16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, presenta la columna semanal del Club de La Pluma, en medio del impacto mundial por la humillante derrota de EEUU y su precipitada huida de Afganistán, y con el titular de “LA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA”, por haberla prevista en este espacio, desde hace mucho tiempo. 

Y en ese análisis, aborda el proceso histórico de lo que él llama “EL GRAN JUEGO”, que se remonta al siglo XIX con la lucha entre Rusia, Turquía e Inglaterra por controlar precisamente la zona del Asia Central donde está Afganistán, también recuerda la independencia que este país arrancó a los ingleses en 1919 tras sucesivos triunfos militares, y nos explica cómo un siglo después, este GRAN JUEGO, heredado y continuado por EEUU y que abarca al mundo entero, ha llegado a su fin ante el inevitable cambio total de liderazgo mundial, con un Occidente Imperial en desbandada, agotado, sin liderazgo, con aliados débiles y temerosos y con el freno y derrumbe de su “Doctrina Del Caos Organizado”, aquella que consistía en crear conflictos permanentes para impedir la unidad del gigantesco continente superpoblado de Eurasia. Una estrategia que le dio buenos resultados y por mucho tiempo en todo el mundo, diseñada para mantener a una parte del mismo en permanente crisis, mientras que daba solidez a sus aliados y lograba así un control absoluto del globo terráqueo. 

Nos relata Carlos que es tan gigantesco el desconcierto estratégico y doctrinario de Occidente ante la derrota, que hasta se refleja en los desubicados titulares de la prensa, y entre ellos, los que utiliza el sufrimiento secular y crónico de las mujeres en la región, casi como único argumento político. Todo para  disimular y no asumir la responsabilidad de Occidente en semejante catástrofe histórica, con una huida cobarde y a gran velocidad, abandonando a su suerte a un país que aplastó durante 20 años y con infinidad de crímenes y genocidios a sus espaldas, que derrumban su hipócrita relato sobre los derechos humanos. 

Y enfatiza que todo ha saltado por los aires, que al Imperio le han estallado sus planes, como el del Consenso de Washington y la Teoría del Caos Organizado, y también el relato mediático de sus voceros económicos, sociales y culturales. Además de que ya no le basta con  la mentira y el terror, como herramientas y como armas permanentes para consolidar su dominio.

Y sobretodo, que hoy se desmantela el verticalismo  autoritarismo de Occidente con los aliados incondicionales, que le permitió, luego de la caída de la URSS, los atropellos de Irak, Libia, las Primaveras Árabes, las Revoluciones de los Colores en la Europa Oriental y la guerra de Siria, donde sufrió en Alepo la terrible derrota del “Stalingrado de Occidente”, y que desnudó abiertamente la fragilidad militar de EEUU en sus aventuras de ocupación. 

Y nuestro director sentencia que la demostración del fracaso occidental está en la realidad y potencia de Eurasia, en la alianza Pekín – Moscú, con su poderosa Organización de Cooperación de Shanghái, con La Ruta de La Seda y en los múltiples proyectos económicos, científicos, tecnológicos, industriales y hasta cibernéticos, todos muy avanzados, y que van a dar lugar a un nuevo orden global, siempre pendiente de la reacción (violenta o inteligente) del imperio anglosajón en medio de su evidente agonía. 

Además, Pereyra Mele se refiere a la TORMENTA PERFECTA que sufre internamente EEUU, con sus 5 graves crisis: la  económica, la social, la cultural, la sanitaria y la militar. Y nos habla de cada una de ellas con datos y argumentos que demuestran que a la clase media estadounidense se le avecina una larga noche de pesadillas, que el neoliberalismo seguirá creando más ricos y más pobres y que su oligarquía de partidos ya carece de autoridad y margen para continuar con la pretensión de dominar al mundo en solitario. 

Y finaliza la columna analizando el reflejo que tendrán estos cambios en América Latina y Argentina, recordando que nuestro subcontinente es parte de esa disputa mundial y que el desafío no puede afrontarse con discursos ni con insultos, sino con cambios estructurales y realistas, y para ello hace falta tener políticos con pensamiento de estadista.

Toda una clase de geopolítica de alto vuelo, en un relato llano, simple y ameno. 

Eduardo Bonugli (Madrid, 22/08/21)

Por Lorenzo Carrasco y Geraldo Luís Lino -Autorizan su publicacion para Dossier Geopolitico

MSIa Informa, 20 de agosto de 2021.- Las imágenes de helicópteros que despegaban de la embajada de Estados Unidos y el caos imperante en el aeropuerto de la capital afgana, Kabul, el fin de semana del 14 y 15 de agosto, con centenares de personas desesperada aplastadas, pisoteadas y moribundas que intentaban abordar alguno de los últimos aviones que dejaban el país, no pueden dejar de evocar otra fuga precipitada,-diferente pero al fin una fuga- la de Saigón de 1975, ante el avance inexorable del ejército norvietnamita sobre la capital del entonces Vietnam del Sur.

En una demostración de la persistencia y del profundo efecto negativo de aquella fuga en la psique estadounidense, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, protestó en una entrevista a la red CNN que “Eso no es Saigón. Fuimos a Afganistán hace 20 años con una misión, y esa misión era lidiar con las personas que nos atacaron el 11 de septiembre. Y tuvimos éxito en esa misión” (El Estado de São. Paulo, 16/08/2021).

Para calificar la desastrosa ocupación militar de Afganistán por Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su retirada despavorida ante el Talibán, éxito es una palabra un tanto cuanto cuestionable. A menos que se refiera a las colosales ganancias del “complejo de seguridad nacional” estadounidense, que se apropió de gran parte de los dos billones de dólares gastados oficialmente en la “misión” afgana. Y sin mencionar que el país ha vuelto a ser el mayor productor mundial de opio (cultivo que anteriormente había sido casi erradicado por el Talibán), con la “protección” de las tropas extranjeras.

Uno de los primeros en evadirse fuel el ahora expresidente Ashaf Ghani, quien huyó con algunos asesores y, según información local, con una enorme cantidad de dinero. Ghani es un tecnócrata del Banco Mundial poseedor de un doctorado de la Universidad de Columbia (EEUUAA) e, irónicamente, autor de un libro titulado Concertando estados fallidos.

Por otro lado, si la fuga de Saigón resaltó el límite de la capacidad militar ante la de un oponente determinado y con un claro objetivo de liberación nacional, además de la fuerte oposición interna a la guerra de Vietnam, la de Kabul, compartida con los últimos aliados de Estados Unidos en Afganistán, el Reino Unido y Alemania, simboliza algo más profundo: el fracaso del orden hegemónico que Estados Unidos se empeñó en poner en práctica en el periodo de la postguerra Fría con el uso de la OTAN como su gendarmería.

En Afganistán, nada menos que 30 países, entre ellos varios que no forman parte de la Alianza atlántica -Georgia, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Jordania y Corea del Sur- se unieron a la lista de los casi 3.600 militares muertos de las fuerzas invasoras de Afganistán en las casi dos décadas de la ocupación (en la que no se incluyen los mercenarios, cuyo número de bajas es incierto).

Con una honestidad poco común entre los gobernantes occidentales, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, admitió: “Las imágenes de desesperación del aeropuerto de Kabul son vergonzosas para el Occidente político. En estos días, estamos viviendo una tragedia humana, de la cual compartimos responsabilidad… (Esto es) un punto político de no retorno que nos sacudirá y cambiará el mundo” (RT, 17/08/2021).

Por ironía, la salida de las tropas soviéticas de Afganistán, en 1988, luego de 10 años de otro conflicto fracasado, también fue una precursora de la disolución de la Unión Soviética, ocurrida tres años después, ocasionada por la inestabilidad intrínseca de una estructura política, económica y cultural insostenible -que, además, guarda no pocas similitudes con la estructura hegemónica encabezada por Estados Unidos-. En un comentario hecho en el ámbito del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el 5 de junio, el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo un casi profético comentario al respecto:

“Yo les diré, como ciudadano de la antigua Unión Soviética ¿Cuál es el problema de los imperios? Se creen tan poderosos que se pueden dar el lujo de cometer pequeños errores y omisiones. Que pueden comprar a algunos, amedrentar a otros, hacer acuerdos con terceros, dar regalos a otros, amenazar con navíos de guerra. Piensan que eso resolverá sus problemas. Pero la cantidad de problemas está creciendo. Llega el momento en el que ya no consiguen lidiar con ellos. Estados Unidos está, a paso seguro, a paso firme, siguiendo claramente el camino de la Unión Soviética” (Sputnik Brasil, 05/06/2021).

En medio de aquel ambiente de triunfalismo de finales de los años ochenta, cuando el presidente George H.W. Bush (1989-1993) proclamó el “Nuevo orden mundial”, el politólogo Francis Fukuyama presentó la falaz tesis del “fin de la Historia”, sobre la supuesta supremacía de la “democracia liberal” occidental elevadala forma final de organización política y económica de la humanidad. Concepto hegeliano que el establishment estadounidense, imbuido en su fundamentalismo “excepcionalista”, en las décadas siguientes, se empeñaría en extender para justificar buena parte de sus intervenciones en países recalcitrantes.

La promoción de la “democracia” al lado de la “guerra al terrorismo” -iniciada precisamente en Afganistán- y de la “responsabilidad de proteger” poblaciones supuestamente amenazadas por sus líderes nacionales, en la antigua Yugoeslavia, Irak, Libia, Siria, Yemen y Somalia, además de numerosas intervenciones encubiertas en países y regiones en campos de influencia de Rusia y de China, es el caso de Ucrania, Georgia, Bielorrusia, Hong Kong y demás. La mayoría con resultados desastrosos para las respectivas poblaciones.

Sin embargo, a pesar de las expectativas de Fukuyama et alii, la marcha de la Historia no detuvo su avance, y el agotamiento de la capacidad estadounidense de imponer sus designios manu militari, que ya se vislumbraba en el ataque a Irak y Siria y que fue explícito en Afganistán, es uno de los marcos del cambio de época en curso, resaltado por la aparición del eje euroasiático encabezado por la dupla China-Rusia, con un nuevo centro de gravedad geoeconómico y geopolítico mundial.

No cabe duda de que el aparato de espionaje y otros sectores del “complejo de seguridad nacional” con pleno conocimiento de que la retirada de Afganistán significaría el regreso inmediato del Talibán, tuvieron a su disposición meses para planear la retirada ordenada de sus fuerzas e, inclusive, de gran parte del equipamiento militar, además de prepararse para la inevitable ola de fugitivos. Pero, a pesar de ello, prefirieron aferrarse en público a la mentira de que el corrupto e impopular gobierno de Ghani tendría condiciones para mantenerse, incluso con una imaginaria coalición con el Talibán. No se puede descartar la posibilidad de que, ante lo inevitable de su salida, Estados Unidos haya decidido dejar una bomba de relojería de inestabilidad en el corazón de Asia Central. Pero la celeridad de la fuga de Kabul sólo agravó la humillación de la retirada, prácticamente, con los pantalones en la mano, dice el vulgo.

Ahora bien, China y Rusia están articuladas para impedir que Afganistán se convierta en un foco de inestabilidad en una región crucial para la integración físico-económica euroasiática. Una señal de los nuevos tiempos fue que el secretario de Estados Blinken haya conversado por teléfono con sus colegas rusos, Serguéi Lavrov, y chino, Wang Yi, el lunes 16 de agosto, luego de que Moscú y Pequín hubieran manifestado su intención no sólo de mantener a sus diplomáticos en Kabul, sino también entablar conversaciones constructivas con el Talibán; China reconociendo el nuevo gobierno.

La intención evidente es ofrecer condiciones para el desarrollo al régimen Talibán, entrelazando su destino a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) de la que Afganistán ya es miembro observador y que acaba de elevar a Irán, otro vecino de Afganistán, a la calidad de miembro permanente. Es simbólico que la entidad, cuyos motores propulsores son China y Rusia, venga a encarnar en la región el principio cooperativo y no hegemónico de un nuevo ordenamiento internacional.

Para Estados Unidos sería deseable que las lecciones de la fuga de Kabul convenciesen a sus élites dirigentes que sus aspiraciones hegemónicas son insostenibles y que las cambiasen por un plan constructivo convergente con el orden cooperativo que emerge en Eurasia, el cual no podrá consolidarse todavía plenamente sin el equilibrio económico mundial apoyado en la reindustrialización y en el desarrollo de la región euroatlántica, con la participación efectiva de Estados Unidos y de sus aliados. Sólo el tiempo, sin embargo, dirá si tales grupos de poder, viciados por imponer sus intereses con misiles, bombas, balas y montañas de dólares, aceptarán normas de conducta más cercanas a las aspiraciones civilizatorias de toda la humanidad. O, en otras palabras, con el “reinicio” de la Historia.

FUENTE: https://msiainforma.org/es/espanol-la-fuga-de-kabul-y-el-reinicio-de-la-historia/

La toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán y la vergonzosa huida de los estadounidenses y sus aliados requieren un estudio más amplio de los cambios fundamentales en la geopolítica mundial. Afganistán ha sido un indicador de estos cambios en los últimos 50 años. A él se asociaron las fracturas en la arquitectura global del mundo. Por supuesto, no fue la causa de las transformaciones geoestratégicas, sino más bien una pantalla en la que se reflejaron, más claramente que en ningún otro lugar, los cambios fundamentales del orden mundial. 

El fundamentalismo islámico en un mundo bipolar

Empecemos por la Guerra Fría y el papel del factor del fundamentalismo islámico (principalmente suní, salafí) allí. El fundamentalismo suní (tanto el wahabismo como otras formas paralelas de islamismo radical -prohibido en la Federación Rusa-), en contraste con el chií, más complejo y controvertido geopolíticamente, sirvió a Occidente para oponerse a los regímenes de izquierda, socialistas o nacionalistas seculares, y casi siempre pro-soviéticos. Como fenómeno geopolítico, el fundamentalismo islámico formaba parte de la estrategia atlantista, trabajando para el Poder Marítimo contra la URSS como un puesto de avanzada del Poder Terrestre. 

Afganistán fue un eslabón de esta estrategia geopolítica. La rama afgana del radicalismo islámico saltó a la palestra tras la invasión soviética de Afganistán en 1979. Para entonces, ya había estallado una guerra civil en Afganistán, en la que Occidente y sus entonces aliados incondicionales -Pakistán y Arabia Saudí- apoyaban sólo a los radicales islámicos contra las fuerzas seculares moderadas inclinadas a una alianza con Moscú. Allí no había verdaderos liberales ni comunistas, pero sí un enfrentamiento entre Occidente y Oriente. Fueron los fundamentalistas islámicos quienes hablaron en nombre de Occidente.

Cuando las tropas soviéticas entraron en Afganistán, Occidente se mostró aún más activo en el apoyo a los radicales islámicos contra los «ocupantes ateos». La CIA llevó a Osama bin Laden y a Al-Qaeda (una organización prohibida en la Federación Rusa) a Afganistán, y Zbigniew Brzezinski los animó abiertamente a luchar contra los comunistas. 

Aplazamos este período de los años 80 en la línea de tiempo geopolítica:  Afganistán en los 80 era un campo de confrontación entre dos polos. Los líderes seculares se apoyaban en Moscú, los muyahidines en Washington.

La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán por parte de Gorbachov significó el fin de la Guerra Fría y la derrota de la URSS. La toma de Kabul por las facciones rivales de los muyahidines y la ejecución del presidente Najibullah en 1996 -a pesar del caos y la anarquía- significó una victoria para Occidente. La derrota en la guerra de Afganistán no fue la razón del colapso de la URSS. Pero fue un síntoma del fin del orden mundial bipolar. 

Radicales islámicos en un mundo unipolar: innecesarios y peligrosos

La segunda década geopolítica en nuestra línea de tiempo corresponde a los años 90. En esta época se establece un orden mundial unipolar o momento unipolar (C. Krauthammer). La URSS se está desintegrando y las fuerzas islamistas intentan actuar activamente en las antiguas repúblicas soviéticas, principalmente en Tayikistán y Uzbekistán. La Federación Rusa también se está convirtiendo en una zona de guerra para los radicales islámicos pro-estadounidenses. En primer lugar, esto afecta a Chechenia y al Cáucaso Norte. Occidente sigue utilizando a sus aliados para atacar el polo euroasiático. En un mundo unipolar, Occidente -ahora el único polo- acaba (como parecía entonces, de forma irreversible) con un adversario derrotado por viejos medios.

En el propio Afganistán, en los años 90, comienza el ascenso de los talibán (organización prohibida en la Federación Rusa). No sólo es una de las direcciones del fundamentalismo, sino que es la fuerza que une al mayor grupo étnico de Afganistán: las tribus nómadas pastunes, descendientes de los nómadas indoeuropeos de Eurasia. Su ideología es una de las áreas del salafismo, cercana al wahabismo y a Al Qaeda (organizaciones prohibidas en la Federación Rusa). A los talibanes (organización prohibida en la Federación Rusa) se oponen otras fuerzas -principalmente suníes, pero étnicamente excelentes- indoeuropeas, tayikas y uzbekas túrquicas, así como un pueblo mixto de habla iraní: los hazaras que profesan el chiismo. Los talibanes (una organización prohibida en la Federación Rusa) avanzan, sus oponentes -principalmente la Alianza del Norte- retroceden. Los estadounidenses apoyan a ambos, pero la Alianza del Norte busca el apoyo pragmático de los enemigos de ayer: los rusos.

En 1996, los talibán (organización prohibida en la Federación Rusa) tomaron Kabul. Estados Unidos intenta mejorar las relaciones con los talibán (organización prohibida en la Federación Rusa) y concluir un acuerdo sobre la construcción del oleoducto transafgano.

Durante los años 90, Rusia, el antiguo polo opuesto a Occidente en un mundo bipolar, se debilita constantemente, y en las condiciones de la creciente unipolaridad, el islamismo radical, alimentado por Occidente, se convierte en una carga desagradable para él, cada vez menos relevante en las nuevas condiciones. Sin embargo, la inercia del fundamentalismo islámico es tan grande que no va a desaparecer a la primera orden de Washington. Además, sus éxitos están obligando a los dirigentes de los países islámicos a emprender el camino de la política independiente. En ausencia de la URSS, los fundamentalistas islámicos comienzan a percibirse a sí mismos como una fuerza independiente y, en ausencia de un viejo enemigo (los regímenes de izquierda pro-soviéticos), dirigen su agresión contra su amo de ayer. 

Rebelión contra el amo

La segunda década de nuestra línea de tiempo termina el 9 de septiembre de 2001, con un ataque terrorista en Nueva York y el Pentágono. La responsabilidad recae en Al-Qaeda (organización prohibida en la Federación Rusa), cuyo líder está en manos de los talibán (organización prohibida en la Federación Rusa) en Afganistán. Una vez más, Afganistán resulta ser un monitor de un cambio radical en el orden mundial. Pero ahora el polo unipolar tiene un enemigo extraterritorial que es el fundamentalismo islámico, que teóricamente puede estar en todas partes, y por lo tanto, Estados Unidos, como único polo, tiene todas las razones para llevar a cabo un acto de intervención directa contra este enemigo omnipresente y no fijo en ninguna parte. Para ello, Occidente no necesita pedir permiso a nadie más. Rusia, en ese momento, sigue estando bajo un malentendido débil y desintegrador. 

A partir de este momento, los neoconservadores estadounidenses han declarado al fundamentalismo islámico -ayer aliado de Occidente- como su principal enemigo. Una consecuencia directa de esto es:

§  la invasión de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán (con el pretexto de capturar a Osama bin Laden y castigar a los talibanes que le daban cobijo, una organización prohibida en la Federación Rusa),

§  la guerra de Irak y el derrocamiento de Saddam Hussein,

§  la aparición del proyecto del «Gran Oriente Medio», que supone la desestabilización de toda la región con la alteración de las fronteras y las zonas de influencia.

Entonces, Rusia no impide la invasión estadounidense de Afganistán. 

Así comienza la historia de los veinte años de presencia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Afganistán, que terminaron ayer. 

Afganistán y el declive del Imperio

¿Qué ha pasado en estos 20 años en el mundo y en su espejo afgano? Durante este tiempo, el mundo unipolar, si no se derrumbó, al menos entró en la fase de desintegración acelerada. Bajo el mandato de Putin, Rusia reforzó tanto su soberanía que hizo frente a las amenazas internas de separatismo y desestabilización y volvió como una fuerza independiente a la arena mundial (incluyendo Oriente Medio – Siria, Libia y, en parte, Irak). 

China, que parecía completamente absorbida por la globalización, ha demostrado ser un jugador extremadamente hábil y, paso a paso, se ha convertido en una gigantesca potencia económica con su propia agenda. La China de Xi Jiangping es un imperio chino restaurado, no una periferia asiática de Occidente controlada desde el exterior (como podía parecer en los años 90). 

En esta época, el estatus del fundamentalismo islámico también cambió. Estados Unidos lo utilizó cada vez con menos frecuencia contra sus oponentes regionales (aunque a veces -en Siria, Libia, etc.- lo siguieron utilizando), y cada vez con más frecuencia el antiamericanismo pasó a primer plano entre los propios fundamentalistas. De hecho, Rusia ha dejado de ser un baluarte de la ideología comunista atea y se adhiere más bien a los valores conservadores, mientras que Estados Unidos y Occidente siguen insistiendo en el liberalismo, el individualismo y el LGBT+, haciendo de ello la base de su ideología. Irán y Turquía se han acercado a Moscú en muchas cuestiones. Pakistán ha forjado una estrecha asociación con China. Y a ninguno de ellos le interesa ya la presencia estadounidense, ni en Oriente Medio ni en Asia Central.  

La victoria completa de los talibán (organización prohibida en la Federación Rusa) y la huida de los estadounidenses significa el fin del mundo unipolar y de la Pax Americana. Al igual que en 1989, la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán significó el fin del mundo bipolar.  

Controlar el futuro

¿Qué pasará en Afganistán en la próxima década? Esto es lo más interesante. En una configuración unipolar, Estados Unidos no mantuvo el control sobre este territorio geopolítico clave. Este es un hecho irreversible. Mucho depende ahora de si se inicia una reacción en cadena de desintegración de Estados Unidos y la OTAN, similar al colapso del bloque socialista, o si Estados Unidos seguirá conservando un potencial crítico de poder para seguir siendo, si no el único, al menos el primer actor a escala mundial. 

Si Occidente se derrumba, entonces viviremos en un mundo diferente, cuyos parámetros son difíciles incluso de imaginar, por no hablar de las previsiones. Si se derrumba, entonces lo pensaremos. Lo más probable es que no se derrumbe hasta ahora (aunque quién sabe: Afganistán es un espejo de la geopolítica, y no miente). Pero partiremos del hecho de que, por el momento, Estados Unidos y la OTAN siguen siendo las autoridades clave, pero ya en condiciones nuevas, de hecho, multipolares.

En este caso, sólo tienen una estrategia en Afganistán. La que se describe con bastante realismo en la última (8ª) temporada de la serie de espionaje estadounidense «Homeland». Allí, según el escenario, los talibán (una organización prohibida en la Federación Rusa) se acercan a Kabul, y el gobierno títere pro-estadounidense huye. Frente a los paranoicos y arrogantes imperialistas neoconservadores de Washington, el representante del realismo en las Relaciones Internacionales (el doble cinematográfico de Henry Kissinger), Saul Berenson, insiste en negociar con los talibanes (una organización prohibida en la Federación Rusa) e intentar reconducirlos de nuevo contra Rusia. Es decir, lo único que le queda a Washington es volver a la vieja estrategia que se ensayó en las condiciones de la Guerra Fría. Si es imposible derrotar al fundamentalismo islámico, hay que dirigirlo contra sus oponentes, nuevos y a la vez viejos. Y sobre todo contra Rusia y el espacio euroasiático.

Este será el problema afgano en la próxima década.

Afganistán: un reto para Rusia

¿Qué debe hacer Rusia? Desde el punto de vista geopolítico, la conclusión es inequívoca: lo principal es no permitir que el plan estadounidense (razonable y lógico para ellos y para intentar mantener su hegemonía) se haga realidad. Para ello, por supuesto, es necesario establecer relaciones con ese Afganistán que está a punto de establecerse. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ya ha dado los primeros pasos en las negociaciones con los talibán (una organización prohibida en la Federación Rusa). Y esta es una medida muy inteligente.

Además, es necesario intensificar la política en Asia Central, apoyándose en otros centros de poder que buscan aumentar su soberanía.

Se trata principalmente de China, que está interesada en la multipolaridad y especialmente en el espacio afgano, que forma parte del territorio del proyecto «One Road – One Belt«. 

Además, es muy importante acercar nuestras posiciones a Pakistán, que cada día es más anti-estadounidense. 

Irán, debido a su proximidad e influencia sobre los jorasanos (y no sólo), puede desempeñar un papel importante en la solución afgana. 

Sin duda, Rusia debe proteger e integrar aún más a Tayikistán, Uzbekistán y Kirguistán en los planes militares-estratégicos de sus aliados, así como a Turkmenistán, que se encuentra en un letargo geopolítico. 

Si los talibanes no expulsan con dureza a los turcos en virtud de su participación en la OTAN, habría que establecer consultas con Ankara.

Y, quizás lo más importante, es convencer a los países del Golfo, y sobre todo a Arabia Saudí y a Egipto, de que se nieguen a desempeñar de nuevo el papel de instrumento sumiso en manos del imperio estadounidense, que tiende a declinar. 

Por supuesto, es deseable amortiguar el ruido semántico de los agentes extranjeros abiertos y encubiertos en la propia Rusia, que ahora comenzarán a cumplir la orden estadounidense de diferentes maneras. Su esencia es bloquear la aplicación por parte de Moscú de una estrategia geopolítica eficaz en Afganistán y perturbar (o al menos posponer indefinidamente) la creación de un mundo multipolar.

En un futuro próximo veremos la imagen del futuro y las principales características del nuevo orden mundial. Y de nuevo todo está en el mismo lugar: en Afganistán.

FUENTE: https://www.geopolitica.ru/es/article/afganistan-una-cronologia-tiempo-geopolitica

[De nuestro colaborador el Periodista Denis Korkodinov desde Rusia especial para Dossier Geopolitico]

En el período del 2 al 4 de septiembre de 2021, el VI Foro Económico Oriental se llevará a cabo en la ciudad rusa de Vladivostok, organizado por iniciativa del presidente ruso Vladimir Putin. Por primera vez debido a la pandemia COVID-19, el Foro se realizará en un formato híbrido, por lo que la participación de personas invitadas se realizará tanto en tiempo completo como en ausencia. Una característica distintiva del foro será la organización de puentes de televisión interactivos con Seúl, Shanghai y Tokio. La agenda del foro es el desarrollo de la cooperación internacional, que ha sido declarada el imperativo central de la política exterior de Rusia.

La celebración del VI Foro Económico Oriental es un resultado natural del reconocimiento, desde hace mucho tiempo, de la exclusividad de los esfuerzos rusos en la interacción estratégica con los países de Oriente Medio y el mundo entero, sin olvidar su importancia para el compromiso de Moscú de mantener estabilidad regional, que es garantía de desarrollo armónico. En este sentido, el foro anunciado es una excelente ilustración de la combinación del enfoque de la política exterior rusa con acciones constructivas concretas de Moscú para fortalecer y modernizar su «círculo de amigos» en la arena internacional.

Además de definir un nuevo marco estratégico para la interacción, el VI Foro Económico Oriental tiene como objetivo convertirse en la base del diálogo interestatal dentro de los paradigmas políticos y económicos existentes y desarrollar una hoja de ruta para apoyar las acciones de Rusia en Oriente Medio, Asia, Europa y África. continente. Este proceso está asociado a la preparación de resultados específicos del próximo foro, que pretende convertirse en un nuevo hito en el posicionamiento ruso.

Funcionarios rusos y políticos de alto rango ya asumieron la responsabilidad de albergar el VI Foro Económico Oriental en Vladivostok. El consejero del presidente de la Federación de Rusia, el secretario ejecutivo del Comité Organizador del Foro, Anton Kobyakov, anunció las grandes esperanzas que tiene el Kremlin de Rusia en la organización de un evento internacional. Yuri Trutnev, representante del presidente de Rusia en el Distrito Federal del Lejano Oriente, a su vez, destacó que la principal tarea del VI Foro Económico Oriental es atraer inversores y obtener retroalimentación de las empresas. El rector de la Universidad Federal del Lejano Oriente de Rusia, Nikita Anisimov, que se reunirá con los principales delegados del foro, señaló la gran necesidad de la comunidad internacional de desarrollar relaciones constructivas con Rusia.

El boom presentado de la actividad informativa de los representantes del establishment ruso se lleva a cabo en paralelo con un boom de interés en el VI Foro Económico Oriental por parte de los expertos internacionales. Así, el editor de la Televisión Central de China (CCTV) Thomas Pauken II señaló que Rusia continúa a la vanguardia de la política y la economía mundial, y también se esfuerza por construir relaciones constructivas con todos los países, como lo demuestra el VI Foro Económico Oriental. La corresponsal libanesa, directora del Instituto para el Desarrollo del Concepto del Futuro en Beirut, Ornella Sukkar, confirmó que el VI Foro Económico del Este es una oportunidad única para construir lazos comerciales con Moscú y definir los contornos del trabajo conjunto en la arena internacional. . El exjefe del Departamento de Relaciones con los Medios del Ministerio de Información de la República Árabe Siria, Abdullah Ahmad, dio la bienvenida a todos los posibles participantes en el VI Foro Económico Oriental, que atrajo la atención no solo de los países de Oriente Medio y Siria, en particular , pero el mundo entero.

El actual revuelo provocado por el VI Foro Económico Oriental atestigua la convicción de la mayoría de los países de la comunidad mundial en una simple verdad: Rusia sigue actuando como un sujeto en consolidación de la geopolítica y la geoeconomía. Durante mucho tiempo, Moscú ha estado trabajando sistemáticamente para crear un «club de amigos» internacional y considera la cooperación como la principal prioridad de su política exterior.

En este sentido, el VI Foro Económico Oriental enfrenta una tarea colosal: modernizar las alianzas y asociaciones regionales para fortalecer la posición de Rusia en el escenario mundial. Para ello, el resultado del foro debe ser un proceso de reconstrucción detallado que determinará los caminos por los que Rusia y su “círculo de amigos” deben avanzar en el futuro previsible. Este proceso, por supuesto, incluye una amplia comprensión del papel de Rusia en el mundo, un aumento en el nivel de habilidades macroeconómicas, gracias al cual será posible responder más rápidamente a los desafíos existentes, incluidos los relacionados con el COVID- 19 pandemia. Establecer canales de retroalimentación con negocios internacionales, a su vez, puede requerir esfuerzos adicionales por parte de Moscú. Sin embargo, esto es sumamente importante, porque Rusia pretende lograr un gran éxito en el marco del VI Foro Económico Oriental.

Entrevista realizada al Director de Dossier Geopolitico Lic. Carlos Pereyra Mele; la Periodista Luisa Valmaggia y Hugo Gulman para el Programa «Abrir el Juego» de Radio Cooperativa de BsAs «La 770», sobre Afganistan y consecuencias del mismo en America del Sur.

Equipo de Abrir el Juego: El Analista político internacional, en diálogo con Abrir el Juego, nos da su mirada sobre la situación en Afganistán.

AUDIO:

El 12 de agosto de 2021 será el día en que los talibanes vengaron la invasión de Estados Unidos y dieron el golpe que derribó a su hombre en Kabul. Articulo autorizado para Dossier geopolitico por su Autor Pepe Escobar

Pepe Escobar Asia Times 13 de agosto 2021

12 de agosto de 2021. La historia lo registrará como el día en que los talibanes, casi 20 años después del 11 de septiembre y el posterior derrocamiento de su reinado de 1996-2001 por los bombardeos estadounidenses, asestaron el golpe decisivo contra el gobierno central en Kabul.

En una guerra relámpago coordinada, los talibanes casi capturaron tres centros cruciales: Ghazni y Kandahar en el centro, y Herat en el oeste. Ya habían capturado la mayor parte del norte . En su forma actual, los talibanes controlan 14 (la cursiva es mía) capitales de provincia y contando.

A primera hora de la mañana, tomaron Ghazni, que se encuentra a unos 140 kilómetros de Kabul. La carretera pavimentada está en buen estado. Los talibanes no solo se están acercando cada vez más a Kabul: para todos los propósitos prácticos, ahora controlan la arteria principal del país, la autopista 1 de Kabul a Kandahar a través de Ghazni. 

Eso en sí mismo es un cambio de juego estratégico. Permitirá a los talibanes rodear y asediar Kabul simultáneamente desde el norte y el sur, en un movimiento de pinza. 

Kandahar cayó al anochecer después de que los talibanes lograron romper el cinturón de seguridad alrededor de la ciudad, atacando desde varias direcciones.

En Ghazni, el gobernador provincial Daoud Laghmani hizo un trato, huyó y luego fue arrestado . En Kandahar, el gobernador provincial Rohullah Khanzada, que pertenece a la poderosa tribu Popolzai, se fue con solo unos pocos guardaespaldas.

Optó por comprometerse en un acuerdo elaborado, convenciendo a los talibanes de que permitieran que los militares restantes se retiraran al aeropuerto de Kandahar y fueran evacuados en helicóptero. Todo su equipo, armas pesadas y municiones deben transferirse a los talibanes. 

Las Fuerzas Especiales afganas representaron la flor y nata de la cosecha en Kandahar. Sin embargo, solo estaban protegiendo algunos lugares selectos. Ahora su próxima misión puede ser proteger Kabul. El acuerdo final entre el gobernador y los talibanes debería cerrarse pronto. De hecho, Kandahar ha caído.

En Herat, los talibanes atacaron desde el este, mientras que el famoso ex señor de la guerra Ismail Khan, al frente de su milicia, libró una tremenda lucha desde el oeste. Los talibanes conquistaron progresivamente el cuartel general de la policía, «liberaron» a los presos y sitiaron la oficina del gobernador.

Se acabó el juego: Herat también ha caído con los talibanes controlando ahora todo el oeste de Afganistán, hasta las fronteras con Irán.     

Tet Offensive, remezclado

Los analistas militares se lo pasarán en grande deconstruyendo este talibán equivalente a la Ofensiva Tet de 1968 en Vietnam. La inteligencia satelital puede haber sido fundamental: es como si todo el progreso del campo de batalla se hubiera coordinado desde arriba.

Sin embargo, hay algunas razones bastante prosaicas para el éxito del ataque además de la perspicacia estratégica: corrupción en el Ejército Nacional Afgano (ANA); desconexión total entre Kabul y los comandantes del campo de batalla; falta de apoyo aéreo estadounidense; la profunda división política en la propia Kabul.

Paralelamente, los talibanes se habían acercado en secreto durante meses, a través de conexiones tribales y lazos familiares, ofreciendo un trato: no luches contra nosotros y te salvarás.

Añádase a esto un profundo sentimiento de traición por parte de Occidente que sienten aquellos relacionados con el gobierno de Kabul, mezclado con el miedo a la venganza de los talibanes contra los colaboracionistas.

Una trama secundaria muy triste, a partir de ahora, se refiere a la impotencia de los civiles, que sienten aquellos que se consideran atrapados en ciudades que ahora están controladas por los talibanes. Los que lo lograron antes del ataque son los nuevos desplazados internos afganos, como los que establecieron un campo de refugiados en el parque Sara-e-Shamali en Kabul.

En Kabul circulaban rumores de que Washington había sugerido al presidente Ashraf Ghani que renunciara, despejando el camino para un alto el fuego y el establecimiento de un gobierno de transición. 

En el expediente, lo que está establecido es que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, le prometieron a Ghani que “seguirá comprometido” en la seguridad afgana.

Los informes indican que el Pentágono planea redistribuir a 3.000 soldados e infantes de marina a Afganistán y otros 4.000 a la región para evacuar la embajada de Estados Unidos y ciudadanos estadounidenses en Kabul.

La supuesta oferta a Ghani en realidad se originó en Doha y provino de la gente de Ghani, como confirmé con fuentes diplomáticas.

La delegación de Kabul, encabezada por Abdullah Abdullah, presidente de algo llamado Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, a través de la mediación de Qatar, ofreció a los talibanes un acuerdo de reparto del poder siempre que detuvieran el ataque. No se ha mencionado la renuncia de Ghani, que es la condición número uno de los talibanes para cualquier negociación.

La troika ampliada en Doha trabaja horas extraordinarias. Estados Unidos alinea el objeto inamovible Zalmay Khalilzad, ampliamente burlado en la década de 2000 como «el afgano de Bush». Los paquistaníes tienen al enviado especial Muhammad Sadiq y al embajador en Kabul Mansoor Khan.

Los rusos tienen al enviado del Kremlin a Afganistán, Zamir Kabulov. Y los chinos tienen un nuevo enviado afgano, Xiao Yong.

Rusia-China-Pakistán están negociando con la mentalidad de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS): los tres son miembros permanentes. Enfatizan un gobierno de transición, el poder compartido y el reconocimiento de los talibanes como una fuerza política legítima.

Los diplomáticos ya están insinuando que si los talibanes derrocan a Ghani en Kabul, por cualquier medio, serán reconocidos por Beijing como los gobernantes legítimos de Afganistán, algo que establecerá otro frente geopolítico incendiario en la confrontación contra Washington.

Tal como están las cosas, Beijing solo está alentando a los talibanes a lograr un acuerdo de paz con Kabul.

El acertijo de Pashtunistan

El primer ministro paquistaní, Imran Khan, no ha escatimado palabras al entrar en la refriega . Confirmó que los líderes de los talibanes le dijeron que no hay negociación con Ghani en el poder, incluso mientras trataba de persuadirlos para que llegaran a un acuerdo de paz.

Khan acusó a Washington de considerar a Pakistán como «útil» solo cuando se trata de presionar a Islamabad para que use su influencia sobre los talibanes para negociar un acuerdo, sin considerar el «lío» que dejaron los estadounidenses. 

Khan dijo una vez más que «dejó muy claro» que no habrá bases militares estadounidenses en Pakistán. 

Este es un muy buen análisis de lo difícil que es para Khan e Islamabad explicar la compleja participación de Pakistán con Afganistán en Occidente y también en el Sur Global.

Las cuestiones clave son bastante claras:

1. Pakistán quiere un acuerdo de poder compartido y está haciendo todo lo posible en Doha, junto con la troika ampliada, para alcanzarlo.

2. Una toma de poder de los talibanes conducirá a una nueva afluencia de refugiados y puede alentar a los yihadistas del tipo al-Qaeda, TTP e ISIS-Khorasan a desestabilizar Pakistán.

3. Fue Estados Unidos quien legitimó a los talibanes al llegar a un acuerdo con ellos durante la administración de Donald Trump.

4. Y debido a la desordenada retirada, los estadounidenses redujeron su influencia, y la de Pakistán, sobre los talibanes.

El problema es que Islamabad simplemente no logra transmitir estos mensajes.

Y luego hay algunas decisiones desconcertantes. Tome la frontera de AfPak entre Chaman (en Baluchistán de Pakistán) y Spin Boldak (en Afganistán).

 Los paquistaníes cerraron su lado de la frontera. Todos los días, decenas de miles de personas, en su inmensa mayoría pashtunes y baluchis, de ambos lados cruzan de un lado a otro junto a un megaconvoy de camiones que transportan mercancías desde el puerto de Karachi hasta el Afganistán sin litoral. Cerrar una frontera comercial tan vital es una propuesta insostenible.

Todo lo anterior conduce posiblemente al problema final: ¿qué hacer con Pashtunistan?

El meollo absoluto del asunto cuando se trata de la participación de Pakistán en Afganistán y la interferencia afgana en las áreas tribales paquistaníes es la Durand Line completamente artificial, diseñada por el Imperio Británico.

La pesadilla definitiva de Islamabad es otra partición. Los pastunes son la tribu más grande del mundo y viven a ambos lados de la frontera (artificial). Islamabad simplemente no puede admitir una entidad nacionalista que gobierne Afganistán porque eso eventualmente fomentará una insurrección pastún en Pakistán.

Y eso explica por qué Islamabad prefiere a los talibanes en comparación con un gobierno nacionalista afgano. Ideológicamente, el Pakistán conservador no es tan diferente del posicionamiento de los talibanes. Y en términos de política exterior, los talibanes en el poder encajan perfectamente con la inamovible doctrina de «profundidad estratégica» que opone a Pakistán a la India.

Por el contrario, la posición de Afganistán es clara. La Línea Durand divide a los pastunes a ambos lados de una frontera artificial. Por lo tanto, ningún gobierno nacionalista en Kabul nunca abandonará su deseo de un Pashtunistán unido y más grande.

Como los talibanes son de facto una colección de milicias de caudillos, Islamabad ha aprendido por experiencia cómo lidiar con ellos. Prácticamente todos los caudillos y milicias de Afganistán son islámicos.

Incluso el acuerdo actual de Kabul se basa en la ley islámica y busca el consejo de un consejo de Ulema. Muy pocos en Occidente saben que la ley Sharia es la tendencia predominante en la actual constitución afgana.

Cerrando el círculo, en última instancia, todos los miembros del gobierno de Kabul, los militares, así como gran parte de la sociedad civil, provienen del mismo marco tribal conservador que dio origen a los talibanes.

Aparte del ataque militar, los talibanes parecen estar ganando la batalla de las relaciones públicas nacionales debido a una ecuación simple: retratan a Ghani como un títere de la OTAN y de Estados Unidos, el lacayo de los invasores extranjeros.

Y hacer esa distinción en el cementerio de imperios siempre ha sido una propuesta ganadora.

[Articulo enviado por nuestro colaborador el periodista Rusio Denis Korkodinov] D.G.

La ciudad rusa de Ulyanovsk se ha convertido en un centro de diplomacia pública

Del 27 al 30 de julio de 2021, la ciudad rusa de Ulyanovsk fue el principal centro de la diplomacia pública. Este fenómeno único en la vida de las provincias rusas se hizo posible gracias al proyecto «Meeting Russia Reunion», que reunió a jóvenes politólogos, diplomáticos, periodistas y activistas de Europa y Estados Unidos.

El proyecto «Encuentro con Rusia» se lanzó hace 4 años y su siguiente etapa tuvo lugar en Rusia. El propósito de esto era establecer un diálogo constructivo y mutuamente beneficioso con representantes de la joven élite intelectual y política de Occidente.

El organizador e inspirador del proyecto Meeting Russia es el Centro de Diplomacia Creativa para el Apoyo y el Desarrollo de Iniciativas Públicas, que se especializa en diplomacia pública. El evento se lleva a cabo con la asistencia de la Fundación AM Gorchakov para el Apoyo a la Diplomacia Pública, y en la ciudad de Ulyanovsk, también con la participación de la Fundación Capital Cultural Ulyanovsk.

Natalya Burlinova, directora del Centro de Diplomacia Creativa, señaló que el proyecto Meeting Russia permite a los expertos extranjeros prometedores en el campo de las relaciones internacionales, los negocios, la ciencia y el periodismo comunicarse directamente con los principales expertos y funcionarios gubernamentales rusos.

Hablando sobre el poder estatal, Natalya Burlinova concluyó que en las condiciones de la geopolítica moderna, la fuerza y ​​la autoridad de las instituciones estatales depende no tanto de los tipos tradicionales de armas, sino también de la capacidad de negociar con potenciales oponentes y buscar amigos en el ámbito internacional. arena. La diplomacia pública, en este caso, es una narrativa nacional y una especie de instrumento de influencia. Esta opinión, en particular, es compartida por la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, así como por el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov. Basándose en sus muchos años de experiencia, creen razonablemente que la diplomacia pública moderna es el arma principal del Estado y, en términos de su impacto, es comparable a las armas nucleares, ya que con bastante frecuencia actúa como un medio decisivo para normalizar los sistemas internacionales y relaciones interreligiosas.

La diplomacia tradicional siempre ha actuado como argumento decisivo en la geopolítica, pero recientemente ha adquirido especial importancia debido al «fenómeno de la redundancia». Cuando hay muchas propuestas de presión diplomática, la demanda disminuye drásticamente. En estas condiciones, la diplomacia pública resulta ser sumamente demandada que los canales de comunicación oficiales al más alto nivel de los estados. Así, el proyecto «Meeting Russia Reunion», implementado en la ciudad rusa de Ulyanovsk, creó grandes privilegios en la forma de una mayor autoridad de la Patria de Lenin, que en dos días se convirtió en una plataforma de discusión internacional y un centro de diplomacia pública. Así lo confirmaron inequívocamente todos los participantes del evento, entre los que hubo muchos invitados extranjeros, como, por ejemplo, el analista de cálculos de energía de Boston Energy Trading and Marketing Farol L.Charles (EE. UU.), Miembro de la Junta Ejecutiva de la Prensa juvenil europea Patricia Senge (Alemania), Carolina Muti (Italia), investigadora en el Istituto Affari Internazionali en Roma, Samantha Burkhead (Estados Unidos), editora de noticias en The Moscow Times, y muchas otras.

Los principales oradores del evento Meeting Russia Reunión en Ulyanovsk fueron el vicepresidente del Consejo de la Federación, Konstantin Kosachev, el director general del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Andrei Kortunov, y el director de programas del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Ivan Timofeev. 

Por Denis Korkodinov

Que es Meeting Russia Blog?: es una plataforma de debate conjunta del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia y la Iniciativa Pública «Diplomacia Creativa» (PICREADI), una ONG con sede en Moscú que trabaja en la esfera de la diplomacia pública. Esta plataforma reúne a jóvenes líderes rusos y occidentales del mundo académico, instituciones gubernamentales, parlamentos, grupos de expertos, medios de comunicación y el sector privado para discutir los temas más importantes y candentes de las relaciones internacionales. Este blog fue lanzado como parte  del Programa de Diplomacia Pública Meeting Russia para Jóvenes Líderes , organizado anualmente en Moscú por la ONG «Diplomacia Creativa». Este programa busca facilitar el diálogo entre los líderes emergentes interesados ​​en Rusia y contribuir a la discusión sobre las relaciones Rusia-Occidente. Para obtener más información, visite www.picreadi.com .

Shahzada Rahim de Radical Outlook -Colaborador desde Asia de Dossier Geopolitico-  entrevistó a una distinguida experta del sur de Asia, Chayanika Saxena

Hace una semana, la repentina retirada de Estados Unidos de Afganistán creó un gran vacío de poder en el país a medida que los rápidos avances de los talibanes aumentaron los temores entre la gente. Según estimaciones oficiales de 2019 del gobierno de EE. UU., Aproximadamente el 53,8% de los distritos afganos estaban bajo la influencia del gobierno, mientras que el 33,9% del área estaba en disputa y el 12,3% restante estaba bajo la influencia directa de los talibanes. Sin embargo, después de los recientes avances en medio de la retirada de Estados Unidos, ahora los talibanes afirman tener el control del 85% del territorio afgano.

La situación actual en Afganistán ilustra claramente que si la estrategia de «lucha y habla» de los talibanes continúa, podría exacerbar el comienzo de la Guerra Civil. En un esfuerzo por comprender la situación actual en Afganistán, Shahzada Rahim de The Radical Outlook entrevistó a Chayanika Saxena es Dra. y Jefa de los Cursos Postgrado Grado En el Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Singapur.

Su tesis doctoral analiza la interacción entre espacios y subjetividades políticas de la diáspora afgana en las ciudades de Delhi, Kolkata y partes de Cachemira. Con más de seis años de experiencia en la investigación de asuntos relacionados con Afganistán, ha publicado y presentado asuntos relacionados a nivel nacional e internacional.


  1. Shahzada Rahim (SR) : Como experto en política del sur de Asia, ¿cree que la repentina retirada de Estados Unidos de Afganistán ha exacerbado las posibilidades de que comience una nueva Guerra Civil?

Chayanika Saxena (CS) : Hablando como alguien que ha trabajado en Afganistán durante cerca de ocho años (lo cual, por cierto, no me convierte en un experto en el verdadero sentido del término), la inminente retirada de los EE. UU. las cosas peores en y para Afganistán. No estoy seguro de si deberíamos describir este retiro como «repentino». Han pasado muchos años y desde que se firmó el Acuerdo de Doha en 2020, la salida de las tropas estadounidenses / ISAF fue solo una cuestión de «cuándo» y no «si». Pero sí, Estados Unidos podría haber detenido o desacelerado el ritmo de su inminente partida dado que él mismo fue testigo del aumento de la violencia de los talibanes.

Una Guerra Civil no está fuera de discusión, pero no será del tipo que habíamos visto en la década de 1990. Puede que no sea testigo de un crimen organizado desenfrenado, pero el miedo es palpable e incluso real. En mi opinión, nos dirigimos hacia otro punto muerto, uno en el que los talibanes y la ANDSF / gobierno afgano los agotarán militarmente y aceptarán la realidad en la que aceptar hablar será el único paso adelante. No podemos predecir con certeza cuándo llegará este llamado momento «maduro» para estas conversaciones, pero es probable que suceda en el corto plazo si continúa el ciclo de toma-retoma (de distritos). A falta de la caída de Kabul, que no está a favor de nadie, es probable que en los próximos meses sea la realidad de Afganistán un callejón sin salida y no una guerra civil abierta y muy sangrienta.

El peor de los casos es una guerra civil sangrienta que habíamos visto en la década de 1990 con diferentes facciones luchando entre sí solo para darnos cuenta de la inutilidad de todo al final.

2. Shahzada Rahim (SR) : ¿Qué diría usted que si la retirada de las tropas estadounidenses debilitó al ejército afgano y lo convirtió en presa fácil de los talibanes? ¿Cuál es el peor de los casos posibles en su opinión?

Chayanika Saxena (CS):Ha debilitado la moral de los afganos y, por lo tanto, su confianza en las instituciones gubernamentales / militares con seguridad. Y este agotamiento de la fe sin duda afectará a la ANDSF. Ya sabemos que la tasa de deserción / deserción entre la ANDSF ya es alta. Además de eso, no todo el ANDSF está tan disciplinado militarmente en la medida en que seguirán a sus comandantes al campo de batalla para luchar contra el enemigo con las manos desnudas si es necesario. Esto no quiere decir que ANDSF no sea una fuerza competente. Lejos de eso, es una de las únicas instituciones legalmente sancionadas de Afganistán que inspira la confianza de los plebeyos. Sin embargo, a diferencia de las configuraciones evolucionadas que encontramos en India y Pakistán, que, por cierto, están suficientemente financiadas por sus respectivos estados, la ANDSF todavía es nebulosa, desafortunadamente.La ANDSF no colapsará, en absoluto. Pero el debilitamiento de sus filas ante el ataque en curso de los talibanes; la falta de dinero y cosas por el estilo socavarían aún más la capacidad de la ANDSF para mantenerse firme.

El peor de los casos es una guerra civil sangrienta que habíamos visto en la década de 1990 con diferentes facciones luchando entre sí solo para darnos cuenta de la inutilidad de todo al final.

Irán y Pakistán también tienen sus propios intereses religioso-ideológicos: su influencia sobre diferentes facciones afganas posiblemente podría usarse para lograr que las diferentes partes hablen entre sí.

3. Shahzada Rahim (SR): ¿Qué países o fuerzas políticas están intentando influir en la situación posterior a la retirada estadounidense en Afganistán? Por ejemplo, durante mucho tiempo, Estados Unidos e India han culpado a Pakistán de apoyar a los talibanes . ¿Cómo comentas esto?

Chayanika Saxena (CS): Cada país que ha estado involucrado o invertido en Afganistán tiene su propia agenda en términos de lo que quiere o no quiere de la situación cambiante en el país. Sin embargo, en general, es posible argumentar que ningún país, incluido Pakistán, quiere una toma total de Afganistán por parte de los talibanes.

Es innegable que los talibanes fueron y son financiados y rehabilitados por fuerzas de origen paquistaní. De hecho, uno de los antiguos secretarios de Relaciones Exteriores de Pakistán ha declarado oficialmente que los talibanes tienen sus santuarios en Pakistán. La «culpa», como usted dice, es en realidad un hecho, porque si no hubiera sido así, ¿por qué se les habría pedido repetidamente a los paquistaníes que llevaran a los talibanes a las conversaciones de paz? Sin embargo, la pregunta que surge ahora es hasta qué punto Pakistán sigue teniendo la última palabra frente a los talibanes. Por lo que sabemos, está menguando.

4. Shahzada Rahim (SR): En su opinión, ¿cómo Pakistán e Irán pueden jugar un papel inclusivo en el establecimiento de la paz en Afganistán? 

Chayanika Saxena (CS) : Por un lado, ambos albergan ostensiblemente shuras de los talibanes dentro de sus territorios. Pueden usar su mehmaan-nawazi (hospitalidad) , a falta de una frase mejor (sarcástica), incitar a los talibanes a hablar con el gobierno afgano. De hecho, Irán ya ha organizado una discusión tripartita en Teherán a tal efecto. Pakistán puede seguir su ejemplo. Irán y Pakistán también tienen sus propios intereses religioso-ideológicos: su influencia sobre diferentes facciones afganas posiblemente podría usarse para lograr que las diferentes partes hablen entre sí.

Es difícil predecir si la actual República del Afganistán seguirá funcionando con el mismo modelo de gobernanza en los años venideros. Habrá un cambio de constitución, cuyos contornos finales nadie puede predecir, al menos en este momento.

5. Shahzada Rahim (SR): ¿Cree que los talibanes estarán dispuestos a comprometerse con la idea de la restauración del Emirato Islámico en Afganistán? ¿Y si no?

Chayanika Saxena (CS): Por lo que parece, no se conformará con nada que no sea del todo islámico en su sentido del término. No pueden hacerlo por la sencilla razón de que no ven al actual Gobierno del Afganistán como suficientemente islámico. Quizás, una de esas cosas que sigue dando un cierto impulso a este movimiento guerrillero es su objetivo ideológico de establecer un estado totalmente islámico. Después de todo, ahora que los estadounidenses finalmente han salido de Afganistán, ¿qué locus standi es el que los talibanes tienen para existir como fuerza política, excepto por sus (ridículas) afirmaciones sobre el deseo de establecer un imperio del siglo VI en un siglo XXI moderno? ¿Estado nacional?

Sin embargo, deberían comprometerse. Idealmente, a ningún país le gustaría que Afganistán regresara a un estado en el que se encontraba entre 1996 y 2001. Dicho esto, sabemos que países de todo el mundo han tolerado regímenes y juntas bárbaros. Por lo tanto, no será sorprendente que nuestro umbral colectivo de tolerancia se extienda hasta el punto de abrazar otra regla puritana en nombre de la estabilidad y la seguridad.

6. Shahzada Rahim (SR): Como experto, ¿cómo ve el proceso de paz afgano en curso? ¿Quién será el próximo jefe de estado o de gobierno allí?

Chayanika Saxena (CS): El proceso de paz afgano languidece. No ha salido nada de ello y, a menos que tengamos otro momento «maduro», se mantendrá el ritmo actual y el estado del proceso de paz (en curso).

Bueno, puedo decirles quién ya no será el jefe de estado (al menos bajo la configuración constitucional actual): Ashraf Ghani. Es difícil predecir si la actual República del Afganistán seguirá funcionando con el mismo modelo de gobernanza en los años venideros. Habrá un cambio de constitución, cuyos contornos finales nadie puede predecir, al menos en este momento.

7. Shahzada Rahim (SR): ¿Cómo imagina la naturaleza del futuro gobierno en Afganistán? ¿Funcionará el marco de reparto del poder en el contexto del proceso de construcción nacional?

Chayanika Saxena (CS):Como se mencionó anteriormente, es imposible predecir cómo será el futuro gobierno de Afganistán en ausencia de conversaciones de paz y reconciliación. Ni siquiera sabemos cuándo comenzará el proceso de paz, y mucho menos terminará con una nota reconciliadora. Entonces, comentar los contornos de un futuro gobierno, cuando el futuro es tan nebuloso, será tan dudoso como las predicciones astrológicas que llenan nuestros periódicos todos los días. Sin embargo, idealmente hablando, el poder compartido parece ser la única forma de salir del lío que han sido las desafortunadas guerras en Afganistán, patrocinadas externamente pero sostenidas internamente. Una toma total del poder por parte de los talibanes es el resultado menos deseable. Y si el gobierno de Ghani continúa en el poder, o es reemplazado por alguna otra entidad pero dentro de la constitución existente de Afganistán,Supongo que podrá reclamar para sí el estatus de gobierno que comparte el poder con todos, ¡y con razón!

8. Shahzada Rahim (SR): En su opinión, ¿dónde ve a Afganistán en los próximos diez años?

Chayanika Saxena (CS): Para un país que puede o no sobrevivir como está en los próximos meses, es bastante rico para personas como yo ofrecer un pronóstico sobre cómo sería Afganistán dentro de 10 años. En el mejor de los casos, lo que podemos hacer es esperar que prevalezca un mayor sentido común en el país y sobre Afganistán entre las potencias regionales, de modo que esa paz, que la ha eludido durante más de cuatro décadas, finalmente esté a su alcance.

Original: https://theradicaloutlook.com/a-civil-war-is-not-out-of-question-but-it-is-not-going-to-be-the-kind-that-we-had-seen-in-the-1990s-dr-chayanika-saxena/


Sobre el Autor

Chayanika Saxena es Dra. y Jefa de los Cursos Postgrado Grado En el Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Singapur.

16 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

Eje Central:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO

La columna del Club de la Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele comienza esta semana con Colombia donde continúa el sangriento caos del gobierno tiránico de Uribe / Duque y con el supuesto ataque al helicóptero presidencial, mientras que Brasil entra en un callejón sin salida por el posible juicio político a Bolsonaro ante el escándalo de corrupción en la compra de vacunas, y de Perú donde  sigue creciendo la tensión por el intento de trabar la asunción de Pedro Castillo, cuando ya hasta el propio EEUU ha reconocido su triunfo legítimo. 

Luego aborda la división interna en Norteamérica con el resurgir del “trumpismo” lanzando una nueva aplicación para zafar la proscripción que sufre en las redes sociales, llamando a la insubordinación ciudadana y con sus gobernadores empeñados en la construcción del muro de México. Y al respecto, Carlos nos alerta de las complicaciones que esto significa para Biden, más las nuevas variedades del Covid que acechan al país y por el irregular paisaje interno que dibujan las estadísticas de las vacunaciones, reflejando el accionar de negacionistas y antivacunas, siempre con argumentos anti científicos, similares a sus pares de Argentina, justo cuando se teme la llegada de una nueva ola mucho más grave. 

Y entrando en la geopolítica, nos analiza la “movida militar” anglo norteamericana en la Europa Oriental, con epicentro en la fracturada Ucrania y definida como la “Geopolítica de los 5 Mares” porque involucra al Mar Báltico, Mar Negro, Mar Caspio, Mar Muerto, y Mediterráneo, marcando así la OTAN una zona que pretende ser un cerco militar y naval a Rusia, mientras ésta trata de construir una “Zona de Amortiguación” o cordón sanitario en sus fronteras  para evitar contactos directos que desencadenen en un conflicto bélico de nivel mundial. 

Y así Pereyra Mele nos ofrece otra cátedra que une política con geografía y con estrategia para explicarnos una maniobra de 27 países variopintos, con 5 mil efectivos, 32 buques, 40 aviones y helicópteros, incluyendo países lejanos y distantes como Israel, Marruecos, Japón, Australia y Corea. Con Alemania y otros 17 países miembros sin participar. Y nos señala el nombre dado de “BRISAS MARINAS” para este enorme operativo que agrega convulsión a una zona de históricas fricciones y con el objetivo puesto en tensionar militarmente las mismas fronteras rusas. 

Además, Pereyra Mele va desentrañando esta alianza occidental hasta desnudar una complicada madeja de grupos de países unidos y enfrentados a la vez, con fuertes objetivos contradictorios  y entremezclados por las ambiciones, la historia y los intereses por las riquezas en gas y petróleo de la zona. Así aparecen en el relato Moldavia, Rumania, Georgia, Eslovaquia, República Checa, y el Grupo de Lublin con Polonia, Lituania y Ucrania, cada uno con sus particularidades, también están allí los recientes enemigos bélicos Armenia y Azerbaiyán y, cómo no, Turquía con su llave del Bósforo que puede cerrar -o abrir- la salida de la Flota Rusa al Mediterráneo que necesita a su vez atender sus tropas en Siria y Libia. Un complejo tablero de ajedrez que nos describe el politólogo, con EEUU al mando de un mosaico heterogéneo y heterodoxo; y en frente a una Rusia que se concentra en asegurar sus fronteras cargando a sus espaldas con el viejo resquemor de de estos países hacia la antigua URSS.

Y mientras nos recuerda la reciente invasión a las aguas territoriales rusas por parte de un buque británico para boicotear la cumbre Pútin / UE,  Carlos nos cuenta el último incidente de aviones rusos atacando a barcos estadounidenses, y termina reflexionando sobre el ambiente caldeado en la zona, “y no ya por el verano -relata- sino por la obsesión estadounidense de tener a Rusia a tiro de escopeta”. 

Eduardo Bonugli (Madrid 04/07/21)

Mar Baltico, Mar Negro y Mar Mediterraneo
La Energia en la Region y el Paso de los Dardanelos
Conflicto en el caucaso entre el Mar Negro y el Mar Caspio
Ucrania y sus conflictos
El Conflito en Transnitria Moldavia

[En este artículo Escobar da su visión de la profundidad de la «asociación estratégica integral de coordinación para la nueva era» entre Rusia y China, como la describen oficialmente Moscú y Beijing. Y de la diferencia conceptual de lo que entienden los anglosajones de «Ley» y «Regla» de las que hablan en estos tiempos en todos sus Congresos G7 UE OTAN. Y de lo peligrosos que se volvieron en estos tiempos en que no quieren asumir que se acabó su Hegemonía absoluta…Antonio Mitre colaborador de Dossier Geopolitico]

Pepe Escobar, Asia Times 2 de julio

Vivimos en tiempos extraordinarios.

En el día del 100 ° aniversario del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, en la plaza de Tiananmen, en medio de toda la pompa y circunstancia, entregado un mensaje geopolítico marcado:

«El pueblo chino nunca permitió que fuerzas extranjeras lo intimiden, opriman o subyuguen. Cualquiera que intente hacer esto se encontrará en curso de colisión con un gran muro de acero forjado por más de 1.400 millones de chinos». 

He ofrecido una versión concisa  del milagro chino moderno, que no tiene nada que ver con la intervención divina, sino “buscar la verdad a partir de los hechos” (copyright Deng Xiaoping), inspirado en una sólida tradición cultural e histórica.

El «gran muro de acero» evocado por Xi ahora impregna una dinámica «sociedad moderadamente próspera», un objetivo logrado por el PCCh en vísperas del centenario. Sacar a más de 800 millones de personas de la pobreza es una novedad histórica, en todos los aspectos.

Como en todo lo relacionado con China, el pasado informa el futuro. Se trata de xiaokang , que se puede traducir libremente como «sociedad moderadamente próspera».

El concepto apareció por primera vez hace no menos de 2.500 años, en el clásico Shijing («El libro de la poesía»). El pequeño timonel Deng, con su histórico ojo de águila, lo revivió en 1979, justo al comienzo de las reformas económicas de «apertura».

Ahora compare el avance celebrado en Tiananmen, que se interpretará en todo el Sur Global como evidencia del éxito de un modelo chino para el desarrollo económico, con imágenes que circulan de los talibanes montando tanques T-55 capturados a través de pueblos empobrecidos en el norte de Afganistán.

Repetición de la historia: esto es algo que vi con mis propios ojos hace más de veinte años.

Los talibanes controlan ahora casi la misma cantidad de territorio afgano que controlaban inmediatamente antes del 11 de septiembre. Controlan la frontera con Tayikistán y se están acercando a la frontera con Uzbekistán.

Hace exactamente veinte años estaba inmerso en otro viaje épico a través de Karachi, Peshawar, las áreas tribales de Pakistán, Tayikistán y finalmente el valle de Panjshir, donde entrevisté al comandante Masoud, quien me dijo que los talibanes en ese momento controlaban el 85% de Afganistán.

Tres semanas después, Masoud fue asesinado por un comando vinculado a Al Qaeda disfrazado de «periodistas», dos días antes del 11 de septiembre. El imperio, en el apogeo del momento unipolar, entró en Forever Wars a toda marcha, mientras que China y Rusia profundizan en la consolidación de su surgimiento, geopolítica y geoeconómicamente.

Ahora vivimos las consecuencias de estas estrategias opuestas.

Esa alianza estratégica

El presidente Putin acaba de pasar tres horas y cincuenta minutos respondiendo preguntas no preseleccionadas, en vivo, de ciudadanos rusos durante su sesión anual de ‘Línea Directa’ . La idea de que los «líderes» occidentales del tipo Biden, Boris Johnson, Merkel y Macron podrían manejar algo incluso remotamente similar, sin guión, es ridícula.

La conclusión clave: Putin enfatizó que las élites estadounidenses comprenden que el mundo está cambiando, pero aún quieren preservar su posición dominante. Lo ilustró con la reciente travesura británica en Crimea sacada directamente de un fallo de Monty Python, una «provocación compleja» que de hecho era angloamericana: un avión de la OTAN había realizado previamente un vuelo de reconocimiento. Putin: «Era obvio que el destructor entró [en aguas de Crimea] persiguiendo objetivos militares».

A principios de esta semana, Putin y Xi celebraron una videoconferencia. Uno de los puntos clave fue bastante significativo: la extensión  del Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa China-Rusia, firmado inicialmente hace 20 años.

Una disposición clave: «Cuando surja una situación en la que una de las partes contratantes considere que … se enfrenta a la amenaza de agresión, las partes contratantes mantendrán contactos y consultas de inmediato para eliminar tales amenazas».

Este tratado está en el corazón de lo que ahora se describe oficialmente – por Moscú y Pekín – como una “asociación estratégica integral de coordinación para una nueva era”. Se justifica una definición tan amplia porque se trata de una asociación compleja de varios niveles, no una “alianza”, diseñada como un contrapeso y una alternativa viable a la hegemonía y el unilateralismo.

Un ejemplo gráfico lo proporciona la interpolación progresiva de dos estrategias de comercio / desarrollo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y la Unión Económica de Eurasia (EAEU), que Putin y Xi discutieron nuevamente, en relación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). , que se fundó solo tres meses antes del 11 de septiembre.

No es de extrañar que uno de los aspectos más destacados en Beijing esta semana fueron las conversaciones comerciales entre los chinos y cuatro «stands» de Asia Central , todos ellos miembros de la OCS.

«Ley» y «regla»

La hoja de ruta que define la multipolaridad ha sido esbozada en un  ensayo del ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, que merece un examen detenido.

Lavrov analiza los resultados de las recientes cumbres del G7, la OTAN y la UE antes de Putin-Biden en Ginebra:

Estas reuniones se prepararon de una manera que no deja ninguna duda de que se quería enviar un mensaje claro a Occidente: que se mantienen unidos como nunca antes y harán lo que crean correcto en los asuntos internacionales, mientras obliga a otros, principalmente a Rusia y China, para seguir su ejemplo. Los documentos adoptados en las cumbres de Cornualles y Bruselas cimentaron el concepto de orden mundial basado en reglas como un contrapeso a los principios universales del derecho internacional con la Carta de la ONU como su fuente principal. Al hacerlo, Occidente deliberadamente evita deletrear las reglas que pretenden seguir, al igual que se abstiene de explicar por qué son necesarias.

Mientras descarta cómo Rusia y China han sido etiquetadas como «potencias autoritarias» (o «iliberales», según el mantra favorito de Nueva York-París-Londres), Lavrov aplasta la hipocresía occidental:

Mientras proclama el ‘derecho’ a interferir en los asuntos internos de otros países en aras de promover la democracia tal como la entiende, Occidente pierde instantáneamente todo interés cuando planteamos la posibilidad de hacer que las relaciones internacionales sean más democráticas, incluida la renuncia al comportamiento arrogante y el compromiso acatar los principios universalmente reconocidos del derecho internacional en el lugar de las «reglas».

Eso le da a Lavrov una oportunidad para un análisis lingüístico de la «ley» y la «regla»:

En ruso, las palabras «ley» y «regla» comparten una sola raíz. Para nosotros, una regla que es genuina y justa es inseparable de la ley. Este no es el caso de las lenguas occidentales. Por ejemplo, en inglés, las palabras «ley» y «regla» no comparten ninguna semejanza. ¿Ver la diferencia? “Gobernar” no se trata tanto de la ley, en el sentido de las leyes generalmente aceptadas, como de las decisiones que toma quien gobierna o gobierna. También vale la pena señalar que «regla» una sola raíz con «regla», y los significados de esta última incluyen el dispositivo común para medir y dibujar líneas rectas. Se puede inferir que a través de su concepto de “reglas”, Occidente busca alinear a todos en torno a su visión o aplicar el mismo criterio a todos, de modo que todos caigan en un solo archivo.

En pocas palabras: el camino hacia la multipolaridad no seguirá los “ultimatums”. El G20, donde están representados los BRICS, es una “plataforma natural” para “acuerdos mutuamente aceptados”. Rusia, por su parte, está impulsando una Asociación de la Gran Eurasia. Y un “orden mundial policéntrico” implica la necesaria reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, “fortaleciéndose con los países asiáticos, africanos y latinoamericanos”.

¿Los Maestros Unilaterales recorrerán este camino? Sobre sus cadáveres: después de todo, Rusia y China son «amenazas existenciales». De ahí nuestra angustia colectiva, espectadores bajo el volcán.