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EE.UU. exige garantías a Rusia a pesar de su respuesta de que no prevé ningún ataque contra Ucrania

El analista y director ejecutivo de Dossier Geopolítico Carlos Alberto Pereyra Mele califica de una «comedia y un show» la situación ocurrida durante esta jornada tras los pedidos de garantías de EE.UU. a pesar de que Rusia incluyó en su respuesta escrita que no prevé ningún ataque contra Ucrania y opina que se trata de una presión más mediática que militar.

VIDEO ENTREVISTA EN RT HACE 2 HORAS

Invitado por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid, para su programa “Detrás de la Razón” canal que a pesar de las distintas acciones de censura hoy cuenta con mas de 62.000 suscriptores, participe junto al distinguido analista español Eduardo Luque sobre los últimos acontecimientos en la Tragedia que quiere instalar el Occidente guiado por EEUU en el escenario Ucraniano que a la postre se transforma en una Comedia de enredos dado las reiteradas oportunidades que Biden/Blinken; El reino Unido y la OTAN han determinados fechas de una supuesta invasión Rusa a Ucrania. 

Lo que sí coincidimos con Eduardo Luque sobre la Peligrosidad de un ataque de “Falsa Bandera” realizada por miembros de grupos del Ejército Ucraniano (situación que hoy parece confirmarse por las noticias que llegan la zona del Donbass)

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

PRIMERA PARTE DEL PROGRAMA:

SEGUNDA PARTE DEL PROGRAMA

Nuevas cifras muestran que en comercio, crecimiento económico e inflación, China se destaca ampliamente y las sanciones de EE. UU. han fracasado estrepitosamente.

Por John Ross , investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros, Universidad Renmin de China, y exdirector de política económica y empresarial del alcalde de Londres. Vivió en Moscú de 1992 a 2000.

La noticia de que la inflación estadounidense ha alcanzado su nivel más alto en 40 años, con un 7,5% en enero, es el indicador más explícito de los graves problemas de su economía. El endurecimiento monetario que se utilizará para intentar controlar esto ralentizará la economía estadounidense e inevitablemente tendrá efectos importantes en la economía mundial. 

Esta altísima inflación es particularmente significativa si se compara con la inflación del 1,5% en China, su principal competidor económico, en el mismo mes. La inflación de Estados Unidos es cinco veces mayor que la de China. Estos niveles de inflación relativa tienen efectos extremadamente restrictivos en la política económica estadounidense: se verá obligado a implementar medidas para desacelerar su economía. En contraste, China, cuya economía ya está creciendo más rápido que la de EE. UU., tiene espacio para un mayor estímulo económico sin dañar las presiones inflacionarias. 

Pero este es solo uno de los síntomas que ha sufrido EE.UU. en una severa derrota económica en su competencia con China. Esto, a su vez, tiene importantes consecuencias políticas tanto en los EE. UU. como a nivel internacional.

Al analizar primero la situación política interna de los EE. UU., como era de esperar, esta alta inflación ha llevado a la caída del nivel de vida de la abrumadora mayoría de la población y ha socavado drásticamente el apoyo a la administración de Biden. Las últimas encuestas de opinión promedio muestran que el 54% de los estadounidenses desaprueban el gobierno de Biden, en comparación con solo el 40% que lo aprueba. 

La situación económica es el principal motor de la caída del apoyo a Biden. Las encuestas muestran que el 68 % de los estadounidenses considera que la economía es el problema más importante al que se enfrentan, casi el doble de los que citaron al covid (37 %).

Detrás de estos problemas políticos está la realidad de que Estados Unidos ha sufrido una seria derrota en la guerra económica que lanzó contra China. En 2018, Estados Unidos inició su ofensiva comercial al imponer unilateralmente aranceles contra las importaciones chinas. El objetivo de esto era reducir el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos y reconstruir su industria manufacturera. Pero los datos dejan claro que Estados Unidos tampoco lo ha logrado. 

En 2017, el último año antes de que EE. UU. lanzara su guerra comercial, el déficit de su balanza comercial de bienes fue de $ 792 mil millones; para 2021, esto había aumentado a $ 1,078 mil millones.   

Más estrictamente con respecto a China, EE. UU., a pesar de sus aranceles, logró reducir solo ligeramente su déficit comercial bilateral de bienes: de $ 375 mil millones en 2017 a $ 355 mil millones en 2021. Al mismo tiempo, el déficit de EE. UU. en el comercio de bienes con el resto del mundo se disparó de $ 417 mil millones a $ 723 mil millones. En resumen, el intento de Estados Unidos de reducir su déficit comercial fue un completo fracaso. 

Estados Unidos tampoco logró dañar el comercio general de China. El superávit comercial de Beijing aumentó de $ 420 mil millones en 2017 a $ 676 mil millones en 2021. El año pasado, las exportaciones e importaciones de China aumentaron un 30%.

Esta derrota integral de EE. UU. en la guerra comercial estuvo acompañada de un fracaso igualmente grande en su desempeño económico general en comparación con China. Entre 2017 y 2021, la economía de EE. UU. creció un 7,3 %, mientras que la de China creció un 25,1 %, tres veces más que EE. UU. Desde el comienzo de la pandemia de Covid, el desempeño económico de Estados Unidos en relación con China se deterioró aún más. Naturalmente, ambas economías se desaceleraron debido a la pandemia, pero desde 2019 la economía de China ha crecido un 10,5 % y la de EE. UU. un 2,1 %: China ha crecido cinco veces más que EE. UU.

No hay misterio en cuanto a las razones de este fracaso estadounidense. Paradójicamente, la supuesta “economía capitalista número uno” del mundo ahora en realidad está creando muy poco capital. En cambio, EE. UU. se ha convertido en una economía abrumadoramente dominada por el consumo: gratificación a corto plazo en lugar de inversión a largo plazo en desarrollo. Para 2020, los últimos datos disponibles muestran que la creación de capital neto de EE. UU., después de tener en cuenta la depreciación, fue solo el 1% del ingreso nacional bruto de EE. UU. Esto es menos del 10% de su nivel en el apogeo del auge de la posguerra en los EE. UU. en la década de 1960. Tal nivel de inversión significa que EE. UU. apenas está expandiendo su stock de capital y, en consecuencia, su crecimiento económico es muy lento.

Existen formas técnicas racionales y bien conocidas de abordar estos problemas. Pero requerirían cambios drásticos en la política exterior e interior de Washington. 

El enorme nivel de gasto militar de EE. UU., $ 905 mil millones en 2021, más alto que los siguientes siete países combinados, podría reducirse drásticamente, liberando importantes recursos para la inversión, pero eso requeriría el abandono de la política exterior agresiva de EE. UU. 

Abandonar los aranceles comerciales contra China, que cuestan a cada hogar estadounidense cientos de dólares al año, reduciría la inflación, pero requeriría abandonar la guerra comercial agresiva contra China.

El grotescamente ineficiente sistema de salud de EE. UU. , que utiliza el 19,7% del PIB pero crea uno de los niveles más bajos de esperanza de vida en cualquier economía avanzada, podría racionalizarse, liberando enormes recursos para la inversión, pero eso requeriría confrontar y derrotar a grupos de intereses especiales arraigados en el NOSOTROS.

Mientras Estados Unidos no esté preparado para emprender cambios tan importantes, sufrirá un crecimiento lento. Mientras tanto, la economía de China seguirá creciendo mucho más rápidamente. La derrota económica de EE. UU. por China en la guerra comercial, y la forma en que ha enfrentado las consecuencias económicas de la pandemia de Covid, son solo las últimas expresiones de esto. 

Lamentablemente, es poco probable que esta victoria económica de China reduzca la hostilidad de Estados Unidos. Como un tigre acorralado, Estados Unidos puede volverse aún más agresivo, como se muestra en sus políticas recientes sobre Ucrania y Taiwán. No tiene sentido tratar de razonar con un tigre y mostrar cualquier debilidad simplemente aumentará sus ataques. La única política exitosa es usar la fuerza para disuadirla e imponerle derrotas. Eso es lo que China ha logrado en su actual victoria económica sobre Estados Unidos.

Las declaraciones, puntos de vista y opiniones expresadas en esta columna son únicamente del autor y no representan necesariamente las de RT.y de Dossier Geopolitico

FUENTE: https://www.rt.com/news/549401-us-sanctions-china-not-worked/

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, dedica la columna semanal de geopolítica del Club de La Pluma a analizar el gran acontecimiento geopolítico del momento, marcado por los cambios sustanciales de Argentina en sus relaciones internacionales, tras el viaje de Alberto Fernández a Rusia y China y la firma de trascendentales acuerdos de cooperación e inversión.

Lo que ha provocado oleadas de títulos catastróficos de la prensa occidental, especialmente de los grandes “medios de CONFUSIÓN masivos” del Occidente de habla española, que desnudan su profundo conflicto ideológico en medio de un franco retroceso histórico. Lo que denota pánico, horror, confusión y una dependencia mental a un sistema que va dejando de existir, mientras transmiten argumentos de escasa lógica y de una  fanática subordinación ideológica al bloque atlantista en decadencia, desatando los gastados demonios sobre un salto al vacío, las amistades inoportunas y el fantasma comunista.

En este marco de dramatismo, Carlos destaca  la lógica y el sentido común del pueblo argentino, y lo confirma al desgranar los datos concluyentes de la encuesta de la consultora Rouviere que da un apoyo contundente, tanto al acuerdo del FMI como a lo firmado en Rusia y China, como también sobre el tipo de relación que prefiere la ciudadanía con EEUU. Lo que evidencia que la población tiene mucho mejor criterio y entendimiento de la realidad del siglo 21 que el poder mediático con su bombardeo diario. Lo que le lleva a afirmar que cuándo la gente actúa con sentido común y con racionalidad, nada está perdido y que se puede encauzar la tan necesitada recuperación y superar las graves dificultades que sufre la sociedad. Y considera al «bien común y al interés nacional» cómo los únicos valores permanentes, por encima de las circunstanciales relaciones internacionales.

Nuestro director también sostiene que la sociedad argentina está pidiendo a sus dirigencias que asuman el rol histórico ante este mundo nuevo de la multipolaridad y de los poderes policéntricos. Además, les exige interactuar con todos ellos, sin entregarse a ninguno, por encima de la alternancia de las administraciones, para consolidar una fortaleza interior que genere un poder real a la hora de negociar con autonomía en el concierto mundial. Y de esa forma consolidar un fuerte poder Nacional, junto a los poderes regionales, en una lucha que se va a dar en todos los ámbitos, el económico, el tecnológico, el científico, el financiero, etc.

Y sentencia que todo lo demás es discusión estéril que demuestra un desconocimiento del mundo y apenas un hermoso discurso de revolucionarios de café que no lleva absolutamente a nada. Una realidad demostrada  nuevamente por el pueblo argentino, que está dando una data de sensatez y aprobación a estos nuevos acontecimientos que son de una trascendencia importantísima en contrapartida del alarmismo mediático y a su pensamiento sesgado y ultrapasado sobre una supuesta incorporación a un bloque comunista. Y les  recuerda que los gobiernos conservadores de Chile o Perú también lo hicieron, igual que Italia y otros 150 países más. Por lo que se está hablando de grandes países que entienden las nuevas realidades del mundo.

Mientras también se niega a hablar de lo que la prensa quiere que se hable, como es el caso del conflicto ucraniano ruso, que ya es un sainete y un enorme bulo para dar oxígeno a la industria armamentística de Occidente, mientras que las potencias declinantes siguen sin digerir el sapo crudo de la gigantesca derrota militar en Afganistán.

Y cerrando la columna, Pereyra Mele ve a la Argentina con posibilidades al insertarse en el mundo real y negociando directamente con las potencias en franco crecimiento. Y sin romper las tradiciones argentinas, respetando la regla diplomática de la No Injerencia y de Neutralidad de los gobiernos de Irigoyen y de Perón, además de una tercera posición estratégica con nuestros hermanos latinoamericanos, ante este nuevo complejo mundo de multipolaridad poliédrica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 13/02/22)

FERNANDEZ PUTIN
FERNANDEZ Y XI

El director de Dossier Geopolítico, *Carlos Pereyra Mele*, ante los hechos de actualidad mundial, hace una pausa en sus vacaciones y nos trae al Club de La Pluma una columna exprés y reducida de geopolítica, alertando que el bombardeo mediático sobre Ucrania forma parte de una gigantesca operación de guerra híbrida, que sirve también para ocultar el imparable avance de las fuerzas euroasiáticas y el ocultamiento de importantes acontecimientos que están siendo relegados por los medios masivos de información, al tratarse de logros significativos de este bloque en ascenso mundial.

Sobre Ucrania nos confirma sus reiterados análisis que vienen desde el año pasado, sobre que la crisis es parte de una serie de operaciones psicológicas para transmitir a la población global, un supuesto intento de invasión rusa a ese país, anunciado para fin del año pasado, luego en enero y ahora en febrero. Y nos confirma que “Rusia no quiere comprarse un problema” y mucho menos un estado fallido administrado por mafias, quebrado y en guerra civil, cuyo gobierno es disputado por cooperativas de oligarcas. Mientras  desgrana las razones por las que “la OTAN no es una Fuerza Monolítica”, que los más importantes países europeos están en contra, y que los ucranianos son apenas jugadores para ser sacrificados en la mesa de negociación de las grandes potencias.

AUDIO:

Y que detrás de esta gigantesca cortina de humo, se esconden realidades como el fracasado golpe de Estado en Kazajstán, con evidente apoyo de Occidente y que despareció de la noche a la mañana de las portadas la prensa. También del aumento sustancial del  precio del petróleo ante los duros reveses de Arabia Saudita en su sangrienta invasión al Yemen, lo que demuestra que Occidente  no puede proteger eficazmente  a sus aliados y socios de la región.

También que China “está midiendo a Taiwán con la misma vara de Ucrania” y  observando cómo reaccionan los occidentales con el tema, para tomar nota en vistas a un proceso que podría ser muy similar con Taiwán. Además nos informa que, a pesar del silencio mediático, avanzan las negociaciones entre Irán y las potencias por el acuerdo sobre energía nuclear, hasta el punto de existir ya un borrador que abre la posibilidad de que en febrero pudiera ser firmado, lo que significaría el fin de las actuales sanciones a Irán.

Nuestro director resalta otras noticias oscurecidas por el conflicto de Ucrania, que se está utilizando como “el árbol que tapa el bosque”. Tal es el caso de las flotas rusas que han partido del Mar Báltico, siendo la primera vez que salen en gran número y hacia el Pacífico de la base de Vladivostok, mientras que también el viernes se iniciaron las maniobra militares navales entre China, Rusia e Irán en el Océano Índico. Lo que es  una clara demostración de que “nada ya es igual a lo que era”. Y que hoy en día, Estados Unidos no puede controlar los océanos en su totalidad y al sentirse amenazado, se aboca a estas acciones, como la de Ucrania, que explican su desesperación actual.

Finalmente, Carlos nos avanza que el Producto Bruto Interior de China creció en el 2021 -cerca del 10%- a pesar del virus Omicrón y mucho más de lo que preveían los analistas económicos occidentales, lo que  demuestra que su potencialidad económica, tecnológica e industrial prosigue avanzando raudamente.

De esta manera, termina este informe exprés del director de Dossier Geopolítico, que resalta la cantidad de información malintencionada y carente de fundamentos lógicos, que la prensa monopólica transmite minuto a minuto, echando un cono de sombra a los grandes acontecimientos importantes de verdad, que si están ocurriendo más allá de lo que se nos quieren mostrar.

Todo para ocultar la fluidez y la cantidad de acciones y actos que van cambiando el mundo hacia una nueva multipolaridad y que son desconocidos por la mayoría de la población del mundo, fundamentalmente por la occidental,

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Trabajo Final, Diplomatura en Estudios Estratégicos Chinos Universidad de la Defensa UNDEF Argentina: análisis desde la visión clásica de los geopoliticos atlantistas occidentales y los continentalistas euroasiáticos  Por Carlos Alberto PEREYRA MELE 

Seleccione la consigna N8 La “Ruta de la Seda Marítima o Collar de Perlas” de la apuesta diplomática clave de Política Exterior China y su ambicioso giro hacia el Oeste incluyendo los fundamentos o críticas de la afirmación, su contexto histórico, económico, político y cultural y una reflexión personal. 

El llamado Collar de Perlas es la proyección geopolitica china, que nos permite establecer los gigantescos cambios de los paradigmas que controlan el “sistema mundo” y los “geopoliticos” que se avecinan, desde la conquista del Mundo por los Europeos (S XV-XVI) y muy especialmente desde que Juan Sebastián Elcano realizó la circunnavegación del mundo y lo dejo cerrado dándole a las potencias europeas la superioridad sobre otros continentes al poder colonizarlos, dominarlos y explotarlos, que con la primera y segunda revolución industrial, le permitio establecer su superioridad sobre los conquistados y globalizados según sus cánones políticos, culturales y económicos. Como hemos podido ver en el curso de está Diplomatura; hasta la mitad del S XIX los mercados y el PBI económico mundial seguía estando en Asia (China e India). Solamente recordar por ejemplo: la Ruta del famoso “Galeón de Manila”, La ruta española de México a Filipinas y el comercio con China nos recuerda la importancia que tenia ese mercado para los europeos, pues gran parte de esos productos luego viajaban a toda Europa vía Cadiz y Sevilla. Y que era disputado por todas las potencias navales del viejo continente.

Esto también nos debe poner la centralidad del presente análisis, lo que fue y es el control marítimo y su dominio, para construir poder, y recordar cómo se fue trasladando ese poder de estados-naciones europeos de países, como España y Portugal a Francia e Inglaterra fundamentalmente (especialmente Inglaterra “reina” de los mares desde 1805 -Batalla de Trafalgar- hasta primeras décadas del S XX) y desde 1898 como EEUU surgirá como la “nueva” potencia naval derrotando a España y capturando Cuba, Puerto Rico (en el Caribe), “su” mar mediterraneo, y la Isla de Guam y las Filipinas, en el Pacifico, lo que llevó al gran intelectual argentino de la generación de 1900:  Manuel Baldomero Ugarte (Buenos Aires, 1875 – Niza, 1951) a alertarnos con gran visión a hispanoamérica, sobre el nacimiento de la República Imperial Norteamericana con alcance global y sus consecuencia para los pueblos americanos al sur del río Bravo.

Desde la antigüedad se sabe de la importancia, para las navegaciones rudimentarias que utilizaban los recursos naturales como: corrientes marinas y los vientos, del control de los pasos marítimos y de los sistemas de islas para la logística y abastecimientos de flotas, un caso paradigmático es Gibraltar -que desde 1704 le permite a Inglaterra administrar, regular y controlar el paso del Mar Mediterraneo al Océano Atlántico hasta la fecha o el control del Canal de Suez por parte de Inglaterra que controló durante décadas -el paso del Mar Rojo al Mar Mediterraneo que lo transformó en un lago inglés al mismo o el control del Canal de Panamá que le dio a EEUU (1914) la llave del paso del Atlantico al Pacifico y viceversa, y que con Cuba y Puerto rico lo transformó en un lago norteamericano al Mar Caribe. Pero ese control de pasos marítimos no perdió importancia con el advenimiento de la navegación por el vapor y nuevas fuentes energéticas sino que se incrementó.

Mientras ello ocurría, en el llamado mundo “occidental”, en China se impondría un auto-aislacionismo en el Imperio del Centro a la navegación y expediciones de grandes flotas por diversos motivos, después de los grandes viajes del navegante Zheng He que les permitio llegar al sur del Pacifico, el Océano Índico, al Cuerno de África y el actual Yemen y las costas africanas hasta la altura del canal de Madagascar. Pero China decidió abandonar el tridente de Neptuno y tendría una consecuencia nefasta para su futuro cercano, que llegaría con el llamado “siglo de la Humillación” (1850/1949), invadida con las dos guerras del Opio por Inglaterra y las potencias europeas, y por EEUU y por Japón. Hasta el triunfo de la revolución comunista y la instauración de la República Popular China. Que modificara esa tendencia declinante, de pobreza, de hambrunas, atraso y dependencia del extranjero invasor.

Esto nos lleva a extraer una primera aproximación al tema elegido, que los alcance de la Nueva Ruta de la Seda y del Collar de las Perlas, es justamente una idea geopolitica que saca a China del encierro geográfico que se le impuso y que tienen en cuenta las teoría de los clásicos anglosajones de la Geopolitica como:

A1: Halford John Mackinder -15 de febrero de 1861 – 6 de marzo de 1947- y sus seguidores estadounidenses como Nicholas John Spykman -13 de octubre de 1893 – 26 de junio de 1943- y Almirante Alfred Thayer Mahan, -27 de septiembre de 1840, West Point, Nueva York-1 de diciembre de 1914- Todos estos teóricos del poder naval y el control de las rutas comerciales -Talasocracias o atlantistas-, que se enfrenta a las teorías de los llamados continentalistas. 

A2: como el aleman Karl Ernst Haushofer -Múnich, 27 de agosto de 1869 – Pähl, 13 de marzo de 1946- y de pensadores geopoliticos rusos como Alexander Duguin.

¿Por qué decimos esto?: Vivíamos en un mundo dominado por Estados Unidos pero que de cierto modo estaba organizado por tratados internacionales. Sin embargo, eso se está viniendo abajo. Controlar territorios es un concepto importante para los Estados más poderosos. Eso les brinda poder económico y apoyo militar.

A1: La Teoría de  Mackinder de 1904 que marcó profundamente la geopolítica durante décadas del siglo pasado y que ahora está nuevamente de vuelta. En aquella época, los océanos eran dominados por la marina británica, lo cual era crucial para que una isla como Gran Bretaña sostuviera su gran imperio. Sin embargo, Mackinder pensó que esta situación se encontraba amenazada y fue ahí donde comenzó a profundizar sobre lo que él llamaba el «Heartland» (Corazón de la Tierra) de Eurasia. Mackinder pensó que un área tan extensa y rica, que a la vez podía ser recorrida con un sistema ferroviario, era una zona clave para los países con ansias de poder. «Quien domina el este de Europa, domina Heartland, quien domina Heartland, reina en la ‘Isla del Mundo’, quien domina la ‘Isla del Mundo’, gobierna el mundo entero«, según la teoría de Mackinder. Pero no incluye a China en sus análisis centrales, que vivía el periodo de la humillación (Pero China sus estrategas y geopoliticos si estudiaron está teoría, evidentemente). El continuador estadounidense Spykman de esa teoría no piensa que el heartland, «ese pivote geográfico del mundo», esa centralidad según un enfoque económico-geográfico, se encuentre localizado en Europa central / Rusia sino en una zona periférica, sobre el litoral o sobre una cuenca. Según él, el centro del mundo está compuesto de tierras litorales, las coastlands de Mackinder a las que llama «borde de tierras» o «anillo de tierras» o «borde de cuencas», el rimland.​ Este territorio periférico estaría atrapado entre el corazón europeo (Alemania, Rusia), y los mares tutelados por los ingleses. Pero después de la 2da Guerra Mundial es evidente que se establece la geoestrategia de EEUU en el control y cerco al mundo euroasiático controlado por la ex URSS, al cual en 1949 se incorpora China en ese bloque que debía ser aislado, dividido y contenido. Qué en la práctica geoestratégica, es lo que vemos con el desplazamiento hoy del eje de contención, de Medio Oriente y Europa al Pacifico-Indico desde las administraciones de Obama para aquí? 

A2 Contrario sensu, el continentalismo encabezado por Haushofer teorizaba que su país Alemania, humillado tras la gran guerra, podía formar una gran alianza con Rusia, Persia y Japón y así cortar los tentáculos del poder naval británico. Y luego con la Guerra Fría, por ello Estados Unidos estableció una serie de bases alrededor de los bloques dominados por los soviéticos, desde Alemania hasta Italia, Turquía, Corea del Sur y Japón. Pero en 1991 ese esquema se disolvió con la implosión soviética y con el acuerdo Chino estadounidense de Mao y Nixon. En 1997, el pensador ruso Dugin expresó sus ideas en un libro llamado The Foundations of Geopolitics,  «En geopolítica, hay dos polos absolutos de poder. Está el poder naval, que pertenece a Occidente, y el poder terrestre, que es Rusia. Hay una pelea por controlar Heartland. Como decía Mackinder, quien controla el este de Europa, controla Heartland. Y quien controla Heartland, domina el mundo», dijo en una conferencia en Shanghái. Pero nuevamente esa posición no incorporaba totalmente a China como algo central en este despliegue del nuevo orden mundial multipolar de tres cabezas China, EEUU y Rusia. Y que además lo estamos comprobando, que se manifiesta con el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y el Collar de Perlas que se centra, cada día mas con una alianza mas profunda euroasiática, entre China y Rusia como eje. Y que se expresa en una  gran variedad de proyectos de cooperación, de infraestructura marítima y desarrollo de la cadena de valor centrados en la integración del mercado, y el desarrollo de la cadena de valor  comercial, que otorgaron al gigante asiático el estatus de “potencia global”. Pero también en Acuerdos sobre Seguridad y Defensa

REFLEXIÓN FINAL: Ahora bien: El territorio euroasiático ha sido testigo del crecimiento de un nuevo poder, un nuevo emergente para disputar el control de la región pero de alcance global. Si Mackinder viviera hoy; quizás estaría mas preocupado de las extensas redes ferroviarias, caminos, puentes, túneles, aeropuertos, puertos, gasoductos, oleoductos, etc., que China está construyendo a lo largo de todo el continente. Y su versión naval el Collar de Perlas y que por ejemplo tiene una importancia central El CECP (China Pakistán)  que incluye la modernización de carreteras, ferrocarriles, gasoductos y otros grandes proyectos de infraestructura desde la costa paquistaní del Mar Arábigo hasta la frontera noreste del país, que limita con China.Con el Puerto de Gwadar hacia la región del Golfo Pérsico y Medio Oriente y una posición ventajosa para tener mayor influencia en África, así como en el sur y centro de Asia, evitando el estrecho de Malaca. Otra realidad será con seguridad el nuevo rol de un Yemen estabilizado que será parte fundamental de nexo entre Asia, África y Europa en está red de puertos. Como lo son los acuerdos geoestratégicos de una alianza en gestación Chino-Rusa, que se contrapone a la revisión de la Postura Global del Pentágono, que se anunció el lunes, que señala una postura global y la intención de desarrollar una «capacidad de respuesta global» que abarque no solo el Indo-Pacífico y Europa, sino que también incluya «requisitos de postura duradera» en el Medio Oriente, en África y en América Latina. Por eso, países del «sur global» como el nuestro, nos guste o no, van a quedar en el medio de un escenario global de disputas y confrontaciones entre el «mundo euroasiático» que avanza y los EEUU, en un mundo que se ha achicado dramáticamente y que hoy parece un «vecindario populoso». Un problema de magnitud como el que se nos presenta, que además desconocemos está nueva realidad: como la reciente Asociación Económica Regional Integral o RCEP, o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras – BAII o la cada vez mas poderosa Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), para no dejarnos alinear tipo manu militari o tratando de responder a todas las presiones simultáneamente. todas son acciones de naturaleza Geoestratégica, y no se pueden pensar y resolver sin tener presente este escenario global en que nos encontramos. Pero también los tiempos difíciles son también tiempos de oportunidades.

Por ello consideramos que 5 siglos de dominio absoluto occidental y en especial anglosajón han llegado a su fin”…y se abre un abanico de nuevas oportunidades como también de desafíos de gran calado a los pueblos del Sur y a nuestro subcontinente suramericano por encima de idiologismo que nos atosigan y nos confunden.

Lic. Carlos Alberto Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Córdoba, Argentina, Diciembre de 2021 

Fuentes: Diccionario latinoamericano de seguridad y geopolítica. Coautor Editorial Biblos 2009 – Artículos propios y periodísticos Extranjeros

Los estrechos desde la Antiguedad hasta la actualidad siguen siendo el Control de la navegacion

CURSO PESA 2021 AQUI PROGRAMA DE LA DIPLOMATURA SOBRE ESTUDIOS ESTRATEGICOS DE CHINA UNDEF ARGENTINA

Los halcones de Washington flotan para expulsar a Rusia de SWIFT, pero la incipiente alianza geoeconómica de Moscú con Beijing mantendrá el flujo de dinero

Pepe Escobar 16 de diciembre de 2021

Xi Jinping y Vladimir Putin pasaron una hora y 14 minutos en una conversación por video el miércoles. Geopolíticamente, allanando el camino para 2022, este es el que realmente importa, mucho más que Putin-Biden hace una semana.

El secretario de prensa del Kremlin, Dmitry Peskov, quien generalmente mide cuidadosamente sus palabras, había insinuado anteriormente que este intercambio sería «extremadamente importante».

Era obvio que los dos líderes no solo intercambiarían información sobre el gasoducto Power of Siberia 2. Pero Peskov se refería a la geopolítica del horario de máxima audiencia: cómo Rusia-China coordinarían sus contragolpes contra el combo guerra híbrida / Guerra Fría 2.0 desplegado por Estados Unidos y sus aliados.

Si bien no se esperaban filtraciones sustanciales de la 37a reunión entre Xi y Putin desde 2013 (se volverán a encontrar en persona en febrero de 2022, al comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing), el asistente del presidente de Política Exterior Yuri Ushakov logró Entregue sucintamente al menos dos bits importantes de información.

Estos son los aspectos más destacados de la convocatoria:

Moscú informará a Pekín sobre el progreso, o la falta del mismo, en las negociaciones con Estados Unidos / OTAN sobre garantías de seguridad para Rusia.
Beijing apoya las demandas de Moscú a EE.UU. / OTAN por estas garantías de seguridad.
Putin y Xi acordaron crear una "estructura financiera independiente para las operaciones comerciales que no podrían ser influenciadas por otros países". Fuentes diplomáticas, extraoficialmente, dicen que la estructura puede ser anunciada por una cumbre conjunta a fines de 2022.
Hablaron de la “Cumbre por la Democracia” organizada por Biden, concluyendo que era contraproducente e impuso nuevas líneas divisorias. 

De todo lo anterior, el tercer punto es el que realmente cambia las reglas del juego: ya se está trabajando desde hace algunos años, y está ganando un impulso definitivo después de que los halcones de Washington del tipo Victoria Nuland presentaran recientemente la idea de expulsar a Rusia de SWIFT, la vasta red de mensajería utilizada por los bancos y otras instituciones financieras para realizar instrucciones de transferencia de dinero, como el paquete de sanciones definitivo para la no invasión de Ucrania.

Putin y Xi discutieron una vez más uno de sus temas clave en las reuniones bilaterales y BRICS: la necesidad de seguir aumentando la participación del yuan y el rublo en acuerdos mutuos, sin pasar por el dólar estadounidense, y abriendo nuevas vías bursátiles para los inversores rusos y chinos.

Pasar por alto un mecanismo SWIFT «influenciado por terceros países» se convierte en una necesidad. Ushakov lo expresó diplomáticamente como «la necesidad de intensificar los esfuerzos para formar una infraestructura financiera independiente para dar servicio a las operaciones comerciales entre Rusia y China».

Las empresas energéticas rusas, desde Gazprom hasta Rosneft, saben todo lo que hay que saber no solo sobre las amenazas estadounidenses, sino también sobre los efectos negativos del tsunami de dólares estadounidenses que inundó la economía mundial a través de la flexibilización cuantitativa de la Fed.

Este impulso Rusia-China es otra dimensión más del poder geoeconómico, geoestratégico y demográfico que se desplaza rápidamente hacia Eurasia y posiblemente presagia el advenimiento de un nuevo sistema mundial relacionado con otros asuntos que Putin-Xi ciertamente discutió: la interconexión de la Franja y la Ruta con la Unión Económica Euroasiática (EAEU), el alcance ampliado de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) y la próxima presidencia china de BRICS en 2022.

Estados Unidos, con una deuda de 34 billones de dólares, el 236% de su PIB militarizado, está prácticamente en bancarrota. Rusia-China ya ha experimentado con sus sistemas de pago alternativos, que inevitablemente se integrarán.

Los bancos más importantes de ambos países adoptarán el sistema, así como los bancos de Eurasia que hacen negocios con ellos, y luego vastas franjas del Sur Global. SWIFT, a largo plazo, se utilizará solo en casos excepcionales si China y Rusia se salen con la suya.

MAIDAN REDUX

Ahora el corazón del rompecabezas geopolitico.

Ushakov confirmó que la Federación de Rusia ha presentado propuestas sobre garantías de seguridad a Estados Unidos. Como el propio Putin había confirmado incluso antes de hablar con Xi, se trata de «seguridad indivisible»: un mecanismo que ha sido consagrado en todo el territorio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa desde una cumbre de 1975 en Helsinki.

Como era de esperar, bajo las órdenes de los poderes fácticos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya lo rechazó.

Tanto Xi como Putin identifican claramente cómo el Equipo Biden está desplegando una táctica de polarización estratégica bajo el viejo divide y vencerás. La ilusión en juego es construir un bloque pro-estadounidense – con participantes que van desde el Reino Unido y Australia hasta Israel y Arabia Saudita – para «aislar» Rusia-China.

Eso es lo que se esconde detrás de la narrativa que estalló estruendosamente sin parar en todo Occidente, a la que también estaba vinculada la Cumbre para la Democracia de Biden. Taiwán está siendo manipulado contra Pekín, mientras que Ucrania está siendo literalmente armada contra Rusia. La «agresión de China» se encuentra con la «agresión de Rusia».

Beijing no ha caído en la trampa, pero ha afirmado en diferentes niveles que Taiwán eventualmente se integrará en la patria continental, sin ninguna «invasión» ridícula. Y la ilusión de que la presión estadounidense masiva conducirá a grietas dentro del Partido Comunista Chino probablemente también esté generando tracción cero.

Ucrania es una propuesta mucho más volátil: una pesadilla disfuncional de inestabilidad sistémica, corrupción generalizada, turbios enredos oligárquicos y pobreza.

Washington todavía sigue el plan Maidan elaborado por Zbigniew Brzezinski y presentado para el distribuidor de galletas Nuland en 2014. Sin embargo, siete años después, ningún «estratega» estadounidense logró entender por qué Rusia no invadió Ucrania, que ha sido parte de Rusia durante siglos.

Para estos «estrategas», es imperativo que Rusia se enfrente a un segundo Vietnam, después de Afganistán en la década de 1980. Bueno, no va a suceder porque Moscú no tiene ningún interés en «invadir» Ucrania.

Se vuelve más complicado. El miedo final, dictar toda la política exterior de Estados Unidos desde principios del sglo 20 º es la posibilidad de Alemania de alzarse con una nueva versión de 1887 Tratado de Reaseguro de Bismarck con Rusia.

Agregue China a la combinación y estos tres actores podrán controlar casi toda la masa continental euroasiática. Actualizando Mackinder, Estados Unidos se convertiría en una isla geopolíticamente irrelevante.

Putin-Xi puede haber examinado no solo cómo las tácticas de guerra híbridas imperiales contra ellos se tambalean, sino también cómo las tácticas están arrastrando a Europa hacia el abismo de la irrelevancia.

Para la UE, como señala el ex diplomático británico Alastair Crooke, el equilibrio estratégico es un desastre: “La UE virtualmente ha roto sus relaciones con Rusia y China, al mismo tiempo. Los halcones de Washington lo querían. Un ‘Brzezinski europeo’ sin duda habría aconsejado a la UE de otra manera: nunca pierdas a ambos a la vez, nunca eres tan poderoso ”.

No es de extrañar que el liderazgo en Moscú-Beijing no pueda tomar en serio a nadie en Bruselas, ya sea una variedad de chihuahuas de la OTAN o la espectacularmente incompetente Ursula von der Leyen en la Comisión Europea.

Un débil rayo de luz es que París y Berlín, a diferencia de la Polonia rusófoba y la franja báltica, al menos prefieren tener algún tipo de negociación con Moscú sobre Ucrania en lugar de imponer sanciones adicionales.

Ahora imagine al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, explicando el ABC de la política exterior a una despistada Annalena “Grune” Baerbock, que ahora se hace pasar por ministra de Relaciones Exteriores de Alemania y muestra una nueva mezcla de incompetencia y agresividad. De hecho, hizo la llamada telefónica.

Lavrov tuvo que explicar meticulosamente las consecuencias de la expansión de la OTAN; el acuerdo de Minsk; y cómo Berlín debería ejercer su derecho a presionar a Kiev para que respete a Minsk.

No se deben esperar filtraciones al respecto de Ushakov. Pero es justo imaginar que con «socios» como Estados Unidos, la OTAN y la UE, Xi y Putin deberían concluir que China y Rusia ni siquiera necesitan enemigos.

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios)

AUDIO

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna de geopolítica del Club de La Pluma, comenta la actuación en esta semana del anciano presidente de EEUU, en dos “show mediáticos”. Uno de ellos, su Cumbre por la Democracia, con la presencia de dictaduras, estados  incumplidores de los derechos humanos y subversivos a las resoluciones de la ONU, “aunque amigos”. Y la videoconferencia con Putin, anunciada como “un mano a mano”, pero donde solo el ruso cumplió con el desafío, ya que Biden necesitó de 4 asesores para hacerle frente y ni así logró moverle un pelo al euroasiático.

Aunque para Carlos, la única gran noticia que hay, no es otra que EEUU ha reconocido con esta reunión que Rusia es un jugador de primer nivel mundial, que es parte del poder multipolar junto a China y que es una potencia en ascenso a pesar de la implosión de URSS en 1991, que dejó entonces la hegemonía mundial en manos del imperio norteamericano. Un poder que apenas pudo conservar por una década, en la que desmembró aquella potencia en 19 estados ingobernables, Ucrania incluida, pero donde hoy ha resurgido Rusia, para compartir el poder global y desnudar el fracaso y la decadencia de Occidente, en solo 30 años

Y entrando en geopolítica, reitera que los famosos cinco siglos de dominio occidental están llegando a su fin, lo que evidencia el fracaso de su estrategia de impedir que el mundo euroasiático, específicamente Rusia y China, se unifican y pudieran desarrollar todas sus potencialidades, siempre con conflictos creados por sus inteligencias, que también utilizaron, según coyuntura, a algún país europeo para impedir una alianza rusa europea, tanto en la guerra fía como en la actualidad. Y nos analiza cómo aquel poder absoluto sobrevenido en 1991 le llevó a EEUU a creerse dueño absoluto del mundo, del poder militar y del sistema económico, lo que a la postre lo debilitó profundamente. Porque las naciones asiáticas fueron tan arrinconadas por Occidente con una infernal panoplia de sanciones, de guerras comerciales, de obstáculos, de amenazas, etc., que el resultado fue el inverso al buscado, provocando que, ante tanta adversidad, las relaciones ruso chinas se profundizará en lo comercial, en lo económico y en todos tipo de aspectos, pero sobre todo en la geoestrategia de formar un bloque de poder mundial que ya ha salido a la luz. Todo un cambio geopolítico profundo y trascendente, que fue anticipado y advertido por nuestro director durante años, en esta columna y en otros medios alternativos.

Y nos detalla el gran avance de Eurasia, con su Ruta de la Seda china, con el Collar de Perlas, con la Asociación de Cooperación de Shanghái, con el acuerdo del mayor Tratado de Libre Comercio del mundo el RECEP con 15 países asiáticos que incluyen a Japón y Corea del Sur. El nuevo sistema ferroviario China – Laos que llegará a Singapur y a Vietnam, de los tratados comerciales, estratégicos, económicos y militares con Irán (siempre ninguneado, olvidado y castigado por Occidente) y… del trascendental acuerdo firmado el 6 de diciembre pasado entre la Federación Rusa con India para  potenciar la industria militar, el comercio y la colaboración en defensa, que rompe la estrategia de la OTAN  con sus tratados del QUAD y AUKUS. Mientras que Emiratos Árabes rompe su alianza con Arabia Saudita y crecen los indicios del triunfo de los hutíes en la guerra del Yemen contra los saudíes, apoyados por Israel y armados por los atlantistas.

Y Carlos finaliza la columna en Sudamérica, con los datos de la CEPAL que muestran que el  35% del comercio regional es con China, mientras que con EEUU apenas alcanza al 15% además de concentrarse en México, Colombia y Las Guayanas, y con la salvedad de que en los países ideológicamente más cercanos a Washington, la relación comercial con China sigue creciendo.

Y reflexiona con que los cambios que se avecinan con esta realidad son profundisimos y obligan a analizar seriamente el escenario para tomar decisiones importantes y acertadas en relación al presente y al futuro.

Eduardo Bonugli (Madrid 12/12/21)

TROPAS RUSAS EN INDIAS EN MANIOBRAS MILITARES
S400 RUSOS VENDIDOS A LA INDIA A PESAR DE LAS AMENAZAS DE SANCIONES POR EEUU

China emplea la ‘estrategia de ganar sin luchar’ para tomar la isla, una invasión que podría presagiar el fin del Imperio de Estados Unidos.
Por RICHARD JAVAD HEYDARIAN

MANILA – En El ascenso y caída de las grandes potencias , el historiador Paul Kennedy argumentó que «[a menudo] existe un notable ‘lapso de tiempo’ entre la trayectoria de la fuerza económica relativa de un estado y la trayectoria de su influencia militar / territorial».

Sin embargo, China ha sido un gigantesco caso atípico de la teoría, ya que modernizó rápidamente las fuerzas armadas más grandes del mundo en medio de décadas de crecimiento económico sostenido. En todo caso, Beijing está mejorando sus capacidades militares asimétricas y convencionales a la vez.

Durante las últimas tres décadas, el Ejército Popular de Liberación (EPL), que cuenta con un millón de efectivos, ha ampliado su flota de aviones de combate, portaaviones y submarinos nucleares de quinta generación, al tiempo que ha consolidado su reconocimiento general de vigilancia y vigilancia de inteligencia y computadora de comunicación de control de mando, o C4ISR.

China, que ya cuenta con la flota marina más grande del mundo, con gigantescos guardacostas que empequeñecen a los buques de guerra de los estados vecinos más pequeños, también está expandiendo su presencia militar y comercial a través de una serie de bases estratégicas e instalaciones portuarias en el Indo-Pacífico.

Mientras tanto, China también está mejorando rápidamente sus capacidades anti-acceso / denegación de área (A2 / AD), a saber, misiles balísticos antibuque «asesinos de portaaviones» (ASBMS) como las plataformas DF-21D y DF-26, lo que permite la Potencia asiática para aprovechar mejor su proximidad geográfica a posibles escenarios de conflicto en Asia.

Military helicopters carrying tremendous Taiwan flags conduct a flyby rehearsal ahead of National Day celebration, near Taipei 101 , amid escalating tensions between Taipei and Beijing, China, in Taipei, Taiwan 7 October 2021. Taiwan has been constantly building fosters with the US, Japan, Australia, UK, and some other European countries such as Poland, Lithuania, Czech Republic, France and Germany, with China increasing military pressure on Taiwan. (Photo by Ceng Shou Yi/NurPhoto) (Photo by Ceng Shou Yi / NurPhoto / NurPhoto via AFP)

Su desarrollo de la capacidad de misiles hipersónicos ha mejorado aún más el borde afilado de las capacidades asimétricas y nucleares de China.

La rápida mejora de China de sus capacidades convencionales y asimétricas es más pertinente para Taiwán, una isla autónoma que Beijing considera una provincia renegada.

El objetivo final de China es ganar cualquier guerra sin librar una batalla importante haciendo que cualquier contraintervención potencial de Estados Unidos en nombre de Taiwán sea demasiado costosa de soportar. Como dijo un miembro del ejército chino , «El objetivo final … no es tomar medidas, sino [en cambio] disuadir los intentos de las fuerzas extranjeras de intervenir en el problema de Taiwán».

El destacado historiador Niall Ferguson y el exasesor adjunto de seguridad nacional Mathew Pottinger han advertido que Estados Unidos puede enfrentar un «Momento de Suez» sobre Taiwán, refiriéndose a cómo la crisis de Suez de 1956 acabó efectivamente con los imperios británico y francés, si no logra disuadir a un escalar la invasión china en un futuro próximo.

El elemento militar es particularmente importante en el contexto de las tensiones a través del Estrecho, ya que fueron precisamente las intervenciones navales de Estados Unidos las que demostraron repetidamente ser decisivas en la preservación de la independencia de facto de Taiwán desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Para Beijing, la isla autónoma es un recordatorio constante y humillante de la primacía estadounidense y, por extensión, su relativa debilidad en su propio patio trasero.

La entrega de Hong Kong y Macao de Gran Bretaña de Portugal en los últimos años de la 20 ª siglo significaba que Taiwán se ha mantenido como el último y más potente recordatorio de confeso de China “siglo de humillación.”

Existe un temor creciente de que el presidente chino, Xi Jinping, quien ha apostado su legado por el “gran rejuvenecimiento” de su nación, no dude en “reunificar” por la fuerza a Taiwán bajo el dominio continental.

En octubre de 2019, varios de los principales expertos chinos dijeron a sus homólogos estadounidenses que Xi está decidido a reintegrar , incluso por la fuerza si es necesario, la isla autónoma antes de que finalice su mandato.

Aunque no está claro cuánto tiempo Xi permanecerá en el poder, dada su eliminación de los límites del mandato presidencial, el ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, advirtió que una posible invasión «a gran escala» de la isla puede ser cuestión de años, en lugar de décadas.

En esa dirección, una de las principales prioridades de Xi ha sido la modernización de las fuerzas armadas de China. De hecho, una estimación más precisa del gasto en defensa de China, en paridad de poder adquisitivo (PPA) en lugar de en los tipos de cambio del mercado, sitúa el gasto real en defensa de la potencia asiática por encima de los 500.000 millones de dólares anuales, lo que es solo superado por, y no muy por detrás de, los Estados Unidos.

El presidente chino, Xi Jinping, inspecciona un ejercicio militar conjunto en el Mar de China Meridional en abril de 2018. Foto: Xinhua

Aunque EE. UU. Todavía disfruta de importantes ventajas cualitativas sobre China, esta última está cerrando rápidamente la brecha. Según un estudio autorizado de la Corporación RAND, en un caso de conflicto directo «[b] las partes sufrirían grandes pérdidas militares» y que, para el año 2025, las pérdidas estadounidenses «podrían variar de significativas a graves …»

Mientras tanto, un estudio bipartidista de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional advirtió que «la capacidad de Estados Unidos para defender a sus aliados, sus socios y sus propios intereses vitales está cada vez más en duda», y que Washington «podría [incluso] tener dificultades para ganar, o tal vez perder, una guerra contra China o Rusia «.

Los principales expertos estadounidenses han ido tan lejos como para describir a China como el «par cercano» de Estados Unidos en el Indo-Pacífico, donde «el 60% de la Armada de los Estados Unidos [se opone] a una armada, el ejército y la fuerza aérea pares – en [ El territorio nacional de China «.

En su informe más detallado hasta ahora sobre el poder militar de China, el Pentágono advirtió recientemente sobre la expansión de las «plataformas de entrega nuclear terrestres, marítimas y aéreas» de China, que podrían «proporcionar a Beijing opciones militares más creíbles en una contingencia de Taiwán».

Como mínimo, un alto funcionario del Pentágono advirtió que China espera emplear una «estrategia de ganar sin luchar», mediante la cual «hace que todos crean que suben la escalera de la escalada hasta las armas nucleares si es necesario». . «

Un área importante de preocupación para los EE. UU. Es la carrera de China para perfeccionar sus capacidades de misiles hipersónicos , que podrían potencialmente violar los sistemas de defensa antimisiles existentes de los EE. UU. Y paralizar sus sistemas de comunicaciones en general en caso de un conflicto.

En los últimos cinco años, según los informes, China ha lanzado cientos de pruebas hipersónicas en comparación con solo nueve de Estados Unidos, según el general de la Fuerza Aérea estadounidense John Hyten, ex vicepresidente del Estado Mayor Conjunto.

Según todos los indicios, China está duplicando su ventaja en el desarrollo de misiles hipersónicos maniobrables y altamente indetectables, que podrían desplegarse tanto para las fuerzas nucleares convencionales como para sus sistemas asimétricos de misiles asesinos de portaaviones.

El Instituto de Investigación Aerodinámica AVIC, respaldado por el estado de China, está listo para lanzar un nuevo túnel de viento con el propósito específico de probar la «separación y liberación» de armas de vehículos hipersónicos, lo que «reforzaría la investigación y el desarrollo de armas y equipos hipersónicos de China».

Dos veces más grande que su instalación existente, el nuevo túnel de viento, que ha estado en construcción durante los últimos dos años, está configurado para simular condiciones ocho veces la velocidad del sonido.

Los misiles balísticos antibuque (ASBM) DF-21D y DF-26 se han convertido en el pilar de las defensas anti-acceso / denegación de área (A2 / AD) de China.  Crédito: Xinhua.

Según el Pentágono, la última prueba de misiles hipersónicos de China en agosto demostró su capacidad para atravesar potencialmente gran parte de los sistemas de defensa antimisiles existentes en EE. UU.

La potencia asiática, que se espera que duplique con creces su arsenal de ojivas nucleares durante la próxima década, ya está en posesión de cientos de misiles balísticos con capacidad nuclear que pueden viajar incluso más rápido que los vehículos deslizantes hipersónicos.

Dominando rápidamente la tecnología de misiles, China ahora está desplegando su amplia gama de misiles «asesinos de portaaviones» de alcance medio, incluido el DF-16 de última generación y más DF-21C de largo alcance, en sus costas orientales, colocando así todo Japón y gran parte del Pacífico Occidental dentro de su área de distribución.

Según los informes, China también ha construido maquetas de aviones de combate F-35 de quinta generación de EE. UU., Que se han colocado en el campo de tiro Korla de Rocket Force del EPL en  Xinjiang . Anteriormente, las simulaciones de fuego de prueba involucraban cazas estadounidenses F-15 Eagle menos avanzados, lo que subraya la creciente confianza de China para contrarrestar el hardware militar más avanzado de sus rivales.

Los expertos creen que el propósito de todos estos nuevos ejercicios y despliegues es disuadir cualquier posible intervención conjunta de Estados Unidos y Japón en caso de una invasión china de Taiwán.

“Es la formación de las bases aéreas de destino y aviones en las pistas de disparar municiones de racimo, lo que arruinaría tanto,” una privilegiada militar Chinse dijo el South China Morning Post.

«El objetivo final del entrenamiento no es tomar medidas, sino disuadir los intentos de las fuerzas extranjeras de intervenir en el problema de Taiwán», agregó, enfatizando la centralidad de la crisis de Taiwán en la planificación militar de China.

En respuesta al rápido desarrollo de las capacidades de China, la administración Biden tiene programado actualizar la política de defensa antimisiles del país a principios de 2022 como parte de su nueva Política de Defensa Nacional más amplia.

Mientras tanto, el Pentágono ha anunciado que su Agencia de Defensa contra Misiles ha dado luz verde a los contratos de los principales productores de armas, a saber, Raytheon Technologies Corp,  Lockheed Martin  Corp y  Northrop Grumman  Corp, para desarrollar nuevos prototipos de defensa antimisiles contra vehículos deslizantes hipersónicos.

Como parte de su estrategia de «disuasión integrada», la administración Biden probablemente también examinará la expansión de los sistemas de defensa antimisiles en coordinación con los aliados del Indo-Pacífico.

A principios de noviembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió a China que Washington y sus aliados tomarían una «acción» unificada si Pekín usa la fuerza contra Taiwán.

A principios de este año, el secretario de Defensa británico Ben Wallace, durante una visita a Bruselas para reunirse con los aliados de la OTAN, advirtió a China contra «desestabilizar la región» y «provocar más conflictos en otras áreas en disputa».

«La diferencia entre China continental y Taiwán debe resolverse a través de métodos pacíficos», dijo Wallace, advirtiendo sobre la acción agresiva de Beijing.

Mientras tanto, el ministro de Defensa australiano, Peter Dutton, trató de tranquilizar a Taiwán diciendo que sería «inconcebible» que su país se quedara al margen en caso de conflicto.

«Sería inconcebible que no apoyáramos a los EE. UU. En una acción si los EE. UU. Decidieran tomar esa acción», dijo Dutton a los medios australianos en medio de una cooperación de defensa cada vez más profunda entre los aliados de AUKUS (Australia-Reino Unido-EE. UU.).

FUENTE ASIA TIMES

Por Andrés Ortega Hoy Dia Cordoba

No es la visión habitual, pero el mundo podría verse como tres esferas que compiten entre sí: una en torno a EEUU (que incluye Europa y otros); otra en torno a China; y una esfera de lo digital, por cuyo dominio y control hay una gran pelea en su propio interior –grandes empresas contra el poder político, inclusive en China–, y exterior en la gran competencia entre las dos grandes superpotencias o civilizaciones. Es decir, serían dos esferas o mundos físicos, muy de átomos y de geografía (incluido el espacio), y una virtual. Es una visión que se va extendiendo y que defiende, por ejemplo, el Centro para el Estudio de la Vida Digital (CSDL), que dirige el tecnólogo Mark Stahlman.

En términos de civilizaciones, hablaríamos de Occidente, de Oriente y de la esfera digital que es una extensión de nosotros mismos, aunque cada vez llega más allá. El matemático y filósofo español Javier Echeverría habló hace un tiempo del “tercer entorno”, que guarda relación con esta idea. No somos, dice Stahlman, “ciudadanos del mundo” sino habitantes de esferas potencialmente en conflicto y las tres con alcance global. Esto es algo absolutamente novedoso en la historia de la humanidad, porque las diferentes civilizaciones tendrán que enfrentarse no solo entre sí, sino también a una esfera, la digital, que ha penetrado las demás.

No son esferas cerradas, son y serán interdependientes en términos económicos y financieros, como se está viendo con la crisis del gigante inmobiliario chino Evergrande y con la del gas, con repercusiones globales. La competencia entre las dos esferas físicas sigue una lógica en parte equivocadamente militar, como vemos con la colaboración AUKUS para dotar a Australia de submarinos de propulsión nuclear y, en materia de ciberseguridad, de Inteligencia Artificial y de comunicación cuántica, que refuerza la cooperación entre los tres aliados anglosajones. Aunque lo abiertamente militar no tiene por qué ser lo principal, como ha quedado de relieve en la reciente reunión del Quad entre EEUU, Japón, Australia y la India.

La tercera esfera, la digital, más que líquida es gaseosa. En su seno está naciendo un llamado Metaverso en el que casi todos nos vamos a ver implicados y que puede llegar a ocupar casi todo lo humano. Metaverso (“meta-universo”) es un término que se ha impuesto desde Silicon Valley. Lleva tiempo entre nosotros pues lo acuñó en 1992 Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción “Snow Crash”. Se refiere a una confluencia o convergencia de la realidad física, la realidad virtual y la realidad aumentada, todo sazonado por la inteligencia artificial. La realidad virtual es la que se crea únicamente en el mundo digital, como el videojuego Fortnite, de alcance global. La aumentada consiste en añadir elementos digitales a la realidad física, aunque esta se vea en pantalla, por ejemplo, en el juego, también global, de Pokémon, o a través de lentes especiales 3D.

Matthew Ball, inversor en capital de riesgo, identificó en 2020 algunas características del Metaverso. Tiene que abarcar los mundos físico y virtual, contener una economía en toda regla y ofrecer una “interoperabilidad sin precedentes”: los usuarios tienen que ser capaces de llevar sus avatares y bienes de un lugar en el Metaverso a otro, sin importar quién dirija esa parte en particular. De hecho, muchas grandes empresas –y no sólo las big techs de EEUU, también la Sony japonesa, por ejemplo–, están invirtiendo de forma notable en la construcción de este Metaverso. Por algo será.

Un jefe de la big tech como Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook que quería convertir al mundo en una gran comunidad bajo su red social, ve ahora en el Metaverso una realidad alternativa universal, un “Santo Grial de las interacciones sociales”, que cree será una realidad para 2025. Se describen así futuros posibles de una Internet 2.0, una convergencia de realidad física, aumentada y virtual en un espacio en línea compartido. Según Zuckerberg, ninguna empresa dirigirá el Metaverso, sino que será operado por muchos en una forma descentralizada. ¿Lo permitirán los que dirijan las otras dos esferas?

El Metaverso estará plagado de tecno-personas, por usar la terminología de Echeverría, de tecno-empresas, de tecno-Estados e incluso de tecno-terrorismos de nuevo cuño. La cuestión no es solo si el Metaverso es controlable, sino si es gobernable, o vamos a una esfera digital que todo lo penetra, pero en el que ningún poder político acaba dominando y en la que las empresas y una multiplicidad de actores se revuelven contra el intento de cortarles las alas. China lo está intentando con una serie de medidas, para controlar desde el poder político al naciente Metaverso, al que no escapará. Pero ni siquiera el régimen chino, con sus controles, tiene garantizado que no se verá superado por un Metaverso anárquico e ingobernable por poderes públicos, o, de forma más amplia, por una esfera digital anárquica.

Ambas esferas físicas, geográficas y culturales, Oriente y Occidente, avanzan hacia un enfrentamiento, una guerra de nuevo tipo muy diferente de la clásica y de la llamada Guerra Fría entre Occidente y la Unión Soviética. En todo caso, sin un profundo conocimiento del impacto de la tercera esfera en las otras dos, de la tecnología digital en las civilizaciones, y sin un conocimiento recíproco entre estas civilizaciones no seremos capaces de navegar el futuro, advierte Stahlman. A este respecto Oriente conoce Occidente mucho más que al revés. Y el Metaverso nos conocerá a todos.