Y POR FIN, EUROPA CONOCIÓ A MILEI

Es el título del audio de Eduardo Bonugli, colaborador de Dossier Geopolítico en Madrid para el Club de La Pluma, en el que rechaza quedarse en la superficialidad de las formas, ni en las reiterados escándalos de Milei,  para profundizar que el conflicto entre España y Argentina, dos países globalistas, neoliberales, atlantistas y obedientes a la OTAN, desnuda la anarquía y guerra interna de Occidente, mientras el imperio anglosajón se acerca al precipicio de una derrota global histórica a manos de las potencias asiáticas, del Sur Global y de los Brics.

También analiza en que detrás del choque, estaría por un lado la mano de Israel, enemigo de Pedro Sánchez por su postura pro Palestina y por el otro, la estrategia de EEUU por seguir desgastando económicamente a Europa. Esta vez, ahuyentando al empresariado europeo del botín que hoy es Argentina. En ambas estrategias -concluye- el “fiel soldado Milei” habría cumplido su misión a favor de los anglosajones, más allá de fabricarse un enemigo perfecto para disimular su caótica gestión de gobierno.

Además, en el audio comenta lo que en Europa pensaban de Milei, de las ilusiones perdidas que tenía el poder económico europeo en la motosierra del hombre que habla con los perros muertos y de la pusilánime posición de la izquierda, que siempre evita cuestionar a fondo la dictadura neoliberal capitalista de la UE.

Carlos Pereyra Mele – Director de Dossier Geopolítico

Por: Claudio Chianese

Los órdenes liberales contemporáneos ejercen un control que se acerca al de los órdenes autoritarios. El camino está marcado y ningún remedio será suficiente.

La puesta en escena de este drama, cuya duración ocuparía, según las medidas terrestres, unas diez noches, está concebida para un teatro en Marte. Los espectadores de este mundo no podrían soportarlo. Porque es sangre de su sangre y sustancia de la sustancia de aquellos años irreales, inconcebibles, inalcanzables para cualquier intelecto alerta, inaccesibles a cualquier memoria y conservados sólo en un sueño sangriento, de aquellos años en los que personajes de operetas recitaban la tragedia de la humanidad. .

Más que la transformación marxista de la tragedia en farsa, lo trágico y lo cómico se encuentran, en porcentajes variables, dentro de cada acontecimiento de la historia: los nuestros, los modernos, tienden fuertemente hacia el ridículo . Es difícil tomar realmente en serio las democracias liberales, que son antiépicas por vocación y, por tanto, debido a su estrechez semántica, resistentes a las narrativas autoritarias: Blut und Boden , Deus vult , etc. También es difícil reconocer el autoritarismo suave y silencioso de las democracias, que no se irradia del centro a la periferia a través de la policía secreta, sino que existe en una nube , fragmentado entre la gente, camuflado. Matteo Salvini, el político más ingenuamente autoritario de Italia, pregona la historia del sentido común; más allá de él y de su derecha, para encontrar el rayo oculto hay que blandir la antorcha de Hannah Arendt:

El distanciamiento no es soledad . La soledad exige estar solo, mientras que el distanciamiento se siente cada vez más intensamente en compañía de otros. […] Lo que hace que el alejamiento sea tan insoportable es la pérdida de uno mismo […]. Es una coerción íntima cuyo único contenido consiste en evitar rigurosamente las contradicciones que parecen confirmar la identidad del hombre fuera de cualquier relación con los demás. […] Al destruir cada espacio entre los individuos, comprimiéndolos unos contra otros , también se destruye el potencial creativo del aislamiento .

Si el totalitarismo del que habla Arendt es un fenómeno político peculiar comparado con la tiranía anterior, en democracia se logra un totalitarismo sin terror y sin forma . Hay un claro contraste entre la fábula lineal de la democracia, que es precisamente la opereta desplegada sobre la tragedia, y el ruido metálico de los engranajes sociales, invisibles desde fuera. La tecnología del poder ha cambiado: las viejas sociedades autoritarias, escribe Deleuze, corresponden a simples máquinas, palancas, relojes; la sociedad de control se parece al ordenador por la enormidad de datos que gestiona, cataloga, acumula y reduce a estadísticas. El proceso socio histórico es obvio: de la opresión directa a las instituciones disciplinarias –familia, escuela, fábrica, prisión– y finalmente a la disciplina por el aire, sin lugares, que persigue al individuo y por todas partes lo convierte en multitud, lo comprime contra los demás . La paradoja que hace añicos el sueño individualista de los liberales es que las sociedades de masas modernas no podrían funcionar si fueran honestas: deben, en cambio, escenificar la libertad y mantener complejos mecanismos en movimiento para que no se ejerza. Las técnicas, nos recuerda Ellul, requieren previsibilidad y por lo tanto «ninguna técnica es posible donde los hombres son libres».

Así, los mecanismos represivos de las democracias se esconden detrás de dos historias, aparentemente opuestas pero complementarias: una es el interés social y la otra la defensa del individuo. Dos narrativas que se encuentran en la «hybris del punto cero», para usar las palabras de Santiago Castro-Gómez, propias de los estudios poscoloniales. De hecho, es la perspectiva adecuada para descifrar el fenómeno: las democracias occidentales llevan a cabo una especie de colonialismo interno , destinado a asfixiar los núcleos epistémicos alternativos a una verdad que se presenta como un centro neutral. Cinzia Sciuto, autora de un Manifiesto laico contra el multiculturalismo , en su entrevista con Rai Cultura revela, sin querer, la imagen perfecta de esta arrogancia : la política cultural de las democracias occidentales, nos dice, debe tener como objetivo la autodeterminación. del individuo respecto de sus orígenes . Es fácil desenmascarar el mecanismo: el individuo entendido como punto cero es, necesariamente, el hombre occidental; cuando el inmigrante se «emancipa», se quita el velo, comienza a beber, no ha hecho más que sustituir, psicoticamente, su propia historia personal por una historia ficticia.

El multiculturalismo no es, como se da a entender, una ideología, sino sólo un momento del proceso colonial : el momento del apartheid , de la explotación mecánica, que va acompañado del progresivo desmantelamiento de las matrices identitarias. Simplemente no existe un espacio secular en el que habite el individuo puro: el Occidente democrático es una madre voraz que roba los hijos de otras personas. Si, entonces, el resorte comprimido de la identidad salta hacia el radicalismo, entonces hay que defender la sociedad : la Austria de Sebastian Kurz, por ejemplo, no se limita a la línea dura contra el fundamentalismo islámico, anhelada por otros gobiernos europeos, sino que introduce el concepto de » Islam político» en derecho positivo. Un principio menos confuso de lo que parece, incluso emblemático: porque un Islam, o cualquier otra religión, que no sea política es impensable . Hasan al-Basri, que, como un asceta, acusa al gobernador de Irak de realizar un acto político, del mismo modo que son políticas las cartas de Catalina de Siena a los poderosos de su tiempo. Además de la profanación del mundo, que es la única forma en que se logra el secularismo en la práctica histórica, la democracia liberal también exige una profanación personal. La integración sólo se logra en esta disonancia, la separación quirúrgica del individuo público de su identidad personal: cree lo que quieras, pero haz sacrificios al emperador; Cree lo que quieras, siempre y cuando no cuente para nada. Relativismo de la irrelevancia , más que relativismo de la tolerancia.

Las mismas herramientas de dominación colonial pueden dirigirse contra todas las formas de alteridad. Recientemente, Facebook anunció que eliminará activamente las noticias falsas sobre las vacunas anti-Covid: al igual que el Islam político, el concepto de «noticias falsas» es fluido y emblemático. Lo que no se censura no es tanto lo que no encaja en una narrativa oficial -porque la narrativa oficial es en sí misma polifónica, generalizada- como la desviación de la norma estadística . Lo interesante, obviamente, no es la batracomiomaquia entre no-vax y anti-no-vax, sino más bien el mecanismo a través del cual la política, el mercado, la academia y la sociedad civil se unen. El centro, con su poder represivo, se encuentra igualmente en todas partes: no es un gobierno el que controla el mercado, sino el mercado que recibe la verdad de la academia, la distribuye a los ciudadanos hasta que, a través de los ciudadanos, se convierte en norma. El buen sentido , la cultura dominante sobre la que construir la política. El debate sobre la obligatoriedad de la vacuna es una cuestión marginal: sólo revela que las democracias todavía mantienen, en algún lugar almacenado, la vieja maquinaria disciplinaria.

La sociedad de control actúa para hacerlo superfluo, del mismo modo que las armas atómicas causaron la obsolescencia de los ejércitos tradicionales: la sociedad de control actúa para que todos se opriman a sí mismos. Aquí, los personajes de opereta de Kraus adquieren connotaciones siniestras: son las múltiples sombras proyectadas en las paredes por un solo fuego. Las distancias conceptuales se anulan, no sólo entre las diferentes caras de la política, sino también entre la autoridad y el sujeto: el arquetipo del ciudadano, en las democracias occidentales modernas, es en cualquier caso el inmigrante , el converso, el nativo que abandona el pueblo para la metrópoli que le es ajena: demasiado grande, inhumana, universal. En el acto de cortar el vínculo con lo que queda en el bosque -religión, tradición, alteridad intelectual- deja que sus dictadores vengan a habitar el espacio vacío , les da la bienvenida al interior, deja de distinguirlos. De hecho, el discurso de Jünger parece haber dado un vuelco, el camino que va de las masas a los rebeldes se ha invertido; la revuelta queda anestesiada, porque implica autodestrucción:

El sistema absorbe a quienes creen que pueden utilizarlo. No se puede encontrar un modus vivendi ni obtener circunstancias atenuantes. Está demostrado cómo el Estado liberal se convierte en un Estado autoritario. El camino está marcado y ningún remedio será suficiente. Frente al poder absoluto, sólo es válida la negación absoluta .

(publicado originalmente el 9 de diciembre de 2020)

https://www.dissipatio.it/la-repressione-democratica

 Estados Unidos transferirá el sistema ATACMS a Ucrania con un alcance de 300 km 

La libertad de Rusia en la guerra de Ucrania en los últimos meses está a punto de terminar, ya que la Administración Biden ha tenido finalmente éxito en el Congreso de Estados Unidos en el proyecto de ley de ayuda a Ucrania, estancado durante mucho tiempo. La ayuda aprobada por la  Cámara el sábado enviaría 60.800 millones de dólares a Ucrania.

Se espera la aprobación del Senado el martes. El presidente Biden ha prometido: “Firmaré inmediatamente esta ley para enviar una señal al mundo entero: apoyamos a nuestros amigos y no permitiremos que Irán o Rusia tengan éxito”. 

Sin duda, Estados Unidos está redoblando sus esfuerzos para frustrar los supuestos planes de Rusia de una victoria militar rusa absoluta en Ucrania durante este año. Como era de esperar, los aliados transatlánticos de Washington también se están uniendo, que es el mensaje que surge de la reunión virtual del Consejo OTAN-Ucrania a nivel de Ministros de Defensa Aliados, presidida por el Secretario General Jens Stoltenberg en Bruselas el sábado. 

La sensación de alivio en Kiev es palpable cuando el presidente Volodymyr Zelenskyy dijo a NBC : «Creo que este apoyo realmente fortalecerá a las fuerzas armadas de Ucrania y tendremos una oportunidad de victoria». Dijo que los legisladores estadounidenses actuaron para mantener “la historia en el camino correcto”. 

Por otro lado, la reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha sido bastante polémica, como si Moscú estuviera anticipando el acontecimiento. Lo que parece perturbar más a Moscú en el proyecto de ley de ayuda estadounidense es la idea que favorece la confiscación de activos rusos congelados para financiar a Ucrania, lo cual, según destacó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, “porque se trata esencialmente de la destrucción de todos los cimientos del sistema económico. Se trata de una invasión de la propiedad estatal, de los activos estatales y de la propiedad privada. De ninguna manera esto debe percibirse como una acción legal: es ilegal. Y en consecuencia, estará sujeto a acciones de represalia y procedimientos legales”.

Moscú sentiría que la intención estadounidense es, primero, forzar a la UE a seguir una trayectoria similar y así destruir cualquier perspectiva residual de reconciliación entre Rusia y Europa durante mucho tiempo; en segundo lugar, proporcionar los medios para utilizar en última instancia los activos rusos congelados para generar negocios para el complejo militar-industrial estadounidense; y tercero, en términos geopolíticos, crear un precedente en cualquier enfrentamiento futuro entre Occidente y China.

Baste decir que Moscú tiene razón al estimar que, en una perspectiva a más largo plazo, la  Ley de Paz a través de la Fuerza del Siglo XXI , que también fue aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos con una votación bipartidista de 360 ​​a 58 el sábado, empodera al poder ejecutivo de Estados Unidos. Confiscar y transferir activos rusos congelados en Estados Unidos a Ucrania está plagado de consecuencias mucho más devastadoras que la ayuda financiera de 60 mil millones de dólares para Ucrania. Curiosamente, también se complementan.

No nos equivoquemos respecto del consenso bipartidista en el Congreso a este respecto. Es importante saber esto, ya que aparentemente Donald Trump se ha deshecho de su ambivalencia y ha decidido apoyar el proyecto de ley de ayuda a Ucrania. La reunión entre Trump y el presidente republicano de la Cámara, Mike Johnson, en el período previo a la votación en la Cámara el sábado sugeriría que Johnson podría no ser derrocado, después de todo, por sus colegas republicanos de extrema derecha en la Cámara.

Beijing comprende perfectamente esta jugada diabólica. Un comentario publicado el domingo en el Global Times decía: “Si el proyecto de ley [sobre los activos rusos] finalmente se convierte en ley y entra en vigor, sentará un precedente desastroso contra el orden financiero internacional existente”.

Por supuesto, los movimientos militares rusos en el futuro serán observados atentamente. Porque, en circunstancias tan cambiantes, las acciones hablarán mejor que las palabras. En cualquier caso, se ha llegado a un punto de inflexión desde que, evidentemente con la vista puesta en la próxima visita del presidente ruso Vladimir Putin a Beijing, la Administración Biden también está cambiando de rumbo para amenazar explícitamente a China por supuestamente apoyar a la industria de defensa rusa. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, realizará el miércoles una visita de tres días a China . 

En conjunto, lo que surge es que la Administración Biden está redoblando su apuesta por la guerra en Ucrania, contrariamente a los pronósticos anteriores de que se está produciendo fatiga bélica. Mientras tanto, el portavoz del Pentágono, mayor general Pat Ryder, ha revelado a Politico en una declaración que la Administración Biden está considerando enviar asesores militares adicionales a Ucrania, ya que “las condiciones de seguridad han evolucionado”. 

Este personal adicional “no desempeñaría un papel de combate, sino que asesoraría y apoyaría al gobierno y al ejército ucranianos”. Las cifras específicas de personal siguen siendo confidenciales “por razones de seguridad operativa y protección de la fuerza”. Apoyarán los esfuerzos de logística y supervisión de las armas que Estados Unidos envía a Ucrania y “un nuevo contingente también ayudará al ejército ucraniano con el mantenimiento de las armas”. 

De hecho, dejando a un lado el sofisma del papel no combativo, lo que está en juego es una expansión incremental de la presencia militar estadounidense en Ucrania, a pesar de las repetidas afirmaciones de Biden de que las tropas estadounidenses no participarían en la guerra en nombre de Ucrania, ya que hacerlo aumentar el riesgo de una confrontación militar directa ruso-estadounidense. 

Citando fuentes, Politico informó además que “una de las tareas que abordarán los asesores es ayudar a los ucranianos a planificar el mantenimiento de equipos complejos donados por Estados Unidos a medida que se espera que aumenten los combates del verano”. 

¿Cómo se suma el nuevo paquete de ayuda de 60.750 millones de dólares ? Incluye 23.200 millones de dólares destinados a reponer las existencias de armas estadounidenses; 13.800 millones de dólares para la compra de sistemas de armas avanzados para Ucrania; y otros 11.300 millones de dólares para “operaciones militares estadounidenses en curso en la región”. 

Es decir, en efecto, la asistencia militar directa a Ucrania ascenderá en realidad a unos 13.800 millones de dólares hasta finales de 2024. Los expertos rusos estiman que esta asignación descarta otra “contraofensiva” ucraniana. Pero eso es poco consuelo, ya que el mayor flujo de armamento estadounidense reforzará la capacidad militar ucraniana para resistir la ofensiva rusa, que no puede sino afectar el actual equilibrio de fuerzas en el frente. 

Desde un punto de vista militar, en términos inmediatos, la vanguardia del proyecto de ley de ayuda reside en el hecho de que abre la puerta a la transferencia a Ucrania de sistemas de misiles tácticos [ATACMS] capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 300 km. lo que sitúa a Crimea dentro de su alcance. Según se informa, ya hay 1.000 tropas francesas sobre el terreno en Odessa y se espera otro contingente en breve.   Por supuesto,  esto lo pronosticó hace unas semanas la inteligencia exterior rusa, pero París lo negó rotundamente. ( aquí y aquí )

La conclusión es que el paquete de ayuda pretende, por un lado, evitar que surja una situación militar catastrófica en el frente en los próximos meses, lo que podría ser políticamente perjudicial para la candidatura a la reelección de Biden, mientras que, por otro lado, la mayor parte de En realidad, los fondos se destinan a los fabricantes de armas estadounidenses en algunos “estados indecisos” clave y gratifican al influyente complejo militar-industrial y al Estado Profundo. 

Biden dijo al Wall Street Journal: “Enviaremos equipo militar de nuestras propias existencias y luego usaremos el dinero autorizado por el Congreso para reponer estas existencias comprándolos a proveedores estadounidenses. Esto incluye misiles Patriot fabricados en Arizona, misiles Javelin fabricados en Alabama y proyectiles de artillería fabricados en Pensilvania, Ohio y Texas”. 

Sin duda, la narrativa triunfalista de la guerra de Ucrania por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos está en camino de regresar.

FUENTE: https://www-indianpunchline-com.translate.goog/ukraine-us-doubles-down-russia-is-cool/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es-419&_x_tr_pto=nui,sc

DERROTA A LA VISTA EN UCRANIA  

Así es cómo titula el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, su columna del Club de La Pluma, alejándose por un momento del conflicto en Medio Oriente y de la tragedia argentina de Milei y reflotando la guerra de Ucrania, ocultada deliberadamente por el poder mediático ante la evidente derrota de la OTAN, quién la inició en el 2014 con el sangriento golpe de estado pro occidental del “Euro Maidán” y el derrocamiento del presidente legítimo Víktor Yanukóvich, que le siguieron diez años de criminales bombardeos a la región del Dombás, con más de 14.000 asesinatos de civiles de habla rusa por parte del nuevo ejecutivo de Kiev conformado por las brigadas fascistas del histórico nazi Stépan Bandera y con el apoyo total de EEUU y la UE, lo que derivó en el arribo al poder de Zelenzky y en la explosión de esta Guerra Proxy provocada por la estrategia de Washington de acoso, desestabilización y partición de Rusia, planificada desde 1991 cuando la desaparición de la URSS.

AUDIO:

A lo largo del audio se plasman datos concluyentes y escalofriantes del desastroso estado fallido que es hoy Ucrania, de su geografía reducida en un 33%, de su población diezmada en casi un 40 %, de las terribles cifras de desplazados, de los alistamientos forzosos que van de adolescentes hasta casi ancianos. De tener el mayor ejército de Europa a ser hoy apenas pasto de una innecesaria “picadora de carne”. Sin fuerza aérea, sin armada, sin defensas, sin armamentos ni municiones, con unas tropas con el altísimo promedio de edad de 43 años, con aproximadamente trescientos mil muertos y más de un millón y medio de heridos. Siendo un estado quebrado y sin recursos, asfixiado por una corrupción masiva y descontrolada, malviviendo de la ayuda menguante de Occidente, sin energía ni red eléctrica, con la industria inexistente y con sus redes de comunicación, vial o férrea destruidas. Sin salud ni educación pública y con los servicios sanitarios básicos en ruinas. Y ante un pueblo desesperado que se está enterado de que la victoria es imposible. Todo ello por sucumbir a las presiones de EEUU e Inglaterra y rechazar aquel plan de paz cerrado y casi firmado en Ankara, en marzo de 2022, que le hubiese permitido parar en seco la guerra, retener la mayoría del territorio hoy definitivamente perdido, de conservar el país en pié y de preservar las cientos de miles de vidas de sus mejores jóvenes.

También nos habla del bochornoso fracaso de la fanfarroneada “Contraofensiva del 2023” que apenas logró avanzar 11 kilómetros. De la actual cadena imparable de derrotas en el frente. De las maniobras de Zelensky para mantenerse en el poder suspendiendo las elecciones generales. Y de su intención en utilizar el terrorismo como último recurso para mantenerse en el poder y atrasar así una derrota que lo llevaría a huir o a responder ante la justicia. Mientras que “informes amigos y enemigos” coinciden que en el mes de mayo, el mando ruso podría lanzar una ofensiva total en puntos claves del frente -en este caso efectiva y realista- que sería el preludio del final de esta trágica aventura de la OTAN, de EEUU, de la UE y de los extremistas de Zelensky. Quienes algún día, deberían responder ante la historia por esta barbaridad.

Eduardo Bonugli (Madrid, 21/04/24)

Javier Benitez entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

En su conflicto con Rusia, Ucrania ha apostado por una táctica que ha enfurecido a EEUU porque le creará serios problemas económicos. Se trata de los ataques sistemáticos que Kiev viene ejecutando desde hace algunas semanas contra refinerías de petróleo rusas, y que están sacando de quicio a Washington por las graves consecuencias que desatarán.

AUDIO:

No es el primer aviso

Anteriormente, EEUU ya le había dado un toque de atención a Ucrania: lo hizo en pasados ataques de Kiev contra infraestructura petrolera rusa. Pero lejos de hacerle caso a su amo, Kiev ha decidido morderle la mano, que es la que le da de comer, al ser el país que lo patrocina desde hace muchísimos años.

Así las cosas, Washington ha instado a Kiev a detener los ataques a la infraestructura energética de Rusia, avisando que los ataques con aviones no tripulados corren el riesgo de hacer subir los precios mundiales del petróleo y provocar represalias, según personas familiarizadas con el asunto.

Las repetidas advertencias de Washington fueron entregadas a altos funcionarios del servicio de seguridad estatal de Ucrania, el SBU, y su dirección de inteligencia militar, conocida como GUR, refirieron las fuentes al Financial Times.

Al respecto, el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, apunta que este conflicto en territorio de Ucrania –donde desde 2014 están presente EEUU, Inglaterra, y posteriormente la OTAN– ha derivado en estas circunstancias.

«Es evidente que el accionar de estos ataques en territorio ruso realizados por fuerzas ucranianas, siempre han contado con la complicidad de Occidente. No nos debemos equivocar: Ucrania carece de satélites internacionales que permitan tener una visión clara de los objetivos sobre Rusia. Por lo tanto, esa información satelital viene de algún lado«, sostiene Pereyra Mele.

Por Vladimir Castillo Soto

La Unión Europea (UE) es una organización relativamente joven, apenas 30 años han pasado desde la entrada en vigencia de los Acuerdos de Maastricht, sin embargo piensa y actúa como lo que realmente es, una anciana con artritis, anquilosada y heredera de una historia de abusos, robos y guerras, lo cual no podrá cambiar ni con la magia del cine ni con la falsificación de la historia. Con esta pesada realidad encima es increíble que la UE pretenda ser ejemplo ético o moral para el resto del mundo. Su capacidad para interpretar, registrar y transmitir la historia con su óptica sesgada debe ser combatida de manera tenaz, eficiente y permanente.

Con toda esta carga negativa que arrastra la UE es imposible que sea realmente apreciada por los países fuera del subcontinente europeo, muchos de los cuales han sufrido en carne propia su colonialismo e imperialismo. Los países del sur, entre ellos los de Latinoamérica, saben por experiencia que en las relaciones con la UE y el resto de occidente siempre está presente una alta dosis de neo-colonialismo, expresado abiertamente, entre muchas otras cosas, en:

  • Los convenios de libre comercio que siempre buscan la manera de continuar extrayendo los recursos de la jungla ventajosamente para sus empresas e intereses;
  • Los acuerdos con organismos multilaterales e iniciativas como el “Global Gateway” cuyas condiciones financieras suelen ser muy desfavorables para los países receptores del sur global y que además imponen condiciones de ajuste muy duras para sus pueblos;
  • El colonialismo real que continúan ejerciendo el Reino Unido, Francia, Dinamarca, Holanda en Martinica, Guadalupe, Guyana francesa, Polinesia francesa, Curazao, Aruba, San Eustaquio, Groenlandia, Isla Malvinas, Sandwich y Georgias del sur, Santa Helena y otros muchos territorios a lo largo y ancho del mundo;
  • Las cobardes guerras de agresión de los Estados Unidos y la OTAN, a la que pertenece prácticamente toda la UE, en contra de países que ejercen su soberanía y no se subordinan al imperialismo;
  • Las írritas, espurias e ilegales sanciones coercitivas unilaterales, violatorias de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas, contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, Irán, China, Corea del Norte, Siria, Bielorrusia, Zimbabue, República Democrática del Congo y muchos otros países, entre ellas destaca el robo descarado de las reservas monetarias y otros activos, evidenciándose con esto lo poco confiables que son como socios económicos;
  • El doble rasero presente en áreas como derechos humanos, justicia, democracia, economía y otros, siendo el peor de los últimos tiempos la postura asumida ante el genocidio que contra el pueblo palestino lleva a cabo el perverso Estado sionista, contra el cual no ha surgido una sola sanción, sino por el contrario se mantiene normal el intercambio comercial, incluso incrementando el de material bélico para continuar el asesinato masivo, principalmente de niños y mujeres palestinas.
  • A través de sus ONGs – Instituto Cervantes, Real Instituto El Cano, Fundación Conrad Adenauer, Fundación Friedrich Ebert, Alianza Francesa y tantas otras – que sirven como instrumento para la intervención en los más variados asuntos internos de los países anfitriones y como entes alienantes y transculturizantes.

Por otra parte, si revisamos algunas de las realidades y políticas que se viven a lo interno de la UE nos encontramos que si de democracia hablamos, todos los altos funcionarios de las estructuras de la UE, quienes toman las decisiones y definen las políticas, son designados “a dedo” por los gobiernos de los Estados integrantes y los lobbys presentes en Bruselas, la mayoría de los cuales representan intereses privados. Solo se eligen directamente los eurodiputados, quienes no suelen tener vínculos reales con los ciudadanos que los eligieron, con las consabidas excepciones que confirman la regla.

Si de libertades hablamos, podemos determinar que la población de la UE ha perdido buena parte las suyas sin darse cuenta o por lo menos sin defenderlas. En cuanto a la libertad de expresión es casi nula, ya que los ciudadanos no tienen acceso a los medios de comunicación, los cuales están muy concentrados, al servicio del gran capital y los gobiernos. Si a las redes sociales nos referimos, encontramos que también son manipuladas por grandes empresas que pueden imponer tendencias y viralizar noticias a su antojo, que venden y compran los datos personales de los ciudadanos y con algoritmos especiales son capaces de influir en la formación de la opinión de los usuarios.

Si se revisa la libertad de recibir información vemos como ha sido cercenada sin ninguna vergüenza después del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, impidiendo a sus ciudadanos tener acceso a las fuentes de información rusas, como Sputnik y RT. Además observamos como acá también afecta la concentración, anteriormente mencionada, de los medios de comunicación masiva, las editoriales y de la industria cultural, los cuales al unísono mal informan, desinforman, tergiversan la realidad y crean matrices de información con el único fin de mantener al jardín en la senda de la conformidad controlada.

Por otro lado la sobrevaluación del euro, la crisis económica iniciada en 2008-2009, los efectos de las sanciones contra Rusia a partir de febrero de 2022 hace que la situación económica de la UE no sea nada halagüeña para la clase trabajadora, que va perdiendo las migajas del estado del bienestar, y a quienes los aumentos de alimentos, servicios, hipotecas y cánones de arrendamiento le afectan negativamente su devenir diario y su futuro, mientras del otro lado, por ejemplo, Rheinmetall, empresa armamentística de la burguesía alemana se ha enriquecido brutalmente desde el 2022, producto de mantener artificialmente viva la guerra en Ucrania hasta el último ucraniano y el apoyo a los genocidas sionistas.

La UE aparenta ser lo que no es. Aunque no se reconozca públicamente se sabe que desde el final de la II Guerra Mundial Europa renunció a su soberanía y anda a la cola de los Estados Unidos, en lo económico, político y militar, y le acompaña con gusto en sus agresiones imperiales

Lamentablemente para todo el mundo los gobernantes occidentales y sus estructuras de poder, entre ellas la UE, siguen comportándose con la prepotencia y arrogancia que les ha caracterizado. Están a punto de provocar una muy peligrosa conflagración mundial, por no querer aceptar que el mundo ha cambiado y que la brutal etapa colonial e imperial occidental está descomponiéndose aceleradamente. Un mundo multipolar indetenible está surgiendo para bien de la humanidad y no lo pondrá detener ni la UE con la OTAN, ni nadie.

Los pueblos europeos tienen el deber de impedir que hombres y mujeres como Macron, Jhonson, Kallas o Von der Leyen y muchos otros del mismo o peor talante logren lanzar al mundo por un despeñadero que parece no tener fondo. Deben luchar por un cambio en su cosmovisión y por la real democratización de la UE y sus estructuras, poniéndolas al servicio verdadero de los ciudadanos.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

Referencias:

  • Chevénement, Jean-Pierre. 2013. 1914-2014, Europa, ¿Fuera de la historia?. Editorial El Viejo Topo, España.
  • Ferrero, Ángel / Böröcz, József / Tulbure, Corina / Suso, Roger. 2014. El último europeo. Editorial La oveja roja, Madrid, España.

FUENTE «REBELION»: https://rebelion.org/la-union-europea-una-vision-desde-la-jungla/

Como en 1914 y 1939 el gobierno norteamericano deja que sus aliados transatlánticos se involucren en una gran conflagración, para después forzar a su propio pueblo a seguirlos

Por Eduardo J. Vior analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Las versiones sobre el ingreso de tropas francesas, alemanas y polacas en Ucrania y el sangriento atentado en Moscú de indudable factura ucraniana, en el que fueron asesinadas 143 personas, indican que EE.UU. está dispuesto a todas costas a prolongar y escalar la guerra en el este de Europa, sin importarle las consecuencias. En efecto, ni uno ni otro pueden suceder sin, al menos, la aprobación de Washington. 

Ante la demora del Congreso norteamericano en enviar nuevas ayudas a Kiev…

Joe Biden parece estar repitiendo la receta de sus antecesores Woodrow Wilson en 1914 y Franklin D. Roosevelt en 1939: con suculentas ganancias para la industria armamentista estadounidense, empuja a sus aliados europeos a escalar la guerra en el Dniéper, para después convencer a su pueblo de la necesidad de intervenir directamente….

…De esta dinámica no se podría escapar ni siquiera un eventual presidente Donald Trump. Mientras tanto, la militarización de la economía europea sirve a EE.UU., para aumentar las ventas de armamento norteamericano y para azuzar la competencia entre Francia y Alemania y así someterlas más fácilmente. 

El supuesto básico de esta estrategia es que en Ucrania se pueda prolongar la guerra indefinidamente. ¿Y si no?

Este jueves y viernes se reunió en Bruselas el Consejo Europeo compuesto por su presidente, Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y los jefes de Estado y de gobierno de los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE). Además de comenzar las negociaciones con Bosnia-Hercegovina para su ingreso en la Unión Europea (UE), la cumbre de los Veintisiete decidió intensificar la compra conjunta de municiones a fabricantes europeos para su entrega a Kiev. También aprobaron un plan checo para la compra colectiva de municiones fuera de la UE (es decir, en EE.UU.), destinado a satisfacer la demanda de los Estados miembros ante la incapacidad de la propia industria para hacerlo. Sólo Hungría y Eslovaquia se oponen a esta carrera hacia la guerra.

La cumbre reclamó asimismo un alto el fuego en Gaza y prometió un paquete de ayuda para los agricultores europeos, pero terminó este viernes sin ponerse de acuerdo sobre la política migratoria. 

Aunque los 27 Estados miembros están aún lejos de un acuerdo, ya no descartan endeudarse juntos para financiar su industria de defensa y entregar armas a Ucrania, como hicieron para contener los estragos económicos de la pandemia del Covid-19. 

El cónclave de la UE decidió también destinar los intereses devengados por los 300 mil millones de dólares rusos congelados desde 2022 para ayudar a Ucrania. La incautación de los intereses de dichos activos va a afectar seriamente la confianza de los mercados en la seriedad de Europa como plaza bancaria. ¿Quién invierte tranquilo en un país o conjunto de ellos que en algún momento pueden incautarse los depósitos?


El Consejo Europeo se reunió en Bruselas

Desde el fin de la Guerra Fría todos los gobiernos norteamericanos y muchos líderes europeos vienen machacando sobre la necesidad de que Europa aumente sus gastos en defensa. Sin embargo, el reclamo de que el continente se reconvierta hacia una economía de guerra es de reciente data. Desde la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero pasado los más altos dirigentes europeos coinciden en que hay que prepararse para la eventualidad de una guerra directa contra Rusia. Entre los líderes de la UE cunde la inquietud ante la posibilidad de que Estados Unidos deje de sostener a Kiev y más aún, de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca y reduzca la protección de Washington a sus aliados transatlánticos. En ese escenario, los Veintisiete llaman a proponer “acciones para reforzar la preparación y la respuesta a las crisis” con un enfoque abarcador que les sirve de plataforma para afrontar la próxima elección del Parlamento Europeo. 

Del 6 al 9 de junio próximo 370 millones de votantes están convocados a las urnas para elegir a los 705 diputados que representan a 448,4 millones de habitantes de la Unión Europea

El contexto es sumamente preocupante: la Comisión Europea (CE) prevé un crecimiento del PBI continental de sólo el 0,9% y el Banco de Inglaterra, tras dos años de estancamiento, pronostica un crecimiento británico del 0,25%. Casi todos los países europeos están afectados por el alto costo de la energía, las elevadas tasas de interés, la inflación, el desempleo y la inmigración creciente.

Como consecuencia, las huelgas y las protestas sociales se multiplican y los movimientos nacionalistas y antieuropeistas ganan cada vez más fuerza electoral. Para salir de esta crisis, entonces, la mayoría de los partidos europeos buscan la panacea en la militarización de sus economías y pretenden hacerla aceptable agitando la vieja “amenaza rusa”. 

Particularmente Alemania se ha visto golpeada por la pandemia de Covid19 y la posterior fractura de Europa. La economía germana se contrajo un 0,4% en el último trimestre de 2023 y se espera que se reduzca otro 0,1% en 2024. Ya durante la pandemia la industria alemana sufrió la ruptura de sus cadenas mundiales de suministro y distribución, pero este proceso se aceleró desde 2022 por el bloqueo de la OTAN contra Rusia y la posterior voladura de los gasoductos Nord Stream I y II. El sideral aumento en los precios de la energía que se dio entonces (41%) afectó sus costos de producción y distribución y demolió el mercado interno alemán. La gran industria, entonces, comenzó a deslocarse hacia otros continentes. 

Al principio de la intervención rusa en Ucrania Berlín adoptó una postura moderada, pero el ala más pronorteamericano de su gobierno acabó imponiéndose bajo el liderazgo de los ministros de Relaciones Exteriores Annalena Baerbock (Alianza 90/Los Verdes) y de Defensa Boris Pistorius (Partido Socialdemócrata, SPD) quienes actuaron en estrecha coordinación con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que había sido ministra de Defensa de Alemania entre 2013 y 2019. Tras ello, el primer ministro socialdemócrata Olaf Scholz se declaró partidario de la “plena cooperación alemana con Estados Unidos” y Alemania se convirtió en el segundo mayor proveedor de armas a Ucrania. El gobierno alemán creó entonces un Fondo de Emergencia de 100.000 millones de euros para la adquisición de armamentos y en noviembre de 2023 el ministro de Defensa dio a conocer las “Nuevas directrices de la política de defensa alemana” que proponen que la Bundeswehr se convierta en la “columna vertebral de la disuasión y la defensa colectiva de toda Europa”. Pistorius, además, anunció el aumento del gasto militar alemán al 2% del PBI en 2024 y al 3% y 3,5% en 2025 y 2026, respectivamente. 

Este anuncio se realizó en total sintonía con la presidenta de la Comisión, quien proclamó su candidatura a la reelección prometiendo “gastar más, gastar mejor y gastar sobre todo en armamento producido en la propia Europa”. Por último, el 12 de febrero pasado el Canciller Olaf Scholz declaró a AFP que el plan de su gobierno era superar la crisis económica y asumir el liderazgo militar de Europa. Para ello, dijo, Alemania debe “abandonar su industria manufacturera, para concentrarse en la producción de armas a gran escala”.

Bruselas reaccionó a los planes armamentistas alemanes otorgando generosos subsidios. Las empresas germanas de armamento y productos químicos recibirán una gran parte de los nuevos fondos de la UE para el desarrollo de la producción europea de municiones y carrocerías de aeronaves. Según anunció el viernes 15 de marzo la Comisión Europea, más de 130 millones de euros del total de 500 millones se pondrán a disposición de proyectos alemanes. 

El discurso belicista del Canciller Scholz y los desembolsos de la Comisión Europea coinciden con las plataformas de los principales partidos alemanes para las elecciones europeas del próximo 6 al 9 de junio. Tanto los coalicionarios (Partido Socialdemócrata –SPD-, la Alianza90/Los verdes –B90/Die Grünen- y el Partido Demócrata Liberal –FDP-) como la opositora Unión Demócrata Cristiana/Unión Socialcristiana de Baviera han puesto la militarización de la economía alemana en el tope de sus programas para la elección parlamentaria europea.

Sin embargo, los sondeos de opinión indican que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AFD, por su nombre en alemán) cuenta ya con el apoyo del 19% de los votantes y podría convertirse en el segundo partido de Alemania. Paradójicamente, aunque cuenta con una fuerte presencia de sectores neonazis, es la única fuerza relevante que reclama el fin de la guerra en Ucrania, el restablecimiento de las relaciones pacíficas con Rusia y la reanudación de los vínculos económicos con China.

A pesar de la hegemonía estadounidense, la sólida alianza franco-alemana permitió desde la década de 1950 desarrollar la integración de Europa Occidental con cambiantes grados de autonomía. Sin embargo, después de que Nicholas Sarkozy (2007-12) sucedió a Jacques Chirac (1995-2007) las diferencias de posiciones fueron en aumento. Angela Merkel (2005-21) hizo malabares, para mantener el equilibrio entre EE.UU., Francia, Gran Bretaña y Polonia, pero tras  su partida ambas diplomacias maximizaron sus apuestas.

No obstante, el endurecimiento de la retórica de Macron no es realista. Personalidades políticas francesas publicaron la semana pasada un manifiesto contra el plan del presidente de enviar tropas a Ucrania. De ellas, ocho son generales del ejército. Es evidente que la plana mayor del arma se opone al presidente. Sabe que su armamento es anticuado e insuficiente y que la doctrina militar francesa combina la disuasión nuclear con intervenciones puntuales en África y Asia, pero no prevé el enfrentamiento entre ejércitos regulares de masas, como sucede en Ucrania. 

Este viernes 22 circuló en las redes la información de que a Kiev habría arribado un numeroso contingente trinacional franco-germano-polaco y parece confirmada la participación de efectivos galos en diversos combates en los que, por otra parte, ya habrían sufrido cuantiosas bajas. El involucramiento europeo en la guerra en el este continúa en aumento.

Los datos públicos disponibles permiten colegir que está en marcha una gigantesca maniobra estratégica, para convertir la economía europea a la producción de armamentos, aumentar la exportación de material bélico desde EE.UU., persuadir a la opinión pública europea de la necesidad de la guerra e ir mandando tropas, hasta que Rusia las arrase y los líderes occidentales puedan justificar una intervención norteamericana. Es el modelo de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Entonces EE.UU. no provocó las guerras, pero las dejó estallar y escalar. Ahora está más urgido.

Esta estrategia ha sido ideada por el gobierno de Joe Biden, pero debe mantenerse incluso en caso de una victoria de Donald Trump. Si ganan los demócratas, EE.UU. insistirá para arrastrar a Rusia a una guerra contra toda Europa que justifique la intervención que su pueblo y su Congreso hoy le niegan. Así se aseguraría el control de Europa, su desindustrialización y dependencia financiera. Si, en cambio, vence el republicano, cual Nixon en 1969, se encontrará con una guerra en marcha que le costará parar. 

El cálculo de la OTAN se basa en el supuesto de que Ucrania aguantará el embate ruso lo suficiente, como para desplegar las tropas europeas allí. 

¿Qué pasa si el régimen de Kiev se derrumba antes de tiempo? Que todos tendrán que repartir las cartas nuevamente. La estrategia occidental supone la permanencia de las condiciones actuales, pero nadie puede garantizarlas. En tiempos de guerra los acontecimientos prevalecen sobre los planes. 

Nos aproximamos a una definición histórica, pero no sabemos cuál será.

Por Álvaro Merino, para el El Orden Mundial

La industria armamentística europea está de celebración. Por primera vez en su historia, la Comisión Europea ha lanzado una Estrategia Europea de Defensa para «animar a los Estados miembro a invertir más, mejor, juntos y con perspectiva europea» en su seguridad. 

Es un movimiento que pretende responder a dos necesidades urgentes, al menos según las prioridades fijadas por los dirigentes de la UE: mejorar la preparación y los recursos defensivos europeos para responder a una hipotética agresión de Rusia y reducir la dependencia comunitaria de la OTAN y Estados Unidos. De fondo, eso sí, resuenan los intereses de una industria más centrada en explotar los réditos de las exportaciones que en servir a los intereses del bloque comunitario.

Para atajar ese desequilibrio, el plan establece que todos los países de la UE deben comprar al menos la mitad de su armamento dentro del propio bloque para 2030, realizar como mínimo el 40% de sus compras de forma conjunta y elevar el peso del mercado interno hasta al menos el 35% de todo el negocio europeo de armas. Además, la estrategia incluye la creación de un fondo de 1.500 millones de euros entre 2025 y 2027 para potenciar la industria militar europea.

Son objetivos muy ambiciosos. 

Por contextualizar, la Unión Europea recurrió al mercado exterior para comprar el 80% de su armamento entre febrero de 2022 —el comienzo de la guerra de Ucrania— y junio de 2023. Estados Unidos suministró por sí sola el 60%. Y por si no fuera suficiente, en la actualidad apenas el 18% de las compras se gestionan de forma conjunta, lejos de ese nuevo umbral del 40%.

Pero que la producción interna no tenga un peso importante en el esquema de abastecimiento comunitario no quiere decir que la industria armamentística europea sea débil. Al contrario: cerca de un tercio de las exportaciones de armas del mundo son protagonizadas por países europeos, mientras que en la lista de los diez vendedores más importantes aparecen cinco Estados del Viejo Continente, todo según datos de 2023 del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) y excluyendo las cifras de Rusia.

Se trata de Alemania —11% de todas las ventas globales—, Francia —7%—, Italia —5%—, Reino Unido —4%— y España —3%—. Si atendemos a empresas concretas, hay tres que destacan por encima del resto al superar los 10.000 millones de euros en ingresos por venta de armas en 2022: la británica BAE Systems, con 26.900; la italiana Leonardo, con 12.470; y la transeuropea Airbus, con 12.090. En total, son 26 las compañías europeas que se cuelan en el top cien global.

La nueva Estrategia Europea de Defensa es un espaldarazo a sus negocios, aunque existen dudas sobre si la financiación planteada es suficiente. 1.500 millones de euros es una cantidad muy discreta si se compara con los 22.000 millones que los países miembros de la UE desperdician al año en gastos de defensa y seguridad duplicados según una estimación del Parlamento Europeo de 2019. A pesar de ello, Bruselas insiste en que el fondo se dirige a mejorar la cooperación y no a sufragar las compras, que seguirán perteneciendo a la soberanía de cada país y se harán por tanto con cargo a los presupuestos de las capitales.

Asimismo, la estrategia abre la puerta a utilizar excepciones en el IVA, proyectos de interés común para la defensa y líneas de crédito del Banco Europeo de Inversiones para fomentar las adquisiciones comunes de armamento. Sobre la mesa está incluso el posible uso de los activos rusos congelados por la UE para comprar equipamiento para Ucrania, una finalidad que hasta ahora se limitaba a la reconstrucción de país pero que, al igual que la estrategia defensiva comunitaria, ha entrado en una nueva fase.

Publicado por El Orden Mundial;

Link original: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/gasto-defensa-paises-otan/

La opinion del autor no necesariamente coinciden con la linea editorial de Dossier Geopolitico

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Durante la semana nos dejaron dos grandes amigos y hermanos, Alexis Texier, chileno, compañero de lucha en aquellos aciagos días de combate frontal a la dictadura cívico militar comandada por Pinochet. Así mismo, partió a la inmortalidad Roberto Cirilo Perdía, líder montonero quien me ayudó a dar los primeros pasos en la vida clandestina en aquellos intensos años 70 y 80 del siglo pasado. Perdía fue un maestro, solidario, fraterno, consecuente hasta el último día, de esos revolucionarios que jamás se rindió y jamás se amilanó. Era de una integridad a toda prueba que desearíamos para los jóvenes que hoy se incorporan a la lucha. Alexis y Roberto. ¡Hasta la Victoria. Siempre. Venceremos!  

Ante esa situación, es válido ahora preguntarse cuáles podrían ser las motivaciones del presidente Macron para hacer pública su animadversión hacia Rusia y su interés en protagonizar y vanguardizar una cruzada europea contra Moscú. Pareciera que en este caso, las razones no son tan mundanas como en el anterior, no obstante, es comprensible la ira del presidente francés al observar que la otrora potencia colonial que hoy dirige, se está desvaneciendo bajo su mandato. 

Lo dijo él mismo en marzo del año pasado durante una visita a Gabón cuando afirmó que «la era de la ´Francáfrica` ha terminado», lamentando que todavía se vea a su país como injerencista en los asuntos internos de las naciones africanas. Cuando hizo tal afirmación , había transcurrido poco más de un año desde el inicio de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania.

¿Podría decirse que la OME fue causante de la reciente debacle del poder francés en África? Es difícil dar una respuesta terminante en ese sentido, pero, de lo que no cabe ninguna duda es que tal hecho ha tenido una relevante influencia en la decisión de los Estados africanos de alejarse de Francia, lo cual no es más que otra expresión de la crisis estructural de la hegemonía occidental sobre el planeta, sobre todo cuando en sentido contrario, cada vez mayor cantidad de países de ese continente se acercan a Rusia y también a China. Vale recordar que con el ingreso de Etiopía y Egipto al BRICS, el continente africano sumó tres miembros en ese organismo, más que Europa y América que solo tienen uno y solo por debajo de Asia que cuenta con cinco. De manera tal que el protagonismo de África en el mundo nuevo que está naciendo es de indudable relevancia. 

La mayor parte de los países africanos se negaron a sumarse al bloqueo mundial que tramó Occidente contra Rusia tras la OME. Más que eso, Mali y Burkina Faso solicitaron a París que retirara las fuerzas militares de sus territorios, dada su total ineficacia en la lucha contra el terrorismo que había sido esgrimida como causa para su presencia en la región. En junio del año pasado, el canciller de Mali, Abdoulaye Diop declaró sin ambages que su país “no quiere que los derechos humanos sean instrumentalizados o politizados, ya que no son prerrogativa de ningún país o civilización” y agregó: “Sorprende que algunos países que han practicado la esclavitud o la colonización, hoy sean los que dan lecciones a otros de derechos humanos”.

El interés económico de Occidente en la región es más que evidente. En particular, en fecha reciente los países del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger) han cobrado especial relevancia por la gran riqueza que guardan en su suelo y subsuelo: Níger tiene entre 5% y 7% del uranio de grado más alto del mundo y la quinta reserva más grande del orbe. Mali tiene grandes reservas de litio,  bauxita, mineral de hierro, oro, manganeso y piedra caliza. Chad tiene agua, un activo particularmente valioso en esa parte del mundo.

Los cambios de gobierno protagonizados por jóvenes militares anticolonialistas y defensores de la soberanía de sus países, han desplazado a líderes asentados en el poder gracias al apoyo de las metrópolis, cambiando la cara de la región y en alguna medida, de toda África. Las amenazas de París como respuesta a la decisión de los nuevos gobiernos de expulsar a los militares europeos ha sido respondida con el acuerdo de Mali, Burkina Faso y Níger de ir hacia mecanismos de integración avanzados que incluyan las áreas económicas, financieras y hasta las de seguridad y defensa. 

Entre los antecedentes de estos países, además de un pasado colonial común, cabe destacar que en algún momento de su historia reciente contaron con gobiernos socialistas autóctonos que fueron brutalmente combatidos y destruidos por la injerencia de la metrópoli en alianza con Estados Unidos que ahora, de forma oportunista, busca achacar de todos los problemas de África a Francia, a fin de abrirse un espacio que le dé presencia y relevancia en la África del futuro.

Así mismo, los tres países se han visto atacados por fuerzas vinculadas al terrorismo encarnado en Al Qaeda e ISIS que se han filtrado a través de la frontera norte de Malí con Libia tras el asalto dirigido por la OTAN contra Muamar el Gadafi. Por otra parte, la obligación de estos países de utilizar la moneda franco CFA es expresión del control colonial que aún ejerce Francia en la región. Esta moneda está controlada por el Tesoro francés, el 50% de las reservas monetarias deben colocarse en ese país al mismo tiempo que todas las monedas y billetes que siguen vinculadas al euro,  se acuñan en la metrópoli. 

Las protestas contra el CFA, llamada “la última moneda colonial” ha crecido durante los últimos años, como expresión del rechazo al control colonial francés sobre las finanzas de catorce países africanos. En consecuencia, los llamados al fin del CFA exponen tal vez como ningún otro hecho, el repudio al sistema colonial francés.

Por el contrario, los acuerdos de los países africanos con China y Rusia, marchan a ritmos acelerados.  Una visita del canciller ruso Sergei Lavrov a África en febrero del año pasado dejó en claro que los lazos establecidos por la Unión Soviética y mantenidos por Rusia marcan una diferencia en la forma en que Occidente se relaciona con el continente. Tras ese encuentro, Rusia suministró cereales, fertilizantes y combustibles a Mali al tiempo que Lavrov agradecía a ese país por sus votos en la ONU contra la glorificación del nazismo.

Los pueblos africanos no olvidan que en el último medio siglo contaron con el apoyo multilateral irrestricto de la Unión Soviética, incluso en el terreno militar, para sacudirse del colonialismo, dando continuidad a la cooperación en la difícil tarea de erigirse en países independientes. Más recientemente, Rusia se ha encadenado a esa política. Contingentes militares rusos asesoran a los países africanos para entrenar a los militares y ayudarles en la lucha anti terrorista.

Es algo que Francia ni Estados Unidos pueden hacer, sabiendo que han concedido financiamiento, armas y entrenamiento a estos grupos terroristas que han crecido bajo su cobijo en Afganistán, Irak, Siria y otros países. Según lo afirman algunos líderes africanos: “No puedes ser parte de la solución cuando eres parte del problema”.

Francia ha actuado en África a partir de su interés en ejercer influencia política para garantizar sus intereses económicos, en particular la producción de uranio que alimenta sus plantas productoras de energía y que obtiene a bajo costo en Mali. Por supuesto, sus acciones se han visto amparadas en su membresía en la OTAN sirviendo a los intereses globales de esta organización militar terrorista que busca afianzar el mantenimiento de la hegemonía occidental.

De ahí que su pérdida de influencia no solo afecta a la nación gala, también a todo el bloque. La concatenación de hechos y la sucesión de los mismos hablan por si solos. Además de Mali, Burkina Faso y Níger, Chad se está alejando de París y acercándose a Rusia. Este país junto a Mauritania son las últimas reservas de Francia en el Sahel. Pero, yendo más allá, si se toma esta agrupación en su conjunto, y Chad continua su distanciamiento de París, el golpe contra Francia podría ser definitivo sobre todo si Mauritania siguiera el ejemplo. 

En una lógica regional, es válido decir que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) un instrumento bajo control colonial que cuenta con casi 400 millones de habitantes y 5.112.903 km², y que tenía 15 miembros, hoy se encuentra en franca crisis. 4 países están suspendidos y de ellos, tres se han ido definitivamente, Burkina Faso, Malí y Níger. El cuarto, Guinea, también es muy probable que se aleje de la organización. Podría decirse que, no obstante a eso, la mayoría permanece, pero debe saberse que los tres que se fueron y el cuarto suspendido, hacen 3.000.000 de km², de los 5.112.903 Km²totales, es decir, un 60%.

En el trasfondo, hay una intencionalidad de darle carácter único y universalizar la cultura occidental como si Occidente fuera todo el mundo. Lo dijo de otra manera el expresidente de Nigeria Olusegun Obasanjo: “ La democracia occidental no ha logrado funcionar de modo adecuado en África, ya que fue impuesta por los colonizadores”. El exmandatario nigeriano fue más explícito: “El ejercicio de la democracia de tipo occidental ha fracasado en el continente africano porque, con ese modelo político, se pasa por alto la opinión de la mayoría de la población”, resaltando que tal democracia constituye «un gobierno de pocas personas sobre toda la gente, y estas pocas personas son los representantes solamente de una parte de la gente, no los representantes de toda la gente de pleno derecho».

En este contexto, en vez de la democracia liberal occidental, Obasanjo opinó que en el continente debía aplicarse la «democracia afrocéntrica», diferente al sistema democrático occidental, ya que dicho sistema no tenía nada que ver con la historia y la cultura de los pueblos del continente. Finalizó afirmando que: «La fragilidad y la inconsistencia de la democracia liberal tal y como se practica, deriva de su historia, contenido, contexto y práctica», por lo cual, debería «cuestionar su desempeño en Occidente».

Será muy difícil que Europa -por su convicción de ser un jardín rodeado de selva como lo afirmó Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad- pueda aceptar un mundo multicultural, multiétnico y multipolar. Mucho menos que su concepto de democracia sea cuestionado y puesto en entredicho. 

Pero los nuevos líderes de Mali, Burkina Faso y Níger Assimi Goita, Ibrahim Traoré y Abdourahamane Tiani respectivamente, han comprendido la situación, han aprendido de su pasado y de los errores cometidos por algunos de sus predecesores como Kwame Nkrumah y Thomas Sankara y se dieron cuenta que el panafricanismo “debe ser algo más que una teoría contenida en libros superventas o escondida en discursos para agradar a las multitudes”.

Ahora, estos nuevos líderes están demostrando inteligencia estratégica y han comprendido que la principal alianza debe ser entre los militares y los pueblos para que estos se conviertan en activos sujetos de la gestión política del Estado. Pero han ido más allá, están construyendo mecanismos comunes de defensa y seguridad como estipula la Carta constitutiva de la Alianza de Estados del Sahel formada inicialmente por los tres países. Su capacidad y visión de futuro los ha llevado a producir radicales cambios incluso para elegir sus aliados y trazar un rumbo distinto en el escenario internacional. En esa medida, han expulsado a los franceses, al tiempo que establecen sólidas relaciones con Rusia.

Washington y sobre todo París, “sangran por la herida”. Es la única manera de explicar la estupidez estratégica que resuma Macron y sus adláteres, suponiendo que van a conseguir en Ucrania lo que han perdido en África. De ahí el anuncio de enviar tropas a combatir en ese país. No contentos con la muerte de decenas de mercenarios que suponiendo que el “allons enfant de la patrie” los autoriza a guerrear contra cualquier pueblo del mundo y olvidando la derrota de Napoleón a las puertas de Moscú en 1812, Macron pretende escalar la participación francesa en Ucrania. Vale destacar que Napoleón que sí era un gran estratega, no un banquero mediocre como Macron tratando de jugar a la guerra, fracasó estrepitosamente en su intento de someter a Rusia.

Pero Macron no es el único soñador incapaz en Francia. Para satisfacer a su cabecilla, el jefe del Estado Mayor de las fuerzas terrestres del país, general Pierre Schill, afirmó que “el ejército francés está listo para luchar con Rusia”. Para esa misión cuentan con 15 mil hombres aunque podrían llegar a concentrar 20 mil.

La manera de hacerlo, fue explicada por el coronel y “experto” francés Vincent Arbarétier, en el canal LCI de la televisión francesa. Según él, existen dos escenarios: el primero es concentrar ese contingente de tropas francesas a lo largo del río Dniéper y el segundo en la frontera con Bielorrusia. En esa situación, si Rusia no se detiene, “corre el riesgo de quedar bajo nuestro fuego, incluyendo el fuego no convencional”. En su opinión, Rusia no considerará el hecho mismo del despliegue de tropas francesas como una provocación, pero se verá obligada a negociar en las condiciones de Francia. Si no fuera porque lo escuché, habría dicho que era inverosímil que un oficial de academia haya expresado tal idiotez.

¿Sabrá este “experto” que Rusia tiene casi un millón de efectivos sobre las armas y 2 millones en la reserva y que Francia solo cuenta con 205 mil en activo y 35 mil en la reserva? ¿Sabe además que Rusia posee un potencial de movilización de hasta 71 millones de combatientes y que Francia solo podría movilizar 30 millones? (todas cifras del Global Firepower 2022, una institución muy lejana de Putin y de Rusia).

Y si de “fuego no convencional” se trata (OJO, esto fue mencionado por el “experto” coronel Arbarétier, no por el presidente Putin ni por los generales Shogun o Guerásimov),   Rusia posee 5.580 ojivas nucleares y Francia, 280. Además Rusia cuenta con misiles hipersónicos de tipo Zircon, Kinzhal y Avangard mientras que Francia no posee ninguno y tampoco tiene tecnología para interceptarlos, por lo que cualquier objetivo en territorio francés desaparecería en 3 minutos. Ese es el tiempo máximo que duraría una guerra de Francia contra Rusia. 

Se podría comprender el desánimo de Macron por su derrota en África, pero es difícil entender su disposición a hacer desaparecer su país en menos de 3 minutos solo para ser famoso sirviendo a los intereses de Estados Unidos.

www.sergioro07.blogspot.com  

Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele en Ajedrez Geopolitico

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que su país desplegará militares en la ciudad de Odesa para seguir apoyando a Ucrania, según reveló el periódico ‘Le Monde’. Mientras, en una entrevista que concedió a la televisión francesa, declaró que Rusia no debe ganar el conflicto contra Ucrania y que Donald Trump no ganará las elecciones.

Tarotista Macron

Con aires de Napoleón resucitado, durante una reunión que mantuvo con un grupo de invitados en el Palacio del Elíseo y al admitir el deterioro que están sufriendo las fuerzas ucranianas, Macron declaró con suficiencia: «De todos modos, el año que viene tendré que enviar a algunos muchachos a Odesa».

Esta afirmación del jefe de Estado francés suena como una expresión de deseo, según el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele. «La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿a cuál Odesa van a ir, a la Odesa que controla Ucrania, o a la Odesa que controla la Federación de Rusia?», ironiza el experto.

«Hasta el día de la fecha no hay un solo día en los medios de comunicación, a pesar de la censura, que demuestren que Ucrania tiene alguna posibilidad de enfrentar exitosamente a las fuerzas de la Federación de Rusia. Ha perdido Bajmut, Advéyevka, las aldeas que las rodean, y cada día que pasa las informaciones que vienen, fundamentalmente del país que es jefe de la OTAN, me refiero a EEUU, a través de sus voceros semioficiales, como el Washington Post, el New York Times, etc. Todos informan de la tremenda incapacidad ucraniana de poder cubrir las bajas que han tenido durante la contraofensiva y de este período de derrotas tras derrotas», señala el experto.

AUDIO:

Mientras, en una entrevista que concedió a la televisión nacional, Macron mostró su catadura imperialista y monárquica: «Rusia no puede ni debe ganar esta guerra», para afirmar a renglón seguido que el conflicto en Ucrania es «existencial» para su país y para toda Europa, y al mismo tiempo reiteró su posición de «no descartar» el envío de tropas francesas a Ucrania.

Entonces, llegó el momento oráculo de Macron. Cuando le preguntaron si Trump podría desempeñar el papel de mediador y mantener un diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin, el galo echó el resto: «Por lo que sé, no creo que Donald Trump llegue a ser presidente de EEUU».

«O Macron es un tarotista, tira las cartas y sabe lo que va a pasar en el futuro, o evidentemente, como se dice acá [en Argentina] a los que tienen problemas cerebrales, ‘está sacado’. Porque hacer declaraciones sobre las posibilidades de que triunfe, o no triunfe, un candidato de EEUU para unas elecciones que se van a realizar en noviembre, y que además no hay una sola encuesta en EEUU que diga que, si se realizan hoy las elecciones, Donald Trump no gana por 15 puntos de diferencia sobre Joe Binden. La verdad es que [las de Macron] son unas declaraciones totalmente fuera de lugar y carentes de fuentes concretas y serias para decir semejante cosa», sentencia Pereyra Mele.