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Por el Licenciado Cnl (r) Jorge Nelson Poma que autoriza su publicacion en Dossier Geopolirico

Introducción

La mayoría de los medios de comunicación masivos, muchos formadores de opinión y otros informativos con la mayor objetividad posible en la búsqueda de la verdad, difunden noticias con terminología aparentemente obvia, las que en realidad resultan dificultosas para aquellos ciudadanos comunes o no analistas de la geopolítica internacional o mundial.

Tal es el caso de términos como: multinacionales, supranacionales, bloques continentales industriales, unipolaridad, multipolaridad y otros a nivel mundial, que se pueden observar en los diccionarios y glosarios de términos en geopolítica. 

Sólo pretendemos que se comprenda, la importancia de la existencia de las posibilidades mencionadas y cuáles serían las más convenientes para la paz, el bien y la convivencia en el mundo.

Desarrollo del análisis comparado

Unipolaridad:

Término que refiere al imperio dominante a nivel mundial, ejemplos que hemos tenido a lo largo de toda la historia de la humanidad, tal vez el mejor ejemplo en la antigüedad, fue el Imperio Romano, tanto de occidente como en el oriente, del mundo conocido en ese momento; en este sentido observamos que un imperio se fundamenta, como factor común, en la agresión y dominación de otros pueblos y Estados, vulnerando la igualdad de derechos que se ejercen en una convivencia de paz y bien.

Mediante un salto cuántico, ejemplificamos este concepto cuando, al término de la Guerra Fría entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas); con la disolución de la URSS, quedó un solo poderoso país dominante, cual es los EEUU de Norteamérica y sus obsecuentes aliados.

Tal poder, que llegó a alcanzar el 52% del poder militar mundial, vale decir que, si unimos a todos los países del mundo menos EEUU, podrían llegar al 48% del poder militar mundial, en la situación mencionada advertimos que EEUU solo, se transforma en el “rey” y “gendarme” del mundo.

Nos preguntamos, ¿cómo utilizará esa unipolaridad, brindando libertades, sumisión, dominio, esclavitud de las otras naciones, abuso de sus recursos naturales o cómo actuará?; fueron los interrogantes geopolíticos que inundaron el mundo desde la caída de la URSS. 

Podemos interpretar la unipolaridad estadounidense, como una sumatoria de empresas, organismos trasnacionales y bases militares, distribuidos en todo el mundo con algunas excepciones, con finalidades económicas y de dominio mundial, poder absoluto del imperio más poderoso de la historia de la humanidad.

Utilizamos el término trasnacionales, por el hecho de trascender las fronteras, por las buenas o por las malas, por la voluntad política o corrupción de los países, imponiendo las influencias estadounidenses; las mencionadas intromisiones pueden tener variadas formas o disfraces como: la esclavitud desde el FMI (Fondo Monetario Internacional) como forma de “ayuda”, la instalación de bases militares algunas disfrazadas de base de ayuda humanitaria, etc.

Derivado de lo señalado anteriormente, sabemos que la masa de los organismos supranacionales como:  la ONU (Organización de Naciones Unidas), la OEA (Organización de Estados Americanos), el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), la OMS (Organización Mundial de la Salud),  OTAN y tantos otros más, son funcionales al poder anglosajón, los que constituyen armas encubiertas para cumplir con los intereses estadounidense como patrón, juez y jurado, estando en segundo lugar sus aliados, principalmente anglosajones y europeos.

Agregamos que EEUU también es dependiente de un organismo al que le debe y se debe, la cual es la FED por sus siglas en inglés que traducida es la Banca Federal Norteamericana; aclaramos que la misma no es federal ni norteamericana, es una Entidad privada y poseedora de la mayor fortuna mundial con respaldo en oro o territorios y que EEUU se encuentra embargado ante esa banca por su descomunal deuda.

Conocemos probadamente algunas de las siniestras estrategias de las guerras bélicas o no, las cuales lleva a cabo EEUU para mantener su hegemonía o unipolaridad, con sólo recordar algunas de esas acciones, vemos las siguientes hipótesis: desde permitir que suceda Pearl Harbor con la muerte de su propia gente a modo de sacrificio para tener las excusas de ingresar a la IIGM, la destrucción de las Torres Gemelas a modo de fundamento jurídico para luchar contra el “terrorismo”, para lo cual se inventaron las armas de destrucción masiva en Irak con la finalidad de apoderarse de su petróleo y poder en Medio Oriente, la destrucción de Libia por ser un “mal ejemplo” para el mundo de independencia, libertad y soberanía, la guerra en Siria con la utilización de israelíes y mercenarios, la ayuda a los británicos en 1982 para vencer a Argentina y poseer el Atlántico Sur y la Antártida a su disposición o “de la OTAN”, y mil etcéteras más para mantener el poder mundial.

Fundamentando a tantas mentiras e hipocresía geopolítica del poder anglosajón y sus obsecuentes aliados, es que surgen a modo defensivo otras alianzas, con la finalidad de lograr un equilibrio en el mundo, por ello nace en la actualidad la indispensable multipolaridad.

Multipolaridad: 

Después de la IIGM, una de las estrategias de obtener el poder mundial, fueron las alianzas de la OTAN versus la alianza del Pacto de Varsovia bajo la impronta de la URSS, nació entonces la bipolaridad mundial como una de las consecuencias de la IIGM; para lograr mayor éxito post IIGM. El poder anglosajón implementó la distribución mundial de empresas supranacionales y ONGs (Organizaciones No Gubernamentales), con la finalidad de obtener la explotación de los recursos naturales en distintas partes del mundo y obstaculizar el desarrollo de otros países en beneficio del poder anglosajón.

Al disolverse la ex URSS, la Federación de Repúblicas Soviéticas, con la Federación Rusa como principal heredera de la misma, no escapó a ésta invasión económica y obstaculizadora ya aludidas; en tanto China e India se independizaron de los ingleses y de otras potencias menores colonialistas, dándose cuenta del daño económico que representan las multinacionales, las que, aparte de destruir las industrias nacionales de los países afectados, utilizando diversas ONGs con excusas encubiertas,  obstaculizan el desarrollo nacional, imponiendo sólo determinadas actividades económicas o distintas explotaciones de recursos naturales de origen.

Cuando China, Rusia e India, advierten el desangramiento, anulación industrial nacional y la máquina de impedir de las ONGs anglosajonas, adoptan la mejor decisión al desalojar a todas las ONGs y empresas multinacionales, las que obstaculizan el desarrollo en todos los sectores componentes de un Estado, como lo son: la economía, las fuerzas armadas, la explotación propia de sus recursos naturales, la independencia, libertad y soberanía.

A partir de lo señalado, los tres países mencionados, se catapultan a un nivel competitivo, cuando, reemplazándolas por la industria nacional, cambian geopolíticamente su poder; así se transforman o vuelven a asumir el rol de potencias económicas y militares respetadas en el tablero mundial; de este modo nace la multipolaridad a nivel global.

Estamos hablando de polos de atracción económica, política y de influencia internacional muy importante, vale decir, de su impronta geopolítica de magnitud respetable por las potencias hegemónicas: OTAN, EEUU solo, Rusia, China, India, tan vez Japón; además todos los mencionados a excepción de Japón, poseen poder nuclear suficiente para participar de la destrucción mutua asegurada.

BRICS: 

Comenzamos observando que la multipolaridad sola no es suficiente para mantener un equilibrio mundial aceptable, por lo tanto, así como la OTAN no se desactivó como la ex URSS, necesariamente nacen nuevas alianzas.

De lo señalado nace el BRICS (Brasil – Rusia – India – China – Sudáfrica), un bloque nuevo, magnífico, sin la usura esclavista del FMI o Banco Mundial, contando que hay más de 40 países en espera y que cuentan con la admiración en plenitud como un poder menos agresivo que el anglosajón; hoy se debe demostrar credibilidad para su ingreso.

Argentina no está exenta de esta aspiración, ya que habiendo fracasado la recomposición de la UNASUR (Unión de Naciones del Sur), debido a la influencia de fuerzas ocultas del Estado Profundo pro anglosajón, los que se verían afectados en sus intereses del libre comercio atlantista; en razón a que la UNASUR aspiraba a una inminente constitución de un bloque industrial continental bioceánico, dejando de ser el patio trasero de EEUU o la granja británica y constituyendo un eje competitivo a las aspiraciones e intereses del poder anglosajón.

El sistema pendular, que caracteriza a muchas naciones sudamericanas, que afectó especialmente a Argentina y Brasil, sistema que se refiere a la falta de políticas públicas permanentes; sintetizando a que cambiando presidentes, cambian los rumbos, unos son pro anglosajón, otros tercera posición, otros con políticas sólidas y permanentes.

Lo expresado nos lleva necesariamente a ser países sin la credibilidad suficiente para un desarrollo sostenible, no es casual que los países más grandes y ricos de Sudamérica estén tan agredidos: Brasil con un movimiento separatista en su zona Sur, y el Amazonas plagada de multinacionales depredadoras; Argentina es el País más agredido de todos los países del Sur americano desde tiempos remotos (1763) hasta la actualidad y continúa con las formas propias de una guerra híbrida.

Pisoteada y sumisa, sometida por los Acuerdos de Madrid I de Menem y II de Macri, nos gobiernan y dominan los intereses anglosajones, los que nos imponen ignorancia, pobreza, descomunal inflación, compran funcionarios, promueven desindustrialización total, destrucción de las FFAA con el apoyo subliminal del pueblo y la colonización mental de muchos miembros de nuestras propias FFAA, incrementan el narcotráfico y los conflictos, fomentan la destrucción de nuestros valores, se llevan nuestro litio y otros minerales regalados, colocan un radar británico en Tierra del Fuego y mil etcéteras más.

Ingresar al BRICS, sería para Argentina un golpe geopolítico descomunal y una herida a los intereses anglosajones; Argentina se vería apoyada y podría desprenderse, logrando una segunda independencia y por añadidura libertad y soberanía, esperamos con enorme ansiedad que el BRICS sea BRICSA por Argentina.

Esta transición nos coloca en el podio de las relaciones internacionales fuera de América, en la cual hemos sido pisoteados desde afuera con la complicidad de adentro o lo que es lo mismo decir, con la complacencia de nuestros funcionarios “argentinos”, desde Rivadavia, los golpes de Estado hasta Menem y Macri, todos deplorables traidores a la Patria.

Argentina debe expulsar todas las ONGs anglosajonas obstaculizadoras de nuestro desarrollo y las multinacionales devastadoras de nuestros recursos naturales de mar y tierra, puede hacerlo con el respaldo aludido o BRICSA y la rehabilitación de las cárceles para los políticos traidores a la Patria, veremos a esos políticos, que tan pronto se transformarían en grandes patriotas.

En relación a la moneda única o todas las monedas del BRICSA, en nuestro caso en plena hiperinflación, nos preguntamos ¿porque debemos tener respaldo oro?, ¿porque no poder tener respaldo en litio por ejemplo?, terminemos con la inflación impuesta por los enemigos de la Patria.

Los recursos naturales continentales argentinos y su proyección en el Atlántico Sur y la Antártida, sabemos que constituyen la vida alimentaria, farmacológica, de energía y cuantos más aún desconocidos beneficios, los cuales quien los posea y explote, será líder mundial, por ello y su situación geográfica relativa, lleva a la Argentina a ser parte necesaria de BRICSA.

Muchos creen que BRICSA será comunista, a ellos les decimos que el comunismo fue sepultado hace años, ahora se trata de un capitalismo menos usurero que el poder anglosajón y unidos tendrán un poder industrial, económico y militar, tan o más importante del tablero mundial; además recordemos que la guerra civil de la década del 70 fue planeada, dirigida y apoyada logísticamente por el poder anglosajón: ¿fueron comunistas? ¡Despierten y dejen de ver comunistas bajo la cama! 

Además, en la cuestión de Soberanía en el Atlántico Sur, Argentina contaría con un fuerte respaldo, sin derecho a veto como en la ONU, de un poder estratégico a escala mundial; asimismo el BRICSA, respaldaría la apertura de la industria nacional, tan pisoteada por el poder anglosajón, con sólo ver los bloqueos a la industria militar argentina, podemos definir con claridad, cuáles son nuestras conveniencias.

Tal vez sea más acertado comparar las actitudes de los británicos, al seguir las indicaciones de Winston Churchill, quien desde la década del 40 del Siglo XX, expresó contra Argentina: 

“No dejen que la Argentina se convierta en potencia. Arrastrará tras ella a toda América Latina” . . . “La estrategia es debilitar y corromper por dentro a la Argentina, destruir sus industrias, sus fuerzas armadas, fomentar divisiones internas apoyando a bandos de derecha e izquierda, atacar su cultura en todos los medios, imponer dirigentes políticos que respondan a nuestro Imperio. Esto se logrará gracias a la apatía de su pueblo y a una democracia controlable, donde sus representantes levantaran sus manos en masa en servil sumisión. Hay que humillar a la Argentina”.

Recordemos que Winston Churchill (nieto), al ver los resultados de la Batalla de Malvinas, pronunció la continuación de la profecía señalada, al decir: “A la Argentina hay que sumirla en el barro de la humillación . . .”, es exactamente lo que nos está sucediendo a modo de castigo imperial.

Los BRICSA involucran a casi la mitad de la población y economía mundial, superando en la actualidad al G7 (Grupo conformado por Alemania – Canadá – EEUU – Francia – Italia – Japón – Reino Unido de GB), aquellos que en su momento pasado a fines del Siglo XX, fueron los más poderosos en las decisiones globales.

Los medios bajo influencia anglosajona, cumplen a pleno aquel viejo adagio que expresa: 

“El negocio de los periodistas es destruir la verdad, mentir abiertamente, pervertir, vilipendiar, arrojarse a los pies de las riquezas, y vender su país y su carrera por su pan de cada día. Tú lo sabes y yo lo sé, y ¿qué locura es ésta proclamar una prensa independiente? Somos las herramientas y vasallos de hombres ricos detrás de las escenas. Somos polichinelas de los editores, ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales.”   

Esto dijo en 1880 -143 años atrás- John Swinton, periodista del New York Times, sobre la independencia de la prensa. Palabras que hoy, en la Argentina “de la entrega con los Acuerdos de Madrid” son una inocultable realidad. También posee validez para el resto del mundo. 

Conclusiones:

  • Los pueblos sin FFAA ni alianzas estratégicas, se encuentran condenados a ser dominados. 
  • El deterioro de la Defensa Nacional en los últimos 40 años, no permite mantener la integridad territorial, la soberanía en el mar y aeroespacial; promesas políticas apuntan al largo plazo (2050) el renacer de la Defensa Nacional. Teniendo en cuenta la agenda global 2030, ¿alguien puede creer esta afirmación?
  • Gane quien gane las elecciones en Argentina, gana el poder anglosajón, principal opositor al ingreso argentino al BRICSA, en tanto que los medios repiten los versos subliminales anglosajones.
  • Las increíbles traiciones a la Patria de muchos de nuestros funcionarios, la cobardía de muchos jueces y legisladores, ponen en serio riesgo la existencia del Estado Nacional.
  • La ciencia y fundamentos de la geopolítica, debe establecer las bases del desarrollo argentino y que ningún presidente pueda cambiar, entonces dejaríamos de ser pendulares en las políticas públicas.
  • El riesgo de la disolución Nacional de Argentina es muy grande, hasta en la CN (Constitución Nacional de 1994) consta la división de Argentina en ocho regiones que serían los posibles 8 paisitos sin influencia alguna, con el BRICSA, esa hipótesis sería muy difícil de concretar.
  • BRICSA: no nos caben dudas que ante la falta de alianzas, la auto adjudicación de 5 mil km2 del patrimonio argentino a Chile, como es habitual, está el poder anglosajón detrás de la acostumbrada geopolítica pinochetista, luego arbitrará La Haya o Inglaterra y ya sabemos a quienes beneficia, cortándole aún más la soberanía argentina en el Atlántico Sur y su proyección antártica. ¡Necesitamos a BRICSA!

FUENTES DE CONSULTA:

  • BRIC Y MALVINAS: https://www.pagina12.com.ar/581830-el-acceso-de-la-argentina-a-los-brics-otra-via-para-el-recla 
  • Apuntes de la Cátedra de Geopolítica de la Universidad Maimónides. 
  • Julio C. Gonzales – La Involución Hispanoamericana – El caso argentino 1711 – 2010 – Ed. Agüero 2260 – Buenos Aires – (2010).
  • Pedro Baños (1918) – ASÍ SE DOMINA EL MUNDO – Ed. Ariel – Buenos Aires – Argentina.

Ha pasado tanto tiempo desde que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Por Alastair Crooke Fundación de la Cultura Estratégica

En 1997, Zbig Brzezinski, el «impulsor» original detrás de la transformación de Afganistán en un atolladero de «barro» al que Rusia iba a ser arrastrada, escribió su célebre libro, El gran tablero de ajedrez . Fue una obra que incorporó «para siempre» la doctrina Mackinder de «quien controla el corazón de Asia controla el mundo» en el espíritu de la época estadounidense.

Es revelador que su subtítulo fuera La primacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos. Brzezinski ya había escrito en su libro que sin Ucrania, Rusia nunca se convertiría en la potencia central; pero con Ucrania, Rusia puede y lo haría .

Así, la doctrina de Mackinder, el dicho «Aquel que controla el corazón» , fue codificada en la «ley canónica» estadounidense, para nunca permitir un corazón unido. Y Ucrania pasó a ser vista como la bisagra alrededor de la cual giraba el poder central.

Brzezinski ordenó además que esta «Gran Partida de Ajedrez» fuera una de pura primacía estadounidense: «No, nadie más juega», insistió; Es un juego puramente para uno. Una vez que se mueve una pieza de ajedrez; ‘nosotros’ (Estados Unidos) simplemente giramos el tablero al revés y movemos las piezas de ajedrez del otro lado (para ‘ellos’). No hay ‘ningún otro’ en este juego”, advirtió Brzezinski.

Éste es el dilema actual: hace tanto tiempo que Brzezinski formuló originalmente la noción de Mackinder que la diplomacia clásica ha quedado etiolada.

Sin embargo, fue Henry Kissinger quien dio a Mackinder su célebre giro: » Quien controla el dinero controla el mundo » se convertiría en la hegemonía financiarizada del dólar y de la banca.

Pero Kissinger, en esto, se equivocó desde el principio. Siempre lo ha sido: «Aquel que tiene capacidad de fabricación, materias primas, alimentos, energía (tanto humana como fósil) y dinero sólido puede cambiar el mundo». Pero Kissinger simplemente ignoró esas condiciones adjuntas y, en cambio, basó a Estados Unidos en la creación de una «telaraña global de dólares armados» (tócala y la telaraña de las sanciones te envenenará). Además, este sistema se multiplicó porque Wall Street distribuyó el acceso a billones de dinero recién creado sólo a quienes cumplían.

Kissinger, sin embargo, desarrolló la doctrina de la «triangulación» en un guiño a Mackinder: Estados Unidos debería buscar aliarse con Rusia contra China, o estar con China, en oposición a Rusia. Pero nunca permitir que China y Rusia se unan contra Occidente. El corazón del país siempre debe estar fracturado.

Estas «reglas» están impresas en los circuitos mentales de Washington. Sin embargo, las nociones que los sustentan tienen poca validez hoy. Los estados militarizados y con masas terrestres (el corazón de Asia) frente a las potencias navales (los atlantistas) difícilmente reflejan los instrumentos de poder más abstractos de hoy.

La esfera del dólar, por ejemplo, ha sido sin duda una fuente de poder estadounidense (imponiendo a los estados la compulsión de comprar y mantener dólares) desde el Acuerdo de Bretton Woods y los acuerdos del petrodólar. Creó una demanda sintética masiva del dólar, que inicialmente funcionó bien para Washington. Pero ahora ya no tanto.

Era demasiado bueno para ser verdad: imprima y al diablo con las consecuencias. ¿Deuda? No importa; imprime un poco más. Washington exageró (el atractivo político era demasiado grande).

Y así, la «hegemonía» del dólar ha pasado de ser una herramienta de proyección de poder a ser la principal fuente de vulnerabilidad de Estados Unidos. Dicho claramente, el enorme exceso de oferta de dólares y deuda en dólares de Washington ha convertido al «dólar» en un arma claramente de doble filo; Ahora va contra Occidente. La base manufacturera occidental, financieramente muy pesada, se ha atrofiado y reducido, lo que ha desencadenado una sociedad estadounidense de dos niveles con enormes desigualdades.

El actual conflicto en Ucrania ha puesto de relieve las deficiencias del poder hegemónico que surgen específicamente de una base manufacturera desatendida.

Si Mackinder estuviera aquí hoy, podría necesitar ajustar su modelo, distinguiendo entre el territorio que está «fuera» del conjunto de políticas económicas (el bloque asiático, africano y global del Sur liderado por los BRICS) y el que está «dentro» del conjunto de políticas económicas. ‘: es decir, dentro de un paradigma consumista ‘costero’ impulsado por la deuda.

Relacionados con lo anterior están los costos específicos asociados con esta excesiva militarización (es decir, la «guerra» financiera «total»). El Tesoro de Estados Unidos ha utilizado múltiples variaciones: deuda (para colapsar primero, la posición global de Gran Bretaña en la posguerra); utilizó las tasas de interés como armas para «reducir el tamaño» del milagro económico japonés de principios de los años 1980. Francia y Occidente desplegaron la guerra para poner fin a las aspiraciones de Gadafi de una esfera panafricana utilizando un dinar de oro, en lugar del franco o el dólar. Y luego hubo sanciones sin precedentes a Rusia que, paradójicamente, han dado lugar a una renovada fortaleza económica rusa , en lugar de un colapso financiero (como se esperaba).

Sin embargo, aquí nuevamente vemos la incongruencia del doble filo de la “espada de las sanciones”: The Wall Street Journal ha observado que los europeos se están empobreciendo –como resultado de los confinamientos, pero más precisamente al unirse al “proyecto” de guerra de Biden , destinado a poner a Rusia de rodillas):

    En 2008, la eurozona y Estados Unidos tenían productos internos brutos (PIB) equivalentes; la brecha del PIB es ahora del 80%. 

El Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un grupo de expertos con sede en Bruselas, publicó una clasificación del PIB per cápita de los estados americanos y europeos: Italia está justo por delante de Mississippi, el más pobre de los 50 estados, mientras que Francia está entre Idaho y Arkansas, respectivamente 48 y 49. Alemania no salva las apariencias: se encuentra entre Oklahoma y Maine (38.º y 39.º). El salario medio estadounidense es ahora una vez y media mayor que el de Francia.

¿Valió la pena que los líderes de la UE hipotecaran el futuro de Europa en aras de la solidaridad de la Casa Blanca? De todos modos, la estratagema de las sanciones no funcionó.

Bueno… Estados Unidos y la UE se encuentran en medio de un nuevo giro en la ‘historia’ geoestratégica de Mackinder sobre cómo evitar que surja un corazón unificado: es una variante del plan de ‘reducir el tamaño’ de la destreza tecnológica japonesa: La herramienta del ‘Acuerdo de Plaza’ (1985) para manipular las tasas de interés contra un Japón ‘derrotado’ y dócil no funcionará para China.

Más bien, China está siendo sometida a un asedio tecnológico acompañado de una campaña de estigma, en la que su líder es destrozado, mientras que la economía de China se ve presionada con cada vez más tecnología cuya exportación o cooperación está prohibida. Todos los días, los HSH occidentales celebran las dificultades económicas resultantes que enfrenta China:

    “Su crecimiento meteórico [de China] se ha desacelerado, un breve aumento post pandemia se ha extinguido y los analistas señalan profundos problemas estructurales que socavan las perspectivas futuras de China. Xi y la camarilla gobernante (sic) están luchando para abordar los nuevos desafíos planteados por la maduración de la economía de China… La economía de China alguna vez pareció el nuevo motor del mundo [como alguna vez lo hizo Japón]… pero una sensación de estancamiento está invadiendo».

Es verdad. El prolongado desgaste estadounidense de la economía china ha obstaculizado el crecimiento. Las exportaciones chinas tanto a Estados Unidos como a Europa están cayendo, y el desempleo juvenil es, de hecho, una preocupación activa para los dirigentes chinos.

Pero China entiende muy bien que esto es una guerra: la ‘Guerra Estratégica de Mackinder’.

En un viaje reciente a Beijing, la Secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, advirtió que la incertidumbre prevaleciente, avivada también por las duras medidas adoptadas por el gobierno chino contra las empresas extranjeras, está haciendo que China sea “ininvertible” a los ojos de los inversores estadounidenses.

¡Detener! Haga una pausa para asimilar lo que dijo el secretario de Comercio: ¡ Adopta nuestro modelo económico o te rechazaremos!

La Secretaria Yellen también pronunció recientemente un discurso sobre la relación entre Estados Unidos y China, dando a entender que China había prosperado en gran medida gracias a este orden de mercado anglo de ‘libre funcionamiento’, pero ahora estaba girando hacia una postura impulsada por el Estado, una que “es de confrontación”. hacia Estados Unidos y sus aliados”. Estados Unidos quiere cooperar con China, pero total y exclusivamente en sus propios términos , afirmó.

Estados Unidos busca un “compromiso constructivo”, pero que debe estar sujeto a que Estados Unidos garantice sus propios intereses y valores de seguridad: “Comunicaremos claramente a la República Popular China nuestras preocupaciones sobre su comportamiento… mientras nos comprometemos con el mundo para promover nuestra visión de una orden económico global abierto, justo y basado en reglas”. Yellen finalizó diciendo que China debe “atenerse a las reglas internacionales actuales” .

Como era de esperar, China no aceptará nada de eso.

Es un paralelo exacto de lo que ocurrió en 2007 en el Foro de Seguridad de Múnich . Occidente insistía en que Rusia aceptara el paradigma de seguridad global de la OTAN. El presidente Putin desafió a Occidente: “Lo hacen: atacan continuamente a Rusia, pero no nos doblegaremos”. Ucrania es hoy el campo de pruebas para ese desafío de 2007.

En pocas palabras, el discurso de Yellen muestra un completo fracaso en reconocer que la «revolución» chino-rusa no se limita a la esfera política, sino que se extiende también a la esfera económica. Muestra cuán importante es la «otra guerra» -la guerra para dar forma a una salida del control del «Orden» global liderado por Occidente- tanto para Putin como para Xi.

Ya en 2013, en un discurso sobre las lecciones aprendidas de la desintegración de la Unión Soviética, Xi señaló la causa de esta implosión en “los estratos gobernantes” (con el giro hacia la ideología occidental de mercado liberal de la era Gorbachov-Yeltsin), que había llevado a la Unión Soviética al nihilismo.

El punto de Xi fue que China nunca había dado este desastroso desvío hacia el sistema liberal occidental .

Putin respondió: “[China] logró de la mejor manera posible, en mi opinión, utilizar las palancas de la administración central (para) el desarrollo de una economía de mercado… La Unión Soviética no hizo nada parecido, y los resultados de una política económica ineficaz termina impactando en la esfera política”.

Washington y Bruselas simplemente no lo entienden. Dicho claramente, la evaluación de Xi y Putin es que el desastre soviético fue el resultado de un giro imprevisto hacia el liberalismo occidental; mientras que, por el contrario, el «Occidente colectivo» considera que el «error» de China (por el cual se está llevando a cabo una guerra tecnológica financiarizada) es su alejamiento del sistema mundial «liberal».

Este desajuste analítico simplemente está grabado en los circuitos mentales de Washington. Esto explica demasiado la convicción absoluta de Occidente de que Rusia es tan débil y frágil financieramente, debido al error primordial de evitar el sistema «anglo».

La culminación: Washington está violando (su propia) regla número uno de Brzezinski: el «imperativo» de garantizar que Rusia y China no se unan, frente a Occidente.

La gran pregunta hoy es si la tecnología armada como «imperativo geoestratégico» para dividir el corazón del país será más efectiva para lograr ese fin que el dólar armado.

La semana pasada, Huawei lanzó su nuevo teléfono inteligente equipado con el procesador interno 9000s de Huawei fabricado por la empresa china de semiconductores SMIC, utilizando un proceso de fabricación de clase 7 nm. Hace menos de un año, cuando Estados Unidos introdujo un amplio conjunto de sanciones contra la industria china de semiconductores, los «expertos» prometieron que acabaría con la industria, o al menos congelaría su proceso tecnológico en el estándar de 28 nm. Evidentemente, China ahora puede producir en masa chips de 7 nm de forma totalmente autóctona. El iPhone 14 Pro tiene chips de 4 nm, por lo que China está casi a la par, o tal vez 1 o 2 años por detrás.

Con un movimiento, señala Arnaud Bertrand , China ha demostrado que los esfuerzos de Estados Unidos por obstaculizar a Huawei y a la industria china de semiconductores han sido ineficaces. ¿Qué lograron las sanciones? Han contribuido a construir un ecosistema autóctono de semiconductores que no existía antes de las sanciones. Otros estados «lo entienden»: abastecen sus semiconductores a empresas occidentales, y Estados Unidos no dudará en convertir la industria en un arma con fines geopolíticos. Compre comida china, dice Bertrand.

Esta semana, China lanzó un fondo de inversión de 40.000 millones de dólares para apuntalar su industria de semiconductores.

Anexos:

La brecha del PIB entre EEUU y Europa alcanzó el 80%

https://sputniknews.lat/20230908/la-brecha-del-pib-entre-eeuu-y-europa-alcanzo-el-80-1143477989.html

Putin: Rusia ya ha obtenido el doble de beneficios que las reservas congeladas de oro y divisas

https://actualidad.rt.com/actualidad/479587-putin-rusia-gano-doble-reservas

Al incorporar a la Unión Africana (UA), el G20 toma en cuenta el retroceso de Occidente, el avance del Sur Global y la necesidad de concertación para resolver los graves problemas actuales

por Eduardo J. Vior analista internacional que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Quizás el mejor resultado de la cumbre del G20 que se acaba de reunir en Nueva Delhi es que no haya pasado casi nada. La suave diplomacia india logró moderar el comunicado final, para que reafirmara el principio de la solución pacífica de los conflictos territoriales entre los países, pero sin condenar a Rusia. Se reivindicó la necesidad de un acuerdo global para combatir el cambio climático, pero no se acordaron medidas cuantificables. Se reclama un cambio en la gobernanza financiera mundial, pero no se avanzó en la condena a las prácticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). El mayor éxito de la conferencia, empero, fue de naturaleza organizativa: la incorporación de la Unión Africana (UA) como miembro permanente del Grupo que ahora pasa a tener 21 integrantes. África es el nuevo gran actor regional en la gobernanza del mundo.

La Unión Africana (UA) celebró el sábado su 24º cumpleaños. Como regalo, la UA se convirtió el mismo día en nuevo miembro del Grupo de los 20 (G20). La UA fue admitida en la organización (que incluye a 19 de las principales economías del mundo y a la Unión Europea) en su reunión del sábado en Nueva Delhi.

“Damos la bienvenida a la Unión Africana como miembro permanente del G20 y creemos firmemente que su inclusión en el G20 contribuirá significativamente a abordar los retos globales de nuestro tiempo”, reza la declaración final de la cumbre. La incorporación de la UA es un gran éxito personal del primer ministro indio, Narendra Modi, que desde hace tiempo venía bregando por el ingreso de la UA a la organización.
Los miembros del G20 -que incluye a Estados Unidos, Rusia, India, China y la UE- representan alrededor del 85% del PBI mundial, más del 75% del comercio mundial y aproximadamente dos tercios de la población mundial. Sin embargo, el bloque ha perdido efectividad por la rivalidad entre Occidente, por un lado, Rusia y China, por el otro, y por el auge de nuevas instituciones multilaterales más representativas de naciones anteriormente marginadas.

La reunión del G20 se celebró pocas semanas después de que BRICS se reuniera en Johannesburgo (Sudáfrica) y anunciara su propia ampliación. Seis nuevos miembros (Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos) fueron admitidos en el bloque que se presenta como una alternativa para la gobernanza mundial.

El G20 se congregó, empero, también una semana antes de que en La Habana sesione el Grupo de los 77 más China (G77+China). Este foro de 134 países de todas las longitudes del Sur Global es el mayor grupo de coordinación intergubernamental dentro de las Naciones Unidas. Sus integrantes representan dos tercios de los miembros del sistema de la ONU y el 80 por ciento de la población mundial. Si bien no cuenta con representaciones regionales, como la próxima Cumbre del Sur (que el G77+China organiza a intervalos irregulares) debe realizarse en África, tendrá gran relevancia el nuevo peso de la UA.

Desde hace tiempo la Unión Africana aspira a desempeñar un papel más importante en los asuntos mundiales. En su Agenda 2063 -el proyecto y plan maestro del continente para transformar África en la potencia mundial del futuro- una de las siete aspiraciones “es que África se presente como actor y socio mundial fuerte, unido, resistente e influyente”.

Además de los intensos esfuerzos diplomáticos de la UA, su éxito en la adhesión al G20 se debió al creciente peso del continente en la economía mundial Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo UNCTAD, por su nombre en inglés), con la población más joven y de más rápido crecimiento del mundo, esta región del globo se está convirtiendo en un imán para los mercados y productos de consumo. Mientras tanto, la Área Continental Africana de Libre Comercio (ACFTA, por su nombre en inglés) ha desbloqueado aún más la vitalidad económica y el potencial de mercado de la región.

Desde su creación la UA ha contribuido significativamente a la paz, la estabilidad y el desarrollo del continente y ha acumulado una fuerza considerable. El organismo continental también ha coordinado eficazmente a sus 55 miembros, para hablar como uno solo en la escena internacional.

Además del peso específico que la organización continental ha adquirido, la conformidad de las potencias occidentales con la incorporación de la UA al G20 puede explicarse también por el temor a que, de lo contrario, el continente se vuelque completamente a la esfera de influencia ruso-china. 47 países africanos se han incorporado ya a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por su nombre en inglés), mientras que 40 países del continente establecieron acuerdos de distinta índole en la Cumbre Rusia-África de julio pasado en San Petersburgo.

La adhesión de la UA al G20 es de importancia mundial. El ascenso colectivo de los mercados emergentes y los países en desarrollo está cambiando radicalmente el panorama mundial. El Sur Global, incluidos muchos países africanos, ha perseguido constantemente la autonomía estratégica y se ha convertido en un actor indispensable en los asuntos internacionales. El ingreso de la UA al G20 ha dado un nuevo impulso a este proceso.
Al ceder posiciones en la redacción del documento final de la cumbre y aceptar la incorporación de la representación regional africana, Estados Unidos y sus aliados han hecho importantes concesiones, para asegurar la supervivencia del G20, aunque en el futuro sólo sirva como espacio de intercambios entre el Norte residual y el resto del mundo. La particular combinación de encuentros tan relevantes en poco más de dos semanas no es el resultado de una azarosa planificación de cronogramas diplomáticos, sino la puesta en escena del traspaso del mando mundial. En las tres instancias África tiene un lugar central.

Publicado por la Agencia TELAM

Ante la ausencia de los principales líderes euroasiáticos, la 18ª Cumbre de los países más desarrollados y emergentes amenaza convertirse sólo en una tribuna retórica

por Eduardo J. Vior analista internacional

El presidente Alberto Fernández viajará esta semana a Nueva Delhi, para participar en la 18ª Cumbre del G20, el devaluado foro de las naciones con el mayor PBI del mundo, que tendrá lugar en Nueva Delhi, India, el sábado 9 y el domingo 10 de septiembre con el lema“Una tierra, una familia, un futuro”. Desde su creación en 2008 este encuentro anual ofrecía la oportunidad para que los líderes del G7 y de los países emergentes debatieran y adoptaran acuerdos sobre la economía mundial. Sin embargo, el clima de cooperación entre las potencias se deterioró crecientemente desde 2014 hasta su ruptura el año pasado y las reuniones del G20 se convirtieron en asambleas declamatorias en las que los contrincantes se quejan del otro sin posibilidades de acuerdo alguno. Consecuentemente, los presidentes de Rusia y China han anunciado que este año no concurrirán y se harán representar respectivamente por el canciller y por el primer ministro. ¿Qué utilidad tiene participar en un encuentro de tan poca importancia?

India ocupa este año la presidencia rotativa del grupo. Antes la tuvo Indonesia y a partir del 1º de diciembre la desempeñará Brasil. Los puntos principales de la agenda para la reunión de este años son la financiación de iniciativas para sobrellevar el cambio climático, la aceleración del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en 2015, para cumplir la Agenda 2030, la transformación tecnológica y el desarrollo de la infraestructura pública digital y las medidas necesarias para que el desarrollo sea liderado por las mujeres, entre otros. Según diplomáticos indios, además, la Unión Africana podría ser incluida como miembro permanente en el G20.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, comprometió su asistencia al encuentro, pero el presidente chino, Xi Jinping, se hará representar por el primer ministro Li Qiang y el ruso, por su ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov. Además de los jefes de Estado y de gobierno de los veinte miembros, otros diez países y representantes de once organizaciones internacionales y/o multilaterales están invitados al encuentro en Nueva Delhi. Sin embargo, llama mucho la atención la falta de invitación a representantes de organismos con orientación multipolar, como el Nuevo Banco de Desarrollo de BRICS, la Unión Económica Euroasiática (UEEA) o el G77+China.

Uno de los temas candentes de la cumbre será la reforma del sistema financiero internacional. Joe Biden instará a que en el FMI y el Banco Mundial se adopten reformas para acelerar y mejorar la asistencia a los países en desarrollo. Hablando con la prensa el pasado 29 de agosto el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, afirmó en la ocasión que ambos organismos de crédito deben ofrecer una mejor alternativa de apoyo al desarrollo y financiación frente a lo que calificó de “préstamos coercitivos e insostenibles” de China. El sesgo confrontacional de la propuesta indica su intención política.

Por su parte, en un intercambio mediático el jueves pasado en Washington Joe Biden declaró que esperaba que Xi Jinping asista a la Cumbre del G20. “Espero que asista”, dijo Biden, mientras algunos funcionarios estadounidenses sugerían que una reunión bilateral sería más probable en la conferencia de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec, por su nombre en inglés) en San Francisco en noviembre.

Sin embargo, ni China ni Rusia aceptan que los norteamericanos les fijen la agenda. En primer lugar, la principal reforma de los organismos financieros internacionales que a los miembros de BRICS11 y del G77+China interesa discutir es la del gobierno de los mismos: éste debe ser paritario, reclaman, o por lo menos reflejar el poder económico real de cada uno de los países representados en los directorios de ambas instituciones. De nada servirá aumentar el capital del FMI y el BM, si no se revisan los criterios para el otorgamiento y seguimiento de los préstamos y los organismos no se abstienen de intervenir en la política de los países deudores.

En segundo lugar, la insistencia de la diplomacia norteamericana en mostrar a Xi Jinping como contrario al diálogo se contradice con la información circulante sobre los intensos contactos que ambos gobiernos vienen sosteniendo desde fines del año pasado. Cuando la negociación madure y se pueda mostrar un acuerdo en público, el presidente chino se avendrá a un encuentro bilateral con su colega norteamericano en el momento y el lugar que a ambos convenga. Las especulaciones de la prensa occidental al respecto son pura propaganda.

Previsiblemente, durante la cumbre se producirán entre los líderes occidentales y el ministro ruso Lavrov choques sobre la guerra en Ucrania. Probablemente también Washington critique a Beijing por las alegadas violaciones a los derechos humanos de las poblaciones de Xinjiang y Tibet. En este clima de disputa no es esperable que la cumbre alcance algo más que una declaración vacua y rimbombante. En cambio, quizás sirva de marco para discretos diálogos bilaterales a espaldas de las cámaras y los celulares.

En las cumbres de 2008 y 2009, durante la crisis financiera, las reuniones del G20 sirvieron para que los líderes acordaran una serie de medidas para rescatar el sistema económico mundial, pero las cumbres posteriores han tenido menos éxito como consecuencia de las tensiones entre las potencias mundiales. A diferencia de la ONU, donde se supone que el secretario general puede mediar entre las partes (aunque el poder de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad ha paralizado la toma de decisiones), en G20 todo se sostiene sobre la confianza y el respeto entre los participantes.

Al degradar la cumbre a un foro de retórica, los líderes occidentales han vaciado de sentido las reuniones.

Mientras que la reciente cumbre de BRICS+ que terminó incorporando a nuestro país demostró la eficacia de un encuentro internacional entre países con modelos diferentes y hasta antagónicos, si se hace con respeto y sin ideología, no es previsible que la reunión de Nueva Delhi tenga más alcance que una huera declaración. Más vale hacerse la rabona a las reuniones plenarias y concentrarse en las bilaterales. Falta mucho para que vuelva a haber organismos multilaterales de concertación entre las potencias que compiten por el liderazgo mundial.

Articulo publicado por la Agencia TELAM

El periodista Federico Dal Cortivo entrevistó al Director de Dossier Geopolitico Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele para la Revista Italiana de Geopolitica EURASIA fundada en el 2004, sobre la importancia del ingreso de Argentina a los BRICS y sus trascendencia en el Continentalismo Suramericano y el rol del Sur Global a partir del ingreso de los nuevos 6 miembros. Dossier Geopolitico

P – ¿Cuál es su visión de los BRICS?

R – Sin duda, el surgimiento de los BRICS +(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) constituye el mayor y más trascendental proyecto geopolítico y geoeconómico global del siglo XXI, que marca el declive definitivo de la dominación anglosajona en los últimos años. Además, al NO ser un organismo ideológico pero SI geopolítico, posiciona a los países del Sur del mundo en el centro del escenario del poder mundial por su extraordinario poder económico, industrial y tecnológico y sus inmensos recursos naturales, mientras que los hegemónicos poder del último de los sucesivos imperios occidentales, que desde 1492 hasta hoy han colonizado, conquistado y destruido civilizaciones, pueblos y países de la llamada «periferia», imponiendo códigos y valores que con el tiempo han sido desenmascarados como hipócritas y contradictorios, además de servir sólo a sus propios intereses. 

Es así como los BRICS + , como organización multipolar, multilateral y multicultural de países muy diferentes, pero unidos por una vocación común de desarrollo económico pragmático, justo e independiente, marca un CAMBIO NO SÓLO HISTÓRICO, SINO TECTÓNICO DEL NUEVO MUNDO, imponiendo un sistema de multipolaridad en la gobernanza mundial , sepultando definitivamente la unipolaridad hegemónica autoproclamada por Estados Unidos a finales del siglo pasado, cuando los ideólogos del imperio dominante decretaron el «Fin de la Historia». Una predicción tan fallida como arrogante y triunfalista, que no duró 30 años. 

Además, con el gigantesco cambio que están provocando los BRICS+, se entrelazan tres continentes (África, América y Asia, sus países y pueblos), que son los “olvidados por el mundo rico”, permitiendo, entre otras cosas, que los asiáticos Las civilizaciones-ecumenes (en particular las chinas e indias) revierten el ostracismo de los últimos 150 años bajo el poder británico (que sigue siendo sólo una excepción en la historia) y devuelven a Oriente al punto de referencia global, como lo fue en la antigüedad. en la Edad Media y en gran parte de la modernidad.  

Permiten también la correcta visibilización del continente africano, de su propia civilización, de su historia, de su cultura y de sus pueblos, dando valor a su humanidad y a sus potencialidades, como mínima reivindicación de los siglos de dolor, sangre y pobreza. impuestas por los crueles imperios occidentales.  

Y además, reconocen la particularidad étnica sudamericana, derivada de la mezcla de pueblos e imperios precolombinos con los europeos que llegaron con la conquista y con las oleadas de emigrantes, que dieron origen a otra civilización particular y diferente, a pesar de que que los modelos occidentales siempre han tratado de aplastar sus raíces indígenas. Y como dijo el gran Vasconcelos mexicano, “nuestra raza cósmica es algo nuevo”. 

P – La reciente cumbre de los BRICS en Johannesburgo ratificó la entrada de seis nuevos estados –Argentina, Irán, Egipto, Arabia Saudita, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos– a partir del 1 de enero de 2024. ¿Cuáles cree que serán las repercusiones geopolíticas y económicas? ¿Esta ampliación anunciada hace tiempo en todo el mundo? 

R – En primer lugar, la ampliación de los BRICS, así como la larga lista de países en espera de ser miembros, demuestran el rotundo éxito político de la cumbre, que valida a la organización como el único valor creciente del mundo multipolar, al tiempo que demuestra su rápido desarrollo y crecimiento y las grandes expectativas que despierta en todo el mundo, excepto en el pequeño grupo de la llamada “comunidad internacional”. 

De hecho, prefiero dejar que algunos datos hablen por sí solos. 

Con esta ampliación, los BRICS reunirán a casi el 46% de la población mundial (un 4% más con la adhesión de nuevos países). 

Representarán el 36% del PIB mundial (según la paridad de poder adquisitivo, o PPA), el 25% de las exportaciones, el 40% de la producción total de gas y el 43% de la producción de petróleo.  

El ingreso de Argentina provocará que sume un 32,1% de las reservas de litio.  

China ya posee el 80% de las reservas mundiales de tierras raras, a lo que sumaremos el control del 63% del uranio enriquecido nuclearmente del mundo, con un 38% ruso y un 25% chino.  

Mientras que Estados Unidos importa desde Rusia el 25% del uranio quemado por sus 94 plantas. Y producen el 20% de la electricidad de Estados Unidos. 

 Y para no aburrirnos con más datos sobre la suficiencia de los recursos naturales y las reservas energéticas que recolecta, así como la creciente inercia de sus transacciones comerciales, el avance de las vías de comunicación e infraestructuras y el nacimiento de nuevas monedas que sustituyen al dólar. , agrego sólo el concepto político de que el avance de los BRICS + y el surgimiento del Sur Global es una realidad imposible de ignorar, a pesar de los esfuerzos de anglosajones y europeos. Digo lo mismo respecto de la evidente y prolongada retirada de todo Occidente. 

Estoy convencido de que desde el fin de la URSS en 1991 todo es una lucha geopolítica y no ideológica, por lo que la cumbre BRICS+ rompe el mito de que el Sur no hizo ni participó en la historia reciente de la humanidad. Por el contrario, se revierte definitivamente la condena de ser un área dependiente y periférica para el suministro de recursos naturales y humanos para el desarrollo capitalista y económico del mundo occidental. Todo esto se acabó. 

Por eso repito: no sólo estamos ante un cambio histórico, sino también un cambio tectónico. 

P – América Latina ya puede contar con dos grandes estados del BRICS como son Brasil y Argentina. ¿Cuáles son los posibles escenarios para el continente latinoamericano? ¿Ves en el horizonte la entrada de otras naciones?

R – Centraré mi respuesta en los países de América del Sur, ya que tanto América del Norte como América Central responden a sus propias coordenadas geopolíticas diferentes. Es obvio y no casual que la presencia conjunta de Brasil y Argentina en los BRICS+ es algo buscado y promovido por las potencias de la organización, en su estrategia de fortalecer el Sur del mundo e inducir un apoyo real a estos estados que actúe como contrapeso al poder de Estados Unidos.  

En otras palabras, estamos ante un escenario disputado entre el Norte y el Sur, y es fundamental que los dos países más importantes del subcontinente estén del lado de los BRICS+, mientras que el eje Brasilia – Buenos Aires, fortalecido por una relación comercial y relación histórica muy importante entre ambos países, es la mejor puerta de entrada posible para que otros países de la región ingresen a la organización con las espaldas cubiertas. 

Además, considerando que tanto Brasil como Argentina son países que sólo limitan con el Atlántico, una de las necesidades fundamentales de la región sería incorporar a los BRICS  países limítrofes con países que tienen costas con el Océano Pacífico, para asegurar una conexión marítima directa con Asia –la nueva capital del mundo– y hacer prácticamente de América del Sur una enorme isla bioceánica con todos los aspectos positivos que ello implicaría desde el punto de vista geoestratégico. 

Este proyecto es una vieja aspiración de ambos países que se remonta a mediados del siglo XX, cuando los movimientos populares y nacionales de Getulio Vargas en Brasil y Juan Perón en Argentina rompieron con la ecuación de autoaniquilación impuesta por Estados Unidos e instalada las bases de una cooperación transformadora e industrializada y proveedora de alimentos procesados ​​y minerales: que, a pesar de las trampas y golpes de Estado estadounidenses, dieron lugar al actual y fortísimo eje comercial y estratégico entre ambos países. 

Un capítulo importante de la historia que parece una reedición, gracias también a la incansable batalla del presidente Lula da Silva para preparar una etapa con más naciones incorporadas y con gigantescas oportunidades de futuro. 

P- Estados Unidos estableció con su “Doctrina Monroe” que América del Sur sería su “patio trasero” y lo es desde 1823. Como decía Simón Bolívar, “Estados Unidos parece destinado por la Providencia a someter a toda América con hambre y miseria en el nombre de la libertad”. En su opinión, ¿cuál podría ser la respuesta de Washington a corto y mediano plazo al incendio provocado por los BRICS en su patio trasero? 

 R – No tengo ninguna duda de que Estados Unidos hará lo que históricamente siempre ha hecho en su política exterior hacia América del Sur. Es decir, impedir el desarrollo al sur del Río Grande, boicotear cualquier alternativa de unidad de los pueblos americanos y recurrir a todas las herramientas, desde intervenciones directas por la fuerza, golpes suaves, ahogamientos financieros, sanciones, bloqueos, desestabilización social, terrorismo mediático, etc.  

Lo hicieron durante la Guerra Fría y lo hacen hoy con sus guerras híbridas. Se trata ni más ni menos que de la aplicación de la clásica doctrina Monroe: “América para los americanos”.

Y más ahora que sufre el vértigo de la debacle , lo que la hace aún más peligrosa, ya que sabe que no puede competir en la zona con inversiones o transferencias tecnológicas e industriales procedentes de China, India, el Sudeste Asiático o Rusia. . A lo que hay que sumar que los pueblos de la región están reconociendo el duro precio de la alianza con los anglosajones, que no pueden ofrecer nada más allá de sus planteamientos bélicos y que con el Sur Global pueden explotar su potencial y sus recursos. 

P- Argentina se encamina hacia las elecciones presidenciales del 22 de octubre de este año; el presidente saliente es el peronista Alberto Fernández. ¿Cómo fue recibido por la población su ingreso a los BRICS, quiénes son las fuerzas pro-BRICS además del partido peronista en el poder y quiénes son las fuerzas que se enfrentarán para llegar a la Casa Rosada? 

 R – Primero que nada, quiero aclarar que el actual gobierno argentino es una especie de coalición entre el peronismo y el progresismo de tipo europeo, siendo el presidente Alberto Fernández parte de este último sector.  

Y se sabe que el progresismo, o la izquierda occidental, no está influenciada por los BRICS, que odian a Rusia y detestan a China e Irán. En cambio, el peronismo, doctrinalmente una Tercera Posición, se adapta perfectamente a los postulados del Sur Global. 

En cuanto a la población, se puede decir que acogieron con gran satisfacción el ingreso de Argentina a los BRICS+, porque cualquier ciudadano de la calle sabe que nuestros dos principales socios comerciales –desde hace años– son Brasil y China, mientras que los que saben lo saben. de los obstáculos históricos que se imponen permanentemente a los productos alimenticios argentinos, tanto en Estados Unidos como en la UE. 

En mi opinión, creo que el gobierno nacional no ha comunicado muy bien este ingreso a BRICS+, ni el verdadero alcance e importancia del mismo. Además, aún no lo ha colocado como eje de la campaña para las elecciones presidenciales de octubre, dejando claro que las inquietudes y prioridades de los ciudadanos hoy son sobre todo soportar los efectos de una inflación que supera el 10% mensual.  

También es justo reconocer que el ejecutivo estuvo muy agobiado en negociaciones durísimas con el FMI debido a la deuda dejada por el anterior gobierno neoliberal y que sumió al país en una gravísima crisis económica. El propio gobierno cerró un acuerdo parcial con el FMI casi la misma semana en que se dio a conocer la invitación por la cumbre de Johannesburgo. Entonces todo está todavía en desarrollo. 

También quiero subrayar que diez días antes de la cumbre el grupo que dirigí, «Dossier Geopolítico», presentó un documento a gobiernos, líderes políticos y sociales, pidiendo que los dos ejes de nuestra política exterior sean la incorporación a los BRICS+ y el lanzamiento del proyecto “Sur Global” junto con Brasil. 

En cuanto a la oposición, los dos partidos claramente neoliberales, el PRO/UCR y los llamados libertarios, han rechazado el ingreso de Argentina al BRICS+ con una despiadada campaña de desinformación y confusión, ayudada por los grandes medios monopólicos, creando dudas entre la población con hipócritas y falaces argumentos de pseudomoralidad y enarbolando los siempre hipócritas “valores occidentales”. 

Pero en general, la mayoría de los argentinos entienden que BRICS+ es nuestra única salida a la actual crisis económica causada por la ideología neoliberal.

Publicado por la Revista Italiana EURASIA: Esta nueva revista de estudios geopolíticos es promover, estimular y difundir la investigación y la ciencia geopolítica en el ámbito de la comunidad científica nacional e internacional, así como sensibilizar acerca de las temáticas eurasiáticas al mundo político, intelectual, militar, económico y de la información. La perspectiva de EURASIA no pretende limitarse a las relaciones internacionales en sentido estricto, sino explorar también la cuestión fundamental referente a la influencia que ejercen sobre las “representaciones” geopolíticas pasadas y actuales, así como sobre los escenarios futuros, las relaciones culturales y espirituales entre los pueblos que habitan la masa continental eurasiática.

Sitio Web Italiano Ariannae Ditrice: https://www.ariannaeditrice.it/articoli/brics-e-america-latina

Los golpes de estado en África  están derribando la estructura neocolonial instalada por Occidente -especialmente por Francia- para el libre usufructo de sus recursos naturales, mientras la población ha entendido que soplan nuevos vientos globales que les pueden permitir alcanzar unos justos niveles de desarrollo y de bienestar.

Así aborda Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico el tema central de su columna del Club de La Pluma, quién sintetiza la actual situación, con un poema africano que dice ”… allá por la década de 1960 nos dieron una fotocopia de la independencia de nuestros países. Hoy, en el siglo XXI, venimos a por el documento original.

AUDIO:

Y explica que se trata de una profundísima transformación, que se extiende como un reguero de pólvora por el continente africano, como parte del cambio tectónico global liderado por los BRICS+, que pone fin a 200 años de encerronas del mundo occidental para el saqueo de recursos de los países de la periferia, y en consonancia con las doctrinas antiimperialista y anticolonialista fijadas por la cumbre África Rusia de hace un mes en Moscú. Mientras que este proceso también es una respuesta positiva a la estrategia china en el continente, quién en paralelo al negocio mixto de transformación de sus riquezas básicas, concreta inversiones y proyectos para el desarrollo de la región y de su población. Todo lo contrario de lo hecho por Occidente durante siglos.

 Y al respecto, denuncia la hipocresía de Europa que hoy se rasga las vestiduras por una democracia que nunca existió ni permitió en África, instalando por décadas, diferentes modelos de oligarquías corruptas, debidamente actualizadas, para servir a los intereses de las multinacionales occidentales, a la par que generaba dolor y miseria en el pueblo autóctono. Y señala a Francia como el más “escandaloso de los colonialismos” mientras se arroga los famosos valores de la Revolución Francesa.

También analiza otros puntos claves como:

  • La secuencia de los golpes de estado con esta motivación desde el año 2020.
  • Un detallado informe de los países y sus recursos, cuyo acceso está perdiendo Europa, y que es el único motivo real de la agresividad y las amenazas que profieren desde el viejo continente.
  • Un profundo análisis de las motivaciones y de las condiciones objetivas que han desatado esta cadena de golpes de estado.
  • La evidencia de la situación caótica que esto crea en Europa, en detrimento de sus capacidades tecnológicas, industriales y científicas, que la llevan a la decadencia y a la pérdida de su poder histórico.

Finalmente, Pereyra Mele, reflexiona que estos cambios tectónicos marcan velozmente el fin del dominio occidental de hace cinco siglos sobre sus antiguas colonias que dicen: ¡¡ BASTA !! Y reclaman una independencia real y la igualdad entre las naciones del mundo.

Eduardo Bonugli (Madrid, 03/09/23)

Mapa de los países miembro de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), incluidos aquellos sancionados tras un golpe de Estado – AFP / AFP / NALINI LEPETIT-CHELLA

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Los acontecimientos a la vista hacen evidente que Rusia, a pesar que no ha logrado aún obtener plenamente los objetivos originalmente planeados, va imponiendo su lógica en el conflicto en Ucrania. Y tal vez ese sea el resultado final que habrá de producirse, es decir Rusia terminará ganando la guerra sin obtener todas las metas que se había propuesto.

Para Rusia, la amenaza que en algún momento significaba que Ucrania se incorporara a la OTAN, ahora ha sido sustituida por la amenaza que encarna la decisión de la organización guerrerista occidental de derrotar a Moscú, producir un cambio de régimen e incluso, desintegrarla.

En este sentido, para Rusia, este diferendo, que la obligó a realizar una operación militar especial en salvaguarda de su soberanía e integridad territorial, se ha transformado en un conflicto existencial. Por ello, a partir de los objetivos iniciales que condujeron a la incorporación de cinco provincias de mayoría ruso parlantes que pertenecieron a Ucrania: Crimea, Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporozhie,  que aun sin haber recuperado su territorio a plenitud, conforman el 23% del territorio anterior de Ucrania, se ha pasado a la posibilidad de que Rusia se proponga  ocupar otras 4 provincias, también de mayoría ruso parlante: Odessa, Nikolaiev, Dniepropetrovsk y Járkov que junto a las anteriores configurarían un total de 43% de lo que fue Ucrania.

Esto transformaría a ese país en un Estado disfuncional, no solo porque perdería su salida al mar, sino que también porque Polonia, Hungría y Rumania reclamarían territorios ancestralmente propios, habitados por minorías de esos países.

Para Occidente ha quedado claro que la continuidad de la expansión de la OTAN que comenzó en 1999, siguió en 2004 y pretendió continuar en 2008 con la entrada de Georgia y Ucrania a la organización, no está ni estará exenta de dificultades, como lo atestigua el actual conflicto.

Occidente, que en 2010, en la Cumbre de la OTAN en Lisboa habló de una nueva fase de cooperación con Rusia e incluso de crear una “verdadera asociación estratégica”, ahora supone a Moscú como un enemigo peligroso al que hay que contener y debilitar. Hoy Europa y Estados Unidos consideran a Rusia una “amenaza existencial”. Por eso su apuesta de “todo o nada”. Para Washington la situación es aún peor. Está en juego su credibilidad y su capacidad de proteger. Una derrota en Ucrania tendrá repercusiones estratégicas.

La OTAN no solo perdería el aval de ser una organización que aporta seguridad, sino que el maniqueo discurso de sus líderes en torno a que están librando una confrontación entre “jardín y selva” como la definió Josep Borrell,  Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad o entre “democracia y autocracia” como lo manifestó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quedaría en entredicho.

En este marco, su objetivo es derrotar a Rusia, debilitándola hasta el punto de que deje de ser una potencia, desmembrándola y desarticulando su capacidad de ser un actor internacional importante y un protagonista del mundo del mañana.

En el contexto, Ucrania ha dejado de jugar un papel principal. Su función es secundaria. En este momento, para Kiev, lo único que cobra valor es una victoria militar, la derrota de Rusia y su expulsión de los territorios que Moscú ha reivindicado como propios después de los referéndums realizados en septiembre de 2022. Kiev ve la salvación y por supuesto el futuro de su existencia en la incorporación a la OTAN y a la Unión Europea, para que así, en los hechos pueda ser un “país occidental”.

Analizado de esta manera , este conflicto está en punto muerto hasta que se produzca la victoria de uno de los contendientes. Hoy, la confrontación ha llegado a un punto de suma cero que encara un “todo o nada” existencial en el que la ocupación de territorios a la viaja usanza dejó de ser relevante para dar paso a la búsqueda del desgasta del enemigo. Es verdad que la guerra se libra en el campo de batalla, pero como nunca antes en la historia,  ahora hay que valorar también que se están enfrentando la capacidad económica del Estado ruso vs. la capacidad económica de Occidente, el potencial productivo de armamentos y municiones de Rusia vs. el de Occidente y la competencia de cada parte para la movilización, capacitación y puesta en plena disposición combativa de las tropas. No hay que olvidar que “ la guerra es la continuación de la política” y que “la política es la expresión concentrada de la economía”.

Y en esta lógica, Rusia ha sacado la mejor parte y está ganando la guerra. Ha fortalecido sus líneas defensivas hasta hacerlas impenetrables. Ucrania ha pagado un alto costo. Se calcula en 45 mil las bajas definitivas desde el comienzo de la “contraofensiva” hace tres meses, cifra a la que hay que agregar decenas de miles de heridos y un número muy alto de armamento y equipos destruidos en el intento frustrado de vulnerar el sistema de defensa creado por Rusia. La llamada “contraofensiva” ucraniana ha sido un total fracaso, hoy ya aceptado por líderes políticos y sobre todo militares, medios de comunicación y tanques de pensamiento occidentales.

La abrumadora superioridad rusa sobre Ucrania en cuanto a la potencia de fuego (misiles, artillería y aviación) y su preminencia en relación a la capacidad de movilización de tropas, han establecido una distancia muy difícil de superar. Ni siquiera el mil millonario apoyo económico, financiero, y logístico de Occidente ha podido cambiar la ecuación.

El resultado de la guerra vendrá dado por los efectos del desgaste, las capacidades logísticas, de armamento, equipos, por las potencialidades que se tengan para la reposición del recurso humano, pero también por las posibilidades de la economía y la industria de armamento donde la supremacía de Rusia es muy evidente.

Las guerras terminan con un armisticio, una negociación o una derrota y rendición de una de las partes. En la situación actual no hay posibilidad alguna de llegar a un tratado de paz. Las acuerdos que se hubieron podido hacer a partir de los Protocolos de Minsk en 2014 o las negociaciones ruso-ucranianas de marzo del año pasado, ya no son posibles. En uno y otro caso fueron torpedeadas por Occidente y utilizadas para fines que nada tenían que ver con la paz. Los objetivos de los dos bandos en pugna son absolutos al tiempo que cada parte entiende que está en juego su existencia.

Hoy, el tema territorial es irreconciliable, lo cual amenaza con una guerra larga que terminará con la derrota y rendición de una de las partes (muy presumiblemente de Ucrania, dado el estado de su economía). Todo ello traerá consecuencias para los contendientes, para la región y para el mundo.

X: @sergioro0701

Por Aleksandr Dugin

Lo ocurrido en la XV Cumbre de los BRICS en Johannesburgo es verdaderamente histórico. Aunque el Presidente de Rusia, fundador de los BRICS, no haya participado en ella, no deja de ser un punto de inflexión en la historia moderna. El orden mundial está cambiando ante nuestros ojos. Repitamos el significado de los cambios tectónicos en curso.

Inicialmente, «BRIC» era un acrónimo de cuatro países -Brasil, Rusia, India, China- que el economista Jim O’Neill propuso en 2001 para resumir las características de países con economías en activo desarrollo que pretenden alcanzar al Occidente desarrollado en una serie de parámetros fundamentales. En este sentido, los países BRIC han pasado a entenderse como lo que Immanuel Wallerstein denominó «países semiperiféricos». En la concepción del sistema-mundo de Wallerstein, el mundo se dividía en tres zonas:

  1. El núcleo (el Occidente rico),
     
  2. La semiperiferia (es decir, los BRIC), y
     
  3. La periferia (el Sur pobre).

El propio Wallerstein, en el espíritu de la ideología trotskista, predijo el colapso de los países de la semiperiferia. Las élites, en su opinión, se integrarían en el sistema occidental (un ejemplo típico es la oligarquía rusa, así como los magnates financieros de la India y en parte de China). Y las masas oprimidas y arruinadas por estas élites se verían obligadas a deslizarse hacia el proletariado mundial, es decir, a igualarse con la periferia. En este concepto, la migración mundial es el principal motor de esta estratificación de la semiperiferia en una élite colonial que aspira a convertirse en el núcleo (es decir, a unirse a Occidente) y una subclase internacional, donde los emigrantes laborales se igualarán y mezclarán con la empobrecida población local.

Otra definición de los países BRIC es la de «segundo mundo». De nuevo, el «primer mundo» es el Occidente rico y el «tercer mundo» son los países irremediablemente atrasados. El «segundo mundo» es estrictamente intermedio: viven mucho mejor que el tercer mundo, pero están muy por detrás del «primer mundo».

Así que los países BRIC dieron muestras de autoconciencia y en 2006, por iniciativa del presidente ruso Vladimir Putin, decidieron formar un club de países del «segundo mundo» o «semiperiféricos».

Resultó que los BRIC se basaban en cuatro civilizaciones:

  1. Brasil, que es una civilización distintiva de Iberoamérica;
     
  2. Rusia-Eurasia (al fin y al cabo, los eslavófilos y euroasiáticos entendían Rusia como una civilización independiente, un estado-mundo);
     
  3. India y;
     
  4. China, cuya identidad civilizaciones y antigüedad no plantean ningún interrogante.

Así que resultó que los países de la semiperiferia o del segundo mundo no son sólo un cierto nivel de desarrollo económico o una etapa en el camino de la modernización según las líneas occidentales, sino civilizaciones antiguas y bastante distintivas. Así, muchos vieron la creación del BRIC como un club multipolar y, por tanto, como una confirmación de la razón de Samuel Huntington, que predijo un retorno a las civilizaciones y un sistema multipolar en el futuro, que sustituiría a la división bipolar del mundo (sobre el principio de campo socialista/campo capitalista) en lugar del mundo unipolar proclamado por liberales y globalistas («el fin de la historia» de Fukuyama, principal oponente de Huntington).

Cuatro civilizaciones o Estados-Civilización (Zhang Weiwei) se unieron al BRIC en la primera etapa. Y el principio de la asociación era situarse fuera de la zona de influencia dominante de la hegemonía occidental. Cada una de las civilizaciones tenía sus propias justificaciones fundamentales para su propia soberanía:

  • La economía, el sistema financiero y la demografía de China;
     
  • India también economía, demografía y alta tecnología;
     
  • Rusia – recursos, armas nucleares y una historia política de obstinada afirmación de la soberanía frente a Occidente;
     
  • Brasil – economía, industria y demografía.

En un principio, el BRIC se mostró muy cauto y amante de la paz, pero de algún modo se ha presentado discretamente como pilar de una alternativa a la unipolaridad, rechazando la rígida hegemonía del «Occidente colectivo» (la OTAN y otras organizaciones rígidamente unipolares dominadas por Estados Unidos). Mientras que la civilización occidental se autoproclamaba como la única -la civilización en singular-, que es la esencia del globalismo y la unipolaridad, los países BRIC representaban civilizaciones soberanas e independientes, diferentes de Occidente, con una larga historia y un sistema de valores tradicionales completamente original. Y el club multipolar ha expresado así su determinación de defender este estado de cosas en el futuro.

Al mismo tiempo, cada uno de los países BRIC es algo más que un país.

Brasil, la mayor potencia de Sudamérica, representaba a todo el continente iberoamericano.

Rusia, China e India tienen por sí solas la escala suficiente para ser consideradas civilizaciones. Pero también son más que Estados-nación.

Rusia es la vanguardia de Eurasia, el «Gran Espacio» euroasiático.

China es responsable de una zona importante de las potencias vecinas de Indochina. El proyecto «Un cinturón, una ruta» traza con precisión la zona de influencia en expansión del polo chino.

India también está extendiendo su influencia más allá de sus fronteras, al menos hasta Bangladesh y Nepal.

Cuando Sudáfrica se unió a los países BRIC en 2011 (de ahí el acrónimo BRICS: la «C» al final de Sudáfrica), el continente quedó simbólicamente representado por este país africano de mayor tamaño.

Pero el acontecimiento más importante en la historia de los BRICS tuvo lugar en la XV Cumbre, celebrada del 22 al 24 de agosto de 2023 en Johannesburgo. Aquí se tomó la decisión histórica de admitir a 6 países más en la organización: Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Cada uno de estos países, al ingresar en el club multipolar, trajo consigo algo mucho más que otra solicitud de participación en asociaciones internacionales, que ya abundan sin el BRICS.

La adhesión de cuatro potencias islámicas -el Irán chií y la Arabia Saudí suní, los EAU y Egipto- fue fundamental. De esta forma, se consolidó la participación directa en el mundo multipolar de toda la civilización islámica, representada tanto por la rama suní como por la chií.

Además, junto con Brasil de habla portuguesa, Argentina de habla hispana, otra potencia fuerte e independiente, se unió al BRICS. Ya a mediados del siglo XX, los teóricos de la unificación de Sudamérica en un gran espacio consolidado –sobre todo el general argentino Juan Perón y el presidente brasileño Getúlio Vargas– consideraban el acercamiento de Brasil y Argentina como el acorde decisivo de este proceso. De lograrse, el proceso de integración de la ecúmene iberoamericana (A. Buela) sería irreversible. Y esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora en el contexto de la adhesión de las dos principales potencias de América del Sur -Brasil y Argentina- al club multipolar. No es casualidad que los globalistas se enfurecieran tanto ante el mero hecho de la adhesión de Argentina a los BRICS, movilizando a todos sus agentes de influencia en la política argentina para impedirlo.

La aceptación de Etiopía es también altamente simbólica. Es el único país africano que se ha mantenido independiente durante toda la época colonial, preservando su soberanía, su independencia y su cultura única (los etíopes son el pueblo cristiano más antiguo). Junto con Sudáfrica, Etiopía refuerza su presencia en el club multipolar del continente africano.

De hecho, en la nueva composición del BRICS obtenemos un modelo completo de unión de los 6 polos – civilizaciones, «Espacios Mayores» que sólo existen en el planeta. Con la excepción de Occidente, que sigue desesperado por preservar su hegemonía y su estructura unipolar. Pero ahora no se enfrenta a países dispares y fragmentados, llenos de contradicciones internas y externas, sino a una fuerza unida de la mayoría de la humanidad, decidida a construir un mundo multipolar.

Este mundo multipolar está formado por las siguientes civilizaciones:

  1. Occidente (EEUU+UE y sus vasallos, lo que incluye, por desgracia, al otrora orgulloso y original Japón);
     
  2. China (+Taiwán) con sus satélites;
     
  3. Rusia (como integradora de todo el espacio euroasiático);
     
  4. India y su zona de influencia;
     
  5. América Latina (con el núcleo de Brasil+Argentina);
     
  6. África (Sudáfrica+Etiopía, con Malí, Burkina Faso, Níger, etc., saliendo de la influencia colonial francesa).
     
  7. Mundo islámico (en sus dos versiones: Irán chiíta, Arabia Saudí suní, EAU, Egipto).

Así pues, tenemos la estructura del mundo heptapolar, compuesto por 7 civilizaciones de pleno derecho, algunas de las cuales ya están plenamente formadas (Occidente, China, Rusia, India) y otras (el mundo islámico, África, América Latina) están en camino.

Al mismo tiempo, en el contexto del mundo heptapolar, una especie de heptarquía emergente, una civilización -la occidental- reclama la hegemonía, mientras que las otras seis le niegan este derecho, aceptando sólo un orden multipolar y reconociendo a Occidente como sólo una de las civilizaciones, junto con otras.

Así pues, la razón de Samuel Huntington, que veía el futuro en el retorno de las civilizaciones, se ha confirmado en la práctica, mientras que la falacia de la tesis de Fukuyama, que creía que la hegemonía mundial del Occidente liberal (el fin de la historia) ya se ha alcanzado, se ha hecho evidente. Por lo tanto, a Fukuyama sólo le queda dar lecciones a los neonazis ucranianos, la última esperanza de los globalistas para detener el inicio de la multipolaridad, por la que hoy lucha Rusia en Ucrania.

Agosto de 2023 puede considerarse el cumpleaños del mundo multipolar -y aún más precisamente heptapolar-.

La heptarquía ya está aquí. Ya es hora de examinar más de cerca cómo interpretan los propios polos civilizacionales la situación en la que se encuentran.

FUENTE Geopolitika.ru

https://www.geopolitika.ru/es/article/un-mundo-heptapolar

La gobernanza china es muy paciente, planifica a largo plazo y, si hace falta, corrige y se adapta. Aquí, da igual, esté quien esté en el gobierno, se siguen aplicando las mismas recetas, ya caducadas y fracasadas

— Los BRICS celebran una cumbre marcada por la ampliación de un bloque que pretende desafiar la hegemonía de EEUU

Por Juan Laborda para el Diario.es

La palabra BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— fue una ocurrencia que allá por los años 90 se sacó de su chistera el economista de Goldman Sachs Jim O’Neill para referirse a aquellos países emergentes cuya actividad económica, sobre todo industrial, no paraba de crecer, y que, poco a poco, ganaban peso en la economía global. Sin embargo, nadie por aquella época fue capaz de prever lo que ya son hoy en día, no solo desde un punto de vista económico, sino, y, sobre todo, geopolítico, un contrapoder en toda regla a la hegemonía occidental de los dos últimos siglos.

El nexo en común que une a todos ellos, tanto a los países que inicialmente formaban parte del acrónimo BRICS, como aquellos que hace unos pocos días han decidido que se les unirán el año que viene —Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Egipto y Etiopía— es su hartazgo de los países occidentales, muy especialmente del dominio blanco y anglosajón. Nos perciben como imperialistas, cínicos, racistas, y con una moralina barata alrededor de un término manoseado hasta niveles nauseabundos, la democracia. Y ahí tienen razón. Nuestras democracias han devenido en Totalitarismos Invertidos, donde al final unas élites económicas y burocráticas acaban imponiendo sus deseos al resto de la ciudadanía. Y todo ello en nombre de lo que “es correcto”.

Pero por encima de todos ellos destaca por su pujanza económica, tecnológica, educativa, y militar, China. En el momento actual ningún país occidental puede hacer frente a la gobernanza china. La perversión política, económica y social en que se han convertido nuestras democracias —sociedades donde se expande sin freno la desigualdad, en beneficio de unas élites caprichosas y egoístas, y donde hay un claro empeoramiento de las condiciones de vida, sobre todo de los más jóvenes— sin duda alguna lo ha facilitado. Además, la gobernanza china es muy paciente, planifica a largo plazo, y, si hace falta, corrige y se adapta. Si ha habido errores, no duda en cambiar de dirección con tal de conseguir los objetivos de largo plazo. Aquí, da igual, esté quien esté en el gobierno, se siguen aplicando las mismas recetas, ya caducadas y fracasadas. Todo por favorecer ciertos instintos de clase.

La política económica de China

Los últimos 150 años son, en la interpretación china, un paréntesis del que han aprendido los errores. Bajo esta interpretación, lo que estamos viendo se puede resumir en una frase: “China is not emerging. It is re-emerging”. Nadie, ni siquiera los Estados Unidos, puede competir con un país con un desarrollo tecnológico, como es el caso de China, que además tiene un control estatal de la tierra, de la banca y una planificación estratégica de largo plazo. Solo un conflicto de orden militar puede frenar aquello que es inevitable. Por eso, en beneficio de toda la humanidad, lo más sensato es asumir la nueva realidad multipolar y cooperar.

Donde sin duda la visión de largo plazo del país del lejano Oriente ha quedado perfectamente plasmada es en la política económica. Para entender las expectativas de futuro en los distintos ejes de la política de China, es fundamental aproximarse a Xulio Ríos y su Observatorio de la Política China. Ríos nos recuerda cómo a mediados de diciembre de 2020 tuvo lugar la Conferencia Central sobre Trabajo Económico, que se vio complementada con la celebración de la primera Conferencia Central sobre el Trabajo relacionado con la Gobernanza Integral, que se celebró entre el 16 y el 17 de noviembre de ese mismo año. Ambas piezas formaban parte de una misma agenda que marcaba el rumbo de China en los próximos años tanto en lo político como en lo económico.

Según Xulio Ríos lo más llamativo era la brutal crítica que desde el gobierno se hacía a los gigantes nacionales de Internet “por estar demasiado concentrados en el éxito rápido y obsesionados con monetizar su gran base de usuarios cuando lo que deberían hacer es invertir en innovación tecnológica y obtener mayores beneficios dentro de ese sector”. Se les conminaba además a que “hicieran más por asumir la responsabilidad en la promoción de la innovación en ciencia y tecnología, fundamental responsabilidad social de ese tipo de empresas”. Y reiteraba la importancia de los nuevos reglamentos en curso para “erradicar el monopolio de la industria, con 27 empresas, entre ellas Alibaba, Tencent y JD.com en la lista”. Todo ello coincidió con la reunión del Buró Político del 11 de diciembre de ese mismo 2020 en la que se subrayó el “papel estratégico de la ciencia y la tecnología”, al tiempo que se pidió el “fortalecimiento de los esfuerzos antimonopolios y la prevención de la insalubre expansión del capital”.

En paralelo, cabe destacar igualmente el incremento de la vigilancia sobre los casos “demasiado grandes para fracasar”, multiplicando los controles para evitar riesgos sistémicos asociados a las empresas tecnológicas y el mercado de micropagos. Se trataba de una estrategia diseñada para fortalecer los esfuerzos antimonopolio y la prevención de una “insalubre expansión de capital”. En la Conferencia Central de Trabajo Económico se enunció el objetivo de fortalecer las tecnologías estratégicas nacionales con esfuerzos que incluían aprovechar al máximo el papel del Estado en la organización de las principales innovaciones científicas y tecnológicas. Es decir, el sector público iba a desempeñar en el futuro un papel de mayor significación en este ámbito. Las iniciativas del PCCh apuntaban claramente a limitar el poder de las grandes empresas privadas del sector a través del impulso de regulaciones restrictivas que afectarán tanto a su tamaño como a sus actividades a fin de que no pongan en riesgo ni la seguridad financiera, ni económica, ni política del país.

Desde el país del lejano Oriente decidían meter mano sin titubear en dos temas que constituyen ya un cáncer en Occidente: la financiarización de la economía y las empresas demasiado grandes para quebrar. No se permite, ni se va a permitir, monetizar beneficios a costa de inversiones futuras en ciencias y tecnología, y tampoco se permitirá que las empresas alcancen un tamaño que ponga en riesgo la seguridad financiera, económica y política de China. Sin duda han estudiado juiciosamente las debilidades de Occidente y han aprendido la lección. ¿Nosotros? ¡Me temo que aún no! Los intereses de clase mandan.

Fuente El Diario.es

Link: https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/inexorable-periodo-hegemonia-china_129_10475930.html

“Si Argentina no ingresa a los BRICS se perderán los próximos 50 años”


La afirmación es del analista geopolítico Carlos Pereyra Mele. Con él y otros especialistas, el programa Redacción Abierta analizó la importancia de la incorporación al bloque de países.

El 1 de enero de 2024 Argentina ingresaría a los Brics. Además de nuestro país, otros cinco lo harán, se trata de Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes. Hasta el momento, el bloque está conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. 

¿Qué son los BRICS? ¿De qué sirve a Argentina esta inclusión? Para responder estas preguntas y comprender qué significa este ingreso, el programa Redacción Abierta invitó a Eduardo González Olguin, Licenciado en Economía y docente de la UNC; Marcelo Taborda, analista internacional; y Carlos Pereyra Mele, analista geopolítico.

“Esto es entrar al mundo. Es una puerta muy grande a la política económica de China, que se convertirá en una potencia hegemónica. Es realmente entrar al escenario grande por la posibilidad económica que se abre”, sostuvo González Olguín. 

“Es un cambio histórico y además tectónico, algo que ocurre cada siglo o siglo y medio. Los Brics son los representantes de las potencias emergentes, poderes que surgen por fuera del escenario de occidente. Es el sur global que se está lanzando al mundo, que hasta hace unos años era ninguneado por G7”, explicó Pereyra Mele.

Según detallaron los especialistas, respecto de la importancia económica del bloque, a principio del Siglo 21 el G7 representaba el 70% del PBI mundial, hoy el 32%. mientras que los Brics representaban el 5%, hoy el 32,6%. 

“Los Brics con las nuevas incorporaciones, lograron aglutinar el 80% de los recursos petrolíferos y gasíferos del mundo”, detalló el analista geopolítico.

Por su parte, Taborda insistió que hay que destacar esta integración y ser parte de un escenario mayor, además de valorar este momento histórico donde otros grupos están perdiendo espacio y lo seguirán perdiendo según todas las estimaciones para 2050. 

No obstante, los candidatos presidenciales de la oposición rechaza la oportunidad de esta incorporación. Por un lado Javier Milei, dijo: “No nos vamos a alinear con comunistas”;  por otro, Patricia Bullrich, expresó: “Argentina bajo nuestro Gobierno no estará en Brics”.

“Hablar de China o Rusia como comunistas es un anacronismo total, suelta a panfletos o discursos efectistas para ganar adherentes. Y respecto a Bullrich, queda evidente la doble vara con la que se mide el asunto, ya que cuando ellos fueron Gobierno hablaban de la China milenaria”, señaló el analista internacional. 

“Sería paradójico que un  gobierno de derecha, proempresario, terminé embromando al sector empresario e industrial, que incluso se manifestó a favor. Es un mercado de más de 3 mil millones de personas”, dijo el economista.  

También, en relación a estas posturas, Pereyra Mele afirmó: “Es una oportunidad histórica, la incorporación implica integrar el nuevo sistema mundo, en el que la disputa es geopolítica. Si Argentina no ingresa a los BRICS se perderán los próximos 50 años. En ese caso, las próximas generaciones se olviden de las posibilidades de crecimiento y desarrollo. El otro bando -al que dice pertenecer la oposición- hasta ahora sólo nos han ofrecido endeudamiento, más crisis y más ajuste”. 

Links del Video de la entrevista realizado por el Programa “Redacción Abierta” en Canal 10 de la Tv abierta de la Universidad Nacional de Córdoba (Cba24n):

https://www.cba24n.com.ar/medios/canal-10/redaccion-abierta/-si-argentina-no-ingresa-a-los-brics-se-perderan-los-proximos-50-anos–_a64ee93a97ce9ee4ffde5d02e