Especial para Dossier Geopolitico por: Mtro. Abner Munguía Gaspar Mexico

La llamada Operación Militar iniciada por Rusia el 24 de Febrero pasado ha logrado transformar el orden mundial en 60 días, toda vez que las declaraciones realizadas por el mandamás de BlackRock Larry Fink apuntan a que el proceso de globalización económica que logró expandirse a través de una clásica solución espacial capitalista cuando colapsó la Unión Soviética ha terminado, así lo declaró en una carta dirigida hacia sus principales clientes e inversionistas, mismos que son las principales empresas de la lista Forbes.

El periódico británico Financial Times retomó los principales argumentos de Fink para recalcar que el actual conflicto en Ucrania tiene grandes repercusiones económico-financieras, las cuales llevan a la totalidad del sistema económico mundial hacia una transformación donde la globalización económica llega a su final. El fin de la globalización implica que el sistema capitalista muestra perturbaciones para implementar una nueva solución espacial que le permita expandirse y generar un nuevo ciclo de acumulación. Lo anterior implica que Occidente no tiene las capacidades materiales o financieras para lograr mantener el esquema económico y de inversión que más ha favorecido a sus empresas en los últimos 30 años.

Siguiendo el esquema matemático de José Luis Rodríguez-Cabo investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM en su imprescindible libro “la guerra global de los capitales”, la guerra en Ucrania aceleró la tendencia de acumulación de capital en las empresas asiáticas que han sustituido con mucha celeridad a las empresas occidentales como los puntales de la acumulación global de capital.

La guerra de los capitales plantea que la lucha intercapitalista que se agudizó tras la caída de la Unión Soviética llegó a su climax y por tanto el sistema tiene que buscar una nueva forma de reorganizar la producción del espacio económico y principalmente el financiero, ya que la acelerada circulación de capital que gira alrededor de la dominación del dólar enfrenta tratativas financieras tanto de Rusia como de China por establecer mercados alternativos en la cotización de materias primas, las cuales para el caso particular de Europa el gobierno en Moscú ha demandado el pago de exportaciones de gas en rublos lo cual le aporta a Rusia la posibilidad no solo de romper las sanciones económicas impuestas por Occidente sino también de posicionar su moneda como un referente en la cotización internacional de materias primas, donde lo más importante es conectar el fortalecimiento de una moneda con una base de sustento material con lo cual se acelera el debilitamiento de las divisas de dinero Fiat, mismas que como en el caso del dólar tiene su principal fuerza en su demanda permanente en los mercados mundiales siendo así la base del comercio internacional.

La decisión del gobierno ruso para exigir un pago en rublos trastoca el orden monetario internacional establecido desde Bretton Woods, por lo cual es claro que la búsqueda de un cambio financiero y monetario internacional solo es posible mediante la combinación de elementos militares, estrategia nuclear y gran destreza en el cálculo financiero, conjunto de hechos que hasta ahora el gobierno de Vladimir Putin ha mostrado con gran fortaleza.

Lo anterior se relaciona con la dinámica militar del conflicto, toda vez que en dicha esfera es importante no perder de vista que la desinformación mostrada por los principales medios de comunicación occidentales han buscado mostrar que el ejército ruso se encuentra perdiendo la guerra, estrategia que se enmarca en el contexto  de la guerra de propaganda y de desinformación, misma que es importante de contrastar con los pronunciamientos del primer ministro de Inglaterra Boris Johnson quien en una reciente visita a la India aceptó que el ejército ruso puede “de forma realista emerger como el ganador de la guerra en Ucrania”, las declaraciones del primer ministro británico rompen con la narrativa de que Rusia se encuentra perdiendo la guerra.

Los objetivos militares planteados por el Presidente Putin en llevar a cabo una desnazificación y desmilitarización de Ucrania son fundamentales para comprender la dinámica de la guerra así como la forma en que Rusia ha llevado a cabo la organización y dominio territorial sobre Ucrania, ya que de acuerdo con Scott Ritter ex inspector de armas de destrucción masiva para las Naciones Unidas y quien en su momento también se desempeñó como oficial de infantería en el servicios de los Marines estadounidenses, considera que esos dos objetivos explican la dinámica del conflicto así como la forma en que Rusia prioriza sus objetivos militares, donde es de destacar el uso de armas hipersónicas lanzadas desde aviones MIG-31.

La aceptación de una derrota de Ucrania por parte del primer ministro Boris Johnson abre muchos cuestionamientos, principalmente porque ha sido la inteligencia británica la que ha estado detrás de varios de los episodios que han confrontado a Estados Unidos y Rusia, particularmente desde el ascenso de Donald Trump al poder y ahora que los demócratas regresaron a la Casa Blanca, ha sido la misma inteligencia británica la que ha desempeñado un papel muy importante, tanto con el asesoramiento de expertos en inteligencia militar así como en la preparación de los batallones de asalto que de acuerdo con la prensa rusa son asesorados por expertos británicos para la preparación de un ataque de falsa bandera para inculpar a Rusia por el uso de armas químicas.

Todo lo anterior nos lleva a plantearnos que Rusia mediante su operación militar en Ucrania ha logrado trastocar el orden internacional creado por los grupos globalistas occidentales, siendo de gran relevancia la eficacia de las tropas rusas en lo referente al control de los equipos de guerra biológica que han sido controlados en territorio ucraniano y que se encontraban bajo el control de inversiones llevadas a cabo por Hunter Biden quien de acuerdo con el periódico británico The Daily Mail las empresas Metabiota y Black & Vetch eran las columnas vertebrales de los proyectos de experimentación y armas biológicas que se desarrollaban al interior de los laboratorios de Departamento de Defensa de EEUU operados en suelo ucraniano. Es natural entonces que la respuesta de occidente haya sido tan emocional y reaccionaria contra Rusia ya que el presidente Putin mediante la operación militar en Ucrania ha logrado desactivar al menos por el momento el lanzamiento de una fase de probables ataques de armas biológicas en diversas escalas.

No obstante el envío de cuantiosas cantidades de armas occidentales hacia Ucrania presagian que el conflicto se puede prolongar de acuerdo con el propio primer ministro de Inglaterra hasta 2023, sin embargo la visita relámpago de los secretarios de Defensa y Estado de los Estados Unidos hacia Kiev en el último fin de semana hacen pensar que las operaciones sobre el terreno no marchan nada bien para las fuerzas neonazis ucranianas, siendo posible que Rusia pueda forzar una capitulación muy pronta de las tropas ucranianas, quizás por eso Suecia y Finlandia ya han iniciado un proceso de conversaciones para adherirse rápidamente en la OTAN (¿bajo presión de EEUU?), con el objetivo de ampliar el teatro de operaciones de la guerra hacia las fronteras de Rusia.

Sin embargo y a pesar de que se pueda concretar este proceso Rusia ya ha planteado su capacidad de respuesta por medio del lanzamiento de los misiles Sarmat, con lo cual busca proyectar sus capacidades de disuasión sobre toda Europa, esperemos que las decisiones de los globalistas en Washington no busquen incrementar el teatro de operaciones, sin embargo tal como lo plantea el ex oficial de inteligencia sueco Jacques Baud, entorno al conflicto en Ucrania se ha presentado un mal manejo por parte de los políticos occidentales que no han seguido los análisis de sus respectivos aparatos de inteligencia y se ha buscado agrandar la amenaza rusa como la justificación de guerras y circulación de armamentos en una guerra provocada desde occidente, el problema es que la dinámica belicista ya se ha iniciado y la terminación de la misma no se presentará hasta que una de las partes sea derrotada, en ese proceso es posible que se requiera la desnazificación de todo occidente porque a fin de cuentas los grupos ultranacionalistas de Ucrania recibieron el entrenamiento militar así como el equipamiento desde Occidente, por ello de acuerdo con John Mershaimer académico estadounidense y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Chicago el gobierno de Rusia percibió a Ucrania como un Estado de facto miembro de la OTAN ya que como unidad militar el ejército de Ucrania recibió todo el apoyo logístico, de entrenamiento así como equipamiento desde Occidente, lo cual lo convirtió en un objetivo militar legítimo. 

De no lograrse la paz en el corto plazo la búsqueda de la desnazificación de occidente puede ser un siguiente paso ya que como es sabido EEUU dio acogida a criminales nazis tras la segunda guerra mundial, quienes dieron forma a los servicios de inteligencia así como a ciertas agencias gubernamentales estadounidenses como la NASA, sin embargo la interconexión entre intereses empresariales con la implementación de un proyecto político-militar que glorifica al nazismo parece ser que regresa a Europa, justo cuando el capitalismo occidental atraviesa el inicio de lo que apunta a ser una gran recesión y quizás un escenario de hiperinflación, justo en dicha coyuntura el capitalismo occidental se vuelve más agresivo pero ahora en Ucrania se enfrentan las dos fuerzas que abogan por dos visiones de mundo completamente diferente, del resultado de la lucha emergerá el nuevo sistema internacional multipolar que eclipsa el fin de la globalización dominada por Estados Unidos. 

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