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El papel de los liderazgos y el fenómeno de ciertas creencias juega un papel central en el ascenso de corrientes reaccionarias. Cómo puede afectar las relaciones internacionales del país si la agenda gira hacia ellas.

Por Bernabé Malacalza y Juan Gabriel Tokatlian

9 de octubre de 2023

Es notable que, a pesar de algunas menciones o acusaciones, la política exterior no haya sido abordada de manera sustancial en los debates presidenciales de la primera vuelta. Resulta sorprendente dado que en la actualidad es prácticamente imposible eludir la naturaleza “interméstica” de la agenda de un país, que implica una interconexión constante entre asuntos internacionales y domésticos. Esto se vuelve aún más relevante considerando la necesidad apremiante de establecer una hoja de ruta ante el vertiginoso proceso de transición de poder, influencia y prestigio en el ámbito mundial.

A pesar de la falta de debate público sobre este asunto, hemos observado algunas declaraciones y otros lineamientos más elaborados que nos llevan a considerar la posibilidad de que, por primera vez en la historia de la Argentina, se implemente lo que en estudios de los últimos lustros se llamó una política exterior conspiratoria. Por lo tanto, dedicamos aquí nuestro análisis a explorar cómo se abordó la relación entre conspiración y política exterior, así como sus implicaciones. También examinamos las posibles limitaciones de una política exterior conspiratoria y los mecanismos de reaseguro disponibles para mitigar sus efectos negativos.

Conspiración y política exterior

La disciplina de las Relaciones Internacionales aborda múltiples temáticas mediante diversos paradigmas y enfoques y a partir de distintos niveles de análisis. Existen perspectivas que enfatizan la gravitación de la política interna en la política exterior, la influencia del régimen político y, en ese contexto, el rol crucial del individuo — el líder, el decisor último, el mandatario — en determinadas coyunturas. Los estilos de conducción, los rasgos de personalidad, las motivaciones subyacentes, el mapa cognitivo y el sistema de creencias de los hombres y mujeres al frente del ejecutivo pueden incidir significativamente en los cursos de acción diplomática que persigue un país. También se estudia la relevancia del “entorno próximo” al tomador de decisión: el tipo de formación, de conocimiento y de experiencia en materia internacional, el ambiente intelectual de aquellos cercanos al poder, el grado de apertura o bloqueo ante la información que proviene de la realidad, los intereses inmediatos de quienes asesoran al jefe de Estado, y el conjunto de ideas y visiones del mundo que posee el círculo íntimo cercano al gobernante.

Recientemente, una literatura novedosa sobre política internacional estudió, mediante investigaciones comparativas, el vínculo entre ésta, el papel de los liderazgos y el fenómeno de la conspiración. Este fenómeno en la política exterior pasó de ser un tema marginal a recibir más atención y un tratamiento riguroso en la última década debido, en gran medida, al surgimiento de varios líderes con argumentos y prácticas conspirativas. Esto se reflejó en trabajos sobre política exterior como señalan los escritos, entre otros, de Tim Aistrope y Roland Bleike, “Conspiracy and foreign policy”; Thorsten Wojczewsk, “Conspiracy theories, right-wing populism and foreign policy: The case of Alternative for Germany”; y Feliciano de Sá Guimarães, Davi Cordeiro Moreira, Irma Dutra de Oliveira e Silva, y Anna Carolina Raposo de Mello, “Conspiracy Theories and Foreign Policy Narratives: Globalism in Jair Bolsonaro’s Foreign Policy”.

Más que acercarse a la conspiración como un acto deliberado de un grupo que se reúne con fines dañinos, malévolos o ilegales, los estudios académicos se centran en el análisis del sentido y alcance de las percepciones y narrativas relacionadas con la formulación de una política exterior de tipo conspiratoria. No se trata tanto de examinar el comportamiento paranoico de algunas personas con propósitos siniestros, sino de comprender cómo se construyen argumentaciones plagada de complots, y confabulaciones y tergiversaciones para legitimar ciertas prácticas en el ámbito internacional.

En este contexto, el ascenso de corrientes reaccionarias, que en algunos casos llegan a radicalizarse o adoptar posturas extremistas, en diversos países del mundo se debe, en parte, a la habilidad y capacidad de líderes políticos (y su séquito) para influir en la opinión pública mediante el uso de eslóganes impactantes, declaraciones agresivas, gestos provocativos, explicaciones sensacionalistas y mensajes falaces. Algunos estudios (Bruno Gabriel Salvador Casara, Caterina Suitner y Jolanda Jetten, “The Impact of Economic Inequality on Conspiracy Beliefs”) señalan que la desigualdad económica puede alimentar creencias conspirativas; otros enfatizan la cuestión de la precariedad socio-económica (Jais Adam-Troian, María Chayinka, María Paola Paladino, Özden Lelis Ulug, Jeroen vaes y Pascal Wagner-Egger, “Of Precarity and Conspiracy: Introducing a Socio-Functional Model of Conspiracy Beliefs”) y su nexo con la aceptación de dichas creencias; y aún otros destacan que el narcisismo puede ser un buen predictor de tales creencias (Taylor J. Cosgrove y Christopher P. Murphy, “Narcissistic Suscetibility to Conspiracy Beliefs Exaggerated by Education, Reduced by Cognitive Reflextion”).

Ahora bien, ¿cómo se construye y sostiene el pensamiento que subyace a ciertos anuncios, promesas o medidas basada en una narrativa conspiratoria? A lo largo del tiempo, este tipo de pensamiento tiende a proliferar en momentos de crisis y en situaciones que conducen a una genuina ansiedad social y a la búsqueda desesperada de soluciones urgentes entre la población. Sirven para personificar el miedo, creando un relato que implanta amenazas. La desinformación se emplea de manera deliberada en un mundo altamente tecnológico y receptivo a las comunicaciones. Al mismo tiempo, se recurre a argumentos anticientíficos para negar, por ejemplo, la existencia del coronavirus, afirmar que la Tierra es plana o propagar falsas pseudo-teorías, como la creencia errónea de que el 5G, utilizado en redes de telefonía celular y que emplea señales transmitidas mediante ondas de radio, es responsable de la pandemia. Esto se hace con el propósito de captar a incautos, de engañar a personas desprevenidas o para continuar desinformando, ya sea mientras se busca el poder o una vez que se lo alcanzó. De esta manera, sus relatos reemplazan la ciudadanía por creyentes, la diplomacia por cofrades, y los diagnósticos del mundo por un maniqueísmo que respalda nociones sobre fuerzas internas y externas que coadyuvan, por ejemplo, a la decadencia nacional.

¿Cuáles son las condiciones que propician la formación de este pensamiento y cómo se gesta en las élites? Podemos identificar al menos cuatro factores. En primer lugar, este tipo de pensamiento conspiratorio en la política exterior suele derivar de una mirada altamente ideologizada que se alimenta de apreciaciones dogmáticas. Ello no se relaciona necesariamente con la dicotomía izquierda-derecha, sino que se basa en atacar a una serie de ideas y conceptos que son identificados como perjudiciales o malignos y que, en consecuencia, deben ser combatidos y erradicados. Desde esta perspectiva por ejemplo, la integración con los vecinos se percibe como algo potencialmente perjudicial, ya que se cree que podría ser utilizada por ciertos líderes y naciones para promover formas de vida y concepciones que son contrarias a las que se defienden en el ámbito doméstico. Se parte de la suposición de que existen fuerzas del “mal” que conspiran a nivel mundial (y regional) en contra de las ideas supremas del “bien”, que solo el líder esclarecido conoce y defiende.

En segundo lugar, una política exterior estimulada por la conspiración a menudo sirve para fomentar la auto-afirmación. Los líderes que promueven narrativas conspiratorias intentan convencer a su audiencia de que son quienes han descubierto los tentáculos ocultos o subterráneos en el frente interno y en el ámbito internacional. Esto genera un ambiente de intriga en el que se sugiere la existencia de una conspiración global, respaldada por organizaciones como, por ejemplo, Naciones Unidas, cuyo propósito sería el establecimiento de un gobierno universal, la supresión de la soberanía de los Estados nacionales y la imposición de una agenda social intrusiva y engañosa. Algunos critican a esta institución por imponer “ideales universalistas” inadmisibles, mientras que otros la atacan por supuestamente socavar los valores de las “sociedades libres”. Los compromisos multilaterales se perciben como una “camisa de fuerza” impuesta a los países como resultado de un supuesto pacto o contubernio tenebroso. La clasificación de la ONU como “maligna” no se limita a la retórica, sino que se manifestó en propuestas extremas como el rechazo a acuerdos, la suspensión de financiamiento a organismos y acusaciones temerarias como sucedió en la gestión del presidente Donald Trump.

En tercer lugar, el pensamiento conspiratorio remite a la existencia de una comunidad epistémica selecta. Quienes sostienen estas teorías se consideran a sí mismos como los “iluminados” que poseen un conocimiento especial, al mismo tiempo que desacreditan como “ignorantes” a quienes no comparten sus puntos de vista. El efecto de ello es una polarización inflexible, caracterizada por ataques personales; lo cual obstaculiza el diálogo y la negociación, así como la posibilidad de alcanzar acuerdos básicos en áreas clave de la política pública — incluida la política internacional. Y en cuarto lugar, existe una tendencia a concebir una especie de “refundación” en esta mirada conspiratoria. Se critica a la mayoría o a todos los mandatarios y políticas pasadas y se presenta al nuevo líder como alguien que puede revelar la verdad, destruir lo anterior y proporcionar un horizonte superador. Se considera que las tradiciones diplomáticas y la noción de continuidad en la política exterior son errores que llevaron a un país a la postración o a la pérdida de poder e influencia. Se postula que solo un cambio drástico puede poner fin a lo anterior y establecer una diplomacia con nuevos aliados y enemigos claramente identificados, a menudo personificados en líderes vistos como parte de las indeseables ‘continuidades’. Esta aproximación generalmente conlleva una serie de comportamientos predecibles, que pueden incluir la adopción de medidas en contra de ciertas contra-partes internacionales o la promoción de políticas específicas en línea con las creencias conspiratorias. En la política exterior, los países parecieran dividirse en “puros” e “impuros”; lo que hace que las relaciones con estos últimos sean intransigentes y prácticamente innegociables. No obstante, las políticas exteriores conspiratorias suelen también justificarse como una estrategia política para abordar la incertidumbre y la inestabilidad global. Se apela a que de ese modo se reducirán, por ejemplo, los costos de la globalización o el globalismo, según el caso, presentándose como una forma de proteger el país en lugar de exponerlo al peligro que se percibe en el mundo exterior. Abordar estas preocupaciones, se asume, puede contribuir a fortalecer la cohesión social que se fracturó en sociedades muy afectadas por el desempleo, la pobreza y la desigualdad o por un largo período de declive.

La importancia de los reaseguros de la Argentina

En años recientes se conocieron políticas exteriores conspiratorias en algunos países y se aprecia, aún en casos extremos, que existieron salvaguardas, dispositivos, tradiciones, contrapesos y manifestaciones que evitaron el enraizamiento de dinámicas conspirativas en el frente internacional. En nuestro caso, la política exterior experimentó fluctuaciones durante los 40 años de democracia, con períodos de acuerdo y desacuerdo, a veces con una mayor priorización de los asuntos internos sobre los internacionales; a veces con políticas de Estado de facto y otras con marchas y contramarchas. No obstante, existen “mínimos comunes” que constituyen garantías, incluso durante períodos cortos que buscan alterar radicalmente ciertos pilares cruciales de la política exterior. Estas “coincidencias no explicitadas” entre actores políticos y fuerzas sociales pueden funcionar como mecanismo de reaseguro frente a intentos de desmantelar patrones sostenidos y valiosos en nuestras relaciones exteriores.

Para ello, Argentina cuenta con su Cancillería, su cuerpo diplomático y un historial reconocido: subsiste una suerte de “disco duro” que refleja la existencia de una carrera profesional con funcionarios calificados. También pervive una comunidad epistémica compuesta por políticos, intelectuales, ex ministros y ministras, académicos, comunicadores, expertos en los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil — además de una audiencia ciudadana interesada en asuntos de política exterior — dispuesta a proteger principios básicos de actuación internacional, ya sea a través de la movilización social, las investigaciones rigurosas, y la conversación pública en formas comunicativas diversas. La colaboración entre estos actores, la movilización social y la presencia pública son herramientas fundamentales para evitar giros dramáticos y potencialmente muy costosos, previniendo así daños irreversibles.

Es crucial destacar que, a pesar de las consecuencias negativas que una política exterior conspiratoria tendría en Argentina, con su enfoque “anti” o de “shock” en torno a áreas temáticas como el multilateralismo, la integración regional, el Mercosur, las relaciones estratégicas con Brasil, el vínculo con China, la búsqueda de justicia global y el reforzamiento de regímenes internacionales como el de derechos humanos, entre otros, existen contrapesos en cada uno de estos ejes que pueden mitigar los efectos de liderazgos promotores de eventuales políticas exteriores conspirativas.

En primer lugar, mientras quienes defienden las políticas exteriores conspiratorias perciben a la ONU y el multilateralismo como reliquias obsoletas, los diplomáticos argentinos desempeñaron y lo continúan desempeñando un papel crucial a nivel multilateral para prevenir la guerra, el uso de la fuerza y la proliferación nuclear en el sistema internacional. Asimismo, Argentina desempeñó un papel activo en la formación de expertos y diplomáticos que accedieron a puestos clave en organismos internacionales, como los destacados ejemplos de Rafael Grossi, quien se desempeña como director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA); de Celeste Saulo, quien ocupa el cargo de secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial; de Frida Armas Pfirter, que fue designada jueza del Tribunal Internacional del Derecho del Mar; y de Andrea Pochak, quien fue electa para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Contra la creencia de que los poderosos inevitablemente prevalecerán y que los países más débiles solo tienen la opción de acatar, América Latina — con un compromiso decisivo de la Argentina — aún se mantiene como una zona de paz y no se vio involucrada en confrontaciones bélicas de otras partes del mundo. Incluso cuando hubo la posibilidad de que estemos directamente implicados en conflictos como el de Ucrania, enviando armas y/o tropas, ningún gobierno de la región, independientemente de su ideología, tomó esa medida.

En segundo lugar, mientras que el pensamiento conspiratorio insinúa una postura anti-latinoamericana, anti-integracionista y anti-Mercosur, lo que podría conducir a un antagonismo innecesario e imprudente en las relaciones con los países vecinos, es importante destacar que existen continuidades ya establecidas que serían gravosas de desmantelar. Con Brasil, podríamos encontrarnos en una situación preocupante en la que se tomen medidas unilaterales sin consultar, los desacuerdos sean inflexibles y las tensiones bilaterales aumenten. Esto podría llevar al extremo de formar sistemas de alineamientos abiertamente contrapuestos en política exterior, donde cada país se apegue a una gran potencia diferente. Sin embargo, es importante recordar que hay un acervo institucional ya consolidado que actúa como un dispositivo reasegurador. En la década de los 80 y hasta principios de los 90, funcionarios, políticos, militares, académicos y comunicadores convergieron en la necesidad de abandonar las hipótesis de conflicto mutuo. 

La creación de Mercosur y la fundación de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares son ejemplos claros, entre muchos, de cómo se establecieron compromisos duraderos y vitales para el interés nacional argentino. El hecho de haber transformado una cultura de rivalidad en una cultura de amistad entre Buenos Aires y Brasilia es un logro colectivo y compartido, y revertir esta situación sería extremadamente perjudicial.

En tercer lugar, aunque una variante del pensamiento conspiratorio adopte un carácter “revisionista” frente al crecimiento de Asia, especialmente de China, que se percibe como un “imperio autocrático en ascenso”, es fundamental recordar que la profundización de la relación entre China y Argentina avanzó en la última década, independientemente de los gobiernos nacionales en el poder. Aquellos que argumentan que las acciones agresivas de China no deben pasar desapercibidas, incluso si están disfrazadas como operaciones comerciales normales, no pueden ignorar la relevancia que tiene China para la ampliación de las reservas del Banco Central, el financiamiento de obras de infraestructura, como destino de nuestras exportaciones, y en tanto potencia de proyección internacional. A pesar de los intentos de ciertos voceros cercanos a la narrativa conspiratoria de generar una atmósfera similar a una nueva Guerra Fría, las principales coaliciones y partidos políticos del país, en la práctica, evitaron internalizarla, teniendo en cuenta los altos costos que generó en su momento y por décadas la “primera” Guerra Fría. La invocación hoy del anti-comunismo como guía de la diplomacia es anacrónica, extravagante e infecunda.

En cuarto lugar, aunque una política exterior conspiratoria ataca a organismos que considera “satélites” de la ONU, como la CEPAL, la FAO, la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), es esencial reconocer que el papel de estos organismos es determinante en la arquitectura internacional en temas cruciales para los países en desarrollo. Estos temas están intrínsecamente relacionados con la promoción de un orden internacional más justo, como la seguridad alimentaria, la erradicación del hambre, el desarrollo sostenible, el derecho a la educación y el derecho a la salud. No obstante, es importante destacar que existe una fuerte tradición y reputación en nuestro cuerpo diplomático, así como un acervo histórico que enfatiza la importancia de reclamar contra las injusticias del orden internacional, reconocer las asimetrías entre el Norte y el Sur Global en foros mundiales y regionales y promover iniciativas que busquen acortar esa brecha. El costo de desmantelar una política diplomática consolidada a lo largo de décadas sería significativo. Hay asuntos claves que podrían sufrir retrocesos inquietantes y elevados si el país busca apartarse de estas instancias que se hacen eco de las posiciones del sur global y de los países en desarrollo, así como de la región latinoamericana. Para el caso, alejarse de los pares del sur y de América Latina y alinearse casi exclusivamente con Occidente podría tener efectos nocivos en el reclamo histórico del país en torno a Malvinas.

Y en quinto lugar, el pensamiento conspiratorio podría tener un efecto muy negativo en uno de los pilares de la política exterior argentina, que es la defensa interna y la promoción internacional de los derechos humanos. Aunque voceros cercanos a este razonamiento critican las actitudes de la Comisión de Derechos Humanos por otorgar un asiento a gobiernos no democráticos (lo cual es práctica estándar al incluir a todos los miembros de Naciones Unidas con asientos rotativos), es importante destacar que el compromiso del país, no de un gobierno en particular, con los derechos humanos desde el retorno a la democracia alcanzó su punto más alto recientemente, cuando un argentino, Federico Villegas, asumió la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2022. 

A pesar de que surgieron voces notorias (aunque no marginales) que reivindican la dictadura, desde el histórico juicio a las juntas militares — reconocido por ser el primer enjuiciamiento en el mundo a una dictadura militar bajo procedimientos del Estado de Derecho — casi la totalidad de los actores respaldaron los avances judiciales y legislativos para condenar los delitos de lesa humanidad y defender el derecho a la verdad. 

El negacionismo no es parte de la cultura democrática alcanzada y sostenida durante cuatro décadas. Los derechos humanos son un activo esencial del perfil argentino en el mundo y como tal es registrado por las contrapartes del país y en los foros internacionales y continentales. Son ya parte del interés nacional y una regresión tendría una consecuencia devastadora para la imagen de la Argentina.

Además, el pensamiento conspiratorio en diversas partes del mundo manifestó una fuerte oposición a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un acuerdo que fue aprobado en 2015 por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas. Esta agenda abarca 17 objetivos para hacer frente a la creciente pobreza, las desigualdades y la urgente crisis climática. Quienes se adhieren a la perspectiva conspiratoria consideran esta agenda como “intrusiva” y la acusan de promover principios “redistributivos” de justicia social que rechazan. Por tal razón, propagaron discursos con un marcado sesgo anti-ambientalista y argumentos anti-científicos, cuestionando la responsabilidad de los países en la aceleración del cambio climático y desestimando los compromisos multilaterales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También se opusieron a la “igualdad de género”, pues aluden que no respeta la diferencia biológica de la sexualidad entre hombre y mujer y destruye la institución de la familia tradicional. 

No obstante, es importante destacar que Argentina mantuvo un perfil activo en la promoción de derechos humanos de primera, segunda y tercera generación, tanto en la Asamblea General de las Naciones Unidas como en diversos organismos internacionales, independientemente de los gobiernos de turno. Esto incluyó un compromiso continuo con la protección del medio ambiente y la lucha contra las desigualdades, aspectos que son parte integral de la agenda de derechos humanos que el país respaldó a nivel internacional.

A modo de reflexión final

La disciplina de las Relaciones Internacionales ha fundamentado y documentado la existencia de políticas exteriores conspiratorias en diferentes latitudes. Además, se ha acumulado un conjunto de experiencias que merecen un estudio más sistemático y comparativo para identificar rasgos compartidos. Por lo tanto, tenemos un conocimiento de cómo se manifiestan estas políticas exteriores conspiratorias, comprendiendo sus motivaciones, lógicas, modus operandi, e implicaciones, así como las limitaciones y respuestas a las mismas. Es importante destacar que las referencias de estudios comparados no indican un éxito absoluto ni un fracaso total, ya que existen ejemplos pasados y vigentes de políticas exteriores conspiratorias que demuestran esto. No obstante, es cierto que hubo casos que han mostrado sus limitaciones, y es evidente que estas políticas dejan huellas que es preferible evitar para no caer en giros contundentes ni vaivenes contraproducentes que pueden perjudicar los intereses nacionales.

Es relevante reconocer que, aunque existen políticas exteriores conspiratorias, también contamos con la presencia y vigencia de mecanismos de reaseguro. Hoy, por primera vez en la Argentina, existe la probabilidad de que se despliegue una política exterior de este tipo, y esto merece atención. En caso de que sea factible su implementación, es importante disponer de formas de argumentación, organización, manifestación y acción que minimicen el daño potencial de una experiencia de política exterior conspiratoria en el país.

FUENTE: https://cenital.com/la-politica-exterior-conspiratoria-un-riesgo-inadvertido-para-la-argentina/ 

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

Bernabe Malacalza: Doctor en Ciencias Sociales. Investigador del CONICET. Profesor en Universidad Nacional de Quilmes y Universidad Torcuato Di Tella.

Juan Gabriel Tokatlian: Vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella.

Por Jiang Shixue*

Algunas personas han descubierto que la mayoría de los países desarrollados del mundo están en el hemisferio norte y la mayoría de los países en desarrollo están en el hemisferio sur. Por tanto, norte es sinónimo de países desarrollados y sur es idéntico a países en desarrollo. Y las relaciones norte-sur se dan entre países desarrollados y países en desarrollo, mientras la cooperación sur-sur es entre países en desarrollo. Este entendimiento se ha convertido en consenso internacional. Incluso Deng Xiaoping dijo a mediados de la década de 1980 que el orden internacional se caracterizaba por cuatro palabras: este y oeste, y norte y sur, lo que significa que la relación este-oeste se refiere a la que se produce entre países desarrollados y en desarrollo, y la relación norte-sur ocurre entre países socialistas y países capitalistas.

Además de la palabra sur, existe la expresión sur global, que ha aparecido en el círculo académico y los medios de comunicación de todo el mundo. La locución fue acuñada por el activista político estadunidense Carl Oglesby (1935-2011), cuando publicó en 1969 un artículo sobre la guerra de Vietnam en la revista católica Commonwealth. Argumentó que la guerra de Vietnam fue el resultado inevitable de cientos de años de dominio del sur global por el norte global.

Lo sorprendente es que, después de entrar en 2023, el sur global haya atraído una atención sin precedente por muchas personas, tanto a escala internacional como en China. La popularidad de esa expresión puede estar relacionada con las siguientes tres conferencias: la primera fue la Cumbre de la voz del sur global, en India (6/1/23). El anfitrión invitó a 120 países, excluyendo a China. La segunda fue la Conferencia de seguridad de Múnich (17-19/2/23), cuyo panel de discusión se tituló Recalibrando la brújula: cooperación sur-norte. La tercera fue la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón (5/23). Este encuentro estableció dos agendas, una de las cuales fue el acercamiento al sur global. Algunos países en desarrollo asistieron a esta cumbre, y en esta oportunidad tampoco fue invitada China.

Pese a la exageración de la frase sur global, hay que señalar que no existe un consenso sobre su definición. Mientras algunos creen que ocurre lo mismo al expresarse acerca del sur, es decir, los países en desarrollo, los países subdesarrollados, los países pobres o los países atrasados; otros sostienen que, al igual que la anticuada frase tercer mundo, mantiene una fuerte connotación política, que refleja la naturaleza del orden mundial dividido entre los países desarrollados y en desarrollo. Otros más tienden a decir que mientras los países en desarrollo reflejan su individualidad, el sur global les presta más atención como un cuerpo colectivo y también resalta los múltiples impactos de la globalización en los países en desarrollo.

Precisamente debido a la falta de un consenso general la gente a menudo aplica el concepto de sur global siguiendo caprichos propios o la interpreta según su comprensión como la definición del término.

Sin importar si la carencia de una definición bien reconocida conduce a confusión y desconcierto académico, es necesario señalar que algunos países, Estados Unidos, en particular, desean expulsar a China de la familia del sur global. De hecho, ya cuando Trump estaba en el poder, Estados Unidos ya había dicho que China no es un país en desarrollo. Por ejemplo, en el Memorando presidencial sobre la reforma del estatus de los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio (26/7/19), Estados Unidos anunció que nunca aceptó el reclamo de China de tener el estatus de país en desarrollo.

Vale la pena resaltar que las motivaciones de Estados Unidos no surten mayor efecto debido a que el estatus internacional de determinado país no lo deciden unas pocas naciones, sino la comunidad internacional conjunta. En su informe titulado Forjar un sur global (19/12/04), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ya había incluido a China en la lista del sur global, que comprende más de 130 países en desarrollo.

Es cierto que, a medida que su economía crece rápidamente, el estatus internacional de China ha aumentado cada día. Pero la identidad de China como país en desarrollo no ha cambiado. Según la reciente clasificación por ingresos del Banco Mundial, por ejemplo, China aún está debajo del umbral del grupo de ingresos altos (INB per cápita de 13 mil 846 dólares o más). Aun en el futuro previsible, China seguirá siendo miembro de la gran familia de países en desarrollo y seguirá contribuyendo a la prosperidad común de los mismos mediante la promoción de la cooperación sur-sur. Por tanto, el concepto y aplicación del sur global dejando a China a un lado es una seudo hipótesis o una falsa proposición.

*Profesor distinguido. Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Sichuan

LA JORNADA

FUENTE: https://www.nodal.am/2023/11/el-sur-global-sin-china-es-una-seudohipotesis-por-jiang-shixue/ 

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Mi artículo de la semana pasada “La ONU debe desaparecer”, despertó comezón entre algunos lectores que me escribieron para manifestar estupor, hacerme saber sus opiniones, exponer críticas y preguntarme si eso era posible y cómo debería hacerse.

Recordé que hace unos meses, en una reunión, una veterana diplomática venezolana jubilada, apelando a sus muchos años de servicio y experiencia, ante un planteamiento similar de mi parte, me llamó a la cordura y a entender que “las cosas no funcionaban así”. Esa diplomática, que en general ostenta un discurso bastante radical, se rendía ante la tradición y ante una práctica, que ahora resulta obsoleta, sobre todo porque hoy, la ONU, está incapacitada para resolver los grandes problemas de la humanidad. 

En este marco, quisiera -haciendo una interpretación propia- exponer un artículo escrito por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov el pasado 10 de octubre de 2023¸ publicado en la página oficial de ese ministerio.  El texto es bastante extenso. Voy a hacer un esfuerzo de resumirlo, incorporando lo que a mi juicio son los aspectos más resaltantes. Cualquier error o falla es de mi entera responsabilidad.

Según el Canciller ruso, el planeta está experimentando cambios “fundamentales y tectónicos” que están haciendo surgir un nuevo mundo multipolar más justo, reflejando de esa manera la diversidad cultural y civilizatoria de la Tierra. Así, la mayoría global, (85% del planeta) aboga por una distribución más equitativa de los bienes, por el respeto a la diversidad civilizatoria y por la democratización de la vida internacional.

Este es el contexto en que el canciller Lavrov explica el rechazo de Occidente a los principios fundacionales de la ONU para lo cual hace un análisis histórico desde finales de la guerra fría exponiendo los acuerdos tomados para evitar la expansión de la OTAN. En 2021-2022, Rusia elaboró una propuesta que fue entregada a Occidente para que se establecieran garantías mutuas de seguridad pero fueron silenciadas y rechazada. Con la militarización de Ucrania, la OTAN pretendió extender su área de influencia hacia el este, amenazando a Rusia. Incluso se dio a la tarea de crear alianzas agresivas en el Asia-Pacífico apremiando y provocando a China, a Rusia y a la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ASEAN).

Pareciera que la política de Estados Unidos está encaminada a extender la Doctrina Monroe a todo el mundo, tratando de esa manera, de determinar cuál debería ser la política exterior de los países.

La violación de la Carta de la ONU se está transformando en una constante. Se quiere mostrar la expansión de la OTAN como algo beneficioso y la extensión de los BRICS como dañino. Estados Unidos pretende erigirse como árbitro del mundo. Se omite el principio fundamental de la Carta de la ONU que dice que la organización “ está fundada sobre la base de la igualdad soberana de todos”. Así mismo, se está socavando permanentemente el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países.

Desde la desintegración de la URSS, Estados Unidos quiso subordinar a Ucrania. Hay suficientes pruebas de ello. La injerencia directa de Washington en el derrocamiento del presidente Yanukovich es abierta, pública y conocida. A partir de ese momento, el país comenzó a vivir una espiral de represión, persecución y asesinato de aquellos que no aceptaron y rechazaron el golpe de Estado de 2014. Así mismo, se empezaron a aplicar medidas racistas de todo tipo y se violentaron todas las leyes internacionales.

En ese contexto se llevó a delante la negociación que concluyó con los Acuerdos de Minsk. Hoy se sabe que solo fueron un gran engaño por parte de Alemania y Francia que solo buscaban ganar tiempo para oxigenar y fortalecer a Ucrania a fin de prepararla para sus objetivos macabros.

Rusia, que desde 1997 había hecho todo tipo de esfuerzos para llegar a un acuerdo que aceptara la indivisibilidad de la seguridad, comenzó a percibir, sobre todo desde 2015 que en Ucrania se estaba profundizando una práctica gubernamental de carácter supremacista y neonazi.

En este contexto, Occidente ha manifestado temor de debatir estos temas. Han asumido una posición respecto de Ucrania pero evitan a hablar de Mayotte y Comoras (Francia)  así como de Chagos y Malvinas (Reino Unido). Yo agregaría que se niegan también a debatir los casos coloniales de Puerto Rico, la República Árabe Saharaui Democrática y Palestina. 

El Canciller Lavrov opina que el modelo de mundo occidental liberal es intrínseco a un discurso de doble rasero en la política internacional. Cuando el concepto de libre autodeterminación entra en contradicción con los intereses geopolíticos occidentales, estos lo condenan y castigan a los países con sanciones. Pero si le “interesa” la autodeterminación, la apoyan como en el caso de Kosovo que le fue sustraída a Serbia por decisión de la OTAN sin realización de un referéndum de autodeterminación para que el pueblo opinara como si se hizo en Donbass y en Crimea. Ahora, Bruselas pretende imponer su “mediación” entre Azerbaiyán y Armenia, solo para tratar de desestabilizar la región, ubicada también en las fronteras de Rusia. 

Pasando a otro tema, pero dando continuidad al análisis, Lavrov dice que Estados Unidos busca impedir la democratización de las relaciones internacionales imponiendo sus criterios y violando la ley y los procedimientos.  La propia secretaría general de la ONU actúa al margen de la neutralidad a la que está obligada.

En este contexto, menciona el discurso de Antonio Guterres el pasado 29 de marzo cuando dijo que  “…la administración autocrática no garantiza la estabilidad, sino que representa un catalizador del caos y conflictos”, mientras que “las fuertes sociedades democráticas son capaces de auto enmendarse y automejorar, pudiendo estimular los cambios, incluso radicales, sin derramamiento de sangre ni violencia”. Dice Lavrov que sin querer, Guterres “se acuerda uno de los ´cambios` generados por las aventuras agresivas de las ´democracias fuertes` en Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Siria y muchos otros países”.

A continuación señala que en el mismo discurso el Secretario General dijo que: “Ellas ([as democracias] son centros de extensa cooperación que hunde sus raíces en los principios de la igualdad, la participación y la solidaridad”. Lo curioso es que esta retórica concuerda plenamente con cierta argumentación del gobierno de Estados Unidos. Es además un discurso proselitista que entra “en directa contradicción con el punto 4 del Art.1 de la Carta de las Naciones Unidas donde se recoge la necesidad de que la ONU ́ sirva de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes”.

En este marco, el Canciller ruso opina que es necesario revisar las relaciones existentes entre el Consejo de Seguridad (CS) y la Asamblea General (AG) de la ONU. Expone que ha habido un “abuso del derecho a veto” de las potencias occidentales. Explica que Estados Unidos incluso forzó un debate sobre el asunto en la Asamblea General. Sin embargo, dice que hay muchas resoluciones del CS aprobadas hace bastantes años sin que se hubiera aplicado el veto, y no se han cumplido. Lavrov se pregunta por qué la AG no analiza las causas de esta situación , en particular las relacionadas con Palestina, Asia Occidental y el norte de África.

Por otro lado, plantea que debe atenderse el problema de las sanciones porque Estados Unidos y sus aliados han establecido sanciones adicionales unilaterales que son ilegales al decidirse al margen del Consejo de Seguridad. Así, también ocurre que el CS ha decidido sanciones temporales que se han extinguido, no obstante, como en el caso de Irán,  se siguen aplicando. En la práctica, Occidente decide sus propias normas.

El canciller ruso opina que es necesario hacer efectivo el espíritu de multipolaridad “explícito en la carta de la ONU”, considerando que la mayoría del planeta está a favor de “reforzar su soberanía, defender sus intereses nacionales, sus tradiciones, su cultura y su forma de vivir”. 

Según él, esto está presente en las recientes Cumbres de los BRICS, el G-20 y la Cumbre de Asia Oriental por lo que se hace imprescindible reformar cuánto antes los mecanismos de gestión global.

Aquí disiento con el Canciller Lavrov porque creo que eso es imposible, habida cuenta que Estados Unidos vetará cualquier reforma de la ONU. Me parece que el camino (aunque largo tal vez) debería ser comenzar a construir una organización paralela que desde mi punto de vista está germinando a partir del BRICS.

Para concretar su propuesta de reforma Lavrov convoca a :

  • Ir reconociendo el peso económico y financiero real de los países del Sur Global.
  • Desbloquear el funcionamiento de los órganos de solución de controversias de la OMC.
  • Ampliar los miembros con poder de veto en el CS.
  • Abordar métodos más justos en la “formación de la Secretaría de la ONU”
  • Revisar las responsabilidades de los países anfitriones de las sedes de la ONU.

Claro, todo esto es posible, si Estados Unidos está de acuerdo. Me parece difícil por no decir imposible que lo acepte porque eso cercenaría su hegemonía institucional y jurídica sobre el mundo.

Finalmente el artículo plantea que la aplicación de estas propuestas permitiría avanzar en la solidificación de la supremacía del derecho internacional. Aprovechando las potencialidades del Sur Global y sus asociaciones en primer lugar del BRICS, pero también de otras instancias como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) ,la CELAC, la Liga Árabe, la ASEAN, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC),  la Unión Económica Euroasiática (UEEA),  la Comunidad de Estados Independientes (CEI)  y la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, entre otros, se podría aprovechar al máximo las potencialidades de estas agrupaciones. Algunas de ellas, están coadyuvando a construir una gran asociación euro asiática, que -desde mi punto de vista- es el espacio donde va a nacer y el eje sobre el cual va a girar el mundo nuevo.

Toda esta dinámica está tratando de ser contrarrestada por Estados Unidos y por Occidente en general toda vez que su objetivo es sostener su dominación, manteniendo un mundo fragmentado. Al respecto, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin -con el objetivo de reforzar el Derecho Internacional sobre la base de la Carta de la ONU- formuló seis principios para la formación de una auténtica multipolaridad. Son ellos:  apertura y relaciones sin barreras que obstaculizan la comunicación en el mundo, respeto de la diversidad como fundamento del desarrollo conjunto, máxima representación en las estructuras de la gestión global, seguridad universal basada en el equilibrio de intereses de todos, acceso justo a los bienes del desarrollo, paridad para todos y renuncia a la dictadura “´de los ricos o los fuertes`”.

Finaliza el canciller Lavrov afirmando que la humanidad debe superar la unipolaridad y que existe una responsabilidad colectiva para lograr ese objetivo, asegurando que “Rusia, junto con los países que comparten su postura, está dispuesta a coadyuvar plenamente a su puesta en práctica”.

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Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

Katehon

Según informan los medios de comunicación, el 24 de octubre se inauguró en Kazajstán un Centro de Operaciones de Paz de la OTAN. El embajador estadounidense en Kazajstán, Daniel Roseblum, participó en el acto inaugural. Después de que el portavoz presidencial ruso, Dmitry Peskov, dijera que Moscú estaba esperando «información detallada» sobre el episodio, el ministerio de Defensa de Kazajstán se apresuró a decir que sólo se había inaugurado en el país una nueva sala de conferencias del Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. Sin embargo, el embajador estadounidense sí participó en el acto: resultó que fue la embajada de Estados Unidos la que financió la inauguración de la sala de conferencias.

Este episodio ilustra uno de los componentes de la política estadounidense hacia Kazajstán: la penetración en el país con el pretexto del mantenimiento de la paz y la lucha contra las amenazas.

Kazajstán – OTAN: cooperación militar

Las relaciones entre la OTAN y Kazajstán se han desarrollado activamente desde 1992, cuando Kazajstán se incorporó al Consejo de Cooperación Euroatlántico. En 1994, la república postsoviética se incorporó al programa de la Asociación para la Paz. El documento marco de la Asociación establecía los siguientes objetivos «desarrollar la transparencia en los procesos de planificación y presupuestación militar; garantizar el control democrático de las fuerzas armadas; mantener la capacidad y la preparación de las fuerzas para contribuir a las operaciones dirigidas por la ONU y/o la OTAN; desarrollar una relación militar de cooperación con la OTAN para la planificación conjunta de la formación y los ejercicios con el fin de mejorar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo; crear, a largo plazo, una fuerza capaz de interoperar con la OTAN; y desarrollar la capacidad de llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz, humanitarias y de otro tipo».

De facto, todas estas prioridades pretenden reforzar el control de la OTAN sobre las fuerzas armadas kazajas, y no al revés. Esto resulta comprensible. La «Asociación para la Paz» se planificó inicialmente como un paso preparatorio para el posterior ingreso en la Alianza. Cuando en un principio no se pretendía admitir a un país por razones políticas, como en el caso de Rusia en los años noventa, o -como en el caso de Kazajstán- debido a su ubicación fuera del área de responsabilidad del Tratado de Washington de 1949, la OTAN utiliza el documento marco para controlar las fuerzas armadas del «socio».

Un examen somero de los instrumentos oficiales de la «asociación» Kazajstán-OTAN nos permite llegar a una conclusión segura: su objetivo es el control total. Abarca cuestiones como la planificación de la defensa y la transformación de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán, la preparación y el equipamiento de un «contingente de mantenimiento de la paz conforme a las normas de la OTAN», la «formación de oficiales de Estado Mayor», la cooperación intensiva en el ámbito de la educación militar, el suministro de material militar, etc.

Desde 2007, la Universidad de Defensa Nacional de Kazajstán participa en el Programa de Mejora de la Educación para la Defensa (DEEP) de la OTAN. Desde 2020, Kazajstán acoge el KAZCENT, el Centro de Adiestramiento de Kazajstán para el programa de la Asociación para la Paz de la OTAN, que ofrece cursos de «inglés militar y procedimientos del personal de la OTAN, así como un curso introductorio sobre la historia, la economía y la cultura de Asia Central y Afganistán». La OTAN participa en la formación tanto de suboficiales como de oficiales de las fuerzas armadas de la República de Kazajstán.

Todo ello requiere la presencia de instructores y asesores de la OTAN en las tropas, la transparencia de las fuerzas armadas kazajas para la Alianza del Atlántico Norte, el acceso de la OTAN a los documentos del personal y a la información confidencial sobre las fuerzas armadas kazajas, y la formación de especialistas kazajos en la OTAN. Esto abre un amplio espacio para las actividades de inteligencia y la organización de redes occidentales de influencia no sólo en Kazajstán sino también en las estructuras de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en su conjunto. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo ejercicios conjuntos con la OTAN «Águila Esteparia».

Para el mundo exterior, la principal tarea de la cooperación son las «operaciones de mantenimiento de la paz», pero por qué se eligió a una organización agresiva como socio principal en el mantenimiento de la paz, la Astana oficial no lo explica.

Los intereses de la OTAN

El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con el telón de fondo de los intereses de la OTAN en el mantenimiento de la paz, el Centro Europeo para la Seguridad y la Cooperación en Europa (ECSEC, por sus siglas en inglés), el Centro Europeo George C. Marshall. El Centro Europeo George C. Marshall señala que, con los acontecimientos de Ucrania como telón de fondo, «los programas de entrenamiento destinados a mejorar la profesionalidad del ejército de Kazajstán podrían ser una forma rentable de que Estados Unidos desarrolle una asociación a largo plazo con el país más estable de Asia Central». Según Sebastian Engels, analista del Centro Marshall, los programas de cooperación del ejército kazajo con la OTAN

  1. reforzarán «la interoperatividad con la OTAN y aumentarán la probabilidad de que Kazajstán participe en operaciones de la ONU como parte de una brigada de mantenimiento de la paz (KAZBRIG), que es un objetivo a largo plazo del IPAP de Kazajstán y, hasta 2014. – el principal objetivo de Estados Unidos»;
  2. influir en la política interior de Kazajstán: «los valores liberales y democráticos se introducirán bien directamente en clases de temática occidental desarrolladas por el Consorcio de Academias de Defensa e Institutos de Estudios de Seguridad de la Asociación para la Paz (PfPC), bien osmóticamente a través de la interacción con soldados y civiles estadounidenses durante los intercambios o en las instalaciones militares de EE.UU.»;
  3. reducir la «dependencia» de Kazajstán de Rusia en el ámbito militar: «hay aspectos de la mejora militar que están más allá de las capacidades de Rusia, como la formación de suboficiales, la logística, la gestión de la formación y los recursos humanos (RH). Estados Unidos, con los suboficiales más capaces de todas las fuerzas armadas y décadas de esfuerzos propios de profesionalización, está mejor situado para afrontar este reto.»

«Al incrustarnos en los institutos y academias de Kazajstán, tendremos un conocimiento fundamental de su mentalidad de defensa y podremos influir en sus actitudes hacia las posiciones occidentales… Tener expertos incrustados en puestos clave permitirá a EEUU influir en la toma de decisiones en Kazajstán en tiempos de crisis», afirmó un analista de un centro afiliado a la OTAN y al gobierno estadounidense.

Lazos tóxicos entre Kazajstán y EEUU

Otra área de cooperación entre Kazajstán y el ejército estadounidense es la defensa contra las amenazas biológicas. Sin embargo, Rusia tiene una opinión discrepante sobre el papel de Estados Unidos. Como declaró anteriormente el ex médico sanitario ruso Gennady Onishchenko en el Laboratorio Central de Referencia, cerca de Almaty, «se están desarrollando formulaciones biológicas militares». Este lugar no tiene nada que ver con la sanidad civil kazaja». A su vez, las autoridades kazajas afirman que por el momento no hay supuestamente ningún estadounidense en este laboratorio, que fue construido con dinero estadounidense, y que todo el trabajo lo realizan científicos kazajos.

Estados Unidos también está interesado en las cuestiones de seguridad nuclear en Kazajstán: el país es uno de los mayores exportadores de uranio y alberga varias instalaciones del programa nuclear soviético, incluidos los reactores de Alma-Ata y Kurchatov, antiguo centro del polígono de pruebas nucleares de Semipalatinsk. En 2017, Kazajstán inauguró un Centro de Formación en Seguridad Nuclear (NSTC). Se creó con el apoyo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos (NNSA).  En agosto de 2023, Estados Unidos llevó a cabo un ejercicio de seguridad nuclear en Kazajstán.

De facto, Estados Unidos ha creado centros para su presencia militar en Kazajstán, y esto afecta a cuestiones de seguridad biológica y radiológica, lo que contradice la letra y el espíritu de las obligaciones de Kazajstán como miembro de la OTSC y de la OCS, afirman los expertos rusos.

Cooperación con el Reino Unido

En abril de 2022, Kazajstán firmó un plan de cooperación militar con el Reino Unido para 2022-2023. Esto fue precedido por la participación activa de oficiales británicos en programas conjuntos entre Kazajstán y la OTAN y el acuerdo de un programa de cooperación reforzada en materia de defensa en 2013-14. Son los instructores británicos los que participan predominantemente en la enseñanza del inglés al personal militar kazajo.

A finales de septiembre de 2023, el secretario de Defensa británico, James Hippey, visitó Kazajstán para hablar de cooperación militar y «acogió con satisfacción el apoyo de Kazajstán al régimen de sanciones contra Rusia».

Kazajstán y Turquía

Además de con Estados Unidos, Kazajstán está aumentando su cooperación militar con otro miembro de la OTAN, Turquía. En julio de 2023, oficiales militares turcos discutieron con la dirección del Ministerio de Defensa de Kazajstán las perspectivas de las relaciones bilaterales en educación militar, entrenamiento de combate y mantenimiento de la paz.

En mayo de 2022, durante la visita de la delegación del presidente kazajo Kasym-Jomart Tokayev a Ankara, se firmó un memorando sobre cooperación técnico-militar, en virtud del cual Kazajstán podrá iniciar el ensamblaje bajo licencia y el mantenimiento de los aviones no tripulados turcos ANKA. Aibek Barysov, presidente de la Asociación de Empresas de la Industria de Defensa de Kazajstán, declaró que desea seguir desarrollando la cooperación con Ankara y las empresas turcas. Señaló que los estándares de la OTAN son más modernos y seguros y, por tanto, más atractivos.

El deseo de Kazajstán de reforzar la cooperación con la OTAN también queda patente en el intento de Astana de comprar más de 800 vehículos ARMA a la empresa turca Otokar por más de 4.000 millones de dólares en 2022.

¿El fin del multivectorismo?

Kazajstán se ha negado a apoyar a Rusia desde el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania. El presidente Kasym-Jomar Tokayev prometió seguir el «régimen de sanciones» contra Rusia. Esto es objetivamente contrario a los intereses del país, cuyas empresas se benefician de facto en gran medida participando en esquemas de elusión de las sanciones. Cultural y económicamente, Kazajstán está estrechamente vinculado a Rusia y China.

Las tendencias negativas de la política kazaja están relacionadas con la influencia atlantista, que contradice los intereses objetivos del país y la identidad euroasiática de sus pueblos. Tanto Estados Unidos como la UE y el Reino Unido son ahora muy activos en la dirección de Asia Central. El objetivo es abrir una brecha en las relaciones con Moscú y Pekín explotando las frustraciones de las élites nacionales ante el poder de los dos vecinos. Por ello, la OTAN también intenta reforzar su influencia en la región.

Sin embargo, esto supone un reto de seguridad para Rusia y la RPC, que, en el contexto del empeoramiento de las relaciones con el Occidente colectivo, se muestran muy negativas ante los indicios de una presencia atlantista en la región. Kazajstán intenta ahora mantener una estrategia de equilibrio entre eurasianistas y atlantistas. El aspecto más visible de la cooperación con la OTAN: el ejercicio Águila Esteparia no tiene lugar desde 2023. A otros niveles, sin embargo, la interacción no sólo persiste sino que se está ampliando.

La reacción de Moscú ante el acto con el embajador estadounidense en el Centro de Operaciones de Mantenimiento de la Paz demuestra que este tipo de contactos ya no son aceptables tampoco para Moscú. En estas condiciones, será difícil para Kazajstán mantener el multivectorismo como principio fundamental de su política exterior. Hay que elegir: o los atlantistas, interesados en desestabilizar la región para crear problemas a Moscú y Pekín, o el vector euroasiático de desarrollo – una apuesta por la multipolaridad, la negativa a cooperar con los atlantistas, el desarrollo pacífico y armonioso y la amistad con los vecinos.

Traducción: Enric Ravello Barber para Geopolitika.ru

FUENTE: https://www.geopolitika.ru/es/article/kazajstan-y-la-otan-el-atlantismo-en-el-corazon-de-eurasia

El cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden convertirse en las tres civilizaciones principales de una humanidad limpia.

Por Pepe Escobar para la Fundacion de la Cultura Estrategica

Se está redactando el Aviso de Desalojo. Y vendrá en cuatro idiomas. Ruso. farsi. Mandarín. Y por último pero no menos importante, el inglés.

Un placer muy apreciado por la escritura profesional es verse siempre enriquecido por lectores informados. Esta idea sobre el “desalojo” –que vale más que mil tratados geopolíticos– fue ofrecida por uno de mis lectores más sagaces al comentar en una columna.

De manera concisa, lo que tenemos aquí expresa un consenso profundamente sentido en todo el espectro, no sólo en Asia occidental sino también en la mayoría de las latitudes del Sur Global/Mayoría Global.

Lo impensable, en forma de genocidio llevado a cabo en vivo, en tiempo real en cada teléfono inteligente en la tercera década del milenio –que llamé los furiosos años veinte en un libro anterior– ha actuado como un acelerador de partículas, concentrando corazones y mentes.

Aquellos que optaron por incendiar Asia occidental ya se enfrentan a un desagradable revés. Y eso va mucho más allá de la diplomacia ejercida por los líderes del Sur Global.

Por primera vez en mucho tiempo, a través del presidente Xi Jinping, China ha sido más que explícita en términos geopolíticos (un verdadero soberano no puede protegerse cuando se trata de genocidio). La posición inequívoca de China sobre Palestina va mucho más allá de la rutina geoeconómica de promover los corredores comerciales y de transporte de la BRI.

Todo eso mientras el presidente Putin definió el envío de ayuda humanitaria a Gaza como un “deber sagrado”, que en el código ruso incluye, de manera crucial, el espectro militar.

A pesar de todas las maniobras y posturas ocasionales, a todos los efectos prácticos todo el mundo sabe que el actual acuerdo de la ONU está podrido sin posibilidad de reparación y es totalmente impotente cuando se trata de imponer negociaciones de paz significativas, sanciones o investigaciones de crímenes de guerra en serie.

La nueva ONU en ciernes es BRICS 11; en realidad, BRICS 10, considerando que el nuevo caballo de Troya Argentina en la práctica puede quedar relegado a un papel marginal, suponiendo que se incorpore el 1 de enero de 2024 .

Los BRICS 10, liderados por Rusia y China, ambos regulados por una fuerte brújula moral, mantienen su oído en el terreno y escuchan a las calles árabes y a las tierras del Islam. Especialmente su gente, mucho más que sus élites. Este será un elemento esencial en 2024 durante la presidencia rusa de los BRICS.

Incluso sin check out, tendrás que irte.

El orden del día actual en el Nuevo Gran Juego es organizar la expulsión de la Hegemonía de Asia Occidental, lo que constituye un desafío tanto técnico como civilizacional.

Tal como están las cosas, el continuo Washington-Tel Aviv ya es prisionero de su propio dispositivo. Esto no es ningún Hotel California; Es posible que no salgas cuando quieras, pero te verás obligado a marcharte.

Eso puede suceder de una manera relativamente suave (pensemos en Kabul como una remezcla de Saigón) o, si las cosas se ponen feas, puede implicar un Apocalipsis Ahora naval, con costosas bañeras de hierro convertidas en arrecifes de coral suboceánicos y la desaparición de CENTCOM y su proyección AFRICOM. .

El vector crucial desde el principio es cómo Irán –y Rusia– han jugado, año tras año, con infinita paciencia, la estrategia maestra ideada por el general Soleimani, cuyo asesinato en realidad inició los furiosos años veinte.

Una potencia hegemónica desarmada no puede derrotar al “nuevo eje del mal”, Rusia-Irán-China, no sólo en Asia occidental sino también en cualquier lugar de Eurasia, Asia-Pacífico y toda África. La participación directa/normalización del genocidio solo funcionó para acelerar la progresiva e inevitable exclusión de la Hegemonía de la mayor parte del Sur Global.

Todo eso mientras Rusia elabora meticulosamente la integración del Mar Negro, el Mar Caspio, el Mar Báltico (a pesar de la histeria finlandesa), el Ártico y el Mar del Pacífico Noroccidental y China impulsa la integración del Mar de China Meridional.

Xi y Putin son talentosos jugadores de ajedrez y se benefician de asesores estelares del calibre de Patrushev y Wang Yi. China jugar al go geopolítico es un ejercicio de no confrontación: todo lo que necesitas hacer es bloquear la capacidad de movimiento de tu oponente.

Chess and go , en un tándem diplomático, representa un juego en el que no interrumpes a tu oponente cuando se dispara repetidamente en las rodillas. Como beneficio adicional, conseguirás que tu oponente se enfade con más del 90% de la población mundial.

Todo eso conducirá al colapso de la economía de la hegemonía. Y luego puede ser derrotado por defecto.

“Valores” occidentales enterrados bajo los escombros

Mientras Rusia, especialmente a través de los esfuerzos de Lavrov, ofrece al Sur Global/Mayoría Global un proyecto de civilización, centrado en una multipolaridad mutuamente respetuosa, China, a través de Xi Jinping, ofrece la noción de “comunidad con un futuro compartido” y un conjunto de iniciativas, discutidas en detalle. en el Foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) celebrado en Beijing en octubre, donde Rusia, no por casualidad, fue el invitado de honor.

Un grupo de académicos chinos enmarca de manera concisa el enfoque como China “creando/facilitando nodos globales para relacionarse/comunicarse y plataformas para colaboración/intercambios prácticos concretos. Los participantes siguen siendo soberanos, contribuyen al esfuerzo común (o simplemente a proyectos específicos) y reciben beneficios que los hacen dispuestos a continuar”.

Es como si Beijing estuviera actuando como una especie de estrella brillante y luz guía.

En marcado contraste, lo que queda de la civilización occidental –ciertamente sin mucho que ver con Montaigne,

Pico della Mirandola o Schopenhauer – se sumerge cada vez más en un Corazón de las Tinieblas autoconstruido (sin la grandeza literaria de Conrad), confrontando la verdadera e irremediablemente horrible cara del individualismo conformista y servil.

Bienvenidos al Nuevo Medievalismo, precipitado por las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, como se argumenta en un brillante libro, Cosmopolitanismo chino , del académico Shuchen Xiang, profesor de Filosofía en la Universidad de Xidan.

Las “aplicaciones asesinas” del racismo occidental, escribe el profesor Xiang, son el miedo al cambio; la ontología del dualismo bivalente; la invención del «bárbaro» como el Otro racial; la metafísica del colonialismo; y la naturaleza insaciable de esta psicología racista. Todas estas “aplicaciones” están ahora explotando, en tiempo real, en Asia occidental. La consecuencia clave es que la construcción de “valores” occidentales ya ha perecido, enterrada bajo los escombros de Gaza.

Ahora, un rayo de luz: se puede argumentar –y volveremos a ello– que el cristianismo ortodoxo, el islam moderado y varias corrientes del taoísmo/confucianismo pueden abrazar el futuro como las tres principales civilizaciones de una humanidad limpia.

Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de Dossier Geopolitico

La Cadena de Radio Contineltal sección Tucuman FM 100.1 entrevistó al director de Dossier Geopolítico  Lic. Carlos Pereyra Mele sobre los desafíos de Política Exterior y del Sistema Mundo que deberá enfrentar el nuevo Presidente electo de Argentina Sr. Javier Milei 

AUDIO SUBIDO AL CANAL DE YOU TUBE DE DOSSIER GEOPOLITICO

Hace 22 años desde que volvimos a relanzar Dossier Geopolitico, y que venimos sosteniendo esta realidad (que es la única verdad) y que se relanza año a año, que describe el analista internacional Jorge Castro para Clarín Económico…y que a ello, solo se le contrapone una oleada de guerras híbridas periféricas fragmentadas y falsos informes y ataques ideológicos y frenos comerciales de la angloesfera decadente…las firmas multinacionales y transnacionales norteamericanas ovacionan al Presidente Ing. Xi Jinping en USA, porque saben muy bien dónde está el futuro…latinoamérica y los argentinos en especial tomaran nota o seguiran balbuceando eslóganes ridículos de la guerra fría que terminó en 1991 (hace 32 años) como “comunismo o socialismo”…No se si a los millennial, o la generación de cristal, a los -40, o los -30, etc., etc., y muchos otros argie todo esto le entra por un oído y le sale por el otro sin hacer ruido en su «cerebro» con estos datos durísimos para oxidente…pero de lo que si, se, que cada año el poder se irá concentrando y guiando por el mundo euroasiático-asia pacifico, lo demás es idiologismo demodé y falso…la realidad demuestra que no nos equivocamos en los tiempos que vendrían…EL FUTURO LLEGÓ !!!! Carlos Pereyra Mele Director de Dossier Geopolitico

Por JORGE CASTRO ANALISTA INTERNACIONAL

El presidente Xi Jinping señaló ante más de 300 empresarios de primera línea de EE.UU. después de entrevistarse con el Jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, entre los que se encontraban Tim Cook titular de Apple, la empresa número 1 de alta tecnología del mundo, Elon Musk propietario de Tesla, la mayor productora de vehículos eléctricos norteamericanos y la segunda de China, y Albert Bourla de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica del sistema global, que “…China es al mismo tiempo una economía gigantesca y un enorme mercado interno, y en ella 1.400 millones de chinos llevan a cabo un proceso de profunda modernización, que es una extraordinaria oportunidad que la República Popular ofrece al sistema mundial”. Hay que agregar que el Financial Times subraya que el mandatario chino fue recibido por una “ovación” por sus interlocutores norteamericanos.

Esto significa en términos cuantitativos que el ingreso per cápita de la población china asciende a US$12.600 anuales, y se duplica cada 10 años, lo que implica un alza de 8,1% anual; y el dato estratégico central de esta situación es que ya dispone de una clase media de 500 millones de personas con ingresos comparables a los norteamericanos (US$35.000/45.000 anuales), cuya capacidad de gasto ha desatado el mayor mercado de consumo del sistema global; y a la que la política de “modernización” a la que se refiere Xi Jinping equivale a la participación plena en la Cuarta Revolución Industrial (CRI) – que es el proceso de digitalización completa de la manufactura y los servicios -; y que hoy, con la denominación de “economía digital”, abarca 40% del PBI, y el gobierno chino aspira a cubrir 100% del producto en los próximos 10 años.

Esto ocurre en el país más digitalizado del sistema con 1.100 millones de usuarios de Internet, y donde el despliegue de la Internet móvil (“smartphones”) en la variedad 5-G alcanza ya a más de 700 millones de personas, y cuenta con una infraestructura de más de 50 millones de usinas desplegadas en todo el territorio de la República Popular.

Xi Jinping reiteró ante los empresarios que lo “ovacionaron” lo que sostuvo ante la Cumbre de la APEC (Cooperación Económica Asia Pacífico) que “…el mundo necesita que China y EE.UU trabajen juntos para un futuro mejor”, y subrayó que: “China está preparada y dispuesta para ser una socia y amiga de EE.UU.”.

Por eso el presidente Xi Jinping reiteró que la República Popular va “…a importar US$40 billones de bienes y servicios en los próximos 15 años”, en una relación de 3 a 1 respecto a sus exportaciones; y que su estrategia fundamental consiste en abrir cada vez más su economía, que es la segunda del mundo (US$19 billones /18% del PBI global), buscando atraer en gran escala al capital extranjero, ante todo a las grandes transnacionales norteamericanas, todas ellas representadas en el fervoroso auditorio de San Francisco.

La situación económica de China se puede resumir en los siguientes términos: las ventas al minorista crecieron 7,6% anual en octubre (5,5% por año el mes anterior), en tanto que el PBI industrial se expandió, medido en valor agregado, 4,6% anual en ese mismo periodo; y todo esto implica que el cuarto trimestre del año (que comienza en octubre) la República Popular se expandiría 5,5% anual, con lo que alcanzaría a 5% en el año, una recuperación significativa tras 3 años de pandemia y sus consecuencias.

Por eso este año la República Popular aportaría más de 30% al crecimiento de la economía global (EE.UU. aporta 15% de ese total).

Se da la situación paradójica de que el aporte de EE.UU., la mayor economía del mundo (US$26,4 billones/25% del PBI global) es inferior a la que provoca China; y esto se debe a que la República Popular es la principal socia comercial de 144 países en el mundo.

A partir de octubre, en suma, China experimenta un nítido proceso de recuperación; y ha dispuesto consolidarlo con una inversión adicional de más de 1 billón de yuanes (lo que equivale a US$596.560 millones) en bonos especiales del Tesoro.

La prioridad para la República Popular está centrada en el desarrollo de las nuevas industrias de alta tecnología, con el objetivo de acelerar la transición de la “economía digital” de modo de abarcar a la totalidad de su sistema productivo y de servicios.

Todo indica que la crisis de la etapa post-pandemia, en que la demanda doméstica cayó casi 10 puntos, ha quedado atrás definitivamente, y ahora se ha pasado a una fase de reestructuración de la economía, hasta lograr su plena conversión en una “economía digital” al nivel de la norteamericana.

Para el logro de este objetivo histórico el presidente Xi Jinping reclama el respaldo de los grandes empresarios estadounidenses, lo que ha conseguido notoriamente después de la noche en que lo “ovacionaron”, lo que constituye un signo inequívoco del carácter absolutamente integrado que ha adquirido el capitalismo del siglo XXI por el proceso de la revolución digitalizadora, y esto es sin duda lo decisivo.

fUENTE: https://www.clarin.com/economia/ovacion-empresarios-estadounidenses-xi-jinping_0_cHWwKaxvUL.html 

LAS POTENCIAS DEL MUNDO CONFRONTADAS EN SAN FRANCISCO. Frente a frente Xi Jinping y Biden. Se dan la mano, se saludan y después el presidente de Estados Unidos le dice dictador.

La APEC en USA atrajo también a Rusia, México, Perú, y decenas más. ¿Qué se dijeron? ¿Qué significan sus palabras? ¿Qué fue en secreto? ¿Qué movimientos veremos? Mientras se realizó la cumbre, las guerras en Ucrania y Gaza, qué. ¿Andrés Manuel López Obrador vio de reojo a la presidenta Dina Boluarte?

Master Class del Dr. Francisco Javier Martínez en el Programa: detrás de la Razón? que conduce el afamado periodista mexicano Roberto de la Madrid

¡¡ ARGENTINA ES HOY, OTRO ESCENARIO DE LA GUERRA DEL IMPERIO CONTRA EL NUEVO MUNDO MULTIPOLAR Y EL SUR GLOBAL !!

Nos lo dice el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, en referencia a las elecciones presidenciales que marcarán el futuro de los próximos 50 años de Argentina. Y resalta que este audio es su último esfuerzo para que los “argentinos confundidos” no se equivoquen. Y para que sepan las grandes diferencias entre el voto suicida a Milei o el voto positivo a la Argentina, a través de Sergio Massa. En un momento en que el mundo nos mira, y la historia nos señala el día y la hora de una decisión trascendental.

Entretanto, pide una vez más que no normalicemos, ni nos acostumbremos, a la dantesca matanza de palestinos a manos de Israel, expresando nuestra repugnancia y repudio y exigiendo un inmediato alto del fugo. Además de focalizar que este terrible genocidio le sirve a EEUU para soslayar y encubrir la catastrófica derrota en Ucrania y el desastre histórico y político que ha sido la figura de Zelenski

Luego, volviendo a Argentina, aborda las ridículas propuestas sobre política exterior del candidato Milei, que impone la ideología sobre el realismo, al despreciar a los BRICS y querer romper con China y Brasil -nuestros principales socios comerciales- y dejando las relaciones en manos privadas. Algo totalmente fuera del lugar, carente de lógica, de razón, de sentido común y de conocimiento. Ya que las reglas internacionales se imponen a través de los Estados, nunca a través de particulares ni de grupos empresariales privados.

Además, este personaje terriblemente analfabeto en política, quiere que seamos subordinarnos de EEUU y de sus aliados. Y hasta propone sustituir la moneda nacional por la de la potencia decadente. Un bloque dividido, sin recursos, con profundos quiebres internos y graves dificultades en sus interminables conflictos bélicos por el mundo. Por lo que todo lo de Miliei es un alegato de despropósitos, tan esperpénticos como nefastos, en lugar de una estratégica política exterior, estable y coherente con el interés nacional, más allá de quién ganare unas elecciones.

Y finaliza el audio, recordando que Argentina es -en estos momentos y por su situación geográfica y sus recursos- uno de los centros de la confrontación por la hegemonía mundial, por lo que apela al pragmatismo de nuestra política exterior, que permita primar los intereses nacionales al pivotar las buenas relaciones comerciales y políticas entre China, EEUU y resto de potencias, para propender la cooperación y el mantenimiento de la paz internacional, en beneficio de los pueblos que han estado sufriendo el tsunami del neoliberalismo.

Por lo que concluye con que hoy estamos ante el desafío crucial de elegir entre ser parte de LA MULTIPOLARIDAD DE LOS BRICS O LA DISGREGACIÓN NACIONAL.

Eduardo Bonugli (Madrid, 19/11/23)

Washington necesita ganar su guerra en Gaza contra Irán porque no logró ganar su guerra en Ucrania contra Rusia.

Por pepe Escobar en The Cradle

El Sur Global esperaba el amanecer de una nueva realidad árabe. 

Después de todo, las calles árabes -aún cuando están reprimidas en sus países de origen- han pulsado con protestas que expresan una furia feroz contra la masacre generalizada de palestinos en la Franja de Gaza por parte de Israel. 

Los líderes árabes se vieron obligados a tomar algún tipo de acción más allá de suspender algunas embajadas en Israel, y convocaron a una cumbre especial de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) para discutir la actual guerra israelí contra los niños palestinos. 

Representantes de 57 estados musulmanes se reunieron en Riad el 11 de noviembre para asestar un golpe serio y práctico a los practicantes y facilitadores del genocida. Pero al final no se les ofreció nada, ni siquiera consuelo.  

La declaración final de la OCI siempre estará consagrada en el Palacio Dorado de la Cobardía. Lo más destacado del espectáculo retórico de mal gusto: nos oponemos a la “autodefensa” de Israel; condenamos el ataque a Gaza; pedimos (¿a quién?) que no venda armas a Israel; solicitamos a la canguro CPI que «investigue» crímenes de guerra; Solicitamos una resolución de la ONU que condene a Israel.  

Para que conste, estos son los mejores 57 países de mayoría musulmana que podrían reunirse en respuesta a este genocidio del siglo XXI.  

La historia, incluso si está escrita por vencedores, tiende a ser implacable con los cobardes.

Los cuatro principales cobardes, en este caso, son Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos; los tres últimos normalizaron sus relaciones con Israel bajo la dura mano de Estados Unidos en 2020. Estos son los que bloquearon sistemáticamente la adopción de medidas serias en la cumbre de la OCI, como el proyecto de propuesta argelina para prohibir el petróleo a Israel, además de prohibir el uso del espacio aéreo árabe para entregar armas al Estado ocupante.

Egipto y Jordania, vasallos árabes desde hace mucho tiempo, tampoco se comprometieron, al igual que Sudán, que se encuentra en medio de una guerra civil. Turkiye, bajo el sultán Recep Tayyip Erdogan, demostró una vez más que todo son palabras y nada de acción; una parodia neo-otomana del tejano «todo sombrero, nada de ganado». 

¿BRICS o IMEC? 

Los cuatro principales cobardes merecen un poco de escrutinio. Bahréin es un humilde vasallo que alberga una rama clave del Imperio de Bases de Estados Unidos. Marruecos tiene estrechas relaciones con Tel Aviv: se vendió rápidamente después de la promesa israelí de reconocer el reclamo de Rabat sobre el Sáhara Occidental. Además, Marruecos depende en gran medida del turismo, principalmente del colectivo occidental.  

Luego tenemos a los peces gordos: Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ambos están repletos de armamento estadounidense y, al igual que Bahrein, también albergan bases militares estadounidenses. El príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MbS) y su antiguo mentor, el gobernante emiratí Mohammad bin Zayed (MbZ), sí tienen en cuenta la amenaza de revoluciones de color que arrasen sus dominios reales si se desvían demasiado del guión imperial aceptado.  

Pero en unas pocas semanas, a partir del 1 de enero de 2024, bajo la presidencia rusa, tanto Riad como Abu Dhabi ampliarán sus horizontes a lo grande al convertirse oficialmente en miembros de los 11 BRICS . 

Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos sólo fueron admitidos en los BRICS ampliados debido a cuidadosos cálculos geopolíticos y geoeconómicos de la asociación estratégica Rusia-China.

Junto con Irán (que tiene su propia asociación estratégica tanto con Rusia como con China), se supone que Riad y Abu Dhabi reforzarán la influencia energética de la esfera BRICS y serán actores clave, más adelante, en la campaña de desdolarización. cuyo objetivo final es evitar el petrodólar.  

Sin embargo, al mismo tiempo, Riad y Abu Dhabi también se beneficiarán inmensamente del plan no tan secreto de 1963 para construir el canal  Ben Gurion , desde el golfo de Aqaba hasta el Mediterráneo oriental, llegando -qué coincidencia- muy cerca. hasta el ahora devastado norte de Gaza. 

El canal permitiría a Israel convertirse en un centro clave de tránsito energético, desalojando al Canal de Suez de Egipto, y eso encaja muy bien con el papel de Israel como nodo clave de facto en el último capítulo de la Guerra de los Corredores Económicos: la India-India inventada por Estados Unidos  . Corredor Medio Oriente (IMEC) .

IMEC es un acrónimo bastante perverso, como lo es toda la lógica detrás de este fantástico corredor, que pretende posicionar a Israel, que infringe las leyes internacionales, como un centro comercial crítico e incluso proveedor de energía entre Europa, parte del mundo árabe y la India.  

Ésa fue también la lógica detrás de la farsa del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu en la ONU en septiembre, cuando mostró a toda la “comunidad internacional” un mapa del “Nuevo Medio Oriente” en el que Palestina había sido totalmente borrada. 

Todo lo anterior supone que se construirán los PIEM y el Canal Ben Gurión, lo cual no es algo que se pueda dar por sentado según ningún estándar realista.  

Volviendo a la votación en la OCI, las secuencias de Estados Unidos, Egipto y Jordania -dos países en las fronteras occidental y oriental de Israel, respectivamente- se encontraron en la posición más difícil de todas. El Estado ocupante deseaba empujar definitivamente a aproximadamente 4,5 millones de palestinos a sus fronteras. Pero El Cairo y Ammán, también inundados de armas estadounidenses y financieramente en bancarrota, nunca sobrevivirían a las sanciones estadounidenses si se inclinan de manera demasiado inaceptable hacia Palestina.

Así que, al final, demasiados Estados musulmanes que prefirieron la humillación a la rectitud pensaron en términos muy estrechos, pragmáticos y de interés nacional. La geopolítica es despiadada. Se trata de recursos naturales y mercados. Si no tienes uno, necesitas el otro, y si no tienes ninguno, un Hegemón dicta lo que puedes tener. 

Las calles árabes y musulmanes –y la Mayoría Global- pueden, con razón, sentirse abatidas cuando ven cómo estos “líderes” no están preparados para convertir el mundo islámico en un verdadero polo de poder dentro de la multipolaridad emergente. 

No sucedería de otra manera. Muchos estados árabes clave no son entidades soberanas. Todos están acorralados, víctimas de una mentalidad vasalla. No están preparados (todavía) para enfrentarse de cerca a la Historia. Y, lamentablemente, siguen siendo rehenes de su propio “siglo de humillación”.

El humillante golpe de gracia fue asestado nada menos que por el propio maníaco genocida de Tel Aviv: amenazó a todos en el mundo árabe si no se callaban, cosa que ya hicieron.

Por supuesto, hay valores árabes y musulmanes muy importantes en Irán, Siria, Palestina, Irak, Líbano y Yemen. Si bien no son mayoría de ninguna manera, estos actores de la Resistencia reflejan el sentimiento en la calle como ningún otro. Y con la guerra de Israel expandiéndose cada día, su influencia regional y global aumentará enormemente, tal como en todas las otras guerras regionales de la Hegemonía.

Estrangulando un nuevo siglo en la cuna 

La catastrófica debacle del Proyecto Ucrania y el resurgimiento de una guerra intratable en Asia occidental están profundamente entrelazados. 

Más allá de la niebla de la “preocupación” de Washington por el ataque genocida de Tel Aviv, el hecho crucial es que estamos justo en medio de una guerra contra los BRICS 11.      

El Imperio no hace estrategia; en el mejor de los casos, elabora planes de negocio tácticos sobre la marcha. Hay dos tácticas inmediatas en juego: una armada estadounidense desplegada  en el Mediterráneo oriental –en un esfuerzo fallido por intimidar a los gigantes del Eje de la Resistencia, Irán y Hezbolá– y una posible elección de Milei en Argentina ligada a su promesa declarada de romper. las relaciones entre Brasil y Argentina. 

Así que se trata de un ataque simultáneo contra los BRICS 11 en dos frentes: Asia occidental y América del Sur. No se escatimarán los esfuerzos estadounidenses para evitar que los BRICS 11 se acerquen a la OPEP+. Un objetivo clave es infundir miedo en Riad y Abu Dabi, como lo confirman fuentes empresariales del Golfo Pérsico.  

Incluso los líderes vasallos en la feria de la OCI habrían sido conscientes de que ahora estamos en lo más profundo de El Imperio Contraataca. Esto también explica en gran medida su cobardía. 

Sabe que para la hegemonía, la multipolaridad equivale a “caos”, la unipolaridad equivale a “orden” y los actores malignos equivalen a “autócratas”, como el nuevo “Eje del Mal” ruso-chino-iraní y cualquiera, especialmente los vasallos , que se oponga a la “orden internacional basada en reglas”. 

Y eso nos lleva a una historia de dos altos el fuego. Decenas de millones de personas de la Mayoría Global se preguntan por qué  el Hegemón está desesperado por un alto el fuego en Ucrania mientras se niega rotundamente a un alto el fuego en Palestina. 
El Proyecto de Congelación de Ucrania preserva el Fantasma de la Hegemonía un poco más. Supongamos que Moscú mordería el anzuelo (no lo hará). Pero para congelar a Ucrania en Europa, la Hegemonía necesitará una victoria israelí en Gaza -tal vez a cualquier precio- para mantener incluso un vestigio de su antigua gloria. 

¿Pero puede Israel lograr la victoria más que Ucrania? Es posible que Tel Aviv ya haya perdido la guerra el 7 de octubre, ya que nunca podrá recuperar su fachada de invencibilidad. Y si esto se transforma en una guerra regional que Israel pierde, Estados Unidos perderá de la noche a la mañana a sus vasallos árabes, que hoy tienen una opción china y rusa esperando entre bastidores. 

El rugido de la calle es cada vez más fuerte: exigen que la administración Biden, ahora vista como cómplice de Tel Aviv, detenga el genocidio israelí que puede conducir a una guerra mundial. Pero Washington no cumplirá. Las guerras en Europa y Asia occidental pueden ser su última oportunidad (la perderá) de subvertir el surgimiento de un siglo euroasiático próspero, conectado y pacífico.

Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente las de The Cradle.