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Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo   

Difícil tiempos atraviesa nuestro subcontinente Suramericano –En especial la intervención en Venezuela-,

Pero empezaremos a explicar que lo que ocurre en estos momentos es el desarrollo en nuestro continente de un conflicto del Nuevo Orden Mundial con un enfrentamiento entre EEUU y China-Rusia y que se vio claramente en lo ocurrido en Davos donde el Secretario de Estado de EEUU: Nike Pompeo -Dictamino la Muerte de la Globalización, como la conocemos-. Todo ello causó un revuelo entre los seguidores de esa línea que quedaron a la intemperie. Y por otro lado empezamos a ver el resurgimiento de los estados nacionales. Estos cambio de poder global se notan en la retirada de EEUU de algunas zonas y reforzar su mal llamado “patio trasero” (Pues américa latina, NO es patio trasero de nadie); con la aplicación de la doctrina Monroe -América para los  (norte)Americanos- y la de Nicolas Spykman -Impedir la Union Suramericana-; aplicando las herramientas de Gene Sharp (Lucha «pacifica») para derrocar gobiernos hostiles a los intereses de Washington (bajo la falacia de apoyar la “democracia” y la “libertad” por ellos entendida).

Sostenemos desde Dossier Geopolitico:

  • el Principio de la nacionalidades

  • La autodeterminación de los Pueblos “políticamente constituido”

  • Sostenemos una posición superadora para estos tiempos la de la “Tercera posición”

  • Y también consideramos que debe ser regla de nuestra Politica exterior: el Respeto, Unidad, Cooperación e integración entre los pueblos Suramericanos, las cuales nos debe regir como Norma. Y respetar a rajatabla la Doctrina Drago y Calvo -generadas por nuestra Diplomacia- y el de Neutralidad cuando está en juego a nivel mundial un enfrentamiento entre Potencias.

Listado del Top Ten de Naciones para el 2030 según los Tanques de Ideas Occidentales, lo que demuestra las luchas actuales:

  1. China

  2. India

  3. EEUU

  4. Indonesia

  5. Turquía

  6. Brasil

  7. Egipto

  8. Rusia

  9. Japón

  10. Alemania

AUDIO https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31845457_1.html?fbclid=IwAR1opyeSKUGRE-xLNZrbs9sPfP6165E4wLQLz_-j_5-XqmLWUIqg-8gl9PQ  

 

Por Miguel A. Barrios

Los hechos acaecidos en la República Bolivariana de Venezuela fueron de intensa novedad de una crisis que viene tomando dimensiones inéditas en algunos aspectos y queremos señalarlo expresamente. No vamos a quedar prisioneros de las limitaciones u obstáculos -según desde se mire- del gobierno de Nicolás Maduro y de la situación política, económica y social. Lo que quita que se trata de una variable fundamental del problema.

Tampoco nos estancaremos en los logros sociales del gobierno del Comandante Hugo Chávez, quién luego de su épica victoria del 7 de octubre de 2012 ya alerta sobre los riesgos de burocratización y corrupción que podía tener la revolución bolivariana y lo manifiesta en serias advertencias en sus discursos denominados «Giro de Timón» dos meses antes de su muerte. Mucho se tapó de estas profundas autocríticas de Chávez. En nuestro caso lo publicamos en mi libro «Hugo Chávez: pensamiento histórico y geopolítico». Tampoco de aquellos bien intencionados que creen que el porvenir de la Patria Grande por razones de fuerzas geopolíticas es caer bajo las garras del destino manifiesto.

Estas interpretaciones hoy, son reduccionistas del problema central que es de raíz geopolítica. Tampoco tenemos -porque conocemos Venezuela muy bien- la euforia estudiantil izquierdista de que el Comandante Hugo Chávez era el líder de una revolución proletaria socialista mundial. Todo estos engranajes conceptuales de conocidos analista tanto pro como anti, conducen a que no se comprenda el verdadero drama.

Simplificando, Venezuela es un país geopolíticamente latinoamericano-por sus vínculos con América central-, caribeño y suramericano. Siempre actuó en el Caribe y únicamente con Bolívar llegó hasta el Alto Perú-hoy Bolivia-.Es sintomático su retiro con Chávez del Pacto Andino.

Hugo Chávez es un hijo de la Academia Militar de Venezuela fundada por Bolívar en 1811 (la primera de América del Sur) que percibe a través de su formación geopolítica- (donde ha sido fundamental su profesor y Maestro, el general Jacinto Pérez Arcay, que aún vive) la necesidad de ir hacia Brasil y Argentina.

Y a través de Bolívar concibe que la integración en categoría bolivariana implicaba dar el paso hacia el sur en la cuenca del Plata. Y a consecuencia de ello, y de los gobiernos posconsenso de Washington de América del sur se consolida los anillos envolventes del Mercosur, ALBA, Unasur y CELAC en el itinerario integracionista.

Este militar típicamente nacionalista iberoamericano se convierte en un geopolítico militante de la idea geopolítica de Juan Domingo Perón del continentalismo suramericano o Estados Unidos del Sur, que tiene sus antecedentes en Bolívar, San Martín, Ugarte, Perón y Vargas.

El continentalismo que no es ni más ni menos que la Patria Grande de Ugarte, del documento de Puebla y de las que nos habla el Papa Francisco, es el único camino para la liberación social y nacional. Todo lo demás es secundario. Es inentendible la crisis geopolítica de Venezuela sin observar que es la frontera real con los EEUU, que el mar Caribe es norteamericano y que la confrontación geopolítica mundial en el Asia Pacífico con China y Rusia e Irán-donde está perdiendo en Medio Oriente en Siria- lo obligan a crear una Siria suramericana en América del sur para quebrar el continentalismo y apoderarse definitivamente de nuestros recursos naturales.

Por lo tanto no pasa por discutir por Maduro, el presidente ilegítimo, la crisis social que existe ni los aspectos jurídicos de la Constitución en función de la hipocresía de la nueva OEA ,que es el grupo de Lima. Pasa por llamar a una conferencia internacional urgente de paz -buscar los mecanismos- y evitar una guerra civil entre hermanos, y por sobre todo poner en evidencia a nivel del derecho internacional, que EEUU no puede designar un presidente encargado. Se está pretendiendo crear una doctrina de injerencia que hoy se llama Venezuela y mañana puede ser Triple Frontera.

Es el nivel más audaz a que ha llegado la nueva doctrina Monroe, de convertirse en una fuerza militar- América del sur está militarizada- y derribarnos definitivamente. Y repetimos existe un elevado nivel de militarización de América del sur o norteamericanización. Una fragmentación de Venezuela sumado a muertes es el camino de desguazamiento absoluto de la Amazonía. Por eso el ejército de Brasil pone reservas ante Bolsonaro.

La irresponsabilidad de Macri de alinearnos en una guerra de balcanización posible es total, desconociendo la doctrina Calvo y Drago.

Y nos llama la atención el profundo silencio de los internacionalistas pero peor aún, de la mayoría de los dirigentes pejotistas, que juegan a ganador especulando y no saliendo a defender el leiv motiv de Perón: el continentalismo para la soberanía de América del sur. Aquí está el centro de la cuestión y la fortaleza del legado de Perón y Chávez.

Doctor en Ciencia Política de la Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina, Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Tecnológica Intercontinental de Asunción del Paraguay y Director Académico del Diplomado Internacional «Experto en Política y Gestión de la Seguridad» del Instituto Universitario Sudamericano en Montevideo, Uruguay. Es autor de libros reconocidos de Defensa y Seguridad.Ha dictado y dicta seminarios,cursos y conferencias en academias militares y policiales de América del Sur.

MIGUEL ÁNGEL BARRIOS

Dr en Educación

Dr en Ciencia Política

DOSSIER GEOPOLITICO (DG), ante la grave situación que afecta a la Paz y Seguridad de nuestro Continente Suramericano, que es nuestro lugar espacial en el mundo. Difunde estas  posiciones de dos colaboradores de DG: Antonio M. Mitre y Carlos Pissolito, con las que concordamos el grupo DG. Argentina, 25/1/2019. Carlos Pereyra Mele Director DG

VENEZUELA I:
Con relación a lo que está sucediendo en la República Hermana de Venezuela quiero sentar mi posición de aquí en más para  los diversos artículos de opinión y noticias que les haga llegar por redes sociales y por el Sitio Oficial de Dossier Geopolitico. Me sostengo ideológicamente en la Doctrina Justicialista que en Política Exterior se guía por el Principio de las Nacionalidades, y sostiene la autodeterminación de los pueblos políticamente constituidos y postula una Tercera Posición que supere al capitalismo demoliberal y al comunismo marxista ( que algunos creían que estaba «demodé» y que hoy tiene más vigencia que nunca). Sostengo a rajatabla los principios, de Soberanía, Integridad Territorial de las Naciones y de no Intervención en sus Asuntos Internos.

Siendo la Soberanía un valor fundamental, que es la diversidad que los pueblos pueden aportar a la construcción de una integracion mundial Justa y Solidaria: el «universalismo».

Sostenemos el principio de Respeto, Unidad, Cooperacion e Integracion entre los Pueblos Suramericanos, que por su lengua, creencias e historia comunes son integrantes de un espacio común, la Patria Grande, que es nuestra responsabilidad construir políticamente y por la que lucharon San Martin, Bolívar y Peron.

Nos oponemos al clásico e histórico principio de intervención de los EEUU en los asuntos internos de otros países ( y la coreografía de amanuenses que lo siguen), con una versión revisada para el siglo XXI de la Doctrina Monroe -América, para los NorteAmericanos-, porque profundiza las divisiones internas de los pueblos y facilita su dominación.

En estos momentos los EEUU tratan de aplicar en Venezuela el mismo guión que en Libia y Siria, para destruir la matriz institucional y social del país, ahondar sus divisiones internas, profundizar los enfrentamientos y llevarlos a un estadio de guerra civil ( con participaciones externas) – con la herramienta de una OEA militarizada-, producir migraciones y apoderarse y controlar los recursos naturales ( petróleo, minerales). Fogoneando hasta llegar si lo consideran necesario a una Guerra Civil o con una eventual intervención militar que va a ser catastrófica no sólo para Venezuela, sino también para el subcontinente. Caso Triple Frontera.

Aca no se trata de estar en contra o a favor de Maduro, sino de defender a Venezuela, su Identidad e Independencia de las garras del imperio, porque de ese modo defendemos nuestra propia identidad e independencia.

Por eso los países de la región no deben tomar partido por una u otra de las partes, sino que tienen que conformar un Grupo con todos los países de la región ( que contenga todas las diversidades políticas) que actúe como un mediador de buena voluntad entre todas las partes enfrentadas en Venezuela para encontrar una salida pacífica, ya que lamentablemente la UNASUR ha dejado de existir -por imposición del hegemón en decadencia,a través de sus gobiernos dóciles a esa política.

Porque de la solución pacífica de la crisis venezolana depende mucho la estabilidad continental y nuestro futuro.

Córdoba 25/1/2019

Dr. Antonio Merched Mitre Colaborador de DG

Carlos Pereyra Mele Director de DG

Venezuela II

PORQUE la ARGENTINA NO DEBE INTERVENIR en el CASO de VENEZUELA.

Por Carlos Pissolito (*)

Para el realismo en las RRII los actores principales son los Estados Nacionales, surgidos como tales tras la Paz de Westfalia, hace unos 300 años.

Para los idealistas, ya sea en su versión socialista o liberal, por sobre los Estados hay entidades superiores. Para los primeros, la clase obrera, para los segundos la Democracia y el Mercado.

A los efectos, tras la 2da GM se creó la ONU. Su Consejo de Seguridad, integrado por EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia es quien adopta las resoluciones relacionadas con la paz y la seguridad mundial.

Pocas veces se han puesto de acuerdo. Ya que los socialistas (Rusia y China) vetan a los liberales (EEUU, GB y Francia) y viceversa.

La Argentina, que no es una potencia, pero que supo ser un país orgulloso de su independencia. Consagró el principio de la injerencia en asuntos internos de otros Estados.

Concretamente, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, Drago que era canciller. condenó el uso de la fuerza por parte de GB, Alemania e Italia contra Venezuela por el cobro de una deuda.

Hoy, Venezuela es el escenario de la confrontación entre los EEUU contra la presencia de China y de Rusia en la región.

La Democracia funcionan como una excusa. Si fuera cierto por qué no hacerlo contra la misma China que no tiene elecciones. Lo mismo con los DDHH, porque no hacerlo contra Arabia Saudita que no los respeta.

Como lo dicen ellos mismos: «business are business». Es el mercado el que manda.

Entonces, como argentinos deberíamos preguntarnos dónde está nuestro negocio. O si, simplemente, hemos dejado de ser lo que solíamos ser.

Coronel (R) Ejército Argentino: Lic. en Estrategia y Organización y Postgrado en Defensa en el Institute of World Politics de los EEUU. Fue agregado militar adjunto en los EEUU y director del Centro Argentino para el Entrenamiento de Operaciones de Paz. Dicta conferencias internacionales en manejo de crisis complejas y de reforma del sector Defensa y Seguridad. Es autor de varios libros y de numerosos artículos sobre estos temas.

Mendoza, 25/1/2019

(*) Cnel (R) Carlos Pissolito Colaborador de DG

Kazajstán, que se encuentra en el centro de la integración euroasiática, es una combinación de privatización y proteccionismo, donde el fondo de bienestar estatal está tratando de reducir la dominación estatal en algunas industrias y proteger a otras.

Kazajstán se encuentra en el corazón del Gran Juego del siglo XXI, que trata de la interconectividad y la integración de Eurasia. Astana es miembro tanto de New Silk Roads, o de la Iniciativa Belt and Road, como de la Unión Económica de Eurasia, dirigida por China.

Kazajstán, la «economía del leopardo de las nieves», según la marca del presidente Nursultan Nazarbayev en la última década, no podría ser más euroasiática, sus estepas sin litoral se entrecruzan en un 60% de la carga ferroviaria de China a Europa.

El país también funciona como una especie de central eléctrica masiva para las Nuevas Carreteras de Seda, rebosante de petróleo y gas, pero también invierte significativamente en energía solar, eólica y nuclear.

Astana es el único centro financiero entre Moscú y Pekín, que cuenta con el Centro Financiero Internacional de Astana, donde la Bolsa de Valores de Shanghai es un importante inversor y los bancos y empresas chinos están en la lista.

También está en juego una combinación fascinante de privatización y proteccionismo.

Samruk Kazyna, el fondo nacional de bienestar kazajo, está tratando de reducir la participación del gobierno en la economía, que va desde la energía a la banca, del 90% al 20%, incluso cuando Astana ha dejado claro que algunos productos e industrias estratégicos están cerrados para Inversión extranjera, especialmente china.

Con todo eso como fondo, es más que natural que el estado único de la encrucijada euroasiática de Kazajstán se haya discutido en detalle en el Club Astana [1] .

Su informe de 2018, ‘Hacia una gran Eurasia: ¿Cómo construir un futuro común?’ , se centra en todo, desde la geoeconomía y el renacimiento de Asia Central hasta los riesgos geopolíticos y de seguridad. De particular interés es un nuevo informe sobre los riesgos globales que se avecinan para Eurasia [2].

El Davos Eurasiático

Existe un consenso casi universal en todo el Sur global, incluidas las latitudes clave de Eurasia, de que en una nueva matriz geopolítica extremadamente compleja y emergente, la globalización tal como la conocíamos ya «ya no es un bien universal», dado que los estados se enfrentan con fuerza al aumento de proteccionismo. También hay mucho debate sobre cómo se mezclará el decreciente «orden liberal occidental», junto con la consolidación de la Cuarta Revolución Industrial.

Estas preocupaciones son discutidas no solo por las élites occidentales que se reunieron en Davos esta semana. Ha sido un tema recurrente estudiado por el Instituto de Economía y Política Mundial en Astana, que opera bajo el presidente Nazarbayev.

Con la asistencia del Grupo de Socios de Estrategia Internacional, el Instituto realizó una encuesta entre 1.000 ejecutivos en 60 países, más 30 expertos internacionales para descubrir cómo Eurasia puede anticipar los desafíos extremos del Nuevo Gran Juego, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el El impasse geopolítico y nuclear de Estados Unidos y Rusia, el cambiante tablero de ajedrez en el suroeste de Asia: lo que Occidente llama Oriente Medio, el aumento de los conflictos étnicos y religiosos, la marcha inexorable de la tecnología de punta y la degradación atroz del medio ambiente.

Según la encuesta, el riesgo número uno para Eurasia se consideró la escalada de la confrontación militar y política entre Estados Unidos y China, seguida de cerca por la confrontación entre Rusia y Occidente. El conflicto con mayor probabilidad de exacerbarse es el de Estados Unidos e Irán. Mientras tanto, el proteccionismo fue la preocupación clave para el 56% de los encuestados.

Se pueden plantear preguntas serias sobre la relevancia de algunos de los expertos destacados en el informe final. Aún así, hay algunos análisis de sonido. Evgeny Buzhinsky, vicepresidente del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, destacó cómo una mayor escalada del juego de alto riesgo entre Estados Unidos y Rusia podría “conducir a una confrontación armada no solo con el uso de medios convencionales de destrucción, sino también a un conflicto nuclear «.

Buzhinsky también trató de dejar en claro que su país no iniciará una carrera de armamentos, diciendo que Rusia se adhiere firmemente al principio de «suficiencia razonable».

El modo multivector.

El informe de Astana muestra con cierto detalle los “primeros síntomas de una crisis de las instituciones globales”. Sin embargo, paralelamente, hay una tendencia en algunas latitudes occidentales a interpretar la crisis como un resultado derivado del surgimiento de lo que podría describirse como imperialismo asiático.

Turcos apasionados por el Imperio Otomano, como el ex Ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu, pueden haber soñado con volver a atar con ciudadanos de «Sarajevo a Damasco, de Benghazi a Erzurum», pero no tanto en el espíritu de un viaje reciente y encantador. Libro revisitando las latitudes imperiales.

La debacle de Siria ha demostrado que el proyecto de expansión del presidente Erdogan tendrá que ser sustancialmente controlado, ya que debe encajar con el alcance geopolítico de otro antiguo imperio, Rusia, así como una reacción violenta del mundo árabe. No hay una forma neo-otomana cuando Egipto, Irak, Jordania, Líbano y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros, ahora están a favor de arreglar su antigua relación fracturada con Damasco.

Se puede argumentar que Erdogan puede apuntar hacia una nueva marca de eurasianismo, al igual que los intelectuales rusos han evolucionado el concepto de Gran Eurasia , donde la noción de Russkii Mir (el mundo ruso) se expande de manera inclusiva, geoeconómica y geopolítica. , y no como forma de dominación .

Después de todo, Rusia es una civilización supranacional de facto, no un mero estado-nación, al igual que China es un «estado de civilización» de facto. La cultura rusa reina en toda Asia Central, donde la lengua franca es la rusa, también fundamental en las redes sociales.

Erdogan podría hacer lo mismo y propugnar una noción similar e inclusiva que incorpore a todos los pueblos de habla turca en Asia Central.

En pocas palabras, las comparaciones con la víspera de la Primera Guerra Mundial, en lo que respecta a Eurasia, son prematuras. Las discusiones en Astana muestran que el camino a seguir es multivector, multicultural y multipolar.

Por PEPE ESCOBAR Enero 22/2019

Fuentes:

How Astana is leading the way in Central Asia

http://www.atimes.com/article/how-astana-is-leading-the-way-in-central-asia/?utm_source=The+Daily+Report&utm_campaign=3a43ad48f5-EMAIL_CAMPAIGN_2019_01_22_12_35&utm_medium=email&utm_term=0_1f8bca137f-3a43ad48f5-31626501

 

[1] Club Astana

https://astanaclub.kz/#/2018/

 

[2] Informe sobre los riesgos globales que se avecinan para Eurasia

https://eurasiarisks2019.astanaclub.kz/downloads/Book_210_297_en.pdf

 

Análisis semanal de Geopolitica por Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo      

Primer análisis Radial Geopolítico de las tendencias globales en este 2019.
Camino a cerrar el primer cuarto de este Siglo XXI.
Y las proyecciones posibles

Lic. Carlos Pereyra Mele
Director de DG

AUDIO: https://ar.ivoox.com/es/columna-geopolitica-carlos-pereyra-mele-club-de-audios-mp3_rf_31276558_1.html?fbclid=IwAR1IlHp_mdolgqs8hR1JRAGIdqWA5XCKOFvaAxlLWX8TkNcX-J5WDAkhzo4

 

Nota: Visión Eurocentrista

A medida que Estados Unidos deja de liderar el orden internacional, cada vez más países tratan de reforzar su influencia mediante la intromisión en conflictos de otros Estados. En esta nueva era de puesta a prueba de los límites, el presidente de International Crisis Group, Robert Malley, enumera las 10 guerras de las que hay que estar pendientes en 2019.

En un mundo con menos reglas, la única verdadera es saber cuánto es posible hacer sin pagar un precio por ello. Y la respuesta en el mundo de hoy es: mucho.

A medida que se desvanece la hegemonía indiscutible de Estados Unidos, el orden internacional sufre convulsión tras convulsión. Cada vez hay más dirigentes que sienten la tentación de poner a prueba los límites, se disputan el poder y tratan de reforzar su influencia —o disminuir la de sus rivales— entrometiéndose en conflictos de otros Estados. El multilateralismo y sus mecanismos de contención sufren el acoso y el cuestionamiento que representa una política más transaccional y de suma cero. Los instrumentos de acción colectiva, como el Consejo de Seguridad de la ONU, están paralizados; los de responsabilidad colectiva, como la Corte Penal Internacional, son ignorados y despreciados.

La nostalgia puede ser ilusoria. Pintar un retrato demasiado favorable de la era de la hegemonía occidental sería engañoso. El uso de armas químicas por parte de Irak contra Irán en los años 80; las matanzas de los 90 en Bosnia, Ruanda y Somalia; las guerras de Afganistán e Irak tras el 11-S; la brutal campaña de Sri Lanka contra los tamiles en 2009 y la caída de Libia y Sudán del Sur ocurrieron en una época —y a veces debido a— de dominio estadounidense y un Occidente razonablemente coherente. Un orden liberal y teóricamente basado en ciertas reglas no impidió que los que habían establecido esas normas se las saltaran cuando les parecía. En otras palabras, la erosión de la influencia occidental se ve distinta desde Moscú, Pekín y el sur del planeta que desde Bruselas, Londres y Washington.

Aun así, para bien o para mal, durante años, el poder de Estados Unidos y sus alianzas fueron determinantes en los asuntos internacionales, fijaron los límites y estructuraron los órdenes regionales. Ahora, con el declive de la influencia de Occidente, acelerado por el desprecio del presidente Donald Trump hacia sus aliados tradicionales y los problemas de Europa con el Brexit y los nacionalismos, los líderes de todo el mundo están empezando a probar y tantear hasta dónde pueden salirse con la suya.

Muchos de esos líderes, en la política interior de sus respectivos países, adoptan una mezcla nefasta de nacionalismo y autoritarismo. La mezcla varía según los lugares, pero suele incluir el rechazo a las instituciones y las normas internacionales. La crítica de un orden mundial injusto no tiene nada de nuevo. Ahora bien, si antes esa crítica solía tener su origen en la solidaridad internacional, hoy procede sobre todo de un populismo egocéntrico que ensalza la identidad social y política en sentido estricto, denigra a las minorías y los inmigrantes, ataca el Estado de derecho y la independencia de la prensa y eleva la soberanía nacional por encima de todo lo demás.

Trump es quizá el ejemplo más visible, pero no el más extremo, ni mucho menos. El viento sopla en todo el mundo a favor de los gobernantes autoritarios. Están dándose cuenta, a veces para su asombro, de que los mecanismos de contención están derrumbándose, y su forma de comportarse como consecuencia de ello alimenta a menudo los actos de violencia y las crisis. La expulsión en masa de 700.000 rohingyas en Myanmar, la brutal represión de una revuelta popular por parte del régimen sirio, la obvia determinación del Gobierno de Camerún de aplastar una rebelión anglófona en lugar de abordar los motivos de queja que la provocaron, la guerra económica del Gobierno venezolano contra su propio pueblo y el silenciamiento de la disidencia en Turquía, Egipto y otros países, no son más que unos cuantos ejemplos. Todos ellos motivados, en parte, por lo que los gobernantes consideran una luz naranja donde antes había una luz inequívocamente roja.

Estos líderes también ponen a prueba las normas más allá de sus fronteras. Después de anexionarse partes de Georgia y Crimea y fomentar la violencia separatista en la región del Donbas en Ucrania, ahora Rusia está haciéndose notar en el Mar de Azov, envenenando a disidentes en Reino Unido y socavando las democracias occidentales mediante la guerra cibernética. China impide la libertad de navegación en el Mar del Sur de China y detiene de forma arbitraria a ciudadanos canadienses, incluido Michael Kovrig, de International Crisis Group. Arabia Saudí ha traspasado los límites con la guerra en Yemen, el secuestro de un primer ministro libanés y el repugnante asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en su consulado en Estambul. Irán planea atentados contra disidentes en territorio europeo. Israel se atreve a sabotear de forma cada vez más sistemática las bases para una posible solución de dos Estados.

Estas acciones no son nuevas ni tienen la misma dimensión. Pero sí son más audaces y descaradas. Y todas tienen una cosa en común: parten del supuesto de que infringir las normas internacionales tiene pocas consecuencias.

El Gobierno estadounidense no ha sido un espectador inocente. El desprecio de Trump hacia los derechos humanos y su afición a la diplomacia transaccional han marcado un tono asombrosamente negativo, igual que su incumplimiento de los compromisos internacionales de Estados Unidos: rompe el acuerdo nuclear con Irán y, peor aún, amenaza con imponer sanciones económicas a los que decidan respetarlo; da a entender que abandonará el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio si no se cumplen las demandas de Estados Unidos, en vez de trabajar desde dentro para obligar a Rusia a cumplir sus obligaciones; y señala, con sus críticas a la Corte Penal Internacional y sus discursos arrogantes sobre la soberanía, que ni Estados Unidos ni sus amigos tienen por qué rendir cuentas de sus actos.

El peligro de la batalla campal actual no se limita a la violencia que ya ha generado. El mayor peligro es el de cometer errores de cálculo. Si un líder convencido de que es impune se extralimita, puede provocar una reacción inesperada de otro y un sucesivo toma y daca que muy bien puede escalar si no existe una tercera potencia creíble y dispuesta a desempeñar el papel de árbitro.

Por supuesto, no todo el mundo se sale siempre con la suya. Parecía que Bangladesh iba a devolver por la fuerza a algunos refugiados rohingyas a Myanmar pero se detuvo, seguramente debido a las presiones internacionales. La temida reconquista de Idlib, el último bastión rebelde en Siria, bajo los auspicios de Rusia, se ha evitado por ahora, en gran parte gracias a las objeciones turcas, europeas y norteamericanas. Lo mismo ocurre (también por ahora) con una posible ofensiva encabezada por los saudíes contra el puerto yemení de Hodeida: a Riad y Abu Dabi les han impedido actuar en gran parte las advertencias sobre las repercusiones humanitarias y el deterioro de su prestigio internacional.

En otros países, dirigentes que preveían poder actuar con impunidad se han sorprendido al ver la gravedad de las reacciones: por ejemplo, el presidente ruso Vladimir Putin ante las duras sanciones y la muestra de unidad y determinación de las potencias occidentales después de la anexión de Crimea y el asesinato de un antiguo agente en suelo británico, o el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman ante la indignación desatada por el asesinato de Khashoggi.

Sin embargo, en general, es difícil no tener la sensación de que estas son las excepciones que prueban la ausencia de reglas. El orden internacional que conocemos está descomponiéndose, y no está nada claro qué vendrá a sustituirlo. Es muy posible que el riesgo resida, más que en el destino final, en el proceso hasta llegar allí. Tal y como ilustra con creces la lista de 10 guerras de las que conviene estar pendientes en 2019, va a ser un camino accidentado y peligroso.

Fuente: https://www.esglobal.org/las-guerras-de-2019/

*Juan Martin González Cabañas / analista junior en dossiergeopolitico.com

«El entorno geopolítico es el más peligroso que ha existido en décadas«.

Esa es la línea de apertura del informe “Top Risks 2019” de la consultora Eurasia Group, una firma de consultoría y análisis de riesgo político cuyos clientes incluyen importantes instituciones financieras globales y corporaciones multinacionales.

El mayor riesgo, según el informe del Eurasia Group, no es que 2019 sea el año en que el mundo como lo conocemos se desmorone, aunque eso es posible si por ejemplo los chinos y los estadounidenses entran en una guerra comercial que causa una profunda recesión, entre otros eventos factibles de suceder, pero lo más riesgoso es la configuración que tomara este reordenamiento mundial y la incertidumbre que generan ciertas variables.

El informe sostiene que:

  • «Las alianzas de Estados Unidos en todos lados se están debilitando”                                               
  • «El gobierno de Trump considera que las alianzas son corsés que restringen la capacidad de los EE. UU. Para perseguir sus intereses. Esto crea oportunidades para otros líderes mundiales como el chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin”.
  • Esta tendencia populista / nacionalista que representan Trump y otros líderes se está «volviendo más radicalizada a medida que un número creciente de trabajadores en todo el mundo pierden sus empleos en la automatización y no tienen la educación, capacitación o habilidades para encontrar un nuevo empleo. «
  • “Estas tendencias polarizantes se están explotando políticamente en todo el mundo industrial avanzado y en los mercados emergentes más ricos… y junto con el conflicto entre EE. UU. Y China se intensificarán con la próxima recesión económica mundial»

Top 10 riesgos geopolíticos principales del 2019 según la consultora Eurasia Group

1. Las Semillas de la tormenta: riesgos como “el cambio climático, pero en la esfera geopolítica”. Incluyen las relaciones entre Estados Unidos y China; la fragmentación de Europa, incluido el Brexit; las fuerzas decrecientes de las alianzas e instituciones mundiales como la UE, el G20, el G7 y la OMC.»Más del 90%» de los eventos geopolíticos en desarrollo mas relevantes y que el Eurasia Group sigue ahora “van en dirección de colisión».

2. Estados Unidos y China. El Eurasia Group no está «confiado» en que los desacuerdos comerciales y económicos entre las dos economías más grandes del mundo «se resolverán pronto».
Incluso si se alcanza un acuerdo sobre las tarifas, la fricción económica se mantendrá entre las dos mayores potencias: Estados Unidos querrá que sus compañías reduzcan la dependencia de los aportes de China y las transferencias en el sector de alta tecnología y China tomará represalias. Las posibilidades de una confrontación militar accidental aumentarán.
Hace un tiempo, en Washington y Beijing, se consideraba que la mejor manera de manejar su futura rivalidad era tratar de mantener la relación lo más amigable posible, durante el mayor tiempo posible. Eso ha cambiado, especialmente en los EE. UU. que ha adoptado un enfoque abiertamente de confrontación con China en la administración Trump, lo que ha desatado una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo. Se espera más discordia en los ámbitos tecnológico, económico y militar

3. Los “ciber guantes” se podrían desenfundar. El 2019 podría ser un punto de inflexión para la ciberseguridad a medida que EE.UU se vuelva más agresivo, participando potencialmente en ataques cibernéticos “preventivos” y permitiendo que actores privados tomen represalias por ciberataques. Tal agresividad es poco probable de funcionar porque esos actores tienen menos que perder al pasar a la ofensiva y otras naciones aumentar la apuesta contra EE.UU.
Este año es probable que sea un punto de inflexión en la competencia cibernética. Por primera vez, EE. UU. Realizará un esfuerzo serio para establecer una disuasión real al proyectar su poder cibernético de manera mucho más asertiva.

4. “Populismo europeo y Brexit”. El 2019 podría ser el año en que los “populistas” ganen más poder, erosionando la Unión Europea desde adentro. Se espera la llegada en las elecciones de más euroescépticos desde la derecha y desde la izquierda al parlamento europeo que en última instancia podría “socavar la cohesión de la Comisión Europea” y la habilidad de la UE de rescatar a miembros en crisis económicas.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, casi no tiene oportunidad de aprobar su impopular acuerdo de retiro cuando lo someta a votación. Eso promete un 2019 muy desordenado en Europa. Tres años después del referéndum, casi cualquier resultado de Brexit sigue siendo posible.

5. Los EE.UU en casa. Se vivirá un clima de volatilidad política excepcionalmente alto debido a una creciente confrontación entre Trump y una Cámara de Representantes demócrata que repercute en los mercados.

6. El invierno en la innovación. Se predice una reducción del capital financiero y humano disponible para impulsar el desarrollo tecnológico. Se señala como causa a tres factores: las preocupaciones sobre seguridad de los estados líderes para reducir su exposición a proveedores extranjeros; las preocupaciones sobre la privacidad que hacen que los gobiernos regulen más estrechamente la forma en que se pueden utilizar los datos de sus ciudadanos; y las preocupaciones económicas que llevan a los países a poner barreras para proteger a sus nuevos campeones tecnológicos.

7. La “coalición de los no dispuestos” La elección de Trump fue un golpe para el compromiso de Washington de proteger un orden mundial liderado por Estados Unidos durante décadas. Desde entonces, Trump ha reunido a algunos compañeros de ruta, una coalición de líderes mundiales que no están dispuestos a defender esos principios, y algunos incluso se empeñan en derribar ese sistema.

8. México Los ambiciosos planes económicos y sociales de AMLO podrían chocar con su capacidad fiscal. Su gestión en seguridad será un verdadero desafío.

9. Ucrania “La interferencia rusa en las elecciones parlamentarias y presidenciales, ya sea para apoyar o socavar a candidatos es una certeza”, lo que implicaría mas sanciones por parte de la UE y EE, UU. Los gobiernos ruso y ucraniano no se retiraran de sus posiciones del Mar de Azov, en el estrecho de Kerch o territorios cercanos, aumentándose la posibilidad de incidentes militares. La clase dirigente rusa ve a Ucrania como un territorio vital en su zona de influencia y perímetro de seguridad.

10. Nigeria El país más poblado de África y el mercado más importante del continente tendrá sus elecciones más disputadas desde el retorno de la democracia en 1999. esto inclusive podría significar una crisis política, en un ambiente polarizado y una gran incertidumbre en un mercado critico.
Uno de los candidatos es el presidente Muhammadu Buhari, un líder anciano y enfermo que carece de energía, creatividad o conocimientos políticos para mover significativamente la aguja a los problemas más difíciles de Nigeria. El otro es el ex vicepresidente Atiku Abubakar, perseguido durante mucho tiempo por las denuncias de corrupción.

Acompaño el informe elaborado por la ESADEGeo la institucion donde Curse sobre Gobernaza Mundial y Geopolitica, Carlos Pereyra Mele

Texto finalizado el 18 de diciembre de 2018. Esta Nota Internacional es el resultado de una reflexión colectiva por parte del equipo de investigación de CIDOB en colaboración con ESADEgeo. Coordinada y editada por Eduard Soler i Lecha, se ha beneficiado de las contribuciones de Hannah Abdullah, Dídac Amat, Anna Ayuso, Jordi Bacaria, Moussa Bourekba, Victor Campdelacreu, Ignasi Camí, Carmen Claudín, Carme Colomina, Anna Estrada, Francesc Fàbregues, Oriol Farrés, Agustí Fernández de Losada, Blanca Garcés, Eva Garcia, Francis Ghilès, Sean Golden, Josep Maria Lloveras, Óscar Mateos, Sergio Maydeu, Pol Morillas, Yolanda Onghena, Francesco Pasetti, Enrique Rueda, Olatz Ribera, Jordi Quero, Cristina Sala, Elena Sánchez, Héctor Sánchez, Ángel Saz, Antoni Segura, Cristina Serrano, Marie Vandendriessche, Lorenzo Vidal y Eckart Woertz. 

En 2019 van a ponerse las cartas sobre la mesa. Hay mucho en juego: el futuro de las instituciones del orden internacional, la democracia, la dignidad y también los derechos sociales y laborales, que muchas sociedades consideraban adquiridos o se daban por descontados. Veremos cuán potente es la ofensiva para erosionar estos principios pero también cuán ágil y creativa es la capacidad de resistencia. En esta pugna surgirán oportunidades. Son viejos combates pero con protagonistas renovados e ideas nuevas. Será una partida a varios niveles: entre las principales potencias, entre distintas concepciones del orden internacional y también entre distintas ideas de sociedad. Este tercer choque adquirirá mayor relevancia si, frente a todos aquellos que propugnen el repliegue, la mano dura y el mirar por uno mismo, se consolidan formas de resistencia positiva entre cuyos protagonistas encontraremos al feminismo como gran fuerza transformadora, al activismo digital y a unos espacios urbanos orgullosos de sus sociedades abiertas, diversas y conectadas. La partida no terminará en 2019 pero sí será un momento de toma de posiciones, de definición de alianzas y estrategias. La relevancia de este año no estará determinada por el resultado final de este enfrentamiento sino por la constatación de que lo que está en juego son elementos básicos del progreso global. En 2019 volvemos a lo básico. 

 1.      Las reglas del juego: multilateralismo y polaridad

Desde que Donald Trump tomó posesión, Estados Unidos ha ido menoscabando el multilateralismo. En 2018 los norteamericanos cortaron la financiación de la UNRWA (la agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos), abandonaron las negociaciones para el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, se retiraron del acuerdo nuclear con Irán (conocido por las siglas JCPOA), del Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) que se firmó en 1987 con la Unión Soviética y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Nada indica que esta tendencia vaya a revertirse en 2019. Es más, algunos países pueden seguir sus pasos, por sintonía con la política exterior de Trump, o porque se sientan mal representados en estos marcos multilaterales y consideren que su cuestionamiento es ahora más aceptable que en el pasado. Los anuncios a finales de 2018 de que Brasil rechaza la presidencia de la COP25 o las bajas de varios países europeos del Pacto Mundial para las migraciones apuntan hacia esta tendencia. 

La tensión entre China y Estados Unidos, con la guerra comercial de telón de fondo, mantendrá en vilo al resto de actores internaciones. La cumbre del G20 en Buenos Aires consiguió aplazar unos meses la puesta en marcha de nuevos aranceles, pero la tregua no supone un cambio de rumbo que desvíe a las dos superpotencias económicas del riesgo de colisión. En 2019 pueden producirse tres escenarios: el choque, una nueva prórroga o un giro sorpresa en forma de acuerdo bilateral tras el que ambos jugadores se reclamen vencedores. En cualquiera de los tres, el elemento determinante es la fuerza y la estrategia de los contrincantes y no el respeto de las reglas del juego ni al resto de jugadores. De una u otra forma, en menor o mayor medida, el multilateralismo saldrá debilitado. 2019 es un año en que se erosiona la confianza, y ello nos sitúa en peores condiciones para reaccionar concertadamente ante cualquier desafío de alcance global. 

En 2019 se darán dos paradojas: China aparecerá como el adalid del multilateralismo aunque sea desde la fe del converso y se idealizarán instituciones y marcos que objetivamente ya eran disfuncionales como la Organización Mundial del Comercio o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. También será un año en que intuiremos si el problema son las reglas del juego – si es el caso, habrá quien proponga reglas nuevas – o si asistimos a una crisis de valores más profunda y por lo tanto la alternativa es jugar sin reglas o sin instituciones que velen por su cumplimiento. 

También será un año en que sabremos si esta es una partida en la que hay sólo dos jugadores relevantes – avanzando así hacia una nueva dinámica bipolar pero con reglas obsoletas – o si el resto de jugadores deciden dar un giro y jugar su propia mano. 2019 debería ser un año para tomar cartas, singularmente por parte de actores que, como la Unión Europea, han estado defendiendo con mayor ahínco el multilateralismo y que van a tener que decidir si optan por dar un paso adelante en la defensa de las instituciones y marcos ya existentes o, por el contrario, asumen que se ha entrado en una nueva fase en que la mejor forma de defenderlo es aceptando su fragmentación. En otras palabras, si aceptan que habrá partidas simultáneas o, lo que es lo mismo, que ante la ausencia de consensos globales podrían primar los acuerdos de alcance regional o interregional. Si esta es la opción, se enfrentarán a un problema añadido: la rivalidad entre potencias regionales – a menudo en clave ideológica – que ya está tomado como rehén a muchas organizaciones. 

2.      Preparándose (o no) para la próxima crisis económica

En 2019 se especulará cada vez más sobre cuál será el desencadenante de la próxima crisis económica global y sobre si estamos mejor o peor preparados para hacerle frente que en 2008. Se plantearán tres posibles causas: los efectos disruptivos de la colisión comercial entre Estados Unidos y China; una crisis mayor y más generalizada de los países emergentes; o que algunos de los flancos débiles de la Unión Europea vuelvan a sembrar la incertidumbre a nivel global. 

El progresivo final del ciclo de expansión monetaria, las fluctuaciones en los mercados de la energía y el temor a un efecto contagio entre y desde economías emergentes pueden ahondar las dificultades financieras que ya se experimentaron en 2018. Cuanto más endeudada en dólares esté una economía, más se resentirá de un aumento de tipos en Washington en forma de depreciación de la moneda, inflación descontrolada y dificultad para acceder al crédito. Aquellos gobiernos que ya introdujeron medidas de austeridad en 2018 como Brasil, Argentina, Venezuela, Turquía, Argelia, Egipto, Sudáfrica, Sudán o Pakistán pueden resentirse aún más de una percepción de deterioro económico que se traduzca en aumento de la conflictividad social. En algunos de estos países las turbulencias económicas pueden amplificarse por la coincidencia con procesos electorales, sobre todo una vez las elecciones se hayan celebrado y toque implementar nuevos recortes. Por orden cronológico, los turcos eligen a sus alcaldes en marzo, los argelinos al presidente en mayo, los sudafricanos tienen elecciones generales en algún momento entre mayo y agosto y los argentinos lo harán el 27 de octubre.  

Si, en cambio, ponemos el foco en Europa los principales quebraderos de cabeza serán Italia y el Brexit, tema que desarrollamos más adelante. Italia lleva más de dos décadas de bajo crecimiento pero consiguió sortear el fantasma del rescate durante la crisis anterior. El principal temor esta vez será que, en caso de dificultades económicas severas, la eurozona no tenga ni voluntad política ni recursos suficientes para poner la tercera mayor economía del euro a flote y protegerla de los choques especulativos. La premisa de que Italia es “too big to fail” aumentará la actitud desafiante del gobierno italiano respecto a las instituciones europeas. Si se aplica el Procedimiento de Déficit Excesivo a Italia, con la obligada votación-decisión del Consejo de la Unión Europea, se enfrentarían las opciones de defender al euro de las crisis de la deuda y la de defender la soberanía presupuestaria de los estados miembros. El año en que el euro celebra el veinte aniversario de su creación, la Unión Europea puede verse obligada a escoger entre lo malo y lo peor, y la gestión de estas turbulencias tendrán (pre)ocupados a los mercados.  

A diferencia de lo que sería razonable, la constatación de que tarde o temprano va a haber una crisis económica y la identificación de los puntos débiles no se traducirá en una aceleración o intensificación de las medidas para hacerle frente con mejores garantías y menores costes. Los optimistas – ojalá acierten – esperarán que el miedo al precipicio aparque la tentación del retorno al proteccionismo. No se conseguiría evitar una crisis – son cíclicas – pero sí reducir su intensidad. Mientras esperamos un nuevo choque, lo que sí continuará en 2019 son los estragos de la crisis anterior en forma de desigualdades crecientes, con derivadas territoriales y generacionales cada vez más visibles. En otras palabras, si de la crisis de 2008 sólo se han abordado parcialmente algunas de las causas, la gestión de sus consecuencias seguirá siendo un asignatura pendiente. Por eso, cuando se produzca una nueva crisis se planteará la duda de si realmente es algo nuevo o la prueba de que la anterior nunca llegó a superarse.  

3.      Entre la economía de plataforma y el oligopolio digital

2018 ha sido un año en que se ha generalizado la discusión sobre los efectos del modelo de negocio de muchas plataformas digitales y algunos términos como “uberización” han empezado a formar parte del lenguaje común. En 2019 se consolidará y ampliará este fenómeno y el peso relativo de las empresas digitales  – incluidas las de plataforma – en la economía global continuará aumentando y, con ello, cambiará aceleradamente la percepción de este fenómeno. Estos negocios ya no se verán como simpáticas iniciativas lanzadas por jóvenes emprendedores sino como una realidad arrolladora capaz de llevarse por delante operadores tradicionales y alterar las reglas de juego del mercado de trabajo. Ya no se les percibirá como exponentes de la economía colaborativa sino como intermediarios entre actores económicos con amplios márgenes de beneficio. 

Las administraciones públicas, a todos los niveles, pero también algunos sectores de la sociedad, se plantearán de forma más contundente cómo afrontar este fenómeno y, sobre todo, las externalidades negativas que pueda provocar. La naturaleza tecnológica, innovadora y a menudo desterritorializada de este modelo de negocio planteará desafíos añadidos en términos de regulación y fiscalidad. Pero también preocuparán las tendencias oligopólicas y la desprotección en materia de derechos laborales o de privacidad. Todo lo relativo a la vivienda, especialmente en grandes urbes, adquirirá especial protagonismo. La causa habrá que buscarla no tanto en el fenómeno de la economía de plataforma sino en cómo éste se suma a otras tendencias como el rentismo inmobiliario que están amplificando los problemas de acceso a la vivienda de una parte cada vez mayor de los trabajadores. 

El fenómeno de la economía de plataforma será percibida y tendrá efectos diferentes en función del contexto social. Aumentarán las suspicacias en buena parte de las sociedades post-industriales, especialmente allí donde ya había unos servicios de calidad y un nivel de protección social y laboral elevada. En cambio, en muchos países en vías de desarrollo, y especialmente allí donde los servicios son deficientes y los derechos laborales o del consumidor una ficción, la irrupción de estas nuevas plataformas será vista como una oportunidad, con efectos positivos en la vida cotidiana, como una fuente de inspiración a la hora de construir una cultura más emprendedora y como fórmula para sortear redes clientelares vinculadas a menudo al poder político establecido. 

Precisamente porque el debate social sobre este fenómeno va a intensificarse, desviará la atención de otro fenómeno económico (y social) tanto o más relevante: la hegemonía de un grupo muy reducido de empresas digitales y el creciente divorcio entre capital y trabajo. Actualmente las cinco principales empresas del mundo en capitalización bursátil pertenecen a esta categoría: Apple, Amazon, Alphabet, Microsoft y Facebook.  Ninguna de ellas está entre los primeros empleadores del mundo pero, en cambio, sí que están en la vanguardia de lo que subrepticiamente llaman “optimización fiscal”. Otro dato relevante: en 2018, Jeff Bezos, el fundador de Amazon, se convirtió en la persona más rica del mundo y Netflix superó a Disney como principal compañía audiovisual. 2019 será un año de nuevos records que ilustrarán tanto la fuerza de la economía digital como los riesgos de una deriva oligopólica.

 4.      Democracia, retrocesos globales y resistencia

El año 2018 fuerzas populistas – abiertamente xenófobas en muchos casos – accedieron al poder en países como Brasil o Italia. En 2019 deberemos estar muy atentos a si el ejercicio del poder les desgasta. También comprobaremos si los intentos de generar una estrategia política compartida por parte de este segmento ideológico tiene recorrido. Y, sobre todo, veremos hasta qué punto son capaces de forzar una marcha atrás en temas de género, inmigración, pena de muerte o derechos del colectivo LBGTI. Ahí pueden contar con la complicidad de otros “hombres fuertes” como Trump, Putin, Duterte, Orbán o Erdogan. 

La intensidad de los retrocesos no se medirá sólo por lo que propugnen estas fuerzas sino por el riesgo de que otras formaciones políticas normalicen, y en el peor de los casos adopten, parte de su discurso. Existe el riesgo de caer en una trampa discursiva que obligue a escoger entre “seguridad para nosotros” o “derechos para ellos”. En 2019 una de las grandes batallas de lo que ya podríamos llamar “la internacional populista de derechas” serán las elecciones al Parlamento Europeo. Será el momento de comprobar si estos movimientos han conseguido cohesionarse y si su estrategia ya no pasa por detener la construcción europea sino más bien por apropiársela. De lo que no hay duda es que con su fortalecimiento ahondará en la fragmentación del Parlamento Europeo y en las potenciales disfunciones institucionales que podría conllevar. Pero también puede promover una nueva cultura del pacto en la que grupos como los verdes – erigidos en muchos casos como principal oposición al populismo y al repliegue – y algunos sectores de la izquierda no socialdemócrata – que capitalizan la indignación por el aumento de las desigualdades – adquirirán mayor protagonismo. 

Fuera de Europa, las elecciones en Canadá también aportarán pistas sobre la naturaleza global de este combate, especialmente porque la inmigración va a ocupar un lugar destacado en la campaña electoral. Además, el hecho de que algunas de las democracias más pobladas del mundo – India, Nigeria e Indonesia o, lo que es lo mismo, casi dos mil millones de personas  – tengan cita con las urnas en 2019, recordará que Occidente no es el único terreno en que se juega la defensa de la democracia y su capacidad de adaptación a los nuevos desafíos.   

Las protestas emancipadoras que recorrieron medio mundo en 2011 han ido dando pie a una fase de repliegue. ¿Será 2019 un punto de inflexión? A lo largo de 2018 hemos constatado la renovada fuerza del feminismo o el trabajo de coordinación entre ciudades que, en algunas materias como el clima o la inmigración han llegado a desafiar a sus respectivos gobiernos. Cuanta más fuerza adquieran los movimientos regresivos, más dinamismo y amplitud adquirirá una resistencia que no se contentará con defender el statu quo ante sino que planteará una nueva agenda democrática. El trabajo en red y la combinación entre mecanismos tradicionales de movilización social y nuevas tecnologías marcará el avance en la consecución de esta agenda.  

5.      Realidades paralelas, crisis de confianza y combate digital

Las elecciones brasileñas de 2018 apuntaron a una transformación del uso de la (des)información en la acción política, que se traslada desde las redes sociales y las plataformas abiertas a los espacios digitales cerrados y de confianza como los grupos de WhatsApp. Esto obliga a repensar estrategias para adaptarse a unos parámetros legales, tecnológicos y éticos distintos. Si esta es la tendencia, algunas de las ideas propuestas en clave de regulación – especialmente centradas en las redes sociales – habrán quedado obsoletas antes de entrar en vigor. 

Si en años anteriores los conceptos de moda han sido los de infoxicación, posverdad y fake news, en 2019 esta nueva sociedad fragmentada por la información se expresará cada vez más a través de las identidades on-line e irá configurando un tribalismo digital que aísla unos grupos de otros. Las nuevas tecnologías han puesto al alcance del ciudadano una cantidad ingente de información y le permiten el acceso a interpretaciones muy distintas de la realidad. Sin embargo, esta evolución tecnológica y el modelo de negocio imperante está aislando al usuario digital en comunidades que se retroalimentan y reafirman en sus posiciones, deslegitimando aquellos que piensan distinto, cuestionando la noción de objetividad y contribuyendo a la creación de realidades paralelas. Esto agudiza – y en parte viene reforzado – por la desconfianza en los intermediaros, en los expertos, en el periodismo e incluso en la política profesional. La erosión aún es mayor cuando esta desconfianza se extiende incluso al resto de ciudadanos que no forman parte de la tribu digital propia. 

La fragmentación y la crisis de confianza se profundizará en 2019 y con ello lo hará también la reflexión sobre cómo afrontarlo, especialmente por parte de aquellos sectores que apuestan por sociedades abiertas. La politización y las figuras carismáticas, combinadas con mensajes positivos y nuevas representaciones –generacionales, de género, de clase e identidad- pueden ser la mejor baza para plantar cara a procesos de repliegue. Lo vimos en las mid-term elections de noviembre de 2018 en Estados Unidos. Las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 podrían ser un segundo laboratorio para la formulación de alternativas en positivo y, quizás, un punto de inflexión a nivel de participación electoral si se plantearan en estos términos.

 6.      Normalización del conflicto (y de las violencias)

La mayoría de conflictos que estallaron en las últimas décadas siguen sin atisbo de solución. Hay excepciones como el acuerdo al que llegaron en 2018 Etiopía y Eritrea, el deshielo entre las dos Coreas o los avances relativos en las conversaciones entre Serbia y Kosovo. Sin embargo, la tendencia apunta hacia la cronificación de conflictos o incluso a aumentos de tensión en algunos escenarios que habían reducido su intensidad como el que enfrenta a Ucrania y Rusia. No sólo se han normalizado los conflictos sino también sus efectos: Estados que sólo lo son en apariencia, fronteras que pierden su significado y, sobre todo, necesidades humanitarias infra-financiadas y desplazamientos forzados de población que lejos de remitir siguen aumentando. 

Lo que sí remite es la atención que internacionalmente se presta a estos focos de inestabilidad. Cunde la fatiga, desaparece el sentimiento de urgencia y se agota la esperanza de hallar arreglos satisfactorios para las partes implicadas. Eso no quiere decir que en 2019 no vaya a haber propuestas sobre la mesa. Un buen ejemplo puede ser el ya famoso “acuerdo del siglo” que Estados Unidos quiere propiciar para poner fin a más de setenta años de conflicto árabe-israelí. Atención a las ramificaciones electorales ya que Netanyahu puede verse abocado a convocar elecciones anticipadas. Pero tanto este plan, como otros que puedan proponerse respecto a Siria, Libia o Yemen, serán recibidos con escepticismo y, sobre todo, no se percibirán como mecanismos para acabar con la violencia sobre el terreno. 

El objetivo de la acción internacional no será el de alcanzar una situación de paz y mucho menos construir estados democráticos y liberales. En un escenario de expectativas rebajadas se considerará un éxito la contención de los focos de inestabilidad, frenar el fenómeno de los territorios que escapan al control de sus estados respectivos, aumentar la resiliencia de las sociedades a la hora de absorber crisis sobrevenidas, evitar que los conflictos se extiendan hacia territorios vecinos y, sobre todo, impedir que sus efectos alcancen a los países desarrollados. Así lo veremos en la formulación y desarrollo de las misiones de Naciones Unidas, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales en los países del África occidental y del Sahel. En la medida que el objetivo sea que la situación no degenere, se normalizará un cierto nivel de violencia. 

Sólo cuando las víctimas consigan hacerse visibles y cercanas, para lo que necesitarán colaboración internacional, se recuperará la atención de la opinión pública y de los dirigentes globales. Es una carrera de fondo, como están demostrando las campañas de sensibilización respecto a los Rohinyas, la guerra en Yemen o la violencia contra las mujeres en todo tipo de contextos. Una de las novedades de 2019 es que, en las discusiones globales sobre violencias, América Latina y muy en concreto América Central ocuparán un lugar más destacado que en el pasado. Las caravanas de migrantes que salieron de Honduras, Guatemala y El Salvador en otoño de 2018 ha supuesto un recordatorio de los altísimos niveles de violencia que sufren muchas sociedades latinoamericanas.

 7.      Voluntad de frontera: muros físicos y simbólicos

En 2019 se celebrará el 30 aniversario de la caída de un muro: el de Berlín. Sin embargo, será un año en que continuarán erigiéndose muchos más, tanto físicos como simbólicos. Las dinámicas de repliegue y voluntad de contención de los focos de inestabilidad tienen un claro reflejo en dos procesos paralelos que continuarán reforzándose en 2019: la militarización y fortificación de fronteras existentes y la externalización del control fronterizo. Las políticas de Estados Unidos y de la Unión Europea contribuirán a construir estándares internacionales  -como lo hacen también Australia o muchos países asiáticos, norteafricanos y de Oriente Medio, que están poniendo un gran empeño en sellar fronteras-.  

Para los migrantes, el aumento del riesgo y de la violencia en ruta provocará un mayor sentimiento de urgencia para alcanzar la meta final. Este es uno de los puntos donde España adquirirá mayor relevancia internacional en 2019. También habrá que estar muy atentos a los efectos que la militarización fronteriza tenga en espacios donde los límites territoriales existían sólo sobre el papel porque las comunidades locales las habían ignorado y habían mantenido fuertes lazos sociales y económicos. El Sahel es uno de los espacios donde esta dinámica adquiere más intensidad. 

La otra cara de la moneda serán las dinámicas de transterritorialidad que tienen un viejo protagonista, las diásporas, y uno de más reciente, las redes sociales y las plataformas digitales. Aunque se erijan fronteras físicas, la circulación de ideas y de información irá en aumento, generando nuevas dinámicas (inter)culturales y, en ocasiones, de movilización política y social. Los núcleos urbanos pueden ser laboratorios de desfronterización e hibridación. Las ciudades serán el escenario donde se dirima el enfrentamiento entre la hospitalidad y hostilidad. 

El aumento de las desigualdades internas como fenómeno global también está alzando fronteras sociales, menos visibles pero no por ello menos significativas. Aumenta la distancia entre aquellos espacios que generan riqueza, atraen talento e inversión, y aquellos que se quedan al margen de las dinámicas de crecimiento y que incluso se despueblan. Aumenta así una fragmentación de comunidades políticas con fuertes impactos electorales como se ha visto en Estados Unidos y en muchos países europeos. Muros invisibles también son los que segregan barrios de una misma ciudad en niveles de educación, salud, infraestructuras o equipamientos. Se demostrará que las fronteras no han de ser ni físicas ni políticas para adquirir significado.  

8.      Brexit enquistado 

El 29 de marzo de 2019 está marcado en los calendarios internacionales como la fecha límite para que el Reino Unido abandone la Unión Europea. Así se expresaron los ciudadanos británicos en referéndum en 2016 y así lo pidió su gobierno al activar el famoso artículo 50. El genio salió de la lámpara cuando el entonces Primer Ministro, David Cameron, erró en sus cálculos para preservar el control sobre el Partido Conservador. A finales de 2018, volvieron a ser elementos de política interior, y particularmente la fratricida confrontación entre tories, lo que desató todo tipo de especulaciones. ¿Podía pararse el reloj? ¿Sería posible dar marcha atrás? ¿Están ambas partes realmente preparadas para un escenario de no-acuerdo? ¿Puede renegociarse lo que ya estaba acordado? 

A medida que nos hemos ido acercado al momento decisivo no se han despejado las incógnitas sino que han ido aumentando las dudas sobre cuándo y cómo terminará esta saga. Sin embargo, todos los escenarios posibles para 2019 convergen en dos certezas. La primera es que todo lo relativo al Brexit seguirá marcando la agenda europea no solo ese año sino más allá, consumiendo esfuerzos y desviando la atención de otras prioridades igualmente urgentes. El Reino Unido seguirá anclado de una u otra forma a la Unión Europea e incluso en un escenario de no-acuerdo o de ‘Brexit salvaje’ sería muy difícil dar marcha atrás a 40 años de convergencia regulatoria y relaciones comerciales, humanas y políticas entre el Reino Unido y el continente. La segunda certeza es que la sociedad británica seguirá dividida. El Brexit es un reflejo de una serie de fracturas (generacional, territorial, socio-educativa e identitaria) que aunque se han manifestado con especial intensidad en el Reino Unido están presentes también en otras sociedades europeas. 

2019 debería ser un año de introspección. Momento de evaluar los riesgos y consecuencias de las decisiones tomadas desde 2016. Es muy difícil, por no decir imposible, que ninguno de los protagonistas de este episodio emerja como un ganador. Más bien se tratará de hacer recuento de las pérdidas. Los giros dramáticos que puedan darse en tiempo de descuento pueden aumentar todavía más la percepción de riesgo. Evidentemente, el Reino Unido será el país más afectado por esta incertidumbre pero sus efectos pueden extenderse allí donde los vínculos económicos y humanos con el Reino Unido son más intensos: Alemania, los Países Bajos, España y, cómo no, en Irlanda. En el caso de este último país, está en juego que el desenlace final no altere los equilibrios que permitieron enterrar un conflicto, el de Irlanda del Norte, que se prolongó durante décadas y se saldó con más de 3000 muertos. 

9.      Brasil: fractura con reverberaciones globales

En nuestro informe para 2018 advertíamos que las elecciones en Latinoamérica se desarrollarían en un contexto de polarización. Efectivamente, la pugna no fue por el centro sino una contraposición de modelos muy distintos, y las clases medias – temerosas de perder este estatus o hastiadas por la corrupción de gobiernos anteriores – decantaron la balanza. Las elecciones que encumbraron a Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil son el ejemplo más notable de esta dinámica, tanto por la intensidad de la fragmentación política y social como por el peso específico de este país en las Américas. Políticamente, el año 2019 empezará con la toma de posesión del nuevo presidente brasileño, programada para el 1 de enero. 

Brasil es un espejo donde se reflejan, a veces de forma especialmente intensa, muchas de las dinámicas que marcarán el año 2019. Habrá que estar muy atentos a la evolución de la economía brasileña ya que será uno de los escenarios que condicionará la percepción global sobre la fragilidad o capacidad de resistencia de los emergentes o incluso donde se marcará la distancia entre distintos tipos de economías emergentes: China e India, por un lado y el resto, por el otro. Asistiremos a la fractura política y social entre los que ahora se sienten vencedores y los que han sido arrinconados que, en buena medida, son también las principales víctimas del deterioro económico. El populismo y la agresividad de la que Bolsonaro hizo gala en campaña electoral se trasladará a la acción de gobierno con fuerte componente militarista. Durante los primeros meses muchos se preguntarán si el ejercicio del poder suavizará sus posiciones. El precedente de Donald Trump no es especialmente alentador. Siguiendo con el paralelismo con los Estados Unidos veremos hasta qué punto la sociedad brasileña se moviliza contra algunas de las políticas o gestos de Bolsonaro y si emergen fenómenos de resistencia democrática con nuevas formas de movilización y mecanismos de solidaridad. 

El viraje político de Brasil adquirirá relevancia global como reverberación de la visión trumpista del mundo y si abre una nueva vía de ataque al multilateralismo. No obstante, será en Latinoamérica donde este viraje político brasileño tenga mayor impacto. En 2019 la fractura regional se ahondará y Venezuela seguirá siendo uno de los epicentros. Cuba, en cambio, intentará hacer equilibrios y proseguir su política de diversificación de socios. Pero la novedad será que la alineación de Brasilia con Washington abrirá una revisión de la tradicional pugna por el liderazgo regional con México. La victoria de López Obrador en las elecciones mexicanas ha situado las dos principales potencias latinoamericanas en polos opuestos. ¿Cuál de los dos será capaz de navegar mejor y sortear las tormentas que ambos tienen por delante? 

10.   Irán: alcance y consecuencias de las sanciones

En 2018 dijimos que el Golfo había adquirido mayor centralidad tanto en Oriente Medio. La tendencia se mantendrá en 2019. Veremos cuán cohesionado es el bloque anti-Irán capitaneado por Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí y, sobre todo, cuál es que alance y consecuencias de las sanciones impuestas desde Washington. El impacto más inmediato es el que se producirá sobre la sociedad y la economía iraní. Los principales perjudicados serán sectores reformistas del régimen que habían prometido apertura internacional y dinamismo económico. En cambio, las facciones más duras del régimen pero también los sectores asentados en una economía de autosuficiencia se sentirán más legitimados y alimentarán la retórica de que Irán debe situarse en modo resistencia. En 2019 se celebrará el cuarenta aniversario de la revolución islámica y es probable que se aproveche este acontecimiento para cohesionar el régimen ante los enemigos externos. 

En 2019, también veremos si el periodo de gracia dado a ocho países para que corrijan su dependencia del petróleo iraní llega a su fin o se extiende con una nueva prórroga. La decisión vendrá condicionada por los precios del petróleo, las relaciones con Rusia y Arabia Saudí, y la capacidad para superar los cuellos de botella en materia de exportación de crudo. China y Turquía aparecerán como pulmones económicos para la economía iraní y, sobre todo, será un año en que se comprobará qué gobiernos y empresas internacionales deciden acomodarse a las exigencias estadounidenses – probablemente la mayoría – y cuáles buscan formas de esquivarlas o las desafían abiertamente. Esto consolidará la tendencia de algunos países a usar sus propias monedas en vez del dólar. En todo lo relativo a las sanciones contra Irán, el debate oscilará entre los principios – sobre todo en relación a la necesidad de mantener los acuerdos alcanzados y preservar los marcos multilaterales – y la habilidad para de defender intereses nacionales o empresariales. 

Empezábamos el listado de temas que marcarán la agenda internacional hablando de una partida de la que dependían cuestiones básicas y, entre estas, cómo no, las propias normas del juego. Aunque China y Estados Unidos sean los jugadores con cartas más potentes, no hay que pasar por alto otras rivalidades. Jugadores con menos bazas pueden cambiar la dinámica del juego si desvían la atención de los principales contrincantes. La tensión entre Irán y Estados Unidos será, por lo tanto, el otro foco de atención de esta larga partida. Las amenazas y provocaciones que se profieran serán uno de los grandes factores determinantes de la agenda global. Las apuestas pueden subir y la trascendencia de esta partida se ampliará si el pulso no es sólo entre Washington y Teherán sino más bien entre la Casa Blanca y el resto de jugadores. Rusia, la Unión Europea, China y el resto de grandes economías asiáticas han hecho apuestas importantes y no se contentarán con ser meros espectadores en este duelo.

100 fechas a marcar en el calendario 

1 de enero: 60 años del triunfo de la Revolución Cubana. Conmemoración de la entrada de Fidel Castro en Santiago de Cuba, que marcó el inicio de la Cuba castrista y el fin de la dictadura de Batista. 

1 de enero: 20 años de la creación del Euro. En una primera fase nació como moneda contable y para pagos electrónicos hasta que el 1 de enero de 2002 entró en circulación la moneda física. Actualmente es la moneda oficial de 19 de los 28 países miembros de la UE. 

1 de enero: Renovación del Consejo Seguridad de Naciones Unidas. Sudáfrica, Indonesia, Alemania, República Dominicana y Bélgica formarán parte como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en sustitución de Etiopía, Kazajistán, los Países Bajos, Bolivia y Suecia, que acaban mandato. 

1 de enero: Toma de posesión de Jair Bolsonaro. Se inicia una nueva etapa en Brasil con la promesa por parte del nuevo Presidente de reducir los niveles de inseguridad en el país y de aplicar una serie de reformas estructurales. 

3 de enero: 10 años del nacimiento del Bitcoin. Marcó un punto de inflexión en la llamada economía digital, permitiendo el pago de bienes y consumos mediante el uso de una criptomoneda. 

18 de enero: 10 años del fin de la Guerra de Gaza. También conocida como la Masacre de Gaza duró cerca de tres semanas y provocó la destrucción de gran parte de las infraestructuras de este territorio. 

20 de enero: 10 años del inicio de la crisis financiera en Islandia. Las protestas de cientos de personas frente al parlamento islandés dieron inicio a la conocida “Revolución de la cacerolas” contra una crisis económica que acabó con la quiebra de los tres principales bancos islandeses y la intervención del FMI. 

20 de enero: Décimo aniversario del nombramiento de Obama como  presidente de EE.UU. Buen momento para analizar el impacto de sus dos presidencias y las diferencias con la actual administración Trump. 

22-25 de enero: Foro de Davos. Cita anual que reúne a los principales líderes políticos, altos ejecutivos de las compañías más importantes del mundo, líderes de organizaciones internacionales y ONGs, y los líderes culturales y sociales destacados. 

3 de febrero: Elecciones presidenciales en El Salvador. Serán las sextas elecciones presidenciales desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1992. La nueva presidencia tendrá que centrar su ejercicio en las tres principales preocupaciones de la sociedad salvadoreña: altos niveles de violencias, corrupción e impunidad. 

3 de febrero: 50 aniversario del nombramiento de Yasser Arafat al frente de la OLP. Figura clave para entender el actual estado del conflicto abierto con Israel. Dirigió la Organización para la Liberación de Palestina hasta su muerte en 2004 tras 35 años de gobierno, recibiendo en 1994 el Premio Nobel de la Paz junto al presidente israelí Isaac Rabin y el ministro de exteriores Shimon Peres.  

4 de febrero: 15 años del nacimiento de Facebook. Es la mayor red social del mundo con más de 2.200 millones de usuarios activos. 

5 de febrero: 25 años de la matanza del mercado de Sarajevo. Fue una de las mayores masacres contra la población civil que se dieron durante el asedio de Sarajevo, ocurrido entre abril de 1992 y diciembre de 1995. Por esta matanza fueron condenados Radovan Karadzic, Ratko Mladic y Slobodan Milosevic por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (ICTY). 

11 de febrero: 40 aniversario de la declaración de la República Islámica de Irán. El golpe dirigido por el Ayatolá Jomeini supuso la caída del Sha de Irán, Mohammad Reza Pahleví, tradicional aliado de Estados Unidos, instaurándose la República Islámica, que cambió por completo las relaciones geoestratégicas de toda la región hasta la actualidad. 

15 al 17 de febrero: Conferencia de Seguridad de Múnich #MSC19. Con carácter anual es el mayor foro independiente sobre políticas de seguridad internacional que reúne a figuras de alto nivel de más de 70 países. 

16 de febrero: Elecciones presidenciales y parlamentarias en Nigeria. La mayor economía africana afronta un nuevo ciclo electoral en la que el actual presidente Buhari opta a revalidar el cargo. Los principales retos de la próxima presidencia: debilidad de la economía nacional, lucha contra Boko Haram y las reclamaciones independentistas de Biafra. 

24 de febrero: Elecciones presidenciales en Tailandia. El país está actualmente gobernado por una junta militar surgida tras el golpe de Estado promovido por el ejército tailandés en mayo de 2014. El partido de centroizquierda Puea Thai, dirigido por los hermanos Shinawatra, espera obtener la victoria frente a la lista propuesta por la propia junta militar. 

24 de febrero: Elecciones presidenciales, regionales y locales en Senegal. El actual titular, Macky Sall, ha anunciado su intención de revalidar mandato. El país afronta una nueva presidencia con creciente inestabilidad por la amenaza terrorista en toda la región y por la persecución a líderes políticos y sociales de la oposición en los últimos meses. 

24 y 25 de febrero: PrimeraCumbre UE – Liga Árabe. Se celebra a petición de la Liga Árabe que busca fortalecer sus relaciones con los países europeos. Los principales temas a tratar serán la agenda migratoria y el conflicto árabe-israelí. 

16 de marzo: Quinto aniversario de la declaración de epidemia del ébola en Guinea. Supuso el inicio de una de las mayores crisis sanitarias en el mundo de las últimas décadas. Tuvo un especial impacto en Sierra Leona, Guinea y Liberia, países donde murieron cerca de 28.000 personas. 

20 de marzo: Tercer aniversario del acuerdo migratorio Turquía – Unión Europea. Tres años después de su implementación, el acuerdo ha reducido ostensiblemente el volumen de la ruta migratoria Turquía-Grecia en detrimento de la ruta del Mediterráneo occidental, afectando a España. Buen momento para discutir los efectos de las políticas de externalización de fronteras a escala global. 

26 de marzo: 40 aniversario del Tratado de Paz entre Egipto e Israel. La firma entre Anwar el-Sadat, presidente de Egipto, y Menájem Beguín, primer ministro de Israel, puso fin a 30 años de conflictos entre ambos países, abriendo un nuevo capítulo en la compleja historia contemporánea de Oriente Medio. 

29 de marzo: Reino Unido debería abandonar la UE tras más de 45 años. Por primera vez en la historia de la UE uno de sus miembros dejaría el club comunitario. Empezaría así un período de transición, inicialmente previsto hasta el 31 de diciembre de 2020, en el que ambas partes negociarían su futura relación. 

30-31 de marzo. Visita del Papa Francisco a Marruecos. Las autoridades marroquíes aprovecharán la ocasión para transmitir un mensaje de tolerancia. El Papa, por su lado, puede abordar tanto el diálogo interreligioso como la agenda migratoria ya que Marruecos es una de las vías de entrada a Europa y, además, una buena parte de los cristianos de este país son migrantes del África Subsahariana. 

31 de marzo. Elecciones presidenciales en Ucrania. La actual reanudación del conflicto entre Ucrania y Rusia está condicionando el proceso electoral que se inicia. El actual presidente Petró Poroshenko ha anunciado su intención de revalidar mandato. 

31 de marzo: Elecciones locales en Turquía. Estos comicios servirán para medir los apoyos de Erdogan en las principales ciudades turcas, las diferencias entre el voto urbano y el voto rural y la unidad de los partidos de la oposición. 

Abril: Elecciones presidenciales en Argelia. Abdelaziz Buteflika se presenta a la reelección para optar a un quinto mandato consecutivo, postergando de nuevo el debate sobre su sucesión. 

1 de abril: Centenario de la creación de la escuela Bauhaus. Será uno de los mayores eventos culturales de 2019. Su creación revolucionó el urbanismo y el diseño moderno en el mundo. Está considerada como la escuela de arquitectura más influyente. 

1 de abril. 80 aniversario del fin de la Guerra Civil española. Este aniversario se produce en un contexto de fuerte debate en España y Europa por el aumento de partidos de extrema derecha con presencia en parlamentos nacionales. 

4 de abril: 70 aniversario del nacimiento de la OTAN. La mayor organización militar del mundo sigue buscando su lugar en el panorama estratégico mundial, bajo la presión del presidente Trump y el debate abierto en el seno de la UE sobre la creación de un ejército europeo. 

7 de abril: 25 años del inicio del Genocidio de Ruanda. Esta masacre supuso el asesinato, en 100 días, de entre el 20 y el 40 por ciento de la población de Ruanda, entre tutsis y hutus moderados, ante la indiferencia de la comunidad internacional. 

11 de abril. Centenario de la Organización Internacional del Trabajo. Reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 Estados miembros. 

14 de abril: Elecciones parlamentarias en Finlandia. La inmigración volverá a ocupar buena parte del debate político en el país y ello puede ser determinante en los resultados del partido de extrema derecha Verdaderos Finlandeses y en su participación en las posibles aritméticas parlamentarias. 

15 de abril: 100 años de la fundación de Save The Children. Fundada por Eglantyne Jebb tras la Primera Guerra Mundial es actualmente una de las mayores ONGs del mundo. 

17 de abril: Elecciones generales en Indonesia. Se espera una repetición del cartel electoral de 2014 que enfrentó al actual presidente Joko Widodo y al general retirado Prabowo Subianto. En estas elecciones se escoge además de la Presidencia, a los representantes del parlamento nacional, así como los parlamentos regionales y provinciales 

20 de abril: Elecciones presidenciales en Afganistán. El país celebrará sus cuartas elecciones presidenciales desde el fin del gobierno talibán en 2001 El actual presidente Ashraf Ghani ya ha anunciado su intención de optar a un segundo mandato. 

30 de abril: Abdicación del Emperador Akihito. Japón afronta el relevo programado en su jefatura del Estado con la abdicación del Emperador Akihito, en el trono desde 1989, en su hijo el Príncipe heredero Naruhito, que se convertirá en el 126 Emperador del Japón. 

Mayo: Elecciones generales en Sudáfrica. La ANC, en el poder desde el fin del apartheid en 1994, intentará revalidar mandato, en medio del creciente descontento de buena parte de la población sudafricana por la situación económica. 

2 de mayo: 500 aniversario de la muerte de Leonardo Da Vinci. Buen momento para revisar el legado artístico y científico de uno de los pensadores más influyentes de la historia de la Humanidad. 

4 de mayo: Centenario del Movimiento del Cuatro de Mayo. El masivo movimiento estudiantil iniciado en 1919 fue un reflejo de las demandas transformadoras reclamadas por una parte de la sociedad china, urbana y de clase media, frente a una clase dirigente feudal. 

9 de mayo: Cumbre europea de Sibiu. Dos semanas antes de las elecciones europeas los dirigentes de la UE se reúnen en Rumanía para reflexionar sobre la nueva Agenda Estratégica de la Unión para los próximos cinco años. 

14-18 de mayo: Festival de Eurovisión en Israel. Se celebra uno de los mayores eventos musicales del mundo, marcado en esta ocasión por el país de acogida que buscará aprovechar políticamente la proyección del festival ante la opinión pública internacional. 

17-18 de mayo: Décimo aniversario del fin del conflicto en Sri Lanka. El ejército de Sri Lanka dio por vencida a la Guerrilla de los Tigres Tamiles tras 25 años de conflicto. 

23 al 26 de mayo: Elecciones europeas. Se celebrarán de forma simultánea en los 27 países que conforman la UE, solo unas semanas después de la fecha oficial del Brexit, si se cumple el calendario previsto. Una de las mayores incógnitas será conocer los resultados de los partidos populistas y de extrema derecha, que acuden a estos comicios más organizados y con más ayuda exterior.  

26 de mayo: Elecciones federales y regionales en Bélgica. A no ser que se avancen las elecciones, los belgas escogerán en esta fecha su parlamento. Sin embargo, el fin del gobierno de coalición belga tras la salida del partido nacionalista flamenco N-VA abrió una profunda crisis política y arrojó el país a la inestabilidad. La migración será uno de los ejes principales de la campaña electoral.  

30 de mayo: las Relaciones Internacionales cumplen 100 años. Un grupo de 37 académicos y expertos del Reino Unido y Estados Unidos, que habían participado    en la   conferencia de paz de París, se reunieron en el Hotel Majestic de París para  discutir cómo mantener su colaboración. De esos debates surgirá la creación del British Institute of International Affairs, or “Chatham House” en Londres en 1920 y del Council of  Foreign Relations en Nueva York, un año después. En 1919 también se creó el primer Departamento de Política Internacional en el Colegio Universitario de Abersytwyth de Gales.   

Junio: Renovación de cargos en las instituciones europeas. Después de las elecciones europeas se dará inicio a las negociaciones para nombrar a la nueva Presidencia de la Comisión Europea así como la futura renovación del presidente del Consejo Europeo y el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. 

Junio: Elecciones generales en Guatemala. La salida de Jimmy Morales de la presidencia supone una oportunidad para un país que afrontará una nueva legislatura condicionada por la crisis migratoria instalada en la región, por los altos niveles de violencia, los constantes casos de corrupción y la situación económica. 

Junio: Elecciones generales en Dinamarca. La inmigración ocupará buena parte de la agenda política en los meses previos a las elecciones en que la actual coalición conservadora en el gobierno espera revalidar mandato. La oposición encabezada por el grupo socialista, la fuerza más votada en las elecciones de 2015, buscará obtener una mayoría suficiente para recuperar el poder perdido. 

4 de junio: 30 aniversario de la matanza de Tiananmen. Se produce en un contexto en que el presidente chino, Xi Jinping, ha recuperado algunas de las señas de identidad de la presidencia de Mao, frente a una juventud cada vez más resistente a una homogenización ideológica en escuelas y universidades y crítica ante la creciente desigualdad que impera en el país. 

11 de junio: Décimo aniversario de la declaración de la pandemia de Gripe Aviar H1N1 por parte de la ONU. La declaración de pandemia por parte de la OMS significó un problema de salud pública en todo el mundo, no tanto por la gravedad de la enfermedad sino por la extensión geográfica de la misma. Se calcula que causó la muerte de más cerca de 20.000 personas en todo el mundo. 

13 de junio: Décimo aniversario de la Revuelta Verde en Irán. Tras las polémicas elecciones presidenciales que dieron la victoria a Ahmadineyad, calificadas como fraudulentas por la oposición liderada por Hosein Musaví, se sucedieron las protestas en las principales calles del país en contra del régimen, y una dura represión posterior.  

24 de junio: Cumbre de las dos Riberas del Mediterráneo. Convocada por Emmanuel Macron busca impulsar la cooperación y diálogo político, con la migración y la seguridad en la agenda y con la incógnita de saber cuáles son los países invitados. 

28 de junio: Centenario de la firma del Tratado de Versalles. Medio año después del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, se firmó el Tratado de Versalles entre Alemania y los aliados, que comportó importantes concesiones de territorio y el pago de fuertes indemnizaciones. Para muchos historiadores este tratado contribuyó al ascenso de Adolf Hitler al poder. 

28 de junio: 50 aniversario de los disturbios de Stonewall. Marcó el despegue de la lucha por los derechos de la comunidad LGTBI y en su recuerdo se celebran las marchas del orgullo gay. 

28 de junio: Centenario de la creación de la Sociedad de las Naciones. Fue el primer gran organismo internacional, y la precursora de las Naciones Unidas. 

28 y 29 de junio: 14ª Cumbre del G20. Será la primera reunión del G20 que se realizará en Japón.  

Primer semestre: Segunda cumbre Donald Trump – Kim Jong Un. Buen momento para evaluar las conversaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos en relación al programa nuclear norcoreano iniciadas en 2018. 

Primer Semestre: 45ª Cumbre del G7 en Francia. Biarritz acogerá una nueva edición del G7 donde se debatirán y buscarán acuerdos sobre algunos de los problemas mundiales más acuciantes. Entre las prioridades del presidente Macron, la agenda climática. 

Primer Semestre: Elecciones generales en India. El actual primer ministro, Narendra Modi, parte como favorito para repetir cargo ante una oposición, agrupada en el histórico Partido del Congreso, que busca reducir el apoyo recabado por Modi en las anteriores elecciones. 

5 de julio: 25 aniversario de la creación de Amazon. Una de las mayores compañías de venta por internet más grandes del mundo, que ha revolucionado el comercio internacional, cumple 25 años. 

9 al 18 de julio: Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible. Celebrada en EE.UU, es la plataforma central de Naciones Unidas para el seguimiento y la revisión de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta edición se centrará principalmente en temas de inclusión e igualdad. 

20 de julio: 50 años de la llegada del hombre a la luna. Neil Armstrong y Buzz Aldrin, por este orden, fueron los dos primeros seres humanos en pisar la luna, dando continuidad a la carrera espacial que las dos grandes superpotencias de entonces, Estados Unidos y la URSS, habían iniciado una década atrás. 

15 de agosto: 50 aniversario del Festival de Woodstock. Este festival, que ha marcado la historia de la música moderna, supuso un punto de inflexión en los movimientos de cultura de paz en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. 

31 de agosto al 15 de septiembre: Campeonato del mundo de baloncesto, China 2019. Una buena oportunidad para el país anfitrión de mostrar su soft power ante el mundo en un año especialmente relevante de “aniversarios” críticos para el gobierno chino. 

Septiembre: Cumbre Mundial sobre el Clima 2019. Reunirá a jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo para revisar los compromisos contraídos en la Cumbre París. Se espera, además, la presentación de planes de desarrollo sostenibles más ambiciosos. 

1 de septiembre: 80 años del inicio de la II Guerra Mundial. La invasión de Polonia por parte de Alemania marcó el inicio del mayor conflicto armado de la Historia. Buen momento para analizar el actual marco de relaciones internacionales, especialmente de la construcción del proyecto europeo, y los nuevos retos y desafíos que se acumulan en la agenda internacional. 

1 de septiembre: 50 aniversario de la Revolución de Septiembre en Libia. Conmemoración del golpe de Estado contra el régimen de Idris I, rey de Libia, que supuso la instauración de la República Árabe Libia presidida por Muamar el Gadafi. 

17-30 septiembre: 74º sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas. Una cita anual que reúne a todos los líderes mundiales para evaluar  el actual estado de sus políticas nacionales y su visión del mundo. Suelen producirse reuniones bilaterales al más alto nivel. 

20 de septiembre: 500 años de la vuelta al mundo de Magallanes. Este viaje, que duró hasta 1522, supuso un hito en la historia marítima del mundo. 

23 de septiembre: Diálogo de Alto Nivel en la ONU sobre financiación para el desarrollo. Busca atraer y dirigir las inversiones públicas y privadas de todo el mundo para la implementación de acciones y programas alineados con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

25 de septiembre: 50 aniversario de la Organización de la Conferencia Islámica. Compuesta por 57 Estados miembros, representa la voz colectiva del mundo musulmán. Arabia Saudita y Turquía rivalizan por su liderazgo. 

27 de septiembre al 9 de octubre: Campeonato del mundo de atletismo, Doha 2019. Servirá de termómetro para valorar la capacidad organizativa de Qatar ante el reto del Mundial de fútbol de 2022. 

Octubre: Elecciones en Bolivia. El actual presidente Evo Morales, en el cargo desde 2006, buscará un cuarto mandato consecutivo. Enfrente, la oposición conservadora debe decidir si afronta estas elecciones unida o con diferentes candidaturas. 

2 de octubre: 150 aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi.  Figura histórica india de gran influencia para el movimiento de desobediencia civil y no violento en todo el mundo. 

2 de octubre: Primer aniversario del asesinato de Jamal Khashoggi. Se cumplirá el primer año del asesinato del periodista en el consulado saudí en Estambul, que ha afectado gravemente las relaciones diplomáticas del régimen saudita. 

6 de octubre: Elecciones legislativas en Portugal. El país afronta un nuevo ciclo electoral en una situación política y económica mucha más estable que en los anteriores comicios. Se espera que el actual gobierno dirigido por el socialista António Costa revalide mandato. 

15 de octubre: Elecciones presidenciales y parlamentarias en Mozambique. Los dos partidos históricos del país, Frelimo y Renamo, inmersos en nuevas conversación de paz, volverán a pugnar por alcanzar la presidencia. El actual presidente, Filipe Jacinto Nyusi, ha anunciado su intención de optar a la reelección.  

15 y 16 de octubre: 20 aniversario de la Cumbre de Tampere. Permitió avanzar en la creación de un espacio común de libertad, seguridad y justicia en la UE, marcando un antes y un después en la política migratoria europea.  

18 de octubre: 20 aniversario de la creación de la figura del Alto Representante de la UE para la PESC. La designación de Javier Solana como Mr.PESC marca el inicio de una política exterior, de seguridad y defensa común en la UE.  

20 de octubre: Elecciones en Grecia. Tras la finalización de los programas de rescate en 2018, Grecia afronta un nuevo ciclo electoral, en el que el actual primer ministro Alexis Tsipras volverá a presentarse.  

21 de octubre: Elecciones generales en Canadá. El actual Primer Ministro, Justin Trudeau, opta a la reelección en unos comicios marcados por el debate sobre inmigración y las relaciones con Estados Unidos.  

24 de octubre: 90ª aniversario del Crack del 29. Fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos, dando inicio a La Gran Depresión de alcance mundial.  

27 de octubre: Elecciones generales en Uruguay. La coalición de izquierdas Frente Amplio que gobierna el país desde 2005 buscará un cuarto mandato frente a los dos principales partidos de la oposición, el Partido Nacional y el Partido Colorado.  

27 de octubre: Elecciones en Argentina. Se elegirán a los cargos ejecutivos y legislativos, nacionales y provinciales, además de la presidencia. El actual presidente Mauricio Macri aspira a la reelección.  

29 de octubre: 50 aniversario del primer mensaje a través de ARPANET, la antecesora de la red Internet. Dos computadoras, una en la Universidad de California y la otra en el Stanford Research Institute, establecieron la primera comunicación entre dos computadoras remotas. 

31 de octubre: Fin del mandato de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo. Su sucesor será elegido entre los 19 miembros de la zona euro. Este 2019 implica un fin de etapa en el BCE ya que cinco de los siete puestos principales del BCE quedarán vacantes antes de final de año. 

Noviembre: Elecciones parlamentarias en Polonia. El retroceso electoral del PiS (Partido Ley y Justicia) en las elecciones locales de octubre de 2018 ha lanzado un claro aviso del descontento de una parte de la ciudadanía por la deriva autoritaria y populista del actual gobierno. Las elecciones europeas de mediados de año serán un buen termómetro para medir fuerzas de cara a las elecciones de final de año, que pueden suponer el fin del gobierno dirigido por Mateusz Morawiecki.  

5 de noviembre: Elecciones legislativas en Israel. Aunque esta la fecha prevista, La debilidad del actual gobierno israelí, dirigido por Benjamín Netanyahu, hace prever un adelanto electoral en el que se anticipan serias dificultades para la conformación de un gobierno estable. 

9 de noviembre: 30 aniversario de la caída del muro de Berlín. La caída del Muro de Berlín supuso el inicio del colapso del bloque comunista así como la reunificación de Alemania, que consolidó un poder aún mayor dentro de la UE. 

17 de noviembre: 150 aniversario de la inauguración del Canal de Suez. Su construcción cambió por completo el comercio internacional al acortarse en miles de kilómetros la distancia por mar entre Europa y Asia. 

17 de noviembre: Reunión de la APEC. Chile acogerá, por segunda vez, el Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, que tendrá como uno de sus ejes programáticos principales el comercio internacional, así como la disminución de las brechas de género. 

18 al 22 de noviembre: Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales en Durban. Buen momento para analizar la implementación de los ODS y sus impactos a nivel local. 

19 de noviembre: Bicenteranio del Museo El Prado. Una de las mayores pinacotecas del mundo, institución central en el desarrollo del arte contemporáneo mundial, celebra el bicentenario de su creación.         

Diciembre: Elecciones presidenciales y legislativas en Túnez. Una nueva ocasión para comprobar el nivel de consolidación de la transición democrática, la evolución ideológica de Ennahda, la capacidad de tejer coaliciones y la canalización del malestar y frustración de los jóvenes y las regiones periféricas.  

10 de diciembre: Premio Nobel de la Paz. El más controvertido de los premios  Nobel se entrega en el Día de los Derechos Humanos, aniversario además de la muerte de Alfred Nobel. 

25 de diciembre: Cuarenta aniversario de la invasión soviética de Afganistán. La intervención soviética en el país, continuada por la estadounidense en 2001, han marcado la historia de Afganistán en las últimas décadas. 

Pendiente: 11ª Cumbre de los BRICS. Brasil acogerá esta nueva cumbre que agrupa a Sudáfrica, Rusia, India, China y Brasil. Este bloque ha ido perdiendo fuerza por la situación de crisis en alguno de sus miembros y la ausencia de una propuesta de orden global alternativo. 

Pendiente: Elecciones legislativas y municipales en Camerún. La inestabilidad política y social instalada en Camerún tras la revalidación de la presidencia de Paul Biya en las pasadas elecciones presidenciales puede condicionar el calendario electoral pendiente. 

Pendiente: Elecciones federales en Australia. En la última década las pugnas internas por el poder y los cambios de líderes han condicionado la política australiana.

Palabras clave: Multilateralismo, polaridad, crisis, economía de plataforma, resistencia, conflicto, feminismo, frontera, fragmentación, Brexit, Brasil, Irán, China, Estados Unidos, UE 

FUENTE: https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/notes_internacionals/n1_208/el_mundo_en_2019_diez_temas_que_marcaran_la_agenda_global

 

El termino ingles phishing es un método que los ciberdelincuentes utilizan para engañar y conseguir que el usuario revele información personal, como contraseñas o datos de tarjetas de crédito y de la seguridad social y números de cuentas bancarias. Lo hacen mediante el envío de correos electrónicos fraudulentos o dirigiéndole a un sitio web falso.

Phishing, conocido como suplantación de identidad, es un término informático que denomina un modelo de abuso informático y que se comete mediante el uso de un tipo de ingeniería social, caracterizado por intentar adquirir información confidencial de forma fraudulenta (como puede ser una contraseña, información detallada sobre tarjetas de crédito u otra información bancaria). El cibercriminal, conocido como phisher, se hace pasar por una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica, por lo común un correo electrónico, o algún sistema de mensajería instantánea o incluso utilizando también llamadas telefónicas.

Dado el creciente número de denuncias de incidentes relacionados con el phishing o pharming, se requieren métodos adicionales de protección. Se han realizado intentos con leyes que castigan la práctica y campañas para prevenir a los usuarios con la aplicación de medidas técnicas a los programas. Se considera pishing también, la lectura por parte de terceras personas, de las letras y números que se marcan en el teclado de un ordenador o computadora.

Los mensajes de phishing parecen provenir de organizaciones legítimas como PayPal, UPS, una agencia gubernamental o su banco. Sin embargo, en realidad se trata de imitaciones. Los correos electrónicos solicitan amablemente que actualice, valide o confirme la información de una cuenta, sugiriendo a menudo que hay un problema. Entonces se le redirige a una página web falsa y se le embaucada para que facilite información sobre su cuenta, lo que puede provocar el robo de su identidad.

Es preciso tener en cuenta los diversos datos uno de ellos es como reconocer, eliminar, evitar y  protegerse del phishing: en el primer caso es preciso recibir mensajes pidiendo que revele información personal, normalmente mediante correo electrónico o en un sitio web, en cuanto a la eliminación, si bien no se los pueden eliminar si se los pueden detectar, además se necesita monitorizar su sitio web y esté al corriente de lo que debería y de lo que no debería estar allí, en lo posible cambiar los archivos principales de los sitios web periódicamente.

Al momento de evitar los phishing hay que tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Mantenga buenos hábitos y no responda a enlaces en correos electrónicos no solicitados o en Facebook.
  • No abra adjuntos de correos electrónicos no solicitados.
  • Proteja sus contraseñas y no las revele a nadie.
  • No proporcione información confidencial a nadie por teléfono, en persona o a través del correo electrónico.
  • Compruebe la URL del sitio (dirección web). En muchos casos de phishing, la dirección web puede parecer legítima, pero la URL puede estar mal escrita o el dominio puede ser diferente (.com cuando debería ser .gov).
  • Mantenga actualizado su navegador y aplique los parches de seguridad.

 

En cuanto a la protección de éstos no hay una forma mejor de reconocer, eliminar y evitar el phishing que utilizar una herramienta de antivirus y antiphishing, y la mejor de ellas es Avast.

El smishing es otra variante de engaño que se basa en el envío de mensajes de textos para obtener información confidencial. El vishing sigue la misma lógica pero el medio empleado es un llamado telefónico.

En Latinoamérica este método es uno de los más usuales al momento de realizar ciberataques, el mecanismo preferido de los ciberdelincuentes es el Phishing (técnica que se utiliza para engañar a usuarios, persuadiéndoles a revelar información o a realizar acciones que ponen en riesgo la seguridad del dispositivo o divulgar información confidencial de la empresa). El correo electrónico es el medio en donde se manejan con facilidad, también se puede encontrar en los numerosos links a través de redes sociales e incluso llamadas telefónicas o mensajes por WhatsApp, incitándonos a ingresar a un sitio web, siempre prometiendo algún beneficio que lamentablemente sólo es un engaño.

Dentro de la lista de víctimas de Phishing en América Latina, el primer lugar lo ocupa Brasil con 23,3% de los ataques, lo sigue Venezuela con 17% y Argentina en tercer lugar con el 16,4%. Según Fabián Assolini, analista de seguridad en Kaspersky Lab, el período preferido por los ciberdelincuentes para realizar este tipo de ataques es el Black Friday ya que en la edición del año 2017 han bloqueado más de 380.000 intentos de ataque que es casi 4 veces mayor al de un día normal. También nos indica que “para tener una idea, solamente este año han bloqueado 40 millones de ataques en América Latina, siendo Brasil el país más afectado” Para tener muy en cuenta, solamente 3 de cada 10 personas conectadas a internet o a través de un dispositivo móvil o computadora, no son víctimas de ataques.-

El delito de Phishing se encuentra en constante evolución llegando a alcanzar en la actualidad una gran sofisticación respecto a sus inicios, tanto en el método de captación de los intermediarios o muleros, como en los ámbitos en los que operan, ya que, si bien las ofertas de empleo eran el método más utilizado por los estafadores para captar a sus víctimas, ahora se producen también en las compraventas a través de la Red.

 

*Dr. Mario Ramón Duarte Abogado

Juez de Faltas – Corrientes – Argentina Especialista en Derecho Municipal de Faltas y Contravencional.

Secretario General CEEYPP (ARG-MEX). Integrante Equipo Dossier Geopolítico/Cees. (ARG).

Experto en Ciberseguridad y Ciberdefensa.

 

GLOSARIO Y ABREVIATURAS DEL CENTRO DE CRIPTOLOGIA NACIONAL DE ESPAÑA (2015).-

DICCIONARIO AMENAZAS CIBERNETICAS SOPHOS (2013).-

PHISHING. ALBEIRO PATIÑO BUILES. (2010).-

PHISHING DARK WATERS: THE OFFENSIVE AND DEFENSIVE SI. CHRISTOPHER HAGDANY, MICHELE FINCHER, FOREWORD BY ROBIN DREEKE. (2018).-

 

WWW.AVAST.COM (2018).-

WWW.PERFIL.COM (2018).-

 

 

 

 

Traducción y síntesis por Juan Martin González Cabañas / analista junior de Dossier Geopolítico

Estas son las tendencias globales que van a marcar el horizonte del 2019 según las consultoras del más alto nivel Geopoliticas Futures y Stratford 

Según la consultora Geopolitical Futures, que elaboro un  pronóstico denominado    «un mundo al borde«:

Desaceleración de la economía mundial

  • El fin de un ciclo largo de expansión económica, creado en 1970 por la asociación entre China y EE.UU,  la producción superara a la demanda 

 

  • Altas posibilidades de recesión, se acabo el periodo de dinero fácil y tasas bajas 

 

  • Posibilidades de Burbujas de deuda que exploten los problemas estructurales de la crisis del 2008 que no se han resuelto, hay altos coeficientes de deudas ampliamente distribuidos 

 

¿La guerra comercial entre EE.UU será una especie de tercera guerra del opio?

 

  • EE.UU buscara una mayor apertura china a las importaciones con trato preferencial, toda la disputa se basa en el control, el control del partido comunista chino sobre la economía china y los efectos del exterior sobre la misma en contraposición a la voluntad norteamericana de imponer mayor apertura y reformas a las tácticas comerciales chinas, y según lo ve el partido comunista chino, mayor vulnerabilidad frente a los movimientos de la economía mundial que se traduzcan en inestabilidad económica y social que afecte su poder y control sobre su propia población.

 

La competencia entre potencias en las áreas periféricas se volverá más activa

 

  • El margen de acción de estados unidos se ha reducido, esta reposicionándose, reagruparse, las otras potencias aprovechan la oportunidad en «la periferia»

 

  • EE.UU. se ha sobreexpandido en sus metas: quiere detener el ascenso de China y abrir más su mercado a sus productos, quiere detener las reaparición de Rusia como polo de poder, quiere cambiar el gobierno en Irán y redibujar el mapa de medio oriente, no es posible tener metas tan ambiciosas al mismo tiempo…. buscara nuevas formas de, relacionarse, asociarse… las potencias regionales utilizan esta oportunidad para intentar aumentar su  poder 

 

Unión Europea

  • No puede sobrevivir a largo plazo en su forma actual  

 

  • hay un desequilibrio en la conformación actual hacia Alemania, Francia en el futuro buscara reformas, porque la base estratégica original de la UE (Francia) ha perdido su peso y Alemania intentara mantener la configuración actual de poder (status quo) como el hegemón europeo.

 

  • La UE se muestra bastante rígida la hora de enfrentar desafíos

 

  • se presenta la actualidad de la UE en una visión bastante maniquea, entre los defensores del proyecto europeísta y la democracia, frente a irracionales populistas y nacionalistas de extrema derecha, cuando la situación es muchos más compleja  

 

  • Polonia ocupara un lugar cada vez más destacado en Europa oriental, que podría cambiar el equilibrio de poder en la región, según la postura que tome su gobierno en el 2019 y a futuro.

 

  • El Brexit no cambiara demasiado la vida comunitaria de la unión en el corto plazo

 

  • Continuara la polarización social  dentro de los miembros de la UE

 

  • la UE endurecerá su postura con Italia y con Reino Unido como medidas ejemplificadoras , pero esta dinámica podría no funcionar a largo plazo

 

  • Los distintos intereses de las realidades nacionales de sus miembros serán un desafío para el futuro unión, pudiendo esta enfrentarse a un largo proceso de deterioro

 

MEDIO ORIENTE

  • Irán estará bajo mayor  presión por parte de EEUU, y reforzara una línea de aliados
  • Otras potencias buscaran a Irán como un bastión contra EE.UU. en la región

Estas son las tendencias que van a marcar el horizonte del 2019 según la consultora  Stratfor:

La competencia entre grandes potencias se intensificara

Estados Unidos intensificará su ofensiva estratégica contra China con tarifas arancelarias, sanciones, colchones regulatorios en torno a las tecnologías emergentes, un respaldo más fuerte a Taiwán y una postura más agresiva en el Mar de China Meridional.                                  

Al mismo tiempo, el fracaso de los pactos de control de armas acelerará una carrera de armamentos entre los Estados Unidos, Rusia y China. El clima geopolítico más agresivo creará oportunidades estratégicas para las potencias fronterizas, como Polonia y Taiwán,  Turquía.

Citando amenazas a la seguridad nacional, los Estados Unidos se apoyarán en gran medida en Europa, Japón, Australia, Canadá, Corea del Sur y Taiwán para erigir barreras más fuertes a la inversión china. Esto afectará la investigación y el comercio en áreas estratégicas, desde la inteligencia artificial hasta el despliegue de redes 5G a partir de 2019. El imperativo de China de ponerse al día en áreas críticas como la industria aeroespacial y el desarrollo de semiconductores de alto nivel solo aumentará las amenazas cibernéticas para las corporaciones y impulsará un EE.UU más ofensivo.

Además, las corporaciones tendrán que lidiar con interrupciones en la cadena de suministro y multas y demandas más graves por violaciones de datos.

La volatilidad del comercio en la economía global

Un enfrentamiento de Estados Unidos con la Organización Mundial de Comercio podría paralizar el proceso de solución de controversias del organismo, obligando a los países a una vía bilateral menos predecible para resolver sus diferencias comerciales.

Canadá, México, Japón y Corea del Sur tienen más posibilidades de negociar cuotas para mitigar la amenaza de los aranceles automovilísticos estadounidenses, pero las conversaciones comerciales de la Unión Europea con Estados Unidos están condenadas al fracaso.

Y mientras que los aranceles estadounidenses adicionales en China aumentarán la incertidumbre comercial, el efecto general en la economía global de la política comercial de la Casa Blanca en 2019 será relativamente silencioso.

Escenarios para Italia y el  Brexit

Un gobierno italiano “populista” desafiante planteará la mayor amenaza para la eurozona en 2019, ya que las preocupaciones sobre los crecientes niveles de deuda del país y el frágil sector bancario. Los mercados financieros y los diferenciales peligrosamente amplios de los rendimientos de los bonos, en lugar de las amenazas de Bruselas, serán los mayores disciplinarios de Roma.  

Bruselas trabajará simultáneamente para evitar un escenario Brexit sin acuerdo con el Reino Unido, pero el veto parlamentario británico sigue siendo el mayor obstáculo para su salida ordenada de la Unión Europea.

Un ojo en la creciente oferta en los mercados energéticos globales

Arabia Saudita y Rusia administrarán cuidadosamente la producción de petróleo para evitar una caída de los precios, ya que controlarán los efectos de las exportaciones residuales iraníes en el mercado.

También existe el potencial para el crecimiento de la producción de Irak y Libia y una reducción significativa de las restricciones de capacidad de exportación en los Estados Unidos más adelante en el año.

Los mercados mundiales de gas natural licuado se verán afectados cuando Estados Unidos asuma su lugar entre los tres principales exportadores de GNL del mundo en 2019.

Fuerzas disruptivas en movimiento en las Américas

Los gobiernos de línea dura y alineados con los Estados Unidos en Brasil y Colombia podrían impulsar un esfuerzo regional atípicamente proactivo para contener el desbordamiento de la crisis actual de Venezuela.

Los esfuerzos de Brasil por sacudir y reformar el bloque comercial del Mercosur se enfrentarán a una Argentina políticamente frustrada.

VISION GENERAL

La competencia cada vez más intensa entre los Estados Unidos, China y Rusia surgiría como la característica definitoria del sistema internacional, creando un dilema para las potencias medias atrapadas en medio de una rivalidad entre grandes potencias. Las guerras comerciales, los ataques cibernéticos, las cambiantes estrategias de defensa y las carreras de armamentos no tardaran mucho en convencer al mundo de que esta es la nueva realidad global.

Una competencia  entre grandes potencias entre los Estados Unidos, China y Rusia acelerará una carrera de armamentos de alto nivel y aumentará la competencia en el ciberespacio y la tecnología. La gobernanza global en torno a estas amenazas será difícil de alcanzar a medida que las divisiones se profundizan en el sistema internacional.

A pesar de que Estados Unidos intensifica una ofensiva estratégica contra China con aranceles adicionales y bloqueos regulatorios, sanciones, y desafíos marítimos en el Mar del Sur de China, Beijing dependerá de su fuerte influencia económica global para corroer las alianzas de Estados Unidos. El año expondrá los límites que enfrenta Estados Unidos al tratar de aislar a China tanto de las cadenas de suministro global tan estrechamente entrelazadas, como de los aliados de los Estados Unidos, atrapados entre mantener una estrecha relación de seguridad con los Estados Unidos e incrementar sus lazos económicos con China.

Se prevé que la competencia entre potencias solo se intensificará en 2019. La Casa Blanca duplicará sus intentos de poner en cortocircuito los avances de China en varios campos estratégicos. Beijing recibirá algunos golpes en el camino, pero China todavía tiene los medios y la motivación más que nunca para acelerar su calendario y sus esfuerzos para alcanzar la paridad con los Estados Unidos.  La relación China y Rusia tiene el potencial de una alineación más estrecha en 2019.

Y para aquellos poderes que se encuentran a lo largo de las fronteras, desde Polonia a Turquía y Taiwán, un clima geopolítico más tenso se traducirá en algunos casos en oportunidades estratégicas mientras intentan trabajar rápidamente para apuntalar las alianzas de seguridad y obtener beneficios económicos especiales de los poderosos pretendientes.

Un enfrentamiento de la Casa Blanca con la Organización Mundial del Comercio podría frenar el proceso de solución de controversias del organismo, lo que obligaría a los países a volver a una vía bilateral menos previsible para resolver sus fricciones comerciales.

La dimensión ideológica de la competencia se jugará más sutilmente

Los Estados Unidos se enfrentan al desafío de competir con un eje eurasiático  China-Rusia, pero se basa en tácticas poco ortodoxas y en un curso ampliamente unilateral en el que corre el riesgo de alejar a muchos de los aliados de poder intermedio. Con el frente occidental dividido y los Estados Unidos ya no defendiendo activamente, y en algunos casos atacando el sistema de gestión del orden global basado en las reglas de la posguerra, China encontrará muchos avances entre las potencias medias para desafiar la ofensiva estadounidense.