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16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios)

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El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, inicia la columna semanal de geopolítica, del Club de La Pluma analizando la reunión del G20 en Roma, en la que se llegó a un mínimo y frágil pacto climático, sin fechas ni alcances concretos y al acuerdo de un supuesto impuesto del 15% a las multinacionales, ni vinculante ni obligatorio. Fue un G20 con penas y sin gloria, ya que el tridente del poder multipolar de EEUU, China y Rusia estuvo ausente por la no asistencia de  Putin y Xi Jinping. 

Sobre la Cumbre del Clima en Glasgow nos cuenta que hubo muchos discursos y pocos resultados, mientras recuerda que en los años 70, Perón ya alertaba de lo que hoy ocurre, y que desde entonces nadie dio un paso en la dirección correcta, lo que ahora nos enfrenta a tremendas dificultades para la humanidad. También dice que el Occidente industrial y desarrollado repite el método de tratar al resto del mundo periférico como una neo colonia y nos da ejemplos y argumentos con la polémica resolución para eliminar el gas metano, producido por el ganado de los países pobres. 

También aborda con detalles la fragilidad de un desgastado Biden, de sus disgustos electorales ante el “trumpismo” y de la peligrosa pretensión de unir su dividido frente interno, haciendo un gran -y bélico- frente externo, lo que podría provocar situaciones de desmadre y de caos, todo muy destructivo para la raza humana. 

Luego nos lleva al África donde se confirma lo ya abordado en otras columnas anteriores sobre el grave conflicto del agua en el río Nilo, que ahora se suma el golpe de estado en Sudán. Y nos explica los intereses de las potencias y de Egipto en esta región del Cuerno de África, vecina al Mar Rojo, fundamental para la navegación del sistema comercial mundial y que es una nueva prueba del “Caos Permanente” sembrado por EEUU en todo el mundo.

Y para terminar con África, aborda el viejo enfrentamiento entre Argelia y Marruecos por el Sahara Occidental, que ha resurgido con ataques y muertos y siempre con los intereses de las potencias de por medio. Ahora además, afecta de lleno a la provisión de gas a Europa

Sobre Argentina, Carlos focaliza su análisis en las fortísimas y agresivas declaraciones del jefe de las fuerzas armadas  de EEUU, Mark Milley, sobre lo que debe hacer “el vecindario del sur”, de cómo se tiene que poner a trabajar “codo a codo” con la Casa Blanca y de lo que sufrirá aquel país que se oponga. Un discurso que rescata la teoría del “Gran Garrote” de Theodore Roosevelt, de principio del siglo pasado, y que debe interpretarse como que la conflictividad de Washington va a seguir en aumento, tal cual se reflejó en las recientes y muy polémicas declaraciones del propuesto -y aún no confirmado- embajador norteamericano en Argentina, Marc Stanley. 

Sobre política internacional, nuestro director informa que Putin aseguró que no permitirá alteraciones en el equilibrio estratégico de su zona de influencia en Europa del Este, que Rusia está preparada para cualquier ataque de misil intercontinental y que si se le intenta agredir, habrá una respuesta adecuada. Mientras informes occidentales reconocen que en Kaliningrado, el espacio ruso más cercano a Europa, Moscú ha instalado equipos de intercepción electrónica de última generación que neutraliza misiles, aviones o satélites y bloquea todo tipo de comunicaciones y señales. 

También nos habla del rearme de China con sus aviones de quinta generación y de sus avances espaciales, de las tensiones por Taiwán y de la preocupación de Occidente que ha avisado estar dispuesto a defender a la isla/colonia a cualquier precio. Aunque no esconde su angustia y reconoce que la potencialidad militar china alcanzará niveles nunca antes vistos. 

Además, Pereyra Mele nos relata el espectacular rescate de un petrolero iraní por parte de comandos de La Guardia Revolucionaria de Irán, que había sido secuestrado por fuerzas de la OTAN y de EEUU. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 07/11/21)

Comando Sur El tio Sam y la nueva Doctrina Monroe S XXI

El jueves grabamos una entrevista para el programa el Punto sobre la “I”, que conduce la periodista Shadi Narvaez que se difunde por el Canal de Youtube de “Detrás de la razón Nuevo” de Roberto de la Madrid. Y se difundió a partir del sábado 6 de Noviembre 2021

En dicha entrevista alertamos y expusimos la actitud clara del Gobierno de EEUU para “asegurarse” su mal llamado Patio Trasero (Iberoamérica o Latinoamérica NO es patio trasero de nadie); y para demostrar esas intenciones y del mantenimiento de una Doctrina Monroe remixada en el S XXI, nos referimos a las declaraciones del General Mark Milley realizadas con motivo de la asunción de la Jefa del Comando Sur General Laura J. Richardson. 

Nos pareció oportuno acompañar al Video de la Entrevista un artículo publicado 2 días después de la grabación por el Diario Clarín que confirma nuestras preocupaciones y las tendencia del régimen  norteamericano, de interferir con las soberanías de todos los países iberoamericanos con “su” visión de la Seguridad y la Prosperidad de la República Imperial 

Los mapas del general Milley

En un mundo de interdependencias complejas, responsabilidades compartidas y desafíos comunes, no deja de llamar la atención la vigencia de las visiones imperiales que asumen como responsabilidad propia de las grandes potencias el control sobre sus áreas de influencia.

Por Fabian Bosoer

El general Mark Milley es el mismo alto jefe militar de los EE.UU. que en noviembre del año pasado se comunicó con el general Li Zuocheng, su contraparte china –a quien había conocido y tratado esporádicamente cinco años antes– y le garantizó que EE.UU. no atacaría en caso de que el entonces presidente Trump, en un arrebato de locura, le diera esa orden. 

La historia está contada en el libro Peril (Peligro) de Bob Woodward y Robert Costa. Milley confirmó luego esas conversaciones. “Mi tarea en ese momento –dijo en una audiencia ante al Comité de las Fuerzas Armadas del Senado- era desescalar».

«Mi mensaje fue coherente: mantener la calma y la estabilidad. No vamos a atacarlos”, señaló, aunque matizó aclarando que en su opinión nunca fue la intención de Trump atacar a China.

La destacada foja de servicios del general Milley es un recorrido por la geopolítica global de los últimos cuarenta años, así que cubre desde el último tramo del mundo bipolar de la Guerra Fría  al «momento unipolar» de hegemonía estadounidense y la transición hacia un escenario sin hegemonías, con los EE.UU. replanteando su papel como superpotencia global.

Graduado en 1980 con estudios en ciencia política y relaciones internacionales en la Universidad de Princeton, con una tesis titulada “Un análisis crítico de la organización de la guerrilla revolucionaria en teoría y práctica”, y estudios de posgrado en Columbia y la Escuela de Guerra Naval, Milley participó en la fuerza de paz en Sinaí, en las intervenciones norteamericanas en Panamá y Haití, y en las guerra de los Balcanes, Irak y Afganistán.

Hoy, al frente del Estado Mayor Conjunto, advierte que el desarrollo de un arma supersónica china lleva al mundo a “un momento Sputnik”, en referencia al primer éxito soviético en la carrera espacial durante la Guerra Fría.

“Ellos (los chinos) se están expandiendo rápidamente: en el espacio, en el ciberespacio y en los dominios tradicionales de tierra, mar y aire”, dijo. Y remarcó cómo desde finales de los 70 los chinos han pasado de tener un enorme ejército de infantería de base campesina a unas fuerzas armadas “muy capaces y con ambiciones globales”.

El más alto jefe militar norteamericano tiene claro que China se perfila como “el mayor desafío geoestratégico para Estados Unidos”. «Estamos entrando en un mundo tripolar en el que Estados Unidos, Rusia y China, todas son grandes potencias. En mi opinión, estamos entrando en un mundo que será potencialmente más volátil desde el punto de vista estratégico en comparación, por ejemplo, con los últimos 40, 50, 60 o 70 años», declaró en estos días durante el Foro de Seguridad de Aspen

Pero Milley dijo, además, algunas otras cosas que nos atañen más cercanamente. Lo hizo en el acto de asunción de la nueva jefa del Comando Sur -por primera vez una mujer- la general Laura J. Richardson, que sucede al almirante Craig S. Faller, en la sede de Southcom en Doral, Florida.

Allí afirmó que «este hemisferio (en referencia al continente americano) nos pertenece a nosotros y a nadie más, y todos estamos hombro con hombro en esa causa común para proteger nuestro hemisferio de cualquier amenaza internacional». Y por si quedara alguna duda mencionó como principales adversarios globales a China, Rusia e Irán. No se recuerda una afirmación tan contundente en tiempos recientes sobre cómo se observa desde Washington a América latina.

En un mundo de interdependencias complejas, responsabilidades compartidas y desafíos comunes, no deja de llamar la atención la vigencia de las visiones imperiales que asumen como responsabilidad propia el control sobre sus áreas de influencia.

Lo hizo Rusia, desde Chechenia a Crimea, lo hace China con Taiwán y el sudeste asiático, lo sigue haciendo EEUU con su “patio trasero”. Doctrina Monroe over and over again. Mientras otros flujos -comerciales, migratorios, tecnológicos-, intercambios sociales e influencias culturales atraviesan y desdibujan esas fronteras geopolíticas demarcadas por la geografía física y el reparto del poder mundial entre las grandes potencias.

Fuente Diario Clarín Argentina: Los mapas del general Milley 

El Porqué de las Noticias: Venezuela: campaña electoral. Macri ante tribunales. Tensión sobre Taiwán

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico, entrevistado en HispanTv. Por Juan Carlos Rozo, para el Programa: El Porqué de las Noticias: ¿Por qué EEUU busca lazos militares con Taiwán?. Minuto 17,33 FF.AA. chinas, listas para defender su territorio ante posibles lazos militares entre EE.UU. y Taiwán. China exige a la Casa Blanca dejar de inmiscuirse en sus asuntos internos.

Pepe Escobar 25 de octubre Asia Times

El presidente ruso, en Sochi, establece la ley a favor del conservadurismo: dice que el Occidente despierto está en declive; Vladimir Putin es un orador principal frecuente. En Sochi este año, como relaté en una columna anterior, el tema general fue «la sacudida global en el siglo XXI: el individuo, los valores y el estado». Putin lo abordó de frente, en lo que ya puede considerarse uno de los discursos geopolíticos más importantes de la memoria reciente, sin duda su momento más fuerte en el centro de atención. A esto le siguió una completa sesión de preguntas y respuestas. Como era de esperar, una variedad de atlantistas, neoconservadores e intervencionistas liberales se pondrán apopléjicos. Eso es irrelevante. Para los observadores imparciales, especialmente en todo el Sur Global, lo que importa es prestar mucha atención a cómo Putin compartió su visión del mundo, incluidos algunos momentos muy sinceros. Justo al principio, evocó los dos caracteres chinos que representan “crisis” (como en “peligro”) y “oportunidad”, combinándolos con un dicho ruso: “Lucha contra las dificultades con tu mente. Lucha contra los peligros con tu experiencia «. Esta referencia elegante y oblicua a la asociación estratégica Rusia-China llevó a una evaluación concisa del tablero de ajedrez actual: La realineación del equilibrio de poder presupone una redistribución de acciones a favor de países emergentes y en desarrollo que hasta ahora se sentían excluidos. Para decirlo sin rodeos, el dominio occidental de los asuntos internacionales, que comenzó hace varios siglos y, durante un breve período, fue casi absoluto a fines del siglo XX, está dando paso a un sistema mucho más diverso. Eso abrió el camino a otra caracterización indirecta de la guerra híbrida como el nuevo modus operandi: Anteriormente, una guerra perdida por un lado significaba la victoria del otro lado, que asumía la responsabilidad de lo que estaba sucediendo. La derrota de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, por ejemplo, no convirtió a Vietnam en un «agujero negro». Por el contrario, surgió allí un estado en desarrollo exitoso que, sin duda, se basó en el apoyo de un aliado fuerte. Las cosas son diferentes ahora: no importa quién tome la delantera, la guerra no se detiene, solo cambia de forma. Como regla general, el hipotético ganador se muestra reacio o incapaz de garantizar una recuperación pacífica de la posguerra, y solo empeora el caos y el vacío que representan un peligro para el mundo. Un discípulo de Berdyaev En varios casos, especialmente durante la sesión de preguntas y respuestas, Putin confirmó que es un gran admirador de Nikolai Berdyaev. Es imposible entender a Putin sin entender a Berdyaev (1874-1948), quien fue un filósofo y teólogo, esencialmente, un filósofo del cristianismo.

Para Berdyaev, la historia es un método de memoria temporal a través del cual el hombre trabaja hacia su destino. Es la relación entre lo divino y lo humano lo que da forma a la historia. Da una enorme importancia al poder espiritual de la libertad humana. Putin hizo varias referencias a la libertad, a la familia —en su caso, de medios modestos— ya la importancia de la educación; elogió de todo corazón su aprendizaje en la Universidad Estatal de Leningrado. Paralelamente, destruyó por completo el despertarismo, el transgénero y la cancelación de la cultura promovida «bajo la bandera del progreso». Este es solo uno de una serie de pasajes clave: Estamos sorprendidos por los procesos que tienen lugar en países que solían verse a sí mismos como pioneros del progreso. Los trastornos sociales y culturales que tienen lugar en los Estados Unidos y Europa occidental, por supuesto, no son asunto nuestro; no interferimos con ellos. Alguien en los países occidentales está convencido de que el borrado agresivo de páginas enteras de su propia historia, la «discriminación inversa» de la mayoría a favor de las minorías, o la exigencia de abandonar la comprensión habitual de cosas tan básicas como la madre, el padre, la familia o incluso la diferencia entre los sexos, que estos son, en su opinión, hitos del movimiento hacia la renovación social. Así que gran parte de su discurso de 40 minutos, así como sus respuestas, codificaron algunos marcadores de lo que él definió previamente como “conservadurismo saludable”: Ahora que el mundo está experimentando un colapso estructural, la importancia del conservadurismo sensato como base de la política se ha multiplicado por varias veces, precisamente porque los riesgos y peligros se multiplican y la realidad que nos rodea es frágil.

Volviendo a la arena geopolítica, Putin insistió en que “somos amigos de China. Pero no contra nadie «. Geo Económicamente, una vez más se tomó el tiempo para participar en una explicación magistral, completa, incluso apasionada, de cómo funciona el mercado del gas natural, junto con la apuesta contraproducente de la Comisión Europea en el mercado al contado, y por qué Nord Stream 2 es un juego. cambiador. Afganistán Durante la sesión de preguntas y respuestas, el académico Zhou Bo de la Universidad de Tsinghua abordó uno de los principales desafíos geopolíticos actuales. Refiriéndose a la Organización de Cooperación de Shanghai, señaló que “si Afganistán tiene un problema, la OCS tiene un problema. Entonces, ¿cómo puede la OCS, liderada por China y Rusia, ayudar a Afganistán? « Putin enfatizó cuatro puntos en su respuesta: Debe restablecerse la economía; Los talibanes deben erradicar el tráfico de drogas; La responsabilidad principal debería ser asumida «por aquellos que han estado allí durante 20 años», haciéndose eco de la declaración conjunta tras la reunión entre la troika ampliada y los talibanes en Moscú el miércoles; y Los fondos estatales afganos deberían desbloquearse. También mencionó, indirectamente, que la gran base militar rusa en Tayikistán no es un mero accesorio decorativo.

Putin volvió al tema de Afganistán durante la sesión de preguntas y respuestas, enfatizando una vez más que los miembros de la OTAN no deben «absolver de responsabilidad». Razonó que los talibanes «están tratando de luchar contra los radicales extremos». Sobre la “necesidad de comenzar con el componente étnico”, describió a los tayikos como responsables del 47% de la población afgana en general, tal vez una sobreestimación, pero el mensaje era imperativo de un gobierno inclusivo. También logró un equilibrio: por mucho que «compartamos con ellos [los talibanes] una visión desde el exterior», señaló que Rusia está «en contacto con todas las fuerzas políticas» en Afganistán, en el sentido de que hay contactos con ex funcionarios del gobierno como Hamid Karzai y Abdullah Abdullah y también miembros de la Alianza del Norte, ahora en la oposición, que se auto exiliaron en Tayikistán.

Estos molestos rusos

 Ahora compare todo lo anterior con el circo actual de la OTAN en Bruselas, completo con un nuevo «plan maestro para disuadir la creciente amenaza rusa». Nadie perdió dinero subestimando la capacidad de la OTAN para llegar a las profundidades de la estupidez intrascendente. Moscú ya ni siquiera se molesta en hablar con estos payasos: como ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov, «Rusia ya no pretenderá que algunos cambios en las relaciones con la OTAN son posibles en un futuro próximo». Moscú a partir de ahora solo habla con los amos, en Washington. Después de todo, la línea directa entre el Jefe de Estado Mayor, el general Gerasimov, y el comandante supremo aliado de la OTAN, el general Todd Wolters, permanece activa. Los mensajeros como Stoltenberg y la enorme burocracia de la OTAN en Bruselas se consideran irrelevantes. Esto sucede, en la evaluación de Lavrov, justo después de que «todos nuestros amigos en Asia Central» hayan estado «diciéndonos que están en contra de … enfoques, ya sea de los Estados Unidos o de cualquier otro estado miembro de la OTAN» que promueva el estacionamiento de cualquier «contraataque imperialista». aparato terrorista ”en cualquiera de los“ estadios ”de Asia Central. Y aún así, el Pentágono continúa provocando a Moscú. Lloyd “Raytheon” Austin, cabildero y secretario de Defensa del despertar, que supervisó la Gran Evasión estadounidense de Afganistán, ahora pontifica que Ucrania debería unirse de facto a la OTAN. Esa debería ser la última apuesta para empalar al zombi «con muerte cerebral» (derechos de autor de Emmanuel Macron), ya que se encuentra con su destino entusiasmado con los ataques rusos simultáneos en los mares Báltico y Negro con armas nucleares.

FUENTE ASIA TIMES

Putin alertó sobre los peligros que afronta la humanidad en tiempos de cambio. En su intervención en la reunión anual del Club Valdai, el foro de discusión política más importante de Rusia, el presidente ruso subrayó la necesidad de “repensar seriamente” los conceptos básicos de la supervivencia humana, condenó la distribución desigual de la riqueza y convocó a la búsqueda de ideologías superadoras de las crisis existencial y ambiental que azotan al planeta.

Por: Hernando Kleimans

Putin alertó sobre los peligros que afronta la humanidad en tiempos de cambio. En su intervención en la reunión anual del Club Valdai, el foro de discusión política más importante de Rusia, el presidente ruso subrayó la necesidad de “repensar seriamente” los conceptos básicos de la supervivencia humana, condenó la distribución desigual de la riqueza y convocó a la búsqueda de ideologías superadoras de las crisis existencial y ambiental que azotan al planeta.

Esta fue su disertación:

Como siempre, durante esas reuniones se plantean problemas agudos y urgentes y se discuten exhaustivamente temas que son, sin exagerar, relevantes para las personas en todos los países del mundo. Y esta vez el tema principal del foro fue planteado de un modo directo, incluso diría bastante tajante: “Conmoción global – XXI: personas, valores, estado”.

De hecho, vivimos en una era de grandes cambios. Y si me lo permiten, entonces, por tradición, yo también me permitiré presentar mis puntos de vista sobre la agenda que se ha formulado.

En general, esta frase –“vivir en tiempos de cambio»- puede parecer ya mundana, la decimos con demasiada frecuencia. Sí, y esa misma era de cambios comenzó hace bastante tiempo, el estado cambiante se ha vuelto habitual. Surge la pregunta: ¿merece la pena centrar la atención en esto? No obstante, estoy de acuerdo con quienes formularon el orden del día de estas reuniones: por supuesto que lo es.

En las últimas décadas, muchos han recordado un proverbio chino. El pueblo chino es sabio, tiene muchos pensadores y todo tipo de pensamientos valiosos que todavía podemos utilizar hoy. Uno de ellos, como saben, es “Dios no quiera vivir en una era de cambios”. Pero ya vivimos en ella, nos guste o no, y estos cambios son más profundos, más fundamentales. Así que recordemos algo más de la sabiduría china: la palabra «crisis» consta de dos jeroglíficos: probablemente haya representantes de la República Popular China, si me equivoco en algo, me corregirán, así que aquí hay dos jeroglíficos: «peligro «y» posibilidad «. Aquí, en Rusia, dicen «lucha contra las dificultades con tu mente y con los peligros, con la experiencia».

Por supuesto, debemos ser conscientes del peligro y estar preparados para enfrentarlo, enfrentar, y no uno, sino muchos peligros diversos que surgen en una era de cambio. Pero es igualmente importante recordar el segundo componente de la crisis: las oportunidades que no deben perderse. Además, la crisis a la que nos enfrentamos es conceptual, incluso de civilización. De hecho, se trata de una crisis de enfoques, de principios que determinan la existencia misma del hombre en la tierra, y todavía tenemos que repensarlos seriamente. La pregunta es en qué dirección moverse, qué rechazar, qué revisar o corregir. Al mismo tiempo, estoy convencido de que hay que luchar por los valores genuinos, defendiéndolos con todas sus fuerzas.

La humanidad entró en un nuevo período hace más de tres décadas, cuando se crearon las principales condiciones para el fin del enfrentamiento político-militar e ideológico. Seguro que mucho de esto se habló en las plataformas de este club de discusión, incluyendo nuestro ministro de Asuntos Exteriores. Sin embargo, tendré que repetir algunas cosas.

Entonces, en ese momento, se inició la búsqueda de un nuevo equilibrio, relaciones estables en los ámbitos social, político, económico, cultural, militar, de apoyo al sistema mundial. Ese apoyo era buscado pero debo admitir que hasta ahora no lo han podido encontrar. Y aquellos que, después del final de la Guerra Fría, también hablamos de esto muchas veces, se sintieron vencedores, pronto sintieron, a pesar de que pensaban que habían escalado el propio Olimpo, pronto sintieron que en este Olimpo el suelo desaparecía debajo de los pies, ahora a ellos mismos. Nadie puede detener el momento, por muy hermoso que se nos presente.

En general, parecía que tendríamos que adaptarnos al cambio constante, a la impredecibilidad, al permanente tránsito. Pero esto tampoco ocurrió.

Agregaré que la transformación que estamos presenciando y en la que participamos, es de un calibre diferente a las que han sucedido repetidamente en la historia de la humanidad, al menos de las que conocemos. Esto no es sólo un cambio en el equilibrio de poder o un avance científico y tecnológico, aunque ambos, por supuesto, también están ocurriendo ahora. Hoy nos enfrentamos a cambios sistémicos simultáneos en todas direcciones: desde el estado geofísico cada vez más complejo de nuestro planeta hasta interpretaciones cada vez más paradójicas de lo que es una persona, cuál es el sentido de su existencia.

Intentemos mirar a nuestro alrededor. Y volveré a decir: me permitiré expresar esos pensamientos que considero cercanos.

Primero. Las deformaciones climáticas y la degradación ambiental son tan obvias que incluso la gente común más descuidada es incapaz de descartarlas. Se pueden seguir llevando a cabo debates científicos sobre los mecanismos de los procesos en curso, pero es imposible negar que estos procesos están empeorando y es necesario hacer algo. Los desastres naturales (sequías, inundaciones, huracanes, tsunamis) se han convertido casi en la norma, hemos empezado a acostumbrarnos. Baste recordar las devastadoras y trágicas inundaciones en Europa el verano pasado, los incendios en Siberia: hay muchos ejemplos. No sólo en Siberia, qué devastador tipo de incendios han sufrido nuestros vecinos en Turquía, y también en los Estados Unidos, en general en el continente americano. Cualquier rivalidad geopolítica, científica y técnica, ideológica, justo en tales condiciones, pierde su significado si sus ganadores no tienen nada que respirar o nada con qué saciar su sed.

La pandemia de coronavirus se ha convertido en otro recordatorio de lo frágil que es nuestra comunidad, lo vulnerable que es. La tarea más importante, en consecuencia, es garantizar una existencia humana segura y la resistencia al estrés. Para aumentar las posibilidades de supervivencia ante los cataclismos será necesario repensar cómo se organiza nuestra vida, cómo se arregla la vivienda, cómo se desarrollan o deberían desarrollarse las ciudades, cuáles son las prioridades del desarrollo económico de estados enteros. Repito: la seguridad es uno de los principales imperativos. En cualquier caso, hoy se ha vuelto obvio, y que alguien trate de decir que no es así y luego explique por qué resultó estar equivocado y por qué no estaban preparados para las crisis y trastornos que enfrentan naciones enteras.

Segundo. Los problemas socioeconómicos de la humanidad se han agravado hasta el punto de que en el pasado reciente provocaron conmociones a escala global: guerras mundiales, cataclismos sociales sangrientos. Todo el mundo dice que el modelo de capitalismo existente – y esta es hoy la base de la estructura social en la inmensa mayoría de los países – se ha agotado, en su marco ya no hay salida a la maraña de contradicciones cada vez más enredadas.

En todas partes, incluso en los países y regiones más ricos, la distribución inequitativa de la riqueza material conduce a una creciente desigualdad, principalmente desigualdad de oportunidades, tanto dentro de las sociedades como a nivel internacional. También advertí sobre este tan serio desafío en mi discurso en el reciente Foro de Davos, a principios de año. Todos estos problemas, por supuesto, nos amenazan con divisiones sociales esenciales y profundas.

Además, en varios estados e incluso en regiones enteras, periódicamente se suceden las crisis alimentarias. Es probable que hablemos más sobre esto, pero hay muchas razones para creer que esta crisis se agravará en un futuro próximo y puede llegar a formas extremas. También debemos mencionar la escasez de agua y electricidad, también hablaremos de esto hoy, sin mencionar ya los problemas de pobreza, el alto nivel de desempleo o la falta de una adecuada atención médica.

Todo esto es percibido por los países rezagados, que pierden la fe en la perspectiva de alcanzar las potencias líderes. La decepción estimula la agresión, empuja a la gente a las filas de los extremistas. Los habitantes de esos países tienen una sensación cada vez mayor de expectativas incumplidas y no cumplidas, un sentimiento de ausencia de perspectivas de vida no sólo para ellos, sino también para sus hijos. Esto es lo que lleva a la búsqueda de una vida mejor, a la migración descontrolada, que a su vez crea las condiciones previas para el descontento social [de los ciudadanos] de los estados ya más prósperos. No necesito explicar nada aquí, ustedes lo ven todo por sí mismo, con sus propios ojos, e incluso mejor que yo, probablemente, lo entienden.

Como si fuera poco y como ya he señalado, sobran otros problemas sociales agudos, desafíos, riesgos en las propias y prósperas potencias líderes. Por lo que muchas ya no están para la lucha por la influencia; aquí es necesario, como dicen, solucionar sus problemas. La reacción hipertrofiada, áspera, a veces agresiva de la sociedad y la juventud a las medidas para combatir el coronavirus en muchos países ha demostrado – y quiero señalar esto, espero que alguien ya lo haya dicho antes que yo, hablando en varios lugares-, creo que ella demostró que la infección fue apenas un pretexto: las causas de la irritación social, del descontento son mucho más profundas.

También es importante señalar algo más. La pandemia de coronavirus, que en teoría se suponía que uniría a la gente en la lucha contra una amenaza común a tan gran escala, no se convirtió en un factor unificador, sino en un factor separador. Hay muchas razones para esto, pero una de las principales es que comenzaron a buscar soluciones a problemas en esquemas habituales, diversos pero convencionales. Ellos, simplemente, no funcionan. Con mayor precisión: funcionan pero a menudo, por el contrario, por extraño que parezca, empeoran la situación.

Por cierto, Rusia ha convocado repetidas veces y ahora lo repetiré una vez más, a dejar de lado las ambiciones inapropiadas y trabajar juntos, juntos. Hablaremos, seguramente, más sobre esto, pero lo que quiero decir es que todo está claro. Hablamos de la necesidad de una lucha conjunta contra la infección por coronavirus. Levantar sanciones incluso por razones humanitarias, y ahora no me refiero a Rusia, allá ellos, a las sanciones contra Rusia, sino a las que siguen pesando sobre aquellos estados que necesitan urgentemente ayuda internacional. No, nada de eso sucede, todo sigue siendo como antes. ¿Y dónde están los principios humanistas del pensamiento político occidental? De hecho, resulta que no hay nada, sólo hay charla, ¿entienden? Esto es lo que aparece en la superficie.

Más aún. La revolución tecnológica, los impresionantes logros en el campo de la inteligencia artificial, la electrónica, las comunicaciones, la genética, la bioingeniería, la medicina abren tremendas oportunidades, pero también plantean cuestiones filosóficas, morales, espirituales en el plano aplicado, que hasta hace poco sólo eran planteadas por los escritores de ciencia- ficción. ¿Qué pasará cuando la tecnología supere al hombre en capacidad de pensar? ¿Dónde está el límite de intervención en el cuerpo humano, después del cual una persona deja de ser él mismo y se convierte en alguna otra entidad? ¿Cuáles son los límites éticos en general en un mundo en el que las posibilidades de la ciencia y la tecnología se están volviendo prácticamente ilimitadas, y qué significará esto para cada uno de nosotros, para nuestros descendientes, además, para nuestros descendientes inmediatos, para nuestros hijos y nietos?

Estos cambios están cobrando impulso y ciertamente no pueden detenerse porque son, por regla general, de naturaleza objetiva. Todos tendrán que reaccionar a sus consecuencias, independientemente de la estructura política, el estado económico o la ideología imperante. De palabra, todos los estados declaran su adhesión a los ideales de cooperación, su disposición a trabajar juntos para resolver problemas comunes pero esto, lamentablemente, es de palabra. De hecho, está sucediendo lo contrario y la pandemia, repito, sólo provocó tendencias negativas que se esbozaron hace mucho tiempo y que ahora sólo están empeorando. El enfoque en el estilo de “tu camisa está más cerca de tu cuerpo” finalmente se ha convertido en la norma, ahora ni siquiera tratan de ocultarlo, y muchas veces incluso se jactan de ello, hacen alarde de ello. Los intereses egoístas prevalecieron por completo sobre el concepto de bien común.

El punto, por supuesto, no está siquiera en la mala voluntad de ciertos estados y notorias élites. Todo, en mi opinión, es más complicado. En la vida rara vez encuentras sólo blanco y negro. Cada gobierno, cada líder es responsable ante todo ante sus conciudadanos, por supuesto. Lo principal es garantizar su seguridad, paz y bienestar. Por lo tanto, los temas internacionales y transnacionales nunca serán tan importantes para el liderazgo de los países como la estabilidad interna. Esto es, en general, normal, correcto.

Además, admitimos que las instituciones de gobernanza mundial no siempre funcionan de manera efectiva, sus capacidades no siempre se corresponden con la dinámica de los procesos globales. En este sentido, la pandemia podría ayudar: mostró claramente qué instituciones tienen potencial y cuáles deben ajustarse.

El cambio de equilibrio de poder presupone una redistribución de acciones a favor de aquellos países en desarrollo y en crecimiento que hasta ahora se sentían excluidos. Para decirlo sin rodeos, el dominio de Occidente en los asuntos mundiales, que comenzó hace varios siglos y se volvió casi absoluto durante un breve período a fines del siglo XX, está dando paso a un sistema mucho más diverso.

El proceso de esta transformación, por supuesto, no es mecánico y, a su manera, incluso podría decirse que es único. La historia política, quizás, aún no conoce ejemplos de cómo se habría establecido un orden mundial estable sin una gran guerra y no sobre la base de sus resultados, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial. Así que tenemos la oportunidad de sentar un precedente extremadamente favorable. El intento de hacer esto después del final de la Guerra Fría sobre la base de la dominación occidental, como podemos ver, no fue coronado por el éxito. El estado actual del mundo es producto de ese mismo fracaso y debemos aprender de esto.

Es posible pensar: ¿a qué hemos llegado? A un resultado paradójico. A modo de ejemplo, es simple: durante dos décadas el país más poderoso del mundo desplegó campañas militares en dos estados incomparables con él por ningún parámetro. Pero como resultado, tuvo que cesar sus operaciones sin lograr ninguna de las metas que se propuso hace 20 años al iniciarlas, para salir de estos países, mientras sufría ella misma daños considerables y los causaba a otros. De hecho, la situación sólo muestra un dramático empeoramiento.

Pero incluso ese no es el punto. Antes, una guerra perdida por un lado significaba la victoria del otro, que asumía la responsabilidad de lo que estaba sucediendo. Por ejemplo, la derrota de Estados Unidos en la guerra de Vietnam no llevó a que Vietnam se convirtiera en un “agujero negro”, por el contrario, surgió allí un estado que se desarrolló con éxito, contando por cierto con el apoyo de un aliado fuerte. Todo ahora es diferente: quien sea que haya triunfado, la guerra no se interrumpe sino que cambia de forma. El relativo vencedor, como norma, no quiere o no puede asegurar una construcción pacífica profundizando el caso y ahora el vacío peligroso para la paz.

¿Cuáles son, en nuestra opinión, los puntos de partida del complejo proceso de reconstrucción? Permítanme intentar formularlos brevemente en forma de tesis.

Primera tesis. La pandemia de coronavirus ha demostrado claramente que sólo el estado es la unidad estructural del orden mundial. Por cierto, los acontecimientos recientes han demostrado que los intentos de las plataformas digitales globales, con todo su poder -algo, por supuesto, obvio, lo vimos en los procesos políticos internos en Estados Unidos- no logran usurpar las funciones políticas o estatales, son intentos efímeros. En los mismos Estados Unidos, como dije, a sus dueños, los dueños de estas plataformas, se les enseñó inmediatamente su lugar, tal como se hace, de hecho, en Europa, si se mira sólo qué multas se están aplicando y qué medidas se están adoptando ahora para la desmonopolización, ustedes mismo lo saben.

En las últimas décadas, muchos han hecho malabares con conceptos pegadizos que veían el papel del estado como obsoleto y anticuado. Al parecer, en el contexto de la globalización, las fronteras nacionales se convierten en un anacronismo y la soberanía, un obstáculo para la prosperidad. Ya lo dije una vez y quiero formularlo una vez más: así hablaban aquellos que intentaron violentar fronteras ajenas, confiando en sus ventajas competitivas, y esto es lo que realmente sucedió. Tan pronto como quedó claro que alguien, en algún lugar, lograba grandes resultados, de inmediato regresaron al cierre de fronteras en general y, en primer lugar, a las propias: fronteras aduaneras, las que sean, comienzan a construir muros. Bueno, ¿qué, no vemos esto, o qué? Todos ven todo y todos entienden todo perfectamente. Sí, por supuesto.

Hoy ni siquiera tiene sentido discutir esto, es obvio. Pero el desarrollo, cuando hablaron de la necesidad de abrir los límites, el desarrollo, como dije, fue en la dirección opuesta. Sólo los estados soberanos son capaces de responder eficazmente a los desafíos de la época y las demandas de los ciudadanos. En consecuencia, cualquier orden internacional efectivo debe tomar en cuenta los intereses y capacidades del Estado, partir de ellos y no intentar probar que no deben existir. Además, es imposible imponer a alguien o algo, ya sean principios de la estructura o valores sociopolíticos, que alguien, por sus propia conveniencia, calificó como universales. Después de todo, es obvio que cuando llega una crisis real, hay un único valor universal: la vida humana. Cada estado decide por sí solo cómo protegerla, en función de sus capacidades, cultura y tradiciones.

En este sentido, volveré a señalar lo grave y peligrosa que se ha vuelto la pandemia de coronavirus. En todo el mundo, como sabemos, más de cuatro millones 900 mil personas han muerto a causa de ella. Estos terribles números son comparables e incluso superan las pérdidas militares de los principales participantes en la Primera Guerra Mundial.

La segunda tesis, sobre la que me gustaría llamar su atención, es que la escala de los cambios nos obliga a todos a ser especialmente cuidadosos, aunque sólo sea por un sentido de autoconservación. Los cambios cualitativos en la tecnología o los cambios dramáticos en el medio ambiente, la ruptura de la estructura habitual no significa que la sociedad y el estado deban reaccionar ante ellos de manera radical. Romper, como saben, no es construir. A qué conduce esto, en Rusia lamentablemente lo sabemos muy bien, por nuestra propia experiencia y más de una vez.

Hace poco más de cien años, Rusia objetivamente, incluso en relación con la entonces Primera Guerra Mundial, estaba experimentando serios problemas, pero no más que otros países y, quizás, incluso en una escala menor e incluso menos aguda, y podría haberlos gradualmente superado de una manera civilizada. Sin embargo, las conmociones revolucionarias condujeron al colapso, al colapso del gran país. La historia se repitió hace 30 años, cuando un país potencia potencialmente muy poderoso no tomó el camino de las necesarias reformas flexibles pero pensadas en el tiempo, y como resultado fue víctima de dogmáticos de diversa índole: tanto reaccionarios como los llamados progresistas. Todos se esforzaron, todos. de ambos lados.

Estos ejemplos de nuestra historia nos permiten afirmar: una revolución no es una salida a una crisis, sino una forma de agravar esta crisis. Ninguna revolución valió la pena por el daño que infligió al potencial humano.

Tercera. En el frágil mundo de hoy, crece significativamente la importancia de un apoyo sólido, moral, ético y basado en valores. De hecho, los valores son producto del desarrollo cultural e histórico de cada nación, y el producto es único. El entrelazamiento mutuo de pueblos sin duda enriquece, la apertura amplía los horizontes y permite comprender la propia tradición de una manera diferente. Pero este proceso debe ser orgánico y nunca rápido. Y el extraño seguirá siendo rechazado, tal vez incluso de forma dura. Los intentos de establecer un diktat de valor en condiciones de perspectivas inciertas e impredecibles complican aún más una situación ya aguda y, por lo general, implican una reacción inversa y lo contrario del resultado esperado.

Observamos con asombro los procesos que se desarrollan en países acostumbrados a considerarse buques insignia del progreso. Por supuesto, los trastornos socioculturales que se están produciendo en los mismos Estados Unidos y en Europa Occidental no son asunto nuestro, no nos metemos en eso. Alguien en los países occidentales está convencido de que el borrado agresivo de páginas enteras de su propia historia, la «discriminación inversa» de la mayoría en interés de las minorías o la exigencia de abandonar la comprensión habitual de cosas tan básicas como mamá, papá, familia o incluso las diferencias de género son, en su opinión, hitos en el movimiento hacia la renovación social.

¿Saben?, quiero enfatizar una vez más que este es su derecho, no nos metemos allí. Solo pedimos que en especial no ingresen a nuestra casa. Tenemos un punto de vista diferente, en cualquier caso, la abrumadora mayoría de la sociedad rusa -así, por supuesto, es más exacto decirlo- un punto de vista diferente: creemos que debemos confiar en nuestros valores espirituales, en la tradición, en la cultura de nuestro pueblo multinacional.

Los adeptos del llamado progreso social creen que traen a la humanidad algún tipo de nueva conciencia, más correcta que antes. Y allá ellos, con la bandera en sus manos, como decimos, sólo para adelante. Ahora, ya saben, lo que quiero decir: las recetas que ofrecen no son para nada nuevas, todo esto -aunque pueda parecerle inesperado a alguien- ya lo hemos pasado en Rusia, ya lo hemos tenido. Después de la revolución de 1917, los bolcheviques, apoyándose en los dogmas de Marx y Engels, también anunciaron que cambiarían por completo la forma habitual, no sólo política y económica, sino también la idea misma de lo que es la moral humana, los cimientos de una sociedad sana. La destrucción de valores milenarios, de la fe, de las relaciones entre las personas hasta el rechazo total de la familia (esto ocurrió), la imposición y estímulo de denuncias sobre seres queridos – todo esto fue declarado la marcha del progreso y, a propósito, en el mundo fue ampliamente apoyado entonces y estaba de moda – al igual que hoy. Por cierto, los bolcheviques también mostraron una intolerancia absoluta a cualquier otra opinión.

Esto, en mi parecer, debería recordarnos algo de lo que estamos viendo ahora. Al observar lo que está sucediendo en varios países occidentales, nos sorprende conocer las prácticas domésticas que, afortunadamente, nosotros mismos hemos dejado, espero, en un pasado lejano. La lucha por la igualdad y contra la discriminación se convierte en un dogmatismo agresivo al borde del absurdo, cuando los grandes autores del pasado -como Shakespeare- ya no se enseñan en las escuelas y universidades, porque ellos, estas ideas, se consideran atrasadas allí. Los clásicos se declaran atrasados, sin comprender la importancia del género o la raza. En Hollywood, publican un memorando sobre cómo y sobre qué hacer una película, cuántos personajes de qué color o género debería haber. Resulta peor que el departamento de agitación y propaganda del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Contrarrestar las manifestaciones del racismo es algo noble y necesario, pero en la nueva «cultura de la abolición» se convierte en «discriminación inversa», es decir, el racismo es lo contrario. El énfasis obsesivo en el tema racial divide aún más a las personas y, después de todo, el sueño de los verdaderos luchadores por los derechos civiles fue precisamente el borrado de las diferencias, el rechazo de la división de las personas por color de piel. Permítanme recordarles que ayer les pedí específicamente a mis colegas que recogieran esta cita de Martin Luther King: “Sueño que llegará el día en que mis cuatro hijos vivirán en un país donde serán juzgados no por el color de su piel, sino de acuerdo con sus cualidades personales”, este es el verdadero valor. Pero vemos que algo ahí, totalmente diferente, de alguna manera ahora es lo que está sucediendo. Por cierto, aquí, en Rusia, a nuestros ciudadanos en la mayoría absoluta no les importa de qué color es la piel de una persona, él o ella tampoco es tan importante. Cada uno de nosotros es un ser humano, eso es lo que importa.

En varios países occidentales, la discusión sobre los derechos de hombres y mujeres se ha convertido en una fantasmagoría perfecta. Miren, llegarán tan lejos como sugirieron los bolcheviques: no sólo socializarán a las gallinas sino que también socializarán a las mujeres. Un paso más y estarán ahí.

Los fanáticos de los nuevos enfoques van tan lejos que quieren abolir estos conceptos ellos mismos. Aquellos que se arriesgan a decir que los hombres y las mujeres existen y que esto es un hecho biológico están casi excluidos. «Padre número uno» y «padre número dos», «dar a luz a un padre» en lugar de «madre», una prohibición de usar la frase «leche materna» y reemplazarla con «leche humana», para que las personas que se sienten inseguras sobre su propio género no se molesten. Repito, esto no es nuevo; en la década de 1920, los llamados comerciantes de cultura soviéticos también inventaron el declarado nuevo lenguaje, creyendo que de esta manera creaban una nueva conciencia y cambiaban la línea de valor. Y, como ya he dicho, hicieron tal lío que a veces todavía tienen hipo.

Por no hablar de cosas simplemente monstruosas, cuando a los niños de hoy se les enseña desde pequeños que un niño puede convertirse fácilmente en niña y viceversa, de hecho, se les impone la opción supuestamente disponible. Imponen, alejando a los padres de esto, obligando al niño a tomar decisiones que pueden romper su vida. Y nadie ni siquiera consulta con los psicólogos infantiles: ¿es un niño a alguna edad capaz de tomar una decisión de este tipo o no? Llamando a las cosas por su nombre, ya se está al borde de un crimen contra la humanidad, y todo bajo el nombre y bajo la bandera del progreso.

Bueno, si a alguien le gusta, déjenlo que lo haga. Ya he dicho que al dar forma a nuestros enfoques, nos guiaremos por la ideología del conservadorismo saludable. Eso fue hace unos años, entonces las pasiones en el ámbito internacional aún no habían alcanzado su intensidad actual aunque, por supuesto, podemos decir que las nubes se estaban acumulando incluso entonces. Ahora, cuando el mundo está experimentando un colapso estructural, la importancia de un conservadorismo razonable como base de un curso político ha aumentado muchas veces precisamente debido a los riesgos y peligros que se multiplican, y la fragilidad de la realidad que nos rodea.

El enfoque conservador no es una tutela irreflexiva, ni un miedo al cambio ni un juego de retención, y mucho menos estar encerrado en el propio caparazón. Esto es, en primer lugar, la confianza en una tradición probada por el tiempo, la preservación y el crecimiento de la población, el realismo en la evaluación de uno mismo y de los demás, la alineación precisa de un sistema de prioridades, la correlación de lo necesario y posible, la formulación prudente de objetivos y un rechazo fundamental del extremismo como método de acción. Con franqueza, para el próximo período de reconstrucción mundial, que puede continuar durante bastante tiempo y cuyo diseño final se desconoce, el conservadorismo moderado es la línea de conducta más razonable, al menos en mi opinión. Ella inevitablemente cambiará, por supuesto, pero hasta ahora el principio médico de «no hacer daño» parece ser el más racional. Noli nocere, como se sabe.

Repito, para nosotros en Rusia estos no son postulados especulativos, sino lecciones de nuestra difícil, a veces trágica historia. El precio de las mal concebidas pruebas sociales a veces simplemente no se puede estimar, destruye no solo los fundamentos materiales sino también espirituales de la existencia humana, deja tras de sí ruinas morales, en cuyo lugar es imposible construir nada en absoluto por un largo tiempo.

Por último, una tesis más. Somos muy conscientes de que es imposible resolver muchos problemas agudos comunes sin una estrecha cooperación internacional. Pero debemos ser realistas: la mayoría de los hermosos lemas sobre una solución global a los problemas globales que hemos escuchado desde finales del siglo XX nunca se harán realidad. Las soluciones globales prevén tal grado de transferencia de los derechos soberanos de los estados y pueblos a estructuras supranacionales, para lo cual, honestamente, pocos están preparados pero hablando con franqueza, nadie está preparado. En primer lugar, porque de todos modos, uno tiene que ser responsable de los resultados de la política no ante un público global desconocido, sino ante sus ciudadanos y ante sus votantes.

Pero esto no significa en absoluto que algún tipo de autocontrol sea imposible en virtud de facilitar respuestas a los desafíos globales, precisamente porque el desafío global es un desafío para todos juntos e individualmente para cada uno. Y si todos pueden ver por sí mismos los beneficios concretos de la cooperación para hacer frente a tales desafíos, esto sin duda aumentará el grado de preparación para un trabajo conjunto real.

Para estimular dicho trabajo, vale la pena, por ejemplo, compilar a nivel de la ONU una especie de registro de desafíos y amenazas a países específicos, así como sus posibles consecuencias para otros estados. Al mismo tiempo, especialistas de varios países y de diversas disciplinas científicas, incluidos ustedes, queridos colegas, deberían participar en este trabajo. Creemos que tal «hoja de ruta» es capaz de alentar a muchos Estados a que revisen de otro modo los problemas mundiales y evalúen el beneficio que pueden recibir de la cooperación.

Ya he mencionado los problemas de las instituciones internacionales. Desafortunadamente, este es un hecho cada vez más obvio: reformar o abolir algunos de ellos está en la agenda. Pero la principal institución internacional, las Naciones Unidas, sigue siendo un valor perdurable para todos, al menos hoy. Creo que es la ONU en el turbulento mundo actual la portadora de ese conservadorismo tan saludable de las relaciones internacionales, tan necesario para la normalización de la situación.

La organización ha recibido muchas críticas por no adaptarse a los cambios rápidos. Esto es parcialmente cierto, por supuesto, pero es probable que no sea sólo culpa de la propia Organización, sino sobre todo de sus participantes. Esta estructura internacional es portadora además de normas, del espíritu mismo de conformar reglas basadas en los principios de igualdad y la máxima consideración de la opinión de todos. Nuestro deber es preservar esta propiedad, por supuesto, reformando la organización, pero de tal forma que, como dicen, no se eche al niño al agua.

….

Los cambios de los que se ha hablado hoy antes de mí y los que mencionó este humilde servidor, afectan a todos los países y pueblos y Rusia, por supuesto, nuestro país, no es una excepción. Nosotros, como todos los demás, buscamos respuestas a los desafíos más urgentes del momento.

Nadie tiene recetas preparadas aquí. Pero me atrevería a decir que nuestro país tiene ventaja. Ahora explicaré qué se expresa: en nuestra experiencia histórica. Me referencié en ella más de una vez en este discurso, si prestaron atención. Tuve que recordar lamentablemente muchas cosas negativas, pero nuestra sociedad ha desarrollado, como dicen ahora, la “inmunidad colectiva” al extremismo que conduce a convulsiones y colapsos sociopolíticos. Nuestro pueblo realmente valora la estabilidad y la oportunidad de desarrollarse con normalidad, para asegurarse de que sus planes y esperanzas no se derrumben por las irresponsables aspiraciones de los próximos revolucionarios. Mucha gente recuerda los hechos de hace 30 años y lo doloroso que fue salir del pozo en el que se encontraba nuestro país, nuestra sociedad después del colapso de la URSS.

Nuestro conservadorismo es el conservadorismo de los optimistas, esto es lo más importante. Creemos que es posible un desarrollo estable y exitoso. Todo depende principalmente de nuestros propios esfuerzos. Y, por supuesto, estamos dispuestos a trabajar con nuestros socios para lograr los nobles objetivos comunes.

FUENTE El Pais Digital

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) 

AUDIO:

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, presenta la columna de geopolítica del Club de La Pluma, tratando los siguientes temas: -Las recientes elecciones en Alemania. -La proliferación de las armas nucleares. -Su conferencia en el III Congreso Internacional de Seguridad en la Universidad Nacional de Villa María (Arg.) y el -Narcotráfico y Crimen Organizado. 

Y comienza analizando el virtual empate electoral en Alemania, que obliga a forzosas alianzas electorales, con el riesgo cierto de una parálisis del gobierno, sobre todo en las decisiones estratégicas que debe tomar Alemania como motor de la Unión Europea y ante la postura estadounidense de relegar, al priorizar su frente del Pacífico (Anti China), con Inglaterra y socios de la Commonwealth. 

Luego aborda el tema del armamento nuclear global, que alcanza ya la cifra catastrófica de 14.000 explosivos nucleares en manos de las potencias, lo cual aseguraría la destrucción completa de la humanidad si estallase un conflicto. Y pone en tela de juicio los discursos de las grandes potencias sobre limitar sus arsenales y frenar una carrera armamentística, como lo demuestra el tratado AUKUS sobre submarinos nucleares entre EEUU, RU y Australia o el lanzamiento de un misil hipersónico por parte de Corea del Norte. Un panorama mucho más complicado que cuando se disolvió la Unión Soviética, por el reverdecer de conflictos entre las superpotencias, mientras dirimen el poder en el mundo.

A continuación, nuestro director hace una síntesis de su reciente conferencia en el Tercer Congreso de Seguridad de la Universidad Nacional de Villa María -Argentina- sobre Seguridad y Geopolítica. Una disertación que fue más allá de los aparatos represivos del estado y que abarcó la seguridad alimentaria, la seguridad económica, la seguridad industrial, la seguridad informática, y otras múltiples variantes que incluyen la  transcendental problemática del narcotráfico, mientras nos invita a “Conocer al Enemigo”  lo que significa investigar, profundizar y analizar todos los puntos de tan importante cuestión. 

Y para “Conocer al Enemigo”, Carlos rescata un informe suyo del año 2011 sobre la Geopolítica del Narcotráfico, con la desclasificación de 8.000 documentos norteamericanos reservados, sobre la utilidad de las drogas en sus operaciones internacionales, como  en “Las Contras Nicaragüense – Iraní” y nos recuerda que los mismos aviones que llevaban armas y tropas desde EEUU al sitio del conflicto, regresaban cargados de droga. La Mafia y el Crimen Organizado de hoy existe porque los criminales entendieron que era mejor trabajar bajo la protección de las autoridades corruptas.

A continuación nos hace viajar por la historia, con datos y argumentos de cuando Inglaterra desencadenó la Guerra del Opio contra China por el fabuloso negocio de imponer la droga en ese país, y como forma de control, de invasión y de dominio geopolítico. Y la Mafia se empoderó hace 100 años -1920 “Ley seca”- Y También de la coordinación con la mafia con la OSS la futura CIA para controlar los Puertos, los Sindicatos de los mismos para evitar, Huelgas, atentados, sabotajes y espionaje de parte del EJE durante la segunda guerra mundial y el apoyo “Aliado” a la invasión a Sicilia con el guiño de “los capos” locales. También de cómo potenció el cultivo de amapola en México para sus soldados, que se prolongó hasta las guerras de Corea y Vietnam y del traslado de esa producción a Tailandia, Laos y Birmania. (Triángulo de Oro). Y la invasión del mayor productor de Opio del mundo (85%) Afganistán en 2001, donde había 70.000 hectáreas dedicadas a la producción del opio, contra las 250.000 que hay ahora. 

Para finalizar, Pereyra Mele habla de las consecuencias del asunto sobre Latinoamérica, con el 8 % de la población mundial y siendo la región más desigual y más violenta del planeta, con el mayor número de asesinatos por el narcotráfico y del crimen organizado, mientras detalla el drama de cada uno de los países más afectados. 

Y se despide con algunas reflexiones, como que: -El problema está donde se lava el dinero y en los grupos financieros internacionales que lo permiten; -Que “El Enemigo” ha encontrado el modo de operar dentro de una cobertura estatal, -Y que la corrupción es el alma de toda esta espurrea criminalidad organizada, entre otras problemáticas. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 03/10//21)

GEOPOLITICA

Un artículo excelente de Pepe Escobar, que describe las bases históricas, culturales, económicas y políticas de la inexorable integración de Eurasia, hecho global que sin dudas cambiará la fisonomía del mundo tal como lo conocemos DOSSIER GEOPOLITICO

LA CONSOLIDACIÓN EUROASIÁTICA PONE FIN AL MOMENTO UNIPOLAR DE LOS EEUU

Pepe Escobar, 22 de setiembre, Asia Times

La cumbre del vigésimo aniversario de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en Dushanbe, Tayikistán, consagró nada menos que un nuevo paradigma geopolítico.

Irán, ahora miembro de pleno derecho de la OCS, recuperó su papel tradicionalmente destacado en Eurasia, tras el reciente acuerdo comercial y de desarrollo de 400.000 millones de dólares alcanzado con China. Afganistán fue el tema principal, y todos los actores estuvieron de acuerdo en el camino a seguir, como se detalla en la Declaración de Dushanbe. Y todas las vías de integración euroasiática están convergiendo ahora, al unísono, hacia el nuevo paradigma geopolítico y geoeconómico.

Llámelo una dinámica de desarrollo multipolar en sinergia con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

La Declaración de Dushanbe fue bastante explícita sobre los objetivos de los actores euroasiáticos: “un orden mundial más representativo, democrático, justo y multipolar basado en principios universalmente reconocidos del derecho internacional, diversidad cultural y de civilizaciones, cooperación mutuamente beneficiosa e igualitaria de los estados bajo la función de coordinación de la ONU «.

A pesar de todos los inherentes desafíos inherentes al rompecabezas afgano, el martes (21 de septiembre) surgieron señales esperanzadoras, cuando el ex presidente afgano Hamid Karzai y el enviado de paz Abdullah Abdullah se reunieron en Kabul con el enviado presidencial ruso Zamir Kabulov, el enviado especial de China Yue Xiaoyong y el enviado de Pakistán. enviado especial Mohammad Sadiq Khan.

Esta troika – Rusia, China, Pakistán – está a la vanguardia diplomática. La OCS llegó a un consenso de que Islamabad coordinará con los talibanes la formación de un gobierno inclusivo que incluya a tayikos, uzbecos y hazaras.  

La consecuencia inmediata más evidente de que la OCS no solo incorporó a Irán, sino que también tomó al toro afgano por los cuernos, con el apoyo total de los «stans» de Asia Central, es que el Imperio del Caos ha sido completamente marginado.

Desde el suroeste de Asia hasta Asia central, un reinicio real tiene como protagonistas a la OCS, la Unión Económica de Eurasia, el BRI y la asociación estratégica Rusia-China. Irán y Afganistán, los eslabones perdidos hasta ahora, por diferentes razones, ahora están completamente incorporados al tablero de ajedrez

En una de mis frecuentes conversaciones con Alastair Crooke, un destacado analista político, evocó una vez más El leopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa : todo debe cambiar, por lo que todo debe permanecer igual.

En este caso, la hegemonía imperial, como la interpreta Washington: “En su creciente enfrentamiento con China, un Washington despiadado ha demostrado que lo que le importa ahora no es Europa sino la región del Indo-Pacífico”. Ese es el terreno privilegiado de Cold War 2.0.

La posición de reserva para los EE. UU., que posee poco potencial para contener a China después de haber sido casi expulsado del corazón de Eurasia , tenía que ser un juego de poder marítimo clásico: el «Indo-Pacífico libre y abierto», completo con Quad y AUKUS, toda la configuración dio vueltas a la muerte como un «esfuerzo» para intentar preservar la menguante supremacía estadounidense.  

El marcado contraste entre el impulso de integración continental de la OCS y la táctica de “todos vivimos en un submarino australiano” (mis excusas para Lennon-McCartney) habla por sí solo. Una mezcla tóxica de arrogancia y desesperación está en el aire, sin ni siquiera una pizca de patetismo para aliviar la caída.

El Sur Global no está impresionado. Al dirigirse al foro en Dushanbe, el presidente ruso Vladimir Putin comentó que la cartera de naciones que llaman a la puerta de la OCS era enorme.

Egipto, Qatar y Arabia Saudita son ahora socios del diálogo de la OCS, al mismo nivel que Afganistán y Turquía. Es bastante factible que se les unan el próximo año Líbano, Siria, Irak, Serbia y docenas de otros.   

Y no se detiene en Eurasia. En su oportuno discurso a la CELAC , el presidente chino, Xi Jinping, invitó a no menos de 33 naciones latinoamericanas a formar parte de las Nuevas Rutas de la Seda Eurasia-África-Américas.

Recuerda a los escitas

Irán, como protagonista de la OCS y en el centro de las Nuevas Rutas de la Seda, ha sido restaurado a un papel histórico legítimo. A mediados del primer milenio a. C., los iraníes del norte dominaban el núcleo de las estepas de Eurasia central. En ese momento, los escitas habían emigrado a la estepa occidental, mientras que otros iraníes de la estepa hicieron incursiones tan lejanas como China.  

Los escitas, un pueblo iraní del norte (o «este»), no eran necesariamente guerreros feroces. Ese es un estereotipo burdo. Muy pocos en Occidente saben que los escitas desarrollaron un sofisticado sistema de comercio, como lo describe Herodoto, entre otros, que unía a Grecia, Persia y China.

¿Y por qué es eso? Porque el comercio era un medio fundamental para sustentar su infraestructura sociopolítica. Herodoto se dio cuenta porque en realidad visitó la ciudad de Olbia y otros lugares de Escitia.

Los persas llamaban a los escitas Saka, y eso nos lleva a otro territorio fascinante: los sakas pueden haber sido uno de los principales antepasados ​​de los pastunes en Afganistán. 

¿Qué hay en un nombre – escrito? Bueno, multitudes. La forma griega Scytha significaba «arquero» del norte de Irán. Así que esa era la denominación de todos los pueblos iraníes del norte que vivían entre Grecia en Occidente y China en Oriente.

Ahora imagine una red de comercio internacional muy ocupada desarrollada en todo el corazón, con el enfoque en Eurasia central, por los escitas, los sogdianos e incluso los Xiongnu, que siguieron luchando contra los chinos de forma intermitente, como se detalla en las primeras fuentes históricas griegas y chinas. .

Estos euroasiáticos centrales comerciaban con todos los pueblos que vivían en sus fronteras: eso significaba europeos, asiáticos del sudoeste, asiáticos del sur y asiáticos del este. Fueron los precursores de las múltiples Rutas de la Seda antiguas.

Los sogdianos siguieron a los escitas; Sogdiana era un estado grecobactriano independiente en el siglo III a . C., que abarcaba áreas del norte de Afganistán, antes de que fuera conquistado por nómadas del este que terminaron estableciendo el imperio Kushan, que pronto se expandió hacia el sur hasta la India.

Zoroastro nació en Sogdiana; El zoroastrismo fue enorme en Asia Central durante siglos. Los kushan, por su parte, adoptaron el budismo: y así fue como el budismo llegó finalmente a China.

En el siglo I d.C., todos estos imperios de Asia Central estaban vinculados, a través del comercio a larga distancia, con Irán, India y China. Esa fue la base histórica de las múltiples y antiguas Rutas de la Seda, que unieron a China con Occidente durante varios siglos hasta que la Era de los Descubrimientos configuró el fatídico dominio del comercio marítimo occidental. 

Podría decirse que, incluso más que una serie de fenómenos históricos interconectados, la denominación «Ruta de la Seda» funciona mejor como metáfora de la conectividad intercultural. Eso es lo que está en el corazón del concepto chino de New Silk Roads. Y la gente promedio en todo el corazón lo siente porque está impreso en el inconsciente colectivo en Irán, China y todos los «stans» de Asia Central.

Venganza del corazón

Glenn Diesen, profesor de la Universidad del Sudeste de Noruega y editor de la revista Russia in Global Affairs, se encuentra entre los pocos académicos destacados que están analizando en profundidad el proceso de integración de Eurasia.

Su último libro explica prácticamente toda la historia en su título: Europa como la península occidental de la Gran Eurasia: regiones geoeconómicas en un mundo multipolar.

Diesen muestra, en detalle, cómo una región de la Gran Eurasia, que integra Asia y Europa, se está negociando y organizando actualmente con una asociación chino-rusa en el centro. Los instrumentos de poder geoeconómico de Eurasia están formando gradualmente la base de una superregión con nuevas industrias estratégicas, corredores de transporte e instrumentos financieros. En todo el continente euroasiático, estados tan diferentes como Corea del Sur, India, Kazajstán e Irán están avanzando en varios formatos para la integración de Eurasia ”.

La Asociación de la Gran Eurasia ha estado en el centro de la política exterior rusa al menos desde el foro de San Petersburgo en 2016. Diesen señala debidamente que, “aunque Pekín y Moscú comparten la ambición de construir una región euroasiática más grande, sus formatos difieren. El denominador común de ambos formatos es la necesidad de una asociación chino-rusa para integrar Eurasia «. Eso es lo que quedó muy claro en la cumbre de la OCS.

No es de extrañar que el proceso moleste enormemente al Imperio, porque la Gran Eurasia, liderada por Rusia-China, es un ataque mortal contra la arquitectura geoeconómica del atlantismo. Y eso nos lleva al debate nido de víboras en torno al concepto de «autonomía estratégica» de la UE con respecto a los EE. UU. eso sería esencial para establecer una verdadera soberanía europea y, finalmente, una integración más estrecha dentro de Eurasia.

La soberanía europea es simplemente inexistente cuando su política exterior significa sumisión a la dominatriz de la OTAN. La humillante y unilateral retirada de Afganistán junto con el AUKUS sólo anglosajón fue una ilustración gráfica de que al Imperio le importan un comino sus vasallos europeos.        

A lo largo del libro, Diesen muestra, en detalle, cómo el concepto de Eurasia que unifica a Europa y Asia «ha sido a lo largo de la historia una alternativa al dominio de las potencias marítimas en la economía mundial centrada en los océanos», y cómo «las estrategias británicas y estadounidenses han sido profundamente influenciadas ”por el fantasma de una Eurasia emergente,“ una amenaza directa a su posición ventajosa en el orden mundial oceánico ”.

Ahora bien, el factor crucial parece ser la fragmentación del atlantismo. Diesen identifica tres niveles: el desacoplamiento de facto de Europa y Estados Unidos impulsado por la ascendencia china; las alucinantes divisiones internas en la UE, reforzadas por el universo paralelo habitado por eurócratas de Bruselas; y por último, pero no menos importante, la «polarización dentro de los estados occidentales» provocada por los excesos del neoliberalismo.

Bueno, justo cuando pensamos que estamos fuera, Mackinder y Spykman nos devuelven. Siempre es la misma historia: la obsesión angloamericana de prevenir el surgimiento de un «competidor» (Brzezinski) en Eurasia, o una alianza ( Rusia-Alemania en la era Mackinder, ahora la asociación estratégica Rusia-China) capaz, como dice Diesen, «de luchar por el control geoeconómico lejos de las potencias oceánicas».

Por mucho que los estrategas imperiales sigan siendo rehenes de Spykman, que dictaminó que Estados Unidos debe controlar la periferia marítima de Eurasia, definitivamente no es AUKUS / Quad el que lo va a lograr.

Muy pocas personas, tanto del Este como del Oeste, pueden recordar que Washington había desarrollado su propio concepto de Ruta de la Seda durante los años de Bill Clinton, luego cooptado por Dick Cheney con un giro de Pipelineistan y luego dando vueltas a Hillary Clinton, quien anunció su propia Ruta de la Seda. sueño en la India en 2011.

Diesen nos recuerda cómo Hillary sonaba notablemente como un proto-Xi: “Trabajemos juntos para crear una nueva Ruta de la Seda. No es una vía única como su homónima, sino una red internacional y una red de conexiones económicas y de tránsito. Eso significa construir más líneas ferroviarias, carreteras, infraestructura energética, como el gasoducto propuesto para correr desde Turkmenistán, a través de Afganistán, a través de Pakistán y la India «.

¡Hillary hace Pipelineistan! Bueno, al final, no lo hizo. La realidad dicta que Rusia está conectando sus regiones de Europa y el Pacífico, mientras que China conecta su costa este desarrollada con Xinjiang, y ambas conectan Asia Central. Diesen lo interpreta como Rusia «completando su conversión histórica de un imperio europeo / eslavo a un estado civilizacional euroasiático».

Así que al final volvemos a… los escitas. El concepto predominante de neo-Eurasia revive la movilidad de las civilizaciones nómadas, a través de la mejor infraestructura de transporte, para conectar todo entre Europa y Asia.

Podríamos llamarlo La venganza del Heartland: son los poderes que construyen esta nueva Eurasia interconectada. Dígale adiós al efímero momento unipolar de Estados Unidos posterior a la Guerra Fría.

FUENTE ASIA TIMES

Danny Perez Diaz entrevista al Profesor Sergio Rodriguez Gelfenstein y al director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

22 mil civiles muertos, y quizás podrían ser más del doble… Esa sería la cifra de las víctimas inocentes que ha dejado la llamada “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos tras el 11-S, según investigaciones de un grupo de monitoreo de daños civiles producidos por acciones militares, llamado Airwars.

Pero no sólo esto representa para muchos algo condenable, sino el hecho de que los propios responsables del daño no hagan un rastreo y cálculo de sus propias acciones, ni mucho menos publiquen datos fidedignos al respecto.

En pocas palabras si no fuera por el trabajo de comunidades locales, sociedad civil y agencias internacionales y humanitarias, números como éstos no saldrían a la luz. Incluso quizás se sigan elevando esas cifras o quizás nunca se dé con el número real de vidas inocentes pérdidas durante 2 décadas de invasión y guerra.

La propia Amnistía Internacional ha condenado la falta de rendición de cuentas de Washington y el hecho de que el Pentágono nunca ha intentado calcular el total de muertes civiles que ha dejado su campaña militar en el lapso de los últimos 20 años.

Lo cierto es que como señalan informes como el de Airwars, poco o nada ha reconocido Washington sus errores, incluso menos lo hacen cuando lanzan sus ofensivas hacia un objetivo que no es el enemigo.

Y aun así, cuando el jefe del Comando Central de EE.UU., general Kenneth McKenzie, reconoció el error de un ataque aéreo estadounidense el 29 de agosto de 2021 contra lo que se suponía era un «núcleo terrorista de Daesh» en Kabul, pero que se terminó saldando con la muerte de 10 civiles inocentes, entre ellos siete niños, deja abierta la pregunta:

Un país con la capacidad tecnológica de EE.UU. y sus potenciales sistemas de radares y detección. ¿Cómo podría justificar cometer errores de este nivel, al confundir a civiles inocentes con elementos terroristas?

En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos e interpretamos junto a nuestros expertos en la materia las revelaciones de este informe de Airwars y quienes han pagado con su vida, el costo de guerras interminables que aún se siguen desarrollando desde el terreno o los aires de países en Asia Ocidental. Acompáñenos.

Por Danny Pérez Díaz

IG: @Dannyperezdiaztv

FUENTE DE LA INVESTIGACION: https://airwars.org/news-and-investigations/tens-of-thousands-of-civilians-likely-killed-by-us-in-forever-wars/

Informe especial para Dossier Geopolitico

Por Dr. Mitre Antonio: En los ultimos 28 dias, periodo de 4 semanas, EEUU es el país en el mundo con mayor número de contagiados por Covid, 4.127.186 casos ( promedio de 147.399x dia) y mayor número de muertos, 48.974 casos (promedio de 1.749x dia), equiparable con los números de la ola de enero de 2021, cuando hoy los números de la pandemia se encuentran en declinación a nivel mundial.  EEUU hasta el día 23/9/2021 ha alcanzado a inmunizar al 64,7% de su población al menos con una dosis ( el 55,2% con esquema completo de dos dosis), a pesar de la promesa de tener vacunada a toda la población el 4 de julio del 2021. 

Una pésima gestión de la pandemia para un país que se considera la «primera potencia global». Sin embargo, erigido el «tribunal científico global de la pandemia», se da tiempo para declarar una guerra global contra la vacuna Sputnik V, prohibiendo el ingreso al país de personas vacunadas con ésta , presionando a sus «vasallos europeos» para que hagan lo mismo y a la OMS para que suspenda el proceso de aprobación de la Sputnik V. El retorno de EEUU a la OMS, de la que se había retirado, tiene su precio y condiciones. En este momento culminante de su decadencia como potencia, los «yankees» se muestran cuanto menos, engreídos y patéticos. Cba. 23/9/2021

Boicot generalizado para la “cumbre” de ‎Biden contra el Covid-19‎ 

RED VOLTAIRE | 24 DE SEPTIEMBRE DE 2021

Al margen de la apertura del 76º Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, ‎el presidente estadounidense Joe Biden organizó una «Cumbre Global » virtual contra el Covid-‎‎19. ‎

Se había anunciado la participación de un centenar de países y de un centenar de organizaciones, ‎pero sólo participaron algunos países desarrollados aliados de Estados Unidos y varias organizaciones diversas. ‎

Durante esta “Cumbre Global”, el presidente Biden prometió que Estados Unidos repartirá por ‎el mundo 500 millones más de dosis de vacunas anticovid para que el 70% de la población de cada país esté vacunado. ‎

Pero los hechos justifican la incredulidad ante este anuncio ya que Washington no cumplió sus ‎promesas anteriores de distribuir 160 millones de dosis respetando los plazos necesarios. Además, ‎el precio de esas vacunas ha aumentado considerablemente desde entonces, así que nadie ve ‎cómo podría Biden financiar ahora lo que no pudo financiar cuando los precios eran mucho ‎menos desfavorables. ‎

Los Estados que no disponen de medios para comprar las vacunas tienen generalmente menos de ‎un 1% de su población vacunada, lo cual hace extremadamente difícil luchar contra el Covid-19 en ‎esos países. ‎

A pesar de eso, gran parte de los Estados que podrían beneficiarse con la nueva promesa del ‎presidente del presidente Biden simplemente no participaron en su «Cumbre Global» contra el ‎Covid-19, lo cual indica que desconfían de las promesas estadounidenses y de la política misma de Estados Unidos ‎en materia de vacunación.‎

Estados Unidos, cuya política sanitaria contra el Covid-19 ha apostado todo a la aplicación de ‎vacunas, presenta un balance catastrófico con un total de decesos por millón de habitantes ‎‎25 veces superior al de China. ‎

Es la primera vez que una reunión organizada por Estados Unidos para distribuir donaciones se ve ‎boicoteada por los posibles receptores. ‎

Muchos de esos países ya se han acercado a China y Rusia en busca de soluciones. 
FUENTE: ‎https://www.voltairenet.org/article214190.html

Por Eduardo Vior

Aunque Bob Woodward ensalza al jefe de las fuerzas armadas como salvador de la democracia y la paz, Mark Milley transgredió la Constitución y representa un riesgo para su país y el mundo.

Ante el empate hegemónico entre continentalistas y globalistas, la actividad política y diplomática que está desplegando el general Marc Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. norteamericanas, representa un grave peligro para la democracia en su país y para la paz en el mundo. La aparición del último libro de Bob Woodward, Peligro (Peril), es un signo más del alarmante avance autoritario que se está desplegando delante de nuestros ojos. Cuando el caudillo militar encuentra un poeta que lo cante (hoy, un periodista), es que está buscando el poder imperial.

General Norteamericano Mark Milley y general Ruso Valery Gerasimov

El máximo responsable de las FF.AA. norteamericanas se reunió este miércoles 22 con su homólogo ruso, para tratar de ablandar el rechazo moscovita a que EE.UU. use bases militares en los países fronterizos con Afganistán, supuestamente para combatir el terrorismo. La reunión tuvo lugar a 40 kilómetros al norte de la capital finlandesa, entre el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, y el jefe del Estado Mayor ruso, general Valery Gerasimov. Milley no quiso dar detalles de la reunión a los periodistas que viajaron con él, pero hasta ahora no hay indicios de ningún progreso.

La reunión se encuadra dentro de la diplomacia paralela que el general Milley viene llevando desde que asumió el mando conjunto en 2019 y que Bob Woodward, el periodista estrella del Washington Post tanto ensalza en su último libro. Peligro es el tercer libro que Woodward dedica al gobierno de Donald Trump. En 2018 publicó Miedo (Fear) y en 2020 salió Furia (Fury). Pero en este último ha cambiado el sujeto y lo dedica al elogio del máximo jefe militar.

Woodward tiene un estilo propio, que aplica sin matices en todos sus libros y que podría apodarse «Woodwardiano». El héroe principal de Peligro es el general Mark Milley, que es presentado como el guerrero-salvador que mantuvo el mundo en paz durante los arrebatos más turbulentos de Donald Trump. Milley exagera y Woodward lo festeja.

El volumen, coescrito con Robert Costa, se explaya sobre el establishment militar. Cuando en 2018 había que designar al nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto, Donald Trump se impuso al secretario de Defensa, Jim Mattis, que quería nombrar a un oficial de la Fuerza Aérea, y puso a Milley en el cargo. El presidente estaba impresionado por su fanfarronería de tipo duro y sus medallas. Ya en el cargo, el general podría haber trabajado en el anonimato, pero el 1° de junio de 2020, tras la muerte de George Floyd, Trump utilizó la policía para desalojar a los manifestantes y poder sacarse una foto con una Biblia frente a la iglesia de St. Milley, en Washington. El jefe militar recibió muchas críticas por estar entonces junto al presidente y en traje de fajina, pero, según él mismo, fue entonces cuando se dio cuenta de que Trump era muy peligroso. Con esta versión Milley justifica su giro político en el período preelectoral.

En diciembre de 2020, después de que el presidente hubiera perdido las elecciones, Trump despidió al Secretario de Defensa, trató de poner un nuevo director de la CIA y puso a alguien como consejero general de la Agencia Nacional de Seguridad. Al ver que Trump se preparaba para permanecer en el poder por la fuerza, Milley habría comenzado a preocuparse por el uso que el mandatario pudiera dar a las armas nucleares. Convocó, entonces, a los oficiales de alto rango para revisar los procedimientos de lanzamiento de las mismas y les recordó que, si bien el presidente es quien da las órdenes de marcha, la política al respecto requiere que él (Milley) también sea consultado. Luego pidió a cada oficial que afirmara que lo había entendido, en lo que, según Woodward, Milley consideró «un juramento».

Por esa época también el general Milley llamó a su homólogo en China para tranquilizarlo sobre el estado del país tras el 6 de enero y las elecciones. Preocupado por la posibilidad de que Trump lanzará un ataque nuclear contra China, se comunicó con el general Li Zhuocheng, jefe del Departamento de Estado Mayor Conjunto de la Comisión Militar Central, para decirle que, si Trump prepararse un ataque contra China, él le avisaría con tiempo. Preguntado al respecto por Associated Press, dijo que las llamadas eran «rutinarias» para «tranquilizar tanto a los aliados como a los adversarios», pero se negó a dar más detalles derivando sus respuestas al testimonio que deberá dar ante el Congreso el próximo 28 de septiembre.

Li Zuocheng, jefe del Departamento de Estado Mayor Conjunto de la Comisión Militar Central de la R.P. China

En este libro y en otros relatos recientes Milley se ha presentado como el salvador de la democracia, pero, de ser ciertas estas revelaciones sobre su llamada al jefe chino, representan una importante ruptura en las relaciones cívico-militares al más alto nivel. Como jefe del Estado Mayor Conjunto, Milley es sólo un asesor del presidente. Aunque es el militar de mayor rango y responsable de comunicar las intenciones del presidente a los demás mandos superiores, no es responsable de ejecutar la política o la estrategia militar y. esto incluye el lanzamiento de armas nucleares.

En segundo lugar, sienta un precedente potencialmente peligroso para futuros líderes militares.

Por último, es probable que las acciones de Milley politicen aún más a un ejército que ya está sometido a una gran tensión. Los líderes militares se identifican cada vez más con un partido político, expresan abiertamente sentimientos partidistas y acatan con menos frecuencia las normas establecidas. Los líderes políticos también han utilizado cada vez más al ejército para promover sus programas partidistas. Las nuevas acusaciones de que el jefe de Estado Mayor trató de socavar la autoridad presidencial acelerarán la politización de las fuerzas armadas.

Cualquier persona mínimamente informada en la capital de EE.UU. lee el Washington Post como órgano oficial de la CIA y a Bob Woodward como su jefe de propaganda desde hace ya casi 50 años. En el libro se condensan todos los prejuicios demócratas contra Trump: narcisista, paranoico y golpista. Pero, cuando el escriba ensalza al Jefe del Estado Mayor Conjunto como salvador de la democracia y de la paz mundial, y ese salvador no sólo desobedeció órdenes del presidente, sino que, además, se ocupó de que se publicara el libro y continúa en el mando supremo de las fuerzas armadas a pesar del cambio de gobierno, quiere decir que esa persona es el miembro más poderoso del Estado norteamericano. Seguramente habrá otros más poderosos en el mundo empresario, pero él tiene el mando sobre todas las tropas del país y violó sus deberes constitucionales. ¿Quién es entonces el golpista? ¿No se habrá construido la imagen del expresidente como golpista, para ocultar un golpe de estado que se está ejecutando paso a paso? Lo que sabemos sobre la conspiración que preparó, ejecutó y aprovechó los atentados del 11-S aconseja que pensemos mal, si queremos acertar con nuestro juicio.

Marc Milley nació en Winchester, Massachusetts, en 1958 y es de religión católica. En 1980 obtuvo en la Universidad de Princeton una licenciatura en política con una tesis sobre «Un análisis crítico de las organizaciones revolucionarias guerrilleras en la teoría y en la práctica». O sea, que ya entonces se preocupó por los problemas de la “guerra antisubversiva”.

Milley también tiene un máster en relaciones internacionales por la Universidad de Columbia y otro en seguridad nacional y estudios estratégicos por la Escuela de Guerra Naval, pasó la mayor parte de su carrera en misiones de Infantería y ha ocupado múltiples puestos de mando y personal en ocho divisiones y fuerzas especiales a lo largo de los últimos 39 años. Participó en las operaciones en Panamá (1989), Haití (1994), Bosnia-Herzegovina (1995), Irak (2003) y en tres ocasiones estuvo en Afganistán (2001-2021). En 2015 asumió la Jefatura del Estado Mayor del Ejército, que ocupó hasta pasar en 2019 a la del Estado Mayor Conjunto. Propio de su generación de oficiales, adhiere a los principios tecnocráticos de la reforma de las fuerzas en los años 2000: contratación-prueba-adquisición. Deja de lado los cuidadosos, aunque largos, procedimientos de antaño y pasa a incorporar tecnología que recién es probada en el campo de batalla. La alternativa ideal para gastar mucha plata en ferretería inútil.

Mark Milley es una personalidad mediocre, un tecnócrata que responde más a la gran industria de armamentos que a las necesidades de sus comandados, ni hablar de las del país. Carece de proyecto, pero desde hace algunos años ha intervenido reiteradamente en política, primero apoyando a Donald Trump, luego en contra. Al mismo tiempo está llevando una diplomacia propia, sin control de la autoridad electa. Estas acciones son tanto más problemáticas, cuanto que en un momento de profunda crisis, cuando el enfrentamiento entre continentalistas y globalistas permanece irresoluto, el peso y prestigio de la corporación militar se sobreimpone al de los políticos. Los militares no se dividen tanto en torno a ejes partidarios, como al revés: faltos de objetivos puestos por la política, sus diferencias sobre doctrina, estrategia y conducción están condicionando la agenda política en Washington con la particularidad de que cualquier decisión en estos aspectos repercute en todo el mundo.

Desde el fin de la Guerra Fría Estados Unidos ha retrocedido hacia un régimen oligárquico altamente concentrado y con la mayoría de la población muy empobrecida. Se trata de un capitalismo rentístico, especulativo y de muy baja productividad. Al mismo tiempo, la reforma militar de Rumsfeld-Cebrowski en 2002 ha instaurado la estrategia de la “guerra interminable” y dado una enorme autonomía de mando a los comandantes que, así, se han convertido en condottieri de las empresas armamentistas. Los objetivos geoestratégicos y/o económicos se han subordinado a la necesidad de no acabar nunca las guerras.

Mark Milley ha encontrado en Bob Woodward a su propio Virgilio que lo canta y lo quiere emperador, pero en un mundo donde la rivalidad hegemónica se está decidiendo a favor de las potencias euroasiáticas. Ya ha violentado la Constitución. ¿Piensa seguir adelante e instaurar la dictadura o va a retroceder y rendirse ante el régimen desfalleciente? De la respuesta a este interrogante dependen la democracia norteamericana y la paz mundial.

FUENTE: https://infobaires24.com.ar/el-avance-militar-sobre-el-poder-agrava-la-crisis-de-ee-uu/ 

Bob Woodward, periodista estrella de The Washington Post desde hace casi 50 años