contra Donbass. El armamento por parte del Occidente colectivo recibe un gran impulso. HIMARS ahora puede potencialmente atacar objetivos en Crimea.

La óptica es horrible. La imagen de Rusia en el Sur Global está gravemente empañada; después de todo, este movimiento equivale a abandonar el territorio ruso, mientras que los crímenes de guerra ucranianos en serie desaparecen instantáneamente de la “narrativa” principal.

Como mínimo, hace mucho tiempo los rusos deberían haber reforzado su principal cabeza de puente de ventaja estratégica en el lado oeste del Dnieper para que pudiera resistir, a menos que se pronosticaba ampliamente una inundación de la presa Kakhovka. Y, sin embargo, los rusos también ignoraron la amenaza del bombardeo de la represa durante meses. Eso explica una planificación terrible.

Ahora las fuerzas rusas tendrán que conquistar Kherson nuevamente. Y en paralelo estabilizar las líneas del frente; dibujar fronteras definitivas; y luego esforzarse por «desmilitarizar» las ofensivas ucranianas para siempre, ya sea mediante negociaciones o bombardeos masivos.

Es bastante revelador que una variedad de tipos de inteligencia de la OTAN, desde analistas hasta generales retirados, sospechen del movimiento del general Armageddon: lo ven como una trampa elaborada o, como lo expresó un analista militar francés, «una operación de engaño masiva». Clásico Sun Tzu. Eso ha sido debidamente incorporado como la narrativa oficial de Ucrania.

Entonces, para citar a Twin Peaks , ese clásico subversivo de la cultura pop estadounidense, “los búhos no son lo que parecen”. Si ese es el caso, el General Armageddon buscaría sobrecargar severamente las líneas de suministro ucranianas; seducirlos para que se expongan; y luego participe en un tiro masivo de pavos.

Así que es Sun Tzu; o hay un acuerdo entre bastidores, coincidiendo con el G20 la próxima semana en Bali

El arte del trato

Bueno, parece que se llegó a un acuerdo entre Jake Sullivan y Patrushev.

Nadie sabe realmente los detalles, ni siquiera aquellos que tienen acceso a los extravagantes informantes de la 5ª Columna en Kiev. Pero sí, el acuerdo parece incluir a Kherson. Rusia mantendría Donbass pero no avanzaría hacia Kharkov y Odessa. Y la expansión de la OTAN quedaría definitivamente congelada. Una oferta minimalista.

Eso explicaría por qué Patrushev pudo abordar un avión a Teherán simultáneamente al anuncio del Retiro de Kherson, y ocuparse, bastante relajado, de importantes asuntos de asociación estratégica con Ali Shamkhani, Secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán.

El acuerdo también puede haber sido el «secreto» incorporado en el anuncio de Maria Zakharova de que «estamos listos para las negociaciones».

Los rusos abandonarán la orilla del río Dniéper en una retirada militar controlada. Eso no sería posible sin negociaciones dirigidas de militar a militar.

Estas negociaciones de canal secundario han estado ocurriendo durante semanas. El mensajero es Arabia Saudita. El objetivo de EE. UU., a corto plazo, sería lograr una especie de acuerdo Minsk 3, con Estambul/Riyadh.

Nadie le presta la más mínima atención al payaso de la coca Zelensky. Sullivan fue a Kiev para presentar una especie de hecho consumado.

El Dniéper será, en tesis, la primera línea resuelta y negociada.

Kiev tendría que tragarse una línea de contacto congelada en Zaporozhye, Donetsk y Lugansk, y Kiev recibiría electricidad de Zaporozhye, por lo que dejaría de bombardear su infraestructura.

EE.UU. ofrecería un préstamo de 50.000 millones de dólares más parte de los activos rusos confiscados, es decir, robados, para “reconstruir” Ucrania. Kiev recibiría modernos sistemas de defensa aérea.

No hay duda de que Moscú no estará de acuerdo con ninguna de estas disposiciones.

Tenga en cuenta que todo esto coincide con el resultado de las elecciones estadounidenses, donde los demócratas no perdieron exactamente.

Mientras tanto, Rusia está acumulando más y más ganancias en la batalla por Bahamut.

No hay ilusiones en absoluto en Moscú de que este cripto-Minsk 3 sería respetado por el Imperio «incapaz de cumplir acuerdos».

Jake Sullivan es un abogado de 45 años sin antecedentes estratégicos y “experiencia” equivalente a hacer campaña a favor de Hillary Clinton. Patrushev puede comerlo para el desayuno, el almuerzo, la cena y la merienda nocturna, y vagamente «estar de acuerdo» con cualquier cosa.

Entonces, ¿por qué los estadounidenses están desesperados por ofrecer un trato? Debido a que pueden sentir que el próximo movimiento ruso con la llegada del general Winter debería ser capaz de ganar la guerra de manera concluyente en los términos de Moscú. Eso incluiría cerrar de golpe la frontera polaca mediante un largo movimiento de flecha desde Bielorrusia hacia abajo. Con las líneas de suministro de armas cortadas, el destino de Kiev está sellado.

Con o sin él, el general Invierno llega a la ciudad, listo para entretener a su invitado de honor Sun Tzu con tantos platos nuevos en su mesa.

Pepe Escobar  The Saker  3 de Noviembre

Después de que el ataque militar occidental a Sebastopol detuviera brevemente los transportes de grano rusos, Moscú está de vuelta en el negocio con una mano más fuerte y términos más favorables.

Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, levanta el teléfono y llama a su homólogo ruso, Vladimir Putin: hablemos del “acuerdo de granos”. Putin, sereno, tranquilo y sereno, explica los hechos al sultán:

Primero, la razón por la cual Rusia se retiró del acuerdo de exportación de granos.

En segundo lugar, cómo Moscú busca una investigación seria sobre el ataque -terrorista- a la flota del Mar Negro, que a todos los efectos prácticos parece haber violado el acuerdo.

Y tercero, cómo Kiev debe garantizar que mantendrá el acuerdo, mediado por Turquía y la ONU.

Solo entonces Rusia consideraría volver a la mesa.

Y luego, hoy, 2 de noviembre, el golpe de efecto: el Ministerio de Defensa (MoD) de Rusia anuncia que el país ha vuelto al acuerdo de cereales del Mar Negro, después de recibir las garantías escritas necesarias de Kiev.

El Ministerio de Defensa, de manera bastante diplomática, elogió los «esfuerzos» tanto de Turquía como de la ONU: Kiev se compromete a no utilizar el «Corredor Marítimo Humanitario» para operaciones de combate, y solo de acuerdo con las disposiciones de la Iniciativa del Mar Negro.

Moscú dijo que las garantías son suficientes “por el momento”. Lo que implica que siempre puede cambiar.

Todos se elevan a la persuasión del sultán.

Erdogan debe haber sido extremadamente persuasivo con Kiev. Antes de la llamada telefónica a Putin, el Ministerio de Defensa ruso (MoD) ya había explicado que el ataque a la Flota del Mar Negro fue realizado por 9 drones aéreos y 7 drones navales, más un dron de observación estadounidense RQ-4B Global Hawk que acechaba en el cielo sobre aguas neutras.

El ataque ocurrió al amparo de barcos civiles y tuvo como objetivo barcos rusos que escoltaban el corredor de granos en el perímetro de su responsabilidad, así como la infraestructura de la base rusa en Sebastopol.

El Ministerio de Defensa designó explícitamente a los expertos británicos desplegados en la base de Ochakov en la región de Nikolaev como los diseñadores de esta operación militar.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente Vassily Nebenzya se declaró “sorprendido” de que los líderes de la ONU “no solo no condenaran, sino que incluso no expresaran su preocupación por los ataques terroristas”.

Después de afirmar que la operación de Kiev organizada por los británicos en la Flota del Mar Negro “puso fin a la dimensión humanitaria de los acuerdos de Estambul”, Nebenzya también aclaró:

    “Entendemos que la Iniciativa de Granos del Mar Negro, que Rusia, Turquía y Ucrania acordaron bajo la supervisión de la ONU el 22 de julio, no debe implementarse sin Rusia, por lo que no consideramos las decisiones que se tomaron sin nuestra participación como Unión.»

Esto significa, en la práctica, que Moscú “no puede permitir el paso sin trabas de los buques sin nuestra inspección”. La pregunta crucial es cómo y dónde se llevarán a cabo estas inspecciones, ya que Rusia advirtió a la ONU que definitivamente inspeccionará los buques de carga seca en el Mar Negro.

La ONU, por su parte, trató en el mejor de los casos de poner cara de valiente, creyendo que la suspensión de Rusia es “temporal” y esperando dar la bienvenida a “su equipo altamente profesional” al Centro de Coordinación Conjunta.

Según el jefe humanitario Martin Griffiths, la ONU también proclama estar “lista para abordar las preocupaciones”. Y eso tiene que ser pronto, porque el acuerdo llega a su punto de extensión de 120 días el 19 de noviembre.

Bueno, «abordar las preocupaciones» no es exactamente el caso. El Representante Permanente Adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, dijo que en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, las naciones occidentales simplemente no podían negar su participación en el ataque de Sebastopol; en cambio, simplemente culparon a Rusia.

Todo el camino a Odessa

Antes de la llamada telefónica con Erdogan, Putin ya había señalado que “el 34 por ciento del grano exportado en virtud del acuerdo va a Turquía, el 35 por ciento a los países de la UE y solo el 3-4 por ciento a los países más pobres. ¿Es esto por lo que hicimos todo?

Eso es correcto. Por ejemplo, 1,8 millones de toneladas de cereales fueron a España; 1,3 millones de toneladas a Turquía; y 0,86 millones de toneladas a Italia. Por el contrario, solo 0,067 toneladas se destinaron a Yemen «hambriento» y 0,04 toneladas a Afganistán «hambriento».

Putin dejó muy claro que Moscú no se retiraba del acuerdo de granos, sino que sólo suspendía su participación.

Y como otro gesto de buena voluntad, Moscú anunció que enviaría 500.000 toneladas de grano de forma gratuita a las naciones más pobres, en un esfuerzo por reemplazar la cantidad total que Ucrania debería haber podido exportar.

Durante todo este tiempo, Erdogan maniobró hábilmente para transmitir la impresión de que estaba ocupando un terreno más alto: incluso si Rusia se comporta de manera «indecisa», como lo definió, seguiremos adelante con el acuerdo de granos.

Entonces, parece que Moscú estaba siendo puesto a prueba por la ONU y por Ankara, que resulta ser el principal beneficiario del acuerdo de granos y claramente se está beneficiando de este corredor económico. Los barcos continúan saliendo desde Odessa hacia puertos turcos, principalmente Estambul, sin el consentimiento de Moscú. Se esperaba que fueran «filtrados» por Rusia cuando regresaran a Odessa.

El medio de presión rusa inmediato se desató en poco tiempo: evitar que Odessa se convirtiera en un nodo de infraestructura terrorista. Esto significa visitas constantes de misiles de crucero.

Bueno, los rusos ya han “visitado” la base de Ochakov ocupada por Kiev y los expertos británicos. Ochakov, entre Nikolaev y Odessa, se construyó en 2017, con aportes estadounidenses clave.

Las unidades británicas que participaron en el sabotaje de Nord Streams -según Moscú- son las mismas que planificaron la operación Sebastopol. Ochakov es constantemente espiado y, a veces, expulsado de las posiciones que los rusos despejaron el mes pasado a solo 8 km al sur, en el extremo de la península de Kinburn. Y, sin embargo, la base no ha sido totalmente destruida.

Para reforzar el “mensaje”, la verdadera respuesta al ataque a Sebastopol ha sido las implacables “visitas” de esta semana a la infraestructura eléctrica de Ucrania; si se mantiene, prácticamente toda Ucrania pronto se sumergirá en la oscuridad.

Cerrando el Mar Negro

El ataque a Sebastopol puede haber sido el catalizador que condujo a un movimiento ruso para cerrar el Mar Negro, con Odessa convertida en una prioridad absoluta para el ejército ruso. Hay serios rumores en toda Rusia sobre por qué Russophone Odessa no había sido objeto de un ataque preciso antes.

La infraestructura superior para las Fuerzas Especiales de Ucrania y los asesores británicos se encuentra en Odessa y Nikolaev. Ahora no hay duda de que estos serán destruidos.

Incluso con el acuerdo de granos en teoría de nuevo en marcha, es inútil esperar que Kiev cumpla con cualquier acuerdo. Después de todo, todas las decisiones importantes las toman Washington o los británicos en la OTAN. Al igual que bombardear el Puente de Crimea y luego los Nord Streams, el ataque a la Flota del Mar Negro fue diseñado como una seria provocación.

Sin embargo, los brillantes diseñadores parecen tener un coeficiente intelectual más bajo que las temperaturas del refrigerador: cada respuesta rusa siempre hunde a Ucrania más profundamente en un agujero ineludible, y ahora literalmente negro.

El acuerdo de granos parecía ser una especie de ganar-ganar. Kiev no volvería a contaminar los puertos del Mar Negro después de que fueran desminados. Turquía se convirtió en un centro de transporte de granos para las naciones más pobres (en realidad no fue eso lo que sucedió: el principal beneficiario fue la UE). Y se suavizaron las sanciones a Rusia sobre la exportación de productos agrícolas y fertilizantes.

Esto fue, en principio, un impulso para las exportaciones rusas. Al final no funcionó porque muchos jugadores estaban preocupados por posibles sanciones secundarias.

Es importante recordar que el acuerdo de granos del Mar Negro es en realidad dos acuerdos: Kiev firmó un acuerdo con Turquía y la ONU, y Rusia firmó un acuerdo por separado con Turquía.

El corredor para los transportadores de granos tiene solo 2 km de ancho. Los dragaminas se mueven en paralelo a lo largo del corredor. Los barcos son inspeccionados por Ankara. Así que el acuerdo Kiev-Ankara-ONU sigue vigente. No tiene nada que ver con Rusia, que en este caso no escolta ni inspecciona los cargamentos.

Lo que cambia con Rusia “suspendiendo” su propio acuerdo con Ankara y la ONU es que, a partir de ahora, Moscú puede proceder de la forma que considere adecuada para neutralizar las amenazas terroristas e incluso invadir y apoderarse de los puertos ucranianos: eso no representará una violación de la tratar con Ankara y la ONU.

Entonces, en este sentido, es un cambio de juego.

Parece que Erdogan entendió completamente lo que estaba en juego y le dijo a Kiev en términos inequívocos que se comportara. Sin embargo, no hay garantía de que las potencias occidentales no presenten otra provocación en el Mar Negro. Lo que significa que tarde o temprano, tal vez para la primavera de 2023, el General Armageddon tendrá que presentar los productos. Eso se traduce como avanzar hasta Odessa

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varias áreas por los grandes cambios que observamos y los denominaremos en está oportunidad “Frentes”:

Primero el Frente Europeo cada dia mas fraccionado, conflictuado y mas dividido, no solo por la Guerra de Ucrania que se direcciona a ser un País que se aproxima a sufrir una demolición programada y con una Guerra que empieza a perder presencia en los “medios” y en los fanáticos sostenedores con  ofensivas que luego se determina que son una catástrofe militar… en el mientras Rusia convoca la Embajadora de Gran Bretaña para pedir explicaciones sobre los ataques que orquestó desde Ucrania contra el NordStrand 1 y 2 y el ataque al Puerto de Sebastopol. Otra clara demostración de que Europa entra en un modelo “sálvese el que pueda”  El Canciller alemán Olaf Scholz viaja a China causando “malestar en sus socios de la OTAN y a lo que se suma la compra de un porcentaje importante del  Puerto de Hamburgo ( uno de los tres mas importantes de Europa) por parte de empresas chinas

Otro Frente activo es el del Asia Sudoriental (mal llamado “medio oriente”) con un Israel mas aislado que nunca (y con un avance de los sectores mas conservadores y religiosos que le quitaran flexibilidad negociadora con sus vecinos), y con las petromonarquías árabes cambiando de sociedades y alianzas históricas y a la que se suma una Turquía que amplia su juego geopolitico en toda la región y el incremento del poder de Irán en la misma zona y que tontamente utilizando las fake News que occidente lanza sobre la región para enemistar a los árabes con los persas. Pero los países de la zona recuerdan que hace un año EEUU/OTAN huyó de Afganistán abandonando a sus aliados a su suerte y han tomado debida nota de ello 

Otro Frente es el Financiero Global: China lanza una nueva forma de pago que cambia todo el juego de los juegos en el área de las Finanzas, con el mBridge, el innovador proyecto de pagos internacionales liderado por China

Por último y no menos importante nuestro propio Frente Americano donde tenemos varios acontecimientos en pleno desarrollo: el martes 8/11 hay mucho en juego en las elecciones de medio término de USA con la posibilidad de una gran derrota de los Demócratas por los Republicanos y de ocurrir ello. Por ejemplo: será un Biden muy disminuido si se reúne con Putin en la Reunión en Bali del G20

Tenemos otros dos grandes acontecimientos mas en nuestra zona la Reunión de los Presidentes: Petro y Maduro que desactiva la confrontación fronteriza, orquestada por los narco gobiernos “uriburistas”, pero fundamentalmente, hay dos grandes perdedores: el Plan de desestabilización de USA sobre Venezuela y que también acompaña en este desastre político a la Unión Europea que fue parte fundamental en el entramado agresivo para con el País Caribeño y que apoyando un fantasmagórico Guiado fue usado para como hacían con los piratas corsarios (durante la época colonial) quedarse con grandes riquezas y fortunas que solo son de manejo del Pueblo Venezolano y su legítimo gobierno 

Y lo mas importante es el triunfo en Brasil de Ignacion Lula Da Silva importante para los Brasileños pero también para el subcontinente suramericano, primero por la convocatoria a la Unidad Nacional muy lesionada por el discurso populista demagógico de Bolsonaro en una total sintonía con las nuevas derechas globales organizadas por Steven Bannon y es importante para relanzar un proyecto integrista serio y por fuera de todo idiologismo solo pensando en nuestro intereses nacionales y regionales en un Mundo en fuerte choque con una guerra híbrida global en pleno desarrollo….

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Un Biden desconcertado que saluda a fantasmas enfrenta una eleccion dificilisima de medio termino, que marcaran grandes cambios globales

 

Una imagen que desactiva un lustro largo de enfrentamientos esteriles ocacionados por EEUU y sus socios uriburistas contra la Republica de Venezuela
Un «Lula» llamado historicamente a cumplir un rol fudamental ente su Pueblo y sus vecinos

Como académico, solamente espero que de todo lo que está sucediendo seamos capaces de sacar lecciones aprendidas. Aunque podría cambiar el verbo “esperar” por el verbo “desear”. Porque, en realidad, no espero nada. Lo planteo porque ya teníamos lecciones aprendidas y no han servido de nada. Por Josep Baqués (*)

Uno de los principales exponentes de la geopolítica del siglo XX, Nicholas Spykman, exponía, en plena Segunda Guerra Mundial, lo que su país (los EE. UU.) debería hacer para evitar una Tercera Guerra Mundial, con base en diversas consideraciones geopoliticas. Porque una de sus principales obsesiones era evitar que las inercias de la guerra arrastraran a los EE. UU a nuevos conflictos, tan devastadores como las dos grandes guerras del siglo XX.

Pero Spykman no razona en abstracto, sino que lo hace a partir de la obra de Mackinder, quien, a su vez, parte de que la zona más importante del mundo, por su acumulación de territorios llanos sin apenas obstáculos, recursos naturales, materias primas y población, es lo que en 1904 definió como “área pivote” y, más adelante, en 1919, tras una ampliación de sus contornos, como Heartland.

Delimitación del “área pivote” y demás espacios en 1904. Fuente: Mackinder, 1904: 312

Esa versión definitiva, se extendería en dirección al Cáucaso, en lo que concierne a su frontera occidental, de modo que se prolonga algo más hacia poniente, incorporando toda la cuenca del Caspio, ciertamente, pero también la del Mar Negro (e incluso Turquía) mientras que hacia el Norte hace lo propio con Escandinavia, integra la costa Báltica, y en el centro de Europa engulle buena parte de la actual Alemania (Mackinder, 1919: 130; 1943: 597).

Extensión del Heartland, ampliada en 1919. Fuente: Mackinder, 1943: 130

Pero, mientras Mackinder creía que el Heartland era una inmensa ciudadela natural, prácticamente inexpugnable desde el mar, Spykman advierte de la mayor relevancia de los Estados del Rimland, que son los ubicados en un primer cinturón que bordea el Heartland, de Oeste a Este, contando con una franja europea-occidental (que va desde Francia y España hasta Grecia, pasando por Italia), otra arábiga (que comienza en Oriente Medio) y otra asiática o “monzónica” (con especial protagonismo de la costa china). De este modo, el propio Spykman indica que su Rimland equivale al inner crescent de Mackinder (ver mapa). Eso es así, a su entender, porque esos Estados litorales también acumulan mucho territoio, población y recursos, y porque, sobre todo, podrían dar salida a las riquezas del Heartland. Además, por su vocación híbrida, o anfibia, serían los que podrían atenazar a los propios EE. UU. (cosa que no sucede con los Estados meramente continentales del Heartland, mientras se hallen encerrados en su ciudadela).

No en vano, Spykman habla de que su país estaría siendo objeto de un cerco estratégico en potencia, a partir del Rimland europeo y del Rimland asiático. En los cálculos de Spykman estaba el hecho de que los recursos de los EE. UU. (materias primas, fuentes de energía, población, manufacturas), aunque importantes, todavía eran claramente inferiores a los que acumulaba el Heartland y, por ende, a los que una potencia del mismo, con salida al Rimland, podría emplear, en caso de un conflicto armado.

Por consiguiente, el Rimland pasaría a ser el auténtico epicentro de la política mundial. Si Mackinder opinaba que quien controle el Este de Europa, controla el Heartland y, a partir de ahí, controla el mundo, Spykman plantea una importante variante de esta teoría: a su entender, quien controla el Rimland, controla el Heartland y, desde esa atalaya, ciertamente, controla el mundo. Como puede apreciarse, sin perjuicio de la utilidad general de esta aproximación, Spykman está pensando constantemente en los problemas que deberían enfrentar los EE. UU. en función de estos parámetros.

Fuente: Spykman, 1944: 59

Por ello, el papel de Washington al decidirse a entrar en la Primera Guerra Mundial fue tratar de evitar que Alemania saliera al mar a través del Rimland europeo (cosa nada inverosímil, atendiendo a su alianza con los imperios austro-húngaro, que alcanzaba territorios marítimos como la actual Croacia; así como con el imperio otomano, de indudable vocación mediterránea). A su vez, la participación de los EE. UU en la Segunda Guerra Mundial vino dada por la misma sensación (Spykman, 1944: 45) con respecto a una Alemania que ya controlaba los puertos franceses de la costa atlántica, a lo que se sumaba lo que pudiera aportar Italia en el mediterráneo, y que, en el otro extremo del Rimland, Japón ya había desembarcado en China (por Manchuria) en la década de 1930, favoreciendo esa conexión entre los espacios del Heartland y los del Rimland, que tanto preocupaba a Spykman, mientras amenazaba con llegar a la India a costa del ya muy desgastado imperio británico. Ni un atisbo, por cierto, de alianzas basadas en valores compartidos u otros criterios de corte idealista.

Dicho lo cual, lo que busca Spykman es el modo de establecer un equilibrio de poder de tal tipo, que, sin necesidad de acudir al expediente de otra guerra, en la que se vean involucrados los EE. UU., permita garantizar una paz duradera, disuadiendo a los poderes del Rimland de cualquier aventura y evitando, en lo posible, cualquier tentativa de conexión entre el Heartland y el Rimland.

La pregunta es, claro está, ¿cómo lograrlo? De acuerdo con su planteamiento, los EE. UU. deben mantener una “presión de bloqueo” (potencial) sobre quienes lo rodean, en términos geopolíticos. Pero, para que eso sea efectivo, necesita aliados. En Europa, claramente, Gran Bretaña. No es por afinidad histórica (que, por cierto, no existía) ni siquiera por afinidad cultural, sino por puro interés de los británicos, siempre celosos del surgimiento de una gran potencia en la Europa continental. Mientras que en Asia, además de mantener sus bases en Alaska y las Filipinas, apunta a la conveniencia de mantener una buena relación con Rusia. Porque el peor problema para China, o, para Japón, es verse en la tesitura de enfrentar, a la vez, la presión de una potencia marítima como los EE. UU. y de una potencia continental como Rusia. Entonces, lo que debería hacerse para garantizar la paz es proteger el equilibrio de poder en Europa (Spykman, 2007: 128), apoyándose para ello tanto en Gran Bretaña como en la URSS (Spykman, 2007: 61). A su vez, para que la potencias asiáticas no decidan lanzarse al mar para expandir sus dominios, resulta fundamental que no sólo noten la presencia en el mar de las potencias marítimas continentales, sino que, además, noten el aliento de una potencia continental que les obligue a echar la vista atrás (literalmente).

El planteamiento de Spykman ha sido continuado, a su manera, por el que probablemente sea el mayor experto en geopolítica de finales del siglo XX: Brzezinski. Este estadounidense de estirpe polaca también nos dejó algunas recetas básicas para conducir la política exterior de su país, aunque quizá sería más propio aludir a la definición de una gran estrategia para su país.

La idea básica que sostiene se basa en que los EE. UU. mantengan una buena relación con sus aliados de los dos extremos del Rimland (en Occidente, integrados en la OTAN y, en Asia, a partir de sendos tratados bilaterales) haciéndose necesario para su seguridad. Pero, sobre todo, que la gran estrategia de los EE. UU. debe dirigirse a impedir que países como Rusia y China se unan -aunque añade que esa unión sería especialmente peligrosa si, además, se les uniera Irán- (Brzezinski, 1998: 48). En el fondo, pues, se trata de una receta muy similar a la de Spykman, porque a Brzezinski le preocupa que China (la nueva gran potencia asiática) incremente sus opciones de salir al mar y que, a partir de esa confluencia entre Estados del Heartland y del Rimland, se genere un potencial que constituya desde un primer momento una amenaza para el liderazgo de los EE. UU y, quizá, a partir de ahí, en un futuro no tan lejano, una amenaza a su seguridad. Por ello, Brzezinski apunta que esa es una condición sine qua non para Washington.

Una vez conocidas las tesis de Spykman y de Brzezinski en lo que concierne al tema que nos ocupa, es el momento de sazonarlas con las de Grygiel. Ya que este experto desarrolla un magnifico análisis histórico que nos permite entender las líneas maestras de la política exterior china desde hace siglos. No es una cuestión coyuntural, ni que tenga nada que ver con quién gobierna en Pekín.

En efecto, la tentativa china de salir a aguas abiertas, tan vigente en la actualidad, no es en verdad nada nuevo. Hace muchos siglos sus buques mercantes y de guerra ya circunnavegaron el subcontinente indio y bordearon la costa africana, hasta el Cabo de Buena Esperanza, y más allá. Sin embargo, en el siglo XV, esa expansión allende los océanos languidece hasta desaparecer sin apenas dejar rastro. ¿Por qué? Muy sencillo: la reorientación de su gran estrategia, que algunos pueden catalogar, simplemente, como introspección fue debida a la presión ejercida por los mongoles en el interior de China. El legado más evidente de ello es la reconstrucción, en esas fechas, de la Gran Muralla. El punto de inflexión definitivo fue la derrota china en la batalla de Tu Mu, en al año 1449, que costó la vida a medio millón de chinos y mostró su tremenda fragilidad ante los ataques procedentes del interior. En resumen, y en palabras de Grygiel…

“Cuando, a mediados del siglo XV, la estrategia de la dinastía Ming falló en su intento de asegurar su frontera Norte, el imperio fue obligado a retirarse del mar, dejando un vacío que fue ocupado por los piratas europeos, China comenzó su declive en los siglos XVI y XVII, en particular respecto a los Estados europeos, que rápidamente se expandieron  a lo largo de las rutas marítimas asiáticas” (Grygiel, 2006: 124).

Entonces, ¿qué significa esto? Pues, lógicamente, que si China se siente política y militarmente presionada desde el Norte, al tener que poner los cinco sentidos en la defensa de esa frontera, deja de perseverar en la búsqueda de salidas a mares abiertos. Cosa que coincide, por añadidura, con una de las tesis fundamentales de Mahan: la enorme dificultad de ser una potencia marítima cuando deben vigilarse amplias fronteras interiores, máxime si los Estados que la comparten son auténticas potencias. En sus propias palabras:

“si una Nación está situada de tal manera que no se ve obligada a defenderse por tierra ni puede pensar en extender su territorio de igual forma, al tener que dirigir todos sus designios hacia el mar lleva ya en sí una ventaja positiva con relación a otros pueblos que puedan tener alguna frontera continental” (Mahan, 2007: 98).

Visto lo cual, parece evidente que, en nuestros días, la potencia que podría jugar ese mismo papel, en sustitución de los mongoles es, precisamente, Rusia

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A lo que hay que añadir que, en nuestros días, Rusia y China tienen sus propios problemas en la zona. Por un lado, ambos se disputan los favores de Kazajstán, en teoría en la órbita rusa, pero que es un eslabón fundamental de la franja terrestre de la Nueva Ruta de la Seda. Por otro lado, ambos mantienen un contencioso, nunca bien cerrado, en la frontera siberiana, habida cuenta de que Rusia incorporó a su espacio de soberanía extensos territorios siberanos a mediados del siglo XIX, que hasta entonces habían pertenecido a China. El problema, para Moscú, estriba en que desde Pekín recuerdan que en la fecha de la firma de esos Tratados, China era poco más que un Estado fallido, de modo que la firma se habría producido en unas condiciones de desigualdad tales, que bien podría decirse que estamos ante tratados nulos de pleno derecho. Si a todo lo anterior le sumamos la penetración masiva de trabajadores chinos en ciudades reivindicadas por China, tan importantes como Vladivostok, el cóctel contra los intereses rusos se antoja especialmente peligroso. Claro que si la ampliación de la OTAN hacia el Este (sin freno) ha arrojado a Rusia a los brazos de China, es evidente que todo este escenario ha pasado a un segundo plano. El hecho, por lo demás, que la OTAN haya terminado ubicando a China en su lista de amenazas (de acuerdo con las pretensiones de Washington, y aunque eso no sea necesariamente lo que conviene a todos los demás aliados), no contribuye a otra cosa que no sea estrechar los lazos entre Moscú y Pekín, dando con ello al traste con lo que comentan Spykman, Brzezinski o Grygiel.

En definitiva ¿qué punto tienen en común las tesis de Spykman. Brzezinski y Grygiel? Que a los EE. UU. les saldría más a cuenta mantener una buena relación con Rusia. Pero no solo por el hecho en sí de que, digámoslo así, le conviene tener una buena relación con todos. Nada de eso. Estamos hablando de geopolítica, no del mundo feliz. Le conviene, precisamente, para balancear a China que es, a la larga (o no tanto, pues los años pasan, y las grandes tendencias son las que son) la principal competidora por la hegemonía mundial.

Pero… ¿qué tiene que ver todo eso con lo que han venido haciendo los EE. UU? La respuesta más amable nos dice que nada.

Pero la más real nos dice que sí, que hay una relación: porque los EE. UU. han estado haciendo justo lo contrario de lo que recomiendan quienes más saben de geopolítica. Y, total, ¿para qué? Para terminar implicados (siquiera sea, al menos por el momento, indirectamente) en una nueva guerra europea, en suelo ucraniano, en oposición a Rusia, para desgastar a Rusia, mientras China es una de las grandes beneficiarios, al no sufrir desgaste alguno, además de que el desgaste que sí está sufriendo Rusia dejará a los rusos, durante lustros, en disposición de convertirse en poco menos que un vasallo (lo digo así, por emplear el típico lenguaje de Brzezinski) de China. Pero eso no es especialmente interesante ni para los EE. UU, ni para Occidente, a tenor de todo lo dicho.

Porque, el problema de no leerse a los clásicos, o de no hacerles caso, comienza, lógicamente, mucho antes de que estallara la guerra de Ucrania. La ampliación sin fin de la OTAN hacia el Este ha sido (y es) un problema. Porque arroja a Rusia a los brazos de China que es, precisamente, lo que se debería evitar. Los argumentos del tipo de que si un Estado democrático quiere entrar en la OTAN, hay que recibirlo con los brazos abiertos es, en clave geopolítica, un sinsentido. La OTAN debe decidir a quién admite (o no) en función de criterios de seguridad (de sus socios actuales), basados en una adecuada noción de una gran estrategia. La OTAN no es una ONG. Y no entro en si Ucrania merece algún crédito como sistema político liberal-democrático, que creo que merece poco. Pero, para mi argumento, eso es poco relevante. Aunque lo fuera: la OTAN no es la ONU y debe tomar sus decisiones con la cabeza fría, sin dejarse llevar por (presuntos) idealismos de funestes consecuencias prácticas.

Llegados a este punto, el lector poco avezado dirá, supongo, que Spykman, Brzezinski y Grygiel deben ser prorrusos. Pero, notoriamente, no es el caso. ¡Nada más lejos de la realidad! Simplemente, se trata de gente inteligente, formada (como pocos) que aman a su país (los EE. UU) y, sobre todo, que no subordinan sus análisis a las típicas demagogias, tópicos y superficialidades de la política cotidiana.

Por mi parte, tampoco soy prorruso, aunque, a decir verdad, no soy proestadounidense, ni pro nada, salvo pro España, que es mi país, al que quiero. En ese sentido, sé reconocer a mis aliados, y los EE. UU. lo son, ciertamente. Ahora bien, no veo más que seguidismo respecto a su gran estrategia, que creo errada. Por ello, me he animado a escribir estas líneas, a modo de reflexión personal. Porque creo, sinceramente, que la lealtad bien entendida no consiste en no cuestionar aquello que contenga demasiados flecos, o errores patentes. Más bien, consiste en advertir a los aliados dónde puede haber un problema y, en su caso, qué hace para corregirlo. Tal es la intención que subyace a este artículo.

Las causas de la inopia de buena parte de las elites políticas occidentales está, no solamente en su escasa formación para la geopolítica y las relaciones internacionales, sino también en que la poca que les llega, llega de teorías que operan en el ámbito de lo políticamente correcto, pero despegadas de la realidad.

Pondré un par de ejemplos:

Algunos se han encargado de alimentar, de modo expreso, la sensación de que el análisis de la geopolítica estaba obsoleto, ya que, decían, “previene la existencia de un conflicto donde no lo hay” (Chowdhury y Kafi, 2015: 8). Para más inri, resulta que ambos autores se estaban entrometiendo con la teoría de Mackinder, en particular, empleándolo a modo de símbolo y muestra de la presunta decadencia de los análisis de geopolítica, y se referían al escenario de Europa del Este, ahora en llamas.

Mucho más preocupante es, por sus enormes pretensiones (de sentar cátedra) la que elabora a conciencia un viejo conocido nuestro, John Ikenberry, a la sazón un inteligente experto proveniente del campo del institucionalismo liberal que, en un artículo dedicado exclusivamente a esta misión, aparecido en 2014, refleja su opinión acerca de que la geopolítica tiende a ser “alarmista”, ya que sus divulgadores no asumen la capacidad de los EE. UU. Para atraer al campo liberal a China, Rusia, e Irán” (Ikenberry, 2014: 80).

Quienes se dedican a la geopolítica no habrían entendido la preeminencia creciente del proyecto de democracia liberal-capitalista, ni tampoco que, a consecuencia de ello, “Rusia ya está parcialmente integrada en la economía mundial mientras que China está profundamente integrada en ella” (Ikenberry, 2014: 87 y 84, respectivamente).

¿Qué decir al respecto? Sin duda, que contiene un lamentable (desde una perspectiva académica con pretensiones de cientificidad) exceso de idealismo, que aleja a los críticos de la geopolítica de la realidad. O, quizá, también, que mientras escribo estas líneas, veo en televisión que Corea del Norte ha lanzado otro misil balístico hacia Japón que, con un poco de suerte, caerá en el mar, así como que Putin arrecia en su amenaza de emplear armas nucleares en la guerra de Ucrania, sin que eso disuada a la Casa Blanca de alinearse con todas las peticiones de Zelenski.

En los últimos tiempos, la ideología (en el peor sentido de la palabra) ha penetrado en los análisis (o pseudoanálisis) geopolíticos. Es lo peor que nos puede pasar. No porque los valores no sean importantes (que lo son) sino porque no se deben mezclar ambas cosas. Si se mezclan, el precio a pagar es que ya no tenemos análisis geopolítico que valga, aunque mucha gente emplee la palabra mágica, “geopolítica”, muchas veces sin conocimiento de causa.

(*) Josep Baqués Josep Baqués es Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona y Subdirector de Global Strategy

Bibliografía

Brzezinski, Zbigniew (1998). El gran tablero mundial. La supremacia estadonunidense y sus imperativos geoestratégicos. Barcelona: Paidós.

Chowdhury, Suban y Kafi, Abdullah (2015). “The Heartland Theory of Sir Halford John Mackinder: Justification of Foreign Policy of the United States and Russia in Central Asia”. Journal of Liberty and International Affairs, 1 (2): 1-13.

Grygiel, Jakub (2006). Great Powers and Geopolitical Change. Baltimore: John Hopkins University.

Ikenberry, John (2014). “The Illusion of Geopolitics. The enduring power of Liberal Order”. Foreign Affairs, 93 (3): 80-86.

Mackinder, Halford (1904), “The geographical pivot of history”. The Geographical Journal, 170 (4): 298-315.

Mackinder, Halford (1919). Democratic Ideals and Reality. New York: Henry Hold and Company.

Mackinder, Halford (1943). “The Round World and the Winning of the Peace”. Foreign Affairs, 21 (4): 595-605.

Mahan, Alfred 82007 [1890]). La influencia del poder naval en la historia. Madrid: ministerio de defensa.

Spykman, Nicholas (1944). The Geography of the Peace. New York: Harcourt, Brace and Company  Inc.

Spykman, Nicholas (2007 [1942]). America´s Strategy in World Politics. New Brunswick: Transaction Publishers.

FUENTE GLOBAL STRATEGY https://global-strategy.org/geopolitica-guerra-ucrania/

En su columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en el Club de La Pluma, el *Director de Dossier Geopolitico DG, habla que la importancia del “XX Congreso del Partido Comunista Chino”, que con sus resoluciones habrá dado un paso mas de consolidar la nueva potenciación de la República Popular como un elemento clave y ya imposible de soslayar a nivel global por su importancia: Económica, Financiera, Tecnológica, Cultural y seguramente lo será a la brevedad también militar, con la ratificación de Xi Jinping como su nuevo líder.

Algunos datos para entender este posicionamiento global en “Producción Manufacturera Mundial” de China: Asia representa el 52%, Europa el 22% y América del Norte el 18,5%. Pero de estos porcentuales, desglosado por países: China es el 30%; EEUU el 16%; Japón el 7%; Alemania el 5,7% y Corea del Sur el 3,2%

Observamos que: Asia se lleva la parte mas importante de la producción manufacturera global y que la China del 2022, hoy exhibe un PBI de 16 billones dólares y que representa el 18% del Pbi global.

Por ello ya es una locomotora necesaria e imprescindible para cualquier cálculo y análisis  de la Geopolítica y la Geoeconomía mundial; China además en un proceso distinto al modelo que hasta ahora ha impuesto Occidente en todo el Mundo, para posicionar su hegemonía tanto: Política, Económica y Cultural, establece acuerdos de cooperación y desarrollo distintos. 

China plantea como un objetivo de máxima importancia, el de ser Garante de la Paz Mundial y con un eje fundamentalmente basado en la Cooperación Internacional, sin imposición de sistemas o modelos políticos; para alcanzar ese objetivo, presentó al Pueblo Chino el Proyecto 2035, mediante el cual el Presidente Xi, pretende mantener una Potenciación sostenida con un firme “desarrollo equilibrado del País” y un modelo de “sociedad moderna y próspera” alcanzando la soberanía alimentaria y tecnológica con un sistema de provisión logístico de bienes e insumos seguro y fluido internacional, para lo cual la Franja y la Ruta de la Seda S XXI es fundamental.

FRANJA Y RUTA DE LA SEDA CHINA S. XXI

Y cual es la respuesta del mundo anglófilo y sus socios europeos, que con una propaganda de guerra y belicismo intenta frenar y cercar, aislar el mundo euroasiático, con que modelo solo el modelo del expediente “militar”

2017: Para ello instrumentó con Trump el QUAD: Australia, Japón, India y EEUU. Con la idea de aislar a China y crear conflicto con sus vecinos asiáticos tanto en el Mar de la China como en el frente limítrofe Indo/Chino.

2021: Con la administración Biden se conformó el AUKUS: Australia, Reino Unido, EEUU.

2022: reunión de la OTAN “global” en Madrid, (invitó a Australia,Nva Zelanda y Corea del Sur) donde se determinó que los adversarios a enfrentar aislar y si pueden derrotar, son Rusia y China mas un G7 que se plantea que el área “Indo Pacifico” no puede estar controlada por la China

Como vemos todos proyectos de corte netamente militarista sin ningún aporte de cooperación económica y mucho menos de desarrollo sostenido y equilibrado para el mundo. Pero parecen que han encontrado la horma de los zapatos estos modelos injerencistas y belicistas. Primero la India lentamente se aleja de posibilidad de incrementar el choque por problemas de demarcación fronteriza con china y profundizando acuerdos comunicacionales y de proyección económica con China y los países asiáticos India es parte y uno de los sostenes mas firmes del grupos del Sur Global emergente con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y a participado junto a la casi totalidad de los países asiáticos de la última Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai desarrollado en la Ciudad de Samarcanda en Uzbekistán. Que marcó un incremento significativo de acuerdos y de planes para profundizar acciones de todos sus integrante mas la presencia de Turquía e Irán y algunos países africanos. Además los llamados “Tigres Asiáticos” intentan de todas formas impedir que su zona sea transformada por los occidentales en zona de conflicto y desestabilización que impidan seguir sus prósperos desarrollos y en ese marco, CHINA: implementó el “mayor tratado de libre comercio del mundo: conocido como RCEP que reúne a Myanmar, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, tailandia, Vietnam, a los que se sumaron Japón, Corea del Sur Australia y Nueva Zelanda. Como vemos la idea del cerco siempre presente en las afiebradas mentes de los decadente establishment occidentales cada día encuentran no sólo resistencia sino fundamentalmente cambio y pérdidas de socios que creían tener atados y bien atados.

Pero bien, luego observando la situación política internas en los socios cercanos de EEUU como la reciente caída de la primera ministra de Gran Bretaña: Liz Truss “la Breve”, a la que debemos sumar las crisis en UE, de la administraciones de Francia, Italia, Alemania, etc., mas la crisis de una guerra perdida en Europa del Este (Ucrania), podemos concluir que el proyecto de la angloesfera arrastrando a la mayoría de los europeos tiene pocas posibilidades  de lograr sus objetivos guerreristas. que además este proyecto tiene un examen próximamente muy riesgoso con las cercanas elecciones de medio término 

*Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele, Director de Dossier Geopolítico DG

XI JINPING

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, habla que la guerra híbrida global avanza …y se profundizan, por ello dividimos la columna en dos partes:

La primera: dada la campaña de falsedades que afecta a las masas occidentales con una propaganda oficialista de guerra de solo “relatos”, pero sabemos, que la verdad saldrá a la luz. Desde hace 6 meses se desgastó a las tropas  ucranianas que han perdido el 1 ⁄ 3 del personal militar, a lo que se suma la dificultad para realizar el reemplazo del material bélico destruido por material occidental que es mas lento de lo atribuido y no podrá definir nada solo. Describimos la realidad sobre el campo de batalla, del control del aire (por parte de Rusia) y la utilización de armas de última generación misilísticas y el uso de la inteligencia artificial con el uso de drones suicidas etc etc., etc, la victoria rusa no está en duda. Y también destacamos la “Moderación de Moscú” en respuestas a las agresiones realizadas en el propio territorio ruso (asesinatos de Ciudadanos rusos en suelo ruso) y de intereses económicos rusos, en el mar Baltico (NordStrom I y II); pero la respuesta fue quirúrgica y durísima dejando a Ucrania en el medioevo sin energía eléctrica, y marca como será a partir de ahora el conflicto.

La segunda parte de está Columna: es describir esta Guerra Híbrida Global en curso que se ve en los cambios de los valores de la energías fósiles con los acuerdos de la OPEP+ de reducir en 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre de 2022 y los acuerdos alcanzados en la sexta cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), el jueves pasado en Astaná, Capital de Kazajistán. Este año, el foro, que aglutina a 27 países que conforman un 90 % del territorio de Asia y que abarcan juntos casi la mitad de la población mundial, reúne a unas 50 delegaciones. y de allí surgió un nuevo polo de distribución gasífero desde territorio Turco (garantizado por Recep Erdoğan) y que participa Catar (el segundo productor mundial de Gas) según lo acordado con Putin en Astana

Recordemos, que el eje de desarrollo de los países industrializados occidentales los del G7, estaba basado en tener a disponibilidad en cantidad abundante y a precio bajo los recursos naturales minerales y los recursos energéticos, pero dado los cambios de sociedades y de influencia le son hoy en día muy complicado en especial para los países occidentales europeos y ello conlleva a una tremenda dependencia de las pocas fuentes de suministros que está a disponibilidad y además por el incremento de los precios de los commodities los hace nulos competitivos a los europeos, con los grandes complejos industriales de Eurasia y EEUU (el otro gran ganador)

Prof. Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Emir de Qatar Jeque Tamin Bin Hamad al Thani y Presidente de la Federacion Rusa Vladimir Putin Astana 13/10/2022


Por JORGE MORA FORERO Nuevatribuna.es

Cuando los ingenuos y los hipócritas se vuelven cínicos y tanto en 
los bares y los supermercados como en las redacciones de los pe-
riódicos y en los gobiernos se aceptan los ‘límites de la realidad’, 
entonces es que el Sol está a punto de ponerse y nosotros de 
apagar la luz”. (Santiago Alba Rico “Contra la Geopolítica”, 
elpais.es, 8 de abril del 2022

¿Y si Putín tuviera razón? ¡Qué escándalo plantearlo!, ¿verdad? Sólo plantearlo.

Resultó el abogado del Diablo, dirán unos cuántos. O muchos. Y yo responderé como lo he hecho en otras ocasiones: al Diablo lo que deben sobrarle, sin duda, son abogados. Y de los buenos. En nuestro medio, esto no tiene una connotación moral; se refiere a los que ganan pleitos. Y, mayormente, a los que ganaron pleitos que parecían imposibles de ganar. ¿Cómo? No pregunten. Ni traten de convencerme de que el Derecho es igual a la Justicia. Y, no le metan moral: no hay dónde ponerla. Aquí, como en el análisis que permea todo el poder, hay que hacer como diría Maquiavelo (tan desacreditado por los moralistas, y tan vigente, según los realistas): “ir a la verdad de la cosa”. Y eso comienza, llamándola por su nombre, sin edulcorantes que nos hagan quedar bien con todo el mundo, pero mal en el campo del conocimiento, al no poder dar una explicación coherente, y convincente, acerca de “la cosa”, analizada. A riesgo de que me excomulguen, desde diferentes creencias, digo que no hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla.

En cuanto a “Putín y su guerra”, que es como se habla en los principales medios de comunicación occidentales (no se habla de Rusia y su confrontación con Ucrania, que venía de años antes, sin guerra (desde antes de la anexión de Crimea), la pregunta atrevida es si el “autócrata”, que es como lo llaman en la citada prensa (no más autócrata que otros a quienes abrazamos todos los días, pero que están con nuestros intereses), tenía razón en lo que pedía: que Ucrania no entrara a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar  que se organizó en Occidente para detener la expansión de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), que respondió creando el Pacto  de Varsovia. La URSS desapareció en 1991 pero… quedó la OTAN. A propósito: a esta Alianza, entró Colombia, como SOCIO GLOBAL DE LA OTAN, único país en Suramérica, a título de Observadora “participativa”, durante el gobierno del presidente Santos, lo cual según él, constituía un enorme privilegio.

No hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla

Pero, volvamos:

El reclamo básico de Putín, era por la seguridad de Rusia. No quería ésta, sentirse rodeada y asfixiada por la OTAN, sin una “cañita”, tubo, o espacio para respirar. Y para dormir tranquila. O, menos sobresaltada…

Y no vamos a hablar acá de lo que fue el Imperio Ruso y de las tierras que perdió desde la Primera Guerra Mundial.

Es pertinente:

Hablar de las cosas humanas no es nada fácil. Porque los seres humanos somos altamente homogéneos en anatomía pero no en cultura. Esta implica creencias, muchas de ellas cimentadas en las emociones, no en el razonamiento.  Esto no quiere decir que éste pueda no estar influido por ellas, o que ellas no sean importantes en la vida. Pero, la percepción del mundo por medio de las emociones, es mucho más subjetiva por lo sentimental, que la obtenida por el razonamiento que es un tanto más objetiva; obtenida y defendida con base en argumentos y, por lo tanto, con mayores posibilidades de comprensión entre diferentes posiciones. Cuando se parte de creencias inamovibles, en el campo que sea, no hay diálogo posible y menos, acuerdo alguno. El resultado es una polarización total con base en el odio y la división de los seres humanos en dos grupos: nosotros que, además, somos los buenos y, los otros, que son los malos.  Y, por si fuera poco, además de las creencias o, anteriores a ellas, los seres humanos, como individuos y como agrupaciones, también tenemos intereses. Normalmente, estos y las creencias se entrelazan; el resultado es el conflicto y su consecuencia más desgraciada: la guerra. Por medio de ella buscamos la supresión del otro, o de los otros, lo que nos niega como humanos, al mismo tiempo que todos destruimos el planeta, lo que va a negarnos como especie. Y no hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles… ¿Quién define la “justeza” de las guerras, los ambiciosos que las organizan y se quedan con las medallas y el botín? Porque no son “los del común”, carne de cañón, de bomba, de fusil o de motosierra, que siempre ponen los muertos con sus viudas y huérfanos, o los mutilados, en la miseria y sin esperanza. Y para quienes la palabra “patria” es más bien un escarnio, que un orgullo.

Si bien es cierto que el científico social debe enfriar sus sentimientos para tratar de ser lo más objetivo posible, jamás podrá ser neutral frente a las desgracias humanas, porque cada muerto y cada mutilado es una puñalada en el corazón de nuestra identidad humana, y una mutilación de la misma, así no creyéramos en ningún ser superior.

Continuando:

Debe el científico social tratar de investigar los orígenes del conflicto que desencadenó la barbarie, sin tratar de justificarla por lo dicho antes. Investigar con madurez es tratar de ver “la cosa conflicto”, desde todas las perspectivas, partiendo del hecho de que eso que llamamos “la realidad”, en un conflicto, tiene por lo menos dos caras y no una sola, como cuando vemos el conflicto como resultado de la lucha entre buenos y malos donde nosotros, por supuesto, somos los buenos. Hay que tratar de meterse en el pellejo del otro, para tratar de entender algo.

Vamos a los protagonistas.

Por un lado Rusia, segunda (o primera) potencia nuclear del mundo; se ha quejado por su seguridad que cree que está en peligro porque Ucrania, único país de su frontera suroccidental que no forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte o, NATO, en inglés), quiere entrar en ella. En el resto de los países de esta zona que pertenecían a la Unión Soviética, como Hungría, Rumanía, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, está la OTAN. Y, fuera de eso, en Turquía que posee uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Podemos confirmarlo en los mapas respectivos. La OTAN se expandió, después de que la URSS, que vivía una crisis estructural, se desbarató en manos del ingenuo soñador, pero bien lisonjeado por Occidente, Mijaíl Gorbachov, y del corrupto y alcohólico Boris Yeltsin que, como Presidente de Rusia, firmó la disolución de la URSS. Rusia, en manos de Yeltsin, absolutamente debilitada, no pudo impedir la expansión de la OTAN.

No hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles…

Putin, funcionario de Yeltsin y sucesor de éste, reestructuró las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y comenzó a exigir la neutralidad y el desarme de Ucrania. Como esta no aceptó, con una especie de plebiscito, incorporó a Rusia la estratégica península rusófona de Crimea donde tiene asiento la importante base naval rusa de Sebastopol por la cual tenía un contrato de arrendamiento por 50 años. A propósito: Crimea era rusa hasta 1954 cuando el sucesor de Stalin y Presidente de la URSS, Nikita Kruschev, a su vez, ucraniano y expresidente de la federada República Socialista de Ucrania, le regaló a ésta, en el 300 aniversario de la adhesión a Rusia, la Península de Crimea, como si fuera parte de su patrimonio personal y pensando que la URSS sería eterna. Cuando ésta se disolvió, Ucrania no la devolvió. Pero si obtuvo, en la débil situación de Rusia, un Tratado de Límites, quedándose con ella.

Enseguida, y siguiendo con nuestro problema, se presentó lo de las “Repúblicas” de Donetz y Lumbask, en la región más amplia de la zona del Donbás, en la frontera con Rusia y de mayorías de habla rusa que quisieron separarse con apoyo de la misma. Finalmente, ésta las reconoció como independientes, y comenzó la invasión a Ucrania, supuestamente, para darles protección del ejército ucranio que las atacaba. Pero, el ejército ruso no sólo entró a la zona anterior sino a varias partes de ese país, tomando una ruta con dirección a Kiev, la capital. Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así.

UCRANIA

Es la cuna de Rusia cuyo origen estuvo en la Rus (podemos traducirlo como asentamiento de remeros “vikingos” que bajaban del Norte a vender sus productos en Constantinopla) de Kiev. El mando se trasladó después a Moscú. Siempre formó parte del gran Imperio Ruso de religión cristiana ortodoxa. El Patriarca de Moscú, dependía, administrativamente, del Patriarca de Constantinopla, y desde 1560 quedó como superior del obispo de Kiev, hasta 2019 cuando el Patriarca de Estanbul (la antigua Constantinopla), inventando poderes que no había tenido, reconoció la autonomía de la Iglesia Ucraniana, creando un conflicto con el Patriarca de Moscú. Los rusos dicen que fue un juego político de Estados Unidos que se pronunció por una Iglesia Ucraniana autónoma. Y ahí tenemos otro elemento del conflicto porque el Patriarca de Moscú no aceptó esto, pues respalda a Putín, ya que los dos tienen una idea muy conservadora de la vida, fundamentada en la herencia de “lo ruso”, y consideran que Ucrania, influenciada por USA y Europa Occidental, es un espacio abierto a las malas costumbres, grupos LGBTQ y “perversiones” diversas, etc., Como resultado hay, por lo menos, tres iglesias cristianas en Ucrania: ortodoxa que obedece a Moscú, ortodoxa que obedece al obispo-Patriarca de Kiev, y católica que obedece a Roma y está ubicada en la parte occidental que tuvo cercanía con el Imperio Austro-Húngaro.

Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así

Ucrania sólo llegó a ser república en 1921 con los comunistas que le agregaron territorios. En 1922 entró a formar parte de la URSS y, en 1991, con la desintegración de la misma, declaró su independencia. Pero no devolvió los territorios que se le habían dado en el contexto de la URSS y que habían pertenecido a Rusia.Hay que dejar claro que en el momento de la separación, Rusia aceptó por la debilidad en que estaba. Por lo mismo, no pudo ejercer control geopolítico sobre los países separados al oeste (Rumania, Bulgaria, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia), que ingresaron a la OTAN. Se dice que dejando de lado una promesa “verbal” que los Estados Unidos le habían hecho a Gorbachov, de no llevar a la OTAN a los países que habían formado parte de la URSS. Salvo Ucrania que, ahora era candidato, lo que provocó el problema con Rusia, reforzada ahora como potencia, por lo menos, militarmente, y con los mayores recursos naturales del mundo.En los conflictos por el dominio mundial, no puede olvidarse este dato.

Reflexionemos:

El ser humano es por naturaleza conflictivo. Los conflictos se resuelven a través del PODER. Y gana el más fuerte. La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia. 

Cuando hablamos de conflictos dentro de un país, hablamos de política como la actividad para resolverlos. La Ciencia política, estudia toda esa problemática. Cuando hablamos de conflictos entre países, lo primero que surge para resolverlos, es la diplomacia, sustentada en la Geopolítica que es la Ciencia que estudia la expansión de unos estados a costa de otros, y el choque de las potencias por sus áreas de influencia. Es la relación entre poder y espacio. Ya no el espacio dentro de los límites del país, sino el espacio para respirar, pasear y pisotear, más allá de esos límites. Los alemanes lo llamaron LEBENSRAUM, el espacio vital sin el cual un país quedaría sin fronteras seguras, asfixiado, negado a sí mismo.

Que el concepto haya surgido con los nazis, no significa que la práctica no se haya dado a través de la historia. De acuerdo con la teoría de la selección natural, implicaba el derecho de los estados a expandirse de acuerdo con su fortaleza (“Superhombre”, “Superestado”, “Potencia”, “superpotencia”, ¿Les suena?).  Esto no es una aberración, ha sido una constante histórica. Claro, podríamos pensar que la historia está hecha de aberraciones. Sobre esta relación entre hombres y estados, ya los griegos lo habían dejado claro, cuando afirmaban, por medio de Tucídides: “… que siempre fue y se vio que el menor obedezca al mayor y el más flaco al más fuerte…”.

Pues bien: tenemos tres grandes potencias: Estados Unidos, China y Rusia. Las tres poseen armas atómicas, cada una con el poder de destruir, no sólo a la otra u otras, sino al mundo todo. Y, volviendo a las constantes históricas, pongamos una más: todas las armas que el hombre ha inventado, las ha usado. Estados Unidos, no admitiría que alguno de sus vecinos tuviera alianza con enemigos e instalara misiles en sus fronteras, o muy cerca de ellas. No olvidemos que esa situación nos llevó casi a una guerra mundial, cuando la URSS, instaló misiles en Cuba. Ahora: Venezuela está lejos de la frontera americana y Estados Unidos ha dicho que es un peligro para su seguridad. China considera que Taiwán (que forma parte de ella como lo aceptó Estados Unidos al establecer relaciones diplomáticas con la primera), tal como está ahora, está convirtiéndose en un peligro para su seguridad.

La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia

Con relación a Rusia: Estados Unidos tiene misiles en Rumanía y Polonia. Y guarniciones militares en ellas, en Estonia, Lituania y Letonia. Más abajo, cerrando la parte Oeste-Sur, está Turquía que pertenece a la OTAN. Putín, desde el 2008, estaba pidiendo la neutralidad de Ucrania. Incluso un estadista y Exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación.

(Véase: Henry Kissinguer, “Cómo termina la crisis de Ucrania”, en PIENSA CHILE, marzo del 2014).

Después de esperar en vano la declaratoria de neutralidad de Ucrania, el presidente Putín, ordenó la invasión. Tomando como argumentos la militarización de Ucrania y el ataque a las zonas rusoparlantes de las llamadas Repúblicas de Lugansk y Donetsz. Resultados: Putín ha sido satanizado por Occidente; se ha puesto el grito en el cielo acerca de que se ha violado la soberanía de Ucrania, y han establecido sanciones económicas muy fuertes contra Rusia, y se viene el rearme de Europa. Lo anterior, muy sintetizado.

Veamos por partes:

1). Con relación al significado de Putín, dice el citado y muy reconocido Henry Kissinguer: “Para Occidente, la demonización de Putín, no es una política, es apenas una mascarada por la ausencia de una política”. Y agrega: “Por su parte, los EEUU deben evitar tratar a Rusia como una aberración a la que hay que enseñar pacientemente reglas y conductas establecidas por Washington. Putín es un estratega serio sobre la base de la historia rusa (Ibidem). Recordemos que un comandante de la marina alemana que pidió respeto para las peticiones de Putín, fue destituido.

Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación

Hay quienes piensan el problema en términos de Guerra Fría, o del enfrentamiento entre capitalistas y comunistas. Eso es no ver más allá de la nariz, por fanatismo o por ignorancia. Ya no hay comunismo. Rusia es tan capitalista como Estados Unidos. Y Putín no es, justamente, alguien de izquierda; ni siquiera de esa izquierda desteñida que pulula por todos lados dándole su voto de apoyo al capitalismo neoliberal. Es un hombre de derecha y alcahuete de los llamados oligarcas que, siendo jefes comunistas, o directores de empresas estatales, se apoderaron de ellas en el proceso de privatización que se preparó en el caos gorbachoviano y, luego, bajo  le presidencia de Yelzin quien, junto con sus amigos procapitalistas de Ucrania y Bielorrusia, habían desbaratado la URSS. Putín fue el heredero de Yelzin quien lo nombró con la condición de que lo protegiese de ser juzgado por alguno de los delitos que llevaba encima.  Sobra decir que Putín ha cumplido. Este y los jerarcas comunistas se apoderaron, por distintos medios, de todo el trabajo acumulado por millones de trabajadores y trabajadoras del pueblo ruso desde 1917. Putín, además, ha mandado a la cárcel a los miembros de los grupos antifascistas y es el padrino de los grupos neonazis de la Unión Europea, como de los neofascistas que acaban de ganar las elecciones en Italia. Con relación a esto del neofascismo italiano y Putín, dice el especialista Antonio Scurati lo siguiente:

El primero que tendió puentes hacia ese mundo juvenil del neofascismo militante fue Matteo Salvini, en las elecciones de 2018. Incluyó en sus listas personas que procedían de ese ambiente. Y quien organizó eso fue su portavoz, Gianluca Savoini, la misma persona que estableció contactos con los emisarios de Vladimir Putin y llegó a acuerdos con ellos. Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`: el cristianismo, la raza, el rechazo a eso que llaman `la gran sustitución de los blancos europeos por los inmigrantes”. (Antonio Scurati, “Un gobierno de Meloni puede ser tan dañino para Italia como para Europa”, entrevista de Enric González, El País.es. 20 sept/2022).

 En Venezuela, Putín no apoya a Maduro por comunista (¡comunista Maduro!), sino por geopolítica, como venganza contra la OTAN.

2. Así como ocurre entre individuos, pasa con los estados: la igualdad y los derechos son sólo de papel ya que, en la práctica, predomina la ley del más fuerte (por su fuerza, por su riqueza, por sus influencias, etc.). Si un país poderoso, una potencia (y así las subpotencias y minipotencias) siente que un vecino le incomoda la vida, o le perturba el sueño por la seguridad, no hay soberanía que valga. La soberanía llega hasta donde llegan las necesidades y los apetitos de los más poderosos. Miren el mapamundi a través de la historia, no sólo a Rusia.

A propósito de eso, y a grandes rasgos:

Sin que haya sido agresora, Rusia ha sufrido tres invasiones en los tiempos modernos:

a). La invasión de Napoleón en 1812. Llegó hasta un Moscú incendiado por sus habitantes como parte de su defensa. Costo para Rusia en vidas: 5.000.000 de muertos.

b). Invasión por el ejército de Hitler en 1941. Nuevamente un Moscú vacío y el costo en vidas para Rusia y sus países afines, 25.000.000 de muertos.

c). Con el surgimiento de la Revolución Bolchevique de 1917: entre 1918 y 1921, tropas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Polonia y Japón, llegaron a pelear al lado del Ejército Blanco compuesto por los restos del ejército zarista. Costo: 1.500.000 muertos y los campos de cultivo destruidos. Consecuencia: la hambruna, provocada también por los errores de la naciente revolución.

Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`

Además: Japón también trató de apoderarse de Siberia Oriental…

3). Las sanciones económicas. Quienes más sufrirán son los rusos de a pie, no los jefes. Lo mismo que está pasando con los sectores de clase media y populares europeos. Porque el aumento del costo de la vida no se debe, en sí, a la invasión de Ucrania, sino a las nombradas sanciones que bloquearon el suministro de elementos energéticos de Rusia a Europa. Además de la creación de desempleo porque hay empresas que, en estas condiciones no pueden producir, y otras que han tenido que salir de Rusia. Por todo lo anterior, el resto del mundo, también sufre las consecuencias. Pero, a diferencia de los europeos y americanos, los pueblos de África y América Latina no tienen cómo defenderse. Esto agravará la situación económica que ha dejado la pandemia, aumentando la pobreza y el descontento social por la disminución de los alimentos y de otros bienes elementales para la vida. 

Todo esto, por supuesto, llevará a una decadencia mayor de la Unión Europea que avanza cada vez más hacia su insignificancia por su  dependencia de Estados Unidos, lo mismo que Rusia que, siendo una potencia nuclear, por efectos de la guerra se hará cada vez más dependiente de China.

4) Como una de las consecuencias de la guerra será el rearme de Europa, esta dedicará más dinero a las armas, y menos al gasto social. Y hay, en medio, un elemento que no se ha tomado en cuenta: Alemania, por su experiencia negativa de dos guerras perdidas, era reacia a participar en el rearme de Ucrania pero, prácticamente, se vio obligada a participar ante las acusaciones de saboteo a la OTAN. El resultado: Alemania ha dicho que dedicará a la defensa ¡cien mil millones de euros! ($ 100.000.000.000), una cifra espeluznante para rearmar a un país que fue humillado en dos guerras mundiales y que muchos alemanes no han olvidado: los movimientos neonazis que sueñan con su IV Reich (Imperio).

Recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro

Para concluir: recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro con el cual vivimos pero también, con el cual tenemos que aprender a convivir.

En la historia no hay seres humanos buenos y seres humanos malos; hay seres humanos, a secas, cada uno peleando por sus intereses, es decir, por sobrevivir en determinadas condiciones. Y hay estados peleando por ampliar sus territorios. O, procurando que en esos territorios vecinos, no haya habitantes que amenacen su seguridad. Es lo que hoy podríamos llamar, GEOSEGURIDAD. Hay potencias queriendo dominar, o controlar el mundo, con unas líneas rojas a las que hemos llegado por deducción lógica y por sentido común: las armas nucleares múltiples, capaces de acabar muchas veces con la humanidad y casi con todo tipo de vida. Hasta ahora, como hemos visto por la historia, todas las armas que el humano ha inventado, las ha usado. Ahora está preparado para acabar, de una vez por todas, con todo el planeta.

Como moraleja, creo que en esta situación que vive el mundo, las potencias capaces de borrarlo y de borrarse ellas mismas, al mismo tiempo, deberían practicar, aunque fuese por puro utilitarismo, la ética kantiana:

NO HAGAS A NADIE LO QUE NO QUERRÍAS QUE TE HICIERAN A TI.

En este momento, nuestro presidente a menaza a Putín que si usa armas nucleares (tácticas, se entiende; o sea, pequeñas) en Ucrania, recibirá un castigo inimaginable. Se supone que sabemos que significa eso, pero, ¿piensa nuestro presidente que los rusos se quedarán con los brazos cruzados muriéndose y que dejarán durmiendo sus infernales misiles nucleares de largo alcance que reposan ansiosos en los silos de la Rusia continental, en los barcos de guerra que surcan los océanos y en los submarinos que recorren sigilosos la costa occidental de los Estados Unidos? Una guerra nuclear mundial no dejará fuera a ningún continente como sí ocurrió con las dos primeras.

Apostarle a esa guerra es jugar en la ruleta de la locura suprema. Y ese sí es EL FINAL DE LA HISTORIA.