Programa de Tv «Con Sentido Común»

#DossierGeopolitico con Carlos Pereyra Mele en la noche del 14/12/18 por Tv Canal «C» de Córdoba que se transmite por la red de Cablevision para la provincia. Entrevistado por el Programa «Con Sentido Común» que conduce Alfredo Guruceta Analizamos la realidad Global en este fin de año 2018:

Los Chalecos Amarillos y la «rebelión» en Europa contra la burocracia de bruxelas Trump y su decisión de reformar a la Unión Europea; La OTAN; La ONU, OEA etc.

Que nos deja el G20 para Argentina Que pasa en Siria, Yemen

Siguen los conflictos entre EEUU/China/Rusia

Donde presentamos una visión del mundo original y distina desde Suramérica sobre lo que pasa en el Mundo desde Dossier Geopolitico y que no se transmite por los grandes medios «occidentales»

VIDEO: 

Se solicita su difusión

Columna tradicional semanal de Análisis Geopolitico y Geoestratégico Mundial, en el Programa del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci, y se transmite por Radio Vía Web y repetidoras de todo el Continente

TEMAS: Acompañó el audio

Analizamos el fin de un 2018 complicado -también demostramos que estamos viendo el fin del sueño Neocon del “Siglo XXI: el Siglo Americano”(PNAC). y muy especialmente la crisis y rebelión de la Unión Europea porque ese es el punto, no una protesta de los chalecos amarillos por un incremento de precios de combustibles (como lo presenta la prensa), sino el cuestionamiento profundo a Bruselas que ya se trasladó a varios países de la comunidad. Pero además analizamos los cuestionamiento por parte de Trump a la ONU y a la UE. Desde Dossier Geopolitico venimos adelantando estos cambios que hoy ya no son Teoría de Complot sino la realidad de la crisis profunda del «modelo» y que estos más temprano que tarde llegará a este continente.

Y también vimos como lo adelantamos también que el «éxito’ cacareado por la prensa sobre el G20. En la práctica hoy a una semana es casi papel mojado después de el reinicio del conflicto Norteamericano-Chino por el arresto de la Gerenta Financiera de Huawei: La guerra comercial 2.0. Épocas importante por venir y un Trump desconocido de 1987 para el común de las gentes y un nuevo modelo Euroasiático.

Lic. Carlos Pereyra Mele x Dossier Geopolitica

Se ruega su difusión libremente, referenciando la Fuente 

AUDIO: https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_30686953_1.html?fbclid=IwAR3x4WOoBIlTG5oIDKldeeWAhsgQ0BjbyhjzvsoZE7uEyYVn1OoH-VyFu7M

 

 

ALERTA

Netflix el año que viene lanza una película sobre la Triple Frontera, tendrá visibilidad global el tema (terrorismo islámico)

El Dr. Miguel Á Barrios de Dossier Geopolitico aclara sobre este punto y describe Barrios:
Todos los argumentos que desde 1995 se vienen instalando desde el Pentágono pasando por el 11S a la actualidad de un supuesto peligro fundamentalista terrorista en el corazón de América y que permitan la implantación de Bases militares en la zona y que cierran con la «silenciada» reunión de hace menos de una semana en Foz de Iguazu de un encuentro de todas las fuerzas políticas pro EEUU que encabezó Bolsonaro e hijo, junto al ex presidente colombiano Uribe y grupos de anticastristas de Miami y políticos pro EEUU. Y que la prensa monopólica oculto.

Dossier Geopolítico alerta sobre todas estas fuerzas actuantes donde la administración de Mauricio Macri a través de Patricia Bulrrich es también participe de este juego Geopolitico sin ningún beneficio y mucho peligro para el pueblo Argentino
Que no seamos una próxima Siria.
Dossier Geopolítico

Doctor en Ciencia Política de la Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina, Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Tecnológica Intercontinental de Asunción del Paraguay y Director Académico del Diplomado Internacional «Experto en Política y Gestión de la Seguridad» del Instituto Universitario Sudamericano en Montevideo, Uruguay. Es autor de libros reconocidos de Defensa y Seguridad.Ha dictado y dicta seminarios,cursos y conferencias en academias militares y policiales de América del Sur.

 

Juan Archibaldo Lanus

Dossier Geopolitico tiene el alto honor de contar en su equipo con el  embajador Dr. Juan Archibaldo Lanús,  Profesor Emérito del Instituto del Servicio Exterior de la República Argentina  y publicamos sus recientes reflexiones sobre la “crisis” argentina difundida para los medio de comunicación. Carlos Pereyra Mele

 

Volver a nuestros ideales fundacionales y apostar por la unión de los argentinos Por Juan Archibaldo Lanús

La Argentina está empantanada en un proceso de inconcebible decadencia. En medio de la frustración general, los dirigentes no logran encontrar un rumbo que ponga fin a este estado de cosas. A la decadencia moral de los grupos dirigentes se suma una inútil confrontación social que frena nuestro encuentro con el futuro.

Somos una sociedad dividida, enfrentada por antagonismos que no logramos superar —ni a veces entender— ante una desilusión popular que se expande. Enfrentamos una dramática situación que amenaza hacernos perder el tren del siglo XXI, desaprovechando los recursos intelectuales y científicos que nos sobran como nación. De no cambiar, la inercia de la repetición nos llevará al borde de un lugar desde donde será muy difícil volver. Quizás habremos clausurado la patria que fue el sueño fundador de las generaciones que nos precedieron. Algunas de las causas pueden enunciarse del siguiente modo:

1. Somos un país sin objetivos nacionales. La Argentina se ha transformado en un país impotente para elegir objetivos nacionales en función de sus intereses. Los grupos dirigentes han ensayado políticas de los más diversos contenidos sin alcanzar logros duraderos. Acosada por demasiados conflictos y antagonismos, la Argentina navega sin rumbo en el contexto del complejo e incierto mundo de la actualidad.

2. La deserción moral, una causa profunda. La deserción ética, sobre todo de los grupos dirigentes de la sociedad, no solamente ha impedido concebir la Justicia y la verdad como patrones de convivencia, sino que ha creado un espacio de impunidad, facilitando todo tipo de delitos e infracciones contra la sociedad y el erario público. La ausencia de principios éticos en la conciencia de los gobernantes hace imposible trabajar para el bien común y realizar así la finalidad de la política.

3. Arcaico funcionamiento de las instituciones. Existe una permanente manipulación de los poderes del Estado para lograr una irreverente supremacía de los intereses de los gobernantes o favorecer a grupos económicos, quebrando una de las bases implícitas del pacto constitucional. El Poder Ejecutivo nacional ha construido una hegemonía que lo transforma en el centro de las decisiones, avasallando las funciones parlamentarias, sometiendo las autonomías provinciales y aun influyendo en la voluntad de los jueces. Se habla de un híper-presidencialismo. Desde 1983 se dictaron más de mil DNU, es decir, más de dos por mes sin que haya guerra o desastre ecológico.

4. El Estado como botín. El Estado es abordado por el poder de turno que lo utiliza como un botín de guerra para distribuir prebendas, consolidar privilegios, y aprovecharse de la utilización patrimonial de los bienes públicos y designar empleados públicos que es una facultad discrecional. También para satisfacer el poder y la codicia que son una adicción frecuente en los gobernantes.

5. Emergencia e inestabilidad. La sociedad argentina está sometida a una permanente inestabilidad jurídica producto de que cada gobierno viene a modificar lo que hizo el anterior o a hacer frente a una declarada emergencia —ficticia o inventada— que lo justifica todo. Cada gobierno se percibe a sí mismo como restaurador de las injusticias o de concepciones equivocadas de los gobernantes que lo precedieron.

6. Olvido del bien común. El bien común se ha alejado del centro de las propuestas gubernamentales, mientras los intereses sectoriales han acaparado el espacio público transformándose en la principal oferta política a la sociedad. El objetivo del bien común ha sido reemplazado por la administración de «las cosas». En general los gobernantes están más atentos a satisfacer los intereses de la tecnoestructura globalizada, los compromisos con los bonistas extranjeros o los intereses de los grupos privilegiados, que en cumplir con los derechos o las garantías que puedan merecer los sectores trabajadores o de menores ingresos, o las empresas nacionales.

7. Una economía sin reglas. Durante los primeros treinta años de democracia, nuestra inflación promedio fue del 54%, la más alta del mundo, aproximadamente 7.000.000 por ciento. Crecimos solamente el 1,6% per cápita, lo que representa menos que la media mundial y del promedio de América Latina. No se trata solo del fracaso de la política económica sino del fracaso de un sistema de gestión pública. Carecemos de reglas estables, de una estrategia de desarrollo nacional, no se valora el esfuerzo productivo, hay una falta de confianza en la ciencia y tecnología. Hay una continuada práctica de «prueba y error», pero sin autocrítica.

8. El grave deterioro social. El deterioro social tanto en lo que hace a la salud, educación o niveles de pobreza, constituye un grave retroceso respecto al progreso social que hace sesenta años ya nos colocaba en un lugar de privilegio en el escenario mundial. De un país integrado hemos pasado a una sociedad fragmentada, entre ricos y pobres, con un desempleo en aumento, una creciente inseguridad para familias y jóvenes, y un sistema educativo que reproduce la desigualdad, discriminando contra la educación pública. En el año 2016 había 234 mil alumnos menos en las escuelas públicas que en 2003. En la prueba PISA de la OCDE, la Argentina está en el lugar 58 sobre 65 países. Una república excluyente, dominada por el dinero y asfixiada por la pérdida de antiguos ideales, ha dejado a muchas familias argentinas en la soledad y el desamparo. Las ha empujado hacia un exilio de la nacionalidad, carentes de los servicios más elementales de la vida civilizada, de la seguridad que otorga el trabajo regular, del goce de la propiedad, de la riqueza que brinda al corazón el conocimiento y de la cultura que las hace protagonistas de un orden político. Una sociedad sin educación y salud no puede progresar.

9. Desvalorización del rol de la política. Se ha perdido en nuestro país el entusiasmo que en épocas pasadas movilizó a la juventud en pro de sus sueños o ideales políticos. Las elecciones se han transformado en compulsas para seleccionar al grupo que se acaparará del Estado. La vida y la cultura, los ideales espirituales o sociales del ser humano, han sido reemplazados por las exigencias económicas y las necesidades del mundo de los negocios o el dinero. Poco a poco hemos dejado de ser una comunidad y nos hemos transformado en una sociedad de mercado, donde la dignidad humana, la patria o la nación no tienen más valor que ser una rémora frente al mundo de los intereses económicos globales que son, en definitiva, los que decidirán lo que el pueblo argentino debe pretender. La desvalorización que ha sufrido la actividad política es una amenaza seria para la vigencia de la autonomía de la democracia, y sobre todo de la libertad de la persona frente a las estructura tecnoeconómicas globalizadas.

10. La desunión nacional. Una permanente discordia interior, ya señalada por Joaquín V. González en 1910, en su Juicio del Siglo, ha impedido lograr consensos sobre las políticas a largo plazo. Este síndrome de la discordia se manifiesta también en el rechazo o la negación del otro. Existe en la sociedad argentina el síndrome de un constante antagonismo entre sectores sociales o la lucha de opuestos.

Finalmente, creo que es posible afirmar que la clave para superar el antagonismo y encontrar temas para la unión nacional, para asentar el consenso sobre políticas públicas a largo plazo, es volver a rescatar las grandes motivaciones de nuestros ideales fundacionales.

Cualquiera sea el resultado de las elecciones de 2019, las principales fuerzas políticas deberían empezar por definir consensuadamente políticas públicas para la pobreza, la educación y el medio ambiente. La unión nacional es el primer paso de cualquier proyecto a largo plazo para la Argentina.

Juan Archibaldo Lanús: es abogado (UBA) y doctor por la Universidad de París, Sorbona. Ingresó por concurso en el Servicio Exterior de la Nación, con misiones en ONU, FMI, OEA, Onudi, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, entre otros. Fue embajador y secretario de Estado de Relaciones Exteriores. Primer Profesor Emérito del Instituto del Servicio Exterior de la Cancillería Argentina ISEN

Publicado en Infobae: https://www.infobae.com/opinion/2018/12/09/volver-a-nuestros-ideales-fundacionales-y-apostar-por-la-union-de-los-argentinos/ 

 

El Dr Mario Rapoport y el Dr Juan Archibaldo Lanús,los dos primeros profesores eméritos de la historia del ISEN Instituto del Servicio Exterior de la Cancillería argentina y el Dr Miguel Ángel Barrios por Dossier Geopolitico

Por Juan Martín González Cabañas Becario Investigador Jr. del Equipo de Dossier Geopolitico análisis para la prensa

Argentina en el ojo de la tormenta global

El G20 la mesa chica de la gobernanza mundial tuvo lugar en Buenos Aires el último día noviembre y el primero de diciembre (extendiéndose algunas reuniones bilaterales hasta el domingo 2).

Si bien los temas oficiales de la agenda oficial del G20 de este año fueron infraestructura para el desarrollo, el futuro del trabajo,  y el futuro alimentario sostenible, otros hechos de actualidad, de tipo coyuntural, produjeron expectativa mundial como las acciones frente al cambio climático y la dinámica del comercio mundial.

La cumbre del G20 en Buenos Aires fue cubierta por un clima de tensión: EE.UU en plena guerra comercial con China, otra crisis entre Rusia y occidente en otra disputa (en este caso por la entrada al Mar de Azov en Crimea,)  las guerras en Yemen y Siria, el problema de la inmigración. Todos estos asuntos no han tenido la respuesta esperada.

Cada actor de la cumbre se ha llevado algo (Trump una reforma del Nafta favorable para EEUU, China ha quedado como un actor racional dispuesto al dialogo y refuerza su bloque eurasiático, los europeos sostienen su postura irreversible de mantener los tratados climáticos) pero estos logros particulares  no hacen más que reforzar la idea del fracaso para imponer un marco de acción colectiva entre los actores más relevantes del escenario global.

Se produjo un consenso sobre el cambio climático, pero el principal país emisor de gases no forma parte de él, se sostuvo en el comunicado conjunto la necesidad de una reforma a la OMC, pero no se han criticado las prácticas proteccionistas y mercantilistas de las 2 mayores economías del mundo, ni el funcionamiento de la misma de la organización.

Pero los consensos y logros duraron poco…

La tregua entre China y EE.UU en su guerra comercial de aranceles, parecía dar un ráfaga de tranquilidad a la economía mundial , pero ayer 5 de diciembre Trump ha declarado que piensa dar marcha atrás, sosteniendo que “Beijing no da las garantías apropiadas” para el cumplimiento de la distención.

Y  la crisis en Crimea ha escalado, debido a que Rusia y EE.UU  se acusan mutuamente de no cumplir con los tratados sobre misiles de alcance intermedio, emitiendo Rusia una advertencia si es violado su perímetro de seguridad-

El sistema de las instituciones de las posguerra (ONU, Bretton Woods) ya está obsoleto hace tiempo para coordinar soluciones globales, al no contener y representar los cambios mundiales, surgidos después de la caída del muro de Berlín y el ascenso de los países emergentes, que reclaman el surgimiento un nuevo orden que represente la verdadera configuración económica y los cambios en el equilibrio de poder.

El G20 es un intento para contener estos cambios y nuevos actores en la agenda global, pero hasta ahora su función ha sido retórica que al no poder reflejarse en acciones colectivas y estrategias en común concretas para resolver los problemas globales, al priorizar las potencias sus propios intereses.

Choque de placas tectónicas

Los problemas de actualidad para la comunidad internacional no han tenido el consenso necesario para medidas resolutivas  ha sido una cumbre bastante opaca en resultados generales, aún con la firma de un documento en conjunto.

Como la teoría realista de las relaciones internacionales sostiene, aun en un mundo globalizado las fricciones entre los Estados serán una constante

Lo que da espacio a las usuales críticas hacia este tipo de foros y al multilateralismo retórico en general, críticas que sostiene que la trama mundial se conforma de intereses no consignas, discursos.

La competencia abierta y multidimensional entre grandes potencia está aquí para quedarse en un emergente mundo multipolar, por el momento atenuado,  las tensiones entre EE.UU y el binomio eurasiático China/Rusia parecen ser una prueba de ello.

La competencia  entre grandes potencias será unos de los aspectos que marcarán los próximos años el escenario mundial, este G20 fue un reflejo de eso, y un adelanto de lo que vendrá,  la competencia entre EE.UU y China es irreversible, no renunciaron a la aspiración del liderazgo global, las fricciones serán cada vez más comunes.

El desafío para Argentina y América Latina, es tener la visión para una estrategia de equilibrio entre las potencias en competencia, visualizar las oportunidades y sortear las amenazas que dichas competencias  implican.

05/10/2018

Juan Martin González Cabaña

 

CRIPTOGRAFIA; ROL DESTACADO EN LA PRIVACIDAD INFORMÁTICA: PERSPECTIVA LATINOAMERICANA

 

Palabra que etimológicamente proviene del griego kryptós=oculto y graphe=grafo o escritura, tradicionalmente se lo definió como el ámbito de la criptología que se ocupa de las técnicas de cifrado o codificados, o también entendida como el arte y técnica de escribir con claves o procedimientos secretas o de un modo enigmático, de tal forma que lo escrito sea inteligible para quien sepa descrifrarlo.

La aparición de la informática y el uso masivo de las comunicaciones digitales, han producido un número creciente de problemas de seguridad. Las transacciones que se realizan a través de la red pueden ser interceptadas, y por tanto, la seguridad de esta información debe garantizarse. Este desafío ha generalizado los objetivos de la criptografía para ser la parte de la criptología que se encarga del estudio de los algoritmos, protocolos (se les llama protocolos criptográficos), y sistemas que se utilizan para proteger la información y dotar de seguridad a las comunicaciones y a las entidades que se comunican.

Para ello los criptógrafos investigan, desarrollan y aprovechan técnicas matemáticas que les sirven como herramientas para conseguir sus objetivos. Los grandes avances producidos en el mundo de la criptografía, han sido posibles gracias a la evolución que se han producido en el campo de la matemática y la informática.

La criptografía se usa no solo para proteger la confidencialidad de los datos, sino también para garantizar su integridad y autenticidad. Por ello la criptografía consiste en tomar información en formato de texto plano y cifrarla-codificarla de manera que sea inteligible. Para ello se emplea un algoritmo y una clave o información secreta; puesto que piratas informáticos pueden obtener el texto cifrado e incluso conocer el método de codificación, pero sin la clave les será imposible acceder a los documentos.

En la práctica, el coste del desarrollo de equipos y ‘software’ es el mayor obstáculo en el diseño de sistemas eficaces de descifrado. Por ejemplo, el descodificador que se necesita para el descifrado de la televisión de pago tiene que ser fácil y económico de producir. Sin embargo, esto puede afectar a la calidad de la descodificación matemática y hacer que estos sistemas sean más fáciles de piratear por personas que no estén abonadas.

Además, cuanto más amplio sea un sistema, más probabilidades tiene de convertirse en el blanco de los piratas informáticos.

La criptografía es más importante que nunca y las reglas del juego cambian constantemente. En la actualidad, el estándar supremo en materia de cifrado es el RSA. Su nombre procede de las iniciales de sus tres creadores -Ron Rivest, Adi Shamir y Leonard Adleman-, todos ellos profesores del Instituto Técnico de Massachusets (MIT).

El algoritmo RSA se basa en la utilización de dos números primos grandes que, multiplicados entre sí, permiten obtener un número todavía más grande. Si tienes la clave es fácil factorizar el resultado sino, resulta prácticamente imposible. En la actualidad no conseguimos factorizar números compuestos de más de 600 cifras. Aunque tuviéramos ordenadores ultrapotentes, se necesitarían décadas para hacerlo.

En lo que respecta a las claves criptográficas pueden ser básicamente de dos tipos: las simétricas quienes utilizan determinados algoritmos para descifrar y encriptar documentos. Son grupos de algoritmos distintos que se relacionan unos con otros para mantener la conexión confidencial de la información; y las otras son las asimétricas que son una fórmula matemática que utiliza dos llaves, una pública y la otra privada. La llave publica es aquella a la que cualquier persona puede tener acceso, mientras que la llave privada es aquella que sólo la persona que la recibe es capaz de descifrar.

En un contexto global en el que la vigilancia masiva gubernamental es ya conocida, especialmente gracias a casos como el de Ewdard Snowden, sabemos que la privacidad es un derecho fundamental que debemos proteger. ¿Cuál es la situación de los países de América Latina ante la vigilancia tecnológica? Alan Lazalde repasa algunos ejemplos que muestran que, además de ser rastreados por el gobierno de Estados Unidos, algunos gobiernos latinoamericanos también encargan su propia vigilancia. Al mismo tiempo, han empezado a surgir movimientos de activistas, herramientas y tecnologías que tratan de facilitar el derecho a la privacidad y el anonimato.

La lucha por la autodeterminación de América Latina es importante para muchas más personas de las que viven en América Latina, ya que muestra al resto del mundo que se puede hacer. Pero la independencia de América Latina se encuentra todavía en su infancia. Los intentos de subversión de la democracia en América Latina todavía están sucediendo, incluyendo más recientemente en Honduras, Haití, Ecuador y Venezuela.

Por ello, el mensaje de los cyberpunks es de especial importancia para el público de América Latina. La vigilancia de masas no es sólo un problema para la democracia y la gobernanza – es una cuestión geopolítica. La vigilancia de toda una población por una potencia extranjera pone en peligro naturalmente la soberanía de esa población. Intervención tras intervención estadounidense en los asuntos de la democracia latinoamericana nos han enseñado a ser realistas respecto a esto. Sabemos que las antiguas potencias seguirán explotando cualquier ventaja para retrasar o suprimir el brote de la independencia latinoamericana.

No es ningún secreto que, en Internet y en el teléfono, todos los caminos hacia y desde América Latina llegan a través de los Estados Unidos. La infraestructura de Internet dirige el 99% del tráfico hacia y desde América del Sur a través de líneas de fibra óptica que atraviesan físicamente las fronteras estadounidenses. El gobierno de EE.UU. no ha mostrado ningún escrúpulo en romper su propia ley de aprovechar estas líneas y espiar a sus propios ciudadanos.

No existen leyes contra el espionaje a los ciudadanos extranjeros. Todos los días, cientos de millones de mensajes de todo el continente latinoamericano son devorados por las agencias de espionaje de Estados Unidos, y se guarda para siempre en los almacenes del tamaño de pequeñas ciudades. Los hechos geográficos sobre la infraestructura de la Internet por lo tanto tienen consecuencias para la independencia y la soberanía de América Latina.

Dr. Mario Ramón Duarte  Abogado

Investigador/Consultor Seguridad – Experto Ciberseguridad y Ciberdefensa.

Miembro Instituto Dossier Geopolítico/CEES.

Secretario General del CEEYPP.

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Criptograf%C3%ADa

https://www.onemagazine.es/one-hacker-que-es-criptografia

https://coinlist.me/es/noticias/que-es-la-criptografia/

http://www.elcorreo.eu.org/Como-la-criptografia-es-un-arma-clave-en-la-lucha-contra-los-estados-Imperiales?lang=fr

Al lanzarse a las calles, los franceses son el primer pueblo del mundo occidental que ‎se decide a correr riesgos físicos para oponerse a la globalización financiera, estima ‎Thierry Meyssan. Aunque no tengan conciencia de ello y sigan creyendo que ‎sus problemas son de naturaleza exclusivamente nacional, el enemigo de los franceses ‎es el mismo que ha ensangrentado la región africana de los Grandes Lagos y parte del ‎Gran Medio Oriente. Occidente atraviesa una crisis existencial y sólo lograrán ‎sobrevivir a ella los pueblos que comprendan la lógica que los destruye y ‎la rechacen. ‎

La causa de la recesión occidental‎

Las relaciones internacionales sufrieron un profundo cambio con la parálisis de la Unión Soviética, ‎en 1986, cuando el Estado soviético no logró actuar con eficacia ante el incidente nuclear de ‎Chernobil [1], ‎más tarde, con la desaparición del Pacto de Varsovia, en 1989, cuando el partido comunista de la ‎República Democrática Alemana (RDA) destruyó el muro de Berlín [2] y, finalmente, con la ‎disolución de la URSS, en 1991. ‎

En aquel momento, el presidente de Estados Unidos, George Bush padre, decidió desmovilizar un ‎millón de soldados y consagrar los esfuerzos de su país a la prosperidad de los estadounidenses. ‎

George Bush padre quiso convertir la hegemonía que Estados Unidos ejercía sobre su zona de ‎influencia en un papel de líder del mundo en su conjunto y de garante de su estabilidad. Enunció ‎entonces las bases de un «Nuevo Orden Mundial». Lo hizo primeramente en el discurso que ‎pronunció junto a la primer ministro británica Margaret Thatcher en el Aspen Institute –el 2 de ‎agosto de 1990– y también en su discurso del 11 de septiembre de 1990 ante el Congreso ‎estadounidense, donde anunció la operación «Tormenta del Desierto» [3]. ‎

El mundo posterior a la desaparición de la Unión Soviética es el mundo de la libre circulación, ya ‎no sólo de las mercancías sino también de los capitales mundiales, sin otro control que el de ‎Estados Unidos. Se trata, en otras palabras, del paso del capitalismo a la financierización, ‎no al logro del libre intercambio para todos sino a una forma exacerbada de la explotación ‎colonial en todo el mundo, incluso en Occidente. En 25 años, las grandes fortunas ‎estadounidenses se multiplicaron varias veces y la riqueza global del mundo aumentó ‎considerablemente. ‎

Al dar rienda suelta al capitalismo, el presidente Bush padre esperaba extender la prosperidad a ‎todo el mundo. Pero el capitalismo no es un proyecto político, es sólo una lógica sobre cómo ‎obtener ganancias. Y la lógica de las transnacionales estadounidense no era otra que ‎incrementar sus ganancias produciendo en China, cuyos trabajadores eran los peor pagados del ‎mundo. ‎

Son muy pocos los que lograron ver el costo que ese avance tuvo para Occidente. Es cierto que ‎en países del Tercer Mundo empezaron a aparecer clases medias –aunque menos ricas que las ‎clases medias de los países occidentales– lo cual permite a nuevos Estados, principalmente ‎asiáticos, desempeñar un papel en la escena internacional. Pero, simultáneamente, las ‎clases medias comienzan a desaparecer en Occidente [4], haciendo imposible ‎la supervivencia de las instituciones democráticas que esas clases habían conformado. ‎

Lo más importante es que las poblaciones de regiones enteras van a ser diezmadas, comenzando ‎par las de los Grandes Lagos africanos. Esta primera guerra regional deja 6 millones de muertos ‎en Angola, Burundi, Uganda, en la República Democrática del Congo, Ruanda y Zimbabwe, ‎sin que el mundo se preocupe por entender lo que sucede. El objetivo era seguir apoderándose ‎de los recursos naturales de esos países… pero pagando aún menos que antes. ¿Cómo? ‎Negociando esos recursos con pandillas armadas en vez de tratar con Estados que tienen la ‎obligación de alimentar a sus ciudadanos. ‎

La transformación sociológica del mundo es muy rápida y sin precedente. No disponemos ‎actualmente de las herramientas estadísticas necesarias para evaluarla correctamente. Pero todos ‎percibimos el progreso de Eurasia –no de la Eurasia que evocaba De Gaulle, «de Brest ‎a Vladivostok», sino de una Eurasia que sólo incluye a Rusia y Asia, sin Europa occidental ‎ni Europa central– hacia la búsqueda de libertad y prosperidad, mientras que las potencias ‎occidentales –incluyendo a Estados Unidos– se apagan poco a poco, limitando las libertades ‎individuales y encerrando a la mitad de su población en zonas de pobreza. ‎

Hoy en día la tasa de encarcelación de los chinos es 4 veces inferior a la de los estadounidenses, ‎mientras que su poder adquisitivo es ligeramente superior al de los estadounidenses. ‎Objetivamente, con todos sus defectos, China se ha convertido un país más libre y próspero que ‎Estados Unidos. ‎

Ese proceso era previsible desde el principio. Su instauración se discutió por mucho tiempo. ‎Por ejemplo, el 1º de septiembre de 1987, un cuadragenario estadounidense publicaba una ‎página publicitaria a contracorriente en el New York Times, el Washington Post y el ‎‎Boston Globe. En ella advertía a sus compatriotas en contra del papel que el presidente ‎Bush padre iba a hacer asumir a Estados Unidos haciendo a esa nación responsable, asumiéndolo ‎sola, del «Nuevo Orden Mundial» que se construía. Mucha gente se rió del autor de aquel ‎artículo… el promotor inmobiliario Donald Trump.‎

La aplicación del modelo económico a las relaciones internacionales‎

Un mes después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, el secretario ‎estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, designó al almirante Arthur Cebrowski como ‎director de la nueva Oficina de Transformación de la Fuerza (Office of Force Transformation). ‎La misión de Cebrowski era modificar la cultura de los militares estadounidenses para que ‎pudieran adaptarse a un cambio total de su misión. ‎

Ya no se trataría de utilizar las fuerzas armadas de Estados Unidos para defender principios o ‎intereses sino de servirse de los ejércitos estadounidenses para reorganizar el mundo… ‎dividiéndolo en dos: de un lado estarían los Estados integrados a la economía globalizada, del ‎otro lado quedarían los demás [5]. El Pentágono ya no libraría guerras para apoderarse de ‎los recursos naturales sino que pasaría a controlar el acceso de los países globalizados a esos ‎recursos. Esa división se inspira directamente en el proceso de globalización que ya había ‎marginalizado a la mitad de la población occidental. Sólo que en lo adelante lo que se preveía ‎era la exclusión para la mitad de la población mundial [6]. ‎

La reorganización del mundo se inició en la zona política definida como el «Medio Oriente ‎ampliado» o «Gran Medio Oriente», o sea la que va desde Afganistán hasta Marruecos, ‎exceptuando Israel, Líbano y Jordania. Fue esa la supuesta epidemia de guerras civiles que ya ha ‎dejado varios millones de muertos en Afganistán, Irak, Sudán, Libia, Siria y Yemen [7]. ‎

Como un monstruo que devora a sus hijos, el sistema financiero global, con base en ‎Estados Unidos, sufrió su primera crisis en 2008, cuando estalló la burbuja de las subprimes. ‎Al contrario de lo que afirma el mito, aquello no fue una crisis global sino una crisis ‎exclusivamente occidental. Por primera vez, los países de la OTAN fueron los primeros en sufrir ‎las consecuencias de las políticas que respaldaban. Pero las clases superiores occidentales ‎no modificaron su comportamiento en nada, se limitaron a mirar compasivamente el naufragio ‎de la clase media. ‎

La única modificación notable fue la adopción de la «regla Volcker» [8], que prohíbe a los bancos utilizar informaciones obtenidas de sus clientes ‎para especular contra los intereses de estos. Ahora bien, aunque es cierto que los conflictos de ‎intereses han permitido a muchos inescrupulosos enriquecerse rápidamente, también hay que ‎decir que no son ellos el problema de fondo. Este es mucho más amplio. ‎

La revuelta de los occidentales

La revuelta de las clases medias y populares de Occidente contra la clase superior globalizada ‎comenzó en realidad hace 2 años. ‎

Consciente de que, en relación con Asia, Occidente está en recesión, el pueblo británico fue ‎el primero en tratar de salvar su nivel de vida saliendo de la Unión Europea y acercándose ‎a China y al Commonwealth (“Sí” al Brexit como resultado del referéndum realizado el 23 de junio ‎de 2016) [9]. Por desgracia, los dirigentes del Reino ‎Unido no lograron concretar el acuerdo que esperaban obtener con China y están enfrentando ‎graves dificultades para reactivar sus vínculos con la Commonwealth.‎

Más tarde, viendo como su industria civil se derrumbaba, una parte de los estadounidenses votó ‎el 8 de noviembre de 2016 por el único candidato a la presidencia que se oponía al Nuevo Orden ‎Mundial: Donald Trump. Se trataba de volver al «american dream» (el “sueño americano”). ‎Por desgracia para esos estadounidenses, Donald Trump no tiene un equipo en torno a él –‎exceptuando a su familia– y solamente está logrando modificar –pero no cambiar– la estrategia ‎militar de su país, donde la casi totalidad de los generales del Pentágono y de los altos ‎funcionarios son hostiles a su política. ‎

Ya ante el fin de su industria nacional y con la certeza de que están siendo traicionados por su ‎clase alta, los italianos votaron el 4 de marzo de 2018 por los partidos antisistema: la Liga y el ‎Movimiento 5 Estrellas. Esos dos partidos constituyeron una alianza de gobierno para poner ‎en práctica una política social. Por desgracia para ellos, la Unión Europea se opone a esa política ‎‎ [10].‎

En Francia, en momentos en que decenas de miles empresas pequeñas y medianas que trabajaban ‎en el sector industrial han ido a la quiebra durante los 10 últimos años, los impuestos –que ya ‎clasificaban entre los más elevados del mundo– han aumentado en un 30% en ese mismo periodo ‎de tiempo. Ahora cientos de miles de franceses han salido a las calles para protestar contra un alza ‎de los impuestos que les parece abusiva. Por desgracia para ellos, la clase alta francesa se ha ‎contaminado con el discurso que los estadounidenses rechazan. Esa clase privilegiada está ‎tratando ahora de adaptar su política a la revuelta popular, en vez de cambiar de política. ‎

Si se abordan por separado los casos de cada uno de esos cuatro países, seguramente ‎aparecerán explicaciones diferentes para lo que en ellos sucede. Pero si los analizamos como un ‎fenómeno único que se produce en culturas diferentes, veremos que los mecanismos son ‎los mismos. En esos cuatro países, las clases medias están desapareciendo con mayor o menor ‎rapidez –como consecuencia del capitalismo– y con ellas desaparece el régimen político que esas ‎clases encarnaban: la democracia. ‎

Los dirigentes occidentales van a tener que renunciar al sistema financiero que han construido y ‎volver al capitalismo productivo de los tiempos de la guerra fría, o inventar una organización ‎diferente en la que nadie haya pensado hasta ahora. Si no lo hacen, el Occidente que ha dirigido ‎el mundo desde hace 5 siglos acabará hundiéndose en una serie de conflictos internos.‎

Los sirios han sido el primer pueblo no globalizado capaz de sobrevivir y de resistir a la destrucción ‎que reinaría en el inframundo de Rumsfeld y Cebrowski. ‎

Los franceses son el primer pueblo globalizado que se revela contra la destrucción de Occidente, ‎aunque no tengan conciencia de que están luchando contra el enemigo único de toda la ‎humanidad. El presidente Emmanuel Macron no es el “hombre de la situación”, no porque sea ‎responsable de un sistema que ya existía antes que él sino porque él mismo es producto de ese ‎sistema. Ante los motines que estallaron en su país, este presidente de la República Francesa ‎no encontró nada mejor que decir –desde la cumbre del G20 realizada en Buenos Aires– que ‎la reunión le había parecido un éxito –en realidad no lo fue– y que él mismo avanzaría más ‎rápidamente que sus predecesores… en la dirección equivocada. ‎‎

Cómo salvar los privilegios‎

La clase dirigente británica parece haber hallado su propia solución. Si Occidente en general, y ‎Londres en particular, ya no está en condiciones de gobernar el mundo, lo conveniente es ‎resignarse y tratar de salvar lo que sea posible salvar dividiendo el mundo en dos zonas. Esa fue ‎la política que aplicó la administración Obama durante sus últimos meses en el poder [11], es la política de la primer ministro británica ‎Theresa May y también la de Donald Trump, política que aplica con su negativa a cooperar y sus ‎acusaciones estruendosas, primero contra Rusia y ahora contra China. ‎

También parece que Rusia y China, a pesar de su rivalidad histórica, han tomado conciencia de ‎que nunca podrán tener como aliados a las potencias occidentales que siempre han querido ‎desmembrarlas. Esa es la idea que ha dado lugar a su proyecto de «Asociación de la Eurasia ‎Ampliada»: si el mundo va a dividirse en dos, cada bando tiene que organizar su parte del ‎mundo. Para Pekín, eso significa concretamente abandonar la mitad de su proyecto de «Ruta de ‎la Seda» y redesplegarse junto a Moscú en la Eurasia ampliada. ‎

Fijar la línea divisoria‎

Tanto para Occidente como para la Eurasia ampliada lo más conveniente sería fijar sin demora la ‎línea divisoria. Por ejemplo, ¿de qué lado quedará Ucrania? Al construir el puente sobre el ‎Estrecho de Kerch, Rusia buscaba cortar el país, absorber la región de Donbass, la cuenca del Mar ‎de Azov y, posteriormente, Odesa y Transnistria. El incidente organizado en Kerch por el bando ‎de los occidentales apunta a meter toda Ucrania en la OTAN antes de que el país se divida. ‎

Viendo que el bando de la globalización financiera se hunde, muchos comienzan a tratar de salvar ‎sus intereses personales sin preocuparse por los demás. De ahí viene, por ejemplo, la actual ‎tensión entre la Unión Europea y Estados Unidos. Y el movimiento sionista siempre lleva la ‎ventaja en ese juego, lo cual explica la rápida mutación de la estrategia israelí, que ahora está ‎dejando Siria a Rusia para volverse simultáneamente hacia el Golfo Pérsico y el este de África. ‎‎

Perspectivas‎

Teniendo en cuenta todo lo que está en juego, es evidente que la insurrección en Francia es ‎sólo el comienzo de un proceso mucho más amplio que se extenderá a otros países ‎occidentales. ‎

Es absurdo creer que en estos tiempos de globalización financiera, algún gobierno –sea cual sea– ‎logrará resolver los problemas de su país sin afectar las relaciones internacionales y recuperar ‎simultáneamente su capacidad de reacción. El problema es precisamente que la política exterior ‎ha sido mantenida fuera del ámbito democrático desde que desapareció la Unión Soviética. Es por ‎lo tanto urgente salir de casi todos los tratados y compromisos pactados en los 30 últimos años. ‎Sólo los Estados capaces de recobrar su soberanía tendrán posibilidades de recuperarse. ‎

Thierry Meyssan

 

[1] Según Mijaíl Gorbatchov, ese acontecimiento fue lo que hizo posible la disolución del ‎Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética en la medida en que deslegitimó el Estado soviético.

[2] Al contrario de lo que afirma ‎el mito divulgado en Occidente, quienes echaron abajo el muro de Berlín, visto como el símbolo ‎de la dominación soviética, no fueron los anticomunistas (y los proestadounidenses) sino los ‎nacionalistas del partido comunista de la RDA (y las iglesias luteranas).

[3] El principal objetivo de ‎la invasión de Irak no fue liberar Kuwait sino utilizar la ocupación de este último país como ‎pretexto para conformar la mayor coalición internacional posible, bajo el mando de ‎Estados Unidos y con la participación incluso de la URSS.

[4] Global Inequality. A New Approach for ‎the Age of Globalization, Branko Milanovic, Harvard University Press, 2016.

[5] «El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo», por Thierry Meyssan, Haïti Liberté (Haití), ‎‎Red Voltaire, 22 de agosto de 2017.

[6] Es evidente que las guerras de los ‎presidentes Bush hijo y Obama nunca tuvieron como objetivo extender la democracia. Primero ‎porque, por definición, la democracia sólo puede emanar del Pueblo y no puede imponerse con ‎bombardeos. Y además porque Estados Unidos ya era una plutocracia.

[7] Me refiero ‎no sólo al millón de personas que murieron en las guerras mismas sino también a las víctimas de ‎los desórdenes suscitados por esos conflictos.

[8] El ex presidente de la ‎Reserva Federal estadounidense, Paul Volcker, es uno de los arquitectos de la financierización ‎global. Fue Volcker quien persiguió, en nombre de la ONU, a las personas y entidades que habían ‎ayudado a Irak para que burlara el embargo impuesto por la ONU (el caso «petróleo a cambio de ‎alimentos»). Volcker es una de las principales personalidades de la Pilgrim’s Society, el club ‎transatlántico que tiene como presidente a la reina Isabel II. Fue así como Volcker se convirtió ‎en el principal consejero económico del presidente Barack Obama y conformó una parte de su ‎equipo de gobierno.

[9] «La nueva política exterior británica», por ‎Thierry Meyssan, Red Voltaire, 4 de julio de 2016.

[10] El Mercado Común Europeo era un sistema de cooperación entre Estados, pero fue reemplazado ‎por la Unión Europea, que –según la definición enunciada en el Tratado de Maastricht– es una ‎entidad supranacional y se halla bajo control de la OTAN. La Unión Europea tiene, por tanto, la ‎prerrogativa de oponerse a las decisiones nacionales.

[11] «Dos ‎mundo separados», por Thierry Meyssan, Al-Watan ‎‎(Siria) , Red Voltaire, 8 de noviembre de 2016.

Thierry Meyssan
Thierry Meyssan Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las «primaveras árabes» (2017).


FUENTE: http://www.voltairenet.org/article204232.html

Carlos A Fernández  y José M. Damsky  por El Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos CEES CGT participara del Congreso de Sociología organizado por la Universidad Nacional de  la Plata en la Mesa 9 sobre Temas de Geopolitica

Geopolítica Austral y Conciencia Territorial

Introducción / Contexto histórico político

Hacia la mitad del siglo XIX, Tocqueville anunciaba que el futuro de la política internacional iba a definirse entre EEUU y Rusia, dado por el impulso, impronta expansionista y extensión de ambos países. Al caer el muro de Berlín y cuando varios autores anunciaban el fin de la historia y el comienzo de una era liberal, signada por un mundo único, vemos desde el comienzo del siglo XXI, como Rusia ingresó otra vez a la escena de la política mundial, en el marco de un mundo multipolar.

Carl Schmitt, realizó una interpretación de la lucha por el dominio mundial a través de la historia donde dividió a las naciones territoriales, que basan su poder a partir de un espacio físico extenso, y las naciones marítimas más proclives al comercio, y a la expansión imperialista.

Por su parte Mackinder, sostuvo que quién controle Eurasia- el corazón -, controlará el mundo. Zona central para el dominio del mismo, es una región central de Rusia y Ucrania, dado por los recursos naturales que conforman un corredor de comunicación entre Europa y Asia. Inmerso espacio que llamó la “isla mundial” (África, Asia y Europa) donde se encuentran inmensos territorios y la mayor población mundial. A raíz de esto, recomendaba a Gran Bretaña que impida cualquier espacio geopolítico unificado entre Rusia y Alemania, hecho que fue el signado por todo el siglo XX y lo que lleva del siglo XXI. Asimismo, la función del imperio la cumplió los EEUU, y la URSS la función de potencia terrestre.

Kennan y Spykman, fueron conformando la doctrina de la contención para que ese corazón del mundo estuviera aislado y fuera controlado a través obstaculizar  las salidas a los mares y los puntos marítimos estratégicos, primero, por parte de la URSS y ahora por parte de Rusia.

En esta lucha por el poder, Suramérica queda al margen de la disputa en el concierto internacional. Menciona el geopolítico británico, que los recursos del subcontinente son un factor desequilibrante en esta lucha, y la historia le da la razón al ser un espacio geopolítico constitutivo del bloque capitalista liderado por EEUU, vencedor de la Bipolaridad.

 

A partir del fin de la URSS, la OTAN extendió su influencia hacia el este europeo y cambió su objetivo apoyando la intromisión de EEUU en Serbia, Irak, Afganistán, hasta que le llegó el turno de Osetia del Sur, apoyada por Rusia y librándose de pertenecer a Georgia que es un espacio de influencia OTAN.

Así se empezó a conformar un acuerdo de potencias Euroasiáticas y el espacio de los denominados BRICS, asomando una forma de multipolaridad, que Brzezinski anuncia como la mejor forma de llevar adelante un gobierno mundial (con prevalencia de EEUU).

En medio de esta lucha por el poder internacional, entre un atlantismo anglo-norteamericano y una estrategia terrestre con eje en Eurasia, Suramérica ha sido mencionado como factor determinante, pero sumado a la posición de un integrante de la OTAN con fuerte presencia en el Atlántico sur y en las islas Malvinas, por lo que nos abre otro terreno de análisis regional.

La Argentina no solo es una porción de esa Suramérica que advierte Mackinder, como factor desequilibrante en la disputa por el poder, también es el vínculo hacia el continente Antártico, última región virgen de un mundo que requiere de recursos energéticos en grandes cantidades.

La Antártida es el continente que tarde o temprano se ocupara para extraer los recursos que requieran las potencias, para ello, es necesario mantener la presencia en el continente, realidad que Argentina fue esquiva, producto de la crisis de los medios y del financiamiento del instrumento militar.

A partir de la Batalla de Malvinas, las FFAA se fueron reduciendo producto de las bajas presupuestarias y de la indiferencia del pueblo argentino a causa de la impopularidad de las mismas, a partir de la conflictividad social y de la función que tuvieron durante la segunda mitad del siglo XX. La percepción del pueblo argentino acera de las FFAA, en el marco de una sociedad en permanente segmentación, nos lleva a detenernos en una serie de consideraciones…

La dimensión psico-social de la geopolítica

La idea central de la ponencia hace referencia a la necesidad que tiene nuestro país, de pensar e implementar un Proyecto Nacional de forma acabada. Para lo cual es imprescindible que éste proyecto, incorpore en la reflexión y en la práctica, a la totalidad de nuestro territorio y en particular, de nuestro sur austral. Sur, que comienza en la mismísima Patagonia. El problema principal que tenemos los argentinos cuando de geopolítica se trata, es el debilitamiento de nuestro poder nacional.

 

Esto es, la capacidad de decidir de manera soberana nuestro futuro, de planificar y ejecutar políticas de desarrollo que involucren al conjunto de nuestra población. Se trata de decidir acerca del destino de nuestros recursos naturales y que todo nuestro territorio físico formen, junto a su población, una única unidad estatal.

Con un estado que carece de pensamiento estratégico, nuestra sociedad no tiene conciencia de la importancia de nuestra extensión territorial y de la falta de control y de soberanía que tenemos sobre una porción nada desdeñable de ella.

Las divisiones políticas, las mezquindades personales y la fractura social, llevan a incrementar los obstáculos para que sea posible recuperar la senda del desarrollo y de una mayor autonomía como nación en el mundo.

A la falta de conciencia territorial, se suma la generalización de un sentimiento anti-militarista que juega-en el largo plazo-, en contra de restablecer las bases de una conciencia nacional. Esta conciencia nacional hunde sus raíces en la amalgama que se produce a principios del siglo XIX, entre las milicias no profesionales y la población del Río de La Plata, que supo fundirse en ocasión de las invasiones inglesas.

Ese déficit en la conciencia nacional se vincula tanto a la profundización de ese sentimiento anti-militarista mencionado más arriba y a nuestras divisiones internas….En el origen de nuestra nacionalidad, el pueblo en su accionar y hasta el momento las fuerzas de milicias no profesionales, acaecido durante las invasiones inglesas, conforman el núcleo del ser argentino, (Ernesto Palacio 1900-1979).

Sin desconocer los hechos que explican la grieta producida entre el pueblo y sus fuerzas armadas: (el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955, la participación de las FFAA en la década del ´70; el movimiento cara pintadas, etc.), fue quizás con la derrota de la batalla de Malvinas en donde se ahondó con mayor profundidad, la distancia entre pueblo y FFAA, a pesar de la primer etapa de apoyo popular al desembarco en nuestra islas, en 1982.

El debilitamiento del poder nacional, se expresa en todas sus dimensiones. En lo aquí nos interesa, es en el campo ideológico-cultural, en donde la conciencia colectiva ha sido desdibujada. La conciencia nacional refiere al sentido de pertenencia a una comunidad. Es al mismo tiempo, parte del sistema de valores esenciales que se comparten en el seno de la vida de un pueblo. La conciencia nacional, se basa en un conjunto de percepciones y de representaciones simbólicas vinculadas a realidades objetivas y materiales.

Necesitamos recuperar esa suerte de masa crítica de conciencia nacional. Es una tarea que requiere de una decisión política, de una insubordinación ideológica y cultural. Requiere de una ciencia-al decir de Fermín Chávez-, de una nueva ciencia del pensar, esto es, de una epistemología propia.

 

“El problema hegemónico que se nos plantea a los trabajadores de la cultura en la periferia, es el de la reelaboración del sujeto y del objeto oscurecidos, condicionados o engrisados, en el mejor de los casos. De ahí el reclamo primordial de otra epistemología”.

Este debilitamiento del poder nacional, no es solo un problema argentino, sino que responde a este momento de la era hegemónica del capital financiero, en donde los estados nacionales son un obstáculo para la valorización financiera y para imponer un determinado orden cultural global. Más precisamente, esta etapa se caracteriza por el despliegue de las guerras de cuarta generación. Guerras que sintetizan elementos de la guerra de guerrillas, guerras de baja intensidad, asimétricas. Involucrando a grupos minoritarios fundamentalistas, terrorista, religiosos, contra estados nacionales, por eso asimétrica.

En el marco de esta nueva concepción de la guerra no convencional, también en este siglo XXI, se despliega la llamada guerra suave o blanda. En cualquier caso, significa en este tipo de guerras, ponderar los aspectos psicológicos, involucrando más a la población civil. En este tipo de concepción juegan un papel importante los aparatos culturales estatales y privados y los medios de comunicación.

Estos medios de comunicación, se han complejizado con las transformaciones tecnológicas de este siglo. La TV, la radio, y los periódicos conviven con las redes sociales, internet, Facebook, etc.

En última instancia, el poder se plasma, y sus resultados se materializan en la psique de cada uno de los individuos y de la mente como proceso general de manipulación psicológica.

Particularidades en el presente de lo que dimos en llamar geopolítica de la mente

Toda situación de guerra desde el fondo de la Historia, contempla el trabajo psicológico hacia las fuerzas propias o las del enemigo. Este procedimiento se profundizó a partir de la segunda guerra mundial. En situación de paz, la cultura, la educación y los medios de comunicación, operan con la misma lógica cuando se trata de imponer determinados intereses (Para este trabajo, hoy también se utiliza al poder judicial)

Se trata de homogeneizar la gran diversidad y heterogeneidad que contiene la vida humana en cada una de las personas y en la sociedad en su conjunto. Esta homogeneización del comportamiento humano que exige la disputa por el poder, se instrumenta a través de una serie de dispositivos. En el presente, dada la naturaleza y características de la tecnología, ha cambiado cualitativamente.

La tecnología de hoy, sus dispositivos (Big data, focus group, encuestas, Facebook, etc.), forman una especie de panóptico digital, cuya finalidad consiste en singularizar los mensajes. Esto quiere decir que en un proceso eleccionario, una guerra o cualquier disputa en la sociedad que se proponga incidir en las decisiones e influir en las voluntades, la acción intencional  estará orientada hacia lo más particular del individuo. La homogeneización lograda hasta el presente para imponer, estimular o generar un deseo, o emoción que direccione las voluntades, se ha transformado en un conjunto de mensajes cuya tendencia es lograr y llegar a cada individuo en particular.

En este contexto debemos mencionar las características que presenta la posición geográfica de la Argentina y como sus recursos pueden ser útiles para la colonización antártica.

Argentina país llave antártico

Desde la visión de los geógrafos británicos, la Antártida empieza en la Patagonia dado que representa “una daga que apunta al polo sur geográfico”, una forma de expresar que la cercanía de la región al continente forma una misma unidad espacial.

Es sabido que la distancia más corta a la Antártida es desde la Patagonia, inclusive de algunos lugares, ésta se encuentra más cerca del Polo Sur geográfico que de Buenos Aires. No solo la distancia es vital, pues se observa que las Islas Malvinas, hoy bajo dominio británico, tiene el mismo posicionamiento y desde allí se realizan las operaciones antárticas británicas, sean tanto marítimas como aéreas.

La particularidad que tiene la región austral continental es que puede ser un centro de producción para lograr abastecimiento logístico para la colonización y que esta sirva en la extracción de recursos.  Otro elemento importante relacionado a la cercanía es que la península antártica es la zona de penetración de menor resistencia para ingresar con un rompehielos, siendo otro elemento para abaratar costos.

La posición de las bases británicas en los espacios australes son varias y realizan una suerte de “contención”, dado que rodean al continente sobre todo en el sector de disputa con la República Argentina, sumado también desde ésta mirada, la pista del británico multimillonario Joe Lewis en la zona de Puerto Lobos, al norte de la región patagónica.

Es una situación parecida a la política de contención que se desarrolló contra el Pacto de Varsovia, pues se buscó aislar a la URSS su salida al mar, pero en este caso es a la inversa, aparenta ser una forma de impedir el ingreso de elementos argentinos, y con mejores proyecciones británicas hacia el continente.

Pero sin dudas, en esta competencia Argentina, por su posición y recursos lleva una ventaja sustancial, pero la realidad política no representa la naturaleza geográfica, pues la debilidad del instrumento militar hace que merme las operaciones antárticas.

De esta forma se combinan la falta de infraestructura militar naval y aérea, una marina mercante acorde a las necesidades geopolíticas y el enorme espacio geopolítico patagónico inexplotado; pero como contra cara, en el Atlántico sur, un lugar provisto de riquezas que se la apropian otros intereses ajenos a los nacionales estatales o privados.

Pero el elemento clave en este concepto es el regreso a las políticas llevadas a cabo al principio de la década del 50’ entre los países del cono sur, Argentina y Venezuela, dado que ambos estados necesitan ingresar en un planteamiento de cooperación, dada a las necesidades geográficas continentales del cual cada uno depende del otro, en competencia con una potencia extranjera en el área de reclamación en el sector antártico.

Isla suramericana: Paraguas antártico.

Desde hace varias décadas, la tecnología y comunicaciones han hecho que las distancias se acortaran y el conocimiento sea mayor sobre tierras remotas, desde esta perspectiva se fueron construyendo bloques para fortalecer posiciones y los estados que predominan son los estados/continentes.

En lo que se refiere a nuestra región, varios fueron los intentos, pero la incidencia de factores externos y principalmente la miopía de la dirigencia política suramericana han impedido crear un espacio geopolítico, siendo la fuerte conexión desde lo cultural e histórico, inclusive desde la óptica territorial.

Observamos como el desarrollo integracionista de la última década se está contrayendo con la prácticamente inexistencia del UNASUR, donde se estaba llevando a cabo una serie de medidas que podrían revitalizarse con el tiempo y proyectar poder en diferentes direcciones.

Sin entrar en los elementos culturales, para la integración suramericana para crear un espacio geopolítico más amplio y de esta forma concentrar poder, se detalla los siguientes elementos:

  1. La integración de las ecúmenes del pacífico y atlántico suramericanos a través de las comunicaciones hidrográficas, complementándola con la construcción de Ferrocarriles, estableciendo como punto central de comunicación la región boliviana de Santa Cruz de la Sierra por ser la base del altiplano, conexión con la cuenca del plata y la cuenca del Amazonas.
  2. La revitalización del RAPAL para el desarrollo de actividades antárticas en conjunto estableciendo cooperación entre los estados, partiendo de la base de las políticas futuras antárticas.
  3. El desarrollo del Banco del Sur con el objeto ayudar a eliminar la dependencia financiera y sobre todo para la proyección de poder de los países de la región, sobre todo hacia el sur.
  4. El desarrollo del UNASUR es vital para desarrollar un sistema de defensa común y esto no solo se observa desde la perspectiva territorial del subcontinente, sino también para proyectar poder, en el caso de Brasil no solo la defensa del amazonas dentro de su territorio, sino también proteger sus recursos en el Atlántico (en competencia con el Reino Unido) , en el caso de Chile lograr que obtenga Pacífico sur desde la isla de Pascua y sus costas continentales y en lo que respecta a la Argentina la proyección al Atlántico sur y Antártida.

Conclusión

Ahora bien, las acciones primero tienen que ser pensadas, y por tal motivo se encuentran en el campo de la mente, pero no solo sobre la conducción, sino sobre las naciones.

En el caso específico de Argentina tiene que resolver primero la relación entre la cultura civil y la cultura militar, dado que los símbolos patrios y la Defensa de la soberanía nacional son percibidos como un problema solo de militares; y por otro lado, la geografía debe ser pensada desde la historia, pues no se logra ocupar un territorio sin que exista un proceso político/histórico.    

A su vez, es necesario que el Estado Argentino acumule poder estableciendo espacios geopolíticos en el sur, en primera instancia con la región suramericana, pero teniendo presente la costa oriental del atlántico para aumentar este espacio.

En el marco de la lucha entre los bloques de la OTAN y el Euroasiático, liderados respectivamente por EEUU y China que se encuentran en medio de una guerra comercial, Argentina no tiene que volver a pensarse occidental por tener origen europeo en gran parte de sus habitantes por cuando pertenecemos a la periferia de occidente. Con lo cual, no significa volcarse hacia algún bloque en particular, sino más bien, disminuir las dependencias y contrabalancear donde ellas existan. Nuestro destino está junto con América del Sur.

Carlos A Fernández                                                                            José M. Damsky

CEES-CGT                                                                                          CEES-CGT

caftigre@gmail.com                                                          josepanaccio@yahoo.com.ar

1 CARL SCHMITT, Tierra y Mar: una reflexión sobre la historia, Ediciones Sieghels, Buenos Aires, Argentina, 2015.

2 HALFORD MACKINDER, “El Pivote Geopolítico”, https://revistas.ucm.es/index.php/GEOP/article/viewFile/36331/35205 Consultado 30 de diciembre de 2017, 20:00 hs.

3 HALFORD MACKINDER, “El Pivote Geopolítico”, https://revistas.ucm.es/index.php/GEOP/article/viewFile/36331/35205 Consultado 30 de diciembre de 2017, 20:00 hs.

5 ZBIGNIEW BRZEZINSKI, “El Gran Tablero Mundial: La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos”, Editorial Paidós ibérica, Madrid, España, 2015.

6Fermín Chávez, Epistemología para la periferia, UNLa, Colección Pensamiento Nacional. Argentina, noviembre de 2012

7 Ver, Gene Scharp, Portal internet RT: Cómo ejecutar un golpe suave en cinco pasos

La Batalla del Atlántico sur de 1982 dejó claramente demostrado que las FFAA argentinas perdieron de vista que no eran un factor de poder para el bloque OTAN y la misma estaba representado por EEUU y Gran Bretaña, de esta forma se perdió claridad estratégica llevando a incurrir en errores de ese nivel.

 

Columna tradicional semanal de Análisis Geopolitico y Geoestratégico Mundial, en el Programa del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci, y se transmite por Radio Vía Web y repetidoras de todo el Continente

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#DossierGeopolitico, publica la entrevista realizada al gran Filosofo francés Alain de Benoist, sobre los trascendentes sucesos que están convulsionando no solo a Francia sino a toda la Europa en su conjunto y con repercusiones globales de la «rebelión de los Chalecos Amarillos». Alain de Benoist fue traído a la Argentina a disertar por el Centro de Estudios Estratégicos -CEES- pertenecientes a la Confederación General del Trabajo de la República Argentina -CGT-, del cual pertenecemos junto a los Dres. Alberto Buela; Miguel A. Barrios y Marcelo Gullo y otros destacados pensadores y analistas nacionales.

«Ni césares ni tribunas, los chalecos amarillos son populismo puro». Alain de Benoist habla

Publicamos la traducción completa de la entrevista al renombrado filósofo y periodista francés, Alain de Benoist, fundador del movimiento cultural de la «Nouvelle Droite», que siempre ha sido crítico con la globalización neoliberal y de la UE. En la entrevista, publicada en Boulevard Voltaire , de Benoist analiza el fenómeno de los «chalecos amarillos». 

En Francia, durante una docena de días, los chalecos amarillos rabian y hay numerosos comentarios al respecto. ¿Es un fuego de paja o un movimiento destinado a crecer? Una nueva jacquerie? Cual es tu opinion

Hace unos cinco años, el 23 de noviembre de 2013, me entrevistaron sobre el movimiento de las boinas rojas.. Luego llamé la atención sobre el hecho de que «todas las protestas o protestas de cierto alcance que presenciamos hoy nacen al margen o lejos de los partidos y sindicatos, que obviamente ya no pueden encarnar y convertirse en portadores de las aspiraciones de la gente «. Y terminé de esta manera: «¡Una contraseña única: boinas rojas en todas partes!» Bueno, aquí estamos: los chalecos amarillos de hoy son solo las gorras rojas de ayer que se expanden por todas partes. Después de años y años de humillación, empobrecimiento, exclusión social y cultural, son los franceses quienes simplemente tomaron la palabra nuevamente. Y eso pasa a la acción con enojo y determinación (¡ya hay dos muertos y 800 heridos, más que en mayo del ’68!) Que dicen largo.

Aunque las clases popular y media-baja representan la fuerza motriz, que otorga al movimiento una dimensión de clase extraordinaria, los chalecos amarillos provienen de diferentes orígenes, que reúnen a jóvenes y viejos, agricultores y empresarios, empleados, trabajadores y cuadros. Tanto mujeres como hombres (pienso en esos jubilados de setenta años que no dudan, a pesar del frío, de dormir en sus autos para mantener las barreras y barreras en su lugar día y noche). Las personas que no están interesadas en la derecha o la izquierda, y que en su mayor parte nunca han tenido que lidiar con la política, sino que luchan sobre la base de lo que tienen en común: la sensación de haber sido tratados como ciudadanos de segunda clase. categoría de la casta mediática, para ser considerado prescindible y explotable para el máximo provecho de la oligarquía depredadora de los ricos y poderosos, nunca para ser cuestionado sino para ser siempre engañado, para ser los «chivos expiatorios» (François Bousquet) de Francia de los pisos inferiores, esta «Francia periférico «que sin duda representa lo que es más francés hoy en día en Francia, pero que está abandonado a su destino, víctima de desempleo, caída de ingresos, precariedad, reubicaciones, inmigración, y eso, después de Años de paciencia y sufrimiento, decidió decir lo suficiente. Aquí está el movimiento de los gilets amarillos. ¡Honor a ellos! Esta «Francia periférica», que sin duda representa lo que hoy es más francés en Francia, pero que está abandonada a su destino, víctima de desempleo, caída de ingresos, precariedad, reubicaciones, inmigración y que, después de años de paciencia y sufrimiento, ha decidido decir lo suficiente. Aquí está el movimiento de los gilets amarillos. ¡Honor a ellos! Esta «Francia periférica», que sin duda representa lo que hoy es más francés en Francia, pero que está abandonada a su destino, víctima de desempleo, caída de ingresos, precariedad, reubicaciones, inmigración y que, después de años de paciencia y sufrimiento, ha decidido decir lo suficiente. Aquí está el movimiento de los gilets amarillos. ¡Honor a ellos!

¿Qué fue lo que más te impactó de este movimiento?

Dos cosas El primero y más importante es la naturaleza espontánea de este movimiento, y es precisamente esto lo que aterroriza a la mayoría de las autoridades públicas, pero también a los partidos y los sindicatos, quienes, sorprendidos, han descubierto que casi un millón de hombres y mujeres pueden movilizarse y dar vida. a un movimiento de solidaridad popular como rara vez han visto (del 70% al 80% de la popularidad en la opinión pública) sin siquiera haber soñado con atraerlos. Los chalecos amarillos son un ejemplo perfecto de una organización popular autónoma. Ningún líder, pequeño o grande, ni Césares ni tribunos, solo la gente. Populismo puro. No se trata del populismo relacionado con los partidos o movimientos que reivindican esta etiqueta, sino de lo que Vincent Coussedière llamó «el populismo del pueblo». Slingers, sans-culottes, communards, no importa bajo qué etiqueta desea que sean encasillados. La gente de las aletas amarillas no le ha confiado a nadie la tarea de hablar en su lugar, ellos mismos se han establecido como sujetos históricos, y por esta razón deben ser apoyados y apoyados.

El otro aspecto que me llamó la atención fue la absurda retórica impregnada de odio dirigido contra los chalecos amarillos por parte de los poseedores de la ideología dominante, la triste alianza de los pequeños arrogantes barones en el poder, el «precioso ridículo» [clara referencia a «précieuses ridicules», una comedia de Molière que trata sobre dos jóvenes burguesas que están ansiosas por ingresar a la alta sociedad, con un espíritu de esnobismo pero con un espíritu provincial y de los mercados financieros. Las expresiones más frecuentes fueron «bifolchi», «estúpido», «fallido» (¡sin mencionar las «camisas marrones»!). Basta con leer las cartas de los lectores de Le Monde.o escuche a los exponentes de la izquierda moral – la «kérosène izquierda» [término francés usado para indicar la clase cosmopolita progresiva que vive en centros urbanos y usualmente se mueve en avión] – y de la derecha en doble botonadura. Si hasta el momento son retenidos, de ahora en adelante se dejarán ir de la manera más obscena expresando toda su arrogancia y su desprecio de clase, pero también expresando su terror de ser despedidos por los «plebeyos». Después de la formidable manifestación en París, ya no tienen el valor de responder, a quienes se quejan del precio de la gasolina, lo que tiene que hacer es comprar un auto eléctrico, versión actualizada de la famosa frase de María Antonieta «si ya no tienen Pan, que se coman brioche! «. Cuando la gente se extiende por las calles de la capital, ¡Aquí las élites suben al puente levadizo y entran en sus palacios! Si las élites expresan abiertamente su odio por esta Francia popular, la Francia de Johnny, la que «fuma cigarrillos y el diesel conduciendo», esta Francia no es muy mestiza, en un sentido todavía demasiado francesa, por estas personas que Macron tiene. De vez en cuando se los describe como analfabetos, ociosos, perezosos que no hacen nada más que causar problemas, en resumen, ya que las personas recientemente saben que sus días están contados.

Hemos visto claramente cómo comenzó este movimiento, pero no vemos cómo puede terminar, asumiendo que debe tener un final. ¿Existen condiciones para que esta revuelta se convierta en algo más político?

El problema no debe ser colocado en estos términos. Estamos en medio de una agitación subyacente que está lejos de debilitarse, porque representa el resultado objetivo de una situación histórica que está destinada a durar. La cuestión del «alto nivel de combustible» obviamente fue solo la última gota que rompió el recipiente, o mejor aún la gota de gas que hizo estallar la lata. El verdadero eslogan desde el principio fue: » ¡Queremos la renuncia de Maconi!» En el futuro inmediato, el gobierno actuará como siempre reprimiendo, difamando, desacreditando, dividiendo y esperando que el movimiento se corroe desde dentro. Puede ser que esto suceda, pero no cambiaría nada: las causas que lo generaron seguirán existiendo. Con los chalecos amarillos, Francia ya está en un estado. Pre-insurgencia . Si están más radicalizados, ¡bienvenidos! De lo contrario, la advertencia dada habrá sido importante. Servirá de inspiración. En Italia, el Movimiento 5 Estrellas, también nacido de un «día de ira», está hoy en el poder. Aquí en Francia, la deflagración definitiva se producirá en menos de diez años.

 

Fuente: https://paolobecchi.wordpress.com/2018/12/03/ne-cesari-ne-tribuni-i-gilet-gialli-sono-populismo-allo-stato-puro-parla-alain-de-benoist/?fbclid=IwAR2ygmQ5IkKILAiyQ25ndiK2e55yoruWQeiPZOQkGfFEN7tskKECYiaAllo