Las posibles consecuencias militares del Cambio Climático

por Carlos Pissolito

Los mecanismos para la seguridad colectiva del Mundo son una hecho que tuvo su inicio en la conformación de la ONU, tras la finalización de la 2da GM.

Inicialmente, se los pensó para colaborar en la solución de conflictos terminados, pero no cerrados, en los que era necesaria una intermediación para separar a las partes en conflicto, lo que, por lo general, eran Estados nacionales. Así nacieron las misiones militares de paz o “peacekeeping”. Un término que no estaba en la Carta de esa organización, pero que se creyó conveniente inventar.

En un principio, el particular sistema de veto de su Consejo de Seguridad hizo que éstas, fueran más bien escasas, ya que cada uno de los “Grandes” se encargaba de vetar las propuestas no aceptables para sus intereses. Aunque todo cambió a partir del colapso de la URSS, que permitió que éstas se multiplicaran en la década de los a los 90, pues Rusia dejó de oponerse por cerca de un a década.

Pero, no solo se incrementaron las operaciones militares de paz en su cantidad, también, cambiaron cualitativamente. Ya que pasaron de sencillas misiones de interposición para mantener una paz ya establecida con el consenso de las parte en conflicto; a  ser misiones de imposición de la paz, con o sin el consentimiento de las partes.

Pronto, un grupo de intelectuales de los denominados países desarrollados, pero no de las potencias (principalmente de Canadá y de los Países Nórdicos) comenzaron a hablar de la necesidad de intervenir en aquellos Estados en que se producían gruesas violaciones a los DDHH.

Si bien, la ONU no adhirió -formalmente- a esas doctrinas, convalidó con mandatos específicos, por ejemplo, las operaciones militares lideradas por los EEUU para los cambios de régimen en Serbia (1989) y en Libia (2011).

Actualmente, tal como lo señala la academia danesa para fuerzas de paz,  estas misiones deberían orientarse contra aquellos Estados que desafían las restricciones al cambio climático por considerarlo una amenaza a la paz y a la seguridad mundial.

Poco antes, casi anecdóticamente, una adolescente sueca había acusado a la Argentina, a Alemania, a Brasil, a Francia, y a Turquía por violar los protocolos ambientales y afectar a la infancia.

Muchos, erróneamente, sostienen que la ONU ha fracasado en su pretensión de ayudar a preservar la paz y la seguridad mundial. Probablemente, esto sea así. Lo que no se puede negar es el esfuerzo y los logros de esta organización para diseñar, solventar y apoyar operaciones militares a lo largo y ancho del Mundo en función de lo que ha considerado conveniente en cada oportunidad.

Tampoco, puede negarse la influencia intelectual que ejercen, mediante bien aceitados lobbies, los ya mencionados países desarrollados.  La que, en no pocas ocasiones, proveen a la ONU del justificativo moral para cruentas intervenciones militares de muy dudosa utilidad.

Es por ello, que Estados periféricos como el nuestro, que no solo carecen del poder de veto, también, del poder de influencia de otros;  debe estar atenta frente a estas movidas. Las que si bien se inician en cerrados cenáculos de pensamiento; pueden llegar a convertirse en el libreto para futuras intervenciones militares que nos tengan como blanco.

Una advertencia que tiene particularmente valor para un país como el nuestro, con una diplomacia siempre bien dispuesta a adherir y a comprar -llave en mano- tratados, resoluciones altisonantes de reconocimiento de derechos. Algunos de las cuales pueden presentar serias amenazas para nuestros intereses y para nuestra seguridad nacional.

Carlos Pissolito Coronel (R) Ejercito Argentino


INFORME DE NOVIEMBRE DEL 2019ESTADOS UNIDOS: INTERVENCIÓN EN EL BLOQUE LATINOAMERICANO

Por Natalia Arias

La situación de los regímenes políticos latinoamericanos, cada vez se vuelve más compleja, tanto a nivel interno como externo, y en el contexto internacional, podemos visualizar una Unión Europea un tanto debilitada a nivel de influencia, y una potencia asiática como lo es China, lo que hace propicio que la bandera de Estados Unidos se alce como el sol en el horizonte, poniendo fin a su política de “defensor de los derechos”. 

Es así que el retiro del Acuerdo de París por parte del gobierno norteamericano, establecido con relación al cambio climático y a la necesidad de reducir las emisiones de contaminación, pone en evidencia el descaro de quienes ejercen la mayor cantidad de emisiones de dióxido a nivel global, entre otros elementos contaminantes.

Es más, en un aspecto más inclinado a las alianzas, encontramos a un Estados Unidos que suelta la mano de sus aliados en un intento de presión para redirigir su política exterior e interna, que originalmente había partido -tal como a lo largo de su historia- como un defensor de la democracia.

Por otra parte, la reciente aprobación -el pasado 3 de Diciembre- sobre el accionar del TIAR en relación a Venezuela, hizo que quedaran sancionados 29 funcionarios cercanos al gobierno de Nicolás Maduro en materia de movilidad y financiera.

¿Cuál será la próxima jugada de la potencia norteamericana en Latinoamérica?

Desde mediados de Noviembre, posterior a las elecciones presidenciales en Argentina, podíamos observar la preocupación de Estados Unidos en la política exterior que adoptaría Alberto Fernández al asumir la presidencia. Aparentemente las relaciones y diálogos concluyeron de manera positiva entre el candidato elegido y Washington, más no fue sorpresa que por parte de Donald Trump, en un contexto todavía de conflicto comercial con China primado de intereses, se haya tomado la decisión de imponer aranceles -sobretodo al hierro y al acero- a sus países “amigos”: Ni más ni menos, a Brasil y Argentina. 

“Washington no va a dudar en imponer sanciones a cualquier país que devalúe su moneda, ya que cuanto más lo hagan, más baratos serán sus productos” anunció el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, en un claro intento de imposición como potencia económica para con respecto a la latente posibilidad de una mejora en el sistema de exportaciones (y si se quiere profundizar más, una posible alianza con China)1

Si indagamos en estadísticas, Argentina exporta el 0,6% de acero hacia EEUU, y el 2,3% de aluminio. Brasil es el mayor importador de carbón siderúrgico de Estados Unidos, siendo el 80% de las exportaciones de acero brasileñas productos semiacabados, utilizados como materia prima por la industria siderúrgica estadounidense.

Ya la Cámara Argentina del Acero (CAA) ha manifestado su preocupación con la medida estadounidense, y piden que la problemática sea abordada en la siguiente Cumbre del Mercosur, con fecha base de 5 de diciembre.

La justificación de las sanciones de Donald Trump se inclina a la protección nacional de sus agricultores, más paralelamente la cuestión en el escenario internacional, se enmarca en la espera del cumplimiento de su rol hegemónico. Próximamente veremos nuevas reacciones de los pares ante este hecho que restringe aún más nuestra capacidad de producción y productividad.

         Ya sabemos de antemano que el poder norteamericano se ha visto ejercido y posicionado en el bloque latinoamericano, en base a la defensa y soporte de presidentes interinos, tal como fue el intento fallido en Venezuela con la figura polémica de Juan Guaidó -y aún así se le atribuye la culpa a Cuba como fomentador de las protestas latinoamericanas, y como obstáculo para el regreso hacia la democracia2. Es así que el nuevo intento alude a Bolivia, y el reconocimiento hacia la presidencia provisoria de Jeanine Áñez, quien en una sesión legislativa sin quórum, se proclamó presidente interina del Estado Plurinacional de Bolivia. El reconocimiento internacional incluye, por su puesto, a su “mano derecha” Jair Bolsonaro, quien reconoció y felicitó la asunción de Jeanine Áñez. 

         De todas formas, Donald Trump, ha dejado bien en claro su interés y su rol como fomentador de la democracia, advirtiendo que este acontecimiento ha sido una clara señal para “los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua”, confirmando que con la caída de Evo Morales, el continente americano “está a un paso más cerca” de ser “plenamente democrático, próspero y libre» 3

         Otro dato preocupante del “mayor ejemplo de la democracia en la historia” -citamos a Mike Pompeo4 -, fue su elogio al papel de las fuerzas militares, quienes «sugirieron» una retirada de la presidencia de Morales: «Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad, y a los militares bolivianos por acatar su juramento de proteger no solo a una sola persona»3

Las primeras tareas a concretar para el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos por parte del régimen interino de Bolivia, implicó el reciente nombramiento del embajador boliviano Walter Oscar Serrate en Estados Unidos, por primera vez en once años, luego de la expulsión de su predecesor Gustavo Guzmán en 2008. 

El interés del control latinoamericano por parte de Estados Unidos implica su participación en la situación en Nicaragua, quien se suma a la lista de revueltas internas junto con Cuba, Colombia, Chile, Bolivia, etc. Mike Pompeo, una vez más, ejerció presión al advertir posibles sanciones en contra del gobierno de Ortega, a quien ya previamente se ha sancionado. Sin embargo la justificación de Pompeo, tal como es característico del poder norteamericano, se basó en que “Estados Unidos está tomando acciones para restaurar la democracia en Nicaragua, y se continuará presionando al régimen de Ortega hasta que todas las libertades sean restauradas” Escribió el pasado 2 de Diciembre en su Twitter.

En otro orden de ideas los acuerdos arribados por el gobierno de Donald Trump, explicitan el interés en mantener el control -al menos- en algunos países de Centro América y Sudamérica.

En este sentido, recientemente se ha firmado un acuerdo de seguridad fronteriza con Ecuador, a través del sistema PISCES. El objetivo se inclina a proporcionar al Ecuador un sistema de “control de fronteras con tecnología biográfica y biométrica”; en otras palabras, permitirá verificar huellas digitales, rostros y documentos de los viajeros, identificando así a quienes puedan representar una amenaza para la seguridad pública. Dicho sistema funcionará en cuanto a la documentación de llegada y salida de viajeros internacionales en puertos y aeropuertos de Ecuador. 5

El problema de las migraciones ha sido un tópico polémico en cuanto a la dirección de la política exterior norteamericana, y recientemente se ha alistado un reglamento de acuerdos para con Honduras, el Salvador y Guatemala, preparándose para la aplicación del infame acuerdo de “Tercer País Seguro”. Inclusive en Guatemala, el pasado 21 de noviembre comenzó a llevarse a la práctica dicho acuerdo. Sin embargo, sigue en debate la conceptualización de qué considera el hegemón como país seguro.

Otro acuerdo de carácter comercial que debemos destacar, es el que involucra a Estados Unidos, México y Canadá, quienes ya desde el año pasado acordaron reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con un nuevo pacto; el T-MEC, que comparado con su predecesor, otorga a Estados Unidos un mayor acceso al mercado lácteo canadiense, incentiva la producción automotora, establece cláusulas medioambientales y laborales, y actualiza las protecciones de propiedad intelectual.

Finalmente para agregar, se va a establecer una serie de ejercicios, capacitaciones y simulacros en conjunto entre la seguridad de Panamá y Estados Unidos para lidiar con los desastres naturales, en el marco de la “Operación Mercurio”. El objetivo implica poner a prueba la habilidad de los participantes, y mejorar el tiempo de respuesta. Más la opinión pública comenzó a rechazar esta operación, debido a la cercanía geoestratégica de las bases improvisadas con respecto a la frontera con Colombia, y por los riesgos que la nación asume en el posible uso militar inadecuado por parte de la potencia extranjera6

A modo de conclusión, ha quedado en claro que la situación interna de los regímenes latinoamericanos se ve muy compleja. Estas revueltas en Chile, Bolivia, entre otros, sumadas a las elecciones en diferentes países como Argentina y Uruguay, han captado la atención prioritaria estadounidense.

Sin embargo, queda una pregunta pendiente a futuro. Ante la victoria de Alberto Fernández, quien ha dejado en claro el tipo de relaciones que desea tener con el país norteamericano a la hora de asumir la presidencia ¿Se sumará Uruguay, con un gobierno de derecha -tal como aspiraba Estados Unidos- a la lista de países estratégicos que brinden su apoyo en esta situación de desestabilización de alianzas para con Latinoamérica?

Por Natalia Arias Investigadora Junior de Dossier Geopolitico.-

Fuentes:

1https://www.infobae.com/economia/2019/12/02/eeuu-sobre-la-sancion-comercial-a-la-argentina-y-brasil-aun-nuestros-amigos-deben-vivir-segun-las-reglas-que-existen

2https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/11/26/eeuu-incluyo-a-una-de-las-principales-empresas-de-cuba-en-su-lista-negra-por-vinculos-con-el-regimen-de-nicolas-maduro/

3https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/11/13/estados-unidos-reconocio-a-jeanine-anez-como-presidenta-interina-de-bolivia/

4https://www.cnnchile.com/programas-completos/mike-pompeo-protestas-america-latina_20191202/

5https://www.elcomercio.com/actualidad/eeuu-ecuador-acuerdo-seguridad-frontera.html6https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=325731&SEO=rechazan-ejercicios-militares-de-ee.

Dossier Geopolitico recomienda este importante articulo del Colaborador Mexicano de de nuestro Colectivo Abner Munguía Gaspar

Intervencionismo en curso. Guerra contra “narco-terrorismo” y la conexión mormona ¿anexionismo territorial?

Por Abner Munguía Gaspar

Las recientes declaraciones del Presidente de Estados Unidos Donald Trump, ante el importante comentarista conservador Bill O’Reilly , sobre la intención del presidente en declarar a los cárteles de la droga mexicanos como grupos terroristas, resuena como piedra de toque final sobre un proceso de intervención que empezó en México desde hace más de treinta años, con la instauración del modelo económico neoliberal y la consecuente destrucción de cadenas productivas que produjeron un modelo de “expulsión forzada” y que se combinó con una serie de operativos de intervención por parte de las agencias de inteligencia estadounidenses, particularmente la CIA y la DEA, para llevar a cabo la construcción de cárteles que necesariamente requieren de complejas estructuras de financiamiento y bancos internacionales para hacer lucrativo su negocio. 

En este sentido no se debe perder de vista que en el contexto de aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entró en vigor en 1994, se desarrollaron una serie de discusiones públicas donde el lobby industrial estadounidense, en ese entonces encabezado por el candidato republicano Ross Perot, planteó de forma clara que deslocalizar la industria estadounidense hacia México traería consecuencias negativas para las clases trabajadoras de Estados Unidos al tiempo que ofertaría bajos salarios para México, lo cual no promovería el desarrollo del país, como efectivamente sucedió. Sin embargo un debate llevado a cabo en CNN el 9 de noviembre de 1993, entre Ross Perot y el entonces vicepresidente de Estados Unidos Al-Gore, planteo la situación geopolítica sobre la importancia de incluir a México en el TLCAN, ya que de acuerdo con Gore, la incorporación de México se asemejaba a la compra de la Luisiana y la compra de Alaska, es decir a dos de los procesos de mayor expansión territorial en la historia de los Estados Unidos. 

En ese momento, quedó claro que para las élites globalistas estadounidenses, el espacio territorial de México era necesario para dar forma y sentido al proyecto de integración silenciosa de América del Norte que articulaban las grandes empresas estadounidenses al moldear de forma significativa los marcos regulatorios mexicanos y adecuarlos a las necesidades de inversión de las firmas y corporativos estadounidenses, por lo cual tal como afirmó Gore, el TLCAN facilitó lo que el académico mexicano John Saxe-Fernández ha denominado como el proceso de “compra-venta de México.” 

Bajo el debilitamiento de las capacidades productivas mexicanas, se volvió cada vez más factible la incursión y crecimiento de las operaciones de los cárteles de la droga que fueron apoyados al menos desde los años 80 por medio del financiamiento clandestino ejercido por la Agencia Central de Inteligencia, por lo cual resulta difícil asumir que esta agencia del espionaje estadounidense se mantuviera fuera de esas operaciones en los años subsecuentes, toda vez que en México se ha documentado que al menos durante la administración del expresidente Felipe Calderón se abrió de par en par la soberanía mexicana para instalar a las agencias de inteligencia estadounidenses en territorio nacional, particularmente a la citada CIA.

Es en este marco en el que las élites mexicanas neoliberales amoldaron el territorio mexicano a las necesidades de inversión del capital estadounidense, así como a los operativos de las agencias de inteligencia, las cuales se orientaron en dirigir a los cárteles de la droga y usarlos como caballos de Troya para controlar importantes espacios geográficos del país y que de acuerdo con algunos estudios realizados por el coronel Robert Killebrew, se torna evidente que las organizaciones criminales, específicamente los cárteles de la droga, tienen un alcance trasnacional que solo pudo ser posible en el marco de la globalización económica y que sirven para hacer avanzar una agenda de debilitamiento de naciones clave, ya sea por su posición geográfica, sus reservas de recursos naturales estratégicos y para avanzar en un objetivo fundamentado en la  desestabilización política.

Resulta interesante que grupos de narcotráfico como el denominado cártel de los “Z”, de acuerdo con la periodista mexicana Ana Lilia Pérez, controla las operaciones petroleras de la cuenca de Burgos, simultáneamente el citado cártel mantenía íntimo contacto con operadores comerciales en Texas que se vinculaban con la presidencia de George W. Bush. Lo anterior plantea una serie de operaciones de control territorial de espacios geográficos estratégicos para las empresas, en este caso petroleras que se ven beneficiadas de recibir productos básicos de petroquímica a “precios preferenciales” que son extraídos de la principal cuenca de producción de gas y condensados de México.

Asimismo, es notorio que el control territorial que ejercen los cárteles en espacios geográficos estratégicos obedece a un diseño geopolítico que claramente se orienta a favorecer a los intereses empresariales de ciertos sectores estadounidenses, toda vez que en el citado ejemplo del sector energético mexicano se calcula que la cuenca de Burgos puede alojar entre el 31% de los recursos técnicamente recuperables de shale gas de la región de América del Norte, así como la cuarta reserva de shale gas técnicamente recuperable a nivel mundial.

Consecuentemente no resulta extraño que en esta estratégica región del noreste mexicano opere uno de los cárteles más sanguinarios de México y que al igual que sucede con el cártel de Sinaloa, sus operativos se encuentran dirigidos con claros objetivos geopolíticos diseñados bajo el mandato de la CIA. Es por ello que el control sobre los recursos energéticos de esa región de México se torna de gran relevancia ya que denota una penetración en espacios geográficos que adquirirán una importancia creciente, toda vez que de acuerdo con la compañía de servicios industriales petroleros Baker Hughes, las cuencas de producción de shale gas en Estados Unidos, comienzan a mostrar una tendencia a la baja en su capacidad productora, lo cual se torna visible en la disminución de perforaciones que se llevan a cabo en actividades de hidro-fracturación en Estados Unidos, al descender en un promedio de 160 perforaciones en los últimos años, lo cual plantea que las principales cuencas de shale gas como la denominada cuenca pérmica localizada en el sur de Texas, ya muestra señales de agotamiento, situación que puede obligar a las empresas de servicios petroleros, encargadas del desarrollo de campos de petróleo y shale gas a buscar oportunidades de expansión en su cartera de inversión en la prolongación de dichas cuencas hacia territorio mexicano.

Es precisamente en esta confluencia de hechos, donde convergen el agotamiento de recursos energéticos no convencionales en Estados Unidos, la localización de éstos en el noreste mexicano, así como la ubicación de nuevos minerales que resultan estratégicos para la construcción del nuevo esquema energético eléctrico de locomoción automotriz, donde resalta por su importancia el Litio, mineral no energético pero que desempeña un papel importante en el desarrollo de baterías de alto desempeño y que son necesarias para construir la base productiva del automóvil eléctrico del futuro, donde resulta coincidente que la región del noroeste mexicano, concretamente en el estado de Sonora, en el municipio de Bacadehuachi se localiza el principal yacimiento mundial de Litio, el cual será explotado por las empresas Banacora Minerals y Cadence Minerals, las cuales ya han planteado todo un proyecto productivo orientado a desarrollar este yacimiento, el cual se espera tenga una vida productiva de solo 19 años. 

No obstante resulta muy peculiar que dicho proyecto se ubica a 98 Kms de la comunidad de La Mora ubicada en el municipio de Bavispe, donde ocurrió el múltiple asesinato de la familia mexico-estadounidense Le Barón.

Es justamente en el marco de este múltiple asesinato ocurrido el pasado 4 de noviembre de 2019, donde se conectan varias agendas golpistas e intervencionistas y que tienen en el centro de la discordia a una familia de origen estadounidense y que se vincula a la práctica de la religión mormona o también conocida como Santos de los Últimos Días. El asesinato de 9 miembros de la llamada comunidad Le Baron ha iniciado toda una serie de movimientos políticos que han girado en torno a promover una agenda de intervención militar en México propuesta por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien desde el llamado operativo “fallido” en Culiacán ocurrido el 9 de octubre pasado en el que la DEA filtró información de inteligencia con el objetivo de que dicho operativo no fuese exitoso y sirviera para desestabilizar al gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El manejo de AMLO en aquel momento fue criticado como tibio, al no haber enfrentado de forma directa al cártel de Sinaloa y por dejar escapar al objetivo de dicho operativo, Obidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Sin embargo la lógica del presidente Obrador se centró en no jugar la misma estrategia de confrontación que implementaron las administraciones anteriores y que jugaban de acuerdo con el playbook de la DEA, por tal motivo la estrategia obradorista se centró en no hacer confrontaciones innecesarias que tuvieran bajas de civiles inocentes. 

Sin embargo después de ocurrido el asesinato de los miembros de la familia Le Baron se volvió notorio que existe un plan de desestabilización en donde confluyen las fuerzas de ultra derecha que conglomera a los gobernadores panistas y priístas, principalmente de los estados fronterizos, los cuales se han pronunciado a favor de un proceso de intervención militar llevado a cabo por el ejército de Estados Unidos, siendo emblemático el caso del gobernador de Tamaulipas Francisco Cabeza de Vaca, el cual desde el pasado 20 de noviembre hizo público el estado de inseguridad y narcoterrorismo que se despliega en su estado, lo cual resulta interesante, al considerar los cárteles que operan en dicho estado y su vinculación con empresarios del sector petrolero estadounidense, citado líneas arriba. Consecuentemente, la aprobación de Cabeza de Vaca a los pronunciamientos de Trump en relación a reclasificar a los cárteles mexicanos como terroristas, parece embonar en una estrategia de anexionismo territorial, que como ya citamos cuenta con una de las principales reservas de shale gas, tanto a nivel regional en América del Norte, así como a escala mundial.

De forma similar el asesinato de los miembros de la familia Le Baron resulta de la mayor importancia en virtud de la reciente solicitud que dicha familia ha realizado al gobierno de los Estados Unidos para considerar a los cárteles de la droga mexicanos como grupos terroristas, lo cual plantea una serie de riesgos políticos, diplomáticos y militares tanto para México como para Estados Unidos, ya que éste último cuenta con dos leyes que le permiten operar en el extranjero cuando se detecta un grupo terrorista que se vislumbra como una amenaza a los Estados Unidos.

Por una parte se ubica la ley 104-132, la cual proviene de 1996 y que dota al ejecutivo estadounidense de las facultades necesarias para llevar a cabo el despliegue de efectivos militares y fuerza letal para atacar objetivos designados como terroristas. La otra importante ley es la denominada “Ley patriota” que también ejerce elementos coercitivos de carácter extraterritorial para desplegar fuerza letal por parte del ejecutivo estadounidense. 

Es justo en este contexto donde de acuerdo con la inteligencia militar mexicana se ha planteado que existen evidencias que sugieren la existencia de un plan de desestabilización en la que se combinan múltiples hechos violentos en un periodo de tiempo muy corto, los cuales tienen hasta este momento dos objetivos, por un lado la búsqueda de Trump por evitar un debilitamiento mediático y posiblemente electoral ante el contexto de juicio político en el que se encuentra sometido, por otro lado, debilitar la estrategia obradorista de lucha no frontal contra los cárteles, toda vez que dicha lógica de no confrontación directa no es la que históricamente ha favorecido la DEA en México.

Es debido a lo anterior que se torna importante tener presente la importancia de que haya sido una familia mexico-americana y mormona el objetivo de los cárteles, ya que sin perder de vista que fue una tragedia lo que les ocurrió, no deja de llamar la atención que situaciones similares (y quizás peores) han tomado lugar con numerosas familias mexicanas, por lo cual es de resaltar la simultaneidad de eventos en el marco de una macro agenda de los Estados Unidos, con el objetivo explícito de llevar a cabo una serie de intervenciones militares bajo el pretexto de erradicar los cárteles de la droga.

El factor religioso de la familia Le Baron no puede ser pasado por alto, ya que en la historia de los mormones, dicho grupo desempeñó un papel fundamental en el proceso de colonización del oeste americano, asentándose en el estado de Utah, incluso antes de que dicho territorio formara parte de los Estados Unidos. No hay que olvidar que la línea mormona que se desplazó a México es posible considerarla como una rama radical o fundamentalista del credo mormón, que se resistió a dejar de lado la práctica de la poligamia y mantuvo una creencia mucho más radical que sus contrapartes que se asentaron Utah en el Lago Salado y que se rigieron por las leyes de los Estados Unidos. 

Por último resulta de la mayor importancia no perder de vista la simultaneidad de eventos, así como la interrelación de los mismos, toda vez que la convergencia de agendas políticas de los sectores de la ultra derecha mexicana que resultó vencida en la elección de 2018, donde surgió vencedor Andrés Manuel López Obrador, así como el interés externo por controlar espacios geográficos clave por sus recursos estratégicos, de particular uso en el sector energético y que a su vez convergen con las agenda de un grupo religioso de origen estadounidense y que del asesinato de algunos de sus miembros se ha logrado derivar toda una retórica tanto golpista como de intento de intervención militar bajo el pretexto de los cárteles de la droga, lo cual puede devenir en un proceso anexionista territorial, donde gobernadores de la frontera como Javier Corral de Chihuahua ya han planteado su deseo de abandonar el pacto fiscal que los mantiene unidos a la Federación de la República Mexicana. Una cosa es segura, todo se decidirá en el congreso de los Estados Unidos, donde la congresista demócrata Nancy Pelosi será el factor clave para una probable defenestración de Donald Trump. 

Todo indica que México se encuentra en una fase de pre balcanización política.

Abner Munguía Gaspar

Abner Munguía Gaspar: Doctorante en Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México.

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo

TEMAS

Cambios profundos con gran velocidad y la consolidación de la declinación de EEUU

Mientras se desarrolla una lucha interna entre el “Estado Profundo” Vs Donald Trump

Ya EEUU No es el “Estado Imprescindible”. Fisher: ex City Group, ex FMI, ex Banco Mundial, ex Presidente del Banco de Israel dijo en Nueva York ante inversores: “que en el 2020 EEUU ya no será el País como ordenador del mundo y abandona esa posición”; que se le suma a ello los análisis de la mayor consultora de riesgo del mundo “Eurasia Group”, que desde 2013 adelantó que EEUU ya no fija la agenda global unilateralmente y por ultima las declaraciones de Henry Kissinger: que acaba de decir que estamos ante la posibilidad de un conflicto entre EEUU y China como ocurrio con la I Guerra Mundial si no se frena el conflicto desatado.

Medio Oriente Crisis Política en Israel, conflicto en Siria con una victoria de las fuerzas legales, conflictos en el Líbano, y el freno a la desestabilización del régimen Irani en la que hubo una gran actividad de fuerzas de inteligencia regionales y de otros continentes.

Europa y sus separatismos que ahora todo es consecuencia de Rusia (?)

América Latina las derechas fueron sorprendidas por conflictos que no vieron venir, 

Colombia no fueron las “guerrillas” sino los descontento urbanos lo que ponen en crisis al “sistema” de Duque?Uribe

Perú un régimen autocrático funciona sin Parlamento

Chile el pueblo descree del sistema político para administrar los cambios y el pedido de nueva constitución 

Uruguay que terminó en una gran incógnita

Bolivia cada día es mas claro que fue un Golpe que recibió estructuras desde el exterior mayores a lo que se dijo en un principio como ser la creación de miles de cuentas de Twitter en Europa (5000) para desprestigiar al Gobierno depuesto

Pero lo Importante Geopoliticamente hablando una estructura creada por Washington la ALIANZA del PACÍFICO murió; Chile, Perú y Colombia en Crisis y México con cambio político ideológico, igual está pasando con el llamado Grupo de Lima que también pierde influencia y Poder y as con el cambio Político en argentina desde el 10/12/2019  


Algunos comparan las convulsiones que atraviesa la región con la mal llamada primavera árabe de 2012 y 2013. No obstante, eso terminó en un invierno, con la mayoría de esos países sumidos en el caos y la inestabilidad.

En el mundo de hoy, nadie parece estar contento con quien es, que hace, ni quien lo gobierna. La ola de protestas mundiales ha hecho especial mella en América Latina, la región más desigual del planeta. Esto puede llegar a ser aprovechado por quienes se están disputando la hegemonía en la región: China y Estados Unidos.

A principios de año parecía que sólo Venezuela, Nicaragua o Haití serían focos de conflictos sociales de gravedad. Sin embargo, con el transcurso de los meses se sucedieron masivas manifestaciones en Puerto Rico, Honduras, Perú, Chile, Colombia y Bolivia.

Vladimir Putin comparó recientemente la situación que atraviesa el Estado Plurinacional de Bolivia y el vacío de poder que vive el país con lo que sucede desde el asesinato de Muamar El Gadafi a manos de mercenarios de la OTAN en Libia.

Esta cuestión debe encender alertas, no sólo por las masacres que están sufriendo los bolivianos, especialmente los indígenas y las mujeres, sino por el escenario de caos que desde allí puede llegar a expandirse al resto de la región.

Bolivia, con una ubicación sumamente estratégica en la región, es el corazón geográfico de América del Sur. A su vez, el futuro gobierno de Alberto Fernández está preocupado debido a la situación humanitaria que se podría generar en las fronteras con Argentina.

El gobierno de Donald Trump, hoy, claramente, ha perdido gran parte del interés que había puesto en Medio Oriente, para nuevamente volver a poner su mirada en América Latina. Para el gobierno de los Estados Unidos, el «Make América Great Again» parece incluir ahora también a lo que históricamente han considerado su «patio trasero».

Una especie de retorno a la Doctrina Monroe que establecía una «América para los americanos», es decir, una América Latina para los norteamericanos. La hegemonía estadounidense, fuertemente discutida por China en los últimos años, especialmente en América del Sur y Centroamérica, no tiene gran oposición entre los liderazgos latinoamericanos actuales.

Más allá del muy particular caso venezolano, el golpe de Estado contra Evo Morales dejó a los líderes de izquierda o progresistas sin una pata importante. Si bien el México de Andrés Manuel López Obrador tímidamente se erige como un contrapeso progresista al Brasil de Jair Bolsonaro, su cercanía y a su vez importante dependencia de los Estados Unidos le hace muy difícil enarbolar banderas de soberanía o unidad latinoamericana tan abiertamente.

A su vez, Alberto Fernández se encontrará fuertemente comprometido por la cuestión de la deuda y la necesidad del apoyo del gobierno de Trump, pero también de Macron y Merkel, para su renegociación. El futuro presidente se verá obligado en hacer un juego de equilibrios delicados donde no tendrá mucho margen para consumir autonomía, en términos del teórico y ex canciller argentino Juan Carlos Puig.

Hace tiempo no se recuerda un contexto latinoamericano tan incendiado, literal y metafóricamente, como el actual. Países que parecían los ejemplos económicos, tanto de la izquierda como de la derecha, como Bolivia y Chile, se han sumergido en profundas crisis sin atisbos de solución en el mediano plazo.

En un caso por un claro golpe de Estado cívico, militar y policial, mientras que en otro por una ebullición social que pocos podían suponer hace tan sólo unos meses. Otro país modelo para la derecha liberal como Colombia también ha estallado con manifestaciones masivas en las calles y dura represión gubernamental.

Una de las principales características de las protestas, al igual que en el resto del mundo, es que no existe un liderazgo claro, sino más bien una amplia batería de reclamos y especialmente, una gran frustración de los pueblos para con la clase dirigente tradicional. Hoy la organización, debido a las redes sociales y a la inmediatez de la información, es mucho más sencilla.

No es casual que Putin compare el caso de Bolivia con el de Libia. Salvando todas las distancias del caso, se ha querido ver en esta ola de protestas una nueva «primavera latinoamericana» como sucedió con la mal llamada «primavera árabe» entre 2012 y 2013. Eso terminó con varias catástrofes políticas y sociales, con países como Libia, prácticamente desintegrados, y otros destruidos, sumidos en la inestabilidad, como Siria.

América Latina se debate entre resolver las causas estructurales que la hicieron la región más desigual del planeta o seguir sumiéndose en el caos. Mientras algunos parecen querer re editar cierta vieja lógica de la Guerra Fría y recuperar su influencia perdida en la región, es momento de recordar lo que dijera el Papa Francisco en Panamá en febrero de este año: «No somos el patio trasero de nadie.»

Por Gonzalo Fiore Viani: Abogado Maestrando en relaciones Internacionales CEA y Miembro de Dossier Geopolitico

Publicado en LaPoliticaOnLine 23/11/2019 https://www.lapoliticaonline.com/nota/gonzalo-fiore-viani-america-latina-primavera-o-invierno/?fbclid=IwAR1oICUWruniwSpw7mi6OsrYBrw638Wu_zKrCWE9HsC_wMln3LsQhmkis3Y

Publicado en Italia: en Senso Comune 25/11/2019: https://www.senso-comune.it/rivista/oltreconfine/america-latina-primavera-e-inverno/?fbclid=IwAR223BSDZFDoSEjf-DBlNbOFte1vf0UP7hf88yiBZ3WD-OcQwiVJcP-ELjc

Ecuador, Chile, Bolivia y ahora Colombia. Analizando la situación general, sostenemos que en Bolivia y más precisamente en Santa Cruz de la Sierra, se encuentra el eje más importante para comprender los alcances de las explosiones insurreccionales en nuestra América del Sur. Es, en esa región donde se encuentra el corazón geopolítico de nuestro continente.

Cuatro vectores geográficos convergen y se proyectan en Santa Cruz de la Sierra, 1) Hacia Occidente: Por los valles cordilleranos y el acceso al macizo andino. 2) Hacia Oriente: Las serranías de la Chiquitania, el Mato Grosso y el camino hacia el Planalto Brasileño. 3) Al norte: Hacia los ríos y territorios que convergen en la cuenca amazónica. 4) Hacia el sur: Los ríos y territorios de naturaleza chaqueña y platense.1

1) En estos conflictos suramericanos, vemos emerger el siglo XIX en el siglo XXI. Expresan de alguna manera las guerras por la independencia no resueltas y por otra parte, la reconfiguración actual de un mundo multipolar, con foco en el control de los recursos naturales

2) Existe también en estas protestas las resistencias al modelo neoliberal, que deja sus huellas más allá de los gobiernos y de la crisis de representación política del sistema demo-liberal. En este marco , las protestas toman forma insurreccional

3)

Si nos detenemos en Bolivia, allí el conflicto también expresa la tensión entre la ancestral lucha entre clases y estamentos sociales (la cuestión social), y las luchas por la des-colonización (la cuestión nacional). El motín, es la forma de lucha social característica en Bolivia, está en su ADN, en donde los sectores del trabajo respondían con virulencia ante la explotación, y ante las paupérrimas condiciones de vida que padecían.

Siguiendo a Carlos Montenegro, en Bolivia el motín forma parte del ethos boliviano, hace a su historia de rebelión en el marco de un contexto de sometimiento y explotación ancestral. En el motín casi no hay organización, es un hecho de tremenda violencia que refleja lo extremo de la situación de explotación de la que hablamos.2

A través de los siglos, un lugar en la división del trabajo

En el siglo XIX, fue la plata y el oro, que en Potosí dejaron sus vísceras miles de trabajadores, para que una oligarquía local y una Europa lejana alimenten las ansias de poder y disfrute de su clase social aristocrática.

Durante el siglo XX, fue el estaño primero, y después el petróleo y el gas, cuyo sistema de explotación consolidó esa estructura de clases y castas, al mismo tiempo que demarcaba con mayor dramatismo a un territorio boliviano, entre un occidente minero, trabajador e indígena y un oriente blanco, oligárquico y fértil. Hoy en día, sin que desaparezca el gas o el petróleo como recursos naturales deseados, se destaca el litio, como un mineral estratégico para el desarrollo de las modernas sociedades del futuro.

La dimensión internacional, sigue vigente. En el desplazamiento del gobierno de Evo Morales, está presente este esquema de dominación histórico. Aunque el gobierno del M.A.S., mejoró sensiblemente la vida de millones de compatriotas, otrora en la extrema pobreza, no logró desestructurar la matriz de poder heredada.

Para complejizar el panorama, se suman a las protestas, unas capas medias urbanas, que oscilan entre la identificación con las banderas de la igualdad y el progresismo, pero que pretenden vivir cada día mejor emulando a las fracciones que controlan los resortes del poder económico.

El desplazamiento del gobierno de Evo Morales en Bolivia, fue promovido por los EEUU en su disputa por el control de los los recursos naturales, en donde actores internacionales juegan sus fichas, en un esquema de poder que no se ha modificado en sus raíces, aunque sí, en la distribución de sus beneficios (riqueza y derechos sociales), en la lucha entre el trabajo y el capital. El motín y el golpe de estado se fundieron en las acciones callejeras en Bolivia. Aquí la frontera entre el Occidente y el Oriente, define a Santa Cruz de la Sierra como el corazón geopolítico de América del Sur.

La geopolítica define su principal enfrentamiento entre el globalismo financiero y el Continentalismo de los grandes estados industriales, pero en la base, se observa cada día con mayor crudeza a poblaciones de ciudadanos de a pie, sin representación política en niveles más fragmentados y locales de búsqueda de su identidad. Bajo esta premisa, el conflicto en Bolivia, manifiesta, esa paradoja en sus raíces, sin desconocer la existencia de un golpe de estado.

La defensa de un gobierno que le dio visibilidad y dignidad a grandes masas de la población trabajadora (sea o no de origen indígena), debe realizarse teniendo presente la guerra inconclusa por la independencia plena de Bolivia y por la integración total de su territorio (Occidente y Oriente)

Ahora bien, a la hora pensar la salida, ésta sería a través de una alianza básica entre las burguesías locales nacionales no-imperialistas y los trabajadores organizados del campo y las ciudades, sin distinción de las regiones, dentro de una visión de Patria Grande.

Noviembre de 2019

Carlos Chino Fernández

CEES-CGTRA – Integrante de Dossier Geopolitico

1  Agustín Saavedra Waise: “El rol de Santa Cruz de la Sierra en Sur América”, abril de 2005, por internet

2  Montenegro Carlos. Nacionalismo y Coloniaje, Pleamar, Bs. As., 1967

El analista político Miguel Ángel Barrios de Dossier Geopolitico, consideró que la desintegración regional y el fracaso de Unasur agravan el panorama de conflictos que vive el continente.

«Prosur y Grupo de Lima son brazos diplomáticos del TIAR» 

Barrios fue consultado sobre las similitudes y diferencias entre las distintas protestas que se viven en la región.

«Más que una conexión hay un factor común y no es que responda a un problema de derecha e izquierda o conservadurismo y progresismo sino que lo que me parece que está en conflicto y en tensión es la lógica de patria chica y patria grande», consideró el analista.

«Hay estados de América Latina que se han asentado bajo una proyección geopolítica de patria chica, entendiéndola como alineamiento irrestricto con los EEUU y la doctrina Monroe, y hay estados que pretenden dentro de su margen de posibilidades generar una capacidad de autonomía en el mundo de la globalización y eso implica en América Latina la integración», agregó. «En realidad el Prosur o el Grupo de Lima son grupos inventados por EEUU como brazo diplomático del TIAR, que ya está más muerto que nunca en el Atlántico Sur, y también de la OEA. Son todo lo mismo, son organismos panamericanos», señaló.

La relación de Argentina y Brasil, factor clave de estabilidad continental

«Hemos quedado sin elementos estabilizadores, no puede haber uno sin un acuerdo entre Argentina y Brasil. Ese es el gran problema de hoy, lo que no quiere decir que no tenga importancia México y el rol que jugó en la crisis con Evo Morales», indicó.

«El principal comprador de cobre de Chile es China y es el elemento fundamental de las fuerzas armadas chilenas porque el 40% de esos impuestos va para ellos, lo mismo con el petróleo colombiano. Esto implica que hay revoluciones geoeconómicas tectónicas que todavía no estamos viendo a fondo y que responde a esa lógica de la guerra comercial EEUU-China en América Latina», dijo Barrios en entrevista con Sputnik y radio M24.

China: entre las amenazas internas y las estrategias globales

Además en ‘GPS Internacional’, consultamos al economista Gustavo Girado, magíster en relaciones internacionales y director del posgrado sobre China de la Universidad Nacional de Lanús de Argentina, sobre las últimas noticias relacionadas con el gigante asiático, principalmente la búsqueda de salidas a la guerra comercial con EEUU. «No está transitando el mejor momento esta negociación. Están en un impasse, que está virtualmente salpicado casi semanalmente por las versiones que desde uno y otro lado los negociadores están sistemáticamente llevando a los medios que utilizan como difusores de su posición para ver cuál es la repercusión», sostuvo Girado. «Hay un punto en el cual se han alcanzado todos los acuerdos que son mínimos y aparentemente es una situación de empate técnico», añadió. «China desde que forma parte del club global, es decir desde que es miembro de la OMC, ha ido aceptando y cumpliendo una gran cantidad de prerrogativas que requería su legislación y sus regulaciones internas para poder formar parte», remarcó el especialista. «Dentro de esa racionalidad que adquieren los movimientos globales de China, pretende que EEUU no sea tan impactante con el FMI y utilizarlo como un «arma» sino que por el contrario se vuelva a utilizar con su fin original. Por eso prefiere formar parte del Fondo y trabajar para su reconsideración», sostuvo. Girado también fue consultado sobre las protestas en Hong Kong.

«No hay que ser un analista muy avezado en esto; las huellas digitales de la Corona Británica y del Departamento de Estado son muy evidentes y estas manifestaciones, cuyo origen sí puede ser un poco más diverso, claramente atentan contra la economía de China y le generan un inconveniente doméstico muy fuerte a la luz de las elecciones que va a haber pronto en la isla de Taiwán», explicó.
AUDIO: https://mundo.sputniknews.com/popup/radio/?audio_id=26167567

[Fuimos de los 1ros en hablar de que los EEUU se estaba pareciendo a la Argentina o a un País del Tercer Mundo, a los integrantes de Dossier Geopolitico, que sostenemos esto, nos miraban con sorna. Hoy, ya lo dicen, abiertamente, varios analistas de alto nivel anglosajón. Carlos Pereyra Mele DG]

“Es probable que los historiadores del futuro identifiquen 2020 como el año en el que EE.UU. finalmente renunció a desempeñar su papel como actor hegemónico en el sistema mundial”, afirmó el martes un apesadumbrado Stanley Fischer [1] frente a un nutrido grupo de inversores convocados por el banco brasileño Bradesco en Nueva York. “La última gran crisis financiera global fue generada por nosotros… pero nadie esperaba que Trump intentara destruir la arquitectura económica e institucional que durante tantas décadas y tan trabajosamente habíamos construido junto con nuestros aliados de Occidente”, agregó, con un dejo de nostalgia, uno de los testigos y protagonistas de ese proceso en su carácter de economista jefe del Banco Mundial, presidente del Banco de Israel y vicepresidente de la Reserva Federal durante la última parte de la administración Obama.

Denigrar a los líderes de turno se ha vuelto habitual en casi todo el planeta. Muchos se comportan de manera tan estrambótica que justifican con creces esas críticas. Pero en pocos países se oyen comentarios tan mordaces como en EE.UU., en especial en estos momentos, como consecuencia de las audiencias del juicio político que conmocionan a buena parte de la opinión pública. Dado que en tres años de gestión puede mostrar una magra cosecha en términos de logros significativos, la suerte de Trump está atada a un ciclo económico que, aunque haya perdido vigor este último semestre, sigue moldeando una sensación de bienestar económico que se apalanca en el boom del mercado bursátil. En este contexto, los sondeos ponen en evidencia una fuerte polarización de la sociedad y develan también algunos matices para tener en cuenta. Según FiveThirtyEight, que recopila resultados de las principales encuestadoras, el apoyo al impeachment crece desde finales de septiembre y llega en la actualidad al 47,9% de la población, mientras que el 45,4% está en contra. Sin embargo, algunos grupos de foco revelan que electores independientes de estados relevantes en el colegio electoral, como Ohio, no creen que el Ucraniagate justifique un juicio político.

Si bien da la sensación de que la guerra comercial con China no va a escalar, tampoco está claro que vaya a lograrse un acuerdo sustentable en el corto plazo como para no hacer más daño a la actividad económica. Según Fischer, esto pone de manifiesto el nivel de improvisación por parte del gobierno norteamericano: “Trump tuvo el coraje de confrontar con Pekín y había muchos problemas que debían ser abordados, pero si uno se mete en semejante pelea, más vale que la gane”, afirmó. ¿Podrá esto influir en la elección presidencial del próximo 3 de noviembre? Es difícil hacer pronósticos. Los duros embates que sufre a diario Trump no le han quitado competitividad electoral. Unos cuantos legisladores dentro de su partido anunciaron que no buscarán renovar sus bancas (evidente consecuencia del desgaste que una presidencia tan polémica como abrasiva generó en el electorado), pero quienes buscan desafiarlo en las elecciones primarias no parecen hasta ahora constituir amenazas preocupantes. Entre ellos se destacan el exgobernador de Massachusetts Bill Weld y Joe Walsh, ex miembro de la Cámara de Representantes. John Kasich, ex gobernador de Ohio caracterizado por sus ácidas críticas a Trump, también podría eventualmente anunciar una precandidatura.

Más allá de las internas del GOP (sobre las cuales algunos imaginan que, si se complica mucho el proceso de impeachment, el vicepresidente Mike Pence podría finalizar su mandato), Trump confía en que los demócratas seguirán sin impulsar un candidato con chances de ganarle. Con el ex vicepresidente Joe Biden cuestionado en particular por los vínculos de su hijo Hunter con Ucrania, ninguno de los actores más radicalizados, como Liz Warren y Ben Sanders, podría complicarle la reelección. Solo Pete Buttigieg, el joven y ascendente alcalde de South Bend, Indiana, pareciera constituir una potencial aunque lejana amenaza. Algunos veteranos de la campaña de Obama trabajan para “Mayor Pete”, que ha sorprendido con excelentes sondeos en New Hampshire, el segundo estado en sostener elecciones primarias luego de Iowa. Según FiveThirtyEight, si las elecciones fueran hoy, el 46,8% apoyaría al Partido Demócrata, mientras que el 41,1% optaría por el Republicano. El 54,1% de la ciudadanía desaprueba a Trump, mientras que el 41,3% avala su gestión. ¿Será esto suficiente para arrebatarle la presidencia en 2020? Mientras no emerja un opositor con chances concretas –en las filas propias o en el partido rival–, el actual mandatario seguirá en carrera.

Es típico que aparezcan rumores sobre el estado de salud de líderes controversiales que se aferran al poder y muestran mejores posibilidades de reelección que las que sus críticos desearían. El último fin de semana los medios cubrieron con insistencia una inesperada visita de Trump al Walter Reed National Military Medical Center en Washington. La Casa Blanca desestimó esos comentarios al argumentar que solo se trataba de análisis de rutina y que el presidente había aprovechado un fin de semana sin compromisos para visitar el nosocomio. Sean Conley, su médico personal, aseguró en un comunicado que “no fue tratado de ninguna cuestión aguda ni urgente, ni sometido a exámenes cardiológicos ni neurológicos”. Dado que se trata de un gobierno con enormes problemas de credibilidad, estas afirmaciones estuvieron lejos de mitigar las intrigas más variadas, en especial en las redes sociales.

Cuando todavía no se acallaban las polémicas por la visita de Recep Tayyip Erdogan a la Casa Blanca, el tándem Trump Pompeo volvió a sorprender al anunciar que los asentamientos israelíes en Cisjordania no violan las leyes internacionales, retomando la histórica postura de Reagan y contradiciendo la política impulsada por Obama, además de generar aún más distancia entre EE.UU. y la Unión Europea, que sigue manteniendo su apoyo a los reclamos palestinos. Una hora después del anuncio de Pompeo, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, redobló la apuesta y emitió un duro comunicado en el que afirmó que la posición de la UE no cambiaba y que toda actividad de los asentamientos es ilegal y erosiona las perspectivas de una paz duradera en la región.

Fischer, que tiene doble nacionalidad (norteamericana e israelí), no pareció impresionado por este giro en la política exterior. Su definición respecto del rumbo potencial de la administración Trump produjo rumores en un auditorio exigente y atento: “Si este presidente logra la reelección, EE.UU. se encamina a convertirse en un país del Tercer Mundo”. No debería entonces sorprender que los adláteres de Trump estén hablando de intentos de golpe de Estado.

Mientras no emerja un opositor con chances concretas (en las filas propias o en el partido rival), Trump seguirá en carrera

Fuente: https://www.pressreader.com/argentina/la-nacion/20191122/282106343482901 Sergio Berensztein para La Nación 22/11/2019

[1] Stanley Fischer (15 de octubre de 1943) es economista y profesor. Fue gobernador del Banco de Israel desde 2005 al 2013, Nacido en Rodesia del Norte, actual Zambia, obtuvo el Bachelor of Science (B.Sc) y la posterior maestría (M.Sc) en economía en la London School of Economics entre 1962 y 1966 y doctorándose en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 1969. Fue profesor en el MIT desde 1977 hasta 1988. Durante ese periodo escribió dos libros de texto reconocidos en Economía: Macroeconomía (con Rudiger Dornbusch y Richard Startz) y Lectures on Macroeconomics (con Olivier Blanchard). Entre enero de 1988 y agosto de 1990 fue Vicepresidente de Economía del Desarrollo y economista jefe del Banco Mundial. Desde septiembre de 1994 y hasta finales de agosto de 2001 ejerció como Primer Subdirector Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Después de dejar el FMI, entre febrero de 2002 hasta abril de 2005, trabajó en el sector bancario como vicepresidente de Citigroup, presidente de Citigroup Internacional y director del grupo de clientes del sector público. El 9 de enero de 2005 se anunció que Fischer aceptaba ser gobernador del Banco de Israel, después de ser propuesto por el Primer Ministro Ariel Sharon y el Ministro de Hacienda Benjamin Netanyahu. Gobernador del Banco de Israel desde el 1 de mayo de dicho año, en agosto de 2013 renunció al cargo, ocupando su puesto la economista Karnit Flug.

Con el advenimiento de la era de la computación han surgido diversos apelativos que se emplean para designar a personas o grupos de ellas que se dedican a actividades ilícitas. Consideramos que existe confusión en los conceptos aplicados, ya que definitivamente existen diferencias entre ellos y es nuestra intención detallar sus verdaderos significados.

Con el devenir de los años, los medios de difusión periodísticos, influenciados por las transnacionales de software, adoptaron el nombre de «hacker» para calificar a toda persona involucrada en actos que atentan en contra la propiedad intelectual, seguridad en las redes, autores de virus, intrusos de servidores, interceptadores de mensaje de correo, vándalos del ciberespacio, etc.

Aunque la palabra pirata es evocativamente romántica, este apelativo es atribuido a las personas que hacen uso del software creado por terceros, a través de copias obtenidas ilegalmente, vale decir, sin permiso o licencia del autor. Al software no original se le denomina «copia pirata», pero en términos reales y crudos debería llamarse un software robado.

La palabra pirata, asociada al uso ilegal del software, fue nombrada por primera vez por William Gates en 1976, en su «Carta abierta a los Hobistas» mediante la cual expresó su protesta debido a que muchos usuarios de computadoras estaban haciendo uso de un software desarrollado por él, sin su autorización.

En todo el mundo el uso del software ilegal está sujeto a sanciones y penalidades, que se agravan cuando el pirata se convierte en un comercializador de software copiado ilegalmente para lucrar en beneficio propio. En el Perú la pena por este delito varía de 1 a 4 años de prisión condicional para los usuarios finales y con un máximo de 8 años de prisión efectiva para los comercializadores.

El hacker es una persona que por sus avanzados conocimientos en el área de informática tiene un desempeño extraordinario en el tema y es capaz de realizar muchas actividades desafiantes e ilícitas desde un ordenador.- También es conocido como alguien que descubre las debilidades de un computador o de una red informática. Sus acciones pueden estar motivadas u obedecer a distintas índoles, entre ellas fines de lucro, protesta o desafío.

Existen una gran variedad de subgrupos de hackers y entre ellos se los clasifican con diversos nombres como: 

Sombrero Blanco: es quien rompe la seguridad informática por cuestiones no maliciosas, en varias ocasiones para poner a prueba su propio sistema de seguridad. 

Sombrero Negro: aquel que viola la seguridad informática por razones más allá de la malicia o para beneficio personal, se asemeja a un criminal informático.

Sombrero Gris: es una combinación entre los anteriores.

Hacker de Elite: equivaldría a un experto, están dentro de un grupo de elite como masters of deception.

Script Kiddie: inexperto que irrumpe en los sistemas informáticos mediante el uso de herramientas automatizadas.

Neófito: quien no tiene el suficiente conocimiento o experiencia en el hackeo.

Sombrero Azul: persona utilizada para hacer prueba de errores fuera de una consultoría.

Hacktivista: es quien utiliza la tecnología para anunciar un mensaje social, ideológico, político o religioso. En la mayoría de los casos consiste en la desfiguración de cibersitios.

Estado y Naciones: refiere a los servicios de inteligencia y a los operativos de guerra informática.

Bandas Criminales Organizadas: refiere a la actividad criminal llevada adelante con fines comerciales.

En lo que se refiere a Latinoamérica, respecto del tema en desarrollo, un informe privado ruso, confirmo que un solo país de la región recibe casi el 50% de los ataques por parte de la comunidad hackers, para tomar dimensión del avance de estos integrantes de la comunidad virtual, en 1994 se creaba un virus cada hora, en la actualidad se crean tres virus cada segundo, arrojando un resultado de 315.000 objetos maliciosos por día.

Entre los países más expuestos se hallan: Brasil, México, Venezuela, Perú y Argentina; y entre los delitos que cometen estos hacker podemos nombrar: el robo de información financiera y personal, ciberespionaje, sabotaje, eliminación de datos, etc.

El ultimo gran ataque de hackers que recibió una mega empresa fue en el presente año, más precisamente en el mes d septiembre a facebook, donde hackers lograron acceder a mas de 29 millones de datos o información básica de usuarios, los atacantes usaron una parte de las listas de amigos de 400.000 personas para robar los tokens de acceso de los más de 29 millones de usuarios.-

Otro ejemplo claro de ello puede ser aquel llevado adelante entre abril y octubre de 2018 se registraron dos ataques exitosos al sistema financiero mexicano, específicamente en el sistema de pagos interbancarios SPEI. El primer ciberincidente afectó a cinco bancos, mientras que el más reciente, sucedido el 22 de octubre, impactó a la aseguradora francesa Axa y de acuerdo con expertos en ciberseguridad, este tipo de hackeos continuarán sucediendo en el país debido a la falta de capital humano preparado para afrontar estas situaciones.

El sector financiero ocupa uno de los tres sectores más vulnerables a nivel mundial y el costo del cibercrimen anual a la banca en la región se estimó en 809 millones de dólares, sólo en lo que va de 2018, de acuerdo con datos de la Organización de Estados Americanos (OEA); a lo que la organización añadió también que uno de los retos más grandes en este sector es la falta de inversión en talento. Cuatro de cada 10 bancos sufrieron ataques exitosos y es preocupante. El número de personas dedicadas a la ciberseguridad son 5 o 10, mientras que los equipos de marketing son gigantes, pero los que tienen que garantizar la privacidad son muy pocos.

Aunado a estas razones, Yossi Sassi, consultor independiente israelí de ciberseguridad y hacker, concuerda en que el eslabón más débil actualmente en el sector financiero es la falta de personal capacitado, pues cada vez la gente se ve más rebasada por las capacidades técnicas de los hackers. Los hackers, especialmente los black hackers, cuando tiene una motivación clara y tiempo pueden hackear cualquier organización. Hoy en día es dinero o una motivación geopolítica. Los hackers obtienen más por lo que hacen que lo que obtiene el empleado de un banco. Es necesario tener más conocimientos para cerrar esta brecha entre los empleados y los hackers.

Sassi apunta que, si bien hasta el momento no se ha develado más información sobre cuál es el origen de estos ataques hacia el sistema financiero mexicano, por su funcionamiento, y el periodo de tiempo que han tardado en replicarse en el país, aproximadamente seis meses, puede tratarse de un APT (Advanced Persistent Threat) que sea inspirado en otras campañas de cibercrimen que hayan tenido éxito en Europa o Asia.

Hoy en día el motivo económico es fuerte pero la motivación geopolítica también lo es, estamos en una ciberguerra silenciosa, de un lado China, Rusia y del otro Latinoamérica, Estados Unidos, Israel. No sabemos cuál sea este motivo ahora pero puede estar ligado a una campaña más grande en el que el interés sea económico, que a nuestro humilde entender no tiene otro trasfondo más que el predominio de estas grandes potencias por la cuestión Tecnológica.

DR. MARIO RAMON DUARTE

ABOGADO (UCASAL)

JUEZ ADM. MUN. FALTAS (CTES. ARG.)

ESP. DER. MUN. CONT. FALTAS (UCSF)

MIEMBRO DOSSIER GEOPOLITICO (CBA. ARG)

COLABORADOR CENEGRI (RJ. BRA.)

FUENTES CONSULTADAS

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-IdentidadHackerNuevasTecnologiasYSociedadDelRiesgo-5169522.pdf

https://www.monografias.com/trabajos/hackers/hackers.shtml

https://tecno.americaeconomia.com/articulos/michael-calce-mafiaboy-america-latina-es-como-el-paraiso-de-los-hackers

[Estimados investigadores y amigos de Dossier Geopolitico a partir de la fecha incorporamos a este staff a un intelectual Mexicano el Lic.. Abner Munguía Gaspar Profesor de Estudios Empresariales en Universidad Iberoamericana, Ciudad de México y columnista del Centro de Investigación sobre globalización, y Doctorante en Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México.]

El reciente golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, plantea un escenario de alta tensión y de gran alarma en América Latina, toda vez que desnuda los mecanismos de operación política para deponer a un presidente en funciones. 

Asimismo el golpe de Estado exhibe de forma grotesca el objetivo de parar el crecimiento y desarrollo de la economía boliviana, la cual durante los años de la presidencia de Evo Morales, mostró que es posible implementar una estrategia de crecimiento económico, orientada en el desarrollo de la población, lo cual evidencia que las recetas económicas dictadas desde el Fondo Monetario Internacional no solo son dañinas para fomentar el desarrollo, sino que también son inviables para construir las bases de un futuro promisorio.

En este sentido resulta ilustrativo, tener presentes los indicadores macroeconómicos que la economía boliviana desarrolló durante los años de Evo Morales. Como primer elemento resalta que el PIB per cápita se incrementó en un 50%, lo cual repercutió en las tasas de crecimiento de ésta nación andina, mismas que se crecieron al doble del resto de las economías de América Latina y el Caribe. Asimismo, éste país sudamericano mostró un entorno positivo en su balanza de pagos, lo cual ayudó a mantener estabilidad macroeconómica.

Estos balances positivos tuvieron un reflejo directo hacia la reducción de la pobreza y pobreza extrema de la inmensa mayoría de la población indígena boliviana, lo cual se reflejó en una reducción de la pobreza de un 60% en 2006 a 35% al momento de sufrir el golpe de Estado; respecto a la pobreza extrema, ésta se desplazó de un 37.7% a un 15.2% en el mismo periodo.

Estos resultados se vieron apoyados por una transformación en el proceso de toma de decisiones políticas, mismas que se orientaron a tener un sentido nacionalista en el uso y explotación de recursos naturales estratégicos y críticos, como es el caso de los hidrocarburos y en especial el Litio, mineral de creciente importancia estratégica para el desarrollo de productos de alta tecnología y crucial en la implementación de tecnologías enfocadas al desarrollo de baterías eléctricas, mismas que aspiran a llevar a cabo la sustitución de la locomoción fundamentada en la combustión de petrolíferos, para dar el salto hacia el automotor eléctrico. 

Por ello, resultó fundamental elaborar los cambios político-constitucionales que permitieran al gobierno de Evo tener una mayor capacidad de gestión en los asuntos de Estado y con gran impacto en las esferas económico-productivas, conjunto de hechos que se manifestaron de forma profunda en la nacionalización de sectores productivos estratégicos y especialmente en la propiedad estatal de los recursos naturales, lo cual contrasta con la política privatizadora imperante en el periodo presidencial previo al arribo de Evo Morales al poder, momento durante el cual se llegó al absurdo de privatizar el agua, cuya ley prohibía la recolección de agua de lluvia que la población recogía en cubetas, lo anterior debido a los incrementos del precio en el suministro del vital líquido

Es así que se genera una redistribución en los mecanismos de inversión pública así como del incremento del salario, siendo importante la generación de una profunda coordinación entre el ministerio de finanzas y el banco central con el objetivo de lograr combinar una serie de políticas orientadas a gestionar una continua desdolarización del sistema financiero. 

Asimismo, un elemento crucial en el éxito económico de Bolivia, en la era de Evo Morales, se centró en un programa de nacionalización de la industria petrolera, especialmente en lo referente a la producción y transporte de gas natural, lo cual se vio reflejado en el incremento de los ingresos del Estado, al pasar de 731 millones de dólares a 4, 95 miles de millones, los cuales se debieron en parte al auge de los precios de las materias primas, sin embargo, no se puede explicar solo por esa variable el incremento sustancial de ingresos derivados de exportaciones de hidrocarburos, ya que el crecimiento de Bolivia se mantuvo aun cuando dicho auge ya se encontraba en descenso, lo cual tomó lugar a partir del segundo semestre de 2014.

Con esta base económica, el gobierno de Evo Morales, logró construir los cimientos de un extraordinario gasto público y social, lo cual planteó los fundamentos de una gestión y administración económica que es útil para diseñar un nuevo paradigma económico latinoamericano, ya que demostró que es posible incrementar el gasto social, reducir la pobreza, industrializarse y transitar hacia un esquema complejo de sustitución de importaciones orientada hacia bienes intensivos de capital, como es el hecho de que la economía y la industria boliviana ya tenían los fundamentos para el diseño, construcción y comercialización de un auto eléctrico basado en baterías de litio completamente desarrollado en Bolivia

Es fundamental enfatizar que esta plataforma de desarrollo solo fue posible por medio de la ruptura con las posturas del Fondo Monetario Internacional, las cuales se enfocan no solo a crear condiciones nocivas para motivar el desarrollo económico, sino que al mismo tiempo rompen los fundamentos de cadenas productivas en áreas industriales y tecnológicas densas en capital, ya que por el contrario, el FMI se enfoca en dictaminar políticas que tienden hacia la reprimarización de las economías que son sujetas a créditos, con lo cual bajo la premisa de ventajas comparativas y orientadas hacia el sector exportador, se establecen los elementos que limitan el desarrollo tecnológico y creativo de economías periféricas, que como Bolivia demostró que no son necesarios 30 años para visualizar cambios en la estructura de la matriz productiva, y que es posible desarrollar de forma tangible un programa de industrialización en sectores tecnológicos clave. 

Todo lo anterior es completamente contrario a los intereses de las oligarquías financieras internacionales, mismas que en el contexto político internacional en el que se presentó el golpe de Estado se encuentran en la fase previa de desatar una gran crisis financiera y que repercutirá en la economía productiva global, por lo cual se torna necesario para las empresas de los países capitalistas centrales, especialmente las situadas en Estados Unidos, mantener un libre acceso a recursos críticos y estratégicos en América Latina, toda vez que los flujos de inversión de competidores internacionales a las empresas estadounidenses, principalmente las de origen chino, se han posicionado de forma estratégica en la región, hecho que quedó evidenciado con la reciente formación de una empresa conjunta entre China y Bolivia para desarrollar la segunda reserva de litio más importante del mundo, lo cual a todas luces molestó en Washington y se sumó al proceso de apoyo golpista, que incluso políticos estadounidenses como Bernie Sanders reconocen como un golpe de Estado.

Finalmente los fundamentos del golpe y los objetivos estratégicos de cómo dicho golpe se combina con las diversas crisis políticas en el resto de América Latina, parecen plantear necesario analizar la orientación estratégica del golpe de Estado y sus objetivos de mediano y largo plazo, los cuales a todas luces se insertan en el marco de una estrategia estadounidense de reconfiguración de un espacio amplio de inversión en todo el continente americano, con el objetivo de acceder a recursos estratégicos, los cuales de acuerdo a la lógica norteamericana deberán de fluir en un sentido sur-norte, para abastecer a los sectores industriales estadounidenses, pero principalmente a los militares, los cuales a la llegada de Trump, ya presentaban deficiencias tanto en abastecimiento de recursos como en expertise técnico e industrial en más de 200 sectores. 

En nuestro siguiente encuentro nos enfocaremos a desentrañar las técnicas políticas de guerra híbrida que se han manifestado de forma abierta en el golpe de Estado en Bolivia, lo cual tiende repercusiones de gran calado para toda nuestra región. 

Abner Munguía Gaspar

Abner Munguía Gaspar: Doctorante en Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México.