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Descripción de Israel- Gaza, «Crónica de una guerra anunciada»

Sin el contexto histórico es difícil comprender un conflicto que finalmente tuvo una escalada mayor. Son muchas las preguntas aún sin respuestas que originan las últimas acciones sucedidas con el ataque de Hamas a Israel, llamando mucho la atención de los especialistas los errores, groseros algunos de ellos, cometidos por una de las «Inteligencias» más importantes del planeta.


Hoy se transmite en Vivo y en Directo los bombardeos continuos del ejército israelí a una zona territorial minúscula y densamente poblada, donde se cree difícil no cegar la vida de cientos de civiles; además del empeoramiento humanitario de millones de personas por las decisiones del gobierno Israelí.


Carlos Pereyra Mele, Director de «Dossier Geopolítico», uno de los analistas de política internacional más importante del país, nos describe la situación delicada de esa parte convulsionada del mundo a través de Radio Universidad Tucumán y paginanorte.com.ar.

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Por Enrique Lacolla en Perspectivas 7 de Octubre 2023

La ofensiva de Hamas contra el territorio israelí busca, en línea con los reacomodamientos del orden global que están en curso, sacar la situación del medio oriente del cenagal a que la condena la situación palestina.

Este sábado 7 de octubre pareció abrirse con las agujas del reloj revertidas a 50 años atrás, justo al momento en que Egipto y Siria inauguraban la tercera guerra entre Israel y los árabes: la llamada guerra del Yom Kippur por los israelíes, y del Ramadán por los árabes. En ese momento los gobiernos de Anwar el Sadat y Hafez al Assad lanzaron una ofensiva simultánea contra la línea Bar Lev en el Canal de Suez y contra los Altos del Golán en Siria. Lograron una completa sorpresa táctica y provocaron un sacudón estratégico en el tablero global que promovió considerables cambios en la situación del medio oriente.

Esta mañana vino a saberse que los combatientes de Hamas en Gaza han lanzado una ofensiva contra el cerco que rodea la franja penetrándolo en varios lados y avanzando en el territorio israelí entre 5  y  7 kilómetros. En el trámite se adueñaron de dos poblaciones, provocaron fuertes  bajas a las tropas del Tsahal y capturaron a un alto oficial israelí –el general Nimrod Eloni- junto a un centenar de prisioneros. Varios tanques israelíes –los Merkava, que son el puño acorazado de las Fuerzas de Defensa de Israel- fueron destruidos o capturados por Hamas. Por otra parte  las guerrillas dispararon entre 2000 cohetes (según los israelíes) y 5000 (según Hamas) contra pueblos y ciudades de Israel. La famosa Cúpula de Hierro (“The Iron Dome”) el sistema de defensa que hasta aquí había protegido a Israel de los envíos más bien artesanales e improvisados de Hamas, parece haber sido saturado y desconcertado por la cantidad de proyectiles que han inundado los cielos. Los prisioneros hechos en las fortificaciones de frontera (junto a civiles israelitas sacados de sus casas) fueron dirigidos al interior de la franja de Gaza, con la probable intención de usarlos como escudos humanos frente a las represalias que practica la fuerza aérea su país, que al momento de escribir estas líneas, habían provocado ya unas trescientas muertes.

Es obvio que la envergadura de este ataque por sorpresa no es comparable a la de la guerra de 1973, pero los objetivos aparentan ser similares. Se trata de salir del estatus quo enfermizo en que yace la cuestión palestina, con la población de Gaza asediada y con una Cisjordania sembrada de enclaves israelíes y cruzada por las rutas militares que los unen, mientras el gobierno de Benjamín Netanyahu y de los fundamentalistas más extremos prosigue con una política de asentamientos ilegales (que es, a decir verdad, implícitamente avalada por todos los sectores) en busca de unos objetivos de máxima, susurrados más que proclamados, de un Gran Israel que absorba por lo menos a Cisjordania.

No es posible seguir el curso de los acontecimientos en este artículo, pues las cosas evolucionan de hora en hora (ése es un cometido que cabe a la televisión, las redes y la radio); pero sí cabe preguntarse sobre cuáles son los alcances de la operación lanzada por Hamas. Ningún análisis puede dejar de lado el papel que pueden haber jugado los protagonistas de gran peso que se mueven en el escenario meso-oriental. Irán, en primer término, que respalda a Hamas y a Hizbolá, la guerrilla libanesa, mucho más fuerte y mejor armada que Hamas, por el momento expectante en la frontera norte de Israel; Arabia Saudita, que ha propiciado por estos días una solución negociada al diferendo en torno a Palestina, alejándose así de su negación del estado judío, pero al mismo tiempo aproximándose al rival iraní de una manera que place poco a Estados Unidos; Rusia, cuyo involucramiento directo en el asunto no se puede demostrar ni presuponer tampoco, pero que sin duda va a ser requerida a participar de cualquier conferencia que abarque a la región, y cuya decisión de parar la expansión de la OTAN en Ucrania por medios militares ha introducido un factor revolucionario en un escenario que hasta hace poco aparecía como librado al aventurerismo de Washington en pos de un delirio hegemónico que a muchos pareció factible a principios de los ’90, pero que ha caducado desde hace más de una década.

Las preguntas respecto a lo que puede pasar por supuesto son muchas más que las respuestas que se puedan brindar, pero en sí mismas definen la naturaleza opaca e imprevisible del escenario. ¿De dónde partió la orden de ataque? ¿Cómo pudieron las formaciones de Hamas adquirir las armas y el entrenamiento necesarios para alcanzar lo que, al menos en su primerísima fase, se revela como un “touch and go”,  un pega y retírate, exitoso? ¿El Hezbollah permanecerá pasivo en el norte de Israel o se comprometerá en las hostilidades? Los combates consumen grandes cantidades de pertrechos: ¿puede acudir Estados Unidos a reforzar el arsenal israelí cuando            está mandando enormes cargamentos de armas y fuertes sumas de dinero al gobierno de Ucrania?

Respecto a la primera pregunta es difícil pensar  que los combatientes de Hamas se hayan lanzado por su sola cuenta a la ofensiva, sin tener antes el aval de algunos poderes que les están íntimamente vinculados y   que desean terminar con el cenagoso impasse no sólo de la cuestión palestina sino del ordenamiento político de todo el medio oriente. Pero esto es incomprobable por ahora. La segunda pregunta es espinosa: Gaza está bloqueada por Israel y por Egipto, y teóricamente no puede ser abastecida de insumos militares, pero el hecho es que estos han llegado y que sus combatientes los emplean con eficacia. Hacen falta financiación, complicidades y sobre todo fuentes donde adquirirlos. Aquí surge el tema delicado: hace tiempo que se dice que una buena parte de las armas que la OTAN envía a Ucrania se “pierden” en el camino y son redirigidas al mercado negro, con suculentas ganancias para los funcionarios  y gestores del gobierno de Zelenski, que se han echado encima una fama de corrupción que los medios occidentales tratan de tapar sin demasiado éxito. Si esto se llega a comprobar, el escándalo Irán-Contras que salpicó a la presidencia de Ronald Reagan quedará chiquito.

Por último y en este mismo orden de cosas, ¿qué pasará en el congreso estadounidense cuando se debata sobre los incrementos de la ayuda a Ucrania y se los contraste con las necesidades que puede tener Israel? El presidente Joe Biden ya proclamó su apoyo irrestricto al derecho israelí a protegerse contra los ataques de los que él denomina terroristas de Hamas. Los republicanos y entre ellos la facción más próxima a Donald Trump, que se manifiesta hostil a seguir financiando a Kiev porque resulta antieconómico, ¿van a seguir teniendo la misma tesitura si se trata de Israel? ¿O querrán que en todo caso se privilegie al socio israelí?¿O se ensayará, finalmente, con cierta coherencia y seriedad, arribar a una vía de composición entre las partes que termine con la larga, horrible y estéril batalla por imponer una visión impregnada de colonialismo decimonónico a un lugar del mundo donde se entrecruzan tres religiones fundantes de la civilización? El tiempo lo dirá y no andando mucho, pues se han reabierto las compuertas de la historia grande.

FUENTE http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=773

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo:

Temas:

  • Un Mundo sin Códigos Geopoliticos y las actuales Crisis Globales:  el Fin de los Tratados de Misiles Balísticos Intercontinentales, Nuevas armas de destrucción Masivos, etc etc
  • Elecciones en la Unión Europea y su importancia Geopolitica en un mundo conflictivo, la importancia de un casi seguro de los candidatos a eurodiputados de los partidos llamados “populistas”
  • El Conflicto Palestino Israelí recrudece y sus tendencia
  • El Conflicto de EEUU y aliados incrementan escalada contra la República Islámica de Irán.   Graves consecuencias si se llegara a un conflicto abierto
  • La Guerra Geoeconomica entre China y EEUU sigue gozando muy buena salud
  • Continúa la agresión a la República de Venezuela, por parte de EEUU. Está guerra Híbrida continúa su desarrollo. Con graves consecuencia humanitaria a la población Venezolana
  • Y terminamos con la Geopolitica de Bolivia y su importancia para Suramerica

por Martin van Creveld

La fórmula es familiar. Por un lado, varias de las mayores fuerzas armadas del mundo. Criados, mantenidos y pagados por el Estado, lo que significa que pueden operar abiertamente sin necesidad de ocultar lo que están haciendo. Dirigido por hombres, hoy en día, por algunas mujeres también, con docenas de años de experiencia durante los cuales asistieron a todo tipo de academias militares y civiles, cursos, universitarios, colegio de guerra, colegio de superdefensa, uno podría pensar. Armado hasta los dientes con las armas más modernas disponibles, que incluyen, en muchos casos, buques de guerra, submarinos, bombarderos, caza-bombarderos, misiles balísticos, misiles antibalísticos, misiles de crucero y drones de todos los tamaños y tipos. E incluyendo, en muchos casos, los arsenales nucleares que, de haber sido utilizados, hubieran sido capaces de eliminar a países enteros casi en un abrir y cerrar de ojos.

Por el otro lado, grupos compuestos por rebeldes, terroristas, guerrilleros, insurgentes o como se les llame. Sin excepción, partieron de la nada. Solo unos pocos hombres y mujeres que se reúnen en alguna habitación y juran no dejar de luchar hasta lograr su objetivo. Operando bajo tierra contra el Estado, ya sea propio o extranjero, con grandes dificultades para obtener bases, armas y equipo, entrenamiento, refugio, atención médica, todo lo que necesita una fuerza armada. Inicialmente, son muy pobres, hasta el punto de que, comenzando por las operaciones en Rhodesia a mediados de la década de 1960, algunos de los grupos involucrados no podían ni pagar sus cuentas telefónicas. Uno incluso se contactó con la embajada israelí en Londres, ¡pidiendo ayuda! No es de extrañar que algunos de ellos, incluidos los judíos que lucharon contra los británicos en Palestina antes de 1948, recurrieron a robar bancos.

Sin embargo, de alguna manera los terroristas muy a menudo logran ganar. De hecho, considerando el período posterior a 1945, en su conjunto, sería difícil encontrar un solo caso cuando una fuerza armada moderna, especialmente, pero no exclusivamente occidental, no terminara perdiendo la lucha. Ha habido excusas en abundancia, pero esto no cambia la situación sobre el terreno. O el hecho de que algunos de los imperios más grandes y poderosos del mundo hayan sido humillados, derrotados, golpeados.

El último episodio de este tipo, tan típico del mundo contemporáneo, se desarrolló la semana pasada en la Franja de Gaza. Por un lado, estás las Fuerzas de Defensa israelí. Una de las más poderosas del mundo, totalmente a disposición de un gobierno elegido democráticamente, capaz de hacer uso de la conscripción obligatoria, muy bien organizada y armada hasta los dientes con una variedad de armas modernas, muchas de ellas tan avanzadas que se han convertido en éxitos de exportación. Además, es una fuerza que, a diferencia de muchas otras,  solo hay que pensar en los estadounidenses en Vietnam, Afganistán e Irak, no está obligada a operar lejos de su casa al final de una larga línea logística increíblemente costosa. Una fuerza que gracias a la amplia gama de personas que reúnen inteligencia e instrumentos a su disposición, conoce el terreno casi tan bien como su enemigo ya que opera en el territorio de su país.

El enemigo, Hamas, fue establecido en 1987 por solo dos hombres, Sheikh Ahmed Yassin y Abdel Aziz al Rantissi. Ambos han muerto hace mucho, enviados a los encantos del paraíso por el tipo de golpes de precisión que son la especialidad de las FDI y la FIA en particular. Es una organización multifacética; incluyendo un núcleo religioso, un brazo político, un brazo militar y varios subgrupos que se dedican a la caridad. También tiene un ala financiera que es responsable de obtener fondos de los palestinos, así como de varios gobiernos árabes y proárabes de todo el mundo.

Desde el principio, Hamas ha enfatizado su oposición a cualquier tipo de acuerdo con Israel que involucre el reconocimiento de este último. Su objetivo, proclamado abiertamente, es borrar al Estado judío del mapa y establecer uno palestino en su lugar. En esto difiere de la Autoridad Palestina, que parece estar dispuesta a tomar un camino hacia el compromiso, que culminó en los Acuerdos de Oslo de 1994. En la medida en que tanto Israel como la Autoridad temen a Hamas y operan en contra de ella, el acuerdo entre ellos ha durado hasta hoy, más o menos.

Mientras tanto, a partir del 2001, los activistas de Hamas lanzaron cohetes desde Gaza hacia Israel. En 2007, tras la retirada israelí de la Franja, echaron a los representantes de la Autoridad Palestina y establecieron su propio gobierno allí. Desde entonces, Hamas ha aumentado considerablemente sus ataques contra los asentamientos israelíes vecinos, participando en interminables rondas de combates, la mayoría de ellos pequeños, otros bastante grandes. Comenzando con disparos a través de la frontera con Israel, pasando por los “túneles de ataque” excavados en el territorio israelí, cambiando a globos, barriletes y drones “terroristas” con fuego incendiario y culminando, por el momento, con miles de cohetes capaces de alcanzar La mayoría de los objetivos israelíes al sur de Haifa.

Si alguna vez se escribe la historia de Hamas, sin duda traerá a la luz una lucha épica. Uno durante la cual la organización enfrentó obstáculos formidables, atravesó períodos de intensas ofensivas israelíes, sufrió numerosos contratiempos e innumerables víctimas, pero no permitió que nada la desviara de su camino elegido y siempre reunió fuerzas. El tipo de épica, en otras palabras, que exige respeto, tal vez incluso admiración.

¿E israel? Al igual que muchos otros que han probado sus ideas en este juego, ha utilizado prácticamente todos los trucos del libro. Al hacerlo, como tantos otros, ha sido acusada de torpeza, mano dura y de uso excesivo de la fuerza. Todo, se debe tener en cuenta, pero es en vano. Como tantos otros que intentaron jugar en este juego, Israel no ha podido vencer a su enemigo y quebrantar su voluntad. Pero a diferencia de muchos otros que probaron el juego, no tiene dónde retirarse.

¿La perspectiva? Dado que ambos bandos han reclamado la victoria, cada uno en su propio campo, no deja de ser, más de lo mismo.

Fuente: http://www.martin-van-creveld.com/

Traducción: Carlos Pissolito