*Juan Martin González Cabañas Analista Junior en Dossier Geopolitico

Los profetas en las montañas suizas han hablado

El Foro económico mundial de Davos 2019, conclave polémico y paradójico si los hay, se vio marcado por un contexto muy extraño. Las declaraciones de este año han sido sorprendentes y marcan un verdadero punto de quiebre en el orden mundial imperante y en los discursos y los augurios de sus profetas.

Es evidente que estamos ante un cambio de época. Las estructuras y andamiajes de un antiguo orden mundial parecen temblar, emergen nuevos elementos de un orden nuevo, pero la incertidumbre reina todavía en el escenario actual y futuro sobre la configuración que tomará el mismo, al ser procesos dinámicos que todavía están en pleno desarrollo y con sus piezas reacomodándose de forma constante.

Los profetas en Davos golpean los cimientos doctrinarios de la fe neoliberal en su propia catedral

El propio fundador y directivo del foro, Klaus Schwab reconoció que la globalización y los cambios tecnológicos se han salido de control, sus beneficios no se han repartido de forma equitativa y han sobrepasado la capacidad adaptiva de las poblaciones a nivel mundial, produciendo parálisis social, desigualdad y polarización en las comunidades a nivel mundial.

Las montañas Suizas se hicieron eco de repetidos mantras. Se escucho hablar en los pasillos y en los distintos paneles sobre una revisión, reforma del actual sistema económico mundial. Ideas como “globalización / capitalismo con enfoque inclusivo”, mayor tributación, mundo multipolar y multiconceptual,  realineación de las fuerzas geopolíticas  muerte de la globalización que conocíamos, mantras que hace unos años hubieran sonado como una herejía en este foro, fueron  comunes en esta edición.

La discusión parece ya no ser si se necesitan cambios o no en el orden económico  y geopolítico actual, sino cuando y como estos cambios se llevaran a cabo, y que postura tomaran los actores: negación y transición abrupta o reconocimiento y gestión gradual de los mismos.

Es cada vez más claro que el cambio es necesario. La polarización está en aumento en muchos países. En algunos casos, los contratos sociales que mantienen unidas a las sociedades se están deteriorando. Esta es una era de recursos y avances tecnológicos sin paralelo, pero para muchas personas también es una era de incertidumbre, inseguridad, donde los cambios parecen ocurrir más rápido que nuestra capacidad analítica y adaptativa. 

Perspectiva y Prospectiva

Entonces ¿Cuáles son los posibles “shocks” del futuro que podrían desestabilizar  estructuralmente aún mas al mundo, y qué se puede hacer para prevenirlos?

La compresión del nuevo orden internacional actual debe tener en cuenta los cuatro caracteres distintos que caracterizan la actual globalización en marcha: 

Para empezar, el mundo se está moviendo hacia un sistema multipolar, en el que Estados Unidos ya no es la fuerza internacional dominante (con el traslado del equilibrio de poder hacia las zonas de Eurasia, Lejano Oriente y el Pacifico). Hemos entrado en la época del Antropoceno, en la que la actividad humana es la principal influencia sobre el clima y el medio ambiente. La creciente desigualdad global ha hecho de la inclusión económica y la equidad social una prioridad para muchos votantes y lideres. Finalmente la Cuarta Revolución Industrial, que nos obliga a reconsiderar cómo la tecnología está afectando nuestras vidas y reformando nuestros entornos económico, social.

El Informe de Riesgos Globales 2019                                 

El Informe de Riesgos Globales 2019 se publica en un contexto de tensiones geopolíticas y geoeconómicas. El mundo se enfrenta a un número creciente de desafíos complejos e interconectados, desde la desaceleración del crecimiento mundial y la persistente desigualdad económica hasta el cambio climático y el ritmo acelerado de la Cuarta Revolución Industrial. 

El  Informe que incorpora los resultados de la encuesta anual de percepción de riesgos globales de aproximadamente 1.000 expertos y tomadores de decisiones, señala un deterioro en las condiciones económicas y geopolíticas. El crecimiento en 2019 se verá frenado por las continuas tensiones geoeconómicas, y el 88% de los encuestados espera una mayor erosión de las normas y acuerdos comerciales multilaterales.

El informe analiza los riesgos asociados con lo que describimos como un orden mundial «multiconceptual», en el que las inestabilidades geopolíticas reflejan no solo los cambios en el equilibrio de poder sino también las diferencias en valores.

Los riesgos  ambientales siguen  dominando los resultados de la Encuesta  de Percepción de Riesgos Globales (Global Risks Perception Survey, GRPS) anual. Este año, representaron tres de los cinco principales riesgos por probabilidad y cuatro por impacto. El  clima extremo era el riesgo de mayor preocupación. Las preocupaciones sobre ataques cibernéticos volvieron a ser prominentes en las Encuestas de percepción de riesgo, que también  puso de relieve otras vulnerabilidades tecnológicas: riesgos asociados con las noticias falsas y el robo de identidad .

  • El aumento de las tensiones geopolíticas y geoeconómicas es el riesgo más urgente en 2019, con el 90% de los expertos diciendo que esperan una mayor confrontación económica entre las principales potencias en 2019.

  • La degradación ambiental es el riesgo a largo plazo que define nuestra era, con cuatro de los cinco riesgos globales más impactantes en 2019.

Top 5 Riesgos por Probabilidad

  1. Eventos climáticos extremos (inundaciones, tormentas, etc.)

  2. Fracaso de la mitigación y adaptación al cambio climático.

  3. Grandes desastres naturales (por ejemplo, terremoto, tsunami, erupción volcánica, tormentas geomagnéticas)

  4. fraude / robo de datos

  5. Ciberataques a gran escala

Top 5 riesgos por impacto

  1. Armas de destrucción masiva

  2. Fracaso de la mitigación y adaptación al cambio climático.

  3. Eventos climáticos extremos

  4. Crisis por el agua

  5. Grandes desastres naturales

Top 5 de interconexiones de riesgo

  1. Eventos climáticos extremos + fallo en la mitigación y adaptación al cambio climático
  2. Ataques cibernéticos a gran escala + desglose de redes e infraestructura de información crítica
  3. Alto desempleo estructural o subempleo + consecuencias adversas de los avances tecnológicos.
  4. Alto desempleo estructural o subempleo + profunda inestabilidad social.
  5. Incidente masivo de fraude / robo de datos + ataques cibernéticos a gran escala
  6. Fracaso de la gobernanza regional o global + conflicto interestatal con consecuencias regionales.

Top 5  mayores megatendencias

  1. Clima cambiante
  2. Creciente dependencia y vulnerabilidad cibernética.
  3. Creciente polarización de las sociedades.
  4. Aumento de la disparidad de ingresos y riqueza.
  5. Aumento del sentimiento nacional a nivel global.    

XVI JORNADAS GEOPOLÍTICA Y ESTRATEGIA – LAS ESTRATEGIAS SEGURIDAD DE LOS EEUU conferencia del Coronel Pedro Baños

La reconfiguración del orden mundial

El contexto convulso en el que se desarrolla el siglo XX, con grandes revoluciones y dos guerras mundiales, ve alterados sustancialmente los equilibrios geopolíticos existentes en cada momento, pero es al final de siglo cuando los cambios son vertiginosos. Al fin de las largas dictaduras personales se sumarán cambios en el Islam, especialmente con la revolución Iraní y su posterior extensión. Pero la mayor alteración se produce con el fin de la guerra fría, un sistema altamente peligroso por la amenaza de destrucción mutua segura, pero que aportaba estabilidad basada en enfrentamientos indirectos entre las dos superpotencias, que servían de válvula de escape a las tensiones y crisis generadas.

Este equilibrio desaparece con la disolución de una de sus partes, la URSS, y la desaparición del Pacto de Varsovia, del sistema de economía y organización social de los países integrantes del bloque, y la consiguiente pérdida de influencia a nivel global del nuevo Estado, la Federación Rusa. En menos de una década, toda la construcción teórica de la geopolítica global había quedado anticuada. Se necesitaba un nuevo paradigma capaz de explicar la situación resultante. En 1992, Francis Fukuyama publica en Free Press su obra EL FIN DE LA HISTORIA Y EL ÚLTIMO HOMBRE, en el que anuncia el triunfo global del sistema basado en el capitalismo, y la hegemonía mundial de la potencia vencedora, los EE. UU.

El 26 de febrero de 1993 se produce el primer atentado al World Trade Center de Nueva York, y una Al Qaeda a la que nadie había prestado atención lo reivindica. Aparece un factor que había permanecido aletargado en el mundo de la guerra fría, las identidades culturales, y que se constituye en motor de los principales conflictos con los que acaba el siglo XX y empieza el siglo XXI. Religión, Lengua, Banderas; símbolos nuevos pero con base histórica en un pasado más o menos reciente retornan del baúl de los recuerdos y ocupan las portadas de los medios de comunicación.

En busca de un nuevo paradigma que sirva de marco para la construcción de un corpus teórico, Samuel P. Huntington, profesor de Fukuyama, publica en el verano de 1993 un artículo en la revista Foreign Affairs con el provocador título de The Clash of Civilizations?, en el que presenta un mapa mundial de posibles zonas de conflicto, unas líneas de fractura que delimitan las civilizaciones y los puntos de confluencia/concurrencia/competencia. El éxito del artículo, del que este verano se cumplirán 25 años, animó al autor a desarrollarlo en un texto, publicado tres años después, en el que el título quedó matizado perdiendo el interrogante y siendo complementado: EL CHOQUE DE LAS CIVILIZACIONES Y LA RECONFIGURACIÓN DEL ORDEN MUNDIAL.

Con motivo de la conmemoración de los 25 años de la publicación del artículo original, y con el objetivo de debatir sobre la actualidad u obsolescencia de las teorías de Huntington, se programan las XVI jornadas sobre geopolítica y geoestrategia, en las que, partiendo de una exposición de la situación actual , se tratarán temas relacionados con el renacimiento de la religión como elemento creador de identidades; o la importancia que tuvo el descubrimiento de América como elemento motor de una reconfiguración del orden mundial al inicio de la Edad Moderna, y el uso de la Leyenda Negra como instrumento geopolítico contra España. La segunda jornada se dedica a las potencias emergentes del subcontinente Indio; a Rusia y su esfuerzo por retornar al papel de potencia global, y a China, que busca un posicionamiento acorde con tu potencial demográfico, económico y militar. Esto complementado con un descriptivo estudio de la situación en el Cáucaso, punto de confluencia de los interese geopolíticos de Europa, EE. UU., Rusia, Turquía, e Irán.

La tercera jornada se dedica a la ciberseguridad y su influencia en la geopolítica, y por último, la potencia hegemónica y su estrategia de seguridad y defensa, EE.UU; para terminar con una mesa redonda sobre la teoría de S P. Huntington sobre el choque de las civilizaciones.

 

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo:

Por primera vez iniciamos nuestro análisis desde lo menor para discurrir hacia lo más en Política Internacional y Geopolitica. Por ello expusimos cómo se puede con un personaje menor iniciar una guerra híbrida, como es el caso de Venezuela donde EEUU ha instalado una dicotomía falsa: Maduro-Guaido, para alcanzar sus objetivos que no son otros que alinear a Latinoamérica detrás de ellos, ante la lucha ya desencadenada por el Nuevo Orden Mundial. Y dentro de este esquema nos preguntamos: Dónde está Michel Temer?, el corrupto ex presidente de Brasil y que hace la justicia del Lava jato con ese personaje, con fuertes denuncia y pruebas de corrupción.

Luego entremos de lleno en esa lucha por el dominio Global de los Emergentes:

  1. La decadencia de EEUU se acelera:
  2. EEUU negocia con los Talibanes su retirada tras 18 años de guerra de Afganistán
  3. III Vietnam de EEUU en el Siglo XXI; después de Irak, Siria y ahora Afganistán

Declinación de todos los Organismos Internacionales creados después de la II Guerra Mundial: ONU/FMI/BM/OMC y en nuestra Región OEA.

El Sistema Mundo idílicamente Multipolar en el mundo de la Real Politik es un Mundo: Tripartito: China – EEUU – Rusia.

Trump pelea con el estado profundo yanki, y la herencia de la decadencia y los conflictos que le dejo Obama: una Rusia atacada con las sanciones económicas (que no la afectaron) y una Chica agredida con proyectos económicos que nunca llegaron a consolidarse como es el caso del Tratado Transpacífico (anulado por Trump).

Ello llevó a una Alianza estratégica entre Rusia y China y trump siguiendo los consejos de Kissinger, tratar de separar los socios.

La declinación de los EEUU, no es novedad, solo los dirigentes mal informados de nuestro continentes desconocen las alertas como las del Tanque de Ideas de la globalización de los 90s: Consejo Atlántico ya decía en el 2013 que para el 2050 EEUU y sus socios del ex G7 pasaron de representar el 40% del PBI mundial a solo el 25%.

También el crecimiento de nuevas estructuras como: Asociación de Cooperación de Shanghai; el Foro de Vladivostok y la Unión Económica Euroasiática con su Club Astana.

Y para cerrar en esta última reunión de Davos, el Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo, dio una lapidaria exposición contra todo lo que representó davos para el mundo neoliberal, dándole un certificado de defunción

AUDIO:     

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo   

Difícil tiempos atraviesa nuestro subcontinente Suramericano –En especial la intervención en Venezuela-,

Pero empezaremos a explicar que lo que ocurre en estos momentos es el desarrollo en nuestro continente de un conflicto del Nuevo Orden Mundial con un enfrentamiento entre EEUU y China-Rusia y que se vio claramente en lo ocurrido en Davos donde el Secretario de Estado de EEUU: Nike Pompeo -Dictamino la Muerte de la Globalización, como la conocemos-. Todo ello causó un revuelo entre los seguidores de esa línea que quedaron a la intemperie. Y por otro lado empezamos a ver el resurgimiento de los estados nacionales. Estos cambio de poder global se notan en la retirada de EEUU de algunas zonas y reforzar su mal llamado “patio trasero” (Pues américa latina, NO es patio trasero de nadie); con la aplicación de la doctrina Monroe -América para los  (norte)Americanos- y la de Nicolas Spykman -Impedir la Union Suramericana-; aplicando las herramientas de Gene Sharp (Lucha «pacifica») para derrocar gobiernos hostiles a los intereses de Washington (bajo la falacia de apoyar la “democracia” y la “libertad” por ellos entendida).

Sostenemos desde Dossier Geopolitico:

  • el Principio de la nacionalidades

  • La autodeterminación de los Pueblos “políticamente constituido”

  • Sostenemos una posición superadora para estos tiempos la de la “Tercera posición”

  • Y también consideramos que debe ser regla de nuestra Politica exterior: el Respeto, Unidad, Cooperación e integración entre los pueblos Suramericanos, las cuales nos debe regir como Norma. Y respetar a rajatabla la Doctrina Drago y Calvo -generadas por nuestra Diplomacia- y el de Neutralidad cuando está en juego a nivel mundial un enfrentamiento entre Potencias.

Listado del Top Ten de Naciones para el 2030 según los Tanques de Ideas Occidentales, lo que demuestra las luchas actuales:

  1. China

  2. India

  3. EEUU

  4. Indonesia

  5. Turquía

  6. Brasil

  7. Egipto

  8. Rusia

  9. Japón

  10. Alemania

AUDIO https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31845457_1.html?fbclid=IwAR1opyeSKUGRE-xLNZrbs9sPfP6165E4wLQLz_-j_5-XqmLWUIqg-8gl9PQ  

DOSSIER GEOPOLITICO (DG), ante la grave situación que afecta a la Paz y Seguridad de nuestro Continente Suramericano, que es nuestro lugar espacial en el mundo. Difunde estas  posiciones de dos colaboradores de DG: Antonio M. Mitre y Carlos Pissolito, con las que concordamos el grupo DG. Argentina, 25/1/2019. Carlos Pereyra Mele Director DG

VENEZUELA I:
Con relación a lo que está sucediendo en la República Hermana de Venezuela quiero sentar mi posición de aquí en más para  los diversos artículos de opinión y noticias que les haga llegar por redes sociales y por el Sitio Oficial de Dossier Geopolitico. Me sostengo ideológicamente en la Doctrina Justicialista que en Política Exterior se guía por el Principio de las Nacionalidades, y sostiene la autodeterminación de los pueblos políticamente constituidos y postula una Tercera Posición que supere al capitalismo demoliberal y al comunismo marxista ( que algunos creían que estaba «demodé» y que hoy tiene más vigencia que nunca). Sostengo a rajatabla los principios, de Soberanía, Integridad Territorial de las Naciones y de no Intervención en sus Asuntos Internos.

Siendo la Soberanía un valor fundamental, que es la diversidad que los pueblos pueden aportar a la construcción de una integracion mundial Justa y Solidaria: el «universalismo».

Sostenemos el principio de Respeto, Unidad, Cooperacion e Integracion entre los Pueblos Suramericanos, que por su lengua, creencias e historia comunes son integrantes de un espacio común, la Patria Grande, que es nuestra responsabilidad construir políticamente y por la que lucharon San Martin, Bolívar y Peron.

Nos oponemos al clásico e histórico principio de intervención de los EEUU en los asuntos internos de otros países ( y la coreografía de amanuenses que lo siguen), con una versión revisada para el siglo XXI de la Doctrina Monroe -América, para los NorteAmericanos-, porque profundiza las divisiones internas de los pueblos y facilita su dominación.

En estos momentos los EEUU tratan de aplicar en Venezuela el mismo guión que en Libia y Siria, para destruir la matriz institucional y social del país, ahondar sus divisiones internas, profundizar los enfrentamientos y llevarlos a un estadio de guerra civil ( con participaciones externas) – con la herramienta de una OEA militarizada-, producir migraciones y apoderarse y controlar los recursos naturales ( petróleo, minerales). Fogoneando hasta llegar si lo consideran necesario a una Guerra Civil o con una eventual intervención militar que va a ser catastrófica no sólo para Venezuela, sino también para el subcontinente. Caso Triple Frontera.

Aca no se trata de estar en contra o a favor de Maduro, sino de defender a Venezuela, su Identidad e Independencia de las garras del imperio, porque de ese modo defendemos nuestra propia identidad e independencia.

Por eso los países de la región no deben tomar partido por una u otra de las partes, sino que tienen que conformar un Grupo con todos los países de la región ( que contenga todas las diversidades políticas) que actúe como un mediador de buena voluntad entre todas las partes enfrentadas en Venezuela para encontrar una salida pacífica, ya que lamentablemente la UNASUR ha dejado de existir -por imposición del hegemón en decadencia,a través de sus gobiernos dóciles a esa política.

Porque de la solución pacífica de la crisis venezolana depende mucho la estabilidad continental y nuestro futuro.

Córdoba 25/1/2019

Dr. Antonio Merched Mitre Colaborador de DG

Carlos Pereyra Mele Director de DG

Venezuela II

PORQUE la ARGENTINA NO DEBE INTERVENIR en el CASO de VENEZUELA.

Por Carlos Pissolito (*)

Para el realismo en las RRII los actores principales son los Estados Nacionales, surgidos como tales tras la Paz de Westfalia, hace unos 300 años.

Para los idealistas, ya sea en su versión socialista o liberal, por sobre los Estados hay entidades superiores. Para los primeros, la clase obrera, para los segundos la Democracia y el Mercado.

A los efectos, tras la 2da GM se creó la ONU. Su Consejo de Seguridad, integrado por EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia es quien adopta las resoluciones relacionadas con la paz y la seguridad mundial.

Pocas veces se han puesto de acuerdo. Ya que los socialistas (Rusia y China) vetan a los liberales (EEUU, GB y Francia) y viceversa.

La Argentina, que no es una potencia, pero que supo ser un país orgulloso de su independencia. Consagró el principio de la injerencia en asuntos internos de otros Estados.

Concretamente, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, Drago que era canciller. condenó el uso de la fuerza por parte de GB, Alemania e Italia contra Venezuela por el cobro de una deuda.

Hoy, Venezuela es el escenario de la confrontación entre los EEUU contra la presencia de China y de Rusia en la región.

La Democracia funcionan como una excusa. Si fuera cierto por qué no hacerlo contra la misma China que no tiene elecciones. Lo mismo con los DDHH, porque no hacerlo contra Arabia Saudita que no los respeta.

Como lo dicen ellos mismos: «business are business». Es el mercado el que manda.

Entonces, como argentinos deberíamos preguntarnos dónde está nuestro negocio. O si, simplemente, hemos dejado de ser lo que solíamos ser.

Coronel (R) Ejército Argentino: Lic. en Estrategia y Organización y Postgrado en Defensa en el Institute of World Politics de los EEUU. Fue agregado militar adjunto en los EEUU y director del Centro Argentino para el Entrenamiento de Operaciones de Paz. Dicta conferencias internacionales en manejo de crisis complejas y de reforma del sector Defensa y Seguridad. Es autor de varios libros y de numerosos artículos sobre estos temas.

Mendoza, 25/1/2019

(*) Cnel (R) Carlos Pissolito Colaborador de DG

 

CONFERENCIA EN LA ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA DEL EJÉRCITO DE PERÚ

El Director de Dossier Geopolitico Lic. Carlos Pereyra Mele, fue invitado el viernes próximo pasado a disertar en la Primera conferencia del año lectivo para los oficiales alumnos de los Cursos de la VII y VIII cohorte de la maestría de Estrategia. Presentado por el Sr. Tte Crl Jose Avalos Arellano, como analista político argentino, especialista en geopolítica y geoestratégia suramericana, disertó sobre: “500 años de dominio occidental llegan a su fin.

Inició su conferencia con un agradecimiento al Perú, por ser unos de los países que brindó apoyo a Argentina en momentos cruciales de su historia, durante la Guerra del Atlántico Sur.

Algunos de los pasajes de su Conferencia:

Globalizados: El mundo está cambiando. La Geopolítica ha reemplazado a las ideologías en los conflictos internacionales. Las actuales condiciones de fragmentación no se reducen a problemas coyunturales de las capacidades estatales o a fallas puntuales en el sistema políticos sociales. Antes bien, hay que pensar el presente como un momento fundacional y al mismo tiempo problemático de la experiencia de un mundo en un estado de transición a la multipolaridad. La Globalización como fenómeno y proceso histórico tiene una velocidad inédita. La política mundial se entremezcla con la política nacional y regional, los límites de sus esferas se tornan débiles conformando una triple relación dialógica entre lo local, regional y mundial.

Pensamiento estratégico: En consecuencia, dado los cambios Geopoliticos y el Nuevo Orden Mundial en conformación que se da, por enfrentamiento entre los  Países que denominamos: Atlantistas contra Continentalistas. Estamos transcurriendo este primer cuarto del Siglo XXI y con una nueva posibilidad para rescatar y re definir un auténtico Pensamiento Estratégico y Geopolitico para nuestra Isla Continente: Suramerica
“Pues América, nos exige a los americanos no imitar  para llegar a ser dueños de nosotros mismos y así fundar una estirpe. Para esto, ella, nos ofrece su grandiosa matriz que definimos como lo hóspito.”

Planificación: Para ello deberemos romper con estructuras mentales y paradigmas que nos fueron impuestas como verdades reveladas y tener ese pensamiento crítico y práctico, para obtener la suficiente libertad de pensamiento que permita diseñar políticas de estado propias y no ser meros espectadores de los cambios mundiales. Pero para ello deberemos partir de un análisis internacional serio y basados en hipótesis concretas para poder tener ese pensamiento crítico estratégico propio, que no nos cansaremos de convocar.

Choque entre Atlantistas y Continentalistas: realizó una breve descripción de Atlantistas (EEUU, Unión Europea, Japón) y los Continentalistas (China, Rusia, Turquía, Irán, India) y además transmitió las Tendencias hacia el 2030 (realizadas por los tanques de Ideas de EEUU y Europa), donde solo quedan EEUU y Alemania dentro de las 10 primeras economías mundiales y las Euroasiáticas desplazan a todos los demás miembros del ex G7.

“Tablero Inestable” y sus consecuencias sobre nuestro Continente Sur Americano.

A este tablero inestable lo sintetizamos hoy en el 2018, así:
1. Nivel supremo. Multipolaridad con tres centros: Washington, Moscú y Pekín.
2. Nivel de elevada autodeterminación. Unión Europea y Japón.
3. Nivel de resistencia: India, Turquía, Sudáfrica, Australia, Canadá, Brasil que tienen capacidad de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. O sea tienen autodeterminación interna y muy limitada autodeterminación externa.
4. Nivel de dependencia. El resto de los países, prácticamente toda Iberoamérica.

Concluyó: Siempre nos dicen que cuando hay una crisis, también hay oportunidades, como vimos en la descripción anterior, el mundo está en reconfiguración y por ello en crisis. Y recordemos entonces que la historia, tal como en la primera década de del siglo XIX, nos pone de nuevo ante la posibilidad, de alcanzar un nuevo estadio de independencia ya no solamente formal política, sino cultural, económica tecnológica.
Hoy en día, los cambios mundiales vuelven a darnos una oportunidad de consolidar una unidad regional que nos permita tener la capacidad de limitar la interferencia de la globalización en nuestro propio territorio, en un mundo ávido de recursos naturales y con la venta de los mismos, Para utilizar los capitales obtenidos el fortalecimiento de las áreas de Ciencia y Tecnología y poder entrar en el mundo de la revolución industrial 4.0. Se impone entonces el “realismo político”: aquel que nos permite asumir con un cierto escepticismo los proyectos teóricos, pero no por eso dejarlos de pensar e intentar realizarlos.  

Perú, Lima, 18/01/2019

Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele y el Sr.. Tte Crl Jose Avalos Arellano

 

 

Hoy por hoy nuestra región Latinoamericana no sigue ajena a las innumerables embestidas, organizadas e implementadas por potencias extranjeras con plenos intereses en este último rincón del mundo; una zona de vital importancia geoestratégica, quizás la de mayor importancia en los próximos 50 años, debido a los múltiples bondades que ofrece para toda la comunidad mundial, empezando por los recursos naturales, pasando por las riquezas vírgenes por descubrir en zonas aun inexplorada por la raza humana para culminar con la contaminación de nuestra  aun democracias frágiles pero que garantizan a nuestros ciudadanos una vida en paz y plena para su normal desarrollo.

Una de esas embestidas en tantas sufridas estos últimos años, sobresale como una especie de moda en Latinoamérica la: Guerra jurídica o LAWFARE, una palabra inglesa de reciente acuñación que aún no figura en el Diccionario Inglés de Oxford, y es una contracción gramatical de las palabras «ley» (Law) y «guerra» (warfare), esta última para describir una forma de guerra asimétrica. define «Guerra jurídica» como el uso ilegítimo interno, o del derecho internacional con la intención de dañar a un oponente, consiguiendo de dicha manera la victoria en unas relaciones públicas, paralizar financieramente a un oponente, o atando en el tiempo a estos para que no puedan perseguir otras empresas como presentar sus candidaturas a cargos públicos. El término «guerra jurídica» se usa más comúnmente como una etiqueta para criticar a los que utilizan el derecho internacional y los procedimientos legales para hacer reclamaciones contra el Estado, especialmente en áreas relacionadas con la seguridad nacional.

Son varios los juristas y expertos que se han pronunciado sobre esta problemática en cuestión. Hay voces que expresan que desde el final de la guerra fría, los EEUU prefieren tener el control sobre Latinoamérica, por vías de apariencia democrática, como ser a través del control del Poder Judicial; sin emitir juicio personal sobre el mismo, nuestro país es una muestra acabada de ello, al menos la realidad va marcando y demostrando esta modalidad con varios dirigentes del campo popular, mas allá de los diferentes casos, para no generalizar la cuestión.

Las características más comunes que se perciben y que en la actualidad parecieran ser algo normal en cualquiera de nuestros países hermanos, debido al silencio sepulcral de quienes tienen la responsabilidad, puesto que fueron elegidos legítimamente en elecciones democráticas para representar y defender al pueblo de estas embestidas, están rodeadas de un inentendible silencio sepulcral. Entre esas características a la que se ha hecho mención precedentemente son: Jueces vinculados a una determinada parcialidad política, testigos pocos fiables, ausencia de pruebas, implicación de los grandes medios de comunicación, condena decidida de antemano, entre otras, prácticamente en resumen, un disciplinamiento estricto, que en nada ayuda a consolidar las instituciones democráticas.

Según un sondeo de Américas Barometer, se estima que un 19% de la población latinoamericana paga sobornos. He ahí una posible explicación antropológica y cultural. Sea real o percibida, lo cierto es que el explosivo crecimiento de las redes sociales, la expansión de una clase media políticamente muy activa y la extendida percepción de que las instituciones y las estructuras económicas favorecen a una pequeña élite han disparado la visión de la corrupción como uno de los mayores problemas.

“Te ayudo a ganar elecciones y tú me das esa concesión millonaria”. Este modus operandi, particularmente potenciado por la gigantesca constructora brasileña Odebrecht, se ha normalizado. Y los antiguos gobiernos de izquierda (particularmente el argentino y brasileño), salpicados por las declaraciones incentivadas por leyes que favorecen la delación, aún no han hecho autocrítica, seguramente por miedo a que podría usarse en su contra, obviando que la verdad tiene una fuerza propia. No obstante, las ex presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, la primera encausada por corrupción y la segunda destituida tras un golpe de Estado institucional, han lanzado un mensaje en el que destaca el concepto “lawfare”, criticando la utilización del aparato judicial como arma para destruir a la política y a los líderes opositores.

Entre otros ejemplos o casos emblemáticos en la región podemos mencionar los casos de:  El 24 de enero de 2018 el Tribunal Supremo de Brasil ratifica la sentencia contra el que fuera presidente del país y actual candidato mejor situado en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales, Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión por corrupción. Acaba en prisión en abril de 2018 y resulta inhabilitado para la reelección presidencial.

El 9 de abril 2018 la Fiscalía de Colombia ejecuta una orden de captura con fines de extradición de los EEUU contra el diputado electo del partido FARC y responsable de la implementación del Acuerdo de Paz Jesús Santrich, por un supuesto delito de conspiración para exportar cocaína a los EEUU. Desde entonces permanece en prisión, apartado de la implementación del acuerdo de paz y sin haber podido tomar posesión de su escaño en la Cámara Legislativa a pesar de no existir acusación alguna contra él en Colombia.

El 3 de julio de 2018 se dicta por un tribunal de Ecuador una orden de prisión y captura internacional contra el ex presidente Rafael Correa. Previamente, el 14 de diciembre de 2017, era condenado a seis años de prisión el vicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción. Y el 17 de junio de 2018 era capturado en Madrid, por solicitud de Ecuador, Pablo Romero, quien fuera parte del equipo de Gobierno de Rafael Correa.

Una perspectiva lógica señala a esta modalidad como un tipo de guerra sin armas y de apariencias democráticas con tres modalidades de ataque minucioso en tres dimensiones, ellas serian: Geográfica: los atacantes eligen el campo más ventajoso, en este caso un tribunal que mejor atienda su objetivo de acabar con su opositor. Dos: entremado de una ley específica para esa guerra. Y tres: los medios de comunicación para crear una sensación de presunción de culpa. Las estrategias del “lawfare” pasan por abusar de las leyes vigentes para deslegitimar y perjudicar la imagen del adversario. Usar el proceso legal para cercenar su libertad, intimidarlo, silenciarlo, influenciar negativamente a la opinión pública para anticipar la sentencia condenatoria y cercenar el derecho a una defensa imparcial.

Los objetivos que se persiguen son similares a los que otrora buscaban directamente las Fuerzas Armadas: deslegitimar y perseguir figuras políticas populares opuestas a sus intereses. Y lo hacen a través de expertos, que manejan el lenguaje jurídico, en contraposición al lenguaje contaminado por la política. El proceso de recorte del Estado y de lo público incluyó la reforma jurídica como parte de la batalla contra la ineficiencia del Estado. La corrupción venía de la mano de una mala gestión de los políticos que creían e impulsaban lo público, y debía ser extirpada para devolver la supremacía de lo privado.

En ese sentido, no resulta sorprendente constatar que la persecución judicial se ha exacerbado contra funcionarios de gobiernos donde el Estado recuperó su protagonismo en materia económico-social, agrandando al Estado y revalorizando lo público. Y se ha cebado con los líderes latinoamericanos que impulsaron ese cambio. Tampoco pueden pasarse por alto el «timing político», ya que el caso judicial (como arma) se hace público en momentos de alto coste político para la persona o grupos que son desprestigiados; la reorganización de los aparatos judiciales, las élites, con el control del aparato del Estado, colocan en espacios clave a «técnicos» (abogados, jueces, fiscales) vinculados al poder de turno para atacar al adversario y prevenir situaciones hostiles que puedan provenir de este; o el doble rasero de la ley: pueden salir a la luz varios casos, pero se elige hacer seguimiento a unos para producir consentimiento sobre la corrupción como enfermedad del Estado y de lo público, y se invesibilizan o desestiman otros, como es el caso de las empresas offshore que Macri tenía en Panamá.

Por último, y más allá de gobiernos de izquierda o derecha, sumado ahora a nuevos actores, pero nunca para bien sino a tono con la decadencia moral de estos tiempos el poder judicial que permitió que América Latina fuera uno de los continentes con más corrupción institucional en muchos casos se benefició de ella, que nunca fue capaz de combatirla, ahora se ha convertido en un arma de intervención directa en los asuntos políticos internos, al servicio de los intereses de las oligarquías y fuerzas conservadoras foráneas y locales. La guerra jurídica implica un gran retroceso en los procesos de fortalecimiento institucional de los países de América Latina. El Poder Judicial debería mantenerse al margen de la confrontación política para evitar repetir fracasos institucionales de otras épocas que le causaron graves crisis de legitimidad y el desafecto popular. Esta injerencia en los asuntos políticos supone la anulación de la independencia judicial por su consciente politización, y provoca irremediablemente la desaparición de la división de poderes que sustenta el Estado de Derecho. El lawfare se ha convertido en uno de los mayores peligros para la democracia en todo el mundo y en especial en América Latina.

Sin dudas estas líneas obedecen a expresar la decadencia en la que paulatinamente fue cayendo la dirigencia política en general de los últimos tiempos, y también porque es menester hacerse el mea-culpa como requisito sine qua non, para poder comprender el contexto histórico por el cual atraviesa nuestra región y merced a todas estas problemáticas, diagramar el tipo o modelo de estado que queremos, en esta nueva etapa de la historia signada por las nuevas tecnologías por mencionar algunos de los cambios trascendentales y quizás el más importante, junto a las riquezas en recursos naturales que hoy marcan sin dudas la agenda mundial, y dichos potenciales aún siguen intactos, mientras tengamos políticas de soberanía y de defensa de lo nuestro, que hoy por intereses foráneos y gracias a mercaderes internos, ponen en riesgo el futuro de los mismos.

El futuro de Latinoamérica, será sin dudas estará atado a la integración regional y a la reconstitución de la hermandad en los pueblos hermanos, tal como lo soñaron y lucharon por ello San Martin y Bolívar, una Patria Grande, unida en Estados Continentales, para poder hacer frente a este nuevo mundo y su nuevo entorno.

Dr. Mario Ramón Duarte Abogado

Juez de Faltas – Corrientes – Argentina

Especialista en Derecho Municipal de Faltas y Contravencional

Sec. Gral. CEEYPP. Argentina-Mexico

Analista del Equipo Dossier Geopolítico

Experto en Ciberseguridad y Ciberdefensa

 

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_jur%C3%ADdica

https://www.eldiario.es/tribunaabierta/lawfare-guerra-juridica-democracia_6_806029406.html

https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2018-01-24/hemeroteca_articles/lawfare-o-como-destruir-sin-armas-la-izquierda-latinoamericana

https://criterio.hn/2017/12/26/estados-unidos-designa-presidente-honduras-redvoltaire/

Los Estados Continentales y el Mercosur. Alberto Methol Ferre. Ed. HUM. URUGUAY (2013).-

 

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo      

Primer análisis Radial Geopolítico de las tendencias globales en este 2019.
Camino a cerrar el primer cuarto de este Siglo XXI.
Y las proyecciones posibles

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de DG

AUDIO: https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31276558_1.html?fbclid=IwAR1IlHp_mdolgqs8hR1JRAGIdqWA5XCKOFvaAxlLWX8TkNcX-J5WDAkhzo4

 

Nota: Visión Eurocentrista

A medida que Estados Unidos deja de liderar el orden internacional, cada vez más países tratan de reforzar su influencia mediante la intromisión en conflictos de otros Estados. En esta nueva era de puesta a prueba de los límites, el presidente de International Crisis Group, Robert Malley, enumera las 10 guerras de las que hay que estar pendientes en 2019.

En un mundo con menos reglas, la única verdadera es saber cuánto es posible hacer sin pagar un precio por ello. Y la respuesta en el mundo de hoy es: mucho.

A medida que se desvanece la hegemonía indiscutible de Estados Unidos, el orden internacional sufre convulsión tras convulsión. Cada vez hay más dirigentes que sienten la tentación de poner a prueba los límites, se disputan el poder y tratan de reforzar su influencia —o disminuir la de sus rivales— entrometiéndose en conflictos de otros Estados. El multilateralismo y sus mecanismos de contención sufren el acoso y el cuestionamiento que representa una política más transaccional y de suma cero. Los instrumentos de acción colectiva, como el Consejo de Seguridad de la ONU, están paralizados; los de responsabilidad colectiva, como la Corte Penal Internacional, son ignorados y despreciados.

La nostalgia puede ser ilusoria. Pintar un retrato demasiado favorable de la era de la hegemonía occidental sería engañoso. El uso de armas químicas por parte de Irak contra Irán en los años 80; las matanzas de los 90 en Bosnia, Ruanda y Somalia; las guerras de Afganistán e Irak tras el 11-S; la brutal campaña de Sri Lanka contra los tamiles en 2009 y la caída de Libia y Sudán del Sur ocurrieron en una época —y a veces debido a— de dominio estadounidense y un Occidente razonablemente coherente. Un orden liberal y teóricamente basado en ciertas reglas no impidió que los que habían establecido esas normas se las saltaran cuando les parecía. En otras palabras, la erosión de la influencia occidental se ve distinta desde Moscú, Pekín y el sur del planeta que desde Bruselas, Londres y Washington.

Aun así, para bien o para mal, durante años, el poder de Estados Unidos y sus alianzas fueron determinantes en los asuntos internacionales, fijaron los límites y estructuraron los órdenes regionales. Ahora, con el declive de la influencia de Occidente, acelerado por el desprecio del presidente Donald Trump hacia sus aliados tradicionales y los problemas de Europa con el Brexit y los nacionalismos, los líderes de todo el mundo están empezando a probar y tantear hasta dónde pueden salirse con la suya.

Muchos de esos líderes, en la política interior de sus respectivos países, adoptan una mezcla nefasta de nacionalismo y autoritarismo. La mezcla varía según los lugares, pero suele incluir el rechazo a las instituciones y las normas internacionales. La crítica de un orden mundial injusto no tiene nada de nuevo. Ahora bien, si antes esa crítica solía tener su origen en la solidaridad internacional, hoy procede sobre todo de un populismo egocéntrico que ensalza la identidad social y política en sentido estricto, denigra a las minorías y los inmigrantes, ataca el Estado de derecho y la independencia de la prensa y eleva la soberanía nacional por encima de todo lo demás.

Trump es quizá el ejemplo más visible, pero no el más extremo, ni mucho menos. El viento sopla en todo el mundo a favor de los gobernantes autoritarios. Están dándose cuenta, a veces para su asombro, de que los mecanismos de contención están derrumbándose, y su forma de comportarse como consecuencia de ello alimenta a menudo los actos de violencia y las crisis. La expulsión en masa de 700.000 rohingyas en Myanmar, la brutal represión de una revuelta popular por parte del régimen sirio, la obvia determinación del Gobierno de Camerún de aplastar una rebelión anglófona en lugar de abordar los motivos de queja que la provocaron, la guerra económica del Gobierno venezolano contra su propio pueblo y el silenciamiento de la disidencia en Turquía, Egipto y otros países, no son más que unos cuantos ejemplos. Todos ellos motivados, en parte, por lo que los gobernantes consideran una luz naranja donde antes había una luz inequívocamente roja.

Estos líderes también ponen a prueba las normas más allá de sus fronteras. Después de anexionarse partes de Georgia y Crimea y fomentar la violencia separatista en la región del Donbas en Ucrania, ahora Rusia está haciéndose notar en el Mar de Azov, envenenando a disidentes en Reino Unido y socavando las democracias occidentales mediante la guerra cibernética. China impide la libertad de navegación en el Mar del Sur de China y detiene de forma arbitraria a ciudadanos canadienses, incluido Michael Kovrig, de International Crisis Group. Arabia Saudí ha traspasado los límites con la guerra en Yemen, el secuestro de un primer ministro libanés y el repugnante asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en su consulado en Estambul. Irán planea atentados contra disidentes en territorio europeo. Israel se atreve a sabotear de forma cada vez más sistemática las bases para una posible solución de dos Estados.

Estas acciones no son nuevas ni tienen la misma dimensión. Pero sí son más audaces y descaradas. Y todas tienen una cosa en común: parten del supuesto de que infringir las normas internacionales tiene pocas consecuencias.

El Gobierno estadounidense no ha sido un espectador inocente. El desprecio de Trump hacia los derechos humanos y su afición a la diplomacia transaccional han marcado un tono asombrosamente negativo, igual que su incumplimiento de los compromisos internacionales de Estados Unidos: rompe el acuerdo nuclear con Irán y, peor aún, amenaza con imponer sanciones económicas a los que decidan respetarlo; da a entender que abandonará el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio si no se cumplen las demandas de Estados Unidos, en vez de trabajar desde dentro para obligar a Rusia a cumplir sus obligaciones; y señala, con sus críticas a la Corte Penal Internacional y sus discursos arrogantes sobre la soberanía, que ni Estados Unidos ni sus amigos tienen por qué rendir cuentas de sus actos.

El peligro de la batalla campal actual no se limita a la violencia que ya ha generado. El mayor peligro es el de cometer errores de cálculo. Si un líder convencido de que es impune se extralimita, puede provocar una reacción inesperada de otro y un sucesivo toma y daca que muy bien puede escalar si no existe una tercera potencia creíble y dispuesta a desempeñar el papel de árbitro.

Por supuesto, no todo el mundo se sale siempre con la suya. Parecía que Bangladesh iba a devolver por la fuerza a algunos refugiados rohingyas a Myanmar pero se detuvo, seguramente debido a las presiones internacionales. La temida reconquista de Idlib, el último bastión rebelde en Siria, bajo los auspicios de Rusia, se ha evitado por ahora, en gran parte gracias a las objeciones turcas, europeas y norteamericanas. Lo mismo ocurre (también por ahora) con una posible ofensiva encabezada por los saudíes contra el puerto yemení de Hodeida: a Riad y Abu Dabi les han impedido actuar en gran parte las advertencias sobre las repercusiones humanitarias y el deterioro de su prestigio internacional.

En otros países, dirigentes que preveían poder actuar con impunidad se han sorprendido al ver la gravedad de las reacciones: por ejemplo, el presidente ruso Vladimir Putin ante las duras sanciones y la muestra de unidad y determinación de las potencias occidentales después de la anexión de Crimea y el asesinato de un antiguo agente en suelo británico, o el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman ante la indignación desatada por el asesinato de Khashoggi.

Sin embargo, en general, es difícil no tener la sensación de que estas son las excepciones que prueban la ausencia de reglas. El orden internacional que conocemos está descomponiéndose, y no está nada claro qué vendrá a sustituirlo. Es muy posible que el riesgo resida, más que en el destino final, en el proceso hasta llegar allí. Tal y como ilustra con creces la lista de 10 guerras de las que conviene estar pendientes en 2019, va a ser un camino accidentado y peligroso.

Fuente: https://www.esglobal.org/las-guerras-de-2019/

*Juan Martin González Cabañas / analista junior en dossiergeopolitico.com

«El entorno geopolítico es el más peligroso que ha existido en décadas«.

Esa es la línea de apertura del informe “Top Risks 2019” de la consultora Eurasia Group, una firma de consultoría y análisis de riesgo político cuyos clientes incluyen importantes instituciones financieras globales y corporaciones multinacionales.

El mayor riesgo, según el informe del Eurasia Group, no es que 2019 sea el año en que el mundo como lo conocemos se desmorone, aunque eso es posible si por ejemplo los chinos y los estadounidenses entran en una guerra comercial que causa una profunda recesión, entre otros eventos factibles de suceder, pero lo más riesgoso es la configuración que tomara este reordenamiento mundial y la incertidumbre que generan ciertas variables.

El informe sostiene que:

  • «Las alianzas de Estados Unidos en todos lados se están debilitando”                                               
  • «El gobierno de Trump considera que las alianzas son corsés que restringen la capacidad de los EE. UU. Para perseguir sus intereses. Esto crea oportunidades para otros líderes mundiales como el chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin”.
  • Esta tendencia populista / nacionalista que representan Trump y otros líderes se está «volviendo más radicalizada a medida que un número creciente de trabajadores en todo el mundo pierden sus empleos en la automatización y no tienen la educación, capacitación o habilidades para encontrar un nuevo empleo. «
  • “Estas tendencias polarizantes se están explotando políticamente en todo el mundo industrial avanzado y en los mercados emergentes más ricos… y junto con el conflicto entre EE. UU. Y China se intensificarán con la próxima recesión económica mundial»

Top 10 riesgos geopolíticos principales del 2019 según la consultora Eurasia Group

1. Las Semillas de la tormenta: riesgos como “el cambio climático, pero en la esfera geopolítica”. Incluyen las relaciones entre Estados Unidos y China; la fragmentación de Europa, incluido el Brexit; las fuerzas decrecientes de las alianzas e instituciones mundiales como la UE, el G20, el G7 y la OMC.»Más del 90%» de los eventos geopolíticos en desarrollo mas relevantes y que el Eurasia Group sigue ahora “van en dirección de colisión».

2. Estados Unidos y China. El Eurasia Group no está «confiado» en que los desacuerdos comerciales y económicos entre las dos economías más grandes del mundo «se resolverán pronto».
Incluso si se alcanza un acuerdo sobre las tarifas, la fricción económica se mantendrá entre las dos mayores potencias: Estados Unidos querrá que sus compañías reduzcan la dependencia de los aportes de China y las transferencias en el sector de alta tecnología y China tomará represalias. Las posibilidades de una confrontación militar accidental aumentarán.
Hace un tiempo, en Washington y Beijing, se consideraba que la mejor manera de manejar su futura rivalidad era tratar de mantener la relación lo más amigable posible, durante el mayor tiempo posible. Eso ha cambiado, especialmente en los EE. UU. que ha adoptado un enfoque abiertamente de confrontación con China en la administración Trump, lo que ha desatado una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo. Se espera más discordia en los ámbitos tecnológico, económico y militar

3. Los “ciber guantes” se podrían desenfundar. El 2019 podría ser un punto de inflexión para la ciberseguridad a medida que EE.UU se vuelva más agresivo, participando potencialmente en ataques cibernéticos “preventivos” y permitiendo que actores privados tomen represalias por ciberataques. Tal agresividad es poco probable de funcionar porque esos actores tienen menos que perder al pasar a la ofensiva y otras naciones aumentar la apuesta contra EE.UU.
Este año es probable que sea un punto de inflexión en la competencia cibernética. Por primera vez, EE. UU. Realizará un esfuerzo serio para establecer una disuasión real al proyectar su poder cibernético de manera mucho más asertiva.

4. “Populismo europeo y Brexit”. El 2019 podría ser el año en que los “populistas” ganen más poder, erosionando la Unión Europea desde adentro. Se espera la llegada en las elecciones de más euroescépticos desde la derecha y desde la izquierda al parlamento europeo que en última instancia podría “socavar la cohesión de la Comisión Europea” y la habilidad de la UE de rescatar a miembros en crisis económicas.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, casi no tiene oportunidad de aprobar su impopular acuerdo de retiro cuando lo someta a votación. Eso promete un 2019 muy desordenado en Europa. Tres años después del referéndum, casi cualquier resultado de Brexit sigue siendo posible.

5. Los EE.UU en casa. Se vivirá un clima de volatilidad política excepcionalmente alto debido a una creciente confrontación entre Trump y una Cámara de Representantes demócrata que repercute en los mercados.

6. El invierno en la innovación. Se predice una reducción del capital financiero y humano disponible para impulsar el desarrollo tecnológico. Se señala como causa a tres factores: las preocupaciones sobre seguridad de los estados líderes para reducir su exposición a proveedores extranjeros; las preocupaciones sobre la privacidad que hacen que los gobiernos regulen más estrechamente la forma en que se pueden utilizar los datos de sus ciudadanos; y las preocupaciones económicas que llevan a los países a poner barreras para proteger a sus nuevos campeones tecnológicos.

7. La “coalición de los no dispuestos” La elección de Trump fue un golpe para el compromiso de Washington de proteger un orden mundial liderado por Estados Unidos durante décadas. Desde entonces, Trump ha reunido a algunos compañeros de ruta, una coalición de líderes mundiales que no están dispuestos a defender esos principios, y algunos incluso se empeñan en derribar ese sistema.

8. México Los ambiciosos planes económicos y sociales de AMLO podrían chocar con su capacidad fiscal. Su gestión en seguridad será un verdadero desafío.

9. Ucrania “La interferencia rusa en las elecciones parlamentarias y presidenciales, ya sea para apoyar o socavar a candidatos es una certeza”, lo que implicaría mas sanciones por parte de la UE y EE, UU. Los gobiernos ruso y ucraniano no se retiraran de sus posiciones del Mar de Azov, en el estrecho de Kerch o territorios cercanos, aumentándose la posibilidad de incidentes militares. La clase dirigente rusa ve a Ucrania como un territorio vital en su zona de influencia y perímetro de seguridad.

10. Nigeria El país más poblado de África y el mercado más importante del continente tendrá sus elecciones más disputadas desde el retorno de la democracia en 1999. esto inclusive podría significar una crisis política, en un ambiente polarizado y una gran incertidumbre en un mercado critico.
Uno de los candidatos es el presidente Muhammadu Buhari, un líder anciano y enfermo que carece de energía, creatividad o conocimientos políticos para mover significativamente la aguja a los problemas más difíciles de Nigeria. El otro es el ex vicepresidente Atiku Abubakar, perseguido durante mucho tiempo por las denuncias de corrupción.