Entradas

Por Níkolas Stolpkin CEPRID

Nueva arquitectura global en cierne

Quienes quieran ver el conflicto bélico en Ucrania como cualquier conflicto bélico, están muy equivocados. El desenlace podría traer grandes cambios. Cambios que podrían asemejarse a los ocurridos terminada la Segunda Guerra Mundial.

Ucrania es el epicentro de un movimiento tectónico significativo que podría abrir paso a una futura nueva arquitectura global.

Lo que hay que ver acá, no es a un «dadivoso» Estados Unidos, Reino Unido o una Unión Europea querer defender a un país débil de una potencia poderosa, eso sería caer en el simplismo.

El enfoque que debemos hacer es el de un Bloque Capitalista Occidental (EEUU, UE…) en descenso, queriendo frenar de plano el ascenso imparable del Bloque Capitalista Oriental (Rusia, China…) O bien, como el economista Michael Hudson definió en su momento, como el choque de dos sistemas económicos: «el capitalismo financiero neoliberal versus la industrialización socialista». El primero con tendencia unipolar, y el segundo con tendencia a un mundo multipolar.

Ucrania simplemente sería la oportunidad o la excusa para intentar frenar el tsunami oriental liderados por Rusia y China.

Todos sabíamos los proyectos que tenía Rusia para entregar gas barato a Europa. Estados Unidos sabía lo que podía significar el asentamiento potente y a largo plazo de los intereses de Rusia en Europa, sobre todo en Alemania, lo que afectaría a sus propios intereses en la región. Por lo que Estados Unidos tuvo que actuar, provocando primero el golpe de Estado en Ucrania (2014) y después preparando el terreno para la reacción rusa. Ellos sabían (EEUU) que al provocar la reacción de Rusia podrían llevar a cabo la contención firme de unos de los pilares principales del Bloque Capitalista Oriental y, al mismo tiempo, su ala militar más musculosa. No en vano vimos la respuesta poco diplomática e impulsiva del Bloque Occidental, al enviar armas para que los ucranianos «indefensos» se pudieran defender de los «invasores» rusos.

Los primeros paquetes de «ayuda» por parte del Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y los países de la Unión Europea -poco tiempo después de haberse iniciado la Operación Militar Especial rusa sobre suelo ucraniano (2022)-, se trató de «rifles, pistolas y ametralladoras», «ayuda humanitaria y logística militar», municiones «estrictamente defensiva», «equipamiento de defensa», «sistemas de armamento ligero antitanques de corto alcance», chalecos y cascos, misiles Javelin (antitanques) y Stinger (antiaéreo), lanzagranadas, etc. Ahora la ayuda hacia Ucrania ha «evolucionado» a una nueva etapa, ahora se trata de misiles tácticos de largo alcance (ATACMS), tanques modernos, aviones de combate, bombas de racimo, sistemas de defensa Patriot de largo alcance, lanzacohetes múltiples HIMARS… Y ahora que Ucrania -con un déficit reconocido de combatientes-, ha fracasado con llamar a combatir en el frente a los ucranianos que tuvieron que abandonar su país, ¿se les habrá de ayudar con soldados también?

Es difícil de entender cómo un puñado de países «desarrollados» y «civilizados» -principalmente arrastrados por Estados Unidos-, estén apostando cifras exorbitantes a un seguro perdedor (Ucrania). ¿Cómo fue posible que la Unión Europea se dejó arrastrar a un conflicto que bien pudieron dejar que Rusia lo solucionara sin interferencias foráneas y, al mismo tiempo, salir beneficiados con los proyectos a largo plazo que se tenían planeado con Rusia? Objetivamente la Unión Europea está más colaborando con los intereses geopolíticos de Estados Unidos que de sus propios intereses. La situación beneficia más a Estados Unidos que a la propia Unión Europea. Estados Unidos y la OTAN (instrumento militar de Estados Unidos, y que aporta aproximadamente el 70% del gasto militar en la alianza) están empujando a la Unión Europea a una situación muy desfavorable que no se sabe cómo habrá de terminar, pero que deja a una Europa más dependiente de los Estados Unidos.

Nueva Guerra Fría

Se está configurando, al parecer, un escenario más de Nueva Guerra Fría que de un escenario de Guerra Directa. Dicho en otras palabras, estamos más cerca de una Guerra Fría que de una Guerra Nuclear o una «Tercera Guerra Mundial», aunque pueda parecer todo lo contrario en estos momentos. Lo que no quita que pueda haber ciertas amenazas de un bando o de otro para el famoso juego de la «contención», como en su momento las hubo (siglo XX). Ladrar, pero sin morder. Porque obviamente sabemos las consecuencias del peor de los escenarios, ¿no?

Sí, quizás estamos siendo muy «optimistas». Y es que una Tercera Guerra Mundial significaría una Guerra Nuclear segura.

Pero viéndolo desde esta perspectiva «optimista», una Nueva Guerra Fría significaría un «respiro» o repliegue estratégico favorable al Bloque Capitalista Occidental, que sabe que está perdiendo poder e influencia frente al Bloque Capitalista Oriental.

En Ucrania, más que nada, se está dando forma a la frontera norte que habrá entre el Bloque Occidental y el Bloque Oriental. Un punto que no deja de ser un avance sustantivo para Estados Unidos y sus ambiciones geopolíticas. ¿Un trampolín para en un futuro poder balcanizar a Rusia?

Si las apuestas a perdedor persisten, no creemos que el ganador quiera al perdedor tener suficiente espacio para seguir maniobrando y hacer daño. La eliminación del perdedor se hace imprescindible. ¿Qué hará Occidente cuando se quede sin un jugador al cual apostar?

Después de Rusia, China será el próximo

Con Rusia ya se quemaron todos los puentes. Únicamente faltaría quemar los puentes con China, para que pueda verse mejor el nuevo escenario de Guerra Fría. ¿Taiwán será la nueva «Ucrania» para China? Sería muy difícil, tratándose de una isla.

El asunto Huawei (empresa china) y la subida de aranceles a los productos chinos por parte de Estados Unidos (2018), podríamos situar el inicio de las fuertes hostilidades entre Occidente y Oriente, aduciendo «preocupación» a la Seguridad Nacional. Y todos sabemos que la Unión Europea tiende, en gran medida, a hacerse eco de lo que diga o haga Estados Unidos. En eso no hay discusión.

Y sería con la pandemia del COVID-19 (2020) que seríamos testigos de la existencia de rivalidades sustanciales con respecto al reconocimiento de ciertas vacunas. Las múltiples trabas que se instalaron en Occidente con respecto a las vacunas de origen chino o de origen ruso, dan prueba de ello. Lo que ya podía hablar de cierta rivalidad significativa dentro de Occidente con respecto a ciertas potencias de Oriente.

El conflicto en Ucrania (2022- ?) sencillamente aceleraría las rivalidades ya existentes entre el Bloque Capitalista Occidental y el Bloque Capitalista Oriental, con especial énfasis en Rusia: prohibición de las aerolíneas comerciales rusas dentro de la Unión Europea, prohibición a las agencias de noticias de origen ruso (RT, Sputnik), sabotaje del Nord Stream 1 y Nord Stream 2, los múltiples «paquetes de sanciones», la salida en masa de las empresas occidentales en suelo ruso, etcétera. Lo que no quiere decir que no haya presiones contra China también. Las han tenido significativamente, como ya se ha dicho, desde el año 2018 con el asunto Huawei y la subida de aranceles a los productos chinos. Pero a partir de la Operación Militar Especial en Ucrania se han intensificado, por ser China un aliado estratégico de Rusia.

En la práctica, Estados Unidos desea que China deje de exportar a Rusia «todo lo que se pueda usar en el conflicto». Está, por otro lado, el «exceso de capacidad industrial» de China, que no es otra cosa que la abrumadora competitividad china que desean frenar dentro de su espacio. Al mismo tiempo, Estados Unidos no deja que sus empresas tecnológicas (Intel, Qualcomm) puedan exportar sus productos a China, todo en nombre de su hiper-manoseada «Seguridad Nacional». Y ahora está la amenaza de prohibir en suelo estadounidense (y después quizá dónde… ¿Europa? ¿América Latina?) la aplicación exitosa de TikTok, a menos que los propietarios chinos la puedan vender a Estados Unidos.

La caída del Orden Mundial Unipolar

El Orden Mundial Unipolar se encuentra seriamente atrofiado y ha empezado a navegar desesperadamente fuera del orden que tanto habían promovido, como si se tratara de un niño que junto a sus «viejos amigos», obedientes, después de que enseñaran a jugar a los otrora «nuevos amigos», al ver que les estaba yendo mejor en el juego, intentan romper las reglas («sus propias reglas») y hacer «nuevas» de forma caprichosa para el beneficio de los que están perdiendo el juego y poder así sobrevivir.

Es así como nos encontramos después, con una serie de acontecimientos fuera de juicio: «congelación» o confiscación de activos (llámese robo), (ejemplos: Venezuela, Rusia, Irán…); sanciones o prohibición a Medios de Comunicación por ser supuestamente medios de «propaganda rusa» (¿»pluralidad»? ¿»libertad de prensa»?); amenazas de prohibición a redes sociales exitosas como TikTok, a menos que la puedan vender (llámese chantaje); prohibición de aerolíneas rusas o llenar de trabas a ciudadanos rusos para que no puedan visitar la Unión Europea (llámese rusofobia); prohibición a empresas para que no puedan exportar sus productos a China o Rusia, por ser supuestamente una «amenaza» a la seguridad nacional de Estados Unidos (¿»Libre Mercado»?), etc.

A lo anterior, hay que hacerse muchas preguntas. ¿Qué garantías, de ahora en adelante, puede haber para que un país pueda depositar sin que pueda haber la amenaza de «congelación» o confiscación de lo depositado en la esfera occidental? ¿Todo medio de comunicación relevante que sea crítico con las políticas del gran hegemón (Estados Unidos) será sancionado o derechamente prohibido? ¿Todo producto foráneo que sea exitoso dentro del Bloque Capitalista Occidental, habrá de ser prohibido o sancionado? ¿Qué empresas del Bloque Capitalista Occidental se le estará permitido hacer negocios dentro del Bloque Capitalista Oriental?

Tal como se está configurando todo, es difícil saber cómo habrá de quedar la denominada globalización o el denominado «Libre Mercado».

Mientras todo apuntaba a desembocar en un mundo multipolar, Estados Unidos y sus aliados, al verse «amenazados», se apresuraron a cerrar sus puertas para seguir sosteniendo su mundo unipolar basado en sus propios intereses.

Un punto clave en el nuevo escenario será China y toda su efervescencia global, ¿dónde quedará? ¿Toda su efervescencia global será reprimida? ¿Le cerrarán las puertas a China de la misma forma que le cerraron las puertas a Rusia? ¿La efervescencia global china irá en retroceso o en retirada dentro del mundo Occidental? ¿Qué pasará con la influencia china en América Latina? Las declaraciones últimas del Comando Sur pueden dar ya una idea de lo que podría pasar. ¿Los países de América Latina defenderán su soberanía y autonomía frente a las amenazas de Estados Unidos? ¿Estados Unidos querrá implantar nuevas dictaduras en América Latina para alejar la influencia del Bloque Capitalista Oriental, como si se tratara del pasado Bloque Socialista del siglo XX?

Estados Unidos y sus aliados, deberían aceptar que su época de dominio global está seriamente afectada y que deberían entrar en razón y aceptar el Orden Mundial Multipolar con el que se está abriendo paso el Bloque Oriental; que se abre camino no con las armas, sino con la cooperación, la integración, el respeto y la igualdad entre las naciones.

Los nuevos polos de poder no entran al terreno a destruir a los países que no quieran obedecer (Yugoslavia, Irak, Libia…). Tampoco se comportan como una centrífuga la cual debe absorber a los países en la «democracia», los «derechos humanos» o el «libre mercado» para que puedan «entenderse».

Estados Unidos debe entender que ellos solos no pueden hacerse cargo del mundo, y menos cuando emergen múltiples polos de poder.

La arquitectura global surgida después de la Segunda Guerra Mundial ha caducado. El actual desequilibrio existente en cuanto a la seguridad y la justicia ya es insostenible. No es posible que en pleno siglo XXI seamos testigos de múltiples ejemplos de inseguridad e injusticia. ¿Cómo el mundo puede tolerar aquello de «congelación» o confiscación de activos de países que han depositado su confianza en otros países? ¿Cómo es posible que seamos testigos de chantajes explícitos como el caso de TikTok en Estados Unidos? ¿Cómo es posible que los que fomentaron el «libre mercado» obliguen hoy a sus empresas a no exportar sus productos a países que también juegan al «libre mercado»? ¿Cómo es posible que los Grandes Medios de Comunicación no vean la injusticia cometida contra medios rusos como RT o Sputnik, la inclinación neonazi que ha tenido desde el principio los que defienden Ucrania de los rusos, o no puedan ver el actual genocidio que está cometiendo el Estado de Israel contra el pueblo palestino, cuyo principal auspiciador sigue siendo Estados Unidos? ¿De qué sirven estructuras u organizaciones como la ONU, OMC, OMS, CPI, … si somos testigos de todo lo anterior o más?

Níkolas Stolpkin es Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.

CEPRID

Por Ekaterina Lazareva

Fracasa la teoría de Schwab, fundador del Foro de Davos

El Foro Económico Internacional de San Petersburgo – 2024 (SPIEF) será la viva respuesta de Rusia a los globalistas de Occidente. La teoría de Klaus Schwab, fundador del foro de Davos, sobre el control total de las corporaciones transnacionales sobre el mundo y la destrucción de los estados soberanos ha fracasado, explican los expertos de URA.RU analizando la lista de participantes del SPIEF-2024. A pesar de la presión del Occidente colectivo, la Federación Rusa no sólo celebra por 27ª vez el mayor foro económico, sino que recibe invitados de casi 140 países.

El tema del SPIEF-2024 es «Los cimientos de un mundo multipolar – la formación de nuevos puntos de crecimiento». Este año acudieron a San Petersburgo representantes de 139 países, entre ellos el Sultanato de Omán (país invitado), India, Irán, China, Italia, Siria, los países de la CEI, África y América Latina. Los Presidentes Luis Arce, de Bolivia, Milorad Dodik, de la República de Bosnia y Herzegovina, y Aslan Bzhania, de Abjasia, han confirmado su participación personal en el SPIEF.

En cuanto al número de participantes, el SPIEF casi ha vuelto al nivel anterior a la pandemia: entonces había 19.000 personas y 145 países. Esto dibuja un panorama del mundo muy distinto al que en 2020 veía Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial (foro de Davos). En plena pandemia, Schwab describió un mundo futuro en su libro COVID-19: The Great Reset. En su teoría globalista, la «vida normal» ha terminado para el 99% de los habitantes del planeta, que se verán subyugados al 1% de personas que «toman las decisiones». En el proceso de este «gran reseteo», la población de la Tierra se reducirá a 1.000 o 2.000 millones de personas y, en lugar de Estados soberanos, el mundo estará gobernado por empresas transnacionales.

La predicción de Schwab no se ha cumplido y es poco probable que se cumpla, afirma Ilya Grashchenkov, director general del Centro para el Desarrollo de la Política Regional. «Sí, hay empresas transnacionales que son actores de peso. Pero no han sustituido a los Estados.

Políticamente, los Estados no han sobrevivido a sí mismos. Es más, en los próximos 10 años se producirá el proceso inverso: la política y el papel directivo volverán a las instituciones estatales, y no al revés», está convencido el politólogo.

En esta nueva imagen del mundo, que se está formando fuera del marco de las previsiones globalistas, Rusia se está convirtiendo en un centro de atracción para los países del Sur global, opina Leonid Savin, Director General de la Fundación para el Seguimiento y la Previsión del Desarrollo de los Espacios Culturales y Territoriales y Jefe del think tank Geopolitika.ru. El SPIEF ayuda a revelar su potencial a muchos países que siempre han estado excluidos del foro de Davos. Para ellos, cree Savin, el Foro de San Petersburgo es un lugar donde pueden sentirse libres y no mirar la situación política.

«Davos es una reunión de los cárteles neoliberales de Occidente», explica Savin. – El SPIEF tiene objetivos distintos: Rusia lo está posicionando como una especie de plataforma soberana y auténtica donde desarrollamos y expresamos nuestras propias ideas y estamos dispuestos a escuchar y oír las ideas de otros países. Rusia demuestra que está dispuesta a formar una agenda positiva junto con ellos en el contexto de la formación de un mundo multipolar».

Elena Panina, directora del Instituto de Estrategias Políticas y Económicas Internacionales – RUSSTRAT, ex diputada de la Duma Estatal, tiene una postura similar. Según ella, como portavoz de la cúpula mundial globalista, Schwab escribió sobre el «reset» que intentan imponer a todo el mundo. «Rusia está en la vanguardia de la lucha por la preservación de la civilización humana como tal, por la preservación del hombre como tal, por su identidad personal por la preservación de la identidad nacional y estatal», señaló Panina.

Según ella, el SPIEF se posicionó desde el principio precisamente como un foro económico. «Nunca se ha fijado objetivos destructivos, ideas para destruir la civilización humana, el mundo. Siempre ha tenido como objetivo la cooperación. Y Rusia nunca ha impuesto ninguna hegemonía. El SPIEF ha sido y sigue siendo una plataforma seria para el diálogo y la cooperación», subrayó Panina.

Sin embargo, la economía mundial se está «transformando rápidamente», lo que queda patente en el círculo de participantes en SPIEF-2024, explicó a URA.RU Alexei Yaroshenko, director del Centro de Apoyo Experto a los Procesos Políticos. «El protagonismo está empezando a ser asumido por países que Occidente ha atribuido durante mucho tiempo de forma arbitraria y voluntarista al tercer mundo.

Los países occidentales están perdiendo sus posiciones de liderazgo, a diferencia de los países del Sur global, que están creciendo y seguirán creciendo», está convencido Yaroshenko. – Rusia, dirigida por [el Presidente Vladimir] Putin, ofrece cosas que están claras para todos, los principios más simples del sistema político internacional y económico: justicia y seguridad para todos.

Occidente está perdiendo su estatus hegemónico, por lo que «el teórico “Davos” ya no es el centro del mundo donde se resuelven todas las cuestiones globales», explicó a URA.RU Dmitry Rodionov, director del Centro de Estudios Geopolíticos del Instituto de Desarrollo Innovador. «El SPIEF demuestra que la mayoría de los países están dispuestos a apoyar las iniciativas para el desarrollo de la economía mundial que Rusia plantea, que Putin vocea: la misma lucha contra el dictado financiero estadounidense, las sanciones injustificadas, las guerras económicas que violan todas las leyes de la economía», dijo Rodionov. – Todos los que han venido al SPIEF son personas dispuestas a hablar en favor de Rusia y a mostrar su compromiso con la multipolaridad. Sólo ofrecemos el SPIEF como plataforma. Ofrecemos ideas y vemos que un gran número de países de todo el mundo apoyan estas ideas y están dispuestos a seguirlas junto con nosotros.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://ura.news/

Por Pepe Escobar

El Hegemón está calculando una guerra mundial para detener la multipolaridad. Apoya el genocidio de Israel en Gaza como un mal necesario para ganar con fuerza en Asia Occidental, pensando a quién le va a importar una vez que la guerra se haga global.

Esta semana se celebra el Foro Económico de San Petersburgo (SPIEF). Es una de las reuniones anuales más importantes de Eurasia. El tema general en 2024 es la «multipolaridad», muy apropiado teniendo en cuenta que este es el año de la presidencia rusa de los BRICS. La cumbre de los BRICS del próximo octubre en Kazán será crucial para trazar los contornos de la hoja de ruta hacia la multipolaridad en el futuro.

Ahí está el problema. Lo que nos lleva a la cuestión clave a la que se enfrenta la Mayoría Global: ¿Cómo podemos permitirnos soñar con la multipolaridad cuando estamos inmersos en Lo Impensable, reducidos al papel de meros espectadores, viendo un genocidio retransmitido 24 horas al día, 7 días a la semana en todos los teléfonos inteligentes del planeta?

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), abiertamente imperfecta, al menos ordenó a los genocidas bíblicos que dejaran de bombardear Rafah. ¿La respuesta de Israel? Bombardearon Rafah. Peor aún, quemaron vivos a niños en tiendas de refugiados. Con misiles estadounidenses.

Y el genocidio continuará al menos hasta el final de este año multipolar, como alardea la inteligencia israelí. La Mayoría Global al menos ve claramente cómo funciona el «orden internacional basado en reglas». Sin embargo, eso no es un gran consuelo.

La orden de la CIJ de detener la carnicería de Rafah, más la iniciativa de la CPI de solicitar órdenes de detención contra altos dirigentes israelíes por crímenes de guerra en serie en Gaza, como era de prever, provocó un frenesí histérico en el combo Israel-EE.UU. unido por la cadera.

El meollo de la cuestión afecta a los verdaderos amos y gestores del Imperio del Caos y el Saqueo, mucho más que a sus humildes emisarios. Los amos no pueden permitir que ninguna institución afloje su control sobre la narrativa oficial.

La narrativa oficial es que «no hay genocidio en Gaza» y que no se han traspasado las «líneas rojas». Este es el dictado oficial del Occidente colectivo. No se permiten infracciones. Llegarán a extremos inconstitucionales para imponer un control narrativo total, con una férrea operación de relaciones públicas para envolver a todo el planeta en capa tras capa de estupor propagandístico.  

Contradiciendo ligeramente a Mao Zedong, el poder real no viene del cañón de una pistola (o de un misil nuclear hipersónico); viene del control narrativo, o lo que solíamos llamar «poder blando». La diferencia ahora es que el Hegemón ya no controla el poder blando. La Mayoría Global está perfeccionando, en tiempo real, sus propios contragolpes de poder blando.

Una sociedad sistémicamente sociópata

Los controladores de la narrativa todavía pueden borrar hechos clave de la opinión pública occidental, por ejemplo, sobre la limpieza étnica. Los árabes cristianos han sido objeto de una limpieza étnica sistemática en Palestina. A principios de la década de 1950, Belén tenía un 86% de cristianos, cifra que desde entonces se ha desplomado a un triste 12% en la actualidad. Los psicópatas bíblicos construyeron un muro alrededor de Belén, anexionaron tierras en beneficio de colonos judíos armados y limpiaron étnicamente a los cristianos.

Los estudios serios sobre el hiperetnocentrismo o el carácter sistémicamente sociópata de la sociedad israelí no ofrecen mucho consuelo cuando se trata de detener un genocidio.

Porque la herida es mucho más profunda. Alastair Crooke, ex diplomático con amplia experiencia sobre el terreno, no tiene parangón entre los occidentales cuando se trata de comprender los entresijos de Asia Occidental. 

En sus columnas y podcasts, aborda la principal herida que ha dejado al descubierto la guerra/genocidio de Gaza: el cisma, en el corazón de Occidente, entre un «proyecto de ingeniería social antiliberal» que se hace pasar por liberalismo y un proyecto para «recuperar los valores “eternos” (por imperfectos que sean) que una vez estuvieron detrás de la civilización europea».

Para agravar el problema, las estructuras de poder de Estados Unidos e Israel están unidas por la cadera. Y funcionan bajo una especie de lógica complementaria. Mientras que la versión israelí del saqueo se encarna en el colonialismo de colonos, el Hegemón -como explica brillantemente Michael Hudson- ha estado en una orgía de colonialismo financiarizado de búsqueda de rentas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Y lo que Michael Hudson califica como el tinglado FIRE (finanzas-seguros-bienes raíces) se ha calcificado, como señala Alastair, en «un marco permanente para el sistema político y geopolítico occidental».

Por lo tanto, no es de extrañar que la Mayoría Global vea instintivamente el combo Israel-EE.UU. – portador de diferentes formas de explotación/explotación hasta el genocidio – como el epítome del colonialismo, ahora «suavizado» por una operación de control narrativo en un «orden internacional basado en reglas» sin sentido.

Tampoco es de extrañar que el genocidio de Gaza haya desencadenado una renovada ola anticolonial en toda la Mayoría Global.

Aún así, no es suficiente. Nadie está deteniendo realmente el genocidio. Eso sólo sería posible en la práctica infligiendo una devastadora derrota militar a Israel, con los vencedores dictando los términos de la capitulación. Eso no es factible -al menos no todavía- y contribuye a que los psicópatas bíblicos crean que pueden salirse con la suya. 

Un nuevo horizonte de sacrificios humanos

Andrea Zhok es profesor de Filosofía Ética en la Universidad de Milán y uno de los intelectuales italianos independientes más destacados. Zhok nos adentra en el callejón sin salida – apropiadamente trágico – que contempla ahora el Occidente colectivo.

Occidente bajo el Hegemón, dice, sólo tenía un Plan A. No había Plan B. Eso implica que Occidente seguirá aplicando todas las formas de Divide y vencerás contra las principales potencias euroasiáticas: Rusia, China e Irán. Zhok señala, correctamente, que India está sustancialmente bajo control.

Ese es el escenario de encrucijada en el que nos encontramos ahora mismo. De cara al futuro, se trata o bien de una guerra caliente abierta o bien de una serie de guerras híbridas entre las grandes potencias y sus vasallos: esencialmente, la Tercera Guerra Mundial.

Zhok muestra cómo Occidente bajo el Hegemón está ahora obsesionado con crear «heridas sistémicas» capaces de una destrucción cíclica. Para abrir estas «heridas» existen dos procedimientos principales: la guerra y las pandemias.

Sostiene que sólo «un nuevo horizonte de sacrificios humanos» es capaz de permitir que la «Verdad Última» de Occidente siga en pie sobre sus pies de barro.

De hecho, es este «nuevo horizonte de sacrificio humano» el que está condicionando la falta de respuesta -o peor aún, la legitimación- de Occidente ante el genocidio de Gaza. Y eso está corroyendo inexorablemente la psique europea desde dentro. Lo que solía llamarse civilización europea -ahora completamente vasallada por el Hegemón- puede que no se cure nunca del cáncer.

Por si estas pruebas y tribulaciones no fueran suficientes, mensajeros irracionales -bajo órdenes- se ocupan de acercarnos día tras día a una guerra nuclear.

Y algunos funcionarios de bajo rango incluso lo admiten, a bocajarro.  

Todo está aquí, en una conversación entre el juez Andrew Napolitano y los analistas Larry Johnson y Ray McGovern, durante la cual el primero se refiere a un correo electrónico que recibió de una fuente militar/inteligente. Esto es lo que le dijo la fuente:

Hoy he escuchado una extensa entrevista con un ex oficial de inteligencia de las FDI. Su posición era clara: «Estamos -dijo- apuntando hacia una guerra mundial» (la cursiva es mía). Israel, por tanto, no debería dejar de aplicar algunas de las medidas más radicales porque sus acciones se medirán retroactivamente en el contexto del brutal conflicto mundial que se avecina.

Esto debería verse como la explicación última de la escalada frenética sin pausa de los Hegemón/Vasallos en el frente entrelazado de las Guerras por Siempre -desde Gaza hasta Novorossiya.

Eso incluye el genocidio – y los derivados del genocidio, como la estafa del muelle de «ayuda» de 320 millones de dólares que ahora se ha convertido en chatarra en la costa de Gaza, devolviéndolo todo de nuevo al genocidio, ya que la estratagema del pan rallado de expulsar/enviar a los palestinos al extranjero ha fracasado miserablemente.

«Apuntando hacia una guerra mundial» deja todo tan claro quién dirige realmente el espectáculo. Y todo el mundo multipolar sigue siendo rehén.

Traducción al español para Geopolitika.ru
por el Dr. Enrique Refoyo
Fuente: https://thecradle.co/

EL FORO DE SAN PETERSBURGO FRENTE AL FORO DE DAVOS – JAVIER MARTÍNEZ

Se transmitió en vivo el 12 jun 2024 – JAVIER MARTÍNEZ – DMP GEOPOLÍTICA Todos los miércoles a las 21:00 horas de España (16:00 ARG/BRA/CHI, 15:00 BOL/VEN, 14:00 COL/EUA/PER, 13:00 CRC/MEX), Javier Martínez presenta su mirada sobre la geopolítica y la geoeconomía global. Javier Martínez

REUNIÓN DEL G7: SOL, PLAYA Y NADA MÁS – EDUARDO J. VIOR

Todos los viernes a las 19:00 horas de España (14:00 ARG/BRA/CHI, 13:00 BOL/VEN, 12:00 COL/EUA/PER, 11:00 CRC/MEX), Eduardo Vior presenta su mirada sobre la geopolítica y la geoeconomía global. Eduardo J. Vior

EUROPA VOTA PERO NO ELIGE es la clara sentencia de Eduardo Bonugli, colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid, en su audio del Club de La Pluma, sobre las elecciones europeas del próximo fin de semana, en medio del avance inexorable de la extrema derecha. Y  denuncia que los comicios son una formalidad testimonial en cada país, porque las autoridades que mandan en Europa no surgen del voto popular sino de falsos consensos entre los países y las empresas más poderosas, que imponen un candidato “atado y bien atado” a un parlamento que es una tramposa alianza entre conservadores, liberales y socialistas. Es decir, que Europa es una Plutocracia, donde nada cambia, sea cual sea el resultado de la elecciones

Y en ese sentido, analiza que los temas fundamentales para el ciudadano europeo no solo no se debaten ni se plebiscitan, sino que quedan escondidos por la censura y la desinformación, como son:

·        -Endeudarse y apostar por la guerra con Rusia y China, como quiere EEUU.

·        -Pretender enviar a los europeos a morir en las trincheras bajo la bandera de la OTAN.

·        -Provocar y jugar con el botón nuclear como hacen también desde Europa.

·        -Negar el derecho a decidir si quieren seguir con la ruinosa política de la economía neoliberal.

·        -Ocultar del fracaso de la costosísima agenda verde.

·       – La dramática pérdida de la soberanía energética.

·        -De que “Los Mercados” pueden hacer desparecer la agricultura europea.

·        -De la irrelevante política exterior de la UE y su sometimiento a la estrategia de los anglosajones.

·        -De la manifiesta complicidad de Bruselas con la masacre en Palestina.

·        -Decidir por la represión violenta a los emigrantes, como único recurso del trágico problema, sin abordar la responsabilidad histórica de siglos de colonización.

Y finaliza con el vaticinio de que el voto de estas elecciones está cantado contra la emigración, confirmando que, tanto los partidos como los votantes, van a dar un claro giro a la derecha, aprobando unas medidas extremas que borrarán de un codazo, el falso relato sobre los derechos humanos.

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolítico

La recuperación de la segunda potencia latinoamericana le ha dado un peso continental y mundial  que el futuro gobierno deberá ampliar y consolidar, si pretende continuar con las reformas

Por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Claudia Sheinbaum ganó el 2 de junio nuevamente la presidencia de México para la alianza Sigamos Haciendo Historia, encabezada por su Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena), con más del 58% de los votos y superó por cinco puntos el resultado obtenido por Andrés Manuel López Obrador (popularmente AMLO) en 2018. Además, su alianza conservó el gobierno de la Ciudad de México y ganó las gobernaciones de seis de los ocho estados en los que se elegía la máxima autoridad. Durante el último sexenio México se ha convertido en el primer inversor extranjero en EE.UU., su moneda se ha revalorizado sustancialmente contra el dólar y cinco millones de personas han salido de la pobreza. No obstante, todavía quedan 47 millones de pobres, los cárteles de la droga mantienen el control de importantes zonas del territorio nacional y los migrantes siguen atravesando el país desde la frontera sur hasta la del norte. 

https://diarioneuquino.com.ar/wp-content/uploads/2024/06/mexico-sheinbaum-1024x683.jpg

A partir del 1º de octubre la primera presidenta mujer en 200 años de historia deberá afirmar un nuevo liderazgo superando la pobreza y pacificando el país en medio de una aguda polarización entre los bloques de poder mundial que requerirá un cuidadoso equilibrio, para que la reconstrucción no se diluya por una abstinencia o una indeseada toma de partido que aislaría a México de alguno de sus múltiples -todos necesarios- interlocutores internacionales.

En su programa electoral Claudia Sheinbaum afirmó que su “política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, no intervención y fraternidad con todos los pueblos del mundo”. Como demostró recibiendo el mismo día del triunfo al boliviano Evo Morales y al argentino Alberto Fernández, la futura presidenta mantendrá el alineamiento progresista del gobierno de la 4T. Para ello deberá definir la relación con El Salvador del reelecto Nayib Bukele, el modo de acompañar cómo estabilizar Haití sin plegarse al intervencionismo norteamericano, cómo garantizar la elección presidencial venezolana sin caer en partidismos, la presión sobre los gobiernos autoritarios de Ecuador y Perú y la distancia justa del gobierno de Javier Milei haciendo caso omiso de las provocaciones de éste para no dañar aún más la relación con Buenos Aires.

En realidad, el mayor desafío que la nueva presidenta deberá encarar inmediatamente está en la frontera norte. El avance de las causas judiciales contra Donald Trump y la evidente senilidad de Joe Biden plantean un insólito panorama en el que ninguno de los dos candidatos llegaría a noviembre y, si lo hacen, encararía la elección debilitado y en un clima de crispación que desautorizará a cualquiera que pretenda representar a la superpotencia. Durante el sexenio de AMLO México ha impuesto respeto a los dirigentes norteamericanos, pero todavía tiene demasiados frentes abiertos. A medida que se debilita el poder de Washington, se diluye el perfil de la política migratoria. Cada uno de los cuatro estados fronterizos (California, Nuevo México, Arizona y Texas) aplica criterios diferentes al recibir a los migrantes que llegan a la frontera. La presidenta electa ha manifestado su voluntad de que sus vecinos del norte legalicen la inmigración del sur, ya que necesitan mano de obra, pero en un Estados Unidos profundamente ideologizado y polarizado nadie quiere aparecer negociando con los latinos.

Sheinbaum insiste asimismo en que EE.UU. y Canadá inviertan en los países de origen de la migración, pero la experiencia de varias décadas demuestra la falta de interés de los dirigentes de ambos países por políticas de win-win en las que todos ganen. Las inversiones han sido escasas, mayormente especulativas y dirigidas puntualmente a las áreas en las que las empresas canadienses y norteamericanas pueden obtener pingües ganancias sin generar empleos.

El futuro gobierno mexicano buscará aumentar la densidad tecnológica y la integración de las empresas norteamericanas relocalizadas en su territorio, especialmente en el fronterizo Nuevo León, pero también incentivar su instalación en el sureste del país donde ha hehco enormes inversiones en infraestructura. Durante la campaña electoral la candidata de Morena ha afirmado la necesidad de superar la maquila, para organizar cadenas de producción transfronterizas. Sin embargo, no sólo a los norteamericanos, sino también a los empresarios chinos deberá imponerles el mejoramiento de las condiciones de trabajo, para ajustarlas a los derechos sociales de la Constitución mexicana.

EE.UU. es incapaz o carece de la voluntad necesaria para afrontar su terrible epidemia de drogadicción. El mercado estadounidense de narcóticos mantiene una fuerte demanda que alienta a los cárteles mexicanos y atrae la importación desde otras regiones del mundo a través de México. Al mismo tiempo las autoridades norteamericanas permanecen pasivas ante el tráfico de armas hacia el sur.

En la medida en que crece la confrontación entre Estados Unidos y China, aumenta la presión de Washington contra la radicación de empresas asiáticas que usan el territorio de su vecino para exportar al norte aprovechando el tratado de libre comercio de América del Norte cuya próxima renegociación está agendada. México se ha convertido en el principal inversor extranjero directo en EE.UU. y no puede arriesgar una crisis comercial, pero tampoco quiere abrir sus fronteras sin reparos, como sucedía en presidencias anteriores a 2018.

Al mismo tiempo Sheinbaum tendrá que combinar una postura enérgica ante su vecino del norte con el cuidado de permanecer neutral en el enfrentamiento entre Biden y Trump. Probablemente la decisión sobre el perfil que se dará a la relación con EE.UU. defina la selección del futuro titular de Relaciones Exteriores.

Estas distintas áreas de la política exterior del futuro gobierno mexicano se reúnen bajo la consigna del fortalecimiento del liderazgo internacional de México. Para ello Sheinbaum se ha comprometido a mantener una mayor presencia en espacios multilaterales como la Asamblea General de Naciones Unidas, las Conferencias de las Partes, el G20 y la CELAC. Finalmente, México deberá hacerse más presente fuera del continente también, para evitar que la creciente confrontación entre las potencias del Norte y del Sur Global estrangule su espacio de maniobra.

Mucho para hacer, si la primera presidenta de México quiere profundizar la Cuarta Transformación. No basta con las reformas internas. Debe consolidar la posición de su país en un contexto internacional incierto y polarizado. En el sexenio pasado la reconstrucción del Estado y de la economía y el liderazgo moral de López Obrador aumentaron sustancialmente el peso internacional de México. Ahora, para seguir por el camino de su predecesor, Claudia Sheinbaum debe ampliar su radio de acción y su protagonismo.

Por Robert Steuckers

En una entrevista concedida para Hafsa Rahmouni de Al Jazzera, Robert Steuckers analizó, entre otras cuestiones, el conflicto de Oriente Próximo y la guerra en Ucrania.

y ensayista belga, uno de los referentes intelectuales para la Nueva Derecha europea, el ataque de Israel contra Irán, la réplica de estos últimos y las posibles acciones israelíes, se engloba «en un contexto histórico muy amplio y muy antiguo». «Las potencias marítimas británicas y luego estadounidenses tienen una estrategia recurrente: ocupar las tierras situadas en los extremos interiores de los mares interiores. Kuwait a partir de 1910 para impedir que el Imperio Otomano explotara su ventana sobre el Golfo y el Océano Índico (coto británico en aquella época). Israel recibió el encargo de vigilar la costa más oriental del Mediterráneo, en beneficio primero de Londres y luego de Washington. Irán, y tras él Rusia y China, se disputan esta función y preferirían ver la zona de Antioquía a Gaza (e incluso Suez) como un trampolín hacia el Mediterráneo», explica.

Con respecto al papel de Estados Unidos en general y de la administración presidida por Joe Biden en particular, Robert Steuckers considera que Washington teme «una hipertrofia imperial, ya sea porque sabe que la próxima presidencia estadounidense será trumpista y, por tanto, aislacionista, y que el belicismo de Biden no podrá desplegarse a tiempo, ya sea porque quiere ganar tiempo para consolidar su frente antirruso desde el Ártico hasta el Mar Negro, ya sea porque sabe que Irán dispone ahora de los medios para convertirse en un santuario. En este escenario tan preocupante, Europa será el blanco del conflicto».

En cuanto a la situación en Ucrania, Steuckers considera que este conflicto «fue diseñado para crear el caos en Europa y arruinar el motor industrial de Alemania. También fue diseñada para bloquear la dinámica euroasiática en un punto crucial, donde convergen las rutas multimilenarias de la gran masa terrestre euroasiática». «La cultura militar de las talasocracias favorece actualmente las guerras cortas, de un año o menos de duración. La guerra en Ucrania ha entrado en su tercer año. El impulso se ha estancado. El pueblo ucraniano está siendo desangrado. Sobre el terreno, la situación está congelada, como lo estuvo durante muchos años durante la Primera Guerra Mundial. Rusia ha resistido y, al parecer, permanecerá en las regiones rusoparlantes del este y el sur de la antigua Ucrania soviética. El escenario previsible es el siguiente los oblasts conquistados por el ejército ruso pasarán a formar parte de la Federación Rusa; Occidente impedirá la conquista de Odesa (ahora se habla de la entrada de unidades francesas en la ciudad o sus alrededores, información por verificar); Occidente intentará ganar terreno en el Mar Negro (un viejo objetivo bélico británico), tratando de satelizar Georgia y Armenia; la OTAN aprovechó el conflicto ucraniano para convertir el Báltico en un lago de la OTAN, con lo que Europa perdió la oportunidad de ampliar una zona no alineada en todo el continente a partir de dos Estados neutrales (Suecia y Finlandia) y, por último, el conflicto ucraniano ha abierto un vasto frente que se extiende desde el Ártico hasta el Mar Negro, amenazando los puertos rusos de Murmansk y Arkhangelsk (vitales durante la Segunda Guerra Mundial) y la ciudad de San Petersburgo, próxima a la frontera finlandesa», explica.

Por último, «Desde un punto de vista estratégico, el Occidente estadounidense, que ha eliminado el no alineamiento sueco y finlandés en el norte de Europa y ha permitido a la OTAN presionar a Rusia desde Murmansk hasta San Petersburgo y Kaliningrado/Königsberg, debería estar satisfecho con estos avances tan ventajosos. Sobre el terreno, en el Donbass, Luhansk, Crimea, etc., es previsible que Occidente acepte una solución coreana con un nuevo Telón de Acero al este del Dniéper. El putinismo no habrá sido derrotado ni eliminado como algunos esperaban. En cuanto a la era post-Putin, que inevitablemente llegará, no se sabe. La pelota está en el tejado de los europeos: ¿cuánto tiempo más aceptarán las políticas suicidas propugnadas por los servicios estadounidenses y cuánto tiempo más tolerarán los errores de los «jóvenes líderes globales» que los están arruinando?», concluye Steuckers.

Fuente

La polémica sobre los hidrocarburos hallados por Rusia en el Mar de Weddell es una maniobra anglonorteamericana para adueñarse del continente blanco y que Argentina entregue sus derechos

Por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

En medio del clima de alarma internacional generado por el supuesto hallazgo por Rusia de un rico yacimiento de hidrocarburos en el Mar de Weddell, Antártida Occidental, comenzaron este martes en Cochín, estado de Kerala, India, la 46ª Reunión Consultiva del Tratado Antártico (ATCM 46, por su nombre en inglés) y la 26ª del Comité de Protección Ambiental (CEP, por su nombre en inglés). Las sesiones, que se extenderán hasta el próximo 30 de mayo, están atravesadas por una dura confrontación entre el mayoritario bloque occidental, por un lado, y Rusia, Sudáfrica, Brasil y China, por el otro. Especialmente Gran Bretaña y EE.UU. están utilizando argumentos ecologistas, para que el organismo de aplicación del Tratado Antártico pase de adoptar sus decisiones por consenso a hacerlo por mayoría, convalidando de este modo la hegemonía occidental sobre el único continente que hasta ahora se había librado de la confrontación por el poder mundial. Al apoyar la postura occidental, el gobierno argentino está convalidando la usurpación británica en el Atlántico Sur.

Desde el pasado 12 de mayo la confrontación entre los bloques mundiales tiene un nuevo escenario: la Antártida. Ese día un brevísimo reporte del canal de BRICS10 en la red X (antes Twitter) informó sobre el hallazgo por Rusia de un  yacimiento de 511 mil millones de barriles de petróleo en el “Territorio Antártico Británico”. Dado que el canal de BRICS no dio ninguna otra información al respecto, rastreando los medios rusos para preparar este informe, sólo se encontró una información del día 11 en la página web de la Administración Nacional de Petróleo y Gas (HAHC, por su nombre en ruso) dando cuenta de una información del mismo día en el periódico londinense The Telegraph en la que se relataba lo tratado el miércoles 8 en una sesión de la Comisión de Auditoría Medioambiental de la Cámara de los Comunes británica.


Título de la información publicada el 11 de mayo por la Administración Nacional de Petróleo y Gas de Rusia


Titular del artículo publicado el 11 de mayo en The Telegraph

Los pocos medios rusos especializados que informaron sobre el tema se basaron en el mismo artículo del diario inglés. Por lo tanto, ésta es la única fuente válida a considerar. ¿Qué pasó en la sesión de la comisión parlamentaria? Cuando los diputados interrogaron al subsecretario de Estado Parlamentario para las Américas, el Caribe y los Territorios de Ultramar David Rutley sobre el yacimiento de petróleo y gas que el buque de investigación geológica Akademik Alexander Karpinski, de la agencia estatal Rosgeologya, habría hallado en el Mar de Weddell, el funcionario declaró que su gobierno confía en la aseveración de Rusia de que se trató sólo de un relevamiento científico. Por el contrario, Klaus Dodds, profesor de Geopolítica en el Royal Holloway College de la Universidad de Londres, opinó en su calidad de experto consultado que, por sus dimensiones, estas exploraciones rusas sólo pueden servir para preparar un proceso de explotación del yacimiento. 

El profesor Dodds es un especialista en historia de la presencia británica en el Atlántico Sur, un enérgico crítico del nacionalismo argentino en general y, en particular, de la reivindicación argentina de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgia, Sandwich del Sur y la Antártida Argentina. A partir de su opinión en el Parlamento, Jonathan Leake publicó el día 11 en The Telegraph el artículo que dio inicio a la actual campaña contra la investigación geológica rusa en el continente blanco. Es decir que la opinión pública mundial está discutiendo sobre las opiniones de Dodds tal como fueron reproducidas por Leake.

En el artículo periodístico se afirma que el yacimiento contiene 511.000 millones de barriles, lo que equivaldría a unas 10 veces la cantidad de petróleo extraído en el Mar del Norte en los últimos 50 años y a cuatro veces el volumen total de las reservas de Arabia Saudita. Según sostuvo la mayoría de los miembros de la comisión, las investigaciones rusas en la Antártida Occidental se dirigen a relevar reservas minerales para su posterior explotación. Para Rosgeologiya tales acusaciones no son nuevas. El organismo ha declarado en repetidas ocasiones que sus actividades en la Antártida y los mares adyacentes son de naturaleza científica, que el organismo estatal no se dedica a la exploración de los recursos minerales antárticos y que observa estrictamente sus obligaciones internacionales. 

El objetivo de la investigación científica realizada por sus buques –sigue el descargo de Rosgeologiya- es estudiar desde una perspectiva geológica y geofísica el origen y la estructura de la Antártida así como la estructura y el espesor de la cubierta sedimentaria. Los investigadores se limitan, dicen, a hacer investigación sismológica y no realizan perforaciones, hoy prohibidas por el Tratado Antártico de 1959 y el Protocolo de Protección Ambiental de 1998. La investigación sismológica permite inferir la existencia de un yacimiento, pero no es comparable con la certeza que darían las perforaciones. Del relevamiento científico a la exploración petrolera, entonces, hay un largo trecho.

Además, como señala Metro, un sitio ruso especializado, aun si los científicos rusos tuvieran certeza sobre la presencia de petróleo en el lugar, de poco les serviría. Si bien Rusia tiene bases permanentes en la Antártida desde 1956, carece de la infraestructura como para encarar allí la exploración y explotación petrolífera. Tampoco tiene en los continentes cercanos bases que le permitan sostener tal esfuerzo. Sus expediciones científicas utilizan el puerto de Ciudad del Cabo, pero recientemente EE.UU. amenazó a Suráfrica con sancionarla por pertrechar el buque ruso. Por otra parte, Rusia está impulsando actualmente la exploración y explotación de nuevos campos petrolíferos en la península de Kamchatka, en el noreste de Siberia, frente a Alaska, por lo que no está interesada en la explotación del suelo antártico. Como dijo Metro, “estamos descubriendo el petróleo que van a explotar otros”. 

El buque Akademik Alexander Karpinsky viene realizando estas exploraciones desde 2020 y los británicos lo saben. ¿A qué se debe, entonces, tanto ruido justo en este momento? La respuesta probablemente se halle en la reunión de Cochín. Tanto la ATCM como la CEP son convocadas anualmente en el marco del Artículo IX del Tratado Antártico y reúnen tanto a las doce partes signatarias originales como a otras interesadas, para abordar cuestiones medioambientales, científicas y de gobernanza del continente blanco. Actualmente 56 países son parte del Tratado. 

Los temas principales de la agenda de la 46ª Reunión Consultiva incluyen la planificación estratégica para la gestión sostenible de la Antártida, operaciones políticas y legales, prospección de biodiversidad, inspecciones, intercambio de información y la cooperación en investigación. También se están abordando los impactos del cambio climático, el desarrollo turístico y la sensibilización.

Por su parte, la agenda de la reunión de la CEP se centra en la evaluación ambiental, la gestión y presentación de informes, la respuesta al cambio climático, la protección de áreas marinas y la conservación de la biodiversidad antártica. 

Es llamativo que el conflicto se haya planteado inmediatamente antes de las reuniones de esta semana en India. Como opina Mariano Memolli, ex presidente del Instituto Antártico Argentino (IAI), es razonable inferir que Gran Bretaña está forzando un cambio en el sistema de votación en la ATCM, para que las decisiones, que hoy se toman por consenso, se adopten por mayorías. Con esta modificación claramente prevalecería el número de las delegaciones occidentales. En este caso, no sólo se perjudicarían Rusia y China, sino también, por ejemplo, Argentina, ya que el Reino Unido conseguiría el apoyo de sus aliados para imponer sus planteos sobre las islas del Atlántico Sur conexas a las Malvinas.

Al escribir en The Spectator el fin de semana pasado sobre las “preocupantes” actividades de Rusia, Klaus Dodds instó a aplicar una diplomacia juiciosa. “El interés de Rusia por la Antártida, puso, no va a desaparecer pronto. Gran Bretaña tiene una oportunidad real de liderar una coalición que preserve el lugar del continente como terreno neutral, antes de que la cruda geopolítica interfiera aún más”, advirtió. El profesor Dodds evidentemente tomó ahora en consideración la fortaleza del bloque formado por Rusia, China, Sudáfrica y Brasil y el riego de que una politización desmedida del organismo rector del Tratado Antártico perjudique a todos los miembros. No obstante, no aclaró en qué consistiría la política “neutral” que aconseja para su país.

Evidentemente, la discusión pública sobre el aún no confirmado descubrimiento ruso de petróleo fue impulsada por las potencias occidentales y sus aliados, para obligar a ATCM y CEP a adoptar e implementar decisiones por mayoría. Si bien todavía no ha trascendido cómo se están desarrollando las discusiones (confidenciales), puede suponerse que el actual gobierno argentino se ha alineado con las potencias occidentales contra el bloque de naciones del BRICS10, convalidando así la posición británica, con las consecuencias imaginables para nuestros derechos en el Atlántico Sur y la Antártida Occidental. Ya que la alianza occidental ve frustrado su esfuerzo por imponer su mayoría en el ATCM y el CEP, por lo menos puede consolarse con la entrega sin condiciones de la soberanía argentina.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, analiza en la columna del Club de La Pluma, el anuncio surgido desde el parlamento inglés sobre El descubrimiento por parte de Rusia de unas enormes reservas petrolíferas -el doble de las de Arabia Saudita-, en el subsuelo de la Antártida, justo en la zona reclamada por Argentina, Chile y el Reino Unido. Y profundiza en el peligro de que ésta supuesta “muy buena noticia” para el país, puede por el contrario, también encerrar graves e importantes problemas para Argentina, toda vez que está demostrado que las zonas del globo con fabulosos recursos naturales, están inmersas en sangrientos conflictos dolorosamente crueles para las poblaciones locales, debido a la voracidad insaciable del imperio anglosajón y de sus socios menores de Europa, por hacerse a la fuerza con ellos, ya que, en su decadencia, los necesita desesperadamente para su supervivencia. Libia, Irak, Irán, Siria y Kuwait son testigos de esa desgracia.

A lo largo del audio, también aborda aspectos fundamentales y preocupantes del asunto, tal cómo:

AUDIO:

  #El planteo reciente de las grandes potencias por cambiar el método internacional “del consenso” por el “de mayorías” para resolver los litigios sobre soberanía, dejaría a Argentina sin posibilidades sobre la Antártida.

          # La voluntad manifiesta de Milei de obediencia ciega y exclusiva de EEUU e Israel a cambio de nada nos priva la posibilidad de una seria defensa de nuestros derechos.

·        #“El machaqueo” de la estrategia anglosajona para dominar todo el mar argentino y la exigencia de que el país no tenga relaciones comerciales con las potencias asiáticas ni países del Brics, nos condena a la soledad.

·        #El abandono por parte de Buenos Aires de su tradicional política de neutralidad internacional y de “negociar con todos”, nos obliga ser un comodín insignificante del bloque decadente de Occidente, que está siendo destituido del poder global.

·        #El deslizamiento del centro de gravedad del mundo hacia Asia y al sur global, *a quiénes hemos despreciado desde el gobierno,* nos deja en un frágil estado de debilidad ante descubrimientos de este tipo y de otras reservas como Vaca Muerta, que ya son objeto de monitoreo, control, seguimiento y acoso por parte de las grandes multinacionales occidentales.

Por ello, y ante la evidente perspectiva de terminar siendo un aliado de Washington a cambio de nada, Pereyra Mele nos recuerda con fatalismo y mucha preocupación aquella famosa cita de Henry Kissinger: “…ser adversario de Estados Unidos es peligroso, pero ser su socio es mortal.”

Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Eduardo Bonugli (Madrid, (19/05/24)