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Por Carlos Chino Fernandez*

La foto que presentamos, y cuya imagen vemos, no es como es en la realidad fáctica, que existe con independencia de nuestra visión. Entre la realidad, y la imagen, media la tecnología y nuestra intención. Todo lo que provoque esta imagen para el que la viera, parte de nuestros sentidos generando sensaciones, emociones, o indiferencia.

En verdad, esta imagen del árbol frondoso es la imagen del reflejo invertido sobre el agua del río, que a su vez fue intencionalmente rotada para su definitiva exposición.

Si reemplazamos, la cámara de fotos por la TV o las redes sociales, y nuestro atrevimiento artístico, por una intencionalidad política o comercial, obtenemos como resultado que la manipulación de la realidad es posible y cuyos efectos son eficaces cuando vemos, sobre todo, lo que sucede con las apreciaciones acerca de la pandemia-cuarentena, el tratamiento del caso Vicentin, o las vicisitudes electorales a la hora de seleccionar a los candidatos.

¿Qué impacto tendría esto en la sociedad?

Repasando la célebre Alegoría de la Caverna de Platón (428 a C al 347 a C), en el libro VII de la República en el 380 a C…, se desprende de este mito el tratamiento acerca de origen del conocimiento, de la naturaleza de la realidad, y de la representación de las cosas, y lo hace atendiendo a diferentes dimensiones, siempre dentro de su teoría de las Ideas. Nos detendremos especialmente en la dimensión Epistemológica, sin desconocer las otras dimensiones como, por ejemplo, la ontológica.

Una suerte de dualismo epistemológico-ontológico, que refiere a los dos planos del conocimiento: El plano sensible, en dónde prima los sentidos, y prevalece la opinión, y un plano de conocimiento en donde prevalece la razón, las esencias de las cosas.

Pero, lo fundamental que pretendemos rescatar es que Platón se pregunta por el impacto que produce el conocimiento en la sociedad y en los individuos. El conocimiento verdadero procura- como se desprende de la alegoría-, de la búsqueda de la esencia de las cosas. Esta búsqueda exige sacrificio, esfuerzo y dedicación.

Si lo trasladamos a la actualidad y nos detenemos en el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, vemos que la población es sometida en forma permanente a una manipulación mediática, sobre la base de imágenes visuales o escritas, que no responden necesariamente a la realidad en sí.

Si bien el presente está inundado de tecnologías altamente sofisticadas, que producen nuevas realidades, en el fondo permanecen vigentes algunos principios básicos que explican lo narrado anteriormente. A modo de ejemplo, tomemos el fenómeno de la “sugestión”, que fuera desarrollado entre otros autores en el final del siglo XIX por Gustav Le Bon (1841-1931)

Estamos sobre el final del siglo XIX, y al analizar la irrupción de las masas en un momento muy particular en el desarrollo del sistema capitalista, cuando Le Bon se detiene para comprender la naturaleza del lazo social, y la producción de lo social, lo hace desde dos supuestos: 1), Sostiene que la línea divisoria entre las formas racionales de la organización social y los fenómenos de masas, coincide con la frontera entre lo normal y lo patológico. Y 2), la distinción entre lo racional y lo irracional, coincide con la distinción entre el individuo y el grupo

Le Bon vincula a las masas con lo irracional y lo patológico. En tal sentido, si se trata de influir sobre ellas, la SUGESTIÓN, altera la lógica entre la palabra y la imagen. Tergiversándose así la relación entre significante y significado, al vincularse la palabra con Ilusiones…

Este mecanismo de manipulación, de persuasión o de producción de subjetividades, ha sido analizado a través de la historia por diferentes corrientes de pensamientos e investigadores de todos los pelajes y orientaciones. A saber, H. Taine (1828-1893), G. Tardé (1843-1904), S. Freud (1856-1939), etc.

Al margen de la manipulación con que los medios de comunicación monopólicos, someten a la sociedad Argentina, existe un camino en donde es posible transitar. Eso sí, se requiere del esfuerzo, de la voluntad política de alcanzar o de ir hacia el conocimiento verdadero, hacia las esencias de las cosas, hacia la verdad.

Este desafío cruza a todos los niveles de nuestra realidad, desde la mirada geopolítica, hasta el abordaje de las realidades locales.

El esclavo que, en el relato mitológico de Patón, se libera y va hacia la luz (conocimiento), y comprueba que las sombras que veía, son el reflejo de otra realidad, al regresar con la intención de alertar al resto de los esclavos, no es comprendido.

Hoy día, una gran parte de la población permanece cómodamente mirando las sombras que le transmiten los MCM. Es preciso hacer el esfuerzo de ir en búsqueda de la verdad

Julio de 2020

*Sociologo, Profesor Universitario y miembro e Dossier Geopolitico

Por Patricio H Carvajal Aravena*

La modificación de la Constitución de la Federación Rusa para extender el mandato del Presidente Putin hasta el año 2036 es ya una realidad. Por la vía plebiscitaria –referéndum- , contemplada en la Constitución, el líder ruso consiguió extender su permanencia en el poder. Así, Putin sería el gobernante que más tiempo habrá gobernado Rusia. Superaría a Catalina La Grande (34 años) y a Pedro El Grande (29 años), si no consideramos la corregencia de este último con su hermano. Podemos discutir sobre la legitimidad de tal modificación. La reforma constitucional recién aprobada puede considerarse como parte del proceso de consolidación de un autoritarismo democrático. Para otros será la consolidación de un liderazgo político, el más importante en esta etapa de la Historia global. Solo el tiempo permitirá emitir un juicio sobre el tema. Pero la Historia de Rusia nos ilustra sobre el liderazgo de Putin y sus logros indiscutibles, entre los cuales cabe destacar el resurgir de Rusia como un imperio europeo global.

En la tradición política rusa existe la expresión “grande” para calificar los méritos y logros de un gobernante. Además, tiene una denotación en el pensamiento geopolítico ruso. En efecto, en la Historia de Rusia solo dos gobernantes han sido calificados como “grandes”por sus logros en política exterior, concretamente en la consolidación del imperio ruso como potencia europea: Pedro El Grande (петр великий) y Catalina La Grande (Eкатерина великая). De acuerdo con esta tradición, sin duda Putin puede ser llamado “Vladimir El Grande” (владймир великий), por los logros de su política exterior en la construcción de un nuevo imperio ruso

El legado del comunismo soviético fue catastrófico para la población de la Unión Soviética. La desaparición de la URSS en 1991 fue, a juicio de Putin, la peor catástrofe geopolítica del siglo XX. Tal vez hay un poco de exageración en las palabras del líder ruso, pero ni los ejércitos nazis habrían soñado con el derrumbe total del comunismo. Tampoco esperaban semejante colapso los Estados Unidos y sus socios europeos de la OTAN, quienes resultaron finalmente victoriosos en la Guerra Fría (1945-1991). El imperio soviético, construido en base a la  expansión y anexión geográfica de los territorios de sus vecinos, hasta constituir el mayor imperio comunista del mundo, se derrumbó entre 1989 –caída del Muro de Berlín- y  1991, año de la desintegración de la URSS. Todo esto fruto de la incompetencia de los líderes comunistas soviéticos. Una potencia nuclear que había desafiado el poder de los EEUU y de la OTAN desapareció por un decreto, al más puro estilo burocrático comunista. Lo que Lenin formó por decreto, el Tratado de 1922: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),  Yeltsin la desintegró por el Tratado de Belavezhna de 1991, dando origen al Estado sucesor de la URSS, la actual Federación Rusa.  El año 1991 fue el comienzo de la década más desgraciada en la Historia de Rusia. El legado del comunismo soviético se manifestó en sus más graves expresiones: desintegración territorial del imperio soviético; terrorismo nacionalista, guerras civiles, surgimiento de una mafia conformada por ex miembros del Partido Comunista. La pobreza, y todas sus lacras sociales, se enseñorean sobre Rusia durante 10 años. Un indicador clave fue la caída de la esperanza de vida de los rusos en esa época: 47 años. 

Pero hubo dos legados aún peores del comunismo soviético para la población rusa: la desmoralización de su población y la obsolescencia acelerada del sistema militar. Rusia era en la década de 1990 una potencia de segundo orden en el escenario global. La desmoralización y la pobreza llegaron a tal punto, que se formó una industria de tráfico de órganos humanos a base del secuestro y asesinato de personas, especialmente niños. Estos eran vendidos por sus padres y abuelos a las mafias. Los niños durmiendo en los portales de los edificios, y el surgimiento de una delincuencia adolescente, algo típico de América Latina, se dio en Rusia en la época de la guerra civil (1918-1921). La solución fue la creación de un sistema de orfanatos a cargo de la CHEKA. La situación en 1990 era peor que la de aquella época inicial del Estado soviético. Y es un problema que persiste aún. 

La desintegración de los imperios suele manifestarse con guerras civiles y la acción de grupos terroristas. Fue el legado más sangriento del comunismo. Esta era la situación de Rusia a fines de la década de 1990. Un país en ruina material y moral. En ese momento había dos opciones: o lo que quedaba de Rusia se repartía entre los victoriosos de la Guerra Fría o el país se levantaba de ambas ruinas y comenzaba a construir con sus propias fuerzas un futuro digno para su población. Era una ecuación compleja entre tradición y los desafíos de un futuro más que incierto. En ese momento surge la figura de Putin. Parte de las bases del renacer de Rusia fueron puestas por B. Yeltsin, el sepulturero de la URSS, líder indiscutido en la derrota del Partido Comunista en la intentona de golpe de Estado de agosto de 1991, y finalmente, el hombre que termina con la URSS y prohíbe el Partido Comunista. Toda una paradoja de la utopía de M y Lenin: un comunista acabando con el comunismo. Pero también Yeltsin fue responsable de la corrupción, de la aparición de las mafias que se formaron en esa época. Sin embargo, al amparo de Yeltsin estaba formándose la figura de un líder que cambiaría el destino de Rusia en la próxima década: Vladimir Putin. La estrategia geopolítica de Putin fue combatir parte del legado ideológico del comunismo soviético. Desde esta perspectiva la primera medida para el resurgimiento de la unidad nacional rusa fue la restauración de la Iglesia Ortodoxa. Algunos documentales soviéticos de la década de 1930 muestran la demolición y quema de iglesias en Moscú. Estas acciones del ateísmo militante comunista eran parte de la política de exterminio de los enemigos de clase. Este exterminio comenzó con el asesinato de la familia real en 1918, y se extendió por la URSS, especialmente en Ucrania, durante la década de 1930.

(Familia imperial rusa, asesinada en 1918)

(Sepultura de los restos de la familia imperial en la Catedral de San Pedro Y San Pablo, San Petersburgo, 1998)

La inauguración reciente de la catedral militar en Moscú, es la consolidación de la restauración del Cristianismo ortodoxo en Rusia como base de la civilización y de la cultura rusa.

(Demolición de la Iglesia del Salvador, Moscú, 1930)

(Iglesia del Salvador, Moscú, reconstruida, 2018)

(Inauguración de la Catedral militar de Moscú, 2020)

El segundo cometido de Putin fue la restauración moral y material de las Fuerzas Armadas. Para ello potenció el desfile militar de la Gran Parada de la Victoria, celebrado en Moscú y en las principales ciudades de la Federación Rusa, en conmemoración del triunfo del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi. Es la principal fiesta cívica – militar del pueblo ruso. Se inaugura con la marcha “guerra sagrada” que se cantaba en las ciudades soviética sitiadas por los ejércitos nazis. Con esta marcha comienza el desfile de la Gran Parada del Día de La Victoria. Un conjunto de jóvenes militares, seleccionados por sus méritos, porta la bandera roja de la vitoria clavada en la cúpula de la Cancillería alemana, en mayo de 1945. Termina el desfile de la Gran Parada del Día de la Victoria con la marcha “Día de la Victoria”. Esta marcha evoca la alegría en el dolor del pueblo ruso por el fin de la guerra. En el discurso previo Putin rinde homenaje a los soldados veteranos que aún viven –hombre y mujeres portando sus condecoraciones-, muchos de ellos héroes de la Unión Soviética. Se confunden en un bosque de banderas los estandartes soviéticos con los símbolos actuales de la Federación Rusa.  El desfile militar muestra las unidades históricas de los blindados T 34, y los actuales tanques Armata T 90. Sobre el cielo de Moscú vuelan dos escuadrillas de aviones MIG 35 y Sukhoi 37. Otro tanto ocurre con la Parada Militar en la ciudad héroe de Sebastopol, donde se muestran las unidades más modernas de la Flota del Mar Negro. La marcha “Sebastopol Legendario” es el principal himno de la celebración. Esta marcha es emblemática en el contexto de la actual situación de Crimea y Ucrania. Una vez más los símbolos de la era soviética se funden con los de la Federación Rusa, ahora como elementos ideológicos para la unidad nacional frente a la desintegración apoyada por las fuerzas de la OTAN. Putin ha apelado al espíritu de resistencia del pueblo ruso, conjugando los ejemplos de Borodino (1812) y Stalingrado (1942-1943) ante las amenazas actuales. De hecho el Día de la Victoria se ha transformado en un concierto de gala: ”Concierto de la Victoria” y de festivales musicales, donde se interpretan marchas y cantos populares. La participación del pueblo en estos eventos es masiva.

(Veteranos rusos de la Gran Guerra Patria, portando sus condecoraciones en el “Día de la Victoria”)

(Desfile del Día de la Victoria. Escoltas de honor portando la bandera de la Federación Rusa y la Bandera del Regimiento que tomó la Cancillería alemana, Berlín, mayo de 1945)

(Desfile del Día de la Victoria. Compañía femenina de la Marina)

La Política exterior de Putin ha estado orientada a frenar la expansión de la OTAN sobre las fronteras de Rusia: Mar Báltico, Mar Negro. Polonia pertenece hoy a la OTAN. La situación de Ucrania, Crimea y el Mar Negro es inestable por la presencia de la OTAN y el apoyo a los separatistas. 

Pero la tradición y la Historia no serían suficientes para llevar a Rusia a la posición geopolítica que tuvo con Pedro el Grande y Catalina la Grande, y durante la Unión Soviética. Todo proceso geopolítico requiere de un pensamiento que lo oriente y de un liderazgo estratégico que lo guíe. Esto significa la restauración de algunos elementos fundamentales de la tradición cultural. El gobierno de Putin ha llevado a la Iglesia Ortodoxa a un sitial que habría resultado impensable hace veinte años atrás. Esta es una diferencia esencial en relación con los bolcheviques. Mientras los comunistas dinamitaron e incendiaron Iglesias, y asesinaron religiosos, Putin los ha traído de vuelta como el alma de la santa madre Rusia. En cada ceremonia oficial Putin participa en los actos rituales de la Iglesia. Las fuerzas armadas han vuelto a consagrar los estandartes de sus unidades de combate en ceremonias religiosas de juramento a la Patria. Esto ha dado una cohesión significativa a su proyecto nacional. Por otro lado, la democracia rusa, o el gobierno como representante de un mandato popular, ha sido claro en rechazar ciertas conductas consideradas como parte de la decadencia moral de Occidente.

En cuanto a la política exterior y las Relaciones Internacionales, Rusia debió reformular su participación en un sistema en el cual perdió la condición de potencia global que poseyó hasta el derrumbe de la Unión Soviética. Este ha sido otro mérito de Putin. En primer lugar, la relación con Alemania. Recordemos que las relaciones entre Alemania y Rusia han sido permanentes desde hace siglos. A modo de ejemplo, y que ilustra todo el conjunto de vínculos, de encuentros y desencuentros, a veces trágicos y sangrientos como la II Guerra Mundial, es el de Catalina la Grande. Su origen germano, y luego su condición de regente europea, una de las más  importantes  del siglo XVIII, llevó a Rusia a la mayor extensión de sus fronteras imperiales. Putin (Rusia) y Merkel (Alemania) han reanudado esta alianza histórica. Merkel, que nació y se formó en la extinta RDA tiene el ruso como lengua materna. Putin, que estuvo destinado cinco años en Alemania como oficial de la KGB también tiene un dominio fluido del alemán. En las ceremonias oficiales usan sus idiomas de origen, pero se sabe que en ámbitos menos oficiales usan el ruso. La Alianza Rusia – Alemania es hoy la más importante de Europa. Alemania y Rusia son socios comerciales estratégicos, a pesar de las sanciones en contra de Rusia establecidas por los Estados Unidos y sus aliados europeos. A cambio, Rusia provee la energía para la industria alemana, entre otros negocios. La Rusia de Gorbachov fue generosa con Alemania. La disolución de la RDA –para estupor de los comunistas, que hasta hoy no perdonan esta “traición” del padre de la perestroika- significó el fin de la Guerra Fría y el inicio de una Alemania unificada y poderosa, actualmente el Estado más importante de la Unión Europea. El negocio reportó beneficios mutuos: Alemania se reunificó; Rusia obtuvo miles de millones de dólares en efectivo, más otras ayudas y créditos blandos del Estado alemán. Se puede decir que la principal garantía de una paz con Rusia la provee Alemania, frente a las maniobras de acoso de otros miembros de la OTAN como los Estados Unidos e Inglaterra. Uno de los méritos de Putin ha sido orientar la política exterior de Rusia a partir de una visión geopolítica estratégica. Esto implica una visión de los territorios planetarios donde Rusia pueda tener algún tipo de interés. 

  1. Merkel, V. Putin. La Alianza estratégica europea germana-rusa)

Desde esa perspectiva geopolítica se ha propuesto construir un nuevo imperio ruso, ahora bajo un gobierno democrático con algunos rasgos autoritarios. Los fundamentos de la Geopolítica de Putin tienen su origen en la Escuela Geopolítica rusa: Themin y Duguin. La obra de este último ha servido de base a la política exterior de Rusia en la era Putin. Por otro lado, ha recogido las enseñanzas esenciales de la Geopolítica Marítima formulada por el almirante S. Gorshkov. La membresía de Rusia como socio de los BRICS le ha proporcionado un papel relevante en los temas de la política global. Incluso ha desafiado la política exterior de los Estados Unidos en América Latina. En este último aspecto el mensaje es claro. Mientras los Estados Unidos y la OTAN presionen las fronteras de Rusia en el Mar Báltico y el Mar Negro, Rusia apoya a la narco dictadura  de Venezuela y reanuda sus vínculos militares con la dictadura  cubana. En definitiva, en 20 años Putin levantó a Rusia de la situación de colapso que la dejó el derrumbe de la URSS, ordenando la casa con mano de hierro, combatiendo sin contemplación el terrorismo y las mafias. Sin duda una lección para algunos Estados, especialmente los latinoamericanos, que creen que el terrorismo y las mafias del narcotráfico se combaten con pactos de paz y negociaciones dilatorias. Otro tanto cabe decir del combate al ISI. Las Fuerzas Especiales rusas –los spetsnaz- y la aviación han demostrado cómo se combate y se acaba con el terrorismo islámico. En una palabra, Putin ha dado al mundo una lección de lo que es la Realpolitik. 

  1. Proharenko, Oficial Spetnaz, caído en Siria. Héroe de la Federación Rusa, 2018)

Finalmente, la dimensión geopolítica marítima de Rusia. Aquí hablamos específicamente de la Antártica, la frontera sur del planeta. A pesar de la prórroga del Tratado Antártico (1959), las reclamaciones territoriales se han incrementado. La renovación de la flota rusa apunta a una mayor presencia en dichos espacios. Una nueva generación de submarinos coloca la flota rusa en un nivel de paridad con los Estados Unidos. Esto nos lleva a considerar la seguridad de la Antártica y sus Islas adyacentes como elementos esenciales de la política exterior regional latinoamericana. La presencia británica en las Malvinas debe ser resuelta definitivamente a favor de la soberanía argentina del archipiélago que históricamente le pertenece. Por otro lado, Brasil, Chile y Perú han estructurado parcialmente sus flotas navales de acuerdo con los desafíos geopolíticos que plantea en el ámbito de la política global el continente antártico. Perú y Brasil han formulado un discurso geopolítico marítimo sobre estas nuevas realidades (Vidigal, 2006; Doig, 2013). Lamentablemente, la debilidad militar argentina, que pareciera ser una política de Estado, conspira para una visión geopolítica y estratégica regional de seguridad y defensa. Las declaraciones de los Estados deben tener un respaldo geoestratégico y militar congruente con sus aspiraciones en la política exterior y las Relaciones Internacionales. De lo contrario es mera retórica, a la cual están habituados algunos gobiernos latinoamericanos.

*Historiador y Geopolitico -Chile- haushofer@outlook.es

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas (EEUU y socios) y Continentalistas (China y sus socios) conflicto que conduce a un mundo Bipolar nuevamente

A Política Internacional de la semana:

EEUU Realineando su zona de influencia- Reunión Trump/ López Obrador lanzamiento del Nuevo acuerdo que reemplaza al NAFTA y el Grupo Puebla ? La Geopolitica real pesa sobre México

CHINA reunión entre los Presidentes Putin y Xi, Rechazan el sabotaje y la intervención extranjera en su Zona: Hong Kong Macao y Ucrania Península de Crimea

América del Sur: La Pandemia sigue incrementandose y ahora afecta a varios dirigentes Políticos: Diosdado Cabello (Venezuela); Jair Bolsonaro (Brasil); Añez (Bolivia). Problemas económicos que surgen por el corte del envio de las remesas de los Migrantes a sus países de origen Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Paraguay desde Italia, España y los EEUU especialmente donde se radicaron. Chile una revuelta de la derecha oficialista contra Piñera por el tema de el retiro de los fondos aportados a las jubilaciones privadas para paliar los efectos económicos de las cuarentena y la crisis económica en ese País. 

B Análisis Geopolitico hoy: Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte

Gran Bretaña funciona como una súbdita de la Política Exterior de EEUU desde la finalización de la II Guerra Mundial, siguiendo el destino que le marcó el geoestratega norteamericano Zbigniew Brzezinski​y, que la definió como:  “Nuestra Jubilada de privilegio”-, y más aún a partir del Brexit, que la obliga a Gran Bretaña a definirse por EEUU. El Reino Unido se está estabilizando fuertemente en la posición de los Estados Unidos con respecto a Hong Kong, lo que demuestra que el atractivo de Washington para la elección de campo ha sido exitoso. Pero también que las estrategias “autonomistas” para el Londres posterior al Brexit se basaron en un cálculo incorrecto.

Más en el audio: 

Dossier Geopolitico: Reforzando nuestro análisis el Diario español «El Pais», con la firma del analista Rafa de Miguel desde Londres publicó el 11/7/2020, el siguiente artículo que confirma las tendencia que expresamos, en el audio dominical:   

El Pais Hong Kong expone los límites de un Reino Unido solo

La crisis de la antigua colonia revela las dificultades en la política exterior de una potencia media en el siglo XXI

Fuente: https://elpais.com/internacional/2020-07-11/hong-kong-expone-los-limites-de-un-reino-unido-solo.html?ssm=whatsap p

El león británico que abandonó entre rugidos la “cárcel” de la Unión Europea corre el riesgo de ser percibido por el resto del mundo como un “tigre de papel”. Es la expresión china para definir una aparente amenaza que resulta ser inofensiva. La campaña del Gobierno de Boris Johnson contra Pekín, por la restricción de libertades impuesta en Hong Kong con la nueva Ley de Seguridad ha mostrado los límites de la ambición del Reino Unido por ser una voz única en la escena internacional -bajo el sello de Global Britain- en la era post-Brexit.

El Gobierno chino ha expresado su irritación por la oferta de puertas abiertas del Reino Unido a tres millones de ciudadanos de la antigua colonia y lo considera una “burda injerencia en sus asuntos internos”, pero ni le ha sorprendido ni parece preocuparle demasiado. Ya no existe el temor de los años noventa ante el posible éxodo de los habitantes de un increíble motor económico y financiero. Más allá de la cifra final de personas que se acojan al ofrecimiento, Pekín, creen los expertos, tiene abundante personal cualificado para reemplazarlos. “Es importante considerar la reacción del Reino Unido dentro del contexto del Brexit, con un Gobierno debilitado por su gestión de la crisis del coronavirus y que aún está intentando definir su papel en el mundo”, explica a EL PAÍS desde Hong Kong Tim Summers, asesor del programa Asia-Pacífico del centro británico de pensamiento Chatham House. “Algunos han llegado a la conclusión de que esta idea de Global Britain es bastante imperialista en su planteamiento. Hong Kong fue colonia, y de algún modo parece que Londres esté protegiendo a sus antiguos súbditos. Por eso la medida ha sido tan emocional y nada estratégica, ni calculada con detenimiento. Quizá sea una señal de la fragilidad de esta nueva política”, concluye Summers.

Johnson se balancea, en busca de un complicado equilibrio en el mejor de los casos o sin un objetivo claro en el peor, entre dos presiones contradictorias. Necesita mantener buenas relaciones con China en una era que le obliga a buscar socios comerciales fuertes que reemplacen a la UE. Y debe al mismo tiempo contener -y complacer- la exigencia de Washington y de un poderoso sector del Partido Conservador, de mostrar una actitud más firme y agresiva con el gigante asiático. Y corre el riego de no satisfacer a nadie. “La idea de Global Britain se basaba en gran parte en un incremento comercial con China. Lo ocurrido en Hong Kong, y la actitud del Gobierno de Xi Jinping, ha hecho mucho más complicado conseguir esa relación positiva”, explica a través de correo electrónico Gideon Rachman, el columnista jefe de Política Exterior del diario Financial Times. “En cuanto a la respuesta de Londres, nadie espera que logre por sí misma un cambio en la política china. El Reino Unido solo logrará algo si construye alianzas con otros países, como Estados Unidos o Australia”, sostiene.

Johnson -más el antiguo periodista que el actual político en muchas ocasiones- ofrece la ventaja de ser transparente en sus contradicciones. “El Reino Unido no persigue evitar el ascenso de China. Al contrario, trabajaremos codo con codo en todos aquellos asuntos en los que nuestros intereses coincidan, desde el comercio a la lucha contra el cambio climático. Queremos una relación moderna y madura, basada en el respeto mutuo y en el reconocimiento del papel de China en el mundo”, escribía el primer ministro en las páginas del diario The Times cuando estalló la crisis de Hong Kong. Negro sobre blanco, definía las premisas sobre las que parece basarse una nueva política internacional cuyos objetivos siguen siendo difusos: el mundo es un lugar benigno plagado de buenas intenciones y el Reino Unido goza de autonomía estratégica para escoger aquello que le interesa.

Si la antigua colonia ha sido la prueba del nueve del peso real de Downing Street, el caso Huawei ha sido la ducha escocesa con la que Johnson ha comenzado a entender, como decían los Rolling Stones, que “no siempre puedes lograr lo que quieres”. Su antecesora en el cargo, Theresa May, parecía haberle quitado el problema de encima al tomar la decisión de que el gigante asiático participara en el desarrollo de las nuevas infraestructuras de comunicación 5G en el Reino Unido. Sin tecnología propia equiparable, la empresa china resultaba fundamental para los grandiosos planes de reconstrucción del país prometidos en campaña por el Partido Conservador. Johnson pensó que bastarían algunos retoques para tranquilizar al aliado estadounidense, en guerra declarada contra Huawei, y al ala dura de su propia formación política. Halcones como Iain Duncan Smith o Tom Tugendhat (presidente este último de la Comisión de Exteriores del Parlamento) habían creado el China Research Group (Grupo de Investigaciones sobre China), un aparato de presión para endurecer la postura del Reino Unido respecto a la potencia asiática, después de años de acercamiento y compadreo desde el mandato de David Cameron. China lleva camino de convertirse en el nuevo Brexit de los tories, siempre dispuestos a tener un asunto con el que poder descuartizarse internamente.

Downing Street limitó la participación de Huawei en el proyecto a un 35% y vetó su acceso a instalaciones estratégicas y de seguridad. No contentó ni a Donald Trump ni a los críticos conservadores. Cuarenta de ellos se rebelaron en una votación parlamentaria que señaló a Johnson la grieta que podía desmoronar su aparente holgada mayoría. La posterior decisión de Washington de imponer nuevas sanciones a la empresa tecnológica ha creado “dudas muy serias”, según un informe del Centro Nacional de Ciberseguridad británico, de que Huawei mantenga la capacidad necesaria para colaborar en el desarrollo de la red 5G. En los próximos días, se da por hecho que el Gobierno acabará vetando su participación. “No puedes aspirar a una era dorada si tratas a China como un enemigo”, ha advertido a Johnson el embajador en el Reino Unido, Liu Xiaoming.

Todos los problemas parten de la misma indefinición y desconfianza. Londres quiere retener las ventajas adquiridas durante casi medio siglo de pertenencia a la UE sin sujetarse a ninguna de sus reglas; busca reforzar sus lazos comerciales y estratégicos con Washington sin aparentar servilismo alguno “con una Administración [estadounidense] que sigue siendo una de las más históricamente impopulares en el Reino Unido”, como recuerda Summers; o pretende usar su soft power (el “poder suave”, o la capacidad histórica de influencia del Reino Unido) con Pekín para hacerle entender en qué consisten la democracia y los derechos humanos y retener a la vez sus necesarias inversiones económicas.

El semanario The Spectator, manual imprescindible de cualquier conservador británico que se precie, celebró la salida de la UE con una famosa portada en la que se veía una mariposa con los colores de la Union Jack (la bandera del Reino Unido) que escapaba de la jaula. “Out, and into the world” (libres, para zambullirnos en el mundo), proclamaba la revista. Johnson comprueba ahora que el agua está fría, mucho más fría si se nada solo y sin rumbo, y con más tiburones que delfines.

EL DETERIORO DE LA AYUDA AL DESARROLLO

La decisión anunciada por Johnson de fusionar el Ministerio de Ayuda al Desarrollo con el de Exteriores ha unido en su protesta a ex primeros ministros como el conservador David Cameron o los laboristas Tony Blair y Gordon Brown, además de a numerosos diputados y organizaciones de ayuda humanitaria. La creación de este departamento, con un presupuesto anual de más de 16.000 millones de euros y capacidad para decidir de modo autónomo sus proyectos y objetivos, ha ayudado a impulsar el soft power (poder suave, o capacidad de influencia internacional) del Reino Unido considerablemente.

Creado en 1997 por un Gobierno laborista, supone el 0,7% del presupuesto nacional y ha sido actor fundamental en la lucha contra la pobreza, la violencia contra las mueres o la protección de los derechos humanos. “Durante mucho tiempo ha sido visto como un cajero automático gigante en el cielo” de libre disposición, ha argumentado Johnson para defender la lógica de la fusión. En su remodelación de la estructura del Gobierno, el primer ministro quiere que la ayuda exterior sea un elemento más, incorporado a su Global Britain, en la nueva política internacional. Y que esté coordinada con los objetivos perseguidos en cada momento. La decisión, ha advertido su predecesor Cameron, provocará “menos especialización, menos voces en defensa del desarrollo en las decisiones gubernamentales, y finalmente, menos respeto hacia el Reino Unido en el exterior”.

Por: Giancarlo Elia Valori*

Es evidente que la doctrina militar de Rusia está estrechamente relacionada con la seguridad europea -lo cual es evidente incluso después de la guerra fría- y, en cualquier caso, es completamente independiente de la configuración política interna del régimen ruso.

Por lo tanto, estudiar la evolución de la doctrina militar de Rusia significa predecir, a la inversa, gran parte del futuro estratégico de Europa y obviamente también de la OTAN.: Un futuro estratégico que sigue ligado al de los Estados Unidos -y no sólo en el seno de la Alianza Atlántica- pero que vive situaciones que habrían sido inimaginables durante la Guerra Fría: la desestabilización del Mediterráneo; la yihad; la tensión irano-saudita; el nuevo papel desempeñado por Israel; las más o menos artificiales “primaveras árabes”, la nueva inmigración procedente del África subsahariana y, por último, la nueva ruta de la seda de China.

Todas las posibles amenazas sub-militares – obviamente con excepción del papel de Israel – que, sin embargo, multiplican los focos de tensión, mientras que la OTAN se centra de nuevo en la confrontación Este-Oeste, proporcionando así al Este una amplia gama de posibles instrumentos que se le quitan automáticamente al Oeste.

Sin embargo, la última doctrina militar rusa completa se hizo pública el 25 de diciembre de 2015.

Antes de la participación de Rusia en la guerra de Siria y, por lo tanto, incluso antes de la nueva proyección del poder ruso en el Mediterráneo, en parte como resultado del relativo éxito de Rusia en Siria. En esencia, la última doctrina de Rusia fue concebida en una fase muy diferente de la confrontación Este-Oeste.

Ni siquiera debemos olvidar -como ocurrió en Occidente en 2018 y después- el desarrollo ruso de armas avanzadas de mediano y largo alcance, capaces -al menos según los expertos técnicos rusos- de golpear a la Alianza Atlántica y a los Estados Unidos con la máxima velocidad y eficacia sin previo aviso y sin provocar equilibrios de tipo nuclear.

En este caso, estamos hablando de hasta siete programas de armas estratégicas, la mayoría de los cuales ya se conocen.

Además, los Estados Unidos han dejado de lado el INF, así como el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio. El nuevo Tratado de Reducción Estratégica (START) está actualmente lejos de ser definido y la retórica del enfrentamiento entre los dos antiguos imperios militares parece haber alcanzado su cúspide, ahora situada entre la retórica y la realidad.

La Administración de Trump ya ha decidido dos ciclos de sanciones para Siria y Ucrania, tanto en relación con el envenenamiento del antiguo agente del FSB Skripal, ocurrido en Gran Bretaña en 2018, como con el uso del agente nervioso Novichok, también en otras situaciones. 

Obviamente no estamos en condiciones de determinar si estas acusaciones tienen fundamento, pero es interesante observar cómo estas dos fases de sanción se han originado por un probable o supuesto ataque de los Servicios de Inteligencia Rusos (no de las Fuerzas Armadas) contra algunos de sus antiguos agentes.

En cualquier caso, el año 2020 es siempre un punto final para los planificadores militares rusos. Muchas cosas se decidirán en las relaciones entre Oriente y Occidente, basadas en la doctrina militar desarrollada este año.

Anteriormente, con el inicio de la reforma militar Serdyukov-Makarov, 1,35 millones de militares tenían hasta 52.000 elementos que se ocupaban sólo de actividades de mando y control, aunque de tipo tradicional y burocrático.

Sin embargo, el poder real y la cantidad de las fuerzas rusas verdaderamente preparadas para el combate no superaban las 100.000 unidades.

Por lo tanto, en promedio, sólo el 13% de las fuerzas estaban preparadas para el combate. En el Ejército, la tasa media era del 17%, mientras que en la Fuerza Aérea era del 7% y en la Marina del 70%.

En las Fuerzas Espaciales y de Misiles Estratégicos, sin embargo, el 100% de las unidades estaban listas para el combate.

Sin embargo, el 55% de las armas eran obsoletas, en varios niveles. Después de esa reforma, sin embargo, las ideas geopolíticas y estratégicas de Rusia siguen siendo las mismas: la contención de la OTAN sólo puede lograrse con la disuasión que garantizan las armas nucleares; la doctrina está evolucionando hacia la guerra centrada en la red al estilo de los Estados Unidos y, por último, el futuro de las fuerzas rusas se basará en su especialización en la guerra de contraguerrilla y la organización tecnológica y operativa de las pequeñas unidades.

Además, las operaciones del futuro no están diseñadas para eliminar al enemigo sólo físicamente, sino también psicológica, culturalmente y en sus relaciones estables con la población civil. Este es un factor típicamente “híbrido”.

Según los actuales planificadores de Rusia, en la jerarquía de las amenazas están los enfrentamientos en el espacio postsoviético.

Además, Rusia está particularmente interesada en la estabilidad de Abjasia y Osetia del Sur. Los planificadores rusos también imaginan un “escenario de las Malvinas” para las Islas Kuriles, puesto en marcha por Japón.

Por no hablar incluso de una “contención” explícita de China que, obviamente, no puede lograrse conectándola a una amenaza nuclear.

Los dos escenarios externos de interés primordial para los planificadores militares rusos son la República Democrática de Corea y la tensión en Irán.

Se trata de dos posibles puntos de entrada en una estrecha zona estratégica rusa, en la que la respuesta de Rusia sería inmediata, probablemente incluso nuclear y directa.

Todavía hoy, otras posibles amenazas son las operaciones como las que llevó a cabo la OTAN en las dos guerras de los Balcanes, así como la presencia franco-italiana-británica en Libia, y algunas operaciones occidentales directas hacia Belarús y las fronteras rusas, especialmente en la antigua zona entre la OTAN y la zona terrestre rusa.

A pesar de esta tensión histórica, que ya es bien conocida, Rusia no cree que haya ninguna probabilidad aceptable de que se produzca un enfrentamiento entre la OTAN y la Federación de Rusia, ya que Rusia sigue pensando que la disuasión nuclear es más que suficiente en este caso.

Por lo tanto, los otros objetivos estratégicos de la reforma iniciada en 2008 fueron la reducción de las fuerzas disponibles a sólo 1 millón de militares; la eliminación de las fuerzas poco utilizables; la reducción del número de oficiales y una nueva cadena de mando y control.

Ciertamente, también estaban los objetivos de alcanzar un índice del 100% de fuerzas preparadas para el combate, así como aumentar la subcontratación de materiales y actividades no esenciales a estructuras civiles, y definir un nuevo programa de armas para 2020 diseñado para actualizar el 70% del material. Ahora ya estamos en 2020.

Hay que subrayar claramente que – en gran medida – estas reformas aplicadas desde 2008 han tenido éxito. Por lo tanto, también están cambiando algunos aspectos no despreciables de la doctrina estratégica rusa.

En particular, Rusia piensa que la actitud de los Estados Unidos y la OTAN se ha radicalizado.

Sobre todo, con el uso “mejorado” de las sanciones, así como con la difusión de las llamadas “revoluciones de colores” en la zona postsoviética -que el Kremlin interpreta como si fuera la “guerra híbrida” de los occidentales- y, por último, con el aumento de los conflictos interestatales en las zonas en disputa entre Asia Central y las fronteras de Georgia, Ucrania y Belarús.

De hecho, algunos grupos militares, especialmente en los Estados Unidos, han declarado explícitamente que quieren “intimidar” de nuevo a la Federación de Rusia, para luego contenerla según la tradición de la Guerra Fría y del antiguo “Telegrama” enviado por “X”, alias George Kennan, en 1947.

Desconfianza de Rusia hacia Occidente que, sin embargo, Rusia ya ha demostrado ampliamente tanto en las doctrinas militares de 2015 (año de su compromiso en Siria) como en el posterior “Concepto de Política Exterior” de 2006.

En este caso, los pequeños cambios de terminología y doctrina son siempre decisivos.

Ya en 2015, la doctrina del General Gerasimov mencionada anteriormente subrayó que “el uso de medidas no militares para toda la gama de nuevos conflictos está aumentando”.

Ese fue, de hecho, el mecanismo utilizado por Rusia en Siria, al principio, luego en Ucrania y, probablemente, también en Venezuela y en otros países del mundo.

Por lo tanto, una estrategia de “defensa integrada”, que combina acciones políticas y no directamente militares con operaciones convencionales o incluso con acciones visibles o invisibles de guerra psicológica avanzada o de comando.

El General Gerasimov la definió como “una estrategia que debilita y desactiva proactivamente las amenazas a la seguridad del Estado”. De ahí que encontremos aquí un fortalecimiento de la defensa territorial, además de la coordinación de las acciones realizadas por diversos organismos del Estado, a medio camino entre los servicios de inteligencia y las organizaciones de la llamada “sociedad civil”.

En este sentido, también se denominó “estrategia de acción contenida”.

Es un término que se utilizó originalmente para definir con precisión las operaciones rusas en Siria. Significa librar y combatir una guerra siempre con objetivos limitados, utilizando sólo una parte del potencial militar y sólo ciertos grupos de las Fuerzas Armadas, así como golpeando selectivamente sólo algunos objetivos y grupos del enemigo que, sin embargo, no son necesariamente militares.

Se trata siempre de operaciones conjuntas, también con el uso de armas nucleares, que deben emplearse a tal nivel que no desencadenen el contramovimiento igualitario del enemigo.

Además, en la doctrina rusa de 2014 se mencionan, por primera vez, también las empresas militares privadas, definidas genéricamente como “una característica de los conflictos modernos”.

Como siempre sostiene el General Gerasimov, las empresas privadas serán “un componente del creciente número de actores militares en el campo de batalla”.

Al igual que los grupos guerrilleros, los “cuasi-Estados”, las Fuerzas Armadas de los distintos países. Todos los operadores en el campo de batalla al mismo nivel que los “clásicos”.

En este contexto, Rusia recurrirá cada vez más a empresas militares privadas, lo que permitirá a los planificadores del Kremlin evitar ser directamente responsables de las operaciones y, sobre todo, tener la posibilidad de atribuir importantes operaciones tácticas a la sola voluntad de sus “colaboradores” privados.

Para Rusia, el punto principal entre la propaganda y la estrategia es el abandono del Tratado INF por parte de los Estados Unidos.

Con la próxima doctrina, Rusia reafirmará su interés en reanudar un completo Tratado tipo START con los Estados Unidos. Sin embargo, en lo que se refiere específicamente a la cuestión nuclear, el criterio es el clásico: “el lanzamiento, inmediatamente después de un ataque”, de un ataque nuclear o de una operación convencional que ponga al Estado ruso en crisis.

En este caso, el papel desempeñado por las nuevas armas será decisivo de todos modos. Rusia dispone del nuevo misil Khinzal, es decir, un misil balístico aire-tierra o aire-aire, autopropulsado, hipersónico y de alta precisión.

Rusia también tiene disponible el Avangard, anteriormente conocido como Objekt 42020, es decir, un vehículo de planeo hipersónico que puede ser transportado por misiles balísticos continentales. El Burevestnik, anteriormente conocido como Novator 9M730, un misil superficie-superficie de propulsión nuclear, sigue funcionando, pero hay algunas otras armas en fase de pruebas avanzadas.

También hay importantes evoluciones en la robótica militar, en las supercomputadoras y en los sistemas semiautomáticos de toma de decisiones. Esta es otra cara de la futura guerra, es decir, el uso de “armas de alta precisión e instrumentos robóticos” – sólo para citar de nuevo al General Gerasimov.

Es la cara tecnológica de la guerra híbrida.

Por otro lado, en una mezcla de viejas y nuevas teorías, los estrategas estadounidenses argumentan que “quien controla Rusia, gobierna el mundo” – una nueva versión de la vieja fórmula de poder de Mackinder.

En la próxima doctrina rusa probablemente no se hará referencia a la OTAN o a los Estados Unidos como “amenazas militares en las fronteras rusas”, pero ambas entidades estratégicas occidentales serán consideradas como meros “peligros”.

La próxima doctrina militar rusa también se ocupará de los instrumentos no militares, que probablemente estarán coordinados por una estructura ad hoc que combinará los mandos militares tradicionales y la inteligencia, así como -muy probablemente- un mando integrado para las operaciones psicológicas de carácter político.

En particular, las nuevas armas hipersónicas y de alta tecnología se utilizarán para amenazas “subóptimas” contra los enemigos, sin tener que recurrir a las armas de destrucción en masa (ADM) ni a las armas nucleares pequeñas o grandes, y para modificar no sólo el espacio militar y estratégico, sino sobre todo el aspecto político de las fuerzas enemigas sobre el terreno.

Tendremos una teoría de la amenaza estratégica y de la hegemonía política del espectro militar, que implicará un conjunto de instrumentos, organizaciones y operaciones que actualmente es incluso difícil de imaginar.por TaboolaEnlaces PatrocinadosTe puede gustar

Giancarlo Elia Valori*: Economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalem y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Fue presidente de numerosas empresas, entre ellas: Autostrade per l’Italia SpA , la empresa concesionaria que administra la red de autopistas italiana, PYME – Southern Company de Electricidad , la UIR – Unión Industrial de Roma. De 2006 a 2011 fue presidente de Sviluppo Lazio, la sociedad de cartera de todas las filiales de la región, y de la empresa constructora Torno Internazionale Spa . Desde 2005 es presidente honorario de Huawei.Technologies Italia, es entonces presidente del holding La Centrale Finanziaria Generale Spa y desde 2009 es presidente de la delegación italiana de la Fundación Abertis.

PUBLICADO EN ISRAEL NOTICIAS 9 de Julio 2020: https://israelnoticias.com/editorial/geopolitica-y-la-estrategia-de-rusia-en-el-futuro/

Arma Hipersonica

[NR.; La doctrina que sostiene el equipo de Dossier Geopolitico, que Inglaterra funciona como un súbdito de la Política Exterior de EEUU desde la finalización de la II Guerra Mundial, en este artículo de Andrea Muratore confirma está esta situación -Cuando  el geoestratega norteamericano Zbigniew Brzezinski​y la considero como:  “Nuestra Jubilada de privilegio”-, y más aún a partir del Brexit, que la obliga a Gran Bretaña a definirse por EEUU. CPM]

Por Andrea Muratore -3 de julio de 2020

El Reino Unido se está estabilizando fuertemente en la posición de los Estados Unidos con respecto a Hong Kong, lo que demuestra que el atractivo de Washington para la elección de campo ha sido exitoso. Pero también que las estrategias «autonomistas» para el Londres posterior al Brexit se basaron en un cálculo incorrecto.

Con la reapertura de la cuestión de Hong Kong, el Reino Unido ha confirmado definitivamente que ha internalizado la lógica del nuevo conflicto bipolar que se está definiendo entre los Estados Unidos y China y que ha hecho una elección de campo consecuente. Como se esperaba, Londres se ha movido hacia un apoyo sustancial para la estrategia estadounidense de reducir la influencia y la proyección global de Beijing.

El primer ministro Boris Johnson, con la intención de abordar las consecuencias de la pandemia de coronavirus [1] y la recesión económica en el frente interno , no ha fallado en atacar a China y Xi Jinping por los cambios en el sistema que integran mejor el Puerto Perfumado en el Arquitectura de la República Popular. El ex alcalde de Londres acusó a Beijing de romper el tratado firmado para finalizar la cesión de la ciudad a China en 1997 [2] , dijo que estaba listo para otorgar hasta 3 millones de visas [3] para ciudadanos de Hong Kong dispuesto a huir al Reino Unido y adoptó un estilo muscular comparable al de la administración no alineada de Trump en el Atlántico.

En algunos aspectos, la convergencia entre Londres y Washington es comprensible y lógicamente justificada por el viento cambiante de la geopolítica global: la superposición entre un contexto mundial cada vez más competitivo, una rivalidad multinivel entre las dos superpotencias [4] y la necesidad de que Londres La creación de un espacio para la acción posterior al Brexit empuja a mejorar los vínculos ya existentes entre los dos lados del Atlántico. En un momento en que se considera una prioridad en Washington movilizar todos los recursos disponibles, esto se está volviendo más urgente. La «relación especial» entre los británicos y los Estados Unidos vive en situaciones que se consideran, en una fase de crisis, fundamentales, como la integración entre los respectivos sistemas de espionaje en el grupo restringido de los «Cinco Ojos» [5]«, Los intereses comunes en el campo económico y financiero, con Hong Kong en el caso específico que es la cumbre de un triángulo con la ciudad de Londres y Wall Street y Nueva York, el predominio del eje anglosajón en el contexto militar de la OTAN.

Una dura reacción de realismo, por lo tanto, para Boris Johnson y para los partidarios de «Gran Bretaña global» como consecuencia de la salida del Reino de la Unión Europea. De hecho, es fundamental subrayar cómo, al acelerar la elección del campo, Londres se ubica directamente como el perdedor en el choque geopolítico entre China y los Estados Unidos. Esto por un triple orden de razones.

Ante todo, El gobierno británico conservador tendrá que congelar definitivamente sus estrategias «globales» en las que pretendía relanzar el país, combinando el mantenimiento de la solidaridad atlántica con el despacho de aduanas de relaciones cada vez más estrechas con países como China en términos económicos, financieros y comerciales. Esto representa una doble comprobación porque señala la falacia de una estrategia posterior al Brexit excesivamente centrada en una ideología economista ciertamente no muy diferente de la ortodoxia ordoliberal que caracterizó a la Unión Europea de la cual Londres afirmó encontrar «libertad» e impone Una reducción de las perspectivas comerciales con nuevos rivales estratégicos. Entre 2019 y 2020, los inversores chinos se movieron con facilidad en la ciudad, comprando marcas históricas como British Steel [6]y Greene King [7] y con el objetivo de ser parte de gran parte de la infraestructura del país y el relanzamiento ferroviario. Ahora, la competencia política hará que sea más difícil crear nuevos lazos de este tipo.

En segundo lugar, el mundo político-institucional del Reino Unido se ve profundamente reducido, ya que está convencido de la adhesión a la «cruzada» anti-china por una larga lucha interna en la que las presiones de los Estados Unidos se han sentido duramente. La línea es clara: la «relación especial» se aplica siempre que las apuestas sean las establecidas por Washington. Y Boris Johnson, primer ministro en la silla durante un año y hasta ahora con la intención de deambular entre las diversas almas del Partido Conservador, tuvo que admitir que había sido colocado en la minoría. El ex alcalde de Londres, de hecho, ha apuntado repetidamente a posponer el momento de la decisión. Sobre el tema de la tecnología 5G y los lazos con Huawei, por ejemplo, el gobierno de Johnson ha tratado de mantener una estrategia autónoma.[8] . Demasiado poco para los deseos de Trump, quien se enfrentó con su homólogo por teléfono [9] antes de que la ofensiva del frente más estrictamente atlantista, liderado por el inoxidable, se apoderara del aparato político conservador y los servicios de seguridad. halcón Tory Iain Duncan Smith, ex líder del partido [10] .

Finalmente, como consecuencia de los dos acontecimientos mencionados anteriormente, la explosión de una «nueva guerra fría» entre China y Estados Unidos [11]privará a Londres de cualquier margen de maniobra para establecerse como un actor independiente en el escenario global. La fase de salida negociada por la Unión Europea había revelado que Londres compartía en gran medida una serie de problemas con Bruselas que les impedían ser protagonistas en esta fase histórica; Al mismo tiempo, las estrategias implementadas en los últimos años para dar cabida a la arena global, con la excepción de la continuidad en el sistema bancario y financiero, han sido confusas y contradictorias. Londres no podrá convertir a los miembros de la Commonwealth en un eje geopolítico y aún no ha desarrollado una nueva doctrina estratégica para aumentar su proyección militar y naval. En general, tanto Theresa May como Boris Johnson siempre han alineado su visión con el hegemón de Over the Atlantic: desde Siria a Rusia, desde Venezuela a la cuestión de Hong Kong, no se ha visto ninguna posición británica original. Los ideólogos conservadores pensaban que «Gran Bretaña global» era un paraíso liberal, financiero y centrado en Londres, «Singapur en el Támesis», que se lograría con la mezcla de los votos de la clase trabajadora cansada de la desindustrialización y el declive del país en el referéndum sobre Brexit; a fin de cuentas, solo los lazos autónomos residuales de Londres con China garantizaban una posibilidad mínima de supervivencia para una estrategia diseñada para un mundo multipolar y competitivo, pero no caótica y conflictiva como se ha convertido en los últimos meses y años. Brexit nació viejo 

El declive y la irrelevancia, por lo tanto, parecen ser las líneas de tendencia en las que se embarca un Reino Unido que ha pasado en unas décadas de ser imperio a convertirse en una provincia de otros, y en unos pocos años de cultivar la ingenua esperanza de poder separar el destino de uno de ese de una Unión apática y anticuada para que el mundo contemporáneo tenga que darse cuenta del valor de las relaciones de poder que los competidores y (sobre todo) los aliados siempre pueden ejercer. Incluso en el nuevo sistema bipolar, Europa, incluida Gran Bretaña, será una tierra de confrontación abierta y un objeto, no un sujeto, de la dinámica geopolítica que dará forma a los nuevos equilibrios mundiales.


NOTA

[1] El número de muertos es devastador más allá del Canal: el 2 de julio de 2020, el día que escribimos, el Reino Unido es con poco menos de 44 mil muertes la tercera nación más afectada por Covid-19 después de Estados Unidos y Brasil, y con Más de 310 mil infecciones, la quinta en el mundo por la propagación de la infección. El número de muertes podría aumentar aún más en el futuro cuando se comprenda el impacto real del virus en los hogares de ancianos, donde ha habido una subestimación excesiva de los riesgos, cf. Cristina Balotelli, Reino Unido: hogares para ancianos, un drama de 7.500 víctimas , Il Sussidiario, 21 de abril de 2020.

[2] Patrick Wintour, China está rompiendo el tratado de Hong Kong con el Reino Unido, dice Boris Johnson , The Guardian, 1 de julio de 2020.

[3] Boris Johnson ofreció un camino para la ciudadanía británica a 3 millones de residentes de Hong Kong , The Post, 3 de junio de 2020.

[4] Los frentes activos son, además de los problemas estratégicos relacionados con Hong Kong, de naturaleza comercial, tecnológica y de seguridad. Desde la lucha de brazos en Huawei hasta la «guerra» de los cables submarinos, el escritor habló sobre ello en Andrea Muratore, China-EE. UU .: la batalla de los gigantes , Globalization Observatory, 6 de febrero de 2020.

[5] Alianza de inteligencia compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

[6] Federico Giuliani, China tiene hambre de acero: Beijing se hace cargo del gigante British Steel, Inside Over, 11 de noviembre de 2019.

[7] Federico Giuliani, Brexit puede llevar al Reino Unido a las manos de China , Inside Over, 26 de agosto de 2019.

[8] Francesco Bechis, Huawei y 5G, Washington congela Londres , hormigas, 7 de febrero de 2020.

[9] Andrea Muratore, El tira y afloja entre Trump y Johnson en 5G , Inside Over, 8 de febrero de 2020.

[10] Iain Duncan Smith, Debemos dejar de arrodillar a estos déspotas , Daily Mail, 29 de marzo de 2020.

[11] Sobre la bipolaridad sino-estadounidense y sobre posibles analogías y diferencias con el conflicto político entre Washington y la Unión Soviética, informamos el ensayo publicado recientemente en estas columnas por Amedeo Maddaluno, ¿ El amanecer de una nueva bipolaridad ? y Gino Fontana, Estados Unidos-China: ¿la nueva guerra fría ? , Observatorio de la globalización, 8 de junio de 2020.

[12] Pierluigi Fagan, desafío multipolar de Boris Johnson , Observatorio de la Globalización, 14 de diciembre de 2019.

PUBLICADO EN LA REVISTA EURASIA https://www.eurasia-rivista.com/il-tramonto-della-global-britain/

Análisis semanal de Geopolitica de Carlos Pereyra Mele para el equipo del Club de la Pluma, que conduce el Periodista Norberto Ganci por la Radio Web al Mundo. 

TEMAS:

Sigue profundizandose el conflicto entre Atlantistas y Continentalistas

A Política Internacional de la semana:

EEUU versus China Huawei y ZTE sancionadas por USA, senado de EEUU sanciona a China por Hong Kong – China muestra músculo militar en el Tíbet frente a India – Rusia Putin gana por el 75% las elecciones – Rusia, Iran y Turquia realizan la reunión del Grupo Astana – Inglaterra en tanden con EEUU se apodera del ORO de Venezuela – Francia crisis política luego de la derrota del oficialismo en manos de los Verdes – La Pandemia aumenta en América latina

B Análisis Geopolitico de hoy GUYANA:

La ex Colonia del Reino Unido en el Norte de Suramerica, se encuentra en una crisis política -elecciones presidenciales con acusaciones de fraude-, debida fundamentalmente a la vieja política colonialista inglesa de “liberar” territorios, pero dejar en los mismo, montados conflictos étnicos religiosos y culturales. Entre descendiente de los Indios, Chinos, Javenses y Africanos, cuando fueron implantados en esa colonia, como mano de obra barata y también esclava. Pero hoy asumen importancia Geopolitica por el conflicto territorial por el Esequibo con Venezuela y por el descubrimiento de grandes reservas de Petróleo y Gas Con la presencia de Exxon Mobil, y China en su territorio

Mas en Audio:…

Templo Indu en la Capital de GUYANA Georgetown

– Por Miguel Ángel Barrios *

Lo afirman mismos ex-presidentes del BID, y ex presidentes de izquierda y de derecha de la región. Mantener la presidencia latinoamericana del principal Banco de financiamiento en la región, en lugar de una presidencia en manos de EE.UU, unió a Lula y Evo Morales, con Henrique Cardoso y Julio María Sanguinetti.

La novedad geopolítica más importante de América Latina del 2020 ha sido la convergencia de ex presidentes latinoamericanos, de izquierda y de derecha, en torno a la defensa del Banco Interamericano de Desarrollo presidido por un latinoamericano, y el rechazo casi unánime a la propuesta de los EE.UU de presentar un candidato propio a la presidencia del organismo. Se trata de Mauricio Claver Carone, un candidato cuyo cargo actual habla por sí solo de su enfoque para la región: Director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, nombrado por el propio Trump.

Desde Ignacio “Lula” da Silva y Evo Morales, entre otros del Grupo de Puebla, hasta Juan Manuel Santos, Henrique Cardoso, Julio María Sanguinetti y Ernesto Zedillo; es decir, desde un amplio y heterogéneo abanico, se alinearon para rechazar y observar con severa preocupación la nominación de EE.UU como candidato para la futura presidencia del BID.

Como queda claro, no se trata de un rechazo ideológico o teórico, sino de uno de profundas consecuencias prácticas. Todos estos ex presidentes conocen de primera mano por su tiempo en los gobiernos y valoran la importancia de que el financiamiento del BID debido, justamente, a su ausencia de ideología o condicionamientos de reformas a la hora de otorgar préstamos. Dicho de otro modo, todos los ex presidentes de la región vieron en el BID un organismo confiable, en el cual no subyace una amenaza de prepotencia o condicionamientos, un organismo respetuoso de su historia y contexto nacional, pero sobre todo, a un organismo hermano.

En consecuencia, se podría afirmar que el BID se convirtió en un punto de convergencia común de los latinoamericanos en su defensa como “bien público” común aglutinando a todos, y sin dudas como lo dijo Felipe Herrera “es mucho más que un banco”, porque busca un futuro común. Y eso solo se puede garantizar si su presidente es latinoamericano, que posea un pasado común. Y esto lo saben todos.

Un banco que desde su fundación en 1959 no perdió (tal vez sea la única excepción) su visión y misión fundacional, pese a los avatares de la Guerra Fría, los regímenes militares, los procesos de baja o alta intensidad democrática de nuestros países; de potenciar a partir de proyectos propios el financiamiento para combatir la pobreza y fomentar el desarrollo (no el crecimiento), junto al valor agregado de poseer un verdadero laboratorio de ideas motorizadoras y generadoras de políticas públicas.

El BID nunca se apartó de los fundamentos de su primer presidente, el chileno Felipe Herrera, que decía que su finalidad era la realización del desarrollo latinoamericano integrado, “y no solamente para el desarrollo aislado o singular de cada país particular; […] contra las rigideces del internacionalismo financiero organizado a base de la concepción errónea de considerar a todos los países teóricamente iguales cuando las diferencias de desarrollo entre unos y otros determinan por el contrario, desventajas de tipo de financiamiento, para los menos desarrollados” (Felipe Herrera. “Nacionalismo Latinoamericano”. Editorial Universitaria S.A. Santiago de Chile.1.967. Pág. 25).

Un banco que siempre abogó por la “unidad en la diversidad” que tanto promueve nuestro Papa Francisco.

El BID como lo dijo Herrera es “algo más que un banco”. En efecto, es la institución que le brinda, desde la cooperación, un trato favorable a la región, o mejor dicho, a todos los países por igual.

El uruguayo, Enrique Iglesias, otro ex presidente del BID, afirmó que “gracias a sus recursos intelectuales y financieros se lo podría llamar el banco de la educación, del agua limpia, del desarrollo agrícola, minero e industrial, de la irrigación, de la energía, del desarrollo urbano, de la pequeña empresa y de la integración.  El éxito del BID lo convirtió en paradigma de los bancos regionales”.

Hoy el BID financia anualmente un centenar de proyectos en infraestructura, educación, integración comercial, y facilita el diseño y la ejecución de reformas en la educación, políticas de seguridad ciudadana, salud o la modernización del Estado. A su vez, tiene un brazo privado que participa en proyectos empresariales y presta asistencia técnica.

Entre los bancos, el BID es de lejos, el primer financiador de América Latina y el Caribe y posee una cartera de préstamos de 100 mil millones de dólares.

A diferencia de otros organismos como, el Banco Mundial o el FMI, que brinda préstamos condicionados y de reducción del mercado interno, el BID está en la posición opuesta, con una visión estratégica vehiculizada en un esquema de inversiones de políticas sociales con el valor agregado del conocimiento, combinando préstamos, políticas de desarrollo económico y social, generando confianza y credibilidad junto a un laboratorio de ideas de planes innovadores en políticas públicas.

EE.UU rompe con 62 años de la historia de la organización que siempre tuvo presidentes latinoamericanos.

Este acuerdo de poseer presidentes latinoamericanos, ha sido parte de las reglas no escritas de la institución, y sus pesos y equilibrios, siempre ha incluido la presencia de un candidato por parte de los EEUU en su vicepresidencia y representantes en puestos claves, como expresión de un acuerdo político duradero y exitoso.

Si se produce la ruptura del acuerdo multilateral por parte de EE.UU, se constituirá una grave asimetría de poder, que solo traerá inestabilidad a la región.

En el fondo, esta actitud de Trump responde  al deseo de consolidar su política de poner fin al multilateralismo y utilizar al banco como un instrumento directo de sus propios intereses políticos e ideológicos en la región. Así como a su patrón de ruptura hacia toda la cooperación política internacional. Ya lo ha hecho bloqueando la Organización Mundial de Comercio, y se ha ido del Acuerdo Climático de París, para nombrar algunos casos.

Lo antedicho coincide con exactitud con los antecedentes y trayectoria del candidato propuesto: Mauricio Claver Carone.

Como dijimos anteriormente, es el actual Director para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca y antes ocupó -y esto es de vital importancia- la silla de EE.UU en el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI), y es quien personalmente impulsó (en desacuerdo a muchos otros países del directorio) el préstamo impagable de U$57.000 millones para la Argentina durante el gobierno de Macri como apuesta para su reelección.

Y más aún, para que quede más transparente su currículum, es uno de los arquitectos del endurecimiento extremo, casi militar, de la política exterior de los EE.UU hacia Venezuela, violando la tradición multilateral del derecho interamericano, concretamente la doctrina Drago. Mauricio Claver Carone es una persona cerrada al diálogo que rechaza y humilla a quien no se acerca a su posición. Fue protagonista de un acontecimiento insólito durante la asunción de toma de mando del presidente Alberto Fernandez, que durante la mañana de aquel 10 de diciembre del 2019 abandonó la ceremonia manchandola con declaraciones a la prensa, diciendo que no iba a tolerar la mera presencia de representantes del gobierno de Venezuela y Cuba allí (junto a decenas de países más), y que Argentina empezaba por un mal camino. Si este es el tipo de caza de brujas que se viene en el principal financiador del desarrollo de América Latina, corre serios peligros la estabilidad regional.

A ello hay que agregarle el capítulo de financiamiento chino en la región. Esta es la otra parte que busca reducir al mínimo EE.UU en América Latina. Es decir, los préstamos del propio BID podrían llegar sólo bajo la promesa de eliminación de proyectos chinos en los países. Eso podrá hacerse de modo sano sólo si EE.UU presenta alternativas propias genuinas, y no bajo amenazas.

Por otro lado, México y la Argentina han propuesto la candidatura a presidente del BID, del actual Secretario de Asuntos Estratégicos de Argentina, Gustavo Beliz.

Beliz, además de ser latinoamericano, a diferencia de Claver Carone, exhibe una intachable trayectoria en la tradición de Felipe Herrera, Ortiz Mena y Enrique Iglesias -todos los presidentes latinoamericanos del Banco-, y en su carácter de ex funcionario del BID por quince años, donde impulsó áreas innovadoras desde las ideas y la acción en el campo estratégico de la seguridad ciudadana, la agenda climática, y sobre todo la irrupción de las tecnologías disruptivas de la Industria 4.0. Son justamente las publicaciones realizadas por Beliz las que dispararon el debate y el estudio de la 4ta Revolución Industrial en toda América Latina; hasta fueron los más citados y descargados en la historia del organismo.

En síntesis, de lo que trata es de optar entre Claver Carone y un modelo de BID análogo al del FMI, con sus condicionamientos ideológicos (lo que significaría sepultarlo en su esencia), o Gustavo Beliz y un modelo de BID como instrumento del desarrollo efectivo y moderno de nuestros países y mantenerlo como un bien público regional.

Basado en la trayectoria de cada uno, uno es un modelo a base de la imposición, y el otro a base de la cooperación y el desarrollo. Por eso, esta disputa por el BID, vale la pena pelearla.

* Dr. en Ciencia Política, autor de más de quince obras de política latinoamericana

Europa arrastra desde hace años un grave problema: la falta de una industria tecnológica autosuficiente. Los países europeos importan los bienes y servicios digitales de Estados Unidos y China, y eso les pone en una situación de dependencia que amenaza su autonomía y soberanía, más si cabe en un contexto de graves disputas comerciales. Para contrarrestarlo, varias iniciativas europeas apuestan por sumar fuerzas e invertir más en el desarrollo de tecnologías estratégicas.

La UE se encuentra en una situación delicada. Está atrapada en el fuego cruzado de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y acercarse a cualquiera de las dos potencias supondría represalias por parte de la otra. Estados Unidos es el socio preferente de los países europeos debido a la estrecha colaboración histórica que existe entre ambos en organizaciones como la OTAN, o por los numerosos intercambios comerciales que comparten. Sin embargo, la actitud del actual presidente estadounidense, Donald Trump, está deteriorando las relaciones entre la Casa Blanca y las principales potencias europeas. Su crítica al compromiso de los Estados miembros con la OTANla subida de aranceles a los productos europeos y las constantes amenazas con recrudecer estas medidas están haciendo a la UE replantearse su relación con su aliado histórico. 

Al otro lado se encuentra China, una gran potencia en ascenso cuya pujante industria tecnológica empieza a hacerle sombra a la hegemonía estadounidense. Abanderada por Huawei, su gigante de las telecomunicaciones, China está trastocando el equilibrio de alianzas en la UE. La mayoría de países miembros está dispuesto a incorporar los equipamientos de Huawei en la red 5G, la nueva generación de telefonía móvil que traerá toda una serie de avances tecnológicos: inteligencia artificial, conducción autónoma, telemedicina o el llamado internet de las cosas, que conectará objetos cotidianos a la red. Pero, al mismo tiempo, la UE sabe que China es un “rival estratégico”: un socio comercial importante, pero también un adversario económico, político e ideológico. La Comisión Europea, por ejemplo, ha criticado la falta de compromiso de China con la Organización Mundial de Comercio y su promoción de empresas privadas chinas con fondos estatales, y ha exigido a Pekín que sea recíproco y abra el mercado chino a la inversión europea. 

Para ampliar: “Política exterior china, o cómo convertirse en una gran potencia”, Marta Granados en El Orden Mundial, 2020

¿Cómo ha llegado Europa a esta situación?

El modelo productivo mundial se ha transformado enormemente en las últimas décadas, pasando a estar basado en la tecnología digital y en la información. Este proceso ha sido capitaneado por grandes empresas tecnológicas estadounidenses, las conocidas bajo el acrónimo GAFAM: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft. Gracias a su creciente relevancia, estas empresas han dejado de ser un simple actor económico más y se han integrado en las cadenas de valor del resto de actores y a nivel global.

Para ampliar: La siliconización del mundo, Eric Sadin, 2016

Cuando estas empresas desembarcaron en Europa, a principio de los años 2000, los Gobiernos europeos prefirieron no regular ni limitar su tendencia oligopolística. Llevados por la ideología neoliberal del momento, los países miembros buscaban que los avances digitales que traían estas empresas se integraran fácilmente en la economía europea. Sin embargo, ello permitió a las GAFAM ganar gran poder en el mercado europeo, tanto como para impedir que les surgiera competencia protegiendo abusivamente su propiedad intelectual o dejando de colaborar con otras empresas del sector.  

Mark Zuckerberg, fundador y presidente de Facebook (izquierda), junto a Antonio Tajani, entonces presidente del Parlamento Europeo, durante una visita del primero a la institución en mayo de 2018. Fuente: Parlamento Europeo

Esta expansión empresarial ya va hoy más allá de la producción y afecta de lleno a la vida cotidiana de las personas. Gracias a los smartphones, que permiten la recolección masiva de datos de sus usuarios, el llamado big data, las grandes tecnológicas pueden ahora cuantificar y monetizar aspectos de la vida de la población a los que anteriormente no se tenía acceso. Google o Facebook, por ejemplo, tienen la capacidad de crear perfiles sociodemográficos con la información que los usuarios les proporcionan, como su geolocalización o su historial de búsqueda en internet. Las grandes tecnológicas estadounidenses prácticamente poseen el monopolio de la explotación y almacenamiento de big data a nivel mundial, lo que les da un enorme poder y deja a la mayoría de países europeos en una situación de grave dependencia.

Para ampliar: “El big data, o cómo tus datos le han dado más poder a la economía y la política”, Fernando Rey en El Orden Mundial, 2020

Pero Europa también ha visto mermada su autonomía tecnológica por parte de China, en concreto en el campo de las telecomunicaciones y a través de la empresa Huawei. Antes de dar el salto a los mercados internacionales, Huawei recibió durante la década de 2000 importantes subvenciones estatales, lo que le ha permitido ofrecer precios más competitivos que otras empresas en todo el mundo de forma desleal. Entre los primeros contratos que firmó Huawei en Europa, el más sonado fue con la operadora de telecomunicaciones británica British Telecom en 2005. British Telecom dejó entonces de colaborar con Marconi, una empresa británica de telecomunicaciones, lo que obligó a esta a cerrar sus puertas al año siguiente. Otra víctima de la llegada de Huawei a Europa fue Alcatel, el campeón francés de telefonía móvil. Alcatel sufrió una operación de espionaje industrial por parte de Huawei, lo que perjudicó a la tecnológica francesa, que acabó siendo absorbida por la finlandesa Nokia en 2016. 

Los Gobiernos europeos, temerosos de las consecuencias de un posible enfrentamiento comercial con China, no han sancionado con contundencia estas prácticas, que se han repetido también en otros países de la UE. La Comisión Europea llegó a iniciar una investigación contra Huawei en 2013 por sus malas prácticas comerciales, pero las posibles represalias hicieron naufragar el proceso. 

Así, si a Europa le afectan tanto las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, es principalmente porque tiene un serio problema de dependencia con ambos países, especialmente en un ámbito tan estratégico como la tecnología. La UE y sus Estados miembros han pecado de falta de iniciativa para protegerse de la competencia exterior. Ahora, las empresas europeas están detrás de las estadounidenses y las chinas en el desarrollo de tecnologías como el 5G, la inteligencia artificial, los semiconductores o la computación online “en la nube”.

Para ampliar: “De Rockefeller a Google, el retorno de las leyes antitrust”, Trajan Shipley en El Orden Mundial, 2020

Los sectores en los que es débil Europa

El primer punto flaco de la UE es su débil industria de semiconductores. Estos materiales son de los que se componen los circuitos electrónicos, y entre ellos destaca el silicio, que da nombre a Silicon Valley, el valle californiano en el que surgieron las GAFAM. Los semiconductores ya tienen un alto valor estratégico, y su demanda no va a dejar de crecer en el corto plazo a medida que, con la llegada del internet de las cosas, se multipliquen los dispositivos electrónicos conectados a la red. Sin embargo, entre las diez empresas más importantes de este sector no hay ninguna europea. La UE se ha dado cuenta de la necesidad de tener una industria de semiconductores propia, y en los últimos años ha empezado a promover iniciativas público-privadas para poner remedio a la situación. 

Europa tiene un problema parecido con el almacenamiento de datos en la nube: no hay ninguna empresa europea con peso en este sector. Los principales proveedores de este servicio son estadounidenses: Amazon Web Services de Amazon, Azure de Microsoft y Google Cloud de Google. Entregar el control del big data europeo a empresas extranjeras supone una grave amenaza para la soberanía de la UE, sobre todo teniendo en cuenta que Estados Unidos espía no solo a sus enemigos, sino también a sus aliados, como desveló en 2013 el exagente de la NSA estadounidense Edward Snowden. Desde entonces, la Comisión Europea ha reforzado la legislación para proteger los datos personales de los ciudadanos europeos, aprobando en 2018 el Reglamento General para la Protección de Datos (RPCD), que regula el tratamiento de los datos almacenados por empresas como las GAFAM

Para ampliar: “Amazon contra Microsoft: las tecnológicas entran en la industria de defensa”, Diego Mourelle en El Orden Mundial, 2019

Aunque todavía no haya conseguido penetrar en el mercado europeo, la empresa china  Alibaba también intenta abrirse paso en el sector del almacenamiento de datos, en el que empezó a interesarse en los últimos años. Sin embargo, esta alternativa no es muy alentadora para los europeos. Alibaba, que domina el comercio online en China, es uno de los gigantes tecnológicos agrupados bajo el acrónimo BATX, las GAFAM chinas: Baidu, Alibaba, Tencent y Xiaomi. A través de su filial Sesame Credit, y utilizando la inmensa base de datos de sus usuarios, Alibaba está implementando el sistema de crédito social, que evalúa el comportamiento de los ciudadanos chinos, premiándolos o sancionándolos según las directrices establecidas por el Gobierno chino. 

Amazon lidera el mercado del almacenamiento en la nube, seguido de Microsoft y Google. Si Google no mejora su posición, Google podría renunciar a Google Cloud, lo que daría todavía más cuota a los otros dos gigantes estadounidenses. Fuente: Statista

Por último, el despliegue de la red 5G también ha puesto en evidencia la falta de competitividad del sector tecnológico europeo. Europa cuenta con Ericsson y Nokia, empresas tecnológicas sueca y finlandesa, segundo y tercer proveedor de 5G a nivel mundial. Sin embargo, Huawei domina el mercado europeo, y es probable que renueve contratos con las teleoperadoras europeas que ya contaban con sus servicios para el suministro de 4G. Estados Unidos ha presionado duramente a la UE para que deje de trabajar con Huawei, argumentando que implementar el 5G con una empresa china supone una amenaza a su seguridad nacional. Pero pocos países europeos pueden resistirse a los competitivos precios de Huawei, más cuando Estados Unidos no ofrece ninguna alternativa. 

En cualquier caso, todavía está por ver cuántos países permiten la entrada de Huawei y en qué sectores del tejido de las telecomunicaciones. El Reino Unido, por ejemplo, excluyó en 2020 al gigante chino de sectores estratégicos como la sanidad, la defensa o el suministro eléctrico, un camino que podrían escoger otros países europeos. Pero incluso así, la red 5G va a dinamizar la economía y la sociedad europeas, y si es Huawei la que acaba suministrándolo, China ganará una gran influencia en Europa. 

Para ampliar: “Huawei y la geopolítica del 5G”, Andrea G. Rodríguez en El Orden Mundial, 2019

Europa reacciona ante la nueva ola digital

Europa parece dispuesta a atajar esta situación. La Comisión Europea publicó un informe sobre la futura digitalización de la UE en febrero de 2020, y el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, enfatizó la importancia de recuperar el control del big data personal e industrial para preservar la soberanía tecnológica europea. Breton bautizó esta como la “guerra de datos industriales”, la nueva oportunidad de Europa para subirse al carro de la innovación digital. Y es que, si la batalla por los datos personales estaba prácticamente perdida frente a las GAFAM, todavía está por venir la de los datos generados a través del internet industrial de las cosas

Por otro lado, este salto tecnológico es no solo una gran oportunidad para innovar, sino también para acercar a los países de la UE entre sí. Tecnologías como el internet de las cosas o la inteligencia artificial exigen cooperación entre actores públicos y privados, y a nivel internacional. Prueba de ello será la industria del automóvil y de los transportes, un sector en el que Europa aún cuenta con empresas punteras a nivel mundial. Con el objetivo de mantener el liderazgo, la UE ha promovido una serie de iniciativas que involucran a centros de investigación, organismos públicos y privados. 

La apuesta por recuperar la soberanía tecnológica gana peso en la agenda de la UE ante la visible falta de una industria propia. Fuente: elaboración propia a partir de datos de Bloomberg y Statista

Uno de los componentes claves para la automoción del futuro serán las baterías de litio para coches eléctricos, un mercado que actualmente domina China. Antes o después, estas baterías sustituirán a los combustibles fósiles, pero Europa todavía no tiene capacidad de producirlas a gran escala. La Comisión ya advirtió en 2018 que tener autonomía en esta materia era un “imperativo estratégico”, más teniendo en cuenta que los coches eléctricos van en la línea con la Europa verde por la que apuesta la Comisión. En esa línea, la Comisión aprobó en diciembre de 2019 un plan de financiación de 3.200 millones de euros para crear toda una cadena de producción de baterías de litio en un proyecto paneuropeo con siete Estados miembros. 

Para ampliar: “El boom de los coches eléctricos en China”, Luis Martínez en El Orden Mundial, 2019

La coordinación entre países también es imprescindible para que los coches autónomos puedan cruzar fronteras internacionales: se necesita una conexión 5G compartida. Así es como ha surgido la iniciativa de los “corredores 5G”, carreteras internacionales conectadas a la red 5G, de las que hay tres principales en pruebas en junio de 2020. Este proyecto cuenta con la participación de proveedores de red, teleoperadores, centros de investigación y Administración pública. Al no contar con la capacidad organizativa propia de un Estado que pueden tener China o Estados Unidos, solo con esfuerzos como este puede la UE alcanzar el nivel tecnológico de sus competidores.

¿Hacer de la necesidad virtud?

Europa está empezando a darse cuenta de que tiene que tomar las riendas de su soberanía digital. Ahora, con la crisis global provocada por la pandemia, esa premisa cobra todavía más sentido, pues el coronavirus ha hecho evidentes los riesgos de internacionalizar las cadenas de producción. Sin embargo, a pesar de que tecnologías como el 5G, la inteligencia artificial y el internet de las cosas requieren cooperación internacional, han llegado en un momento en el que las principales potencias están cada vez más enfrentadas entre sí. Y aunque las iniciativas de la UE vayan bien encaminadas a recuperar su autonomía tecnológica, Europa va rezagada y difícilmente podrá desvincularse de Estados Unidos y China, que están ya muy integrados en la arquitectura digital europea. Europa no puede permitirse recurrir únicamente a sus propios recursos si no quiere quedarse atrás.

Para ampliar: “La inteligencia artificial, ¿la ventaja geopolítica definitiva?”, Andrea G. Rodríguez en El Orden Mundial, 2020

Los tres principales corredores 5G en pruebas son 5G-CARMEN, que conecta Bolonia (Italia) con Múnich (Alemania); 5GCROCO, triangulando las ciudades de Metz (Francia), Merzig (Alemania) y Luxemburgo; y 5G-Mobix, que une Portugal y España a través de las ciudades entre Oporto y Vigo y entre Évora y Mérida. Fuente: ec.europa.eu

Por ello, la UE parece querer seguir una táctica similar a la que escogió en el terreno de la protección de datos: reforzar su marco regulatorio. Así, mientras recupera soberanía tecnológica y sigue invirtiendo en los sectores en los que todavía puede competir, Europa conseguiría no quedar relegada a una mera consumidora de la tecnología de otros. Este impulso de soberanía tecnológica pasa por crear vínculos legales y políticos con Estados Unidos y China, así como con las empresas estratégicas europeas. En el caso del 5G, por ejemplo, la Comisión publicó en enero de 2020 una serie de recomendaciones para mejorar la ciberseguridad de los Estados miembros de cara a la instalación del 5G en su territorio. Por otro lado, Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y comisaria de Competencia, ha hecho hincapié en la importancia de proteger a las empresas europeas de inversores extranjeros, especialmente de los chinos, una prueba de que la UE cambia de postura y pasa a intervenir más en estos asuntos.

Al igual que con otros desafíos globales como la crisis migratoria o el cambio climático, la comunidad internacional necesita del multilateralismo, la cooperación entre países, para sacar partido a los avances tecnológicos que están por llegar. Gracias a ser el principal mercado del mundo y a su gran experiencia negociadora, la Unión Europea tiene una posición privilegiada para fomentar ese espíritu de cooperación. Europa podría hacer así de la necesidad virtud: partir desde su situación de desventaja para erigirse como el actor que fomente la integración tecnológica global, para su beneficio y el de los demás. 

Publicacion de El Orden Mundial Espana https://elordenmundial.com/dependencia-tecnologica-union-europea/

Por Natalia Arias

¿Por qué Donald Trump ha decidido sancionar a funcionarios de la Corte Penal Internacional en un momento tan crítico? Casualidad será que quienes han sido sancionados y restringidos de visa adicional, son quienes se encuentran investigando si las fuerzas norteamericanas han cometido crímenes de guerra en Afganistán. También son investigadas las fuerzas afganas, quienes presentaron su oposición a la misma investigación.

Ya son 67 los Estados Parte que rechazaron las sanciones unilaterales a través de un comunicado. En América Latina, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y Paraguay han decidido abstenerse a su firma. 

Los ya mencionados han sido actores clave este mes, aun así, contextualmente se deben tener en cuenta los recientes sismos en la zona y la necesidad de mantener a salvo a los habitantes. Por ende, a rasgos generales, quiero destacar una serie de cuestiones:

En un primer punto, la entrada en vigencia del T-MEC. Si bien los movimientos no esenciales entre los países están prohibidos hasta el 21 de julio, la circulación de bienes se mantiene, y se intentará reforzar la ya generada interdependencia económica entre las mismas.

En un segundo punto, lo sucedido el pasado 24 de junio: la declaración estadounidense, a través de un comunicado de prensa, de la destinación de una ayuda de 252 millones de dólares para El Salvador, Guatemala y Honduras en calidad de promover la seguridad nacional de EE. UU y disminuir la inmigración ilegal a su territorio. “El reforzar la inversión en el sector privado para abordar el impacto económico de la pandemia es un hecho clave a la hora de alcanzar el éxito a largo plazo, afrontando asuntos de seguridad, gobernanza y prosperidad, que llevan a la inmigración ilegal a los EE.UU” declara Pompeo en el comunicado de prensa, donde además señala que se pretende “ayudar a estas naciones a ser más seguras y prósperas, permitiendo al sector privado liderar las oportunidades económicas y proporcionar asistencia sanitaria”. Considero pertinente reconocer que, de manera paralela, se ha brindado ayuda económica extra para Honduras y para El Salvador, al primero en concepto de ayuda para la pandemia, y al segundo debido a la tormenta tropical Amanda y por la celebración de alianzas/Friendship Day.

Un tercer punto alude a la política migratoria norteamericana. El juez federal Timothy J. Kelly rechazó la política tomada por Trump de prohibir a los migrantes solicitar asilo en la frontera sur, diciendo que el gobierno no justificó el repentino cambio sin previo aviso ni comentario público, habiendo fallas en el procedimiento. Hay que subrayar que la política consiste en exigirle a los solicitantes de asilo que lo hagan primero en los países que se encuentran “en camino” hacia EE. UU, es decir, Guatemala y México.

Concluyendo estos puntos, procedo a destacar los avances en cuanto a alianzas en el territorio.

Por un lado, tenemos a México, donde recientemente el presidente López Obrador, a través de su conferencia de prensa, ofreció detalles de su futura visita a los Estados Unidos el 8 y 9 de julio. Se tratarán temas relacionados al T-MEC y otros temas cuyas “posturas ya conocemos”, según refirió en su conferencia de prensa. Cabe mencionar que, a principios de junio, también se informó por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, un acuerdo con el gobierno estadounidense en plan de ampliar los puntos de revisión a lo largo de la frontera común, estableciendo un claro “compromiso de intercambio de información y fortalecimiento de la colaboración”.

Por otro lado, y en relación al narcotráfico, se debe destacar la reciente acción por parte de Panamá, quien, en conjunto con las fuerzas aéreas y navales de los Estados Unidos y la información suministrada por la armada colombiana, logró incautar 1000 paquetes de droga. Esto me da pie para hablar sobre la situación con Colombia, quien el mes pasado ha aceptado los despliegues militares de las tropas estadounidenses que tanto rechaza la oposición, sumado a la reciente donación de 7 millones de dólares para la seguridad alimentaria en épocas de pandemia, ya siendo 30 millones de dólares de donaciones en total.

A fines del mes de junio, el embajador estadounidense en Colombia, Philip S. Goldberg solicitó al presidente Duque y al ministro de comercio que se tomen medidas excepcionales para proteger la inversión extranjera, específicamente, la modificación de la ley 80 de 1993 de contratación de administración pública, quien según Goldberg, asegura que impone trabas a la inversión en proyectos de infraestructura: “La ley 80 de Colombia genera dudas generalizadas a las empresas estadounidenses a desarrollar algunos de los principales proyectos de infraestructura en Colombia, consideran que la ley impone a las empresas privadas requisitos fiscales y de responsabilidad penal poco realistas” Manifestó en el foro virtual realizado por la Cámara de Comercio. 

Otra injerencia a tener en cuenta alude a Paraguay, con quien el gobierno norteamericano decidió reimpulsar la agenda internacional y comenzar a concretar los compromisos ya establecidos el año pasado en relación al comercio, inversiones, etc. Paralelamente a mediados de junio, el informe del Departamento de Estado norteamericano halagó al gobierno paraguayo y a su Secretaria de Inteligencia, al haber catalogado al grupo libanés Hizbulá de “terrorista”.

Ahora bien, los problemas se complicaron para Nicaragua, Venezuela y Cuba, con quienes el gobierno norteamericano mantiene una relación muy tensa, y no es novedad al considerar el rechazo hacia las presidencias que difieren de ideología estadounidense. Puntualmente en Nicaragua, Pompeo ha incluido al gobierno nicaragüense a la lista negra de países que no hacen lo suficiente para combatir la trata de personas, diciendo que no cumplió con los estándares mínimos ni realizó esfuerzos significativos. En la otra cara, el presidente Ortega denunció a fines de mes que el gobierno norteamericano intenta “asfixiar” a Nicaragua con todas estas imposiciones y sanciones -recordemos las ya realizadas en relación a los acontecimientos de 2018-. 

Aludiendo ahora a Venezuela y Cuba, los bloqueos económico-comerciales siguen manifestándose abiertamente. En parte, Estados Unidos sancionó a siete empresas turísticas y financieras controladas por militares cubanos, bajo la justificación de que el gobierno cubano utiliza las ganancias para financiar su interferencia en Venezuela, y mientras tanto, esta última mencionada se opone a las últimas acciones norteamericanas. El gobierno de Trump sancionó a cuatro empresas navales por transportar petróleo hacia el país venezolano, bajo el argumento de que la explotación de crudo para beneficiar al régimen ilegítimo de Maduro es inaceptable. El Tribunal de EEUU decidió además subastar otro cargamento de gasolina supuestamente destinado a Venezuela.

En conclusión, se puede destacar un cierto fortalecimiento de relaciones con respecto a México, Paraguay, Panamá y Colombia, y muchas complicaciones en Nicaragua, Venezuela y Cuba. En un segundo punto, los problemas migratorios han aumentado considerablemente en República Dominicana, Guatemala y Honduras. A nivel de sector privado, se pueden destacar otros problemas: En Argentina, se estableció que el juicio de YPF continuará en los Estados Unidos, y en Chile, el procedimiento de la causa judicial de LATAM sigue entorpeciéndose. Finalmente, se debe recordar la injerencia en torno al reclamo opositor en Uruguay, de que Estados Unidos interviene en decisiones internas que le competen solamente al país, y en Ecuador, el embajador estadounidense mantiene su posición de lucha contra la corrupción, instando a los medios en que sigan investigando los casos y afirmando que Estados Unidos colaborará en lo que pueda.

Natalia Arias Investigadora Junior de Dossier Geopolitico

Fuentes:

https://www.state.gov/united-states-provides-additional-u-s-foreign-assistance-for-el-salvador-guatemala-and-honduras/

https://sv.usembassy.gov/u-s-government-donates-120000-in-emergency-relief-assistance-to-el-salvador-due-to-tropical-storm-amanda/

https://sv.usembassy.gov/u-s-government-provides-additional-5-million-for-tropical-storm-amanda-and-covid-19-relief-on-the-third-annual-u-s-el-salvador-friendship-day-celeb/


Las desigualdades y las oligarquías de Occidente han erosionado el propósito cívico en el que se basan las democracias liberales.
Por John Bell

Recientemente, el historiador Peter Frankopan predijo que la Ruta de la Seda de Asia Central simbolizará el centro de nuestro futuro y un «retorno a la historia».
Su declaración contrasta con el ensayo de 1989 de Francis Fukuyama «El fin de la historia» que, después de la caída de la Unión Soviética, proclamó el orden liberal como la elección inevitable en todo el mundo. Tarde o temprano, dijo Fukuyama, la democracia liberal terminaría en el «estado estacionario» en todo el mundo.
Algunos se sorprenderán al saber que Fukuyama también advirtió sobre las peligrosas consecuencias de ese desarrollo, la llegada del «Último Hombre», un término que tomó prestado de Friedrich Nietzsche. Este es un estado de apatía mortal que proviene de la falta de desafíos en el mundo plano y aburrido de las democracias liberales exitosas.

Él predijo que los humanos buscarían emoción y significado en actividades de alto riesgo como deportes de peligro, relaciones internacionales y emprendimiento empresarial.

Estado de alienación


Irónicamente, podemos haber logrado ese estado de alienación sin el final de la historia ni la victoria de las democracias liberales, y podemos agradecer la difusión de las redes sociales por eso.
Peter Frankopan apunta en otra dirección completamente. En lugar del «fin», dice que tenemos el «retorno» de la historia en la forma de los dinámicos estados autoritarios de Eurasia.
Rusia, China e Irán son los ejemplos más destacados, y están unidos por el resurgimiento de la famosa Ruta de la Seda que une el este y el oeste a través de Asia Central, «la misma encrucijada de la civilización».
De hecho, hace un milenio, Asia Central era tan fértil en las artes, las ciencias, el pluralismo y la filosofía como Italia durante el Renacimiento.
• Hace un milenio, Asia Central era tan fértil en las artes, las ciencias, el pluralismo y la filosofía como Italia durante el Renacimiento …

Era el profundo interior intelectual de la civilización islámica. El regreso de la historia es el retorno a ese eje de intercambio e intercambio, incluso si las naciones eurasiáticas involucradas están marcadas por «tradiciones de cortes reales», es decir, sistemas autoritarios en lugar de democracias.
La democracia liberal puede estar en decadencia, en Occidente y más allá, superada en parte por su socio en el crimen y el desarrollo, el capitalismo global.
Las tensiones anteriormente constructivas entre los sectores público y privado en Occidente se están derritiendo frente a los flujos globalizados de capital y divisas.
Las desigualdades y las oligarquías que han crecido en Occidente han erosionado el propósito cívico, una idea en la que las democracias liberales están fundamentalmente arraigadas.

Tiempos amenazantes por delante


Mientras tanto, las naciones de Eurasia tienen como objetivo proporcionar seguridad junto con el dinamismo económico: el efectivo y la seguridad son una fórmula ganadora para muchos ciudadanos.
Lo que ofrece Occidente, libertades e instituciones previsibles, puede que ya no sea tan atractivo en los tiempos difíciles y amenazantes que se avecinan. Correcto o incorrecto, puede triunfar el modelo más simple de líder fuerte, seguridad y crecimiento económico, todos unidos por el orgullo y el fervor nacional. Frankopan puede tener un punto.
Sin embargo, al final del día, tanto Fukuyama como Frankopan pueden estar equivocados. Lo que podríamos enfrentar no puede ser ni el final ni el regreso de la historia, sino su reinvención desde lugares poco probables.
Rusia, China e Irán enfrentarán desafíos considerables para garantizar el crecimiento económico y un suministro constante de recursos naturales para sus ciudadanos. De hecho, Rusia y China ya están en competencia económica en Asia Central, y ¿adivinen quién tiene la ventaja allí?
Del mismo modo, Irán todavía está hasta el cuello en la geopolítica del Medio Oriente y puede que no se extraiga fácilmente de esas torturas.
El regreso de la historia puede no ser tan fácil como parece; La competencia en Eurasia puede terminar siendo más feroz y conflictiva que las suaves caravanas que pasan por la Ruta de la Seda.
La idea de que Asia Central se convertirá nuevamente en el corazón del mundo es atractiva. Pero, es posible que necesitemos buscar en otros lugares nuestro «mejor de lo mejor» para el futuro, lugares que, debido a las circunstancias y la historia, puedan tener mejor suerte para navegar en los tiempos difíciles que se avecinan.

Como ejemplos, ¿qué pasa con América Latina e India? El primero tiene la ventaja de una base de recursos masiva, una población proporcionalmente pequeña y suficientes elementos del viejo orden liberal, sin su estancamiento, para facilitar el camino a seguir.

Gran nave espacial rebelde

India, por otro lado, sobresale de Eurasia como una gran nave espacial rebelde. Es parte de la ecuación asiática, pero claramente distinta. Pero su ventaja no es la ubicación, y ciertamente no la demografía, sino su pluralismo inherente e implícito.
Como Sirdar Aqbar Ali Shah, un autor y diplomático indio-afgano, comentó una vez: «El secularismo de la India no se basa en los conceptos occidentales modernos de materialismo o ateísmo, sino en el concepto inmemorial de que el próximo hombre tiene tanto derecho a su interior experiencias como yo”.
• Serán aquellas áreas del mundo que no repitan el pasado, ya sea euroasiático u occidental, y que lleguen más profundamente a nuestras bóvedas creativas las que tendrán más éxito.

En lugar de las inevitables rigideces del autoritarismo y la ironía de un Occidente hoy en día desigual y excesivamente regulado, India y América Latina pueden, cada una a su manera, brindar creatividad y flexibilidad mental. Estos son los ingredientes clave para que podamos enfrentar nuestros nuevos y enormes desafíos.
Pueden combinar el orden suficiente, junto con un desorden creativo y la liberalidad de espíritu suficiente para catalizar el descubrimiento de soluciones verdaderamente nuevas y efectivas.
De hecho, serán aquellas áreas del mundo que no repitan el pasado, ya sea euroasiático u occidental, y que lleguen más profundamente a nuestras bóvedas creativas las que tendrán más éxito. Puede ser hora de pensar más allá del hemisferio norte como conductor, hacia el sur, y luego estirar la mente aún más.
Más allá de todas estas comparaciones, puede haber otro lugar también en juego. Un gran espacio donde el viejo orden liberal y los nuevos autoritarios los miran ardientemente pero, por ahora, a una distancia segura. Y ese es el Océano Pacífico.
Quizás el futuro corazón del mundo sea metafóricamente ese vasto cuerpo de agua que cubre el 30.5 por ciento de la superficie de la tierra, en lugar de cualquier tierra, incluso la riqueza de la estepa asiática.
El final y el regreso de la historia se encuentran a través del Pacífico en una línea de falla invisible, lo que sugiere el potencial de tensión creativa y destructiva. ¿Quién sabe qué cosas interesantes pueden desarrollarse allí en el futuro? Y tal vez también sea una pista de que, en el futuro, no habrá una sola tierra que sea el corazón del mundo.

John Bell es director del programa de Medio Oriente en el Centro Internacional de Toledo para la Paz en Madrid. Ex diplomático canadiense y de la ONU, fue asesor político del representante personal del secretario general de la ONU para el sur del Líbano y asesor del gobierno canadiense.