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Acompañamos al presente posteo en nuestra Web de Dossier Geopolitico DG dos entrevistas realizadas al Director de DG Prof Lic. Carlos Pereyra Mele, en medios nacionales sobre Política Internacional y Geopolitica 

La primera entrevista realizado por el Programa “Te de Ceylán” del Multimedio “Mordisquito”: (Medio de comunicación con el rol de informar y tratar de movilizar conciencias a través de la perspectiva justicialista, que es capaz de convivir con otros movimientos y procesos populares similares en el que el único fin es la liberación nacional y la emancipación de los pueblos del Cono Sur. Por la Unidad de todos los trabajadores y trabajadoras de la Patria Grande.)

Y en segundo término publicamos el audio de la tradicional columna semanal de todos los viernes del Director de DG, en el Programa “Ayer y Hoy” que conduce el Periodista Miguel De Renzis por Radio Belgrano AM 650 de la Capital Federal de la República Argentina

1 Programa Te de Ceylan 

2 Programa Ayer y Hoy de Radio Belgrano

En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, el Director de Dossier Geopolitico DG, analiza está semana varias áreas por los grandes cambios que observamos y los denominaremos en está oportunidad “Frentes”:

Primero el Frente Europeo cada dia mas fraccionado, conflictuado y mas dividido, no solo por la Guerra de Ucrania que se direcciona a ser un País que se aproxima a sufrir una demolición programada y con una Guerra que empieza a perder presencia en los “medios” y en los fanáticos sostenedores con  ofensivas que luego se determina que son una catástrofe militar… en el mientras Rusia convoca la Embajadora de Gran Bretaña para pedir explicaciones sobre los ataques que orquestó desde Ucrania contra el NordStrand 1 y 2 y el ataque al Puerto de Sebastopol. Otra clara demostración de que Europa entra en un modelo “sálvese el que pueda”  El Canciller alemán Olaf Scholz viaja a China causando “malestar en sus socios de la OTAN y a lo que se suma la compra de un porcentaje importante del  Puerto de Hamburgo ( uno de los tres mas importantes de Europa) por parte de empresas chinas

Otro Frente activo es el del Asia Sudoriental (mal llamado “medio oriente”) con un Israel mas aislado que nunca (y con un avance de los sectores mas conservadores y religiosos que le quitaran flexibilidad negociadora con sus vecinos), y con las petromonarquías árabes cambiando de sociedades y alianzas históricas y a la que se suma una Turquía que amplia su juego geopolitico en toda la región y el incremento del poder de Irán en la misma zona y que tontamente utilizando las fake News que occidente lanza sobre la región para enemistar a los árabes con los persas. Pero los países de la zona recuerdan que hace un año EEUU/OTAN huyó de Afganistán abandonando a sus aliados a su suerte y han tomado debida nota de ello 

Otro Frente es el Financiero Global: China lanza una nueva forma de pago que cambia todo el juego de los juegos en el área de las Finanzas, con el mBridge, el innovador proyecto de pagos internacionales liderado por China

Por último y no menos importante nuestro propio Frente Americano donde tenemos varios acontecimientos en pleno desarrollo: el martes 8/11 hay mucho en juego en las elecciones de medio término de USA con la posibilidad de una gran derrota de los Demócratas por los Republicanos y de ocurrir ello. Por ejemplo: será un Biden muy disminuido si se reúne con Putin en la Reunión en Bali del G20

Tenemos otros dos grandes acontecimientos mas en nuestra zona la Reunión de los Presidentes: Petro y Maduro que desactiva la confrontación fronteriza, orquestada por los narco gobiernos “uriburistas”, pero fundamentalmente, hay dos grandes perdedores: el Plan de desestabilización de USA sobre Venezuela y que también acompaña en este desastre político a la Unión Europea que fue parte fundamental en el entramado agresivo para con el País Caribeño y que apoyando un fantasmagórico Guiado fue usado para como hacían con los piratas corsarios (durante la época colonial) quedarse con grandes riquezas y fortunas que solo son de manejo del Pueblo Venezolano y su legítimo gobierno 

Y lo mas importante es el triunfo en Brasil de Ignacion Lula Da Silva importante para los Brasileños pero también para el subcontinente suramericano, primero por la convocatoria a la Unidad Nacional muy lesionada por el discurso populista demagógico de Bolsonaro en una total sintonía con las nuevas derechas globales organizadas por Steven Bannon y es importante para relanzar un proyecto integrista serio y por fuera de todo idiologismo solo pensando en nuestro intereses nacionales y regionales en un Mundo en fuerte choque con una guerra híbrida global en pleno desarrollo….

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG

Un Biden desconcertado que saluda a fantasmas enfrenta una eleccion dificilisima de medio termino, que marcaran grandes cambios globales

 

Una imagen que desactiva un lustro largo de enfrentamientos esteriles ocacionados por EEUU y sus socios uriburistas contra la Republica de Venezuela
Un «Lula» llamado historicamente a cumplir un rol fudamental ente su Pueblo y sus vecinos

Difundimos dos entrevistas realizadas al Director de Dossier Geopolítico Prof Lic. Carlos Pereyra Mele Donde se abordó el tema de las Elecciones trascendentales en la República Federativa de Brasil por su influencia regional y global dado que es uno de los miembros del los BRICS las potencias emergentes actualmente y grande contribuyentes a la formación de un mundo multipolar anti hegemónico como lo ha sido hasta ahora desde los 90 hasta el 2008

El primer video es la entrevista realizada por el periodista Martin Reinaldi del Programa «Redacción Abierta» que se difunde por el Canal de aire Canal 10 de los SRT de la Univ. Nacional de Córdoba y que se retransmite a varias provincias Argentinas (realizada horas previas a las elecciones en Brasil)

El segundo video fue realizado el día lunes posterior a las elecciones y fue realizado para el Programa «Epicentro» que se transmite por Canal «C» de cablevisión Córdoba y que conduce el Periodista Osvaldo Gadban

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de Dossier Geopolitico https://dossiergeopolitico.com/ 

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, habla que la guerra híbrida global avanza …y se profundizan, por ello dividimos la columna en dos partes:

La primera: dada la campaña de falsedades que afecta a las masas occidentales con una propaganda oficialista de guerra de solo “relatos”, pero sabemos, que la verdad saldrá a la luz. Desde hace 6 meses se desgastó a las tropas  ucranianas que han perdido el 1 ⁄ 3 del personal militar, a lo que se suma la dificultad para realizar el reemplazo del material bélico destruido por material occidental que es mas lento de lo atribuido y no podrá definir nada solo. Describimos la realidad sobre el campo de batalla, del control del aire (por parte de Rusia) y la utilización de armas de última generación misilísticas y el uso de la inteligencia artificial con el uso de drones suicidas etc etc., etc, la victoria rusa no está en duda. Y también destacamos la “Moderación de Moscú” en respuestas a las agresiones realizadas en el propio territorio ruso (asesinatos de Ciudadanos rusos en suelo ruso) y de intereses económicos rusos, en el mar Baltico (NordStrom I y II); pero la respuesta fue quirúrgica y durísima dejando a Ucrania en el medioevo sin energía eléctrica, y marca como será a partir de ahora el conflicto.

La segunda parte de está Columna: es describir esta Guerra Híbrida Global en curso que se ve en los cambios de los valores de la energías fósiles con los acuerdos de la OPEP+ de reducir en 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre de 2022 y los acuerdos alcanzados en la sexta cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), el jueves pasado en Astaná, Capital de Kazajistán. Este año, el foro, que aglutina a 27 países que conforman un 90 % del territorio de Asia y que abarcan juntos casi la mitad de la población mundial, reúne a unas 50 delegaciones. y de allí surgió un nuevo polo de distribución gasífero desde territorio Turco (garantizado por Recep Erdoğan) y que participa Catar (el segundo productor mundial de Gas) según lo acordado con Putin en Astana

Recordemos, que el eje de desarrollo de los países industrializados occidentales los del G7, estaba basado en tener a disponibilidad en cantidad abundante y a precio bajo los recursos naturales minerales y los recursos energéticos, pero dado los cambios de sociedades y de influencia le son hoy en día muy complicado en especial para los países occidentales europeos y ello conlleva a una tremenda dependencia de las pocas fuentes de suministros que está a disponibilidad y además por el incremento de los precios de los commodities los hace nulos competitivos a los europeos, con los grandes complejos industriales de Eurasia y EEUU (el otro gran ganador)

Prof. Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Emir de Qatar Jeque Tamin Bin Hamad al Thani y Presidente de la Federacion Rusa Vladimir Putin Astana 13/10/2022

Los objetivos geopolíticos de Estados Unidos suelen traducirse en grandes cruzadas civilizatorias, siempre sustentadas en leyes internas de pretendido alcance universal.

Por Federico Nacif Publicado en Rebelion

Tal como describió recientemente el experto en relaciones internacionales Juan Tokatlian, mientras que en los años ‘90 se auto-asignó el papel de “cruzado internacional en materia de drogas”, después de los atentados a las Torres Gemelas de 2001 se lanzó a la lucha global “contra el terrorismo” y ahora, en medio de la actual confrontación con el eje China-Rusia, se proyecta como el “fiscal internacional en materia de corrupción”, para justificar lo que identifica como la lucha de “las democracias contra las autocracias”.

Al igual que en el pasado, la relación entre la nueva cruzada anticorrupción y la geopolítica de los recursos naturales no es un secreto. En el marco de la Estrategia de Estados Unidos para Combatir la Corrupción lanzada por Joe Biden en diciembre de 2021, la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado asumió la responsabilidad de la “Iniciativa de Transparencia sobre Industrias Extractivas” que, entre otras cosas, busca “combatir la corrupción en los sectores globales de gas, petróleo y minería”.

Desde luego, América Latina constituye un objetivo central para la nueva estrategia imperial. En junio de 2021, la Casa Blanca emitió un memorándum para declarar a la lucha contra la corrupción como de “interés central para la seguridad nacional”, agudizando así su tradicional intervencionismo en la región. Desde entonces, produjo la extradición del ex Presidente de Honduras y la renuncia del Presidente en Paraguay. El 25 agosto de 2022, a solo tres días del alegato del fiscal Luciani contra Cristina Fernández de Kirchner, un senador texano envió una carta al Secretario de Estado Antony Blinken solicitando que se aplique a la Vicepresidenta argentina una serie de sanciones previstas en la Ley de Asignaciones de Programas Relacionados y Operaciones Extranjeras.

La disputa por el liderazgo de la transición energética está en el centro de la actual confrontación geopolítica y los países de América Latina constituyen un importante reservorio de recursos naturales críticos.

El litio sudamericano y la nueva “OTAN Metálica”

Si bien es cierto que China controla más del 70% de la fabricación mundial de baterías de litio, no menos cierto es que la producción de litio de Chile y Argentina está dominada desde hace décadas por capitales de Estados Unidos, Canadá y (más recientemente) Australia y Japón. Sin embargo, la prensa local sólo nos advierte sobre el nuevo fantasma que está recorriendo la región: el avance de grandes empresas chinas. De esta forma, se asume como propio el temor de Estados Unidos expresado por la jefa del Comando Sur, que ve amenazado su dominio actual sobre el Triángulo del Litio, advirtiendo la incipiente presencia de China y Rusia: “Están allí para socavar a Estados Unidos, están allí para socavar las democracias”.

Según el director ejecutivo de Benchmark Minerals (cuyos informes se usan en los contratos de compra-venta de litio), la influencia gubernamental de Estados Unidos “está en juego” por una simple razón: “la batería de ion-litio es ahora geopolítica”. Es que, de todos los metales que se necesitan para producir baterías, la situación del litio es la más delicada: desde 2020 los precios aumentaron un 900%, alcanzando “un punto histórico de inflexión”, lo que contrasta marcadamente con el resto de los metales críticos para las baterías.

El verdadero trasfondo político e institucional de estas declaraciones pasó algo desapercibido para los debates locales. El 14 de junio de 2022, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la creación de la Asociación de Seguridad de Minerales (MSP por sus siglas en inglés), junto a la Unión Europea, Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido. Bautizada por la agencia Reuters con el sugestivo rótulo de “OTAN metálica”, la nueva asociación se define principalmente por la ausencia de China y Rusia, preanunciando así la nueva estrategia norteamericana: “La actual red de suministro de minerales altamente globalizada parece destinada a dividirse en esferas de influencia políticamente polarizadas, un realineamiento tectónico con implicaciones de gran alcance”.

En palabras de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se trata de “no depender excesivamente del abastecimiento de bienes críticos de países donde tenemos preocupaciones geopolíticas”. Según la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, “el gran problema económico y geopolítico” del futuro no es otro que el de reformular el sistema de abastecimiento de materias primas, apuntalando las inversiones sólo en países amigos (friend-shoreing)Hasta el Pentágono se sumó a la nueva estrategia de “apoyar a los amigos” y pidió al Congreso de Estados Unidos modificar la Ley de Producción de Defensa que aún le prohíbe invertir en la producción de materias primas fuera del territorio nacional.

Estas definiciones no son sólo conceptuales. El gobierno de Joe Biden aprobó recientemente la Ley de Reducción de la Inflación, presentada por la CNN como la “mayor inversión climática de la historia americana”. Ente sus objetivos principales, promueve la compra de vehículos eléctricos producidos en territorio norteamericano (vía créditos y beneficios fiscales), que deberán incorporar baterías recargables con altos porcentajes de metales extraídos en Estados Unidos o en países “amigos”. Más específicamente, de los metales críticos que componen las baterías (litio, níquel, cobalto, manganeso), “al menos un 40% debe provenir de operaciones mineras en Estados Unidos o ser importados desde países con los que tiene firmado un Tratado de Libre Comercio (TLC). Ese porcentaje subirá a 80% a partir del 2026”.

El problema, una vez más, radica en evaluar los costos y beneficios de ser aceptados como un país “amigo” de Estados Unidos o de pasar a integrar el club de los países “enemigos”.

Sudamérica en la mira

Entre 2016 y 2019, más del 90% del litio importado a Estados Unidos provino de Chile (36%) y de la Argentina (55%).

Fuente: U.S. Geological Survey, 2021.

Estados Unidos tiene tratados de libre comercio con unos 20 países, entre los cuales figuran Australia y Chile, los dos principales productores de litio del mundo. La producción de ambos países está controlada por capitales norteamericanos, pero también registran una “preocupante” participación de China. En 2018, el Estado chileno modificó los dos contratos de explotación vigentes sobre el Salar de Atacama, elevando las regalías hasta el 40%. En el caso de SQM (la mayor productora de litio en salmueras del mundo), se le permitió la venta del 23% de sus acciones a la china Tianqi. En el caso de Albemarle, empresa norteamericana que posee la segunda operación del país, es un emblema de la red global de suministros que estaría llegando a su fin: comparte con Tianqi la propiedad de Greenbushes, la mina de litio más grande del mundo, ubicada en Australia.

Sin embargo, el status legal del litio chileno como “recurso estratégico” ofrece una herramienta política imprescindible. La futura creación de una nueva empresa estatal que se asociaría en mayoría con las dos explotaciones vigentes, permitirá al gobierno de Gabriel Boric anticiparse al nuevo escenario y gestionar con cierta autonomía las crecientes tensiones geopolíticas por el control y la propiedad de las reservas nacionales.

El otro país que produce litio en gran escala y que abastece buena parte de la demanda de Estados Unidos es la Argentina. Aquí, la empresa norteamericana Livent explota el Salar del Hombre Muerto de Catamarca hace ya 25 años (con prácticas para nada “transparentes”, por cierto). El segundo proyecto en operación del país está en Jujuy, a cargo de un joint venture formado por la australiana Allkem y la japonesa Toyota Tsuyo. El claro predominio de la OTAN Metálica sobre el litio argentino, sin embargo, no está lo suficientemente apuntalado y comienza a ser cuestionado.

En primer lugar, porque la Argentina no tiene un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Más aún, en febrero de 2022 se sumó a la iniciativa global de China “La Franja y la Ruta”, y en julio consiguió el respaldo de China para ingresar a los BRICS. Pero también porque –paradojas del sistema neoliberal– el régimen de libres concesiones mineras provinciales que rige en el país desde los años ‘90 permitió a grandes empresas chinas como Ganfeng adquirir importantes proyectos en exploración. A diferencia de Chile, la geopolítica del litio opera aquí sin ninguna mediación, agravando incluso las internas en el frente de gobierno: mientras Massa visita en Estados Unidos a Livent, tanto YPF SA como los gobiernos provinciales de Catamarca y de Jujuy suscriben acuerdos de cooperación con empresas de China. La falta de una política nacional unificada se expresa sobre todo en la flamante YPF Litio, que debe partir de cero y explorar nuevos territorios porque todos los yacimientos de litio identificados en el país se encuentran en manos privadas.

El embajador Sabino Vaca Narvaja en la firma de un acuerdo con la china Tianqi Lithium, en agosto.

La total apertura a la inversión extranjera sin control del Estado nacional pareciera contradecir incluso la nueva estrategia de la OTAN Metálica. Tal como afirma un reciente informe elaborado para el Departamento de Estado de Estados Unidos: “De los países latinoamericanos que poseen reservas de litio, la Argentina opera en el mercado más abierto a la inversión del sector privado”. Sin embargo, “la inversión de las empresas estadounidenses ni siquiera se aproxima a lo que ha invertido China en la última década”. Por ello y por el enorme potencial que aún presentan las reservas de la Argentina, se recomienda enfáticamente “fortalecer la presencia de los Estados Unidos en el país”. Quizá esto explique buena parte del “éxito” de Sergio Massa en su gira por Estados Unidos. Quizá sirva también de contexto a las declaraciones de Alberto Fernández en la New School de Nueva York, donde aseguró por primera vez que se propone “declarar al litio un bien estratégico para el desarrollo de la Argentina… siguiendo un poco lo que ha hecho Chile”.

Contradicciones del sistema. Para restringir el acceso de China a los yacimientos sudamericanos es posible que Estados Unidos deba aceptar allí un mínimo de intervención estatal. Una suerte de soberanía subordinada a la nueva OTAN Metálica que, sin embargo, no nos alejaría de la abierta injerencia norteamericana en los asuntos públicos de América Latina.

En la lista de países con alta probabilidad de integrar el club de “enemigos” de Estados Unidos se encuentra Bolivia, dueña de la mayor reserva mundial de litio. Allí, el gobierno de Evo Morales creó en 2017 la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) para poder decidir con autonomía una estrategia tecnológica, productiva y exportadora al servicio del desarrollo nacional. En noviembre de 2019, después de un largo y dificultoso proceso de aprendizaje, el golpe de Estado interrumpió drásticamente la construcción de la planta industrial de carbonato de litio.

En la actualidad, el gobierno democrático de Luis Arce se propone la difícil tarea de recuperar el tiempo perdido, pero la injerencia norteamericana pareciera haberse activado nuevamente. Pocos días antes de que YLB diera a conocer los resultados de una simple convocatoria para evaluar nuevas técnicas extractivas, el periódico El País publicó un artículo acusando de presunta corrupción al hijo del Presidente Arce por estar favoreciendo a la empresa rusa Uranium One en perjuicio de empresas norteamericanas como Energy X, una pequeña start-up texana que había desplegado un operativo mediático llamativamente costoso para su tamaño. En verdad, la amenaza imperial ya había sido previamente formulada por Joseph Bouchard, un influyente analista canadiense: “Si el gobierno de Arce aceptara la oferta rusa, Bolivia se convertiría rápidamente en un Estado paria en el escenario regional e internacional”.

Con el objetivo de defender la soberanía y la estabilidad democrática de la región, el gobierno boliviano organizó junto a CEPAL el 1er. Foro “Perspectivas de Litio desde América Latina, donde propuso a los gobiernos de la Argentina, Chile y México la creación de una Organización de Países Productores y Exportadores de Litio (OPPEL). Más recientemente, el Presidente Arce cerró su intervención en la última Asamblea General de la ONU celebrada en Nueva York con una recomendación que sintetiza las urgencias del presente: “Naciones Unidas debe tomar medidas contra todos aquellos países que no respetan la soberanía y la no injerencia, y que enfrentan pueblos por el control de sus recursos naturales estratégicos. No somos fichas de tableros de ajedrez, somos pueblos que trabajan día a día para salir adelante y tenemos todo el derecho de decidir sobre nuestros recursos naturales”.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com

Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, al comentar los sucesos que vienen teniendo lugar en el organismo internacional en los últimos tiempos. Y es que el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, denunció ante el organismo, que para Occidente la historia parte de un «momento conveniente».

Denuncia ante la ONU

Lunes 10 de octubre de 2022. Período de sesiones extraordinario de la Asamblea General del organismo, que decidió denegar la propuesta de Moscú para votar en secreto la resolución sobre los referéndums en las Repúblicas Populares de Donestsk y Lugansk, y las regiones de Jersón y Zaporozhie. En la sesión, 107 países votaron a favor de la votación abierta, 13 naciones votaron en contra, y 39 se abstuvieron.

Entonces, Vasili Nebenzia lanza una denuncia: calificó la resolución como una «manipulación sin precedentes, que socava la credibilidad de la Asamblea General y de la ONU en su conjunto. Están asistiendo a un fraude escandaloso, en el que el presidente de la Asamblea General [Csaba Korosi] ha desempeñado un papel clave».

En este sentido, el diplomático ruso incidió en que «Washington, Londres, Bruselas, y algunas otras capitales, intentan ‘detener el reloj’, para pretender que la historia [del conflicto en Ucrania] comienza en febrero de 2022 [cuando inició la operación militar especial rusa]», y que «todos los demás aspectos de la crisis ucraniana, cuyas premisas fueron establecidas metódicamente por los Estados occidentales desde al menos 2014, o más bien mucho antes», se ignoran.

Vasili Nebenzia denunció que países occidentales actúan «сomo si nunca hubieran existido el golpe anticonstitucional de Maidán [en febrero de 2014], la tragedia de Odesa, la negación sistemática de los derechos de la población rusoparlante, la agresión del régimen de Kiev contra Donbass y el asesinato masivo de sus civiles».

Al respecto, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, advierte que «la estructura de la ONU es el reflejo de una fotografía tomada en 1945».

«Ese fue un momento histórico de avance de poder, los países que sobrevivieron, y que pudieron empezar la vida de nuevo, establecer reglas de juego, poner en marcha un sistema denominado ‘derecho internacional’, respetarlo, etc».

Pero «a partir de 1991, y desde la desaparición de la Unión Soviética, EEUU ha usado las Naciones Unidas como una herramienta más, de su fórmula de dominio global».

FUENTE SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20221011/la-estructura-de-la-onu-es-el-reflejo-de-una-fotografia-tomada-en-1945-1131404822.html

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, nos dice en su columna del Club de La Pluma, que la guerra híbrida global avanza … en su medida y armoniosamente y que mientras se profundizan sus etapas, Rusia y su pueblo han comprendido que la guerra contra la OTAN en Ucrania es existencial y que ya no se puede dar marcha atrás. O sea que, para la potencia euroasiática, se trata de VENCER O DESAPARECER. También analiza la determinación de Moscú plasmada en el reconocimiento e incorporación de las nuevas cuatro regiones y de la importancia política y estratégica de esta decisión histórica, a la vez que desglosa los datos sobre las impresionantes aportaciones económicas y de recursos naturales que significará para la Federación Rusa.

Pereyra Mele explica que el pueblo ruso ha tomado conciencia del odio y del ensañamiento de Occidente contra su tierra, su raza y su cultura, de la crueldad de Zelensky al pedir un bombardeo nuclear preventivo contra la población y del accionar brutal de los mercenarios de la OTAN. Nos habla de los reservistas convocados y de los voluntarios en Rusia, y de una gran masa de equipamiento militar que está siendo enviado al frente de combate. Y deja el tema táctico de la contienda para cuando el despliegue de esas unidades empiecen a operar en la región, mientras desentraña las mentiras mediáticas y sus burbujas triunfalistas, más el reciente  papelón payasesco de la BBC.

Aborda luego la decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo que ha sido calificada por Washington como una “acto hostil” mientras comprueba que su relación con Arabia Saudita ya no es la de otras épocas. A Europa la define como la tierra del “sálvese quién pueda” y nos habla de Italia que ha decidido comprar gas de Rusia a través de Austria, de las contradicciones de Alemania y su frente interno resquebrajado, de la calamitosa gestión de la Primer Ministro Inglesa y del hundimiento del banco Credit Suisse.  Y por supuesto de la crisis económica de la UE y de la insolidaridad evidente entre sus países miembros, mientras Norteamérica se aprovecha del conflicto y asfixia al viejo continente con un precio abusivo del gas. Además nos informa que la exorbitante deuda impagable de EEUU ha llegado a los 31 Mil Billones de dólares.

Y finaliza su columna radial desentrañando las confabulaciones mediáticas y el triunfalismo delirante de la prensa anglosajona y europea y acusa a esa prensa de omitir otras guerras como la de Yemen o las de África y de intentar otra vez -cómo en los últimos 40 años- desestabilizar a Irán con campañas culturales orquestadas por los servicios secretos occidentales y agitadas por la red de ONG al servicio del imperio anglosajón. Y pide dejar que la realidad salga la luz para que apague este canto del cisne de la prensa occidental y que aplaste su manipulada algarabía por supuestos contraataques victoriosos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 09/10/22)

La perla inhóspita de Argentina, su secreto mejor escondido, se llama Puerto de San Julián, en la provincia de Santa Cruz. Un enclave estratégico situado entre dos océanos, donde la minería del oro y la plata ha explotado en los últimos años y ha provocado un crecimiento exponencial de su población. El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, lo define como “Un bello paisaje del mar austral con gran futuro, si los argentinos empezamos a tomar conciencia de la importancia de toda esta región”. Un lugar que además cuenta con una rica historia: Hernando de Magallanes, el pirata Francis Drake, Charles Darwin o Antoine de Saint-Exupéry, fueron algunos de los personajes que visitaron ese enclave. Asimismo, acaba de ser nombrada Ciudad Heroica de la Fuerza Aérea Argentina por el rol que cumplió durante la guerra de las Malvinas .

Les invitamos a visitar El Canal de Dossier Geopolítico: https://www.youtube.com/channel/UCI0a…

por Big Serge https://bigserge.substack.com/p/politics-by-other-means

Con la única excepción posible del gran Sun Tzu y su “Arte de la guerra”, ningún teórico militar ha tenido un impacto filosófico tan duradero como el general prusiano Carl Philipp Gottfried von Clausewitz. Clausewitz, participante en las Guerras Napoleónicas, en sus últimos años se dedicó al trabajo que se convertiría en su logro icónico: un denso tomo titulado simplemente «Vom Kriege» ( De la guerra). El libro es una meditación sobre la estrategia militar y el fenómeno sociopolítico que ella implica y que está, fuertemente, ligado a la reflexión filosófica. Aunque “De la Guerra” ha tenido un impacto duradero e indeleble en el estudio de las artes militares, el libro en sí es a veces bastante difícil de leer, un hecho que se deriva de la gran tragedia de que Clausewitz nunca pudo terminarlo. Murió en 1831 a la edad de sólo 51 años con su manuscrito desordenado y sin editar; y le tocó a su esposa, el intentar organizar y publicar sus artículos.

Clausewitz, antes que nada, es famoso por sus aforismos: “Todo es muy simple en la guerra, pero lo más simple es difícil de realizar” y su vocabulario de la guerra, que incluye términos como “fricción” y “culminación”. Sin embargo, entre todos sus pasajes eminentemente citables, uno es quizás el más famoso, su afirmación de que: “La guerra es una mera continuación de la política por otros medios”.

Es en esta afirmación en la que deseo fijarme por el momento, pero primero, puede valer la pena leer la totalidad del pasaje de Clausewitz sobre el tema:

“La guerra es la mera continuación de la política por otros medios. Vemos que la Guerra no es un simple acto político; sino también un instrumento político real, una continuación del comercio político, una realización del mismo por otros medios. Más allá de esto, que es estrictamente propio de la Guerra, ésta se relaciona,simplemente, con la naturaleza peculiar de los medios que utiliza. Que las tendencias y puntos de vista de la política no sean incompatibles con estos medios, puede exigirlo el Arte de la Guerra en general y el Comandante en cada caso particular y esta pretensión, en verdad, no es baladí. Pero, por muy poderosamente que esto pueda afectar a los puntos de vista políticos en los casos particulares; siempre debe ser considerado como sólo una modificación de ellos; porque el punto de vista político es el objeto, la Guerra es el medio y el medio siempre debe incluir el objeto de nuestra concepción”. (Sobre la guerra, Volumen 1, Capítulo 1, Sección 24)

Una vez que eliminamos el estilo denso y verborrágico de Clausewitz, la afirmación aquí es relativamente simple: hacer la guerra siempre es en referencia a algún objetivo político mayor y existe dentro de un espectro político. La política se encuentra en cada punto a lo largo del eje: la guerra se inicia en respuesta a alguna necesidad política, se mantiene y continúa como un acto de voluntad política y, en última instancia, espera lograr objetivos políticos. La guerra no puede separarse de la política; de hecho, es el aspecto político lo que la convierte en guerra. Incluso podemos ir más allá y afirmar que la guerra, en ausencia de la superestructura política, deja de ser guerra y, en cambio, se convierte en violencia cruda y animal. Es la dimensión política la que hace que la guerra pueda ser reconocida como distinta de otras formas de violencia.

Consideremos la guerra de Rusia en Ucrania en estos términos.

Putin el burócrata

A menudo ocurre que los hombres más importantes del mundo son mal entendidos en su época: el poder envuelve y distorsiona al gran hombre. Este fue ciertamente el caso de Stalin y de Mao y es, igualmente, cierto tanto para Vladimir Putin como para Xi Jinping. Putin en particular es visto en Occidente como un demagogo hitleriano que gobierna con terror extrajudicial y militarismo. Esto difícilmente podría estar más lejos de la verdad.

Casi todos los aspectos de la caricatura occidental de Putin están profundamente equivocados, aunque este perfil reciente de Sean McMeekin se acerca mucho más que la mayoría. Para empezar, Putin no es un demagogo, no es un hombre carismático por naturaleza y aunque con el tiempo ha mejorado mucho sus habilidades como político de barricada y es capaz de dar discursos impactantes cuando es necesario, no es alguien a quien le guste el podio a diferencia de Donald Trump, Barack Obama o incluso, Dios no lo quiera, de Adolf Hitler, Putin simplemente no sabe complacer a la multitud por naturaleza. En la propia Rusia, su imagen es la de un servidor político de carrera bastante aburrido pero sensato, en lugar de un populista carismático. Su perdurable popularidad en Rusia está mucho más relacionada con la estabilización de la economía rusa y el sistema de pensiones que con las fotos de él montando a caballo sin camisa.

Esto se hizo, vívidamente, evidente en los últimos días. Con Ucrania avanzando en múltiples frentes, se puso en marcha un nuevo ciclo de fatalidad y triunfo: las figuras pro-ucranianas se regocijan por el aparente colapso del ejército ruso, mientras que muchos en el campo ruso lamentan que el liderazgo, según ellos, demostraba ser criminalmente incompetente. Con todo esto en marcha en el aspecto militar, Putin ha llevado con calma el proceso de anexión a través de sus mecanismos legales, primero celebrando referéndums y luego firmando tratados de entrada en la Federación Rusa con los cuatro ex oblasts de Ucrania, que luego fueron enviados a la Duma estatal para su ratificación, seguido por el Consejo de la Federación, luego, nuevamente para la firma y verificación por parte de Putin. Mientras Ucrania lanza sus refuerzos de verano a la lucha, Putin parece estar sumido en el papeleo y en el procedimiento. Los tratados, incluso, fueron revisados por el tribunal constitucional ruso y se establecieron plazos para poner fin a la “hryvnia” ucraniana como moneda de curso legal y reemplazarla por el rublo.

Este es un espectáculo extraño. Putin se abre camino a través de las aburridas legalidades de la anexión, aparentemente, sordo al coro que le grita que su guerra está al borde del fracaso total. La calma implacable que irradia -al menos públicamente- desde el Kremlin parece contradecir los acontecimientos en el frente.

Entonces, ¿qué está pasando realmente aquí? ¿Está Putin, realmente, tan alejado de los acontecimientos sobre el terreno que no se da cuenta de que su ejército está siendo derrotado? ¿Está planeando usar armas nucleares en un ataque de ira? ¿O podría ser esto, como dice Clausewitz, la mera continuación de la política por otros medios?

Guerra expedicionaria

De todas las afirmaciones fantasmagóricas que se han hecho sobre la guerra ruso-ucraniana, pocas son tan difíciles de creer como la afirmación de que Rusia pretendía conquistar Ucrania con menos de 200.000 hombres. De hecho, una verdad central de la guerra que los observadores, simplemente, deben comprender es el hecho de que el ejército ruso ha sido superado en número desde el primer día, a pesar de que Rusia tiene una enorme ventaja demográfica sobre la propia Ucrania. Sobre el papel, Rusia ha comprometido una fuerza expedicionaria de menos de 200.000 hombres, aunque, por supuesto, esa cantidad total no ha estado, de última, en el frente en tareas de combate.

El despliegue de una fuerza ligera está relacionado con el modelo de servicio militar bastante único de Rusia, que ha combinado «soldados profesionales», el núcleo profesional del ejército, con un grupo de reservistas que se genera con una ola de reclutamiento anual. En consecuencia, Rusia tiene un modelo militar de dos niveles, con una fuerza profesional de clase mundial y un gran grupo de cuadros de reserva a los que se puede apelar, aumentado con fuerzas auxiliares como BARS (voluntarios), chechenos y la milicia LNR-DNR.

Este modelo de servicio mixto de dos niveles refleja, de alguna manera, la esquizofrenia geoestratégica que asoló a la Rusia post soviética. Rusia es un país enorme con compromisos de seguridad potencialmente colosales  que abarcan a todo el continente y que heredó el legado soviético de masa. Ningún país ha demostrado jamás una capacidad de movilización en tiempo de guerra a una escala comparable a la de la URSS. La transición de un esquema de movilización soviética a una fuerza preparada más pequeña, más ágil y profesional fue parte integral del régimen de austeridad neoliberal de Rusia durante gran parte de los años de Putin.

Es importante entender que la movilización militar, como tal, es también una forma de movilización política. La fuerza profesional lista requería de un nivel bastante bajo de consenso político y aceptación por parte de la mayor parte de la población rusa. Esta fuerza profesional rusa aún puede lograr mucho, militarmente hablando: puede destruir instalaciones militares ucranianas, causar estragos con la artillería, abrirse camino en las aglomeraciones urbanas en el Donbass y destruir gran parte del potencial bélico propio de Ucrania. Sin embargo, no puede librar una guerra continental de varios años contra un enemigo que lo supera en número por lo menos de cuatro a uno y que se sostiene con inteligencia, mando y control y material que está más allá de su alcance inmediato, especialmente, si las reglas de empeñamiento es evitar que se golpeen las arterias vitales del enemigo.

Se necesita más despliegue de fuerzas. Rusia debe trascender al ejército de austeridad neoliberal. Tiene la capacidad material para movilizar las fuerzas necesarias: tiene muchos millones en su grupo de reservistas, enormes inventarios de equipos y una capacidad de producción autóctona respaldada por los recursos naturales y el potencial de producción del bloque euroasiático que ha cerrado filas a su alrededor. Pero recuerde: la movilización militar es, también, una movilización política.

La Unión Soviética fue capaz de movilizar a decenas de millones de jóvenes para debilitar, inundar y, eventualmente, aniquilar al ejército de tierra alemán porque manejaba dos poderosos instrumentos políticos. El primero fue el poder impresionante y de gran alcance del Partido Comunista con sus órganos siempre presentes. La segunda era la verdad: los invasores alemanes habían llegado con intenciones genocidas (Hitler en un momento pensó que Siberia podría convertirse en una reserva eslava para los sobrevivientes y que podría ser bombardeada, periódicamente, para recordarles quién estaba a cargo).

Putin carece de un órgano coercitivo tan poderoso como el Partido Comunista, que tenía un poder material asombroso y una ideología convincente que prometía abrir un camino acelerado hacia la modernidad no capitalista. De hecho, ningún país tiene hoy un aparato político como esa espléndida máquina comunista, salvo quizás China y Corea del Norte. Por lo tanto, en ausencia de una palanca directa para crear una movilización política y, por lo tanto, militar; Rusia debe encontrar una ruta alternativa para crear un consenso político para librar una forma superior de guerra.

Esto ahora se ha logrado, cortesía de la rusofobia occidental y la inclinación de Ucrania por la violencia. Está en marcha una transformación sutil, pero profunda del cuerpo sociopolítico ruso.

Crear consenso

Putin y quienes lo rodeaban concibieron la guerra ruso-ucraniana en términos existenciales desde el principio. Sin embargo, es poco factible que la mayoría de los rusos entendieran esto. En cambio, probablemente, vieron la guerra de la misma manera que los estadounidenses vieron la guerra en Irak y Ucrania: como una empresa militar justificada que, sin embargo, era simplemente una tarea tecnocrática para los militares profesionales; difícilmente una cuestión de vida o muerte para la nación. Dudo mucho que algún estadounidense haya creído alguna vez que el destino de la nación dependía de la guerra en Afganistán (los estadounidenses no han librado una guerra existencial desde 1865) y, a juzgar por la crisis de reclutamiento que afecta al ejército estadounidense, no parece que nadie perciba una genuina amenaza existencial extranjera.

Lo que ha sucedido en los meses posteriores al 24 de febrero es bastante notable. La guerra existencial por la nación rusa se ha encarnado y se ha hecho realidad para los ciudadanos rusos. Las sanciones y la propaganda antirrusa que demoniza a toda la nación como «orcos» han unido incluso a los rusos, inicialmente, escépticos de la guerra y el índice de aprobación de Putin se ha disparado. Una suposición occidental central es que los rusos se volverían contra el gobierno, se ha revertido. Los videos que muestran la tortura de prisioneros de guerra rusos por ucranianos furiosos, de soldados ucranianos llamando a madres rusas para decirles, burlonamente, que sus hijos están muertos, de niños rusos asesinados por bombardeos en Donetsk, han servido para validar la afirmación implícita de Putin de que Ucrania es un Estado poseído por demonios que debe ser exorcizado con explosivos de alta potencia. En medio de todo esto, útilmente, desde la perspectiva de Alexander Dugin y de sus neófitos, los pseudointelectuales estadounidenses “Blue Checks” (1) se han babeado, públicamente, sobre la perspectiva de “descolonizar y desmilitarizar” Rusia, lo que claramente implica el desmembramiento del Estado ruso y la partición de su territorio. El gobierno de Ucrania (en tuits ahora eliminados) afirmó, públicamente, que los rusos son propensos a la barbarie porque son una raza mestiza con mezcla de sangre asiática.

Simultáneamente, Putin ha avanzado hacia su proyecto de anexión formal del antiguo borde oriental de Ucrania y, finalmente, lo ha logrado. Esto, también, ha transformado legalmente la guerra en una lucha existencial. Los nuevos avances ucranianos en el este son ahora, a los ojos del Estado ruso, un asalto al territorio soberano ruso y un intento de destruir la integridad del Estado ruso. Encuestas recientes muestran que una gran mayoría de rusos apoya la defensa de estos nuevos territorios a toda costa.

Todos los dominios ahora se alinean. Putin y compañía concibieron esta guerra desde el principio como una lucha existencial para Rusia, para expulsar de su puerta a un Estado títere antirruso y derrotar una incursión hostil en el espacio de la civilización rusa. La opinión pública ahora está cada vez más de acuerdo con esto (las encuestas muestran que la desconfianza rusa hacia la OTAN y los “valores occidentales” se han disparado) y el marco legal posterior a la anexión, también, lo reconoce. Los dominios ideológico, político y legal, ahora, están unidos en la visión de que Rusia está luchando por su propia existencia en Ucrania. La unificación de las dimensiones técnicas, ideológicas, políticas y legales fue, hasta hace unos momentos, descrita por el jefe del partido comunista de Rusia, Gennady Zyuganov:

“Entonces, el presidente firmó decretos sobre la admisión de las regiones de DPR, LPR, Zaporozhye y Kherson en Rusia. Las naves están quemadas. Lo que estaba claro desde el punto de vista moral y estatal ahora se ha convertido en un hecho legal: en nuestra tierra hay un enemigo, mata y mutila a los ciudadanos de Rusia. El país exige la acción más decisiva para proteger a los compatriotas. El tiempo no espera”.

Se ha logrado un consenso político para una mayor movilización y para una mayor intensidad. Ahora todo lo que queda es la implementación de este consenso en el mundo material de puños y de botas, de balas y corazas, sangre y acero.

Una breve historia sobre la generación de fuerzas militares

Una de las peculiaridades de la historia europea es el grado, verdaderamente, impactante en el que los romanos se adelantaron a su tiempo en la esfera de la movilización militar. Roma conquistó el mundo, en gran parte, porque tenía una capacidad de movilización verdaderamente excepcional, generando durante siglos altos niveles de participación militar masiva de la población masculina de Italia. César llevó a más de 60.000 hombres a la batalla de Alesia cuando conquistó la Galia, una generación de fuerza que no sería igualada durante siglos en el mundo post romano.

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, la capacidad estatal en Europa se deterioró rápidamente. La autoridad real tanto en Francia como en Alemania se redujo a medida que la aristocracia y las autoridades urbanas crecían en poder. A pesar del estereotipo de la monarquía despótica, el poder político en la Edad Media estaba muy fragmentado y los impuestos y la movilización estaban muy localizados. Se perdió la capacidad romana para movilizar grandes ejércitos que estaban controlados y financiados centralmente, y la guerra se convirtió en el dominio de una clase de lucha limitada: la pequeña nobleza o los caballeros.

En consecuencia, los ejércitos europeos medievales eran sorprendentemente pequeños. En batallas fundamentales entre Inglaterra y Francia, como Agincourt y Crecy, los ejércitos ingleses eran menos de 10.000 y los franceses no más de 30.000. La histórica batalla mundial de Hastings, que selló la conquista normanda de Gran Bretaña, enfrentó a dos ejércitos de menos de 10.000 hombres entre sí. La Batalla de Grunwald, en la que una coalición polaco-lituana derrotó a los Caballeros Teutónicos, fue una de las batallas más grandes de la Europa medieval y todavía presentaba dos ejércitos que sumaban como máximo 30.000.

Los poderes de movilización europeos y la capacidad estatal eran, sorprendentemente, bajos en comparación con otros Estados del mundo. Los ejércitos chinos se contaban, habitualmente, en unos pocos cientos de miles y los mongoles, incluso con una sofisticación burocrática significativamente menor, podían desplegar 80.000 hombres.

La situación comenzó a cambiar, radicalmente, a medida que se intensificaba la competencia militar -en particular, la salvaje guerra de los Treinta Años- que obligó a los Estados europeos a, finalmente, comenzar un cambio hacia la capacidad estatal centralizada. El modelo de movilización militar pasó por fin del sistema de servidores, en el que una pequeña clase militar autofinanciada prestaba el servicio militar, al estado militar fiscal, en el que los ejércitos se formaban, financiaban, dirigían y sostenían a través de los sistemas fiscal-burocráticos de gobiernos centralizados.

Durante el inicio del período moderno, los modelos de servicio militar adquirieron una mezcla única de reclutamiento, del servicio profesional y del sistema de servidores. La aristocracia continuó brindando el servicio militar en el cuerpo de oficiales emergente, mientras que el servicio militar obligatorio y el reclutamiento se utilizaron para completar las filas. Cabe destacar, sin embargo, que los reclutas fueron incluidos en períodos de servicio muy largos. Esto reflejaba las necesidades políticas de la monarquía en la era del absolutismo. El ejército no era un foro para la participación política popular dentro del régimen; era un instrumento para que el régimen se defendiera tanto de los enemigos extranjeros como de los campesinos sublevados. Por lo tanto, los reclutas no fueron reincorporados a la sociedad. Era necesario convertir al ejército en una clase social distinta con algún elemento de lejanía de la población en general; éste era una institución militar profesional que servía como baluarte interno del régimen.

El ascenso de los regímenes nacionalistas y la política de masas permitió que el tamaño de los ejércitos aumentara mucho más. Los gobiernos de finales del siglo XIX, ahora, tenían menos que temer de sus propias poblaciones que las monarquías absolutas del pasado; esto cambió la naturaleza del servicio militar y, finalmente, devolvió a Europa al sistema que tenían los romanos en los milenios pasados. El servicio militar era, ahora, una forma de participación política masiva, lo que permitía que los reclutas fueran llamados, entrenados y rotados de regreso a la sociedad; el sistema de cuadros de reserva que caracterizó a los ejércitos en ambas guerras mundiales.

En suma, el ciclo de los sistemas de movilización militar en Europa es un espejo del sistema político. Los ejércitos eran muy pequeños durante la era en la que había poca o ninguna participación política masiva con el régimen. Roma envió grandes ejércitos porque había una aceptación política significativa y una identidad cohesiva bajo la forma de la ciudadanía romana. Esto permitió a Roma generar una alta participación militar, incluso en la era republicana donde el Estado romano era muy pequeño y burocráticamente pobre. La Europa medieval tenía una autoridad política fragmentada y un sentido, extremadamente, bajo de identidad política cohesiva y, en consecuencia, sus ejércitos eran sorprendentemente pequeños. Los ejércitos comenzaron a crecer en tamaño, nuevamente, a medida que crecía el sentido de identidad nacional y de participación y no es coincidencia que la guerra más grande de la historia, la guerra nazi-soviética, se librara entre dos regímenes que tenían ideologías totalitarias que generaron un nivel extremadamente alto de participación política.

Eso nos lleva al día de hoy. En el siglo XXI, con su interconexión y abrumadora disponibilidad tanto de información como de desinformación, el proceso de generar una participación política masiva y, por lo tanto militar, es mucho más matizado. Ningún país maneja una visión utópica totalizadora y es indiscutible que el sentido de cohesión nacional es, significativamente, menor ahora que hace cien años.

Putin, simplemente, no podría haber llevado a cabo una movilización a gran escala al comienzo de la guerra. No poseía ni un mecanismo coercitivo ni la amenaza manifiesta para generar apoyo político masivo. Pocos rusos habrían creído que había alguna amenaza existencial acechando en la sombra: necesitaban ser mostradas y Occidente no lo ha defraudado. Del mismo modo, pocos rusos, probablemente, habrían apoyado la destrucción de la infraestructura y los servicios públicos urbanos de Ucrania en los primeros días de la guerra. Pero ahora, la única crítica vocal a Putin dentro de Rusia está del lado de una mayor escalada. El problema con Putin, desde la perspectiva rusa, es que no ha ido lo suficientemente lejos. En otras palabras, la política de masas ya se ha adelantado al gobierno, lo que hace que la movilización y la escalada sean políticamente triviales. Sobre todo, debemos recordar que la máxima de Clausewitz sigue siendo cierta. La situación militar es, simplemente, un subconjunto de la situación política y la movilización militar, también, es una movilización política, una manifestación de la participación política de la sociedad en el Estado.

Tiempo y espacio

La fase ofensiva de Ucrania continúa en múltiples frentes. Están avanzando hacia el norte de Lugansk y después de semanas de golpearse la cabeza contra una pared en Kherson, finalmente, lograron avances territoriales. Sin embargo, hoy mismo, Putin dijo que es necesario realizar exámenes médicos a los niños en las provincias recién admitidas y reconstruir los patios de las escuelas. ¿Qué está pasando? ¿Está totalmente desvinculado de los acontecimientos del frente?

En realidad, solo hay dos formas de interpretar lo que está sucediendo. Uno es el giro occidental: el ejército ruso está derrotado y agotado y está siendo expulsado del campo. Putin está trastornado, sus comandantes son incompetentes y la única carta que le queda a Rusia por jugar es arrojar reclutas borrachos y sin entrenamiento a la picadora de carne.

La otra es la interpretación que he defendido, que Rusia se está concentrando para una escalada y ofensiva de invierno y que ,actualmente,  está involucrada en un comercio calculado en el que ceden espacio a cambio de tiempo y de bajas ucranianas. Rusia continúa retirándose donde las posiciones están comprometidas operativamente o se enfrentan a un número abrumador de ucranianos; por lo tienen mucho cuidado de sacar sus fuerzas bajo peligro operacional. En Lyman, donde Ucrania amenazó con rodear la guarnición, Rusia comprometió reservas móviles para desbloquear la aldea y asegurar la retirada de la guarnición. El “cerco” de Ucrania se evaporó y el Ministerio del Interior ucraniano se vio, extrañamente, obligado a twittear (y luego borrar) videos de vehículos civiles destruidos como “prueba” de que las fuerzas rusas habían sido aniquiladas.

Es probable que Rusia continúe retrocediendo en las próximas semanas, retirando unidades intactas bajo su paraguas de artillería y de apoyo aéreo; agotando las existencias de equipos pesados ​​ucranianos y desgastando a su personal. Mientras tanto, nuevos equipos continúan reuniéndose en Belgorod, Zaporizhia y Crimea. Mi expectativa sigue siendo la misma: retirada rusa episódica hasta que el frente se estabilice, aproximadamente, a fines de octubre, seguida de una pausa operativa hasta que el suelo se congele, para dar paso a una escalada y a una ofensiva de invierno por parte de Rusia una vez que haya terminado de acumular suficientes unidades.

Hay una calma espeluznante que irradia del Kremlin. La movilización está en marcha: 200.000 hombres están actualmente realizando un entrenamiento de actualización en los campos de tiro de Rusia. Los trenes cargados de equipo militar continúan inundando el puente de Kerch; pero la ofensiva de Ucrania avanza sin que se vean refuerzos rusos en el frente. Llama la atención la desconexión entre el estoicismo del Kremlin y el deterioro del frente. Tal vez Putin y todo el estado mayor ruso son, realmente, negligentes criminales; tal vez,  las reservas rusas realmente no son más que un montón de borrachos. Quizá no haya ningún plan.

O tal vez, los hijos de Rusia volverán a responder al llamado de la patria, como lo hicieron en 1709, en 1812 y en 1941.

Mientras los lobos merodean una vez más delante de su guarida; el viejo oso se levanta de nuevo para luchar.

Traducción y notas: Carlos Pissolito

Notas:

(1) Según la plataforma de redes sociales, se usa una marca de «Blue mark» (verificación azul) para que las personas sepan que una cuenta de «interés público» es auténtica. Esto generalmente incluye cuentas mantenidas por usuarios en música, actuación, moda, gobierno, política, religión, periodismo, medios, deportes, negocios y otras áreas de interés.

Fuente https://espacioestrategico.blogspot.com/2022/10/la-politica-por-otros-medios-putin-y.html 

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, inicia la columna del Club de La Pluma haciendo hincapié en el momento histórico trascendental que nos toca vivir ante LA GUERRA HÍBRIDA TOTAL, lanzada por EEUU y sus aliados de la Anglo Esfera, para tratar de frenar el irremediable ascenso del nuevo mundo multipolar, con la maquinaria bélica de la OTAN y el largo brazo de las ONG, junto a su impresionante poder mediático de desinformación, que no solo implica el conflicto de Ucrania, sino los de Taiwán y el de Azerbaiyán con Armenia, exacerbados por las provocaciones de la congresista Pelosi y el latente entre las Repúblicas de Kirguistán y de Tayikistán.

Y además incluye en ese contexto internacional a las tensiones en el Atlántico Sur, acentuadas al salir a la luz, tras un hackeo, de miles de informes sobre la estrategia del ejército chileno para frenar el re despliegue militar argentino en la Patagonia. Un hecho que se agrava por la influencia de Inglaterra sobre el ejército trasandino, con su comprobada e histórica ayuda de Chile al RU durante la guerra de Las Malvinas y ante la posibilidad de que el archipiélago se convierta en un refugio de la OTAN. También ha caldeado el ambiente las declaraciones de la jefa del comando Sur, la general Richardson, en las que prácticamente se arroga la autoridad de  EEUU para ser el custodio de las riquezas de Sudamérica

Luego analiza la reunión anual de la ONU con Biden presentando su “excepcionalismo anglosajón” al señalar quiénes son los buenos y los malos del mundo y demostrando que la Anglo Esfera solo dispone de la herramienta de la guerra. También aporta información concreta con datos precisos sobre la movilización de los 300.000 reservistas en Rusia, que apenas significa el 1,2% de sus 25 millones de reservistas que tiene. Dando por tierra la atosigante campaña mediática de Occidente sobre ridículas y falsas leyendas,  tales como cacerías de jóvenes en las puertas del subte de Moscú.

Y siguiendo con el gigantesco aparato publicitario de Occidente, nos habla de la manipulación de los disturbios en Irán y de cómo esconde el fervoroso apoyo popular al gobierno, tras el acoso oportunista de la prensa del sistema por la desgraciada muerte por infarto de una joven iraní.

Y finalizando la columna, aborda el agravamiento de la crisis financiera de Occidente, también la guerra entre sus bancos centrales con el aumento de los tipos de interés que no frenan la inflación, la recesión que puede ser una cuestión de años, la caída del euro y del yen japonés, etc., todo en un horizonte donde las potencias del G7 y el resto de países subordinados, se enfrentan al derrumbe de su economía y a un escenario dramático, conflictivo y explosivo.

Y así, Pereyra Mele se despide esperando que las mediocres dirigencias occidentales asimilen esta realidad incontestable y que no busquen en la violencia y en la guerra, la solución a unos problemas que son propios de su sistema y que se arrastran desde hace décadas. Y que hoy se les manifiesta con una crisis absoluta y terminal.  Aspira a que tomen conciencia y que no operen en el escenario de conflictos bélicos, porque hoy en día, los equipamientos militares y armamentos de última generación, ponen en riesgo la subsistencia de la especie humana.

Eduardo Bonugli (Madrid, 25/09/22)

América del Sur un escenario de conflicto Híbrido Global que adelantamos hace casi un año 7/11/2022

Y ahora la nueva Jefe del Comando Sur fue clarisima sobre este tema y me ratifica en los peligros que enfrentaremos los suramericanos
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