Si Netanyahu se ve obligado a prologar la tregua en Gaza, para que Hamás libere a todos los rehenes, la situación política de los palestinos podría influir sobre Tel Aviv.

Por Eduardo Vior Analista Internacional

Finalmente este viernes ha entrado en vigor en Gaza el alto el fuego acordado por Israel y Hamás con la mediación de Catar. Al firmar este miércoles el acuerdo, el gobierno israelí cedió a la presión interna e internacional, para que acceda a un canje de los rehenes en manos de Hamás por prisioneros palestinos encerrados en las cárceles israelíes. Como después de 40 días de combates las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han derrotado a la resistencia palestina ni liberado a los rehenes, la fractura del gobierno y de la sociedad israelí, la ambigüedad de la política norteamericana hacia el conflicto de Gaza y el vuelco de la mayor parte de la opinión pública occidental a favor de los palestinos dificultan que Benyamin Netanyahu retome las hostilidades después de la tregua. Además de que este resultado reabriría la crisis política interna, la influencia internacional de Israel se vería sumamente afectada.

Tras la liberación por Hamás de seis mujeres y niños israelíes y siete inmigrantes tailandeses secuestrados el pasado 7 de octubre, Israel ha permitido este viernes la salida de prisión de  39 palestinos, algunos detenidos desde hace muchos años.

El miércoles por la mañana el Emirato de Catar comunicó que el Estado de Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás habían acordado una pausa humanitaria de cuatro días en la Franja de Gaza, que el jueves se extendió por uno más. Según el mismo, las partes cesan las operaciones militares en todas las zonas de la Franja de Gaza y la Fuerza Aérea israelí sus vuelos sobre el sur del enclave, mientras que en el norte los bombardeos sólo se suspenderían diariamente durante seis horas. Además, se permite la entrada de ayuda humanitaria al sur del territorio. Israel se ha comprometido también a no detener a los palestinos de la Franja, mientras dure la tregua, y a garantizar su libertad de circulación por la carretera que une el norte y el sur del enclave. Cincuenta rehenes israelíes, especialmente mujeres y niños menores de 19 años, serán liberados por grupos a cambio de 150 presos políticos palestinos.

Antes de que entrara en vigencia el acuerdo, Israel extendió hasta la noche del jueves los bombardeos a áreas de Gaza que no había atacado antes y sus tropas detuvieron a miembros del personal médico y sanitario que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estaba evacuando del devastado Hospital al Shifa en el norte de la Franja. Cientos de cohetes y proyectiles de artillería cayeron en esas horas sobre el campo de refugiados de Jabalia y sobre el centro de la Franja. Las autoridades gazatíes denunciaron que en esos bombardeos Israel lanzó bombas de fósforo blanco.

Foto AFP
Foto: AFP

Si bien el gobierno de coalición derechista-ultraderechista anunció que no permitirá el regreso de los desplazados a sus hogares en el norte de la Franja, este mismo viernes decenas de miles de palestinos desafiaron la prohibición y retornaron a sus barrios buscando a seres queridos que yacen bajo los escombros y tratando de rescatar sus enseres.

También en la frontera norte este vienes se han calmado los intensos intercambios de artillería y los ataques aéreos entre Hizbolá y el ejército israelí. En una reunión celebrada en Washington el jueves el presidente norteamericano Joe Biden pidió a Netanyahu que también en la frontera con Líbano se pacte un cese al fuego, pero el primer ministro israelí eludió una definición.

En principio, alrededor de 201 rehenes siguen en manos de Hamás y varios miles de palestinos en las cárceles de la ocupación israelí. El primer ministro hace como que EE.UU. le ha impuesto este acuerdo, para no perder imagen frente a los halcones en su gabinete, pero, según informes del portal norteamericano Politico, fue él quien el 14 de noviembre imploró a un alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos que se firmara el acuerdo. Es que no podía soportar más la presión pública de los familiares de los rehenes con el apoyo de la oposición parlamentaria. El jefe de gobierno sabe que nunca podrá liberarlos por medios militares, pero no podía dar el brazo a torcer.

Tanto el gobierno israelí como el estadounidense están sumamente preocupados por la certeza de que el cese del fuego permitirá a periodistas de todo el mundo documentar la devastación que han provocado los bombardeos israelíes y la invasión de su ejército. Las imágenes del horror van a volcar decisivamente a la opinión pública occidental contra Israel e imposibilitar la reanudación de los combates. Desde el 7 de octubre decenas de trabajadores de prensa han muerto en Gaza a manos de los militares israelíes y aun en medios de prensa habitualmente proisraelíes se ha generalizado un sentimiento de solidaridad profesional con los colegas perseguidos y asesinados. Los colegas van a realizar ahora un festival de fotos y videos.

Durante los 40 días de operaciones Hamás sufrió terribles pérdidas. Según informaciones de la inteligencia militar israelí, las unidades palestinas en el norte de Gaza han sido rodeadas, han sido expulsadas de numerosos barrios y han debido abandonar la mayor parte de su territorio en el norte de Gaza. Sin embargo, múltiples filmaciones demuestran que los resistentes han seguido luchando desde la red de túneles que las FDI sólo parcialmente pudieron destruir. Por las dudas, el ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, uno de los duros del gabinete, declaró el jueves 23 que después de la tregua se reanudarán las hostilidades “por, por lo menos, dos meses más”. Previendo este tipo de amenazas, ya unas horas antes el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, avisó al margen de una reunión que mantuvo en Líbano con el líder de Hizbolá, Sayed Hassen Nasrallá, que, si Israel no respeta la tregua, “el ámbito de la guerra se va a expandir”.

Foto AFP
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Si bien a costas de 15.000 civiles muertos (40% de los cuales, niños), decenas de miles de heridos y la destrucción de toda la infraestructura civil en el norte de la Franja de Gaza así como de las viviendas de 1,8 millones de civiles, Hamás consiguió todos los objetivos que se planteó para esta operación: impidió que los israelíes rescataran a sus rehenes y, en cambio, los canjea por prisioneros palestinos. Gracias a la difusión que tuvieron los bombardeos y los combates terrestres, ante la opinión pública mundial mostró a Israel como un Estado que viola masivamente los derechos humanos. También volvió a colocar la independencia y soberanía de Palestina al tope de la agenda mundial. Además, arrebató a la Autoridad Palestina el liderazgo sobre toda su nación. Finalmente, para los palestinos lo más importante, destruyó el mito de la invencibilidad de las FDI.

Israel, por el contrario, no propuso objetivos tangibles. Sus líderes prometieron liberar a los rehenes por las armas y acabar con Hamás, pero al cabo de 40 días de invasión no pudieron liberara ningún rehén y las milicias gazatíes les dieron batalla hasta el último minuto. Ahora, tras el inicio de la tregua se plantean distintos cursos de acción, cada uno con desarrollos diferentes.

En primer lugar, puede preverse que durante el presente cese de hostilidades aumente la presión internacional, para que Israel lo prolongue. De hecho, al filtrar la disposición de su gobierno de extender el alto el fuego un día más por cada 10 rehenes suplementarios que libere Hamás, Bibi Netnyahu insinuó que accedería a una extensión del acuerdo. Israel también puede preferir una pausa más larga, para recuperar su economía y su turismo. Por otra parte, aun con la intención de reanudar los combates cuando termine la tregua, una pausa más larga permitiría a las FDI estudiar la red de túneles bajo la Franja, reagruparse, remplazar el cuantioso material dañado y organizarse para una nueva ofensiva en el sur de la Franja que duraría meses.

Es poco probable que Hamás reanude por sí las hostilidades, porque la población palestina está pidiendo un respiro, para recuperarse de la masacre que ha sufrido y porque la organización islamista ha ganado ante los mediadores (Egipto y Catar) un reconocimiento político que no quiere dilapidar.

Si, por el contrario, Netanyahu decide reanudar las operaciones contra la opinión interna y externa y después de que Hamás usó la pausa para reagruparse y rearmarse, no sólo aumentará el número de bajas civiles, sino también las ya altas pérdidas humanas y de material de sus fuerzas armadas, sin alcanzar objetivo militar alguno y en medio de un creciente aislamiento internacional.

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Si no lo hace, la victoria por puntos que alcanzó la resistencia palestina con este acuerdo se convertirá en un triunfo político aplastante. Es posible que para disminuir el efecto de esta derrota, Israel vuelque su furia sobre Cisjordania. Se sucedería, entonces, una ola de asesinatos, detenciones y secuestros de palestinos. Recientes anuncios de grupos de la resistencia iraquí, empero, dan cuenta de preparativos para apoyar a la población de Cisjordania a través de Jordania, sin que el rey Abdalá II pueda detenerlos.

Si se llegara a esta situación. la coalición gobernante en Israel debería optar entre negociar un acuerdo global que regule todas las relaciones de su país con Palestina y las naciones vecinas o arriesgar una guerra regional. Si opta por la primera alternativa, tan contraria a su política, perderá el gobierno. Si elige la segunda, aislará a Israel de la comunidad internacional, porque EE.UU. tampoco la podrá acompañar y sufrirá a la vez una derrota política y militar.

No sólo Israel enfrenta un dilema, también el liderazgo norteamericano está preocupado por la situación humanitaria en Gaza y por la revuelta de los jóvenes demócratas de quienes no puede prescindir en vísperas del año electoral. Es indudable que Biden aumentará su presión sobre Israel, para que llegue a un acuerdo duradero con los palestinos.

La influencia política y económica que las elites sionistas ejercen en EE.UU., Europa Occidental y otros países se basa en el supuesto de que su Estado es el único representante genuino de Occidente en Asia Occidental y de que es invencible. Sin embargo, el fracaso de la respuesta israelí ante la operación palestina del 7 de octubre descascara ese barniz de invulnerabilidad. Sus lobistas, representantes y aliados van a tener ahora que esforzarse mucho para justificar el trato privilegiado que reclaman en las relaciones internacionales. Quien hoy se identifique con Israel para hacer negocios o carrera política no habrá hecho una buena apuesta.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia TELAM y de Dossier Geopolitico

Hace 22 años desde que volvimos a relanzar Dossier Geopolitico, y que venimos sosteniendo esta realidad (que es la única verdad) y que se relanza año a año, que describe el analista internacional Jorge Castro para Clarín Económico…y que a ello, solo se le contrapone una oleada de guerras híbridas periféricas fragmentadas y falsos informes y ataques ideológicos y frenos comerciales de la angloesfera decadente…las firmas multinacionales y transnacionales norteamericanas ovacionan al Presidente Ing. Xi Jinping en USA, porque saben muy bien dónde está el futuro…latinoamérica y los argentinos en especial tomaran nota o seguiran balbuceando eslóganes ridículos de la guerra fría que terminó en 1991 (hace 32 años) como “comunismo o socialismo”…No se si a los millennial, o la generación de cristal, a los -40, o los -30, etc., etc., y muchos otros argie todo esto le entra por un oído y le sale por el otro sin hacer ruido en su «cerebro» con estos datos durísimos para oxidente…pero de lo que si, se, que cada año el poder se irá concentrando y guiando por el mundo euroasiático-asia pacifico, lo demás es idiologismo demodé y falso…la realidad demuestra que no nos equivocamos en los tiempos que vendrían…EL FUTURO LLEGÓ !!!! Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Por JORGE CASTRO ANALISTA INTERNACIONAL

El presidente Xi Jinping señaló ante más de 300 empresarios de primera línea de EE.UU. después de entrevistarse con el Jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, entre los que se encontraban Tim Cook titular de Apple, la empresa número 1 de alta tecnología del mundo, Elon Musk propietario de Tesla, la mayor productora de vehículos eléctricos norteamericanos y la segunda de China, y Albert Bourla de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica del sistema global, que “…China es al mismo tiempo una economía gigantesca y un enorme mercado interno, y en ella 1.400 millones de chinos llevan a cabo un proceso de profunda modernización, que es una extraordinaria oportunidad que la República Popular ofrece al sistema mundial”. Hay que agregar que el Financial Times subraya que el mandatario chino fue recibido por una “ovación” por sus interlocutores norteamericanos.

Esto significa en términos cuantitativos que el ingreso per cápita de la población china asciende a US$12.600 anuales, y se duplica cada 10 años, lo que implica un alza de 8,1% anual; y el dato estratégico central de esta situación es que ya dispone de una clase media de 500 millones de personas con ingresos comparables a los norteamericanos (US$35.000/45.000 anuales), cuya capacidad de gasto ha desatado el mayor mercado de consumo del sistema global; y a la que la política de “modernización” a la que se refiere Xi Jinping equivale a la participación plena en la Cuarta Revolución Industrial (CRI) – que es el proceso de digitalización completa de la manufactura y los servicios -; y que hoy, con la denominación de “economía digital”, abarca 40% del PBI, y el gobierno chino aspira a cubrir 100% del producto en los próximos 10 años.

Esto ocurre en el país más digitalizado del sistema con 1.100 millones de usuarios de Internet, y donde el despliegue de la Internet móvil (“smartphones”) en la variedad 5-G alcanza ya a más de 700 millones de personas, y cuenta con una infraestructura de más de 50 millones de usinas desplegadas en todo el territorio de la República Popular.

Xi Jinping reiteró ante los empresarios que lo “ovacionaron” lo que sostuvo ante la Cumbre de la APEC (Cooperación Económica Asia Pacífico) que “…el mundo necesita que China y EE.UU trabajen juntos para un futuro mejor”, y subrayó que: “China está preparada y dispuesta para ser una socia y amiga de EE.UU.”.

Por eso el presidente Xi Jinping reiteró que la República Popular va “…a importar US$40 billones de bienes y servicios en los próximos 15 años”, en una relación de 3 a 1 respecto a sus exportaciones; y que su estrategia fundamental consiste en abrir cada vez más su economía, que es la segunda del mundo (US$19 billones /18% del PBI global), buscando atraer en gran escala al capital extranjero, ante todo a las grandes transnacionales norteamericanas, todas ellas representadas en el fervoroso auditorio de San Francisco.

La situación económica de China se puede resumir en los siguientes términos: las ventas al minorista crecieron 7,6% anual en octubre (5,5% por año el mes anterior), en tanto que el PBI industrial se expandió, medido en valor agregado, 4,6% anual en ese mismo periodo; y todo esto implica que el cuarto trimestre del año (que comienza en octubre) la República Popular se expandiría 5,5% anual, con lo que alcanzaría a 5% en el año, una recuperación significativa tras 3 años de pandemia y sus consecuencias.

Por eso este año la República Popular aportaría más de 30% al crecimiento de la economía global (EE.UU. aporta 15% de ese total).

Se da la situación paradójica de que el aporte de EE.UU., la mayor economía del mundo (US$26,4 billones/25% del PBI global) es inferior a la que provoca China; y esto se debe a que la República Popular es la principal socia comercial de 144 países en el mundo.

A partir de octubre, en suma, China experimenta un nítido proceso de recuperación; y ha dispuesto consolidarlo con una inversión adicional de más de 1 billón de yuanes (lo que equivale a US$596.560 millones) en bonos especiales del Tesoro.

La prioridad para la República Popular está centrada en el desarrollo de las nuevas industrias de alta tecnología, con el objetivo de acelerar la transición de la “economía digital” de modo de abarcar a la totalidad de su sistema productivo y de servicios.

Todo indica que la crisis de la etapa post-pandemia, en que la demanda doméstica cayó casi 10 puntos, ha quedado atrás definitivamente, y ahora se ha pasado a una fase de reestructuración de la economía, hasta lograr su plena conversión en una “economía digital” al nivel de la norteamericana.

Para el logro de este objetivo histórico el presidente Xi Jinping reclama el respaldo de los grandes empresarios estadounidenses, lo que ha conseguido notoriamente después de la noche en que lo “ovacionaron”, lo que constituye un signo inequívoco del carácter absolutamente integrado que ha adquirido el capitalismo del siglo XXI por el proceso de la revolución digitalizadora, y esto es sin duda lo decisivo.

fUENTE: https://www.clarin.com/economia/ovacion-empresarios-estadounidenses-xi-jinping_0_cHWwKaxvUL.html 

Homemaje de Dossier Geopolitico al Dia de la Soberania Nacional Argentina

El «Himno a la gesta de la Vuelta de Obligado» es una canción que honrra la Batalla de la Vuelta del Obligado (sucedida el 20 de Noviembre de 1845) y a la vieja Confederación Argentina en su lucha contra el imperio Francés y el imperio Británico, que intentaron bloquear la confederación desde 1845 hasta 1850 con el objetivo de dejar el libre paso comercial en los ríos Paraná y Uruguay. La batalla resultó en una victoria pírrica para los invasores, y la guerra fue ganada por la Argentina. Los personajes más notables de la batalla fueron Juan Manuel de Rosas, el principal caudillo de la confederación, Lucio Norberto Mansilla, quien comandó las fuerzas argentinas en la batalla, y el almirante Guillermo Brown, un Irlandés que creó la flota de la nación. Los autores de la canción son Marta Pizzo y Walter Larroquet, y el intérprete es Daniel Argañaraz.

Estados Unidos se embarca en una guerra por poderes contra Irán Por M. K. BHADRAKUMAR

El portaaviones USS Dwight D. Eisenhower transita por el Canal de Suez hacia el Golfo Pérsico, 4 de noviembre de 2023

Está en marcha un despliegue naval masivo de Estados Unidos en un amplio arco del llamado Gran Medio Oriente, que se extiende desde Creta en el Mediterráneo oriental, hasta el Mar Rojo y Bab el Mandeb y el Golfo de Adén y hasta   el Golfo de Omán. Esta exhibición disuasoria puede transformarse en operaciones ofensivas a gran escala y tiene como objetivo reelaborar los alineamientos geopolíticos y devolverlos a los ritmos tradicionales de las rivalidades intrarregionales en la región del Golfo. 

Los observadores de barcos dijeron por primera vez que, a partir del jueves, el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower y sus escoltas navegaban justo a las afueras del Estrecho de Ormuz en el Golfo de Omán y se acercaban al Golfo Pérsico. Un funcionario del Pentágono confirmó la ubicación pero no dijo si el portaaviones ingresará al Golfo Pérsico pasando por el Estrecho de Ormuz. 

La concentración naval estadounidense en la región también incluye otro grupo de ataque de portaaviones, el USS Ford y sus escoltas, que la semana pasada se alejó de la costa israelí y ahora está reposicionado al sur de Creta, según observadores de barcos, aparentemente. más allá del alcance de los misiles del Hezbollah del Líbano. 

Además de los dos grupos de ataque de portaaviones, el despliegue estadounidense también incluye un Bataan Amphibious Ready Group de tres barcos con la 26.ª Unidad Expedicionaria de los Marines y varios destructores de misiles guiados: el USS Bataan y el USS Carter Hall  que operan en la parte norte del Mar Rojo. y el USS Mesa Verde  en el Mediterráneo Oriental junto con el buque de mando USS Mount Whitney .

Además, hay cierto número de submarinos de ataque estadounidenses en la región, pero el Pentágono normalmente no revela sus ubicaciones, excepto por una rara revelación reciente por parte del Comando Central de Estados Unidos sobre el tránsito el 5 de noviembre del submarino nuclear de misiles guiados USS Florida hacia el este de Suez. 

La explicación más obvia para una acumulación naval tan formidable es que es parte del esfuerzo estadounidense por mantener contenido el conflicto actual en el sur de Israel y Gaza. Hezbollah continúa disparando cohetes y misiles antitanque hacia Israel desde el Líbano; Grupos militantes chiítas respaldados por Irán están atacando bases estadounidenses en Irak y Siria; y los rebeldes hutíes en Yemen están disparando misiles hacia Israel.  Durante el período transcurrido desde el 17 de octubre, ha habido al menos 58 ataques contra bases estadounidenses, la mayoría en Irak.

La opinión más dura en Estados Unidos es que los grupos militantes que atacan a las fuerzas estadounidenses están actuando a instancias de Irán. Esta acusación es un viejo fantasma entre Estados Unidos e Israel y sigue surgiendo cada vez que Irán está en la mira y/o se requiere un juego de culpas.  La opinión de los expertos, incluso en Estados Unidos, siempre se ha mostrado cautelosa al respecto.

Los observadores veteranos estiman que, si bien Teherán está ayudando abiertamente a los diversos grupos de resistencia que operan en Medio Oriente a hacer retroceder a Estados Unidos e Israel, eso no convierte exactamente a estos grupos en “representantes iraníes”. Así, resultó que Irán fue tomado por sorpresa por el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.   Según Reuters, en una reunión reciente en Teherán con Ismail Haniyeh, el presidente del buró político del grupo, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, planteó esto arriba. 

En cualquier caso, es un hecho conocido que el establishment estadounidense es muy consciente de las realidades de su situación con Irán y no ha dudado en utilizar canales secundarios para apoyarse en Teherán y utilizar sus buenos oficios con los grupos militantes chiítas que operan. en Irak que actúen con moderación. Pero la conclusión es que Irán también tiene sus limitaciones en tiempos tan extraordinarios como el actual, cuando el odio y la ira hacia Estados Unidos e Israel han aumentado a un crescendo en los países musulmanes. 

Curiosamente, coincidiendo con la llegada del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower y sus escoltas a las aguas del Estrecho de Ormuz, el International Maritime Security Construct [IMSC], un consorcio de países con sede en Bahréin, cuyo objetivo oficial declarado es mantenimiento del orden y la seguridad en el Golfo Pérsico, el Golfo de Omán, el Golfo de Adén y el Mar Rojo Meridional, en particular en lo que respecta a la seguridad marítima de las rutas mundiales de suministro de petróleo: emitió un aviso el jueves para los buques que viajan a través de los accesos a Bab al Mandeb y el Mar Rojo. y aconseja específicamente que “al elegir rutas, oriente hacia crear la distancia máxima posible desde las aguas yemeníes”. 

Dos días después, el ejército israelí dijo que los hutíes de Yemen en realidad se habían apoderado de un carguero en el sur del Mar Rojo cuando navegaba de Turkiye a la India; Aunque el ejército agregó que el barco no era propiedad israelí y no tenía israelíes entre su tripulación, los detalles de propiedad en las bases de datos públicas de transporte marítimo asociaban a los propietarios del barco con Ray Car Carriers, que fue fundada por Abraham “Rami” Ungar, conocido como uno de de los hombres más ricos de Israel. 

No hace falta mucho ingenio para darse cuenta de que Estados Unidos, que ya está dolido por la humillación de que los hutíes derribaran recientemente un avión no tripulado estadounidense  MQ-9 Reaper  sobre aguas internacionales, está actuando contra los hutíes. Esto necesita algunas explicaciones.

La cuestión es que el IMSC es una “coalición de dispuestos” encabezada por Estados Unidos fuera del ámbito de la misión de la Organización Marítima Internacional, la agencia especializada de las Naciones Unidas, “para promover un transporte marítimo seguro, ambientalmente racional, eficiente y sostenible a través de la cooperación”. «

Se creó en 2019 en el contexto de la guerra en Yemen y comprende, entre otros, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita de la región del Golfo. Su leitmotiv fue contrarrestar el eje Irán-Houthi durante la intervención saudita-emiratí en Yemen, esencialmente, como parte de la estrategia de contención de Estados Unidos contra Irán, que dominaba la política regional en ese momento. 

Significativamente, si la Administración Biden planea atacar a los hutíes y lo hace parecer un ataque de represalia/punitivo y, con ese fin, está invocando la plataforma IMSC, que pertenece a una era pasada antes del acercamiento entre Arabia Saudita e Irán negociado por China,   que se convierte en una brillante estratagema geopolítica donde Estados Unidos espera lograr múltiples objetivos y matar muchos pájaros con una sola flecha.

Estos objetivos van desde derribar a Irán uno o dos niveles en el folklore regional de la dinámica de poder; abrir una brecha entre Arabia Saudita e Irán en un momento   en que la amistad entre los dos rivales tradicionales está frustrando los planes de Estados Unidos de “integrar” a Israel; restablecer la conmoción y el asombro ante el poder estadounidense en Medio Oriente (y a nivel mundial); mantener abiertas las líneas navieras del Mar Rojo para los buques israelíes; y, en términos estratégicos, dominar las vías fluviales del Mar Rojo que conducen al Canal de Suez.

Por cierto, últimamente el Mar Rojo es testigo de una disputa entre grandes potencias: China tiene una base naval en Djibouti y Rusia espera establecer una base de submarinos en Sudán; Eritrea es un estado litoral virulentamente antiestadounidense en el Mar Rojo; y Estados Unidos está intentando desesperadamente un cambio de régimen en Etiopía, el país más grande del continente africano, que mantiene relaciones muy amistosas con Rusia.  

¿Un atolladero para Estados Unidos?

Aún más curioso es el momento en que el grupo de portaaviones estadounidense se encuentra en la región del Golfo Pérsico. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció el domingo que una delegación compuesta por ministros de Relaciones Exteriores árabes e islámicos visitará China del 20 al 21 de noviembre para mantener una “comunicación y coordinación profunda” con Beijing “sobre formas de reducir la intensidad del actual conflicto palestino-israelí, proteger civiles y buscar una solución justa a la cuestión palestina”. La delegación está compuesta por el Ministro de Asuntos Exteriores saudita, el Príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, el Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, el Ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, el Ministro de Asuntos Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, el Ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad Al-Maliki, y el Secretario General de la Organización de Asuntos Islámicos. Cooperación Hussein Brahim Taha. 

El desarrollo anterior es una iniciativa saudita. No hay duda de que el acercamiento colectivo de los países musulmanes a China como su principal interlocutor en la etapa actual del conflicto palestino-israelí es un rechazo diplomático a Estados Unidos. En pocas palabras, la unidad árabe también se está convirtiendo en una espina clavada para el presidente Biden en un momento en que a Estados Unidos le resulta cada vez más difícil bloquear el impulso chino-árabe para un alto el fuego en Gaza y contrarrestar la condena internacional de la horrible violencia de Israel contra el Pueblo palestino, especialmente en el Sur Global. 

Al atacar a los hutíes de Yemen, el plan de juego de la administración Biden es socavar el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán aprovechando la antipatía saudí hacia los hutíes, por un lado, y burlándose de Teherán, por el otro. Básicamente, Estados Unidos espera devolverle el dinero a Irán con la misma moneda. 

Como lo expresó un artículo de opinión en Hill: “Es hora de que Biden y sus principales asesores en su equipo de seguridad nacional… deban asumir una defensa activa atacando duramente y sin disculpas a los representantes iraníes, cuando presenten una amenaza, no después de que ya hayan atacado”. . Y la causa probable debe ser lo suficientemente buena para proteger a los miembros de nuestro servicio que manejan bases remotas en Irak y Siria… sangrar la nariz es la única respuesta que Irán entiende, y precisamente la respuesta que Estados Unidos debe dar”.  

La Administración Biden ya debe estar sintiendo que las operaciones israelíes contra Hamás no están llegando a ninguna parte y pueden convertirse en un largo viaje de un día a la noche, gracias a la obstinada negativa del Estado sionista a afrontar su culpa y su vergüenza o a aceptar una solución de dos Estados al problema. Cuestión palestina. La opinión pública estadounidense se está volviendo escéptica sobre el manejo de la situación por parte de Biden y los aliados de Estados Unidos se sienten preocupados. De hecho, el propio Israel es una casa profundamente dividida. 

Mientras tanto, el aislamiento diplomático de Estados Unidos en Medio Oriente está alcanzando hoy un nivel sin precedentes. La gran pregunta es si a través de la coerción –“poder inteligente”– es posible recuperar el terreno perdido donde el quid de la cuestión es que ya no se confía en Estados Unidos en Medio Oriente. Además, Irán posee la patente del “poder inteligente”, que ha perfeccionado como herramienta diplomática durante las últimas cuatro décadas con éxito para protegerse de los desafíos existenciales de Estados Unidos. 

Estados Unidos corre el riesgo de verse enredado con los grupos de resistencia, que no tienen nada que perder y mucho que ganar si crean un atolladero para Washington. El quid de la cuestión es que los grupos de resistencia operan en sus países de origen y disfrutan de amplias redes de apoyo social. Esto, por lo tanto, se convierte, en última instancia, en una batalla desigual. Si vale la pena correr el riesgo –todo con el fin de levantar la debilitada moral israelí– debería ser una cuestión de examen de conciencia para la Administración Biden antes de embarcarse en otra guerra eterna en el Medio Oriente. 

LAS POTENCIAS DEL MUNDO CONFRONTADAS EN SAN FRANCISCO. Frente a frente Xi Jinping y Biden. Se dan la mano, se saludan y después el presidente de Estados Unidos le dice dictador.

La APEC en USA atrajo también a Rusia, México, Perú, y decenas más. ¿Qué se dijeron? ¿Qué significan sus palabras? ¿Qué fue en secreto? ¿Qué movimientos veremos? Mientras se realizó la cumbre, las guerras en Ucrania y Gaza, qué. ¿Andrés Manuel López Obrador vio de reojo a la presidenta Dina Boluarte?

Master Class del Dr. Francisco Javier Martínez en el Programa: detrás de la Razón? que conduce el afamado periodista mexicano Roberto de la Madrid

Tras doce meses de graves tensiones los líderes de EE.UU. y de China acordaron mantener una comunicación permanente para aventar malentendidos y resolver imprevistos.


POR EDUARDO J. VIOR para TELAM el autor autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

En la reunión cumbre que los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Joe Biden, celebraron este miércoles 15 cerca de San Francisco hubo pocos logros. Después de cuatro horas de discusiones, por momentos duras, pero siempre cordiales, los mandatarios convinieron mantener la comunicación bilateral, pero nada más. Es un resultado muy magro para la primera reunión después de doce meses de intensas tensiones que pusieron varias veces al mundo al borde de la guerra, pero un gran avance para la humanidad.

China no busca la hegemonía mundial y no planea librar ninguna guerra con nadie, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, este 15 de noviembre tras su encuentro con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra en San Francisco. “Cualquiera que sea la etapa de desarrollo que alcancemos, China nunca perseguirá la hegemonía o la expansión y nunca impondrá su voluntad a otros”, citó la agencia estatal de noticias Xinhua al líder chino, quien habló durante una cena de bienvenida organizada por “organizaciones amigas” de EE.UU. Además, Xi subrayó que Pekín “no busca esferas de influencia y no librará una guerra fría o una guerra caliente con nadie”.

Por su parte, después de la reunión cumbre Joe Biden informó en X que “acabo de concluir una jornada de reuniones con el Presidente Xi y creo que han sido algunas de las conversaciones más constructivas y productivas que hemos mantenido. Nos hemos basado en el trabajo de base realizado en los últimos meses de diplomacia entre nuestros países y hemos logrado importantes avances.”

El presidente norteamericano luego dio una conferencia de prensa en la que, al final de la misma, volvió a tildar a su homólogo chino de “dictador”. Ante una pregunta de una reportera sobre si seguía refiriéndose a Xi como un dictador, el mandatario respondió: “Mire, lo es. Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país que es comunista y se basa en una forma de gobierno totalmente diferente a la nuestra”.

No obstante, calificó la reunión como una de las más constructivas y productivas, afirmando que se lograron “progresos reales” en las relaciones bilaterales. Preguntado sobre si confía en Xi, respondió que «como dice el viejo refrán: ‘confía, pero verifica’. En eso estoy».

La reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, se produjo al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco (California). Biden dio la bienvenida al líder chino en la finca Filoli, una casa de campo y jardines situada a unos 48 km al sur de San Francisco, adonde se trasladarán más tarde para asistir a una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Durante su encuentro ambos líderes acordaron restablecer las comunicaciones entre sus fuerzas Armadas después de que se rompieran hace más de un año tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán. Los presidentes se comprometieron asimismo a frenar la producción de ingredientes para el fentanilo, un narcótico que ha provocado una mortal epidemia en Estados Unidos. Además decidieron realizar conversaciones para limitar el uso de la inteligencia artificial (IA) en la dirección de armas estratégicas.

Por su lado, Xi Jinping reclamó a su homólogo que mantenga la política de “una sola China” y no aliente la independencia de Taiwán, así como que levante las sanciones a la importación china de componentes para sus desarrollos de alta tecnología.

Resumiendo la reunión cumbre, la agencia Xinhua informó que ambos presidentes sostuvieron “un sincero y profundo intercambio de puntos de vista”. En el lenguaje diplomático los términos “franco” o “sincero” aluden a la exposición de puntos de vista encontrados y falta de acuerdo, pero en un buen clima. Más tarde, en un comentario editorial, el órgano de prensa señaló que “la diplomacia de jefes de Estado es la brújula y el ancla de las relaciones entre China y Estados Unidos.” Y continuó: “las relaciones bilaterales China-EE.UU. han seguido avanzando en medio de altibajos”. En ese sentido advirtió que “la competencia entre los grandes países no es la tendencia predominante en los tiempos actuales y no se pueden resolver así los problemas que enfrentan China y Estados Unidos, o el mundo en general. El planeta Tierra es lo suficientemente grande para que los dos países tengan éxito y, si un país progresa, esto significa una oportunidad para el otro“, concluyó.

El balance que los medios norteamericanos hicieron de la reunión es muy crítico. Así, la demócrata CNN comentó este jueves que “Biden se marchó con la esperanza de haber aliviado los riesgos que plantean las fuerzas estadounidenses y chinas que operan en una zona peligrosamente próxima en Asia-Pacífico, que quiere evitar que se convierta en otra crisis mundial políticamente ruinosa durante su campaña de reelección el año que viene. Xi necesitaba demostrar a su electorado interno en la jerarquía comunista que tiene bajo control las relaciones vitales con Estados Unidos en un momento de dificultades económicas. Sin embargo, cerró los importantes pero graduales avances logrados servirán de poco para mitigar los factores subyacentes que impulsan a EEUU y China hacia una rivalidad más peligrosa».

Por su parte, The New York Times, vocero oficioso del Departamento de Estado, tituló “las conversaciones entre Biden y Xi tuvieron pocos resultados, pero dejaron la promesa de futuros encuentros”. En la bajada el medio insiste en que “los informes sobre el encuentro indican que se alcanzaron escasos progresos en los temas que pusieron a ambos países al borde del enfrentamiento”.

Más cercano al Pentágono, el Washington Post tituló “Biden y Xi acuerdan restablecer los lazos militares, lo que contribuye a aliviar las tensiones” y en la bajada aclaró que “los dos líderes también acordaron reforzar la cooperación antidroga con la esperanza de reducir la crisis del fentanilo en Estados Unidos.”

Las respectivas acentuaciones de ambos medios habla por la diferencia entre sus perspectivas: mientras que en el Departamento de Estado reina una visión ideológica neoconservadora y universalista, en el Pentágono predomina todavía un cierto realismo sobre las limitaciones que las circunstancias imponen al poder estadounidense: si tuvo que abandonar el frente ucraniano, para poder concentrarse en el conflicto en Gaza, ¿con qué medios podría desempeñarse en un tercer escenario contra China?

Finalmente, la conservadora cadena Fox tituló que “Biden vuelve a llamar ‘dictador’ a Xi Jinping, mientras China promete ser ‘imparable’ en la reconquista de Taiwán”, refiriéndose, por un lado, a la ya citada declaración del presidente en su conferencia de prensa y, por el otro, a una advertencia que Hua Chunying, vocera de la cancillería china, formuló en X después de la reunión cumbre: “Estados Unidos debe tomar medidas reales para cumplir su compromiso de no apoyar la ‘independencia de Taiwán’, dejar de armar a Taiwán y apoyar la reunificación pacífica de China. China llevará a cabo la reunificación y esto es imparable.”

Para seguir discutiendo las medidas necesarias para controlar el ingreso de precursores químicos para la elaboración de fentanilo, Xi Jinping se reúne este jueves por primera vez, también en San Francisco, con Andrés Manuel López Obrador. El mexicano, a su vez, encontrará este viernes por la misma razón a su colega norteamericano.

Poco, pero mucho. Los resultados de la cumbre entre los presidentes de las dos mayores potencias del mundo fueron magros, pero tangibles. Por lo pronto, ya es mucho que hayan acordado seguir hablando, que sus fuerzas armadas vayan a establecer mecanismos de comunicación para resolver imprevistos y que comiencen a trabajar para limitar el control de la inteligencia artificial sobre el uso de las armas estratégicas. Tanto las complicaciones de la situación internacional como las intensas presiones que las luchas por el poder dentro de cada uno de los países imponen sobre sus liderazgos no les permiten avanzar mucho más allá.

Seguramente habrá altibajos en la relación. Los ideólogos universalistas de un lado y los nacionalistas del otro provocarán choques y malentendidos, pero el mundo no tiene alternativa a la cooperación entre las mayores potencias nucleares.

Argentina, el octavo territorio del mundo y centro de la confrontación por la hegemonía mundial por su situación geográfica entre los dos océanos, de cara a la Antártida, y por sus recursos (agua, minerales, energía, alimentos y una población altamente capacitada y hábil), necesita existencialmente que China y EE.UU. cooperen en el mantenimiento de la paz y el establecimiento de un orden económico internacional justo y en beneficio de todos los pueblos. No tenemos alternativa: o multipolarismo o disgregación nacional.

¡¡ ARGENTINA ES HOY, OTRO ESCENARIO DE LA GUERRA DEL IMPERIO CONTRA EL NUEVO MUNDO MULTIPOLAR Y EL SUR GLOBAL !!

Nos lo dice el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, en referencia a las elecciones presidenciales que marcarán el futuro de los próximos 50 años de Argentina. Y resalta que este audio es su último esfuerzo para que los “argentinos confundidos” no se equivoquen. Y para que sepan las grandes diferencias entre el voto suicida a Milei o el voto positivo a la Argentina, a través de Sergio Massa. En un momento en que el mundo nos mira, y la historia nos señala el día y la hora de una decisión trascendental.

Entretanto, pide una vez más que no normalicemos, ni nos acostumbremos, a la dantesca matanza de palestinos a manos de Israel, expresando nuestra repugnancia y repudio y exigiendo un inmediato alto del fugo. Además de focalizar que este terrible genocidio le sirve a EEUU para soslayar y encubrir la catastrófica derrota en Ucrania y el desastre histórico y político que ha sido la figura de Zelenski

Luego, volviendo a Argentina, aborda las ridículas propuestas sobre política exterior del candidato Milei, que impone la ideología sobre el realismo, al despreciar a los BRICS y querer romper con China y Brasil -nuestros principales socios comerciales- y dejando las relaciones en manos privadas. Algo totalmente fuera del lugar, carente de lógica, de razón, de sentido común y de conocimiento. Ya que las reglas internacionales se imponen a través de los Estados, nunca a través de particulares ni de grupos empresariales privados.

Además, este personaje terriblemente analfabeto en política, quiere que seamos subordinarnos de EEUU y de sus aliados. Y hasta propone sustituir la moneda nacional por la de la potencia decadente. Un bloque dividido, sin recursos, con profundos quiebres internos y graves dificultades en sus interminables conflictos bélicos por el mundo. Por lo que todo lo de Miliei es un alegato de despropósitos, tan esperpénticos como nefastos, en lugar de una estratégica política exterior, estable y coherente con el interés nacional, más allá de quién ganare unas elecciones.

Y finaliza el audio, recordando que Argentina es -en estos momentos y por su situación geográfica y sus recursos- uno de los centros de la confrontación por la hegemonía mundial, por lo que apela al pragmatismo de nuestra política exterior, que permita primar los intereses nacionales al pivotar las buenas relaciones comerciales y políticas entre China, EEUU y resto de potencias, para propender la cooperación y el mantenimiento de la paz internacional, en beneficio de los pueblos que han estado sufriendo el tsunami del neoliberalismo.

Por lo que concluye con que hoy estamos ante el desafío crucial de elegir entre ser parte de LA MULTIPOLARIDAD DE LOS BRICS O LA DISGREGACIÓN NACIONAL.

Eduardo Bonugli (Madrid, 19/11/23)

Washington necesita ganar su guerra en Gaza contra Irán porque no logró ganar su guerra en Ucrania contra Rusia.

Por pepe Escobar en The Cradle

El Sur Global esperaba el amanecer de una nueva realidad árabe. 

Después de todo, las calles árabes -aún cuando están reprimidas en sus países de origen- han pulsado con protestas que expresan una furia feroz contra la masacre generalizada de palestinos en la Franja de Gaza por parte de Israel. 

Los líderes árabes se vieron obligados a tomar algún tipo de acción más allá de suspender algunas embajadas en Israel, y convocaron a una cumbre especial de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) para discutir la actual guerra israelí contra los niños palestinos. 

Representantes de 57 estados musulmanes se reunieron en Riad el 11 de noviembre para asestar un golpe serio y práctico a los practicantes y facilitadores del genocida. Pero al final no se les ofreció nada, ni siquiera consuelo.  

La declaración final de la OCI siempre estará consagrada en el Palacio Dorado de la Cobardía. Lo más destacado del espectáculo retórico de mal gusto: nos oponemos a la “autodefensa” de Israel; condenamos el ataque a Gaza; pedimos (¿a quién?) que no venda armas a Israel; solicitamos a la canguro CPI que «investigue» crímenes de guerra; Solicitamos una resolución de la ONU que condene a Israel.  

Para que conste, estos son los mejores 57 países de mayoría musulmana que podrían reunirse en respuesta a este genocidio del siglo XXI.  

La historia, incluso si está escrita por vencedores, tiende a ser implacable con los cobardes.

Los cuatro principales cobardes, en este caso, son Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos; los tres últimos normalizaron sus relaciones con Israel bajo la dura mano de Estados Unidos en 2020. Estos son los que bloquearon sistemáticamente la adopción de medidas serias en la cumbre de la OCI, como el proyecto de propuesta argelina para prohibir el petróleo a Israel, además de prohibir el uso del espacio aéreo árabe para entregar armas al Estado ocupante.

Egipto y Jordania, vasallos árabes desde hace mucho tiempo, tampoco se comprometieron, al igual que Sudán, que se encuentra en medio de una guerra civil. Turkiye, bajo el sultán Recep Tayyip Erdogan, demostró una vez más que todo son palabras y nada de acción; una parodia neo-otomana del tejano «todo sombrero, nada de ganado». 

¿BRICS o IMEC? 

Los cuatro principales cobardes merecen un poco de escrutinio. Bahréin es un humilde vasallo que alberga una rama clave del Imperio de Bases de Estados Unidos. Marruecos tiene estrechas relaciones con Tel Aviv: se vendió rápidamente después de la promesa israelí de reconocer el reclamo de Rabat sobre el Sáhara Occidental. Además, Marruecos depende en gran medida del turismo, principalmente del colectivo occidental.  

Luego tenemos a los peces gordos: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ambos están repletos de armamento estadounidense y, al igual que Bahrein, también albergan bases militares estadounidenses. El príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MbS) y su antiguo mentor, el gobernante emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ), sí tienen en cuenta la amenaza de revoluciones de color que arrasen sus dominios reales si se desvían demasiado del guión imperial aceptado.  

Pero en unas pocas semanas, a partir del 1 de enero de 2024, bajo la presidencia rusa, tanto Riad como Abu Dhabi ampliarán sus horizontes a lo grande al convertirse oficialmente en miembros de los 11 BRICS . 

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sólo fueron admitidos en los BRICS ampliados debido a cuidadosos cálculos geopolíticos y geoeconómicos de la asociación estratégica Rusia-China.

Junto con Irán (que tiene su propia asociación estratégica tanto con Rusia como con China), se supone que Riad y Abu Dhabi reforzarán la influencia energética de la esfera BRICS y serán actores clave, más adelante, en la campaña de desdolarización. cuyo objetivo final es evitar el petrodólar.  

Sin embargo, al mismo tiempo, Riad y Abu Dhabi también se beneficiarán inmensamente del plan no tan secreto de 1963 para construir el canal  Ben Gurion , desde el golfo de Aqaba hasta el Mediterráneo oriental, llegando -qué coincidencia- muy cerca. hasta el ahora devastado norte de Gaza. 

El canal permitiría a Israel convertirse en un centro clave de tránsito energético, desalojando al Canal de Suez de Egipto, y eso encaja muy bien con el papel de Israel como nodo clave de facto en el último capítulo de la Guerra de los Corredores Económicos: la India-India inventada por Estados Unidos  . Corredor Medio Oriente (IMEC) .

IMEC es un acrónimo bastante perverso, como lo es toda la lógica detrás de este fantástico corredor, que pretende posicionar a Israel, que infringe las leyes internacionales, como un centro comercial crítico e incluso proveedor de energía entre Europa, parte del mundo árabe y la India.  

Ésa fue también la lógica detrás de la farsa del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu en la ONU en septiembre, cuando mostró a toda la “comunidad internacional” un mapa del “Nuevo Medio Oriente” en el que Palestina había sido totalmente borrada. 

Todo lo anterior supone que se construirán los PIEM y el Canal Ben Gurión, lo cual no es algo que se pueda dar por sentado según ningún estándar realista.  

Volviendo a la votación en la OCI, las secuencias de Estados Unidos, Egipto y Jordania -dos países en las fronteras occidental y oriental de Israel, respectivamente- se encontraron en la posición más difícil de todas. El Estado ocupante deseaba empujar definitivamente a aproximadamente 4,5 millones de palestinos a sus fronteras. Pero El Cairo y Ammán, también inundados de armas estadounidenses y financieramente en bancarrota, nunca sobrevivirían a las sanciones estadounidenses si se inclinan de manera demasiado inaceptable hacia Palestina.

Así que, al final, demasiados Estados musulmanes que prefirieron la humillación a la rectitud pensaron en términos muy estrechos, pragmáticos y de interés nacional. La geopolítica es despiadada. Se trata de recursos naturales y mercados. Si no tienes uno, necesitas el otro, y si no tienes ninguno, un Hegemón dicta lo que puedes tener. 

Las calles árabes y musulmanes –y la Mayoría Global- pueden, con razón, sentirse abatidas cuando ven cómo estos “líderes” no están preparados para convertir el mundo islámico en un verdadero polo de poder dentro de la multipolaridad emergente. 

No sucedería de otra manera. Muchos estados árabes clave no son entidades soberanas. Todos están acorralados, víctimas de una mentalidad vasalla. No están preparados (todavía) para enfrentarse de cerca a la Historia. Y, lamentablemente, siguen siendo rehenes de su propio “siglo de humillación”.

El humillante golpe de gracia fue asestado nada menos que por el propio maníaco genocida de Tel Aviv: amenazó a todos en el mundo árabe si no se callaban, cosa que ya hicieron.

Por supuesto, hay valores árabes y musulmanes muy importantes en Irán, Siria, Palestina, Irak, Líbano y Yemen. Si bien no son mayoría de ninguna manera, estos actores de la Resistencia reflejan el sentimiento en la calle como ningún otro. Y con la guerra de Israel expandiéndose cada día, su influencia regional y global aumentará enormemente, tal como en todas las otras guerras regionales de la Hegemonía.

Estrangulando un nuevo siglo en la cuna 

La catastrófica debacle del Proyecto Ucrania y el resurgimiento de una guerra intratable en Asia occidental están profundamente entrelazados. 

Más allá de la niebla de la “preocupación” de Washington por el ataque genocida de Tel Aviv, el hecho crucial es que estamos justo en medio de una guerra contra los BRICS 11.      

El Imperio no hace estrategia; en el mejor de los casos, elabora planes de negocio tácticos sobre la marcha. Hay dos tácticas inmediatas en juego: una armada estadounidense desplegada  en el Mediterráneo oriental –en un esfuerzo fallido por intimidar a los gigantes del Eje de la Resistencia, Irán y Hezbolá– y una posible elección de Milei en Argentina ligada a su promesa declarada de romper. las relaciones entre Brasil y Argentina. 

Así que se trata de un ataque simultáneo contra los BRICS 11 en dos frentes: Asia occidental y América del Sur. No se escatimarán los esfuerzos estadounidenses para evitar que los BRICS 11 se acerquen a la OPEP+. Un objetivo clave es infundir miedo en Riad y Abu Dabi, como lo confirman fuentes empresariales del Golfo Pérsico.  

Incluso los líderes vasallos en la feria de la OCI habrían sido conscientes de que ahora estamos en lo más profundo de El Imperio Contraataca. Esto también explica en gran medida su cobardía. 

Sabe que para la hegemonía, la multipolaridad equivale a “caos”, la unipolaridad equivale a “orden” y los actores malignos equivalen a “autócratas”, como el nuevo “Eje del Mal” ruso-chino-iraní y cualquiera, especialmente los vasallos , que se oponga a la “orden internacional basada en reglas”. 

Y eso nos lleva a una historia de dos altos el fuego. Decenas de millones de personas de la Mayoría Global se preguntan por qué  el Hegemón está desesperado por un alto el fuego en Ucrania mientras se niega rotundamente a un alto el fuego en Palestina. 
El Proyecto de Congelación de Ucrania preserva el Fantasma de la Hegemonía un poco más. Supongamos que Moscú mordería el anzuelo (no lo hará). Pero para congelar a Ucrania en Europa, la Hegemonía necesitará una victoria israelí en Gaza -tal vez a cualquier precio- para mantener incluso un vestigio de su antigua gloria. 

¿Pero puede Israel lograr la victoria más que Ucrania? Es posible que Tel Aviv ya haya perdido la guerra el 7 de octubre, ya que nunca podrá recuperar su fachada de invencibilidad. Y si esto se transforma en una guerra regional que Israel pierde, Estados Unidos perderá de la noche a la mañana a sus vasallos árabes, que hoy tienen una opción china y rusa esperando entre bastidores. 

El rugido de la calle es cada vez más fuerte: exigen que la administración Biden, ahora vista como cómplice de Tel Aviv, detenga el genocidio israelí que puede conducir a una guerra mundial. Pero Washington no cumplirá. Las guerras en Europa y Asia occidental pueden ser su última oportunidad (la perderá) de subvertir el surgimiento de un siglo euroasiático próspero, conectado y pacífico.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle.

John DugardCambridge University Press

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

El 2 de junio de 2022, el presidente Biden publicó un artículo de opinión en el New York Times titulado «Cómo está dispuesto Estados Unidos a ayudar a Ucrania» en el que declaraba que la acción de Rusia en Ucrania «podría marcar el fin del orden internacional basado en reglas y abrir la puerta a la agresión en otros lugares, con consecuencias catastróficas en todo el mundo».(1) No se menciona el derecho internacional. Posteriormente, en una conferencia de prensa al concluir la Cumbre de la OTAN de junio de 2022 en Madrid, advirtió tanto a Rusia como a China que las democracias del mundo «defenderían el orden basado en reglas» (OBR).(2) Una vez más, no se menciona el derecho internacional. El 12 de octubre de 2022, el presidente de los Estados Unidos publicó una Estrategia de Seguridad Nacional que hace repetidas referencias al OBR como la «base de la paz y la prosperidad globales»(3) con sólo una referencia pasajera al derecho internacional.(4) El término «orden basado en reglas» es utilizado con tanta frecuencia por líderes políticos estadounidenses, como el presidente Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, que, según el profesor Stephen Walt de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, «parece haberse convertido en un requisito laboral para un alto puesto en el aparato de política exterior de Estados Unidos”.(5) La conclusión clara que se puede extraer de esto es que el hecho de que Estados Unidos no invoque el derecho internacional y en su lugar apele en la mayoría de las ocasiones a un «orden internacional basado en reglas» es algo considerado y deliberado.(6)

Otros líderes occidentales también han invocado el «orden internacional basado en reglas» para criticar a los Estados no occidentales, en particular a Rusia y China, por su mala conducta internacional (7) pero tales referencias han sido inconsistentes (8) o usarse indistintamente con el derecho internacional. Un buen ejemplo de esto lo proporciona la Declaración emitida por los Jefes de Estado al concluir la Cumbre de la OTAN en Madrid de 2022, en la que se afirmó que «nos adherimos al derecho internacional y a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas». Naciones. Estamos comprometidos a defender el orden internacional basado en reglas”.(9) El Primer Ministro de los Países Bajos ha ido aún más lejos al combinar los dos términos en una sola frase al referirse al «orden jurídico internacional basado en reglas».(10) Esto sugiere que otros líderes occidentales, particularmente de la UE, tienen una actitud ambivalente hacia el orden internacional basado en reglas. Si bien están dispuestos a aceptar el lenguaje preferido de Estados Unidos en declaraciones conjuntas con Estados Unidos, insisten, no obstante, en que las relaciones internacionales se rigen por el derecho internacional. Esto quedó claro en una declaración emitida por la UE en las Naciones Unidas cuando Rusia invadió Ucrania.(11) El Reino Unido, por otra parte, invoca con frecuencia el orden internacional basado en reglas.(12)

¿Qué es esta criatura, el «orden internacional basado en reglas», que los líderes políticos estadounidenses han invocado cada vez más desde el final de la Guerra Fría en lugar del derecho internacional? ¿Es un sinónimo inofensivo de derecho internacional, como sugieren los líderes europeos? ¿O es algo más, un sistema destinado a reemplazar el derecho internacional que ha regido el comportamiento de los Estados durante más de 500 años?

En este editorial deseo compartir algunas reflexiones sobre este nuevo fenómeno, en un intento de responder a esta pregunta.

Una búsqueda en los índices de los principales libros de texto de derecho internacional no ayuda. No se menciona el «orden internacional basado en reglas» en una selección aleatoria de tales libros.(13) El relativo silencio de los académicos y profesionales del derecho internacional sobre este tema posiblemente pueda explicarse porque los abogados ven el OBR como el término político para el derecho internacional o como una retórica política inofensiva. Sin embargo, esto es desafortunado ya que ha permitido a los políticos invocar el OBR sin dar una explicación de lo que quieren decir.

1.Dos maneras de ver el ’orden basado en reglas’

Por un lado, puede verse como un concepto desarrollado por politólogos y políticos que pretende ser más o menos sinónimo de derecho internacional. (14) Fundado en un orden internacional liberal, está «basado en principios de gobernanza democrática, la protección de los derechos individuales, la apertura económica y el estado de derecho»(15) y se caracteriza por la igualdad, los derechos humanos, la libertad, el multilateralismo, la libre circulación de mercancías y la seguridad colectiva.(16) En su contenido, va más allá de la estrecha percepción positivista del derecho internacional para incluir el derecho indicativo, incluidas las normas y recomendaciones de las organizaciones internacionales de normalización (17) y conferencias y reglas elaboradas por actores no estatales.

Según este punto de vista, el OBR se basa en principios que constituyen los fundamentos del derecho internacional y además tiene en cuenta las fuentes más amplias del derecho internacional contemporáneo defendidas por muchos académicos. Al igual que el derecho internacional, se basa en los valores de la comunidad internacional consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en tratados multilaterales y normas consuetudinarias que dan efecto a esos valores.

Sin embargo, existe otra perspectiva de lel OBR que requiere consideración.

Los teóricos y comentaristas políticos han tomado la iniciativa en el examen del OBR pero, aparte de aquellos que han criticado al OBR, (18) han prestado escasa atención a la relación con el derecho internacional. Por ejemplo, si bien han anunciado la importancia de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la cooperación económica y los principios maternales del derecho internacional, no han considerado el contenido de estos principios en referencia a tratados multilaterales o normas consuetudinarias. o los mecanismos para su aplicación. Están satisfechos con la exposición de valores que no están definidos sin tener en cuenta su fuerza vinculante o aplicabilidad. En resumen, no son reglas tal como las entienden los abogados. Para empeorar las cosas, no han considerado la cuestión de si el OBR y el derecho internacional son compatibles entre sí o si un orden es superior al otro.

La naturaleza indeterminada e indefinida de las «reglas» del OBR y la falta de consideración de su relación con el derecho internacional ha llevado a cuestionar el motivo del recurso al OBR por parte de Estados Unidos. La manera en que Estados Unidos ha justificado aparentes violaciones del derecho internacional por parte de sus propias fuerzas o de sus amigos cercanos ha resultado inevitablemente en una explicación cínica, aunque plausible, de la preferencia de Estados Unidos por el OBR.

Según este punto de vista, el orden internacional basado en normas puede verse como la alternativa de los Estados Unidos al derecho internacional, un orden que resume el derecho internacional tal como lo interpretan los Estados Unidos de acuerdo con sus intereses nacionales, «una quimera, es decir, cualquiera que sea el Estados Unidos y sus seguidores quieren que signifique en un momento dado’. (19) Partiendo de la premisa de que «los propios Estados Unidos están dispuestos a ignorar, evadir o reescribir las reglas siempre que parezcan inconvenientes», (20) se considera que el OBR es amplia, abierta a la manipulación política y a dobles raseros. Según el profesor Stefan Talmon, el OBR «parece permitir reglas especiales en casos especiales -sui generis-«. (21)

2.La razón detrás de la referencia a un «orden internacional basado en reglas»

Hay varias razones que pueden explicar por qué Estados Unidos prefiere invocar un «orden internacional basado en reglas» y no el derecho internacional.

En primer lugar, Estados Unidos no es parte en varios tratados multilaterales importantes que constituyen una característica esencial del derecho internacional. No es parte de la Convención sobre el Derecho del Mar, lo que significa que está obligado a reprender a China por amenazar el «orden internacional basado en reglas» en el Mar Meridional de China en lugar del derecho internacional. (22) No es parte de una serie de tratados fundamentales que rigen el derecho internacional humanitario, incluidos los Protocolos de las Convenciones de Ginebra de 1977 sobre el derecho de la guerra, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, la Convención sobre Municiones en Racimo y la Convención Antipersonal. Convención sobre la prohibición de las minas. Tampoco es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño ni de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Inevitablemente, esto dificulta que Estados Unidos responsabilice a los Estados por violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho de derechos humanos en la medida en que Estados Unidos no considere que estas normas formen parte del derecho internacional consuetudinario.

En segundo lugar, Estados Unidos ha colocado interpretaciones del derecho internacional que justifican el uso de la fuerza (23) y la violación del derecho internacional humanitario que son controvertidos y cuestionados. Su interpretación del derecho de legítima defensa para permitir ataques preventivos (24) y el uso de la fuerza contra insurgentes/militantes caracterizados como terroristas son ampliamente discutidos. (25) El recurso al uso de la fuerza como especie de intervención humanitaria en el bombardeo de Belgrado en 1999, llevado a cabo bajo los auspicios de la OTAN, (26) también está en disputa. Las interpretaciones dadas a las resoluciones del Consejo de Seguridad por parte de Estados Unidos y el Reino Unido para autorizar el uso de la fuerza en Irak en 2003 (27) y Libia en 2011 (28) han sido muy criticados como pretextos ilegales para un cambio de régimen. La denegación del estatuto de prisioneros de guerra a los soldados talibanes detenidos en la Bahía de Guantánamo tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2002 ha sido cuestionada porque viola el artículo 4 de la Convención relativa al tratamiento de los prisioneros de guerra. (29) El uso de drones en Afganistán, Irak y Yemen para matar a militantes/terroristas hostiles, que Estados Unidos ha justificado como autodefensa permisible, ha sido criticado como una violación del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. (30) Parece que Estados Unidos considera más conveniente –y posible– defender interpretaciones impugnadas del derecho internacional de este tipo bajo las ’reglas’ amplias de la RBO que justificarlas bajo las reglas más estrictas del derecho internacional. (31)

En tercer lugar, Estados Unidos no está dispuesto a responsabilizar a algunos Estados, como Israel, por violaciones del derecho internacional. Se tratan como casos sui generis en los que el interés nacional excluye la rendición de cuentas. Este excepcionalismo con respecto a Israel fue explicado detalladamente por Estados Unidos en su declaración conjunta con Israel con motivo de la visita del presidente Biden a Israel en julio de 2022 (32) que reafirma «los vínculos inquebrantables entre nuestros dos países y el compromiso duradero de los Estados Unidos con la seguridad de Israel» y la determinación de los dos estados «de combatir todos los esfuerzos para boicotear o deslegitimar a Israel, negar su derecho a la autosuficiencia» defensa, o señalarlo en cualquier foro, incluidas las Naciones Unidas o la Corte Penal Internacional». Este compromiso explica la negativa constante de Estados Unidos a responsabilizar a Israel por sus repetidas violaciones del derecho humanitario, apoyar el procesamiento de los autores de crímenes internacionales ante la Corte Penal Internacional, condenar sus ataques a Gaza – mejor retratados como una aplicación excesiva de la ocupación de Gaza y no la autodefensa como sostienen los Estados Unidos – (33), insisten en que Israel procese a los asesinos de un ciudadano estadounidense (Shireen Abu Akleh), critican su violación de los derechos humanos según lo establecido tanto por el Consejo de Derechos Humanos como por la Asamblea General, aceptan que Israel aplica una política de apartheid en el Territorio Palestino Ocupado, (34) y oponerse a su anexión de Jerusalén Este. (35) Y, por supuesto, está la negativa de Estados Unidos a reconocer la existencia del arsenal nuclear de Israel o permitir cualquier discusión sobre él en el contexto de la proliferación nuclear en el Medio Oriente. (36) Es posible que tales medidas por parte de Israel se consideren consistentes con el “orden internacional basado en reglas”, incluso si violan reglas básicas del derecho internacional.

Por supuesto, los dobles raseros, el excepcionalismo y la hipocresía son características de las políticas exteriores de los estados que aceptan el derecho internacional y no favorecen al OBR. Semejante conducta debe ser condenada, ya que socava la noción de responsabilidad de todos los Estados, independientemente de su posición y de sus amigos en la comunidad internacional. Las «reglas» amorfas del OBR, sin embargo, hacen que sea más fácil para un estado brindar un trato especial a otro estado y tolerar sus violaciones del derecho internacional. Estados Unidos puede justificar su negativa a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional argumentando que el derecho internacional tal como lo interpreta Estados Unidos –el OBR– permite ataques a Gaza como autodefensa contra el terrorismo y el asesinato de militantes terroristas mediante drones, la aplicación del apartheid, la anexión de territorio y la continuación de una ocupación que se considera ampliamente ilegal.

Estas explicaciones sobre la invocación preferida de Estados Unidos del OBR no se aplican consistentemente a otros estados de la alianza occidental. La mayoría son partes en la mayoría de los tratados multilaterales. Sólo el Reino Unido participó en todas las controvertidas intervenciones militares mencionadas anteriormente, aunque algunas se llevaron a cabo bajo el paraguas de la OTAN. Y la mayoría de los Estados occidentales han estado dispuestos a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional, aunque sólo de palabra. Esto probablemente explica por qué los líderes occidentales han utilizado el término OBR indistintamente con el derecho internacional y parecen tratar ambos órdenes como sinónimos. Esto significa que el OBR es en gran medida una orden defendida por Estados Unidos.

3.El debate jurisprudencial entre Rusia, China y Occidente sobre el OBR

Occidente ha utilizado el OBR para juzgar a Rusia y, más recientemente, a China. Esto ha llevado a lo que podría denominarse un debate jurisprudencial entre Rusia y Occidente, en el que Rusia condena a Occidente por abandonar el respeto al derecho internacional en su afirmación del OBR, y Estados Unidos se atiene a su evaluación de la mala conducta de Rusia en términos del OBR.

Sergey Lavrov, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha criticado sistemáticamente a Occidente por su recurso a un orden internacional basado en normas. En 2020 declaró que Occidente abogaba por un «orden basado en reglas centrado en Occidente como alternativa al derecho internacional». (37) con el propósito de reemplazar el derecho internacional con métodos no consensuales para resolver disputas internacionales eludiendo el derecho internacional. (38) Explicó que «este término fue acuñado recientemente para camuflar un esfuerzo por inventar reglas en función de los cambios en la situación política para poder presionar a Estados desagradables e incluso a los aliados». (39)

El presidente Putin se ha hecho eco de esta opinión. El 25 de mayo de 2022, el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, con motivo del Día de África, leyó una declaración del Presidente Putin en la que, en el contexto de la acción de Rusia en Ucrania, declaraba que: “El principal problema es que un pequeño grupo de países occidentales liderados por Estados Unidos sigue intentando imponer el concepto de un orden mundial basado en reglas a la comunidad internacional. Utilizan esta bandera para promover, sin dudarlo, un modelo unipolar de orden mundial donde hay países excepcionales y todos los demás que deben obedecer al club de los elegidos”. (40)

En 2019, un grupo de académicos rusos produjo un artículo académico en el que concluyen que: “Por lo tanto, hay razones suficientes para pensar que el concepto moderno de “orden basado en reglas” tiene una connotación política, ante todo antirrusa, que se suma a las actuales armas políticas de Occidente… En pocas palabras, el concepto presenta una herramienta para universalizar un proyecto occidental unilateral de orden mundial”. (41)

La guerra de palabras entre Occidente y Rusia sobre el OBR ha entrado ahora en la retórica de la invasión de Ucrania.

Rusia ha violado los principios más fundamentales del derecho internacional y el derecho de la Carta de las Naciones Unidas en su brutal ataque a Ucrania y su igualmente brutal ocupación del país. Ha violado la prohibición del uso de la fuerza, la obligación de respetar la integridad territorial de otro Estado soberano y las normas del derecho de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Pese a ello, Estados Unidos ha preferido condenar a Rusia por violar el OBR indefinido cuyas reglas aún no se han enunciado. (42)

Por su parte, Rusia ha criticado a Occidente por actuar de acuerdo con el OBR. Como se muestra arriba, el presidente Putin se quejó de la dependencia de Occidente del OBR en su declaración en el Día de África, el 25 de mayo de 2022. (43) Los precedentes sentados por la generosa interpretación de Occidente de sus obligaciones en virtud del OBR también fueron evidentes en la declaración del presidente Putin de una operación militar especial (es decir, guerra) contra Ucrania el 24 de febrero de 2022. (44) En esta declaración se refirió al bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN en 1999, la invasión de Irak en 2003, la intervención en Libia en 2011 y la acción de Estados Unidos en Siria, todos los cuales se basaron en interpretaciones dudosas y controvertidas del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. (45) La implicación clara era que Estados Unidos, Occidente y la OTAN habían pretendido actuar de acuerdo con el orden internacional basado en reglas y no con el derecho internacional en estas ocasiones.(46)

Los Estados utilizan con frecuencia el tu quoque o «qué pasa» para desviar las críticas a su propia conducta. La Unión Soviética y ahora la Federación Rusa han utilizado esta defensa contra Estados Unidos durante muchos años. Por ejemplo, ha acusado a Estados Unidos de linchar a afroamericanos, practicar la discriminación racial y apoyar a los Contras en Nicaragua en respuesta a las críticas a su propio historial de derechos humanos. Aunque tu quoque puede ser una estrategia política útil, no es una defensa aceptada en el derecho internacional. Por otro lado, no hay duda de que los precedentes de conducta ilegal serán invocados como una licencia para la legalidad por parte de un Estado delincuente, particularmente cuando se justifican en interpretaciones controvertidas de la ley perteneciente al orden internacional basado en reglas. Según Chatham House, las recientes violaciones del derecho internacional por parte de Estados Unidos han «proyectado una larga sombra sobre la pretensión de Estados Unidos de ser el principal defensor de un sistema internacional basado en reglas». (47)

China también ha afirmado su oposición a un orden basado en reglas. En mayo de 2021, en un debate virtual del Consejo de Seguridad sobre multilateralismo, el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi declaró que: “Las normas internacionales deben basarse en el derecho internacional y deben ser escritas por todos. No son una patente ni un privilegio de unos pocos. Deben ser aplicables a todos los países y no debe haber lugar para el excepcionalismo ni para dobles raseros”.(48)

En una línea similar, en 2021, Yang Jiechi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores, afirmó que China defiende el sistema centrado en las Naciones Unidas y el orden internacional respaldado por el derecho internacional y no el «llamado orden internacional basado en reglas» defendido por un pequeño número de países. (49)

4.Las reglas que componen el OBR

A la luz de la acusación tanto de los académicos occidentales como de los líderes políticos de Rusia y China de que Occidente ha propuesto el orden internacional basado en reglas como una alternativa al derecho internacional, no se puede aceptar sin examinar que el OBR es idéntica con el derecho internacional y que este es simplemente un nombre para el derecho internacional preferido por los teóricos y practicantes políticos.

Las reglas que componen el «orden internacional basado en reglas» todavía están por definirse. Hasta el momento no hay indicios de que tomarán la forma de convenciones internacionales generales o particulares según lo entiende el Artículo 38(1)(a) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Además, no sabemos cuál es la naturaleza de estas reglas. Se ha sugerido que «no tienen una cualidad positiva». Más bien, su valor depende de la medida en que sirvan a los intereses y valores de los Estados que los sostienen”.(50) Si existen reglas, el método para su creación sigue siendo un misterio.(51) No sabemos «quién establece en última instancia estas reglas y determina su contenido»,(52) no sabemos si los estados deben dar su consentimiento a estas reglas y, de ser así, cuáles estados. Ciertamente, la Comisión de Derecho Internacional y la Sexta Comisión de la ONU no participan en este proceso. Caritativamente, parece que las reglas son acuerdos tácitos entre un puñado de estados occidentales para los cuales no ha habido un consentimiento claro. Pero el consentimiento es la base del derecho internacional. Según Stefan Talmon, el orden basado en reglas se ha utilizado para exigir a ciertos Estados que cumplan las normas jurídicas internacionales existentes, a las que en realidad no han dado su consentimiento y, por tanto, no están obligados. El término «orden basado en reglas» desdibuja la distinción entre reglas vinculantes y no vinculantes, dando la impresión de que todos los estados y actores internacionales están sujetos a este orden, independientemente de si han dado su consentimiento o no a estas reglas.(53)

El acuerdo judicial no figura en el idioma de la RBO.(54) La Corte Internacional de Justicia probablemente no tendría competencia para conocer de una disputa basada en una ’regla’ del OBR conforme al Artículo 38(1), ya que tales ’reglas’ carecen de contenido y no pueden identificarse como pertenecientes a ninguna fuente reconocida, pero podría hacerlo conforme al Artículo 38(2) si los Estados remitiran una controversia a la Corte para decidir un caso ex aequo et bono.

Las críticas al OBR por no ser considerado una fuente formal de derecho internacional según el artículo 38 del Estatuto de la CIJ pueden cuestionarse por no tener en cuenta los métodos de elaboración de leyes que han ampliado las fuentes de derecho. ley internacional. Como resultado, adopta un enfoque altamente formalista del derecho internacional contemporáneo. Hay sustancia en esta crítica. La manera en que los estados invocan resoluciones no vinculantes de las Naciones Unidas y otras instituciones intergubernamentales, las decisiones de conferencias internacionales y otros organismos normativos y lo que hoy se conoce como «derecho indicativo» deja claro que los estados ven el derecho internacional como un orden fluido y flexible que se ocupa tanto de las normas que generan expectativas como de las reglas y principios reconocidos por el artículo 38. Si se acepta esto, se puede argumentar, el OBR simplemente reconoce la existencia de un orden jurídico contemporáneo libre del formalismo jurídico.

La dificultad de la crítica anterior es que presupone que las «reglas» del «orden basado en reglas» tienen un contenido conocido y van más allá de la afirmación de valores amplios. El respeto de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la libertad de navegación, la gobernanza democrática, la libre circulación de mercancías, la apertura económica, etc. son valores importantes que un tribunal puede invocar para ayudarle a interpretar las normas jurídicas, pero no son no normas de derecho tal como se entienden comúnmente. Carecen de definición o contenido. No hay indicios de que estas normas sean vinculantes o aplicables (y, de ser así, cómo), de si pueden restringirse o de si todas las naciones y pueblos las disfrutan. En resumen, el OBR no hace ningún intento de proclamar un orden legal con reglas definidas y procedimientos de elaboración de leyes y solución de disputas.

El OBR es algo más que el derecho internacional. Es un régimen alternativo fuera de la disciplina del derecho internacional que inevitablemente desafía y amenaza el derecho internacional. Caritativamente puede verse como un orden que comprende valores de orden liberal. De manera menos caritativa, puede verse como un orden competitivo defendido por algunos estados occidentales, particularmente Estados Unidos, que busca imponer la interpretación del derecho internacional que mejor promueve los intereses de Occidente, particularmente los de Estados Unidos. A diferencia del derecho internacional, no parece ser un orden universal. Más bien, es un orden empleado por Occidente, de nuevo particularmente por Estados Unidos, para asegurar su dominio.

5.Observaciones finales

Volver a la guerra en Ucrania. En su invasión de Ucrania, la Federación de Rusia ha violado principios fundamentales del derecho internacional, que van desde el uso ilegal de la fuerza y ​​la violación de la integridad territorial de otro Estado soberano hasta violaciones brutales del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. Estas violaciones del derecho internacional se juzgan mejor por un orden jurídico aceptado y comprendido por todas las naciones del mundo que por un régimen amorfo defendido por una de las partes en conflicto. La declaración emitida por la UE condenando la invasión rusa de Ucrania como una violación del Artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas, un crimen de agresión según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y una violación de normas imperativas del derecho internacional (55) tiene más peso que la afirmación del presidente Biden de que la invasión viola el orden internacional basado en reglas.(56)

Una última razón para descartar el orden internacional basado en reglas como medio para juzgar el comportamiento de los Estados es que es un obstáculo innecesario y perjudicial para los intentos de llegar a un acuerdo sobre el derecho internacional como un orden universal que gobierne a todos los Estados. Todos los estados tienen sus propias idiosincrasias en lo que respecta a la aplicación del derecho internacional, pero rara vez amenazan la universalidad del derecho internacional. Sin embargo, en la actualidad existen varias divisiones importantes entre los Estados sobre las características y principios cardinales del derecho internacional.

El más notable de ellos es el que existe entre Occidente, por un lado, y Rusia y China, por el otro. Mientras Occidente enfatiza la gobernabilidad democrática, los derechos humanos, el ambientalismo y la globalización, Rusia y China enfatizan la igualdad soberana de los estados, la no intervención en los asuntos internos de los estados, la solución de disputas mediante mecanismos que los estados hayan consentido, la inmunidad de los estados y sus funcionarios, y la condena del doble rasero en el trato a los estados. Este enfoque chino-ruso del derecho internacional quedó detallado en 2016 en la Declaración de la Federación de Rusia y la República Popular China sobre la Promoción del Derecho Internacional.(57)

La adhesión de Occidente tanto a un orden internacional basado en reglas como al derecho internacional socava los esfuerzos por acordar un sistema universal de derecho internacional basado en las mismas reglas, principios y valores fundamentales. Un orden internacional fundado en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional tal como ha evolucionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial es una receta más sólida para la paz que el orden internacional amorfo y discriminatorio basado en normas.

Referencias

(1) J. R. Biden Jr., ‘How the US is Willing to Help Ukraine’, New York Times International Edition, 2 June 2022, 1, at 11.

(2) The White House Briefing Room, ‘Remarks by President Biden in Press Conference (Madrid, Spain)’, The White House, 30 June 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2022/06/30/remarks-by-president-biden-in-press-conference-madrid-spain.

(3) The White House, ‘National Security Strategy’, The White House, October 2022, at Introduction, 8, 18, 42, available at www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.

(4) Ibid., at 18, 45.

(5) S. Walt, ‘China Wants a “Rules Based International Order,” Too’, Foreign Policy, 31 March 2021, available at www.belfercenter.org/publication/china-wants-rules-based-international-order-too. See also A. Tuygan, ‘The Rules-based International Order’, Diplomatic Opinion, 10 May 2021, available at www.diplomaticopinion.com/2021/05/10/the-rules-based-international-order/.

(6) Further evidence of President Biden’s determination to avoid reference to international law is provided by an article he wrote shortly after becoming president: J. R. Biden, Jr., ‘Rescuing US Foreign Policy after Trump’, (2020) 99 Foreign Affairs 64. In this wide-ranging account of his proposed foreign policy, there is no mention of international law or the United Nations. NATO does, however, feature prominently in the article.

(7) See the statement of the German Foreign Minister, Annalena Baerbock after the 2022 G20 meeting of foreign ministers where she referred to a shared commitment to the rules-based international order: Außenministerin Annalena Baerbock [@Abaerbock], ‘Liebe @AyorkorBotchwey, @DrAlfredMutua & @mnsanzabaganwa, ich freue mich sehr, mit Ihnen drei starke Partner*innen für die Verteidigung der regelbasierten internationalen Ordnung beim #G7-Treffen in Münster willkommen zu heißen!’, Twitter, 4 November 2022, available at twitter.com/ABaerbock/status/1588503709440700417. See further, R. Falk, ‘“Rule-based International-Order”: A New Metaphor for US Geo-Political Primacy’, Eurasia Review, 1 June 2021, available at www.eurasiareview.com; G. Cross, ‘Rules-based Order: Hypocrisy Masquerading as Principle’, China Daily, 3 May 2022, available at www.chinadailyhk.com/article/269894#Rules-based-order-masquerading-as-principle.

(8) The statements of Australian leaders are interesting. While the former Prime Minister, Scott Morrison, repeatedly used the term ‘rules-based order’ and not ‘international law’, the present Foreign Minister, Penny Wong, refers to international law. See her statement on the occasion of the 2022 G20 meeting of foreign ministers: Sen. The Hon P. Wong, ‘Doorstop Following G20 Foreign Ministers’ Meeting’, Minister for Foreign Affairs, 8 July 2022, available at www.foreignminister.gov.au.

(9) NATO Heads of State and Government, Madrid Summit Declaration, Press Release 095 (2022), available at www.nato.int>cps>natohq>official_texts_196951. For a similar statement see the communique issued after the meeting of foreign ministers of the G7 at St Malo on 6 April 2019: G7 Foreign Ministers, ‘Statement on the Situation in the West of Libya’, G7 France Biarritz, 5 April 2019, available at www.elysee.fr/admin/upload/default/0001/04/fa9bd64d1ab7fc32e4c9508650b83222b0c1a267.pdf.

(10) Prime Minister M. Rutte, ‘Statement by Prime Minister Rutte for the 80th Anniversary of Bilateral Relations between the Netherlands and Australia’, Government of the Netherlands, 16 April 2022, available at www.government.nl/documents/speeches/2022/04/16/statement-prime-minister-rutte-80-year-anniversary-of-bilateral-relations-between-australia-and-the-netherlands.

(11) S. Popan, Statement on behalf of the EU and its Member States at the 76th Session of the General Assembly Special Committee on the Charter of the United Nations and the Strengthening of the Role of the Organization, 3 November 2021, available at www.eeas.europa.eu/delegations/un-new-york/eu-statement-%E2%80%93-united-nations-6th-committee-report-special-committee-un_en?s=63.

(12) See, for example, the statements by Jeremy Hunt, Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs, in Parliament on 2 April 2019 in the debate in Parliament on the Rules-based International Order: J. Hunt (Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs), ‘Rules-Based International Order: Debate’, UK Parliament, Hansard, Oral Answers to Questions on Rules-based International order, volume 657, 2 April 2019, column 916, available at https://hansard.parliament.uk>2019-04-02debates. See also British Embassy of Manila, ‘UK Foreign Office Minister Mark Field Visits Philippines, 15–17 August’, British Embassy Manila, 28 August 2018, available at www.gov.uk/government/news/uk-foreign-office-minister-mark-field-visits-philippines-15-17-august.

(13) See, for example, J. Crawford (ed.), Brownlie’s Principles of Public International Law (2018); M. Shaw, International Law (2021); M. Evans (ed.), International Law (2018); J. Crawford, Chance, Order, Change: The Course of International Law (2014); A. Roberts, Is International Law International? (2017).

(14) For an example of a scholarly work that draws no clear distinction between international law and the rules—based order see S. Bashfield and E. Katselli Proukaki, ‘The Rules-based Order, International Law and the British Indian Ocean Territory. Do as I Say, Not as I Do’, (2022) 23 German Law Journal 713.

(15) M. Jorgensen, ‘The Jurisprudence of the Rules-Based Order: The Power of Rules Consistent with but not Binding under International Law’, (2022) 22 Melbourne Journal of International Law 221.

(16) D. Lake, L. Martin and T. Rice, ‘Challenges to the Liberal Order: Reflections on International Organization’, (2021) 75 International Organization 225. See also N. Wright, ‘The UK and the International Rules-Based-System’, Foreign Policy Centre, 8 September 2020, available at www.fpc.org.uk/the-uk-and-the-international-rules-based-system. The October 2022 National Security Strategy of the United States likewise stresses these values as part of its international strategy and by implication associates them with the RBO: supra note 3, particularly at 6, 18.

(17) See the statement by Antony Blinken at the virtual meeting of the Security Council Open Debate on Multilateralism on 7 May 2021, in which he stated that the rules-based order included the commitments of states under international law, the UN Charter and ‘the rules and standards agreed to under the auspices of the WTO and numerous standard-setting organizations’: A. J. Blinken, ‘Secretary Antony J. Blinken Virtual Remarks at the UN Security Council Open Debate on Multilateralism’, U.S. Department of State, 7 May 2021, available at www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-virtual-remarks-at-the-un-security-council-open-debate-on-multilateralism/.

(18) See Walt and Tuygan, supra note 5; see Falk and Cross, supra note 7.

(19) Cross, supra note 7. See also R. Mullerson: the rules-based order is ‘based on rules of Washington and not related to international law’, cited in A. N. Vylegzhanin et al., ‘The Term “Rules-Based Order in International Legal Discourse”’, (2021) 2 Moscow Journal of International Law 35.

(20) See Walt, supra note 5.

(21) S. Talmon, ‘Rules-based Order v International Law?’, German Practice in International Law, 20 January 2019, available at www.gpil.jura.uni-bonn.de/2019/01/rules-based-order-v-international-law.

(22) Agence France-Presse, ‘Antony Blinken Warns China to Stop “Aggressive Actions” in Asia-Pacific’, Guardian, 13 December 2021.

(23) According to Richard Falk, ‘[t]he United States has projected more force outside its borders than has any State in the course of the past 75 years’, supra note 7.

(24) In 2002, in the wake of 9/11, President George Bush issued a National Security Strategy approving the use of force in pre-emptive self-defence: The White House, The National Security Strategy of the United States of America, 41 ILM 1478 (2002). For criticism of this doctrine see W. M. Reisman and A. A. Armstrong, ‘The Past and Future of the Claim of Preemptive Self-Defence in International Law’, (2006) 100 AJIL 525. See also the decisions of the International Court of Justice that cast serious doubt on the validity of pre-emptive self-defence: Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, Advisory Opinion of 9 July 2004, [2004] ICJ Rep. 136, para. 139; Case Concerning the Armed Activities in the Territory of the Congo (Democratic Republic of the Congo v. Uganda), Judgment of 19 December 2005, [2005] ICJ Rep. 168, paras. 143, 148.

(25) For a full coverage of this argument and the objections to it see D. Tladi and J. Dugard, ‘The Use of Force by States’, in J. Dugard et al. (eds.), Dugard’s International Law: A South African Perspective (2018), 730, at 759.

(26) NATO’s invocation of the doctrine of humanitarian intervention to justify its action was seriously questioned by scholars. See L. Henkin, ‘Editorial Comments: NATO’s Humanitarian Intervention’, (1999) 93 AJIL 824.

(27) United Nations Security Council, Resolution 1441, Un Doc. S/RES/ 1441 (2002); United Nations Security Council, Resolution 678, Un Doc. S/RES/ 678 (1990); United Nations Security Council, Resolution 687, Un Doc. S/RES/ 687 (1991) were invoked creatively by the United States and the United Kingdom to justify the invasion of Iraq and regime change. Critics agree that the United States and the United Kingdom acted unlawfully. See V. Lowe, ‘The Iraq Crisis: What Now?’, (2003) 52 ICLQ 859; P. Sands, Lawless World: America and the Making and Breaking of Global Rules-From FDR’s Atlantic Charter to George Bush’s Illegal War (2005).

(28) United Nations Security Council, Resolution 1973, Un Doc. S/RES/1973 (2011) imposed a no-fly zone and authorized states to take ‘all necessary measures protect civilians’ but was used as a justification for regime change by NATO. See R. Higgins et al., Oppenheim’s International Law: United Nations (2017), 1023, paras. 26, 120.

(29) G. Aldrich, ‘The Taliban, Al Quaeda, and the Determination of Illegal Combatants’, (2002) 96 AJIL 891.

(30) C. Jones, The War Lawyers. The United States, Israel and Juridical Warfare (2020), 193–6; United Nations General Assembly, Report of the Special Rapporteur on Extrajudicial, Summary or Arbitrary Executions, Philip Alston, UN Doc. A/HRC/14/24/Ad 6 (2010); M. Boyle, The Legal and Ethical Implications of Drone Warfare (2017).

(31) According to Ben Scott, ‘Although the US shaped the UN and much of international law, its relationship with these institutions has become increasingly vexed, especially since the 2003 invasion of Iraq. That’s partly why it has fallen back on the rules-based order’: B. Scott, ‘The Trouble with Washington’s Rules-Based Order Gambit’, The Diplomat, 3 August 2021, available at www.thediplomat.com/2021/08/the-trouble-with-washingtons-rules-based-order-gambit.

(32) The White House Briefing Room, ‘The Jerusalem US-Israel Strategic Partnership Joint Declaration’, The White House, 14 July 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/07/14/the-jerusalem-u-s-israel-strategic-partnership-joint-declaration/. See also Biden’s statement on the ‘need to sustain our ironclad commitment to Israel’s security’ in his 2020 article in Foreign Affairs, supra note 6, at 73.

(33) See J. Dugard, ‘Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory’, in E. Bjorge and C. Miles (eds.), Landmark Cases in Public International Law (2017), 539, at 556–7.

(34) B. Samuels, ‘The US State Department Rejects Amnesty’s Apartheid Claim against Israel’, Haaretz, 1 February 2022.

(35) See Falk, supra note 7.

(36) V. Gilinsky and H. Sokolski, ‘Biden Should End US Hypocrisy on Israeli Nukes’, Foreign Policy, 19 February 2022.

(37) Cited in Vylegzhanin et al., supra note 19, at 39.

(38) Ibid., at 51.

(39) Ibid., at 39.

(40) K. K. Klomegah, ‘Russia Renews its Support to Mark Africa Day’, Modern Diplomacy, 27 May 2022, available at www.moderndiplomacy.eu/2022/05/27/russia-renews-its-support-to-mark-africa-day/. See also the statement by President Putin cited by A. Roberts, Is International Law International? (2017), 297.

(41) See Vylegzhanin et al., supra note 19, at 51.

(42) See note 1, supra. As early as 2021 the G7 complained that Russia’s behaviour threatened the RBO: see Vylegzhanin et al., ibid., at 39.

(43) See note 40, supra.

(44) See the text of President Putin’s speech: ‘Full text: Putin’s Declaration of War on Ukraine’, The Spectator, 24 February 2022, available at www.spectator.co.uk/article/full-text-putin-s-declaration-of-war-on-ukraine/.

(45) For an analysis of President Putin’s legal justifications for the Ukraine war see M. Milanovic, ‘What Is Russia’s Legal Justification for Using Force against Ukraine?’, EJIL:Talk!, 24 February 2022, available at www.ejiltalk.org.

(46) See further, Roberts, supra note 13, at 282.

(47) The London Conference, ‘Challenges to the Rules-Based International Order’, Chatham House: The Royal Institute of International Affairs, 2015, available at www.chathamhouse.org/sites/default/files/London%20Conference%202015%20-%20Background%20Papers.pdf.

(48) State Councilor and Foreign Minister W. Yi, ‘Remarks by State Councilor and Foreign Minister Wang Yi at the United Nations Security Council High-level Meeting on the Theme “Maintenance of International Peace and Security: Upholding Multilateralism and the United Nations-centered International System”’, Ministry of Foreign Affairs of the People’s Republic of China, 8 May 2021, available at www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/wjdt_665385/zyjh_665391/202105/t20210508_9170544.html.

(49) See Scott, supra note 31.

(50) M. Chalmers, ‘Which Rules, Why there is No Single Rules-based International System’, Occasional Paper, Royal United Services Institute, April 2019.

(51) The October 2022 US National Security Strategy declares that the RBO ‘provides all nations that sign up to the principles an opportunity to participate in and have a role in shaping the rules’, supra note 3. Unfortunately, there is no indication of how this ‘signing up’ may be done.

(52) See Talmon, supra note 21.

(53) See Talmon, ibid.

(54) The US National Security Strategy of October 2022 makes no mention of the International Court of Justice, supra note 3.

(55) See note 11, supra.

(56) See note 1, supra.

(57) Ministry of Foreign Affairs of the Russian Federation, ‘The Declaration of the Russian Federation and the People’s Republic of China on the Promotion of International Law’, 25 June 2016, available at www.fmprc.gov.cn>201608. For a detailed analysis of this Declaration see Roberts, supra note 13, at 290–9.

CEPRID

Por Alberto Cruz CEPRID

La cumbre de los BRICS de agosto supuso el punto de inflexión del fin de la era del mundo unipolar hegemonizado por Occidente (1). Pero por si hubiese alguna duda sobre esto, la actual situación en Palestina no solo lo pone de relieve, sino que lo refuerza. A partir de ahora ya nada será igual.

Occidente está en las últimas y ya no tiene ninguna baza para retener su hegemonía: ni política, ni cultural, ni militar, ni económica. Nada. La paliza que está recibiendo en el país 404, antes conocido como Ucrania, es de las que hacen época y ahora acaba de saltar Palestina. Quienes piensen que el régimen sionista de Israel va a ganar harían bien en replanteárselo. No está nada claro. Esta es la razón por la que a mediados de octubre el presidente de EEUU hizo algo muy inusual, dar un discurso a la nación en el que dijo las verdades del porquero: “estamos en un punto de inflexión porque el actual orden mundial se ha quedado sin fuerza”. Es la primera vez que se dice de forma abierta porque ya no se pueden poner más puertas al campo. Y lo dijo justificando la postura de EEUU de apoyo a Ucrania y a Israel porque ambos son “existenciales para la seguridad e intereses de EEUU”.

No es que el “actual orden mundial se haya quedado sin fuerza”, como dice Biden, sino que ya no existe. Hay otro mundo en marcha, un nuevo orden multipolar donde la hegemonía occidental desaparece y más con la constatación a nivel planetario de la hipocresía, cinismo y doble moral que Occidente está mostrando con el genocidio y limpieza étnica que el régimen sionista israelí está implementando en Gaza. Y este nuevo orden multipolar tiene ya sus propias estructuras e instituciones que son claramente la alternativa a las occidentales y en las que ha asegurado, hasta ahora, su hegemonía. Son la Organización para la Cooperación de Shanghai, los BRICS, el Banco Asiático de Inversiones e infraestructuras, el Nuevo Banco de Desarrollo, la Nueva Ruta de la Seda…

De forma especial están los BRICS, que ya superan en Producto Interior Bruto, en términos de paridad del poder adquisitivo, al fantasmagórico G-7 de “los países más ricos e industrializados del mundo”, como le gusta repetir a un decrépito Occidente, sabiendo que es irreal. Con la ampliación de los BRICS a partir de enero del año que viene, la distancia entre ellos y el fantasmagórico G-7 hará que este último se convierta casi en irrelevante.

Pero a esto hay que añadir la otra gran apuesta de los BRICS: el comercio en moneda propia. Esto no solo es un impulso más a la desdolarización de la economía mundial (el 32’5% del comercio entre los países BRICS es ya en sus propias monedas) sino que está suponiendo que el euro empiece a caer en la irrelevancia: en dos años, es decir, con la crisis de Ucrania, el euro ha perdido la friolera de 14 puntos porcentuales en el comercio internacional, pasando del 38’43% al 24’42%. En términos técnicos eso significa que el euro está comenzando a ser excluido de los pagos internacionales (2).

La razón principal es el irracional vasallaje a EEUU, especialmente por las sanciones -ilegales, según el derecho internacional-, la otra razón que hay que tener en cuenta es que cada vez más países utilizan el pago en sus monedas nacionales en su comercio internacional. Si antes el euro era una alternativa al dólar que utilizaban muchos países, ahora ya no lo es. El euro pierde valor porque lo pierde Europa. El jardín, como dijo Borrell, se marchita.

La debilidad de la economía europea es evidente como consecuencia de la crisis energética que se vive por el, también irracional, rechazo al gas ruso y la dependencia del gas estadounidense, cuatro veces más caro que el ruso (y que Europa está pagando en dólares). Ahora que se cumple un año desde la voladura del gasoducto «Corriente del Norte 2» sin que Europa haya dicho ni mú ante una agresión tan flagrante, la cosa adquiere mayor relieve.

La inflación sigue haciendo de las suyas, Alemania está oficialmente en recesión desde hace medio año y la elevación de las tasas de interés está empobreciendo a la población. Eso repercute en las deudas nacionales y eso arrastra al euro al abismo.

Pero donde hay que poner la atención es el aumento de los pagos en monedas nacionales que se está produciendo en el mundo como consecuencia de las sanciones impuestas a Rusia y que han sido vistas por el resto del planeta como una agresión y una amenaza a ellos mismos. Cada vez más países lo hacen, y tras la ampliación de los BRICS la tendencia aumentará para evitar riesgos y reducir la dependencia occidental. Y entre EEUU y su dólar y Europa y su euro, el más débil es quien se resiente. Aunque ambos se resentirán más a partir del 1 de enero de 2024, cuando la ampliación de los BRICS sea efectiva. Se ha dicho que todos los nuevos integrantes se van a adherir al sistema BRICS PAY, que es en el que comercian desde 2018 los integrantes históricos y que, como ya he apuntado más arriba, supone el 32’5% del comercio intra-BRICS, aunque el primer país que lo ha anunciado formalmente es Irán.

Como es lógico, hay un ganador y un perdedor de todo esto. El ganador es EEUU, que ha visto cómo el dólar se ha reforzado debido a la caída del euro. Ese aumento se debe en gran medida a la sustitución de los pagos internacionales que antes se realizaban en euros. ¿Quiere decir eso que se frena la desdolarización de la economía mundial? Pues no. Su proporción en las reservas de divisas de los estados está disminuyendo constantemente. El claro perdedor es Europa, que está entrando en la irrelevancia geopolítica.

El impulso final del proyecto sionista y la resistencia palestina

Con todo esto en marcha, y dado el papel relevante que va a tener Arabia Saudita al ser aceptado como nuevo miembro de los BRICS, Occidente – bajo la dirección de EEUU – puso en marcha dos iniciativas complementarias: la primera, intentar competir con la Nueva Ruta de la Seda china anunciando la constitución de un corredor económico UE-India-Arabia Saudita-Israel; la segunda, complementaria de la primera, impulsar la normalización política entre Arabia Saudita e Israel. Sin esta última, la primera no será posible.

Sin embargo hubo algo que no se tuvo en cuenta, ni por unos ni por otros: Palestina. O para ser más exacto, la resistencia palestina. Porque la normalización entre Arabia Saudita e Israel aceleraba la culminación del proyecto sionista de anulación del pueblo palestino y la creación del Gran Israel, algo en lo que sin pudor había insistido el primer ministro israelí en su discurso ante la Asamblea General de la ONU de mediados de septiembre.

Y es que enlazando las dos cosas está el gas que se ha descubierto en las aguas de Gaza y que hacen que todo lo anterior sea si no irrelevante sí al menos no tan pomposo como se ha vendido. Porque el gas es la única riqueza que tendría el hipotético Estado palestino, dado que lo que hay en la actualizad son 43 minizonas aisladas entre sí y, por lo tanto, sin viabilidad económica alguna. No puede haber un Estado palestino viable sin unidad geográfica ni recursos.

Junto a esto, el estado sionista llevaba varios meses impulsando medidas políticas para culminar el proyecto sionista: la reconstrucción de la Tierra de Israel (que tuvo su punto culminante cuando Netanyahu presentó en la ONU un mapa en el que desaparecía cualquier atisbo de Palestina); la institución de la Ley Judía (Halajá), que despoja a los no judíos de su estatus legal, es decir, deja a los ya ciudadanos de segunda clase, los árabes israelíes, sin ser ni siquiera ciudadanos; y la construcción del Templo Judío en el Monte del Templo, es decir, lisa y llanamente, la destrucción de la Mezquita de Al-Aqsa.

La penúltima provocación dos semanas antes del 7 de octubre fue determinante para la respuesta de la resistencia palestina. Hay que recordar que ya en el año 2000 hubo otra provocación en el mismo sentido y generó la Segunda Intifada, cuyo gran logro fue que se obligó a Israel a abandonar Gaza. Esta es la razón por la que la resistencia palestina ha denominado a su operación militar “Inundación de Al-Aqsa”.

Frente a lo que machaconamente está repitiendo Occidente y sus medios de propaganda, antes llamados de comunicación, la operación de la resistencia palestina no fue únicamente ejecutada por Hamás, sino por otras tres organizaciones: la Yijad Islámica, el Frente Popular de Liberación de Palestina y el Frente Popular de Liberación de Palestina-Comando General. Es evidente que el predominio y hegemonía es de Hamás, pero las cuatro organizaciones actúan de forma coordinada.

Para la resistencia palestina era una cuestión de “ahora o nunca” debido a la inacción de los colaboracionistas de la mal llamada Autoridad Palestina y no solo tenían que romper la estrategia sionista sino obligar al mundo a posicionarse ante lo que era, de hecho, el fin de Palestina porque Israel insistía en sus cuatro noes: no al Estado palestino soberano, no al reconocimiento de los derechos históricos y políticos de Jerusalén Este, no al desmantelamiento de las colonias y no al derecho al retorno.

Además, la resistencia palestina actuó teniendo el abrumador respaldo de la población no solo de Gaza, sino de Cisjordania. En junio, el Centro Palestino de Investigación, financiado por la Fundación Konrad Adenauer (democristiana alemana), tuvo que reconocer en una encuesta que el 71% de los palestinos apoyarían a los grupos armados para una escalada armada o una tercera intifada y que el 82% se oponía a la política colaboracionista de la mal llamada Autoridad Palestina deteniendo o reprimiendo a estos grupos (3).

Miedo y vulnerabilidad de Occidente

Como es sabido, a Occidente le importa una higa la opinión de los pueblos. Imbuido de su profundo colonialismo, no ha tardado en asumir el doble discurso israelí sobre “otro 11 de septiembre”, dirigido a EEUU, y “es otro holocausto”, dirigido a Europa. Discursos que para el resto de mortales, o sea, nosotros, ha sido resumido en el simple “terrorismo”. Y todo ello arropado con el mantra de “derecho a la legítima defensa”.

Esto no oculta otra cosa que el miedo y la vulnerabilidad de un Occidente que ve cómo su hegemonía desaparece a gran velocidad y que, como tuvo que reconocer Biden en su discurso, tanto esto como Ucrania se convierten en existenciales. Por lo tanto, la condena a los palestinos estaba asegurada porque un sector muy mayoritario – excluyendo a los colaboracionistas de Fatah – ha demostrado su firme voluntad de luchar contra el colonialismo. Así, se les ha criminalizado permanentemente y han sido habituales las expresiones de “bestias”, “animales”, “bárbaros”, “terroristas”…, expresiones que, por supuesto, no se han repetido con los genocidas israelíes ni siquiera con el bombardeo a hospitales o a campamentos de refugiados. Occidente ha deshumanizado a los palestinos y ha sacado a la luz algo que dijo Frantz Fanon cuando habló del comportamiento genocida de Francia en Argelia: “las víctimas del colonialismo nunca lograrán persuadir a sus colonizadores europeos de su sufrimiento y profundo deseo de libertad”.

El hecho es que Palestina se niega a morir en silencio y quiere narrar su propia historia, como también ha tenido que reconocer, muy tarde, el propio Secretario General de la ONU cuando dijo eso de que “es producto de 56 años de ocupación”.

26 resoluciones de la ONU contra Israel y el derecho internacional

No hay que remontarse a 1948, cuando se divide Palestina y se otorga a los judíos, minoría muy minoritaria entonces, la mayor parte de la tierra. Basta con ir a 1967 cuando en la ONU se aprueban dos resoluciones emblemáticas: la 242 y la 338. La primera hace referencia al reconocimiento a la soberanía e integridad de Israel que iba acompañado de la retirada de los Territorios Ocupados y de la solución a los refugiados expulsados en 1948. La segunda hacía referencia a paz por territorios.

Ni que decir tiene que Occidente se quedó con la primera parte de la resolución 242, prescindiendo de la segunda, y que de la resolución 338 nunca dijo nada. Pero es que desde entonces la ONU ha aprobado otras resoluciones contra Israel. En total, son 26 resoluciones de la ONU las que condenan a Israel por la anexión de territorios, la construcción de asentamientos, la expulsión y desplazamiento de palestinos, la denegación del derecho al retorno, la confiscación y expropiación de tierras, la destrucción y demolición de casas…

Occidente lleva un año y medio levantando la bandera de la única resolución que aprobó la ONU contra Rusia cuando lanzó su “operación militar especial” en Ucrania. No ha levantado ni un dedo para recordar, no ya denunciar a Israel, estas resoluciones. Por eso Occidente no habla del derecho internacional y sí insiste en eso de “orden basado en reglas”. Su orden y sus reglas porque el derecho internacional le estorba y molesta.

Entre otras cosas, porque el derecho internacional es muy claro: “Israel, como potencia ocupante, debe cumplir escrupulosamente con sus obligaciones legales según lo dispuesto en la IV Convención de Ginebra”.

¿Y qué dice la IV Convención de Ginebra? Establece derechos para el ocupado y obligaciones para el ocupante. Uno de los derechos es “el reconocimiento del derecho del pueblo ocupado a utilizar todo tipo de lucha, incluyendo la lucha armada, para liberarse del colonialismo”. Unas de las obligaciones son, por ejemplo, que “el poder ocupante no puede utilizar castigos colectivos contra la población civil” (art. 33); que “la potencia ocupante no podrá proceder a la evacuación o transferencia de una parte de su población civil al territorio ocupado” (art. 49); que “el poder ocupado no tiene el deber de obedecer al ocupante, que es responsable del bienestar del territorio ocupado, de ofrecer condiciones dignas de vida, garantizar la sanidad, la higiene pública, la asistencia y educación de los niños” (art. 50); que “el ocupante tiene que respetar la propiedad privada del ocupado” (art. 55)…

El fin del “orden internacional basado en reglas”

Si Occidente se acaba de suicidar con su apoyo al genocidio y limpieza étnica en Palestina, desapareciendo vertiginosamente lo poco que quedaba de su hegemonía, lo mismo se puede decir de su “orden internacional basado en reglas”. Es un mantra que viene repitiéndose desde 2008, pero que se ha acentuado desde el apoyo al golpe nazi en Ucrania el 2014 y que cogió su cenit en junio de 2022 cuando Biden dijo que “la acción de Rusia en Ucrania podría marcar el fin del orden internacional basado en reglas y abrir la puerta a la agresión en otros lugares, con consecuencias catastróficas en todo el mundo”. Nadie de entre sus vasallos, especialmente Europa, dijo nada de la omisión al derecho internacional.

Posteriormente, la Cumbre de la OTAN de junio de 2022 en Madrid advirtió tanto a Rusia como a China que las democracias del mundo “defenderían el orden basado en reglas”. A partir de aquí, no hay ni un solo dirigente de Occidente que no haya hecho lo mismo. Solo ahora, cuando se constata el genocidio que lleva a la práctica Israel y cómo está pasando factura a sus valedores occidentales, aparece de forma tímida e inconsistente la referencia al derecho internacional. Ya es tarde para ello. Occidente ha bombardeado cualquier atisbo de acuerdo con el resto del mundo, que no va a tardar en pasar factura a tanto cinismo, hipocresía y colapso moral.

Occidente está agonizando y va a morir matando, como se pone de manifiesto en Gaza. Nada de su estructura de dominio puede salvarse a medio plazo. La base económica y geopolítica sobre la que se construyó la superestructura institucional de la gobernanza global liberal-occidental simplemente ha desaparecido. El viejo orden está más allá de la salvación; ya ha surgido otro nuevo aunque, parafraseando a Gramsci, estamos viviendo una época de monstruos e Israel es uno de sus principales.

Notas

(1) “La era del mundo unipolar hegemonizado por Occidente ha llegado a su fin” https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2848

(2) https://www.swift.com/es

(3) https://pcpsr.org/en/node/944

Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor. Su nuevo libro es “Las brujas de la noche. El 46 Regimiento “Taman” de aviadoras soviéticas en la II Guerra Mundial”, editado por La Caída con la colaboración del CEPRID y que va por la tercera edición. Los pedidos se pueden hacer a libros.lacaida@gmail.com o bien a ceprid@nodo50.org También se puede encontrar en librerías.

albercruz@eresmas.com