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El único país que podría distraer a Occidente de Ucrania es Israel. Pero Estados Unidos y sus aliados están cayendo en una trampa existencial si creen que será más fácil obtener una victoria en Asia occidental que en Europa.

Pepe Escobar publicado en The Cradle y autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

La asociación estratégica Rusia-Irán, con China entre bastidores, está tendiendo una trampa elaborada, teñida de Sun Tzu, para la hegemonía en Asia occidental. 

Aparte de Israel, no hay ninguna entidad en el planeta capaz de desviar la atención, en un instante, de la espectacular debacle de Occidente en Ucrania. 

Los belicistas a cargo de la política exterior estadounidense, no exactamente incondicionales bismarckianos, creen que si el Proyecto Ucrania es inalcanzable, el Proyecto Solución Final en Palestina podría ser, en cambio, pan comido (limpieza étnica). 

Sin embargo, un escenario más plausible es que Irán-Rusia –y el nuevo “eje del mal” Rusia-China-Irán- tengan todo lo necesario para arrastrar a la Hegemonía a un segundo atolladero. Se trata de utilizar los movimientos propios y desconcertados del enemigo para desequilibrarlo y desorientarlo hasta el olvido.

Las ilusiones de la Casa Blanca de que las Guerras Eternas en Ucrania e Israel están inscritas en el mismo noble impulso de la “democracia” y son esenciales para los intereses nacionales de Estados Unidos, ya han resultado contraproducentes, incluso entre la opinión pública estadounidense. 

Eso no impide  que gritos y susurros a lo largo de la circunvalación revelen que los neoconservadores estadounidenses, aliados de Israel, están aumentando el ritmo para provocar a Irán, mediante una proverbial bandera falsa que conduciría a un ataque estadounidense. Ese escenario de Armagedón encaja perfectamente con la psicopatía bíblica del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu. 

Los vasallos se verían obligados a obedecer dócilmente. Los jefes de Estado de la OTAN se han dirigido directamente a visitar Israel para demostrar su apoyo incondicional a Tel Aviv, incluidos Kyriakos Mitsotakis de Grecia,Giorgia Meloni de Italia , Rishi Sunak de Gran Bretaña, Olaf Scholz de Alemania, el inquilino senil de la Casa Blanca y Emmanuel Macron de Francia. 

Vengar el “siglo de la humillación” árabe 

Hasta ahora, el movimiento de resistencia libanés Hezbollah ha mostrado una moderación extraordinaria al no morder ningún anzuelo. Hezbolá apoya a la resistencia palestina en su conjunto y hasta hace unos años tuvo serios problemas con Hamás, con quien chocó en Siria. Por cierto, Hamás, aunque parcialmente financiado por Irán, no está dirigido a Irán. Por mucho que Teherán apoye la causa palestina, los grupos de resistencia palestinos toman sus propias decisiones. 

La gran noticia es que todos estos problemas se están disolviendo ahora. Tanto Hamás como la Jihad Islámica Palestina (YIP) viajaron al Líbano para visitar en persona al secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, esta semana. Eso explica la unidad de propósito –o lo que el Eje de Resistencia de la región llama la “Unidad de Frentes”.   

Aún más reveladora fue la visita de Hamás a Moscú esta semana, que fue recibida con impotente furia israelí. La delegación de Hamás estuvo encabezada por un miembro de su Politburó, Abu Marzouk. El Viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Ali Bagheri, vino especialmente desde Teherán y se reunió con dos de los adjuntos clave del Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, Sergei Ryabkov y Mikhail Galuzin.  

Eso significa que Hamás, Irán y Rusia están negociando en la misma mesa. 

Hamás ha llamado a unirse a los millones de palestinos en la diáspora, así como a todo el mundo árabe y a todas las tierras del Islam. De manera lenta pero segura, se puede discernir un patrón: ¿podría el mundo árabe –y grandes sectores del Islam- estar a punto de unirse significativamente para vengar su propio “siglo de humillación” – tal como lo hicieron los chinos después de la Segunda Guerra Mundial con Mao Zedong y Deng? ¿ Xiaoping ? 

Beijing, a través de su sofisticada diplomacia, ciertamente lo está insinuando a actores clave, incluso antes de que se alcanzara a principios de este año el innovador acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, mediado por Rusia y China. 

Eso por sí solo no frustrará la perpetua obsesión neoconservadora de Estados Unidos por bombardear infraestructura crítica en Irán. Con un valor inferior a cero cuando se trata de ciencia militar, estos neoconservadores ignoran cómo las represalias iraníes atacarían -con precisión- a todas y cada una de las bases estadounidenses en Irak y Siria, siendo el Golfo Pérsico un caso abierto. 

El incomparable analista militar ruso Andrei Martyanov ha demostrado lo que podría pasar con esas costosas bañeras de hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental en caso de un ataque israelí contra Irán.   

Además, hay al menos  1.000 soldados estadounidenses en el norte de Siria robando el petróleo del país, lo que también se convertiría en un objetivo instantáneo. 

Ali Fadavi ,  comandante en jefe adjunto del CGRI, fue al grano: “Tenemos tecnologías en el campo militar que nadie conoce, y los estadounidenses las sabrán cuando las usemos”.

Un ejemplo de esto son los misiles hipersónicos Fattah iraníes, primos del Khinzal y el DF-27, que viajan a Mach 15 y son capaces de alcanzar cualquier objetivo en Israel en 400 segundos.  

Y añádase a esto la sofisticada guerra electrónica rusa (EW). Como se confirmó en Moscú hace seis meses, en lo que respecta a la interconexión militar, los iraníes dijeron a los rusos en la misma mesa: «Todo lo que necesiten, sólo pídanlo». Lo mismo se aplica a la inversa, porque el enemigo mutuo es el mismo.

Se trata del Estrecho de Ormuz 

El meollo de la cuestión en cualquier estrategia ruso-iraní es el Estrecho de Ormuz, por el que transita al menos el 20 por ciento del petróleo mundial (casi 17 millones de barriles diarios) más el 18 por ciento del gas natural licuado (GNL), lo que equivale a al menos 3.5 mil millones de pies cúbicos por día.  

Irán es capaz de bloquear el Estrecho de Ormuz en un instante. Para empezar, eso sería una especie de retribución de justicia poética para Israel que pretende engullir, ilegalmente, todo el gas natural multimillonario  descubierto frente a las costas de Gaza : ésta es, dicho sea de paso, una de las razones absolutamente claves de la limpieza étnica de Palestina. 

Sin embargo, el verdadero problema será derribar la estructura de derivados de 618 billones de dólares diseñada por Wall Street , como lo han confirmado durante años los analistas de Goldman Sachs y JP Morgan, así como los operadores independientes de energía del Golfo Pérsico. 

Entonces, cuando las cosas se pongan feas – y mucho más allá de la defensa de Palestina y en un escenario de Guerra Total – no sólo Rusia e Irán sino también actores clave del mundo árabe a punto de convertirse en miembros de BRICS 11 – como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos – tienen lo necesario para derribar el sistema financiero estadounidense en cualquier momento que quieran.  

Como subraya un Estado profundo de la vieja escuela, ahora en negocios en Europa Central: 

“Las naciones islámicas tienen la ventaja económica. Pueden hacer estallar el sistema financiero internacional cortando el petróleo. No tienen que disparar ni un solo tiro. Irán y Arabia Saudita se están aliando. La crisis de 2008 requirió 29 billones de dólares para resolverse, pero ésta, si ocurriera, no podría resolverse ni siquiera con 100 billones de dólares en instrumentos fiduciarios”.

Como me dijeron los comerciantes del Golfo Pérsico, un escenario posible es que la OPEP comience a sancionar a Europa, primero desde Kuwait y luego extendiéndose de un país de la OPEP a otro y a todos los países que están tratando al mundo musulmán como enemigos y carne de guerra. 

El Primer Ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, ya ha advertido que el envío de petróleo a los mercados occidentales podría retrasarse debido a lo que Israel está perpetrando en Gaza. El Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, ya ha pedido, oficialmente, un embargo total de petróleo y gas por parte de los países islámicos contra las naciones –esencialmente vasallas de la OTAN– que apoyan a Israel.

De modo que los sionistas cristianos en Estados Unidos, aliados con el activo neoconservador Netanyahu, que amenaza con atacar a Irán, tienen el potencial de derribar todo el sistema financiero mundial.

Guerra eterna contra Siria, remezclada  

Bajo el volcán actual, la  asociación estratégica Rusia-China ha sido extremadamente cautelosa. Para el mundo exterior, su posición oficial mutua es la de negarse a ponerse del lado de Palestina o de Israel; pedir un alto el fuego por motivos humanitarios; pedir una solución de dos Estados; y respetar el derecho internacional. Todas sus iniciativas en la ONU han sido debidamente saboteadas por el Hegemón. 

Tal como están las cosas, Washington ha rechazado luz verde para la invasión terrestre israelí de Gaza. La razón principal es la prioridad inmediata de Estados Unidos: ganar algo de tiempo para expandir la guerra a Siria, “acusada” de ser el punto de tránsito clave de las armas iraníes hacia Hezbollah. Esto también significa reabrir el mismo viejo frente de guerra contra Rusia. 

En Moscú no hay ilusiones. El aparato de inteligencia sabe bien que agentes israelíes del Mossad han estado asesorando a Kiev mientras Tel Aviv suministraba armas a Ucrania bajo serias presiones estadounidenses. Esto enfureció a los  siloviki y pudo haber constituido un error fatal de Israel.

Los neoconservadores, por su parte, nunca paran. Están lanzando una amenaza paralela: si  Hezbolá ataca a Israel con algo más que unos pocos cohetes –y eso simplemente no sucederá– la base aérea rusa Hmeimim en Latakia será “eliminada” como una “advertencia” a Irán.

Esto ni siquiera se considera niños jugando en el arenero. Después de los ataques israelíes en serie contra los aeropuertos civiles de Damasco y Alepo, Moscú ni siquiera pestañeó antes de ofrecer sus instalaciones de Hmeimim a Siria, con autorización para los vuelos de carga del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), según algunas fuentes de inteligencia rusas. Netanyahu no albergará exactamente un deseo de muerte bombardeando una base aérea rusa totalmente A2/AD (anti-acceso/denegación de área).  

Moscú también ve claramente lo que podrían estar haciendo esas costosas bañeras de hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental. La respuesta ha sido rápida: los Mig-31K están patrullando el espacio aéreo neutral sobre el Mar Negro las 24 horas del día, los 7 días de la semana, equipados con Khinzals hipersónicos, que sólo tardarían seis minutos en visitar el Mediterráneo.   

En medio de toda esta locura neoconservadora, con el Pentágono desplegando una formidable variedad de armamento y activos “no revelados” en el Mediterráneo oriental, ya sea que el objetivo sea Hezbollah, Siria, Irán, Rusia o todos los anteriores, tanto China como Corea del Norte . –parte del nuevo “eje del mal” inventado por Estados Unidos- han indicado que no serán meros espectadores. 

La Armada china está, a todos los efectos prácticos, protegiendo a Irán a distancia. Sin embargo, aún más contundente ha sido una declaración del primer ministro Li Qiang, algo inusualmente contundente y poco común en la diplomacia china: 

«China seguirá apoyando firmemente a Irán en la salvaguardia de su soberanía nacional, integridad territorial y dignidad nacional, y se opondrá firmemente a cualquier fuerza externa que interfiera en los asuntos internos de Irán».

Nunca olvidemos que China e Irán están unidos por una asociación estratégica integral. Mientras tanto, el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, reforzó la asociación estratégica entre Rusia e Irán en una reunión con el primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mokhber.

Recuerda a esos comedores de arroz de Corea. 

Las milicias pro-Irán a lo largo del Eje de Resistencia mantienen un grado cuidadosamente moderado de confrontación contra Israel, cercano al ataque y fuga de la guerrilla. Todavía no participarán en ataques masivos. Pero todas las apuestas están canceladas si Israel invade Gaza. Está claro que el mundo árabe, a pesar de todas sus enormes contradicciones internas, simplemente no tolerará la masacre de civiles. 

Sin rodeos, en la incendiaria coyuntura actual, la potencia hegemónica ha  encontrado la salida a su humillación del Proyecto Ucrania. Creen erróneamente que la misma vieja Guerra Eterna reavivada en Asia occidental puede ser “modulada” a voluntad. Y si dos guerras se convierten en un inmenso lastre político, como sucederá, ¿qué más hay de nuevo? Simplemente iniciarán una nueva guerra en el “Indo-Pacífico”. 

Nada de eso engaña a Rusia-Irán y su gélido seguimiento del agitado Hegemón en cada paso del camino. Es esclarecedor recordar lo que  ya predecía Malcolm X en 1964 :

“Unos comedores de arroz lo echaron de Corea. Sí, lo echaron de Corea. Comedores de arroz con nada más que zapatos deportivos, un rifle y un plato de arroz lo tomaron a él, sus tanques y su napalm, y todas esas otras acciones que se supone que debe realizar y lo hicieron cruzar el Yalu. ¿Por qué? Porque ya pasó el día en que pueda ganar en el terreno”. 

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle y Dossier Geopolitico

Javier Benitez de Radio Sputnik (Moscu), entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

No subir el precio de los proyectiles. Lo pidió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la industria militar occidental, que ha disparado los precios de los armamentos. El jefe de la Alianza Atlántica lanzó el desesperado mensaje que roza la mendicidad durante el Foro de la Industria de Defensa de la OTAN, celebrado en Suecia.

Desesperación económica

Está claro que Stoltenberg se confundió de ventanilla. Confundió a una de las industrias más salvajes del capitalismo occidental, como lo es la militar, con una suerte de Hermanas de la Caridad. Al menos así se desprende de un reciente mensaje que lanzó a la industria armamentística occidental, un ruego que seguramente no dará en el blanco.

AUDIO DE LA ENTREVISTA

«Hemos acordado aumentar las compras de equipos y municiones, hemos asegurado la demanda, ahora tenemos que garantizar el aumento de los suministros. El reto aquí es que cuando aumentamos la demanda, queremos más suministros, no precios más altos», lanzó como un llanto. Algo que, además, deja al desnudo la catastrófica situación económica por la que atraviesa el Occidente colectivo como consecuencia de alimentar el conflicto ucraniano.

Entonces, es en momentos como estos en que todo el mundo ve que al Occidente colectivo se le empiezan a ver las costuras.

«Parece que Stoltenberg desconoce las reglas tradicionales del liberalismo económico, que cuando hay un bien que escasea, hace falta producir más. Y cuando se produce más, el que lo produce, también quiere ganar más. Eso es una regla de oro histórica del sistema capitalista y que no se rige por las supuestas normas y reglas que quieren imponer desde puestos burocráticos», explica el director de Dossier Geopolítico, el Dr. Carlos Pereyra Mele.

Lo pide Stoltenberg cuando el gigante armamentista alemán Rheinmetall ha aumentado bastante los precios de las municiones pagadas por el Gobierno germano desde el inicio del conflicto en Ucrania, según Die Welt. Así, el pasado 10 de julio una agencia dependiente del Ministerio de Defensa de Alemania firmó un nuevo acuerdo marco con Rheinmetall para el suministro de proyectiles de calibre 155 milímetros, tanto para sí, como para el régimen de Kiev.

El convenio es por 1.200 millones de euros, y vigente hasta 2029. Rheinmetall está obligada a suministrar 333.333 proyectiles de este tipo. De esta cifra, se desprende que el precio de la unidad ronda los 3.600 euros. El monto es alto, dado que antes del inicio del conflicto ucraniano, en febrero de 2022, las mismas municiones tenían un coste de 2.000 euros.

Pero eso no es nada. Y es que el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante estadounidense Rob Bauer, informó que el precio de un proyectil de artillería de la OTAN de calibre 155 mm se cuadriplicó desde el inicio del conflicto ucraniano. Bauer dijo a Reuters que «el precio de un solo proyectil de artillería ha pasado de 2.000 a 8.000 euros», ya que «producimos un cartucho de artillería que únicamente sirve para el arma para la que lo fabricamos».

«Seguir invirtiendo dinero forma parte de la metodología que ha adoptado EEUU con el tema de declarar guerras infinitas, mediante las cuales el gran beneficiario es el complejo industrial militar tecnológico norteamericano», concluye el Dr. Carlos Pereyra Mele.

El colega y amigo Roberto de La Madrid me entrevistó para un programa especial en vivo y directo de «Detrás de la Razón» sobre la guerra en Asia Occidental, (Israel atacando Gaza) junto a otros amigos y colegas los Dres. Eduardo Vior, Jorge Santa Cruz y Christian Neder que en tres horas expusimos nuestras distintas ópticas sobre esta  nueva etapa de la Guerra en Medio Oriente:  

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico 

EL  MUNDO ORWELIANO DE EUROPA Y UCRANIA es el título de la columna del Club de la Pluma del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, para definir el universo de ficción y mentiras creado por EEUU, Europa y la OTAN sobre la guerra de Ucrania, cuando languidece el triunfalismo de Occidente mientras van surgiendo -junto a los perjuicios económicos- evidencias y voces críticas que obligan a dirigentes y a medios a enfrentarse a un duro baño de realidades sobre una guerra estéril que ha significado el mayor retroceso histórico del Viejo Continente. Toda una debacle generalizada que da contenido a la reciente declaración de Putin sobre que ”… el mundo occidental está perdiendo el sentido de la realidad y violando sus propias reglas”

También explica una de las causas de las crónicas divisiones europeas y aborda otras informaciones importantes como que:

  • El resquebrajamiento de la Unión Europea se ha evidenciado más que nunca en la fracasada cumbre de Granada, donde fue postergada la casi “imposible” ampliación de la UE con 10 nuevos países en 2030, ante el malestar de los miembros por el costo de la misma y porque Ucrania se llevaría el 40% de las ayudas. Además de que no hubo consenso sobre las nuevas normas sobre inmigración, tanto o más duras, hipócritas e inhumanas que las anunciadas por Biden para EEUU.
  • Que tanto Polonia como Hungría y Eslovaquia han prohibido el envío de armas a Ucrania.
  • Que el bloqueo del congreso norteamericano a las ayudas a Ucrania están hundiendo de preocupación a toda Europa, a tal punto que Borrell lo ha reconocido.
  • Que Trump ha dicho que Europa deberá hacerse cargo de los 175.000 millones de dólares que ha remitido Estados Unidos a Ucrania. Lo que desmiente a Biden en que esa cifra era solo de 110.000 millones.
  • Que ya *se habla poco de la guerra* y que la fracasada contraofensiva de Zelensky lleva noventa mil muertos ucranianos.
  • Que algunos medios occidentales han publicado que desde la incorporación al frente de un soldado ucraniano, hasta su baja, solo transcurre una media de 5 horas.
  • Que se sabe por videos y comunicados que están siendo movilizados masivamente por Zelensky, grupos étnicos ucranianos de origen rumano y húngaro, lo que pone en peligro el futuro de esas etnias.

En tal irrealidad se mueve este *”mundo orweliano”* donde todavía algunos medios tratan de sostener la ficción que Ucrania dispone de ocho semanas de buen tiempo para lograr su fantasiosa victoria, cuando solo se trata de continuar con este terrible baño de sangre de sus militares. Mientras que en el ínterin, el Sur global sigue enviando señales de progreso, de avances y de acuerdos, mientras que Occidente solo ofrece guerras perpetuas para mantener su economía basada en el complejo militar industrial norteamericano.

Eduardo Bonugli (Madrid, 08/10/23)

Por Emilio Luis Magnaghi*

La interacción entre países vecinos y potencias mundiales en contra de nuestros intereses podría hacernos pasar un mal rato si no se toma conciencia de que es necesario establecer, entre otras, acciones concretas de política exterior

Un claro signo de los tiempos que nos tocan atravesar a los argentinos son los debates políticos, en los que poco o nada se habla de las relaciones internacionales.

“La verdadera política es la exterior”, supo decir una persona que fue tres veces presidente. Hoy, por el contrario, parecemos enredados en cuestiones domésticas y menores, pero hay varios indicios que pueden llevarnos a un violento despertar de esta apatía que nos envuelve. A saber:

  1. El Paraguay ha iniciado una serie de protestas y de acciones concretas contra los intereses argentinos, especialmente en todo lo relacionado con la Hidrovía Paraná/Paraguay y con el uso de la energía eléctrica que se genera en nuestra represa común de Yacyretá. Los mismos no suenan menores, pues han sido voceados por su propio presidente, Santiago Peña.
  2. El Uruguay, por su parte, no pierde oportunidad de mostrar su desagrado hacia nosotros; pese a las ventajas que le otorga nuestra vecindad y su calidad de socio menor del Mercosur. Por ejemplo, todo barco, tanto civil, pesquero o militar que tenga por destino nuestras Islas Malvinas, encuentra en sus puertos una recalada segura y el apoyo logístico necesario.
  3. La República de Chile, como sabemos, tiene una larga historia de diferendos limítrofes con nuestro país. No importa cuántas veces creamos que se ha cerrado el último de ellos entre nosotros, para que los trasandinos vuelvan a iniciar uno nuevo. Tal como ha sido el reclamo de su presidente Sebastián Piñera en uno de sus últimos actos de gobierno, por el cual Chile se adjudicó 5.000 kilómetros cuadrados de espacio marítimo bajo nuestra jurisdicción nacional.
  4. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el padre de todos nuestros enemigos, parece no descansar desde antes mismo de ser argentinos y nos invadiera en dos oportunidades, nos bloqueara junto con Francia y nos arrebatara con el apoyo de los EE.UU. nuestras queridas Islas Malvinas y demás dependencias del Atlántico Sur. Para colmo de males, el tiempo no ha hecho más que consolidar ese despojo con acciones vinculadas a la pesca y a la explotación de los recursos del subsuelo marino.

Pero la cuestión pinta mucho peor cuando analizamos las interacciones entre ellos. Por ejemplo, cuando comprobamos que el Cuerpo Militar de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. participa de los trabajos que el Paraguay pretende hacer en la Hidrovía. También, la estrecha e histórica colaboración que existe entre los gobiernos de Chile y Gran Bretaña cuando se trata de oponerse, ya sea por medios pacíficos o violentos, al desarrollo de las cuestiones vinculadas con intereses argentinos en la Antártida y en el Atlántico Sur.

Tampoco pueden excluirse de esta asociación en nuestra contra las ventajas que obtienen países como la República Oriental del Uruguay y el propio Reino de España en lo referente al apoyo que prestan a la usurpación británica de nuestras queridas Islas Malvinas.

Exigencias de la geopolítica

¿Qué es lo que lleva a todos estos países -o al menos a sus clases dirigentes- a desarrollar políticas antiargentinas? Y enfatizamos en la palabra dirigentes, pues no dejamos de ver a sus dirigidos en estas tierras cada vez que necesitan emigrar o, simplemente, atenderse de una dolencia médica o educarse en nuestras universidades gratuitas.

No se trata de levantar banderas xenófobas. Nuestra historia es rica al respecto. Nuestros ejércitos han enarbolado sus banderas por Santiago de Chile, Lima, Guayaquil, Montevideo, Ituzaingó y Asunción, pero siempre lo han hecho en tren de libertadores y nunca de conquistadores.

Pero más allá de la Historia están las exigencias puras y duras de la Geopolítica, que un poco cínicamente afirmaba el inglés Lord Parlmenston de que los Estados no tienen ni amigos ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes.

Más humanamente, un gran autor político alemán, Carl Schmitt, sostuvo que la primera y más importante decisión de toda Nación es elegir a sus amigos y a sus enemigos.

¿Qué hacer hacia el futuro?

Como argentinos de ley preferimos las recomendaciones de Schmitt, pues la Argentina ha conquistado amigos y, de paso, se ha sabido ganar buenos enemigos históricos.

De hecho, tenemos un Premio Nobel, el de la Paz, otorgado a Carlos Saavedra Lamas, cuando supo mediar en el conflicto militar entre Paraguay y Bolivia por la guerra del Gran Chaco.

También hemos adherido a sabias doctrinas de las Relaciones Internacionales, como la no injerencia en asuntos internos de otros Estados y al no cobro por medios militares de las deudas externas de los países.

Todo eso está en nuestra genética y en la historia, pero ahora se trata de seguir adelante de cara al futuro, y al respecto la pregunta que nos hacemos es: ¿qué hacer?

Lo que se impone es la recomposición de los tres elementos que hacen a la tranquilidad exterior de toda nación de esta Tierra. En primer lugar, fortalecer los instrumentos de nuestra diplomacia como la causa eficiente que debe materializar y concretar nuestras acciones concretas de política exterior.

En segundo lugar, hay que devolver las capacidades necesarias a nuestras Fuerzas Armadas, pues deben ser el necesario respaldo de nuestras políticas externas.

Y en tercer y último punto, no dejar de desarrollarnos económicamente mediante la producción de bienes y servicios que no solo hagan al bienestar de nuestra población, sino también que sean contribuyentes de las dos condiciones anteriores ya señaladas, las de la Defensa y la de la Diplomacia.

La frase “Estamos rodeados, no los dejemos escapar” es a menudo atribuida al rey espartano Leónidas durante la Batalla de las Termópilas, en 480 a.C, y muy bien puede aplicarse a nuestra situación actual.

Y aquí agregamos la no menos conocida de: “Argentinos, a las cosas”

El Doctor *Emilio Luis Magnaghi es Director del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Nacional Santa Romana. Autor de El momento es ahora y El ABC de la Defensa Nacional.

Publicado en la Revista Defensa y Seguridad. Link: https://deyseg.com/analysis/1150

Las  sombras y las dudas sobre el éxito de la guerra de poder que Ucrania libra por mandato contra Rusia, enfría el ánimo de los aliados occidentales y empieza a producir grietas y enfrentamientos entre ellos, agravada por la señal que llega de EEUU con el bloqueo del Congreso  de la ayuda a Ucrania solicitada por Biden, producto de una feroz disputa política interna norteamericana por la elección  presidencial de 2024. Hoy tanto la UE, como la OTAN son organizaciones que carecen de una unidad monolítica y claros objetivos políticos compartidos por todos sus integrantes. Enfrente está Rusia que tiene las cartas ganadoras en sus manos y un inteligente manejo del tiempo y del espacio global. [A. Mitre Dossier Geopolitico]

LA FATIGA DE GUERRA COMPLICA LA AYUDA DE OCCIDENTE A UCRANIA

M.K.Bhadrakumar  3 de octubre

Un manto de pesimismo descendió sobre Europa a medida que durante el fin de semana se instalaba la tan temida incertidumbre sobre cuánto tiempo el Occidente colectivo financiaría la guerra por poderes en Ucrania. Para levantar su ánimo decaído, algunos ministros de Asuntos Exteriores europeos   tomaron improvisadamente el tren a Kiev para pasar el lunes con el presidente Zelensky. Fue un espectáculo extraordinario de desafío al llamado del destino, cuando la guerra superó la marca de los 19 meses.

Un acuerdo en Washington que evitó el cierre del gobierno por ahora pero recortó la financiación para Kiev; la campaña electoral polaca en la que el partido gobernante Ley y Justicia, hasta hace poco uno de los más firmes partidarios de Ucrania, ha jugado con diversas medidas, como cuestionar más entregas de armas y bloquear productos agrícolas de su vecino para cortejar a los votantes; y los sorprendentes resultados de las elecciones parlamentarias en Eslovaquia que catapultaron al poder a un partido político de izquierda prorruso y señalaron la primera encarnación política verdadera de la “fatiga de Ucrania”; de repente, el mantra de Occidente de estar al lado de Ucrania “mientras dure toma” se siente seriamente cuestionable. 

La CNN exageró, tal vez, al comentar que los acontecimientos antes mencionados “parecen haber arrojado a Ucrania y su guerra con Rusia debajo del autobús”, pero sólo por un poco. La política de la guerra en Ucrania ha cruzado un punto de inflexión y está preparada para cosas más importantes en los meses críticos que se avecinan. 

La Casa Blanca ha prometido buscar la rápida aprobación de un proyecto de ley independiente de ayuda a Ucrania por un total de 20.600 millones de dólares que, según la administración Biden, es esencial para luchar contra Rusia, pero probablemente seguirá enfrentando una oposición decidida, particularmente de los republicanos en el Congreso. La raíz de esto es la feroz polarización en la política estadounidense, que ahora amenaza con sacudir el equilibrio de poder en el Congreso en un año electoral sin límites que se avecina.

Esto no significa detener la ayuda estadounidense a Ucrania. La administración tiene recursos suficientes para apoyar a Kiev durante el próximo mes y medio   y, sobre todo, es demasiado descabellado esperar cambios serios en la dirección ucraniana de la política exterior estadounidense antes de las elecciones de 2024. Pero la prominencia está en otra parte: concretamente, el tema de la asistencia a Ucrania está hirviendo en el caldero de las disputas entre republicanos y demócratas y se está volviendo inseparable de las cuestiones tendenciosas de los programas sociales que desgarran a la sociedad estadounidense y se convierten en pasto para sus políticos combativos. 

La guerra de Ucrania se ha convertido en un tema de fútbol político en la circunvalación a poco más de un año de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y aumentan las dudas sobre la ayuda aprobada por el Congreso, que hasta el momento asciende a 100.000 millones de dólares, incluidos 43.000 millones de dólares en armamento. En pocas palabras, para los republicanos de derecha, financiar a Kiev se está convirtiendo en una herramienta de manipulación política de la Administración Biden a través de la cual esperan obtener ventajas y concesiones.  Y Donald Trump está esperando entre bastidores. 

Mientras tanto, se está desarrollando una viciosa trama secundaria dentro del propio Partido Republicano en un intento por derrocar al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, la próxima semana, a cargo del republicano de línea dura Matt Gaetz, uno de un núcleo de miembros de extrema derecha del partido que se opone implacablemente a más ayuda para Ucrania.

Para sobrevivir, McCarthy ha tratado de vincular la ayuda a Ucrania con la financiación para impedir que los inmigrantes crucen la frontera con México, una demanda republicana clave. «Me aseguraré de que se proporcionen armas a Ucrania, pero no recibirán ningún paquete grande si la frontera no es segura», dijo McCarthy a la CBS siniestramente. 

Lo más importante es que la señal más amplia enviada al mundo es perjudicial. Las capitales europeas ya miran con nerviosismo la posibilidad de que Trump regrese a la Casa Blanca. Josep Borrell, jefe de política exterior de la Unión Europea y un importante socio de Estados Unidos en la entrega de ayuda a Ucrania, expresó su sorpresa y lamentó “profundamente, completamente” la decisión de Estados Unidos.

Borrell dijo: «Tengo la esperanza de que esta no sea una decisión definitiva y que Ucrania siga contando con el apoyo de Estados Unidos».  De hecho, hay un problema más amplio: la fatiga de guerra entre los votantes estadounidenses afectados por la inflación.

En muchos sentidos, la victoria del partido populista de izquierda Smer del ex Primer Ministro Robert Fico en las elecciones parlamentarias de este fin de semana en Eslovaquia también se puede atribuir a la fatiga de la guerra. Fico ha dicho que no se enviarán más armas a Ucrania; cuestionó la lógica de las sanciones de la UE a Rusia; elogió a Moscú; y culpó a la OTAN por causar la guerra, que, según él, comenzó después de que “los nazis y fascistas ucranianos comenzaron a asesinar a ciudadanos rusos en Donbass y Lugansk”. Las ansiedades económicas agravan aún más la fatiga social de Ucrania y el dramático giro en la política eslovaca, que probablemente afectará las relaciones de Occidente con Kiev. 

Dentro de la UE, Hungría y Austria tendrán ahora un aliado en Eslovaquia, un Estado de primera línea, que aboga por un cese inmediato de las hostilidades en Ucrania y negociaciones de paz. El propio Fico es un aliado cercano del primer ministro húngaro, Viktor Orban, y Polonia podría unirse a ellos si el gobernante Partido Ley y Justicia consigue un nuevo mandato, lo que parece probable, en las elecciones parlamentarias del 15 de octubre.

Todo indica que Polonia se está alejando de su posición pro Ucrania de larga data. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo recientemente: «ya no transferiremos armas a Ucrania porque ahora nos estamos armando con las armas más avanzadas». 

Luego, como escribió la CNN, “Más allá de la UE, dentro de la OTAN existe un temor equivalente a las consecuencias de un bloque anti-Ucrania en expansión… Y tanto Orban de Hungría como Fico de Eslovaquia se han declarado firmemente opuestos a cualquier medida para dar la bienvenida a Ucrania a la alianza. … La realidad es que la contraofensiva de Ucrania, que tendrá que disminuir con la llegada del invierno, hasta ahora ha logrado pocos avances sustanciales en el frente de batalla. La llegada de partidos anti-Ucrania recientemente fortalecidos a estados de primera línea, junto con las vacilaciones de los principales enemigos del Kremlin como Estados Unidos, constituyen una mezcla verdaderamente tóxica”. 

De cara al futuro, se puede esperar una mayor erosión del apoyo a la guerra de Ucrania e incluso no se puede descartar un posible colapso del apoyo a Ucrania en todo el Occidente colectivo en los próximos meses, especialmente si los dirigentes del Kremlin finalmente deciden darle un golpe de gracia militar a la guerra de Ucrania.  y/u ordena a las fuerzas rusas cruzar el Dnieper y tomar Kiev y Odessa.

Incluso en caso contrario, el momento decisivo llega con las elecciones al Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio de 2024. Existe una clara posibilidad de que los partidos antiucranianos obtengan un bloque sustancial de votos en las elecciones. Si eso sucede, la odiosa conspiración planteada por Alemania y Francia para abolir la regla de unanimidad necesaria para tomar decisiones importantes de la UE (por ejemplo, las sanciones a Rusia y su renovación semestral) fracasará.

Tanto Orban como Fico han declarado su oposición a las sanciones rusas. Baste decir que la política de la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia están entrando en aguas inexploradas, ya que Hungría, aliada con Eslovaquia –y potencialmente con Polonia– estaría en condiciones de complicar los esfuerzos pro Ucrania y anti Rusia del resto de la UE.

En el arte de la política, los políticos estadounidenses patentaron originalmente el «obstruccionismo», un procedimiento político en el que uno o más miembros de un cuerpo legislativo prolongan el debate sobre la legislación propuesta para retrasar o impedir por completo la decisión, y los políticos europeos ahora están inventando su propia variante. de ello.

Orban ya lo ha estado practicando durante una década , y con creciente destreza, para impulsar su programa nacionalista de “democracia soberana” en Hungría. Ahí es donde las elecciones eslovacas del fin de semana y el regreso de Fico al poder tienen el potencial de convertirse en un momento decisivo en la política de la guerra de Ucrania.

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Para mi hermano y compañero

Orlando Bahamondes “Caballito”

Quien se marchó hace pocos días de este mundo,

llevándose su nobleza y su bondad,

pero dejándonos infinitas muestras de su convicción, su pasión y su espíritu de lucha

por un mundo mejor.

¡Hasta la Victoria Siempre!

La reciente visita a Chile me causó profunda desazón al observar -como en ningún otro país- el impacto de la transculturización y la aceptación acrítica de la verdad occidental como evidencia única para interpretar los hechos internacionales. Aunque se debe admitir que este fenómeno ocurre en todo el mundo, manifiesta superior incidencia en Nuestra América considerada por Washington como su patio trasero.

Desde hace unos meses para acá, he reafirmado la convicción de que las grandes batallas del siglo XXI no se van a producir en el territorio de los países a ocupar sino en el cerebro humano, verdadero “territorio” a conquistar por los poderosos para imponer su verdad y su razón.

Estados Unidos y Europa están siendo derrotados por China y por Rusia en los terrenos económicos, financieros, tecnológicos, políticos, ideológicos, éticos y hasta en el bélico con la posesión por parte de ambos de misiles hipersónicos que Occidente no tiene, lo cual ha cambiado la ecuación en materia de equilibrio estratégico militar.

En este marco, los únicos mecanismos que le quedan a Occidente para mantener su hegemonía planetaria son el monopolio de la emisión de dólares y la mantención de esa moneda como fundamental para el comercio global. Así mismo, debe considerarse el dominio que ejerce a través de su control casi absoluto del aparato cultural-mediático-comunicacional. Es aquí donde se van a dar las principales batallas del presente y del futuro.

Toda vez que el proceso de desdolarización de la economía mundial ya comenzó, se extiende y se hace irreversible, pareciera que va a ser en el espacio de lo cultural-mediático donde se va a librar la “madre de todas las batallas”. Por tanto, en el momento actual, la forma y los instrumentos que usamos para informarnos cobran un valor supremo.

Es así que si no tomamos nota de la realidad y profundidad de este combate y la comprensión de que debemos enfrentarlo como tal, el enemigo (en este caso no es válido hablar de adversario) mantendrá su dominio porque no estaremos preparados para enfrentar esta batalla decisiva. Por tanto, es tarea de primer orden construir nuestra verdad y creer en ella.

Cuando se transmite de forma acrítica una información que ha emitido el enemigo mediático,  el intermediario que lo hace se transforma en propagandista ciego de una “verdad” que suele ser falsa y que en realidad es mendaz y engañadora.

Por ejemplo, en mi caso personal, la última vez que escuché y vi CNN fue el 11 de abril de 2002, día del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez. En ese momento tome conciencia de que CNN mentía con total y absoluta impudicia. Nunca la he vuelto a ver ni oír. Lo mismo he hecho con otros medios de comunicación al servicio del imperio o de las derechas locales. Aun así, no me considero una persona desinformada, precisamente porque esos medios no informan. Al contrario, son los padres de la posverdad y de las “fake news”.

Aquellos que dicen que es necesario saber lo que piensa el enemigo, les pregunto, además de amargarse, angustiarse y desanimarse, ¿qué hacen con esa falsa información, aparte de retransmitírsela a sus 500 mejores amigos, transformándose en propagandistas de ellos? A veces es necesario recurrir a los medios imperiales (yo mismo lo hago), pero solo para reforzar una idea que desnuda sus contradicciones y/o aberraciones.

La transmisión acrítica de rumores, chismes, opiniones anónimas o de autores que no dan la cara, transforma en cómplices a aquellos que consciente o inconscientemente reproducen las mentiras construidas -la mayoría de las veces- en los tanques de pensamiento asociados al poder global.

De ahí la importancia de no creer en la “información” emanada del enemigo toda vez que conduce a aceptar las falsas verdades que construye. Esto ha comenzado a ser particularmente despiadado cuando se dan a conocer hechos referidos a la operación militar de Rusia en Ucrania. La mentira ya no es sutil, al contrario, hoy es aviesa, vulgar, inescrupulosa y maligna.

Solo en días recientes, se han acumulado noticias falsas transmitidas por los medios imperiales. Es tan grotesco que incluso son algunos de ellos los que desnudan la mentira que otros transmiten. Veamos algunos ejemplos:

1. Kiev anunció con “bombos y platillos” que el Almirante Jefe de la Flota Rusa del Mar Negro y su estado mayor habían muerto tras un ataque con misiles y drones de las fuerzas armadas ucranianas. La noticia “inundó” los medios de comunicación occidentales. Al otro día, el almirante Víctor Sokolov apareció en una reunión con el ministro de defensa rusa transmitida por televisión. Silencio total.

2. En el mismo ataque, Ucrania informó que había dañado severamente el buque de asalto anfibio ruso Minsk causando 62 bajas. El problema es que aún cuando el Minsk sufrió ciertas averías,  ese día se encontraba en reparaciones en el dique seco. Ningún barco en ningún país del mundo está lleno de marineros y oficiales cuando se encuentra en esa situación. Silencio total.

3. Hace unas semanas, con estruendo carnavalesco los medios trasnacionales de la “comunicación”, informaron que un misil ruso había impactado sobre un mercado en una localidad de Donetsk. Como si una varita mágica hubiera sido movida, se inició un coro de acusaciones contra Rusia, por tan “inhumana acción”. Sin embargo, una investigación nada más y nada menos que del New York Times (evidentemente ya montado en la campaña electoral de Estados Unidos) se ha encargado de demostrar que el proyectil era ucraniano. Silencio total.

4. Otro navío ruso, el gran buque de desembarco Olenegorsky Gornyak fue golpeado el 4 de agosto con un dron ucraniano quedando “seriamente dañado y a la deriva”  según el informe del servicio de prensa de las Fuerzas Armadas ucranianas. El buque fue reparado reincorporándose a la flota del Mar Negro el 7 de septiembre. Es difícil suponer que un barco “seriamente dañado y a la deriva” pueda ser reparado en menos de un mes.

  No pierda tiempo buscando información sobre el buque. Sólo encontrará en          internet la acción ucraniana del 4 de agosto. Después, el barco desapareció de los medios occidentales. Su foto navegando y atracando en el puerto de Sebastopol, sede de la Flota rusa del Mar Negro no podrá ser vista en ningún medio occidental. Silencio total.

5.    El misil que impactó en noviembre pasado en una fábrica de cereales de Polonia y que fue informado como de origen ruso, en realidad era ucraniano según lo han dado a conocer expertos polacos. En su momento, se informó irresponsablemente que un país de la OTAN (Polonia) había sido atacado por Rusia y que esto podía desencadenar la tercera guerra mundial. Ante esta importante aclaratoria hecha hace pocos días, la respuesta ha sido el silencio total.

6.    En algo que se ha ido generalizado, los servicios informativos del régimen ucraniano dan a conocer que los misiles y drones rusos son derribados en su totalidad durante cada ataque. Pero se ha llegado al absurdo de informar el desplome de una cantidad superior de drones que los que realmente fueron utilizados. El colmo es que dicen que los mismos no causaron ningún daño, al mismo tiempo que informan de muertos, heridos y edificios destruidos. Si alguien tiene dudas, le recomiendo que tras los ataques rusos a la infraestructura bélica y los centros de mando y concentración de tropas de Ucrania, revise los mapas de incendios de la NASA que pueden ser observados gratuitamente en internet. Podrá sacar sus propias conclusiones.

En fin, son solo algunas manifestaciones recientes de cómo se miente, por eso hay que aprender a informarse. “Nuestro vino es amargo, pero es el nuestro” dijo José Martí. Debemos aprender a tomar nuestro vino por amargo que sea.

De igual forma, tenemos el imperativo de pensar por sí mismos, estar convencidos de aquello en lo que creemos y así, construir nuestra verdad y trasmitirla. Solo de esa manera estaremos capacitados para jugar un rol protagónico en esta batalla que será dura, difícil y prolongada. Pero si estamos apertrechados con nuestra verdad, la verdad de la mayoría, no habrá dudas de que saldremos adelante.

X: @sergioro0701

Por Boaventura de Sousa Santos 2 octubre, 2023 Transformaciones

Casi desde los albores de la publicación de periódicos de gran tirada se habla de la crisis del periodismo. Ya en 1919, Upton Sinclair publicó The Brass Check, una crítica devastadora al poder del capital para corromper tanto a la prensa como a los periodistas.

Sin embargo, esta crítica cobró mayor intensidad con el inicio del nuevo milenio, cuando se hizo evidente que la manipulación de los medios de comunicación no solo perseguía los intereses del capital, sino también los intereses del Estado de seguridad nacional. Fue con la invasión de Irak en 2003 que surgieron un nuevo tipo de periodistas, los periodistas incorporados (conocidos en inglés como “embedded journalists”), es decir, los reporteros vinculados a unidades militares involucradas en conflictos armados y que, por tanto, informan solo de lo que las autoridades militares permiten, sometiéndose, así, a la censura o la autocensura. De esta manera, se crean consensos mediáticos sobre las guerras que no son más que una dimensión entre muchas otras de la guerra de propaganda. Patrick Lawrence, un destacado periodista estadounidense (como dato curioso, fue él quien cubrió la Revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal para The Guardian), autor del reciente libro Journalists and their Shadows, muestra que la manipulación del periodismo para servir a la política de seguridad nacional comenzó con la Guerra Fría a partir de la década de 1950. Afirma:

“Viví la Guerra Fría, aunque solo en sus primeros años, y mis recuerdos permanecen vívidos. Lo que más me impactó fue la histeria de la prensa, de la radio y la televisión. Estas experiencias dejaron cicatrices que el tiempo no ha logrado borrar, y estoy seguro de que no estoy solo en este sentir. Esta histeria alcanzó su punto culminante durante los años cincuenta y parte de los sesenta. Los grandes periódicos y las cadenas de televisión le dieron a esa época su textura y su tono. Trajeron la Guerra Fría a nuestras puertas, a las radios de nuestros automóviles, a nuestros salones. Forjaron una conciencia. Les dijeron a los estadounidenses quiénes eran y qué los definía como estadounidenses y, en general, lo que hacía que América fuera América. Una prensa libre era fundamental para esa autoimagen, y los estadounidenses anhelaban profundamente creer que la tenían. Nuestros periódicos y redes de televisión se esforzaron al máximo por mantener esa apariencia de libertad e independencia. El hecho de que esto haya sido una ilusión (que los medios de comunicación estadounidenses se sometían al nuevo Estado de seguridad nacional y a sus diversas cruzadas durante la Guerra Fría), es ahora una cuestión abierta y evidente. La considero una de las verdades más amargas de los últimos setenta y cinco años de la historia estadounidense”.

Una cuestión salta a la vista. ¿Están Europa y América del Norte inmersas en una nueva guerra de propaganda, ahora en relación con la guerra de Ucrania? No tengo dudas de que es así. ¿Cuántas verdades amargas sobre la historia reciente (nuestro presente) de Europa se conocerán en los próximos años?

Las preguntas más generales que los lectores menos intoxicados por la propaganda formulan son las siguientes. ¿Los periodistas creen en las noticias de las que informan y en lo que escriben? ¿O saben que están falseando la verdad y desinformando, pero esa es la única alternativa para mantener sus empleos? Estas preguntas cobran especial relevancia en lo que respecta a lo que los corresponsales de guerra o enviados especiales informan sobre la guerra. Es cierto que la guerra de propaganda no funciona sin excepciones. En el caso de la guerra en Ucrania y en relación a los periodistas portugueses, es justo destacar el caso de Bruno Amaral de Carvalho. Pero, en general, las respuestas a estas preguntas, si alguna vez son posibles, solo lo serán dentro de muchos años. Tal vez por eso, y por ahora, solo nos queda informar sobre periodistas que fueron corresponsales en guerras anteriores, que fueron «incorporados» antes de que el término existiera, pero que aun así tuvieron el coraje de observar con mayor independencia lo que vieron y de publicar lo que escribieron cuando la censura lo hizo posible. Un caso muy especial es el de Curzio Malaparte (1898-1957) en su libro Kaputt, publicado por primera vez en 1944, considerado uno de los mejores libros sobre la guerra.

Es un libro polémico y no constituye precisamente el relato de un corresponsal de guerra. Malaparte comenzó siendo partidario del fascismo italiano y entusiasta de Mussolini, pero rompió con ambos en 1933 y fue arrestado en varias ocasiones. A partir de 1941, comenzó a cubrir la Segunda Guerra Mundial para el Corriere della Sera. Estuvo en varios frentes de guerra (como en Ucrania, que en ese momento formaba parte de la Unión Soviética) acompañando a las tropas nazis. Muchos de sus artículos fueron censurados y solo se publicaron más tarde. A pesar de la ambigüedad de su trayectoria política, su libro es una cruda representación de la violencia de la guerra y la corrupción moral de las élites europeas que la promovían. Es posible que sus relatos no sean completamente fidedignos y que mezclen hechos con ficción. Sin embargo, aun así, las atrocidades cometidas son evidentes. Narra las perpetradas por los nazis con los que convivió, pero no se puede descartar que los aliados también cometiesen tales actos.

Los prisioneros rusos en Ucrania (entonces parte de la Unión Soviética)

Reunidos en un koljoz cerca del pueblo de Nemyriv, los prisioneros fueron sometidos a una prueba que consistía en evaluar quién sabía leer bien y quién era analfabeto o semianalfabeto. Tenían que leer el diario Pravda. Los resultados de la prueba realizada a 118 prisioneros fueron los siguientes:

“El examen duró aproximadamente una hora. Cuando el último grupo de tres prisioneros completó los dos minutos de lectura, el coronel se volvió hacia el Feldwebel y le dijo: ‘¡Cuéntelos!’. El Feldwebel empezó a contar desde lejos, señalando a cada hombre con el dedo: ‘Ein, zwei, drei…’. A la izquierda están ochenta y siete reprobados, a la derecha treinta y uno que habían pasado con éxito la prueba. Luego, a petición del coronel, el Sonderführer empezó a hablar. Parecía un director de escuela insatisfecho con sus alumnos. Dijo que estaba decepcionado, que tenía pena de haber reprobado a tantos, que hubiera preferido haberlos aprobado a todos. En cualquier caso, añadió, aquellos que no pudieron aprobar el examen no tenían motivos para quejarse, siempre que trabajen y demuestren más competencia que en la escuela. Mientras hablaba, el grupo de prisioneros exitosos miraba a sus camaradas menos afortunados con aire compasivo, y los más jóvenes apoyaban los codos en las costillas de los otros y se reían. Cuando el Sonderführer terminó de hablar, el coronel se volvió hacia el Feldwebel y dijo: ‘Alles in Ordnung. Weg’, y se dirigió hacia su cuartel general, seguido por los demás oficiales que, de vez en cuando, miraban hacia atrás e intercambiaban susurros.

“Se quedarán aquí hasta mañana y mañana partirán hacia el campo de trabajos forzados», dijo el Feldwebel al grupo de la izquierda. Luego, se volvió hacia el grupo de la derecha, que había pasado la prueba, y les ordenó severamente que se alinearan. En cuanto los prisioneros formaron una hilera apretada, tocándose los codos unos con otros –parecían satisfechos y se reían, mirando a sus compañeros como si se burlaran de ellos–, el Feldwebel los contó rápidamente y dijo: «Treinta y uno», y señaló con su mano a un pelotón de hombres de las SS que esperaban al final del patio. Y ordenó: «¡A la derecha, dad la vuelta!». Los prisioneros giraron a la derecha, avanzaron golpeando el barro con los pies, y cuando se encontraron cara a cara con el muro que rodeaba el patio, el Feldwebel ordenó: «¡Alto!» Luego, volviéndose hacia los hombres de las SS que se habían alineado detrás de los prisioneros y que ya habían levantado sus pistolas Thompson, se aclaró la garganta, escupió al suelo y gritó: «¡Fuego!».

Al oír el ruido de los disparos, el coronel, que se encontraba a unos pasos de la oficina, se detuvo y giró bruscamente; los otros oficiales se detuvieron y se dieron la vuelta también. El coronel se pasó la mano por la cara como si se secara el sudor y, seguido de sus oficiales, entró en el edificio, pasando a mi lado. «Hay que limpiar a Rusia de toda esta chusma educada. Los campesinos y trabajadores que saben leer y escribir demasiado bien son peligrosos. Todos son comunistas».

Las prostitutas judías de Rumania

Las jóvenes judías rumanas eran enviadas al frente para servir a los soldados y oficiales alemanes durante veinte días en burdeles. Malaparte visitó uno de ellos en Soroca, situada a orillas del río Dniester, hoy parte de Moldavia. Ya era tarde y Malaparte conversó con algunas jóvenes.

«¡Oh, no! Después de veinte días de trabajo, no valemos para nada. Las vi, vi a las otras». Ella se interrumpe y noto que le tiemblan los labios. Ese día tuvo que someterse a cuarenta y tres soldados y seis oficiales. Se ríe. Ya no puede soportar la vida. El cansancio físico es peor que el asco. “Peor que el asco”, repite sonriendo.

 “Me enteré de que dos días después se las llevaron. Cada veinte días, los alemanes hacían un cambio de chicas. A las que salían del burdel las metían en un camión y las enviaban al río. Más tarde, Schenck me dijo que no valía la pena sentir mucha pena por ellas. Ya no servían para nada. Estaban reducidas a harapos y, además, eran judías».

“¿Ellas sabían que las iban a fusilar?”, pregunta Ilse.

«Lo sabían. Estaban temblando de miedo. ¡Oh, lo sabían! Todo el mundo lo sabía en Soroca».

Los suicidios en el frente norte

Según Malaparte, en 1941 muchos oficiales alemanes ya estaban convencidos de que Alemania podía perder la guerra. En el frente norte, como en otros frentes, los suicidios de soldados se volvieron tan frecuentes que Himmler visitó el frente con un plan para reducir el suicidio… castigando a los suicidas. Informe reproducido por Malaparte:

“¡Es horrible! Siempre celebrando, día y noche (los banquetes de las élites), mientras los suicidios entre oficiales y soldados aumentan a un ritmo vertiginoso. Himmler vino personalmente al norte para intentar poner fin a esta epidemia de suicidios. Va por los muertos en prisión. Mandará enterrarlos con las manos atadas. Cree que puede poner fin a los suicidios mediante el terror. Ayer, mandó fusilar a tres Alpenjäger por intentar ahorcarse. Himmler no sabe que estar muerto es algo maravilloso». Me miró con esa mirada que tienen los ojos de los muertos. «Muchos se pegan un tiro en la cabeza. Muchos se ahogan en ríos y lagos (son los más jóvenes entre nosotros). Otros deambulan delirantes por el bosque».

Son tres historias atroces de guerra. ¿Noveladas? Es posible, pero no completamente inventadas. ¿Cuántas atrocidades de este o de otro tipo habrán sido cometidas en Corea, Vietnam, Irak, Afganistán o se están cometiendo hoy en Siria, Yemen y Ucrania? De las primeras, ya sabemos mucho; sobre estas últimas, tal vez solo lo sepamos dentro de muchos años.

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez. publicado en Diario 16 de España

EL MIÉRCOLES NEGRO DE UCRANIA

La presencia de Zelensky en la ONU de este miércoles marcó un nuevo desaire personal y político al «presidente imperial» de Ucrania, mientras la prensa  trata desesperadamente de cuadrar un círculo, que ni siquiera encuentra ya un relato que no haga aguas por alguna costura.

El actor con delirios de estadista pretendió una vez más dar un paseo rutilante por la pasarela mundial de los gloriosos «valores occidentales», pero en lugar de luces y vítores, encontró demasiadas sombras y pocas caras amigables.

En resumen, fue otro día aciago de un largo período de tiempos interminables de tragos amargos:

#El día, como siempre, amaneció con la terrible y rutinaria noticia de bombardeos  sobre suelo patrio, cuyas heridas, quiere el insensible presidente, mostrar como un orgullo patrio y a la vez como una moneda de cambio para subir el precio de su lealtad ante sus patrones occidentales. Tal cual lo haría un virrey del siglo XVI. Una expresión máxima de crueldad y falta de solidaridad del cómico con su sufriente pueblo y sus agotados soldados.

#La mañana siguió con la noticia del duro cachetazo de Polonia al romper los puentes de la alianza, al negarle más suministro de armas y enfatizar que su producción de granos es un cáncer para la economía de sus «amigos íntimos» de la ejemplar Unión Europea. Lo que provocó una airada y muy inconveniente respuesta del verborrágico actor.

#La actitud de Polonia, además de ser una sangrante y permanente insubordinación a Bruselas, define otra línea interna en el frente político occidental más cercana a las provocaciones inglesas -con sus simulacros anárquicos- que parte de una estrategia lógica y consensuada del frente anglosajón. Y en esa deriva se supo desde Varsovia que está activa una ley -con amenaza de cumplimiento- sobre el enjuiciamiento penal a todo polaco combatiente en el extranjero sin autorización oficial del estado. Seguramente será esto una fantochada más, pero pone en alerta a la fluida y muy bien pagada corriente de mercenarios que van a Ucrania, no ya a luchar contra Rusia, sino más bien por el gran negociado ilegal del desvío de armas y por «la patriótica misión» de ir ocupando territorio para cuando llegue la hora del despiece total de Ucrania.

Además, la prensa polaca bombardeó a la población, justo en este miércoles negro, sobre los costes de los refugiados y el hartazgo e ira de la población. La prensa imperial, buscando salidas imposibles, argumentó que solo son «roces» de tiempos electorales. Pero la verdad es que es muy difícil ya la marcha atrás en este aireado divorcio. Tan difícil como que el aceite de oliva vuelva a su precio original, luego de subir el 100% en un año.

#Mientras en Norteamérica, Zelensky sufrió otro agravio a su inmenso ego al negarsele la palabra en una sesión conjunta del congreso que nunca se realizó. 

Sin palabras!!! 

Nunca mejor dicho.

#Y la jornada concluyó con la paradoja del anuncio del senil Biden, de una ayuda de algunos centenares de millones de euros, que quedó aplastada por la negativa de la mayoría republicana de negar la partida gorda de 24 mil millones de euros a «ZELENSKY & CIA» mientras intentan activar en la población estadounidense una suerte de referéndum sobre la continuidad de fuga de fondos a Ucrania con manejos oscuros y sin rendición de cuentas.

# La mejor y única noticia buena para el héroe nazi de Occidente fue que este negro miércoles 21 de Septiembre de 2023 terminó por fin, justo a las 24 hs.

Eduardo Bonugli Especial para Dossier Geopolitico Madrid, 22/09/23

Biden deniega a Zelenski los misiles de largo alcance, mientras se abren fisuras en el apoyo europeo a Kiev


El presidente de EEUU deja los esperados misiles de largo alcance ATACMS fuera de la nueva ayuda militar concedida a Zelenski, quien afronta ahora la amenaza polaca de no enviar más armas a Ucrania.

Por JUAN ANTONIO SANZ para Diario Publico.es

Era la tercera vez que Joe Biden recibía a Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, dos de ellas en tiempos de guerra, y eran comprensibles los nervios del presidente ucraniano a la hora de pedir más ayuda a su principal aliado. Sobre todo, cuando cunde en Estados Unidos el desencanto ante el conflicto y en Europa se resquebraja la unidad mostrada hasta ahora para sostener al ejército de Kiev, tras la amenaza de Polonia de suspender sus envíos de armas a Ucrania.

«Ninguna nación puede estar realmente segura en un mundo en el que no defendamos la libertad de Ucrania frente a la brutal agresión de Rusia», le ha dicho Biden a Zelenski. El presidente estadounidense, sin embargo, no ha querido añadir tensión al creciente rechazo en EE.UU. a la guerra de Ucrania y ha preferido evitar dar el paso que esperaba Zelenski: el compromiso para dotar al ejército ucraniano con misiles ATACMS.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev

Los escasos avances en la contraofensiva lanzada hace casi cuatro meses por el ejército ucraniano, las perspectivas de que se alargue la guerra y los gastos multimillonarios que genera la contienda han minado la confianza de la clase política y los estadounidenses de a pie en la ayuda a Ucrania.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev hasta el extremo de que parece fraguarse una rebelión de los republicanos (que dominan la Cámara de Representantes o cámara baja) contra la estrategia de Biden en Ucrania. Y las elecciones presidenciales están ahí, a la vuelta de la esquina.

El golpe asestado por Polonia, que anunció el miércoles que no enviará de momento más armas al ejército ucraniano, ya había echado un jarro de agua fría sobre el viaje de Zelenski. Habría sido necesario que Biden diera un golpe de efecto y cerrara filas de forma contundente con el líder ucraniano, que esta semana se dio un baño de multitudes en Nueva York, ante Naciones Unidas. Pero no fue así.

Más armas, pero de los misiles de largo alcance, ni hablar

La moderación ha marcado las nuevas concesiones estadounidenses a Kiev y ha habido más lisonjas que compromisos decisivos. Biden le ha prometido a Zelenski, un paquete de ayuda militar por 325 millones de dólares, una cantidad sobria en comparación con otros dispendios estadounidenses del mismo tipo a Ucrania.

Desde que comenzó la guerra, en febrero de 2022, EE.UU. ha destinado cerca de 113.000 millones de dólares a Ucrania en ayuda militar y humanitaria.

Biden no proporcionará los misiles ATACMS, pero no descarta esa posibilidad en el futuro

Con el nuevo paquete anunciado este jueves, habrá más defensa antiaérea, más munición para los sistemas de misiles tierra-tierra HIMARS y más bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en muchos países.

Biden «ha decidido que no proporcionará los misiles ATACMS, pero que no descarta esa posibilidad en el futuro». Así de claro lo decía, mientras se reunían Biden y Zelenski, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien explicó que Washington teme una escalada bélica con Rusia si los misiles de largo alcance ATACMS son utilizados por los ucranianos para atacar objetivos en suelo ruso.

En vano, Zelenski esperaba un compromiso mayor de EE.UU. para subrayar esta visita y consolidar la contraofensiva en marcha. Las armas prometidas ahora por Washington solo servirán para prolongar la actual guerra de posiciones.

Una cumbre acompasada por el eco de la guerra

La reunión entre Zelenski y Biden se ha visto resaltada por un pico en las hostilidades entre los dos contendientes. El ejército del Kremlin lanzó este jueves una oleada de ataques contra infraestructuras críticas por todo el país, después de que las fuerzas armadas ucranianas golpearan con drones y misiles un aeródromo militar ruso en la península de Crimea.

El Ministerio de Defensa ucraniano informó sobre el bombardeo ruso esta madrugada de 147 asentamientos y 151 instalaciones de infraestructuras básicas en toda Ucrania. Cinco regiones sufrieron cortes de energía a consecuencia de los ataques, los primeros de este tipo en medio año.

El Gobierno de Zelenski teme que se pueda repetir la táctica que puso en marcha Moscú el otoño e invierno pasado para destruir las instalaciones de electricidad, gas y agua en buena parte de Ucrania. Millones de personas quedaron sin calefacción y a oscuras en casi todo el país cuando más arreciaba el mal tiempo y las temperaturas eran más bajas.

La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda

El bombardeo ucraniano con drones y misiles de crucero se produjo contra la base aérea rusa de Saki, en Crimea, y podrían haber sido dañados aviones de combate allí estacionados, así como una batería de misiles Pantsir.

La nueva fase de la ofensiva ucraniana tiene como uno de sus objetivos el ataque a blancos situados en la península de Crimea. De momento, son los drones y algunos misiles los protagonistas de esos ataques, con un efecto más propagandístico que efectivo. Precisamente por eso, Ucrania reclamaba y esperaba recibir este jueves los misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS. La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda.

El ejército ucraniano ya dispone de misiles de largo alcance franceses y británicos que están demostrando su eficacia en el acoso a la retaguardia rusa, pero necesita cohetes con una capacidad mayor para evadir las defensas antiaéreas de las fuerzas rusas, como los citados ATACMS y los Taurus alemanes.

El enfado de los amigos polacos

El fiasco que ha recibido Zelenski en Washington llega en un momento poco oportuno para Ucrania. La estrategia hasta ahora unida de la Unión Europea hacia Kiev ha sufrido un golpe demoledor después de que el primer ministro polaco, Mateusz Moraviewcki, anunciara el miércoles que su país dejará de suministrar armas al ejército ucraniano.

Aunque después el presidente polaco, Andrzej Duda, trató de enmendar el impacto de las palabras de Moraviewcki y explicó que el primer ministro se refería solo a armamento nuevo, solo enmarañó más el asunto. El portavoz del Gobierno, Piotr Müller, insistió en que Varsovia solo entregará ya los «suministros de municiones y de armamento previamente acordados, para cumplir los contratos firmados».

El origen de esa decisión está en el contencioso abierto por el bloqueo ruso al transporte de granos procedentes de Ucrania por el Mar Negro. El incremento del flujo de cereales ucranianos a través de Polonia, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía ha perturbado sus mercados nacionales. Algunos de estos países impusieron sus propios vetos a esa importación para proteger a sus agricultores, pero finalmente la Unión Europa ordenó el levantamiento de esas sanciones, decisión cuestionada por varios de esos estados, entre ellos Polonia.

Jacek Sasin: «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país»

El propio Zelenski añadió leña al fuego en su comparecencia del martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas cuando acusó a países supuestamente aliados de hacerle el juego a Rusia con sus decisiones, en aparente referencia a ese veto a la circulación del grano ucraniano.

El Gobierno polaco ha subrayado este jueves que su decisión no cambia la posición de Varsovia sobre el conflicto, pero de momento «es como ha dicho el primer ministro y en el futuro ya se verá», según reafirmó el titular de Patrimonio del Estado, Jacek Sasin.

Este ministro dijo que Polonia necesita reponer sus propios arsenales. «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país», explicó Sasin para justificar el paso dado por Varsovia, que, por primera vez, rompe la unidad europea en el abastecimiento de armas a Ucrania.

El paso dado por el Gobierno polaco puede estar cargado también de oportunistas razones electorales, ante el crecimiento del sentimiento antiucraniano en Polonia. Algunos grupos opositores, como el partido Confederación, tercero en las encuestas ante los comicios legislativos de octubre, están acusando al Gobierno de «servilismo» ante las demandas de Kiev.

La decisión de un país soberano

El Pentágono, cuyas instalaciones visitó Zelenski este jueves, no tuvo problema para subrayar que Polonia había tomado una «decisión soberana» al negarle las armas a Ucrania. Pero nadie duda en la Administración Biden que tal paso podría tener un efecto dominó en otros países europeos y de rebote en la política estadounidense, donde el lobby polaco es muy fuerte.

Uno de los objetivos de Zelenski era asegurarse el apoyo de los partidos republicano y demócrata

Por eso uno de los objetivos de Zelenski en Washington era reunirse con representantes de los partidos republicano y demócrata, y asegurarse su respaldo a la continuación de la ayuda a Ucrania contra Rusia, independientemente del proceso electoral en marcha en EE.UU. ante los comicios presidenciales de noviembre de 2024.

Pero justo cuando Zelenski hablaba el martes ante la Asamblea General de la ONU, un grupo de 28 congresistas republicanos hacía llegar a Biden su rechazo a un compromiso ilimitado con Ucrania, sin garantías y sin objetivos que no han sido refrendados por el Congreso. Desde entonces los díscolos no han parado de crecer.

Las voces contrarias al dispendio estadounidense en Ucrania pueden poner difícil que el Congreso apruebe los 24.000 millones de dólares adicionales que la Casa Blanca prometió hace tiempo a Ucrania también en asistencia militar, armas y ayuda humanitaria.

«Cuento con el buen juicio del Congreso. No hay alternativa», dijo Biden tras su reunión con Zelenski.

Una encuesta realizada en agosto por el canal de televisión CNN puso de manifiesto que una mayoría de los estadounidenses se opone a la autorización de más fondos destinados a Ucrania. Entre los votantes republicanos, esa cifra se elevaba al 71 por ciento.

En Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos no se reducen a Europa y donde se revisa hasta el último centavo público que se gasta, no vale ya el manido mensaje oficialista que predomina en los países del viejo continente de que el futuro del mundo se juega en los campos de batalla ucranianos. Desde luego no el futuro de EE.UU.

FUENTE:

https://www.publico.es/internacional/biden-deniega-zelenski-misiles-alcance-abren-fisuras-apoyo-europeo-kiev.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t1;mm=mobile-big

Cumbres borrascosas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein especial para Dossier Geopolitico

El título de este artículo alude a una extraordinaria novela escrita por Emily Brontë a mediados del siglo XIX y que, en muchas ocasiones, ha sido adaptada para cine y televisión. Yo vi la versión de 1992 dirigida por Peter Kosminsky.

El título de la novela vino a mi mente cuando me propuse reflexionar acerca del resultado de una serie de reuniones realizadas en fechas recientes del año en curso y que han significado una verdadera tormenta para la existencia y funcionamiento del sistema internacional. Son ellas las cumbres del grupo BRICS realizada en Sudáfrica en agosto, las del G-20 en India y del G77+ China en Cuba, en septiembre. Y agregaría el Foro Económico del Extremo Oriente, realizado en la ciudad rusa de Vladivostok durante el mismo mes. En menos de dos meses se ha estremecido los cimientos del sistema internacional atlantista y eurocéntrico.

La reunión anual de 2023 del grupo BRICS rompió definitivamente el oscurantismo mediático que acompañaba estas sesiones. Ya no fue posible ocultar ante el mundo una asociación de 5 Estados a la que desean incorporarse alrededor de 40 países del llamado “Sur Global” ante el avasallador avance de esta agrupación que ha ido ganando fuerza como contrapeso al orden financiero y político occidental.

En este momento (antes de la incorporación el 1° de enero de 2024 de seis nuevos países), los BRICS ya representan el 41% de la población, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) y el 16% del comercio del mundo. Eso le ha permitido establecer una agenda distinta a la de Occidente como ha quedado en evidencia con el apoyo a Rusia para enfrentar las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.

La gran demanda que hoy existe para unirse al bloque, es una demostración de la influencia de esta nueva fuerza geopolítica que posee el potencial para desafiar el sistema liderado por Occidente. Una fuerza que tendría al frente a la segunda potencia mundial, China que junto a Rusia esperan liderizar a la comunidad internacional hacia un mundo más justo, equitativo y participativo.

Lo dijo el presidente Xi Jinping al despedirse de su homólogo ruso al finalizar su visita de Estado a ese país en marzo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes lo estamos liderando juntos”. Lo reiteró el pasado lunes 18 el canciller chino Wang Yi al iniciar su visita a Moscú: «Estamos dispuestos a velar junto con Rusia por la formación de un mundo multipolar y un orden mundial más justo». Estas declaraciones no dejan espacio para dudas con relación a cuál es el objetivo final.

Sólo unos días después de la reunión de Johannesburgo, durante la segunda semana de septiembre se realizó con gran éxito para India la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Contrario a los intereses occidentales, el cónclave evitó “ucranizar” la cita. La declaración final aprobada por consenso expuso otros temas de interés planetario como la alimentación, el clima y la energía, la necesidad de reformar las instituciones financieras internacionales, la transformación digital y la política macroeconómica.

Vale destacar fue la aceptación de la importancia de los objetivos de desarrollo definidos como estratégicos por el Sur Global, sobre todo en relación con el reforzamiento del papel que deben jugar los países en desarrollo en el ámbito económico mundial y en la necesidad de que los países desarrollados cumplan las obligaciones financieras acordadas que establecen la necesidad de destinar cien mil millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático. La inclusión de la Unión Africana en el G-20 como miembro permanente fue una decisión histórica.

Rusia y otros países que han pugnado por despolitizar los debates en esta instancia para tener capacidad de dar respuesta a estos problemas que enfrenta la mayoría de la población mundial, lograron paralizar los intentos occidentales de transformar el evento en una discusión sobre la situación en Ucrania. El cónclave estableció con precisión que    existe una multiplicidad de conflictos armados en el planeta, haciendo un llamado a su arreglo pacífico mediante el diálogo y los esfuerzos diplomáticos sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de la ONU en su totalidad. Una vez más el fracaso de Estados Unidos y sus aliados fue patente.

Por otra parte, durante el mismo mes se realizó el Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, ubicada en el extremo oriental de Rusia. Este espacio es “una plataforma internacional clave para crear y estrechar lazos entre la comunidad inversora rusa y la mundial, así como para llevar a cabo una evaluación exhaustiva del potencial económico del Lejano Oriente ruso”. En la misma participaron alrededor de 7.000 representantes de más de 50 países. Según el portal RT el año pasado, en el evento se firmaron documentos por un valor de casi 34.000 millones de dólares incluidos convenios sobre proyectos de infraestructuras y transporte, desarrollo de grandes yacimientos, así como en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura.

El intercambio comercial entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacíficocreció un 13,7% el año pasado, mientras que durante los primeros seis meses de este año se incrementó otro 18,3%. Durante su discurso en el cónclave, el presidente Putin planteó con claridad que el desarrollo del Lejano Oriente ruso es una «prioridad estratégica para todo el siglo XXI». Este evento y los acuerdos firmados exponen un mentís a la idea publicitada por los medios transnacionales de la desinformación que hablan del “aislamiento” de Rusia y la crisis de su economía.

Putin exteriorizó la idea de que estaba naciendo “un nuevo modelo de cooperación” a nivel global que no se basa en los patrones occidentales, explicando que estos cambios se producen debido a «la destrucción del sistema financiero» por parte de Occidente. Ello ha conducido -según el presidente ruso- a que cada vez más países muestren su disposición a cooperar bajo el nuevo modelo.

Finalmente, también durante este mes, se realizó en Cuba la cumbre del Grupo 77+China, agrupación formada por 134 países de Asia, África y América, que representan el 80% de la población mundial y dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.

Este evento ha sido considerado una cita de los países del sur que han sido golpeados y maltratados por el injusto sistema internacional hegemonizado por Occidente. Especial importancia cobró que la reunión se celebrara en Cuba, país que durante más de 60 años ha sido bloqueado y multi sancionado por Estados Unidos. En el evento se denunció con mucha persistencia las políticas de bloqueo, injusticia, colonialismo, empobrecimiento, sanciones, marginación, explotación y racismo que estos pueblos han sufrido en diversas formas.

Contrario a lo que transmiten los medios transnacionales de la desinformación, la cumbre ha dejado claro que es Estados Unidos, Europa y eso que han denominado su “Comunidad internacional”, la que se encuentra aislada de la mayor parte de la humanidad que busca otros caminos y señala otros derroteros en la ruta de defender los valores de justicia y bienestar.

El evento enfatizó en que es necesario construir un enfoque diferente para tratar los elementos fundamentales del desarrollo científico, cognitivo y tecnológico, para que, de esta manera se pueda avanzar y lograr “un valor añadido, alcanzar justicia e igualdad de condiciones y eliminar de una vez por todas, la arrogancia, discriminación, hegemonía y las guerras impuestas por el Norte”.

En la reunión se impuso la lógica que estableció en su discurso Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba cuando dijo que: “No somos países pobres sino empobrecidos y privados de la tecnología y la ciencia para que sigamos siendo marginales y facilitar que los países del Norte saqueen nuestros recursos humanos y riquezas”.

Como presidente del Grupo, Díaz-Canel llamó a la construcción de un orden global justo y sostenible que permita a la mayoría de estos países salir de las crisis que les han sido impuestas. Para ello, propuso centrarse de manera participativa y colectiva en el desarrollo de recursos científicos, la innovación y el fortalecimiento de las capacidades científicas y cognitivas para lograr el desarrollo sostenible.

En su intervención ante el evento y de forma sorpresiva, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se plegó al clamor mundial al afirmar que es fundamental cambiar tanto el orden internacional como sus instituciones, creados tras la Segunda Guerra Mundial, para que “reflejen las realidades actuales”.

Guterres agregó que: “Necesitamos una acción global (…) para construir un sistema internacional que defienda los Derechos Humanosy trabaje en beneficio de sus intereses en todos los niveles. Y eso requiere que el G77+China utilicen su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”.

Contrario a su postura tradicional, Guterres aseguró que el objetivo fundamental debería ser construir “instituciones multilaterales fuertes y eficaces”, ya que muchas de ellas, especialmente el Consejo de Seguridad de la ONU y las creadas a partir de los acuerdos de Bretton Woods, “reflejan una época pasada” y no la actual.

Parecía increíble, pero el diplomático portugués expresó con firmeza que: “La voz del G77+China siempre será esencial en Naciones Unidas. Y cuento con este grupo, que durante mucho tiempo ha sido defensor del multilateralismo, para dar un paso al frente, utilizar su poder y luchar”.

Así, vistas en su conjunto las reuniones cumbres de los dos últimos meses han mostrado a una humanidad que pareciera trazar un rumbo distinto al que le ha tocado vivir en los últimos 80 años, marcados por el dominio, la imposición, el chantaje y la amenaza permanente que significa la hegemonía atlantista de Estados Unidos y Europa.

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