Por qué los Estados Unidos fracasaron en Afganistán Por Henry Kissinger

La toma del TALIBÁN de Afganistán centra la preocupación inmediata en la salida de decenas de miles de estadounidenses, aliados y afganos varados por todo el país. Su rescate debe ser nuestra prioridad urgente. La preocupación más fundamental, sin embargo, es cómo los Estados Unidos se vio obligado a retirarse en una decisión tomada sin mucha advertencia o consulta con los aliados o las personas más directamente involucradas en 20 años de sacrificio. Y por qué el desafío básico en Afganistán se ha concebido y presentado al público como una opción entre el control total de Afganistán o la retirada completa.

Un problema subyacente ha perseguido nuestros esfuerzos de contrainsurgencia desde Vietnam hasta Irak durante más de una generación. Cuando los Estados Unidos arriesga la vida de sus militares, pone en juego su prestigio e involucra a otros países, debe hacerlo sobre la base de una combinación de objetivos estratégicos y políticos. Estratégico, para dejar claras las circunstancias por las que luchamos; político, para definir el marco de gobierno para sustentar el resultado tanto dentro del país en cuestión como a nivel internacional.

Los Estados Unidos se ha desgarrado en sus esfuerzos contrainsurgentes debido a su incapacidad para definir metas alcanzables y vincularlas de una manera que sea sostenible para el proceso político estadounidense. Los objetivos militares han sido demasiado absolutos e inalcanzables y los políticos demasiado abstractos y esquivos. El hecho de no vincularlos entre sí ha involucrado a los Estados Unidos en conflictos sin puntos terminales definibles y ha provocado que internamente disolvamos el propósito unificado en un pantano de controversias domésticas.

Entramos en Afganistán en medio de un amplio apoyo público en respuesta al ataque de al-Qaeda contra los Estados Unidos lanzado desde el Afganistán controlado por los talibanes. La campaña militar inicial se impuso con gran efectividad. Los talibanes sobrevivieron, fundamentalmente, en santuarios paquistaníes, desde los que llevaron a cabo la insurgencia en Afganistán con la ayuda de algunas autoridades paquistaníes.

Pero mientras los talibanes huían del país, perdimos el enfoque estratégico. Nos convencimos de que, en última instancia, el restablecimiento de las bases terroristas sólo podría evitarse transformando a Afganistán en un Estado moderno con instituciones democráticas y un gobierno que gobernara constitucionalmente. Tal empresa no podría tener un calendario conciliable con los procesos políticos estadounidenses. En 2010, en un artículo de opinión en respuesta a un aumento de tropas, advertí contra un proceso tan prolongado y entrometido como para poner incluso a los afganos no yihadistas en contra de todo ese esfuerzo.

Porque Afganistán nunca ha sido un Estado moderno. La estadidad presupone un sentido de obligación común y centralización de la autoridad. El suelo afgano, rico en muchos elementos, carece de estos. La construcción de un Estado democrático moderno en Afganistán donde el mandato del gobierno se ejecute uniformemente en todo el país implica un período de tiempo de muchos años, de hecho décadas; esto va en contra de la esencia geográfica y etnorreligiosa del país. Fue, precisamente, la fragilidad, la inaccesibilidad y la ausencia de una autoridad central en Afganistán lo que lo convirtió en una base atractiva para las redes terroristas en primer lugar.

Aunque una entidad afgana distinta se remonta al siglo XVIII, sus pueblos constituyentes siempre se han resistido ferozmente a la centralización. La consolidación política y especialmente militar en Afganistán se ha desarrollado a lo largo de líneas étnicas y de clanes, en una estructura básicamente feudal donde los agentes decisivos del poder son los organizadores de las fuerzas de defensa de los clanes. Por lo general, en un conflicto latente entre ellos, estos caudillos se unen en amplias coaliciones, principalmente, cuando alguna fuerza externa, como el ejército británico que invadió en 1839 y las fuerzas armadas soviéticas que ocuparon Afganistán en 1979, busca imponer centralización y coherencia.

Tanto la calamitosa retirada británica de Kabul en 1842, en la que sólo un europeo escapó de la muerte o el cautiverio, como la trascendental retirada soviética de Afganistán en 1989 fueron provocadas por una movilización temporal entre los clanes. El argumento contemporáneo de que el pueblo afgano no está dispuesto a luchar por sí mismo no está respaldado por la historia. Han sido feroces luchadores por sus clanes y por su autonomía tribal.

Con el tiempo, la guerra adquirió la característica ilimitada de campañas de contrainsurgencia anteriores en las que el apoyo interno estadounidense se debilitó progresivamente con el paso del tiempo. Básicamente, se logró la destrucción de las bases de los talibanes. Pero la construcción de una nación en un país devastado por la guerra absorbió fuerzas militares sustanciales. Los talibanes podrían ser contenidos pero no eliminados. Y la introducción de formas de gobierno desconocidas debilitó el compromiso político y aumentó la corrupción ya generalizada.

Afganistán repitió así patrones previos de controversias domésticas estadounidenses. Lo que el lado contrainsurgente del debate definió como progreso, el político lo trató como un desastre. Los dos grupos tendieron a paralizarse mutuamente durante las sucesivas administraciones de ambos partidos. Un ejemplo es la decisión de 2009 de acoplar un aumento de tropas en Afganistán con un anuncio simultáneo de que comenzarían a retirarse en 18 meses.

Lo que se había descuidado era una alternativa concebible que combinara objetivos alcanzables. La contrainsurgencia podría haberse reducido a la contención, más que a la destrucción, de los talibanes. Y el curso político-diplomático podría haber explorado uno de los aspectos especiales de la realidad afgana: que los vecinos del país, incluso cuando se oponen entre sí y, ocasionalmente, contra nosotros, se sienten profundamente amenazados por el potencial terrorista de Afganistán.

¿Habría sido posible coordinar algunos esfuerzos comunes de contrainsurgencia? Sin duda, India, China, Rusia y Pakistán a menudo tienen intereses divergentes. Una diplomacia creativa podría haber destilado medidas comunes para superar el terrorismo en Afganistán. Esta estrategia es la forma en que Gran Bretaña defendió los accesos terrestres a la India en todo el Medio Oriente durante un siglo sin bases permanentes; pero con una disposición permanente para defender sus intereses, junto con partidarios regionales ad hoc.

Pero esta alternativa nunca se exploró. Habiendo hecho campaña contra la guerra, los presidentes Donald Trump y Joe Biden emprendieron negociaciones de paz con los talibanes a cuya extirpación nos habíamos comprometido e indujeron a los aliados a ayudar, por  20 años. Estos, ahora, han culminado en lo que equivale a una retirada estadounidense incondicional por parte de la administración Biden.

Describir la evolución no elimina la insensibilidad y, sobre todo, la brusquedad de la decisión de retirada. Los Estados Unidos no puede escapar de ser un componente clave del orden internacional debido a sus capacidades y valores históricos. No puede evitarlo retirándose. La forma de combatir, limitar y superar el terrorismo, potenciada y apoyada por países con una tecnología cada vez más sofisticada y que se amplía a sí misma, seguirá siendo un desafío mundial. Debe ser resistido por intereses estratégicos nacionales junto con cualquier estructura internacional que podamos crear mediante una diplomacia acorde.

Debemos reconocer que no hay disponible ningún movimiento estratégico dramático en el futuro inmediato para contrarrestar este revés autoinfligido, como hacer nuevos compromisos formales en otras regiones. La imprudencia estadounidense agravaría la decepción entre los aliados, alentaría a los adversarios y sembraría confusión entre los observadores.

La administración de Biden, aún, se encuentra en sus primeras etapas. Debería tener la oportunidad de desarrollar y mantener una estrategia integral compatible con las necesidades nacionales e internacionales. Las democracias evolucionan en un conflicto de facciones. Alcanzan la grandeza por sus reconciliaciones.

Henry Kissinger es un exsecretario de estado estadounidense y asesor de seguridad nacional.

https://www.economist.com/by-invitation/2021/08/25/henry-kissinger-on-why-america-failed-in-afghanistan

El ascenso de China significa la caída de Estados Unidos Por Paul Kennedy

Nada ha consumido más a los pensadores de la política exterior a lo largo de los años que la cuestión de si Estados Unidos está en un declive irreversible como potencia mundial. Los recientes acontecimientos en Afganistán, que marcan otra retirada estadounidense de Asia, sin duda, alimentan ese sentimiento.

Pero un problema a más largo plazo para los políticos estadounidenses es el aumento constante del poder chino. ¿Está el país a punto de superar a los Estados Unidos y cuáles son los mejores criterios económicos y militares para medir tal transición en los asuntos mundiales? ¿No está China plagada de problemas internos, sólo parcialmente disfrazados por las inteligentes relaciones públicas de un estado autoritario? ¿O acabó la era de Pax Americana, para ser reemplazada por el siglo asiático?

Probablemente no sea prudente apresurarse a un «sí» inmediato a la última pregunta. Gran parte de los Estados Unidos y el mundo sigue igual que en la década de 1980 cuando escribía “El ascenso y la caída de las grandes potencias” (Random House, 1987). También es cierto que hubo períodos en los últimos 40 años en los que la posición relativa de los Estados Unidos pareció haberse recuperado nuevamente, a mediados de la década de 1990, después del colapso de la Unión Soviética y en 2003, después del aplastamiento de Saddam Hussein, el líder de Irak. Sin embargo, esas recuperaciones siempre fueron de corta duración, en comparación con varias cosas importantes que han cambiado, y no en beneficio de los Estados Unidos. Considere tres cambios significativos de más largo plazo: en las relaciones internacionales, en la fuerza militar y en el poder económico.

La primera es que la constelación de fuerzas político-estratégicas ha cambiado desde el mundo bipolar de la guerra fría de hace medio siglo, cuando los Estados Unidos se enfrentaban solo a una Unión Soviética en declive. El sistema internacional, ahora, comprende cuatro o quizás cinco Estados muy grandes. Ninguno de ellos puede, ni a través del poder duro ni del poder blando, obligar a los demás a hacer lo que no quieren hacer.

Ya había evidencia de este cambio hacia un mundo multipolar cuando estaba redactando el último capítulo de “Rise and Fall” a mediados de la década de 1980. Pero ahora, en la tercera década de este siglo, el panorama global parece mucho más variado, con varios Estados-Nación grandes en la cima (China, Estados Unidos, India y Rusia), seguidos por la Unión Europea y Japón, e incluso por Indonesia e Irán.

Esto marca una redistribución muy significativa del poder mundial, por lo que simplemente no es suficiente afirmar, si es correcto, que los Estados Unidos sigue siendo el número uno: porque incluso si es el gorila más grande de la jungla, es solo uno más en un montón de gorilas! Y es irrelevante para el argumento decir que la posición de Rusia se ha encogido incluso más que la de Estados Unidos, cuando ambos han perdido terreno relativamente, que es, después de todo, de lo que trata la teoría realista de las grandes potencias.

El segundo cambio es que las fuerzas armadas de los Estados Unidos son considerablemente más pequeñas y más antiguas que en la década de 1980. ¿Cuánto tiempo, en realidad, puede la Fuerza Aérea seguir remendando y volando sus notables bombarderos B-52 de 70 años, que son más viejos que todos sus oficiales en actividad? ¿Y cuánto tiempo puede la Marina seguir renovando sus destructores Arleigh Burke de 30 años de antigüedad? Incluso si fue solo una vergüenza temporal tener al Pacífico occidental despojado de portaaviones en mayo pasado cuando el grupo del USS Eisenhower estaba cubriendo el inicio de la retirada afgana, el hecho es que la Armada tiene hoy menos portaaviones operativos de los que tenía 40 años atrás.

Como el Pentágono despliega regularmente sus barcos en diferentes regiones, es posible que el país simplemente no tenga suficientes para cumplir con sus numerosos compromisos globales. Para el historiador, entonces, los Estados Unidos se parece bastante al antiguo modelo de los Habsburgo, con unas fuerzas armadas grandes, aunque fatigadas, repartidas en demasiadas regiones. Y la derrota de los Estados Unidos en Afganistán, que dejó equipo militar esparcido por gran parte de ese país, también se parece a los Habsburgo.

Mientras tanto, China parece estar mostrando sus músculos en todas partes. Y detrás de la cuestión del tamaño de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se esconde un problema mayor: si la era de las armas como los aviones tripulados y los buques de guerra de gran superficie no está pasando y puede haber desaparecido para el 2040. Uno tiene la corazonada de que con algunos drones dominando el campo de batalla o el océano se los podrá controlar en el futuro, las probabilidades entre los Estados Unidos y adversarios como China, Rusia o Irán pueden cambiar porque la ventaja de sus propios soldados mejor entrenados desaparecerá. Las revoluciones militares del pasado tendieron a beneficiar a los Estados Unidos; la siguiente puede que no.

¿Pueden los Estados Unidos pagar el precio de mantenerse a la cabeza? Debe preguntarse con franqueza qué porcentaje de su producto interno bruto se necesitaría para tener un ejército que cumpla con las muchas obligaciones del país (actualmente gasta alrededor del 3,5%). Incluso el 4% del PIB no sería suficiente y, si bien el 6% podría hacerlo, sería un precio tan enorme que se puede escuchar gritar tanto a los economistas como al Congreso.

Pero, ¿qué más podría hacer una futura administración estadounidense si —una idea desagradable, apenas discutida— China decidiera gastar mucho, mucho más? ¿Qué pasaría si su líder autocrático, Xi Jinping, decidiera que ha  llegado el momento de que China destinara el 5% o más de su PIB en aumento a sus fuerzas armadas? Este es un escenario que, simplemente, no estaba presente hace medio siglo, y nadie en Washington parece querer hablar de ello.

Esto plantea el tercer cambio y un factor crítico de poder: la fuerza económica relativa. La mayor transformación global desde la década de 1980 se ha producido en el tamaño de la economía china actual en comparación con la de los Estados Unidos. Cualesquiera que sean las preguntas válidas que se puedan plantear sobre el poder económico de China, como sus estadísticas poco fiables, una fuerza laboral futura cada vez más reducida, etc., el hecho es que todavía crece a un ritmo más rápido, tanto antes como después del Covid-19. Su economía, medida en términos de PIB ajustado por paridad de poder adquisitivo, ya es tan grande como la de los Estados Unidos.

Esta es una estadística asombrosa y apunta a una condición que no existía desde la década de 1880, cuando la economía estadounidense superó a la británica. Durante todo el siglo XX, la economía estadounidense fue, aproximadamente, de dos a cuatro veces mayor que la de cualquiera de las otras grandes potencias. Los Estados Unidos era, aproximadamente, diez veces más grande que Japón cuando Pearl Harbor fue atacado y tres veces más grande que Alemania cuando Hitler le declaró la guerra precipitadamente.

Esa condición única está terminando y se está produciendo un cambio asombroso en los asuntos mundiales debido a la combinación del tamaño demográfico y de la prosperidad creciente de China. Con una población de 1.400 millones en comparación con los 330 millones de los Estados Unidos, sus ciudadanos solo necesitan obtener la mitad de los ingresos del estadounidense promedio para que su economía total sea el doble. Eso le daría a China una enorme cantidad de fondos para futuros gastos de defensa. Ni un presidente demócrata ni republicano podrían hacer mucho al respecto.

Aquí, como venganza, sería un episodio más de “El ascenso y la caída de las grandes potencias”. Quizás todo lo que el presidente Xi necesita hacer, imitando a Deng, es evitar errores y dejar que la economía y la capacidad militar de China crezcan, década tras década. Esto presentaría el mayor desafío que los Estados Unidos pueda enfrentar: otro tipo en la cuadra tan grande como él mismo.

Paul Kennedy es profesor de historia en la Universidad de Yale y autor o editor de 19 libros. Actualmente está trabajando en una nueva edición de “El ascenso y la caída de los grandes poderes”.

https://ucpnz.co.nz/2021/09/01/paul-kennedy-on-whether-chinas-rise-means-americas-fall/?lang=en

Traducción de ambos artículos: Carlos Pissolito
Fuente: https://espacioestrategico.blogspot.com/2021/09/afganistan-que-dicen-los-expertos.html

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

Las Guerras Proxy’s

AUDIO

En la columna semanal del Club de la Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, comienza su análisis definiendo el concepto de “GUERRA PROXY” o Guerra de Aproximación Indirecta, como la provocada por una potencia en territorio ajeno, utilizando a terceros países como sustitutos, generando conflictos fratricidas y fomentando el enfrentamiento de bandos internos, con el objetivo de crear desestabilización de gobiernos y/o importantes desórdenes y violencia en el país y región de influencia. 

Un análisis que hace clara referencia a la estrategia actual y futura del imperio anglosajón en Afganistán, luego de su reciente derrota y huida, donde esas potencias ya están instalando una nueva versión de esa “Guerra Proxy”, según la forma clásica de provocar tensiones siempre desde un segundo plano, valiéndose de cualquier método para encender conflictos y mantenerlos activos el mayor tiempo posible, mientras se boicotea todo intento de acuerdo o pacificación entre los involucrados, como son los esfuerzos de Turquía, Qatar, Irán, Pakistán más el apoyo manifiesto de China y Rusia, para que el Talibán forme un gobierno moderado y estable. 

Y para esa guerra utiliza herramientas cómo el terrorismo, la guerrilla, el vandalismo callejero, el narcoterrorismo, los tumultos, las crisis económicas, las catástrofes naturales o humanitarias, los complots judiciales, los enfrentamientos raciales o tribales, las disputas fronterizas, las diferencias culturales o religiosas y cualquier otra circunstancia de la zona elegida, donde los servicios de inteligencia han dejado sembrados las semillas envenenadas de los futuros conflictos. Siempre con el objetivo de que el estado o región afectada se debilite y termine siendo rehén de los intereses estratégicos de la potencia provocadora. 

En el caso de Afganistán, se trata del fortalecimiento del terrorismo de ISIS y de Al-Qaeda, con abundante información que confirma sus estrechas relaciones actuales con la CIA, para generar el terror permanente y extenderlo a la zona con el propósito de complicar el avance de China con la Ruta de La Seda y debilitar la creciente influencia de Rusia, no solo en Asia, sino también en Europa. 

El politólogo nos explica que la “Guerra Proxy” ha sido un método usado históricamente por Inglaterra a lo largo de los siglos, quién por su demostrada vocación belicista, colonial, imperial y expansiva, aporta a la historia una larga lista de ejemplos, que también han afectado y afectan a Latinoamérica y que permite establecer un hilo conductor en la estrategia en Asia Menor con la realidad actual de nuestro subcontinente, afectada por similar maniobra. 

Y para ello despliega ejemplos como la llegada de Bolsonaro a la presidencia de Brasil, el acoso a Venezuela, el golpe en Bolivia, los obstáculos a Castillo en Perú y la última, con el intento de Piñera para que Chile se apropie de parte de la plataforma marítima argentina, creando un conflicto que garantiza a EEUU que estos dos países nunca podrían llegar a acuerdos de integración, que pongan en riesgo el control absoluto de EEUU sobre el Cono Sur. 

Y sobre este poderío de Washington sobre América del Sur, Pereyra Mele profundiza sobre las bases militares, las tensiones en los mares del sur provocadas por Inglaterra, del control de los dos océanos y del Estrecho de Magallanes, de la Alianza del Pacífico formada por países con gobiernos amables, del escudo protector para frenar el avance de China, de “Las Tres Américas que son una sola isla”, y alerta que para estos y por otros asuntos no menores, la opción de una “Guerra Proxy” siempre está en la agenda imperial. 

Y por último nos muestra la jugada de la Internacional Liberal -que en Argentina se identifica con el PRO- siempre dispuesta a forzar nuevas fricciones internas, agrandar grietas e imponer conflictos en busca de mayores enfrentamientos y de impedir la integración regional en un bloque común que enfrente los desafíos del nuevo orden mundial multipolar que, “le guste a quién le guste”, es un hecho ya incontestable.

Eduardo Bonugli (Madrid, 29/08/21)

TERRITORIO EN DISPUTA

                  Especial para Dossier Geopolitico

José Cordeiro - Blog: Singularidad Tecnológica

La Revolución Tecnológica sin dudas está cada vez más presente en nuestros días, y no admite discusión que es el tema “indiscutible” del siglo XXI, como la automatización, la robótica, y por sobre todo la inteligencia artificial (IA) entre otras, según el historiador y filósofo Yuval Noah Hararí, ésta revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante, donde dos habilidades importantes marcaran la diferencia entre sobrevivir y sucumbir a las perturbaciones sucesivas en el trabajo, en las relaciones y en la política.

Más allá de las diversas formas de ver y encarar esta temática que desvela en sí a la humanidad, muchos expertos en la materia coinciden en que posiblemente y cada vez lo afirman con mayor énfasis, que ésta posible Singularidad Tecnológica se podría dar entre el 2029 y el 2045. 

Traigo también a colación, en esta introducción del tema en cuestión en el presente artículo, un fragmento del prólogo que realizó el Dr. Roberto Uzal (Director de la maestría de Ciberseguridad y Ciberdefensa de la Universidad de Buenos Aires –UBA) a mi obra bibliográfica denominada: Cuarta Revolución Industrial: análisis estratégicos, donde expresa textualmente: “… esta obra del Dr. Mario Ramón Duarte, considerando el contexto actual y su prospectiva en el futuro próximo, constituye un magnífico aporte para encarar inteligentemente los enormes cambios a ser enfrentados en los próximos años. Al respecto se cita la expresión “Singularidad Tecnológica”, la que se refiere a un punto “en el eje del tiempo”; a una fecha en la cual la humanidad percibirá y admitirá que “el efecto Kasparov” (campeón mundial de ajedrez derrotado serialmente por el computador Deep Blue), se ha extendido a los ingenieros, a los médicos, a los comandantes militares y otras profesiones y quehaceres). La inteligencia artificial habrá superado claramente a la inteligencia humana…”.

Ahora bien, realizada la presente introducción a un tema muy sensible en los albores de este siglo XXI, se hace menester realizar una definición lo más aproximada posible a lo que significa la Singularidad Tecnológica, merced a las distintas vertientes existentes en la actualidad que se dedican de lleno a ésta temática. 

Por eso creemos que la Singularidad Tecnológica es un concepto muy polémico que nace de una teoría muy famosa: la Ley de Moore de 1.965 que expresaba que el número de transistores de un microprocesador, se duplica aproximadamente cada dos años, esto sumado a la Exponencialidad de la Tecnología, constituyen una herramienta definitoria para evaluar diversas actividades como la economía y las posibilidades de crecimiento de los Estados-Naciones. 

En fin, Singularidad Tecnológica: es aquella que establece básicamente, que llegará un momento en la historia de la Humanidad, en que la Tecnología se desarrollara de forma tan rápida, tanto que los robots, ordenadores, máquinas, etc, serán capaces de mejorarse a sí mismos y de forma recurrente, llegando a desarrollar súper ordenadores o súper robots que serán muy superiores a nuestra capacidad intelectual y física y posiblemente a nuestro control, en palabras más simples es aquella que sugiere que la velocidad tan acelerada a la que progresa la tecnología provocará que la inteligencia artificial (IA) tarde o temprano exceda la capacidad intelectual de los humanos y por ende el control que tenemos sobre ella.

Frente a este escenario mencionado ut-supra, que pareciera ser tan sombrío como el fin de la humanidad misma tal como se la conoce, surge entonces la necesidad imperiosa de saber si en verdad existen otros caminos para no caer en lo aparentemente inevitable y cuáles serían las posibles soluciones a este entramado? Una de las palabras autorizadas para entender y comprender este embate tecnológico exponencial, es la del filósofo de Oxford Nick Bostrom, quien esboza una serie de interrogantes para poder dar respuesta al planteo de la Singularidad Tecnológica, y a través de ello Bostrom hace hincapié  en que debemos dotar  a esas inteligencias artificiales de unos principios éticos que se alineen con los nuestros, caso contrario caeríamos en el grave riesgo de considerar, una amenaza u obstáculo para sus propósitos y que decidieran quitarnos del medio; además menciona a la creatividad, a las habilidades sociales, la inteligencia emocional, la resiliencia entre otras que hoy son más que esenciales para realizar multitud de tareas que consideraríamos genuinamente inteligente.

El mismo Hararí se pregunta ¿tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente? Y deja 5 puntos interesantes de cara a lo que viene: Nadie sabe cómo será el trabajo en el 2040, la casa de bloque vs. La casa de piedra, el ser humano ya es un sistema hackeable, conocerse más a uno mismo, los nuevos enemigos: la salud y la privacidad.

En otras líneas el Papa Francisco se ha expresado en torno a la Tecnología y su avance exponencial, manifestando que: la inteligencia artificial (IA) está en la raíz del cambio de época que estamos viviendo; que la robótica puede hacer un mundo mejor si va unida al bien común. Además, agrego que, si el progreso tecnológico aumenta las desigualdades, no se logra el objetivo real para el bien de la humanidad, que es el verdadero progreso. Por ultimo dijo, que los futuros avances deben estar orientados al respeto de la dignidad de las personas y de la creación, donde se respeta la centralidad de la persona humana por sobre todas las cosas.

José Luis Cordeiro, profesor en la Singularity University, la innovadora institución académica de Silicom Valley, habla de la edad post-humana; la que puede ser contemplado de 4 formas: “Una es con actitud pasiva sin hacer nada, otra es con una actitud reactiva, tratando de responder a los cambios, con una actitud preactiva, preparándose para esos cambios, o con una actitud proactiva, convirtiéndose en creador de ese futuro; según Cordeiro la última opción es la más recomendable. 

Otra de las grandes personalidades que se ha manifestado de una u otra manera sobre esta temática es el actual Secretario de Asuntos Estratégicos Argentino y Miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales Vaticana el Dr. Gustavo Beliz, quien se realiza grandes interrogantes en torno a la cognificación, pues hoy solo con la Educación clásica no basta, tiene que haber una decisión estratégica en los sectores productivos y ver como se distribuyen los dividendos digitales, y tiene que haber una decisión en conjunto con toda la sociedad, desde sus múltiples esferas. Entonces, ¿Qué podemos hacer nosotros, que no hagan los robots?; ¿En qué podemos educar a nuestros hijos, de tal manera que puedan competir eficazmente con los robots?; y un ejemplo más que interesante es la de los CEOS de Silicom Valley, que no están mandando a sus hijos a aprender Coding, a aprender las matemáticas, geometría, etc; los están mandando a aprender Lider Alard (Filosofía, Ética, Historia, Sociología, etc); los están mandando a estudiar elementos que con creatividad y flexibilidad puedan entender este mundo que viene. Mucho de ciencias duras y también ciencias blandas.

Por último, y como reflexión final en torno a esta temática que amerita otro abordaje más temprano que tarde en otro momento, pero con más interrogantes que respuestas; más allá de toda corriente de pensamiento de tipo tecno-optimistas o tecno-pesimistas, hay un gran pensador llamado Stephen Hawking que dijo: la inteligencia artificial y todos los temas tecnológicos sino son adecuadamente Regulados, pueden poner en riesgo el género humano, tal cual lo conocemos; por eso es más que necesario preguntarse, ¿pueden las maquinas tener Conciencia? Esa frontera de la discusión es la que tenemos ser capaces de advertir hoy, y esto se puede lograr a través de un New Deal Tecnológico. Es innegable ocultar que hay miedo y hay temor entorno al avance tecnológico, pero también debemos saber que hay Esperanzas si se desarrolla una convergencia de voluntades, donde estén comprendidos todas las áreas que conforman una sociedad, como así también bregar por una Regulación ineludible de todas estas cuestiones, donde la suma de elementos como la creatividad, la empatía, la resiliencia, las habilidades sociales y tantas otras más, hagan que el Ser Humano siga siendo el eje de la creación y la tecnología una gran herramienta para su mejoramiento como tal.

DR. MARIO RAMON DUARTE Abogado (UCASAL) – Juez Adm. Faltas M/C (Ctes-ARG) – Esp. Derecho Público (UCSF) – Esp. Seg. Ciud. Y Prev. Del. (FILDSyS)

Académico Argentino AICTEH (Valencia-ESP). – Miembro Dossier Geopolitico (ARG). – Seminarian Biolaw and Bioetic (U. Georgentawn-EEUU).

FUENTES CONSULTADAS

-Cuarta Revolucion Industrial: análisis estrategicos. Autor: Mario Ramon Duarte. Edit. Phillos Academy – 2020.

-Disertacion Dr. Gustavo Beliz – Revista Noticias – 2018.

http://www.eexcellence.es/index.php/entrevistas/con-talento/la-era-de-la-singularidad-tecnologica

https://www.infobae.com/america/mundo/2020/09/27/las-dos-unicas-destrezas-que-necesitaras-tener-para-el-resto-de-tu-vida-segun-yuval-noah-harari/

https://www.xataka.com/robotica-e-ia/mito-singularidad-que-inteligencia-artificial-no-va-a-heredar-tierra

https://www.infobae.com/tendencias/innovacion/2019/03/29/david-orban-en-el-corto-plazo-veremos-maquinas-mas-inteligentes-que-humanos/

https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/papa-francisco-pide-rezar-por-la-robotica-y-la-inteligencia-artificial-548474

El Lic Jorge Poma colaborador de Dossier Geopolitico y Presidente del Centro de Estudios Estratégicos, Geopolíticos e Investigaciones Científicas de Misiones «Gral San Martín» – Posadas – Mnes. nos remite este artículo sobre geopolitica Comparada.- Equipo Dossier Geopolitico

Introducción:

El fracaso de la OTAN (Organización del Atlántico Norte) en Afganistán y Medio Oriente en general, puede hacer renacer la alternativa sionista de la Tierra Prometida, muchas veces proclamadas.

Las ambiciones de las dinastías del poder económico mundial y las descomunales riquezas en recursos naturales de Iberoamérica, son los factores que constituyen el punto de partida y elemento de referencia de las crisis en la Región, a las que aplicaremos una síntesis del análisis comparado.

Por lo señalado advertimos que de todas las hipótesis existentes, elegimos las que creemos las más probables de implementar en la Región y que dividiremos según cada contexto; se nos ocurrió brindar un espacio de comprensión para estas nuevas alternativas de la violencia “pacífica”, mimetizada sin armas militares, con la astucia de los mejores zorros que dominaban el mundo y actualmente pierden influencia al crearse nuevas potencias o alianzas que afectan los intereses aludidos en el segundo párrafo.

La guerra es un acto político o la continuación de la política por otros medios, también es arte para obtener objetivos, etc. En la actualidad las guerras reconocidas en el Derecho Internacional de Guerra, han tomado un giro innovador e ilegal, al mimetizar la legalidad con el desarrollo de falsas acciones como las operaciones de falsa bandera o muchas más, transformándose en guerras híbridas o simbiosis de varias tipologías.

Desarrollo del análisis comparado:

Desde el Norte de Iberoamérica camino al Sur hasta llegar a la Antártida, intentaremos brindar las bases para la comprensión de la situación actual camino al año 2050; en este entorno pensamos y compartimos:

Un país como Méjico, constantemente agredido y denigrado por la mayor potencia militar del mundo y su aliado canadiense, advierte a modo de defensa que se debe impulsar con urgencia la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), ante la inutilidad para Íbero América y la funcionalidad anglosajona de la OEA (Organización de Estados Americanos), el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) y otros organismos creados para favorecer los intereses hegemónicos en la Región.

Especialmente la OEA en su carácter funcional a los intereses norteamericanos en paralelo a la mal llamada Doctrina Monroe, ha demostrado ser una entidad intervencionista vulnerando las autonomías de los Estados Iberoamericanos, valga como ejemplo, entre otros, su intervención en el golpe de estado en Bolivia utilizando a otros países de la región para que den la cara por esa entidad, abundando varios ejemplos que abonan este concepto.

Sumando a lo señalado que el Caribe como “Mar Mediterráneo Americano”, posee la misma finalidad que el similar europeo y su famoso axioma: quien domina el mar domina el mundo y quien domina el mundo domina la “Isla Mundial”, en franca referencia a toda la Europa conocida en aquel momento; en nuestro caso y desde la Geopolítica Comparada como técnica de análisis, mencionamos lo mismo para la Región del Caribe bajo total dominio anglosajón, con algunos focos de rebelión.

Como estrategia sabiamente apropiada, creemos que es la elegida por Méjico al repotenciar la CELAC, única alternativa posible de defensa de nuestros intereses, que es la unión de las naciones iberoamericana para los casos que se presentarán, pues recordemos que el fracaso de Medio Oriente y del Asia profunda en Afganistán, lo pagaremos nosotros.

Continuando con nuestro camino al Sur iberoamericano, nos encontramos con el convenio de ejecución del Canal de Nicaragua, pergeñado por China, con plena aceptación nicaragüense, una propuesta geopolítica brillante.

Recordando el determinismo geográfico del Canal de Panamá, las distintas propuestas, el fracaso francés en la construcción de dicho canal, el éxito norteamericano en el sistema de esclusas, las luchas contra las enfermedades como la fiebre amarilla, el paludismo, etc., la siniestra y deliberada independencia de Panamá o cercenación territorial sufrida por Colombia, para la construcción del canal de marras; y muchas historias y anécdotas más tratadas en piezas bibliográficas mencionadas en las fuentes de consulta.

El determinismo geográfico en Nicaragua, fue resuelto por China con su propuesta de un canal utilizando un lago natural que disminuye los esfuerzos de construcción, claras ideas y hechos para enfrentar ese espacio geográfico, desvalorizan severamente el funcionamiento del Canal de Panamá.

Lo señalado afecta directamente los intereses anglosajones y sus aliados, al presentarse en Nicaragua una alternativa muy superior en espacio, tiempo, esfuerzo y costos de los futuros usuarios. Sintetizando: el Canal de Nicaragua quitará la masa de los clientes del Canal de Panamá, razón por la cual EEUU y sus aliados lucharán para que el proyecto Chino – Nicaragüense fracase, ello conlleva distintas estrategias, como incentivar un conflicto con Costa Rica por agresiones ambientales, con la finalidad de desestabilizar la Región, modus operandi común en su utilización por parte de la OTAN.

El Canal de Panamá obliga a los buques a tener remolcadores en la zona más  estrecha - elEconomista.es

Canal de Panamá – Sistema de esclusas – Resulta estrecho para barcos modernos – Internet

https://sfo2.digitaloceanspaces.com/elpaiscr/2019/05/Proyecto-de-canal-interoce%25C3%25A1nico-en-Nicaragua.-Archivo-Elnuevodiario.com_.ni_-660x330.jpg

Proyecto del Canal de Nicaragua – Mayor amplitud y aptitud de empleo por buques de gran porte. Imagen de Internet.

En referencia la situación geopolítica colombiana, decimos que es un país privilegiado por su geografía bioceánica, siendo el tercer país más poblado de Iberoamérica, pero opera bajo influencia norteamericana, asimismo podemos agregar que constituye el eje que rota entre la Cordillera Andina, la Amazonia y el Mediterráneo de América o Mar Caribe y su entorno.

Aparte de lo expresado previamente, a pesar de sus descomunales hasta desconocidas disponibilidades de recursos naturales, constituye un Estado cuya inestabilidad interna, no le permite el desarrollo que debería auto proporcionarse; es parte de la inestabilidad en la Región por parte de intereses norteamericanos y fronterizos, en el conflicto con Venezuela y el narcoterrorismo interno/externo.

Más que conocida es la situación venezolana, riquísima en petróleo, diamante, biodiversidad, etc., pero completamente desindustrializada por tantos años de petro fiestas vividas, hoy se encuentra bajo una fuerte agresión con la guerra híbrida que le proporciona EEUU, sumado a un bloqueo que no permite su abastecimiento por parte de ningún país del mundo, salvo honrosas excepciones cuya valentía debemos aplaudir, todo lo cual conllevan las lógicas consecuencias de hambre y miseria. Más que un gobierno inepto, la agresión norteamericana, con gran similitud a su accionar contra Cuba, es la máxima responsable de la desestabilización interna/externa que padece Venezuela y la Región.

Brasil está bajo riesgo de cercenar su territorio por el movimiento separatista del Sur, cuya gran industrialización es marcadamente diferente a la pobreza de otras regiones brasileñas, lo que produce una rebeldía intensa entre los empresarios más ricos y exitosos. 

En relación al Amazonas sobreexplotado por multinacionales que devastan el pulmón del mundo, se torna ingobernable desde Brasilia, pues mandan o gobiernan verdaderamente las dinastías del poder económico mundial y bloquean en parte la continuidad del desarrollo geopolítico del Brasil al ritmo que lo venía haciendo hasta llegar a ser la sexta potencia económica mundial.

Perú que nos brindó una ayuda real y verdadera por Malvinas, fue traicionado por un gobierno entregador, no por argentinos bien nacidos; posee un crecimiento actual del 4% anual, lo cual produce cada vez más la concentración de fuerzas armadas chilenas en el Norte, siendo un área de potencial conflicto, cuestión muy inconveniente para la OTAN en sus pretensiones sobre el Mar Austral y su proyección antártica. Pero sigue siendo un país pobre, con riqueza concentrada en pocas manos y sin desarrollo industrial ni tecnológico, además de serias carencias de infraestructura.

Bolivia que logró un crecimiento del 4% anual, con desarrollo socio económico durante década y media en forma sostenida, afectaría seriamente los intereses anglosajones, al manejar por sí mismo sus riquezas estratégicas como el petróleo, minerales, gas y otros recursos naturales, lo cual suma al aferramiento de Chile en el Norte, en tanto que el poder anglosajón, necesita el apoyo chileno en el Sur con la finalidad de concretar la maniobra no militar sino híbrida, expresada en la figura siguiente.

Uruguay con un crecimiento sostenido del 4% anual pero sin desarrollo sustentable, vive como un tipo de paraíso fiscal, la suiza de Sudamérica, obviamente con las honrosas excepciones que gran parte de la población sigue la cultura geopolítica de Alberto Methol Ferré, como la Banda Oriental de las Provincias Unidas del Río de la Plata

Paraguay con el nivel de lavado de dinero más grande de América luego de Wall Street, posee un crecimiento sostenido del 4 % anual pero sin desarrollo alguno, vive de Argentina, Brasil, lavado de dinero y narcotráfico.

Chile con su geopolítica pinochetista mantiene el expansionismo por la razón o por la fuerza, tiene todo el apoyo de la OTAN, especialmente británico con quien posee acuerdos en el submundo del Estado Profundo; en tal aspecto cabe aclarar según nuestra propia apreciación, que nuestros hermanos durante la independencia de medio continente, serán utilizados, explotados y luego descartados por completo, fundamentando ésta hipótesis en que el Plan Andinia de la publicación de Theodor Herzl en su famosa pieza bibliográfica “El Estado Judío”, a fines del Siglo XIX, incluye a toda la Patagonia y Antártida como la tierra prometida, concepto refrendado públicamente por nuestro propios gobernantes al expresar que “La Argentina como tierra prometida debe ser partida y repartida como Palestina” (Ministro Sergio Bergman- 2017) y quien calla otorga.

El Mar Austral constituye el escenario de mayor apetencia por las dinastías del poder económico mundial, por su descomunal posesión en recursos naturales, su proyección antártica, la Pampa Sumergida y otros minerales, flora sumergida, reproducción del krill, etc., aún desconocidos algunos de ellos.

Lo señalado afecta en mayor medida a una Argentina desarmada durante los últimos 66 años y continúa en su decadencia hasta la disolución nacional, tras el dictado de Winston Churchill desde la década del 40 del Siglo XX: 

“No dejen que la Argentina se convierta en potencia. Arrastrará tras ella a toda América Latina” . . . “La estrategia es debilitar y corromper por dentro a la Argentina, destruir sus industrias, sus fuerzas armadas, fomentar divisiones internas apoyando a bandos de derecha e izquierda, atacar su cultura en todos los medios, imponer dirigentes políticos que respondan a nuestro Imperio. Esto se logrará gracias a la apatía de su pueblo y a una democracia controlable, donde sus representantes levantaran sus manos en masa en servil sumisión. Hay que humillar a la Argentina”.

El nuevo mapa bicontinental de Argentina ubica a Tierra del Fuego en el  centro del país | Vía Ushuaia

Doble envolvimiento como maniobra estratégica británica y sus aliados contra la Soberanía Argentina. Mapa Bicontinental Instituto Geográfico Nacional.

Las bases militares terrestres, aéreas y navales de EEUU en Latinoamérica •  Córdoba Global

Bases Norteamericanas en Iberoamérica y el Caribe. Imagen de Internet. Cerco Militar en la lucha por los recursos naturales. Internet

Las bases militares norteamericanas, británicas, de la OTAN u otras en Iberoamérica: 1) Honduras: 1 – 2) Costa Rica: 1 – 3) El Salvador: 1 – 4) Cuba: 1 – 5) Puerto Rico: 1 – 6) Haití: 1 – 7) Panamá: 1 – 8) Colombia: 3 – 9) Perú: 1 – Países Bajos: 2 – 10) Paraguay: 1 – Malvinas: 1 – Argentina: 1 (China) – Antártida: varias.

Sumado a lo expresado precedentemente, habiendo siempre luchado por una conexión por las autopistas hídricas uniendo la Cuenca del Plata, con la Cuenca del Amazonas, Cuenca del Orinoco, Cuenca del Negro y sus salida al Mediterráneo Americano, una verdadera integración iberoamericana, la que disminuiría costos de productos transformados en competitivos ante el mundo entero; debemos incluir el rotundo fracaso de Argentina con la Hidrovía Paraná – Paraguay, al internacionalizar el Río Paraná, una vía navegable interior cuya soberanía exclusiva debe ser de Argentina.

Conclusiones:

  • Revisar el sistema de alianzas iberoamericanos con potencias extra continentales, como deber de estricta justicia, para obtener verdaderamente nuestra independencia, libertad y soberanía, las que hoy están en manos de maliciosos, denigrantes, vergonzosos y traidores acuerdos con piel de cordero con el lobo adentro, en este siniestro submundo del estado profundo.
  • Convenir un protocolo de Traición la Patria, en el que todos los países integrantes, se comprometen al bien supremo de todas las cosas, consolidado en un mismo modo de actuar: Independencia de toda potencia extra iberoamericana, libertad integral y soberanía comunitaria.
  • Cambio en el mapa geopolítico y estratégico en el marco de la unión iberoamericano.
  • Bases Militares extra Iberoamericanas: total 16 más las de la Antártida.
  • De los países que más despegaron en Iberoamérica, debemos separar: Uruguay y Paraguay con un crecimiento sin desarrollo del 4 % anual, en tanto que Bolivia y Perú, produjeron un Desarrollo sostenido del 4% anual por más de 14 años, Brasil, Colombia y Chile mantienen un desarrollo bajo 2/3% anual, Argentina en una decadencia descomunal por agresiones hibridas continentales y extra continentales a tal punto que se corre el riesgo de la disolución nacional.
  • En el Continente Americano los fenómenos geopolíticos de mayor relevancia son: el Canal de Nicaragua, las disputas por el Mar Austral con su proyección sobre la Antártida y las autopistas hídricas que se están implementando.
  • Debemos insistir en la urgente necesidad de una disuasión creíble con la reactivación de todas las fabricaciones militares de Iberoamérica, debidamente integradas coordinadamente.
  • En este sencillo análisis comparado de las actuales situación geopolíticas de interés iberoamericano.
  • Nos vemos en la obligación de reiterar que, en el caso argentino, diríamos que fue sometida a casi todas las tipologías de las guerras desde 1763 hasta el día de hoy y continúa; podemos citar algunos mínimos ejemplos emblemáticos como:
  • El intento británico – portugués de apoderarse del Río de la Plata en 1763, cuyo fracaso derivó en la toma de Montevideo por parte del gobernador de Buenos Aires, quedando los agresores sin base segura para organizar el ataque sobre Buenos Aires, debiendo volverse desahuciados.
  • Las más que conocidas invasiones inglesas de 1806 y 1807, que terminó en la rendición “incondicional” de los ingleses.
  • La invasión y apoderamiento de Malvinas por la fuerza en 1833 por parte del poder inglés.
  • En el año 1845, la batalla de la Vuelta de Obligado, que constituye el ataque de la flota anglo francesa más grande del mundo para la época, al Río de la Plata, la que habiendo obtenido la victoria militar, sucumbió ante el rechazo de la población civil, razón por la que perdieron la batalla debiendo retirarse derrotados, luego de ser nuevamente castigados al regreso de Asunción, en Angostura del Quebracho, Paso del Tonelero y San Lorenzo.
  • Los golpes de Estado desde 1930 a 1976, siempre detrás la siniestra habilidad anglosajona, con la finalidad de mantenernos como el “patio trasero” de EEUU o la “granja” británica, siendo el peor de todos, la “Revolución Fusiladora” de 1955 y su continuación en 1976; todos los golpes de Estado brindaron grandes ventajas a los anglosajones.
  • La guerra civil desatada contra los grupos subversivos o terroristas, los que no se analizan en esta ponencia, sino que fue planeada, organizada, dirigida, apoyada logística y financieramente por los británicos, según pruebas detectadas en su momento como: “Edward Heath, quien ocupó ese cargo entre 1970-74 y fuera el responsable directo del apoyo de armamento y municiones a montoneros. En ese último año, 1974, se descubrieron tres grandes embarques de armamentos clandestinos a Buenos Aires, el más notorio de los cuales fue el caso del súbdito y diplomático británico Mike Bishop, quien por valija diplomática intentó hacer ingresar al país 17.500 proyectiles calibre 9 mm., luego se descubrirían dos embarques más enviados vía aérea . . . “. Esto explicado por Fernando Javier Liebanes; esto y mucho más según mandato de marras por Winston Churchill en Yalta desde 1945.
  • Destrucción de la Industria Nacional, en especial desde 1955 a ésta parte, utilizando los traidores a la Patria de turno, como Issac Rojas, Onganía, Lanusse, Martinez de Hoz, Menem, Macri y tantos otros sumisos a los británicos y sus aliados.
  • El conflicto del Beagle de 1978, sometido “ingenuamente” por Lanusse a ser arbitrado por GB, provocado por el dictamen inglés a favor de Chile, con un claro objetivo estratégico de quitar a Argentina su soberanía en el Mar Austral, enfrentando a dos países limítrofes para sus propias ganancias. El traidor N° 1 en este conflicto fue el ex Presidente Lanusse que con acuerdo secreto con Chile, entrego la decisión del Canal Beagle a los británicos a sabiendas de los intereses anglosajones por Malvinas, el Mar Austral y su proyección Antártica.
  • La Batalla por Malvinas de 1982, cuya cúpula militar, cargada de ignorancia geopolítica, estratégica e incompetencia, fue manipulada por el binomio anglosajón para caer en la trampa de sus propios intereses; tal como lo expresó un analista chileno “Un soldado chileno sabe más de geopolítica que un general argentino», dolió pero es cierto.
  • Los vergonzosos, denigrantes, traidores e ilegales Acuerdo de Madrid I y II, firmados a espaldas del pueblo, de sus representantes que levantaron la mano en servil sumisión, que le brindan toda ganancia a los británicos y absolutamente nada a favor de Argentina ¿eso es un acuerdo o total entrega?; para justificar esta barbaridad histórica mundial, se modificó la Constitución Nacional Argentina, transformando la figura de traición a la Patria, con la finalidad de brindar total impunidad a los traidores a la Patria que favorecen a los poderes anglosajones.
  • Los poderes anglosajones siempre estuvieron en guerra contra Argentina por sus intereses puestos en la riquezas de nuestros recursos naturales y el posicionamiento estratégico de privilegio mundial; lamentablemente la masa del pueblo y sus funcionarios no saben sobre este tipo de guerras y se dejan “engañar” por ser “ingenuos” o por siniestros traidores a la Patria. ¡Argentina despierta que la disolución nacional está muy cerca! 

FUENTES DE CONSULTA:

“El reclamo se refiere a una medialuna de más de 5.000 kilómetros en la que hay una plataforma continental; Argentina pide respetar los límites establecidos por los acuerdos de 1984”. Foto: gentileza.

Especial para La Nueva Mañana

El analista político Carlos Pereyra Mele habló sobre el conflicto entre ambos países generado a partir de un inesperado reclamo del presidente chileno, Sebastián Piñera. Por el Periodista Flavio Colazo 3/9/2021

El analista político Carlos Pereyra Mele, especialista en Geopolítica Suramericana y Director Ejecutivo del tanque de Ideas Latinoamericano Dossier Geopolítico, a la vez que columnista en numerosos medios nacionales e internacionales, dialogó con LNM acerca de las recientes tensiones entre Argentina y Chile surgidas desde un imprevisto cambio de posición del presidente chileno, Sebastián Piñera, respecto a la soberanía en la zona de las aguas australes.

-¿Qué es lo que puntualmente está reclamando Chile como territorios propios en la actualidad, y qué ha provocado una tensión en las relaciones entre Argentina y el país vecino? 

-El reclamo se refiere a una medialuna de más de 5.000 kilómetros en la que hay una plataforma continental y una superposición de intereses entre lo que declaran ambos países que les corresponden. La posición Argentina es la de respetar los límites establecidos por los acuerdos de 1984 .

¿Hay antecedentes de reclamos por parte de Chile respecto a la soberanía sobre estos territorios? 

-La Cancillería argentina declara que no se tienen antecedentes de anteriores reclamos o protestas por esta zona, ni a nuestro país, ni a algún organismo internacional. La Cancillería argentina oficialmente declara: «La medida intentada por Chile pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos, espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad en conformidad a lo aprobado por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar”.

Carlos Pereyra Mele
Carlos Pereyra Mele es analista político especialista en Geopolítica Suramericana y Director Ejecutivo del tanque de Ideas Latinoamericano Dossier Geopolítico.

-En este súbito reclamo territorial por parte del gobierno chileno, ¿es posible especular con factores políticos internos de la nación trasandina, como los desastrosos resultados eleccionarios que la actual administración chilena cosechó recientemente?

-Puede muy bien interpretarse esta hipótesis como cierta, pero no se debe olvidar que el objetivo de la política exterior de Chile, como de cualquier país, es consolidar nuevos espacios a incorporar y controlar, y para ello se usa siempre los claroscuros que dejan las legislaciones internacionales, y los momentos de relaciones de “poder” de cada país.

-¿Cuáles son los intereses geopolíticos y económicos que están en juego en la zona que Piñera reclama para Chile; y en qué se perjudicaría Argentina si se cediera ese territorio a la voluntad del presidente chileno? 

-Los intereses geopolíticos en la zona van in crescendo: primero, el Océano Atlántico Sur volvió a tener más importancia porque el RUGB (Reino Unido de Gran Bretaña) ha incrementado -e incrementará- su presencia en el mismo desde las islas ocupadas -a las cuales se les debe agregar la proyección antártica que va consolidar con el nuevo Gran Puerto de Puerto Argentino-. Segundo, porque Chile también tiene la misma protección antártica que Argentina. Y tercero, porque económicamente no es lo mismo operar para extraer recursos en una zona con plataforma submarina cercana a la superficie del océano a trabajar en los abismos oceánicos. Pero, más allá de estos tres puntos, fundamentalmente afecta nuestras proyecciones bioceánicas y antárticas. El derecho del mar autoriza el paso pacífico de naves en ZEE (Zona Económica Exclusiva) o alta mar, pero siempre se puede crear un conflicto según la voluntad política del país ribereño que lo controla, y si la zona está bajo nuestra jurisdicción esos problemas no existirían. 

– ¿Podría vincularse esta tensión, provocada por el presidente de Chile, al reacomodamiento geopolítico global en curso? 

-Todo conflicto entre países vecinos son de beneficios para los poderes globales, por aquello de “divide y reinarás”. Chile tiene desde el pinochetismo una relación muy especial con EEUU, e histórica con RUGB. Pero creo que los problemas actuales de EEUU e Inglaterra, con la retirada “apresurada” de Afganistán, para decirlo benévolamente, no han influido en esta decisión de la administración chilena. EEUU trata de que la región no se desmadre más, su problema es el Brasil de Bolsonaro, y quiere una Argentina estable para equilibrar el tema Brasil, y esto no ayuda.

-¿Cómo deben tomarse las declaraciones de Oscar Laborde (vicepresidente del Parlasur) al señalar que Sebastián Piñera “está jugando con fuego”? (ver nota en la web de LNM del 31/08/2021) 

-No las considero positivamente.  Estos temas de un conflicto en curso -o conflicto a mediano plazo- exigen una política clara de áreas específicas que monitoreen y aporten información y distintas opciones a seguir para defender el Interés Nacional. Las declaraciones altisonantes no son buena opción para estos temas delicados que deben ser trabajados desde la Diplomacia. Chile señaló hace poco tiempo que nuestro país emitió un Decreto Presidencial Argentino sobre las Nuevas Directivas de Defensa Nacional en el cual había un capítulo en que erróneamente se hablaba de un trabajo “conjunto” en el Estrecho de Magallanes. Chile protestó informalmente primero, y -ante el silencio argentino a esta primera instancia de reclamo- oficialmente después.  Argentina reconoció el error y modificó el texto del decreto. Conclusión: Chile hace un seguimiento con áreas específicas de los temas que puedan afectar a su interés nacional y actúa coherentemente. Ningún político chileno salió a hacer declaraciones unilaterales sobre el tema.

-¿Cómo puede explicarse el comportamiento desentendido del principal partido de la oposición política argentina (PRO) respecto a la defensa de los intereses argentinos en la región en disputa? 

-En mi caso, desde la campaña electoral. Se paraliza la Argentina para discutir lo insustancial. No me imagino que la oposición inglesa no tomaría partido -y acompañaría a su gobierno- si España quisiera recuperar, con declaraciones unilaterales, Gibraltar. O que la oposición rusa no tomaría partido y acompañaría a su gobierno si quisiera, de cualquier forma, Ucrania tomar la Península de Crimea. O que la oposición israelí no acompañe al gobierno cuando se cuestiona que Jerusalén no es la Capital Histórica del País. Pero tampoco se me pasa por alto que una candidata a diputada nacional por la agrupación que usted refiere (PRO) sostuvo públicamente que las Malvinas son inglesas… Por sus frutos los conoceréis. 

Piñera Macri © NA
El PRO, partido que lidera el ex presidente Mauricio Macri, emitió un comunicado que sorprendió a propios y extraños al llamar al diálogo para “llegar a un acuerdo” tras el reclamo del presidente chileno Sebastián Piñera. (foto: NA)

-¿Cuál ha sido la evolución -desde 1881 a la fecha- en cuanto a cesiones territoriales entre ambas naciones? 

-La historia demuestra que lo mejor que nos pudo pasar fue tener una previsibilidad con relación a nuestros diferendos limítrofes con los países vecinos (el tratado de 1881 nos dio esa alternativa) para evitar conflictos de tipo bélicos que nos hubiera desangrado y creado odios permanentes e insuperables; imposibles de olvidar. La historia de Europa es ésa; cuántas veces cambiaron de manos pueblos y regiones, y se disolvieron países, para a la vuelta de la esquina volver a enfrentarse por esos mismos territorios. Primera y Segunda Guerra Mundial son los ejemplos; pero la guerra por la ex Yugoslavia también nos debe hacer recapacitar. Y hoy todos son un triste recuerdo del poder colonial e imperial global que tuvieron. Tuvimos pérdidas y ganancias con el tratado de 1881, pero a pesar de que desde 1881 incorporamos a la “Patagonia” a la fecha -140 años- aún los argentinos tenemos una deuda tremenda que es la conquista real de la misma. Territorios extensísimos y riquísimos pero despoblados y casi no incorporados completamente a la Nación en su conjunto y logísticamente hablando y debemos recordarlo: nuestro Norte es el Sur.

¿Qué reflexiones le despiertan los tratados firmados entre ambos países y la evolución en los conflictos?

-Se me figuran tres como centrales: 1) Debemos recordar que los Tratados y su aplicación dependen de la voluntad política y del poder “real” de una nación. No es lo mismo la Argentina del 1881 económicamente fuerte -con un nuevo estado y ejército profesional-, y un Chile que -por más victorioso que hubiera salido de la Guerra del Pacífico- estaba desangrado y ocupando Perú. Hoy el país que tiene tremendas dificultades económicas políticas y cero poder de disuasión, de poder duro (el militar), es Argentina. 2) Los Organismos Internacionales emiten resoluciones que no son obligatorias, y por ello se debe tener prudencia cuando trabajamos en ese aspecto. Pero a los derechos que obtenemos, por más que no sean vinculantes, es el “poder real” del país el que los transforma (o no) en un estado de situación concreto. Y por último señalar que en política internacional también tienen importancia las relaciones estratégicas que se establezcan -en este caso las que establezca Argentina- , y ello sumado a una diplomacia activa, alerta y permanente nos permitirá sostener y mantener los intereses nacionales que siempre están en juego… Todo lo demás es voluntarismo y con eso no alcanza.  


Breve evolución histórica en los conflictos entre Chile y Argentina

  • 1843. Chile toma posesión del Estrecho de Magallanes y funda el fuerte Bulnes. Argentina reclamó rápidamente por esto.
  • 1881. Se firma el tratado de límites entre Argentina y Chile (ante el compromiso de la neutralidad argentina en la Guerra del Pacífico).
  • 1889. Argentina y Chile convocan a los EEUU para mediar en la entrega de parte de la Puna a Argentina por parte de Bolivia. EEUU falla a favor de Chile.
  • 1893. Se firma el protocolo para la división de Tierra del Fuego.
  • 1902. Se firman tres pactos. Uno aclaratorio en lo referente a la resolución pacífica de todo conflicto entre Argentina y Chile. Se designa a la corona británica como exclusiva mediadora entre ambas naciones.
  • Década del 60. El conflicto por la zona de Palena resuelto por el arbitrio de la corona británica a cargo de Isabel II. La corona falla también favorablemente a Chile sobre su soberanía en el Canal de Beagle y sobre las islas Lennox, Picton y Nueva.
  • 1978. Argentina desconoce este último fallo de la corona británica iniciándose un periodo de fuerte tensión.
  • 1979. Se recurre a la mediación papal a fin de resolver el conflicto por el Canal de Beagle y las tres islas.
  • 1984. A instancias del papa Juan Pablo II se firma el tratado de paz y amistad entre Argentina y Chile promoviendo la cooperación e integración entre ambos países.
  • 1998. Se firma el Acuerdo entre la República de Chile y la República Argentina sobre los límites desde Monte Fitz Roy hasta el Cerro Daudet.
  • 2007. Según hace constar en su autobiografía, Memorias, el ex presidente chileno Ricardo Lagos, en ejercicio de su presidencia, advirtió al presidente argentino Néstor Kirchner con iniciar acciones bélicas contra Argentina por desabastecimiento de gas (esto fue confirmado por un ex funcionario argentino durante la presidencia de Néstor Kirchner). La breve tensión no tomó estado público en su momento. 

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

Las Guerras por el Agua llegaron

AUDIO

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, inicia la columna semanal del Club de La Pluma alertando que la saturación de noticias sobre Afganistán tiene mucho más que ver con la propaganda que con la información y que procura la victimización de Occidente ante su humillante derrota. 

Y de inmediato entra de lleno en nuestro continente donde la situación es fluida en conflictos, para hablarnos del intento de suicidio de la ex golpista y tirana, Jeanine Áñez, que va camino de victimizarse con el apoyo de los sectores económicos, de las fuerzas armadas y especialmente de Washigton, donde están fugados la gran parte de los responsables del golpe.

También se lamenta del asesinato esta semana, del joven dirigente político, Esteban Mosquera, a manos de los sicarios colombianos en este narco estado manejado por los presidentes Uribe y Duque. Y nos confirma que la resistencia popular ha vuelto a activar paros y movilizaciones para forzar un cambio político y un trasvase generacional, como en casi toda Sudamérica, contra la seudo democracia liberal impuesta por EEUU.

Y además, da cuenta del ridículo escándalo de la oposición peruana al intentar impedir el juramento en lengua Quechua de un nuevo ministro de Pedro Castillo, como lo permite la constitución y que demuestra la estrategia de evitar, con cualquier excusa, que no se consolide en Perú el nuevo gobierno legítimo. 

Luego, Carlos nos lleva hasta Etiopía donde ha explotado la anunciada Guerra del Agua con sus primeros 210 muertos, por el llenado de una mega represa en ese país, en lo alto del río Nilo, que afecta al caudal que baja hacia Sudán y Egipto. Y al explicar los detalles de esta violencia tribal, el analista ve la acción de una “mano negra” en la misma, mientras nos señala el hilo conductor de las nuevas formas estructurales del terrorismo supranacional, que condicionan y desestabilizan gobiernos, hasta el punto de que no puedan disponer de sus propios recursos naturales. 

Y ya sobre Afganistán, aborda el resurgimiento del ISIS con los atentados de Kabul que vienen en auxilio de Occidente porque le victimiza y le da excusas para acelerar su retirada, y nos ilustra de los orígenes de este grupo terrorista llamado también DAESH o Estado Islámico, con los dineros de Arabia Saudí, y la participación en ello de EEUU, Inglaterra y Francia, en todas las guerras funcionales a Washington, siempre para crear el caos permanente en el cercano y mediano Oriente, como ocurrió en Siria e Irak, donde el ISIS solo terminó derrotado gracias a las tropas de esos países, a la lucha de Hezbolá, de Irán y de la fuerza aérea rusa. También nos habla de lo que el ISIS es al Islam y de lo que fueron para su formación, las escuelas coránicas de Las Madrazas.

También se refiere a las teorías occidentales sobre “células durmientes talibanes”, del gran desastre que deja Occidente, de la democracia cleptómana basada en el robo a gran escala que desplazó a la idea inviable de una democracia liberal, del imperio de un estado generalizado de corrupción durante los 20 años, de la “locura de Occidente” tratando de imponerse por encima de un milenario mosaico de sociedades, culturas y religiones que conforman decenas y decenas de etnias ancestrales. 

Y aborda la importancia geopolítica de los yacimientos de litio y de las tierras raras en una zona que afecta a la Ruta de la Seda, de los intereses de Rusia y de las gestiones de China para que haya de verdad un nuevo Talibán 2.0, inclusivo y catalizador de tribus.. 

Tampoco falta su análisis sobre el destino desconocido de los 2,6 billones de dólares gastados en la guerra, ni del fabuloso negocio de la banca occidental por financiarla, que ya se habría embolsado 700 millones de los mismos en concepto de intereses, más lo que venga en el futuro, por otorgar un préstamo casi imposible de pagar

Y mientras sentencia que: “… detrás de estos atentados está la mano negra de…  ya sabemos quién”, nuestro director también define durante el audio la palabra TERRORISMO como «Toda acción violenta con fines políticos«. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 29/08/21)

La represa que podria llevar a un nuevo escenario de Guerra en Africa

1 Experto dice que detrás de los atentados en Kabul «hay algunos intereses occidentales que buscan mantener la desestabilización en la región» 

28 ago 2021 – Carlos Alberto Pereyra Mele, analista y director de Dossier Geopolítico, considera que para «establecer un poco de orden» en Afganistán es preciso continuar la retirada de tropas estadounidenses y de la OTAN, cosa «totalmente acordada en las reuniones en Catar entre los talibanes* y EE.UU.». Además, dice que detrás de los atentados realizados este jueves en Kabul por el Estado Islámico, «hay algunos intereses también occidentales que buscan mantener la desestabilización en la región».

2 Preocupación entre habitantes de Kabul ante el avance de los talibanes

14 ago 2021 En Afganistán, los talibanes siguen ocupando cada vez más territorios y ya se han registrado enfrentamientos a unos 80 kilómetros de Kabul. Mientras, los residentes de la capital expresan su temor por el inminente avance de los militantes. El analista político y director de Dossier Geopolítico, Carlos Alberto Pereyra Mele, explica que el éxito de los talibanes está relacionado con la unión de nuevas etnias a sus filas y con la baja moral del Ejército afgano.

Es interesante observar lo que está haciendo China a partir del XIV Plan Quinquenal aprobado por el Pleno del Comité Central del PCCh en octubre del 2020. El gobierno chino ajusta los controles sobre el sistema bancario y financiero, pone límites al poder de las grandes tecnológicas y las subordina al poder del estado. Equilibra la economía y en parte la dirige hacia el consumo y el mercado interno, en eso que llaman economía » de doble circulación»  o «economía dual». Mejoras del salario y la previsión social (jubilaciones). Promoción y mejoras de la accesibilidad a la salud, la vivienda y la educación. Mayor control de la educación privada y recorte de sus privilegios; apoyar y promover la educación pública con mayor financiamiento. Instalar una «currícula» educativa donde predominen los «contenidos» que favorezcan los intereses nacionales y no de los extranjeros.Sin dudas las medidas no son «políticamente correctas»; son claramente antiliberales. Pero no califican para ser consideradas como «medidas comunistas», como puede llegar a verlas la mera opinión o la creencia común. China está tratando de equilibrar y armonizar la libertad individual y la propiedad privada, con el interés del bien común evitando el «laissez faire» económico de las «fuerzas del mercado», para lograr el desarrollo de una comunidad menos desigual, con una drástica disminución de la pobreza  para cumplir con el objetivo de ser un país con una sociedad moderadamente próspera. Llámenlo como quieran, pero para mi no es «comunismo». [Aporte para el análisis que nos remite el colaborador permanente de Dossier Geopolitico Dr. Antonio M. Mitre, del Grupo CEPRID]

Hace años que muchos se preguntan si la República Popular China se ha convertido o no en ‎un país capitalista. El periodista y politólogo Alberto Cruz estima que una serie de recientes medidas ‎que China ha adoptado en los sectores de la economía y la educación –y que han suscitado gran ‎inquietud en Occidente– permiten responder a esa interrogante.‎

Ante el debate sobre si China es capitalista o no, solo hay dos formas de interpretar lo que está ‎pasando allí en los últimos meses: China está pisando el acelerador anticapitalista o está pisando ‎el freno del capitalismo. En cualquier caso, lo evidente es que hay una nueva política ‎en marcha, y a pasos acelerados, y que esa política está circunscribiendo el capitalismo chino, ‎tal y como lo conocemos, y poniendo muy nerviosos a los centros capitalistas globales asentados ‎en Occidente.‎

No se puede, ni se debe, pasar por alto lo que ha significado la pandemia del Covid-19 para ‎estos movimientos, en los que ha quedado claro que China ha interpuesto los intereses de ‎la gente, del pueblo, a cualquier otro. Es decir, que en apariencia –aunque cada vez se está ‎concretando más– estamos viendo una filosofía de gobierno centrado en las personas, ‎en proteger la vida y la salud de las personas, al tiempo que se defiende la propiedad de ‎las personas bajo el sistema básico de la propiedad colectiva. ¿Optimista? Veamos.‎

Todo comenzó en noviembre de 2020, cuando el gobierno chino detuvo la oferta pública de ‎adquisición de acciones del Grupo Ant, propiedad del multimillonario Jack Ma. Esta empresa es ‎‎“el brazo financiero” de Alibaba, el buque insignia de Ma. Todo el capitalismo, sobre todo ‎el capitalismo no chino, salió en defensa de Jack Ma porque «los burócratas de nivel medio»‎ –así se calificó despectivamente,‎ en los países capitalistas, a los miembros del Partido Comunista Chino (PCCh) en los ‎países capitalistas– se habían atrevido a ir contra «el hombre más rico de China». ‎Los capitalistas chinos y no chinos vieron cómo se fortalecía el papel del Estado ‎‎«restringuiendo a la bestia del capital» (sic) en aras del desarrollo socialista y del bien público. ‎Especialmente, porque lo que estaba detrás de ese pulso, que perdió Ma, era la gobernanza del ‎sector bancario chino, que –al contrario de lo que sucede en Occidente– está totalmente en ‎manos públicas.‎

Al gobierno chino no le tembló la mano cuando impidió una operación que «debería haber ‎establecido el nuevo récord mundial» de su tipo y con la que se frotaban las manos todos ‎los capitalistas –chinos o no. Entre el máximo exponente de la burguesía monopolista china y ‎las autoridades políticas de China (la República Popular) existía un claro contraste que expresaba ‎dos puntos de vista difíciles de conciliar: Ma –y otros como él– impulsan el desarrollo de ‎innovaciones financieras sin considerar los riesgos para millones de personas mientras que, para ‎el gobierno chino –los «burócratas de nivel medio»– es imprescindible prevenir y desmontar ‎los riesgos que para millones de personas siempre generan los mercados financieros. O sea, ‎para los «burócratas de nivel medio» prevalece el sentido común, cuando ya hay en el mundo ‎precedentes como la crisis de 2008, provocada precisamente por algo similar en Lehman ‎Brothers, crisis que tuvo cierta repercusión en la propia China unos años más tarde.‎

Sin entrar a desmenuzarlo, lo que vimos (que tomen nota quienes piensan que en China hay un ‎capitalismo clásico al estilo occidental) no es dos concepciones distintas sino un conflicto ‎de clase en dos orientaciones divergentes. Si eso suena muy fuerte, voy a dejarlo en una ‎contradicción inmanente en el uso del modo de producción capitalista, contradicción que ‎da lugar a un choque entre dos líneas opuestas: una más neoliberal y otra más social.‎

China ha apretado las tuercas, y mucho, a las distorsiones del mercado con contramedidas muy ‎fuertes que van más allá de Jack Ma y de sus empresas y esas medidas afectan a todos ‎los aprendices de brujo del capitalismo chino, especialmente a los del mundo digital y los que ‎operan centrados sobre todo en el crédito. Eso nos lleva a pensar en Facebook y en los ‎intentos de ese emporio por crear su propia moneda digital, y también en Amazon, que tiene una ‎idea similar y que se ha ofrecido a Biden, por ejemplo, para distribuir la vacuna contra el Covid-‎‎19.‎

En definitiva, lo que hizo el gobierno chino con esa operación fue afirmar la primacía del poder ‎político (y social) sobre el capital privado.‎

Es obvio que eso no era el comienzo de la desaparición del capitalismo chino. Pero sería miope ‎no ver en ello una seria llamada de atención a los oligarcas existentes y futuros. El capitalismo ‎occidental lo vio claro y dijo que fue «una represión que evidencia el poder centralizado de ‎los comunistas». Así se dijo en Estados Unidos y se repitió en la moribunda Europa, aunque ‎se trataba en realidad de una acción lógica dentro de la «economía de mercado socialista» ‎de China, en la cual los servicios bancarios y financieros operan bajo el control estatal para ‎el interés público. Es decir, se atajó la especulación, se evitaron las burbujas financieras y todo ‎lo que causa las crisis financieras cíclicas que caracterizan el capitalismo. No es que se fuese a ‎producir algo así en China, pero podría haber sucedido si los «burócratas de nivel medio» ‎no hubiesen detenido el proceso. ‎

El hecho es que el gobierno chino decidió actuar para que algo así no se produjese nunca.‎

Es evidente que no se puede negar que en los últimos 40 años, sobre todo en ‎los primeros 30 de esos 40 años, el capitalismo fue crucial para impulsar el desarrollo de ‎la China de hoy. Pero se hizo a un gran costo, al que ahora se le están poniendo cotos. ‎Reconocer esto es puro materialismo histórico. Y, ya que lo mencionamos, se puede recurrir ‎a Marx para argumentar que el control del capital es crucial para el proyecto de desarrollo ‎socialista y que si se deja el capital a su libre albedrío, pronto se pone de manifiesto que ‎sus intereses de clase superan su lealtad a la nación.‎‎

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN‎

En ese camino de 40 años, China ha ganado mucho pero también perdió mucho en términos de ‎filosofía y de valores. El consumismo ocupa, como en nuestras sociedades occidentales, ‎un lugar central. La mentalidad frívola, ansiosa e indolente, también. Los sueños de ‎los burgueses chinos son casi los mismos que en Occidente. Pero, a diferencia de otras partes, ‎en China hay mucha resistencia a esas tendencias, especialmente en las universidades y en un ‎sector nada desdeñable de la juventud. Esa resistencia “universitaria” ya ha obligado ‎al gobierno a modificar el rumbo para alejarse en algo del modelo de enseñanza occidental y ‎recuperar el modelo propio [1].‎

La resistencia de los sectores universitarios tiene un notorio éxito: en enero de 2020 ‎el Ministerio de Educación emitió una normativa que obliga los establecimientos de enseñanza ‎primaria y secundaria a usar sólo libros chinos, ante el hecho que muchas escuelas utilizaban ‎libros de texto extranjeros. La justificación de esa medida no tiene contra-argumentación ‎posible puesto que se señala como objetivo «desarrollar la autonomía académica en lugar de ‎seguir ciegamente la educación extranjera».‎

En ese mismo sector se ha visto otro movimiento, no inesperado pero sí sorprendente por ‎su energía: en julio de 2021 se vio una arremetida contra el muy lucrativo sector de la ‎enseñanza privada. La ofensiva tomó 2 formas: China fortaleció el control sobre la enseñanza ‎privada y, al mismo tiempo, incrementó los fondos y medios dedicados a la enseñanza pública. ‎

En China la educación está muy por encima de la media de cualquier país, especialmente en ‎el ámbito universitario, y las academias privadas, los cursos privados de apoyo y preparación a ‎los exámenes y la educación competitiva llevaban mucho tiempo haciendo su agosto… ‎hasta ahora. Los nuevos ricos, obsesionados con el éxito de su prole, no tienen reparos en ‎gastar lo que sea para que sus retoños se hagan un huequito entre la élite. Eso ha permitido ‎que haya gigantes de la educación parecidos a Jack Ma y algunos de ellos son quienes usan como ‎referencia el modelo educativo de Estados Unidos. ‎

La nueva ley aprobada por el gobierno chino para el sector de la educación restringe bastante los ‎privilegios de que gozaba la enseñanza privada. No sólo eso, sino que también está recuperando ‎textos escolares de contenido propio, alejándose del «modelo occidental» y limitando también ‎esta forma tan importante de penetración del capitalismo en las nuevas generaciones. Prácticas ‎que hasta ahora fueron, si no alentadas, al menos toleradas, ahora ven restringido su marco de ‎acción.‎

Y por si todo eso fuera poco, este mes de agosto ha estado marcado por la adopción de medidas ‎sobre la industria de los videojuegos y su impacto en los menores. Pero aquí hay que hacer una ‎salvedad: la acción no ha venido del gobierno sino de un sector del gobierno.‎

La historia comienza el domingo 1º de agosto, cuando el Diario de Información Económica, ‎vinculado a la agencia de noticias Xinhua, publicó una investigación que calificaba los juegos ‎‎online como «opio espiritual», «droga electrónica» para los jóvenes y estimaba que no debe ‎subestimarse su impacto en la salud de los adolescentes. En China, hablar de opio es como ‎mencionar el diablo porque todavía se mantiene el recuerdo de la «guerra del opio» que ‎Occidente utilizó para hundir el imperio chino e invadir el país. La «guerra del opio» permitió a ‎Gran Bretaña anexar Hong Kong y la drogadicción se generalizó, favorecida por las potencias ‎occidentales.‎

La consecuencia inmediata fue que, al día siguiente, la principal empresa de videojuegos del país ‎perdió en la bolsa más de un 6% y hubo otras que perdieron hasta un 12%, lo cual representa ‎miles de millones –se dice que el equivalente a 55 000 millones de euros.‎

El revuelo fue mayúsculo y algo debió suceder dentro del gobierno o en el Partido porque ‎el artículo fue suavizado con otro en el que desaparecía la expresión «opio espiritual», aunque ‎se mantenía todo lo demás. Por ejemplo, que la adicción a los juegos online tiene «un ‎impacto negativo en la fisiología y en la psicología de los adolescentes», que «afecta el rendimiento académico» y que «conduce a trastornos de la personalidad».‎

Por una parte, el hecho que algunas expresiones se hayan “suavizado” o hayan desaparecido, ‎mientras se mantuvo el grueso del artículo, indica que hay una lucha evidente entre quienes ‎apuestan por el negocio y quienes se preocupan por la población. El sector de los juegos ‎‎online, como en todas partes, es muy lucrativo y genera ganancias por cientos de miles de ‎millones. Y ha habido una especie de “explicación” ya que en un artículo posterior, publicado ‎el lunes 2 de agosto, se dice que es «inmoral culpar a las compañías de videojuegos» porque ‎‎«los padres y la comunidad en general son responsables de abordar el juego excesivo» y que ‎‎«las escuelas, los desarrolladores de juegos, los padres y otras partes deben trabajar juntos».‎

Pero las empresas han percibido la llamada de atención. La más importante de ellas –Tencent, que ‎controla la mitad del mercado chino– dijo el martes –un día después de registrarse las pérdidas– ‎que va a introducir «salvaguardias tecnológicas para limitar el tiempo de juego a los menores de ‎‎12 años». Tencent dice que impondrá un sistema que sólo permitirá jugar una hora diaria en ‎días escolares y 2 horas durante los fines de semana y días feriados, sólo hasta las 10 de la ‎noche y nunca antes de las 8 de la mañana. Tencent también anuncia que inspeccionará a ‎cualquier usuario que siendo menor de edad finja ser adulto.‎

En cualquier caso, es interesante la publicación del artículo, donde se señalaba que diversas ‎encuestas han demostrado que casi un 12% de los alumnos juegan todos los días, que más de ‎un 26% lo hace cada 2 o 3 días y que deben implementarse medidas que complementen ‎las que ya se han puesto en marcha sobre la enseñanza privada, sobre todo en materia de ‎tutorías, para salvaguardar el bienestar social y construir un entorno cibernético saludable, ‎porque se apunta así al desarrollo económico y social a largo plazo. El artículo decía también ‎que «no se puede permitir que ninguna industria se desarrolle de una manera que destruya ‎una generación».‎

Por supuesto, lo palabra menos dura que se ha dicho sobre esto en Occidente es «represión». ‎Como es lógico, en Occidente se habla de las pérdidas económicas –no sólo de las compañías ‎chinas, sino de las occidentales–, se estima que supondrán un billón de dólares y se preguntan si ‎‎«la represión de Xi contra las empresas de tecnología y tutoría [referencia a la enseñanza ‎privada] se detendrá ahí». Aquí es importante el lenguaje: Rusia es «la Rusia de Putin», ‎China es «la China de Xi». Pero a nadie se le ocurre hablar de «los Estados Unidos ‎de Biden», de «la Gran Bretaña de Johnson» o de «la Francia de Macron». Putin y Xi ‎personalizan toda la maldad del mundo y tiene que quedar claro siempre.‎

Evidentemente, arremeter contra las medidas chinas no es políticamente correcto porque ‎en Occidente se hace lo mismo, aunque no se actúa como en China. Por eso en un primer ‎momento se dijo que «se teme que vaya demasiado lejos», que «dañe el sector» y que eso ‎supondrá «dañar el crecimiento a corto plazo y la innovación a largo plazo». O sea, que ‎se puede vigilar (sólo un poquito) a los monopolios de los videojuegos pero, eso sí, sin asustar ‎porque esa vigilancia «genera una reducción del crecimiento del Producto Interior Bruto».‎

En todo caso, «China (la China de Xi, expresión que ya se repite de forma machacona) está ‎restringiendo la economía privada» y eso supone que «los consumidores también están ‎sufriendo».‎

De manera muy gráfica nos dicen que «los líderes del Partido Comunista parecen cada vez ‎más cómodos aceptando un daño económico considerable para lograr objetivos no económicos». ‎Esto es la expresión del capitalismo en estado puro: lo único importante es la economía y ‎no lo social, que el capitalismo considera parte de «objetivos no económicos».‎

En medios chinos izquierdistas chinos, que los hay (claramente maoístas), se habla muy bien de ‎las medidas del gobierno «contra las tendencias antisociales», se resalta que «frenan los ‎excesos del desarrollo capitalista» y «reafirman la primacía del socialismo». No he visto este ‎discurso en las páginas gubernamentales, pero algo de eso hay.‎

Tanto que, ahora sí, cuando ya han pasado unos días, son muchos los medios de propaganda ‎occidentales que hablan de la «nueva represión». Y se leen cosas como ésta: «Alibaba ‎‎(la empresa de Jack Ma) y Tencent, dos de las empresas más grandes de China y entre las ‎más visibles para los inversores internacionales, han recibido grandes golpes». También ‎nos dicen que «muchos inversores estadounidenses están tratando de anticipar posibles objetivos ‎para la próxima represión de China». O que «Muchos analistas han recurrido a leer viejos ‎discursos del presidente Xi y analizarlos en busca de pistas sobre otras empresas y negocios que ‎podrían ser blanco de ataques».‎

Bloomberg, que controla más de un tercio de toda la industria financiera del capitalismo, ‎es quien da la pista definitiva: «Xi ha denunciado el contenido en línea “obsceno”, la desigualdad ‎educativa y la especulación sobre el precio de la vivienda en los distritos escolares populares». Y ‎recalca: «en este punto deberíamos saber que Xi generalmente cumple lo que dice».‎‎

EL ORIGEN: EL XIV PLAN QUINQUENAL‎

A lo mejor se puede dar una pista de por dónde irán ahora las cosas: los bienes raíces (edificios, ‎terrenos, o sea vivienda), disponibilidad y asequibilidad de la atención médica (la experiencia ‎acumulada durante la epidemia de Covid-19 es determinante) y la jubilación (protegerla y ‎asegurarla en condiciones óptimas). No hay que olvidar que China cuenta 1 400 millones de ‎habitantes. Habrá sin duda más sectores –como la educación, aún en proceso de renovación ‎pese a lo referido más arriba–, pero el camino está claro y marcado desde un poco antes de ‎estos movimientos anticapitalistas o de freno al capitalismo. Es lo que en China se conoce ‎como «abordar las tres grandes montañas», que son la sanidad, la educación y la vivienda.‎

El camino que China recorre se trazó en el XIV Plan Quinquenal, aprobado en el XIX Pleno del ‎Comité Central del PCCh, realizado del 26 al 29 de octubre de 2020. Ese camino establece una ‎‎«combinación flexible» de capital público y privado, aunque destacando que «es el Estado ‎el sujeto principal de la economía y quien establece las condiciones económicas». O sea, ‎el interés de las empresas privadas está subordinado al Estado, como ha quedado ‎palmariamente comprobado con la pandemia y en la forma cómo China la enfrentó y está ‎quedando muy en claro también ahora, o más, con las medidas aprobadas –y las que vendrán.‎

Esas medidas están causando sorpresa y alarma en el mundo capitalista occidental. ‎

La transnacional financiera estadounidense Morgan Stanley ha sido quien más claramente lo ha ‎expresado hasta ahora, el 8 de agosto de 2020: ‎

«Está produciéndose un profundo cambio de política en China. Para lograr los objetivos ‎de garantizar la estabilidad social y hacer que el crecimiento económico sea ‎más sostenible, los responsables de la formulación de políticas han iniciado un ciclo de ‎endurecimiento regulatorio de gran y amplio alcance. Este nuevo rumbo dará forma a ‎la evolución de la economía y los mercados de capitales de China en los próximos años ‎‎(…) Si bien este cambio de política no debería sorprendernos, dado que la desigualdad de ‎ingresos es un problema mundial, la velocidad, la escala y la intensidad de las medidas ‎que estamos viendo en China hoy son inesperadas.»‎

Efectivamente, no se lo esperaban. Como tampoco han entendido ni entienden a China ‎ni el marco en el que todo esto se está haciendo: la conmemoración del centenario del Partido ‎Comunista. Porque lo que dice el XIV Plan Quinquenal es que cuando China habla de ‎‎«prosperidad común» y de ser un «país moderadamente próspero», es precisamente lo que ‎está haciendo con la «circulación dual o doble circulación», que es reequilibrar la economía china ‎hacia el consumo. En otras palabras, se acabó aquello de ser la fábrica del mundo. ¿Más claro ‎aún? China quiere menos capitalismo.‎

Morgan Stanley afirma que esto es «un paso atrás desde la perspectiva macroeconómica». Pero ‎esto era previsible desde que se anunció que China ha logrado acabar con la pobreza absoluta. ‎Se supuso que China, como Occidente, iba a quedarse ahí, manteniendo un porciento “aceptable” de su población en la pobreza. ‎

Pero no ha sido así. China ha vencido una etapa y está abriendo otra, para acabar con la pobreza, ‎pero con la pobreza en general, sin adjetivos. Por eso se habla de ser un «país ‎moderadamente próspero» y, para eso, ya alcanzada la primera meta –la eliminación de la ‎pobreza absoluta– habrá luchar ahora contra la desigualdad y acabar con ella.‎

De eso va el XIV Plan Quinquenal chino. Si se quiere reequilibrar la economía hacia el consumo, ‎como se dice, hay que elevar el nivel de los salarios. En eso se trabaja. El año pasado, habiendo ‎vencido ya el coronavirus, China incrementó el salario mínimo en un 46,7%. Está claro que un ‎aumento de salarios ayuda a los hogares… pero también afecta a los empresarios porque ganan ‎menos. Es la eterna lucha entre capital y trabajo y en China ahora está ganando el trabajo. ‎Por eso hay tanto nerviosismo, y malestar, en los grandes centros del capitalismo mundial que, ‎quiérase o no, no están en China. Como dice de nuevo Morgan Stanley: ‎‎

«El resultado es que, a corto plazo, los efectos del ciclo de endurecimiento regulatorio ‎deberían frenar el sentimiento empresarial general, reducir la inversión privada y afectar ‎el crecimiento a futuro. También puede disuadir a los inversores globales de profundizar su ‎participación en los mercados de capital de China.»‎

Hay que recordar la famosa estrategia de «doble circulación» diseñada en este XIV Plan ‎Quinquenal apuesta claramente por el consumo interno frente a las exportaciones. Es decir, ‎China mira más hacia dentro que hacia fuera, en todos los parámetros. Esto debe permitir ‎a China impulsar el desarrollo socioeconómico de su población tanto a corto como a mediano ‎plazo y –lo más importante– libre de presiones externas. ‎

Todos los movimientos aquí mencionados apuntan en esa dirección porque van dirigidos a sectores ‎en los que hay, por una parte, interés de los inversores extranjeros, con lo que se limita un tanto ‎dicho interés del capital foráneo, y, por otra parte, se los circunscribe a un ámbito mucho ‎más nacional y dentro de los parámetros establecidos por el Partido Comunista.‎

Fuente: CEPRID https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2615 

Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor

[1] En 2014, se dio en China un importantísimo impulso a una ‎campaña denominada «Más Marx, menos Occidente» promovida por dos universidades, las de ‎Henan y Nankin, para presionar al gobierno chino para que se aumentara el número de ‎asignaturas marxistas en el sistema de enseñanza. Esa campaña fue asumida por un colectivo ‎de estudiantes llamado “Jóvenes Marxistas” y se ha extendido en prácticamente todos los ‎campus universitarios. Se critican la «pérdida de valores y la confusión social» entre ‎los estudiantes ante una sociedad que va perdiendo su propia cultura en detrimento de los ‎valores occidentales, promovidos por las prácticas capitalistas que se han implantado en China ‎desde hace casi 40 años. El movimiento ha adquirido una magnitud tal que el gobierno chino ‎se ha visto obligado a ir “desoccidentalizando” las materias universitarias e introduciendo ‎lo que el mismo gobierno llama «cursos de pensamiento y política», aunque evita darles un cariz ‎tan marxista como el que reclama este movimiento. Sin embargo, no puede dejar de tenerlo ‎en cuenta y así hay que interpretar la arremetida contra la enseñanza privada y la ‎nueva reglamentación del Ministerio de Educación chino. Nota del Autor.

[Artículo realizado por Silvia Palacios y Lorenzo Carrasco que nos remite el Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIa) para ser difundido por Dossier Geopolitico]

MSIa, 27 de agosto de 2021.- Ante el declive estratégico global por el que atraviesa la nación estadounidense, el gobierno del presidente Joe Biden está sopesando opciones para recomponer las relaciones de su país con Iberoamérica, inestables tras la ruptura del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), cuando Estados Unidos apoyó a Inglaterra en la guerra de Las Malvinas en 1982.

Así como en el resto del mundo occidental, el fracaso del Nuevo Orden Mundial, y su sucedáneo, el programa del “Nuevo Siglo Americano”, encuentran un hemisferio frágil y en crisis, particularmente, un proceso de caos institucional en América del Sur. En este contexto, el gobierno de Biden ha lanzado una ofensiva diplomática, con el despliegue de sus piezas más importantes.

Em julio, el director general de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, realizo una visita relámpago a Brasil, en una evidente misión de “control de daños”, -algo que difícilmente sería asignado a un jefe de la agencia-, una probable respuesta a la inusitada participación del presidente Jair Bolsonaro en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, realizado en junio, invitado personalmente por el presidente Vladimir Putin.

La más reciente fue la gira de la primera semana de agosto encabezada por Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional, acompañado por Juan González, director senior para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional, y de Ricardo Zúñiga, director para asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado y ejecutivos de peso en diversos renglones de seguridad, tecnología y cibernética.

La visita incluyó los tres países de mayor peso regional, Brasil, Argentina, y, por último, México, donde su presidente anunció la invitación para que el presidente estadounidense Joe Biden visite el país en septiembre próximo.  De acuerdo con la programación oficial, los temas de las visitas no contenían ninguna gran novedad fuera de los asuntos generales en los planos económico, ambiental, de seguridad, migratorios, además de la cooperación contra la pandemia del Covid-19.

Lo más evidente en la visita se reflejó en la inquietud geopolítica central en América del Sur – en Brasil y Argentina- por contener la presencia económica de China, reforzando la cruzada estadounidense contra la participación de la empresa China Huawei en la instalación de la tecnología 5G en esos países.

A Brasil se le ofreció, a cambio de su alineamiento, convertirlo en “socio global” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que sería un descalabro para los intereses estratégicos brasileños, porque lo aislaría del resto de los países, principalmente de Argentina.

En Buenos Aires, Sullivan, además de enfatizar el tema del sistema 5G, (menos apremiante que en Brasil, debido a que Argentina ni siquiera ha concluido sus planes para tal renglón) manifestó apoyo para las negociaciones de la deuda de 44 mil millones de dólares que tiene Argentina con el FMI. Adicionalmente prometió la colaboración para controlar la pesca ilegal de China y otras naciones en el Atlántico Sur.

El aspecto más significativo se produjo en la comida en la Casa Rosada, brindada por el presidente Alberto Fernández, en la que Jake Sullivan ofreció: “Nosotros tenemos un nuevo concepto de defensa y seguridad nacional. Privilegiamos la salud, el medio ambiente, la justicia social y la estabilidad económica y financiera de los países”.

Agregó, “nosotros estamos planteando un nuevo pacto social. El presidente Biden busca ser una continuidad avanzada de los planes que en su momento propusieron (Franklin Delano) Roosevelt y (Lyndon Baynes) Johnson”. (Infobae 8 de agosto de 2021)

En México, la presencia de los enviados de Biden, fue un tanto diferente, por la posición geográfica que el país guarda respecto a su vecino del Norte, así como por el tratado de libre comercio T-MEC (NAFTA 2.0) que mantiene dependiente al país a los intereses comerciales de sus socios norteamericanos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió a la delegación de Sullivan enfatizando su propuesta de vincular los temas de emigración y seguridad a proyectos de desarrollo económico, sobre todo hacia América Central y al sur de México; además se restablecerá el mecanismo de negociación de alto nivel para concretar proyectos de colaboración entre las naciones de América del Norte.  Reiteró que es del interés de Iberoamérica, la recuperación económica de Estados Unidos.

Muy promisorio para un nuevo orden hemisférico sería que la diplomacia de Washington se empeñe verdaderamente en un viraje diplomático a la Roosevelt mejorado, dejando atrás sus estratagemas “excepcionalistas” y que despeje el camino para la cooperación de EUA con el resto del continente, cimentada en el respeto a la soberanía de los estados y en el principio de no intervención en los asuntos internos de los estados.

Es decirsin la prevalencia del orden hegemónico que hasta ahora reina en el continente. De hecho, el rompimiento del TIAR en 1982, fue el acontecimiento histórico que marcó el inicio de una ofensiva del poder norteamericano y sus aliados neoliberales en el hemisferio contra los estados nacionales y las fuerzas armadas de Iberoamérica.

Este fue el propósito que tuvo la creación en ese mismo año del Dialogo Interamericano (DI). A partir de ese momento la entidad fue el principal coadyuvante en la elaboración de la política externa hacia el continente, tanto de demócratas como de republicanos, impulsando desde ambas corrientes políticas el mismo programa supranacional: desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, neoliberalismo, legalización de las drogas, indigenismo y ambientalismo, y la supuesta defensa de los derechos humanos ad hoc.

Su antípoda, que restauraría el orden hemisférico, sería un modelo de cooperación que no es lejano del sistema nacional de economía concebida por los padres fundadores de la Unión Americana, y que fue el cimiento del poderío industrial norteamericano hasta la década de los1970.

Es el momento para regresar a su origen anticolonialista, cuando Estados Unidos, se independizó del Imperio Británico y de la dictadura financiera del Banco de Inglaterra (que adoptaron más tarde con la creación del Sistema de la Reserva Federal, vigente hasta la fecha). Significa echar mano de sus antecedentes históricos con un sistema de crédito dirigido a proyectos de economía física, intensivos en innovación tecnológica. La recuperación industrial de los Estados Unidos, en ese sentido, estaría plenamente de acuerdo con los intereses soberanos de las naciones iberoamericanas.

Este es el único futuro posible frente al colapso galopante de un orden mundial supremacista.

De la parte de Iberoamérica, urge escapar del peor colapso institucional de su historia, donde todos los partidos políticos están desprestigiados y sus sistemas económicos volcados a alimentar la usura de la globalización financiera.

Volver a la historia, rescatar el pasado fehaciente apartando las versiones distorsionadas que surgieron a partir de las guerras de independencia, que niegan sistemáticamente el grandioso origen de una civilización mestiza, es la tarea que las naciones iberoamericanas tienen para librarse del colonialismo mental que el iluminismo impuso.

El otro camino es emprender un nuevo sendero colonial que permita que los experimentos de cuño etnonacionalistas, impulsados del exterior y ya peligrosamente enraizados en variadas capas de la sociedad, ayuden a acelerar la desintegración de nuestras naciones.

La recuperación industrial de los Estados Unidos y la recuperación del proyecto civilizador iberoamericano, serán entonces las dos piernas para renovar un sistema de seguridad y desarrollo hemisférico.

[Artículo de Elisabeth Hellenbroich, que nos remite el Director de Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIa) Dr. Lorenzo Carrasco para ser difundido por Dossier Geopolitico]

27 de agosto de 2021.-El impresionante colapso del gobierno afgano ante las fuerzas del Talibán señala un cambió de fase estratégico en la política mundial. Tanto en Occidente como en Oriente, en Rusia, China, India, Irán, Turquía y Oriente Medio, los líderes políticos y los analistas internacionales calificaron el hecho de “fracaso completo de Occidente” y de sus servicios de información.

La guerra de 20 años costó muchas vidas y 1 billón 400 mil millones de dólares, según un estudio de Naciones Unidas (UN), con el pretexto de combatir el terrorismo y llevar la democracia a Afganistán. Téngase en mente que fue durante la presidencia del Donald Trump cuando comenzaron las negociaciones con el Talibán en Doha, Catar, en 2020, y que el presidente Joe Biden, en mayo pasado, anunció la retirada completa de las tropas estadounidenses, en consonancia con las naciones aliadas que todavía permanecían en el país.

Esto abrió el camino para la conquista por parte del Talibán, – un grupo heterogéneo- formado de núcleos terroristas radicales y de otros más moderados. De acuerdo con muchos especialistas europeos, hay motivos para el escepticismo respecto al Talibán, que todavía no ha dado respuesta sobre qué rumbo dará al país. Alertan, igualmente, del peligro de una nueva ola de refugiados afganos, que ya comenzó a extenderse por Irán, Paquistán, Turquía y Asia Central, y que también amenaza a Europa.

Sin embargo, también está claro -y esto ha sido articulado más claramente por voces de Rusia y de Asia Central, vecinos inmediatos de Afganistán-, que la única solución a largo plazo será el empeño común de Occidente, principalmente de la Unión Europea (UE), Rusia, Asia Central, Irán, India, Turquía, Paquistán y China, para encontrar una solución diplomática duradera de la crisis estratégica.

Fue probablemente el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeir quien manifestó con mayor claridad lo que muchos diplomáticos occidentales están pensando. Durante una entrevista colectiva en Berlín, el 17 de agosto, habló de una “tragedia que se está desarrollando, de la cual somos responsables. Es un giro político que cambiará el mundo”. Además, recalcó: “Es el fracaso de los esfuerzos de años en Afganistán para construir una comunidad viable. Y presenta muchas cuestiones fundamentales sobre nuestro pasado y nuestro futuro, en términos de nuestros compromisos políticos y militares. Existen algunas cuestiones amargas que se deben tomar en cuenta, que deben responderse de una forma seria. Las respuestas deben buscarse en un esfuerzo común de la Alianza Occidental, ya que, sin esta alianza y sin su solidaridad, no habríamos ido a Afganistán hace 20 años”.

En una conferencia en la Universidad Federal Báltica, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien ha conversado al respecto con el secretario de Estado, Anthony Blinken, y con su colega chino Wang Yi, afirmó: “Es evidente que Rusia y Occidente necesitan trabajar juntos. Los esfuerzos conjuntos de Occidente y de Rusia para ayudar a resolver numerosas crisis y conflictos regionales son relevantes. Esto se hizo más claro después de que la situación de Afganistán se derrumbó, luego de la retirada precipitada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN”.

El especialista en derecho internacional Francis Boyle, de la Universidad de Illinois, dijo en una entrevista concedida a la agencia informativa rusa TASS que el presidente ruso, Vladímir Putin, está trabajando bastante para limitar los daños, para que Uzbekistán y Tayikistán no sean atacados, y está desempeñando un papel muy constructivo junto con China. Según él, Estados Unidos no invadieron Afganistán para vencer al terrorismo: “Estados Unidos entraron allí para crear una base estratégica en el corazón de Asia Central… y para conquistar el máximo de petróleo y gas que pudiesen de Asia Central. Todo ese proyecto, entonces, fracasó”.

Voces humanitarias

En una entrevista concedida al Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) el 16 de agosto, el Dr. Reinhard Erös, presidente de la organización humanitaria Kinderhilfe-Afghanistan (Ayuda infantil-Afganistán), que ha trabajado en Afganistán desde hace 35 años, afirmó, sobre el gobierno del Talibán, que “habría un régimen de emirato religioso como el que existió entre 1996 y 2001, pero no un gobierno de transición mixto”. Consideró que el nuevo emirato islámico de Afganistán estará determinado por la ley islámica de la Sharía (semejante a la de Arabia Saudita –“nuestros amigos”, que incluye la pena de muerte y las mutilaciones). Al mismo tiempo, señaló que es necesario conversar y negociar con el Talibán, para que la situación no se agrave. Comentó que la guerrilla venció, pues “Estados Unidos, obviamente, nunca quiso conquistar los corazones ni las mentes de las personas”. Lo que faltó fue fundamentalmente una “estrategia” civil y militar, en términos de Clausewitz. En otro artículo señaló que las capas de afganos educados que viven en Kabul, en lugar de huir, deberían permanecer, por ser necesarios para la reconstrucción del país: “Quien se entienda con el nuevo régimen bajo el emirato islámico, vivirá sin guerra. El pueblo afgano necesita el respaldo firme para lograr una recuperación económica, sin ninguna interferencia política egoísta”.

Este fue también el argumento repetido por Malalai Jova, política y activista afgana que en un artículo aparecido en el Süddeutsche Zeitung del 14 de agosto afirmó que la situación es extremadamente crítica con el avance del Talibán; pero, de la misma forma, las tropas occidentales deberían haber dejado el país hace mucho tiempo:

“Debemos reconstruir nuestro país con nuestras propias manos: ¿los compromisos de 20 años fueron en vano? Sí, definitivamente. Las tropas estadounidenses u occidentales fracasaron. Vinieron por intereses geopolíticos y, ahora, parten de nuevo. Los estadounidenses sustituyeron al bárbaro régimen del Talibán con los brutales señores de la guerra y, al mismo tiempo, comenzaron a negociar con el Talibán, sin que la naturaleza del grupo cambiara. Los estadounidenses arrojaron bombas, contaminaron el ambiente e hicieron al sistema todavía más corrupto. Nunca se interesaron por el pueblo afgano. El pueblo afgano debe permanecer junto y luchar contra los terroristas y los señores de la guerra: lo que necesitamos de los países extranjeros no son armas, sino ayuda humanitaria, en particular para proyectos de educación”, afirmó.

Entrevistado por el periódico en línea ruso Vzdlyad, el influyente “kremlinólogo” alemán Alexander Rahr, miembro del prestigioso Club de Debates Valdai, se manifestó a favor de una cooperación entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), así como entre la UE y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), para ayudar a calmar la situación de Afganistán.

Para él, la crisis afgana es una verdadera “prueba de tensión para las relaciones ruso-chinas”. Calificó a la CSTO, que reemplazó a la Comunidad de Estados Independientes en 2002 de “una organización de coordinación política de seguridad”, que incluye a estados como Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Bielorrusia. Afganistán y Serbia tienen la condición de observadores. Uzbekistán dejó la organización en 2012. Rahr reclamó que Estados Unidos todavía pretende “contener” a Rusia y a China, en lugar de concentrarse en la lucha contra el factor islámico. Si se considera que en breve los europeos enfrentarán el problema de los refugiados de Afganistán, advirtió que “los estrategas occidentales deben cooperar con Rusia y China y los estados de Asia Central”.

Los efectos de la crisis afgana en Asia Central

Dentro de este contexto, el pasado 12 de agosto, el Valdai Weekly Newsletter publicó un artículo de Judoberdi Joliknazar, director del Centro para Estudios de Asia Central y China de Tayikistán, en el que describe la situación en algunas repúblicas de Asia Central vecinas de Afganistán, cuyo destino está vinculado a Rusia.

En el texto, Jolinazar señala que la retirada precipitada de las tropas estadounidenses, iniciada en mayo, creó una serie de problemas a los países vecinos:” El primer problema y el más acuciante para todos los vecinos de Afganistán es el flujo de refugiados afganos”. Según él, en junio se inició un ataque en la zona fronteriza afgano-tayika que terminó con la ocupación de toda la zona en un mes. El 7 de julio, el coronel general Anatoly Sidorov, jefe militar de la CSTO, afirmó que “luego de la captura de las regiones fronterizas de Afganistán por el Talibán, el flujo de desplazados internos de Afganistán hacia Tayikistán se está convirtiendo en una nueva amenaza”. Resaltó que, a pesar de que las autoridades de la región de Gorno-Badajshan de Tayikistán han anunciado su disponibilidad para recibir más de 10 mil refugiados afganos, en realidad, hay grandes dificultades para acomodar más de mil refugiados”.

Destacó el peligroso grupo terrorista tayiko-talibán Ansarullah, pues afirma que la frontera tayika-afgana, antes considerada una “frontera amigable”, se está transformando en una “frontera hostil”, lo que aumenta las amenazas potenciales para Tayikistán. Por ello, el gobierno tayiko envió a toda prisa 20 mil reservistas a la frontera con Afganistán, en un trabajo conjunto con la CSTO y la OCS, presididas ambas, coincidentemente, este año por Tayikistán. Sidirov añadió: “Unidades especiales y de mantenimiento de la paz de las Fuerzas Armadas rusas realizarán nueve ejercicios conjuntos de contraterrorismo con tropas de Tayikistán, Uzbekistán y Kirguistán a finales de agosto y septiembre. Los ejercicios a gran escala terminarán con las maniobras estratégicas de la Misión de Paz 2021 de las Fuerzas Armadas de los países de OCS, con la participación de más de 4 mil militares”.

Sidorov observó, igualmente, que los dirigentes de Uzbekistán y de Turkmenistán han sostenido comunicaciones con el Talibán desde finales de la década de 1990, habiendo llegado el primero a crear una plataforma de negociaciones en su territorio para conversaciones de paz entre el grupo y los líderes políticos afganos. Por otro lado, las actividades de los militantes de la organización terrorista Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU), junto con el Talibán, en las zonas fronterizas, están forzando a Uzbekistán a fortalecer su frontera con Afganistán. “La decisión de Uzbekistán de realizar ejercicios militares conjuntos con Rusia para garantizar la integridad territorial de los estados de la región de Asia Central en los que participaron cerca de 1.500 militares de la Federación Rusa y de Uzbekistán, fue muy oportuna”.

La frontera con Afganistán es la más corta (144 km) y, al mismo tiempo, la más protegida de las fronteras de Uzbekistán, en tanto que la frontera de Turkmenistán con Afganistán tiene 804 kilómetros. Sidorov destacó que varios proyectos económicos entre Afganistán y Uzbekistán, así como con Turkmenistán, que deberían firmarse antes de este fin de años, se han suspendido: “Los planes de Uzbekistán de firmar un acuerdo comercial preferencial con Afganistán a finales de 2021, lo que podría aumentar el volumen de negocios mutuos en 2,5 veces, a los dos mil millones de dólares, está ahora en el aire. El destino del proyecto uzbeko de construir un ferrocarril de la ciudad afgana de Mazar-i-Sharif a la ciudad de Herat también parece incierto”. Lo mismo sucede con varios proyectos económicos entre Turkmenistán y Afganistán.

Concluyó con un argumento muy semejante al de Rahr, es decir, que “los acontecimientos recientes en Afganistán muestran claramente, una vez más, que los países post soviéticos de Asia Central deberían cooperar estrechamente con organizaciones regionales internacionales como la CSTO y la OCS, con el fin de proteger sus soberanías e independencias nacionales”.