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¡¡ EL 2024 NACE CON CINCO FRENTES DE LUCHA POR EL PODER MUNDIAL, ENTRE EL BLOQUE ANGLOSAJÓN Y EL SUR GLOBAL !! Lo informa el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su última columna del año del Club de La Pluma, afirmando que la irreversible transición de la unipolaridad a la multipolaridad se disputará en paralelo al desarrollo de los siguientes procesos:

  • LA GUERRA DE UCRANIA donde se acerca la hora crucial de la derrota de la OTAN.
  • LA CONSOLIDACIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO con la unión de suníes y chiítas en la condena al estado genocida israelí.
  • LA LIBERALIZACIÓN ANTICOLONIAL AFRICANA de los regímenes esclavistas europeos y anglosajones.
  • LA TENSIÓN ENTRE TAIWÁN Y CHINA fogoneada por EEUU para mantener su influencia en el Lejano Oriente.
  • LOS ATISBOS INDEPENDENTISTAS EN AMÉRICA LATINA con sus nuevas posturas internacionales por fuera del poder atlantista.

Y mientras analiza en profundidad estos escenarios con su extensa capacidad geopolítica, se lamenta que Argentina se quede fuera de los nuevos horizontes de futuro, a causa del triunfo electoral de un régimen libertario, atlantista, globalista, sionista y fundamentalista, que puede llevar al país a una profunda división y a una gravisima crisis interna, con consecuencias tan impredecibles como peligrosas.

AUDIO:

 También nos habla de V. Putin, liderando el gigantesco cártel mundial de gas y petróleo, del alumbramiento de los BRICS+10, del referéndum en Venezuela por la Guayana Esequiba, y de las declaraciones del jefe del servicio de inteligencia exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, quién destacó las diferencias entre el principio geopolítico anglosajón de “DIVIDE Y VENCERÁS”, contra el nuevo principio continental de “UNE Y GOBERNARÁS”.

Y concluye con que el poder imperial occidental, que no permite que exista otro mundo que no sea el de ellos, está en un franco proceso de deterioro ante semejante cambio tectónico, lo que obligará a la futura administración norteamericana, sea del color que fuere, a amoldarse a las nuevas realidades y a las nuevos escenarios geopolíticos, transformados por el mundo euroasiático y del Sur Global y a la vez, que están cambiando el curso de la humanidad de los últimos cinco siglos a una velocidad vertiginosa.

Eduardo Bonugli (Madrid, (17/12/24)

¡¡ 2023 HA SIDO EL MÁS TERRIBLE AÑO DE GENOCIDIOS Y GUERRAS PROXY DE TODO EL SIGLO XXI !!

Así lo afirma el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, destacando la paradoja que este año que finaliza coincide con el período de mayor vigencia de organismos y de leyes internacionales que -supuestamente- deberían frenar, condenar y castigar semejantes atrocidades. Pero que por el contrario han vuelto a fracasar vergonzosamente. Con lo que se desnuda la fatal realidad de que si el imperio anglo sajón es el primer y activo promotor de estas desgracias motivadas por sus profundos intereses económicos y geopolíticos en el mundo, y es a la vez el que controla y maneja estos organismos mundiales, no es difícil deducir los motivos por los que los tan ineptos burócratas “de la paz mundial” opten siempre por el cero accionar, con la complicidad de los grandes medios.

Y en ese análisis del 2023, aborda Pereyra Mele el espantoso genocidio palestino a manos del Estado de Israel con la evidente complicidad de EEUU y Europa, también analiza la agonía de Ucrania y su catástrofe humanitaria, poblacional y generacional y cuya derrota ya la reconocen en Occidente, quién a su vez, fue instigador y promotor de tan ruinosa “guerra Proxy”. Nos da cuenta además de la nueva activación del ISIS por parte de la CIA para desestabilizar el Sahel Africano, de donde fueron expulsadas las corruptas empresas europeas con sus métodos esclavistas. Nos habla de la limpieza étnica de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj, otra en Sudán del Sur con persecución de minorías tribales, el desalojo y exterminio de grupos étnicos en Etiopía y las acciones militares en El Congo contra grupos de tribus.

En cuanto a la actualidad, se refiere en primer lugar al año complicadísimo de Argentina, con su profundo cambio político que lo llevará al aislamiento internacional, tal cual lo demuestran las escasas figuras políticas de peso global que asistieron a la asunción del nuevo presidente, además de los terribles planes económicos anunciados que auguran una grave hecatombe social y humana. También nos habla de la intensa actividad de Putin, con su espectacular viaje a Arabia Saudita y Emiratos, luego de su reunión con el presidente de Irán y el encuentro con las autoridades de Omán, lo cual demuestra que ni Rusia ni Putin están aislados como cuenta el falso relato occidental. Todo ello para establecer nuevos lazos y nuevos acuerdos de índole militar y económico y sobre todo, para profundizar la estrategia sobre los recursos energéticos, teniendo como telón de fondo a los BRICS y su nueva etapa que se inicia el próximo 1º de Enero.

Y concluye el audio con que se continúan produciendo gigantescos cambios a nivel internacional y en el sur global, los cuales Occidente quiere ocultar, especialmente para no asumir la pendiente y el retroceso de los poderes atlantistas encabezados por el poder anglo norteamericano, que marcan el fin histórico de un ciclo imperial y que definen el nuevo ordenamiento mundial de la multipolaridad.

Eduardo Bonugli (Madrid, (10/12/24)

People are seen in front of clouds of black smoke from fires in the aftermath at the scene of an airstrike in Mekele, the capital of the Tigray region of northern Ethiopia. (AP Photo)

Republica Democratica del Congo

Por Peter Logghe

Donde la tierra y el mar se encuentran, hay lugar para la tensión geopolítica, especialmente cuando se trata de Estados competidores que bordean mares o lagos interiores. Esa tensión es obvia para todos alrededor del Canal de Suez, en el Océano Índico, en el Mar del Sur de China, con las numerosas disputas entre la superpotencia China y estados como Japón, Taiwán, Filipinas y otros.

Menos conocido es el Bósforo, en el Mar Negro, mientras que la invasión rusa de Ucrania pone cada vez más de relieve la importancia geopolítica de este estrecho turco. Basándose en la Convención de Montreux de 1936, Turquía ha jugado repetidamente sus bazas estratégicas. Debido a la globalización del comercio y, por tanto, al enorme aumento del transporte marítimo, Turquía ha desarrollado recientemente el proyecto del «Canal de Estambul», para aliviar parcialmente el Bósforo, pero sin beneficiarse menos del aumento del transporte marítimo.

Ana Pouvreau, doctora en estudios eslavos por la Universidad de París-IV Sorbona, diplomada en relaciones internacionales y estudios estratégicos por la Universidad de Boston, dedica un extenso artículo en la revista francesa Conflits (revista de geopolítica), nº 48 (noviembre-diciembre de 2023) a este estrecho marítimo que ha desempeñado y seguirá desempeñando un papel político-económico tan importante. Se trata de un estrecho de unos 30 kilómetros que conecta los continentes europeo y asiático.

Los otomanos se dieron cuenta de la importancia geopolítica de este tramo de mar hace mucho tiempo: en 1393 y 1451 construyeron fortificaciones en el Bósforo, lo que les permitió tomar Constantinopla en 1453. Sobre todo, se dieron cuenta de que, al hacerlo, controlaban el acceso de los barcos al Mar Negro y, por tanto, tenían el control sobre todo el Mar Negro y sus Estados. El Mar Negro se convirtió en un lago turco, en detrimento de Rusia. Esto obligó a los rusos durante siglos a pedir siempre permiso al sultán para navegar por el Bósforo. La balanza se inclinó en el siglo XVIII, cuando los rusos lograron conquistar la costa norte del Mar Negro y obtuvieron el derecho a navegar en el mar y a través del estrecho. Sin embargo, el Bósforo siguió provocando tensiones geopolíticas.

Importancia de la Convención de Montreux (20 de julio de 1936)

La autora Ana Pouvreau subraya acertadamente en Conflits la importancia de la Convención de Montreux, que sigue siendo válida. Ese acuerdo internacional garantiza el libre paso de los buques comerciales. El paso de los buques de guerra está sujeto a restricciones especiales. En particular, los Estados no ribereños del Mar Negro tienen que limitar el número de buques de guerra y su tonelaje. Turquía tiene la potestad de denegar el acceso al Bósforo a cualquier barco y de hacerlo a su discreción – en tiempos de guerra, Turquía recurrió a esto. El 27 de febrero de 2022, la guerra en Ucrania se registró como amenaza, lo que permitió a Turquía adoptar medidas restrictivas basadas en este convenio.

Si el Bósforo es una de las puertas de entrada a Rusia para Europa Occidental, los estrechos son el único acceso por agua posible al Mediterráneo para Rusia y, por tanto, un punto caliente geopolítico para la flota rusa en el Mar Negro. Gracias a la pertenencia de Turquía a la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte controló durante décadas el acceso al Mar Negro, lo que no es poco. Con la desintegración de la Unión Soviética, afirma Ana Pouvreau, el espacio póntico se abrió aún más a la Alianza Atlántica. La tensión aumentó con la secesión de Transnistria, Abjasia y Osetia del Sur, que se unieron a Rusia. Para Igor Delanoë, experto en Rusia, esta zona sigue siendo «un polo militar póntico-caucásico», que Rusia ve como una oportunidad para responder a las políticas de contención estadounidenses, aumentando así la influencia rusa en la región. Ana Pouvreau, por ejemplo, se refiere al estallido de la guerra en Siria en 2011. Rusia creó entonces de inmediato una base de apoyo marítimo -también conocida como el Expreso de Siria- para hacer llegar ayuda militar (a través del Bósforo) al régimen de Assad sobre el terreno.  Los buques rusos atravesaron en masa los estrechos turcos.

El Mar Negro y el Mar de Azov son verdaderos centros de intercambios comerciales entre Rusia y el resto del mundo, especialmente a través del puerto de Novorossiysk, que se ha convertido silenciosamente en el puerto más importante de Rusia – de ahí de nuevo la importancia del Bósforo. Alrededor del 40% de la producción bruta de petróleo de Rusia pasa por el Bósforo. Rusia suministra a Turquía suficiente combustible – Turquía se opuso y se opone a las sanciones económicas contra Rusia. Rusia es además el primer exportador de grano y harina, y – a través del Bósforo – un actor global en la seguridad alimentaria mundial.

La globalización de la economía mundial ha incrementado enormemente los intercambios comerciales en el Bósforo y sus alrededores. Para los Estados ribereños de Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia y Georgia, este estrecho reviste una importancia primordial. En 2019, según el autor de Conflits, 40.000 barcos atravesaron el Bósforo. Desde hace varios años, el tráfico incluso se ha saturado, obligando a los barcos a soportar largas esperas. Estambul creció junto con el comercio mundial y hoy es una de las principales metrópolis del mundo, con 15,84 millones de habitantes.

Además, desde la invasión rusa de Ucrania, Turquía se ha convertido en un centro energético y en un puerto de tránsito de petróleo y gas de Asia a Europa aún más importante de lo que ya era. Turquía, por su parte, lleva desde 2021 ejecutando sus planes para el llamado Canal de Estambul, que espera completar en 2027. Este canal, según el gobierno turco, debería reducir la presión sobre el Bósforo. El canal tendrá 45 km de largo y 275 metros de ancho. El paso será de pago, lo que, sin embargo, puede tener un coletazo jurídico, ya que comprometería la libertad de navegación. Rusia ve el proyecto con recelo, ya que este nuevo canal permitiría a la OTAN llevar sus tropas al Mar Negro con mayor rapidez.

Puede que el Bósforo sea menos conocido para el gran público, pero el lugar no es insignificante en las crecientes tensiones geopolíticas.

Conflits, Revue de Géopolitique, novembre-décembre 2023, n° 48, 32 rue du Faubourg Poissonnière, F-75010 Paris.

Fuente: Knooppunt Deltapers – Nieuwsbrief nº 184 – Noviembre de 2023

Traducción: Enric Ravello Barber publicado en Geopolitika.ru

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO

La inquietud por el futuro es un asunto que de manera regular es importante atemperar; sin embargo, aunque los ríos de ansiedad corran, me parece importante comentar sobre variables (dramáticas algunas, complejas por demás todas) que a mi juicio perfilarán de manera importante el contexto de la geopolítica en 2024.

Por Miguel Tovar es analista y politólogo por el Colegio de México (Colmex)

Si bien el intríngulis del gran teatro de la geopolítica es cosa recurrente —la zozobra de las guerras y las crisis humanitarias—, me parece que estamos ante un punto de cambio. Primero, la polarización social en Estados Unidos se traduce en un debilitamiento de las instituciones políticas que, si bien no es el fin de su hegemonía global, sí es signo de pérdida de posicionamiento en espacios ante otros jugadores en Europa y Oriente Medio.

Segundo, si bien la posición de Rusia es de poder, la realidad es que carece de la hegemonía soviética de antaño incluso en espacios geopolíticos sensibles (especialmente en Europa del este y Asia Central), ya no digamos de interlocución global

Tercero, las grandes esperanzas de China como potencia se van desdibujando ante una economía centralizada que apostó por el desarrollo inmobiliario sin control. Cuarto, el crecimiento espectacular de India no necesariamente se traduce en un país con pretensiones mundiales.

Quinto, el regreso no inesperado, pero sí recargado del conflicto en Oriente Medio, genera tensiones de alcance regional y global. Por último, la crisis climática que parece no tener fin, donde las respuestas de gobiernos y empresas siguen sin atajar la cuestión central: la descarbonización de las sociedades.

ELECCIONES EN EUA, DE NUEVO LA POLARIZACIÓN

El 5 de noviembre de 2024, los estadounidenses emitirán sus votos para elegir al presidente, 435 miembros de la Cámara de Representantes, 34 de los 100 senadores y 11 gobernadores. En este momento, parece otro enfrentamiento entre Joe Biden y Donald Trump, pues a pesar de la avalancha de acusaciones legales, Trump sigue siendo el favorito para ganar la nominación republicana.

La verdadera pregunta es: si asegura la candidatura, ¿pudiera ganar las elecciones presidenciales? Real Clear Politics presentó una encuesta que coloca a ambos contendientes empatados con 44 por ciento de intención de voto. Vamos, si las elecciones se celebraran mañana, Trump tendría una posibilidad real de recuperar la presidencia.

A estas alturas de la contienda, es demasiado pronto esbozar posibles impactos, ya que se ha presentado poco en términos de propuestas políticas. Sin embargo, las propuestas de alto impacto se adoptarán solo si un partido controla la Casa Blanca y el Congreso, e incluso entonces los presidentes a menudo se enfrentan a cuellos de botella en sus propios partidos.

LA GUERRA RUSIA-UCRANIA SIGUE

Los acontecimientos en el campo de batalla ucraniano en 2024 dependerán de una serie de factores, como consideraciones de geopolítica, ciclos electorales y las entregas y disponibilidad de armamento.

Los planes militares ucranianos también reflejarán consideraciones políticas de escala global. Uno de los primeros elementos por considerar es el proceso electoral en Estados Unidos, lo cual puede poner en riesgo o interrumpir el apoyo militar. Mientras, Europa parece dispuesta a continuar los apoyos.

Es importante destacar que el estatus actual de maniobras defensivas parecería cumplir con el principal objetivo de Rusia de congelar el conflicto. Si Rusia puede continuar esta estrategia en 2024, a Ucrania le resultará complicado mantener el apoyo internacional para nuevas operaciones ofensivas a gran escala.

DESACELERACIÓN CHINA EN LA GEOPOLÍTICA

El Banco Mundial recortó el pronóstico de crecimiento de China para el próximo año de 4.8 a 4.4 por ciento. Esto en buena medida porque el país se ha visto presionado por la inestabilidad del sector inmobiliario. Evergrande Group, el mayor desarrollador del país, trae a cuestas un nivel de endeudamiento importante, mientras que la caída de las ventas a lo largo de los últimos dos años ha afectado su posición de flujo de caja.

La cosa no es sencilla de resolver, pues se estima que el sector inmobiliario contribuye con cerca de un cuarto del PIB de China. Por lo que básicamente su participación en la economía es tan grande que implica una multitud de industrias relacionadas. En ese sentido, es previsible un 2024 emproblemado en la medida en que las dificultades no se resolverán pronto, pues mientras los precios de la vivienda en ciudades grandes parecen estar recuperándose, las ciudades medianas y pequeñas todavía están estancadas.

EL AVANCE INCIERTO DE LA INDIA

De manera contraria, el pronóstico de crecimiento de India para 2024 se elevó a 6.3 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional en su informe Perspectivas de la Economía Mundial. Un ascenso espectacular que ha avanzado a raíz de la liberalización económica de la década de 1990. Desde el cambio de siglo, la economía de la India ha superado las predicciones, cuadruplicándose en el transcurso de una década.

Sin embargo, el país todavía enfrenta importantes desafíos en materia de desarrollo. Las divisiones arraigadas de la estructura de castas se agravan por el surgimiento de nuevas formas de desigualdad derivadas de la economía.

También es importante considerar que, si bien las instituciones democráticas han prosperado de una manera que pocos esperaban, se afrontan desafíos frente al nepotismo, la corrupción y la violencia de insurgencias locales, lo cual afecta a grandes partes del país, imponiendo riesgos sociales y costos al desarrollo económico.

LA CRISIS CLIMÁTICA SACUDE LA GEOPOLÍTICA

Potencialmente, el mundo podría superar el peligroso límite de calentamiento de 1.5 °C en 2024, algo que claramente marca la falta de acciones y políticas a nivel global. Vamos, es probable que la última década haya sido el periodo más caluroso de los últimos 125,000 años, mientras que el periodo 2016-2020 ha sido el más caluroso registrado desde 1850. Si estos datos no suenan preocupantes, tal vez nada lo sea.

Ahora, si bien las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron ligeramente en 2020 debido a la pandemia de covid-19, pronto retomaron su tasa de crecimiento, lo que significa que las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico han seguido aumentando.

La descarbonización de la industria, el transporte y la generación de energía son piezas clave para abordar de una vez la crisis climática que cada año se agudiza. Las medidas actuales siguen sin ser de la contundencia necesaria, y los impactos sobre todo en los países menos desarrollados siguen siendo devastadoras.

LA GUERRA EN GAZA

Empezando por lo básico: Gaza es una estrecha franja de tierra situada entre Israel y el Mediterráneo gobernada por Hamás, un grupo musulmán radical definido como organización terrorista por la gran mayoría de los países. Desde 2006, Hamás controla Gaza y sus militantes han librado varias guerras con Israel, que ha mantenido un bloqueo en la franja para aislarle, lo cual ha pauperizado las condiciones de vida de los cerca de 600,000 palestinos.

Esto ha resultado en la radicalización de ambos bandos que a su vez ha desencadenado en los nuevos ataques de Hamás a Israel, y el reinicio del conflicto, pero con un nivel más intenso de agresiones, lo cual, como siempre en las miserias de la guerra, lleva a cuesta la población civil con la consecuente crisis humanitaria que se vive en la región.

Esto además se inserta en el gran teatro de la geopolítica global. Por un lado, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales han condenado el ataque de Hamás contra Israel. Por su parte, Rusia y China se han negado a condenar a Hamás y dicen que mantienen contacto con ambas partes en el conflicto.

CONCLUSIONES SOBRE LA GEOPOLÍTICA EN 2024

Se nos presenta de nuevo un mundo polarizado, pero no de Guerra Fría, sino un panorama que deriva en conflictos regionales con implicaciones globales. Desde la radicalización de la política estadounidenses y su impacto en los conflictos en Ucrania y Gaza, hasta las visiones divergentes de Rusia, China e India y sus áreas de influencia en Europa, Asia y África. Como cereza del pastel: una crisis climática que parece pasar desatendida. En fin, ojalá nos tocara vivir tiempos menos interesantes. N

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Miguel Tovar es analista y politólogo por el Colegio de México (Colmex). Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor(Newsweek ). Y no representan necesariamente la posición de DOSSIER GEOPOLITICO.

Publicado en Newsweek en Español FUENTE: https://newsweekespanol.com/2023/11/que-depara-2024-temas-geopolitica/

Katehon

Según informan los medios de comunicación, el 24 de octubre se inauguró en Kazajstán un Centro de Operaciones de Paz de la OTAN. El embajador estadounidense en Kazajstán, Daniel Roseblum, participó en el acto inaugural. Después de que el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, dijera que Moscú estaba esperando «información detallada» sobre el episodio, el ministerio de Defensa de Kazajstán se apresuró a decir que sólo se había inaugurado en el país una nueva sala de conferencias del Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. Sin embargo, el embajador estadounidense sí participó en el acto: resultó que fue la embajada de Estados Unidos la que financió la inauguración de la sala de conferencias.

Este episodio ilustra uno de los componentes de la política estadounidense hacia Kazajstán: la penetración en el país con el pretexto del mantenimiento de la paz y la lucha contra las amenazas.

Kazajstán – OTAN: cooperación militar

Las relaciones entre la OTAN y Kazajstán se han desarrollado activamente desde 1992, cuando Kazajstán se incorporó al Consejo de Cooperación Euroatlántico. En 1994, la república postsoviética se incorporó al programa de la Asociación para la Paz. El documento marco de la Asociación establecía los siguientes objetivos «desarrollar la transparencia en los procesos de planificación y presupuestación militar; garantizar el control democrático de las fuerzas armadas; mantener la capacidad y la preparación de las fuerzas para contribuir a las operaciones dirigidas por la ONU y/o la OTAN; desarrollar una relación militar de cooperación con la OTAN para la planificación conjunta de la formación y los ejercicios con el fin de mejorar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo; crear, a largo plazo, una fuerza capaz de interoperar con la OTAN; y desarrollar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo».

De facto, todas estas prioridades pretenden reforzar el control de la OTAN sobre las fuerzas armadas kazajas, y no al revés. Esto resulta comprensible. La «Asociación para la Paz» se planificó inicialmente como un paso preparatorio para el posterior ingreso en la Alianza. Cuando en un principio no se pretendía admitir a un país por razones políticas, como en el caso de Rusia en los años noventa, o -como en el caso de Kazajstán- debido a su ubicación fuera del área de responsabilidad del Tratado de Washington de 1949, la OTAN utiliza el documento marco para controlar las fuerzas armadas del «socio».

Un examen somero de los instrumentos oficiales de la «asociación» Kazajstán-OTAN nos permite llegar a una conclusión segura: su objetivo es el control total. Abarca cuestiones como la planificación de la defensa y la transformación de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán, la preparación y el equipamiento de un «contingente de mantenimiento de la paz conforme a las normas de la OTAN», la «formación de oficiales de Estado Mayor», la cooperación intensiva en el ámbito de la educación militar, el suministro de material militar, etc.

Desde 2007, la Universidad de Defensa Nacional de Kazajstán participa en el Programa de Mejora de la Educación para la Defensa (DEEP) de la OTAN. Desde 2020, Kazajstán acoge el KAZCENT, el Centro de Adiestramiento de Kazajstán para el programa de la Asociación para la Paz de la OTAN, que ofrece cursos de «inglés militar y procedimientos del personal de la OTAN, así como un curso introductorio sobre la historia, la economía y la cultura de Asia Central y Afganistán». La OTAN participa en la formación tanto de suboficiales como de oficiales de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán.

Todo ello requiere la presencia de instructores y asesores de la OTAN en las tropas, la transparencia de las fuerzas armadas kazajas para la Alianza del Atlántico Norte, el acceso de la OTAN a los documentos del personal y a la información confidencial sobre las fuerzas armadas kazajas, y la formación de especialistas kazajos en la OTAN. Esto abre un amplio espacio para las actividades de inteligencia y la organización de redes occidentales de influencia no sólo en Kazajstán sino también en las estructuras de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en su conjunto. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo ejercicios conjuntos con la OTAN «Águila Esteparia».

Para el mundo exterior, la principal tarea de la cooperación son las «operaciones de mantenimiento de la paz», pero por qué se eligió a una organización agresiva como socio principal en el mantenimiento de la paz, la Astana oficial no lo explica.

Los intereses de la OTAN

El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con el telón de fondo de los intereses de la OTAN en el mantenimiento de la paz, el Centro Europeo para la Seguridad y la Cooperación en Europa (ECSEC, por sus siglas en inglés), el Centro Europeo George C. Marshall. El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con los acontecimientos de Ucrania como telón de fondo, «los programas de entrenamiento destinados a mejorar la profesionalidad del ejército de Kazajstán podrían ser una forma rentable de que Estados Unidos desarrolle una asociación a largo plazo con el país más estable de Asia Central». Según Sebastian Engels, analista del Centro Marshall, los programas de cooperación del ejército kazajo con la OTAN

  1. reforzarán «la interoperatividad con la OTAN y aumentarán la probabilidad de que Kazajstán participe en operaciones de la ONU como parte de una brigada de mantenimiento de la paz (KAZBRIG), que es un objetivo a largo plazo del IPAP de Kazajstán y, hasta 2014. – el principal objetivo de Estados Unidos»;
  2. influir en la política interior de Kazajstán: «los valores liberales y democráticos se introducirán bien directamente en clases de temática occidental desarrolladas por el Consorcio de Academias de Defensa e Institutos de Estudios de Seguridad de la Asociación para la Paz (PfPC), bien osmóticamente a través de la interacción con soldados y civiles estadounidenses durante los intercambios o en las instalaciones militares de EE.UU.»;
  3. reducir la «dependencia» de Kazajstán de Rusia en el ámbito militar: «hay aspectos de la mejora militar que están más allá de las capacidades de Rusia, como la formación de suboficiales, la logística, la gestión de la formación y los recursos humanos (RH). Estados Unidos, con los suboficiales más capaces de todas las fuerzas armadas y décadas de esfuerzos propios de profesionalización, está mejor situado para afrontar este reto.»

«Al incrustarnos en los institutos y academias de Kazajstán, tendremos un conocimiento fundamental de su mentalidad de defensa y podremos influir en sus actitudes hacia las posiciones occidentales… Tener expertos incrustados en puestos clave permitirá a EEUU influir en la toma de decisiones en Kazajstán en tiempos de crisis», afirmó un analista de un centro afiliado a la OTAN y al gobierno estadounidense.

Lazos tóxicos entre Kazajstán y EEUU

Otra área de cooperación entre Kazajstán y el ejército estadounidense es la defensa contra las amenazas biológicas. Sin embargo, Rusia tiene una opinión discrepante sobre el papel de Estados Unidos. Como declaró anteriormente el ex médico sanitario ruso Gennady Onishchenko en el Laboratorio Central de Referencia, cerca de Almaty, «se están desarrollando formulaciones biológicas militares». Este lugar no tiene nada que ver con la sanidad civil kazaja». A su vez, las autoridades kazajas afirman que por el momento no hay supuestamente ningún estadounidense en este laboratorio, que fue construido con dinero estadounidense, y que todo el trabajo lo realizan científicos kazajos.

Estados Unidos también está interesado en las cuestiones de seguridad nuclear en Kazajstán: el país es uno de los mayores exportadores de uranio y alberga varias instalaciones del programa nuclear soviético, incluidos los reactores de Alma-Ata y Kurchatov, antiguo centro del polígono de pruebas nucleares de Semipalatinsk. En 2017, Kazajstán inauguró un Centro de Formación en Seguridad Nuclear (NSTC). Se creó con el apoyo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos (NNSA).  En agosto de 2023, Estados Unidos llevó a cabo un ejercicio de seguridad nuclear en Kazajstán.

De facto, Estados Unidos ha creado centros para su presencia militar en Kazajstán, y esto afecta a cuestiones de seguridad biológica y radiológica, lo que contradice la letra y el espíritu de las obligaciones de Kazajstán como miembro de la OTSC y de la OCS, afirman los expertos rusos.

Cooperación con el Reino Unido

En abril de 2022, Kazajstán firmó un plan de cooperación militar con el Reino Unido para 2022-2023. Esto fue precedido por la participación activa de oficiales británicos en programas conjuntos entre Kazajstán y la OTAN y el acuerdo de un programa de cooperación reforzada en materia de defensa en 2013-14. Son los instructores británicos los que participan predominantemente en la enseñanza del inglés al personal militar kazajo.

A finales de septiembre de 2023, el secretario de Defensa británico, James Hippey, visitó Kazajstán para hablar de cooperación militar y «acogió con satisfacción el apoyo de Kazajstán al régimen de sanciones contra Rusia».

Kazajstán y Turquía

Además de con Estados Unidos, Kazajstán está aumentando su cooperación militar con otro miembro de la OTAN, Turquía. En julio de 2023, oficiales militares turcos discutieron con la dirección del Ministerio de Defensa de Kazajstán las perspectivas de las relaciones bilaterales en educación militar, entrenamiento de combate y mantenimiento de la paz.

En mayo de 2022, durante la visita de la delegación del presidente kazajo Kasym-Jomart Tokayev a Ankara, se firmó un memorando sobre cooperación técnico-militar, en virtud del cual Kazajstán podrá iniciar el ensamblaje bajo licencia y el mantenimiento de los aviones no tripulados turcos ANKA. Aibek Barysov, presidente de la Asociación de Empresas de la Industria de Defensa de Kazajstán, declaró que desea seguir desarrollando la cooperación con Ankara y las empresas turcas. Señaló que los estándares de la OTAN son más modernos y seguros y, por tanto, más atractivos.

El deseo de Kazajstán de reforzar la cooperación con la OTAN también queda patente en el intento de Astana de comprar más de 800 vehículos ARMA a la empresa turca Otokar por más de 4.000 millones de dólares en 2022.

¿El fin del multivectorismo?

Kazajstán se ha negado a apoyar a Rusia desde el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania. El presidente Kasym-Jomar Tokayev prometió seguir el «régimen de sanciones» contra Rusia. Esto es objetivamente contrario a los intereses del país, cuyas empresas se benefician de facto en gran medida participando en esquemas de elusión de las sanciones. Cultural y económicamente, Kazajstán está estrechamente vinculado a Rusia y China.

Las tendencias negativas de la política kazaja están relacionadas con la influencia atlantista, que contradice los intereses objetivos del país y la identidad euroasiática de sus pueblos. Tanto Estados Unidos como la UE y el Reino Unido son ahora muy activos en la dirección de Asia Central. El objetivo es abrir una brecha en las relaciones con Moscú y Pekín explotando las frustraciones de las élites nacionales ante el poder de los dos vecinos. Por ello, la OTAN también intenta reforzar su influencia en la región.

Sin embargo, esto supone un reto de seguridad para Rusia y la RPC, que, en el contexto del empeoramiento de las relaciones con el Occidente colectivo, se muestran muy negativas ante los indicios de una presencia atlantista en la región. Kazajstán intenta ahora mantener una estrategia de equilibrio entre eurasianistas y atlantistas. El aspecto más visible de la cooperación con la OTAN: el ejercicio Águila Esteparia no tiene lugar desde 2023. A otros niveles, sin embargo, la interacción no sólo persiste sino que se está ampliando.

La reacción de Moscú ante el acto con el embajador estadounidense en el Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz demuestra que este tipo de contactos ya no son aceptables tampoco para Moscú. En estas condiciones, será difícil para Kazajstán mantener el multivectorismo como principio fundamental de su política exterior. Hay que elegir: o los atlantistas, interesados en desestabilizar la región para crear problemas a Moscú y Pekín, o el vector euroasiático de desarrollo – una apuesta por la multipolaridad, la negativa a cooperar con los atlantistas, el desarrollo pacífico y armonioso y la amistad con los vecinos.

Traducción: Enric Ravello Barber para Geopolitika.ru

FUENTE: https://www.geopolitika.ru/es/article/kazajstan-y-la-otan-el-atlantismo-en-el-corazon-de-eurasia

John DugardCambridge University Press

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

El 2 de junio de 2022, el presidente Biden publicó un artículo de opinión en el New York Times titulado «Cómo está dispuesto Estados Unidos a ayudar a Ucrania» en el que declaraba que la acción de Rusia en Ucrania «podría marcar el fin del orden internacional basado en reglas y abrir la puerta a la agresión en otros lugares, con consecuencias catastróficas en todo el mundo».(1) No se menciona el derecho internacional. Posteriormente, en una conferencia de prensa al concluir la Cumbre de la OTAN de junio de 2022 en Madrid, advirtió tanto a Rusia como a China que las democracias del mundo «defenderían el orden basado en reglas» (OBR).(2) Una vez más, no se menciona el derecho internacional. El 12 de octubre de 2022, el presidente de los Estados Unidos publicó una Estrategia de Seguridad Nacional que hace repetidas referencias al OBR como la «base de la paz y la prosperidad globales»(3) con sólo una referencia pasajera al derecho internacional.(4) El término «orden basado en reglas» es utilizado con tanta frecuencia por líderes políticos estadounidenses, como el presidente Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, que, según el profesor Stephen Walt de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, «parece haberse convertido en un requisito laboral para un alto puesto en el aparato de política exterior de Estados Unidos”.(5) La conclusión clara que se puede extraer de esto es que el hecho de que Estados Unidos no invoque el derecho internacional y en su lugar apele en la mayoría de las ocasiones a un «orden internacional basado en reglas» es algo considerado y deliberado.(6)

Otros líderes occidentales también han invocado el «orden internacional basado en reglas» para criticar a los Estados no occidentales, en particular a Rusia y China, por su mala conducta internacional (7) pero tales referencias han sido inconsistentes (8) o usarse indistintamente con el derecho internacional. Un buen ejemplo de esto lo proporciona la Declaración emitida por los Jefes de Estado al concluir la Cumbre de la OTAN en Madrid de 2022, en la que se afirmó que «nos adherimos al derecho internacional y a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas». Naciones. Estamos comprometidos a defender el orden internacional basado en reglas”.(9) El Primer Ministro de los Países Bajos ha ido aún más lejos al combinar los dos términos en una sola frase al referirse al «orden jurídico internacional basado en reglas».(10) Esto sugiere que otros líderes occidentales, particularmente de la UE, tienen una actitud ambivalente hacia el orden internacional basado en reglas. Si bien están dispuestos a aceptar el lenguaje preferido de Estados Unidos en declaraciones conjuntas con Estados Unidos, insisten, no obstante, en que las relaciones internacionales se rigen por el derecho internacional. Esto quedó claro en una declaración emitida por la UE en las Naciones Unidas cuando Rusia invadió Ucrania.(11) El Reino Unido, por otra parte, invoca con frecuencia el orden internacional basado en reglas.(12)

¿Qué es esta criatura, el «orden internacional basado en reglas», que los líderes políticos estadounidenses han invocado cada vez más desde el final de la Guerra Fría en lugar del derecho internacional? ¿Es un sinónimo inofensivo de derecho internacional, como sugieren los líderes europeos? ¿O es algo más, un sistema destinado a reemplazar el derecho internacional que ha regido el comportamiento de los Estados durante más de 500 años?

En este editorial deseo compartir algunas reflexiones sobre este nuevo fenómeno, en un intento de responder a esta pregunta.

Una búsqueda en los índices de los principales libros de texto de derecho internacional no ayuda. No se menciona el «orden internacional basado en reglas» en una selección aleatoria de tales libros.(13) El relativo silencio de los académicos y profesionales del derecho internacional sobre este tema posiblemente pueda explicarse porque los abogados ven el OBR como el término político para el derecho internacional o como una retórica política inofensiva. Sin embargo, esto es desafortunado ya que ha permitido a los políticos invocar el OBR sin dar una explicación de lo que quieren decir.

1.Dos maneras de ver el ’orden basado en reglas’

Por un lado, puede verse como un concepto desarrollado por politólogos y políticos que pretende ser más o menos sinónimo de derecho internacional. (14) Fundado en un orden internacional liberal, está «basado en principios de gobernanza democrática, la protección de los derechos individuales, la apertura económica y el estado de derecho»(15) y se caracteriza por la igualdad, los derechos humanos, la libertad, el multilateralismo, la libre circulación de mercancías y la seguridad colectiva.(16) En su contenido, va más allá de la estrecha percepción positivista del derecho internacional para incluir el derecho indicativo, incluidas las normas y recomendaciones de las organizaciones internacionales de normalización (17) y conferencias y reglas elaboradas por actores no estatales.

Según este punto de vista, el OBR se basa en principios que constituyen los fundamentos del derecho internacional y además tiene en cuenta las fuentes más amplias del derecho internacional contemporáneo defendidas por muchos académicos. Al igual que el derecho internacional, se basa en los valores de la comunidad internacional consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en tratados multilaterales y normas consuetudinarias que dan efecto a esos valores.

Sin embargo, existe otra perspectiva de lel OBR que requiere consideración.

Los teóricos y comentaristas políticos han tomado la iniciativa en el examen del OBR pero, aparte de aquellos que han criticado al OBR, (18) han prestado escasa atención a la relación con el derecho internacional. Por ejemplo, si bien han anunciado la importancia de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la cooperación económica y los principios maternales del derecho internacional, no han considerado el contenido de estos principios en referencia a tratados multilaterales o normas consuetudinarias. o los mecanismos para su aplicación. Están satisfechos con la exposición de valores que no están definidos sin tener en cuenta su fuerza vinculante o aplicabilidad. En resumen, no son reglas tal como las entienden los abogados. Para empeorar las cosas, no han considerado la cuestión de si el OBR y el derecho internacional son compatibles entre sí o si un orden es superior al otro.

La naturaleza indeterminada e indefinida de las «reglas» del OBR y la falta de consideración de su relación con el derecho internacional ha llevado a cuestionar el motivo del recurso al OBR por parte de Estados Unidos. La manera en que Estados Unidos ha justificado aparentes violaciones del derecho internacional por parte de sus propias fuerzas o de sus amigos cercanos ha resultado inevitablemente en una explicación cínica, aunque plausible, de la preferencia de Estados Unidos por el OBR.

Según este punto de vista, el orden internacional basado en normas puede verse como la alternativa de los Estados Unidos al derecho internacional, un orden que resume el derecho internacional tal como lo interpretan los Estados Unidos de acuerdo con sus intereses nacionales, «una quimera, es decir, cualquiera que sea el Estados Unidos y sus seguidores quieren que signifique en un momento dado’. (19) Partiendo de la premisa de que «los propios Estados Unidos están dispuestos a ignorar, evadir o reescribir las reglas siempre que parezcan inconvenientes», (20) se considera que el OBR es amplia, abierta a la manipulación política y a dobles raseros. Según el profesor Stefan Talmon, el OBR «parece permitir reglas especiales en casos especiales -sui generis-«. (21)

2.La razón detrás de la referencia a un «orden internacional basado en reglas»

Hay varias razones que pueden explicar por qué Estados Unidos prefiere invocar un «orden internacional basado en reglas» y no el derecho internacional.

En primer lugar, Estados Unidos no es parte en varios tratados multilaterales importantes que constituyen una característica esencial del derecho internacional. No es parte de la Convención sobre el Derecho del Mar, lo que significa que está obligado a reprender a China por amenazar el «orden internacional basado en reglas» en el Mar Meridional de China en lugar del derecho internacional. (22) No es parte de una serie de tratados fundamentales que rigen el derecho internacional humanitario, incluidos los Protocolos de las Convenciones de Ginebra de 1977 sobre el derecho de la guerra, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, la Convención sobre Municiones en Racimo y la Convención Antipersonal. Convención sobre la prohibición de las minas. Tampoco es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño ni de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Inevitablemente, esto dificulta que Estados Unidos responsabilice a los Estados por violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho de derechos humanos en la medida en que Estados Unidos no considere que estas normas formen parte del derecho internacional consuetudinario.

En segundo lugar, Estados Unidos ha colocado interpretaciones del derecho internacional que justifican el uso de la fuerza (23) y la violación del derecho internacional humanitario que son controvertidos y cuestionados. Su interpretación del derecho de legítima defensa para permitir ataques preventivos (24) y el uso de la fuerza contra insurgentes/militantes caracterizados como terroristas son ampliamente discutidos. (25) El recurso al uso de la fuerza como especie de intervención humanitaria en el bombardeo de Belgrado en 1999, llevado a cabo bajo los auspicios de la OTAN, (26) también está en disputa. Las interpretaciones dadas a las resoluciones del Consejo de Seguridad por parte de Estados Unidos y el Reino Unido para autorizar el uso de la fuerza en Irak en 2003 (27) y Libia en 2011 (28) han sido muy criticados como pretextos ilegales para un cambio de régimen. La denegación del estatuto de prisioneros de guerra a los soldados talibanes detenidos en la Bahía de Guantánamo tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2002 ha sido cuestionada porque viola el artículo 4 de la Convención relativa al tratamiento de los prisioneros de guerra. (29) El uso de drones en Afganistán, Irak y Yemen para matar a militantes/terroristas hostiles, que Estados Unidos ha justificado como autodefensa permisible, ha sido criticado como una violación del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. (30) Parece que Estados Unidos considera más conveniente –y posible– defender interpretaciones impugnadas del derecho internacional de este tipo bajo las ’reglas’ amplias de la RBO que justificarlas bajo las reglas más estrictas del derecho internacional. (31)

En tercer lugar, Estados Unidos no está dispuesto a responsabilizar a algunos Estados, como Israel, por violaciones del derecho internacional. Se tratan como casos sui generis en los que el interés nacional excluye la rendición de cuentas. Este excepcionalismo con respecto a Israel fue explicado detalladamente por Estados Unidos en su declaración conjunta con Israel con motivo de la visita del presidente Biden a Israel en julio de 2022 (32) que reafirma «los vínculos inquebrantables entre nuestros dos países y el compromiso duradero de los Estados Unidos con la seguridad de Israel» y la determinación de los dos estados «de combatir todos los esfuerzos para boicotear o deslegitimar a Israel, negar su derecho a la autosuficiencia» defensa, o señalarlo en cualquier foro, incluidas las Naciones Unidas o la Corte Penal Internacional». Este compromiso explica la negativa constante de Estados Unidos a responsabilizar a Israel por sus repetidas violaciones del derecho humanitario, apoyar el procesamiento de los autores de crímenes internacionales ante la Corte Penal Internacional, condenar sus ataques a Gaza – mejor retratados como una aplicación excesiva de la ocupación de Gaza y no la autodefensa como sostienen los Estados Unidos – (33), insisten en que Israel procese a los asesinos de un ciudadano estadounidense (Shireen Abu Akleh), critican su violación de los derechos humanos según lo establecido tanto por el Consejo de Derechos Humanos como por la Asamblea General, aceptan que Israel aplica una política de apartheid en el Territorio Palestino Ocupado, (34) y oponerse a su anexión de Jerusalén Este. (35) Y, por supuesto, está la negativa de Estados Unidos a reconocer la existencia del arsenal nuclear de Israel o permitir cualquier discusión sobre él en el contexto de la proliferación nuclear en el Medio Oriente. (36) Es posible que tales medidas por parte de Israel se consideren consistentes con el “orden internacional basado en reglas”, incluso si violan reglas básicas del derecho internacional.

Por supuesto, los dobles raseros, el excepcionalismo y la hipocresía son características de las políticas exteriores de los estados que aceptan el derecho internacional y no favorecen al OBR. Semejante conducta debe ser condenada, ya que socava la noción de responsabilidad de todos los Estados, independientemente de su posición y de sus amigos en la comunidad internacional. Las «reglas» amorfas del OBR, sin embargo, hacen que sea más fácil para un estado brindar un trato especial a otro estado y tolerar sus violaciones del derecho internacional. Estados Unidos puede justificar su negativa a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional argumentando que el derecho internacional tal como lo interpreta Estados Unidos –el OBR– permite ataques a Gaza como autodefensa contra el terrorismo y el asesinato de militantes terroristas mediante drones, la aplicación del apartheid, la anexión de territorio y la continuación de una ocupación que se considera ampliamente ilegal.

Estas explicaciones sobre la invocación preferida de Estados Unidos del OBR no se aplican consistentemente a otros estados de la alianza occidental. La mayoría son partes en la mayoría de los tratados multilaterales. Sólo el Reino Unido participó en todas las controvertidas intervenciones militares mencionadas anteriormente, aunque algunas se llevaron a cabo bajo el paraguas de la OTAN. Y la mayoría de los Estados occidentales han estado dispuestos a responsabilizar a Israel por sus violaciones del derecho internacional, aunque sólo de palabra. Esto probablemente explica por qué los líderes occidentales han utilizado el término OBR indistintamente con el derecho internacional y parecen tratar ambos órdenes como sinónimos. Esto significa que el OBR es en gran medida una orden defendida por Estados Unidos.

3.El debate jurisprudencial entre Rusia, China y Occidente sobre el OBR

Occidente ha utilizado el OBR para juzgar a Rusia y, más recientemente, a China. Esto ha llevado a lo que podría denominarse un debate jurisprudencial entre Rusia y Occidente, en el que Rusia condena a Occidente por abandonar el respeto al derecho internacional en su afirmación del OBR, y Estados Unidos se atiene a su evaluación de la mala conducta de Rusia en términos del OBR.

Sergey Lavrov, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha criticado sistemáticamente a Occidente por su recurso a un orden internacional basado en normas. En 2020 declaró que Occidente abogaba por un «orden basado en reglas centrado en Occidente como alternativa al derecho internacional». (37) con el propósito de reemplazar el derecho internacional con métodos no consensuales para resolver disputas internacionales eludiendo el derecho internacional. (38) Explicó que «este término fue acuñado recientemente para camuflar un esfuerzo por inventar reglas en función de los cambios en la situación política para poder presionar a Estados desagradables e incluso a los aliados». (39)

El presidente Putin se ha hecho eco de esta opinión. El 25 de mayo de 2022, el Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, con motivo del Día de África, leyó una declaración del Presidente Putin en la que, en el contexto de la acción de Rusia en Ucrania, declaraba que: “El principal problema es que un pequeño grupo de países occidentales liderados por Estados Unidos sigue intentando imponer el concepto de un orden mundial basado en reglas a la comunidad internacional. Utilizan esta bandera para promover, sin dudarlo, un modelo unipolar de orden mundial donde hay países excepcionales y todos los demás que deben obedecer al club de los elegidos”. (40)

En 2019, un grupo de académicos rusos produjo un artículo académico en el que concluyen que: “Por lo tanto, hay razones suficientes para pensar que el concepto moderno de “orden basado en reglas” tiene una connotación política, ante todo antirrusa, que se suma a las actuales armas políticas de Occidente… En pocas palabras, el concepto presenta una herramienta para universalizar un proyecto occidental unilateral de orden mundial”. (41)

La guerra de palabras entre Occidente y Rusia sobre el OBR ha entrado ahora en la retórica de la invasión de Ucrania.

Rusia ha violado los principios más fundamentales del derecho internacional y el derecho de la Carta de las Naciones Unidas en su brutal ataque a Ucrania y su igualmente brutal ocupación del país. Ha violado la prohibición del uso de la fuerza, la obligación de respetar la integridad territorial de otro Estado soberano y las normas del derecho de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Pese a ello, Estados Unidos ha preferido condenar a Rusia por violar el OBR indefinido cuyas reglas aún no se han enunciado. (42)

Por su parte, Rusia ha criticado a Occidente por actuar de acuerdo con el OBR. Como se muestra arriba, el presidente Putin se quejó de la dependencia de Occidente del OBR en su declaración en el Día de África, el 25 de mayo de 2022. (43) Los precedentes sentados por la generosa interpretación de Occidente de sus obligaciones en virtud del OBR también fueron evidentes en la declaración del presidente Putin de una operación militar especial (es decir, guerra) contra Ucrania el 24 de febrero de 2022. (44) En esta declaración se refirió al bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN en 1999, la invasión de Irak en 2003, la intervención en Libia en 2011 y la acción de Estados Unidos en Siria, todos los cuales se basaron en interpretaciones dudosas y controvertidas del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. (45) La implicación clara era que Estados Unidos, Occidente y la OTAN habían pretendido actuar de acuerdo con el orden internacional basado en reglas y no con el derecho internacional en estas ocasiones.(46)

Los Estados utilizan con frecuencia el tu quoque o «qué pasa» para desviar las críticas a su propia conducta. La Unión Soviética y ahora la Federación Rusa han utilizado esta defensa contra Estados Unidos durante muchos años. Por ejemplo, ha acusado a Estados Unidos de linchar a afroamericanos, practicar la discriminación racial y apoyar a los Contras en Nicaragua en respuesta a las críticas a su propio historial de derechos humanos. Aunque tu quoque puede ser una estrategia política útil, no es una defensa aceptada en el derecho internacional. Por otro lado, no hay duda de que los precedentes de conducta ilegal serán invocados como una licencia para la legalidad por parte de un Estado delincuente, particularmente cuando se justifican en interpretaciones controvertidas de la ley perteneciente al orden internacional basado en reglas. Según Chatham House, las recientes violaciones del derecho internacional por parte de Estados Unidos han «proyectado una larga sombra sobre la pretensión de Estados Unidos de ser el principal defensor de un sistema internacional basado en reglas». (47)

China también ha afirmado su oposición a un orden basado en reglas. En mayo de 2021, en un debate virtual del Consejo de Seguridad sobre multilateralismo, el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi declaró que: “Las normas internacionales deben basarse en el derecho internacional y deben ser escritas por todos. No son una patente ni un privilegio de unos pocos. Deben ser aplicables a todos los países y no debe haber lugar para el excepcionalismo ni para dobles raseros”.(48)

En una línea similar, en 2021, Yang Jiechi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores, afirmó que China defiende el sistema centrado en las Naciones Unidas y el orden internacional respaldado por el derecho internacional y no el «llamado orden internacional basado en reglas» defendido por un pequeño número de países. (49)

4.Las reglas que componen el OBR

A la luz de la acusación tanto de los académicos occidentales como de los líderes políticos de Rusia y China de que Occidente ha propuesto el orden internacional basado en reglas como una alternativa al derecho internacional, no se puede aceptar sin examinar que el OBR es idéntica con el derecho internacional y que este es simplemente un nombre para el derecho internacional preferido por los teóricos y practicantes políticos.

Las reglas que componen el «orden internacional basado en reglas» todavía están por definirse. Hasta el momento no hay indicios de que tomarán la forma de convenciones internacionales generales o particulares según lo entiende el Artículo 38(1)(a) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Además, no sabemos cuál es la naturaleza de estas reglas. Se ha sugerido que «no tienen una cualidad positiva». Más bien, su valor depende de la medida en que sirvan a los intereses y valores de los Estados que los sostienen”.(50) Si existen reglas, el método para su creación sigue siendo un misterio.(51) No sabemos «quién establece en última instancia estas reglas y determina su contenido»,(52) no sabemos si los estados deben dar su consentimiento a estas reglas y, de ser así, cuáles estados. Ciertamente, la Comisión de Derecho Internacional y la Sexta Comisión de la ONU no participan en este proceso. Caritativamente, parece que las reglas son acuerdos tácitos entre un puñado de estados occidentales para los cuales no ha habido un consentimiento claro. Pero el consentimiento es la base del derecho internacional. Según Stefan Talmon, el orden basado en reglas se ha utilizado para exigir a ciertos Estados que cumplan las normas jurídicas internacionales existentes, a las que en realidad no han dado su consentimiento y, por tanto, no están obligados. El término «orden basado en reglas» desdibuja la distinción entre reglas vinculantes y no vinculantes, dando la impresión de que todos los estados y actores internacionales están sujetos a este orden, independientemente de si han dado su consentimiento o no a estas reglas.(53)

El acuerdo judicial no figura en el idioma de la RBO.(54) La Corte Internacional de Justicia probablemente no tendría competencia para conocer de una disputa basada en una ’regla’ del OBR conforme al Artículo 38(1), ya que tales ’reglas’ carecen de contenido y no pueden identificarse como pertenecientes a ninguna fuente reconocida, pero podría hacerlo conforme al Artículo 38(2) si los Estados remitiran una controversia a la Corte para decidir un caso ex aequo et bono.

Las críticas al OBR por no ser considerado una fuente formal de derecho internacional según el artículo 38 del Estatuto de la CIJ pueden cuestionarse por no tener en cuenta los métodos de elaboración de leyes que han ampliado las fuentes de derecho. ley internacional. Como resultado, adopta un enfoque altamente formalista del derecho internacional contemporáneo. Hay sustancia en esta crítica. La manera en que los estados invocan resoluciones no vinculantes de las Naciones Unidas y otras instituciones intergubernamentales, las decisiones de conferencias internacionales y otros organismos normativos y lo que hoy se conoce como «derecho indicativo» deja claro que los estados ven el derecho internacional como un orden fluido y flexible que se ocupa tanto de las normas que generan expectativas como de las reglas y principios reconocidos por el artículo 38. Si se acepta esto, se puede argumentar, el OBR simplemente reconoce la existencia de un orden jurídico contemporáneo libre del formalismo jurídico.

La dificultad de la crítica anterior es que presupone que las «reglas» del «orden basado en reglas» tienen un contenido conocido y van más allá de la afirmación de valores amplios. El respeto de los derechos humanos, la autodeterminación, la integridad territorial, la libertad de navegación, la gobernanza democrática, la libre circulación de mercancías, la apertura económica, etc. son valores importantes que un tribunal puede invocar para ayudarle a interpretar las normas jurídicas, pero no son no normas de derecho tal como se entienden comúnmente. Carecen de definición o contenido. No hay indicios de que estas normas sean vinculantes o aplicables (y, de ser así, cómo), de si pueden restringirse o de si todas las naciones y pueblos las disfrutan. En resumen, el OBR no hace ningún intento de proclamar un orden legal con reglas definidas y procedimientos de elaboración de leyes y solución de disputas.

El OBR es algo más que el derecho internacional. Es un régimen alternativo fuera de la disciplina del derecho internacional que inevitablemente desafía y amenaza el derecho internacional. Caritativamente puede verse como un orden que comprende valores de orden liberal. De manera menos caritativa, puede verse como un orden competitivo defendido por algunos estados occidentales, particularmente Estados Unidos, que busca imponer la interpretación del derecho internacional que mejor promueve los intereses de Occidente, particularmente los de Estados Unidos. A diferencia del derecho internacional, no parece ser un orden universal. Más bien, es un orden empleado por Occidente, de nuevo particularmente por Estados Unidos, para asegurar su dominio.

5.Observaciones finales

Volver a la guerra en Ucrania. En su invasión de Ucrania, la Federación de Rusia ha violado principios fundamentales del derecho internacional, que van desde el uso ilegal de la fuerza y ​​la violación de la integridad territorial de otro Estado soberano hasta violaciones brutales del derecho internacional humanitario y del derecho de los derechos humanos. Estas violaciones del derecho internacional se juzgan mejor por un orden jurídico aceptado y comprendido por todas las naciones del mundo que por un régimen amorfo defendido por una de las partes en conflicto. La declaración emitida por la UE condenando la invasión rusa de Ucrania como una violación del Artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas, un crimen de agresión según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y una violación de normas imperativas del derecho internacional (55) tiene más peso que la afirmación del presidente Biden de que la invasión viola el orden internacional basado en reglas.(56)

Una última razón para descartar el orden internacional basado en reglas como medio para juzgar el comportamiento de los Estados es que es un obstáculo innecesario y perjudicial para los intentos de llegar a un acuerdo sobre el derecho internacional como un orden universal que gobierne a todos los Estados. Todos los estados tienen sus propias idiosincrasias en lo que respecta a la aplicación del derecho internacional, pero rara vez amenazan la universalidad del derecho internacional. Sin embargo, en la actualidad existen varias divisiones importantes entre los Estados sobre las características y principios cardinales del derecho internacional.

El más notable de ellos es el que existe entre Occidente, por un lado, y Rusia y China, por el otro. Mientras Occidente enfatiza la gobernabilidad democrática, los derechos humanos, el ambientalismo y la globalización, Rusia y China enfatizan la igualdad soberana de los estados, la no intervención en los asuntos internos de los estados, la solución de disputas mediante mecanismos que los estados hayan consentido, la inmunidad de los estados y sus funcionarios, y la condena del doble rasero en el trato a los estados. Este enfoque chino-ruso del derecho internacional quedó detallado en 2016 en la Declaración de la Federación de Rusia y la República Popular China sobre la Promoción del Derecho Internacional.(57)

La adhesión de Occidente tanto a un orden internacional basado en reglas como al derecho internacional socava los esfuerzos por acordar un sistema universal de derecho internacional basado en las mismas reglas, principios y valores fundamentales. Un orden internacional fundado en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional tal como ha evolucionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial es una receta más sólida para la paz que el orden internacional amorfo y discriminatorio basado en normas.

Referencias

(1) J. R. Biden Jr., ‘How the US is Willing to Help Ukraine’, New York Times International Edition, 2 June 2022, 1, at 11.

(2) The White House Briefing Room, ‘Remarks by President Biden in Press Conference (Madrid, Spain)’, The White House, 30 June 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2022/06/30/remarks-by-president-biden-in-press-conference-madrid-spain.

(3) The White House, ‘National Security Strategy’, The White House, October 2022, at Introduction, 8, 18, 42, available at www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf.

(4) Ibid., at 18, 45.

(5) S. Walt, ‘China Wants a “Rules Based International Order,” Too’, Foreign Policy, 31 March 2021, available at www.belfercenter.org/publication/china-wants-rules-based-international-order-too. See also A. Tuygan, ‘The Rules-based International Order’, Diplomatic Opinion, 10 May 2021, available at www.diplomaticopinion.com/2021/05/10/the-rules-based-international-order/.

(6) Further evidence of President Biden’s determination to avoid reference to international law is provided by an article he wrote shortly after becoming president: J. R. Biden, Jr., ‘Rescuing US Foreign Policy after Trump’, (2020) 99 Foreign Affairs 64. In this wide-ranging account of his proposed foreign policy, there is no mention of international law or the United Nations. NATO does, however, feature prominently in the article.

(7) See the statement of the German Foreign Minister, Annalena Baerbock after the 2022 G20 meeting of foreign ministers where she referred to a shared commitment to the rules-based international order: Außenministerin Annalena Baerbock [@Abaerbock], ‘Liebe @AyorkorBotchwey, @DrAlfredMutua & @mnsanzabaganwa, ich freue mich sehr, mit Ihnen drei starke Partner*innen für die Verteidigung der regelbasierten internationalen Ordnung beim #G7-Treffen in Münster willkommen zu heißen!’, Twitter, 4 November 2022, available at twitter.com/ABaerbock/status/1588503709440700417. See further, R. Falk, ‘“Rule-based International-Order”: A New Metaphor for US Geo-Political Primacy’, Eurasia Review, 1 June 2021, available at www.eurasiareview.com; G. Cross, ‘Rules-based Order: Hypocrisy Masquerading as Principle’, China Daily, 3 May 2022, available at www.chinadailyhk.com/article/269894#Rules-based-order-masquerading-as-principle.

(8) The statements of Australian leaders are interesting. While the former Prime Minister, Scott Morrison, repeatedly used the term ‘rules-based order’ and not ‘international law’, the present Foreign Minister, Penny Wong, refers to international law. See her statement on the occasion of the 2022 G20 meeting of foreign ministers: Sen. The Hon P. Wong, ‘Doorstop Following G20 Foreign Ministers’ Meeting’, Minister for Foreign Affairs, 8 July 2022, available at www.foreignminister.gov.au.

(9) NATO Heads of State and Government, Madrid Summit Declaration, Press Release 095 (2022), available at www.nato.int>cps>natohq>official_texts_196951. For a similar statement see the communique issued after the meeting of foreign ministers of the G7 at St Malo on 6 April 2019: G7 Foreign Ministers, ‘Statement on the Situation in the West of Libya’, G7 France Biarritz, 5 April 2019, available at www.elysee.fr/admin/upload/default/0001/04/fa9bd64d1ab7fc32e4c9508650b83222b0c1a267.pdf.

(10) Prime Minister M. Rutte, ‘Statement by Prime Minister Rutte for the 80th Anniversary of Bilateral Relations between the Netherlands and Australia’, Government of the Netherlands, 16 April 2022, available at www.government.nl/documents/speeches/2022/04/16/statement-prime-minister-rutte-80-year-anniversary-of-bilateral-relations-between-australia-and-the-netherlands.

(11) S. Popan, Statement on behalf of the EU and its Member States at the 76th Session of the General Assembly Special Committee on the Charter of the United Nations and the Strengthening of the Role of the Organization, 3 November 2021, available at www.eeas.europa.eu/delegations/un-new-york/eu-statement-%E2%80%93-united-nations-6th-committee-report-special-committee-un_en?s=63.

(12) See, for example, the statements by Jeremy Hunt, Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs, in Parliament on 2 April 2019 in the debate in Parliament on the Rules-based International Order: J. Hunt (Secretary of State for Foreign and Commonwealth Affairs), ‘Rules-Based International Order: Debate’, UK Parliament, Hansard, Oral Answers to Questions on Rules-based International order, volume 657, 2 April 2019, column 916, available at https://hansard.parliament.uk>2019-04-02debates. See also British Embassy of Manila, ‘UK Foreign Office Minister Mark Field Visits Philippines, 15–17 August’, British Embassy Manila, 28 August 2018, available at www.gov.uk/government/news/uk-foreign-office-minister-mark-field-visits-philippines-15-17-august.

(13) See, for example, J. Crawford (ed.), Brownlie’s Principles of Public International Law (2018); M. Shaw, International Law (2021); M. Evans (ed.), International Law (2018); J. Crawford, Chance, Order, Change: The Course of International Law (2014); A. Roberts, Is International Law International? (2017).

(14) For an example of a scholarly work that draws no clear distinction between international law and the rules—based order see S. Bashfield and E. Katselli Proukaki, ‘The Rules-based Order, International Law and the British Indian Ocean Territory. Do as I Say, Not as I Do’, (2022) 23 German Law Journal 713.

(15) M. Jorgensen, ‘The Jurisprudence of the Rules-Based Order: The Power of Rules Consistent with but not Binding under International Law’, (2022) 22 Melbourne Journal of International Law 221.

(16) D. Lake, L. Martin and T. Rice, ‘Challenges to the Liberal Order: Reflections on International Organization’, (2021) 75 International Organization 225. See also N. Wright, ‘The UK and the International Rules-Based-System’, Foreign Policy Centre, 8 September 2020, available at www.fpc.org.uk/the-uk-and-the-international-rules-based-system. The October 2022 National Security Strategy of the United States likewise stresses these values as part of its international strategy and by implication associates them with the RBO: supra note 3, particularly at 6, 18.

(17) See the statement by Antony Blinken at the virtual meeting of the Security Council Open Debate on Multilateralism on 7 May 2021, in which he stated that the rules-based order included the commitments of states under international law, the UN Charter and ‘the rules and standards agreed to under the auspices of the WTO and numerous standard-setting organizations’: A. J. Blinken, ‘Secretary Antony J. Blinken Virtual Remarks at the UN Security Council Open Debate on Multilateralism’, U.S. Department of State, 7 May 2021, available at www.state.gov/secretary-antony-j-blinken-virtual-remarks-at-the-un-security-council-open-debate-on-multilateralism/.

(18) See Walt and Tuygan, supra note 5; see Falk and Cross, supra note 7.

(19) Cross, supra note 7. See also R. Mullerson: the rules-based order is ‘based on rules of Washington and not related to international law’, cited in A. N. Vylegzhanin et al., ‘The Term “Rules-Based Order in International Legal Discourse”’, (2021) 2 Moscow Journal of International Law 35.

(20) See Walt, supra note 5.

(21) S. Talmon, ‘Rules-based Order v International Law?’, German Practice in International Law, 20 January 2019, available at www.gpil.jura.uni-bonn.de/2019/01/rules-based-order-v-international-law.

(22) Agence France-Presse, ‘Antony Blinken Warns China to Stop “Aggressive Actions” in Asia-Pacific’, Guardian, 13 December 2021.

(23) According to Richard Falk, ‘[t]he United States has projected more force outside its borders than has any State in the course of the past 75 years’, supra note 7.

(24) In 2002, in the wake of 9/11, President George Bush issued a National Security Strategy approving the use of force in pre-emptive self-defence: The White House, The National Security Strategy of the United States of America, 41 ILM 1478 (2002). For criticism of this doctrine see W. M. Reisman and A. A. Armstrong, ‘The Past and Future of the Claim of Preemptive Self-Defence in International Law’, (2006) 100 AJIL 525. See also the decisions of the International Court of Justice that cast serious doubt on the validity of pre-emptive self-defence: Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, Advisory Opinion of 9 July 2004, [2004] ICJ Rep. 136, para. 139; Case Concerning the Armed Activities in the Territory of the Congo (Democratic Republic of the Congo v. Uganda), Judgment of 19 December 2005, [2005] ICJ Rep. 168, paras. 143, 148.

(25) For a full coverage of this argument and the objections to it see D. Tladi and J. Dugard, ‘The Use of Force by States’, in J. Dugard et al. (eds.), Dugard’s International Law: A South African Perspective (2018), 730, at 759.

(26) NATO’s invocation of the doctrine of humanitarian intervention to justify its action was seriously questioned by scholars. See L. Henkin, ‘Editorial Comments: NATO’s Humanitarian Intervention’, (1999) 93 AJIL 824.

(27) United Nations Security Council, Resolution 1441, Un Doc. S/RES/ 1441 (2002); United Nations Security Council, Resolution 678, Un Doc. S/RES/ 678 (1990); United Nations Security Council, Resolution 687, Un Doc. S/RES/ 687 (1991) were invoked creatively by the United States and the United Kingdom to justify the invasion of Iraq and regime change. Critics agree that the United States and the United Kingdom acted unlawfully. See V. Lowe, ‘The Iraq Crisis: What Now?’, (2003) 52 ICLQ 859; P. Sands, Lawless World: America and the Making and Breaking of Global Rules-From FDR’s Atlantic Charter to George Bush’s Illegal War (2005).

(28) United Nations Security Council, Resolution 1973, Un Doc. S/RES/1973 (2011) imposed a no-fly zone and authorized states to take ‘all necessary measures protect civilians’ but was used as a justification for regime change by NATO. See R. Higgins et al., Oppenheim’s International Law: United Nations (2017), 1023, paras. 26, 120.

(29) G. Aldrich, ‘The Taliban, Al Quaeda, and the Determination of Illegal Combatants’, (2002) 96 AJIL 891.

(30) C. Jones, The War Lawyers. The United States, Israel and Juridical Warfare (2020), 193–6; United Nations General Assembly, Report of the Special Rapporteur on Extrajudicial, Summary or Arbitrary Executions, Philip Alston, UN Doc. A/HRC/14/24/Ad 6 (2010); M. Boyle, The Legal and Ethical Implications of Drone Warfare (2017).

(31) According to Ben Scott, ‘Although the US shaped the UN and much of international law, its relationship with these institutions has become increasingly vexed, especially since the 2003 invasion of Iraq. That’s partly why it has fallen back on the rules-based order’: B. Scott, ‘The Trouble with Washington’s Rules-Based Order Gambit’, The Diplomat, 3 August 2021, available at www.thediplomat.com/2021/08/the-trouble-with-washingtons-rules-based-order-gambit.

(32) The White House Briefing Room, ‘The Jerusalem US-Israel Strategic Partnership Joint Declaration’, The White House, 14 July 2022, available at www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/07/14/the-jerusalem-u-s-israel-strategic-partnership-joint-declaration/. See also Biden’s statement on the ‘need to sustain our ironclad commitment to Israel’s security’ in his 2020 article in Foreign Affairs, supra note 6, at 73.

(33) See J. Dugard, ‘Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory’, in E. Bjorge and C. Miles (eds.), Landmark Cases in Public International Law (2017), 539, at 556–7.

(34) B. Samuels, ‘The US State Department Rejects Amnesty’s Apartheid Claim against Israel’, Haaretz, 1 February 2022.

(35) See Falk, supra note 7.

(36) V. Gilinsky and H. Sokolski, ‘Biden Should End US Hypocrisy on Israeli Nukes’, Foreign Policy, 19 February 2022.

(37) Cited in Vylegzhanin et al., supra note 19, at 39.

(38) Ibid., at 51.

(39) Ibid., at 39.

(40) K. K. Klomegah, ‘Russia Renews its Support to Mark Africa Day’, Modern Diplomacy, 27 May 2022, available at www.moderndiplomacy.eu/2022/05/27/russia-renews-its-support-to-mark-africa-day/. See also the statement by President Putin cited by A. Roberts, Is International Law International? (2017), 297.

(41) See Vylegzhanin et al., supra note 19, at 51.

(42) See note 1, supra. As early as 2021 the G7 complained that Russia’s behaviour threatened the RBO: see Vylegzhanin et al., ibid., at 39.

(43) See note 40, supra.

(44) See the text of President Putin’s speech: ‘Full text: Putin’s Declaration of War on Ukraine’, The Spectator, 24 February 2022, available at www.spectator.co.uk/article/full-text-putin-s-declaration-of-war-on-ukraine/.

(45) For an analysis of President Putin’s legal justifications for the Ukraine war see M. Milanovic, ‘What Is Russia’s Legal Justification for Using Force against Ukraine?’, EJIL:Talk!, 24 February 2022, available at www.ejiltalk.org.

(46) See further, Roberts, supra note 13, at 282.

(47) The London Conference, ‘Challenges to the Rules-Based International Order’, Chatham House: The Royal Institute of International Affairs, 2015, available at www.chathamhouse.org/sites/default/files/London%20Conference%202015%20-%20Background%20Papers.pdf.

(48) State Councilor and Foreign Minister W. Yi, ‘Remarks by State Councilor and Foreign Minister Wang Yi at the United Nations Security Council High-level Meeting on the Theme “Maintenance of International Peace and Security: Upholding Multilateralism and the United Nations-centered International System”’, Ministry of Foreign Affairs of the People’s Republic of China, 8 May 2021, available at www.fmprc.gov.cn/mfa_eng/wjdt_665385/zyjh_665391/202105/t20210508_9170544.html.

(49) See Scott, supra note 31.

(50) M. Chalmers, ‘Which Rules, Why there is No Single Rules-based International System’, Occasional Paper, Royal United Services Institute, April 2019.

(51) The October 2022 US National Security Strategy declares that the RBO ‘provides all nations that sign up to the principles an opportunity to participate in and have a role in shaping the rules’, supra note 3. Unfortunately, there is no indication of how this ‘signing up’ may be done.

(52) See Talmon, supra note 21.

(53) See Talmon, ibid.

(54) The US National Security Strategy of October 2022 makes no mention of the International Court of Justice, supra note 3.

(55) See note 11, supra.

(56) See note 1, supra.

(57) Ministry of Foreign Affairs of the Russian Federation, ‘The Declaration of the Russian Federation and the People’s Republic of China on the Promotion of International Law’, 25 June 2016, available at www.fmprc.gov.cn>201608. For a detailed analysis of this Declaration see Roberts, supra note 13, at 290–9.

CEPRID

¡¡ LA DESESPERACIÓN DOMINA AL BLOQUE OCCIDENTAL, A MENOS DE DOS MESES DE LA PUESTA EN MARCHA DE LOS BRICS 11 !! Es la alerta del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, quién agrega que el bloque occidental tiene como única alternativa el implementar el caos y la violencia para impedir el irremediable avance del Sur Global. Y que el gigantesco despliegue militar de EEUU en Oriente Medio, incitando a una reacción del mundo árabe por el genocidio palestino, más la elección de Milei con la ruptura de relaciones de Argentina con Brasil y China, son las dos estrategias inmediatas del imperio para evitar que los BRICS tengan el control sobre sus recursos naturales. Además del temor de los anglosajones, a que el acercamiento del nuevo bloque a la OPEP, les haga perder el poder histórico sobre el gas y el petróleo.

AUDIO:

Y muy sentidamente hace un llamado a no interiorizar ni naturalizar la barbarie en directo de Israel contra Palestina, mucho menos la de esos 4.000 niños asesinados salvajemente. Pidiendo que el estupor y la reacción se impongan a la rutina y que nadie olvide que “todo niño es un legado de la humanidad”

Además, y a lo largo del audio, desenmascara el ridículo argumento de que la flota norteamericana y su impresionante logística militar, está en la zona para ayudar al régimen sionista de Tel Aviv “ante una milicia que apenas usa cohetes artesanales”. También, que la extensión del conflicto buscada por Occidente, traería consecuencias catastróficas y terribles para la región, afectando a la potestad de esos países sobre el aprovechamiento de sus propios recursos naturales. Que el divorcio entre Argentina y Brasil rompería el eje políticamente duro en América del Sur entre los dos principales países industrializados de la región, además de ser los mayores productores de alimentos, como los más desarrollados tecnológicamente, lo que imposibilitaría el funcionamiento de uno sin el otro. En tanto que la ruptura con China sería el último y definitivo suicidio económico de Argentina.

Sobre el candidato Milei nos dice que este personaje siniestro y desequilibrado es otra apuesta desesperada de los grupos del poder global occidental, quienes al incentivar su voto, solo procuran instalar en el país un clima de caos y destrucción económica y social, por lo que es necesario convocar a un último esfuerzo para que las urnas derroten a esta falsa opción. Lo que implica que la elección del 19 de Noviembre es trascendental.

Finalmente asegura que el uno de enero del 2024 será el punto de partida de los BRICS 11, con la incorporación de Arabia Saudí, Irán, Egipto, Argentina, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, lo que profundizará el cambio tectónico del nuevo mundo unipolar, por lo que hay que evitar entrar en el juego violento que propone Occidente, con su única y peligrosa estrategia de guerra y muerte.

Eduardo Bonugli (Madrid, 12/11/23)

A los cinco frentes políticos, económicos y militares que ya tiene abiertos la Casa Blanca pretende ahora agregar uno más en el Continente Americano.

POR EDUARDO J. VIOR que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

¿Cuánto tiempo más pueden sostener los Estados Unidos la acumulación de frentes de conflicto abiertos por el gobierno de Joe Biden? Involucró a Rusia en una guerra en Ucrania que hoy sabe perdida, permitió el ataque a Israel, sigue provocando a China en el este y sureste de Asia, mientras agudiza un conflicto económico con la potencia asiática que daña a toda la economía mundial y radicaliza la confrontación interna. Como si esto fuera poco, algunos días antes de la elección argentina del 22 de octubre la jefa del Comando Sur volvió a alertar contra el “peligro chino” en el hemisferio occidental. EE.UU. sigue siendo la primera potencia militar mundial, pero se ha involucrado en demasiados frentes a la vez y está debilitado por la división de su propio frente interno.

Estados Unidos tiene abiertos cinco frentes de conflicto sin posibilidad de triunfar en ninguno. Dos de los frentes abiertos por Washington están activos con Rusia (por la hegemonía y la carrera militar) y China (por Taiwán y por la guerra comercial). Otros dos frentes son el conflicto de Israel y Palestina y el de Ucrania, y el quinto frente es el que tiene lugar en el interior de Estados UnidosSu política y sociedad están profundamente divididas por ideologías y visiones del país y el mundo incongruentes e irreconciliables. Este es, quizás, el conflicto más grave.

Desde que la resistencia palestina unida lanzó su ataque contra Israel el pasado 7 de octubre, el Pentágono ha organizado un puente aéreo para el suministro de material de guerra a Tel Aviv, pero también ha enviado 20 aviones a Chipre y Jordania ha recibido 15 aviones de transporte y dos escuadrillas de aeronaves para fuerzas aerotransportadas y fuerzas especiales. Esos efectivos se agregan a los dos grupos aeronavales en torno a portaaviones que el Pentágono envió inicialmente a la región.

Al retornar de su viaje a Israel, el presidente Joe Biden reafirmó el apoyo norteamericano  a la independencia de ese Estado, pero en repetidas ocasiones advirtió que debía respetar a la población civil de Gaza y, más recientemente, abogó por la erección de un Estado palestino independiente como única solución para el conflicto.

Aparentemente, Washington presiona para que Israel no invada masivamente la Franja, en primer lugar, porque quiere ganar tiempo para extender la guerra a Siria, a la que acusa de permitir el tránsito de armas iraníes para Hezbolá, aunque dar batalla allí implicaría chocar con Rusia. Después de tres semanas de guerra, en las que Israel ha bombardeado permanentemente el territorio, habiendo matado a cerca de 10.000 civiles (muchos más permanecen sepultados bajo los escombros), de los cuales 3.500 eran niños y herido a varias decenas de miles de civiles, recién este martes Israel se ha atrevido a mandar una gran columna de blindados al norte de la Franja de Gaza tras varios intentos anteriores frustrados por la resistencia. Por primera vez, en todo el mundo se multiplica el reclamo, para que los dirigentes israelíes sean sometidos a juicio por cometer crímenes de lesa humanidad.

No obstante la cantidad enorme de pérdidas humanas, el ejército israelí todavía no ha alcanzado ningún objetivo militar relevante, mientras que las milicias gazatíes no dejan de bombardear el sur de Israel y hasta Tel Aviv. En tanto, en Cisjordania ocupada se multiplican las manifestaciones y ataques a militares y colonos. En la frontera con Líbano, por su parte, Hezbolá bombardea sistemáticamente las instalaciones de escucha y los radares israelíes, para “cegar” a su oponente, pero mantiene una contención significativa.

Israel sabe que no puede triunfar en el campo de batalla. ¿Para qué, entonces, tal masacre de inocentes? La razón hay que buscarla en el mar: en las aguas territoriales de Gaza comienza un gigantesco campo gasífero que se extiende a lo largo del litoral israelí hasta la mitad de la costa libanesa y que EE.UU., Turquía e Israel ambicionan. Algunos miembros de la coalición derechista-ultraderechista que gobierna en Tel Aviv ya han anunciado su intención de desplazar a un millón de palestinos de la mitad norte de la Franja, para anexarla y luego explotar el yacimiento.

Aunque no quiere una ocupación permanente de la Franja, a la elite norteamericana le conviene que en Asia Occidental se produzca una guerra controlada que se prolongue por cierto tiempo, primero, para desplazar a Ucrania de las pantallas televisivas, segundo, para justificar el pedido al Congreso de nuevas partidas presupuestarias para armamentos, tercero, para acceder a la explotación del gas en el Mediterráneo Oriental y, cuarto, para llegar a las elecciones de noviembre de 2024 con algo que mostrar al electorado.

Sin embargo, norteamericanos e israelíes han hecho las cuentas sin el dueño del supermercado. Por una parte, con su ataque a la Franja Israel ha conseguido una unidad nacional de los palestinos como no se veía desde el asesinato de Yasser Arafat. Frente a una sociedad israelí profundamente fracturada, esta unidad implica una ventaja estratégica considerable. Por otra parte, Rusia y China han desarrollado en el último año y medio una estrecha cooperación. Moscú es el gran protector del gobierno sirio y tiene una sólida alianza militar y económica con Irán. China, en tanto, es aliada militar de Irán y está desarrollando una fuerte integración económica con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Catar. Además, tanto Teherán como Riad y Dubai serán miembros de BRICS11 a partir de enero próximo.

Estados Unidos tiene abiertos cinco frentes de conflicto sin posibilidad de triunfar en ninguno
Estados Unidos tiene abiertos cinco frentes de conflicto sin posibilidad de triunfar en ninguno

Ante este nuevo sistema de alianzas EE.UU. ha perdido el control sobre el petróleo mediooriental. Sólo le quedan su ocupación sobre el este de Siria, donde saquea impunemente los pozos de propiedad de ese país, y los yacimientos iraquíes. En ambos estados sus fuerzas están siendo hostigadas por las milicias coordinadas en el Eje de la Resistencia. Éste es, empero, sólo un aspecto de la emboscada de Moscú y Pekín en la que cayeron los occidentales.

Al mismo tiempo, para anular la presencia de los grupos navales norteamericanos en el Mediterráneo Oriental, Rusia ha mandado una escuadrilla aérea armada con cohetes hipersónicos Kinzhal a sobrevolar las aguas internacionales del Mar Negro. Desde allí, avisó el presidente Putin, estos cohetes pueden alcanzar los portaaviones estadounidenses en el Mediterráneo en un plazo de dos a tres minutos. Convergentemente, los silenciadores rusos instalados en la base naval de Tartus, en el norte de Siria, pueden “cegar” los radares y los sistemas de navegación estadounidenses en una vasta región adyacente. Por último y no casualmente Rusia ensayó el miércoles 25 un ataque nuclear en un ejercicio supervisado por Putin horas después de que el parlamento ruso rescindiera la adhesión al tratado de prohibición global de ensayos nucleares (TPCE, por su nombre en inglés).

De todos modos, el arma principal de los rusos, los chinos y sus aliados es el petróleo. Para obligar a Israel y Occidente a negociar, la OPEP+ puede aumentar el precio del fluido que vende a Occidente arriba de los 100 dólares o reducir el abastecimiento con el mismo efecto.

El bloque euroasiático ha encerrado a su contrincante en un dilema: si expande la guerra en Asia Occidental, chocará con Rusia e Irán y arriesgará un gigantesco bloqueo petrolero que puede destruir las economías occidentales. Si, en cambio, se aviene a una negociación, hará colapsar el gobierno israelí y provocará allí el caos. Además, debería reconocer la independencia palestina y la erección de un Estado en Gaza y los territorios ocupados.

Sin embargo, ni Israel ni EE.UU. son los mayores perdedores de la guerra en Gaza, sino el gobierno ucraniano. Los legisladores norteamericanos ya no quieren votar nuevas partidas de ayuda a Ucrania. El gobierno de Joe Biden pidió al Congreso que apruebe una partida de 106 mil millones de dólares para Ucrania e Israel, pero los republicanos que controlan la Cámara de Representantes quieren desdoblar la votación, para no mandar nada a Kiev.

La situación en el campo de batalla tampoco favorece la generosidad de los legisladores. A pesar de que pequeñas unidades ucranianas pudieron establecer dos o tres cabezas de puente al este del río Dnieper, en el suroeste, su publicitada contraofensiva en el sur ha fracasado y en Avdiivka, cerca de la capital regional Donetsk, las fuerzas rusas amenazan con encerrar a sus oponentes en un bolsón. Más al norte, al oeste de Artiomovsk (Bajmut) y en Kupiansk, el ejército ruso avanza lentamente. Si bien esta guerra es de desgaste para ambas partes, Rusia está siendo aprovisionada con municiones por Irán y Corea del Norte, mientras que los suministros occidentales para Ucrania se van reduciendo. Ahora, si el Congreso norteamericano niega los fondos, los días de Zelenski y su grupo están contados.

No obstante este cuadro de situación, han aparecido algunos indicios de que la dirigencia norteamericana comienza a entender su precaria situación. Por primera vez este domingo una fuerte delegación de Washington concurrirá a la Exposición Internacional de Exportaciones de China (CIIE, por su nombre en inglés), una feria anual que reúne en Shanghai a expositores de todo el mundo. La República Popular viene advirtiendo desde hace varios años contra la política de desacople del gobierno Biden y llamando a separar los negocios de la política. Esta concurrencia parece darle la razón. No resuelve el entredicho por la ambición secesionista del liderazgo taiwanés ni evita las provocaciones navales norteamericanas, pero crea por lo menos un espacio de intercambio pacífico.

No obstante, es demasiado temprano para hablar de un deshielo en la relación entre ambas potencias, ya que los lineamientos de la política exterior estadounidense que diferencian entre la amenaza “aguda” de Rusia y la amenaza “estructural” planteada por China siguen vigentes.

La situación de EE.UU. se agrava por el amotinamiento de diplomáticos y funcionarios del Congreso. A raíz de la sonora dimisión hace dos semanas del subsecretario para Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado, Josh Paul, en el organismo se ha desatado un “motín” de funcionarios contra Tom Sullivan, vicejefe de la oficina del secretario de Estado y hermano del consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. Este funcionario parece ser especialmente despótico y arbitrario y no prestar atención al asesoramiento de funcionarios de carrera con larga experiencia, lo que suscitó la reacción de los diplomáticos. Al mismo tiempo, 411 empleados del Congreso, todos miembros de las comunidades judía y musulmana, firmaron juntos una petición, para que los congresistas promuevan un cese de hostilidades inmediato en Gaza. “Como musulmanes y judíos estamos cansados de revivir los temores generacionales de genocidio y de limpieza étnica”, resalta la petición.

La minoría musulmana estadounidense (4,5 millones de personas) rechaza cualquier apoyo al presidente Joe Biden y, aunque sólo representa un 1% de la población estadounidense, podría impedir la reelección del presidente. Por su parte, la minoría judía estadounidense, no mucho más numerosa (6 millones de personas), se opone a que la Casa Blanca sostenga a Benyamin Netanyahu. Sin embargo, ninguna de las dos minorías puede contrapesar la influencia de los cristianos sionistas (20 millones de personas) que alientan la concentración de todos los judíos en Palestina para dar la batalla final (el Armagedón) del Bien contra el Mal.

En este contexto, no se entiende que la jefa del Comando Sur del US-Army siga tratando de provocar un incendio en América Latina y el Caribe. El pasado 19 de octubre la teniente generala Laura Richardson fue entrevistada en la Universidad de Miami por Susan Segal, presidenta de la American Society (AS)-Consejo de las Américas (COA, por su nombre en inglés) financiada por la Fundación Rockefeller y las 200 compañías norteamericanas con los mayores negocios en América Latina y el Caribe. Allí la generala insistió en sus conocidas denuncias contra la acumulación de poder militar sin precedentes que China estaría adquiriendo en el continente.

Desde que gobierna Joe Biden la Casa Blanca no ha hecho más que multiplicar los conflictos dentro y fuera del país sin solucionar ninguno. Ahora experimenta el síndrome de la manta corta: si tira de un lado, se destapa del otro. Quizás sea, entonces, una señal de realismo el que EE.UU. haya propuesto a Rusia retomar el diálogo estratégico. Por lo pronto Moscú ha reaccionado con indiferencia ante la propuesta, pero no desvaloriza el gesto. Quiere ver, si el gobierno de Biden realmente entendió su situación comprometida o si sólo quiere ganar tiempo. Obviamente, la Casa Blanca comprende que debe retirarse de Ucrania y ceder posiciones en Asia Occidental, pero quiere cobrar su retirada lo más caro posible.

Por ahora Washington sólo presiona al gobierno de Netanyahu, para que limite sus operaciones en Gaza, pero el primer ministro tiene su suerte atada a la alianza con la ultraderecha y persiste en el propósito de anexar el norte de la Franja y Cisjordania, expulsando a los palestinos. Si sigue avanzando en esta dirección, empero, desatará una guerra regional de proporciones. Si pretende controlar la crisis, la Casa Blanca va a tener que derrocar al primer ministro y negociar con Rusia e Irán en medio del consecuente caos que se produciría en Israel.

Por el contrario, Moscú puede presentarse como el mejor pacificador gracias a las buenas relaciones que mantiene con todos los actores clave (Israel, Hamas, Irán y otros estados de la región), pero sus buenos oficios van a costar a su oponente el tener que aceptar una negociación que abarque todos los temas y las áreas en conflicto.

Es dudoso que esta eventual distensión calme inmediatamente el conflicto en Asia Oriental ni disminuya el intervencionismo norteamericano en América Latina, pero seguramente alentará la presencia de China en Asia Occidental y agudizará el conflicto interno en Estados Unidos. Hasta tanto el grupo dirigente en Washington no se haga cargo de los reales problemas de su país y de su debilidad relativa, el despliegue excesivo de su poder en el mundo lo encerrará en el dilema de arriesgar una guerra mundial que destruiría el planeta o aceptar su derrota y retirarse a lamer las heridas.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia TELAM .

Seiscientos kilos de TNT disparados a ocho mil kilómetros por hora: las superpotencias ya están trabajando, Italia debe empezar a pensar en ello si no quiere quedarse con la culpa.

Por Alejandro Manzato para dissipatio.it/

El escenario tecnológico-militar actual es cada vez más complejo: es bien conocida la importancia inherente a la posesión de tecnologías de vanguardia, decisivas para el destino de una nación en términos de defensa y seguridad. El progreso de las tecnologías militares, acelerado exponencialmente por los conflictos contemporáneos, plantea a los ojos de las potencias un tema caracterizado por una relación dualista de ataque y defensa: la de los misiles hipersónicos. Por misil hipersónico entendemos un armamento de misiles definido por dos propiedades: el logro de una velocidad de Mach 5 ( más de seis mil kilómetros por hora ) y su alta maniobrabilidad durante el vuelo.

Los primeros estudios sobre la velocidad hipersónica se remontan a los años 1930, con una fuerte intensificación durante la Guerra Fría, en un contexto en el que era necesario desarrollar tecnologías destinadas tanto a un posible uso en los conflictos como en la carrera espacial.

Sin embargo, aunque la velocidad de Mach 5 ya se alcanzó en la década de 1960, no fue hasta finales de 2017 que los misiles hipersónicos encontraron un funcionamiento eficaz . Hoy en día existen dos tipos de misiles hipersónicos que se diferencian sustancialmente en su autonomía de propulsión:

– Los vehículos de planeo hipersónicos (HGV), sin propulsión autónoma y, por lo tanto, lanzados mediante misiles balísticos, pueden alcanzar una velocidad de Mach 25 para una distancia de 10.000 km, adquiriendo grandes alturas y luego descendiendo hacia el objetivo – Misiles de crucero hipersónicos (HCM
, equipados Con la propulsión de un motor scramjet , pueden alcanzar la velocidad de Mach 10 para un alcance total más corto que los vehículos pesados, pero decididamente más maniobrables.

Los principales propietarios de estas armas son la Federación de Rusia, los Estados Unidos de América y la República Popular China . Sin embargo, es de suponer que otros estados al menos estén desarrollando sus propios proyectos, información que, por razones obvias de seguridad, no sería de dominio público. La Federación Rusa ya demostró el funcionamiento de estas armas a principios de 2023 en el conflicto ucraniano mediante el uso del misil Kinžal (Кинжал del ruso: «daga»), el primer tipo de misil hipersónico en posesión del Kremlin:
– Kinžal
– Avangard: HGV con una velocidad de hasta Mach 20 y un alcance de hasta 6.000 km
– Tsirkon: HCM con una velocidad de hasta Mach 8 y un alcance de hasta 8.000 km, diseñado para su uso por buques de guerra

La Casa Blanca parece estar menos preparada que el Kremlin pero tiene varios misiles en fase de prueba, como el HCM «HAWC» . En cambio, la República Popular China está experimentando con el Dongfeng-17 , un vehículo pesado que suscita un miedo considerable, sobre todo en la República de Taiwán.

La extrema importancia de estos misiles no reside tanto en el daño que el arma puede causar (de hecho, se podrían utilizar armas de menor potencia suficientes para llevar a cabo fines militares) sino, además de en la disuasión, en la virtual imposibilidad de interceptación. , haciéndolos así extremadamente efectivos . . Sin embargo, hay que considerar que el misil sin ojiva explosiva es capaz de causar, sólo con energía cinética, el mismo daño que seiscientos kilos de TNT , presentando de por sí un riesgo también para las infraestructuras, los vehículos y los buques militares.

Por tanto, surge el dilema de cómo defendernos de una posible ofensiva con misiles de este tipo. Actualmente el líder europeo del sector lo encontramos en MBDA , fabricante de misiles y sistemas de defensa. Lleva más de cinco años trabajando para presentar soluciones innovadoras para la defensa contra amenazas hipersónicas. En particular, el proyecto AQUILA , que propone los conceptos de interceptores más avanzados para combatir la amenaza hipersónica.

En marzo de 2023, MBDA, tras la invitación a participar en una licitación relativa al estudio de la arquitectura y las tecnologías relativas al interceptor endoatmosférico capaz de neutralizar estas nuevas amenazas, presenta el proyecto HYDIS 2 que sitúa a la empresa al frente de un consorcio que cuenta con la participación de diecinueve socios industriales europeos y más de treinta subcontratistas de catorce países europeos.

Por tanto, sigue siendo un desafío abierto en el escenario global, donde será necesaria una fuerte colaboración entre aliados para poder afrontarlo y, citando las palabras del Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea GEN.SA Luca Goretti expresadas durante un seminario web organizado por el Istituto Affari Internazionali sobre el tema de los misiles hipersónicos, para «no tener que preguntarse qué podríamos haber hecho».

FUENTE: https://www.dissipatio.it/la-fondamentale-importanza-dei-missili-ipersonici/?mc_cid=5c6267c9cb&mc_eid=32edf24106

¡EL IMPERIO OCCIDENTAL CRUJE Y MUERE SANGRIENTAMENTE! dice el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, y agrega que los conflictos de hoy día son parte del ajuste de cuentas de su propio sistema, a causa de los asuntos mal y falsamente cerrados entre los bandos vencedores de la Segunda Guerra Mundial, y luego ocultados mientras mantuvieron la supremacía mundial. Asuntos que vuelven al tapete ante el cambio total de un escenario que no tiene ninguna igualdad con aquella circunstancia. Y que por ello, la evidente crisis terminal de su imperio, que fue importante durante 5 siglos y dominante en los últimos 200 años, lo sentencia a sufrir las consecuencias del viejo proverbio: DE AQUELLOS BARROS, ESTOS LODOS. Semejante derrota estratégica arrastra hoy a los anglosajones y a los europeos, a una cruel, desesperada y fragmentada guerra híbrida global contra el  mundo ascendente del Sur Global, que le va ganando la batalla por la primacía del poder mundial.

AUDIO: 

Y enfatiza que esa es la verdadera razón -la de esconder tan histórico fracaso- por la que quieren hacernos creer que la guerra de Ucrania empezó en febrero del 2022, o que el holocausto palestino nació este 7 de octubre, o que la tensión en Taiwán es de apenas unos años, o que los conflictos de Oriente Medio son recientes, o que los levantamientos africanos contra Francia son una novedad, etc. Por el contrario, Pereyra Mele profundiza con datos y verdades demostradas, de que todas estas terribles tragedias son causas y consecuencias del histórico colonialismo depredador y totalitario del Imperialismo Occidental. Quién ahora, en su desesperada decadencia, pone a la humanidad frente a un futuro complicado y peligroso, precisamente porque si bien Occidente posee armas de destrucción masiva, la gran novedad -y la gran diferencia con el pasado- es que el Sur global también dispone de las mismas armas. Lo que nos obliga a no olvidar que las guerras son las principales parturientas de la historia.

Finalmente reitera que son aquellos barros los que hoy están transformando la historia, los que determinan el fin del ciclo de la dominación occidental y los que producen el gran cambio tectónico global, donde también entramos los latinoamericanos y fundamentalmente los americanos del Sur. Y que por lo tanto, es tiempo de asumirlo, de entenderlo y de participar en el mismo.

Eduardo Bonugli (Madrid, 29/10/23)