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En su columna del Club de La Pluma, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele analiza porqué el titular del momento es la DESOCCIDENTALIZACIÓN DEL MUNDO. Y para ello desmenuza el avance estratégico y aplastante de China y Asia en todos los campos, y también la derrota de la OTAN en Ucrania. Al respecto, aporta datos concretos e irrefutables de responsables anglosajones, como la agencia israelí Mossad, quién confirmó que por cada ruso que cae, son 8 los ucranianos fuera de combate, ya sea en muertos, heridos o prisioneros. Lo que destruye la propaganda mediática anglosajona sobre la supuesta y aplastante derrota de Putin. Por el contrario, Rusia ya ha ocupado y consolidado el 20% del territorio de Ucrania, quién se ha quedado sin economía y sin infraestructuras. Y que sobrevive sólo gracias al dinero y a las armas que le suministra la OTAN, a cambio de una lealtad suicida que ha costado 157.000 muertos y 300 mil heridos gracias a la temeraria y cruel complicidad de su presidente Zelensky.

También, nuestro director  profundiza en los cambios globales que marca la actual caída de Occidente luego de la desaparición de la URSS, hace 30 años, cuando pretendía controlar el globo terráqueo e imponerse definitivamente al resto de naciones, por los siglos de los siglos. Sin embargo, el éxito de las nuevas organizaciones estratégicas del sudeste asiático con China, a la cabeza y el gran desarrollo de sus proyectos, como la nueva Ruta y Cinturon de La Seda, además del resurgir de Rusia, marcan el fin de aquellos sueños imperiales .

Además, analiza cómo se agota el poder colonial de los últimos siglos y que estos cambios significan el gran ocaso de Occidente, gracias a una ola de transformaciones que se extiende además por los países árabes, las petromonarquías, Irán, La India, Turquía, África y hasta Latinoamérica.

También Pereyra Mele aborda la crisis interna de EEUU, tanto económica como política y toda su incapacidad para resolverlas. Sobre la situación de Europa nos dice que va camino a tener menos importancia estratégica que la que tenía antes del siglo XIX.

Y que se puede transformar  en lo que fue Grecia para  la Roma imperial o sea, un lugar de turismo de las elites, un sitio de visita para ver tiempos idos que ya no volverán y de  viejas glorias que ya no existen.

Eduardo Bonugli (Madrid, 19/02/23)

Guerra contra Rusia en Ucrania 30 países no lograron el objetivo de destruir y derrotar a Rusia

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La estructura de equivalencia política entre Occidente y no Occidente se fortalece cada vez más y se está convirtiendo en una característica importante de la política mundial en la tercera década del siglo XXI . Por supuesto, el mundo en 2023 no será tranquilo, pero en cualquier caso, en medio de la «desoccidentalización», los cambios importantes que no se han visto en un siglo continuarán evolucionando de manera irreversible, escribe el experto del Valdai Club Wang Wen.(*)

La importancia mundial de 2022 se ha subestimado enormemente. La importancia de este año para la historia mundial supera con creces la de 2001, cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre, o la de 2008, cuando estalló la crisis financiera internacional. Puede ser comparable a 1991, cuando terminó la Guerra Fría. Si hay una palabra clave, es “desoccidentalización”.

La “desoccidentalización” en 2022 no se limita al uso por parte de Rusia de métodos militares radicales para tratar de romper el orden internacional dominado por la hegemonía estadounidense; de ​​hecho, después de soportar decenas de miles de sanciones occidentales, Rusia está acelerando su política hacia el este y la integración de la Unión Económica Euroasiática: los países no occidentales están mostrando una independencia sin precedentes, así como un impulso compartido.

En China, después de la exitosa convocatoria del 20.º Congreso Nacional del Partido Comunista de China, esta potencia en ascenso está intentando por todos los medios superar los efectos del Covid-19 y su recesión económica, y sigue avanzando de manera constante hacia el objetivo de ser un poder socialista moderno en 2050.

Sin embargo, China no está sola en la búsqueda de un camino independiente para promover su propia estrategia de ascenso; se le unen la mayoría de los países no occidentales.

En América Latina, el líder de izquierda Lula volvió a ganar las elecciones presidenciales de Brasil después de más de una década. Dado que han llegado al poder gobiernos de izquierda en México, Argentina, Chile, Honduras, Colombia y otros países, se puede decir que países que representan más del 80% de la población de América Latina se han “girado a la izquierda” en años recientes. Abogan tanto por mantener la distancia con EE.UU. como por promover el proceso de independencia e integración latinoamericana.

En el Sudeste Asiático, los países de la ASEAN organizaron con éxito la Cumbre de la ASEAN, la Cumbre del G20 y la Reunión de la APEC a fines de 2022, manteniendo la misma distancia de China y los EE. ”.

En Asia Central, en 2022, los cinco países continuaron fortaleciendo el mecanismo de consulta de jefes de estado y firmaron una serie de documentos importantes como el “Tratado de Desarrollo , Amistad, Buena Vecindad y Cooperación de Asia Central del Siglo XXI”, manteniendo la misma distancia de Rusia, Estados Unidos, Europa y otros países

En Medio Oriente, 22 países del mundo árabe, luego de vivir la llamada “Guerra contra el Terror” de Washington y la “Primavera Árabe” en las dos primeras décadas del siglo XXI, comenzaron a enfocarse en la transformación estratégica de la independencia y “desarrollo de una sola mente”. Por ejemplo, países como Arabia Saudita y Qatar tienen la “Visión 2030”, mientras que el “Plan 2035” de Irak, la “Visión 2035” de Kuwait, la “Visión 2040” de Omán y la “Visión 2050” de los Emiratos Árabes Unidos están elevando el desarrollo expectativas del mundo árabe. A fines de 2022, la Copa del Mundo en Qatar, la Cumbre China-Estados Árabes y la Cumbre del Consejo de Cooperación China-Estados Árabes del Golfo elevaron la influencia global del mundo árabe a alturas sin precedentes.

En África, 2022 marcó el vigésimo aniversario de la fundación de la Unión Africana, y la estrategia de desarrollo de «Superación personal unida, desarrollo independiente» es más firme.

Muchas potencias regionales también albergan el sueño de ser una gran potencia y mantienen la distancia necesaria con Occidente. Por ejemplo, Turquía aprovechó el conflicto entre Rusia y Ucrania para potenciar de forma integral su influencia global.

India busca un equilibrio entre Oriente y Occidente, y ha resistido la presión de Occidente para adoptar sus sanciones conjuntas contra Rusia, mantuvo una política exterior independiente de relativa cooperación con China y Rusia, y continúa asumiendo la presidencia rotatoria. del Consejo de Seguridad de la ONU y el G20 a fines de 2022, enfrentando una gran oportunidad para aumentar la influencia de las potencias globales.

«Los medios occidentales siempre describen el escenario G2 de competencia chino-estadounidense. De hecho, la situación real es que el mundo presenta un escenario de doble vía de “hegemonía occidental” versus “desarrollo independiente desoccidentalizado”.Occidente no tiene manera de detener esta tendencia.»

 En muchas de las grandes crisis internacionales que han ocurrido en el siglo pasado, Estados Unidos ha sido líder mundial, hasta la tercera década del siglo XXI . En la crisis de Covid-19 y la crisis en Ucrania, el liderazgo de los Estados Unidos no puede convencer al mundo. Por el contrario, Estados Unidos enfrenta grandes desafíos sin precedentes en su propia lucha contra el Covid-19, los conflictos raciales, la búsqueda de la recuperación económica y el mantenimiento del orden político.

La participación de Europa en la economía global ha caído a un nivel no visto desde el siglo XIX . En 2022, el PIB de la India superará al del Reino Unido, y un indio étnico se convirtió en primer ministro del Reino Unido. Algunos lo llaman “el contraataque de la tierra colonizada”, si no es venganza.

En 2020, China ocupó el primer lugar en el mundo como fuente de IED, y ya ocupó el primer lugar en valor de producción industrial y comercio total de bienes. Por primera vez en la historia, EE. UU. y sus pares occidentales ya no podían presumir de ser las principales fuentes de inversión extranjera.

En los últimos años, China también ha superado con frecuencia a los países occidentales en la atracción de capital extranjero, mostrando una ventaja nacional sin precedentes con los fondos internacionales más atractivos. Se puede ver que el “capital” no siempre está encerrado en Occidente.

En 2022 entró en vigor el Acuerdo Regional de Asociación Económica Integral (RCEP). Refleja la pérdida del monopolio de Occidente sobre el libre comercio internacional.

La “independencia” del desarrollo político y la “desoccidentalización” de las economías regionales van acompañadas de la “desdolarización” del comercio global y la “desamericanización” de la tecnología.

En el segundo trimestre de 2022, la participación del dólar estadounidense en los activos de reserva internacional representó el 59,53 %, muy por debajo del 72,7 % que representó en 2001; ha caído a su punto más bajo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En la cuarta revolución industrial, EE. UU. y los países europeos también han perdido su monopolio absoluto en tecnología inteligente, computación cuántica, Big Data, 5G, etc.

«Desde la integración de las economías regionales hasta una mayor influencia global, y desde la independencia diplomática hasta las expectativas de desarrollo futuro, nunca ha habido un período en la historia mundial como a principios de la década de 2020, cuando el mundo no occidental presenta tal vigor en su desarrollo y vitalidad en su crecimiento independiente.»

El florecimiento de los países no occidentales no responde necesariamente a la hegemonía occidental a través de la confrontación, el conflicto o los controles y equilibrios. En cambio, todos se centran en deshacerse del control occidental, tomando sus propios intereses nacionales como centro estratégico y confiando en el despertar político. La democracia política internacional y el respeto mutuo son las principales demandas de los países no occidentales.

La estructura de equivalencia política entre Occidente y no Occidente se fortalece cada vez más y se está convirtiendo en una característica importante de la política mundial en la tercera década del siglo XXI . Por supuesto, el mundo en 2023 no será tranquilo, pero en cualquier caso, en medio de la “desoccidentalización”, los cambios importantes que no se han visto en un siglo seguirán evolucionando de manera irreversible.

(*) Wang Wen China – Decano Ejecutivo del Instituto Chongyang de Estudios Financieros (RDCY), Vicedecano de la Escuela de la Ruta de la Seda, Universidad Renmin de China.

Club Valdai: Fuente original https://valdaiclub.com/a/highlights/a-new-era-of-de-westernization/?sphrase_id=1457191

Marco Carnelos* – Middle East EyeTraducido para el CEPRID por María Valdés

Es muy probable que 2022 sea recordado como uno de los años cruciales del siglo XXI. Se sentará junto con 2001 (ataques del 11 de septiembre), 2008 (la crisis financiera mundial) y 2020 (la pandemia de Covid). Será recordado como el primer año después de más de tres décadas en el que el riesgo geopolítico ya no pudo descontarse  de las consideraciones económicas y financieras. La geopolítica importa y hoy en día es mucho más que una consideración en el sector corporativo. El año pasado probablemente será visto como un punto de inflexión, cuando el mundo comenzó su cambio tectónico de un orden unipolar posterior a la Guerra Fría a uno multipolar aún indefinido e incierto.

Durante las últimas tres décadas más o menos, el orden mundial se ha construido sobre tres pilares principales: la hegemonía indiscutible de Estados Unidos; la globalización como su orden económico no discutido; y el dólar estadounidense como moneda de reserva mundial indiscutible y cámara de compensación financiera. Ahora todos están siendo interrogados.

Transición evolutiva

En 2022, terminó una fiesta de tres décadas, con baja inflación, bajas tasas de interés, bajos precios de las materias primas, impresión de dinero sin restricciones y flexibilización cuantitativa masiva. La perspectiva ahora es diferente. Los líderes y los tomadores de decisiones parecen despistados y desorientados, sin mencionar a las personas a las que gobiernan. Es un estado mental descrito como zeteofobia: una parálisis frente a elecciones que alteran la vida.

Según el profesor Barry Buzan, coautor de The Making of Global International Relations , el llamado orden mundial basado en reglas, y hasta ahora liderado por Estados Unidos, está soportando una transición evolutiva en la que «Chin , India y el mundo islámico están reclamando su estatus cultural… no solo su riqueza y poder… sino también [re]-adquirir la autonomía cultural que habían perdido”.

Es vergonzoso, un verdadero accidente de la historia, que el conflicto en Ucrania haya sido el catalizador de tal “recuperación de la autonomía cultural”. El resultado neto ha sido una política global fracturada, que ha colocado al Occidente Global y al Resto Global en dos caminos diferentes con respecto al conflicto y otros problemas globales.

Nada simbolizó mejor esta división que los patrones de votación en diferentes organismos de la ONU con respecto al conflicto. El Resto Global no creyó la narrativa del Occidente Global sobre el conflicto como un punto de inflexión de la historia, donde las democracias están llamadas a unirse para enfrentar el asalto de las autocracias. Tampoco compraron las sanciones adoptadas para castigar a Rusia.

Las percepciones centradas en Occidente de los acontecimientos mundiales han sido descartadas por completo por primera vez. Un ministro de Relaciones Exteriores de una de las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) lo resumió de manera inequívoca: los problemas de Europa y Estados Unidos ya no son los problemas del mundo entero.

La dialéctica entre Occidente Global y Resto Global será uno de los principales motores geopolíticos de los próximos años, con la competencia entre EEUU y China como piedra angular.

Se prevé un realineamiento del equilibrio de poder en torno a una confrontación BRICS-G7. Hay una larga lista de países deseosos de unirse a los BRICS. La mayoría de ellos, curiosamente, son socios o aliados tradicionales de Estados Unidos: Argentina, Egipto, Arabia Saudita, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.

¿El fin de la globalización?

También fue el año que marcó el final abrupto de tres décadas de Rusia acercándose a Occidente. Quién perdió Rusia en 2022, o por qué Rusia se perdió a sí misma, podría convertirse en tema de investigación para generaciones de historiadores.

En cuanto al pilar económico del orden mundial, lo mínimo que se puede decir es que si la integración rusa con Occidente está muerta, entonces la globalización no goza de buena salud. Algunos expertos incluso han escrito su obituario.

En las últimas décadas, la economía real mundial ha trabajado sobre dos relaciones esenciales: Rusia suministrando energía barata a la UE; y enormes flujos comerciales entre China por un lado y la UE y EEUU por el otro. El primero ha terminado, el segundo está bajo asalto.

Se espera que los suministros de energía de Rusia caigan a cero en 2023, y es muy incierto si se restablecerán pronto, o incluso si se restablecerán en absoluto. Cualquier alternativa, verde o no verde, será más costosa, una condición que también podría afectar la competitividad general de la UE.

En cuanto a los mercados de EEUU y China, se están formando algunas nubes. La Ley de Reducción de la Inflación de EEUU está recreando las tensiones comerciales transatlánticas, mientras que la Ley de Chips y Ciencia, promulgada en agosto pasado por la administración Biden, se asemeja a una guerra tecnológica contra China.

La economía de EEUU se ha disparado debido a su relación comercial con China. El sector corporativo de Estados Unidos ha subcontratado en gran medida la producción a China, convirtiendo a este último en el taller de los EEUU.

Todos estaban contentos: los chinos, con sus crecientes volúmenes de exportación y por obtener el conocimiento tecnológico estadounidense; los consumidores estadounidenses, con su oferta de productos baratos comprados con crédito barato (tasas de interés bajas o nulas); las corporaciones estadounidenses, con sus enormes ganancias obtenidas a través de los costos laborales chinos baratos; y, por último, el Tesoro de EEUU, con bonos de hasta 1 billón de dólares suscritos por el gobierno chino.

Ahora todo está en riesgo. Según los responsables estadounidenses, China es ahora la principal amenaza a la que se enfrentará Estados Unidos en el siglo XXI, una valoración que, en cierta medida, también comparte la UE.

Efectivamente, en solo una generación, China pasó de una economía campesina pobre especializada en productos intensivos en mano de obra a una avanzada, solo superada por Estados Unidos. Beijing es líder en comunicación 5G, baterías para vehículos eléctricos y paneles solares para la generación de energía renovable, sin mencionar la inteligencia artificial. Todos los sectores top que decidirán quién liderará la cuarta revolución industrial.

El dilema de Europa

Hay riesgos crecientes de bloques comerciales que compiten entre sí, lo que provoca turbulencias en los mercados de productos básicos, energía y alimentos, con posibles consecuencias negativas adicionales para las cadenas de suministro mundiales.

El debate sobre la amenaza de China ha terminado en Washington y no hay evidencia empírica que pueda empujar al establishment estadounidense a revisar su evaluación. En Europa, todavía hay sentimientos encontrados.

En cualquier caso, en 2023 Europa se enfrentará a un duro dilema: alinearse de lleno con la narrativa estadounidense sobre la amenaza china y, en consecuencia, revisar su postura del mismo modo que lo hizo con Rusia y pagar consecuencias económicas aún más nefastas; o seguir un enfoque más matizado. Este será uno de los desarrollos geopolíticos más importantes a observar.

Una guerra económica, financiera y tecnológica entre EEUU y la UE por un lado y China por el otro es lo último que necesitaría la economía mundial en un momento así.

El orden financiero mundial también está bajo ataque. Los BRICS y algunos otros países que aspiran a unirse (BRICS plus) aparentemente están decididos a liberarse de un sistema controlado exclusivamente por los EEUU utilizando monedas alternativas al dólar y redes comerciales y financieras alternativas al Swift controlado por Occidente y las cámaras de compensación estadounidenses para pagos.

Aparentemente, esto comenzó con el comercio de productos básicos, particularmente en energía. El presidente de China, Xi Jinping, realizó recientemente una visita a Arabia Saudita, donde también se reunió con todos los demás líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).

Su discurso sentó las bases para el nacimiento del  petroyuan , destinado a competir con el petrodólar. Propuso “un nuevo paradigma de cooperación energética en todas las dimensiones” que en tres a cinco años debería fortalecer la cooperación energética China-CCG en el sector upstream, en servicios de ingeniería, así como downstream, en transporte y refinería.

Incluso propuso la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái como plataforma para la liquidación en yuanes del comercio de petróleo y gas.

El déficit de 31 billones de dólares de Estados Unidos

Los analistas de Credit Suisse han llamado la atención sobre el posible impacto en el dólar estadounidense si todo el petróleo y el gas enviados a China se facturan en renminbi. India, Rusia y Brasil, ahora gobernados nuevamente por Luiz Inácio Lula da Silva, podrían seguir.

¿Qué le sucedería al dólar estadounidense si el Banco Popular de China, la Autoridad Monetaria de Hong Kong, el Banco de Tailandia y el Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos crearan monedas digitales del banco central que permitieran transacciones transfronterizas, entre pares y en tiempo real, y transacciones de divisas sin involucrar la moneda estadounidense y la red de bancos correspondientes administrados por el sistema del dólar estadounidense?

¿Cómo manejaría Estados Unidos su déficit, que esta semana  alcanzó un máximo de 31,4 billones de dólares, si no solo surgieran bloques comerciales opuestos sino también sistemas financieros alternativos?

Este cambio tectónico ahora se llama la competencia de las grandes potencias . La competencia parece una palabra tan tranquilizadora. Evoca el deporte, un ambiente regido por el juego limpio, donde los jugadores se dan la mano después del partido. Desafortunadamente, la política global se lleva a cabo en un campo de juego muy diferente. Los intereses en conflicto pueden tomar un giro peligroso, y lo que hemos estado viendo hasta ahora es todo menos juego limpio.

Más bien, parece más un peligroso juego de suma cero.

Marco Carnelos* es un exdiplomático italiano. 

Ha sido asignado a Somalia, Australia y las Naciones Unidas. Formó parte del personal de política exterior de tres primeros ministros italianos entre 1995 y 2011. Más recientemente, fue enviado especial coordinador del proceso de paz de Oriente Medio para Siria para el gobierno italiano y, hasta noviembre de 2017, embajador de Italia en Irak.

Fuente CEPRID https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2761

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, adelanta el inicio de la temporada 2023 de su columna del Club de La Pluma atendiendo a las circunstancias gravísimas del momento y a los profundos cambios estratégicos y geopolíticos que se están produciendo en el mundo, con EEUU presionando para arrastrar a las naciones a sus guerras proxys y amenazándolas con que: “… están conmigo o sin migo”

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Y es que durante estas semanas, el frente de la guerra en Europa ha dado varios vuelcos decisorios, nada favorables al eje anglosajón y a sus 30 países subordinados. Mientras la madre historia nos recuerda que contra Napoleón, Rusia llegó hasta París, y que contra Hitler lo hizo hasta Berlín. Por lo que  es muy posible que -pronto o más tarde- la capital de Ucrania padezca el mismo destino, cumpliéndose la lógica trágica de que todo país periférico utilizado como herramienta de Washington, termina siempre siendo “el pato de la boda”. Y dejando en evidencia a este “Oxidente” sin ideas y sin doctrina, que ha entrado en un callejón sin salida y con pocas posibilidades de éxito.

Sobre América del Sur, Pereyra Mele nos relata la ola de indignación por las descaradas declaraciones de la general Laura Richardson, jefa del comando Sur de EEUU, quién ha advertido a los suramericanos sobre cuáles son los intereses estratégicos que tiene su país en la región y cuáles son las riquezas naturales que no pueden estar disponible para adversarios suyos, en una actuación prepotente contraria a toda diplomacia y dejando claro que se sienten dueños absolutos de esta parte del mundo.
Luego reconoce que el continente sigue estando en conflictividad como quedó demostrado con la banda de forajidos terroristas en Brasilia, con el apoyo de algunos miembros de las fuerzas armadas y de sectores económicos, lo que viene a demostrar que “nada está atado ni nada es seguro en nuestra región.

Y continúa su relato por Perú y sus movilizaciones populares contra el gobierno ilegítimo que ya ha asesinado a 60 personas. Nos habla del fuerte apoyo de la embajada norteamericana al gobierno de facto, de las próximas maniobras militares conjuntas entre las fuerzas armadas peruana y norteamericana, del fuerte desprestigio del ejecutivo de Dina Boluarte y de todo el parlamento, y del intento de culpar a Bolivia del levantamiento popular en su contra, dando oxígeno a los sectores duros de derecha y pro yanki que agitan la llamada “Media Luna Boliviana”.

Finalmente, nuestro director se explaya en la trascendental cumbre reciente de la CELAC en Buenos Aires, con un protagonismo central del presidente Lula, que dio lugar a importantes e históricos acuerdos que darían un paso gigantesco en la unión regional y que nos transformaría en un actor principal, con autonomía y poder propio para tener presencia en los grandes escenarios geopolíticos donde se está reconfigurando el nuevo orden multipolar.
Quizás y paradójicamente, el éxito y la trascendencia de la cumbre de la CELAC quedó demostrada en la cantidad de ridiculeces y tonterías lanzadas por la oposición descerebrada de la Argentina, siempre funcional a los intereses imperiales de EEUU.

Eduardo Bonugli (Madrid, 29/01/23)

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein que autoriza su publicación en Dossier Geopolitico

La historia de las relaciones internacionales de América Latina es la historia de la contradicción no resuelta entre el pensamiento monroista y el pensamiento bolivariano. El primero dio origen a la idea panamericana sustentada en la hegemonía de Estados Unidos sobre la región y en la que el resto de los países tienen una posición subordinada y sumisa.

El pensamiento bolivariano se originó como necesidad de concertar a las “repúblicas americanas antes colonias españolas” para que nos “sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete de los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de, en fin, conciliador de nuestras diferencias” según la idea del Libertador formulada en la convocatoria al Congreso de Panamá en diciembre de 1824. 

Casi 70 años después, en el ensayo “Nuestra América” publicado el 10 de enero de 1891 en la Revista Ilustrada de Nueva York y, unos días más tarde en el diario mexicano El Partido Liberal,  José Martí le da forma a una idea más totalizante que la de Bolívar en cuanto a la identidad que nos integra y nos debe agrupar. Dijo Martí: “¡[…] del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva!”.

Un poco más de un año antes, el 19 de diciembre de 1889 en ocasión de una velada artístico-literaria realizada en la Sociedad Literaria Hispanoamericana de New York a la que asistieron los delegados a la Conferencia Internacional Americana convocada por Washington para concretar la idea monroista, Martí quiso advertir a los obnubilados representantes de las repúblicas del sur  a quienes los anfitriones habían apabullado mostrándoles las ostentosas maravillas del naciente capitalismo que: “… por grande que esta tierra sea, y por ungida que esté para los hombres libres la América en que nació Lincoln, para nosotros, en el secreto de nuestro pecho, sin que nadie ose tachárnoslo ni nos lo pueda tener a mal, es más grande, porque es la nuestra y porque ha sido más infeliz, la América en que nació Juárez”. Así se sembró para siempre lo que habría de ser la identidad nuestroamericana que nos une.

El pensamiento monroista, emergió del discurso del presidente James  Monroe ante el Congreso de su país el 2 de diciembre de 1823,  para ser  transformada en doctrina de política exterior de Estados Unidos para América Latina y el Caribe, posteriormente. Aunque a lo largo de esa centuria hubo algunos intentos de institucionalización, fue en 1889 cuando habría de concretarse la intención de darle una estructura a tal idea. Por ello se convocó la primera conferencia panamericana. A partir de entonces y hasta 1954 se realizaron dos conferencias interamericanas, cuatro reuniones de consulta y diez conferencias panamericanas.

En la novena, realizada en Bogotá en 1948, en el marco de una nueva realidad emanada del fin de la segunda guerra mundial, fue creada la Organización de Estados Americanos (OEA). El año anterior en Río de Janeiro, había sido firmado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que daba origen a un supuesto sistema de seguridad colectivo para las Américas. De esta manera, contando con los instrumentos militar y político, Estados Unidos logró consumar una estructura de dominación que le garantizaba su control sobre la región. La idea monroista de “América para los americanos” (léase Estados Unidos) se había completado. La historia más reciente es bastante conocida.

El pensamiento bolivariano pareció muerto con la desaparición física del Libertador en 1830. A partir de entonces varios pensadores y políticos latinoamericanos dieron continuidad en sus escritos y en su obra al ideario de Bolívar. Así mismo, se hicieron dos eventos en Perú a mediados del siglo XIX, en 1847-48 y en 1864-65 los participantes de diversos países se reunieron para no dejar morir la idea bolivariana y retomar su propuesta de unidad.

Pero hubo que esperar casi 150 años hasta que Hugo Chávez, el más preclaro continuador del pensamiento bolivariano, comenzó a cambiar esa perspectiva. Chávez se propuso transformar la injusta estructura de dominación regional dando inicio a la recuperación del sueño bolivariano para convertirlo en el proyecto que había quedado truncado en 1830.

Así, en 2010, en la Riviera Maya mexicana se realizó la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe tras la fusión de los dos mecanismos existentes con anterioridad. Al año siguiente, en el marco del bicentenario de la independencia de Venezuela en una reunión cumbre de los líderes de la región nació la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En aquella ocasión, el Comandante Chávez sentenció que «Estamos poniendo aquí la piedra fundamental de la unidad, la independencia y el desarrollo de América Latina y el Caribe».

Tan solo unos años después, el avance oligárquico en la región generó fuerzas centrífugas que bajo fuerte influjo monroista actuaron como elemento desintegrador respondiendo a la necesidad de Estados Unidos de impedir que se concretara la unidad latinoamericana y caribeña.

La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador y el extraordinario esfuerzo del gobierno mexicano en pro de la integración permitieron retomar el proyecto en 2020, una vez más rescatando el ideario de Bolívar como instrumento de consolidación de la unidad regional.  Y así llegamos a Buenos Aires 2023.

La reunión Cumbre finalizada ayer en la capital argentina mostró grandes luces, pero también algunos grises y sombras.  Las sombras dicen relación con la información transmitida por los medios transnacionales de la desinformación: “Sin Maduro comienza la Cumbre de la CELAC”, “Con muchas ausencias se realiza la Cumbre de la CELAC”, “López Obrador distanciado de Alberto Fernández, no viaja a Buenos Aires”. Los titulares trasuntan un odio, una negatividad y una apuesta por el fracaso que expresan con claridad la voluntad monroista de desintegración que emerge de la prensa tránsfuga que responde a intereses imperiales y oligárquicos.

Por otra parte, la crisis peruana dio muestras de que en algunos temas no existe consenso y que, finalmente el asunto de los derechos humanos está politizado de acuerdo a lo que Estados Unidos y las oligarquías -aún en el poder- entienden, en cuanto al uso político que se le debe dar a este asunto. No hubo una declaración única , dura y contundente en contra de la prisión del presidente Castillo, la represión al pueblo peruano, la violación de la autonomía universitaria y el asalto a la tan cacareada democracia.

De igual manera, es oscura la invitación a Estados Unidos a la Cumbre. De la misma forma que a espaldas del Libertador, el vicepresidente de Colombia Francisco Santander invitó a Washington al Congreso de Panamá en 1826, Alberto Fernández hizo lo propio y sin necesidad al convocar a Joe Biden, presidente de un país que nos excluye y nos desprecia.

La inasistencia del presidente Maduro también debe considerarse como un punto negro de la Cumbre. Un país en el que la vicepresidenta esta viva de casualidad tras un atentado terrorista en su contra no daba seguridad al presidente de Venezuela. Una cosa es ser valiente y otra ser pendejo. No hay que olvidar que el gobierno de Estados Unidos le puso precio a la cabeza del presidente Maduro. Por 15 millones de dólares cualquier loco y otros que no lo están tanto, estarán absolutamente dispuestos a cometer un magnicidio. La “investigación” del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández da cuenta de la plena colusión de la justicia, los medios de comunicación, la ultra derecha y la delincuencia organizada en Argentina, a fin de generar complicidad e impunidad.

El valor del presidente Maduro no se manifiesta por la asistencia o no a la Cumbre, sino por la resistencia de 8 años al frente del pueblo venezolano para plantarse y derrotar todas las acciones de grupos terroristas y desestabilizadores organizados y financiados por Estados Unidos, y salir victorioso de ello. 

En particular, Venezuela siempre está representada en Argentina por las inmensas muestras de amistad de millones de ciudadanos y ciudadanas que han dado continuidad por 200 años al abrazo fraterno de Guayaquil entre los Libertadores José de San Martín y Simón Bolívar.

De cara al futuro, habrá que avanzar para hacer luz en los grises que aún permanecen. Todavía no existe una idea única de integración. No me refiero a lo que estén pensando las derechas cavernarias y monroistas sino a las propias interpretaciones que se hacen en la región del ideario bolivariano. En este sentido, son equívocos los llamados del presidente López Obrador a la buena voluntad de Estados Unidos para con la región.

Más allá de los buenos deseos, eso no tiene ninguna posibilidad de materializarse. 

La condición imperialista de Estados Unidos está en su ADN, si renunciaran a ello se transformarían en otra cosa y no hay ninguna señal en ese sentido. Lo saben los cubanos por más de 60 años, Nicaragua desde 1979 y Venezuela desde la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez. Nuestra integración será latinoamericana y caribeña o no será.

Hablar de un gran espacio americano que incluya a Estados Unidos no deja de ser un sinsentido que contradice lo que el propio presidente López Obrador ha dicho en otros escenario. Pero se entiende la situación de México, “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. En todo caso, no hay que olvidar que Cuba está en la misma situación.

Por su parte el presidente Petro, casi obsesivamente desea generalizar sin fundamentos una situación personal que se resolvió positivamente a su favor cuando fue destituido de forma irregular e ilegal como alcalde de Bogotá. Agotadas todas las instancias internas recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que revirtió el fallo de la justicia colombiana reponiéndolo en su cargo. Pero de ahí a suponer que esa institución dependiente de la OEA de la que Estados Unidos ni Canadá forman parte pero sobre la que tienen poder de decisión, pueda ser el summum de una política común de derechos humanos, no deja de ser una quimera.

Si creemos en CELAC, debemos ser capaces de crear un cuerpo estructural, de instituciones propias, entre ellas la de derechos humanos a fin de resolver nuestros problemas sin injerencia de Estados Unidos. 

No dudo de la voluntad integracionista de los presidentes López Obrador y Petro, pero me siento en la obligación de señalar estos grises que tengo plena seguridad se resolverán mediante el dialogo y el debate fraterno.

La CELAC deberá también buscar mecanismos que hagan posible la participación de mayor cantidad de jefes y jefas de Estado y gobierno a las reuniones Cumbre. De no ser así, las mismas se deberán hacer por teleconferencia con participación presencial de cancilleres y técnicos para la redacción y revisión de los documentos a aprobar. Aunque en Buenos Aires estuvieron presentes todos los países, la inasistencia de una parte de los mandatarios, da cuenta de que todavía Estados Unidos genera temor al usar los instrumentos de coerción, amenaza y chantaje que integran su amplio arsenal. 

En cualquier caso, las luces son tantas que tapan cualquier sinsentido y visión mezquina que se tenga de la Cumbre. Lo más importante de todo es que a pesar de las intimidaciones, coacciones y presiones de fuerzas reaccionarias y adversas a la integración, la reunión se haya concretado. En este ámbito, hay que agradecer el gran trabajo del gobierno y la cancillería argentina.

La realización de la Cumbre en Buenos Aires después de la efectuada en 2020 en México permite retomar la continuidad de estos eventos y con ello se posibilita pensar nuevamente que la integración de la región es posible. Los imperativos de unidad y el reconocimiento de la mayoría de la necesidad de construir aceptando la diversidad, así como la voluntad de avanzar hacia una integración con desarrollo a partir de la inclusión, son signos inequívocos de un futuro promisorio.

La reincorporación de Brasil y la posibilidad de agregar a los presidentes Lula y Petro al necesario liderazgo colectivo de la región, dejando atrás el oscurantismo medieval de Bolsonaro y Duque, son también señales incuestionables de que la región avanza en una dirección positiva. 

La elección de San Vicente y las Granadinas y de su primer ministro Ralph Gonsalves como presidente pro tempore de la CELAC es un indudable reconocimiento a los países insulares del Caribe. 

Vale decir que la OEA, es decir Estados Unidos nunca ha permitido que un caribeño acceda al más alto cargo de esa organización. La democracia que se espera exista en CELAC debe ser igualitaria. Como atributo propio de la integración bolivariana, no debería importar en el momento de la toma de decisiones las diferencias que emergen de la dimensión geográfica, la cantidad de habitantes o el tamaño de la economía de los países miembros. Esto es lo que ha permitido que a partir de hoy y por un año, San Vicente y las Granadinas haya sido elegida por consenso para representar a toda la región.

La constitución de la CELAC social y la realización de su propia Cumbre en Buenos Aires es expresión de que los pueblos de Nuestra América han aprendido del pasado. Los gobiernos van y vienen, los pueblos persisten en sus luchas, entre ellas las que libran por hacer efectiva la unidad latinoamericana y caribeña. La integración sólo será irreversible cuando los pueblos se hagan cargo de ella. Felizmente los acuerdos de la Cumbre de CELAC social apuntan en esa dirección.

La Declaración de Buenos Aires, instrumento final del cónclave, reiteró el compromiso de todos “con el avance en la unidad e integración regional política, económica, social y cultural”. Los 111 puntos del documento sumados a las 11 declaraciones especiales configuran una sólida base de trabajo para avanzar correctamente hacia el futuro. 

Desde mi punto de vista, son de particular interés los puntos 92 y 93, así como el 98. Los dos primeros reconocen la “relevancia de intervenir de manera concertada y presentar iniciativas consensuadas en los distintos foros multilaterales”. Así, también la necesidad de: “Promover […] un mayor número de intervenciones conjuntas en todos los foros multilaterales en temas de interés común, convencidos de que ello contribuirá directamente a fortalecer el papel y liderazgo de la región en los organismos internacionales». La idea de avanzar hacia la construcción de un verdadero bloque regional de poder que nos muestre de esa forma ante el mundo le da carácter estratégico a esta declaración.

Por otra parte, el punto 98 señala: “Nos congratulamos por los avances logrados en materia de profundización del diálogo político de América Latina y el Caribe con los socios extrarregionales, entre los que se incluyen la Unión Europea, China, India, la Unión Africana y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)”. No sé si fue un olvido, una decisión consensuada o un gazapo necesario, pero ahí no aparece Estados Unidos por ninguna parte, marcando la clara disposición de la región de relacionarse con bloques de poder global que nos reconozcan en igualdad de condiciones. Tal vez sea simplemente la aceptación de que no existe “diálogo político” alguno con la potencia norteamericana o, que no es considerado un “socio extrarregional”.

Finalmente, tal como lo dijo el presidente Petro, hay que pasar de la retórica a las acciones y los hechos. Si la Declaración de Buenos Aires se cumpliera, todos los países de la región deberían regularizar su relación con Caracas, volviendo a la normalidad existente antes de que Obama y Trump se propusieran derrocar por la fuerza al Presidente Maduro. 

Desde mi perspectiva, el punto 104 referido a Venezuela, aunque es un avance, todavía es flojo en el reconocimiento del gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro.

Al final de este evento y de cara al futuro, con Martí podríamos preguntarnos  “¿Adónde va la América, y quién la junta y guía? Y con el apóstol de la independencia de Cuba responde: ”Sola, y como un solo pueblo, se levanta. Sola pelea. Vencerá, sola”.

Twitter: @sergioro0701

Un gran paso adelante, pero por ahora sólo uno 

Por Eduardo J. Vior publicado en TÉLAM y autorizado por el autor su publicación en Dossier Geopolitico

La VII cumbre de CELAC dio inicio a un nuevo ciclo de integración continental, mas sólo tendrá relevancia si la complementan otras acciones. 

La reunión de jefes de Estado, de gobierno y representantes de los 33 estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se realizó este 24 de enero en Buenos Aires marcó un hito en el proceso de unidad regional e indicó al mundo que Nuestra América quiere hablar en los foros internacionales con una sola voz y gobernarse a sí misma sin tutorías. Sin embargo, la continuidad y profundización del proceso de integración requerirá armonizar identidades e intereses contradictorios y utilizar diversos instrumentos a la vez. 

El documento final publicado el pasado martes declaró la región como una «zona de paz» y destacó su importancia mundial como principal productora y exportadora de alimentos. También dedicó apartados al cambio climático, a la estrategia sanitaria, la cooperación en materia ambiental, la ciencia, tecnología e innovación productiva, la infraestructura para la integración, los temas de género, juventudes, migraciones, discapacidad, educación, cultura, a la cooperación en materia espacial y nuclear y contiene secciones especiales sobre Haití, Cuba, Venezuela, Puerto Rico y Malvinas. 

En la declaración se brindó “el más fuerte apoyo regional al reclamo de la Argentina sobre las Malvinas”, se destacó “la importancia de la Hidrovía Paraguay-Paraná” y se reiteró el llamado “para poner un final al bloqueo contra Cuba”. El documento hace asimismo hincapié en la defensa de los recursos naturales y estratégicos, resalta la importancia de fomentar el diálogo entre las partes en Venezuela y reafirma el principio de no intervención e injerencia extranjera en los procesos políticos del continente.

La CELAC también manifestó su “preocupación, porque varios países de América Latina y el Caribe emergieron de la pandemia con mayores niveles de deuda pública” y subrayó “la necesidad de que las instituciones financieras regionales e internacionales, como los Bancos Multilaterales de Desarrollo, mejoren las facilidades crediticias”. Los miembros de la Comunidad coincidieron también “en que la desinformación en las redes sociales puede crear realidades paralelas e inducir a la radicalización política”, creando “una amenaza a los valores democráticos y al Estado de Derecho”. 

La cumbre finalizó el martes por la noche con la elección unánime del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, como presidente pro tempore del foro regional. Así, por primera vez en la historia del organismo fundado en 2011, un país pequeño –y, además, del Caribe- asume la presidencia temporaria.

Durante la reunión cumbre los 11 presidentes y primeros ministros presentes así como los demás delegados se dirigieron al pleno poniendo cada uno su acento. Mucho se trató en los medios de los últimos días sobre los discursos de los presidentes Alberto Fernández y Lula da Silva, sobre el exabrupto del presidente uruguayo, las referencias de Gastón Boric y Gustavo Petro a la crisis en Perú, así como sobre el video de Nicolás Maduro denunciando las agresiones contra su país.

Atención especial mereció asimismo el video del presidente chino Xi Jinping con el siguiente contenido: “La CELAC ya se ha convertido en una fuerza propulsora indispensable para la cooperación global Sur-Sur», dijo y añadió que «bajo el liderazgo de Argentina y otros países, la CELAC ha persistido en practicar el multilateralismo y jugado un papel importante en la defensa de la paz regional, el fomento del desarrollo compartido y la promoción de la integración regional». Xi detalló también que «China ha venido trabajando con América Latina y el Caribe para reforzar constantemente la construcción del Foro China-CELAC» y reconoció que «el mundo ha entrado en un nuevo período de turbulencias y transformaciones», por lo que «sólo con el fortalecimiento de la unidad y la cooperación podremos hacer frente común a los desafíos y superar juntos las dificultades coyunturales». 

Es esperable que la actuación de San Vicente al frente de la CELAC no se desarrolle en solitario. Ralph Gonsalves seguramente recibirá el apoyo de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y quizá también de los países del ALBA. El principal eje de su gestión se concentrará en torno al cambio climático, que origina frecuentes y cada vez más violentos huracanes en el Caribe.

Ya la misma realización de la cumbre ha sido un éxito hace pocos meses todavía impensable. Además han participado representantes de todos los países miembros, sin ausencia alguna. Por otra parte, la reincorporación de Brasil da al organismo un gran peso internacional. Ha sido un gran suceso, también, que la declaración final, de 111 puntos, haya sido adoptada unánimemente, con reparos parciales en sólo diez puntos. 

Bajo la presidencia de un país pequeño viene ahora la difícil implementación de lo acordado, sin que la Comunidad tenga organismos permanentes que la doten de ejecutividad. Asimismo se harán sentir las diferencias de intereses y objetivos entre los asociados, especialmente entre los tres más grandes. Argentina está interesada en el desarrollo de este foro regional, porque tiene una tradición diplomática y cultural de solidaridad latinoamericana que ahora se amplía al Caribe. En las mejores épocas de nuestra historia hemos complementado nuestras debilidades políticas y económicas con una poderosa diplomacia cultural, sindical y social que en momentos difíciles nos supo ganar la simpatía continental y que ahora es menester reimpulsar. 

Brasil, por el contrario, no tiene un interés “duro” en la integración con el Caribe y Mesoamérica, porque allí debe competir con México. Para su actual gobierno la prioridad continental está, por un lado, en el fortalecimiento del Mercosur, incorporando también a Bolivia, porque es el ámbito “natural” para los negocios de su gran industria. Por el otro lado, va a poner el acento en el resurgimiento de la Unasur como herramienta para la integración política del subcontinente que, espera, le servirá como apoyo para conseguir un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. 

México, a su vez, sólo tiene interés en CELAC, si le sirve para funcionar como bisagra entre la integración latinoamericana y caribeña y la de América del Norte, donde tiene su mercado principal. 

Parecidas puntualizaciones podrían hacerse sobre los intereses particulares de los demás miembros de la Comunidad. Ésta sólo puede desarrollarse como foro regional, si con acciones concretas se crea el interés de sus miembros en dialogar dentro del mismo. Con políticas específicas se puede generar más comunidad de intereses que con grandes cumbres o manifiestos universalistas. 

El desarrollo de CELAC es un aspecto importante de la integración continental, pero ésta supone utilizar instrumentos “duros” (económicos, políticos y militares) y “blandos” (culturales, deportivos, comunicacionales, educacionales, sanitarios y científico-tecnológicos) que requieren distinto tipo de organizaciones. La VII Cumbre de CELAC ha dado un gran paso hacia la integración continental, pero muchos más deben seguir. 

TELAM https://www.telam.com.ar/notas/202301/618405-cumbre-celac-opinion.html

En su visita al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el director de la CIA, William Burs, confirmó que, en algún momento no tan lejano, resultará más difícil conseguir ayuda de Washington para Kiev, ya que ha disminuido el apoyo a Ucrania entre los estadounidenses, y en especial, entre los partidarios del Partido Republicano.

AUDIO DE LA ENTREVISTA DE JAVIER BENITEZ A CARLOS PEREYRA MELE

Zelenski les ‘rompe la chanchita’

Es como si Zelenski hubiera agarrado a todos los lideres occidentales de los tobillos cabeza abajo, y los haya sacudido para que cayera hasta la última moneda de sus bolsillos. Diciéndolo en términos de YouTuber, Zelenski los ha desmonetizado a todos, sin contemplaciones.

Algo que ha quedado constatado con la más reciente visita a Ucrania de William Burns, el director de la CIA, según cita The Washington Post a fuentes familiarizadas con el asunto. El medio informa que en el encuentro que mantuvo Burns con el mandatario ucraniano, tenía previsto hablar sobre los posibles pasos que Rusia daría en las próximas semanas y meses como parte de la operación militar especial.

En este sentido, discutieron sobre por cuánto tiempo podrá Kiev recibir la ayuda militar de Occidente, ya que ha disminuido el apoyo a Ucrania entre los estadounidenses, y en particular, entre los partidarios del Partido Republicano, que quieren reducir los gastos de la asistencia a Kiev tras asumir el control de la Cámara de Representantes.

Confirmado

Así, Burns confirmó que, en algún momento, para Ucrania resultará más difícil conseguir ayuda de EEUU. O sea, Occidente ha roto todas sus chanchitas en nombre de Zelenski, quien está cumpliendo con éxito su campaña de desmonetización de Occidente.

«La visita de Burns a Ucrania […] le ha venido a decir: «el apoyo comienza a caer, el apoyo comienza a reducirse», observa al respecto el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

Algo que no es totalmente ilógico, añade el analista, al indicar que toda Europa comienza también a resquebrajarse en el apoyo de poner dinero en un pozo negro, sin fondo, y si saber en qué se están usando muchísimos de esos fondos, que pasan a formar parte de fortunas personales de muchos funcionarios del régimen de Kiev», concluye Carlos Pereyra Mele.

«CUANDO LAS PERIFERIAS EMPIEZAN A MARCAR EL RUMBO DEL GLOBO»

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA; ESPACIO DE REFLEXIÓN CRITICA Y ESTRATÉGICA PROYECTO PATRIA (PERÚ), Y LA CADENA INTERNACIONAL DE TELEVISIÓN ASIA-TV (ARGENTINA), LE ESTÁN INVITANDO A LA VIGÉSIMO SEXTA CONFERENCIA DEL PRIMER CICLO SOBRE GEOPOLÍTICA 2022-2023

MIRANDO LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL DEL SIGLO XXI

DISERTANTE: Lic. Carlos Alberto Pereyra Mele; destacado politólogo y analista geopolítico, Director del prestigioso e internacionalmente reconocido tanque de pensamiento sudamericano, Dossier Geopolítico (Argentina). Asiduo invitado como disertante por la Escuela Superior de Guerra de Ejercito del Perú (ESGE).

El trabajo duro comienza ahora. Bienvenidos al Nuevo Gran Juego de la ruptura Pepe Escobar  7 de enero Fundación de la Cultura Estratégica

2023 comienza con la OTAN colectiva en modo Absolutely Freak Out cuando el ministro de Defensa ruso, Shoigu, anuncia que la fragata de la Armada rusa, el almirante Gorshkov, ahora está de gira , con un conjunto de tarjetas de presentación hipersónicas del Sr. Zircon.

La gira de negocios abarcará el Atlántico y el Océano Índico, y por supuesto incluirá el Mediterráneo, el antiguo Mare Nostrum del Imperio Romano. El Sr. Zircon al acecho no tiene absolutamente nada que ver con la guerra en Ucrania: es una señal de lo que sucede después cuando se trata de freír peces mucho más grandes que un grupo de psicópatas de Kiev.

El final de 2022 selló la fritura del Gran Pescado de Negociación de Ucrania. Ahora se ha servido en un plato caliente y se ha digerido por completo. Moscú ha dejado dolorosamente en claro que no hay motivo alguno para confiar en la superpotencia en declive «capaz de no llegar a un acuerdo».

Así que incluso los taxistas en Dacca ahora están apostando a cuándo comenzará la tan cacareada “ofensiva de invierno” y hasta dónde llegará. El camino que tiene por delante el general Armageddon es claro: desmilitarización total y deselectrificación con esteroides, completa con la trituración de masas de ucranianos al menor costo posible para las Fuerzas Armadas Rusas en Donbass hasta que los psicópatas de Kiev supliquen clemencia. O no.

Otro gran pescado frito en un plato caliente a fines de 2022 fue el Acuerdo de Minsk de 2014. El cocinero no era otro que la ex canciller Merkel (“un intento de ganar tiempo para Ucrania”). Lo que está implícito no es exactamente la pistola humeante: la estrategia del combo straussiano/neoconservador y neoliberal-conservador a cargo de la política exterior de EE. UU., desde el principio, fue desatar una Guerra Eterna, por poder, contra Rusia.

Merkel pudo haber estado tramando algo diciéndoles a los rusos, en su cara, que mintió como la cripto soprano Mike Pompeo, y luego mintió una y otra vez, durante años. Eso no es vergonzoso para Moscú, sino para Berlín: otra demostración gráfica más de vasallaje total al Imperio.

La respuesta de la encarnación contemporánea de Mercurio, Maria Zakharova del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, fue igualmente intrigante: la confesión de Merkel podría usarse como una razón específica, y evidencia, para que un tribunal juzgue a los políticos occidentales responsables de provocar la guerra de poder entre Rusia y Ucrania.

Obviamente, nadie lo confirmará en el registro. Pero todo esto podría ser parte de un acuerdo secreto entre Rusia y Alemania en desarrollo, que llevaría a Alemania a restaurar al menos parte de su soberanía.

Hora de freír el pescado de la OTAN

Mientras tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso, Dmitry Medvedev, disfrutando visiblemente de su encarnación totalmente desconectada, amplió la saga Fried Negotiation Fish. “Última advertencia a todas las naciones”, como lo enmarcó: 

“no puede haber negocios con el mundo anglosajón porque es un ladrón, un estafador, un tahúr que puede hacer cualquier cosa… De ahora en adelante vamos a prescindir de ellos hasta que una nueva generación de políticos sensatos llegue al poder… No hay nadie en Occidente con quien podamos tratar sobre cualquier cosa por cualquier motivo”.

Medvedev, significativamente, recitó más o menos el mismo guión, en persona, a Xi Jinping en Beijing, días antes del zoom para acabar con todos los zooms -entre Xi y Putin- que funcionó como una especie de cierre informal de 2022, con la Asociación Estratégica de China y Rusia perfectamente sincronizada.

En el frente de guerra, el nuevo ritmo ofensivo del General Armageddon está destinado a conducir en los próximos meses a un hecho indiscutible sobre el terreno: una división entre un agujero negro disfuncional o la grupa de Ucrania en el oeste y Novorossiya en el este.

Incluso el FMI ahora es reacio a arrojar fondos adicionales al agujero negro. El presupuesto de Kiev para 2023 tiene un déficit, poco realista, de 36.000 millones de dólares. La mitad del presupuesto está relacionado con el ejército. El déficit real en 2022 rondaba los 5.000 millones de dólares al mes, e inevitablemente se disparará.

Tymofiy Mylovanov, profesor de la Escuela de Economía de Kiev, se le ocurrió un aullido: el FMI está preocupado por la «sostenibilidad de la deuda» de Ucrania. Agregó, “si hasta el FMI está preocupado, imagínese lo que están pensando los inversionistas privados”. No habrá «inversión» en la grupa de Ucrania. Los buitres multinacionales se apoderarán de la tierra a cambio de nada y de los insignificantes activos productivos que puedan quedar.

Podría decirse que el pescado más grande que se fríe en 2023 es el mito de la OTAN. Todos los analistas militares serios, incluidos algunos estadounidenses, saben que el ejército ruso y su complejo industrial militar representan un sistema superior al que existía al final de la URSS, y muy superior al de los EE. UU. y el resto de la OTAN en la actualidad.

El golpe final al estilo de Mackinder a una posible alianza entre Alemania (UE), Rusia y China, que es lo que realmente está detrás de la guerra de poder de EE. UU. en Ucrania, no está procediendo de acuerdo con el sueño húmedo de Strauss.

Saddam Hussein, antiguo vasallo imperial, cambió de régimen porque quería pasar por alto el petrodólar. Ahora tenemos el inevitable aumento del petroyuan, “en tres a cinco años”, como anunció Xi Jinping en Riyadh: simplemente no se puede evitar con Shock’n Awe en Beijing.

En 2008, Rusia se embarcó en una reconstrucción masiva de las fuerzas de misiles y un plan de 14 años para modernizar las fuerzas armadas terrestres. El Sr. Zircon presentando su tarjeta de presentación hipersónica en el Mare Nostrum es solo una pequeña parte del panorama general.

El mito del poder estadounidense

La CIA abandonó Afganistán en una retirada humillante, incluso abandonando la venta de heroína, sólo para trasladarse a Ucrania y seguir reproduciendo los mismos viejos discos rotos. La CIA está detrás del sabotaje en curso de la infraestructura rusa, junto con el MI6 y otros. Tarde o temprano habrá retroceso.

Pocas personas, incluidos los agentes de la CIA, pueden saber que la ciudad de Nueva York, por ejemplo, puede ser destruida con un solo movimiento: volar el puente George Washington. La ciudad no puede abastecerse de alimentos y la mayoría de sus necesidades sin el puente. La red eléctrica de la ciudad de Nueva York puede destruirse si se derriban los controles centrales; volver a armarlo podría llevar un año.

Incluso atravesada por infinitas capas de niebla de guerra, la situación actual en Ucrania sigue siendo una escaramuza. La verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía. Podría, pronto.

Aparte de Ucrania y Polonia, no hay ninguna fuerza de la OTAN que valga la pena mencionar. Alemania tiene un suministro irrisorio de municiones para dos días. Turquía no enviará un solo soldado para luchar contra los rusos en Ucrania.

De las 80.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa, solo el 10% están armadas. Recientemente se agregaron 20,000, no es gran cosa. Si los estadounidenses activaran sus tropas en Europa -algo bastante ridículo en sí mismo- no tendrían ningún lugar para desembarcar suministros o refuerzos. Todos los aeropuertos y puertos marítimos serían destruidos por misiles hipersónicos rusos en cuestión de minutos, tanto en Europa continental como en el Reino Unido.

Además, todos los centros de combustible como Rotterdam para petróleo y gas natural serían destruidos, así como todas las instalaciones militares, incluidas las principales bases estadounidenses en Europa: Grafenwöhr, Hohenfels, Ramstein, Baumholder, Vilseck, Spangdahlem y Wiesbaden en Alemania (por Ejército y Fuerza Aérea); Base Aérea de Aviano en Italia; la base aérea de Lajes en las islas Azores de Portugal; Estación Naval de Rota en España; la base aérea de Incirlik en Turquía; y las estaciones de la Royal Air Force Lakenheath y Mildenhall en el Reino Unido.

Todos los aviones de combate y bombarderos serían destruidos, después de que aterricen o mientras aterrizan: no habría lugar para aterrizar excepto en la autopista, donde serían presa fácil.

Los misiles Patriot no valen nada, como vio todo el Sur Global en Arabia Saudita cuando intentaron derribar los misiles Houthi provenientes de Yemen

La Cúpula de Hierro de Israel ni siquiera puede derribar todos los misiles primitivos que vienen de Gaza.

El poder militar estadounidense es el mito supremo de la variedad de pescado para freír. Esencialmente, se esconden detrás de representantes, como las Fuerzas Armadas de Ucrania. Las fuerzas de EE.UU. son inútiles excepto en tiros de pavo como en Irak en 1991 y 2003, contra un oponente discapacitado en medio del desierto sin cobertura aérea. Y nunca olvides cómo la OTAN fue completamente humillada por los talibanes.

El último punto de ruptura

2022 puso fin a una era: el punto de ruptura final del “orden internacional basado en reglas” establecido tras la caída de la URSS

El Imperio entró en Desperation Row, tirando todo y el fregadero de la cocina (guerra de poder contra Ucrania, AUKUS, histeria de Taiwán) para desmantelar la configuración que crearon allá por 1991.

El retroceso de la globalización está siendo implementado por el propio Imperio. Eso va desde robarle el mercado energético de la UE a Rusia para que los desventurados vasallos compren energía ultra cara de EE. UU. hasta destrozar toda la cadena de suministro de semiconductores, reconstruyéndola por la fuerza a su alrededor para “aislar” a China.

La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania es solo un engranaje en la rueda del Nuevo Gran Juego. Para el Sur Global, lo que realmente importa es cómo Eurasia, y más allá, están coordinando su proceso de integración, desde BRI hasta la expansión BRICS+, desde SCO hasta INSTC, desde OPEP+ hasta Greater Eurasia Partnership.

Volvemos a cómo era el mundo en 1914, o antes de 1939, solo que en un sentido limitado. Hay una plétora de naciones que luchan por expandir su influencia, pero todas ellas apuestan por la multipolaridad, o “modernización pacífica”, como la acuñó Xi Jinping, y no por las guerras eternas: China, Rusia, India, Irán, Indonesia y otros.

Así que adiós 1991-2022. El trabajo duro comienza ahora. Bienvenido al Nuevo Gran Juego en crack.

GEOPOLITICA – Mientras distraemos demasiado nuestra atención en la agresividad y la histeria del «occidente colectivo» fruto de su esterilidad e impotencia para detener su decadencia «inexorable», no alcanzamos a visualizar en plenitud el Nuevo Gran Juego que se despliega en Eurasia que apuntala una integración comercial y económica dinamizada por una conectividad alucinante, que ya repercute en el Sur Global, y da el formato del nuevo mundo multipolar. El «occidente colectivo» en su ceguera producto de la soberbia y una pretendida e imaginaria «superioridad civilizatoria» no alcanza a ver y menos entender en su magnitud este tectónico cambio de época que lo desafía, y solo atina a darle una respuesta violenta y de «clausura» que resulta inútil, inservible y estéril. M.A.Mitre Dossier Geopolitico

PORQUE BRI ESTÁ DE VUELTA CON FUERZA EN 2023

A medida que la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Beijing entra en su décimo año, una sólida asociación geoestratégica chino-rusa ha revitalizado la BRI en todo el Sur Global. Pepe Escobar 6 de enero The Cradle

El año 2022 terminó con una llamada de Zoom para finalizar todas las llamadas de Zoom: los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping discutieron todos los aspectos de la asociación estratégica entre Rusia y China en una videollamada exclusiva.

Putin le dijo a Xi cómo “Rusia y China lograron asegurar tasas de crecimiento récord en el comercio mutuo”, lo que significa que “podremos alcanzar nuestro objetivo de $200 mil millones para 2024 antes de lo previsto”.

Sobre su coordinación para “formar un orden mundial justo basado en el derecho internacional”, Putin enfatizó que “compartimos los mismos puntos de vista sobre las causas, el curso y la lógica de la transformación en curso del panorama geopolítico global”.

Frente a “presiones y provocaciones sin precedentes de Occidente”, Putin señaló que Rusia y China no solo defienden sus propios intereses “sino también a todos aquellos que defienden un orden mundial verdaderamente democrático y el derecho de los países a determinar libremente su propio destino”.

Anteriormente, Xi había anunciado que Beijing celebrará el 3er Foro de la Franja y la Ruta en 2023. Esto ha sido confirmado, extraoficialmente, por fuentes diplomáticas. El foro se diseñó inicialmente para ser bianual, primero en 2017 y luego en 2019. 2021 no sucedió debido a Covid-19.

El regreso del foro señala no solo un impulso renovado, sino un hito extremadamente significativo ya que la Iniciativa Belt and Road (BRI), lanzada en Astana y luego en Yakarta en 2013, celebrará su décimo aniversario.

BRI versión 2.0

Eso marcó la pauta para 2023 en todo el espectro geopolítico y geoeconómico. Paralelamente a su amplitud y alcance geoeconómico, BRI se ha concebido como el concepto general de política exterior de China hasta mediados de siglo. Ahora es el momento de ajustar las cosas. Los proyectos BRI 2.0, a lo largo de sus varios corredores de conectividad, seguramente se redimensionarán para adaptarse al entorno posterior a Covid, las repercusiones de la guerra en Ucrania y un mundo profundamente endeudado.

Y luego está el entrelazamiento de la unidad de conectividad a través de BRI con la unidad de conectividad a través del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur (INTSC), cuyos principales actores son Rusia, Irán e India.

Ampliando el impulso geoeconómico de la asociación Rusia-China como lo discutieron Putin y Xi, el hecho de que Rusia, China, Irán e India están desarrollando asociaciones comerciales entrelazadas debería establecer que los miembros de BRICS Rusia, India y China, más Irán como uno de los próximos miembros del BRICS+ ampliado son los ‘Quad’ que realmente importan en Eurasia.

El nuevo Comité Permanente del Politburó en Beijing, que está totalmente alineado con las prioridades de Xi, se centrará profundamente en consolidar esferas concéntricas de influencia geoeconómica en todo el Sur Global.

Cómo juega China la ‘ambigüedad estratégica’

Esto no tiene nada que ver con el equilibrio de poder, que es un concepto occidental que, además, no conecta con los cinco milenios de historia de China. Tampoco se trata de otra inflexión de la “unidad del centro”, la representación geopolítica según la cual ninguna nación puede amenazar al centro, China, mientras sea capaz de mantener el orden.

Estos factores culturales que en el pasado pudieron haber impedido que China aceptara una alianza bajo el concepto de paridad ahora se han desvanecido cuando se trata de la asociación estratégica Rusia-China.

En febrero de 2022, días antes de los eventos que llevaron a la Operación Militar Especial (SMO) de Rusia en Ucrania, Putin y Xi, en persona, habían anunciado que su asociación «no tenía límites», incluso si tienen diferentes enfoques sobre cómo Moscú debería  lidiar con un Kiev letalmente instrumentalizado por Occidente para amenazar a Rusia.

En pocas palabras: Pekín no «abandonará» a Moscú por culpa de Ucrania, por mucho que no muestre abiertamente su apoyo. Los chinos están jugando su propia interpretación sutil de lo que los rusos definen como «ambigüedad estratégica».

En Asia Occidental, los proyectos BRI avanzarán especialmente rápido en Irán, como parte del acuerdo de 25 años firmado entre Beijing y Teherán y la desaparición definitiva del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) -o acuerdo nuclear de Irán- que se traducirá en ninguna inversión europea en la economía iraní.

Irán no solo es socio de BRI, sino también miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO). Ha cerrado un acuerdo de libre comercio con la Unión Económica de Eurasia (UEEA), que consta de los estados post soviéticos de Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán.

E Irán es, hoy en día, posiblemente el interconector clave del INSTC, abriendo el Océano Índico y más allá, interconectando no solo con Rusia e India sino también con China, el sudeste asiático e incluso, potencialmente, Europa, suponiendo que el liderazgo de la UE algún día ver hacia dónde sopla el viento.

Así que aquí tenemos a Irán fuertemente sancionado por Estados Unidos que se beneficia simultáneamente de BRI, INSTC y el acuerdo de libre comercio de UEEA. Los tres miembros críticos de los BRICS (India, China, Rusia) estarán especialmente interesados ​​en el desarrollo del corredor de tránsito transiraní, que resulta ser la ruta más corta entre la mayor parte de la UE y el sur y sudeste de Asia, y proporcionará una ruta más rápida, transporte más barato.

Agregue a esto el innovador corredor de energía eléctrica Rusia-Transcaucasia-Irán planificado, que podría convertirse en el enlace de conectividad definitivo capaz de romper el antagonismo entre Azerbaiyán y Armenia.

En el mundo árabe, Xi ya ha reorganizado el tablero de ajedrez. El viaje de diciembre de Xi a Arabia Saudita  debería ser el modelo diplomático sobre cómo establecer rápidamente un quid pro quo posmoderno entre dos civilizaciones antiguas y orgullosas para facilitar el renacimiento de la Nueva Ruta de la Seda.

El ascenso del Petroyuan

Es posible que Beijing haya perdido grandes mercados de exportación dentro del oeste colectivo, por lo que se necesitaba un reemplazo. Los líderes árabes que se alinearon en Riad para reunirse con Xi vieron diez mil cuchillos afilados (occidentales) que se acercaban repentinamente y calcularon que era hora de lograr un nuevo equilibrio.

Eso significa, entre otras cosas, que el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman (MbS) ha adoptado una agenda más multipolar: no más armamento al yihadismo salafista en Eurasia, y una puerta abierta a la asociación estratégica entre Rusia y China. La arrogancia golpea con fuerza el corazón del Hegemón.

El estratega de Credit Suisse, Zoltan Pozsar, en dos llamativos boletines sucesivos, titulados War and Commodity Encumbrance Guerra y Gravamen de Mercancias 27 de diciembre) y War and Currency Statecraft ( El arte de gobernar sobre la guerra y la economía 29 de diciembre), señaló la escritura en la pared.

Pozsar entendió completamente lo que Xi quiso decir cuando dijo que China está “lista para trabajar con el CCG (Consejo de Cooperación del Golfo)” para establecer un “nuevo paradigma de cooperación energética multidimensional” dentro de un plazo de “tres a cinco años”.

China continuará importando una gran cantidad de crudo, a largo plazo, de las naciones del CCG y mucho más gas natural licuado (GNL). Beijing “fortalecerá nuestra cooperación en el sector upstream, servicios de ingeniería, así como almacenamiento, transporte y refinería [downstream]. La plataforma de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái se utilizará en su totalidad para la liquidación de RMB (renminbi)en el comercio de petróleo y gas… y podríamos comenzar la cooperación de intercambio de divisas».

Pozsar lo resumió todo así: «Petróleo del CCG que fluye hacia el este + facturación en renminbi = el amanecer del petroyuan».

Y no solo eso. Paralelamente, el BRI recibe un impulso renovado, porque el modelo anterior -petróleo para armas- será reemplazado por petróleo para el desarrollo sostenible (construcción de fábricas, nuevas oportunidades de trabajo).

Y así es como BRI cumple con la Visión 2030 de MbS.

Aparte de Michael Hudson, Poszar puede ser el único analista económico occidental que entiende el cambio global en el poder: «El orden mundial multipolar», dice, «no lo están construyendo los jefes de estado del G7 sino el ‘G7 del Este’ (los jefes de Estado de los BRICS), que en realidad es un G5”. Debido al movimiento hacia un BRICS+ ampliado, se tomó la libertad de redondear el número.

Y las potencias mundiales en ascenso también saben cómo equilibrar sus relaciones. En Asia occidental, China está jugando con líneas ligeramente diferentes de la misma estrategia comercial/de conectividad BRI, una para Irán y otra para las monarquías del Golfo Pérsico.

La Asociación Estratégica Integral de China con Irán es un acuerdo de 25 años en virtud del cual China invierte $400 mil millones en la economía de Irán a cambio de un suministro constante de petróleo iraní con un gran descuento. Durante su cumbre con el CCG, Xi enfatizó las “inversiones en proyectos petroquímicos, fabricación e infraestructura aguas abajo” a cambio de pagar la energía en yuanes.

Cómo jugar el Nuevo Gran Juego

BRI 2.0 también estaba en marcha durante una serie de cumbres del sudeste asiático en noviembre. Cuando Xi se reunió con el primer ministro tailandés, Prayut Chan-o-cha, en la Cumbre de APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) en Bangkok, se comprometieron a conectar finalmente el ferrocarril de alta velocidad China-Laos en funcionamiento con el sistema ferroviario tailandés. Este es un proyecto de 600 km de largo, que unirá Bangkok con Nong Khai en la frontera con Laos, y se completará en 2028.

Y en un impulso adicional de BRI, Beijing y Bangkok acordaron coordinar el desarrollo de la Gran Área de la Bahía Shenzhen-Zhuhai-Hong Kong de China y el delta del río Yangtze con el Corredor Económico Oriental (EEC) de Tailandia.

A largo plazo, China pretende esencialmente replicar en Asia Occidental su estrategia en todo el Sudeste Asiático. Beijing comercia más con la ASEAN que con Europa o Estados Unidos. El continuo y doloroso choque a cámara lenta del oeste colectivo puede agitar algunas plumas en una civilización que ha visto, desde lejos, el ascenso y la caída de griegos, romanos, partos, árabes, otomanos, españoles, holandeses y británicos. Después de todo, el Hegemón es solo el último de una larga lista.

En términos prácticos, los proyectos BRI 2.0 ahora estarán sujetos a un mayor escrutinio: este será el final de las propuestas poco prácticas y los costos irrecuperables, con líneas de vida extendidas a una variedad de naciones en dificultades por la deuda. BRI se ubicará en el corazón de la expansión BRICS+, basándose en un panel de consulta en mayo de 2022 al que asistieron ministros de Relaciones Exteriores y representantes de América del Sur,  África  y  Asia que mostró, en la práctica, la gama global de posibles países candidatos.

Implicaciones para el Sur Global

El nuevo mandato de Xi del 20º  Congreso del Partido Comunista ha señalado la institucionalización irreversible de BRI, que resulta ser su política característica. El Sur Global está sacando conclusiones serias rápidamente, especialmente en contraste con la flagrante politización del  G20  que fue visible en su cumbre de noviembre en Bali.

Entonces, Poszar es una joya rara: un analista occidental que entiende que los BRICS son el nuevo G5 que importa y que están liderando el camino hacia BRICS+. También entiende que el Quad que realmente importa son los tres principales BRICS-más-Irán.

El desacoplamiento agudo de la cadena de suministro, el crescendo de la histeria occidental sobre la posición de Beijing sobre la guerra en Ucrania y los serios reveses en las inversiones chinas en el oeste juegan en el desarrollo de BRI 2.0. Beijing se centrará simultáneamente en varios nodos del Sur Global, especialmente en los vecinos de la ASEAN y en toda Eurasia.

Piense, por ejemplo, en el ferrocarril de alta velocidad Yakarta-Bandung financiado por Beijing, el primero del sudeste asiático: un proyecto BRI que se abre este año cuando Indonesia alberga la presidencia rotatoria de la ASEAN. China también está construyendo el East Coast Rail Link en  Malasia  y ha renovado las negociaciones con  Filipinas para tres proyectos ferroviarios.

Luego están las interconexiones superpuestas. La UEEA cerrará un acuerdo de zona de libre comercio con Tailandia. Al margen del épico regreso de Luiz Inácio Lula da Silva al poder en Brasil, el pasado domingo, funcionarios de Irán y Arabia Saudita se reunieron entre sonrisas para discutir –qué más– BRICS+. Excelente elección de sede: Brasil es considerado por prácticamente todos los actores geopolíticos como un territorio neutral principal.

Desde el punto de vista de Beijing, lo que está en juego no podría ser mayor, ya que el impulso detrás de BRI 2.0 en todo el Sur Global es no permitir que China dependa de los mercados occidentales. La evidencia de esto está en su enfoque combinado hacia Irán y el mundo árabe.

La pérdida simultánea de la demanda de los mercados de EE. UU. y la UE por parte de China puede terminar siendo solo un bache en el camino (multipolar), incluso cuando la caída del occidente colectivo puede parecer sospechosamente programada para derribar a China.

El año 2023 continuará con China jugando el Nuevo Gran Juego en lo más profundo, creando una globalización 2.0 que está respaldada institucionalmente por una red que abarca BRI, BRICS+, OCS, y con la ayuda de su socio estratégico ruso, UEEA y OPEP+ también. No es de extrañar que los sospechosos habituales estén aturdidos y confundidos.