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Cumbres borrascosas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein especial para Dossier Geopolitico

El título de este artículo alude a una extraordinaria novela escrita por Emily Brontë a mediados del siglo XIX y que, en muchas ocasiones, ha sido adaptada para cine y televisión. Yo vi la versión de 1992 dirigida por Peter Kosminsky.

El título de la novela vino a mi mente cuando me propuse reflexionar acerca del resultado de una serie de reuniones realizadas en fechas recientes del año en curso y que han significado una verdadera tormenta para la existencia y funcionamiento del sistema internacional. Son ellas las cumbres del grupo BRICS realizada en Sudáfrica en agosto, las del G-20 en India y del G77+ China en Cuba, en septiembre. Y agregaría el Foro Económico del Extremo Oriente, realizado en la ciudad rusa de Vladivostok durante el mismo mes. En menos de dos meses se ha estremecido los cimientos del sistema internacional atlantista y eurocéntrico.

La reunión anual de 2023 del grupo BRICS rompió definitivamente el oscurantismo mediático que acompañaba estas sesiones. Ya no fue posible ocultar ante el mundo una asociación de 5 Estados a la que desean incorporarse alrededor de 40 países del llamado “Sur Global” ante el avasallador avance de esta agrupación que ha ido ganando fuerza como contrapeso al orden financiero y político occidental.

En este momento (antes de la incorporación el 1° de enero de 2024 de seis nuevos países), los BRICS ya representan el 41% de la población, el 31,5% del producto interno bruto (PIB) y el 16% del comercio del mundo. Eso le ha permitido establecer una agenda distinta a la de Occidente como ha quedado en evidencia con el apoyo a Rusia para enfrentar las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.

La gran demanda que hoy existe para unirse al bloque, es una demostración de la influencia de esta nueva fuerza geopolítica que posee el potencial para desafiar el sistema liderado por Occidente. Una fuerza que tendría al frente a la segunda potencia mundial, China que junto a Rusia esperan liderizar a la comunidad internacional hacia un mundo más justo, equitativo y participativo.

Lo dijo el presidente Xi Jinping al despedirse de su homólogo ruso al finalizar su visita de Estado a ese país en marzo: “Se están produciendo cambios que no hemos visto en cien años y somos nosotros quienes lo estamos liderando juntos”. Lo reiteró el pasado lunes 18 el canciller chino Wang Yi al iniciar su visita a Moscú: «Estamos dispuestos a velar junto con Rusia por la formación de un mundo multipolar y un orden mundial más justo». Estas declaraciones no dejan espacio para dudas con relación a cuál es el objetivo final.

Sólo unos días después de la reunión de Johannesburgo, durante la segunda semana de septiembre se realizó con gran éxito para India la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Contrario a los intereses occidentales, el cónclave evitó “ucranizar” la cita. La declaración final aprobada por consenso expuso otros temas de interés planetario como la alimentación, el clima y la energía, la necesidad de reformar las instituciones financieras internacionales, la transformación digital y la política macroeconómica.

Vale destacar fue la aceptación de la importancia de los objetivos de desarrollo definidos como estratégicos por el Sur Global, sobre todo en relación con el reforzamiento del papel que deben jugar los países en desarrollo en el ámbito económico mundial y en la necesidad de que los países desarrollados cumplan las obligaciones financieras acordadas que establecen la necesidad de destinar cien mil millones de dólares anuales para luchar contra el cambio climático. La inclusión de la Unión Africana en el G-20 como miembro permanente fue una decisión histórica.

Rusia y otros países que han pugnado por despolitizar los debates en esta instancia para tener capacidad de dar respuesta a estos problemas que enfrenta la mayoría de la población mundial, lograron paralizar los intentos occidentales de transformar el evento en una discusión sobre la situación en Ucrania. El cónclave estableció con precisión que    existe una multiplicidad de conflictos armados en el planeta, haciendo un llamado a su arreglo pacífico mediante el diálogo y los esfuerzos diplomáticos sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de la ONU en su totalidad. Una vez más el fracaso de Estados Unidos y sus aliados fue patente.

Por otra parte, durante el mismo mes se realizó el Foro Económico Oriental en la ciudad de Vladivostok, ubicada en el extremo oriental de Rusia. Este espacio es “una plataforma internacional clave para crear y estrechar lazos entre la comunidad inversora rusa y la mundial, así como para llevar a cabo una evaluación exhaustiva del potencial económico del Lejano Oriente ruso”. En la misma participaron alrededor de 7.000 representantes de más de 50 países. Según el portal RT el año pasado, en el evento se firmaron documentos por un valor de casi 34.000 millones de dólares incluidos convenios sobre proyectos de infraestructuras y transporte, desarrollo de grandes yacimientos, así como en los sectores de la construcción, la industria y la agricultura.

El intercambio comercial entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacíficocreció un 13,7% el año pasado, mientras que durante los primeros seis meses de este año se incrementó otro 18,3%. Durante su discurso en el cónclave, el presidente Putin planteó con claridad que el desarrollo del Lejano Oriente ruso es una «prioridad estratégica para todo el siglo XXI». Este evento y los acuerdos firmados exponen un mentís a la idea publicitada por los medios transnacionales de la desinformación que hablan del “aislamiento” de Rusia y la crisis de su economía.

Putin exteriorizó la idea de que estaba naciendo “un nuevo modelo de cooperación” a nivel global que no se basa en los patrones occidentales, explicando que estos cambios se producen debido a «la destrucción del sistema financiero» por parte de Occidente. Ello ha conducido -según el presidente ruso- a que cada vez más países muestren su disposición a cooperar bajo el nuevo modelo.

Finalmente, también durante este mes, se realizó en Cuba la cumbre del Grupo 77+China, agrupación formada por 134 países de Asia, África y América, que representan el 80% de la población mundial y dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.

Este evento ha sido considerado una cita de los países del sur que han sido golpeados y maltratados por el injusto sistema internacional hegemonizado por Occidente. Especial importancia cobró que la reunión se celebrara en Cuba, país que durante más de 60 años ha sido bloqueado y multi sancionado por Estados Unidos. En el evento se denunció con mucha persistencia las políticas de bloqueo, injusticia, colonialismo, empobrecimiento, sanciones, marginación, explotación y racismo que estos pueblos han sufrido en diversas formas.

Contrario a lo que transmiten los medios transnacionales de la desinformación, la cumbre ha dejado claro que es Estados Unidos, Europa y eso que han denominado su “Comunidad internacional”, la que se encuentra aislada de la mayor parte de la humanidad que busca otros caminos y señala otros derroteros en la ruta de defender los valores de justicia y bienestar.

El evento enfatizó en que es necesario construir un enfoque diferente para tratar los elementos fundamentales del desarrollo científico, cognitivo y tecnológico, para que, de esta manera se pueda avanzar y lograr “un valor añadido, alcanzar justicia e igualdad de condiciones y eliminar de una vez por todas, la arrogancia, discriminación, hegemonía y las guerras impuestas por el Norte”.

En la reunión se impuso la lógica que estableció en su discurso Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba cuando dijo que: “No somos países pobres sino empobrecidos y privados de la tecnología y la ciencia para que sigamos siendo marginales y facilitar que los países del Norte saqueen nuestros recursos humanos y riquezas”.

Como presidente del Grupo, Díaz-Canel llamó a la construcción de un orden global justo y sostenible que permita a la mayoría de estos países salir de las crisis que les han sido impuestas. Para ello, propuso centrarse de manera participativa y colectiva en el desarrollo de recursos científicos, la innovación y el fortalecimiento de las capacidades científicas y cognitivas para lograr el desarrollo sostenible.

En su intervención ante el evento y de forma sorpresiva, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se plegó al clamor mundial al afirmar que es fundamental cambiar tanto el orden internacional como sus instituciones, creados tras la Segunda Guerra Mundial, para que “reflejen las realidades actuales”.

Guterres agregó que: “Necesitamos una acción global (…) para construir un sistema internacional que defienda los Derechos Humanosy trabaje en beneficio de sus intereses en todos los niveles. Y eso requiere que el G77+China utilicen su voz para luchar por un mundo que funcione para todos”.

Contrario a su postura tradicional, Guterres aseguró que el objetivo fundamental debería ser construir “instituciones multilaterales fuertes y eficaces”, ya que muchas de ellas, especialmente el Consejo de Seguridad de la ONU y las creadas a partir de los acuerdos de Bretton Woods, “reflejan una época pasada” y no la actual.

Parecía increíble, pero el diplomático portugués expresó con firmeza que: “La voz del G77+China siempre será esencial en Naciones Unidas. Y cuento con este grupo, que durante mucho tiempo ha sido defensor del multilateralismo, para dar un paso al frente, utilizar su poder y luchar”.

Así, vistas en su conjunto las reuniones cumbres de los dos últimos meses han mostrado a una humanidad que pareciera trazar un rumbo distinto al que le ha tocado vivir en los últimos 80 años, marcados por el dominio, la imposición, el chantaje y la amenaza permanente que significa la hegemonía atlantista de Estados Unidos y Europa.

X: @sergioro0701

Por M.K.Bhadrakumar  17 de setiembre

La guerra terrestre en Ucrania ha llegado a su fin y comienza una nueva fase. Incluso los partidarios acérrimos de Ucrania en los medios de comunicación y los think tanks occidentales están admitiendo que una victoria militar sobre Rusia es imposible y que abandonar el territorio bajo control ruso está mucho más allá de la capacidad de Kiev.

De ahí el ingenio de la Administración Biden para explorar el Plan B, aconsejando a Kiev que sea realista sobre la pérdida de territorio y busque pragmáticamente el diálogo con Moscú. Este fue el amargo mensaje que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, transmitió recientemente en persona a Kiev. 

Pero la reacción cáustica del presidente Zelensky en una entrevista posterior con la revista The Economist es reveladora. Respondió que los líderes occidentales todavía hablan bien, prometiendo que apoyarán a Ucrania “mientras sea necesario” (mantra de Biden), pero él, Zelensky, ha detectado un cambio de humor entre algunos de sus socios: “Yo tienen esta intuición, leen, escuchan y ven sus ojos [cuando dicen] ‘siempre estaremos contigo’. Pero veo que él o ella no está aquí, no con nosotros”. Ciertamente, Zelensky está interpretando correctamente el lenguaje corporal, ya que, a falta de un éxito militar abrumador en breve, el apoyo occidental a Ucrania es de tiempo limitado.

Zelensky sabe que será difícil mantener el apoyo occidental. Sin embargo, espera que, si no los estadounidenses, la Unión Europea al menos siga suministrando ayuda y pueda iniciar negociaciones sobre el proceso de adhesión de Ucrania, posiblemente incluso en su cumbre de diciembre. Pero también lanzó una amenaza velada de amenaza terrorista a Europa, advirtiendo que no sería una “buena historia” para Europa si “arrinconara a esta gente [de Ucrania]”. Hasta ahora, esas siniestras amenazas fueron silenciadas y procedían de activistas de bajo rango de la franja fascista de Bandera.

Pero Europa también tiene sus límites. Los arsenales occidentales de armas están agotados y Ucrania es un pozo sin fondo. Es importante destacar que falta convicción sobre si la continuidad de los suministros haría alguna diferencia en la guerra por poderes que es imposible de ganar. Además, las economías europeas están estancadas; la recesión en Alemania puede derivar en depresión, con profundas consecuencias de “desindustrialización”. 

Baste decir que la visita de Zelensky a la Casa Blanca en los próximos días se convierte en un momento decisivo. La Administración Biden está de mal humor porque la guerra por poderes está obstaculizando una estrategia a toda velocidad en el Indo-Pacífico contra China. Sin embargo, durante una aparición en el programa This Week de ABC, Blinken declaró explícitamente por primera vez que Estados Unidos no se opondría a que Ucrania utilice misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos para atacar profundamente dentro del territorio ruso, una medida que Moscú ha llamado anteriormente una “línea roja”. ”, lo que convertiría a Washington en parte directa en el conflicto. 

El conocido historiador militar, pensador estratégico y veterano de combate estadounidense, coronel (retirado) Douglas MacGregor (quien sirvió como asesor del Pentágono durante la administración Trump), es profético cuando dice que se avecina una nueva “fase de la guerra de Biden”. a punto de empezar. Es decir, al quedarse sin fuerzas terrestres, el foco ahora cambiará a armas de ataque de largo alcance como Storm Shadow, Taurus,   misiles de largo alcance ATACMS, etc. 

Estados Unidos está considerando enviar misiles ATACMS de largo alcance que Ucrania lleva mucho tiempo pidiendo y con capacidad de atacar profundamente en territorio ruso. La parte más provocativa es que en tales operaciones se utilizarán plataformas de reconocimiento de la OTAN, tanto tripuladas como no tripuladas, lo que convertirá a Estados Unidos en un virtual cobeligerante. 

Rusia ha estado actuando con moderación al atacar la fuente de tales capacidades enemigas, pero nadie sabe cuánto tiempo continuará esa moderación. En respuesta a una pregunta específica sobre cómo vería Washington los ataques contra territorio ruso con armamento y tecnología estadounidenses, Blinken argumentó que el creciente número de ataques contra territorio ruso por parte de drones ucranianos tiene que ver con “cómo van a defender [los ucranianos] sus territorios”. territorio y cómo están trabajando para recuperar lo que les ha sido arrebatado. Nuestro papel [de Estados Unidos], el papel de docenas de otros países alrededor del mundo que los apoyan, es ayudarlos a lograrlo”. 

Rusia no va a aceptar una escalada tan descarada, especialmente porque estos sistemas de armas avanzados utilizados para atacar a Rusia en realidad están tripulados por personal de la OTAN: contratistas, ex militares capacitados o incluso oficiales en servicio. El presidente Putin dijo el viernes a los medios de comunicación que “hemos detectado mercenarios e instructores extranjeros tanto en el campo de batalla como en las unidades donde se lleva a cabo el entrenamiento. Creo que ayer o anteayer volvieron a capturar a alguien”. 

El cálculo de Estados Unidos es que, en algún momento, Rusia se verá obligada a negociar y se producirá un conflicto congelado en el que los aliados de la OTAN conservarán la opción de continuar con el fortalecimiento militar de Ucrania y el proceso que conducirá a su membresía en la alianza atlántica, y permitir que la Administración Biden se centre en el Indo-Pacífico. 

Sin embargo, Rusia no se conformará con un “conflicto congelado” que esté muy por debajo de los objetivos de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, que son los objetivos clave de su operación militar especial. 

Ante esta nueva fase de la guerra por poderes, aún está por verse qué forma adoptará la represalia rusa. Podría haber múltiples formas sin que Rusia ataque directamente los territorios de la OTAN o utilice armas nucleares (a menos que Estados Unidos organice un ataque nuclear, de lo cual las posibilidades son nulas a partir de ahora).

Ya es posible ver la posible reanudación de la   cooperación técnico-militar entre Rusia y la RPDC (que podría incluir tecnología ICBM) como una consecuencia natural de la política agresiva de Estados Unidos hacia Rusia y su apoyo a Ucrania, así como de la actual política internacional. situación. La cuestión es que hoy es con la RPDC; mañana podría ser con Irán, Cuba o Venezuela, lo que el coronel MacGregor llama “escalada horizontal” por parte de Moscú.   La situación en Ucrania se ha interconectado con los problemas de la península de Corea y Taiwán. 

El ministro de Defensa, Sergey Shoigu, dijo en la televisión estatal el miércoles que Rusia «no tiene otras opciones» que lograr una victoria en su operación militar especial y que seguirá avanzando en su misión clave de derribar el equipo y el personal del enemigo. Esto sugiere que la guerra de desgaste se intensificará aún más, mientras que la estrategia general puede cambiar hacia el logro de una victoria militar total. 

El ejército ucraniano está desesperado por conseguir mano de obra. Sólo en la “contraofensiva” de 15 semanas, más de 71.000 soldados ucranianos han muerto. Se habla de que Kiev buscará la repatriación de sus ciudadanos en edad militar entre los refugiados en Europa. Por otro lado, ante la expectativa de un conflicto prolongado, la movilización en Rusia continúa. 

Putin reveló el viernes que 300.000 personas se han ofrecido como voluntarias y han firmado contratos para unirse a las fuerzas armadas y que se están formando nuevas unidades, equipadas con tipos avanzados de armas y equipos, “y algunas de ellas ya están equipadas en un 85-90 por ciento”. 

Lo más probable es que una vez que la “contraofensiva” ucraniana se apague en unas pocas semanas como un fracaso masivo, las fuerzas rusas lancen una ofensiva a gran escala. Es posible que las fuerzas rusas incluso crucen el río Dnieper y tomen el control de Odessa y la costa que conduce a la frontera rumana, desde donde la OTAN ha estado organizando ataques contra Crimea. No se equivoquen: para el eje angloamericano, rodear a Rusia en el Mar Negro siempre ha sido una máxima prioridad.

FUENTE

EEUU sobrestimó sus capacidades al tratar de socavar las economías de Rusia y China, declaró el economista de la Universidad de Columbia al podcast ‘New Rules’ de Sputnik Jeffrey Sachs. Desde Moscú señalan que la economía global sigue cambiando, principalmente porque Occidente está destruyendo el sistema de relaciones financieras.

«En lo que respecta a Rusia, la idea de que esto sería una especie de golpe noqueante en el conflicto ucraniano fue totalmente ingenua y previsiblemente un fracaso», declaró el renombrado economista y profesor.

En sus palabras, «se subestimó enormemente la economía rusa».

Y en lo que Occidente se equivoca en todos los aspectos de la crisis ucraniana es la creencia de que el mundo no está unido con ellos. Pero es solo una pequeña parte de la comunidad global, la mayor parte de la cual quiere mantenerse al margen de esta crisis», destacó Sachs.

«Rusia no solo tiene una enorme capacidad económica interna, que los analistas occidentales subestimaron, sino que mantiene vínculos comerciales con la mayor parte del mundo, y el petróleo que no vendía a Europa directamente lo vendía a Asia», recordó. Agregó que gran parte de ese petróleo dio la vuelta y volvió al continente europeo de todos modos a precios más altos debido a intermediarios asiáticos.

«Así que, en general, el régimen de sanciones es un fracaso. Y en el caso de Rusia, fracasó de dos maneras fundamentales. En primer lugar, no ha logrado en absoluto los objetivos de las sanciones. Y en segundo lugar, ni siquiera ha obstaculizado la economía rusa de forma significativa», prosiguió el profesor.

¿Qué hay detrás de la resistencia económica de Rusia?

El expresidente estadounidense Barack Obama, calificó la economía rusa de pequeña, débil, aislada y «hecha jirones». El difunto senador John McCain, llegó incluso a desprestigiar a Rusia como «una gasolinera disfrazada de país». Mientras que el mandatario estadounidense, Joe Biden, en marzo de 2022 afirmó a la prensa que el rublo ruso estaba casi «reducido a escombros».

«Bueno, está claro que Rusia tiene mucha capacidad de recuperación porque cuenta con una gran base de producción de alimentos (…) Tiene una extensa base mineral y tiene una vasta base industrial. En Occidente se suponía que no tenía una base de alta tecnología. Así que, como indicó la ministra de Exteriores alemán [Annalena Baerbock], creo, Moscú estaría gorroneando lavadoras importadas de Alemania para conseguir los chips para su capacidad militar», recordó Sachs.

Este «tipo de disparates» formaban parte de la mitología, continuó, y «es evidente que las capacidades de alta tecnología rusa estaban desatendidas y eran descartadas constantemente. Es evidente que este país tiene una industria digital muy sofisticada, tanto para fines civiles como militares».

«Así que había mucha ignorancia, en Occidente, o fantasía o cumplimiento de deseos en las capitales occidentales, especialmente en Washington, sobre lo que Moscú puede y no puede hacer, y lo que pasaría con las sanciones», agregó el economista.

Jeffrey Sachs también recordó que al principio de las sanciones, en sus conversaciones con Washington, «realmente creían que expulsar a Rusia del SWIFT era el arma definitiva. Esto tenía que ser el final. Esto era de alguna manera tan dramático, que terminaría decisivamente el conflicto. Sí, completamente ingenuos».

¿Quién ha forjado la mayor alianza?

Según el profesor, Estados Unidos calculó mal su capacidad de conseguir apoyo para sus iniciativas. Resultó que, en realidad, la alianza estadounidense no es tan grande, subrayó. Washington cuenta con el Reino Unido, la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, pero el grupo constituye solo entre el 10% y el 12% de la población mundial, lo que significa que no es una potencia dominante, resaltó.

Cuando se observa el indicador del producto interior bruto (PIB), se ve que las principales potencias industrializadas, conocidas como el Grupo de los Siete (G7), constituyen alrededor del 30% del PIB mundial medido a precios internacionales. Al mismo tiempo, el grupo BRICS representa el 37% de la producción mundial, siete puntos porcentuales más que el G7. Y todos los miembros del BRICS están activamente comprometidos con Rusia, destacó.

«Hay dos dimensiones en esta pregunta sobre si las sanciones occidentales destruirán el crecimiento a largo plazo de Moscú. Una es que sobrestima por completo el dominio estadounidense sobre las tecnologías de vanguardia y subestima las capacidades nacionales rusas, así como las de sus socios. Y en segundo lugar, juzga completamente mal la escala de la llamada alianza liderada por Estados Unidos que ahora es más pequeña que el grupo al que Rusia pertenece firmemente, los BRICS», opinó Jeffrey Sachs.

Sachs precisó que incluso más allá de los BRICS, la mayor parte del mundo en desarrollo y las economías de mercado emergentes van a seguir manteniendo relaciones normales con Rusia, aunque «les resulten incómodas las sanciones secundarias, las amenazas y las zalamerías de Estados Unidos. Pero no quieren sucumbir a un orden determinado y dominado por la Casa Blanca».

China, el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense

Otro miembro de los BRICS, China, también ha estado en el punto de mira de Washington, al considerarla el «desafío más amplio y serio» para la seguridad estadounidense. Sin embargo, recientemente los líderes del pensamiento estadounidense declararon el fin del milagro económico chino, mientras que Biden calificó al país asiático de «bomba de relojería».

«Lo que me divierte es que en 2022 era ‘¡China es la gran amenaza para el mundo, se apoderará del mundo!’. De repente la narrativa cambió, y tan pronto como cambió la narrativa, todos los columnistas, incluidos muchos, estoy seguro que nunca han estado en China, empezaron a escribir artículos sobre su colapso, su fracaso y el fin de su economía. En esencia, son tonterías. No son más que tonterías», aseguró el investigador.

El profesor explicó que las economías complejas avanzadas a veces sufren ralentizaciones e incluso recesiones. Eso le ocurrió a EEUU, eso le ocurrió a Europa. «Pero utilizar los primeros atisbos de un crecimiento un poco más lento de lo que se había previsto para usarlos como indicio del fin de las perspectivas de crecimiento de China es absurdo», afirmó.

Además, no hay prueba de que China se esté estancando en el nivel de desarrollo económico porque «China es una potencia en investigación científica, una potencia en innovación, una potencia en nueva productividad, y tiene un mercado mundial para sus productos de exportación». Y Washington está intentando romper esto, subrayó el economista.

«Existe una política activa para frenar el crecimiento de China«, afirmó Sachs al agregar que «EEUU lo niega. EEUU dice que no. Solo queremos evitar que algunas tecnologías lleguen a manos de los militares chinos. Tonterías. Uno lee, en realidad, el planteamiento de Washington y puede encontrarlo en muchos, muchos lugares. Es que ‘China es una amenaza y tenemos que detener su ascenso'».

Sin embargo, los responsables políticos estadounidenses parecen haber olvidado que el mundo es muy grande, destacó el profesor. En sus palabras, incluso si Washington restringe la capacidad de Pekín para exportar a EEUU, «China seguirá desarrollando sólidas relaciones comerciales con la mayor parte del mundo y seguirá teniendo, de hecho, un crecimiento impulsado por las exportaciones con la mayor parte del mundo o gran parte de él».

«Así que, para resumirlo todo, la Casa Blanca pretende frenar el crecimiento de Pekín, del mismo modo que intentó frenar el crecimiento de Japón a finales de los 80, a principios de los 90, y del mismo modo que hizo horas extras para detener cualquier tipo de progreso económico en la URSS. China, de todos esos casos, tiene tanto las capacidades internas como la orientación y la geopolítica para superar el desafío estadounidense«, continuó Sachs.

¿Quién es el gran perdedor de las sanciones?

Aunque las sanciones occidentales no han logrado paralizar la economía rusa ni obstaculizar el ascenso de China, continuó el analista, han impulsado el desarrollo de ambos países, incitándoles a explorar nuevos mercados, desarrollar nuevas tecnologías y forjar nuevas alianzas.

En su opinión, en los dos últimos años se ha visto cómo las empresas automovilísticas chinas se han convertido en actores importantes del mercado internacional, superando incluso a los fabricantes de automóviles alemanes. Y uno de los principales mercados para los coches chinos ha sido el ruso, en gran parte porque el año pasado muchas marcas occidentales y japonesas abandonaron el mercado del país euroasiático, lo que creó un vacío que las empresas chinas pudieron llenar, destacó Sachs.

«Creo que estas sanciones tienen un enorme efecto bumeránEuropa es la mayor perdedora de las sanciones, esto es seguro, porque la producción de bajo costo de Rusia, tanto de energía primaria, sin duda, como de fertilizantes y muchos otros productos manufacturados basados en materias primas que iban a Europa, ahora van a China y al resto de Asia. Y Europa está en plena recesión», explicó el economista.

Si hay un perdedor particular de todo esto, «es la industria alemana, que probablemente ha tenido la relación simbiótica más estrecha con la economía rusa en los últimos 30 años», añadió a tiempo de precisar que Alemania es el único país del G7 que registrará una contracción económica este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI atribuye esta tendencia a la debilidad de la producción, así como a una contracción en dos trimestres consecutivos (el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023). Este último factor llevó a los economistas internacionales a concluir a mediados de julio que el país había caído en una recesión técnica.

La destrucción de los gasoductos Nord Stream, así como la decisión de Berlín de seguir los pasos de Washington y aplicar sanciones energéticas a Rusia, se volvieron en contra de los fabricantes alemanes, provocando la deslocalización de empresas y, finalmente, la desindustrialización, declaró el investigador.

«Todo el fervor contra el Nord Stream, por ejemplo, formaba parte del deseo de EEUU de asegurarse de que Alemania y Rusia nunca se acercaran demasiado económicamente», señaló Sachs.

«Y a medida que Rusia se vuelve más a los BRICS y al resto del mundo, son esos países los que se benefician de estos vínculos», prosiguió el profesor al agregar que «es Europa la que queda absolutamente rezagada. Y uno de esos beneficiarios es China. Es evidente porque es una economía abarrotada, densamente poblada, con recursos naturales, pero en términos per cápita, relativamente baja. Así que es muy complementaria con Rusia».

De tal modo, al final, la política de sanciones de Occidente no ha provocado ningún tipo de crisis profunda y prolongada ni para Rusia ni para China, resumió el economista. Más bien al contrario, concluyó Sachs, «la parte más enérgica y dinámica del mundo, la que crece más rápido cuantitativamente, no está en el lado estadounidense-europeo de la historia».

FUENTE SPUTNIK

https://sputniknews.lat/20230917/jeffrey-sachs-expone-al-gran-perdedor-de-las-fracasadas-sanciones-antirrusas-1143797735.html

Por Daniel Symcha Zona Militar el autor autoriza su publicación en Dossier Geopolitico-16 septiembre, 2023

Introducción:

El geógrafo británico Harfold John Mackinder en 1909, durante el pleno auge del dominio británico de los mares, afirmó que quien dominara el corazón de la tierra (Heartland), dominaría el mundo.

Mackinder consideraba al centro de Rusia el corazón del mundo por su acumulación de recursos, áreas agrícolas, bosques, minería, petróleo, sobre el que giraban otras dos áreas denominadas Región Marginal Creciente y Región Insular Creciente formando todo ello la Isla Mundial (Europa, Asia y África juntas) lo cual era clave para el dominio mundial por sus características naturales (Bertotto, 2014)

Las capacidades de la flota británica no podían contra la territorialidad de semejante realidad geográfica y hacia principios del siglo XX Alemania y Rusia eran los competidores con más posibilidades de dominio del Heartland por lo cual desde el dominio diplomático era necesario, para sostener los intereses británicos, impedir el desarrollo de alianzas.

En 1919, Mackinder definía su teoría de la siguiente manera: “Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo.“

Hoy en pleno siglo XXI la Teoría el Heartland o área pivote del mundo está más viva que nunca y hay que sumarle un actor que en tiempos del geógrafo británico no se consideraba como un posible agente de influencia o aspirante al dominio de semejante territorio, China.

La Operación Militar Especial y la trampa de Europa

El 24 de febrero de 2022 comenzó la denominada Operación Militar Especial rusa en el entonces territorio ucraniano de las regiones de Donetsk y Luhansk. Esas regiones ucranianas se encontraban sublevadas frente al resultado electoral posterior a lo que se conoció como el “Euromaidan”, un conjunto de manifestaciones y disturbios sociales que derivó en la renuncia del entonces presidente Victor Yanukóvich de tendencia pro-rusa un llamado a elecciones y la victoria de Petró Poroshenko de tendencia pro-europea que elaboró una marcada política destinada a eliminar las referencias históricas en lo referido al periodo soviético estableciendo una condena al uso de simbología o propaganda de esa época.

Durante la gestión de Poroshenko comienza el proceso de prohibir libros, películas y canciones en el idioma ruso (Colás, 2018) lo que implicaba la modificación de la Ley de Lenguas Cooficiales donde se buscaba eliminar el idioma ruso a lo cual la región de Crimea se opone duramente junto con otras regiones del Este ucraniano comenzando procesos de referendos separatistas siendo la República Separatista de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, con apoyo de movilización de tropas rusas a la frontera y operaciones especiales en el propio territorio, las primeras en pasar bajo tutela rusa camino que posteriormente seguirán, enfrentamientos militares de por medio, Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur las cuales conforman un 15% de la superficie de Ucrania.

El 5 de septiembre de 2014 en la ciudad de Minsk, Bielorrusia, se firma un acuerdo de alto el fuego en toda la región del Donbass cosa que las partes no cumplieron en su totalidad siendo los rusos quienes denuncian a los ucranianos frente al incumplimiento. tiempo después en una entrevista realizada en el año 2022 la excanciller alemana, Angela Merkel, reconoció, en una entrevista al diario alemán Die Zeit, que los acuerdos de Minsk se firmaron con el único objetivo de dar tiempo a Ucrania para rearmarse y fortalecerse con el objetivo de poder enfrentar a Rusia (Vior, 2022)

Sobre el final del mandato de Poroshenko, la Rada Suprema aprueba el 24 de abril de 2019 una ley que refuerza el uso del ucraniano en desmedro del ruso, al imponer como obligatorio el uso de la primera lengua en los órganos de poder y en todos los ámbitos de la vida pública en consonancia con un fuerte incremento de las actividades de movimientos de caracter nacionalista (DZC -EFE, AFP-, 2019).

En las elecciones de 2019 es electo presidente de Ucrania el actor Volodímir Zelenski, quien buscará firmemente el ingreso de Ucrania a la Unión Europea. Zelenski, con el poder legislativo controlado por la oposición,  disuelve la Rada Suprema y llama a elecciones legislativas que son ganadas ampliamente por el oficialismo.

A principios de 2020, Lituania y Polonia brindan su apoyo a Ucrania para el ingreso a la Unión Europea y a la OTAN en la cumbre denominada “Triángulo de Lublin” donde además se firma una declaración conjunta sobre la cooperación en áreas de seguridad, prevención de migración ilegal y lucha contra la desinformación sobre todo proveniente del aparato comunicacional ruso (EFE, 2021)

Mientras tanto el flamante presidente de los EEUU, Joe Biden, en el mes de marzo de 2020 brinda un fuerte respaldo público a Zelensky afirmando que Ucrania es uno de los principales elementos de su política exterior y señala su voluntad de aumentar la asistencia en armas defensivas (afp/reuters/ap/rr, 2021)

En abril de 2021 Rusia moviliza tropas y armas pesadas a la frontera con Ucrania, en una proporción similar a la que se utilizó para la anexión de Crimea y Sebastopol, las cuales en una clara actitud en el marco de una guerra de maniobras, se retiran a sus posiciones originales en el mes de Junio (Bielieskov, 2021)

Revoluciones de colores y un cinturón de conflictos

En mayo de 2021 se producen en Bielorrusia una serie de protestas callejeras conocidas como “La Revolución de las Zapatillas” con la misma estructura que lo sucedido en la “Revolución Naranja” ucraniana de 2005 o el “Euromaidan” de 2014. Estas denominadas “Revoluciones de Colores” o golpes blandos  en la definición del politólogo estadounidense Gene Sharp, se componen de tres grandes bloques de acción: protesta, no cooperación e intervención mediante organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil por las cuales se canalizan la ayuda financiera y logística necesarios para la escalada de las crisis destinadas a la desestabilización de las sociedades y posteriormente la escalada por encima del nivel de violencia en el caso de ser necesario como en Siria o Libia.

El resultado es la desestructuración del sistema social de la Nación objetivo, generando una situación de caos donde las estructuras institucionales dejan de funcionar y posteriormente generalmente con misiones y operaciones de paz compuestas por fuerzas plurinacionales instalar un gobierno de transición el cual al quedar en una posición débil tiene poca capacidad de maniobra para la defensa de los intereses nacionales.

En este escenario Bielorrusia, uno de los principales aliados de Rusia en el oeste, recibe el apoyo rápido y concreto de Moscú y logra controlar y ordenar la situación en todo su territorio. Caso similar sucede en enero de 2022 en Kazajistan (Bilefsky, 2022) es decir, se generó un cinturón de conflictos en la zona de amortiguación de Rusia a partir de protestas sociales que respondieron a una misma estructura y mismos objetivos.


Sobre fines de 2021 y principios de 2022 las acusaciones de movilización de tropas por parte de Moscú y Kiev se intensifican. En enero de 2022, el presidente de EEUU Biden otorgó permiso a las naciones bálticas es decir Lituania, Letonia y Estonia para transferir equipos militares fabricaos en EE. UU. a Ucrania. Reino Unido y Canada intensificaron la instrucción de fuerzas ucranianas y el 17 de enero de 2022, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, anunció que Gran Bretaña había suministrado a Ucrania 1100 misiles antitanque de corto alcance a las Fuerzas Armadas ucranianas y los gobiernos de Dinamarca, España , Polonia, EEUU y Países Bajos destinan fondos y movilizan unidades.

El 21 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, reconoció a la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk como repúblicas independientes lo que genera que los miembros de la Unión Europea y EEUU comiencen a aplicar sanciones económicas a Rusia. El 24 de febrero el presidente ruso Vladimir Putin anunció el inicio de una “Operación Militar Especial” tras lo cual la Unión Europea se encolumna en apoyo de Ucrania.

El contexto previo a la operación militar especial

Los Coroneles de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación chino, Qiao Liang y Wang Xiangsui en su obra “Guerra irrestricta” hacen mención del criterio “Omnidimensional” de la guerra en la actualidad y se refieren a “la coordinación y cooperación entre diferentes fuerzas en diversas esferas de dominio para materializar objetivos propuestos”  y afirman que cualquier esfera o dominio puede convertirse en un eventual campo de batalla por lo que es necesario la coordinación de la dimensión militar propiamente dicha con varias gamas multidimensionales utilizando factores de no-guerra en pos de lograr un objetivo (Liang & Xiangsui, 2021).

Los Coroneles chinos destacan la importancia del empleo de recursos estratégicos intangibles (Geografía, historia, tradiciones, identidades étnicas, etc.) para ser utilizados en un proceso dinámico potenciado con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación con el objetivo de generar pérdidas de control de las situaciones sociales ya que los Estados Nación no son los únicos íconos representativos de gobierno sobre las organizaciones sociales, políticas, económicas y culturales sino que, además, se suman los intereses y capacidades de un conjunto de organizaciones transnacionales.

La descripción de los Coroneles chinos viene a poner en un texto de caracter público operaciones que se han venido desarrollando a lo largo de la historia de las relaciones internacionales  tal como lo describe el libro de Tim Weiner “Legado de cenizas” en su página 308 cuando detalla parte del informe del Grupo de Estudio de Operaciones Encubiertas del primero de diciembre de 1968 donde la Agencia Central de Inteligencia de EEUU recomienda al presidente de EEUU, Richard Nixon, que Henry Kissinger dirigiera y supervisara las operaciones encubiertas ya que las mismas “pueden ganar tiempo, anticipar un golpe de Estado, o bien crear condiciones favorables que hagan posible utilizar medios manifiestos para alcanzar finalmente un objetivo” (Weiner, 2007)

Operaciones omnidimensionales, objetivo debilitar Europa

Cabe aquí recordar el pensamiento del General Beaufré “Los plazos de realización de cualquier maniobra (creación de materiales nuevos, cambio de atmósfera psicológica, modificación de equilibrios internacionales, etc.) requieren de años y dominan el porvenir (Beaufré, 2002)

En la década de los años 90 del siglo pasado, dentro de las estrategias de intervención por debajo del umbral de la violencia armada destinadas a condicionar la libertad de movimiento de los gobiernos, se desarrolló una estrategia conocida como “Revoluciones de Color” dentro de lo que podemos denominar operaciones híbridas que afectó al norte de África, parte de Oriente medio y países en el Este de la Federación Rusa.

El nombre “Revoluciones de colores” derivó de la masiva utilización simbólica de colores o nombres de flores, empleados como elementos de identificación por parte de las distintas facciones opositoras a regímenes políticos gobernantes en determinados países. Las “Revoluciones de colores” utilizaron el método de protestas no violentas como herramienta de poder político con una operatoria muy clara y que se repitió en cada uno de los escenarios de manera sistemática: a partir de una necesidad existente en cualquier grado, tipo y campo de acción, un grupo de disidentes con poca visibilidad que comienzan a recibir ayuda económica y logística de organizaciones no gubernamentales de alcance internacional, van generando una serie de acciones convocantes basadas en la indignación, que posteriormente escalaran la tensión a protestas y posteriormente a un conflicto violento.

Estas operaciones a partir de acciones no violentas en principio, se dan a partir de las investigaciones del politólogo Gene Sharp creador del “Albert Einstein Institute”, espacio de estudio de estrategias a partir de la no violencia y la libertad,  las cuales tuvieron sus primeras aplicaciones con éxito en Birmania (1993), Tailandia e Indonesia y posteriormente en Europa del Este con el derrocamiento de Milosevich en Serbia (2000).

A partir de ese instante se sucedieron Revolución de las Rosas (Georgia, 2003), Revolución Naranja (Ucrania, 2004), Revolución de los Tulipanes (Kirguistán, 2005), Revolución del Cedro (Siria/Líbano en 2005), Revolución de los Jazmines (Túnez, 2010), Revolución de Argelia (Argelia, 2010), Revolución del Nilo (Egipto en 2011), Primavera Árabe (Libia, 2011), Revolución de Barein (Barein, 2011) Revolución de las rosas (Yemen, 2012)y la Revolución de Terciopelo (Armenia, 2018).

Este conjunto de acciones políticas cuyas tensiones escalaron a un nivel de crisis con intervención militar, generaron en los años previos al conflicto Ruso-Ucraniano una situación de emergencia generalizada en las poblaciones del norte de África y de Oriente medio cuya imagen se generalizó en los “balseros africanos” (ACNUR, 2021)

El refugio de estos inmigrantes son las costas europeas del Mar Mediterráneo y en su mayoría son distribuidos entre los países de la Unión Europea a partir del rescate de buques de ayuda humanitaria en alta mar (Barragán, 2018)

Este flujo migratorio genera en los distintos niveles de los Estados europeos una tensión en las estructuras, un elevado gasto en recursos y una tensión social que se suma a la precaria situación de quienes llegaron a territorio europeo desde las antiguas colonias  generando hechos de violencia como ya se ha visto en Francia, Bélgica y Suiza (ANSA, 2023)

Es decir, acciones militares por encima del umbral de la violencia como por ejemplo las de la OTAN en Libia (Bremner, 2023) o por debajo como por ejemplo Marruecos o Jordania, han generado una vulnerabilidad en la sociedad europea a  lo cual se le suma la modificación en el flujo del recurso energético (Gas, Uranio y Petróleo) a partir de la crisis suscitada por la guerra ruso-ucraniana a lo cual debemos sumarle los diferentes movimientos políticos del área de influencia francesa en las naciones de África las cuales se vuelcan a las inversiones chinas o el apoyo ruso condicionando, por ejemplo, la entrega de uranio para las centrales nucleares.

Conclusión

En el contexto descripto, la Unión Europea concentra hoy tensiones que condicionan su libertad de movimientos.

Por un lado la recepción constante de inmigrantes que huyen de situaciones dramáticas y que llegan a sus costas gracias a la ayuda de rescatistas vinculados a organizaciones no gubernamentales. Por otra parte, el apoyo y la ayuda a Ucrania desde 2004 para que rompa sus relaciones con Rusia y posteriormente en la guerra a partir de 2021 su aporte directo en armamento, voluntarios y apoyo económico ha generado un doble frente que ha generado inestabilidad social y política.

Las operaciones de sabotaje sobre el sistema de gasoductos Nord Stream y la no compra de manera directa del petróleo ruso genera un incremento en los costos de producción y por ende condiciones económicas diferentes a las vividas hasta el momento.

Cuando la Unión Europea necesita poder tener amplia disponibilidad de recursos y poder de decisión para la producción y brindar apoyo al frente ucraniano de acuerdo con los acuerdos políticos y su participación en la OTAN debe hacer frente, al mismo tiempo, a situaciones de inseguridad interna y al encarecimiento de sus sistemas de producción y de supervivencia para la población civil lo que genera protestas sociales e inestabilidad política  generando una vulnerabilidad al sistema de Seguridad Nacional tomando la misma: “el conjunto de condiciones necesarias para garantizar la soberanía, la independencia y la promoción del interés de la nación, fortaleciendo los componentes del proyecto nacional y reduciendo al mínimo las debilidades o inconsistencias que pueden traducirse en ventanas de vulnerabilidad frente al exterior” (Acosta Romero, 2001)

La Unión Europea, en poco más de una década, ha sembrado sus propias vulnerabilidades en su área de influencia directa que impactan de lleno en su territorio.

Bibliografía

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  • Weiner, T. (2007). Legado de cenizas. Madrid: Debate.

FUENTE ZONA MILITAR

¡¡ LA TEORÍA DE MACKINDER HA SIDO DERROTADA !!

Lo dice Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma, para explicar las razones de la actual y definitiva disolución del poder global de los anglosajones y el final de sus 150 años de dominio absoluto. Además del cierre del ciclo histórico iniciado en el siglo XV, con Occidente como autoridad ecuménica indiscutible, al ser entonces dueño y señor de los mares.

En su alocución analiza esta malograda teoría, también llamada “Heartland o Corazón del Mundo”, lanzada en 1904 por el británico sir Halford John Mackinder (1861-1947), que se asumió como doctrina imperial hasta hoy, además de ser su principal argumento estratégico para el dominio del mundo. La teoría de Mackinder sostenía que se debía controlar el corazón del mundo para luego controlar el mundo.  Y ya en 1904 señalaba la ubicación de ese corazón mundial en la región que hoy comprende Siberia, Mongolia y China, a la que consideraba como el centro histórico, geográfico y de recursos de todo el planeta. O sea, planteaba -y con razón- que el dominio inglés sobre Rusia y China era vital para la supervivencia del imperio anglosajón, tanto como que esas dos potencias enemigas asiáticas jamás se unieran o trabaran cualquier tipo de alianzas.

Y a partir de estos datos y de la historia del último siglo, Pereyra Mele demuestra que el evidente declive de los anglosajones y el hundimiento del poder hegemónico occidental está estrechamente ligado con la derrota de la Teoría Mackinder, que fue muy exitosa durante diferentes etapas del siglo pasado y que contó con el respaldo de otras grandes personalidades geopoliticas del mundo anglosajon como Nicholas John Spykman (1893 –  1943), Henry Alfred Kissinger (1923-   ) o Zbigniew Kazimierz Brzezinski (1928-2017, pero que fracasó a partir del siglo XXI, precisamente porque no pudo apoderarse de ese “corazón del mundo” y ni siquiera desintegrarlo en partes.

Por el contrario, la realidad actual muestra una formidable alianza estratégica entre China y Rusia, con sólidos acuerdos estructurales entre países de la zona que se extienden ya al África y a Suramérica, mientras desde Asia despliegan una extensa red comercial (no agresiva ni invasiva), mientras se consolidan proyectos como la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) y la Nueva Ruta de la Seda. Dejando como máximo corolario el surgimiento revolucionario de los BRICS+, el más poderoso y prometedor organismo internacional que impulsa al Sur Global a lo más alto del poder mundial, rompiendo la hegemonía occidental e instalando en el liderazgo mundial al sistema de la multipolaridad.

En este audio, Pereyra Mele viaja por la historia describiendo cómo los británicos construyeron en 150 años su fabuloso poder ecuménico, aplastando y dominando países y culturas milenarias, imponiendo reglas, idioma y moneda, cercos y límites, para que, luego de la segunda guerra mundial y pasado el testigo a EEUU, siguieran bajo la brújula estratégica de la teoría de Mackinder, desplegando su poderío militar y de inteligencia, en el ansiado acoso y derribo del “Corazón del Mundo”.

Y cuándo en 1991, con la caída de la URSS en el mismo “Corazón del Mundo”, todo estaba a punto para el triunfo total y cuando El Fin de la Historia ya estaba cantado, sus ineptos dirigentes cegados de soberbia, ebrios de poder e ignorantes de la realidad ajena, fueron sobrepasados por unos nuevos actores, estratégicos, previsores y muy inteligentes, que son los que hoy marcan el camino del futuro de la humanidad.

Entretanto, la teoría de sir Harold MacKinder, que tanto poder y gloria dio durante un siglo a Occidente, hoy es la gran derrotada de una historia que ya se comienza a escribir con muy diferentes argumentos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/07/23)

ANEXOS: 

1 Teoría Heartland: cómo un geógrafo del siglo XIX desarrolló la idea que rige la geopolítica actual BBC 2020

https://www.bbc.com/mundo/noticias-51066744

2 Biografía de: Nicholas Spykman

https://es.wikipedia.org/wiki/Nicholas_Spykman

3 Biografía de: Henry Kissinger

https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Kissinger

4 Biografía de: Zbigniew Brzezinski

https://es.wikipedia.org/wiki/Zbigniew_Brzezinski

Teoria del británico sir Halford John Mackinder (1861-1947) también llamada del “Heartland o Corazón del Mundo” y el Cerco

Esta semana en Vladivostok, el lejano oriente ruso estuvo en plena y gloriosa exhibición. Rusia, China, India y el Sur Global estaban allí para contribuir a este renacimiento del comercio, la inversión, la infraestructura, el transporte y las instituciones.

Por Pepe Escobar  14 de septiembre  The Cradle, 

VLADIVOSTOK – El presidente ruso Vladimir Putin abrió y cerró su discurso bastante detallado ante el Foro Económico del Este en Vladivostok con un mensaje rotundo:  “El Lejano Oriente es la prioridad estratégica de Rusia para todo el siglo XXI”.

Y esa es exactamente la sensación que uno tendría antes del discurso, interactuando con ejecutivos de negocios mezclándose en los impresionantes terrenos del foro en la Universidad Federal del Lejano Oriente (inaugurada hace sólo 11 años), con el telón de fondo del puente colgante de más. de cuatro kilómetros de largo. a la isla Russky a través del estrecho del Bósforo oriental.

Las posibilidades de desarrollo de lo que de hecho es el Asia rusa, y uno de los nodos clave de Asia-Pacífico, son literalmente alucinantes. Los datos del Ministerio para el Desarrollo del Lejano Oriente y el Ártico rusos -confirmados por varios de los paneles más llamativos del Foro- enumeran la friolera de 2.800 proyectos de inversión en marcha, 646 de los cuales ya están en marcha y en funcionamiento, junto con la creación de varias Zonas Económicas Especiales Avanzadas (ASEZ) internacionales y la ampliación del Puerto Libre de Vladivostok, hogar de varios cientos de pequeñas y medianas empresas ( PYME).  

Todo esto va mucho más allá del “giro hacia el Este” de Rusia anunciado por Putin en 2012, dos años antes de los acontecimientos de Maidan en Kiev. 

Para el resto del planeta, por no hablar del colectivo de Occidente, es imposible entender la situación rusa. La magia del Lejano Oriente sin tener que estar en el lugar, comenzando por Vladivostok, la encantadora capital no oficial del Lejano Oriente, con sus preciosas colinas, su sorprendente arquitectura, sus verdes islas, sus bahías de arena y, por supuesto, la terminal. del legendario Transiberiano. 

Lo que experimentaron los visitantes del Sur Global (el colectivo Occidente estuvo prácticamente ausente del Foro) fue un trabajo en progreso en materia de desarrollo sostenible: un Estado soberano que marca la pausa en términos de integración de grandes extensiones de su territorio a la nueva era. geoeconómica policéntrica emergente. . Las delegaciones de la ASEAN (Laos, Myanmar, Filipinas) y del mundo árabe, por no hablar de la India y China, comprendieron perfectamente el panorama. 

Bienvenidos al “movimiento de desoccidentalización”

En su discurso, Putin destacó cómo la tasa de inversión en el Lejano Oriente es tres veces mayor que el promedio de la región rusa; cómo el Lejano Oriente sólo está explorado en un 35 por ciento, con un potencial ilimitado para las industrias de recursos naturales; cómo  se conectarán los gasoductos Poder de Siberia y Sajalín-Jabarovsk-Vladivostok ; y cómo para 2030 la producción de gas natural licuado (GNL) en el Ártico ruso se triplicará.

En un contexto más amplio, Putin dejó claro que “la economía global ha cambiado y sigue cambiando; Occidente, con sus propias manos, está destruyendo el sistema de comercio y finanzas que él mismo creó”. No es de extrañar, entonces, que el volumen de negocios comerciales de Rusia con Asia-Pacífico creciera un 13,7 por ciento en 2022 y otro 18,3 por ciento tan solo en el primer semestre de 2023. 

Una referencia al Comisionado Presidencial para los Derechos Empresariales, Boris Titov, que muestra cómo esta reorientación lejos del Occidente “estático” es inevitable. Aunque las economías occidentales están bien desarrolladas, ya están “demasiado invertidas y son lentas”, dice Titov: 

    “En el Este, en cambio, todo está en auge, avanza rápidamente, se desarrolla rápidamente. Y esto se aplica no sólo a China, India e Indonesia, sino también a muchos otros países. Ellos son hoy el centro del desarrollo, no Europa; nuestros principales consumidores de energía están allí, por fin”.

Es casi imposible hacer justicia al enorme alcance ya los absorbentes debates que tuvieron lugar en los  principales paneles de Vladivostok. He aquí sólo una muestra de los temas clave.              

Una sesión de Valdai se centró en los efectos positivos acumulados del «giro hacia el Este» de Rusia, con el Lejano Oriente posicionado como el centro natural para hacer girar toda la economía rusa hacia la geoeconomía asiática.

Sin embargo, por supuesto que hay problemas, como destacó Wang Wen, del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin. La población de Vladivostok es sólo de 600.000 habitantes. Los chinos dirían que para una ciudad así, la infraestructura es pobre, “por lo que necesita más infraestructura lo más rápido posible. Vladivostok podría convertirse en el próximo Hong Kong. La manera es establecer ZEE como en Hong Kong, Shenzhen y Pudong”. No es difícil, ya que “el mundo no occidental da la bienvenida a Rusia”.

Wang Wen no pudo dejar de resaltar el avance que representa el Huawei Mate 60 Pro: “Las sanciones no son algo tan malo. Lo único que hacen es fortalecer el “movimiento de desoccidentalización”, como se le conoce informalmente en China.  

China entró a mediados de 2022 en lo que Wang definió como “modo silencioso” en términos de inversión por temor a sanciones secundarias de Estados Unidos. Pero ahora eso está cambiando y las regiones fronterizas, una vez más, se consideran clave para los vínculos comerciales. En el puerto libre de Vladivostok, China es el inversor número uno con su compromiso de 11.000 millones de dólares.  

Fesco es la mayor empresa de transporte marítimo de Rusia y llega a China, Japón, Corea y Vietnam. Participan activamente en la conexión del Sudeste Asiático con la Ruta del Mar del Norte, en cooperación con los Ferrocarriles Rusos. La clave es establecer una red de centros logísticos. Los ejecutivos de Fesco lo describen como un “cambio titánico en la logística”.

Los Ferrocarriles Rusos son en sí mismos un caso fascinante. Opera, entre otras, la Trans-Baikal, que es la línea ferroviaria más transitada del mundo y que conecta Rusia desde los Urales con el Lejano Oriente. Chita, junto al Transiberiano, un importante centro fabricante a 900 km al este de Irkutsk, es considerada la capital de los ferrocarriles rusos.  

Y luego está el Ártico. El Ártico alberga el 80 por ciento del gas de Rusia, el 20 por ciento de su petróleo, el 30 por ciento de su territorio y el 15 por ciento del PIB, pero está formado por sólo 2,5 millones de personas. El desarrollo de la Ruta del Mar del Norte requiere alta tecnología de primer nivel, como por ejemplo, una flota de rompehielos en constante evolución. 

Líquido y estable como el vodka. 

Todo lo que ocurrió en Vladivostok se conecta directamente con la tan publicitada visita de Kim Jong-un de Corea del Norte. El momento fue una belleza; después de todo, la región de Primorsky Krai en el Lejano Oriente es vecina inmediata de la República Popular Democrática de Corea ( RPDC). 

Putin enfatizó que Rusia y la RPDC están desarrollando varios proyectos conjuntos en los sectores de transporte, comunicaciones, logística y naval. Mucho más que asuntos militares y espaciales discutidos amistosamente por Putin y Kim, el meollo del asunto es la geoeconomía: una cooperación trilateral Rusia-China-RPDC, con el resultado distintivo de un mayor tráfico de contenedores que transitan a través de la RPDC y la tentadora posibilidad de que la RPDC oor ferrocarril llegue a Vladivostok y luego se adentre más en Eurasia a través de la línea Transiberiana. 

Y por si esto no fuera lo suficientemente innovador, en varias mesas redondas se debatió mucho sobre el Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INTSC). El corredor Rusia-Kazajstán-Turkmenistán-Irán estará finalizado en 2027, y será una rama clave del INTSC.   

Paralelamente, Nueva Delhi y Moscú están deseosas de iniciar lo antes posible el Corredor Marítimo Oriental (EMC), que es la denominación oficial de la ruta Vladivostok-Chennai. Sarbananda Sonowal, ministro indio de puertos, transporte marítimo y vías navegables, promovió un taller indo-ruso sobre EMC en Chennai a partir del 30 de octubre para discutir “la rápida y fluida puesta en funcionamiento” del corredor.

Tuve el honor de formar parte de uno de los paneles cruciales,  Gran Eurasia: Impulsores para la formación de un sistema monetario y financiero internacional alternativo.

Una conclusión clave es que está preparado el escenario para un sistema de pagos común en Eurasia -parte del proyecto de declaración de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) para 2030-2045- en el contexto de una guerra híbrida y “monedas tóxicas” (el 83 por ciento de las transacciones de la UEEA ya los omitimos). 

Sin embargo, el debate sigue siendo feroz cuando se trata de una canasta de monedas nacionales, una canasta de bienes, estructuras de pago y liquidación, el uso de blockchain, un nuevo sistema de precios o la creación de una bolsa de valores única. ¿Es todo posible técnicamente? Sí, pero eso tardaría 30 o 40 años en tomar forma, como destacó el panel.  

Tal como están las cosas, un solo ejemplo de los desafíos que tenemos por delante es suficiente. La idea de crear una cesta de monedas para un sistema de pago alternativo no cobró fuerza en la cumbre de los BRICS debido a la posición de la India. 

Aleksandr Babakov, vicepresidente de la Duma, evocó las discusiones entre la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) e Irán sobre la financiación del comercio en monedas nacionales, incluida una hoja de ruta para buscar mejores formas legislativas para ayudar a atraer inversiones. Esto también se está discutiendo con empresas privadas. El modelo es el éxito del volumen de negocios comerciales entre China y Rusia.  

Andrey Klepach, economista jefe de VEB, bromeó diciendo que la mejor moneda es “líquida y estable”. Como vodka”. Así que todavía no hemos llegado a ese punto. Dos tercios del comercio todavía se realizan en dólares y euros; el yuan chino representa sólo el tres por ciento. India se niega a utilizar el yuan. Y hay un enorme desequilibrio entre Rusia y la India: hasta 40 mil millones de rupias están depositadas en las cuentas de los exportadores rusos sin ningún lugar donde ir. Una prioridad es mejorar la confianza en el rublo: debería ser aceptada tanto por India como por China. Y un rublo digital se está convirtiendo en una necesidad.  

Wang Wen estuvo de acuerdo y dijo que no hay suficiente ambición. India debería exportar más a Rusia y Rusia debería invertir más en India. 

Paralelamente, como señaló Sohail Khan, subsecretario general de la OCS, India controla ahora no menos del 40 por ciento del mercado mundial de pagos digitales. Hace sólo siete años su cuota era cero. Eso explica el éxito de su sistema de pago unificado (UPI).

Un panel BRICS-EAEU expresó la esperanza de que el próximo año se celebre una cumbre conjunta de estas dos organizaciones multilaterales clave. Una vez más, se trata de corredores de transporte transeurasiáticos, ya que dos tercios del volumen de negocios mundial seguirán pronto la vía oriental que conecta Rusia con Asia. 

En BRICS-EAEU-SCO, las principales empresas rusas ya están integradas en el negocio de BRICS, desde Russian Railways y Rostec hasta los grandes bancos. Un gran problema sigue siendo cómo explicar la UEEA a la India, incluso cuando se considera que la estructura de la UEEA es un éxito. Y observe este espacio: pronto se cerrará un acuerdo de libre comercio con Irán. 

En el último panel en Vladivostok, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova –la contraparte contemporánea de Hermes, el mensajero de los dioses– señaló cómo las cumbres del G20 y los BRICS prepararon el escenario para el discurso de Putin en el Foro Económico Oriental. 

Eso requirió una “paciencia estratégica fantástica”. 

Después de todo, Rusia “nunca apoyó el aislamiento” y “siempre abogó por la asociación”. La frenética actividad en Vladivostok acaba de demostrar que el “pivote hacia Asia” tiene que ver con una mayor conectividad y asociación en una nueva era policéntrica.

En su discurso en la Johns Hopkins University el secretario de Estado convocó a librar contra Rusia y China un riesgoso conflicto que nadie fuera de EE.UU. desea y su país no puede ganar

Por Eduardo J. Vior, analista internacional de TELAM y Colaborador de Dossier Geopolitico que autoriza su publicacion

La cumbre de BRICS en Sudáfrica sumó hace dos semanas seis nuevos miembros al grupo y dejó en la puerta a otros treinta esperando. La reunión del G20 en India el fin de semana pasado, en tanto, evitó tomar posición entre los bloques e incorporó a la Unión Africana a sus filas. Finalmente, la conferencia del Grupo de los 77 + China reúne este fin de semana en La Habana a 134 países del Sur Global ahora protagonistas de la política mundial. El mundo está cambiando aceleradamente alrededor nuestro. Quien no se adapte a la nueva realidad, será sobrepasado por los acontecimientos. Sin embargo, la mayor superpotencia occidental parece querer insistir tozudamente en las creencias que en el siglo XX le dieron el dominio del mundo. Muy tarde y fuera de lugar.

El secretario de estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, habló el miércoles 13 en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS, por su nombre en inglés) de la Universidad Johns Hopkins en Gambrills, Maryland. Ya desde el principio encuadró su alocución la en la tradición liberal universalista de la política exterior norteamericana cuyo último gran representante fue Zbigniew Brzezinski (1928-2017). Su largo homenaje a quien fuera Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) anunció por dónde seguiría: “excepcionalismo” e intervencionismo.

Para exponer la estrategia mundial del gobierno de Joe Biden, el disertante comenzó caracterizando la situación inmediatamente posterior al triunfo norteamericano en la Guerra Fría. Era un tiempo de ensueño: “la era posterior a la Guerra Fría marcó un progreso notable.  Más de mil millones de personas salieron de la pobreza. Mínimos históricos en los conflictos entre Estados. Disminución e incluso erradicación de enfermedades mortales”, añoró el jefe de los diplomáticos. Ni una mención a la guerra contra Irak en 1991 ni al cambio de estrategia estadounidense desde 1992 para expandir el Imperio en el sur de Europa y Asia Occidental.

La destrucción de Yugoslavia, el genocidio en Ruanda, el atentado contra las torres gemelas, las guerras de Afganistán e Irak han sido a los ojos de Blinken “desafíos” al orden internacional de la posguerra fría que, empero, no lo alteraron sustancialmente. En cambio, ahora estaríamos experimentando el final de ese orden. “Décadas de relativa estabilidad geopolítica han dado paso a una competencia cada vez más intensa con potencias autoritarias y revisionistas”, constató. Las guerras en Eurasia y África, el terrorismo islamista, la catástrofe migratoria, el narcotráfico en el Hemisferio Occidental y la no accidental pandemia de coronavirus carecieron de significación.

“De repente” han surgido potencias desafiantes que pretenden revisar el orden instaurado hace tres décadas.

Los desafíos son, no obstante, diferentes: mientras que Rusia sería el peligro más inmediato, China representa a largo plazo la mayor amenaza, porque está crecientemente en condiciones de remplazar el orden económico de la posguerra fría por otro. Son dos “autocracias” aliadas, registra.

Estas amenazas se refuerzan por la caótica situación mundial: debilitamiento de los estados, la influencia de actores no gubernamentales movidos por la avidez, el cambio climático, el agudo crecimiento de la desigualdad, etc. Largas enumeraciones sin nexos internos. No se sabe por qué acontece todo esto. Esta situación insatisfactoria da pábulo al crecimiento de los desafíos internos y externos. La suma de estas amenazas habría liquidado el orden de la posguerra.

Estamos en un punto de inflexión. En esto coincidimos todos. Sin embargo, no tanto en que “Estados Unidos está liderando este periodo crucial desde una posición de fuerza.  Una fortaleza basada tanto en nuestra humildad como en nuestra confianza”, como se ufana el secretario. La confianza se alimenta, cree, en las visiones propias del ideal norteamericano: la libertad de palabra, de circulación, de creencias, de comercio, la igualdad de derechos y la independencia de las naciones. Si la mayoría del pueblo estadounidense creyera unido en que estos valores están vigentes, tal vez valdría la pena discutir su dogmática imposición al mundo, pero no es así

Por el contrario, en los adversarios de EE.UU. sólo ve el intento de preservar sus regímenes y el enriquecimiento. La adjetivación y los juicios de valor remplazan el análisis de intereses, objetivos y relaciones de fuerzas. Quien disiente de los valores norteamericanos actúa inmoralmente y amenaza el orden mundial.

La política que el secretario delinea como respuesta a los desafíos expuestos es la tradicional: fortalecer la OTAN, sostener a Ucrania y forjar nuevas alianzas en torno a China. La novedad reside quizás en la coordinación intercontinental de la estrategia: Canadá participa junto con EE.UU., Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda en el intercambio de inteligencia, Japón y Corea del Sur envían gas licuado a Europa, India desarrolla semiconductores junto con EE:UU. La visión de una guerra total, híbrida y en múltiples escenarios al mismo tiempo preside todo el accionar del gobierno demócrata.

Habría sido provechoso que el secretario de Estado explicara, por qué la diplomacia y los estrategas norteamericanos sistemáticamente incumplieron las promesas hechas al líder soviético Mijail Gorbachov y expandieron la OTAN hasta la frontera rusa, cuando no había ninguna amenaza que lo justificara. Debió haber justificado también, por qué EE.UU. y sus aliados fueron atacando país tras país sin mandato de la ONU. EE.UU. se retiró de todos los tratados de la época de la Guerra Fría que permitían un control confiable de los arsenales nucleares y no nucleares. Con sanciones económicas debilitaron la economía de muchos países (Cuba, Venezuela, Irán, Rusia, China, etc.), sin que el alegado fin humanitario estuviera siquiera a la vista. Fue Estados Unidos quien violó las reglas de la OMC con sus sanciones comerciales contra China. El “desafío” de un creciente número de países contra la hegemonía norteamericana no surgió por casualidad ni sin fundamentos.

Por otra parte, el intento de romper la interconexión entre los países desarrollada en los últimos 30 años es ilusorio.

En numerosas áreas de la economía Estados Unidos y China están estrechamente interrelacionados. Ninguno de los dos podría sobrevivir sin el otro. Muchas empresas norteamericanas tienen inversiones en la producción y comercialización de hidrocarburos en países ahora asociados con Rusia para mejorar sus ingresos. Las grandes comercializadoras agrícolas de Estados Unidos tienen inversiones en países cuya agricultura depende de los fertilizantes rusos. El intento de romper las sinergias surgidas en las últimas décadas sólo puede acabar en el caos económico mundial.

La ilusión de poder separar a los “malos” del mundo se nutre del excepcionalismo norteamericano, de la idea imperante desde el último tercio del siglo XIX de que Estados Unidos es la única nación del mundo que nació democrática y, por consiguiente, tiene la misión de imponer en todo el mundo los valores de la democracia liberal.

Esta tesis se combinó desde el inicio con la asunción de la geopolítica inglesa que ve la Historia mundial como regida por la eterna lucha entre las potencias continentales (Rusia y China) contra las marítimas (Inglaterra y EE.UU.). La combinación de ambas tradiciones fundamenta hasta el día de hoy el liberalismo universalista que llevó a intervenir en las guerras mundiales y a diseñar el orden mundial posterior a 1945. Es también el fundamento del Imperio universal erigido después de 1990.

Su último gran exponente fue Zbigniew Brzezinski, Consejero de Seguridad Nacional de James Carter (1977-81) y mentor de Antony Blinken. No extraña, entonces, que el liberalismo universalista sea la lente con la que la elite estadounidense ve el mundo del presente. No hay aquí lugar para el realismo de George Kennan o de Henry Kissinger.

El grave problema del “excepcionalismo” es su ceguera frente a otras visiones y su negativa al diálogo. Esta actitud mesiánica es peligrosa, porque su intolerancia imagina cada día nuevos enemigos, pero en su falta de realismo es también un signo de gran debilidad. Por eso EE.UU. decretó el año pasado sanciones económicas contra Rusia pensando que la economía rusa se hundiría y ésta está más fuerte que antes de la pandemia. Supuso que China sería incapaz de desarrollar su propia tecnología de semiconductores y la industria china los desmintió. Así en una infinidad de casos. Cuando el secretario de Estado de Estados Unidos convoca a una nueva Guerra Fría, está remedando el discurso de Winston Churchill en Fulton, Missouri, en marzo de 1946 en el que el exprimer ministro británico advirtió sobre la “cortina de hierro” que estaría cayendo sobre Europa Oriental y convocó a contener a la Unión Soviética. Fue el inicio de la Guerra Fría. Antony Blinken quiere pasar a la historia como un nuevo profeta combatiente y llama a una nueva Guerra Fría que nadie más quiere y Estados Unidos no puede ganar. La realidad es la única verdad

Publicado en TELAM Argentina

Columna de Politica Internacional del Director de Dossier Geopolitico Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele, del Programa “Con Sentido Común” de Canal “C” de la señal de Cablevisión de Córdoba, que conduce el periodista Alfredo Guruceta y que se retransmite por Canal Personal Flow para toda la Argentina y Uruguay.

El viernes 15/9/2023 pasado analizamos que la Guerra Híbrida Global fragmentada en pleno desarrollo, también se disputa en el territorio argentino, como un frente mas, del choque entre los viejos poderes occidentales decadentes y las potencias emergente, y ello se pueden perfectamente detectar con el escenario de las elecciones presidenciales que se avecinan, tal cual se van posicionando con sus declaraciones de los principales candidatos con chances para llegar a controlar la administración nacional a partir del próximo 10/12/2023. Quienes están con un modelo de la Multipolaridad en pleno auge y fortalecimiento y quienes se decantan por mantener y profundizar las “relaciones carnales” con el hegemón anglosajón y sus grupo de países vasallos europeos que se arrogan la “representación” de declararse el “Oxidente” con “x” por su oxidación y deterioro de poder que detentaron por mas de un siglo y medio. Se aproximan tiempos de definiciones para la argentina y para su futuro si nos reintegramos a la historia o ser basurero de la historia.  

VIDEO DEL PROGRAMA

Ha pasado tanto tiempo desde que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Por Alastair Crooke Fundación de la Cultura Estratégica

En 1997, Zbig Brzezinski, el «impulsor» original detrás de la transformación de Afganistán en un atolladero de «barro» al que Rusia iba a ser arrastrada, escribió su célebre libro, El gran tablero de ajedrez . Fue una obra que incorporó «para siempre» la doctrina Mackinder de «quien controla el corazón de Asia controla el mundo» en el espíritu de la época estadounidense.

Es revelador que su subtítulo fuera La primacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos. Brzezinski ya había escrito en su libro que sin Ucrania, Rusia nunca se convertiría en la potencia central; pero con Ucrania, Rusia puede y lo haría .

Así, la doctrina de Mackinder, el dicho «Aquel que controla el corazón» , fue codificada en la «ley canónica» estadounidense, para nunca permitir un corazón unido. Y Ucrania pasó a ser vista como la bisagra alrededor de la cual giraba el poder central.

Brzezinski ordenó además que esta «Gran Partida de Ajedrez» fuera una de pura primacía estadounidense: «No, nadie más juega», insistió; Es un juego puramente para uno. Una vez que se mueve una pieza de ajedrez; ‘nosotros’ (Estados Unidos) simplemente giramos el tablero al revés y movemos las piezas de ajedrez del otro lado (para ‘ellos’). No hay ‘ningún otro’ en este juego”, advirtió Brzezinski.

Éste es el dilema actual: hace tanto tiempo que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Sin embargo, fue Henry Kissinger quien dio a Mackinder su célebre giro: » Quien controla el dinero controla el mundo » se convertiría en la hegemonía financiarizada del dólar y de la banca.

Pero Kissinger, en esto, se equivocó desde el principio. Siempre lo ha sido: «Aquel que tiene capacidad de fabricación, materias primas, alimentos, energía (tanto humana como fósil) y dinero sólido puede cambiar el mundo». Pero Kissinger simplemente ignoró esas condiciones adjuntas y, en cambio, basó a Estados Unidos en la creación de una «telaraña global de dólares armados» (tócala y la telaraña de las sanciones te envenenará). Además, este sistema se multiplicó porque Wall Street distribuyó el acceso a billones de dinero recién creado sólo a quienes cumplían.

Kissinger, sin embargo, desarrolló la doctrina de la «triangulación» en un guiño a Mackinder: Estados Unidos debería buscar aliarse con Rusia contra China, o estar con China, en oposición a Rusia. Pero nunca permitir que China y Rusia se unan contra Occidente. El corazón del país siempre debe estar fracturado.

Estas «reglas» están impresas en los circuitos mentales de Washington. Sin embargo, las nociones que los sustentan tienen poca validez hoy. Los estados militarizados y con masas terrestres (el corazón de Asia) frente a las potencias navales (los atlantistas) difícilmente reflejan los instrumentos de poder más abstractos de hoy.

La esfera del dólar, por ejemplo, ha sido sin duda una fuente de poder estadounidense (imponiendo a los estados la compulsión de comprar y mantener dólares) desde el Acuerdo de Bretton Woods y los acuerdos del petrodólar. Creó una demanda sintética masiva del dólar, que inicialmente funcionó bien para Washington. Pero ahora ya no tanto.

Era demasiado bueno para ser verdad: imprima y al diablo con las consecuencias. ¿Deuda? No importa; imprime un poco más. Washington exageró (el atractivo político era demasiado grande).

Y así, la «hegemonía» del dólar ha pasado de ser una herramienta de proyección de poder a ser la principal fuente de vulnerabilidad de Estados Unidos. Dicho claramente, el enorme exceso de oferta de dólares y deuda en dólares de Washington ha convertido al «dólar» en un arma claramente de doble filo; Ahora va contra Occidente. La base manufacturera occidental, financieramente muy pesada, se ha atrofiado y reducido, lo que ha desencadenado una sociedad estadounidense de dos niveles con enormes desigualdades.

El actual conflicto en Ucrania ha puesto de relieve las deficiencias del poder hegemónico que surgen específicamente de una base manufacturera desatendida.

Si Mackinder estuviera aquí hoy, podría necesitar ajustar su modelo, distinguiendo entre el territorio que está «fuera» del conjunto de políticas económicas (el bloque asiático, africano y global del Sur liderado por los BRICS) y el que está «dentro» del conjunto de políticas económicas. ‘: es decir, dentro de un paradigma consumista ‘costero’ impulsado por la deuda.

Relacionados con lo anterior están los costos específicos asociados con esta excesiva militarización (es decir, la «guerra» financiera «total»). El Tesoro de Estados Unidos ha utilizado múltiples variaciones: deuda (para colapsar primero, la posición global de Gran Bretaña en la posguerra); utilizó las tasas de interés como armas para «reducir el tamaño» del milagro económico japonés de principios de los años 1980. Francia y Occidente desplegaron la guerra para poner fin a las aspiraciones de Gadafi de una esfera panafricana utilizando un dinar de oro, en lugar del franco o el dólar. Y luego hubo sanciones sin precedentes a Rusia que, paradójicamente, han dado lugar a una renovada fortaleza económica rusa , en lugar de un colapso financiero (como se esperaba).

Sin embargo, aquí nuevamente vemos la incongruencia del doble filo de la “espada de las sanciones”: The Wall Street Journal ha observado que los europeos se están empobreciendo –como resultado de los confinamientos, pero más precisamente al unirse al “proyecto” de guerra de Biden , destinado a poner a Rusia de rodillas):

    En 2008, la eurozona y Estados Unidos tenían productos internos brutos (PIB) equivalentes; la brecha del PIB es ahora del 80%. 

El Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un grupo de expertos con sede en Bruselas, publicó una clasificación del PIB per cápita de los estados americanos y europeos: Italia está justo por delante de Mississippi, el más pobre de los 50 estados, mientras que Francia está entre Idaho y Arkansas, respectivamente 48 y 49. Alemania no salva las apariencias: se encuentra entre Oklahoma y Maine (38.º y 39.º). El salario medio estadounidense es ahora una vez y media mayor que el de Francia.

¿Valió la pena que los líderes de la UE hipotecaran el futuro de Europa en aras de la solidaridad de la Casa Blanca? De todos modos, la estratagema de las sanciones no funcionó.

Bueno… Estados Unidos y la UE se encuentran en medio de un nuevo giro en la ‘historia’ geoestratégica de Mackinder sobre cómo evitar que surja un corazón unificado: es una variante del plan de ‘reducir el tamaño’ de la destreza tecnológica japonesa: La herramienta del ‘Acuerdo de Plaza’ (1985) para manipular las tasas de interés contra un Japón ‘derrotado’ y dócil no funcionará para China.

Más bien, China está siendo sometida a un asedio tecnológico acompañado de una campaña de estigma, en la que su líder es destrozado, mientras que la economía de China se ve presionada con cada vez más tecnología cuya exportación o cooperación está prohibida. Todos los días, los HSH occidentales celebran las dificultades económicas resultantes que enfrenta China:

    “Su crecimiento meteórico [de China] se ha desacelerado, un breve aumento post pandemia se ha extinguido y los analistas señalan profundos problemas estructurales que socavan las perspectivas futuras de China. Xi y la camarilla gobernante (sic) están luchando para abordar los nuevos desafíos planteados por la maduración de la economía de China… La economía de China alguna vez pareció el nuevo motor del mundo [como alguna vez lo hizo Japón]… pero una sensación de estancamiento está invadiendo».

Es verdad. El prolongado desgaste estadounidense de la economía china ha obstaculizado el crecimiento. Las exportaciones chinas tanto a Estados Unidos como a Europa están cayendo, y el desempleo juvenil es, de hecho, una preocupación activa para los dirigentes chinos.

Pero China entiende muy bien que esto es una guerra: la ‘Guerra Estratégica de Mackinder’.

En un viaje reciente a Beijing, la Secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, advirtió que la incertidumbre prevaleciente, avivada también por las duras medidas adoptadas por el gobierno chino contra las empresas extranjeras, está haciendo que China sea “ininvertible” a los ojos de los inversores estadounidenses.

¡Detener! Haga una pausa para asimilar lo que dijo el secretario de Comercio: ¡ Adopta nuestro modelo económico o te rechazaremos!

La Secretaria Yellen también pronunció recientemente un discurso sobre la relación entre Estados Unidos y China, dando a entender que China había prosperado en gran medida gracias a este orden de mercado anglo de ‘libre funcionamiento’, pero ahora estaba girando hacia una postura impulsada por el Estado, una que “es de confrontación”. hacia Estados Unidos y sus aliados”. Estados Unidos quiere cooperar con China, pero total y exclusivamente en sus propios términos , afirmó.

Estados Unidos busca un “compromiso constructivo”, pero que debe estar sujeto a que Estados Unidos garantice sus propios intereses y valores de seguridad: “Comunicaremos claramente a la República Popular China nuestras preocupaciones sobre su comportamiento… mientras nos comprometemos con el mundo para promover nuestra visión de una orden económico global abierto, justo y basado en reglas”. Yellen finalizó diciendo que China debe “atenerse a las reglas internacionales actuales” .

Como era de esperar, China no aceptará nada de eso.

Es un paralelo exacto de lo que ocurrió en 2007 en el Foro de Seguridad de Múnich . Occidente insistía en que Rusia aceptara el paradigma de seguridad global de la OTAN. El presidente Putin desafió a Occidente: “Lo hacen: atacan continuamente a Rusia, pero no nos doblegaremos”. Ucrania es hoy el campo de pruebas para ese desafío de 2007.

En pocas palabras, el discurso de Yellen muestra un completo fracaso en reconocer que la «revolución» chino-rusa no se limita a la esfera política, sino que se extiende también a la esfera económica. Muestra cuán importante es la «otra guerra» -la guerra para dar forma a una salida del control del «Orden» global liderado por Occidente- tanto para Putin como para Xi.

Ya en 2013, en un discurso sobre las lecciones aprendidas de la desintegración de la Unión Soviética, Xi señaló la causa de esta implosión en “los estratos gobernantes” (con el giro hacia la ideología occidental de mercado liberal de la era Gorbachov-Yeltsin), que había llevado a la Unión Soviética al nihilismo.

El punto de Xi fue que China nunca había dado este desastroso desvío hacia el sistema liberal occidental .

Putin respondió: “[China] logró de la mejor manera posible, en mi opinión, utilizar las palancas de la administración central (para) el desarrollo de una economía de mercado… La Unión Soviética no hizo nada parecido, y los resultados de una política económica ineficaz termina impactando en la esfera política”.

Washington y Bruselas simplemente no lo entienden. Dicho claramente, la evaluación de Xi y Putin es que el desastre soviético fue el resultado de un giro imprevisto hacia el liberalismo occidental; mientras que, por el contrario, el «Occidente colectivo» considera que el «error» de China (por el cual se está llevando a cabo una guerra tecnológica financiarizada) es su alejamiento del sistema mundial «liberal».

Este desajuste analítico simplemente está grabado en los circuitos mentales de Washington. Esto explica demasiado la convicción absoluta de Occidente de que Rusia es tan débil y frágil financieramente, debido al error primordial de evitar el sistema «anglo».

La culminación: Washington está violando (su propia) regla número uno de Brzezinski: el «imperativo» de garantizar que Rusia y China no se unan, frente a Occidente.

La gran pregunta hoy es si la tecnología armada como «imperativo geoestratégico» para dividir el corazón del país será más efectiva para lograr ese fin que el dólar armado.

La semana pasada, Huawei lanzó su nuevo teléfono inteligente equipado con el procesador interno 9000s de Huawei fabricado por la empresa china de semiconductores SMIC, utilizando un proceso de fabricación de clase 7 nm. Hace menos de un año, cuando Estados Unidos introdujo un amplio conjunto de sanciones contra la industria china de semiconductores, los «expertos» prometieron que acabaría con la industria, o al menos congelaría su proceso tecnológico en el estándar de 28 nm. Evidentemente, China ahora puede producir en masa chips de 7 nm de forma totalmente autóctona. El iPhone 14 Pro tiene chips de 4 nm, por lo que China está casi a la par, o tal vez 1 o 2 años por detrás.

Con un movimiento, señala Arnaud Bertrand , China ha demostrado que los esfuerzos de Estados Unidos por obstaculizar a Huawei y a la industria china de semiconductores han sido ineficaces. ¿Qué lograron las sanciones? Han contribuido a construir un ecosistema autóctono de semiconductores que no existía antes de las sanciones. Otros estados «lo entienden»: abastecen sus semiconductores a empresas occidentales, y Estados Unidos no dudará en convertir la industria en un arma con fines geopolíticos. Compre comida china, dice Bertrand.

Esta semana, China lanzó un fondo de inversión de 40.000 millones de dólares para apuntalar su industria de semiconductores.

Anexos:

La brecha del PIB entre EEUU y Europa alcanzó el 80%

https://sputniknews.lat/20230908/la-brecha-del-pib-entre-eeuu-y-europa-alcanzo-el-80-1143477989.html

Putin: Rusia ya ha obtenido el doble de beneficios que las reservas congeladas de oro y divisas

https://actualidad.rt.com/actualidad/479587-putin-rusia-gano-doble-reservas

Los golpes de estado en África  están derribando la estructura neocolonial instalada por Occidente -especialmente por Francia- para el libre usufructo de sus recursos naturales, mientras la población ha entendido que soplan nuevos vientos globales que les pueden permitir alcanzar unos justos niveles de desarrollo y de bienestar.

Así aborda Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico el tema central de su columna del Club de La Pluma, quién sintetiza la actual situación, con un poema africano que dice ”… allá por la década de 1960 nos dieron una fotocopia de la independencia de nuestros países. Hoy, en el siglo XXI, venimos a por el documento original.

AUDIO:

Y explica que se trata de una profundísima transformación, que se extiende como un reguero de pólvora por el continente africano, como parte del cambio tectónico global liderado por los BRICS+, que pone fin a 200 años de encerronas del mundo occidental para el saqueo de recursos de los países de la periferia, y en consonancia con las doctrinas antiimperialista y anticolonialista fijadas por la cumbre África Rusia de hace un mes en Moscú. Mientras que este proceso también es una respuesta positiva a la estrategia china en el continente, quién en paralelo al negocio mixto de transformación de sus riquezas básicas, concreta inversiones y proyectos para el desarrollo de la región y de su población. Todo lo contrario de lo hecho por Occidente durante siglos.

 Y al respecto, denuncia la hipocresía de Europa que hoy se rasga las vestiduras por una democracia que nunca existió ni permitió en África, instalando por décadas, diferentes modelos de oligarquías corruptas, debidamente actualizadas, para servir a los intereses de las multinacionales occidentales, a la par que generaba dolor y miseria en el pueblo autóctono. Y señala a Francia como el más “escandaloso de los colonialismos” mientras se arroga los famosos valores de la Revolución Francesa.

También analiza otros puntos claves como:

  • La secuencia de los golpes de estado con esta motivación desde el año 2020.
  • Un detallado informe de los países y sus recursos, cuyo acceso está perdiendo Europa, y que es el único motivo real de la agresividad y las amenazas que profieren desde el viejo continente.
  • Un profundo análisis de las motivaciones y de las condiciones objetivas que han desatado esta cadena de golpes de estado.
  • La evidencia de la situación caótica que esto crea en Europa, en detrimento de sus capacidades tecnológicas, industriales y científicas, que la llevan a la decadencia y a la pérdida de su poder histórico.

Finalmente, Pereyra Mele, reflexiona que estos cambios tectónicos marcan velozmente el fin del dominio occidental de hace cinco siglos sobre sus antiguas colonias que dicen: ¡¡ BASTA !! Y reclaman una independencia real y la igualdad entre las naciones del mundo.

Eduardo Bonugli (Madrid, 03/09/23)

Mapa de los países miembro de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), incluidos aquellos sancionados tras un golpe de Estado – AFP / AFP / NALINI LEPETIT-CHELLA