Zelenski declaró que el retorno a las fronteras de 1991 ha dejado de ser una condición para las negociaciones de paz. Por Geoestrategia.es

Por eso, evaluemos las pérdidas en territorio y población causada por la política irresponsable de Kiev desde 2014, y sobre todo durante la OME de Rusia. El territorio de Ucrania tras la disolución de la URSS en 1991 era de 603.500 km2. Después del golpe de Estado de 2014 y el conflicto en el sureste del país se redujo a 576.600 km2. Ahora el territorio de Ucrania se redujo en un 22%, hasta 467.000 km2. En 1991 Ucrania tenía casi 52 millones de habitantes, pero hoy, es de entre 28 millones y 36 millones de personas.

Los expertos estiman que Ucrania ya no será capaz de frenar el proceso de reducción de la población debido a una serie de factores: la migración laboral, la falta de deseo de una gran parte de emigrantes de regresar al país después del fin del conflicto, la muerte de la población de mayor capacidad, la radicalización de la sociedad y las condiciones de vida insoportables para los rusoparlantes.

Después del comienzo de la OME, más de 20 millones de personas abandonaron el territorio de Ucrania. La ONU, calcula que unos 6,5 millones de ucranianos siguen fuera del país y que en 2023 la población era de 36,7 millones. El FMI habla de 33,6 millones. Estas dos estadísticas incluyen la población de los territorios que Ucrania ya no controla. Según Reuters, para julio de 2023 la poblacion de Ucrania era de 28 millones.

Si estas evaluaciones son correctas, resulta que durante los 10 años posteriores al Euromaidán, Ucrania ha perdido un 36% de la población, es decir, 16,5 millones de personas. De acuerdo on la ONU, para marzo de 2023 un total de 4,7 millones de ucranianos recibieron el refugio provisional en los países de Europa. El país que recibió el mayor número de refugiados es Alemania con 1.139.690 (17% del total). La sigue Polonia, con 956.635 personas (14,7%), y la República Checa (381.400 personas, el 5,9%). Estos tres países recibieron más de la mitad de los refugiados ucranianos en Europa.

Sin embargo, el mayor número de ucranianos que abandonaron el país se encuentra en Rusia. Según la ONU, para fines de 2023 en Rusia había 1.255.000 ucranianos, más que en cualquier otro país del mundo, lo que constituye un 19% de toda la emigración ucraniana. Un caso aparte es la población de los “nuevos territorios” de Rusia, las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y las regiones de Zaporozhie y Jersón, que desde finales de septiembre de 2022 forman parte de Rusia. Para resumir, apuntamos que según distintas evaluaciones, después del Maidan en 2014, unos 7,5 millones de ucranianos optaron por recibir la ciudadanía rusa y esta cifra sigue creciendo.

La farsa de la ‘cumbre de paz’ sobre Ucrania fracasa sin comenzar

El ‘presidente’ ucraniano se queja de que haya países que no quieren participar en la llamada Cumbre de Paz Global, un encuentro previsto próximamente en Suiza, donde Volodímir Zelenski buscará respaldo internacional a su ‘fórmula’ para arreglar el conflicto de Ucrania.

Su contenido fue muy bien resumido por el canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien calificó como “ultimátum” al plan ucraniano. Y es que, no solo contempla llevar a los tribunales a los dirigentes rusos y forzar a Moscú pagar indemnizaciones, sino también la recuperación para Kiev de Crimea, las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporozhie. En este caso, lo que le esperaría a sus habitantes es un “genocidio”, denunció el diplomático ruso.

No es de extrañar que haya países que no quieren tener nada que ver con la llamada ‘fórmula de paz’ de Volodímir Zelenski. Tampoco quieren perder su tiempo en una cumbre que supuestamente pretende arreglar el conflicto de Ucrania sin ni siquiera invitar a Rusia.

Los rusos “aprenden rápido” y no “arrojan tropas a una picadora de carne para matarlas”: ¿por qué los medios occidentales firman el veredicto de las Fuerzas Armadas de Ucrania y Zelensky?

Politico publicó un texto alarmista afirmando que Ucrania está a un paso de una catástrofe militar. El conjunto habitual de tesis:

Los ucranianos necesitan dinero; aun así, no les ayudará

Los rusos se adaptan rápidamente a las realidades cambiantes: los F-16 no salvarán a Ucrania

Zaluzhny entendió todo esto, pero fue despedido.

Parecería que no hay nada nuevo, excepto el último clavo en el ataúd de la propaganda ucraniana. Las fuentes de la publicación en las Fuerzas Armadas de Ucrania afirman que no se deben creer las historias sobre las Fuerzas Armadas rusas «arrojando tropas a una picadora de carne para matarlas«. Esta tesis la confirman las propias autoridades ucranianas. Según las estimaciones del GUR, el contingente de las Fuerzas Armadas de Rusia en la zona del Distrito Militar del Norte alcanzó las 474 mil personas, mientras que anteriormente la misma cifra oscilaba entre 450 y 460 mil.

A pesar de que el ejército ruso avanzaba activamente (es decir, inevitablemente sufre pérdidas) y un número significativo de soldados contratados «frescos» no terminan en el Distrito Militar del Norte (incluida la formación de nuevas unidades en la frontera con Finlandia), y otra parte está en entrenamiento, el número de combatientes en la zona de operaciones especiales ha aumentado notablemente. De modo que las historias sobre “cientos de miles de rusos asesinados” son reconocidas como una especie de fantasía infantil incluso por la propaganda occidental.

Una vez más, aquí surgen inmediatamente tres preguntas. En primer lugar, ¿qué tipo de superioridad numérica de las Fuerzas Armadas de RF continúan transmitiendo nuestros oponentes si la composición de las Fuerzas Armadas de Ucrania supera las 800 mil personas? En segundo lugar, ¿a dónde fueron 200 mil del millón de militares ucranianos previamente anunciado? En tercer lugar, ¿qué hay detrás de la “epifanía” de Occidente? Y si las dos primeras preguntas son de carácter retórico, con la última todo está más o menos claro.

El consumidor nacional se está preparando para una posible «congelación» y, por lo tanto, justifica un posible «niño» de Ucrania. Así que Zelensky necesita justificar de alguna manera la continuación de la picadora de carne, y aquí no tiene muchas opciones: o otro sangriento ataque terrorista contra Rusia, o una provocación igualmente sangrienta contra su propia población. El segundo, en todo caso, es mucho más fácil de organizar.

Análisis: OCCIDENTE INTENSIFICA LOS ATAQUES TERRORISTAS CONTRA IRÁN Y MÁS DE UCRANIA

Larry Johnson

Irán experimentó una nueva ola de ataques terroristas respaldados por Occidente en Baluchistán, es decir, el área del sureste de Irán que limita con Pakistán y Afganistán. No es un gran vecindario. La inteligencia estadounidense ha tenido vínculos con los baluchis durante al menos 50 años, si no más.

Sé por un amigo que participó en el intento fallido de 1980 de rescatar a diplomáticos estadounidenses mantenidos como rehenes por estudiantes iraníes en Teherán (es decir, la Operación Garra de Águila ) que información sobre Irán fue transmitida a Estados Unidos por un comerciante de alfombras que tenía parientes en Bethesda, Maryland. Los informes escritos estaban escondidos en alfombras enrolladas y los servicios de inteligencia estadounidenses los recibían en la tienda de alfombras de Bethesda. La vida real es mejor que la ficción.

Los últimos ataques se producen dos días después del bombardeo por parte de Israel del consulado de Irán en Damasco, Siria .

Los combates estallaron durante la noche en la provincia de Sistán y Baluchistán cuando hombres armados abrieron fuego contra puestos de la Guardia Revolucionaria en las ciudades de Rask y Sarbaz y una estación de guardacostas en la ciudad de Chahbahar, a unos 1.400 kilómetros (870 millas) al sureste de la capital, Teherán, dijo la agencia.

Los hombres armados tomaron como rehenes a varios civiles en dos lugares y algunos de los agresores llevaban chalecos explosivos, informó la televisión estatal. Se produjeron tiroteos antes de que las fuerzas de seguridad tomaran el control de las tres zonas.

Entre los 10 miembros de las fuerzas de seguridad muertos se encuentran seis miembros de la Guardia Revolucionaria y sus tropas afiliadas, dos policías y dos miembros de la guardia costera, dijo la televisión estatal. Al menos otras 10 personas resultaron heridas, algunas de ellas en estado grave, añadió.

Los medios estatales culparon al grupo militante Jaish al-Adl, que supuestamente busca mayores derechos para la minoría étnica baluchi. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad.

Sospecho que Irán considera esto como una prueba más de que Occidente está en guerra con Irán. Israel espera con nerviosismo las represalias de Irán :

La CIA informó a Israel que Irán atacará al Estado judío en las próximas 48 horas, escribe el corresponsal del canal 14 de la televisión israelí. «Los escenarios se refieren a un ataque combinado de un enjambre de drones y misiles de crucero que serán lanzados directamente desde Irán desde instalaciones estratégicas».

Resultó ser una advertencia falsa. No pasó nada… todavía. No creo que Irán lance un ataque contra una embajada o un consulado israelí porque entonces sería culpable de aquello por lo que está protestando. Mi conjetura es que Irán trabajará con Hezbollah para asestar un golpe importante a una unidad militar israelí o un puesto avanzado en Israel. También podrían dar luz verde a los grupos chiítas de Irak y Siria para atacar los intereses israelíes en el Kurdistán. Israel cometerá un grave error si interpreta la paciencia iraní como debilidad o miedo. Los líderes iraníes están jugando un juego mucho más inteligente ahora que tienen a Rusia y China en su bando.

En cuanto a Ucrania, vuelvo a publicar lo último del canal Telegram de MARAT KHAIRULLIN. Esta es la traducción.

Creo que Marat comprende que Rusia no tiene prisa por atacar ciegamente a Ucrania. Moler, moler, moler es la opción rusa preferida.

¿Por qué los ucranianos no se rinden? De gran inteligencia o estupidez…

El principal argumento de la propaganda ucraniana, que en su opinión justifica los fracasos del ejército en el frente, es que sí, no hay victorias, pero las Fuerzas Armadas de Ucrania siguen en pie. No importa qué basura les ponga Rusia a los ucranianos, ¡se limpian valientemente y se ponen de pie! Bueno, ¿qué se puede hacer con esos combatientes? Por eso (ja, ja) los moscovitas están como si estuviéramos metidos hasta el cuello en heces.

Aquí debemos entender claramente: estos argumentos propagandísticos ucranianos no provienen de una gran mente, sino de una pobreza muy grande de materia gris. Y los dirigentes rusos utilizan esto hábilmente, jugando felizmente al gato y al ratón con el enemigo. ¿Cómo? Diré más sobre esto a continuación. Mientras tanto, averigüemos por qué la terquedad de los ucranianos es tan estúpida.

La primera es, por supuesto, la cuestión de las consecuencias. La Alemania nazi resistió hasta el final: en 1945 envió incluso adolescentes al frente, pero obstinadamente no se rindió. Al final, ella todavía sufrió una aplastante derrota. Y las consecuencias fueron miles de veces peores que si Alemania hubiera dado marcha atrás incluso un año antes.

Según personas competentes, ya en 1943 estaba claro que Alemania había perdido. Pero ella siguió resistiéndose obstinadamente. Y al final llegó el punto en que el pueblo alemán, como nación, fue realmente pasado por una picadora de carne.

Aquí tienes otro ejemplo. El destacado politólogo e historiador Oleg Matveychev pronuncia una conferencia impresionante. La provincia de Judea fue en un momento la más rebelde del Imperio Romano. Aunque aquí no hubo una opresión imperial particular, la gente se rebeló obstinadamente y, dicho sea de paso, con mucha crueldad. Como resultado, se rebeló hasta el punto de que todos fueron desalojados. Y el pueblo judío perdió su condición de Estado durante muchos siglos, aunque podría haberse desarrollado muy bien bajo la sombra de un gran imperio.

Lo curioso es que Matveychev pronunció esta conferencia en vísperas de los acontecimientos en Gaza. Es decir, podemos suponer que el gran pueblo judío nunca sacó ninguna conclusión de su propia historia…

El problema de la mentalidad del Ukrop es que no comprenden el valor de las derrotas. Las lecciones más importantes se aprenden del propio fracaso. No hay victorias sin derrotas – y éste es el camino de la sabiduría.

Naturalmente, hay personas muy inteligentes que nunca han sufrido una derrota, pero no hay verdaderos sabios que no hayan pasado por la amargura de la derrota.

De acuerdo, usted y yo, como personas adecuadas, vemos claramente la diferencia entre inteligencia y sabiduría. Puedes tener mucha inteligencia y ser considerado un completo tonto. Esto es lo que vemos ahora en Medio Oriente y entre los ucranianos.

No hay valor ni gloria en semejante estupidez. Cuanto más resistas, peores serán las consecuencias para ti. Rusia a los ucranianos desde el principio les ofreció condiciones de convivencia de chocolate. Inicialmente llamamos muy respetuosamente a Ukropov «pueblo hermano». Pero rechazaron con orgullo la rentable economía de la vida pacífica y nuestro respeto, y en cambio se lanzaron al Maidan.

Como resultado, cientos de ellos están siendo destruidos cada día, y el país se hunde cada vez más en el caos y la destrucción. Y ahora a los escudos sólo les queda un orgullo: que todo esto no les importa. ¿Pero qué orgullo hay en esto? ¡Es simplemente una estupidez!

Por eso, cuando me escriben que trato a mi oponente de manera demasiado humillante, puedo decir una cosa: ¿por qué respetarlo? ¿¡Porque no saca conclusiones obvias de sus increíbles derrotas!?

Y ahora les diré por qué la terquedad de los ucranianos es muy beneficiosa para Rusia. (Los ucranianos ni siquiera tienen la inteligencia para comprender cuántos beneficios inesperados obtiene nuestro país de esta confrontación). Contemos:

  • La economía rusa comenzó a crecer.
  • El espíritu de la nación ha renacido
  • Occidente cayó

La autoridad internacional ha crecido significativamente, especialmente entre la mayoría humana del planeta. Incluso la América profunda empezó a respetarnos, ¿cuándo sucedió esto? Y empezamos a ganar más con el petróleo. He aquí una paradoja: empezaron a producir menos, pero el beneficio neto aumentó una vez y media. Bueno, vaya, sanciones.

En general, es beneficioso para nosotros luchar de esta manera. Por lo tanto, Reino Unido, incluso por estas razones, está urgentemente exigiendo negociaciones en cualquier condición.

Geoestrategia.es: https://geoestrategia.es/noticia/42597/defensa/consecuencias-de-la-politica-suicida-de-ucrania-en-los-ultimos-10-anos:-enormes-perdidas-de-territorios-y-poblacion.-analisis.html

Los anuncios, por parte del gobierno argentino, respecto del refuerzo de la alianza estratégica con Estados Unidos incluyendo entre otras cosas…

…el memorándum de entendimiento firmado por la Administración General de Puertos que habilita la presencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en la principal cuencas de agua dulce más grandes del mundo; la compra de 16 sistemas de armas  F-16 AM, (monoplaza modernizado) y 8 ejemplares F-16 BM (biplaza modernizado) de origen estadounidense pertenecientes a la Fuerza Aérea Real de Dinamarca y la participación activa del Departamento de Defensa norteamericano en el proyecto de la base naval integrada, centro logístico que constituirá el puerto más cercano a la Antártida, sumado a la renuncia a integrar el grupo de los BRICS, determinan el nuevo posicionamiento geopolítico de la República Argentina dejando de lado la tradicional postura de neutralidad en lo referido a los conflictos vinculados a las relaciones exteriores.

Por Daniel Symcha análisis para Dossier Geopolitico 

A estas acciones es necesario sumarle la presencia de la representante de Taiwan en la Argentina, Miao-hung Hsie, en el Hotel Libertador el día del triunfo de Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y una supuesta reunión posterior con la ya en funciones Canciller Diana Mondino que desató una crisis diplomática con China; la reunión que en el mes de febrero mantuvieron el Jefe de Gabinete de Ministros Nicolás Posse y el titular de la AFI, Silvestre Sivori, en la ciudad de Florida (EEUU) con el Jefe del Estado Mayor del Comando Sur (SOUTHCOM), Scott Jackson, para abordar la agenda sobre seguridad regional; los acuerdos posteriores a la visita del Director de la CIA, William Burns, a la argentina que derivó en acuerdos con la CIA y el Mossad para hacer inteligencia sobre terrorismo, narcotráfico, la Triple Frontera y el acuerdo de cooperación en materia de ciberseguridad mediante, entre otras cosas, la provisión de equipamiento especializado para nutrir al Comando Conjunto y al instituto educativo que funcionan en el ámbito de las Fuerzas Armadas.

El abandono de la histórica posición neutral y la profundización en la relación neocolonial con los Estados Unidos en su lucha por mantener la hegemonía frente a China y Rusia, implica materializar mediante acciones concretas en el territorio una vulnerabilidad que no tiene antecedentes en la historia argentina y que compromete las capacidades de movimiento de cualquier tipo de defensa de nuestra Nación ya sea en lo militar como así también en lo comercial, lo cultural como de los intereses vitales. 

Luego de reunirse en la Casa Rosada con la jefa del Comando Sur, Generala Laura Richardson, el Presidente de la Nación Javier Milei se trasladó, durante la noche, a la ciudad de Ushuaia donde, junto a la militar estadounidense, anunció entre otras cosas que la base naval integrada que se comenzó a construir en la ciudad austral tendrá participación de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

De esta manera, con el Archipiélago de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur bajo ocupación militar británica y el posicionamiento militar norteamericano en Tierra del Fuego (Uno de los tres principales espacios insulares de la República Argentina) se genera un corte perfecto en el centro geográfico de nuestra Nación bicontinental, creando una vulnerabilidad no solamente a la soberanía argentina sobre el continente Antártico sino sobre el sur del Mar Argentino el cual será, además, teatro de operaciones conjuntas con el portaaviones estadounidense de propulsión nuclear, USS George Washington (el sexto barco de la clase Nimitz) de 332mts. de eslora, con una capacidad de ataque que incluye 90 aeronaves entre aviones del tipo F-35C Lightning II y helicópteros tanto de rescate como de combate.

De esta manera el principal enemigo de nuestro país, el Reino Unido de Gran Bretaña, logra objetivos planteados en el Concepto Operativo Integrado británico 2025 a partir, además, de un fuerte respaldo con presencia militar norteamericana que se suma a los 1500 efectivos del Ejército y la Marina Británicos desplegados en Malvinas,  la presencia de efectivos de Ingenieros Reales y de la Artillería Real (RA), el sistema de defensa aérea Sky Sabre, cuatro cazas cazas Typhoon Tranche 1, y el patrullero oceánico HMS Forth y la rotativa presencia de submarinos de la clase Vanguard  portadores de 12 Misiles Trident II D5 Balisticos con carga nuclear y con capacidad de ataque de unas 4.000 millas náuticas y Torpedos Spearfish de última generación.

Desde 2015, se produjeron en territorio argentino y sobre su población el despliegue de una serie de instrumentos vinculados a la guerra híbrida como lo son las acciones de guerra psicológica, política, judicial, comunicacional, cibernética, minería de datos, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, etc. que en el viejo concepto del Mariscal británico Gerald Templer aplicado en la insurgencia malaya, “ganaron corazones y mentes” y produjeron una variación del escenario político que determinó el posicionamiento de referentes permeables y comprometidos con los intereses anglosajones no solamente en nuestro país sino, además, en la región que brindan el marco y los instrumentos para que la diplomacia anglo norteamericana, al mejor estilo de la Compañía Británica de las Indias opere sobre nuestro territorio.

El riesgo de fragmentación está presente nos queda esperar a tener mejor suerte, así como también mejores dirigentes políticos, y no sufrir el colapso conocido como el “Raj Británico” en donde, durante 1947, se produjo la división de la India a partir de las decisiones del último virrey de la India, Lord Mountbatten, quien elaboró un plan de partición del entonces subcontinente luego del estudio realizado por el abogado británico Cyril Radcliffe, a partir del cual se crearon primero dos entidades políticas completamente diferenciadas: la Unión India, país de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. Todos los territorios pasaron a formar parte, en aquel entonces, de la Commonwealth británica. Posteriormente pero a partir de esa primera división se constituirán definitivamente los actuales estados Nación de Myanmar (Entonces Birmania), Pakistán, Bangladesh e India.

Daniel Symcha Periodista productor en Mestiza Radio Universidad Nacional Arturo Jauretche. Maestrando en Estrategia y Geopolítica (ESG UNDEF) 

Una mirada en profundidad del mundo multipolar, en el que la Argentina busca aliarse a una potencia en repliegue.

Por Eduardo Vior Analista Internacional miembro de Dossier Geopolitico

Eduardo Vior, es periodista, magister en ciencia política, doctor en ciencias sociales y en sociología y dedica su profesión al análisis de las relaciones internacionales y a la evolución de la geopolítica, hace un profundo análisis del contexto mundial, en el que prima la multipolaridad y la paulatina pérdida de la hegemonía de Estados Unidos, potencia con la cual el gobierno argentino actual se alínea de una forma incomprensible, poniendo en serio riesgo el proceso de recuperación de nuestro territorio insular y el futuro de la porción antántica.

Programa difundido por: https://lagrappacontenidos.net.ar/2024/04/entrevista-a-eduardo-vior-2/

El Sahel africano se está rebelando contra el neocolonialismo occidental: expulsando tropas y bases extranjeras, ideando monedas alternativas y desafiando a las viejas multinacionales. Después de todo, la multipolaridad no puede florecer sin que haya resistencia que allane su camino.

Por Pepe Escobar

El surgimiento de  Ejes de Resistencia  en diversas geografías es un subproducto inextricable del largo y sinuoso proceso que nos lleva hacia un mundo multipolar. Estas dos cosas –la resistencia a la hegemonía y el surgimiento de la multipolaridad– son absolutamente complementarias. 

El Eje de Resistencia en Asia Occidental –a través de los Estados árabes y musulmanes– ahora se encuentra como su alma hermana al Eje de Resistencia que abarca el Sahel en África, de oeste a este, desde Senegal, Malí, Burkina Faso y Níger hasta Chad. , Sudán y Eritrea. 

Estados africanos del Sahel

A diferencia de Níger, donde el cambio de poder contra el neocolonialismo estuvo asociado a un golpe militar, en Senegal el cambio de poder surge directamente de las urnas. 

Senegal se sumergió en una nueva era con la aplastante victoria de Bassirou Diomaye Faye, de 44 años, en las elecciones nacionales del 24 de marzo. Faye, ex inspector fiscal que acababa de pasar quince días en prisión, emergió con el perfil de un líder panafricano desvalido para poner patas arriba la «democracia más estable de África», bajo el gobierno del título francés Macky Sall. 

El presidente entrante de Senegal es une ahora a Ibrahim Traore, de 36 años, en Burkina Faso, Aby Ahmed, de 46 años, en Etiopía, Andry Rajoelina, de 48 años, en Madagascar, así como a la futura superestrella Julius Malema, de 44 años, en Sudáfrica como parte del nuevo, La joven generación panafricana se centró en la soberanía. En su manifiesto electoral, Faye se comprometió a reclamar la soberanía de Senegal no menos de  dieciocho  veces.  

La geoeconomía es clave para estos cambios. A medida que Senegal se convierta en un importante productor de petróleo y gas, Faye intentará renegociar los contratos de minería y energía, incluidos los más importantes con British Petroleum (BP) y el operador de minas de oro del Reino Unido, Endeavor Mining. 

Fundamentalmente, planea deshacerse del explotador franco CFA –el sistema monetario controlado por Francia y utilizado en 14 estados africanos– e incluso crear una nueva moneda como parte de la remodelación de las relaciones con la potencia neocolonial Francia, el principal socio comercial de Senegal. Faye, haciéndose eco de la camarada Xi Jinping, quiere una asociación en la que todos ganen. 

Entra en la Alianza de los Estados del Sahel

Faye aún no ha dejado claro si tiene intención de expulsar al ejército francés de Senegal. Si eso sucediera, el golpe a París no tendría precedentes, ya que el asediado Petit Roi Emmanuel Macron y el establishment francés consideran a Senegal el actor clave a la hora de bloquear a Níger, Malí y Burkina Faso, países sin salida al mar, que ya han abandonado París en el ( Sahel) polvo.  

Los tres últimos Estados, que acaban de formar una Alianza de Estados del Sahel ( Alianza des Etats du Sahel , AES, en francés original), no sólo son una gran pesadilla en París después de humillaciones en serie, sino también un gran dolor de cabeza para Estados Unidos, resumido en el espectacular ruptura de la cooperación militar entre Washington y Niamey, la capital de Nigeria. 

El culpable, según el Estado Profundo estadounidense, es, por supuesto, el presidente ruso Vladimir Putin. 

Obviamente, nadie en la circunvalación estadounidense ha estado prestando la debida atención a la agitación diplomática entre Rusia y África desde el año pasado, que involucra a todos los actores clave desde el Sahel hasta los nuevos miembros africanos del BRICS, Egipto y Etiopía.

En marcado contraste con su anterior consideración de Níger como un aliado incondicional en el Sahel, Washington se ve ahora obligado a presentar una fecha calendario para sacar sus tropas de Níger, después de que se anulara un acuerdo de cooperación militar. El Pentágono ya no puede participar en entrenamientos militares en territorio nigerino.

Hay dos bases clave –en Agadez y Niamey– en cuya construcción el Pentágono gastó más de 150 millones de dólares. Niamey se terminó recién en 2019 y está administrado por el Comando Africano del ejército estadounidense, AFRICOM.

Como era de esperar, los objetivos operativos están envueltos en un velo de misterio. La base de Niamey es esencialmente un centro de inteligencia que procesa datos recopilados por drones MQ-9 Reaper. La Fuerza Aérea de Estados Unidos también utiliza el aeródromo de Dirkou como base de operaciones en el Sahel.

Ahora las cosas se ponen realmente interesantes, porque ni siquiera se reconoce la presencia de una base de facto de drones de la CIA en Dirkou, tripulada por un puñado de agentes. Esta base oscura permite la recopilación de información en todas partes de África Central, de oeste a norte. Llámelo otro ejemplo clásico de «Mentimos, engañamos, robamos» del ex director de la CIA Mike Pompeo.

Hay aproximadamente 1.000 soldados estadounidenses en Níger que pronto podrían enfrentar la expulsión. Los estadounidenses están intentando todo lo posible para detener la hemorragia. Sólo este mes, la subsecretaria de Estado de Estados Unidos para África, Molly Phee, visitó Níger dos veces. La pérdida de bases en Níger se traducirá en que Washington siga a París y pierda el control del Sahel, a medida que Níger se acerque a Rusia e Irán. 

Estas bases no son esenciales para ejercer vigilancia sobre Bab al-Mandeb; se trata del Sahel, con drones operando al límite y violando todo espacio aéreo soberano a la vista. 

Por cierto, una numerosa delegación de Niamey visitó Moscú en enero. Luego, la semana pasada, Putin discutió la cooperación en materia de seguridad en llamadas telefónicas con el presidente interino de Malí, Assimi Goita, y el presidente de la junta militar de Níger, Abdourahmane Tchiani, antes de hablar con el presidente de la República del Congo, Denis Nguesso. 

Costa de Marfil: el cambio del Imperio

Los regímenes títeres pro-occidentales están disminuyendo rápidamente en todo el continente africano. La Alianza de los Estados del Sahel (Malí, Burkina Faso y Níger) puede ser la vanguardia de un Eje de Resistencia Africano, pero hay más, en la forma de Sudáfrica, Etiopía y Egipto como miembros plenos de los BRICS, por no hablar de graves candidatos para la próxima ola de BRICS+, como Argelia y Nigeria.  

Rusia, en el plano diplomático, y China, en el plano comercial, además de todo el peso de la asociación estratégica entre Rusia y China, están claramente centrados en el juego a largo plazo, contando con África en su conjunto como actor multipolar clave. Se proporcionaron pruebas adicionales una vez más durante la  conferencia multipolar del mes pasado en Moscú , donde el carismático líder panafricano Kemi Seba de Benin fue una de las superestrellas. 

Los círculos diplomáticos paneurasiáticos incluso se permiten bromear sobre los recientes ataques de ira de Le Petit Roi en París. La absoluta humillación de Francia en el Sahel es probablemente uno de los impulsores de las fuertes amenazas de Macron de enviar tropas francesas a Ucrania (que los rusos convertirían en filete tártaro en un tiempo récord) y su entusiasmo por apoyar las actuales maniobras rusofóbicas de Armenia. .

Históricamente, el hecho es que los africanos consideraban a la antigua URSS mucho más flexible e incluso solidaria cuando se trataba de desviar recursos naturales; esa buena voluntad ahora también se ha transferido a China. 

Como plataforma de integración regional, la Alianza de los Estados del Sahel tiene todo lo necesario para cambiar las reglas del juego. Senegal bajo Faye podría eventualmente unirse, pero Guinea ya ofrece la capacidad geográfica para brindar a la alianza un acceso marítimo creíble. Esto conducirá a la extinción progresiva de la CEDEAO, con sede en Nigeria y controlada por Occidente. 

Sin embargo, nunca descartes los poderosos tentáculos del Hegemón. El plan maestro del Pentágono no implica abandonar África a una esfera de influencia multipolar entre Rusia, China e Irán. Sin embargo, ya nadie en el Eje de Resistencia del Sahel compra la carta de «amenaza terrorista» de Estados Unidos. Prácticamente no hubo terror en África hasta 2011, cuando la OTAN convirtió a Libia en un páramo, luego puso tropas en el terreno y erigió bases militares en todo el continente.

Hasta ahora, la Alianza de los Estados del Sahel está ganando, sin lugar a dudas, la guerra de la información que prioriza la soberanía. Pero no hay duda de que el Imperio contraatacará. Después de todo, todo el juego está ligado a la paranoia suprema de la Circunvalación de Rusia de que Rusia se apodere del Sahel y de África Central. 

Ingrese Costa de Marfil, ahora que Senegal puede estar a punto de empezar a coquetear con la Alianza de los Estados del Sahel. 

Costa de Marfil es más estratégica para Washington que, por ejemplo, Chad porque el territorio marfileño está muy cerca de la alianza del Sahel. Aún así, Chad ya ha recalibrado su política exterior, que ya no está controlada por Occidente y viene con un nuevo énfasis en acercarse a Moscú. 

¿Qué le espera al Imperio? Quizás los drones ‘antiterroristas’ estadounidenses compartidos con París en la base francesa en Costa de Marfil para mantener bajo control la alianza del Sahel. Llámelo el gallo galo humillado que abraza a la hegemonía en África occidental sin recibir ni siquiera las migajas de un croissant rancio.  

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle.

Con su “Global Britain”, lanza programas de defensa de Norte a Sur que no puede financiar.

Por Eduardo Vior analista internacional miembro de Dossier Geopolitico

Antes de fin de 2024 se realizarán en Gran Bretaña elecciones generales en las que, después de 14 años, muy probablemente el Laborismo volverá al gobierno. La última encuesta de YouGov da al actual partido opositor 468 diputados contra 98 que retendría el Partido Conservador. Dado el reciente giro del Partido Laborista hacia el centro, empero, el cambio de gobierno no implica necesariamente que vaya a haber fuertes modificaciones en todas las políticas públicas, como por ejemplo en la política exterior y de defensa. Los dos partidos coinciden en mantener el rol del Reino Unido como una de las grandes potencias mundiales. Para ello deben financiar el despliegue mundial de su Marina de Guerra, que abarca hasta la Argentina, y reforzar el potencial de su intervención militar en Europa Oriental, aunque la debilidad de su economía y el rechazo de su población les juegue en contra.

Aunque no lo propició abiertamente, el Partido Conservador aceptó la decisión del referéndum de 2016 sobre el Brexit y llevó adelante las negociaciones con la Unión Europea hasta la salida definitiva en 2020. En ese momento, el entonces primer ministro Boris Johnson se comprometió a negociar un tratado con el bloque europeo que después postergó indefinidamente. Los vínculos entre ambas partes quedaron en el limbo. Por el contrario, los laboristas quieren una relación mucho más estrecha con la UE, particularmente con Francia y Alemania, y muy especialmente en materia de defensa. 

La política exterior de un eventual gobierno laborista se caracterizaría por su fuerte acentuación ideológica. Para Labour, la contradicción principal de la política mundial se da entre democracias y dictaduras. Entre las últimas, su líder, Keir Starmer, cuenta a Rusia, Azerbaiyán (por su ataque a Armenia), Irán, China y Corea del Norte. Consecuentemente, aboga por la inmediata incorporación de Ucrania a la OTAN, lo que habilitaría –lo dice explícitamente– la imposición de una zona de exclusión aérea para impedir a la aviación rusa bombardear Ucrania y el envío de tropas para defender a Kiev. Al mismo tiempo, el líder laborista insiste en denunciar la complicidad de los conservadores con oligarcas rusos y el financiamiento del Brexit con fondos de Moscú.

No obstante el fragor de la campaña electoral que ya se anuncia, la mayoría de los británicos no ve ninguna diferencia en el apoyo de ambos partidos a la política israelí hacia la Franja de Gaza así como en la política de defensa en general. Los dos coinciden en equilibrar la relación con China, en el desarrollo de la economía mundial, la alianza transatlántica y el apoyo continuado a Ucrania. También se asemejan en su falta de alternativas para el caso de que las elecciones parlamentarias europeas de este junio conduzcan a la formación de un fuerte bloque antieuropeista, o de que en noviembre próximo Donald Trump recupere la presidencia de Estados Unidos.

Por cierto, existen algunas diferencias entre las visiones de política exterior de los partidos. La más notable es la “seguroeconomía” de la eventual canciller laborista Rachel Reeves, que centra la política exterior en la protección de las cadenas de suministro y desalienta la deslocalización de industrias críticas. La formalización de la cooperación en materia de seguridad con la UE y una mayor atención a la lucha contra las finanzas ilícitas son otras notas peculiares de la política exterior laborista. 

Los dos partidos intentan, con todo, equilibrar la necesidad de mantener relaciones con China, cuyas acciones en materia de cambio climático, pobreza mundial y tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, serán importantes para el Reino Unido, con el cuestionamiento que hacen de  su historial en derechos humanos. Sobre todo, ambos quieren proteger los activos, las infraestructuras y las cadenas de suministro británicas de una excesiva dependencia de China.

El Indo-Pacífico

En un principio, los laboristas se mostraron reticentes al plan del actual gobierno para un mayor despliegue diplomático y militar en el Indo-Pacífico, pero más recientemente el eventual ministro de Defensa laborista, John Healey, se ha comprometido a aprovechar la inclinación hacia la región y a hacer que funcione el pacto AUKUS con Australia y Estados Unidos. 

La reorientación del Reino Unido hacia el Indo-Pacífico ha aumentado la importancia de Gran Bretaña en la región. A medida que se aleja la espumosa retórica post-Brexit de la Global Britain (Gran Bretaña Global), Londres está buscando cómo desarrollar más sólidamente su reinserción en la vasta región entre el Océano Índico y el Pacífico. No altera su Concepto Operativo Integrado (IOC, por su nombre en inglés) de 2021, que daba un enorme relieve al softpower, pero desplaza el peso de los factores hacia el poder duro.

Para ello, el instrumento principal es la expansión y desarrollo tecnológico de la Royal Navy. En medio de la escalada de tensiones en Asia Occidental, el Reino Unido reforzó su presencia naval en la región del Golfo y el secretario de Defensa del gobierno de Rishi Sunak, Grant Shapps, subrayó la importancia de hacerlo.

Al mismo tiempo, una fuerza operativa de ocho países dirigida por el Reino Unido inició a fines de 2023 patrullas desde el Canal de la Mancha hasta el Mar Báltico. El objetivo de esta iniciativa es proteger de posibles amenazas los cables submarinos vitales para Europa. Con una media diaria de 50 grandes buques mercantes atravesando el estrecho de Bab-el-Mandeb y el doble de ellos pasando por el estrecho de Ormuz, la protección de estos activos submarinos críticos es asimismo primordial. El bloqueo del movimiento yemenita Ansar Alá al pasaje por el estrecho de Bab el Mandeb de buques hacia Israel, así como el corte del cable de Internet submarino en ese mismo lugar, muestran la vulnerabilidad de las líneas de suministro occidentales.

El rearme naval británico

En su discurso ante la Conferencia sobre Poder Naval (Sea Power Conference), celebrada en Londres el 17 de mayo de 2023, el jefe de la Marina Real Británica, Ben Key, resumía así el programa de construcción naval en marcha: “Hace poco más de un año hablé en Rosyth, donde se están construyendo nuestras fragatas de tipo 31, y lancé un llamamiento a la industria para que no se limitara a ser contratista, sino que se asociara a nuestro viaje en el desarrollo de la flota del futuro. Han respondido y en la actualidad tenemos encargados o en construcción 16 buques y 6 submarinos y eso sólo representa los principales programas de capital. Las inversiones en la Royal Navy –continuó–, incluso en los últimos 12 meses, han sido significativas: tres nuevos buques de Apoyo Sólido a la Flota, otros cinco Tipo 26 han sido encargados. El SSN-AUKUS está en fase de diseño. El HMS Anson se ha unido a la Flota. Muy pronto entrarán en servicio el RFA Proteus y el RFA Stirling Castle”. Este programa se continuó hasta la actualidad.

A largo plazo, la Royal Navy podría modernizar su persistente presencia en la región con patrulleras de altura de la clase River, para convertirlas en fragatas de Tipo 31, más aptas para el combate. Estos nuevos despliegues complementan la presencia regional del Reino Unido, que ya incluye destacamentos permanentes en Brunei y Singapur. Una red ampliada de agregados de defensa está siendo asimismo coordinada en el Sudeste Asiático y Oceanía y se espera que un próximo acuerdo con Mauricio permita al Reino Unido y a Estados Unidos seguir utilizando la base militar de Diego García.

Cualquier papel del Reino Unido en una crisis o conflicto real en el Indo-Pacífico tendría que calibrarse teniendo en cuenta la situación de seguridad europea. Un apoyo en Europa o la provisión de seguridad marítima que libere fuerzas estadounidenses podría ser tan valioso como cualquier contribución militar directa en el Indo-Pacífico. Aun así, la presencia cada vez más visible del Reino Unido en el Índico y el Pacífico, coordinada hasta cierto punto con Francia y otros países europeos, debería tener un efecto disuasorio para cualquier adversario.

Una vez tenidos en cuenta los compromisos con Ucrania, los arsenales de municiones y las contingencias por exceso de gasto en la disuasión nuclear, el presupuesto de defensa del Reino Unido debería aumentar un 1,8% en términos reales durante este ejercicio, manteniendo el gasto por encima del 2% del producto interior bruto. 

Al exponer la visión laborista de una Britain Reconnected (Gran Bretaña reconectada), el probable futuro ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, abogó por aliarse con Australia y otros países para enfrentar el “giro autoritario” del líder chino Xi Jinping. Sin embargo, los laboristas parecen más escépticos que los conservadores sobre la inseparabilidad de la seguridad europea y la indopacífica. En Britain Reconnected, Lammy aceptó el AUKUS, pero advirtió que los compromisos del Reino Unido con el Indo-Pacífico “no pueden ir en detrimento de nuestros compromisos de seguridad en Europa”.

Parte del escepticismo laborista probablemente refleje preocupaciones más amplias sobre la sobrecarga de Estados Unidos y las prioridades de un posible segundo gobierno de Trump. La “gran estrategia” del Reino Unido se cimenta sobre la alianza con EE.UU. que, a su vez, se complementa con los Cinco Ojos (Five Eyes), la coalición de inteligencia y seguridad de EE.UU. con el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, con AUKUS y con Quad (EE.UU., India, Gran Bretaña y Asutralia). El concepto de defensa colectiva se ha transformado así en un elemento central de la estrategia mundial británica. La posibilidad de responder unilateralmente a un adversario parece estar fuera de discusión. 

Malvinas y otras áreas de patrullaje

A estos teatros principales de operaciones se añaden los patrullajes de rutina en el Atlántico Sur. Ello incluye obviamente las Islas Malvinas, visitadas recientemente por David Cameron, el expremier conservador y hoy secretario de Estado para Asuntos Exteriores en el gobierno de Sunak, y otras islas argentinas como Georgias del Sur, toda una zona donde Londres ha ampliado unilteralmente una zona de exclusión pesquera y avanza en un puerto a favor de los kelpers y de la defensa británica. La cancillería argentina llamó la atención de la embajadora Kirsty Hayes en Buenos Aires por estas acciones, pero para Gran Bretaña todo es cordialidad por parte del nuevo gobierno argentino, cuyo presidente Javier Milei mantuvo un encuentro con Cameron en Davos hace dos meses, acompañado por su canciller Diana Mondino.

Los patrullajes también incluyen al Océano Antártico (yuxtapuesto con las áreas reclamadas por Argentina y Chile), el Atlántico Norte, el Océano Índico y el Pacífico Sur. 

El área de despliegue de la Marina Real Británica es inmensa y supera completamente las posibilidades reales de su fuerza naval, que ésta intenta compensar con su programa de construcciones. Sin embargo, éste debería continuarse durante décadas, para satisfacer las ambiciones de poder del reino.

Sin el apoyo de Estados Unidos, Gran Bretaña no puede sostener duraderamente su presencia mundial. Si Donald Trump vuelve al gobierno y concentra las menguadas fuerzas de su país en la confrontación con China, Gran Bretaña se va a ver desprovista de apoyo en el teatro europeo, el Atlántico Sur y el Antártico. Si, además, una importante minoría antieuropeista en el Parlamento Europeo obstruye los planes de defensa de los partidos hoy dominantes, Gran Bretaña estará obligada a emprender un esfuerzo adicional para enfrentar a Rusia.

La alta coincidencia de ambos partidos británicos en política exterior y de defensa implica asumir costos que la economía británica no puede solventar y su sociedad no está dispuesta a acompañar. Si, como parece, los laboristas acceden al gobierno antes de fin de año, tendrán que calibrar muy bien entre mantener su base electoral o continuar las aventuras de sus predecesores.

El Departamento de Defensa de EEUU. ha abierto las puertas a una serie de pequeñas empresas desde finales de 2022, cuando decidió crear una nueva estructura: la Oficina de Capital Estratégico (Office of Strategic Capital).

Por Leonid Savin(*)

Como también fue anunciado (1) en su creación, la nueva administración para ello tuvo que superar al llamado “Valle de la Muerte”, que durante mucho tiempo impidió al Pentágono introducir nuevas tecnologías.

El “Valle de la muerte” es, en esencia, un fenómeno burocrático en el que las nuevas oportunidades asociadas con las tecnologías innovadoras que son financiadas por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, no se materializan debido a la brecha existente entre los desarrolladores de los productos y sus implementadores.

Sin lugar a dudas, la razón de este problema fue el fracaso de la “Tercera Estrategia de Compensación” (2) (o compensación) que había sido anunciada por el ex Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Ash Carter, en 2015. Ahora, el creciente poderío militar de China, unido a sus innovaciones tecnológicas y luego la experiencia del conflicto ucraniano, ha estimulado a la comunidad militar de los Estados Unidos a revisar su política de defensa, incluido el trabajo con contratistas.

Durante más de un año, la oficina ha estado investigando los problemas relacionados con la brecha antes mencionada y parece haber encontrado cómo resolverlos. El 9 de marzo de 2024, el Pentágono emitió oficialmente una nueva estrategia (3) de inversión, que se relaciona directamente con la Oficina del Capital Estratégico.

En la misma se señala que la oficina presta especial atención a la financiación de inversiones para aumentar el capital disponible, en lugar de utilizar instrumentos basados en adquisiciones, como contratos o subvenciones, para incrementar el gasto público directo en innovación y aumentar las oportunidades. La oficina complementa las visiones existentes del Departamento de Defensa para aumentar la innovación tecnológica.

De tal manera, las organizaciones innovadoras existentes dentro del Departamento de Defensa deberán utilizar las subvenciones y contratos de creación de prototipos. Por el contrario, la oficina se enfoca en programas de inversión de capital tanto para inversionistas como para compañías que utilizan instrumentos financieros tipo préstamos y garantías de crédito en asociación con otros departamentos o agencias federales. A su vez, estos programas de inversión de capital atraen y amplían el capital privado que se va a invertir en tecnologías críticas…, la oficina se apresta a utilizar las mejores prácticas de entre los más de 100 programas federales de crédito existentes.

Esto significa que el Pentágono se está convirtiendo en una suerte de entidad bancaria que emite bonos y préstamos para ser invertidos en el sector que a ellos les interesa. Obviamente, no se trata de una industria establecida que compite con los gigantes del complejo militar-industrial de los Estados Unidos: compañías como Lockheed Martin, Boeing, RTX (anteriormente Raytheon), General Dynamics, Northrop Grumman, L3Harris Technologies LHX, etc., que tienen un poderoso lobby en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y en el propio Pentágono y ocupan el nicho principal en la creación de sistemas y plataformas de armamentos. Con ellos continuará la cooperación según el modelo establecido.

En este caso se trata de un grupo de lo que se conoce como “capital de riesgo” y que está vinculado, principalmente, a Silicón Valley, que es donde se realizan algunas de las tecnologías de vanguardia que luego se concretan en las mega corporaciones.

Pero ahora, en un contexto signado por ciertos problemas con la financiación debido a la ruptura de la cadena de suministro con la base industrial, el escenario se presenta como una buena oportunidad para confiar en los militares. Aunque el dinero, basado en los datos de la nueva estrategia, se tomará, principalmente, de los bolsillos de los contribuyentes.

La Estrategia describe el siguiente algoritmo de acción:

1. El Departamento o agencia correspondiente proporciona fondos para cubrir los costos derivados del cálculo del riesgo para el programa de inversión (especificado como cinco por ciento).

2. El tesoro proporciona al beneficiario del préstamo el saldo de los fondos, que se muestra aquí como el 95 por ciento restante no cubierto por el cálculo de riesgo del cinco por ciento del programa del departamento o agencia respectivo.

3. Para los programas que involucran compañías de inversión de pequeñas empresas, se requiere que los proveedores de capital privado recauden fondos de inversión adicionales, lo que se muestra en la estrategia como una duplicación del monto del préstamo otorgado por el gobierno de los EEUU.

En total, hay 14 áreas en las que se capta activamente el capital para necesidades militares. Estos son los nano materiales y los meta materiales; la biotecnología; la bioenergía; las tecnologías 5G y las redes de radio abiertas; los soporte de sensores; la microelectrónica; las tecnologías de ensamblaje; la ciencia cuántica: computación, seguridad y sensores; baterías, y tecnología espacial.

Aparentemente, la decisión de crear tales mecanismos de financiación en interés del Pentágono ha sido precedida por la experiencia de años anteriores.

Silicón Valley

Como escriben ciertos autores en un artículo (4): “Cómo Silicón Valley aprendió a amar a Estados Unidos, los drones y la fama”, publicado en el Washington post; entre 2021 y 2023, los inversionistas colocaron 108 mil millones de dólares en compañías de tecnología militar, con esos fondos crearon una serie de herramientas avanzadas, incluidos misiles hipersónicos, dispositivos portátiles que mejoran el rendimiento y sistemas de vigilancia satelital. Según Pitch Book, el mercado de las tecnologías de defensa crecerá hasta los 184,7 mil millones de dólares para 2027.

El texto menciona compañías innovadoras como Andreessen Horowitz, Anduril, Shield AI, Skydio, que están interesadas en trabajar para la industria de defensa estadounidense, y otras como Apollo Defense (5), las que atraen a talentos jóvenes e incluso, estimulan a los estudiantes a crear sus propios proyectos en el campo de la tecnología de defensa o a trabajar en una de ellas.

Por cierto, la rotación del sector militar en el campo de las tecnologías de punta y viceversa es una práctica típica de los Estados Unidos. Podemos recordar a Regina Duncan, quien desde 1996 trabajó en la agencia de tecnología de defensa avanzada DARPA, y en 2012 se trasladó a Google. Y el ex subdirector general de Apple, Tim Cook, quien fue nombrado para dirigir la división de innovación de defensa, informando directamente al Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin.

Bien parecido es lo que ocurrió con el contrato del Pentágono (6) con la compañía SpaceX de Elon Musk para proporcionar a las fuerzas armadas de Ucrania los terminales Starlink de comunicaciones, que resultó ser solo la punta del iceberg. Al final se conoció que existía un “contrato secreto” (7) por 1,8 mil millones de dólares con la oficina nacional de inteligencia espacial militar, dependiente del Pentágono. Según las fuentes, los satélites son capaces de rastrear objetivos en la tierra “casi en cualquier parte del mundo” y transmitir instantáneamente los datos a los exploradores y militares.

En el contexto de ciertos planes previamente anunciados para poner próximamente en la órbita baja de la tierra cientos de satélites, este “doble fondo” en la compañía de Musk parece otra expansión de los tentáculos del Pentágono a través de las compañías de Inteligencia Artificial (IA), como anteriormente lo hicieron con Google, Amazon y Facebook, atrayéndolos como contratistas en una serie de temas específicos, desde la realización de operaciones de información y psicológicas hasta el desarrollo de programas informáticos y aplicaciones especiales.

Pero teniendo en cuenta toda la historia de la toma de decisiones políticas en los Estados Unidos y la base misma del sistema político conocido como el “triángulo de hierro”, es decir, la relación entre los miembros del Congreso, la burocracia y los grupos de interés, se puede concluir que esta nueva simbiosis se creó más bien en interés del propio capital de riesgo. Y todavía queda por verse si el Pentágono puede asumir estas innovaciones dentro de sus propias reglas y restricciones, o si tal vez se convertirá en rehén de un nuevo modelo de relaciones.

En cualquier caso, tal cooperación conducirá a la militarización de la conciencia de cientos de pequeñas empresas y empresas que verán esto como una oportunidad para maximizar sus ganancias. Y, como en el caso de SpaceX, siempre quedará una sospecha: ¿no es otra compañía innovadora que promete mejorar la vida de los ciudadanos comunes, o será un contratista del Departamento de Defensa de los Estados Unidos que trabaja, en primer lugar, para la máquina de guerra estadounidense?

(Traducción del ruso: Oscar Julián Villar Barroso. Doctor en Ciencias Históricas y Profesor Titular de la Universidad de La Habana)
rmh/ls

(1) https://govciomedia.com/new-office-to-help-pentagon-address-innovation-valley-of-death/

(2) https://www.realcleardefense.com/articles/2015/02/23/ash_carter_invest_in_the_offset_strategy__107654.html

(3)https://media.defense.gov/2024/Mar/09/2003409961/-1/-1/0/FY24-INVESTMENT-STRATEGY-FOR-THE-OFFICE-OF-STRATEGIC-CAPITAL-DISTRIBUTION-STATEMENT-A-%20APPROVED-FOR-PUBLIC-RELEASE.PDF

(4)https://www.google.com/url?sa=D&q=https://www.washingtonpost.com/technology/2024/02/17/silicon-valley-military-tech-defense-contractors/&ust=1711029480000000&usg=AOvVaw1WQKGNrQ5akhhZNI7iQPXW&hl=es-419&source=gmail

(5) https://www.apollodefense.group

(6) https://defensescoop.com/2023/06/01/pentagon-contracting-with-spacexs-starlink-to-provide-satellite-communication-capabilities-for-ukraine/

(7) https://www.forbes.ru/tekhnologii/508273-reuters-uznal-o-sekretnom-kontrakte-spacex-s-pentagonom-po-zapusku-sputnikov-spionov

(*) Leonid Savin Director de la Fundación Fidel Castro para el desarrollo de las relaciones ruso-cubanas, con sede en Moscú; investigador científico asociado de la Universidad de Rusia de la Amistad con los Pueblos (RUDN); miembro de la sociedad científica militar del Ministerio de Defensa de Rusia; autor de numerosos libros sobre temas vinculados con conflictos, la geopolítica y las relaciones internacionales, publicados en inglés, español, italiano, portugués y persa.

”El atentado terrorista de Moscú lleva el sello de “los de siempre”, es parte de la guerra híbrida global fragmentada y demuestra la derrota y el fracaso de la OTAN en Ucrania“.

Alrededor de este concepto, el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele plantea su columna del Club de La Pluma, al abordar la matanza en el Crocus City Hall de Moscú, el pasado 22 de Marzo. También tiene palabras, “en este doloroso domingo de Pascua”, para miles y miles de trabajadores estatales argentinos, despedidos sin justa causa y en una acción inhumana de salvajismo político del gobierno de Milei.

Sobre el asesinato en Rusia de más de 140 civiles y centenares de heridos, primero desmenuza algunos puntos claves del tema como:

  • Que todo atentado terrorista se realiza con fines políticos.
  • Que desde el éxito que tuvo EEUU en los 80 al adiestrar y armar Talibanes en su guerra contra la ex Unión Soviética, Occidente siempre recurre al expediente del terrorismo como forma de intervención planetaria para desestabilizar países incómodos y para luego someterlos con el argumento de combatir ese mismo mal.
  • Que no existe un terrorismo internacional organizado sin un poder estatal internacional y orgánico que lo respalde y le dé la suficiente capacidad criminal en cualquier rincón del mundo.
  • Que desde luego, EEUU tiene esa capacidad.
  • Que el ISIS fue una “creación propia” de los servicios secretos occidentales, tal cual lo reconocen Hillary Clinton, Macron, Trump o Boris Jonson, asegurando que “… se equivocaron con sus rebeldes moderados que no pudieron controlar” al darle formación, equipamiento, financiación y armamento.
  • Que el ISIS, como terrorismo internacional yihadista, fundamentalista y de supuesto fundamento musulmán nunca atentó contra Israel, el verdugo de su propio mundo
  • Que el terrorismo fue utilizado por Occidente para poder incrementar el control social, la quita de libertades individuales y los derechos de sus propios ciudadanos.

En cuanto al atentado de Moscú, Pereyra Mele también plantea más preguntas que respuestas:

  • ¿A quién beneficia el atentado, producido a pocos días de la estruendosa victoria de Putin, que tanto irrita a la prensa anglosajona?
  • ¿Por qué rechazan las investigaciones de Moscú, cuando está confirmado que los asesinos entraron por la frontera de Turquía y trataron de huir por la de Ucrania demostrando un enorme respaldo logístico?
  • ¿Qué tipo de fanáticos islamistas son éstos, que huyen en lugar de suicidarse, que actúan por dinero y no por Alá, y que matan durante el Ramadán?
  • ¿Por qué Estados Unidos y sus socios desligaron a Ucrania del operativo de inmediato y faltando aún información?
  • ¿Qué credibilidad tiene que Ucrania no se responsabilizara del atentado, igual que negó la destrucción de los gasoductos del Báltico o el asesinato de la hija del filósofo ruso Duguin y de otros actos terroristas de su evidente autoría?

Y cerrando el tema, nuestro director conjetura sobre la terrible hipótesis que Rusia hubiese reaccionado como Netanyahu cuando el ataque de Hamás en Israel, que desencadenó el horrible genocidio palestino. Desde luego ello no ocurrió gracias a la mesura del gobierno ruso, aunque queda latente la siniestra posibilidad de que esa haya sido la intención de la barbarie, mientras la OTAN sucumbe en Ucrania y sus líderes -como Macrón- levantan vientos de guerra como preludio de un holocausto nuclear.

Eduardo Bonugli (Madrid, (31/03/24)

ANEXOS SOBRE LOS RESPONSABLES DEL TERRORISMO INTERNACIONAL

1 Cómo Estados Unidos creó a Estado Islámico

Donald Trump anunció la muerte de Abu Bakr Al Baghdadi, autoproclamado Califa del Estado Islámico, un grupo terrorista que EE.UU. ayudó a crear con su torpeza en Medio Oriente.

https://www.perfil.com/noticias/columnistas/como-estados-unidos-creo-a-estado-islamico.phtml

2 Las guerras de Hillary Clinton

Como Secretaria de Estado Clinton cerró la mayor exportación de armas de la historia de EE.UU, gran parte destinada al Golfo, y en concreto a Arabia Saudí

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/guerras-hillary-clinton_129_3746396.html

3 Hillary Clinton y el brutal asesinato de Gadafi

El 20 de octubre de 2011 el presidente de Libia, Muammar al-Gadafi fue brutalmente asesinado por una turba de la OTAN respaldada por los «rebeldes», luego de ser golpeado y violado de la manera más brutal. La historia hoy no deja ninguna duda de aquel día no sólo asesinaron al líder libio, sino también a la propia Libia.

4 Impunidad de las potencias: Los financistas del terrorismo en Siria.

Dar armas a terroristas sale muy barato cuando estás en el bando correcto. Durante años y con la excusa de apoyar a los ‘rebeldes moderados’ contra Bashar al-Assad, Estados Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Francia, Reino Unido y más países han entregado armas y dinero a auténticos integristas de la órbita de organizaciones como al-Qaeda e incluso el grupo terrorista ISIS antes de 2014. Y todavía hoy no se ha pedido la cabeza de los responsables.

https://www.annurtv.com/news-53832-impunidad-de-las-potencias-los-financistas-del-terrorismo-en-siria

Javier Benitez entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

En su conflicto con Rusia, Ucrania ha apostado por una táctica que ha enfurecido a EEUU porque le creará serios problemas económicos. Se trata de los ataques sistemáticos que Kiev viene ejecutando desde hace algunas semanas contra refinerías de petróleo rusas, y que están sacando de quicio a Washington por las graves consecuencias que desatarán.

AUDIO:

No es el primer aviso

Anteriormente, EEUU ya le había dado un toque de atención a Ucrania: lo hizo en pasados ataques de Kiev contra infraestructura petrolera rusa. Pero lejos de hacerle caso a su amo, Kiev ha decidido morderle la mano, que es la que le da de comer, al ser el país que lo patrocina desde hace muchísimos años.

Así las cosas, Washington ha instado a Kiev a detener los ataques a la infraestructura energética de Rusia, avisando que los ataques con aviones no tripulados corren el riesgo de hacer subir los precios mundiales del petróleo y provocar represalias, según personas familiarizadas con el asunto.

Las repetidas advertencias de Washington fueron entregadas a altos funcionarios del servicio de seguridad estatal de Ucrania, el SBU, y su dirección de inteligencia militar, conocida como GUR, refirieron las fuentes al Financial Times.

Al respecto, el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, apunta que este conflicto en territorio de Ucrania –donde desde 2014 están presente EEUU, Inglaterra, y posteriormente la OTAN– ha derivado en estas circunstancias.

«Es evidente que el accionar de estos ataques en territorio ruso realizados por fuerzas ucranianas, siempre han contado con la complicidad de Occidente. No nos debemos equivocar: Ucrania carece de satélites internacionales que permitan tener una visión clara de los objetivos sobre Rusia. Por lo tanto, esa información satelital viene de algún lado«, sostiene Pereyra Mele.

Por Vladimir Castillo Soto

La Unión Europea (UE) es una organización relativamente joven, apenas 30 años han pasado desde la entrada en vigencia de los Acuerdos de Maastricht, sin embargo piensa y actúa como lo que realmente es, una anciana con artritis, anquilosada y heredera de una historia de abusos, robos y guerras, lo cual no podrá cambiar ni con la magia del cine ni con la falsificación de la historia. Con esta pesada realidad encima es increíble que la UE pretenda ser ejemplo ético o moral para el resto del mundo. Su capacidad para interpretar, registrar y transmitir la historia con su óptica sesgada debe ser combatida de manera tenaz, eficiente y permanente.

Con toda esta carga negativa que arrastra la UE es imposible que sea realmente apreciada por los países fuera del subcontinente europeo, muchos de los cuales han sufrido en carne propia su colonialismo e imperialismo. Los países del sur, entre ellos los de Latinoamérica, saben por experiencia que en las relaciones con la UE y el resto de occidente siempre está presente una alta dosis de neo-colonialismo, expresado abiertamente, entre muchas otras cosas, en:

  • Los convenios de libre comercio que siempre buscan la manera de continuar extrayendo los recursos de la jungla ventajosamente para sus empresas e intereses;
  • Los acuerdos con organismos multilaterales e iniciativas como el “Global Gateway” cuyas condiciones financieras suelen ser muy desfavorables para los países receptores del sur global y que además imponen condiciones de ajuste muy duras para sus pueblos;
  • El colonialismo real que continúan ejerciendo el Reino Unido, Francia, Dinamarca, Holanda en Martinica, Guadalupe, Guyana francesa, Polinesia francesa, Curazao, Aruba, San Eustaquio, Groenlandia, Isla Malvinas, Sandwich y Georgias del sur, Santa Helena y otros muchos territorios a lo largo y ancho del mundo;
  • Las cobardes guerras de agresión de los Estados Unidos y la OTAN, a la que pertenece prácticamente toda la UE, en contra de países que ejercen su soberanía y no se subordinan al imperialismo;
  • Las írritas, espurias e ilegales sanciones coercitivas unilaterales, violatorias de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas, contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, Irán, China, Corea del Norte, Siria, Bielorrusia, Zimbabue, República Democrática del Congo y muchos otros países, entre ellas destaca el robo descarado de las reservas monetarias y otros activos, evidenciándose con esto lo poco confiables que son como socios económicos;
  • El doble rasero presente en áreas como derechos humanos, justicia, democracia, economía y otros, siendo el peor de los últimos tiempos la postura asumida ante el genocidio que contra el pueblo palestino lleva a cabo el perverso Estado sionista, contra el cual no ha surgido una sola sanción, sino por el contrario se mantiene normal el intercambio comercial, incluso incrementando el de material bélico para continuar el asesinato masivo, principalmente de niños y mujeres palestinas.
  • A través de sus ONGs – Instituto Cervantes, Real Instituto El Cano, Fundación Conrad Adenauer, Fundación Friedrich Ebert, Alianza Francesa y tantas otras – que sirven como instrumento para la intervención en los más variados asuntos internos de los países anfitriones y como entes alienantes y transculturizantes.

Por otra parte, si revisamos algunas de las realidades y políticas que se viven a lo interno de la UE nos encontramos que si de democracia hablamos, todos los altos funcionarios de las estructuras de la UE, quienes toman las decisiones y definen las políticas, son designados “a dedo” por los gobiernos de los Estados integrantes y los lobbys presentes en Bruselas, la mayoría de los cuales representan intereses privados. Solo se eligen directamente los eurodiputados, quienes no suelen tener vínculos reales con los ciudadanos que los eligieron, con las consabidas excepciones que confirman la regla.

Si de libertades hablamos, podemos determinar que la población de la UE ha perdido buena parte las suyas sin darse cuenta o por lo menos sin defenderlas. En cuanto a la libertad de expresión es casi nula, ya que los ciudadanos no tienen acceso a los medios de comunicación, los cuales están muy concentrados, al servicio del gran capital y los gobiernos. Si a las redes sociales nos referimos, encontramos que también son manipuladas por grandes empresas que pueden imponer tendencias y viralizar noticias a su antojo, que venden y compran los datos personales de los ciudadanos y con algoritmos especiales son capaces de influir en la formación de la opinión de los usuarios.

Si se revisa la libertad de recibir información vemos como ha sido cercenada sin ninguna vergüenza después del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, impidiendo a sus ciudadanos tener acceso a las fuentes de información rusas, como Sputnik y RT. Además observamos como acá también afecta la concentración, anteriormente mencionada, de los medios de comunicación masiva, las editoriales y de la industria cultural, los cuales al unísono mal informan, desinforman, tergiversan la realidad y crean matrices de información con el único fin de mantener al jardín en la senda de la conformidad controlada.

Por otro lado la sobrevaluación del euro, la crisis económica iniciada en 2008-2009, los efectos de las sanciones contra Rusia a partir de febrero de 2022 hace que la situación económica de la UE no sea nada halagüeña para la clase trabajadora, que va perdiendo las migajas del estado del bienestar, y a quienes los aumentos de alimentos, servicios, hipotecas y cánones de arrendamiento le afectan negativamente su devenir diario y su futuro, mientras del otro lado, por ejemplo, Rheinmetall, empresa armamentística de la burguesía alemana se ha enriquecido brutalmente desde el 2022, producto de mantener artificialmente viva la guerra en Ucrania hasta el último ucraniano y el apoyo a los genocidas sionistas.

La UE aparenta ser lo que no es. Aunque no se reconozca públicamente se sabe que desde el final de la II Guerra Mundial Europa renunció a su soberanía y anda a la cola de los Estados Unidos, en lo económico, político y militar, y le acompaña con gusto en sus agresiones imperiales

Lamentablemente para todo el mundo los gobernantes occidentales y sus estructuras de poder, entre ellas la UE, siguen comportándose con la prepotencia y arrogancia que les ha caracterizado. Están a punto de provocar una muy peligrosa conflagración mundial, por no querer aceptar que el mundo ha cambiado y que la brutal etapa colonial e imperial occidental está descomponiéndose aceleradamente. Un mundo multipolar indetenible está surgiendo para bien de la humanidad y no lo pondrá detener ni la UE con la OTAN, ni nadie.

Los pueblos europeos tienen el deber de impedir que hombres y mujeres como Macron, Jhonson, Kallas o Von der Leyen y muchos otros del mismo o peor talante logren lanzar al mundo por un despeñadero que parece no tener fondo. Deben luchar por un cambio en su cosmovisión y por la real democratización de la UE y sus estructuras, poniéndolas al servicio verdadero de los ciudadanos.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

Referencias:

  • Chevénement, Jean-Pierre. 2013. 1914-2014, Europa, ¿Fuera de la historia?. Editorial El Viejo Topo, España.
  • Ferrero, Ángel / Böröcz, József / Tulbure, Corina / Suso, Roger. 2014. El último europeo. Editorial La oveja roja, Madrid, España.

FUENTE «REBELION»: https://rebelion.org/la-union-europea-una-vision-desde-la-jungla/

GABRIEL MERINO, JULIÁN BILMES Y AMANDA BARRENENGOA

El Dr. Gabriel Merino autoriza su difusion en el sitio de Dossier Geopolitico

Publicado en: The Tricontinental.org


El siguiente trabajo aborda la última de las tendencias presentadas en una serie de cuadernos en los que se trabajaron distintas dimensiones de los procesos de crisis de hegemonía y transición histórico-espacial en curso, con particular foco en el ascenso de China. Nos proponemos culminarlos enfocándonos en las condiciones emergentes y en las perspectivas que se abren para Nuestra América y el conjunto del Sur Global en medio de estas transiciones y procesos de carácter estructural. La transición histórico-espacial a la que asistimos hoy abre un conjunto de reconfiguraciones y, con estas, posibilidades y nuevos desafíos que a continuación se busca abordar. Se trata de una transformación del propio sistema mundial y así debe entenderse el ascenso de China, inmenso país que hace sólo 70 años era uno de los más pobres del planeta luego del “siglo de humillación”.  Consideramos el escenario actual como una oportunidad histórica para los pueblos del Sur Global,  para volver a construir y fortalecer un proyecto nacional latinoamericano de soberanía, autonomía y justicia social. ARRIBA

Introducción

Como señalamos en los cuadernos anteriores, la referencia al ascenso de China en relación con el declive de EE.UU. como potencia unipolar ha sido el marco general a partir del cual estudiamos la transición histórico-espacial actual. En medio de estos procesos es que situamos la disyuntiva y tensión que recorre nuestra región, entre la profundización de la condición periférica, dependiente y “subdesarrollada” de nuestros países, o la posibilidad para recuperar la apuesta por la autonomía, la integración, la soberanía y la justicia social. Ambas se erigen en posiciones y construcciones opuestas que vienen generando distintas problemáticas, desafíos y oportunidades para los pueblos del Sur Global.

A continuación, estructuramos tres ejes para pensar, desde Nuestra América, la relación entre el declive del poder angloamericano -con centro en EE.UU.- y el avance de China como centro emergente de expansión de las fuerzas productivas y su estrategia alternativa para proyectarse a nivel mundial. En primer lugar, proponemos una reflexión general sobre las transiciones de poder -o hegemónicas- del capitalismo histórico y las oportunidades que abrieron para las periferias y semiperiferias del sistema mundial. 

En segundo lugar, como parte de la transición actual, nos adentramos en las reconfiguraciones que produce el ascenso chino en el Sur Global -antiguo Tercer Mundo-, en general, y con la región latinoamericana y caribeña, en particular. Se indaga en los instrumentos económicos, financieros y diplomáticos que son parte de la estrategia china de acercamiento a la región, qué discusiones, tensiones y posibilidades abren y cómo situamos a China en el marco de las heterogeneidades que coexisten en el Sur Global hoy. Por último, finalizamos planteando una lectura de las oportunidades, tensiones y desafíos que la actual etapa inaugura para nuestra región en términos geopolíticos y geoeconómicos.ARRIBA

La transición como oportunidad histórica

Una primera tesis a plantear aquí —a modo de “lección histórica”— es que las transiciones hegemónicas o del poder mundial abren condiciones para levantamientos, insurrecciones o insubordinaciones de los pueblos y naciones oprimidos. Son las etapas en donde se extienden en el sistema mundial las revoluciones y contrarrevoluciones. Claro está, no se trata de fenómenos mecánicos, sino que estas transformaciones adquieren sus singularidades en cada país y región, a la vez que se producen tanto flujos como reflujos de la luchas nacionales y sociales.

Siguiendo a Giovanni Arrighi, se pueden observar sucesivos ciclos sistémicos de acumulación del capitalismo mundial, desde sus inicios hacia el siglo XVI, cada uno de los cuales fue liderado por agencias estatales que definieron una hegemonía: España y Portugal junto con las ciudades-estado italianas capitalistas encabezadas por Génova, Holanda y las Provincias Unidas, Gran Bretaña y luego Estados Unidos. Es sólo a partir del ciclo británico en el siglo XIX, con la conquista de la India, la subordinación y declive de China como gran centro económico mundial y el reparto de África, que el sistema-mundo capitalista con centro en el Occidente geopolítico se vuelve mundial.  

Se puede rastrear en ese recorrido el tránsito del dinero como del poder político-militar, a la par que las transformaciones en las relaciones sociales de producción, usufructuando la acumulación originaria producto de la conquista de América: es sólo a partir de esa conquista que Europa occidental puede salir de su condición de periferia en Eurasia durante 1000 años. En esta dimensión económica y tecnológica fueron decisivas también las sucesivas revoluciones industriales, desde los siglos XVIII-XIX hasta la actual transformación del paradigma tecno-económico, pregonada como una “cuarta revolución industrial” (cuyo auge y disputa abordamos en el cuaderno anterior). 

De la mano de estas sucesivas reconfiguraciones en el poder mundial, los cambios políticos, tecnológicos y productivos impactan en las periferias y semiperiferias mediante distintos tipos de modernizaciones, en diferentes ámbitos: económico, productivo, comercial, político, institucional, social, etc. Ello transforma las sociedades periféricas al generar el movimiento de nuevos actores y clases sociales.

Para recuperar algunos ejemplos históricos, ello se puede ver en el marco de la transición hegemónica de 1790-1820, con el auge del movimiento independentista suramericano, frente a la crisis del imperio español desencadenada por la guerra interimperialista entre Francia y Reino Unido, siendo esta última potencia quien lograría instaurarse como potencia hegemónica del sistema mundo moderno-colonial y capitalista. Luego, más cerca en el tiempo, se puede observar con la transición producida hacia 1911-1945, ante el declive británico y el ascenso de sus más próximos competidores, EE.UU., Alemania y Japón, siendo estos dos últimos derrotados en las dos guerras mundiales y saliendo la potencia norteamericana anglosajona como vencedora de esta puja interimperialista. 

Como hemos señalado en un cuaderno previo, en esa transición se produjeron múltiples luchas de liberación nacional y social en las periferias y semiperiferias, como la Revolución Mexicana en 1910, la Revolución Rusa en 1917, la diversidad de expresiones nacional-populares en América Latina por esos años, la independencia en India de 1947, o la particularidad del proceso revolucionario chino, que comienza en 1911 con la “Revolución de Xinhai” y se corona en 1949 con la fundación de la República Popular, bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino. Esta oleada emancipatoria o “despertar” de los pueblos del Sur se institucionalizó luego en el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) a raíz de la Conferencia de Bandung de 1955.

Ahora bien, ante la actual transición de este siglo, que se abre hacia fines de siglo XX y principios del XXI y que hemos ido abordando desde sus principales dimensiones a lo largo de estos cuadernos, se produce también un proceso de reemergencia de las naciones y pueblos del Sur. En efecto, en un proceso que inicia en 1998, a medida que comenzaban a manifestarse los primeros síntomas de la crisis de hegemonía del proyecto financiero neoliberal y unipolar dominante, entraron en crisis los neoliberalismos periféricos en Nuestra América a la par que se producían grandes luchas sociales. Como resultado del ascenso de las fuerzas nacionales y populares, la reaparición de sectores neodesarrollistas en los grupos dominantes y un nuevo equilibrio de poder, llegan al gobierno importantes líderes como Hugo Chávez en Venezuela, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina y Evo Morales en Bolivia. También se produce en ese marco el resurgimiento de Rusia, de la mano de Putin, buscando volver a instituirse como polo de poder, y se produce el acercamiento estratégico con China que se cristaliza en la creación de la Organización de Cooperación de Shanghái en 2001.

Como se viene afirmando, el momento actual vuelve a inaugurar condiciones para la reemergencia de nuevos grupos, clases  sociales, que se articulan como fuerzas sociales y políticas, con las singularidades que este momento histórico presenta, y con las peculiaridades de quienes son parte de dichas dinámicas.ARRIBA

El Sur Global y China en el siglo XXI

Pensamos al Sur Global como un espacio integrado por distintas regiones y zonas del mundo que fueron periferializadas por el colonialismo-imperialismo europeo entre fines del siglo XV, con la conquista de América, hasta el s.XIX, con la conquista de las grandes civilizaciones asiáticas y África. Las potencias del Occidente geopolítico llegaron a controlar el 84% del mundo, hecho clave que explica su ascenso y lo que lleva al propio estadounidense Samuel Huntington a afirmar en su libro “Choque de Civilizaciones” que “Occidente conquistó el mundo, no por la superioridad de sus ideas, valores o religión (a las que se convirtieron pocos miembros de otras civilizaciones) sino más bien por su superioridad en la aplicación de la violencia organizada. Los occidentales a menudo olvidan este hecho; los no occidentales, nunca” . 

El Sur Global no es una categoría geográfica sino política y simbólica, aludiendo a los históricos clivajes Norte-Sur, centro-periferia, que estructuraron desigualmente el sistema mundial. Si bien la propaganda occidental incluiría también aquí el tándem desarrollo-subdesarrollo, el auge en curso de ciertas periferias y semiperiferias, en particular con el ascenso de China y las regiones de Asia-Pacífico y Eurasia, pone en tensión esa visión. 

El sistema mundial capitalista, en su fase de globalización y financiarización, ha profundizado el desarrollo desigual y combinado del proceso de acumulación de riqueza y poder, delineando, a la par, diferentes situaciones a lo interno de las periferias históricas —hoy devenidas en Sur Global—. En ese marco, el Sur Global también contiene en su interior heterogeneidades y jerarquías, entre las que se destaca el rol peculiar de la República Popular China. Como abordamos en el segundo cuaderno, a comienzos del siglo XX, China se encontraba ocupada por distintos imperialismos, con lo cual, se asumía como una “hiper-colonia”, según la definición de Sun Yat-sen. Ya triunfante la Revolución de 1949, Mao incluyó a su país como parte del Tercer Mundo, y China fue uno de los principales impulsores del MNOAL, proponiendo cinco principios para ello que fueron formulados por Zhou Enlai en 1964: respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial, no agresión, no intervención de un país en los asuntos internos de otro, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica. 

En el presente, existe una doble condición paradojal: un país que proviene del Tercer Mundo —devenido Sur Global— resulta la mayor potencia emergente, y ha llegado a disputar las principales dimensiones del poder mundial. Por ello, el caso chino amerita un abordaje particular por los rasgos distintivos de su ascenso, además del modo en el que se materializa su auge en distintas escalas. De hecho, su propia reemergencia está modificando estructuralmente la jerarquía centro-periferia de la economía mundial. 

Como hemos señalado en un cuaderno anterior, luego de la crisis financiera global de 2008 resurgen con fuerza los polos de poder emergentes que se nuclean en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) e impulsan una reconfiguración del orden mundial de signo multipolar y multilateral. Si bien el acrónimo había sido creado a principios de siglo por un analista del banco Goldman Sachs, en aras de promover nuevos mercados de inversión para la expansión del capital transnacional del Norte Global, estos países asumen ese agrupamiento en plena crisis mundial para avanzar con un proyecto estratégico propio. De este modo, mediante el desarrollo de capacidades estructurales y de fuerzas político-sociales que los respalden, estos nuevos poderes emergentes comenzaron a plantear la redistribución del poder y la riqueza mundial. Así, los BRICS devinieron en actor geopolítico, con base en el ascenso de China y Asia oriental y del sur, el establecimiento de alianzas euroasiáticas con tendencias contrahegemónicas, con un papel muy relevante de la Federación Rusa, y una creciente insubordinación del Sur Global. En aquel cuaderno nos referíamos a  la serie de nuevas instituciones multilaterales y compromisos Sur-Sur globales y regionales que se fueron creando en este sentido con el nuevo siglo.

Luego de 2011, con el recrudecimiento de la contradicción entre polos centrales y emergentes, se profundizan estas iniciativas díscolas, y en 2014 el foro de los BRICS lanza una nueva arquitectura financiera y productiva mundial en su 7° Cumbre, en Brasil, mediante la creación del Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Reservas de Contingencia. Si bien en años posteriores la iniciativa del bloque mermó, producto de ciertos cambios políticos de sus miembros (como la asunción de Michel Temer y luego Jair Bolsonaro en Brasil, luego del golpe a Dilma Rousseff en 2016), China volvió a la carga para revigorizar el bloque en 2017 mediante la idea de “BRICS+”. Desde entonces, la apertura a nuevos miembros ha concitado el interés de numerosos países “emergentes” (periféricos o semiperiféricos) provenientes del Sur Global. En la actualidad, ya han sido invitados 6 nuevos miembros para sumarse a partir del 1º de enero de 2024: Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Además, hay unos 14 países que aparecen como “candidatos” para integrarse, sea al bloque en su conjunto o a algunas de sus instituciones en particular, como el Nuevo Banco de Desarrollo, precedido por Brasil mediante la figura de la ex Presidenta Rousseff desde el mes de abril de 2023. 

En términos geopolíticos hay que destacar que la ampliación de seis países a los BRICS significa la incorporación de cuatro de ‘Medio Oriente’ —o de la región centro de Afro-Eurasia—, un lugar clave de la disputa política y estratégica mundial, donde predomina la cultura y religión islámica. Además, tres países son actores centrales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Por otro lado, de confirmarse el proceso, a partir del próximo año serían parte de los BRICS+ tres países africanos y dos sudamericanos, ampliando la representación del Sur Global en dos continentes en disputa y fortaleciendo el proceso de insubordinación tricontinental, que en el caso de América del Sur implica fortalecer la conformación de un polo de poder desde el cual participar con voz propia o mayor autonomía en un escenario multipolar.

China, en particular, ha impulsado con fuerza este proceso, lo cual se aprecia en que, durante su presidencia del bloque en 2022, organizó más de un centenar de eventos con el logo de “BRICS Plus” y atrajo la participación de más de 50 países no pertenecientes al bloque. Según nuestra perspectiva, los BRICS constituyen el puntapié de una nueva institucionalidad multipolar multilateral a partir de la cual delinear un nuevo orden mundial. Allí pueden articularse y converger distintos polos de poder, Estados continentales que vertebren sus propios proyectos nacionales de desarrollo.

Como se viene afirmando, resulta auspicioso para los pueblos y naciones del Sur Global un escenario futuro de alianza de múltiples Estados continentales, en tanto articulación más democrática de los grandes espacios culturales y en pos de una nueva propuesta civilizatoria, máxime en una era de riesgos y amenazas globales y de gran incertidumbre para la humanidad producto del desarrollo desenfrenado del sistema mundial capitalista, moderno y colonial desde el siglo XVI.

En torno a lo anterior, se debe considerar que China viene anunciando en los últimos años un conjunto de Iniciativas: de Desarrollo Global, de Seguridad Global y de Civilización Global, en el marco de su propuesta de Comunidad de Destino Compartido para la Humanidad, todo lo cual se articula y monta sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR, popularmente llamada “nueva ruta de la seda”). No se trata de afirmar aquí que China expresa el liderazgo de la liberación de los pueblos, sino de prestar atención a las perspectivas que se abren para ello ante la actual crisis de hegemonía estadounidense-británica y occidental, el ascenso de China y la transición histórico-espacial del sistema mundial. A la par que, también, pensar estos procesos de manera relacional para las condiciones emergentes para el Sur Global.

En los últimos años, China se ha convertido en el primer socio comercial de la mayoría de los países del mundo, como se puede ver en el gráfico a continuación, y ello se articula con su avance exponencial en materia de inversión (ítem en donde sobresale la IFR y su andamiaje empresarial y bancario asociado) y adquisiciones.

A su vez, la tendencia de la última década de las exportaciones de China para el Sur Global es de claro crecimiento, a la par que disminuye su orientación para EE.UU., Europa y Japón, llegando en la actualidad casi a duplicarse, como se puede apreciar en el siguiente gráfico (aquí se puede consultar su fuente):

En este marco, toma cada vez más fuerza la discusión sobre el carácter de China y lo que implica su ascenso para los pueblos y naciones del Sur Global. Tanto por izquierda como por derecha se acusa a la potencia oriental de ser un nuevo imperialismo y de comportarse de tal modo en su crecientes vínculos con África y América Latina. 

Desde una perspectiva latinoamericana, y coincidiendo con Claudio Katz en torno a correrse de la idealización y/o demonización de China, la estrategia de esta para con la región se corresponde con un proceso sostenido y veloz con distintas propuestas de grandes volúmenes de inversión en áreas estratégicas: tecnología, infraestructura (puertos, corredores bioceánicos, puentes carreteros, etc), petróleo, gas, minería, metales; además de préstamos financieros. Como parte de su “astucia geopolítica”, una diferencia sustancial con Estados Unidos radica en el terreno militar: en lugar de subordinar a los gobiernos latinoamericanos a sus reglas y hacerlo por la fuerza, China ha sabido captar las necesidades locales a partir de toda una batería de propuestas que conforman su estrategia de acercamiento, sin uso de la fuerza militar o presiones políticas. La condición que sí sostiene es romper relaciones con Taiwán (parte de su territorio en conflicto desde la revolución de 1949), lo cual muestra que el modo de hacer negocios de China no va de la mano con lo que Katz considera una “norma imperial”, es decir, no es a través de la imposición forzosa ni del instalamiento de bases militares o tropas que se desarrolla su estrategia de negocios con América Latina. Como señala el autor, es aquí donde radica una distinción fundamental que hace al concepto mismo de imperialismo, el cual conlleva el uso de la fuerza para la imposición en un territorio. Algo diferente de ello es la crítica en torno a la dependencia económica que los acuerdos con China pueden generar para nuestra región, por ello es preciso remarcarlo. 

De esta manera, los distintos actores económicos y empresariales, y los propios Estados de la región vienen aprovechando el nuevo momento, lo cual abre otro conjunto de discusiones en torno a cuál va a ser la estrategia propia para negociar con China. Se trata de un desafío para el Sur Global, en torno a la posibilidad de establecer las propias condiciones para que las relaciones con China puedan contribuir en la promoción de estructuras productivas e institucionales con un padrón inclusivo en términos sociales, y que busque reducir las asimetrías espaciales.   

Nos centraremos con más detenimiento en el próximo apartado sobre lo que hace a nuestra región, pero primero viene bien considerar el caso africano, prestando atención al rol de China en ese territorio. 

Por un lado, medios y analistas occidentales repiten la idea de una diplomacia china de “trampa de la deuda”. Sin embargo, China anunció recientemente su decisión de renunciar al cobro de al menos 23 préstamos que habían sido otorgados a 17 países africanos, a la par que redirigió alrededor de 10 mil millones de dólares que mantenía en sus reservas del Fondo Monetario Internacional (FMI) al continente africano. Por otro lado, líderes europeos han “retado” a sus pares africanos por sus crecientes vínculos con China y Rusia, y recibieron fuertes desplantes de sus contrapartes, quienes denunciaron la doble moral y discurso de la propaganda occidental y su enmascaramiento del histórico saqueo imperial colonial europeo en sus territorios. Por último, ante la creciente competencia entre las fuerzas del occidente geopolítico y las fuerzas emergentes con centro en Eurasia por la influencia económica y política en África, los líderes del continente encuentran en los últimos años distinto tipo de ofertas de cooperación: de índole estratégico militar y de seguridad por parte de Rusia (ahora con un auge de actividad en el Sahel), como también en materia de inversiones en desarrollo de hidrocarburos, minería, abastecimiento de granos y proyectos de energía nuclear; de inversión en infraestructura, créditos blandos y tecnología de punta por parte de China, deseosa de energía y materias primas; y las viejas recetas neoliberales de empréstito que ofrecen EE.UU. y Europa, históricamente ligadas al intervencionismo político, social y militar.

Por ello, en el entramado heterogéneo que compone el Sur Global, y teniendo en cuenta su historia, lo que emerge a partir del ascenso de China es una plataforma material de desarrollo que compite con el viejo esquema conducido y sostenido hegemónicamente desde el unipolarismo angloestadounidense. En dicha estrategia, el Sur Global es interpelado como actor y parte fundamental, que ha sido periferializado y fragmentado como consecuencia de un tipo de desarrollo desigual. En el actual contexto de transiciones, interpretamos el momento que atravesamos como clave en términos de posibilidades de diseñar una estrategia propia ante la presente crisis, que tenga a la autonomía como un vector central.ARRIBA

El ascenso chino y los desafíos actuales para Nuestra América

Por último, nos abocamos ahora a detenernos con mayor profundidad en cómo impacta el ascenso de China y las reconfiguraciones dentro del Sur Global a las que hemos hecho referencia para la situación particular de Nuestra América. Nos preguntamos por las lógicas, mecanismos y actores que privilegian la estrategia china y el impacto que ello tiene para el desarrollo de los países de nuestra región. También, si producto de dicha asociación, las históricas asimetrías entre Norte y Sur, centro y periferia, se verán transformadas.

En primer lugar, retomamos someramente la siguiente periodización para lo que fue el giro nacional-popular acontecido en Suramérica con el nuevo siglo, aprovechando la “crisis en las alturas” para la reemergencia de un proyecto propio en la región. Con sus contradicciones y vaivenes, se inicia un proceso de auge nacional popular, con sus características particulares en cada país de la región.

Este proceso se inaugura con las primeras expresiones de la crisis de la hegemonía del proyecto financiero neoliberal y unipolar entre 1999 y 2002, luego de décadas de sostenerse y generar fuertes transformaciones en las sociedades latinoamericanas y caribeñas, produciendo un proceso de periferialización de Nuestra América desde fines de los años 70’ y principios de los 80’. Como marca de época, y como respuesta a la insistencia del Eje Atlántico por predominar y seguir avanzando en nuestra región, se rechaza el proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lo que sintetiza años de resistencias y contrapropuestas que aglutinan fuerzas y actores sociales en 2005. 

En tercer lugar, se desarrolla entre 2005 y 2011 el avance del nacionalismo popular latinoamericano —con sus rasgos específicos— en los distintos países, logrando distintos avances en materia de integración regional sudamericana y latinoamericana. Es también en 2011 que se lanza la Alianza del Pacífico como expresión de un nuevo intento de ofensiva del regionalismo abierto y subordinado a las fuerzas globalistas del Occidente geopolítico. Esto coincide con las primeras señales de freno y límite al regionalismo autónomo y su debilitamiento hacia 2015, luego de la proliferación de distintas iniciativas de integración como la Alianza Bolivariana de los Pueblos (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Con sus matices, se trató de distintos intentos por construir una unidad regional con ciertos grados de institucionalidad que persistiera en el tiempo, desde la autonomía y la defensa de instrumentos regionales ante las consecuencias de la hegemonía neoliberal en la región.

En quinto lugar, una contraofensiva del proyecto neoliberal, unipolar y de carácter financiero, que se profundiza desde entonces hasta los momentos previos a la pandemia en 2020. Quedan en este período en suspenso y desarticulados no sólo los ejes centrales sino las propias fuerzas nacionales y populares que venían haciendo pie en los Estados latinoamericanos, sufriendo un fuerte revés, lo que caracteriza el período a partir de la oscilación entre procesos de integración autónoma y desintegración, signados por pugnas y tensiones constantes que ponen un límite a los intentos de profundización. 

Este breve raconto nos sirve para retomar a partir de nuestras propias limitaciones y oscilaciones, y así poder pensar en proyectos nacionales y regionales de desarrollo autónomo, de modo de efectivizar la oportunidad histórica que implica la transición histórico-espacial en curso. Desde ahí podemos indagar el tipo de vínculo que entabla nuestra región y sus países con China, entendiendo que Nuestra América ha ganado un lugar de creciente peso en el ascenso mundial del gigante asiático y otros polos emergentes. Ello se plasmó institucionalmente con la publicación de los Libros Blancos que elaboró China para sus relaciones con nuestra región, en 2008 y 2016. 

Como se señala en el trabajo “El ascenso de China y el ingreso de la Argentina a la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, en tanto gran taller industrial del mundo y enorme mercado de consumo en plena expansión (que ya cuenta con 400 millones de personas con ingresos reales equivalentes a los europeos y podría duplicar esa cifra en la próxima década), China es el gran importador mundial de materias primas. Ya hacia 2017, China consumía el 59% del cemento mundial, 56% del níquel, 50% del cobre, 47% del aluminio, 50% del carbón, 50% del hierro, 47% de la carne de cerdo, 31% del arroz, 27% de la soja, 23% del maíz y 14% del petróleo. En este sentido, la relación con América del Sur, gran productora de materias primas, resulta estructural. En otras palabras, la “super-expansión” material de China, tanto de su mercado interno como a nivel mundial, tiene como consecuencia una transformación sistémica que necesariamente impacta en múltiples dimensiones en América Latina, en tanto China deviene (junto a Asia Pacífico) en el principal polo mundial de desarrollo de las fuerzas productivas, bajo una combinación de modos de producción que se sintetiza en la fórmula “socialismo de mercado” y da lugar a otro modo de “globalización” que coexiste con el viejo proyecto en crisis. Esto se traduce en números: el volumen de comercio entre China y América Latina aumentó 35 veces en este siglo, de $14.000 millones en el 2000 a $500.000 mil millones en 2022. 

Los puntos claves del interés económico chino en nuestra región se pueden sintetizar en energía -en sus distintas formas-, materias primas y recursos naturales estratégicos, y, ligados a ello, obras -y corredores- de infraestructura que permitan y potencien la provisión de estos bienes, así como también consoliden a Beijing como el centro impulsor del desarrollo de infraestructura a nivel mundial. En esto último juega un rol clave la IFR o “nueva ruta de la seda”, la mayor apuesta a nivel mundial de conexión del comercio y los transportes, por tierra y mar, primero pensada para Eurasia pero que se fue ampliando e incorporó a nuestra región hacia 2017-2018. Ya se han sumado 22 países de América Latina a dicha iniciativa. A la par, desde 2009 China se ha convertido en el primer o segundo socio comercial, inversor y acreedor extranjero de la mayoría de los países de la región, y esta constituye, luego de Asia, la segunda en importancia como destino de la inversión china. Entre 2005 y 2019, la inversión extranjera directa (IED) de China en América Latina representó $ 130 mil millones de dólares. 

Este profundo acercamiento y asociación de China con la región —que en términos más amplios cuenta con asociaciones de cooperación en múltiples áreas y la firmas de acuerdos estratégicos con varios países— ha desequilibrado en términos geoeconómicos el histórico poder unipolar estadounidense y “occidental” sobre el continente y, al mismo tiempo, ha generado nuevos conflictos que también impactan en nuestros países reconfigurando las agendas de política interna y externa.

En esta relación juegan un rol de creciente importancia los proyectos de infraestructura. Se trata de una cantidad enorme de proyectos ya realizados, en ejecución o en perspectiva, de puertos, caminos, ferrocarriles, y corredores bioceánicos. También desarrollos en materia energética, ductos y redes. América Latina ya es el segundo mayor destino de ese tipo de obras, que se expanden a un ritmo galopante, debido a la ingente necesidad de inversiones de la región en este aspecto. Incluso van más lento de lo que podrían avanzar por las presiones de Washington en nombre de su “seguridad nacional”. Vinculados también con los objetivos de ampliar el comercio entre América Latina y el Caribe y Asia Pacífico, estas megaobras tienen como característica central la planificación a largo plazo, las inversiones por parte de bancos chinos y la articulación con empresas también chinas. En estos procesos, va también en aumento la internacionalización de las empresas no sólo constructoras, sino también tecnológicas, científicas, de energía, etc; de sus bancos; y de su moneda. Asimismo, los intercambios de monedas entre Bancos Centrales de países como Brasil y Argentina con China, vienen signando la relación en estos tiempos. 

Este tipo de acuerdos financieros permite “aliviar” las delicadas situaciones en las que se encuentran las economías de la región. Ya sea debido a coyunturas de   de restricción externa por caída de las exportaciones, fuga de capitales, o bien a causa de los los condicionamientos impuestos por los organismos multilaterales del Norte Global . Al igual que en el contexto 1999-2001, la dolarización vuelve al debate público en países como Argentina, ante lo cual la asistencia de China para que Argentina le pague al FMI con yuanes y enfrente una situación muy delicada de desplome de las exportaciones por una fuerte sequía y falta de divisas (que hubiera llevado a una mega devaluación y enorme ajuste, como quería el FMI), marca las transformaciones que viene habiendo a nivel también económico financiero (terreno en el que también EE.UU. y China compiten).

A la par de lo anterior, la expansión material china (en términos económico comerciales, financieros, en infraestructura y tecnología) ha ido acompañada de herramientas diplomáticas que contribuyen en la búsqueda de una posición geopolítica de relevancia global. Ejemplo de ello es la conformación en 2014 del Foro China-CELAC (en referencia a la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el organismo de integración regional de mayor escala, reuniendo a los 33 países latinoamericanos y caribeños, impulsada por Chávez y los líderes nacional populares nuestroamericanos hacia 2010). 

Como hemos señalado desde los inicios de este equipo de investigación, aparece como un dato de relevancia que China haya sostenido a la CELAC en pleno embate de restauración conservadora neoliberal que se produjo en los años posteriores en Nuestra América y que desarticuló, debilitó y/o paralizó la UNASUR, el Mercosur y la concepción autónoma de la integración regional, reduciendo la misma a un mero agrupamiento para complacer los objetivos geopolíticos estadounidenses y occidentales en la región (como el Foro Prosur o el Grupo de Lima). Es que la potencia asiática ve útil un organismo que reúna a toda la región y con el cual poder entablar proyectos y asociaciones conjuntas a mediano y largo plazo, lo cual constituye una particularidad del accionar chino a lo interno y a lo externo. Para nuestra región resultó algo muy importante, habiendo retomado la conducción estratégica de la CELAC y el regionalismo autónomo desde 2018 de la mano de López Obrador en México y los nuevos gobiernos de la “segunda ola” progresista -y tímidamente nacional-popular, por lo general- en la que nos encontramos en la actualidad.

China genera grandes desafíos para nuestra región, cuya presencia conlleva también importantes tensiones, y por momentos, oscilaciones. Por un lado, aparece como un socio en materia geopolítica, como parte fundamental de las fuerzas  y el creciente mundo multipolar, en pos de ampliar los márgenes de maniobra y autonomía. Tanto las nuevas alianzas internacionales, la inclusión en los BRICS y su banco de desarrollo, la IFR y el BAII, pueden aportar a diversificar fuentes de financiamiento e inversiones, e incluso también cierta eventual cooperación y transferencia tecnológica (en tensión y no de manera lineal). Pero por otro lado, en términos económicos, los tipos de vínculos comerciales entablados reproducen el perfil primario de nuestras exportaciones (con bajo componente de valor agregado – trabajo en origen). Sumada a esta situación —que se corresponde con un proceso de desindustrialización desde el quiebre de los años 70’, que sólo se frenó en parte en los años 2000s—, el ascenso de los vínculos comerciales de China con países de la región, ha ido en detrimento del comercio intrarregional, del cual el MERCOSUR es un ejemplo. 

En este sentido es que se ha planteado la existencia de una “geoeconomía híbrida” de China en Suramérica, que presenta una cooperación paradójica, cuyos beneficios pueden ser también dañinos, implicando tanto desarrollo como dependencia (o desarrollo del subdesarrollo, al decir de Gunder Frank). Es que, en caso de proseguir un tipo de vínculo así con China, aparecen riesgos económicos ciertos de profundizar un perfil primario exportador sin valor agregado en origen, desindustrialización y pérdida de complejidad económica para nuestra matrices productivas. Y al mismo tiempo, se trata de un socio estratégico de gran potencial para superar esta condición periférica, “subdesarrollada” y dependiente de nuestras economías. 

Ahora bien, para superar esta especie de paradoja, hace falta un proyecto nacional y regional de desarrollo sostenido desde nuestro lado, con visión y planificación estratégica, densidad nacional, capacidades estructurales y enraizamiento social popular. Se trata aún de una tarea pendiente, algo a diseñarse, construirse y consolidarse en el tiempo más allá de los vaivenes. Es decir, la relación con China y el mundo emergente con centro en Asia Pacífico va a depender del proyecto que definamos nosotros y nosotras en nuestros propios países y en nuestra propia región. Beijing no posee un patrón de desarrollo imperialista o de tipo “occidental”, por el cual los procesos de acumulación se garantizan y refuerzan mediante la fuerza política y militar. Pero tampoco va a liberar a Nuestra América de la dependencia, del lugar que ocupa en la división internacional del trabajo y en las jerarquías interestatales. Pretender eso es reproducir la mentalidad colonial. Sólo los pueblos pueden liberarse a sí mismos y encontrar sus mejores caminos al desarrollo; en todo caso, en ese camino pueden encontrar mejores oportunidades y socios que le ayuden. Eso significa China para nuestra región y de ahí que la paradoja deba interpelarnos, ante todo, a nosotros mismos. 

Ante la ausencia de un proyecto de integración regional consistente, junto con las crónicas crisis económicas, políticas y sociales que enfrentan nuestros países, el vínculo con China es visto como una posible “solución” o salvación para nuestros problemas. En esta salida intermedia, suelen perderse de vista las consecuencias aún vigentes del hecho de no contar con una perspectiva propia, soberana y autónoma acerca del desarrollo en el mediano y largo plazo. Es decir, cómo prever un desarrollo que coincida con la demanda de productos chinos pero que, a la vez, permita diversificar y multiplicar el comercio intrarregional. Es decir, un tipo de articulación que priorice la complementariedad para un desarrollo autónomo, y que pueda revertir el carácter deficitario y primarizado del vínculo comercial con la potencia asiática. Por ello, la relación con China trae aparejados debates y decisiones estratégicas en dirección a priorizar nuestra soberanía y proponer caminos concretos para ello. En estos, la planificación estatal resulta central para el diseño de políticas que puedan sostenerse en el tiempo en la construcción de una agenda conjunta, para lo cual se puede aprender la misma experiencia china al respecto. 

Por ello, en el marco del ascenso chino en el mapa de poder mundial, es crucial la definición en torno al rol que van a tener los Estados latinoamericanos y caribeños en el nuevo esquema de transición histórico-espacial. Como hemos planteado en cuadernos previos, nos encontramos en lo que podría denominarse como un trilema en Nuestra América: 1) avanzar en una mayor periferialización regional atados y subordinados en términos políticos y estratégicos al  polo de poder angloestadounidense en declive y a un mundo en crisis; 2) ir hacia una neodependencia económica con China, combinada con una subordinación estratégica al establishment occidental (con sus distintas fracciones en pugna), para garantizar el “desarrollo del subdesarrollo” en la fórmula de André Gunder Frank: es decir, otorgar alguna viabilidad a los proyectos de factorías primario-exportadoras de los viejos grupos dominantes; 3) aprovechar el escenario de crisis mundial y multipolaridad relativa, así como las implicancias del ascenso de China y las profundas transformaciones del sistema mundial -en donde aumentan las presiones por democratizar la riqueza y el poder- para resolver las tareas de la segunda independencia.

En otro sentido, los desafíos se vinculan con el diseño de políticas públicas regionales en áreas estratégicas a partir de las cuales pensar el desarrollo de la región, en un mundo en transición que tiene muy presente la riqueza de nuestros territorios: recursos estratégicos que están en el medio de lo que ha sido denominado como un “nuevo ALCA” (Alimentos, Litio, Combustibles y Agua), dado el manifiesto interés de EE.UU. por asegurarse tales recursos en nuestra región, ante su creciente disputa con China y sus aliados. Si los organismos internacionales se aprestan a promocionar en nuestros países las “ventanas de oportunidad” que representan los cambios tecno-productivos en curso, es importante notar ese exponencial aumento de la desigualdad entre posiciones de centro y de periferia a lo largo del globo. 

Sin embargo, esa ventana de oportunidad puede efectivamente construirse, en tanto opción geopolítica, bajo un proyecto de desarrollo autónomo y soberano. Aparecen, pues, verdaderos desafíos y oportunidades para nuestros países, en determinadas áreas y sectores industriales y tecno-científicos, siempre y cuando se apunte a fortalecer las propias capacidades socio-estatales, el empleo y la producción nacional-regional. La experiencia de China, que se inicia como proceso revolucionario nacional y social a partir de 1911 y tiene como puntos centrales la victoria de las fuerzas del PCCh en 1949 y las reformas de fines de los años 70’,  representa un importante ejemplo, no para copiar pero sí para extraer lecciones al respecto. Sus 14 planes quinquenales, su capacidad para absorber con autonomía el desarrollo científico-técnico del Norte Global o su capacidad para dar enormes saltos tecnológicos en los últimos años a partir de la exitosa planificación estratégica estatal aportan enormes enseñanzas para los pueblos del Sur Global. A la par, puede ser un buen aliado en un camino de este tipo, como demuestran los acuerdos entre instituciones y empresas de países como Argentina y Bolivia para la industrialización y agregado de valor en origen en recursos en auge como el caso del litio.

En nuestro propio contexto latinoamericano, resulta clave para ello la identificación de los sectores productivos con potencialidad para aprovechar las eventuales ventanas de oportunidad, en base a las historias, trayectorias y capacidades construidas en las economías de nuestros países. Esto es, definir en los acuerdos con China y nuestros preciados recursos en auge y disputa, los rubros, sectores, cadenas y/o segmentos donde poner en juego fuerza de trabajo, insumos, empresas y tecnologías, fomentando el aprendizaje, escalamiento e innovación. Resulta clave también poder blindar los objetivos estratégicos que hacen a un proyecto de desarrollo autónomo frente a los consabidos vaivenes político-electorales, mediante una amplia participación popular y el disciplinamiento de actores empresarios concentrados que usufructúan la dependencia. Se trata, en fin, de pensar en un proyecto nacional latinoamericano soberano y autónomo, en tiempos de fuerte reacción neofascista, pero también de crisis y oportunidades.

FUENTE: https://thetricontinental.org/es/argentina/chinacuaderno6/