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El multimedio Turco TRT World a través de su redactor Murat Sofuoglu, analiza la postura de América Latina en relación a su neutralidad respecto de la Guerra Ucranio/OTAN contra la Federación Rusa y para ello entrevista a un miembro de Dossier Geopolitico Juan Martin Gonzalez Cabañas 

Por qué América Latina se mantiene neutral en el conflicto entre Rusia y Ucrania


La región tiene muchos de sus propios problemas que atender.

Mientras muchos países occidentales han aislado a Rusia con sanciones y suministrando armas a Ucrania, gran parte de América Latina ha adoptado un enfoque diferente ante el conflicto.

Esto se debe en parte a la historia de Estados Unidos en la región, donde países como Cuba y México han experimentado intervenciones políticas y militares estadounidenses en el pasado. Hace dos décadas, la audiencia mundial, incluida América Latina, también fue testigo de la invasión estadounidense de Irak, en violación del derecho internacional.

Brasil, la potencia económica latinoamericana y miembro de BRICS, un bloque político no occidental, se ha ofrecido a mediar entre Rusia y Ucrania.

Eugene Chausovsky, experto en defensa y analista senior del New Lines Institute, dice que América Latina representa en gran medida una posición del «Sur Global» que no es «ni abiertamente pro occidental ni pro rusa en lo que respecta a la guerra en Ucrania». «

América Latina se ve a sí misma como parte del Sur Global, un grupo de países de ingresos bajos y medios que han experimentado los horrores de la colonización occidental.

En la década de 1950, algunos estados del Sur Global como India, Indonesia y Ghana desempeñaron un papel decisivo en el lanzamiento del Movimiento de Países No Alineados para mantenerse neutrales en los bandos opuestos de la Guerra Fría.

El presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha criticado a Estados Unidos por armar a Ucrania, algo que, según él, está prolongando el conflicto. Brasil, junto con India e Indonesia, ha ofrecido su papel de mediador.

‘No, no otra Guerra Fría’

La mayoría de los latinoamericanos, al igual que sus pares del Sur Global, ven el conflicto de Ucrania transformándose en una nueva Guerra Fría, dice Chausovsky. Durante las décadas de Guerra Fría, América Latina experimentó varios golpes de estado de derecha que fueron respaldados por Estados Unidos. Los gobiernos socialistas con vínculos con el bloque comunista liderado por los soviéticos eran inaceptables para Washington.

Agrupaciones como BRICS tienen más atractivo para los países latinoamericanos. Argentina se unió recientemente a los BRICS como parte de un plan de ampliación junto con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

«Brasil ha aumentado su compromiso con Rusia a través de la plataforma BRICS, al mismo tiempo que se ha ofrecido como mediador neutral en el conflicto ucraniano», dice Chausovsky a TRT World .

Algunos analistas ven a los BRICS como una nueva encarnación del movimiento de no alineados del Sur Global. Pero esta vez las cosas son diferentes, ya que los países se están alineando con múltiples potencias en lugar de optar por una no alineación total, según los expertos .

Rusia es “mucho más importante” para Argentina y Brasil, los dos miembros de los BRICS, dice Kamran Gasanov, analista político del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, un grupo de expertos con sede en Moscú. «Pero en la cuestión de la resolución del conflicto no dan prioridad a Rusia y también tienen en cuenta los intereses de Ucrania».

Si bien los estados latinoamericanos, excepto Nicaragua, un firme aliado de Rusia, se opusieron a la anexión rusa de territorios ucranianos, no se han sumado a las sanciones occidentales contra Moscú.

“La región, en términos generales, ha mantenido una postura neutral y equidistante, reacia a tomar partido con firmeza e instando constantemente a las beligerantes Rusia y Ucrania a retomar el diálogo diplomático para solucionar el conflicto”, afirma Juan Martín González Cabañas, investigador del Estado de Moscú. Universidad Lingüística (MSLU) y especialista en Eurasia en el Centro de Estudios «Soberanía» con sede en Argentina.

Lazos con Rusia

En comparación con el resto del Sur Global (desde la India hasta los Estados del Golfo y gran parte de África) que han mantenido fuertes vínculos económicos con Moscú a pesar de no ser un claro partidario de la posición rusa, el comercio de América Latina con Rusia es minúsculo Pero los intereses económicos pueden profundizarse, dicen los expertos.

«Rusia está interesada en una América Latina independiente», que debería tener derecho «a elegir sus propios socios políticos y económicos sin la presión de Estados Unidos», afirma Gasanov. Moscú está interesada en ampliar la cooperación con América Latina en los ámbitos económico, comercial y de inversión, afirma el analista ruso a TRT World .

Rusia, uno de los cinco principales productores de petróleo del mundo, ha aumentado sus vínculos con América Latina a través de proyectos petroleros conjuntos. «Las compañías petroleras rusas operan en Venezuela y desarrollan proyectos en Argentina, Brasil y otros países», dice Gasanov.

A raíz del conflicto de Ucrania, los vínculos entre Rusia y Venezuela han preocupado a los responsables políticos estadounidenses. Washington envió una delegación diplomática a Caracas para buscar la reconciliación con el gobierno antiestadounidense de Nicolás Maduro .

El acercamiento de Estados Unidos con Caracas tiene como objetivo aumentar la producción de petróleo venezolano en un intento por hacer mella en las ganancias de Rusia por la venta de petróleo en el mercado internacional.

Rusia también ha desarrollado vínculos militares con Venezuela, desplegando dos bombarderos con capacidad nuclear en el país hace cinco años. También hubo algunas especulaciones sobre la presencia del grupo mercenario ruso Wagner en Venezuela en nombre de defender al gobierno de Maduro contra cualquier amenaza.

“Según el periódico El Mundo, los wagnerianos ayudaron a Maduro en la Operación Tiburón para buscar y capturar a los militares insurgentes que desembarcaron en la costa del país”, dice Gasanov, refiriéndose a un intento fallido vinculado a Estados Unidos de derrocar al gobierno de Maduro en 2020. “Pero no hay información exacta de que el ejército ruso perteneciera a Wagner”, añade.

Cabanas, el politólogo argentino, considera que la presencia de Wagner en América Latina es “esporádica y ocasional a diferencia del resto del mundo”.

La semana pasada también hubo revelaciones de que los rusos habían reclutado “ciudadanos” cubanos para luchar en la guerra en Ucrania. Cuba, un estado comunista, era aliado de la Unión Soviética, el estado predecesor de la Federación Rusa. Pero el Ministerio de Asuntos Exteriores cubano declaró su clara oposición al «objetivo de reclutar ciudadanos cubanos para portar armas en cualquier país».

Ucrania y la izquierda latinoamericana

La izquierda latinoamericana, que tenía fuertes vínculos con la Unión Soviética, ha desconfiado durante mucho tiempo de la intervención estadounidense en la región y ve los golpes respaldados por Washington como un ataque a la soberanía de sus países. Pero sobre la ofensiva rusa en Ucrania, “la izquierda de la región no mantiene una posición unificada”, según Cabanas.

“Abarca una amplia gama de puntos de vista, incluidas posturas diametralmente opuestas: desde el gobierno sandinista en Nicaragua, que apoya retóricamente la acción militar rusa, hasta el gobierno de Boric en Chile, que condenó y denunció públicamente la decisión rusa”, dijo Cabanas a TRT . Mundo .

Los sandinistas, un movimiento de izquierda, lucharon contra la ocupación estadounidense de Nicaragua en la década de 1930. Gabriel Boric, de ascendencia croata, es el presidente de izquierda de Chile elegido el año pasado y originalmente proviene de una plataforma de extrema izquierda llamada grupo Convergencia Social.

FUENTE:

https://www.trtworld.com/magazine/why-latin-america-remains-neutral-on-russia-ukraine-conflict-14973847

EL MIÉRCOLES NEGRO DE UCRANIA

La presencia de Zelensky en la ONU de este miércoles marcó un nuevo desaire personal y político al «presidente imperial» de Ucrania, mientras la prensa  trata desesperadamente de cuadrar un círculo, que ni siquiera encuentra ya un relato que no haga aguas por alguna costura.

El actor con delirios de estadista pretendió una vez más dar un paseo rutilante por la pasarela mundial de los gloriosos «valores occidentales», pero en lugar de luces y vítores, encontró demasiadas sombras y pocas caras amigables.

En resumen, fue otro día aciago de un largo período de tiempos interminables de tragos amargos:

#El día, como siempre, amaneció con la terrible y rutinaria noticia de bombardeos  sobre suelo patrio, cuyas heridas, quiere el insensible presidente, mostrar como un orgullo patrio y a la vez como una moneda de cambio para subir el precio de su lealtad ante sus patrones occidentales. Tal cual lo haría un virrey del siglo XVI. Una expresión máxima de crueldad y falta de solidaridad del cómico con su sufriente pueblo y sus agotados soldados.

#La mañana siguió con la noticia del duro cachetazo de Polonia al romper los puentes de la alianza, al negarle más suministro de armas y enfatizar que su producción de granos es un cáncer para la economía de sus «amigos íntimos» de la ejemplar Unión Europea. Lo que provocó una airada y muy inconveniente respuesta del verborrágico actor.

#La actitud de Polonia, además de ser una sangrante y permanente insubordinación a Bruselas, define otra línea interna en el frente político occidental más cercana a las provocaciones inglesas -con sus simulacros anárquicos- que parte de una estrategia lógica y consensuada del frente anglosajón. Y en esa deriva se supo desde Varsovia que está activa una ley -con amenaza de cumplimiento- sobre el enjuiciamiento penal a todo polaco combatiente en el extranjero sin autorización oficial del estado. Seguramente será esto una fantochada más, pero pone en alerta a la fluida y muy bien pagada corriente de mercenarios que van a Ucrania, no ya a luchar contra Rusia, sino más bien por el gran negociado ilegal del desvío de armas y por «la patriótica misión» de ir ocupando territorio para cuando llegue la hora del despiece total de Ucrania.

Además, la prensa polaca bombardeó a la población, justo en este miércoles negro, sobre los costes de los refugiados y el hartazgo e ira de la población. La prensa imperial, buscando salidas imposibles, argumentó que solo son «roces» de tiempos electorales. Pero la verdad es que es muy difícil ya la marcha atrás en este aireado divorcio. Tan difícil como que el aceite de oliva vuelva a su precio original, luego de subir el 100% en un año.

#Mientras en Norteamérica, Zelensky sufrió otro agravio a su inmenso ego al negarsele la palabra en una sesión conjunta del congreso que nunca se realizó. 

Sin palabras!!! 

Nunca mejor dicho.

#Y la jornada concluyó con la paradoja del anuncio del senil Biden, de una ayuda de algunos centenares de millones de euros, que quedó aplastada por la negativa de la mayoría republicana de negar la partida gorda de 24 mil millones de euros a «ZELENSKY & CIA» mientras intentan activar en la población estadounidense una suerte de referéndum sobre la continuidad de fuga de fondos a Ucrania con manejos oscuros y sin rendición de cuentas.

# La mejor y única noticia buena para el héroe nazi de Occidente fue que este negro miércoles 21 de Septiembre de 2023 terminó por fin, justo a las 24 hs.

Eduardo Bonugli Especial para Dossier Geopolitico Madrid, 22/09/23

Biden deniega a Zelenski los misiles de largo alcance, mientras se abren fisuras en el apoyo europeo a Kiev


El presidente de EEUU deja los esperados misiles de largo alcance ATACMS fuera de la nueva ayuda militar concedida a Zelenski, quien afronta ahora la amenaza polaca de no enviar más armas a Ucrania.

Por JUAN ANTONIO SANZ para Diario Publico.es

Era la tercera vez que Joe Biden recibía a Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, dos de ellas en tiempos de guerra, y eran comprensibles los nervios del presidente ucraniano a la hora de pedir más ayuda a su principal aliado. Sobre todo, cuando cunde en Estados Unidos el desencanto ante el conflicto y en Europa se resquebraja la unidad mostrada hasta ahora para sostener al ejército de Kiev, tras la amenaza de Polonia de suspender sus envíos de armas a Ucrania.

«Ninguna nación puede estar realmente segura en un mundo en el que no defendamos la libertad de Ucrania frente a la brutal agresión de Rusia», le ha dicho Biden a Zelenski. El presidente estadounidense, sin embargo, no ha querido añadir tensión al creciente rechazo en EE.UU. a la guerra de Ucrania y ha preferido evitar dar el paso que esperaba Zelenski: el compromiso para dotar al ejército ucraniano con misiles ATACMS.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev

Los escasos avances en la contraofensiva lanzada hace casi cuatro meses por el ejército ucraniano, las perspectivas de que se alargue la guerra y los gastos multimillonarios que genera la contienda han minado la confianza de la clase política y los estadounidenses de a pie en la ayuda a Ucrania.

Las encuestas revelan un rechazo cada vez mayor a la asistencia de Washington a Kiev hasta el extremo de que parece fraguarse una rebelión de los republicanos (que dominan la Cámara de Representantes o cámara baja) contra la estrategia de Biden en Ucrania. Y las elecciones presidenciales están ahí, a la vuelta de la esquina.

El golpe asestado por Polonia, que anunció el miércoles que no enviará de momento más armas al ejército ucraniano, ya había echado un jarro de agua fría sobre el viaje de Zelenski. Habría sido necesario que Biden diera un golpe de efecto y cerrara filas de forma contundente con el líder ucraniano, que esta semana se dio un baño de multitudes en Nueva York, ante Naciones Unidas. Pero no fue así.

Más armas, pero de los misiles de largo alcance, ni hablar

La moderación ha marcado las nuevas concesiones estadounidenses a Kiev y ha habido más lisonjas que compromisos decisivos. Biden le ha prometido a Zelenski, un paquete de ayuda militar por 325 millones de dólares, una cantidad sobria en comparación con otros dispendios estadounidenses del mismo tipo a Ucrania.

Desde que comenzó la guerra, en febrero de 2022, EE.UU. ha destinado cerca de 113.000 millones de dólares a Ucrania en ayuda militar y humanitaria.

Biden no proporcionará los misiles ATACMS, pero no descarta esa posibilidad en el futuro

Con el nuevo paquete anunciado este jueves, habrá más defensa antiaérea, más munición para los sistemas de misiles tierra-tierra HIMARS y más bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en muchos países.

Biden «ha decidido que no proporcionará los misiles ATACMS, pero que no descarta esa posibilidad en el futuro». Así de claro lo decía, mientras se reunían Biden y Zelenski, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan, quien explicó que Washington teme una escalada bélica con Rusia si los misiles de largo alcance ATACMS son utilizados por los ucranianos para atacar objetivos en suelo ruso.

En vano, Zelenski esperaba un compromiso mayor de EE.UU. para subrayar esta visita y consolidar la contraofensiva en marcha. Las armas prometidas ahora por Washington solo servirán para prolongar la actual guerra de posiciones.

Una cumbre acompasada por el eco de la guerra

La reunión entre Zelenski y Biden se ha visto resaltada por un pico en las hostilidades entre los dos contendientes. El ejército del Kremlin lanzó este jueves una oleada de ataques contra infraestructuras críticas por todo el país, después de que las fuerzas armadas ucranianas golpearan con drones y misiles un aeródromo militar ruso en la península de Crimea.

El Ministerio de Defensa ucraniano informó sobre el bombardeo ruso esta madrugada de 147 asentamientos y 151 instalaciones de infraestructuras básicas en toda Ucrania. Cinco regiones sufrieron cortes de energía a consecuencia de los ataques, los primeros de este tipo en medio año.

El Gobierno de Zelenski teme que se pueda repetir la táctica que puso en marcha Moscú el otoño e invierno pasado para destruir las instalaciones de electricidad, gas y agua en buena parte de Ucrania. Millones de personas quedaron sin calefacción y a oscuras en casi todo el país cuando más arreciaba el mal tiempo y las temperaturas eran más bajas.

La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda

El bombardeo ucraniano con drones y misiles de crucero se produjo contra la base aérea rusa de Saki, en Crimea, y podrían haber sido dañados aviones de combate allí estacionados, así como una batería de misiles Pantsir.

La nueva fase de la ofensiva ucraniana tiene como uno de sus objetivos el ataque a blancos situados en la península de Crimea. De momento, son los drones y algunos misiles los protagonistas de esos ataques, con un efecto más propagandístico que efectivo. Precisamente por eso, Ucrania reclamaba y esperaba recibir este jueves los misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS. La entrada en la guerra de este tipo de armamento sin duda cambiaría los escenarios y el alcance de la contienda.

El ejército ucraniano ya dispone de misiles de largo alcance franceses y británicos que están demostrando su eficacia en el acoso a la retaguardia rusa, pero necesita cohetes con una capacidad mayor para evadir las defensas antiaéreas de las fuerzas rusas, como los citados ATACMS y los Taurus alemanes.

El enfado de los amigos polacos

El fiasco que ha recibido Zelenski en Washington llega en un momento poco oportuno para Ucrania. La estrategia hasta ahora unida de la Unión Europea hacia Kiev ha sufrido un golpe demoledor después de que el primer ministro polaco, Mateusz Moraviewcki, anunciara el miércoles que su país dejará de suministrar armas al ejército ucraniano.

Aunque después el presidente polaco, Andrzej Duda, trató de enmendar el impacto de las palabras de Moraviewcki y explicó que el primer ministro se refería solo a armamento nuevo, solo enmarañó más el asunto. El portavoz del Gobierno, Piotr Müller, insistió en que Varsovia solo entregará ya los «suministros de municiones y de armamento previamente acordados, para cumplir los contratos firmados».

El origen de esa decisión está en el contencioso abierto por el bloqueo ruso al transporte de granos procedentes de Ucrania por el Mar Negro. El incremento del flujo de cereales ucranianos a través de Polonia, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Rumanía ha perturbado sus mercados nacionales. Algunos de estos países impusieron sus propios vetos a esa importación para proteger a sus agricultores, pero finalmente la Unión Europa ordenó el levantamiento de esas sanciones, decisión cuestionada por varios de esos estados, entre ellos Polonia.

Jacek Sasin: «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país»

El propio Zelenski añadió leña al fuego en su comparecencia del martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas cuando acusó a países supuestamente aliados de hacerle el juego a Rusia con sus decisiones, en aparente referencia a ese veto a la circulación del grano ucraniano.

El Gobierno polaco ha subrayado este jueves que su decisión no cambia la posición de Varsovia sobre el conflicto, pero de momento «es como ha dicho el primer ministro y en el futuro ya se verá», según reafirmó el titular de Patrimonio del Estado, Jacek Sasin.

Este ministro dijo que Polonia necesita reponer sus propios arsenales. «No podemos desarmar al ejército polaco y renunciar a las armas que son necesarias para nuestro país», explicó Sasin para justificar el paso dado por Varsovia, que, por primera vez, rompe la unidad europea en el abastecimiento de armas a Ucrania.

El paso dado por el Gobierno polaco puede estar cargado también de oportunistas razones electorales, ante el crecimiento del sentimiento antiucraniano en Polonia. Algunos grupos opositores, como el partido Confederación, tercero en las encuestas ante los comicios legislativos de octubre, están acusando al Gobierno de «servilismo» ante las demandas de Kiev.

La decisión de un país soberano

El Pentágono, cuyas instalaciones visitó Zelenski este jueves, no tuvo problema para subrayar que Polonia había tomado una «decisión soberana» al negarle las armas a Ucrania. Pero nadie duda en la Administración Biden que tal paso podría tener un efecto dominó en otros países europeos y de rebote en la política estadounidense, donde el lobby polaco es muy fuerte.

Uno de los objetivos de Zelenski era asegurarse el apoyo de los partidos republicano y demócrata

Por eso uno de los objetivos de Zelenski en Washington era reunirse con representantes de los partidos republicano y demócrata, y asegurarse su respaldo a la continuación de la ayuda a Ucrania contra Rusia, independientemente del proceso electoral en marcha en EE.UU. ante los comicios presidenciales de noviembre de 2024.

Pero justo cuando Zelenski hablaba el martes ante la Asamblea General de la ONU, un grupo de 28 congresistas republicanos hacía llegar a Biden su rechazo a un compromiso ilimitado con Ucrania, sin garantías y sin objetivos que no han sido refrendados por el Congreso. Desde entonces los díscolos no han parado de crecer.

Las voces contrarias al dispendio estadounidense en Ucrania pueden poner difícil que el Congreso apruebe los 24.000 millones de dólares adicionales que la Casa Blanca prometió hace tiempo a Ucrania también en asistencia militar, armas y ayuda humanitaria.

«Cuento con el buen juicio del Congreso. No hay alternativa», dijo Biden tras su reunión con Zelenski.

Una encuesta realizada en agosto por el canal de televisión CNN puso de manifiesto que una mayoría de los estadounidenses se opone a la autorización de más fondos destinados a Ucrania. Entre los votantes republicanos, esa cifra se elevaba al 71 por ciento.

En Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos no se reducen a Europa y donde se revisa hasta el último centavo público que se gasta, no vale ya el manido mensaje oficialista que predomina en los países del viejo continente de que el futuro del mundo se juega en los campos de batalla ucranianos. Desde luego no el futuro de EE.UU.

FUENTE:

https://www.publico.es/internacional/biden-deniega-zelenski-misiles-alcance-abren-fisuras-apoyo-europeo-kiev.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t1;mm=mobile-big

En su columna del Club de La Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele analiza porqué el titular del momento es la DESOCCIDENTALIZACIÓN DEL MUNDO. Y para ello desmenuza el avance estratégico y aplastante de China y Asia en todos los campos, y también la derrota de la OTAN en Ucrania. Al respecto, aporta datos concretos e irrefutables de responsables anglosajones, como la agencia israelí Mossad, quién confirmó que por cada ruso que cae, son 8 los ucranianos fuera de combate, ya sea en muertos, heridos o prisioneros. Lo que destruye la propaganda mediática anglosajona sobre la supuesta y aplastante derrota de Putin. Por el contrario, Rusia ya ha ocupado y consolidado el 20% del territorio de Ucrania, quién se ha quedado sin economía y sin infraestructuras. Y que sobrevive sólo gracias al dinero y a las armas que le suministra la OTAN, a cambio de una lealtad suicida que ha costado 157.000 muertos y 300 mil heridos gracias a la temeraria y cruel complicidad de su presidente Zelensky.

También, nuestro director  profundiza en los cambios globales que marca la actual caída de Occidente luego de la desaparición de la URSS, hace 30 años, cuando pretendía controlar el globo terráqueo e imponerse definitivamente al resto de naciones, por los siglos de los siglos. Sin embargo, el éxito de las nuevas organizaciones estratégicas del sudeste asiático con China, a la cabeza y el gran desarrollo de sus proyectos, como la nueva Ruta y Cinturon de La Seda, además del resurgir de Rusia, marcan el fin de aquellos sueños imperiales .

Además, analiza cómo se agota el poder colonial de los últimos siglos y que estos cambios significan el gran ocaso de Occidente, gracias a una ola de transformaciones que se extiende además por los países árabes, las petromonarquías, Irán, La India, Turquía, África y hasta Latinoamérica.

También Pereyra Mele aborda la crisis interna de EEUU, tanto económica como política y toda su incapacidad para resolverlas. Sobre la situación de Europa nos dice que va camino a tener menos importancia estratégica que la que tenía antes del siglo XIX.

Y que se puede transformar  en lo que fue Grecia para  la Roma imperial o sea, un lugar de turismo de las elites, un sitio de visita para ver tiempos idos que ya no volverán y de  viejas glorias que ya no existen.

Eduardo Bonugli (Madrid, 19/02/23)

Guerra contra Rusia en Ucrania 30 países no lograron el objetivo de destruir y derrotar a Rusia

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El Suicide Spectacular Summer Show, actualmente en pantalla en toda Europa, procede con toda su indumentaria. Pepe Escobar  13 de julio

The Suicide Spectacular Summer Show (serie de TV estadounidense de drama adolescente y suspenso), actualmente en pantalla en toda Europa, avanza con toda su gala, para asombro de prácticamente todo el Sur Global: una nueva versión de mala calidad, despertó a Gotterdammerung (ópera de Wagner) , con la grandeza wagneriana reemplazada por twerking (Perreo, estilo de baile de origen estadounidense, que puede ser rápido y agresivo o lento).

Los emperadores romanos decadentes al menos exhibieron cierto grado de patetismo. 

Aquí nos enfrentamos a una mezcla tóxica de arrogancia, mediocridad aborrecible, engaño, pensamiento de oveja ideológico crudo y absoluta irracionalidad que se revuelca en la carga del hombre blanco fango racista / supremacista: todos los síntomas de una profunda enfermedad del alma.

Llamarlo el Biden-Leyen-Blinken West o algo así sería demasiado reduccionista: después de todo, estos son políticos/funcionarios insignificantes que simplemente repiten órdenes como loros. Este es un proceso histórico: degeneración cognitiva física, psíquica y moral incrustada en la desesperación manifiesta de la OTAN por tratar de contener a Eurasia, lo que permite bocetos tragicómicos ocasionales, como una cumbre de la OTAN que proclama la guerra Woke contra prácticamente todo el mundo no occidental.

Entonces, cuando el presidente Putin se dirige al Occidente colectivo  frente a los líderes de la Duma y los jefes de los partidos políticos, se siente como un cometa golpeando un planeta inerte. Ni siquiera es un caso de «perdido en la traducción». “Ellos” simplemente no están equipados para conseguirlo.

La parte «Aún no has visto nada» se formuló al menos para que la entendieran incluso los tontos:

“Hoy escuchamos que quieren derrotarnos en el campo de batalla, bueno, qué puedo decir, que lo intenten. Hemos escuchado muchas veces que Occidente quiere luchar contra nosotros hasta el último ucraniano; esta es una tragedia para el pueblo ucraniano. Pero parece que todo está llegando a esto. Pero todos deberían saber que, en general, todavía no hemos comenzado nada”.

Hecho. En la Operación Z, Rusia está utilizando una fracción de su potencial militar, recursos y armas de última generación.

Entonces llegamos al camino más probable a seguir en el teatro de guerra:

“No rechazamos las negociaciones de paz, pero aquellos que se niegan deben saber que cuanto más se prolongue, más difícil será para ellos negociar con nosotros”.

Al igual que en el dial del dolor, se incrementará, de manera lenta pero segura, en todos los frentes.

Sin embargo, el meollo del asunto ya se había dicho antes en el discurso: “aumentar el nivel del dolor” se aplica de hecho al desmantelamiento de todo el edificio del “orden internacional basado en reglas”. El mundo geopolítico ha cambiado para siempre.

Aquí está el pasaje posiblemente clave:

“Deberían haber entendido que ya han perdido desde el comienzo mismo de nuestra operación militar especial, porque su comienzo significa el comienzo de una ruptura radical del Orden Mundial a la manera estadounidense. Este es el comienzo de la transición del egocentrismo estadounidense liberal-globalista a un mundo verdaderamente multipolar, un mundo basado no en reglas egoístas inventadas por alguien para sí mismo, detrás de las cuales no hay nada más que el deseo de hegemonía, no en hipócritas dobles raseros, sino en el derecho internacional, en la verdadera soberanía de los pueblos y civilizaciones, en su voluntad de vivir su destino histórico, sus valores y tradiciones y construir la cooperación sobre la base de la democracia, la justicia y la igualdad. Y debemos entender que este proceso ya no se puede detener”.

Conoce la trifecta

Se puede argumentar que Putin y el Consejo de Seguridad de Rusia están implementando una trifecta táctica que ha reducido al Occidente colectivo a un grupo amorfo de gallinas biológicas sin cabeza.

La trifecta mezcla la promesa de negociaciones, pero solo cuando se consideran los constantes avances de Rusia sobre el terreno en Novorossiya; el hecho de que el “aislamiento” global de Rusia ha demostrado en la práctica que no tiene sentido; y ajustando el indicador de dolor más visible de todos: la dependencia de Europa de la energía rusa.

La razón principal del fracaso rotundo y gráfico de la cumbre de Ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Bali es que el G7, o la OTAN, más la colonia estadounidense de Japón, no pudo obligar a los BRICS ni a los principales actores del Sur Global a aislar, sancionar y/o demonizar a Rusia.

Por el contrario: múltiples interpolaciones fuera del G20 explican aún más la integración en toda Eurasia. Aquí están algunos ejemplos.

El primer tránsito de productos rusos a la India a través del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) ya está en vigor, cruzando Eurasia desde Mumbai (India) hasta el Báltico a través de los puertos iraníes (Chabahar o Bandar Abbas), el Mar Caspio y el sur y centro de Rusia . Fundamentalmente, la ruta es más corta y económica que pasar por el Canal de Suez.

Paralelamente, el titular del Banco Central de Irán, Ali Salehabadi, confirmó que se firmó un memorándum de cooperación interbancaria entre Teherán y Moscú.

Eso significa una alternativa viable a SWIFT y una consecuencia directa de la solicitud de Irán para convertirse en miembro pleno de BRICS, anunciada en la reciente cumbre en Beijing. Los BRICS, desde 2014, cuando se fundó el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), han estado ocupados construyendo su propia infraestructura financiera, incluida la creación en un futuro cercano de una moneda de reserva única. Como parte del proceso, la armonización de los sistemas bancarios ruso e iraní es inevitable.

Irán también está a punto de convertirse en miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) en la próxima cumbre en Samarcanda en septiembre.

Paralelamente, Rusia y Kazajstán están consolidando su asociación estratégica: Kazajstán es un miembro clave de BRI, EAEU y SCO.

India se acerca aún más a Rusia en todo el espectro del comercio, incluida la energía.

Y el próximo martes, Teherán será el escenario de un crucial encuentro cara a cara entre Putin y Erdogan.

¿Aislamiento? ¿En serio?

En el frente energético, es solo verano, pero la paranoia demente ya está causando estragos en múltiples latitudes de la UE, especialmente en Alemania. El alivio cómico lo proporciona el hecho de que Gazprom siempre puede señalar a Berlín que los eventuales problemas de suministro en Nord Stream 1, después del regreso inesperado de esa notoria turbina reparada de Canadá, siempre se pueden resolver implementando Nord Stream 2.

Como todo el European Suicide Spectacular Summer Show no es más que una tortura autoinfligida de mal gusto ordenada por His Master’s Voice, la única pregunta seria es qué nivel de dolor obligará a Berlín a sentarse y negociar en nombre de los intereses industriales y sociales legítimos de Alemania.

La rudeza y la caída serán la norma. El ministro de Relaciones Exteriores, Lavrov, lo resumió todo al comentar sobre los Ministros del Oeste del Colectivo Declinante que adoptaron poses como mocosos infantiles en Bali para evitar ser vistos con él: eso dependía de “su comprensión de los protocolos y la cortesía”.

Eso es diplo-charla para «montón de idiotas». O peor aún: bárbaros culturales, ya que ni siquiera fueron capaces de respetar a los anfitriones indonesios hipereducados, que aborrecen la confrontación.

Lavrov prefirió ensalzar el trabajo ruso-chino “conjuntamente estratégico y constructivo” frente a un Occidente muy agresivo. Y eso nos lleva a la principal obra maestra del juego de sombras en Bali, completa con varias capas de niebla geopolítica.

Los medios chinos, siempre coqueteando con lo opaco, trataron de poner su rostro más valiente al describir la reunión de más de 5 horas  entre el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi y el Secretario Blinken como “constructiva”.

Lo que es fascinante aquí es que los chinos terminaron dejando escapar algo crucial para colarse en el borrador final de su informe, obviamente aprobado por los poderes fácticos.

Lu Xiang, de la Academia China de Ciencias Sociales, revisó lecturas anteriores, especialmente de «Yoda» Yang Jiechi que convertía rutinariamente a Jake Sullivan en pato asado, y enfatizó que esta vez las «advertencias» de Wang a los estadounidenses fueron «las más severas en términos de redacción».

Ese es el código diplo para «Es mejor que te cuides»: Wang le dice a Little Blinkie: «Solo mira lo que hicieron los rusos cuando perdieron la paciencia con tus payasadas».

La expresión “callejón sin salida” fue recurrente durante la reunión de Wang-Blinken. Entonces, al final, el Global Times tuvo que decir las cosas como realmente son: «Las dos partes están cerca de un enfrentamiento».

“Showdown” es lo que el fanático de End of Days y aspirante a Tony Soprano Mike Pompeo está predicando fervientemente desde su púlpito de odio, mientras que el combo detrás del senil “líder del mundo libre” que literalmente lee teleprompters trabaja activamente para el colapso de la UE, en más formas que una.

El combo en el poder en Washington en realidad “apoya” la unificación de Gran Bretaña, Polonia, Ucrania y los Tres Enanos Bálticos como una alianza separada de la OTAN/UE, con el objetivo de “fortalecer el potencial de defensa”. Esa es la posición oficial del Embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Julian Smith.

Así que el verdadero objetivo imperial es dividir la ya destrozada UE en pedazos de mini sindicatos, todos ellos bastante frágiles y evidentemente más “manejables”, como los eurócratas de Bruselas, cegados por una mediocridad sin límites, obviamente no lo ven venir.

Lo que el Sur Global está comprando

Putin siempre deja muy claro que la decisión de lanzar la Operación Z, como una especie de «operación policial y de armas combinadas» preventiva, como la define Andrei Martyanov, fue cuidadosamente calculada, considerando una serie de vectores materiales y sociopsicológicos.

La estrategia angloamericana, por su parte, apunta a una sola obsesión: al diablo con cualquier posible reformulación del actual “orden internacional basado en reglas”. No se prohíben retenciones para garantizar la perpetuidad de esta orden. De hecho, esto es Totalen Krieg , que presenta varias capas híbridas y es bastante preocupante, con solo unos segundos para la medianoche.

Y ahí está el problema. Desolation Row se está convirtiendo rápidamente en Desperation Row, ya que se muestra que toda la matriz rusofóbica está desnuda, desprovista de cualquier potencia de fuego ideológica, e incluso financiera, adicional para «ganar», además de enviar una colección de HIMARS a un agujero negro.

Geopolítica y geoeconómicamente, Rusia y China están en proceso de comerse vivo a la OTAN, en más de un sentido. Aquí , por ejemplo, hay una hoja de ruta sintética de cómo Beijing abordará la próxima etapa de desarrollo de alta calidad a través de la mejora industrial impulsada por el capital, centrada en la optimización de las cadenas de suministro, la sustitución de importaciones de tecnologías duras y los «campeones invisibles» de la industria. .

Si el Occidente colectivo está cegado por la rusofobia, el éxito del gobierno del Partido Comunista Chino, que en cuestión de unas pocas décadas mejoró la vida de más personas que nadie, en cualquier momento de la historia, los vuelve completamente locos.

A lo largo de la atalaya Rusia-China, no ha tardado mucho en llegar. BRI fue lanzado por Xi Jinping en 2013. Después de Maidán en 2014, Putin lanzó la Unión Económica de Eurasia (EAEU) en 2015. Crucialmente, en mayo de 2015, una declaración conjunta Rusia-China selló la cooperación entre BRI y EAEU, con un papel importante asignado a la OCS.

Una integración más estrecha avanzó a través del foro de San Petersburgo en 2016 y el foro BRI en 2017. El objetivo general: crear un nuevo orden en Asia y en toda Eurasia, de acuerdo con el derecho internacional, manteniendo las estrategias de desarrollo individuales de cada país involucrado y respetando su soberanía nacional.

Eso, en esencia, es lo que está comprando la mayor parte del Sur Global. Es como si hubiera un entendimiento instintivo transfronterizo de que Rusia-China, contra todo pronóstico y enfrentando serios desafíos, procediendo por ensayo y error, están a la vanguardia del Choque de lo Nuevo, mientras que el Occidente colectivo, desnudo, aturdido y confundido, sus masas completamente zombificadas, es succionada por la vorágine de la desintegración psicológica, moral y material.

No hay duda de que el dial del dolor aumentará, en más de un sentido.

Ministro de RREE Chino Wang Yi y Secretario de Estado de USA Blinken

Serguei Lavrov suele comparar a Occidente con una fiera herida. Y estima que es mejor ‎no provocarlo para evitar que destroce todo en un ataque de locura. Es mejor ‎guiarlo en paz hacia el cementerio. Pero Occidente no lo ve de la misma manera. ‎Washington y Londres están embarcados en una cruzada contra Moscú y Pekín. ‎Rugen constantemente y parecen dispuestos a todo. Pero, ¿qué pueden hacer ‎en realidad?‎

Biden-Johnson G7

La cumbre del G7 en Baviera y la de la OTAN en Madrid iban a anunciar el castigo de Occidente ‎contra el Kremlin por su «operación militar especial en Ucrania». Pero, aunque la imagen que ‎se ha resaltado ha sido la de una unidad entre las potencias occidentales, la realidad muestra ‎que esas potencias están desconectadas… de las realidades, que han perdido audiencia en el mundo entero y que, ‎en definitiva, están ante el fin de su hegemonía. ‎

Mientras los occidentales se convencen a sí mismos de que lo que está en juego es Ucrania, ‎el mundo los ve atrapados en la «trampa de Tucídides» 1. ‎‎¿Seguirán las relaciones internacionales organizándose alrededor de ellos o acabarán siendo ‎finalmente multipolares? ¿Se liberarán los pueblos hasta ahora sometidos y alcanzarán la ‎soberanía? ¿Será posible pensar de una manera que no sea en términos de dominación global y ‎dedicarnos todos al desarrollo de todos?‎

Los occidentales han imaginado, alrededor de la «operación militar especial» rusa en Ucrania, ‎una narrativa que no menciona lo que ellos mismos han hecho desde la disolución de la Unión ‎Soviética. Prefieren olvidar que sus países firmaron la Carta de Seguridad Europea –también ‎conocida como la Declaración de Estambul de la OSCE. Prefieren olvidar también que ‎ellos mismos violaron lo estipulado en ese documento metiendo uno a uno en la OTAN a todos ‎los ex miembros del Pacto de Varsovia y a varios de los nuevos Estados postsoviéticos. Tampoco quieren recordar que ellos mismos derrocaron el gobierno ucraniano en 2004, ni el golpe ‎de Estado mediante el cual instauraron en Kiev un régimen de nacionalistas banderistas, ‎en 2014. Sin hablar de todo ese pasado, atribuyen todos los males a Rusia y se niegan a ‎cuestionar lo que ellos mismos hicieron anteriormente, consideran que sólo “aprovecharon” ‎ciertas coyunturas y estiman que sus victorias pasadas les confieren derechos. ‎

Para sostener esa narrativa imaginaria, los occidentales recurren a la censura de los ‎medios rusos en sus propios países. En otras palabras, los occidentales se venden como «demócratas»… pero ‎más vale censurar las voces discordantes que tener que mentir. ‎

Todas las potencias occidentales abordan, unánimemente, el conflicto ucraniano convenciéndose ‎a sí mismas de que tienen el deber de juzgar, condenar y sancionar a Rusia. Han chantajeado a los ‎países más pequeños para imponer en la Asamblea General de la ONU un texto que parece darles ‎la razón. Y ahora planean desmantelar Rusia, como antes lo hicieron con Yugoslavia y como ya ‎han tratado de hacerlo con Irak, Libia, Siria y Yemen, mediante la estrategia Rumsfeld-Cebrowski ‎‎ [2].‎

Para lograr ese objetivo han comenzado a aislar a Rusia de la finanza internacional y del comercio ‎mundial, le han cortado el acceso al sistema SWIFT y a Lloyds, impidiéndole no sólo comprar y ‎vender sino también garantizar el transporte de sus mercancías. Están tratando de provocar el ‎derrumbe económico de la Federación Rusa. De hecho, el 27 de junio pasado, la agencia Moody’s ‎declaró a Rusia en default (impago) [3]. ‎

Pero nada de eso ha tenido el efecto esperado… porque todo el mundo sabe que las arcas del Banco ‎Central ruso están llenas de divisas y de oro. En realidad, Rusia pagó los 100 millones que tenía ‎que pagar pero no pudo transferirlos a Occidente… por causa de las sanciones occidentales. ‎Así que Moscú puso ese dinero en una cuenta en espera de que los acreedores busquen ‎la manera de tener acceso a esos fondos. ‎

Mientras tanto, la Federación Rusa, que ya no recibe pagos de los occidentales, ha comenzado a ‎vender sus productos, específicamente sus hidrocarburos, a otros compradores, principalmente ‎a China. Como los pagos ya no pueden efectuarse en dólares, Moscú está cobrando en otras ‎monedas. Por consiguiente, los dólares que los clientes de Rusia utilizaban antes para pagar los ‎productos rusos están regresando a Estados Unidos.

Ese proceso ya estaba en marcha desde ‎hace años pero las sanciones unilaterales occidentales lo han acelerado bruscamente. La enorme ‎cantidad de dólares que están regresando a Estados Unidos –y acumulándose allí– está desatando ‎una imponente alza de precios en suelo estadounidense. La Reserva Federal trata de hacer todo ‎lo posible por desviar una parte del alza de precios hacia los países de la eurozona. Resultado: el ‎alza de precios se propaga a toda velocidad por todo el oeste de Europa. ‎

A todas estas, el Banco Central Europeo (BCE) no es una entidad concebida para favorecer el ‎desarrollo económico. Su misión primordial consiste en manejar la inflación dentro de la Unión ‎Europea. Al comprobar que no tiene como frenar el brusco aumento de los precios en Europa, el ‎BCE trata de utilizar esa tendencia para reducir su propia deuda. Así que el Banco Central ‎Europeo está invitando los Estados miembros de la Unión Europea a compensar, mediante ‎reducciones de impuestos y subvenciones, el repentino derrumbe del poder adquisitivo de sus ‎‎“ciudadanos europeos”. Pero eso es caer en un círculo vicioso: al ayudar a sus ciudadanos, ‎los países miembros de la Unión Europea se entregan –atados de pies y manos– al Banco ‎Central Europeo, se encadenan todavía más a las deudas de Estados Unidos y se empobrecen ‎aún más. ‎

Esta espiral inflacionista no tiene puerta de salida. Es la primera vez que Occidente se ve ‎obligado a “tragarse” los dólares que Washington ha venido imprimiendo alegremente durante ‎décadas. El alza de precios en Occidente corresponde al costo de los gastos del imperio yanqui ‎durante al menos los últimos 30 años. Es ahora cuando Occidente se ve obligado a pagar ‎lo que costaron sus guerras contra Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y Yemen. ‎

Hasta ahora, Estados Unidos mataba a todo aquel que amenazaba la supremacía del dólar. ‎Colgaron a Saddam Hussein y saquearon el Banco Central iraquí. Torturaron y lincharon a ‎Muammar el-Kadhafi –quien estaba preparando el lanzamiento de una moneda única panafricana– ‎y saquearon el Banco Central libio. Las enormes reservas que esos Estados petroleros habían ‎acumulado durante años “desaparecieron” sin dejar rastro. Sólo se vio algunos militares ‎estadounidenses partir con decenas de miles de dólares, a menudo envueltos en sacos plásticos ‎usualmente destinados a envolver la basura. Al excluir a Rusia de los intercambios en dólares, ‎Washington no ha hecho otra cosa que provocar lo que tanto temía: el dólar estadounidense ‎ha dejado de ser la divisa de referencia internacional. ‎

La mayoría del resto del mundo no es ciega. Viendo lo que sucede muchos corrieron a participar ‎en el Foro Económico de San Petersburgo y después trataron de inscribirse en la cumbre virtual ‎de los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Esa mayoría se da cuenta ahora –‎un poco tarde– de que Rusia inició la «Asociación de Eurasia Ampliada» en 2016 y de que ‎el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, hizo el anuncio en ese sentido, ante la Asamblea ‎General de la ONU, en septiembre de 2018 [4]. ‎

Durante 4 años, se han construido muchos kilómetros de carreteras y de vías férreas para ‎integrar a Rusia en las nuevas «rutas de la seda» concebidas por China. Eso ha permitido ‎redireccionar –en sólo meses– los flujos de mercancías. ‎

El reflujo de los dólares estadounidenses y el redireccionamiento de los flujos de mercancías están ‎acentuando además el alza de los precios de la energía. Rusia, uno de los primeros exportadores ‎de hidrocarburos de todo el mundo, está viendo sus ingresos aumentar considerablemente en ‎ese sector. La moneda rusa –el rublo– goza de mejor salud que nunca. En un esfuerzo por ‎revertir esa tendencia, el G7 acaba de fijar un precio tope para el gas ruso y para el petróleo ‎ruso. En otras palabras, el G7 acaba de ordenar a la «comunidad internacional» que no acepte ‎pagar más caro por los hidrocarburos que necesita desesperadamente. ‎

Pero es evidente que Rusia no piensa permitir que Occidente fije los precios de los productos ‎rusos. Quien no quiera pagarlos al precio del mercado… sencillamente no podrá obtenerlos y ‎parece muy poco probable los clientes potenciales se priven de lo que necesitan ‎sólo para complacer a Occidente. ‎

El G7 trata de organizar su supremacía, al menos en el plano intelectual [5]. Pero eso ya no funciona. El viento sopla ahora en otra dirección. Se han ‎acabado los cuatro siglos de hegemonía occidental. ‎

Desesperado, el G7 se ha comprometido a resolver la crisis mundial de los alimentos… que es ‎resultado de su propia política. Los países afectados saben perfectamente lo que valen los ‎‎“compromisos” del G7. Todavía están esperando por el famoso gran plan de desarrollo para ‎África, entre otras muchas promesas occidentales. Esos países saben que Occidente simplemente ‎no puede garantizarles fertilizantes nitrogenados o potásicos, pero se empeña en impedir Rusia los venda. Las famosas ayudas del G7 –tan útiles como una venda en una pierna plástica– no tienen otro ‎objetivo que hacerlos esperar y tratar de evitar que se cuestionen los sagrados principios del ‎libre comercio. ‎

La cumbre de la OTAN en Madrid quiso ser una demostración de unidad y poderío. Pero ‎los países miembros de esa alianza bélica sólo fueron convocados para firmar lo que ‎Washington y Londres ya habían decidido… sin consultarlos. La unidad mostrada en Madrid ‎fue en realidad otra demostración de ese vasallaje que muchos quisieran dejar atrás.‎

La única opción posible para mantener la dominación occidental es la guerra. La OTAN tendría ‎que lograr destruir Rusia, como Roma cuando arrasó Cartago. Pero, ya es tarde para eso. ‎Las fuerzas armadas de la Federación Rusa disponen de sistemas de armas mucho más ‎sofisticados que Occidente. Y ya los pusieron a prueba en Siria, desde 2014. Rusia tiene ‎lo necesario para aplastar a sus enemigos en cualquier momento. En 2018, el presidente ‎Vladimir Putin mostró a los parlamentarios rusos los sorprendentes progresos de su industria ‎bélica [6].‎

La cumbre de la OTAN en Madrid fue una linda operación de comunicación [7]. Pero probablemente fue también el canto del cisne. Los 32 miembros de la OTAN ‎proclamaron su unidad con la desesperación de quienes temen a la muerte. Como si nada, ‎adoptaron primero una estrategia para dominar el mundo durante los 10 próximos años, ‎señalando el «crecimiento» de China como una fuente de preocupación [8], lo cual equivale a ‎confesar que el objetivo de la OTAN no es garantizar la seguridad de sus miembros sino ‎más bien dominar el mundo. Seguidamente, abrieron el proceso de adhesión de Suecia y ‎Finlandia y se plantearon además la posibilidad de acercarse a las fronteras de China, con una ‎eventual adhesión de Japón. ‎

El único incidente, rápidamente puesto bajo relativo control, fue la presión turca que obligó a ‎Finlandia y Suecia a condenar el PKK [9]. Incapaz de enfrentar la presión ‎de Turquía, Estados Unidos abandonó a sus aliados –los mercenarios kurdos en Siria y sus líderes ‎en el extranjero. ‎

También se decidió multiplicar por 7,5 la Fuerza de Acción Rápida de la OTAN, haciéndola pasar ‎de 40 000 a 300 000 efectivos, y estacionarla en la frontera con Rusia. Con esa decisión, los ‎miembros de la OTAN vuelven a violar los compromisos ya contraídos y estipulados en la Carta de ‎Seguridad Europea ya que amenazan directamente a Rusia. ‎

Mientras tanto, el Pentágono ya está haciendo mapas sobre el desmantelamiento de Rusia que ‎espera concretar. ‎

El ex embajador de Rusia ante la OTAN y actual director de Roscosmos, Dimitri Rogozin, ‎respondió a esas elucubraciones publicando en su cuenta de Telegram, las coordenadas de tiro ‎de los centros de decisión de la OTAN –incluyendo las del centro de convenciones de Madrid ‎donde estaban reunidos los jefes de Estado y/o de gobierno de esa alianza militar [10]. ‎

No hay que olvidar que Rusia ya dispone de vectores hipersónicos, actualmente imposibles de ‎interceptar, capaces de poner en sólo minutos una o más cargas nucleares encima de la sede de ‎la OTAN, en Bruselas, e incluso en el Pentágono, en Washington. Y, para que nadie se ‎equivoque, Serguei Lavrov, precisó –refiriéndose a los discípulos de Leo Strauss, sólidamente ‎posicionados en la cúpula de Washington– que las decisiones militares de Occidente ni siquiera ‎son cosa de los militares sino que se toman en el Departamento de Estado estadounidense, ‎lo cual implica que ese pudiera ser el primer blanco. ‎

Se imponen entonces varias interrogantes. ¿Están dispuestos los dirigentes occidentales a jugarse ‎el todo por el todo? ¿Asumirán el riesgo de desatar una Tercera Guerra Mundial –sabiéndola ‎perdida de antemano– únicamente para no hundirse solos?‎

Thierry Meyssan Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las «primaveras árabes» (2017).

[1Destined For War: Can America ‎and China escape Thucydides’s Trap?, Graham T. Allison y Houghton Mifflin Harcourt, 2017.

[2] ‎«El proyecto militar de Estados Unidos para el ‎mundo» y «La doctrina Rumsfeld-Cebrowski», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 ‎de ‎agosto ‎de 2017 y 25 de mayo de 2021.‎

[3] “Government of Russia: Missed coupon payment ‎constitutes a default”, Moody’s, 27 de junio de 2022.

[4] “Remarks by Sergey Lavrov to the 73rd Session of ‎the United Nations General Assembly”, por Serguei Lavrov, Voltaire ‎Network, 28 de septiembre de 2018; «ONU, nacimiento del mundo postoccidental», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 2 de octubre de 2018.

[5] «Communiqué des ‎chefs d’Etat et de gouvernement du G7 d’Elmau», Réseau Voltaire, 28 de ‎junio de 2022.

[6] “Vladimir Putin Address to the Russian Federal Assembly” por ‎Vladimir Putin, Voltaire Network, 1º de marzo de 2018; «El nuevo arsenal nuclear ruso restaura la bipolaridad del mundo», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de ‎marzo de 2018.

[7] «Los elementos claves de la Cumbre de la OTAN de 2022 en Madrid», Red Voltaire, 29 de junio ‎de 2022.

[8] «OTAN 2022 Concept ‎Stratégique», Réseau Voltaire, 29 de junio de 2022.

[9] “Turkiye, Sweden, Finland Memorandum”, Voltaire Network, 28 de junio de 2022.

[10] «Rusia amenaza los centros de decisión ‎de Occidente», Red Voltaire, 28 de junio ‎de 2022.

FUENTE VOLTAIRE NET https://www.voltairenet.org/article217562.html

El 1 de Julio del 2022 fui convocado por el Periodista Alfredo Guruceta para hacer un análisis de la situación Internacional para su programa “Con Sentido Común”; para el Canal “C” de Córdoba, que se transmite por la señal de Cablevisión.

También estuvieron enfocando otros temas los panelistas Agustin Pizzichini, Prof Cristian Garcia del Alamo.

Mi opinión, se encuentra a partir del minuto 41 y 33 segundos, en la cual expusimos que la situación actual no debe confundirse con una Crisis Grave Internacional, sino que estamos ante la presencia de algo mucho mayor: “un cambio sistémico” que no es lo mismo, y que el mismo se ve reflejado en los cambios de poder hegemónicos mundiales y la transferencia de ese Poder al llamado “Sur Global” en detrimento del dominio que ejercía hasta ahora unilateralmente occidente  con distintos hegemones durante mas de 2 siglos pero siempre occidentales. Vivimos tiempos de cambios profundos y se avizora un nuevo tiempo -si lo sabemos administrar y conducir correctamente- para América del Sur

Lic, Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

¿De verdad Estados Unidos no está en guerra en Ucrania?

Por Bonnie Kristian – periodista e integrante de Defense Priorities, un centro de pensamiento sobre política exterior. Publicado en The New York Times

En el periodo de más de tres meses de la invasión rusa en Ucrania, el gobierno de Biden ha dicho muchas cosas sobre la guerra. Tuvo que desdecirse de algunas de ellas casi de inmediato, como cuando resultó que la afirmación del presidente Biden de que Vladimir Putin no puede permanecer en el poder no era un llamado al cambio de régimen. En otros puntos, su retórica se ha intensificado con el paso del tiempo: en marzo, el objetivo de Estados Unidos era ayudar a Ucrania a defenderse; para finales de abril, “debilitar” a Rusia.

Eso sí, hay una declaración del gobierno que ha sido muy consistente: Estados Unidos no entrará en guerra con Rusia a causa de Ucrania.

“No buscamos que haya guerra entre la OTAN y Rusia”, escribió el presidente Biden en The New York Times a finales de mayo. “A pesar de mi gran desacuerdo con Putin y de que sus acciones me parecen indignantes, Estados Unidos no intentará provocar su destitución en Moscú. Mientras Estados Unidos o nuestros aliados no sean atacados, no participaremos en este conflicto de manera directa, ni enviando tropas estadounidenses a luchar en Ucrania ni atacando a las fuerzas rusas”.

Gran parte de los elogios y de la crítica de la política de Biden en Ucrania aceptan su versión de los hechos. Pero lo que me pregunto es si los estadounidenses podremos identificar con toda confianza en qué momento comenzamos a participar en una guerra.

La historia cuenta de varios presidentes que, a pesar de haber insistido en que no tenían ninguna intención de participar en una guerra, un buen día lo hicieron. “Nos mantuvo fuera de la guerra”, decía el eslogan de la campaña de reelección del presidente Woodrow Wilson en 1916; no obstante, Wilson nos condujo a la Primera Guerra Mundial tan solo a un mes de haber iniciado su segundo mandato, justo después de describir la intervención estadounidense como inevitable.

Durante la campaña presidencial de 1964, el presidente Lyndon B. Johnson prometió que no iba a “enviar a jóvenes estadounidenses a 15.000 o 16.000 kilómetros de casa para hacer lo que los jóvenes asiáticos deberían estar haciendo por sí mismos”. Pero en febrero de 1965, a solo un mes de su toma de posesión, Johnson autorizó la campaña de bombardeos conocida como operación Rolling Thunder. Un mes más tarde, había “jóvenes estadounidenses” en Vietnam.

Esa historia ilustra la incierta vida de anaquel de las promesas presidenciales (quizá todavía más en época electoral) de mantenernos fuera de una guerra: aunque sean ciertas en el momento en el que las hacen, nada nos garantiza que se mantengan en el futuro.

Con todo y esta incertidumbre, al menos en el caso de la Primera Guerra Mundial y de Vietnam, el cambio de no participar en la guerra a participar en ella fue patente, y todos los estadounidenses supieron en qué momento ocurrió ese cambio. Como la línea divisoria era muy clara, los presidentes podían hacer promesas honestas de mantenerse al margen de la guerra, y los ciudadanos podían decir exactamente cuándo se habían roto esas promesas.

El problema en décadas recientes, en especial después de los ataques del 11 de septiembre, es que hemos pasado a un modelo de conflictos armados perpetuos, en que las delimitaciones en cuanto a cronología, geografía y propósitos son ambiguas. La línea entre lo que se considera guerra y lo que no es muy tenue, por lo que es mucho más difícil identificar en qué momento pasamos de un estado al otro.

Esto se debe en parte a los avances tecnológicos, como la guerra de drones y los ciberataques, que permiten cometer en otros países actos que en otras circunstancias se considerarían acciones de guerra (asesinar a adversarios, destruir edificios, afectar instalaciones nucleares) sin que un solo soldado estadounidense abandone el territorio estadounidense. También tiene que ver con la función ejecutiva de la guerra: aunque el Congreso no ha hecho una declaración formal de guerra desde 1942, varios presidentes han aprovechado las amplias facultades para el caso de guerra otorgadas a George W. Bush en 2002, que le permitieron autorizar el uso de la fuerza militar.

¿Podría decirse que estamos en guerra en Pakistán o Somalia, por ejemplo, donde hemos emprendido ataques con drones contra Al Qaeda, el Estado Islámico y los militantes talibanes en Pakistán desde 2004 y contra Al Shabab en Somalia desde 2011? ¿Estamos en guerra en Níger, lugar al que se enviaron fuerzas estadounidenses y donde cuatro soldados estadounidenses fueron asesinados en una emboscada en octubre de 2017?

Estados Unidos nunca ha anunciado formalmente su participación en la guerra civil en Yemen, pero una coalición dirigida por los sauditas asesinó a civiles con ojivas nucleares fabricadas en Estados Unidos y seleccionó objetivos con ayuda de los estadounidenses.

Nuestro papel en el conflicto en Yemen, que ya cumplió siete años, ha sido de tal importancia que muchos expertos están convencidos de que, sin nuestra presencia, la coalición encabezada por los sauditas intentaría llegar a un acuerdo de paz. Ha sido de tal importancia que los legisladores estadounidenses, incluida una mayoría bipartidista de senadores en 2019 y los representantes Pramila Jayapal, demócrata por Washington, y Peter DeFazio, demócrata por Oregon, este año, lo catalogaron como una contravención al Artículo I de la Constitución, que le otorga al Congreso poderes para declarar la guerra, y a la Resolución de Poderes de Guerra, de 1973, que delimita con toda claridad, en cuanto a naturaleza y plazos, las acciones militares ordenadas por el presidente.

Esos legisladores llegaron a la conclusión de que cruzamos la línea en Yemen, aunque no quede muy claro dónde está esa línea. 

Y lo que hicimos en Yemen se parece mucho a lo que estamos haciendo en Ucrania. El mes pasado, información filtrada por funcionarios estadounidenses reveló que Estados Unidos ayudó a Ucrania a asesinar a generales rusos y atacar un buque de guerra de ese país, y Biden autorizó un paquete de ayuda de 40.000 millones de dólares para Ucrania, que en gran parte se destinará a ayuda militar como armamento e intercambio de inteligencia. El proyecto de ley, que Jayapal y DeFazio votaron a favor de aprobar, se suma a otros miles de millones de dólares de apoyo militar. El gobierno de Biden también anunció este mes que enviará a Ucrania sistemas de cohetes que, en teoría, podrían alcanzar objetivos dentro del territorio de Rusia, y se ha informado que planea venderle al gobierno ucraniano cuatro drones que pueden armarse con misiles Hellfire.

¿Estamos en guerra en Ucrania? Si estuviéramos en la posición del otro, si las autoridades rusas admitieran haber ayudado a asesinar a algunos generales estadounidenses o hundir un buque de la fuerza naval de Estados Unidos, dudo que nos parecería una situación ambigua. Por lo menos deberíamos decir que lo que Estados Unidos está haciendo en Ucrania no es no estar en guerra. Si hasta ahora hemos evitado decir que es una guerra, y podemos seguir haciéndolo, solo es porque la definición de esa palabra se ha vuelto poco clara.

Bonnie Kristian (@bonniekristian) es autora del libro de próxima publicación Untrustworthy: The Knowledge Crisis Breaking Our Brains, Polluting Our Politics, and Corrupting Christian Community. Es columnista de Christianity Today e investigadora en el centro de pensamiento sobre política exterior Defense Priorities.

Zugzwang* Por Alastair Crooke para Strategic-Culture.Org

El futuro de Europa parece sombrío. Ahora está presionado por su propia imposición de sanciones y el aumento resultante en los precios de las materias primas. La UE avanza pesadamente aturdida.

La autodestrucción occidental, un rompecabezas que desafía cualquier explicación causal única, continúa. Los ejemplos en los que la política se lleva a cabo con aparente indiferencia hacia cualquier cosa que se asemeje a una reflexión rigurosa, se han vuelto tan extremos como para provocar que un exjefe militar británico (y exjefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán), Lord Richards, resople que la relación entre la estrategia y cualquier la sincronización de los fines se ha roto irremediablemente en Occidente.

Occidente persigue una ‘estrategia’ de «veamos cómo va», o en otras palabras, ninguna estrategia real en absoluto, sostiene Richards. Muchos dirían que un culto al giro positivo implacable, sin ataduras, ha asfixiado las facultades críticas de la corriente principal. ¿Cómo es que Occidente, inundado de ‘grupos de expertos’, invariablemente se equivoca tanto? ¿Por qué los memes fáciles y las ilusiones , haciéndose pasar por geopolítica, reciben poco o ningún desafío? El cumplimiento de las narrativas oficiales y principales lo es todo. Es desconcertante observar este devenir rutinario, sin aparente conocimiento de los riesgos que ello conlleva.

El epicentro clave de la creciente inestabilidad geopolítica actual es el estado de la economía occidental: tan complacientes han sido las autoridades (que la inflación nunca agitaría las aguas de la economía estadounidense basada en la moneda de reserva) que se supuso que la recesión cíclica había sido ‘erradicado’; nunca más mancillaría la esfera de consumo (electoral), gracias a una ‘vacuna’ de impresión de dinero; y de todos modos, la deuda inflada ‘no importa’.

Esta visión simplista asumía que el ‘estado de reserva’ en sí mismo erradicaba la inflación, mientras que para el mundo exterior, siempre fue el sistema del petrodólar el que obligaba al mundo entero a comprar dólares para financiar sus necesidades; fue la avalancha de bienes de consumo chinos baratos; y fueron las fuentes de energía barata que Rusia y los Estados del Golfo pusieron a disposición de la industria occidental las que mantuvieron a raya la inflación.

El gasto del gobierno occidental ‘disparó a la luna’ a raíz de la crisis de 2008, y simplemente explotó durante los bloqueos de Covid, y luego, en un episodio de visión geoestratégica deteriorada, esa energía barata y otros recursos vitales que sustentan la productividad económica fueron sancionados sin cuidado, y Incluso amenazó con una prohibición.

Los usuarios de anteojos de transición energética teñidos de rosa simplemente se negaron a reconocer que se requiere un EROI (retorno de energía sobre la energía invertida, para extraer esa energía dada) de más de un múltiplo de 7 para que la sociedad moderna funcione.

Ahora observamos las consecuencias: inflación desenfrenada y Occidente recorriendo el mundo buscando alternativas baratas que no ‘quiebren el banco’. Por desgracia, son escasos. ¿Cuál es la implicación geopolítica? En una palabra, extrema fragilidad sistémica . Esto ya ha trastocado por completo la política interna de Estados Unidos. Sin embargo, ni las subidas de tipos de interés ni la destrucción de la demanda (mediante la caída de los valores de los activos) curarán la inflación estructural. Los economistas occidentales siguen obsesionados con los efectos monetarios sobre la demanda , a expensas de reconocer las consecuencias de llevar un martillo de guerra comercial a un sistema de red complejo.

El dolor social será inmenso. Muchos estadounidenses ya tienen que comprar sus alimentos con tarjetas de crédito casi al límite, y esto solo empeorará. Sin embargo, el dilema es más profundo. El modelo económico ‘anglo’ de Adam Smith y Maynard Keynes, el sistema de consumo impulsado por la deuda, superpuesto con una superestructura hiperfinancializada, ha destripado las economías reales. El consumo triunfa sobre la fabricación y el suministro de cosas. Estructuralmente, se dispone de cada vez menos empleo bien remunerado, a medida que la economía real gana menos, desplazada por una efímera burbuja de marketing.

Pero, ¿qué hacer con el 20% de la población que ya no es económicamente necesaria en esta economía atenuada?

¿No era este defecto estructural eminentemente previsible? Debería haber sido; la crisis financiera de 2008, que casi colapsó el sistema, fue una llamada de atención. Prevaleció de nuevo la miopía; las imprentas de dinero zumbaban.

Y Europa, gracias a su aprobación alegremente, pero autodestructiva, de la energía y los recursos rusos, está creando un desastre inflacionario similar (o peor). Ahora es demasiado evidente que la UE no hizo ninguna diligencia debida antes de sancionar a Rusia. El retroceso potencial simplemente se hizo a un lado en una neblina de Net Zero y fanfarronadas ideológicas. De manera similar, Europa se lanzó al conflicto militar en Ucrania, de nuevo sin preocuparse por definir sus objetivos estratégicos o los medios para lograr un fin, arrastrada por una ola panglossiana de entusiasmo por la ‘causa’ ucraniana.

La inflación aquí en Europa está bien en dos dígitos. Sin embargo, sin sonrojarse, Lagarde del BCE afirma: “Tenemos la inflación bajo control”. Seguiremos creciendo en 2022, y el crecimiento se acelerará en 2023 y 2024. ¿Estrategia? ¿Extremos sincronizados? Los suyos eran solo puntos de conversación separados de toda realidad.

Sin embargo, este evento del BCE tiene un significado geopolítico importante. Con la Fed aumentando las tasas de interés en los EE. UU., se expone que el BCE no tiene herramientas creíbles para lidiar con la escalada y el alejamiento de las tasas de la deuda soberana europea, de cualquier apariencia de convergencia. Ha comenzado una crisis de la deuda soberana europea; Peor aún, es probable que parte de la deuda soberana se convierta en un paria y sin oferta.

Para que quede claro, la crisis inflacionaria acelerada en Europa socava las posiciones políticas de casi todos los políticos importantes de la zona euro, ya que se encontrarán con la ira popular real; mientras la inflación carcome a la clase media; y los altos precios de la energía destruyen las ganancias comerciales.

Todavía hay más en esta impotencia del BCE, un significado más profundo: la Fed está elevando las tasas de interés, consciente de que está ‘muy por detrás de la curva’, para tener un impacto significativo en la inflación (durante la era Volcker, la tasa de los fondos federales tocó 20 %).

Los aumentos de la Fed plantean la pregunta de si el primero tiene otros objetivos en mente, más allá de la inflación de EE. UU.: ¿Powell no estaría contento de ver al BCE y la eurozona hundirse en una crisis? Posiblemente no. Las payasadas del mercado del eurodólar (en el extranjero en Europa) y las políticas de tasas del BCE han estado atando las manos de Powell.

Ahora la Fed está actuando de manera independiente, y en interés de los estadounidenses en primer lugar , y el BCE está en problemas. Tendrá que hacer lo mismo y subir las tasas. La Reserva Federal es propiedad de los grandes bancos comerciales de Nueva York. Estos últimos saben que el ‘conjunto’ de Davos-Bruselas tiene como objetivo pasar, cuando pueda, a una moneda digital única del Banco Central Europeo, un movimiento que representaría un desarrollo que amenazaría el modelo de negocios de los grandes bancos de EE. UU. (Quizás no sea una coincidencia, por lo tanto, que las monedas digitales estén colapsando ampliamente al mismo tiempo).

Michael Every de Robobank escribe : «Si EE. UU. perdiera el poder del dólar como garantía global, a las materias primas como garantía, entonces su economía y sus mercados [estadounidenses] pronto los seguirían [con el poder desapareciendo de manera similar]».

«Tal vez esa lógica no se sostiene, pero una Fed de línea dura hoy sugiere que sí». Powell dijo en marzo que «es posible tener más de una moneda de reserva» es sin duda un guiño a esta tendencia, con la vinculación de Rusia del rublo a un gramo de oro y la energía al rublo.

Por lo tanto, los grandes bancos de EE. UU., con Powell como portavoz, están engañando a ‘Davos’ y dejando que Lagarde se mueva con el viento. Están anteponiendo los intereses financieros estadounidenses. Este es un gran cambio lejos de la era de los Acuerdos Plaza.

¿El punto? El punto es que la zona euro de la UE fue, por insistencia alemana, construida como un apéndice del dólar. Ahora la Fed se centra en detener la caída hacia las materias primas como garantía global. Y Europa, con sus predilecciones ‘davosianas’, está siendo arrojada debajo del autobús. Los dólares apalancados en el sistema de Eurodólares están ‘regresando a casa’.

¿Hay futuro para la zona euro, dada su conocida incapacidad de reforma?

En particular, todos estos cambios tectónicos se derivan en su núcleo de la saga de Ucrania y la adopción de Occidente de una guerra financiera de espectro completo contra Rusia. Así, el epicentro de la fragilidad financiera occidental converge con el epicentro del conflicto de Ucrania, que ahora se desarrolla como una debacle política a fuego lento tanto para Europa como para EE. boicoteando todo lo ruso.

El significado geopolítico de la convergencia de lo financiero con lo militar radica en el progresivo ‘retroceso’ de los objetivos occidentales (supuestamente estratégicos).

Primero, fue imponer una humillante derrota militar a Putin. Luego, para debilitar militarmente a Rusia, de modo que nunca más pudiera repetir su ‘operación especial’ en otros lugares de Europa. Luego, se convirtió en una limitación del éxito militar ruso al Donbas, luego a Kherson y Zaporizhzhia también. Luego, simplemente se convirtió en una narrativa de continuar el desgaste contra las fuerzas rusas durante los próximos meses, para infligir daño a Rusia.

Recientemente, ha sido que las fuerzas ucranianas deben continuar la lucha para tener algo que decir en cualquier ‘acuerdo’ de paz, y tal vez para ‘salvar’ Odessa también. Hoy, se dice que solo Kiev puede tomar la dolorosa decisión sobre qué pérdida soberana de territorio pueden ‘soportar’, por el bien de la paz.

Es ‘Game over’ realmente. Todo es un juego de culpas ahora. Rusia impondrá sus propios términos a Ucrania colocando hechos militares sobre el terreno.

La importancia estratégica de esto aún no se ha asimilado por completo: fueron, por supuesto, los líderes occidentales quienes hicieron una gran jugada al afirmar que, sin la dolorosa humillación y la derrota militar de Putin, el orden basado en reglas liberales había terminado.

Por supuesto, para demostrarle al mundo que Occidente no ha perdido por completo su coraje, el Equipo Biden continúa hurgando en el ojo de China sobre Taiwán. En la reciente conferencia de seguridad de Shangri-la, Zelensky (sin duda hablando a un mensaje occidental) insistió en que los países asiáticos ‘perderían’, si esperaran a que se desarrollara la crisis, para actuar en nombre de Taiwán . Para ‘ganar’, la comunidad internacional debe “actuar de forma preventiva, no como la que viene después de que ha comenzado la guerra”, dijo Zelensky.

Comprensiblemente, los chinos estaban furiosos y se produjo una reunión irritable entre el secretario Austin y el general Wei. Pero, ¿cuál es exactamente el objetivo estratégico de provocar a China de manera tan implacable? ¿Cuáles son las tácticas más amplias implícitas en esta estrategia?

Luego, está Irán. Después de ocho rondas de negociaciones, parece que EE. UU. se está alejando silenciosamente de un acuerdo JCPOA, un movimiento que sugiere que EE. UU. está listo para llegar a un acuerdo con Irán como un ‘estado nuclear de umbral’, una perspectiva que no se considera tan sorprendentemente amenazante o inmediato, como para justificar el gasto de capital estadounidense, o el desvío de la limitada atención de la Casa Blanca ‘ancho de banda’ de cuestiones más apremiantes.

Pero luego todo cambió rápidamente: la OIEA censuró a Irán, y este último desconectó 27 cámaras de vigilancia de la OIEA en respuesta. Israel ha relanzado su campaña de asesinato de científicos iraníes y recientemente ha cruzado líneas rojas en su bombardeo del aeropuerto de Damasco. Israel claramente está presionando con fuerza para que Occidente obligue a Irán a arrinconarse.

Pero – “Estamos a la deriva”, ha dicho el ex enviado estadounidense Aaron David Miller; “Esperando que Irán no empuje el sobre nuclear; Israel no hará algo realmente grande; e Irán y sus representantes no matan a muchos estadounidenses en Irak o en otros lugares”. Una vez más, Miller lo dice, pero podría haber sido el «Eso no es una estrategia» de Lord Richards.

Sin embargo, la guerra de Ucrania tiene una importancia estratégica para EE. UU. e Israel, incluso si Millar aún no lo ve. Porque, si la nueva ‘doctrina’ de Ucrania es que Kiev debe hacer concesiones dolorosas de territorio a cambio de la paz, entonces lo que es apropiado para el ganso ucraniano debe serlo para el ‘ganso’ israelí.

Por supuesto, las ondas estratégicas que emanan del epicentro de Ucrania se extendieron mucho más: al Sur Global, al subcontinente indio y más allá.

Sin embargo, este análisis, hasta ahora, ¿no es miope, tampoco deficiente? ¿No falta una pieza en el rompecabezas estratégico? A lo largo de todo lo anterior ha estado el tema del desdén de los gobiernos occidentales por participar en la debida diligencia, combinado con una fijación cultural compleja con la cohesión y la singularidad total de su discurso; este último no permite que ninguna «otredad» penetre en sus narrativas clave.

¿Ocurre lo mismo con Rusia y China? No, no es.

Entonces, pasamos a los objetivos estratégicos de Rusia: la redefinición de la arquitectura de seguridad global y el retroceso de la OTAN detrás de las líneas de 1997. Pero, ¿cuáles podrían ser sus medios para este ambicioso fin?

Bueno, demos la vuelta al telescopio y miremos desde el otro extremo. Occidente claramente ha sido infligido con una miopía severa con respecto a sus propias contradicciones y fallas internas, prefiriendo enfocarse solo en las de los demás.

Sin embargo, sabemos que tanto China como Rusia han estudiado el sistema financiero y económico occidental e identificado sus contradicciones estructurales. Ellos lo han dicho. Los han expuesto claramente (desde el siglo XIX en adelante). A menudo se hace una analogía con el judo con respecto a la capacidad del presidente Putin de usar la mayor fuerza física de un oponente contra él, para derribarlo.

¿No es probable que Rusia y China hayan percibido de manera similar los indudables músculos económicos de Occidente, pero también hayan percibido la probabilidad de que podrían extender demasiado su supuesta fuerza superior; y que esa sobreextensión podría ser el medio para ‘lanzarlo’? ¿Quizás solo era cuestión de esperar a que estas contradicciones económicas maduraran hasta convertirse en desorden?

El futuro de Europa parece sombrío. Ahora está presionado por su propia imposición de sanciones y el aumento resultante en los precios de las materias primas. Además, la UE está atada por sus propias rigideces institucionales, que son tan graves que su estructura grande no puede avanzar ni retroceder. Está dando vueltas aturdido.

¿Cómo puede Europa salvarse a sí misma? ¿Romper estratégicamente con Washington y hacer un trato con Rusia? ¿O bien se encuentra ‘lanzado’ por la ‘muscularidad’ de sus propias sanciones? Dale tiempo. Eventualmente se entenderá como la solución.

* Un término de ajedrez, donde un jugador debe moverse, pero cada movimiento posible solo empeora su situación

Especial para Dossier Geopolitico por: Mtro. Abner Munguía Gaspar Mexico

La llamada Operación Militar iniciada por Rusia el 24 de Febrero pasado ha logrado transformar el orden mundial en 60 días, toda vez que las declaraciones realizadas por el mandamás de BlackRock Larry Fink apuntan a que el proceso de globalización económica que logró expandirse a través de una clásica solución espacial capitalista cuando colapsó la Unión Soviética ha terminado, así lo declaró en una carta dirigida hacia sus principales clientes e inversionistas, mismos que son las principales empresas de la lista Forbes.

El periódico británico Financial Times retomó los principales argumentos de Fink para recalcar que el actual conflicto en Ucrania tiene grandes repercusiones económico-financieras, las cuales llevan a la totalidad del sistema económico mundial hacia una transformación donde la globalización económica llega a su final. El fin de la globalización implica que el sistema capitalista muestra perturbaciones para implementar una nueva solución espacial que le permita expandirse y generar un nuevo ciclo de acumulación. Lo anterior implica que Occidente no tiene las capacidades materiales o financieras para lograr mantener el esquema económico y de inversión que más ha favorecido a sus empresas en los últimos 30 años.

Siguiendo el esquema matemático de José Luis Rodríguez-Cabo investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM en su imprescindible libro “la guerra global de los capitales”, la guerra en Ucrania aceleró la tendencia de acumulación de capital en las empresas asiáticas que han sustituido con mucha celeridad a las empresas occidentales como los puntales de la acumulación global de capital.

La guerra de los capitales plantea que la lucha intercapitalista que se agudizó tras la caída de la Unión Soviética llegó a su climax y por tanto el sistema tiene que buscar una nueva forma de reorganizar la producción del espacio económico y principalmente el financiero, ya que la acelerada circulación de capital que gira alrededor de la dominación del dólar enfrenta tratativas financieras tanto de Rusia como de China por establecer mercados alternativos en la cotización de materias primas, las cuales para el caso particular de Europa el gobierno en Moscú ha demandado el pago de exportaciones de gas en rublos lo cual le aporta a Rusia la posibilidad no solo de romper las sanciones económicas impuestas por Occidente sino también de posicionar su moneda como un referente en la cotización internacional de materias primas, donde lo más importante es conectar el fortalecimiento de una moneda con una base de sustento material con lo cual se acelera el debilitamiento de las divisas de dinero Fiat, mismas que como en el caso del dólar tiene su principal fuerza en su demanda permanente en los mercados mundiales siendo así la base del comercio internacional.

La decisión del gobierno ruso para exigir un pago en rublos trastoca el orden monetario internacional establecido desde Bretton Woods, por lo cual es claro que la búsqueda de un cambio financiero y monetario internacional solo es posible mediante la combinación de elementos militares, estrategia nuclear y gran destreza en el cálculo financiero, conjunto de hechos que hasta ahora el gobierno de Vladimir Putin ha mostrado con gran fortaleza.

Lo anterior se relaciona con la dinámica militar del conflicto, toda vez que en dicha esfera es importante no perder de vista que la desinformación mostrada por los principales medios de comunicación occidentales han buscado mostrar que el ejército ruso se encuentra perdiendo la guerra, estrategia que se enmarca en el contexto  de la guerra de propaganda y de desinformación, misma que es importante de contrastar con los pronunciamientos del primer ministro de Inglaterra Boris Johnson quien en una reciente visita a la India aceptó que el ejército ruso puede “de forma realista emerger como el ganador de la guerra en Ucrania”, las declaraciones del primer ministro británico rompen con la narrativa de que Rusia se encuentra perdiendo la guerra.

Los objetivos militares planteados por el Presidente Putin en llevar a cabo una desnazificación y desmilitarización de Ucrania son fundamentales para comprender la dinámica de la guerra así como la forma en que Rusia ha llevado a cabo la organización y dominio territorial sobre Ucrania, ya que de acuerdo con Scott Ritter ex inspector de armas de destrucción masiva para las Naciones Unidas y quien en su momento también se desempeñó como oficial de infantería en el servicios de los Marines estadounidenses, considera que esos dos objetivos explican la dinámica del conflicto así como la forma en que Rusia prioriza sus objetivos militares, donde es de destacar el uso de armas hipersónicas lanzadas desde aviones MIG-31.

La aceptación de una derrota de Ucrania por parte del primer ministro Boris Johnson abre muchos cuestionamientos, principalmente porque ha sido la inteligencia británica la que ha estado detrás de varios de los episodios que han confrontado a Estados Unidos y Rusia, particularmente desde el ascenso de Donald Trump al poder y ahora que los demócratas regresaron a la Casa Blanca, ha sido la misma inteligencia británica la que ha desempeñado un papel muy importante, tanto con el asesoramiento de expertos en inteligencia militar así como en la preparación de los batallones de asalto que de acuerdo con la prensa rusa son asesorados por expertos británicos para la preparación de un ataque de falsa bandera para inculpar a Rusia por el uso de armas químicas.

Todo lo anterior nos lleva a plantearnos que Rusia mediante su operación militar en Ucrania ha logrado trastocar el orden internacional creado por los grupos globalistas occidentales, siendo de gran relevancia la eficacia de las tropas rusas en lo referente al control de los equipos de guerra biológica que han sido controlados en territorio ucraniano y que se encontraban bajo el control de inversiones llevadas a cabo por Hunter Biden quien de acuerdo con el periódico británico The Daily Mail las empresas Metabiota y Black & Vetch eran las columnas vertebrales de los proyectos de experimentación y armas biológicas que se desarrollaban al interior de los laboratorios de Departamento de Defensa de EEUU operados en suelo ucraniano. Es natural entonces que la respuesta de occidente haya sido tan emocional y reaccionaria contra Rusia ya que el presidente Putin mediante la operación militar en Ucrania ha logrado desactivar al menos por el momento el lanzamiento de una fase de probables ataques de armas biológicas en diversas escalas.

No obstante el envío de cuantiosas cantidades de armas occidentales hacia Ucrania presagian que el conflicto se puede prolongar de acuerdo con el propio primer ministro de Inglaterra hasta 2023, sin embargo la visita relámpago de los secretarios de Defensa y Estado de los Estados Unidos hacia Kiev en el último fin de semana hacen pensar que las operaciones sobre el terreno no marchan nada bien para las fuerzas neonazis ucranianas, siendo posible que Rusia pueda forzar una capitulación muy pronta de las tropas ucranianas, quizás por eso Suecia y Finlandia ya han iniciado un proceso de conversaciones para adherirse rápidamente en la OTAN (¿bajo presión de EEUU?), con el objetivo de ampliar el teatro de operaciones de la guerra hacia las fronteras de Rusia.

Sin embargo y a pesar de que se pueda concretar este proceso Rusia ya ha planteado su capacidad de respuesta por medio del lanzamiento de los misiles Sarmat, con lo cual busca proyectar sus capacidades de disuasión sobre toda Europa, esperemos que las decisiones de los globalistas en Washington no busquen incrementar el teatro de operaciones, sin embargo tal como lo plantea el ex oficial de inteligencia sueco Jacques Baud, entorno al conflicto en Ucrania se ha presentado un mal manejo por parte de los políticos occidentales que no han seguido los análisis de sus respectivos aparatos de inteligencia y se ha buscado agrandar la amenaza rusa como la justificación de guerras y circulación de armamentos en una guerra provocada desde occidente, el problema es que la dinámica belicista ya se ha iniciado y la terminación de la misma no se presentará hasta que una de las partes sea derrotada, en ese proceso es posible que se requiera la desnazificación de todo occidente porque a fin de cuentas los grupos ultranacionalistas de Ucrania recibieron el entrenamiento militar así como el equipamiento desde Occidente, por ello de acuerdo con John Mershaimer académico estadounidense y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Chicago el gobierno de Rusia percibió a Ucrania como un Estado de facto miembro de la OTAN ya que como unidad militar el ejército de Ucrania recibió todo el apoyo logístico, de entrenamiento así como equipamiento desde Occidente, lo cual lo convirtió en un objetivo militar legítimo. 

De no lograrse la paz en el corto plazo la búsqueda de la desnazificación de occidente puede ser un siguiente paso ya que como es sabido EEUU dio acogida a criminales nazis tras la segunda guerra mundial, quienes dieron forma a los servicios de inteligencia así como a ciertas agencias gubernamentales estadounidenses como la NASA, sin embargo la interconexión entre intereses empresariales con la implementación de un proyecto político-militar que glorifica al nazismo parece ser que regresa a Europa, justo cuando el capitalismo occidental atraviesa el inicio de lo que apunta a ser una gran recesión y quizás un escenario de hiperinflación, justo en dicha coyuntura el capitalismo occidental se vuelve más agresivo pero ahora en Ucrania se enfrentan las dos fuerzas que abogan por dos visiones de mundo completamente diferente, del resultado de la lucha emergerá el nuevo sistema internacional multipolar que eclipsa el fin de la globalización dominada por Estados Unidos.