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Dossier Geopolitico pública esta conferencia dictada por el  Embajador Chas W. Freeman, Jr. (USFS, retirado) Académico visitante, Instituto Watson de Asuntos Públicos e Internacionales, Universidad de Brown en la Biblioteca Barrington, Barrington, Rhode Island, 26 de septiembre de 2023, pues consideramos que es una voz autorizada y no políticamente correcta del establishment altamente cualificada que nos da una visión más acorde con la verdad única realidad con la que se enfrentan las burocracias de EEUU y la UE, la OTAN, la Federacion Rusa y Ucrania. Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Las muchas lecciones de la guerra de Ucrania
Declaraciones a los ciudadanos por la paz de East Bay

Por el Embajador Chas W. Freeman, Jr. (USFS, retirado)
Académico visitante, Instituto Watson de Asuntos Públicos e Internacionales, Universidad de Brown
Biblioteca Barrington, Barrington, Rhode Island, 26 de septiembre de 2023

Quiero hablarles esta noche sobre Ucrania: qué le ha sucedido y por qué, cómo es probable que salga del calvario al que la ha sometido la rivalidad entre grandes potencias; y qué podemos aprender de esto. Lo hago con cierta inquietud y como advertencia a esta audiencia. Mi charla, al igual que el conflicto en Ucrania, es larga y complicada. Contradice la propaganda que ha sido muy convincente. Mi discurso ofenderá a cualquiera que esté comprometido con la narrativa oficial. La forma en que los medios estadounidenses han abordado la guerra de Ucrania me recuerda un comentario de Mark Twain: “Las investigaciones de muchos comentaristas ya han arrojado mucha oscuridad sobre este tema, y ​​es probable que, si continúan, pronto no sepamos nada. nada al respecto”.

Se dice que, en la guerra, la verdad es la primera víctima. La guerra suele ir acompañada de una niebla de mentiras oficiales. Nunca una niebla así ha sido tan espesa como en la guerra de Ucrania. Mientras cientos de miles de personas han luchado y muerto en Ucrania, las máquinas de propaganda en Bruselas, Kiev, Londres, Moscú y Washington han trabajado horas extras para garantizar que tomemos partido apasionadamente, creamos lo que queremos creer y condenemos a cualquiera que Cuestiona la narrativa que hemos interiorizado. Nadie que no esté en el frente tiene una idea real de lo que ha estado sucediendo en esta guerra. Lo que sabemos es sólo lo que nuestros gobiernos y otros partidarios de la guerra quieren que sepamos. Y han desarrollado la mala costumbre de inhalar su propia propaganda, lo que garantiza políticas delirantes.

Todos los gobiernos que participan en la guerra de Ucrania (Kiev, Moscú, Washington y otras capitales de la OTAN) han sido culpables de diversos grados de autoengaño y mala conducta. Las consecuencias para todos han sido nefastas. Para Ucrania han sido catastróficos. Hace tiempo que todos los interesados ​​deberían repensar radicalmente la política.

¿De dónde y hacia dónde la OTAN?

Primero, algunos antecedentes necesarios. La OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) nació para defender a los países europeos dentro de la esfera de influencia estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sus naciones satélite. El área de responsabilidad de la OTAN era el territorio de sus miembros en América del Norte y Europa Occidental, pero no más allá de eso. La alianza ayudó a mantener el equilibrio de poder y la paz en Europa durante las más de cuatro décadas de la Guerra Fría. En 1991, sin embargo, la URSS se disolvió y terminó la Guerra Fría. Eso eliminó cualquier amenaza creíble al territorio de los miembros de la OTAN y planteó esta cuestión: si la OTAN seguía siendo la respuesta a algo, ¿cuál era la pregunta?

Las fuerzas armadas estadounidenses no tuvieron problemas para responder a ese enigma. Tenían intereses creados apremiantes en la preservación de la OTAN.

  • La OTAN había creado y sostenido un papel y una presencia europeos para el ejército estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial,
  • Esto justificó una estructura de fuerza estadounidense mucho más grande y muchas más plazas altamente deseables para oficiales de bandera [1] de las que existirían de otro modo.
  • La OTAN mejoró la estatura internacional de las fuerzas armadas estadounidenses al tiempo que fomentaba una competencia estadounidense única en la gestión de alianzas y coaliciones multinacionales, y
  • Ofreció períodos de servicio en Europa que hicieron que el servicio militar en tiempos de paz fuera más atractivo para los soldados, marineros, aviadores e infantes de marina estadounidenses.

Además, el siglo XX pareció subrayar que la seguridad estadounidense era inseparable de la de otros países del Atlántico norte. La existencia de imperios europeos aseguró que las guerras entre las grandes potencias de Europa (las guerras napoleónicas, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial) pronto se transformaran en guerras mundiales. La OTAN fue la forma en que Estados Unidos dominó y gestionó la región euroatlántica durante la Guerra Fría. Podría decirse que la disolución de la OTAN o la retirada de Estados Unidos de ella simplemente daría libertad a los europeos para renovar sus disputas y comenzar otra guerra más que podría no limitarse a Europa.

Por lo tanto, había que mantener a la OTAN en funcionamiento. La forma obvia de lograrlo era encontrar un nuevo papel no europeo para la organización. Se llegó a decir que la OTAN tenía que salir “del área o del negocio”. En otras palabras, la alianza tuvo que ser reutilizada para proyectar poder militar más allá de los territorios de sus estados miembros de Europa occidental y América del Norte.

En 1998, la OTAN entró en guerra con Serbia y la bombardeó en 1999 para separar a Kosovo de ella. En 2001, en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, se unió a Estados Unidos para ocupar e intentar pacificar Afganistán. [2]   En 2011, la OTAN envió fuerzas para diseñar un cambio de régimen en Libia.

El golpe de estado en Kiev, Crimea y la rebelión de los ucranianos de habla rusa

En 2014, después de un golpe antirruso bien preparado [3] patrocinado por Estados Unidos en Kiev, los ultranacionalistas ucranianos prohibieron el uso oficial del ruso y otras lenguas minoritarias en su país y, al mismo tiempo, afirmaron la intención de Ucrania de convertirse en parte de OTAN. Entre otras consecuencias, la membresía de Ucrania en la OTAN colocaría la base naval rusa de 250 años de antigüedad en la ciudad de Sebastopol en Crimea bajo el control de la OTAN y, por ende, de Estados Unidos. Crimea era de habla rusa y había votado varias veces a favor de no formar parte de Ucrania. Así, citando el precedente de la violenta intervención de la OTAN para separar Kosovo de Serbia, Rusia organizó un referéndum en Crimea que avaló su reincorporación a la Federación Rusa. Los resultados fueron consistentes con votaciones anteriores sobre el tema.

Mientras tanto, en respuesta a la prohibición por parte de Ucrania del uso del ruso en las oficinas gubernamentales y la educación, las áreas predominantemente de habla rusa en la región de Donbas del país intentaron secesionarse. Kiev envió fuerzas para reprimir la rebelión. Moscú respondió respaldando las demandas de los rusoparlantes ucranianos de los derechos de las minorías que les garantizaban tanto la constitución ucraniana anterior al golpe como los principios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). La OTAN respaldó a Kyiv contra Moscú. Siguió una escalada de la guerra civil entre los ucranianos. Esto pronto evolucionó hacia una intensificación de la guerra por poderes en Ucrania entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia.

Las negociaciones en Minsk, mediadas por la OSCE con el apoyo de Francia y Alemania, lograron un acuerdo entre Kiev y Moscú sobre un paquete de medidas, que incluyen:

  • un alto el fuego,
  • la retirada de armas pesadas del frente,
  • la liberación de prisioneros de guerra,
  • reforma constitucional en Ucrania que otorga autogobierno a ciertas áreas de Donbas, y
  • la restauración del control por parte de Kiev de las fronteras de las zonas rebeldes con Rusia.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respaldó estos términos. Representaban la aceptación de Moscú de que las provincias de habla rusa en Ucrania seguirían siendo parte de una Ucrania unida pero federalizada, siempre que disfrutaran de una autonomía lingüística al estilo de Quebec. Pero, con el apoyo de Estados Unidos, Ucrania se negó a cumplir lo que había acordado. Años más tarde, franceses y alemanes admitieron que sus esfuerzos de mediación en Minsk habían sido una artimaña destinada a ganar tiempo para armar a Kiev contra Moscú y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (al igual que su predecesor en el cargo, Petro Poroshenko) confesó que nunca había planeado implementar los acuerdos.

Moscú y la ampliación de la OTAN

En 1990, en el contexto de la reunificación alemana, la disolución del Pacto de Varsovia y el abandono por parte de Rusia de su esfera de influencia político-económica en Europa central y oriental, Occidente había prometido en varias ocasiones, de manera un tanto astuta pero solemne, no ocupar el espacio estratégico resultante. vacío expandiendo la OTAN hacia él. Pero a medida que avanzaba la década de 1990, a pesar de la falta de entusiasmo por parte de algunos otros miembros de la OTAN, Estados Unidos insistió en hacer precisamente eso. La ampliación de la OTAN fue borrando progresivamente el cordón sanitario de Europa del Estede estados neutrales independientes que los sucesivos gobiernos de Moscú habían considerado esenciales para la seguridad rusa. Cuando los antiguos miembros del Pacto de Varsovia entraron en la OTAN, aparecieron en su territorio armamento, tropas y bases estadounidenses. En 2008, en un último paso para ampliar la esfera de influencia estadounidense hasta las fronteras de Rusia, Washington persuadió a la OTAN para que declarara su intención de admitir tanto a Ucrania como a Georgia como miembros.

El despliegue de fuerzas estadounidenses hacia el este colocó lanzadores de defensa contra misiles balísticos tanto en Rumania como en Polonia. Estos eran técnicamente capaces de una rápida reconfiguración para montar ataques de corto alcance contra Moscú. Su despliegue alimentó los temores rusos de un ataque sorpresa decapitante por parte de Estados Unidos. Si Ucrania ingresara en la OTAN y Estados Unidos hiciera despliegues comparables allí, Rusia tendría sólo cinco minutos de aviso de un ataque a Moscú. El papel de la OTAN en la separación de Kosovo de Serbia y en las operaciones de pacificación y cambio de régimen de Estados Unidos en Afganistán y Libia, así como su apoyo a las fuerzas antirrusas en Ucrania, habían convencido a Moscú de que ya no podía descartar a la OTAN como una alianza puramente defensiva.

Ya en 1994, los sucesivos gobiernos rusos comenzaron a advertir a Estados Unidos y a la OTAN que la continuación de la expansión de la OTAN –especialmente a Ucrania y Georgia– obligaría a una respuesta contundente. Washington estaba al tanto de la determinación rusa de hacer esto por múltiples fuentes, incluidos informes de sus embajadores en Moscú. En febrero de 2007, el presidente ruso Vladimir Putin, hablando en la Conferencia de Seguridad de Munich, declaró: “Creo que es obvio que la expansión de la OTAN… representa una provocación grave… Y tenemos derecho a preguntar: ¿contra quién está destinada esta expansión? ¿Y qué pasó con las garantías que nuestros socios occidentales dieron tras la disolución del Pacto de Varsovia?  El 1 de febrero de 2008, el embajador Bill Burns, ahora director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), advirtió en un telegrama desde Moscú que, en este tema, los rusos estaban unidos y eran serios. Burns estaba tan convencido de las consecuencias de la expansión de la OTAN en Ucrania que puso en su cable el título “Nyet Means Nyet” [“No significa no”.]

No obstante, en abril de 2008, la OTAN invitó a Ucrania y Georgia a unirse a ella. Moscú protestó diciendo que su “pertenencia a la alianza es un enorme error estratégico que tendría consecuencias muy graves para la seguridad paneuropea”.  En agosto de 2008, como para subrayar este punto, cuando una Georgia envalentonada intentó extender su dominio a regiones minoritarias rebeldes en la frontera rusa, Moscú entró en guerra para consolidar su independencia.

Guerra civil y de poder en Ucrania

Menos de un día después del golpe orquestado por Estados Unidos que instaló un régimen antiruso en Kiev en 2014, Washington reconoció formalmente al nuevo régimen. Cuando Rusia anexó Crimea y estalló la guerra civil con los rusoparlantes de Ucrania, Estados Unidos se puso del lado de los ultranacionalistas ucranianos y los armó, cuyas políticas habían alienado a Crimea y provocado a los secesionistas de habla rusa. Estados Unidos y la OTAN iniciaron un esfuerzo multimillonario para reorganizar, reentrenar y reequipar las fuerzas armadas de Kiev. El objetivo declarado era permitir a Kiev reconquistar el Donbás y, finalmente, Crimea. El ejército regular de Ucrania estaba entonces decrépito. Los ataques iniciales de Kiev contra hablantes de ruso en las regiones oriental y meridional de Ucrania fueron llevados a cabo en gran medida por milicias ultranacionalistas. [4]  En 2015, los soldados rusos luchaban junto a los rebeldes del Donbás. Había comenzado una guerra indirecta no declarada entre Estados Unidos y la OTAN con Rusia.

En el transcurso de los ocho años siguientes –durante los cuales continuó la guerra civil ucraniana– Kiev construyó un ejército de 700.000 hombres entrenado por la OTAN –sin contar el millón de reservas– y lo fortaleció en la batalla contra los separatistas apoyados por Rusia. Los regulares ucranianos eran sólo un poco menos que los 830.000 militares en servicio activo de Rusia en ese momento. En ocho años, Ucrania había adquirido una fuerza mayor que la de cualquier miembro de la OTAN, excepto Estados Unidos o Turquía, superando en número a las fuerzas armadas de Gran Bretaña, Francia y Alemania juntas. No sorprende que Rusia viera esto como una amenaza.

Mientras tanto, a medida que aumentaban las tensiones con Rusia, a principios de 2019 Estados Unidos se retiró unilateralmente del Tratado sobre Fuerza Nuclear Intermedia (INF), que había prohibido el despliegue en Europa de misiles lanzados desde tierra con un alcance de hasta 3.420 millas. Rusia condenó esto como un acto “destructivo” que avivaría los riesgos para la seguridad. A pesar de las continuas dudas por parte de algunos otros miembros de la OTAN, ante la insistencia estadounidense, la OTAN continuó reiterando periódicamente su oferta de incorporar a Ucrania como miembro, y lo hizo una vez más el 1 de septiembre de 2021. En ese momento, después de miles de millones de dólares de EE.UU. entrenamiento y transferencias de armas, Kiev consideró que finalmente estaba lista para aplastar la rebelión de sus rusoparlantes y sus aliados rusos. Cuando terminó 2021,

Moscú exige negociaciones

Casi al mismo tiempo, a mediados de diciembre de 2021, veintiocho años después de la primera advertencia de Moscú a Washington, Vladimir Putin emitió una demanda formal de garantías de seguridad escritas para reducir las amenazas aparentes para Rusia derivadas de la ampliación de la OTAN mediante el restablecimiento de la neutralidad de Ucrania, la prohibición de el estacionamiento de fuerzas estadounidenses en las fronteras de Rusia y el restablecimiento de límites al despliegue de misiles de alcance intermedio y corto en Europa. Luego, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso presentó a Washington un proyecto de tratado que incorporaba estos términos, que se hacían eco de exigencias similares formuladas por el ex presidente ruso Boris Yeltsin en 1997. Al mismo tiempo, aparentemente tanto para subrayar la seriedad de Moscú como para contrarrestar la ofensiva planeada por Kiev contra el Donbás. secesionistas, Rusia concentró tropas a lo largo de sus fronteras con Ucrania.

El 26 de enero de 2022, Estados Unidos respondió formalmente que ni él ni la OTAN aceptarían negociar la neutralidad de Ucrania u otras cuestiones similares con Rusia. Unos días más tarde, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, expuso su comprensión de las posiciones estadounidenses y de la OTAN en una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia de la siguiente manera:

“[Nuestros] colegas occidentales no están preparados para aceptar nuestras principales propuestas, principalmente las relativas a la no expansión de la OTAN hacia el este. Esta exigencia fue rechazada en referencia a la llamada política de puertas abiertas del bloque y a la libertad de cada Estado de elegir su propia forma de garantizar la seguridad. Ni Estados Unidos ni [la OTAN]… propusieron una alternativa a esta disposición clave”.

Moscú quería negociaciones pero, en ausencia de ellas, estaba dispuesto a ir a la guerra para eliminar las amenazas a las que se oponía. Washington lo sabía cuando rechazó las conversaciones con Moscú. La negativa estadounidense a hablar fue una decisión inequívoca de aceptar el riesgo de guerra en lugar de explorar cualquier compromiso o acuerdo con Rusia. Los servicios de inteligencia estadounidenses y aliados inmediatamente comenzaron a publicar información que pretendía describir inminentes operaciones militares rusas [5] en lo que describieron como un intento de disuadirlas.

Rusia invade Ucrania

A mediados de febrero, se intensificaron los combates entre el ejército ucraniano y las fuerzas secesionistas en Donbass, y los observadores de la OSCE informaron de un rápido aumento de las violaciones del alto el fuego por parte de ambas partes, aunque la mayoría supuestamente fueron iniciadas por Kiev. Tal vez falsamente, los secesionistas del Donbás apelaron a Moscú para que los protegiera y ordenaron una evacuación general de civiles a refugios seguros en Rusia. El 21 de febrero, el presidente ruso Putin reconoció la independencia de las dos “repúblicas populares” de Donbás y ordenó a las fuerzas rusas protegerlas contra los ataques ucranianos.

El 24 de febrero de 2022, en un discurso a la nación rusa, Putin declaró que “Rusia no puede sentirse segura, desarrollarse y existir con una amenaza constante que emana del territorio de la Ucrania moderna” y anunció que había ordenado lo que llamó una “ Operación militar especial” “para proteger a las personas que han sido sometidas a intimidación y genocidio. . . durante los últimos ocho años” y “luchar por la desmilitarización y desnazificación de Ucrania”. Añadió que:

“Es un hecho que durante los últimos 30 años hemos estado tratando pacientemente de llegar a un acuerdo con los principales países de la OTAN sobre los principios de seguridad igual e indivisible en Europa. En respuesta a nuestras propuestas, invariablemente enfrentamos engaños cínicos y mentiras o intentos de presión y chantaje, mientras que la alianza del Atlántico Norte continuó expandiéndose a pesar de nuestras protestas y preocupaciones. Su maquinaria militar se está moviendo y, como dije, se está acercando a nuestra frontera”.

La narrativa oficial presentada en la guerra de información de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia contradice cada elemento de esta declaración del presidente Putin, pero los antecedentes lo afirman.

El período previo a la guerra por poderes entre Estados Unidos y Rusia en Ucrania

En la era postsoviética:

  • La OTAN –la esfera de influencia y presencia militar de Estados Unidos en Europa– se expandió constantemente hacia las fronteras de Rusia a pesar de las crecientes advertencias y protestas rusas.
  • Por el contrario, Moscú estaba en constante retirada. Había abandonado su esfera de influencia en Europa del Este. No hizo ningún esfuerzo por restablecerlo.
  • Moscú advirtió repetidamente que la ampliación de la OTAN y el despliegue avanzado de fuerzas por parte de Estados Unidos que podrían amenazarlo, especialmente desde Ucrania, eran una grave amenaza ante la cual se sentiría obligado a reaccionar.
  • Dada la transformación de la OTAN de una alianza puramente defensiva y centrada en Europa a un instrumento para la proyección de poder en apoyo del cambio de régimen estadounidense y otras operaciones militares más allá de las fronteras de sus miembros, Moscú tenía motivos razonables para preocuparse de que la membresía de Ucrania en la OTAN planteara un problema. amenaza activa a su seguridad. Esta amenaza quedó subrayada por la retirada de Estados Unidos del tratado que le había impedido estacionar armas nucleares de alcance intermedio en Europa, incluida Ucrania.
  • Moscú exigió sistemáticamente neutralidad para Ucrania. La neutralidad convertiría a Ucrania en un amortiguador y un puente entre ella y el resto de Europa, en lugar de ser parte de Rusia o una plataforma para la proyección del poder ruso frente al resto de Europa.
  • Por el contrario, Estados Unidos buscó hacer de Ucrania un miembro de la OTAN –parte de su esfera de influencia– y una plataforma para el despliegue del poder militar estadounidense contra Rusia.
  • Moscú acordó en Minsk respetar la continuidad de la soberanía ucraniana en la región de Donbas, siempre que se garantizaran los derechos de los rusoparlantes allí. Pero, con el apoyo de Estados Unidos y la OTAN, Ucrania se negó a implementar el acuerdo de Minsk y redobló sus esfuerzos para subyugar al Donbas.
  • Cuando Washington se negó a escuchar los argumentos rusos a favor de un acuerdo mutuo en Europa y, en cambio, insistió en que Ucrania fuera miembro de la OTAN, el gobierno estadounidense sabía que esto produciría una respuesta militar rusa. De hecho, Washington lo predijo públicamente.
  • Al principio de la guerra resultante, cuando la mediación de terceros logró un proyecto de acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, Occidente –representado por los británicos– insistió en que Ucrania lo repudiara.

Este triste incidente me lleva a los objetivos bélicos de los participantes en la guerra.

Objetivos de guerra en Ucrania

Kiev no ha renunciado a sus objetivos de:

  • Forjar una identidad nacional puramente ucraniana de la que el ruso y otras lenguas, culturas y autoridades religiosas estén excluidos.
  • Subyugar a los rusoparlantes que se rebelaron ante este intento de asimilación forzada.
  • Obtener protección de EE.UU. y la OTAN e integrarse en la UE.
  • Reconquistar los territorios de habla rusa que Moscú ha anexado ilegalmente de Ucrania, incluidos los óblasts de Donbás y Crimea.

Moscú declaró claramente sus objetivos máximos y mínimos en el proyecto de tratado que presentó a Washington el 17 de diciembre de 2021. Los principales intereses rusos han sido y siguen siendo:

  • (1) negar a Ucrania la esfera de influencia estadounidense que ha envuelto al resto de Europa del Este al obligar a Ucrania a afirmar la neutralidad entre Estados Unidos/OTAN y Rusia, y
  • (2) proteger y garantizar los derechos básicos de los rusoparlantes en Ucrania.

Los objetivos de Washington –que la OTAN obedientemente ha adoptado como propios– han sido mucho más abiertos e inespecíficos. Como dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan en junio de 2022:

«Tenemos . . . se abstuvo de exponer lo que consideramos un final. . … Nos hemos centrado en lo que podemos hacer hoy, mañana y la próxima semana para fortalecer la posición de los ucranianos en la mayor medida posible, primero en el campo de batalla y luego, en última instancia, en la mesa de negociaciones”.

Dado que el primer principio de la guerra es establecer objetivos realistas, una estrategia para alcanzarlos y un plan para poner fin a la guerra, ésta es una descripción perfecta de cómo preparar una “guerra eterna”. Como lo atestiguan Vietnam, Afganistán, Irak, Somalia, Libia, Siria y Yemen, ésta se ha convertido en la forma estadounidense establecida de hacer la guerra. No hay objetivos claros, ni plan para alcanzarlos, ni concepto de cómo poner fin a la guerra, en qué términos y con quién.

La declaración más convincente de los objetivos estadounidenses en esta guerra la hizo el presidente Biden cuando comenzó. Dijo que su objetivo con Rusia era “minar su fuerza económica y debilitar su ejército en los años venideros”, cueste lo que cueste. En ningún momento el gobierno de Estados Unidos o la OTAN han declarado que la protección de Ucrania o de los ucranianos, en lugar de explotar su valentía para derrotar a Rusia, sea el objetivo centroamericano. En abril de 2022, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, reiteró que la ayuda estadounidense a Ucrania tenía como objetivo debilitar y aislar a Rusia y, por tanto, privarla de cualquier capacidad creíble para hacer la guerra en el futuro. Un buen número de políticos y expertos estadounidenses han ensalzado los beneficios de que sean ucranianos, en lugar de estadounidenses, los que sacrifiquen sus vidas con este fin. Algunos han ido más lejos y han defendido la desintegración de la Federación Rusa como objetivo de guerra. Si eres ruso, no tienes que estar paranoico para considerar que esas amenazas son existenciales. El presidente ruso Putin considera que los objetivos bélicos de Estados Unidos apuntan a humillar estratégicamente a la Federación Rusa y, si es posible, derrocar a su gobierno y desmembrarlo.[6]  Los Estados Unidos no han cuestionado esta evaluación.

Paz dejada de lado

A mediados de marzo de 2022, el gobierno de Turquía y el primer ministro israelí, Naftali Bennett, mediaron entre negociadores rusos y ucranianos, quienes acordaron provisionalmente las líneas generales de un acuerdo provisional negociado. El acuerdo preveía que Rusia se retiraría a su posición el 23 de febrero, cuando controlaba parte de la región de Donbas y toda Crimea, y a cambio, Ucrania prometería no buscar ser miembro de la OTAN y, en cambio, recibiría garantías de seguridad de varios países. Se estaba organizando una reunión entre el presidente ruso Putin y el presidente ucraniano Zelensky para finalizar este acuerdo, que los negociadores habían rubricado ad referéndum , es decir, sujeto a la aprobación de sus superiores.

El 28 de marzo de 2022, el presidente Zelensky afirmó públicamente que Ucrania estaba preparada para la neutralidad combinada con garantías de seguridad como parte de un acuerdo de paz con Rusia. Pero el 9 de abril, el primer ministro británico, Boris Johnson, realizó una visita sorpresa a Kiev. Durante esta visita, supuestamente instó a Zelensky a no reunirse con Putin porque (1) Putin era un criminal de guerra y más débil de lo que parecía. Se le debe y se le puede aplastar en lugar de complacerlo; y (2) incluso si Ucrania estuviera lista para poner fin a la guerra, la OTAN no lo estaba.

Luego se canceló la reunión propuesta por Zelensky con Putin. Putin declaró que las conversaciones con Ucrania habían llegado a un punto muerto. Zelensky explicó que “a Moscú le gustaría tener un tratado que resuelva todos los problemas. Sin embargo, no todo el mundo se ve en la mesa con Rusia. Para ellos, las garantías de seguridad para Ucrania son una cuestión y el acuerdo con la Federación Rusa es otra cuestión”. Esto marcó el fin de las negociaciones bilaterales ruso-ucranianas y, por tanto, de cualquier perspectiva de resolución del conflicto en cualquier lugar que no fuera el campo de batalla.

Qué pasó y quién gana qué

Esta guerra nació y continúa debido a errores de cálculo de todos los bandos. La expansión de la OTAN fue legal pero, como era de esperar, provocativa. La respuesta de Rusia fue totalmente predecible, aunque ilegal, y le ha resultado muy costosa. La integración militar de facto de Ucrania en la OTAN ha resultado en su devastación.

Estados Unidos calculó que las amenazas rusas de ir a la guerra por la neutralidad de Ucrania eran engaños que podrían disuadirse delineando y denigrando los planes e intenciones rusos tal como los entendía Washington. Rusia supuso que Estados Unidos preferiría las negociaciones a la guerra y desearía evitar la nueva división de Europa en bloques hostiles. Los ucranianos contaban con que Occidente protegiera su país. Cuando el desempeño ruso en los primeros meses de la guerra resultó mediocre, Occidente concluyó que Ucrania podía derrotarlo. Ninguno de estos cálculos ha resultado correcto.

Sin embargo, la propaganda oficial, amplificada por los medios dominantes y sociales serviles, ha convencido a la mayoría en Occidente de que rechazar las negociaciones sobre la expansión de la OTAN y alentar a Ucrania a luchar contra Rusia es de alguna manera “proucraniano”. La simpatía por el esfuerzo bélico de Ucrania es totalmente comprensible, pero, como debería habernos enseñado la guerra de Vietnam, las democracias pierden cuando los aplausos reemplazan la objetividad en la información y los gobiernos prefieren su propia propaganda a la verdad de lo que está sucediendo en el campo de batalla.

La única manera de juzgar el éxito o el fracaso de las políticas es haciendo referencia a los objetivos para los cuales fueron diseñadas. Entonces, ¿ cómo les va a los participantes en la guerra de Ucrania en términos de lograr sus objetivos?

Empecemos por Ucrania .

De 2014 a 2022, la guerra civil en Donbas se cobró casi 15.000 vidas. Se desconoce cuántos han muerto en acción desde que comenzó la guerra por poderes entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia en febrero de 2022, pero ciertamente se trata de varios cientos de miles. Las cifras de víctimas han sido ocultadas por una intensa guerra de información sin precedentes. La única información en Occidente sobre los muertos y heridos ha sido la propaganda de Kiev que afirma que hay un gran número de muertos rusos, mientras que no revela nada en absoluto sobre las bajas ucranianas. Se sabe, sin embargo, que el diez por ciento de los ucranianos están actualmente involucrados en las fuerzas armadas y el 78 por ciento tiene familiares o amigos que han sido asesinados o heridos. Se calcula que actualmente hay 50.000 ucranianos amputados. (En comparación, sólo 41.000 británicos tuvieron que ser amputados en la Primera Guerra Mundial, cuando el procedimiento era a menudo el único disponible para prevenir la muerte. Menos de 2.000 veteranos estadounidenses de las invasiones de Afganistán e Irak sufrieron amputaciones). La mayoría de los observadores creen que las fuerzas ucranianas han sufrido pérdidas mucho mayores que sus enemigos rusos y que cientos de miles de ellos han dado sus vidas en la defensa de su país y en sus esfuerzos por recuperar territorio. ocupada por los rusos.

Cuando comenzó la guerra, Ucrania tenía una población de unos treinta y un millones. Desde entonces, el país ha perdido al menos un tercio de su población. Más de seis millones se han refugiado en Occidente. Dos millones más se han ido a Rusia. Otros ocho millones de ucranianos han sido expulsados ​​de sus hogares pero permanecen en Ucrania.

La infraestructura, las industrias y las ciudades de Ucrania han quedado devastadas y su economía destruida. Como es habitual en las guerras, la corrupción –que durante mucho tiempo fue una característica prominente de la política ucraniana– ha sido rampante. La naciente democracia de Ucrania ya no existe, y todos los partidos de oposición, los medios de comunicación incontrolados y la disidencia están prohibidos.

Por otro lado, la agresión rusa ha unido a los ucranianos, incluidos muchos de habla rusa, en un grado nunca antes visto. De este modo, Moscú ha reforzado inadvertidamente la identidad ucraniana separada que tanto la mitología rusa como el presidente Putin han tratado de negar. Lo que Ucrania ha perdido en territorio lo ha ganado en cohesión patriótica basada en una oposición apasionada a Moscú.

La otra cara de la moneda es que los separatistas de habla rusa de Ucrania también han visto reforzada su identidad rusa. Los refugiados ucranianos en Rusia son los más duros de la línea dura que exigen represalias de Kiev. Ahora hay poca o ninguna posibilidad de que los rusoparlantes acepten un estatus en una Ucrania unida, como habría sido el caso bajo los Acuerdos de Minsk. Y, con el fracaso de la “contraofensiva” de Ucrania, es muy poco probable que Donbas o Crimea vuelvan alguna vez a la soberanía ucraniana. A medida que la guerra continúa, Ucrania bien podría perder aún más territorio, incluido su acceso al Mar Negro. Lo que se ha perdido en el campo de batalla y en el corazón del pueblo no se puede recuperar en la mesa de negociaciones. Ucrania saldrá de esta guerra mutilada, lisiada y muy reducida tanto en territorio como en población.

Por último, ahora no hay perspectivas realistas de que Ucrania sea miembro de la OTAN. Como ha dicho el asesor del Consejo de Seguridad Nacional, Sullivan, “todos deben considerar directamente el hecho” de que permitir que Ucrania se una a la OTAN en este momento “significa la guerra con Rusia”. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha declarado que el requisito previo para que Ucrania sea miembro de la OTAN es un tratado de paz entre Ucrania y Rusia. No hay ningún tratado de ese tipo a la vista. Al seguir insistiendo en que Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN una vez que concluya la guerra, Occidente ha incentivado perversamente a Rusia para que no acepte poner fin a la guerra. Pero, al final, Ucrania tendrá que hacer las paces con Rusia, casi con certeza en gran medida en términos rusos.

Independientemente de lo que la guerra pueda estar logrando, no ha sido buena para Ucrania. La posición negociadora de Ucrania frente a Rusia se ha debilitado enormemente. Pero claro, el destino de Kiev siempre ha sido una idea de último momento en los círculos políticos estadounidenses. En cambio, Washington ha tratado de explotar el coraje ucraniano para derrotar a Rusia, revitalizar la OTAN y reforzar la primacía estadounidense en Europa. Y no ha dedicado ningún tiempo a pensar en cómo restaurar la paz en Europa.

¿Qué tal Rusia ?

¿Ha logrado expulsar la influencia estadounidense de Ucrania, obligar a Kiev a declarar neutralidad o restablecer los derechos de los rusoparlantes en Ucrania? Claramente no.

Al menos por ahora, Ucrania se ha convertido en una completa dependencia de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Kiev es un antagonista amargado y de largo plazo de Moscú. Kiev se aferra a su ambición de unirse a la OTAN. Los rusos en Ucrania son el objetivo de la versión local de la cultura de la cancelación. Cualquiera que sea el resultado de la guerra, la animosidad mutua ha borrado el mito ruso de la hermandad ruso-ucraniana basada en un origen común en la Rus de Kiev. Rusia ha tenido que abandonar tres siglos de esfuerzos por identificarse con Europa y, en cambio, girar hacia China, la India, el mundo islámico y África. La reconciliación con una Unión Europea seriamente alienada no será fácil, en todo caso. Puede que Rusia no haya perdido en el campo de batalla ni haya quedado debilitada o aislada estratégicamente, pero ha incurrido en enormes costos de oportunidad.

Además, la OTAN se ha ampliado para incluir a Finlandia y Suecia. Esto no cambia el equilibrio militar en Europa. A pesar de la representación occidental de Rusia como inherentemente depredadora, Moscú no ha tenido ni el deseo ni la capacidad de atacar a ninguno de estos dos Estados anteriormente muy alineados con Occidente y formidablemente armados pero nominalmente “neutrales”. Ni Finlandia ni Suecia tienen intención alguna de unirse a un ataque no provocado contra Rusia. Pero su decisión de unirse a la OTAN es políticamente dolorosa para Moscú.

Dado que Occidente no muestra ninguna voluntad de adaptarse a las preocupaciones de seguridad rusas, si Moscú quiere lograr sus objetivos, ahora no tiene otra alternativa aparente que seguir luchando. Al hacerlo, está estimulando la determinación europea de cumplir objetivos de gasto de defensa de la OTAN previamente ignorados y de adquirir capacidades militares autosuficientes dirigidas a contrarrestar a Rusia independientemente de las de Estados Unidos. Polonia está resurgiendo como una poderosa fuerza hostil en las fronteras de Rusia. Estas tendencias están cambiando el equilibrio militar europeo en desventaja a largo plazo para Moscú.

¿ Qué pasa con los Estados Unidos?

Sólo en 2022, Estados Unidos aprobó 113.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania. El presupuesto de defensa ruso entonces era menos de la mitad de ese monto: 54 mil millones de dólares. Desde entonces, aproximadamente se ha duplicado. Las industrias de defensa rusas se han revitalizado. Algunos ahora producen más armamento en un mes que antes en un año. La economía autárquica de Rusia ha resistido 18 meses de guerra total contra ella tanto por parte de Estados Unidos como de la UE. Acaba de superar a Alemania para convertirse en la quinta economía más rica del mundo y la más grande de Europa en términos de paridad de poder adquisitivo. A pesar de las repetidas afirmaciones occidentales de que Rusia se estaba quedando sin municiones y perdiendo la guerra de desgaste en Ucrania, no es así, mientras que Occidente sí. La valentía ucraniana, que ha sido enormemente impresionante, no ha podido rivalizar con la potencia de fuego rusa.

Mientras tanto, la supuesta amenaza rusa a Occidente, que alguna vez fue un poderoso argumento a favor de la unidad de la OTAN, ha perdido credibilidad. Las fuerzas armadas rusas han demostrado ser incapaces de conquistar Ucrania, y menos aún el resto de Europa. Pero la guerra le ha enseñado a Rusia cómo contrarrestar y superar gran parte del armamento más avanzado de Estados Unidos y otros países occidentales.

Antes de que Estados Unidos y la OTAN rechazaran las negociaciones, Rusia estaba dispuesta a aceptar una Ucrania neutral y federalizada. En la fase inicial de su invasión de Ucrania, Rusia reafirmó esta voluntad en un proyecto de tratado de paz con Ucrania que Estados Unidos y la OTAN impidieron que Kiev firmara. La intransigencia diplomática occidental no ha logrado persuadir a Moscú para que se adapte al nacionalismo ucraniano o acepte la inclusión de Ucrania en la OTAN y la esfera de influencia estadounidense en Europa. En cambio, la guerra por poderes parece haber convencido a Moscú de que debe destripar a Ucrania, conservar los territorios ucranianos que ha anexado ilegalmente y probablemente agregar más, asegurando así que Ucrania sea un Estado disfuncional incapaz de unirse a la OTAN ni de cumplir con los objetivos ultranacionalistas y anti-nacionalistas. Visión rusa de su héroe neonazi de la Segunda Guerra Mundial, Stepan Bandera.

La guerra ha llevado a una unidad superficial de la OTAN, pero hay fisuras evidentes entre sus miembros. Las sanciones impuestas a Rusia han causado graves daños a las economías europeas. Sin el suministro energético ruso, algunas industrias europeas ya no son competitivas a nivel internacional. Como lo demostró la reciente cumbre de la OTAN en Vilnius, los países miembros difieren sobre la conveniencia de admitir a Ucrania. Parece poco probable que la unidad de la OTAN dure más que la guerra. Estas realidades ayudan a explicar por qué la mayoría de los socios europeos de Estados Unidos quieren poner fin a la guerra lo antes posible.

La guerra de Ucrania claramente ha puesto fin a la era postsoviética en Europa, pero no ha hecho que Europa sea más segura en ningún sentido. No ha mejorado la reputación internacional de Estados Unidos ni ha consolidado su primacía. En cambio, la guerra ha acelerado el surgimiento de un orden mundial multipolar post-estadounidense. Una característica de esto es el eje antiestadounidense entre Rusia y China.

Para debilitar a Rusia, Estados Unidos ha recurrido a sanciones unilaterales intrusivas sin precedentes, incluidas sanciones secundarias dirigidas a actividades comerciales normales que no implican un nexo con Estados Unidos y que son legales en las jurisdicciones de las partes en la transacción. Washington ha estado bloqueando activamente el comercio entre países que no tienen nada que ver con Ucrania o la guerra allí porque no se subirán al carro de Estados Unidos. Como resultado, gran parte del mundo está ahora comprometido en la búsqueda de vínculos financieros y de cadena de suministro que sean independientes del control estadounidense. Esto incluye intensificar los esfuerzos internacionales para poner fin a la hegemonía del dólar, que es la base de la primacía global de Estados Unidos. Si estos esfuerzos tienen éxito,

El uso por parte de Washington de la presión política y económica para obligar a otros países a ajustarse a sus políticas antirrusas y antichinas ha sido claramente contraproducente. Ha alentado incluso a antiguos estados clientes de Estados Unidos a buscar formas de evitar verse envueltos en futuros conflictos estadounidenses y guerras por poderes que no apoyan, como la de Ucrania. Con este fin, están abandonando la dependencia exclusiva de Estados Unidos y forjando vínculos con múltiples socios económicos y político-militares. Lejos de aislar a Rusia o China, la diplomacia coercitiva de Estados Unidos ha ayudado tanto a Moscú como a Beijing a mejorar las relaciones en África, Asia y América Latina que reducen la influencia estadounidense en favor de los suyos.

Para resumir:

En resumen, la política estadounidense ha provocado un gran sufrimiento en Ucrania y un aumento de los presupuestos de defensa aquí y en Europa, pero no ha logrado debilitar ni aislar a Rusia. Más de lo mismo no logrará ninguno de estos objetivos estadounidenses tan frecuentemente declarados. Rusia ha sido educada sobre cómo combatir los sistemas de armas estadounidenses y ha desarrollado contraataques eficaces. Ha sido fortalecido militarmente, no debilitado. Ha sido reorientada y liberada de la influencia occidental, no aislada.

Si el propósito de la guerra es establecer una paz mejor, esta guerra no lo logra. Ucrania está siendo destripada en el altar de la rusofobia. En este punto, nadie puede predecir con confianza qué parte de Ucrania o cuántos ucranianos quedarán cuando cesen los combates o cuándo y cómo detenerlos. Kiev simplemente no logró cumplir más de una fracción de sus objetivos de reclutamiento. Combatir a Rusia hasta el último ucraniano fue siempre una estrategia odiosa. Pero cuando la OTAN está a punto de quedarse sin ucranianos, no es sólo cínica; ya no es una opción viable.

Lecciones que debemos aprender de la guerra de Ucrania

¿Qué podemos aprender de esta debacle? Ha proporcionado muchos recordatorios no deseados de los principios básicos del arte de gobernar.

  • Las guerras no deciden quién tiene razón. Ellos determinan quién queda.
  • La mejor manera de evitar la guerra es reducir o eliminar los temores y agravios que la causan.
  • Cuando uno se niega a escuchar, y mucho menos a abordar el caso de una parte agraviada para que se hagan ajustes en sus políticas al respecto, se corre el riesgo de sufrir una reacción violenta por parte de ella.
  • Nadie debería entrar en una guerra sin objetivos realistas, una estrategia para alcanzarlos y un plan para poner fin a la guerra.
  • La superioridad moral y la valentía no son sustitutos de la masa militar, la potencia de fuego y la resistencia.
  • Al final, las guerras se ganan y se pierden en el campo de batalla, no con propaganda inspirada y dirigida a reforzar las ilusiones.
  • Lo que se ha perdido en el campo de batalla rara vez, o nunca, puede recuperarse en la mesa de negociaciones.
  • Cuando las guerras no se pueden ganar, normalmente es mejor buscar condiciones para ponerles fin que reforzar el fracaso estratégico.

Es hora de priorizar el ahorro de Ucrania tanto como sea posible. Esta guerra se ha vuelto existencial para él. Ucrania necesita respaldo diplomático para lograr la paz con Rusia si no queremos que sus sacrificios militares hayan sido en vano. Está siendo destruido. Debe ser reconstruido. La clave para preservar Ucrania es empoderar y respaldar a Kiev para que ponga fin a la guerra en los mejores términos que pueda obtener, para facilitar el regreso de sus refugiados y para utilizar el proceso de adhesión a la UE para impulsar reformas liberales e instituir un gobierno limpio en una Ucrania neutral. .

Desafortunadamente, tal como están las cosas, tanto Moscú como Washington parecen decididos a persistir en la actual destrucción de Ucrania. Pero cualquiera que sea el resultado de la guerra, Kiev y Moscú tendrán que encontrar eventualmente una base para la coexistencia. Washington necesita apoyar a Kiev para desafiar a Rusia a reconocer tanto la sabiduría como la necesidad del respeto por la neutralidad y la integridad territorial de Ucrania.

Finalmente, esta guerra debería provocar un replanteamiento serio aquí, en Moscú y por parte de la OTAN sobre las consecuencias de una política exterior militarizada y sin diplomacia. Si Estados Unidos hubiera aceptado hablar con Moscú, incluso si hubiera seguido rechazando gran parte de lo que Moscú exigía, Rusia no habría invadido Ucrania como lo hizo. Si Occidente no hubiera intervenido para impedir que Ucrania ratificara el tratado que otros le ayudaron a acordar con Rusia al comienzo de la guerra, Ucrania estaría ahora intacta y en paz.

Esta guerra no era necesaria. Cada una de las partes ha perdido mucho más de lo que ha ganado. Hay mucho que aprender de lo que ha sucedido en Ucrania y en Ucrania. Deberíamos estudiar y aprender estas lecciones y tomarlas en serio.

[1] Generales y almirantes.

[2] Ucrania contribuyó con tropas a esta operación de la OTAN a pesar de no ser miembro de la alianza.

[3] Según se informa, para 2014, varias agencias del gobierno estadounidense habían comprometido un total acumulado de 5 mil millones de dólares o más para subsidios políticos y educación en apoyo del cambio de régimen en Ucrania.

[4] Antes de la decisión de Estados Unidos y la OTAN de ayudar a Ucrania contra sus separatistas respaldados por Rusia, estas milicias eran comúnmente identificadas como neonazis en los medios occidentales. Profesaban ser seguidores de Stepan Bandera, quien ahora ha sido adoptado como una figura nacional venerada por Kiev. Bandera era famoso por su extremo nacionalismo ucraniano, fascismo, antisemitismo, xenofobia y violencia. Él y sus seguidores fueron supuestamente responsables de masacrar a entre 50.000 y 100.000 polacos y de colaborar con los nazis en el asesinato de un número aún mayor de judíos. Después de que estalló la guerra por poderes entre Estados Unidos y la OTAN, a pesar de su continua exhibición de insignias y símbolos nazis en sus uniformes y sus vínculos con grupos neonazis en otros países, los medios occidentales dejaron de caracterizar a estas milicias como neonazis.

[5] La “operación militar especial” montada por Rusia tenía poco parecido con las predicciones específicas presentadas en esta guerra de información, que parece haber sido diseñada tanto para conseguir apoyo para Ucrania y elevar su moral como para disuadir a Rusia.

[6] Véase, por ejemplo, https://jamestown.org/event/watch-the-video-preparing-for-the-dissolution-of-the-russian-federation/

FUENTE SITIO https://chasfreeman.net/the-many-lessons-of-the-ukraine-war/

Los líderes occidentales debaten sobre una eventual incorporación de Ucrania a la alianza o “garantías de seguridad” que involucrarían al bloque en un enfrentamiento directo con Rusia

Por Eduardo J. Vior (*)
analista internacional

El próximo martes y miércoles los jefes de Estado y de gobierno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reúnen en Vilna, capital de Lituania. El tema dominante en su agenda es la eventual incorporación de Ucrania a la organización. Hay voces a favor y otras en contra, pero lo que llama la atención es cuán despreocupadamente se trata una cuestión que, si se resuelve mal, puede poner al mayor bloque militar de la historia en un conflicto directo (ya no por interpósitos actores) con la mayor potencia atómica del mundo en el que se jugaría la existencia misma de la humanidad.

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inició el domingo en Londres su viaje por tres países europeos. Este lunes se reúne con el Primer Ministro británico, Rishi Sunak, tras lo cual visitará al Rey Carlos en el Castillo de Windsor. Se espera que las conversaciones con el monarca incluyan iniciativas sobre el clima. El lunes por la noche, en tanto, el presidente viaja a Vilna, capital de Lituania, para participar los días 11 y 12 de junio en la conferencia cumbre de la OTAN. Se espera que en la agenda se trate la eventual incorporación de Kiev a la alianza, así como el intento de Suecia en el mismo sentido, hasta ahora bloqueado por Turquía. Tras su viaje a Lituania, Biden se dirigirá a Finlandia, el miembro más reciente del bloque militar occidental.

Entre tanto, en una entrevista con Fared Zacaria, periodista estrella de CNN, el mandatario dijo que “No creo que haya unanimidad entre los miembros sobre si incorporar o no a Ucrania a la OTAN ahora”. Biden añadió que “llevará un tiempo” hasta que Ucrania se convierta en miembro de la OTAN. Sin embargo, el jefe de Estado declaró que Washington podría proporcionar a Kiev un apoyo similar al que presta a Israel hasta que Ucrania se incorpore a la OTAN. Dijo que esto implica “proporcionarles el armamento que necesitan, la capacidad de defenderse”. Más importante aún serían las garantías de seguridad que ese status conllevaría. Washington se comprometería a defender a Kiev en cualquier circunstancia, o sea que le daría carta blanca para atacar territorio ruso como Tel Aviv hace con Siria y Líbano.

Ya en un tramo anterior del reportaje Biden defendió la entrega de bombas de racimo a su aliado en el Dniéper. Según dijo, el proporcionar a Ucrania municiones de racimo fue una “decisión difícil”, pero que finalmente se convenció de enviar las controvertidas armas porque Kiev necesita municiones en su contraofensiva contra Rusia.

La Casa Blanca anunció el viernes que el presidente había aprobado la transferencia a Ucrania de ese tipo de armas prohibidas por más de cien países (aunque no por Rusia y EE.UU.). Se trata del último de muchos casos en los que EE.UU. ha proporcionado a Kiev armas que previamente había rehusado.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, manifestó el pasado sábado que la OTAN acordó “importantes decisiones” sobre Ucrania. “Como resultado de la cumbre en Vilna nuestro camino hacia la alianza será definitivamente más corto. Se trata de un resultado muy importante, del que se nos dijo, como en muchos otros casos, que no se produciría, pero lo logramos junto con nuestros socios más cercanos“, escribió el canciller en su cuenta de Threads (red social propiedad de Meta).

A su vez, también el presidente de Francia, Emmanuel Macron, abandonó su antigua oposición a la ampliación de la Alianza Atlántica y ahora está intentando “acelerar la expansión tanto de la OTAN como de la Unión Europea hacia el este, abriendo el camino a la adhesión de Ucrania”, reportó este sábado Bloomberg. El medio citó declaraciones del mandatario francés en una conferencia en Bratislava (Eslovaquia) el 31 de mayo, que hasta ahora habían pasado desapercibidas, en las que sostuvo que “la cuestión no es si debemos ampliarnos o no, sino cómo debemos hacerlo”, afirmó entonces Macron.

Por el contrario, Alemania abogará por retrasar la adhesión de Ucrania a la OTAN por temor a que el ingreso inmediato pueda provocar una guerra con Rusia, informó también este sábado The Telegraph. Una fuente citada por el diario señaló que Alemania “se muestra reticente ante la perspectiva de ofrecer la adhesión inmediata” y “quiere un proceso y tiempo para desarrollar garantías para bloquear esencialmente el ingreso”.

Según la fuente, Berlín no quiere que los líderes rusos “pongan potencialmente a prueba el artículo 5º de la Carta de Defensa Colectiva de la OTAN, que indica que cualquier Estado miembro atacado desde el exterior tiene derecho a solicitar la intervención militar del resto de los aliados.

En realidad, es al revés: si Rusia quisiera desafiar a la alianza, ya lo habría hecho. En Ucrania no sólo luchan mercenarios de muchos países, sino también oficiales en servicio de las fuerzas especiales de numerosos países miembros de la OTAN. El Kremlin podría haber constatado que existe una intervención formal del bloque occidental a favor de Ucrania y haber atacado objetivos en Rumania, Polonia o los países bálticos. Sin embargo, no lo hizo, porque no tiene interés en escalar el conflicto. Quien tiene interés en hacerlo es el liderazgo ucraniano, para de ese modo involucrar a sus aliados en una guerra mayor contra Rusia. Nadie piensa seriamente que Kiev pueda derrotar a Moscú, no importa cuán grande sea la ayuda militar que reciba. Para Zelensky y su grupo, entonces, la única salida posible es la fuga hacia adelante.

Resulta, pues, extraño que, ante tal cuadro de situación, el liderazgo occidental insista en aumentar su compromiso con Ucrania. La no incorporación formal a la alianza sería una solución solamente, si al mismo tiempo, por los discretos canales de diálogo existentes, Occidente diera a Rusia garantías formales de que controlará efectivamente al gobierno ucraniano, para que no escale la guerra. Si no lo hace y, como propone Biden, le da “garantías de seguridad” similares a las otorgadas hace ya tiempo a Israel, en realidad lo estará empujando a agudizar y ampliar el conflicto.

¿Piensan los estrategas occidentales que Moscú va a retroceder ante una mayor presión? Si es así, no entienden que, en Ucrania, Rusia se está jugando la existencia. Si resulta derrotada, se producirán conmociones internas similares a las de 1917, el gobierno caerá y el territorio del país más grande del mundo será fracturado por sus adversarios en un sinnúmero de republiquetas sin chances de sobrevivir. Ante este panorama, ningún líder ruso sensato puede recular. Sus pares occidentales deberían saberlo y no empujarlos contra la pared.

¿Qué o quién impulsa a los líderes occidentales para que vayan derribando una tras otra todas las barreras que impedían llegar a la catástrofe nuclear? ¿Ha desaparecido la cordura de sus gobiernos, cancillerías y estados mayores? Como cantaba Bob Dylan, “la respuesta está flotando en el viento”.

(*) Articulo difundido por la Agencia TELAM el autor autoriza su difusion en Dossier Geopolitico

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Dossier Geopolitico

El Club de La Pluma cumple 19 años y el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, inicia su columna con una sentida felicitación a su director el periodista Norberto Ganci y a su esposa la Prof. Gabriela Fernández, por haber sostenido este espacio que es una trinchera contra los sistemas opresores y fundamentalmente, contra el sistema imperial norteamericano que tanto afecta a nuestra tierra.

AUDIO:

Y entrando en materia, aborda el reciente motín del jefe del grupo ruso Wagner, sosteniendo que entre tantas hipótesis en liza, el asunto está tan abierto que es prematuro adelantar conclusiones y que solo queda claro que Rusia “sigue siendo un acertijo envuelto en un misterio, y todo dentro de una incógnita.” Además, de que será el tiempo el que confirme los vasos comunicantes entre los amotinados con las inteligencias de las potencias occidentales.

Mientras nos recuerda aquel consejo de Maquiavelo sobre que “… la potestad de la fuerza tiene que estar bajo el control del Estado”.

Y menciona que este moderno método de privatizar la guerra se inició a principios de siglo, con Jorge Bush (hijo) y los NEOCON, como forma de intervenir militarmente en el mundo sin dar la cara con sus propias tropas.

A continuación, quiere despejar la polvareda levantada por el motín y hacer visibles otras noticias más relevantes, como que la catástrofe de Ucrania ya se acerca a su final anunciado. Al respecto nos da cifras espeluznantes sobre su pérdida de población, de sus muertos y heridos por la guerra, de la destrucción de su infraestructura y de la monstruosa deuda externa inducida por “sus amigos” occidentales.

Mientras que Bill Gates, el multimillonario norteamericano por referencia, se acaba de reunirse con Xi Jinping en China, para seguir haciendo negocios profundos con China y que el canciller Sholz se abroqueló para impedir que Alemania sea arrastrada a un enfrentamiento con China.

Luego, en su audio, Pereyra Mele aborda los profundos cambios tectónicos en el mundo y en el hecho que todos se producen en Oriente con China como protagonista central. Cómo ocurrió recientemente en El Diálogo de la Seguridad de Asia, celebrado en Singapur para crear una seguridad común, cooperativa y sostenible para la región, donde se hizo patente que el avance de esa seguridad va totalmente ligado a los temas económicos. Al respecto, nos informa de los indicadores del aumento del interés y participación de países en la nueva ruta de la seda.

También nos informa sobre lo ocurrido en estos días en el Foro de Shanghái para el Sur global. Donde se presentó un modelo alternativo al de Occidente, siendo el ejemplo más claro el banco de los BRICS.

Lo que demuestra que el Sur Global avanza, que no se detiene ni que tampoco espera a nadie, mientras que la Organización de Cooperación de Shanghái y la Unión Económica Euroasiática son como una pirámide en cuya cúspide están los BRICS.

En cuánto a la Argentina, recuerda que muy en breve, será miembro  de los mismos y que, como una señal de los tiempos,  nuestro país acaba de pagar parte de su vencimiento al FMI con yuanes, o sea con moneda china en lugar de dólares.

Eduardo Bonugli (Madrid, 02/07/23)

LOS FOROS DE COMPLEMENTACION DEL SUR GLOBAL SE VAN INCREMENTANDO Y FORTALECIENDO

En nuestra tradicional Columna dominical de Geopolitica que difundimos desde hace 16 años a través del Club de la Pluma, en está jornada del 18 de Junio de 2023 volvemos a utilizar el formato ya usado en otras oportunidades. Ya que estamos en presencia de una Guerra Híbrida Global fragmentada, lanzada por la administración de EEUU y acompañada por sus súbditos europeos, contra el Sur Global y en especial contra China y Rusia, analizaremos la realidad geopolitica internacional a través de algunos Frentes de Guerra que hoy están en pleno desarrollo 

AUDIO

1 FRENTE EUROPA:

La tan promocionada “contraofensiva” Ucraniana que según la propaganda oxidental pondría en crisis al aparato militar ruso y lo obligaría a abandonar las regiones capturadas previamente, en la realidad se ha convertido en una catástrofe militar en términos de pérdidas de personal militar movilizado (en muertos y heridos) y del material que le fuera entregado al régimen de Kiev, por parte de Europa y EEUU. Numerosos vehículos como los tan promocionados y sobrevalorados Tanques de combate alemanes Leopard 2 y blindados entregados por USA, hoy forman parte como chatarra en la llanura de Ucrania luego de ser destruidos por los ejércitos de Aire y Tierra Rusos.

Tan grave es la situación para la europa que alegremente acompañó en la aventura ucraniana a EEUU, que ya no solo hay voces aisladas que cuestionan ese acompañamiento, sino que colectivos de profesionales militares que avizoran una final muy distinto, al seudo victorioso, que plantean los grandes medios de comunicación europeos a diario. (se conoció una carta colectiva de militares españoles que se oponen a seguir dando apoyo material, financiero y de instrucción a los militares ucranianos enviados a entrenarse en España. por ejemplo, pero a nuestro entender, lo mas importante es que está carta logró superar las fuerte censura que impuso la UE a toda disidencia con relación al discurso oficial guerrerista pro Ucrania).

En el mientras tanto, la crisis económica que “no” iba a ocurrir, está ocurriendo ya, Alemania entró en recesión económica y arrastra al resto de la UE en esa misma dirección con las consecuencias graves que ya vimos en anteriores oportunidades. Y ya, los consultores económicos hablan y alertan de una nueva crisis de los recursos energéticos para el otoño/invierno  en Europa.

A lo que debemos sumar la terrible y dramática situación de las oleadas de migrantes que se dirigen hacia europa huyendo de los conflictos que en la mayoría de los casos tienen responsabilidad directas los países que tenían colonias en África y Asia de Europa El año 2022 cerró con la infame cifra de 3800 migrantes muertos en el Mar Mediterraneo tratando de llegar a las costas europeas (lo que en la práctica el Mediterraneo se ha transformado en un gigantesco cementerio marítimo)

2 FRENTE MEDIO ORIENTE:

Los acontecimiento a que estamos asistiendo son de una velocidad y de cambios de alianzas y sociedades increíbles, la semana termina con la noticia que los países del Golfo Pérsico van a conformar una “Coalición Naval Regional del Golfo Pérsico” integrada por países que hace apenas unos meses atras se los tenia ubicados como “enemigos” acérrimos, la coalición estará integrada por Arabia Saudita, Irán, Irak,Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, y se están realizando gestiones diplomáticas para que se integren Pakistán y la India a dicha coalición. Como podemos ver todos los grandes productores de Gas y Petróleo han decidido trabajar en conjunto asegurandose su propia región sin recurrir a potencias extranjeras para su seguridad y defensa y además no solo protegen las aguas del Golfo Pérsico sino también las aguas del Océano Índico con la incorporación de Pakistán y la India. Gran derrota geopolítica de EEUU y sus socios europeos y también de Israel

3 FRENTE EUROASIÁTICO:

La gran novedad de la semana es que la República de la India rechaza formar parte de la llamada OTAN+  lo cual desmantela los planes guerreristas de Occidente para crear cordones “sanitarios” anti China. También analizamos la realidad a los 10 años de lanzado el Proyecto de la Nueva Ruta de la Seda (BRI en inglés) que en la actualidad ha logrado la incorporación de 151 países a ese gigantesco proyecto Chino (recordemos que la ONU reconoce 192 países y si 151 países participan del proyecto son mayorías en especial del Sur Global). La otra novedad es que siguen creciendo en un nuevo modelo de gobernanza mundial los BRICS con el Nuevo Banco de desarrollo creado y que se trabaja en la creación de una Moneda Internacional BRICS (lo que representaría un duro revés al dólar como única moneda de intercambio internacional como lo es hasta ahora).

Otra gran novedad Geoestratégica y Geopolitica es que por primera vez dos potencias nucleares asiáticas: China y Rusia incluyen al Mar de Japón dentro de su área o espacio  estratégico cercano y empiezan a operar en maniobras militares combinadas para establecer líneas rojas a las apetencias norteamericanas en la zona.

Y otra gigantesca novedad que pasó casi “desapercibida” para los medios de comunicación occidentales fue la 26ª cumbre del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF). Asistieron al evento de cuatro días 17.000 delegados de unas 130 naciones. La convocatoria de este año fue testigo de grandes representaciones de Asia, América Latina y África. Para ello Dossier Geopolitico analizó este encuentro visto por el periodista Ruso Denis KORKODINOV ( https://dossiergeopolitico.com/2023/06/12/7134/ ) del 12 de Junio en español e inglés

4 FRENTE SURAMERICANO:

El frente Suramericano se vio está semana dentro de la Guerra Híbrida Global fragmentada cuando nos ”visitó” la Presidenta de la Comisión Europea de la UE Ursula von der Leyen, a argentina, Brasil, Chile y México, con la intención de acelerar las negociaciones para que se firmen Tratados de Libre Comercio con el Mercosur y países del subcontinente y con México. En una clara maniobra de tratar de arrastrar a la región a alejarse de nuestros socios comerciales actuales que son los paises del Asia Pacifico y tratar de imponer un Tratado que en modo alguno es beneficioso a los intereses de nuestros países ya que no tiene reciprocidad en el trato ni equilibrio entre los intereses de ambas partes y no defiende los genuinos intereses regionales de un proceso de industrialización que necesitamos solo quieren imponer cláusulas, todas leoninas y que le garanticen privilegios y cero beneficios a nuestros pueblos. Nuevamente está señora que se ubica como la gran gestora de la Guerra en Ucrania (aún cuando nadie la voto para representar a los países de la UE, sólo está allí por maniobras de la burocracia de Bruselas); volvió a Europa con críticas a su desempeño y con posiciones suramericanas de que los tratados deben ser beneficiosos para ambas partes, sino no nos sirven y los desechamos.

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

26ª cumbre del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF).


El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, nos dice en su columna del Club de La Pluma, que la guerra híbrida global avanza … en su medida y armoniosamente y que mientras se profundizan sus etapas, Rusia y su pueblo han comprendido que la guerra contra la OTAN en Ucrania es existencial y que ya no se puede dar marcha atrás. O sea que, para la potencia euroasiática, se trata de VENCER O DESAPARECER. También analiza la determinación de Moscú plasmada en el reconocimiento e incorporación de las nuevas cuatro regiones y de la importancia política y estratégica de esta decisión histórica, a la vez que desglosa los datos sobre las impresionantes aportaciones económicas y de recursos naturales que significará para la Federación Rusa.

Pereyra Mele explica que el pueblo ruso ha tomado conciencia del odio y del ensañamiento de Occidente contra su tierra, su raza y su cultura, de la crueldad de Zelensky al pedir un bombardeo nuclear preventivo contra la población y del accionar brutal de los mercenarios de la OTAN. Nos habla de los reservistas convocados y de los voluntarios en Rusia, y de una gran masa de equipamiento militar que está siendo enviado al frente de combate. Y deja el tema táctico de la contienda para cuando el despliegue de esas unidades empiecen a operar en la región, mientras desentraña las mentiras mediáticas y sus burbujas triunfalistas, más el reciente  papelón payasesco de la BBC.

Aborda luego la decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo que ha sido calificada por Washington como una “acto hostil” mientras comprueba que su relación con Arabia Saudita ya no es la de otras épocas. A Europa la define como la tierra del “sálvese quién pueda” y nos habla de Italia que ha decidido comprar gas de Rusia a través de Austria, de las contradicciones de Alemania y su frente interno resquebrajado, de la calamitosa gestión de la Primer Ministro Inglesa y del hundimiento del banco Credit Suisse.  Y por supuesto de la crisis económica de la UE y de la insolidaridad evidente entre sus países miembros, mientras Norteamérica se aprovecha del conflicto y asfixia al viejo continente con un precio abusivo del gas. Además nos informa que la exorbitante deuda impagable de EEUU ha llegado a los 31 Mil Billones de dólares.

Y finaliza su columna radial desentrañando las confabulaciones mediáticas y el triunfalismo delirante de la prensa anglosajona y europea y acusa a esa prensa de omitir otras guerras como la de Yemen o las de África y de intentar otra vez -cómo en los últimos 40 años- desestabilizar a Irán con campañas culturales orquestadas por los servicios secretos occidentales y agitadas por la red de ONG al servicio del imperio anglosajón. Y pide dejar que la realidad salga la luz para que apague este canto del cisne de la prensa occidental y que aplaste su manipulada algarabía por supuestos contraataques victoriosos.

Eduardo Bonugli (Madrid, 09/10/22)

Después de una breve interrupción en las tradicionales columnas dominicales de GEOPOLITICA para el Club de la Pluma, motivada por un viaje a la Patagonia profunda argentina, mas precisamente al “punto cero” donde nació el “mito de la Patagonia”, Puerto de San Julián, Provincia de Santa Cruz, Argentina; el Director de Dossier Geopolitico DG Carlos Pereyra Mele retorna con sus columnas.

En está oportunidad y dado el frenesí de tanta información y confusión montada por la propaganda de guerra realizamos una exposición tratando en 15 minutos de exponer los principales puntos de los acontecimientos internacionales en pleno desarrollo y la gigantescas transformaciones geopoliticas que se deben sacar como conclusión del Encuentro de de la 22 Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai

En primer lugar analizamos, brevísimamente la denominada “contraofensiva” del régimen de Kiev sobre la zona de Járkov en Ucrania que despertó una ola de éxtasis, excitación y júbilo en los aparatos propagandísticos de Occidente y un gran desasosiego y angustia en los seguidores de Rusia por esto territorios suramericanos, Como expresamos en la columna no podemos detallar ni las estrategias militares ni analizar comentarios de ignorantes de la artes militares y no expertos en las mismas. Solo decimos que No hubo ningún cambio estratégico ni de tendencias en el destino de ese conflicto que no es otro que una catástrofe para el pueblo ucraniano arrastrado a una guerra proxy para favorecer los intereses de la angloesfera. E invitamos a visitar dos artículos difundidos en Dossier Geopolitico DG sobre está situación actual de dos expertos documentados:  CAER COMO UN RAYO. MASKIROVKA ES UNA FORMA DE ARTE RUSA (*) y EL CAMBIO DE JUEGO DE JARKOV (**)

En segundo término analizamos el recalentamiento de la zona  Cáucaso Sur con el enfrentamiento grave militar entre Armenia y Azerbaiyán, zona que podríamos considerar el patio trasero de Rusia y zona de conflictos históricos religiosos y étnicos donde se desarrolló parte del Gran Juego denominada así por los choques entre británicos y rusos a fines del siglo XIX hasta los acuerdos firmados entre ambos imperios. Y que en la práctica desde la disolución del imperio sovietico volvieron a resurgir en especial por la zona de Nagorno-Karabaj y que la Federación Rusa actualmente es garante y mediador en el conflicto por ser la cabeza de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) integrado además por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.

Y aquí nuevamente vemos la utilización que hace el occidente anglosajón encabezado por EEUU -en está guerra híbrida global-, de llevar, acicatar, profundizar los conflictos contra sus adversarios “estratégicos” Rusia/China en toda las regiones posibles, en este caso ya es muy claro el papel de la Senora Nanncy Pelosi Presidenta de la Cámara de Representantes de USA (la misma que incentivo el conflicto de China con la provincia rebelde de Taiwán), ahora repitiendo el mismo esquema de tratar de instalar el sistema del Caos permanente en las regiones que les interesa para frenar a sus enemigos visitará Armenia este domingo y además con un presente muy particular para chantajear al gobierno actual entregará “generosamente” 40 millones de dólares de la USAID para la organizacion Armenian Democracy Assistance (organización que trabaja para las denominadas “revoluciones de los colores”) sobre el tema en la Página de Dossier Geopolitico DG publicamos el artículo:  PELOSI TIENE PREVISTO VISITAR ARMENIA Y ABRIR UN NUEVO FRENTE DE GUERRA PARA RUSIA EN LA REGIÓN MEDIANTE UNA REVOLUCIÓN DE COLORES (***)

En tercer término analizamos un punto prácticamente desapercibido para la prensa occidental y ello es evidente ya que el acuerdo arribado entre la República Popular de China y la República de la India de DESMILITARIZACIÓN de la zona de la Cachemira que se disputan entre ambos países y que llevó a una guerra entre ambos y un permanente roce entre unidades militares. Es evidente que el “silencio” es clave por parte de los medios y de los gobiernos occidentales porque esa es la alternativa que han trabajado todos estos años de crecimiento de ambas potencias económicas siguiendo el modelo del ideólogo Leo Strauss del Pentágono que sigue teniendo sus seguidores a pesar de haber fallecido (con su Teoría del CAOS Programado) para impedir que no se lleguen a acuerdo y que la India sea una contrapeso de la China en Asia. Podemos decir que este cambio es de los claves para entender la importancia que adquiere Asia Indo Pacifico como bloque y como región.

Por último como tema de Geopolitica comparada desarrollamos lo que denominamos el EL PRINCIPIO DEL FIN ( V siglos de dominio Occidental terminaron) con la 22 Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) desarrollada el 15/16 de septiembre en la Ciudad de Samarkanda en la República de Uzbekistán. Las cartas están sobre la mesa y mas clara a partir de está Reunión de Eurasia en la histórica  Samarcanda de la OCS «Todo cuanto he oído de Samarcanda es cierto, aunque es más hermosa de lo que podía imaginar», dijo Alejandro Magno al llegar; Ciudad fundada hace 2700 años, fue y es un cruce de culturas y prosperó como paso de la ruta de la seda. Muy adecuado ungir a esa ciudad de Uzbekistán como sede de esta Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), para los cambios sistémicos en pleno desarrollo…

Para que entendamos la importancia de está organización solo estos dato de su presencia global nos debe poner en autos:

OCS 2001 REPRESENTABA EL 1,5% DEL PBI GLOBAL CON 1,68 billones de Dólares

OCS 2022 REPRESENTA EL 24% DEL PBI GLOBAL CON 23,3 billones de Dólares

OCS El territorio de sus miembros son el 60% de toda Eurasia 34 millones de km2

OCS la población de sus miembros son el 43% de la mundial con 3.200 millones

Esta importante reunión se realizó luego del parate global y aislamiento motivado por la pandemia del covid 19 y los líderes de los estados participantes estuvieron presentes, entre fundadores y nuevos miembros de sus Estados miembros: La OCS fue fundada en 2001 por Kazajstán, China, Kirguistán, Rusia, Uzbekistán y Tayikistán, a los que se sumaron Pakistán e India. Ahora, Irán está a las puertas de incorporarse como miembro pleno y Turquía ya fue invitada a participar. Al mismo tiempo, Azerbaiyán, Sri Lanka, Camboya, Nepal, Armenia, Egipto, Qatar y Arabia Saudí son «socios de diálogo», un escalón previo a su incorporación.

Porque explicamos en el audio de nuestra columna de Geopolitica en el Club de la Pluma de este domingo la importancia de este encuentro y lo denominamos EL PRINCIPIO DEL FIN!!! porque por primera vez «China está dispuesta a hacer esfuerzos con Rusia para asumir su responsabilidad de grandes potencias y tomar el papel de guía para inyectar estabilidad y energía positiva en un mundo caótico», dijo Xi. Y «Los intentos de crear un mundo unipolar han cobrado recientemente una forma absolutamente fea y son completamente inaceptables», respondió Putin. Por primera vez un lenguaje diplomático fuerte y directo de China

Y también recordemos que todos los participantes NO han sancionado a Rusia por el tema Ucrania y todos apoyan la postura de una “sola” China y «Condenamos la provocación de Estados Unidos», dijo Putin, y subrayó que Rusia adhiere al principio de «una sola China», según el cual Taiwán es parte integrante del territorio chino.

Buen Domingo…

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico DG 

ANEXOS:

(*) CAER COMO UN RAYO. MASKIROVKA ES UNA FORMA DE ARTE RUSA https://dossiergeopolitico.com/2022/09/15/5761/ 

(**) EL CAMBIO DE JUEGO DE JARKOV https://dossiergeopolitico.com/2022/09/15/5766/ 

(***) PELOSI TIENE PREVISTO VISITAR ARMENIA Y ABRIR UN NUEVO FRENTE DE GUERRA PARA RUSIA EN LA REGIÓN MEDIANTE UNA REVOLUCIÓN DE COLORES https://dossiergeopolitico.com/2022/09/16/5781/

Europa en un paréntesis veraniego, como en 1914 por Alastair Crooke*

Mientras Occidente piensa que la crisis ucraniana se está convirtiendo en algo parecido a la Guerra Fría, las circunstancias históricas y materiales dicen lo contrario : el mundo está al borde de un acontecimiento de la magnitud de la Primera Guerra Mundial.

La narrativa común es que Occidente ha entrado en una Guerra Fría similar a la que se libró contra la Unión Soviética y que, al igual que en aquella lucha anterior, su resultado debe ser la reafirmación primordial del modelo económico, político y civilizatorio estadounidense.

Sin embargo, una analogía mucho mejor sería considerar una época anterior que no terminó con un triunfo de la Guerra Fría, sino con un tsunami de guerra caliente que desempoderó al mundo entero. Fue un periodo en el que los responsables políticos (y los mercados) no apreciaron el creciente peligro que se acumulaba durante el letargo veraniego entre el asesinato del archiduque Francisco Fernando a finales de junio de 1914 y el estallido de la guerra cinco semanas después.

Es cierto que entonces se tenía la sensación de que dos alianzas fuertemente armadas estaban en curso de colisión. Pero ya se habían producido episodios de guerra de desgaste, y fue el fracaso de estos episodios lo que creó la sensación de que el statu quo podía -y debía- continuar indefinidamente. La opinión estaba influenciada por el bestseller de 1909 de Norman Angell, «La gran ilusión«, que argumentaba que la guerra se había vuelto imposible porque el comercio mundial y los flujos de capital estaban demasiado vinculados.

Lo que no se apreció del todo en aquel momento fue que Gran Bretaña había estado observando sigilosamente, con indignada ira, la inminente amenaza que suponía para su imperio la floreciente ambición de Alemania de adquirir su propio imperio rival. Gran Bretaña llevaba tiempo preparándose para arrebatar esta «chutzpah» [audacia] alemana. La Guerra de los Bóers de 1899-1902 tenía como objetivo principal permitir a Gran Bretaña adquirir la riqueza financiera de Sudáfrica para financiar su rearme.

Las circunstancias de mediados de 1914 (el momento de Sarajevo) parecían muy propicias, tanto para las aspiraciones de imperio de Alemania como para la creencia británica de que era una oportunidad para aplastarla por completo. Al igual que Moscú ve ahora a Ucrania como la bisagra de una arquitectura global diferente, Washington ve un atolladero ucraniano como un feliz accidente para su deseo de aplastar las aspiraciones rusas y chinas que ahora amenazan con desalojar el imperio estadounidense «basado en reglas».

La Guerra de los Balcanes de 1912-1913 arrastró a Austria-Hungría, aliada inconstante de Alemania, a la lucha contra Rusia. Al igual que hoy, la guerra de Ucrania de Biden ha logrado involucrar a la (veleidosa) Europa en el puro objetivo estadounidense de neutralizar a Rusia.

El conflicto ucraniano, que ahora pende de un pivote ante una cada vez más probable victoria rusa, es metafóricamente el «momento Sarajevo» de hoy. Estamos atrapados en el interregno de la ilusión, mientras los complacientes líderes europeos apuestan a que Biden seguramente ganará y se restablecerá la «normalidad».

Hay que recordar que Gran Bretaña inició su operación de fragmentación de Alemania a principios del siglo XX intentando desmantelar las líneas de abastecimiento del mundo -para preservar las suyas- e impedir que Alemania accediera a sus enlaces exteriores.

Como parte de esta operación, Gran Bretaña estableció un bloqueo naval que tuvo el efecto involuntario de canalizar las resurgentes ambiciones alemanas hacia el este, a través de la llanura europea, y finalmente hacia Rusia.

Todos sabemos que esta concatenación de acontecimientos terminó en dos guerras mundiales y la subsiguiente devastación económica de Europa, allanando el camino al siglo americano.

¿Cómo explicar el segundo episodio contemporáneo de somnolencia e imprudencia política de Europa en cien años ? La herramienta de Gran Bretaña para preparar el espacio de batalla contra Alemania en el siglo pasado fue la diplomacia a la antigua. Gran Bretaña construyó una alianza diplomática contra Alemania. Pero Estados Unidos aportó una nueva herramienta para preparar el espacio de batalla europeo : su inversión de la tesis de Antonio Gramsci de que la esfera cultural es el ámbito más productivo para la lucha política.

Así, en lugar de que la cultura sea el lugar de la acción revolucionaria contra una élite (según Gramsci), las plataformas sociales y los medios de comunicación estadounidenses y europeos, libres de rivales no occidentales, se han convertido precisamente en el lugar en el que el «sistema» -la élite- puede reafirmarse, neutralizando la posibilidad de resistencia política a través del dominio de la esfera cultural : La demonización de China y Rusia por los algoritmos de las principales plataformas y medios de comunicación.

Así es como una Europa en gran parte resistente a la guerra puede volverse contra China y Rusia, con las élites europeas acompañando, en nombre de la promoción de sus valores liberales «universales«.

Lo que es diferente hoy es también lo más preocupante. La suposición inicial parece haber sido que utilizar el poder financiero y comercial de Estados Unidos -mientras éste siga siendo dominante- para colapsar la economía de Rusia, contener a China y someter a Europa a un vasallaje tecnológico, sería en sí mismo suficiente para contener el riesgo de guerra caliente.

Pero está ocurriendo lo contrario. El vergonzoso fracaso de la guerra financiera ha obligado a Biden a lanzar una maniobra de distracción para encubrir este fracaso, que no sólo no ha conseguido derribar a Rusia, sino que ahora corre el riesgo de colapsar la economía europea, lo que supone un gran riesgo colateral para el propio sistema financiero estadounidense.

Por ejemplo, Biden dijo que EE.UU. intervendría en Taiwán si China lo atacaba, cerrando así el eje China-Rusia. En Ucrania, Estados Unidos y la OTAN se acercan cada vez más a un enfrentamiento directo con las fuerzas militares rusas. Alrededor de Ucrania, la CIA está encendiendo una serie de incendios de maleza en la periferia ucraniana, desde Moldavia hasta Kazajistán (reavivando viejas tensiones). Biden hace la vista gorda ante el intento de Polonia de anexionarse discretamente sus antiguas reivindicaciones territoriales en el oeste de Ucrania o se confabula con ella (amenazando con abrir una serie de viejas heridas de Europa del Este).

En Asia Oriental, Estados Unidos ha encendido fuegos en Pakistán ; lo está intentando en Afganistán y con los kurdos ; y lo más importante, está practicando un ataque militar conjunto con Israel contra Irán.

Y la administración Biden ha facilitado -mientras Europa observa con creciente preocupación- una Alemania que está iniciando un nuevo intento de transición -que se hace eco de las anteriores aspiraciones de la «Gran Alemania», recordando precisamente el marco europeo anterior a la Primera Guerra Mundial- con sus élites apuntando de nuevo a Rusia. La militarización completa de la sociedad alemana está, una vez más, en marcha. Alemania y Estados Unidos ya colaboran estrechamente en Ucrania y en las acciones de la OTAN contra Rusia.

La gravedad de este cambio se puede plasmar en lo que podría parecer una nota esotérica a pie de página de una declaración diplomática ; de hecho, es todo lo contrario. En la declaración conjunta ruso-china de septiembre de 2020, un vector clave fue la «verdad histórica» sobre la Segunda Guerra Mundial. En pocas palabras, ambos estados argumentan que en una campaña occidental aparentemente inocua, se están falsificando sistemáticamente los hechos históricos (en países como Polonia y los Estados Bálticos), a menudo con el sutil estímulo de Estados Unidos. La narrativa se transforma para presentar la Segunda Guerra Mundial como una en la que la «familia europea» se unió para luchar contra Rusia.

El objetivo es claro. Su importación (una Alemania dominante militarizada) es explosiva para Europa. (¿Es éste el objetivo secundario de Washington ?) Lo que parece tan perverso es que todo este juego con fuego se supone que ayudará a Biden a no perder demasiado en las elecciones de noviembre.
¿Incendio provocado para apoyar una causa perdida ?

Alastai Crooke* para Al Mayadeen

Original : Europa en un somnoliento paréntesis veraniego – como en 1914  ». Al Mayadeen, Beirut, 5 de junio de 2022.

[*Alastair Crooke, diplomático británico, fundador y director del Conflicts Forum . Fue una figura destacada de la inteligencia militar británica, la Sección 6 (MI6) y de la diplomacia de la Unión Europea. Se le concedió la d(istinguida Orden de San Miguel y San Jorge (CMG), una orden de caballería británica fundada en 1818.)]

Traducción del inglés por y para : El Correo de la Diáspora.

«SI NO PONEMOS FIN A LA GUERRA, LA GUERRA ACABARÁ CON NOSOTROS»

Por Alastair Crooke  13 de junio

Europa ahora está atrapada «hasta las agallas» con sanciones económicas de gran alcance contra Rusia, y es incapaz de enfrentar las consecuencias.

Emmanuel Macron irritó a mucha gente (tal como lo hizo Kissinger en el WEF), cuando dijo: ‘no debemos humillar a Vladimir Putin’, porque debe haber un acuerdo negociado. Esta ha sido la política francesa desde el principio de esta saga. Más importante aún, es la política franco-alemana y, por lo tanto, puede terminar como la política de la UE también.

La calificación ‘puede’ es importante: como en la política de Ucrania, la UE está más dividida que durante la Guerra de Irak. Y en un sistema (el sistema de la UE) que insiste estructuralmente en el consenso (por mucho que sea un consenso), cuando las heridas son profundas, la consecuencia es que un problema puede paralizar todo el sistema (como ocurrió en el período previo a la guerra de Irak). En todo caso, las fracturas en Europa hoy en día son más amplias y enconadas (es decir, exacerbadas por la aplicación del Estado de derecho).

Si bien la etiqueta ‘realista’ ha adquirido (en las circunstancias actuales) la connotación de ‘apaciguamiento’, lo que Macron simplemente está diciendo es que Occidente no puede, y no mantendrá, su nivel actual de apoyo a Ucrania indefinidamente. La política se está entrometiendo en todos los estados europeos. En Alemania, en Francia y también en Italia, hay un cuerpo de opinión en contra de la participación continua en el conflicto. Simplemente, el choque de trenes económicos que se avecina se está volviendo demasiado evidente y amenazante.

Es posible que el duro viaje de Boris Johnson en el reciente voto de confianza en el Comité de 1922 no haya estado relacionado explícitamente con Ucrania, pero las acusaciones subyacentes de las políticas Net Zero de Johnson (vistas por los votantes conservadores como socialismo sigiloso), la inmigración y el aumento del costo de vida, sin embargo, ciertamente fueron.

Por supuesto, ‘una golondrina no hace verano’. Pero el dramático colapso de Johnson en la posición popular, como resultado de su beligerancia económica hacia Rusia, está haciendo que el liderazgo europeo dé un vuelco. “Estamos viendo pánico en Europa debido a Ucrania”, comentó el presidente Erdogan.

Lo que es notable es que, a pesar de la adopción de Macron de la «autonomía estratégica europea» al pedir un acuerdo, puede estar más cerca de Washington que los halcones de Londres. Sí, al principio, la palabra ‘acuerdo’ estaba vagamente presente en el discurso estadounidense, pero luego siguió un largo paréntesis en el que, durante unos dos meses y medio, la narrativa se convirtió únicamente en la necesidad de hacerle sangrar la nariz a Putin.

El estado de ánimo de los EE. UU., la narrativa, está cambiando, aparentemente reconciliado con más malas noticias militares que emanan de Ucrania (incluso con el casi neoconservador Edward Luttwak tirando la toalla, diciendo que Rusia ganará y que Donbass debería tener algo que decir sobre su propio destino).

Así como la adopción de Ucrania por parte de Johnson se ve como un intento desesperado por recuperar el legado de la Guerra de las Malvinas de Margaret Thatcher (Thatcher enfrentó una inflación creciente y una creciente ira interna en su agenda, sin embargo, el conflicto victorioso sobre Argentina en 1982 ayudó a impulsarla a la reelección) “Hablar de la crisis de Ucrania proporcionando un ‘momento de las Malvinas’ para Johnson, sin embargo, es simplemente una tontería para los conservadores desesperados”, escribió Steven Fielding , profesor de historia política en la Universidad de Nottingham. También puede resultar ‘oro de los tontos’ para Bruselas.

Si hay algo que decir sobre el llamado de Macron a un acuerdo, es que incluso un acuerdo de alto el fuego limitado, que probablemente es lo que Macron tiene en mente, no sería factible en esta atmósfera occidental tóxica y polarizada. En resumen, Macron está ‘sobre sus esquís’. Los patos (para mezclar metáforas) primero necesitan alinearse:

Estados Unidos tendría que retroceder con su vicioso meme de ‘odio a Putin’. Tendrían que cambiar el mensaje a un ‘giro’ sobre la ‘ganancia’ que podría ser inherente a hablar con Putin, de lo contrario, el acto mismo de hablar con el ‘malvado Putin’ resultará contraproducente en una avalancha de acritud pública. Macron acaba de probar esto.

Ya ha comenzado un cierto reinicio (ya sea por diseño o por aburrimiento del lector). Las noticias de Ucrania difícilmente califican el trato ‘por encima del pliegue’ en los medios de EE.UU. hoy en día. Las búsquedas y enlaces de ‘guerra’ de Google han caído por un precipicio. En cualquier caso, el Partido Demócrata claramente necesita concentrarse en los temas internos, la inflación, las armas de fuego y el aborto, los temas que dominarán las elecciones intermedias.

Aquí está la cosa. La UE claramente está fracturada, pero también lo están las élites de seguridad estadounidenses. Tal vez se prefiera un estancamiento prolongado, una guerra de desgaste, manteniendo tanto a Rusia como a Europa occidental comprometidos entre sí (sobre todo por un Biden emocionalmente comprometido) a un ‘acuerdo’, pero es posible que una guerra larga ya no esté disponible (si, como sugiere Luttwak, Rusia pronto ganará).

Y Biden, si optara por intentar un ‘acuerdo’ sobre Ucrania, ¿podría mantener, políticamente, algo menos que un acuerdo tergiversado como una clara ‘victoria’ de EE.UU.? ¿Es esa una opción ahora? Casi seguro que no. Moscú no está de humor.

¿Una oferta de conversaciones de Biden contendría incluso un núcleo de valor para considerar desde una perspectiva rusa? Casi seguro que no. Si no, ¿qué hay entonces para hablar?

Moscú dice que está abierto a conversaciones con Kiev. El Kremlin, sin embargo, no está buscando una ‘salida’ (la opinión pública está totalmente en contra). Llámelo ‘conversaciones’, si quiere, pero una mejor traducción podría ser que Moscú está listo para aceptar el ‘documento de rendición’ de Zelensky bajo la rúbrica de ‘conversaciones’: no ​​es una ‘ganancia’ fácil para un equipo Biden promocionar a un electorado estadounidense escéptico.

Por lo tanto, en cierto sentido, esta fórmula de ‘larga guerra de desgaste’ tiene cierto ‘fracaso’ incorporado, ya que no fue el desgaste militar, sino la guerra financiera lo que se configuró como la capacidad de ‘primer ataque’ de Occidente. El “rublo se convertiría en escombros” casi de inmediato, ya que la guerra económica de espectro completo colapsó estructuralmente a Rusia (derribando su voluntad de luchar en Ucrania). Se esperaba que la advertencia a China (y otros como India) fuera dura.

Al menos ese era el plan de antes de la guerra. La acción militar nunca tuvo la intención de ser el «trabajo pesado» para aplastar a Rusia, sino más bien actuar como un amplificador del descontento interno mientras la economía de Rusia se derrumbaba bajo sanciones sin precedentes. Nunca se suponía que una insurgencia de Donbas, planeada y preparada durante ocho años, tendría un «papel estelar», precisamente porque EE. UU. siempre imaginó que era probable que las fuerzas rusas finalmente prevalecieran. No obstante, se convirtió en «el único juego de la ciudad».

Pero la guerra financiera, en la que se basaron las esperanzas de un rápido colapso ruso, no solo fracasó, sino que, paradójicamente, se recuperó para herir a Europa muy, muy mal. Eso, y el colapso del espíritu de cuerpo ucraniano, se han convertido en un lastre que cuelga del cuello de la UE. No hay forma de alejarse de las sanciones, ni de la inminencia de la implosión militar ucraniana, sin que Rusia emerja como el claro ‘ganador’.

Es una debacle (por mucho que los ‘spin artist’ se den vueltas y vueltas). Entonces, como era de esperar, los líderes europeos están buscando una vía de escape de los efectos nocivos de las políticas que ellos, la UE, adoptaron sin aliento, sin siquiera molestarse en hacer la ‘diligencia debida’.

Pero el punto aquí es mucho más grave: incluso si hubiera conversaciones más amplias (digamos) la próxima semana, ¿puede Occidente ponerse de acuerdo en teoría sobre lo que podría decirle a Putin? ¿Ha realizado, al menos, la debida diligencia sobre cómo Rusia, a su vez, definiría su visión para el futuro de Eurasia? Y si es así, ¿tendrían los negociadores europeos el mandato político para responder, o las conversaciones colapsarían porque Europa no puede responder a ningún mandato de negociación, más allá de uno estrictamente limitado a cuestiones de la futura composición de Ucrania?

Rusia, de hecho, ha establecido claramente sus objetivos estratégicos. En diciembre de 2021, Rusia emitió dos borradores de tratados para EE. UU. y la OTAN que incluían demandas de una arquitectura de seguridad en Europa que garantizaría una seguridad indivisible para todos, y una retirada de la OTAN a sus antiguos límites orientales de 1997. Estos documentos subrayan que Ucrania es solo una pequeña parte de los objetivos estratégicos más amplios de Rusia. Los dos borradores fueron ignorados en Washington.

La guerra de Ucrania, en principio, podría terminar a través de un acuerdo negociado que aborde las preocupaciones de seguridad más amplias de Rusia en toda la extensión europea, manteniendo al mismo tiempo la independencia de Ucrania, aunque con el noreste, este y sur de Ucrania vinculados en alguna configuración a Rusia, o absorbido en él.

Pero luego, está la realidad de que la UE ha deslocalizado su mandato político con respecto a Ucrania a una OTAN global. Y el claro objetivo de este último es excluir a Rusia del ‘tablero de ajedrez’ político mundial como jugador y hacer implosionar la economía rusa; en otras palabras, devolver a Rusia a la era de Yeltsin.

Como tal, los objetivos de la OTAN no implican espacio para el diálogo. La ‘larga guerra’ de Moscú también debe entenderse correctamente : no se trata solo de amenazas a la seguridad que emanan de Ucrania, sino de la amenaza a la seguridad que emana de una cultura, autodefinida como una ‘civilización’ occidental excusable:

Christopher Dawson en Religion and the Rise of Western Culture, escrito hace casi un siglo, escribe: “¿Por qué Europa es la única entre las civilizaciones del mundo que ha sido continuamente sacudida y transformada por una energía de inquietud espiritual que se niega a contentarse con la ley inmutable de la tradición social que rige las culturas orientales? ¿Es porque el ideal religioso no ha sido el culto a la perfección eterna e inmutable, sino un espíritu que se esfuerza por incorporarse a la humanidad y cambiar el mundo”?

¿Esos líderes europeos que contemplan un ‘acuerdo’ entienden que, estén o no de acuerdo, este último resume la percepción popular rusa? ¿Y que ganar en Ucrania se considera el desencadenante catártico necesario para relanzar las civilizaciones rusa y otras civilizaciones no occidentales?

La pregunta entonces es: ¿Tiene la Unión Europea una mano que jugar en tal escenario, aparte de la de Washington? En realidad no; no tiene lugar.

La UE no tiene lugar, ya que, como señaló Wolfgang Streeck en su ensayo sobre “La UE después de Ucrania”, los estados de Europa occidental, aparentemente como algo natural (es decir, sin una reflexión más profunda), acordaron “dejar que Biden decida en su nombre: el destino de Europa dependerá del destino de Biden: es decir, de las decisiones, o no decisiones, del gobierno de los Estados Unidos”. La UE se sitúa así efectivamente como una provincia atípica, dentro de la política interna estadounidense.

Algunas élites de la UE triunfaron: Ucrania había definido a la UE sin ambigüedades como ‘atlanticista norte’, punto. Pero ¿por qué la alegría?

Es cierto que la guerra de Ucrania puede haber neutralizado (temporalmente) las diversas fallas en las que se estaba desmoronando la UE. Durante algún tiempo, la Comisión de la UE se ha esforzado por abordar el vacío democrático que surge de la centralización de facto y la despolitización de la economía política de la Unión, llenando el vacío con una «política de valores» neoliberal que la UE debe aplicar rigurosamente. a los estados miembros recalcitrantes, a través de sanciones económicas.

Los derechos de identidad, según esta interpretación, servirían como un sustituto de los debates sobre la economía política, con el cumplimiento de los valores a imponer a los estados miembros a través de sanciones económicas (Estado de derecho).

No es difícil ver cómo Ucrania podría haber congeniado con la determinación de Ursula von der Leyen de hacer cumplir los valores de la UE, no solo en personas como Orbán, sino como una herramienta para desarraigar los sentimientos prorrusos persistentes en una UE dividida, y plantar firmemente el «atlantismo norte» como valor supremo de la UE. Sancionar a Rusia y sus nociones tradicionalistas estaba en perfecta armonía con sancionar también a los estados de Europa del Este por su tradicionalismo social.

Sin embargo, esto tuvo un costo: el costo de catapultar a Estados Unidos a una posición de renovada hegemonía sobre Europa occidental. Ha obligado a Europa a continuar con sanciones económicas de amplio alcance, de hecho paralizantes, contra Rusia, lo que, como efecto colateral, refuerza la posición de dominio de EE. UU. como proveedor de energía y materias primas para Europa.

Descarta por completo las ideas de Macron de que la UE necesita una ‘soberanía estratégica europea’ que pueda mitigar las legítimas preocupaciones de seguridad de Rusia. Europa ahora está atrapada «hasta las agallas» con sanciones económicas de gran alcance contra Rusia, y es incapaz de enfrentar las consecuencias. Literalmente, ‘no hay manera’ de que la inflación estructural resultante o la contracción económica puedan, o vayan a ser, contenidas. La UE ha abdicado de los medios para llevar la guerra a su fin. Solo queda compartir mesa mientras Zelensky firma el documento de rendición.

No habrá ningún intento serio en EE. UU. antes de noviembre, ni siquiera para tratar de frenar la inflación. La consecuencia de esta rendición de la UE al mando de EE. UU. es que, también con respecto a la inflación, la UE dependerá de los cambios indirectos de la política electoral de EE. UU. Es tan posible que Biden ordene una nueva emisión de ‘cheques estimulantes’ para mitigar los efectos de la inflación en los bolsillos estadounidenses (acelerando así aún más la inflación), como es probable que permita el ajuste cuantitativo (dirigido a reducir la inflación) en el período previo a los exámenes parciales.

A medida que se establezcan los efectos de la guerra, estos traerán una seria reacción contra Bruselas.

Por MIKE WHITNEY The Unz Review 21 de marzo 2022

En una entrevista, Larry C. Johnson, un antiguo oficial de la CIA, asegura que Rusia ya ha ganado la guerra y que sólo quedan labores de limpieza. Durante 24 años Johnson entrenó a los comandos de operaciones especiales del ejército de Estados Unidos y luego trabajó en la Oficina de Lucha contra el Terrorismo del Departamento de Estado.

Pregunta 1 : ¿Puede explicarme por qué cree que Rusia está ganando la guerra en Ucrania?

Larry C. Johnson: dentro de las primeras 24 horas de la operación militar rusa en Ucrania, todas las capacidades de intercepción de radar terrestre de Ucrania fueron eliminadas. Sin esos radares, la Fuerza Aérea de Ucrania perdió su capacidad de interceptar aire a aire. En las tres semanas intermedias, Rusia ha establecido una zona de exclusión aérea de facto sobre Ucrania . Si bien aún es vulnerable a los misiles tierra-aire disparados desde los hombros suministrados por los EE. UU. y la OTAN a los ucranianos, no hay evidencia de que Rusia haya tenido que reducir las operaciones aéreas de combate.

También me llamó la atención la llegada de Rusia a Kiev a los tres días de la invasión. Recordé que los nazis en la Operación Barbarroja tardaron siete semanas en llegar a Kiev y las 7 semanas necesarias para someter la ciudad. Los nazis tenían la ventaja de no andarse con rodeos para evitar bajas civiles y estaban ansiosos por destruir la infraestructura crítica. Sin embargo, muchos supuestos expertos militares estadounidenses afirmaron que Rusia estaba empantanada. Cuando se colocó un 24 millas (o 40 millas, según la fuente de noticias) al norte de Kiev durante más de una semana, quedó claro que la capacidad de Ucrania para lanzar operaciones militares significativas había sido eliminada.Si su artillería estaba intacta, entonces esa columna era presa fácil para una destrucción masiva. Eso no sucedió. Alternativamente, si los ucranianos tenían una capacidad viable de ala fija o ala rotatoria, deberían haber destruido esa columna desde el aire. Eso no sucedió. O, si tuvieran una capacidad viable de misiles de crucero, deberían haber hecho llover el infierno sobre la columna rusa supuestamente estancada. Eso no sucedió. Los ucranianos ni siquiera montaron una emboscada de infantería significativa a la columna con sus jabalinas estadounidenses recién suministradas.

La escala y el alcance del ataque ruso son notables. Capturaron territorio en tres semanas que es más grande que la masa terrestre del Reino Unido. Luego procedieron a llevar a cabo ataques dirigidos a ciudades clave e instalaciones militares. No hemos visto un solo caso de una unidad del tamaño de una brigada o un regimiento ucraniano atacando y derrotando a una unidad rusa comparable. En cambio, los rusos han dividido al ejército ucraniano en fragmentos y han cortado sus líneas de comunicación. Los rusos están consolidando su control de Mariupol y han asegurado todos los accesos al Mar Negro. Ucrania ahora está aislada en el sur y el norte.

Me gustaría señalar que Estados Unidos tuvo más dificultades para capturar tanto territorio en Irak en 2003 mientras luchaba contra una fuerza militar muy inferior y menos capaz. En todo caso, esta operación rusa debería asustar muchísimo a los líderes políticos y militares estadounidenses.

La gran noticia llegó esta semana con los ataques con misiles rusos en lo que son bases de facto de la OTAN en Yavoriv y Zhytomyr. La OTAN realizó un entrenamiento de seguridad cibernética en Zhytomyr en septiembre de 2018 y describió a Ucrania como un «socio de la OTAN». Zhytomyr fue destruido con misiles hipersónicos el sábado. Yavoriv sufrió un destino similar el domingo pasado. Fue el principal centro de entrenamiento y logística que la OTAN y EUCOM utilizaron para suministrar cazas y armas a Ucrania. Un gran número del personal militar y civil de esa base resultó herido.

Rusia no solo está atacando y destruyendo las bases utilizadas por la OTAN periódicamente desde 2015, sino que no hubo advertencia de ataque aéreo y no se apagaron los misiles de ataque.

Pregunta 2 : ¿Por qué los medios intentan convencer al pueblo ucraniano de que pueden prevalecer en su guerra contra Rusia? Si lo que dices es correcto, entonces todos los civiles que están siendo enviados a luchar contra el ejército ruso están muriendo en una guerra que no pueden ganar. No entiendo por qué los medios querrían engañar a la gente en algo tan serio. ¿Cuáles son sus pensamientos sobre el asunto?

Larry C. Johnson– Esta es una combinación de ignorancia y pereza. En lugar de hacer reportajes reales, la gran mayoría de los medios (impresos y electrónicos), así como las grandes empresas tecnológicas, están apoyando una campaña de propaganda masiva. Recuerdo cuando George W. Bush era Hitler. Recuerdo cuando Donald Trump era Hitler. Y ahora tenemos un nuevo Hitler, Vladimir Putin. Este es un libro de jugadas cansado y fallido. Cualquiera que se atreva a plantear preguntas legítimas al respecto es inmediatamente catalogado como un títere de Putin o un títere de Rusia. Cuando no se pueden discutir los hechos, el único recurso son los insultos.

Pregunta 3– La semana pasada, el Coronel Douglas MacGregor fue invitado al Tucker Carlson Show. Sus puntos de vista sobre la guerra son sorprendentemente similares a los tuyos. Esto es lo que dijo en laentrevista:

“La guerra realmente ha terminado para los ucranianos. Se han molido en pedazos, no hay duda de eso a pesar de lo que escuchamos de nuestros principales medios de comunicación. Entonces, la verdadera pregunta para nosotros en esta etapa es, Tucker, ¿vamos a vivir con el pueblo ruso y su gobierno o vamos a seguir buscando este tipo de cambio de régimen disfrazado de guerra en Ucrania? ¿Vamos a dejar de usar a Ucrania como un ariete contra Moscú, que es efectivamente lo que hemos hecho? (Entrevista Tucker Carlson– MacGregor)

¿Está de acuerdo con MacGregor en que el verdadero propósito de incitar a Rusia a una guerra en Ucrania fue el “cambio de régimen”?

En segundo lugar, ¿está de acuerdo en que Ucrania está siendo utilizada como escenario para que EE. UU. llevar a cabo una guerra de poder contra Rusia?

Larry C. Johnson : Doug es un gran analista, pero no estoy de acuerdo con él: no creo que haya nadie en la Administración Biden que sea lo suficientemente inteligente como para pensar y planificar en esos términos estratégicos. En mi opinión, los últimos 7 años han sido la inercia del statu quo de la OTAN. Lo que quiero decir con eso es que la OTAN y Washington creían que podían continuar arrastrándose hacia el este en las fronteras de Rusia sin provocar una reacción. La OTAN y el EUCOM llevaron a cabo ejercicios con regularidad, incluida la capacitación «ofensiva», y suministraron equipos. Creo que los informes en los Estados Unidos de que la CIA estaba brindando entrenamiento paramilitar a las unidades ucranianas que operan en el Donbass son creíbles. Pero me cuesta creer que después de nuestras debacles en Irak y Afganistán, de repente tengamos estrategas del nivel de Sun Tzu moviendo los hilos en Washington.

Hay un aire de desesperación en Washington. Además de intentar prohibir todo lo ruso, la Administración Biden está tratando de intimidar a China, India y Arabia Saudita. No veo que ninguno de esos países caiga en la línea. Creo que la tripulación de Biden cometió un error fatal al tratar de demonizar todas las cosas y todas las personas rusas. En todo caso, esto es unir al pueblo ruso detrás de Putin y están listos para emprender una larga lucha.

Estoy conmocionado por el error de calculo al pensar que las sanciones economicas a Rusia los pondrían de rodillas. El opuesto es verdad. Rusia es autosuficiente y no depende de las importaciones. Sus exportaciones son fundamentales para el bienestar económico de Occidente . Si retienen el trigo, la potasa, el gas, el petróleo, el paladio, el níquel acabado y otros minerales clave de Occidente, las economías europea y estadounidense serán salvajes. Y este intento de coaccionar a Rusia con sanciones ahora ha hecho que sea muy probable que el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva internacional apareciera en el basurero de la historia.

Pregunta 4– Desde que pronunció su famoso discurso en Munich en 2007, Putin se ha estado quejando de la “arquitectura de la seguridad global”. En Ucrania podemos ver cómo estos molestos problemas de seguridad pueden convertirse en una guerra en toda regla. Como saben, en diciembre Putin hizo una serie de demandas relacionadas con la seguridad rusa, pero la administración de Biden se encogió de hombros y nunca respondió. Putin quería garantías por escrito de que la expansión de la OTAN no incluiría a Ucrania (membresía) y que los sistemas de misiles nucleares no se desplegarían en Rumania o Polonia. ¿Crees que las demandas de Putin no son razonables?

Larry C. Johnson– Creo que las demandas de Putin son bastante razonables. El problema es que el 99% de los estadounidenses no tienen idea del tipo de provocación militar que la OTAN y los EE.UU. han llevado a cabo en los últimos 7 años. Al público siempre se le dijo que los ejercicios militares eran «defensivos». Eso simplemente no es cierto. Ahora tenemos noticias de que DTRA estaba financiando biolaboratorios en Ucrania. Supongo que Putin podría aceptar permitir sistemas de misiles nucleares estadounidenses en Polonia y Rumania si Biden acepta permitir el despliegue de sistemas rusos comparables en Cuba, Venezuela y México. Cuando lo miramos en esos términos podemos empezar a entender que las demandas de Putin no son locas ni irrazonables.

Pregunta 5 : Los medios rusos informan que misiles rusos “de alta precisión lanzados desde el aire” golpearon una instalación en el oeste de Ucrania “matando a más de 100 soldados locales y mercenarios extranjeros”. Aparentemente, el centro de entrenamiento de Operaciones Especiales estaba ubicado cerca de la ciudad de Ovruch, que está a solo 15 millas de la frontera con Polonia. ¿Qué nos puede decir sobre este incidente? ¿Estaba Rusia tratando de enviar un mensaje a la OTAN?

Larry C. Johnson– Respuesta corta: ¡SÍ! Los ataques rusos militares en el oeste de Ucrania durante la última semana han conmocionado y alarmado a los funcionarios de la OTAN. El primer golpe se produjo el domingo 13 de marzo en Yavoriv, ​​Ucrania. Rusia golpeó la base con varios misiles, algunos supuestamente hipersónicos. Murieron más de 200 personas, que surgieron personal militar y de inteligencia estadounidense y británico, y cientos más resultaron heridos. Muchos sufrieron heridas catastróficas, como amputaciones, y están en el hospital. Sin embargo, la OTAN y los medios occidentales han mostrado poco interés en informar sobre este desastre.

Yavoriv fue una base importante de avanzada para la OTAN (ver aquí). Hasta febrero (antes de la invasión rusa de Ucrania), el Comando de Entrenamiento del 7º Ejército de EE. UU. estuvo operando desde Yavoriv hasta mediados de febrero. Rusia no se ha detenido ahí. Las noticias militares de ASB informan que Rusia golpeó otro sitio, Delyatyn, que está a 60 millas al sureste de Yavoriv (creo que el jueves). Ayer, Rusia golpeó a Zytomyr, otro sitio donde la OTAN tenía presencia anteriormente. Putin ha enviado un mensaje muy claro: las fuerzas de la OTAN en Ucrania serán vistas y tratadas como combatientes. Periododo.

Pregunta 6– El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha sido elogiado en los medios occidentales como un “líder en tiempos de guerra” y un “Winston Churchill” moderno. Lo que los medios de comunicación no les dicen a sus lectores es que Zelensky ha tomado una serie de medidas para fortalecer su control sobre el poder mientras daña las frágiles instituciones democráticas de Ucrania. Por ejemplo, Zelensky ha “prohibido once organizaciones de noticias de propiedad de la oposición” y trató de prohibir que el jefe del partido de oposición más grande de Ucrania, Viktor Medvedchuk, se postule para el cargo por un falso cargo de “financiamiento del terrorismo”. Este no es el comportamiento de un líder seriamente comprometido con la democracia.

¿Cuál es tu opinión sobre Zelensky? ¿Es él realmente el “líder patriótico” que los medios de comunicación lo presentan?

Larry C. Johnson : Zelensky es comediante y actor. No muy bueno en eso en mi opinión. Occidente está utilizando cínicamente el hecho de que es judío como una distracción del considerable contingente de neonazis (y me refiero a nazis genuinos que aún celebran los logros de la unidad ucraniana de las Waffen SS mientras luchan con los nazis en la Segunda Guerra Mundial). Los hechos son claros: está prohibiendo los partidos políticos de la oposición y cerrando los medios de comunicación de la oposición. Supongo que esa es la nueva definición de “democracia”.

Pregunta 7– ¿Cómo termina esto? Hay una publicación excelente en el sitio de Moon of Alabama titulada «Cuál será el estado geográfico final de la guerra en Ucrania « . El autor de la publicación, Bernard, parece pensar que Ucrania eventualmente se dividirá a lo largo del río Dniéper “y al sur a lo largo de la costa que alberga una población mayoritariamente étnica rusa”. También dice esto:

“Esto eliminaría el acceso de Ucrania al Mar Negro y crearía un puente terrestre hacia Transnistria, la escisión de Moldavia, que está bajo protección rusa. El resto de Ucrania sería un estado confinado a la tierra, principalmente agrícola, desarmado y demasiado pobre para convertirse en una nueva amenaza para Rusia en el corto plazo. Políticamente estaría dominado por fascistas de Galicia, lo que se convertiría en un gran problema para la Unión Europea”.

¿Qué piensas? ¿Impondrá Putin su propio asentamiento territorial en Ucrania para reforzar la seguridad rusa y poner fin a las hostilidades o es más probable un escenario diferente?

Larry C. Johnson– Estoy de acuerdo con Moon. El principal objetivo de Putin es proteger a Rusia de las amenazas extranjeras y divorciarse de Occidente. Rusia tiene los recursos físicos para ser un soberano independiente y está en proceso de hacer realidad esa visión.

Biografia– Larry C Johnson es un veterano de la CIA y de la Oficina de Contraterrorismo del Departamento de Estado. Es el fundador y socio gerente de BERG Associates, que se estableció en 1998. Larry brindó capacitación a la comunidad de Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas de EE. UU. durante 24 años. Ha sido vilipendiado por la derecha y la izquierda, lo que significa que debe estar haciendo algo bien. Su análisis y comentario se pueden encontrar en su blog, https://sonar21.com/

FUENTE: https://www.unz.com/mwhitney/larry-c-johnson-the-ukrainian-army-has-been-defeated-whats-left-is-mop-up/

En su intervención ante el Congreso de EEUU, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, realizó una serie de pedidos a los políticos norteamericanos, tales como una zona de exclusión aérea en Ucrania, entre otros. En este sentido, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, sentenció que Zelenski es un personaje intrascendente.

Puesta en escena del actor Zelenski

Por no pedir, que no sea. En su stand-up ante el Congreso de EEUU, Zelenski sacó la lista de la compra y empezó a pedir: zona de exclusión aérea en Ucrania, o en su defecto, la provisión de sistemas antiaéreos S-300, y también pidió crear una suerte de nueva alianza militar, de la que su país forme parte.Al respecto, Zelenski señaló que las instituciones de seguridad existentes no funcionan en la actualidad, por lo que propuso crear nuevas herramientas que reaccionen rápidamente a los nuevos desafíos. Con lo de ‘instituciones de seguridad existentes, no quedó claro si se refería a la OTAN, a la que en su momento el presidente de Francia, Emmanuel Macron, le diagnosticó muerte cerebral, y de la que el expresidente de EEUU Donald Trump, la sentenció obsoleta.Es raro que Zelenski pida la creación de una nueva instancia militar supranacional, cuando por otro lado, se confiesa consciente de que su país no ingresará a la OTAN para mantener un estatus neutral, tal como lo pide Rusia en uno de sus puntos de las negociaciones que mantienen ambas partes.

La ‘importancia’ de Zelenski

Pereyra Mele incide en que «las declaraciones que haga el señor Zelenski, sinceramente ya carecen de todo tipo de lógica, y que, por supuesto no hay que tomarlas literalmente, sino que es muy posible que sea la repetición de algún tipo de libreto el cual se le ha acercado para que diga».En este sentido, el analista observa que «en la práctica hemos podido observar que Zelenski no tiene el control absoluto de nada. Zelenski está prácticamente abandonado por todos los supuestos aliados que en su momento le dijeron ‘vayan y peleen que nosotros vamos’: el ‘nosotros vamos’ nunca llegó. Es más, le han dicho que no van a ir. Entonces me parece que es una puesta en escena de algo que realmente está fuera de toda lógica y de toda forma de razonamiento».»Evidentemente que no se debe, ni siquiera perder el tiempo en analizar estas cosas, porque sinceramente [Zelenski] es un personaje secundario, y que además no tiene ningún tipo de importancia en este gigantesco conflicto que ocupa a las súper potencias. Venir a proponer nuevos organismos fuera de los que ya están, venir a proponer nuevas fórmulas de cómo se deben enfrentar los peligros… ¿Quiénes van a ser los que van a hacer el listado de países peligrosos y países no peligrosos?», reflexiona el experto.Pereyra Mele incide en que «estamos viviendo un cambio histórico en la humanidad, donde las estructuras de la Segunda Guerra Mundial, empezando por las Naciones Unidas, y siguiendo por organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional, están totalmente en tela de juicio, están que tienen que ser reformados o refundarse, etc., y no podemos estar discutiendo supuestas hipótesis que nos plantea este personaje de segundo nivel, intrascendente, y que no tiene siquiera el control absoluto de su región».

«Zelenski tendrá que asumir el rol de derrotado. Esa es la verdad de la situación. Ponerse a discriminar si Zelenski tiene razón, ya a esta altura no tiene ningún sentido esa discusión», sentencia el experto.

«Creo que el Congreso de EEUU, sinceramente, si vamos a hablar en potestad de lo que tenían, ya no es ni la sombra de lo que era: no ejerce prácticamente ningún tipo de influencia directa sobre el presidente o los altos mandos del Ejército norteamericano, por lo tanto, creo que las palabras que se digan en el Congreso [de EEUU], son palabras lanzadas al viento», concluye el analista.