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Por ENRIQUE LACOLLA de su sitio web PERSPECTIVAS

Argentina en picada hacia el caos. Milei y la política exterior. El ajuste y la dolarización.

Los rasgos delirantes del actual gobierno se pronuncian. ¿Es la nave del Estado un avión en barrena?

Nunca nos habríamos imaginado un momento como el actual para la política argentina. Vamos, que el nivel de grotesco que tienen las actuaciones de la “casta” política -en primer lugar la de quien se distinguió por acuñar el término y ahora está plenamente integrado a ella, Javier Milei-  jamás había llegado a tal altura. O rayado en tanta bajeza, si se quiere. Las trapisondas en el Congreso para tratar de sacar cueste lo que cueste el megaproyecto de reforma del Estado, que apunta nada menos que a abolirlo; el fracaso –provisorio- de este intento, la alianza a todas luces en marcha entre la Libertad Avanza y el PRO; la vigencia silente del Decreto de Necesidad y Urgencia que está trastocando la sociedad con la desregulación de los rubros claves de la economía (devaluación, ley de alquileres, liberación de precios para las prepagas, etc.); la pelea por la preeminencia dentro del esquema de poder entre LLA y el PRO, las oscilaciones de la “oposición blanda” y el carácter devastador de las políticas que apenas están implementándose y cuyo pleno impacto se sentirá partir de marzo, son un torbellino que promete tempestades a corto plazo. Solo la ignorancia o la inocencia (para no usar palabras más fuertes) del electorado que se disparó un tiro en el pie al votar a LLA, y la necedad de los sectores medios que son incapaces de desprenderse de un antiperonismo visceral que les hace preferir abrazarse a Drácula antes que comprender un poco la naturaleza de los procesos políticos de un país semi-dependiente, están frenando el desbarajuste.

Esta especie de interregno entre la obertura del drama y su pleno desarrollo, ha quedado bien llenado por la puesta en escena de los primeros pasos en materia de política exterior: el viaje del Presidente a Israel y a Roma, y la larga cadena de despropósitos en ese rubro producida no bien Milei y la canciller Diana Mondino ocuparon sus cargos.

La renuncia a formar parte del BRICS, de la cual dimos cuenta en la nota titulada “El desatino”, del 11 de enero, ha sido, hasta ahora, la arbitrariedad más desaforada en la que ha incurrido el gobierno, pues representa, a la vez que un programa, un insulto a nuestros mejores socios comerciales y una elección que rompe con la tradición diplomática del país, que ha sido siempre la de la neutralidad entre las superpotencias, al menos en la medida en que ha podido permitírsela. Se dirá que de adherir al BRICS también romperíamos con esa tradición, pero se trata de un argumento especioso, toda vez que el BRICS no es una alianza ofensiva en pro de obtener una hegemonía, sino una combinación orientada a obtener la coexistencia de una multipolaridad de intereses en un marco de relativa armonía. Es decir, se trata de una coalición defensiva, que busca una coexistencia pacífica en lugar de una globalización asimétrica regida por el dólar. Nosotros, en cambio, justo ahora elegimos adherirnos al bando que pretende el control totalitario del planeta.

Pero si lo de la salida del BRICS es una enormidad, la jugada del viaje a Israel y al Vaticano no por estrambótica resulta menos peligrosa. Decididamente, a Milei no le vendría mal una evaluación psiquiátrica. No lo digo por faltarle el respeto a la investidura presidencial, sino porque muchas de las actitudes del presidente, su tenor gestual y la precipitación con que se apresura a poner en práctica sus resoluciones no bien le acuden a la mente, hablan de una inestabilidad psíquica poco compatible con el ejercicio de un alto cargo.

La gira israelí, definida por él mismo como “un viaje espiritual”, ha tenido como componente esencial una decisión, la de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, que de espiritual no tiene nada. Por el contrario, tuvo en su centro una serie de afirmaciones de respaldo al estado judío formuladas por Milei al ultraderechista primer ministro Binyamin Netanyahu justo en el momento en que este se encuentra comprometido en una operación militar en Gaza que tiene un corte francamente genocida. Son todas expresiones y decisiones que se encuentran en contradicción con las resoluciones de las Naciones Unidas y que se contraponen a la tradición de equilibrio y neutralidad de nuestra política exterior cuando de conflictos bélicos se trata. Sobre todo si se toma en cuenta que, en este caso, se trata de guerra de opresión colonial (de parte de Israel contra los habitantes de los territorios palestinos ocupados) y que en nuestro país existen copiosas comunidades de descendientes de las dos etnias confrontadas, que hasta el momento han convivido en paz y armonía bajo su común nacionalidad argentina. Arriesgar una posible discordia interna entre argentinos en aras de un ordenamiento pro OTAN, antirruso, antichino y “anticomunista” es una imbecilidad sin parangón y que abre el camino a otro atentado como los promovidos por la irresponsabilidad de la alineación del gobierno de Carlos Menem en ocasión de la primera guerra del Golfo.

¿Y qué decir del colofón romano de la gira del presidente? Antes vimos a Milei bañado en llanto abrazando el Muro de los Lamentos, y luego danzando en el mismo lugar con un montón de creyentes en la fe hebrea. Después lo encontramos orando en el Vaticano en la misa de canonización de la primera santa argentina, abrazando al Papa y diciendo a la prensa italiana que él es católico pero que profesa “un poco de la religión judía” –cuando hace poco tiempo había dicho que estaba en camino a su conversión al judaísmo. No tenemos nada en contra de un presidente opte por otra confesión religiosa, si esta opción es sincera; nos parece bien que se haya terminado con la vieja disposición constitucional que ordenaba que el presidente de la nación debía profesar la fe católica, apostólica y romana. Pero la verdad es que el despliegue de tantos gestos, devociones, llantos, mohines y bailes indigesta a cualquiera. Menos a Francisco, que manejó con habilidad el doble juego de Milei con una casi imperceptible ironía, asumiendo con humor las cabriolas del presidente y reduciéndolas a las ocurrencias de un nene caprichoso. Bergoglio debe mantener abiertas las puertas para su necesario viaje a la Argentina.

La tormenta perfecta

Mientras tanto, el grueso de las novedades políticas en el país corre por cuenta de las internas en LLA y el PRO. Sigue la pelea entre dos aliados desiguales, el partido de Milei y el de Macri, por ver quien lleva adelante el ajuste. Diríase que el desenlace no ofrece grandes dudas. El PRO debería tener ganada la batalla, pues dispone de experiencia política, dinero, cuadros técnicos y bastante inserción territorial, mientras que La Libertad Avanza es un confuso rejunte de dirigentes sin arraigo y en gran medida oportunistas, cuyo respaldo popular es el mismo del que dispone Milei. Y este apoyo ya ha empezado a licuarse: bastará que la tormenta inflacionaria que nos sacude ascienda a la categoría de ciclón después de marzo, para que el león pierda su melena y la vicepresidenta Victoria Villarruel asuma el ejecutivo. Los muchachos del PRO tendrían así el camino expedito para hacer lo mismo que quiere hacer Milei, pero de una manera más profesional y corriendo menores (?) riesgos. Puede ser así o de otro modo, pero tal como van las cosas este parecería ser el pronóstico más probable.

No soy en absoluto un experto en economía. Pero décadas de historia vivida me han dado cierto instinto para sentir en la piel la temperatura de las cosas. Se cierne una crisis de grandes proporciones y en este tipo de escenarios las sorpresas están a la orden del día. La represión que la ministra Bullrich prepara va en ese sentido. Dolarizar es el objetivo (Cavallo dixit), pero va a acarrear una conmoción inédita. El camino elegido no parece ser hacerse de dólares sino destruir al peso con una inflación desbocada, como expediente para el desguace del estado y la renuncia a una política económica propia. La contracción de nuevos préstamos en divisa fuerte sería el expediente para rehacer el camino, aumentando el peso de la deuda externa y cerrando así toda posibilidad de retorno: “Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate”, para decirlo con el Dante. Para rematar, a modo de secuela la dolarización produciría el aflojamiento de las mallas que contienen al narcotráfico, al desaparecer las trabas que suponen las operaciones de cambio para la libre circulación del dinero. Se abriría así el campo para las “maras” y la criminalidad vinculada al tráfico de drogas, lo que llevaría a potenciar aún más el aparato represivo, que sería a su vez atacado por los enormes flujos de dinero sucio dirigido a corromperlo.

¿Cómo se llama esto? ¿La tormenta perfecta?

Una extraña sensación de irrealidad…

Este panorama, cuya gravedad no se puede ignorar, no termina de alterar a los cuadros de la política. La oposición, blanda, dura o como se quiera que se la llame, se agita, remueve, actúa frenando las disposiciones más desfachatadas de gobierno, pero no termina de definir a estas como lo que realmente son: violatorias de la Constitución y orientadas a formalizar una auténtica traición a la patria. Tampoco se discierne algún intento de formar un frente común para oponerse al estrago. Algunos de los representantes del país interior, los gobernadores, dan la sensación de estar dispuestos a negociar su apoyo al poder central si se les ceden los fondos coparticipables que les corresponden por ley y que el presidente promete cortar si no se allanan a su diktat empobrecedor. Pero la quita a los subsidios al transporte en el interior del país y la eliminación del incentivo salarial a los docentes ha venido a ocluir incluso las veleidades de componenda con el gobierno central que tenían varios mandatarios provinciales.

 La CGT y las organizaciones sociales dieron un primer paso para visibilizar y organizar la protesta contra el ajuste. A este primer movimiento deben seguir otros en rápida sucesión para derribar el DNU antes de que siga haciendo estragos. ¿Qué se está esperando? ¿A que la opinión pública reaccione por fin y pase por encima de sus representantes, como ocurrió en 2001? Tal vez esto sea necesario, para sembrar la alarma y promover una salida a la crisis. La pregunta será entonces: ¿cuál salida?  Y ¿hacia dónde?

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* Confusión, lio (Diccionario de Americanismos). Droga, mierda (RAE). Para Marta Minujin, artista plástica argentina, reconstrucción de una estructura laberíntica compuesta de once o más estaciones, desparramadas sobre el piso.

FUENTE: https://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=787

Por Gabriel Merino que autoriza su publicacion en Dossier Geopolitico

Con su ampliación, el grupo se consolida como la voz insubordinada del Sur Global. 

En el 2001 el gerente del banco de inversiones Goldman Sachs, Jim O’Neil, encargado de la expansión global de la corporación financiera desde la City de Londres, fue quien acuñó el acrónimo BRIC (aludiendo a la palabra ladrillo en inglés, brick) para referirse a Brasil, Rusia, India y China como grandes mercados emergentes donde presentar atención. Estos países presentaban altas tasas de crecimiento, que comenzaban a superar en su aporte a la expansión de la economía mundial al G7, el grupo de las siete economías más importantes del Norte Global, conformado por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón. O’Neil también remarcaba en esos años que una de las razones para prestarles atención era el hecho de que el PIB nominal de China ya superaba al de Italia en el año 2001. 

Para entender la profundidad y la velocidad del cambio en la economía mundial y en la cartografía del poder en las últimas décadas, podemos observar que veinte años después el PIB nominal de China es nueve veces más grande que el de Italia y se eleva a diez veces más grande si ajustamos su producto (PBI) al poder adquisitivo real (PPA). Además, podemos agregar que, en estos términos, la India cuadruplica a la economía italiana, Rusia casi que la duplica y Brasil la supera en un 30%. Todas ellas estaban, por supuesto, muy por detrás en 2001.  

La órbita económica es sólo una de las dimensiones en la que se expresa el profundo proceso socio-histórico de transformación del sistema mundial que tiene a los BRICS en el centro. El ascenso de estos países expresa a fuerzas emergentes que provienen del Sur Global (salvo Rusia), representan a una gran mayoría mundial y poseen territorios de dimensiones continentales, salvo Sudáfrica que se agregó en 2011 al espacio como representante africano. Además, articulan a buena parte de las grandes culturas con base en grandes civilizaciones históricas, que fueron subordinadas por las potencias atlánticas del Occidente geopolítico en su ascenso imperial. Ahora, con la ampliación a cinco países más, esta realidad se extiende al incorporar a países del mundo islámico árabe y persa.

En este sentido, para entender a los BRICS resulta necesario observar que expresan un ascenso e insubordinación de las grandes semiperiferias del sistema mundial, protagonizada por potencias emergentes de escala continental en articulación global. Esto está transformando estructuralmente el propio sistema mundial y haciendo volar por los aires el orden mundial al establecerse otra correlación de fuerzas, lo cual es resistido por el Occidente geopolítico conducido por el polo de poder anglo-estadounidense. De hecho, no resulta casual la aparición de los BRICS en la escena internacional en 2009, luego de la gran crisis de 2008, cuando se produce una bisagra en el capitalismo global y, con ello, un nuevo momento geopolítico, a partir del cual se consolida la situación de la crisis de la hegemonía estadounidense (o anglo-estadounidense como prefiero denominar). 

Desde su primera Cumbre de líderes en Ekaterimburgo, Rusia, se resalta la necesidad de democratizar el orden mundial unipolar, atendiendo a una nueva realidad, y aparece la necesidad de avanzar hacia un sistema de divisas menos dependiente del dólar, que sea “estable, predecible y más diversificado.”

Con la pandemia que se desató en 2020 se aceleraron las tendencias fundamentales de la actual transición del sistema mundial, entre otras el declive relativo del Occidente geopolítico y el ascenso de China y de Asia en general. Ese año se produjo un quiebre significativo en la economía global, con fuerte carga simbólica: los países agrupados en los BRICS superaron a los países del G7 en el porcentaje que representan sus respectivas economías medidas en PIB a paridad de poder adquisitivo (PPA). Esta tendencia secular, que avanza desde los años 80 bajo el liderazgo central de la locomotora China, continuó su curso luego de 2020 y probablemente vaya a continuar. Hasta el momento los intentos de Estados Unidos y el Occidente geopolítico para revertir estas tendencias —que se manifiestan en guerra global contra el terrorismo, la guerra comercial, la guerra tecnológica y la guerra económica a través de sanciones, o impulso de conflictos internos a los estados considerados rivales, etc.— no solo no han logrado sus objetivos, sino que parecieran haber impulsado aún más la crisis de hegemonía y transformación del sistema mundial. El economista y sociólogo italiano Giovanni Arrighi analizó esto en relación con la guerra global contra el terrorismo y cómo ello terminó “beneficiando” de forma indirecta a China, quien resultó ser el gran “ganador”. Es parte del cambio de época actual.

Los BRICS+

La ampliación del espacio en los BRICS+ da cuenta de la extensión de este proceso a otros territorios del Sur Global, con importantes implicancias geopolíticas. No resulta casual que desde 2021-2022 más de 20 países solicitaron el ingreso a una de las nuevas instituciones multilaterales fundamentales del mundo multipolar en desarrollo.    

Tres meses después de la Cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, donde el viejo mundo unipolar volvió a dictar a las mayorías mundiales lo que debían hacer (aunque ya sin mucho éxito), se realizó en septiembre de 2023 la cumbre de los BRICS de Johannesburgo, Sudáfrica. Allí se concluyó con la propuesta de invitar a seis países a formar parte del bloque partir del 1º de enero de 2024: Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Etiopía e Irán. 

Ahora los BRICS+ reúnen más de 45% de la población mundial y casi 36% del producto global (PBI PPA). Además, sus miembros representan 40% de la producción total de gas y 45% de la de petróleo, lo que tiene un gran impacto en el mercado mundial de hidrocarburos y en su comercialización mediante dólar —cuestión clave en el sistema monetario mundial post abandono del patrón oro en 1971, centrado en el petro-dólar. En este sentido, el BRICS+ agrupa en un mismo espacio de cooperación económico y político al gran taller industrial del mundo y nuevo centro económico emergente que es China, y a otra gran plataforma industrial en ascenso como es la India, con los grandes productores de materias primas y especialmente de energía. A la vez que cuenta con la segunda y la tercera poderes de defensa del mundo (Rusia y China) y la primera potencia nuclear (Rusia).    

La incorporación de cuatro países del llamado Oriente Medio y tres de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es clave por el papel central de dicha región como principal fuente de exportación mundial de hidrocarburos. También porque se incorpora al BRICS+ la gran cultura islámica (tanto árabe como persa), lo que profundiza el camino de diálogo de “civilizaciones”. Y además, por el lugar geopolítico. Colocada como “cinturón de quiebra” (shatterbelt) por parte de actores importantes de pensamiento estratégico anglo-estadounidense, esta región geopolítica se presenta para el Occidente geopolítico como un territorio en disputa, donde domina la fragmentación y la falta de unidad política, y en el cual los grandes jugadores geoestratégicos tienen sus puntos de apoyo y compiten por la influencia, a la vez que entran en el juego de las propias potencias regionales. 

En este sentido, el “Oriente Medio” se estableció como una zona de gran convergencia y choque de fuerzas y, por lo tanto, como una gran zona de inestabilidad. Para los neoconservadores del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (conocido como PNAC por sus siglas en inglés), que dominaron en la administración de George W. Bush y luego se fueron imponiendo en buena medida con Donald Trump, esta región se estableció como un territorio prioritario a controlar para mantener la supremacía estadounidense en el siglo XXI. 

En estos marcos geopolíticos y geoestratégicos deben analizarse las invasiones y guerras de Afganistán e Irak, lugares clave de la llamada Guerra Global Contra el Terror, así como también el conflicto en Siria y Libia o la guerra híbrida con Irán por parte de Estados Unidos y aliados. Sin embargo, la situación en esta región está cambiando a pasos acelerados. A los malos resultados obtenidos en Afganistán e Irak por parte de Estados Unidos y aliados, se le sumó el fracaso de la política de cambio de régimen en Siria, cuyo gobierno contó con el apoyo de Irán y de Rusia para sostenerse en este conflicto clave de la Guerra Mundial Híbrida y Fragmentada en curso. Por su parte, Moscú volvió a ser un protagonista central en la región, como parte de su regreso como gran jugador geoestratégico mundial. 

Por otro lado, la presencia de China es cada vez mayor, convirtiéndose en el principal actor económico de “Oriente Medio” o el centro de Afro-Eurasia. El acuerdo entre Irán y China en 2021 fue un hecho fundamental en este sentido, en tanto debilitó estructuralmente la guerra económica contra el país persa por parte del Occidente geopolítico y brindó las bases materiales para su ingreso en las grandes asociaciones Eurasiáticas, consolidando el triángulo mortal para la primacía estadounidense en el mega continente hipotetizado por Zbigniew Brzezinski: Beijing-Moscú-Teherán. 

También resulta importante en el análisis el avance del corredor China-Asia Central-Asia Occidental de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) que va desde Xinjiang hasta el mar Mediterráneo pasando por Irán, Irak, Siria y Turquía entre otros países. Así como también son para destacar los acuerdos de Beijing con Arabia Saudita y E.A.U., entre los que se incluyen el pago en yuanes de los hidrocarburos que importa China. 

El reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita bajo la mediación de China y la consecuente disminución de las tensiones entre estos dos actores protagonistas de un conflicto regional permanente, sacudió el tablero geopolítico mundial al modificar sustancialmente el escenario regional. 

Debe mencionarse dentro de las reconfiguraciones geopolíticas recientes el accionar conjunto de la OPEP (en donde se destaca el peso de Arabia Saudita), junto a Rusia (convergencia denominada como OPEP+) para sostener el precio mundial del petróleo, a pesar de las presiones de Estados Unidos y el Occidente geopolítico para bajar el precio en plena escalada de la guerra en Ucrania. El reino saudí claramente ha cambiado su juego. 

Con la incorporación de Egipto a los BRICS Plus o BRICS+ se agrega una de las cinco potencias de “Oriente Medio” o de la región central de Afro-Eurasia, que administra una ruta comercial estratégica, el canal de Suez, y es la bisagra terrestre entre África y Asia Occidental. Habitado por 112 millones de personas, heredero de una civilización histórica y en pleno impulso modernizador a partir de la construcción de una nueva capital, Egipto es la tercera economía del continente en tamaño, luego de Nigeria y Sudáfrica, y es uno de los países más relevantes de África —un continente va a tener un lugar cada vez más influyente en los asuntos mundiales en las próximas décadas y donde está en crisis la hegemonía occidental establecida a partir de la colonización europea. Se trata de un país exportador de hidrocarburos y, como Arabia Saudita, un aliado importante de los Estados Unidos y el Occidente geopolítico en la región, pero que ahora está reequilibrando su posición. Además, también posee un significativo intercambio comercial con China y Rusia, y tiene importantes relaciones con Moscú a nivel militar, en proyectos de energía nuclear y en la industria del gas.  

En el caso de Etiopía se trata del segundo país por población en África (120 millones) y la sexta economía del continente. Es un actor importante por su cultura e historia, marcadas por ser el segundo país del mundo en adoptar oficialmente el cristianismo luego de Armenia y por ser el territorio de importantes reinos y de un imperio que duró más de 700 años, desde 1270 a 1975. A su vez, junto a Liberia fueron los únicos Estados africanos que mantuvieron su independencia durante el reparto de África por parte de los imperios coloniales europeos y sólo estuvo ocupada por Italia entre 1936 y 1941. Etiopía es un país influyente en el estratégico cuerno de África y se encuentra lindante a la región llamada “Medio Oriente” o el centro de Afro-Eurasia. Aunque se trate de un país sin acceso directo al mar, por su influencia en Somalía e inserción histórica en la zona, en donde se encuentra Djibouti y Eritrea, se trata de un país importante en relación a las rutas del Mar Rojo y del Océano Índico, y particularmente en relación al estratégico estrecho de Mandeb. La inclusión del país africano coincide, además, con el establecimiento de acuerdo amplio entre los Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.

Argentina queda afuera 

El posible ingreso de Argentina, que finalmente fue descartado por su nuevo gobierno, tenía varios aspectos para destacar. Argentina es miembro del G-20 (hubiera sido el séptimo BRICS que también es de del G-20), representa la tercera economía en América Latina y la segunda de América del Sur después de Brasil, y se destaca como un importante productor mundial de alimentos. Además, posee un gran potencial en la producción de minerales (que ya está en pleno despliegue y algunos de los cuales son centrales para la transición energética en curso como el litio) y también en la elaboración de hidrocarburos (posee la tercera reserva de gas más grande del planeta). A su vez, es el principal productor sudamericano de software, tiene un buen nivel de formación de su fuerza de trabajo (“capital humano”) y posee importantes capacidades científico-tecnológicas para ser un país semi-periférico de tamaño medio. En materia geopolítica es de destacar su proyección sobre la Antártida y su carácter bicontinental, su gran litoral marítimo de 4.500 km. sobre el Atlántico Sur y, por supuesto, su lugar clave en la Cuenca del Plata, espacio nuclear de América del Sur desde el cual construir una confederación continental y un centro económico emergente. 

En este sentido, su ingreso a los BRICS junto a Brasil podría haber fortalecido la sinuosa y disputada construcción de un bloque regional —que colisiona con los intereses hemisféricos de los Estados Unidos— para consolidar el desarrollo de un polo en América del Sur que converja con otros poderes emergentes en un escenario de creciente multipolaridad relativa. 

El desarrollo continental y universal se articula y forma parte de un mismo proceso contradictorio y plural de insubordinación de la semiperiferia, que adopta particulares características en el “patio trasero” de la vieja potencia hegemónica y del Occidente geopolítico durante cinco siglos.

La contradicción entre el regionalismo autonomista y el regionalismo “abierto” o neoliberal, entre la integración de Nuestra América o la integración “hemisférica” bajo la doctrina Monroe, se articula con la contradicción principal del sistema mundial en transición entre las fuerzas unipolares y las fuerzas multipolares, es decir, entre el Occidente geopolítico y el Norte Global (conducido por las fuerzas dominantes anglo-estadounidenses) frente a los poderes emergentes y el Sur Global.

Argentina y la región, necesariamente, forman parte de ese proceso sociohistórico de cambio estructural, liderado por las fuerzas emergentes de Asia.

De hecho, el comercio exterior argentino refleja año a año esta transformación. El intercambio comercial de Argentina con Estados Unidos y la Unión Europea en conjunto representa 23% del total del país y llega a poco más de 25% si se toma también Canadá y México (USMCA), perdiendo peso año a año. En comparación, el intercambio comercial con Brasil, China e India, tres socios clave del BRICS, representa el 36% del total, y si consideramos el conjunto del MERCOSUR y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), en donde se encuentran otros importantes postulantes al BRICS, llega al 46,5%. 

En otras palabras, el mundo emergente ya es parte central de la realidad económica de Argentina y de la región, lo cual se refleja en muchas otras dimensiones. Frenar esa tendencia hacia la confluencia con las fuerzas en desarrollo con el objetivo de alinear al país a los intereses de los Estados Unidos y del Occidente geopolítico sólo pude traer como resultado estancamiento y periferialización. En términos estructurales, es la política que, con matices y contradicciones, se impone en parte desde hace 10 años, en lugar de haber continuado y profundizado el reequilibrio hacia el mundo emergente, de la mano del fortalecimiento de la autonomía nacional y regional. A partir de esos años, Argentina y la región entraron en un pantano del que no logran salir. 

Original publicado en TEKTONIKOS: https://tektonikos.website/los-brics-y-el-cambio-en-el-mapa-del-poder-mundial/

Ante las próximas derrotas en Ucrania y Medio Oriente y la desdolarización creciente, un EE.UU. dividido ocupa Latinoamérica para frenar a China

Por Eduardo J. Vior(*)
analista internacional

La combinación de previsibles derrotas político-militares, pérdida de competitividad, desdolarización de vastas regiones del mundo y la creciente división ideológica y cultural dentro del campo occidental conducen a un aceleramiento de los movimientos tectónicos que están haciendo temblar el mundo desde hace dos años. En particular, del modo en que se resuelva la lucha por el poder en Estados Unidos dependerá el curso de su confrontación con la República Popular de China por la organización del mundo, es decir, entre la competencia pacífica y la guerra nuclear.

El fracaso de la contraofensiva ucraniana en el pasado verano boreal y la interrupción de las transferencias legales de fondos de Estados Unidos al país europeo permiten aseverar que Ucrania no puede ganar la guerra que inició contra Rusia hace diez años. Después del fracaso de la contraofensiva en Zaporiyia y la pérdida de decenas de miles de efectivos, los avances rusos en Donetsk, Lugansk y Járkov han puesto al ejército de Kiev a la defensiva. 

Fracturada por intensas luchas de poder, que, en realidad, reflejan las diferentes estrategias que compiten en Washington, Ucrania sólo puede retrasar la ofensiva rusa, si construye una eficiente línea defensiva. Aun así, su derrota militar es una cuestión de tiempo. En algún momento de los próximos meses su frente cederá y deberá aceptar las condiciones que Rusia imponga para firmar la paz. Probablemente, en ese momento los servicios occidentales comenzarán una guerra de guerrillas con los restos del ejército ucraniano, pero no podrán ocultar la derrota política y militar de la OTAN.

Entre tanto, en Asia Occidental el Imperio también está retrasando su derrota. Al plantearse objetivos desmedidos y demasiado ligados a la supervivencia personal del primer ministro Benyamin Netanyahu, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se empantanaron en una guerra en varios frentes que no pueden ganar y la masacre contra la población de la Franja de Gaza ha cambiado la visión que… 

la opinión pública mundial tenía de Israel: ahora lo ve mayoritariamente como un Estado genocida.

Mientras tanto, EE.UU. insiste en multiplicar los frentes. Primero, atacó a Yemen junto con Gran Bretaña y un puñado de aliados, pero no pudo evitar que el comercio israelí tuviera que abandonar el estrecho de Bab el Mandeb y se desviará por el Cabo de Buena Esperanza (4.500km más). Las pérdidas del Estado sionista ascienden entre tanto a decenas de miles de millones de dólares.

Al bombardear este viernes 2 bases de milicias pro iraníes en Siria e Irak, los norteamericanos cayeron en la trampa del Eje de la Resistencia liderado por Irán y extendieron la guerra de Gaza

Su presencia en ambos países representa una cuña en el frente de la Resistencia y le permite desde hace doce años robar el petróleo de Siria. Para peor, su Fuerza Aérea esperó cinco días para bombardear, tiempo suficiente para que las milicias vaciaran las instalaciones. Evidentemente, Washington quiso enviar a Teherán una advertencia sin dañarla, pero es peor, ya que los bombardeos justifican a las milicias que los atacan permanentemente en ambos países y amplían la guerra de Gaza.

Después de cuatro meses de guerra, Israel no ha podido vencer a la resistencia palestina, la mitad de sus fuerzas están comprometidas en la frontera con Líbano, la guerrilla palestina en Cisjordania no cesa en sus ataques y los yemeníes han dañado su comercio. 

Además, la división de su liderazgo y la oposición de gran parte de la población al gobierno de Benyamin Netanyahu ponen un serio límite a su esfuerzo de guerra. Si, además, sus aliados occidentales insisten en ampliar el teatro de operaciones, más integral y abarcadora será la negociación que el Eje de la Resistencia imponga a Israel y los norteamericanos. EE.UU. está a punto de perder su hegemonía en Asia Occidental e Israel ha quedado a la defensiva, con el consecuente fracaso de su proyecto expansionista.

La estrategia neoconservadora de guerra permanente es desde la presidencia de Ronald Reagan (1981-89) el correlato necesario de la hegemonía del capital financiero especulativo concentrado, no sólo, porque la guerra continua alimenta la industria armamentista, sino también, porque abrir a los tiros nuevas posibilidades de inversión en el exterior resultaba hasta hace poco más rápido que invertir en el desarrollo de la tecnología y la industria nacionales. Expandiendo la deuda pública se podía comprar todo a precio vil en el exterior y se fomentaba un lucrativo negocio para bancos y fondos de inversión que se enriquecen con las obligaciones del Estado. Además evitaba el crecimiento de clases trabajadoras que luego obligaran a los más ricos a ceder algo de su poder y propiedad.

Cuarenta años de concentración de la riqueza en una ínfima oligarquía super rica creó una mayoría empobrecida e impulsó la resistencia de sectores productivos que consideran tanta guerra un despilfarro y reclaman el cierre del mercado norteamericano para recuperar su competitividad. Razones históricas y anclajes ideológicos hicieron que los neoconservadores globalistas vayan de la mano con liberales universalistas y todo tipo de corrección política (la llamada cultura woke). Quienes defienden el mercado interno, en cambio, se vistieron de reaccionarios, racistas, xenófobos y machistas.

http://consorciociudadano.org/wp-content/uploads/2017/07/American-Flag-Dry-Drought-Cracked.jpg

Desde principios de la década pasada Estados Unidos está irremisiblemente partido en dos facciones irreconciliables. En el comienzo de la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre próximo, entonces, la fractura se agravó y el país está en pleno conflicto constitucional por la grave crisis migratoria en la frontera sur. 

En medio de la campaña electoral ambos partidos aprovechan la tragedia de los inmigrantes para ganar puntos. Durante meses se negoció en el Senado un compromiso bipartidista por el cual los demócratas se avendrían a un cierre total de la frontera mexicana a cambio de que los republicanos votarán nuevas partidas de ayuda a Ucrania. Este compromiso se desinfló en la medida en que Donald Trump se fue perfilando como el futuro candidato presidencial republicano. Tanto él como Joe Biden tienen ahora más interés en polarizar que en resolver la crisis. Al hacerlo, empero, llevaron el país al borde de la ruptura.

Los gobernadores de 25 estados (la mitad del país) y los fiscales federales de 26 de ellos han manifestado su apoyo a la rebeldía de Texas contra la orden de la Corte Suprema de EE.UU., para que el estado de la Estrella Solitaria (de su bandera) retire el alambre de púas que ha colocado en un tramo de su frontera con México en el litoral del Río Bravo. La cerca de 48 kilómetros a orillas del río Bravo forma parte de la estrategia del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, para evitar la llegada de migrantes. Su colega de Florida, el republicano Ron DeSantis, y la precandidata del mismo partido Nikki Haley se han solidarizado con la rebeldía texana.

Demócratas y republicanos insisten en agudizar la fractura del país, sin hacerse cargo de las consecuencias que puedan sobrevenir. En el resto del mundo, en tanto, cunde la desconfianza. 

No sólo Estados Unidos se caracteriza por incumplir sus compromisos y promesas, sino que su división actual permite dudar de la solidez de los compromisos que sus gobiernos contraigan, ya que no se sabe si el próximo gobierno los honrará. 

Si la política estadounidense suscita desconfianza, es lógico que su moneda pierda credibilidad. 

El secuestro de 300.000 millones de dólares de depósitos privados y públicos de Rusia en bancos occidentales como resultado de las sanciones de 2022 y el robo de las reservas áureas de Venezuela en Londres muestran un sistema económico y financiero occidental que incumple sistemáticamente las reglas de la economía capitalista mundial. No puede reclamar previsibilidad quien actúa arbitrariamente y cambia sus decisiones de un día a otro.

Esta pérdida de la confianza de muchos países hacia EE.UU. está llevando a cada vez más naciones emergentes a abandonar el dólar y buscar asociaciones internacionales más respetuosas de las reglas. Por eso BRICS ha duplicado este año la cantidad de sus miembros. La presidencia rotativa rusa de BRICS 10 durante 2024 ha puesto los términos del intercambio entre sus miembros en el tope de agenda. Un grupo de expertos está analizando los posibles mecanismos de pago dentro del bloque, incluyendo las monedas digitales y la interacción de los sistemas de pago, pero por lo pronto se dará prioridad al pago en monedas nacionales. Rusia y China así como Rusia  Irán ya comercian en sus monedas nacionales. Dentro de la Unión Económica Euroasiática se está implementando un mecanismo de conversión entre las monedas nacionales y otros países del Sur están siguiendo el ejemplo. Aunque todavía minoritaria, la desdolarización avanza en el mundo.

Ante su pérdida de influencia en Europa, Asia y África, EE.UU. se está haciendo fuerte en América Latina y el Caribe. 

Mientras acuerda con Ecuador, Perú y Paraguay el ingreso de fuerzas militares, retoma las sanciones contra Venezuela, impide la normalización de Haití, incrementa su intervención militar en Guyana y desequilibra Argentina. El Comando Sur está aumentando la militarización de la región de un modo como no sucedía desde la década de 1970. Al mismo tiempo, la militarización de las fuerzas de seguridad de los países de la región y la intervención de sus ejércitos en tareas policiales desguarnecen el territorio y favorecen a las redes de narcotráfico.

No sólo los recursos minerales, sino especialmente el transporte y las comunicaciones son de especial interés para la intervención norteamericana. Incapacitados para competir con China, los Estados Unidos busca desmembrar los estados latinoamericanos y anular su control del territorio, para impedir a futuro el surgimiento en la región de un bloque defensivo. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, esta política se mantendrá en lo sustancial. 

Sin embargo, esta actitud propia del perro del hortelano es de patas cortas. Quien mucho abarca, poco aprieta. Mucho menos, si no ofrece alternativas de desarrollo a cambio del sometimiento. En algún momento se relaja la vigilancia y/o se combinan dos o más crisis simultáneas y el mecanismo de control salta por los aires.

De acuerdo a la mayoría de las previsiones de los organismos internacionales en la próxima década China superará a EE.UU. como primera potencia del mundo y en 2037 será la mayor economía del mundo. Ya adelantada tecnológicamente a su competidor en 35 de 37 sectores de vanguardia. Aunque EE.UU. sigue teniendo el mayor PBI total, China ya en 2022 lo superó en cuanto al poder adquisitivo por persona. Mientras que en 2023 su PBI creció en 5,5%, la economía norteamericana se incrementó en 2,5% y la del resto de los miembros del G7 permaneció estancada.

En la última década y media China ha sido el motor principal del crecimiento económico del mundo, aportando el 35% del crecimiento del PBI nominal del globo, mientras que Estados Unidos ha contribuido en un 27%. Aunque ambos países tienen un serio problema de deuda pública, las acreencias totales contra China ascendían en septiembre pasado a U$S 47,5 billones, mientras que Estados Unidos debía U$S 70 billones. Para refinanciar su deuda, EE.UU. depende de mantener una política de altas tasas de interés que, si bien benefician a su economía, dañan el crecimiento global. China, por el contrario, sigue aumentando el consumo e incrementando su presencia internacional como forma de sobrellevar la deuda.

La competencia entre ambas potencias se centra actualmente en el comercio, las finanzas y las tecnologías de punta. 

Estados Unidos tiene serios problemas para competir con China en los mercados del Sur Global y por eso busca cerrarlos a las inversiones chinas. Al mismo tiempo bloquea el acceso de su competidor a los últimos desarrollos tecnológicos, aunque sin resultados duraderos. Algo más de éxito tiene en el mercado financiero, si bien, gracias a la ampliación de BRICS 10 y al proyecto de la Franja y la Ruta, la República Popular puede encarar emprendimientos de grandes dimensiones que atraen inversiones importantes.

En la rivalidad entre ambos centros del mundo asoma ya India que, a punto de superar al tercero en retroceso (Alemania)..

…se apresta a disputar con ambos mercados e inversiones. Todavía no representa un problema, pero se prevé que las pujas por desplazar a uno u otro comenzarán antes del fin de la década.

A esta altura de la competencia hegemónica pesan mucho las diferentes estrategias políticas y culturales. Mientras que EE.UU. sigue recurriendo a su fuerza militar y a la imposición de su voluntad, China está desarrollando un entretejido de redes concéntricas y multipolares en las que todos los actores ganan a la vez. Si bien Beijing carece de la ideología universalista de su contrincante, la confianza que genera su tratamiento respetuoso de las diferencias le está deparando grandes éxitos.En el corto plazo, hasta las elecciones presidenciales de noviembre próximo, puede anticiparse que Estados Unidos intentará sostener a la vez el esfuerzo militar en Ucrania, Asia Occidental y en el Mar de la China Meridional. Al mismo tiempo mantendrá la presión sobre América Latina y el Caribe y sobre Europa. En esta sobreextensión de su esfuerzo de guerra reside precisamente su debilidad. Cualquier evento que se produzca en algún escenario de conflicto puede quebrar su línea defensiva y tendrá repercusiones en el resto del mundo. Habrá que armarse de paciencia y estar atentos a cualquier grieta que aparezca en la armadura.

(*) Dr. Eduardo Vior es miembro de Dossier Geopolitico

La masiva protesta del miércoles 24 contra el gobierno de Milei fue seguida en todo Occidente, porque ven en Argentina el laboratorio del ultraliberalismo mundial

Por Eduardo J. Vior
analista internacional

La huelga general y las manifestaciones que este miércoles paralizaron Argentina y pusieron en pie de lucha a 1,5 millones de manifestantes en todo el país tuvieron una resonancia internacional dispar. Mientras que en los medios del bloque euroasiático se informó elogiosamente sobre la medida de protesta, pero no se le dio una importancia excesiva, en los medios del establishment norteamericano y en Europa Occidental tuvo una gran resonancia. Inmersas como están en el enfrentamiento con los neoconservadores, las elites globalistas de izquierda y derecha están todos los días tomando la temperatura del experimento ultraliberal que Javier Milei está realizando en Argentina.

https://media.c5n.com/p/52e0d411be165fe878cc4c2c20dae513/adjuntos/326/imagenes/000/242/0000242972/1055x593/smart/plaza-del-congreso-marcha-paro-cgt-24-enero.jpg

The New York Times, The Washington Post, El País, Folha de São Paulo, The Guardian, Liberation y La Repubblica, entre otros medios del mundo occidental, siguieron de cerca la jornada de movilizaciones en todo el país. “Argentinos en huelga gritan que ‘la patria no se vende’ contra la agenda liberal de Milei”, publicó el diario brasileño Folha de São Paulo, y desarrolló: “El país mantiene huelga general mientras el Congreso discute un paquete de leyes para desregular la economía”. 

Por su parte, el oficialista El País de Uruguay, señaló lo siguiente: “Tras el inédito paro general en Argentina, la Justicia frenó la reforma laboral de Milei”, en alusión al reciente fallo del fuero laboral que declaró la invalidez de seis artículos del mega DNU.

“Un paro nacional en Argentina pone a prueba las propuestas de Milei”, tituló entre tanto el The New York Times, y en la bajada –algo contradictoriamente- aclaró que “A pesar del caos económico, el índice de aprobación del presidente se ha mantenido alto, o incluso ha subido junto con los precios. Encuestas recientes muestran que el 58 por ciento de argentinos lo apoyan”. El corresponsal no refiere quién hizo tal encuesta, pero todo el artículo está signado por la idea de que hay “dos Argentinas”. Sobre todo, termina citando alarmado el eco que el discurso del presidente argentino en Davos tuvo entre la derecha internacional.

Por su parte, el Washington Post encabezó con “El presidente argentino se enfrenta a una huelga general de un día mientras sus adversarios intentan hacer descarrilar su programa de austeridad”. En ambos matutinos del poder norteamericano se nota una actitud expectante sobre las chances de éxito del ajuste libertario y sobre la capacidad oposita para frenarlo. En ninguno de los dos casos arriesgan opinión, pero destacan la importancia del choque del día 24.

En la prensa británica, a su vez, se observa una clara diferenciación política en el mero registro de la huelga y el acto. Mientras que el conservador The Times ignoró los acontecimientos, el liberal The Guardian tituló “Los argentinos organizan una huelga nacional contra el programa de extrema derecha de Javier Milei”, tomando claro partido contra el gobierno de LLA. También el diario de la City The Economist guardó silencio este jueves sobre la manifestación y el cese de actividades, pero el miércoles ya había publicado “Los sindicatos argentinos prometen una ‘huelga total’ mientras Javier Milei impulsa la reforma económica”. El movimiento sindical aparece como amenazante, mientras que el gobierno ”reforma”. Por su parte, la agencia de noticias Reuters, especializada en noticias económicas, informó que “Los sindicatos argentinos desafían a Milei con una gran huelga y protestas”, o sea, un tono “neutral” y a la expectativa.

Otro fue el tono de la información en Francia. En tanto France24 tituló “Milei enfrenta el primer paro nacional en años, mientras la ‘ley ómnibus’ sigue en vilo”, Radio Francia Internacional (RFI) señaló que “Otro disparo de advertencia contra el nuevo poder ultraliberal en Argentina”. El centroizquierdista Liberation, por su parte, encabezó con “En Argentina, huelga general contra ‘el proceso de destrucción del país’ que ha iniciado Milei» y en la bajada explicó que “Todas las organizaciones sindicales convocaron una huelga general contra la política ultraliberal del presidente argentino. Y a pesar de un protocolo de seguridad especialmente represivo, la movilización parece haber sido masiva.”

El italiano La Reppublica tituló “Argentina, primer golpe contra Milei. Buenos Aires paralizada por las protestas”. Y sostuvo que “500.000 personas en la capital, y otro millón en el resto del país se han cruzado de brazos contra la ‘Ley Ómnibus’ sobre privatizaciones y recortes. El Parlamento pospone el debate una semana”.

Del mismo modo, en España El País tituló que “Decenas de miles de personas protestan en Argentina en el primer paro general contra Milei”.

El paro y la movilización masiva del miércoles 24 despertaron en Estados Unidos y Europa Occidental el interés de las elites globalistas de izquierda y derecha, porque están observando atentamente el desarrollo del experimento libertario en Argentina. De un lado y otro del Atlántico hay elecciones este año y, dentro del abanico de ofertas derechistas que pululan, se destacan las propuestas libertarias impulsadas por la Red Atlas. El interés por el libertarianismo ha crecido después del manifiesto leído por Milei el miércoles 17 en el Foro de Davos y tanto los europeos como los norteamericanos están pendientes de sus resultados.

No se trata de una decisión entre modelos económicos, sino de elegir entre dos visiones sobre la organización y estrategia de Occidente para recuperar la hegemonía mundial. Desde hace dos años la Alianza Atlántica ha sufrido grande derrotas en Europa y Asia, enfrenta poderosos desafíos en África y se ha hecho fuerte en el Continente Americano, donde el Comando Sur está interviniendo por doquier. El levantamiento pacífico del pueblo argentino contra el intento mileísta de golpe de estado puede desbaratar el control imperial sobre el Cono Sur, al mismo tiempo que manda a la cucha a los seguidores de Conan.

Por Omar Ruiz(*)

“… Hoy todo es política internacional, que juega

dentro o fuera de los países, influenciando la vida de las naciones y de los pueblos en forma decisiva”.

Juan D. Perón, La Hora de los Pueblos, 1968

La política exterior de Argentina durante el gobierno del presidente Alberto Fernández, estuvo contextualizada por la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, el endeudamiento heredado y la sequía; y enmarcada en un mundo de interdependencia hegemónica, transición de la dominación económica- financiera anglosajona hacia el poder ascendente de China, resurgimiento de la geopolítica y el nacionalismo, expresada tanto en la disputa en Asia-Pacífico por el control del Mar de China y Taiwán, como en el anticolonialismo en Africa noroccidental, la guerra en Palestina y la proyección global de la OTAN como alianza ofensiva. En esta etapa analizar y, en el plano regional, por la vigencia de proyectos soberanistas en algunos países de América Latina, los intentos de recrear UNASUR y el debate del acuerdo MERCOSUR-UE; y se caracterizó por promover no sin algunas contradicciones, el interés nacional, los principios de soberanía, multipolaridad, multilateralismo, respeto al derecho internacional, integración regional, e inserción comercial.

Si bien el proyecto de Unión por la Patria fue derrotado electoralmente, en el balance de la política exterior de estos cuatro años se pueden destacar muchos logros, señalar errores y reafirmar desafíos para un futuro gobierno de este espacio político renovado.

En estos cuatro años Argentina estuvo integrada al mundo, tanto a Occidente como a Oriente, lejos de la crítica opositora que hoy gobierna y nos aleja de más de la mitad de la humanidad.

Las acciones del gobierno podrían enmarcarse en lo que Juan Carlos Puig denominó “autonomía heterodoxa”, enfoque apropiado para un país de tamaño medio como el nuestro, que reconoce la existencia de distintas potencias globales, no comparte algunos de sus lineamientos y preserva para sí intereses propios, teniendo presente que: 1) no hay políticas de poder sin poder, 2) que las necesidades del país en términos de intereses comerciales y/o renegociación de deudas implican en algunos casos ciertos condicionamientos geopolíticos y 3) que la política exterior y la política interna se influyen mutuamente según la relación de fuerza entre gobierno y factores de poder. 

Comenzando con la prioridad de la Política Exterior Argentina, respecto de “Malvinas” se desarrolló una política soberana que reafirmó en todo momento nuestros derechos sobre las dichas Islas, como también sobre Georgias del Sur, Sándwich del Sur y espacios marítimos correspondientes. Se denunció formalmente el acuerdo Foradori–Duncan de 2016 que era perjudicial para nuestros intereses, y se lo desactivó en la práctica en forma previa; además se logró una victoria diplomática sobre el Reino Unido al conseguir la inclusión del tema Malvinas en la declaración de la Cumbre CELAC – UE de 2023. Se crearon y aprobaron por ley, el Consejo de Estado de Malvinas con representación estatal y civil, la nueva Plataforma Continental y la capacitación obligatoria sobre Malvinas, acciones que mostraron la voluntad del gobierno de concientizar y transitar el camino de la recuperación pacífica del ejercicio efectivo de la soberanía sobre las Islas. Argentina, país marítimo, bicontinental y bioceánico debe profundizar sus acciones geoestratégicas y geoeconómicas en Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, por su importancia geopolítica y sus recursos naturales para el desarrollo del país.

El regreso de Luis Ignacio “Lula” Da Silva a la presidencia de Brasil permitió una sintonía fina entre los dos países más importantes de América del Sur sobre cuestiones tales como los desafíos de la multipolaridad, BRICS, UNASUR, CELAC y el proyecto de una moneda común para intercambios comerciales, entre otros temas.

Desde la presidencia Pro tempore de Argentina en el MERCOSUR, se impulsó un fortalecimiento del bloque regional, un aumento en el comercio intra regional, y la construcción de un bloque para contrapesar las asimetrías en las negociaciones comerciales con la Unión Europea y otros Estados. 

Alberto Fernández promovió el diálogo desde el “Grupo de Puebla” apoyando los procesos de integración regional.

Con el presidente Andrés Manuel López Obrador se acordó la iniciativa para la creación de la agencia espacial latinoamericana y hubo numerosas coincidencias en la Agenda de América Latina y el mundo. 

Asimismo, se profundizó la integración con los gobiernos de Uruguay, Paraguay y Chile, con este último se acordó continuar el proyecto de la red de fibra óptica para conectar el sur de nuestro continente con el sudeste asiático.

En estos cuatro años, Argentina, repudió el golpe de Estado en Bolivia, coordinó con México el salvoconducto del ex Presidente Evo Morales y su posterior asilo; apoyó al actual presidente Luis Arce e impulsó la incorporación plena de Bolivia al MERCOSUR. 

La victoria de Gustavo Petro, celebrada por nuestro gobierno, ha sido muy significativa para poner a Colombia en la línea de presidentes comprometidos con la Patria Grande.

El informe “Bachelet” sobre Venezuela tuvo a Argentina en su posición histórica en defensa de los derechos humanos, al mismo tiempo que rechazó a Juan Guaidó como presidente por su origen no democrático e ilegítimo. 

El presidente Alberto Fernández expresó en distintas reuniones, encuentros y foros virtuales, la necesidad de construir un orden mundial más justo y se pronunció por un capitalismo con rostro humano. 

Un logro importante de la gestión ha sido la decisión, demorada, de incorporarse al grupo de países BRICS, como una forma de adherir a los principios de un mundo multipolar y policéntrico. De mantenerse esta decisión, nos permitiría comerciar con un conjunto de países que representan el 22% de la superficie continental, el 42% de la población mundial, el 24% del PBI mundial y contribuyen con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.

Con China, potencia en ascenso y destino principal de nuestras exportaciones, Argentina sostuvo sus relaciones políticas y comerciales no sin titubeos en temas como la energía nuclear y las centrales hidroeléctricas. Durante estos años China ha sido solidaria con Argentina en la Cuestión Malvinas. 

Con EE.UU., la agenda estuvo ocupada principalmente por el tema de la renegociación de la deuda externa, hubo coincidencias en temas como la lucha contra el cambio climático, y disputas por la Secretaría General de la OEA y la presidencia del BID. 

En el caso de Europa se puso un foco crítico sobre el acuerdo comercial MERCOSUR – Unión Europea, analizando su impacto sobre nuestro sector industrial y laboral, no obstante, la negativa de países como Francia para avanzar.

El presidente Alberto Fernández tuvo una diplomacia activa ante los principales países europeos, promoviendo el reclamo por un trato justo con las deudas de los países en desarrollo.

Con Rusia, que también ha manifestado un apoyo permanente a nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, se estrechó la relación a partir de la entrega solidaria de la vacuna “Sputnik” y se coordinó la solicitud de nuestro ingreso a los BRICS. Tenemos por delante el desafío de aumentar el intercambio comercial y avanzar en proyectos de integración espacial, militar y energética. 

Argentina expresó su apoyo al principio de integridad territorial de los Estados ante la intervención militar de Rusia en Ucrania, llamó a un cese de hostilidades, y pidió una mesa de negociaciones para alcanzar la paz en este conflicto, provocado por la pretensión de la OTAN de expandirse hacia las fronteras de Rusia.

En la guerra entre Israel y Palestina, Argentina condenó tanto los ataques del grupo Hamas contra la población israelí como la represalia de Israel en Gaza exigiendo el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. Este conflicto tiene un principio de solución, en el cumplimiento de las distintas resoluciones de Naciones Unidas que reconocen la existencia de dos Estados. Asimismo, Argentina, en el marco de la operación denominada “Regreso Seguro”, envió aviones Hércules C-130 con destino a Tel Aviv, para evacuar a más de mil argentinos.

Con India nuestro país avanzó en el fortalecimiento de la cooperación bilateral para incrementar el intercambio comercial y las inversiones, muestra de ello es la cifra récord de más de 5600 millones de dólares en el último año. India es el cuarto socio comercial de Argentina a nivel global (considerando el comercio bilateral total), luego de Brasil, China y Estados Unidos, y también cuarto destino de nuestras exportaciones. 

Durante estos años, ha sido evidente la falta de decisión para concretar e implementar algunas “declaraciones”, sirva como ejemplo la demora en la incorporación a los BRICS, la falta de decisión para impulsar el funcionamiento nuevamente de UNASUR, la indefinición en la compra de los aviones caza polivalentes y otras decisiones que debieron tomarse en materia de defensa. Estos titubeos no son sólo atribuibles a problemas presupuestarios, como siempre se intenta explicar, sino, producto de no saber qué hacer, ante las presiones geopolíticas. Es preciso definir, en que áreas y temas se avanzará con cada potencia internacional.

En Argentina el signo político de gobierno ha cambiado, y todo confirma un alineamiento absoluto con el mundo anglosajón, en un regreso a las “relaciones carnales” de los años 90 con la consiguiente pérdida de autonomía en materia de política exterior y las consecuencias económicas por el debilitamiento de las relaciones con China y Brasil. La violencia verbal (agresión al Presidente de Colombia, Gustavo Petro), las concesiones en materia de soberanía en Malvinas (diálogo con David Cameron) y la torpeza diplomática (poner en cuestión el principio de una sola China con el acercamiento a Taiwán), son muestras claras del delirio y la deriva; y de una posición alejada del interés nacional y que conduce claramente al aislamiento internacional.

A pesar del péndulo de nuestra política exterior, seguimos pensando que Argentina debe asumir como Política de Estado, liderar junto a Brasil un proceso definitivo de integración política, institucional, social, energética, militar, financiera, comercial y ambiental que permita a nuestra región convertirse en un actor con capacidad de influencia mundial. Argentina, para poder incidir en los grandes temas de la agenda internacional como la seguridad internacional y la paz, la crisis climática y el cambio energético, la deuda externa, necesariamente deberá hacerlo desde la integración regional. En este camino resulta clave el fortalecimiento del MERCOSUR, recuperar UNASUR y la incorporación definitiva de Argentina a los BRICS, para contribuir a la construcción de un mundo más humano, sostenible e igualitario.

Omar Ruiz

Magister en Relaciones Internacionales

Ex Legislador Provincial Provincia Cordoba

Red de Capacidades Nacionales

Colaborador de Dossier Geopolitico

En su discurso en el Foro de Davos, Javier Milei se la agarró con enemigos imaginarios, mientras los representantes del capital concentrado lo miraban con cierto estupor

Por Gonzalo Fiore Viani integrante de Dossier Geopolitico, para INFOBAE 19/1/2024

En el primer discurso que dio Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo que el futuro le pertenecía a los patriotas y a los Estados fuertes. En su primer discurso como presidente de Argentina, ante el Foro de Davos, Javier Milei decidió decir todo lo contrario, al asegurar que el Estado nunca es la solución, sino un problema. El presidente se la agarró con enemigos imaginarios y no se salvó nadie: afirmó que los nazis, los fascistas, los comunistas, los socialdemócratas, los demócratas cristianos, entre otros sectores de la vida política, “son lo mismo”, ya que todos apuntan al colectivismo y al dirigismo estatal.

Cuando Milei dice que el capitalismo sacó a cientos de millones de personas de la pobreza es cierto, pero lo que omite es que el capitalismo que lo hizo fue el capitalismo fordista, productivo, con fuerte presencia estatal, con dirigentes como Roosevelt y las políticas post New Deal. La curva descendente de inclusión social, y la ascendente de concentración de la riqueza y crecimiento de la desigualdad, se disparó, justamente, a partir del capitalismo financiero y especulador que Milei tanto reivindica: el de Reagan y Thatcher. El único capitalismo que reivindica el presidente argentino es el del gran capital concentrado, quienes lo miraron con cierto estupor mientras daba su discurso en Davos. Nunca habían visto allí semejante despliegue de conceptos erróneos y acusaciones contra todos los líderes mundiales de Occidente.

Sería imposible desmontar, una por una, las falacias del discurso de Milei.

Ni el feminismo entorpece el desarrollo del capitalismo -más bien, todo lo contrario, incluyendo a la mitad de la población en la rueda de la producción y del consumo-, ni el cambio climático es un invento del “marxismo cultural”, ni el Foro de Davos está “contaminado por el socialismo”, ni se puede pensar en un desarrollo capitalista serio solo con el capital privado, sin una interrelación entre el sector público y los privados. Si alguien lo sabe a ciencia cierta a eso, son los mismos asistentes al Foro de Davos. Tampoco resisten análisis las comparaciones que hizo en su discurso el presidente de distintas y heterogéneas expresiones políticas, como la social democracia europea o la democracia cristiana con experiencias totalitarias como fueron el nazismo, el fascismo, o el comunismo soviético.

El presidente no solo atacó al 99% de los dirigentes políticos internacionales, sino que también se burló en su cuenta de la red social X del presidente del foro, el economista alemán Klaus Schwaub, quien lo presentó en su disertación y no puede ser acusado de pertenecer al “socialismo”. Schwab ha expresado su visión sobre la necesidad de una transformación profunda en la forma en que las sociedades y las economías funcionan para abordar los desafíos globales actuales. Su pensamiento se centra en la idea de que estamos en medio de una revolución tecnológica que está transformando fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Schwab aboga por la colaboración entre gobiernos, empresas y la sociedad civil para aprovechar los beneficios de la tecnología y abordar sus desafíos. Schwab ha destacado la importancia de la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa en el desarrollo económico. Su enfoque incluye aspectos como la inclusión social, la equidad de género y la atención a los impactos ambientales. Es decir, todo aquello que fue duramente criticado por el presidente argentino durante su alocución.

Hoy ningún dirigente importante del mundo, ni siquiera los chinos, reivindican el comunismo como la mejor forma de gobierno para el resto de los países. Lo que sí se discute, ya como un problema imposible de ignorar, es la necesidad imperiosa de llevar adelante acciones que contribuyan a revertir o al menos frenar el cambio climático, de profundizar la inclusión de las mujeres y las diversidades sexuales en el marco de un capitalismo con rostro humano, que no profundice las desigualdades, sino que garantice un verdadero piso de oportunidades lo más iguales posibles para todos aquellos que quieran desarrollar su vida en una libertad real y no solo declarativa. Porque no existe libertad cuando existen los monopolios, la concentración extrema de los recursos en pocas manos y el hambre.

El Muro de Berlín y el telón de acero cayeron hace más de 30 años, y en el mundo hoy nadie discute el sistema capitalista y pocos discuten sus instituciones como tal. China es parte del Fondo Monetario Internacional y uno de los principales socios de la Unión Europea y América Latina, con una fuerte interdependencia con los Estados Unidos.

Ninguno de los países supuestamente denominados “comunistas” atacan el sistema capitalista. Quienes critican en mayor medida las instituciones multilaterales son, paradójicamente, dirigentes como Trump, el húngaro Viktor Orbán o dirigentes como la francesa Marine Le Pen, todos referentes del jefe de Estado argentino. Milei, al decir que los principales dirigentes mundiales están “contaminados por el socialismo” también lo hace.

Estar incluido en el mundo hoy no es ser un adalid del bando capitalista de la Guerra Fría, terminada en 1989/1991, sino abogar por un sistema internacional más justo y equitativo. El presidente argentino está empecinado en encabezar un bando de una guerra que terminó hace más de treinta años, con aliados y enemigos imaginarios. El discurso del presidente muestra una retórica que choca con la realidad contemporánea, atrapado en un tiempo que ya pasó. La actualidad demanda colaboración, sostenibilidad y equidad, mientras que Milei se aferra a argumentos desfasados.

En un mundo donde el comunismo no tiene ninguna relevancia, ni siquiera en las películas de Hollywood, la postura de Milei podría aislar a Argentina y dejarla al margen de las transformaciones necesarias para enfrentar los desafíos globales.

FUENTE INFOBAE

https://www.infobae.com/opinion/2024/01/19/la-guerra-fria-termino-hace-30-anos-lo-sabra-el-presidente/

Gonzalo Fiori Viani Analista Internacional

Por Carlos Pissolito de su sitio Espacio Estrategico

  1. A modo de introducción: Muchas veces, nuestro pensamiento va de la palabra escrita a la hablada o, a eb otras, en sentido contrario. Tal es el caso de éste en particular. Sucedió que convocados por el canal de YouTube “El Mercurio” de Antonio Valdez para exponer sobre las crisis de Ecuador y de la Argentina, nos vimos ante la tarea de generar un esquema conceptual que nos permitiera encontrar las llaves de interpretación para tratar de entender ambas situaciones y que pese a algunas obvias diferencias entre ambos países, mostraban unas coincidencias que eran más profundas.
  1. El capitalismo ha evolucionada hacia el turbocapitalismo: Para Werner Sombart, el capitalismo es una «civilización» que tiene sus raíces más antiguas en las grandes ciudades-Estados del siglo XVIII como Venecia, Génova y Amberes en el marco de comercio marítimo con Oriente y que enriqueció a las ciudades italianas, por un lado, mientras, que por el otro permitió a Amberes, ubicada en la desembocadura del río Rin, ser la cabeza de la Liga Hanseática. (1)

Por su parte, Max Weber sin desconocer lo anterior afirmó que el surgimiento del capitalismo moderno data de la Reforma Protestante, más específicamente de su versión calvinista. Para este autor, el espíritu del capitalismo moderno tiene como base a la mentalidad protestante, a partir de que ésta se vio liberada de las restricciones católicas vinculadas con las prohibiciones relacionadas con la usura y al movimiento de las minorías judías. (2)

Como nos explica, Edward Luttwak el creador del término “Turbocapitalismo”, del que luego escribiremos. El capitalismo desde sus inicios y hasta no mucho tiempo atrás supo regular su potencial económico extraordinario con tres modelos diferentes. A saber: (3)

  1. El modelo estadounidense: basado, fundamentalmente, en leyes antimonopólicas que garantizaban la libre competencia y la defensa del consumidor..
  2. El modelo europeo: contenido por una compleja legislación social que proveía a un Estado de bienestar y
  3. El modelo japonés: regulado por su larga tradición histórica del empleo vitalicio y de protección de los trabajadores.

Acto seguido, Luttwak no duda en definir al turbocapitalismo como una versión occidental del comunismo soviético; ya que ambos tienen en común el apoyar a los procesos de destrucción creativa como el verdadero motor de la prosperidad económica. Con la única diferencia de que en los primeros, el sistema confía que esa tarea la cumplan un puñado de megamillonarios emprendedores y los segundos en otro puñado, pero de burócratas estatales. 

Sea como lo queramos ver, la empresa capitalista es una compleja tarea exclusiva y que sólo puede ser emprendida por muy pocas personas; pues no todos los mortales gozamos de las capacidades naturales o adquiridas para convertirnos en un Henry Ford o en un Jose Stalín.

Inicialmente, la ética protestante permitió el desarrollo de un capitalismo gobernado por la modestia. Vale decir por un sistema que se basaba en los preceptos de la predestinación divina y que llevaba tanto a ricos como a pobres a aceptar su destino sin mayores problemas. Esto era así porque:

1ro Los beneficiados por las riquezas materiales no eran otra cosa que los elegidos de Dios,

2do Por el contrario, los pobres no eran culpables de su situación, sólo la consecuencia de no integrar el pelotón de los elegidos.

Pero, no pasó mucho tiempo en que las diferencias entre ambos grupos comenzaron a magnificar en forma exponencial, con ricos cada vez más ricos y con pobres cada vez más pobres y numerosos. Pronto la inicial modestia de no ostentar, fue reemplazada por el culto hedonista de las elites por los más extravagantes lujos y el precario equilibrio de la modestia se quebró. 

Mientras la ética protestante se mantuvo viva en las sociedades occidentales como la base de su “Moral High Ground” la cuestión funcionó; pero como nos alerta Luttwak, alrededor de los años 70, surgió una 3ra categoría; la de aquellos que no aceptaban la teoría de la predestinación, simplemente porque no creían en ella y comenzaron, en consecuencia, a sublevarse -de varias formas- contra el sistema.

Dentro de este último grupo se destacan los carteles de la droga, verdaderas empresas capitalistas y que nada le tienen que envidiar a las proezas de conquistas económica llevadas a cabo, por ejemplo, por la Compañía de la Indias Orientales, durante las Guerras del Opio que asolaron China a mediados del siglo XIX.

Aquí surge un tema central. Como lo vimos al principio las ciudades-Estado italianas fueron las responsables de la creación de ese capitalismo agresivo que fue conquistando mercados y espacios para sus productos e intercambios comerciales. Posteriormente, ese modelo fue replicado, tanto por holandeses como por ingleses con sus célebres compañías orientales. 

Una característica común que las une, es el hecho de que a pesar de tratarse de empresas en manos privadas, contaron siempre con el apoyo del Estado del cual se tratara. Es decir, se convirtieron en una suerte de empresas híbridas ni totalmente privadas ni totalmente estatales. (4)

Lo que nos lleva a preguntarnos cuánto tienen los carteles actuales de privado y cuánto de estatal. Veamos.

Para empezar, hoy por hoy, es impensable que los inmensos flujos financieros que produce el narcotráfico puedan ser manejados fuera del circuito financiero/bancario normal. Lo que nos lleva a concluir que ello no podría llevarse a cabo sin la complicidad de varios órganos de control estatal, desde pasos fronterizos hasta agencias de control de la evasión fiscal.

Para seguir, también podemos advertir una clara distinción a las políticas promovidas, especialmente por los EEUU, respecto de la oferta y la demanda de droga. Mientras se impulsa al combate armado de la primera, el que tiene lugar principalmente en países de la América del Sur con su doctrina militar del descabezamiento; no se toman medidas serias para restringir su consumo en los países desarrollados como los EEUU o Europa. Al respecto, resulta muy aleccionador la lectura de “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley respecto a la existencia de dos tipos de drogas, una para los consumidores pobres que los esclaviza y otra para los ricos que aumenta su creatividad.

Para concluir con este punto, vemos que el rol del Estado es fundamental; pero que se trata de uno bobo y de uno mayormente ausente y que se encuentra bajo el doble ataque de las supraorganizaciones globales que limitan su soberanía desde arriba y la de los actores no estatales que corroen su legitimidad desde abajo. 

Todo ello, se traduce en los hechos en que los Estados nacionales se han visto vaciados, tanto de las herramientas materiales (FFSS, FFAA, agencias de control estatal, sistemas judiciales y carcelarios) y que son los adecuados para librar esa lucha como de la legitimidad necesaria para llevarlas a cabo a partir de doctrinas como el liberalismo o aún más extremas como las del libertarismo que reducen o le nieguen a ese Estado las potestades para hacerlo.

3. A modo de colofón: Nos toca concluir este artículo con la promesa de abrir las puertas de lo que sucede en Ecuador y en la Argentina, al igual que en otros países sudamericanos, en sus relaciones con el turbocapitalismo y el narcotráfico. Para ello nos hemos tomado el trabajo y el lector de leer las llaves de interpretación que permiten su apertura. A saber:

1ro El turbo capitalismo es una evolución lógica del capitalismo y que emerge cuando desaparece su ética protestante primigenia y aflora su natural voracidad por todo tipo de negocios, incluidos los ilegales.

2do Esto no puede realizarse fuera o al margen o sin la falta de control, si se prefiere, de las estructuras formales del Estado actual.

Señalado ésto, podemos inferir que en los mencionados países se han dado los mencionados procesos en forma concurrente. Es decir, el esmerilamiento del Estado y de sus instrumentos coercitivos y de control; a la par de que se ha puesto en práctica la idea de que se debía permitir una libertad absoluta para los negocios a los efectos de materializar un pleno clima de libre comercio, tal como lo proclaman las ideas liberales y libertarias.

Para ello se ha empezado por facilitar o hasta liberar tanto el tránsito de personas como de mercancías de todo tipo, ya sea interno como externo. No es casual que por ejemplo, en Uruguay, el actual escándalo por el avance del narcotráfico se haya iniciado por el otorgamiento indebido de pasaportes uruguayos a notorios narcotraficantes. O que en el Ecuador se haya procedido a dolarizar su economía y ésta sea una causa señalada por su actual presidente Daniel Novoa para facilitar el establecimiento del narcotráfico. 

Igualmente, la Argentina de Javier Milei parecería estar recorriendo caminos similares con una prometida dolarización o si esta no se alcanza con una libre disponibilidad de monedas, especialmente del dólar, tal como ocurrió en los gobiernos de Carlos Menen y que los memoriosos señalan como la apertura de la Argentina al consumo de drogas masivo.

Para finalizar, es bueno recordar que esta situación es susceptible de ser rebatida siempre y cuando el Estado en cuestión y que es atacado o copado por el narcotráfico tenga la voluntad política de hacerlo. Así lo resolvió, por ejemplo, la China humillada tras las Guerras del Opio, cuando el Emperador Daoguang le ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera al narco, quien así lo hizo atacando a la corrupción imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio. Además, se tomó la libertad de enviarle una carta a la Reina Victoria​ recriminando su apoyo a la Compañía de Indias Orientales: 

Pero existe una categoría de extranjeros malhechores que fabrican opio y lo traen a nuestro país para venderlo, incitando a los necios a destruirse a sí mismos, simplemente con el fin de sacar provecho. Por este motivo, hemos decidido castigar con penas muy graves a los mercaderes y a los fumadores de opio, con el fin de poner término definitivamente a la propagación de este vicio. (…) Todo opio que se descubra en China se echará en aceite hirviendo y se destruirá. En lo sucesivo, todo barco extranjero que llegue con opio a bordo será incendiado (…) 

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Notas:

  1. WEBER, Max. “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Ed. Kindle. 

(2) SOMBART, Werner. “El burgués”. Alianza Editorial, España. Ed. 2006. 

(3) LUTTWAK, Edward. “Turbo capitalism”. Gran Bretaña, Ed. Weidenfeld & Nicolson, 2000. 

(4) La Compañía Británica de las Indias Orientales fue una compañía formada a fines del siglo XVI por un grupo de empresarios ingleses con el propósito de dedicarse al comercio con Oriente para participar del lucrativo comercio de especies. A finales del próximo siglo obtuvo de la reina Isabel I de Inglaterra la Carta Real que le concedió el permiso exclusivo para ejercer el comercio con las Indias Orientales. Los comerciantes ricos y los aristócratas poseían acciones de la compañía. El gobierno inglés no tenía acciones, pero ejercía el control indirecto de ella.

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Referencias:

  1. “Estamos ante un Experimento | Y Ecuador es solo una muestra de lo que viene”.  – https://www.youtube.com/watch?v=KFm4W-WQPmU&list=PLgXEElb3M_xZkb3v6k-KC_8B6OgP9X6Rg
  2. PISSOLITO, Carlos. “Narcotráfico: no a la estrategia norteamericana”. https://espacioestrategico.blogspot.com/2016/04/drogas-narcotrafico-y-libertad.html
  3. PISSOLITO, Carlos. “drogas, narcotráfico y libertad”.https://espacioestrategico.blogspot.com/2017/01/narcotrafico-no-la-estrategia.html
  4. PIA. “Uruguay: el narcotráfico y el gobierno de Lacalle”.  https://noticiaspia.com/uruguay-el-narcotrafico-y-el-gobierno-de-lacalle/
  5. TN. “Daniel Noboa, el candidato que llegó al balotaje en Ecuador: “La dolarización ayuda a los narcos”.https://www.youtube.com/watch?v=kOCIl4ByeEg&t=24s
  6. Revista Digital de Historia y de Ciencias Sociales. http://www.claseshistoria.com/imperialismo/%2Blinzexuopio.htm

Fuente: Publicado en Espacio Estrategico autorizado por el autor para ser publicado en Dossier Geopolitico

https://espacioestrategico.blogspot.com/2024/01/turbocapitalismo-y-narcotrafico.html

Con la incorporación de cinco países la asociación de potencias emergentes duplicó el número de sus miembros y adquirió un peso económico y político insoslayable en el futuro inmediato.

Por Eduardo Vior Analista Internacional colaborador de Dossier Geopolitico

Desde el 1º de enero pasado BRICS tiene diez miembros, habiendo duplicado el número de socios en un abrir y cerrar de ojos. Otros 23 países han solicitado su adhesión1 al pacto de naciones emergentes. La excepción es Argentina, cuyo gobierno libertario rechazó la invitación2 a incorporarse a la asociación. Se especula mucho sobre quién pierde y quién gana con esta ausencia, así como sobre las razones por las que Javier Milei se ha rehusado a ingresar al bloque de potencias intermedias. A juicio de este observador, todos pierden, aunque el foro de países emergentes haya ganado mucho con su agrandamiento y nuestra querida Patria haya quedado varada en seco, cual ballena arrastrada por la marea.

Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se han incorporado a BRICS de pleno derecho. “Este es un claro indicio de la creciente autoridad de la asociación y de su papel en los asuntos mundiales”, señala la información publicada este 1° de enero por la Presidencia de Rusia, Estado que acaba de asumir la presidencia rotativa del bloque3. Después de anunciar la incorporación de los nuevos asociados, Vladímir Putín declaró que “cada vez hay más partidarios y Estados afines que comparten los principios subyacentes”.

El mandatario ruso subrayó como mayores prioridades para su liderazgo pro tempore la interacción en el campo de la ciencia, la alta tecnología, la salud y la ecología, así como la cultura, el deporte y los intercambios juveniles. Además, Putín resaltó que la dirección de su país tendrá como lema “fortalecer el multilateralismo para un desarrollo y una seguridad equitativa”. El mandatario dijo que durante su presidencia se adoptarían “todas las medidas posibles” para que, “preservando las tradiciones y guiándonos por la experiencia acumulada por la asociación en los años anteriores, contribuyamos a la integración armoniosa de nuevos participantes en todos los formatos de sus actividades”. El presidente ruso indicó también que a los otros países que han pedido incorporarse se les ofrecerá la “categoría de Estados socios”.

En la actualidad, el bloque representa 42% de la población del planeta, 30% del territorio y 23% del PBI global. También concentra 42% de la producción mundial de petróleo y 55% de las reservas de gas natural. Estos datos muestran el potencial de BRICS, para impulsar la desdolarización de las transacciones internacionales que ya se ha puesto en práctica en numerosos acuerdos bilaterales, como los firmados entre Rusia y China utilizando el yuan y el rublo, y entre Brasil y China4, con sus respectivas monedas. La creación de sistemas de pago alternativos es precisamente uno de los focos de la presidencia rotatoria rusa en el grupo.

Además del 42% de las reservas de petróleo, los 10 países que integran BRICS producen 68% del uranio enriquecido del mundo y predominan masivamente en el desarrollo de recursos renovables: sólo China concentra 55% de las inversiones mundiales en energías limpias y 70% en paneles solares. Brasil, por su parte, tiene la matriz energética más diversificada del mundo.

Seguramente, en la medida en que el bloque crece e incorpora países de tradiciones, sistemas, creencias y liderazgos muy variados, será muy difícil hacerlo funcionar establemente de acuerdo a normas geopolíticas y comerciales más justas, sostiene el analista internacional venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein5. Según él, BRICS debe concentrarse en alcanzar una verdadera reforma del sistema monetario y comercial internacional, especialmente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

A su vez, según el profesor Fulufhelo Netswera6, de la Universidad de Durban (Suráfrica), dijo a Sputnik, es probable que Rusia “lidere iniciativas para fortalecer la arquitectura de seguridad de los BRICS, tanto económica como política”“Es prudente que la presidencia rusa de los BRICS dé prioridad a mecanismos prácticos para abandonar completamente el dólar estadounidense como medio de comercio internacional”, agregó Netswera.

Además del enorme peso que BRICS adquiere ahora en la economía de la energía, el bloque acaba de sumar a importadores netos de cereales como Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), lo que prácticamente equipara dentro del grupo la producción y el consumo de los principales cereales. La asociación, entonces, podría crear su propia plataforma comercial intercambiar cereales dentro del grupo sin utilizar el dólar estadounidense7, tal como propuso recientemente una carta de la Unión Rusa de Exportadores de Cereales al Ministerio de Agricultura. Según la organización, los cinco países que antes componían BRICS produjeron durante 2023 un total de 1.170 millones de toneladas de cereales (42% de la producción mundial) y consumieron 1.100 millones de toneladas (40% del total mundial). Tras la ampliación, en tanto, el grupo producirá 1.230 millones de toneladas anuales (44% del monto global) y el consumo se acercará a la producción, es decir, 1.220 millones de toneladas (también 44%).

“El 25% del comercio mundial de trigo se hace con trigo ruso”, ejemplificó ante Sputnik Vladímir Petrichenko, director general de la empresa analítica ProZerno. “Del mismo modo, más de 25% del comercio de maíz se hace con grano brasileño. Además, cerca de 58% del comercio mundial de soja se realiza con la producción brasileña”, agregó. “China es el mayor comprador mundial de maíz y trigo, Egipto, por su parte, es un gran comprador de trigo, aunque en menor medida que compra 12 millones de toneladas al año. Ahora se ha añadido Arabia Saudita, el principal comprador de cebada. Pero aun así, las materias primas clave son el trigo, el maíz y la soja. Y para todas ellas los países que se incorporaron en enero ofrecen un mercado enorme”, destaca el experto.

Los países BRICS representan una gran parte y en algunos casos más de la mitad del mercado de estos productos agrícolas, señaló el experto. “En resumen, esta fruta está madura para ser recogida”, subrayó Petrichenko.

En base a estos datos el presidente de la Unión Rusa de Granos, Eduard Zernin, propuso la fundación de una Bolsa de Cereales de BRICS que haría la competencia al monopolio que ejerce la Bolsa de Chicago. En su opinión, Moscú podría ser el proveedor de última instancia”, al que “podrían unirse más adelante otros exportadores netos”“Estamos en condiciones de crear nuestra propia plataforma de negociación con liquidaciones en cualquiera de las divisas de los países BRICS y, en el futuro, en una divisa de compensación especial en Rusia o en uno de los países con un sistema financiero sólido y una divisa libremente convertible distinta del dólar”, argumentó Zernin.

Sin embargo, crear un ente de esta naturaleza requiere una estrecha colaboración entre operadores públicos y privados. Una vez abandonado el dólar estadounidense, el grupo tendría que elegiruna moneda de compensación adecuada.

Según la opinión de Petrichenko, los países hostiles a Rusia se resistirán enérgicamente a este proceso. “[Rusia] ya ha desplazado considerablemente a EE.UU. y la UE en el mercado del trigo”, señaló el experto. “Brasil también ha superado a EE.UU. en el mercado del maíz. Al menos ahora Brasil exporta más maíz que Estados Unidos. Y en el mercado de la soja es desde hace tiempo el número uno. Por lo tanto, habrá una resistencia y un sabotaje muy fuertes por parte de los comercializadores que están perdiendo posiciones», añadió.

En este contexto se entiende fácilmente por qué para algunas empresas exportadoras de commodities es imprescindible que en Buenos Aires haya un gobierno reaccionario que frene a toda costa la incorporación de Argentina a BRICS: las pocas grandes corporaciones que controlan la exportación de cereales argentinos (Cargill, Oleaginosa Moreno, Cofco, Bunge, AGD, ADM, Dreyfus y ACA) son más empresas rentísticas, que medran con el intercambio y se enriquecen especulando en dólares, que emprendimientos productivos. Si Argentina saliera de la zona del dólar y entrara en mercados regulados con espacios limitados para la especulación, se hundiría su negocio principal. Por eso financiaron a un candidato que propone atarnos al dólar. Para los países miembros de BRICS, la no incorporación de Argentina al grupo supone la pérdida de un jugador importante en el mercado alimentario mundial y un futuro gran exportador de gas. Por ello, China se apresuró a reorientar sus compras de soja hacia Brasil8. Muy probablemente, en el futuro próximo los países de BRICS castiguen al régimen oligárquico de Buenos Aires aumentando sus compras dentro de la asociación. Para el bloque de países emergentes el no ingreso de Argentina implica una pérdida importante, pero para nuestro país probablemente sea una catástrofe añadida al caos que está provocando el régimen golpista.

Eduardo Vior Analista Internacional

Entrevista que me realizara el primero de enero de 2024 el periodista Afredo Guruceta para su programa «Con Sentido Común» para el Canal C de Cablevisión y por Flow de Personal en toda Argentina y Uruguay

En dicho programa analizamos los problemas globales que se arrastran de 2023 y que harán metástasis para un occidente en franco proceso de crisis muy especialmente el mundo de la esfera anglosajona. Conversamos del cambio tectónico que está en proceso de profundización con la ampliación de los BRICS originales a los BRICS + con la llegada de Arabia Saudita, Emirato Árabes Unidos, la República Islámica de Irán, la República de Egipto y la República de Etiopía lamentando que por una acto de irracionalidad ideologista el gobierno de Javier Milei impide que Argentina se incorpore a ese exclusivo Club de potencias en crecimiento.

Hablamos de que la MULTIPOLARIDAD exige a sus integrantes tener la potestad de la SOBERANÍA, ejercerla para integrar ese grupo de Potencias Emergentes y que infelizmente la administración de Milei (que no tiene ningún cheque en blanco para ejercer el poder ya que solo logró rozando un 30% de la población con su voto directo y se ve reflejado en los puestos de Diputados y Senadores nacionales) con sus primeras medidas va en contra de cualquier sistema de soberanía nacional ya que abrió al país a la injerencia económica del capital extarnjero que se verá reflejado en lo político social a la brevedad.

Los invitamos a ver la entrevista en video por el Canal de YouTube de «Con Sentido Común»

Buen 2024

Carlos Pereyra Mele 

Este deterioro en la Unión Europea ha estado marcado por una crisis económica profunda, causada por haber seguido absolutamente todas las directrices que Washington dio a Bruselas para enfrentar a la Federación de Rusia. Así lo entiende el director de Dossier Geopolítico Carlos Pereyra Mele.

Javier Benitez de Radio Sputnik entrevista a Carlos Pereyra Mele

AUDIO

Europa ‘no existe’

Según Pereyra Mele, «el problema de la Unión Europea [UE] es que siempre careció de política exterior, porque se la marcan desde EEUU y Reino Unido». «No tiene política de defensa, porque la manejan EEUU e Inglaterra a través de la OTAN».

Pero los problemas estructurales y de soberanía del bloque comunitario no se detienen allí. En este sentido, el analista añade que «en política monetaria, [la UE] tiene una moneda propia que va a la zaga de lo que pasa con el dólar, y que a su vez se ha visto con fuertes cimbronazos desde el año 2012, cuando hubo una fuerte crisis del euro, a partir de la cual empezó a darle a la maquinita [imprimir billetes] para seguir sobreviviendo con una moneda que cada vez vale menos«.

«Todo ese combo ha hecho que la UE deje de ser la alternativa que supuestamente soñaron sus fundadores, que era crear un poder continental y enfrentarse a las otras potencias continentales, como EEUU, China, Rusia y la misma India», concluye Pereyra Mele.

El experto explica que «los cambios tectónicos que durante 15 años se vinieron analizando, exponiendo, a nivel internacional, se han acelerado, se han profundizado y hoy en día están en una clara demostración de que el mundo realmente ha cambiado. Lo que era en su momento una tesis, con una antítesis – que eran los grupos occidentales que intentaban imponerse, como siempre había sido, sobre el sur global–, ha dado como resultado una nueva situación».

«Esta nueva situación es que el sur global ha logrado empezar a salir de la tradicional dependencia histórica a la que lo sometió Occidente. El sur global no es una posición geográfica, es una demostración de que vuelven a surgir muchos pueblos que fueron dominados, colonizados, controlados, explotados, en muchos casos, tremendamente atacados, como fueron los viejos imperios asiáticos, especialmente el de China, el de India, etc., así como numerosos pueblos africanos. Y todo eso pareció que era a perpetuidad, y la realidad es que la historia no se detiene, y fue marcando una nueva realidad que arranca en este siglo XXI», detalla el analista.

Pereyra Mele concluye que «los BRICS son una versión contrapuesta al proyecto anglosajón norteamericano y sus socios europeos de beneficiarse con la globalización. Ahí podemos encontrar a los BRICS».