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¡¡ LA LUCHA GLOBAL ES ENTRE ATLANTISTAS Y CONTINENTALISTAS !! 

Lo afirma una vez más el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, en su columna del Club de La Pluma, ante los interrogantes que se abren con las cumbres telefónicas de Putin y Trump, y de las que sobresale “el buen feeling” entre ellos. En tanto que considera que la guerra de Ucrania sigue y que no se va a detener sólo por dos conversaciones a distancia. Mientras que define a los Continentalistas como el “Triángulo de Hierro” entre Rusia, China e Irán -sólidamente aliados- más la posible incorporación de la India, mientras que el Atlantismo Occidental -radicalizado y en caótica desconexión- se atrinchera desesperado en Europa para continuar la guerra como sea, con unos líderes sin legitimidad, con personajes monstruosos como Zelensky y con una burócrata que nadie eligió, como Úrsula Von der Layen, que ha impuesto dictatorialmente un rearme de 80 mil millones de euros que liquidarán el “estado del bienestar”, que hundirán el avance tecnológico de los países miembros y todo ello, sin que Europa pueda llegar a ser una potencia militar global.

AUDIO:

En el audio también destaca que:

• Que Trump, con sus cabildeos, estaría haciendo un control de daños ante el evidente derrumbe del imperio estadounidense.

• Que se confirma el suicidio militar de Zelenski en Kurks, que es palmario que NO manda y SÍ obedece a Inglaterra y que ha tratado de “bastardear” las conversaciones de paz, atacando en simultáneo a instalaciones energéticas rusas.

• Qué Putin no aceptará fuerzas de la OTAN en Ucrania, como fantasea Francia y Reino Unido, y que no permitirá una agresión directa Irán, en tanto que se burló -con datos del PIB- de la debilidad económica del G7.

• Que es inmutable la alianza entre Rusia y China, a pesar de las de la prensa imperial, y que el Continentalismo crece regionalmente en África a pesar del terrorismo anglosajón y que hasta en América del Sur se “cuecen las habas” por el auge y éxito de los Brics.

• Que ésta locura belicista global fue instaurada tanto por los demócratas como por los republicanos estadounidenses, con la complicidad de Europa, para intentar mantener inútilmente la hegemonía anglosajona, cuya debacle comenzó en el 2005.

Y reflexiona con que en estos tiempos borrascosos de niebla guerrera, hay que entender al mundo desde la realidad geográfica -como lo establece la ciencia de la geopolítica- y más en ésta transición histórica con cambios tectónicos, en que el ejemplo del desarrollo imparable de nueva Ruta de La Seda confirma el liderazgo global asiático, el del  Sur Global y el los BRICS hacia un nuevo mundo multipolar, a pesar del belicismo, del terrorismo y de la desestabilización desesperada impuesta por Imperio Atlantista que naufraga en sus propias aguas. 

Eduardo Bonugli (Madrid, (23/03/25)

La Ruta de la seda terrestre y maritima para salir del encierro que durante siglos impusieron los Atlantistas (G7) a los Continentalistas BRICS+

Síntesis de la disertación del Director de Dossier Geopolitico, en la CGT Historia de Córdoba sobre el Conflicto de Europa del este Guerra de la OTAN vs Fed. Rusa, desarrollado en el Taller de Actualidad Internacional, juntos a destacados disertantes de Córdoba y nacionales organizado por el Ateneo del Pensamiento Peronista -APP- el dia 13 de Marzo del 2025

Tema de Carlos Pereyra Mele: Guerra entre Rusia, la OTAN y Ucrania.

Cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991, se firmó un acuerdo entre Mijail Gorvachov y George Bush que establecía la obligación para la OTAN de no expandirse más al este.

En 1994, Clinton decidió unilateralmente desechar ese acuerdo de no expansión de la OTAN, y en 1999 la OTAN se expandió a Hungría, Polonia y República Checa.

La Rusia de Boris Yeltsin protestó formalmente pero nadie en Occidente reparó en la violación del acuerdo, y Rusia no quiso escalar bélicamente porque esos países están lejos de la frontera rusa.

Luego en 2004 la OTAN siguió expandiéndose violando el acuerdo de 1994, incorporando a Estonia, Letonia, Lituania, Bulgaria, Rumania, Eslovenia y Eslovaquia.

Empezó la reacción Rusia: En 2007 Putin dijo «basta, paren, suficiente», pero la diplomacia de Occidente decidió ignorar.

Luego en 2008 la OTAN decidió iniciar las tratadistas para la incorporación de Ucrania y Georgia, países limítrofes con Rusia.

Rusia volvió a protestar formalmente señalando que si ellos decidieron tener bases en Canadá o México, EEUU iniciaría una guerra inmediatamente. Occidente siguió ignorando.

Rusia decidió entonces declarar la guerra a Georgia por tal motivo (casus belli), como todos conocemos y Georgia quedó pulverizada. La guerra terminó con un cese al fuego impulsado por Rusia, que estableció una fuerza de paz mixta y dejó dividida a Osetia del Sur en dos autoridades rivales. Osetia del Sur se convierte de facto en independiente, pero internacionalmente reconocida como parte de Georgia.

En 2010 EEUU instaló misiles en Polonia y Rumania, violando de nuevo el acuerdo de 1994.

Ese mismo año 2010, el pueblo ucraniano eligió de Presidente a Viktor Yanukovic, bajo un programa de gobierno que prometía neutralidad entre Rusia y la OTAN.

En 2014 Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo en que Rusia buscaba el arriendo de Sebastopol por 25 años. No había ninguna intención de anexar Crimea ni Donbas.

Pero en 2014 EEUU operó para derrocar a Yanukovic, evento probado con la famosa y escandalosa llamada que se filtró entre Victoria Nuland y el embajador americano en Ucrania, Geoffrey Pyatt.

Luego llegaron los Tratados de Minsk I y  Minsk II (este último estableció autonomía para las regiones rusoparlantes del este de Ucrania. Este acuerdo fue apoyado de forma unánime por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Pero EEUU y la nueva Ucrania intervenida decidieron que no sería obligatorio 

Ucrania masacró a varios miles de ciudadanos rusoparlantes en el Donbass con Zelensky como autor intelectual y principal organizador de las riadas genocidas.

Luego en 2022 EEUU reclamó el derecho de poner misiles «dondequiera» en Ucrania, y Blinken le dijo a Lavrov que EEUU pondría sistemas de misiles en cualquier lugar de Europa y no solo en Ucrania.

Y ese fue el casus belli por el que Rusia decide declarar la guerra a Ucrania: hacer respetar la obligación de la OTAN de no expandirse al este. Ni más ni menos.

La intención de Putin con la guerra es detener el avance de la OTAN (obligada desde 1994 a no expandirse) y obligar a Zelensky a firmar la neutralidad.

Zelensky estaba listo al séptimo día de iniciada la guerra para firmar la neutralidad con Putin. Pero a último minuto Zelensky decidió declinar la firma por directa solicitud de Joe Biden.

La idea era incorporar a Ucrania, Rumania, Bulgaria, Turquía y Georgia en un anillo de bloqueo a Rusia al Mar Negro.

La guerra continúa hasta hoy. Y debido a la decisión de Biden y Zelensky, más de 1 millón de ucranianos han muerto en una guerra sin sentido.

Esta es toda la verdad histórica, ni más ni menos, de los acontecimientos entre Rusia, Ucrania y la OTAN. 

Y como vemos NO se trató de que NO se respetara las normas y las reglas, mas el derecho internacional, pero la angloesfera le importa poco y nada respetar esas posiciones y su alternativa es solo la guerra y el caos.

Todo lo demás es confusión instrumentada por analfabetos locuaces bien pagados (llamados periodistas especializados o Grupos de interés que usan sus ONGs o Think Tank para imponer un relato falso favorable a los agentes del atlantismo) y que con la censura mediática y de redes instaló férreamente  “democráticamente” La Unión Europea lo que hace que sus poblaciones no entienden una pizca de todo lo que pasa en esa zona del mundo y que consumen la amarga hiel de la propaganda belicista de la OTAN/UE y hasta Biden en EEUU se seguía con el libreto, sin mayor pensamiento crítico.  Hasta el reciente cambio en la administración de USA con Donald Trump, que pareciera encauzar el diálogo con las potencia y poner a EEUU en pie ante tanto deterioro causado por las administraciones demócratas y de las que él también ha tenido responsabilidad en su primer mandato, pronto veremos si esto se encamina a terminar con un Tratado de Paz concreto duradero o se transforma en un conflicto de largo tiempo 

Carlos Pereyra Mele Analista geopolitico

Director Dossier Geopolitico

Por Sergio Pintado de Sputnik que entrevista a Silvina Romano y a Carlos Pereyra Mele

Luego de 10 años, Luis Almagro culmina un ciclo al frente de la OEA marcado por la «sumisión total a Washington», el apoyo a un golpe de Estado en Bolivia y la amenaza de una invasión a Venezuela. Dos analistas consultados por Sputnik reflexionaron sobre cómo Almagro «llevó al límite» a la OEA como herramienta de EEUU contra los «díscolos».

Con la inminente elección de un nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro se encamina a abandonar el puesto que ocupó durante una década y que lo tuvo como uno de los principales portavoces de las presiones de Washington contra los países latinoamericanos, incrementando el descrédito de una organización cada vez menos confiable.

Si bien Almagro llegó a la OEA impulsado, entre otros, por el Gobierno uruguayo de José Mujica (2010-2025) del que había sido canciller, pronto demostró su frecuente coincidencia con la política exterior estadounidense y, particularmente, con la agenda de Donald Trump, que alcanzó la Casa Blanca por primera vez poco después.

«Durante la gestión de Almagro se consolidaron algunas tendencias históricas de la OEA como la sumisión a EEUU, el principal ‘accionista’ de la organización. Pero, además, Almagro construyó una marca propia, muy personalista y en la línea del primer Gobierno de Trump y con el núcleo de republicanos afines a Trump en Miami», afirmó a Sputnik la politóloga argentina Silvina Romano.

La experta, una de las autoras del libro La OEA en tiempos de Almagro, admitió que la OEA siempre fue, desde su creación en 1948, un instrumento a través del cual Washington buscó imponer al resto del continente «su noción de la democracia y el desarrollo» y el american way of life. Aun así, consideró que el organismo aún era visto por algunos países como un instrumento «de diplomacia» que podía servir para la solución de controversias.

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Romano subrayó que Almagro «eliminó esa característica del organismo y en vez de hacer diplomacia ejerció el intervencionismo directo en la política interna de los países y generó discordia», lo que en definitiva es «todo lo contrario a lo que debería esperarse de un organismo interamericano».

Para la analista, el episodio «más bochornoso» de la gestión de Almagro se dio con el apoyo de la OEA al golpe de Estado en Bolivia en 2019, cuando el propio secretario general acusó al entonces presidente boliviano Evo Morales (2006-2019) de fraude electoral, sin datos fehacientes que sustentaran esa hipótesis.

«Almagro profundizó la inestabilidad y propició un golpe de Estado convencional puro y duro en Bolivia, con un legado de violencia, muertes y desinstitucionalización muy fuerte. La OEA es responsable de eso y todos esperábamos que Almagro tuviera que rendir cuentas, pero parece que se irá impune», afirmó Romano.

La analista también apuntó como otro de los puntos oscuros de la gestión Almagro el apoyo explícito a una posible intervención armada en Venezuela en 2018, con el objetivo de derrocar al presidente Nicolás Maduro. «Se plegó a EEUU en esa amenaza que prácticamente planteó una situación de guerra que hacía mucho no se veía en la región«, recordó.

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También en diálogo con Sputnik, el analista geopolítico Carlos Pereyra Mele definió al período de Almagro al frente de la OEA como una época de «sumisión total a las directivas de Washington» pero contextualizó esto dentro de la historia de una organización que nunca se apartó demasiado de ese camino.

Para el experto, el organismo tiene un problema desde su origen, cuando EEUU se aseguró el control sobre esa plataforma al financiarla y asegurar que su sede estuviera en la capital estadounidense. El debilitamiento se acentuó, de acuerdo al experto, cuando se incorporaron las excolonias europeas en el Caribe, diluyendo el poder que tenían los estados soberanos latinoamericanos al otorgar «un voto por país».

«El voto de Brasil tiene la misma potestad que el de Trinidad y Tobago, cuando sabemos que esa no es la real dimensión del poder en nuestra América. Por lo tanto, el poder latinoamericano se fue diluyendo y quedando a la saga de esta organización, que es fruto de la Guerra Fría», sostuvo Pereyra Mele.

El experto advirtió que, si bien en la actualidad EEUU ya no es el «Estado hegemónico» en la región como lo era en la época de postguerra en la nación la OEA, el organismo «siguió siendo una herramienta muy útil para los gobiernos norteamericanos de turno», especialmente en la tarea de «bloquear a todos los países díscolos de la región». Ello explica, fundamentalmente, el «castigo a Cuba», expulsada de la organización en 1962, o los más recientes embates contra Venezuela o Bolivia.

Pereyra Mele aseguró que la OEA «ha perdido credibilidad» al punto en que países como Venezuela han decidido directamente dejar de participar y «es un reflejo de algo que no existe más» porque «no representa los intereses reales de la región». «Todo esto genera un descrédito que ha llevado a una pérdida sustancial de importancia que terminará, seguramente, con el deterioro final de esta organización«, auguró.

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En efecto, el experto comparó la pérdida de relevancia de la OEA con la del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que «ha perdido la influencia que tenía» en la región en favor, por ejemplo, del Banco de los BRICS y la consolidación de China como principal socio comercial de la mayoría de los países latinoamericanos.

La CELAC, alternativa natural a la OEA

Para Romano, los diez años de Almagro en la OEA «terminaron de borrar» las pocas esperanzas de que la OEA tuviera, al menos, una apuesta por la diplomacia en la región americana. Por eso, consideró que la gestión del uruguayo «ha presionado para el nacimiento o el refuerzo de organismos de diplomacia y encuentro regional por fuera de la OEA».

«Es muy difícil que la OEA vuelva a revestirse de legitimidad luego de la gestión de Almagro y es urgente que encontremos institucionalidades alternativas porque en el tablero geopolítico de hoy, una de las únicas vías para que América Latina tenga voz y voto y pueda mejorar sus condiciones es la unidad regional», afirmó la analista.

Pereyra Mele apuntó especialmente a la presencia de EEUU y Canadá como uno de los grandes problemas de la OEA. «Mientras tengamos organismos donde la anglosfera tenga suficiente poder y suficiente relación desequilibrada, como en la OEA con EEUU y Canadá, no servirá porque será un mal espejo en el que se reflejan mal las situaciones de la región«, explicó.

Tras la desaparición de la Unasur, ese foco se ha colocado, remarcó Romano, sobre la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), organización que nuclea a los 33 países de las Américas, excepto EEUU y Canadá.

Pereyra Mele consideró, en tanto, que la CELAC podría agrupar a su vez a «organismos regionales» que contemplen de forma más específica las realidades de los diferentes «subcontinentes» de América y que, juntos, puedan «desarrollar una política más acorde a nuestros modelos de soberanía si queremos formar parte del nuevo orden mundial«.

El repliegue norteamericano sobre América del Norte y el Caribe y sus dificultades para financiar proyectos de infraestructura dejan el espacio sudamericano vacante para que lo ocupe China

Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

La segunda presidencia de Donald Trump se inició con sucesivos llamados al realismo que despertaron brutalmente a Occidente de su ensoñación de cuatro décadas. Buscando el acuerdo con Rusia, EE.UU. quiere terminar con la guerra en Ucrania y delegar en los europeos la responsabilidad principal por su propia defensa. Las negociaciones comerciales con China, por su parte, apuntan a acotar la competencia entre ambas potencias de un modo mutuamente beneficioso y así reducir las tensiones en torno a Taiwan. De este modo, EE.UU. podría también retirar fuerzas del Extremo Oriente. Mientras tanto, con duros gestos el presidente estadounidense intenta tomar el control sobre América del Norte y el Caribe, a los que EE.UU. históricamente ha considerado como su hinterland. Disminuyendo gastos y ampliando el ámbito de negocios de su propia economía, el gobierno republicano espera ir bajando el gigantesco déficit del Estado norteamericano y liberando recursos, para invertirlos en la necesaria renovación de su economía con la esperanza de, en pocas décadas, poder competir nuevamente con China por el liderazgo mundial. 

Sin embargo, este gran repliegue estratégico y concentración de fuerzas dejan vacante el control sobre enormes espacios geográficos y sectoriales donde puede avanzar la influencia de China. Un caso ejemplar es el de la inversión en infraestructura en América Latina. Los dirigentes y medios occidentales así como sus aliados regionales se quejan por la “invasión china”, pero ¿de quién es la culpa?


“El que se fue a Sevilla perdió su silla”

la “economía política de las inversiones en infraestructura” –en especial en la región latinoamericana– es central en las luchas entre estas potencias por el liderazgo mundial en los albores del siglo XXI.

La infraestructura de América Latina (AL) está conformada por obras públicas, instalaciones, sistemas y redes que permiten el funcionamiento de ciudades, países y organizaciones. Entre las obras de infraestructura pueden clasificarse las redes viales, los sistemas de telecomunicaciones, la construcción y el mantenimiento de edificios públicos, las redes de distribución de servicios, los sistemas de gestión de desechos, el abastecimiento de agua, el tratamiento de residuos sólidos y aguas servidas y la generación y transmisión de energía.

Desde la primera década del siglo empresas chinas vienen invirtiendo fuertemente en estos sectores. De esta manera solventan las dificultades presupuestarias de los estados latinoamericanos y sus déficits de gestión que han generado en su historia contemporánea numerosos altibajos en la inversión en infraestructura. Al mismo tiempo los países occidentales han reducido mucho sus créditos para el sector. Los remplazan los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial –BM-, Banco Interamericano de Desarrollo –BID-  y Banco de Desarrollo de América Latina –CAF-, entre los más importantes), pero sus prestaciones se realizan a valor de mercado y están vinculadas a condicionamientos políticos y constelaciones continentales de poder que estrechan el margen de maniobra de los estados nacionales.

Como los organismos chinos de crédito para el desarrollo en principio sólo están ligados a las prioridades de su Estado, pueden gestionar sus líneas de financiamiento con menos conflictos políticos y de interés. Pueden, por lo tanto, ofrecer más fondos, más baratos y a más largo plazo. Además, como la República Popular aplica un criterio totalizante en sus relaciones con actores en el Sur Global, no le importa demasiado obtener beneficios inmediatos en uno u otro crédito en particular sino en el conjunto de la política de cooperación para el desarrollo de un determinado país o sector.

Estas diferencias entre ambos sistemas han dado al chino una ventaja inusitada sobre el norteamericano, difundiendo la percepción de que el continente está sufriendo una “invasión china”. 

Con un enorme potencial para ser eficiente y competitiva a escala mundial, América Latina y el Caribe (ALC) se enfrentan a importantes desafíos, para reducir las brechas de infraestructura física y digital que debe superar, si pretende integrarse y aumentar su productividad. Para 2030, ALC necesita invertir más de USD 2,220.736 billones en los sectores de agua y saneamiento, energía, transporte y telecomunicaciones, para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. De este total, el 59% debe destinarse a inversiones para nuevas infraestructuras y el 41% al mantenimiento y la sustitución de activos al final de su vida útil. 

En otras palabras, la región debe invertir al menos el 3,12% de su PIB cada año en el mantenimiento y desarrollo de su infraestructura. Hasta el momento Estados Unidos es el principal inversor extranjero en este sector, pero la inversión norteamericana se ha concentrado en México, Brasil y los territorios británicos del Caribe (BCT, por su nombre en inglés). 

Por otra parte, la inversión estadounidense en infraestructura se realiza mayormente a través de empresas privadas financiadas por créditos bilaterales o multilaterales (principalmente del BID, la CAF o el Banco Mundial). Por lo tanto, se dirige a regiones y sectores que potencialmente puedan arrojar un rápido beneficio y deja numerosos sectores y regiones sin cobertura. Allí es donde se cuela la inversión china.

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Proyectos chinos de infraestructura en América Latina y el Caribe 2021

Por su parte, la inversión china en la infraestructura de América Latina se concentró en la década pasada en grandes proyectos de infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, represas y puertos, entre otros) frecuentemente respaldados por financiamiento estatal. Sin embargo, en los últimos años han empezado a cambiar las formas y el estilo de estas inversiones. Las empresas chinas han asumido por sí mismas crecientemente los riesgos financieros y han comenzado a fondearse para financiarlas, con especial atención a los sectores de las nuevas tecnologías.

“Vemos una caída en el monto global de las inversiones de China en la región y también a nivel global, tanto de parte de las nuevas inversiones como de las operaciones de adquisiciones y fusiones. Pero al mismo tiempo, hay un aumento en el número de proyectos enfocados en los nuevos sectores de tecnología de punta”, explica Margaret Myers, directora del Programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano.

Desde 2015 se redujeron sensiblemente los préstamos para América Latina del China Development Bank (CDB) y del Export-Import Bank of China (CHEXIM), dos de los tres bancos públicos chinos propiedad del Consejo de Estado que históricamente han ofrecido más fondos a la región. Aprovechando el aprendizaje sobre las cuestiones regulatorias, laborales y de idiosincrasia que tanto el Estado como las empresas chinas hicieron desde 2000 proveyendo créditos para obras de infraestructura, las empresas chinas comenzaron a invertir sin financiamiento bancario. Al mismo tiempo, los grandes bancos públicos están ahora más ocupados en financiar la economía interna en la propia China.

La baja de los créditos de las instituciones públicas chinas ha sido mayor que el incremento de la inversión por parte de las empresas privadas, de modo que el monto total de la inversión de China en la región se ha reducido. De acuerdo a los datos del Monitor de las Inversiones de China en América Latina y el Caribe, en 2023 la inversión extranjera directa (IED) de China en ALC se ubicó en 8.748 millones de dólares, es decir poco menos del 10% del total de la IED recibida de todo el mundo.

También se han modificado las prioridades sectoriales de la inversión china. Los créditos del CDB y el CHEXIM en los primeros veinte años del siglo fueron mayormente dirigidos a apoyar la infraestructura de los sectores extractivos de materias primas, gasoductos y oleoductos, energía eléctrica y manufacturas. A partir de esas operaciones China se fue convirtiendo en un desarrollador y constructor líder de proyectos de infraestructura no sólo en la región sino en todo el Sur Global.

Ahora, sostiene Myers, China considera otros sectores prioritarios para su desarrollo. “Nosotros los llamamos la ‘Nueva Infraestructura’, para referirnos a los sectores de innovación. Hay que recordar que en las últimas dos décadas el crecimiento de China ha dependido muy fuertemente de los sectores de venta, manufacturas y la construcción, pero ahora la innovación en sectores de alta tecnología son las áreas que China quiere priorizar para crecer e impulsar su competitividad global”, sostiene.

Los nuevos rubros priorizados son autos eléctricos, paneles solares, baterías, digitalización, telecomunicaciones, fintech, electrificación e inteligencia artificial. En varios de los sectores China ocupa un lugar dominante a nivel global. Estos sectores representaron el 58% de la inversión externa de China en la región en 2022 y más del 60% de la cantidad de proyectos anunciados por compañías chinas en ese año.


IED de China en “nuevas infraestructuras” en ALC 2003-22

En el sector de autos eléctricos y baterías las compañías chinas líderes en el mundo y en la región son BYD, Beiqi Foton y Chery. Solamente BYD apunta a producir en Brasil más de 150 mil vehículos eléctricos e híbridos por año y ya inició la producción de un autobús eléctrico que funciona con una batería de litio fabricada en Manaos, Amazonas.

Un gran foco de las inversiones de China está en el sector de energías renovables, en particular la solar. Ocho de los diez mayores proveedores de paneles solares en la región son chinos, liderados por Longi, Jinko, Trina y JA. El parque solar Cauchari, uno de los más grandes de la región, ubicado en Jujuy, se financió con un crédito del CDB y fue construido por contratistas chinos.

Algunas de las mayores operaciones de fusiones y adquisiciones por parte de capitales chinos en la región se dieron en el sector del litio de Argentina. La explotación del litio, si bien es una actividad minera, está directamente vinculada a la electrificación del transporte. Se han destacado en 2022 la compra por la minera china Ganfeng Lithium de la argentina Lithea, para desarrollar el proyecto Pozuelos-Pastos Grandes por 962 millones de dólares, y la operación de Zijin Mining Group en 2021 para adquirir la canadiense Neo Lithium y explotar el yacimiento de Tres Quebradas por 737 millones de dólares. También en 2021 Great Wall Motor compró en Brasil una fábrica de Daimler donde desarrolla autos eléctricos.


Vista satelital de la planta de litio Cauchari-Olaroz de Ganfeng Lithium en la provincia de Jujuy, Argentina. La empresa china compró la firma argentina Lithea en 2022 para desarrollar otro proyecto de litio en la provincia de Salta

Asimismo, en el terreno de las telecomunicaciones la firma Huawei se expande por la región, especialmente en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, instalando centros de datos y expandiendo su cloud computing.

Entre tanto, el relevamiento de la UNAM que dirigió Enrique Dussel Peters resume de esta forma el escenario: “Los sectores vinculados a las materias primas ―metales, minerales y minería― siguen predominando en la inversión de China en América Latina, con el 34% del total durante 2020-2023, aunque muy por debajo de su participación en 2005-2009, del 81%. Como contraparte, los sectores de energía, en particular la no-fósil, y automotriz y autopartes se han convertido en los más dinámicos en la última década”.

Durante los primeros veinte años del siglo la táctica de acercamiento de China a la región a través de créditos de instituciones financieras tuvo gran impacto sobre aquellos países de la región que transitaban dificultades para acceder a otro tipo de financiamiento, como Venezuela, Argentina y Ecuador. “Se daban créditos a los gobiernos pero con exigencias de equipamiento chino, lo cual también era una forma de abrir mercados y de propiciar la inserción de las empresas en la región”, agrega Myers.

El Monitor de las Inversiones de China en América Latina y el Caribe marca asimismo que ha habido una diversificación en cuanto a “países, sectores y propiedad de las empresas chinas”. Detalla que entre 2020 y 2023 Brasil ha seguido siendo el principal receptor, con el 34% de las inversiones, seguido de Argentina con el 22,5%, México (15%), Perú (11%) y Chile (8,7%). En los casos de Argentina y Perú se destaca la participación del sector minero, del litio y cobre, respectivamente, mientras que en Chile al atractivo del litio se suma la transición energética. En México, en tanto, el mayor interés se centra en el sector automotor.

Otra característica relevante de la inversión de China en la región es su gran concentración en un reducido número de firmas. La UNAM relevó que “tan solo 5 empresas chinas ―State Power Investment Corporation Limited (SPIC), State Grid Corporation, Tibet Summit Resources, Jiangxi Ganfeng Lithium y Zijin Mining Group― concentraron el 46% de la IED china en América Latina y el Caribe durante 2020-2023”.

La confrontación entre Estados Unidos y China desde 2017 bajo el lema de “la competencia entre grandes potencias” y con la administración de Biden (“invertir, competir y alinear”) ha hecho que el primero subordine el comercio, las inversiones y el financiamiento, pero también otros aspectos como la educación y la cultura, a criterios de seguridad nacional. Este proceso incluye explícitamente a los proyectos de infraestructura de China en el mundo y particularmente la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Los 268 proyectos de infraestructura realizados por China en ALC hasta 2023 generaron más de 777.000 empleos y continúan con una importante tendencia a la alza. Por un lado, el monto por proyecto ha aumentado significativamente, pero los realizados por China en ALC en 2020-2023  generaron muchos menos empleos que en períodos anteriores, es decir que son de mayor tamaño medidos en dólares y crecientemente más intensivos en capital.

Las empresas chinas que realizan los proyectos de infraestructura en ALC son mayoritariamente de propiedad pública. En 2005-2023 el sector público participó con el 89.25% y 78.23% del monto de los proyectos de infraestructura y del empleo generado por China en ALC.


Puede concluirse que la alarma de los dirigentes y medios norteamericanos y de sus aliados en el continente por la amplitud, diversidad y profunda imbricación de las inversiones chinas en ALC está justificada, pero advirtiendo que la mayor responsabilidad le cabe a ellos. La concentración de las inversiones norteamericanas y europeas en el sector financiero y en servicios no productivos durante las últimas cuatro décadas ha creado un vacío que las empresas chinas fueron llenando desde principios del siglo XXI. 

Por un lado, el retroceso tecnológico relativo de los países occidentales, el deslocamiento de sus inversiones productivas hacia Asia y el endeudamiento público de EE.UU. le han restado herramientas para competir por los mercados regionales frente a China. Por otro lado, el costo financiero y los condicionamientos políticos que acompañan los créditos de los organismos multilaterales controlados por Occidente han forzado a muchos países de la región a recurrir al crédito chino.

Por cierto, en la medida en que ALC insiste en negociar con China por separado, que en la mayoría de los casos las inversiones chinas no se insertan en ningún plan sistemático de desarrollo y no surgen liderazgos con vocación soberana y visiones de largo plazo, persiste el riesgo de que las inversiones de ese origen sólo multipliquen la desigualdad estructural entre regiones y clases sociales, profundicen la concentración de la riqueza y, por un efecto búmerang, fortalezcan a las mismas elites oligárquicas que perpetúan la dominación anglonorteamericana sobre América Latina y el Caribe.

La culpa no es de China, sino de Estados Unidos y sus aliados continentales que han perpetuado el atraso y la dependencia. El que se fue a Sevilla perdió su silla.

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Qué esconde su hermana, Cuál es la conexión con los memes coins de la primera dama de EEUU, Red de Neoliberalismo o red de ladrones solitarios, ¿Javier Milei encabezó la estafa piramidal más rápida y grande de la historia?, ¿Qué significa la criptomoneda o Crypto, Libra? Será su Cisne Negro?

Javier Benitez entrevista al Director de Dossier Geopolitico Carlos Pereyra Mele

Los países de la Unión Europea han entrado en pánico. Temen que se verán obligados a pagar por la seguridad y la reconstrucción de Ucrania tras un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev, en cuyas negociaciones ni siquiera están participando, según el Financial Times que cita a «más de media docena de altos funcionarios europeos».

Europa con el agua al cuello

La declaración del presidente de EEUU, Donald Trump, tras su conversación telefónica con su par de Rusia, Vladímir Putin, de que las partes acordaron iniciar «de inmediato» las negociaciones para poner fin al conflicto ucraniano, sorprendió a los líderes de la UE por no haber sido incluidos en las conversaciones, apunta el medio.

«Los europeos ahora se han despertado de una noche de borrachera en la que creían ser parte importante de todo un sistema imperial anglosajón, o de la anglosfera, en la que fueron simplemente un partenaire, no han sido socios directos, no han sido partícipes importantes en ninguna de las tomas de decisiones», explica el Dr. Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico. El analista recuerda sus propios conceptos sobre que la Unión Europea era un gigante económico – algo que ya no es – y «un enano en política internacional», algo que ahora queda de manifiesto.

Y ahora en las capitales europeas creen que Trump obligaría a Europa a pagar por mantener el futuro acuerdo de paz, porque no quiere que EEUU desempeñe ningún papel en la seguridad de Ucrania después del conflicto. Así, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, afirmó que Europa «debe proporcionar la parte abrumadora de la futura ayuda letal y no letal a Ucrania». «La salvaguardia de la seguridad europea debe ser un imperativo para los miembros europeos de la OTAN», aseveró.

En este sentido, Bloomberg advierte que «proteger a Ucrania y ampliar sus propios ejércitos podría costar a las principales potencias del continente 3,1 billones de dólares adicionales en los próximos 10 años». El medio precisa que reconstruir las Fuerzas Armadas de Ucrania, al punto que necesitarían para usarlas como futura disuasión contra Rusia en su flanco oriental, podría costar unos 175.000 millones de dólares a lo largo de esa década.

«No quisiera estar en los zapatos de los dirigentes de la Unión Europea y de la OTAN. Este baño helado de realidad, un regalo que Donald Trump le ha hecho a Europa en el ‘Día de los enamorados’ – San Valentín – es realmente terrible para sus aspiraciones», concluye Pereyra Mele.

Publicado en Sputnik https://noticiaslatam.lat/20250218/la-ue-tocada-y-hundida-por-eeuu-1161206633.html

Consciente del retraso norteamericano frente a China, el líder republicano se concentra en controlar su area de influencia para ganar tiempo, pero para ello necesita un capital que no tiene

Eduardo J. Vior
analista internacional especial para Dossier Geopolitico

Las iniciativas del presidente Donald Trump, anunciadas poco antes del traspaso del mando, para comprar Groenlandia, incorporar Canadá y reocupar el Canal de Panamá causaron estupor internacional y la mayoría de los observadores las tildaron de fanfarronadas típicas del neoyorquino. Sin embargo, como subrayaron varios de sus colaboradores más estrechos, tienen sentido dentro de la estrategia general de repliegue y concentración del poder norteamericano en el subcontinente norteamericano que implementa el caudillo reaccionario. Trump va a tratar de llegar a un acuerdo con Rusia sobre áreas de influencia en Europa y Asia Occidental, va a respaldar a Israel, pero le va a impedir que inicie una nueva guerra y va a competir rudamente con China, pero no piensa ir a la guerra con la potencia asiática.

El jefe de la Casa Blanca es consciente del retraso norteamericano ante China y busca ganar tiempo, para que EE.UU. encuentre una nueva fórmula de desarrollo que le permita recuperar la delantera mundial. Para ello, quiere expandir al resto de América del Norte y el Caribe y acordonar el área de control exclusivo de los capitales norteamericanos. Ahora bien, ya que no puede expandir su poder militarmente, aprendiendo de China, quiere hacerlo desarrollando en ese inmenso área una red de transporte y comunicaciones centrada en EE.UU. Sin embargo, para hacerla necesita desarmar la “espiral de la deuda” que absorbe todos los recursos de la economía occidental

El arancel del 10 por ciento impuesto por Trump a todos los productos chinos entró en vigor el martes 4 como resultado de una orden ejecutiva (decreto) emitida durante el fin de semana con el objetivo de presionar a Beijing, para que tomara decisiones enérgicas contra los envíos de fentanilo a Estados Unidos. El gobierno chino respondió el mismo día con una serie de medidas de represalia, incluidos aranceles adicionales sobre el gas natural licuado, el carbón, la maquinaria agrícola y otros productos procedentes de Estados Unidos, que entrarán en vigor el próximo lunes 10. También aplicó inmediatamente restricciones a la exportación de determinados minerales críticos, muchos de los cuales se utilizan en la fabricación de bienes de alta tecnología. Además, los reguladores del mercado chino dijeron que habían iniciado una investigación antimonopólica contra Google que, si bien está bloqueado en el Internet en China, mantiene relaciones con compañías chinas. El país ha presentado asimismo una demanda contra la subida de aranceles de EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). 


El puerto de Yangshan, cerca de Shanghai. El presidente Trump ha acusado a China de no hacer lo suficiente para detener la exportación de fentanilo y los productos químicos que se utilizan para fabricarlo

Las medidas arancelarias de ambas partes aumentan el riesgo de una guerra comercial que perjudicaría a todo el mundo. Sin embargo, algunos en Wall Street ven la respuesta china como una muestra de moderación que abre la puerta a un compromiso. En la misma dirección Trump manifestó su disposición a conversar con el presidente de China, Xi Jinping. La perspectiva de que Trump va a negociar con Trudeau y Sheinbaum trajo también cierta calma a los mercados. 

Mientras el presidente escenificaba su campaña arancelaria contra China, Canadá y México e inducía a Xi Jinping a negociar, su secretario de Estado, Marco Rubio, conseguía en Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana avances sustanciales contra la influencia económica de la República Popular. 

En el primer alto de Rubio en la región se reunió el sábado 1° con el presidente panameño José Raúl Mulino. Si bien el mandatario sigue firme en su posición de que no habrá negociaciones sobre la soberanía del Canal, la visita del secretario de Estado estadounidense ya tuvo sus primeros frutos. Así, Mulino anunció que su gobierno no renovará el memorándum de entendimiento de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”, firmado con China en 2017, y que incluso estudiaría la posibilidad de rescindirlo antes de tiempo.

Además, Panamá inició una auditoría sobre varios puertos que operan en el Canal, propiedad de una empresa china. Desde su ampliación en 2016 el Canal de Panamá ha manejado más del 6% del comercio marítimo mundial, con China y EE. UU. como los principales usuarios. Por la vía pasan más de 14,000 buques al año, facilitando más de $270.000 millones de dólares en comercio anual. Sus principales usuarios son EE.UU. (66% de la carga transportada), China (16%), Japón, Corea del Sur y la UE (resto de la carga). El tráfico de mercancías entre Asia y la costa este de EE. UU. depende críticamente del Canal. 

La salida de China de ciertos proyectos en Panamá puede tener efectos mixtos: 1) proyectos como el tren Panamá-David (inversión prevista de $4.100 millones) quedan en el aire. 2) EE. UU. esbozó la posibilidad de compensar los créditos que pierde Panamá con nuevas líneas y apoyo del Banco Mundial y el BID. Sin embargo, la mayoría de las veces estos créditos no se equiparan con los que ofrece China y el propio Estado norteamericano no tiene medios para financiar a nadie. 3) Panamá evita sanciones o restricciones comerciales que podrían afectar el 13% de su PIB vinculado al canal y la logística. 

La cuestión de la migración, en tanto, se abordó entre los dos países de una manera mucho más fluida. Debido a las políticas restrictivas de Mulino el año pasado cruzaron por el Tapón del Darién (el enclave selvático en la frontera con Colombia) 300.000 migrantes, o sea un 42 % menos que el año anterior.

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Marco Rubio (d) junto al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, el lunes 3 en San Salvador

El lunes Rubio anunció en El Salvador que había recibido una oferta extraordinaria del presidente Nayib Bukele, para confinar en una megacárcel a los migrantes “criminales” y a los estadounidenses enviados desde Estados Unidos. Al llegar más tarde a Costa Rica, Rubio señaló que la propuesta de Bukele fue “una oferta muy generosa” que “nunca nadie” les había hecho. 

También tras un encuentro con el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y con el canciller Arnoldo Andre Tinoco, el secretario estadounidense dijo que el mandatario del país centroamericano le indicó que no iba a permitir la entrada de compañías chinas con tecnología 5G. La migración también estuvo sobre la mesa.

Luego, el diplomático estadounidense se trasladó a Guatemala, donde se reunió con el presidente Bernardo Arévalo y el canciller Carlos Ramiro Martínez. Arévalo calificó la presencia de Rubio como la chancc para abrir “nuevas oportunidades”. Además dijo, que “Guatemala es y seguirá siendo un socio para EE.UU.”. El presidente se comprometió a aumentar en 40 % el número de vuelos de deportados desde suelo estadounidense y de preparar políticas para el retorno de los migrantes. Por su parte, Rubio felicitó a Arévalo y le agradeció por su compromiso con el tema migratorio. El secretario también anunció que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. construirá dos puertos y otras obras de infraestructura en Guatemala. 

Por su parte, en República Dominicana, Rubio sostuvo el miércoles 5 una reunión con el mandatario Luis Abinader, con quien habló sobre la suspensión de la colaboración económica que entregaba la Agencia Norteamericana de Ayuda para el Desarrollo (USAID, hoy intervenida por el gobierno y comisariamente a cargo del mismo Rubio) para atender la migración, la seguridad regional y la grave crisis de Haití. En la posterior rueda de prensa conjunta, Abinader anunció la explotación de tierras raras en alianza con Washington, al tiempo que clamó por más recursos para la misión internacional desplegada en Haití.

Sobre lo último, Rubio manifestó su interés en trabajar en conjunto, con el apoyo del Cuerpo Ingenieros del Ejército de su país. 

Breve reseña sobre Luis Abinader - Elecciones 2020
Luis Abinader, presidente de la República Dominicana

Sin estridencias ni amenazas estentóreas Washington ha marcado mucho más durante este solo viaje los límites que los países del Caribe y América Central no deben traspasar en la relación con China que los militares estadounidenses en muchos viajes de años anteriores. Fiel a su trayectoria empresaria, el presidente norteamericano exige, amenaza e inventa conflictos para distraer la atención. Mientras tanto, avanza sus posiciones en otra dirección. Cuando sus interlocutores se dan cuenta, deben rendirse a las nuevas circunstancias. 

Del mismo modo, mientras que China y EE.UU. elevaban el tono de su litigio comercial, a cambio de sustanciales concesiones de sus vecinos el gobierno estadounidense pactó el lunes en sucesivos acuerdos con sus pares de México y Canadá posponer por 30 días la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de esos países. 

“La pausa arancelaria de un mes da tiempo a México para dialogar y convencer a la administración de Donald Trump que la relación comercial fortalece a América del Norte frente a otras regiones del mundo”, aseveró la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. En un encuentro con empresarios en el Palacio Nacional la mandataria pidió el martes 4 a la iniciativa privada que acelere el Plan México para aumentar la proporción de componentes mexicanos en los productos que se exportan. También aprovechó el evento para agradecer a los jerarcas empresarios el apoyo que le brindaron el fin de semana, pues la comunicación de respaldo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de otros sectores le dieron fortaleza para la llamada que sostuvo el lunes 3 con su homólogo estadunidense. Señaló que en el diálogo con Trump también obtuvo el analizar qué es lo que se planteará exactamente y el seguir fortaleciendo la economía nacional. Celebró, además, que, pese a la decisión que había anunciado el presidente estadunidense, el peso apenas se devaluó en relación al dólar. 

En otra declaración, el mismo martes, la presidenta reveló que, durante la conversación que sostuvo con su colega estadounidense no abordaron la polémica sobre la definición de los cárteles como “terroristas”, con la que ella está en desacuerdo. Y advirtió que EE.UU. no ha dicho qué va a pasar con los fabricantes de armamento cuyo arsenal termina de manera ilegal en manos de las organizaciones delictivas. 

Entre tanto, México inició el despliegue de 10.000 elementos de las fuerzas federales en la frontera con EE.UU., que reforzarán los operativos de seguridad y que, en particular, tendrán la misión de frenar el tráfico de fentanilo. Otros objetivos prioritarios son el control de la migración irregular así como del tráfico de armas de EE.UU. a México. 

El aplazamiento por 30 días en la imposición de aranceles comerciales se alcanzó en una llamada en la que se acordó que México reforzará la frontera norte con 10 mil elementos de la Guardia Nacional, para evitar el tráfico de drogas, en particular fentanilo, a Estados Unidos. Éste trabajará para evitar el trasiego de armas de alto poder que acaban en manos del crimen organizado y ambas partes dialogarán en mesas de trabajo en torno a temas de interés común con el objetivo de eliminar la amenaza arancelaria.


La presidenta Claudia Sheinbaum, al dirigirse a empresarios en un encuentro realizado en Palacio Nacional, el 4 de febrero de 2025

El gobierno mexicano teme la intervención de militares estadounidenses en territorio mexicano. No es casual que a las pocas horas del anuncio arancelario tuviera lugar una llamada entre el secretario de la Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, y los secretarios de la Defensa y de la Marina de México. En esa comunicación Hegseth trasmitió la lógica de Trump: si el gobierno mexicano no acepta una mayor intervención de EE.UU., es porque esconde algún tipo de colusión con el crimen organizado. 

Desde hace algunas semanas las nociones de cooperación se ven reemplazadas por una vocación intervencionista cada vez más evidente. Para el gobierno de Claudia Sheinbaum esta pulsión implica un enorme desafío a su defensa de la soberanía nacional y, sobre todo, suscita el temor de que, ante una embestida frontal el narco pueda atacar a la población civil. Sin embargo, el sendero de la guerra comercial también es muy complicado para Sheinbaum. La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) confirmó que el año pasado la economía mexicana solo creció 1,4%, muy lejos del 3% que había pronosticado la secretaría de Hacienda, mientras que en 2023 el crecimiento había sido del 3,2%. Los proyectos desplegados por la presidenta, como el Plan México, pierden fuerza por los aranceles que, según estimó el BBVA, podrían llevar el tipo de cambio hasta los 24 pesos.

A caballo del acuerdo entre EE.UU. y México, el saliente primer ministro canadiense Justin Trudeau negoció con Donald Trump una postergación análoga, aunque a cambio de aceptar catalogar a los grupos del crimen organizado como “organizaciones terroristas”, una clasificación que socava el papel de la Justicia en la lucha contra la delincuencia y busca vulnerar la soberanía mexicana. Con esta actitud del canadiense Trump consiguió dividir a sus socios en el T-MEC y se prepara a negociar con ellos por separado.


Donald Trump, presidente de Estados Unidos de América

El presidente norteamericano ha mantenido el decreto que sugiere la complicidad de autoridades mexicanas con el narcotráfico y ha aprovechado la debilidad actual de Canadá, para imponer su tesis de que los cárteles del narcotráfico son “organizaciones terroristas”. Esta calificación justificaría la intromisión de militares norteamericanos en los asuntos internos de sus vecinos y la detención de personas sin intervención judicial.

Para iniciar su maniobra de ocupación de todo el subcontinente norteamericano, el presidente Donald Trump había anunciado ya el 23 de enero la creación de un sistema de defensa antiaérea “Cúpula de Hierro”. Las fuerzas armadas de Estados Unidos han tomado conciencia recientemente de que el sistema actual protege sólo ciertas partes del territorio estadounidense y no es capaz de destruir drones ni cohetes hipersónicos. 

Sin embargo, el problema principal de Trump no reside ni en los aranceles impuestos a sus vecinos y a China ni en el escudo de seguridad que el Pentágono quiere montar. Su verdadero problema está en la deuda pública norteamericana. Washington ha acumulado una deuda de 36 billones de dólares, pero sólo tiene ingresos anuales por impuestos de algo así como 5,5 billones. Desde 2021 el endeudamiento ha aumentado en 80%. Esta deuda es un gigantesco negocio para los grandes bancos, porque el Tesoro norteamericano nunca declarará la bancarrota y, por lo tanto, el pago de los intereses por los bonos de la deuda que coloca en la Bolsa está asegurado. Desde 1971, cuando se decretó la flotación libre del dólar, EE.UU. transfirió a todo el mundo el pago de su deuda imprimiendo dólares. Con la baja de la cotización de su divisa frente al oro, la Reserva Federal licuó la deuda pública del país y al mismo tiempo inundó el planeta con papeles verdes sin valor, pero que sirven para especular. 

Sin embargo, el problema amenaza con desbordar todo control. La economía occidental ha entrado en lo que los especialistas llaman “la espiral de la deuda”: para atraer interesados en comprar bonos de la deuda norteamericana, las tasas de interés internas deben mantenerse altas. Esta suba en el costo de la divisa internacional de cambio más usada encarece tanto los insumos transados en el mercado internacional como el crédito del que muchos países dependen, precisamente, para pagar las deudas que se han generado en etapas anteriores. La exacción del trabajo colonial del Sur Global (y ahora también de Europa) permite “rascar el fondo de la olla”, para proveer a Wall Street de dólares frescos, sin que se produzca (todavía) una explosión inflacionaria. No obstante, este juego tiene su límite en la paciencia de los pueblos, ya pronta a agotarse.

Con escaramuzas como la de este fin de semana Donald Trump puede alcanzar rápidamente el control político-militar del subcontinente y relativizar la influencia china, pero, si no puede utilizar la renta pública para el desarrollo de la infraestructura de comunicaciones y transportes a lo largo y a lo ancho de todo su área de dominio, no se creará el mercado continental que su industria necesita, para recuperar la vanguardia mundial. El presidente necesita imponer a los banqueros la baja de la deuda pública y la reconducción del crédito hacia la producción.

No va a ser tan fácil. En la primera reunión de política monetaria de la era Trump, después de tres recortes sucesivos en los tres últimos cónclaves, el miércoles 29 la FED mantuvo la tasa sin cambios en 4,50%. 

Sin plata el dominio norteamericano sobre su subcontinente será una cáscara vacía que pronto será rellenada por los chinos. Si Donald Trump quiere disputar a China el liderazgo mundial, tiene que doblegar a los banqueros y financistas. De lo contrario, “la espiral de la deuda” va a estallar en el futuro próximo en algún lado y va a desmoronar el edificio de papel del capitalismo norteamericano y ningún “cordón sanitario” en torno a América del Norte podrá evitarlo.

Invitado por la periodista Alejandra Piaggio y el historiador antropólogo y analista internacional Jose Luis Munoz Aspiri, para el programa: Una Mirada Austral que se transmite por FM Radio Cristal 94,9 realizamos una serie de análisis sobre la actualidad internacional y nacional sobre Política Internacional y que le depara a los argentinos este 2025

Invitado por el destacado periodista Alfredo Guruceta para su Programa «Con Sentido Común» en el último día del año 2024, realizamos un balance del 2024 y las tendencias Geopolíticas y Geoestratégicas del 2025 por le Canal «C» de Cablevisión de Córdoba y por Flow

VIDEO DE LA ENTREVISTA

Por Daniel Symcha que autoriza su publicación en Dossier Geopolitico

En el año 2007 el General de cuatro estrellas del ejército estadounidense y ex comandante supremo aliado de la OTAN en el periodo 1997-2000, Wesley Clark durante una entrevista en el medio estadounidense “Democracy now” conducido por la periodista Amy Goodman, afirmó haber tenido conocimiento de la nueva la estrategia militar de los EEUU diez días después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Clark dijo públicamente que un ex oficial de su Estado Mayor en su oficina del Pentágono había recibido un memorando de la oficina del entonces Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que describía cómo los EEUU iban a eliminar a siete países en cinco años, empezando por Irak, y continuando luego por Libia, Líbano, Somalía, Sudán, Siria y, finalmente, Irán.

Veintitrés años después alternando entre las “Revoluciones de Colores” (Yugoslavia, Ucrania, Georgia, Kirguistán y Líbano) del periodo que va del año 2000 al 2005; las “Primaveras Árabes” (Kuwait, Sudán, Jordania, Siria, Egipto, Irak, Marruecos, Palestina, Bahrein, Túnez, Libia, Sáhara Occidental y Yemen) en el periodo que va del año 2010 al 2012; las intervenciones militares directas mediante alianzas como en el caso de Kuwait, Afganistán e Irak; el apoyo a las intervenciones de aliados como Israel o incentivando y solventando grupos insurgentes armados, vemos que no solamente se cumplió lo denunciado por el entonces General Clark sino que se consolidó un arco de fuego en torno a Rusia y China y se instaló un proceso socio económico que menoscaba la economía europea bajando las capacidades productivas y depreciando su moneda en el mercado mundial.

Estrategia del caos

Si bien más allá de las invasiones a Panamá y Granada los EEUU no han tenido ninguna victoria militar de manera singular, la anglosfera se especializa en elaborar alianzas que permitan mantener el status quo de dominación a escala global potenciando las capacidades de intervención. Un claro ejemplo de ello es el primitivo UKUSA (United Kingdom – United States of America Agreement) del año 1946, que posteriormente dará lugar a la alianza denominada “Los cinco ojos” un acuerdo de cooperación en inteligencia entre cinco países: Estados Unidos, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Canadá, Australia, Nueva Zelanda.

Otro de los ejemplos es la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) del año 1949 que involucra a 30 países y tuvo intervenciones militares de acuerdo a los intereses geopolíticos anglo-norteamericanos: Guerra del Golfo (En 1990 y 1991, la OTAN llevó a cabo las operaciones Anchor Guard y Ace Guard, a petición de Turquía); Bosnia y Herzegovina (Embargo de armas y zona de exclusión aérea); Kosovo (Con el envío de una fuerza de 3.700 hombres en 1999 y la realización de una campaña aérea contra las fuerzas serbias); Afganistán (En 2003 se hizo cargo de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, ISAF, del Consejo de Seguridad de la ONU); Somalia (Desde 2008, llevan a cabo una serie de operaciones navales antipiratería); Libia (En 2011 estableció una zona de exclusión aérea e inició ataques aéreos a las fuerzas libias); Ucrania (Desde la “Revolución Naranja” y luego la anexión rusa de Crimea en 2014, la OTAN ha intensificado sus operaciones de vigilancia aérea y apoyo a las fuerzas ucranianas).

La desestabilización lograda en la región del Magreb, es decir, el norte de África y de los países de la región oriental del Mar Mediterráneo implicó un costo social muy alto para Europa continental y un fuerte impacto para las estructuras políticas que se encontraban bajo la influencia de la OTAN y su red de organizaciones destinadas a contrarrestar las amenazas híbridas implementando nuevos conceptos estratégicos de gobernanza partir de fomentar redes intergubernamentales e intersectoriales bajo un mismo criterio lo cual impactó sobre la construcción de sentido en la población civil europea, permitiendo asimilar las acciones militares sin prever las consecuencias de las mismas sobre las sociedades. Ejemplo de esto es el Hybrid Coe (Centro Europeo de Excelencia para la Lucha contra las Amenazas Híbridas) con sede en Helsinki, Finlandia (Hybrid Coe, 2014).

La crisis militar y social europea donde se mueve la OTAN y los magros logros obtenidos viene a poner en claro la incapacidad demostrada por la organización para hacer frente a la defensa de los intereses vitales de Europa lo cual quedó en evidencia durante la veloz expansión de un ataque biológico, como fue  la pandemia del Covid 19.

La creación de organizaciones armadas

La participación de mercenarios en las guerras no es un asunto nuevo. Ya Maquiavelo planteaba la necesidad de evitar su uso porque no se podía garantizar su lealtad.

EEUU apoyó, mediante las ganancias del negocio de la droga entre las comunidades negras de la Costa Oeste norteamericana coordinado por la CIA, a los contrarrevolucionarios en Nicaragua. El descubrimiento de este sistema de financiación ilegal le costó la vida al periodista Gary Webb del periódico San Jose Mercury News. Mucho antes el gobierno norteamericano mediante la CIA financió a los grupos anticastristas que fueron derrotados en Bahía Cochinos, Cuba. Caso similar sucedió con los Talibanes durante la ocupación rusa en Afganistán.

Podríamos enumerar cientos de casos, pero lo cierto es que el armado y financiamiento de grupos armados alrededor del planeta es moneda corriente para la política exterior norteamericana en su estrategia del caos.

Centrándonos en Oriente Medio, Al-Qaeda se formó a fines de los años 80 del siglo XX, cuando un grupo de voluntarios árabes, respaldados por Estados Unidos, se unió a la lucha de los muyahidines que enfrentaban la ocupación soviética en Afganistán (BBC, 2004). Estado Islámico (ISIS) surgió como una organización terrorista cercana a Al Qaeda para enfrentar la invasión de Irak en 2003 pero todos sus atentados posteriores son contra intereses y objetivos europeos, no norteamericanos a excepción del atropellamiento del año 2017 en Nueva York, algo no muy profesional ya que murieron más argentinos (5) que norteamericanos (2).

Hacia 1989 se formó el DAESH, es decir el “Estado Islámico en el Levante” (África), un grupo terrorista paramilitar de naturaleza yihadista wahabita que se unirá a Al-Qaeda en 1999 para recibir entrenamiento y financiación. En 2014 se separan de Al-Qaeda  y declararon un Califato en territorio de Irak y Siria (Arroyo, 2021) y proyectarán poder sobre países del África, zona de influencia europea.

El movimiento de resistencia islámica “Hamás” surgió por primera vez en 1987 pero las primeras raíces del movimiento surgieron a mediados de la década de 1940, con el establecimiento de los Hermanos Musulmanes en Gaza quienes desarrollaban actividades educativas religiosas y culturales, no militares. Hacia los años 60 del siglo XX comienza dentro de la organización un “movimiento correctivo” que incluye el manejo de armamento y se une este segmento a la FATAH, organización político-militar palestina, fundada en 1958 en Kuwait. Esta unidad tendrá su final en los acontecimientos de 1970 conocidos como “Septiembre Negro”. El ex Presidente Egipcio Hosni Mubarak, acusará a Israel de crear Hamas para combatir desde adentro la resistencia de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) (Essam, 2024).

Hamas llevará adelante un ataque sobre la población civil israelí el 7 de octubre de 2023 lo que desencadenará una avanzada militar de Israel sobre la Franja de Gaza primero y posteriormente contra el Líbano. Este ataque, perfectamente registrado audiovisualmente y difundido en redes sociales, no afectó infraestructura crítica ni infraestructura militar clave salvo la creación de sentido en la opinión pública.

Irán, Ucrania y Taiwán

Un punto estratégico de alta importancia geopolítica se encuentra al sur de la península arábiga, en Yemen, puerta de acceso al Mar Rojo y por lo tanto al canal de Suez. En Yemen se desarrolló una de las “Primaveras Árabes que terminó con la presidencia de Ali Abdullah Saleh, asumiendo el gobierno el mayor general del ejército yemení, Abd al-Rahman Rabbuh al-Mansur al-Hadi hasta el año 2022 donde cede el mando al Consejo de Liderazgo Presidencial. En 2014 luego de un intento de Golpe de Estado, comienza una guerra civil que dura hasta el presente con cuatro actores: la República de Yemen, El Movimiento Ansar-Allah, también conocido como «Hutí», Al- Qaeda y  La coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Las fuerzas hutíes atacan a toda embarcación de bandera israelí, norteamericana o anglosajona que navegue por el estrecho de Bab el-Mandeb en solidaridad con la población de Gaza asediada por las fuerzas armadas israelíes. Los rebeldes hutíes contarían con el respaldo logístico y armamentístico de Irán.

Mientras tanto, en 2014 en Ucrania era derrocado el presidente Viktor Yanukovich a partir de la revolución denominada “Euromaidan” donde tuvo una activa participación en las revueltas Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos del gobierno norteamericano y lobista de las principales empresas productoras de armamentos de su país, entre las que se General Dynamics, Northrop Grumman y otras corporaciones cuyas ganancias crecen en proporción al belicismo de la política exterior de Estados Unidos (Boron, 2022).

Tras la caída de Yanukovich asume el gobierno Petró Poroshenko quien busca sumar a Ucrania a la OTAN y lleva adelante una serie de medidas contra la influencia rusa y la población rusoparlante en el país lo que genera reclamos sociales siendo el punto máximo el incendio de la sede de la Central Sindical de Odessa donde murieron 47 manifestantes que pedían un referéndum para alcanzar la autonomía de los Óblast de Crimea, Odessa, Donetsk, Jerson, Zaporiyia y Lugansk donde comienzan movimientos separatistas. En 2019, electo Volodímir  Zelensky, actor, comediante, abogado y político ucraniano, profundizará las medidas de  Poroshenko, solicitará el urgente ingreso a la OTAN y concentrará tropas en el límite de las regiones sublevadas lo que utilizará Rusia como excusa para organizar una “misión militar especial” destinada a proteger a las poblaciones rusoparlantes y a las regiones que se declararon independientes mediante un referéndum.

Mientras tanto, Gran Bretaña se suma al Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífico, un pacto comercial histórico acordado en 2018 entre 11 países incluidos Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

En paralelo, en marzo de 2023, Estados Unidos, Reino Unido y Australia llevaron adelante el AUKUS, un plan para crear una nueva flota de submarinos de propulsión nuclear de cara a poder hacerle frente a una proyección del poder militar chino.

En este contexto se incrementaron las tensiones con China por la presencia de legisladores norteamericanos en Taiwán así como también por el posicionamiento de naves de combate de la Séptima Flota norteamericana en las proximidades de la isla. Este es el escenario donde el Presidente Argentino promete a la Generala Richardson, Jefa del Comando Sur Norteamericano, que la base multipropósito argentina ubicada en Ushuaia será de uso compartido con las tropas norteamericanas. 

Aproximación indirecta y política norteamericana

En este contexto global, se desarrollan en 2024 las elecciones en los EEUU las cuales ganó de manera contundente, Donald Trump quien promete terminar con la guerra de Ucrania. Durante este tiempo se incrementa una serie de acciones armadas, la mayoría de carácter asimétrico, en todo oriente medio volviendo a tener presencia organizaciones terroristas que operan conjuntamente sobre puntos de interés para la hegemonía norteamericana como Siria o el Líbano; se incrementa la tensión entre Israel e Irán con ataques directos; Israel ataca a Gaza en represalia a Hamás; Yemen ataca a Israel; la Alianza Árabe con apoyo británico y norteamericano atacan a los rebeldes en Yemen; se producen revueltas en Georgia; Talibanes atacan puestos fronterizos pakistaníes; recrudecimiento de los ataques de las filiales de Estado Islámico y Al Qaeda en Burkina Faso, Malí o Níger; la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz contra el gobierno pakistaní;  los cortes de fibra óptica submarina en el Mar Báltico y el cierre del paso de gas por Ucrania hacia Europa.

La retirada de los Demócratas de la administración norteamericana parece incluir un campo minado a escala global basado en la post legalidad “una situación en la que el derecho interno e internacional se manipula, se desconoce o se quiebra a expensas de un bifronte Estado gendarme que opera con escasa rendición de cuentas hacia adentro y con excesivo despliegue militar hacia afuera” (Tokatlian, 2012).

Se han activado todos los dispositivos estatales y paraestatales bajo la órbita del poder hegemónico para que jueguen de manera simultánea en todo el tablero geopolítico. Así podemos ver como fuerzas irregulares no estatales de supuesto origen islámico como el ISIS alcanzan altos niveles de organización, sincronización, control territorial e intervenciones cada vez más violentas, pero no atacando objetivos israelíes o norteamericanos sino territorios y objetivos europeos o musulmanes tal como lo fueron los atentados en París de noviembre del año 2015 contra bares en Saint Denis, la toma de rehenes en la sala de conciertos Bataclan y explosiones en los alrededores del Estadio de Francia; el atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, en Krasnogorsk en las afueras de Moscú, la capital rusa (Roth, 2024) o la masacre de Kermán, en el sur de Irán con 103 muertos. (Di Bussolo, 2024) 

Mientras tanto a excepción de los elementos de la Armada estadounidense desplegados en las proximidades de las mencionadas zonas de crisis, las tropas estadounidenses luego de la retirada de Afganistán, se encuentran acantonadas y a la espera en diferentes posiciones como la Base Aérea de Al Udeid en Qatar, la Base Aérea de Incirlik en Turquía, la Base Aérea de Ali Al Salem en Kuwait y la Base Naval de Bahrain, ubicada en la isla de Juffair, en el Reino de Bahréin (Schaer, 2024). Posiciones estratégicas para las operaciones militares de Estados Unidos en la región como por ejemplo soporte de inteligencia para Israel y las fuerzas irregulares que operan a favor de intereses norteamericanos, apoyo aéreo y ataques con misiles y, sobre todo, estar preparados para que cuando las operaciones híbridas comiencen a generar malestar social, poder avanzar sobre el objetivo final, Irán.

Están dados todos los elementos y los pasos de una estrategia de aproximación indirecta (Hart, 1960) que tan bien describe en su obra el franco británico Basil Henry Liddéll Hart…

…un dinamismo entre los diferentes frentes de combate que dispersan la atención, recursos y esfuerzos de quien en verdad es el objetivo principal de una estrategia militar planteada en 2001, Irán

Daniel Symcha

Bibliografía de referencia

Arroyo, C. (21 de Abril de 2021). Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. Obtenido de https://observatorioterrorismo.com/apuntes/trayectoria-historica-de-daesh-origenes-y-evolucion-hasta-la-actualidad/ 

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Boron, A. (1 de Febrero de 2022). Página 12. Obtenido de Página 12: https://www.pagina12.com.ar/398803-victoria-nuland-un-personaje-sombrio-en-la-crisis-de-ucrania 

Di Bussolo, A. (4 de Enero de 2024). Vaticano News. Obtenido de Vaticano News: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2024-01/iran-atentado-kerman-mausoleo-soleimani-victimas-isis.html 

Essam, L. (17 de Enero de 2024). BBC. Obtenido de BBC: https://www.bbc.com/mundo/articles/cg3vxwnderno 

Hart, B. (1960). Estrategia, la aproximación indirecta. Ciudad autónoma de Buenos Aires: 1884 Círculo Militar.

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Roth, A. (23 de Marzo de 2024). Islamic State’s deadly Moscow attack highlights its fixation with Russia. Londres, Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

Schaer, C. (30 de Enero de 2024). Deutsche Welle. Obtenido de Deutsche Welle: https://www.dw.com/es/tropas-de-eeuu-en-oriente-medio-en-la-l%C3%ADnea-de-fuego/a-68125615 

Tokatlian, J. G. (2012). Crisis y redistribución del poder mundial. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 25-41.