Articulo Publicado en el sitio web Vos Populi Por Luis Riestra

Mi conclusión es que los supuestos liberales, dueños y señores del Departamento de Estado, son unos taimados realistas, pues lo que tienen es una estrategia de dominación mediante la implantación y promoción de partitocracias

La agresión militar de Rusia contra Ucrania dejó perplejos a casi todos por su aparente irracionalidad pero, en realidad, tiene su lógica dentro de los esquemas dominantes del pensamiento geopolítico contemporáneo, tanto que pareciera que se está aplicando un manual, de ahí que algunos pensadores y analistas lo hubieran advertido repetidamente durante años. Putin no se ha vuelto loco y, una vez más, se ha comprobado algo que repetimos aquí continuamente: la política (en este caso la geopolítica) determina la economía, no al revés, salvo que no tengas nada y no quieras ser un miserable infeliz. Así que hoy, que los ánimos están más calmados, exploraremos este complejo rompecabezas intentando entender la perspectiva rusa.

Lamentablemente, en España, salvo contadas excepciones, antes de que termines de decir lo anterior eres asaltado con que «eres un vendido a Putin», etc., una ofensa intolerable, pues yo no me dedico a la prostitución económica como muchos economistas del régimen, aparte que antes de esta guerra yo ya había sido víctima indirecta de Putin con un costo altísimo, de esos que te cambian la vida, con lo que ya se pueden imaginar la estima que le tengo al personaje y a su régimen, y ahora, con su guerra, me toca segunda ronda. 

Debería ser obvio que cuando uno explica cómo se comporta un oso, o un adversario, no significa que uno sea partidario de que ese animal vaya por ahí descabezando a la personas, o que seas un traidor, pero, por lo visto, no lo es, incluso entre quienes te conocen.

Realismo vs. idealismo geopolítico

Esas dicen que son las dos «escuelas» (enlace a un breve debate introductorio) que marcan las relaciones internacionales y que recuerdan a otra dicotomía, a la de la economía positiva (trata de lo que es) versus la economía normativa (lo que debería ser) Los realistas dicen que existen causas objetivas, como la geografía, que marcan las acciones de los Estados, mientras que los (supuestos) idealistas se nos presentan como «liberales» que defienden la llamada «democracia liberal», que es como los anglosajones llaman a la socialdemocracia y, si no les obedeces, te mandan al ostracismo.  

Mi conclusión es que los supuestos liberales, dueños y señores del Departamento de Estado, son unos taimados realistas, pues lo que tienen es una estrategia de dominación mediante la implantación y promoción de partitocracias, tal fue nuestro caso con el R78 y, de Japón a Iraq, la lista es larguísima. Los idealistas dicen seguir a Woodrow Wilson pero en realidad siguen a Mackinder, como demostramos en «El progresismo y sus trampantojos«, y en eso, esta guerra les viene de fábula.  

Para los realistas los Estados y los políticos que los dirigen son actores implacables y sin escrúpulos que están dispuestos a hacer lo que haga falta por su supervivencia, de modo que «el poder es el derecho» y, como demócrata, me parece que el mejor punto de partida es considerar a los políticos son presuntos delincuentes, de ahí la necesidad de la democracia formal y acabar con las partitocracias. Lógicamente, como en la mayor parte del mundo no hay democracia formal, delinquen más, por eso abundan las ONGs fake, el tráfico de personas, de drogas, el terrorismo, etc., al tiempo que imponen narrativas y los pueblos les compran sus unicornios azules, que así no buscamos el interés de España por ejemplo.

Por supuesto, hay luchas por el botín geopolítico, que la política es eso, lucha por tener y aumentar el poder, una lucha en la que somos meros instrumentos. Como realistas duros tendríamos a Rusia, EE.UU. y, ya más cerca, a Marruecos y Francia; mientras, en España, se aplica una especie de idealismo idiota y corrupto.

Las «puertas» de Rusia

El tirano ruso ha dicho en distintas ocasiones que hay líneas rojas pero parece que no le escuchan, al menos los ciudadanos del común, esos a quienes manipulan los oligopolios televisivos. Una de dichas líneas rojas era la entrada de Georgia y Ucrania en la OTAN y, cuando pudo, a Georgia le dio un correctivo. Luego, desde Occidente se siguió insistiendo con Ucrania y puede que alguien dijera «sabes qué, te voy a meter en una guerra en la que te vas a empantanar y desangrar, así no molestas por una generación«; no lo descarten, sean «realistas».

Putin también ha repetido que Ucrania se había convertido en una amenaza existencial (entiéndanlo literalmente), luego, esta guerra no puede «perderla», y, a los españoles, protegidos por mares y los Pirineos, con uno de los territorios más difíciles de conquistar (salvo traiciones internas, como ahora) dicha afirmación rusa nos suena raro, pero no  lo es. ¿En qué se basa?

Sin buenas fronteras naturales la defensa de Rusia es durísima y ya ha sido invadida en distintas ocasiones (una lista hasta antes de la PGM), de ahí que siempre se recuerde la respuesta de Catalina la Grande sobre cómo pensaba defender sus fronteras: «¡extendiéndolas!». Así, de oriente a occidente, las puertas de Rusia serían la del corredor de Altái (de momento segura), la centro asiática, asegurada temporalmente tras la crisis de Kazajistán, que vimos, la costa occidental del mar Caspio, con Azerbaiyán (que está pendiente), la costa oriental del mar Negro, de ahí la importancia de asegurar Georgia, la de Crimea (reconquistada), la del corredor de Besarabia, la puerta más amplia a occidente, con Transnistria de freno, pero que se aseguraría con una Ucrania neutral o dominada, la del corredor polaco, la del báltico y la  de Arcángel o del mar Blanco. 

Esas puertas solo consiguió asegurarlas con la URSS, cuya disolución Putin considera la mayor catástrofe geopolítica del siglo veinte, y son la columna vertebral de la política exterior de los «siloviki» (o silovik), los hombres fuertes del Kremlin. Hoy, ese objetivo es inalcanzable y menos con el ejército ruso que hemos visto (un bien apertrechado ejército polaco lo liquida en dos semanas), salvo que la guerra se alargue y Ucrania se convierta en una laboratorio bélico para Rusia.

La amenaza existencial para Rusia viene de que una coalición (la OTAN) la invada por el Cáucaso vía Turquía (enemigo secular) y por Ucrania, mientras le cierran la salida al Báltico y al mar Blanco por Finlandia. Sería su muerte. Tendría entonces que usar armas nucleares en territorios con población rusa. Nadie se cree hoy dicha invasión, salvo los realistas (taimados o no) y los rusos, que recuerdan sus invasiones, las promesas a Libia, Iraq, etc. y que la historia da muchas vueltas, así que lo de que la OTAN solo es defensiva lo ven como otro unicornio azul.

El credo geopolítico

Es la doctrina por la que se rige la geopolítica de las grandes potencias y a la que dedicamos un resumen (enlace), destacando de nuevo Mackinder, como su máximo ideólogo y para quien hay una región pivote, que coincide con los territorios de Rusia, Bielorrusia, Irán, las repúblicas centro asiáticas, Mongolia y parte de China y, según dicho territorio se moviera, así se movía la geopolítica, de modo que quien la controle o inmovilice dominará el mundo. 

La razón de la potencia de esta región pivote, que los rusos han defendido con decenas de millones de muertos, se debe a su disponibilidad de recursos para aguantar una guerra y, en caso de invasión, la defensa sería parecida a la que le hacen hoy los ucranianos, que el oso se ha metido en un lago que creía lleno de salmones cuando son feroces pirañas con los aliados más poderosos de la Tierra. El peligro cierto ahora es que, ante una debacle militar, Rusia utilice armamento nuclear táctico; han dado señales al respecto, pero de nuevo, no les hacen caso.  

La política de contención, destrucción, control y/o sumisión de la región pivote la conocen, se ha venido haciendo desde la Guerra Fría (si no antes) y luego se añadieron revoluciones de colores, etc. Hoy destacan las sanciones y, cuando un senador estadounidense necesitaba votos, sancionaban a Rusia; incluso Trump presumía de haber puesto más sanciones que nadie. Las sanciones no evitan guerras, al contrario, como ocurrió con Japón antes de la SGM, pero dan mucho juego a los políticos; de hecho, hoy, son un obstáculo a la retirada rusa y a quien no se puede aislar totalmente.

Guerra y Paz

Putin podría haber dejado el problema a otro, pero prefirió hacer la guerra ahora que luego con Ucrania en la OTAN, total, las sanciones seguían creciendo y, tras la huida de Afganistán de un Biden con lagunas transitorias y un  Zelensky, que es el menos anti ruso de los políticos con poder en Ucrania pero no tenía más alternativa que seguir la línea dura (fracaso de Minsk II, etc.), se la jugó y ahora a Putin y a los rusos solo les queda correr o reventar, adaptándose a la derrota en el norte y la victoria en el sur y modernizando y aumentando sus capacidades militares a marchas forzadas, algo que conocen de siempre.

Luego hay otro factor añadido, la demografía (siguiente gráfica), con una natalidad tan mala como la nuestra pero con la gran diferencia de que, de Rusia, muchos se quieren ir y pocos «volver» (de ex URSS), mientras España tiene españoles fuera (que tanto molestan al progresismo), algunos de emigración reciente, en Hispanoamérica, que desean venir. Con menos población rusa a futuro para mantener su sistema económico y de defensa y para la compensación del islamismo (de nuevo Kazajistán, etc.), el tiempo jugaba en contra.

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Por otro lado, cuando se cambia de orden generacional es muy difícil derrotar una país (caso URSS en SGM) y Ucrania y Rusia, con dos órdenes nuevos consolidados (globalismo vs. nacionalismo), la sangría se podría «eternizar».

¿Y el interés de España?

No entraremos, por su extensión, en el interés de España, pero una guerra larga en Ucrania no nos interesa por nuestra carencia casi absoluta de materias primas industriales (realismo), por no hablar de, aunque sí nos interesa el castigo a Rusia, que al sur (más realismo) hay otro tirano con tradición invasora, de momento en la zona gris, pero sobre todo y antes que nada, para parar las muertes y destrucción de esta guerra (idealismo moral) al que se sumarán las hambrunas subsaharianas y en otras áreas por el encarecimiento de los fertilizantes y otros insumos agrícolas. El panorama que se presenta es realmente desolador. 

Lamentablemente, parece que nadie quiere la paz y cuando hoy, como en 2014, propones ayudar a Ucrania pero buscar su neutralidad (como Kissinger, John Mearsheimer o incluso Alemania), se repiten las agresiones personales comentadas al principio, que quiero creer que ocurren porque desconocen el término. En todo caso, trabajemos por la paz y por el fin de este desastre humanitario intolerable. ¿O es que acaso lo que realmente se quiere es la guerra y que sigan matándose? Espero que no.Guerra en UcraniaRusiaUcraniaVladímir Putin

Fuente Voz Populis 28/4/2022

https://www.vozpopuli.com/opinion/la-geopolitica-de-rusia.html

Articulo realizado antes de la guerra directa entre la Federacion Rusa y Ucrania, en un medio Atlantista

Todo análisis político debe partir de la base de que, de lo que se trata, es de la conquista y mantenimiento del Poder y hoy, cuando estudiamos las alianzas de Rusia y China en Asia lo que vemos es que siguen un Credo geopolítico muy concreto. Recordemos que un Credo más o menos racional determina una Moral y que dicha Moral determina a su vez una Política, una proyección de Poder, que a su vez determinará la Economía y el Derecho, en este caso el nuevo orden mundial. Ese Credo geopolítico es lo que veremos hoy.

Uno de los mayores problema al tratar temas relativos al Poder, es que la gente «normal», que suele ser la más apta moral y profesionalmente, es reacia al mismo, ya que, además de las responsabilidades que conlleva, de la asunción de riesgos, de la exposición personal, exige una fuerte dosis de coerción (incluso coacción) sobre las personas. Así las cosas, suele ocurrir que el Poder termina en manos de «anormales», calificativo que pueden tomar en su sentido estadístico (fuera del ciudadano promedio) o en sus peores variantes, sobre todo si la forma de gobierno no es representativa y/o está muy degradada como la nuestra.

Hecha esa aclaración, ahora sí podemos pasar a ver los tres autores principales que han fijado el Credo geopolítico que dirige las acciones de los «anormales» que mueven los hilos de la política internacional.

Sir Halford Mackinder.

Este académico y pensador británico (1861-1947), fundador de la London School of Economics, es probablemente el geógrafo más influyente de todos los tiempos y el padre del Credo dominante en la geopolítica mundial. Sería imposible resumir aquí a tan prolífico y brillante pensador pero digamos que, tras estudiar la geografía del planeta, en 1904 publica «El pivote geográfico de la Historia«, un ensayo que sería la génesis de su concepción del Poder Mundial; en él ve al planeta con cuatro áreas de poder: una, la principal y rectora, la Isla-Mundo, formada por Eurasia y África (ésta con un papel muy secundario), otra, donde las Américas y Australia serían un «anillo» exterior de islas periféricas («Outlying islands») y la tercera, la costa de Eurasia, un «anillo» intermedio («Offshore islands») que (cruza el Islam e) incluye las islas (del Reino Unido a Japón) bordeando un territorio continental interior (sin costa navegable todo el año) al que llama «El área de Pivote» o «Heartland«.

Aunque hay distintas representaciones de ese territorio pivote de la Historia, de ese «Heartland» en el centro de la Isla-Mundo que es Eurasia, pienso que la mejor rendición hoy de él sería el que incluye la parte no costera de Rusia, más Bielorrusia, Irán, Afganistán, las repúblicas de Asia Central, Mongolia y parte de China. Mackinder lo ve como un área factible de cerrarse a ataques exteriores,  con recursos y fuerza suficientes como para, según pivote, determinar quién domina el mundo. Por Occidente, sus dos zonas de bloqueo serían Polonia y los Cárpatos, de ahí que, ante las disfuncionalidades de la OTAN, Estados Unidos haya fijado bases en Polonia y Rumanía, o que Rusia tenga una relación especial con Bielorrusia y Moldavia.

En su tiempo, cuando China no contaba, Mackinder fijó la máxima, muy querida por los estrategas nazis, de que «quien gobierne Europa Oriental, manda sobre el área pivote («Heartland»); quien gobierne el «Heartland», manda sobre la Isla-Mundo (Eurasia) y quien gobierne la Isla-Mundo manda sobre el Planeta». Ya se ve que entre gobernar y mandar hay un trecho, pero el «juego» va de eso y, justamente, antes de Mackinder, ya existió lo que se llamó «El Gran Juego«, la aventura colonial en Asia Central que enfrentó a los imperios ruso y británico por el control del área pivote, solo que, los británicos, al no poder hacerlo desde China, lo hacían desde India. Hoy, ese impulso oriental por el control del «Hartland» lo hace China con su iniciativa de infraestructuras terrestres, intentando alejarlas de India y que empezó con la conquista del Tíbet como tapón de India, para protección de su llanura central y el control de una religión, el budismo tibetano.

Nicholas J. Skypman.

Es un geoestratega estadounidense (1893-1943) de origen holandés (eso ya dice mucho) que acepta la teoría de Mackinder pero no ve estrictamente necesario controlar el territorio pivote («Hartland»), sino más bien tener la hegemonía sobre el «anillo intermedio» de Mackinder, donde estamos nosotros, y que llama «Rimland», o zona costera de la Isla-Mundo, Eurasia, desarrollando la dimensión marítima del mismo, con todo lo que ello implica en aspectos políticos y económicos que se derivan de una cultura marítima versus una cultura continental. De nuevo, espartanos vs. atenienses, la vieja rivalidad de siempre y los términos de siempre, imperialismo contra hegemonía, término que ya aclaró excelentemente Octavio Paz al hablar de la impronta histórica de Estados Unidos.

Spykman es probablemente el segundo pensador en importancia, ya que sus análisis fundamentaron la política de contención del comunismo, el despliegue internacional estadounidense y ahora el de China (siempre evitando la India), con la parte marítima de su «One road, one belt» (¿Cuál es el «cinturón» y cual la «carretera»; y los acuerdos secretos?) y en ese sentido, las inversiones chinas en Kenia estarían en la espalda marítima el «anillo central«, aparte de buscar crear un subsistema de apoyo en África Central.

Aplicándolo a España, Spyckman seguramente aceptaría que el Poder está en las mesetas y, para anularlo, si no puedes llevar al centro sus enemigos históricos, hay que controlar la periferia y/o subvertirla con un conflicto artificial que le produzca duras contradicciones, debilitándola de forma que no pueda proyectar su natural condición, en una perversión de lo que se llama «teoría orgánica». Es el escenario Soros, ese contador de votos. Por eso, cuando vean a un «anormal» que promociona nuestra destrucción demográfica, que anula nuestra capacidad de emprendimiento, que difama nuestra historia, no se extrañen de que sea un cipayo de una potencia competidora, de alguna mafia global o de esos «anormales» que juegan a la geopolítica y producen genocidios.

La mayor carencia de Mackinder y Spyckman no es responsabilidad de ellos, pues escribieron en un tiempo en que no existía control eficaz de la natalidad, algo que hoy ha producido ya unos desequilibrios enormes, a veces inducidos, y que llevará a un choque de civilizaciones, sobre todo en Europa. Luego está la minusvaloración de China donde, al calcular el PIB en términos de poder de compra, se ve que una alianza costera de contención (línea amarilla, siguiente gráfica), sin Occidente o armamento nuclear, les condenaría al vasallaje de China.

Mahan y el neo imperialismo.

Terminamos con Alfred Thayerd Mahan,  oficial naval estadounidense (1840-1914) es, en cierta manera, el padre de la teorías del Poder Naval y en una medida absoluta del desarrollo de la U.S. Navy como marina global, cuyo rol sería proteger la expansión comercial global así como negársela, en caso de guerra, a los enemigos. Propone un desarrollo progresivo del poder naval y el control de las zonas de paso que casi pareciera que es el manual (actualizado) que está siguiendo China. No contempló, lógicamente, que exigiría el desarrollo espacial (GPS, telecomunicaciones, etc.) ni tampoco el aspecto demográfico ya comentado, pero estos factores no invalidan lo dicho por él y los autores anteriores, sino que tornan la realidad aún más violenta.

Hay otro autor, Fernand Braudel, al que al parecer se le atribuye que «el espacio de Europa termina en el paralelo del África subsahariana» (Credo que al parecer rige en Bruselas), pero no puedo creer que haya dicho semejante estupidez pues, siendo cierto en tiempos de Roma, dejó de serlo al islamizarse y perder la civilidad, de ahí que la «Nueva Geopolítica» será la contención del Islam, asunto en el que las medidas de VOX son meros pellizquitos de monja; en China, carente de nuestros atavismos, al Islam lo tratan como una enfermedad mental, pero Occidente no es así y ese es otro tema demasiado largo para tratarlo hoy en esta Europa de cobardes.

Si las alianzas entre potencias marítimas tienden a ser contingentes y entre las continentales estables, la de Rusia y China daña claramente a Rusia, al depredarle Asia Central, aparte de lo que ya ha hecho con su tecnología. Probablemente contemple reparto de influencias, con Europa para Rusia y Asia para China, en que, evitándose la guerra abierta (Sun Tzu), visto lo hecho en Tíbet, en Corea del Norte, en las víctimas del «One road one belt» y ahora en Venezuela, buscarían dejar el anillo intermedio con estados vasallos (solo hay que ver el terror de los japoneses y coreanos) y el anillo exterior como zona de depredación tecnológica en América del norte y de recursos en América Latina, África y Oceanía.

Ese es el oscuro panorama que se deduce de las acciones desarrolladas por estos imperios, cuya Moral se parece más a la de Leopoldo II de Bélgica y está muy alejada de las del hegemón estadounidense, donde los «anormales» de la China comunista, que solo ha dado cinco premios Nobel, y sus cipayos pretenden, entre otras cosas, decidir quién comercia qué y con quién.

© Luis Riestra Delgado, 29/4/2019.

FUENTE: MACRO MATTERS

Por Wim Dierckxsens y Walter Formento

Introducción 

El marxismo, afirma Samir Amin, precisa desarrollar una teoría del poder para las sociedades pre-capitalistas y a partir de allí desarrollar una teoría de la política en general, con perspectiva hacia una futura civilización. En su libro Modernidad, Religión, Democracia: Crítica del eurocentrismo, crítica de los culturalismos (2014, págs. 75 y siguientes), afirma que el marxismo no ha desarrollado una conceptualización del poder y de lo político, es decir, de los modos de dominación, como si lo hizo de lo económico y de los modos de producción. La dominación económica (y su complemento, la dependencia) es el producto de la expansión mundial del capitalismo ´realmente existente´. No es casualidad el título: el ´ fetichismo de la mercancía´, del primer capítulo de El Capital. La alienación economicista define el contenido esencial de la ideología del capitalismo. Lo económico ocupa el primer plano de la escena social que, en su desarrollo, determina las otras dimensiones, que parecen tener que ajustarse a sus exigencias. En la sociedad precapitalista, como el modo de producción tributario, es al revés, afirma Samir, y así también podrá ser en una futura civilización. 

En nuestro libro Por una nueva civilización: El proyecto multipolar (2021) hemos teorizado ya sobre la transición en los modos de producción precapitalistas, para luego ver la transición hacia una nueva, otra civilización. Los conceptos de trabajo productivo y trabajo improductivo vistos por su contenido están presentes en todas las culturas de la humanidad en el pasado, presente y el futuro. Bajo la relación social capitalista los conceptos adquieren una modalidad específica como Marx lo desarrolla en el Capítulo VI inédito. Pero el trabajo productivo por lo que realmente es por su contenido (es decir, sin considerar la relación de producción) atraviesa la historia. Marx lo elabora en el primer tomo de su obra Teorías sobre la Plusvalía (capítulo IV, parte primera). 

Vimos que en cada modo de producción la clase dominante se torna políticamente superflua cuando su papel en la reproducción económica se transforma en improductivo. Lo anterior, es válido para los modos de producción en la Vía Occidental tanto como en Vía Oriental. Existen también diferencias entre la línea de desarrollo occidental de la oriental. La Vía Occidental desde el neolítico ha construido sociedad a partir de la individualidad, donde el interés privado está en conflicto con el Bien Común. Por lo cual, no hay forma de construir el Bien Común a partir de las relaciones de producción precapitalistas en Occidente. La clase dominante se impone ante la clase explotada y tiene un papel productivo en lo económico, en su desarrollo. En la relación entre amos y esclavos, la relación de explotación/apropiación del trabajo del otro/s es transparente, es la más visible. Es la negación más absoluta del Bien Común y no existe necesidad de legitimación alguna ante los esclavos. Se reducen a un medio de producción parlante. Esta legitimación si se da ante la tercera clase: los civiles necesarios para proporcionar renta en dinero y trabajo para ir a la guerra.

En la línea ´Oriental´ el Bien Común de la comunidad como un todo y explotación del pueblo por la comunidad superior no son mutuamente excluyentes, sino que coexisten. Con el trabajo productivo en las obras comunes (históricamente las obras hidráulicas), la élite o comunidad superior se legitima y en la sociedad como un todo no es observada como explotación. El Bien Común se ve confirmado por los hechos. En el modo de producción tributario (China antigua, Mesopotamia, pero también la América Latina precolombina y el África del Antiguo Egipto), se construye sociedad donde el interés de la Comunidad está en el centro y no el individuo, y así es hoy aun en sociedades como China, Corea o Japón. El pensamiento de Oriente tiene como fundamento ‘somos comunidad, luego existimos´, lo que contrasta con el ´pienso luego existodel Occidente (moderno).

La ideología comunitaria del paleolítico está en su base y no ha desaparecido aun hasta el día de hoy. Es una ideología de la naturaleza: el ser humano y la sociedad se asimilan a otras expresiones de la naturaleza (la deificación de la tierra, de los animales, etc.) concebidas como tales. El paso al modo de producción tributario (China antigua, etc.), con una comunidad superior que dirige a las comunidades de base/pueblo, exige una coherencia más fuerte, incluso la integración de los elementos de la ciencia abstracta en una metafísica global, plantea Samir. Es ahí donde nace el fetichismo del Poder, o sea, su no transparencia. La transición al neolítico en Occidente implicó el desarrollo de la propiedad privada (privar a los otros del acceso a la tierra) sobre la tierra (que en China sigue colectiva incluso aun hoy) generando el conflicto de clases. La clase dominante se impone como clase dominante a través de la propiedad privada sobre los medios de producción (Tierra, Esclavos, etc.), modalidad que adquiere nuevas formas con el tiempo: esclavitud, feudalismo y capitalismo. 

En lo político Oriente aparece, ante los ojos occidentales, como un régimen autoritario, sin derechos individuales (tildado como despotismo oriental) cuando en realidad tiene más que un potencial democrático en lo económico y por ende en lo político al orientarse por el Bien Común comunitario, aunque con una dirección política centralizadora potencialmente explotadora. En Oriente, la élite o comunidad superior se legitima a partir del trabajo productivo que-sirve-al Bien Común o a la reproducción de la sociedad como un todo. 

En la línea oriental no es inmediatamente claro si un trabajo colectivo es productivo o improductivo, sino que se observa exclusivamente por su resultado positivo o negativo desde y para la comunidad como un todo. Si la comunidad superior se concentra en el desarrollo de obras colectivas de irrigación u otras obras hidráulicas, la economía en su conjunto prospera y la comunidad superior se legitima. Lo contrario sucede con las grandes obras de culto para los Dioses, que implican el deterioro de las obras productivas. El fetichismo del poder en el modo de producción tributario está en la no transparencia de la relación de explotación, es decir, debido al fetichismo del Poder. En Oriente solo las hambrunas acaban con los dioses y sus representantes, porque ya que no sirven para nada.

En Oriente, la misma desintegración del Estado central (la comunidad superior) en muchos poderes locales no hace desaparecer el Estado, sino solo ese Estado. Su desaparición completa no brinda solución al problema y más bien resalta la necesidad de una nueva meritocracia para levantar obras productivas para la comunidad como un todo. Una dinastía cae y otra suele levantarse con el tiempo, eventualmente en otro lugar. El modo de producción tributario resulta ser una relación de producción no fácilmente mutable y aun pone su sello a la sociedad de China hoy. Consideramos que una futura civilización sí es posible en tanto su proyecto político pueda lograr esta transparencia en la relación de poder, democratizándola con inteligencia artificial, como señalamos en nuestro libro ya mencionado (Ver Ref. nota pp2).  

En Occidente la relación de explotación fue totalmente transparente en la transición del neolítico a la relación esclavista, pero se torna cada vez menos visible en los modos de producción posteriores. En el modo de producción esclavista el esclavo percibe que el 100% de su trabajo es ajeno. No percibe que el amo proporciona su sostén diario por miserable que fuera. En las relaciones feudales con la renta en trabajo (50% para el Señor y 50% en parcela propia), el trabajo ajeno se distingue claramente del trabajo para sí. La renta en especie, en esencia es una nueva modalidad de explotación, ya algo más disimulada (Tanto % del producto de la cosecha es para el Señor Feudal, mientras el resto es para el Campesino (Siervo-de-la-Tierra), lo que más lo motiva). Con la renta en dinero dicha proporción se torna aún más difícil de calcular: Si el campesino, ahora libre, no logra obtener las ventas necesarias para pagar la renta en dinero al Señor-de-la-Tierra, la culpa podrá parecer del mercado o del campesino incluso.  

En la relación capitalista, el tiempo-de-trabajo social-ajeno está en función de la reproducción del capital donde, aunque en apariencia al trabajador asalariado se le reconoce todo su trabajo individual con el salario, en realidad solo se le reconoce la reposición de su fuerza de trabajo, pero no se le reconoce el rendimiento de la capacidad productiva del trabajo social cooperativo. En el capitalismo, cuando la fuerza de trabajo se torna mercancía, la relación-de-explotación de la fuerza de social-cooperativa del trabajo queda oculta. Si en la esclavitud el esclavo cree que todo su trabajo es trabajo ajeno, en el capitalismo sucede todo lo contrario, al “creer” el trabajador-asalariado que es pagado por su trabajo (para sí) y no percibir que solo se le retribuye por la reproducción de su fuerza física de trabajo, dejando un plus que es propio del trabajo social-cooperativo (enajenado). El fetichismo está en la relación de explotación económica misma.

En Occidente se obtiene exactamente lo contrario que en Oriente, ya que en apariencias el individuo es libre y goza de derechos políticos (para votar, para expresarse, etc.) pero en lo económico impera el despotismo del capital, que define lo que precisa hacerse para la reproducción del capital como un todo, sin tomar en cuenta realmente lo que necesita y piensan los individuos (pueblo). La libertad individual entonces, es libertad en apariencias –formas- y no en esencia –fondo-, por lo tanto, es una ´libertad fetiche´.  

La Vía Occidental ha sido presentada, incluso por la izquierda, como “La Historia de la Humanidad” hacia la ´libertad´ desfetichizada posterior al  capitalismo. Un proceso lineal, de manera des-fetichizada hacia el comunismo. En nuestro libro La Perestroika en Estados Unidos: Réquiem para la civilización occidental (2021a), dejamos claro cómo es difícil para Occidente realizar la transición hacia el comunismo, así como lo define Marx a partir del capitalismo realmente existente, construido sobre la base de intereses individuales en conflicto. Para lograr orientarse por el Bien Común, Occidente ha de hacer un viraje de 180 grados en la contemplación del mundo: anteponer la comunidad-mundo a los derechos e intereses individuales de las personas, empresas, etc. Es una tarea monumental, que ha intentado impulsar sin éxito la élite de Davos con la pandemia Covid-19 para poder imponer su Economic Reset.

Hemos dejado claro en nuestro libro que, la China de hoy tiene todas las características de una sociedad inspirada por el confucionismo, es decir, de un modo de producción tributario a nivel político, con el partido funcionando como la meritocracia y con sus comunidades de base/pueblo. Es un proyecto que cuenta con un pasado socialista a nivel económico y con una cohabitación de empresas capitalistas en el presente actual. Es cierto que existe hoy cohabitación de (grandes) empresas capitalistas nacionales y transnacionales –globales- pero, en última instancia, dichas empresas no “controlan” el poder político. Desde el poder político se regulan hoy cada vez más las empresas capitalistas, por lo que tampoco esa élite globalista presente en China logra imponerse en lo económico, como queda cada vez más claro. 

Si a China le ha sido difícil pasar del modo de producción tributario para “acoplarse” al modo de producción capitalista, no es porque hubiese requerido un cambio de 180 grados en una dirección opuesta a su filosofía de base, a la cual no ha renunciado: somos primero comunidad y solo así existimos. Sin embargo, la cohabitación capitalista le ha servido a China para poder desarrollar las fuerzas productivas al mismo nivel, o incluso mayor, que las de los países capitalistas occidentales llamados altamente desarrollados. La transición hacia el comunismo (en los términos de Marx) se hace más plausible en y a partir de China que en Occidente, ya que no existe barrera real para poder democratizar aún más la economía hacia adentro, ni existen barreras para hacerlo integrando otras naciones o bloques económicos en un mundo multipolar, sin necesidad de imponerse y subordinarlos, como es la realidad histórica en Occidente.  

Lo que sí es aún un tema pendiente en Oriente, no imposible de lograr, es poder enfocarse hacia un mayor grado de libertad personal no en el sentido occidental, a partir intereses y derechos individuales, sino desarrollando mayores libertades como persona. Siendo ésta un ser integral de la comunidad con obligaciones comunitarias, pero a la vez con posibilidades plenas de desarrollo personal, sin que pierda de vista que existe primero que nada como miembro de la (gran) comunidad. La síntesis de los dos contrarios entre Occidente y Oriente en un mundo multipolar, si se puede lograr a partir del proyecto multipolar del mundo. Lograrlo con iniciativa occidental supone renunciar a tener partir de la individualidad con intereses en conflicto, por lo cual no es factible. Esto terminaría en una batalla por sostener a la civilización occidental en una crisis existencial. 

En este contexto es que vemos surgir, a partir del conflicto global en Ucrania, a la Gran Comunidad del ´Sur Global´ representando el 90% de la población mundial, apostando por otra civilización. Es nuestra tesis que, la lucha por un mundo multipolar con China, Rusia e India como las grandes locomotoras, constituye el camino más probable para poder realizar la transición hacia una nueva civilización que logre orientarse por el Bien Común Mundial, sin excluir a nadie incluso a los Estados Unidos de Norteamérica. 

La realidad del capitalismo actual, realmente existente, ya no es la acumulación de capital, sino implica vivir improductivamente de renta mundial sin crear riqueza. La élite de Davos, con la financiarización, se ha tornado improductiva económicamente y con ello obsoleta en lo político mundial. EEUU está enviando a su campo de batalla en Ucrania todo el equipo bélico obsoleto. Incluso a los países de la ex Europa Oriental sobre todo, no están haciendo otra cosa. Un ex oficial de inteligencia de la Marina de los EEUU, Scott Ritter afirma en Liberty Report de mediados de abril que: “Puedo decir con absoluta certeza que incluso si esta ayuda llega al campo de batalla, no tendrá ningún impacto en la batalla. Y Joe Biden lo sabe”. 

En el corto plazo nos espera una crisis monetaria fiduciaria, es decir del Dólar, el Euro y el Yen, sobre todo. Que será no solo la crisis del propio sistema monetario internacional existente, sino de la civilización occidental. En nuestro libro La Perestroika en Estados Unidos (2021ª) hemos señalado la necesidad e inevitabilidad de un proceso de desintegración de Occidente, es decir su propia Perestroika. El sistema monetario se hunde generando una crisis de legitimidad en Occidente.  Mientras desde Oriente, el Multipolarismo se presenta como posibilidad y necesidad. Esto requiere un proceso de transición hacia un nuevo régimen monetario.  

El reemplazo del Sistema SWIFT

Los Actores Globalistas luchan por mantener su dominio. Al igual que antes Gran Bretaña, en medio de las dos guerras mundiales, no pudo mantener su imperio y su posición central en el mundo y esto debido a la obsolescencia de su sistema económico colonial. El nuevo sistema económico convergente que surgió en la RPC (República Popular China) y la India emerge y asciende a la próxima etapa inevitable de desarrollo, que combina los beneficios de la planificación estratégica centralizada y la economía de mercado, y del control estatal de la infraestructura monetaria, física y de emprendimiento. 

La élite globalista financiera-militar-tecnológica que aún controla, de modo inestable, el gobierno de los Estados Unidos jugó su última “carta de triunfo” en la guerra híbrida contra Rusia, imponiendo a Ucrania como campo de batalla. También en Kazajistán pretendió hacerlo, pero fue desarticulado anticipadamente en enero de 2022. La guerra también se da en el campo económico. Con el «congelamiento» de las reservas de divisas rusas en cuentas de custodia de los bancos centrales occidentales, la estructura de reguladores financieros de los EEUU, la UE y el Reino Unido en realidad lograron más bien debilitar estructuralmente el estatus del dólar, el euro y la libra como monedas de reserva global.  

Cuando los actores unipolares globalistas “congelaron” las reservas de Rusia en dólares, euros, libras y yenes, se cerró el periodo en que algún país soberano pudiera continuar acumulando reservas en estas monedas. Se aceleró más bien la necesidad de su reemplazo inmediato por las que ya son las monedas nacionales y el oro. La segunda etapa de la transición, implicará que ya no tomen como referencia al dólar. La formación de precios en monedas nacionales, significa la decisión de desplazar la fijación de precios en monedas que expresan al poder e interés transnacional global como son los dólares, libras, euros y yenes. 

El yuan (China) que parecía tener las capacidades para ser reemplazo de la moneda mundial que queda, no ocupará ese lugar aunque fuera ya debido a su inconvertibilidad. El uso del oro como precio de referencia tiene la inconveniencia de su uso para los pagos. Debido a lo anterior se requiere una tercera y última etapa en la transición del nuevo orden económico que implicará la creación de una nueva moneda de pago digital fundada en un acuerdo internacional y China lleva la delantera en ello, por el momento como experimento en zonas del país.  

Se trata de una moneda que puede ser emitida por un grupo de monedas de reservas de los países BRICS ampliado. El peso de cada moneda en la canasta podría ser proporcional al PIB de cada país (basado en la paridad del poder adquisitivo, por ejemplo), su participación en el comercio internacional, así como la población y el tamaño del territorio de los países participantes.

La canasta podría contener un índice de precios de los principales productos básicos cotizados en una bolsa de oro y otros metales preciosos, metales industriales clave, hidrocarburos, granos, azúcar, así como agua dulce y otros recursos naturales. Para brindar respaldo y hacer que la moneda sea más resistente, se pueden crear reservas de recursos internacionales relevantes y a su debido tiempo.

Esta transición al nuevo orden económico mundial probablemente estará acompañada por una negativa sistemática a cumplir con las obligaciones en dólares, euros, libras y yenes. Los países emisores de estas monedas crearon las condiciones para ello cuando se apropiaron de las reservas de divisas de Irak, Irán, Venezuela, Afganistán y Rusia por una suma de billones de dólares. Los países del Sur Global pueden ser participantes plenos del nuevo sistema, independientemente de sus deudas acumuladas en dólares, euros, libras y yenes, incluso si incumplieran sus obligaciones en esas monedas. Tal situación no afectaría su calificación crediticia en el nuevo sistema financiero multipolar. Con la nacionalización de la industria extractiva es preciso reservar una parte de sus recursos naturales para sustentar el nuevo sistema económico. El resultado será que su peso respectivo en la nueva unidad monetaria aumentaría. 

Con las medidas anteriores se crearía “un sistema de pago y liquidación en las monedas nacionales de los estados miembros de la EAEU” y el desarrollo e implementación de “un sistema independiente de liquidaciones internacionales en la EAEU (Unión-Económica-Euro-asiática), SCO (Organización-de-Cooperación-de-Shanghái) y BRICS, que podría eliminar la dependencia crítica del Sistema SWIFT controlado por los poderes que conforman el unipolarismo global financiero. 

La recuperación de los Bancos Centrales 

En el despliegue y desarrollo de esta iniciativa, es importante reconocer que las autoridades monetarias del Banco Central y sus áreas controladas (Ministerio de Economía-Agricultura-Minería-Comercio Exterior-etc.) que viabilizan la producción y exportación de bienes materias primas de Rusia (de todos los países) son y siguen siendo parte del programa financiero de la Oligarquía Global. Los cuadros económico-políticos occidentales globalistas todavía controlan los bancos centrales de la mayoría de los países, obligándolos a aplicar las políticas prescritas por sus técnicos en el FMI. Esto no se cambia por decreto.

Este es el modo como se coordina, impone y manifiesta el poder financiero globalista desde el Banco-Central-de-los-Bancos-Centrales, el BIS (Davos, etc.) como vértice superior, en relación directa con todas las áreas de exportación (de materias primas con bajo valor agregado) e importación (de bienes ciencia y tecnología con alto valor agregado) de modo que permite que funcionen y operen en beneficio de una plataforma global financiera que opera como estado global –como territorio financiero sin fronteras, no mediado e indivisible. Opera por sobre y negando la institucionalidad de las naciones, reduciéndolas a simples espacios locales de lo Global (Glocal). 

Su institucionalidad se conforma a partir del control de  la presidencia del BC, de cada nación reducida a país, y apoyada en la red de funcionarios de bancas transnacionales que constituyen cada City-Financiera, con un status-de-hecho superior al Estado-Nación. Aquí aparecen como desconectados y enfrentados el presidente de la nación y el presidente del BC. Con sus funcionarios propios operando como dos poderes que responden a intereses estratégicos distintos: Los Unipolares Globalistas y los Nacionales que se fortalecen y, por ello, hoy reconocen en lo multipolar su alternativa ante los globalistas. En América Latina se expresa en el Pluri-Versalismo de pueblos-naciones-regiones (Bolivia-Celac-BRICS) en la Asamblea General de la ONU –Organización de Naciones-Unidas con sede central en Sur-Global (Egipto-Venezuela-Indonesia-Serbia-etc.).

Las políticas unipolares globalistas son tan obviamente contrarias a los intereses nacionales porque son parte del esquema principal de su poder (Nueva York-Londres-Paris-Tokio). La participación potencialmente central de China y Rusia en la génesis del nuevo orden económico mundial se encuentra aún en desarrollo, porque aun los bancos centrales se ´encuentran en general ´con influencias de los intereses Globalistas. 

El Banco Central de Rusia –CBR- permanece aún amarrado en la red global de telarañas del paradigma de DAVOS (en su estrategia de imponer su global economic reset). Por ello, es aún un actor (CBR) enfrentado al proyecto multipolar dentro de Rusia.  No puede convertirse aun en un socio fundador de un nuevo marco económico y financiero universal multipolar. La realidad del Banco Central de Rusia no es exclusiva, ya que es similar a la del Banco Central de Argentina, por ejemplo. El BC aún está regido por la globalista ley de entidades financieras, impuesta por acción de la OTAN-Kissinger-y-Martínez de Hoz en 1977. 

Objetivo que lograron por medio de golpes de estado y de mercado financiero contra la política y la democracia, asesinatos políticos y de la política. Imponiendo escenarios de guerra prefabricados y pre-controlados, para montar una campaña mediática de toda índole, que les permitiera imponer una constitución-a-la-carta, donde los acuerdos jurídicos internacionales (financieros), tengan prevalencia sobre los nacionales. Habían “forzado” éstos acuerdos años antes para luego hacer lo mismo, mediante escenarios bélicos de inflación-hiperinflación lograr la imposición de la reforma constitucional-a-su-medida (1976-1994).

Es cierto que el Banco Centra de Rusia ya tuvo que enfrentar la realidad de dar un paso adelante y crear un sistema nacional de mensajería interbancaria que no dependa del SWIFT, y lo abrió también para los bancos extranjeros. Con ello muestra que los intereses globalistas en Rusia ya han empezado a ceder posiciones que controlaban claramente desde 1991-1997. Es la época que se desplego la perestroika soviética, la caída de la estrategia soviética y el ascenso del paradigma e intereses unipolares financieros globales, cuyo primer objetivo fue controlar profundamente el Banco Central de Rusia. La subordinación en la Red Financiera Global de Bancos Centrales (a las Citíes Financieras anglosajonas principales de NY-Ln-HK), está particularmente afectada por la caída del Status preferencial de la City de HK en 2020. Gracias a la política anti-globalista de Trump y, luego, de Xi Jimping 2021, se inicia una nueva etapa, la de la caída del globalismo financiero unipolar.

Desde 2010, empezó a verse la posibilidad de una transición a un sistema económico multipolar basado en una nueva moneda comercial sintética, basada en un índice de monedas de las naciones participantes. Para lograrlo había necesidad de crear una amplia coalición internacional de resistencia en la guerra híbrida que la élite financiera Globalista (desde la OTAN) desataría (1999-2001) sobre los países que se mantienen fuera de su control. La derrota y la obsolescencia del antiguo poder financiero dominante es inevitable por la naturaleza improductiva de esta guerra. 

El nuevo sistema económico multipolar

El nuevo sistema económico multipolar que está surgiendo en Oriente con la República Popular China y la India como locomotoras, es la transición hacia una nueva civilización, que combina los beneficios de la planificación estratégica centralizada y la economía de mercado, con el poder o control estatal de la infraestructura monetaria y física, así como del emprendimiento. 

Es una transición económica que une a una heterogeneidad de actores económico-sociales con el objetivo de aumentar el Bien Común sobre la base de igualdad y soberanía entre las naciones en vez de la imposición unilateral anglosajona al mundo entero. Por ello, los globalistas no podrán ganar la guerra híbrida global que iniciaron. Esta es también la razón principal por la cual el actual sistema financiero global centrado en el dólar será reemplazado por uno nuevo, basado en el consenso de una canasta de monedas de los países que se suman al nuevo orden económico mundial. Esta fase casi ha terminado. Su reemplazo inmediato son las monedas nacionales y el oro.

La siguiente etapa de la transición implicará nuevos mecanismos de fijación de precios que no tomen como referencia el dólar. Una fijación de precios en monedas ‘no ancladas’ en las controladas por el poder Globalista -dólares, libras, euros y yenes- con sus respectivos BC. Para lograrlo hay necesidad de democratizar la totalidad de los bancos centrales controlados a partir de los Bancos Centrales de esas 4 monedas (Dólar-Euro-Libra-Yen), junto con sus respectivas citíes financieras y sus cortesanos de altos gerentes, funcionarios privados y públicos, como lacayos bien pagados. 

La última etapa en la transición implicará la creación de una nueva moneda de pago digital fundada a partir de un acuerdo internacional. Una moneda como esta puede ser emitida por un grupo de reservas de moneda de los países BRICS, al que todos los países interesados ​​podrán unirse. Es el proyecto del Sur Global que representa el 90% de la población mundial. 

El peso de cada moneda en la canasta podría ser proporcional al PIB de cada país (basado en la paridad del poder adquisitivo, por ejemplo), su participación en el comercio internacional, así como la población y el tamaño del territorio de los países participantes. Implica la creación de un sistema de pago y liquidación en las monedas nacionales de los estados miembros de la EAEU –Unión Económica EuroAsiática- y el desarrollo e implementación de un sistema independiente de liquidaciones internacionales en la EAEU, SCO y BRICS, que elimina la dependencia crítica de la Sistema SWIFT controlado por EEUU. Es una transición aún mercantilista pero un paso necesario en camino a una nueva civilización.

Bibliografía

Amin Samir, 2010, Modernidad, Religión, Democracia: Crítica del eurocentrismo, crítica de los culturalismos, Editorial IEPALA, Madrid.

Dierckxsens Wim, Formento Walter y Piqueras Andrés, 2021 The transition toward a Post-capitalist Economic Rationality, en Rémy Herrera Editor, Imperialism and transition to socialism, Research in Political Economy, Volumen 36, Reino Unido.

Dierckxsens Wim y Formento Walter, 2021, Por una nueva civilización: El Proyecto Multipolar. Editorial Acercándonos, Buenos Aires. También disponible en línea en ALAI.

Dierckxsens Wim y Formento Walter, 2021, La Perestroika en Estados unidos, Réquiem para la civilización occidental, Editorial Acercándonos, Buenos Aires. También disponible en línea en ALAI.

NOTAS

1 La realidad en la órbita económica donde el trabajador se encuentra en una relación con el Objeto de su trabajo como un objeto ajeno; en una relación con sus Compañeros de trabajo como una relación de competencia y en una relación con el empresario que lo contrata como una relación de reciprocidad o solidaridad. 

2 Por una nueva civilización: El Proyecto Multipolar, Wim Dierckxsens y, Walter Formento, ISBN: 978-987-4400-86-4, 1º edición https://www.acercandonoscultura. com.ar/libro-224-por-una-nueva-civilizacion-el-proyecto-multipolar.html . En versión libre y digital en ALAI.

3 Wim Dierckxsens y Walter Formento, La Perestroika en Estados Unidos: Réquiem para la civilización occidental, Editorial Acercándonos, Buenos Aires 2021; disponible ´on line´ en ALAI.

4 El Gran Reinicio también llamado como Gran Reseteo es una propuesta de economía planificada del Foro Económico Mundial (FEM) para reconstruir la economía de manera sostenible tras la pandemia de COVID-19. Fue presentado en junio de 2020 por Carlos, príncipe de Gales y Klaus Schwab, el director del FEM. La inauguración de El Gran Reinicio se dio en junio de 2020, donde se reunió toda la élite financiera, tecnológica y política mundial. El lugar de encuentro fue en ciudad de Davos, Suiza y Carlos, príncipe de Gales fue quien inauguró el gran evento global.2​ Este iba a ser el tema principal de la cumbre del Foro Económico Mundial de 2021, que se pospuso hasta 2022 en una localización indeterminada.

5 Trump termina el estatus preferencial de Hong Kong, tras acciones “opresivas” de China. https://www.france24.com/es/20200715-trump-termina-el-estatus-preferencial-de-hong-kong-tras-acciones-opresivas-de-china 

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Por Jorge Vera Castillo(*) para Dossier Geopolitico

En la fecha del día indicado, a las 10:00 horas locales de La Haya, la Jueza Presidenta de la CIJ, Sra. Joan E. Donoghue, iniciaba, puntual y solemnemente, la lectura del Fallo (Arrêt), en el Asunto (Affaire) Nicaragua c. Colombia.

En la actual situación internacional; ante las críticas a la Organización de las Naciones Unidas, y el rol de la CIJ, creada ya en 1946, y, en la especie, resulta de especial importancia y significado conocer que la Jueza J. E. Donoghue es una abogada norteamericana que, además, entre 2007 y 2010, fue asesora jurídica adjunta principal del Departamento de Estado.

Asimismo, se ha tratado de la segunda mujer presidenta de la CIJ, después de Rosalyn Higgins que ejerce el alto cargo, que dura tres años, entre 2006 y 2009. La Jueza Donoghue fue elegida, por sus pares, los otros 14 jueces permanentes, el lunes 8 de febrero de 2021, y, en la misma fecha, fue elegido como Vicepresidente de la Corte, el Juez ruso Kirill Gevorgian.

Y, siempre, en la perspectiva de avanzar por unas aproximaciones sucesivas, y con pedagogía, en la comprensión de las Relaciones Internacionales Contemporáneas, del Sistema de Naciones Unidas y de la misma Corte Internacional de Justicia, es bueno tener presente, además, que, la actual Presidenta de la CIJ, entre 1984 y 1986 ejerció de Abogada en la Oficina de Asuntos Interamericanos de Estados Unidos de Norteamérica en Nicaragua, con Gobierno sandinista, en plenitud, en esos años.

Ciertamente, para quien tuvo el privilegio de haber sido alumno de la Academia de Derecho Internacional, en La Haya – fundada en 1923 -, mediante otorgamiento de beca, en la Sesión de Enseñanza de Julio de 1980, y haber tenido como Profesor principal a Manfred Lachs, eminente jurista polaco y, quien había sido Presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), entre 1973 y 1976, resulta todo un autoimpuesto deber de conocer, divulgar y valorar este histórico Fallo, en el Diferendo de Nicaragua con Colombia, ahora ya estando en 2022.

Más aún, conservo como material de consulta, la magnífica edición del Recueil des Cours, 1980 IV, correspondiente al Tomo 169 de la colección, que, tuvo la especial consideración de obsequiarme el Primer Secretario de la Corte, Jefe del Departamento de Información, Andreï Poskakoukhine, en mi condición de ex alumno de la Academia de Derecho Internacional, asistiendo como un Invitado Diplomático, a las Audiencias Públicas del Affaire Obligation de Négocier un accès à l’océan pacifique (Bolivie c. Chili)”, del lunes 19 al miércoles 28 de marzo, y a la Sesión de lectura de su Fallo, el lunes 1° de octubre de 2018. 

Ahí, se encuentra el Capítulo XIII, páginas 213 a 251: THE PEACEFUL SETTLEMENT OF DISPUTES AND PROBLEMS, en el tomo con todos los Cursos impartidos por mi Profesor Manfred Lachs, en julio 1980. Eran los tiempos en que Naciones Unidas avanzaba hacia la acordada elaboración, de lo que, se tradujo, finalmente, en la muy conocida Declaración de Manila sobre el Arreglo Pacífico de Controversias Internacionales, mediante Resolución 37/10 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 15 de noviembre de 1982.

Cuando se trata de analizar, conocer y leer, con prolijidad y rigor, los Fallos de la CIJ, sus Ordenanzas, sus Opiniones consultivas, su Jurisprudencia, los razonamientos de sus Jueces, es inescapable conocer la Declaración de Manila, en particular, por los que rechazan dichos Fallos, por quienes dudan de ellos, por esos alarmados y/o preocupados antes de conocerlos. Más aún, por quienes, desde Chile, ante “Différend Maritime (Pérou c. Chili), y a la espera del Fallo, conocido el 27 de enero de 2014, solicitaban a la Corte, ¡“que fallara en Derecho” !, una de esas ridiculeces que, se transforman en ‘lenguajes de moda’, burdos, deformadores e irrespetuosos para la formación e información de los Pueblos y sus ciudadanas y ciudadanos, y la propia CIJ.

Fueron las mismas autoridades, y los mismos ‘personajes’ académicos y/o políticos, y otros sectores expertos y ‘pseudoexpertos’, que, señalaban que, la presentación de la Demanda del Perú, “había sido y era un acto inamistoso”. Pues bien, es la Declaración de Manila, la que, ya en 1982, había precisado, en su parte II, punto 5., último párrafo: “El recurso al arreglo judicial de las controversias jurídicas, en particular su remisión a la Corte Internacional de Justicia, no debería ser considerado un acto enemistoso entre los Estados.” Y es dable remarcar que, la CIJ “es el principal órgano judicial principal de las Naciones Unidas”. 

Y son los mismos, que, ante la muy grave y relevante derrota diplomática y territorial marítima – nunca nominada, clara y sinceramente, como tal -, que significó el Fallo aludido, comenzaron a escribir, y clamar verbalmente, para que, Chile denunciara el llamado “Pacto de Bogotá” (Tratado Americano de Soluciones Pacíficas), suscrito en Bogotá el 30 de abril de 1948. Basta recordar que, Chile perdió territorio marítimo, equivalente a más de toda la superficie del territorio de Suiza, o a toda la superficie de Costa Rica. Y, aún, queda pendiente, el llamado “Triángulo terrestre” de 37.610 km².

Pero, ya es historia conocida, Chile ha continuado acudiendo a la Corte Internacional de Justicia, y para millones de chilenas y chilenos, la ciudad de La Haya y el Palacio de la Paz, son bien conocidos ‘televisivamente’, y los enviados especiales de los canales de TV aprecian mucho ser elegidos para esas tareas informativas in situ.

Así, ambigüedades, contradicciones, dobles raseros, han sido el basamento común de algunos analistas y opinólogos chilenos, en la especie, lamentablemente, en lo jurídico, en lo político, hacia el Derecho Internacional y sobre la Corte Internacional de Justicia.

Igualmente, respecto al reconocimiento efectivo, y aplicación práctica, de los Principios contenidos – y firmados – en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, el 29 de enero de 2014, por la mayor cantidad de Jefas y Jefes de Estado y Gobierno asistentes, en las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, hasta ahora.

Además, en la esfera de esos escépticos con respecto a la CIJ, e incluso los que, niegan la existencia de una controversia cuando ésta existe, sirve, meridianamente, un Fallo del 30 de agosto de 1924, de la antigua Corte Permanente de Justicia Internacional, en el Affaire de Concessions Mavrommatis en Palestine.

Estableció que: “Un diferendo es un desacuerdo sobre un punto de derecho o de hecho, una contradicción, una oposición de tesis jurídicas o de intereses entre dos personas. Ahora bien, tal es ciertamente el carácter de la disputa que ahora separa a Gran Bretaña de Grecia.” (Véase en Publications de la Cour Permanente de Justice Internationale, Série A – Nº 2, Arrêt du 30 août 1924. Recueil des Arrêts, p. 11.

Ahora, es cardinal conocer los contenidos del reciente Fallo de la Corte, del 21 de abril de 2022, referido a las: “Violations allèguées de droits souverains et d’espaces maritimes dans la mer de Caraïbes (Nicaragua c. Colombie)”, en sus distintos ocho aspectos (véase párrafo 261, pp. 89-91), que fueron votados por los Jueces de la Corte y por los dos Jueces una ad hoc, uno por cada país respectivamente, resultando en un texto de 93 páginas, ampliamente favorable a la República de Nicaragua, con carácter “definitivo, inapelable y obligatorio para las Partes”.

En un primer aspecto central, por diez votos contra cinco, del total de Jueces, 1) la Corte “Dice que la competencia que ella tiene, sobre la base del artículo XXXI del Pacto de Bogotá, para decidir sobre el diferendo relativo a las reclamaciones de violaciones, por parte de la República de Colombia, de los derechos de la República de Nicaragua en los espacios marítimos que la Corte ha reconocido a esta última en su Fallo de 2012, cubre los reclamos fundados en los eventos mencionados por la República de Nicaragua ocurridos después del 27 de noviembre de 2013, fecha en la cual el Pacto de Bogotá cesó de estar en vigor para la República de Colombia;”. La Presidenta y Vicepresidente de la CIJ votaron a favor.

Una primera lección a los vociferantes, de cualquier país firmante del Pacto de Bogotá, para escapar de su jurisdicción, cuando no ven claras ni con convicciones sus alegatos ante la CIJ. También, para Estados Miembros que, ejecutan tardíamente su coyuntural y utilitario retiro, pretendiendo esquivar el cumplimiento de Fallos, desfavorables de la Corte, a pesar de ser y tratarse de un excelso medio para el arreglo pacífico de las controversias internacionales.

En segunda cuestión esencial, también por diez votos contra cinco, 2) la Corte “Dice que, al entorpecer las actividades de pesca y de investigación científica marina de embarcaciones que enarbolen la bandera nicaragüense o poseedoras de un permiso nicaragüense y las operaciones de embarcaciones de la marina nicaragüense en la zona económica exclusiva de la República de Nicaragua y queriendo hacer cumplir medidas de conservación en esa zona, la República de Colombia ha violado los derechos soberanos y la jurisdicción de la República de Nicaragua en esa zona marítima;”. Jueza Donoghue y Juez Gevorgian apoyaron contundencia decisoria.

En un tercer asunto cardinal, por nueve votos contra seis, 3) la Corte “Dice que, autorizando actividades de pesca en la zona económica exclusiva de la República de Nicaragua, la República de Colombia ha violado los derechos soberanos y la jurisdicción de la República de Nicaragua en esta zona marítima;”. Presidenta de la CIJ, a favor; Vicepresidente, en contra.

En un cuarto punto del Fallo, también por nueve votos contra seis, 4) la Corte “Dice que la República de Colombia debe inmediatamente cesar en la conducta a que se refieren los puntos 2) y 3) anteriores;”. Presidenta y Vicepresidente de la CIJ repitieron votación respectiva del punto 3).

El punto 5) del Fallo, se adoptó por trece votos contra dos, y la Corte “Dice que la “zona contigua única” establecida por la República de Colombia por el decreto presidencial 1946 del 9 de septiembre de 2013, modificado por el decreto 1119 del 17 de junio de 2014, es incompatible con el derecho internacional consuetudinario, como se establece en los párrafos 170 a 187 [del Fallo];” (ver en pp. 61-66). Jueza Donoghue y Juez Gevorgian votaron a favor.

El punto 6), se adoptó por doce votos contra tres, donde la Corte “Dice que la República de Colombia debe, por los medios de su elección, arreglar las disposiciones del decreto presidencial 1946 del 9 de septiembre de 2013, tal como encomendado por el decreto 1119 del 17 de junio de 2014, en conformidad con el derecho internacional consuetudinario, como se relacionan con los espacios marítimos que la Corte ha reconocido a la República de Nicaragua en su Fallo de 2012:”. Votos favorables de Presidenta y Vicepresidente de la CIJ.

El punto 7) tuvo doce votos a favor contra dos, donde la Corte “Dice que las líneas de base rectas de la República de Nicaragua establecidas por el decreto nº 33-2013 del 19 de agosto de 2013, y modificado por el decreto nº 17-2018 del 10 de octubre de 2018, son incompatibles con el derecho internacional consuetudinario:”. Presidenta y Vicepresidente de la CIJ, a favor. El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN) de la República de Nicaragua, ya anunció su plena disposición a acatar e implementar, prontamente, este punto 7) del Fallo.

Por último, el punto 8) del Fallo tuvo catorce votos a favor contra uno (del Juez ad hoc propuesto por la República de Colombia, Sr. Donald McRae, y bien conocido por Chile, por alguna de sus últimas comparecencias ante la CIJ), donde la Corte “Rechaza el resto de las comunicaciones presentadas por las Partes.”

Una segunda lección que, dejan la trayectoria y los contenidos de este Fallo, es la importancia estratégica que, la Corte Internacional de Justicia, y la aplicación y firme defensa del Derecho Internacional, pueden tener para los países pequeños que, optan por la Solución Pacífica de Controversias, como acción disciplinada, responsable y seria, para luchar por su Soberanía Intransable, ambos elementos vinculados a la dignidad y unidad nacionales. La contundente derrota del abuso, la arrogancia, el incumplimiento e irrespeto de la República de Colombia, es clara e irrefutable.

Y, una tercera enseñanza que, deja este diferendo entre la República de Nicaragua y la República de Colombia, es la importancia de la elección de los integrantes de buenos equipos, especializados y jurídicos, así como de los respectivos Jueces ad hoc, propuestos por las Partes, ya sean países grandes, medianos o pequeños. Baste recordar que, en el Fallo, del 19 de noviembre de 2012, en el “Différend Territorial et Maritime (Nicaragua c. Colombie), el Juez ad hoc de Colombia, Jean-Pierre Cot, y el de Nicaragua, Thomas A. Mensah, coincidieron a favor, en los seis puntos resolutivos.

Junto a lo anterior, una cuarta advertencia, es la experiencia del Agente que va a representar a un país, a su gobierno y a su pueblo, la que, es primordial, así como su conocimiento de la Corte Internacional de Justicia y del razonamiento de los Jueces y Juezas – para tomar decisiones y votar -; sus contactos; junto con su preparación idiomática, jurídica, de política internacional y profesional; así como sus calidades humanas, de prestancia con sencillez, propia de los que saben, real y sinceramente.

Así, en la especie, el rol prominente del Embajador de la República de Nicaragua, Carlos José Argüello Gómez, encargado de Misión Diplomática de su país en el Reino de los Países Bajos, por muchos años, y pudiendo ser así su continuado Agente ante la CIJ, en todas las controversias bilaterales con la República de Colombia, desde 2001, ha sido un hecho esencial favorable, para los amplios intereses nacionales nicaragüenses – geoestratégicos, geopolíticos, territoriales marítimos y de preservación de sus derechos de pesca e investigación científica marina -, así como de la defensa irrestricta de su zona económica exclusiva en el Mar Caribe.

En consecuencia, la República de Colombia ya no podría continuar no acatando y/o irrespetando aquel Fallo de la Corte Internacional, dado a conocer el lunes 19 de noviembre de 2012, como lo ha hecho durante años. Ahora, después del Fallo de la CIJ, conocido el jueves 21 de abril de 2022, la comunidad internacional, los países caribeños y los países centroamericanos estarán observando la conducta internacional y vecinal colombiana, aunque se haya retirado, denunciando, el “Pacto de Bogotá”, firmado en la propia capital de su país, en 1948.

Obviamente, Colombia presentará otras evaluaciones de este Fallo. Gran desafío de credibilidad internacional, asumirá el nuevo gobierno colombiano que, será elegido por sus ciudadanos electores habilitados, en pleno segundo trimestre de este año 2022, más aún, si el elegido Presidente de la República de Colombia es Gustavo Petro Urrego. 
Por su parte, Nicaragua – autodefinida “cristiana, socialista, solidaria” -, ahora, podrá agregar “y soberana”, con toda dignidad, legitimidad y orgullo nacionales, ante el mundo, después de este histórico Fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Y ahora sí, con toda la fuerza de la razón y del Derecho Internacional, como una forma de honrar, así también, esa aleccionadora y muy firme determinación del General Augusto César Sandino: “Mi espada defenderá el decoro nacional”, al inicio ya de la tercera década de este siglo XXI, pero recordando, siempre, el objetivo surgido desde las Montañas de Las Segovias, en 1927: se trataba de un Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.

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JORGE VERA CASTILLO. Analista internacional. Ex Consejero Científico en las Embajadas de Chile en Francia y en el Reino de los Países Bajos, y en la Misión de Chile ante la Unión Europea, en Bruselas. Diplomado de Especialización en Relaciones Internacionales, Instituto de Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magister (c) en Estudios Internacionales, Instituto de Estudios Internacionales, Universidad de Chile; Doctorat (c) ès Sciences Politiques, Spécialisation en Histoire et Politique Internationales, Institut de Hautes Études Internationales (HEI), Université de Genève. Ha sido Consultor de la CEPAL, en Santiago, y Consultor y Experto en Misión de la UNCTAD, en Ginebra y Moscú. Ha sido Asesor Experto en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, en la Dirección de Planificación Estratégica (DIPLANE) y en la Subsecretaría de Relaciones Exteriores.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, nos alerta que ”YA SE REFLEJA EN NUESTROS TERRITORIOS LA PRIMERA GUERRA HÍBRIDA GLOBAL DE LA HISTORIA” tras la visita a Argentina de la jefa del Comando Sur de EEUU, generala Laura Richardson al coincidir con informes y estudios estratégicos de Washington que PREPARAN EL DETERIORO DEL ENTORNO ESTRATÉGICO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, abogando por una escalada militar y de propaganda agresiva en la región, para desacreditar a cualquier gobierno amigo de China, Rusia e Irán y promoviendo movimientos internos de resistencia, además de la aplicación de las conocidas sanciones a los países desobedientes.

También nos cuenta que en el conflicto de Ucrania, la única victoria lograda por anglosajones y europeos se verifica en el campo de la propaganda de guerra y de la manipulación mediática, ya que en paralelo a su evidente derrota militar, Occidente se descarrila en un desastre económico por el descontrol de la inflación, la caída del PIB y los problemas del dólar para mantener su hegemonía. En cuanto que Rusia hace resurgir su moneda y aumenta el valor de sus exportaciones de energía a pesar de las sanciones impuestas. Unas sanciones que han rebotado contra una Europa cada vez más dividida y en crisis, donde 14 de sus países miembros ya pagan en rublos sus compras a Rusia, mediante transacciones con el banco Gazprombank.

En el campo de la geopolítica, Pereyra Mele analiza cómo se van moviendo los hilos de una guerra híbrida, global, militar y económica, que se desarrolla en diferentes escenarios del mundo, entre las potencias declinantes de Occidente contra las nuevas potencias asiáticas que vienen resurgiendo desde principios de siglo y que para el año 2040 tendrán un PBI superior a toda Europa y EEUU. Una lucha feroz que también se libra por unos recursos planetarios de los que Europa carece dramáticamente.

Además aborda el fracaso histórico de las sanciones promovidas por el bloque atlantista a través de los años y que hoy afectan a 24 países soberanos, pero que no consiguen cambiar las políticas de esos estados, como ocurrió durante cuarenta años con Irán, como tampoco con Cuba, Venezuela o Nicaragua. Y que mucho menos podrá poner de rodillas a Rusia, tal cual se está demostrando. Y ya sobre Ucrania nos informa de la reciente publicación sobre los detalles de la fortuna ilegal de Zelensky.

Finalmente, Pereyra Mele reflexiona otra vez sobre la anunciada y agresiva escalada militar y de propaganda de EEUU sobre América Latina y habla de la necesidad de “ponerse en situación”, porque ya somos parte de un conflicto global, cuyas aristas están a la vista en nuestros territorios y que deberíamos controlar y evitar para seguir teniendo alguna posibilidad de ser un Estado Soberano.

Eduardo Bonugli (Madrid, 01/05/22)

Opinión La hipocresía de Estados Unidos sobre Ucrania y las ‘esferas de influencia’ Por Katrina vanden Heuvel

La invasión de Rusia a Ucrania “es en muchos sentidos más grande que Rusia, es más grande que Ucrania”, declaró recientemente el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price. “Hay principios que están en juego aquí (…) Todos y cada uno de los países tienen el derecho soberano de determinar su propia política exterior, tienen el derecho soberano de determinar por sí mismos con quién elegirán asociarse en términos de sus alianzas, sus colaboraciones y hacia dónde quieren dirigir su mirada”. El año pasado, el secretario de Estado, Antony Blinken, declaró que Estados Unidos no reconoce las “esferas de influencia”, y agregó que el concepto “debería haberse retirado después de la Segunda Guerra Mundial”.

Esas son palabras nobles pero vacías, porque obviamente no aplican para el hemisferio occidental. Tomemos como ejemplo a Cuba, que lleva 60 años bajo un embargo estadounidense. Eso, además de la pandemia y la reversión de la liberalización de la era Obama por parte del expresidente Donald Trump —una represión que se ha mantenido durante la administración Biden— ha golpeado la economía de la isla. Hay escasez de alimentos y medicinas; muchos cubanos jóvenes y emprendedores están abandonando la isla en masa. La presión contribuyó en gran medida a las protestas que explotaron en julio del año pasado.

Sí, el régimen de partido único permanece y sigue reprimiendo a casi cualquiera en desacuerdo. Pero el embargo y las políticas conexas han fracasado durante seis décadas y 11 presidentes. Los cubanos siguen siendo aplaudidos por sus esfuerzos humanitarios de enviar médicos a cualquier parte del mundo para ayudar en zonas de desastre. Estados Unidos y Cuba cooperan en los esfuerzos para controlar el narcotráfico y limitar el terrorismo. No obstante, el embargo permanece, castigando al pueblo cubano hasta que se deshaga del gobierno que Estados Unidos no aprueba. Tanto para “elegir su propio camino”.

Pero no solamente es Cuba. Estados Unidos ha impuesto duras sanciones a Venezuela y Nicaragua por mantener regímenes a los que Washington se opone. Incluso las recientes sanciones contra Rusia están diseñadas de tal manera “que tendrán un impacto sobre aquellos gobiernos que tienen afiliaciones económicas con Rusia. Entonces Venezuela va a comenzar a sentir esa presión; Nicaragua va a sentir esa presión; al igual que Cuba”, dice Juan Sebastián González, director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Al mismo tiempo, el aparato de seguridad nacional está advirtiendo sobre la creciente participación china en el hemisferio occidental. China es ahora el principal socio comercial de América Latina, así como una fuente líder de inversión directa y financiamiento. Interesada en la seguridad del acceso a las exportaciones de productos básicos, China ayudó a la región después de la crisis financiera de 2008 con inversiones que generaron empleos y ayudaron a reducir la pobreza. Durante la pandemia, los chinos enviaron rápidamente vacunas (de efectividad cuestionable, cabe señalar) a la región y proporcionaron una demanda continua de productos.

Todo esto despierta temores sobre el apoyo de China a lo que se considera como gobiernos “populistas”, desde Argentina hasta Venezuela. Los estrategas ya están evaluando cómo responder a la amenaza que representan el comercio, la inversión y la financiación china. Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, escribió un informe para el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales titulado Preparing for Deterioration of the Latin America and Caribbean Strategic Environment” (Preparación para el deterioro del entorno estratégico de América Latina y el Caribe), que sugiere que Estados Unidos no tiene los recursos para competir con China en inversiones y ayuda a la región.

Para compensar el déficit, Ellis aboga por una escalada militar agresiva de Estados Unidos en la región, una ofensiva propagandística para desacreditar a cualquier gobierno amigo de China, “promoviendo movimientos de resistencia” contra la influencia china, rusa e iraní y, por supuesto, sanciones para los que se extravían. El profesor no mencionó el “principio” de permitir que las naciones elijan su propio camino.

Otro ejemplo de este punto de vista proviene del columnista colaborador del PostRobert Kagan, quien argumenta en Foreign Affairs que Estados Unidos debería aceptar su papel como potencia hegemónica mundial. Este es un deber, no una elección, escribe: “Un país militar, económica y culturalmente poderoso ejerce una influencia sobre otros estados por su mera presencia, de la misma manera que un cuerpo más grande en el espacio afecta el comportamiento de los cuerpos más pequeños a través de su atracción gravitacional”. Estados Unidos está involucrado porque “lo que ofrece es realmente atractivo para gran parte del mundo”.

Pero en nuestro propio hemisferio, la “atracción gravitacional” no proviene de Estados Unidos, sino de China, que ofrece mercados, dinero, inversión y un modelo de gobierno: “capitalismo con características chinas”. Si el sistema de seguridad nacional se sale con la suya, Estados Unidos no permitirá que nuestros vecinos elijan su propia dirección. Impulsará la propaganda, reforzará a las élites corruptas y amenazará o impondrá sanciones a quienes no se alineen con un “modelo” que ha fallado repetidamente en todo el hemisferio.

La hipocresía es común en las relaciones internacionales. Los rusos y los chinos, por ejemplo, invocan constantemente el derecho internacional, incluso cuando lo pisotean cuando lo consideran necesario. Estados Unidos defiende un “orden basado en reglas”, en el que hacemos las reglas y nos mantenemos exentos de ellas cuando queremos. El “principio” de respetar a las naciones y su derecho a elegir su propio camino es bueno. Los países de nuestro propio hemisferio desearían que lo practicáramos además de predicarlo.

Fuente the Washington Post https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2022/04/13/guerra-rusia-ucrania-estados-unidos-embargo-cuba-china/

Por Javier Benitez

El actor Volodímir Zelenski, quien cumple el rol de presidente de Ucrania, parece haber inaugurado un nuevo género en su profesión: el de comediante siniestro, algo muy distinto a lo que es el humor negro. Mientras arrastra a su país al desastre, lanza declaraciones que parecen demostrar que vive en una realidad paralela, por decirlo suavemente.

Lo que bebe, o lo que fuma

Ya lo dijo el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov: Zelenski dice muchas cosas, depende de lo que bebe o lo que fuma. Y cada aparición pública, cada declaración que realiza este actor devenido en jefe de Estado, parece dar la razón al jefe de la diplomacia rusa.

Así lo constata una de sus más recientes declaraciones. En la rueda de prensa posterior a la reunión que mantuvo con el secretario general de la ONU, Antontio Guterres, Zelenski, como abstraído de la realidad, abducido mentalmente por no se sabe muy bien qué, dijo que Kiev está dispuesto a llevar a cabo «negociaciones urgentes para la evacuación de Mariupol y espera contar con el apoyo de la ONU».

Ante estas afirmaciones del todo reñidas con la realidad, y ante la insistencia del periodismo ucraniano de exigir plazos –tal como los que Zelenski exigió a la Unión Europea para acabar con la dependencia energética con Rusia–, Guterres tuvo un lapsus de lucidez mental, y le saltó la térmica:

«¿Qué quiere? ¿Quiere que se rescate a la gente o quiere que diga algo que sea un obstáculo para esa tarea? En este momento, sólo puedo decirle que estamos haciendo todo lo posible para que así sea. No voy a entrar en ningún comentario que socave esa posibilidad, porque mi primera y única prioridad es la gente que sufre y la gente que debe ser rescatada», respondió a los periodistas incautos.

Post-it moscovita

También llegó la respuesta de Moscú a estas declaraciones de Zelenski. Bueno, más que respuesta, un ayuda-memoria –como esos ‘post-it’ que suelen colocarse en las puertas de las neveras–, por si Zelenski ya hubiera olvidado lo que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, había pronunciado muy poco rato antes.

Así, al comentar la propuesta de entablar negociaciones sobre la evacuación de Azovstal, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, enfatizó que Putin ya ha dicho claramente que «los civiles pueden salir de Azovstal y los militares pueden deponer las armas, esto no es un tema de negociación». Difícilmente se pueda ser más claro.

El director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, se muestra contundente al tratar de explicar las actitudes y declaraciones del mandatario ucraniano. “Hacer una saga de las declaraciones de este señor Zelenski, realmente es increíble. Ver las variaciones, las confusiones, las idas y venidas, las supuestas propuestas que hace, que luego se retrotrae, que luego las cambia sobre la marcha, realmente es de un caso psiquiátrico ya prácticamente».

El analista sentencia que las declaraciones de Zelenski “no ameritan nada, más allá de un análisis que deberían realizar algunos profesionales de la salud mental, debido a que estamos ‘jugando’ en un conflicto internacional, que es la primera guerra híbrida global. No estamos hablando de un conflicto Ucrania-Rusia: estamos inmersos en un gigantesco conflicto híbrido global en el que se lucha en el campo militar, en el económico, en el financiero, en el de la ciberseguridad, y en el de la propaganda política».

“Son numerosos ámbitos donde se está desarrollando este gigantesco conflicto, y Zelenski es una pieza ínfima dentro de este gran juego. Su actuación, como buen actor de donde proviene, actor cómico, es justamente eso, una actuación. Él no habla por voz propia, él es un personaje artístico impuesto por grandes grupos financistas internacionales y por oligarcas, que además son de una corruptela gigantesca», concluye Carlos Pereyra Mele.

Publicado por Sputnik: https://mundo.sputniknews.com/20220430/zelenski-practicamente-es-un-caso-psiquiatrico-1124992744.html 

 

DOSSIER GEOPOLITICO DG le está invitando a la Tercera Conferencia del Ciclo 2022

Conferencia: El Atlántico Sur y los Conflictos Globales

Disertará el Lic. Adolfo Koutoudjian, Licenciado en Geografía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el área docente se desempeña como profesor de Geopolítica en la Facultad de la Defensa Nacional, la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas y la Escuela de Guerra Naval; y como profesor invitado, en el Departamento de Geografía de la UBA. Es autor de numerosas publicaciones en los temas de su especialidad, y consultor en diversos organismos y publicaciones internacionales.

Sábado:
30 abril 2022 05:00 p. m. Buenos Aires, Georgetown
España 22 hs pm; Costa Rica 14 hs pm; Brasil 17 hs pm; Rusia 11 hs pm, Perú 15hs pm.

Unirse a la reunión Zoom
https://us02web.zoom.us/j/82239436341?pwd=YkZlSlpMSW1nWWhtYXpQWUZhZUk2UT09

Desde hace una década y media que el Tanque de Ideas Dossier Geopolitico viene informando que la Globalización y el Sistema Mundo resultante de la Unipolaridad anglosajón han tocado a su fin…los tiempos llegaron. Dossier Geopolitico

El organismo internacional constata en sus informes de primavera (el económico, el financiero y el fiscal) el cambio en la fisonomía de la globalización que venían apuntando los analistas de mercado y de política exterior desde hace años, que ha arraigado con la pandemia y que ahora entra en una fase de máxima efervescencia.

Por DIEGO HERRANZ Madrid

El planeta parece haberse adentrado en un periodo de convulsión constante. En una especie de punto de ebullición geopolítica, económica, financiera y socio-cultural. Hasta el punto de que se aprecian vestigios de que los modelos democráticos de corte liberal, como reza la terminología multilateral al uso, se tambalean con divisiones civiles preocupantes por el resurgimiento de los movimientos nacional-populistas; generalmente, de raíces ultraderechistas. En el ámbito de los mercados y de la economía, nunca como ahora, después de la invasión rusa de Ucrania, desde el final de la Guerra Fría, se vislumbra con tanta claridad la posibilidad de un decoupling, de una desintegración de la arquitectura financiera, económica y comercial internacional en torno a dos bloques: el occidental, con EEUU y Europa al frente, y el oriental, comandado por el poder chino en el terreno tecnológico, empresarial y productivo, y secundado por Rusia y su estatus nuclear.

El diagnóstico de situación del FMI y su tradicional recetario de tratamiento -siempre criticados, pero también, a los ojos de los analistas, necesarios para diseccionar las cada vez más complejas relaciones económicas- deja esta primavera nuevas lecturas de los movimientos telúricos que se están detectando soterradamente. En cierta medida -explican en la organización multilateral- con similitudes de calado con otras épocas de fulgurantes transformaciones y con una marcada y, al mismo tiempo, inquietante sinergia de acontecimientos.

Quizás la más clarividente de ellas sea la amenaza de estanflación que deja traslucir el fondo en sus tres grandes informes -que corroboran sus tres directores de departamentos -y que retrotrae a la década de los setenta, en la que la crisis del petróleo -de nuevo una escalada de precios de la energía como la invocada en otoño pasado por el Kremlin y su manejo de la espita del gas siberiano hacia Europa– dio lugar a una espiral inflacionista con trayectos recesivos. Pero que hizo detonar el salto económico y de tecnología en Occidente por el que apenas un decenio después caía el Muro de Berlín y entraba en barrena la Unión Soviética.

Se aprecian vestigios de que los modelos democráticos de corte liberal se tambalean con divisiones civiles preocupantes por el resurgimiento de los movimientos nacional-populistas

La larga siesta geoestratégica -del 9/11 de 1989, con el derribo del paso fronterizo que dividía la capital alemana desde el final de la Segunda Guerra Mundial, al 11/9, de 2001, con los ataques islamistas a EEUU- en la que emergió la globalización, dio paso a guerras de civilizaciones -Irak o Afganistán, pero también Siria, entre otras revueltas sociales como las primaveras árabes- y dos tsunamis -uno financiero, en 2008 y otro, sanitario, en 2020- con graves contracciones globales. En medio de las cuales, China se ha convertido en una potencia económica más incuestionable y Rusia ha reverdecido viejos laureles imperialistas con su renovado músculo militar y atómico, al que se ha añadido un eficaz -según sus intereses- uso de la energía como arma diplomática de primer orden. No en vano, Vladimir Putin lleva abriendo y cerrando el grifo del petróleo -en el seno de la OPEP +, donde se ha integrado de lleno y gestiona el crudo en el mercado tuteando a Arabia Saudí– y del gas, hacia Europa -principalmente a Alemania- y Ucrania, desde antes de la caída de Lehman Brothers.

El fondo desvela en cinco aspectos de alto voltaje la trascendencia de los virajes que manifiesta el ciclo de negocios post-covid que también ocupan un lugar preferencial en la sala de máquinas de think-tanks y expertos internacionales, políticos y económicos.

1.- El deterioro geopolítico asedia a la globalización. A largo plazo, «la guerra en Ucrania elevará los riesgos de desestabilización de las reglas creadas por consenso en el marco de las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial», precisa el WEO, el informe semestral que se elabora desde el equipo de la economista jefe del FMI, Gita Gopinath, estadounidense de origen indio. La polarización global se ha intensificado y, de prolongarse, agravaría la crisis humanitaria, aunque también impediría la integración económica mundial, esencial para generar prosperidad de forma consolidada. No es un asunto baladí. Larry Fink, CEO de BlackRock, la gestora de fondos que más patrimonio administra, con más de 9,5 billones de dólares en carteras -tanto como los PIB de Japón y Alemania-, acaba de asegurar que el conflicto ucranio «está acelerando el epitafio de la globalización» y enterrando «el orden global de los últimos 30 años». También hay criterios opuestos, como el de Exequiel Hernández, catedrático de la escuela de negocios Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, para quien las férreas interdependencias entre países tras décadas de libres flujos de intercambios comerciales, inversores o tecnológicos, entre otros, mantendrá la globalización: «Llegó para quedarse», explica.

Las evidencias que hay sobre la «importancia geoestratégica que la competitividad entre EEUU y China» pueden intensificar esta reversión

Sin embargo, Alicia García Herrero, investigadora en Bruegel, think-tank paneuropeísta, asegura que, tras décadas de incremento del comercio y del capital e, incluso, de personas, la tendencia ha cambiado hacia la desglobalización. «Hay suficientes evidencias de ellos». De igual modo que las hay sobre la «importancia geoestratégica que la competitividad entre EEUU y China» puede intensificar esta reversión. La también economista jefe para Asia-Pacífico del banco de inversión francés Natixis expande esta tensión «al espacio financiero y tecnológico». Un termómetro que marcará el curso de este hipotético proceso -avisa- será la posible defunción de la OMC.

2.- El decoupling entre bloques podría ser inevitable. El WEO admite que los intercambios de tecnología podrían verse limitados y que las redes de producción y los estándares de innovación podrían colisionar y propagarse «en distintos bloques» y, en consecuencia, las ganancias y ratios de prosperidad alcanzados por la globalización en los últimos tres decenios, se someterán a unos cambios indescifrables. Con áreas de países adoptando políticas proteccionistas. La doctrina que se está gestando en torno a esta lectura habla a las claras de un mercado abanderado por EEUU al que se sumarían las potencias occidentales, como en el pasado, y otro asiático, con Rusia que ya ha hecho pivotar sus intereses políticos, económicos y energéticos hacia este continente, en un papel de coexistencia pacífica con China, la abanderada de la alternativa oriental. El FMI hace mención a una más que probable, de consumarse este decoupling o desensamblaje del proceso de desglobalización, «reorganización de la arquitectura financiera internacional», que conduciría a una «segmentación de las reservas de activos globales» y la irrupción de dos sistemas de pagos transnacionales, lo que llevaría irremediablemente a la «segregación de dos bloques productivos antagónicos».

Luke Templeman ya detectó en la pérdida de fuelle de los flujos de capital globales o en la subida más que considerable del poder adquisitivo y de los salarios en China

Este desencaje lo aprecian en Deutsche Bank incluso desde antes de la guerra de Ucrania, pese a que las hostilidades bélicas han dejado sanciones que prohíben a Rusia acceder a la plataforma belga Swift, que alberga la mayor parte de las transacciones internacionales. Luke Templeman, su analista de mercados, ya detectó en la pérdida de fuelle de los flujos de capital globales o en la subida más que considerable del poder adquisitivo y de los salarios en China, que le han hecho perder competitividad directa con otras áreas emergentes en otras latitudes continentales. Pero también en el retroceso del atractivo adquirido durante la gran pandemia por las inversiones bajo criterios ESG -medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo- en favor de los activos fósiles, que han disparado sus cotizaciones, así como en las tentaciones proteccionistas y la falta de acuerdos de índole impositiva global -pese al pacto sobre el gravamen del 15% a los beneficios empresariales- más ambiciosos y capaces de reformular mapas tributarios. Además de en los nuevos hábitos de consumo. Fruto de la digitalización y que han transformado cadenas de valor y modificado las habilidades para colocar productos en el mercado.

3.- Interrupción al combate del cambio climático y las inversiones en innovación. «La fractura de las relaciones geopolíticas y económicas también minará las reformas estructurales en áreas como la lucha contra el cambio climático, la solución al excesivo endeudamiento o las barreras arancelarias y comerciales». Si todos estos riesgos se materializasen, la economía global sufriría una «transición impredecible» hacia una nueva realidad política con «muy elevadas volatilidades financieras, altas fluctuaciones de las materias primas y episodios de dislocación del comercio y de las cadenas productivas por el camino».

Jeff Curry, estratega jefe de Goldman Sachs, ha protagonizado la concepción en el mercado de que el detonante de las escaladas de los precios energéticos iniciadas con el otoño pasado debe achacarse al combate entre la vieja economía, personificada en los combustibles fósiles, que ha dominado inexorablemente los ciclos de negocios de todo el siglo pasado y del actual, y que es reacia a ceder sin disputa el cetro hegemónico a las fuentes renovables. El WEO vuelve a la carga en este terreno. «La guerra de Ucrania tendrá un importante papel en la transición energética». A corto plazo, para determinar abastecimientos, precios e inventarios; a medio para observar la resistencia de los carburantes sucios, fósiles y, a largo, con los riesgos geopolíticos actuales y las tensiones económicas, para encontrar espacios de cooperación global necesarios para alcanzar la neutralidad energética de forma ordenada.

Tecnológicamente, advierte el informe de Estabilidad Financiera que dirige el departamento de Tobias Adrian, el mundo puede verse alterado por múltiples vías. Entre otras, por la demanda de reservas de divisas alternativas para eludir las sanciones, que «podría elevarse en algunas regiones» y alterar los modelos de pagos, estimular el uso de las criptomonedas -sobre las que vuelve a incidir en que se sometan a una regulación y supervisión oficiales– y transformar los servicios a proveedores. Con costes y modificaciones operativas a gran escala.

Jeff Curry ha protagonizado la concepción en el mercado de que el detonante de las escaladas de los precios energéticos iniciadas con el otoño pasado debe achacarse al combate con la Vieja Economía

En especial, países como Rusia o Irán, sobre los que penden represalias económicas. Además, reclama a los bancos centrales y las autoridades que promuevan recursos para la digitalización de infraestructuras y negocios vinculados a las energías renovables y que barajen las indemnizaciones por los efectos climatológicos –inclemencias y desastres; sobre todo, sequías e inundaciones- en sus mercados y agentes económicos. Y alerta de que la excesiva deuda privada -corporativa y bancaria- podría retardar proyectos de innovación.

4.- Europa como epicentro de los efectos geopolíticos y económicos. Los socios europeos serán los receptores de los mayores daños colaterales de la deflagración bélica. Será el espacio en el que repercutirá en mayor medida el precio de la energía, donde escalará más la inflación y el más expuesto a la dependencia del gas y petróleo de Rusia y a sus lazos comerciales. También con China, el socio subrepticio de Moscú. Sus planes de «restaurar su autonomía en el terreno energético» llevarán tiempo, al igual que las repercusiones asociadas a «la absorción de refugiados». La zona del euro es importadora neta de energía, lo que requerirá apoyos oficiales para contener una inflación desbocada y los daños disruptivos en sus cadenas empresariales; en especial, las industriales. El crecimiento de su PIB será de apenas el 2,8% este año y el aumento de su IPC, de 5,3 puntos. Escenario cercano a la estanflación a poco que la coyuntura se enfangue de nuevo. Sin embargo, a Europa el FMI le concede un papel relevante en una hipotética etapa de reconstrucción multilateral, que también otorga a China.

Una óptica para ver el vaso del cóctel geopolítico medio lleno a la que se apuntan los expertos del Economist Intelligence Unit (EIU), que piensan que la UE se verá forzada a resituarse en ese nuevo orden global. El despertar de Europa supondría que EEUU ejercería su pleno liderazgo en la OTAN, pero las decisiones e intereses de Alemania y Francia serían tenidos más en cuenta. Rusia ha vuelto a protagonizar el cartel de enemigo público número uno de la Alianza Atlántica. Pero Ucrania ha generado un impredecible sentimiento de unidad entre los aliados, pese a que puede acabar fragmentado en el futuro por intereses nacionales venideros. La divergencia transatlántica sobre el veto energético a Rusia muestra que el consenso sigue siendo difícil.

5.- Sin coordinación fiscal, no habrá recursos para la prosperidad. Este dictamen se esboza en el Fiscal Monitor, donde se critica la competencia fiscal y se aconseja una revisión más gradual y progresiva de las rentas personales. Además de dejar abierta la opción, dentro de una revisión a fondo de los modelos fiscales, de gravar temporalmente dentro del Impuesto de Sociedades los beneficios extraordinarios (caídos del cielo) a firmas que se han beneficiado de los estímulos fiscales por la pandemia -entre otras, farmacéuticas o las manufactureras, biotecnólogicas o de servicios sanitarios sin mencionar a eléctricas o a los bancos- como un mecanismo adicional para activar los «estabilizadores automáticos» con el que se deberían sufragar los esfuerzos fiscales futuros. Y valora, aunque le parezca insuficiente desde la óptica de la «necesaria coordinación tributaria internacional», el gravamen del 15% instaurado en el seno de la OCDE -a instancias de la Administración Biden desde el G-20- sobre las ganancias corporativas y que han elevado los ingresos en un 5,7%, porque podrían sumar otro 8,1% a las arcas estatales si se redujeran las deducciones que fomentan la competencia (o dumping) tributaria. Esta tasa global resulta, a los ojos del equipo de Fiscalidad del FMI, dirigido por Victor Gaspar, altamente recomendable, igual que la Google, sobre las cuentas de resultados de la big techs. Porque la homologación tributaria sería un magnífico pegamento para sostener la globalización, aducen.

La UE se verá forzada a resituarse en ese nuevo orden global

Un aspecto, los avances en armonización fiscal internacional, que quedaría en un limbo, en caso de decoupling. Con China sin haber logrado su estatus de economía de mercado, pese a ingresar en la OMC a comienzos de siglo, y liderando las acusaciones por supuesto dumping de precios y fiscal de sus productos en el exterior. Y con la Casa Blanca impulsando junto a sus aliados de la UE su retirada a Rusia, a la que se le concedió en los primeros años de Putin, cuando perteneció al G-8 y fomentando otra batalla geoestratégica con Pekín a cuenta de sus subsidios industriales y tecnológicos. En esta ocasión, como medida disuasoria ante cualquier maniobra de China de atentar contra la soberanía de Taiwán. Biden sopesa invocar la Sección 301 de su Trade Act, la misma a la que acudió Donald Trump para instaurar la guerra arancelaria con China en 2018, para investigar y denunciar las ayudas estatales chinas a sus empresas industriales y tecnológicas -de especial vocación exportadora- que, a juicio de EEUU, dañan su economía en beneficio de su gran rival geoestratégico, según avanzaban diarios como The Wall Street Journal.

FUENTE Publico.es https://www.publico.es/economia/fmi-senala-guerra-ucrania-impulsa-nuevo-orden-economico-geopolitico-mundial.html/amp

Por BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

En el eje comunicacional del Atlántico Norte vivimos en una guerra de información sin precedentes. La conocí en Estados Unidos durante dos períodos. El primero, durante la guerra de Vietnam, que viví en su momento de crisis final (1969-1971), culminaría con la publicación de los papeles del Pentágono en 1971. El segundo momento fue la guerra de Irak, que comenzó en 2003, y la saga de las armas de destrucción masiva, un engaño político del que resultarían muchos crímenes de guerra. Sin embargo, en Europa nunca había asistido a este tipo de guerra de información, al menos no con la magnitud actual. Se caracteriza por la erosión casi total entre hechos y manipulación de las emociones y las percepciones, entre hipótesis o conjeturas y verdades incuestionables.

En el caso específico de la guerra de Ucrania, la manipulación pretende evitar que la opinión pública y los responsables políticos piensen y decidan sin demasiada presión en la única medida que ahora se requiere: la búsqueda de una paz duradera en Ucrania y en la región para poner fin al sufrimiento del pueblo ucraniano, un pueblo que en estos días comparte el trágico destino de los pueblos palestino, yemení, sirio, saharaui y afgano, a pesar de que sobre estos últimos pese el más profundo silencio. La guerra de la información pretende continuar la guerra de las armas mientras convenga a quienes la promueven. En estas condiciones, no es fácil luchar con los hechos y la experiencia histórica porque, desde el punto de vista de la guerra de información, explicar es justificar, entender es perdonar, contextualizar es relativizar. Aún así, vamos a intentarlo.

1 Para demonizar al enemigo es crucial deshumanizar, es decir, imaginarlo como si hubiera actuado criminalmente y sin provocación. Ahora bien, la condena firme e incondicional de la invasión ilegal de Ucrania (en la que vengo insistiendo desde mi primer artículo sobre el tema) no implica tener que ignorar cómo se ha llegado a esta situación. En este caso, aconsejo leer el libro publicado en 2019, War with Russia?, del profesor emérito de la Universidad de Princeton, Stephen Cohen, recientemente fallecido. Tras examinar con detalle las relaciones entre Estados Unidos y Rusia desde el final de la Unión Soviética y, en el caso de Ucrania, sobre todo desde 2013, Stephen Cohen concluye de este modo: «Las proxy wars [guerras en las que los adversarios utilizan terceros países para perseguir sus objetivos de confrontación bélica] son una característica de la vieja Guerra Fría, son pequeñas guerras en el llamado «Tercer Mundo». […] Rara vez involucraron personal militar soviético o estadounidense, casi siempre solo dinero y armas. Hoy, las proxy wars entre Estados Unidos y Rusia son diferentes, están ubicadas en el centro de la geopolítica y acompañadas por demasiados instructores y posiblemente combatientes estadounidenses y rusos. Ya han estallado dos: en Georgia en 2008, donde las fuerzas rusas se enfrentaron a un ejército georgiano financiado y entrenado con fondos y personal estadounidenses; y en Siria, donde muchos rusos fueron asesinados por las fuerzas anti-Assad respaldadas por Estados Unidos. Moscú no tomó represalias, pero prometió hacerlo cuando hubiera «una próxima vez». Si eso sucede, implicará una guerra entre Rusia y Estados Unidos. El riesgo de un conflicto tan directo sigue creciendo en Ucrania». Así se pronosticó en 2019 la guerra que actualmente martiriza al pueblo ucraniano.

2 Democracia y autocracia. En el lenguaje de Estados Unidos el mundo se divide en dos: democracias (nosotros) y autocracias (ellos). Hace tan solo unos años la división era entre democracias y dictaduras. Autocracia es un término mucho más vago que puede utilizarse para considerar autócrata a un gobierno democrático percibido como hostil, aunque la hostilidad no se derive de las características del régimen. Por ejemplo, en la cumbre por la democracia celebrada en diciembre de 2021, a iniciativa del presidente Biden, no se invitó a países como Argentina y Bolivia, que habían experimentado recientemente vibrantes procesos democráticos, pero que son menos receptivos a los intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos. En contraste, se invitó a tres países que la Casa Blanca reconoció como democracias problemáticas (el término utilizado fue flawed democracies), con corrupción endémica y abusos de los derechos humanos, pero con interés estratégico para Estados Unidos: Filipinas, para contrarrestar la influencia de China, Pakistán, por su relevancia en la lucha contra el terrorismo, y Ucrania, por su resistencia a la incursión de Rusia. Las reservas en el caso de Ucrania eran comprensibles, ya que unos meses antes los papeles de Pandora habían dado detalles sobre las sociedades offshore del presidente Zelenski, de su esposa y sus asociados. Ahora, Ucrania representa la lucha de la democracia contra la autocracia rusa (que, a escala nacional, debe estar a la par con Ucrania en términos de corrupción y abusos de los derechos humanos). El concepto de democracia pierde, así, buena parte de su contenido político y se convierte en un arma arrojadiza para promover cambios de gobierno que favorezcan los intereses globales de Estados Unidos.

3 Amenazas. Según expertos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en 2020, el 40% de las fuerzas militares de Ucrania (un total de 102.000 miembros) eran milicias paramilitares de extrema derecha, armadas, financiadas y entrenadas por Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia y Suiza, con miembros de diecinueve nacionalidades. Desde que comenzó la guerra se les han sumado más elementos, algunos provenientes de Medio Oriente, y recibieron más armamento de todos los países de la OTAN. Por lo tanto, Europa corre el riesgo de tener en su seno un nutrido nazi-yihadismo, y no hay garantía de que su alcance se limite a Ucrania. En 1998, el exasesor de seguridad del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, declaró en una entrevista con el Nouvel Observateur: «En 1979, aumentamos la probabilidad de que la URSS invadiera Afganistán… y creamos la oportunidad de darles su Vietnam». No me sorprendería que este playbook de la CIA se esté aplicando ahora en Ucrania. Las recientes declaraciones del secretario general de la OTAN de que «la guerra en Ucrania podría durar meses o incluso años», combinadas con la noticia de Reuters (12 de abril) de que el Pentágono se iba a reunir con los ocho mayores productores de armas para discutir la capacidad de la industria para satisfacer las necesidades de Ucrania «si la guerra con Rusia dura años», deberían haber causado alarma entre los líderes políticos europeos, pero aparentemente solo los motivó a una carrera armamentista. Las consecuencias de un segundo Vietnam ruso serían fatales para Ucrania y para Europa. Rusia (que es parte de Europa) solo será una amenaza para Europa si esta se convierte en una enorme base militar estadounidense. La expansión de la OTAN es, por tanto, la verdadera amenaza para Europa, como dijo hace veinte años el insospechado Henry Kissinger.

4 Doble criterio. La Unión Europea, transformada en caja de resonancia de las decisiones estratégicas de Estados Unidos, defiende como expresión legítima de valores universales (europeos, pero no menos universalizables) el derecho de Ucrania a unirse a la OTAN, mientras Estados Unidos intensifica la integración (véase la US-Ukraine Strategic Defense Partnership, firmada el 31 de agosto de 2021), negando al mismo tiempo que sea inminente. Ciertamente, los líderes europeos no saben que Estados Unidos niega a otros países el derecho reconocido a Ucrania a unirse a un pacto militar; y si lo supieran, no habría ninguna diferencia, tal es el estado de letargo militarista en el que se encuentran. Por ejemplo, las pequeñas Islas Salomón del Océano Pacífico aprobaron un borrador de pacto de seguridad con China en 2021. Estados Unidos reaccionó de inmediato y con alarma ante ese proyecto y envió a altos funcionarios de seguridad a la región para detener la «intensificación de la competencia de seguridad en el Pacífico».

5 La verdad llega demasiado tarde. La guerra de información se basa siempre en una mezcla de verdades selectivas, medias verdades y mentiras puras y duras (las llamadas false flags) organizadas para justificar la acción militar de quienes la promueven. Estoy seguro de que en este momento está en curso una guerra de información tanto en el lado ruso como en el estadounidense/ucraniano, aunque, debido a la censura que nos fue impuesta, sabemos menos sobre lo que sucede en el lado ruso. Tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. La tragedia es que siempre llegará demasiado tarde. En este convulso comienzo de siglo tenemos una ventaja: el mundo perdió su inocencia. Julian Assange, por ejemplo, está pagando un altísimo precio por habernos ayudado en este proceso. A los que todavía no han renunciado a pensar con cierta autonomía, les recomiendo la lectura del capítulo de Hannah Arendt, titulado «La mentira en política», del libro Crisis de la República publicado en 1971. Es una brillante reflexión sobre los papeles del Pentágono, una recopilación exhaustiva de datos (entre ellos, muchos crímenes de guerra y muchas mentiras) sobre la guerra de Vietnam, recopilación realizada por iniciativa de uno de los máximos responsables de esa guerra, Robert McNamara.

6 La pregunta que nadie hace. Cuando los conflictos armados son en África o en Oriente Medio, los líderes europeos son los primeros en pedir el cese de las hostilidades y la urgencia de las negociaciones de paz. ¿Por qué cuando la guerra está en Europa los tambores de guerra suenan sin cesar y ningún líder pide que se callen y se escuche la voz de la paz?

Fuente La Razon: https://www.la-razon.com/politico/2022/04/24/la-inconveniente-complejidad/