15 años promoviendo semanalmente la Geopolitica; Análisis Radial Semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el Programa: el Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

AUDIO:

La columna radial de esta semana del Club de la Pluma, que presenta el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, realiza un profundo análisis de la NUEVA DERROTA MILITAR DE EEUU EN AFGANISTÁN puesta en evidencia por el reciente repliegue de la tropas norteamericanas en ese país y que confirma lo adelantado por el politólogo hace unas pocas semanas.

Y nos recuerda que este fracaso del país más armado del mundo, coincide con el 46º aniversario de otra terrible vergüenza bélica de Estados Unidos: LA DERROTA EN LA GUERRA DE VIETNAM, y nos hace un análisis sobre aquel enorme fracaso, del que recuerda y precisa hechos, fechas y detalles del escarmiento histórico dado por un pueblo tercer mundista al todo poderoso mundo Occidental y Cristiano y que tan penosas consecuencias sociales, culturales y económicas provocó en la vida interna de EEUU.

La derrota de USA en Vietnam hace 46 años

Además describe la figura legendaria del general vencedor Võ Nguyên Giáp, y habla de las disputas coloniales entre Francia y EEUU en la región, de las tropas regulares y de las milicias, del conflicto asimétrico que se lo puso difícil al imperio. Y destaca el sacrificio, la convicción y el duro precio pagado por el pueblo vietnamita durante 10 años para expulsar al invasor. Un relato emocionante, sobrecogedor y didáctico de una gesta popular.

Y 46 años después, la historia se repite en Afganistán por lo que nuestro director señala el derrumbe de la “Doctrina de Guerra Infinita” implantada en 2001 por Bush y de la amenaza fallida del “Nunca más habrá paz en el mundo y que EEUU decidiría siempre dónde y cuando habría guerras.” Sin embargo, 20 años después, EEUU y la OTAN sufren el fracaso mientras miles de soldados abandonan el país, mientras los Talibanes, el enemigo a batir, la causa de la invasión, ya se hacen con el territorio de Afganistán, tal cual también lo adelantó esta Columna Radial.

Y ese escenario le sirve a nuestro analista para explicar porqué Afganistán es la tumba de los imperios. Quizás por el clima, por la geografía, por las montañas y sus cuevas, y por el espíritu de lucha incansable de sus habitantes. Y nos hace un repaso histórico de esas gestas contra estados militares muy superiores

Seguidamente se sumerge en la estrategia de “Las Bombas del Tiempo” usada por el imperio Anglosajón cuando abandona un país ocupado dejando conflictos programados. Nos explica en qué consiste esa maniobra, los escenarios donde se pusieron en práctica y las desbastadoras consecuencias sufridas. Y se pregunta si otra vez la crueldad occidental dejará armada una nueva trampa siniestra para la región.

Continúa el programa desmenuzando el costo de la invasión desde  todos los perfiles, bomba subsuelo incluida. Y se pregunta del destino de esa gigantesca maquinaria de guerra que ha sido obligada a detenerse. Una realidad tremenda que consolida la derrota de EEUU, justo cuando los Talibanes acaban de efectuar un ataque terrorista a modo de festejo. Y mientras EEUU abandona un país arrasado, con miles de muertos, millares de heridos, poblaciones desplazadas, daños irreparables, e incontables desgracias más. Un terrible legado del mundo “occidental y cristiano”, que su prensa oculta y manipula

Y cierra la columna comentando el futuro que le espera a este país. Y de un fatalismo que hace sospechar que los derrotados y sus aliados, han sembrado muchos huevos de serpientes para envenenar la recuperación de esa gente que tiene muy difícil volver a la situación anterior a la agresión norteamericana, luego de demostrar una voluntad de hierro, un espíritu combativo, más la inventiva y los accidentes geográficos, para seguir siendo LA  TUMBA DE LOS IMPERIOS.

Eduardo Bonugli (Madrid, España)

Escrito por Leonid Savin

El informe Global Trends 2040 [del National Intelligence Council de los EEUU] dice que la demografía será el factor más importante en todos los procesos geopolíticos a nivel mundial. Según esto, podemos decir que “las tendencias que dominarán durante los próximos 20 años girarán en torno a los importantes cambios demográficos que se producirán debido al crecimiento de la población mundial y la desacelera o rápido envejecimiento de la misma. Ciertos países desarrollados o en proceso de desarrollo, sobre todo en Europa y Asia oriental, enfrentarán un rápido envejecimiento de la población y esto disminuirá su crecimiento económico. Sin embargo, países que están experimentando un proceso de desarrollo tanto en América Latina como el Sur de Asia, el Medio Oriente y el Norte de África crecerán gracias al aumento de la población que alcanza la edad laboral, lo que ofrecerá muchas oportunidades nuevas gracias al crecimiento demográfico que se verá acompañado de mejoras en la infraestructura y el índice de desarrollo humano.

“El desarrollo humano, incluida la salud, la educación y el bienestar de la población, ha mejorado históricamente en todas partes a lo largo de las últimas décadas. En ese caso, muchos países lucharán por continuar desarrollando o manteniendo los logros que han alcanzado. Las mejoras que han alcanzado estos países están centradas principalmente en la salud, la educación y la reducción de la pobreza, pero el resto de los índices de desarrollo son cada vez más complejos y, debido a la pandemia del COVID-19, se producirá un crecimiento económico mundial muchísimo más lento, sumado al envejecimiento de la población y el impacto negativo de los conflictos militares y el cambio climático.

Todos estos factores comenzarán a afectar a los distintos gobiernos que buscan consolidar políticas educativas, además de la mejora de su infraestructura con el objetivo de aumentar la productividad económica de su creciente clase media urbana durante este siglo XXI. En la medida en que los países hagan frente a estos desafíos o fracasen en conseguir sus objetivos, las cambiantes tendencias demográficas mundiales exacerbarán las desigualdades y las oportunidades económicas que se creen, tanto dentro como fuera de los Estados nacionales, durante las dos próximas décadas que vienen. Todo esto creará una gran presión sobre muchos gobiernos y causará una gran migración”.

El informe dedica toda una sección únicamente al problema del coronavirus. Según los autores de este documento el coronavirus causa bastantes incertidumbres a nivel económico, administrativo y tecnológico. Las consecuencias que dejará esta epidemia se sentirán en el futuro. El informe también dice que otros organismos de evaluación han predicho el surgimiento potencial de nuevas enfermedades y la posibilidad de que aparezcan otras pandemias. No obstante, no se hace un análisis integral de las causas que llevaron a la propagación del COVID-19 y el impacto que este último tuvo en la sociedad.

“Podemos decir que la pandemia ha causado: 1) la caída de la economía debido a la cuarentena y el cierre de fronteras; 2) el auge del nacionalismo y la polarización; 3) el aumento de la desigualdad; 4) el debilitamiento de la confianza en los gobiernos; 5) el quiebre y la impotencia de los organismos internacionales, como por ejemplo la ONU y la OMS; 6) el crecimiento de los actores no gubernamentales.

Todo lo anterior lleva a los autores a decir que:

“En un mundo lleno de conflictos, donde las comunidades se encuentren cada vez más fragmentadas, las personas empezaran a buscar refugio en grupos que tengan ideas parecidas, creando o manteniendo identidades que les ayuden a mantener su cohesión; mientras tanto, los Estados democráticos o autoritarios comenzaran a luchar con tal de satisfacer las necesidades y expectativas de sus poblaciones cada vez más conectadas y urbanizadas; el sistema internacional será muy competitivo debido a los desafíos que implica el crecimiento económico chino, lo que causará un mayor riesgo de que se inicien conflictos, especialmente si tenemos en cuenta que los Estados y los actores no estatales empezarán a forjar nuevas formas de poder que irán socavando las normas y las instituciones que hoy en día existen, siendo estas las que han salvaguardado la estabilidad internacional en las últimas décadas. Sin embargo, la dinámica que está siguiendo el mundo de hoy no es fija y por eso el informe contempla muchos posibles escenarios para el 2040, desde el resurgimiento de las democracias hasta la transformación de la cooperación internacional debido a la actual tragedia. El cumplimiento o no de estos escenarios depende de la interacción y las dinámicas internas que los seres humanos elijan seguir” …

El informe plantea cinco escenarios futuros donde se toma en consideración desafíos globales que van desde el cambio climático y las enfermedades hasta crisis financieras y desastres provocados por el hombre que se producirán en prácticamente todas las regiones y países del mundo, mientras que su intensidad no hará sino aumentar. El continuo crecimiento de la migración, que aumentó en una cantidad de cien millones desde el 2000 hasta el 2020, afectará tanto a los países desde donde salen los migrantes como a los países que los reciben. Los mecanismos de seguridad nacional de todos los Estados deberán adaptarse a los cambios que la migración va a provocar. La fragmentación mundial afectará a las sociedades, los Estados y el sistema internacional. Los seres humanos terminarán por dividirse en diferentes grupos a pesar de encontrarse cada vez más interconectados por la tecnología. El criterio que seguirá este proceso de fragmentación estará determinado por las ideas, creencias y la forma en que se comprende la verdad.

“Todo ello conducirá a varios desequilibrios. El sistema internacional será incapaz de responder a semejantes desafíos. Comenzará a ampliarse cada vez más la brecha, al interior de las fronteras nacionales, entre las demandas de la gente y la capacidad que tienen tanto los gobiernos como las corporaciones para satisfacer estas necesidades. Esto conducirá a un aumento de las protestas callejeras en ciudades tan distantes entre sí como lo son Beirut, Bruselas o Bogotá. Se intensificarán toda clase de protestas y ello conllevará un aumento de las tensiones. La política será muy contradictoria dentro de los Estados nacionales, mientras que en el ámbito del sistema internacional China desafiará a los Estados Unidos y el mundo creado por Occidente. Ser capaz de adaptarse a todo esto será una de las grandes virtudes que deberán practicar todas las fuerzas seguir siendo relevantes a nivel mundial.

Deberá tomarse en cuenta toda clase de variables, que van desde la tecnología hasta la política demográfica, con tal crear estrategias que permitan mejorar la economía. Los países que consigan mantener el consenso social y conseguir la confianza de sus poblaciones tendrán su futuro asegurado. El contorno futuro del mundo será determinado, según los autores, por quienes tomen en cuenta parámetros como la demografía, el medio ambiente, la economía y el desarrollo tecnológico. La urbanización continuará acelerándose y para el 2040 dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades. También aumentará el número de ciudades que cuentan con una población de más de un millón de habitantes. La urbanización no significará para nada el mejoramiento de la calidad de vida. El África subsahariana representará más o menos la mitad de este crecimiento, en tanto que el Asia meridional poseerá un tercio de la población urbana pobre del planeta.

En general, podemos decir que los problemas causados por la pobreza, los cuales fueron diagnosticados por los altos tribunales de la ONU hace más de 20 años (por ejemplo, en programas como los Objetivos del Milenio o la agenda del Desarrollo Sostenible), no solo mantendrán su vigencia, sino que incluso se agravarán mucho. Crecerán problemas que están relacionados con las necesidades básicas: falta de educación, acceso a los servicios médicos, vivienda, etc. El documento cuenta con todo un apartado que trata la futura dinámica del sistema internacional que conocerá un enfrentamiento activo entre China y Estados Unidos, enfrentamiento que tendrá gran relevancia y causará una división a nivel mundial. Sin embargo, esta confrontación no nos llevará a un mundo bipolar parecida al enfrentamiento entre la URSS y los Estados Unidos, ya que ahora existen un mayor número de actores que son capaces de defender sus propios intereses al interior de sus respectivas regiones.

Los países que tendrán mayor peso geopolítico y económico serán la UE, la India, Japón, Rusia y el Reino Unido. No obstante, Corea del Norte e Irán son considerados actores problemáticos que, al defender sus intereses, acabaran por causar una gran incertidumbre y volatilidad internacional. Los autores también dicen que:

“Probablemente China y Rusia intentarán influir en las poblaciones de los Estados Unidos y Europa mediante una retórica que afirma la decadencia de Occidente. Igualmente, ambos países intentarán extender su influencia a otras regiones como África, donde ya realizan numerosas operaciones”…

Vale la pena citar lo que dice el informe sobre Rusia, el cual nos permitirá darnos una idea de cómo los sistemas de inteligencia de los Estados Unidos comprenden la política rusa y como recomiendan relacionarse con nuestro país:

“Resulta probable que Rusia siga siendo una potencia disruptiva durante las próximas dos décadas, incluso si sus capacidades materiales disminuyen considerablemente frente a otros importantes actores. Rusia cuenta con ciertas ventajas: posee un ejército convencional considerable, armas de destrucción masiva, grandes recursos energéticos y minerales, una geografía inmensa y la voluntad de usar su poder militar en el extranjero, todo ello le permitirá jugar un papel importante dentro del espacio postsoviético e incluso en otras zonas. Moscú probablemente seguirá intentando dividir a Occidente, además de construir sus redes de poder en África, Medio Oriente y otros lugares. Rusia buscará oportunidades económicas en el Ártico y establecerá misiones militares en esta zona al igual que otros países que intenten aumentar su poder en la región. Sin embargo, Rusia no cuenta con un buen ambiente para las inversiones extranjeras, depende muchísimo de los recursos energéticos (cuyos precios son potencialmente muy volátiles) y su economía es bastante pequeña, ya que su producto interno bruto (PIB) apenas representara el dos por ciento de la economía mundial dentro de las próximas dos décadas. Por lo tanto, Rusia tendrá graves dificultades para proyectar y mantener su influencia a nivel mundial. La salida del presidente Vladimir Putin del poder, ya sea al final de su mandato actual en el 2024 o mucho después, podría erosionar rápidamente la posición geopolítica que Rusia tiene ahora, especialmente si se produce una gran inestabilidad interna. Si Europa disminuye su dependencia energética de Rusia, por medio de energías renovables o mediante la diversificación de sus proveedores de gas, esto llevaría a socavar los ingresos y la capacidad general del Kremlin, especialmente si esa demanda no pudiera ser compensada con nuevos mercados en los países asiáticos”.

Además de China, la India, la UE y el Reino Unido (países que fueron mencionados anteriormente), el texto también habla de Australia, Brasil, Indonesia, Irán, Nigeria, Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos como potencias regionales que intentarán obtener alguna ventaja estratégica, siendo actores que están interesados en su estabilidad regional. Los actores no estatales como las ONG, los grupos religiosos, las grandes empresas tecnológicas y otras organizaciones comenzarán a tener un cierto peso en el ámbito internacional. Estos actores no estatales usarán sus recursos para construir y promover redes alternativas que, de acuerdo a las funciones y tareas que desempeñen, competirán o ayudarán a los Estados nacionales. Por otra parte, disminuirá el papel que desempeñan las organizaciones intergubernamentales globales como la ONU, el Banco Mundial y la OMC, organismos que servían para mantener el orden internacional liderado por Occidente. Los líderes de cada país preferirán instaurar coaliciones ad hoc y trabajar al interior de sus respectivas organizaciones regionales. El liderazgo occidental en todas estas organizaciones intergubernamentales será socavado por la propaganda de Rusia y de China. El informe dice que la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la OCS, el Nuevo Banco de Desarrollo y la Asociación Económica Regional Integral serán los principales impulsores de este socavamiento de la influencia Occidental. En cuanto a los posibles conflictos futuros, y a pesar de que las grandes potencias desean evitar una guerra a gran escala, el riesgo de que estallen conflictos interestatales será cada vez mayor que antes debido al uso de nuevas tecnologías, una gama muy amplia de objetivos, el numero creciente de actores, una dinámica muy compleja a la hora de disuadir al enemigo, sin hablar del debilitamiento de las normas internacionales. El futuro conflicto puede abarcar un espectro que va desde la coerción económica, las operaciones cibernéticas (no-cinéticas) y la guerra híbrida (incluido el uso de rebeldes, empresas privadas y mercenarios) hasta el uso de fuerzas armadas regulares y armas nucleares (estrategias y formas de lucha convencionales). El terrorismo no desaparecerá. Aunque quienes escribieron el informe muestran muy poca imaginación y se limitan simplemente a citar las conocidas estructuras globales creadas por el yihadismo, los grupos chiítas irano-libaneses, así como los clásicos grupos de izquierda y derecha que existen en Europa, Estados Unidos y América Latina.

Los autores hablan de los siguientes escenarios:

“Tres de ellos representan un futuro en el que los desafíos internacionales se irán agravando paulatinamente y que estarán en gran medida determinado por la rivalidad entre los Estados Unidos y China. El escenario Renacimiento de las Democracias muestra a Estados Unidos como el líder indiscutible del mundo. En el escenario Un mundo a la deriva China es considerado como la potencia reinante, pero no consigue ejercer una hegemonía realmente universal. Finalmente, en el escenario Coexistencia competitiva tanto los Estados Unidos como China prosperan y compiten por el liderazgo en un mundo bipolar. Los otros dos escenarios implican cambios más radicales. Ambos parten de predecir que se producirán terribles luchas globales y que esto terminará por desafiar todos los supuestos acerca de un sistema global. La rivalidad entre los Estados Unidos y China en estos escenarios resulta mucho menos importante, ya que ambos Estados se ven obligados a lidiar con desafíos globales mucho más importantes y terribles, dándose cuenta de que las estructuras internacionales existentes son inadecuadas. El escenario de Búnkeres individuales nos presenta un mundo en el que la globalización se ha derrumbado y están surgiendo bloques económicos y alianzas de seguridad regionales que buscan proteger a los distintos Estados de las crecientes amenazas que surgen a su alrededor. En el escenario de Tragedia y Movilización se producen cambios revolucionarios que llevan a una devastadora crisis ambiental global”.

Por supuesto, fuera de que el informe intenta predecir el futuro por medio de las estadísticas disponibles y los datos obtenidos en las décadas anteriores, los representantes de las redes de inteligencia de los EE.UU. también dicen que este país debe cumplir estos objetivos: 1) identificar las verdaderas amenazas que cuestionan a las autoridades estadounidenses (y todos los países socios de Washington) con tal de centrarse en ellas y asignar todos los recursos que sean necesarios para contrarrestar su influencia; 2) demonizar a ciertos Estados cuyas ideologías y sistemas políticos no se ajustan a los perfiles señalados. En estas ideas se notan claramente la preocupación que sienten las autoridades estadounidenses debido al declive que sufre el sistema internacional occidental, ya que sí se reduce el papel que desempeñan tanto los EE. UU. como la UE, entonces los demás países verán esto de forma positiva.

Los anteriores informes de Global Trends hablaban de la multipolaridad, aunque fuera entre líneas. Pero quizás debido al hecho de que la multipolaridad se ha ido volviendo una realidad, los autores del informe han intentado no usar este término y se limitan simplemente a decir que aparecerán alianzas regionales en medio de un proceso de desunión total. Por otro lado, las predicciones que hacen sobre las próximas dos décadas resultan bastante dudosas y recuerdan a historias de ciencia ficción y no a análisis geopolíticos.

El famoso científico estadounidense Steve Fuller dice que es imposible pronosticar el futuro debido a lo siguiente: 1) el futuro es incognoscible debido a que aún no existe y solo podemos conocer lo que existe; 2) el futuro será muy diferente al pasado y al presente, eso se debe a la incertidumbre, la cual también es influida por la libertad como característica irreductible de la voluntad humana; 3) los efectos de la influencia mutua de la predicción y sus resultados son tan complejos que cada predicción genera consecuencias no deseadas que en todo momento causaran mucho más daño que bien. Por lo tanto, cualquiera puede sacar las conclusiones, opiniones y preferencias personales que desee de este informe.

Notas:

1. https://www.dni.gov/index.php/gt2040-home/summary

FUENTE: http://redangostura.org.ve/?p=8404

[Publicamos el análisis sobre directivas estratégicas del Gobierno de EEUU, elaborado por el MSc Enrique R. Martínez Díaz, del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba. El MSc Martinez Diaz, autorizo a Dossier Geopolitico (DG) su publicación y próximamente tendremos nuevas colaboraciones de este importante Centro de Investigación Hemisférico, ya que estamos muy interesados en tener una mayor sinergia con equipos de nuestra región, la Dra. Lourdes Regueiro Bello será el nexo entre CIPI y DG. Carlos Pereyra Mele Director de DG

Por MSc Enrique R. Martínez Díaz CIPI Cuba

El tres de marzo de 2021 en un discurso del secretario de Estado Anthony Blinken fue hecha referencia a la emisión de un documento denominado Orientación Estratégica de Seguridad Nacional Provisional (Interim National Security Strategic Guidance) (INSSG). El documento fue presentado ese mismo mes en el sitio web del gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.), orientado a dar indicaciones a los integrantes de la actual administración y a sus principales agencias, sobre los fundamentos de la política a desarrollar por el nuevo gobierno, hasta tanto se haga pública la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (ESN)[1], que debe sustituir a la actualmente vigente, promulgada por Trump en Diciembre de 2017.

La estructura de este documento incluye dos páginas iniciales escritas por el presidente Joe Biden, y los puntos siguientes:

Introducción

El panorama de la seguridad mundial

Prioridades de seguridad nacional

Conclusiones

La introducción es relativamente breve, y contiene algunos aspectos reiterativos de las palabras iniciales del presidente Biden. La parte destinada al “Panorama de la Seguridad Mundial” enfatiza en la necesidad de adoptar un nuevo rumbo, lo cual se considera hace patente el rechazo a algunas de las posturas de la administración anterior. Hace referencia a las principales amenazas a las que consideran deben enfrentar, enfatizando que debe ser de forma colectiva:

  “ Las pandemias y otros riesgos biológicos, la creciente crisis climática, las amenazas cibernéticas y digitales, las interferencias económicas internacionales, las crisis humanitarias prolongadas, el extremismo violento y el terrorismo, y la proliferación de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva y, en algunos casos, peligros existenciales (pág. 7).”

Destacan la necesidad que EE.UU. debe cooperar con otros países, y también señalan que las llamadas “democracias” o “sociedades libres” son afectadas por: “la corrupción, la desigualdad, la polarización, el populismo y las amenazas antiliberales al Estado de Derecho (pág. 7)”.

Seguidamente hacen referencia a las llamadas “potencias antagónicas”, que plantean utilizan “la desinformación y la corrupción”  como armas para “explotar las debilidades percibidas y sembrar la división dentro y entre las naciones libres, erosionar las normas internacionales existentes y promover modelos alternativos de gobierno autoritario”. El documento expone sobre los principales rivales o naciones que consideran amenazan el orden internacional, coincidiendo con la ESN de 2017 en señalar a la República Popular China y a la Federación de Rusia en ese papel. Luego mencionan a otros países o “actores regionales”, como la República Popular Democrática de Corea (RPDC) e Irán, que plantean buscan capacidades y tecnologías que amenazan a EE.UU. y sus socios. A la vez, refieren a la existencia de países con gobernanza “frágil”, y la existencia además de actores no estatales influyentes.

Seguidamente expresan que sus ventajas en las “formas y dimensiones” de su poder, les permiten enfrentar estas amenazas para “configurar el futuro de la política internacional”, “promover nuestros intereses y   valores”, y “crear un mundo más libre, seguro y próspero”.

Hacen una clara referencia crítica a la actividad del gobierno de Trump, y aunque reconocen que no es posible  restablecer el “orden anterior” plantean que existen oportunidades, destacando a criterio del autor la necesidad de reforzar las alianzas y crear otras nuevas.

 Finalmente destacan que tras todas las tendencias se manifiesta o subyace una “revolución tecnológica que  supone tanto un peligro como una promesa”; dentro de esta se encuentran “tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la computación cuántica”,  que son objeto de atención especial por las potencias. Expresan su intención de mantener las ventajas en esas ramas.

La parte más extensa de esta “Orientación Estratégica” está dedicada a las PRIORIDADES DE SEGURIDAD NACIONAL, donde hacen referencia los llamados intereses vitales de EE.UU. Un aspecto interesante es que expresan el interés en que la prosperidad económica del país se enfoque hacia las “familias trabajadoras”,(…)  “en lugar de los beneficios corporativos o la riqueza nacional agregada”. Esto es una alusión clara al gobierno anterior, que benefició ampliamente a las clases más acomodadas del país. Faltaría ver si esto no es más que pura demagogía dirigida a conseguir cierto apoyo interno.

Hablan de revitalizar la democracia, y unificar a los países que tienen esa condición según sus criterios. Para ello plantean que es necesario:

🛡 Defender y alimentar las fuentes subyacentes de la fuerza estadounidense, incluyendo nuestra gente, nuestra economía, nuestra defensa nacional y nuestra democracia en casa;

🛡 Promover una distribución favorable del poder para disuadir e impedir que los adversarios que amenacen directamente a Estados Unidos y a nuestros aliados, que impidan el acceso a los bienes comunes globales, o que dominen regiones clave; y

🛡 Dirigir y mantener un sistema internacional estable y abierto, respaldado por alianzas democráticas fuertes, asociaciones, instituciones multilaterales y normas.

Esto se corresponde con documentos anteriores, ya que en cada Estrategia de Seguridad Nacional se plantean los llamados “intereses u objetivos de seguridad nacional”, que son elementos u aspectos que comprenden las metas que Estados Unidos intenta alcanzar. Se puede expresar que no existen diferencias sustanciales entre los objetivos principales que se proponían las anteriores administraciones y los que se plantea el actual gobierno, más allá de determinados matices;  la actual administración aparentemente pondrá más énfasis en el aspecto diplomático, similar a la aplicación de lo que llamó durante la administración Obama el llamado “Poder inteligente” o “Smart Power”, o el empleo de las 3 D (Defensa, Diplomacia y Desarrollo).

En el aspecto de sus intereses a nivel planetario, señalan que “reconoceremos que nuestros intereses nacionales vitales obligan a una conexión más profunda con el Indo-Pacífico, Europa y el hemisferio occidental”.  

Uno de los aspectos que más se destacan dentro de esta INSSG es el reforzamiento, ampliación y modernización de las llamadas “alianzas y asociaciones” en todo el planeta, fundamentalmente la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Australia, Japón y Corea del Sur. También se refieren a las asociaciones en el Indo Pacifíco.

Plantean reforzar su cooperación con la Unión Europea y el Reino Unido; en lo que denominan Hemisferio Occidental, destacan la relación con Canadá y México, así como el apoyo económico a Centroamérica.

En el Medio Oriente destacan su relación con Israel, expresando interés en la solución de dos estados (seguramente en una fórmula que favorezca a Israel); apoyar la estabilidad de la región; y enfrentar a Irán y las organizaciones terroristas. No obstante, plantean que no apoyaran la guerra en Yemen y buscarán una solución a través de la ONU.

Respecto a África, plantean que buscarán crear asociaciones con países de la región (especialmente con las que consideran las economías más dinámicas) y reforzando la sociedad civil.  

A continuación se refieren a pretender recuperar el liderazgo en las organizaciones internacionales; hacen referencia a su reincorporación al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático;  el enfrentamiento a la pandemia del COVID 19, “liderando” la Organización Mundial de la Salud, perfeccionando esta y aportando recursos para COVAX, y actuando junto a la ONU, el G-7, el G-20, la Unión Europea y otras organizaciones. También se refieren a otros aspectos, como la economía global, la seguridad alimentaria y del acceso al agua,  la educación, los derechos de la comunidad LBGTQI+, el empoderamiento de las mujeres, etc.

Respecto a las organizaciones internacionales, como la ONU, plantean que regresarán para liderar las mismas, en pro de sus intereses, aun cuando reconocen que son “imperfectas”. 

A continuación hacen referencia al problema de las armas nucleares, destacando la renovación del Tratado START III; la necesidad de evitar una reactivación de la carrera armamentista en esa esfera y la búsqueda de nuevos acuerdos de control de armas. En ese sentido, plantean que “entablaremos un diálogo significativo con Rusia y China sobre una serie de desarrollos tecnológicos militares emergentes que afectan a la estabilidad estratégica”.

Un aspecto relevante en este documento es que se enuncia que se elevará la diplomacia como herramienta de primer uso para promover los intereses de EE.UU., aun cuando prevén el uso de la fuerza cuando sea necesario, aprovechando su gran poderío militar. Plantean textualmente: “Pero el uso de la fuerza militar debe ser el último recurso, no el primero; la diplomacia, el desarrollo y la política económica deben ser los principales instrumentos de la política exterior estadounidense”.

En el documento exponen que continuarán invirtiendo en sus fuerzas armadas (FF.AA.), priorizando el personal militar, las nuevas tecnologías, las fuerzas de operaciones especiales, etc., para garantizar que ese país siga siendo la principal potencia militar del planeta. Refieren que EE.UU. no debe embarcarse en “guerras eternas”, por lo que buscarán resolver el problema de Afganistán. Destacan que mantendrán la mayor presencia militar en el Indo Pacífico y en Europa, y reducirán su presencia en el Medio Oriente.

Seguidamente enuncian como aspecto principal en la seguridad nacional, la seguridad económica; plantean que la “columna vertebral” de esta economía es la clase media estadounidense,  y por lo tanto, sus políticas no deben encaminarse a favorecer a “unos pocos privilegiados”, sino a todos los ciudadanos. Plantean la necesidad de invertir en energías limpias; aumentar las inversiones tecnológicas, el desarrollo y despliegue de tecnologías de baja emisión de carbono, modernizando su red energética y crear de paso nuevos puestos de trabajo. En interés de mantener lo que consideran superioridad tecnológica de EE.UU.  plantean que :  “Redoblaremos las inversiones en ciencia y tecnología, incluso en investigación y desarrollo, las tecnologías  informáticas fundamentales y la fabricación nacional de vanguardia, para  permitir la consecución de numerosos objetivos estratégicos nacionales, entre ellos la economía, la salud, la biotecnología y la salud pública,   la energía, el clima y la seguridad nacional”.

El documento presta atención al mejoramiento de la educación y la calificación de la mano de obra estadounidense, buscando incentivar la inmigración altamente calificada (el robo de cerebros); se proponen desplegar el acceso a Internet de alta velocidad y las redes de quinta generación (5G) seguras; explorar el espacio exterior “en beneficio de la humanidad”; también se plantean como objetivo mejorar la Ciberseguridad.

Seguidamente expresan que deben revitalizar su propia democracia, con un conjunto de acciones que incluyen asuntos relacionados a las votaciones, la erradicación de la corrupción; el estado de derecho; restablecer la separación de poderes y la independencia del poder judicial; la apoliticidad de “agencias federales de aplicación de la ley, la comunidad de inteligencia, nuestros diplomáticos, funcionarios y militares”. Plantean en general que se deben eliminar todas las injusticias con los sectores más afectados de la población, y hacen una condena al “extremismo violento doméstico”.

Refiere el documento como una importante amenaza el terrorismo internacional, por lo que enfatizarán en la lucha contra este y contra el extremismo interno utilizando todos los recursos internos y con el apoyo de sus aliados. Por otro lado, convocarán una Cumbre Mundial para la Democracia, así como promoverán normas y nuevos acuerdos sobre tecnologías emergentes, espacio, ciberespacio, amenazas sanitarias y biológicas, clima y el medio ambiente, y los derechos humanos. 

Seguidamente dedican una parte extensa a plantear como fundamental el “prevalecer en la competencia estratégica con China o cualquier otra nación (pág. 20)”;  califican a ese país de “asertivo y autoritario”. Expresan su decisión de que sea EE.UU. y no China quien lidere a nivel mundial y establezca las normas, que deben promover sus intereses y reflejar sus valores. Para ello plantean que reforzaran sus redes de aliados y socios, e invertirán de forma inteligente en la defensa para disuadir la “agresión china”, extendiéndose en criticas hacia ese país. No obstante, expresan que están dispuestos a colaborar y trabajar con China cuando esto les sea beneficioso, desde una posición de confianza y fortaleza, junto a aliados y socios,  “en  cuestiones como el cambio climático, la seguridad sanitaria mundial, el control de armas y la no proliferación”.

 CONCLUSIONES

En el documento denominado INSSG presentado por la administración Biden para orientar a los diferentes componentes del gobierno norteamericano, se expresan elementos de continuidad con la política de esa nación en los últimos años, y cuestiones en que se diferenciarán de la postura del gobierno anterior.

Un elemento importante es que el actual gobierno mantiene la intención de preservar el papel de EE.UU. como potencia imperialista hegemónica a nivel mundial, ejerciendo lo que ellos denominan “Liderazgo”, aunque actuando de forma más coordinada con sus aliados y socios, y recuperando un protagonismo principal en el sistema de organizaciones internacionales.

Expresan que en pro de sus objetivos e intereses utilizarán todas las herramientas del poderío nacional, dando prioridad a la diplomacia y la economía, aunque preservaran la condición de principal potencia militar y la opción de emplear la fuerza cuando consideren afectados sus intereses.

Mantienen la visión de que China es el principal rival de EE.UU. a nivel global, por su desarrollo económico, su política internacional y sus capacidades militares. Igualmente califican a la Federación de Rusia como un rival estratégico, dadas sus capacidades militares y su política internacional. Mantienen la consideración de que Irán y la RPDC son dos estados que “desestabilizan” regiones de interés para EE.UU.

Mantienen su interés de dominio a nivel planetario, planteando que las principales regiones para sus intereses son el Indo-Pacífico, Europa y el hemisferio occidental; además, insisten en su interés en erigirse como garante de los bienes comunes a nivel mundial, incluida la seguridad de la navegación aérea y marítima, el ciberespacio y el espacio exterior.

En el documento se expresan los objetivos de política interna del gobierno, destacando el perfeccionamiento de los elementos del estado; el desarrollo de la economía y una mayor participación de los sectores medios de la población; incentivar la educación, la ciencia y las innovaciones tecnológicas para preservar su liderazgo a nivel global,

 Bibliografía

Blinken, Anthony. Speech on Foreign Policy. Washington, March 3 (https://www.rev.com/blog/transcripts/secretary-of-state-antony-blinken-speech-on-foreign-policy-transcript-march-3)

The White House. National Security Strategy of United States of America. Washington, December 2017, (https://www.whitehouse.gov/wp-content /uploads/ 2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905.pdf)

The White House. Interim National Security Strategic Guidance. Washington, March 2021. (https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2021/03/NSC-1v2.pdf)

[1] De acuerdo a lo establecido en la Ley Golwater-Nichols de 1986, el presidente de EE.UU. debe presentar un reporte sobre la Estrategia de Seguridad Nacional cada año; en la práctica, desde la etapa de George W. Bush se hace cada cuatro años aproximadamente.

[Análisis de las candidaturas de las próximas elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid para determinar a su presidente, se trata de comicios anticipados, informe especial para Dossier Geopolitico

¡¡COMUNISMO O FASCISMO!!

El abuso hasta el hartazgo de dogmas ideológicos del siglo pasado distorsiona el contenido de las elecciones regionales en Madrid del próximo 4 de Mayo. Una campaña teñida de insultos, amenazas y provocaciones, donde sobrevuelan balas, navajas, y adoquines, en una parodia trágica con tufo a Guerra Civil. En la que por encima de la sobreactuación de políticos desquiciados y de medios inescrupulosos, sobresale la pertinaz voz de una superviviente de las trincheras del Covid. Es la de una mujer moderna que no se alimenta de las rencorosas sombras del pasado. Se llama Mónica García. Es médica de primera línea, candidata por méritos propios y la única con propuestas e ideas sin dogmas, y que desafía al poder económico y le da vueltas a este ridículo plebiscito, con una pregunta tan simple como concreta:

¿NEGACIONISMO O SALUD PÚBLICA?

Madrid es hoy la antología del absurdo. Tras un esperpéntico viaje al pasado, la campaña transcurre bajo una tempestad de odios y viejos rencores, al ritmo de consignas de 1930 y donde las amenazas de muerte colapsan los correos y los adoquines vuelan hasta ser estrellas de plató.

Entretanto, gracias al cambalache de discursos trasnochados, Los Mercados silenciosos y discretos, se meten hasta la cocina y van amasando “La Nueva Normalidad” omitiendo las miles de muertes que costó su doctrina macabra de ¡SALVAR LA ECONOMÍA! Mientras crece un escenario perfecto para deslegitimar a la política y endiosar la dictadura de las elites.

¡¡FASCISMO, COMUNISMO, LIBERTAD, PATRIA, DEMOCRACIA!! son los gastados argumentos de una campaña oscura y surrealista, que tiene más pinta y ruido que una fiesta ilegal en pandemia. Maximalismos huecos y sordos que solo confunden y aburren a la gente. Usados y manoseados hasta el hartazgo en una campaña que demuestra lo atrevida y peligrosa que es la ignorancia. Y en la que la verborrea de los más exaltados los distingue como los menos idóneos para las cosas importantes. Un cambalache absurdo, para gusto y disfrute de los dueños reales del poder, que aprovechan así el camino despejado.

En una punta del chiquero está Isabel Díaz Ayuso (Una Trumpista con genes de Bolsonaro) extremista de derechas y negacionista. Monárquica fanática, prepotente, ignorante, adalid de las constructoras, privatizadora compulsiva, santificada en los bares que engordan el virus, amiga de atascos y multitudes. Una profeta que asegura que el virus anida en los hogares y que lo saludable es salir a la calle. Enemiga de la educación y de la salud pública con mensajes tan esperpénticos como escandalosos y que es incapaz de articular tres frases seguidas sin inmortalizar una imbecilidad. Con sus absurdos mensajes, gana enemigos por España y recoge votos en Madrid. Se siente bendecida como Franco “Por la gracia de Dios” y es la genuina esencia del Partido Popular y de esta España casposa de reyes impunes, compadritos corruptos y chulos prepotentes.

Esta copia falsa de Juana de Arco, gobernaba muy cómodamente en coalición, cuando tras un ataque de fe, convocó unas elecciones anticipadas, dejando moribundo y en la cuneta a sus socios liberales de Ciudadanos. De inmediato, se tiró a la yugular del fascista VOX, en su ambición por ser dueña absoluta de la furia católica franquista que pervive en millones de madrileños de derechas, de muy ostentosos golpes de pecho, pero de nula solidaridad social o cristiana. Ahora VOX está acorralado y más feroz que nunca, cosa que sirve para mantener el clima de guerra civil. La Señora le perdona la vida porque sus escaños son imprescindibles.

 En el otro rincón, Pablo Iglesias de Podemos, en el ocaso de su vorágine permanente. Luego de su aterrizaje mediático en Madrid, en versión bazar chino del Cid Campeador, se auto presentó como el salvador mesiánico armado de su inefable relato antifascista y con una justificada lista de persecuciones personales. Sin ninguna idea sobre las problemáticas regionales, exigió en vano al resto de izquierdas que se sometan a su halo salvador. Desairado, retó a Ayuso a un cuerpo a cuerpo en el barro, sin reglas y al todo vale, sin reparar que la muy tramposa y mañosa “Amazonas Madrileña” es especialista en la riña barriobajera y en las malas artes. Pablo, que pretendía consumir épicamente sus últimas gotas de oxigeno político, solo consiguió lo contrario: perfeccionar el escenario bélico soñado por la extrema derecha. Las encuestas auguran un triunfo demoledor de la Isabel “por la gracia de Dios”, y un último  puesto al Pablo que prometió “asaltar los cielos”

También anda por ahí el “ausente” candidato socialista, Ángel Gabilondo, un buen filósofo y negado político, a quién las inercias de la partidocracia y una carambola de carambolas podrían auparlo a presidente comunitario. Tal milagro le exige al bloque de la izquierda no caer en más provocaciones y  lograr una participación histórica. Pero Ayuso ya lo está impidiendo al convocar las elecciones en un día de semana, en medio de la pandemia, cerrando los colegios para complicar a las familias trabajadores y envalentonado a sus seguidores mesiánicos, que más que votantes, son “feligreses” de la derecha, y en cuyas conciencias nacional-católicas, no pesan ni siquiera los 10 mil ancianos de las residencias condenados a una muerte por abandono, tras sus recortes, tras sus privatizaciones y por la temeraria obsesión de salvar la economía.

Y entre tanto escándalo, surgió en campaña la única voz mesurada con propuestas y programas. La de Mónica García, médica anestesista, luchadora en la primera trinchera del Covid, militante de la sanidad pública, profunda conocedora de la realidad madrileña, preparada, inteligente y socialmente empática. Joven, madre, esposa y deportista. O sea, una mujer de la vida real que mira al futuro, sin hipotecas con la casta de partidos y la única que no vive de la política.

Mónica pertenece a Más Madrid, el novel partido de Iñigo Errejón, una escisión del Podemos fundacional, que se ha hecho fuerte en Madrid y que poco a poco aspira al liderazgo de la izquierda regional, mientras liquida definitivamente su duelo fraticida con Iglesias. Mónica ganó el único debate televisivo de la campaña y trajo esperanzas de triunfo a la izquierda, con unas encuestas que prometían remontada. Ante el peligro, Ayuso se negó a más duelos mediáticos y junto a VOX, agudizaron las provocaciones, en medio de más amenazas de muerte y más cartas con balas y navajas.

Pero el diablo metió la cola y la esperanza de la Izquierda se derrumbó cuando Iglesias entró otra vez al trapo de las agresiones y en una sobreactuación extemporánea, bloqueó un debate radial de candidatos, con la excusa infantil de proscribir a la extrema derecha y quitarle la visibilidad, Cosa que solo compete a la justicia. Fue como un niño que pretendía tapar el sol con un dedo.

El resultado fue todo lo contrario. Vox y el PP se echaron al monte y engordaron los días de ira, felices ya por no rendir más cuentas. Entonces llovieron más cartas de la muerte y siguieron cayendo bombas con palabras vacías como Libertad, Democracia, Patria, Comunismo, Fascismo, Chavismo, Franquismo, despreciando el duro día a día de la ciudadanía.

Y así se sepultaron argumentos y  propuestas. El odio se volvió más feroz que nunca y la derecha recobró la sonrisa y también la ventaja en las encuestas. Ahora, el Negacionismo tiene el triunfo a la vista.

Y mientras el carnaval llega al éxtasis, una aplaudida mega fusión bancaria pone en la calle a 8 mil empleados, cuando los beneficios anuales son millonarios y las dietas de los gestores se multiplican por tres. Repsol tampoco se queda corto y en su propaganda se jacta de haber ganado 600 millones de euros y de despedir también a 600 asalariados. Una rentable versión del 1 a 1.

Por su parte, el socialista Pedro Sánchez saca pecho por el aniversario de la derrocada República del 31, mientras cierra el paso a cualquier  referéndum sobre la monarquía, galvaniza la impunidad legal de los reyes, aplaude como brillante una gestión inexistente del actual monarca y blinda con dineros públicos la fortaleza dorada del súper millonario y presunto defraudador Rey Emérito, exiliado en un paraíso privado de Abu Dabi. Sin embargo, todas estas contradicciones no hacen mella en los cándidos revolucionarios  de consignas, quiénes creen que en unos comicios regionales, el mensaje más válido es ¡¡VIVA LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS!!

Tampoco se priva Ayuso en saborear su clasismo, cuando critica y se avergüenza por las colas del hambre en su región. Algo que destroza su supuesto milagro económico tallado en la apertura y movilidad total y en el desprecio a las medidas sanitarias. Para ella, estos pobres y miserables NO SON víctimas de la pandemia. Todo lo contrario,  son culpables por faltar a la doctrina neoliberal de la meritocracia, que exige el éxito económico por encima de cualquier circunstancia, como condición indispensable para ser considerado un ciudadano de bien.

Además, ni se le pasa por la cabeza dar una mínima explicación sobre las razones de que su gobierno sea líder de contagios, muertes o faltas de rastreo. Ni tampoco del alarmante índice de saturación de camas en las UCI.

No!!!. La obsesión para ella es garantizar que Madrid nunca será Caracas y que lo urgente es desterrar a los críticos, por traidores, populistas y neocomunistas.

También aturde el silencio de Felipe IV ante el clima de odio que se extiende entre sus súbditos. A pesar de la brecha social, el Rey, que vive por encima del bien y del mal, no ha tenido a bien lanzar ninguna llamada a la convivencia. Mucho más cuando resuena el reclamo reciente de unos oficiales retirados, muy leales a su majestad, cuando pedían fusilar a los 25 millones de rojos hijos de puta. Quizás en la Zarzuela no se han percatado aún que el silencio puede ser cómplice de terribles barbaridades.

Y de paso, la Unión Europea se alegra de que tanta verborrea inútil les excluya de un juicio público por su desastrosa andadura. La derecha es su cómplice y le protege. La izquierda solo tiene balas para los fascistas y además no se atreve a enfrentarla. Así, el buque insignia del neoliberalismo financiero que es la UE, no sufre ni un rasguño en la campaña. Ni el escándalo de las vacunas, ni los fondos de rescates que van camino a ser un salvavidas de plomo, ni la deuda disparada, ni los recortes que engordan déficit, ni sus papelones diplomáticos, ni la vergüenza de despreciar a la Sputnik para luego pedirla a Putin en escondidas. Nada de eso es tema de actualidad para el agotado eje derecha – izquierda. Estos solo saben debatir el irresuelto y trágico drama de principios del siglo XX, sobre aquella España en blanco y negro, teñida de sangre.

Resumiendo, la renuncia precipitada de Pablo Iglesias a la vicepresidencia del gobierno dejó en nada la derogación de la ley laboral, el aumento del salario mínimo, el impuesto a las fortunas, la ley del alquiler, la complicada ley LGTBI y otras tantas ilusiones prometidas. Su aterrizaje en Madrid al grito de “no pasarán” alegró más a la derecha, que lo rentabilizó como su anticristo preferido de la campaña.

El socialista Gabilondo es el reflejo del mayor partido de izquierdas de España. Socialista conservador, monárquico, corto de ideología, fiel a Los Mercados, de amor no correspondido a EEUU y Alemania. Una síntesis del progresismo neoliberal, burgués y capitalista que anida en Europa. Y demuestra que España es de derechas y su izquierda también.

El gran error de la izquierda ha sido despreciar a Ayuso y tratarla de tonta. Por el contrario, puede que ignorante pero es lista como el hambre, descarada, tramposa, faltona, desvergonzada, mentirosa, soberbia y con ambiciones sin fin. Para el fin de la campaña autorizó en pandemia una corrida de toros con 5.000 personas y para el día de reflexión anuncia una conferencia pública con Vargas Llosa, el gran icono negacionista del habla hispana.

Y entre medias, sigue Mónica García con sus apuntes sobre educación, sanidad, guarderías, ancianidad, paliativos, ecología, etc. Pregona un feminismo tan firme como práctico, respetuoso, transversal. Más efectivo que ideologizado. Es tan trabajadora que cansa solo de verla. Quizás por eso, la prensa le da poca bola, aunque ella tampoco les ayuda a crear morbo.

La moneda está en el aire.

Eduardo Bonugli

Madrid, 2 de Mayo de 2021

Mónica García 

Partido: Más Madrid 

Edad: 47 años. 

Cargo actual: Coordinadora general de su partido y Diputada. Experiencia anterior: Médico anestesióloga en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Característica: Aguerrida y luchadora social. Compagina la política con su trabajo de médico en un hospital público madrileño. Vivió en primera persona la pandemia.

Isabel Díaz Ayuso 

Partido: Partido Popular (PP) 

Edad: 42 años Cargo actual: presidenta Comunidad de Madrid. Experiencia anterior política: Ex diputada en la Asamblea de Madrid. Característica: Polémica, aguerrida e incluso temeraria. Tiene mucho apoyo sobre todo de los adultos mayores. 

Edmundo Bal 

Edad: 53 años 

Cargo actual: Portavoz de Ciudadanos en el Congreso Experiencia: Abogado del Estado Característica: Conciliador. Carece de popularidad. 

Rocío Monasterio 

Partido: Vox 

Edad 47 años. 

Cargo actual: Diputada y portavoz de su partido en la Asamblea de Madrid Experiencia anterior: Ejerció como arquitecto en su despacho. Característica: Provocadora e irónica. Tiene poca afinidad con sus compañeros políticos. 

Pablo Iglesias 

Partido: Unidas Podemos. 

Edad: 42 años. Cargo actual: Vicepresidente segundo de España y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. 

Experiencia anterior: Fundador de Podemos y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. Característica: Aguerrido, provocador, declarado comunista y admirador de Hugo Chávez. 

Ángel Gabilondo 

Partido: Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 

Edad: 72 años. 

Cargo actual: Diputado y portavoz de su Grupo en la Asamblea de Madrid. Experiencia anterior: Ex ministro de Educación y ex Rector de la Universidad Autónoma de Madrid Característica: Uno de los políticos más educados del país, respetuoso, al que se le considera que debería de ser más aguerrido. No le gustan las polémicas. Fue el ganador de las últimas elecciones, pero no obtuvo los apoyos para ser presidente madrileño.

Las imagenes de los candidatos y sus caracteristicas fueron publicado por el sitio Web Milen

La Unión Europea consume una quinta parte de la energía mundial y es su mayor importador. Sin embargo, sus reservas son escasas. Esta vulnerabilidad obliga a Bruselas y a los Estados miembros a tratar de aumentar su seguridad en un sector estratégico, en el contexto de un entorno geopolítico cada vez más complejo y con miras a descarbonizar la economía y consolidar la transición energética.

Cargar un teléfono móvil, repostar un vehículo en una gasolinera o ducharse con agua caliente pueden ser acciones cotidianas en Europa, pero representan el final de una serie de complejos procesos técnicos, logísticos y financieros. La energía que las permite es un sector estratégico y un motor de la economía mundial. Y sobre todo para sus grandes importadores, asegurar un abastecimiento continuo y asequible es clave.

Los recursos energéticos provenientes de hidrocarburos —como el petróleo, el gas natural y el carbón— se extraen de la tierra, se tratan y almacenan. Además de la electricidad a partir de esos recursos o de fisión nuclear, también puede producirse con aerogeneradores, centrales hidroeléctricas y paneles solares. La energía después se transporta por barco entre continentes, por gasoductos de cientos o miles de kilómetros, o a través de la red eléctrica. Este proceso requiere infraestructuras que garanticen un suministro ininterrumpido de energía, pero también mercados que funcionen.

En las últimas décadas, el crecimiento económico y demográfico de países como China e India ha aumentado la demanda de energía mundial. Y se espera que la tendencia continúe, lo que puede causar déficits o interrupciones en el suministro. Los cambios de precio y los riesgos geopolíticos son mayores para los países con menos recursos energéticos y que dependen del suministro externo, ante la distribución desigual de las reservas y producción de hidrocarburos, concentrada en el golfo Pérsico y en torno al mar Caspio. En ese contexto, la Unión Europea es el tercer mayor consumidor de energía del mundo después de China y Estados Unidos, pero tiene pocas reservas propias. La economía europea depende en parte de importar energía para cubrir su demanda, así que es vulnerable a shocks externos en el suministro y dependiente en la escena internacional.

La dependencia energética de la UE, un riesgo estratégico

La UE es el mayor importador de energía del mundo: importa más de la mitad de la energía que consume, por unos mil millones de euros diarios, aunque esta cantidad depende del precio del petróleo y la marcha de la actividad económica. Además, las importaciones energéticas afectan a la competitividad y pueden generar desequilibrios económicos en muchos países. Todos los Estados miembros de la Unión son importadores netos de energía y, aunque la situación varía entre ellos, dependen de pocos países proveedores, la mayoría en zonas inestables.

Por tanto, la UE necesita preservar su seguridad energética: la disponibilidad ininterrumpida de energía a un precio asequible y sostenible para el medioambiente. Conseguirla depende de factores como la disponibilidad y precios de la energía, la gobernanza de su comercio, las infraestructuras, la eficiencia energética, o los efectos sociales y medioambientales. Para medir la seguridad energética de un país, la Oficina Europea de Estadística, más conocida como Eurostat, publica una tasa de dependencia energética, que muestra la proporción de energía que una economía debe importar. Además, la UE utiliza una serie más extensa de indicadores de dependencia energética, que en conjunto revelan la vulnerabilidad de un país ante una crisis de precios o interrupciones prolongadas en el suministro.

Los resultados son mixtos: la tasa para la UE aumentó apenas del 56 al 58% entre el 2000 y 2018, pero la situación es distinta según el país. La tasa es superior al 90% en Malta, Luxemburgo y Chipre, e inferior al 25% en Rumanía, Dinamarca y Estonia. Y las tendencias también varían. La ahora menor producción interna de países productores como Dinamarca o Países Bajos ha incrementado su tasa de dependencia energética, mientras que Estonia ha alcanzado la autosuficiencia con la técnica del fracking.

En 2019, el principal producto energético que la UE importó fue el petróleo crudo y derivados, que representaron casi dos tercios de las importaciones de energía, el triple en proporción que el gas natural y más de diez veces la del carbón. Rusia es el principal abastecedor de productos energéticos a la UE, con cuotas superiores al 40% en carbón y gas natural, y de un 30% en petróleo crudo en 2018. En este último caso, la UE tiene más proveedores que en las otras dos fuentes de energía, donde la oferta se encuentra mucho más concentrada. No obstante, existen diferencias según el Estado miembro, algunos con más proveedores y otros dependientes de uno solo, siendo vulnerables ante las interrupciones del suministro o averías en la infraestructura. Por ejemplo, mientras que Francia y España tienen varios proveedores de petróleo y gas natural, Eslovaquia o Finlandia dependen de Rusia casi como único proveedor externo.

Existen varios desafíos y preocupaciones sobre la vulnerabilidad del suministro. Por un lado está el riesgo frente a accidentes, desastres naturales y ciberataques a la infraestructura crítica. Por otro, Bruselas enfrenta el factor geopolítico ante una nueva crisis política o militar, por ejemplo, en la entrega de gas natural ruso a través de Ucrania o de petróleo en el estrecho de Ormuz. De fondo, también preocupan los cambios en los flujos de energía hacia economías emergentes, sobre todo China e India, que restrinjan la oferta de energía disponible para Europa. Los Veintisiete lo saben y han desarrollado estrategias y políticas para aumentar su seguridad energética.

¿Cómo asegurar el suministro de energía hacia Europa?

Para cualquier país ha sido vital tener un suministro de energía seguro desde que el carbón y el petróleo se convirtieron en fuerza motriz de la industrialización y para el desarrollo de la sociedad moderna. El control de recursos energéticos ha motivado guerras en Europa, pero la energía también fue parte del origen de la UE. El Tratado de París de 1951 sobre el carbón y el acero entre Francia, Italia, Alemania Occidental y el Benelux apenas seis años después del fin de la Segunda Guerra Mundial fue el germen de la Unión actual. En esa línea, en 1957 se creó la Comunidad Europea de la Energía Atómica, o Euratom, para coordinar la política común de energía atómica.

La seguridad energética ha sido clave para las políticas comunitarias y nacionales, pues el buen funcionamiento de la economía está ligado con suministros de energía eficientes y sostenibles. En la UE, las subidas en el precio del petróleo desde principios del siglo XXI y las crisis del gas entre Ucrania y Rusia por disputas políticas y sobre las tarifas encendieron las alarmas en Bruselas y otras capitales. Los gasoductos rusos pasan por Ucrania rumbo al bloque, y esas disputas entre Moscú y Kiev desembocaron en que Gazprom, la empresa estatal rusa de gas, le cerrara el grifo a Ucrania por falta de acuerdo sobre el precio e impagos. La situación se repitió en los inviernos de 2005 a 2006, 2008 a 2009 y 2014, y causó desabastecimientos durante semanas en Polonia, Hungría o Alemania.

Tras la disputa de 2006 entre Moscú y Kiev, la Comisión Europea introdujo su primera política energética común para diversificar y ampliar las rutas y fuentes de suministro de energía. Desde entonces, la UE ha promovido estrategias, reformas e iniciativas de cara a prevenir y gestionar futuras crisis. Además, la legislación europea obliga desde 2009 a los Estados miembros a mantener reservas mínimas de petróleo equivalentes a mínimo noventa días de importaciones netas o 61 días de consumo, lo que sea mayor.

En mayo de 2014, la Comisión dio un paso fundamental en materia de integración con su Estrategia de Seguridad Energética. Bruselas proponía medidas para fortalecer los mecanismos de emergencia y solidaridad, y para proteger mejor la infraestructura crítica. La intención era consolidar el mercado de energía interno y construir la infraestructura que faltaba. Una tarea nada fácil, pero necesaria, pues eliminaría los cuellos de botella internos, como la falta de interconexión de las redes eléctricas entre países, y daría respuesta rápida y eficaz a posibles interrupciones del suministro, al poder redirigir los flujos de energía dentro de la Unión. La preocupación principal para los Estados miembros pasaba por la seguridad del suministro, pero la sufrían más en regiones poco integradas y conectadas, como el Báltico y parte de Europa del Este.

El siguiente paso se dio en marzo de 2015, cuando los jefes de Estado europeos aprobaron un plan para crear la Unión de la Energía. Esta iniciativa pretende reforzar la seguridad energética de la UE, integrar más el mercado de energía interno, mejorar la eficiencia del sector, descarbonizar la economía en línea con el Acuerdo climático de París y desarrollar investigación e innovación relacionadas con la energía. Por otro lado, la Comisión Europea dio a conocer en 2016 un conjunto de medidas de seguridad energética para reforzar el bloque ante interrupciones en el suministro de gas. Estas medidas se basan en el «principio de solidaridad», que obliga a los Estados miembros a ayudar a sus vecinos frente a nuevas crisis de suministro. Sin embargo, aunque esa “solidaridad energética” es una base del proceso de integración europea y la piedra angular de la política energética de la Unión, no se ha definido cómo debería implementarse.

Otra pieza importante de la estrategia comunitaria para impulsar la seguridad energética es el aumentar el acceso al gas natural licuado (GNL) y al almacenamiento de gas. Durante la última década, y en el marco de la lista de Proyectos de Interés Común de la Comisión Europea, el desarrollo de infraestructuras para importar GNL ha contribuido a reducir la dependencia en las importaciones de gas natural convencional y a aumentar los proveedores. Los países bálticos notan el cambio. Lituania dependía del gas convencional ruso, pero desde que construyó en 2014 una terminal de regasificación, para transformar el GNL en gas natural convencional, ha reducido a la mitad el precio de importación y cubre alrededor de la mitad de sus necesidades con GNL de Noruega y, en menor medida, Estados Unidos. Por su parte, Letonia ahora puede almacenar suficiente gas para abastecerse durante meses.

La Unión también se ha valido del poder regulatorio y la diplomacia. Ha estrechado la colaboración con los países proveedores para intentar despolitizar el comercio de energía y desarrollar nuevas rutas de tránsito, por ejemplo, en el Cáucaso, con el nuevo gasoducto TAP desde Azerbaiyán. No obstante, pese a contribuir a la integración, estas medidas apenas mitigan las dificultades energéticas en Europa, que son estructurales.

La geopolítica de la energía en la UE

En la UE existen intereses comunes en política energética, sobre todo para integrar mejor el mercado y tener una sola voz hacia el exterior. Sin embargo, como es usual en el bloque, también existen diferencias entre regiones y países, que valoran distinto los riesgos geopolíticos de cada decisión. Por ejemplo, mientras que los países del Báltico y Polonia buscan depender menos de Rusia, también en materia energética, Alemania o Francia se sienten más cómodos en una relación económica más estrecha con Moscú. 

La seguridad de suministro de gas natural es cada vez más relevante en el plano económico y geopolítico. Los proveedores son pocos y no se reemplazan con facilidad. Además, los suministros dependen de infraestructuras vitales, como gasoductos o terminales de GNL, que requieren importantes recursos para su construcción y mantenimiento. Existen dos tipos de riesgos geopolíticos derivados del suministro de gas: una interrupción inmediata y que el suministro sea insuficiente para satisfacer la demanda. En ambos casos, la UE debe confiar en su capacidad diplomática con Rusia, Noruega y Argelia, los mayores proveedores de gas natural convencional al bloque, y los dos primeros también de petróleo.

Desde la llegada de Vladímir Putin al Kremlin, Rusia ha empezado a aprovechar sus instrumentos económicos para sus fines geopolíticos. Moscú ha recuperado recursos financieros e influencia gracias a sus ingresos por las exportaciones de energía, las estructuras industriales estatales y, en el sector del gas, el control de la infraestructura, junto con las altas cuotas de mercado y el predominio sobre países compradores. Rusia es uno de los tres mayores productores de petróleo y gas natural del mundo y depende mucho de los ingresos de las exportaciones de hidrocarburos, que financian buena parte del presupuesto estatal. La energía seguirá siendo fundamental en la compleja relación entre Bruselas y Moscú debido la proximidad geográfica y las enormes reservas de recursos naturales de Rusia, sobre todo de gas natural, sumado a la falta de alternativas viables para Europa.

La relación con Noruega también es esencial, pues es el segundo máximo proveedor de gas natural e importante proveedor de petróleo de la Unión. No obstante, las relaciones con Oslo gozan de buena salud y el riesgo geopolítico es mínimo: el país escandinavo, aunque fuera de la Unión, es un socio estratégico, miembro de la OTAN y una democracia plena, a diferencia de Rusia y Argelia.

Argelia es el tercer proveedor de gas de la Unión, que es la mayor importadora de gas argelino. Para los países del sur de Europa, como España, la relación con el país norteafricano es clave. La inestabilidad política en Argelia se observa con inquietud desde el otro lado del Mediterráneo, ante el riesgo de que puedan perjudicar el suministro. Con todo, el gas argelino tiene cada vez más competencia con la fuerte irrupción del GNL en el mercado europeo, y su situación como productor es cada vez menos halagüeña por la mala gestión y falta de inversión del Gobierno argelino.

El GNL se ha convertido en una fuente de competencia y flexibilidad en el mercado de gas, reforzando la seguridad de suministro y contrarrestando la caída de la producción de la UE. Estados Unidos, Catar y Nigeria, pero también Rusia, han aumentado sus exportaciones de GNL a la Unión. La interdependencia energética entre Estados Unidos y los Veintisiete es cada vez mayor: el mercado europeo representa la mitad de las exportaciones de GNL estadounidense y Washington es ya el principal proveedor de GNL de la Unión, con cerca del 30%.

Por ello Estados Unidos también presiona, impone sanciones a empresas y eleva el tono contra algunos Estados miembros, especialmente Alemania, para bloquear la finalización del gasoducto Nord Stream 2. Este proyecto doblaría la capacidad de envío de gas natural convencional directamente de Rusia a Alemania a través del mar Báltico. Sus críticos argumentan que va contra los principios de la política energética común, que reforzará la dependencia energética con Rusia y que debilitará política y económicamente a países de tránsito como Ucrania. Por su parte, Alemania argumenta que es un proyecto necesario y que ayudará a despolitizar el comercio de energía entre la UE y Rusia.

Por último, el Mediterráneo oriental también ha cobrado importancia en la agenda energética europea. La disputa por controlar las reservas de gas natural halladas en la región en los últimos años ha tensado las relaciones de la UE, sobre todo de Grecia y Chipre, con Turquía. Ankara busca explotar estos recursos y posicionarse como centro energético, al ser un país de tránsito para el gas procedente del golfo Pérsico, Rusia y el mar Caspio. Israel también ha entrado en la ecuación con el hallazgo de reservas frente a sus costas en la última década. Todo esto choca con los intereses de la UE de despolitizar el comercio de energía y de ganar autonomía energética.

La transición energética, una oportunidad única

Al reto de la seguridad energética de Europa se le une ahora el cambio climático. La transición energética pretende contrarrestar esa crisis, reemplazando a largo plazo los combustibles fósiles por energías renovables, como la solar y eólica. Este cambio de modelo entrelaza tres ejes: descarbonizar el sistema eléctrico, electrificar la economía y aumentar la eficiencia energética. Los dos primeros están aún más ligados, pues descarbonizar la generación eléctrica con energías renovables permitirá electrificar y descarbonizar procesos que dependen de combustibles fósiles, como el transporte terrestre o algunas industrias. El tercero responde a un consumo de energía menor y más eficiente, por ejemplo, gracias a la mejora del aislamiento de los edificios.

Buena parte de estos cambios ya están en marcha a nivel nacional y han ganado peso en Bruselas. La Comisión introdujo en 2006 la sostenibilidad medioambiental como elemento indisoluble de su estrategia energética, y en 2013 presentó una nueva estrategia para casar la política energética y climática. Ahora, con la pandemia, los fondos de recuperación de la UE tienen un fuerte componente climático, abarcando un 30% del presupuesto. El Pacto Verde Europeo pretende ser la piedra angular para transformar el modelo productivo y descarbonizar la economía. Sin embargo, su aplicación dependerá de la capacidad de la Unión para remar en una misma dirección y gestionar las distintas velocidades de los Veintisiete, también en este ámbito. En Alemania, Dinamarca o España, la transición energética marcha desde principios de siglo, mientras que en Polonia, Hungría o la República Checa apenas comienza. 

La cuestión energética es prioritaria para la UE y un quebradero de cabeza en muchas capitales. En sus objetivos de desarrollo a largo plazo destaca la seguridad energética, pero las diferentes visiones entre Estados dificultan unificar la voz de cara al exterior y marcan la vulnerabilidad del bloque. Aunque la UE persigue objetivos medioambientales, económicos, sociales y geopolíticos en conjunto, cada país tiene una estructura económica y energética distinta, unos intereses y prioridades propios, y un entorno sociopolítico particular. Aun así, Bruselas ha dado pasos importantes en integración energética, y descarbonizar la economía se postula como la vía principal de recuperación pospandemia. Las futuras decisiones geopolíticas, comerciales y sobre la transición marcarán si Europa puede solventar la cuestión energética o si, por el contrario, seguirá como motivo de discordia y dependencia estratégica para la Unión.

Fuente: https://elordenmundial.com/la-inseguridad-energetica-de-la-union-europea/?utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=123323313&_hsenc=p2ANqtz-9qYchoBq82nt9VBXQIGqkmw9xyS-K1ttReeGNnQwk4ayQfY9613T2yqN3vYuZLp-0UOy6Kvnx8INpwAtpb-vaFkVwa9g   

Por Pepe Escobar ( corresponsal itinerante de Asia Times, )

El discurso de Putin ante la Asamblea Federal rusa -un Estado de la Nación de facto- fue una jugada de judo que dejó a los halcones de la esfera atlantista particularmente atónitos.

El «Occidente» ni siquiera fue mencionado por su nombre. Sólo indirectamente, o a través de una deliciosa metáfora, el Libro de la Selva de Kipling. La política exterior sólo se abordó al final, casi como una idea tardía.

Durante casi una hora y media, Putin se concentró en los asuntos internos, detallando una serie de políticas que suponen la ayuda del Estado ruso a los necesitados -familias con bajos ingresos, niños, madres solteras, jóvenes profesionales, los más desfavorecidos- con, por ejemplo, controles sanitarios gratuitos hasta la posibilidad de una renta universal en un futuro próximo.

Por supuesto, también tendría que abordar el actual estado de las relaciones internacionales, muy volátil. La forma concisa que eligió para hacerlo, contrarrestando la rusofobia imperante en la esfera atlantista, fue bastante sorprendente.

Primero, lo esencial. La política de Rusia «es garantizar la paz y la seguridad para el bienestar de nuestros ciudadanos y para el desarrollo estable de nuestro país».

Sin embargo, si «alguien no quiere… dialogar, sino que elige un tono egoísta y arrogante, Rusia siempre encontrará la manera de defender su posición».

Destacó «la práctica de las sanciones económicas ilegales por motivos políticos» para relacionarla con «algo mucho más peligroso», y de hecho invisible en la narrativa occidental: «el reciente intento de organizar un golpe de estado en Bielorrusia y el asesinato del presidente de ese país». Putin se aseguró de subrayar que «se han cruzado todos los límites».

El complot para asesinar a Lukashenko fue desvelado por la inteligencia rusa y bielorrusa -que detuvo a varios actores respaldados, quién si no, por la inteligencia estadounidense. El Departamento de Estado estadounidense negó, como era de esperar, cualquier implicación.

Putin: «Merece la pena señalar las confesiones de los participantes detenidos en la conspiración de que se estaba preparando un bloqueo de Minsk, incluyendo su infraestructura urbana y las comunicaciones, el cierre completo de toda la red eléctrica de la capital bielorrusa. Esto, por cierto, significa la preparación de un ciberataque masivo».

Y esto nos lleva a una verdad muy incómoda: «Al parecer, no es por nada que nuestros colegas occidentales han rechazado obstinadamente numerosas propuestas de la parte rusa para establecer un diálogo internacional en el ámbito de la información y la ciberseguridad.»

«Asimétrico, rápido y duro»

Putin comentó cómo «atacar a Rusia» se ha convertido en «un deporte, un nuevo deporte, quién hace las declaraciones más ruidosas». Y luego se puso en plan Kipling: «Rusia es atacada aquí y allá sin razón alguna. Y, por supuesto, todo tipo de pequeños tabaquis [chacales] corren por ahí como Tabaqui corría alrededor de Shere Khan [el tigre ] – todo es como en el libro de Rudiyard Kipling, «El Libro de La Selva»- aullando y dispuestos a servir a su soberano. Kipling era un gran escritor».

La metáfora -con sus matices- es aún más sorprendente, ya que se hace eco del Gran Juego geopolítico de finales del siglo XIX entre los imperios británico y ruso, del que Kipling fue protagonista.

Una vez más, Putin tuvo que subrayar que «no queremos quemar ningún puente. Pero si alguien percibe nuestras buenas intenciones como indiferencia o debilidad y pretende quemar esos puentes por completo o incluso volarlos, debe saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura».

Así que aquí está la nueva ley de la jungla geopolítica – respaldada por el Sr. Iskander, el Sr. Kalibr, el Sr. Avangard, el Sr. Peresvet, el Sr. Khinzal, el Sr. Sarmat, el Sr. Zircon y otros caballeros muy respetados, hipersónicos y de otro tipo, que luego se felicitaron en el registro. Aquellos que atizan al Oso hasta el punto de amenazar «los intereses fundamentales de nuestra seguridad lamentarán lo que se ha hecho, como no han lamentado nada durante mucho tiempo».

Los sorprendentes acontecimientos de las últimas semanas -la cumbre entre China y Estados Unidos en Alaska, la cumbre entre Lavrov y Wang Yi en Guilin, la cumbre de la OTAN, el acuerdo estratégico entre Irán y China, el discurso de Xi Jinping en el foro de Boao- se unen ahora en una cruda nueva realidad: la era de un Leviatán unilateral que impone su voluntad de hierro ha terminado.

Para los rusófobos que aún no han captado el mensaje, un Putin frío, tranquilo y sereno se vio obligado a añadir: «Está claro que tenemos suficiente paciencia, responsabilidad, profesionalidad, confianza en nosotros mismos, seguridad en la corrección de nuestra posición y sentido común a la hora de tomar cualquier decisión. Pero espero que a nadie se le ocurra cruzar las llamadas líneas rojas de Rusia. Y dónde van, lo determinamos nosotros mismos en cada caso concreto».

De vuelta a la realpolitik, Putin tuvo que subrayar una vez más la «especial responsabilidad» de los «cinco estados nucleares» para discutir seriamente «cuestiones relacionadas con el armamento estratégico». Es una cuestión abierta si la administración Biden-Harris – detrás de la cual se encuentra un cóctel tóxico de neoconservadores e imperialistas humanitarios – estará de acuerdo.

Putin: «El objetivo de tales negociaciones podría ser crear un entorno de coexistencia sin conflictos, basado en la igualdad de seguridad, que abarque no sólo las armas estratégicas, como los misiles balísticos intercontinentales, los bombarderos pesados y los submarinos, sino también, me gustaría subrayar, todos los sistemas ofensivos y defensivos capaces de resolver tareas estratégicas, independientemente de su equipamiento.»

Aunque el discurso de Xi en el foro de Boao se dirigió sobre todo al Sur Global, Putin destacó cómo «estamos ampliando los contactos con nuestros socios más cercanos en la Organización de Cooperación de Shanghái, los BRICS, la Comunidad de Estados Independientes y los aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva», y ensalzó «los proyectos conjuntos en el marco de la Unión Económica Euroasiática», anunciados como «herramientas prácticas para resolver los problemas del desarrollo nacional.»

En pocas palabras: integración de hecho, siguiendo el concepto ruso de la «Gran Eurasia».

«Tensiones que rozan los niveles de guerra»

Ahora compare todo lo anterior con la Orden Ejecutiva (OE) de la Casa Blanca que declara una «emergencia nacional» para «hacer frente a la amenaza rusa».

Esto está directamente relacionado con el presidente Biden -en realidad el equipo que le dice lo que tiene que hacer, con auricular y teleprompter- prometiendo al presidente ucraniano Zelensky que Washington «tomaría medidas» para apoyar los deseos de Kiev de recuperar Donbass y Crimea.

Hay varias cuestiones que llaman la atención en esta OE. Niega, de facto, a cualquier ciudadano ruso los plenos derechos sobre sus propiedades en Estados Unidos. Cualquier residente en Estados Unidos puede ser acusado de ser un agente ruso dedicado a socavar la seguridad de Estados Unidos. Un subpárrafo (C), que detalla «acciones o políticas que socavan los procesos o instituciones democráticas en los Estados Unidos o en el extranjero», es lo suficientemente vago como para ser utilizado para eliminar cualquier periodismo que apoye las posiciones de Rusia en los asuntos internacionales.

Se ha sancionado la compra de bonos rusos OFZ, así como a una de las empresas implicadas en la producción de la vacuna Sputnik V. Pero la cereza de este pastel de sanciones puede ser que, a partir de ahora, todos los ciudadanos rusos, incluidos los que tienen doble nacionalidad, pueden tener prohibida la entrada en territorio estadounidense, salvo mediante una rara autorización especial que se añade al visado ordinario.

El periódico ruso Vedomosti ha señalado que en un ambiente tan paranoico los riesgos para grandes empresas como Yandex o Kaspersky Lab aumentan considerablemente. Aun así, estas sanciones no han sido recibidas con sorpresa en Moscú. Lo peor está por llegar, según los conocedores de la Ruta de la Seda: dos paquetes de sanciones contra Nord Stream-2 ya aprobados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

El punto crucial es que esta Orde Ejecutiva sitúa de facto a cualquiera que informe sobre las posiciones políticas de Rusia como una amenaza potencial para la «democracia estadounidense». Como ha señalado el destacado analista político Alastair Crooke, se trata de un «procedimiento habitualmente reservado a los ciudadanos de Estados enemigos en tiempos de guerra». Crooke añade: «Los halcones estadounidenses están subiendo la apuesta de forma feroz contra Moscú. Las tensiones y la retórica están rozando niveles de guerra».

Es una cuestión abierta si el Estado de la Nación de Putin será examinado seriamente por el tóxico combo lunático de neoconservadores e imperialistas humanitarios empeñados en acosar simultáneamente a Rusia y China.

Pero el hecho es que ya ha empezado a suceder algo extraordinario: una especie de «desescalada».

Incluso antes del discurso de Putin, Kiev, la OTAN y el Pentágono aparentemente captaron el mensaje implícito en el hecho de que Rusia trasladara dos ejércitos, enormes baterías de artillería y divisiones aerotransportadas a las fronteras del Donbass y de Crimea, por no mencionar los principales activos navales trasladados del Caspio al Mar Negro. La OTAN no podría ni soñar con igualar eso.

Los hechos en diferentes terrenos lo dicen todo. Tanto París como Berlín estaban aterrorizados por un posible enfrentamiento de Kiev directamente contra Rusia, y presionaron furiosamente en contra, pasando por alto a la Unión Europea y a la OTAN.

Entonces, alguien -podría haber sido Jake Sullivan- debió susurrar en el auricular del muñeco de pruebas de choque que no se puede ir por ahí insultando al jefe de un Estado nuclear y esperar mantener la «credibilidad» mundial. Así que después de esa ya famosa llamada de «Biden» a Putin llegó la invitación a la cumbre sobre el cambio climático, en la que cualquier promesa elevada es en gran medida retórica, ya que el Pentágono seguirá siendo la mayor entidad contaminante del planeta Tierra.

Así que Washington puede haber encontrado una forma de mantener al menos una vía de diálogo abierta con Moscú. Al mismo tiempo, Moscú no se hace ninguna ilusión de que el drama Ucrania/Donbass/Crimea haya terminado. Aunque Putin no lo haya mencionado en el Estado de la Nación. Y aunque el ministro de Defensa Shoigu haya ordenado una desescalada.

El siempre inestimable Andrei Martyanov ha señalado alegremente el «choque cultural cuando Bruselas y Washington D.C. empezaron a sospechar que Rusia no «quiere» a Ucrania. Lo que Rusia quiere es que este país se pudra en implosiones, sin que los excrementos de esta implosión golpeen a Rusia. Que Occidente pague la limpieza de este «cluster de mierda» (clusterf**k) también está en los planes rusos para el Bantustán ucraniano».

El hecho de que Putin ni siquiera mencionara Bantustán en su discurso corrobora este análisis. En cuanto a las «líneas rojas», el mensaje implícito de Putin sigue siendo el mismo: no se tolerará una base de la OTAN en el flanco occidental de Rusia. París y Berlín lo saben. La UE lo niega. La OTAN siempre se negará a admitirlo.

Siempre volvemos a la misma cuestión crucial: si Putin será capaz, contra todo pronóstico, de hacer una jugada combinada de Bismarck y Sun Tzu y construir una entente cordiale germano-rusa duradera (y eso está muy lejos de ser una «alianza»). Nord Stream-2 es una pieza esencial del engranaje, y eso es lo que está volviendo locos a los halcones de Washington.

Pase lo que pase, a efectos prácticos el Telón de Acero 2.0 ya está en marcha, y simplemente no desaparecerá. Habrá más sanciones. Se ha lanzado todo al Oso menos una guerra caliente. Será inmensamente entretenido ver cómo, y a través de qué pasos, Washington se involucrará en un «proceso de desescalada y diplomático» con Rusia.

El Hegemónico siempre puede encontrar la manera de desplegar una campaña masiva de relaciones públicas y, en última instancia, reclamar un éxito diplomático en la «disolución» del impasse. Bueno, eso ciertamente es mejor que una guerra caliente. Por lo demás, a los aventureros del Libro de la Selva se les ha aconsejado: intenten cualquier cosa divertida y prepárense para un encuentro «asimétrico, rápido y duro».

FUENTE: https://www.radiohc.cu/especiales/exclusivas/255259-putin-reescribe-la-ley-de-la-selva-geopolitica

En la revolución que está sufriendo el mundo en estos últimos tiempos, sin dudas la escalada de tensiones entre USA-China y la pandemia por covid-19 se llevan el Oscar a los protagonistas del año, si no de la década. Jorge Castro analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE) nos explica que ésta sucediendo en el sistema internacional y en la región.

Por Gretel Zeniquel

En la revolución que está sufriendo el mundo en estos últimos tiempos, sin dudas la escalada de tensiones entre USA-China y la pandemia por covid-19 se llevan el Oscar a los protagonistas del año, y me atrevo a decir de la década. 

La relación USA-China

Según Castro, la República Popular de China ya no acepta la primacía estratégica de USA bajo el gobierno del demócrata Joe Biden, como sí lo hacía con su predecesor en el poder, Donald Trump. Esto se da «fundamentalmente por las situación política interna» del país norteamericano. 

«Estados Unidos experimenta una crisis política de envergadura que, probablemente es la más grave de la historia norteamericana desde la Guerra Civil (1861-1865)», resalta el autor del libro «El Desarrollismo del Siglo XXI».

Y explica: «La razón de esta crisis política es que la mitad del electorado estadounidense rechaza los resultados electorales del 3 de noviembre pasado y considera que estos, que le dieron el triunfo a Biden y a los demócratas, han sido fraguados. Es decir, la mitad del electorado de Estados Unidos no reconoce la legitimidad de Joe Biden»

Debido a que este hecho no tuvo nunca lugar en la historia de USA, lo deja en «una situación de debilidad internacional»,  dice Castro. Y aclara que no es un problema económico porque «Estados Unidos experimenta un boom» en este sector. «El problema es estrictamente político», concluye el analista internacional.

Al preguntarle si habrá alguna diferencia sustancia en la dirección de las políticas Biden con respecto a Trump, Castro aseguró que el actual mandatario «seguirá los lineamientos esenciales establecidos» por su predecesor. Sobre todo con respecto a China. 

«El gobierno de Trump, en diciembre de 2017 dio a conocer su estrategia de seguridad nacional que establece que su principal rival geopolítico del sigo XXI es la República Popular China y, por lo tanto, hay una competencia estratégica ineludible entre las dos superpotencias», dijo el analista internacional.

Siguiendo esta línea, se planteó la posibilidad de terminar en una guerra abierta como resultado de la «Trampa de Tucídides» y Castro aseguró que «el hecho de que haya ocurrido en ciertas circunstancias de la historia, no significa que vaya a ocurrir en el momento actual»

«Al mismo tiempo que la competencia estratégica se acentúa, en la actualidad, hay procesos de cooperación ineludible», subrayó el presidente del IPE. 

«Por ejemplo el comercio bilateral entre USA y China en 2021 se encuentra en niveles récords históricos, ha aumentado el 61%. Esto significa que el auge y la acentuación de la competencia estratégica entre las dos superpotencias del momento actual, esta acompañada por el hecho de que son los dos principales países del mundo que están cada vez más integrados. Esto parece una paradoja, pero no lo es porque establece los términos en los cuales se realiza esta competencia, donde lo militar está excluido al igual que la idea de separación entre los dos protagonistas del conflicto de nuestra época», explicó. 

Y agregó: «El cálculo que conviene hacer es el siguiente: en 1960, el momento más álgido de la Guerra Fría, el comercio bilateral entre USA y la URSS era de 2.000 millones de dólares por año. En este momento, el comercio bilateral entre USA y República Popular China es de 2.000 millones de dólares por día»

La situación en América Latina

Las políticas de Biden, según Castro, seguirán los trazos de Trump también en nuestra región, no sólo con respecto a la cuestión venezolana y a Cuba, sino también con México por ejemplo.

«El punto que conviene subrayar es que hay un dato estratégico que vincula a los dos partidos estadounidenses, el demócrata y el republicano: hay un completo consenso para convalidar la iniciativa de Trump de formular un nuevo acuerdo de libre comercio en América del Norte, un nuevo NAFTA. Esta iniciativa fue convalidada en ambas Cámaras por el voto casi unánime de los dos partidos. Este nuevo Nafta abarca a Canadá y a México», detalló Castro.Y señaló que «México se transformó en un país esencialmente norteamericano, integrado plenamente a la economía de Estados Unidos y Canadá». 

Sin embargo, el cambio fundamental que está pendiente en América del Sur de parte del gobierno del actual mandatario de USA es hacia Brasil. «Esto por dos motivos: primero porque el gobierno de Jair Bolsonaro fue el principal aliado de Trump en Latinoamérica y esta situación se modificó. Al mismo, hay que tomar en cuenta que Brasil es el país más relevante de la región. El 51% del producto bruto regional es la economía brasileña. El 74% del producto bruto del MERCOSUR es Brasil. De modo que lo que sucede entre USA y Brasil es el elemento decisivo del gobierno de Biden en la región», remarcó Castro. 

Estos últimos días, además, se han corrido rumores sobre una base china en Argentina debido a la visita de dos funcionarios muy cercanos a Biden para conversar con Alberto, pero Jorge Castro dijo que «son leyendas urbanas». 

«Son leyendas urbanas. No hay tal cosa. No hay ni una base militar en Neuquén. Lo que hay es una instalación astronómica para seguir la investigación del ultraespacio, situado más allá de la atmósfera, por un acuerdo establecido en su momento por un acuerdo entre China y Argentina, con la mediación y asociación del organismo argentino encargado de las actividades espaciales CONAE, el cual, además, tiene pleno acceso a las instalaciones de Neuquén y, por lo tanto, puede utilizar sus servicios para sus propias investigaciones», desmintió Castro.  

Y explicó que «en el mismo camino, en Malargüe, Mendoza, hace 18 años que hay una instalación astronómica de similares características que en Neuquén, sólo que establecida por la Unión Europea y no causó ninguna preocupación estratégica de ningún país del mundo ni menos de Estados Unidos»

«Lo que hay es la creación de una zona aduanera para que los productos importados por la zona franca de Tierra del Fuego puedan ser distribuidos con un criterio moderno automatizado no sólo a Argentina sino, también, a otras partes del mundo. En esto hay un interés y participación de un consorcio de empresas donde están algunas e las principales empresas logísticas chinas», detalló Castro. 

La pandemia por coronavirus

La explosión del covid-19 puso patas para arriba al mundo en general, pero Castro dice que hay que mirarlo de la siguiente manera: «hay un proceso masivo de vacunación de la población del planeta, comenzando por los dos principales países del mundo que son China y Estados Unidos».

«En este momento Estados Unidos está vacunando a un promedio de 4 millones de personas por día. A este ritmo de vacunación, la población estadounidense inmunizada va a superar el 70% de los 340 millones de USA entre los meses de mayo y junio de este año. En el caso de China, que logró controlar la pandemia por coronavirus sin recurrir a la vacunación, va a comenzar a inmunizar a su población recién ahora, pero para el mes de julio de este año más del 40% (1.400.000 millones de chinos) este vacunada, y más del 60% en diciembre del 2021», precisó Castro. 

Sin embargo, «el dato fundamental es que faltan dosis en el mundo porque la vacunación es masiva», concluyó. 

FUENTE: https://urgente24.com/mundo/global/sobre-las-bases-militares-hay-leyendas-urbanas-lo-decisivo-para-biden-en-la-region-es

Jorge Castro analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE)

Lo libros de historia dirán que Argentina se convirtió en el primer país en Latinoamérica en iniciar la producción de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V. Un hecho que fue anunciado por el Fondo Ruso de Inversión Directa [RDIF] de Rusia. Se trata de un gran triunfo geopolítico de Rusia, según el analista Carlos Pereyra Mele.

AUDIO: https://video.img.ria.ru/Out/MP3/20210426/2021_04_26_QP2104_jzg3n1ri.35x.mp3

Confianza

Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, incide en que este hecho constata una clara demostración de confianza hacia la vacuna rusa por parte de Argentina. El experto recuerda que «esta vacuna que ha recibido, desde que fue registrada como la primera a nivel global, una oleada de agresividad, de ataques».El analista recuerda que desde Occidente denunciaban, sin pruebas, de que el fármaco ruso no reunía las condiciones técnicas para poder afirmar de que era eficaz. «Luego, cuando la revista The Lancet dijo que esta vacuna era una de las más eficaces, inmediatamente variaron los discursos a nivel global, y por supuesto que en nuestro país [Argentina] se repetía fundamentalmente en algunos partidos de la oposición salvaje que vivimos por estos tiempos en América del Sur, y en Argentina en particular

«La vacuna pasó de ser negada, ninguneada, agredida, a ser la más aceptada por la población [argentina]», de acuerdo a Pereyra Mele.

De acuerdo al analista, las últimas encuestas que han realizado encuestadoras fuertes y grandes de Argentina, han llegado a la conclusión de que todo el mundo intenta recibir la vacuna Sputnik V, antes que algunas otras de otras farmacéuticas y de otras naciones.»Esto es muy importante, porque si uno lo analiza desde el punto de vista geopolítico, es un triunfo geopolítico de la Federación Rusa ante toda esta campaña de desprestigio, de ninguneo, que fue global y que en las Américas, y que fundamentalmente en la América del Sur, fue salvaje, fue durísima», explica.»Por ejemplo, aquí en la Argentina, una ‘señora tradicional’, una ‘pitonisa’ que permanentemente nos habla de que la Argentina marcha hacia la destrucción total, la señora [ex diputada nacional Elisa] Carrió, dijo que Sputnik V era un veneno.

Y otros miembros del Parlamento que son de la oposición dijeron ‘no sé qué carajo le están metiendo a nuestros viejos’. Lo dijeron públicamente. Y nadie se ha retractado, nadie ha hecho un ‘mea culpa'», advierte Pereyra Mele.»Ahora pasa que no alcanza la producción para vacunar a la gente. Esta implementación en territorio argentino trae justamente eso: alcanzar los niveles de vacunación que necesita la población, tanto argentina como latinoamericana, y que va a ser un gran proveedor, en este caso, el laboratorio Richmond», concluye Carlos Pereyra Mele.

La Cancillería turca destaca que «rechaza por completo» la declaración de Biden.

La Cancillería turca informó haber convocado al embajador de EE.UU. en Ankara a raíz de que el presidente Joe Biden reconociera como genocidio las masacres de armenios en el Imperio otomano, y agregó haberle transmitido al diplomático la «fuerte reacción» de Turquía.

Desde el ministerio turco señalaron que el viceministro de Exteriores, Sedat Onal, le comunicó al embajador estadounidense, David Satterfield, que la declaración del presidente norteamericano no tenía base legal y que Ankara «la rechazó, la encontró inaceptable y la condenó en los términos más duros». Agregó, además, que la declaración había causado una «herida en las relaciones que será difícil de reparar».

«Esta declaración de EE.UU., que distorsiona los hechos históricos, nunca será aceptada en la conciencia del pueblo turco y abrirá una herida profunda que socava nuestra confianza y amistad mutuas», enfatizó la Cancillería turca.

Se informó también de que las misiones diplomáticas de EE.UU. en Turquía permanecerán cerradas los próximos lunes y el martes como «medida de precaución». En particular, estarán cerrados la Embajada de EE.UU. en Ankara, el Consulado General de EE.UU. en Estambul, el Consulado de EE.UU. en Adana y la Agencia Consular de EE.UU. en Esmirna.

Previamente, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, destacó que Turquía «rechaza por completo» el reconocimiento de Biden. «No tenemos nada que aprender de nadie sobre nuestro propio pasado. El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia. Rechazamos por completo esta declaración basada únicamente en el populismo», escribió Cavusoglu en Twitter.

El portavoz presidencial turco, Ibrahim Kalin, dijo, a su vez, que EE.UU. debería mirar su propio pasado en respuesta al reconocimiento por parte del presidente Joe Biden de las masacres de armenios en 1915 en el Imperio otomano como genocidio.

Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, acogió con beneplácito la decisión de Biden de reconocer el genocidio. Afirmó que encomia «la posición de principio [de EE.UU.] que es un paso poderoso en el camino hacia la verdad y justicia histórica, un apoyo inestimable a los herederos de las víctimas del genocidio de los armenios».

Sobre el asunto, el analista y director de Dossier Geopolítico, Carlos Alberto Pereyra Mele, opina que actualmente EE.UU. revisa el papel de Turquía como su aliado clave en la región.

FUENTE: https://actualidad.rt.com/actualidad/390365-cancilleria-turca-convocar-embajador-eeuu

La división más crítica entre ambos es la geopolítica y las percepciones de quién es amigo y enemigo, en lo que tiene que ver con la visión de China.

POR: IAN BREMMER

Donald Trump cambió Estados Unidos, no tanto como querían sus partidarios, pero más de lo que esperaban sus críticos. Sin embargo, este no fue el único país que cambió estos últimos cuatro años.

Mientras el actual presidente Joe Biden lucha por tranquilizar a los aliados de que el EE. UU. que recuerdan está “de vuelta”, otros han seguido cambiando, lo que hace que sea imposible volver a la forma en que las cosas eran. Eso es particularmente cierto en el vínculo transatlántico: la relación única que alguna vez se disfrutó entre EE. UU. y Europa no volverá, incluso con Biden. Y no todo tiene que ver con Trump.

La primera razón por la que las relaciones entre Estados Unidos y la UE no volverán a su estado anterior es previa a que Trump asumiera el cargo: la votación del Brexit, pues durante décadas, el Reino Unido fue el primer puerto de escala de EE. UU. cuando se trataba de Europa.

Si bien a veces se opuso a los vientos predominantes en la UE, Londres sirvió como un defensor confiable y eficaz de Estados Unidos en el bloque. Biden debe invertir ahora aún más tiempo y energía en sus relaciones con políticos e instituciones de la UE sin que parezca que le dan una menor importancia al Reino Unido; los lazos de defensa e inteligencia angloamericanos siguen siendo lo suficientemente valiosos como para merecer una atención especial de Washington. Después de todo, es el Reino Unido el que comparte más estrechamente la opinión de Estados Unidos sobre cuestiones geopolíticas como Rusia y China.

Por otro lado, la administración Biden comparte la evaluación de la UE (e Irlanda) de los desafíos restablecidos por el Brexit en Irlanda del Norte.

El Brexit hará que navegar por la relación entre el Reino Unido y la UE sea mucho más desafiante para la Casa Blanca, especialmente porque Reino Unido y la UE siguen en desacuerdo en el futuro previsible.

La segunda línea que separa a EE. UU. y Europa está en los valores más amplios que sustentan las decisiones. En cuestiones económicas, la era Trump despertó en los políticos estadounidenses la conciencia de que necesitan atender de manera más proactiva los asuntos internos. Para los demócratas, eso significa más asistencia para los trabajadores estadounidenses y más subsidios industriales. Esto puede parecer más familiar en Europa, pero no impedirá que Bruselas defienda su mercado único frente a lo que percibe como ventajas competitivas injustas.

A esto se le puede agregar el enfoque de la UE a las preocupaciones del Siglo XXI como el cambio climático y los servicios digitales, lo que deriva en una probabilidad bastante alta de que se apliquen nuevos aranceles, regulaciones o ambos al comercio entre ambos.

Junto con los diferentes enfoques adoptados para cuestiones como la privacidad de los datos, el contrato social y la libertad de expresión, los “valores comunes” que alguna vez compartieron Estados Unidos y Europa se están volviendo difíciles de volver a alinear.

Pero la división más crítica es la geopolítica y las percepciones de quién es amigo y quién enemigo. La relación transatlántica estuvo en su punto más fuerte durante la Guerra Fría, cuando los soviéticos presentaban un enemigo común en el que tanto Estados Unidos como Europa debían concentrarse. Hoy en día, algunos europeos quieren relaciones más estrechas con Moscú, considerándola un socio energético fundamental; otros buscan ignorar las acciones agresivas de Vladímir Putin en el extranjero y las violaciones de derechos humanos en el país.

Pero el verdadero problema de división entre EE. UU. y Europa es China: Estados Unidos ve al país asiático como su principal rival, tanto en el panorama económico como en el de seguridad nacional (incluida la tecnología).

Europa puede considerar a China como una amenaza para la seguridad nacional, pero espera cooperar económicamente en áreas de interés mutuo con Pekín, como se muestra en el Acuerdo Integral sobre Inversiones que firmaron en diciembre.

Es difícil trabajar en estrecha colaboración cuando ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos. Y sin una amenaza externa para unirlos, la relación transatlántica se aleja aún más.

Los líderes europeos están felices de ver a un presidente más tradicional como Biden de regreso en la Casa Blanca. Pero el alivio de que Trump se haya ido no proporciona una base para una relación sólida.

La alianza transatlántica está en declive, al igual que el orden mundial liderado por Occidente. Cuanto antes comprendan eso ambas partes, antes podrán comenzar a construir la nueva arquitectura necesaria para una relación más sólida y duradera.

Ian Bremmer
Presidente de Eurasia Group y GZero Media, y autor de ‘Us vs. Them: The Failure of Globalism’.

@ianbremmer

FUENTE: https://www.portafolio.co/opinion/ian-bremmer/geopolitica-la-relacion-de-estados-unidos-y-europa-que-recordamos-no-volvera-551045