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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein, autorizado por su autor para ser difundido en Dossier Geopolitico

El mundo está involucionando. La barbarie se impone. Una serie de valores, principios y comportamientos que la humanidad había aceptado como válidos -a pesar que los mismos son expresión de las sociedades de clases antagónicas- y que buena parte de esa misma humanidad los considere “normales”, están siendo avasallados, maltratados y excluidos de la cotidianidad de la vida.

Las noticias en este sentido son apabullantes. Ya va siendo natural que las fuerzas armadas de Ucrania con el apoyo de la OTAN, bombardeen hospitales, jardines infantiles y parques de diversiones. Las informaciones de la prensa libre traen la noticia de que uno de los proyectiles lanzados por el ejército neonazi, impactó en la sala de pediatría del centro hospitalario causando muertos y heridos. Todo ello con las armas de la “ayuda humanitaria” de Europa y Estados Unidos. Otro tanto ocurre en Palestina donde el ejército sionista asesina niños con total impunidad.

Todos los argumentos que se utilizan para enviar armas a Ucrania y para apoyar a la entidad sionista, son los mismos que justifican las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros países. 

Se ha llegado al colmo de la indecencia y la ausencia de escrúpulos. La carencia de cualquier tipo de ética los lleva a evidenciar, sin ninguna impudicia, crímenes de lesa humanidad que afectan la vida y conducen a la muerte de decenas de miles de ciudadanos. No les importa inyectar dinero y armamento al gobierno nazi de Ucrania y al sionista de Israel que vienen a ser lo mismo.

Durante el pasado mes de noviembre, un proyecto de resolución presentado en la ONU para rechazar la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas, fue aprobado por la inmensa mayoría de los países del planeta pero rechazado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y la Unión Europea. En otras palabras, estos países consideran que el nazismo debería ser exaltado como valor universal. Tal vez sea esta la explicación de su apoyo irrestricto al régimen nazi de Ucrania.

Creo que el debate sobre estos temas supera la coyuntura, se debe ir a los fundamentos, a lo estructural, a lo que tiene carácter estratégico para los intereses de la humanidad. En este sentido, se puede decir que la crisis de valores tiene que ver con la implosión de una serie de procesos que el mundo está viviendo y que guardan relación con la ineficacia de ciertos constructos teóricos que ya no sirven para analizar la situación del momento, me refiero a definiciones como democracia, izquierda y derecha, separación de poderes, alternabilidad en el gobierno, libertad de prensa y de expresión, Estado de derecho y otros que hoy son sólo instrumentos para la dominación, y que incluso hasta algunos sectores de la izquierda han asumido…y hasta defendido por su incapacidad de construir puntos de vista alternos, creer en ellos y usarlos como herramientas de construcción de la sociedad nueva.

En esa medida, ante nuestra incapacidad de creación teórica y de hacer práctica revolucionaria, hemos sido empujados a la defensa y salvaguarda de la conceptualización que emana de las sociedades de clases antagónicas. Todos sabemos que esos enunciados transformados en paradigmas de los que han ostentado el poder fueron emitidos hace muchos siglos y hasta milenios atrás cuando el mundo era totalmente diferente al actual. Seguir sustentándolos, es una entelequia e incluso un absurdo. Es los que quieren los que nos dominan. 

Uno de esos paradigmas es el de democracia tal como se conceptúa en Occidente. Como prueba de su total falsedad basta ver lo que está ocurriendo en Perú o en Estados Unidos, el propio corazón del mundo occidental capitalista que reverencia la democracia representativa.

Cuando un connotado líder occidental como lo es Josep Borrell establece una diferencia para el mundo en el que Europa es un jardín y el resto, una selva, se puede entender a la perfección el intríngulis que se nos pretende obligar a asumir. Con ello se justifica la expansión de la OTAN como expansión del hermoso jardín capitalista que debe construirse en todo el planeta para salvar a la humanidad de la barbarie de la selva. Ello es necesario incluso a costa de la guerra, el genocidio y hasta de la destrucción de la vida en el Tierra.

En esto de las definiciones, siglos de eurocentrismo nos han hecho creer que Europa es la madre de la civilización mundial y el ejemplo a seguir. Vale recordar que las grandes civilizaciones de la antigüedad: China, India, Persia, Mesopotamia, Egipto, la maya, la azteca y la inca, ninguna estuvo en Europa. 

En realidad, Europa es expresión de lo peor de la historia de la humanidad, allí nació el capitalismo y el imperialismo, el esclavismo y el colonialismo, allí se desarrollaron las dos guerras más brutales que el mundo pueda recordar. Europa expone en sus museos, sin impudicia, toda la barbarie que le es propia y que manifiesta lo más execrable de la condición humana.

En la actualidad, sus sistemas monárquicos que se venden entre oropeles como ejemplo de estabilidad político, su parlamento corrupto al servicio de repudiables realezas de otros continentes y su estructura militar organizada bajo la figura de la OTAN que no es más que manifestación edulcorada de su transformación en colonia de Estados Unidos que la compró a través del Plan Marshall, son clara manifestación de una putrefacción que el mundo no soportará por mucho tiempo más.

Mientras existan, hay que mantener relaciones con ellos, como con todos, pero sobre la base del respeto mutuo. La defensa de la soberanía y la capacidad de tomar decisiones sin interferencias externas debería ser piedra angular de la política exterior de cualquier país que se respete. Otro tipo de vínculo no debe ni puede ser aceptado bajo ninguna condición.

En el caso de América Latina, Europa solo desea tener una buena relación para alimentar los sucios intereses de sus bancos y sus empresas expoliadoras. Los gobiernos son meros servidores para garantizar el robo de nuestras riquezas.

En este sentido, me parece absolutamente indigno que todavía en el siglo XXI sigamos considerando a los países de Europa como avales o garantes de algo. ¿Hasta cuándo? 

No puedo concebir que para entenderse entre venezolanos o entre colombianos se tenga que recurrir a Noruega o a Francia para que den fe de nuestra buena voluntad para solucionar los problemas internos. 

Noruega finge apoyar la paz en América Latina y al mismo tiempo como país de la OTAN le da soporte al gobierno nazi de Kiev. De hecho es el sexto mayor contribuyente con armamento y recursos financieros con más de 550 millones de dólares para que Zelenski continúe su labor genocida. Es decir, “trabaja” por la paz en América Latina y trabaja por la guerra en Europa ¿cuánta inmoralidad? … y nosotros lo aceptamos. ¿Hasta cuándo?.

¿Acaso no tenemos CELAC?. ¿Para qué creamos nuestras instituciones si pensamos que no pueden ser avales o garantes? La CELAC debe ser mucho más que reuniones de discursos y aplausos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo en la salvaje Europa como sinónimo de paz?

Qué puede ser un continente como Europa cuando permanece en silencio mientras Estados Unidos hunde su moneda. No son nada, dependen del comercio con China, de la energía de Rusia y de la “seguridad” que le proporciona su condición de vasallos de Estados Unidos. Viven del pasado y de la historia que ellos mismos se construyeron a partir del dinero que les proporcionó el robo, el ultraje y el genocidio de cientos de millones de seres humanos. Han edulcorado la historia para venderse como civilizadores y cultos.

Ellos no pueden ser aval para la solución de nuestros problemas como no lo puede ser la OEA. A la vista está lo que le sucedió a Bolivia y más recientemente a Perú. Necesitar a la OEA es necesitar a Estados Unidos. En nuestro caso, como república bolivariana que somos, no es aceptable bajo ningún concepto invitar a Estados Unidos o a Europa para resolver nuestros negocios como lo dijo el Libertador. Por algo no los invitó al Congreso de Panamá en 1826. 

Debemos estar a la altura de nuestros pueblos, construyendo nuestras instituciones, dándoles credibilidad y concediéndole el poder que otorga la soberanía popular para resolver nuestros asuntos y salir adelante.

Twitter: @sergioro0701

Estimados… el ocaso del mal llamado «occidente» ( EEUU y Europa)  se encuentra en su cenit. Ha entrado en un proceso de descomposición inexorable, fruto del fatalismo histórico. No nos dejemos confundir y distraer con la abrumadora y masiva campaña de acción psicológica llevada adelante por los medios masivos de comunicación, con un relato plagado de falsedades y engaños ( la post verdad) con la que tratan de ocultar o retrasar lo inevitable. 

Hoy  EEUU no puede arrastrar a sus vasallos europeos en su guerra total con Rusia; los europeos acompañan y apoyan a Ucrania (incluido el régimen de sanciones), pero rechazan una guerra abierta con Rusia. Esto va a ir agrietando la alianza atlántica y va a hacer implosionar la Unión Europea. La guerra de poder de EEUU no es solo con Rusia, sino también con China, ambos, Rusia y China constituyen hoy una «unidad estratégica integral» cada vez mas profunda, que muchos en «occidente» no terminan de comprender o aceptar. En esta confrontación global China y Rusia son una y por lo tanto la guerra de poder que libra EEUU por mantener su hegemonía es contra Eurasia, y está destinado a sucumbir. Los europeos mayoritariamente no desean ser arrastrados a una derrota global e intentan resistirse. Estamos siendo testigos de un cambio de época. Disfrutemos ese privilegio que nos otorga la vida. M.A.Mitre Dossier Geopolitico

 GUERRA EN UCRANIA ES SENTENCIA DE MUERTE PARA LA OTAN

M.K.Bhadrakumar  25 de diciembre

El momento decisivo en la conferencia de prensa del presidente estadounidense Joe Biden en la Casa Blanca el miércoles pasado, durante la visita del presidente Zelensky, fue su admisión virtual de que está limitado en la guerra de poder en Ucrania, ya que los aliados europeos no quieren una guerra con Rusia. 

Para citar a Biden, “Ahora, dices, ‘¿Por qué no le damos a Ucrania todo lo que hay para dar?’ Bueno, por dos razones. Uno, hay toda una Alianza que es fundamental para quedarse con Ucrania. Y la idea de que le daríamos a Ucrania material que es fundamentalmente diferente del que ya se está dando allí tendría la perspectiva de romper la OTAN y dividir la Unión Europea y el resto del mundoDos, He pasado varios cientos de horas cara a cara. cara con nuestros aliados europeos y los jefes de estado de esos países, y argumentando por qué les interesaba abrumadoramente que siguieran apoyando a Ucrania… Lo entienden completamente, pero no buscan ir a la guerra con Rusia en Ucrania.  No están buscando una tercera guerra mundial”.

Biden se dio cuenta en ese momento de que “probablemente ya dije demasiado” y terminó abruptamente la conferencia de prensa. Probablemente olvidó que estaba insistiendo en la fragilidad de la unidad occidental. 

El punto es que los comentaristas occidentales olvidan en gran medida que la agenda central de Rusia no se trata de la conquista territorial, al igual que Ucrania es vital para los intereses rusos, sino de la expansión de la OTAN. Y eso no ha cambiado. 

De vez en cuando, el presidente Putin vuelve a abordar el tema fundamental que EE. UU. pretende constantemente debilitar y desmembrar a Rusia.  Recientemente, el miércoles pasado, Putin invocó la guerra de Chechenia en la década de 1990: “el uso de terroristas internacionales en el Cáucaso, para acabar con Rusia y dividir la Federación Rusa…

Ellos [Estados Unidos]   afirmaron condenar a al-Qaeda y otros criminales, sin embargo, consideraron que usarlos en el territorio de Rusia era aceptable y les proporcionaron todo tipo de asistencia, incluido apoyo material, informativo, político y de otro tipo, en particular apoyo militar, para alentarlos a continuar luchando contra Rusia”.

Putin tiene una memoria fenomenal y habría estado aludiendo a la cuidadosa elección de William Burns por parte de Biden como su jefe de la CIA. ¡Burns fue la persona de contacto de la Embajada de Moscú para Chechenia en la década de 1990! Putin ahora ordenó una campaña a nivel nacional para erradicar los vastos tentáculos que la inteligencia estadounidense plantó en suelo ruso para la subversión interna. Carnegie, una vez dirigida por Burns, ha cerrado desde entonces su oficina en Moscú,   ¡y el personal ruso huyó a Occidente! 

El leitmotiv de la reunión ampliada de la Junta del Ministerio de Defensa en Moscú el miércoles, a la que se dirigió Putin , fue la profunda realidad de que la confrontación de Rusia con los EE. UU. no va a terminar con la guerra de Ucrania. Putin exhortó a los altos mandos rusos a “analizar cuidadosamente” las lecciones de los conflictos en Ucrania y Siria. 

Es importante destacar que Putin dijo: “Seguiremos manteniendo y mejorando la preparación para el combate de la tríada nuclear. Es la principal garantía de que se preserva nuestra soberanía e integridad territorial, la paridad estratégica y el equilibrio general de fuerzas en el mundo. Este año, el nivel de armamentos modernos en las fuerzas nucleares estratégicas ya superó el 91 por ciento. Seguimos rearmando los regimientos de nuestras fuerzas estratégicas de misiles con modernos sistemas de misiles con ojivas hipersónicas Avangard”.

Del mismo modo, el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, propuso en la reunión del miércoles un refuerzo militar “para reforzar la seguridad de Rusia”, que incluye: 

    Creación de un grupo de fuerzas correspondiente en el noroeste de Rusia para contrarrestar la incorporación de Finlandia y Suecia como miembros de la OTAN; 

    Creación de dos nuevas divisiones de infantería motorizada en las regiones de Kherson y Zaporozhya, así como un cuerpo de ejército en Karelia, frente a la frontera con Finlandia; 

    Mejora de 7 brigadas de infantería motorizada en divisiones de infantería motorizada en los distritos militares occidental, central y oriental, y en la Flota del Norte; 

    Adición de dos divisiones de asalto aéreo más en las Fuerzas Aerotransportadas;

    Suministro de una división de aviación compuesta y una brigada de aviación del ejército con 80-100 helicópteros de combate dentro de cada ejército de armas combinadas (tanques); 

    Creación de 3 comandos de división aérea adicionales, ocho regimientos de aviación de bombarderos, un regimiento de aviación de combate y seis brigadas de aviación del ejército; 

    Creación de 5 divisiones de artillería de distrito, así como brigadas de artillería superpesada para construir reservas de artillería a lo largo del llamado eje estratégico; 

    Creación de 5 brigadas de infantería de marina para las tropas costeras de la Armada a   partir de las brigadas de infantería de marina existentes; 

    Aumento del tamaño de las Fuerzas Armadas hasta 1,5 millones de efectivos de servicio, con 695.000 personas en servicio bajo contrato.

Putin resumió: “No repetiremos los errores del pasado… No vamos a militarizar nuestro país o militarizar la economía… y no haremos cosas que realmente no necesitamos, en detrimento de nuestra gente y la economía, la esfera social  Mejoraremos las Fuerzas Armadas rusas y todo el componente militar. Lo haremos con calma, rutina y constancia, sin prisas”. 

Si los neoconservadores en el asiento del conductor en el Beltway querían una carrera armamentista, la tienen ahora. La paradoja, sin embargo, es que esto va a ser diferente de la carrera armamentista bipolar de la era de la Guerra Fría. 

Si la intención de Estados Unidos era debilitar a Rusia antes de enfrentarse a China, las cosas no están funcionando de esa manera. En cambio, EE. UU. se ve envuelto en una confrontación con Rusia y los lazos entre las dos grandes potencias están en un punto de ruptura. Rusia espera que Estados Unidos haga retroceder la expansión de la OTAN, como prometió a los líderes soviéticos en 1989. 

Los neoconservadores esperaban un “ganar-ganar” en Ucrania: derrota rusa y un vergonzoso final de la presidencia de Putin; una Rusia debilitada, como en la década de 1990, buscando a tientas un nuevo comienzo; consolidación de la unidad occidental bajo una América triunfante; un impulso masivo en la próxima lucha con China por la supremacía en el orden mundial; y un Nuevo Siglo Americano bajo el “orden mundial basado en reglas”

Pero, en cambio, se está convirtiendo en un Zugzwang clásico  en el final del juego, tomando prestado de la literatura de ajedrez alemana, donde EE. UU. está obligado a hacer un movimiento sobre Ucrania, pero cualquier movimiento que haga solo empeorará su posición geopolítica. 

Biden ha entendido que Rusia no puede ser derrotada en Ucrania; ni el pueblo ruso está de humor para una insurrección. La popularidad de Putin se está disparando, ya que los objetivos rusos en Ucrania se están realizando de manera constante. Por lo tanto, Biden está teniendo una vaga sensación, tal vez, de que Rusia no está viendo las cosas en Ucrania exactamente como un binario de victoria y derrota, sino que se está preparando a largo plazo para resolver la OTAN de una vez por todas.

La transformación de Bielorrusia en un estado con “capacidad nuclear” lleva un mensaje profundo de Moscú a Bruselas y Washington. Biden no se lo puede perder. (Consulte mi blog La brújula nuclear de la OTAN se volvió inútil , Indian Punchline, 21 de diciembre de 2022

Lógicamente, la opción abierta para EE.UU. en este punto sería la desvinculación. Pero eso se convierte en una abyecta admisión de la derrota y significará la sentencia de muerte para la OTAN, y el liderazgo transatlántico de Washington se arruinará. Y, peor aún, las principales potencias de Europa occidental (Alemania, Francia e Italia) pueden empezar a buscar un modus vivendi con Rusia.  Sobre todo, ¿cómo puede sobrevivir la OTAN sin un “enemigo”?

Claramente, ni EE. UU. ni sus aliados están en condiciones de librar una guerra continental

Pero incluso si lo son, ¿qué pasa con el escenario emergente en Asia-Pacífico, donde la asociación «sin límites» entre China y Rusia ha agregado una capa intrigante en la geopolítica?

Los neoconservadores en el Beltway han mordido más de lo que podían masticar.  Su última carta será impulsar una intervención militar estadounidense directa en la guerra de Ucrania bajo el lema de una “coalición de los dispuestos”.

Hace unas semanas Pepe Escobar estuvo diez días en Brasil, en donde participó en  dos mesas redondas en el canal de youtube de de Leonardo Attuch. La primera en San Pablo junto a Celso Amorim ( ex canciller de Lula 2003-2010), y Reginaldo Nasser ( Dr en Sociología y profesor de Ciencias Políticas de la UNICAMP) que se denominó: «Brasil y su nueva política exterior».La segunda «Brasil y el mundo multipolar en 2023», en Río de Janeiro donde participó con Guillermo Estrella ( ex presidente de Petrobras con Lula) y Roberto Amaral ( ex ministro de Ciencia y Tecnología de Lula). El artículo es un extracto de ambas conferencias, en el que describe el Brasil que recibe Lula tras el gobierno de Bolsonaro y los condicionantes. La reinserción de Brasil en la política internacional como actor de peso, luego del periodo bolsonarista; la integración de Sudamérica y volver al acercamiento con África como prioridades.  El acercamiento cada vez mayor al BRICS y BRICSs+. Las relaciones con China y EEUU.- A, Mitre Dossier Geopolitico

¿PUEDE CHINA AYUDAR A BRASIL A REINICIAR SU PODER BLANDO  GLOBAL?

Bolsonaro redujo a Brasil al estatus de exportador de recursos; ahora Lula debería seguir el ejemplo de Argentina en Belt and Road

Pepe Escobar 23 de diciembre

Diez días de inmersión total en Brasil no son para los pusilánimes. Incluso restringido a las dos principales megalópolis, Sao Paulo y Río, ver en vivo el impacto de las crisis económicas, políticas, sociales y ambientales entrelazadas exacerbadas por el proyecto de Jair Bolsonaro deja a uno atónito.

El regreso de Luiz Inácio Lula da Silva para lo que será su tercer mandato presidencial, a partir del 1 de enero de 2023, es una historia extraordinaria traspasada por tareas de Sísifo. Todo al mismo tiempo tendrá que

    luchar contra la pobreza;

    reconectarse con el desarrollo económico mientras se redistribuye la riqueza;

    reindustrializar la nación; y

    domesticar el saqueo ambiental.

Eso obligará a su nuevo gobierno a convocar imprevistos poderes creativos de persuasión política y financiera.

Incluso un político mediocre y conservador como Geraldo Alckmin, exgobernador del estado más rico de la unión, Sao Paulo, y coordinador de la transición presidencial, estaba simplemente asombrado de cómo cuatro años del proyecto Bolsonaro soltaron una cornucopia de documentos desaparecidos. un agujero negro que involucra todo tipo de datos y pérdidas financieras inexplicables.

Es imposible determinar el alcance de la corrupción en todo el espectro porque simplemente no hay nada en los libros: los sistemas gubernamentales no se han alimentado desde 2020.

Alckmin lo resumió todo: “El gobierno de Bolsonaro sucedió en la Edad de Piedra, donde no había palabras ni números”.

Ahora habrá que crear, o recrear desde cero, cada una de las políticas públicas, y los errores graves serán inevitables debido a la falta de datos.

Y no estamos hablando de una república bananera, a pesar de que el país en cuestión cuenta con muchas (deliciosas) bananas.

Por paridad del poder adquisitivo (PPA), según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil sigue siendo la octava potencia económica del mundo incluso después de los años de devastación de Bolsonaro, detrás de China, EE. UU., India, Japón, Alemania, Rusia e Indonesia, y por delante del Reino Unido y Francia.

Una campaña imperial concertada desde 2010, debidamente denunciada por WikiLeaks e implementada por las élites compradoras locales, apuntó a la presidencia de Dilma Rousseff, las campeonas empresariales nacionales de Brasil, y condujo a la destitución (ilegal) de Rousseff y al encarcelamiento de Lula durante 580 días por cargos falsos. (todos descartados posteriormente), allanaron el camino para que Bolsonaro ganara la presidencia en 2018.

Si no fuera por esta acumulación de desastres, Brasil, un líder natural del Sur Global, ahora podría ubicarse como la quinta potencia geoeconómica más grande del mundo.

Lo que quiere la pandilla inversora

Paulo Nogueira Batista Jr, ex vicepresidente del New Development Bank (NDB), o banco BRICS, va directo al grano: la dependencia de Brasil de Lula es inmensamente problemática.

Batista ve a Lula enfrentando al menos tres bloques hostiles.

    La extrema derecha apoyada por una facción importante y poderosa de las fuerzas armadas, y esto incluye no solo a los bolsonaristas, que todavía están frente a algunos cuarteles del ejército disputando el resultado de las elecciones presidenciales;

    La derecha fisiológica que domina el Congreso – conocida en Brasil como “El Gran Centro”;

    Capital financiero internacional, que, como era de esperar, controla la mayor parte de los principales medios de comunicación.

El tercer bloque, en gran medida, abrazó con alegría la idea de Lula de un Frente Único capaz de derrotar el proyecto de Bolsonaro (que, por cierto, nunca dejó de ser inmensamente rentable para el tercer bloque).

Ahora quieren su parte. Los principales medios de comunicación inmediatamente se dedicaron a acorralar a Lula, operando una especie de “inquisición financiera”, como lo describió el economista de élite Luiz Gonzaga Belluzzo.

Al nombrar a Fernando Haddad, partidario del Partido de los Trabajadores desde hace mucho tiempo, como ministro de finanzas, Lula señaló que, de hecho, estará a cargo de la economía. Haddad es profesor de ciencias políticas y fue un ministro de educación decente, pero no es un gran gurú de la economía. Los acólitos de la Diosa del Mercado, por supuesto, lo despiden.

Una vez más, este es el giro característico de Lula en acción: eligió dar más importancia a lo que serán negociaciones complejas y prolongadas con un Congreso hostil para avanzar en su agenda social, confiado en que todos los lineamientos de la política económica están en su cabeza.

Un almuerzo con algunos miembros de la élite financiera de Sao Paulo, incluso antes de que se anunciara el nombre de Haddad, ofreció algunas pistas fascinantes. Estas personas son conocidas como los “Faria Limers”, por la animada avenida Faria Lima, que alberga bastantes oficinas de bancos de inversión postmod, así como las oficinas centrales de Google y Facebook.

Los asistentes al almuerzo incluyeron un puñado de rabiosos inversores anti-Partido de los Trabajadores, los proverbiales neoliberales recalcitrantes, pero la mayoría estaba entusiasmada con las oportunidades que se avecinaban para hacer una fortuna, incluido un inversor que buscaba acuerdos que involucraran a empresas chinas.

El mantra neoliberal de quienes están dispuestos, quizás, a apostar por Lula (por un precio) es la “responsabilidad fiscal”. Eso choca frontalmente con el enfoque de Lula sobre la justicia social.

Ahí es donde Haddad aparece como un interlocutor amable y educado porque privilegia los matices, señalando que solo mirar los indicadores del mercado y olvidarse del 38% de los brasileños que solo ganan el salario mínimo (1.212 reales brasileños o US$ 233 por mes) es no es exactamente bueno para los negocios.

Las artes oscuras del no gobierno

Lula ya está ganando su primera batalla: aprobar una enmienda constitucional que permite financiar más gasto social.

Eso le permite al gobierno mantener el programa insignia de asistencia social Bolsa Família, de aproximadamente $13 por mes por familia en el nivel de pobreza, al menos durante los próximos dos años.

Un paseo por el centro de Sao Paulo, que en la década de 1960 era tan elegante como el centro de Manhattan, ofrece un doloroso curso acelerado sobre el empobrecimiento, el cierre de negocios, la falta de vivienda y el desempleo furioso. La notoria «Tierra del crack», una vez limitada a una calle, ahora abarca todo un vecindario, muy parecido a los drogadictos, después de la pandemia de Los Ángeles.

Rio ofrece una vibra completamente diferente si uno va de paseo por Ipanema en un día soleado, siempre una experiencia sensacional. Pero Ipanema vive en una burbuja. El verdadero Río de los años de Bolsonaro (económicamente masacrado, desindustrializado, ocupado por milicias) surgió en una mesa redonda en el centro donde interactué, entre otros, con un exministro de energía y el hombre que descubrió las inmensamente valiosas reservas de petróleo del presal. .

En la sesión de preguntas y respuestas, un hombre negro de una comunidad muy pobre planteó el desafío clave para el tercer mandato de Lula: para ser estable y capaz de gobernar, debe contar con el respaldo de los vastos sectores más pobres de la población.

Este hombre expresó lo que parece no ser debatido en Brasil: ¿Cómo llegó a haber millones de bolsonaristas pobres: barrenderos, repartidores, desempleados? El populismo de derecha los sedujo, y las alas establecidas de la izquierda despertada no tenían, y aún no tienen, nada que ofrecerles.

Abordar este problema es tan serio como la destrucción de los gigantes brasileños de la ingeniería por la trama de “corrupción” de Car Wash . Brasil ahora tiene una gran cantidad de ingenieros desempleados bien calificados. ¿Cómo es que no han acumulado suficiente organización política para recuperar sus puestos de trabajo? ¿Por qué deberían resignarse a convertirse en conductores de Uber?

José Manuel Salazar-Xirinachs, el nuevo titular de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, puede criticar el fracaso económico de la región como aún peor ahora que en la “década perdida” de la década de 1980: Crecimiento económico promedio anual en América Latina en la década hasta 2023 se prevé que sea solo del 0,8%.

Sin embargo, lo que la ONU es incapaz de analizar es cómo un régimen neoliberal saqueador como el de Bolsonaro logró “elevar” a niveles tóxicos imprevistos las artes oscuras de poca o ninguna inversión, baja productividad y menos que cero énfasis en la educación.

Presidenta Dilma en su casa

Lula se apresuró a resumir la nueva política exterior de Brasil, que será totalmente multipolar, con énfasis en una mayor integración latinoamericana, lazos más fuertes en el Sur Global y un impulso para reformar el Consejo de Seguridad de la ONU (en sintonía con los miembros de BRICS, Rusia, China e India). 

Mauro Vieira, un hábil diplomático, será el nuevo canciller. Pero el hombre que pondrá a punto a Brasil en el escenario mundial será Celso Amorim, excanciller de Lula de 2003 a 2010.

En una conferencia que nos reunió en Sao Paulo , Amorim se refirió a la complejidad del mundo que ahora hereda Lula, en comparación con 2003. Sin embargo, junto con el cambio climático, las principales prioridades -lograr una mayor integración con América del Sur, revivir Unasur (la Unión de Naciones americanas) y volviendo a acercarse a África- siguen siendo los mismos.

Y luego está el Santo Grial: “buenas relaciones tanto con Estados Unidos como con China”.

El Imperio, como era de esperar, estará muy atento. El asesor de seguridad nacional de EE. UU., Jake Sullivan, visitó Brasilia durante los primeros días del torneo de fútbol de la Copa Mundial y quedó absolutamente encantado con Lula, quien es un maestro del carisma. Sin embargo, la Doctrina Monroe siempre prevalece. El hecho de que Lula se acerque cada vez más a los BRICS, y al BRICS+ ampliado, se considera un anatema virtual en Washington.

Así que Lula jugará más abiertamente en el ámbito ambiental. Encubiertamente, será un sofisticado acto de equilibrio.

El combo detrás del presidente estadounidense Joe Biden llamó a Lula para felicitarlo poco después de los resultados electorales. Sullivan estaba en Brasilia preparando el escenario para una visita de Lula a Washington. El presidente chino, Xi Jinping, por su parte, le envió una afectuosa carta, enfatizando la “asociación estratégica global” entre Brasil y China. El presidente ruso, Vladimir Putin, llamó a Lula a principios de esta semana y enfatizó su enfoque estratégico común para los BRICS.

China ha sido el principal socio comercial de Brasil desde 2009, por delante de Estados Unidos. El comercio bilateral en 2021 alcanzó los $135 mil millones. El problema es la falta de diversificación y el enfoque en el bajo valor agregado: el mineral de hierro, la soja, el crudo crudo y la proteína animal representaron el 87,4% de las exportaciones en 2021. Las exportaciones de China, por otro lado, son en su mayoría productos manufacturados de alta tecnología.

De hecho, la dependencia de Brasil de las exportaciones de materias primas ha contribuido durante años al aumento de sus reservas de divisas. Pero eso implica alta concentración de riqueza, bajos impuestos, baja creación de empleo y dependencia de las oscilaciones cíclicas de precios.

No hay duda de que China se centra en los recursos naturales de Brasil para impulsar su nuevo impulso de desarrollo, o «modernización pacífica», según lo establecido por el último Congreso del Partido.

Pero Lula tendrá que luchar por una balanza comercial más equitativa en caso de que logre reiniciar la nación como una economía sólida. En 2000, por ejemplo, el principal artículo de exportación de Brasil fueron los jets Embraer. Ahora, es mineral de hierro y soja; otro indicador nefasto de la feroz desindustrialización operada por el proyecto de Bolsonaro.

China ya está invirtiendo sustancialmente en el sector eléctrico brasileño, principalmente debido a la compra de empresas estatales por parte de empresas chinas. Ese fue el caso en 2017 cuando State Grid compró CPFL en Sao Paulo, por ejemplo, que a su vez compró una empresa estatal del sur de Brasil en el año 2021.

Desde el punto de vista de Lula, eso es inadmisible: un caso clásico de privatización de bienes públicos estratégicos.

Un escenario diferente juega en la vecina Argentina. Buenos Aires se convirtió en febrero en socio oficial de las Nuevas Rutas de la Seda, o Iniciativa de la Franja y la Ruta, con al menos $23 mil millones en nuevos proyectos en preparación. El sistema ferroviario argentino será modernizado por, ¿quién más? – Empresas chinas, por una suma de $4.6 mil millones.

Los chinos también invertirán en la planta de energía solar más grande de América Latina, una planta hidroeléctrica en la Patagonia y una planta de energía nuclear, completa con la transferencia de tecnología china al estado argentino.

Lula, que irradia un poder blando invaluable no solo personalmente cuando se trata de Xi, sino también apelando a la opinión pública china, puede lograr acuerdos de asociación estratégica similares, con aún más amplitud. Brasilia puede seguir el modelo de asociación iraní: ofrecer petróleo y gas a cambio de construir infraestructura crítica.

Inevitablemente, el camino dorado por delante será a través de empresas conjuntas, no de fusiones y adquisiciones. No es de extrañar que muchos en Río ya estén soñando con un tren de alta velocidad que lo conecte con Sao Paulo en poco más de una hora, en lugar del actual viaje por carretera congestionado de seis horas (si tiene suerte).

Un papel clave lo jugará la ex presidenta Dilma Rousseff, quien tuvo un largo y pausado almuerzo con algunos de nosotros en Sao Paulo, tomándose su tiempo para contar, en minucias, todo desde el día en que fue arrestada oficialmente por la dictadura militar ( 16 de enero de 1970) a sus conversaciones extraoficiales con la entonces canciller alemana Angela Merkel, Putin y Xi.

No hace falta decir que su capital político, y personal, tanto con Xi como con Putin es estelar. Lula le ofreció cualquier puesto que quisiera en el nuevo gobierno. Aunque todavía es un secreto de estado, esto será parte de un impulso serio para pulir el perfil global de Brasil, especialmente en todo el Sur Global.

Para recuperarse de los desastrosos seis años anteriores, que incluyeron dos años en tierra de nadie (2016-2018) después de la destitución de la presidenta Dilma, Brasil necesitará un impulso nacional sin precedentes de reindustrialización en prácticamente todos los niveles, completo con serios inversión en investigación y desarrollo, formación de mano de obra especializada y transferencia de tecnología.

Hay una superpotencia que puede jugar un papel crucial en este proceso: China, socio cercano de Brasil en los BRICS+ en expansión. Brasil es uno de los líderes naturales del Sur Global, un papel muy apreciado por el liderazgo chino.

La clave ahora es que ambos socios establezcan un diálogo estratégico de alto nivel, todo de nuevo. La primera visita extranjera de alto perfil de Lula puede ser a Washington. Pero el destino que realmente importa, mientras vemos fluir el río de la historia, será Beijing.

Estamos por comenzar el tercer año de la tercera década del tercer milenio. Una vez repasado lo que fue 2022 y su significado en el cambio de época que vivimos, proyectemos aquello a lo que debemos poner atención en 2023 en política internacional, economía y finanzas globales y desarrollo científico y tecnológico. Comencemos con la agenda política.

La guerra en Ucrania es el conflicto vivo más importante por su riesgo potencial de precipitar el orden mundial hacia el abismo; es un choque, indirecto hasta ahora, entre las principales potencias nucleares del orbe. Para Rusia es vital ofrecer en febrero, a un año de la «operación militar especial», una narrativa optimista con el afianzamiento de su control en las provincias ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. La apertura de una línea de diálogo para la paz por parte de Moscú depende del fortalecimiento de sus posiciones en dichos territorios y del desgaste del gobierno y la sociedad ucranianas producto de los continuos ataques rusos a la infraestructura energética y civil. Hay que estar atentos al ritmo del flujo de la ayuda económica y militar de la Unión Europea y la OTAN, de la cual depende la capacidad de resistencia y contraataque de Ucrania y la cual está subordinada a la agenda interna de los países integrantes de ambos organismos supranacionales que ya registran los primeros signos de desgaste por las consecuencias económicas y energéticas de la desvinculación con Rusia. Hay que seguir el impacto de las sanciones occidentales en la economía rusa, la cual hasta ahora se ha mostrado resiliente con una caída mucho menor a la esperada; la capacidad del Kremlin de sostener la invasión militar depende de su fortaleza económica y sus vínculos comerciales con países no alineados con Estados Unidos, como China.

Debemos observar si la posición de Pekín se mantiene como hasta ahora en una neutralidad explícita, pero con un apoyo implícito a Moscú. No obstante, no es lo principal en la agenda china. En marzo se dará la renovación del mandato de Xi Jinping como presidente, con lo que iniciará su tercer quinquenio al frente de la potencia asiática. Seis asuntos acaparan la atención del régimen chino: 1) la gestión de las nuevas políticas relacionadas con la pandemia tras el descontento social provocado por las restricciones; 2) la recuperación del ritmo de crecimiento económico y la consolidación del liderazgo tecnológico; 3) la relación con las autoridades de Taiwán y el posible choque con EUA por la anulación de la autonomía de la isla; 4) el afianzamiento de un orden global multipolar ajeno a la hegemonía estadounidense a través de las instituciones de gobernanza internacional promovidos por Pekín; 5) el sostenimiento de su expansión comercial dentro del marco de la Nueva Ruta de la Seda y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), la zona de libre comercio más grande del mundo, y 6) la construcción de una nueva relación política y comercial con Europa y Norteamérica en medio de una globalización fragmentada y de tensiones geopolíticas entre las grandes potencias.

En Occidente, no debemos perder de vista los devenires internos y externos de Europa y sus instituciones de gobernanza. Croacia, miembro de la UE desde 2013, entrará en 2023 a la zona Euro y al espacio Schengen en momentos turbulentos para las instituciones europeas. Hay que seguir de cerca la evolución del escándalo de corrupción que ha estallado en el seno del Parlamento Europeo por los presuntos sobornos recibidos por eurodiputados de manos de autoridades de Qatar y Marruecos para impulsar agendas afines a dichos países. También debemos observar si queda atrás la debacle del euro, la moneda común de 20 países, frente al dólar y otras monedas. En cuanto el espacio Schengen, la frontera común de 26 estados, se trata de una de las instituciones más criticadas por algunos gobiernos y sectores conservadores a raíz del aumento del flujo migratorio externo e interno. Pero los puntos más álgidos para la Europa comunitaria son: 1) la nueva relación en construcción con el Reino Unido y su futuro tras el Brexit; 2) la revisión de la candidatura de Ucrania como posible miembro de la UE en medio de la guerra emprendida por Rusia; 3) la construcción de una política exterior y de defensa centrada en los intereses europeos y no estadounidenses bajo la sombra de la amenaza rusa, y 4) la creación de una nueva relación comercial y política con China y Rusia en medio de las tensiones globales existentes y dada la necesidad de la UE de mantener la paz en Eurasia.

Dentro de este último punto, la posible reactivación del acuerdo nuclear con Irán, país en convulsión social, es determinante para Europa.  

Reactivar el acuerdo con Irán depende de EUA y las condiciones que el gobierno de Biden imponga. Para el presidente demócrata de la potencia americana, 2023 será crucial, ya que enfrentará su tercer año de gobierno con una Cámara de Representantes de mayoría republicana, con procesos legales abiertos contra Donald Trump, quien está recomponiendo sus bases sociales de cara a la elección de 2024, y en medio de una creciente polarización. Es importante observar si la recuperación económica de EUA se consolida en 2023 en medio de las tormentas que azotan al mundo. En política exterior, Washington tiene frente a sí el reto de mantener su hegemonía global y fortalecer sus alianzas dentro y más allá de Occidente. La relación con China cobra relevancia en virtud del diálogo de acercamiento que ensayan actualmente ambas potencias para establecer puntos en común de una agenda mínima global, a pesar de la guerra comercial y tecnológica y de las tensiones políticas, principalmente por Taiwán y Rusia, con la cual Washington debe recomponer la estructura de tratados de control nuclear. Pero EUA también tiene un ojo puesto en América Latina, en donde se han sucedido los triunfos de gobiernos de izquierda distantes de los intereses de Washington, y en donde la presencia comercial de China se ha consolidado. La crisis en Perú, el autoritarismo en Venezuela y Nicaragua, el regreso de Lula en Brasil y la relación comercial, migratoria y de seguridad con México son focos de atención para EUA en la región.

No debemos desatender el curso que tome la pandemia de Covid-19, que en 2023 pudiera entrar en la fase de normalización, y hay que observar si se concreta un frente global para prevenir pandemias cuando experimentamos la reactivación masiva del turismo y la movilidad internacional, en la que la migración seguirá jugando un papel económico, político y social relevante. Es previsible que los incrementos en los presupuestos de defensa se mantengan el próximo año por el clima belicista que prevalece, mientras que el mundo batalla para consolidar una estrategia común de contención del calentamiento global con miras a la COP 28 de Dubái.

Por: ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

FUENTE: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/2022/2023-en-clave-geopolitica.html

El año 2022 ha estado sepultado por crisis y la incertidumbre no ha abandonado la política y economía internacional como se esperaba, si no que todavía lo ha incrementado más.

Durante años, la geopolítica había casi desaparecido del discurso político, pero 2022 se ha encargado de desempolvarla del todo y hacerla la protagonista de la crisis del último año. El término se popularizó de la mano del general alemán Karl Haushofer en los años treinta y el propio Adolf Hitler la usó para elaborar la ideología nacionalsocialista y en las décadas siguientes el término quedó relegado bajo la sombra del nazismo. No fue hasta la década de 1970 y 1980, golpeadas por la inflación y la crisis del petróleo, que resucitó el término como sinónimo de geografía política. El revival de la geopolítica llega cargado de grandes hitos: la mayor guerra en Europa desde 1945, la mayor amenaza nuclear desde la crisis de los misiles de Cuba y el mayor paquete de sanciones impuesto a un país desde 1930.

Las réplicas del terremoto geopolítico se han sentido en la economía, originando la mayor inflación en muchos países de desde la década de 1980 y los retos macroeconómicos más desafiantes en décadas que pueden arrastrar al mundo a una recesión. La geopolítica, que estudia como la disposición del espacio y la relación de los pueblos con el territorio geográfico afectan a la política, la economía y la sociedad, abarca desde el control de las fronteras a la obtención de recursos naturales, dos temas sensibles en la política internacional del último año. Por ello, la disciplina ha vuelto a vivir una nueva edad dorada con un auge de popularidad y un puesto central en todos los análisis.

En 2022, la guerra en Ucrania ha catapultado la geopolítica al mainstream de los estudios de riesgo y ha dejado, una vez más, de ser una palabra anticuada para convertirse en la clave de las previsiones macroeconómicas. La invasión de Ucrania y el regreso de la guerra al continente europeo han azuzado los miedos de una fragmentación económica que rompa en mil pedazos un deteriorado comercio internacional golpeado por la pandemia.

La invasión de Ucrania han azuzado los miedos de una fragmentación económica

En pocas palabras, la globalización ha estado en peligro en 2022 y lo continuará estando en 2023. Tras el caos de la cadena de suministro de los últimos años, los países están optando por un mayor proteccionismo que les haga estar preparados ante otro posible golpe. La dolencia no es nueva, ya que entidades como la Organización Mundial del Comercio (OMC) llevan años alertando de una caída de la velocidad en la integración económica y el término slowbalisation, que define este frenazo, fue acuñado en 2015 por el danés Adjiedj Bakas. Sin embargo, los temores de una nueva economía de bloques han cogido fuerza al resucitar un antiguo conflicto, el de Occidente contra Rusia.

Sin embargo, los gobiernos corren el riesgo de que lo urgente despiste de lo importante. Si una potencia es capaz de cambiar el orden mundial que rige los últimos treinta años es China. El gigante asiático tiene su propio desafío geopolítico con la política de una sola China. Su ambición anexionista de Taiwán es un conflicto sumergido en una calma tensa que, de explotar, puede resquebrajar del todo la relación de fuerzas entre Oriente y Occidente y revolucionar el comercio mundial.  Además, continúa buscando aliados para hacer un frente común más allá de las potencias occidentales.

El oso tumba el tablero europeo

La ofensiva rusa contra Ucrania se ha configurado como una nueva amenaza para la economía mundial y desajustado las previsiones post Covid-19. Un síntoma claro de la revolución de la geopolítica es la revigorización de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). Con 1991 y la caída del muro de Berlín, el mundo bipolar pareció deshacerse y Francis Fukuyama anunció “el fin de la historia”. Sin embargo, en los últimos meses, los países han desandado el camino hecho y vuelve a dibujarse un mundo en bloques que vuelve a dotar de importancia la alianza militar dirigida por Jens Stoltenberg, secretario general de la Otan. “La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y ha alterado gravemente nuestro entorno global”, señalaba el concepto estratégico aprobado por los líderes en su reunión de julio en Madrid. La última hoja de ruta de la organización se había aprobado en 2010 y, entonces, Moscú era considerado un “aliado estratégico” y no es lo único que ha cambiado en este tiempo: si hace diez años la Otan luchaba contra su propia irrelevancia ahora gestiona las peticiones de otros estados para unirse al club y presume de una salud de hierro. Actualmente, la organización suma treinta miembros y Finlandia y Suecia han solicitado unirse.

El resurgimiento de la Otan viene acompañado de un cambio de estrategia desde Bruselas. Con la agresión de Rusia, la Unión Europea ha recalculado su argumentario y se ha colocado un título del que había rehuido hasta el momento: potencia geopolítica. Hasta el momento, esta disciplina había quedado relegada a los estados, mientras que la UE contaba con competencias formales sobre ellas y se aferraba a la frase de uno de sus propulsores, Jean Monnet, “hacer Europa es hacer la paz”. Desde Bruselas se optaba por influenciar haciendo, dando ejemplo de estabilidad como gran herramienta de expansión de su modelo. Sin embargo, en un mundo donde comercio y política se entremezclan, los poderes de Bruselas ganan relevancia en la llamada “alta política”. Además, desde el Ejecutivo tienen poder para sacar adelante políticas de seguridad, inversión, competencia, tecnología o finanzas que le han hecho asentarse como un actor geopolítico.

Uno de esos conceptos amplios que se ha puesto de moda en Bruselas es el de autonomía estratégica. El concepto no es nuevo entre los funcionarios de la capital belga, pero ha cogido más fuerza que nunca con la guerra en Ucrania. La autonomía estratégica aborda la política y la defensa exterior, pero también el comercio y la economía. La crisis energética ha catapultado la necesidad de contar con esa autonomía estratégica.

La Brújula Estratégica de la Comisión espera movilizar 300.000 millones

La caída del gas proveniente de Rusia y la consecuente crisis energética en el continente han hecho saltar las alarmas. El alto precio de la electricidad ha puesto en jaque la industria europea, además de originar una crisis de coste de vida con cifras de inflación de récord, dejando el continente a las puertas de la recesión en 2023, una situación que amenaza su posición global.

Prueba del cambio de deriva europeo fue el discurso que pronunció el canciller alemán, Olaf Scholz, en la Universidad de Praga para el inicio de curso: “en los últimos años, muchos han reclamado, con razón, una Unión Europea más fuerte, más soberana y más geopolítica, una Unión consciente de su lugar en la historia y en la geografía, que actúe con fuerza y cohesión en el mundo. Para contrarrestar este ataque, necesitamos desarrollar nuestra propia fuerza”. En la misma línea iban las declaraciones del alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, anunciando un “doloroso, pero necesario despertar geopolítico en Europa”. Todo mientras el centro de gravedad de la UE se desplaza al este de continente, otorgando a las exsoviéticas Ucrania y Moldavia el estatus de candidatas en el club, una división en la que se puede mantener muchos años, tal y como lo están haciendo los países de los Balcanes.

Una de las políticas más claras hacia el emprendimiento de acciones en base a la nueva realidad geopolítica es la Brújula Estratégica un “ambicioso plan de acción para reforzar la política de seguridad y defensa de la UE de aquí a 2030” en palabras del propio Consejo de la UE. Según el club de los 27, el objetivo pasa por convertir a la UE en un proveedor de seguridad y hacerse su hueco a escala internacional, un escenario en el que se ha colocado de perfil tradicionalmente. Una política más dura frente a otra de sus armas geopolíticas, la estrategia Global Gateway que surgió tras la pandemia. Esta política aspira a movilizar 300.000 millones de euros de inversión hasta 2027 para posicionar a Europa en un “marco internacional competitivo” a golde de inversión en infraestructuras en regiones como África Subsahariana, América Latina y Asia Pacífico. El pasado 11 de diciembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyem, convocó la primera reunión de la junta de Global Gateway para analizar el primer año de trabajo del plan que busca hacer frente a la ruta de la seda china y hacerse fuerte en el sur global.

America First

Además, Europa se tiene que enfrentar al reto geopolítico ante los desplantes del que debía ser su principal aliado: Estados Unidos. A pesar de la guerra en Ucrania, el centro de gravedad de la política exterior estadounidense no ha cambiado, continúa siendo el Indo Pacífico, donde la Administración de Joe Biden, presidente estadounidense, cree que se jugará la verdadera batalla por el dominio mundial, como ya lo hacían sus últimos antecesores en el despacho oval.

La Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de 2022 aprobada dos años después de que Biden llegara a la Casa Blanca muestra la clara polarización de la competición estratégica con China y la identificación de Rusia como un peligro urgente, pero localizado y reconoce la dificultad de alcanzar acuerdos con ambos países. Aunque el documento lo deja claro, China es la principal competencia del país y donde se deben reflejar los esfuerzos. El documento muestra el país asiático como el único capaz de trastocar el orden mundial y dominar la región del Indo-Pacífico. Así que, la guerra en Ucrania no ha conseguido alterar las líneas maestras de la estrategia norteamericana de la “competición geopolítica” que ambas potencias están librando a ambos lados del Pacífico. “Hemos entrado en un nuevo y significativo período de la política exterior estadounidense que exigirá de EEUU en el Indo-Pacífico más de lo que se nos ha pedido desde la Segunda Guerra Mundial”, argumentaba en el documento publicado el pasado octubre. Desde Washington, buscan polarizar el relato entre las democracias y las autocracias, aunque con un enfoque más pragmático que en sus anteriores ediciones para ampliar más el arco. Otra de las puntas de lanza del nuevo choque geopolítica es la tecnología, y la primera economía del mundo busca dar importancia al tejido conectivo en comercio y seguridad entre sus aliados y socios democráticos.

Estados Unidos fija su estrategia en el Indo-Pacífico y la guerra en Ucrania no ha conseguido alterar la hoja de ruta de Washington 

En el choque entre las dos mayores potencias del mundo, Taiwán lleva años postulándose como la mecha que hará prender el conflicto. Este año, la tensión aumentó con fuerza con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla, aunque Estados Unidos sigue sin reconocer el territorio como país soberano mientras China sigue reclamando su reunificación. China respondió a principios de verano con un comunicado alegando que la única política posible para Taiwán era de la una sola China, aunque la Administración Biden ha afirmado que estaría dispuesta a defender la isla ante una ofensiva militar de Pekín. El choque entre ambas potencias se traduce por el momento en la guerra de los semiconductores. Desde Washington, Biden aprobó el Chips Act que limita las exportaciones de semiconductores e incrementa las ayudas a las empresas estadounidenses.

Mientras Washington centra sus esfuerzos en el este, sus viejos aliados al otro lado del Atlántico aquejan de la estrategia proteccionista en la industria. Los europeos están preocupados ante el aumento del proteccionismo que implica el paquete de subvenciones que ha aprobado Estados Unidos con la llamada Ley de la Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés). Desde fabricantes de automóviles hasta generadores de energía verde estadounidense pueden verse beneficiados por el paquete de 43.000 millones en dólares de subvenciones que prevé distribuir el Gobierno de Estados Unidos, dejando a Europa como una plaza muy poco atractiva para asentar su industria. A finales de año, la UE se encuentra debatiendo si debe tomar medidas de “reequilibrio” al respecto para suavizar las “distorsiones” de la competencia causadas por las subvenciones, según las declaraciones de Von der Leyen. Una de las herramientas que puede acabar usando el club de los 27 es la de reclamar el arbitraje de la OMC.

China, el cambio posible

El dragón despertó ya hace tiempo y se sienta a la mesa de igual a igual con las grandes potencias. El país cuenta con un ambicioso plan para expandir su influencia fuera de sus fronteras abanderado por la nueva ruta de la seda, con planes para una gran cantidad de países en el sur global, pero también en Europa. A pesar de la innegable fuerza de China, el país ha vivido tiempos convulsos en los últimos años. La política de Covid Cero ha encerrado en si mismo el país y rebajado su producción y la velocidad de crecimiento.

Durante este año, con la guerra en Ucrania de fondo, China publicó junto a Rusia un manifiesto conjunto rechazando la influencia internacional de Occidente y la presión que ejerce. El país de Xi Jinping también ha establecido asociaciones con otros actores alejados del epicentro occidental como Irán, Arabia Saudí, Venezuela y Angola.

Durante el XX Congreso del partido comunista chino celebrado en octubre, Xi Jinping realizó una evolución muy positiva de su política exterior y los expertos no auguran un cambio de dirección en su estrategias. Así, durante los próximos años, China continuará potenciando sus capacidades económicas, tecnológicas y militares para aumentar su influencia internacional. Todo sin perder de vista Taiwán, otro de los pilares más importantes de su política exterior. China ha lanzado misiles este año muy cerca de la costa de la isla y no prevé que las relaciones entre Taipei y Washington se deshagan, aunque todavía tiene un as bajo la manga antes de recurrir a la invasión.

Vladimir Putin y Xi JInping  publicaron un manifiesto conjunto antes del inicio de la guerra en Ucrania contra las injerencias de las potencias occidentales

Con el despertar del conflicto geopolítico, aumentan las posibilidades de que acaben consumándose los miedos de la teoría del desacople, mediante la cual Estados Unidos y China romperán lazos comerciales y generarán dos bloques que, aunque no funcionen de forma completamente independiente como lo hicieron durante la guerra fría, reducirán sus interacciones entre sí, acabando con treinta años de hiperglobalización y dibujando un nuevo tablero de las relaciones internacionales y el intercambio de bienes, más politizadas que nunca.

FUENTE PLANTA DOCE https://www.plantadoce.com/entorno/la-geopolitica-se-alza-como-la-protagonista-de-una-crisis-perenne.html

“¡CUANDO LAS PERIFERIAS MARCAN LOS CAMBIOS Y LOS NUEVOS RUMBOS!”…En nuestra columna semanal de Geopolítica, que se difunde desde hace 16 años en la Radio del Club de La Pluma, y cerrando el año 2022 tiempo de balances y proyecciones 2023, el Director de Dossier Geopolitico DG, utilizando está tribuna radial que nos permitio instalar no solo la palabra Geopolitica sino sus conceptos y reglas de estudio cuando estaba “prohibida”, por el “fin de la historia” neoliberal. Este último programa del año 2022 no podía cerrarlo sin un agradecimiento al Conductor del Club de la Pluma el periodista Norberto Gancia y su colaboradora la Profesora Gabriela Fernandez.

AUDIO

En este programa analizamos que a pesar que nuestra región latinoamericana geográficamente y culturalmente está encorsetada en el llamado mundo occidental por siglos de eurocentrismo cultural y desde hace un siglo por la influencia del mundo anglosajón especialmente. Pero nuestra situación real de países: “periféricos ,»dependientes y subdesarrollados” y con nuestro modelo cultural propio surgido del mestizaje que nos posicionó como “distintos y distantes”. Lo que conformó en nuestros pueblos una postura latinoamericanista: Antimimperialista, Continentalista y parte del Sur Global. Que la historia hoy nos pone de nuevo en la encrucijada de “Poder Ser”. Para participar del nuevo esquema global de la Multipolaridad con contacto con Culturas e Identidades antiguas que hoy resurgen y por ello debemos darnos una Geopolitica regional Propia.

El año 2022 es un tiempo de cambios y desacoples históricos que son la continuación de los desacople y aceleración de los tiempos de cambio que se vienen acelerando desde el 2020 año de la Pandemia Civid19 “El Año que cambió Todo”:

  • Guerras Proxis Ucrania-Asia Central-Cáucaso-África
  • Nuevos Organismos reforzados: Organización de Cooperación de ShangaiUnión Económica EuroasiáticaCambios de alianzas y sociedades que parecían monolíticas: Turquía, Egipto, Petromonarquías (encabezadas por Arabia Saudita), el resurgir de la República de la India, el fortalecimiento del ASEAN y gigantesco proyectos geopolitico como el Cinturón y la Ruta de la Seda que ofrece China a los Países que quieran participar, fundamental el crecimiento y fortalecimiento de los BRICS+, la OPEP+, y todos los nuevos modelos económicos financieros que ponen en crac a la hegemonía del dólar y las monedas europeas.
  • Envejecimiento de estructuras anquilosadas surgidas como consecuencia de la imagen de 1945 de los vencedores de la II Guerra Mundial: ONU-BM-FMI El Dólar única moneda de intercambio internacional. Todas hoy en crisis
  • Ello nos debe hacer entender que nuestra región latinoamericana al sur del Río Bravo desde el subcontinente Norteamericano, pasando por Centroamérica y Suramerica se están desarrollando grandes conflictos y el interactuar de todas las potencias que se dirimen o mantener la actual situación internacional (un hegemonismo cada dia mas debil) o los que quieren implementar un modelo Multipolar. Por ello vemos que a nuestras tradicionales dificultades de gobernabilidad se le suman operaciones exteriores usando las Guerras híbridas (Golpes de estado tradicionales, Lawfare, sanciones económicas y tecnológicas y el resurgimiento tardío de el viejo neo-conservadurismo ahora amparándose en las doctrinas economicistas del Neoliberalismo. Todo con el objetivo de seguir teniendo atado y bien atado la región a los intereses del Hegemón cuestionado por el Sur Global.

Por ello como conclusión para este programa el último del año podemos decir con total certeza Que estamos viviendo y siendo testigos no neutrales de gigantescos cambios históricos sistémicos de gran velocidad donde las : Periferias subordinadas a sangre y fuego recuperan su centralidad histórica y allí tenemos un “espacio” (término geopolitico fundamental) y tiempo para desarrollarnos con nuestros valores e historia los Pueblos Latinoamericanos, nada será fácil pero es tiempo de empezar a recorrer las nuevas rutas.

Buen Domingo y Buen año 2023

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Nadie perdió dinero capitalizando las tonterías ilimitadas que arrojaron los ciervos colectivos atrapados en la luz de los faros, también conocidos como los principales medios de comunicación occidentales, con una lluvia de premios a la Persona del año en un pésimo actor megalómano alimentado por cocaína que se hace pasar por un señor de la guerra.

Pepe Escobar  17 de noviembre

El desfile incesante de basura de los analistas militares occidentales ahora está «evaluando» que los primeros objetivos de un ataque conjunto entre Rusia y Bielorrusia en el agujero negro 404 antes conocido como Ucrania serán Lviv, Lutsk, Rivne, Zhytomyr, y por qué no lanzar a  Kiev en la mezcla directamente desde un segundo eje.

El Estado Mayor ruso sigue atentamente toda la acción e incluso puede seguir los consejos de tales «analistas».

Y luego está el pánico total, ya que el Ministerio de Defensa anunció que las Fuerzas de Misiles Estratégicos han cargado dos misiles balísticos intercontinentales Yars en sus silos previstos. Cue a los gritos generalizados de horror de la variedad «Rusia prepara un misil nuclear capaz de atacar profundamente a los EE. UU.».

Aunque algunos hechos nunca cambian. El número uno es la OTAN como un producto de la imaginación colectiva de Occidente, extremadamente deteriorada. Si alguna vez se llega a un punto crítico, como esperan y rezan los guerreros de salón straussianos/neoconservadores, Rusia puede derrotar convenientemente a toda la OTAN, ya que casi no hay nada “allí”.

Eso, por supuesto, requeriría una movilización rusa masiva. Tal como está, Rusia puede parecer débil en algunos trimestres, ya que activó en el mejor de los casos 100.000 tropas contra posiblemente 1 millón de tropas ucranianas. Es como si a Moscú no le sedujera exactamente la idea de “ganar”, que puede ser el caso, de una manera bastante retorcida.

Incluso ahora, Moscú no ha movilizado suficientes tropas para ocupar Ucrania, lo que, en teoría, sería imperativo para “desnazificar” por completo el tinglado de Kiev. Sin embargo, el concepto operativo es «en teoría». De hecho, Moscú está ocupado demostrando una teoría completamente nueva, independientemente del hecho de que algunas almas exaltadas han estado vendiendo que Putin debería ser reemplazado por Alexander Bortnikov del FSB.

“No quedará nada del enemigo”

Con su conjunto de misiles hipersónicos, Rusia puede derribar todos los puentes, puertos, aeropuertos y centrales eléctricas de la OTAN, almacenamiento de petróleo y gas natural, instalaciones de petróleo y gas natural de Rotterdam, en cuestión de unas pocas horas. Todo el equipo de producción de energía en la OTAN sería destruido. Europa quedaría aislada de los recursos naturales. Un Imperio aturdido y confuso sería incapaz de mover tropas, cualquier tropa, a Europa.

Y aún así las provocaciones continúan sin cesar. El reciente ataque de los drones ucranianos Tu-141 contra la base aérea Engels-2 fue culpado por Moscú de Kiev, que como era de esperar negó toda responsabilidad. Sin embargo, lo que realmente importaba era el mensaje estratégico de Moscú a EE. UU./OTAN, con Putin coqueteando con la idea de que, tarde o temprano, la respuesta podría ser de un nivel importante en caso de que el armamento de EE. UU./OTAN suministrado a Kiev se utilice para atacar territorios sensibles de la Federación Rusa. .

La doctrina rusa actual incluso permite que Moscú responda con ataques nucleares; después de todo, la base aérea de Engels-2 alberga bombarderos con capacidad nuclear, activos estratégicos de primer orden.

Los drones ciertamente fueron lanzados por agentes infiltrados dentro del territorio ruso. Si se hubieran originado fuera de Rusia y se hubieran interpretado como misiles nucleares, eso podría haber desencadenado el lanzamiento contra la OTAN de cientos de misiles nucleares rusos.

El propio Putin lo dejó bastante claro, siniestramente, en la cumbre del Consejo Económico de Eurasia en Bishkek, Kirguistán, hace una semana:

“Les aseguro que después de que el sistema de alerta temprana reciba una señal de un ataque con misiles, cientos de nuestros misiles estaran en el aire (…) Es imposible detenerlos (…) No quedará nada del enemigo, porque es imposible interceptar cien misiles. Esto, por supuesto, es un impedimento, un serio impedimento”.

No, por supuesto, para la pandilla straussiana-neoconservadora corroída por la estupidez que en realidad está dirigiendo la «política» exterior estadounidense.

No es de extrañar que fuentes de inteligencia rusas confiables establecieran que los misiles que golpearon a Engels-2 se lanzaron localmente, aunque el régimen de Kiev deseaba que se creyera lo contrario.

Y eso convierte toda la farsa en una farsa dadaísta, con un Imperio aturdido y confuso todavía atado a un maníaco en Kiev que todavía cree que el S-300 ucraniano que golpeó a Polonia vino de Rusia. Cue a todo el mundo, y no solo a Washington, como rehén de un maníaco de la «Persona del año» con el poder virtual de provocar una guerra nuclear mundial.

Napoleón rojo en la casa

Mientras tanto, en el terreno, Rusia ha adoptado una estrategia de operaciones profundas, a lo grande. En varios lugares a lo largo de la extensa línea del frente, atacan los puntos que tienen más probabilidades de atraer a las pobres reservas ucranianas que se esconden en la segunda línea de defensa. Cuando las reservas salen a través de tierras áridas y fangosas y caminos terribles para rescatar a las unidades de primera línea, se masacran batallones enteros.

Los rusos nunca profundizan en la tercera línea, donde se puede ubicar el comando y el control. Lo que está en juego es la guerra de desgaste bajo la estrategia de operaciones profundas, sacada directamente del libro de jugadas del legendario «Napoleón rojo», el mariscal de campo Mikhail Tukhachevsky.

Rusia salva soldados, personal y equipo. Todo funciona de maravilla en terrenos difíciles donde los vehículos se atascan en caminos lluviosos. Esta táctica de enjuagar y repetir, día tras día, durante meses ha provocado (al menos) 400.000 bajas ucranianas. Llámalo el epítome de la guerra de desgaste.

A los historiadores les encantará que todo el escenario se asemeje a la batalla de Agincourt, donde oleada tras oleada de caballeros franceses (desempeñando el papel de los ucranianos actuales y los mercenarios polacos/de la OTAN) seguían corriendo cuesta arriba contra los arqueros y caballeros ingleses que simplemente se detenían y los dejaban. venir, golpeando la segunda línea una y otra vez.

La diferencia, por supuesto, es que los rusos están empleando tácticas de guerra de desgaste día tras día durante seis meses, mientras que Agincourt fue solo una batalla en un solo día. Para cuando esta picadora de carne haya terminado, toda una generación de ucranianos y polacos habrá ido a conocer a su creador.

El mito colectivo de Occidente de una “victoria” ucraniana contra la guerra de desgaste rusa ni siquiera califica como engaño cósmico. Es una broma pésima y letal. La única salida sería sentarse a la mesa de negociaciones, ahora, antes de que el martillo (la próxima ofensiva rusa) caiga sobre el yunque (el frente existente).

Pero la OTAN, por supuesto, como Stultifying Stoltenberg sigue recordándole al mundo, no negocia.

Lo cual, en cierto sentido, puede ser una bendición, ya que la OTAN puede terminar desintegrándose en innumerables pedazos, totalmente humillada sobre el terreno a pesar de todos sus elaborados planes belicistas.

Andrei Martyanov ha estado rastreando sin igual la completa degradación económica, moral, intelectual y, sobre todo, militar, del Occidente colectivo, todo empapado de mentiras, pésimos giros de relaciones públicas y «incompetencia estupefaciente en todos los ámbitos».

Todo esto mientras Rusia se prepara “para otra ‘derrota’ más, como retomar todo el Donbass y luego… quién sabe qué entonces. Una victoria rápida para Rusia sería una pérdida porque la OTAN seguiría existiendo. No, Rusia tiene que controlar el ritmo de esto mientras absorbe a la OTAN en el molinillo”.

En algún lugar de su panteón privado, Palas Atenea, diosa de la geopolítica, disfruta inmensamente del espectáculo. Oh espera; en realidad se ha reencarnado y su nombre es Maria Zakharova.

Mire a su alrededor: las placas tectónicas de la geopolítica y las geofinanzas están cambiando, alejándose radicalmente de un Occidente cada vez más agitado.

Alastair Crooke 19 de diciembre  Fundación de la Cultura Estratégica

La inflexión ha comenzado. Ha sido enviado por el Financial Times (FT) y The Economist , los dos medios que transmiten tan fielmente cualquier ‘narrativa de reemplazo’ a los sherpas globalistas (aquellos que llevan el equipaje a la montaña, en nombre de los nababs montados).

The Economist comienza con entrevistas con Zelensky, el general Zaluzhny y el comandante de campo militar de Ucrania, el general Syrsky. Los tres son entrevistados, entrevistados en The Economist , nada menos. Tal cosa no ocurre por casualidad. Es un mensaje destinado a transmitir la nueva narrativa de la clase dominante a los ‘mil millones de oro’ (que todos la leerán y absorberán).

En la superficie, es posible leer el artículo de The Economist como una petición de más dinero y muchas más armas. Pero el mensaje subyacente es claro: “ Cualquiera que subestime a Rusia se dirige a la derrota ”. La movilización de la fuerza rusa fue un éxito; no hay problema con la moral rusa; y Rusia está preparando una gran ofensiva de invierno que comenzará pronto. Rusia tiene enormes fuerzas de reserva (de hasta 1,2 millones de hombres); mientras que Ucrania ahora tiene 200.000 que están militarmente entrenados para el conflicto. La ‘escritura está en la pared’, en otras palabras. Ucrania no puede ganar.

Se adjunta con una enorme lista de compras de armas codiciadas. Pero la lista de compras es un ‘pastel en el cielo’; Occidente simplemente no los tiene en inventario. 

La ‘ Gran Lectura’ del FT , por el contrario, es una descarga de la profunda ira occidental hacia esos tecnócratas siloviki ‘reformistas’ rusos que, en lugar de romper con Putin por el SMO, permitieron vergonzosamente que la economía rusa sobreviviera a las sanciones occidentales. El mensaje pronunciado, con los dientes apretados, es que la economía de Rusia ha sobrevivido con éxito a las sanciones occidentales.

El principal estratega militar de EE. UU., el coronel Douglas Macgregor, amplía aquí el mensaje: Incluso la provisión de siete u ocho misiles Patriot es “ sin escalada” . En el mejor de los casos, tendrá un ‘impacto marginal’ en el campo de batalla de Ucrania; es un mero escaparate. Scott Ritter, en una conversación con el juez Napolitano, cree que las entrevistas de The Economist revelan que Occidente hace a un lado a Zelensky, mientras Zaluzhny administra su gran dosis de realidad (que será impactante para muchos sherpas leales). Por lo tanto, el énfasis de la entrevista de The Economist estuvo inequívocamente en el general Zaluzhny, con Zelensky deliberadamente menos enfatizado, lo que Ritter sugiere que indica que Washington desea ‘cambiar de liderazgo’. ¿Otro ‘mensaje’?

Para que quede claro, el general Zaluzhny dijo una vez que se considera un discípulo del general ruso Gerasimov, el jefe del Estado Mayor General. Según los informes, Zaluzhny está familiarizado con los escritos de este último. En resumen, Zaluzhny es conocido en Moscú como un soldado profesional (aunque comprometido con la causa nacionalista ucraniana).

Entonces, ¿está Occidente preparando su narrativa para salir de este conflicto imposible de ganar, Ucrania, y seguir adelante?

¿Es esto factible? ¿No está Occidente demasiado involucrado narrativamente en la historia de ‘Bleed Russia’; No se debe permitir que Putin gane para que eso suceda? No, puede pasar. Mire lo que ocurrió en Afganistán: en cuestión de días se terminó un enorme y lucrativo despilfarro. Y poco más de un año después, en su aniversario, la debacle de Kabul apenas se menciona en la prensa occidental.

Los titulares de los medios se trasladaron sin problemas de Afganistán a Ucrania, apenas con una mirada hacia atrás. Y ya se está preparando una ‘cabra atada’ de distracción para atraer la atención de los HSH occidentales , mientras el meme de Ucrania se archiva silenciosamente y la ‘agresión’ de Serbia contra Kosovo se convierte en la nueva ‘agresión’.

Serbia puede parecerle a la clase dominante occidental una ‘fruta madura’ con la que la OTAN podría pulir su imagen empañada (después de Afganistán y Ucrania). En pocas palabras, Serbia diariamente está siendo amenazada por funcionarios de la UE y EE. UU.: Únase a Europa para sancionar a Rusia; reconocer formalmente la independencia de Kosovo; abandonar a los serbios que han vivido en Kosovo durante siglos; unirse a la UE y la OTAN, como parte de un bloque antirruso; y ‘no’, todos esos acuerdos legales pasados ​​no tienen importancia y serán ignorados.

¿Lo esencial? La clara mayoría de los serbios está a favor de Rusia. Es dudoso que algún gobierno de Belgrado pueda sobrevivir cumpliendo con tales ultimátum, pero Serbia se encuentra en una situación vulnerable. Es una isla rodeada por estados de la OTAN y la UE. El gobierno de Belgrado propone enviar 1000 policías serbios a Kosovo para proteger los derechos de la población serbia local, pero la OTAN puede querer usar esto como pretexto para mostrar su fuerza militar.

La pregunta principal es: ¿Encontrará Ucrania su ‘aterrizaje suave’? Seguramente el ‘Colectivo Biden’ podría preferir eso. Sin embargo, un ‘aterrizaje suave’ parece improbable. El Gran Viejo Duque de York no hizo marchar a 10.000 hombres hasta la cima de la colina, solo para bajarlos de nuevo (como dice la vieja canción). Y Putin no ha movilizado a 380.000 hombres (incluidos los voluntarios), solo ‘para marcharlos de nuevo’. La brecha con la UE y EE.UU. es profunda. El canciller Scholtz dice que cuando Rusia se haya retirado de Ucrania, Alemania puede dignarse tomar su gas y petróleo nuevamente, es pura ilusión. Decir que no hay confianza es quedarse corto. Dicho esto, Moscú querrá manejar los asuntos de tal manera que no desencadene un conflicto directo de la OTAN con Rusia.

Pero… ¿Puede Occidente, que ha negado tanto la increíble transformación económica y militar que se ha producido en Rusia desde 1998, y también ha negado con tanta vehemencia las capacidades de las fuerzas armadas rusas, simplemente deslizarse sin esfuerzo hacia otra narrativa? ? Sí, fácilmente. Los neoconservadores nunca miran hacia atrás; nunca se disculpan. Pasan al siguiente proyecto…

Se ha invertido un gran esfuerzo en construir la narrativa de ‘Rusia como un tigre de papel’, incluso si esto ha significado que los servicios de inteligencia digan cosas sobre el desempeño de Rusia en Ucrania que son evidentemente absurdas y falsas. El profesor Mike Vlahos y el coronel Macgregor en su debate de tres partes sobre Ucrania y el papel del ejército estadounidense en este conflicto, siguen volviendo a su tema de la calidad sin precedentes de ‘ negación y engaño’ que ha caracterizado este conflicto. ¿Por qué las autoridades de inteligencia profesional de Occidente mintieron, y mintieron tan infantilmente?

Los dos estrategas expresan su sorpresa de que algunos de sus colegas profesionales parecían haber creído en la ‘narrativa de negación’ (es decir, que la Rusia de hoy no es diferente a la Unión Soviética, y que solo se necesitaría una gran bocanada y la casa rusa volaria al soplar), a pesar de la acumulación de evidencia contradictoria disponible para estos colegas.

Ha habido claramente una cualidad estática en esta última narrativa: que la Segunda Guerra Mundial y la implosión soviética (en la narrativa occidental) habían desencadenado una victoria cultural tectónica completa. Representó una reafirmación pura de la cultura estadounidense y el poder financiero, y dio crédito al ‘Fin de la Historia’, de modo que el modelo estadounidense inevitablemente sub sumiría al mundo.

Entonces, ¿es eso? ¿El colapso de una Rusia resucitada fue simplemente visto en este sentido? ¿Una victoria fácil, que trae a su paso otro triunfo exultante? ¿Fue esto tan evidente para estos ‘verdaderos creyentes’ que ni siquiera se molestaron en hacer la debida diligencia?

¿Por qué esta ‘narrativa de negación’ se volvió tan convincente para tantos europeos como estadounidenses? ¿Por qué tantos creyeron las obvias fabricaciones de relaciones públicas de Ucrania? Vlahos y Macgregor encontraron esto desconcertante y un defecto preocupante para la toma racional de decisiones en Occidente. Y uno que contribuyó sustancialmente a la creciente disfuncionalidad militar estadounidense.

Los dos participantes se centraron mucho en el aspecto de relaciones públicas (en un momento, Ucrania tenía no menos de 150 instituciones de relaciones públicas trabajando en su nombre). Pero hoy estamos en un juego de pelota diferente.

Las relaciones públicas y el Ministerio de la Verdad de Orwell están pasados ​​de moda. Sobre. Desaparecido.

“La unidad mental de las multitudes”

“ No soy un asesor de medios ” , dice Nevo Cohen, el asesor al que el nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel, Ben-Gvir, acredita su victoria de la extrema derecha en las recientes elecciones israelíes; “ Soy un asesor estratégico … Una vez fue posible ganar campañas como persona de relaciones públicas. Hoy, no es lo suficientemente bueno… Los medios de comunicación son una herramienta importante en la caja de herramientas del director de campaña, pero me ocupo de la conciencia de masas, y ese es un arsenal de herramientas completamente diferente. Puedes notar fácilmente una campaña electoral dirigida por alguien del mundo de la publicidad”. (Énfasis añadido.)

Vlahos y Macgregor analizaron el inexplicable divorcio entre dos realidades bélicas que simplemente no se tocaron en ningún momento. Sin embargo, el profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Ghent, Mattias Desmet, ha abordado el tema de la disparidad desde una perspectiva psicológica.

Una hermosa mañana de noviembre de 2017, el profesor Desmet, que se hospedaba en la casa de campo de un amigo en las Ardenas, fue asaltado por una súbita intuición: “[…] Me asaltó la conciencia palpable y aguda de un nuevo totalitarismo que había dejado su semilla y ha hecho que el tejido de la sociedad se enduresca”. Sus observaciones después de tres años de investigación lo llevaron a escribir su libro La psicología del totalitarismo .

Muchos han escrito sobre el tema del totalitarismo, desde Hannah Arendt hasta Gustav Le Bon (entre otras cosas), pero el enfoque de Desmet difería en que tenía la intención de explicar el trasfondo psicológico de la negación masiva de realidades evidentes (por parte de científicos y expertos, tanto como  de cualquiera).

Identificó ciertos «mecanismos psicológicos primitivos» que debían estar presentes para que una narrativa distribuida evolucionara hacia una ‘formación masiva’ insidiosa que destruye la autoconciencia ética de un individuo y le roba su capacidad de pensar críticamente.

La condición principal era que hubiera un segmento de la población que careciera de vínculos comunitarios o sentido en sus vidas, y que además se viera afligido por «ansiedad y descontento flotantes», que se inclina hacia la agresividad (es decir, por sentimientos generalizados de que «el sistema» y economía están ‘amañados’ injustamente, contra ellos).

Esencialmente, entonces, los movimientos de masas atraen a la gente porque parecen ofrecer esperanza a seres disfuncionales y desolados.

En este estado mental, se puede ‘disolver’ una narración que sugiera una causa particular de la ansiedad flotante y un medio para tratarla (es decir, como ‘Rusia amenaza nuestra ventaja global, nuestra identidad y valores, y si pudiera ser destruida, el viejo sistema y los valores se enderezarán por sí solos’).

La narrativa explicativa da una sensación inmediata de conexión y de compromiso en un ‘proyecto heroico’; así se restituye el sentido, aunque ese sentido sea absurdo, en relación con la realidad. La sensación de conectividad es similar a lo que ocurre en la psicología de masas. En el alma de las multitudes, creía Gustave Le Bon, “la personalidad consciente se desvanece” ( True Believer, 2013); la individualidad se desvanece, y es absorbida por “la unidad mental de las multitudes” –pareciendo eventualmente una “reunión de imbéciles” capaces de los “actos más sanguinarios”.

Pero quizás lo más inquietante es que Eric Hoffer encontró otro tipo de persona que se siente atraída por los movimientos de masas; de hecho, cuya participación suele ser necesaria para que dichos movimientos prosperen. “Lo que Eric Hoffer descubrió, y lo que muchos sociólogos y ciertamente el público en general han pasado por alto con frecuencia, es que los movimientos de masas atraen lo que ahora llamamos personalidad psicópata , en esencia depredadores : individuos que se contentan con causar un gran daño, que tal vez son hasta sádicos, y sin embargo no les molesta lo más mínimo lo que hacen”.

Los movimientos de masas que ven la guerra como parte de su solución atraen, e incluso necesitan, psicópatas. Paradójicamente, la voluntad de desear la destrucción (digamos, de todos los rusos), genera más respeto entre los verdaderos creyentes y está conectada con otro elemento paradójico: lo que une a los movimientos de formación de masas es la necesidad de sacrificarse (es decir, en el movimiento por el cambio climático). , el sacrificio de la industrialización, los viajes, los estilos de vida, los combustibles fósiles y el bienestar económico).

“El programa Fear, ahora una parte aceptada del arsenal de la política democrática”

Gustav Le Bon señaló cómo las autoridades explotaban tales formaciones masivas, utilizando el miedo para imponer el cumplimiento. Y esta semana, Janet Daley, escribiendo en The Telegraph, advierte:

“La lección fundamental que han absorbido de manera indeleble las personas en el poder y quienes las asesoran es que el miedo funciona. Resulta que no hay casi nada que una población no sacrifique si es sistemática e implacablemente asustada.

“El fenómeno Covid ha brindado una sesión de capacitación invaluable en técnicas de control mental público: la fórmula se perfeccionó, con la ayuda de publicidad sofisticada y consejos de formación de opinión, a una combinación asombrosamente exitosa de ansiedad masiva (tu vida está en peligro) y coerción moral (estás poniendo en peligro la vida de otras personas).

“Pero no fue solo la repetición interminable de ese mensaje lo que logró el cumplimiento casi universal y bastante inesperado. Fue la supresión integral de la disidencia, incluso cuando provenía de fuentes expertas, y la prohibición de argumentar, incluso cuando iba acompañada de pruebas en contrario, lo que realmente funcionó.

“Si las leyes del país no le permiten acabar con todas esas opiniones desviadas, simplemente puede orquestar una avalancha de oprobio y descrédito sobre quienes las expresan para socavar su reputación profesional. Pero esa es la batalla de ayer. Covid, como evento histórico, ha terminado. Hablemos de cómo es probable que funcione en el presente y en el futuro el programa Miedo, ahora una parte aceptada del arsenal de la política democrática. Da la casualidad de que existe lo que parece un modelo notablemente similar de ansiedad más chantaje moral que se aplica al tema del cambio climático. Nota: estas observaciones no tienen relación con la existencia o no de una verdadera “crisis climática”. Lo que quiero considerar [más bien] es cómo se enmarcan las políticas que se están formulando para abordarlo…

Podemos reconocer claramente estas herramientas precisamente desplegadas por Occidente también en el caso de Ucrania.

¿Tales ‘herramientas de la conciencia de masas’ le darán a los ‘mil millones de oro’ su victoria psicópata sobre la humanidad?

Mire a su alrededor: las placas tectónicas de la geopolítica y las geofinanzas están cambiando, alejándose radicalmente de un Occidente cada vez más agitado. Estas son fuerzas estructurales (fuerzas mecánicas de la dinámica física) sobre las cuales las herramientas de la conciencia de las masas en última instancia tienen una influencia limitada. Moscú entiende bien estos cambios que están en marcha y sabe cómo amplificarlos.

Carlos A Pereyra Mele: Mi columna del viernes 16/12/2022 en el multimedio Radio Sputnik Internacional en el Programa: ¿Qué Pasa? Entrevistado por Javier Benitez

La OTAN y la Unión Europea preparan otra pantomima de consumo doméstico con Rusia como protagonista. Y es que, ante la escalada de corrupción generalizada en la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, necesitan urgentemente una bomba de humo al mejor estilo ninja para intentar distraer la atención de sus ciudadanos.

Mucho humo y poco gas

Es lo que básicamente le ofrecerá a su ‘auditorio’ la UE en yunta con la OTAN. Tapar sus errores geopolíticos, la escasez de recursos energéticos y su consiguiente suba de precios, no sólo en los hidrocarburos, sino en toda la cadena comercial, parecería ser el objetivo de un llamado que anuncian, y que dicen ellos –habrá que creerles– que lo vienen preparando hace un año…

Soñar no cuesta nada. Es lo que dice una frase popular. Y ya sabemos que la sabiduría popular lanza verdades incontestables en extractos muy breves e ingeniosos. Y es lo único que le queda a Occidente: soñar. Porque cuando está despierto, su realidad es insoportable.

Occidente, es decir, EEUU, quiere que el mundo siga funcionando de acuerdo a un ya arcaico, rancio y fallecido principio de un mundo unipolar que es regido por ciertas reglas, a las que nadie conoce, y que sus políticos sacan de la chistera de forma recurrente toda vez que quieren señalar y condenar a un país que no actúa de acuerdo a sus intereses, es decir, los intereses de la Casa Blanca, que en el fondo son los intereses de un puñado de lobistas de las élites.

Así, como un brindis al sol, Occidente anuncia el próximo lanzamiento de una botella al mar que seguramente se hundirá más rápido que el Titanic. Tal vez cuando tiren el botellazo, chocará contra una roca y allí mismo se irá a pique a convivir con algunas de las especies marinas.

El mensaje

¿Cuál es la botella que anuncia Occidente que lanzará al mar? Un llamamiento a Rusia a retirarse de Ucrania. Para empezar, hay que aclarar que Rusia actualmente no está en Ucrania, sino en territorio ruso, porque así lo han decidido las poblaciones de cuatro regiones que han preferido que su destino esté ligado a Rusia: Donetsk, Lugansk, Zaporozhia y Jersón.

En todo caso, deberían llamar a que las fuerzas ucranianas se retiren de territorio ruso. Pero dejemos estos ‘detalles’ de lado, y veamos qué es lo que quieren ahora los así llamados líderes occidentales. Publica el medio Politico:

«Después de meses de demoras, se espera que la UE y la OTAN pronto emitan formalmente un llamado conjunto para que Rusia detenga su guerra y abandone Ucrania, y se comprometa a brindar pleno apoyo a Kiev. La declaración, cuyo borrador fue parcialmente revisado por POLITICO, ha estado en proceso durante más de un año, pero se detuvo debido a las tensiones entre Turquía y Chipre, dijeron diplomáticos.

Ahora, parece estar cerca una versión final, y dos diplomáticos dijeron que se espera que se presente pronto, posiblemente el lunes o el martes, o a principios de 2023 si los cronogramas de fin de año interfieren. Si bien el texto es en gran parte anodino, hacerlo oficial representaría un logro diplomático considerable dados los meses que tomó llegar allí».

«Este llamado es una forma de tapar el sol con los dedos de una mano», dice al respecto el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

«¿Qué seguridad puede ofrecer hoy en día la OTAN y la UE sobre este tipo de planteamientos ‘diplomáticos’, cuando días atrás la señora Angela Merkel públicamente en medios alemanes dijo que ellos habían hecho que los famosos acuerdos de Minsk, que era una aproximación a un acuerdo de paz prácticamente definitivo, fue en realidad una ganancia de tiempo para congelar el conflicto hasta que Ucrania se rearmara y pudiera ‘hacer frente a la invasión rusa’. O sea que desde el 2015 estaban planificando esta acción totalmente agresiva contra la Federación de Rusia y contra todas las potencias emergentes que le disputan el poder a la angloesfera y a sus socios menores, que es la UE», observa Carlos Pereyra Mele.

FUENTE RADIO SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20221216/desesperados-y-sinverguenzas-la-otan-y-la-ue-preparan-otra-pantomima-esteril-1133603849.html  

COLUMNA DE POLÍTICA INTERNACIONAL DE PEREYRA MELE EN RADIO BELGRANO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Como todos los viernes dentro de este segmento de » Ayer y Hoy» por 650 Belgrano nuestro compañero el licenciado Carlos Alberto Pereyra Mele nos cuenta la actualidad política a nivel internacional siempre desde su tradicional columna semanal dentro de este programa.

Celso Amorim anunció que, después del interregno de Bolsonaro, el tercer gobierno de Lula retomará la diplomacia tradicional de Itamaraty y dará respuesta a los desafíos actuales.

Por Eduardo Vior para TELAM autorizado por el autor para su publicacion en Dossier Geopolitico

Cinco semanas después de haber sido electo por tercera vez a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva dio a conocer el viernes pasado los tres primeros nombres de miembros del gobierno que asumirá el próximo 1º de enero. Entre ellos mencionó a Mauro Vieira como ministro de Relaciones Exteriores. El diplomático de carrera es un histórico colaborador del ex canciller Celso Amorim (2003-11) y, a su vez, fue canciller en el último período de la presidencia de Dilma Rousseff, entre 2015 y 2016. De reconocida lealtad hacia Lula da Silva, incluso cuando el líder del PT estuvo en prisión, es actualmente embajador en Croacia. Antes ocupó las sedes diplomáticas en Buenos Aires y en Washington. No obstante el nombramiento, las líneas maestras de la futura política exterior brasileña parece marcarlas Celso Amorim.

En una mesa redonda en la Universidad Católica de São Paulo el pasado martes 6 en la que compartió el podio con el profesor Reginaldo Nasser y el periodista Pepe Escobar y que fue moderada por el periodista Leonardo Attuch (Brasil247), mechando con numerosas anécdotas de su larga carrera diplomática, quien probablemente ocupe la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Unión planteó las cuestiones centrales que deberá afrontar Brasil en los próximos años.

“El desafío que enfrenta la próxima transición es mucho más complejo que el de transiciones anteriores, señaló casi al inicio de su exposición, ya que hasta se han destruido instituciones del viejo Estado oligárquico brasileño”. En transiciones anteriores entre gobiernos, recordó, no se modificaban las líneas principales de la política exterior, aunque variaran las acentuaciones. Hoy, por el contrario, “hay que reconstruir lo que fue destruido, continuar lo que estaba siendo realizado y atender demandas más amplias y más profundas”.

Durante su exposición insistió mucho en subrayar la continuidad de la estrategia internacional de Brasil: “durante décadas Brasil tuvo una política exterior decente, señaló, no perfecta, uno podía tener diferencias con ella, pero era decente. Brasil tenía credibilidad. En 2003, ejemplificó, no fue necesario cambiar la política exterior, porque en muchas cuestiones Brasil ya era no alineado; sólo necesitó ser más activo. La política se hizo activa y altiva. Y explicó: había varias cosas para hacer que eran difíciles en lo práctico, pero fáciles conceptualmente. Por el contrario, en Itamaraty recientemente se aparejaron la locura con el oportunismo”.

La diferencia de esta transición con las anteriores no reside solamente en el desorden que ha dejado la gestión bolsonarista. También el contexto mundial y regional es mucho más complejo que, por ejemplo, en 2003: “de cierta manera, evaluó, el mundo era más simple que ahora. Hoy es mucho más complejo. Hoy la situación es infinitamente más compleja, insistió. El conflicto se desarrolla en el corazón estratégico del mundo”. Mientras que en 2003 las potencias competían por la influencia sobre regiones periféricas, hoy se están confrontando diferentes visiones del mundo.

“Si uno toma, explicó Amorim, los comunicados de las reuniones cumbre entre Xi y Putin y entre Biden y Macron, ve que son simétricos. Son dos visiones encontradas del mundo”.

A la vez han surgido nuevos ejes de conflicto: “hoy la afirmación identitaria es más fuerte que la antiimperialista”, ejemplificó. Pero también la región suramericana plantea varias incógnitas: “no se sabe qué va a pasar con Argentina”, advirtió. Y llamó también la atención sobre el proyecto integracionista: “el acuerdo Mercosur-UE es muy importante, pero el que se redactó es muy complicado”.

No obstante las dificultades, el expositor se manifestó optimista: “Brasil tiene hoy una responsabilidad inédita sobre los temas mundiales. En el mundo actual Brasil tiene una importancia relativa muy grande”. Tanto China como Rusia, argumentó, quieren que Brasil entre al Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, `porque mantiene buenas relaciones con todas las potencias y puede acercar posiciones. Lo mismo sucede dentro del BRICS: “hay que lograr, sostuvo, un equilibrio dentro de los BRICS”. La importancia de Brasil como actor internacional aumenta a sus ojos porque las relaciones de poder han cambiado: “está en duda, puntualizó, si la UE va a actuar con independencia o no. Por lo tanto, vamos a tener que ser muy pragmáticos y calmos”, advirtió.

Aunque en la mesa redonda el ex canciller advirtió que hablaba como “analista”, es evidente que estaba presentando la estrategia internacional del futuro gobierno. De lo expuesto puede inferirse que Brasil se apresta a jugar en la primera liga de la política mundial, acercando posiciones en los foros multilaterales, manteniendo buenas relaciones con todos los países, impulsando activamente la reorganización del sistema internacional, liderando a los países no alineados y a la región suramericana, defendiendo sus propios intereses, sí, pero sabiendo hacer concesiones para alcanzar acuerdos que beneficien a todos los actores. Este proyecto de Brasil Potencia en el buen sentido de la palabra tiene, empero, un punto débil, ya que depende del avance de la integración del Mercosur y del renacimiento de la Unasur. Sin un fuerte bloque regional Brasil estará debilitado en la política mundial.

Y el futuro de la región, como el futuro secretario lo expresó, depende de que se aclare la incógnita sobre el futuro de Argentina.

FUENTE TELAM: https://www.telam.com.ar/notas/202212/614040-brasil-gobierno-lula-amorim-diplomacia-analisis.html