España en guerra Por Eduardo Luque – El Viejo Topo

España está en guerra. No es una frase exagerada ni un ejercicio retórico. El suministro de armas a Ucrania para combatir a terceros (las milicias del Dombass y el ejército ruso) nos pone en la mira de los misiles y armas rusas. No ha habido declaración de guerra formal ni siquiera debate parlamentario. El gobierno del PSOE sabía que contaba, si hubiera sido necesario, con el apoyo de la derecha y la ultraderecha; los grupos de izquierda, sin rumbo, sin propuesta alternativa, apabullados por la campaña publicitaria y temerosos de perder su espacio institucional, lanzan frases hueras o simplemente callan como hizo Yolanda Díaz y dan por buena la situación. El añorado Domenico Losurdo hablaría de esa “izquierda ausente”.

La población española sigue ajena a las nubes de tormenta que se alzan en el horizonte. Las decisiones tomadas en la cumbre de la OTAN en Madrid (atizar aún más las guerras en África) no han merecido atención. La prensa nos entretiene con banalidades: los grandes temas de la reunión fueron las indumentarias y los menús de los invitados. Lo anecdótico oculta las graves decisiones que se toman. Pocas cosas han trascendido a la opinión pública. El movimiento anti-OTAN aunque ha conseguido movilizarse ha estado plagado, como casi siempre, de sectarismos y divisiones. La llamada “izquierda institucional” ha intentado controlar y amordazar la protesta. El peso de los cargos en el ejecutivo hace ser muy circunspectos a esos dirigentes políticos, antaño muy críticos con la OTAN y que hoy la justifican como mal menor. El desarme ideológico de la izquierda es en parte responsable de la actual situación de confusión en la ciudadanía.

El conflicto ucraniano no acabará con la tensión OTAN-Rusia; será, cuando acabe esta guerra, un episodio más al que seguirán otros. No volveremos a la situación anterior al 24 de febrero.

La sumisión del actual gobierno “progresista” a los dictados de EEUU nos debería avergonzar como país; tanto es así que el presidente Biden sólo informó al ejecutivo español de que iba a ampliar la base de Rota para dar cabida a dos nuevos destructores. Insisto, sólo informó. UP afirmó que el presidente español ni los había consultado. Pedro Sánchez ha utilizado la cumbre de la OTAN en Madrid como plataforma política personal; se trataba de ofrecerse para otros cargos si llegaba la ocasión. Nos quiso vender que  Ceuta y Melilla quedarían bajo el amparo de la organización a través del artículo 5; Jens Stoltenberg, el Secretario General de la organización atlántica, lo corrigió rápidamente, aclarando que la supuesta intervención no sería automática sino que estaría en función de los acuerdos políticos entre países (es decir de los intereses de EEUU).

En ese contexto se entiende la posición de sumisión promovida por Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores José Manuel Albares y las acciones posteriores, es así como se explica la traición perpetrada por este gobierno al Pueblo Saharaui. Y por si no fuera poco el ministro de exteriores se ha encargado, con sus declaraciones, de acentuar la enemistad con Argel. El penúltimo exabrupto del diplomático ha sido acusar a Rusia de la “agresión que habíamos recibido por parte de Argelia”. Pero hay más: la toma de posición a favor de la monarquía alauita nos arrastrará a una guerra más que probable en el Sahel. La tensión argelino-marroquí ha subido de tono desde la última cumbre de la OTAN.

El Sahel africano será el nuevo escenario bélico en los próximos meses. La visita del ministro de exteriores a Rabat a comienzos del mes de julio apunta a definir el apoyo de España en caso de conflicto. Si hace pocas semanas fueron las tropas de la OTAN las que hicieron maniobras militares en el reino de Marruecos con la participación de Israel (las denominadas African Lion 22), ahora son las tropas rusas las que anuncian ejercicios militares conjuntos con Argel. Para detener el ansia belicista marroquí que cree que su posición es de fuerza, Argel corresponde con un enorme desfile militar, mostrando su armamento más sofisticado. Mientras, la prensa fantasea con la posibilidad de que Rusia esté interesada en una base naval en Oran. Es evidente que la tensión en la frontera se ha agudizado desde que Argel y Marruecos rompieron sus relaciones diplomáticas el año pasado. En este momento el control militar está sellando zonas fronterizas donde el contrabando entre los dos países era una forma de vida.

Las inadmisibles declaraciones del presidente de Gobierno sobre la matanza de inmigrantes en Melilla muestran, por si quedaban dudas, nuestra sumisión a los intereses de EEUU. Marruecos es la potencia  regional en la zona a expensas de nuestro país. Las declaraciones de Pedro Sánchez, defendiendo a la gendarmería marroquí, han provocado un profundo rechazo en el conjunto de la sociedad española. No es, como se ha pretendido justificar después, un problema de interpretación.

El actual gobierno muestra los límites de su “progresismo” y, parafraseando al poeta, el gobierno PSOE-UP se afana en ser “blando con las espuelas y duro con las espigas”. La apuesta decidida por la guerra (incrementando en 1000 millones de aquí al final de año el presupuesto en Defensa), el abandono de la reforma fiscal, el recorte las pensiones mediante la privatización y el posible pacto de rentas dibujan los límites de la acción de gobierno. Pedro Sánchez se muestra incapaz de arbitrar soluciones factibles a la crisis social que se avecina. La devastación social en la izquierda, provocada por una política que quiere paliar con gestos lo que son políticas neoliberales, abre camino a la futura victoria de la derecha. Pedro Sánchez ya asume que su destino personal no es renovar mandato en el palacio de la Moncloa sino, tal vez, ocupar los despachos de la OTAN en Bruselas.

Mientras, el ministro Albares nos muestra que es un triste hombre, aunque ignoro si es un hombre triste. Olvidado en la cumbre Atlántica de hace unas semanas, (obviamente su jefe lo eclipsó) nadie parece haber prestado atención a las declaraciones del ínclito ministro de exteriores español. Nadie prestó atención al señor Albares porque nuestra posición de vasallaje nos invisibiliza en el concierto internacional.  Para hacerse notar y, como si la situación no fuera ya suficientemente explosiva, nuestro jefe de embajadores se permite echar más gasolina al fuego. La arrogancia del personaje es inversamente proporcional al peso específico que tiene como diplomático. Hace pocos días nos enemistaba con Mali con unas declaraciones amenazantes. En plena cumbre de la OTAN en Madrid (claro anuncio de la orientación de las futuras relaciones con el Sahel), amenazó con la intervención militar en ese país. Sus palabras, recogidas por las agencias, son enormemente imprudentes. Afirmó que «no se descarta una intervención de la OTAN en Mali si fuera necesario», «Si es necesario y la situación constituye una amenaza para nuestra seguridad, lo haremos«. Queda solo una duda, si se refería a los grupos yihadistas, (por cierto, financiados como sabemos por Occidente) o a los militares rusos de la compañía privada Wagner. Sin duda estará satisfecho; alguien lo tiene en cuenta. Nuestro ministro se comporta, si me permiten la comparación, como esos pequeños perrichuelos que suplen su falta de talla con sus ladridos. Las declaraciones no son casuales: coinciden con la adopción por parte de la Alianza Atlántica del nuevo concepto que considera al Sahel como zona de “interés estratégico”. No ha sido sólo una baladronada de Albares. El actual incidente se enmarca en el deterioro creciente de las relaciones diplomáticas españolas con los países del Sahel y el Norte de África.

Mali llamó inmediatamente a consultas al embajador español en Bamako.  El hombre fuerte del país ha puesto al ministro en su sitio. El coronel Assimi Goïta denunció públicamente que, desde la intervención de la OTAN en Libia en 2011, el terrorismo ha ido expandiéndose por toda la zona. Se puede apreciar, desde esa perspectiva, que hay una relación de causa efecto entre las intervenciones militares de Occidente y el desarrollo de grupos terroristas. La aparición de estas organizaciones, como en el caso de Siria, es la excusa perfecta para invocar la necesidad de las guerras humanitarias. Es un recurso ampliamente utilizado en las últimas décadas: primero invadir un país para imponer la “democracia” y eliminar al “dictador” de turno que molesta; después quedarse para defender al país de los terroristas que los “defensores” han creado, al tiempo que se lo depreda. Es el caso de Irak, Siria o Libia.

Malí es un ejemplo. Los grupos terroristas, afincados durante décadas en zonas cada vez más amplias del territorio, han contado con armamento superior al del ejército. Unas fuerzas armadas con graves problemas de corrupción que han sido apoyadas por las potencias coloniales, en este caso Francia. Mali, como otras antiguas colonias francesas, sigue en un estado de postración social y económica que sólo se explica porque la antigua metrópoli sigue parasitando la riqueza de esta nación.

El ejército francés, que había desplegado durante décadas unos 5500 efectivos, comenzó a retirarse del país el 31 de enero. Acababa para los franceses la operación Takuba Task Force, entre grandes muestras de alegría por parte de la población. Su hueco ha sido ocupado por unos 2500 soldados de la compañía rusa Wagner que conjuntamente con el ejército maliense han conseguido muy buenos resultados en la lucha contra los yihadistas. El enfado francés es mayúsculo. Emmanuel Macron y el presidente de Senegal, hace pocas fechas, pedían la retirada de los Wagners de la zona.  La marcha del ejército francés provocará, a su vez, el fin de la operación europea EUTM-MALI, donde España. Alemania y otros países mantenían una fuerte presencia militar (nuestro país tiene unos 600 militares en la zona).  También el programa Minusma diseñado por la ONU para estabilizar políticamente el país y que contaba con 13289 militares y 1920 policías fenecerá a medio plazo.

La intervención de la ONU, tal y como se ha llevado a cabo hasta el momento, supeditaba los intereses del país africano, como ocurre en otros muchos, a los designios de las antiguas potencias coloniales. Nuestro gobierno, por otra parte, nos implica en más conflictos sirviendo a los intereses de terceros países. Nuestro papel en los nuevos escenarios es un triste papel. Así nos va.

Artículo que tradujo Antonio Mitre de gran importancia geopolítica. Para Dossier Geopolitico Este es un artículo de alto contenido geopolítico que muestra a Putin como un gran ajedrecista que en el tablero del Gran Juego juega partidas en simultáneo y va varias movidas o jugadas adelante con lo que anticipa a sus adversarios. El ruso está demostrando ser el mayor estadista conduciendo un gobierno en este siglo XXI. 

EL «GRAN JUEGO DE UCRANIA» EMERGE EN TRANSCAUCASIA

Por M.K.Bhadrakumar  

Si la metáfora del “Gran Juego” se puede aplicar a la crisis de Ucrania, con la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su centro, ha comenzado a causar repercusiones en todo el espacio euroasiático. El gran juego que acecha en la sombra en las regiones del Cáucaso y Asia Central en los últimos años se está acelerando visiblemente. 

La ventaja del juego es, por encima de todo, que Estados Unidos tenga como objetivo a Rusia y China. Este juego en desarrollo no puede subestimarse, ya que su resultado puede afectar la configuración de un nuevo modelo del orden mundial. 

Comenzando con la Cumbre del Caspio en Ashgabat el 29 de junio, las plantillas interconectadas del gran juego en el Cáucaso comenzaron a surgir. El hecho de que la cumbre se programara a pesar del furioso conflicto en Ucrania, y que el presidente ruso, Vladimir Putin, se tomara el tiempo para asistir, atestigua la gran importancia del evento. 

Básicamente, los presidentes de los 5 estados litorales (Kazajstán, Irán, Turkmenistán, Azerbaiyán y Rusia) sincronizaron sus relojes, con base en la Convención sobre el Estatus Legal del Mar Caspio , la Constitución del Mar Caspio, que se firmó en su último cumbre en 2018. Al hacerlo,  consideraron la situación internacional actual y los procesos geopolíticos en todo el mundo. 

Así, uno de los puntos clave del Comunicado Final de la Cumbre de Ashgabat fue la reiteración de un principio fundamental relativo a la exclusión total de las fuerzas armadas de todas las potencias extrarregionales del Mar Caspio (que responde principalmente a los intereses geopolíticos de Rusia y Irán.) El hecho de que los jefes de los países del Caspio confirmaran esto por escrito puede considerarse como el principal resultado de la Cumbre. En segundo lugar, los líderes se centraron en las comunicaciones de transporte del Caspio y acordaron que la región podría convertirse en un centro para los corredores Este-Oeste y Norte-Sur. 

La Cumbre del Caspio se celebró solo 5 semanas después de que las fuerzas rusas   obtuvieron el control de la ciudad portuaria de Mariupol (21 de mayo), que estableció su supremacía total sobre el Mar de Azov y el Estrecho de Kerch en el este de Crimea. El estrecho de Kerch tiene un papel estratégico en las políticas rusas, ya que es la puerta marítima estrecha (5 km de largo y 4,5 km de ancho en el punto más estrecho) que une el Mar Negro a través del Mar de Azov con las principales vías fluviales de Rusia, incluidos el Don y el Volga. 

En efecto, todavía está por asimilarse que, en la geopolítica de toda la masa terrestre euroasiática, la liberación de Mariupol por las fuerzas rusas fue un evento fundamental en el gran juego, ya que el Estrecho de Kerch asegura el tránsito marítimo desde el Mar Negro hasta el final Moscú y San Petersburgo, sin mencionar la estratégica ruta marítima entre el Mar Caspio (a través del Canal Volga-Don) hasta el Mar Negro y el Mediterráneo.

 Sistema Unido de Vías Navegables de la Rusia Europea que une el Mar de Azov y el Mar Caspio con el Mar Báltico y la Ruta del Mar del Norte. Ahora, para obtener el «panorama general» aquí, tenga en cuenta que el río Volga también une el Mar Caspio con el Mar Báltico, así como con la Ruta del Mar del Norte (a través de la Vía fluvial Volga-Báltico). Baste decir que Rusia ha ganado el control de un sistema integrado de vías fluviales, que conecta el Mar Negro y el Mar Caspio con el Báltico y la Ruta del Mar del Norte (que es una ruta de navegación de 4800 km de largo que conecta el Atlántico con el Océano Pacífico, pasando a lo largo de las costas rusas de Siberia y el Lejano Oriente.) 

Sin duda, es una estupenda consolidación del llamado “corazón”, según la teoría de Sir Halford Mackinder (1904) de que quienquiera que controle Europa del Este controla el Corazón y controla la “isla del mundo”. 

Mirando hacia atrás, por lo tanto, no hay duda de que la unión de Crimea con la Federación Rusa en 2014 fue un gran revés para los EE. UU. y la OTAN. Putin tomó a Washington y sus aliados por sorpresa total. Complicó su objetivo de integrar a Ucrania en la OTAN. 

Estados Unidos fue tomado por sorpresa por segunda vez cuando en los primeros días de la actual operación militar especial, cuando todos los ojos occidentales estaban puestos en la región de Kiev, las tropas rusas capturaron la ciudad sureña altamente estratégica de Kherson el 2 de marzo. El significado de esto fue entendido sólo por aquellos que podían percibir el gran juego que se desarrollaba en Ucrania como algo mucho más que un mero conflicto militar. (La mayoría de los estadounidenses aún no lo entienden). 

La captura de Kherson a principios de marzo significó prácticamente la ruina para el diseño de la OTAN de extender su presencia militar en la cuenca del Mar Negro. Hoy, el juego prácticamente ha terminado para EE. UU. y la OTAN,  una vez que Rusia tomó el control de toda la cuenca del Mar de Azov. Rusia ahora controla de facto el acceso de Dniepr hacia y desde el Mar Negro. Y Dniepr pasa a ser la principal vía fluvial para los enlaces de transporte de Ucrania al mercado mundial.  

Inmediatamente al este del Estrecho de Kerch se encuentra la región rusa de Krasnodar, que se extiende hacia el sur hasta el puerto comercial más grande de Rusia en el Mar Negro, Novorossiysk, en el cruce de los principales oleoductos y gasoductos entre el Mar Negro y el Mar Caspio. En resumen, el control del Estrecho de Kerch le da a Rusia una gran influencia en las rutas de transporte que unen Europa Occidental y Oriental con la cuenca del Mar Caspio, Kazajistán y China.

Dicho de otra manera, esta parte de la operación militar especial rusa se convierte en una parte integral del proyecto euroasiático de Moscú que se vincula con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. 

Washington ha comprendido tardíamente que Rusia ha burlado a la alianza occidental y ha ganado la partida en el gran juego en la región oriental del Mar Negro. Entonces, la estrategia occidental hacia el Cáucaso y Asia Central se está reelaborando. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, programó hoy una reunión en Bruselas con el ministro de Relaciones Exteriores de Azerbaiyán, Jeyhun Bayramov. 

Es importante destacar que Bayramov también asistió hoy a una reunión del Consejo de Cooperación UE-Azerbaiyán en Bruselas. El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo más tarde en una conferencia de prensa conjunta con Bayramov que “Azerbaiyán es un socio importante para la Unión Europea y nuestra cooperación se está intensificando”. Mientras tanto, ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitó Bakú para firmar un memorando de entendimiento con Azerbaiyán sobre cooperación energética .

Todo esto tiene lugar en el contexto de Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, encabezando los esfuerzos para mediar entre los archirrivales Azerbaiyán y Armenia. Como parte de los esfuerzos diplomáticos de la UE, Michel organizó en abril una reunión en Bruselas entre el presidente de Azerbaiyán, Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinian, donde las dos partes expresaron su voluntad de asegurar un acuerdo de paz. La semana pasada, el director de la CIA, William Burns, realizó una visita no publicitada a Ereván a este respecto. Evidentemente, Washington y Bruselas están elaborando una estrategia conjunta para reemplazar a Rusia y Turquía, que hasta ahora han asumido los roles principales en Transcaucasia. 

No debe haber ninguna duda de que Moscú está observando de cerca los movimientos sincronizados de EE.UU., la UE y la OTAN en el Cáucaso contra Azerbaiyán con miras a socavar la consolidación de Rusia en las regiones del Mar Negro y el Mar Caspio, lo que representa un obstáculo formidable para el avance de la Estrategias de la OTAN hacia Asia Central y Xinjiang. Este es un juego de alto riesgo

Se recordará que el 22 de febrero, apenas dos días antes del lanzamiento de la operación militar especial en Ucrania, Putin recibió en el Kremlin al presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev. Firmaron “un amplio acuerdo”, cuyos detalles no fueron divulgados . El documento se titula Declaración sobre interacción aliada. 

Claramente, Azerbaiyán, rico en petróleo, que no solo es un estado litoral del Mar Caspio sino una puerta de entrada tanto a Asia Central como a la región rusa del Volga, está destinado a desempeñar un papel clave en el gran juego en el período venidero.

Importancia Estrategica del control del mar de Azov; la Peninsula de Crimea, el estrecho de Kerch y los Puertos de Mariupol y de Novorossiysk por parte de la Federacion rusa
Sistema de conecccion estrategico de los Rios Volga y Don entre el Mar Caspio y el Mar Negro en el Sur y el mar baltico y el Mar Artico al norte

Tucídides no era chino

Por Hernan Longoni Zona Militar

Mucho se ha especulado y se especula con la expansión China, haciendo una analogía con la guerra fría de antaño, teorizando si la situación actual es un camino hacia una forma de confrontación similar. Desde Fukuyama en su despertar fallido a la nueva era (o el fin de los tiempos), pasando por Friedman, Huntington y tantos otros, todos teóricos occidentales con una visión empañada, no sólo por la postura político filosófica occidental, sino imbuidos de un chauvinismo norteamericano, que no se resigna a abandonar su rol de hegemón y de “policía del mundo” ante una “sino-visión” que parece, por el momento, abstraerse en dominar su espacio, su región y su entorno, sin entretenerse en una proyección ideológica (algo novedoso para potencias en expansión global) pero reflotando “viejas políticas para nuevas soluciones”.

Sin saberlo o sin proponérselo al menos en su discurso estratégico, China parece estar encaminándose a sustituir a una potencia en repliegue. ¿Será la “trampa de Tucídides” el inevitable destino de esta situación?

I.- Introducción: Tres comidas diarias

En una conferencia dada en la Universidad de la Defensa Nacional, en 2017 (a la que asistimos como estudiantes de la FADENA en ese entonces), un General del Ejército Revolucionario del Pueblo, preguntado que fue por asistentes a dicho encuentro acerca de si China tiene una visión de expansión militar del tipo convencional (la llamada “guerra fría”) el militar respondió que las autoridades chinas se despiertan cada día con una sola cosa en mente, esto es darle tres comidas diarias a una población de casi mil cuatrocientos millones de personas.-

Toda una revelación incluso para los entendidos expertos presentes en la sala, que esperaban definiciones acerca del control oceánico; de la poderosa marina de guerra y mercante; de la proyección de soft power global del Beijing y de un poderío militar que, a estarnos a lo que definió el militar extranjero, es un respaldo para evitar ser interferido en esta visión puramente comercial del mundo.-[1]

China no busca conquistas sino mercados y sostener los “cinco principios de coexistencia pacífica” ponderados por, por ejemplo, el Embajador LI GUOXING[2].-

“Consecuentemente en los últimos 35 años China ha experimentado una profundísima transformación. El gigante asiático ha cambiado la economía planificada por el mercado y ha pasado de ser un país rural y aislado a convertirse en el principal exportador y el mayor mercado turístico del mundo. Este proceso ha sido de tal magnitud que Eugenio Bregolat, tres veces embajador de España en China, lo ha calificado como la “Segunda Revolución China”[3].-

“Un grave error, a la hora de intentar comprender al pueblo chino, es analizarlo con los mismos parámetros de la cultura occidental, tal y como nosotros mismos nos veríamos reflejados en un espejo. En China no recibieron la influencia de las civilizaciones griega, romana y cristiana, pilares sobre los que se levanta lo que se denomina como Occidente. La influencia de la cultura estadounidense, en forma de modas, comenzó a penetrar en China a finales del siglo XX. La cultura del pueblo, la forma de ser o pensar y las costumbres, tienen muy poco en común con las presunciones que sobre «el otro» tiene un occidental”[4].-

II.- Viejas políticas para nuevas soluciones

Parecería evidente que las posturas geopolíticas Chinas de estas últimas tres décadas (al menos) han reflotado postulados de vieja data, al menos en cuanto a lo comercial. La forma de ver el mapa global y cómo aprovechar y distribuir recursos y sobre todo tácticas con miras a una dominación que podemos desdoblar en: 1) autoconservación; 2) negación de espacios.-

El “pivote del  mundo” sigue siendo la gran isla de Europa. Pierda cuidado, no nos desorientamos, China está en Asia… pero ¿acaso el mundo no ha cambiado lo suficiente como para que la isla de Europa (La madre Rusia, digámoslo de una vez) se haya desplazado hacia oriente?

El mar del norte, ahora navegable casi todo el año, la decadencia de EEUU y por ende de Japón entre otros factores, son razones físicas y políticas que favorecen este corrimiento.-

Condiciones geopolíticas y geográficas advertidas por dos teóricos clásicos en el mundo de su época, cuyos postulados, con adaptaciones y matices, parece estar siendo aprovechado y aplicado por China.-

Podemos advertir un rasgo coincidente entre la postura de Sir Harold Mackinder y de Alfred Mahan (que de ellos hablamos): ambos elaboran sus postulados desde la cima del poder de sus respectivos países, evidenciando de este modo la proyección geoestratégica de sus potencias.-

Mahan (marino de profesión), establece la necesidad de mantener una flota de guerra y una marina mercante lo suficientemente poderosa como para someter cualquier potencia que se le oponga.-

Lo hace en plena expansión industrial estadounidense, postulando la proyección de la potencia desde el mar. Propugna para ello elementos que considera para sostener o intentar esta supremacía “proyectada desde el mar”. Estos son: fuerte comercio exterior; fuerte marina mercante y poderosa armada, bases en todo el globo para reaprovisionamiento y apoyo, territorios coloniales.-

El que domine las rutas comerciales dominará el comercio, la riqueza, y a su través el mundo.-

Mackinder, geógrafo y escritor, elabora su teoría desde una influencia geográfica innegable, afirmando que el avance de dicha ciencia y el relevamiento científico del mundo  -este conocimiento total de su cartografía- hará que se produzca una especie de cierre, en el que cada potencia se posicione respecto de lo que él llama “la isla del mundo”, haciendo énfasis en el “heartland” (eurasia), caracterizándose como una suerte de núcleo duro -protegido por países periféricos que sirven de “amortiguadores” que protegen a ese heartland. Este pivote del mundo es la llave del dominio mundial.-

Es entonces posible, para nosotros, afirmar que mientras Mahan propone dominar el mundo desde los mares, para Mackinder (para quien esta conexión oceánica es un mero accidente), ese dominio proviene del dominio de eurasia.-

La situación de perenne inestabilidad regional en la zona de oriente medio, Afganistán, India, Pakistán, etc. (en resumen: la periferia de Eurasia) por un lado, y la exorbitante supremacía naval norteamericana parecen ser consecuencia de estas posturas que han tenido vigencia secular.-

El período que va desde 1991 a 2001 ha sido de una marcada unipolaridad, en la que por diferentes razones (el ejemplo Afgano se nos aparece como la verdadera y última, toda vez que tácticamente esta y otras regiones enmarcan la periferia del heartland). EEUU se vio enfrascado en conflictos de los llamados asimétricos o irregulares, o de lucha contra el terrorismo -consecuencia del 11S-.-

A la sombra -si se nos permite el giro literario- de ello, un conglomerado de estados ha sabido gestar una unión comercial, de asistencia y ayuda (que no podemos catalogar de alianza, pero que va hacia ello), se trata de la “Organización de Cooperación de Shangai”, formada por Rusia, China, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán, establecida en 2001. (estos últimos cinco estados surgidos como una de las consecuencias del desmembramiento de la URSS).-

Mas que a la sombra, en el caso de China podríamos decir que aprovechando la distracción norteamericana, enfrascada en pasear su política tradicional de demostración de poder militar.-

Esta región, de la mano de China y Rusia, tiene el mas que determinante agregado ahora de la India y Pakistán, ostenta el 45% de la población mundial el entre el 19 y el 21% del PIB mundial (según la fuente).-

El marco del aparente desmembramiento de Europa occidental (o al menos, pongamos “el marco del Brexit”) no es un dato menor a la hora de valorar este fenómeno de cooperación eurasiática así como no lo es ahora la retirada norteamericana de Afganistán y la guerra de Ucrania.-

El lanzamiento de una ruta comercial propugnada por el premier chino Xi Jinping (que afectará a 65 países, que contienen el 55% del PIB y el 75% de las reservas energéticas del mundo) mas que contradecir las teorías de Mackinder y Mahan parecerían darle nuevo valor, toda vez que el Heartland cobra nueva relevancia, no solo regional sino mundial, y que el comercio, una marina mercante (concepto que podemos aggiornar a este ferrocarril intracontinental), la globalización China con asientos estratégicos en varios lugares claves del globo, aparecen como elementos basamentales de esta -por ahora- alianza de cooperación y comercio, que en esta primera década y media de existencia aparece -además- como un contrapeso de la OTAN, corriendo el foco de la multipolaridad a una nueva multi-bipolaridad incipiente.-[5]

III.- Nixon ganó la guerra fría

En unas Jornadas, organizadas en 2019 por la Escuela Superior de Guerra Aérea (Argentina), uno de los disertantes instaló un postulado original y -al menos para mí- sorprendente: Nixon ganó la guerra fría. No su política exterior, ni su proyección en -por ejemplo- el sudeste asiático (de todos modos fallida), sino él, en forma personal[6].-

La idea se basaba en el apoyo que su administración le había dado a China, para poner una suerte  de cuña entre los dos gigantes comunistas: Rusia y China.-

Pudo mas mi curiosidad, y en medio de un auditorio repleto de expertos en defensa pregunté si en ese análisis no se había olvidado de: Henry Kissinger, la política exterior de Deng Xiaoping, la gestión de la diplomacia de Reagan (años después con la carrera espacial y la “guerra de las galaxias” que forzaron las arcas rusas ya exhaustas) y un pequeño accidente nuclear producido en la ciudad ucraniana de Pripyat en 1986…

Como fuere, quizá hayan sido todas esas cosas en conjunto las que llevaron a EEUU (y no específicamente a Nixon) a “ganar” la guerra fría, pero parece surgir con claridad que son esos mismos factores los que están llevando a China a opacar al hegemón tradicional apenas 50 años después.-

Como se ha dicho, Esteban Actis y Nicolás Creus (2018) citan al académico chino Minxin Pei, quien sostiene que “la era de la posguerra fría parece haber finalizado en noviembre de 2016 con el triunfo de Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos”. En este mismo sentido, también rescata las palabras de Walter Russell Mead, quien afirma “que Estados Unidos ha decidido empezar una «segunda Guerra Fría» al poner todos sus esfuerzos en contener la influencia de China en el plano global””.-[7][8]

Pero esta situación de “guerra” (fría o no) parece ser asumida sólo por EEUU, limitándose (si cabe el término) China a la creación de un cinturón de contención (concepto de la estrategia global británica de otros tiempos) encarnado en su “collar de perlas» y en su poderoso “Ejército de liberación nacional”, el que pese a su poderío no parece estar dispuesto a  estrenar a menos que sufra una provocación directa.-

IV.- El viejo Tucídides saluda desde el pasado

Graham Allison[9] se ha preguntado recientemente si este país y los Estados Unidos podrán escapar a la trampa de Tucídides. El autor de “La guerra del Peloponeso” (Tucídides) aclara que Esparta comenzó la guerra con Atenas «porque temía que los atenienses se hicieran más poderosos, al ver que la mayor parte de Hellas se encontraba bajo el control de Atenas».-

De allí que se deduzca que el ascenso de una potencia produce la disputa y el enfrentamiento polemial con la potencia en decadencia.-

De la lectura de diferentes fuentes puede colegirse que China no está interesada en una confrontación bélica con los EEUU.-

En tal sentido -y brevitatis causae- conviene citar a Odd Arne Westad, quien hace una lectura de China que compartimos, al advertir que es mas nacionalista que internacionalista (pese a su marcada tendencia realista en su política exterior) contradiciendo incluso a Huntington al afirmar que la diferente cosmovisión china respecto de la rusa hace que aquella no esté en camino a generar un “choque de civilizaciones”[10].-

Si bien es difícil acceder a las políticas chinas en el marco de la defensa, una breve inspección a su industria y a su despliegue permite advertir que su planeamiento pareciera estar orientado a las capacidades, descartando el ya obsoleto método de las hipótesis de conflicto, toda vez que el mentado “collar de perlas” observa el doble efecto de “encerrar” a Japón y Corea dando frente a la cadena de bases norteamericanas, cosa que se incrementó como respuesta a la reubicación de la 7ma flota norteamericana.-

Es decir una táctica reactiva, tendiente a sostener una estrategia mayor, definida en la protección de su zona de confort: Asia.-

V.- Todo concluye al fin

Ya sea que nos estemos acercando a una era de cambio de hegemón, y que ello traiga consigo una confrontación polemial o una decadencia de EEUU; que lo dicho provenga de un estado de tensión en el anárquico sistema internacional, o que se produzca por un ahogamiento comercial por parte de China -se nos antoja un paralelismo con la situación de la URSS en 1991, sin dejar de mencionar el funcional papel de Gorbachov en todo aquel asunto- todo parece indicar que el cambio de era se ha iniciado, y que la globalización favorece y entorpece a la vez dicho proceso, debido a la interdependencia interestadual que conlleva.-

Al decir del Cnel (Re) Justino Bertotto (FADENA/UNDEF), la única forma de conocer el futuro es dejar que acontezca. Sin embargo es destacable que en todo este turbulento cambio de era hay algo novedoso y esto es que salvo que se nos oculte con una astucia inusitada la verdad, la intención china es la de darle de comer tres comidas diarias a casi 1400 millones de personas, sin interferir en terceros estados en el plano político, imponiendo ideologías, formas de estado, formas de gobierno, gobiernos ni implantar políticas en terceros, logrando asegurarse los recursos necesarios para sostener su nivel de producción generando mercados.-

En definidas cuentas, como suele pasar, el tiempo dirá.-

Referencias

Embajador Li Guoxing – https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45114/1/elsuenochino_es.pdf

“Revista de Relaciones internacionales”

Bregolat, Eugenio (2007). La segunda revolución china. Barcelona: Destino.

POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA Por FRANCISCO JAVIER ALAMEDA DIONISIO

A defesa nacional; “Da Royal Navy do seculo XIX a US Navy do seculo XXI, Adolfo Koutoudjian, 2016

Mario y Miguel Otero (2015). “¿Qué podemos esperar de la nueva Ruta de la Seda y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras liderados por China?”, Análisis Real Instituto Elcano.-

Actis, Esteban & Creus, Nicolás (2018). “América Latina en la nueva bipolaridad emergente”, en Nueva Sociedad. Democracia y Política en América Latina, Santiago de Chile.-

Allison, Graham (2017). Destined for war. Can America and China escape Thucydides’s trap? Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt.-

Westad, Odd Arne (2019). “The sources of chinese conduct. Are Washington and Beijing fighting a new Cold War?”, en Foreign Affairs, Vol. 98, Nº 5, septoembre-octubre. Washington DC: Council of Foreign Relations.-

[1]              Ustedes necesitarían vivir en China para comprender a los chinos – Embajador Li Guoxing – https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45114/1/elsuenochino_es.pdf

[2]

                https://www.iri.edu.ar/revistas/revista_dvd/revistas/R2/R2EST01.html “Revista de Relaciones internacionales”

[3]             Bregolat, Eugenio (2007). La segunda revolución china. Barcelona: Destino.

[4]    POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA REPÚBLICA POPULAR CHINA Por FRANCISCO JAVIER ALAMEDA DIONISIO

[5]    Ver Esteban, Mario y Miguel Otero (2015). “¿Qué podemos esperar de la nueva Ruta de la Seda y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras liderados por China?”, Análisis Real Instituto Elcano.-

[6]    Jornadas de Liderazgo, ESGA, Argentina, 2019.-

[7]    Las otras fuentes de la conducta china en política exterior y defensa. Sergio Eissa, pag 215.-

[8]    Actis, Esteban & Creus, Nicolás (2018). “América Latina en la nueva bipolaridad emergente”, en Nueva Sociedad. Democracia y Política en América Latina, Santiago de Chile (Recuperado el 11 de agosto de 2019 de https://nuso. org/articulo/america-latina-en-la-nueva-bipolaridad-emergente/)

[9]    Allison, Graham (2017). Destined for war. Can America and China escape Thucydides’s trap? Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt. Citado por Sergio Eissa, op. Cit.-

[10]  Westad, Odd Arne (2019). “The sources of chinese conduct. Are Washington and Beijing fighting a new Cold War?”, en Foreign Affairs, Vol. 98, Nº 5, septiembre-octubre. Washington DC: Council of Foreign Relations.-

Fuente Zona Militar: https://www.zona-militar.com/2022/07/09/tucidides-no-era-chino/#_ftn4

Carlos Pereyra Mele, director de Dossier Geopolítico, en su columna del Club de La Pluma nos confirma que estamos ante UN CHOQUE DE REALIDADES por el cambio copernicano global que está variando al mundo de posición y de sistema. Un choque de lo Nuevo contra lo Viejo, tal cual él mismo lo viene planteando desde 2005, y que confirma a los BRICS junto al G20, como los bloques más importantes que disputan el futuro del sistema mundo.

También analiza la tremenda capacidad de Occidente de recrear mitos y leyendas falsas, como las enfermedades de Putin, … “ese muerto que goza de muy buena salud.”  Y nos explica los éxitos contundentes del Ministro Ruso de Exteriores, Lavrov en la última reunión del G20, a pesar del intento de la prensa por vender la falsedad que había sido aislado y ninguneado. Cuándo en realidad evitó que se impusiera una actitud negativa para aislar a Rusia. Un CHOQUE DE REALIDAD para sorpresa y desesperación del núcleo duro del G7, que ante semejante fracaso, se negó infantilmente a la foto de familia y al consenso para un comunicado final.

Aunque lo más importante del G20 -nos explica- fue la reunión de cinco horas entre los cancilleres de China y EEUU y dónde el secretario de estado norteamericano tuvo que oír una severa advertencia, y con una dureza poco habitual de la paciente diplomacia china, que consolida las recientes declaraciones de Putin en San Petersburgo en ese sentido.

Todo ello en la misma semana en que, para disgusto de Occidente, se supo de los acuerdos para la nueva ruta desde Irán hasta el Mar Báltico y que avanza la nueva propuesta euroasiática para suplantar el sistema Swift. 

Luego, Carlos aborda las contradicciones de Occidente, con sus palabras a futuro sin ninguna realidad actual ni para los próximos años. También nos dice que Estados Unidos ha emprendido su huida hacia delante mientras intenta balcanizar a Europa con una alianza entre Inglaterra, Polonia, Ucrania y los estados bálticos, para crear un nuevo sistema defensivo por fuera de la OTAN y de la Unión Europea. Una Comunidad que, en su deriva y tras el Brexit, confirma ser el mayor fracaso del neoliberalismo financiero del siglo. Además de cargar con una extendida estructura de corrupción y tráfico de influencias, como el caso de Uber, que de tratarse de una democracia real, habría hecho caer a varios gobiernos.

Finalmente se pregunta ¿De qué G7 hablamos? Luego  la renuncia de Johnson y Draghi. Y con Macrón, Scholz y Sánchez en la cuerda floja. Lo que demuestra la debilidad de un Occidente sin objetivos claros y concretos y que solo se escuda en que Rusia y Putin son culpables de todo.

Por lo tanto, EL CHOQUE DE REALIDADES ya está vigente  y avanza sobre un bloque anglosajón desnudo, aturdido, confundido, con masas de zombis desinformados y en un fuerte proceso de desintegración interna.

Eduardo Bonugli (Madrid, 17/07/22)

De Boris Johnson
G7 a G6
Mario Draghi de G6 a G5

El Suicide Spectacular Summer Show, actualmente en pantalla en toda Europa, procede con toda su indumentaria. Pepe Escobar  13 de julio

The Suicide Spectacular Summer Show (serie de TV estadounidense de drama adolescente y suspenso), actualmente en pantalla en toda Europa, avanza con toda su gala, para asombro de prácticamente todo el Sur Global: una nueva versión de mala calidad, despertó a Gotterdammerung (ópera de Wagner) , con la grandeza wagneriana reemplazada por twerking (Perreo, estilo de baile de origen estadounidense, que puede ser rápido y agresivo o lento).

Los emperadores romanos decadentes al menos exhibieron cierto grado de patetismo. 

Aquí nos enfrentamos a una mezcla tóxica de arrogancia, mediocridad aborrecible, engaño, pensamiento de oveja ideológico crudo y absoluta irracionalidad que se revuelca en la carga del hombre blanco fango racista / supremacista: todos los síntomas de una profunda enfermedad del alma.

Llamarlo el Biden-Leyen-Blinken West o algo así sería demasiado reduccionista: después de todo, estos son políticos/funcionarios insignificantes que simplemente repiten órdenes como loros. Este es un proceso histórico: degeneración cognitiva física, psíquica y moral incrustada en la desesperación manifiesta de la OTAN por tratar de contener a Eurasia, lo que permite bocetos tragicómicos ocasionales, como una cumbre de la OTAN que proclama la guerra Woke contra prácticamente todo el mundo no occidental.

Entonces, cuando el presidente Putin se dirige al Occidente colectivo  frente a los líderes de la Duma y los jefes de los partidos políticos, se siente como un cometa golpeando un planeta inerte. Ni siquiera es un caso de «perdido en la traducción». “Ellos” simplemente no están equipados para conseguirlo.

La parte «Aún no has visto nada» se formuló al menos para que la entendieran incluso los tontos:

“Hoy escuchamos que quieren derrotarnos en el campo de batalla, bueno, qué puedo decir, que lo intenten. Hemos escuchado muchas veces que Occidente quiere luchar contra nosotros hasta el último ucraniano; esta es una tragedia para el pueblo ucraniano. Pero parece que todo está llegando a esto. Pero todos deberían saber que, en general, todavía no hemos comenzado nada”.

Hecho. En la Operación Z, Rusia está utilizando una fracción de su potencial militar, recursos y armas de última generación.

Entonces llegamos al camino más probable a seguir en el teatro de guerra:

“No rechazamos las negociaciones de paz, pero aquellos que se niegan deben saber que cuanto más se prolongue, más difícil será para ellos negociar con nosotros”.

Al igual que en el dial del dolor, se incrementará, de manera lenta pero segura, en todos los frentes.

Sin embargo, el meollo del asunto ya se había dicho antes en el discurso: “aumentar el nivel del dolor” se aplica de hecho al desmantelamiento de todo el edificio del “orden internacional basado en reglas”. El mundo geopolítico ha cambiado para siempre.

Aquí está el pasaje posiblemente clave:

“Deberían haber entendido que ya han perdido desde el comienzo mismo de nuestra operación militar especial, porque su comienzo significa el comienzo de una ruptura radical del Orden Mundial a la manera estadounidense. Este es el comienzo de la transición del egocentrismo estadounidense liberal-globalista a un mundo verdaderamente multipolar, un mundo basado no en reglas egoístas inventadas por alguien para sí mismo, detrás de las cuales no hay nada más que el deseo de hegemonía, no en hipócritas dobles raseros, sino en el derecho internacional, en la verdadera soberanía de los pueblos y civilizaciones, en su voluntad de vivir su destino histórico, sus valores y tradiciones y construir la cooperación sobre la base de la democracia, la justicia y la igualdad. Y debemos entender que este proceso ya no se puede detener”.

Conoce la trifecta

Se puede argumentar que Putin y el Consejo de Seguridad de Rusia están implementando una trifecta táctica que ha reducido al Occidente colectivo a un grupo amorfo de gallinas biológicas sin cabeza.

La trifecta mezcla la promesa de negociaciones, pero solo cuando se consideran los constantes avances de Rusia sobre el terreno en Novorossiya; el hecho de que el “aislamiento” global de Rusia ha demostrado en la práctica que no tiene sentido; y ajustando el indicador de dolor más visible de todos: la dependencia de Europa de la energía rusa.

La razón principal del fracaso rotundo y gráfico de la cumbre de Ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Bali es que el G7, o la OTAN, más la colonia estadounidense de Japón, no pudo obligar a los BRICS ni a los principales actores del Sur Global a aislar, sancionar y/o demonizar a Rusia.

Por el contrario: múltiples interpolaciones fuera del G20 explican aún más la integración en toda Eurasia. Aquí están algunos ejemplos.

El primer tránsito de productos rusos a la India a través del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) ya está en vigor, cruzando Eurasia desde Mumbai (India) hasta el Báltico a través de los puertos iraníes (Chabahar o Bandar Abbas), el Mar Caspio y el sur y centro de Rusia . Fundamentalmente, la ruta es más corta y económica que pasar por el Canal de Suez.

Paralelamente, el titular del Banco Central de Irán, Ali Salehabadi, confirmó que se firmó un memorándum de cooperación interbancaria entre Teherán y Moscú.

Eso significa una alternativa viable a SWIFT y una consecuencia directa de la solicitud de Irán para convertirse en miembro pleno de BRICS, anunciada en la reciente cumbre en Beijing. Los BRICS, desde 2014, cuando se fundó el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), han estado ocupados construyendo su propia infraestructura financiera, incluida la creación en un futuro cercano de una moneda de reserva única. Como parte del proceso, la armonización de los sistemas bancarios ruso e iraní es inevitable.

Irán también está a punto de convertirse en miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) en la próxima cumbre en Samarcanda en septiembre.

Paralelamente, Rusia y Kazajstán están consolidando su asociación estratégica: Kazajstán es un miembro clave de BRI, EAEU y SCO.

India se acerca aún más a Rusia en todo el espectro del comercio, incluida la energía.

Y el próximo martes, Teherán será el escenario de un crucial encuentro cara a cara entre Putin y Erdogan.

¿Aislamiento? ¿En serio?

En el frente energético, es solo verano, pero la paranoia demente ya está causando estragos en múltiples latitudes de la UE, especialmente en Alemania. El alivio cómico lo proporciona el hecho de que Gazprom siempre puede señalar a Berlín que los eventuales problemas de suministro en Nord Stream 1, después del regreso inesperado de esa notoria turbina reparada de Canadá, siempre se pueden resolver implementando Nord Stream 2.

Como todo el European Suicide Spectacular Summer Show no es más que una tortura autoinfligida de mal gusto ordenada por His Master’s Voice, la única pregunta seria es qué nivel de dolor obligará a Berlín a sentarse y negociar en nombre de los intereses industriales y sociales legítimos de Alemania.

La rudeza y la caída serán la norma. El ministro de Relaciones Exteriores, Lavrov, lo resumió todo al comentar sobre los Ministros del Oeste del Colectivo Declinante que adoptaron poses como mocosos infantiles en Bali para evitar ser vistos con él: eso dependía de “su comprensión de los protocolos y la cortesía”.

Eso es diplo-charla para «montón de idiotas». O peor aún: bárbaros culturales, ya que ni siquiera fueron capaces de respetar a los anfitriones indonesios hipereducados, que aborrecen la confrontación.

Lavrov prefirió ensalzar el trabajo ruso-chino “conjuntamente estratégico y constructivo” frente a un Occidente muy agresivo. Y eso nos lleva a la principal obra maestra del juego de sombras en Bali, completa con varias capas de niebla geopolítica.

Los medios chinos, siempre coqueteando con lo opaco, trataron de poner su rostro más valiente al describir la reunión de más de 5 horas  entre el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi y el Secretario Blinken como “constructiva”.

Lo que es fascinante aquí es que los chinos terminaron dejando escapar algo crucial para colarse en el borrador final de su informe, obviamente aprobado por los poderes fácticos.

Lu Xiang, de la Academia China de Ciencias Sociales, revisó lecturas anteriores, especialmente de «Yoda» Yang Jiechi que convertía rutinariamente a Jake Sullivan en pato asado, y enfatizó que esta vez las «advertencias» de Wang a los estadounidenses fueron «las más severas en términos de redacción».

Ese es el código diplo para «Es mejor que te cuides»: Wang le dice a Little Blinkie: «Solo mira lo que hicieron los rusos cuando perdieron la paciencia con tus payasadas».

La expresión “callejón sin salida” fue recurrente durante la reunión de Wang-Blinken. Entonces, al final, el Global Times tuvo que decir las cosas como realmente son: «Las dos partes están cerca de un enfrentamiento».

“Showdown” es lo que el fanático de End of Days y aspirante a Tony Soprano Mike Pompeo está predicando fervientemente desde su púlpito de odio, mientras que el combo detrás del senil “líder del mundo libre” que literalmente lee teleprompters trabaja activamente para el colapso de la UE, en más formas que una.

El combo en el poder en Washington en realidad “apoya” la unificación de Gran Bretaña, Polonia, Ucrania y los Tres Enanos Bálticos como una alianza separada de la OTAN/UE, con el objetivo de “fortalecer el potencial de defensa”. Esa es la posición oficial del Embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Julian Smith.

Así que el verdadero objetivo imperial es dividir la ya destrozada UE en pedazos de mini sindicatos, todos ellos bastante frágiles y evidentemente más “manejables”, como los eurócratas de Bruselas, cegados por una mediocridad sin límites, obviamente no lo ven venir.

Lo que el Sur Global está comprando

Putin siempre deja muy claro que la decisión de lanzar la Operación Z, como una especie de «operación policial y de armas combinadas» preventiva, como la define Andrei Martyanov, fue cuidadosamente calculada, considerando una serie de vectores materiales y sociopsicológicos.

La estrategia angloamericana, por su parte, apunta a una sola obsesión: al diablo con cualquier posible reformulación del actual “orden internacional basado en reglas”. No se prohíben retenciones para garantizar la perpetuidad de esta orden. De hecho, esto es Totalen Krieg , que presenta varias capas híbridas y es bastante preocupante, con solo unos segundos para la medianoche.

Y ahí está el problema. Desolation Row se está convirtiendo rápidamente en Desperation Row, ya que se muestra que toda la matriz rusofóbica está desnuda, desprovista de cualquier potencia de fuego ideológica, e incluso financiera, adicional para «ganar», además de enviar una colección de HIMARS a un agujero negro.

Geopolítica y geoeconómicamente, Rusia y China están en proceso de comerse vivo a la OTAN, en más de un sentido. Aquí , por ejemplo, hay una hoja de ruta sintética de cómo Beijing abordará la próxima etapa de desarrollo de alta calidad a través de la mejora industrial impulsada por el capital, centrada en la optimización de las cadenas de suministro, la sustitución de importaciones de tecnologías duras y los «campeones invisibles» de la industria. .

Si el Occidente colectivo está cegado por la rusofobia, el éxito del gobierno del Partido Comunista Chino, que en cuestión de unas pocas décadas mejoró la vida de más personas que nadie, en cualquier momento de la historia, los vuelve completamente locos.

A lo largo de la atalaya Rusia-China, no ha tardado mucho en llegar. BRI fue lanzado por Xi Jinping en 2013. Después de Maidán en 2014, Putin lanzó la Unión Económica de Eurasia (EAEU) en 2015. Crucialmente, en mayo de 2015, una declaración conjunta Rusia-China selló la cooperación entre BRI y EAEU, con un papel importante asignado a la OCS.

Una integración más estrecha avanzó a través del foro de San Petersburgo en 2016 y el foro BRI en 2017. El objetivo general: crear un nuevo orden en Asia y en toda Eurasia, de acuerdo con el derecho internacional, manteniendo las estrategias de desarrollo individuales de cada país involucrado y respetando su soberanía nacional.

Eso, en esencia, es lo que está comprando la mayor parte del Sur Global. Es como si hubiera un entendimiento instintivo transfronterizo de que Rusia-China, contra todo pronóstico y enfrentando serios desafíos, procediendo por ensayo y error, están a la vanguardia del Choque de lo Nuevo, mientras que el Occidente colectivo, desnudo, aturdido y confundido, sus masas completamente zombificadas, es succionada por la vorágine de la desintegración psicológica, moral y material.

No hay duda de que el dial del dolor aumentará, en más de un sentido.

Ministro de RREE Chino Wang Yi y Secretario de Estado de USA Blinken

Decidido a no ser excluido del sur del Cáucaso, Irán está forjando lazos estratégicos tanto con Bakú como con Ereván.

Por Yeghia Thasjian   Fundación de la Cultura Estratégica

Al final de la guerra de Nagorno-Karabaj de 2020, que Azerbaiyán ganó con el apoyo de Turquía y la diplomacia rusa, los analistas consideraban que Irán era el mayor perdedor del conflicto, en términos de sus intereses estratégicos regionales. Sin embargo, sin perder mucho tiempo, Teherán cambió esas fortunas al involucrar de manera muy proactiva su poder blando en el sur del Cáucaso para promover sus intereses geoeconómicos. Podría decirse que esto se debe a las preocupaciones de Irán sobre los planes expansionistas turco-azerbaiyanos en la región. En general, Irán ha buscado revitalizar sus relaciones con Azerbaiyán para mitigar la presión de Turquía por controlar el Corredor Zangezur, una ruta de transporte estratégica que pasa por alto el territorio armenio cerca de la frontera iraní. Se dice que la apertura del corredor depende del desarrollo de un acuerdo integral entre Armenia y Azerbaiyán. En este sentido, Teherán está interactuando con ambos países simultáneamente y, al hacerlo, ha ayudado a reducir la presión política de Bakú sobre Ereván. Restablecimiento de las relaciones con Azerbaiyán El 11 de marzo de 2022, Azerbaiyán e Irán firmaron un acuerdo para establecer nuevas líneas ferroviarias, de carreteras y de suministro de energía que conecten los territorios del sur de la disputada región de Karabaj (capturada por Azerbaiyán) con el enclave azerbaiyano de Najicheván. Según el acuerdo, la nueva carretera tendrá una longitud de 55 km y atravesará el norte de Irán, conectando finalmente con Nakhichevan. Además de la autovía, se construirán dos puentes ferroviarios y un puente carretero sobre el río Arax. El analista político iraní Vali Kaleji dice que estos proyectos tienen un significado geoeconómico tanto para Azerbaiyán como para Irán. Para Bakú, la construcción de esta carretera es fundamental por varias razones. En primer lugar, es una continuación de una carretera ya existente en Azerbaiyán y atraerá inversiones a las regiones del sur de Karabaj, actualmente bajo el control de Bakú. En segundo lugar, la autopista de 55 km a través de Irán ofrecerá una alternativa al corredor de Zangezur que el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, estaba impulsando después de la declaración trilateral, que puso fin a las hostilidades, por ahora, entre Bakú y Ereván. A pesar de que la declaración trilateral pedía la apertura de rutas comerciales y de comunicación, no mencionó nada sobre un «corredor». El presidente Aliyev ha promovido en gran medida la idea del Corredor Zangezur para el consumo interno al tiempo que ha agregado presión política sobre Armenia para firmar un acuerdo de paz. Tratado sobre Nagorno-Karabaj. Hasta la fecha, Rusia, Armenia e Irán han ignorado los reclamos del Corredor Zangezur de Bakú.

Políticas de mantenimiento de la paz  

                                                                                                                                                             Para evitar otra guerra entre Bakú y Ereván, Teherán ideó una solución alternativa al proporcionar esta ruta alternativa que aliviará la presión de los hombros de Armenia, ya que Azerbaiyán amenazaba con ganar el corredor por cualquier medio necesario. Además, a Bakú también le preocupa que si cae el gobierno del primer ministro armenio Nikol Pashinyan y la oposición llega al poder, el gobierno sucesivo no proporcionará ningún corredor a Azerbaiyán a través de los territorios armenios. Por lo tanto, como señaló Keleji, «Bakú está buscando deliberadamente otra opción en caso de que el Corredor Zangezur no llegue a buen término». Finalmente, Azerbaiyán establecerá un vínculo con Nakhichevan a través de Irán, proporcionando una influencia iraní adicional sobre Bakú en el futuro. 

Los intereses iraníes, a su vez, tienen sus propias consideraciones para permitir la construcción de una carretera y un ferrocarril a través de su territorio que conectaría Azerbaiyán propiamente dicho con Nakhchivan. En reacción a la narrativa expansionista impulsada por Azerbaiyán sobre el Corredor Zangezur y las incursiones de Azerbaiyán en las aldeas fronterizas en Syunik (sur de Armenia), Irán trazó sus líneas rojas y su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) amenazó con usar la fuerza militar si fuera necesario para evitar cualquier cambio territorial en sus 44 km de frontera con Armenia. Como tal, Teherán ve la construcción de una nueva carretera y vía férrea a través de Irán como una alternativa adecuada al corredor de Zangezur que aliviará la presión militar sobre el sur de Armenia. Por esta razón, Ahmad Kazemi, un experto iraní en la región del Cáucaso Sur, en su artículo “La reconciliación de Bakú con las realidades geopolíticas”, escribió que Bakú está impulsando un “falso corredor de Zangezur” para apaciguar a Turquía, Israel y la OTAN mientras sigue los sueños pan-turcos. . Fue solo el año pasado que Aliyev declaró: «El corredor que pasará por aquí unirá a todo el mundo turco». Para Kazemi, este “corredor Turánico” irá en contra de los intereses de Irán, Rusia y China. Por lo tanto, es inevitable que estos tres estados no permitan cambios geopolíticos en las fronteras del sur de Armenia. Aislando a Irán. Mientras tanto, con la guerra en curso en Ucrania, Moscú ha centrado su atención en la importancia de la ruta comercial Norte-Sur. Según Kaleji, fortalecer esta ruta de tránsito ayudará a contrarrestar las sanciones económicas más estrictas y las restricciones de tránsito impuestas a Rusia por Occidente. En este sentido, el ministro iraní de Carreteras y Desarrollo Urbano, Rostam Qasemi, visitó Moscú el 30 de abril para firmar un acuerdo integral sobre cooperación en el campo del transporte. Ambos países acordaron acelerar la construcción del ferrocarril entre Azerbaiyán e Irán para conectar Moscú con el estratégico Golfo Pérsico, una preocupación de seguridad de las potencias occidentales desde la era de la Guerra Fría. En febrero, durante una conferencia iraní-armenia celebrada en Ereván, una fuente diplomática iraní le dijo a The Cradle que “Irán tomará todas las medidas necesarias para evitar la pérdida de la frontera estratégica armenio-iraní y hará todo lo posible para evitar una nueva frontera”. guerra. Teherán se da cuenta de que cualquier pérdida de este tipo aumentará aún más la influencia turca en la región y que Irán fue un objetivo indirecto de la guerra de 2020 en Karabaj, con el objetivo de aislar a Irán regionalmente. En este contexto, la línea ferroviaria iraní-armenia desde Meghri, provincia armenia de Syunik, podría haber sido una ruta alternativa que conectara Irán con Rusia, pero adolece de altos costos y no ha visto ningún progreso desde 2009. La deficiente infraestructura de Armenia, su conflicto por Nagorno-Karabaj con Azerbaiyán y su lento avance en la construcción de la carretera Norte-Sur (en los últimos doce años ha ejecutado solo el cinco por ciento de la carretera de 556 kilómetros que conecta Georgia con Irán) ha aislado y frenado aún más la participación de Armenia en el proyecto económico regional.

La puerta de entrada de Armenia al Asia

Sin embargo, durante los últimos cuatro meses, Irán e India han estado presionando a Armenia para que tome medidas cruciales para revitalizar el proyecto de transporte norte-sur. Como resultado, se han organizado importantes reuniones entre funcionarios iraníes y armenios para abordar cuestiones de comercio, tránsito y energía. El 2 de marzo, al frente de una delegación de alto rango de funcionarios comerciales y empresarios privados, el ministro iraní de Industria, Minería y Comercio, Reza Fatemi-Amin, realizó una visita a Armenia como parte de los esfuerzos de Teherán para fortalecer los lazos comerciales con sus vecinos. Esta fue la primera visita a Armenia de altos funcionarios iraníes desde que el presidente Ebrahim Raisi asumió el cargo en agosto de 2021. Acompañaron a la delegación los directores ejecutivos de 35 empresas privadas iraníes. La parte iraní declaró que Teherán otorga gran importancia no solo al desarrollo de las relaciones económicas con Armenia, sino que también lo considera una «puerta de entrada» a los mercados de Rusia y otros países miembros de la Unión Económica Euroasiática (EAEU). Para la conexión ferroviaria, Miad Salehi, director de Ferrocarriles de la República Islámica de Irán, señaló tres posibilidades para el tránsito ferroviario entre Irán y Armenia. Las dos primeras conexiones ferroviarias son: El Jolfa-Nakhchivan-Ereván. Los ferrocarriles Jolfa-Nurduz (en Irán) y Ereván-Nurduz (en Armenia), que se acordaron hace siete años pero no se realizaron. Irán también ha propuesto una ruta de tránsito multimodal desde Ereván a Jolfa por carretera, y luego hacia el sur hasta el puerto de Bandar Abbas por ferrocarril, esencialmente abriendo las puertas de los mercados asiáticos para Armenia. 

Irán no ha sido expulsado del sur del Cáucaso

Tras la declaración trilateral de 2020, Irán se sintió aislado del sur del Cáucaso, aunque su ausencia no duró mucho. Tras la elección del presidente Raisi, Teherán adoptó una política exterior proactiva y equilibrada en su vecindad para asegurar sus principales intereses geoeconómicos. Los iraníes se han dado cuenta de que el Corredor Zangezur representa una amenaza para su seguridad nacional, ya que evita el territorio iraní y evita que Irán obtenga tarifas de tránsito de los camiones azerbaiyanos. Pero también amenaza con remodelar las fronteras internacionales estratégicas entre Irán y Armenia en beneficio de Turquía, Azerbaiyán y, por extensión, su aliado mutuo, Israel. Teherán reconoce que si Azerbaiyán lograra imponer el Corredor Zangezur en Ereván, Bakú podría conectarse con Turquía, Israel y la Unión Europea por tierra. De manera crucial, Irán también interpreta esto como una presencia en expansión de Israel y la OTAN en sus fronteras. Durante su gira por el Cáucaso este mes, el jefe de seguridad nacional de Irán, el contralmirante Ali Shamkhani, sostuvo conversaciones en Ereván con su homólogo armenio y el primer ministro Pashinian, donde enfatizó que Teherán estaba en contra de cualquier acción que conduzca a un cambio geopolítico en la región. En lugar de aceptar un papel menor, Irán ha desplegado con éxito su poder blando económico para recalibrar el campo y aumentar su influencia sobre Azerbaiyán. Por un lado, Teherán impulsó la construcción de un ferrocarril con Azerbaiyán para conectar con Rusia; por otro lado, fortaleció sus proyectos comerciales, energéticos y de comunicación con el archienemigo de Bakú, Armenia. Sin embargo, por ahora, el compromiso de Irán con Azerbaiyán sobre el corredor alternativo ha levantado la presión militar y política sobre Armenia, evitando así otra guerra cerca de sus fronteras del norte.

CAUCASO SUR – ASIA

La conquista humana del espacio exterior ingresa en una nueva fase en la que nuevas realidades geopolíticas terrestres, desde la desglobalización a los conflictos, se proyectan en las iniciativas científicas, tecnológicas, militares y económicas de Estados que compiten y se reagrupan en bloques. ¿Habrá gobernanza espacial?

La interminable lista de misiones a la Luna, Marte y más allá en el espacio exterior programadas para los próximos años desborda las expectativas sobre fabulosos descubrimientos, pero todas ellas se inscriben en una carrera que, al cabo de ocho décadas, sigue respondiendo al entramado geopolítico que impera en la Tierra.

La conquista humana del espacio comienza a espejar velozmente en nuestros días la transición desde una fase de tres décadas en la que dominó la cooperación internacional a otra de formación de bloques astropolíticos, con reminiscencias de la Guerra Fría bajo cuyo sino comenzó la epopeya de los primeros viajes orbitales.

Así como la conquista de la Luna quedó marcada por la carrera entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, la planificación de misiones y la construcción de estaciones espaciales se ve fuertemente influenciada por la ratificación de las ambiciones de Washington y Moscú, pero ahora desafiadas por el ascenso de China, la creciente autonomía de Europa y la participación de naciones asiáticas.

Cooperación y negocios

Estación Espacial Internacional (ISS) orbitando la Tierra.

Tan lejos como en 1967, impulsado por la URSS, el programa Interkosmos incluyó a casi todos los miembros del Consejo de Asistencia Económica Mutua (COMECON) -los países del bloque oriental, con otros Estados socialistas como Mongolia y Vietnam- y hasta Francia, Reino Unido, Japón, Austria, Siria e India.

El Tratado de las Naciones Unidas sobre el Espacio Exterior de 1967 establece que ningún Estado puede reclamar ninguna parte del espacio. Luego, el Acuerdo de la ONU sobre la Luna de 1979 impidió su explotación comercial, pero varios países (EEUU, China y Rusia) se negaron a firmarlo y sólo tiene 18 Estados parte.

En 1998, cuando China ya era vista como un competidor para Occidente, el mundo asistió al montaje de la primera Estación Espacial Internacional (ISS), fruto de una cooperación que acopló módulos de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Japón y la Agencia Espacial Europea, pero excluyó expresamente a Beijing, en un anticipo de las dificultades que le esperan a la incipiente gobernanza espacial.

En paralelo a las actividades de la ISS, China desarrolló entonces sus propios programas espaciales, con sondas, módulos de aterrizaje, rovers y hasta su propia estación espacial Tiangong (2022), un gran esfuerzo que -como para el resto del mundo- implica la movilización de recursos científicos, pero también económicos.

Público y privado

La vida cotidiana en la Tierra, desde la de las personas que se comunican como nunca antes en la Historia hasta grandes corporaciones que comercian con sus datos -bajo la atenta vigilancia de los Estados-, ofrece muestras de sobra la incidencia económica de los frutos científicos y tecnológicos de la carrera espacial.

Es imposible explicar la actualidad de actividades como la agricultura o las telecomunicaciones, la navegación o la meteorología, sin tomar en cuenta los desarrollos tecnológicos nacidos de la carrera espacial, como los satelitales.

En esa continuidad, grandes corporaciones formadas durante las últimas dos décadas al impulso de las nuevas tecnologías orientan inversiones millonarias al espacio (los “astromillonarios” Jeff Bezos o Elon Musk son casos muy conocidos) con el visto bueno de Estados necesitados de más inversiones y tecnología (EEUU invirtió 54,1 mil millones en 2021, contra 10,3 mil millones de China).

Respecto de 1957 o 1969, cuando la URSS puso en órbita el Sputnik o EEUU llevó al hombre a la Luna, algunos Estados cuentan con una participación mucho más amplia del sector aeroespacial privado, tecnológica y financiera. Tres empresas privadas (Blue Origin, SpaceX y Dynetics) desarrollarán aterrizadores para los alunizajes de la NASA. En 2020, SpaceX llevó astronautas hacia y desde la ISS, y Bezos provee con Starlink un servicio privado de Internet que abarca 32 países y al menos 1.800 satélites.

De EEUU a China y los BRICS

China, la gran potencia aeroespacial emergente (lanzó su primer satélite en 1970), creó su Administración Espacial Nacional en 2003 con un presupuesto anual inicial de unos 300 millones de dólares, a través de su Corporación de Investigación y Ciencia Aeroespacial, pero en 2016 permitió la participación de empresas privadas que ya invierten unos 1.500 millones de dólares al año, según la prensa estatal.

La administración de la información que circula por el espacio -en forma de miles de millones datos recopilados y transmitidos a través de satélites, naves, estaciones y telescopios- implica un potencial financiero, político y militar que mueve a los Estados a reunir todos los recursos posibles para mantener o ganar hegemonía en la geopolítica terrestre. Las proporciones de ese esfuerzo son menores que en la Guerra Fría, pero enormes: la astropolítica como extensión de la geopolítica.

En 2019, Estados Unidos creó una nueva rama de sus fuerzas armadas, la American Space Force, una evidencia de la proyección que en términos de defensa harán las principales potencias desde la Tierra sobre un escenario espacial. Así, ante cualquier amenaza externa, la ciberseguridad ya importa tanto como un ejército convencional. En la guerra de Ucrania, la información recopilada desde el espacio está siendo, sin duda, determinante para Kiev y para Moscú.

Para Washington, el control y explotación del espacio ultraterrestre tendrá un rol decisivo en la “competencia entre grandes poderes” del Siglo XXI. La Estrategia Espacial de Defensa publicada por el Departamento de Estado en 2020 reconoce que los “dominios de la guerra” ya se extienden más allá de los confines de la Tierra.

Por su parte, Beijing asignó en 2004 una importancia de primer orden al espacio exterior. A lo largo de las últimas dos décadas, tanto comunicados de las máximas oficinas gubernamentales como documentos del Ejército Popular de Liberación detallaron la prioridad de tutelar la informatización de la guerra y las amenazas de cualquier tipo de dependencia en la carrera espacial. Incluso la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) contempla apartados sobre el control satelital del transporte y el monitoreo ultraterrestre de los proyectos de infraestructura y comercio.

La falta de cooperación internacional, al margen de definir conflictos armados o desigualar el desarrollo pacífico, puede adicionalmente afectar de manera directa los esfuerzos científicos por hacerle frente a problemas globales de fondo, como el cambio climático, la biodiversidad y la inseguridad alimentaria, para los cuales los conocimientos derivados de la carrera espacial pueden ser determinantes.

A su vez, desde 2021, la cooperación del Grupo BRICS en teledetección incluyó seis satélites y cinco estaciones terrestres. Para seguir, China prevé un plan de desarrollo en dos etapas. Una primera etapa, de constelación virtual de cinco satélites, uno de cada país miembro, y una segunda de cooperación más coordinada, de acuerdo con los planes de desarrollo espacial de cada uno.

Según la CNSA china, en enero de 2022 China tenía 499 satélites en órbita y 169 para Rusia, 61 para India, 13 para Brasil y 3 para Sudáfrica.

Bloques en formación

La desglobalización en marcha, ya descrita por un sinnúmero de analistas, está trasladando sus lógicas, mecanismos y conflictos a la actividad aeroespacial de los Estados que protagonizan las iniciativas y los proyectos más ambiciosos.

Coordinada por Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea (1975, 22 países), la ISS -heredera de la Mir rusa- recibió desde 1998 a 253 astronautas que realizaron más de 3.000 experimentos. Pero el conflicto en Ucrania impactó en ese modelo de cooperación.

Como parte de las sanciones por el conflicto en Ucrania, la UE excluyó a Moscú de sus dos programas de investigación más importantes (Horizonte Europa y Horizonte 2020) y la ESA suspendió hasta 2024 el proyecto conjunto ExoMars, para explorar Marte en busca de pruebas de vida pasada, con una inversión de 1.500 millones de euros. Rusia, por su parte, cortó la venta de cohetes a Estados Unidos y suspendió lanzamientos desde la Guayana Francesa.

Rusia tenía planeado dejar la ISS en 2024 para dedicarse a su propio desarrollo espacial, pero por ahora la estatal rusa Roskosmos proporciona los cohetes que usa la estación internacional para mantenerse en su órbita a 400 km de la Tierra.

Moscú condiciona ahora ese aporte a que Occidente levante las sanciones impuestas por su invasión de Ucrania, aunque el sector privado puede terminar salvando ese problema, según la ESA, que considera dejar la gestión de la órbita cercana al planeta a empresas para dedicarse a la exploración espacial.

Mientras tanto, en la última década China ha lanzado más de 200 cohetes, envió una misión no tripulada a la Luna (Chang’e 5), 14 astronautas al espacio (contra 340 de EEUU y 130 de la URSS-Rusia) y, en junio pasado, lanzó la nave Shenzhou 14, para acoplarse con otros módulos e inaugurar a finales de año su propia estación, el Palacio Celestial, primera competencia de la ISS. El país ya dispone de una tercera generación de satélites orbitales, Beidou-3, que le garantiza la cobertura del GPS.

En paralelo, esta fragmentación de esfuerzos exhibe a la nueva Agencia Espacial Africana (55 países), la Agencia Espacial de América Latina y el Caribe (7) y el Grupo de Coordinación Espacial Árabe (12). Japón, Corea del Sur, Rusia y Emiratos Árabes Unidos preparan sus propias misiones lunares, mientras India lanzó su segunda gran misión a la Luna y proyecta su estación espacial en 2030.

Luego están los Acuerdos Artemis, liderados por Estados Unidos desde 2020 y acompañados por otros 17 países, con el objetivo de devolver personas a la Luna para 2025 y establecer un marco de gobierno para la exploración y la minería en el satélite, con una estación en su polo sur, pero también en Marte y otros planetas.

En 2019, Rusia y China unieron fuerzas para enviar también humanos a la Luna y montar una Estación Internacional de Investigación Lunar, pero en 2026. Moscú y Beijing rechazaron sumarse a los Acuerdos Artemis coordinados por Washington.

En este mosaico de asociaciones, puede mencionarse también la Organización de Cooperación Espacial Asia-Pacífico, creada en 2005, liderada por China e integrada por Bangladesh, Irán, Mongolia, Pakistán, Perú, Tailandia y Turquía, para desarrollar y lanzar satélites y activar el sistema de navegación BeiDou, un GPS chino.

Hay países, incluida Argentina, que sin dominar toda la cadena de desarrollo espacial posee competencias básicas, específicamente satelitales, pero también Emiratos Árabes o Australia, jugarán también su papel en la gobernanza espacial, encuadrados en algún bloque o bien desplegando un juego autónomo.

Presente y futuro

Estación Espacial Tiangong (Palacio Celestial), de China.

Hay expertos que al describir este “florecimiento de la economía espacial” y la multiplicación de misiones proyectadas, trazan paralelos con el siglo XV, entre las armadas comerciales marítimas de España, Portugal, Francia, la República Holandesa e Inglaterra que colonizaron Asia, África, Oceanía y América, y los complejos industriales espaciales actuales que pueden reeditarlo en el espacio.

Así, evocando la Compañía de las Indias Orientales, la Compañía de la Bahía de Hudson o la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, señalan a naciones con vocación espacial que cultivan patrocinadores privados para sus programas -desde los años 60 dirigidos, financiados y operados desde lo público- e imaginan una próxima colonización que, sin embargo, llevará mucho más tiempo y necesita evitar los errores históricos cometidos en la Tierra hace cinco siglos.

Periódicamente, científicos especializados identifican misiones de investigación planetaria para toda una década por venir y lo hicieron este año en el Planetary Science and Astrobiology Decadal Survey 2023-2032, que pone énfasis esta vez en Marte, una luna de Saturno, Encélado, y otros planetas.

Por ahora, estas son las misiones que dominan el panorama de 2022:

El Telescopio Espacial James Webb, de la NASA.

Sucesor del Hubble, el Telescopio Espacial James Webb (JWST), de la NASA, lanzado en 2021, comienza este año a realizar observaciones científicas. Es el más potente, más complejo y más caro hasta hoy. La agencia lanzará este año un cohete de Space X para explorar el asteroide metálico Psyque desde 2026.

. Este año también partirá hacia la Luna el Artemis-1 de la NASA, que estrenará el cohete gigante SLS para enviar la cápsula no tripulada Orión. El programa Artemis se propone culminar en 2025 con una misión tripulada que incluya al menos una mujer. También planean llegar pronto a la Luna la japonesa JAXA, la india ISRO y la rusa Rokocosmos, además de Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur.

. Los privados también planean llegar este año a la Luna. La misión Intuitive Machines 1 (IM1) llevará el robot Nova C y la IM2 buscará taladrar el polo sur del satélite para tomar muestras del suelo. El robot Peregrine, de Aerorobotic, irá a la Luna con el cohete Vulcan Centaur, de United Launch Alliance, un “taxi” no tripulado para trasladar experimentos científicos y hasta seis pasajeros desde y hacia la ISS.

. La agencia europea ESA continuará la misión del Solar Orbiter, esta vez en torno de Venus, para observar mejor el Sol, mientras China programó su primera misión al Sol e India el lanzamiento del telescopio solar espacial, el Aditya-L1. Los europeos también planean lanzar la misión Jupiter Icy (JUICE), que debería llegar al Sistema Joviano en 2029 y estudiar durante tres años Ganímedes, Europa y Calisto.

La luna Júpiter, de Saturno, desde la nave Voyager.

También seguirá con sus misiones Space X, que planea probar Starship, un gran cohete reutilizable para transportar hasta 100 toneladas a la órbita baja, satélites para ampliar su red de internet Starlink. En marzo, concretó el primer vuelo turístico privado a la ISS (55 millones de dólares pagó cada uno por pasar una semana en la estación espacial, en la que tres japoneses habían estado en 2021).

. La nave europea no tripulada BepiColombo, de la ESA, hará un segundo sobrevuelo de Mercurio, a donde llegó en 2021; la misión DART, de la NASA, llegará a una luna del asteroide Dídimos para modificar su órbita y la Juno sobrevolará a 350 km de altitud Europa, una luna de Júpiter.

. Las empresas Boeing y ULA lanzaron a la ISS la cápsula no tripulada Starliner, en abierta competencia con los servicios que empezó a prestar Space X.

Fuente: Embaja Abierta

¿Qué es Karakalpakstán, la república autónoma uzbeka?

por Mencía Montoya Barreiros

Karakalpakstán supone un tercio del territorio de Uzbekistán, pero menos de una décima parte de su población. La distingue el grado de autonomía y el derecho constitucional a la independencia, que sigue sin ejercer por su relación con el Gobierno central y la poca fuerza del independentismo

La República de Karakalpakstán es un territorio que, junto a doce provincias y a la ciudad de Taskent, componen Uzbekistán. Pese a ocupar un tercio del país, en ella vive menos del 6% de la población, casi dos millones de personas, de las cuales más de 300.000 habitan en su capital, Nukus. Debido a la desertificación de una de sus mayores fuentes de ingresos, el mar de Aral, Karakalpakstán depende en gran medida del Gobierno central. Aun así, se distingue por su grado de autonomía y el derecho constitucional a la independencia, que el presidente Shavkat Mirziyoyev ha pretendido retirar.

De Gengis Kan a Stalin

Por Karakalpakstán pasaron desde civilizaciones centroasiáticas antiguas en la región histórica de Corasmia, hasta el Imperio mongol de Gengis Kan en el siglo XIII. Los primeros rastros de una comunidad se remontan al siglo XVI, con el asentamiento de pueblos nómadas túrquicos de pastores y pescadores. Su ubicación junto al mar de Aral y la desembocadura del río Amu Daria la hizo una región fértil y próspera, y también la colocó en el centro de la Ruta de la Seda china. Con la expansión del Imperio ruso, desde 1873 pasó a estar bajo dominio zarista.

No obstante, el territorio actual de Karakalpakstán se remonta al auge y caída de la URSS. Con cierta autonomía formal, primero fue una región más, después formó parte de la república socialista rusa y desde 1936 pasó a la uzbeka. Tras la descomposición soviética, Karakalpakstán volvió a reincorporarse en Uzbekistán en 1993, con la condición de conservar un estatus especial como república autónoma. De ese modo, la nueva Constitución uzbeka le reconoció esa autonomía, incluida una carta magna propia, y el derecho de secesión mediante referéndum.

Algodón, petróleo y el auge del ecoturismo 

La actividad económica tradicional de Karakalpakstán ha sido la pesca en el mar de Aral. Sin embargo, la política agrícola soviética desde los años sesenta y el cambio climático lo han reducido a mínimos. Desde entonces, Karakalpakstán depende de la exportación de materias primas como el algodón e hidrocarburos. La presencia de recursos naturales en zonas antes sumergidas en el mar de Aral también han atraído inversión extranjera, que en 2020 alcanzó los 64,6 millones de dólares. Sin embargo, el territorio aún depende económicamente del Gobierno en Taskent.

Pese a sus consecuencias para la economía y la salud de sus habitantes, la desertificación del mar de Aral también ha dado paso a una nueva fuente de ingresos: el ecoturismo. Atraídos por la excepcionalidad del caso, unos 200.000 ecoturistas visitaron Karakalpakstán en 2021. Otras atracciones son el lago Sudochie, el pueblo de Urga o la llanura de Ustyurt.

¿Un derecho de secesión frustrado?

Con todo, el grado de autonomía ha sido clave para conciliar las diferencias étnicas y lingüísticas entre Uzbekistán y Karakalpakstán. Un tercio de la población de este territorio es de etnia karakalpakia, similar a la kazaja, y su idioma oficial además del uzbeko es el karalpako. Además, Karakalpakstán cuenta con instituciones y una administración territorial propia, negocia sus competencias con el Ejecutivo y tiene representantes en los poderes centrales.

Según acordaron ambas partes, el posible referéndum de independencia de Karakalpakstán sería veinte años después de la firma de la Constitución, pero no se ha celebrado. El independentismo no cogió fuerza con la represión del Gobierno del presidente Islom Karímov (1990-2016) y por el legado soviético de las competencias centrales y regionales.

Sin embargo, el presidente desde 2016, Shavkat Mirizoyev, sugirió unas reformas que eliminarían la soberanía y el derecho a la independencia de Karakalpakstán, en un intento de apelar a nacionalistas uzbekos de cara a su reelección en 2021. Al intentar ponerlas en marcha, provocó en julio de 2022 una serie de protestas inéditas contra el régimen autoritario, que declaró estado de emergencia. Las revueltas dejaron al menos dieciocho muertos que reconoce el Gobierno y cientos de heridos y detenidos. Como respuesta, Mirizoyev ha descartado llevar a cabo estos cambios constitucionales.

Mencía Montoya Barreiros

Madrid, 2000. Grado en Relaciones Internacionales por la Universidad King’s College London y Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos por la Universidad Carlos III. Interesada en seguridad internacional, Oriente Próximo, el Sahel y la naturaleza de conflictos actuales.

El Orden Mundia y Dossier Geopolitico

CONCLUSIONES DE LA INDIA DE LA REUNION MINISTERIAL DE BALI
M.K.Bhadrakumar 11 de julio

La reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Bali, Indonesia, la semana pasada estuvo amenazada por la lava caliente que fluía desde Eurasia. Los diplomáticos occidentales se esforzaron por “aislar” a Rusia, pero el infatigable ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, se rehuso. A medida que el polvo se asienta, China emerge de la cumbre de Bali como el adulto en la sala.

El Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi tomó una asombrosa cantidad de «bilaterales» en menos de 48 horas, con sus homólogos del G20 de Indonesia, India, Rusia, Argentina, Unión Europea, Corea del Sur, Arabia Saudita, Francia, Canadá, España, Países Bajos, Singapur, Estados Unidos. Unidos, Alemania y Australia. Además, China también mantuvo en alto la bandera del multilateralismo y presentó una Iniciativa de Cooperación sobre Seguridad Alimentaria Global. ¡Bienvenidos al siglo posamericano!

Desde la perspectiva india, la reunión del Ministro de Asuntos Exteriores S. Jaishankar con el FM Wang Yi el 7 de junio fue lo más destacado en Bali. Las lecturas de Nueva Delhi y Beijing transmiten una impresión positiva. ( aquí y aquí )

La lectura india apareció primero y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, en su sesión informativa diaria se apresuró a comentar al respecto, ¡mientras que la lectura china apareció solo al día siguiente! Zhao Lijian dijo:

“Hemos leído el comunicado de prensa de la India sobre la reunión. Lo que puedo decir es que el área fronteriza entre China e India es generalmente estable en este momento. Las dos partes acordaron seguir los importantes entendimientos comunes alcanzados por los dos líderes y los acuerdos firmados por ambas partes, y resolver adecuadamente los problemas relacionados con el sector occidental de la frontera entre China e India de acuerdo con el principio de seguridad mutua e igualitaria. China e India son vecinos importantes entre sí. Las dos partes tienen la voluntad y la capacidad de mantener conjuntamente la paz y la tranquilidad en las áreas fronterizas entre China e India”.

En la lectura china, Wang Yi señaló que «las relaciones bilaterales en general han mostrado un impulso de recuperación» desde marzo. Jaishankar tendió a estar de acuerdo y dijo que «las dos partes han logrado un progreso positivo en aspectos como salvaguardar la estabilidad a lo largo de las fronteras, promover la cooperación práctica y facilitar los intercambios de personal».

Como era de esperar, la lectura de la India destacó las expectativas de Delhi con respecto a la retirada completa en la frontera de Ladakh y la celebración de la próxima ronda de la reunión de Comandantes Superiores en una fecha próxima. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China se refirió al tema y también señaló «el principio de seguridad mutua e igualitaria» para resolver los «problemas relacionados con el sector occidental de la frontera entre China e India».

La lectura china destacó que el gobierno indio “espera una relación positiva, cooperativa y constructiva entre India y China, y está listo para trabajar con China para emitir una señal clara para impulsar la mejora de los lazos bilaterales y cambiar el consenso y la visión. de los dos líderes en la realidad.”

Significativamente, Jaishankar también le transmitió a Wang Yi que “India continuará defendiendo la autonomía estratégica y una posición independiente en los asuntos internacionales”.

No se puede subestimar su importancia, ya que viene después de la reciente cumbre del G7 en Alemania (a la que el primer ministro Modi fue invitado especial) y la cumbre de la OTAN en Madrid poco después, donde se presentó un nuevo «Concepto de seguridad» con el visto bueno de Washington. revelada, que presenta a China en términos poco amistosos.

Sin duda, Delhi debe estar observando de cerca la pirueta diplomática de la Administración Biden frente a Beijing últimamente. Bali fue testigo de un espectáculo extraordinario: una entrevista cara a cara de 5 horas entre Wang Yi y el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken (con interpretación simultánea y sin asistentes presentes), que el MFA en Beijing caracterizó como una larga comunicación» .

La lectura china destacó que «ambas partes acordaron que el diálogo fue sustantivo y constructivo, y ha ayudado a las dos partes a aumentar el entendimiento mutuo, reducir los malentendidos y los errores de cálculo, y las condiciones acumuladas para futuras interacciones de alto nivel».

Blinken aseguró a Wang Yi que la Administración Biden “no busca participar en una nueva Guerra Fría con China, cambiar el sistema de China, desafiar el estatus del Partido Comunista de China o bloquear a China, y no apoya la independencia de Taiwán ni busca cambiar el statu quo a través del Estrecho de Taiwán. Estados Unidos está comprometido con la gestión de riesgos en las relaciones bilaterales y está abierto a la cooperación con China”.

Anticipándose a una derrota estratégica en Ucrania, la administración de Biden está buscando una distensión con China, una relajación de la hostilidad y las relaciones tensas, mientras la fatiga de la guerra se está instalando y los aliados europeos no se están recuperando del retroceso de las sanciones. La narrativa de la administración Biden sobre Ucrania y Rusia se está derrumbando, ya que los países europeos están empantanados internamente en la agitación social, económica y política, especialmente Alemania, la potencia de Europa.

Washington teme, con razón, que una Rusia resurgente no va a dejar pasar este momento.

El contundente discurso del presidente Vladimir Putin el 7 de julio mientras se dirigía a las élites políticas de Rusia en una reunión del Kremlin no deja dudas sobre la Administración Biden. Putin declaró abiertamente que la operación militar especial de Rusia en Ucrania “también significa el comienzo de una ruptura radical del orden mundial al estilo estadounidense. Este es el comienzo de la transición del egocentrismo estadounidense liberal-globalista a un mundo verdaderamente multipolar”.

Putin dijo: “Todos deben entender que este proceso no se puede detener. El curso de la historia es inexorable, y los intentos colectivos de Occidente de imponer su nuevo orden mundial al resto del mundo están condenados… Hoy escuchamos que quieren derrotarnos en el campo de batalla. ¿Bien, qué puedo decir? Que lo intenten… Al mismo tiempo, no estamos rechazando las conversaciones de paz, pero aquellos que las están rechazando deben saber que cuanto más dure (la guerra), más difícil será para ellos negociar con nosotros”.

La reunión de Wang Yi-Blinken en Bali no podría haber tenido un escenario más dramático. En el futuro, la reunión allanará el camino para las interacciones entre Biden y Xi Jinping.

Wang Yi le dijo a Jaishankar que a medida que se desarrollan estos «cambios en el mundo que ocurren una vez en un siglo», India «de ninguna manera debe dejarse llevar por la corriente», sino que debe «mantener un enfoque estratégico… y tomar medidas concretas para seguir adelante». el importante consenso alcanzado por los líderes”, es decir, evitar la mentalidad de suma cero y considerar a los demás no como amenazas sino como “oportunidades para el desarrollo de los demás”.

Wang Yi dio a entender que China e India están en la misma página con respecto a la situación de Ucrania. De hecho, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China eliminó esta parte de la conversación de Wang Yi con Jaishankar como un comunicado de prensa separado para proyectar las «tres preocupaciones» de China sobre la situación en Ucrania:

China se opone a la narrativa de Occidente que tiene como objetivo "incitar la mentalidad de la Guerra Fría, exagerar la confrontación entre bloques y crear una nueva Guerra Fría". En lugar de polarización y confrontación, China aconseja diálogo y conversaciones de paz. 
Hay sofismas y dobles raseros en el intento de Occidente de proyectar el principio de soberanía sobre el tema de Ucrania. 
China se opone a las sanciones unilaterales de Occidente contra Rusia, que “no están justificadas ni son legales” y han socavado los intercambios normales entre estados, violado las reglas vigentes del comercio internacional y también “complicado y magnificado la crisis de Ucrania”. Todas las partes deben rechazar conjuntamente tales actos y esforzarse por construir un entorno abierto, justo y no discriminatorio para la cooperación internacional”. 

Desde la perspectiva china, existe cierta apreciación de que el gobierno de Modi defendió la autonomía estratégica de la India frente a la presión occidental concertada. La próxima presidencia de la OCS y el G20 de la India debería brindar una mayor claridad al «panorama general» de la relación entre la India y China, ya que el final del juego en Ucrania estaría a la vista y, con suerte, las estimaciones delirantes con respecto a Quad, etc., se habrían marchitado. Después de todo, el área fronteriza entre China e India se ha mantenido generalmente estable durante los últimos dos años y el interés mutuo radica en mantener las cosas así y construir sobre ella.

La Revista Científica Académica “Espiral” de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en una edición especial donde se publica el trabajo: “Una geopolítica crítica transformada por la pandemia de la Covid-19” realizado por el destacado geopolitico Mexicano de la Universidad de Guadalajara: Dr. Jaime Antonio Preciado Coronado; Miembro de la Academia de Ciencias de México, ex Presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología, y coordinador del Posgrado de Ciencia Política de esa Universidad, analiza: 

La COVID-19 mostró, sin precedentes, una crisis sanitaria, económica, política y ambiental, alrededor de la cual se comprimió el espacio-tiempo desde una simultaneidad creando un “nosotros” global y sistémico; la pandemia se vive en tiempo real conectado mundialmente, y paradójicamente, fragmentado por las historias nacionales de desigualdad e injusticia social y ambiental. La magnitud de la COVID-19, toma el rol detonante de una nueva geopolítica que trastoca radicalmente el orden  mundial, que refuerza al Estado nacional como pivote de la “gubernamentalidad” y que resignifica los poderes locales, particularmente la esfera corporal, de los sentimientos y las emociones subjetivas e intersubjetivas. Donde la incertidumbre y el caos se debaten entre lo viejo que muere y lo vivo que lo reemplaza, estamos ante el (re)surgimiento de imaginarios geopolíticos que actualizan aquella consigna famosa “Otro mundo [de particularismos universalistas, mejor que el actual] es posible”.

Jaime Antonio Preciado Coronado destaca en una profunda y bien documentada Introducción a los geopoliticos mundiales que cuestionan a la Geopolitica Clásica como: Critical Geopolitics de Gearoid O’Thuatail (también conocido como Gerard Toal) (1996) quien junto con Simon Dalby (1991), Klaus Dodds (2000), John Agnew (2016), Sanjay Chaturvedi y Timothy Doyle (2015), Joanne P. Sharp (1996), y Paul Routledge (2000), entre otros, adoptan una visión crítica postmoderna.

Y también destaca…que desde el Sur Global también se debate el concepto de la geopolítica clásica…la crisis global y sistémica…aquí se opta, dice el autor: “por distanciarse del enfoque dominante de carácter angloeurocéntrico, pero las teorías geopolíticas abarcan un campo problemático en el que sus fuentes provienen de conceptos y categorías de diversas ciencias sociales, sin que el carácter interdisciplinario adoptado deje ver con claridad, todavía, la construcción de un campo propio de la geopolítica crítica. En esas epistemologías del sur se cruzan dos procedimientos conceptuales: algunos autores incorporan lo geopolítico en su discurso disciplinario (Diccionario de seguridad y Geopolitica Latinoamericano –Miguel A. Barrios, 2009-); Carlos Pereyra Mele coordina un esfuerzo multimedia: Dossier Geopolítico. Análisis Geopolítico desde Suramérica (https://dossiergeopolitico.com) el cual ofrece recursos analíticos y documentales originales.”…(Espiral 2(4): 005 – 022. http://dx.doi.org/10.15381/espiral.v2i4.19529 eISSN: 2708-8464, ISSN: 2663-8134 Universidad Nacional Mayor de San Marcos)

El reconocimiento de la Academia y de tan destacado intelectual internacional demuestra que el largo esfuerzo realizado para establecer nuevas Teorías y análisis de la disciplina la Geopolitica desde el Sur Global está dando sus frutos, al incluirnos junto a intelectuales de otros continentes.

Prof. Lic. Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico