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Por M.K.Bhadrakumar  26 de octubre

El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, expone la conspiración de la ‘bomba sucia’ de Ucrania y sus mentores occidentales Algo tiene que cambiar en Ucrania, seguro. La petición de 30 legisladores estadounidenses de izquierda del Partido Demócrata del presidente Joe Biden el lunes en busca de un acuerdo negociado con Rusia para poner fin a la guerra de Ucrania es un evento extraordinario.

En el Congreso de los Estados Unidos, forman parte de un bloque de casi 100 miembros llamado el Caucus Progresista del Congreso, presidido por Pramila Jayapal, representante del estado de Washington. Son una multitud heterogénea de socialistas democráticos y autodenominados “capitalistas progresistas”, pero lo que los jefes de los partidos no pueden ignorar es que se interponen en el camino del gigante trumpista y su potencial para derrotar al trumpismo puede ser crucial en 2024. 

Por lo tanto, la discreta respuesta inicial de la administración Biden a su alegato sobre Ucrania no puede tomarse como la última palabra. Al menos en las últimas 48 horas, no ha habido diatribas contra ellos en los comentaristas estadounidenses. 

Hicieron cuatro elementos clave en su carta dirigida al presidente Biden

    Washington debería explorar “esfuerzos diplomáticos enérgicos en apoyo de un acuerdo negociado y un alto el fuego” en la guerra en la que Estados Unidos ha gastado decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses en asistencia militar. 

    Dichos esfuerzos deben estar cargados al frente con “conversaciones directas con Rusia”. 

    Un marco para la paz debe incluir “incentivos para poner fin a las hostilidades, incluido algún tipo de alivio de las sanciones , y reunir a la comunidad internacional para establecer garantías de seguridad para una Ucrania libre e independiente que sean aceptables para todas las partes, en particular los ucranianos”. [Énfasis añadido.]

    La guerra está abierta de par en par, a pesar de la narrativa occidental. “La alternativa a la diplomacia es la guerra prolongada, con sus certezas concomitantes y sus riesgos catastróficos e incognoscibles”.

Los signatarios habrían sido conscientes de que, aunque la Administración de Biden sigue una política de línea dura, las cosas pueden cambiar si las elecciones intermedias arrojan una derrota aplastante para los demócratas. 

También intervienen varios factores extraños. Para empezar, la visita planificada del canciller alemán Olaf Scholz a China se produce poco después de la presentación de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE. UU. en Washington, que visualizaba a China como el enemigo.  Los europeos disienten.

El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió a los EE. UU. que tomaran la iniciativa para comprometerse con el Kremlin, haciéndose eco de lo que ha estado exigiendo el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Hay descontento en Europa, duramente golpeada por la crisis económica, de que las compañías petroleras estadounidenses están “especulando la guerra”.

Oculta bajo el radar está la verdad oculta de que Ucrania es un caso perdido con una economía que no funciona. Estados Unidos no puede esperar que los aliados europeos mantengan esa economía a flote. 

Mientras tanto, una acumulación militar rusa masiva indica planes para lanzar una gran ofensiva dentro de unas pocas semanas con el objetivo de poner fin a la guerra en los términos de Moscú.

Sin embargo, encajar con todo esto es un desarrollo impensable que arroja sombras sobre el tándem de EE. UU. y el Reino Unido que navega en la guerra de Ucrania, lo que puede convertirse en el factor decisivo definitivo. 

Lo que surge es que la visita secreta del ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, la semana pasada a Washington fue más en respuesta a una convocatoria de la Casa Blanca que a una iniciativa británica. Wallace dijo en un tono sombrío cuando se iba que había cosas que discutir que eran demasiado delicadas. 

En cualquier caso, tras la avalancha de llamadas telefónicas del sábado del ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, con sus homólogos francés, británico y estadounidense sobre la posibilidad de que Ucrania utilice una «bomba sucia» en la guerra, los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Estados Unidos y el Reino Unido emitió rápidamente una declaración conjunta en la que rechazaba las “acusaciones transparentemente falsas de Rusia” y lo llamó “un pretexto para la escalada”. 

No obstante, actuando sobre la acusación rusa, se le ha dicho al OIEA que lleve a cabo una investigación. El secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió el lunes con Rafael Grossi , director general de la agencia, y “dio la bienvenida a la disposición del OIEA para visitar Ucrania”. 

Blinken también habló con Stoltenberg el lunes y, por extraño que parezca, “pidió la unidad occidental continua y el apoyo a Ucrania”. Pero, curiosamente, el Departamento de Estado eliminó silenciosamente de su sitio web la declaración conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Fue entonces cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov , reveló el lunes qué “información detallada que indica las instituciones que pueden ser comisionadas para este propósito fue transmitida a través del ministro de defensa [Sergey Shoigu] durante sus contactos con sus homólogos en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Turquía. Se planean más contactos entre nuestros ministerios de defensa”. 

Lavrov agregó: “Algunos de nuestros socios realmente han sugerido una discusión de la información que tenemos a nivel militar profesional. Este es un tipo de enfoque que apoyamos”.

¿Podrían los elementos en Kiev tener su propio Plan B para intensificar la guerra y arrastrar a EE. UU. y la OTAN a ella? No hay respuestas fáciles. 

La conclusión es que ha comenzado un «compromiso constructivo» entre Moscú por un lado y Washington, Londres y París por el otro. Pero es realmente tocar y listo. El diario moscovita Izvestia citó el lunes al destacado experto militar ruso Vladislav Shurygin: “¿Qué es una bomba sucia? Para crearlo, todo lo que se necesita es desenterrar un barril con desechos nucleares de alguna planta de energía, ponerlos en una cápsula y luego sacudir 100 kg de TNT”. 

Shurygin explicó : “Incluso en este caso, la contaminación estará en un radio de quizás 500 metros, quizás un kilómetro. Y luego todo comienza a hundirse en el suelo… Si se rompe en el agua o contamina el agua, todo se arrastrará río abajo, se tenderá en el fondo y desaparecerá gradualmente. Para hacer que las aguas del Dniéper sean radiactivas, ni siquiera sé cuánta [agua] habría que drenar. Recuerda, Fukushima envenenó el mar durante seis meses y nadie se dio cuenta. La intención de las autoridades ucranianas no está muy clara. Si nos quieren echar la culpa, no será fácil; cuando tenemos bombas «limpias», no está del todo claro por qué necesitaríamos bombas «sucias». 

No es ningún secreto que el MI6 y el SAS están al mando del comando militar ucraniano en Kiev y en el frente. El paradigma es algo así como la cola que mueve al perro. El MI6 calibra la dinámica de la guerra mientras la CIA y el Pentágono reclaman el éxito de la estrategia de Biden sobre la estrategia rusa. MI6 tiene toda una historia de ese tipo, ya sea en Irán o la crisis de Suez, incluso en Hong Kong.

El actual cambio de régimen en Westminster absuelve al MI6 de responsabilidad. Por supuesto, Boris Johnson, el mejor amigo, gurú y guardián de Zelensky, se convierte en un caso quemado. Ha retirado discretamente su sombrero del ring y se ha escabullido.

Kiev se ha visto privada de su última hurra, ya que Rusia corta la «bomba sucia» en sus capullos, despejando el camino para su gran ofensiva para poner fin a la guerra.  Si la ofensiva rusa planificada seguirá adelante dependerá de cualquier reunión entre Biden y el presidente Putin al margen de la cumbre del G20 en Bali el 15 y 16 de noviembre.  

La gran pregunta es si esta es una llamada de atención para los hombres unidimensionales del Equipo Biden. Tal vez, eso es demasiado esperar. Pero no hay duda de que los 30 legisladores están reivindicados.

Ahora tenemos una vergüenza de ‘guerras’ de las cuales, paradójicamente, Ucrania es quizás de menor importancia estratégica, escribe Alastair Crooke. Fundación Cultura Estratégica

Ahora tenemos una vergüenza de ‘guerras’ de las cuales, paradójicamente, Ucrania es quizás de menor importancia estratégica, aunque conserva un contenido simbólico significativo. Una ‘bandera’ en torno a la cual se tejen relatos y se reúne apoyo.

Sí, hay no menos de cinco ‘guerras’ superpuestas e interrelacionadas en curso, y es necesario diferenciarlas claramente para entenderlas bien.

Estas últimas semanas han sido testigos de varios cambios de época: La Cumbre de Samarcanda; la decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo de los países miembros en (titular) dos millones de barriles por día a partir del próximo mes; y la declaración explícita del presidente Erdogan de que “Rusia y Turquía están juntas; trabajando juntos».

Los aliados fundamentales de EE. UU., Arabia Saudita, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, India, Sudáfrica, Egipto y agrupaciones como la OPEP+ están dando un gran paso hacia la autonomía y hacia la fusión de las naciones no occidentales en un bloque coherente, que actúa en favor de sus propios intereses y hacer política ‘a su manera’.

Esto nos acerca al mundo multipolar que Rusia y China han estado preparando durante varios años, un proceso que significa ‘la guerra’ de desacoplamiento geoestratégico del ‘orden’ global occidental.

Se combate, por un lado, presentando a Rusia y China como demasiado desconfiados el uno del otro para ser socios. Y por Rusia por ser tan débil, tan disfuncional y errática (lista para usar armas nucleares tácticas), que el binario ‘con nosotros’ o ‘contra nosotros’ obliga a los estados a ponerse del lado de Occidente. En este caso, Ucrania se presenta como el brillante ‘Camelot’ alrededor del cual reunirse para combatir la ‘oscuridad’.

Esto nos lleva directamente a la ‘guerra’ financiera global de larga duración, una guerra de dos niveles:

En un nivel, la Reserva Federal de EE. UU. está jugando un ‘juego global’. Está aumentando las tasas de interés por muchas razones. Aquí, sin embargo, es para proteger el ‘privilegio del dólar’ de poder intercambiar dinero que imprime de la nada, por trabajo real y mercancías reales en todo el mundo. Este privilegio de ‘moneda de reserva’ ha sido la base del alto nivel de vida de los EE. UU. (mucho más alto de lo que sería de otro modo). Ese es un beneficio enorme, y la Reserva Federal va a proteger este beneficio.

Para hacer eso, tantos estados como sea posible deben estar en el ‘canal’ del dólar y comerciar en dólares. Y colocar sus ahorros en bonos del Tesoro de los Estados Unidos. La Fed ahora está haciendo todo lo posible para colapsar la cuota de mercado del euro y así mover euros y eurodólares al sindicato del dólar. Estados Unidos amenazará a Arabia Saudita, los Estados del Golfo y Turquía para evitar que abandonen el canal.

Esta es la ‘guerra’ contra Rusia y China, desviando una gran parte del mundo fuera del sindicato del dólar, hacia una esfera sin dólares. El incumplimiento de la pertenencia al sindicato del dólar se enfrenta con diversas herramientas, desde sanciones, congelamiento de activos y aranceles, hasta cambios de régimen.

Si la Fed no protege el ‘privilegio del dólar’, corre el riesgo de que todos se salgan del canal. El bloque de Eurasia está trabajando para salir del canal del dólar; para crear resiliencia económica y comercio fuera del canal. Lo que la Fed está tratando de hacer es detener esto.

La segunda dimensión de la guerra financiera de EE. UU. es la larga lucha librada por EE. UU. (Yellen y Blinken, en lugar de la Fed) para mantener el control sobre los mercados energéticos y la capacidad de EE. UU. para fijar el precio de los combustibles. Los BRICS (con los saudíes deseosos de unirse) tienen la intención de desarrollar una ‘canasta’ de monedas y productos básicos destinados a servir como un mecanismo comercial alternativo al dólar para el comercio internacional.

El punto aquí es que el grupo euroasiático no solo planea comerciar en monedas nacionales, y no en dólares, sino que quiere vincular esta moneda comercial a productos básicos (petróleo, gas, alimentos, materias primas) que tienen un valor inherente, que son ‘ monedas’ por derecho propio. Más que esto, el grupo busca tomar el control de los mercados energéticos fuera de los EE. UU. y reubicar esos mercados en Eurasia. Sin embargo, Washington tiene la intención de recuperar el control de los precios (a través de controles de precios).

Y ahí radica un problema fundamental para Washington: el sector de las materias primas, con su valor tangible inherente, se convierte, en sí mismo, en una ‘moneda’ muy codiciada. Uno, que a raíz del aumento de la inflación supera la devaluación del dinero fiduciario. Como señala Karin Kneissl, ex ministra de Relaciones Exteriores de Austria , «solo en 2022, el dólar estadounidense ha impreso más papel moneda que en su historia combinada». La energía, por otro lado, no se puede imprimir’.

Esta ‘guerra energética’ toma la forma de interrumpir o destruir el transporte y el flujo de productos de los productores de energía de Eurasia a los clientes. La UE acaba de probar esta ‘guerra’ particular con la destrucción de los oleoductos de Nordstream.

Ahora llegamos a las grandes ‘guerras’: en primer lugar, la guerra para obligar a la Reserva Federal a pivotar: pivotar hacia tipos de interés cero y QE.

La revolución social en los EE. UU. que vio a un Metro-Élite radicalizado perseguir la diversidad, el clima y la justicia racial como ideales utópicos, encontró su «marca» fácil con una UE que ya buscaba un «Sistema de valores» para cerrar su propia «brecha de democracia». ‘.

Entonces, la burguesía europea saltó con presteza al ‘tren’ del despertar liberal estadounidense. Basándose en el aporte de la política de identidad de este último, más el ‘mesianismo’ del Club de Roma para la desindustrialización, la fusión parecía ofrecer un conjunto imperial ideal de ‘Valores’ para llenar la laguna de la UE.

Sólo… sólo que los republicanos estadounidenses a favor de la guerra, así como los neoconservadores demócratas a favor de la guerra, ya se habían subido a ‘ese tren’. Las fuerzas cultural-ideológicas movilizadas encajaban perfectamente con su proyecto intervencionista: “Nuestro primer objetivo es evitar el resurgimiento de un nuevo rival” (doctrina Wolfowitz): Rusia en primer lugar, luego China en segundo lugar.

¿Qué tiene esto que ver con la guerra contra la Reserva Federal? Mucho. Estas corrientes están comprometidas con la impresión y el gasto GRANDE, de lo contrario, verán colapsar sus proyectos. El reinicio requiere impresión. Verde requiere impresión. El soporte para el ‘Camelot’ ucraniano requiere impresión. El Complejo Militar Industrial también lo necesita.

Los liberales estadounidenses y los ecologistas de la UE necesitan que el grifo del dinero esté completamente abierto. Necesitan imprimir dinero à outrance. Por lo tanto, necesitan ‘chantajear’ a la Reserva Federal para que no suba las tasas , sino que vuelva a la era del límite cero para que el dinero siga teniendo un costo cero y fluya libremente. (Y al diablo con la inflación).

UNCTAD rogar a todos los bancos centrales que dejen de subir las tasas para evitar una recesión es un frente de esta guerra; continuar la guerra de Ucrania, con su enorme déficit financiero asociado, es otro tablón para forzar un «pivote» de la Fed. Y obligar al Banco de Inglaterra a «pivotar» hacia la QE fue otra más.

Sin embargo, hasta ahora, Jerome Powell se resiste.

Luego está la ‘guerra’ adicional (en gran parte invisible) que refleja la convicción de ciertas corrientes conservadoras estadounidenses de que la era posterior a 2008 ha sido un desastre, poniendo al sistema económico estadounidense en riesgo existencial.

Sí, los que están detrás de Powell sin duda están preocupados por la inflación (y también entienden que las subidas de tipos de interés han estado rezagadas con respecto a la inflación desgarradora), pero están aún más preocupados por el ‘riesgo social’, es decir, la caída hacia guerra civil en América.

La Fed puede seguir aumentando las tasas durante algún tiempo, incluso al precio del colapso de algunos mercados, fondos de cobertura y pequeñas empresas. Powell cuenta con el apoyo de ciertos grandes bancos de Nueva York que ven la escritura en la pared para el modelo de despertar liberal: el fin de su negocio bancario a medida que los rescates se vuelven digitales y se pagan directamente en las cuentas bancarias de los demandantes (como ha propuesto el gobernador Lael Brainard ).

Powell dice poco (es probable que se mantenga alejado de la política partidista estadounidense en este momento delicado).

Sin embargo, la Reserva Federal puede estar intentando implementar una demolición controlada y contraria de la economía de burbuja de EE. UU., orientada precisamente a llevar a Estados Unidos de vuelta a caminos financieros más tradicionales. Para romper la ‘cultura de los activos apalancados’… Empieza a resolver la enorme brecha de desigualdad social que la Fed ha ayudado a crear, a través de QE facilitando gigantescas burbujas de activos… Empieza a rejuvenecer una economía estadounidense poniendo fin a las distorsiones. Disipas el impulso hacia la guerra civil porque el problema ya no es solo entre ‘los que tienen’ y los ‘que no tienen’.

Esta visión puede ser en sí misma un poco utópica, pero rompe la ‘burbuja de todo’, rompe la cultura del apalancamiento y detiene el trinquete extremo de los beneficiarios de la burbuja frente a 18 meses consecutivos de caída de los salarios reales en EE. UU.

Pero… pero esto solo es posible si nada sistémico se rompe .

¿Cuáles son las implicaciones geoestratégicas? Obviamente, mucho depende del resultado a medio plazo de EE. UU. Ya parece (dependiendo precisamente de a qué candidatos republicanos les va mejor) que se reducirá la financiación para la guerra en Ucrania . En cuánto reflejará el margen de éxito alcanzado por los ‘populistas’ republicanos.

Por lo tanto, no es plausible que la UE, que enfrenta su propia crisis devastadora, continúe financiando a Kiev como antes.

Pero la importancia de la lucha para volver a asentar a los EE. UU. en un paradigma económico de la década de 1980 sugiere que Occidente bordeará muy cerca de una ruptura algo sistemática durante las próximas semanas.

Las élites europeas están demasiado involucradas en su camino actual para cambiar la narrativa en el futuro cercano. Por lo tanto, seguirán culpando y hablando mal de Rusia: tienen pocas opciones si quieren evitar la ira popular. Y también hay pocas señales de que hayan asimilado mentalmente el desastre que han provocado sus errores.

Y con respecto a Bruselas, el mecanismo de rotación de los líderes de la UE está prácticamente ausente. La Unión nunca estuvo equipada con una marcha atrás, una necesidad que se creía inimaginable en los primeros tiempos.

La pregunta más bien es, ¿cuál será la situación de enero a febrero en Europa?

FUENTE: Fundación Cultura Estratégica

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, habla que la guerra híbrida global avanza …y se profundizan, por ello dividimos la columna en dos partes:

La primera: dada la campaña de falsedades que afecta a las masas occidentales con una propaganda oficialista de guerra de solo “relatos”, pero sabemos, que la verdad saldrá a la luz. Desde hace 6 meses se desgastó a las tropas  ucranianas que han perdido el 1 ⁄ 3 del personal militar, a lo que se suma la dificultad para realizar el reemplazo del material bélico destruido por material occidental que es mas lento de lo atribuido y no podrá definir nada solo. Describimos la realidad sobre el campo de batalla, del control del aire (por parte de Rusia) y la utilización de armas de última generación misilísticas y el uso de la inteligencia artificial con el uso de drones suicidas etc etc., etc, la victoria rusa no está en duda. Y también destacamos la “Moderación de Moscú” en respuestas a las agresiones realizadas en el propio territorio ruso (asesinatos de Ciudadanos rusos en suelo ruso) y de intereses económicos rusos, en el mar Baltico (NordStrom I y II); pero la respuesta fue quirúrgica y durísima dejando a Ucrania en el medioevo sin energía eléctrica, y marca como será a partir de ahora el conflicto.

La segunda parte de está Columna: es describir esta Guerra Híbrida Global en curso que se ve en los cambios de los valores de la energías fósiles con los acuerdos de la OPEP+ de reducir en 2 millones de barriles diarios a partir de noviembre de 2022 y los acuerdos alcanzados en la sexta cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), el jueves pasado en Astaná, Capital de Kazajistán. Este año, el foro, que aglutina a 27 países que conforman un 90 % del territorio de Asia y que abarcan juntos casi la mitad de la población mundial, reúne a unas 50 delegaciones. y de allí surgió un nuevo polo de distribución gasífero desde territorio Turco (garantizado por Recep Erdoğan) y que participa Catar (el segundo productor mundial de Gas) según lo acordado con Putin en Astana

Recordemos, que el eje de desarrollo de los países industrializados occidentales los del G7, estaba basado en tener a disponibilidad en cantidad abundante y a precio bajo los recursos naturales minerales y los recursos energéticos, pero dado los cambios de sociedades y de influencia le son hoy en día muy complicado en especial para los países occidentales europeos y ello conlleva a una tremenda dependencia de las pocas fuentes de suministros que está a disponibilidad y además por el incremento de los precios de los commodities los hace nulos competitivos a los europeos, con los grandes complejos industriales de Eurasia y EEUU (el otro gran ganador)

Prof. Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

Emir de Qatar Jeque Tamin Bin Hamad al Thani y Presidente de la Federacion Rusa Vladimir Putin Astana 13/10/2022

La sexta cumbre de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), ha arrancado este jueves en Astaná, capital de Kazajistán.

En la edición de este año, el foro, que aglutina a 27 países que conforman un 90 % del territorio de Asia y que abarcan juntos casi la mitad de la población mundial, reúne a unas 50 delegaciones.

Como anfitrión de la CICA, el presidente kazajo, Kasym Yomart Tokáev, se dirigió a los participantes con un discurso de bienvenida en el que anunció la adhesión de Kuwait como nuevo miembro. Asimismo, el mandatario kazajo propuso transformar la cumbre financiera de la CICA en un foro permanente, lo que obtuvo el visto bueno de los altos mandatarios congregados.

El presidente ruso, Vladímir Putin, tiene previsto celebrar varias reuniones con otros líderes en el marco del foro. En particular, se encontrará con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, así como con el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, entre otros mandatarios.

La cumbre de la CICA de este año conmemora el 30.º aniversario de la iniciativa de convocar este foro. Junto con los líderes de Kazajistán, Turquía y Rusia, participan en la cita los mandatarios de Irán, Irak, Azerbaiyán, Catar, Kirguistán, Palestina, Tayikistán y Uzbekistán, entre otros.

En el foro, donde Vietnam y China estarán representados a nivel de vicepresidente, también participará el mandatario de Bielorrusia, dado que la nación cuenta con estatus de observadora en la organización.

Putin: Asia juega un papel clave en los drásticos cambios de la política global que están ocurriendo

El mundo está pasando por unos cambios drásticos en la política global a medida que se está haciendo multipolar, y Asia empieza a jugar un papel clave en estos procesos, declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, en la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Confianza en Asia que se está celebrando en la capital kazaja, Astaná.

«La reunión de hoy se celebra en un contexto de grandes cambios en la política y la economía mundiales. El mundo se está volviendo verdaderamente multipolar. Y Asia está desempeñando un papel muy destacado, por no decir clave, con nuevos centros de poder que están cobrando fuerza», anunció el mandatario.

Putin señaló que los países de la región asiática son el motor del crecimiento económico mundial con asociaciones de integración dinámicas y que funcionan bien.

«Rusia también participa activamente en todos estos procesos. Estamos a favor del desarrollo y la prosperidad de Asia y de la creación, con este fin, de un amplio espacio abierto de cooperación comercial y de inversión mutuamente beneficioso para la expansión y profundización de los lazos de cooperación en diversos sectores de la economía», dijo el presidente ruso.

Putin también comentó la situación en Afganistán y los problemas de seguridad que está experimentando este país tras una duradera ocupación por parte de las tropas de EEUU y sus aliados.

«Lamentablemente, uno de los desafíos de seguridad más acuciantes para nuestra región sigue siendo Afganistán. Los colegas ya han hablado hoy de esto. Este país, tras más de 20 años de presencia militar de EEUU y la OTAN y el fracaso de sus políticas, ha demostrado ser incapaz de hacer frente a las amenazas terroristas por sí solo», declaró en la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Confianza en Asia.

Al mismo tiempo, Rusia exhorta a que se compense el daño ocasionado al pueblo afgano por los largos años de ocupación estadounidense y que se descongelen las cuentas bloqueadas de Afganistán.

«Para normalizar la situación en el territorio de Afganistán, es necesario, por supuesto, facilitar conjuntamente su reconstrucción económica. Pero, sobre todo, instamos a que se compense el daño infligido a los afganos durante los años de ocupación y a que se descongelen los fondos afganos ilegalmente bloqueados», exigió Putin en la cumbre de Astaná el 13 de octubre.

Añadió que la OCS y sus estructuras regionales de lucha contra el terrorismo serían útiles para resolver la situación allí. Al tocar el tema del terrorismo, Putin recordó el atentado contra la Embajada rusa en Kabul y la serie de «continuos y sangrientos ataques terroristas». En este contexto, el presidente ruso hizo una propuesta a la comunidad internacional.

«Invitamos a todos los países asiáticos a cooperar más estrechamente con el banco de datos internacional para la lucha contra el terrorismo aprobado a iniciativa de Rusia», dijo Putin. También agregó que es muy importante reforzar la cooperación en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

«Es sumamente importante seguir trabajando activamente con otros foros y organizaciones regionales para resolver las situaciones de crisis y los conflictos que surjan en Asia, reforzar la cooperación entre los Estados para contrarrestar la amenaza terrorista, identificar y neutralizar a los grupos extremistas, bloquear su apoyo financiero, luchar contra el narcotráfico y suprimir la propaganda de ideas radicales», señaló Putin.

Rusia, por su parte, está haciendo todo lo posible para formar un sistema de seguridad igualitario, declaró el presidente del país euroasiático: «Por supuesto, junto con otros Estados asiáticos, estamos haciendo todo lo posible para formar un sistema de seguridad igual e indivisible basado en los principios universalmente reconocidos del derecho internacional y la Carta de la ONU».

Putin sobre la crisis mundial

Vladimir Putin

El aumento de la volatilidad de los precios mundiales de la energía, las materias primas y otros productos básicos importantes ha provocado una amenaza real de hambre y trastornos sociales, especialmente en los países más pobres, dijo el presidente ruso.

«Nuestra reunión y otras asociaciones regionales han tenido que hacer frente a muchos problemas urgentes. Me refiero a la creciente volatilidad de los precios mundiales de la energía, los alimentos, los fertilizantes, las materias primas y otros productos básicos importantes. Esto está provocando un deterioro de la calidad de vida tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Además, nos enfrentamos a la amenaza real de hambrunas y disturbios sociales a gran escala, especialmente en los países más pobres», evaluó el líder ruso.

En este contexto, recordó que ha aumentado la volatilidad de los precios de fuentes de energía en el mercado mundial, junto con los precios de los alimentos, fertilizantes, materias primas y otros productos de gran importancia. Por ello, Putin instó a que se eliminen las barreras que impiden al suministro de mercancías y destacó que dichas barreras son artificiales e ilegales.

«Pedimos que se eliminen todas las barreras artificiales e ilegítimas que impiden el restablecimiento de las cadenas de suministro mundiales normales para hacer frente a los urgentes desafíos de la seguridad alimentaria», dijo Putin.

Una de las medidas para solventar la crisis es un uso más efectivo de las divisas nacionales en las transacciones internacionales, lo cual además, reforzará la soberanía financiera de los Estados, desarrollará sus mercados de capital internos y profundizará la integración regional. El líder ruso propuso que se reconsideren los principios de funcionamiento del sistema financiero mundial actual, «que durante décadas le permitía al autoproclamado ‘mil millones de oro’ vivir a costa de otros».

Azerbaiyán, Irán y Rusia sellan acuerdo para lanzar el tramo oeste del corredor Norte-Sur

MOSCÚ (Sputnik) — Los Gobiernos de Azerbaiyán, Irán y Rusia suscribieron un acuerdo para lanzar el ramal occidental del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, informó la agencia Tejarat News.

Según el medio, en dos de las tres reuniones que Irán mantuvo con cinco países de Asia Central se debatió la construcción y la puesta en marcha del tramo ferroviario de unos 170 kilómetros que conectaría a la ciudad azerbaiyana de Astara con la iraní Rasht.

En la cumbre de dos días para abordar la cooperación en materia de transporte participaron Irán, Turkmenistán, Kazajistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán, así como Azerbaiyán y Rusia.

El objetivo es avanzar con la vía ferroviaria y el transporte de cargas por la línea oeste de la mencionada ruta internacional.

El corredor de transporte internacional Norte-Sur, de 7.200 kilómetros en rutas marítimas, ferroviarias y terrestres, conecta la India, Irán, Azerbaiyán y Rusia.

Irán insta a Asia a unirse para sacudirse el yugo del mundo unipolar

Raisi denuncia que EE.UU. y sus aliados intentan, sin éxito, desestabilizar Irán, después de que fallaran las sanciones y su opción militar contra el país persa.

En su intervención ante la 6.ª cumbre de la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés) en Astaná (capital de Kazajistán), el presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, ha advertido este jueves que potencias hegemónicas, con Estados Unidos a la cabeza, “atemorizadas” por los progresos imparables del país persa están recurriendo a todos los medios para destruirlo.

La nación iraní ha invalidado la opción militar estadounidense y, como ellos mismos [las autoridades estadounidenses] han admitido, ha convertido la política de sanciones y máxima presión en un fracaso humillante [para Washington]. Ahora, tras el fracaso de la opción militar y los embargos, Washington y sus aliados han recurrido a fallidos planes para desestabilizar el país persa”, ha denunciado Raisi, haciendo referencia a los disturbios ocurridos en las últimas semanas en Irán, de los que Teherán acusa, con pruebas, a Occidente.

En otro momento de su discurso, el mandatario iraní ha dicho que se está creando un nuevo orden mundial que rechaza los enfoques unilaterales. Ante tal circunstancia, ha asegurado que la cooperación de los países independientes en Asia garantizará la transición hacia un mundo más justo y multipolar.

la República Islámica de Irán, agrega, está comprometida a contribuir a la formación de un nuevo orden más justo que se base en la cooperación y el respeto mutuo, la política de buena vecindad, el multilateralismo y la convergencia sostenible.

Raisi llama a crear un sistema financiero común en Asia

Raisi

Ha pedido la cooperación de los países asiáticos para contrarrestar juntos los desafíos comunes en materias de seguridad, economía y ciberespacio. En esta línea, ha urgido la creación de “un sistema financiero común y el uso de monedas regionales, el diseño de normas y reglas para combatir el terrorismo y también el fortalecimiento de la cooperación de los medios”.

“Los bravucones que han tomado como rehén el sistema financiero internacional y se dedican a saquear los recursos de las naciones no pueden ser un socio fiable en la creación del nuevo orden mundial emergente” que se basará en el multilateralismo, ha avisado.

Asimismo, en cuanto a la lucha contra el terrorismo, Raisi ha insistido en que no hay que permitir que los Estados que suelen crear y patrocinar terroristas, definan las reglas de combatir el terrorismo en el mundo.

EEUU e Israel deben acabar con sus políticas de ocupación

El jefe del Gobierno iraní ha fustigado a Estados Unidos y el régimen de Israel por cometer un sin número de crímenes, incluidos la agresión, la ocupación, el apartheid, y la matanza de niños y civiles en Palestina, Siria, Irak, Yemen y Afganistán. Sin embargo, Raisi ha dejado en claro que a Washington y su aliado israelí no les queda más remedio que poner fin a la ocupación y respetar el derecho de las naciones a la autodeterminación.

Expansión de la OTAN amenaza la paz mundial

El mandatario persa ha advertido sobre intentos ocultos de varios países para transferir terroristas de Siria a Asia Central.

“Igual que la expansión del terrorismo en cualquier zona pondrá en peligro la seguridad de esa región, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte [OTAN], bajo cualquier cobertura, amenaza la estabilidad y la seguridad de las regiones”, ha subrayado Raisi, en una referencia velada a las amenazas que representa el acercamiento del bloque militar hacia las fronteras rusas.

El terrorismo económico, fue el último tema clave abordado por Raisi en el foro. Ha dicho que la República Islámica condena y combate al terrorismo en todas sus formas, incluida la económica y dice que frustrar ese fenómeno requiere de una cooperación constante e integral de todos los países.

Erdogan/Putin

Análisis: Complots criminales, alerta a las naciones soberanas del mundo

Carlos Santa María

Lo que ocurre en África al expulsar a Francia del continente es un aviso importante y los fracasos permanentes incrementarán la desesperación homicida.

La gravísima intervención de las élites sionistas occidentales creando en el mundo sabotaje, caos, represión, muertes, coacción, guerras, incentivando la destrucción nuclear del mundo, no es una tarea aislada de sus intereses de dominación y continuará con más saña en la medida que pierdan territorios, pueblos y recursos que explotaban como neocolonialistas. Lo que ocurre en África al expulsar a Francia del continente es un aviso importante y los fracasos permanentes incrementarán la desesperación homicida.

Esta peligrosa situación, tal como se ha descubierto, afecta a naciones en auge y en el caso concreto de Irán, sometido a este ataque desalmado, es producto de su gran avance en el campo interno como internacional tanto en lo científico social como en el respeto que proviene del mundo multilateral, provocando la ira de las fuerzas anglo-sionistas que buscaron un pretexto cualquiera para iniciar una campaña intensa de desestabilización en el país persa.

El resultado fue exactamente lo contrario de lo esperado, ya que tras la criminal acción en las calles realizada por elementos terroristas extranjeros asociados a ciudadanos que han vendido su ética a intereses foráneos, el pueblo unido en un gran frente común patriota desarticuló esos afanes atroces de asesinar, incendiar, caotizar una sociedad pacífica y concentrada en crecer a través de su bienestar en equicracia.

El complot contra Irán es malévolo y cobarde porque en coalición se une USA, Canadá, la Unión Europea, en gavilla para aplicar sanciones ilegalesque impidan llevar medicinas (crimen de lesa humanidad en Plandemia que debe ser castigado), alimentos, desarrollar su economía y bienestar para el pueblo persa, afectando especialmente a niños y adultos mayores en un impacto excesivo conducente al fallecimiento de personas y bebés de estos sectores.

Sin embargo, la ley de la compensación se hace efectiva en Europa y EE. UU. donde las multitudinarias protestas solo vaticinan alzas de precios, inflación, frío invernal y agresión a sus gentes como resultado de políticas absolutamente desquiciadas. Las críticas a Liz Truss en Gran Bretaña, los chalecos amarillos reprimidos violentamente en Francia, la continuación de asesinatos de protestantes en EE.UU., la reacción popular en Polonia, Alemania, Checoeslovaquia, Moldavia, entre otras, muestra un camino en gravísimo declive. La definición ya general del “Viejo Continente” como el patio trasero de USA expone claramente la decrepitud e ineptitud de su dirigencia y el sometimiento a un vasallaje externo.

Culpar a Vladímir Putin de los errores en la conducción política de sus países u organizaciones es simplemente no disponer de una capacidad mínima de razonamiento e intentar engañar a sus ciudadanos sobre su irresponsabilidad al castigar a Rusia impidiendo a sus naciones comprar el gas o el petróleo barato y dejar en bancarrota, frío y desgaste a sus poblaciones con un altísimo costo de vida inflacionario. El octavo paquete de sanciones ilegales comprueba que los anteriores no dieron resultado y que el razonamiento objetivo tampoco funciona.

Ya el mundo está cansado de las fake news proporcionadas por las tres agencias que dominan la propaganda en el orbe: Reuters, Associated Press, France Press. Cabe señalar que hasta Elon Musk acusó al periódico Financial Times de difundir noticias falsas tras publicar un artículo donde se mencionan fallas de la red Starlink en Ucrania, pues este medio británico manifestó que el alto mando militar de Zelenski atribuyo las interrupciones en el servicio de comunicación como una de las principales razones del fracaso de su contraofensiva, ya que incluso los lanzacohetes estadounidenses HIMARS no respondieron adecuadamente.

Imponer la agenda globalista unilateral se traduce en los ataques ilegítimos a Venezuela en América o a Serbia en Europa, como muchas otras agresiones desalmadas y prohibiciones, cuya debilidad obliga a desplazarse a Joe Biden a Arabia Saudí donde lo despiden sin misericordia o a Blinken quien va a mendigar oportunidades a Latinoamérica cuyos gobiernos progresistas se comienzan a imponer en sus decisiones. Cabe destacar que en ningún genocidio ni atentado terrorista se ha manifestado la condena de Occidente; más bien elogiando a las organizaciones takfiríes Al-Qaeda o ISIS como milicias moderadas liberadoras y auspiciando las denominadas revoluciones de color que son complots simplemente.

La imposibilidad de esconder el descenso inexorable de la Corporatocracia no puede ser interpretado equivocadamente: en la medida que sus fracasos se agudicen se deberá estar más prevenido, atento, dispuesto a frenarlo en seco, ya que sus acciones serán descarnadas, difíciles de realizarlas como antes lo que implica la urgencia de complots criminales, insistiendo en la alerta máxima ante una gran confabulación para provocar desestabilización a todas las naciones soberanas en los diversos continentes debido a los avances del mundo multipolar donde la justeza social, el diálogo y la paz posibilitan que su población crezca integralmente. Estar sobreaviso del espionaje, subversión artificial, asesinatos, destrucción o saqueo de las riquezas como ocurre en Siria, por ejemplo, tiene que ser una tarea diaria de las agencias destinadas a la seguridad de esos países autónomos. El terrorismo será una constante como lo fue el ataque al puente de Crimea por el servicio especial ucraniano bajo la conducción de sus patrocinadores.

La crisis del colonialismo es cada vez más evidente y se debe estar preparado para dichos coletazos con crueldad extrema del imperio nazi sionista vigente en Occidente.

Desde el geopoder la conclusión más importante es que las guerras se ganan en el campo militar, económico y social y no en las noticias. Los falsamedios pueden engañar sobre victorias inexistentes, aunque la realidad es más fuerte que la propaganda y ello implica que las naciones soberanas cada día avanzan en su autonomía y desarrollo integral. Las sanciones son empleadas en la vida social, familiar, jurídica y están amparadas por la ética como correctivo. Sanciones ilegales es la palabra correcta en este caso, pues son crueles, amorales y producto de sentimientos fundados en la explotación y egotismo.

Los objetivos geopolíticos de Estados Unidos suelen traducirse en grandes cruzadas civilizatorias, siempre sustentadas en leyes internas de pretendido alcance universal.

Por Federico Nacif Publicado en Rebelion

Tal como describió recientemente el experto en relaciones internacionales Juan Tokatlian, mientras que en los años ‘90 se auto-asignó el papel de “cruzado internacional en materia de drogas”, después de los atentados a las Torres Gemelas de 2001 se lanzó a la lucha global “contra el terrorismo” y ahora, en medio de la actual confrontación con el eje China-Rusia, se proyecta como el “fiscal internacional en materia de corrupción”, para justificar lo que identifica como la lucha de “las democracias contra las autocracias”.

Al igual que en el pasado, la relación entre la nueva cruzada anticorrupción y la geopolítica de los recursos naturales no es un secreto. En el marco de la Estrategia de Estados Unidos para Combatir la Corrupción lanzada por Joe Biden en diciembre de 2021, la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado asumió la responsabilidad de la “Iniciativa de Transparencia sobre Industrias Extractivas” que, entre otras cosas, busca “combatir la corrupción en los sectores globales de gas, petróleo y minería”.

Desde luego, América Latina constituye un objetivo central para la nueva estrategia imperial. En junio de 2021, la Casa Blanca emitió un memorándum para declarar a la lucha contra la corrupción como de “interés central para la seguridad nacional”, agudizando así su tradicional intervencionismo en la región. Desde entonces, produjo la extradición del ex Presidente de Honduras y la renuncia del Presidente en Paraguay. El 25 agosto de 2022, a solo tres días del alegato del fiscal Luciani contra Cristina Fernández de Kirchner, un senador texano envió una carta al Secretario de Estado Antony Blinken solicitando que se aplique a la Vicepresidenta argentina una serie de sanciones previstas en la Ley de Asignaciones de Programas Relacionados y Operaciones Extranjeras.

La disputa por el liderazgo de la transición energética está en el centro de la actual confrontación geopolítica y los países de América Latina constituyen un importante reservorio de recursos naturales críticos.

El litio sudamericano y la nueva “OTAN Metálica”

Si bien es cierto que China controla más del 70% de la fabricación mundial de baterías de litio, no menos cierto es que la producción de litio de Chile y Argentina está dominada desde hace décadas por capitales de Estados Unidos, Canadá y (más recientemente) Australia y Japón. Sin embargo, la prensa local sólo nos advierte sobre el nuevo fantasma que está recorriendo la región: el avance de grandes empresas chinas. De esta forma, se asume como propio el temor de Estados Unidos expresado por la jefa del Comando Sur, que ve amenazado su dominio actual sobre el Triángulo del Litio, advirtiendo la incipiente presencia de China y Rusia: “Están allí para socavar a Estados Unidos, están allí para socavar las democracias”.

Según el director ejecutivo de Benchmark Minerals (cuyos informes se usan en los contratos de compra-venta de litio), la influencia gubernamental de Estados Unidos “está en juego” por una simple razón: “la batería de ion-litio es ahora geopolítica”. Es que, de todos los metales que se necesitan para producir baterías, la situación del litio es la más delicada: desde 2020 los precios aumentaron un 900%, alcanzando “un punto histórico de inflexión”, lo que contrasta marcadamente con el resto de los metales críticos para las baterías.

El verdadero trasfondo político e institucional de estas declaraciones pasó algo desapercibido para los debates locales. El 14 de junio de 2022, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la creación de la Asociación de Seguridad de Minerales (MSP por sus siglas en inglés), junto a la Unión Europea, Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido. Bautizada por la agencia Reuters con el sugestivo rótulo de “OTAN metálica”, la nueva asociación se define principalmente por la ausencia de China y Rusia, preanunciando así la nueva estrategia norteamericana: “La actual red de suministro de minerales altamente globalizada parece destinada a dividirse en esferas de influencia políticamente polarizadas, un realineamiento tectónico con implicaciones de gran alcance”.

En palabras de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se trata de “no depender excesivamente del abastecimiento de bienes críticos de países donde tenemos preocupaciones geopolíticas”. Según la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, “el gran problema económico y geopolítico” del futuro no es otro que el de reformular el sistema de abastecimiento de materias primas, apuntalando las inversiones sólo en países amigos (friend-shoreing)Hasta el Pentágono se sumó a la nueva estrategia de “apoyar a los amigos” y pidió al Congreso de Estados Unidos modificar la Ley de Producción de Defensa que aún le prohíbe invertir en la producción de materias primas fuera del territorio nacional.

Estas definiciones no son sólo conceptuales. El gobierno de Joe Biden aprobó recientemente la Ley de Reducción de la Inflación, presentada por la CNN como la “mayor inversión climática de la historia americana”. Ente sus objetivos principales, promueve la compra de vehículos eléctricos producidos en territorio norteamericano (vía créditos y beneficios fiscales), que deberán incorporar baterías recargables con altos porcentajes de metales extraídos en Estados Unidos o en países “amigos”. Más específicamente, de los metales críticos que componen las baterías (litio, níquel, cobalto, manganeso), “al menos un 40% debe provenir de operaciones mineras en Estados Unidos o ser importados desde países con los que tiene firmado un Tratado de Libre Comercio (TLC). Ese porcentaje subirá a 80% a partir del 2026”.

El problema, una vez más, radica en evaluar los costos y beneficios de ser aceptados como un país “amigo” de Estados Unidos o de pasar a integrar el club de los países “enemigos”.

Sudamérica en la mira

Entre 2016 y 2019, más del 90% del litio importado a Estados Unidos provino de Chile (36%) y de la Argentina (55%).

Fuente: U.S. Geological Survey, 2021.

Estados Unidos tiene tratados de libre comercio con unos 20 países, entre los cuales figuran Australia y Chile, los dos principales productores de litio del mundo. La producción de ambos países está controlada por capitales norteamericanos, pero también registran una “preocupante” participación de China. En 2018, el Estado chileno modificó los dos contratos de explotación vigentes sobre el Salar de Atacama, elevando las regalías hasta el 40%. En el caso de SQM (la mayor productora de litio en salmueras del mundo), se le permitió la venta del 23% de sus acciones a la china Tianqi. En el caso de Albemarle, empresa norteamericana que posee la segunda operación del país, es un emblema de la red global de suministros que estaría llegando a su fin: comparte con Tianqi la propiedad de Greenbushes, la mina de litio más grande del mundo, ubicada en Australia.

Sin embargo, el status legal del litio chileno como “recurso estratégico” ofrece una herramienta política imprescindible. La futura creación de una nueva empresa estatal que se asociaría en mayoría con las dos explotaciones vigentes, permitirá al gobierno de Gabriel Boric anticiparse al nuevo escenario y gestionar con cierta autonomía las crecientes tensiones geopolíticas por el control y la propiedad de las reservas nacionales.

El otro país que produce litio en gran escala y que abastece buena parte de la demanda de Estados Unidos es la Argentina. Aquí, la empresa norteamericana Livent explota el Salar del Hombre Muerto de Catamarca hace ya 25 años (con prácticas para nada “transparentes”, por cierto). El segundo proyecto en operación del país está en Jujuy, a cargo de un joint venture formado por la australiana Allkem y la japonesa Toyota Tsuyo. El claro predominio de la OTAN Metálica sobre el litio argentino, sin embargo, no está lo suficientemente apuntalado y comienza a ser cuestionado.

En primer lugar, porque la Argentina no tiene un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Más aún, en febrero de 2022 se sumó a la iniciativa global de China “La Franja y la Ruta”, y en julio consiguió el respaldo de China para ingresar a los BRICS. Pero también porque –paradojas del sistema neoliberal– el régimen de libres concesiones mineras provinciales que rige en el país desde los años ‘90 permitió a grandes empresas chinas como Ganfeng adquirir importantes proyectos en exploración. A diferencia de Chile, la geopolítica del litio opera aquí sin ninguna mediación, agravando incluso las internas en el frente de gobierno: mientras Massa visita en Estados Unidos a Livent, tanto YPF SA como los gobiernos provinciales de Catamarca y de Jujuy suscriben acuerdos de cooperación con empresas de China. La falta de una política nacional unificada se expresa sobre todo en la flamante YPF Litio, que debe partir de cero y explorar nuevos territorios porque todos los yacimientos de litio identificados en el país se encuentran en manos privadas.

El embajador Sabino Vaca Narvaja en la firma de un acuerdo con la china Tianqi Lithium, en agosto.

La total apertura a la inversión extranjera sin control del Estado nacional pareciera contradecir incluso la nueva estrategia de la OTAN Metálica. Tal como afirma un reciente informe elaborado para el Departamento de Estado de Estados Unidos: “De los países latinoamericanos que poseen reservas de litio, la Argentina opera en el mercado más abierto a la inversión del sector privado”. Sin embargo, “la inversión de las empresas estadounidenses ni siquiera se aproxima a lo que ha invertido China en la última década”. Por ello y por el enorme potencial que aún presentan las reservas de la Argentina, se recomienda enfáticamente “fortalecer la presencia de los Estados Unidos en el país”. Quizá esto explique buena parte del “éxito” de Sergio Massa en su gira por Estados Unidos. Quizá sirva también de contexto a las declaraciones de Alberto Fernández en la New School de Nueva York, donde aseguró por primera vez que se propone “declarar al litio un bien estratégico para el desarrollo de la Argentina… siguiendo un poco lo que ha hecho Chile”.

Contradicciones del sistema. Para restringir el acceso de China a los yacimientos sudamericanos es posible que Estados Unidos deba aceptar allí un mínimo de intervención estatal. Una suerte de soberanía subordinada a la nueva OTAN Metálica que, sin embargo, no nos alejaría de la abierta injerencia norteamericana en los asuntos públicos de América Latina.

En la lista de países con alta probabilidad de integrar el club de “enemigos” de Estados Unidos se encuentra Bolivia, dueña de la mayor reserva mundial de litio. Allí, el gobierno de Evo Morales creó en 2017 la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) para poder decidir con autonomía una estrategia tecnológica, productiva y exportadora al servicio del desarrollo nacional. En noviembre de 2019, después de un largo y dificultoso proceso de aprendizaje, el golpe de Estado interrumpió drásticamente la construcción de la planta industrial de carbonato de litio.

En la actualidad, el gobierno democrático de Luis Arce se propone la difícil tarea de recuperar el tiempo perdido, pero la injerencia norteamericana pareciera haberse activado nuevamente. Pocos días antes de que YLB diera a conocer los resultados de una simple convocatoria para evaluar nuevas técnicas extractivas, el periódico El País publicó un artículo acusando de presunta corrupción al hijo del Presidente Arce por estar favoreciendo a la empresa rusa Uranium One en perjuicio de empresas norteamericanas como Energy X, una pequeña start-up texana que había desplegado un operativo mediático llamativamente costoso para su tamaño. En verdad, la amenaza imperial ya había sido previamente formulada por Joseph Bouchard, un influyente analista canadiense: “Si el gobierno de Arce aceptara la oferta rusa, Bolivia se convertiría rápidamente en un Estado paria en el escenario regional e internacional”.

Con el objetivo de defender la soberanía y la estabilidad democrática de la región, el gobierno boliviano organizó junto a CEPAL el 1er. Foro “Perspectivas de Litio desde América Latina, donde propuso a los gobiernos de la Argentina, Chile y México la creación de una Organización de Países Productores y Exportadores de Litio (OPPEL). Más recientemente, el Presidente Arce cerró su intervención en la última Asamblea General de la ONU celebrada en Nueva York con una recomendación que sintetiza las urgencias del presente: “Naciones Unidas debe tomar medidas contra todos aquellos países que no respetan la soberanía y la no injerencia, y que enfrentan pueblos por el control de sus recursos naturales estratégicos. No somos fichas de tableros de ajedrez, somos pueblos que trabajan día a día para salir adelante y tenemos todo el derecho de decidir sobre nuestros recursos naturales”.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com


Por JORGE MORA FORERO Nuevatribuna.es

Cuando los ingenuos y los hipócritas se vuelven cínicos y tanto en 
los bares y los supermercados como en las redacciones de los pe-
riódicos y en los gobiernos se aceptan los ‘límites de la realidad’, 
entonces es que el Sol está a punto de ponerse y nosotros de 
apagar la luz”. (Santiago Alba Rico “Contra la Geopolítica”, 
elpais.es, 8 de abril del 2022

¿Y si Putín tuviera razón? ¡Qué escándalo plantearlo!, ¿verdad? Sólo plantearlo.

Resultó el abogado del Diablo, dirán unos cuántos. O muchos. Y yo responderé como lo he hecho en otras ocasiones: al Diablo lo que deben sobrarle, sin duda, son abogados. Y de los buenos. En nuestro medio, esto no tiene una connotación moral; se refiere a los que ganan pleitos. Y, mayormente, a los que ganaron pleitos que parecían imposibles de ganar. ¿Cómo? No pregunten. Ni traten de convencerme de que el Derecho es igual a la Justicia. Y, no le metan moral: no hay dónde ponerla. Aquí, como en el análisis que permea todo el poder, hay que hacer como diría Maquiavelo (tan desacreditado por los moralistas, y tan vigente, según los realistas): “ir a la verdad de la cosa”. Y eso comienza, llamándola por su nombre, sin edulcorantes que nos hagan quedar bien con todo el mundo, pero mal en el campo del conocimiento, al no poder dar una explicación coherente, y convincente, acerca de “la cosa”, analizada. A riesgo de que me excomulguen, desde diferentes creencias, digo que no hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla.

En cuanto a “Putín y su guerra”, que es como se habla en los principales medios de comunicación occidentales (no se habla de Rusia y su confrontación con Ucrania, que venía de años antes, sin guerra (desde antes de la anexión de Crimea), la pregunta atrevida es si el “autócrata”, que es como lo llaman en la citada prensa (no más autócrata que otros a quienes abrazamos todos los días, pero que están con nuestros intereses), tenía razón en lo que pedía: que Ucrania no entrara a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar  que se organizó en Occidente para detener la expansión de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), que respondió creando el Pacto  de Varsovia. La URSS desapareció en 1991 pero… quedó la OTAN. A propósito: a esta Alianza, entró Colombia, como SOCIO GLOBAL DE LA OTAN, único país en Suramérica, a título de Observadora “participativa”, durante el gobierno del presidente Santos, lo cual según él, constituía un enorme privilegio.

No hay que meterle moral a esto, no porque seamos inmorales, sino porque no hay dónde ponerla

Pero, volvamos:

El reclamo básico de Putín, era por la seguridad de Rusia. No quería ésta, sentirse rodeada y asfixiada por la OTAN, sin una “cañita”, tubo, o espacio para respirar. Y para dormir tranquila. O, menos sobresaltada…

Y no vamos a hablar acá de lo que fue el Imperio Ruso y de las tierras que perdió desde la Primera Guerra Mundial.

Es pertinente:

Hablar de las cosas humanas no es nada fácil. Porque los seres humanos somos altamente homogéneos en anatomía pero no en cultura. Esta implica creencias, muchas de ellas cimentadas en las emociones, no en el razonamiento.  Esto no quiere decir que éste pueda no estar influido por ellas, o que ellas no sean importantes en la vida. Pero, la percepción del mundo por medio de las emociones, es mucho más subjetiva por lo sentimental, que la obtenida por el razonamiento que es un tanto más objetiva; obtenida y defendida con base en argumentos y, por lo tanto, con mayores posibilidades de comprensión entre diferentes posiciones. Cuando se parte de creencias inamovibles, en el campo que sea, no hay diálogo posible y menos, acuerdo alguno. El resultado es una polarización total con base en el odio y la división de los seres humanos en dos grupos: nosotros que, además, somos los buenos y, los otros, que son los malos.  Y, por si fuera poco, además de las creencias o, anteriores a ellas, los seres humanos, como individuos y como agrupaciones, también tenemos intereses. Normalmente, estos y las creencias se entrelazan; el resultado es el conflicto y su consecuencia más desgraciada: la guerra. Por medio de ella buscamos la supresión del otro, o de los otros, lo que nos niega como humanos, al mismo tiempo que todos destruimos el planeta, lo que va a negarnos como especie. Y no hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles… ¿Quién define la “justeza” de las guerras, los ambiciosos que las organizan y se quedan con las medallas y el botín? Porque no son “los del común”, carne de cañón, de bomba, de fusil o de motosierra, que siempre ponen los muertos con sus viudas y huérfanos, o los mutilados, en la miseria y sin esperanza. Y para quienes la palabra “patria” es más bien un escarnio, que un orgullo.

Si bien es cierto que el científico social debe enfriar sus sentimientos para tratar de ser lo más objetivo posible, jamás podrá ser neutral frente a las desgracias humanas, porque cada muerto y cada mutilado es una puñalada en el corazón de nuestra identidad humana, y una mutilación de la misma, así no creyéramos en ningún ser superior.

Continuando:

Debe el científico social tratar de investigar los orígenes del conflicto que desencadenó la barbarie, sin tratar de justificarla por lo dicho antes. Investigar con madurez es tratar de ver “la cosa conflicto”, desde todas las perspectivas, partiendo del hecho de que eso que llamamos “la realidad”, en un conflicto, tiene por lo menos dos caras y no una sola, como cuando vemos el conflicto como resultado de la lucha entre buenos y malos donde nosotros, por supuesto, somos los buenos. Hay que tratar de meterse en el pellejo del otro, para tratar de entender algo.

Vamos a los protagonistas.

Por un lado Rusia, segunda (o primera) potencia nuclear del mundo; se ha quejado por su seguridad que cree que está en peligro porque Ucrania, único país de su frontera suroccidental que no forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte o, NATO, en inglés), quiere entrar en ella. En el resto de los países de esta zona que pertenecían a la Unión Soviética, como Hungría, Rumanía, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, está la OTAN. Y, fuera de eso, en Turquía que posee uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Podemos confirmarlo en los mapas respectivos. La OTAN se expandió, después de que la URSS, que vivía una crisis estructural, se desbarató en manos del ingenuo soñador, pero bien lisonjeado por Occidente, Mijaíl Gorbachov, y del corrupto y alcohólico Boris Yeltsin que, como Presidente de Rusia, firmó la disolución de la URSS. Rusia, en manos de Yeltsin, absolutamente debilitada, no pudo impedir la expansión de la OTAN.

No hay guerras justas. Las guerras son la “excrementación” del hombre; todas inhumanas y por lo tanto irracionales, descarnadas, viles…

Putin, funcionario de Yeltsin y sucesor de éste, reestructuró las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y comenzó a exigir la neutralidad y el desarme de Ucrania. Como esta no aceptó, con una especie de plebiscito, incorporó a Rusia la estratégica península rusófona de Crimea donde tiene asiento la importante base naval rusa de Sebastopol por la cual tenía un contrato de arrendamiento por 50 años. A propósito: Crimea era rusa hasta 1954 cuando el sucesor de Stalin y Presidente de la URSS, Nikita Kruschev, a su vez, ucraniano y expresidente de la federada República Socialista de Ucrania, le regaló a ésta, en el 300 aniversario de la adhesión a Rusia, la Península de Crimea, como si fuera parte de su patrimonio personal y pensando que la URSS sería eterna. Cuando ésta se disolvió, Ucrania no la devolvió. Pero si obtuvo, en la débil situación de Rusia, un Tratado de Límites, quedándose con ella.

Enseguida, y siguiendo con nuestro problema, se presentó lo de las “Repúblicas” de Donetz y Lumbask, en la región más amplia de la zona del Donbás, en la frontera con Rusia y de mayorías de habla rusa que quisieron separarse con apoyo de la misma. Finalmente, ésta las reconoció como independientes, y comenzó la invasión a Ucrania, supuestamente, para darles protección del ejército ucranio que las atacaba. Pero, el ejército ruso no sólo entró a la zona anterior sino a varias partes de ese país, tomando una ruta con dirección a Kiev, la capital. Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así.

UCRANIA

Es la cuna de Rusia cuyo origen estuvo en la Rus (podemos traducirlo como asentamiento de remeros “vikingos” que bajaban del Norte a vender sus productos en Constantinopla) de Kiev. El mando se trasladó después a Moscú. Siempre formó parte del gran Imperio Ruso de religión cristiana ortodoxa. El Patriarca de Moscú, dependía, administrativamente, del Patriarca de Constantinopla, y desde 1560 quedó como superior del obispo de Kiev, hasta 2019 cuando el Patriarca de Estanbul (la antigua Constantinopla), inventando poderes que no había tenido, reconoció la autonomía de la Iglesia Ucraniana, creando un conflicto con el Patriarca de Moscú. Los rusos dicen que fue un juego político de Estados Unidos que se pronunció por una Iglesia Ucraniana autónoma. Y ahí tenemos otro elemento del conflicto porque el Patriarca de Moscú no aceptó esto, pues respalda a Putín, ya que los dos tienen una idea muy conservadora de la vida, fundamentada en la herencia de “lo ruso”, y consideran que Ucrania, influenciada por USA y Europa Occidental, es un espacio abierto a las malas costumbres, grupos LGBTQ y “perversiones” diversas, etc., Como resultado hay, por lo menos, tres iglesias cristianas en Ucrania: ortodoxa que obedece a Moscú, ortodoxa que obedece al obispo-Patriarca de Kiev, y católica que obedece a Roma y está ubicada en la parte occidental que tuvo cercanía con el Imperio Austro-Húngaro.

Suponían los rusos que, con una acción relámpago, controlarían rápidamente el país, y establecerían un gobierno favorable a ellos. Pero no fue así

Ucrania sólo llegó a ser república en 1921 con los comunistas que le agregaron territorios. En 1922 entró a formar parte de la URSS y, en 1991, con la desintegración de la misma, declaró su independencia. Pero no devolvió los territorios que se le habían dado en el contexto de la URSS y que habían pertenecido a Rusia.Hay que dejar claro que en el momento de la separación, Rusia aceptó por la debilidad en que estaba. Por lo mismo, no pudo ejercer control geopolítico sobre los países separados al oeste (Rumania, Bulgaria, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia), que ingresaron a la OTAN. Se dice que dejando de lado una promesa “verbal” que los Estados Unidos le habían hecho a Gorbachov, de no llevar a la OTAN a los países que habían formado parte de la URSS. Salvo Ucrania que, ahora era candidato, lo que provocó el problema con Rusia, reforzada ahora como potencia, por lo menos, militarmente, y con los mayores recursos naturales del mundo.En los conflictos por el dominio mundial, no puede olvidarse este dato.

Reflexionemos:

El ser humano es por naturaleza conflictivo. Los conflictos se resuelven a través del PODER. Y gana el más fuerte. La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia. 

Cuando hablamos de conflictos dentro de un país, hablamos de política como la actividad para resolverlos. La Ciencia política, estudia toda esa problemática. Cuando hablamos de conflictos entre países, lo primero que surge para resolverlos, es la diplomacia, sustentada en la Geopolítica que es la Ciencia que estudia la expansión de unos estados a costa de otros, y el choque de las potencias por sus áreas de influencia. Es la relación entre poder y espacio. Ya no el espacio dentro de los límites del país, sino el espacio para respirar, pasear y pisotear, más allá de esos límites. Los alemanes lo llamaron LEBENSRAUM, el espacio vital sin el cual un país quedaría sin fronteras seguras, asfixiado, negado a sí mismo.

Que el concepto haya surgido con los nazis, no significa que la práctica no se haya dado a través de la historia. De acuerdo con la teoría de la selección natural, implicaba el derecho de los estados a expandirse de acuerdo con su fortaleza (“Superhombre”, “Superestado”, “Potencia”, “superpotencia”, ¿Les suena?).  Esto no es una aberración, ha sido una constante histórica. Claro, podríamos pensar que la historia está hecha de aberraciones. Sobre esta relación entre hombres y estados, ya los griegos lo habían dejado claro, cuando afirmaban, por medio de Tucídides: “… que siempre fue y se vio que el menor obedezca al mayor y el más flaco al más fuerte…”.

Pues bien: tenemos tres grandes potencias: Estados Unidos, China y Rusia. Las tres poseen armas atómicas, cada una con el poder de destruir, no sólo a la otra u otras, sino al mundo todo. Y, volviendo a las constantes históricas, pongamos una más: todas las armas que el hombre ha inventado, las ha usado. Estados Unidos, no admitiría que alguno de sus vecinos tuviera alianza con enemigos e instalara misiles en sus fronteras, o muy cerca de ellas. No olvidemos que esa situación nos llevó casi a una guerra mundial, cuando la URSS, instaló misiles en Cuba. Ahora: Venezuela está lejos de la frontera americana y Estados Unidos ha dicho que es un peligro para su seguridad. China considera que Taiwán (que forma parte de ella como lo aceptó Estados Unidos al establecer relaciones diplomáticas con la primera), tal como está ahora, está convirtiéndose en un peligro para su seguridad.

La razón de la fuerza bruta (que se transforma cosméticamente en las Constituciones), prima sobre lo que podríamos llamar la razón de la justicia

Con relación a Rusia: Estados Unidos tiene misiles en Rumanía y Polonia. Y guarniciones militares en ellas, en Estonia, Lituania y Letonia. Más abajo, cerrando la parte Oeste-Sur, está Turquía que pertenece a la OTAN. Putín, desde el 2008, estaba pidiendo la neutralidad de Ucrania. Incluso un estadista y Exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación.

(Véase: Henry Kissinguer, “Cómo termina la crisis de Ucrania”, en PIENSA CHILE, marzo del 2014).

Después de esperar en vano la declaratoria de neutralidad de Ucrania, el presidente Putín, ordenó la invasión. Tomando como argumentos la militarización de Ucrania y el ataque a las zonas rusoparlantes de las llamadas Repúblicas de Lugansk y Donetsz. Resultados: Putín ha sido satanizado por Occidente; se ha puesto el grito en el cielo acerca de que se ha violado la soberanía de Ucrania, y han establecido sanciones económicas muy fuertes contra Rusia, y se viene el rearme de Europa. Lo anterior, muy sintetizado.

Veamos por partes:

1). Con relación al significado de Putín, dice el citado y muy reconocido Henry Kissinguer: “Para Occidente, la demonización de Putín, no es una política, es apenas una mascarada por la ausencia de una política”. Y agrega: “Por su parte, los EEUU deben evitar tratar a Rusia como una aberración a la que hay que enseñar pacientemente reglas y conductas establecidas por Washington. Putín es un estratega serio sobre la base de la historia rusa (Ibidem). Recordemos que un comandante de la marina alemana que pidió respeto para las peticiones de Putín, fue destituido.

Henry Kissinguer, siempre pensó que Ucrania debería ser neutral, que debería ser el puente entre Occidente y Rusia y que la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia, era una provocación

Hay quienes piensan el problema en términos de Guerra Fría, o del enfrentamiento entre capitalistas y comunistas. Eso es no ver más allá de la nariz, por fanatismo o por ignorancia. Ya no hay comunismo. Rusia es tan capitalista como Estados Unidos. Y Putín no es, justamente, alguien de izquierda; ni siquiera de esa izquierda desteñida que pulula por todos lados dándole su voto de apoyo al capitalismo neoliberal. Es un hombre de derecha y alcahuete de los llamados oligarcas que, siendo jefes comunistas, o directores de empresas estatales, se apoderaron de ellas en el proceso de privatización que se preparó en el caos gorbachoviano y, luego, bajo  le presidencia de Yelzin quien, junto con sus amigos procapitalistas de Ucrania y Bielorrusia, habían desbaratado la URSS. Putín fue el heredero de Yelzin quien lo nombró con la condición de que lo protegiese de ser juzgado por alguno de los delitos que llevaba encima.  Sobra decir que Putín ha cumplido. Este y los jerarcas comunistas se apoderaron, por distintos medios, de todo el trabajo acumulado por millones de trabajadores y trabajadoras del pueblo ruso desde 1917. Putín, además, ha mandado a la cárcel a los miembros de los grupos antifascistas y es el padrino de los grupos neonazis de la Unión Europea, como de los neofascistas que acaban de ganar las elecciones en Italia. Con relación a esto del neofascismo italiano y Putín, dice el especialista Antonio Scurati lo siguiente:

El primero que tendió puentes hacia ese mundo juvenil del neofascismo militante fue Matteo Salvini, en las elecciones de 2018. Incluyó en sus listas personas que procedían de ese ambiente. Y quien organizó eso fue su portavoz, Gianluca Savoini, la misma persona que estableció contactos con los emisarios de Vladimir Putin y llegó a acuerdos con ellos. Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`: el cristianismo, la raza, el rechazo a eso que llaman `la gran sustitución de los blancos europeos por los inmigrantes”. (Antonio Scurati, “Un gobierno de Meloni puede ser tan dañino para Italia como para Europa”, entrevista de Enric González, El País.es. 20 sept/2022).

 En Venezuela, Putín no apoya a Maduro por comunista (¡comunista Maduro!), sino por geopolítica, como venganza contra la OTAN.

2. Así como ocurre entre individuos, pasa con los estados: la igualdad y los derechos son sólo de papel ya que, en la práctica, predomina la ley del más fuerte (por su fuerza, por su riqueza, por sus influencias, etc.). Si un país poderoso, una potencia (y así las subpotencias y minipotencias) siente que un vecino le incomoda la vida, o le perturba el sueño por la seguridad, no hay soberanía que valga. La soberanía llega hasta donde llegan las necesidades y los apetitos de los más poderosos. Miren el mapamundi a través de la historia, no sólo a Rusia.

A propósito de eso, y a grandes rasgos:

Sin que haya sido agresora, Rusia ha sufrido tres invasiones en los tiempos modernos:

a). La invasión de Napoleón en 1812. Llegó hasta un Moscú incendiado por sus habitantes como parte de su defensa. Costo para Rusia en vidas: 5.000.000 de muertos.

b). Invasión por el ejército de Hitler en 1941. Nuevamente un Moscú vacío y el costo en vidas para Rusia y sus países afines, 25.000.000 de muertos.

c). Con el surgimiento de la Revolución Bolchevique de 1917: entre 1918 y 1921, tropas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Polonia y Japón, llegaron a pelear al lado del Ejército Blanco compuesto por los restos del ejército zarista. Costo: 1.500.000 muertos y los campos de cultivo destruidos. Consecuencia: la hambruna, provocada también por los errores de la naciente revolución.

Uno de los puntos de contacto entre la nueva ultraderecha y Putin es la visión de Rusia como defensora de algo que puede definirse como `supremacismo blanco`

Además: Japón también trató de apoderarse de Siberia Oriental…

3). Las sanciones económicas. Quienes más sufrirán son los rusos de a pie, no los jefes. Lo mismo que está pasando con los sectores de clase media y populares europeos. Porque el aumento del costo de la vida no se debe, en sí, a la invasión de Ucrania, sino a las nombradas sanciones que bloquearon el suministro de elementos energéticos de Rusia a Europa. Además de la creación de desempleo porque hay empresas que, en estas condiciones no pueden producir, y otras que han tenido que salir de Rusia. Por todo lo anterior, el resto del mundo, también sufre las consecuencias. Pero, a diferencia de los europeos y americanos, los pueblos de África y América Latina no tienen cómo defenderse. Esto agravará la situación económica que ha dejado la pandemia, aumentando la pobreza y el descontento social por la disminución de los alimentos y de otros bienes elementales para la vida. 

Todo esto, por supuesto, llevará a una decadencia mayor de la Unión Europea que avanza cada vez más hacia su insignificancia por su  dependencia de Estados Unidos, lo mismo que Rusia que, siendo una potencia nuclear, por efectos de la guerra se hará cada vez más dependiente de China.

4) Como una de las consecuencias de la guerra será el rearme de Europa, esta dedicará más dinero a las armas, y menos al gasto social. Y hay, en medio, un elemento que no se ha tomado en cuenta: Alemania, por su experiencia negativa de dos guerras perdidas, era reacia a participar en el rearme de Ucrania pero, prácticamente, se vio obligada a participar ante las acusaciones de saboteo a la OTAN. El resultado: Alemania ha dicho que dedicará a la defensa ¡cien mil millones de euros! ($ 100.000.000.000), una cifra espeluznante para rearmar a un país que fue humillado en dos guerras mundiales y que muchos alemanes no han olvidado: los movimientos neonazis que sueñan con su IV Reich (Imperio).

Recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro

Para concluir: recuerden, en términos generales, la realidad tiene dos caras. Hay que mirarse el rostro y también la nuca. Una cara es nuestra visión, y la otra cara es la visión del otro con el cual vivimos pero también, con el cual tenemos que aprender a convivir.

En la historia no hay seres humanos buenos y seres humanos malos; hay seres humanos, a secas, cada uno peleando por sus intereses, es decir, por sobrevivir en determinadas condiciones. Y hay estados peleando por ampliar sus territorios. O, procurando que en esos territorios vecinos, no haya habitantes que amenacen su seguridad. Es lo que hoy podríamos llamar, GEOSEGURIDAD. Hay potencias queriendo dominar, o controlar el mundo, con unas líneas rojas a las que hemos llegado por deducción lógica y por sentido común: las armas nucleares múltiples, capaces de acabar muchas veces con la humanidad y casi con todo tipo de vida. Hasta ahora, como hemos visto por la historia, todas las armas que el humano ha inventado, las ha usado. Ahora está preparado para acabar, de una vez por todas, con todo el planeta.

Como moraleja, creo que en esta situación que vive el mundo, las potencias capaces de borrarlo y de borrarse ellas mismas, al mismo tiempo, deberían practicar, aunque fuese por puro utilitarismo, la ética kantiana:

NO HAGAS A NADIE LO QUE NO QUERRÍAS QUE TE HICIERAN A TI.

En este momento, nuestro presidente a menaza a Putín que si usa armas nucleares (tácticas, se entiende; o sea, pequeñas) en Ucrania, recibirá un castigo inimaginable. Se supone que sabemos que significa eso, pero, ¿piensa nuestro presidente que los rusos se quedarán con los brazos cruzados muriéndose y que dejarán durmiendo sus infernales misiles nucleares de largo alcance que reposan ansiosos en los silos de la Rusia continental, en los barcos de guerra que surcan los océanos y en los submarinos que recorren sigilosos la costa occidental de los Estados Unidos? Una guerra nuclear mundial no dejará fuera a ningún continente como sí ocurrió con las dos primeras.

Apostarle a esa guerra es jugar en la ruleta de la locura suprema. Y ese sí es EL FINAL DE LA HISTORIA.

Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, al comentar los sucesos que vienen teniendo lugar en el organismo internacional en los últimos tiempos. Y es que el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, denunció ante el organismo, que para Occidente la historia parte de un «momento conveniente».

Denuncia ante la ONU

Lunes 10 de octubre de 2022. Período de sesiones extraordinario de la Asamblea General del organismo, que decidió denegar la propuesta de Moscú para votar en secreto la resolución sobre los referéndums en las Repúblicas Populares de Donestsk y Lugansk, y las regiones de Jersón y Zaporozhie. En la sesión, 107 países votaron a favor de la votación abierta, 13 naciones votaron en contra, y 39 se abstuvieron.

Entonces, Vasili Nebenzia lanza una denuncia: calificó la resolución como una «manipulación sin precedentes, que socava la credibilidad de la Asamblea General y de la ONU en su conjunto. Están asistiendo a un fraude escandaloso, en el que el presidente de la Asamblea General [Csaba Korosi] ha desempeñado un papel clave».

En este sentido, el diplomático ruso incidió en que «Washington, Londres, Bruselas, y algunas otras capitales, intentan ‘detener el reloj’, para pretender que la historia [del conflicto en Ucrania] comienza en febrero de 2022 [cuando inició la operación militar especial rusa]», y que «todos los demás aspectos de la crisis ucraniana, cuyas premisas fueron establecidas metódicamente por los Estados occidentales desde al menos 2014, o más bien mucho antes», se ignoran.

Vasili Nebenzia denunció que países occidentales actúan «сomo si nunca hubieran existido el golpe anticonstitucional de Maidán [en febrero de 2014], la tragedia de Odesa, la negación sistemática de los derechos de la población rusoparlante, la agresión del régimen de Kiev contra Donbass y el asesinato masivo de sus civiles».

Al respecto, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, advierte que «la estructura de la ONU es el reflejo de una fotografía tomada en 1945».

«Ese fue un momento histórico de avance de poder, los países que sobrevivieron, y que pudieron empezar la vida de nuevo, establecer reglas de juego, poner en marcha un sistema denominado ‘derecho internacional’, respetarlo, etc».

Pero «a partir de 1991, y desde la desaparición de la Unión Soviética, EEUU ha usado las Naciones Unidas como una herramienta más, de su fórmula de dominio global».

FUENTE SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20221011/la-estructura-de-la-onu-es-el-reflejo-de-una-fotografia-tomada-en-1945-1131404822.html

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, nos dice en su columna del Club de La Pluma, que la guerra híbrida global avanza … en su medida y armoniosamente y que mientras se profundizan sus etapas, Rusia y su pueblo han comprendido que la guerra contra la OTAN en Ucrania es existencial y que ya no se puede dar marcha atrás. O sea que, para la potencia euroasiática, se trata de VENCER O DESAPARECER. También analiza la determinación de Moscú plasmada en el reconocimiento e incorporación de las nuevas cuatro regiones y de la importancia política y estratégica de esta decisión histórica, a la vez que desglosa los datos sobre las impresionantes aportaciones económicas y de recursos naturales que significará para la Federación Rusa.

Pereyra Mele explica que el pueblo ruso ha tomado conciencia del odio y del ensañamiento de Occidente contra su tierra, su raza y su cultura, de la crueldad de Zelensky al pedir un bombardeo nuclear preventivo contra la población y del accionar brutal de los mercenarios de la OTAN. Nos habla de los reservistas convocados y de los voluntarios en Rusia, y de una gran masa de equipamiento militar que está siendo enviado al frente de combate. Y deja el tema táctico de la contienda para cuando el despliegue de esas unidades empiecen a operar en la región, mientras desentraña las mentiras mediáticas y sus burbujas triunfalistas, más el reciente  papelón payasesco de la BBC.

Aborda luego la decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo que ha sido calificada por Washington como una “acto hostil” mientras comprueba que su relación con Arabia Saudita ya no es la de otras épocas. A Europa la define como la tierra del “sálvese quién pueda” y nos habla de Italia que ha decidido comprar gas de Rusia a través de Austria, de las contradicciones de Alemania y su frente interno resquebrajado, de la calamitosa gestión de la Primer Ministro Inglesa y del hundimiento del banco Credit Suisse.  Y por supuesto de la crisis económica de la UE y de la insolidaridad evidente entre sus países miembros, mientras Norteamérica se aprovecha del conflicto y asfixia al viejo continente con un precio abusivo del gas. Además nos informa que la exorbitante deuda impagable de EEUU ha llegado a los 31 Mil Billones de dólares.

Y finaliza su columna radial desentrañando las confabulaciones mediáticas y el triunfalismo delirante de la prensa anglosajona y europea y acusa a esa prensa de omitir otras guerras como la de Yemen o las de África y de intentar otra vez -cómo en los últimos 40 años- desestabilizar a Irán con campañas culturales orquestadas por los servicios secretos occidentales y agitadas por la red de ONG al servicio del imperio anglosajón. Y pide dejar que la realidad salga la luz para que apague este canto del cisne de la prensa occidental y que aplaste su manipulada algarabía por supuestos contraataques victoriosos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 09/10/22)

por Big Serge https://bigserge.substack.com/p/politics-by-other-means

Con la única excepción posible del gran Sun Tzu y su “Arte de la guerra”, ningún teórico militar ha tenido un impacto filosófico tan duradero como el general prusiano Carl Philipp Gottfried von Clausewitz. Clausewitz, participante en las Guerras Napoleónicas, en sus últimos años se dedicó al trabajo que se convertiría en su logro icónico: un denso tomo titulado simplemente «Vom Kriege» ( De la guerra). El libro es una meditación sobre la estrategia militar y el fenómeno sociopolítico que ella implica y que está, fuertemente, ligado a la reflexión filosófica. Aunque “De la Guerra” ha tenido un impacto duradero e indeleble en el estudio de las artes militares, el libro en sí es a veces bastante difícil de leer, un hecho que se deriva de la gran tragedia de que Clausewitz nunca pudo terminarlo. Murió en 1831 a la edad de sólo 51 años con su manuscrito desordenado y sin editar; y le tocó a su esposa, el intentar organizar y publicar sus artículos.

Clausewitz, antes que nada, es famoso por sus aforismos: “Todo es muy simple en la guerra, pero lo más simple es difícil de realizar” y su vocabulario de la guerra, que incluye términos como “fricción” y “culminación”. Sin embargo, entre todos sus pasajes eminentemente citables, uno es quizás el más famoso, su afirmación de que: “La guerra es una mera continuación de la política por otros medios”.

Es en esta afirmación en la que deseo fijarme por el momento, pero primero, puede valer la pena leer la totalidad del pasaje de Clausewitz sobre el tema:

“La guerra es la mera continuación de la política por otros medios. Vemos que la Guerra no es un simple acto político; sino también un instrumento político real, una continuación del comercio político, una realización del mismo por otros medios. Más allá de esto, que es estrictamente propio de la Guerra, ésta se relaciona,simplemente, con la naturaleza peculiar de los medios que utiliza. Que las tendencias y puntos de vista de la política no sean incompatibles con estos medios, puede exigirlo el Arte de la Guerra en general y el Comandante en cada caso particular y esta pretensión, en verdad, no es baladí. Pero, por muy poderosamente que esto pueda afectar a los puntos de vista políticos en los casos particulares; siempre debe ser considerado como sólo una modificación de ellos; porque el punto de vista político es el objeto, la Guerra es el medio y el medio siempre debe incluir el objeto de nuestra concepción”. (Sobre la guerra, Volumen 1, Capítulo 1, Sección 24)

Una vez que eliminamos el estilo denso y verborrágico de Clausewitz, la afirmación aquí es relativamente simple: hacer la guerra siempre es en referencia a algún objetivo político mayor y existe dentro de un espectro político. La política se encuentra en cada punto a lo largo del eje: la guerra se inicia en respuesta a alguna necesidad política, se mantiene y continúa como un acto de voluntad política y, en última instancia, espera lograr objetivos políticos. La guerra no puede separarse de la política; de hecho, es el aspecto político lo que la convierte en guerra. Incluso podemos ir más allá y afirmar que la guerra, en ausencia de la superestructura política, deja de ser guerra y, en cambio, se convierte en violencia cruda y animal. Es la dimensión política la que hace que la guerra pueda ser reconocida como distinta de otras formas de violencia.

Consideremos la guerra de Rusia en Ucrania en estos términos.

Putin el burócrata

A menudo ocurre que los hombres más importantes del mundo son mal entendidos en su época: el poder envuelve y distorsiona al gran hombre. Este fue ciertamente el caso de Stalin y de Mao y es, igualmente, cierto tanto para Vladimir Putin como para Xi Jinping. Putin en particular es visto en Occidente como un demagogo hitleriano que gobierna con terror extrajudicial y militarismo. Esto difícilmente podría estar más lejos de la verdad.

Casi todos los aspectos de la caricatura occidental de Putin están profundamente equivocados, aunque este perfil reciente de Sean McMeekin se acerca mucho más que la mayoría. Para empezar, Putin no es un demagogo, no es un hombre carismático por naturaleza y aunque con el tiempo ha mejorado mucho sus habilidades como político de barricada y es capaz de dar discursos impactantes cuando es necesario, no es alguien a quien le guste el podio a diferencia de Donald Trump, Barack Obama o incluso, Dios no lo quiera, de Adolf Hitler, Putin simplemente no sabe complacer a la multitud por naturaleza. En la propia Rusia, su imagen es la de un servidor político de carrera bastante aburrido pero sensato, en lugar de un populista carismático. Su perdurable popularidad en Rusia está mucho más relacionada con la estabilización de la economía rusa y el sistema de pensiones que con las fotos de él montando a caballo sin camisa.

Esto se hizo, vívidamente, evidente en los últimos días. Con Ucrania avanzando en múltiples frentes, se puso en marcha un nuevo ciclo de fatalidad y triunfo: las figuras pro-ucranianas se regocijan por el aparente colapso del ejército ruso, mientras que muchos en el campo ruso lamentan que el liderazgo, según ellos, demostraba ser criminalmente incompetente. Con todo esto en marcha en el aspecto militar, Putin ha llevado con calma el proceso de anexión a través de sus mecanismos legales, primero celebrando referéndums y luego firmando tratados de entrada en la Federación Rusa con los cuatro ex oblasts de Ucrania, que luego fueron enviados a la Duma estatal para su ratificación, seguido por el Consejo de la Federación, luego, nuevamente para la firma y verificación por parte de Putin. Mientras Ucrania lanza sus refuerzos de verano a la lucha, Putin parece estar sumido en el papeleo y en el procedimiento. Los tratados, incluso, fueron revisados por el tribunal constitucional ruso y se establecieron plazos para poner fin a la “hryvnia” ucraniana como moneda de curso legal y reemplazarla por el rublo.

Este es un espectáculo extraño. Putin se abre camino a través de las aburridas legalidades de la anexión, aparentemente, sordo al coro que le grita que su guerra está al borde del fracaso total. La calma implacable que irradia -al menos públicamente- desde el Kremlin parece contradecir los acontecimientos en el frente.

Entonces, ¿qué está pasando realmente aquí? ¿Está Putin, realmente, tan alejado de los acontecimientos sobre el terreno que no se da cuenta de que su ejército está siendo derrotado? ¿Está planeando usar armas nucleares en un ataque de ira? ¿O podría ser esto, como dice Clausewitz, la mera continuación de la política por otros medios?

Guerra expedicionaria

De todas las afirmaciones fantasmagóricas que se han hecho sobre la guerra ruso-ucraniana, pocas son tan difíciles de creer como la afirmación de que Rusia pretendía conquistar Ucrania con menos de 200.000 hombres. De hecho, una verdad central de la guerra que los observadores, simplemente, deben comprender es el hecho de que el ejército ruso ha sido superado en número desde el primer día, a pesar de que Rusia tiene una enorme ventaja demográfica sobre la propia Ucrania. Sobre el papel, Rusia ha comprometido una fuerza expedicionaria de menos de 200.000 hombres, aunque, por supuesto, esa cantidad total no ha estado, de última, en el frente en tareas de combate.

El despliegue de una fuerza ligera está relacionado con el modelo de servicio militar bastante único de Rusia, que ha combinado «soldados profesionales», el núcleo profesional del ejército, con un grupo de reservistas que se genera con una ola de reclutamiento anual. En consecuencia, Rusia tiene un modelo militar de dos niveles, con una fuerza profesional de clase mundial y un gran grupo de cuadros de reserva a los que se puede apelar, aumentado con fuerzas auxiliares como BARS (voluntarios), chechenos y la milicia LNR-DNR.

Este modelo de servicio mixto de dos niveles refleja, de alguna manera, la esquizofrenia geoestratégica que asoló a la Rusia post soviética. Rusia es un país enorme con compromisos de seguridad potencialmente colosales  que abarcan a todo el continente y que heredó el legado soviético de masa. Ningún país ha demostrado jamás una capacidad de movilización en tiempo de guerra a una escala comparable a la de la URSS. La transición de un esquema de movilización soviética a una fuerza preparada más pequeña, más ágil y profesional fue parte integral del régimen de austeridad neoliberal de Rusia durante gran parte de los años de Putin.

Es importante entender que la movilización militar, como tal, es también una forma de movilización política. La fuerza profesional lista requería de un nivel bastante bajo de consenso político y aceptación por parte de la mayor parte de la población rusa. Esta fuerza profesional rusa aún puede lograr mucho, militarmente hablando: puede destruir instalaciones militares ucranianas, causar estragos con la artillería, abrirse camino en las aglomeraciones urbanas en el Donbass y destruir gran parte del potencial bélico propio de Ucrania. Sin embargo, no puede librar una guerra continental de varios años contra un enemigo que lo supera en número por lo menos de cuatro a uno y que se sostiene con inteligencia, mando y control y material que está más allá de su alcance inmediato, especialmente, si las reglas de empeñamiento es evitar que se golpeen las arterias vitales del enemigo.

Se necesita más despliegue de fuerzas. Rusia debe trascender al ejército de austeridad neoliberal. Tiene la capacidad material para movilizar las fuerzas necesarias: tiene muchos millones en su grupo de reservistas, enormes inventarios de equipos y una capacidad de producción autóctona respaldada por los recursos naturales y el potencial de producción del bloque euroasiático que ha cerrado filas a su alrededor. Pero recuerde: la movilización militar es, también, una movilización política.

La Unión Soviética fue capaz de movilizar a decenas de millones de jóvenes para debilitar, inundar y, eventualmente, aniquilar al ejército de tierra alemán porque manejaba dos poderosos instrumentos políticos. El primero fue el poder impresionante y de gran alcance del Partido Comunista con sus órganos siempre presentes. La segunda era la verdad: los invasores alemanes habían llegado con intenciones genocidas (Hitler en un momento pensó que Siberia podría convertirse en una reserva eslava para los sobrevivientes y que podría ser bombardeada, periódicamente, para recordarles quién estaba a cargo).

Putin carece de un órgano coercitivo tan poderoso como el Partido Comunista, que tenía un poder material asombroso y una ideología convincente que prometía abrir un camino acelerado hacia la modernidad no capitalista. De hecho, ningún país tiene hoy un aparato político como esa espléndida máquina comunista, salvo quizás China y Corea del Norte. Por lo tanto, en ausencia de una palanca directa para crear una movilización política y, por lo tanto, militar; Rusia debe encontrar una ruta alternativa para crear un consenso político para librar una forma superior de guerra.

Esto ahora se ha logrado, cortesía de la rusofobia occidental y la inclinación de Ucrania por la violencia. Está en marcha una transformación sutil, pero profunda del cuerpo sociopolítico ruso.

Crear consenso

Putin y quienes lo rodeaban concibieron la guerra ruso-ucraniana en términos existenciales desde el principio. Sin embargo, es poco factible que la mayoría de los rusos entendieran esto. En cambio, probablemente, vieron la guerra de la misma manera que los estadounidenses vieron la guerra en Irak y Ucrania: como una empresa militar justificada que, sin embargo, era simplemente una tarea tecnocrática para los militares profesionales; difícilmente una cuestión de vida o muerte para la nación. Dudo mucho que algún estadounidense haya creído alguna vez que el destino de la nación dependía de la guerra en Afganistán (los estadounidenses no han librado una guerra existencial desde 1865) y, a juzgar por la crisis de reclutamiento que afecta al ejército estadounidense, no parece que nadie perciba una genuina amenaza existencial extranjera.

Lo que ha sucedido en los meses posteriores al 24 de febrero es bastante notable. La guerra existencial por la nación rusa se ha encarnado y se ha hecho realidad para los ciudadanos rusos. Las sanciones y la propaganda antirrusa que demoniza a toda la nación como «orcos» han unido incluso a los rusos, inicialmente, escépticos de la guerra y el índice de aprobación de Putin se ha disparado. Una suposición occidental central es que los rusos se volverían contra el gobierno, se ha revertido. Los videos que muestran la tortura de prisioneros de guerra rusos por ucranianos furiosos, de soldados ucranianos llamando a madres rusas para decirles, burlonamente, que sus hijos están muertos, de niños rusos asesinados por bombardeos en Donetsk, han servido para validar la afirmación implícita de Putin de que Ucrania es un Estado poseído por demonios que debe ser exorcizado con explosivos de alta potencia. En medio de todo esto, útilmente, desde la perspectiva de Alexander Dugin y de sus neófitos, los pseudointelectuales estadounidenses “Blue Checks” (1) se han babeado, públicamente, sobre la perspectiva de “descolonizar y desmilitarizar” Rusia, lo que claramente implica el desmembramiento del Estado ruso y la partición de su territorio. El gobierno de Ucrania (en tuits ahora eliminados) afirmó, públicamente, que los rusos son propensos a la barbarie porque son una raza mestiza con mezcla de sangre asiática.

Simultáneamente, Putin ha avanzado hacia su proyecto de anexión formal del antiguo borde oriental de Ucrania y, finalmente, lo ha logrado. Esto, también, ha transformado legalmente la guerra en una lucha existencial. Los nuevos avances ucranianos en el este son ahora, a los ojos del Estado ruso, un asalto al territorio soberano ruso y un intento de destruir la integridad del Estado ruso. Encuestas recientes muestran que una gran mayoría de rusos apoya la defensa de estos nuevos territorios a toda costa.

Todos los dominios ahora se alinean. Putin y compañía concibieron esta guerra desde el principio como una lucha existencial para Rusia, para expulsar de su puerta a un Estado títere antirruso y derrotar una incursión hostil en el espacio de la civilización rusa. La opinión pública ahora está cada vez más de acuerdo con esto (las encuestas muestran que la desconfianza rusa hacia la OTAN y los “valores occidentales” se han disparado) y el marco legal posterior a la anexión, también, lo reconoce. Los dominios ideológico, político y legal, ahora, están unidos en la visión de que Rusia está luchando por su propia existencia en Ucrania. La unificación de las dimensiones técnicas, ideológicas, políticas y legales fue, hasta hace unos momentos, descrita por el jefe del partido comunista de Rusia, Gennady Zyuganov:

“Entonces, el presidente firmó decretos sobre la admisión de las regiones de DPR, LPR, Zaporozhye y Kherson en Rusia. Las naves están quemadas. Lo que estaba claro desde el punto de vista moral y estatal ahora se ha convertido en un hecho legal: en nuestra tierra hay un enemigo, mata y mutila a los ciudadanos de Rusia. El país exige la acción más decisiva para proteger a los compatriotas. El tiempo no espera”.

Se ha logrado un consenso político para una mayor movilización y para una mayor intensidad. Ahora todo lo que queda es la implementación de este consenso en el mundo material de puños y de botas, de balas y corazas, sangre y acero.

Una breve historia sobre la generación de fuerzas militares

Una de las peculiaridades de la historia europea es el grado, verdaderamente, impactante en el que los romanos se adelantaron a su tiempo en la esfera de la movilización militar. Roma conquistó el mundo, en gran parte, porque tenía una capacidad de movilización verdaderamente excepcional, generando durante siglos altos niveles de participación militar masiva de la población masculina de Italia. César llevó a más de 60.000 hombres a la batalla de Alesia cuando conquistó la Galia, una generación de fuerza que no sería igualada durante siglos en el mundo post romano.

Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, la capacidad estatal en Europa se deterioró rápidamente. La autoridad real tanto en Francia como en Alemania se redujo a medida que la aristocracia y las autoridades urbanas crecían en poder. A pesar del estereotipo de la monarquía despótica, el poder político en la Edad Media estaba muy fragmentado y los impuestos y la movilización estaban muy localizados. Se perdió la capacidad romana para movilizar grandes ejércitos que estaban controlados y financiados centralmente, y la guerra se convirtió en el dominio de una clase de lucha limitada: la pequeña nobleza o los caballeros.

En consecuencia, los ejércitos europeos medievales eran sorprendentemente pequeños. En batallas fundamentales entre Inglaterra y Francia, como Agincourt y Crecy, los ejércitos ingleses eran menos de 10.000 y los franceses no más de 30.000. La histórica batalla mundial de Hastings, que selló la conquista normanda de Gran Bretaña, enfrentó a dos ejércitos de menos de 10.000 hombres entre sí. La Batalla de Grunwald, en la que una coalición polaco-lituana derrotó a los Caballeros Teutónicos, fue una de las batallas más grandes de la Europa medieval y todavía presentaba dos ejércitos que sumaban como máximo 30.000.

Los poderes de movilización europeos y la capacidad estatal eran, sorprendentemente, bajos en comparación con otros Estados del mundo. Los ejércitos chinos se contaban, habitualmente, en unos pocos cientos de miles y los mongoles, incluso con una sofisticación burocrática significativamente menor, podían desplegar 80.000 hombres.

La situación comenzó a cambiar, radicalmente, a medida que se intensificaba la competencia militar -en particular, la salvaje guerra de los Treinta Años- que obligó a los Estados europeos a, finalmente, comenzar un cambio hacia la capacidad estatal centralizada. El modelo de movilización militar pasó por fin del sistema de servidores, en el que una pequeña clase militar autofinanciada prestaba el servicio militar, al estado militar fiscal, en el que los ejércitos se formaban, financiaban, dirigían y sostenían a través de los sistemas fiscal-burocráticos de gobiernos centralizados.

Durante el inicio del período moderno, los modelos de servicio militar adquirieron una mezcla única de reclutamiento, del servicio profesional y del sistema de servidores. La aristocracia continuó brindando el servicio militar en el cuerpo de oficiales emergente, mientras que el servicio militar obligatorio y el reclutamiento se utilizaron para completar las filas. Cabe destacar, sin embargo, que los reclutas fueron incluidos en períodos de servicio muy largos. Esto reflejaba las necesidades políticas de la monarquía en la era del absolutismo. El ejército no era un foro para la participación política popular dentro del régimen; era un instrumento para que el régimen se defendiera tanto de los enemigos extranjeros como de los campesinos sublevados. Por lo tanto, los reclutas no fueron reincorporados a la sociedad. Era necesario convertir al ejército en una clase social distinta con algún elemento de lejanía de la población en general; éste era una institución militar profesional que servía como baluarte interno del régimen.

El ascenso de los regímenes nacionalistas y la política de masas permitió que el tamaño de los ejércitos aumentara mucho más. Los gobiernos de finales del siglo XIX, ahora, tenían menos que temer de sus propias poblaciones que las monarquías absolutas del pasado; esto cambió la naturaleza del servicio militar y, finalmente, devolvió a Europa al sistema que tenían los romanos en los milenios pasados. El servicio militar era, ahora, una forma de participación política masiva, lo que permitía que los reclutas fueran llamados, entrenados y rotados de regreso a la sociedad; el sistema de cuadros de reserva que caracterizó a los ejércitos en ambas guerras mundiales.

En suma, el ciclo de los sistemas de movilización militar en Europa es un espejo del sistema político. Los ejércitos eran muy pequeños durante la era en la que había poca o ninguna participación política masiva con el régimen. Roma envió grandes ejércitos porque había una aceptación política significativa y una identidad cohesiva bajo la forma de la ciudadanía romana. Esto permitió a Roma generar una alta participación militar, incluso en la era republicana donde el Estado romano era muy pequeño y burocráticamente pobre. La Europa medieval tenía una autoridad política fragmentada y un sentido, extremadamente, bajo de identidad política cohesiva y, en consecuencia, sus ejércitos eran sorprendentemente pequeños. Los ejércitos comenzaron a crecer en tamaño, nuevamente, a medida que crecía el sentido de identidad nacional y de participación y no es coincidencia que la guerra más grande de la historia, la guerra nazi-soviética, se librara entre dos regímenes que tenían ideologías totalitarias que generaron un nivel extremadamente alto de participación política.

Eso nos lleva al día de hoy. En el siglo XXI, con su interconexión y abrumadora disponibilidad tanto de información como de desinformación, el proceso de generar una participación política masiva y, por lo tanto militar, es mucho más matizado. Ningún país maneja una visión utópica totalizadora y es indiscutible que el sentido de cohesión nacional es, significativamente, menor ahora que hace cien años.

Putin, simplemente, no podría haber llevado a cabo una movilización a gran escala al comienzo de la guerra. No poseía ni un mecanismo coercitivo ni la amenaza manifiesta para generar apoyo político masivo. Pocos rusos habrían creído que había alguna amenaza existencial acechando en la sombra: necesitaban ser mostradas y Occidente no lo ha defraudado. Del mismo modo, pocos rusos, probablemente, habrían apoyado la destrucción de la infraestructura y los servicios públicos urbanos de Ucrania en los primeros días de la guerra. Pero ahora, la única crítica vocal a Putin dentro de Rusia está del lado de una mayor escalada. El problema con Putin, desde la perspectiva rusa, es que no ha ido lo suficientemente lejos. En otras palabras, la política de masas ya se ha adelantado al gobierno, lo que hace que la movilización y la escalada sean políticamente triviales. Sobre todo, debemos recordar que la máxima de Clausewitz sigue siendo cierta. La situación militar es, simplemente, un subconjunto de la situación política y la movilización militar, también, es una movilización política, una manifestación de la participación política de la sociedad en el Estado.

Tiempo y espacio

La fase ofensiva de Ucrania continúa en múltiples frentes. Están avanzando hacia el norte de Lugansk y después de semanas de golpearse la cabeza contra una pared en Kherson, finalmente, lograron avances territoriales. Sin embargo, hoy mismo, Putin dijo que es necesario realizar exámenes médicos a los niños en las provincias recién admitidas y reconstruir los patios de las escuelas. ¿Qué está pasando? ¿Está totalmente desvinculado de los acontecimientos del frente?

En realidad, solo hay dos formas de interpretar lo que está sucediendo. Uno es el giro occidental: el ejército ruso está derrotado y agotado y está siendo expulsado del campo. Putin está trastornado, sus comandantes son incompetentes y la única carta que le queda a Rusia por jugar es arrojar reclutas borrachos y sin entrenamiento a la picadora de carne.

La otra es la interpretación que he defendido, que Rusia se está concentrando para una escalada y ofensiva de invierno y que ,actualmente,  está involucrada en un comercio calculado en el que ceden espacio a cambio de tiempo y de bajas ucranianas. Rusia continúa retirándose donde las posiciones están comprometidas operativamente o se enfrentan a un número abrumador de ucranianos; por lo tienen mucho cuidado de sacar sus fuerzas bajo peligro operacional. En Lyman, donde Ucrania amenazó con rodear la guarnición, Rusia comprometió reservas móviles para desbloquear la aldea y asegurar la retirada de la guarnición. El “cerco” de Ucrania se evaporó y el Ministerio del Interior ucraniano se vio, extrañamente, obligado a twittear (y luego borrar) videos de vehículos civiles destruidos como “prueba” de que las fuerzas rusas habían sido aniquiladas.

Es probable que Rusia continúe retrocediendo en las próximas semanas, retirando unidades intactas bajo su paraguas de artillería y de apoyo aéreo; agotando las existencias de equipos pesados ​​ucranianos y desgastando a su personal. Mientras tanto, nuevos equipos continúan reuniéndose en Belgorod, Zaporizhia y Crimea. Mi expectativa sigue siendo la misma: retirada rusa episódica hasta que el frente se estabilice, aproximadamente, a fines de octubre, seguida de una pausa operativa hasta que el suelo se congele, para dar paso a una escalada y a una ofensiva de invierno por parte de Rusia una vez que haya terminado de acumular suficientes unidades.

Hay una calma espeluznante que irradia del Kremlin. La movilización está en marcha: 200.000 hombres están actualmente realizando un entrenamiento de actualización en los campos de tiro de Rusia. Los trenes cargados de equipo militar continúan inundando el puente de Kerch; pero la ofensiva de Ucrania avanza sin que se vean refuerzos rusos en el frente. Llama la atención la desconexión entre el estoicismo del Kremlin y el deterioro del frente. Tal vez Putin y todo el estado mayor ruso son, realmente, negligentes criminales; tal vez,  las reservas rusas realmente no son más que un montón de borrachos. Quizá no haya ningún plan.

O tal vez, los hijos de Rusia volverán a responder al llamado de la patria, como lo hicieron en 1709, en 1812 y en 1941.

Mientras los lobos merodean una vez más delante de su guarida; el viejo oso se levanta de nuevo para luchar.

Traducción y notas: Carlos Pissolito

Notas:

(1) Según la plataforma de redes sociales, se usa una marca de «Blue mark» (verificación azul) para que las personas sepan que una cuenta de «interés público» es auténtica. Esto generalmente incluye cuentas mantenidas por usuarios en música, actuación, moda, gobierno, política, religión, periodismo, medios, deportes, negocios y otras áreas de interés.

Fuente https://espacioestrategico.blogspot.com/2022/10/la-politica-por-otros-medios-putin-y.html 

Hace ocho años un sólido y previsor artículo escrito en Londres y publicado por The Guardian, alertaba como Washington arrastraba a Europa a la Guerra en Ucrania Dossier Geopolitico

El papel de Washington en Ucrania y su respaldo a los neonazis del régimen tiene enormes implicaciones para el resto del mundo.

Paquete de comidas listas para comer de EE. UU. en Ucrania
 Un activista prorruso con un casquillo y un paquete de comida fabricado en EE. UU. que cayó de un APC del ejército ucraniano en un ataque a una barricada el 3 de mayo en Andreevka, Ucrania. Fotografía: Scott Olson/Getty

Martes 13 de mayo de 2014

W¿Por qué toleramos la amenaza de otra guerra mundial en nuestro nombre? ¿Por qué permitimos mentiras que justifican este riesgo? La escala de nuestro adoctrinamiento, escribió Harold Pinter , es un «acto de hipnosis brillante, incluso ingenioso y muy exitoso», como si la verdad «nunca sucediera, incluso mientras sucedía».

Cada año, el historiador estadounidense William Blum publica su «resumen actualizado del historial de la política exterior de Estados Unidos» que muestra que, desde 1945, Estados Unidos ha tratado de derrocar a más de 50 gobiernos, muchos de ellos elegidos democráticamente; interfirió gravemente en elecciones en 30 países; bombardeó a la población civil de 30 países; armas químicas y biológicas usadas; e intentó asesinar a líderes extranjeros.

En muchos casos Gran Bretaña ha sido un colaborador. El grado de sufrimiento humano, por no hablar de la criminalidad, es poco reconocido en Occidente, a pesar de la presencia de las comunicaciones más avanzadas del mundo y el periodismo nominalmente más libre. Que las víctimas más numerosas del terrorismo –“nuestro” terrorismo– sean musulmanes, es indecible. Que el yihadismo extremo, que desembocó en el 11 de septiembre, se nutrió como arma de la política angloamericana ( Operación Ciclón en Afganistán) es reprimido. En abril, el Departamento de Estado de EE. UU. señaló que, tras la campaña de la OTAN en 2011, » Libia se ha convertido en un refugio seguro para terroristas «.

El nombre de «nuestro» enemigo ha cambiado a lo largo de los años, de comunismo a islamismo, pero generalmente es cualquier sociedad independiente del poder occidental y que ocupa territorio estratégicamente útil o rico en recursos, o que simplemente ofrece una alternativa a la dominación estadounidense. Los líderes de estas naciones obstructivas suelen ser violentamente apartados, como los demócratas Muhammad Mossedeq en Irán , Arbenz en Guatemala y Salvador Allende en Chile , o son asesinados como Patrice Lumumba en la República Democrática del Congo. Todos están sujetos a una campaña de vilipendio en los medios occidentales: piense en Fidel Castro, Hugo Chávez, ahora Vladimir Putin.

El papel de Washington en Ucrania es diferente solo en sus implicaciones para el resto de nosotros. Por primera vez desde los años de Reagan, Estados Unidos amenaza con llevar al mundo a la guerra. Ahora que Europa del Este y los Balcanes son puestos militares de la OTAN, el último «estado tapón» fronterizo con Rusia, Ucrania, está siendo destrozado por las fuerzas fascistas desatadas por EE. UU. y la UE. En occidente ahora respaldamos a los neonazis en un país donde los nazis ucranianos respaldaron a Hitler.

Habiendo planeado el golpe de estado en febrero contra el gobierno elegido democráticamente en Kiev, la incautación planeada por Washington de la histórica y legítima base naval de aguas cálidas de Rusia en Crimea fracasó. Los rusos se defendieron, como lo han hecho contra todas las amenazas e invasiones del oeste durante casi un siglo.

Pero el cerco militar de la OTAN se ha acelerado, junto con los ataques orquestados por Estados Unidos contra personas de etnia rusa en Ucrania. Si se puede provocar a Putin para que acuda en su ayuda, su papel predeterminado de «paria» justificará una guerra de guerrillas dirigida por la OTAN que probablemente se extienda a la propia Rusia.

En cambio, Putin ha confundido a la parte de la guerra al buscar un arreglo con Washington y la UE, al retirar las tropas rusas de la frontera con Ucrania e instar a los rusos étnicos en el este de Ucrania a abandonar el provocativo referéndum del fin de semana . Estas personas bilingües y de habla rusa, un tercio de la población de Ucrania, han buscado durante mucho tiempo una federación democrática que refleje la diversidad étnica del país y que sea tanto autónoma de Kiev como independiente de Moscú. La mayoría no son ni «separatistas» ni «rebeldes», como los llaman los medios occidentales, sino ciudadanos que quieren vivir seguros en su patria.

Al igual que las ruinas de Irak y Afganistán, Ucrania se ha convertido en un parque temático de la CIA, dirigido personalmente por el director de la CIA, John Brennan, en Kiev, con docenas de «unidades especiales» de la CIA y el FBI que establecen una «estructura de seguridad» que supervisa ataques salvajes. ataques a quienes se opusieron al golpe de febrero. Mire los videos, lea los informes de los testigos presenciales de la masacre en Odessa este mes. Matones fascistas transportados en autobuses incendiaron la sede del sindicato , matando a 41 personas atrapadas en su interior. Mira a la policía esperando.Anuncio publicitario

Un médico describió haber intentado rescatar a la gente, «pero los radicales pro-nazis pro-ucranianos me detuvieron. Uno de ellos me empujó bruscamente, prometiéndome que pronto yo y otros judíos de Odessa correremos la misma suerte. Lo que ocurrió ayer no funcionó». Ni siquiera tuvo lugar durante la ocupación fascista en mi ciudad en la Segunda Guerra Mundial. Me pregunto por qué todo el mundo guarda silencio». [ver nota al pie]

Los ucranianos de habla rusa luchan por sobrevivir. Cuando Putin anunció la retirada de las tropas rusas de la frontera, el secretario de defensa de la junta de Kiev, Andriy Parubiy, miembro fundador del partido fascista Svoboda, se jactó de que continuarían los ataques contra los «insurgentes». Al estilo orwelliano, la propaganda en Occidente ha invertido esto en Moscú » tratando de orquestar el conflicto y la provocación «, según William Hague. Su cinismo es igualado por las grotescas felicitaciones de Obama a la junta golpista por su » notable moderación » después de la masacre de Odessa. La junta, dice Obama, es «debidamente elegida». Como dijo una vez Henry Kissinger : «Lo que cuenta no es la verdad, sino lo que se percibe como verdad».

En los medios estadounidenses, la atrocidad de Odessa ha sido minimizada como «turbia» y una «tragedia» en la que los «nacionalistas» (neo-nazis) atacaron a los «separatistas» (personas que recolectan firmas para un referéndum sobre una Ucrania federal). El Wall Street Journal de Rupert Murdoch condenó a las víctimas: » Incendio mortal en Ucrania probablemente provocado por rebeldes, dice el gobierno «. La propaganda en Alemania ha sido pura guerra fría, con el Frankfurter Allgemeine Zeitung advirtiendo a sus lectores sobre la «guerra no declarada» de Rusia. Para los alemanes, es una ironía conmovedora que Putin sea el único líder que condene el ascenso del fascismo en la Europa del siglo XXI.

www.johnpilger.com

Una perogrullada popular es que «el mundo cambió» después del 11 de septiembre. Pero, ¿qué ha cambiado? Según el gran denunciante Daniel Ellsberg , se ha producido un golpe silencioso en Washington y ahora gobierna un militarismo desenfrenado. El Pentágono actualmente ejecuta «operaciones especiales» (guerras secretas) en 124 países. En casa, el aumento de la pobreza y la pérdida de la libertad son el corolario histórico de un estado de guerra perpetua. Agregue el riesgo de una guerra nuclear y la pregunta es: ¿por qué toleramos esto?

La siguiente nota al pie se agregó el 16 de mayo de 2014: La cita de un médico que dice que fue «detenido por radicales nazis pro-ucranianos» era de una cuenta en una página de Facebook que posteriormente se eliminó.

Fuente

https://www.theguardian.com/commentisfree/2014/may/13/ukraine-us-war-russia-john-pilger