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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante la primera semana de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania, en febrero del año pasado, las tropas rusas llegaron a las cercanías de Kiev y Járkov, las dos principales ciudades de Ucrania. Durante un mes permanecieron ahí. El mundo esperaba impaciente el momento en que el Kremlin ordenara la ofensiva para tomar la capital. Sin embargo, el 1° de abril las fuerzas militares rusas se retiraron sin sufrir bajas. De inmediato, la prensa occidental comenzó a vociferar con abrumador estruendo que Rusia había sufrido una gran derrota y que se había visto obligada a retirarse en medio de grandes pérdidas humanas y materiales. No pudieron mostrar ninguna prueba de tales pérdidas. Había comenzado el show de la mentira y las fake news en el conflicto de Ucrania.

Un poco más de un año después del inicio de la OME, vale la pena preguntarse: ¿Era un objetivo de Rusia tomar Kiev y producir una fulminante derrota de Ucrania? A la luz de los acontecimientos no parece haber sido ese el objetivo. Las misiones enunciadas por el propio presidente Putin fueron expresadas con claridad desde el principio: impedir el genocidio que se preparaba para las repúblicas de Donetsk y Lugansk,  desmilitarizar y desnazificar Ucrania. En este razonamiento no se puede entonces, evaluar el desarrollo de las acciones a partir de objetivos que han emergido de think tanks occidentales o de los medios trasnacionales de desinformación, no de quienes decidieron y planificaron la operación.

Para todos aquellos que hablan de plazos no cumplidos, de lentitud en el desarrollo de las acciones combativas, de colapsos inminentes de la economía rusa, de certeza en los cercanos y perentorios vencimientos de los arsenales de misiles y municiones rusas, hay que decirles que eso no es más que desesperada propaganda occidental encaminada a engañar a ingenuos, ignorantes, e incautos.

El único plazo que se ha escuchado en el último año no vino de dirigente ruso alguno, sino del presidente de China, Xi Jinping cuando al despedirse de su homólogo ruso tras su reunión en el Kremlin le dijo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años ysomos nosotros quienes los estamos liderando juntos”. No había inmediatez, cortoplacismo, ni visión coyuntural del conflicto, sino una profunda reflexión de largo plazo, estratégica y de análisis del carácter estructural de las transformaciones que están ocurriendo. He ahí la verdadera dimensión de lo que se está viviendo.

Una serie de hechos dan cuenta de que no es Rusia quien está perdiendo la guerra, El 16 de febrero pasado se informó que los arsenales de los países europeos estaban vacíos a causa del conflicto en Ucrania, En este contexto, los ministros de Defensa occidentales se preguntaban con qué recursos y por cuánto tiempo podrían seguir apoyando a Kiev. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, el aliado más cercano de Ucrania declaró en enero que Occidente ya está «cansado» del conflicto en Ucrania.

A su vez, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, declaró  que las Fuerzas Armadas ucranianas deberían utilizar las municiones con más moderación, como lo hacen en la OTAN. Wallace precisó que uno de los objetivos del programa de entrenamiento de los militares ucranianos es que «combatan al estilo occidental«. Cualquiera que sabe un poquito de estos asuntos sabe que una transformación operacional, logística y de la preparación combativa, no se puede hacer en el corto plazo, mucho menos en el marco del desarrollo de una guerra.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg explicó que la capacidad de producción de armas de los aliados de Ucrania es inferior al ritmo con el que Kiev las consume. Afirmó que: «El ritmo actual de gasto en municiones de Ucrania es muchas veces superior a nuestro ritmo actual de producción«, lo que —acentuó— “pone a nuestras industrias de defensa bajo presión”.

Ucrania ha tenido 257 mil muertos entre soldados, instructores y oficiales de la OTAN además de mercenarios de varios países según datos aportados por el propio ministro de defensa de Ucrania Oleksii Reznikov, recogidos en un informe que le hiciera al secretario de defensa de Estados Unidos Lloyd Austin durante su visita a Washington y que fuera citado por el Mossad israelí en un informe filtrado a la prensa. Estos datos dan cuenta de las grandes dificultades de reposición de pérdidas de Ucrania, cuando 25% de su población, la mayoría jóvenes ha salido del país o se encuentra ya, bajo soberanía rusa. Solo en Artemovsk/Bajmut, Ucrania ha tenido entre 9 y 11 mil soldados muertos por mes, la mayoría novatos combatientes sin entrenamiento que han caído en lo que se ha denominado “la máquina de moler carne de Bajmut”

Un país que además ha perdido más de 120 mil km² de territorio recuperado por Rusia (casi el 20% de la superficie total de Ucrania) y 234 mil heridos y cuya capacidad de combate ha sido afectada por la destrucción de 407 aviones, 228 helicópteros, 3.764 drones, 8.699 tanques y vehículos blindados 4.606 sistemas de artillería, 415 sistemas antiaéreos ucranianos, 9.552 vehículos militares especiales y 1.086 sistemas de lanzacohetes múltiples, no parece creíble que esté ganando la guerra.

El discurso de moda ahora es el de la próxima contraofensiva ucraniana en la que nadie cree, habida cuenta de los documentos de inteligencia filtrados recientemente en Estados Unidos. En esta situación, uno podría preguntarse: Si la OTAN y Ucrania están preparando una ofensiva, ¿por qué se empeñan en perder soldados en una ciudad como Bajmut, ocupada ya por Rusia en un 80% y que dados los últimos acontecimientos caerá tarde o temprano?

Por su parte, Rusia sigue entrenando a sus decenas de miles de movilizados, la gran mayoría de los cuales llevan meses de preparación y una parte ya está en la zona de la OME cubriendo posiciones y realizando tareas de apoyo. Rusia está preparando una ofensiva pero nadie sabe cuándo se realizará. ¿Quién ha visto que la dirección principal de una operación, las fuerzas y medios a emplear y la situación de los aseguramientos combativos y de retaguardia se ventilen en los medios de comunicación y que cualquiera opine sobre ellos? Solo gente que en su vida ha visto un fusil y menos ha estado jamás en combate. Son “generales de internet y play station”.

Entendámoslo mejor en palabras del General de Brigada Erich Vad, quien fungió como asesor de la ex canciller federal de Alemania Ángela Merkel desde 2006 hasta 2013:“Entonces surge la pregunta ¿qué debería suceder con las entregas de los tanques? Para apoderarse de Crimea o el Donbass, los tanques Leopards no son suficientes. En el este de Ucrania, en la zona de Bajmut, los rusos avanzan sistemáticamente. Con toda seguridad habrán conquistado por completo el Donbass en poco tiempo. Solo hay que considerar la superioridad numérica de los rusos sobre Ucrania. Rusia puede movilizar hasta dos millones de reservistas. Occidente puede enviar 100 Marder y 100 Leopards allí, esto no cambiará en nada en la situación militar general. Y la pregunta más importante es cómo poner fin a un conflicto de este tipo, con la potencia nuclear más poderosa del mundo, sin entrar en una tercera guerra mundial…”

Todo responde a una decisión que solo tiene objetivos mediáticos por parte de Ucrania y de la OTAN, los generales estadounidenses y sus aliados saben que desde el punto de vista militar es un total absurdo mantener una ciudad (Artemovsk/Bajmut) a punto de caer y en la cual tienen una posición estratégica en total desventaja (casi rodeados, con una cadena de suministros casi inexistente, con bajas cuantiosas), mientras el alto mando ruso si ve que sus soldados serían expuestos a riesgos innecesarios y con desventaja absoluta, se retirarían a otra posición para seguir luchando en mejores condiciones como ocurrió en Jerson donde se produjo durante un mes, una retirada al otro lado del río Dniéper de 105 mil civiles, 35 mil soldados y alrededor de 40 mil equipos militares… sin una sola baja, en lo que se puede caracterizar como una brillante operación militar liderada y conducida por el general Serguéi Surovikin.

Hoy, las fuerzas ucranianas están muy diezmadas y debilitadas, si esas unidades caen en la defensa del Donbass, no habrá fortificaciones o ciudades importantes entre ese territorio y Kiev. El campo estará abierto para una ofensiva rusa…o para una negociación, tal vez, tardía para Ucrania.  Por eso la importancia de la batalla de Artemovsk/Bajmut. Después de logrado ese objetivo, a las fuerzas armadas rusas solo les faltará conquistar Slaviansk y Kramatorsk y se habrá terminado todo, cumpliéndose así, el primer objetivo de la OME.

Esta es la explicación de la seguidilla de visitas diplomáticas que los presidentes de España, Francia, la presidenta de la Comisión Europea y el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de Europa han hecho o están por hacer a Beijing. ¿Por qué ahora? La razón de esos viajes a China podría tener su explicación en el desgaste económico no controlado de los recursos militares en Ucrania y la incapacidad de Europa y Estados Unidos para suplirlos, lo que ha ido creando una situación cada vez más crítica en los países europeos. Ya el FMI informó que Alemania y el Reino Unido tendrán crecimiento negativo de su PIB en 2023. Por eso, buscan que los aliados de Moscú, en particular China, logren en la mesa de negociaciones lo que la OTAN no ha logrado en el terreno bélico.

Hay que recordar que el 15 de marzo de 2022 la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki afirmó jubilosa que: «Hemos aplastado completamente la economía [de Rusia]. Por su parte, el 26 de agosto del año pasado en la sesión final de las conferencias de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Madrid,  el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell afirmó que: “La guerra está en un momento decisivo y quien toma la iniciativa en este momento ya no es Rusia, Rusia ya ha perdido la guerra”. Tendrán que tragarse sus palabras porque además, ahora ya no saben qué hacer.

Twitter:@sergioro0701

Autorizado por su autor la publcacion del presente documento

CONFERENCIA DEL DR. RODRIGUEZ GELFENSTEIN EN LA APERTURA DE LA DIPLOMATURA DE GEOPOLITICA EN LA UNIVERSIUDAD MILITAR VENEZOLANA

POR MK BHADRAKUMAR

El presidente ruso, Vladimir Putin, viajó el lunes a los “nuevos territorios” del país de las regiones de Lugansk y Kherson/Zaporozhye para evaluar la situación militar. 

Ha comenzado la cuenta atrás para el “contraataque” ucraniano. La llegada del sistema de misiles Patriot a Ucrania atestigua la magnitud de la movilización para imponer grandes pérdidas a Rusia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, realizó hoy una visita sorpresa a Kiev, la primera desde que comenzó la guerra. 

Los documentos filtrados del Pentágono se muestran escépticos sobre el éxito de la contraofensiva ucraniana, pero Moscú hace sus propias valoraciones. En primer lugar, los neoconservadores no van a desconectar el régimen de Zelensky, ya que eso significa abrir la caja de Pandora cuando el presidente Biden está a punto de anunciar su candidatura para un segundo mandato como presidente y no puede aceptar que Ucrania esté perdiendo la guerra. 

En realidad, Ucrania sufre una hemorragia. Está en la naturaleza de las guerras de desgaste que, en algún momento, el lado más débil se rompe y, por lo tanto, el final llega muy rápido. Así fue como en Siria, donde una vez que se ganó la Batalla de Alepo de 5 años en diciembre de 2016, las fuerzas gubernamentales barrieron el país en una serie de victorias militares que pusieron fin al conflicto. 

La guerra de desgaste en Ucrania puede parecer «estancada», pero el factor decisivo será qué lado está infligiendo el mayor número de bajas. No hay duda de que a pesar de la asistencia militar, de inteligencia, financiera y económica masiva de Occidente, las fuerzas rusas han aplastado al lado ucraniano a lo largo de la línea de contacto.

El embajador ruso en el Reino Unido dijo recientemente que la proporción de pérdidas en la guerra de desgaste es de aproximadamente siete soldados ucranianos por cada soldado ruso.  Para poner las cosas en perspectiva, los informes de los medios occidentales estiman que alrededor de 35.000 soldados ucranianos participarán en la próxima contraofensiva a lo largo de la línea del frente de 950 km, ¡mientras que Putin tiene constancia de que las fuerzas de reserva rusas en la línea del frente llegan a 160.000 soldados!     

El sistema de defensa aérea ucraniano se encuentra en un estado crítico. Los rusos tienen un predominio de la artillería y los rusos han fortificado fuertemente la línea del frente en los últimos 5-6 meses en múltiples capas de defensa como minas, movimientos de tierra y bolardos para impedir el avance de los tanques, etc. 

Línea de fortificación de Rusia

Esta es una táctica desesperada para Ucrania, que ha perdido una gran parte de sus soldados más experimentados (estimado en 120,000 bajas), para enfrentarse a los rusos que tienen superioridad aérea y superior en misiles, superioridad en defensa aérea y superioridad en artillería, y superioridad en mano de obra entrenada. , sobre todo.   

Las áreas que Putin eligió visitar, Kherson/Zaporozhya y Lugansk, son donde más se espera la contraofensiva ucraniana. Putin escuchó de los comandantes la situación militar y, por supuesto, con toda seguridad, eso será un aporte para sus decisiones sobre las contraestrategias rusas, tanto defensivas como ofensivas. 

A pesar de las filtraciones del Pentágono y el consiguiente desorden y confusión en Washington y las capitales europeas (y Kiev), el contraataque ucraniano seguirá adelante para recuperar al menos parte del territorio perdido. Este es un tiro desesperado de los dados. 

Sin embargo, el pensamiento delirante todavía prevalece en Washington. Esto se desprende de un artículo reciente en Foreign Affairs escrito en coautoría por dos veteranos del establecimiento de EE. UU., el ex funcionario del Departamento de Estado Richard Haass y Charles Kupchan, miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores, titulado Occidente necesita una nueva estrategia en Ucrania . : Un plan para pasar del campo de batalla a la mesa de negociaciones . 

El artículo se apega en gran medida a los mitos generados por los neoconservadores —que las operaciones militares especiales de Rusia fracasaron y que la guerra «resultó mucho mejor para Ucrania de lo que la mayoría predijo»— pero tiene destellos ocasionales de realismo. Se basa en el estribillo actualmente en boga en Washington de que “el resultado más probable del conflicto no es una victoria ucraniana completa sino un sangriento punto muerto”. 

Haas y Kupchan escribieron que “para cuando termine la ofensiva anticipada de Ucrania, Kiev también puede animarse a la idea de un acuerdo negociado, habiendo dado lo mejor de sí en el campo de batalla y enfrentando restricciones crecientes tanto en su propia mano de obra como en la ayuda del exterior. ” 

Los autores toman nota de paso que el liderazgo de Rusia también tiene opciones y cálculos, ya que las sanciones occidentales no han logrado paralizar la economía rusa, el apoyo popular a la guerra sigue siendo alto (más del 70%) y Moscú siente que el tiempo está de su lado como el poder permanente. de Ucrania y sus partidarios occidentales y su determinación se desvanecerá y Rusia debería ser capaz de expandir sustancialmente sus conquistas territoriales.

Fundamentalmente, Haas y Kupchan provienen de otro planeta.  No pueden comprender que Rusia nunca aceptará un escenario en el que el conflicto termine con un alto el fuego, pero la OTAN continuará reforzando las capacidades militares de Ucrania e integrará constantemente a Kiev en la alianza . 

¿Por qué Rusia querría jugar otro juego de sillas musicales mientras Occidente formaliza la membresía de Ucrania en la OTAN, es decir, acepta una repetición del grotesco interregno entre los Acuerdos de Minsk de 2015 y las operaciones militares especiales de Rusia? 

La visita de Putin a los nuevos territorios en esta coyuntura crucial con la guerra de desgaste en un punto de inflexión transmite una poderosa señal de que Rusia también tiene un plan ofensivo y no le corresponde a Biden hacer sonar el silbato y cancelar la guerra de poder, por pura fuerza. fatiga o distracciones apremiantes en Asia-Pacífico o debido a grietas en la unidad occidental o cualquier otra cosa. 

Del mismo modo, es improbable que Rusia pueda reconciliarse alguna vez con el régimen de Zelensky, al que Moscú ve como un títere de la administración Biden. Pero, ¿cómo es posible que Biden se deshaga o pierda de vista a Zelensky mientras los esqueletos se agitan en el armario familiar? 

Lo que es más importante, la opinión pública rusa espera que Putin cumpla la promesa que hizo al ordenar las operaciones militares especiales. Cualquier cosa menos que eso significará que decenas de miles de vidas rusas perecieron en vano. 

No está en la esencia de la personalidad política de Putin ignorar la oleada de opinión rusa, o pasar por alto la psique nacional herida mientras se reproducen imágenes del desalojo forzoso de cientos de monjes de   Pechersk Lavra, el complejo del monasterio de cuevas ortodoxas del siglo XI en el corazón de Kiev, tildados de quintacolumnistas rusos. Fue un movimiento político calculado por parte de Zelensky con el estímulo occidental tácito. ( aquí y aquí )

Lo que los neoconservadores en los EE. UU. aún tienen que comprender es que no lograron subyugar a Rusia a pesar de todas las humillaciones vertidas sobre su honor nacional, su orgullosa historia y su envidiablemente rica cultura. ¿Por qué Rusia se normalizaría con estados que se apropiaron de su riqueza soberana e impusieron sanciones tan draconianas para sangrar y debilitar su economía?

La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, admitió en CNN que las sanciones pueden, en última instancia, poner en riesgo la hegemonía del dólar estadounidense.  Pero sus comentarios no van lo suficientemente lejos. 

Mientras tanto, la asociación estratégica entre Rusia y China se ha fortalecido, y la señal de esta semana es la voluntad de Moscú de coordinarse con Beijing para contrarrestar los desafíos militares en el Lejano Oriente.  (Vea mi blog China, Rusia circula vagones en Asia-Pacífico ) 

Rusia está lejos de estar aislada y disfruta de una profundidad estratégica en la comunidad internacional. Considerando que, durante el último período de un año, el declive sistémico de Occidente y la menguante influencia global de los EE. UU. se ha convertido en un proceso histórico inexorable. 

FUENTE https://www.indianpunchline.com/ukraine-stalemate-in-an-attritional-war/

POR MK BHADRAKUMAR

La visita oficial del Consejero de Estado y Ministro de Defensa de China, el general Li Shangfu, a Rusia del 16 al 19 de abril, prima facie,  subrayó la necesidad emergente de los dos países de profundizar su confianza militar y una estrecha coordinación en el contexto del empeoramiento de las tensiones geopolíticas y el imperativo de mantener la relación. equilibrio estratégico mundial.  

La visita lleva adelante las decisiones fundamentales tomadas en las intensas conversaciones individuales entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, en Moscú los días 20 y 21 de marzo. En una ruptura con el protocolo, la visita de cuatro días del general Li estuvo cargada de una «reunión de trabajo» con Putin, para citar al portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.  ( aquí y aquí )

Li no es un extraño en Moscú, ya que anteriormente estuvo a cargo del Departamento de Desarrollo de Equipos de la Comisión Militar Central, quien fue sancionado por EE. UU. en 2018 por comprar armas rusas, incluidos aviones de combate Su-35 y sistemas de misiles tierra-aire S-400. .

Song Zhongping, destacado experto militar chino y comentarista de televisión,  pronosticó que el viaje de Li señalaría el alto nivel de los lazos militares bilaterales con Rusia y conduciría a “intercambios más mutuamente beneficiosos en muchos campos, incluidas las tecnologías de defensa y los ejercicios militares”. 

El miércoles pasado, el Departamento de Comercio de EE. UU. anunció la imposición de controles de exportación a una docena de empresas chinas por “apoyar a las industrias militar y de defensa de Rusia”. El Global Times respondió desafiantemente que “así como China es una gran potencia independiente, también lo es Rusia. Es nuestro derecho decidir con quién llevaremos a cabo una cooperación económica y comercial normal. No podemos aceptar las acusaciones de Estados Unidos o incluso la coerción económica”. 

Putin dijo en la reunión con Li  el domingo de Pascua que la cooperación militar juega un papel importante en las relaciones entre Rusia y China. Los analistas chinos dijeron que la visita de Li también es una señal enviada conjuntamente por China y Rusia de que su cooperación militar no se verá afectada por la presión estadounidense. 

Putin había revelado en octubre de 2019 que Rusia estaba ayudando a China a crear un sistema de alerta temprana de misiles que mejoraría drásticamente la capacidad defensiva de China. Los observadores chinos señalaron que Rusia tenía más experiencia en el desarrollo y operación de un sistema de este tipo, que es capaz de identificar y enviar advertencias inmediatamente después del lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales. 

Tal cooperación demuestra un alto nivel de confianza y requiere una posible integración de los sistemas ruso y chino. La integración del sistema será mutuamente beneficiosa; las estaciones ubicadas en el norte y el oeste de Rusia podrían proporcionar a China datos de advertencia y, a su vez, China podría proporcionar a Rusia los datos recopilados en sus estaciones del este y del sur. Es decir, los dos países podrían crear su propia red global de defensa antimisiles.

Estos sistemas se encuentran entre las áreas más sofisticadas y sensibles de la tecnología de defensa. Estados Unidos y Rusia son los únicos países que han podido desarrollar, construir y mantener tales sistemas. Ciertamente, la estrecha coordinación y cooperación entre Rusia y China, dos potencias con armas nucleares, contribuirá profundamente a la paz mundial en las circunstancias actuales al contener y disuadir la hegemonía estadounidense. 

No puede ser una coincidencia que Moscú ordenara un control repentino de las fuerzas de su Flota del Pacífico del 14 al 18 de abril, que coincidió con la visita de Li. La inspección tuvo lugar en el contexto del agravamiento de la situación en Taiwán.

De hecho, a principios de abril, se supo que el portaaviones estadounidense USS Nimitz se acercó a Taiwán; el 11 de abril, EE. UU. inició un ejercicio militar de 17 días en Filipinas en el que participaron más de 12 000 soldados; el 17 de abril aparecieron noticias sobre el envío de 200 asesores militares estadounidenses a Taiwán. 

Los ejercicios estratégicos Global Thunder 23 de EE. UU. en la Base Aérea Minot en Dakota del Norte (que es el Comando de Ataques Globales de la Fuerza Aérea de EE. UU.) comenzaron la semana pasada, donde se realizó un entrenamiento para cargar misiles de crucero con ojivas nucleares en bombarderos. ¡Las imágenes mostraban a los bombarderos estratégicos B-52H Stratofortress siendo equipados por el personal técnico de vuelo de la base con misiles de crucero AGM-86B capaces de transportar ojivas nucleares en los pilones debajo de las alas!

Una vez más, los ejercicios de las fuerzas de la flota y la aviación de EE. UU. se han notado cada vez más en las inmediaciones de las fronteras rusas o en regiones donde Rusia tiene intereses geopolíticos.  El 5 de abril, el B-52 Stratofortress voló en círculos sobre la península de Corea supuestamente “en respuesta a las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte”. Al mismo tiempo, Corea del Sur, EE. UU. y Japón realizaron ejercicios navales trilaterales en las aguas del Mar de Japón con la participación del portaaviones USS Nimitz. 

El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, recientemente llamó la atención sobre la creciente capacidad de Japón para llevar a cabo operaciones ofensivas, lo que, dijo, constituía “una grave violación de uno de los resultados más importantes de la Segunda Guerra Mundial”. Japón planea comprar alrededor de 500 misiles de crucero Tomahawk de los EE. UU., que pueden amenazar directamente la mayor parte del territorio del Lejano Oriente ruso. Mitsubishi Heavy Industries está trabajando en el desarrollo de misiles antibuque terrestres Tipo 12 «para proteger las islas remotas de Japón».

Japón también está desarrollando armas hipersónicas diseñadas para llevar a cabo operaciones de combate “en islas remotas”, que los rusos ven como opciones para la posible toma de las Kuriles del Sur por parte de Japón. En 2023, Japón tendrá un presupuesto militar superior a los 51.000 millones de dólares (al mismo nivel que el de Rusia), que está previsto que aumente hasta los 73.000 millones de dólares. 

De hecho, durante la última inspección sorpresa, los barcos y submarinos de la Flota del Pacífico de Rusia hicieron la transición de sus bases a los mares de Japón, Ojotsk y Bering. El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, dijo: “en la práctica, es necesario encontrar formas de evitar el despliegue de fuerzas enemigas en el área operativamente importante del Océano Pacífico: la parte sur del Mar de Ojotsk y para repeler su aterrizaje en el Sur. Islas Kuriles e Isla Sakhalin”.

‘En voz alta en silencio…

Al examinar las alineaciones regionales, Yuri Lyamin, experto militar ruso y miembro principal del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, un grupo de expertos líder del complejo militar-industrial, dijo al periódico Izvestia :

“Considerando que no hemos resuelto la cuestión territorial, Japón reclama nuestras Kuriles del Sur. En este sentido, los controles son muy necesarios. Es necesario aumentar la preparación de nuestras fuerzas en el Lejano Oriente…

“En el contexto de la situación actual, necesitamos fortalecer aún más la cooperación de defensa con China. De hecho, se está formando un eje contra Rusia, Corea del Norte y China: EE. UU., Japón, Corea del Sur, Taiwán y luego va a Australia. Gran Bretaña también está tratando activamente de participar… Todo esto debe tenerse en cuenta y debe establecerse una cooperación con China y Corea del Norte, que son, se podría decir, nuestros aliados naturales”.

En comentarios muy significativos en una reunión del Kremlin con Shoigu el 17 de abril, mientras Li estaba en Moscú, Putin señaló que las prioridades actuales de las fuerzas armadas de Rusia se “centran principalmente en la vía ucraniana… (pero) el teatro de operaciones del Pacífico sigue siendo relevante”. y debe tenerse en cuenta que “las fuerzas de la flota (del Pacífico) en sus componentes individuales ciertamente pueden ser utilizadas en conflictos en cualquier dirección”. 

Al día siguiente, Shoigu le dijo al general Li: “En el espíritu de amistad inquebrantable entre las naciones, los pueblos y las fuerzas armadas de China y Rusia, espero cooperar con usted de la manera más estrecha y exitosa posible…” . dicho :

“Sergei Shoigu enfatizó que Rusia y China podrían estabilizar la situación global y disminuir el potencial de conflicto al coordinar sus acciones en el escenario global. «Es importante que nuestros países compartan la misma visión sobre la transformación en curso del panorama geopolítico mundial… La reunión que tenemos hoy, en mi opinión, ayudará a consolidar aún más la asociación estratégica Rusia-China en la esfera de la defensa y permitirá un diálogo abierto». discusión de temas de seguridad regional y global”. 

Beijing y Moscú visualizan que EE. UU., al no haber podido “borrar” a Rusia, está dirigiendo su atención al teatro de Asia-Pacífico. Baste decir que la visita de Li muestra que la realidad de la cooperación de defensa entre Rusia y China es complicada. La cooperación técnico-militar entre Rusia y China siempre ha sido bastante reservada, y el nivel de secreto ha aumentado a medida que ambos países se involucran en una confrontación más directa con los EE. UU.

El significado político de la declaración de Putin de 2019 sobre el desarrollo conjunto de un sistema de alerta temprana de misiles balísticos se extendió mucho más allá de su importancia técnica y militar. Demostró al mundo que Rusia y China estaban al borde de una alianza militar formal, que podría desencadenarse si la presión de EE. UU. fuera demasiado lejos.

En octubre de 2020, Putin sugirió la posibilidad de una alianza militar con China. La reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores chino fue positiva, aunque Pekín se abstuvo de utilizar la palabra “alianza”.

Se puede formar rápidamente una alianza militar efectiva y que funcione si surge la necesidad, pero sus respectivas estrategias de política exterior hacen que tal movimiento sea poco probable. Sin embargo, el peligro real e inminente de un conflicto militar con los EE. UU. puede desencadenar un cambio de paradigma.

FUENTE https://www.indianpunchline.com/china-russia-circle-wagons-in-asia-pacific/

EEUU lanza una amenaza de muerte a Latinoamérica Por Víctor Ternovsky

El Occidente colectivo, con EEUU a la cabeza, ha perdido todo su atractivo de cara a las naciones fuera del supuestamente privilegiado club conformado por Washington y sus vasallos. Un club que se está convirtiendo en un verdadero paria internacional, en contraste con la creciente alianza entre las potencias emergentes.

Se ha llegado a una situación en la que el despectivo calificativo de «patio trasero» convendría más bien para definir a EEUU y no a Latinoamérica, una región que avanza a pasos agigantados hacia convertirse en uno de los centros de un nuevo mundo multipolar.

Incapaz de atraer a Latinoamérica mediante el poder suave, Washington exhibe su último argumento que es el poderío militar.

En voz clara y a la vez histérica, EEUU amenazó con «consecuencias de proporciones bíblicas» a los países de la región que se atrevan a buscar una alternativa a la sumisión a la potencia del Norte. Lo dijo literalmente la congresista estadounidense María Elvira Salazar dirigiéndose a una Argentina que baraja instalar una planta para fábricas y exportar cazas chinos. Sería “un pacto con el diablo que puede tener consecuencias de proporciones bíblicas”, reiteró la política.

Al mismo tiempo, Washington ni siquiera pretende ocultar que el único papel que se le permite tener a Latinoamérica es el de un depósito de recursos naturales para las necesidades de EEUU. La General Laura Richardson, Jefa del Comando Sur de EEUU, manifestó abiertamente las pretensiones de su país sobre las inmensas reservas de litio, de petróleo y de agua dulce que alberga América Latina.

En otras palabras, Washington ha pasado a amenazar de muerte a sus vecinos en el continente, dijo en una entrevista con mi canal el intelectual argentino Carlos Pereyra Mele, director del think-tank Dossier Geopolitico.

Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, aborda en la columna del Club de La Pluma, la oportunista estrategia mediática de los últimos días, en esconder  las noticias sobre Ucrania, como si esa guerra no existiese y en una parodia de aquel famoso film titulado: “SIN NOVEDAD EN EL FRENTE”. Y todo para no desvelar una realidad desastrosa para Occidente, luego de meses de mentiras, expectativas de victorias ficticias y de una ruso fobia cercana a la paranoia. En contrapartida, esa misma prensa ha creado una conmoción global por la supuesta filtración de un niño de 21 años, de millares de documentos del Pentágono, publicados por el New York Times, NO negados por Washington y puestos en duda por Moscú.

Y lo primero que señala nuestro director de esa filtración, son los detalles de la corrupción del héroe de Occidente,  Zelenski corroborada por el jefe de la CIA, sobre la desaparición de 400 millones de dólares del dinero enviado desde EEUU para gastos administrativos. Por lo que el cómico de Kiev ya estaría marcado y sentenciado por Washington y con un destino similar al del otro personaje de risa y también héroe occidental, Juan Guaidó.

También destaca que las filtraciones se dan en el marco de un enfrentamiento interno en el propio Pentágono, donde un grupo quiere asumir los daños y acabar con la guerra de Ucrania, para dedicarse luego a frenar a China. Mientras que el otro sector, que responde al gran negociado de la guerra, insiste en acentuarla, aunque genere tensiones nucleares cercanas a un holocausto mundial. Y agrega que los generales norteamericanos reconocen que Ucrania está imposibilitada de hacer algún tipo de contraofensiva importante que pueda cambiar el curso de la contienda.

Sobre el viaje de Lula a China, Pereyra Mele deja su análisis en manos de los expertos compañeros brasileños del Club de La Pluma, y se vuelca analizar los informes de la norteamericana Statista, con datos del FMI y del Banco Mundial, sobre Las 10 primeras potencias económicas del mundo en 1992, y los compara con los previstos para 2024, -apenas 30 años después- con un resultado espectacular a favor de China, Asia y el sur global, y hundiendo las posiciones occidentales, especialmente las europeas, lo que demuestra la envergadura del cambio mundial que estamos viviendo.

También hace referencia al presidente Macrón, con millones de franceses furiosos en la calles, quién ha bloqueado la financiación de mil millones de euros de la UE para fabricar municiones para Ucrania, lo que interpreta cómo un lento desprendimiento de los súbditos europeos de Estados Unidos, en esta Guerra Híbrida Proxy, impuesta en suelo europeo, con muertos europeos y con la ruina económica de los europeos.

Todo para demonizar a la Federación Rusa y atacar luego a China.

Eduardo Bonugli (Madrid, 15/04/23)

Invitados por el galardonado periodista mexicano Roberto de la Madrid para su programa “Detrás de la razón” platicamos el Dr. Eduardo Luque desde España y el Licenciado Carlos Pereyra Mele desde Argentina sobre la “guerra invisible” la Guerra del Yemen invadida por el Reino de Arabia Saudita desde hace una década con un trágico resultado en pérdida de vidas (un verdadero geonocidio); que estaría a punto de llegarse a un acuerdo de Paz que lleve tranquilidad y paz a esa castigada y maltratada zona de la península arábiga donde se cometieron indudablemente crímenes de lesa humanidad, por parte del invasor. Pero poder poner un alto al intento de exterminar al pueblo hutíes o huzíes (en árabe: الحوثيون‎, al-hūṯiyyūn), y encaminarse a una solución negociada del conflicto es una muy buena nueva, que además es la conclusión de los acuerdo de intercambio de embajadores y restablecimiento de relaciones internacionales entre el Reino Saudita y la República Islámica de Irán. Por ello estas novedades nos llevan a afirmar que estamos en la “cresta de la ola” surfeando la misma de los cambios tectónicos que vivimos en estos tiempos.

Pepe Escobar 15 de abril Fondo de la Cultura Estrategica

Esta es la historia de dos peregrinos que siguen el camino que realmente importa en el joven siglo XXI ; uno procedente de la OTAN y otro de los BRICS.

Comencemos con Le Petit Roi, Emmanuel Macron. Imagínalo con una sonrisa de plástico en la cara paseando junto a Xi Jinping en Guangzhou. Siguiendo el sonido largo y suave del clásico «High Mountain and Flowing Water», ingresan al Baiyun Hall  para escucharlo interpretado por el Guqin de 1000 años de antigüedad (un hermoso instrumento). Saben la fragancia del té de 1000 años de antigüedad y reflexionan sobre el auge y la caída de las grandes potencias en el nuevo milenio.

¿Y qué le dice Xi a Le Petit Roi? Él explica que cuando escuchas esta música eterna tocada por este instrumento eterno, esperas estar en compañía de un amigo íntimo; estás en sintonía tanto como la alta montaña y el agua que fluye. Ese es el significado más profundo del antiguo cuento de los músicos Yu Boya y Zhong Ziqi, hace 25 siglos en el Reino de Chu: amistad íntima. Solo los amigos íntimos pueden entender la música.

Y con eso, como explicaron los eruditos chinos, Xi trajo a colación el concepto de Zhiyin. Después de la muerte de Zhong Ziqi, Yu Boya rompió su Guqin: pensó que nadie más podía entender su música. Su historia imprimió el término “Zhiyin”: alguien que entiende de música, con el significado adicional de amigos cercanos que pueden entenderse completamente entre sí.

Todas las apuestas están cerradas sobre sí un títere narcisista como Macron alguna vez será lo suficientemente culto como para comprender el mensaje sutil y sofisticado de Xi: aquellos que lo entienden son verdaderas almas gemelas. Además, sus amos no enviaron a Macron a Beijing y Guangzhou para unir almas, sino para tratar de inclinar a Xi hacia la OTAN en Rusia/Ucrania.

Su lenguaje corporal es un claro indicativo, completo con cruzar los brazos demostrando aburrimiento. Es posible que al principio haya sido impermeable a la noción de que la verdadera amistad requiere comprensión y aprecio mutuos.

Pero entonces sucedió algo extraordinario. El mensaje de Xi puede haber tocado un punto clave en las torturadas profundidades internas del narcisista Petit Roi. ¿Qué pasa si, en las relaciones internacionales, la comprensión y el aprecio mutuos son la clave para que las naciones encuentren un terreno común y trabajen juntas hacia objetivos comunes?

¡Qué noción revolucionaria; no exactamente el “orden internacional basado en reglas” impuesto por el Hegemón.

¿Eres un verdadero soberano?

Al invitar a Le Petit Roi a China y pasar personalmente no menos de 6 horas con su invitado, Xi promulgó lo mejor de la diplomacia milenaria. Le recordó a su invitado la turbulenta historia entre Francia y las potencias anglosajonas; y habló de soberanía.

La subtrama sutil clave: «Europa» piensa mucho en estar subordinada al Hegemon y minimiza lo mejor posible la turbulencia económica masiva cuando llega el Día de la Confrontación con los EE. UU. Implícita es la prioridad de Beijing de romper los crecientes intentos de EE. UU. de rodear a China.

Entonces, Xi trató a Francia como un verdadero soberano potencial incluso bajo la UE; o separándose un poco del dogma de la UE.

Por supuesto, otro mensaje clave estaba implícito bajo esta invitación confuciana al crecimiento epistemológico. Para aquellos que no estén dispuestos a ser amistosos con China debido a las complejas capas geopolíticas, nunca será demasiado tarde para que Beijing muestre el lado menos “amigable” del estado chino, si se presenta la situación.

Traducción: si Occidente apuesta por Total Machiavelo, China aplicará Total Sun Tzu. Incluso si Beijing prefiera las relaciones internacionales bajo la égida de la Belleza, la Bondad y la Verdad en lugar de “estás con nosotros o contra nosotros”, la guerra del terror y la demencia de sanciones.

Entonces, ¿Petit Roi tuvo un momento de «camino a Damasco»? El veredicto está abierto. Literalmente asustó al Hegemón con su  arrebato de que Europa debe resistir la presión para convertirse en «seguidores de América». Eso está bastante en sintonía con los 51 puntos acordados por Beijing y París, con énfasis en las «preocupaciones legítimas de seguridad de todas las partes».

Los estadounidenses se asustaron aún más cuando Macron afirmó que Europa debería convertirse en una «tercera superpotencia» independiente. Le Petit Roi incluso avanzó algunos pequeños pasos a favor de la desdolarización (ciertamente bajo la supervisión de sus maestros financieros) y no a favor de Forever Wars.

Así que los estadounidenses, presas del pánico, tuvieron que enviar a la quinta columna alemana Annalena “360 Grados” Bearbock a toda prisa a Beijing para tratar de deshacer los arrebatos de Le Petit Roi y reafirmar el guión oficial de Washington Dictates Bruselas. Nadie, en ningún lugar, prestó la menor atención.

Eso se sumó a la trama secundaria más evidente de toda la historia: cómo la dominatriz de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue tratada por Beijing como algo peor que irrelevante. Un erudito chino la describió mordazmente como “simplemente el portavoz de una organización canina sin dientes. Incluso su ladrido suena como los gemidos de un perro con una enfermedad terminal que está a punto de ser sacrificado”.

El “perro con enfermedad terminal” tuvo que pasar por el control de pasaportes y aduanas (“¿Algo que declarar”?) Sin estatus diplomático. Sin invitación oficial. Sin soberanía. Y no, no puedes tomar el tren especial de alta velocidad junto a Macron para ir a Guangzhou. Así que aquí hay otro mensaje, este bastante gráfico: no te metas con el espíritu del Reino Medio de 3000 años de antigüedad.

Lula y “Zhiyin”

Los principales académicos chinos quedaron absolutamente fascinados con la aplicación de estratagemas diplomáticas que habían sido tan útiles hace 25 siglos, ahora recreadas en el escenario global del camino a la multipolaridad.

Algunos piden una nueva “Estrategia para los Estados Combatientes” reescrita para el siglo XXI . 

La enorme mesa redonda establecida por el protocolo chino con la «jungla» en el medio y Macron y von der Leyen posicionados como para una entrevista de trabajo fue un éxito monstruoso en Weibo y Wechat. 

Eso condujo a discusiones interminables sobre cómo China ahora finalmente puede «abrir una brecha entre los bárbaros«.

En comparación con todo este alboroto, la historia del presidente brasileño Lula viniendo a Shanghai y Beijing se lee como una ilustración gráfica de Zhiyin.

Lula fue  por la yugular desde el principio, durante la toma de posesión de la ex presidenta Dilma Rousseff  como nueva presidenta del NDB, el banco BRICS.

En un lenguaje simple y directo que cualquiera, desde el Sahara hasta Siberia, puede entender, Lula dijo : “Todas las noches me pregunto por qué todos los países deberían estar atados al dólar para el comercio. ¿Por qué no podemos comerciar en nuestras propias monedas? ¿Y por qué no tenemos el compromiso de innovar?”.

Directamente implícito está el hecho de que los BRICS+ en expansión deberían diseñar y promover su propia moneda (el largo y complejo proceso ya ha comenzado), además de permitir el comercio en monedas nacionales.

El poderoso mensaje de Lula fue dirigido a todo el Sur Global

Un ejemplo brasileño es el ICBC de China que establece una cámara de compensación en Brasil que permite el intercambio directo entre yuanes y reales.

No es de extrañar que el periódico oficial de la CIA, el Washington Post, echando espuma por la boca, emitiera de inmediato el veredicto del Estado Profundo: Lula no está obedeciendo el dictado del «orden internacional basado en reglas».

Eso significa que el Estado Profundo vendrá tras Lula y su gobierno, una y otra vez, y  hará lo posible para desestabilizarlo. Porque lo que dijo Lula es exactamente lo que Saddam Hussein y el coronel Gadaffi dijeron, y trataron de implementar, en el pasado.

Así que Lula necesitará toda la ayuda que pueda conseguir. Introduzca, una vez más, «Zhiyin».

Así recibió oficialmente Xi a Lula en Beijing. Muy pocas personas en todo el mundo, no chinas, entienden que cuando alguien de la talla de Xi te dice, justo enfrente de ti, que eres “un viejo amigo de China”, eso es todo.

Todas las puertas están abiertas. Ellos confían en ti, te abrazan, te protegen, te escuchan, te ayudan en momentos de necesidad y siempre harán todo lo posible para mantener la amistad cerca de sus corazones.

Y eso termina, por ahora, nuestra historia de «amigos íntimos» que toman el camino a Beijing. El amigo BRICS ciertamente entendió todo lo que hay que saber. En cuanto al Pequeño Rey de la OTANista europea Francia está que sueña con convertirse en un verdadero líder soberano, la hora de la verdad está llamando a su puerta.

Por Javier Benitez que entrevista a Carlos Pereyra Mele

En su visita a Xi Jinping, Lula da Silva fue contundente: pidió acabar con el dominio comercial del dólar. Y es que EEUU ha sometido a todo el planeta durante décadas con la dictadura de su divisa en las transacciones comerciales entre países para así poder repartir su propia inflación entre el resto del mundo y, de paso, pagar su propia deuda.

Lo único que le queda al dólar es que le hagan la extremaunción: le están dando por todos lados. Como suele decir una frase coloquial, con un toque de humor negro, que se usa en algún país latinoamericano cuando alguien o algo se enfrenta a una situación irreversible: «Dale un besito al muerto, que se cierra el cajón».

Y eso es lo que debería estar haciendo EEUU en estos momentos, porque su gran arma de poderío global, que ha hecho que el mundo entero cargue con su inflación, o pague su deuda, y además alimente su industria armamentística, está en franco trayecto final. A un end of the road. Y la más reciente estocada se la ha dado el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, durante su visita a China. AUDIO:

Esta decisión, que vienen tomando en los últimos tiempos varios países, para dejar de utilizar el dólar es una fórmula que pretende frenar lo que ha estado haciendo EEUU con su moneda, dice al respecto el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

«El sistema económico norteamericano, además de ser mucho más débil de lo que se lo preveía, tiene serias dificultades hoy en día de expandir más allá de sus límites esa gigantesca deuda externa, y que muy pronto le va a pasar factura», señala el analista.

En su discurso en el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS —Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica—, durante la ceremonia de toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta de esa institución financiera este jueves, dijo Lula: “Todas las noches me pregunto por qué todos los países tienen que basar su comercio en el dólar. ¿Por qué no podemos comerciar con nuestras propias monedas? ¿Quién fue el que decidió que el dólar fuera la moneda tras la desaparición del patrón oro? Necesitamos una moneda que transforme a los países en una situación más pacífica, porque en la actualidad hay que correr detrás del dólar para exportar”. El auditorio de dignatarios chinos y brasileños estalló y aplaudió a rabiar al mandatario brasileño.

«Esto representa que los acuerdos de Bretton Woods terminaron. Bretton Woods fue la decisión, prácticamente finalizando la Segunda Guerra Mundial, donde se estableció una serie de institutos y fórmulas en las que iba a manejarse la economía post Segunda Guerra Mundial, donde surgen dos organismos controlando, dominando y siendo la herramienta del poder norteamericano: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que técnicamente aparecen como dos organismos ligados a las Naciones Unidas, pero en el fondo todos sabemos que fue la herramienta de control financiero global que estableció EEUU a partir de ese momento, y como moneda para realizar todo tipo de transacción, se impuso, sí o sí, la utilización del dólar a nivel internacional», explica Pereyra Mele.

Lula en caballo ganador

Mientras, este 13 de abril, al reunirse con su anfitrión chino, Lula disparó a discreción.

«Ayer visitamos Huawei en una demostración de que queremos decirle al mundo que no tenemos prejuicios en nuestras relaciones con los chinos. Nadie va a prohibir que Brasil mejore su relación con China», dijo el mandatario brasileño en una reunión abierta entre ambos líderes.

Hay que recordar que EEUU considera a la empresa china como un riesgo para la seguridad nacional, y que la Unión Europea, que anda desesperada detrás de China, busca expulsar a Huawei de todo su territorio, con Alemania como abanderado de esta iniciativa.

«Esto representa que Brasil ha decidido encolumnarse con los países del Sur Global, los países emergentes. Sabe que el sistema económico, comercial, industrial, tecnológico, científico se ha volcado definitivamente hacia el mundo euroasiático. Cuando decimos ‘mundo euroasiático’ es porque incorporamos a la Federación de Rusia, a la Organización de Cooperación de Shanghái [OCS], que incluye a casi todos los países asiáticos, y eso ha creado un bloque que a su vez tiene gigantesca influencia fundamentalmente en África y Medio Oriente, y por supuesto también en Latinoamérica», concluye Carlos Pereyra Mele.

FUENTE RADIOS SPUTNIK INTERNACIONAL https://sputniknews.lat/20230415/al-enemigo-ni-agua-el-brics-decidido-a-reventar-al-dolar-1138166306.html

Por Enrique Lacolla

Más allá del caos informativo que nos rodea, se hace evidente que el enfrentamiento entre dos formas de organizar el mundo –la unipolar y la multipolar- está ingresando a una fase de movilidad extrema.

Por estos días se han producido hechos que están poniendo en evidencia un fenómeno que venía anunciándose desde hacía tiempo, pero que recién ahora empieza ponerse de manifiesto. El imperio se resquebraja. El imperio, es decir, USA en primerísimo término, y luego Gran Bretaña y lo que genéricamente se suele definir como el norte desarrollado, que en el último medio siglo adoptó como credo económico el neoliberalismo y que, tras el derrumbe de la URSS, apuntó a lograr la hegemonía global. El dilema ahora parecería ser: ¿se impondrá este modelo unipolar, fundado en una globalización asimétrica en la cual el norte oprime al sur[i], o emergerá un mundo multipolar dotado de una diversidad de opciones?

Entre los hechos más sonados que dan el alerta respecto de lo que está sucediendo debe inscribirse la visita del presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva, a China, y el nombramiento de la ex presidenta de ese país, Dilma Rousseff, como titular del Banco del BRICS. La conjunción de economías tan poderosas como las de China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica en una entidad financiera plantea la posibilidad de que el mundo vaya saliendo, gradualmente, de la hegemonía del dólar, y el hecho de que sea una latinoamericana la que encabece a ese banco, abre buenas perspectivas para la región. Por supuesto que se trata de procesos largos y en el curso de los cuales pueden aparecer muchas sorpresas, pero un dato parece indiscutible: el desarrollo precipitado por el conflicto en Ucrania ha dispersado por el panorama internacional una gran cantidad de cápsulas explosivas de liberación lenta, que irán detonando más pronto que tarde, durante la próxima década al menos.

Un símbolo espectacular de las modificaciones tectónicas que se anuncian lo da la aproximación entre el Irán shiíta y la Arabia saudita sunita…

…Estas dos potencias se han aproximado gracias a la gestión de China y Rusia, a la reconsideración de los saudíes acerca de la conveniencia de seguir adhiriendo sin discusión a la tutela norteamericana, tan abrumadora y eventualmente tan cambiante; y a la evidencia del hecho de que la superpotencia ya no dispone de los recursos económicos y de la cohesión social que le permitía reclutar masas de soldados por el sistema de la conscripción para mandarlos a servir –y eventualmente a morir- en territorios lejanos. Las ventajas tecnológicas son decisivas para ganar una batalla, pero para consolidar el triunfo suele ser necesario ocupar el terreno, y en este plano de exigencias, incluso para una potencia como Estados Unidos, los requisitos pueden resultar desmesurados pues el humor social no se regula tan administrativamente como una empresa.

Que a Washington le preocupa sobremanera la aproximación persa-saudí quedó revelado hace ya tres años, cuando Donald Trump autorizó el asesinato del general iraní Qasam Soleimani, quien se encontraba inmerso en negociaciones para aproximar a su país con la monarquía saudita. Hoy observamos que esa reacción criminal no fue suficiente para lograr su objetivo.

Pero incluso políticos o gobiernos que se encuentran alineados dentro del esquema de la estrategia atlantista dan muestras de disconformidad respecto de los dictados de Washington. Emmanuel Macron fue uno de los exponentes del establishment occidental que emprendió el camino de Pekín en plena crisis por el estatus de Taiwán, incentivada por las provocaciones norteamericanas que insinúan un reconocimiento de esa isla como un estado independiente, a pesar de que esta siempre formó parte integral de China, como lo demuestra el hecho de que durante un tiempo asumió, bajo el paraguas norteamericano, la representación de ese país en las Naciones Unidas.[ii] A su retorno Macron afirmó, entre otras cosas, que en su opinión no había que involucrarse en conflictos (como el estatus de Taiwán) que a Europa no le competían.

Por otro lado, la creciente inestabilidad social, la inflación y el rebote que tienen los embargos a los productos rusos en la misma Unión Europea, que instrumenta esas medidas por orden de Estados Unidos sin provecho propio alguno -por el contrario, comprándose problemas de envergadura- están creando situaciones insostenibles para los gobiernos a cargo, que han de tragarse sapos como el sabotaje del Nord Stream Dos, que proveía gas ruso a Alemania, por acción de comandos presumiblemente estadounidenses y noruegos. España acaba de rebelarse contra el consejo de Bruselas -que invita a no adquirir productos rusos o a hacerlo a precios muy inferiores a los del mercado-, adquiriendo un 172 % por ciento más de gas envasado a Rusia que el año pasado, descargándolo a veces de tanqueros detenidos en aguas internacionales y estacionándolo en su territorio. Este incremento se vincula también a un considerable aumento en las compras del gas en el mercado spot, es decir en un mercado financiero donde se pueden comprar o vender activos al contado. Empresas internacionales de compraventa de gas usan a España como base de operaciones. “Traen aquí ese cargamento y luego o bien lo colocan en el mercado español o vuelven a sacarlo y lo llevan a otro sitio”, publica El Confidencial, de España.

Al lado de estos datos duros, hay una parafernalia de informaciones que mezclan con alegre irresponsabilidad las fake news sobre bajas, moral de los combatientes rusos y especulaciones tácticas sobre lo que podría ocurrir en el frente.

La misma alegre irresponsabilidad con la que Finlandia y Suecia se precipitan hacia los brazos de la OTAN. Hay filtraciones del Pentágono que provocan escándalo pero que no dicen nada que no pueda ser previsto por los especialistas militares de cualquiera de dos bandos. Estados Unidos monta grandes maniobras con navales con Filipinas y moviliza a Japón para que abandone la política puramente defensista que había adoptado por imposición norteamericana después de la segunda guerra mundial, y apreste a sus fuerzas armadas para tareas que podrían exceder sus fronteras naturales. China replica a estas movidas con unas maniobras imponentes en el estrecho de Taiwán, mientras que Rusia… aparentemente deja al payaso Zelensky y a sus secuaces cocinándose en su propia salsa, a la espera de la famosa contraofensiva urdida por la OTAN y con la que la alianza atlántica piensa desgastar a los rusos hasta sacrificar al último ucraniano.

El mundo se mueve. ¿Terminará este movimiento en una hecatombe? ¿O en un período caótico y violento, pero que eluda el desastre definitivo y abra nuevos caminos? Quién lo sabe. Pero el imperio empieza a vacilar sobre sus fundamentos.

¿Tendremos en Argentina el tino y la decisión necesarios para aprovechar la ocasión y buscar una salida a nuestra decadencia?

[i] Los ricos oprimen a los pobres en todas partes, sin diferenciaciones geográficas. Pero, al concentrarse la riqueza –“El Gran Dinero”-en los países más desarrollados, se consiente que allí se produzca un cierto grado de derrame, atemperando –o disimulando- las penurias de los que tienen menos.

[ii] La historia de Taiwán resume muchos rasgos del cinismo, las paradojas y las contradicciones de la política exterior, en especial la de Washington. Vieja colonia de los portugueses, que la nombraron Formosa, la isla fue ocupada por Japón después de la guerra chino-japonesa de 1894. La derrota nipona en 1945 la devolvió a China, por entonces bajo el gobierno del Kuomintang. Derrotado Chiang Kai Shek por los comunistas de Mao en 1949, buscó refugio en ese lugar, donde quedaría amparado por la VII flota norteamericana. Taiwán usurparía la representación de China en la ONU hasta 1971, fecha en la cual, como consecuencia de la dramática inversión de alianzas determinada por la aproximación entre Washington y Pekín favorecida por el cisma chino-soviético, el escaño de China en el Consejo de Seguridad pasaría a manos de la república popular.

FUENTE SITIO WEB DE ENRIQUE LACOLLA http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=755

La visión europea sobre una Europa Geopolitico Por Luis Francisco Rey Arroyo, coronel del Ejército de Tierra España (Artillería), DEM (ret.)

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

La guerra en Ucrania ha puesto en evidencia las luces y las sombras de la actual situación política de la Unión Europea (UE). Por un lado, la UE ha conseguido actuar de forma coordinada y coherente en esta crisis; por otro lado, las disensiones internas entre los Estados miembros, crean desconcierto y dan una imagen de debilidad y desunión a propios y extraños.

Gracias a un contexto geopolítico favorable y bajo el paraguas de seguridad de los Estados Unidos (EE. UU.), el concepto de seguridad de la UE basado en la interdependencia y la soberanía compartida en instituciones comunes ha sido viable y exitoso.

Sin embargo, en el contexto actual de competencia por la hegemonía mundial, esa fórmula de seguridad no parece ser tan viable, puesto que el idioma que utilizan las grandes potencias enfrentadas es el del poder, por lo que parece necesario que la UE (no cada uno de los 27 por su cuenta) pueda utilizar, para su propia seguridad y defensa, ese idioma sin ambages.

Asimismo, con independencia del resultado de la guerra, Rusia seguirá siendo una fuente de inestabilidad geopolítica por muchos años y la lucha de EE. UU. por mantener su hegemonía mundial puede desplazar ese paraguas de seguridad con el que Europa hasta el momento actual se ha protegido.

Introducción

Desde hace más de un lustro, con cada crisis, el debate —casi permanente sobre «geopolítica», «poder» o «autonomía estratégica»— se acentúa en el seno de la Unión Europea (UE).

En esta nueva crisis provocada por la guerra en Ucrania, las más altas autoridades políticas de la Comisión Europea, de forma reiterada y enérgica, anunciaron el
«nacimiento de la Europa geopolítica»1 y subrayaron la necesidad de que «la UE tiene que aprender a usar el idioma del poder»2. Pese a esa insistencia parece que, como en crisis anteriores, los hechos no coinciden con lo que se anuncia. La retórica de la Comisión y las posturas políticas de los Estados miembros no coinciden, pues estos últimos están condicionados, entre otras razones, por sus intereses políticos y económicos, sus distintos grados de percepción de la amenaza, su identidad nacional o su falta de identidad europea y sus puntos de vista sobre la pérdida de soberanía en política exterior y defensa3 que, previsiblemente y entre otras consideraciones, puede conllevar dar el paso hacia una Europa geopolítica.

Tras el primer aniversario del inicio de la invasión rusa en Ucrania es plenamente reconocida la determinación, constancia y firmeza con la que la UE está actuando de forma coordinada y coherente en esta crisis y nos empieza a transmitir la sensación de que ya no es necesario seguir alimentando a la supuesta «recién nacida Europa geopolítica».

En un momento histórico en el que los equilibrios geopolíticos están mutando, desde el ataque de Rusia a Ucrania en 2014, se ha puesto de manifiesto que la actual capacidad de disuasión de la UE no es suficiente para evitar la guerra en suelo europeo; parece necesario que la UE, como poco, deba estar totalmente cohesionada en política exterior, convenientemente dotada en el ámbito de seguridad y defensa, más unida políticamente, y debidamente organizada estructuralmente para afrontar los nuevos retos geopolíticos que le permita garantizar una disuasión creíble.

Por esa razón, parece oportuno preguntarnos si ¿es posible que se forje una «Europa geopolítica» que pueda dar una respuesta apropiada a esos retos o, por el contrario, se trata de algo inalcanzable y poco realista?

Además, sea cual sea el resultado de la guerra, Rusia seguirá siendo una fuente de inestabilidad geopolítica por muchos años.
Por ello, gane o pierda Rusia, una Europa geopolítica inconclusa y con EE. UU. fuertemente comprometido en el Indopacífico son escenarios posibles a los que Occidente en general y Europa en particular se pueden enfrentar.

Con esos escenarios en mente, en este trabajo se pretende analizar la problemática existente en la UE con respecto a su nacimiento como una entidad geopolítica con capacidad de ser un actor estratégico creíble, contestar a la pregunta antes formulada y estudiar las posibles transformaciones en ese ámbito que puedan afectar a Europa en un futuro.

Para ello, este artículo, en primer lugar, trata de analizar la situación existente en la UE sobre la «Europa geopolítica» y el «idioma del poder», posteriormente, se esbozan las transformaciones geopolíticas que confluyen en esta crisis y, por último, se enumeran unas conclusiones.

La «Europa geopolítica» y el «idioma del poder»

La reflexión «Europa se forjará en las crisis y será la suma de las soluciones adoptadas para esas crisis» que Jean Monnet —considerado uno de los padres de la UE— dejó en sus memorias parece estar de plena actualidad. Y así lo fue cuando, el 1 de marzo de 2022, en una histórica alocución ante el pleno extraordinario de la Eurocámara para debatir la invasión rusa de Ucrania, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad / vicepresidente de la Comisión (AR/VP) afirmó: «Creo que este es el momento en el que está naciendo la Europa geopolítica. Esa es la partida de nacimiento de la Europa geopolítica. El momento en que tomamos conciencia del reto al que nos enfrentamos. El momento en el que Europa debe hacer frente a sus responsabilidades…»4.

Si suponemos que la Brújula Estratégica (BE)5 fuera ese tímido primer paso hacia la Europa geopolítica, no será hasta 20256 cuando sabremos con certeza si hemos empezado de verdad esa andadura. Siendo optimistas y siguiendo una posible evolución, a ese ritmo, no sería hasta dentro de doce años cuando esa recién nacida empiece a hablar. En consecuencia, nos podríamos preguntar ¿cuál será el idioma que empleará?

Si de lo que se trata es de que la Unión Europea «haga frente a sus responsabilidades», es decir, que pueda ser un actor estratégico de primer orden, ese idioma no debe ser otro que el «idioma del poder»7.

Colin Hay8 en su artículo «Political theory and the concept of power» define el poder como «la capacidad de los actores —ya sean individuales o colectivos— de ‘tener un efecto’ sobre el contexto que define el rango de posibilidades de otros»9. En definitiva, un actor (individual o colectivo) tiene poder, cuando al ejercitarlo, posee la capacidad de lograr sus fines en comparación con otros actores con los que interactúa.

El idioma del poder es extraño al ideario primigenio de la Unión cuyo objetivo era reemplazar la política del poder —que trajo tantas guerras y conflictos en Europa— por el entonces nuevo concepto de seguridad basado en la interdependencia y la soberanía compartida en instituciones comunes.

Gracias a un contexto geopolítico favorable que se ha ido manteniendo desde la creación de la UE, ese concepto de seguridad —a la sombra de los EE. UU.— ha sido, hasta el momento, viable y exitoso.

Así las cosas, bajo el paraguas de seguridad de los EE. UU. y de su liderazgo global, Europa ha podido llevar a cabo su política en beneficio de su economía y de la expansión de sus ideales democráticos a la vez que se reducían sus capacidades militares de una forma abrumadora.

En la Estrategia Global de la Unión Europea (EUSG)10, publicada el 28 de junio de 2016, se aprecia un cambio de rumbo significativo con respecto a la narrativa que hasta ese momento se usaba. En cierta medida, la UE modera la postura reflejada en la Estrategia Europea de Seguridad (EES) de 200311 de influir y cambiar el entorno internacional. Esa política no llegó a funcionar de la forma deseada, debido a que pocos países vecinos mostraron interés en la idea de que a cambio de ayuda financiera y una potencial integración en la UE, debían comprometerse a realizar las debidas reformas democráticas y de mercado. Por ello, haciendo frente a la realidad del momento12 la UE pasó a reconocer la necesidad de «asumir una mayor responsabilidad en nuestra seguridad», desarrollar la política de defensa de la UE y tener «un nivel adecuado de ambición y autonomía estratégica».

En este sentido, es necesario aclarar que la UE tiene la gran desventaja de ser una organización internacional con veintisiete miembros que deciden sobre cuestiones de política exterior y de seguridad por unanimidad, lo que obviamente dificulta la toma de decisiones. En general, cada Estado miembro por sí solo puede decidir el envío de sus tropas al extranjero en unas pocas horas sin muchas restricciones internas o externas. En cambio, la UE, en su conjunto, para llevar a cabo ese mismo trámite requiere un largo proceso que implica múltiples fases de preparación y consulta, a lo que hay que añadir la alta probabilidad de que por el camino pueda ser bloqueado. Lo que significa que, en crisis urgentes, cuando se trata del empleo de la fuerza militar y cada minuto cuenta, la UE no parece ser un actor creíble.

En el contexto actual, en que el idioma utilizado por las grandes potencias es el del poder, parece imprescindible que la UE necesite que, en principio y como mínimo, su estructura y organización interna, su Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y su Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD)13 se empezaran a alinear con lo que supondría dar ese paso para hacerse más fuerte geopolíticamente. Lo que en ningún caso podría significar que pretendiera desprenderse del vínculo transatlántico, ni que abandonara su ideario primigenio.

En la Brújula Estratégica que se publicó el 21 de marzo de 2022 y cuya redacción se vio afectada por la invasión de Ucrania, el 24 de febrero de 2022 (24F), hay bastantes medidas que pretenden fortalecer esa defensa, el detalle está en que estas se hacen a través de los Estados miembros o de la OTAN, pero no de la UE, cosa que deja claro que, independientemente de lo que digan las más altas autoridades de la Comisión, la realidad es que no hay voluntad de avanzar hacia esa supuesta Europa geopolítica.

Es más, en el texto de la BE de forma repetida se hace referencia al artículo 42, apartado 7, del Tratado de la Unión Europea14 relativo a la asistencia mutua entre Estados miembros, que ni es conocido por la mayoría de los europeos, ni su capacidad de disuadir a un agresor externo sea comparable al art. 5 del Tratado del Atlántico Norte, con el que, hasta cierto punto, se podría equiparar.

Las transformaciones geopolíticas

La toma de Crimea en febrero de 2014, la invasión del Dombás en agosto de ese año y la nueva invasión rusa a Ucrania el 24F son hechos que nos pueden hacer pensar que, en las áreas de influencia más próximas de la UE, el mundo no se ha movido de manera ostensible en la dirección que, hace veinte años, se pretendía en la Estrategia Europea de Seguridad (EES) de 200315 de «construir seguridad en nuestro vecindario» y expandir los «valores democráticos de la UE».

En concreto Rusia no ha ido en esa dirección, ha mirado hacia Asia y, de nuevo, ha traído la guerra a suelo europeo, es decir que, en este caso, no ha funcionado lo de
«construir seguridad en nuestro vecindario» ni lo de expandir los «valores democráticos de la UE», ni la disuasión para evitar la guerra.

Como parte integrante de la política exterior y de seguridad común de la Unión (PESC), la PCSD ha dado origen a estructuras políticas y militares internas de la Unión, lo que ha permitido misiones y operaciones militares y civiles en el extranjero.

Las dos grandes potencias, Rusia y China, vienen desafiando el orden internacional establecido desde hace años y perciben a Occidente en decadencia y débil.

Los desafíos que Rusia ha ido llevando a cabo durante el último decenio han ido aumentando progresivamente y con ellos sus ambiciones y motivaciones políticas. Estas, de una forma u otra, se han ido obviando por la UE, pensando primero que Rusia podría evolucionar hacia un sistema democrático Occidental y después que con sanciones económicas el problema se podría resolver. Sanciones que cuando se aplicaron como consecuencia de la intervención militar en Crimea en 2014, ni disuadieron a Rusia, ni impidieron que muchos miembros de la UE negociaran acuerdos comerciales y energéticos con ella.

Incluso desde antes de la intervención militar de 2014, esas relaciones comerciales y energéticas con los países de la UE han sido y están siendo utilizadas por Rusia como un instrumento para conseguir una ventaja geopolítica y militar, dado que, en vez de invertir la riqueza obtenida para evolucionar hacia un sistema democrático, la utilizaba para fortalecerse militarmente y llevar a cabo una estrategia geopolítica expansionista. Otros resultados históricos de ello fueron, por ejemplo: la ocupación de facto de Osetia del Sur y Abjasia, la guerra ruso-ucraniana 2014-2023…, y la intervención en Siria para apoyar a las fuerzas del presidente Bashar al-Asad.

Este último desafío ruso —la invasión rusa a Ucrania el 24F— por un lado ha creado un grave problema internacional, está poniendo en peligro la seguridad en Europa y ha erosionado uno de los cimientos en los que se apoyaron los fundadores de la Unión, que era el evitar nuevas guerras en suelo europeo; y por otro lado, ha fortalecido a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

A su vez, China también ha ido endureciendo sus actitudes con respecto a Occidente y ejercitando su poder como una gran potencia, ha usado todas las formas de coerción: políticas, económicas, cívico-militares y militares (reivindicaciones territoriales, aumento de su presencia militar y la creación de islas artificiales entre otras). Es decir, la República Popular actúa, al igual que Rusia, para transformar su entorno geopolítico.

El presidente Xi en el 20º Congreso del Partido Comunista Chino afirmó: «Nuestro país ha entrado en un período de desarrollo en el que las oportunidades, riesgos y desafíos estratégicos son concurrentes, y las incertidumbres y los factores imprevistos están aumentando […] Debemos ser más conscientes por tanto de los peligros potenciales, estar preparados para hacer frente a los peores escenarios…». Asimismo, resaltó la modernización del Ejército de Liberación Popular para convertirse en fuerzas de primer nivel antes del 2049.

China y Rusia han percibido amenazas de Occidente y comparten una relación política cada vez más estrecha. La amistad entre los líderes autoritarios de esos dos países, que concurren, como se ha citado anteriormente, en su visión negativa hacia un Occidente en declive y en sus deseos de resarcimiento por los agravios históricos, convierte esta situación en otro elemento de transformación geoestratégica a vigilar.

Esa unión de visiones y ambiciones de Pekín y Moscú complican los frágiles equilibrios geopolíticos en la actual competencia global por el poder con Occidente y nos acerca al mundo multipolar que Rusia y sobre todo China han estado desarrollando durante varios años y que viene a representar su lucha por la desvinculación geoestratégica del poder occidental.

Sin olvidar sus diferencias geográficas, históricas, raciales y culturales, es decir sus diferencias geopolíticas. No parece, en principio, que China y Rusia lleguen a tener una especie de alianza asiática emulando a la OTAN en la que un ataque armado contra una de ellas sea considerado como un ataque dirigido contra la otra.

En el momento actual, parece que Rusia y China mantienen esa unión de amistad de sus líderes que comparten las mismas visiones y ambiciones con respecto a Occidente. Al igual que antes del 24F, esos estrechos lazos se han puesto de manifiesto en el VII Foro Económico Oriental en Vladivostok16 y en la reunión XXII Reunión del Consejo de jefes de Estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)17 en Samarcanda. Conviene aclarar que la OCS no es ni una alianza político-militar intergubernamental como lo es la OTAN, ni representa una unión económica al estilo de la UE.

En este punto es necesario añadir que Putin y numerosas autoridades rusas, con cierta insistencia en los últimos años, están respaldando un ideario geopolítico que denominan «eurasianismo»18. De forma muy resumida, el «eurasianismo» que en la actualidad lo denominan «neoeurasianismo» es un movimiento político y cultural de Rusia que apoya una ideología que promueve la grandeza ruso-asiática.

Además, las sanciones económicas de Occidente con motivo de la guerra en Ucrania están impulsando un cambio de la orientación económica y política de Rusia, antes predominantemente europea, hacia una euroasiática. A la vez, entre otros factores, parece que les está haciendo evolucionar hacia una «gran asociación eurasiática». Lo que, de ser así, produciría un desequilibrio geoestratégico importante.

Poco a poco, parece que China irá apoyando la economía rusa a medida que su dependencia energética de Rusia sea mayor —puesto que podría convertirse en el mayor importador de petróleo y gas de Rusia— y llegue a consolidar su propio sistema de pago internacional. Lo que podría convertir a China en un actor geoestratégico comparable con EE. UU.

En esas circunstancias, el rol futuro de Rusia, bajo una fuerte dependencia de la economía y el sistema financiero chino, podría no coincidir exactamente con el que parece que publicita el presidente de Rusia, Vladimir Putin —el mundo ruso o «русский мир; Russkiy Mir»— para convertirse en realidad en un actor bajo la esfera de poder chino.

No obstante, en el contexto actual de transformaciones y competitividad geopolítica, todas esas tramoyas de alianzas pueden y deben interpretarse como parte de la guerra de la desinformación desarrolladas con el fin de engañar a los líderes políticos y a la opinión pública tanto Occidental, como global incluida la propia de la Federación rusa. Dado que no resulta verosímil que Rusia y China de una forma inminente vayan a unir sus fuerzas, ni que las relaciones entre Rusia y China hayan sido establecidas, en exclusiva, con el fin de contener a Occidente, habida cuenta la complementariedad económica entre una Rusia rica en recursos y una China ávida de materias primas y energía.

A este respecto, vigilar la deriva que pueda tomar esa asociación militar entre China y Rusia es una necesidad prioritaria pues en el caso de que siga reforzándose e incrementándose, podría llegar a comprometer seriamente los equilibrios geopolíticos y la seguridad internacional e incluso podría poner en jaque el entramado de alianzas de EE. UU. en Asia-Pacífico y en Europa. En fin, lo que no se puede pasar por alto son los riesgos reales que emanen de la cooperación militar y de seguridad entre Rusia y China.

Otro escenario posible y no menos preocupante sería un colapso de la Federación Rusa, que pudiera dar como resultado un Estado fallido. Expertos rusos como Andei Kolesnikov hablan de un posible «colapso total de todo» y el editor de Rusia y Europa del Este de The Economist, Arkady Ostrovsky en su artículo titulado «Russia risks becoming ungovernable and descending into chaos» afirma que «la guerra de Putin está convirtiendo a Rusia en un Estado fallido»19.

En consecuencia, esos escenarios por poco probables que pudieran parecer —puesto que números expertos vaticinan una salida negociada del conflicto— son, si cabe, los más peligrosos y por ello debemos estar preparados para poderlos afrontar.

Todo ello se complica si además tenemos en cuenta que en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los EE. UU. (ESN)20, adoptada por la Administración Biden el 12 de octubre de 2022, se deja claro que la guerra en Ucrania no ha supuesto ninguna alteración en la decisión de EE. UU. de priorizar su competición con China, pese a la amenaza que supone Rusia.

Es más, la ESN 2022 declara que en los «primeros años de esta década decisiva, se establecerán las condiciones de la competencia geopolítica y, al mismo tiempo, se acotará la ventana de oportunidades para afrontar los desafíos compartidos»; pone de manifiesto la intención de «configurar el orden internacional»; ve a China como «el único competidor con la intención de reformar el orden internacional y tener, cada vez más, el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo»; establece a la región del Indopacífico como su terreno de juego prioritario en esa competición con China y, a su vez, subraya la necesidad de «contener a una Rusia peligrosa».

Conclusiones

La guerra en Ucrania ha puesto en evidencia las luces y las sombras de la actual situación política de la UE. Por un lado, tenemos la firmeza, la determinación, la rapidez y la unidad de acción con la que la UE está actuando de forma coordinada y coherente en esta crisis y, por otro lado, la falta de cohesión en política exterior, los graves déficits de capacidad militar, las disensiones internas y las diferencias entre el discurso político de las más altas autoridades de la Comisión defendiendo la «Europa geopolítica» y los hechos.

En efecto, la posible falta de voluntad política de los Estados miembros en dar ese salto que, unido a un insuficiente sentimiento de identidad europea de sus gentes y la aparente falta de liderazgo y convicción europeísta de los líderes de las principales potencias de la UE, hacen que sea muy poco probable que a corto o medio plazo la UE pueda forjar una «Europa geopolítica».

Asimismo, con independencia del resultado de la guerra, Rusia seguirá siendo una fuente de inestabilidad geopolítica por muchos años y entre los muchos resultados finales posibles —aunque pudieran ser considerados como poco probables— Rusia como vencedora de la guerra en Ucrania podría continuar con sus ambiciones geopolíticas invadiendo otros países de Europa y como perdedora, como afirman algunos expertos, podría acabar como un Estado satélite de China, o que pudiera llegar a ser un Estado fallido. Si a ello le añadimos que, en esas circunstancias, EE. UU. estuviera totalmente inmerso en su lucha de poder hegemónico con China, el futuro de Europa, sin una capacidad real de ser un único actor estratégico, no parece ser halagüeño.

Es más, la ESN 2022 deja claro que ahora para EE. UU. el Indopacífico es su terreno de juego prioritario y deja a Europa en un segundo orden de prioridad. Lo que implica que a medida que se vaya endurecido la competencia hegemónica entre las dos superpotencias y EE. UU. tenga que inclinar su balanza cada vez más hacia el Indopacífico, ese proceso de cambio geopolítico (ya patente) debería, en su caso, tenerse en cuenta para modular la velocidad con la que la UE deba evolucionar hacia una Europa geopolítica.

Luis Francisco Rey Arroyo, coronel del Ejército de Tierra (Artillería), DEM (ret.)

Referencias:

1 Para poner en su contexto y pese a la controversia relacionada con los distintos puntos de vista sobre
«geopolítica», a efectos de este trabajo, sin pretender definirla y de una forma muy escueta; comúnmente se acepta que la geopolítica viene a relacionar territorio, situación y medio ambiente (la parte «geo») con política y poder.

2 Josep Borrell ya en su audiencia de confirmación el 7 de octubre de 2019, mencionó la frase: «The EU has to learn to use the language of power» («La UE tiene que aprender a usar el idioma del poder»). Se prefiere traducir
«language» por «idioma» y no por «lenguaje».

3 Aunque ya hayan renunciado a su soberanía monetaria. Los países que aún no han adoptado la moneda única pero que se incorporarán a la zona del euro cuando reúnan las condiciones necesarias son Bulgaria, Chequia, Hungría, Polonia, Rumanía y Suecia. Dinamarca, en lo que respecta a la moneda única, optó por mantener su moneda nacional tras su adhesión a la UE.

4 Disponible en: https://www.eeas.europa.eu/eeas/russian-aggression-against-ukraine-speech-high- representativevice-president-josep-borrell-ep_en [consulta: 9/1/2023].

5 https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371-2022-INIT/es/pdf [consulta: 9/1/2023].

6 BE: «A partir del análisis de amenazas revisado que realizaremos en 2025 y en función de la consecución de los objetivos clave previstos, el alto representante presentará propuestas para una posible revisión de la presente Brújula Estratégica».

7 https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20190926IPR62260/audiencia-con-el-candidato-a-alto- representante-josep-borrell [consulta: 9/1/2023].

8 Colin Hay es profesor de Ciencias Políticas en el Instituto de Estudios Políticos de París y profesor afiliado de Análisis Político en la Universidad de Sheffield, editor en jefe adjunto de la revista Comparative European Politics y director editorial de la revista New Political Economy.

9 HAY, Colin. «Divided by a Common Language: Political Theory and the Concept of Power», Politics. 17(1), 1997, pp. 45-52, p. 50.

10 https://eeas.europa.eu/archives/docs/top_stories/pdf/eugs_es_.pdf [consulta: 9/1/2023].

11 https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-15895-2003-INIT/en/pdf [consulta: 9/1/2023].

12 En aquel momento: en el este de Europa, se vulneró el orden de seguridad europeo; al mismo tiempo, el terrorismo y la violencia causaron estragos en el norte de África, Oriente Próximo, y en la propia Europa.

13 La política común de seguridad y defensa (PCSD) ofrece un marco de la Unión en el ámbito de la defensa y la gestión de crisis, incluidas la cooperación y la coordinación en materia de defensa entre los Estados miembros.

14 Art. 42, apdo. 7: «Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de conformidad con el
artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entiende sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros».

15 https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-15895-2003-INIT/en/pdf [consulta: 15/1/2023].

16 El objetivo del foro es fomentar la inversión en el Extremo Oriente ruso y el establecimiento de vínculos comerciales entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacífico.

17 La OCS fue fundada en 2001 por China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, para discutir asuntos económicos y de seguridad en Asia Central, con un enfoque hacia la lucha contra el terrorismo y el fortalecimiento de los vínculos comerciales. Tras recorrer un largo camino, ha llegado a convertirse en la organización regional más grande del mundo, concentrando más de la mitad de la población de nuestro planeta.

18 MOSTAFA, G. «The Concept of ‘Eurasia’: Kazakhstan’s Eurasian Policy and its Implications», Journal of Eurasian Studies, 4(2). 2013, pp. 160–170. Ver apartado 3 Russian Eurasianism. https://doi.org/10.1016/j.euras.2013.03.006 [consulta: 15/1/2023].

19 https://www.economist.com/the-world-ahead/2022/11/18/russia-risks-becoming-ungovernable-and-descending- into-chaos [consulta: 31/1/2023].

20 https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/11/8-November-Combined-PDF-for-Upload.pdf [consulta: 15/1/2023].

PUBLICADO EN ATALAYAR

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