[Publicamos el análisis sobre directivas estratégicas del Gobierno de EEUU, elaborado por el MSc Enrique R. Martínez Díaz, del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba. El MSc Martinez Diaz, autorizo a Dossier Geopolitico (DG) su publicación y próximamente tendremos nuevas colaboraciones de este importante Centro de Investigación Hemisférico, ya que estamos muy interesados en tener una mayor sinergia con equipos de nuestra región, la Dra. Lourdes Regueiro Bello será el nexo entre CIPI y DG. Carlos Pereyra Mele Director de DG]
Por MSc Enrique R. Martínez Díaz CIPI Cuba
El tres de marzo de 2021 en un discurso del secretario de Estado Anthony Blinken fue hecha referencia a la emisión de un documento denominado Orientación Estratégica de Seguridad Nacional Provisional (Interim National Security Strategic Guidance) (INSSG). El documento fue presentado ese mismo mes en el sitio web del gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.), orientado a dar indicaciones a los integrantes de la actual administración y a sus principales agencias, sobre los fundamentos de la política a desarrollar por el nuevo gobierno, hasta tanto se haga pública la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (ESN)[1], que debe sustituir a la actualmente vigente, promulgada por Trump en Diciembre de 2017.
La estructura de este documento incluye dos páginas iniciales escritas por el presidente Joe Biden, y los puntos siguientes:
Introducción
El panorama de la seguridad mundial
Prioridades de seguridad nacional
Conclusiones
La introducción es relativamente breve, y contiene algunos aspectos reiterativos de las palabras iniciales del presidente Biden. La parte destinada al “Panorama de la Seguridad Mundial” enfatiza en la necesidad de adoptar un nuevo rumbo, lo cual se considera hace patente el rechazo a algunas de las posturas de la administración anterior. Hace referencia a las principales amenazas a las que consideran deben enfrentar, enfatizando que debe ser de forma colectiva:
“ Las pandemias y otros riesgos biológicos, la creciente crisis climática, las amenazas cibernéticas y digitales, las interferencias económicas internacionales, las crisis humanitarias prolongadas, el extremismo violento y el terrorismo, y la proliferación de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva y, en algunos casos, peligros existenciales (pág. 7).”
Destacan la necesidad que EE.UU. debe cooperar con otros países, y también señalan que las llamadas “democracias” o “sociedades libres” son afectadas por: “la corrupción, la desigualdad, la polarización, el populismo y las amenazas antiliberales al Estado de Derecho (pág. 7)”.
Seguidamente hacen referencia a las llamadas “potencias antagónicas”, que plantean utilizan “la desinformación y la corrupción” como armas para “explotar las debilidades percibidas y sembrar la división dentro y entre las naciones libres, erosionar las normas internacionales existentes y promover modelos alternativos de gobierno autoritario”. El documento expone sobre los principales rivales o naciones que consideran amenazan el orden internacional, coincidiendo con la ESN de 2017 en señalar a la República Popular China y a la Federación de Rusia en ese papel. Luego mencionan a otros países o “actores regionales”, como la República Popular Democrática de Corea (RPDC) e Irán, que plantean buscan capacidades y tecnologías que amenazan a EE.UU. y sus socios. A la vez, refieren a la existencia de países con gobernanza “frágil”, y la existencia además de actores no estatales influyentes.
Seguidamente expresan que sus ventajas en las “formas y dimensiones” de su poder, les permiten enfrentar estas amenazas para “configurar el futuro de la política internacional”, “promover nuestros intereses y valores”, y “crear un mundo más libre, seguro y próspero”.
Hacen una clara referencia crítica a la actividad del gobierno de Trump, y aunque reconocen que no es posible restablecer el “orden anterior” plantean que existen oportunidades, destacando a criterio del autor la necesidad de reforzar las alianzas y crear otras nuevas.
Finalmente destacan que tras todas las tendencias se manifiesta o subyace una “revolución tecnológica que supone tanto un peligro como una promesa”; dentro de esta se encuentran “tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la computación cuántica”, que son objeto de atención especial por las potencias. Expresan su intención de mantener las ventajas en esas ramas.
La parte más extensa de esta “Orientación Estratégica” está dedicada a las PRIORIDADES DE SEGURIDAD NACIONAL, donde hacen referencia los llamados intereses vitales de EE.UU. Un aspecto interesante es que expresan el interés en que la prosperidad económica del país se enfoque hacia las “familias trabajadoras”,(…) “en lugar de los beneficios corporativos o la riqueza nacional agregada”. Esto es una alusión clara al gobierno anterior, que benefició ampliamente a las clases más acomodadas del país. Faltaría ver si esto no es más que pura demagogía dirigida a conseguir cierto apoyo interno.
Hablan de revitalizar la democracia, y unificar a los países que tienen esa condición según sus criterios. Para ello plantean que es necesario:
🛡 Defender y alimentar las fuentes subyacentes de la fuerza estadounidense, incluyendo nuestra gente, nuestra economía, nuestra defensa nacional y nuestra democracia en casa;
🛡 Promover una distribución favorable del poder para disuadir e impedir que los adversarios que amenacen directamente a Estados Unidos y a nuestros aliados, que impidan el acceso a los bienes comunes globales, o que dominen regiones clave; y
🛡 Dirigir y mantener un sistema internacional estable y abierto, respaldado por alianzas democráticas fuertes, asociaciones, instituciones multilaterales y normas.
Esto se corresponde con documentos anteriores, ya que en cada Estrategia de Seguridad Nacional se plantean los llamados “intereses u objetivos de seguridad nacional”, que son elementos u aspectos que comprenden las metas que Estados Unidos intenta alcanzar. Se puede expresar que no existen diferencias sustanciales entre los objetivos principales que se proponían las anteriores administraciones y los que se plantea el actual gobierno, más allá de determinados matices; la actual administración aparentemente pondrá más énfasis en el aspecto diplomático, similar a la aplicación de lo que llamó durante la administración Obama el llamado “Poder inteligente” o “Smart Power”, o el empleo de las 3 D (Defensa, Diplomacia y Desarrollo).
En el aspecto de sus intereses a nivel planetario, señalan que “reconoceremos que nuestros intereses nacionales vitales obligan a una conexión más profunda con el Indo-Pacífico, Europa y el hemisferio occidental”.
Uno de los aspectos que más se destacan dentro de esta INSSG es el reforzamiento, ampliación y modernización de las llamadas “alianzas y asociaciones” en todo el planeta, fundamentalmente la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Australia, Japón y Corea del Sur. También se refieren a las asociaciones en el Indo Pacifíco.
Plantean reforzar su cooperación con la Unión Europea y el Reino Unido; en lo que denominan Hemisferio Occidental, destacan la relación con Canadá y México, así como el apoyo económico a Centroamérica.
En el Medio Oriente destacan su relación con Israel, expresando interés en la solución de dos estados (seguramente en una fórmula que favorezca a Israel); apoyar la estabilidad de la región; y enfrentar a Irán y las organizaciones terroristas. No obstante, plantean que no apoyaran la guerra en Yemen y buscarán una solución a través de la ONU.
Respecto a África, plantean que buscarán crear asociaciones con países de la región (especialmente con las que consideran las economías más dinámicas) y reforzando la sociedad civil.
A continuación se refieren a pretender recuperar el liderazgo en las organizaciones internacionales; hacen referencia a su reincorporación al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático; el enfrentamiento a la pandemia del COVID 19, “liderando” la Organización Mundial de la Salud, perfeccionando esta y aportando recursos para COVAX, y actuando junto a la ONU, el G-7, el G-20, la Unión Europea y otras organizaciones. También se refieren a otros aspectos, como la economía global, la seguridad alimentaria y del acceso al agua, la educación, los derechos de la comunidad LBGTQI+, el empoderamiento de las mujeres, etc.
Respecto a las organizaciones internacionales, como la ONU, plantean que regresarán para liderar las mismas, en pro de sus intereses, aun cuando reconocen que son “imperfectas”.
A continuación hacen referencia al problema de las armas nucleares, destacando la renovación del Tratado START III; la necesidad de evitar una reactivación de la carrera armamentista en esa esfera y la búsqueda de nuevos acuerdos de control de armas. En ese sentido, plantean que “entablaremos un diálogo significativo con Rusia y China sobre una serie de desarrollos tecnológicos militares emergentes que afectan a la estabilidad estratégica”.
Un aspecto relevante en este documento es que se enuncia que se elevará la diplomacia como herramienta de primer uso para promover los intereses de EE.UU., aun cuando prevén el uso de la fuerza cuando sea necesario, aprovechando su gran poderío militar. Plantean textualmente: “Pero el uso de la fuerza militar debe ser el último recurso, no el primero; la diplomacia, el desarrollo y la política económica deben ser los principales instrumentos de la política exterior estadounidense”.
En el documento exponen que continuarán invirtiendo en sus fuerzas armadas (FF.AA.), priorizando el personal militar, las nuevas tecnologías, las fuerzas de operaciones especiales, etc., para garantizar que ese país siga siendo la principal potencia militar del planeta. Refieren que EE.UU. no debe embarcarse en “guerras eternas”, por lo que buscarán resolver el problema de Afganistán. Destacan que mantendrán la mayor presencia militar en el Indo Pacífico y en Europa, y reducirán su presencia en el Medio Oriente.
Seguidamente enuncian como aspecto principal en la seguridad nacional, la seguridad económica; plantean que la “columna vertebral” de esta economía es la clase media estadounidense, y por lo tanto, sus políticas no deben encaminarse a favorecer a “unos pocos privilegiados”, sino a todos los ciudadanos. Plantean la necesidad de invertir en energías limpias; aumentar las inversiones tecnológicas, el desarrollo y despliegue de tecnologías de baja emisión de carbono, modernizando su red energética y crear de paso nuevos puestos de trabajo. En interés de mantener lo que consideran superioridad tecnológica de EE.UU. plantean que : “Redoblaremos las inversiones en ciencia y tecnología, incluso en investigación y desarrollo, las tecnologías informáticas fundamentales y la fabricación nacional de vanguardia, para permitir la consecución de numerosos objetivos estratégicos nacionales, entre ellos la economía, la salud, la biotecnología y la salud pública, la energía, el clima y la seguridad nacional”.
El documento presta atención al mejoramiento de la educación y la calificación de la mano de obra estadounidense, buscando incentivar la inmigración altamente calificada (el robo de cerebros); se proponen desplegar el acceso a Internet de alta velocidad y las redes de quinta generación (5G) seguras; explorar el espacio exterior “en beneficio de la humanidad”; también se plantean como objetivo mejorar la Ciberseguridad.
Seguidamente expresan que deben revitalizar su propia democracia, con un conjunto de acciones que incluyen asuntos relacionados a las votaciones, la erradicación de la corrupción; el estado de derecho; restablecer la separación de poderes y la independencia del poder judicial; la apoliticidad de “agencias federales de aplicación de la ley, la comunidad de inteligencia, nuestros diplomáticos, funcionarios y militares”. Plantean en general que se deben eliminar todas las injusticias con los sectores más afectados de la población, y hacen una condena al “extremismo violento doméstico”.
Refiere el documento como una importante amenaza el terrorismo internacional, por lo que enfatizarán en la lucha contra este y contra el extremismo interno utilizando todos los recursos internos y con el apoyo de sus aliados. Por otro lado, convocarán una Cumbre Mundial para la Democracia, así como promoverán normas y nuevos acuerdos sobre tecnologías emergentes, espacio, ciberespacio, amenazas sanitarias y biológicas, clima y el medio ambiente, y los derechos humanos.
Seguidamente dedican una parte extensa a plantear como fundamental el “prevalecer en la competencia estratégica con China o cualquier otra nación (pág. 20)”; califican a ese país de “asertivo y autoritario”. Expresan su decisión de que sea EE.UU. y no China quien lidere a nivel mundial y establezca las normas, que deben promover sus intereses y reflejar sus valores. Para ello plantean que reforzaran sus redes de aliados y socios, e invertirán de forma inteligente en la defensa para disuadir la “agresión china”, extendiéndose en criticas hacia ese país. No obstante, expresan que están dispuestos a colaborar y trabajar con China cuando esto les sea beneficioso, desde una posición de confianza y fortaleza, junto a aliados y socios, “en cuestiones como el cambio climático, la seguridad sanitaria mundial, el control de armas y la no proliferación”.
CONCLUSIONES
En el documento denominado INSSG presentado por la administración Biden para orientar a los diferentes componentes del gobierno norteamericano, se expresan elementos de continuidad con la política de esa nación en los últimos años, y cuestiones en que se diferenciarán de la postura del gobierno anterior.
Un elemento importante es que el actual gobierno mantiene la intención de preservar el papel de EE.UU. como potencia imperialista hegemónica a nivel mundial, ejerciendo lo que ellos denominan “Liderazgo”, aunque actuando de forma más coordinada con sus aliados y socios, y recuperando un protagonismo principal en el sistema de organizaciones internacionales.
Expresan que en pro de sus objetivos e intereses utilizarán todas las herramientas del poderío nacional, dando prioridad a la diplomacia y la economía, aunque preservaran la condición de principal potencia militar y la opción de emplear la fuerza cuando consideren afectados sus intereses.
Mantienen la visión de que China es el principal rival de EE.UU. a nivel global, por su desarrollo económico, su política internacional y sus capacidades militares. Igualmente califican a la Federación de Rusia como un rival estratégico, dadas sus capacidades militares y su política internacional. Mantienen la consideración de que Irán y la RPDC son dos estados que “desestabilizan” regiones de interés para EE.UU.
Mantienen su interés de dominio a nivel planetario, planteando que las principales regiones para sus intereses son el Indo-Pacífico, Europa y el hemisferio occidental; además, insisten en su interés en erigirse como garante de los bienes comunes a nivel mundial, incluida la seguridad de la navegación aérea y marítima, el ciberespacio y el espacio exterior.
En el documento se expresan los objetivos de política interna del gobierno, destacando el perfeccionamiento de los elementos del estado; el desarrollo de la economía y una mayor participación de los sectores medios de la población; incentivar la educación, la ciencia y las innovaciones tecnológicas para preservar su liderazgo a nivel global,
Bibliografía
Blinken, Anthony. Speech on Foreign Policy. Washington, March 3 (https://www.rev.com/blog/transcripts/secretary-of-state-antony-blinken-speech-on-foreign-policy-transcript-march-3)
The White House. National Security Strategy of United States of America. Washington, December 2017, (https://www.whitehouse.gov/wp-content /uploads/ 2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905.pdf)
The White House. Interim National Security Strategic Guidance. Washington, March 2021. (https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2021/03/NSC-1v2.pdf)
[1] De acuerdo a lo establecido en la Ley Golwater-Nichols de 1986, el presidente de EE.UU. debe presentar un reporte sobre la Estrategia de Seguridad Nacional cada año; en la práctica, desde la etapa de George W. Bush se hace cada cuatro años aproximadamente.