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Ante la abrumadora velocidad de los acontecimientos globales en desarrollo, el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, titula su columna del Club de La Pluma con ¡¡ COMIENZA EL GRAN JUEGO SIGLO XXI !! emulando el mismo nombre del conflicto del siglo XIX por el que británicos y rusos se disputaron el Asia Central. Y dada la forma trepidante en que está cambiando el mundo a una velocidad de vértigo, nos ofrece una apretada cronología de hechos ocurridos en los últimos días, a partir del 12 de febrero, cuando Trump informó de “su muy productiva” llamada telefónica a Putin, con la manifiesta intención de sellar el fin de la guerra de Ucrania. Lo que cayó como un balde de agua helada sobre los ánimos de Europa y Ucrania, y que los ha sumido en tal estado catatónico y desesperado, que apenas han podido responder de forma inconexa y bastante anárquica a tan comprometida situación. Y a partir de esa fecha, nos enumera los episodios que se sucedieron día a día y que demuestran el profundo cisma generalizado que divide y encona a las facciones  ya casi irreconciliables del bloque occidental anglosajón sionista, en franca ruptura.

AUDIO:

• Ese día, el Secretario de Defensa de EEUU comunicaba a la OTAN que la guerra de Ucrania debe terminar porque Washington ya no priorizará la seguridad de Europa y que dejaba de ser su garante, para enfocarse en asegurar la frontera de su país y en evitar la guerra con China. Además de que ya no se tolera una relación desequilibrada e injusta entre su país y Europa.

• Ese mismo día, el vicepresidente JD Vance, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, les espetó a sus aliados, y sin miramiento, que la peor amenaza de Europa es la propia Europa, además de que ya no comparte los Valores de EEUU y que camina en una deriva no democrática al anular resultados electorales adversos y por cancelar partidos críticos. Lo que causó alto revuelo, indignación y profundo abatimiento. Sobre todo con lo que …ha llegado a su fin el privilegio de aprovecharse de los Estados Unidos.

• Entre tanto, desde Londres se oyeron voces autorizadas reconociendo que “por décadas Europa ha ignorado que la paciencia de EEUU sobre su defensa se había agotado.” Y The Guardian escribió “… la disputa entre ambos no es ya por el reparto de la carga militar sino que está en cuestión la propia alianza entre ambos.”

• El 16 de febrero, un medio londinense destacó “… que los atónitos líderes europeos comprobaron que terminaban las  décadas de una diplomacia que encumbró a la OTAN como la alianza militar más exitosa de la historia moderna.”

• En tanto que la respuesta de los europeos se centró en una fracasada mini cumbre convocada por Macrón que terminó en un “sálvese quien pueda”  además de declaraciones de algunos jefes comunitarios totalmente decepcionados y angustiados al saber que “…Europa se enterará del acuerdo de paz por la prensa”.

El audio, además de otros análisis geopolíticos, también se refiere a los duros epítetos y desafíos que Trump le lanzó a Zelensky, de los ecos optimistas llegados de Arabia Saudita por las negociaciónes entre EEUU y Rusia, y de la conmemoración, el próximo 9 de mayo, del 80 aniversario de la rendición alemana ante el Ejército Rojo, donde podrían encontrarse –ante la notable ausencia de Europa Putin con Trump y con el presidente chino, Xi Jinping.

Lo que demuestra que el GRAN JUEGO DEL SIGLO XXI acompaña el profundo cambio de los tiempos y la llegada del nuevo orden multipolar global.

Eduardo Bonugli (Madrid, (23/02/25)

Vice Presidente de EEUU J Vance en la Conferencia de Seguridad de Munich Febrero 2025

Pereyra Mele es entrevistado por el programa “Detrás de la Razón”, que conduce el afamado periodista mexicano Roberto de la Madrid Analizamos la crisis política abierta en Argentina por la estafa con la criptomoneda $Libra que promociono el Presidente Javier Milei. Fecha de estreno: 20 feb 2025 LADRÓN, IGNORANTE O SIERVO 

Qué esconde su hermana, Cuál es la conexión con los memes coins de la primera dama de EEUU, Red de Neoliberalismo o red de ladrones solitarios, ¿Javier Milei encabezó la estafa piramidal más rápida y grande de la historia?, ¿Qué significa la criptomoneda o Crypto, Libra? Será su Cisne Negro?

Por Aleksandr Dugin Geopolitika.ru

Hace ochenta años, el 4 de febrero de 1945, las Potencias Aliadas celebraron la Conferencia de Yalta, la cual predeterminó el orden mundial que surgió tras la derrota de la Alemania nazi. La derrota era ya inevitable y los líderes de los bandos victoriosos – el mundo soviético y el mundo capitalista liberal occidental – sentaron las bases del orden de la posguerra.

Este orden se caracterizó por el hecho de que sólo existían dos bandos, dos bloques con dos ideologías diferentes, quienes se repartían el mundo distribuyéndose zonas de influencia. Y este modelo se mantuvo en general hasta la disolución de la Organización del Pacto de Varsovia y, finalmente, el colapso de la URSS. Después de eso, el mundo de Yalta desapareció, dando paso a un orden mundial unipolar que ocupó el lugar del mundo bipolar.

Por lo tanto, no es de extrañar que la USAID, una organización de espionaje y terrorista, tuviera que ver con la creación de la Rusia postsoviética: la Constitución de Yeltsin, los nuevos Códigos Fiscales y de la Tierra, etcétera, fueron escritos por esta organización. Fue el triunfo del mundo unipolar y la destrucción de Yalta.

Ahora se está preparando una reunión entre Putin y Trump. Sí, se trata de dos grandes figuras políticas, dos gobernantes que representan a dos civilizaciones. Pero su reunión no se convertirá en una «Nueva Yalta» ni tampoco predeterminará los parámetros del futuro, es decir, del mundo multipolar. Ni Putin ni Trump son suficientes para decidir el futuro de la humanidad. Además, Rusia carece de un elemento muy importante para participar plenamente en la creación de una nueva arquitectura global: la victoria sobre el globalismo en Ucrania. Al igual que Stalin derrotó a Hitler en la Gran Guerra Patria, Putin debe obtener la victoria en Ucrania.

Sí, nos dirigimos hacia esa victoria y estoy seguro de que sucederá, pero sólo después de que logremos la victoria sobre Ucrania habrá negociaciones verdaderamente significativas entre Rusia y la civilización occidental. Sin embargo, ni siquiera estas negociaciones determinarán la arquitectura definitiva del futuro, porque un mundo multipolar requiere la participación de otras civilizaciones. Al menos de China e India. Por lo tanto, será una construcción con cuatro representantes.

Por otro lado, Europa se aleja cada vez más de Estados Unidos y representa un modelo geopolítico diferente, siendo otro actor potencial. Tampoco podemos olvidar el mundo islámico con sus mil millones de representantes, ni África y América Latina. Son otros tres actores civilizacionales cuyas opiniones no pueden ser ignoradas a la hora de construir el futuro.

Pero el nuevo orden mundial está surgiendo en medio de la guerra civil de los trumpistas contra el «Estado profundo», es decir, la cúpula fanática de los globalistas en los Estados Unidos. Resulta muy diciente que los demócratas hayan organizado una manifestación de apoyo a la USAID cerrada por Trump y Musk, entendiendo que en las entrañas de esta organización se guardaban documentos que podrían usarse contra los líderes del Partido Demócrata e incluso contra los republicanos.

En consecuencia, esta es la razón por la que Estados Unidos está ahora en medio de una guerra civil y Trump tiene que ganarla con tal de construir un nuevo Estados Unidos. Nosotros tenemos que ganar nuestra guerra en Ucrania, derrotar a los globalistas y sus títeres en el campo de batalla. China, India, África y América Latina tendrán que superar también muchos retos y ni hablar del mundo islámico, que ahora mismo está sufriendo frente al «Gran Israel».

Por lo tanto, repito, no hemos llegado todavía a la creación de una nueva Yalta, un momento donde dos bandos habían derrotado a un tercero y se preparaban a darle forma a un ciclo de la historia mundial. Estamos todavía en guerra y tal vez incluso en el umbral de una verdadera gran guerra. Sólo cuando veamos el final de estas guerras, cuando veamos quién es el vencedor y quién el vencido, entonces podremos hablar de una verdadera reunión de los líderes de las grandes potencias para establecer una nueva estructura y un nuevo orden mundial.

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

FUENTE: https://www.geopolitika.ru/es/article/dugin-en-directo-una-nueva-yalta-el-orden-mundial-despues-de-la-victoria

Por Pepe Escobar

Nunca estuvo previsto que esto sucediera en Yalta, aunque puede que algún día se produzca Yalta 2.0.

Nunca se pensó que esto fuera Yalta, aunque puede que algún día se convierta en Yalta 2.0. En el desfile del Día de la Victoria en Moscú del próximo 9 de mayo, que celebrará los 80 años del fin de la Gran Guerra Patria y la derrota de la Alemania nazi, Putin, como anfitrión, y Xi Jinping, como invitado de honor, estarán en la ciudad. También podría estar Donald Trump. ¿Por qué no hacer que todos ellos se suban a un avión a Crimea y escenifiquen una Yalta 2.0 en –dónde más– Yalta?

“De esto están hechos los dulces sueños”, como dicen los metafísicos pop de Eurythmics. Mientras tanto, no fuimos a Yalta, ni siquiera a Reykjavik; pasamos cuatro largas horas y media en el palacio real de Ed-Diriyah, en el valle de Wadi Hanifa. Rusia y Estados Unidos finalmente se sentaron a debatir como adultos, por primera vez en tres años.

Se proporcionó una dosis deliciosa de entusiasmo, todo relacionado con el hecho de que las partes están involucradas en “trabajar para normalizar las relaciones diplomáticas”. Hasta hace tres meses –bajo la administración del Cadáver en la Casa Blanca y su Secretario de Genocidio– esa posibilidad era tan remota como la de un meteorito que se estrellara en la Tierra (eso sucederá, pero en un futuro lejano).

El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, realizó la hazaña sobrehumana de al menos no chocar frente al poderoso Lavrov, el diplomático de mayor rango del planeta. Lavrov y Rubio acordaron crear un mecanismo de consulta para eliminar los “irritantes” (terminología estadounidense) en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, y cooperar en “cuestiones de interés geopolítico común”, según el Departamento de Estado. BRICS podría no ser uno de ellos.

La eliminación de los “irritantes” puede interpretarse fácilmente como un código para Trump 2.0, que intenta encontrar formas de salir del tsunami anterior de sanciones y guerra económica que sólo produjo reacciones espectaculares.

Como era de esperar, los estadounidenses subrayaron que “una sola reunión no es suficiente para resolver el conflicto ucraniano”. Por supuesto que no. El asesor presidencial Yuri Ushakov señaló que el propio Putin decidirá cuándo comenzarán los “contactos con EE.UU. sobre Ucrania” y quiénes serán los negociadores rusos.

Lavrov desmintió por completo la existencia de un plan de tres etapas para Ucrania, que incluye un alto el fuego, elecciones y la firma de un acuerdo final. Tras examinar cuidadosamente los antecedentes hasta el momento, Lavrov siempre ha mantenido que Estados Unidos es “capaz de no llegar a un acuerdo”.

El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, se mostró positivamente radiante:

“No podríamos haber imaginado un mejor resultado después de esta sesión”. Bueno, Witkoff ciertamente siguió el dinero –la máxima prioridad de Trump– cuando él y la delegación estadounidense se quedaron completamente “sorprendidos” al enterarse de que “las empresas estadounidenses perdieron 300 mil millones de dólares por salir de Rusia”, como reveló el director general del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kirill Dmitriev.

Al igual que sucedió con el fiasco de los BRICS, parece que el equipo de Trump tampoco ha estado haciendo su tarea en el frente empresarial.

Cómo se ganó la guerra geoeconómica

A juzgar por lo ocurrido en Riad, es demasiado pronto para jactarse de que Washington, bajo el mando de Trump 2.0, ha declarado que Ucrania –y su insignificante narcoführer– están acabados. De alguna forma sobrevivirá un remanente de Ucrania, pero no está nada claro “qué” será la Ucrania de posguerra.

En cuanto a Rusia, que está a la vanguardia del diseño de un nuevo orden mundial, parece que ese es el caso. Está comenzando un Nuevo Gran Juego, a eones de distancia de la invención original (británica) del siglo XIX, y mucho más cercano a cómo se percibía un Nuevo Gran Juego a principios de la década de 2010, cuando los chinos idearon el concepto de las Nuevas Rutas de la Seda.

Cuando Washington y Rusia proclaman ahora que “consideran los intereses del otro”, eso automáticamente significa que el Imperio del Caos está perdiendo su influencia anterior y ahora se ve obligado a sentarse en la mesa y escuchar (Lavrov enfatizó que realmente nos escuchamos ).

Cuando ambas delegaciones subrayan que es muy complicado programar una reunión personal entre Trump y Putin, eso puede interpretarse sin duda como un código para describir cómo el Estado profundo de Estados Unidos se verá obligado a presentar lo que es de facto una derrota estratégica absoluta en una guerra por poderes fallida.

Más allá del proverbial torrente de manipulaciones sobre cuáles son los verdaderos motivos de Trump para acercarse a Rusia, generando incluso deliciosas insinuaciones de un alucinatorio viaje en alfombra mágica (al son de Steppenwolf y Jefferson Airplane), es muy posible que esto sea solo un viaje ficticio.

O algo mucho más siniestro: Trump preparando a la chusma europea para una nueva Gran Guerra contra Rusia antes de 2030, con los estadounidenses observando desde lejos.

Lo que es seguro es que Trump quiere normalizar las relaciones con Rusia para dejar de perder dinero en Ucrania –que esos tontos europeos paguen– y concentrarse en el verdadero meollo del asunto: la guerra tecnológica y geoeconómica con China, que Pekín ya ha ganado en varios niveles sin lanzar un solo HIMARS, concentrándose en cambio en los logros del plan Made in China 2025.

En cuanto a los testaferros de la UE, que Trump aborrece rotundamente, se reunieron en París para un glorioso no-evento contra-cumbre: la Liga de Perdedores, discutiendo, qué más, su Guerra Eterna, y cómo van a enviar sus fuerzas de “mantenimiento de la paz” –que no tienen, con armas que no tienen– a Ucrania.

Ese perro callejero que se hace pasar por primer ministro británico promete poner “soldados sobre el terreno” mientras la tóxica Medusa von der Lugen sigue vociferando con su rabioso y belicista chihuahua. Incluso otros perros rabiosos como Polonia, junto con los caniches de Alemania, Italia y España dijeron “no” a la avalancha de botas Dr. Martens británicas.

Tal como están las cosas, lo que ocurrió en Riad fue sólo un primer paso: una suerte de reconciliación entre Estados Unidos y Rusia, como la larga distensión de fines de los años 1960 y mediados de los años 1970; Gorbachov-Reagan en 1986-1989 y Gorbachov-Daddy Bush en 1989-1991 (que terminó con el colapso de la URSS); y Medvedev-Obama en 2009 (que terminó con la destrucción de Libia).

Por el momento, no tenemos ningún dato, salvo lo que las fuerzas rusas siguen creando en los campos de batalla de Novorossiya. Estos nuevos hechos sobre el terreno harán que las cosas sean aún más desesperadas para los estadounidenses, ya que la ultra problemática negociación sobre Ucrania se prolongará al menos durante unos meses.

La última palabra la tiene un Lavrov más sobrio: “Cuando los intereses nacionales coinciden, debemos hacer todo lo posible para aunar esfuerzos en esa dirección, en beneficio de proyectos mutuamente beneficiosos, tanto en el ámbito geopolítico como en el económico”. Lavrov está convencido de que ahora los estadounidenses “entienden mejor nuestra posición”.

¿Será así o será sólo otro capítulo de un reality show implacable? Que comience realmente el Nuevo Gran Juego.

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2025/02/19/let-the-new-great-game-begin/

Sergio Rodríguez Gelfenstein que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Los acontecimientos internacionales han tomado un ritmo extraordinariamente acelerado. He consultado con algunos colegas y hemos concluido que se está haciendo difícil seguir el movimiento de hechos que están conmoviendo, transformando y reestructurando el sistema internacional a una velocidad nunca antes vista por lo menos en los últimos 80 años. Lo cierto es que el mundo de la posguerra parece desmoronarse. El consenso logrado en 1945 en Yalta y Potsdam acaba de recibir un golpe mortal en Múnich. 

Hagamos un somero recorrido de los acontecimientos de los últimos días para constatar esta aseveración que emana  la impronta que la administración Trump le está imponiendo al mundo:

  • 12 de febrero. El presidente de Estados Unidos informó que había sostenido una “larga y muy productiva” llamada telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin. Dijo que este  quiere que la guerra en Ucrania termine y que cree que habrá un alto el fuego “en un futuro no muy lejano”. La llamada fue la primera conversación conocida entre ambos presidentes desde que Trump asumió el cargo el mes pasado. 
  • 12 de febrero. El Secretario de Defensa de Estados Unidos Pete Hegseth, durante su reunión en Bruselas con los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), declaró “directamente y sin ambigüedades” que Washington ya no priorizará la seguridad de Europa, determinó que la guerra entre Ucrania y Rusia “debe terminar”, pues su prioridad se enfoca en asegurar las fronteras del país norteamericano y evitar la guerra con China.

Hegseth afirmó que las realidades estratégicas actuales impiden que Estados Unidos siga siendo el principal garante de la seguridad en Europa. Estas mismas realidades obligan –según el jefe del Pentágono-  a una reducción de las fuerzas estadounidenses en la región.  La prioridad para Washington es enfrentar a China, a la que definió como “ un competidor de gran envergadura” porque tiene la capacidad y la intención de amenazar la seguridad nacional de Estados Unidos y sus intereses principales en la región del Indo-Pacífico.   Hegseth subrayó que la disuasión de un conflicto con China en el Pacífico es la misión más importante de su despacho. Reconoció la escasez de recursos y la necesidad de tomar decisiones difíciles para garantizar que el proceso no fracase. 

El Secretario de Defensa instó a los aliados europeos, miembros de la OTAN, a asumir un liderazgo activo. Les dijo tajante que: “La Casa Blanca ya no tolerará una relación desequilibrada que fomente la dependencia. En su lugar, la relación entre Estados Unidos y Europa se centrará en capacitar a los países europeos para que asuman la responsabilidad de su propia seguridad”.

  • 14 de febrero. El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, pronunció un discurso durante la 61.ª Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania, sorprendiendo tanto a los presentes como a los países europeos aliados de Washington. En la disertación, el alto cargo estadounidense afirmó que: «La amenaza que más me preocupa respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa respecto a algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con Estados Unidos». Sin tomar en consideración la perplejidad que generaban sus palabras, agregó que «Cuando vemos a las cortes europeas cancelando elecciones, con altos funcionarios amenazando con cancelar otras, tenemos que preguntarnos si nos ceñimos a unos estándares debidamente altos».
  • 14 de febrero. El senador republicano por Texas John Cornyn,  afirmó que esperaba que los europeos reconocieran que su privilegio de aprovecharse de los Estados Unidos había llegado a su fin y añadió que: «Lo han pasado bastante bien, y esos días ya terminaron”.
  • 14 de febrero. Keir Giles, investigador principal del centro de estudios Chatham House, con sede en Londres, declaró a NBC News que Europa ha ignorado décadas de señales de que la paciencia de Estados Unidos se ha estado «agotando» con la dependencia de Europa de la defensa estadounidense.
  • 14 de febrero. Patrick Wintour, editor diplomático del diario británico The Guardian, destacó que las palabras de Vance demostraron que «la disputa preexistente entre Europa y Estados Unidos ya no tenía que ver con el reparto de las cargas militares o la naturaleza de la futura amenaza a la seguridad planteada por Rusia, sino con algo más fundamental: la sociedad».
  • 16 de febrero. En una columna titulada “El asalto de Donald Trump a Europa”, el periódico digital londinense  “The Economist” destacó que los líderes europeos que asistieron a la conferencia de Múnich quedaron «atónitos» al ver que la Administración Trump «echó por tierra décadas de diplomacia que han sustentado a la OTAN como la alianza militar más exitosa de la historia moderna».
  • 18 de febrero. El primer ministro de Hungría señaló que: “La Unión Europea (UE) quedó «atrapada en la guerra» y conocerá los resultados de las negociaciones sobre Ucrania por la prensa”.
  • 18 de febrero. El primer ministro polaco, Donald Tusk afirmó que la cumbre de urgencia de la UE, celebrada en París no tomó ninguna decisión sobre el conflicto ucraniano. Las contradicciones entre los líderes reunidos impidieron que surgiera una solución común. El portal Político indicó que, tras la reunión de 3 horas y media, sus reacciones fueron «decepcionantes».
  • 19 de febrero. Un encuentro realizado en Riad capital de Arabia saudita entre delegaciones de alto nivel de Rusia y Estados Unidos concluyó exitosamente tras producirse un diálogo fluido y sin contratiempos según informó el asesor presidencial del Kremlin, Yuri Ushakov, quien participó en el encuentro junto con el canciller Serguéi Lavrov. Ushakov resaltó que durante las conversaciones se abordaron todos los temas con seriedad y profundidad y además, se logró un consenso para avanzar en las relaciones bilaterales.
  • 19 de febrero. Al referirse a la reacción de Ucrania y de su líder Volodímir Zelenski a las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en Riad, Arabia Saudita, el presidente Trump dijo:” Piénselo: un comediante de éxito modesto, Volodímir Zelenski, convenció a los Estados Unidos de América de gastar 350 mil millones de dólares para entrar en una guerra que no se podía ganar, que nunca tuvo que comenzar, pero una guerra que él, sin los Estados Unidos y Trump, nunca podrá resolver. Estados Unidos ha gastado 200 mil millones de dólares más que Europa, y el dinero de Europa está garantizado, mientras que Estados Unidos no recibirá nada a cambio. ¿Por qué el soñoliento Joe Biden no exigió la igualdad, ya que esta guerra es mucho más importante para Europa que para nosotros? Tenemos un gran y hermoso océano como separación. Además de esto, Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos está en falta. Se niega a tener elecciones, tiene un puntaje muy bajo en las encuestas y lo único en lo que era bueno era en manipular a Biden “como un violín”.  Zelenski es un dictador sin elecciones que debe actuar rápido o no le quedará ningún país. Mientras tanto, estamos negociando con éxito el fin de la guerra con Rusia, algo que todos admiten que solo Trump y la administración Trump pueden hacer. Biden nunca lo intentó, Europa no ha logrado traer la paz y Zelenski probablemente quiera mantener el “tren de la salsa” en marcha. Amo a Ucrania, pero Zelenski ha hecho un trabajo terrible, su país está destrozado y millones han muerto innecesariamente. Y así continúa…”

Parafraseando el título de  aquel famoso libro de John Reed, podríamos hablar de “los ocho días que estremecieron el mundo”. Los europeos están atónitos y, como lo demostró su reunión cumbre de París, absolutamente desarticulados y sin capacidad de respuesta. Asistieron a Múnich esperando que Vance hablara de asuntos relacionados con la seguridad y defensa del bloque europeo, pero en su lugar «atacó rotundamente» a los aliados de Washington denunciando «la desinformación, la información errónea y los derechos a la libertad de expresión». Según RT, “un alto funcionario europeo que habló con Foreign Policy bajo condición de anonimato dijo que Vance «mientras estaba en Alemania hizo algo en lo que los alemanes son bastante buenos: dar lecciones a otros».

Quien no fue sorprendida ni desarticulada fue Rusia. Desde 2014, con paciencia y visión de largo plazo articuló un plan que ha ido cumpliendo al pie de la letra. Hace unos meses, el presidente Putin esbozó su concepto de paz y su idea de nuevo orden internacional. Durante el foro “Interconexión de tiempos y civilizaciones, base de la paz y el desarrollo” que se celebró en Asjabad, capital de Turkmenistán en octubre 2024, explicó que: «…La paz global solamente puede lograrse teniendo en cuenta los intereses de todos los pueblos del planeta”. En su discurso en el evento, el presidente ruso dio a conocer que su país estaba convencido de que la “paz universal y el desarrollo integral solo pueden garantizarse teniendo en cuenta las opiniones de cada pueblo, respetando, al mismo tiempo el derecho de cada Estado a su propio rumbo soberano, a su propia cosmovisión, a sus propias tradiciones e ideas religiosas», señalando además que  la mayoría de los Estados del mundo abogan por «una distribución más equitativa de los beneficios».

Este fue el soporte que permitió que la semana pasada los mandatarios de Rusia y Estados Unidos conversaran por teléfono y acordaran dejar atrás un período «absolutamente anómalo» de las relaciones entre ambos países, cuando no hubo contactos mutuos.

CONTINUARÁ

sergioro07.blogspot.com

La ruidosa galopada reaccionaria que sacude Occidente se asienta en la reacción que provocaron veinte años de prédica de una izquierda woke canceladora

Arturo Pérez-Reverte (El Mundo). 

(NdR: publicamos está opinión del escritor español Arturo Perez-Reverte sobre la visión de un europeo con sentido común, sobre el: porqué? está en marcha está “revolución” conservadora que recorre todo el -Oxidente- cuestionando profundamente la cultura denominada o identificada como woke que se impuso en los últimos 20 años…y que hoy se está reflejando en las reacciones de masas cuestionadoras de ese proyecto)

(MADRID).- Arístides, según nos cuenta Plutarco en sus Vidas paralelas, era un político ateniense. Sometido a una consulta popular para establecer si se le condenaba al destierro –ostracismo se llamaba a eso, pues se escribía el voto en conchas marinas y en trozos de cerámica–, un ciego, que ignoraba quién era, le pidió que anotara por él su propio nombre. “¿Que te ha hecho de malo?”, preguntó Arístides mientras lo hacía. “Nada –respondió el ciego–. Pero estoy harto de oír decir que es una persona honrada”.

Hartazgo es la palabra: un término a menudo subestimado en política y otros ámbitos, pero cuyos efectos pueden ser lo mismo liberadores que tóxicos. De muchos hartazgos históricos surgieron derrocamientos y tiranías. Pocas cosas son tan ingobernables, por una parte, y tan manipulables por otra –si se cuenta con medios adecuados– como la reacción de las masas hartas de algo. O de alguien.

Asusta, y con razón, la ruidosa galopada reaccionaria que sacude Occidente. Después de dos décadas predicando lo contrario, los apóstoles del mundo feliz paritario e igualitario, la izquierda de nueva generación, canceladora, facilona y woke, se lleva las manos a la cabeza preguntándose cómo es posible, después de tanta doctrina y tanta píldora aparentemente tragada por todos, cuando la batalla parecía resuelta, que al barco del progreso humano le entre agua por todas partes y los demonios largamente denunciados se hagan con el timón de la nave, trayendo consigo sus ajustes de cuentas, rencores y represalias.

¿Qué ha pasado, cómo es posible? se preguntan esos imbéciles. ¿Qué es lo que ha traído a la ultraderecha en Estados Unidos y Europa, resucitando fantasmas que parecían bien muertos y bajo tierra? Miran hacia todos lados palpándose la ropa con estupor. Quién diablos nos ha robado la cartera, inquieren. Pero el único lugar que no miran es el espejo, hacia ellos mismos. A su estupidez, irresponsabilidad e ignorancia, cuando no deliberada mala fe, que convirtió a una ultraderecha antes inexistente en Europa, o más bien minoritaria o residual, en pretexto, en factor útil para su hipócrita ejercicio de oportunismo político.

¿Cuándo cuajó esa derecha europea radical y arrogante? se lamentan. Y la respuesta es aterradoramente sencilla: cuando la izquierda de nuevo cuño dejó de ocuparse de los trabajadores para abrazar e imponer, llevándola a extremos irracionales y ridículos –tan antiamericanos como son para unas cosas, y tan babeantes para otras–, la peligrosa doctrina nacida en Harvard y la universidad de Carolina en la que se fue apoyando poco a poco, extendida como mancha de aceite, tanta basura ideológica: penalizar la libertad individual en favor de la sumisión grupal, retorcer hasta la más grotesca exageración conceptos útiles, nobles y necesarios como izquierda, igualdad, paridad, feminismo, antifascismo. Y todo eso, imponiendo mediante las redes sociales un matonismo abrumador, un régimen dictatorial ante el que primero claudicaron los más débiles y luego nadie se atrevió a discutir. Lo define perfectamente mi amigo Juan Soto Ivars –uno de los pocos que en los últimos tiempos se han mantenido valerosamente libres–: “Nadie hizo nada porque contradecir la monserga provocaba señalamiento, etiquetado, vergüenza. Prefieron ser discretos y que no les salpicara. Así se inundó todo. Es alucinante que auténticos liliputienses lograsen, con sus consignas rellenas de bilis, que multinacionales y gobiernos repitieran esa morralla. He visto a directores de empresa acojonados por las opiniones de una becaria y a profesores de instituto dando la razón al más gritón, arrogante y bobo”.

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           >> Lo woke ha sido un negocio para pandillas que fingen ser masas populares mediante la infiltración y control del Estado, centros de trabajo y universidades <<

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Y así ha sido, literalmente. Hasta las grandes y pequeñas empresas e industrias internacionales, atentas siempre a cuanto signifique negocio, subieron a ese tren para asumir las consignas del momento con verdadero entusiasmo –la hipócrita fe del converso–, alardeando de ser más feministas, más paritarias, más inclusivas, más políticamente correctas que nadie. De ese modo, también lo woke ha sido pingüe negocio durante todo este tiempo. Bajo la dictadura de pandillas digitales que en las redes sociales fingían ser masas populares, mediante la infiltración y control de organismos del Estado, centros de trabajo y universidades, los paladines de lo woke lincharon a todo aquel que no se plegaba a la nueva dictadura: a quien no llamaba niños a delincuentes de dieciséis años y un metro setenta de estatura, a quien, sin dejarse influir por el miedo o la alienación ideológica, decía camionero en vez de transportista, inmigrante en lugar de esa gilipollez de migrante, alumnos en vez de alumnado, o hablase con naturalidad de padres sin precisar que hay parejas de padre y padre, y de madre y madre, o de sexo fluido, o de lo que carajo sea. A quien, en el humilde colegio de su pueblo, en vez de imponer la lectura de una autora feminista o un mediocre autor local –al que no lee ni siquiera el profe– proponía a Homero, Jorge Manrique, Cervantes o Pérez Galdós. A cualquiera que cuestionara, en fin, el lenguaje impuesto y las narrativas oficiales. Consiguiendo, de ese modo, la sumisión cómplice de los cobardes y el silencio cauto de los reacios a buscarse problemas, amordazando a la prensa escrita y digital, convirtiendo los centros escolares en escenario –teatral es el adjetivo adecuado– para chicas arrogantes, crecidas en su poderío, y para chicos atemorizados y confusos hasta el disparate, desconcertados primero y rencorosos después.

El caso, patente hoy, es que esos idiotas o canallas repartieron certificados de democracia, de solidaridad, de igualdad; decretaron un multiculturalismo postizo e imposible, acomplejado ante el radicalismo islámico –profesoras con velo dan clase a niñas europeas y la tumba de Carlos Martel en Poitiers necesita protección antiterrorista–. Dictaron una manera determinada de ser y de pensar, atormentando a sus víctimas con escraches infames. Impusieron a toda costa su lenguaje, a menudo impostado y absurdo, desafiando no sólo las normas sabias de las academias, sino el más puro sentido común. Se granjearon, en fin, después de calzarnos tanto miedo y tanta basura, la antipatía de la gente normal e incluso el rechazo inteligente de algunos de los colectivos a los que aseguraban defender.

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              >> Se granjearon, tras calzarnos tanto miedo y basura, la antipatía de la gente normal e incluso el rechazo inteligente de colectivos a los que aseguran defender <<

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En España, naturalmente, nuestra nueva izquierda –la que en su inculta fatuidad reniega de Julio Anguita y de Felipe González– se puso a la cabeza. Se erigió en administradora única del negocio, y utilizo la palabra negocio con absoluta deliberación. La cosa empezó con lo normal, lo razonable, lo necesario, la paulatina toma de conciencia de que hay vicios sociales intolerables. ¿Quién, salvo una bestia reaccionaria, no iba a asumir y apoyar eso? Pero el asunto exigía, por razones tácticas, tener un monstruo enfrente; y si éste no existía o no era lo bastante poderoso, fabricarlo. Engordarlo bien. De ahí la magnificación de una derecha extrema que antes apenas pesaba en la vida pública, y que ahora abunda en los telediarios y que incluso se ha creído de verdad a sí misma, alentada por individuos de la catadura del tal Buxadé o el siniestro Herman Tertsch. Pero al principio no era así, y de ahí proviene el apunte tóxico, el señalamiento, el adjetivo fascista aplicado a cualquier desacuerdo, cualquier disidencia, cualquier reacción opuesta, por argumentada y razonable que fuera o sea. De ahí, en fin, la equiparación de unos con otros, la cancelación, la prepotencia y la venganza, las campañas desencadenadas incluso contra las personalidades de izquierda o periodistas que, como mi también amigo Antonio García Ferreras y otros comunicadores e intelectuales brillantes, no quisieron marcar a ciegas el nuevo paso de la oca que ordenaban desde el mostrador de la taberna Garibaldi. Sicarios de esa izquierda dogmatizaban y acusaban, y siguen haciéndolo, en los medios digitales y las tertulias radiofónicas y televisivas. Y tan agresiva dictadura acabó envileciendo palabras nobles y perjudicando luchas justas.

Al final, claro, se acabaron viendo las costuras: la hipocresía y el turbio sesgo de quienes pontificaban, calumniaban y señalaban. El hermana yo te creo de Irene Montero y sus violadores liberados por la nueva ley, el chúpame la minga de Pablo Echenique, la venenosa bajunería y mala índole de Pablo Iglesias, gallito del harén, que las azotaría hasta hacerlas sangrar –prepárense, pues se dispone a volver mediante señora interpuesta–, el ridículo lenguaje cursi-infantil de Yolanda Díaz, el farisaico pseudofeminismo del hoy cancelado y escondido Peio Riaño –patético agitador cultural que sostenía que los cuadros de El Prado son machistas–, el enhiesto miembro viril de Íñigo Errejón y tanta basura, tanto camelo barato, tanta mierda empaquetada para su venta a granel por ciertos medios informativos digitales que, con eso y alguna ayudita financiera extra, se ganan la vida. Y de nuevo recurro a mi querido Soto Ivars para expresar lo que yo no diría mejor que él: “No creían verdaderamente en nada de lo que decían: eso lo supimos más tarde, cuando fueron despeñándose. El daño que han hecho a los colectivos que supuestamente defendieron todavía no se puede medir; hay que esperar a conocer la temperatura exacta de la reacción furiosa que han despertado. Lo indiscutible es que quebraron el progreso. Las sociedades occidentales eran cada vez más igualitarias, inclusivas y diversas, pero ellos no podían vivir sin su batalla. Ahora, a saber qué pasará”.

Y lo que pasará, lo que inevitablemente tenía que pasar, está pasando. Que las grandes empresas norteamericanas como Disney, MacDonald’s, Harley Davidson, Ford, Meta, Cartepillar, Amazon, bancos poderosos y fondos de inversión –los europeos irán detrás, como siempre– empiezan a adaptarse al nuevo clima político; y en parte por miedo a las represalias de la derecha emergente y en parte porque comprueban la temperatura, templan el vocabulario y retiran dinero de campañas que antes apoyaban. Atentos al sentir pendular de su clientela, se desmarcan cada vez más de esas dos décadas de presión y sobreactuación insoportable. O sea que, en mayor número, los ciegos atenienses piden a Arístides que escriba su propio nombre en la concha y se vaya a hacer puñetas. Y lo hacen como era previsible –y temible– que lo hicieran: yéndose peligrosamente al otro lado, propiciando el resurgir en España, en Europa, en los Estados Unidos, de un ultranacionalismo conservador, crudo, arrogante, agriamente populista, al que ahora se acogen los cabreados y los desesperados, los fatigados de tanta demagogia y tanto cuento chino; no sólo para darle su voto, que al fin y al cabo de eso trata la democracia, sino para confiarle la revancha, la venganza contra todo aquello que semejantes cantamañanas les hicieron engullir durante veinte años. Por los daños irreparables causados, por la incertidumbre y el disparate.

Nada tranquilizador, desde luego: se avecinan horas negras, y Trump de nuevo en la Casa Blanca es el más perverso ejemplo. Pero lo peor del asunto es que los mismos que, allí y aquí, hicieron posible la tormenta se proclamarán ahora más necesarios que nunca, postulándose a sí mismos para combatirla. Seguirán ahí esperando otra vez su hora, confiados en que el futuro péndulo de la Historia los favorezca de nuevo entre los escombros del mundo razonable que tanto han contribuido a demoler. Al fin y al cabo, las ratas son los únicos animales capaces de sobrevivir a cualquier desastre.

Por Arturo Pérez-Reverte (El Mundo)

Javier Benitez entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

Los países de la Unión Europea han entrado en pánico. Temen que se verán obligados a pagar por la seguridad y la reconstrucción de Ucrania tras un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev, en cuyas negociaciones ni siquiera están participando, según el Financial Times que cita a «más de media docena de altos funcionarios europeos».

Europa con el agua al cuello

La declaración del presidente de EEUU, Donald Trump, tras su conversación telefónica con su par de Rusia, Vladímir Putin, de que las partes acordaron iniciar «de inmediato» las negociaciones para poner fin al conflicto ucraniano, sorprendió a los líderes de la UE por no haber sido incluidos en las conversaciones, apunta el medio.

«Los europeos ahora se han despertado de una noche de borrachera en la que creían ser parte importante de todo un sistema imperial anglosajón, o de la anglosfera, en la que fueron simplemente un partenaire, no han sido socios directos, no han sido partícipes importantes en ninguna de las tomas de decisiones», explica el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico. El analista recuerda sus propios conceptos sobre que la Unión Europea era un gigante económico – algo que ya no es – y «un enano en política internacional», algo que ahora queda de manifiesto.

Y ahora en las capitales europeas creen que Trump obligaría a Europa a pagar por mantener el futuro acuerdo de paz, porque no quiere que EEUU desempeñe ningún papel en la seguridad de Ucrania después del conflicto. Así, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, afirmó que Europa «debe proporcionar la parte abrumadora de la futura ayuda letal y no letal a Ucrania». «La salvaguardia de la seguridad europea debe ser un imperativo para los miembros europeos de la OTAN», aseveró.

En este sentido, Bloomberg advierte que «proteger a Ucrania y ampliar sus propios ejércitos podría costar a las principales potencias del continente 3,1 billones de dólares adicionales en los próximos 10 años». El medio precisa que reconstruir las Fuerzas Armadas de Ucrania, al punto que necesitarían para usarlas como futura disuasión contra Rusia en su flanco oriental, podría costar unos 175.000 millones de dólares a lo largo de esa década.

«No quisiera estar en los zapatos de los dirigentes de la Unión Europea y de la OTAN. Este baño helado de realidad, un regalo que Donald Trump le ha hecho a Europa en el ‘Día de los enamorados’ – San Valentín – es realmente terrible para sus aspiraciones», concluye Pereyra Mele.

Publicado en Sputnik https://noticiaslatam.lat/20250218/la-ue-tocada-y-hundida-por-eeuu-1161206633.html

¡¡ ESTÚPIDOS: ES LA REALPOLITIK !!

En su columna del Club de La Pluma -y parafraseando a Bill Clinton- el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, se dirige con honesta crudeza a los desinformados y espantados europeos, señalando el camino del pragmatismo para que entiendan “¿los por qué de la guerra de Ucrania?” y el terrible fracaso militar que están sufriendo. También, para que vean las claves de su grave crisis económica en aumento, de sus déficit energéticos y de recursos, del atraso tecnológico, de su insignificancia internacional y -en definitiva- de la evidente traición de los líderes de la Unión Europea, entregados conciente y corruptamente a EEUU. 

AUDIO:

Es que, la gran conmoción ha estallado tras conocerse las intenciones de Trump de sellar el final de una guerra perdida, aceptando que Rusia legitime los territorios conquistados, cancelando las ayudas militares a Kiev, negando la entrada de Ucrania a la OTAN y obligando a Europa a asumir la defensa del derrotado. Y además, a pagar los astronómicos costes de su reconstrucción. Un escenario desolador para “El Jardín del Mundo” que afronta UNA TOTAL DERROTA y el posible desprecio, tanto a Bruselas como a su endiosado “Zelensky/Simbol” de ser excluidos de las negociaciones principales. En suma, se ha hecho realidad la peor de las pesadillas para los millones de europeos convencidos -por su prensa- de que destruir a Rusia era un hecho predestinado y la guerra… apenas un trámite.

También resalta en el audio que la realidad demuestra los vaticinios y análisis hechos por éste espacio geopolítico, desde que Putín le marcará sus líneas rojas a Occidente en el 2007, cuando los planes de la CIA eran desguazar a Rusia. Y enumera una a una, las denuncias y análisis lanzados desde aquí, cómo las Revoluciones de Colores y el golpe del  Euromaidán del 2014, financiadas con fondos de la ahora desmascarada USAID, organización terrorista genocida norteamericana para someter a las democracias del mundo, con 700 medios y 7.000 periodistas a sueldo y más su variada legión de ONG. Luego aborda la masacre de miles de civiles ucranianos de habla Rusa en  El Donabas. El boicot -reconocido por Europa- a los acuerdos de paz de Disk para dar tiempo al armado de Ucrania por la OTAN, y la farsa del “Guaidó ruso”, Alexander Navalni. Hasta llegar a la insoportable provocación bélica de occidente contra Rusia en el 2022, que desencadenó el inicio de la guerra. Y por supuesto, el fraude mediático y masivo de los tres últimos años alrededor de la burla infantil de que ”Rusia era solo una gasolinera con bombas atómicas” 

También aborda los amargos trances que pasa hoy la oligarquía comunitaria, las urgencias de Trump por apagar los fuegos externos ante la guerra civil interna de sus elites. Y sobretodo, que el mundo es otro con las nuevas potencias asiáticas más el Sur Global. 

Con lo que confirma que ha llegado la hora de la verdad:

LA HORA DE LA REALPOLITIK… ESTÚPIDOS !!

Eduardo Bonugli

Madrid, 16/02/25

Las ultimas reuniones entre superpotencia donde participo un «aliado» de EEUU en una Reunion importante fua antes del FIN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Stalin (URSS) Rossevelt (USA) y Churchill (UK) 1943/1945

Sec Gral de la ex URSS Nikita Sergeyevich Khrushchev junto al asesinado Presidente de USA John F. Kennedy, reunidos algun «aliado» europeo en la reunion!!!

Presidente de USA Gerald R. Ford, detras el mayor geopolitico norteamericano Henry Kissinger norteamericano, junto al Sec Gral del PC de la ex URSS Leonid Brezhnev, algun aliado de EEUU Europeo en las reunion, pues bien esto es LA REALPOLITIK… ESTÚPIDOS !!

LA HORA DE LA REALPOLITIK… ESTÚPIDOS !! SIGLO XXIPUTIN-TRUMP-XI

”EPUR SI MUOVE”

Aquella legendaria frase de Galieo Galilei en 1633, tras negar que la tierra girara alrededor del sol para evitar ser condenado a muerte por la Inquisición, es recordada por el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, para decirnos que ”SIN EMBARGO EL MUNDO SE MUEVE” a pesar de Donald Trump y sus barbaridades con las que demuestra ser tansoberbio, cegado y absolutista como aquel “santo tribunal”.

AUDIO:

Y con un argumentado análisis, nos rescata de la burbuja mediática que hoy intoxica y atemoriza a la gente, ante las brutales amenazas del sionismo anglosajón que manda desde siempre en Washington, aunque hoy con brutal sinceridad, para centrarnos en el mundo real que sigue su marcha hacia el cambio del poder global y la multipolaridad, con las potencias asiáticas en imparable ascenso y con el Sur Global y los Brics+ ganando protagonismo, a pesar de los golpes de efecto del nuevo “emperador” de EEUU, de sus sobre actuaciones, de los schoks mediáticos y de las amenazas de máximo, que en definitiva demuestran la descomposición del imperio y el peligroso ocaso de su agónica posición dominante.

El audio comienza con la pregunta  ¿Qué es el Occidente actual? Para luego profundizar en su minoritaria geografía, en su declinante alcance estratégico militar, en sus profundas crisis económicas, en su desprecio al resto del continente americano y al África y en la ridícula pretensión de ser “la Comunidad Internacional y el Mundo Basado en Reglas” cuando apenas llegaría a contar con el vasallaje de 50 países, que cada vez dudan más si están en el lado correcto de la historia. Por lo que merecidamente se ha ganado el nuevo nombre de OXIDENTE (con X) por su crónico, creciente e irreversible deterioro tanto interno como externo, en medio de una crisis histórica y existencial que lo convulsiona y lo erosiona.

Además, aborda la contradicción de que a pesar de las amenazas de anexionar Groenlandia, de bombardear con sanciones y aranceles a un mundo que le es cada vez más hostil y de reafirmarse como socio genocida de Palestina, la dura realidad confirma que la situación interna de Norteamérica es de debilidad, que la OTAN sufre una catástrofe terminal en Ucrania, que su tecnología de punta ha entrado en pánico ante la inteligencia artificial China, que el G7 ha perdido el podio global y que todo Occidente está sumido en un impresionante caos interno a punto de implosión.

Y concluye con que el 2025 será un año de mucha conflictividad y desgaste y que  habrá demasiados frentes de lucha, pero que ¡¡ EL MUNDO SE MUEVE  !! Y que lo hace hacia Oriente, señalando irremediablemente que la unipolaridad ha muerto.

Eduardo Bonugli (Madrid, 09/02/25)

Paises que integran la Organizacion del Tratado del Atlantico Norte OTAN

MAS EL AUKUS

Tratado del Aukus

COINCIDE CON EL LLAMADO «MUNDO OCCIDENTAL» U «OCCIDENTE COLECTIVO«

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El mundo que se enfrenta realmente el G7 versus los BRICS+

BRICS Ampliados
G7 «el Occidente»

Entrevista realizada por la Cadena Internacional Negocios Tv española al experto en Geopolítica y Geoeconomia Francisco Javier Martinez Lopez sobre las declaraciones de Donald Trump con relación a «su» idea de ocupar totalmente el Territorio de la martirizada gaza y expulsando a la población nativa del mismo, sobreviviente del genocio realizado por el regimen israeli con el amplio apoyo de las administraciones norteamericana

Martinez Lopez ha agregado una justa indignación y emoción a su análisis sobre lo que realmente quiere hacer Norteamérica con el territorio de Gaza.
Un colofón aberrante a la agresión judía, genocida y expansionista de Israel, fraguada casi en su totalidad por la administración Biden, con el visto bueno de los Republicanos…podemos observar que el análisis que realiza Martinez Lopez corresponde a toda persona decente !!!

NdR Dossier Geopolitico

Negocios Tv:

Javier Martínez López, analista internacional geopolítica y geoeconomía, sostiene que «Trump ha dejado al mundo boquiabierto. La propuesta sobre Gaza es una barbaridad» es una violación flagrante del derecho internacional y de décadas de políticas exteriores bipartidistas de EEUU, así como de los derechos humanos. Y, se pregunta en que se basa para poder decir que EEUU se hará cargo de la franja de Gaza y la controlarán, además de la falta de empatía que muestra hacia los gazatíes.

Paco Arnau, analista internacional de redes y medios, mantiene que «Trump está lanzando un órdago con su propuesta de Gaza para tantear» a sus contrincarios y así plantear políticas vendiendo que ha cedido y ha negociado. Así mismo, destaca que «Trump se plantea que EEUU intervenga con tropas porque Netanyahu ha fracasado».

Eduardo Irastorza, profesor OBS Business School, señala que «Trump está marcando mensajes incendiarios para llevar ventaja en una negociación» está marcando sus máximos. Y, resalta que es algo que no sólo lo ha hecho en este caso, también lo ha hecho con los aranceles, aunque con Gaza cree que es absolutamente imposible.