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Cheng Wayen*- La “operación militar especial” de Rusia en Ucrania ha desnudado la política de dominación occidental y ha puesto fin a la globalización liderada por Estados Unidos.En el futuro China tendrá que impulsar un nuevo sistema global, un sistema internacional de “tres anillos” que garantice la seguridad y el desarrollo nacional

Desde el cambio en las relaciones de China con los Estados Unidos a partir de 2018, la situación mundial ha estado en crisis y las «teorías de desacoplamiento» se han vuelto populares en el país y en el extranjero. Y ahora con el conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación internacional se ha vuelto claramente beligerante, en los dos últimos meses Estados Unidos ha decidido apuntar sus dardos contra China tanto en los asuntos internos como los externos.

Aunque muchas personas opinan que la globalización es irreversible y no creen que llegará el día de desvinculación total, ¿cómo habrá que responder si se produce una desvinculación en un futuro cercano?

Este artículo argumenta que el conflicto Rusia-Ucrania es un hito importante en el fin de la globalización liderada por Estados Unidos, lo que significa que China ya no tiene el entorno de desarrollo externo pacífico del que ha disfrutado durante los últimos 40 años.

En el futuro China tendrá que impulsar un nuevo sistema global, un sistema internacional de “tres anillos” que garantice la seguridad y el desarrollo nacional: el primer anillo son los países vecinos en Asia Oriental, Asia Central y Oriente Medio, con los que China ha formado una estrecha división industrial del trabajo y de los cuales obtiene un suministro de energía estable y una barrera de seguridad fiable.

El segundo anillo son los países en desarrollo de Asia, África y América Latina, con los que China intercambia materias primas, bienes industriales y debe ayudar a su desarrollo; el tercer anillo se extiende a los países industrializados tradicionales; Europa y Estados Unidos.

La crisis en Ucrania

La “operación militar especial” de Rusia contra Ucrania, y la consiguiente confrontación a gran escala entre Occidente y Rusia, es un hito en el final de la marea de globalización que ha estado en marcha desde la década de 1980. Hoy Estados Unidos mantiene a sus aliados como rehenes imponiendo sanciones letales a Rusia y obligando al resto del mundo a elegir entre Occidente y Rusia, lo que ha llevado a una repetición de la mortífera lucha de hace un siglo y plantea un gran desafío para China.

El “fin de la globalización” ha dejado a China sin el entorno de desarrollo externo que ha tenido durante las últimas cuatro décadas, y es probable que en el futuro se intensifique la presión de EE UU para reconstruir su dominación del sistema internacional y “desacoplarse” de China y Rusia.

En los treinta años desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia ha pasado de un acercamiento inicial con los Estados Unidos y Occidente, a un alejamiento gradual, y finalmente a una implacable confrontación, que subraya los límites políticos de la globalización.

El mundo actual se caracteriza por un cambio de paradigma.

Contrariamente a una idea romántica de cooperación creada por occidente, la globalización favoreció inicialmente a la hegemonía estadounidense, los hizo en parte sirviendo al propósito de desmantelar la Unión Soviética y al campo socialista, y también aumentando las desigualdades entre los países desarrollados y los países “del tercer mundo”.

Como ahora la globalización amenaza las ventajas de poder obtenidas por EE UU, el proceso será inevitablemente “revertido”, por este país otrora hegemónico, y el camino para esta compleja operación ya está. El proceso globalizador de las últimas décadas y la búsqueda de dominio estadounidense son las dos caras de la misma moneda, y se condicionan y refuerzan mutuamente.

La “operación militar especial” de Rusia en Ucrania ha desnudado la política de dominación occidental y ha puesto fin a la globalización liderada por Estados Unidos.

La expansión de la OTAN hacia el este es la razón principal de la iniciativa de Rusia. A primera vista pareciera ser un problema de seguridad, pero, de hecho, también, es un problema económico. La periferización de la Unión Soviética en el sistema global es el objetivo del proceso globalizador iniciado por Estados Unidos, y la intención de Rusia de usar la globalización para lograr el renacimiento nacional y convertirse en un estado central va en contra de la lógica del proceso globalizador.

En Rusia, el interés del capital global, especialmente del capital financiero, se centra en la energía, los alimentos y los minerales, que son las áreas en las que el capital financiero puede obtener grandes ganancias. Pero, desde que Putin asume el poder, Rusia ha fortalecido el control sobre sus industrias claves (cruciales para la seguridad nacional) y sobre los medios de subsistencia básicos.

Rusia además está comprometida con la construcción de la Unión Económica Euroasiática y la configuración de un espacio de desarrollo económico que sea digno, algo que no agrada al capital externo.

La expansión de la OTAN hacia el Este es una manifestación de la política del capital para lograr la expansión de su mercado, exprimiendo el espacio de desarrollo de Rusia e intensificando la periferización de ese país. Esto es lo que la élite pro-occidental rusa no quiere ver.

Por tanto, si Rusia no daba una respuesta efectiva, se iba a transformar, aún más, en un proveedor de productos primarios, perdiendo su capacidad de participar en la política de las grandes potencias e incluso teniendo una crisis interna.

Bandera de la OTAN. Foto: No Cold War
La expansión de la OTAN hacia el Este y las actuales sanciones occidentales

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, el sistema colonial europeo se derrumbó gradualmente y la regla explícita del orden internacional desde la segunda mitad del siglo XX se centró en las Naciones Unidas y el derecho internacional, que encarnaba el principio de la igualdad soberana de todos estados.

Sin embargo, el orden internacional jerárquico centro-periferia, bajo el sistema colonial europeo, realmente no ha desaparecido, sino que ha continuado con reglas sutiles y un orden oculto. Y aunque las relaciones de poder jerárquico del pasado ya no existen, estas han sido reemplazado por un orden internacional “común pero diferenciado”, es decir, todos los países son soberanos e iguales solo que … en las apariencias.

En otras palabras, todos los estados son soberanos e iguales, pero en la práctica existen grandes diferencias en el ejercicio del poder. El “orden basado en reglas” es la principal expresión de este orden, un “orden” en que todos los países están obligados a seguir las mismas reglas, pero estas reglas no se basan en las Naciones Unidas, ni en el derecho internacional, sino en el poder de EE UU y de los países occidentales.

La hegemonía estadounidense desde la posguerra y con el G-7 ya establecido – a fines de la década de 1970- son dos de las principales manifestaciones del orden global centro- periferia contemporáneo. La reunión anual del G-7 discute no sólo los asuntos de siete países, sino también los asuntos del mundo entero; negocian y luego promueven la transformación de las reglas globales.

El “orden basado en reglas” es en realidad “un orden basado en las reglas establecidas por Occidente”, y lógicamente es clave quién hace las reglas. En un sistema global de división del trabajo, la creación de reglas, la oferta monetaria y la producción de bienes industriales son el negocio de unos pocos países del centro capitalista.

Ahora, si otros países deciden cambiar este orden, inevitablemente deberían desmantelar la posición dominante de los países del G7, que son los que tienen el dominio monetario y normativo y mantienen la superioridad tecnológica con los derechos de propiedad intelectual.

El inesperado crecimiento económico de China en las últimas décadas ha alterado el orden internacional centro-periferia de la posguerra y ha amenazado las reglas tácitas centradas en los países occidentales. La razón principal de esto es que el desarrollo de China ha tocado “el queso” de Estados Unidos y de otros países occidentales, que nunca imaginaron que la Republica Popular China también podría “ocupar parte del centro del escenario”.

La expansión de la OTAN hacia el Este o la elección de “China como objetivo de las acciones punitivas de los Estados Unidos”, está reflejando que Occidente quieren mantener y fortalecer su propia ventaja de poder. El conflicto Rusia-Ucrania y las implacables sanciones de Occidente contra Rusia resaltan aún más el hecho de que la mayoría de los países del mundo están en el «campo» de la periferia, mientras que unos pocos están en el “centro de la ciudad”, y Estados Unidos está el “centro del centro global”.

El “centro urbano”, no quiere enterarse del progreso de lo “periférico”.

En esta ronda de globalización, China, con su fuerte crecimiento económico y aumento del poder nacional, ha mostrado una tendencia a pasar de las áreas “rurales” a las “urbanas”. Al contrario, la globalización, de los países centrales del capital han exhibido los límites del orden internacional de la posguerra.

El hecho de que China se haya convertido en “un gran centro urbano” debido a su poder estatal es intolerable para Occidente. De hecho, China y Rusia se han convertido en obstáculos para que los «centros urbanos occidentales «.

Recordemos por un momento el primer artículo de las Obras Escogidas de Mao Zedong, “Análisis de las clases en la sociedad china”. En ese trabajo Mao nos plantea la siguiente pregunta: “¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Quiénes son nuestros amigos? Esta cuestión es la cuestión principal de la revolución”.

Durante los últimos 40 años, China ha llevado a cabo una política de “reforma y apertura”, y en los últimos años ha iniciado la construcción de una comunidad de destino humano. En sus intercambios internacionales, ya no enfatiza deliberadamente la distinción entre enemigos y amigos, sino que espera promover “la belleza y la comunidad”

Pero, ¿podemos lograr una “comunidad o mancomunidad internacional”? Hoy parece difícil, que el mundo puede lograr este tipo de “mancomunidad”. Este ideal no está determinado por el deseo de China.

Con los países occidentales liderados por Estados Unidos dispuestos a una confrontación a gran escala con Rusia y China, el mundo contemporáneo ya no puede ser considerado mecánicamente como un lugar de “paz y desarrollo”. Lo cierto es que la realidad nos impone seriamente considerar la “competencia” o incluso la “guerra”. Y como no se puede descartar la guerra, ya no es posible lograr un desarrollo en un sistema globalizado dominado por los países occidentales.

Por tanto, China tiene que repensar la “pregunta principal” en sus relaciones exteriores: ¿quiénes son los posibles socios de China ahora y en el futuro, y quiénes son los socios que China no puede atraer?

Las cosas se juntan en grupos y las personas se dividen en grupos. Lo mismo es cierto para los países. Los países con experiencias y aspiraciones similares tienen más probabilidades de establecer relaciones de cooperación duraderas.

Xi Jinping durante la cumbre BRICS. Foto: ALAI.INFO
La unión de los países en desarrollo

En las relaciones internacionales contemporáneas podemos distinguir estas diferencias: los países occidentales frente a los no occidentales, los países desarrollados frente a los países en desarrollo y los países del Norte frente a los países del Sur. Estas son distinciones comunes entre tipos de países, siendo los países desarrollados y los países del Norte en su mayoría países occidentales y los países del Sur y países en desarrollo países no occidentales.

A diferencia de las distinciones entre países desarrollados y países en desarrollo y países del Norte y del Sur, que son de naturaleza económica, las distinciones entre países occidentales y no occidentales apuntan a dimensiones políticas y culturales, lo que implica relaciones de poder globales.

A partir del siglo XIX, el mundo experimentó una “transformación global”: el anterior “mundo pluralista y sin centro” fue desplazado a un sistema global “centro- periferia” altamente interconectado y jerárquico. El “imperialismo” de finales del siglo XIX – y la era revolucionaria de la primera mitad del siglo XX- caracterizaron este orden “centro-periferia”, del cual el Occidente era el centro.

El imperialismo y la globalización desde mediados y finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX fueron dos caras de la misma moneda: el imperialismo vino con la globalización, y la globalización fortaleció al imperialismo, este proceso imperial construyó una “jaula de hierro” para los países en la periferia, de la que era muy difícil escapar.

Los países occidentales eran el centro del sistema global y de este lugar vino primero el imperialismo europeo con su “orden colonial” y posteriormente la hegemonía estadounidense: Al mismo tiempo, muchas de las revoluciones de la época moderna, incluidos los movimientos anticoloniales, tuvieron como objetivo romper esta estructura de poder centro-periferia por desigual e injusta.

En la estructura de poder centro-periferia, los estados del centro impidieron el progreso de los estados periféricos y no pueden, por definición, ofrecer tratos en pie de igualdad con estos estados. La revolución china que dio sus primero pasos en la primera mitad del siglo XX y se consolidó en la segunda mitad de ese siglo tuvo el apoyo y la solidaridad de las fuerzas políticas anticoloniales de la periferia del sistema global.

La red de la Internacional Comunista, en la que participaba el Partido Comunista Chino, formo una alianza con las fuerzas que se oponían al régimen colonizar y opresor de la época; en la guerra contra Japón, los comunistas chinos participaron en la guerra mundial contra el fascismo y continuaron con la lucha antiimperialista exigiendo la abolición de los “derechos” desiguales impuestos por los países occidentales.

Volver a Bandung

Después de la fundación de la República Popular China en 1949, China otorgó gran importancia a la cooperación con los países del «Tercer Mundo» y apoyó el movimiento anticolonial y la construcción soberana de naciones independientes en Asia, África y América Latina.

En la Conferencia de Bandung en 1955 los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica propuestos por China se convirtieron en la base de la Cooperación China con el mundo de la periferia. Con el tiempo esta política favoreció el desarrollo de un círculo virtuoso en las relaciones entre China y los países asiáticos, africanos y latinoamericanos. De hecho, con el apoyo y la cooperación de estos últimos países, China ingresó a las Naciones Unidas en 1971 y se convirtió en miembro permanente del Consejo de Seguridad.

Paises participantes de la conferencia de Bandung. Foto: El profesor

La solidaridad y asistencia mutua de China con los países asiáticos, africanos y latinoamericanos en su resistencia al dominio colonial y en la construcción nacional es una característica clave del multilateralismo chino. A saber; la prioridad otorgada a la cooperación con los países en desarrollo no occidentales y el respaldo efectivo a la resistencia conjunta contra un orden internacional desigual e injusto.

Con una diplomacia que privilegió a los países en desarrollo no occidentales, China no excluyó las relaciones amistosas y cooperativas con países occidentales desarrollados y otras grandes potencias. En estas interacciones con los países del centro la Republica Popular China siempre considero necesario que sus relaciones con occidente deberían establecerse en condiciones de independencia, igualdad, reciprocidad y sin relaciones de jerarquía en las relaciones internacionales.

Desde la perspectiva de los países del centro, su cooperación con China siempre ha tenido un techo, China no debe desafiar la estructura de poder mundial centrada en los países occidentales. Por tanto, cuando alguna de estas premisas cambie, será muy difícil para China, como país en desarrollo, continuar manteniendo relaciones de cooperación profundas con los países occidentales, especialmente en el campo de la política internacional.

Durante las últimas cuatro décadas, China ha abandonó las diferencias ideológicas y evitó los conflictos con los diferentes sistemas de gobiernos nacionales, y se comprometió a cooperar sin distingos con todos los países, formando gradualmente un patrón de relaciones exteriores en el que “aunque las grandes potencias son clave, la periferia es primordial, los países en desarrollo son fundamentales, y el multilateralismo es una etapa insoslayable”.

Sin embargo, este patrón ha encontrado muchos obstáculos cuando esta llegando “el momento del fin de la globalización”. Es poco probable que el «desacoplamiento» de la economía, la tecnología, el conocimiento y las relaciones políticas iniciado por EE UU

(con la ayuda de otros países occidentales) de un paso atrás. La guerra entre Rusia y Ucrania, provocaran que el “desacoplamiento” se intensifique.

Desde la fundación de la República Popular China, el país ha vivido varios cambios en su política diplomática en respuesta a la situación imperante de cada momento histórico. Primero, fue el enfoque de «una línea, una gran área», más tarde la política de «los tres mundos» y desde 1978 “la reforma y la apertura” que se centró en la cooperación con los países occidentales, todos estos cambios

En este momento de “cambios sin precedentes”, los países occidentales están mostrando intenciones cada vez más fuertes de suprimir a las naciones que sean sus posibles retadores, especialmente después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Con Ucrania, Estados Unidos y Europa han puesto de manifiesto su decisión de atenazar a los países no occidentales en todos los frentes. Esta deriva se ha convertido en una política estratégica de Occidente en las relaciones internacionales durante mucho tiempo.

China debe estar muy alerta porque las sanciones omnipotentes y las tácticas represivas de Occidente contra Rusia se aplicarán a China en el futuro. Por esta razón, es urgente reexaminar la política anterior de China, ajustar el patrón espacial de sus relaciones exteriores y fortalecer la cooperación con los países en desarrollo no occidentales, para crear un nuevo entorno internacional propicio para salvaguardar la seguridad nacional de China y su desarrollo a largo plazo.

Los tres mundos y los tres anillos

En 1974, Mao Zedong propuso la división de los “tres mundos” e hizo un análisis de los tres tipos de países que había en el mundo y la forma en que China podía interactuar con ellos, siendo los países en desarrollo del “tercer mundo” el objetivo principal de las relaciones de China, como país integrante del “tercer mundo”.

El gobierno y el pueblo chinos apoyaron firmemente la lucha justa de todos los pueblos y naciones oprimidas. La teoría de los «tres mundos» era la expresión política de la experiencia previa del proceso revolucionario. En su diseño se especificó la prioridad espacial de las relaciones exteriores de China. Fue la guía ideológica para la participación de China en la cooperación Sur-Sur, y hoy nos ofrece una fuerte inspiración para que China recomponga esta prioridad en sus actuales relaciones internacionales.

En comparación con el énfasis de cooperación con los países occidentales política aplicada con “la reforma y la apertura”, China ahora tendrá que dar importancia a la promoción de la cooperación Sur-Sur. Por tanto, el desarrollo de los acuerdos estratégicos de China deberá centrarse principalmente en promover la construcción de un nuevo sistema global basado en Asia y la región circundante durante bastante tiempo.

La foto de Mao señala una de las entradas a la Ciudad Prohibida, la vieja residencia de los emperadores chinos. Foto: AFP
Un nuevos sistema internacional en marcha

El resultado final será la formación de un sistema internacional de «tres anillos» que garantice la seguridad y el desarrollo nacional de China:

El primer anillo son los países vecinos de China en Asia Oriental, Asia Central y Medio Oriente. En Asia Oriental, China está conectada por los recursos financieros ha formado una estrecha división del trabajo con los países de esta región. En Asia Central y Medio Oriente estamos conectados con los recursos del mundo. China tiene que depender de los países de esa región para obtener suministro de energía estable y una barrera de seguridad confiable.

El segundo anillo es la gran cantidad de países en desarrollo de Asia, África y América Latina, con los que China intercambia materias primas y productos industriales. La ayuda exterior de China debe dirigirse principalmente a estos países.

El tercer anillo se extiende a los países industrializados tradicionales, principalmente Europa y Estados Unidos, con los que China intercambia productos industriales, tecnología y conocimientos.

Esta estructura de los “tres anillos” se deberá utiliza para priorizar y redirigir los contactos con el exterior y para redefinir la dirección y el contenido de las relaciones internacionales.

La primera clave para la construcción del sistema internacional de los “nuevos tres anillos” está en el “primer anillo”, es decir, los dos lados de Asia: uno es Asia Oriental, la otra es Asia Central y Medio Oriente. Para impulsar aún más el proceso de integración económica en el Este de Asia y fortalecer el vínculo con Asia Central y Medio Oriente, es necesario enriquecer los temas de interacción con los países asiáticos como requisito previo.

En los últimos años, China se ha dedicado a promover la diplomacia económica con otros países y ha promovido fuertemente la integración económica de Asia oriental y la cooperación económica con muchos países asiáticos. El último avance en la integración económica de Asia Oriental nos ha llevado a la construcción de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que entró en vigor el 1 de enero de 2022.

Sin embargo, los intercambios económicos entre los países de Asia oriental se han visto cada vez más afectados por fuerzas extraterritoriales y factores de seguridad en los últimos años. Las disputas sobre los derechos marítimos en el Mar de China Meridional y la estrategia de “Indo-Pacífico” de EE UU han agregado incertidumbre al proceso de integración económica de Asia Oriental.

China debe salir de su anterior “supremacía del PIB” en las relaciones internacionales, y prestar atención a los problemas políticos y de seguridad. Dicho de otra manera, debemos promover una mayor cooperación en materia de seguridad entre los países asiáticos para evitar que los problemas de Asia sean explotados por fuerzas externas.

Cooperación Sur-Sur un cambio fundamental

La base de las relaciones internacionales para la promoción de “los tres anillos» es la «cooperación Sur-Sur», un viejo concepto que enfatiza la cooperación y el apoyo mutuos entre los países no occidentales Es un concepto que enfatiza la cooperación y el apoyo mutuos entre países no occidentales del tercer mundo

En la segunda mitad del siglo XX, el significado de la cooperación Sur-Sur era más político, ya que los países en desarrollo eran generalmente económicamente subdesarrollados y tecnológicamente débiles, y los intercambios comerciales y tecnológicos entre ellos tenían poco impacto sobre la economía mundial. Sin embargo, ahora, la cooperación Sur-Sur está construyendo una nueva base más realista en el nuevo siglo.

La principal razón es que, en las últimas décadas, los países en desarrollo de Asia, África y América Latina se han convertido en países industrializados o cuasi-industrializados, siguiendo la ola de globalización y “escalando” hacia un nuevo sistema en términos de producción y circulación material global.

La “escalera” original de la globalización construida por Occidente ha perdido fuerza y color. Está naciendo un nuevo sistema global con las siguientes características:

La participación global de los países en desarrollo no es lo que solía ser: en 1980, los países desarrollados representaban el 78,9 por ciento del PIB mundial, mientras que los países en desarrollo representan solo el 21 por ciento. En 2021, la participación de los países desarrollados en el PIB mundial cae al 57,8 %, mientras que la participación de los países en desarrollo aumenta al 42,2 %.

La participación combinada del PIB de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) más Turquía, Corea del Sur e Indonesia en términos de paridad del poder adquisitivo aumenta del 18 % de la economía mundial en 1992 al 37,36 % en 2021, mientras que el los países del G7 disminuyen del 51 por ciento al 44 por ciento en el mismo período.

Los intercambios comerciales y las inversiones mutuas entre los países en desarrollo también se han vuelto fundamentales. El comercio entre China y África aumentó 22,6 veces entre 1997 y 2010, y el comercio con América Latina aumentó 22 veces

En 2021, el comercio China-África y China-América Latina aumentará otras 2 veces y 2,5 veces, respectivamente, en comparación con 2010.El comercio de Brasil con los países árabes se cuadriplicó entre 2003 y 2010, mientras que el comercio con África se quintuplicó hasta un total de 26.000 millones de dólares, una cifra superior a la del comercio de Brasil con socios comerciales tradicionales como Alemania o Japón; en 2019, el comercio de Brasil con los países árabes y África aumentó 0,98 veces y 0,68 veces, respectivamente, en comparación con 2010. Desde 2001, el comercio de India con África ha crecido a una tasa anual promedio de 17,2%, con 2,26 veces más en 2021 que en 2011.

El comercio de India con América Latina y los países de Medio Oriente y África del Norte ha experimentado un crecimiento similar. Tanto el comercio como la inversión mutua entre economías emergentes como India y Brasil también se están acelerando rápidamente, con volúmenes de comercio entre países en desarrollo creciendo más rápido que la tasa de crecimiento promedio mundial, mientras que los intercambios comerciales con países desarrollados continúan disminuyendo y la división del trabajo y la cooperación entre estos países en la producción de bienes primarios e industriales replica el histórico intercambio globalizado de bienes materiales. El comercio de la India con los países de América Latina y Oriente Medio y África del Norte ha experimentado un crecimiento similar.

Tanto el comercio como la inversión mutua entre economías emergentes como India y Brasil también se están acelerando rápidamente, con volúmenes de comercio entre países en desarrollo creciendo más rápido que la tasa de crecimiento promedio mundial, mientras que los intercambios comerciales con países desarrollados continúan disminuyendo.

Diseño de mundo sur

Por otra parte, desde China, Asia ha formado una red de cooperación económica coexistente. Esto se demuestra con lo siguiente.

Primero, en 1980, los países en desarrollo de Asia representaban solo el 12,7 % del PIB mundial, pero en 2010 aumentó al 20,6 % y para 2021 alcanzará el 31,2 %. Para 2020, los 15 miembros de RCEP tendrán una población total de 2270 millones, un PIB de 26 billones de dólares estadounidenses y un total de importaciones y exportaciones de más de 10 billones de dólares estadounidenses, lo que representa alrededor del 30 % del total mundial. HSBC predice que para 2030, la participación global del volumen económico del círculo económico RCEP aumentará al 50%

En segundo lugar, el centro de gravedad del comercio y la inversión mundiales también se ha desplazado hacia Asia. La participación de Asia en el comercio mundial aumentó del 15,7 % en 1980 al 22,2 % en 1990, 27,3 % en 1995, 26,7 % en 2000, 25,6 % en 2001 y aumentó aún más hasta el 36 % del comercio mundial en 2020, convirtiéndose en el principal bloque comercial del mundo

En tercer lugar, el nivel del comercio intra-asiático supera al del comercio extraterritorial. Entre 2001 y 2020, el comercio regional intra-asiático total salta de $3,2 billones a $12,7 billones, con una tasa de crecimiento nominal anual promedio del 7,5%. Durante el mismo período, la participación de Asia en el comercio mundial total aumentó del 25,6 % al 36,0 % y, en 2020, el comercio intrarregional de Asia representó casi el 58,5 % del comercio exterior.

En cuarto lugar, las dos alas de Asia se están convirtiendo económicamente en un mundo, y el flujo de energía del Medio Oriente se ha desplazado de su dirección anterior principalmente a Europa y los Estados Unidos hacia el este y el sur de Asia.

Hasta la fecha, los países en desarrollo han sido parte de un sistema económico global, pero ahora parece evidente que necesitamos una mayor unidad económica y política para lograr un mayor grado de conectividad y una mayor influencia política en el ámbito internacional ante la coerción aplicada por los países occidentales.

En la segunda década del siglo XXI, China se ha convertido en la economía real más grande del mundo, así como en el socio comercial más grande de la mayoría de los países del mundo; la contribución global del sector manufacturero de China es cercana al 30 % en 2021, y es el país que produce la mayor cantidad de bienes materiales en el mundo.

La contribución global de la fabricación de China fue cercana al 30 % en 2021, y como el mayor productor mundial de bienes materiales, desempeñará el papel que desempeñó Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial (en su apogeo, en 1953, Estados Unidos representó alrededor del 28% de la producción industrial mundial).

Lo que China puede y debe hacer es promover activamente la mejora del sistema global de intercambio entre los países en desarrollo como una estrategia global, es decir, realizar verdaderamente una cooperación efectiva Sur-Sur.

Grandes tareas pendientes

Todavía hay deficiencias. Los flujos comerciales actuales y las inversiones mutuas con los países en desarrollo todavía dependen en gran medida de las redes financieras y monetarias proporcionadas por Occidente. Si los países en desarrollo quieren mejorar aún más su autonomía económica y política, y si las economías emergentes quieren ganar una influencia política en el sistema mundial acorde con su tamaño económico, deben romper con su dependencia financiera y monetaria de Occidente.

Por lo tanto, para construir un sistema internacional de “nuevos tres anillos”, es necesario considerar no solo los factores geopolíticos tradicionales, sino también los márgenes monetarios y de información como cuestiones muy importantes. En los últimos años, China ha explorado estos mecanismos mediante el desarrollo de swaps de divisas con algunas economías de los mercados emergentes.

Deberíamos desarrollar un nivel más alto y más amplio de cooperación financiera y monetaria con los países en desarrollo. Con este fin, es necesario hacer un buen uso de algunas plataformas y mecanismos existentes para llevar la cooperación Sur-Sur a un nuevo nivel, incluida la actualización y modernización del ADB y el BRICS Bank, la mejora de un sistema de pago internacional autónomo y controlable; el fortalecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái y la cooperación especialmente financiera entre China-Rusia-India-Irán. También, tenemos que ver a China y a Rusia como países en desarrollo con economías altamente complementarias

El gobierno debe seguir promoviendo la integración económica de Asia Oriental en el marco de «One Belt, One Road», consolidando los logros de la RCEP. También debemos; construir un mercado de energía común en Asia, para que los mercados de compradores de energía en el este y sur de Asia y los mercados de vendedores de energía en el Medio Oriente, Asia Central y Rusia puedan compartir la misma red de comercio y pago de energía; hacer un buen uso del mecanismo de los BRICS, lo que conducirá a la profundización de la cooperación Sur-Sur; y promover la cooperación internacional entre China y Rusia.

Además, deberíamos promover la internacionalización del RMB en el contexto de la diversificación del sistema monetario internacional y la cooperación Sur-Sur, y brindar. Dentro de lo posible, apoyar al estatus del euro mientras se protege contra la hegemonía del dólar estadounidense. para que los mercados de compradores de energía en el este y sur de Asia y los mercados de vendedores de energía en el Medio Oriente, Asia Central y Rusia puedan compartir la misma red de comercio y pago de energía

Hace cien años, los líderes del Partido Comunista Chino propusieron el camino revolucionario de “rodear la ciudad”. En este momento de “cambios sin precedentes”, China y los países en desarrollo necesitan romper el orden centro-periferia del mundo contemporáneo y anular la represión de occidente a los países no occidentales, así como mejorar la solidaridad y la cooperación en las áreas “rurales” globales.

El surgimiento de un nuevo sistema global y la profundización de la cooperación Sur-Sur crearán buenas condiciones para que China ingrese al frente de la economía y la política mundiales, y movilice recursos globales para construir un sistema internacional de «tres anillos», para resolver las presiones de Estados Unidos.

Después de más de 40 años de “reforma y apertura”, China ahora debe ajustar su comprensión de la «apertura» y hacer un nuevo avance en su forma de pensar. Por supuesto, China aún debe tratar de mantener su cooperación con Occidente, y no debe renunciar a estas relaciones siempre y cuando las potencias occidentales no tomen la decisión de ser completamente enemigos de China.

*Artículo publicado originalmente en Observatorio Crisis.

Cheng Wayen profesor de la escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Shanghái.

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele Invitado por RELAGE ha participar de la Mesa final de cierre del I Encontro Latino-Americano de Geopolítica e Estudos Estratégicos (I RELAGE) y del III Encontro Nacional de Geopolítica (III ENGEOP) en la Mesa redonda: O BRICS em face às mudanças geopolíticas do atual Sistema-mundo. Congreso realizado del 20 al 24 de Junio 2022 Universidad Federal de Pelotas Rio Grande do Sul Brasil

Mesa coordinada por el Dr. William Daldegan (UFPel)

Junto a destacados expositores de distintos países participantes:

Prof. Dr. Sebastián Schulz (Universidad Nacional de La Plata – Argentina)

Prof. Dra. Verónica Sforzin (Universidad Nacional de La Plata – Argentina)

Mag. Pedro Steenhagen (Observa China)

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele (Dossier Geopolítico – Argentina)

Prof. Daniel Veras (FGV)

Video de las conferencias

Todas las Conferencias del Congreso se pueden visualizar en el Canal de YouTube de RELAGE

https://www.youtube.com/channel/UCKFEJOJn8Fm9ENlXRLsmenA

“EL BARCO DE LA MULTIPOLARIDAD PARTIÓ… NO HAY MARCHA ATRÁS” Es la frase central de la columna del Club de La Pluma, del director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, extraída del discurso del presidente ruso Vladimir Putin, en el foro económico de San Petersburgo, que derivó además, en la sentencia de que “La unipolaridad norteamericana ha finalizado.” 

Todo ello en una semana en que en Europa se agudizó la crisis energética, económica y política con una gigantesca manifestación en Bruselas y que el conflicto de Ucrania resulta cada día más desastroso para Occidente. También resalta Carlos, que el presidente de China, Xi Jinping, se comunicó telefónicamente con Putin, para darle todo su apoyo en el camino de reforzar su postura soberanista. 

Y entrando en geopolítica, nos asegura que ”somos observadores privilegiados” del momento bisagra de la historia, marcado por esta cumbre de los «BRICS Ampliados» de San Petersburgo, acompañada en paralelo de múltiples eventos de cooperación económica, y con la mayoría de las potencias emergentes apoyando la multipolaridad como sistema de gobernanza internacional, lo que evidencia el franco retroceso del G7 y G20. Además, analiza la particularidad de La India, que debe definirse sobre el posicionamiento internacional que ha de tomar. 

La repercusión mundial de este cónclave ha sido tan abrumadora que ni siquiera el poderoso aparato mediático de Occidente pudo censurarla. Fueron decisiones tan importantes como revolucionarias, que dieron la vuelta al mundo por su propia trascendencia.

Medidas tales como:

 -Profundizar el modelo “Sur Global” en detrimento del norte anglosajón.

-Incrementar la integración euroasiática y africana, y la interacción con América Latina.

-Crear mecanismos de pagos con monedas locales, evitando el uso del dólar.

-Reemplazar el Swift, la mayor herramienta financiera global de Estados Unidos.

-Crear de nueva Agencia de Calificación que suplantará su similar de Occidente, creada solo para imponer sus intereses.

-Aumentar la construcción de una cadena propia de valores y de suministros.

-Confirmar las gigantescas inversiones en infraestructura, por parte de India y China, en los miembros más pequeños de la región.

-Consolidar una nueva estructura económica mundial de intercambio, a través de gigantescas infraestructuras, tanto de rutas, de aeropuertos, de ferrocarriles, de logística, de puertos, y de rutas fluviales y marítimas. 

Y es en este nuevo escenario del BRICS, donde acaba de ingresar Argentina junto a Brasil, los dos mayores países de la región, dónde se le presenta a Sudamérica una oportunidad histórica de participar en la nueva reconfiguración global con voz y voto y en un momento dónde soplan fuertes vientos de cambios políticos en todo el subcontinente. 

Y no sólo se trata de ser parte de la nueva RUTA DE LA SEDA y de la estrategia de bases y puertos del COLLAR DE PERLAS, sino de hacerlo con pleno derecho, en una estructura centralizada y encabezada por las más importante potencias económicas del mundo, como China, India y Rusia. En un nuevo eje integracionista, más allá de la ideología, basado en las necesidades y las potencialidades de cada uno y que nos acerca la posibilidad, por primera vez en mucho tiempo, a la recreación del sueño de la PATRIA GRANDE.

Eduardo Bonugli (Madrid, 26/06/22)

Presidente de la Republica Argentina Alberto Fernandez solicita la incorporacion a los BRICS
XIV Reunion de los BRICS

El Director de Dossier Geopolitico Lic. Carlos Pereyra Mele entrevistado por el Periodista Mario Mazzitelli de la Radio La Luna AM1140 de Buenos aires para el Programa La brujula por la Luna sobre los cambios sistemicos y sus reflejos y consecuencia en America latina del lunes 20/6/2022

DOSSIER GEOPOLITICO DG le está invitando a la sexta Conferencia del Ciclo 2022

VI Conferencia: “La Geopolitica de la Ruta de la seda y el despliegue con América latina”

Sábado 11 de Junio 2022, 17,00 hs. de Argentina España 10,00 hs pm; Costa Rica 02,00 hs pm; Brasil 05,00 hs pm; Rusia 11,00 hs pm, Perú 15,00 hs pm

Disertará: El Sociólogo. Sebastian Schulz Becario Doctoral del CONICET. Doctorando en Ciencias Sociales y Especializando en Estudios Chinos (UNLP). Investigador del Centro de Estudios Chinos (Instituto de Relaciones Internacionales, UNLP) y del Centro de Investigaciones en Política y Economía. Integrante de los Grupos de Trabajo de CLACSO «China y el mapa del poder mundial» y «Geopolítica, integración regional y sistema mundial». Escribe en la revista digital “La ruta China”

Analizaremos: los cambios geopolíticos de la nueva realidad multipolar, los BRICS -China y el BRI- con los cambios que promueve en nuestra isla suramericana y en latinoamérica en general

Unirse a la reunión Zoom

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UN MOMENTO HISTÓRICO, PERO TAMBIÉN HISTÉRICO es como define a la actualidad mundial, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma mientras se agota el poder hegemónico de los anglosajones a manos de un nuevo mundo multipolar, y se pregunta si los poderes neoconservadores de EEUU reflexionarán y tendrán la responsabilidad de terminar con tanta conflagración de alta intensidad que puede llevar a la desaparición de la humanidad. Además aborda la guerra en Europa para concluir con que a Ucrania le va muy mal, a pesar de la propaganda política “guerrerista”, que solo ofrece triunfos mediáticos que no reflejan la realidad de las batallas,

También nos habla de los frentes internos en Norteamérica, de las posturas antagónicas de Soros y de  Kissinger. El primero, como promotor y patrocinador de las agresiones a Rusia y que pretende que muera hasta el último ucranio; y el segundo, que le ha dicho a Zelenski que firme una rendición que incluya entregar territorios. Además de que Occidente debe asumir que no puede existir un sistema mundial que pueda ser “vivible” si no incluye a Rusia y que se debe acabar con el criterio de derrotarla.

A continuación analiza las declaraciones del general Mark Alexander Milley -Jefe de Estado Mayor Conjunto, el oficial militar de más alto rango de la nación y el principal asesor militar del presidente, el secretario de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional-, jefe de todas las fuerzas armadas norteamericanas, que reconoce que “EEUU no está preparado para las nuevas guerras del siglo 21”. Todo ello en medio de las dificultades electorales de Biden, de la pérdida de apoyo de su prensa adicta y de que ésta guerra tampoco le sirve como elemento de acumulación de poder ni para contar con un frente interno ordenado y tranquilo.

Además aborda con rigurosos datos contrastados, el declive del G7 marcado por la notable caída del PBI de sus países miembros desde la desaparición de la URSS, y hace una reseña cronológica de los hechos que marcan el inexorable declive de Occidente tanto en la gestión de gobierno como en el campo económico y en el terreno militar, con sus impactantes fracasos, derrotas y huidas desde el principio de siglo.

Por otra parte, nuestro director nos presenta un completo cuestionario que pone en duda si Estados Unidos está preparado para seguir tensando la cuerda con estos conflictos globales. Unas preguntas que tienen evidentes respuestas negativas para un bloque que solo ha intentado con el expediente militar, torcer una historia que viene de declinación en declinación y  de golpe en golpe.

Eduardo Bonugli (Madrid, 29/05/22)

General Mark Alexander Milley -Jefe de Estado Mayor Conjunto, el oficial militar de más alto rango de la nación y el principal asesor militar del presidente, el secretario de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional-
G7

Disertó el Lic. Adolfo Koutoudjian, Licenciado en Geografía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el área docente se desempeña como profesor de Geopolítica en la Facultad de la Defensa Nacional, la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas y la Escuela de Guerra Naval de Argentina; y como profesor invitado, en el Departamento de Geografía de la UBA. Es autor de numerosas publicaciones en los temas de su especialidad, y consultor en diversos organismos y publicaciones internacionales.

El disertanté expuso en primer terminó los cambios tectónicos, geopolíticos, que se estan desarrollando en la lucha en Europa del Este. Y como el Reíno Unido se esta desplazando sobre el Atlántico Sur con proyecciones sobre los tres continentes; África, América del Sur y Antártida. El conflícto fundamental es el control de los recursos naturales: minérales, enérgeticos y alimentarios. Y como impedir el ímperio anglosajón la expansión de China y sus empresas, junto a otras potencias emergentes en la región.

Dossier Geopolítico agradece a José Francisco Herrera las tareas técnicas que realizo para el control de ingresos a la sala de Zoom y luego la grabación e instalación de la Conferencia al Canal de YouTube de Dossier Geopolítico.

Organiza Dossier Geopolítico DG.

Lic. Carlos Pereyra Mele,

Director de Dossier Geopolítico (DG)

Página web: https://dossiergeopolitico.com/

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, analiza los cambios tectónicos globales en auge, tapados por la propaganda de guerra de un imperio que cruje en medio de su decadencia. 

Y este análisis se resume en cuatro puntos centrales:

La Grave Crisis Interna de la UE por la guerra de Ucrania, en una semana en que otra vez no logró consensuar que los 27 países miembros dejaran de comprar el petróleo ruso.  

La negativa de la OPEP a EEUU para aumentar la cuota de producción de petróleo, frustrando así la anunciada “marea negra” que suplantaría los recortes a Rusia. Con sus históricos aliados, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, como referentes de una organización que va dejando de ser una herramienta exclusiva de Washington.

La infructuosa presión norteamericana para que la cumbre de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) acuerde sanciones a Rusia. Las diez naciones integrantes se resisten a tratar ese punto distinto y distante a su organización, destinada a fines económicos concretos en el desarrollo de unos países y de una región con sólidas relaciones comerciales con China.

La fuerte resistencia contra EEUU por parte de países centroamericanos, al negar la participación de Nicaragua Cuba y Venezuela en la próxima asamblea de la OEA en Los Ángeles Y con la negativa de México y Bolivia a la asistencia, mientras se intensifican los movimientos diplomáticos en toda la región para confirmar las posturas de las demás naciones.

En este audio también analiza el progresivo corte de gas de Rusia a Europa, el efecto bumerang de las sanciones, las maniobras de la presidenta de la Comisión Europea, a Draghi susurrando a Biden que “ha llegado la hora de negociar la paz,” del crack financiero por la suba de los intereses, del fin de la renovación automática de la deuda, de la Estanflación -aumentos de precios y bajada del consumo- y de la agitación social por la asfixia económica.

También aborda la llamada “Comunidad Internacional” donde Estados Unidos solo cuenta como socios absolutos e incondicionales a  la Unión Europea, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Corea del Sur y Japón. Todas naciones cuya seguridad nacional depende absolutamente de Norteamérica  y que son casi los únicos que hablan y presumen de estar aislando a Rusia.

Así, Pereyra Mele nos expone con argumentos e información contrastada, todos estos temas de profunda actualidad, que confirman que el país imperial que era líder en cualquier organización internacional, está siendo cuestionado por sus decisiones unilaterales y por la militarización de su política internacional.

Confirmando que El objetivo norteamericano de volver a ser el hegemón del mundo, es ya un sueño del pasado.

Eduardo Bonugli (Madrid, 15/05/22)

La Comunidad Internacional segun EEUU que sanciona a Rusia

Por Wim Dierckxsens y Walter Formento

Introducción 

El marxismo, afirma Samir Amin, precisa desarrollar una teoría del poder para las sociedades pre-capitalistas y a partir de allí desarrollar una teoría de la política en general, con perspectiva hacia una futura civilización. En su libro Modernidad, Religión, Democracia: Crítica del eurocentrismo, crítica de los culturalismos (2014, págs. 75 y siguientes), afirma que el marxismo no ha desarrollado una conceptualización del poder y de lo político, es decir, de los modos de dominación, como si lo hizo de lo económico y de los modos de producción. La dominación económica (y su complemento, la dependencia) es el producto de la expansión mundial del capitalismo ´realmente existente´. No es casualidad el título: el ´ fetichismo de la mercancía´, del primer capítulo de El Capital. La alienación economicista define el contenido esencial de la ideología del capitalismo. Lo económico ocupa el primer plano de la escena social que, en su desarrollo, determina las otras dimensiones, que parecen tener que ajustarse a sus exigencias. En la sociedad precapitalista, como el modo de producción tributario, es al revés, afirma Samir, y así también podrá ser en una futura civilización. 

En nuestro libro Por una nueva civilización: El proyecto multipolar (2021) hemos teorizado ya sobre la transición en los modos de producción precapitalistas, para luego ver la transición hacia una nueva, otra civilización. Los conceptos de trabajo productivo y trabajo improductivo vistos por su contenido están presentes en todas las culturas de la humanidad en el pasado, presente y el futuro. Bajo la relación social capitalista los conceptos adquieren una modalidad específica como Marx lo desarrolla en el Capítulo VI inédito. Pero el trabajo productivo por lo que realmente es por su contenido (es decir, sin considerar la relación de producción) atraviesa la historia. Marx lo elabora en el primer tomo de su obra Teorías sobre la Plusvalía (capítulo IV, parte primera). 

Vimos que en cada modo de producción la clase dominante se torna políticamente superflua cuando su papel en la reproducción económica se transforma en improductivo. Lo anterior, es válido para los modos de producción en la Vía Occidental tanto como en Vía Oriental. Existen también diferencias entre la línea de desarrollo occidental de la oriental. La Vía Occidental desde el neolítico ha construido sociedad a partir de la individualidad, donde el interés privado está en conflicto con el Bien Común. Por lo cual, no hay forma de construir el Bien Común a partir de las relaciones de producción precapitalistas en Occidente. La clase dominante se impone ante la clase explotada y tiene un papel productivo en lo económico, en su desarrollo. En la relación entre amos y esclavos, la relación de explotación/apropiación del trabajo del otro/s es transparente, es la más visible. Es la negación más absoluta del Bien Común y no existe necesidad de legitimación alguna ante los esclavos. Se reducen a un medio de producción parlante. Esta legitimación si se da ante la tercera clase: los civiles necesarios para proporcionar renta en dinero y trabajo para ir a la guerra.

En la línea ´Oriental´ el Bien Común de la comunidad como un todo y explotación del pueblo por la comunidad superior no son mutuamente excluyentes, sino que coexisten. Con el trabajo productivo en las obras comunes (históricamente las obras hidráulicas), la élite o comunidad superior se legitima y en la sociedad como un todo no es observada como explotación. El Bien Común se ve confirmado por los hechos. En el modo de producción tributario (China antigua, Mesopotamia, pero también la América Latina precolombina y el África del Antiguo Egipto), se construye sociedad donde el interés de la Comunidad está en el centro y no el individuo, y así es hoy aun en sociedades como China, Corea o Japón. El pensamiento de Oriente tiene como fundamento ‘somos comunidad, luego existimos´, lo que contrasta con el ´pienso luego existodel Occidente (moderno).

La ideología comunitaria del paleolítico está en su base y no ha desaparecido aun hasta el día de hoy. Es una ideología de la naturaleza: el ser humano y la sociedad se asimilan a otras expresiones de la naturaleza (la deificación de la tierra, de los animales, etc.) concebidas como tales. El paso al modo de producción tributario (China antigua, etc.), con una comunidad superior que dirige a las comunidades de base/pueblo, exige una coherencia más fuerte, incluso la integración de los elementos de la ciencia abstracta en una metafísica global, plantea Samir. Es ahí donde nace el fetichismo del Poder, o sea, su no transparencia. La transición al neolítico en Occidente implicó el desarrollo de la propiedad privada (privar a los otros del acceso a la tierra) sobre la tierra (que en China sigue colectiva incluso aun hoy) generando el conflicto de clases. La clase dominante se impone como clase dominante a través de la propiedad privada sobre los medios de producción (Tierra, Esclavos, etc.), modalidad que adquiere nuevas formas con el tiempo: esclavitud, feudalismo y capitalismo. 

En lo político Oriente aparece, ante los ojos occidentales, como un régimen autoritario, sin derechos individuales (tildado como despotismo oriental) cuando en realidad tiene más que un potencial democrático en lo económico y por ende en lo político al orientarse por el Bien Común comunitario, aunque con una dirección política centralizadora potencialmente explotadora. En Oriente, la élite o comunidad superior se legitima a partir del trabajo productivo que-sirve-al Bien Común o a la reproducción de la sociedad como un todo. 

En la línea oriental no es inmediatamente claro si un trabajo colectivo es productivo o improductivo, sino que se observa exclusivamente por su resultado positivo o negativo desde y para la comunidad como un todo. Si la comunidad superior se concentra en el desarrollo de obras colectivas de irrigación u otras obras hidráulicas, la economía en su conjunto prospera y la comunidad superior se legitima. Lo contrario sucede con las grandes obras de culto para los Dioses, que implican el deterioro de las obras productivas. El fetichismo del poder en el modo de producción tributario está en la no transparencia de la relación de explotación, es decir, debido al fetichismo del Poder. En Oriente solo las hambrunas acaban con los dioses y sus representantes, porque ya que no sirven para nada.

En Oriente, la misma desintegración del Estado central (la comunidad superior) en muchos poderes locales no hace desaparecer el Estado, sino solo ese Estado. Su desaparición completa no brinda solución al problema y más bien resalta la necesidad de una nueva meritocracia para levantar obras productivas para la comunidad como un todo. Una dinastía cae y otra suele levantarse con el tiempo, eventualmente en otro lugar. El modo de producción tributario resulta ser una relación de producción no fácilmente mutable y aun pone su sello a la sociedad de China hoy. Consideramos que una futura civilización sí es posible en tanto su proyecto político pueda lograr esta transparencia en la relación de poder, democratizándola con inteligencia artificial, como señalamos en nuestro libro ya mencionado (Ver Ref. nota pp2).  

En Occidente la relación de explotación fue totalmente transparente en la transición del neolítico a la relación esclavista, pero se torna cada vez menos visible en los modos de producción posteriores. En el modo de producción esclavista el esclavo percibe que el 100% de su trabajo es ajeno. No percibe que el amo proporciona su sostén diario por miserable que fuera. En las relaciones feudales con la renta en trabajo (50% para el Señor y 50% en parcela propia), el trabajo ajeno se distingue claramente del trabajo para sí. La renta en especie, en esencia es una nueva modalidad de explotación, ya algo más disimulada (Tanto % del producto de la cosecha es para el Señor Feudal, mientras el resto es para el Campesino (Siervo-de-la-Tierra), lo que más lo motiva). Con la renta en dinero dicha proporción se torna aún más difícil de calcular: Si el campesino, ahora libre, no logra obtener las ventas necesarias para pagar la renta en dinero al Señor-de-la-Tierra, la culpa podrá parecer del mercado o del campesino incluso.  

En la relación capitalista, el tiempo-de-trabajo social-ajeno está en función de la reproducción del capital donde, aunque en apariencia al trabajador asalariado se le reconoce todo su trabajo individual con el salario, en realidad solo se le reconoce la reposición de su fuerza de trabajo, pero no se le reconoce el rendimiento de la capacidad productiva del trabajo social cooperativo. En el capitalismo, cuando la fuerza de trabajo se torna mercancía, la relación-de-explotación de la fuerza de social-cooperativa del trabajo queda oculta. Si en la esclavitud el esclavo cree que todo su trabajo es trabajo ajeno, en el capitalismo sucede todo lo contrario, al “creer” el trabajador-asalariado que es pagado por su trabajo (para sí) y no percibir que solo se le retribuye por la reproducción de su fuerza física de trabajo, dejando un plus que es propio del trabajo social-cooperativo (enajenado). El fetichismo está en la relación de explotación económica misma.

En Occidente se obtiene exactamente lo contrario que en Oriente, ya que en apariencias el individuo es libre y goza de derechos políticos (para votar, para expresarse, etc.) pero en lo económico impera el despotismo del capital, que define lo que precisa hacerse para la reproducción del capital como un todo, sin tomar en cuenta realmente lo que necesita y piensan los individuos (pueblo). La libertad individual entonces, es libertad en apariencias –formas- y no en esencia –fondo-, por lo tanto, es una ´libertad fetiche´.  

La Vía Occidental ha sido presentada, incluso por la izquierda, como “La Historia de la Humanidad” hacia la ´libertad´ desfetichizada posterior al  capitalismo. Un proceso lineal, de manera des-fetichizada hacia el comunismo. En nuestro libro La Perestroika en Estados Unidos: Réquiem para la civilización occidental (2021a), dejamos claro cómo es difícil para Occidente realizar la transición hacia el comunismo, así como lo define Marx a partir del capitalismo realmente existente, construido sobre la base de intereses individuales en conflicto. Para lograr orientarse por el Bien Común, Occidente ha de hacer un viraje de 180 grados en la contemplación del mundo: anteponer la comunidad-mundo a los derechos e intereses individuales de las personas, empresas, etc. Es una tarea monumental, que ha intentado impulsar sin éxito la élite de Davos con la pandemia Covid-19 para poder imponer su Economic Reset.

Hemos dejado claro en nuestro libro que, la China de hoy tiene todas las características de una sociedad inspirada por el confucionismo, es decir, de un modo de producción tributario a nivel político, con el partido funcionando como la meritocracia y con sus comunidades de base/pueblo. Es un proyecto que cuenta con un pasado socialista a nivel económico y con una cohabitación de empresas capitalistas en el presente actual. Es cierto que existe hoy cohabitación de (grandes) empresas capitalistas nacionales y transnacionales –globales- pero, en última instancia, dichas empresas no “controlan” el poder político. Desde el poder político se regulan hoy cada vez más las empresas capitalistas, por lo que tampoco esa élite globalista presente en China logra imponerse en lo económico, como queda cada vez más claro. 

Si a China le ha sido difícil pasar del modo de producción tributario para “acoplarse” al modo de producción capitalista, no es porque hubiese requerido un cambio de 180 grados en una dirección opuesta a su filosofía de base, a la cual no ha renunciado: somos primero comunidad y solo así existimos. Sin embargo, la cohabitación capitalista le ha servido a China para poder desarrollar las fuerzas productivas al mismo nivel, o incluso mayor, que las de los países capitalistas occidentales llamados altamente desarrollados. La transición hacia el comunismo (en los términos de Marx) se hace más plausible en y a partir de China que en Occidente, ya que no existe barrera real para poder democratizar aún más la economía hacia adentro, ni existen barreras para hacerlo integrando otras naciones o bloques económicos en un mundo multipolar, sin necesidad de imponerse y subordinarlos, como es la realidad histórica en Occidente.  

Lo que sí es aún un tema pendiente en Oriente, no imposible de lograr, es poder enfocarse hacia un mayor grado de libertad personal no en el sentido occidental, a partir intereses y derechos individuales, sino desarrollando mayores libertades como persona. Siendo ésta un ser integral de la comunidad con obligaciones comunitarias, pero a la vez con posibilidades plenas de desarrollo personal, sin que pierda de vista que existe primero que nada como miembro de la (gran) comunidad. La síntesis de los dos contrarios entre Occidente y Oriente en un mundo multipolar, si se puede lograr a partir del proyecto multipolar del mundo. Lograrlo con iniciativa occidental supone renunciar a tener partir de la individualidad con intereses en conflicto, por lo cual no es factible. Esto terminaría en una batalla por sostener a la civilización occidental en una crisis existencial. 

En este contexto es que vemos surgir, a partir del conflicto global en Ucrania, a la Gran Comunidad del ´Sur Global´ representando el 90% de la población mundial, apostando por otra civilización. Es nuestra tesis que, la lucha por un mundo multipolar con China, Rusia e India como las grandes locomotoras, constituye el camino más probable para poder realizar la transición hacia una nueva civilización que logre orientarse por el Bien Común Mundial, sin excluir a nadie incluso a los Estados Unidos de Norteamérica. 

La realidad del capitalismo actual, realmente existente, ya no es la acumulación de capital, sino implica vivir improductivamente de renta mundial sin crear riqueza. La élite de Davos, con la financiarización, se ha tornado improductiva económicamente y con ello obsoleta en lo político mundial. EEUU está enviando a su campo de batalla en Ucrania todo el equipo bélico obsoleto. Incluso a los países de la ex Europa Oriental sobre todo, no están haciendo otra cosa. Un ex oficial de inteligencia de la Marina de los EEUU, Scott Ritter afirma en Liberty Report de mediados de abril que: “Puedo decir con absoluta certeza que incluso si esta ayuda llega al campo de batalla, no tendrá ningún impacto en la batalla. Y Joe Biden lo sabe”. 

En el corto plazo nos espera una crisis monetaria fiduciaria, es decir del Dólar, el Euro y el Yen, sobre todo. Que será no solo la crisis del propio sistema monetario internacional existente, sino de la civilización occidental. En nuestro libro La Perestroika en Estados Unidos (2021ª) hemos señalado la necesidad e inevitabilidad de un proceso de desintegración de Occidente, es decir su propia Perestroika. El sistema monetario se hunde generando una crisis de legitimidad en Occidente.  Mientras desde Oriente, el Multipolarismo se presenta como posibilidad y necesidad. Esto requiere un proceso de transición hacia un nuevo régimen monetario.  

El reemplazo del Sistema SWIFT

Los Actores Globalistas luchan por mantener su dominio. Al igual que antes Gran Bretaña, en medio de las dos guerras mundiales, no pudo mantener su imperio y su posición central en el mundo y esto debido a la obsolescencia de su sistema económico colonial. El nuevo sistema económico convergente que surgió en la RPC (República Popular China) y la India emerge y asciende a la próxima etapa inevitable de desarrollo, que combina los beneficios de la planificación estratégica centralizada y la economía de mercado, y del control estatal de la infraestructura monetaria, física y de emprendimiento. 

La élite globalista financiera-militar-tecnológica que aún controla, de modo inestable, el gobierno de los Estados Unidos jugó su última “carta de triunfo” en la guerra híbrida contra Rusia, imponiendo a Ucrania como campo de batalla. También en Kazajistán pretendió hacerlo, pero fue desarticulado anticipadamente en enero de 2022. La guerra también se da en el campo económico. Con el «congelamiento» de las reservas de divisas rusas en cuentas de custodia de los bancos centrales occidentales, la estructura de reguladores financieros de los EEUU, la UE y el Reino Unido en realidad lograron más bien debilitar estructuralmente el estatus del dólar, el euro y la libra como monedas de reserva global.  

Cuando los actores unipolares globalistas “congelaron” las reservas de Rusia en dólares, euros, libras y yenes, se cerró el periodo en que algún país soberano pudiera continuar acumulando reservas en estas monedas. Se aceleró más bien la necesidad de su reemplazo inmediato por las que ya son las monedas nacionales y el oro. La segunda etapa de la transición, implicará que ya no tomen como referencia al dólar. La formación de precios en monedas nacionales, significa la decisión de desplazar la fijación de precios en monedas que expresan al poder e interés transnacional global como son los dólares, libras, euros y yenes. 

El yuan (China) que parecía tener las capacidades para ser reemplazo de la moneda mundial que queda, no ocupará ese lugar aunque fuera ya debido a su inconvertibilidad. El uso del oro como precio de referencia tiene la inconveniencia de su uso para los pagos. Debido a lo anterior se requiere una tercera y última etapa en la transición del nuevo orden económico que implicará la creación de una nueva moneda de pago digital fundada en un acuerdo internacional y China lleva la delantera en ello, por el momento como experimento en zonas del país.  

Se trata de una moneda que puede ser emitida por un grupo de monedas de reservas de los países BRICS ampliado. El peso de cada moneda en la canasta podría ser proporcional al PIB de cada país (basado en la paridad del poder adquisitivo, por ejemplo), su participación en el comercio internacional, así como la población y el tamaño del territorio de los países participantes.

La canasta podría contener un índice de precios de los principales productos básicos cotizados en una bolsa de oro y otros metales preciosos, metales industriales clave, hidrocarburos, granos, azúcar, así como agua dulce y otros recursos naturales. Para brindar respaldo y hacer que la moneda sea más resistente, se pueden crear reservas de recursos internacionales relevantes y a su debido tiempo.

Esta transición al nuevo orden económico mundial probablemente estará acompañada por una negativa sistemática a cumplir con las obligaciones en dólares, euros, libras y yenes. Los países emisores de estas monedas crearon las condiciones para ello cuando se apropiaron de las reservas de divisas de Irak, Irán, Venezuela, Afganistán y Rusia por una suma de billones de dólares. Los países del Sur Global pueden ser participantes plenos del nuevo sistema, independientemente de sus deudas acumuladas en dólares, euros, libras y yenes, incluso si incumplieran sus obligaciones en esas monedas. Tal situación no afectaría su calificación crediticia en el nuevo sistema financiero multipolar. Con la nacionalización de la industria extractiva es preciso reservar una parte de sus recursos naturales para sustentar el nuevo sistema económico. El resultado será que su peso respectivo en la nueva unidad monetaria aumentaría. 

Con las medidas anteriores se crearía “un sistema de pago y liquidación en las monedas nacionales de los estados miembros de la EAEU” y el desarrollo e implementación de “un sistema independiente de liquidaciones internacionales en la EAEU (Unión-Económica-Euro-asiática), SCO (Organización-de-Cooperación-de-Shanghái) y BRICS, que podría eliminar la dependencia crítica del Sistema SWIFT controlado por los poderes que conforman el unipolarismo global financiero. 

La recuperación de los Bancos Centrales 

En el despliegue y desarrollo de esta iniciativa, es importante reconocer que las autoridades monetarias del Banco Central y sus áreas controladas (Ministerio de Economía-Agricultura-Minería-Comercio Exterior-etc.) que viabilizan la producción y exportación de bienes materias primas de Rusia (de todos los países) son y siguen siendo parte del programa financiero de la Oligarquía Global. Los cuadros económico-políticos occidentales globalistas todavía controlan los bancos centrales de la mayoría de los países, obligándolos a aplicar las políticas prescritas por sus técnicos en el FMI. Esto no se cambia por decreto.

Este es el modo como se coordina, impone y manifiesta el poder financiero globalista desde el Banco-Central-de-los-Bancos-Centrales, el BIS (Davos, etc.) como vértice superior, en relación directa con todas las áreas de exportación (de materias primas con bajo valor agregado) e importación (de bienes ciencia y tecnología con alto valor agregado) de modo que permite que funcionen y operen en beneficio de una plataforma global financiera que opera como estado global –como territorio financiero sin fronteras, no mediado e indivisible. Opera por sobre y negando la institucionalidad de las naciones, reduciéndolas a simples espacios locales de lo Global (Glocal). 

Su institucionalidad se conforma a partir del control de  la presidencia del BC, de cada nación reducida a país, y apoyada en la red de funcionarios de bancas transnacionales que constituyen cada City-Financiera, con un status-de-hecho superior al Estado-Nación. Aquí aparecen como desconectados y enfrentados el presidente de la nación y el presidente del BC. Con sus funcionarios propios operando como dos poderes que responden a intereses estratégicos distintos: Los Unipolares Globalistas y los Nacionales que se fortalecen y, por ello, hoy reconocen en lo multipolar su alternativa ante los globalistas. En América Latina se expresa en el Pluri-Versalismo de pueblos-naciones-regiones (Bolivia-Celac-BRICS) en la Asamblea General de la ONU –Organización de Naciones-Unidas con sede central en Sur-Global (Egipto-Venezuela-Indonesia-Serbia-etc.).

Las políticas unipolares globalistas son tan obviamente contrarias a los intereses nacionales porque son parte del esquema principal de su poder (Nueva York-Londres-Paris-Tokio). La participación potencialmente central de China y Rusia en la génesis del nuevo orden económico mundial se encuentra aún en desarrollo, porque aun los bancos centrales se ´encuentran en general ´con influencias de los intereses Globalistas. 

El Banco Central de Rusia –CBR- permanece aún amarrado en la red global de telarañas del paradigma de DAVOS (en su estrategia de imponer su global economic reset). Por ello, es aún un actor (CBR) enfrentado al proyecto multipolar dentro de Rusia.  No puede convertirse aun en un socio fundador de un nuevo marco económico y financiero universal multipolar. La realidad del Banco Central de Rusia no es exclusiva, ya que es similar a la del Banco Central de Argentina, por ejemplo. El BC aún está regido por la globalista ley de entidades financieras, impuesta por acción de la OTAN-Kissinger-y-Martínez de Hoz en 1977. 

Objetivo que lograron por medio de golpes de estado y de mercado financiero contra la política y la democracia, asesinatos políticos y de la política. Imponiendo escenarios de guerra prefabricados y pre-controlados, para montar una campaña mediática de toda índole, que les permitiera imponer una constitución-a-la-carta, donde los acuerdos jurídicos internacionales (financieros), tengan prevalencia sobre los nacionales. Habían “forzado” éstos acuerdos años antes para luego hacer lo mismo, mediante escenarios bélicos de inflación-hiperinflación lograr la imposición de la reforma constitucional-a-su-medida (1976-1994).

Es cierto que el Banco Centra de Rusia ya tuvo que enfrentar la realidad de dar un paso adelante y crear un sistema nacional de mensajería interbancaria que no dependa del SWIFT, y lo abrió también para los bancos extranjeros. Con ello muestra que los intereses globalistas en Rusia ya han empezado a ceder posiciones que controlaban claramente desde 1991-1997. Es la época que se desplego la perestroika soviética, la caída de la estrategia soviética y el ascenso del paradigma e intereses unipolares financieros globales, cuyo primer objetivo fue controlar profundamente el Banco Central de Rusia. La subordinación en la Red Financiera Global de Bancos Centrales (a las Citíes Financieras anglosajonas principales de NY-Ln-HK), está particularmente afectada por la caída del Status preferencial de la City de HK en 2020. Gracias a la política anti-globalista de Trump y, luego, de Xi Jimping 2021, se inicia una nueva etapa, la de la caída del globalismo financiero unipolar.

Desde 2010, empezó a verse la posibilidad de una transición a un sistema económico multipolar basado en una nueva moneda comercial sintética, basada en un índice de monedas de las naciones participantes. Para lograrlo había necesidad de crear una amplia coalición internacional de resistencia en la guerra híbrida que la élite financiera Globalista (desde la OTAN) desataría (1999-2001) sobre los países que se mantienen fuera de su control. La derrota y la obsolescencia del antiguo poder financiero dominante es inevitable por la naturaleza improductiva de esta guerra. 

El nuevo sistema económico multipolar

El nuevo sistema económico multipolar que está surgiendo en Oriente con la República Popular China y la India como locomotoras, es la transición hacia una nueva civilización, que combina los beneficios de la planificación estratégica centralizada y la economía de mercado, con el poder o control estatal de la infraestructura monetaria y física, así como del emprendimiento. 

Es una transición económica que une a una heterogeneidad de actores económico-sociales con el objetivo de aumentar el Bien Común sobre la base de igualdad y soberanía entre las naciones en vez de la imposición unilateral anglosajona al mundo entero. Por ello, los globalistas no podrán ganar la guerra híbrida global que iniciaron. Esta es también la razón principal por la cual el actual sistema financiero global centrado en el dólar será reemplazado por uno nuevo, basado en el consenso de una canasta de monedas de los países que se suman al nuevo orden económico mundial. Esta fase casi ha terminado. Su reemplazo inmediato son las monedas nacionales y el oro.

La siguiente etapa de la transición implicará nuevos mecanismos de fijación de precios que no tomen como referencia el dólar. Una fijación de precios en monedas ‘no ancladas’ en las controladas por el poder Globalista -dólares, libras, euros y yenes- con sus respectivos BC. Para lograrlo hay necesidad de democratizar la totalidad de los bancos centrales controlados a partir de los Bancos Centrales de esas 4 monedas (Dólar-Euro-Libra-Yen), junto con sus respectivas citíes financieras y sus cortesanos de altos gerentes, funcionarios privados y públicos, como lacayos bien pagados. 

La última etapa en la transición implicará la creación de una nueva moneda de pago digital fundada a partir de un acuerdo internacional. Una moneda como esta puede ser emitida por un grupo de reservas de moneda de los países BRICS, al que todos los países interesados ​​podrán unirse. Es el proyecto del Sur Global que representa el 90% de la población mundial. 

El peso de cada moneda en la canasta podría ser proporcional al PIB de cada país (basado en la paridad del poder adquisitivo, por ejemplo), su participación en el comercio internacional, así como la población y el tamaño del territorio de los países participantes. Implica la creación de un sistema de pago y liquidación en las monedas nacionales de los estados miembros de la EAEU –Unión Económica EuroAsiática- y el desarrollo e implementación de un sistema independiente de liquidaciones internacionales en la EAEU, SCO y BRICS, que elimina la dependencia crítica de la Sistema SWIFT controlado por EEUU. Es una transición aún mercantilista pero un paso necesario en camino a una nueva civilización.

Bibliografía

Amin Samir, 2010, Modernidad, Religión, Democracia: Crítica del eurocentrismo, crítica de los culturalismos, Editorial IEPALA, Madrid.

Dierckxsens Wim, Formento Walter y Piqueras Andrés, 2021 The transition toward a Post-capitalist Economic Rationality, en Rémy Herrera Editor, Imperialism and transition to socialism, Research in Political Economy, Volumen 36, Reino Unido.

Dierckxsens Wim y Formento Walter, 2021, Por una nueva civilización: El Proyecto Multipolar. Editorial Acercándonos, Buenos Aires. También disponible en línea en ALAI.

Dierckxsens Wim y Formento Walter, 2021, La Perestroika en Estados unidos, Réquiem para la civilización occidental, Editorial Acercándonos, Buenos Aires. También disponible en línea en ALAI.

NOTAS

1 La realidad en la órbita económica donde el trabajador se encuentra en una relación con el Objeto de su trabajo como un objeto ajeno; en una relación con sus Compañeros de trabajo como una relación de competencia y en una relación con el empresario que lo contrata como una relación de reciprocidad o solidaridad. 

2 Por una nueva civilización: El Proyecto Multipolar, Wim Dierckxsens y, Walter Formento, ISBN: 978-987-4400-86-4, 1º edición https://www.acercandonoscultura. com.ar/libro-224-por-una-nueva-civilizacion-el-proyecto-multipolar.html . En versión libre y digital en ALAI.

3 Wim Dierckxsens y Walter Formento, La Perestroika en Estados Unidos: Réquiem para la civilización occidental, Editorial Acercándonos, Buenos Aires 2021; disponible ´on line´ en ALAI.

4 El Gran Reinicio también llamado como Gran Reseteo es una propuesta de economía planificada del Foro Económico Mundial (FEM) para reconstruir la economía de manera sostenible tras la pandemia de COVID-19. Fue presentado en junio de 2020 por Carlos, príncipe de Gales y Klaus Schwab, el director del FEM. La inauguración de El Gran Reinicio se dio en junio de 2020, donde se reunió toda la élite financiera, tecnológica y política mundial. El lugar de encuentro fue en ciudad de Davos, Suiza y Carlos, príncipe de Gales fue quien inauguró el gran evento global.2​ Este iba a ser el tema principal de la cumbre del Foro Económico Mundial de 2021, que se pospuso hasta 2022 en una localización indeterminada.

5 Trump termina el estatus preferencial de Hong Kong, tras acciones “opresivas” de China. https://www.france24.com/es/20200715-trump-termina-el-estatus-preferencial-de-hong-kong-tras-acciones-opresivas-de-china 

6

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna semanal de geopolítica, del Club de La Pluma nos recuerda aquella frase de “HAZ LO QUE YO DIGO PERO NO LO QUE YO HAGO” para desnudar la hipocresía de Europa cuando paga en rublos, y por bajo cuerda, sus imprescindibles productos energéticos de Rusia, mientras presume de incrementar el suministro de armamento a Ucrania. De igual manera que EEUU ha aumentado la compra de barriles de petróleo a Rusia en un 43%, pero que exige a sus socios que incrementen las sanciones. Y en ese contexto nos recuerda lo que ya anticipó hace tiempo: que Europa nunca sangraría por los ucranianos pero que los hará pelear hasta el último de ellos y sin exponer un solo soldado suyo.

Lo que demuestra que ese pueblo está siendo sacrificado en el altar de las industrias armamentísticas y del poder anglosajón. Y también arrastrado por los cantos de sirena de Occidente de forma fanática y sin lógica ni razón. Por lo que no es extraño que comiencen a rendirse en masa, como ocurrió hace unos días en el puerto de Mariupol, a pesar de la ingente cantidad de armas entregadas por EEUU y Europa. 

Y en el tema de las sanciones, Carlos confirma que no existe ya aquella unidad monolítica entre las dirigencias europeas, luego de aplicar tan ágil y dócilmente las decisiones de Washington, al comprobar que serán sus pueblos los que paguen el duro precio de las mismas, acarreando consecuencias trágicas de hondo calado económico y sociopolítico. Tal cual lo señala el propio FMI en su demoledoras previsiones sobre el aumento de la inflación y de una parálisis en la producción. Una dura realidad que ya está presente y que le lleva a anticipar que habrá “rebelión en la granja”. 

También aborda las recientes elecciones en Francia, que hacen pensar en un posible cambio de actitud de esta potencia nuclear y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, tras la segunda vuelta electoral. Ya sea por un hipotético triunfo de Le Pen, que anunció la salida de la OTAN y unas nuevas relaciones con Rusia, como la respuesta que debería dar Macrón si triunfa, al contundente desafío que significan esos 60% de votos contrarios a la UE. 

Luego nuestro director compara aquel mandato de la férrea Merkel, con la frágil Alemania de hoy del canciller Scholz y su gobierno de alianzas imposibles, sometido a la estrategia de EEUU, y que acaba de ser humillado por Zelensky al rechazar la visita del presidente alemán a su país. Además de haber sido obligada a cancelar el gasoducto Nord Stream 2, lo que ha hundido sus escasas reservas de gas y que incrementa el descontento y la preocupación de los capitanes de la poderosa industria germana.

También deja en el aire una esperanza para que el viejo continente renuncie a seguir a la saga de los dictados de Washington y Londres, mientras señala la rusofobia instalada por las inteligencias anglosajonas, que acentúa la incapacidad europea para recuperar un posicionamiento internacional con algo de razón y lógica, para volver a su vieja geopolítica y para componer unos nuevos lazos de unidad con ese enorme país europeo que es Rusia. 

Por otra parte nos confirma que la leyenda de que hay un mundo totalmente encolumnado para atacar a Rusia en todos los ámbitos, es realmente una entelequia. Porque según las últimas votaciones sobre qué países sancionan y cuáles no, demuestran que es a la inversa. Que es la OTAN la que está rodeada, no Rusia.

Tal cual quedó demostrado en el último fracaso europeo en estos días en Buenos Aires, en la asamblea de la Eurolat (que reúne parlamentarios europeos y latinoamericanos), dónde América Latina rechazó la postura contra Rusia que querían imponer los europeos, en una nueva demostración de que el mundo está cambiando. 

Lo que deja claro que el devenir de la historia está en frenar la agresividad violenta y salvaje del mundo anglosajón, que busca impedir el desarrollo de las naciones del mundo y la aparición de un nuevo orden mundial multipolar, más justo para los países del sur.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/04/22)

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