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Biden no sabe ni dónde organiza las guerras: confunde a ucranianos con iraníes

Poca vergüenza. Es la que ha demostrado el presidente de EEUU, Joe Biden, al confundir a los ciudadanos ucranianos con iraníes. Y también demuestra una falta de conocimientos mínimos sobre a dónde va EEUU a organizar sus guerras bajo el pretexto de defender democracias, pero cuyo verdadero interés es el expolio de recursos naturales ajenos.

A EEUU le da igual dónde invade

También desnuda una falta de interés real que roza la obscenidad, en los verdaderos intereses de esos países y sus poblaciones. Les da exactamente igual, si son ucranianos, iraníes, sirios, iraquíes o yemeníes.No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos, no sólo de líderes de EEUU, sino de Occidente en general. Y es que hace pocas semanas, ante la pregunta del canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, a su par británica, Liz Truss, de si reconocía la soberanía de Rusia sobre las regiones de Rostov y Vorónezh, la canciller del Reino Unido respondió: «nunca lo reconoceremos».La embajadora de Inglaterra en Rusia tuvo que sacarla de ese terreno vergonzoso de la soberbia que origina esa ignorancia, y explicarle que se trataba de dos regiones de Rusia.

El pasado los condena

También en su momento, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo unas declaraciones que hacían referencia a este tipo de situaciones: «Es difícil mantener un diálogo con gente que confunde Austria con Australia. Pero no hay nada que hacer. Por lo visto, ese es el nivel de cultura política de determinada parte de la elite dominante estadounidense», dijo Putin en una rueda de prensa al finalizar la cumbre de los BRICS en la ciudad china de Xiamen en septiembre de 2017.Esas palabras del mandatario ruso aludían a un episodio protagonizado hace una década antes por el entonces presidente de EEUU, George W. Bush, quien confundió a estos dos países.Y ahora, ‘Sleepy’ Biden que suelta: «Putin puede rodear Kiev con tanques, pero nunca ganará los corazones y las almas del pueblo iraní».»Las élites dirigenciales norteamericanas han ido hacia un área de mediocridad de un nivel inconmensurable, fundamentalmente desde que pusieron a un cómico como Ronald Reagan. En adelante, las dirigencias que han encabezado el poder norteamericano han sido cada vez más débiles y más influenciables y más manejables por los gigantescos grupos de poder que realmente son los que administran el poder en EEUU», advierte el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.Según el experto, «todo esto debe llamar la atención, ante los acontecimientos que estamos viviendo que realmente, cómo hace un bando con otro para poder negociar con este nivel de capacidades que están demostrando, o los niveles de capacidades de las mismas dirigencias europeas que cada vez también son más mediocres y más decadentes», sentencia.El analista incide en que Alemania ha perdido muchísimo con la retirada de Angela Merkel.»Es evidente. La actual Administración parece más ser puesta por Washington que la votada por los mismos alemanes. Además, se pega un tiro en el pie porque aplica sanciones que la van a desfavorecer en esta competencia internacional que está ocurriendo con el tema de la energía», avisa Carlos Pereyra Mele.

Con motivo del incremento del Conflicto que se desarrolla en la Europa del Este y con la involucración directa de Rusia en la Guerra Civil de Ucrania el Director de Dossier Geopolitico carlos Pereyra Mele e Integrantes del Equipo de Dossier geopolitico han sido requeridos por numerosos medios orales televisivos y escritos sobre el mismo aqui una breve síntesis de algunas de esas intervenciones:

1 Como cada viernes en este tramo de » Ayer y Hoy» por 650 Belgrano nuestro compañero el licenciado Carlos Alberto Pereyra Mele nos trae las ùltimas novedades en materia de polìtica internacional desde su habitual columna semanal para nuestro programa. En el dìa de hoy se refiere al los verdaderos motivos del conflicto bèlico entre Rusia y Ucrania que tiene en vilo al mundo.

2 AM 1059 LV 27 RADIO SAN FRANCISCO

3 agencia de Noticias FARGO -Foro Argentino de Radios Comunitarias

El analista internacional y especialista en geopolítica, Carlos Pereyra Mele, afirmó que Rusia lleva adelante una operación militar “quirúrgica” contra objetivos militares en Ucrania con el fin de “desmantelar la capacidad bélica” en ese país, al referirse a los acontecimientos de este jueves a la madrugada.

Se ha destruido parte de la fuerza aérea, los equipos electrónicos, las bases militares, etcétera, para dejar inerme a ese Estado”, manifestó el especialista en geopolítica, en comunicación con el Informativo FARCO, y explicó que Vladimir Putin decidió avanzar de esta manera porque fueron desoídos los reclamos de la Federación Rusa ante los países que integran la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

Lo que ha acontecido en Ucrania era crónica de una muerte anunciada porque recuerden que desde hace ya bastante tiempo Rusia puso bien en claro cuál eran las líneas rojas que no se podía cruzar”, agregó.

Cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991, la OTAN instaló bases en Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Rumania, Bulgaria, entre otros países. Desde hace un tiempo, sostuvo Mele, Ucrania pretende incorporarse a la organización internacional y eso, para Rusia, “es el acabose”, es decir la gota que rebalsó el vaso. “No estamos hablando de países iguales, estamos hablando de super potencias que ven afectada su seguridad nacional in extremis y actúan in extremis

Mientra todo el aparato mediatico cultural manejado por el Mundo Anglosajon se puso en marcha para demonizar a Rusia en la misma Semana se realizaban varios ataques en zonas en Guerra por parte de esos mismos paises o sus «aliados»

Especial para Dossier Geopolitico Por Abner Munguía Gaspar Profesor Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales UNAM

Al momento de entregar este trabajo de investigación, los eventos mundiales se han transformado de forma dramática, toda vez que el lunes 21 de febrero de 2022 el presidente de Rusia Vladimir Putin llevó a cabo el reconocimiento de las Repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk ubicadas en el sureste de Ucrania. Como resultado de esa decisión se presentaron solicitudes de los liderazgos políticos de ambas provincias demandando que Rusia les otorgue apoyo militar para combatir los ataques provenientes de las fuerzas militares de Kiev.

A partir de ese evento el presidente Putin tomó la decisión de llevar a cabo una “operación militar especial” hacia el interior del territorio de Ucrania, misma que ordenó el 23 de febrero con el objetivo de llevar a cabo una desnazificación así como desmilitarizar a Ucrania, con el objetivo de evitar que esta ingrese a la OTAN, con lo cual Moscú pretende que la alianza atlántica no tenga capacidad de instalar misiles con cabezas nucleares en dirección de Moscú.

Es altamente posible que el evento detonador que influyó en la decisión del presidente Putin para tomar este paso se derivó de las declaraciones del presidente de Ucrania Volodomir Selenski en el marco de la Conferencia Internacional en Seguridad que se celebra cada año en la ciudad alemana de Munich, en la cual en la cumbre de 2022 el mandatario ucraniano mencionó que su país podría buscar reestablecer su posición como una nación poseedora de armas nucleares.

Lo anterior parece haber generado la gota que derramó el vaso en el contexto del acoso estratégico de occidente hacia Moscú, toda vez que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos a partir del ascenso del presidente demócrata Joe Biden se deterioraron rápidamente tras 4 años de relativa paz en el contexto bilateral que se debió al manejo de la política exterior de Estados Unidos en la era de Donald Trump. 

Es importante resaltar que en la coyuntura en la que se han presentado los ataques rusos al gobierno neo nazi de Kiev, la popularidad de la dupla presidencial de Joe Biden y la vice presidenta Kamala Harris atraviesan por su peor momento, por lo cual para el binomio presidencial mostrarse ante el mundo como los líderes de la democracia y la libertad no les viene mal pensado que están por enfrentar una agenda electoral interna muy complicada donde no se vislumbra que puedan mantenerse en  el poder.

No obstante atizar el conflicto en Ucrania ha sido posible gracias al apoyo económico, así como militar que ha recibido la junta de Kiev de sus contrapartes occidentales quienes durante meses han suministrado armamento y han buscado generar un acorralamiento sobre Moscú. 

A partir de este momento la retórica se ha apoderado de los medios, los cuales como es costumbre toman partido de acuerdo a los intereses de quienes los patrocinan, es por ello que la guerra mediática que ha iniciado la OTAN a partir de nuevos conceptos como la guerra cognitiva buscan ya no solo controlar el flujo de información y la propaganda clásica, sino ir más allá al buscar dominar la forma en cómo la población objetivo piensa y procesa la información con lo cual dichas poblaciones se vuelven amplificadores del mensaje que se quiere difundir, así los objetivos son las mentes de los receptores que al pensar de la forma que busca el emisor del mensaje se asegura que el control de la información política se mantenga dentro de los parámetros que busca quien emite el mensaje.

Este tipo de técnica de guerra cognitiva es la que se esta ejecutando en el contexto de las operaciones militares de Rusia en Ucrania, toda vez que se ha distorsionado por completo tanto los objetivos que persigue Moscú en su incursión hacia su vecino ucraniano, donde en la prensa internacional se omiten los ataques sistemáticos durante ocho años a las poblaciones del Donbass, así como el hecho de que una junta de corte neo nazi ascendió al poder con el apoyo político, económico y militar de occidente, toda vez que si eso se reconociera en los medios sería el equivalente a decir que occidente y particularmente el conjunto político demócrata apoya un proyecto neo nazi, lo cual no encaja muy bien con el discurso de políticas de inclusión social que buscan proyectar.

En este sentido las operaciones militares de Rusia han sido criticadas por los medios occidentales bajo el contexto de una operación imperialista que busca incrementar el poder de dominio de Vladimir Putin, de forma que la retórica anti rusa que durante años ha sido promovida por el lobby anti ruso en los Estados Unidos, cobra sus mayores frutos, toda vez que Washington busca una operación de limpieza de su imagen tras su salida poco honrosa de Afganistán en donde las violaciones a Derechos Humanos no serán investigadas, por ello desde Washington se busca proyectar un discurso centrado en un mensaje de protección a la libertad y lucha contra la tiranía, focalizando como enemigo de la humanidad a Vladimir Putin, con lo cual es posible afirmar que una nueva revolución de color se ha puesto en marcha, pero ahora se proyecta con un alcance de escala global, donde el objetivo es la conquista del territorio ruso. 

Asimismo, como en el pasado en que los grandes lideres castrenses occidentales como Napoleón en 1812, así como Hitler en 1941 iniciaron sendas campañas militares con el objetivo de invadir Rusia, siempre tuvieron en mente que el gran botín de guerra sería el enorme territorio ruso, el cual como es ampliamente sabido cuenta con grandes reservas de minerales y recursos estratégicos. Este objetivo lo planteó de forma explícita Zbigniew Brzezinski ex asesor de Jimy Carter y quien es considerado uno de los principales estrategas de política exterior de Estados Unidos. Brzezinski en un artículo publicado en 1997 en la revista Foreing Affairs titulado “Una geoestrategia para Eurasia”, propuso que era imperativo para Estados Unidos implementar una serie de estrategias políticas que buscaran la balcanización de Rusia en tres territorios independientes.

En el actual contexto asistimos a una nueva operación “Barbaroja”, como la que lanzaron los Nazis en Julio de 1941, ya que simultáneamente al manejo mediático de guerra cognitiva descrito arriba, la OTAN y el Departamento de Defesa de Estados Unidos preparan una gran cantidad de tropas y equipo militar en las inmediaciones de Rusia. Resulta evidente que esta es la primera fase de la guerra contra Rusia, ya que el primer objetivo es tener el apoyo mediático global que haga ver como justificado un futuro ataque militar masivo contra Rusia el cual buscará evidenciar a través del argumento de que Moscú fue quien agredió a Kiev.

No obstante, para quien escribe estas líneas es fundamental no perder de vista que la iniciativa militar de Rusia se puede plantear en al menos tres factores. 1. Es una respuesta al acoso de 30 años por parte de la OTAN como parte de una expansión injustificada y que responde a los mecanismos del keynesianismo militar, 2. Busca desnazificar a las bases políticas de Ucrania, las cuales son utilizadas como una cuña entre Occidente y Rusia cuyo objetivo final es que la cultura eslava sea destruida al tiempo que Rusia deje de ser un obstáculo para la expansión a la inversión de Occidente al tiempo que este pueda tener el control de los recursos estratégicos y críticos localizados en su territorio. 

Adicionalmente no se debe olvidar que de acuerdo con análisis estratégicos y de tendencias globales suministrados por el Gobierno Británico las tendencias ambientales en el marco del calentamiento global generarán grandes perturbaciones mundiales, ya que asumen que el aumento de 2 o 3 grados Celsius ya no se podrán detener sin importar las acciones de mitigación. 

Lo anterior tiene un gran impacto sobre la importancia estratégica territorial de Rusia, ya que de acuerdo con los estudios de la Brookings Institution en conjunto con la London School of Economics se espera que el centro territorial de Eurasia se mantenga relativamente estable ante las futuras perturbaciones climáticas, por lo cual el control del territorio de Rusia se vuelve fundamental debido a que dichas instituciones proyectan que el enorme territorio ruso no se verá afectado de forma central por las futuras transformaciones climáticas globales, toda vez que el calentamiento global actual tiene el potencial de abrir el territorio siberiano para convertirse en uno de los principales centros de producción agrícola del mundo. Lo anterior aumenta el valor estratégico del territorio de Rusia, el cual es necesario ser controlado por Occidente para generar una nueva solución espacial que permita no solo nuevos ciclos de acumulación, sino también tener acceso irrestricto a un espacio territorial estratégico que sirva a los intereses de inversión de Occidente, así como a los proyectos globalistas de monopolización del mercado alimentario que actualmente encabeza Bill Gates.

Debido a lo anterior y solo por enumerar algunos de los principales elementos inmersos en la ecuación de dominio territorial sobre Rusia y sin considerar las reservas de tierras raras así como de otros minerales estratégicos, así como de foresta y biota, es necesario para Occidente que Rusia colapse como una nación soberana toda vez que su ejercicio de soberanía afecta el libre ejercicio de los proyectos occidentales, particularmente del alto sector empresarial tanto para el acceso a recursos como para la relocalización de poblaciones a nivel mundial, procesos que han sido estudiados desde el siglo XX por geógrafos estadounidenses como Isahia Bowman y que actualmente desarrollan los estudios de la Brookings Institution.

Asimismo, el tercer elemento a resaltar y que resulta muy controvertido pero que permite analizar la iniciativa militar de Rusia como una estrategia de partida doble, es contextualizar la operación militar especial rusa como una acción de respuesta concreta y que manifiesta que Moscú no ejerce un bluff mediático con relación a la superioridad militar en materia de armas estratégicas como muchos medios occidentales lo asumieron. No obstante en redes sociales es de esperar que se presenten imágenes de incompetencia militar rusa, ya que el mundo entero está siendo objetivo de una guerra global de propaganda fundamentada alrededor del concepto de guerra cognitiva que describimos con anterioridad. 

Simultáneamente la acción militar rusa pretende desestabilizar las capacidades de respuesta de Occidente toda vez que la coordinación de contestaciones militares y de sanciones económicas es muy posible que no sean totalmente coordinadas, a pesar que al momento de redactar estas líneas se muestra una aparente unidad en todo Occidente, sin embargo no hay que perder de vista que la estrategia de Rusia es de larga duración y buscará esperar a que Europa se debilite como resultado de los impactos de las sanciones en Rusia, ya que Moscú tendrá la ventaja de los precios altos de los energéticos así como un flujo reducido de materias primas necesarias para la industria europea, la cual no está lista para trabajar en condiciones de bloqueo como lo ha realizados Rusia por ocho años con mucho éxito. 

Asimismo conforme el impacto económico de las sanciones haga mella en la población europea, las repercusiones políticas serán profundas en el viejo continente, dinámica que favorece el entorno para el desarrollo de procesos político-revolucionarios que tiendan a profundizar la lucha política contra los regímenes liberales y favorecedores del posmodernismo económico y del marxismo cultural, lo cual promoverá el ascenso político de facciones conservadoras y que buscan restituir el Dasein europeo.

La iniciativa militar de Rusia tendrá repercusiones financieras importantes, ya que  es previsible que Occidente acentué su régimen de sanciones económicas , dinámica que ya ha iniciado por medio de una desconexión parcial de ciertos bancos rusos del sistema Swift, lo anterior le abre la oportunidad a Rusia de abandonar el sistema dólar e incentivar una contraofensiva geofinanciera que se coordine con China, lo cual convierte a esta crisis en un preludio de guerra global, toda vez que la guerra comercial iniciada en la administración de Donald Trump estableció las bases para que las relaciones entre China y Estados Unidos iniciaran un proceso de deterioro muy importante, el cual se ha acentuado durante el contexto de los dos primeros años de pandemia global por Covid-19.  

La estrategia de acorralamiento para lanzar un ataque militar de la OTAN en múltiples frentes es el guion diseñado por la RAND Corporation en un documento titulado: “Extending Russia. Competing for Advantageous Ground”, en el cual se describen las medidas de guerra económica que deben ser emprendidas contra Rusia, como las siguientes: reducir las exportaciones de petróleo y gas, cortar la expansión de gasoductos, imponer sanciones económicas y acelerar la fuga de cerebros.

A lo anterior se debe sumar el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá al envío de toneladas de armamento a Ucrania en los meses previos a la decisión de Putin de intervenir en Ucrania, adicionalmente dichas armas no son regalos del complejo armamentístico occidental, ya que el gobierno de Kiev tendrá que pagar por las líneas de crédito por medio de las cuales las armas han sido enviadas hacia su territorio.

El escenario descrito permite plantear a Estados Unidos el bloqueo económico hacia la infraestructura energética de mayor importancia estratégica que Moscú construyó con sus socios económicos europeos, particularmente alemanes y que se materializa en el gasoducto Nord Stream 2, el cual como fue analizado en el capítulo 8 sufrió de grandes obstáculos para lograr ser terminado, ante la situación actual la Unión Europea en conjunto con los Estados Unidos preparan el paquete de sanciones económicas más grande de la historia lanzado contra una nación, mismas que son coordinadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y en las cuales es imperativo para las fuerzas atlantistas eliminar el gasoducto Nord Stream 2 de la escena geopolítica europea.

En ese contexto el gasoducto Nord Stream 2 ha sido bloqueado y su aprobación para iniciar operaciones por parte de la Unión Europea ha sido suspendida de forma indefinida, lo anterior abre las puertas a las exportaciones de shale gas que Estados Unidos ha desarrollado en los últimos 14 años y que le han posicionado entre los principales productores de hidrocarburos del mundo, no obstante desde 2015 ha sido muy cuestionada la capacidad real de Estados Unidos para abastecer la demanda europea de gas natural, toda vez que su mercado interno consume la mayor parte de su producción. 

En ese escenario es claro que el objetivo de Washington es destruir la economía física de Europa ya que pagaría más por sus importaciones de gas y petróleo al tiempo que tendría un acceso limitado a las fuentes de energía, dejando solo disponibles una batería de fuentes alternas que al ser de menor densidad de energía condenarían a Europa a un proceso irreversible de autodestrucción económico y social, muy semejante al que se aprecia en ciudades estadounidenses que han sufrido procesos de desindustrialización como Detroit.

Adicionalmente los precios de cotización del petróleo se han reactivado, superando así las limitaciones de la pandemia de Covid-19, alcanzando máximos de cotización no vistos desde 2014, donde la mezcla Brent alcanzó los 105 dólares el barril al cerrar la jornada del 24 de febrero, mientras que el gas natural ha mostrado aumentos del 53% para el mercado regional europeo, según lo reporta el rotativo británico The Guardian.

En este mismo sentido se orienta la prensa financiera estadounidense, donde desde el Wall Street Journal se propone que Europa corte definitivamente el suministro de gas de Rusia lo que permitiría que las empresas estadounidenses pudiesen ingresar al mercado europeo y abastecer con gas “democrático” proveniente de las cuencas estadounidenses a Europa, lo cual también puede plantear la necesidad de hacer arreglos de exportación con Qatar, con el objetivo de abastecer la demanda europea. 

Debido a lo anterior resultó interesante el Twitt publicado el día 22 de febrero por Dmitry Medvedev jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, en el cual señalaba que debido al bloqueo del Nord Stream 2, “muy pronto los europeos deberán pagar 2,000 euros por un volumen de 1000 metros cúbicos de gas natural”.

Lo anterior plantea que Europa es de nueva cuenta no solo escenario de una conflagración en escalada, sino que al igual que en la crisis energética de 1973 en la cual el arribo del mercado de petrodólares le aseguró a Estados Unidos detener el crecimiento económico de Europa y Japón ya que ambos debieron pagar más dinero y demandar una mayor cantidad de dólares por la misma cantidad de hidrocarburos, lo cual desaceleró su crecimiento así como su dominio de mercado que en ese entonces ya mostraba una gran presión hacia el sector empresarial de los Estados Unidos.     

En el actual contexto desconectar a Europa de los gasoductos rusos le aseguraría a Europa ingresar en una era de hiperinflación y estancamiento económico, particularmente porque el sector energético verde no ha dado muestras de tener la capacidad de densidad de flujo energético para sustituir con eficiencia a los combustibles fósiles. 

Se torna evidente que la escalada de conflicto en Ucrania buscó poner al liderazgo político ruso en una encrucijada, por una parte las acusaciones de violaciones al Derecho Internacional como producto del reconocimiento de las provincias del Donbass así como la subsecuente incursión militar resultan cruciales para la proyección de guerra cognitiva en la cual Rusia debe ser vista como una nación agresora, lo cual abre el camino para que una futura incursión militar de la OTAN hacia Rusia se muestre como guerra justa y en respuesta a la defensa de los valores de libertad posmoderna.

Es evidente que esta dinámica busca por medio de una clásica confrontación intercapitalista producir una solución espacial para incentivar el proceso de acumulación de capital favoreciendo al sector empresarial estadounidense, sin embargo es fundamental visualizar la respuesta que provenga de las naciones continentales de Eurasia, ya que el sistema de alianzas eurasiático se encuentra desarrollándose a gran velocidad, donde es indiscutible que el liderazgo estadounidense pretende lanzar una guerra contra Rusia que busque su desaparición como una nación políticamente fuerte y con capacidad de ejercicio de soberanía, ya que Moscú desde la Segunda Guerra Mundial ha sido un gran obstáculo para los proyectos de expansión globalista lanzados desde el núcleo empresarial occidental anglosajón. 

En este sentido y considerando un contexto de escalada en el marco de la actual confrontación en Europa, el teatro de operaciones no se limita al viejo continente, en el corto plazo es de esperar que se inicie la coordinación de acciones militares por parte de los grandes actores de Eurasia, donde después de la cumbre entre Xi Jinping y Vladimir Putin en el marco del inicio de los juegos olímpicos de invierno de 2022, se llevó a cabo una declaración conjunta en la cual se plantea que la cooperación entre ambas potencias no tiene límites, lo cual plantea la formalización de una alianza entre Rusia y China, donde la complementariedad entre la Nueva Ruta de la Seda de China así como la Unión Económica Eurasiática de Rusia centradas en el desarrollo tecnológico y comercial del gran espacio eurasiático buscan la creación de un modelo económico alternativo al contexto dominado por Estados Unidos.  

Por una parte es importante mencionar que las sanciones económicas propuestas por Occidente que se anuncian hacia Rusia como el mayor paquete de la historia jamás lanzado contra nación alguna, tiene el potencial de orientar a Rusia a la creación de un modelo económico alternativo, toda vez que la tradición económica rusa con antecedentes en la teoría marxista le otorgan la posibilidad de tener las herramientas para comprender los fundamentos de la crisis del sistema financiero Occidental, esas categorías hace mucho que fueron desechadas en Occidente, por lo cual no tiene las herramientas conceptuales para comprender  la orientación de la crisis interna en los frentes económicos y financieros que enfrenta.

Por otra parte la influencia económica física que también se encuentra en la tradición económica rusa y que proviene de las últimas décadas del periodo zarista y que tuvieron inspiración en el modelo estadounidense hamiltoniano, son de gran relevancia para comprender que Rusia al encontrarse bajo ataque y bloqueo económico por parte de Estados Unidos y Europa y tras ocho largos años de experiencia en el manejo de sanciones económicas puede encontrarse en el borde de la creación de un modelo económico y comercial que rechace al dólar como la principal moneda de intercambios comerciales.

Lo anterior abre una gran gama de posibilidades para reconfigurar la estructura económica del siglo XXI, ya que el posible tránsito hacia un esquema económico, comercial y financiero no basado en el dólar es fundamental para consolidar un sistema económico eurasiático en el cual la influencia de Washington se vea sumamente disminuida, lo anterior es fundamental tenerlo presente porque tanto China como Rusia son las naciones que se han lanzado a construir la infraestructura estratégica de conexión marítima y terrestre al interior de Eurasia. 

Por ello es importante no perder de vista que la presión ejercida hacia Rusia con amenazas como excluirla del sistema de pagos internacionales comúnmente conocida como SWIFT, y que ha sido denominado en la prensa financiera como la bomba atómica de las finanzas, de concretarse solo acelerará la propia defunción del dólar, ya que otros productores de materias primas así como socios comerciales de China buscarán medios alternativos al mercado internacional centrado en los intercambios comerciales centrados en dólares, donde una combinación de criptomonedas sustentadas por oro es una alternativa financiera muy viable para que Moscú pueda sortear las sanciones económicas. 

Adicionalmente la expulsión de Rusia del sistema SWIFT plantea que este mecanismo con sede en Bélgica deja de tener neutralidad política y que responde a intereses geopolíticos de las potencias occidentales, particularmente de Estados Unidos, además se debe tener en cuenta que una gran cantidad de líneas de crédito que tiene Rusia con diferentes bancos occidentales no serán pagadas, lo cual tiene una importante implicación hacia China, nación que tiene un gran interés en no depender de los sistemas de pago controlados por Occidente, las sanciones económicas hacia Rusia fundamentadas en su expulsión aún parcial del sistema SWIFT acelerarán las acciones de coordinación entre Rusia y China por abandonarlo por completo, lo cual puede jalar al resto de naciones aliadas de ambos países lo cual en el lado de Beijing es altamente atractivo ya que hoy cuenta con un número mayor de socios comerciales en comparación de los que posee Estados Unidos.

Finalmente la aceleración hacia la consolidación de un modelo tripolar se ha profundizado en donde la guerra intercapitalista en el control de espacios geográficos estratégicos en materia de producción, transporte y comercialización de hidrocarburos, particularmente el caso del gas natural se posiciona en el centro de la territorialidad geopolítica y geoeconómica que define el futuro del sector energético mundial, lamentablemente el contexto de guerra económica y militar ya se instaló en el teatro de operaciones europeo y Estados Unidos parece buscar acelerar la proyección de fuerza militar y económico-financiera sobre Rusia, por ello el control físico de materias primas estratégicas le permite a Rusia iniciar una reconfiguración del sistema de alianzas mundiales, donde la interconectividad con China resulta primordial, consecuentemente no es extraño que Rusia inicie procesos de contraataque económico centrado en el bloque de exportaciones de recursos estratégicos como el Paladio que es fundamental en la producción de Chips, tan necesarios para la fabricación de un sin número de productos de alto perfil tecnológico,

Finalmente, todo indica que el sistema internacional ha iniciado ya el proceso de transición hacia un nuevo esquema de la territorialidad del mercado energético y de materias primas estratégicas, sin embargo la profundidad geopolítica y geohistórica de este proceso es muy grande ya que la iniciativa militar de Rusia abre grandes posibilidades para generar una transformación del orden internacional unipolar controlado por Occidente y particularmente por los Estados Unidos, de ahí que la respuesta de las élites de Occidente contra Rusia sean tan efusivas y emocionales, Occidente perdió la iniciativa estratégica y no está dispuesta a ir a una guerra total, ya que al ser amantes de los valores de cambio así como de una tasa de acumulación sin límites, saben que los días de un sistema económico basado en el dólar están contados y por ello buscarán destruir a Rusia y China para que la interconectividad terrestre y marítima de Eurasia no se concrete ya que ello significaría el fin del dominio de las talasocracias en el tablero mundial donde la iniciativa militar de Moscú es la pieza clave para la transformación del sistema económico y político global en dirección no solo de un esquema de poder tripolar sino aún más allá de un contexto multipolar centrado en regionalismos económicos y balances de poder, sin embargo la estrategia militar rusa será clave para orientar este proceso que ya no tiene reversa, Rusia será líder en este proceso o será destruida por Occidente a partir de este momento de la historia ya no habrá marcha atrás, ya que el sistema de dominación geopolítico anglosajón se encuentra bajo ataque y todo dependerá de los procesos de ofensiva y contraofensiva en la partida estratégica más importante de la historia.

La geopolítica mundial entró en lo que yo llamaría la “posguerra fría tardía”. 

En otras palabras, hemos entrado en una nueva etapa donde la supremacía estadounidense es superada por la nueva realidad del país: su declive geopolítico.

Por por Carlos Pennaforte socio estrategico de Dossier Geopolitico para LeMondeDiplomatique Brasil

https://diplomatique.org.br/a-parceria-estrategica-entre-moscou-e-beijing-2/

La reunión entre Vladimir Putin y Xi Jinping en febrero de 2022 debe considerarse histórica desde un punto de vista geopolítico y estratégico. Marca el “fin de la Posguerra Fría”, que comenzó en 1989 con la desintegración del llamado bloque socialista y, en diciembre de 1991, con la extinción de la Unión Soviética. Durante la década de 1990, el mundo fue asolado por lo que sería el “fin de la historia” y por la supremacía del liberalismo occidental, por la globalización y consecuentemente por las crisis económicas globales. Y en pleno siglo XXI con la crisis económica de 2008.

La geopolítica mundial entró en lo que yo llamaría la “posguerra fría tardía”. En otras palabras, hemos entrado en una nueva etapa donde la supremacía estadounidense es superada por la nueva realidad del país: su declive geopolítico. Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi lo señalaron hace más de una década. Y la realidad se está confirmando. El mundo ya no acepta que una nación establezca la agenda mundial. Tanto geopolítica como económicamente.

Para los analistas liberales lo que importa es exclusivamente la economía. La geopolítica misma es despreciada por su visión a corto plazo y se basa en la idea de que el capitalismo occidental sigue siendo el ganador del choque entre socialismo y capitalismo . Sin embargo, el temor a una Rusia fuerte a nivel nacional y bajo un liderazgo fuerte genera preocupación en Washington. En las últimas décadas, Rusia se ha recuperado desde el punto de vista económico, social y militar, emergiendo nuevamente (como en los tiempos de la URSS) como una gran potencia.

El retraso en la “transición al capitalismo liberal-occidental” tanto de rusos como de chinos preocupa a los estadounidenses: hasta ahora no ha habido “revoluciones de terciopelo”. Los países antisistémicos como Rusia y China , que tienen proyectos nacionales propios, son el verdadero problema detrás de la retórica beligerante de Washington, tanto de demócratas como de republicanos, contra Beijing y Moscú.

A pesar del fin de la URSS, los ideólogos de Washington no han abandonado el paradigma del choque entre capitalismo y socialismo y, en especial, Rusia como el mayor obstáculo geopolítico y estratégico de EE.UU. en Europa. Si la alianza militar socialista (Pacto de Varsovia) se desmanteló de inmediato, no ocurre lo mismo con la OTAN desde la década de 1990. En sentido contrario, la OTAN se mantuvo intacta y aumentó su influencia hacia Europa del Este. Letonia, Estonia, Lituania y Hungría, por ejemplo, se convirtieron en miembros de la alianza militar occidental sin razón aparente que creara la necesidad de unirse a ella.

camaradería
Xi Jinping y Vladimir Putin (Crédito: Alexei Druzhinin/Kremlin)

Moscú desde 1991 nunca ha practicado una postura que pueda calificarse de ofensiva contra ningún país de Europa del Este o en términos globales. Su actuación siempre ha estado dentro de las normas y el derecho internacional, a diferencia de Washington. Por otro lado, los gobiernos estadounidenses buscan catalogar a Rusia como una amenaza para la “seguridad” europea o mundial, sin ningún ejemplo concreto.

La retórica de la “amenaza rusa” cobró protagonismo tras la reanudación de Crimea en 2014 y la acción exterior en crear una “revolución de terciopelo” que allanaría el camino para lo que estamos viendo hoy: la inclusión de Ucrania en la OTAN sin motivo alguno. y poner la seguridad de Rusia en una situación delicada. Mirando el tablero geopolítico, Rusia recuperó la península de Crimea (con población mayoritariamente rusa) que fue suya hasta 1956, cuando fue cedida a la entonces Ucrania soviética. Una salida importante para evitar la “primera ola” de intentos de llegada a las fronteras rusas.

La «segunda ola» de la «cabeza de puente» de la OTAN en Ucrania «hacia» Rusia se ha estado desarrollando desde finales de 2021 y ha sido abordada enérgicamente por el Kremlin. En occidente, la guerra informativa liderada por los medios proestadounidenses es intensa. Rusia todavía es vista como la URSS de la era de la Guerra Fría: amenaza al “mundo libre” y ahora a la democracia ucraniana. La transmisión de Washington de la inminente pero no ocurrida “invasión rusa” es un tema recurrente en los medios occidentales.

Lo que está en juego es exclusivamente el derecho de una nación a garantizar las condiciones mínimas de seguridad territorial para su población. ¿No es así como los estadounidenses señalaron la crisis de los misiles cubanos de 1961? Esta es la cuestión de Ucrania en la OTAN. De hecho, queda una pregunta: ¿cuál es el significado de su existencia en la OTAN en el siglo XXI?

Charles Pennaforte tiene un doctorado en Relaciones Internacionales. Profesor de la carrera de Relaciones Internacionales y del Programa de Posgrado en Historia de la Universidad Federal de Pelotas. Coordinador del Laboratorio de Geopolítica, Relaciones Internacionales y Movimientos Antisistémicos (LabGRIMA) y del Grupo de Investigación CNPq Geopolítica y Mercosur (GeoMercosur).

VERSION PORTUGUESA:

A geopolítica mundial entrou no que eu chamaria de “Pós-Guerra Fria Tardia”. Ou seja, entramos em uma nova etapa onde a supremacia estadunidense é superada pela nova realidade do país: o seu declínio geopolítico

O encontro entre Vladimir Putin e Xi Jinping em fevereiro de 2022 deve ser visto como histórico sob o ponto de vista geopolítico e estratégico. Marca o “fim do Pós-Guerra Fria” iniciado em 1989 com a desagregação do então chamado bloco socialista e, em dezembro de 1991, com a extinção da União Soviética. Durante a década de 1990 o mundo foi assolado pelo que seria o “fim da história” e pela supremacia do liberalismo ocidental, pela globalização e consequentemente pelas crises econômicas globais. E no século XXI com crise econômica de 2008.

A geopolítica mundial entrou no que eu chamaria de “Pós-Guerra Fria Tardia”. Ou seja, entramos em uma nova etapa onde a supremacia estadunidense é superada pela nova realidade do país: o seu declínio geopolítico. Immanuel Wallerstein e Giovanni Arrighi já apontaram isso há mais de uma década.  E a realidade vem se confirmando. O mundo não aceita mais que uma nação determine a agenda mundial. Tanto geopolítica como economicamente.

Para os analistas liberais o que importa é exclusivamente a economia. A geopolítica em si é desprezada pela visão de curto alcance e baseada na ideia de que o capitalismo ocidental é, ainda, o vencedor do embate socialismo versus capitalismo.  Contudo, o medo de uma Rússia forte sob o ponto vista nacional e sob uma liderança forte causa preocupação em Washington. Nas últimas décadas a Rússia recuperou-se do ponto vista econômico, social e militar, voltando a despontar (como nos tempos da URRS) como uma grande potência.

A demora na “transição para o capitalismo liberal-ocidental” tanto de russos como de chineses é uma preocupação para os estadunidenses: não ocorreram “revoluções de veludo” até o presente momento.  Países antissistêmicos como a Rússia e a China que possuem projetos nacionais próprios são o verdadeiro problema por trás da retórica beligerante de Washington tanto de democratas como de republicanos contra Beijing e Moscou.

Apesar do fim da URSS, os ideólogos de Washington não abandonaram o paradigma do embate capitalismo versus socialismo e, principalmente, da Rússia como o maior obstáculo geopolítico e estratégico dos EUA na Europa. Se a aliança militar socialista (Pacto de Varsóvia) foi imediatamente desmantelada, o mesmo não ocorreu com a Otan desde a década de 1990. Na direção oposta, a Otan se manteve intacta e aumentou a sua influência em direção ao Leste Europeu. Letônia, Estônia, Lituânia e Hungria, por exemplo, passaram a ser membros da aliança militar ocidental sem nenhum motivo aparente que gerasse a necessidade de ingressar nela.

parceria
Xi Jinping e Vladimir Putin (Créditos: Alexei Druzhinin/Kremlin)

Moscou desde 1991 não nunca praticou uma postura que possa ser classificada como ofensiva contra qualquer país do Leste Europeu ou em termos globais. Sua atuação sempre esteve dentro das normas e do Direito Internacional, ao contrário de Washington.  Por outro lado, os governos estadunidenses procuram classificar a Rússia como uma ameaça à “segurança” europeia ou global, sem nenhum exemplo concreto.

A retórica da “ameaça russa” ganhou destaque após a retomada da Crimeia em 2014 e da atuação externa na criação de uma “revolução de veludo” que abriria caminho para o que estamos vendo hoje: a inclusão da Ucrânia na Otan sem nenhum motivo que justificasse e colocando a segurança da Rússia em uma situação delicada. Olhando o tabuleiro geopolítico, a Rússia recuperou a península da Crimeia (com população de maioria russa) que era sua até 1956, quando foi cedida a então Ucrânia soviética. Uma saída importante para impedir a “primeira onda” de tentativa de chegada às fronteiras russas.

A “segunda onda” para a “cabeça de ponte” da Otan na Ucrânia “rumo” à Rússia está se desenvolvendo desde o final de 2021 e vem sendo enfrentada de maneira enérgica pelo Kremlin. No Ocidente a guerra de informações capitaneada pela mídia pró-EUA é intensa. A Rússia é ainda vista como a URSS dos tempos da Guerra Fria: ameaça o “mundo livre” e agora a democracia ucraniana.  A difusão da por parte de Washington da “invasão russa” iminente, mas que não acontece é tema recorrente na mídia ocidental.

O que está em jogo é exclusivamente o direito de uma Nação garantir as condições mínimas de segurança territorial de sua população. Não foi assim que os estadunidenses assinalaram na Crise dos Mísseis de 1961 em Cuba? Está é a questão da Ucrânia na Otan. Aliás, fica uma pergunta: qual o sentido de sua existência da Otan em pleno século XXI?

Charles Pennaforte é doutor em Relações Internacionais. Professor do curso de Relações Internacionais e do Programa de Pós-Graduação em História da Universidade Federal de Pelotas. Coordenador do Laboratório de Geopolítica, Relações Internacionais e Movimentos Antissistêmicos (LabGRIMA) e do Grupo de Pesquisa CNPq Geopolítica e Mercosul (GeoMercosul).

EE.UU. exige garantías a Rusia a pesar de su respuesta de que no prevé ningún ataque contra Ucrania

El analista y director ejecutivo de Dossier Geopolítico Carlos Alberto Pereyra Mele califica de una «comedia y un show» la situación ocurrida durante esta jornada tras los pedidos de garantías de EE.UU. a pesar de que Rusia incluyó en su respuesta escrita que no prevé ningún ataque contra Ucrania y opina que se trata de una presión más mediática que militar.

VIDEO ENTREVISTA EN RT HACE 2 HORAS

Invitado por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid, para su programa “Detrás de la Razón” canal que a pesar de las distintas acciones de censura hoy cuenta con mas de 62.000 suscriptores, participe junto al distinguido analista español Eduardo Luque sobre los últimos acontecimientos en la Tragedia que quiere instalar el Occidente guiado por EEUU en el escenario Ucraniano que a la postre se transforma en una Comedia de enredos dado las reiteradas oportunidades que Biden/Blinken; El reino Unido y la OTAN han determinados fechas de una supuesta invasión Rusa a Ucrania. 

Lo que sí coincidimos con Eduardo Luque sobre la Peligrosidad de un ataque de “Falsa Bandera” realizada por miembros de grupos del Ejército Ucraniano (situación que hoy parece confirmarse por las noticias que llegan la zona del Donbass)

Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

PRIMERA PARTE DEL PROGRAMA:

SEGUNDA PARTE DEL PROGRAMA

Nuevas cifras muestran que en comercio, crecimiento económico e inflación, China se destaca ampliamente y las sanciones de EE. UU. han fracasado estrepitosamente.

Por John Ross , investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros, Universidad Renmin de China, y exdirector de política económica y empresarial del alcalde de Londres. Vivió en Moscú de 1992 a 2000.

La noticia de que la inflación estadounidense ha alcanzado su nivel más alto en 40 años, con un 7,5% en enero, es el indicador más explícito de los graves problemas de su economía. El endurecimiento monetario que se utilizará para intentar controlar esto ralentizará la economía estadounidense e inevitablemente tendrá efectos importantes en la economía mundial. 

Esta altísima inflación es particularmente significativa si se compara con la inflación del 1,5% en China, su principal competidor económico, en el mismo mes. La inflación de Estados Unidos es cinco veces mayor que la de China. Estos niveles de inflación relativa tienen efectos extremadamente restrictivos en la política económica estadounidense: se verá obligado a implementar medidas para desacelerar su economía. En contraste, China, cuya economía ya está creciendo más rápido que la de EE. UU., tiene espacio para un mayor estímulo económico sin dañar las presiones inflacionarias. 

Pero este es solo uno de los síntomas que ha sufrido EE.UU. en una severa derrota económica en su competencia con China. Esto, a su vez, tiene importantes consecuencias políticas tanto en los EE. UU. como a nivel internacional.

Al analizar primero la situación política interna de los EE. UU., como era de esperar, esta alta inflación ha llevado a la caída del nivel de vida de la abrumadora mayoría de la población y ha socavado drásticamente el apoyo a la administración de Biden. Las últimas encuestas de opinión promedio muestran que el 54% de los estadounidenses desaprueban el gobierno de Biden, en comparación con solo el 40% que lo aprueba. 

La situación económica es el principal motor de la caída del apoyo a Biden. Las encuestas muestran que el 68 % de los estadounidenses considera que la economía es el problema más importante al que se enfrentan, casi el doble de los que citaron al covid (37 %).

Detrás de estos problemas políticos está la realidad de que Estados Unidos ha sufrido una seria derrota en la guerra económica que lanzó contra China. En 2018, Estados Unidos inició su ofensiva comercial al imponer unilateralmente aranceles contra las importaciones chinas. El objetivo de esto era reducir el déficit de la balanza comercial de Estados Unidos y reconstruir su industria manufacturera. Pero los datos dejan claro que Estados Unidos tampoco lo ha logrado. 

En 2017, el último año antes de que EE. UU. lanzara su guerra comercial, el déficit de su balanza comercial de bienes fue de $ 792 mil millones; para 2021, esto había aumentado a $ 1,078 mil millones.   

Más estrictamente con respecto a China, EE. UU., a pesar de sus aranceles, logró reducir solo ligeramente su déficit comercial bilateral de bienes: de $ 375 mil millones en 2017 a $ 355 mil millones en 2021. Al mismo tiempo, el déficit de EE. UU. en el comercio de bienes con el resto del mundo se disparó de $ 417 mil millones a $ 723 mil millones. En resumen, el intento de Estados Unidos de reducir su déficit comercial fue un completo fracaso. 

Estados Unidos tampoco logró dañar el comercio general de China. El superávit comercial de Beijing aumentó de $ 420 mil millones en 2017 a $ 676 mil millones en 2021. El año pasado, las exportaciones e importaciones de China aumentaron un 30%.

Esta derrota integral de EE. UU. en la guerra comercial estuvo acompañada de un fracaso igualmente grande en su desempeño económico general en comparación con China. Entre 2017 y 2021, la economía de EE. UU. creció un 7,3 %, mientras que la de China creció un 25,1 %, tres veces más que EE. UU. Desde el comienzo de la pandemia de Covid, el desempeño económico de Estados Unidos en relación con China se deterioró aún más. Naturalmente, ambas economías se desaceleraron debido a la pandemia, pero desde 2019 la economía de China ha crecido un 10,5 % y la de EE. UU. un 2,1 %: China ha crecido cinco veces más que EE. UU.

No hay misterio en cuanto a las razones de este fracaso estadounidense. Paradójicamente, la supuesta “economía capitalista número uno” del mundo ahora en realidad está creando muy poco capital. En cambio, EE. UU. se ha convertido en una economía abrumadoramente dominada por el consumo: gratificación a corto plazo en lugar de inversión a largo plazo en desarrollo. Para 2020, los últimos datos disponibles muestran que la creación de capital neto de EE. UU., después de tener en cuenta la depreciación, fue solo el 1% del ingreso nacional bruto de EE. UU. Esto es menos del 10% de su nivel en el apogeo del auge de la posguerra en los EE. UU. en la década de 1960. Tal nivel de inversión significa que EE. UU. apenas está expandiendo su stock de capital y, en consecuencia, su crecimiento económico es muy lento.

Existen formas técnicas racionales y bien conocidas de abordar estos problemas. Pero requerirían cambios drásticos en la política exterior e interior de Washington. 

El enorme nivel de gasto militar de EE. UU., $ 905 mil millones en 2021, más alto que los siguientes siete países combinados, podría reducirse drásticamente, liberando importantes recursos para la inversión, pero eso requeriría el abandono de la política exterior agresiva de EE. UU. 

Abandonar los aranceles comerciales contra China, que cuestan a cada hogar estadounidense cientos de dólares al año, reduciría la inflación, pero requeriría abandonar la guerra comercial agresiva contra China.

El grotescamente ineficiente sistema de salud de EE. UU. , que utiliza el 19,7% del PIB pero crea uno de los niveles más bajos de esperanza de vida en cualquier economía avanzada, podría racionalizarse, liberando enormes recursos para la inversión, pero eso requeriría confrontar y derrotar a grupos de intereses especiales arraigados en el NOSOTROS.

Mientras Estados Unidos no esté preparado para emprender cambios tan importantes, sufrirá un crecimiento lento. Mientras tanto, la economía de China seguirá creciendo mucho más rápidamente. La derrota económica de EE. UU. por China en la guerra comercial, y la forma en que ha enfrentado las consecuencias económicas de la pandemia de Covid, son solo las últimas expresiones de esto. 

Lamentablemente, es poco probable que esta victoria económica de China reduzca la hostilidad de Estados Unidos. Como un tigre acorralado, Estados Unidos puede volverse aún más agresivo, como se muestra en sus políticas recientes sobre Ucrania y Taiwán. No tiene sentido tratar de razonar con un tigre y mostrar cualquier debilidad simplemente aumentará sus ataques. La única política exitosa es usar la fuerza para disuadirla e imponerle derrotas. Eso es lo que China ha logrado en su actual victoria económica sobre Estados Unidos.

Las declaraciones, puntos de vista y opiniones expresadas en esta columna son únicamente del autor y no representan necesariamente las de RT.y de Dossier Geopolitico

FUENTE: https://www.rt.com/news/549401-us-sanctions-china-not-worked/

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, dedica la columna semanal de geopolítica del Club de La Pluma a analizar el gran acontecimiento geopolítico del momento, marcado por los cambios sustanciales de Argentina en sus relaciones internacionales, tras el viaje de Alberto Fernández a Rusia y China y la firma de trascendentales acuerdos de cooperación e inversión.

Lo que ha provocado oleadas de títulos catastróficos de la prensa occidental, especialmente de los grandes “medios de CONFUSIÓN masivos” del Occidente de habla española, que desnudan su profundo conflicto ideológico en medio de un franco retroceso histórico. Lo que denota pánico, horror, confusión y una dependencia mental a un sistema que va dejando de existir, mientras transmiten argumentos de escasa lógica y de una  fanática subordinación ideológica al bloque atlantista en decadencia, desatando los gastados demonios sobre un salto al vacío, las amistades inoportunas y el fantasma comunista.

En este marco de dramatismo, Carlos destaca  la lógica y el sentido común del pueblo argentino, y lo confirma al desgranar los datos concluyentes de la encuesta de la consultora Rouviere que da un apoyo contundente, tanto al acuerdo del FMI como a lo firmado en Rusia y China, como también sobre el tipo de relación que prefiere la ciudadanía con EEUU. Lo que evidencia que la población tiene mucho mejor criterio y entendimiento de la realidad del siglo 21 que el poder mediático con su bombardeo diario. Lo que le lleva a afirmar que cuándo la gente actúa con sentido común y con racionalidad, nada está perdido y que se puede encauzar la tan necesitada recuperación y superar las graves dificultades que sufre la sociedad. Y considera al «bien común y al interés nacional» cómo los únicos valores permanentes, por encima de las circunstanciales relaciones internacionales.

Nuestro director también sostiene que la sociedad argentina está pidiendo a sus dirigencias que asuman el rol histórico ante este mundo nuevo de la multipolaridad y de los poderes policéntricos. Además, les exige interactuar con todos ellos, sin entregarse a ninguno, por encima de la alternancia de las administraciones, para consolidar una fortaleza interior que genere un poder real a la hora de negociar con autonomía en el concierto mundial. Y de esa forma consolidar un fuerte poder Nacional, junto a los poderes regionales, en una lucha que se va a dar en todos los ámbitos, el económico, el tecnológico, el científico, el financiero, etc.

Y sentencia que todo lo demás es discusión estéril que demuestra un desconocimiento del mundo y apenas un hermoso discurso de revolucionarios de café que no lleva absolutamente a nada. Una realidad demostrada  nuevamente por el pueblo argentino, que está dando una data de sensatez y aprobación a estos nuevos acontecimientos que son de una trascendencia importantísima en contrapartida del alarmismo mediático y a su pensamiento sesgado y ultrapasado sobre una supuesta incorporación a un bloque comunista. Y les  recuerda que los gobiernos conservadores de Chile o Perú también lo hicieron, igual que Italia y otros 150 países más. Por lo que se está hablando de grandes países que entienden las nuevas realidades del mundo.

Mientras también se niega a hablar de lo que la prensa quiere que se hable, como es el caso del conflicto ucraniano ruso, que ya es un sainete y un enorme bulo para dar oxígeno a la industria armamentística de Occidente, mientras que las potencias declinantes siguen sin digerir el sapo crudo de la gigantesca derrota militar en Afganistán.

Y cerrando la columna, Pereyra Mele ve a la Argentina con posibilidades al insertarse en el mundo real y negociando directamente con las potencias en franco crecimiento. Y sin romper las tradiciones argentinas, respetando la regla diplomática de la No Injerencia y de Neutralidad de los gobiernos de Irigoyen y de Perón, además de una tercera posición estratégica con nuestros hermanos latinoamericanos, ante este nuevo complejo mundo de multipolaridad poliédrica.

Eduardo Bonugli (Madrid, 13/02/22)

FERNANDEZ PUTIN
FERNANDEZ Y XI

El director de Dossier Geopolítico, *Carlos Pereyra Mele*, ante los hechos de actualidad mundial, hace una pausa en sus vacaciones y nos trae al Club de La Pluma una columna exprés y reducida de geopolítica, alertando que el bombardeo mediático sobre Ucrania forma parte de una gigantesca operación de guerra híbrida, que sirve también para ocultar el imparable avance de las fuerzas euroasiáticas y el ocultamiento de importantes acontecimientos que están siendo relegados por los medios masivos de información, al tratarse de logros significativos de este bloque en ascenso mundial.

Sobre Ucrania nos confirma sus reiterados análisis que vienen desde el año pasado, sobre que la crisis es parte de una serie de operaciones psicológicas para transmitir a la población global, un supuesto intento de invasión rusa a ese país, anunciado para fin del año pasado, luego en enero y ahora en febrero. Y nos confirma que “Rusia no quiere comprarse un problema” y mucho menos un estado fallido administrado por mafias, quebrado y en guerra civil, cuyo gobierno es disputado por cooperativas de oligarcas. Mientras  desgrana las razones por las que “la OTAN no es una Fuerza Monolítica”, que los más importantes países europeos están en contra, y que los ucranianos son apenas jugadores para ser sacrificados en la mesa de negociación de las grandes potencias.

AUDIO:

Y que detrás de esta gigantesca cortina de humo, se esconden realidades como el fracasado golpe de Estado en Kazajstán, con evidente apoyo de Occidente y que despareció de la noche a la mañana de las portadas la prensa. También del aumento sustancial del  precio del petróleo ante los duros reveses de Arabia Saudita en su sangrienta invasión al Yemen, lo que demuestra que Occidente  no puede proteger eficazmente  a sus aliados y socios de la región.

También que China “está midiendo a Taiwán con la misma vara de Ucrania” y  observando cómo reaccionan los occidentales con el tema, para tomar nota en vistas a un proceso que podría ser muy similar con Taiwán. Además nos informa que, a pesar del silencio mediático, avanzan las negociaciones entre Irán y las potencias por el acuerdo sobre energía nuclear, hasta el punto de existir ya un borrador que abre la posibilidad de que en febrero pudiera ser firmado, lo que significaría el fin de las actuales sanciones a Irán.

Nuestro director resalta otras noticias oscurecidas por el conflicto de Ucrania, que se está utilizando como “el árbol que tapa el bosque”. Tal es el caso de las flotas rusas que han partido del Mar Báltico, siendo la primera vez que salen en gran número y hacia el Pacífico de la base de Vladivostok, mientras que también el viernes se iniciaron las maniobra militares navales entre China, Rusia e Irán en el Océano Índico. Lo que es  una clara demostración de que “nada ya es igual a lo que era”. Y que hoy en día, Estados Unidos no puede controlar los océanos en su totalidad y al sentirse amenazado, se aboca a estas acciones, como la de Ucrania, que explican su desesperación actual.

Finalmente, Carlos nos avanza que el Producto Bruto Interior de China creció en el 2021 -cerca del 10%- a pesar del virus Omicrón y mucho más de lo que preveían los analistas económicos occidentales, lo que  demuestra que su potencialidad económica, tecnológica e industrial prosigue avanzando raudamente.

De esta manera, termina este informe exprés del director de Dossier Geopolítico, que resalta la cantidad de información malintencionada y carente de fundamentos lógicos, que la prensa monopólica transmite minuto a minuto, echando un cono de sombra a los grandes acontecimientos importantes de verdad, que si están ocurriendo más allá de lo que se nos quieren mostrar.

Todo para ocultar la fluidez y la cantidad de acciones y actos que van cambiando el mundo hacia una nueva multipolaridad y que son desconocidos por la mayoría de la población del mundo, fundamentalmente por la occidental,

Los hutíes quitan a Abu Dhabi su aura de seguridad Los ataques con drones Abu Dhabi exponen las vulnerabilidades de Emiratos Árabes Unidos, y de su reputación como refugio para el turismo y el comercio.
CHINA OBSERVA EL JUEGO POR UCRANIA ENTRE LOS PODERES ATLANTISTA Y CONTINENTALISTAS SACANDO CONCLUCIONES SOBRE EL CONFLICTO QUE TIENE EN TAIWAN
LA INTERVENCION DE LA OTSC EN KAZAJISTAN EN 24HS DESMANTELO EL GOLPE HIBRIDO (Y DE ESTADO) ALENTADO POR OCCIDENTE.
NEGOCIACIONES POR EL ACUERDO 5+1+IRAN AVANZAN CON UN EEUU QUE PARTICIPA A TRAVES DE LAS POTENCIAS OCCIDENTALES REUTERS

Trabajo Final, Diplomatura en Estudios Estratégicos Chinos Universidad de la Defensa UNDEF Argentina: análisis desde la visión clásica de los geopoliticos atlantistas occidentales y los continentalistas euroasiáticos  Por Carlos Alberto PEREYRA MELE 

Seleccione la consigna N8 La “Ruta de la Seda Marítima o Collar de Perlas” de la apuesta diplomática clave de Política Exterior China y su ambicioso giro hacia el Oeste incluyendo los fundamentos o críticas de la afirmación, su contexto histórico, económico, político y cultural y una reflexión personal. 

El llamado Collar de Perlas es la proyección geopolitica china, que nos permite establecer los gigantescos cambios de los paradigmas que controlan el “sistema mundo” y los “geopoliticos” que se avecinan, desde la conquista del Mundo por los Europeos (S XV-XVI) y muy especialmente desde que Juan Sebastián Elcano realizó la circunnavegación del mundo y lo dejo cerrado dándole a las potencias europeas la superioridad sobre otros continentes al poder colonizarlos, dominarlos y explotarlos, que con la primera y segunda revolución industrial, le permitio establecer su superioridad sobre los conquistados y globalizados según sus cánones políticos, culturales y económicos. Como hemos podido ver en el curso de está Diplomatura; hasta la mitad del S XIX los mercados y el PBI económico mundial seguía estando en Asia (China e India). Solamente recordar por ejemplo: la Ruta del famoso “Galeón de Manila”, La ruta española de México a Filipinas y el comercio con China nos recuerda la importancia que tenia ese mercado para los europeos, pues gran parte de esos productos luego viajaban a toda Europa vía Cadiz y Sevilla. Y que era disputado por todas las potencias navales del viejo continente.

Esto también nos debe poner la centralidad del presente análisis, lo que fue y es el control marítimo y su dominio, para construir poder, y recordar cómo se fue trasladando ese poder de estados-naciones europeos de países, como España y Portugal a Francia e Inglaterra fundamentalmente (especialmente Inglaterra “reina” de los mares desde 1805 -Batalla de Trafalgar- hasta primeras décadas del S XX) y desde 1898 como EEUU surgirá como la “nueva” potencia naval derrotando a España y capturando Cuba, Puerto Rico (en el Caribe), “su” mar mediterraneo, y la Isla de Guam y las Filipinas, en el Pacifico, lo que llevó al gran intelectual argentino de la generación de 1900:  Manuel Baldomero Ugarte (Buenos Aires, 1875 – Niza, 1951) a alertarnos con gran visión a hispanoamérica, sobre el nacimiento de la República Imperial Norteamericana con alcance global y sus consecuencia para los pueblos americanos al sur del río Bravo.

Desde la antigüedad se sabe de la importancia, para las navegaciones rudimentarias que utilizaban los recursos naturales como: corrientes marinas y los vientos, del control de los pasos marítimos y de los sistemas de islas para la logística y abastecimientos de flotas, un caso paradigmático es Gibraltar -que desde 1704 le permite a Inglaterra administrar, regular y controlar el paso del Mar Mediterraneo al Océano Atlántico hasta la fecha o el control del Canal de Suez por parte de Inglaterra que controló durante décadas -el paso del Mar Rojo al Mar Mediterraneo que lo transformó en un lago inglés al mismo o el control del Canal de Panamá que le dio a EEUU (1914) la llave del paso del Atlantico al Pacifico y viceversa, y que con Cuba y Puerto rico lo transformó en un lago norteamericano al Mar Caribe. Pero ese control de pasos marítimos no perdió importancia con el advenimiento de la navegación por el vapor y nuevas fuentes energéticas sino que se incrementó.

Mientras ello ocurría, en el llamado mundo “occidental”, en China se impondría un auto-aislacionismo en el Imperio del Centro a la navegación y expediciones de grandes flotas por diversos motivos, después de los grandes viajes del navegante Zheng He que les permitio llegar al sur del Pacifico, el Océano Índico, al Cuerno de África y el actual Yemen y las costas africanas hasta la altura del canal de Madagascar. Pero China decidió abandonar el tridente de Neptuno y tendría una consecuencia nefasta para su futuro cercano, que llegaría con el llamado “siglo de la Humillación” (1850/1949), invadida con las dos guerras del Opio por Inglaterra y las potencias europeas, y por EEUU y por Japón. Hasta el triunfo de la revolución comunista y la instauración de la República Popular China. Que modificara esa tendencia declinante, de pobreza, de hambrunas, atraso y dependencia del extranjero invasor.

Esto nos lleva a extraer una primera aproximación al tema elegido, que los alcance de la Nueva Ruta de la Seda y del Collar de las Perlas, es justamente una idea geopolitica que saca a China del encierro geográfico que se le impuso y que tienen en cuenta las teoría de los clásicos anglosajones de la Geopolitica como:

A1: Halford John Mackinder -15 de febrero de 1861 – 6 de marzo de 1947- y sus seguidores estadounidenses como Nicholas John Spykman -13 de octubre de 1893 – 26 de junio de 1943- y Almirante Alfred Thayer Mahan, -27 de septiembre de 1840, West Point, Nueva York-1 de diciembre de 1914- Todos estos teóricos del poder naval y el control de las rutas comerciales -Talasocracias o atlantistas-, que se enfrenta a las teorías de los llamados continentalistas. 

A2: como el aleman Karl Ernst Haushofer -Múnich, 27 de agosto de 1869 – Pähl, 13 de marzo de 1946- y de pensadores geopoliticos rusos como Alexander Duguin.

¿Por qué decimos esto?: Vivíamos en un mundo dominado por Estados Unidos pero que de cierto modo estaba organizado por tratados internacionales. Sin embargo, eso se está viniendo abajo. Controlar territorios es un concepto importante para los Estados más poderosos. Eso les brinda poder económico y apoyo militar.

A1: La Teoría de  Mackinder de 1904 que marcó profundamente la geopolítica durante décadas del siglo pasado y que ahora está nuevamente de vuelta. En aquella época, los océanos eran dominados por la marina británica, lo cual era crucial para que una isla como Gran Bretaña sostuviera su gran imperio. Sin embargo, Mackinder pensó que esta situación se encontraba amenazada y fue ahí donde comenzó a profundizar sobre lo que él llamaba el «Heartland» (Corazón de la Tierra) de Eurasia. Mackinder pensó que un área tan extensa y rica, que a la vez podía ser recorrida con un sistema ferroviario, era una zona clave para los países con ansias de poder. «Quien domina el este de Europa, domina Heartland, quien domina Heartland, reina en la ‘Isla del Mundo’, quien domina la ‘Isla del Mundo’, gobierna el mundo entero«, según la teoría de Mackinder. Pero no incluye a China en sus análisis centrales, que vivía el periodo de la humillación (Pero China sus estrategas y geopoliticos si estudiaron está teoría, evidentemente). El continuador estadounidense Spykman de esa teoría no piensa que el heartland, «ese pivote geográfico del mundo», esa centralidad según un enfoque económico-geográfico, se encuentre localizado en Europa central / Rusia sino en una zona periférica, sobre el litoral o sobre una cuenca. Según él, el centro del mundo está compuesto de tierras litorales, las coastlands de Mackinder a las que llama «borde de tierras» o «anillo de tierras» o «borde de cuencas», el rimland.​ Este territorio periférico estaría atrapado entre el corazón europeo (Alemania, Rusia), y los mares tutelados por los ingleses. Pero después de la 2da Guerra Mundial es evidente que se establece la geoestrategia de EEUU en el control y cerco al mundo euroasiático controlado por la ex URSS, al cual en 1949 se incorpora China en ese bloque que debía ser aislado, dividido y contenido. Qué en la práctica geoestratégica, es lo que vemos con el desplazamiento hoy del eje de contención, de Medio Oriente y Europa al Pacifico-Indico desde las administraciones de Obama para aquí? 

A2 Contrario sensu, el continentalismo encabezado por Haushofer teorizaba que su país Alemania, humillado tras la gran guerra, podía formar una gran alianza con Rusia, Persia y Japón y así cortar los tentáculos del poder naval británico. Y luego con la Guerra Fría, por ello Estados Unidos estableció una serie de bases alrededor de los bloques dominados por los soviéticos, desde Alemania hasta Italia, Turquía, Corea del Sur y Japón. Pero en 1991 ese esquema se disolvió con la implosión soviética y con el acuerdo Chino estadounidense de Mao y Nixon. En 1997, el pensador ruso Dugin expresó sus ideas en un libro llamado The Foundations of Geopolitics,  «En geopolítica, hay dos polos absolutos de poder. Está el poder naval, que pertenece a Occidente, y el poder terrestre, que es Rusia. Hay una pelea por controlar Heartland. Como decía Mackinder, quien controla el este de Europa, controla Heartland. Y quien controla Heartland, domina el mundo», dijo en una conferencia en Shanghái. Pero nuevamente esa posición no incorporaba totalmente a China como algo central en este despliegue del nuevo orden mundial multipolar de tres cabezas China, EEUU y Rusia. Y que además lo estamos comprobando, que se manifiesta con el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y el Collar de Perlas que se centra, cada día mas con una alianza mas profunda euroasiática, entre China y Rusia como eje. Y que se expresa en una  gran variedad de proyectos de cooperación, de infraestructura marítima y desarrollo de la cadena de valor centrados en la integración del mercado, y el desarrollo de la cadena de valor  comercial, que otorgaron al gigante asiático el estatus de “potencia global”. Pero también en Acuerdos sobre Seguridad y Defensa

REFLEXIÓN FINAL: Ahora bien: El territorio euroasiático ha sido testigo del crecimiento de un nuevo poder, un nuevo emergente para disputar el control de la región pero de alcance global. Si Mackinder viviera hoy; quizás estaría mas preocupado de las extensas redes ferroviarias, caminos, puentes, túneles, aeropuertos, puertos, gasoductos, oleoductos, etc., que China está construyendo a lo largo de todo el continente. Y su versión naval el Collar de Perlas y que por ejemplo tiene una importancia central El CECP (China Pakistán)  que incluye la modernización de carreteras, ferrocarriles, gasoductos y otros grandes proyectos de infraestructura desde la costa paquistaní del Mar Arábigo hasta la frontera noreste del país, que limita con China.Con el Puerto de Gwadar hacia la región del Golfo Pérsico y Medio Oriente y una posición ventajosa para tener mayor influencia en África, así como en el sur y centro de Asia, evitando el estrecho de Malaca. Otra realidad será con seguridad el nuevo rol de un Yemen estabilizado que será parte fundamental de nexo entre Asia, África y Europa en está red de puertos. Como lo son los acuerdos geoestratégicos de una alianza en gestación Chino-Rusa, que se contrapone a la revisión de la Postura Global del Pentágono, que se anunció el lunes, que señala una postura global y la intención de desarrollar una «capacidad de respuesta global» que abarque no solo el Indo-Pacífico y Europa, sino que también incluya «requisitos de postura duradera» en el Medio Oriente, en África y en América Latina. Por eso, países del «sur global» como el nuestro, nos guste o no, van a quedar en el medio de un escenario global de disputas y confrontaciones entre el «mundo euroasiático» que avanza y los EEUU, en un mundo que se ha achicado dramáticamente y que hoy parece un «vecindario populoso». Un problema de magnitud como el que se nos presenta, que además desconocemos está nueva realidad: como la reciente Asociación Económica Regional Integral o RCEP, o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras – BAII o la cada vez mas poderosa Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), para no dejarnos alinear tipo manu militari o tratando de responder a todas las presiones simultáneamente. todas son acciones de naturaleza Geoestratégica, y no se pueden pensar y resolver sin tener presente este escenario global en que nos encontramos. Pero también los tiempos difíciles son también tiempos de oportunidades.

Por ello consideramos que 5 siglos de dominio absoluto occidental y en especial anglosajón han llegado a su fin”…y se abre un abanico de nuevas oportunidades como también de desafíos de gran calado a los pueblos del Sur y a nuestro subcontinente suramericano por encima de idiologismo que nos atosigan y nos confunden.

Lic. Carlos Alberto Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Córdoba, Argentina, Diciembre de 2021 

Fuentes: Diccionario latinoamericano de seguridad y geopolítica. Coautor Editorial Biblos 2009 – Artículos propios y periodísticos Extranjeros

Los estrechos desde la Antiguedad hasta la actualidad siguen siendo el Control de la navegacion

CURSO PESA 2021 AQUI PROGRAMA DE LA DIPLOMATURA SOBRE ESTUDIOS ESTRATEGICOS DE CHINA UNDEF ARGENTINA