Por United World International

Pero Turquía, Rusia, Irán y otros países de la región aún pueden colaborar para impedir los planes de Estados Unidos.

El autor, historiador y politólogo de la UWI, el profesor asociado Mehmet Perinçek, evaluó la caída de Bashar Assad. Perinçek se centra en el carácter de los actores y fuerzas del nuevo gobierno de Damasco.

Para prever lo que puede ocurrir en Siria a partir de ahora, primero tenemos que entender el papel de los que han llegado al poder.

Estados Unidos e Israel pretenden fragmentar los Estados-nación de la región. El Proyecto Gran Oriente Medio y su objetivo de redibujar las fronteras de la región siguiendo líneas étnicas y sectarias son estrategias bien conocidas. Ya hemos visto ejemplos de ello en Yugoslavia, Irak y Libia.

Turquía representa con su presencia un obstáculo importante para este plan. La estrategia estadounidense siempre ha considerado a Turquía como un país demasiado grande y fuerte para controlarlo fácilmente. En consecuencia, su objetivo es la integridad territorial de Turquía. Para lograrlo, necesitan cercar a Turquía. Este cerco se lleva a cabo actualmente a través de las islas del Egeo, el Mediterráneo oriental y Tracia, pero uno de sus componentes más críticos está sin duda en el norte de Siria: El PKK/YPG.

Los acontecimientos en Siria deben interpretarse como acciones dirigidas tanto contra Turquía como contra Siria. Deben verse como parte de este plan de cerco.

Terrorismo separatista y terrorismo intolerante

Volviendo ahora a lo que decía al principio: el papel de los que han llegado al poder. Hay dos facciones importantes en juego en Siria a este respecto: la facción de los terroristas separatistas y la facción de los terroristas fanáticos. Ambas fueron creadas y están dirigidas por Estados Unidos. Las dos fuerzas que pretenden dar forma al futuro de Siria están bajo el control de EEUU.

Por lo tanto, Siria se enfrenta a la amenaza de la partición en el próximo período. Ya han aparecido indicios de ello. Ya han comenzado las conversaciones para redactar una nueva constitución con una estructura federal. Siria está a punto de ser reclamada por quien pueda apoderarse de ella. El PKK/YPG está ampliando su territorio, mientras que las fuerzas intolerantes se han hecho con el poder. Simultáneamente, Israel se aprovecha de la situación ocupando tierras sirias.

Es importante recordar que, cuando Turquía experimentó el intento de golpe de Estado de la organización terrorista Fethullah Gülen (FETÖ), respaldada por Estados Unidos, los días 15 y 16 de julio de 2016, hubo una preparación similar. El PKK/YPG estaba al tanto del golpe de antemano y se había preparado para actuar si tenía éxito. En este escenario, se habría establecido un gobierno títere de EEUU en Turquía y se activaría simultáneamente el terrorismo separatista. Lo que se está planeando ahora para Siria se parece a esto.

¿Qué ha salido mal?

Entonces, ¿qué se puede hacer para contrarrestar esto? En primer lugar, reconozcamos que hubo pasos que deberían haberse dado antes. La base terrorista fanática en Idlib -que es la causa principal de los recientes acontecimientos- y las bases terroristas separatistas al este del Éufrates deberían haber sido atacadas mediante la cooperación de Turquía, Rusia e Irán. No ha sido así. En consecuencia, las fuerzas respaldadas por Estados Unidos, que se habían debilitado durante la guerra civil, consiguieron reagruparse y ganar fuerza.

A pesar de estos errores, el asunto no ha terminado. Turquía, Irán, Rusia y otros países de la región aún pueden colaborar para contrarrestar la agenda de partición de Estados Unidos e Israel. En este punto, Turquía debe llevar a cabo una lucha decisiva y coherente contra el PKK/YPG. Mientras lo hace, debe alinearse con las fuerzas en Siria que puedan restaurar la unidad nacional y la integridad territorial.

Quienes celebran la situación actual de Siria pronto se darán cuenta de que hay pocas razones para ello. Veremos hasta qué punto los planes de EE.UU. e Israel para dividir Siria y cuán profundamente podría perjudicar a Turquía.

¿Qué harán Rusia e Irán?

En cuanto a Rusia e Irán, hasta ahora han desempeñado papeles fundamentales en la resistencia de Siria. Sin embargo, Rusia lleva dos años ausente de Siria debido a su operación militar especial en Ucrania. Irán se ha centrado en la cuestión palestina y Hezbolá ha entrado directamente en conflicto con Israel. Estados Unidos, Israel y sus colaboradores en Turquía han explotado esta situación.

Además de las preocupaciones de los aliados de Siria, la propia Siria ha estado sometida a sanciones durante 13-14 años. Sus recursos petrolíferos están en manos del PKK/YPG. Considero digno de mención que no existe otro canal o ruta que no sea Idlib para que este petróleo pueda comercializarse a nivel mundial.

Es poco probable que Irán y Rusia adopten una postura de confrontación contra el nuevo gobierno de Siria. Por el contrario, tratarán de mantener relaciones para preservar sus posiciones actuales. Este enfoque es comprensible. Pronto se sabrá hasta qué punto tiene éxito.

Un detalle importante que arroja luz sobre el carácter de este nuevo gobierno apareció en un reciente informe del Washington Post. Citando a una fuente diplomática antaño cercana a Assad pero ahora en el bando opuesto, el informe revelaba que Estados Unidos se dirigió a Assad con una oferta antes de la última ofensiva de HTS. La propuesta consistía en que Assad abandonara su apoyo a Irán y Hezbolá y cortara la conexión logística entre ambos. A cambio, Estados Unidos prometía levantar las sanciones. Assad rechazó esta oferta, y por eso lo derrocaron.

Fuente en español Geopolitika.ru

Fuente: https://unitedworldint.com

Mediante la división del territorio entre el Mediterráneo y el Éufrates el Imperio retoma el control de Asia Occidental y separa al bloque euroasiático de la insurgencia regional y africana

Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Pocas veces en una guerra mundial tanto dependió de tan poco: la desintegración por desidia de la República Árabe Siria aleja a Rusia de Asia Occidental, rompe la unidad geográfica del Eje de la Resistencia, da a Israel una comunicación terrestre con sus aliados kurdos y azerbaiyanos y con Turquía, que después de cien años vuelve al centro del Creciente Fértil, y reinstala allí el juego sectario de las potencias occidentales.

La recolonización de Palestina se acelera en la medida en que Eurasia retrocede alejándose del Mediterráneo y de África. Al asumir el mando el 20 de enero, Donald Trump encontrará el escenario que pidió, pero deberá lidiar con nuevas constelaciones de poder en Asia Occidental.


Áreas controladas por las distintas facciones al 8 de diciembre

Los bombardeos israelíes contra puertos sirios en la norteña provincia de Latakia este martes 10 y contra bases y unidades militares en todo el país el día anterior marcanro, sin solución de continuidad, el pasaje de la destrucción del Estado sirio a la guerra faccional que se avecina. Con los ataques el Estado sionista quiere impedir que el armamento del disuelto Ejército Árabe Sirio (SAA, por su nombre en inglés) caiga en manos de los milicianos proturcos que asaltaron el poder el domingo pasado. Por eso mismo, ante la incertidumbre que reina Washington todavía no ha reconocido al nuevo régimen. Su gobierno se manifestó dispuesto a dar el placet a los nuevos dirigentes sirios, a condición de que “se proteja a las minorías y se evite el terrorismo”.

El colapso del SAA en diez días y la huida de Assad de Damasco a primera hora del domingo anunciaron la disolución de Siria. Bashar al Assad no fue derrotado por ejército alguno, sino por la corrupción, el narcotráfico y su falta de voluntad para organizar la resistencia. Si bien el aliado ruso recuperó Alepo en 2019 y logró en 2022 un acuerdo con Turquía y los rebeldes que congeló los combates, la guerra iniciada en 2011 nunca terminó. 

Unos ocho millones de sirios salieron del país desde entonces, de los cuales más de dos millones residen en Turquía y más de uno en Alemania. La reconstrucción del país apenas avanzó y la economía sólo se mantenía a nivel de subsistencia. Lo poco de equilibrio que quedaba ha desaparecido con la pérdida del Estado. La anarquía se impone.

Milicianos islamistas festejan el 9 de diciembre en Damasco el poder recibido

El pasado lunes 9 se produjo el traspaso (arreglado por Rusia) del gobierno por el saliente primer ministro Mohammed al-Jalali a Mohammed al-Bashir, encargado de la gestión por el jefe de Hayat Tahrir al-Sham (Organización para la Liberación del Levante, HTS por su nombre en árabe), Abu Muhammad al-Golani. Al Bashir era previamente jefe del “Gobierno de Salvación” en la norteña provincia de Idleb y es miembro de HTS. Varias escenas mostraron asimismo actos de robo, saqueo y caos, incluido el robo de dinero del Banco Central y la destrucción de entidades de servicio.

La transición gubernamental coincide con “medidas propuestas para disolver todos los grupos paramilitares y unificarlos bajo el mando de operaciones militares”, según informaron fuentes del nuevo poder. La propuesta de fusión de las organizaciones armadas que remplazaron a al Assad responde a la idea de evitar luchas interfaccionales, pero ya se anuncia como irrealizable.

Sin embargo, con la sabiduría que da la experiencia imperial británica, la agencia Reuters titulaba este lunes 9 que “La caída de Assad aviva el temor de que resurja el islamismo”. En efecto, de las prisiones abiertas el domingo salieron toda clase de internos, también centenares de miembros del Estado Islámico (EI). 

Entre tanto se intensificaron los bombardeos israelíes contra instalaciones militares y navales en todo el país (250 el lunes, 130 el martes) y el ejército israelí ocupó la mitad oriental del Monte Hermón y la llamada “zona de contacto” al pie del Golán, acercándose a 20 km de Damasco. 


Las tropas israelíes ocuparon al este y norte del Golán una faja de terreno dos veces más grande que Gaza

Por su parte, el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, afirmó este lunes que su país no abandonará la región anexionada siria de los Altos del Golán. “Los Altos del Golán serán para siempre una parte inseparable de Israel”, afirmó el mandatario. Al mismo tiempo defendió el despliegue de fuerzas en territorio sirio, al este del macizo. 

Todos los actores internacionales dudan de que el nuevo régimen pueda asegurar el control sobre una porción importante del territorio sirio. HTS es una milicia mercenaria compuesta por combatientes de distintos orígenes (muchos de ellos son uzbecos, turcomanos y uigures), ricamente financiada por dinero israelí, británico y norteamericano. Hasta hace poco era protegida por Turquía y estaba aliada con el Ejército Nacional Sirio (SNA, por su nombre en inglés), una milicia dirgida directamente desde Ankara. Carece de toda base étnica o religiosa y, por lo tanto, no tiene arraigo territorial en región alguna del país. Se sostuvo en Idlib, porque sus patrones la alimentaban, pero desconoce la compleja realidad étnica, cultural y confesional de la civilización más antigua (7.000 años) y más compleja de Asia Occidental. No queda claro cuáles serán sus vínculos con Turquía en el próximo tiempo.


El 9 de diciembre combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos inspeccionan vehículos y equipos militares dañados y abandonados en el aeropuerto internacional de Qamishli, antigua base militar conjunta sirio-rusa, en la ciudad nororiental siria de Qamishli.

Consecuentemente, cada partido interno o externo hará rápidamente valer sus intereses. Es altamente probable que Turquía establezca en Alepo un gobierno propio como antesala de la reincorporación de la provincia a su territorio. Los kurdos pretenden mantener su autonomía en el norte, pero dependen de la protección norteamericana. Las Fuerzas Democráticas Kurdas de Siria (SDF, por su nombre en inglés) han perdido en los últimos días el control de crecientes franjas de territorio al este de Afrin (provincia de Alepo), incluidas las ciudades de Tell Rifaat y Manbij, situadas al oeste del río Éufrates, a manos del SNA y ahora resisten su ofensiva al este del río.

Con el apoyo de los ataques aéreos turcos los islamistas avanzaron el martes 10 hacia la ciudad de Kobani. Con Rusia, el Estado sirio e Irán fuera de juego, los kurdos sirios tienen menos margen para cerrar acuerdos que garanticen su protección, y quedaron a merced de Estados Unidos, que tiene unos 900 soldados estacionados en el noreste de Siria para garantizar el saqueo del petróleo y que EI no resurja (más de lo que ellos necesitan). El presidente Joe Biden dijo el domingo que Estados Unidos planea mantener sus fuerzas sobre el terreno, pero no se sabe qué hará Donald Trump, que en 2019 ordenó su retirada, aunque luego la contradijo bajo la presión bipartidista del Congreso. 

El Estado Islámico está recuperando el control del desierto central. Combatientes del EI han matado este martes 10 al menos a 54 personas en la región de Homs, todas ellas, al parecer, antiguos miembros del gobierno de Bashar al Asad que intentaron huir tras su caída el sábado.

Un factor mayor en el nuevo juego político será la producción y exportación de Captagon. La fenetilina (INN), también conocida como anfetaminoetilteofilina y anfetilina, es una unión química de anfetamina y teofilina que se comporta como un profármaco para las dos drogas antes mencionadas. Se comercializa para su uso como psicoestimulante bajo las marcas Captagon, Biocapton y Fitton. 

En Asia Occidental y Central su producción fue creciendo desde la década de 1980 y es ampliamente utilizada por los grupos islamistas para estimular a sus combatientes, pero también como medio transable pare llenar sus arcas. Desde 2016 su producción creció en Siria y, aparentemente, su exportación era una de las fuentes de divisas del gobierno de al Assad. Desde su caída el domingo pasado la producción y el tráfico prácticamente han cesado, pero seguramente pronto estarán nuevamente circulando, por lo que puede esperarse una feroz lucha por el mercado entre las facciones que se han adueñado del país.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/06/Marinebasis_Tartus_Openstreetmap.png/320px-Marinebasis_Tartus_Openstreetmap.png Investigación
Base naval rusa de Tartús, en la ciudad de Tartús, provincia de Latakia

Aún no está claro, si Rusia va a defender sus bases en Tartus y Hmeimim, en la norteña Latakia. Si se decide a hacerlo, va a aprovechar el repliegue hacia allí de la 25º División de fuerzas especiales para reorganizar una mínima versión del SAA. Israel probablemente extienda su dominio a toda la frontera sirio-libanesa en el afán de cercar a Hezbolá y poder intervenir en los principales centros urbanos del país, ya que nadie sabe quién los controlará en el vital eje Alepo-Hama-Homs-Damasco-Deraa.

La tragedia en Siria es garantía de nuevos millones de refugiados, del crecimiento del fanatismo religioso, del terrorismo y del miedo en países que hasta hace poco se consideraban seguros. Tras las purgas contra alauitas y militares patriotas, comenzará una lucha sectaria más tradicional. Ante este telón de fondo, es muy probable que los terroristas e islamistas de todo tipo, incluidos los de los países del Cáucaso y Asia Central, quieran regresar a sus países económicamente más viables, teniendo en cuenta la posibilidad de reubicarse en Rusia. A esto hay que añadir los intereses encontrados de las potencias.

Según explicaba este lunes un artículo en el diario oficialista turco Hürriyet, Ankara planea trabajar en tres direcciones: en primer lugar, quiere impulsar “el correcto funcionamiento del proceso de transición en Siria y la construcción de una nueva Siria”, es decir, un país sin Estado central fuerte y repartido entre distintos poderes. Turquía aspira en esta reorganización a convertirse en la “potencia protectora” del eje central. La segunda línea es la lucha contra el PKK y las YPG (el Partido de los Trabajadores de Kurdistán y las Unidades de Protección Popular, organizaciones de autodefensa de los kurdos). “En tercer lugar, agrega el artículo, garantizar el regreso a su país de los refugiados sirios que se encuentran en el nuestro”. 

Nada induce a observadores racionales a ser optimistas respecto a lo que suceda en Siria y sus repercusiones internacionales. Por cierto, Israel recibió por primera vez en la historia una ruta terrestre hacia Turquía, Azerbaiyán, los territorios kurdos y la Unión Europea (UE) y la posibilidad de anexionarse Cisjordania y parte de Gaza, sin que nadie reclame seriamente. Su ocupación al este del Golán va a perdurar por años. 

Francia, en tanto, se ha convertido en el primer país occidental en felicitar a los islamistas por su victoria en Siria y, si Rusia es expulsada de sus bases en Latakia, al quedar afectada su comunicación con las tropas rusas desplegadas en África, beneficiará la restauración del dominio neocolonial francés allí. 

A su vez, los alauitas, chiítas y cristianos de todo el país han huido hacia Latakia, provincia mayormente alauita y cristiana. En esencia, la región costera se está convirtiendo en un nuevo enclave etno-confesional. 

Rusia está en contacto con los grupos militantes que han tomado el poder en Siria. Al parecer, allí se discutirá el futuro de las bases rusas. Estados Unidos, por su parte, seguirá ocupando la zona de At-Tanf y el noreste del país. El propio Irán ha retirado sus efectivos del país. Hezbolá, en tanto, ha retirado sus unidades a territorio libanés. El ejército libanés está reforzando la seguridad fronteriza con Siria. Irak, por lo que le toca, sigue desplazando tanques y brigadas mecanizadas al confín con Siria. También se observan allí destacamentos de la milicia chiita Hashd Shaabi. Turquía, finalmente, pretende eliminar la presencia kurda al menos al oeste del Éufrates y los territorios adyacentes serán ocupados por el Ejército Nacional Sirio. Los territorios al este del Éufrates también están amenazados.

Más allá de las fronteras sirias hay que prever ahora que Israel quiera anexionarse Gaza y Cisjordania y fragmentar Líbano para debilitar a Hezbolá.

La desaparición de la República Árabe Siria multiconfesional es un duro golpe para Irán. Durante décadas Siria sirvió como un corredor vital para el suministro de armas y apoyo a Hezbolá en Líbano y una plataforma política para consolidar un frente antioccidental y antiisraelí. Si el nuevo poder islamista aliado a Turquía se consolida en Damasco, será un freno para la política regional de Teherán. Si, como es más probable, el país se desangra en una interminable guerra entre sectas, la República Islámica –tal como hizo en Irak- puede encontrar algunos aliados y participar del juego local.

A cierta distancia, mucho depende de que Georgia pueda repeler la actual campaña desestabilizadora. Si el golpe de estado triunfa allí, el Cáucaso se convertirá en una frontera porosa para los terroristas islamistas que retornan de Siria. Rusia quedará muy vulnerable.

La derrota de Siria seguramente hará modificar al liderazgo ruso el paso de su avance en Ucrania. Ante la creciente amenaza en su flanco sur, probablemente deba considerar las condiciones de negociación que propone Donald Trump.

También China debe repensar su juego en Asia Occidental. En los últimos años había acrecido su influencia como única garante de la paz y del comercio libre, pero, ante el debilitamiento de Irán y el desorden que se anuncia en la región, su rol queda relativizado por la capacidad caotizante que han recuperado las potencias occidentales. 

La desintegración del Estado sirio separa al bloque euroasiático del Mediterráneo y el Mar Rojo y disminuye su influencia sobre África.

Por el contrario, la Alianza Atlántica ha conseguido un frente continuo desde el Mar Ártico hasta el Océano Índico. Un muro de 5.000 km de largo separa ahora a Oriente de Occidente.

Si Donald Trump pretende desacoplar a Occidente bajo la égida norteamericana del Oriente continental, el primer gran paso ha sido dado. La cuestión reside en saber cuánto aguantará.

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Cuando el Libertador Simón Bolívar llegó al Perú el 1° de septiembre de 1823 se encontró un escenario muy complicado. Existían fuertes contradicciones entre José de la Riva-Agüero y el Marqués de Torre Tagle. El país tenía dos presidentes, dos gobiernos y dos Congresos. En Colombia, aunque la situación era mejor, también había dificultades que retrasaron la autorización a Bolívar para que pudiera marchar al Perú.

Bolívar lo sintetizó diciendo que: “Los Pizarro y Almagros pelearon; peleó La Serna con Pezuela; peleó Riva Agüero con el Congreso, Torre Tagle con Riva Agüero, y con su patria Torre Tagle; ahora, pues, Olañeta está peleando con La Serna y, por lo mismo, hemos tenido tiempo de rehacernos y de plantarnos en la palestra armados de los pies a la cabeza”.

Cuatro meses después de haber llegado al país, el Libertador logró estabilizar la situación y se propuso comenzar a preparar la campaña que permitiría liberar definitivamente al Perú del dominio español. Pero enfermó gravemente y se tuvo que establecer en Pativilca por dos meses a fin de restablecerse. El tabardillo o enfermedad del desierto lo afectó de tal manera que el diplomático colombiano Joaquín Mosquera que lo visitó en esos días, al ver su estado físico, pensó que el Libertador vivía sus últimas horas.

Al observarlo en tal situación y después que Bolívar le relatara las grandes dificultades que encaraba en el Perú, Mosquera le preguntó qué iba a hacer. Mirándolo fijamente y con brillo en sus ojos casi apagados, el Libertador sin dudar, le respondió: ¡Vencer!

En esos primeros meses del año 1824, mientras restablecía su salud se dedicó a ganar tiempo, negociar con las fuerzas en pugna y esperar que Colombia le enviara los tan ansiados refuerzos. Al mismo tiempo, diseñaba la estrategia para derrotar a los españoles. En carta a Tomás de Heres el 9 de enero le dice que: “…a los enemigos no se le engaña sino lisonjeándolos”.

El 10 de febrero, ante la crítica situación del país y cuando parecía no haber otras opciones, el Congreso del Perú le concede poderes dictatoriales, a fin de que Bolívar -con absoluta libertad- tomara las decisiones que considerara correctas para la conducción del Estado y adoptara las medidas necesarias que condujeran a resolver exitosamente la confrontación con el ejército español.

A fines de ese mes, comienza a impartir órdenes a sus generales. Su plan consistía en “limpiar” al país del ejército, dejando solo a las fuerzas guerrilleras sobre el terreno; establece tres regiones: una, la más grande, era la que debía ser “limpiada”; la segunda, al este de Trujillo, donde se proponía obtener los recursos necesarios para la sobrevivencia del ejército y, la tercera, el propio Trujillo, en la que se deberían concentrar los recursos obtenidos.

Para el logro de estos objetivos, un papel determinante lo jugó el líder cusqueño Marcelino Carreño que al mando de las guerrillas montoneras le propinó cuantiosas pérdidas en fuerzas y medios a los españoles. Este contingente, al igual que negros criollos que habían sido esclavos y que configuraron el batallón 8, vendrían a cumplir importantes misiones en pro de la causa independentista.

El 7 de marzo, el Libertador instala su puesto de mando en Trujillo. El 12 de abril ocurrió un hecho aparentemente irrelevante. No obstante, el Libertador con su característica visión estratégica, captó la trascendencia del mismo. El general español Pedro Antonio Olañeta, tomando nota de que en octubre de 1823, en España se había restablecido la monarquía, manifestó su lealtad al rey, rechazando la conducción que daban al ejército los generales ibéricos en el Perú, en su mayoría liberales. Olañeta se separó del ejército y se retiró al Alto Perú con su división. En su persecución, el virrey envió al general Jerónimo Valdés al mando de 4.000 hombres. 

Bolívar detectó que este hecho exponía al bando contrario a una situación de debilidad ordenando pasar a la ofensiva sin pérdida de tiempo. Muchos, incluso la mayoría de sus generales lo consideraron una quimera y una locura, pero finalmente, su convincente retórica y la confianza en un hombre que muchas veces los había llevado a la victoria, terminó por persuadir a sus subordinados quienes más por lealtad que por convicción, aceptaron las instrucciones emitidas desde el puesto de mando.

La orden de combate estableció que las tropas harían lo mismo que en julio de 1819 pero en sentido contrario. En Nueva Granada, los patriotas habían subido la cordillera para atravesarla de este a oeste a fin de tomar a los españoles por sorpresa. Ahora, irían desde el oeste al este para intentar repetir la hazaña.

Bolívar vislumbraba dos escenarios: el primero, que Valdés abandonara la persecución de Olañeta y regresara al escenario del conflicto, en cuyo caso la ofensiva patriota se desarrollaría en condiciones desventajosas, pero, si Valdés no retornaba con sus tropas, la victoria sería segura. 

En mayo, el ejército se puso en marcha hacia el sur. Debía recorrer casi 1000 km. a través de elevadas montañas, algunas con nieve en esa ápoca del año hasta llegar a Pasco que había sido designado como lugar de concentración del contingente patriota. El general José De la Mar comandaba el ejército peruano, teniendo como jefe de Estado Mayor al general altoperuano Andrés de Santa Cruz mientras que el general Sucre conducía al ejército colombiano, llevando bajo sus órdenes los destacamentos al mando de los generales Jacinto Lara (venezolano) y José María Córdova (neogranadino). Su jefe de Estado Mayor era el coronel irlandés Francisco Burdett O´Connor.

El Alto Mando del Ejército Libertador Unido era dirigido personalmente por el Libertador Simón Bolívar contando para la conducción estratégica con el doctor José Faustino Sánchez Carrión, tal vez el más eminente, capaz y eficiente entre todos los patriotas peruanos a cargo de los asuntos políticos y civiles con rango de ministro. Bolívar siempre mantuvo a Sánchez Carrión a su lado para garantizar la conducción estratégica de la guerra.

En tanto ocurría el desplazamiento del ejército, Bolívar, usando aquel antiguo adagio de Julio César de “Divide y vencerás”, le escribió dos cartas al general Olañeta, instándolo a unir fuerzas para luchar contra el “enemigo común”. En otro plano, se debe destacar la extraordinaria labor de aseguramiento logístico organizada por el general Sucre a lo largo de toda la ruta de la marcha, garantizando el abastecimiento con alimentos para la tropa y los caballos.

Los patriotas marchaban de norte a sur y los españoles en dirección contraria y en paralelo. En algún momento se cruzaron a poca distancia. El general español de origen francés José de Canterac que estaba al frente del ejército realista, jamás imaginó que Bolívar había podido organizar un contingente de gran dimensión, que el propio Bolívar estaría al mando de este y que marcharía al sur por la sierra y no por la costa que era considerada la maniobra lógica para el desplazamiento. Una vez más la argucia y la brillantez estratégica de Bolívar habían permitido lograr el objetivo: la sorpresa fue total.

Cuando Canterac descubrió la maniobra del ejército patriota, ya era tarde y ordenó retirada. Desde la altura, los republicanos observaron el movimiento realista. Bolívar dio la orden de ataque con la caballería contra el flanco del orden de marcha español. Presistiendo el inminente desastre, Canterac ordenó poner a salvo a la infantería y enfrentar a los patriotas con la caballería. Había comenzado la batalla de Junín. Era el 6 de agosto de 1824. Ante la cercanía entre ambos ejércitos esta confrontación se dio lanzas y espadas, no se disparó un solo proyectil.

Papel determinante vino a jugar el sargento mayor peruano Juan Andrés Razuri quien fue enviado por su jefe el coronel rioplatense Manuel Isidro Suárez al puesto de mando a recibir instrucciones del general De la Mar. En el fragor del combate, el escuadrón al mando de Suárez había permanecido oculto y guarecido por el terreno accidentado. La instrucción de De la Mar para Suárez fue que salvara su unidad. Pero al regresar Rázuri desde el puesto de mando y observar desde la altura que los realistas se habían desarticulado y que su dispositivo de combate se había trastornado, contrariamente a la disposición recibida, le indicó a su jefe que De la Mar había ordenado pasar a la ofensiva. El oficial rioplatense actuó en consecuencia golpeando a las atribuladas tropas españolas que no sabían de donde había salido este escuadrón. Tal acción motivó el ataque generalizado de los patriotas que consiguieron la victoria en solo 45 minutos.

En Junín, el ejército patriota obtuvo 700 fusiles y capturó un gran territorio. Bolívar prefirió no perseguir a los españoles tras la llegada de la noche. Además, los soldados estaban extremadamente agotados no solo por el combate, sobre todo por las largas jornadas de marchas forzadas antes de llegar a Junín. 

A pesar de la contundente derrota, los españoles habían salvado el grueso de su ejército al proteger la infantería. Sabedores de esta situación, Bolívar y los generales republicanos se orientaron a recuperar los heridos, explorar el terreno y hacer acopio de armamento. Así mismo, era vital saber qué había ocurrido con Olañeta.

Al llegar el mes de octubre, Santander no había enviado los refuerzos prometidos. En el contexto creado dicho contingente podría jugar un papel decisivo en el combate final que indudablemente se avecinaba. El 6 de octubre Bolívar reúne al Alto Mando y le informa que era de la opinión que debía desplazarse a la costa a atender asuntos de Estado y organizar una nueva fuerza que reforzara al ejército.

El Libertador designa al general De la Mar para sustituirlo en el mando del ejército por ser el oficial de mayor antigüedad, pero éste, en un acto de extrema generosidad declina en favor de Sucre, argumentando que el cumanés tenía mayor trayectoria y experiencia. Bolívar le ordenó a Sucre no presentar combate hasta no estar seguro de la victoria. En ese momento debería ser él quien decidiera el lugar del combate, no los españoles.

Así, se inicia una suerte de juego “del gato y el ratón” en el que Sucre con gran habilidad táctica, así como astucia y visión estratégica, burla una y otra vez la rabiosa persecución de los españoles que le querían dar caza a él y al ejército.

En algún momento no determinado de su viaje a la costa, Bolívar recibe un mensaje en el que se le comunica que el Congreso de Colombia lo había destituido de su cargo de jefe del ejército de su país. De igual manera, se le suprimieron las facultades extraordinarias que le habían concedido para el cumplimiento de su misión a través de un decreto del 9 de octubre de 1821. El Libertador aceptó la decisión, designando a Sucre como nuevo jefe del ejército de Colombia. A partir de entonces, continuó actuando únicamente como dictador del Perú. La comunicación recibida indicaba que también se había suprimido la Secretaría General y el Estado Mayor y que las facultades que estas instancias poseían se le habían entregado al vicepresidente Santander, encargado del poder ejecutivo. Bolívar conmina a Sucre y a los generales a aceptar la decisión del Congreso que en primera instancia había sido resistida por los altos oficiales del ejército. Así de forma intempestiva y sin desearlo, había llegado el tiempo de Antonio José de Sucre.

Su táctica de escabullirse y no enfrentar el combate estaba dando resultado al mismo tiempo que generaba ansiedad y desesperación en el bando español. El 6 de diciembre, después de más de dos meses de continuo movimiento, Sucre y De la Mar deciden que la batalla se libraría en la Pampa de Quinua.

El 9 de diciembre, muy temprano en la mañana, Sucre arengó a las tropas, uno por uno a cada batallón. A continuación, le dio la orden de ataque a la 2da. División al mando del general José María Córdova, colombiano, nacido en Antioquia, quien levantándose y apuntando con su espada hacia el frente, arengó a sus soldados al grito de ¡Adelante, a paso de vencedores! 

Veinticinco años tenía el antioqueño, 29 Sucre. Eran generales hechos en la guerra y las batallas. La extraordinaria conducción estratégica de las tropas por parte de Sucre, resultó decisiva, todos los generales y altos oficiales tuvieron igualmente una gran participación, lo cual unido al heroísmo sinigual y la alta solidez moral de los soldados, condujeron a la victoria. Sucre cumplió su plan sin alteraciones, exponiéndose él mismo en los combates.  La batalla no duró más de una hora.

Esa misma noche se produjo la capitulación de los españoles. Los generales patriotas y Sucre personalmente, se preocuparon de proteger a los prisioneros, curar a los heridos y respetar las jerarquías de los oficiales detenidos.

En la noche, el virrey La Serna que había sido herido y capturado en el combate se apersonó ante Sucre. Al entregarle su espada como símbolo de la derrota, le dijo ¡Gloria al vencedor! Sucre, negándose a recibir el trofeo, le respondió ¡Gloria al vencido! y le pidió que conservara su arma.

Unas semanas después, el 20 de diciembre, Bolívar le ordenó a Sucre dirigirse al Cusco para posteriormente seguir al Alto Perú que todavía estaba en poder de los españoles. El 10 de febrero de 1825, al cumplirse un año de la designación de Bolívar por el Congreso como dictador del Perú, el Libertador compareció ante la máxima representación del pueblo peruano para rendir cuentas de su actuación. Dijo que le parecía peligroso que un solo hombre concentrara todos los poderes del Estado. Le informó al Congreso que aún faltaba por rendir algunas fuerzas españolas que resistían la derrota, pero que cumplida esa misión, regresaría a Colombia para informar al Congreso de su país sobre el cumplimiento de la misión.

El Congreso no aceptó su dimisión, pero Bolívar insistió en ello. Así mismo, rechazó recibir una contribución de un millón de pesos que el Congreso había decidido concederle. Una y otra vez los congresistas insistieron, una y otra vez, Bolívar objetó el emolumento pero ante la insistencia, pidió que dicha suma se le entregara a Caracas, su ciudad natal. Ese mismo día, 10 de febrero, el Congreso del Perú, le otorgo a Sucre, el título de Gran Mariscal de Ayacucho.

Dos días antes de la batalla, sin saber cuándo ocurriría pero convencido de que la misma y su resultado eran inevitables, el Libertador dirigió un llamamiento a los Jefes de Estado de las nuevas repúblicas americanas antes españolas para reunirse en Panamá a fin de comenzar a construir la necesaria unidad americana. Una nueva batalla comenzaba. A doscientos años de Junín y Ayacucho, seguimos empeñados en ella. 

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Las apresuradas declaraciones de miembros del futuro gobierno demuestran que toman en serio la advertencia con la que Vladimir Putin presentó el ataque hipersónico contra Dnipró

Eduardo J. Vior
analista internacional, artículo para Dossier Geopolitico

En una entrevista con Fox News el futuro Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, reconoció este domingo 24 que es urgente poner fin negociadamente a la guerra en Ucrania. Con su gesto desautorizó el desafío que el gobierno norteamericano actuante hizo a Rusia autorizando oficialmente a Ucrania el uso de los cohetes ATACSM contra objetivos en territorio ruso. El futuro consejero de Donald Trump se distanció también del Reino Unido y de Francia, quienes dispararon desde Ucrania respectivas salvas de Storm Shadow y Scalp. Las tres potencias intentaron provocar una respuesta nuclear de Rusia que imposibilitara toda negociación por largo tiempo. Moscú, sin embargo, dobló la apuesta atacando el jueves 21 con un cohete hipersónico intercontinental imperceptible para los radares e imparable para la defensa antiaérea. Vladimir Putin explicó el ataque en un discurso a la nación en el que advirtió a Occidente que el próximo lanzamiento será contra sus propias centrales. No obstante, no es de esperar que el anuncio ruso calme al “Estado profundo” y la propuesta republicana de tratativas está aún en pañales.. A menos de que Rusia fuerce antes la decisión en el campo de batalla, hasta el 20 de enero y después viviremos en vilo, atentos a que alguno de los contendientes pase la línea roja.

Mientras los ministros de Relaciones Exteriores del G 7 se reúnían este lunes 25 y martes 26 en Fiuggi y Agnani, dos villas vecinas en el Lacio, con la guerra en Ucrania al tope de su agenda, Michael Waltz, nominado por Donald Trump como Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, aprovechó para exponer en una entrevista con Fox News la estrategia del gobierno entrante para el conflicto ucraniano. “Tenemos que poner fin a esto de forma responsable. Necesitamos restaurar la disuasión, restaurar la paz y adelantarnos a esta escalada en lugar de responder a ella”, aseguró. Dando una señal a los congregados en Italia, el representante republicano destacó la importancia de implicar en el proceso a los países europeos. “Todos nuestros aliados y socios tienen que asumir esta carga”, declaró.

El nivel de generalidad de las declaraciones del futuro primer consejero presidencial muestra su falte de ideas elaboradas. Entre tanto, mientras que el equipo de Donald Trump recién está empezando a pensar cómo encarar las tratativas de paz con Rusia, el “Estado profundo” sigue provocando. Todavía en vísperas de la reunión de ministros, el titular francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, manifestó a la BBC que Ucrania puede disparar misiles franceses de mayor alcance contra Rusia en “lógica de autodefensa”. 

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajárova, declaró este mismo lunes 25 a los medios estatales rusos que los comentarios de Barrot “no son un apoyo a Ucrania, sino más bien un toque de difuntos”. 

En su discurso del jueves 21 el presidente ruso informó sobre el ataque realizado por Rusia contra una fábrica de cohetes en Dnipró (la rusa Dnipropetrovsk, la segunda ciudad de Ucrania y mayormente rusohablante) utilizando un cohete hipersónico llamado Oréshnik (avellana). Por un lado, el bombardeo se hizo como represalia por el lanzamiento ucraniano el martes anterior de un cohete norteamericano ATACSM contra un objetivo en la provincia rusa de Briansk. Por el otro, empero, mucho más importante, fue un aviso explícito a los aliados occidentales de que Rusia puede atacarlos con este proyectil, “sin que tengan forma de detenerlo”, como explicó el jefe moscovita. “Los cohetes atacan objetivos a una velocidad de Mach 10, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los modernos sistemas de defensa aérea y el sistema de defensa anti cohetes estadounidense no intercepta estos cohetes. Esto es imposible”, dijo.

El cohete RS-26 Rubezh Balístico ICBM que Rusia probó con éxito en Ucrania es un gran cohete intercontinental que al interior lleva muchos cohetes pequeños capaces de llevar ojivas nucleares y abarcar una gran extensión de terreno.

El cohete fue lanzado desde Volgograd (la antigua Stalingrad), a orillas del Volga, recorrió 840 km en poco más de 3:30 minutos y destruyó su objetivo en la ciudad de Dnipró, a orillas del Dniéper:

De este modo, el Alto Mando ruso respondió drásticamente a la provocación norteamericana, pero sin caer en la trampa de usar su arsenal nuclear. 

La utilización de los ATACMS indica el grado de involucramiento de fuerzas norteamericanas en la guerra, ya que Ucrania no puede operarlos sin ayuda de los militares de EEUU, sostienen los expertos. Los ATACMS utilizan datos de navegación por satélite que proporciona el Ejército de EEUU; la selección de objetivos y sus coordenadas corre a cargo de especialistas técnico-militares estadounidenses y el proceso de carga de la misión de vuelo en la cabeza de guiado del cohete lo llevan a cabo soldados norteamericanos.

La autorización que Joe Biden dio a Ucrania el fin de semana del día 16 fue festejada en ambas orillas del Atlántico. En el Parlamento Europeo la saludaron con aplausos y una ovación de pie. Por el contrario, críticos dentro del Partido Republicano han calificado la medida de Biden como loca. Por ejemplo, el representante Thomas Massie ha afirmado que autorizar ataques dentro de Rusia es un “acto de guerra inconstitucional” y un “delito impugnable”, 

El broche de oro de las discusiones sobre la escalada actual en la guerra en Ucrania lo puso el famoso periodista estadounidense Tucker Carlson, quien comentó su percepción acerca de futuras posibles acciones del presidente ruso, Vladímir Putin, en caso de que se sienta amenazado.

“Creo que la gente en Washington malinterpreta a Vladímir Putin y piensa que es un monarca con poder absoluto, lo cual no es cierto, dijo. La política rusa es compleja y animada. Y Putin está muy preocupado por su índice de aprobación dentro de Rusia. No puede parecer débil”, afirmó. Entre otras cosas, el periodista resaltó que, si bien durante la Guerra Fría las autoridades estadounidenses tampoco estaban de acuerdo con la postura de los dirigentes soviéticos y no aprobaban sus acciones, “ningún presidente estadounidense, demócrata o republicano en el cargo durante esos periodos respondió atacando Rusia”. “Quiero decir, nunca ha pasado nada como esto. Nunca nadie ha estado tan loco “», sintetizó Carlson.

El lanzamiento del cohete hipersónico ruso suscitó gran alarma en Occidente. La OTAN y Ucrania han informado que mantendrán conversaciones de emergencia. “El conflicto está entrando en una fase decisiva”, dijo el viernes 22 el primer ministro polaco, Donald Tusk, y “adquiriendo dimensiones muy dramáticas”. 

El intercambio de cohetes entre ambos contendientes es parte del agravamiento general de la crisis en el este de Europa que está signando los últimos días del gobierno demócrata en Washington, probablemente con la intención de crear hechos irreparables que impidan al futuro presidente Donald Trump alcanzar la paz con Rusia. 

Confirmando que la decisión de Biden no es una respuesta a la supuesta presencia de tropas norcoreanas en el frente de Kursk –como alegó la propaganda occidental-, el viernes 22 AP difundió una información de The New York Post (afín al Pentágono) dando cuenta de que “documentos secretos filtrados esta semana muestran que Berlín se está preparando para movilizar a Ucrania hasta 800.000 soldados de la OTAN, incluidas tropas estadounidenses, cuando la amenaza nuclear de Rusia alcance niveles sin precedentes”.


Gestación del plan de la “Operación Alemania” según la Bundeswehr

Sin embargo, lejos de ser secreto, el plan apareció este viernes 22 en la página web oficial de la Bundeswehr como OPLAN DEU. El texto oficial explica del siguiente modo la finalidad del plan: 

“El OPLAN DEU es una reacción al empeoramiento de la seguridad situación de la seguridad en Europa. Reúne los principales componentes militares centrales de la defensa nacional y de la alianza defensa en Alemania con los necesarios servicios civiles de apoyo en un plan ejecutable desde el punto de vista operativo. De este modo, establece las disposiciones de planificación para garantizar que en caso de crisis o conflicto, tras una decisión política pueda adoptarse de forma selectiva y ajustada al marco constitucional. Establece procedimientos, procesos y responsabilidades con el fin de proteger Alemania, su integridad territorial y a sus ciudadanos, así como asegurar el despliegue de las fuerzas armadas aliadas a través de Alemania hasta el flanco oriental de la OTAN.”

La publicación del plan confirma la preparación de la Alianza Atlántica para un avance hacia el este desde mucho antes del supuesto despliegue de fuerzas norcoreanas en territorio ruso.

En el mismo sentido se supo este lunes 25 que Alemania está trabajando en la elaboración de una lista de búnkeres que podrían servir de refugio de emergencia a la población civil, según informa el semanario Der Spiegel. El Ministerio del Interior informó que los sótanos, los estacionamientos subterráneos, las propiedades privadas y las estaciones de subte podrían convertirse en refugios, con una aplicación especial que indique dónde se encuentra el búnker más cercano.

Con el lanzamiento del cohete hipersónico Oréshnik Rusia ha revuelto el gallinero: los estrategas occidentales venían aumentando el grado de sus provocaciones, para obligar al Kremlin a jugar la carta nuclear y así justificar una guerra general que aniquilaría el intento de Donald Trump por negociar una retirada honorable. El disparo del proyectil y el discurso del líder ruso que lo acompañó pusieron los puntos sobre las íes. Los aliados saben ahora que Moscú puede responder con un poder de destrucción inigualable, a cualquier distancia, sin poder ser detenido y sin necesidad de echar mano al arsenal nuclear. 

La falta de respuestas en Occidente abarca a ambos bandos. Los belicistas no saben cómo seguir provocando sin sufrir golpes demoledores. Los realistas, a su vez, quieren hallar la puerta de salida del conflicto, pero la superioridad del adversario no les da paso. En la fase actual de la guerra, a Rusia no le conviene negociar hasta vencer en la batalla decisiva y alcanzar sus objetivos. Sin embargo, las provocaciones no van a cesar y pueden crear situaciones de alto riesgo para la paz mundial.

Ya ha comenzado el otoño boreal y han caído las primeras nevadas. Todavía faltan las tempestuosas lluvias de la estación, que harán imposible el desplazamiento de las fuerzas terrestres. Es dudoso que en diciembre puedan retomar las operaciones sobre el suelo helado. La situación, entonces, se vuelve dramática: todo retraso de la decisión en el campo de batalla opera a favor de los provocadores que quieren desatar una hecatombe. ¿Quién llegará primero: el ejército ruso hasta el Dniéper o una nueva provocación que obligue a Rusia a responder con aún mayor potencia? No se vayan: la película recién comienza.

Esta semana Dossier Geopolitico realizó un análisis de una serie de Foros internacionales de los cuales 3 especialmente se realizaron en nuestro subcontinente suramericano, bajo el Título: EL CAMINO DEL INCA SE CONECTA CON LA NUEVA RUTA DE  SEDA DEL SIGLO XXI En una primera aproximación diremos que estos Foros internacionales han perdido el valor desde su creación desde la globalización que conocimos en los 90s y también hablamos del despliegue del Asia sobre la región.

1 la Cumbre Iberoamericana en Ecuador la cual pasó prácticamente intrascendentemente y con la ausencia de todos los Jefe de Estado de desde México hasta la Patagonia solo asistieron los Jefe de Estado de ecuador y de España y Portugal

2 La Cumbre de la APEC (Foro Económico asia pacifico) en Lima, Peru, escaso en conclusiones y también con menor participacion de muchos Jefes de Estado o Primer Ministros o Monarcas de esa extensa región, que mostró que la reducción de la importancia del mismo y las divisiones de intereses de sus miembros, por ello fueron mucho mas importantes los acuerdos y la participacion de la reunión del BRICS+ -del que ya hicimos una columna- (con un presidente Joe  Biden extraviado) y un Presidente de China XI Jinping exultante (que es justamente el motivo de está charla radial con la importancia estratégica  de la inauguración del Mega Puerto de Chancay y que da origen al Titulo de está columna)

3 Un G20 en Rio de janeiro, Brasil, que demostró nuevamente la importancia y el desacople de los países emergentes y que se han transformado en mas importante que los otrora poderosisimos  G7 y que ya no manejan la agenda global a su gusto y placer y no pueden imponer sus “normas y reglas” pues no logran que por consenso imponer “su” agenda. 

Los BRICS+ en Kazan fueron mas concretos, productivos y eficaces y con mayor asistencia de jefes de estados que los Foros anteriores creados en la unipolaridad de EEUU de los 90s

AUDIO:

La Ruta del Inca se conecta con la Nva. Ruta de la seda S XXI:

Xi Jinping en Perú con la Presidenta Boluarte inauguraron el mega puerto de Chancay (que concentra el mayor intercambio comercial de suramerica con Asia) que opera en un Océano que representa cerca del 60 % del PBI global y casi 50 % del comercio.

CHANCAY: Este megaproyecto, financiado mayoritariamente por capital chino y que permitirá el ingreso de los barcos más grandes del mundo, reducirá los costos (fletes) y tiempos de transporte entre Asia y América Latina, consolidando al país como un punto de entrada estratégico para las mercancías en la región. Además, se plantea generar una zona franca que, como en otros países, inicie con cero impuestos para que atraiga inversión internacional. 

Este Mega Puerto reduce 3 semanas la navegación entre los 2 continentes y además desconecta de la dependencia de las rutas al Asia con América del Norte pues hasta la fecha había que hacer escala en Mexico o en EEUU para nuestros intercambios con Asia y por ello el Presidente Xi lo denomino certeramente: El Camino del Inca se conecta con la Nueva Ruta Marítima de la Seda S XXI y que tendrá ademas un despliegue y coneccion con la Ruta ferroviaria Bioceánica Chancay-Santos pasando por Bolivia…y deja en el olvido el proyecto IIRSA del Banco Mundial que jamas paso del papeleo pero nada concreto. Estos son los BRICS en suramerica. Ademas este mega puerto está disenado para ser usados por los super buques portacontenedores Post Panamax y movilizara la friolera de un millón y medio de contenedores anualmente. Gigantesco proyecto geoeconomico que también es geopolitico si los políticos nuestros no lo entienden y participamos en su planificación regional (para ello es necesario nada mas y nada menos que la coordinación de Argentina y Brasil) quedara Argentina fuera del S XXI. Decimos de participar por lo siguiente: …”En condiciones de estrategias de desarrollo nacional y regional de largo plazo, estas inversiones deberían estar pensadas no en términos de extractivismo y exportación de materias primas más veloces por menor recorrido de la carga, sino como integración de los territorios ricos en esos recursos, complementando las obras este-oeste con otras norte-sur que repartan los beneficios más equitativamente…” (Tektónikos.)

Carlos A. Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Corredor Bioceanico ferroviario Brasil Peru

TOPOEXPRESS Geopolítica 23 noviembre, 2024 Eduardo Luque

EUROPA EN LA ENCRUCIJADA: DEL SUEÑO DE LA PAZ AL CALLEJÓN DEL MILITARISMO

Europa, tras siglos de guerras devastadoras, parece haber olvidado las lecciones de su historia. Desde la Segunda Guerra Mundial, el continente había logrado evitar conflictos internos a gran escala. Ese sueño de paz del que tanto presumían las élites europeas resultó ser una ilusión. El miedo al poderío de la extinta URSS fue lo que impuso la estabilidad continental. La caída del gobierno soviético en la década de los 90 hizo que el militarismo Occidental volviera sobre sus fueros. La disgregación de Yugoslavia fue el preludio de las tensiones actuales. Ahora, la guerra en Ucrania, la más grave desde 1945, ha sumido a Europa en un ciclo de decisiones erráticas y una militarización creciente que amenaza con redefinir su futuro.

La narrativa de la Unión Europea como bastión de paz y cooperación ha sido reemplazada por un modelo que prioriza la confrontación. Mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fantasea con ser la líder de una gran potencia, la realidad es otra: Europa hace tiempo que dejó de ser el centro del mundo. Lejos de liderar el orden global, el continente parece atrapado en un laberinto de decisiones políticas que lo alejan de su supuesto propósito fundacional. Hoy la clase política europea vive en una realidad paralela, esperando órdenes y directrices de Washington.

La guerra en Ucrania: el espejo de la desconexión europea.

La guerra en Ucrania ha revelado el desajuste entre la retórica y la realidad política. El conflicto, que en Occidente se vendió como una respuesta a la invasión rusa, se ha transformado en una prueba de fuego para la Unión Europea. En julio de 2024, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que exige una «guerra total» contra Rusia. Esta postura, vista en perspectiva, refleja más una obsesión por demostrar fuerza que una estrategia basada en resultados tangibles. Son los ladridos de un perrichón que se cree mastín alsaciano. Desgraciadamente la resolución no es una broma sino que tiene contenido. No solo plantea un apoyo militar incondicional a Ucrania, sino que exige que los Estados miembros de la UE y la OTAN destinen, como mínimo, el 0,25% de su PIB a fines militares europeos. Esta cifra equivale a 127.000 millones de euros anuales, el doble del presupuesto oficial del ejército alemán y que supera con creces el apoyo brindado hasta ahora a Ucrania. A pesar de estos compromisos financieros, la situación en el terreno muestra que Ucrania, aún con el apoyo de fuerzas terrestres de la OTAN, no está en condiciones de ganar esta guerra. En su obcecación la resolución declara la adhesión de Ucrania a la OTAN como «irreversible», una postura que incrementa las tensiones con Rusia y dificulta cualquier intento de negociación que permitiera a la UE salvar la cara en un futuro inmediato. También incluye medidas como la creación de un tribunal especial para crímenes de guerra rusos y la confiscación de los activos financieros congelados, propuestas que parecen más simbólicas que prácticas dada la falta de influencia real de la UE en el conflicto.

El régimen de Zelensky y la crisis ucraniana

La resolución del Parlamento Europeo también refleja el temor de la UE a una derrota del régimen de Zelensky, lo que implicaría una pérdida estratégica para Europa y un debilitamiento significativo de su posición internacional. Sin embargo, el ejército ucraniano se desintegra, la despoblación, el aumento de desertores y la falta de tropas entrenadas han reducido significativamente su capacidad operativa, dejando al país en una situación de agotamiento total. La nueva normativa de reclutamiento que obliga a la incorporación de enfermos con SIDA, tuberculosis, enfermedades mentales graves e incluso con amputaciones revela la postración de las fuerzas armadas ucranianas cuya edad media supera los 43 años.

A pesar de la movilización de recursos financieros y humanos por parte de Europa, Ucrania sigue sin el elemento esencial en cualquier guerra: soldados. Ni los miles de millones de euros destinados a apoyo militar ni las armas sofisticadas proporcionadas por la OTAN pueden suplir esta carencia. Mientras tanto, la fatiga y el hastío por la guerra se extienden tanto en Ucrania, han tenido que minar las fronteras para evitar la huida de los hombres en edad militar, como en Europa, donde la opinión pública comienza a inclinarse hacia soluciones negociadas.

El desvío de recursos y la crisis económica en Europa

El impacto de la guerra no se limita al frente militar. En Europa, el desvío masivo de recursos económicos hacia el conflicto en Ucrania ha exacerbado una crisis económica que ya golpeaba a las principales economías del continente. La inflación, el encarecimiento de la energía y la reducción de presupuestos destinados a servicios públicos esenciales está aumentando, y lo harán más a corto plazo las tensiones sociales.

Este sacrificio económico, destinado a sostener una guerra cada vez más impopular, está alienando a amplios sectores de la población. Mientras tanto, la percepción de que la UE prioriza los intereses de los grandes oligopolios, con el respaldo de una clase política desconectada de las necesidades reales de sus ciudadanos, está alimentando un profundo descontento. Es inevitable que este escenario dé lugar a movimientos sociales masivos en toda Europa, con protestas que cuestionen abiertamente la legitimidad de una Unión que parece haberse olvidado de su propia gente. Son las fuerzas de extrema derecha las que parecen capitalizar la situación dada la inexistencia de una alternativa progresista. Debería haber sido la izquierda la que ocupara ese espacio político. La deriva de la izquierda hacia el populismo de una “izquierda Woke” ha acabado por desmantelar y desorientar a las fuerzas alternativas, aunque paradójicamente está capitalizando, a falta de una izquierda coherente y alternativa, por los populismos de extrema derecha.

La UE y su dependencia de Washington

En este contexto, la dependencia de Europa respecto a Estados Unidos es un factor crucial. La UE carece de los recursos financieros, militares y políticos para sostener una guerra prolongada contra Rusia sin el respaldo de Washington. Sin embargo, la situación en Estados Unidos también está cambiando. Con Donald Trump en el poder, la estrategia estadounidense podría dar un giro radical. Trump es perfectamente capaz, conocido como está por su enfoque pragmático y su desdén por compromisos prolongados, de negociar directamente con Putin, dejando a Europa al margen y obligándola a asumir los costos del conflicto.

Incluso en la situación actual, el apoyo de Washington no es ilimitado. Las prioridades estratégicas de Estados Unidos, incluidas sus tensiones con China, llevaron, incluso en la administración saliente, a una reducción del respaldo a Ucrania. Esto dejaría a Europa en una posición vulnerable, atrapada entre su retórica belicista y su incapacidad para sostener el conflicto por sí sola.

El papel de Kaja Kallas: un liderazgo polarizante

En junio de 2024, el Consejo Europeo nombró a Kaja Kallas como Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Este nombramiento refuerza la línea militarista de la UE, dado el historial de Kallas como una líder abiertamente antirrusa. Sus declaraciones, incluyendo la idea de dividir Rusia en pequeños estados, reflejan una postura extrema que dificulta cualquier intento de diálogo o desescalada. Kallas, hija del antiguo Secretario general del Partido Comunista Estonio, ahora será la encargada de promover los objetivos delineados en la resolución del Parlamento Europeo, Las posturas de la encargada de la política exterior de la UE priorizan la confrontación sobre la diplomacia. Su liderazgo intensificará las tensiones internas y externas de la propia UE, alejando y arrinconando a Europa en la solución de los conflictos que se libran en suelo europeo. Pero no es sólo este personaje el que habla, el que pretende ser nuevo canciller alemán, Friederich Merz y líder de la CDU (conservadores alemanes), amenazó a Putin con un ultimátum.

El desgaste interno de la UE

Internamente, la UE enfrenta una serie de desafíos que complican su respuesta al conflicto. Líderes clave como Emmanuel Macron y Olaf Scholz afrontan crisis de popularidad que limitan su capacidad de liderazgo. Macron, con niveles de aceptación por debajo del 25%, y Scholz, enfrentando elecciones cruciales que muy posiblemente pierda, carecen de la legitimidad necesaria para liderar un frente común.

Además, la opinión pública europea comienza a mostrar signos de cansancio. En varios países, la ciudadanía se opone a más entregas de armas y exige soluciones diplomáticas. El auge de partidos anti guerra refleja un cambio en la percepción de los europeos, quienes cuestionan cada vez más la eficacia y los costos de la política belicista de la UE.

El aislamiento internacional de Europa

En el escenario global, la posición de Europa es cada vez más precaria. Los países BRICS+, que representan una parte significativa de la economía y la población mundial, critican la expansión de la OTAN y promueven soluciones negociadas al conflicto. La reciente cumbre en Kazán destacó la desconexión entre la visión occidental y la realidad global: mientras Occidente intenta aislar a Rusia, el resto del mundo busca alternativas que incluyan a todas las partes. Nuevamente la reunión del G- 20 en Brasil ha reforzado esa idea.

Esta dinámica deja a Europa en una posición de aislamiento creciente. Su política exterior, dominada por la militarización y la dependencia de Estados Unidos, ha reducido su capacidad de influencia en un mundo que avanza hacia un orden multipolar.

La paradoja europea: militarización y declive

La militarización de la UE, lejos de fortalecerla, ha exacerbado sus problemas internos y externos. En lugar de liderar un esfuerzo diplomático, Europa ha optado por una estrategia de confrontación que pone en riesgo no solo su estabilidad, sino también su existencia como proyecto político. Las tensiones económicas derivadas del desvío de recursos hacia la guerra, sumadas al descontento social, amenazan con desencadenar una crisis política sin precedentes en el continente. Se plantea otra paradoja que deja al descubierto las nuevas realidades económicas, mientras las guerras mundiales (especialmente la primera) fueron causadas por el choque entre las burguesías nacionales, hoy ha desaparecido esa realidad o al menos ha perdido impulso. Quien decide hoy en día la geopolítica es una nueva clase burguesa transnacional (BlackRock, Vanguard, Soros….) que influye de forma poderosa en las decisiones que adoptan los ejecutivos. Sólo así se explica la inacción de los políticos europeos frente a las imposiciones económicas, incluida la voladura del Gulf Stream, que ha impuesto Washington; los políticos europeos son vasallos de esta burguesía transcontinental y por tanto incapaces de defender los intereses de sus propios países.

Conclusión: el riesgo de desintegración

Si Europa no cambia de rumbo, el costo será enorme. El proyecto europeo, alguna vez una esperanza para la estabilidad global, corre el riesgo de desintegrarse bajo el peso de sus propias contradicciones. Su insistencia en una política militarista, combinada con su dependencia de Estados Unidos y la falta de liderazgo interno, pone en peligro no solo su relevancia internacional, sino también la cohesión de sus Estados miembros. En un mundo que demanda soluciones innovadoras y pacíficas, la UE parece incapaz de responder. Su enfoque actual no solo es insostenible, sino que podría marcar el final del proyecto. Las crecientes protestas sociales, alimentadas por la desconexión entre las élites y los ciudadanos, podrían ser el catalizador de un cambio radical, aunque para entonces, quizás sea demasiado tarde para salvar lo que se dijo que era el sueño europeo y que cada día más se asemeja a una pesadilla.

Fuente: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/europa-en-la-encrucijada/

Por MK BHADRAKUMAR

El presidente ruso, Vladimir Putin, emitió un comunicado el jueves sobre los dos ataques con armas occidentales de largo alcance en territorio ruso el   19 y 21 de noviembre y el ataque reactivo de Moscú a una instalación dentro del complejo industrial de defensa de Ucrania en la ciudad de Dnepropetrovsk con un misil balístico hipersónico no nuclear hasta ahora desconocido llamado Oreshnik. 

El viernes, en una reunión en el Kremlin con los altos mandos militares , Putin volvió a abordar el tema y aclaró que Oreshnik no está realmente en una etapa “experimental”, como había determinado el Pentágono, sino que su producción en serie ya ha comenzado. 

“Dada la particular fuerza de esta arma, su potencia, se pondrá en servicio en las Fuerzas de Misiles Estratégicos”, añadió. “También es importante que, junto con el sistema Oreshnik, en Rusia se estén probando varios sistemas similares. Según los resultados de las pruebas, estas armas también entrarán en producción. En otras palabras, tenemos toda una línea de sistemas de mediano y corto alcance”. 

Putin reflexionó sobre el contexto geopolítico: “La actual situación militar y política en el mundo está determinada en gran medida por los resultados de la competencia en la creación de nuevas tecnologías, nuevos sistemas de armas y desarrollo económico”. 

En pocas palabras, la escalada de tensiones autorizada por el presidente estadounidense Joe Biden ha tenido un efecto contraproducente. ¿Biden ha mordido más de lo que podía masticar? Esto es lo primero. 

Al parecer, Estados Unidos decidió que las “líneas rojas” de Putin y la disuasión nuclear de Rusia eran cosa de retórica. Washington no tenía ni idea de la existencia de un arma maravillosa como el Oreshnik en el arsenal ruso, que es tan demoníacamente aterradora como un misil nuclear en su puro potencial apocalíptico destructivo, pero que salvará vidas humanas. Putin añadió con calma que Rusia tiene la intención de avisar con antelación a los civiles para que se aparten del camino antes de que el Oreshnik se dirija a su objetivo designado para aniquilarlo. La conmoción y el asombro en las capitales occidentales hablan por sí solos. Biden evitó hacer comentarios sobre el tema cuando los periodistas le preguntaron. 

El Oreshnik no es una actualización de los viejos sistemas de la era soviética, sino que “se basa completamente en innovaciones modernas de vanguardia”, subrayó Putin. Izvestia informó que el Oreshnik es una nueva generación de misiles rusos de alcance intermedio con un alcance de 2.500-3.000 km y potencialmente de 5.000 km, pero no intercontinental, equipado con múltiples vehículos de reentrada con objetivos independientes (MIRV), es decir, con ojivas de separación con unidades de guía individuales. Tiene una velocidad entre Mach 10 y Mach 11 (superior a 12.000 km por hora). 

El diario ruso Readovka informó que con una carga útil de combate estimada de 1.500 kilogramos, elevándose a una altura máxima de 12 kilómetros y moviéndose a una velocidad de Mach 10, el Oreshnik lanzado desde la base rusa en Kaliningrado atacaría Varsovia en 1 minuto 21 segundos; Berlín, 2 min 35 s; París, 6 min 52 s; y Londres, 6 min 56 s. 

En su declaración del jueves, Putin afirmó que “hoy en día no hay forma de contrarrestar este tipo de armas. Los misiles atacan objetivos a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Los sistemas de defensa aérea que existen actualmente en el mundo y los sistemas de defensa antimisiles que están creando los estadounidenses en Europa no pueden interceptar este tipo de misiles. Es imposible”. 

De hecho, ha nacido una belleza terrible, pues Oreshnik no es sólo un arma hipersónica eficaz ni un arma estratégica ni un misil balístico intercontinental, sino que su poder de impacto es tal que, cuando se utiliza en masa y en combinación con otros sistemas de precisión de largo alcance, su efecto y potencia están a la altura de las armas estratégicas. Sin embargo, no es un arma de destrucción masiva, sino un arma de alta precisión.

La producción en serie implica que se están desplegando decenas de Oreshnik, lo que significa que ningún grupo de personal de los EE.UU./OTAN ni ninguna unidad de inteligencia de objetivos angloamericana en los búnkeres de Kiev o Lvov están a salvo por más tiempo. 

Oreshnik es también una señal para el presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, que no deja de pedir hasta la saciedad un acuerdo inmediato para poner fin a la guerra. Irónicamente, Oreshnik se ha desarrollado sólo como reacción de Moscú a la dura decisión que adoptó en 2019 el entonces presidente estadounidense Trump de retirarse unilateralmente del tratado soviético-estadounidense de 1987 sobre fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF). Por lo tanto, esto también indica que la confianza de Moscú en Trump es casi nula. 

Para dejar en claro este punto, el mismo día que Oreshnik salió de su silo, Tass publicó una entrevista inusual con un importante miembro de un grupo de expertos ruso afiliado al Ministerio de Asuntos Exteriores y al Kremlin: Andrey Sushentsov, director de programa del Club de Discusión Valdai, decano del Departamento de Relaciones Internacionales MGIMO del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso y miembro del Consejo Científico del Consejo de Seguridad Ruso. 

Los siguientes extractos de la entrevista, claros y sorprendentes, deberían disipar la hipótesis de que hay algo especial entre Trump y Putin: 

  • “Trump está considerando poner fin a la crisis ucraniana, no por simpatía hacia Rusia, sino porque reconoce que Ucrania no tiene posibilidades reales de ganar. Su objetivo es preservar a Ucrania como una herramienta para los intereses estadounidenses, centrándose en congelar el conflicto en lugar de resolverlo. En consecuencia, bajo el gobierno de Trump, la estrategia a largo plazo de contrarrestar a Rusia persistirá. Estados Unidos sigue beneficiándose de la crisis ucraniana, independientemente de qué administración esté en el poder”.
  • “Estados Unidos ha recuperado su posición como principal socio comercial de la Unión Europea por primera vez en años. Son los europeos los que soportan la carga financiera de prolongar la crisis ucraniana, mientras que a Estados Unidos no le interesa resolverla. En cambio, les conviene más congelar el conflicto, mantener a Ucrania como herramienta para debilitar a Rusia y como foco persistente en Europa para mantener su enfoque de confrontación.”
  • “Trump ha hecho numerosas declaraciones que difieren de las políticas de la administración de Joe Biden. Sin embargo, el sistema estatal estadounidense es una estructura inercial que se resiste a las decisiones que considera contrarias a los intereses estadounidenses, por lo que no todas las ideas de Trump se materializarán”.
  • “Trump tendrá un período de dos años antes de las elecciones legislativas de mitad de mandato, durante el cual tendrá cierta libertad para impulsar sus políticas en el Senado y la Cámara de Representantes. Después de eso, sus decisiones podrían enfrentar resistencia tanto en el país como por parte de los aliados de Estados Unidos”.

No nos engañemos: Rusia no se hace ilusiones. Putin no dudará en cumplir las condiciones que esbozó en junio para resolver el conflicto: la retirada de las tropas ucranianas de Donbass y Novorossiya; el compromiso de Kiev de abstenerse de unirse a la OTAN; el levantamiento de todas las sanciones occidentales contra Rusia; y el establecimiento de una Ucrania no alineada y libre de armas nucleares. 

Está claro que esta guerra seguirá su curso hasta llegar a su única conclusión lógica, que es la victoria rusa. El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, tiene toda la razón cuando dijo ayer en una entrevista con Al Arabiya que el uso del misil Oreshnik “cambia el curso” del conflicto ucraniano. 

Las capitales occidentales tendrán que aceptar la realidad de que las posibilidades de escalada de la guerra están llegando a su fin. No se equivoquen: si se intenta otro ataque ATAMCS dentro de Rusia, tendrá consecuencias devastadoras para Occidente. 

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, lo expresó muy bien: “Si ustedes [la OTAN] creen que pueden atacar todo en territorio ruso con logística y armas occidentales sin obtener una respuesta, y que Putin no usará las armas que considere necesarias, entonces no lo conocen o son anormales”.

FUENTE: https://www.indianpunchline.com/a-defining-moment-in-the-ukraine-war/

Por décadas referencia de la fortaleza económica de Europa occidental, la locomotora alemana ha perdido empuje y ahora, en un escenario político nacional agitado y fragmentado, con un entorno global adverso, se queda sin la coalición tripartita que la condujo tres años y se prepara para elecciones anticipadas.

El sistema político alemán, símbolo de estabilidad desde la posguerra, entró de golpe en un torbellino con la fractura de la coalición de socialdemócratas, liberales y verdes (2021), incapaz de sacar del estancamiento a la mayor economía de Europa.

El gobierno del “semáforo” (rojos, amarillos y verdes) del socialdemócrata Olaf Scholz se desmembró por la salida del principal referente de los Liberales y ministro de Finanzas, Christian Lindner (Demócratas Libres), cuando el país da señales alarmantes de debilidad productiva, en particular de su industria.

La economía alemana lleva dos años cayendo  por el impacto de la pandemia, la guerra de Ucrania y la competencia de China. Va camino de contraerse por segundo año consecutivo (hasta 0,2%) y desde 2018, antes ya de la pandemia, no logra un crecimiento potente como acostumbraba.

Socialdemócratas y Verdes querían suspender las estrictas normas fiscales alemanas para ampliar el endeudamiento (64% del PIB, déficit fiscal de 1,75%), todavía de los más bajos de la Unión Europea (UE), pero los Liberales se negaron por considerar que viola el espíritu de la Constitución de posguerra.

En su lugar, Lindner -liberal ortodoxo y fiscalista- impulsaba una baja de impuestos de sociedades y a la renta, financiada con recortes del gasto social, reformas del mercado laboral y una desregulación destinada a fomentar la inversión privada. “Es indecente”, dijo Scholz, y lo reemplazó por su copartidario Jörg Kukies.

La salida de Lindner, eclipsada en las noticias por el triunfo de Donald J. Trump en EEUU, obliga a Scholz a someterse a una moción de confianza, en diciembre. Si la pierde, Scholz llamará a elecciones anticipadas (debían ser en septiembre), para el 23 de febrero.

En la oposición, espera volver al poder la conservadora CDU pero también buscan una oportunidad la ultraderecha radical y la izquierda nacionalista, ambas de creciente apoyo en las últimas elecciones regionales en el postergado Este del país.

Los conservadores, liderados por Friedrich Merz (68), reclaman una resolución política rápida: “No podemos estar meses gobernados sin una mayoría, ni meses en campaña ni semanas formando otro gobierno”, dijo. La misma demanda le hizo la industria y recogen las encuestas.

Cambio de contexto

Al principio, la coalición gozó de popularidad, pese a ser la primera tripartita que gobernaba en más de seis décadas, liderada por los socialdemócratas, que siempre habían administrado el país en solitario, o aliado con los verdes, o co-gobernando tres veces (1966, 2005 y 2013) en “gran coalición” con los conservadores

La economía reaccionó con fuerza en ese 2021 de cambio político. El gobierno de Scholz (66, foto)  evitó una gran crisis energética e introdujo reformas sociales, entre otros logros.

Sin embargo, Alemania sintió el doble golpe de la reconfiguración energética de toda Europa por el corte del suministro desde Ucrania y Rusia por la guerra, y de la competencia industrial de China. Y sumó un factor interno: el Tribunal Constitucional prohibió al Ejecutivo federal reutilizar los fondos sobrantes de la pandemia. Ese ajuste condenó la suerte del gobierno tripartito.

Socialdemócratas y liberales querían ampliar el gasto público para reactivar la economía y cumplir sus promesas, pero los Liberales insistieron en  respetar el llamado “Cero Negro”, un techo de deuda consagrado en la Constitución germana que impide tomar prestadas grandes sumas salvo en emergencias como el COVID.

La poderosa industria alemana quedó tocada por la interrupción de las cadenas globales de suministro de 2020-2021. Y la invasión a Ucrania en 2022 llevó al país a quedarse sin gas ni petróleo rusos, lo que redujo la rentabilidad histórica de sectores claves como la siderurgia, la química y la construcción. 

Por fin, la expansión tanto de la industria como del mercado de consumo interno de China -hace siete años principal socio comercial de Alemania, con un intercambio de casi 300 mil millones de euros- le redujo un mercado clave a la máquina económica germana, históricamente montada para exportar bienes manufacturados.

Mientras que en 2020 China absorbió el 8% de todas las exportaciones alemanas, este año es más probable que la cifra se reduzca al 5%. Eso se nota en el sector automotriz, portaestandarte industrial alemán, que ahora enfrenta la competencia de vehículos eléctricos chinos de gran calidad pero salidos de plantas subsidiadas.

Tres sectores claves, el automotriz, el químico y el metalúrgico caen ahora simultáneamente, al cabo de casi tres años de estancamiento y, este año, de probable contracción del PIB. Pero Alemania da señales de cansancio desde antes

La producción industrial -sin construcción- tocó techo en 2017 y ha caído un 16% desde entonces. La inversión empresarial ha disminuido en 12 de los últimos 20 trimestres y ahora se encuentra en un nivel que no se había visto durante la primera fase de la pandemia. La inversión extranjera directa también ha caído fuerte.

En su última previsión, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que el PIB alemán crecerá sólo un 0,8% en 2025. De las economías más grandes y ricas, sólo Italia crecerá a un ritmo tan lento. Para peor, los alemanes ahorran ahora el 11,1% de sus ingresos, el doble que los estadounidenses, desacelera más la economía.

La emblemática automotriz Volkswagen anunció el cierre de plantas en la propia Alemania por primera vez en sus 87 años de historia. Thyssenkrupp, con 212 años de antigüedad y símbolo del poderío industrial germano, está inmersa en una batalla corporativa sobre el futuro de su unidad siderúrgica, y miles de  empleos en riesgo. 

Por si fuera poco, Trump volverá a la Casa Blanca y amenaza con imponer aranceles de hasta el 20% a los productos procedentes de la UE, que golpearían de lleno a las exportaciones germanas, cuyo 10% tiene como destino Estados Unidos.

Alemania, pero también Francia, son víctimas de las mismas fuerzas políticas que ayudaron a Trump: la reacción contra el costo de vida, la ansiedad y la ira ante la inmigración y la erosión de la confianza pública en las élites políticas.

“El modelo empresarial alemán está en grave peligro, no en el futuro, sino aquí y ahora”, advirtió Siegfried Russwurm, presidente de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), y siembra alarma: una quinta parte de la producción industrial alemana podría desaparecer en 2030. “La desindustrialización es un riesgo real.  

El presidente del poderoso Bundesbank o Banco Central alemán, Joachim Nagel, pone paños fríos: “Alemania no está en declinación”, dijo, y destacó que el número de desempleados (2,8 millones) es el más bajo de la última década y la solidez de los balances de las empresas alemanas. 

“Alemania como lugar de negocios es mejor que su reputación actual”, según el banquero central, quien estima que la economía alemana tiene margen para expandirse sin recalentarse -como temen los liberales que rompieron la coalición- por la escasez de mano de obra y el bajo aumento de la productividad.

Horizonte de cambio

Cuando el frenazo de la locomotora alemana era indisimulable, el gobierno tripartito de Scholz apostó en 2023 a la inversión de cientos de miles de millones de euros de inversiones en tecnología verde. “Alemania podrá alcanzar por un tiempo tasas de crecimiento vistas por última vez en los años 50 y 60”, afirmaba el Bundeskanzler.   

Un año más tarde, el gobierno aceptó que la economía corría riesgo de volver a la recesión pero ya el clima político interno del gobierno de coalición era demasiado tenso por el debate sobre un eventual endeudamiento adicional. 

Scholz intentó reformas para estimular el crecimiento, entre ellas incentivos para que las empresas inviertan y los trabajadores se reincorporen al mercado laboral, así como subvenciones energéticas para algunas fábricas. 

También prometió una “nueva agenda industrial” y llamó a los líderes empresariales y sindicales a una cumbre para debatir la salvaguarda de los empleos industriales. Pero lo hizo sin siquiera invitar a sus aliados liberales y verdes, toda una señal de que el gobierno se desmoronaba.

El futuro del primer ministro socialdemócrata, cuya popularidad se ha reducido a mínimos (sólo 14% apoya la coalición), depende ahora más que de su propio partido de la performance de la fuerza conservadora CDU, liderada por Friedrich Merz (68, foto), quien aboga por elecciones que le den “estabilidad” al sistema político.

Según Scholz, Alemania tiene margen para ampliar el gasto. “Hay soluciones para financiar con solidez nuestras instituciones y responsabilidades públicas”, dijo, y confió en obtener el apoyo de los conservadores de Merz para aprobar sus medidas de coyuntura en el Parlamento antes del recurso de llamar a elecciones.

“Después de tres años, se han perdido 300.000 puestos de trabajo en la industria. Eso no es el legado de gobiernos anteriores . . . Eso es el resultado de su política económica de los últimos tres años”, denuncia sin embargo Merz, que pone a salvo la herencia histórica de la conservadora Angela Merkel hasta 2021. 

Para reactivar la locomotora alemana, los conservadores impulsan una Agenda 2030, de menos burocracia, menos impuestos a empresas y grandes rebajas de electricidad para industrias. 

El socialdemócrata SPD (15,5% en la encuesta) y la conservadora CDU (32,5%) siguen siendo cabeza del escenario de partidos como hace seis décadas.

Sin embargo, han perdido terreno ante fuerzas liberales (11,5%), verdes (5%) y, en especial, la neonazi Alternativa por Alemania (AfD) (19,5%) y la recién surgida Alianza Sara Wagenknecht (7%), de esa líder homónima, de ideas económicas izquierdistas pero posiciones reaccionarias sobre migración.

Scholz también ha tenido problemas para responder al creciente descontento sobre la inmigración. Tras una tregua durante la pandemia, el país se ha enfrentado a un repunte de las nuevas llegadas, con 6,6 millones de personas en la última década. Alemania concentra ahora un tercio de todas las solicitudes de asilo de Europa. 

FUENTE «EMBAJADA ABIERTA»: https://www.embajadaabierta.org/post/la-locomotora-alemana-descarrila

Por: Anthony Medina Rivas Plata (Perú). Lic. en Ciencia Política y Mg. en Políticas Públicas. Profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad Católica de Santa María. Egresado del U.S. Foreign Policy Program de la Universidad de Delaware (Estados Unidos). Que autoriza a Dossier Geopolitico a publicar su articulo

Las discusiones sobre temas internacionales en el Perú suelen estar mal enfocadas, tanto por la propia dinámica de las redes sociales (en donde las voces autorizadas suelen tener el mismo peso que las de influencers, trolls y comentaristas de ocasión), como del efecto que estas generan en las filias y fobias que nacieron como producto de la segunda vuelta del 2021 y de la coyuntura posterior a la caída del gobierno de Pedro Castillo. Evaluamos conflictos internacionales asumiendo bandos en países que no son el nuestro (¿eres demócrata o republicano?, ¿estás con Israel o con Hamás?, ¿eres chavista u opositor?, etc.), mientras que a la vez convertimos problemas estrictamente internos/domésticos en problemas de seguridad internacional; como cuando Fernando Belaúnde culpaba a la Unión Soviética y a la Comintern de la aparición de Sendero Luminoso o como cuando Alan García culpaba a los chilenos y al chavismo continental de los conflictos sociales en Bagua y Tía María. Debido a esta antilógica, no podemos evaluar de manera fría y realista las causas de la victoria de Donald Trump como del impacto que su futuro gobierno tendrá en nuestro país.

¿Por qué ganó Trump?


La victoria de Trump se debe principalmente a su agenda proteccionista en política económica y a la incapacidad del Partido Demócrata de ofrecer una alternativa que incluya a los trabajadores “blue collar” que perdieron sus empleos debido a la deslocalización industrial iniciada en los años 70, así como de la creciente privatización de los servicios públicos y del encarecimiento del precio de los alimentos y del costo de la vivienda. El llamado “progresismo”, la “ideología de género”, George Soros y todos los lugares comunes del conservadurismo alt-right pueden haber tenido una cierta influencia en la opinión pública a la hora de votar (sobre todo entre los más jóvenes), pero no son ni de lejos la razón por la cual Trump ganó las elecciones. Pero de ser así, ¿por qué entonces seguimos pensando que las últimas elecciones en Estados Unidos fueron una especie de referéndum anti-izquierdista?


¿El problema es el comunismo o el capitalismo?


Hace más de 10 años, la politóloga norteamericana Nancy Fraser acuñó el concepto “neoliberalismo progresista” para referirse a un conjunto de políticas postmateriales que posteriormente fueron identificadas con el movimiento “woke”: Feminismo, LGTBI, aborto, antirracismo e inclusión forzada de minorías étnicas en los medios y la cultura; las cuales fueron implementadas desde inicios de los 90’s por las administraciones demócratas de Bill Clinton en adelante (inalteradas por sus sucesores republicanos, por cierto). Hasta aquí, parecería que la teoría de Fraser coincidiría con la de influencers alt-right como Agustín Laje, pero esto es un error. Mientras que Laje culpa al “marxismo cultural” de promover una conspiración en contra de la vida, la familia y la propiedad privada; lo que Fraser señala es que el wokismo no es sino la mano izquierda del capitalismo en su variante neoliberal.


En su último libro, titulado “Globalismo”, Laje opina que la soberanía de los Estados está en riesgo como producto de la cooptación de los organismos internacionales por parte del activismo izquierdista global, el cual tendría como objetivo la creación de un régimen comunista mundial controlada por las élites en donde los vínculos sociales tradicionales desaparecen y la soberanía de los Estados es destruida. El libro de Laje intenta justificar teóricamente el discurso que el presidente argentino Javier Milei realizó en el Foro Económico Mundial en Davos el pasado enero: las élites mundiales son de izquierda, controlan los organismos internacionales, y las políticas que proponen son comunistas. Por supuesto, el libro de Laje no señala en qué momento el movimiento comunista mundial posterior a la disolución de la URSS se volvió millonario y logró “cooptar” dichos organismos. Por el contrario, Fraser, menos conocida en el mundo de las redes sociales y de los TikToks de minuto y medio, señala que la destrucción de la vida, la familia y la propiedad no se produce como consecuencia del wokismo, sino como consecuencia de políticas neoliberales de privatización, desregulación, tercerización, financiarización y oligarquización de la economía norteamericana; en la cual la izquierda institucional, representada por el Partido Demócrata, ha seguido al pie de la letra la doctrina económica de republicanos como Ronald Reagan y George H. W. Bush (padre), utilizando al progresismo como una especie de “premio de consuelo” para con sus bases izquierdistas frente a su incapacidad de producir cambios en el modelo económico estadounidense. Aquí tocaría preguntarse si la razón por la cual las generaciones jóvenes (millenials/centennials) deciden no tener hijos tiene más que ver con que no les alcance el dinero para llegar a fin de mes o con el ver a lesbianas o transexuales en alguna película de Netflix o Disney.


¿De qué manera el progresismo refuerza al capitalismo?


Para ilustrar el concepto de neoliberalismo progresista, Fraser en su artículo de 2013 “How feminism became capitalism’s handmaiden” (“¿Cómo el feminismo se convirtió en la mucama del capitalismo?”) señala que el movimiento feminista de los Estados Unidos dejó de defender reivindicaciones colectivas de clase para enfocarse estrictamente en una política neoliberal de “cuotas” de acceso de mujeres al mercado laboral; absolutamente compatibles con las políticas antisindicales y de desregulación de derechos laborales iniciadas por Reagan en los años 80. Efectivamente, si el único cambio que propone el Partido Demócrata es el de reemplazar a los patrones hombres blancos y educados en Universidades Ivy League por patronas mujeres blancas y educadas en Universidades Ivy League, mientras las empleadas latinas que trabajan para ellas no tienen ni para pagar el alquiler; entonces no debería sorprendernos que el mal llamado “voto latino” se haya inclinado por un Trump que propone cortar la competencia de migrantes ilegales y el retorno de los trabajos que se fueron a China y al Sudeste Asiático desde la época de Nixon en adelante. La victoria de Trump por segunda vez es la mayor derrota que el neoliberal-progresismo ha enfrentado en toda su historia; y en consecuencia es el fin de una forma de hacer política que en los Estados Unidos se había vuelto inamovible desde los años 90.


Pero nuevamente, si ya es bastante claro que las preocupaciones de los votantes son principalmente económicas, ¿entonces por qué el movimiento conservador, tan activo en redes sociales, sigue diciendo que su prioridad es la lucha contra de los woke, las ONGs y la izquierda? Obviamente, porque la única forma de hacer que la gente vote por políticas contrarias a sus intereses es desviando su atención con cortinas de humo como las del “marxismo cultural” y la “ideología de género”; dirigiendo sentimientos antiprogresistas, ya sea contra la “casta” en Argentina, los “burócratas de Bruselas” en Reino Unido, las “élites globalistas” en Estados Unidos o contra los “caviares” en el Perú. Si los conservadores dijeran la verdad sobre lo que quieren hacer con la economía no sacarían ni el 1% de los votos. Esto puede llegar a niveles esquizofrénicos, como en el caso de Argentina donde mucha gente es capaz de seguir tolerando políticas económicas abiertamente antipopulares y regresivas, como las que el señor Milei viene ejecutando en contra de ellos. No importa si hoy el costo de vida en Argentina es el más alto de América Latina (superando incluso a algunos países europeos) o que la pobreza haya llegado al 53% como producto de sus políticas de ajuste estructural; al parecer, lo realmente importante para muchos argentinos es que hayan eliminado el Ministerio de la Mujer y el llamado “lenguaje inclusivo” en los documentos de gestión pública. En ese sentido, la llamada “batalla” contra el “marxismo cultural” no es más que una cortina de humo que oculta la verdadera batalla: una de carácter estrictamente económico en la que, por supuesto, el pueblo es el enemigo.


Conclusiones


Vemos entonces que evaluar la victoria de Trump implica evaluar la contradicción entre un patrón de voto y el resultado de las políticas públicas implementadas desde el gobierno una vez tomado el poder. Los norteamericanos quieren más producción local y no más importaciones de China; más regulaciones bancarias y no más derivados financieros; más servicios públicos de calidad y no más privatizaciones. Pero hacer eso implicaría que Trump rompa definitivamente con los sectores libertarios y anarcocapitalistas (los más acérrimos antiizquierdistas existentes en Estados Unidos hoy) que lo apoyaron durante su campaña de 2016, así como con muchos de los amigos millonarios que se beneficiaron de las políticas de desregulación que implementó en su primer gobierno. Aún no sabemos cuáles serán las reales políticas económicas que implementará Trump a partir del 20 de enero de 2025 (ya sabemos que una cosa es la campaña y otra el gobierno), pero por ahora, de acuerdo con el índice de Bloomberg Billionaires Index, magnates como Elon Musk, Jeff Bezos o los “progres” Bill Gates y Mark Zuckerberg han visto multiplicadas sus fortunas en los días posteriores a la victoria de Trump debido al incremento del valor de las acciones de sus empresas. Qué tanto beneficiará al pueblo norteamericano el aumento de la riqueza de los multimillonarios es una pregunta aparte.

Javier Benitez de radio Sputnik entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Peeyra Mele

A Europa le falta cerebro. Es lo que manifestó el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la sesión plenaria del XXI Foro Internacional de Discusiones Valdái, en la ciudad rusa de Sochi. De acuerdo al mandatario, eso es lo que afirman colegas expertos de su entorno, al referirse a decisiones económicas de los europeos.

AUDIO DE LA ENTREVISTA

Donde no hay, no hay

‘Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta’, dice el viejo refrán, que cae como anillo al dedo a las actuales autoridades de la Unión Europea, salvo excepciones, como la de Hungría, o Eslovaquia.

En este sentido, en su intervención en la sesión plenaria del XXI Foro Internacional de Debates Valdái en la ciudad rusa de Sochi el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que en Europa las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía.

«No quiero ofender a nadie, ¡Dios me libre! Esto no va a sonar muy bien: pregunto a mis colegas, los expertos, qué le falta ahora a Europa. La respuesta es: le falta cerebro. No porque sean estúpidos, sino porque las decisiones económicas las toman políticos que no tienen nada que ver con la economía. Las decisiones se politizan, no se calculan, no se basan en la realidad», explicó.

De esta manera comentó Putin la liquidación de los contratos de gas y la agenda verde. «Algo noble: la lucha por el clima. ¿Nos alarma a todos? Sí, y asusta a algunos. Pero asustar a propósito para imponer decisiones que son irrealizables, eso no es justo para los votantes», observó el jefe del Kremlin.

«Este es un discurso clave [de Putin] que lo tendrán que analizar mucho los europeos y los occidentales. Creo que es una pieza fundamental para entender el nuevo mundo que se está desarrollando. Justamente se hace en uno de los foros, el de Valdái, que es donde los intelectuales, los economistas, los expertos en política internacional, etc., se reúnen, y que ha venido prácticamente a suplantar al de Davos, en el sentido de que va marcando caminos, va marcando nuevas sendas. Y allí este discurso de Vladímir Putin ha sido muy ejemplar y con un claro direccionamiento hacia donde se dirige el mundo y tendrá que ser estudiado en profundidad en vista, de acá a un par de años, de todo lo que se dijo en estos días, cómo se ha cumplido», señala el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

«En lo que hace referencia Vladímir Putin de una Europa que está descerebrada, es evidente. Europa no tiene pensamiento propio, tiene un accionar de grupos económicos, que a su vez, con el asunto de la globalización se han hecho transnacionales. Es decir, están por encima de las naciones. Entonces, ¿qué rol juegan los políticos en ese aspecto? Ser simplemente la cadena de transmisión de rdenes supranacionales, que por supuesto, no benefician a quienes realmente los han puesto en ese lugar para ‘dirigir el país’, instrumentar las políticas que correspondan para llevar adelante al país a un mejor puerto», observa el analista.

«Esa falta de cerebro a la que hace referencia Putin, se ha visto claramente porque, de una forma totalmente disciplinada, subordinada, Europa […] está como en piloto automático. El problema es, al piloto automático, ¿quién es el que le ha puesto la dirección, las coordenadas hacia donde hay que ir? Evidentemente no han sido los políticos europeos, han sido poderes supranacionales y también una superpotencia a la que ellos han decidido subordinarse alegremente, y concluir que operan, además, bajo un paraguas que viene a ser una falsedad hipócrita, que son las famosas normas y reglas que dicen que defienden cuando hacen estas maniobras a las que han llevado a esta crisis. Ahí es donde se demuestra en la práctica real esa falta de conducción y de cerebro centralizado que deberían tener los europeos para poder haber seguido una vía de desarrollo que los afecta porque es un ‘enfermo en terapia intensiva'», concluye Pereyra Mele.

FUENTE SPUTNIK: https://noticiaslatam.lat/20241112/se-tenia-que-decir-y-se-dijo-a-europa-le-falta-cerebro-afirmo-putin-1158966308.html

AUDACY PODCAST: https://www.audacy.com/podcast/al-contado-a7e2c/episodes/se-tenia-que-decir-y-se-dijo-putin-afirma-que-a-europa-le-falta-cerebro-f6645