Javier Benitez entrevista a Carlos Pereyra Mele (Radio Sputnik)

El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que los BRICS no se dirigen contra nadie y solo se quiere lograr el desarrollo para sus países integrantes. Lo manifestó durante su intervención en el reciente Foro Empresarial del BRICS, donde destacó que el PIB total de los países del BRICS supera los indicadores de los países del G7 y sigue creciendo.

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BRICS: avance inexorable

Al destacar que los BRICS desempeñan un papel significativo en la economía global, con sus países siendo «los motores del crecimiento económico mundial», Putin afirmó que «el trabajo de los BRICS no está dirigido contra nadie, sino solo hacia un objetivo común de desarrollo sostenible y prosperidad para nuestros países y pueblos».

En su intervención, el mandatario ruso recordó que mientras que en 1992 la participación del G7 en el PIB mundial era del 45,5% y la de los países BRICS del 16,7%, pero que en 2023 la participación del BRICS trepó al 37,4% y la del G7 descendió hasta el 29,3%. «Y esta brecha se está ampliando y se ampliará. Es inevitable», subrayó Putin, al indicar que en las últimas décadas, más del 40% del crecimiento del PIB global ha correspondido a los países BRICS.

Añadió asimismo que a finales de este 2024, se augura que la tasa media de crecimiento económico en los BRICS sea del 4%, cifra superior, tanto a la tasa de los países del G7 que es solo del 1,7%, como a la tasa mundial, que será del 3,2%, según las previsiones.

Para el director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, estos datos «son importantes porque parece que los BRICS han llegado a su etapa adulta». En este sentido, el analista recuerda que «no hace muchos años, en 2016, en los grandes medios occidentales y los think tank, y otros, se decía que el BRICS había sido una especie de promesa, pero que no había alcanzado ningún tipo de desarrollo, ni de organización, estructura, ni nada, y que se agotarían en sí mismos». «La realidad es que en muy pocos años hemos visto que esas especies de conclusiones a las que habían arribado los grupos occidentales [G7, y otros], no se corresponden con la realidad», afirma el experto.

En tanto, recientemente el viceprimer ministro de Serbia, Aleksandar Vulin destacó que la manera en que el BRICS defiende un sistema de valores y muestra al mundo la oportunidad de trabajar juntos, a pesar de las diferencias. «Es un mundo nuevo. Cosas como esta hacen del mundo un lugar mejor. El BRICS es esperanza», manifestó el alto cargo serbio.

Al incidir en el respeto mutuo que promueve la organización, el viceprimer ministro serbio habló sobre el trato que recibe Belgrado de sus socios. «¿Cuántas veces más grandes que Serbia son Rusia, China o la India? Pero cuando nos comunicamos, ¡nos hablan como a iguales! Y cuando nos comunicamos con algunos Estados enanos de la Unión Europea, ¡nos hablan como si fueran superpotencias nucleares! ¿Lo entiende?», apuntó.

«El crecimiento del PIB ha demostrado una energía y un dinamismo altísimo en las potencias emergentes [del BRICS], que no la tienen las tradicionales potencias del G7 que se quedaron totalmente ancladas en la historia y ahora están sufriendo esas consecuencias. Y esas consecuencias son las que llevan al viceprimer ministro de Serbia a decir que hasta los más chiquitos de la Unión Europea se creen que son todavía algún tipo de superpotencia, y en la práctica son todos unos enanos en todos los aspectos, fundamentalmente en el económico, porque su participación en el PIB mundial es prácticamente inexistente», concluye Pereyra Mele.

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