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Con una respuesta medida y política al ataque de Tel Aviv contra el consulado de Teherán en Damasco, la República Islámica gana la iniciativa en Asia Occidental

por Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Este sábado a la noche Irán disparó más de 300 drones y varios cohetes de crucero sobre objetivos militares en Israel. A pesar de que la “cúpula  de hierro” antiaérea que protege al Estado sionista logró derribar más del 90% de los proyectiles, la masividad del ataque permitió a suficientes piezas filtrarse, como para producir severos daños en una base aérea del sur y otra de inteligencia en el norte. Sólo una niña resultó herida. 

La evidencia de que Israel es vulnerable se sumó al desasosiego entre la población que ya había producido el domingo anterior el anuncio de que sus tropas se habían retirado de Gaza. Durante la semana pasada varios comentaristas certificaron la derrota de su país en los seis meses de invasión al territorio gazatí y las subsecuentes amenazas del gobierno de derecha/ultraderecha contra Irán se evidenciaron vacuas, porque el presidente norteamericano Joe Biden prohibió a Benyamin Netanyahu  responder al ataque persa. Irán ha ocupado el centro del escenario regional en un cambio epocal que repercutirá en todos los frentes.

Durante su bombardeo de este fin de semana Irán sólo atacó objetivos militares de Israel y casi no produjo víctimas. Este domingo el mayor general Hossein Salami, jefe del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (IRGC, por su nombre en inglés), advirtió sobre respuestas aún más duras, si Israel decide tomar represalias. Por su parte, Mohammad Bagueri, jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas iraníes, reveló que el cuartel general de la inteligencia israelí en el Monte Hermón y la base militar de Nevatim fueron atacados y destruidos con éxito utilizando misiles balísticos y de crucero. La base aérea de Nevatim  está ubicada en el desierto de Néguev, en el sur de Israel, desde donde el ejército de este país el 1º de abril atacó con sus F 35 el consulado iraní en Damasco, asesinando a Mohammad Reza Zahedi, comandante de la Fuerza Quds (Jerusalén) de operaciones exteriores de la IRGC, y a otros seis altos mandos. Se estima que siete cohetes impactaron en el aeropuerto. Por su parte, el portavoz del ejército israelí admitió este domingo que el objetivo fue dañado.

Irán ha dado por concluida su represalia, pero su oferta de cese al fuego en Gaza fue rechazada por Israel. Los EE.UU. y la UE quieren que todo termine en este punto, pero lo más probable es que Israel lance su propia represalia. Sin embargo, por ahora, según versiones del sensacionalista Yedioth Ahronoth, tras la conversación telefónica que Netanyahu y Biden mantuvieron este domingo, Tel Aviv ha postergado toda respuesta.

El ataque iraní sucedió al retiro, el domingo 7, de las tropas israelíes que habían invadido la Franja de Gaza seis meses antes. La guerra estalló tras un ataque contra Israel perpetrado por Hamás y otras tres  organizaciones palestinas el 7 de octubre de 2023, en el que, según cifras israelíes, murieron 1.200 personas, en su mayoría civiles. Durante la incursión fueron tomadas como rehenes 253 personas. Algunos fueron canjeados por prisioneros palestinos que estaban en las prisiones israelíes, pero todavía hay unos 130 retenidos en Gaza, si bien se presume que al menos 34 están muertos.

Según el ejército israelí, unos 600 de sus soldados han muerto desde entonces y muchos miles han sido heridos. Al menos 33.000 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, fueron muertos por los ataques israelíes. Según la ONU, el 85% de la población de la Franja de Gaza, donde viven más de 2,3 millones de personas, se ha visto obligada a evacuar sus hogares por los ataques de Israel. El mes pasado un informe de Integrated Food Security Phase Classification, una respetada red internacional de información sobre el hambre, advirtió sobre una hambruna inminente en Gaza. Según la ONU, se espera que la mitad de la población de la Franja de Gaza (1,11 millones de personas) enfrente condiciones alimenticias catastróficas.

Sin embargo, no fue el desastre humanitario el que forzó la retirada israelí de la Franja de Gaza. Mucho más importantes fueron la llamada de Biden a Netanyahu tras el ataque israelí al consulado iraní en Damasco; la incapacidad israelí para acabar con la resistencia palestina; la falta de reservistas para las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI); la crisis económica en Israel tras seis meses de movilización; las manifestaciones masivas contra Netanyahu dentro del país reclamando la liberación de los rehenes así como aquéllas contra Israel en el exterior; la negociación en El Cairo entre Israel y Hamás con la mediación de Egipto y Qatar; la guerra de desgaste que la milicia libanesa Hezbolá lleva contra el norte de Israel y, sobre todo, el temor norteamericano al estallido de una gran guerra regional con Irán que obligaría a EE.UU. a defender a Israel y llevaría a la confrontación directa con Rusia y China, aliados de la República Islámica.

Imagen cedida por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de tropas israelíes realizando una operación militar en la Franja de Gaza. | Foto:Xinhua/Fuerzas de Defensa de Israel
El ejército israelí no pudo destruir a la Resistencia Palestina

Respetables analistas israelíes, tanto civiles como militares, constataron la semana pasada la derrota de su país en Gaza. Varios factores se aducen para fundamentar este aserto:

El primer fracaso de las FDI ha sido estratégico. El ejército de Israel sólo ha logrado a medias los objetivos de guerra de sus políticos (destruir las capacidades militares de Hamás; sacarlo del poder en Gaza y rescatar a los rehenes). A pesar de la destrucción producida, Hamás está lejos de ser destruido. 

El segundo fracaso de los militares israelíes consistió en la forma en que llevaron a cabo esta guerra, específicamente los altos niveles de destrucción y muerte de civiles, así como los saqueos que las propias tropas filmaron.

El tercer fracaso deviene de su obstrucción de los esfuerzos internacionales por llevar ayuda a los habitantes de Gaza. Los militares impidieron sistemáticamente la llegada de los socorros para la población civil y atacaron a  las organizaciones humanitarias ante las cámaras de todo el mundo provocando numerosas bajas entre los cooperantes civiles.

El balance de la situación actual es pésimo para Israel y sus aliados occidentales:

  1. Con su represalia del sábado 13 Irán asestó un golpe demoledor al prestigio de la “cúpula de hierro”. Demostró su inutilidad ante un ataque masivo y escalonado con enjambres de drones a los que suceden diferentes categorías de cohetes. En la última década y media la República Islámica ha incentivado especialmente el desarrollo de tecnologías propias en estas áreas y cuenta con decenas de miles de proyectiles de fabricación fácil y económica.
  2. Tras la derrota en Gaza y la vergüenza que las FDI pasaron esa noche, la desazón cunde entre la población israelí. Durante más de medio siglo se le inculcó un sentimiento de superioridad racial que hoy se ve desautorizado por la realidad. Le falta orientación y apoyo para cambiar su forma de ver el conflicto.
  3. Al mismo tiempo, tanto la población palestina como los pueblos árabes y el propio pueblo iraní (del que 40% está sumido en la pobreza) se sienten reivindicados frente a una potencia que perciben como opresiva y amenazadora. Este nuevo estado de ánimo va a tener inmediatas consecuencias políticas.
  4. Irán ha pasado a tener la iniciativa regional y ha puesto en entredicho a aquellos monarcas y mandatarios árabes y turcos que temían enfrentarse a Israel.
  5. Si bien para la Casa Blanca es un alivio que, por ahora, se haya evitado una guerra regional que podría involucrar a toda la alianza occidental, el poderío alcanzado por Irán la obligará a tomarlo en cuenta como un interlocutor serio o tratar de destruirlo en una conflagración mayor.
  6. Finalmente, Rusia y China han obtenido la confirmación de que su estrategia de jugar a ganar tiempo ha sido correcta. Si la derrota de Israel se confirma, sólo necesitan esperar hasta que Ucrania caiga y las potencias occidentales se avengan a una negociación sobre el orden global.

De todas maneras, no es de esperar que el gobierno de Israel acepte sin más la situación actual. La oposición interna ya está agitando para provocar la caída del gabinete y la modificación de las leyes que el año pasado recortaron el poder de la Suprema Corte. Además, si Netanyahu abandona el gobierno, se verá confrontado con los juicios por corrupción que lo acosan.

Tampoco las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se conformarán con la derrota que sufrieron y buscarán la revancha. Es previsible que recrudezca la represión sobre los palestinos y que, al menos esporádicamente, continúen los bombardeos sobre Gaza. No hay que descartar la multiplicación de los atentados terroristas en Irán dirigidos desde las bases israelíes en el Kurdistán iraquí. Más improbable, empero, es que las FDI se atrevan a atacar frontalmente a Irán, aunque sea en el próximo tiempo. 

El nuevo balance de fuerzas en Asia Occidental repercutirá sobre la guerra en Ucrania. A menos de que las facciones más duras dentro de la alianza occidental se impongan y comprometan a la OTAN a un enfrentamiento directo con Rusia, Irán ha demostrado que la alianza euroasiática por ahora es invencible en el campo de batalla. Pero también ha evidenciado su disposición a negociar. Esperemos que todos los involucrados se hayan dado cuenta.

Por Martín Jay(*) para la Fundacion de la Cultura Estrategica

El ataque con aviones no tripulados de Irán ha abierto una lata de gusanos que Biden hubiera preferido que no se hubiera abierto.

Es irónico para los analistas occidentales cómo invariablemente es Oriente el que mantiene la cabeza fría y no muerde el anzuelo de la escalada, mientras que Occidente es el que es imprudente, temerario y descuidado con sus provocaciones. En Ucrania no hemos visto más que esto acompañado de errores de cálculo y malas decisiones por parte de la OTAN. Y ahora estamos viendo esto en Israel, ya que, sorprendentemente, Joe Biden ha logrado verse atrapado en una guerra regional entre Israel e Irán, un sueño para este último durante más de 30 años.

La reacción de Irán al bombardeo de su consulado en Damasco fue muy mesurada, bien pensada y llevada a cabo con una cierta sobriedad que no será igualada por Israel y Estados Unidos.

Teherán no quería matar civiles sino simplemente enviar un mensaje de que Israel había cruzado una línea y si vuelve a hacer esto, entonces habrá más ataques de Irán, tal vez misiles intercontinentales con un impacto más profundo que los drones baratos. Eso no quiere decir que los drones no fueran efectivos. Estaban realizando la tarea específica que los iraníes querían de ellos, sabiendo muy bien que la mayoría de ellos serían interceptados.

Pero la medida de Teherán todavía fue un shock para muchos expertos occidentales y sin duda también para la camarilla de Netanyahu, ya que rompió varios mitos en una sola noche. En primer lugar, que Irán tendría el coraje de bombardear directamente a Israel, algo que muchos expertos descartan sin pensarlo. El hecho de que Irán esté dispuesto a utilizar sus misiles para matar potencialmente a civiles en suelo israelí cambia la dinámica ahora, ya que Israel ya no puede adivinar cuál será la venganza si continúa con sus salvajes bombardeos contra soldados iraníes, incluso en suelo sirio.

En segundo lugar, también derriba el mito de que Israel tiene la capacidad de afrontar la guerra en más de un frente.

Durante toda la noche, mientras el ejército estaba ocupado, los habitantes de Gaza disfrutaron de una noche pacífica sin ningún bombardeo y recurrieron a las redes sociales para celebrar la distensión. El ejército de Israel no tiene la capacidad ni la fuerza para librar una guerra en Gaza ni tampoco una desde un segundo frente, como un ataque masivo con drones, y mucho menos un tercero de Hezbollah en el Líbano, si fuera necesario.

Y en tercer lugar, el papel de los socios. Israel no podría haber pasado la noche y haber obtenido lo que afirma ser una tasa de acierto del 99 por ciento sin la ayuda de socios como los aviones de combate británicos de la RAF que ayudaron, sin mencionar al rey Abdullah de Jordania, cuya fuerza aérea también derribó los drones. Si estas relaciones, junto con las de Estados Unidos, se ponen a prueba y se llevan más allá de sus límites, la vulnerabilidad de Israel se vuelve, cuando menos, polémica.

Por eso, la forma en que Netanyahu juegue sus cartas en los próximos días es crucial para que Israel se mantenga en buenos términos con sus aliados occidentales, pero también para que, de manera realista, permanezca en el juego. El ataque con aviones no tripulados de Irán ha abierto una lata de gusanos que Biden hubiera preferido que no se hubiera abierto. Según algunos informes, se cree que Biden le dijo a Netanyahu que diera marcha atrás y abandonara a los iraníes, por temor a que la situación se saliera de control. ¿Podría Biden seriamente ir a las urnas en diciembre de este año con una hoja de trucos de política exterior que incluía retirarse de Afganistán, comenzar una guerra en Ucrania que lo humillará a él y a la OTAN cuando Rusia inevitablemente gane y ahora comience una guerra mundial con Irán? Analistas experimentados han aventurado que no podrá evitar aumentar las apuestas y lanzar un ataque de venganza contra Irán o sus representantes. Por supuesto, esto pondría a prueba la relación con Estados Unidos y la llevaría al límite, un truco que Biden espera que Netanyahu no lleve a cabo. Dado que es casi seguro que esto llevará la relación entre Biden y Netanyahu a un punto de ruptura y le dará a Irán la victoria de cualquier manera, es difícil entender cómo la mayoría de los expertos occidentales no vieron el ataque con aviones no tripulados como una gran victoria para Teherán. La táctica de Netanyahu será que Biden es débil y ahora está perdido en el laberinto del belicismo en Oriente Medio. También pensará que Biden tendrá que presentarse ante los halcones de Washington como un vencedor y, por eso, ahora se encuentra en una situación más profunda que nunca, a medida que se agotan las opciones y la ventana para el pensamiento racional parece ya no existir. La pesadilla de Biden con Netanyahu apenas comienza.

(*)Martín JAY Martin Jay es un periodista británico galardonado que vive en Marruecos, donde es corresponsal de The Daily Mail (Reino Unido), y anteriormente informó sobre la Primavera Árabe allí para CNN, así como para Euronews. De 2012 a 2019 residió en Beirut, donde trabajó para varios medios de comunicación internacionales, incluidos BBC, Al Jazeera, RT, DW, además de informar de forma independiente para el Daily Mail del Reino Unido, The Sunday Times y TRT World. Su carrera lo ha llevado a trabajar en casi 50 países de África, Medio Oriente y Europa para una gran cantidad de importantes medios de comunicación. Ha vivido y trabajado en Marruecos, Bélgica, Kenia y Líbano.

Las opiniones de los contribuyentes individuales no representan necesariamente las de la Fundación Cultura Estratégica y las de Dossier Geopolitico

Entrevista publicada originalmente en francés el 12 de enero de 2024 en Le Figaro y reproducida en castellano el 18 de febrero de 2024 en Kalewche. Por Alexandre Devecchio

Historiador, economista, antropólogo, sociólogo, politólogo, demógrafo, analista internacional, uno de los «últimos mohicanos» del pensamiento científico riguroso y totalizador, prolífica rara avis en unas humanidades cada vez más desquiciadas por las divagaciones subjetivistas de la posmodernidad y la fragmentación academicista del conocimiento (por no hablar de la «corrección política» y su cultura de la cancelación), el francés Emmanuel Todd no necesita presentaciones, al menos en Kalewche. Siempre dice cosas estimulantes, cosas que nos hacen pensar y debatir un montón, aunque no siempre estemos de acuerdo con él.

El año pasado publicamos dos entrevistas que le hicieron sendos periódicos parisinos: el diario Le Figaro y la revista Marianne. Hoy traducimos una tercera: “Nous assistons à la chute finale de l’Occident”, que viera la luz el lunes 12 de enero de este año en Le Figaro. El entrevistador es Alexandre Devecchio, un conocido periodista de la prensa liberal-conservadora de Francia (el mismo de la interviú “La Tercera Guerra Mundial ha comenzado”, que difundimos aquí en el verano austral de 2023). El disparador de la nueva entrevista con Le Figaro es la salida de imprenta del último libro de Todd: La Défaite de l’Occident (París, Gallimard, 2024), con la colaboración de Baptiste Touverey. No hay todavía traducción castellana.

-Según usted, el punto de partida de este libro fue la entrevista que concedió a Le Figaro hace poco más de un año, titulada “La Troisième Guerre mondiale a comencé” (“La Tercera Guerra Mundial ha comenzado”). Usted ve ahora la derrota de Occidente. Pero la guerra no ha terminado…

-La guerra no ha terminado, pero Occidente ya no se hace ilusiones de que sea posible una victoria ucraniana. Esto aún no estaba claro para todo el mundo cuando escribí, pero hoy, tras el fracaso de la contraofensiva de este verano [boreal] y el fracaso de Estados Unidos y otros países de la OTAN a la hora de suministrar a Ucrania suficientes armas, el Pentágono estaría de acuerdo conmigo.

Mi valoración de la derrota de Occidente se basa en tres factores.

En primer lugar, la deficiencia industrial de Estados Unidos, con la revelación del carácter ficticio del PBI estadounidense. En mi libro, desinflo este PBI y muestro las causas profundas del declive industrial: la insuficiencia de la formación en ingeniería y, más en general, el descenso del nivel educativo, que comenzó en 1965 en Estados Unidos.

A un nivel más profundo, la desaparición del protestantismo estadounidense es el segundo factor de la caída de Occidente. Mi libro es básicamente una secuela de La ética protestante y el espíritu del capitalismo, de Max Weber. En vísperas de la guerra de 1914, Weber creía con razón que el ascenso de Occidente era en el fondo el ascenso del mundo protestante: Inglaterra, Estados Unidos, Alemania unificada por Prusia, Escandinavia. Francia tuvo la suerte de estar geográficamente cerca del grupo de cabeza. El protestantismo había producido un alto nivel de educación, sin precedentes en la historia de la humanidad, la alfabetización universal, porque exigía que cada fiel pudiera leer por sí mismo las Sagradas Escrituras. Además, el miedo a la condenación y la necesidad de sentirse elegido por Dios condujeron a una ética del trabajo y a una fuerte moral individual y colectiva. En el lado negativo, esto condujo a uno de los peores racismos que jamás hayan existido –antinegro en Estados Unidos y antijudío en Alemania–, ya que, con sus elegidos y condenados, el protestantismo renunció a la igualdad católica de los hombres. El avance educativo y la ética del trabajo produjeron un considerable avance económico e industrial.

Hoy, simétricamente, el reciente hundimiento del protestantismo ha desencadenado un declive intelectual, una desaparición de la ética del trabajo y una codicia masiva (nombre oficial: neoliberalismo). El ascenso se está convirtiendo en la caída de Occidente. Mi análisis del elemento religioso no es nostálgico ni moralista: es una observación histórica. Además, el racismo asociado al protestantismo también está desapareciendo y los Estados Unidos han tenido su primer presidente negro, Obama. No podemos sino felicitarnos por ello.

-¿Y cuál es el tercer factor?

El tercer factor de la derrota de Occidente es la preferencia del resto del mundo por Rusia. Rusia ha descubierto discretos aliados económicos en todas partes. Un nuevo poder blando conservador ruso (anti-LGBT) se hallaba en pleno apogeo cuando quedó claro que Rusia estaba a la altura del desafío económico. Nuestra modernidad cultural parece en gran medida demencial para el mundo exterior: una observación de antropólogo, no de moralista retro. Además, como vivimos del trabajo mal pagado de los hombres, las mujeres y los niños del antiguo Tercer Mundo, nuestra moral no es creíble.

En este, mi último libro, quiero huir de la emoción y del juicio moral permanente que nos envuelven y ofrecer un análisis desapasionado de la situación geopolítica. Estoy de luto por la muerte de mi padre espiritual en historia, Emmanuel Le Roy Ladurie, y lo admito todo: no soy un agente del Kremlin, ¡soy el último representante de la escuela francesa de historia de Annales!

-¿Podemos hablar realmente de una guerra mundial? ¿Y Rusia ganó realmente? Estamos en una especie de status quo…

-Los norteamericanos van a buscar un status quo que les permita ocultar su derrota. Los rusos no lo aceptarán. Son conscientes no sólo de su inmediata superioridad industrial y militar, sino también de su futura debilidad demográfica. Sin duda, Putin quiere alcanzar sus objetivos bélicos economizando en recursos humanos, y se está tomando su tiempo. Quiere preservar la estabilización de la sociedad rusa. No quiere volver a militarizar Rusia y desea que continúe su desarrollo económico. Pero también sabe que llegan cohortes demográficamente raleados y que el reclutamiento militar será más difícil dentro de unos años (¿tres, cuatro, cinco?). Por lo tanto, los rusos deben derribar a Ucrania y a la OTAN ahora, sin darles tregua. No nos hagamos ilusiones. El esfuerzo ruso se intensificará.

La negativa de Occidente a ver la lógica de la estrategia rusa, con sus razones, sus puntos fuertes y sus limitaciones, ha provocado una ceguera general. Las palabras flotan en la niebla. En términos militares, lo peor está por llegar para los ucranianos y Occidente. Sin duda, Rusia quiere recuperar el 40% del territorio ucraniano y un régimen neutralizado en Kiev. Y en nuestras pantallas de televisión, en el mismo momento en que Putin dice que Odesa es una ciudad rusa, nos siguen diciendo que el frente se está estabilizando…

-Para demostrar el declive de Occidente, usted se centra en la tasa de mortalidad infantil… ¿Cómo se revela este indicador?

-Fue observando el aumento de la mortalidad infantil rusa entre 1970 y 1974, y el hecho de que los soviéticos dejaran de publicar estadísticas al respecto, como juzgué que el régimen no tenía futuro, en mi libro La caída final (1976). Así que es un parámetro probado. En este aspecto, los EE.UU. van por detrás de todos los demás países occidentales. Los más avanzados son Escandinavia y Japón, pero Rusia también va por delante. Francia va mejor que Rusia, pero empezamos a ver signos de recuperación. Y, en cualquier caso, aquí estamos por detrás de Bielorrusia. Esto significa simplemente que lo que se nos dice de Rusia es a menudo erróneo: se nos presenta un país fracasado, con énfasis en sus aspectos autoritarios, pero no se ve que está en una fase de rápida reestructuración. La caída fue violenta, pero el rebote es asombroso.

Esta cifra puede explicarse, pero ante todo significa que tenemos que aceptar una realidad distinta de la que transmiten nuestros medios de comunicación. Rusia es ciertamente una democracia autoritaria (que no protege a sus minorías) con una ideología conservadora, pero su sociedad está cambiando, se está volviendo altamente tecnológica con cada vez más elementos que funcionan perfectamente. Decir esto me define como un historiador serio y no como un putinófilo. Cualquier putinófobo responsable debería haberle tomado la medida a su adversario. Además, señaló constantemente que Rusia tiene un problema demográfico, igual que Occidente, al que creía decadente. La legislación anti-LGBT de Rusia, aunque probablemente resulte atractiva para el resto del mundo, no está llevando a los rusos a tener más hijos que nosotros. Rusia no ha escapado a la crisis general de la modernidad. No existe un contramodelo ruso.

Sin embargo, no es imposible que la hostilidad general de Occidente esté estructurando y dando armas al sistema ruso, al suscitar un patriotismo aglutinador. Las sanciones han permitido al régimen ruso lanzar una política de sustitución [de importaciones] proteccionista a gran escala, que Putin nunca habría podido imponer a los rusos de buenas a primeras, y que dará a la economía de Rusia una ventaja considerable sobre la de la UE. La guerra ha reforzado su solidez social, pero la crisis individualista también existe en Rusia, con los restos de la estructura familiar comunitaria actuando como moderador. El individualismo que muta plenamente en narcisismo sólo se desarrolla en los países donde reinaba la familia nuclear, especialmente en el mundo angloamericano. Nos atrevemos a utilizar un neologismo: Rusia es una sociedad de individualismo controlado, como Japón o Alemania.

Mi libro ofrece una descripción de la estabilidad rusa. Luego, avanzando hacia el oeste, analiza el enigma de una sociedad ucraniana en descomposición que ha encontrado en la guerra un sentido a su existencia, para pasar después a la naturaleza paradójica de la nueva «rusofobia» en las antiguas democracias populares de la Europa centro-oriental, luego a la crisis de la UE y, por último, a la crisis de los países anglosajones y escandinavos. Paso a paso, esta marcha hacia Occidente nos lleva al corazón de la inestabilidad mundial. Es una zambullida en un agujero negro. El protestantismo angloamericano ha alcanzado el estadio cero de la religión, más allá del estadio zombi, y ha producido este agujero negro. En Estados Unidos, al comienzo del tercer milenio, el miedo al vacío está mutando hacia la deificación de la nada, hacia el nihilismo.

-¿Hablar de Rusia como de una democracia autoritaria no es demasiado halagador?

-Tenemos que alejarnos de la oposición democracia liberal vs. autocracia loca. Las primeras son más bien oligarquías liberales, con una élite desconectada de la población: a nadie fuera de los medios de comunicación le importa la remodelación de Matignon [antiguo palacete parisino del siglo XVIII que hoy funciona como residencia oficial del primer ministro de Francia]. Por otra parte, necesitamos utilizar otro concepto para sustituir a los de «autocracia» o «neoestalinismo». En Rusia, la mayoría de la población apoya al régimen, pero las minorías –ya sean homosexuales, étnicas u oligarcas– no están protegidas: se trata de una democracia autoritaria, alimentada por los restos del temperamento comunitario ruso que produjo el comunismo. Para mí, el término «autoritario» tiene tanto peso como el término «democracia».

-Dada su crítica a la decadencia de las «oligarquías liberales», podría pensarse que envidia el segundo modelo…

-En absoluto. Soy antropólogo: estudiando la diversidad de las estructuras familiares y de las idiosincrasias políticas, he llegado a aceptar la diversidad del mundo. Pero soy occidental, y nunca he aspirado a ser otra cosa. La familia de mi madre huyó a Estados Unidos durante la guerra, y yo me formé en investigación en Inglaterra, donde descubrí que soy francés y nada más. ¿Por qué quieren «deportarme» a Rusia? Siento que este tipo de acusaciones atentan contra mi ciudadanía francesa, tanto más cuanto que –discúlpenme– habiendo nacido en el seno del establishment intelectual, formo parte, en un sentido modesto y no financiero, de la oligarquía: antes que yo, mi abuelo había publicado con Gallimard en la época de entreguerras.

-Usted vincula la decadencia de Occidente a la desaparición de la religión –en particular del protestantismo– y fecha esta desaparición en las leyes sobre el matrimonio homosexual…

-No he dado ninguna opinión personal sobre esta cuestión social. Sólo soy un sociólogo de la religión que está encantado de tener un indicador preciso del paso de la religión a lo largo del tiempo, desde un estadio zombi a un estado cero. En mis libros anteriores, introduje el concepto de estadio zombi de la religión: la creencia ha desaparecido, pero las costumbres, los valores y la capacidad de acción colectiva heredados de la religión permanecen, a menudo traducidos a un lenguaje ideológico: nacional, socialista o comunista. Sin embargo, al comienzo del tercer milenio, la religión ha alcanzado un estadio cero –un nuevo concepto– que yo capto en tres indicadores (siempre estoy buscando indicadores estadísticos para evaluar fenómenos que son a la vez morales y sociales: soy admirador de Durkheim, el fundador de la sociología cuantitativa, incluso más que de Weber).

En el estadio zombi, la gente ya no va a misa, pero sigue bautizando a sus hijos; la desaparición del bautismo es evidente hoy en día, se ha alcanzado la fase cero. En el estadio zombi, la gente sigue enterrando a sus muertos, obedeciendo al rechazo de la Iglesia a la cremación; hoy en día, la difusión masiva de la cremación se está convirtiendo en la costumbre más extendida, práctica y barata: etapa cero alcanzada. Por último, el matrimonio civil de la época zombi tenía todas las características del antiguo matrimonio religioso: un hombre, una mujer, hijos que criar. Con el matrimonio entre personas del mismo sexo, que no tiene sentido en términos religiosos, hemos salido del estadio zombi y, gracias a las leyes sobre el matrimonio para todos, podemos datar el nuevo estado cero de la religión.

-Con el tiempo, ¿no se ha vuelto un poco reaccionario?

-A mí me educó una abuela que me decía que, sexualmente hablando, todos los gustos están en la naturaleza, y yo soy fiel a mis antepasados. Así que, LGB, bienvenido. Pero T, la cuestión trans, es otra cosa. Por supuesto, hay que proteger a las personas afectadas. Pero la fijación de las clases medias occidentales en esta cuestión ultra minoritaria plantea una cuestión sociológica e histórica. Establecer como horizonte social la idea de que un hombre puede realmente convertirse en mujer y una mujer en hombre es afirmar algo biológicamente imposible, es negar la realidad del mundo, es afirmar lo falso.

La ideología trans es, por tanto, en mi opinión, una de las banderas de ese nihilismo que define hoy a Occidente, ese afán por destruir no sólo las cosas y las personas, sino la realidad. Pero, una vez más, no estoy en absoluto abrumado aquí por la indignación o la emoción. Esta ideología existe y tengo que integrar en un modelo histórico. En la era del metaverso, no puedo decir si mi apego a la realidad me convierte en un reaccionario.

FUENTE https://www.elciudadano.com/actualidad/emmanuel-todd-asistimos-a-la-caida-final-del-occidente/04/13/ 

Por Enrique Lacolla de su sitio web Perspectivas

El gobierno pronuncia su inflexión pro-norteamericana. La carestía prosigue, el frente político-sindical se arremolina pero no se mueve mucho y la opinión pública sigue dando muestras de paciencia.

Despótico e intransigente con los débiles y servil con los fuertes, Javier Milei tiene una faceta tiránica en su personaje. Esperemos que no se trate más que de una vocación por revestir el  “physique du role” y no de una arraigada pulsión autoritaria. Por estos días tuvo otra ocasión de insinuar ese carácter de dictador en germen, al menos en la faceta servil.

Luego de no asistir a la conmemoración del 2 de abril en Ushuaia para participar en cambio de un acto frente al cenotafio que guarda el nombre de los caídos, en la Plaza San Martín, se precipitó a la provincia austral para presentar sus respetos a la jefa del Southcom, la generala Laura Richardson, que había descendido al lugar no sabemos exactamente para qué, pues no ha habido una reseña completa del sentido de sus actividades en su nuevo viaje a nuestro país. Sí se publicó que en reuniones a cuatro bandas entre la generala, el ministro de defensa argentino, la canciller Diana Mondino y el embajador norteamericano, quedó confirmada la firma de una carta de intención para la compra por Argentina de 24 cazas F-16, de fabricación estadunidense, más otro dedicado a la instrucción de los mecánicos que los sirven,que hasta ayer fueron parte de la dotación de la fuerza aérea de Dinamarca. Estos aviones, que tienen cerca de dos décadas de servicio, vienen a suplantar los JF 17 chino-paquistaníes también de cuarta generación, pero nuevos, cuya adquisición estaba a medias comprometida por el gobierno anterior.

El viaje de Richardson a Tierra del Fuego, sin embargo, saltó a la prensa cuando el gobernador de esa provincia, Gustavo Melella, expresó su rechazo a la visita y se solidarizó con los veteranos de Malvinas que habían manifestado su repudio por la presencia de un alto jefe militar de un aliado de Gran Bretaña. Pues Estados Unidos ejerció una influencia hostil y decisiva en el desenlace del conflicto librado en el Atlántico Sur en 1982.

Cuando Milei tuvo noticia del gesto del gobernador se precipitó a Tierra del Fuego en una actitud que no puede ser interpretada de otra manera que como un pedido de excusas. De paso encontró otra ocasión para disfrazarse de militar y exhibir su vocación “occidental y cristiana” reafirmando la pertenencia de Argentina a la línea orientada por Estados Unidos e Israel.

La frecuente mención al estado judío precisamente en el momento en que este se encuentra realizando prácticas inequívocamente genocidas en el territorio de Gaza no inmuta a nuestro presidente, acostumbrado a trastocar los elementos de la realidad de acuerdo a lo que son sus conveniencias o al grado de candor del público que lo escucha.

Los motivos de la visita de la generala Richardson a nuestro país, más allá de los circunloquios y silencios de las autoridades, son, con todo, transparentes.

Ella misma se ha ocupado en más de una oportunidad de puntualizar el valor que el entero subcontinente que reviste para su país con sus enormes reservas minerales, energéticas, ictícolas, hidrográficas y boscosas, y con el Cono Sur como llave de la comunicación bioceánica y puerta de acceso a la Antártida. En consonancia con el viaje de la generala el gobierno Milei hizo saber que las obras de la cuarta usina nuclear argentina que cuenta con apoyo chino (Atucha 3) quedaban paralizadas por falta de presupuesto (“no hay plata”), y que se activaba en cambio la construcción de una base norteamericana integrada a la base argentina ya existente en Tierra del Fuego, mientras se disponía la programación de una visita de inspección a la estación china de observación del espacio profundo sita en Neuquén. Esta instalación es similar a otra de la Unión Europea aposentada en Malargüe, que no ha recibido sin embargo la misma atención.

Los F-16

No quisiera opinar sobre asuntos que escapan a mi competencia, pero habría que cuidarse de emitir juicios demasiado apresurados e influidos por el pragmatismo político en torno al asunto de la reconstitución de la caza supersónica para la Fuerza Aérea Argentina. Aunque es evidente que la compra de los F-16 concuerda con la orientación pro-norteamericana del gobierno Milei, también es verdad que era una hipótesis que rondaba incluso durante las gestiones de Agustín Rossi y Jorge Taiana al frente del ministerio de Defensa. Según la revista Zona Militar (zona-militar.com), la Fuerza Aérea habría jugado un doble juego con el tema hasta conseguir que la oferta norteamericana incluyese una propuesta superadora referida a los sistemas de armas que portarán los cazas. En cualquier caso, la llegada a la Casa Rosada de un candidato tan claramente sesgado a favor de la alineación con los angloamericanos inviabilizaba la opción china. Había que llenar ese grave hueco en nuestro sistema de defensa y eso, mal que bien, parece haberse logrado, después de largos años de postergaciones, con la compra de los Fighting Falcon.

Ahora bien, el tema no se agota ahí.

El nudo de la cuestión está vinculado a cuál será, en definitiva, la opción estratégica de la Argentina: si elegirá alinearse definitivamente con el bando anglosajón, o si procurará valerse con cierto grado de autonomía en un mundo multipolar. No se puede cambiar cada cuatro años de lado y suponer que los aviones también pueden cambiar de marca. Cualquier elección en materia de defensa involucra tecnología, logística, actualizaciones e infraestructura, toda una parafernalia que gravitará pesadamente en la determinación de la política exterior de cualquier país. Lo cual demuestra, por si todavía hiciera falta, que no se puede vivir indefinidamente divididos por una grieta.

La crisis crece

El gran rival de Estados Unidos, China, y el bloque de las economías emergentes que encaran su desarrollo a partir de criterios contrapuestos a los del capitalismo financiero, están haciendo retroceder a la economía norteamericana.

Hasta aquí el imperialismo estadounidense no ceja en su propósito de imponer su hegemonía sobre el conjunto del globo. En consecuencia, en los años recientes ha enfatizado su ofensiva contra el binomio de naciones que más amenazan su supremacía, China y Rusia, ayudado por las reminiscencias de la guerra fría y por el temor que estas ejercen sobre la población europea. Basándose en estos miedos y explotando la que parece ser la irremediable mediocridad de su dirigencia, Estados Unidos aprovechó el conflicto en Ucrania –que fue buscado, inventado y fomentado por el gobierno de Barack Obama- no sólo para alinear a la Unión Europea en contra de Rusia sino para forzarla a deteriorar su economía. Al incremento en el gasto militar se sumaron las sanciones contra Moscú, que a la postre, lejos de dañar, sirvieron para potenciar la economía rusa al consolidar la relación con China y al activar la producción interna, mientras que Europa sufría el brutal encarecimiento energético que supuso el reemplazo del gas ruso por la necesidad de importar gas licuado desde Estados Unidos o desde fuentes controladas por este. La voladura del gasoducto Nord Stream presuntamente consumada por los servicios de inteligencia norteamericanos con la colaboración de Noruega, terminó por redondear la ecuación al no ser resistida ni denunciada por los aliados de la Unión, que más bien se confirmaron en su resolución de enfrentar a Rusia atribuyéndole intenciones expansivas que, si existen, no son otra cosa que una réplica a la política de cerco que la OTAN puso en práctica no bien caída la Unión Soviética.

Es un hecho que a partir de la decisión del Kremlin de frenar el hostigamiento occidental con la ocupación parcial de Ucrania, la situación global se ha tornado más crítica. Parece evidente que se está entrando a un período de conflictividad creciente, que se exterioriza en este momento en diversas áreas, cada una de ellas calificada por características peculiares que motivan asimismo respuestas diferenciadas en el seno del sistema imperial. Grosso modo se pueden distinguir tres áreas de conflicto crítico: Ucrania, medio oriente y el estrecho de Taiwán. No son por cierto los únicos lugares del globo afectados por la guerra, pero son críticos porque son los únicos donde un agravamiento de la situación puede arrastrar a un choque a las potencias mayores.

De los tres, Medio Oriente quizá sea el que califica mejor para ser un escenario susceptible de incendiarse: hay una presencia física en el terreno de tropas de Estados Unidos; y su más estrecho aliado, Israel, está poseído por un furor expansivo que sólo puede explicarse porque la derecha israelí, que controla el gobierno, percibe que la oportunidad de fundar el Gran Israel con que siempre ha soñado está en tren de desvanecerse a medida que cambian las cartas del juego e Irán se convierte en parte de una constelación de estados –Rusia, Turquía, Arabia Saudita, China- destinada a eclipsar su gravitación como agente provocador del binomio angloamericano y a constituirse más bien en una molestia por el hecho de perseguir sus propios objetivos. Desde luego, habrá que ver cómo impactaría en estas coordenadas un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales previstas para noviembre.

Más allá de la locura que puede permear a la política israelí en tanto punta de lanza de la estrategia occidental en la región, hay un elemento en ella que debería ser recuperado por nuestros gobernantes, en especial por nuestro presidente, que tan proclive se manifiesta a convertirse al judaísmo y que tan propenso es a identificar a la democracia israelí como el non plus ultra de la libertad. El estado hebreo es furiosamente nacionalista, nace de una experiencia socialista y cuida su independencia, incluso contra sus aliados, con una intransigencia moderada por el tino político, rasgos que deberían ser absorbidos por los estamentos de los que se nutre el corpus administrativo de este país.

La facción de este actualmente en el poder entre nosotros, por el contrario, está formada por los herederos más desenfadados del cipayaje, que tienen introyectado un desprecio hacia nuestras clases populares que viene de lejos, de un esnobismo anticriollo y antiespañol que ya se percibía en Sarmiento, sólo que ahora desprovisto de los sueños de grandeza que tenía el sanjuanino y también de su aliento y de su talento literario.

Los riesgos que corren la estabilidad social y la integridad territorial de nuestro país son enormes en este momento. Aunque todavía la opinión pública parecería no caer del todo en la cuenta, la realidad es que la batalla entre las fuerzas contrapuestas en el mundo ya ha comenzado y nosotros –a nuestra escala y por supuesto desde nuestro lugar en el globo- no podremos escapar a ella. 

Por: Lic. Alejandro Marcó del Pont para el Tabano Economista

La utilización de las cadenas de suministro como arma geopolítica se convierte cada vez más en parte del arte de gobernar a través de la economía 

La serie de televisión Utopia satiriza la política de defensa australiana al sostener que el aumento del gasto militar en ese país tiene como objetivo proteger sus rutas marítimas. Dado que China es el principal socio comercial de Australia, éste estaría protegiendo el comercio con China de China. Paradójico, ¿no? 

El 90% de la logística industrial del comercio mundial se lleva a cabo de forma marítima, por lo tanto, los puntos de estrangulamiento del transporte pasan a ser elementos fundamentales de las principales rutas comerciales, generalmente estrechos o canales. A medida que se utilizan en mayor medida las cadenas de suministro como armas geopolíticas, éstas se convierten más en parte del arte de gobernar mediante la economía, su vulnerabilidad crece y cada uno de los puntos enumerados en el mapa pasan a ser centrales para desarrollarse.

Los ocho puntos más importantes del mapa son: 1) el Canal de Panamá [conexión Atlántico-Pacifico] 2) Estrecho de Gibraltar [Océano Atlántico – Mar Mediterráneo] 3) Cabo de Buena Esperanza [Océano Atlántico Sur – Océano Índico] 4) Estrecho del Bósforo [Mar Mármara – Mar Negro] 5) Canal de Suez [Mar Rojo – Mediterráneo] 6) Estrecho de Bab-el-Mandeb [Mar Rojo – Océano Indico] 7) el Estrecho de Ormuz [Golfo Pérsico – Golfo de Omán ] y por último el 8) el Estrecho de Malaca [Océano Índico – Océano Pacífico]. China exporta el 30.4% de las mercancías del mundo, por lo que entorpecer esta actividad es central para los EE.UU. El clima geopolítico actual es el peor desde la Guerra Fría, a medida que aumentan las tensiones y se profundiza la disputa por un cambio continuo hacia la multipolaridad. El diálogo político constructivo es muy difícil, sobre todo porque las políticas de proteccionismo y desarrollo nacional se implementan de ambos lados del enfrentamiento.

La sabiduría convencional sostiene que es muy probable que haya conflictos durante una transición de poder entre potencias en declive y potencias en ascenso, mientras que la academia lo afirma. En «El auge y la caída de las grandes potencias«, Paul Kennedy sostiene que la historia demuestra que las potencias son más peligrosas militarmente cuando están en declive y pierden su hegemonía. El registro empírico, por otro lado, demuestra que cuando un Estado dominante está en decadencia y percibe una amenaza de un competidor en ascenso, a menudo buscará cortar el acceso de este último a las cadenas de suministro para contener su crecimiento económico, exactamente lo que está pasando. Gran Bretaña interrumpió el acceso de Alemania a las rutas marítimas al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Estados Unidos prohibió las ventas de tecnologías satelitales avanzadas a Japón en la década de 1980 y de semiconductores a China a finales de la década de 2010, entre otros muchos ejemplos.

La idea es deshabilitar los mayores puntos críticos, pero podría tener graves consecuencias globales. Las interrupciones en los cuellos de botella tienen efectos en todo el mundo, ya que afectan el tráfico que va hacia y desde muchos países, pero, por sobre todo, de y hacia China. Mientras que alrededor del 12% del comercio mundial pasa por el Canal de Suez, el 26% lo hace por el Estrecho de Malaca, entre Indonesia y Malasia, el 21% del petróleo por el estrecho de Ormuz, y el estrecho de Bab-el-Mandeb, con 29 kilómetros de ancho, permite el transporte de alrededor del 11% del petróleo por mar y el 8% del gas natural licuado (GNL), según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. 

La guerra de Ucrania–Rusia puso en jaque al Mar Negro. La disputa entre China e India del estrecho de Malaca facilita aproximadamente el 26% del comercio mundial y el 80% del petróleo que consume Asia, y además une a China, India y el Sudeste Asiático, más los países productores de petróleo de Oriente Medio con China, Japón y Corea. Un bloqueo en este paso tendría consecuencias significativas: casi la mitad de la flota marítima mundial tendría que desviarse, lo que paralizaría la capacidad de envío global de petróleo, incrementaría los costos y afectaría los precios de los combustibles.

El canal de Panamá, vía para el 5% del transporte mundial, tiene problemas de sequía. El Mar Rojo y el estrecho de Bab-el-Mandeb, agredido por hutíes de Yemen, en respuesta a los ataques de Israel a la franja de Gaza, ha desordenado las cadenas globales de suministro. Si a esto le agregamos a los EE.UU., con sus buques en el Mediterráneo, más los constantes ejercicios militares conjuntos en aguas del mar de China Meridional entre Estados Unidos, Japón, Australia y Filipinas, la idea de cerrar y obstaculizar el comercio es clara.  

Para establecer las alternativas, comencemos por los problemas actuales. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en su informe de febrero de 2024, “Navegando en aguas turbulentas”, analiza el impacto en el comercio mundial de la interrupción de las rutas marítimas en el Mar Rojo, el Mar Negro y el Canal de Panamá.

El Canal de Suez es uno de los cuellos de botella y vías navegables marítimas más importantes del mundo. Permite el paso de energía, materias primas, bienes de consumo y componentes hacia y desde el Océano Índico y hacia el Mediterráneo y el Atlántico. En 2023, alrededor de 26.000 buques cruzaron el Canal de Suez, distribuidos de la siguiente manera: los graneleros (carguero de granos) representaron el 28% del tráfico total, petroleros 24% y los portacontenedores 23%. Hoy en día, no existe una alternativa ideal al Canal de Suez, especialmente para el comercio Asia-Europa y Asia-Norte de África, Asia y la costa este de América del Norte. En la primera quincena de febrero de 2024, cayó un 82% el número de contenedores que cruzaban el Canal, por lo que los principales perjudicados fueron los ítems que más se transportan: gas natural licuado, petróleo, granos y automóviles.

El Canal de Suez es una gran fuente de ingresos en divisas para Egipto, ya que aportó 9.400 millones de dólares en el año 2023, lo que equivale al 2,3% del PIB. Según se informa, la crisis del Mar Rojo ha provocado una caída del 40% en estos ingresos. El deterioro de la situación en Egipto podría tener efectos indirectos negativos en otros países de la región, como Etiopía y el Sudán. El comercio exterior de varios países de África Oriental depende en gran medida de este Canal, y he aquí una particularidad. Aproximadamente el 31% por ciento del volumen del comercio exterior de Yibuti (Djibouti), país conocido como la “perla del Mar Rojo”, pasa por este canal.

Actualmente, al menos cinco países tienen bases militares en Yibuti: Estados Unidos, China, Italia, Francia y Japón. Pero como muestra el mapa, este es uno de los puntos en conflicto. De la base china en Yibuti, en la entrada al Estrecho de Bab-el-Mandeb, y conexión al puerto de Gwadar en Pakistán, sale el corredor económico China–Pakistan Economic Corridor (CPEC), megaproyecto que busca conectar el puerto de Gwadar en el suroeste de Pakistán con la región autónoma de Xinjiang por tren, eliminando el estrecho de Malaca.

El Canal de Panamá ha estado enfrentando bajos niveles de agua causados por la sequía. Para ahorrar agua, la Autoridad del Canal ha reducido el número de embarcaciones que pueden cruzarlo. Lo que más se transporta por esta vía incluye graneleros, gaseros y productos químicos, así como vehículos. El Canal es particularmente importante para el comercio exterior de los países de la costa oeste de América del Sur. Aproximadamente el 26% del comercio de Ecuador, el 22% del comercio exterior chileno y el 22% del comercio exterior peruano se canalizan a través de este estrecho. Extrañamente, este pasaje no tiene problemas más allá de cuestiones técnicas. La respuesta a esta casualidad se encuentra en que Estados Unidos es el mayor cliente del Canal, representa el 72% del volumen de carga. El segundo usuario más importante del Canal de Panamá es China, que representa el 22,5 % de los volúmenes de carga que lo atraviesan.

El Mar Negro ya ha sido motivo de escritos por nuestra parte, sobre todo por la supuesta hambruna que generaría la inmovilización de grano y fertilizante por esa vía. La revista The Economits (link aquí) fue la portavoz de esta noticia falsa de la hambruna provocada por la maldad rusa al no dejar salir granos. El Centro de Coordinación Conjunta (JCC) en Estambul, integrado por Rusia, Turquía, Ucrania y la ONU, demostraron que la iniciativa era sólo un artificio para mantener los ingresos por exportaciones de Ucrania. El 81% de los 32,9 millones de toneladas métricas exportadas al amparo de la Iniciativa de Granos del Mar Negro se destinó a países de renta alta o media alta, sobre todo europeos, como España, Italia y los Países Bajos, así como a China y Turquía. Los países de renta baja recibieron el 3% de las exportaciones de grano de Ucrania y el 9% de su trigo (sobre todo Bangladesh).

Como vimos, entre guerras, problemas climáticos y ataques hutíes, el mundo quedó divido en dos, desde Finlandia a Somalia, las rutas de comercio se han cerrado y perjudican sobre todo a China, lógica para la cual fueron diseñadas las clausuras. La pregunta es si existen rutas alternativas o potencias que mantengan sobre todo la Ruta de la Seda, de manera que esta estrategia no tenga tanta incidencia. Hay muchas alternativas, pero las que tendrán tensiones en el futuro serán el Corredor Norte, el Corredor Medio y el Corredor Sur, como muestra el mapa.

El Corredor Norte es más utilizado de los tres. Consta de ferrocarriles y oleoductos que van de China a Kazajstán, Rusia y Europa. Este corredor de hielo en el norte europeo beneficia a Rusia entre calentamiento global, deshielos y sus rompehielos. Los números dejan muy clara esta idea: un envío desde Japón hasta Róterdam a través del canal de Suez tarda unos 30 días, mientras que hacerlo a través de la Ruta del Mar del Norte le tomaría 18 días. El transporte por esta ruta tampoco está exento de complicaciones. Las hostiles condiciones meteorológicas en unas aguas difíciles para la navegación pueden encarecer los seguros de viaje y los materiales para proteger cargas y barcos de las bajas temperaturas. El desarrollo será lento, al parecer, aunque se ha acelerado con posterioridad a la guerra Ucrania-Rusia.

El Corredor Sur, menos desarrollado, pero aún importante, implica la construcción de conexiones ferroviarias continuas desde China a Pakistán, Afganistán, Irán, Irak, Siria, Líbano y, potencialmente, Turquía, antes de llegar a Europa a través de puertos en el Líbano y Siria, y mediante conexiones terrestres en Turquía.

La más complicada pero no menos esencial de estas arterias es la Ruta Transcaspiana de Transporte Internacional (TITR), apodada «el Corredor Medio» y que contempla el tránsito multimodal ferroviario y marítimo de mercancías de China a Europa a través de Kirguistán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Armenia, Georgia y Turquía. Aunque esta vía supone la distancia más corta, surgen complicaciones y costes adicionales con el complejo proceso de transición de las rutas terrestres a las marítimas a través de los puertos del Mar Caspio. Su entusiasmo por el Corredor Medio radica en su potencial para reducir el tiempo necesario para enviar mercancías entre Asia Oriental y Europa a tan sólo doce días.

Otra simpática alternativa, que desnuda al capitalismo es que Estados Unidos ha impuestos aranceles y restricciones a bienes y servicios chinos con el objetivo de incentivar a las empresas a salir de China para ubicarse en su territorio o el de algún país aliado. La tasa del crecimiento del comercio entre China y México aumentó un 35% en el 2023 y se disparó un 60% en enero, y se consolida entre las mayores del mundo. Por cada dólar que México exportó a China en 2023, China mandó U$S 11.4. La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) alertó de un déficit de gran tamaño entre ambas naciones. Una porción considerable de estos productos probablemente sea transportada en camiones a los EE.UU., por lo que surge la posibilidad de que el aumento del comercio de China con México se esté utilizando para eludir los aranceles impuestos a las importaciones de China a los EE.UU. como parte de la guerra comercial en curso.

El año pasado, México modificó su ley de impuestos a la importación para poner aranceles a productos provenientes de países con los que no tiene un tratado de libre comercio, incluyendo a China. Esto lo hizo para proteger a la industria nacional, según la Secretaría de Economía, y en línea con los mensajes que la Casa Blanca ha estado enviando a México en los últimos años sobre su comercio con “terceros países” que no forman parte del bloque comercial norteamericano.

Ataques a buques, cierre de vías navegables, ampliación de vías terrestres, uso de terceros países para evitar sanciones o aranceles. Estados Unidos y China juegan, los demás miran.

FUENTE https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/03/31/guerra-sin-humo-las-olas-del-caos/

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein colaboracion para Dossier Geopolitico

Evidencias encontradas por arqueólogos y otros especialistas en Asia Occidental, dan cuenta que en fecha tan lejana como tres milenios atrás existían vínculos de amistad,  así como alianzas y compromisos para establecer límites, acuerdos de defensa mutua y mecanismos de cooperación entre sumerios, egipcios, babilonios asirios y medos.

De igual forma, se conoce que en Asia, África y América, así como en las ciudades-Estado griegas o en la Europa previa a la existencia del imperio romano, hubo manifestaciones de relaciones entre actores políticos de diferentes regiones. En épocas más recientes, la dinastía Ming en China (1368-1644) que dirigió un poderoso imperio considerado el más avanzado del siglo XVI, logró consolidar vínculos con Estados ubicados en su entorno.

En Occidente, los Estados soberanos comenzaron a surgir en el siglo XV, pero fue dos centurias después, tras la Paz de Westfalia (1648), cuando se consolidó una sociedad internacional más o menos en los términos que aún existe. La preponderancia de Occidente desde entonces y la imposición de un mundo eurocéntrico hizo que –por la razón o al fuerza- el modelo europeo (valores, instituciones, reglas y prácticas) se expandiera y universalizara. 

Así, en la medida en que surgieron los Estados nacionales e hicieron vínculos con otros pares, se establecieron relaciones “inter-nacionales” para manejar formalmente estos lazos. La diplomacia fue el instrumento creado para legalizar estas relaciones. Etimológicamente, la palabra diplomacia proviene del verbo griego “diploun” que significa doblar y refería al documento plegado que el mensajero de un soberano llevaba a otro. Pero también se puede interpretar como la acción de doblarse en dos, a fin de lograr un objetivo.

De manera tal que la diplomacia es una institución medieval… y de alguna manera lo sigue siendo. Hay que recordar que los reyes eran los “enviados de Dios a la Tierra” por lo cual, al elegir a una persona para que lo representara fuera del territorio del reino, debía elegir a un ciudadano inmaculado que recibía la categoría de “excelentísimo”. Así mismo, dado que las comunicaciones eran muy lentas y peligrosas, los monarcas le concedían poderes especiales y absolutos para que actuando en su nombre, estos enviados tomarán decisiones cuando la situación lo ameritaba. Por eso eran embajadores “extraordinarios y plenipotenciarios”. Nada de eso ocurre hoy en tiempos de internet cuando las comunicaciones son inmediatas y permanentes. 

Pero en épocas pretéritas, la diplomacia emergió como la actividad que realizan los jefes de Estado y las instituciones especializadas para ejecutar la política fuera del territorio propio. La diplomacia se encargaba de defender los intereses y los derechos de los Estados, de sus instituciones y de los ciudadanos en el extranjero. En la actualidad eso pasó a ser una quimera, toda vez que existen otros actores y otros instrumentos a través de los cuáles se ejecuta la política exterior. Las cancillerías y con ellas, las embajadas están perdiendo relevancia de forma acelerada en una tendencia indetenible hacia su desaparición. Ojo, no necesariamente, estoy diciendo que ello ocurrirá en el corto plazo, me refiero a una tendencia que avanza porque las circunstancias propias del desarrollo de la tecnología, hacen que la función diplomática realizada de forma tradicional manifieste poca eficacia.

La necesidad de regular la diplomacia dio origen al derecho internacional. Se intentaba establecer normas que aseguraran la igualdad jurídica de los Estados y la responsabilidad de unos respecto de los otros. Sin embargo, el derecho internacional ha estado en constante apremio por la aplicación de políticas hegemónicas y de fuerza que las potencias utilizan para hacer valer su dominio sobre el sistema internacional. 

De esta manera, siempre que exista la intención de controlar al mundo a través de la fuerza, se producirá obligadamente una colisión con el derecho internacional. La igualdad jurídica de los Estados, la defensa de la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, pilares del derecho internacional, serán cada vez más difíciles de defender, lo cual conducirá a un entorno de tensión permanente y a dificultades para el mantenimiento de la paz. 

El orden internacional existente refiere a una organización determinada del planeta para mantener la convivencia pacífica. Aunque a través de la historia siempre ha habido poderes globales que se imponen al resto, lo deseable siempre ha sido construir algunos equilibrios que permitan hacer avanzar el desarrollo y la construcción armoniosa de la sociedad.

En la medida que el orden mundial dependa de la exacerbación de los desequilibrios y la exclusión del desarrollo y de la posibilidad de llevar adelante una vida normal por una parte importante de la población mundial que está imposibilitada de ello, y la suposición de que algunos pueden dominar el mundo por la fuerza, va a ser calado de cultivo permanente para la generación de conflictos y guerras.

Cuando tal situación llega a un momento en que no puede seguir siendo sostenida y se vislumbra la posibilidad de establecer un nuevo orden internacional, el mundo entra en crisis ante la necesidad de su reestructuración. Es lo que está ocurriendo en la actualidad en particular desde el inicio de la pandemia en 2020, que comienza un período de transformación del sistema internacional en un proceso que tuvo continuidad y se aceleró tras la operación militar de Rusia en Ucrania en 2022 y la barbarie sionista en Gaza desde hace seis meses.

Los hechos más recientes, el bombardeo del consulado de Irán en Damasco y el asalto a la embajada de México en Quito a fin de secuestrar al ex presidente Jorge Glass son expresión de la crisis generada por la transformación del sistema internacional que pasa necesariamente (desde la perspectiva imperial) por avasallar el derecho, destruirlo, e imponer un sistema internacional basado en reglas creadas, o que Occidente puede crear en cada momento, acorde la situación, a fin de mantener por la fuerza, el poder capitalista que se desmorona. 

La incapacidad de explicar lo ocurrido y asumir una posición cónsona con el derecho internacional, y el apoyo descarado al terrorismo de estos países (al igual que con Ucrania e Israel) ha llevado al extremo de que el gobierno de Canadá al referirse a la violación flagrante de la soberanía mexicana, lo expusiera como un “hecho presunto”. Así mismo, (si no fuera por su talante imperial agresivo y violento), resultaría inexplicable la posición ambigua de Estados Unidos que no condenó el hecho, tal como lo denunciara el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En esa lógica también se explica que la llegada de Joe Biden a la dirección máxima de la administración estadounidense, haya significado una mengua del papel del Departamento de Estado como gestor de la política exterior de su país hacia la región, entregando tal responsabilidad al Pentágono a través del Comando Sur dirigido por la generala Laura Richardson. Esta decisión, ha hecho evidente la disposición de Estados Unidos de militarizar su política exterior hacia la región.

La generala Richardson es hoy la principal protagonista de las relaciones de Estados Unidos con los países y gobiernos subordinados de América Latina y el Caribe. Los instrumentos no son precisamente los del derecho internacional y la diplomacia, sino los de la amenaza, el chantaje, la coerción en un claro regreso a la política del gran garrote inaugurada por Teodoro Roosevelt a comienzos del siglo XX, bajo la consigna de “habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos”.

El abandono por parte de Estados Unidos y Europa de las más elementales normas del derecho internacional para imponer el “derecho  del más fuerte” como se manifiesta en su apoyo al nazi-fascismo gobernante en Ucrania (que combatieron durante la segunda guerra mundial), al sionismo deteriorado y criminal de Israel y a las prácticas violatorias de las normas que regulan el comportamiento de los Estados, es clara expresión de su ocaso estratégico y su incapacidad de detener el curso de la historia.

El mundo se debe preparar porque hechos como estos, seguirán ocurriendo y probablemente se incrementarán. En la medida que la mayoría de la humanidad siga avanzando en la construcción de un sistema alternativo mucho más justo, equitativo y participativo, el imperio, en medio de su decadencia actuará como una fiera herida y acorralada que da zarpazos a diestra y siniestra. 

La fortaleza económica de China y la militar de Rusia, la ampliación de los BRICS y de otras instancias de cooperación internacional que se expanden por el gran espacio euroasiático, la incapacidad de Occidente de imponer su lógica en el Asia Occidental y la fortaleza de la resistencia encabezada por Irán, el despertar de los pueblos de África que comienzan a desprenderse de los últimos atisbos de control colonial y en América Latina y el Caribe, la resistencia de Cuba. Nicaragua y Venezuela al avasallamiento imperial, dan cuenta de los prolegómenos de un mundo distinto que nace y que augura un futuro mejor para la humanidad. 

Entonces, los pueblos del planeta podrán construir relaciones internacionales en un plano distinto, la humanidad toda se pondrá en el centro de los intereses y del quehacer de los estadistas y la paz habrá superado a la guerra. Llegará el momento de construir un nuevo derecho internacional y una nueva diplomacia para la paz como la que Venezuela, modestamente, ha comenzado a concebir y ejecutar desde el año 1999.

www.sergioro07.blogspot.com

Por Alastair Crooke Fundacion de la Cultura Estrategica

Estamos en la cúspide de lo que podría denominarse Guerra Caótica. No es la fórmula que Israel suele utilizar para intimidar a sus adversarios; esto es diferente.

Estamos en la cúspide de lo que podría denominarse Guerra Caótica. No es la fórmula utilizada frecuentemente por Israel en el pasado para intimidar a sus adversarios; esto es diferente.

El periodista israelí Eddie Cohen dijo, tras el ataque al consulado iraní: “Tenemos muy claro que queremos iniciar una guerra con Irán y Hezbolá. ¿Aún no lo entiendes?

“ Israel quiere arrastrar a Irán a una guerra a gran escala para poder atacar las instalaciones nucleares de Irán ”, aunque estas instalaciones están fuera del alcance de Estados Unidos e Israel, enterradas bajo montañas.

Cohen y, por supuesto, el liderazgo militar de Israel, lo sabrán; pero, aun así, Israel se está encerrando en una lógica que sólo puede conducir a la derrota. Las instalaciones nucleares de Irán están a salvo del ataque israelí. La destrucción de la infraestructura civil iraní, que está a la vista, puede matar a muchos, pero, per se, no colapsará el Estado iraní.

Trita Parsi sitúa el objetivo de Israel al atacar el consulado iraní en Damasco en un contexto diferente:

“Un aspecto importante de la conducta de Israel –y de la aquiescencia de Biden– es que Israel está involucrado en un esfuerzo deliberado y sistemático para destruir las leyes y normas existentes en torno a la guerra.

Incluso en tiempos de guerra, las embajadas están prohibidas [sin embargo] Israel acaba de bombardear un complejo diplomático iraní en Damasco.

Bombardeo de hospitales es un crimen de guerra, [sin embargo] Israel ha bombardeado TODOS los hospitales de Gaza. Incluso ha asesinado a médicos y pacientes dentro de los hospitales.

La CIJ obligó a Israel a permitir la entrega de ayuda humanitaria a Gaza. Israel impide activamente que llegue ayuda.

El derecho internacional humanitario prohíbe hacer pasar hambre a la población civil como método de guerra. Israel ha creado deliberadamente una hambruna en Gaza.

Los bombardeos indiscriminados son ilegales según el derecho internacional humanitario. El propio Biden admite que Israel está bombardeando Gaza indiscriminadamente”.

La lista sigue y sigue… Sin embargo, la violación por parte de Israel de la inmunidad de la Convención de Viena otorgada a los locales diplomáticos –más la estatura de los asesinados– es muy significativa. Es una señal importante: Israel quiere la guerra, pero con el apoyo de Estados Unidos, por supuesto.

El objetivo de Israel, en primer lugar, es destruir las normas, convenciones y leyes de la guerra; crear una anarquía geopolítica en la que todo vale y mediante la cual, con la Casa Blanca frustrada pero consintiendo cada norma de conducta pisoteada de manera intrusiva, permita a Netanyahu agarrar las riendas de Estados Unidos y conducir el caballo de la Casa Blanca al agua, hacia su la ‘Gran Victoria’ regional del Fin de los Tiempos; una guerra necesariamente brutal, más allá de las líneas rojas existentes y sin límites.

Tan simbólicamente significativo como el ataque a Damasco es el hecho de que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña –después de un breve «reconocimiento» de la Convención de Viena- se negaron a condenar la destrucción del consulado iraní, poniendo así una sombra de duda sobre la inmunidad de la Convención de Viena para locales diplomáticos.

Implícitamente, esta negativa a condenar será ampliamente entendida como una suave condonación del primer paso tentativo de Israel hacia la guerra con Hezbolá e Irán.

Este caótico nihilismo «bíblico» israelí, sin embargo, no guarda ninguna relación en términos puramente racionales con la aspiración de Netanyahu de una «Gran Victoria». La realidad es que Israel ha perdido su capacidad de disuasión. No volverá; la profunda ira en todo el mundo islámico generada por Israel a través de sus masacres en Gaza durante los últimos seis meses lo impide.

Sin embargo, hay una segunda razón adjunta por la que Israel se propone burlar deliberadamente el derecho y las normas humanitarias: el periodista israelí Yuval Abraham informa en profundidad en la revista +972 cómo Israel ha desarrollado una máquina de inteligencia artificial (llamada ‘Lavender’) para generar muertes. listas en Gaza, casi sin verificación humana; sólo una verificación de “sello de goma” de aproximadamente “20 segundos” para asegurarse de que el objetivo de la IA sea un hombre (ya que no se sabe que ninguna mujer pertenezca al ejército de la Resistencia).

La flagrante extralegalidad detrás de la metodología de la ‘lista de asesinatos’ de Gaza, según lo informado por diversas fuentes de Abraham, sólo puede inmunizarse y protegerse normalizándolas como una más dentro de un patrón general de ilegalidades – y, de hecho, reivindicando un excepcionalismo soberano:

“[E]l ejército israelí ataca sistemáticamente al individuo objetivo mientras se encuentra en sus hogares – generalmente por la noche mientras toda la familia está presente – en lugar de durante el curso de la actividad militar… Sistemas automatizados adicionales, incluido uno, [cruelmente] llamado “¿Dónde está papá?” ?” se utilizaron, específicamente para rastrear objetivos cuando habían entrado en las residencias de sus familias… Sin embargo, cuando una casa era atacada, generalmente de noche, el objetivo individual a veces no estaba dentro en absoluto”.

«El resultado es que miles de palestinos -la mayoría de ellos mujeres y niños o personas que no participaron en los combates- fueron aniquilados por los ataques aéreos israelíes, especialmente durante las primeras semanas de la guerra, debido a las decisiones del programa de IA».

«No estábamos interesados ​​en matar a agentes [de Hamás] cuando estaban en un edificio militar… o participando en una actividad militar», dijo A., un oficial de inteligencia, a +972 y Local Call. “Por el contrario, las FDI bombardearon sus casas sin dudarlo, como primera opción. Es mucho más fácil bombardear la casa de una familia. El sistema está diseñado para buscarlos en estas situaciones”.

“Además… cuando se trataba de atacar a supuestos militantes jóvenes marcados por Lavender, el ejército prefirió utilizar sólo misiles no guiados, comúnmente conocidos como bombas “tontas” (en contraste con las bombas “inteligentes” de precisión), que pueden destruir edificios enteros encima de sus ocupantes y causar importantes bajas. «No conviene desperdiciar bombas caras en gente sin importancia; es muy caro para el país y hay escasez [de esas bombas]».

“… El ejército también decidió durante las primeras semanas de la guerra que, por cada agente subalterno de Hamás que Lavender marcara, estaba permitido matar hasta 15 o 20 civiles… en el caso de que el objetivo fuera un alto funcionario de Hamás con el rango de comandante de batallón o de brigada: el ejército autorizó en varias ocasiones el asesinato de más de 100 civiles en el asesinato de un solo comandante”.

“Lavender, que fue desarrollado para crear objetivos humanos en la guerra actual, ha marcado a unos 37.000 palestinos como presuntos “militantes de Hamas”, la mayoría de ellos jóvenes, para ser asesinados (el portavoz de las FDI negó la existencia de tal lista de asesinatos en una declaración a +972 y Llamada Local)”.

Entonces, ahí está: no es de extrañar que Israel intente camuflar los detalles dentro de una serie general normalizada de transgresiones contra el derecho humanitario: “Querían permitirnos atacar [a los agentes jóvenes] automáticamente. Ese es el Santo Grial. Una vez que se vuelve automático, la generación de objetivos se vuelve loca”.

No es difícil especular sobre lo que podría determinar la CIJ…

¿Alguien imagina que a esta defectuosa máquina de inteligencia artificial Lavender no se le pediría que elaborara sus listas de muerte si Israel decidiera atacar el Líbano? (Otra razón para normalizar los procedimientos primero en Gaza).

El punto clave señalado en el informe de la Revista +972 (con múltiples fuentes) es que las FDI no se centraron en la eliminación precisa de las Brigadas Qassam de Hamas (como se afirma):

«Para mí fue muy sorprendente que nos pidieran bombardear una casa para matar a un soldado de tierra, cuya importancia en los combates era tan baja», dijo una fuente sobre el uso de la IA para marcar a presuntos militantes de bajo rango:

“A esos objetivos los apodé ‘objetivos basura’. Aún así, los encontré más éticos que los objetivos que bombardeamos sólo por ‘disuasión’ : rascacielos que son evacuados y derribados sólo para causar destrucción”.

Este informe deja claro que las afirmaciones de Israel de haber desmantelado 19 de los 24 batallones de Hamas son absurdas: una fuente, crítica de la inexactitud de Lavender, señala el error obvio: “Es una frontera vaga”; ¿Cómo distinguir a un combatiente de Hamás de cualquier otro hombre civil de Gaza?

“En su apogeo, el sistema logró generar 37.000 personas como objetivos humanos potenciales”, dijo B. “Pero las cifras cambiaron todo el tiempo, porque depende de dónde se establezca el listón de lo que es un operativo de Hamás. Hubo momentos en que un operativo de Hamás se definió de manera más amplia, y entonces la máquina empezó a traernos todo tipo de personal de defensa civil, agentes de policía, sobre los cuales sería una vergüenza desperdiciar bombas”.

Apenas la semana pasada, el miembro del Gabinete de Guerra y Ministro Ron Dermer fue designado para viajar a Washington para alegar que el éxito de las FDI en el desmantelamiento de 19 batallones de Hamas justificaba una incursión en Rafah para desmantelar los 4 o 5 batallones que Israel afirma que todavía permanecen en Rafah.

Lo que está claro es que la IA fue una herramienta israelí clave para su «victoria» en Gaza. Israel iba a vender un ‘cuento de humo y espejos’ basado en ‘Lavanda’.

Por el contrario, los palestinos, que son conscientes de su inferioridad cuantitativa, tienen una perspectiva muy diferente: cambiaron a una nueva forma de pensar que da al simple acto de resistir un significado civilizacional: un camino hacia la victoria metafísica (y muy posiblemente una especie de victoria). victoria militar), si no durante su vida, sí para el pueblo palestino en el futuro. Esto constituye la naturaleza asimétrica del conflicto que Israel nunca ha logrado comprender.

Israel quiere ser temido , creyendo que esto restaurará su disuasión. Amira Hass escribe que, a pesar de cualquier repugnancia hacia este gobierno y sus miembros: “La gran mayoría [de los israelíes] todavía cree que la guerra es la solución”. Y Mairav ​​Zonszein, escribiendo en Foreign Policy , señala que “ El problema no es sólo Netanyahu, es la sociedad israelí”:

“Centrarse en Netanyahu es una distracción conveniente del hecho de que la guerra en Gaza no es la guerra de Netanyahu, es la guerra de Israel, y el problema no es sólo Netanyahu; es el electorado israelí… Una gran mayoría (88 por ciento) de los judíos israelíes encuestados en enero cree que el asombroso número de muertes palestinas, que en ese momento había superado las 25.000, está justificado. Una gran mayoría del público judío también piensa que las [FDI] están usando fuerza adecuada o incluso muy poca en Gaza… Echar toda la culpa al primer ministro no tiene sentido. Ignora el hecho de que los israelíes han avanzado, habilitado o aceptado durante mucho tiempo el sistema de ocupación militar y deshumanización de los palestinos de su país”.

Sin embargo, ni Israel ni Estados Unidos tienen una estrategia integral para esta guerra discutida. El enfoque de Israel es totalmente táctico: afirma haber degradado a Hamás; convertir a Gaza en un infierno humanitario y preparar el escenario para el “plan decisivo” ideado por Bezalel Smotrich para los palestinos. Amira Hass otra vez:

“O aceptar un estatus inferior, emigrar y ser desarraigado aparentemente voluntariamente, o afrontar la derrota y la muerte en una guerra. Éste es el plan que ahora se está llevando a cabo en Gaza y Cisjordania, con la mayoría de los israelíes sirviendo como cómplices activos y entusiastas, o aceptando pasivamente su realización”.

La “visión” estadounidense también es táctica (y está muy alejada de la realidad): imaginar la transformación de Gaza en un pequeño estado “colaborador de Vichy” ; imaginar que la presión política de los franceses en el Líbano obligará a Hezbolá a retirarse de sus tierras ancestrales en el sur del Líbano; e imaginar que la Casa Blanca de Biden es capaz de lograr políticamente mediante presión lo que Israel no puede hacer militarmente .

La paradoja es que, como Israel y Estados Unidos dependen de una «imagen» que se ha confundido con la realidad, esto también beneficia a Irán y al Frente de Resistencia. (Como dice el viejo refrán, «no molestes a un adversario que está cometiendo errores»).

FUENTE https://strategic-culture.su/news/2024/04/08/brutal-chaotic-war-norms-conventions-and-laws-of-conduct-are-being-erased/

Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele de Dossier Geopolitico

Por primera vez desde octubre pasado el precio de referencia mundial del petróleo ha superado los 90 dólares el barril, en momentos de creciente tensión en Medio Oriente que exacerban un mercado ya de por sí tenso. Una cifra que supera el pronóstico medio de los analistas de 83 dólares el barril para este trimestre, según datos de ‘Bloomberg’.

Estrategia de campaña de Biden al traste

Días pasados, los futuros del petróleo crudo Brent subieron un 1,5% para ubicarse en 90,65 dólares el barril, mientras los operadores sopesaban la posibilidad de una reacción de Irán tras el ataque israelí a su Consulado en Damasco.

El Financial Times apunta que los precios (del petróleo) habían estado subiendo constantemente el presente año, a medida que datos económicos saludables de grandes economías como EEUU y China, apuntan a nuevos aumentos en la demanda global en un momento en que los productores de la alianza OPEP+ liderada por Rusia y Arabia Saudita continúan limitando la oferta.

Esta situación ha contribuido al aumento de los precios de la gasolina antes de la temporada de verano que inicia el próximo mes. El repunte se ha convertido en una creciente fuente de preocupación en la Casa Blanca a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre. EEUU advirtió recientemente a Ucrania que suspendiera los ataques a las refinerías de petróleo rusas por temor a que pudieran alimentar el repunte del precio del petróleo. Ucrania no cesa dichos ataques, y aquí están las consecuencias.

«Cuando uno analiza, no puntualmente el aumento [del precio] de una vez, sino que ve cómo se viene planificando entre las organizaciones que tienen la cartelización de los productos energéticos, es allí donde uno puede apreciar que dejó de ser manejado por Occidente», observa al respecto el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico.

De acuerdo al analista, la subida del precio del crudo afecta a Occidente desde el punto de vista financiero–monetario.

«Porque no nos olvidemos que numerosas transacciones internacionales de los productos energéticos, ya no se hacen en dólares. Por lo tanto, acá hay una pinza que va apretando a estas economías históricas [occidentales] que gobernaron el mundo con base en la expoliación, y basándonos en el control y el dominio de las fuentes de los recursos naturales energéticos, y hoy ya no disponen de esas capacidades. Entonces, están pagando realmente el valor que siempre les correspondió pagar, porque siempre habían conseguido los recursos energéticos baratos para facilitar su producción, hacerse competitivos, e impedir que nuevas naciones pudieran entrar en el mundo de la industrialización y de la comercialización de productos finales», explica Pereyra Mele.

POR Mark Aguirre 

Parecía que la insurgencia en Cabo Delgado estaba en retroceso, pero a mitad de febrero 25 soldados mozambiqueños fueron abatidos en un ataque guerrillero en Mucojo en el distrito costero de Macomia al norte del país. Los guerrilleros llegaron en barcas y atacaron el campamento militar. Los soldados intentaron huir por la carretera, pero allí fueron emboscados. Parece que les esperaban. Destruyeron varios vehículos militares, se llevaron armas, mataron soldados, y detuvieron a otros que asesinaron después de interrogarlos. Los guerrilleros pusieron su bandera negra en la plaza y permanecieron durante 48 horas cuando el ejército pudo recoger los cadáveres de sus soldados, contó el semanario Savana publicado en Maputo.

El ataque mostraba una sofisticación que se creía no tenía al-shabab, como llaman a los insurgentes en Cabo Delgado, aunque no tengan nada que ver con los islamistas de Somalia. En la operación participaron 300 guerrilleros, el mayor número hasta ahora en una operación militar en los seis años de insurgencia. Entre los soldados muertos había varios de la Fuerza de Reacción Rápida, un cuerpo de élite entrenado por militares portugueses (España también participa) bajo la bandera de la Unión Europea. Portugal es el viejo país colonial que salió derrotado en 1975 cuando Mozambique conquistó su independencia. Sus soldados se pueden ver ahora paseando por uno de los hoteles más lujosos de la capital. Los salarios de los soldados mozambiqueños son de 55 euros al mes; si consiguen un plus, 72. Es menos de lo que cuesta una sola noche en el hotel en que se alojan los soldados portugueses.

Una semana después del ataque viajé en avión a Pemba. Por tierra necesitas tres días de viaje desde Maputo. Pemba está tan al norte que está más cerca de Dar es Salam y Nairobi que de la capital mozambiqueña. Eso no significa que esté aislada del poder nacional. La lucha de liberación nacional empezó en Cabo Delgado aprovechando el apoyo recibido del presidente de Tanzania, Julius Nyerere. Muchos de los generales del ejército son macondes, una etnia que habita la meseta fronteriza al sur del río Rovuma que separa a los dos países. Estos generales crecieron en la guerra librada por el FRELIMO contra los portugueses, pero en el poder desde la independencia se han convertido en parte del problema: son los beneficiados del boom de la industria extractiva que conoce el norte de Mozambique. Mientras ellos se enriquecen, las encuestas hablan de que la mayoría de la población sigue en la pobreza. El 64% de los mozambiqueños vive con 2 dólares o menos al día. Una situación todavía peor en Cabo Delgado, agudizada por el conflicto.

Los insurgentes, al principio, estaban en el extremo norte de la provincia, a 50 kilómetros de la frontera con Tanzania, en la zona costera donde están los pozos de gas. Pero después de un año de control de Mocímboa da Praia, los militares, con ayuda de soldados de África del Sur y Tanzania, los derrotaron y los sacaron del lugar. Se refugiaron en el sur de la provincia en Ancuabe y Chiure donde cortan las carreteras. Ha habido casos en que los insurgentes se han llevado a conductores por no pagar lo que les piden. En una de sus ocupaciones, en febrero último, quemaron un camión lleno de combustible que viajaba de Nampula a Cabo Delgado.

Pemba, la capital de Cabo Delgdo, fue fundada por pescadores Muaní y comerciantes indios que habían entrado en contacto con árabes de Zanzíbar.

Llegaron de los archipiélagos cercanos. Los Muaní, una población nativa que además de pescar cultiva la tierra, son predominantemente musulmanes y hablan una lengua indígena contaminada con swahili. Los portugueses durante la colonia se aprovecharon del puerto para sacar los productos de la región del lago Niassa que compartía con los ingleses. Era entonces conocido como Porto Amelia.

En el aeropuerto no se veía más seguridad que la normal y en Pequeta, la zona del puerto donde viven los pescadores Muaní, la actividad no había aflojado. Había un grupo de pasajeros esperando embarcar a la isla de Ibo y los pescadores llevaban su pescado al mercado. Fabricantes artesanales de barcas esperaban compradores en la arena mientras acaban de pintarlas. Lo que era nuevo era que en las últimas semanas había habido varios ataques en Mucufia a solo media hora de Pemba y se habían detectado movimientos guerrilleros en otras comunidades cercanas.

Es la primera vez que oigo la palabra guerra referida al conflicto. Armando (no es su nombre) ha venido a buscarme al hotel. He quedado con él para visitar la zona donde se han instalado desplazados por la guerra. En un momento dado, en Cabo Delgado llegó a haber 1.140.000 desplazados de una población de 2.7 millones. En diciembre pasado su número había disminuido a 600 mil, pero desde entonces la tendencia ha cambiado. En las últimas semanas ha habido 100 mil nuevos desplazados según la OIM, la agencia de Naciones Unidas que monitorea los movimientos de población. La mayoría al sur de la provincia.

A Armando lo conocí en Zambesia, una provincia en el centro de Mozambique al sur de Nampula. Llegó a Cabo Delgado a trabajar en el sector humanitario que se ha expandido con el conflicto. “La población necesita todo tipo de ayuda”, dice.

Para llegar a donde viven los desplazados tenemos que atravesar el distrito Eduardo Mondlane. La ciudad se está expandiendo hacia la playa donde están los hoteles turísticos. Al lado de lo que se supone es la principal avenida del barrio hay varios edificios públicos entre ellos una escuela y un centro de salud, los dos masificados, en situación precaria. Los vecinos pagan religiosamente sus impuestos, pero la pavimentación no ha llegado y eso que estaba presupuestada. En vez de asfalto la avenida principal es un continuo de montículos de tierra arenosa y balsas de agua que los vehículos atraviesan como pueden.

Corrupción y robo de materias primas

Armando dice que hay un manto de silencio sobre todo lo relacionado con los insurgentes, tanto por parte de la propia guerrilla como del ejército. Por mucho que indagues nadie sabe nada. Hay un acuerdo de que la expulsión de familias campesinas en Montepuez por el general Raimundo Pachiuapa fue lo que detonó el conflicto. El general, un viejo combatiente del FRELIMO, llegó a un acuerdo con Gemfields una empresa inglesa para explotar la mayor mina de rubíes del mundo. La familia del general se convirtió en su principal accionista; los campesinos afectados, en los primeros desplazados.

Pocos se tomaron en serio un video subido a las redes en 2017 anunciando el comienzo de la lucha armada. En el video tres jóvenes llaman a la insurgencia bajo una palmera. En el mismo denuncian la corrupción y el saqueo de las riquezas naturales por las autoridades. Su primera acción fue un asalto en Nampula a un cuartel de la policía para robar armas, pero eligieron Mocímboa da Praia para establecer su primer campamento, quizá porque la mayoría de ellos, aunque vivían en Montepuez eran Muaní y conocían bien el territorio costeño.

Los Muaní, conocidos por su rebeldía, habitan la costa desde la frontera con Tanzania hasta Pemba; desde la ciudad hacia el sur viven los Macua, una etnia de origen en Zambesia que se expandió hacía el norte en lo que es hoy Nampula llegando a Cabo Delgado. En el área de Mocímboa da Praia está Palma, el centro de explotación de las enormes bolsas de gas encontradas en la bahía del Rovuma. Se estima su valor en 100 mil millones de dólares. Un informe de Deloitte (África Energy Outllok-Mozambique special report 2024) asegura que las reservas tienen potencial para hacer de Mozambique el décimo productor global de gas y el mayor de la África subsahariana.

El ataque a Mocímboa da Praía fue brutal. Los insurgentes destrozaron cualquier infraestructura o símbolo construido por el estado. Arrasaron inclusive escuelas y hospitales, (siguen haciendo lo mismo en cualquier lugar que toman), quemaron viviendas, y asesinaron a civiles, a veces indiscriminadamente, sin importar que fueran musulmanes o Muaní, incluso degollaron a algunos o los quemaron vivos con sus casas. La población aterrorizada huyó en masa produciendo una multitud de desplazados. Se hicieron famosas las imágenes de miles de mujeres con hatos en la cabeza y niños de la mano caminando hacia el sur por la nacional 1. Meses después atacaron Palma donde Total, la empresa francesa de energía, estaba instalando sus plantas para licuar el gas del mar. Fue entonces cuando la comunidad internacional decidió intervenir militarmente para salvar sus inversiones. Vinieron soldados de Sud África y otros países de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC). También de Ruanda. Tuvieron éxito y sacaron a los insurgentes de la zona.

Total empezó a hacer trabajos para retomar la explotación protegido por dos mil soldados ruandeses que a diferencia de los de la SADC no patrullan Cabo Delgado, defienden las instalaciones gasísticas de Palma. En Maputo, Total acaba de acondicionar un recinto para las familias de sus trabajadores al mismo tiempo que el gobierno francés ha anunciado que va a dar 4.5 millones de euros para asistencia humanitaria en Cabo Delgado. Exxon Mobil y la compañía italiana ENI explotan ya el gas en el mar sin ser licuado. Una compañía holandesa aprovecha el petróleo que se genera. Hay cierta prisa para explotarlo. El precio del gas en Europa es 10 veces mayor que antes de la guerra de Ucrania y nadie sabe cuánto durará.

Armando dice que el gobierno no controla la cantidad que sacan estas dos compañías o al menos no lo informa, perdiendo el país millones de dólares en impuestos. Nadie sabe a dónde va el dinero. El 64% de los mozambiqueños viven en la pobreza. En febrero el embajador italiano, Ginni Bardini, fue a Palma, donde están las tropas de Ruanda bien armadas, incluso con drones, para anunciar que Italia había dado dos millones de euros para mejorar los servicios de nutrición, agua, saneamiento, higiene para niños y familias vulnerables. Las carencias sociales tremendas que sufre Mozambique, el país ocupa el lugar 181 de 189 en el mundo en desarrollo humano según Naciones Unidas, no pueden ser apagadas con pozales de ayuda humanitaria. Los algo más de dos millones de dólares de los italianos parecen grotescos sabiendo que sólo en gas Mozambique posee 100 mil millones.

Tras retirarse de Mocímboa da Praía los insurgentes se movieron hacia el sur camuflándose con la población, guardando silencio y actuando como fantasmas. Empezaron a actuar en pequeños grupos. Aparecían de la nada cuando golpeaban.

El misterio creció acerca de ellos. En otros conflictos hay rostros, nombres, declaraciones, objetivos, puntos a negociar. Pero en el conflicto mozambiqueño nada de esto ha existido hasta ahora. La oscuridad y el silencio hacen difícil encontrar respuestas a lo que quieren.

Hay quien enfatiza el componente islámico. Pero los guerrilleros no han distinguido la religión a la hora del terror. Asesinaban por igual a musulmanes y cristianos.

Usaban la cosmovisión que aprendieron en las mezquitas para dar un sentido a su rebelión, pero hasta ahora no hay ningún indicio de que quieran establecer un estado islámico. Ocurre como en otros conflictos en África, un continente donde no ha habido un movimiento cultural semejante a la Ilustración. Es absurdo esperar que los que se rebelan contra la injusticia en zonas rurales africanas agiten las banderas del liberalismo o la de sus críticos europeos. Es mucho más probable que acudan a sus referentes religiosos que en la mayoría de los casos están ligados profundamente a su identidad. El movimiento insurgente en Cabo Delgado nació en zona de pescadores y campesinos musulmanes, la mayoría analfabetos.

“Sí preguntas a una autoridad sobre quiénes son los insurgentes te dicen que no saben, que desconocen lo que quieren y quiénes son sus jefes. El gobierno siempre intenta silenciar el conflicto o en todo caso minimizarlo. En vez de enfrentarlo lo usan en su provecho. ¿Pero si no hay un conocimiento de contra quien luchas como vas a derrotarlo? ¿Si no identificas a sus líderes con quien vas a negociar para acabar con el conflicto?”, dice Armando

Según testigos de sus acciones los insurgentes son jóvenes de las comunidades que no tienen nada que perder y se han rebelado contra el saqueo que sufre Cabo Delgado. Hay veces que las propias comunidades atacadas reconocen a los guerrilleros. Estadísticas muestran que están ociosos por falta de empleos. No tienen futuro. Son ellos los que cuando menos se espera aparecen de la nada como sonámbulos para crear terror y dañar a un Estado que la gente ve distante, incapaz y corrupto.

Nadie sabe qué fuerza tienen, cuál es su número, cuáles son sus objetivos, cómo se financian. Nunca sacan comunicados. Ahora ponen la bandera del Estado Islámico, pero sólo Estados Unidos los ha vinculado orgánicamente con ellos. Parece que son entrenados por una guerrilla del Congo a donde van y vienen por territorio tanzano. ¿Se enteraron del saqueo del coltán y diamantes y no quieren que ocurra lo mismo en Cabo Delgado con sus recursos? También dicen que están pagando más de mil dólares al mes a soldados mozambiqueños que han cambiado de bando. ¿Pero cómo comprobarlo? El secretismo no ayuda en una sociedad donde las noticias se transmiten oralmente y son fáciles de distorsionar. Estamos hablando de un país en que cuatro de cada 10 adultos no pueden leer ni escribir. Las novelas de Mia Cuoto, el gran novelista mozambiqueño, están llenas de este realismo mágico tan presente en las comunidades mozambiqueñas donde es difícil separar sueños, espíritus y realidades.

En estos años que se creía que la insurgencia estaba en retroceso continuaban realizando ataques a industrias extractivas. En junio de 2020 degollaron dos guardias de seguridad de una mina de grafito de propiedad australiana en Ancuabe.

Tuvieron que cerrarla. Tres empresas de extracción en el sur de la provincia suspendieron operaciones de transporte, entre ellas Gemfields, la mina de rubíes de la que la familia del general Raimundo Pachiuapa es accionista. Fue en esa ofensiva, en el distrito de Memba, en Nampula, en donde asesinaron en Chipene a la misionera católica Maria de Coppi. Chipene se había convertido en un centro de reclutamiento guerrillero.

El norte de Mozambique está lleno de minerales muchos de ellos críticos necesarios en los nuevos sectores económicos que se espera dinamicen al capitalismo, incluido el sector armamentista en expansión. La propia Unión Europea ha dicho que prevé un aumento vertiginoso de la demanda de materias primas críticas y que necesitará importar en el mejor escenario de producción interna el 65% para satisfacerla.

¿Tienen que ver las guerras en curso en el Este de África, desde Sudán a Mozambique pasando por el Congo, con este aceleramiento de demanda de minerales críticos?

El Este de África es uno de los lugares donde hay mayores reservas de ellos. En el norte de Mozambique además del gas, rubís y oro hay tántalo y niobio los dos elementos químicos que forman el coltán, el elemento químico junto al litio estrella del capitalismo actual. Hay grafito un conductor eléctrico y zirconio usado en la industria nuclear, también bentonita y vanadio usados en la construcción e industria petrolera. A pesar de tanta riqueza, solo el 44% de la población mozambiqueña tiene acceso a electricidad. En las zonas rurales tenerlo es una gran anomalía. En Cabo Delgado, incluyendo las ciudades, el 74% usa leña y carbón vegetal.

Llegamos a donde acaba la ciudad y se han instalado los desplazados. La ciudad se ha expandido. No están en campamentos, viven en casas, mezclados con familiares o en viviendas precarias sin ningún servicio, construidas con barro y láminas de metal. Armando me enseña una en donde viven 92 personas. Hay niños, hay “raparigas”, hombres y mujeres adultos, ancianos. Todos revueltos, durmiendo como pueden. Son todos de alguna manera familiares. Pertenecen a la “familia grande” que sigue siendo en Mozambique “la política social”. “El gobierno está ausente. No ha aparecido”, dice Armando. No hay ningún servicio público. Hay malnutrición y hambre. No viven, sobreviven. Venden lo que pueden, trabajan en empleos precarios, hacen pequeños robos. Las condiciones higiénicas son terribles. Las enfermedades infecciosas se expanden, más en esta época de lluvias en que estamos. Pemba vive una epidemia de conjuntivitis. En los hospitales han habilitado espacio para decenas de casos de cólera.

El desplazamiento de la población ha creado una nueva relación entre las etnias de Cabo Delgado cuenta Armando. Los Muaní, Maconde y Macua han vivido segregados, en territorios diferentes, con sus conflictos normales nunca expresados políticamente, pero jamás habían compartido territorio. El conflicto por primera vez los ha puesto juntos en el mismo espacio, han formado los mismos campamentos y reciben la misma precaria ayuda humanitaria.

No fue el único lugar de desplazados que visité. A la mañana siguiente, empotrado en una misión humanitaria, visité el distrito de Mutage. Está al otro lado de Pemba, a 30 kilómetros en la misma bahía. Es media hora por carretera asfaltada y después otro tanto por un camino que en días de lluvia es intransitable. El olor a tierra penetraba el todo terreno en que viajábamos. La gente caminaba, las mujeres con fardos, los jóvenes con libros, algunos se protegían del sol con paraguas. Los que podían pagaban un mototaxi. Si tenían suerte no se quedaban varados en las balsas de agua. En el centro del distrito había soldados patrullando en traje de faena. Los guerrilleros aparecen de tanto en tanto. Han robado el banco y destruido las sedes de las autoridades varias veces. La última vez habían asesinado a un joven.

Cuando empezó la insurgencia el distrito tenía 100 mil habitantes. Pero en el momento álgido de la misma llegó a tener 300 mil. Llegaron 200 mil desplazados la mayoría con lo puesto. No tenían nada. Necesitaban alimentos, un lugar donde dormir, productos de higiene personal, atención médica, ayuda psicológica… En los últimos meses cien mil han regresado a sus comunidades, pero es difícil convencer a los que quedan para que hagan lo mismo como quiere el gobierno. Muchos siguen traumatizados por la violencia de los insurgentes y no quieren volver. Los desplazados de las últimas semanas han optado por dirigirse al sur. 65 mil de ellos han cruzado el río Luro que separa Cabo Delgado de Nampula y han llegado al distrito de Érati.

En Mutage quedan ocho campamentos. Han construido pequeñas chozas de paredes de adobe y techos de lámina. Han sembrado algo de mijo. A veces hay conflictos entre los viejos habitantes y los recién llegados. Hay poco para compartir. El hospital que visitamos está sobrecargado, saturado. Hay gente aglomerada esperando comprar medicamentos en la farmacia. A las 35 pequeñas comunidades que solía dar servicio ha tenido que añadir la población de los ocho campamentos de desplazados. El hospital evita como puede el colapso. “Hay muchas carencias médicas. Falta de todo menos dificultades”, decía uno de los médicos.

Tras el ataque a Mucojo los guerrilleros hicieron algo que nunca habían hecho antes de esta última ofensiva. Reunieron en asamblea a los vecinos. Según testigos los insurgentes anunciaron que a partir de ahora se acababan los ataques indiscriminados contra la población. Hay rumores de que los insurgentes están saliendo de la sombra presentándose a los líderes de facto de las comunidades, muchos de ellos enfrentados al FRELIMO a quien acusan de robar las últimas elecciones locales de octubre. ¿Están cambiando de estrategia los guerrilleros y ahora quieren ganar el apoyo de la población? ¿Quieren ganar “mentes y corazones” dejando atrás la violencia indiscriminada que tanto sufrimiento ha creado?

Los guerrilleros vienen recurriendo a una violencia extrema desde el inicio del conflicto. Ha habido más de seis mil muertos. Han cometido asesinatos, decapitaciones, violaciones, secuestros, extorsiones. Han quemado aldeas. No había etnia o religión que se salvara. Este uso indiscriminado de violencia es difícil de entender. Frank Fanon que luchó con el ELN argelino contra los colonizadores franceses llegó a interpretar (y justificar) la violencia como método de lucha liberador. Psiquiatra de profesión, la veía como una medicina colectiva en una sociedad en que los colonizados habían sido deshumanizados para saquear su territorio. La violencia sacaba a los colonizados de su complejo de inferioridad permitiéndoles enfrentarse de igual a igual a los colonizadores. Lo que era anómalo en Cabo Delgado era que los insurgentes usaban la violencia no contra los “opresores” sino contra la gente que sufre las consecuencias de la colonización. La explicación, sí es que existe, se perdía dentro del silencio que rodea el conflicto. Lo más oído era que los propios insurgentes deshumanizaban a la población para crear un clima de inseguridad y mostrar la debilidad de un Estado que no puede proteger a la población poniéndolo en una crisis permanente.

Había vuelto a Maputo cuando a principio de marzo los guerrilleros volvieron a tomar Quissanga. Lo han hecho varias veces. Es una población costera al norte de Pemba donde llegan y salen los barcos al archipiélago de las Qirimbas. Un área donde cuando la Cooperación española tenía dinero había tenido varios proyectos.

“Llegaron muchos en dos grupos… uno se quedó en Mussomero, otro llegó hasta el centro del distrito… la población se quedó, no huyó…. los guerrilleros les dijeron que no les iban hacer nada…. Esta vez no mataron a nadie… no quemaron casas… Asaltaron las tiendas de comida y acamparon en el centro.”, publicó la web de una radio de Pemba que a pesar de las presiones del gobierno cubre el conflicto.

Savana publicó una historia sobre lo ocurrido en Quissanga. Según el semanario de Maputo, los guerrilleros preguntaron por los “cerdos” como llaman a los soldados. Enterados de que habían huido a la isla de Ibo decidieron mandar un grupo a buscarlos. Degollaron a cuatro que encontraron. Lo hicieron en una asamblea a la que convocaron a los vecinos. Después de la ejecución prohibieron que enterrasen sus cadáveres.

En Maputo hablé con Joaquim sobre lo sucedido. En la capital existe un gran descontento con el gobierno a causa de un malestar social creciente. Hace unos meses el gobierno tuvo que echar para atrás un aumento salarial a los médicos conseguido después de meses de huelga bajo el chantaje del Fondo Monetario Internacional. A Joaquim lo conozco desde hace años y siempre ha estado más interesado en los negocios que en la política. Cuando lo conocí vendía fruta. Ahora trabaja en una inmobiliaria, pero siempre ha estado entonado con la mayoría silenciosa. No entendía porque el gobierno mandaba a unos soldados que él consideraba cercanos. Eran soldados entrenados en la capital y enviados a morir en una guerra que no era la suya. “Este gobierno no tiene corazón ¿Por qué tienen que morir defendiendo los intereses de una élite corrupta y sus amigos franceses?, decía.

Por Mark Aguirre es periodista y ha vivido varios años en Mozambique

Fuente: https://sinpermiso.info/textos/otra-guerra-silenciada-por-que-la-guerra-en-el-norte-de-mozambique-se-esta-intensificando

El martes 3 asumió en Dakar el nuevo presidente electo de Senegal, Diomaye Faye, y con él se añade otro eslabón a la cadena de líderes anticolonialistas que desde 2020 han tomado sucesivamente el poder en Mali, Burkina Faso, Níger, Guinea y Chad. Cansados de la explotación neocolonial francesa y de la falta de efectividad de las tropas europeas para combatir al Estado Islámico en el Sahel (EIS), los pueblos de África Occidental buscan la independencia. Al emprender este camino, empero, sólo encuentran el apoyo de Rusia, Irán y China y son rápidamente condenados por los medios occidentales que sólo los ven como títeres de Moscú. De este modo, la competencia entre bloques se extienden a África, dando un nuevo salto hacia una conflagración general. Por Eduardo Vior

El 24 de marzo se celebraron elecciones presidenciales en Senegal, en las que el joven panafricanista de izquierda Bassiro Diomaie Faye, del mayor partido de la oposición, ganó con más del 54% de los votos frente al 35% del candidato de la coalición gobernante, Amadou Ba. Los medios franceses ya lo han calificado de “conductor de influencia rusa” que busca construir un régimen similar al de los estados vecinos del Sahel. Sin embargo, la realidad es más compleja.

Faye, musulmán de origen rural modesto, es licenciado en Derecho. Tras diplomarse en la Escuela Nacional de Administración (ENA) y en la magistratura en 2004, se convirtió en inspector de Hacienda en el departamento de Impuestos y Patrimonio. En un momento dado, dirigió el Sindicato de Impuestos y Patrimonio creado por el líder de la oposición Ousmane Sonko. Más tarde, en febrero de 2021, el nuevo presidente se convirtió en secretario general del partido PASTEF, fundado por Sonko. Sin embargo, el partido fue disuelto por las autoridades en 2023 por “llamar frecuentemente a sus seguidores a movimientos insurreccionales”. Entonces Faye fundó La Coalition Diomaye Président, una alianza de grupos de la oposición. Cuando el gobierno de Macky Sall insistió con su política neoliberal e intentó postergar las elecciones, se produjo una reacción general de todas las fuerzas políticas y sociales.

Faye y Sonko fueron así liberados de la prisión por una amnistía general apenas diez días antes de las elecciones, pero Sonko no pudo volver a presentarse en 2024 por haber estado en la cárcel un año antes. Tras la liberación de ambos Faye lanzó una campaña relámpago bajo el lema “Diomaye es Sonko”. Sus propuestas incluyen el panafricanismo y una mayor soberanía nacional, una distribución más justa de la riqueza, la reforma del corrupto sistema judicial, la renegociación de los contratos de minería, gas, petróleo y pesca firmados con empresas extranjeras, ya que este año Senegal inicia la producción de hidrocarburos, la creación de una nueva moneda nacional y el abandono del franco CFA respaldado por el Tesoro francés y, finalmente, el estrechamiento de los lazos con Rusia. Por lo tanto fue lógico que inmediatamente después de su jura, este martes 2 el nuevo presidente haya nombrado primer ministro a Ousmane Sonko. Ahora habrá que ver quién es el jefe y quién el subordinado.

La geoeconomía es clave en estos cambios. Senegal fue una colonia francesa desde el siglo XVII y uno de los puestos militares avanzados de los colonizadores en África Occidental, incluso después de su independencia formal en 1958. El país es el tercer socio comercial de Francia en África. Las empresas francesas representan una cuarta parte del PBI y de los ingresos fiscales del país. Como, a partir del comienzo de la explotación hidrocarburífera este año, Senegal se convertirá en un gran productor de petróleo y gas, Faye pretende renegociar los contratos mineros y energéticos, especialmente con British Petroleum (BP) y el operador británico de minas de oro Endeavor Mining. En particular, siguiendo los pasos de sus vecinos Mali, Níger y Burkina Faso quiere abandonar el franco CFA -sistema monetario controlado por Francia y utilizado en 14 Estados africanos- estableciendo una nueva moneda. El nuevo presidente aún no ha aclarado, si va a echar a los militares franceses de Senegal, pero París ya viene reduciendo drásticamente su contingente militar en Senegal.

La tendencia al debilitamiento de la influencia atlantista en África continúa: los gobiernos de Mali, Níger y Burkina Faso crearon la Alianza del Sahel para luchar contra el neocolonialismo y están recurriendo a otros actores geopolíticos en busca de ayuda contra el terrorismo islamista y para desarrollar sus economías, como Rusia, China, Turquía e Irán.

Este proceso no es unidireccional y no puede entenderse con lentes ideológicas. El centro analítico estadounidense Critical Threats publicó el 4 de abril un extenso artículo que recoge todos los temores de la Casa Blanca ante la creciente influencia de Rusia e Irán en Níger. El 16 de marzo pasado as autoridades de Niamey rompieron el acuerdo de defensa con Estados Unidos, acusaron a Washington de ejercer presiones y exigieron la retirada de todas las fuerzas estadounidenses del país y de la región en su conjunto.

Hay dos bases clave -en Agadez y Niamey- en cuya construcción EE.UU. ha gastado más de 150 millones de dólares. Niamey se terminó en 2019 y está operada por el Mando Africano del ejército estadounidense (AFRICOM, por su sigla en inglés). Ahora, se va concretando una de las amenazas más temidas por los militares estadounidenses: el despliegue en Agadez de drones kamikazes rusos de ataque Geranium-2. Los estadounidenses temen que en caso de conflicto estos drones lleguen hasta instalaciones de la OTAN en el litoral sur del Mediterráneo.

Además, la base de Agadez puede servir como nodo para la transferencia de fuerzas de Mali a Libia a través de la frontera libio-nigerina y viceversa. Las fuerzas rusas ya están presentes en el este de Libia donde apoyan al Ejército Nacional Libio, pero hasta ahora no tenían enlace directo al sur del Sáhara. Por su parte, la base de Niamey es esencialmente un centro de inteligencia que procesa los datos recogidos por los drones MQ-9 Reaper. Las fuerzas aéreas estadounidenses también utilizan el aeródromo nigerino de Dirkou como base de operaciones en el Sahel.

Al mismo tiempo las primeras unidades del “Afrika Korps” del Ministerio de Defensa ruso llegaron a Burkina Faso. Más de 100 efectivos con equipo y armas capacitarán a sus colegas africanos, además de garantizar la seguridad de los altos funcionarios del Estado. El contingente ruso aumentará con el tiempo a 300 efectivos. También asegurarán la carretera que conecta la capital burkinabé Ouagadougou con Bamako, en Malí, y están construyendo líneas de trasmisión eléctrica que unen a los distintos países del Sahel.

Al retirarse forzosamente del Sahel, Estados Unidos se repliega hacia los países del Golfo de Guinea, desde cuyo territorio, empero, no podrá realizar reconocimientos en Libia.

El apoyo ruso a los países del Sahel no se limita a la esfera militar. Una delegación de Niamey visitó Moscú en enero, cuando firmó un acuerdo, para que Rosatom explore y explote los vastos recursos naturales del país africano, incluidos el petróleo, el gas y el uranio. También buscará litio en el sur. Además de apoyar a Mali en la construcción de un satélite espacial, el acuerdo prevé la concesión de un satélite ruso, para cubrir las necesidades del país en los ámbitos de seguridad, telecomunicaciones y otros. Rosatom firmó también un acuerdo similar con Burkina Faso.

La descolonización de los países del Sahel muestra –no podía ser de otra manera- luces y sombras. Los dirigentes militares de Burkina Faso han decidido prorrogar un año más las medidas de emergencia para combatir la violencia yihadista. Sin embargo, corresponsales norteamericanos afirman que ha habido casos en los que opositores al régimen de Burkina Faso han sido secuestrados y reclutados por la fuerza.

Malí lleva bajo gobierno militar desde agosto de 2020, el primero de los ocho golpes de Estado que se han producido en África Occidental y Central en cuatro años, incluidos los de sus vecinos Burkina Faso y Níger. La actual junta se hizo con el poder en un segundo golpe en 2021 y posteriormente prometió que tardaría 24 meses, a partir de marzo de 2022, en restablecer el gobierno civil, con fecha de inicio el 26 de marzo de 2024 y elecciones en febrero.

En junio de 2022 aprobó una nueva ley electoral, pero en septiembre del año pasado dijo que pospondría las elecciones de febrero de 2024 por razones técnicas, lo que provocó la indignación de los grupos políticos que, en una declaración conjunta a última hora del domingo 31, pidieron a las autoridades que establezcan lo antes posible un marco institucional para los comicios.

La Compañía Militar Privada Wagner (PMC Wagner, por su nombre en inglés) está ayudando a las fuerzas gubernamentales en el centro y norte de Malí a realizar incursiones con aviones no tripulados que han matado a decenas de civiles, entre ellos muchos niños, según denunciaron grupos de derechos humanos. Por su parte, también Amnistía Internacional señaló a principios de esta semana que dos ataques con drones en el norte de Malí causaron la muerte de al menos 13 civiles.

La deriva de los países del Sahel hacia Moscú y Beijing no es unidireccional. Por ejemplo, tras encuentros de autoridades locales con representantes alemanes e italianos en Niamey, Niger parece estar tratando de mejorar los lazos en materia de seguridad y defensa con países occidentales. También se ha producido recientemente una reunión entre un alto mando militar nigerino y la embajadora de EE.UU..

Estados Unidos no está en condiciones de aprovechar la decadencia del dominio neocolonial francés en el Oeste de África. Al mismo tiempo, la expansión del terrorismo islamista después de la invasión de la OTAN en Libia en 2011 ha debilitado el control territorial de los estados del Sahel, empujado a millones de personas a la emigración hacia el Mediterráneo e intensificado el tráfico de drogas, armas y personas a través del desierto. El apoyo militar de las potencias europeas se ha demostrado inútil en la lucha contra el yihadismo y/o cómplice de los terroristas.

Por lo tanto, era una cuestión de tiempo hasta que en los países del Sahel oficiales patriotas se alzaran contra los corruptos regímenes proeuropeos que los gobiernan desde hace sesenta años. Sin embargo, al llegar al gobierno, los nuevos dirigentes se encontraron sin apoyos internacionales y comenzaron a buscarlos en Rusia, China, Turquía e Irán, entre otros. Necesitada de romper el cerco occidental y queriendo aprovechar la oportunidad para rodear a la OTAN por el flanco sur, Rusia aprovecha la ocasión para llenar el vacío dejado por Francia.

Los países del Sahel que están pujando por su completa independencia y desarrollo no tienen intereses ideológicos en la competencia por el poder mundial. Si los países europeos fueran más flexibles y les tendieran la mano, los africanos seguramente la estrecharían con gusto, pero no está sucediendo. Al menos los medios europeos están condenando sin matices los lazos africano-rusos. Que después no se quejen.

Eduardo J. Vior analista internacional miembro de Dossier Geopolitico