Alberto CruzCEPRID

El 4 de febrero de 2022 China y Rusia, Rusia y China, firmaron un documento (1) que no solo era un muy serio toque de atención a Occidente, sino un cambio de juego total: la declaración conjunta brindaba un apoyo total a Rusia, respaldaba su demanda de garantías de seguridad y se oponía a la expansión de la OTAN. Se debería haber leído con detenimiento porque, entre otras cosas, se hablaba de una coordinación en el Consejo de Seguridad de la ONU, en la defensa del derecho internacional y el rechazo al «orden basado en reglas» que quiere imponer EEUU.

Es decir, había un compromiso real de China de mitigar y/o ayudar a Rusia frente a las sanciones con que amenazaba, ya entonces, el Occidente colectivo. Sanciones que, según el derecho internacional, son ilegales (2).

El ese documento se recogía, no con tanto énfasis como lo anterior, el fortalecimiento de los vínculos no solo políticos, sino económicos, especialmente de petróleo y gas por parte de Rusia y la construcción de un nuevo gasoducto, el «Poder de Siberia 2» en un plazo de tres años.

Con el apoyo chino, Rusia ya anunciaba que no iba a retroceder en absoluto y no se iba a dejar intimidar. Hay una cuestión a notar en el documento: China eludía hablar de Ucrania (aún no había comenzado la “operación especial” rusa), incluso de Crimea, mientras que Rusia sí hablaba de Taiwán. Una clara concesión rusa que permitía a China seguir manteniendo su estrategia de no involucrarse en cuestiones internas.

Por lo tanto, y en el peor de los casos, China no iba a criticar lo que hiciese Rusia ante las provocaciones de EEUU y la OTAN. Y no lo iba a hacer porque quedaba claro ya entonces que EEUU se las veía y deseaba para impedir el afianzamiento de Eurasia como el eje sobre el que está pivotando el siglo XXI. Así hay que interpretar lo ocurrido en Afganistán, en Irán, en Kazajistán e, incluso, en Corea del Norte. Que este país esté haciendo pruebas de armas una tras otra no se entiende si no se ve en esta perspectiva y, sobre todo, el que Rusia y China tumban en la ONU un intento de más sanciones por ello. Corea del Norte cuenta, por acción y por omisión, con el apoyo de Rusia y de China en ello porque, además, es una forma de advertir a EEUU que tiene muchas grietas. Porque si EEUU enreda con Ucrania o Taiwán, sensibles para Rusia y China, estos dos países podían, y pueden, hacer lo mismo en Corea del Sur o Japón, por poner dos casos, que son sensibles para EEUU.

El que en este documento se apostase por el derecho internacional era ya una señal fuerte para Occidente, que lo desprecia si no le es conveniente. Era la señal definitiva para un Nuevo Orden Multilateral en el que Occidente deja de tener poder e influencia. Textualmente: «Los dos países buscan proteger la arquitectura internacional impulsada por las Naciones Unidas y el orden mundial basado en el derecho internacional, buscar una multipolaridad genuina con las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad desempeñando un papel central y de coordinación». Es decir, le están diciendo a Occidente que se acabaron sus aventuras extra-ONU (Yugoslavia, Irak, Libia, Kosovo, Siria) y que apuestan decididamente por la «democratización de las relaciones internacionales». Esa declaración conjunta lo decía de forma muy clara y precisa: «las relaciones internacionales ingresan en una nueva era».

La visita de Xi

Occidente, en su patológica prepotencia, no se dio por enterado porque, de haberlo hecho, habría significado que estaba listo para unirse al proceso de transformación del mundo en el que ya no tienen la hegemonía.

Un año después -y una guerra que no es guerra oficialmente porque ni Rusia la ha declarado ni Ucrania ha hecho lo propio, y con una propuesta de paz presentada por China que ha sido rechazada de plano por el Occidente colectivo- esa alianza entre China y Rusia, Rusia y China, se ha fortalecido y ha dejado muy, pero que muy preocupado a Occidente, que ha entrado en un estado de pánico y de histeria por lo que ya se constata: lo que hace un año se afirmó que era una “asociación sin límites”, ahora se refuerza y se constata. Ya no hay vuelta atrás.

Occidente lo ha visto tarde, y pretendió parar este proceso, que culminó con la histórica visita de Xi Jinping a Rusia (y no al revés, lo que ya es de por sí indicativo) este pasado mes de marzo, con la bufonada de la Corte Penal Internacional acusando a putin de criminal de guerra. Fracasó. Se intentó pararla con las amenazas a China sobre el envío de armas. Fracasó también, no porque las haya enviado, sino porque China está en otra onda, como bien han recibido y notado los países no occidentales. China representa paz, Occidente representa guerra. Esta es la realidad incómoda para el Occidente colectivo y sus famosos «valores». Los «autócratas» (nueva neolengua occidental)están por la paz, los «demócratas» están por la guerra.

Occidente está ahora mismo arrinconado por la propuesta china, que ha rechazado y que está haciendo todo lo posible por desprestigiarla. Pero no puede. Ha perdido ya tanto terreno que es imposible. Pero Occidente, en su ceguera, sigue y sigue negando la realidad. Es como los niños cuando se tapan los ojos, que creen que si ellos no ven, tampoco se les ve a ellos. Y así vemos cómo desde Occidente se ha repetido que con esta visita “Rusia se ha entregado a China porque, como está aislada a nivel internacional, no le queda otra opción”. Por supuesto, no hay que dejar que la realidad te estropee una buena historia, o una buena histeria.

La realidad es muy diferente. Esta visita ha terminado con la firma de una nueva declaración conjunta (23 de marzo) que lleva el nombre de “Profundización de la asociación estratégica integral de coordinación en la nueva era» (3) y que ya lo dice todo: “asociación estratégica integral” (lo de “sin límites” de la firmada hace un año) y “coordinación en la nueva era” (ya de sa por hecho el mundo multipolar y el fin de la hegemonía occidental).

De ella hay algunos aspectos a reseñar, como la mención expresa a EEUU y la inexistencia de Europa, a la que no se refieren ni una sola vez. Para China y Rusia, Europa es irrelevante a nivel geopolítico y a lo sumo -en el caso chino-, contraparte económica.

Se repite el llamado a cumplir el derecho internacional en contra del mantra occidental de «orden basado en reglas»; se han firmado suculentos acuerdos comerciales, como la aceleración de la construcción del gasoducto Poder de Siberia 2 a través de Mongolia; se ha confirmado que ya el 65% del comercio bilateral entre Rusia y China se hace en sus propias monedas… y la bomba soltada por Rusia: «Rusia tiene la intención de crear su propio sistema de suministro de energía alternativa, que será beneficioso para casi toda la población del mundo. Es la gran oportunidad para 7.000 de los 8.000 millones de personas del planeta». Obsérvese que se deja fuera expresamente a los famosos «mil millones de oro», es decir, a la población de Occidente. Si esto último va en serio, es el fin definitivo de la hegemonía occidental.

Reciprocidad, lo que no entiende Occidente

Se ha dicho también en Occidente que esta visita de Xi pone de relieve que Rusia ha sido absorbida por China. No es lo que dicen los datos económicos, favorables a Rusia, y si no es así en términos económicos, al menos por ahora, tampoco lo es en términos geopolíticos y militares.

Por partes: se ha llegado a un punto en el que es bastante difícil para China proteger no solo sus intereses en el mundo, sino su seguridad, sin el apoyo de Rusia.

Rusia está ganando un tiempo precioso para China en el país 404, antes conocido como Ucrania. Cuanto más tiempo esté Occidente entretenido aquí, menos podrá enredar con Taiwán. Esto es tan evidente que es una de las razones por las que Occidente está presionando al país 404, antes conocido como Ucrania, para su famosa contraofensiva.

Hay más: China necesita a Rusia como parte de su nueva política global, ya que los dos coinciden en impulsar un nuevo orden multipolar fuera de la hegemonía de Occidente. Aquí China ha cambiado, y lo ha hecho gracias a Xi Jinping. Hasta ahora se mantenía en una posición de ser superpotencia económica manteniendo un perfil bajo en política exterior, pero se ha dado cuenta que eso no es efectivo si no participa, con fuerza, en la cuestión política mundial. Por eso China dio un vuelco a su política tradicional e impulsó la presencia diplomática en todo el mundo. Su penúltimo éxito ha sido la reanudación de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán, dos países con buenas relaciones con Rusia, por otra parte.

Como centro de fabricación del mundo, China necesita recursos energéticos y esos los tiene Rusia, ya el principal proveedor de petróleo y gas de China. Dos cosas importantes: ambos son baratos y sin complicaciones en términos de seguridad de suministro porque los dos países tienen fronteras terrestres. Esto cobra un especial relieve después del ataque occidental al gasoducto Corriente del Norte 2.

Y algo tan importante como lo anterior: tecnología militar. China considera que solo logrará la paridad militar estratégica con EEUU en 2027, pero las amenazas de EEUU sobre Taiwán, el decir que hará guerra dentro de un par de años, etc., indica que para EEUU (y para Occidente) el tiempo se acaba, por lo que hay que acelerar los plazos. Y para eso China necesita ayuda que solo puede obtener de Rusia, especialmente en aviación (todavía los motores son rusos) y en misiles hipersónicos de largo alcance. Además, China es el único país que cuenta con el sistema de defensa anti-misiles ruso S-500.

El impulso de los BRICS,la OCS y la desdolarización

En esa “coordinación en la nueva era” están jugando un papel los BRICS y a la importancia que chinos y rusos dan a esta estructura, así como a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Se están creando nuevas estructuras internacionales de forma clara (BRICS contra G-7) y se está dando impulso a la desdolarización a gran escala.

Uno de los datos que lo refuerzan es que los BRICS superan en Producto Interior Bruto al fantasmagórico G-7. Cuando se habla de «los países más ricos del mundo», refiriéndose al G-7, no es cierto. El PIB de los BRICS, 31’5% del total mundial, supera al del G-7 (30’7%) basándose en la paridad del poder adquisitivo.

Por una parte, Egipto ha sido aceptado formalmente como nuevo miembro del banco de los BRICS, el Nuevo Banco de Desarrollo, y en la cumbre de este próximo verano se va a abordar el ingreso, con plazos, de Argentina, Irán y Argelia. Es más que probable que antes del ingreso oficial de estos países haya un periodo de transición en lo que ya se conoce como BRICS+, países que sin formar parte de forma oficial, sí lo hacen de forma oficiosa y coordinan sus políticas al estilo de lo que sucede con la OPEP+.

En paralelo, Arabia Saudita aprobó la última semana de marzo el memorando de entendimiento para ser admitido como socio de diálogo de la OCS, una decisión que la acerca mucho más a Rusia y China, sobre todo a este último país puesto que tras la visita de Xi Jinping a Riad en diciembre del año pasado ha supuesto un movimiento tectónico saudí, admitiendo que va a estudiar el comercio de petróleo en otras monedas que no sean el dólar y firmando un acuerdo entre el Banco Nacional de Arabia y el Banco de Exportación e Importación de China para la utilización del renminbi tanto en préstamos como en comercio. Es, sin la menor duda, el primer paso para el pago en renminbis del petróleo saudita.  Ya hay pasos que van en esa dirección, como la primera transacción de un envío de gas a China pagado en renmimbis, todo ello negociado a través de la Bolsa de Shanghái y siguiendo los precios de esta bolsa, no los de Occidente.

Al mismo tiempo, Brasil se acaba de unir al Sistema Interbancario de Pagos de China (CIPS), la alternativa china al SWIFT occidental. Eso significa que Brasil y China van a comerciar en sus propias monedas, con lo que se refuerza la internacionalización del yuan, y abandonan el dólar en su relación comercial.

Gramsci dijo que la crisis se produce cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir, y que en ese interregno se producen monstruos. El monstruo es Occidente, que se deshace y lo hace destruyendo, lo nuevo ya ha nacido aunque aún está en la niñez y tras la asociación entre China y Rusia, Rusia y China, se puede afirmar que está entrando en la adolescencia.

Notas

(1) http://en.kremlin.ru/supplement/5770

(2) Las únicas sanciones legales, según el derecho internacional, son las impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU. El resto son consideradas sanciones unilaterales y, por lo tanto, contrarias al derecho internacional.

(3) https://www.mct.gov.cn/whzx/szyw/202303/t20230323_940847.htm

Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor.

FUENTE https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2787 

Cristian Galindo de Radio Sputnik entrevista a Pereyra Mele

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, podría ser retirado de su cargo tras tener «infracciones éticas e irregularidades», según como lo señalan varios legisladores del Congreso de EEUU, quienes han pedido que se sancione y destituya al funcionario de la OEA, si se comprueban las acusaciones.

En una carta presentada al secretario de Estado de los EEUU, Antony Blinken y al embajador para la OEA Francisco Mora, por los congresistas estadounidenses, se solicita que se intensifiquen las investigaciones que se llevan en contra del secretario general de la OEA.

AUDIO

A Almagro se le acusa de haber promovido asensos y beneficios a una funcionaria, de quien se dice tenía relaciones sentimentales con el director de la OEA, por lo que se habría violado el reglamento ético de esta entidad.

Pero esto no sería por lo único que se le estaría juzgando a Almagro, esto debido a los señalamientos en su contra por ser el responsable de la crisis política en Bolivia en el año 2019, cuando el funcionario declaró que en el país se había cometido un fraude electoral, lo que resulto en la destitución forzada del presidente Evo Morales, como se describe en el documento.

Además de otros escándalos que vinculan a Luis Almagro con la corrupción institucional y con anteriores lideres latinoamericanos.

Pero igualmente, el retiro de Almagro podría utilizarse como propaganda para cambiar la ya mala imagen de esta organización ante los países de América Latina, quienes ven a la CELAC mejores ventajas de integración sin la influencia de Washington.

Pero para ver un poco más sobre este tema, tenemos en nuestro espacio al Director de Dossier Geopolítico, al señor Carlos Pereyra Mele, quien nos explicara más respecto a esta situación.

«Es evidente que el desgaste de este hombre (Luis Almagro), ha sido tremendo, pues como todos sabemos ha apoyado absolutamente todas las fórmulas que ha presentado EEUU contra los gobiernos latinoamericanos que no se doblegan totalmente ante sus distintas posiciones, (…). Por lo tanto creo que EEUU está intentando lavarse la cara, lavarse las manos, de personajes que realmente no le son ya útiles, o no le pueden ser útiles en los organismos que ellos controlan y dominan», menciono Carlos Pereyra Mele.

Y agrego «mediante esa fórmula, le daría una nueva pincelada, una nueva cara a esta OEA, que evidente es un organismo como todos los organismos creados luego de la segunda guerra mundial, simplemente para funcionar dentro del esquema de la guerra fría».

Por Aleksandr Duguin Geopolitica.ru

El nuevo concepto de política exterior es un acto fundamental en el proceso de descolonización de la propia Rusia, liberándola del control exterior.

El 31 de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin aprobó un nuevo concepto de política exterior. Este documento puede considerarse el acuerdo final de aquellos cambios en la conciencia geopolítica y cívica de las autoridades rusas que comenzaron hace 23 años con la llegada de Putin al poder. Sólo que ahora, en esta versión, la doctrina de la política exterior rusa adquiere un aspecto marcadamente contrastado e inequívoco. Esta vez es inequívoca y sin ambigüedades.

Es un verdadero programa de acción abierto de una gran potencia continental soberana que declara su visión del próximo orden mundial, sus parámetros y fundamentos y, al mismo tiempo, expresa la férrea voluntad de construir esta misma arquitectura a pesar de cualquier nivel de confrontación con quienes tratarían de impedirlo rígidamente e imponer a Rusia un plan exterior, hasta e incluyendo un ataque nuclear preventivo.

La columna vertebral de la soberanía estratégica en todos los aspectos

El concepto introduce y utiliza todos los términos fundamentales coherentes y congruentes con la teoría del mundo multipolar y la interpretación euroasiática de la esencia civilizadora de Rusia. De este modo, la victoria de los defensores de la vía soberana de la existencia histórica de Rusia ha quedado finalmente consagrada en un documento clave de política estratégica. Tan plena e inusitada claridad y coherencia en la redacción y las definiciones es, sin duda, el resultado de la guerra con el Occidente colectivo, que ha entrado en una forma directa y feroz, en la que está en juego la propia existencia de Rusia. Y no sólo ganar, sino simplemente conducir una guerra así sin principios, reglas y actitudes claras es sencillamente imposible.

El nuevo concepto establece claramente las reglas que Rusia acepta y con las que está de acuerdo. Además, las formula por primera vez. Estas reglas se oponen directamente a la estrategia globalista, al unipolarismo y a la teoría liberal de las relaciones internacionales. Mientras que antes Rusia intentaba encontrar formulaciones de compromiso que reflejaran tanto el deseo de soberanía como la búsqueda de un compromiso con Occidente, ahora es diferente: Rusia es un Estado mundial, un país continente que es una civilización independiente, con sus propias orientaciones, objetivos, orígenes, valores, con su propia identidad inmutable que no depende de ninguna fuerza externa. Por mucho que los occidentales y los liberales rusos lucharan contra la «vía especial», ahora se ha convertido en ley y es la principal disposición de política exterior. Los disidentes tendrán que aceptarla u oponerse abiertamente a ella.

El 31 de marzo de 2023, los patriotas, los euroasiáticos y los partidarios de la plena soberanía civil lograron probablemente la victoria más impresionante y visible de la era postsoviética. Triunfó la idea de una vía euroasiática rusa en política exterior. El concepto fue desarrollado en el Ministerio de Asuntos Exteriores y firmado por el Presidente. Sobre este arco se asienta ahora el sujeto ruso: la columna vertebral de la soberanía estratégica en todos los aspectos.

La adopción de un concepto tan serio e internamente coherente requerirá también los correspondientes cambios en la doctrina militar, así como un enorme trabajo organizativo para alinear las instituciones del poder ejecutivo, así como la educación y la información, con las completamente nuevas líneas de poder. El Consejo también tiene un papel que desempeñar en este proceso.

Si ahora el país no se limita a seguir su particular camino ruso, sino que lo declara explícitamente, entonces, en esencia, todo cambia. Ni siquiera coquetear con Occidente y sus «reglas» y «criterios» tiene sentido. El Occidente liberal y globalista ha aislado a Rusia de sí misma y, además, ha entrado en confrontación militar directa con ella. Con su nueva doctrina de política exterior, Rusia no hace sino corregir este estado de cosas.

Se han quitado las máscaras: estamos decididamente a favor de un mundo multipolar, mientras que a los que están en contra, que pretenden preservar a toda costa el orden mundial unipolar, no se les llama «socios», «colegas» o «amigos», sino enemigos directos, contra los que Rusia está dispuesta a lanzar un ataque nuclear preventivo si es necesario.

De este modo, todo el entramado de la política exterior y los procesos que se desarrollan en la escena internacional han cobrado protagonismo y se han vuelto completamente simétricos. Las élites globalistas del Occidente moderno no ocultan su intención de destruir a Rusia, de derrocar y llevar ante la justicia a su líder, de destruir cualquier iniciativa hacia un mundo multipolar. Están suministrando masivamente armas a los neonazis ucranianos y fomentando la rusofobia en todas partes, otorgándose el derecho a actuar como les parezca en cualquier parte del mundo.

Rusia les está respondiendo finalmente de la misma manera. Comprendemos sus intenciones y su lógica. Pero la rechazamos totalmente. Tenemos la intención de defender nuestra existencia y soberanía por cualquier medio, estamos dispuestos a luchar por ello y a pagar cualquier precio.

El concepto de política exterior adoptado se basa en una posición fundamental: Rusia se proclama:

  • «un Estado-civilización distintivo»,
  • «una vasta potencia euroasiática y europacífica»,
  • un eje en torno al cual «el pueblo ruso y los demás pueblos están unidos»,
  • el núcleo de una especial «comunidad cultural y civilizacional del mundo ruso».

Este es el punto principal. Es la respuesta a una pregunta que no es tan sencilla como parece: ¿quiénes somos? De esta autodefinición se deriva la multipolaridad en la que se basa todo lo demás. Si es una civilización, no puede formar parte de otra civilización. Por tanto, Rusia no forma parte de la civilización occidental (como se argumentaba en versiones anteriores del concepto de política exterior), sino que es una civilización independiente, soberana y no occidental, es decir, el mundo ruso. Este es el principio fundamental en el que se basa la política exterior rusa a partir de ahora.

El largo camino hacia una civilización soberana

Putin ha recorrido un largo camino en 23 años, desde los primeros intentos, cautelosos pero decididos, de restaurar la soberanía de Rusia como Estado, perdida casi por completo en la década de 1990, reconociendo que Rusia (aunque soberana) forma parte del mundo occidental, de Europa (de Lisboa a Vladivostok) y, en general, comparte los valores, normas y actitudes occidentales, hasta el choque frontal con el Occidente colectivo, rechazando abiertamente su hegemonía, negándose a reconocer sus valores, principios y normas como universales y estrictamente aceptados por Rusia.

La firma de Putin el 31 de marzo de 2023 con el nuevo concepto de política exterior significa que se ha superado definitivamente el camino de un Estado soberano en el contexto de una civilización liberal globalista occidental común a una civilización soberana, el mundo ruso y un polo independiente. Rusia ya no es Occidente. Occidente fue el primero en proclamarlo, lanzando una guerra de aniquilación contra nosotros. Después de un año de la OME nosotros también lo afirmamos. No con pesar, sino con orgullo.

En la anterior definición de Rusia hay cuatro niveles, cada uno de los cuales representa el concepto más importante en política exterior.

La afirmación de que Rusia es un Estado civilizado significa que no se trata de un simple Estado-nación según la lógica del sistema de Westfalia, sino de algo mucho más grande. Si Rusia es un Estado civilizado, no debe compararse con un país occidental o no occidental concreto, sino con Occidente en su conjunto, por ejemplo. O con otra civilización-estado, como China o la India. O simplemente con una civilización representada por muchos Estados (como el mundo islámico, América Latina o África). Una civilización-estado no es sólo un estado muy grande, es como los antiguos imperios, los reinos de reinos, un estado de estados. Dentro de la civilización-estado puede haber varias entidades políticas, incluso bastante autónomas. Según K. Leontiev, se trata de una complejidad en ciernes, no de una unificación lineal, como en los Estados-nación comunes de la Nueva Era.

Al mismo tiempo, sin embargo, se describe a Rusia como una «vasta potencia euroasiática y europacífica», es decir, como un fuerte Estado soberano de dimensiones continentales. Los euroasiáticos se refieren a ella como un «Estado continental». El adjetivo «vasto» no se utiliza como puramente descriptivo. La verdadera soberanía sólo puede ser poseída por potencias «vastas». Aquí vemos una referencia directa a la noción de «vasto espacio», que es un componente necesario de la soberanía estratégica por derecho propio. Una potencia que no cumpla estos requisitos no puede ser verdaderamente soberana. El carácter euroasiático y europacífico de Rusia apunta directamente al pleno reconocimiento de la geopolítica euroasiática y sus disposiciones básicas. Rusia-Eurasia en la filosofía euroasiática es un concepto opuesto a la interpretación de Rusia como uno de los países europeos. El propio término «potencia» debe interpretarse como sinónimo de imperio.

Muy importante es la referencia al pueblo ruso y a otros pueblos que comparten con los rusos su destino histórico, geopolítico y civilizatorio. El pueblo ruso se convirtió en un pueblo de diversas tribus eslavas orientales, fino-úgras y túrquicas precisamente en el proceso de construcción histórica de la nación. Al construir un Estado, la nación también se construyó a sí misma. De ahí el vínculo indisoluble entre los rusos y su independencia y condición de Estado. Pero, al mismo tiempo, es también una indicación de que el Estado fue creado por el pueblo ruso, preservado y sostenido por él.

La introducción del concepto de «mundo ruso» en el cuerpo del concepto de política exterior es muy reveladora. El Estado nunca coincide -salvo raras excepciones- con las fronteras de la civilización. Alrededor de sus fronteras establecidas hay zonas de intensa influencia desde el principio de la civilización. El mundo ruso es un área histórica y cultural circunscrita, que ciertamente pertenece a Rusia como civilización, pero que no siempre forma parte del poder ruso. En algunos casos, con relaciones armoniosas y amistosas entre los países, el mundo ruso puede existir armoniosamente a ambos lados de la frontera. Pero en presencia de conflictos interestatales, el Estado civilizado, que es lo que es Rusia (según este concepto de política exterior), tiene todos los motivos para defender su civilización y, en los casos más críticos, ignorar las propias fronteras. Así pues, el concepto del mundo ruso en el contexto general de la definición de Rusia aclara la lógica de sus acciones en el espacio postsoviético y, en particular, confiere al Nuevo Orden Mundial legitimidad doctrinal y validez ideológica.

Occidente ha perdido su derecho moral al liderazgo

Todo lo demás se deriva de la definición principal del estatus de Rusia como civilización soberana. Al no sentir ya la necesidad de ajustarse al Occidente global, Moscú, en su nuevo concepto de política exterior, ataca directa y duramente el eurocentrismo, rechaza la hegemonía occidental y equipara la globalización con un nuevo ciclo de imperialismo y colonialismo.

El texto del concepto afirma que el centro de la humanidad se está desplazando constantemente hacia regiones no occidentales del planeta: Asia, Eurasia, África, Iberoamérica.

El desequilibrado modelo de desarrollo mundial, que durante siglos garantizó un crecimiento económico superior al de las potencias coloniales apropiándose de los recursos de los territorios y Estados dependientes de Asia, África y el hemisferio occidental, se está convirtiendo irreversiblemente en cosa del pasado. La soberanía y las oportunidades competitivas de las potencias mundiales no occidentales y de los líderes regionales se han visto reforzadas.

Esta es la esencia del multipolarismo. Occidente no sólo ha perdido la capacidad técnica para seguir siendo el hegemón mundial en política, economía e industria, también ha perdido el derecho moral a liderar.

La humanidad vive una época de cambios revolucionarios. Continúa la formación de un mundo más equitativo y multipolar.

En este contexto, se declara positiva la aspiración de Rusia de seguir reforzando la multipolaridad, cooperar activamente con otros Estados de la civilización (principalmente China e India) y apoyar plenamente diversas alianzas y asociaciones de integración regional.

Para ayudar a adaptar el orden mundial a las realidades de un mundo multipolar, la Federación Rusa tiene la intención de dar prioridad (… ) al fortalecimiento del potencial y al aumento del papel internacional de la asociación interestatal BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Unión Económica Euroasiática (UEE), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la RIC (Rusia, India, China) y otras asociaciones interestatales y organizaciones internacionales, así como mecanismos con una participación significativa de Rusia.

El mundo se está volviendo irreversiblemente multipolar, pero el viejo orden unipolar no va a rendirse sin luchar. Esta es la principal contradicción de la era moderna. Explica el significado de los principales procesos de la política mundial. Explica el concepto de que el Occidente liberal y globalista, al darse cuenta de que los días de su liderazgo están contados, no está dispuesto a aceptar las nuevas realidades y, en plena agonía, comienza a luchar desesperadamente por la conservación de su hegemonía.

Esto explica la mayoría de los conflictos mundiales y, sobre todo, la política hostil de las élites occidentales hacia Rusia, que se ha convertido objetivamente en uno de los polos más evidentes y coherentes del orden multipolar. Precisamente porque Rusia se ha declarado un estado de civilización, negándose a reconocer la universalidad del orden mundial occidental y sus reglas, es decir, el modelo unipolar del orden mundial, se ha convertido en objeto de ataque de Occidente, que ha construido una amplia coalición de países hostiles a Rusia y se ha fijado directamente el objetivo de privar a Rusia de su soberanía.

Los Estados Unidos de América (EE.UU.) y sus satélites, viendo el fortalecimiento de Rusia como uno de los principales centros de desarrollo del mundo moderno y considerando su política exterior independiente una amenaza para la hegemonía occidental, han utilizado las medidas adoptadas por la Federación Rusa para proteger sus intereses vitales en Ucrania como pretexto para agravar su propia política antirrusa de larga data y han desencadenado un nuevo tipo de guerra híbrida. El objetivo es debilitar a Rusia de todas las formas posibles, incluso socavando su papel creativo como civilización, su poder, sus capacidades económicas y tecnológicas, limitando su soberanía en política exterior e interior y destruyendo su integridad territorial. Este camino de Occidente se ha vuelto omnímodo y está consagrado en la doctrina.

Frente a esta confrontación, que es el contenido principal de la transición del unipolarismo al multipolarismo, mientras Occidente intenta por todos los medios retrasar o interrumpir esta transición, Rusia, como Estado-civilización soberano, como polo mundial multipolar estable y fiable, ya establecido, declara su firme intención de no desviarse del camino elegido, cueste lo que cueste.

En respuesta a las acciones hostiles de Occidente, Rusia tiene la intención de defender su derecho a existir y desarrollarse libremente por todos los medios disponibles.

Esto, por supuesto, incluye el derecho a utilizar contra el enemigo (que en las circunstancias actuales es el Occidente colectivo, que pretende mantener la unipolaridad a toda costa y extender su hegemonía) en caso de ataque directo y también con fines preventivos cualquier tipo de arma, hasta las armas nucleares y de desarrollo avanzado. Si la existencia misma de la Rusia soberana y del mundo ruso se viera amenazada por un peligro mortal, Rusia está dispuesta a llegar hasta donde sea necesario en este caso.

Condiciones para la cooperación

El nuevo concepto identifica también las condiciones para la normalización de las relaciones con los países occidentales. Se hace especial hincapié en los países anglosajones, especialmente hostiles a Rusia en esta escalada. Una asociación renovada sólo es posible si los países occidentales hostiles y sus satélites renuncian a la rusofobia. En realidad, se trata de un ultimátum, en el que se pide a Occidente que acepte las condiciones de la multipolaridad, porque la esencia de la rusofobia en el contexto geopolítico no es más que la obstinada negativa de las élites globalistas occidentales a reconocer el derecho de los Estados civilizados soberanos a seguir su propio camino. Esta es la única razón por la que Rusia lucha hoy en Ucrania. Sin control sobre Ucrania, como todo geopolítico sabe, Rusia no tendrá plena soberanía geopolítica y civilizatoria.

Este es el significado del mundo ruso, que no coincide con las fronteras de los estados-nación, pero cuando se forma el polo y la transición a la civilización-estado, sus partes no pueden permanecer bajo el control de las estructuras geopolíticas hostiles. Amistoso y neutral – sí (como demuestra el ejemplo de la Unión Bielorrusa), y entonces su soberanía nacional no se vea amenazada. Al contrario, Rusia está dispuesta a actuar como garante y contribuir a su fortalecimiento de todas las formas posibles, económica, política y militar-estratégicamente. Pero cualquier intento de separar una parte del mundo ruso de la Rusia continental será reprimido por todos los medios. Y esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora.

Prioridades, vectores y objetivos finales

La segunda parte del concepto de política exterior describe estrategias específicas para desarrollar las relaciones entre Rusia y las regiones del mundo: la integración euroasiática del espacio postsoviético, la construcción de una asociación prioritaria con China, India, el mundo islámico, África y América Latina. En cada área se destacan prioridades, vectores y fines. El discurso a Occidente es discreto. Pero bajo las pesadas fórmulas diplomáticas, es fácil leer lo siguiente:

Si los pueblos de Occidente encuentran la fuerza para levantarse y abandonar la dictadura de una élite hegemónica maníaca que está llevando a la civilización al abismo, para proponer verdaderos líderes y llevar al poder a las fuerzas que defenderán verdaderamente sus intereses nacionales, no encontrarán mejor amigo y aliado que Rusia. Sin embargo, Rusia no desea ayudar activamente interfiriendo en los procesos internos de la vida política de los países hostiles y subraya su respeto por cualquier opción soberana de las sociedades occidentales. Rusia también tiene una respuesta adecuada en caso de enfrentamiento directo con potencias hostiles si éstas cruzan la línea fatal. Pero sería mejor que nadie la cruzara.

La nueva versión del concepto de política exterior es un acto fundamental en el proceso de descolonización de la propia Rusia, su liberación del control externo.

Para que sus disposiciones se tomen en serio, ya es necesario alinear las actividades del Ministerio de Asuntos Exteriores y las instituciones educativas básicas (especialmente el MGIMO, que sigue dominado por paradigmas completamente diferentes), reformar Rossotrudnichestvo y Mundo Ruso, y promover nuevas corrientes de diplomacia pública que reconozcan a Rusia como civilización soberana, como el Movimiento Rusófilo Internacional (MRI), pero la afirmación de Rusia como Estado civilizado tiene una importancia grande y decisiva también para la política interior. Al fin y al cabo, no se puede actuar como un Estado civilizado en política exterior y seguir formando parte de un sistema liberal centrado en Occidente, compartiendo sus planteamientos, valores y principios en política interior sin dejar de ser soberano. La política exterior siempre está estrechamente vinculada a la política interior. Y es aquí donde Rusia, para defender su soberanía, tendrá que emprender serias y profundas reformas en un futuro próximo. Si podemos decir con certeza que tenemos una política exterior soberana, todavía no se ha comprendido adecuadamente la necesidad de una política interior soberana.

FUENTE: https://www.geopolitika.ru/es/article/el-concepto-de-politica-exterior-como-apoteosis-del-multipolarismo-y-el-catecismo-de-la 

Conor GallagherNaked CapitalismTraducido para el CEPRID por María Valdés

El acuerdo de distensión entre Riad y Teherán podría ser una gran victoria no solo para Oriente Medio, sino también para proyectos más grandes que busquen una mayor integración de la gran Eurasia.  Si se implementa el acuerdo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China podría convertirse en un componente clave del futuro económico tanto de Arabia Saudita como de Irán. El acercamiento también podría generar dividendos para el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que se extiende desde San Petersburgo hasta Mumbai en India a través de Azerbaiyán (o el Mar Caspio) e Irán y cruza el Mar Arábigo. El corredor «a prueba de sanciones» conecta el subcontinente indio con Rusia sin necesidad de pasar por Europa y, al mismo tiempo, es un 30% más barato y un 40% más corto que las rutas existentes.

Tras el anuncio del acuerdo de acercamiento entre Arabia Saudita e Irán negociado por China, el presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal de Rusia, Leonid Slutsky, elogió el acuerdo y explicó cómo se corresponde con el concepto de seguridad colectiva de Rusia para la región del Golfo Pérsico. Prestó especial atención al INSTC,  diciendo: “En este sentido, considero estratégico el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur, que se convertirá en el factor clave de retroalimentación positiva para la seguridad, la estabilidad y el desarrollo en esta región tan importante. El lanzamiento del Corredor se convertirá en un hito no solo en la logística, sino también en la política y en la arquitectura de seguridad de la Gran Eurasia, se convertirá en la superestructura económica más importante sobre la base estratégica, lograda en Beijing”.

El INSTC se anunció a principios de la década de 2000, pero el progreso fue lento hasta hace poco, cuando las acciones de Occidente lo pusieron a toda marcha. La sanción a Moscú y Teherán y la separación de Europa de la energía rusa crearon el incentivo para acelerar las inversiones de las partes interesadas clave. Las autoridades de Teherán se dan cuenta de su centralidad en la ruta comercial India-Rusia, y teniendo en cuenta que las importaciones de India desde Rusia se cuadruplicaron el año pasado, se puede deducir la ventaja potencial para Irán. Con un impulso de inversión de Rusia, Teherán ha estado tratando de acelerar la finalización de redes ferroviarias mejoradas que se conectarán con las vías férreas existentes de Rusia y Azerbaiyán y el puerto de Chabahar en el sureste de Irán.

Sin embargo, el principal impedimento para que el INSTC alcance todo su potencial sigue siendo la infraestructura iraní. Gran parte del tránsito de mercancías en el INSTC todavía tiene lugar en las carreteras de Irán. Gran parte del ferrocarril de Irán es de vía única, y los servicios regulares de trenes de contenedores desde Moscú a Irán tienen que depender del transbordo.

El gobierno de Teherán está tratando de priorizar la mejora de la capacidad portuaria, la infraestructura ferroviaria y vial, las terminales de transporte y la modernización de su flota de transporte. La Cámara de Comercio, Industrias, Minas y Agricultura de Irán también está iniciando un nuevo centro Transporte Internacional por Carretera en la ciudad portuaria sureña de Bandar Abbas para acelerar el procesamiento de las cargas en tránsito. Sin embargo, existe una clara necesidad de una mayor inversión en infraestructura de transporte, lo que ha sido difícil debido a las sanciones de Estados Unidos a Irán.

El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammed Al-Jadaan, dijo el 15 de marzo que las inversiones saudíes en Irán podrían ocurrir “muy rápidamente” luego del acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas. Agregó que no ve ningún impedimento mientras Teherán respete los términos de los acuerdos.

Cualquier trato económico de Arabia Saudita con Irán socavaría las sanciones estadounidenses impuestas para presionar a Teherán, si no las violaría por completo. Con decenas de miles de millones de dólares en activos iraníes bloqueados en todo el mundo, la perspectiva de inversiones saudíes podría impulsar el INSTC y ayudar a mantener la paz entre Riad y Teherán.

El deseo de China de mantener la paz también podría atraer inversiones. Scott Ritter escribe “Con China proporcionando capital de inversión generador de infraestructura a través de su Iniciativa Belt and Road, la nueva distensión entre Irán y Arabia Saudita podría convertirse en una relación económica regional que suplante las relaciones de defensa lideradas por Estados Unidos que han definido la política de Oriente Medio durante décadas”.

China tendría que sortear las sanciones estadounidenses para aumentar las inversiones en Irán, pero los dos países ya han encontrado una solución alternativa para continuar con el comercio de petróleo, y la mayoría se renombró como de un tercer país. Si China aumentara sus inversiones en Irán, marcaría un cambio. Del  Informe de la Ruta de la Seda: “Rusia ahora ha superado a China como el mayor inversor en Irán. Esto sigue al conflicto de Moscú con Ucrania desde fines de febrero del año pasado, como resultado del cual Irán y Rusia han fortalecido sus lazos económicos y de inversión. Los Emiratos Árabes Unidos, Afganistán, Turquía y China son los siguientes mayores inversores. Aunque se esperaba que China en Irán fuera el principal inversor, Beijing redujo su exposición en 2022 y se concentró más en invertir en la infraestructura de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, como centros logísticos, instalaciones fronterizas, etc. que facilitarían sus propias capacidades de exportación a Irán. y la región. (…) Los flujos de inversión extranjera a Irán han disminuido desde 2012-13, cuando el volumen se situó en 4.500 millones de dólares estadounidenses. El nivel más bajo se registró en 2015-16 con solo 945 millones. (…) Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Irán atrajo un estimado de 1.425 millones de dólares en inversión extranjera directa en 2021 para registrar un aumento de alrededor del 6% en comparación con 1.342 millones en 2020. En 2022, sin embargo, y a pesar de las sanciones, el volumen total de inversiones atraídas a Irán alcanzó los 5.950 millones de dólares estadounidenses. De esta cifra, las empresas chinas invirtieron solo unos 185 millones de dólares”.

Además, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, anunció que Teherán concluyó un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos para facilitar el movimiento comercial entre los dos países utilizando la moneda emiratí, el dirham.

Emiratos Árabes Unidos no ha confirmado ningún acuerdo de este tipo, ya que entraría en conflicto con las sanciones de Estados Unidos, que han creado una crisis financiera en Irán. Teherán espera que mejores lazos con los países árabes del Golfo Pérsico puedan ayudar a reducir esa presión. Queda por ver hasta dónde llegarán estos países para proporcionar a Irán un salvavidas económico.

Pero si las relaciones diplomáticas y económicas entre los miembros del CCG e Irán continúan mejorando, podría significar el final de los esfuerzos de EEUU.para aplicar la “máxima presión” sobre Teherán y otro clavo en el ataúd de la influencia de EEUU en la región. También consolidaría la posición de Irán como nexo clave en nuevas rutas comerciales globales como el BRI de China y el INSTC.

Estados Unidos, al tratar de ejercer la máxima presión económica sobre Irán y Rusia, insinuando que China es el siguiente, y el desafortunado tope del precio del petróleo, solo ha ayudado a impulsar la integración de Rusia, China, Irán, Arabia Saudita y más.

A pesar de todas las sanciones y la presión occidental sobre los países para aislar a Moscú, el comercio ruso está en alza. Irán está ansioso por sacar provecho de su posición entre India y Rusia, que están aumentando rápidamente su volumen comercial. Ruscon, un proveedor líder de logística de transporte multimodal en Rusia, ha ampliado significativamente su red de servicios en contenedores desde el puerto de Novorossiysk en el Mar Negro hasta Nhava Sheva y Mundra en el oeste de India a medida que los volúmenes aumentan rápidamente. La compañía, una subsidiaria de Deli Group, ahora ha aumentado sus despliegues de tonelaje de un barco a cuatro barcos para proporcionar una frecuencia de navegación semanal en la ruta. Además, se ha introducido una parada adicional en el puerto de Jeddah de Arabia Saudita. La rotación del servicio ya incluye una escala en el Puerto de Estambul en Turquía.

Rusia comenzó a exportar diesel a Arabia Saudita en febrero después de que la UE promulgó su embargo sobre las importaciones marítimas de petróleo ruso. Ahora se espera que los saudíes exporten el diesel ruso a otros países después de un poco de refinación.

El transportista de contenedores marítimos más grande de Rusia, Far Eastern Shipping Co., también agregó recientemente una ruta directa de Novorossiysk a Nhava Sheva. Y muchos otros países se están involucrando y proporcionando embarcaciones después de que las sanciones occidentales obligaron a los operadores principales regulares a detener las operaciones dentro y fuera de Rusia. Incluso el New York Times  admite a regañadientes: “Ami Daniel, director ejecutivo de Windward, una empresa de datos marítimos, dijo que había visto cientos de casos en los que personas de países como los Emiratos Árabes Unidos, India, China, Pakistán, Indonesia y Malasia compraron embarcaciones para intentar instalar lo que parecía ser un marco comercial no occidental para Rusia”.

Las importaciones indias de petróleo crudo desde Rusia  alcanzaron  un récord de 1,6 millones de barriles por día en febrero, más de un tercio de las importaciones indias y más que las importaciones combinadas de los proveedores tradicionales Irak y Arabia Saudita.

India ha estado obteniendo ganancias  vendiendo  el petróleo refinado a los EEUU y la UE, que no pueden comprar directamente a Rusia debido a las sanciones. La misma historia está ocurriendo en el norte de África, que  compra crudo ruso  y  aumenta los suministros  a Europa como solución a las sanciones.

Las exportaciones rusas de trigo y fertilizantes también  aumentaron  en 2022 a pesar de las sanciones, gran parte de las primeras se dirigieron a la región de Medio Oriente y África del Norte, que es el principal destino de las exportaciones de alimentos de Rusia. Gran parte del fertilizante fue a la India.

Irán y Rusia están cooperando para construir barcos y embarcaciones en el Mar Caspio. En octubre, Irán  anunció  la disposición de Moscú a permitir el paso de barcos iraníes por el río Volga. Rusia no había permitido anteriormente que los barcos extranjeros utilizaran el río Volga o el canal Volga-Don, pero si se implementa el acuerdo, Irán tendrá acceso al río más largo de Europa y tendrá acceso al canal Volga-Don, que proporciona la conexión más corta entre el Mar Caspio y el Mediterráneo.

Para ver de nuevo cómo las sanciones occidentales están resultando contraproducentes y solo acercando a los países, en su informe «Perspectivas económicas regionales», el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), dice que el crecimiento del PIB de Kazajstán en 2022 alcanzó el 3,4 % en lugar del 2 % previsto anteriormente. Parte de eso se ha debido a las sanciones, con un aumento en los ingresos por la reexportación a Rusia de computadoras, electrodomésticos y electrónicos, componentes eléctricos y electrónicos. Las exportaciones de bienes no energéticos de Kazajstán a Rusia en 2022 aumentaron un 24,8 % y ascendieron a 18 900 millones de dólares. Una reunión del Consejo Intergubernamental de la Unión Económica Euroasiática celebrada a principios de febrero de este año mostró que la situación económica en todos los estados miembros es estable y que el comercio mutuo está creciendo. Las sanciones contra Rusia en realidad contribuyen significativamente a este crecimiento, lo que significa que especialmente para los miembros de la UEEA, así como para países como China e India, el atractivo de Rusia como socio económico ha crecido.

India, Turquía y Egipto se encuentran entre los países que están discutiendo acuerdos de libre comercio con la UEEA. E Irán firmó uno en enero. El impulsor principal para la integración Irán-UEEA es mejorar la infraestructura de transporte y logística de Irán, es decir, el INSTC.

La importancia del INSTC y su vínculo con el Corredor Medio, que permite que el tráfico ruso se dirija hacia el este a través de Kazajstán a China y viceversa, está creciendo para incluir a toda la región. En una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Estado de los EEUU, Anthony Blinken, en febrero, el ministro de Relaciones Exteriores de Kazajstán, Mukhtar Tleuberdi, dejó en claro que la participación económica de la UEEA es fundamental para Astana, y que Kazajstán no optaría por no participar en un acuerdo tan beneficioso para complacer a los EEUU.

Fue solo otro recordatorio de cómo todo esto representa la creciente integración de los países euro-asiáticos y la disminución de la influencia de EEUU..

FUENTE: https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2788 

Vijay PrashadTricontinental

El 20 de marzo de 2023, el presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mantuvieron una conversación privada durante más de cuatro horas. Según declaraciones oficiales posteriores a la reunión, los dos líderes hablaron sobre la creciente asociación económica y estratégica entre China y Rusia, incluida la construcción del oleoducto Power of Siberia 2, y la iniciativa de paz china para la guerra en Ucrania. Putin dijo que «muchas de las disposiciones del plan de paz presentado por China están en consonancia con los enfoques rusos y pueden tomarse como base para un acuerdo pacífico cuando Occidente y Kiev estén listos para ello».

Estos pasos hacia la paz no han recibido una cálida bienvenida en Washington. Antes de la visita de Xi a Moscú, John Kirby, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, declaró que cualquier «llamada a un alto el fuego» en Ucrania por parte de China y Rusia sería «inaceptable».

A medida que surgieron los detalles de la reunión, los funcionarios estadounidenses expresaron su temor de que el mundo pudiera abrazar los esfuerzos de China y Rusia para asegurar una resolución pacífica y poner fin a la guerra. Las potencias atlánticas, de hecho, están redoblando sus esfuerzos para prolongar el conflicto.

El día de la reunión entre Xi y Putin, la ministra de estado del Reino Unido en el Ministerio de Defensa, la baronesa Annabel Goldie, dijo a la Cámara de los Lores que ’[a]junto con nuestra concesión de un escuadrón de carros de combate principales Challenger 2 para Ucrania, proporcionaremos munición, incluidos proyectiles perforantes que contienen uranio empobrecido». La declaración de Goldie se produjo en el vigésimo aniversario de la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y el Reino Unido, en la que Occidente usó uranio empobrecido en la población iraquí con efectos nocivos . En referencia al suministro de uranio empobrecido por parte del Reino Unido a las fuerzas ucranianas, Putin dijo que «parece que Occidente realmente ha decidido luchar contra Rusia hasta el último ucraniano, ya no con palabras, sino con hechos». En respuesta, Putin dijo que Rusia desplegaría armas nucleares tácticas en Bielorrusia.

Dentro de China, la visita de Xi a Rusia fue ampliamente discutida con un sentido general de orgullo de que el gobierno de China esté tomando el liderazgo tanto para bloquear las ambiciones de Occidente como para buscar la paz en el conflicto. Estas discusiones, reflejadas en revistas y plataformas de redes sociales como WeChat, Douyin, Weibo, LittleRedBook, Bilibili y Zhihu, enfatizaron cómo China, un país en desarrollo, ha podido superar sus limitaciones y asumir una posición de liderazgo en el mundo.

Estas discusiones dentro de China en gran medida no están disponibles para personas fuera del país por al menos tres razones: primero, se llevan a cabo en chino y no suelen traducirse a otros idiomas; en segundo lugar, tienen lugar en plataformas de redes sociales que, además de estar en chino, no son utilizadas por personas ajenas a la comunidad de habla china; y tercero, la creciente sinofobia, derivada de una larga historia colonial de pensamiento y exacerbada por la Nueva Guerra Fría , ha profundizado el desprecio por las discusiones en China que no adoptan la cosmovisión occidental. Por estas razones, y más, existe una verdadera falta de comprensión sobre la variedad de opiniones en China sobre los cambios en el orden mundial y el papel del país en estos cambios.

Dentro de China, existe una rica tradición de debate intelectual que tiene lugar en revistas inspiradas de una forma u otra en Xīn Qīngnián , o New Youth , de Chen Duxiu , publicado por primera vez en 1915. En el primer número de esa revista, Chen (1879–1942 ), quien fue miembro fundador del Partido Comunista de China, publicó una carta a la juventud que incluía una lista de advertencias que parece haber fijado los términos de la agenda intelectual de los próximos cien años:

Ser independiente y no esclavizar (自主的而非奴隶的) Ser progresista y no conservador (进步的而非保守的) Estar a la vanguardia y no quedarse atrás (进取的而非退隐的) Ser internacionalista y no aislacionista (世界的)而非锁国的) Sea práctico y no retórico (实利的而非虚文的) Sea científico y no supersticioso (科学的而非想象的)

La experiencia de New Youth puso en marcha revista tras revista, cada una con una agenda para construir teorías más adecuadas sobre los desarrollos en China que buscan establecer la soberanía del país y sacarlo del llamado ’siglo de la humillación’ (百年屈辱) , un período que se caracterizó por la intervención imperialista occidental y japonesa. En 2008, varios intelectuales destacados del país fundaron una nueva revista, Wenhua Zongheng (文化纵横), que se ha convertido cada vez más en una plataforma para debatir lo que Xi llamó el «gran rejuvenecimiento de la nación china» (中华民族伟大复兴). La revista bimensual presenta las principales voces del país, quienes ofrecen diversas perspectivas sobre temas importantes del día, como el estado del mundo posterior a COVID-19.y la importancia de la revitalización rural.

El año pasado, Tricontinental: Institute for Social Research y Dongsheng iniciaron una conversación con los editores de Wenhua Zongheng que condujo a la producción de una edición internacional trimestral de la revista. A través de esta asociación, ensayos seleccionados de las ediciones chinas de la revista se traducen al inglés, portugués y español, y se presenta una columna adicional en la edición china que trae voces de África, Asia y América Latina en diálogo con China. Estamos orgullosos de decir que el primer número de esta edición internacional (vol. 1, no. 1) se lanzó esta semana, con el tema ’ En el umbral de un nuevo orden internacional’.

Este número presenta tres ensayos de destacados académicos en China: Yang Ping (editor de Wenhua Zongheng), Yao Zhongqiu (profesor de la Escuela de Estudios Internacionales y decano del Centro de Estudios Políticos Históricos de la Universidad Renmin de China) y Cheng Yawen (decano del Departamento de Ciencias Políticas de la Escuela de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos de Shanghái Universidad de Estudios Internacionales), así como mi breve editorial. Tanto el profesor Yao como el profesor Cheng analizan los cambios en el orden internacional actual, principalmente el declive de la unipolaridad estadounidense y el surgimiento del regionalismo. La contribución del profesor Yao, que se remonta a la dinastía Ming (1388-1644), demuestra que los cambios que se están produciendo hoy en día no son necesariamente la creación de un nuevo orden.

Los tres ensayos se centran en la importancia del papel de China en el mundo en desarrollo, tanto en términos económicos (como a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, o BRI, por sus siglas en inglés) de diez años de antigüedad, como en términos políticos (como a través del intento de China de reiniciar una proceso de paz en Ucrania). El editor Yang Ping es firme en su opinión de que ’el destino histórico de China es apoyar al Tercer Mundo’, tanto porque, a pesar de sus grandes avances, China sigue siendo un país en desarrollo como porque la insistencia de China en el multilateralismo, como argumenta el profesor Cheng, significa que no busca desplazar a EE.UU. y convertirse en una nueva potencia hegemónica global. Yang finaliza su relato con tres consideraciones: en primer lugar, que China no debe dejarse guiar únicamente por intereses comerciales, sino que debe ’priorizar lo que sea necesario para garantizar la supervivencia estratégica y el desarrollo nacional’; segundo, que China debe intervenir en los debates sobre el nuevo sistema internacional introduciendo los principios de ’consulta, contribución y beneficios compartidos’ del BRI, que incluyen buscar expandir la zona de paz contra los hábitos de guerra; y tercero, que China debe alentar la creación de un mecanismo institucional más allá de la cooperación económica, como una ’Internacional del Desarrollo’, para promover la soberanía genuina de las naciones, la dignidad de los pueblos frente a la trampa de la austeridad de la deuda del Fondo Monetario Internacional, y un nuevo internacionalismo.

Las perspectivas de Yang, Yao y Chen son una lectura esencial como parte de una importante iniciativa para el diálogo global. Esperamos sus comentarios sobre la primera edición internacional de Wenhua Zongheng y actualmente estamos trabajando en la segunda edición, que se centrará en el camino de China hacia la modernización.

Mientras Estados Unidos impulsa un gran conflicto de poder en Asia-Pacífico, es esencial desarrollar líneas de comunicación y construir puentes hacia el entendimiento mutuo entre China, Occidente y el mundo en desarrollo. Como escribí en las palabras finales de mi editorial, ’[e]n lugar de la división global perseguida por la Nueva Guerra Fría, nuestra misión es aprender unos de otros hacia un mundo de colaboración en lugar de confrontación’.

CEPRID https://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article2782

Tras un año de estado de excepción Nayib Bukele es muy popular en su país.pero aún no se sabe, si la costosa paz será duradera y si traerá beneficios económicos y sociales

por Eduardo J. Vior – analista internacional – autoriza a publicar en Dossier Geopolitico el presente articulo

Pocos días después de cumplirse un año tras la implantación del estado de excepción en El Salvador un intercambio de puyas entre los presidentes de este país y de Colombia reavivó el debate continental sobre la política de combate a la criminalidad aplicada por el mandatario salvadoreño. Nuevamente se enfrentaron los partidarios de la “mano dura” con los del “garantismo”. Sin embargo, mirando más de cerca, aunque la política allí aplicada no es trasladable a otros países, el proceso salvadoreño es muy típico de la anomia y la falta de soberanía de los estados latinoamericanos.

El polémico régimen de excepción decretado por el gobierno de Nayib Bukele fue decretado el 26 de marzo de 2022 y renovado por el Congreso en once ocasiones. Las medidas pertinentes fueron adoptadas luego de una escalada de violencia que dejó solo ese día 62 personas asesinadas y en menos de una semana, un saldo de 87 víctimas mortales a manos de pandillas.

“Hace exactamente un año cerrábamos el día con 62 homicidios. Ese fue uno de los días más difíciles de mi vida y de este gobierno. Ahora, un año después, cerramos con 0 homicidios y marzo de 2023 se acerca a ser el mes más seguro de toda nuestra historia”, puso Bukele en Twitter para celebrar su política. Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad Pública Gustavo Villatoro ofreció un balance sobre la implementación del régimen de excepción.

De acuerdo al ministro, durante este primer año del estado excepcional las autoridades policiales y militares han logrado capturar a 66.417 personas calificadas por el gobierno como “terroristas” y “pandilleros”. En los procedimientos contra la actividad criminal las fuerzas de seguridad, según datos propios, han incautado 2.547 armas de fuego, 3.292 vehículos, 15.878 teléfonos celulares y tres millones de dólares en efectivo. Además, han desarticulado a las principales pandillas capturando a 10 de 15 cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) y detenido al “pilar nacional” de Barrio 18.

Villatoro detalló que la tasa actual de homicidios es de 3,6 por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio en 2015 era de más de 106 personas asesinadas por cada 100.000. El ministro también se refirió a la megacárcel que recientemente abrió el gobierno en el interior del país, prevista para hasta 40.000 reclusos, que incluye celdas de castigo sin camas, ventanas o luz. A ese recinto, dijo el alto funcionario, ya han sido trasladados 4.000 presos que se mantienen bajo estrictas normas de seguridad. “El régimen de excepción es el Estado recuperando el territorio, es el Estado recuperando la tutela y vigilancia de nuestra población. Esto nos lleva a más de un 96 % de aprobación”, agregó Villatoro.

A pesar del autoelogio del presidente y sus funcionarios, organizaciones de derechos humanos advierten que durante el régimen de excepción las fuerzas de seguridad han cometido más de 4.500 abusos contra la población, entre detenciones arbitrarias, acoso, amenaza, violencia sexual, torturas y lesiones personales. A estas alturas, casi nadie duda de que las irregularidades y abusos están a la orden del día, ya que el estado de excepción ha restringido fuertemente los derechos de la ciudadanía, limitando las garantías judiciales y dando pie a la arbitrariedad de las fuerzas policiales en sus actuaciones y detenciones. El debate está, más bien, entre quienes piensan que esta excepcionalidad está justificada como la única forma de erradicar el crimen y salvar vidas y quienes creen que los derechos de la ciudadanía deben preservarse a toda costa.

Además, al igual que ya sucedía con gobiernos anteriores, cabe la duda de si la reducción de muertes se debe a la eficiencia de las fuerzas de seguridad o a pactos de Bukele con las pandillas, tal y como aseguran algunos medios locales.

Para entender el contexto, hay que recordar el origen y la historia de las maras. Las primeras pandillas se formaron en la década de 1980 en barrios populares de Los Ángeles, para proteger a los inmigrantes salvadoreños huidos de la guerra civil en su país (1980-92). Rápidamente se expandieron a otras ciudades de EE.UU., a México y a Canadá. Tras los acuerdos de paz en El Salvador tendieron una red entre ambos países que en México se alió con el Cartel de Sinaloa. Por su carácter extremadamente territorial se dividieron en varias bandas de las cuales las más importantes son la Mara Salvatrucha y Barrio 18. Se distinguen por sus tatuajes corporales y su lenguaje de señas. Debido a su permeabilidad social, son aprovechadas también por la DEA y el FBI para sus operaciones en distintos países. Estas relaciones espurias han hecho que su uso de la violencia se adapte a los ciclos de la política y economía norteamericana de la droga. Si bien desde 2015 sus acciones dentro de El Salvador vienen en progresivo descenso, de todos modos mantienen el control sobre amplias zonas del país y eventuales enfrentamientos entre las maras o acontecimientos externos en cualquier momento podrían reactivar olas de extrema violencia, como sucedió en 2019 y 2022. Por ello es que Nayib Bukele combina en su relación con ellas el diálogo y la represión violenta.

Bukele defiende a capa y espada tanto el régimen de excepción como su llamada “guerra contra las pandillas”. Su postura lo ha llevado a confrontarse con organizaciones de derechos humanos y con otros gobernantes latinoamericanos y lo mantiene en tensión con buena parte de la prensa internacional, que describe como “dantescas” las fotografías y videos de presos amontonados en un mismo lugar, que el propio mandatario salvadoreño publica en sus redes sociales.

Además, el joven jefe de Estado (43 años) ha sido señalado como autoritario y criticado por gobiernos de distintos perfiles y por la OEA. El régimen de excepción prende las alarmas de la izquierda y de organizaciones de derechos humanos que advierten sobre el peligro que puede generar una política estatal de represión desmedida y falta de garantías constitucionales. Por el contrario, la política de Bukele agrada a las derechas regionales, que ven en esa medida una postura radical que puede ganar adeptos y ser utilizada con fines electorales.

El gobierno salvadoreño se abstiene de hablar de problemas que no sean de seguridad. En la actualidad El Salvador lucha aún por recuperarse del impacto de la pandemia de Covid 19. Así, la caída del PIB del 8,2% en 2020 fue compensada por un repunte del 10,3% en el año 2021 y del 2,6% en el 2022. En 2023 se prevé que el crecimiento anual no llegue al 2%, una tasa a todas luces insuficiente para lograr un genuino despegue de la economía.

Paralelamente, algunos expertos, publicaciones y encuestas revelan retrocesos en indicadores sociales. Por ejemplo, en los años 2019-2022 los hogares en condición de pobreza aumentaron de 22,8% a 26,6, alza que básicamente se refiere a la pobreza extrema o absoluta con carencia de alimentos, que pasó del 4,5 al 8,6 por ciento de la población (alrededor de 275 mil personas). La pobreza aumentó casi 5 puntos porcentuales entre 2019 y 2020, pero en 2021 volvió a situarse por debajo de la cifra anterior a la pandemia. La pobreza extrema, sin embargo, sigue siendo superior a las cifras anteriores a la pandemia. Al mismo tiempo, la desigualdad aumentó de 0,38 a 0,39 durante el periodo pandémico.

Medios locales señalan que la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples reveló un aumento de la pobreza monetaria extrema en 2022, pero el informe preliminar publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos todavía no muestra cuántas personas vivieron en estas condiciones durante el año pasado. El documento plantea que los ingresos promedios de los hogares aumentaron, pero no fueron suficientes para compensar el encarecimiento del costo de la vida debido a las presiones inflacionarias, que afectaron principalmente el precio de los alimentos. Si bien el aumento de la desigualdad es un resultado comprobado de la pandemia en todo el mundo, en El Salvador es el germen de donde puede renacer la violencia y todavía no ha sido encarado. Éste es el talón de Aquiles de la gestión del mediático presidente.

El régimen de Bukele no es un modelo, pero es sintomático de la crisis que vive América Latina. Al verse obligado a replegarse sobre su “patio trasero” por su posición desventajosa en la guerra mundial contra el bloque euroasiático, Estados Unidos ha intensificado su presión para controlar el continente y apropiarse de sus recursos. Como parte de esta estrategia defensiva, está agudizando la presión sobre los países productores y de tránsito del narcotráfico, para mantener el control sobre la economía de la droga, una fuente de capitalización financiera de la que la economía norteamericana no puede prescindir. Con este objetivo, impulsa cada tanto operaciones conjuntas con las bandas de narcotraficantes que, a su vez, inciden sobre los escenarios nacionales debilitando el control de los estados sobre los territorios y las poblaciones. La autoridad política pierde efectividad y, con ella, reconocimiento. Las sociedades se sienten desamparadas y caen en la anomia, el mejor caldo de cultivo para cualquier tipo de conducta criminal.

Esta interrelación entre la estrategia continental del Imperio y las vicisitudes nacionales complica el análisis del proceso salvadoreño. Ciertamente, como empresario de la publicidad, Nayib Bukele hace un uso extendido y permanente de la propaganda y las maniobras comunicacionales, pero no todo es publicidad. Con métodos harto cuestionables ha conseguido una sensible pacificación que la población aprecia, pero, para poder hablar de una mejora real de las condiciones de vida, la reducción de la violencia debe estar acompañada por la superación del hambre, la creación de puestos de trabajo dignos, el desarrollo de los sistemas de salud y educación, la construcción de viviendas y el desarrollo de servicios públicos asequibles y de buena calidad. Bukele todavía no se presentó a este examen, Su política de combate contra las pandillas por ahora sólo es un síntoma del malestar en la cultura latinoamericana, pero la enfermedad sigue sin ser atacada.

La amistad del presidente turco, Recep Erdogan (der.), con el presidente ruso, Vladimir Putin (izq.), molesta a los EE. UU. (Foto de archivo) 

POR MK BHADRAKUMAR

El presidente turco, Recep Erdogan, ha revelado que el presidente ruso, Vladimir Putin, podría asistir a la ceremonia de carga de combustible nuclear el 27 de abril en la planta de energía nuclear de Akkuyu. 

El secretario de prensa de Putin, Dmitry Peskov, manejó hábilmente la bomba política y optó por no refutar la declaración de Erdogan. Según Erdogan, la participación de Putin en la ceremonia puede formar parte de una visita oficial. 

Los compromisos anteriores de Putin relacionados con la central nuclear de Akkuyu han sido a través de videoconferencias y en la ceremonia que marcó el inicio de los trabajos de construcción del prestigioso proyecto en abril de 2018, prometió asistir a la ceremonia de lanzamiento en 2023. Bueno, Rosatom ha cumplido su promesa de completar el proyecto a tiempo, y ahora es el turno de Putin. 

Evidentemente, a Erdogan le importa un bledo la reciente “orden de arresto” de la Corte Penal Internacional contra Putin. El presidente chino, Xi Jinping, ha demostrado cómo ignorarlo. La sherpa del G20 de Rusia, Svetlana Lukash, dijo el viernes que se espera que Putin visite la India dos veces este año: la cumbre del G20 en septiembre y la cumbre de la OCS de 2023 más tarde. 

La postura oficial de Turkiye es que “Aunque Türkiye no es Estado Parte del Estatuto de Roma, las actividades de la CPI se siguen de cerca y nuestros funcionarios asisten a las reuniones anuales de la Asamblea de Estados Partes que tienen lugar en La Haya o Nueva York. .” Pero Erdogan está despreciando abiertamente la conspiración anglosajona para demonizar a Putin. 

Tal desafío desdeñoso es en parte una reacción a la creciente interferencia de Estados Unidos en las elecciones presidenciales de Turkiye programadas para el 14 de mayo. En declaraciones incendiarias el domingo , Erdogan prometió “darle una lección a Estados Unidos”. 

Sin embargo, al invitar a Putin a ser el invitado principal en el lanzamiento de la central nuclear de Akkuyu, que sin duda es un evento histórico, Erdogan básicamente señala su profundo agradecimiento por la contribución de Putin a la expansión y profundización de las relaciones turco-rusas. 

Sin duda, el vínculo personal entre los dos líderes ha contribuido en gran medida a impulsar la relación. Erdogan probablemente llevará el lanzamiento de Akkuyu NPP en la manga como su legado presidencial durante su campaña electoral. 

De hecho, la central nuclear Akkuyu de $ 20 mil millones es la primera de su tipo desde diferentes ángulos: la única gran central nuclear en Turkiye (con cuatro reactores rusos VVER-1200); el proyecto más grande en la historia de la cooperación ruso-turca; el primer proyecto de central nuclear del mundo implementado según el modelo BOO (Build – Own – Operate) y así sucesivamente.

La central nuclear de Akkuyu es esencialmente un símbolo del cambio en la política exterior de Turkiye durante la era de Erdogan: Turkiye estudió el distanciamiento del sistema de alianza occidental y la búsqueda de vías independientes que refuercen la autonomía estratégica del país, con un giro hacia el Este en su núcleo y un apertura a la integración euroasiática incrustada en él. Este proceso ha llevado a Turkiye a las puertas de los BRICS. 

Por supuesto, es un asunto diferente que Occidente nunca le haya ofrecido a Turkiye una relación igualitaria. Nuevamente, el intento de golpe respaldado por Estados Unidos en 2016 para derrocar a Erdogan fue una experiencia traumática que lo dejó muy afectado. Las relaciones turco-estadounidenses nunca se recuperaron realmente. 

Pero se debe dar crédito a que Turkiye, que tiene una rica historia en la diplomacia internacional, es también una potencia regional astuta en una posición única como estado indeciso y también como puente entre Occidente y Oriente, bendecida con una cognición intuitiva de la confrontación que se está gestando. entre Occidente y Rusia y la lucha por dar forma al orden mundial. 

Evidentemente, Turkiye vio las tormentas que se avecinaban en el horizonte y entendió que el declive de Occidente es  una realidad geopolítica y Turkiye debería posicionarse con anticipación en lugar de ser superado por los acontecimientos.

Dicho esto, Turkiye también tiene una historia difícil de relaciones con Rusia. Aquí es donde la perspicacia política de Erdogan marcó la diferencia, ya que otorgó la mayor importancia en su diplomacia personal al cultivo asiduo de una relación de trabajo óptima con Putin durante los últimos 7 años desde la intervención militar rusa en Siria. 

Por su parte, Putin también otorga gran importancia a la diplomacia personal. Putin ha dicho públicamente más de una vez que Erdogan no es una persona fácil de tratar, ya que es un interlocutor que puede ser obstinado al defender los intereses de Turkiye. 

Pero esa es una cualidad de liderazgo que Putin respeta e incluso puede aceptar como realista. Putin ha hablado sobre ocasiones en las que surgieron diferencias con Erdogan, pero su respuesta fue invariablemente redoblar la búsqueda de una solución justa. Erdogan apreció la buena voluntad implícita y, con el tiempo, se desarrolló una masa crítica de confianza mutua. 

La mediación de China en la normalización de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán recibió grandes elogios y admiración de la comunidad mundial, incluido Israel. Los detractores se han callado. El Jerusalem Post escribió el lunes: “El calentamiento de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán dará como resultado movimientos ultrarrápidos en el tablero de ajedrez de Medio Oriente en un futuro cercano”.

Pero lo que aún no está en el radar, pero destinado a ser igualmente significativo, son los sólidos esfuerzos de Rusia detrás de escena para lograr un acercamiento entre Arabia Saudita y Siria y una integración más amplia de Siria en su vecindad árabe. 

A diferencia de EE. UU., que dejó un rastro de muerte y destrucción al retirarse con asuntos pendientes de sus guerras eternas, Rusia se ha desempeñado bien en Siria al cumplir su misión de seguridad para derrotar la amenaza terrorista al gobierno y, posteriormente, continuar poniendo bases políticas y diplomáticas para impulsar la estabilización y reconstrucción de ese país. 

Es completamente concebible que Putin aprovechó todas las oportunidades con el presidente egipcio Sisi para comprometerse con Assad . Por cierto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto ha destacado que las conversaciones del ministro de Relaciones Exteriores, Sameh Shoukry, con el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Faisal Mekdad, en El Cairo el sábado, se centraron en “apoyar al pueblo sirio para restaurar la unidad y la soberanía (del país) sobre todos sus territorios”. 

Sin embargo, al final del día, la diplomacia personal de Putin está en su mejor momento en sus esfuerzos por restaurar la relación fracturada de Turquía con Siria. Putin ve que una convergencia entre Ankara y Damasco no solo es posible, sino que es una necesidad imperiosa para ambos países, así como para la paz y la seguridad del Levante. 

Básicamente, Putin defiende la relevancia continua del Acuerdo de Adana de 1998 como la base para abordar de manera efectiva el desafío separatista kurdo que reduce el alcance de Washington para pescar en aguas turbulentas e incluso lo impulsa a revisar su ocupación de un tercio de los territorios sirios en el pretexto de la lucha contra el terrorismo. 

Erdogan ha llegado a comprender que Washington persigue una agenda oculta al alinearse con los grupos militantes kurdos en el norte de Siria que fomentan el terrorismo transfronterizo contra Turkiye y, por lo tanto, Ankara puede ganar si trabaja con Damasco.

Idealmente, con la vista puesta en las elecciones de mayo, a Erdogan le hubiera gustado reunirse con el presidente Assad, intuyendo que la opinión interna turca también favorece un acercamiento turco-sirio. 

Pero la ocupación turca del territorio sirio sigue siendo un obstáculo. Rusia está trabajando duro para abordar el problema. Existe la posibilidad de que las próximas conversaciones cuadriláteras entre los viceministros de Relaciones Exteriores de Turquía, Rusia, Irán y Siria (que pueden tener lugar en Moscú esta semana) vean la luz al final del túnel. 

Si eso sucede, Putin habrá logrado un avance histórico y su visita a Turkiye para el lanzamiento ceremonial de la central nuclear de Akkuyu puede transformarse en un momento decisivo en la geopolítica del Mediterráneo Oriental y la región del Mar Negro. 

Fuente indianpunchline

Primera transacción de GNL en yuanes de China a través de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái. La han completado la petrolera nacional china CNOOC y la francesa TotalEnergies. Esto es la consolidación en actos y hechos concretos de los cambios sistémicos económicos globales, según el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele.

Más pasos para combatir al dólar

Los números dicen que se vendieron aproximadamente 65.000 toneladas de Gas Natural Licuado [GNL] importado desde Emiratos Árabes Unidos, esto último confirmado por TotalEnergies a la agencia Reuters.

Vale la pena recordar que, durante una visita a Riad en diciembre pasado, el presidente de China, Xi Jinping, anunció que su país utilizaría plenamente la bolsa de Shanghái como plataforma para liquidar en yuanes las transacciones de petróleo y gas.

Y es que, en años recientes, Pekín ha incidido precisamente en liquidar las transacciones de petróleo y gas en yuanes para establecer su moneda a escala internacional, por un lado, y por el otro, debilitar el dominio del dólar en el comercio mundial. Algo en lo está en línea, por ejemplo, con Rusia, que ha adoptado cada vez más el yuan en medio de las sanciones occidentales.

Y es que, durante la visita a Moscú del presidente de China, Xi Jinping, el mandatario ruso, Vladímir Putin, anunció que apoya el uso del yuan en el comercio con los países de Asia, América Latina y África.

A esto hay que sumarle que días pasados, Arabia Saudí aprobó la decisión de unirse a la Organización de Cooperación de Shanghái [OCS], mientras Riad construye una asociación a largo plazo con China, pese a las preocupaciones de seguridad de EEUU.

Formado en 2001 e integrado inicialmente por Rusia, China y antiguos Estados soviéticos en Asia Central, la OCS se ha ampliado para incluir a India y Pakistán con miras a desempeñar un papel más importante como contrapeso a la influencia occidental en la región, a lo que hay que sumarle que el año pasado también Irán firmó documentos para ser miembro de pleno derecho.

Según el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, «esto es la consolidación en actos y hechos concretos de los cambios sistémicos y económicos globales que demuestran que hay una transferencia violenta, por la velocidad y por la cantidad de movimientos económicos a nivel internacional, que va desplazando el poderío occidental que ha determinado hasta hace poco tiempo, que ellos fueron amos y señores de las finanzas internacionales, del comercio internacional, del transporte internacional, y poniendo a su vez, reglas y normas que debían cumplir terceros países, si no, procedían a sancionarlo».

SPUTNIK: https://sputniknews.lat/20230404/china-rusia-y-otros-paises-preparan-un-coctel-mortal-para-el-dolar-1137679368.html

Mondo cane: Por Gonzalo Fiori

El reconocimiento de Honduras a la República Popular China (RPCh) es uno más, dentro de una lista cada vez más larga de países que dejan de reconocer a Taiwán.

La política de «una sola China» es una política adoptada por varios países y organizaciones internacionales, que reconoce a la RPCh como el único gobierno legítimo que representa a China. Esta política se basa en la idea de que tanto Taiwán como China continental son parte de una sola China, y que el gobierno de la RPC es el único gobierno que representa a China en su conjunto. En términos prácticos, esto significa que los países que siguen esta política no reconocen oficialmente a Taiwán como un Estado soberano e independiente, sino que lo ven como parte de China.

Aunque Taiwán tiene su propio gobierno, economía y fuerzas armadas, no es reconocido como un Estado soberano por la mayoría de los países del mundo. La decisión diplomática del gobierno hondureño liderado por Xiomara Castro cumple con las promesas de campaña, pero, a su vez, representa un nuevo desafío a Estados Unidos, en una región que históricamente Washington consideró como su “patio trasero”.

Apenas quedan 13 países con embajadas en Taipei, que todavía no reconocen a la RPCh, éstos son: Belice, Guatemala, Haití, Islas Marshall, Nauru, Palaos, Paraguay, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Suazilandia, Tuvalu, y la Santa Sede. Es importante mencionar que la mayoría de estos países son naciones muy pequeñas, con relaciones diplomáticas limitadas, y, en la gran mayoría de los casos, fuertemente dependientes de EEUU. En el caso de la Santa Sede, la cuestión adquiere otros ribetes, debido a la cuestión religiosa y las persecuciones que sufrió la iglesia católica tras la revolución de Mao Tse Tung y la proclamación de la República Popular el 1 de octubre de 1949. Sin embargo, ésto también está comenzando a cambiar, ya que hace tiempo se discute la posibilidad de una eventual visita del papa Francisco a China; de hecho, en 2018 se firmó un Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y Beijing, de contenido confidencial. Mediante ese acto, se normalizó la situación de la iglesia en China, al volver a la plena comunión con Roma a los obispos nombrados sin mandato papal.

Taiwán llegó a tener hasta 56 aliados diplomáticos al momento en que perdió el reconocimiento de la ONU, en 1971. Ese número no hizo más que bajar, y se había reducido a sólo 22 cuando la presidenta Tsai Ing-wen asumió el cargo, en 2016. La postura oficial de Beijing, adoptada en el documento que establece las relaciones diplomáticas con Tegucigalpa, asegura: “Sólo hay una China en el mundo, y el gobierno de la República Popular China es el único gobierno legal que representa a toda China. Taiwán es una parte inalienable del territorio de China”. Los últimos países centroamericanos en reconocer a la RPCh habían sido Nicaragua en 2021, El Salvador en 2018, y Panama en 2017.

Costa Rica fue el primer país centroamericano en establecer relaciones diplomáticas con la RPCh, en 2007, abriendo la puerta al resto de sus vecinos y a una mayor entrada de China en el escenario regional. Con estos cambios, actualmente, apenas Guatemala y Belice mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán en Centroamérica.

El antecesor de Tsai en el cargo, Ma Ying-jeou, visitó Beijing el lunes 27 de marzo, en lo que sin dudas es una visita de ribetes históricos, ya que se trata del primer mandatario taiwanes en visitar la China continental desde el final de la guerra civil y el triunfo comunista de 1949.

Aún así, las tensiones y los rumores de una anexión por la fuerza crecen desde 2021, y Washington parece más involucrado que nunca en asegurar su influencia sobre la isla. No obstante, lo más probable es que, cuando efectivamente se produzca esta unificación, no sea mediante el uso de la fuerza sino a través del soft power (poder blando) chino, algo que, sin dudas, les ha reportado enormes beneficios en su disputa para que la mayoría de los países del mundo revoquen su reconocimiento a Taiwán como un país y lo consideren una parte más de China. No parecería haber motivos concretos para que Beijing decida hacer otra cosa.

Hoy dia Cordoba https://hoydia.com.ar/columnistas/analisis-internacional/china-cada-vez-mas-consolidada-en-centroamerica/

ÖZKER KOCADALPolitics Today

Un orden multipolar en Medio Oriente definitivamente no está garantizado, pero parece ser la opción más probable. El orden regional multipolar se está gestando en el Medio Oriente, la preponderancia de los EEUU está disminuyendo y las potencias emergentes, principalmente China y Rusia, están profundizando su participación en la región.

Para EEUU, Oriente Medio ha ido perdiendo importancia y la región de Asia Pacífico se considera económica y militarmente más vital. El suministro estable de petróleo de Oriente Medio ya no es una de las principales preocupaciones de EE. UU., ya que el auge de la producción de petróleo de esquisto en América del Norte contribuye a la independencia energética.

Las invasiones mal terminadas de Afganistán e Irak mostraron los límites del poder y la influencia de EEUU en la región, lo que hace que los políticos estadounidenses estén menos dispuestos a desempeñar un papel importante en los asuntos de Oriente Medio. La escalada de violencia más reciente entre Israel y los palestinos en Jenin fue recibida con simples llamados a la calma por parte de EEUU y el presidente Biden hasta ahora no ha estado dispuesto a reiniciar el proceso de paz en Medio Oriente. A medida que disminuye el interés de Estados Unidos en la región, las potencias emergentes de China y Rusia están cada vez más interesadas en fortalecer sus lazos con Oriente Medio.

Los antiguos aliados de EEUU en Oriente Medio, Egipto, Israel, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Turquía, están formando nuevas alianzas intrarregionales y extrarregionales.

Los Acuerdos de Abraham (2020) terminaron en gran medida con el aislamiento de Israel en la región, a nivel oficial, ya que establecieron relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos y Baréin. En 2020, Marruecos también reconoció a Israel y Sudán declaró tal intención, que aún no se ha materializado. Después de cuatro años de ruptura, las relaciones diplomáticas entre Israel y Turquía se restablecieron en diciembre de 2022. Incluso las relaciones de Arabia Saudita con Israel están mejorando, aunque todavía no se vislumbra una normalización entre los dos. En resumen, Israel ya no está aislado oficialmente y, por lo tanto, depende menos de los EE. UU. para su seguridad.

Egipto, Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos están estableciendo lazos más fuertes con China y Rusia. Egipto y China tienen lazos económicos y militares de rápido crecimiento, y Egipto es uno de los principales países de enfoque de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

Los dos países llaman a su relación una “asociación estratégica”. Arabia Saudita está fortaleciendo sus lazos estratégicos con China. El presidente chino, Xi Jinping, visitó Riad en diciembre de 2022 y las dos partes acordaron que “ apoyan firmemente los intereses fundamentales de cada uno”.” y fortalecería su asociación en energía y defensa. El presidente Jinping también se reunió con representantes de otros estados del Golfo productores de petróleo y los países de la Liga Árabe en la misma visita, y pidió el uso del yuan chino, en lugar de dólares estadounidenses, en las transacciones de petróleo y gas, y prometió que China continuaría con su grandes volúmenes de importaciones de petróleo de la región.

El aumento del comercio con la región no está impulsado simplemente por el petróleo, también hay una fuerte demanda de productos chinos en el Medio Oriente. Lo más sorprendente es que las tecnologías de Huawei prohibidas por los EEUU, como su equipo 5G, son bienvenidas en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. La negativa de EEUU a vender ciertas armas de tecnología avanzada a varios países de Medio Oriente, junto con el enfoque de Rusia en su guerra en Ucrania, han llevado a China a convertirse en «el proveedor secundario de armas elegido por muchos países de Medio Oriente » en 2022.

Egipto, Arabia Saudita y Turquía ya son socios del diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghai.

Rusia también está incursionando en la región más allá de sus alianzas regionales ya arraigadas, por ejemplo, con Siria. La cooperación entre Arabia Saudita y Rusia es particularmente fuerte en la OPEP+, donde ambos países buscan reducir los suministros de petróleo para evitar una caída en los precios del petróleo. La alianza petrolera de Arabia Saudita con Rusia es una preocupación seria para los EEUU, y los políticos estadounidenses argumentan que esta alianza beneficia a Rusia por continuar con su invasión de Ucrania . Egipto y Turquía también tienen estrechos vínculos con Rusia.

La compra por parte de Turquía del sistema de defensa aérea S400 de fabricación rusa y la construcción en curso de la primera planta de energía nuclear turca por parte de una empresa estatal rusa son ejemplos notables del fortalecimiento de la relación turco-rusa. En julio de 2022, Egipto y Rusia firmaron un acuerdo para la primera planta de energía nuclear de Egipto para disgusto de Occidente, que impuso sanciones económicas a Rusia debido a la guerra en Ucrania. Tanto Egipto como Turquía han mantenido la neutralidad en la guerra entre Rusia y Ucrania y optaron por no implementar ninguna sanción económica contra Rusia. Ese también es el caso con todos los demás aliados importantes de EE. UU. en el Medio Oriente: ni los Emiratos Árabes Unidos, ni Israel o Arabia Saudita han tomado partido en la guerra.

China mantiene una estrecha relación con Irán, el principal rival de Estados Unidos en la región. El comercio entre Irán y China proporciona a Irán el efectivo que tanto necesita para su supervivencia económica frente a las sanciones impuestas a Teherán por parte de Estados Unidos por su programa nuclear. Aunque Irán está preocupado por la creciente cooperación de China con Arabia Saudita, hasta ahora China ha logrado desarrollar sus lazos con los dos países rivales. Estados Unidos está particularmente preocupado por el aumento de las importaciones de petróleo barato de China desde Irán.

China debilita la influencia estadounidense en Medio Oriente e Irán sostiene su economía a través del comercio con China.

No hay razón para que China e Irán abandonen un comercio de beneficio mutuo. La relación entre Irán y Rusia también se está profundizando a medida que Irán suministra a Rusia drones y otros equipos militares en su guerra contra Ucrania, y Rusia sigue siendo un aliado iraní clave para contrarrestar las sanciones dirigidas por Estados Unidos.

Las potencias regionales de Oriente Medio parecen haberse beneficiado ya de la disminución del interés de Estados Unidos en la región. Los crecientes lazos con China y Rusia permiten a los actores regionales en el Medio Oriente resistir la influencia de los Estados Unidos. Sin embargo, esto no implica una ruptura de sus relaciones con los EEUU. Egipto, Israel, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Turquía no van a separarse de los EEUU. Es más probable que se aferren al término medio, ya que no aliados totalmente comprometidos ni rivales de los EE. UU. Si los actores regionales continúan ese camino, es posible que estemos presenciando el surgimiento de un orden multipolar en el Medio Oriente, uno que no está dominado por ningún actor externo o regional.

Por otro lado, la creciente influencia de China en Medio Oriente es un hecho que no necesariamente significa reemplazar a los EEUU. Los chinos están interesados ​​​​en mejorar sus lazos económicos y comerciales con Medio Oriente, pero no hay evidencia de ningún plan de presencia militar. en la región. Estados Unidos sigue siendo la principal potencia en Oriente Medio, aunque su influencia está en declive. Es probable que los actores regionales en el Medio Oriente exploten las rivalidades entre EE. UU. y China y entre EEUU y Rusia a nivel global y regional para fortalecer sus posiciones. Un orden multipolar en el Medio Oriente definitivamente no es el resultado garantizado de alianzas cambiantes y vínculos crecientes entre potencias regionales y emergentes, pero parece ser la opción más probable.

Özker Kocadal es profesor asistente de relaciones internacionales en la Universidad Internacional de Chipre. Tiene un doctorado en política de la Universidad de Exeter. Su investigación se centra en la resolución pacífica de conflictos intraestatales, particularmente en la mediación y la consolidación de la paz, así como en la política de potencia media, la migración internacional y la política de tecnologías de vigilancia.